You are on page 1of 4

La Importancia De Las Alternativas Metodologicas

Hablar de la práctica que realizan maestras y maestros se ha tornado en muchas ocasiones como
un lugar común, las alternativas para pensar en la innovación, la reflexión y la búsqueda para los
cambios se han acotado teórica y metodológicamente. Muchos docentes creen que el estudio en
programas oficiales como maestrías o especializaciones es la vía para la mejora y la experiencia ha
demostrado que solo parcialmente.

Si bien las y los docentes son los que pueden acceder o pueden llegar a formas nuevas de
desarrollar la práctica de todos los días, si no existe como requisito central la disposición para
lograrlo, todo esfuerzo puede ser infructuoso.

Los dispositivos pensados en modificar las prácticas educativas en realidad son un conjunto de
decisiones que están en el propio sujeto que realiza la práctica, el cambio no viene de afuera. El
cambio de las prácticas no depende de las políticas públicas (por muy bondadosas que éstas sean),
ni de la injerencia de los organismos sindicales, por muy entremetidos que estos puedan ser, ni
tampoco solo de los buenos deseos por cambiar y hacer cosas mejores.

La disposición para mejorar las prácticas está en función de mover parte de las piezas que integran
a la propia práctica y dentro de esas piezas a modo de componentes estructurales está la historia
social y académica de los propios sujetos en educación, las distintas representaciones que han
sedimentado en su propia experiencia con respecto a ser docente, la rigurosidad en el estudio
para saberse un intelectual práctico de la educación y el compromiso que se tiene con el contexto
y con su propia persona para mejorar sustantivamente lo que se hace todos los días.

En este sentido se trata de iniciar validando los sobres prácticos de las y los docentes como
saberes en la acción, pero para darle un correctivo de un recurso mediacional está las narrativas
vinculadas con la práctica o en la recuperación en contexto de todo eso que se hace.

Las y los docentes deben escribir desde la práctica, poner por escrito todas las vivencias,
situaciones, búsquedas y caminos recorridos relacionados con su trabajo. En este sentido la
metodología de las narrativas como un recurso valioso sirve como puente, espejo, y alternativa
para conocer-se un poco más y aprovechar (al lado de las y los pares docentes) las distintas
alternativas de cambio y de mira.

En educación desde hace muchos años y gracias a la crisis global y estructural que ha sacudido a
nuestro país y a la mayoría de los países del mundo vivimos de manera deficitaria, existe un
reclamo social y un incumplimiento histórico de lo que se hace la escuela pública, los docentes de
todos los niveles etc.

Es por ello que las búsquedas de alternativas son necesarias y pertinentes, lo que buscamos son
mejores docentes para una mejor educación y una mejor educación para garantizar mejores
docentes. Este es el núcleo de esta dialéctica del cambio, en ello los dispositivos deberán de
cambiar y hacerse más flexibles, más gratificantes y validar la capacidad intelectual de las y los
docentes junto con la producción académica que está por venir.

Que es una alternativa metodológica


Alternativa metodológica: según el doctor Gustavo Deler: "es una variante que integra el conjunto
de métodos, procedimientos, técnicas, actividades y acciones que se conciben para la realización
de una actividad determinada en el marco del desarrollo del proceso de enseñanza, y que está
dirigida al cumplimiento de objetivos en condiciones transformadoras"
comprendidas como el conjunto de decisiones y síntesis de opciones disciplinares, pedagógicas y
comunicacionales que asume el profesor al momento de organizar los diferentes componentes de
una unidad didáctica: objetivos, contenidos, técnicas de enseñanza, actividades de aprendizaje,
recursos didácticos y estrategias de evaluación. De hecho, las alternativas metodológicas expresan
una serie de concepciones sobre la enseñanza y el aprendizaje. Específicamente, haremos hincapié
en las técnicas de enseñanza y las actividades de aprendizaje. Dado el profundo tratamiento de
esta temática en el campo de las Ciencias de la Educación encontramos ambicioso intentar
abordarla de manera exhaustiva; por ello, nos proponemos brindar algunas nociones generales
que posibiliten comprender sus componentes y las principales discusiones que giran en torno a
ellos.

Una aproximación a la cuestión del método El aspecto metodológico de la enseñanza hace alusión
a la acción misma, al dinamismo propio del proceso de acercamiento entre un sujeto que tiene la
intención de aprender, otro que pretende enseñar y el objeto de conocimiento a ser aprendido. En
la práctica, encontramos diferentes tipos de métodos. Algunos hacen referencia a la dirección que
se sigue en los procesos de pensamiento, denominados inducción o deducción; otros se clasifican
de acuerdo al carácter individual o grupal de la tarea; o bien se clasifican por la mayor o menor
directividad en la realización de actividades de aprendizaje por parte de los estudiantes.

Resulta pertinente tomar en cuenta aquí la acepción etimológica de la palabra método, ya que con
ella nos estamos refiriendo al camino para llegar a un fin. Los métodos que distinguimos en la
práctica pueden ser complementarios entre sí, en tanto no se opongan tomando posturas
contradictorias o excluyentes. Debido a que no es nuestra intención retomar aquí las discusiones
existentes para conceptualizar al método didáctico, ni las diferentes formas de denominarlo o
clasificarlo, apelaremos indistintamente a las expresiones: método; alternativas metodológicas, o
metodologías, para aludir con todas ellas a las formas a través de las cuales el profesor planifica las
actividades de aprendizaje para que el alumno aprenda.

Entre ellas encontramos a la clase magistral, al trabajo grupal y al método del caso, sólo para
mencionar algunos ejemplos. Podríamos decir entonces que un método o alternativa
metodológica es una síntesis práctica de opciones que toman en cuenta variables de orden
disciplinar, psicológico, didáctico y filosófico, considerando además la formulación de objetivos,
contenidos, actividades de aprendizaje, recursos didácticos, agrupamiento y estrategias de
evaluación. El método aparece aquí como una forma de actuar, de configurar el ambiente de la
enseñanza y de aprendizaje, y de guiarlo en base a un posicionamiento que excede lo didáctico.
Diseñar un método implica configurar una forma de acción de enseñanza, optando por una
posición concreta en relación a la educación, al alumno, a la disciplina, y a los contenidos y
objetivos.

La complejidad de estas decisiones se pone en evidencia cuando corroboramos que ninguna


metodología puede considerarse una cuestión meramente instrumental, desprendida de
concepciones acerca del conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje. Por su parte, las
concepciones sobre el conocimiento hacen referencia a los modelos de ciencia que subyacen a
nuestras acciones docentes; las concepciones de enseñanza tienen que ver con los enfoques y
perspectivas que les dan sustento a nuestras decisiones didácticas; finalmente, las concepciones
acerca del aprendizaje hacen referencia, fundamentalmente, a las teorías, esquemas y modelos,
que nos posibilitan explicar cómo las personas procesan e interpretan la información.

Cuando poseemos un análisis multidimensional que permite abordar la complejidad de la


enseñanza, comprendiendo el valor de cada variable, entonces poseemos una estructura teórica
que nos permite configurar alternativas metodológicas para desarrollar en la práctica, en
contextos variables y, en alguna medida, impredecibles. Desde esta óptica, cada profesor debería
proponerse desarrollar tal conocimiento para que, de acuerdo con las circunstancias particulares
en las que desarrolle sus tareas, construya su propia alternativa metodológica de manera
sistemática y reflexiva. Al respecto, es clave señalar que los modelos metodológicos terminados no
permiten su traslación automática a otras condiciones distintas a aquellas en las que se
configuraron. Propagar tales modelos sin el análisis crítico y contextualizado es dejar al profesor
preso del esquema sin capacidad para adaptarlo a las situaciones concretas.

En relación con lo anterior decimos que los modelos metodológicos no se pueden copiar ni
trasladar esquemáticamente de un contexto al otro, pero sí las dimensiones o principios básicos
en los que se apoyan. Si algo caracteriza a la acción pedagógica fundamentada es, justamente, la
imposibilidad de traducir un principio teórico en una praxis única.

Queremos decir que, de cualquier planteamiento teórico se pueden derivar múltiples opciones
prácticas. Pero, una vez que se han decidido entre esas opciones, caben realizaciones peculiares
en función de quién las lleve a la práctica, de cuáles sean las condiciones contextuales, las
características de los alumnos, etc.

Se puede resumir esta cuestión, afirmando que los pasos -no necesariamente lineales- que sigue el
docente al plantear una metodología de la enseñanza son los siguientes:

- Selección, Organización y Comunicación de los contenidos.


- Organización de las actividades de docentes y alumnos.
- Selección y elaboración de recursos didácticos para sostener los procesos de transmisión y las
actividades de aprendizaje.
- Planificación de estrategias de evaluación.

Las actividades de los profesores: planificación de alternativas metodológicas El aprendizaje se


desarrolla procesualmente mediante las experiencias personales del estudiante en diferentes
contextos. En consecuencia, los pilares de una propuesta de enseñanza son las experiencias de
aprendizaje que éste vive. La expresión “experiencia de aprendizaje” no se identifica con el
contenido del curso ni con las actividades que desarrolla el profesor, sino que se refiere a la
interacción entre el estudiante y las condiciones externas del medio en el marco de las que éste
construye y reconstruye sus saberes.

El aprendizaje se desarrolla a partir de la actitud activa de quien dispone del deseo de aprender:
quien asimila lo que él mismo hace, no lo que realiza o le enseña el profesor. Es muy probable que
dos estudiantes compartan la misma clase y vivan dos experiencias diferentes. Tal como vemos, la
centralidad en el proceso de aprendizaje está en la experiencia y no en los hechos a los que está
expuesto el alumno y esta experiencia busca siempre generar un cambio significativo, es decir,
promover aprendizajes.
Esta definición de experiencia referida a la interacción entre el estudiante y su medio lo
transforma en un estudiante activo, al tiempo que señala que algunas características del medio
atraen su atención y lo motivan a aprender. Por todo ello, diseñar una alternativa metodológica
implica, por parte del profesor, planificar determinadas actividades de aprendizaje con la finalidad
de promover en los alumnos algún tipo de experiencia valiosa para su formación.

Cabe entonces preguntarse: ¿en qué medida puede un profesor ofrecer al estudiante una
experiencia educativa, si es el propio alumno quien debe desarrollar la acción básica para esa
experiencia? El docente puede ofrecer una experiencia educativa para lo cual debe establecer un
medio y estructurar la situación que estimule el aprendizaje deseado. Asimismo, el problema 4 de
seleccionar y promover experiencias de aprendizaje consiste en determinar los tipos de
experiencias que cuenten con mayores probabilidades de conducir al cumplimiento de los
objetivos educacionales planteados.

You might also like