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LOS MARIDITOS capiruto 1 le las casas que dy tie por lo regular los remozados, segunda clase y de la moda pasada; suele haber un piano viejo, relegado por Ia adquisicién de uno mejor para Tasala, En la asistencia se recibe & los pavers ns personas de conan se ajustan los erindos, se reciben y se scados, se sientan las. personas an al amo 6 a la setora, y ta sirve de taller la costurera. a asistencia es el cuartel general jertas seforas mayores, visitas de Ja casa, pero que casi ninca entran & la asistencia de la casa d que nos vamos referir, es en donde solta ba la lengua la Sra. Lopez. Leparecta que alli estaba de confianza, porque 4 la Sra, Lope no le gustaban etiquetas ‘i cumplimientos, era muy lana y muy feancota segiin ella misma deca ‘Aceso de las diez una mafanaentré la recamarera al toeador de la sefora. Dué se ofre La seiora Lépes Ave Maria Purisima! murmuré en tre dientes Ia setora, y nego. agregé: Que pase ‘Ya esti en la asistencia —Dile que alli voy La senora no apresuré su tovad To cual queria decir que sabia con quien tenia que habérselas, Lasefora Lépez, 6 Lugardita, como Je decian’en In casa, era un individuo que pertenecta al bello sexo, porque 4 alguno habla de pertenecer. Era una sefiora con ese color magro indefi- ble, formado, parte por los afos, parte por derrames biliosos, y parte por la Jo quese lama una érigwena En cuaato & facciones, tn 4 Jas cireunstancias, Su ropa no hubie do ef imindo, rapodido vestir& nadie mds que & do A todas las tes con quienes se fa Lugardita. Cuando un pliegue e1 a habfan visto antes perturbabilidad esculérica, el mismo Aunque la curva es Ia Unea de Ta pllegue se in siguiente y se belleza, pero eso es segtin quien Io segu(a haciendo siemps neje;porque Dona Lugar etal ‘No hata ruido al andar. Ostentar eran precisamente las de la. belleza, ter. Doria Lugardita para andar se des. sino las de Dona Lugardlita; curvas Beak jentes que no servian para realzarlas In ella; y de-todos ante sntrantes sino para servir viere decir, e6moda, 4 plomo, insta ‘otras y otras hasta formar un cielo Tada ops net die lRictreaera rie aborregado... Asi eran las curvas d Vestia de negro desde que murié Dota Lugardita; la curva de la barba su segundo marido, épaca en que aban wucedia Ia curva de a papada, y doné definitivamente veh bata la curva del cuello,-y luego la curva hecho bien por que si hoy la sefora .n fin era unasenora aborregada. Lépez se pusiera un vestido amarillo, Fsto la ponla en relacién eon su ropa nadie la reeonoceria que d fuerza de uso se amoldaba las Sin immpacienta 6 4 que sa ccurvas, como las personas se amoldan iera Conchita, la senora de la casa. Aqui me tiene usted, dijo cuando la vis entrar, ya veng pero qué quiere V.! aque inuchacho me tiene la vida quitada. Hasta me wrece que se est adelgarando; s certo, que él nunea ha legaclo 4 em- barnecer apesar del tfo; que luego ya vé V. que cuando les da el tifo 4 los ‘muchachos, enseguida engordan; pero ni pobre Pepe siempre tan delgadito como V. lo conoce; y luego est Jo que se lama perdidamente ena morado de la tal Lucecita. Eso si, b muchacha todo se lo merece, porqu sila viera V. que juiciosita y que mu ger desu easa y que... como no se che & perder con el mattimonio, por que... suelesuceder;yo he visto mucho, y otras cuando easadas. Pues comoib: diciendo, mi Pepe esta. figtireselo V ‘en un brete, él, el’pobre, que quisiera tener los tesoros de Montecristo pa su boda, y ahi le tiene V.sin destinoal pobre. Es cosa que sale desde lama jiana, y ya vi 4 este sugeto y yavé al ‘otro, y {qué mas? ya se resigna 4 colo: ‘earse aungnie sea fuera de México, en fin, de cualquier cosa, cn alguna ha- Jenda, de escribir 4 la mano, de de pendiente, de... vamos, con que el ‘otro dia me dijo—mamé, pues aun que sea de boletero en las tranvias Jo creer V2 Pobrecito de mi hijo! To que quiere es tra tener don: ganar un peso. Y yo, al verlo tan afljido, le dije: No tengas cui dado; que manana voy ver 4 Conchi que tan formalmenteme ha ofrecido hablarle al Licenciado, y ya sabes que cl Licenciado es incapaz de negarle na a d su muger. Como que hay pocos rmatrimonios como el de V., mi alma. » habia tenidlo tiempo Conchita de contestar cuando llamaron suavemente 4 la vidriera, y se dibuj6 contra la luz del corredor, la silueta de una seo Adentro, dijo Conchita, y la vidrie tra visita de confianaa, porque ta, sin pararse, se limit6 4 tende 0 4 la recien venida La senora Lépex continud sen ando & Dota Lugardita, Marianita Quijada agregé presentando 4 su ami Las dos visitas medio se abrazaron ¥ medio se cambiaron sus sea Marianita Quijada levaba un vestido de lana verde oscuro, un abriguito (vi Se diferenciaba de la senora Lépez en que llevaha bolsa de mano y sombrilla, lo cual revelaba un grado més d tura y comodidades, También era pre- rardita, la trafan corriendo acién del momento sino la de toda su vida. Dona Marignita en fuerza de ser locuaz y atrevida, arbi trista y emprendedora, habla acabado por resolver el gran problema de su vida, Su marido, que habla sido mati: dito, y como tal se habia acabado pronto, le habia dejado muchos hijos y muchas dendas; por lo demés no le hhabia dejado 4 sus hijos ni un par de sdbanas, pero Marianita que recien viuda no tenia malos bigotes, habia renido la casa y la familia... eon qué con todo: con a lengua, con los os y con los piés, y hastar con el jiron que le habla quedado de chisgo tue arianita Quijada tenia que ver eon todo el mundo. Afortunadamente tenia se abren paso entre las encogidas l nimes. Cuan era un maridito legtimo, estaba colocado; pero apenas tuvieron dos Iijos, jadios colocacién! el maridito quedé en la calle. A vino el mundo encima; pero Marianita selef ta Quijada coloeé a su marido porque ‘Mis tarde Marianita Quijada hizo & su hija, la mayor, profesora de prime Mariana hizo profesora de. primeras Tetras 4 su hija mayor, porque eso tam bien es largo. Por ahora vamos & ver todo lo que hhace Marianita por hacer maridito 4 sus hijos, que es de lo que es ttratando ahora en casa de Conchita a muger de wn senor Lieenciado muy servicial, may bondadoso, muy leno de recursos, y muy leno de relaciones, todo México, Daba la casualidad de que 4 Maria: nita y dla senora Lépez as llevabsa casi mismo asunto 4 la casa del Liven: iado. La sentra Léper no questa mas que un destino, y con razén, para c sarse se necesita tener entre otras mu chas cosasun destino, y Pepe lo tenfaya todo, quiere decir novia y amor, todo clamor que se necesita en casos como ese y acaso un poco mis; de mane que el destino era lo tnico que fal: En cuanto 4 Marianita Quijada, eo mo tiene que hablar personalmente con cl Sr. Licenciado, estaba convenido 1¢ 8¢ quedaria'é almorzar, y euando hable con el Licenciado sera cuan: Jo nos enteraremos de sus asuntos, que como sabemos ya, eran amores y casi del mismo carécter que Jos asuntos de Dota Lugardit Conchita por fin ofrecié 4 sta que se empenaria con el Licenciado par conseguir el destino susodicho, sin el cual era casi imposible que se casara Pepito. Conque mi alma, exclamé Lugar dita, en sus manos de V. estd el asun to; yo sé que es V. muy buena y- que 4 poner toda su influencia y todo su valimiento para conseguirlo; vea us ted que la felicidad de mi Pepe depen: dede V Haré todo lo posible Pero cree V. que lo conseguird Nada, nada, es seguro, seguro; que adios mivida. Pasado manana ven: 10 & saber fa razéa, adios, adios Con: chita, adios sefiora; ya sabe V. donde tiene su casa, Lugardita Lépez, una servidora de V. adios, adios Y Dosa Lugardita sali A poco atravesé por la asistencia para iralcomedor el senor Licenciado, no habia tocado una campanilla sctrica, el almwerzo estaba servido cusado es decir que Marianita llev6 Anudando el hilo de eonversaciones anteriores, la Quijada hizo un relato circunstanciado de como estaba 4 pu el dinero; un dinero que por parte de rroborada que fué por elmismo Li a circunstanda de que no se omitide nada ni faltaba ning formalidad, entr6 la Quija dda de lleno en el objeto de su visita No queria. mas que doscientos pesos por cuenta de su herencia Pero estos doscientos pesos senor Licenciado, decia, higa V. cuenta que son como el comer, como el vivir, co: mo el respirar. Figirese V. que ya to Jo esta comprometido, que ya no. po demos imos para atrés; y si este ma: twimonio se aplaza otra vex jadios! ya no se Io que va d suceder, Lo quees Emesto se pega yn tio; jéremelo us ted, mi alma, estdenun estado que hay que temerlo todo, y lo que es Eres a, jal, no Jo conoee V.! es una fier tiene tn genio que ya! pero eso sk en 1 tratindole bien, es una seda E1 Licenciado no habla. contestado todavia una sola palabra, Parecia més ledicado al beefsteak que & los asun 108 de la Quijada, pero js habia enterado lo bastante taba de un bocado de dosci Apenas se separé de la mesa, la Quijada To siguid con el bocado en la boca, pero sin soltar la palabra, atta vesé detris de ¢l la asistencia y las recdmaras hasta el estudio, donde con tinué su peroracién y donde conside rando al Licenciado en. sus tikimos attincheramientos, ag variacio- nes de la siplica, lo clamaciones y todos Ios recursos ora torios, hasta que excitada por el si lencio del Licenciado, apelé 4 Ia ‘ratio femevil: prorrumpi6 en llanto A esta sazén el Licenciado, qu aba de ver el reloj_y de pensai que no tenia ms que cinco. minuto para eoncurrir al Tribunal, tomé de Jas erispadas. manos de Marianita un jue hacia rato Te tendia supl cante, y aceredndase al eseritorio lo firmé violentamente, y se lo en Marianita cayé de rodilas en ademén de besar Ios pies del Licenciado, tiempo que leg’ Conchita para sal 4 su marido. Este Je hizo una sea mientras la Quijada permanecta en el Vamos, Marianita, dijo Ia senora, cesté V, servida; pero ya es tiempo que dejemos & Manuel, que tiene que irse al Tribunal La Quijada se dejé conducir como desfallecida de emocién y con su do eumento todavia estrujado entre las ‘pero nos parece leito pedir pres ado este af home que tiene mis ex tensidn que la frase castellana en ca Marianita Quijada vivia en la mejor vivienda de wna casita dé vecindad tbicada por Necatillin. Ella era la me jor de la vecindad y levaba la voz entre los inquilinos como la mds ex

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