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Coleccién Pensamiento Relacional Copatrocinada por el INSTITUTO DE PSICOTERAPIA RELACIONAL. (Madrid, Espafia) e ARPP-ESPANA (Soccion Espariola de la Asociacion Internacional para el Psicoanalisisy la Psicoterapia Relacional) Direccién: Alejandro Avila Espada 1. Introduccion a la obra de RD. Fairbairn. Los origenes del psicoandlisis relacional (C. Rodriguez Sut) 2, La préctica de la psicoterapia relacional (J. Coderch) ~ 2*edicién corregida 3.-_Una introduccién a la obra de D.W. Winnicott. Contribuciones all pensamiento relacional (A. Abello Blanco y A. Liberman) 4. La Terapia Sexval. Una mirada relacional (R. Castafio) raccién y Cambio psiquico. La préctica de la Psicoterapia (J. Coderch con la col. de A. Codosero) 6. Trabajando intersubjetivamente. Ei contextvalismo en la préctica psicoanaltica (D. Orange, G. Atwood, F.D. Stolorow) Joan Coderch LA PRACTICA DE LA PSICOTERAPIA RELACIONAL. El modelo interactivo en el campo del Psicoanalisis ‘Segunda eolcién corragida Agora Relacional Madrid, Espafia Coleccién Pensamiento Relacional N° 2 La prictica de la psicoterapia relacionsl El modelo intratvo en el campo del prcoanis © 2010 Joan Coderch (Coderch, Joan ‘La prictica dela psicoterapiarelacional. El modelo interactivo en el \campo de! psicoanilisis/ Joan Coderch ~ 2 ed. cortegida~-Madeid: Agora Relacional, 2012. 5374 pp 21,5 x 15cm (Pensamiento Relacional digids por Aljandeo Avila Espada) ISBN: 978.84-939653.2.7 1, Pscoanilisis I, Coderch, Joan. II. Titulo |CDU 159.9 6168 BIC: MMJT, MBPK, JAME JMS, JTC ISBN: 978.84.939653.27 scceder a ets obra desde el Inga el momeato que eada uno elja, o por ots medos, fl permiso previo y por exert del editor y del autor o stulares de la propiedad derechos mencionacos puede ser comsiasva de delto Imagen de portada: “Lady ina gren jack?” de August Macke Imprime: PUBLIDISA (Publicacic giles, 3.) San Florencio, 2 41018-Sevila (Espatia) Depésito Legal SE-2777-2012, UE. Reservalos todos los derechos. Impreso en Espaia ~ Printed in Spain. A todos aquellos que al depositar en mi su confianza me han ayudado a seguir aprendiendo S LA NECESIDAD DEL MODELO RELACIONAL# Ein este capitulo trate de poner de relieve ka esenca de a tora reaconal en pscoandiis_y poicoterapia, ast como la necesidad perentoia del maielo de cplcacn terpéntica que de ella se derivae®, Eshozp ss onigenes, en gray parte Irasados on ef concepto del dit pstguico estructural que exige wn abordaje terapéntico distinto al enpleado en ef puicaandlisis elivien frente al enflcto intrapsiquico, Espongo wna breve sintesis del pensaniento de Sandor Fersces y teva versin algo més extensa de la obra de Roland Fairbairn, por ser esos les cantores a quienes jusgo los readores de la aventacin relaional en poicoanétisis, Plantes, asi misma ef concepto de trenserencia desde la perspectina de la nenrociencia_y de la psicoterapia relacional. Expongo una sintesis de las canacterstcasdiferenciales del modelo relaional en la terapética anaitca. La prdetica de la psicoterapia is es una forma de psicoterapia 1. El psicoan: I psicoanilisis es una psicoterapia, es decir, una forma de ayudar a una persona con problemas emocionales mediante una relacién personal. Hace afos (1987) di una definicién de psicoterapia y contintio ateniéndome a .a psicoterapia es un tratamiento de naturaleza psicoldgica que se desarrolla entre un profesional especialista y una persona que precisa ayuda a causa de sus perturbaciones emocionales, se lleva a cabo de acuerdo con una metodologia sistematizada basada ea determinados fundamentos tedricos, y tiene como finalidad eliminar o disminuir €l suffimiento y los trastornos de comportamiento derivados de tales alteraciones, a través de la relacién personal entre el paciente y el terapeuta” (p.53). Pero ahora deseo afiadir a esta definicién unas palabras de A. Avila Espada que afiaden perfil y vigor a la misma (1994): “ista relacién profesional pone especial atencién al marco ético en que se desarrolla. El psicoterapeuta ejeree sus tareas con honestidad e Independencia, asegurindole al cliente su privacidad, confidencialidad, le presta atencién de acuerdo ‘con las exigencias tcenieas de su quebacer profesional; y especialmente pone buen cuidado, propio ni en el de terceros, para oder ¢ ideoldgicas. terapeuta sirve al objetivo general de facilitar el desarrollo del nia y comperencia personal del paciente v a los cos que se desivan’ de los ‘sintomas, mdlestar y trastornos conceetos que sutte” (P.6). Pues bien, esto y no otra cosa es el psicoandlisis. Freud Lo ides como un método terapéutico que se ajusta enteramente ala definicién que acabo de dar. Con el paso del tiempo, Freud, como € mismo declaré explicitamente, fue perdiendo interés en las finalidades terapéuticas y centrindose en el psicoanilisis como método de investigacién de la mente humana. Finalmente, quedé establecido que el psicoanilisis era un método para: cura 0 modificar los trastornos psiquicos, investigar la mente humana, y 124 La necesidad del macelo relacional establecer un cuerpo de conocimientos acerca de los origenes y ‘nto de la mente humana, A través de los afos, la preocupaciéa de los analistas en sus publicaciones y trabajos entificos fue dirigiéndose mas hacia la investigaciéa del o de la mente mientras que el objetivo terapéutico iba perdiendo relieve, quedando reducido al ¢jercicio de una profesién como prictica privada, No es éste el lugar para extenderme en la complicada cuestion del pot qué de tal desequilibrio entre los dos objetivos, pero lo cierto es que éste fue extendiéndose a la prictica clinica, de manera que es de sobra conocido que fue afianzindose la idea de que la misién del analista es analizar, no “curar” al paciente, y en los Institutos de psicoandlisis esto ¢s lo que se ensefia, como norma a seguir, a los icacién de que la mejoria es el resultado inevitable de un buen anilisis”””, Esta idea se ha propsgado, incluso, hasta la ensefiantza de la psicoterapia psicoanalitica Desde mi punto de vista, el psicoandlisis ha de volver a situar en primer plano su cardcter terapéutico, tanto en su nivel de anilisis estricto como en el de psicoterapia, sin que ello signifique wandono de los objetivos de investigacion de la mente humana, 2, Harry Stack Sullivan, Sandor Ferenczi y los origenes del psicoanilisis relacional. Narra Bromberg (2009) que el término “relacional”, surgié por consenso en el seno de un pequefio grupo, conducido for S. Mitchell, al cual él asistia. Dos razones, dice, que representaban el sentir que les unia a todos, condujeron a la eleccién del térnino. Una de ellas es Ja conviccién de que la mente humana, su desarrollo normal, su patologia y el proceso de sil crédirriento terapéutied" Sé encuentran’ configurados felacionalmente. La otta Entre oor » de sales on mio La de een fet La pretica de la psicoterapia relactonal razén es la de que se trata de un término “no tan conceptualmente especifico que comporte la adhesin a un determinado grupo de ideas"(p.348). Afiade este autor que la designacién de “Interpersonal/Relaciénal” que él mismo y otros componentes del grupo emplean para delinear su identidad psicoanalitica honra, a la vez, la contribucién de Harry Stack Sullivan y al pensamiento relacional, Subraya, ademas, que el término “relacional” no es equivalente a in de objeto”, ni son ambos términos intercambiables, Segiin la teorfa relacional, la mente sélo nace y se desarrolla en tun contexto interhumano, de manera que no puede concebirse aisladamente sino siempre en continuada interaceién con Jos otros. Mitchell (1988) plantea esta concepcidn de la mente diciendo: “La mente ha sido redefinida desde un conjunto de estructuras predeterminadas que emergen desde ef interior de un organismo individual, a pautas transaccionales y estructuras internas derivadas de un interactive campo interpersonal” (p.17; la tradueci6n es mia) Pero esta situacién actual que acabo brevemente de sintetizar ‘tuvo sus inicios muy tempranamente, todavia en plena actividad creadora de Freud, y de ello voy a ocuparme a continuacién, El origen de la teoria telacional debemos situarla en los trabajos de Ferenczi, el discipulo predilecto de Freud, del cual fue distanciindose precisamente a causa de su insatisfaccién con la teoria pulsional. Durante largos afios, las ideas de Ferenczi en este sentido permanecieron casi olvidadas, hasta que en la década de los cuarenta del pasado siglo resurgieron timidamente a través de los 1s de Fairbairn, para en las dos iiltimas décadas aparecer con fuerza imparable dando lugar a lo que ahora se conoce como feorfa relaional o psicancilsis relacionah, 0 interpersonal relacionaista, tomando el ‘modelo relacional para su aplicacién en a clinica. Es importante sefialar que el desarrollo del modelo relacional se ha producido paralelamente a la importancia que dentro de gran parte del pensamiento psicoanalitico ha ido adquitiendo el concepto de déficit, a expensas del concepto freudiano de conflicto 126 La necesidad del modelo relacional intrapsiquico, cl cual es el eje central d cortiente principal del psicoandlisis, Pero ya en los tempranos aftos veinte, Ferenczi percibid, a través de su experiencia clinica, que la mente de los pacientes y su patologia era mis compleja de lo que Freud habia imaginado, y que algo mis allé del conflicto intrapsiquico provocado por la Juchas entre las pulsiones y las prohibiciones internas. Al escudiar el pensamiento de Ferenczi percibimos claramente que él se mostraba inguieto ante la insuficiencia de las interpretaciones del conflicto intrapsiquico y sentia la perentoria necesidad de encontrar otros abordajes terapéuticos que agilizaran y evaran a feliz término procesos psicoanaliticos insatisfactoriamente terminados. Por ello, experimenté la necesidad de adoptar otra actitud mas alla de la labor interpretativa, lo cual se muestra de maneta testallante en trabajos, para citar los mds representativos de su pensamiento en este sentido, como Perspectivas del Paicoandiisis® (1924), Principio de Relajacién y Neocatarsis (1930), Andiiss de Ni Adultos (1931), y Sin Sinpatia no Hay Curacién (Diatio Clinico, 1932). En el trabajo de 1931 se refiere a que se produce una confusion de lengua, porque el lenguaje del nifio es el de la demanda de-afecto y el de los adultos de pasida ¥ sexualidad. Existe por tanto, ségiinr Ferenczi, un doble lenguaje dado que el del niaio demanda ternura_y los padres, en su_respuesta, crotizan las : y matifféstaciones de afecto hacia sus hijos. Por tanto, la afirmacion de Freud segin la cual es la pelsién la telacién (Villamarzo, P, 2002). Fertncei recipera ia Teorka def trauma como causa de la patologia psiquica y , valoriza la relacién paciente — analista como la pieza clave para el ‘cambio_psiquico, Transcribo unas palabras de este autor que son tuna perfecta ilustra actitud que él preconiza en el trato con el paciente (1931): sticia, que el método que utiliza con mis iste cn mimatlos. Sacrificando toda considetacicn en canta al propio « afectivos, 127 La prdctica de ta psicoterapia relacional para poder desarrollar las emociones suscitadas por el material descubierto, no se deja ir al paciente hasta haber resuelto, en el sentido, de una contiliacién, los conffictos inevitables en una situacién analitica, clarificando los malentendidos y remontindose a las vivencias infantile, e procede en cierto modo conio una madre amorosa...(p. 119). Ferenczi no empleé el término “dé igiin momento para nombrar el estado psiquuico de sus pacientes, pero si que se refirié a las dificultades en el funcionamiento psiquico que, posteriormente, le levaron a él, y a otros muchos analistas, a pensar que el estudio de la evolucién y posible patologia de la mente no puede reducirse al desarrollo del Complejo de Edipo, ni los esfuerzos terapéuticos a dirigirse principalmente al desentrafiamiento y resolucién de dicho Complejo. Como consecuencia del malestar que causaron las teorias de Ferenczi en los tiltimos afios de su vida'!, més que al propio Freud al grupo mayoritario de los otros primeros discipulos, especialmente Ernst Jones, Karl Abraham y Hans Sachs, sus ideas quedaron relegadas al olvido, como antes he dicho, durante generaciones de analistas, pero a partir de la dima década del pasado siglo el interés por el estudio del pensamiento de Ferenczi ha experimentado un enorme incremento Giménez Abello, J, 1998, 2006; Villamarzo, P, 2002; Talarn, A., 2002; Daurella, N, 2000, 2007; Coderch, J, 2007) Es por este motivo, y por la experiencia clinica de muchos analistas, que ha ido surgiendo - all principio de forma puramente intuitiva y escasamente formulada ~ el concepto de déficit del self y la necesidad de profundizar en los efectos de la nueva experiencia que comporta la relacién paciente- terapeuta. De todas maneras, no podemos olvidar a otra de las primeras grandes figuras de los afios tempranos del psicoaniliss al cual ya me he referido al citar a Bromberg, el psiquiatra norteamericano Harry Stack Sullivan, creador del Iamado Psicoanilisis interpersonal, para mi una de las corrientes de pensamiento més fundamentales en la creacién del modelo relacional (1953, 1956). » alee 128 La necesidad del modelo relacional La idea fundamental de Sullivan, de la cual yo ereo que parte el conjunto de su teoria, es la de que los. seres humanos son onganismos en constante interaccién con el medio que les rodea y que, por tanto, sélo pueden ser comprendidos teniendo en cuenta el contexto social en el que se hallan en cada momentoy en relacién con e! cual llevan a cabo el comporramiento que deseamos analizar. Sullivan no acepté nunca Ta teoria pulsional de Freud y para explicar la relacin de los seres humanos entre si parte de dos conceptos bisicos: la necesidad de teraura y la ansiedad, siendo esta tltima originada por el fraéaso en enconérat la primera. Desde esta Perspectiva, ef mundo interno se configura a través del intento de balla Ia ternura y evitar la ansiedad, siendo la ansiedad suscitad: por la interaccién con los otros un elemento crucial’ en cl desairollo de los seres humanos. 3. W.Ronald D. Fairbairn. El autor clave y de la maxima importancia para el desarrollo el concepto de déficit y de la creacion del modelo onal en psicoandlisis es Fairbairn (1889 - 1964), motivo por el cual ofreceré tuna breve sintesis de su pensamiento, «dando por supuesto que éste ¢ ya conocido por gran parte de los lectores. Hay un punto muy importante en la vida de Fairbairn que no puede ser pasado por alto para comprender su pensamiento. Durante la primera y segunda guerra mundial trabajd como psiquiatra en hospitales militares atendiendo a oficiales y soldados afectados de neurosis de guerra. ¥ estos hombres, traumatizados por las bombas, el ver morir a sus compaferos y la cercania de su propia muerte, y debatiéndose entre el honor y los deseos de sobrevivir, no tenian nada que ver con las sexualmente teptimidas histéricas que craraba Freud en Viena, AL igual que ocurtié con Ferenczi, Jas ideas de permanecieron largo tiempo casi olvidadas hasta que, a finales del pasado siglo, ha aparecido un creciente interés por el estudio de su ‘obra, paralelamente al que se ha despertado por la de Ferenczi. C. 129 La prdctica de la psicoterapia relacional Rodriguez Sutil (2010) autor de un extenso y profundo estudio de a obra de Ferenczi, nos remite a una experiencia de Fairbairn que compone una magnifica ilustracién de aquello que preocupaba a Fairbaien, Dice este tltimo (1946): material clinico en que se basa esta proposicidn [la pro de que la libido no es primasiamente basqueda de placer sino busqueda de objetos) puede resumirse en la protesta de una paciente que fue mis 0 ‘Vd. Esti hablando siempre de que yo quiero tener satisfecho ‘deseo, pero lo que yo quiero realmente es un padre”. Fue la reflexién de Ia implicacion de fendmenos como éste lo que constituys el punto de partida de mi presente linea de pensamiento” (p. 139}. Creo que estas palabras nos introducen sobradamente en la linea de pensamiento a que Fairbairn se reficre, y el cual esti ptincipalmente expuesto en sus trabajos de 1940,1943, 1946 y 1958, Hay una idea bisica en toda la obra de Fairbairn, la de que la ‘meta final dela pulsidn libidinal no es Ia gratificacién sino el encuentro con el objeto. Debe tenerse en cuenta que, pese a que Fairbairn, prisionero del lenguaje de su época, emplea el término libido, la pulsién a la que se refiere Fairbairn difiere por completo del concepto de Freud acerca de unas pulsiones basadas en una tensién somitica que exige su descarga. En realidad, si se examina a fondo el pensamiento de Fairbairn se puede entender que para él, segiin yo lo interpreto, no se trata de que el ser humano desde el momento de su nacimiento se dirlja al objeto para satisfacer una necesidad, sino que la mente humana no existe aisladamente sino s6lo en contacto con los otros, de la misma manera que respiramos porque el respirar forma parte de la programacion de ‘nuestro organismo para la vida, no porque tengamos el deseo de respirat. Por esto el bebé se dirige al objeto, porque ello forma, también, parte de su programacién genética: encontrar al objeto para, tras el nacimientw Lioldpivu, nicer como ser humano. En su trabajo de 1943, Fairbairn expresa su opinién de que el psicoanilisis, hasta aquel momento centrado en los impulsos y en. cl yo, debe hacerlo también sobre el objeto hacia el que se dirigen Jos impulsos. Desde esta perspectiva, juzga que la psicopatologia 130 La necesidiad del modelo relacional ha de incluir la investigacién de Jas relaciones del yo con sus objetos internilizados y reptimidos. Esta idea le leva a estudiar la naturaleza dé 16 feptimido. En este punto se separa por completo de la teoria de Ficud. Para éste, lo que se reprime son los impulsos edipicos dirigidos hacia los objetos, asi como Ios sentimiéntos recuerdo’ Tigados a dichos impulsos a causa de la culpa que despicrtan. Para Fairbairn, en cambio, lo que se reptime son los objet malos intetnalizados y los impulsos dirigidos hacia ellos, pero enfatiza que lo primariamente reprimido son los objetos malog, entendiendo que, para él, objetos malos son los que e. nifio ha vivido como agresivos, explotadoies, insatisfactorios 0, simplemente, frustrantes. No puede rechazarlos porque los j; por tanto, ejetcen poder sobre él, y para controlarlos los a. Pero en su interior contintian ejerciendo su poder, de mane que queda “poseido por ellos como por espiritus malignos”. Dice Fairbairn a este respecto (1943): jetos malos es, sobre todo, la nccesidad que tiene de sus padres a pesar de y dado. que esa manece ut inconsciente, a0 ‘misma necesidad es la ‘onfiere el poder real que tienen sobre €l” (p.77) Cree Fairbairn que la mayor fuente de resistencia-de_los pacientes en el curso del anilisis se debe al remor a que los objétos malos efiierjan del inconsciente y su mundo interno quede invadido” por ellos, Pero- solo puederi ser climinados sn la situacién tefipéutica son liberados del inconsciente, Io cual “inicamente puede ser levado a cabo en condiciones no aterrorizantes (1943): “La liberacién de los objetos malo® sélo pucdé realizarse con seguridad si el analista se convierte para el enfermo en un objeto bueno “ (p.78), para lo cual, afirna, es necesario evitar las interpretsciones culpabilizadoras y a nivel de superyo. 7 En el pensamiento de Fairbairn, como es propio de todos Jos analistas cercanos, en mayor © menor medida, a la orientacién ‘elacional, el conflicto edipico se encuentra lejos de la importanc 131 La prdotica dela psicoterapia relacional fandamental para el desarrollo y patologia de la mente humana que le atribuye Freud. 4, Déficity conflicto™. 4.1. Otros autores significativos en el desarrollo del concepto de deficit. Se apartaria de los limites de este libro cualquier intento de revisidn de toda la literatura destinada al tema del déficit. Me limito a consignar los autores que siguiendo 1a estela de Ferenczi y Fairbairn han contribuido més significativamente al establecimiento y aceptacién del concepto de déficit y, consecuentemente, la necesidad del modelo relacional. Esos autores, en mi opinién, son: Michel Balint con su teorfa de la “falla basica (1968); Donald Winnicott, corm su-concepto de Ia madre “suficientemente buena” y la necesidad del holding por parte del paciente (1965, 1967), Heinz Kohut, creador de la psicologia del self (1971, 1977,1982, 1984) y J. Bowlby, descubridor del fendmeno, hoy en dia mundialmente reconocido del attachment (1969). Creo, también, que en sus lineas generales el pensamiento de estos autores es en la actualidad ampliamente conocido, 4.2. Concepto y fenomenologia del deficit, En su sentido habitual, el término deficit significa insuficiencia © carencia de algo, como puede ser deficit de vitaminas 6 deficit de la balanza de pagos de un pais. Siguiendo esta misma linea, cuando dentro del tema que nos ocupa hablamos de déficit nos referimos a Ia insuficiente recepci6n o suministro de algo que el sujeto deberia haber recibido por parte de sus padres 0 cuidadores, en una 192 La necesidad del modelo relacional determinada etapa evolutiva de su vida. Este punto de vista se halla inculado @ la conviecién de qué todo sujeto, para su adecuado armonfa y coherencia de su self, debe recibir una razonable dosis de cuidados entre los que se incluyen amor, aprobacién, confianza, aceptacidn, tolerancia y segurida en un régimen de coherencia y continuidad. Esto es lo que ya hhemos visto que subrayan, desde diferentes perspectivas 7 con diversas terminologias, los autores a los que me he referido en los precedentes apartacios. Cuando esos aportes no son suficientes se produce un déficit. Como es natural, aquello que provoca el déficit ‘no €8 tart solo Ia ausencia déTo que se necesita, de Io positive, sino también la presencia. de aquello qué € perjudicial, de lo negativo: | odio, agresividad, incoherencia, inestabilidad, descuido, maltrato ico, patologia de los padtes, inestabilidad, etc. Debe tenese en cuenta que el concepto de déficit siempre va ligado al de defecto operativo (Pine, 1994) en el sentido de que el defecto en las funciones del yo, que es Jo que se manifiesta en los sintomas y perturbaciones expuestas, ¢s la consecuencia del déficit. Desde este punto de vista, creo que debemos diferenciar entre los sentimientos de vacfo, insuficiencia, fragilidad, incapacidad para hacer frente a” situaciones adversas, etc... y las fandones defectuosas del yo, porque estas \iltimas pueden tener su origen en otras causas, sean genéticas, enfermedades neuroldgicas, traumatismos craneales, etc, aunque en la prictica clinica esta diferenciacién cs dificil si mo se recurre a otros especialistas y pruebas complementarias, Debemos tener presente que mientras el déficit se expresa a través de Ia experiencia subjetiva y de la realidad clinica, el concepto de defectopresupone un bajo rendimigato en alguna de las Afeas de la vida psiquica, pata jizgar el cual precisarfamos una especie de tabla estindar de rendimizntos con la que contrastéramos los del paciente, cosa que, evidentemente, no resulta posible ni de Iejos. Nos encontramos, pues, cn una situacién en la que debemos movernos con singular cautcla y a la que slo podemos calibrar en su justa medida después de un largo periodo de tratamiento. Aun cuando al hablar de déficit podemos referimnos al comportamiento de los cuidadores, es decir, a un hecho objetivo, el 133 La préctica de la psicoterapia relacional déficit en si mismo no es un hecho objetivo sino una experiencia subjetiva: la experiencia de fragilidad, incoherencia, inestabilidad, caos interno, sentimiento de vacio, Sensacién de carencia de algo que 5e necesita, etc. A ello se afiade el sentimiento de no set escuchado, de no ser aceptado, de no ser amado, de no ser reconocido, de no recibir atencién, de ser abandonado, etc. El grado en que esta experiencia subjetiva coincide'o no con lo que usualmente se denomina la “realidad objetiva” es siempre, salvo casos extremos de negligencia y abandono, muy dificil o imposible de precisar, porque esta supuesta realidad objetiva varia en gran manera segiin el observador. De todas maneras, esta experiencia subjetiva no se manifiesta siempre, ni mucho menos, directamente en Ia clinica. Cuando los pacientes se lamentan de carencia de afecto en su infancia, de no haberse sentido escuchados 0 comprendidos, de incomunicacién, etc., esta queja no es propiamente una experiencia subjetiva, si no mas bien una tcoria que han construido, con razén o sin ella, para darse una explicacién que les tranquilice acerca de sus sintomas y dificultades. El déficit da lugar, como podemos ver en la clinica, a un self fragmentado, difiis, frigil ¢ incoherente. Lo que vivencian estos pacientes es un sentimiento de Vacto, de falta'de algo en su interior que no pueden precisar, de carencia de vigor y encegia psiquica Los pacientes que sufien este self fragifientado y debil se lamentan de falta de ilusiones en la vida, ansiedad inmotivada, dificaltad en las relaciones personales, incapacidad para hacer frente a situaciones complicadas y, en general, estén profundamente insatisfechos con su vida. Si ecordamos todo lo dicho en el capitulo 1, podemos percatarnos de lo que hasta hace pocos afios no se sabia; que el déficit psiquico esti mantenido por un substrato neurobiolégico/ mental dificil dé modificar. Este substrate est -constituido por lo que he denominads” modelo mental implicite 0 exquemas mentales, 0 rincipios organixadores, etc., los cuales, una vez establecidos y fijados, dan lugar a que las respuestas emocionales y de conducta ante las diversas situaciones de la vida se repitan invariablemente, con muy escasas posibilidades de modifica las miltiples y diversas experie mn y enriquecimiento a través de que a vida puede ofrecer. 134 La necesidad del modelo relacional Sabemos también que estas respuestas pobres y desadaprativas son expresiGn de circuitos neuronales que se han construido como resultado de determinadas experiencias vividas por el sujeto zn los imetos afios de su vida, Y cuantas mas veces, a lo largo de los 108, S¢_excitan estos citcuitos neuronales, mas fuertemente fijados y con mayor facilidad se excitan de nuevo ante los ulos que los han originado y, lo que es mas negative, ante estimulos 0 situaciones que posean algin factor en comin. Sélo hhasta que nuevas experiencias de relacién — y no nu conocimientos ofrecidos a través de interpretaciones — crean muevos circuits neuronales que se sobrepongan a los antiguos y Jos anulen pueden aparecer nuevas respuestas y formas de comportamiento (Solms, M. y Turnbull, 00, 2004; Olds, D., 2006; Gallese C., Eagle, M. y Migone, ©,, 2007; Pally, R., 2007). Y con esta afirmacién creo que justifico el titulo de este capitul necesidad del modelo relacional. 4.3. Pacientes con conflicto intrapsiquico y pacientes con dé A veces se ha tratado de diferenciar claramente dos tipos d pacientes: pacientes con déficit, menos evoluciorados psicolégicamente, y pacientes con conflicto, siendo estos tiimos aquellos que han aleanzado un mayor nivel de evolucién. Kohut, en un primer momento se acogié a esta diferenciacién, juzgando que tanto sus explicaciones te6rieas coma sus indicaciones terapéuticas eran tinicamente vilidas para los. primeros"? Posteriormente, juzgé que todos los pacientes presentan déficits estructutales del self, pese a que su presentacién clinica pudiera ser La prdctica de ta psicoterapia relacional neurética. Mi propio criterio es, también, el de que en la base de toda alteracién psiquica existe un déficit estructural del self, y que la diferenciacion hemos de verla tan sélo en términos de predominio de sintomatologia de conflicto intrapsiquico 0 bien de déficit. Es por esto que, cuando profundizamos en el examen de los pacientes supuestamente “neurdticos”, nos encontramos con trastornos del self que pasaron desapercibidos en un primer momento, Y esto es as{ porque en toda mente humana, incluida la de los psicoanalistas, conviven ansiedades, limitaciones y dificultades de todo tipo, en un continuum gradual™, Dentro de la escuela Kleiniana estos trastornos de los niveles mis primitivos de ‘mente corresponden a las denominadas defensas y ansiedades psicéticas Killingmo (1989, 1995), piensa que los sujetos con déficit estructural muy profundo no legan a establecer una suficiente diferenciacién entre el self y el objeto, ni entre amor y odio, para que pueda hablarse propiamente de conflicto intrapsiquico, ni para que alcancen a manifestarse los sintomas clinicos que lamamos neursticos. Pero, segiin este autor, en algunos sectores de la mente se produce una evolucién que da, como resultado, un cierto grado de internalizaciéa de las relaciones objetales, con lo que pueden producirse los conflictos intrapsiquicos inconscientes que clinicamente enmascaran el déficit. Ademés de ello, personalmente pienso que el fallo en la satisfacciOn de las necesidades del self puede provocar una gran excitacién de los impulsos sexuales, como una forma de calmar la ansiedad y In frustracién, asi como y agresién, La evolucién adecuada de estos impulsos, asi como la del amor, precisa la idénea respuesta de los cuidadores, ¥ cuando esta respuesta falla se produce el déficit estructural del self, Otra cosa que cabe afiadir es que el concepto de déficit descansa en la observacién de la fenomenologia clinica, es decir, se {lepuliin ao dene yx anguna rade, dao gus hs sid refrac poe newovenis dems depot Js experience sso qu mere a confor ene diss mimcnnes ene dines ‘onfgucone elicionls 136 necesidad del modelo relacional sufre ¥ muestra dificultades para llevar una vida razonablemente satisfactoria en cl trabajo, en las rclaciones con los ottos y consigo mismo, en el ejercicio de su sexualidad, etc., de lo cual se deduce que algo ha fallado en el camino de su desarrollo psiquico. También observamos directamente estas dificultades en su forma de establecer y conducir la relacién con el terapeuta. Es decit, el déficit es un hecho de observacidn a iravés de In fenomenologi clinica, Por el contratio, el concepto de conflicto intrapsiguico segii? cl modelo clisico, es una iferencia basada en una complicada_teorfa_acerea de un supuestoseomplejo de Edipo: universal, sean cuales sean las caracteristi¢as del contexto paterno — y de una supuesta lucha entre dos supuestas estructuris del aparato psiquico: el ello y el superyo, y° con otra supuesta estructufa, el yo, como atormentado mediador’. A mi me parecen muchas" suposiciones. En filosofia de la ciencia existe una ley llamada de la patsimonia, que aconseja, en lo posible, atenerse a la explicacién mas simple ante un fendmeno, siempre, naturalmente, gue ésta no conculque las reglas de la Logica y de la epistemology. -nso que el conflicto intrapsiquico reside en In lucha entre diferentes configuraciones relacionales; configuraciones relacionales cuya explicacién y comprensién dependen directamente de la experiencia w supuekta existencia de una predisposicién innata que se reproduce, facaleite, en todo ser humano, sean cuales sean las relaciones con sus padres, Dice a este respecto Avila Espada(2009): ‘Como seguir hablando del Mito de Edipo como una analog'a del Esquema o Modelo Mental que le permite a Fread entender el funcionamiento mental infantil y adulto cuando reconocemos que auestros mundos de experiencias no estin poblados por Layos y Yocastas?. Para que Edipo nos sirviera como Modelo mental pata la construccién de nuestras experiencias habrfa de haberse vivido con la -, La supuesta universalidad y centralidad del Edipo quedo atras” (p. 3 Puna cin de 137 La préctica de ta psieoterapia relacionat 4.4. Déficit y modelo pulsional. Mi criterio es que en el momento actual no puede mantenerse la teorfa de las dos pulsiones porque ha sido totalmente deiacreditada por la neurociencia®, y, por tanto, toda la construccién que se sigue de su supuesta existencia no puede sostenerse, lo cual no solo confiere mayor validez a la teorla relacional para la comprensién del funcionamiento mental y el tratamiento de sus perturbaciones, sino que la hace indispensable. El hecho es que cuando Freud construyé el_psicoanilisis tratando de explicar el funcionamiento mental mediante la hipstesis de la existencia de pulsiones originadas por tensiones sométicas que buscaban la descarga, guiadas por el principio del placer, creyé que fundamentaba su metap: bases neurobiolégicas, y que de esta manera camino para desarrollar una nueva ciencia de la mente humana, no especulativa ni filoséfica, sino totalmente dentro de las coordenadas de las ciencias empirico — naturales. Peto el concepto freudiano de pulsién se encuentra estrechamente ligado al de una energia psiquica que la pulsién transporta y que experimenta diferentes vicisitudes: se dirige a una u otra zona somitica y se 6ja en una de ellas o queda libre, se desplaza, se transforma, petmanece retenida 0 se descarga, cambia las metas hacia las que fluye, ete, (Freud, $, 1915)”. El concepto de energia permitié a Freud, siguiendo la ciencia de su época, idear complicados modelos hidréulicos para explicar la manera como actian y se expresan las pulsiones y, de esta manera, hacer comprensible su metapsicologia con representaciones e imagenes concretas. Desafortunadamente, esta comprensibilidad facilité la continuacién del ettor que todavia sigue vigente en amplios sectores de la comunidad psicoanalitica. Y digo error porque la “ambien dende el miamo plcoanae el concepen teusino els pulones tendo desmanralad, ymachor sores haben de” motvasones” ca ug de pulsonts (Gedo, | 1999). En ‘a abso de investiga sobre pus de muerte, F GueCastlln considera ue no existe prt de ce anodic de las Oar Compr ce del ones et La necesidad del modelo relacional neurobiologia ha mostrado claramente_que no existe ninguna a_psiquica, con lo cual todo el edificio téético y metipsicolégico edificado a partir de las pulsiones se derrumba como'tin éastillo de arena, bajo el embate de las vigorosas olas de In cientcia-actual, Esta nos muestra sin lugar a dudas que el cerebro funciona como un procesador de informacién y un generador eléctrico, y no transmiteenengia, sino seftales en forma de potenciales eléetricos™, como hemos visto en el capitulo 1. Si pretendemos llegar a una comprensién amplia de como los seres humanos sienten, piensan y se comportan, es preciso abandonar la idea de que el sistema nervioso responde alos estimulos que provocan tensién somética a través de unas pulsiones que transportan y descargan energia, y entender el cerebro como un procesador de informacién siempre activo que recibe seriales externas € iiternas-a las que recoge en la corteza sensitiva primero, proces después en las areas de asociacién unimodal, de conde pasan a las reas de asociacién multimodal, ‘frontal, tem2oro- parietal y occipital, en las que son integradas las diversas sefialessprocedentes de los diversos receptores sensoriales, para la formacién de las ideas y los pensamientos mas. abstractos, y planificados los programas de accién més complejos. La cuestin es que, sin duda bajo la influencia de dy brillantez con las que Freud expone sus ideas, el mundo Ps ico tardé muicho en percatarse de que la teoria de las dos pulsiones no s¢ halla, en absoluto, anclada en la neurobiologi: sino on la el pensamiento psicoandlitico losoffa, y que con el aceptabr de leno el dualismo mente cuerpo (Brenner, C1982; Gedo, J; 1999), Y esto es debido a que Ia teoria de las dos ul Iejos de formar parte de la explicacién neurocientifica de la mente, es una nueva formulacion, revestida con los térmi hh ciencia de la época de Freud, de una doetrina filos6 vitalismo, gue en el siglo XIX fue propugnada por dos tan prestigiosos como Bergson, que hablaba del élan sital y por Nietzsche, filésofo, que agradaba tanto a Freud que éste, en su Presentacién Autobirgrdjica (1925) manifiesta, explicitamente, que las La prdctica de a psicoterapi@elacional intuiciones ¢ intelecciones de este fildsofo “coinciden, 2 menudo de la manera més asombrosa con las intuiciones del psicoandlisis”. Pero ocurre que el rasgo més caracteristico del vitalismo es, precisamente, su admision de una “fuerza vital” irreducible a los Brocetos fsico- quimicos, dando por segura la exisencia de un “principio vital” sin el cual no podrian explicarse los fendmenos vitales, tanto en su aspecto orginico como en el teptoduccidn, crecimiento, herencia, etc. Es posible que en de Freud de las pulsiones dotadas de enerpia i el hecho de llamar a la pulsién libidinal también “pulsion de vida”, tuviera mucho que ver la arrebatadora elocuencia de Nietzsche, ya que este entiende la vida como “espirita vivo” y en muchos ‘momentos, en su lenguaje intuye procesos pulsionales en cl limite del inconsciente. Pero Nietwsche era, en gran parte un seguidor de Arthur Schopenhauer, cuya obra cumbre, E/ Mundo como Valuntad y Representacién (1819), influy6 profundamente en él. Y aqui hallamos otta posible pista para la idea de la pulsién de muerte en Freud, orgue, la voluntad de Schopenhauer, como fuerza ciega & inreflexiva que sostiene el mundo y moviliza nuestra mente y nuestro Cuerpo se parece extraordinariamente al concepto del ello freudiano. Como ilustracién de lo que acabo de decir ofrezco unas palabras que figuran en el libro que acabo de citar, y creo que a muchos lectores tal vez les parecer que estin leyendo al propio Freud: también el instinto sexual se mat cenérgica afirmacién de la voluntad de viv constituye para él animal y para el hombre en estado de natut | objetivo supremo de la vida. La propia conservacién es su primer afin, cuanto la tiene asegurada no aspira a mis que a propagar la especie”(p. 45 de la versidn castellana). fiesta como las més decidida y Por tanto, al fundamentar Freud su teoria de las motivaciones en las pulsiones, pretendiendo asi encauzar el estudio de la mente humana dentro de la biologia entré de la mano del vitalismo en la visiGn filoséfica de dualidad mente - cuerpo. Tanto ea la ncurociencia cognitiva como en el psicoandlisis moderno se ha desplazado la comprensién de las motivaciones desde las pulsiones a los afectos, los cuales, dado que han evolucionado de acuerdo con las necesidades de adaptacién a las circunstancias y posibilidades de cada etapa del desarrollo filogenético, estén 140 La necesidad del modelo relacional arraigados en Ia biologia, y sus redes neuronales especiticas se hallan codificadas éicl genoma, La flexibilidad en la adaptacion depende de los afétos, porque las diversas situaciones y experiencias en las que se encuentran los seres humanos quedan asociadas con estados de placer o de displacer, de satisfacciin de las necesidades o de frustricién de las mismas, asi como con las respuestas ante tales situaciones, incluyendo defensas y situaciones de compi evitacién del dolor, aunque en muchas ocasiones tal satisfaccibn se obtiene por otros caminos distintos de los originales® y, tal vez, a costa de un mayor sufrimiento, De esta manera, la regulacién del afecto,. cs decit, de impedir los estados displacenteros ¢ incrementar lacenteros, es el motor de las motivacioiies huianas, no las pulsiones™® (Codereh, J, 2010). 45. Algunas reflexiones sobre el conflicto intrapsiquice y Ia tcoria estructural Todavia hay algo mas que decir con relaci6n a la posible vigencia del conflicto intrapsiquico estructural, ya que toda ciencia debe ser constantemente reformulada, Freud puso de relieve la naturaleza escncialmente dindmica, en tanto que distintas fuerzas luckando entre si, de los conflictos intrapsiquicos que él infirié que eran la basé de los sintémas que presentaban sus pacientes, y concibié que estas fuerzas formaban parte de sistemas de organizacién opusstos, En a principio pensé que estos sistemas eran el inconsciente y el preconsciente. Pero, posteriormente, dio el nombre de estructuras a estos sistemas organizados: ello, el yo y el superyo, pasando a set lo 7 La préctica de la psicoterapia relacior consciente y preconsciente simplemente rasgos cualitativos de la actividad mental (1923). Esto es lo que desde entonces se conoce como la “‘eoria estructural del aparato psiquico”. Aunque como instrumento de trabajo esta formulacién ha mostrado su utilidad en Ja clinica, no debe olvidarse que, como todo en Ia ciencia, ha de ser constantemente sometido a examen y revalidado. No es objeto de este libro una revisién a fondo de la teor estructural, pero si sefialar que pese a la elegancia de su exposicién, tan propia de Freud, a su facil comprensibilidad y a su amplia aceptacién, la situacién no es tan clara ni sdlida como parece y son muchos los escollos que presenta como teorfa cientifica, cosa que ha sido sefialado desde hace muchos afios por algunos autores. Me cefiré a algunos breves comentarios. Beres (1965) sefials tres peligros propiciados por la teoria estructural; ‘a) la reificacién de los componentes de la teoria estructural; a equivocada concretizacién y el error de tomar las abstracciones como realidades concretas; b) la confusién resultante de usar el concepto de estructura de manera distinta a la muy limitada con la que la empleé Freud y; ¢) la necesidad que conlleva de enfatizar de continuo la base funcional de la teoria estructural, Yo creo que cualquier persona con alguna costumbre de leer 0 escuchar los trabajos y publicaciones psicoanaliticos se habré percatado de hasta que punto estos peligros de los que nos advirtié Betes hace ya tantos afios se han convertido en realidad. Se habla y se esctibe del ello,’el yo y el superyo no como de abstracciones sino como de entidades concretas que se mueven libremente dentro de la mente humana y con rasgos frecuentemente muy antropomérficos, con objetivos propios, olvidando que Freud trat6 de agrupar sistemas de funciones cuya expresiéna podia ser observada en la clinica. Tal como previene Beres, en el lenguaje psicoanalitico con frecuencia se habla de los contenidos del ello el yo y el superyo, cuando en realidad se ha de hablar de productos, puesto que las funciones son sélo lo que su nombre indica, y no pueden contener nada, sino que producen algo. Puede objetarse que cuando se habla del ello, el yo y el superyo-es-en-un-sentido metaforico, pero lo cierto es que la matizacién metaférica del 142 La necesidad del modelo relacional enguaje va perdiéndose y degradindose, y la metifora se trata, con excesiva frecuencia, como una realidad concreta. Beres aboga por lh recuperacién funcional de la teoria estructural, pero en mi opinién su voz ha sido muy poco tenida en cuenta hasta el momento, En el mismo sentido que Beres, Hayman (1969),en un trabajo dedicado a estudiar qué es lo que debemos entender por “ello”, considera que por lo que se refiere a los componentes de la teoria estructural existe una situacién muy embrollada, como la de mezclar distintas categorias como si se tratara de la misma, coneretizar lo_abstracto y confundir datos de observacién con conceptos, Pone como ejemplo Ia palabra “electricidad” y se pregunta si debemos usarla a la vez para el concepto y para el dato de observacién al cual el concepto es aplicado. Cuando damos la vuelta al interruptor no podemos decir que “vemos la electric Lo que vemos es la luz, producida por algo que conceptualizamos con el nombre de electricidad, y lo contratio es una clara muestra de la confusién de categorias, Por otra perte, a través de una revision de Ja literatura con la cual no quiere aburrir al lector- acerca del significado de la palabra ello, pone de relieve que los analistas emplean el término con significados muy distintos*', Pone, también, como ejemplo un Panel celebrado por la Asociacién Americana de Psicoanilisis (Marcovitz, E., 1963), en el cual los participantes no se pusieron en absoluro de acuerdo sobre qué es lo que debja entenderse por “ello”. Corcluye afirmando que “ello"es un término conceptual que no posee atributos susceptibles de ser descritos y que significa lo que se define que debe significar, Por cierto que Gedo (1999), comentando cl trabajo de Hayman dice que, después del mismo, el concepto del"ello” queda totalmente desacreditado, mpc har La préctica de la psicoterapia relactonal 5. El modelo relacional como heredero de la técnica de Freud. Suclen ditigirse objeciones al modelo relacional.sobre Iz base de que conlleva apartarse del lo que Freud nos ensefié respecto al trato con los pacientes, juzgando que el encuadre tal como lo establece la corriente principal del psicoandlisis, en su fondo y en su forma, es el que nos legé Freud. Pero ocurre que esta no es una cuestién opinable, sino que es objetivamente falsa. Estudios y documentos histéricos, nos muestran un Freud muy diferente del analista clisico que guarda celosamente la distancia analitica, el anonimato, y Ia neutralidad, y que sigue a rajatabla la regla de la abstinencia. Sin lugar a dudas, Freud se comportaba con sus pacientes de manera muy distinta a la propia del método que se ha denominado clésico o tradicional. Se objeta a este argumento que ello corresponde al Freud de los principios, al Freud que todavia no habia llegado a crear su verdadero psicoandlisis y que, por tanto, carece de trascendencia lo que Freud hacia en estos primeros momentos, Pero tal objeci6n tampoco es cierta. Fl Freud amable y que dialogaba con sus pacientes libremente, que respondia a las preguntas, era; también, el Freud maduro, el Freud de los-afios entre 1920 y 1938, como puede comprobarse, por ejemplo, én los trabajos de E. Jones (1953), N. Holland (1969), J. Lampl-De Grot (1976), S. Lipton (1977), R. Money Kyle (1979). T. Shapiro (1984), im Momigliano (1987), A. Kris (1994), D. Lynn y G Vaillant (1998)... Este Freud afable que hablaba con sus pacientes smente, respondia a preguntas, prestaba libros a quienes se analizaban con él para ser analistas y les permitfa asistir a sus seminarios, mostraba sus pequefias estatuas y plantas, firmaba fotografias como recuerdo, invitaba a menudo a comer a Maria Bonaparte, el Freud que en la carta de aceptacién a la demanda de andlisis de Abram Kardiner le oftecid, mienuas estuviera en Viena, la oportunidad de trabajar en la Redaktion of the Inter. Jour. of Psa,, incluso cuando ya estaban en marcha los Training Instituts, etc, era el Freud en su plenitud, el Freud que analizaba, por ejemplo, a Joan Riviere, Abram Kardiner, Maria Bonaparte, Alicia 144 La necesided del modelo relacional Strachey, Helen Deutsch, Hilda Doolittle, Money-Kytle, J. Wortis, Anton Kris, J. Blanton, etc. Entre los comentarios que esto suscitado, creo que el més acertado es el de A. Kris, quien afirma gue Preud publicaba los consejos que mejor le parecian para el prestigio cientifico del psicoandlisis, y daba a sus pacientes trato ms conveniente para ellos. Asi de claro, Creo que estas informaciones dispersas que figuran en relatos y autobiografias de pacientes de Freud, y recogidas de forma poco sistematizada en los trabajos que més artiba he mencionado, han Mevado a David Lynn? y George Vaillant a realizar un auténtico trabajo de investigacién, con estricta metodologia cientifica, sobre ia diferencia entre los consejos publicados por Freud y dirigidos a los psicoanalistas, y la manera como él verdaderamente actuzba en la prictica privada con sus pacientes. Los resultados de esta investigacién muestran que la diferencia es, realmente, abismal, Blanton natra una experiencia del segundo dia de su anilisis que a mi me parece encantadora. Comenz6 Ja sesiéa con un ‘curso acerca de sus proyectos de ser admitido para el training y legar a ser analista. Inesperadamente para él, Freud le interrumpié diciéndole que no debia traer relatos prepatados, sino que lo conveniente eta que se relajara y fuera observando Io que acudia a su mente. Blanton qued6 en silencio, avergonzado, sin acertar a pronunciar palabra. Entonces, al cabo de unos momentos, Freud dijo en tono benévolo: “bien, de todas maneras no importa, digame lo que habla preparado para contarme”. Creo que no son necesatios mis comentarios, Otro trabajo interesante para el tema que estoy comentando es el de S. Lipton (1977) sobre andlisis d ens Ent seta cnarinadr ftom cones le Feu espero 2 se peo teh eis newt de 7 ec ede los icons de a préctica de la psicoterapia retacfonal Lorenz). Lipton, en su trabajo, compara la técnica seguida por Freud en este anilisis con la que implantaron sus seguidores y que a todos nos han ensefiado durante nuestra formacién, con gran ventaja, a su juicio, para la de Freud. Lipton afirma que, contrariamente a lo que se ha dicho en muchas ocasiones, es falso que la técnica que emples Fread con Lorenz correspondiera a una época en la que Freud todavia no habia conseguido establecer las reglas adecuadas para el anilisis. Afirma este autor, y lo sostiene con detalladas referencias, que Freud juzgé esta técnica como la definitiva, la siguié empleando siempre y “fue considerada como la clisica durante 40 aos y solo después fue repudiada” (p. 271).Parece que fue E. Kris (1953) quien parece abrié el fuego contra la técnica de Freud en el caso de Lorenz. Lipton considera que la técnica de Freud y la que fue posteriormente establecida no coincicen, tal como se ha hecho creer. Y piensa Lipton que la segunda técnica provoca justamente aquello que se ha intentado evitar, la experiencia emocional correctiva, al exponer al paciente a una idealizada técnica instrumental, y no a la presencia del analista como alguien con quien puede tener lugar una relacién personal. Juzga este autor que una de las ventajas del método de Freud es, precisamente, su restringida definicién en ‘cuanto a técnica y su reconocimiento de la relacién personal con el ppaciente, lo cual no es una cuestién técnica, Por mi parte, y a fa vista de lo que conocemos por el propio Freud y por los relatos de sus pacientes, pienso que Freud distinguia muy claramente Jo que eta la transferencia de lo que eta la relacién teal entre él y sus pacientes, y las mantenia separadas. Por tanto, creo que ademés de todas las numerosas orientaciones teérico-técnicas en que hoy se divide el andlisis, existe otra que habia quedado relegada al olvido, Y esta orientacién técnica relegada al olvido es, sorprendentemente, la de Freud, substicuida por la técnica considerada como “clisica” pretendidamente atribuida a Freud, pero, en realidad, creada por sus discipulos y continuadores. Juzgo que el modelo relacional puede estimarse como el verdadero heredero y continuador de la técnica de Freud, con todas las variaciones que Ia mayor experiencia clinica ¥ las aportaciones de otras disciplinas cientificas han obligado a introducir. 148 La necesidad del modelo relacional Aflos més tarde, desde la. psic del yo, y a la vez que conservando esta distincién, se llevd a cabo un inteno de integraci6n a través del coneepto de Ja lamada “alianza terapéutica”, Muy brevementé, en este concepto se establece una diferencia entre la transferencia patolégica del paciente, y la a real y colaboradora que el paciente establece con el analista, mediante las funciones adaptativas de su yo, para logear la cutacidn (Zetzel, E., 1965; Greenson, R., 1965; Grenson, R. y Wesler, M., 1969),Pero, a mi parecer, no se trata de lo mismo. El concepto de “alianza terapéutica”, para quienes lo admiten, se refiere a una actitud de colaboracién por parte del paciente, gue cl analista debe distinguir de transferencia como distorsién dela realidad. Pero yo cteo que esta actitud de colaboracién es tan sélo una pequefia parte de las relaciones de persona a persona que Freud mantenia con sus pacientes. La escuela kleiniana no adnite esta separacidn y juzga que toda la relacidn del paciente con el analista es una relacién transferencial (Joseph, B., 1985). 6. Concepto de transferencia desde la perspectiva del psicoandlisis relacional. En el capitulo 2 ya he expuesto algunas ideas acerca de mi concepeién de la transferencia®’, Aqui desco afiadir algunos Por mi parte, coincido con la escuela kleiniana en cuanto que toda la relacidn del paciente con el tetapeuta es rencial, pero dando al concepto de cransferencia un sentido y una extension muy distintos a los de dicha escuela. Es decity no entiendo la transferencia como exclusivamente la repeticién, en la figura del analista, de las fantasfas y pulsiones dirigidas haca los primeros objetos, Para n }6n del paciente con el analista es transferencial, como In es la del analista con el paciente acnque piidicamente haya venido a Ilamarse “contratransferencia”, ya que todo es transferencia en miestros actos, nuestros pensamientos y La prdctica de la psicoterapi relactonal nuestras sentimientos, dentro y fuera del andlisis. Como hemos visto en Gapitulos 1 y 2, en el curso de la evolucidn de cada sujeto se forman las pautas que en lo sucesivo regirin sus respuestas conductuales y emocionales ante cada situacién, lamense esquemas_mentales, principios organizadores, conocimiento relacional implicito o lo que sea, con su correspondiente substrato neuronal. Debido a todo ello pienso, como he escrito en (2006), qué la transferencia es la manera como el analizado organiza su experiencia de la situacién analitica de acuerdo con Ia toralidad de sus experiencias pasadas, tanto conscientes como inconscientes, ya sean estas iiimas propias del inconsciente reprimido 0 las que constituyen el inconsciente no teptimido de procedimiento. (p. 179), Desde esta perspectiva, mas que una repeticién del pasado la transferencia es una manera de organizar el presente para dotarlo de sentido. Creo que algunas reflexiones contribuirén a clarificar Las modernas investigaciones en neurociencia cognitiva dan cada vez mayor relieve a algo que intuitivamente la humanidad ha sabido siempre: que la manera como vemos el mundo que nos rodea, Ia modalidad y cualidad de nuestras emociones; en defini amos nuestro caricter, esta fundamentado en anuestras experiencias pasadas. Pero ahora podemos afirmatlo con mis seguridad, y podemos explicar con argumentos cientificos y comprobados él papel que nuestro pasado juega en nuestro presente y, por tanto, en el futuro que estamos construyendo en cada momento, Esto es un hecho incontestable y de absoluta importancia para la filosofia, la sociologia, etc. y, en realidad, para todas las ciencias en las que, de cerca o de lejos, intervenga el factor humano. Es conveniente delimitar bien dos ideas. Una es la de que al hablar del peso del pasado no me refiero, como es habitual dentro del. pensitii ini 1 general, a ly experiencias vividas en la primera infancia con las figuras parentales o sus substitutos. No, al hablar det pasado yo me refiero a toda la_vida transciirrida desde el nacimiento hasta este momento puntual y volétil que llamamos presente. Asi, por ejemplo, en el momento en 148, La necesidad del modelo relacional ‘que estoy esctibiendo estas lineas, el pasado que se esti expresando a ceavés de mi pensamiento engloba todo el periodo de mi vida, desde el primer momento hasta el ditimo segundo antes de escribir cada palabra. Y, a medida que voy escribiendo y pasan los segundos y los minutos, las ideas, dudas y pensamientos que van aparcciendo en mi mente ejercen su influencia sobre aquellos fenémenos mentales que aparecerin a continuacién, y asi ininterrumpidamente, La otra idea se encuentra esttechamente ligada a la primera, Hablar de la influeacia del pasado en el presente parece ser tun enunciaclo correcto de acuerdo con nuestra cultura ¥-Usos lingiifsticos, pero pienso que es terriblemente equivoco porque parcce presuponer que estamos hablando de dos fendmenos 0 hechos distintos, uno de los cuales tiene un efecto sobre el otro, Pero creo que realmente no es asi. Segtin mi manera de entenderlo, en cada momento de la vida, tanto somitico como mental, esto que llamamos el presente es el pasado, porque es la expresién comprimida y sintetizada ‘de todos los momentos presentes que le han precedido, o, dicho con otras palabras, cada momento presente de la vida psiquica es el resultado de la conjuncién de todo el pasado con el contesto que envue've al sujeto~en~aquel momento. Sospecho, ademas, que hablar del momiento presente es muy cuestionable, ya que puede objetarse que el momento presente no existe, porque el pasado lo apresa y devora en el momento mismo de su nacimiento y lo convierte en substancia de si mismo, es decir, en pasado. Tal vez pot esto Husserl dice que el presente ha de retener el pasado y anunciar el futuro, y, en el ibniz afirma que el presente es catgado de pasado y embarazado de futuro. Tal vez la mejor metifora que nos pude ayudar un tanto a captar nuestra experiencia subjetiva del momento sea decir que el presente es como una breve frase musical que se despliega en el tiempo (Stern, D., 2004), Seria improcedente no mencionar un fenémeno estrechamente vinculado al tema que nos esté ocupando y que es del interés para el proceso terapéutico: Ia influencia del presente e: memoria del pasado. Es un error grave creer, como desafortunadamente ocurre en muchas ocasiones, que durante un. 149 a préctica de la psicoterapia relacional Proceso terapéutico analitico se recupera la memoria de hechos del pasado tal como estos se produjeron. Nada mis lejos de la verdad. Los neurocientificos estin plenamente de acuerdo cn que la memoria no es, de ninguna manera, una biblioteca en la que las primeras ediciones de cada experiencia 0 grupo de experiencias se guardan selladas de manera definitiva e inmutable, de manera que se ofrecen al lector tal como fueron escritas cada vez que éste desea consultarlas. Por el contrario, la memoria no es pasiva sino activa, y el contexto del momento presente en el que una experiencia, consciente 0 inconsciente, es reproducida ejerce una seleccién, articulacién y organizacion de los incontables fragmentos y matices que configuraron aquella experiencia, de forma que podemos decir que cada evocacién de la memofia explicita y cada manifestacidn de la memoria implicita constituyen tuna nueva edicién revisada y, dentro de limites que pueden ser muy amplios, corregida. En este sentido, Stern (2004) ha introducido el concepto de contexto rememorativo del presente, que se halla integrado por todas aquellas circunstancias, emociones, sensaciones y pensamientos que configuran la experiencia subjetiva del ahora. Este tipo de experiencia subjetiva selecciona y conjunta Jos fragmentos del pasado que, al ser reactivados, nos ayudan a reconocer el presente y adaptarnos a él, tal como hemos visto en el capitulo 1, Esto es lo que permite a Stern afirmar que recordamos el presente. En cuanto a la pregunta acerca de la manera y procesos de creacion de vineulos y asociaciones entre experiencias de diferentes momentos temporales, tan s6lo puedo, brevemente, esbozar una respuesta. Se ha sugerido que la metéfora es el mas precioso instrumento de que disponemos para ligar diversas clases de ‘memorias, pensamientos y experiencias (Levin, E, 1991). Aqui hablo, naturalmente, de la metifora entendida no como una figura retériea, sino como una forma primaria de cognieién que ealaza diferentes areas de experiencia pasadas y presentes, Otra forma de explicar la aceién del presente sobre el pasado es la que nos ofrece Bleichmar (2004). Segin este autor, hay experimentos neurofisiolégicos que confirman que cada vex que una situacién 150 La necesidad de! modelo relacional presente excita determinados circuitos neuronales, esta excitacién se propaga a ircuitos activados en situaciones o estimulos similares, y se produce una distinta reinscripcién de los mismos, Asi es como, en todo éste ir y venir del pasado al presente y del presente al pasado, se configuran diversas reinscripcionesy las experiencias del presenten modifican la memoria del pasado. Como terapeutas sabemos muy bien que, en el curso del tratamiento, los pacientes a menudo modifican sus recuerdes del pasado, cosa que, no se olvide, no es lo mismo, que tecuperar un recuerdo sepultado por la represién. 7. Algunas caracteristicas diferenciales del psicoaniilisis, relacional y su aplicacién a la clinica (modelo). Creo que con lo visto en este capitulo y en los dos anteriores, el lector ya se ha habré podido formar una visién panorimica del modelo relacional, que se actecentaré con lo que encontrar en el resto del libro. Pero, de todas formas, como final de este capitulo quiero detallar algunos puntos que especialmente distinguen la manera de trabajar dentro de este modelo, y lo haré ahora de una forma concreta y sintetizada, ya que pienso que ello ayudar al lector a comprender algo de lo que ya hemos visto y de lo que se encuentra, de forma mas extensa y compleja, a lo largo del texto todavia por ver. Como es de suponer, los puntos que presento expresan mi forma de entender el modelo relacional, pretendo afirmar que todos los terapeutas relacionales participen ic llevarlas a la préctica: indono de Ia idea de la mente aislada, y, por el , la concepcién del ser humano como un ente esencialmente social que no puede entenderse de forma aislada, sino siempre dentro de su contexto Sullivan, H., 1953, 956; Orange, D., Atwood, G, Stolorow, R., 1997). b) Consecuentemente con el punto a), la mente humana es comprendida como constituida por el conjunto de configuraciones 151 La prdctica de ta psicoterapia relacional relacionales que han sido internalizadas a lo largo de la (Bromberg, P,, 2009). ©) Para el psicoanilisis relacional el andlisis se centra en el estudio de la psicologia de dos personas. Ante todo tipo de expresién del paciente, el analista intenta investigar cémo ha contribuido él /ella a tal expresién, @) La modificacién del conocimiento relacional implicito, a través fundamentalmente de la interaceién y la inersubjetividad, puede ser considerado como el objetivo bésico del modelo telacional la interpretacién y el insigth forman parte de los medios para alcanzar este objetivo. ©) La telacién paciente/terapeuta es _moderadamente imétrica, pero jgualitaria. Esto lkimo significa que a las observaciones, juicios, puntos de vista, etc, del paciente se les concede el mismo valor que a los del rerapeuta en cuanto a dignos de ser parte integrante del didlogo. f) Esta relacion paciente/terapeuta, es también de mutualidad, entendiendo por esta tiltima el reconocimiento reciproco de la experiencia que comparten y de la mutua influencia que ejercen el uno sobre el otro. ® Es, también, una relacién fundamentalmente intersubjetiva, en la que cada uno reconoce la subjetividad del otro y, a la vez, conoce su propia subjetividad a través del reconocimiento del otro. h) Consecuentemente con el punto ¢), no todo lo que dice 0 hace el paciente dentro del Ambito de Ia sesién es considerado \inicamente como una asociacién para ser interpretada, tal como es propio del modelo tradicional. Contrariamente, se otorga a las expresiones del paciente un valor en si mismas. Es decir, en el modelo relacional se admite al paciente como un interlocutor vvalido, al gual que hacia Freud con sus pacientes. 4) EI modelo relacional parte del principio de una interaecién ininterrumpida entre paciente y analista ~ 162 La necesidad del modelo relacional j) Se juzga que sélo hay verdadero aniilisis cuando el analista se halla profunda y emocionalmente implicado en dl proceso terapéutico, Un observidor externo no puede ser neutral, puesto que “ve” al paciente desde sus perspectivas valores y presupuestos, La neutralidad en sentido estricto seria indiferencia arte el paciente. El término neutralidad ha sido falsamente attibuida a Freud, el cual empled la palabra alemana indifferenz, para sefalar que el analista debia controlar su contracransferencia para no dejarse arrastrar por impulsos eréticos. })) En el modelo relacional, y dentro de unos limites razonables, Ja inica regla a seguir es la de ofrecer Ia mayor ayuda al paciente. El terapeuta se siente totalmente libre en este sentido, Se sobreentiende que rigen las mismas normas de honestidad, respeto, decencia, contencién y educacién que rigen en todo t entre un profesional y quien precisa su ayuda. El analista debe integrar en el anélisis todas aquellas intervenciones que habitualmente no han sido consideradas analiticas siempre que sean de ayuda pata el paciente (Gabbard, G., y Westen, D. 2003). D Para el modelo relacio: interaccién que inflaye profundamente en el paciente, al contratio de la perspectiva del modelo tradicional en el cual el silencio parece que es “nada”, como si se tratara de un tiempo muerto. Por ello, los terapeutas relacionales no suelen guardar largos silencios, porque los pacientes casi inevitablemente los sienten como prueba de rechazo, de hostilidad, de manifestacién de que Io que estin comunicando carece de interés, de superioridad del terapeuta que se permite hablar cuando le viene en gana, mientras que se espera del paciente que comunique todo lo que va percibiendo en su mente, etc. (Gill, M., 1994). m) Siguiendo con el silencio, desde el modelo relacioral se piensa que los largos silencios por parte del analista favorecen el desarrollo de un narcisismo yatrdgeno en los pacientes. Estos suelen sentir estos largos silencios del analista como un replegarse de éste en si mismo y, por identificacién, adoptan una actitud de ensimismamiento narcisista 153 La prdctica de la psicoterapia relacional n) Contrariamente a la norma generalizada dentro de la corriente principal del psicoanilisis de que el terapeuta no debe conducirse con el paciente como un objeto bueno, el modelo relacional parte de la idea de que s6lo si el paciente siente que es atendido por un objeto bueno se logra una modificacién favorable, y no tan s6lo una sumisién o adoctrinamiento (Ferenczi, S, 1943, 1932; Fairbairn, R., 1943), 0) En el modelo relacional la situacién que se establece en la relacién paciente- analista es la de asimetria y de plena mutualidad, entendiendo por esta tltima el reconocimiento de la reciproca influencia que cjercen el uno sobre el otro. p) El psicoandlisis relacional se encuentra muy vinculado con la neurociencia cognitiva, tanto para lo que concierne a la teoria como en lo que afecta a la practica. También recoge todas las contribuciones de las disciplinas afines que puedan ser de ayuda. @) 1 encuadre psicoanalitico tradicional es un instrumento técnico que da lugar a una explicita y declarada manipulacién de la transferencia, ya que esta ideado precisamente, y no lo oculta, para lograr que la transferencia se manifieste de una determinada forma que, supuestamente y sin que haya ninguna prueba de ello, hari més ficil su comprensién y anilisis. El modelo relacional, en cambio, pteconiza un encuadre lo més natural posible, y con la suficiente flexibilidadpara que esta distorsin de la transferencia sea la menor posible. 1) Una actitud basica del modelo relacional es la de la “investigacién empética — introspectiva” (Orange, D,, Atwood, G. y Stolorow, R,, 1997; Lichtenberg, J., Lachmann, F. y Fosshage, J 2002), 5) El psicoanilisis telacional se apoya, en la experiencia clinica y en las aportaciones de otras ciencias, en bases filoséficas y en la teoria del conocimiento (Rodriguez Sutil, C., 2007). 154 terapéutico y a autorided de! psiceanalista EL ESPACIO TERAPEUTICO Y LAAUTORIDAD DEL PSICOANALISTA El Pricoandlisis relacional ba incrementado nuestra comprensiin rspecto «4 que el praveso psicoanalitica no consste slo en 1m paciente que comunica sus asociaciones y un analsta que interpreta, coma si ambos estsieran sosenides por una nube ingnivida y aislados de toda conexiin con la realidad. Es ‘menester la creacn de un espacio, ala vex material y psicligico, en ef sino del cual el proceso pueda tener lugar. Este espacia inchiye, ala vez, ef encuadre toda ta realidad psignica y material que to sostiene, con la atoridad del analista como wma presencia constante que infltra y matiga todos los elementos de este espacie. La comprensiin de las comunicacones del pasiente no puede desplgarse sin tener en cuenta toda fa compjidad del espacio en que se producen. 1, La creacién del espacio terapéutico 1.1 La responsabilidad del psicoanalista en Ia configuracién del espacio terapéutico. Entiendo por espacio terapéutico el creado por la conjuncién paciente - analista, es decir, por dos subjetividades, lo cual hace que incluya el campo intersubjetivo. A diferencia de Stolorow y Lachmann ((1980), Stolorow y Atwood, (1992) y Orange, Atwood y Stolorow (1997), al decir campo intersubjetivo no me refiero simplemente al creado. simplemente por subjetividades, sino al campo creado por el rece 1 tiempo que yo le hago sujeto a él, siguiendo las ideas de D. Stern (1985, 1998, 2004) y de J, Benjamin (1988, 1995, 1998), Debo afiadis, sin embargo, que 155

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