You are on page 1of 10
UNIDAD N° 1 LECTURA N° 3 Weis CAPITULO | NOCIONES GENERALES 1— Etimologia.- 2— Acepciones de la palabra derecho. 1.—Pocos andlisis etimolégicos sugieren tanto como el de la palabra derecho. El citado vocablo proviene de la voz latina directum, que es el participio pasivo del verbo dirigere, dir ie Este Ultimo esta constituido por el prefijo continuativo di y la forma verbal régere, regir. Si régere equivale a guiar, conducir o gobernar y di indica la continuidad de ese acto, derecho significa etimolégicamente la manera o forma habitual de guiar, conducir o gobernar. A su vez, el prefijo di procede de las raices arias DH y DHR que encierra la idea de estabilidad y firmeza. Por otra parte, régere, rego, contiene el reduplicativo re que se desprende de la raiz aria RJ, guiar o conducir. De_acuerdo con esta_etimologia, derecho significa tanto como ordenamiento firme, estable, permanente.’ Este estudio demuestra “contra lo generalmente supuesto’’ que "la palabra derecho no vino al campo psicolégico por sentido tras- laticio, sino pristinamente. Y, al contrario, lo derecho material (como cuando se dice “‘cammo derecho") parece ser idea traida por el sen- tido figurado: con que se comenzé a aplicar la palabra a las cosas ajenas al espiritu"> 1. Los términct droit en francés, ‘en teliane, direite en portugués, dret en catalén, recht fen alemén, ret en escandinave y tight en inglés tienen el mismo origen. \ 2. Mariana Aromburu. Filosofia del Derecho. Nueva York, Instituto de las Espahas. Tomo |, pég. 13, 2 Para expresor la nacién contenida en la palabra cattellana “de | recho"’, los romanos emplearon el término latino jus. La_voz_dere- rec cho tenia para ellos sdlo un signi jeti - | g ferirse a lo que se entiende como accién_process irecta_actio). nar EI examen de la palabra jus ha dado lugar a serias e intermi nos nables discusiones: gJus proviene de justicia? 6 gJustitia es la voz | est derivada y jus la primitiva? for Los jurisconsultos y los poligrafos antiguos suscribieron la pri- mé mera opinién. Ulpiano considera que jus deriva de justitia (Jus o com justitia apellatur). San Isidoro y Graciano sostuvieron !a tesis que origina jus en justum. rel Los graméticos, temando en cuenta |a simplicidad de jus vie- bra ron en tal término la fuente de justicia. Del mismo parecer fueron muchos historiadores porque la_vinculacién_ideolégica _entre_derecho jae y justicia tuvo lugar en Roma_sdlo_en_la_época de los decenviros, rad puesto que durante el periodo anterior significaba algo asi como ine ‘mandato del mds fuerte’. = A la palabra latina jus se le atribuye diversos origenes. Seguin ee una antigua opinién deriva de Jove, Jovis, nombre del dios Jupiter | ois gobernador y ordenador del Universo. Para otros proviene de jubeo rales que quiere decir mandar; 0 de juvo que significa ayudar o prote- ten. ger 0 de jungo, juntar, unir o uncir. : A través de todas esas fuentes se destaca un concepto comUn: preci: gobernar, ordenar, mandar, dirigir, que también es ayudar 0 pro- a feger, puesto que tal es el fin del gobierno o del mandato. Ademas, oe gobierno significa orden que vincula la voluntad de quien obedece @ la del que manda, de alli la Ultima etimologia sefalada. os Algunos autores (Litré, Kunh, Pictet) han llegado hasta la riz * eure sanscrita de jus que’ es yu equivalente a vinculo, unién o ligadura ! y a la védica yos que quiere decir santo, puro, verdadero, celestial.’ clasi De este modo, se_destaca como significado de_la_palabra_de- Pay recho, [a idea de rectitud en la conducta humana por su sometimien- ae toa normas © a leyes. ee rama 2.-En su acepeién usual o corriente, “derecho” quiere deci lacién quello que es recto, directo, contrario a lo que es torcido; y tam- on bien lo que se hace del mismo modo. Asi se expresa: “este cami no es derecho" y “aquel drbol crece derecho”. 3. En uso prave derecho tiene lo misma saiz que pravda verdad, que pravesuvic justicia, que frovednost sontidad, que pardivest, reciitud, que previllo precepto, que pravit gobernar y que Brovilyy correcto, entre oltas palabras de ese idiomo. El concepto rectitud_no sélo significa que se sigue la misma_di. reccién, sino adecuarse a_una regla, a und horre @ En el orden juridico, la voz “derecho” se emplea para desig- nar lo que legitimamente pertenece a una persona; en otros térmi- nos, lo que es suyo. Lo\suyo es “aquello que en particular manera esta unido a un sujeto y~determinado a su propia utilidad, en tal forma, que en el uso del objeto tiene la preeminencia sobre loc de- més y nadie puede servirse de él contra la voluntad del sujeto y sin cometer una injusticia’’.* Asi, cuando alguien dice “yo reclamo mi derecho", cuando se proclama “a cada cual su derecho", en tales expresiones, le pala- bra derecho se usa en la mencionada acepcién. Esta primera significacién juridica de derecho fue trasladada a la norma, ala ley. Derecho s¢ toma, ya no como To suye- Suyo conside. rado en si mismo, sino comofla regla que seffala lo que ¢ cada cual le _corresponde, esto es, lo que es suj Of Ademés, si_la 2. uridica_reconoce a los hombres su derecho, de tal reconocimiento deriva una ‘acultad; reclamar_y exigir de los otros que respeten To que | les_corresponde, que Tes den lo que es de ellos, lo _suyo. En este sentido, el derecho es la facultad, es el po- der de conservar, disponer y utilizar lo suyo, lo que es pertinent a cada_persona, con exclusion de los otros, dentro de los imites que precisa y fija Ia norma. ® También se Tama derecho al conjunto de las disciplinas juridi- Cas 0 Ciencias del derecho © a cada una de ellas en particular © Finalmente, se denomina a un tributo 0 pago debido legitimamente a alguien. No como acepciones de léxico, sino'\mds bien en el sentido de “clasificaciones metodolégicas” se emplea el vocablo derecho come sinénimo de a) texto legal {"'el derecho de las Partidas"); b) de ins- fitucién juridica ("el derecho individual de usufructo"); ¢) parte de alguna ley (el derecho de familia, “derecho de obligaciones"); dl) fama de la legislacién ("derecho civil”, “derecho politico’); e) legis- lacién de un pueblo o de la iglesia ("derecho francés", “derecho oa. nénico"); f) reglas juridicas establecidas por la costumbre ("derecho consuetudinario’’).® 4. V, Cothrein. Filotofia del Derecho. El Derecho Natural y él Positive. Ed, Revs. Medrid, 1946. pag. 52, 5. Aramburu, ob. cit, pag. 20 CAPITULO II EL HOMBRE Y EL DERECHO 1.— La persena humana y el derecho. 2—La sociedad y el derecho. 1.— El derecho como la moral, la ciencia, el arte, la técnica y la religiosidad, pertenece al mundo de! hombre. Es en la estructura humana donde se halla la explicacién del derecho, como la de todas nuestras obras especificas, sean estas “el lenguaje, la conciencia moral, las herramientas, las armas, las ideas de justicia e injusticia, el estado, la administracién, las funciones re- presentativas de las artes, el mito, la religién y la ciencia, la histori cidad y la sociabilidad’’.! Esa estructura humang, que se eleva sobre el mundo psiquico, para réalizar las tareas del espiritu, ca: "nbs Sete [o_persona. El derecho corresponde al hombre en tanto persona: deriva de la esencia misma de ésta y le sefiala los medios para que se recllice 10 tal_y alcance sus fines propios en la sociedad, Lo_perteneciente, lo suyo de cada hombre —su derecho— es lo_que le atafie en tanto que persona; lan sefiala [o que es inherente a cada persona; y de esa cehcigteerido lav ooteeteaae exigir de los demds_respeto y reconocimiento. La persona, segin Boecio, es “rationalis naturae individua subs- tantia"’, es decir, una sustancia individual de naturaleza racional, y es por eso “lo mas perfecto en la naturaleza toda”, segin expre- sin de Santo Tomds.” 1. “Max Scheler. £1 Puesto del Hombre en el Cotmos. Ed. Revista de Occidente. Madrid, pag. 139. 2. Sante Thomas. |. g. 29 0. 3 ‘bre el mundo fisico y , , | | ! ‘ Cada persona se destaca en el conjunto de todos los seres, como una unidad, es un ''sistema centrado sobre si mismo para existir y para obrar"® La unidad se presenta a primera vista como individualidad. El individuo es uno, y posee su propia realidad. Gracias a ella es dis- tinto de los otros individuos y del conjunto o multitud que compone con éstos. Unidad significa también algo que se refiere no sélo a las re- laciones externas de los seres, sino a su intimidad. Representa el conjunto de notas y caracteres propios que diferencian a los indi- viduos, que significa su singularidad. En el dmbito de la persona la unidad asume una significacién mas profunda: ademds de indi- vidualidad y singularidad, es subsistencia, existencia del ser en si; no como parte ni como dependiente de otro. Esta subsistencia al- canza su perfeccién mas elevada cuando es conciencia de si misma. “Los demas seres son unidad, pero no se conocen como tal. El hom- bre es el Unico entre los seres del mundo sensible que es capaz de conocerse a si mismo, de situarse a si mismo como un todo indepen- diente’’* Por esta conciencia de su unidad el hombre se distingue de las cosas y se enfrenta a ellas; asume la posicién de sujeto coh referen- cia a los objetos. Sentirse distinto de los otros seres es objetivarlos. Después de esta operacién, volvemos sobre nosotros mismos y elaboramos ideas para luego retornar al mundo con ellas y actuar de acuerdo con el plan que nos hayamos trazado. EI animal, que carece de conciencia de su unidad, siempre dice “si a la realidad, lo mismo cuando la teme que cuando la rehuye; mientras que el hombre “‘asceta de la vida'', eterno protestante, sabe decir “‘no™® Para expresarlo en los términos del pensador Ortega y Gasset, mientras el animal, perdido en el flujo de la existencia es “altera- cién"’, el ser humano posee el don del “‘ensimismamiento”, capaci- dad de volver sobre si mismo, para enfrentarse con las cosas.’ Existir para el hombre es afirmarse en el mundo; existir para el animal es perderse en la vida." 3. Jecques Maritsin. Para una filorofia de la pertona humana, Ed. Letras. Santiago de Chile, pag. 126. Ismael Quiles. La Persona Humana. Espasa Calpe Argentina. Buenos Altes. México, pég. 53. ‘Mox Scheler, ob. cit., pag. 87. José Ortega’ y Gasset. EI Hombre y la Gente, Ed. Rev. de Occidente, Madrid, pég. 87, Al au pr tin rec da tac las cre dos un mist la subsistencia de la persona, su existencia en si, 0, para em- plear otro giro, su autonomia en el existir, y su enfrentamiento a _los objetos, esto”es, su autonomia en el conocer, que dimanan de SU esencia, constituyen sus exigencias fundamentales. No se puede negar a la persona, sin menoscabo de fo que es en si misma, todo lo que sea necesario para subsistencia como tal, y para el progreso de su inteligencia, La vida, la integridad fisica, el proveerse de los medios necesarios para realizarss_a la alfura desu Sionidad, la_co- municacion con las otras personas y_con el mundo trascendente, el acceso d Tas diversas fuentes y manifestaciones de la cultura, son consustanciales con Ta persona humana. De Ig autonomia en el existir y de la autonomia en el conocer, deriva la autonomia én el obrar, la libertad del hombre. Tenemos dominio sobre nuestros actos, obramos Por nosotros mismos, somos libres, mejor an, estamos “condenados a ser libres, como lo ha expresado Ortega y Gasset. La accién libre ‘‘se halla estructurada de una manera especial. Al principio esta la auto-unidad del yo. En el curso de la accién, esta auto-unidad se despliega, surge un momento de iniciativa; el sujeto prescinde de todo lo circunstante y de su propio ser; juzga sus dis- tintas posibilidades; se decide por una de ellas; se inmerge en ella realizandola, y recobra, mediante la consumacién del hecho, la uni- dad primera, la cual, empero, comporta ahora la tensién experimen- tada y ademés, un nuevo contenido''.§ De aqui esta otra exigencia de la persona, tan necesaria como las dos primeras, su libertad. Libertad para vivir, para pensar, para creer, para conquistar su personalidad moral y para actuar en to- dos los campos de la vida. La supresién de la libertad constituye un atentado contra la esencia de la persona humana, su negacién misma. 7. “El animal no ve, seguramente, ni personas, ni érboles, ni casas, ni piedras. Pues, entre estas ercepciones hay, como sabemos, un precipitado de conocimientos que el cnimal no posee. El fnimal sélo tierte complejos de calidades de color. Pero —y esto es lo singular— tampoco tiene e308 complejos que estén por si junto con los otros en su contomno, y que estén esencial- mente ordenados. Acaso quepa describir dol siguiente modo cémo vé el animal: Hay cuadros modemos que cuando se esté inmedictamente delante de ellos, no representan mis que una muchedumbre de cvalidades de color. Unicamente se ve objetos y una ordenacién especial cuon- do se guarda cierta distancia de ellos. Acaso vé el animal el contorno como nosotros une de es0s cusdros al estar cerca de él; como una totalided de cvalidades de color que tiefen, na- furalmente, extension. Un objeto se destaca Gnicamente de ese complejo para el animal, como lun objeto con forma y cualidad de distancia evando el animal se mueve”. Aloys Moller, Brie cologia, Editorial Revista de Occidente, Madrid, pég. 115. 8. Romane Guardini. Libertad, gratia y destino. Editorial Dinior. San Sebostidn, pag. 16 2.— El “desamparo ontolégico'’ de la persona humana, que en la conciencia es sentimiento de limitacién, y su incesante “afan de plenitud” constituyen la raiz de su vocacién social. La sociabilidad no es un hdbito creado por la vida en el hom- bre, sino un ingrediente de su esencia. Asi lo reconoce Aristételes en el Libro | de “‘La Politica’’ cuando afirma que el ser humano es “por naturaleza sociable" y que el que vive fuera de la sociedad por organizacién y no por fuerza del azar, es o un ser superior o un degenerado. El hombre aislado, al margen de la sociedad, es o una abs- traccién o una hipétesis falsa. En la realidad, observa Martin Buber, se da siempre “el hombre con el hombre”. La categoria “entre” es tan primaria como el yo © como el ti y, por eso, nos aproximamos “a la respuesta de la pregunta gqué es el hombre? si acertamos a comprenderlo como una dialégica, en cuyo “estar dos en reciproca presencia” se realiza y se reconoce cada vez el encuentro del “uno’’ con el “‘otro’’.” Son erréneas las viejas teorias en cuarifo pretenden elaborar una concepcién de la sociedad tomando como punto de partida al hombre solo. En el hombre mismo se halla la raiz de lo social, por- que “el término hombre implica una existencia reciproca del uno para el otro; una comunidad de hombres, una sociedad"."’ la existencia humana se proyecta hacia las otras personas," y la sociedad que se constituye con ellas es el medio necesario para su realizacién, porque la hace posible como ayuda, como proteccién, como colaboracién y la facilita gracias a ese inmenso bagaje de creen. cias, de usos, de costumbres, etc., formado en el decurso del tiempo. la vida esta rodeada de hechos sociales porque todos somos integrantes de un grupo y gran parte de nuestros actos se dirigen a los demas 0 a la sociedad misma; ademds, nuestra conducta esta ‘condicionada" por lo social que se impone en forma de mandatos y de prohibiciones y finalmente se halla “‘orientada” por factores de esa indole que la encaminan hacia las realizaciones intersubjetivas, puesto que el hombre vive también para los otros.!* 9. Martin Buber. 2Qué es ol Hombre? Fondo de Cultuca Econémice, México, pags. 150-151, 154.155, 10. E Husserl. Meditations cartesiennes. Paris, Alean., pag. 110. 11. El ser en el mundo {sein} ho dicho Heidegger es "ser con” (mitsein) Sartre destoca la ten dencia humane aglutinarse en "la existencia espesa del mundo del ser’ y pora Gabriel Marcel "el otro” es un dato primarie cuya fuente es la libertad. 12. luis Recasens Siches. Vida humana, sociedad y derecho. Fondo de Cultura Econémica. Mé xieo, pags. 111-112 La sociedad nacida de esta vocacién innata del hombre es, pues, una realidad tan primaria como éste, pero lo supera en cuanto a su duracién porque sus fines trascienden la existencia de sus miem- bros. Por otro lado, para realizar sus propésitos, la sociedad actéa como conjunto, como totalidad, aunque sus actividades estén repar- tidas entre sus componentes." “Las relaciones del hombre con el hombre son de dos tipos: unas interindividuales y otras sociales propiamente dichas. Los lazos in- terindividuales vinculan a los hombres en lo que cada uno tiene de auténtico y propio. El amor, la amistad, la devocién, la ejemplari- dad, pertenecen a ese tipo. ‘Se quiere al amigo, se ama a la no- via, se sigue al maestro, precisamente por las calidades individuales y privativas que se descubre en ellos. Y, por lo tanto, la amada es insustituible; y lo mismo ocurre con el amigo y con el maestro. Es- tas relaciones se establecen entre yos individuales, entrafables, irre- ductibles a otros’’.*! Pero hay algo més: en el amor, en la amistad, en la simpatia a través de sus diversas manifestaciones, los vinculos se estallecen de persona a persona y no requieren de un objeto entre ambas. Las relaciones sociales comprometen otro aspecto de la perso- na. No vinculan un individuo con aquel otro, sino con ‘‘los otros”’. De ese modo se constituye lo impersonal, lo general, lo indetermi- nado que es el “se. Las expresiones "'se dice”, “'se piensa’, ‘'se rumorea”’ corresponden a esta dimensién de la vida. Lo social se teje, no entre yos intimos, irreductibles, sino entre sujetos “intecambiables, canjeables, fungibles; por ejemplo: el co- lega, el copartidario, el camarada, el ciudadano, el conductor del tranvia, el consocio, el vendedor, el soldado, etc."."* Estas relaciones no se establecen directamente, de persona a persona, como las interindividuales, sino mediante un objeto que les sirve de incidencia: la profesién, la ocupacién, el partido, el Estado, el servicio, el empleo, el ejército, etc. La sociedad asume dos formas: _la comunidad y la sociedad pri piamente dicha. En la primera el objeto es “impuesto” por una tUdcién preexistente, en la segunda es ‘puesto’ por el hombre; mien- tras aquella se origina de un hecho de la naturaleza, del medio o del estado general, la otra nace de una idea, de una representacién 13. Ralph Linton. Cultura y Sociedad. Fondo de Cultura Econémica, pig. 27. 14. Rocasens Siches, ob. cit, pg. 122. 15. Recasens Siches, ob, cit. id 11 0 de algo que se reduce a un contenido de este tipo; la coercién sur- ge de un modo determinado por presién del objeto en Ja comuni- dad, mientras que en la sociedad se funda en un fin racional, en un fin moral y se traduce en normas; la comunidad es acéfala, la sociedad exige una autoridad, una organizacién, puesto que en ella ho basta la atraccién que ejerce el fin por si mismo." La vida de la familia cuya esencia es la concordia, la vida de la aldea organizada por la costumbre; la vida urbana, son caracte- risticas de las comunidades, segén Tonnies; mientras que la socie- dad se realiza en la gran ciudad, en la nacién o en el Estado cos- mopolita. La agricultura, la economia doméstica, el arte, correspon- den, segin el mismo socidlogo, a las organizaciones comunitarias, mientras que el comercio, la industria, la ciencia, pertenece a las so- cietarias. ‘Mientras que la comunidad deriva de esa unidad perfecta de la voluntad humana, considerada en su estado primitive, la socie- dad se establece entre sujetos naturalmente separados. Mientras la Comunidad es unién pese a todas sus separaciones, la sociedad es separacién pese a todas sus uniones. En el orden juridico_s dife- rencia tiene proyeccién especial; el a eed ciproca_de_prestacién_de_ servicios.” Toalquiera que sea Ia forma que revista la sociedad, cualquie- ra qué sea su modo de realizacién histérica, persigue un fin y éste es el bien comin. De dos maneras puede entenderse el “bien comin". Ya como ayuda o asistencia en favor de todos los integrantes de la sociedad, © como bien de la sociedad considerada en si misma La anterior distincién es simplemente légica; no cabe el bien de las personas que no repercuta en el bien general, ni es posible ésie sin el de aquellas. Para lograr el bien general es necesario que se sefiale la ta- rea que cada uno de los miembros de la sociedad debe cumplir y 8 patticipacién en el bien comén, Ni aquella tarea ni esta partici- pacién, deben menoscabar los atributos de la persona y es, Por es, necesario que se sometan a normas, oO reglas. El ordenamiento de la sociedad hacia_sus fines requiere la existencia ‘de esas normas © reglas, que constituyen el derecho. . So ee ee et eae TE Rafusl Preciado Hemdndez. Lectiones de Fllosofia del Derecho, Ed, Jus, México, pig. 167- 16 Rata rier crnies, Prnipios de Sociologia. Fondo de Cultura, Eranémica, México, pag. 64: Ferdinerd tiin del’ misms ovtor ““Comunided y, Socleded'". Ed, Lorada. . Buenos “Alves 12

You might also like