de la he
cao que est en el'valle
sus tomas y acequias y las d
me a lo poseido, asi como q
mds Arboles frutales; también dejé 1a sefiora ciento
tas piezas de esclavos, la mayoria en el valle de Chuao,
rentes edades y naciones.
5. El végimen de la plantacién
Las instrucciones reglamentarias dadas por el patronato de la
Obra Pia de Chuao en 1767,” sobre la administracién general de
la plantacién, el régimen de trabajo y de vida de la poblacién so-
metida y otros aspectos pertinentes, son ilustrativas de las caracte-
risticas socioeconémicas de dicha explotacién colonial, por lo cual
merecen algunos comentarios.
Segiin parece, en dicho afio de 1767 existia un estado de in-
disciplina y desorganizacién en la hacienda, rayano en la rebelién,
r lo cual se encargé al Teniente de Justicia Francisco de Vega
imponer el orden y restablecer la autoridad. Dicho teniente estaba
investido de plenos poderes. En segundo lugar, figuraba el mayor-
23. Véase Documento N? 78 de este volumen.
100
—
Scanned with CamScanner“persona blanca y de la mejor conducta '
domo, PDado el estado de insubordinacion exter se &
oe recomendaba la aplicacién de severos castigos a los aaeee
jes como el azote y la prision. Asimismo, se ordenaba el aislamie
to del repartimiento de esclavos, en el sentido de impedir el sa
so a personas ajenas a Ja hacienda, celandose cuidadosamente ts
dos puertas 0 salidas de la hacienda, una al mar y otra al puebk
de Turmero y los valles de Aragua, para impedir el trafic da lo
destino de cacao hurtado por los esclavos y su intercambio teal “
aguardiente y baratijas llevados por los “maleteros de Aragua”’ tt
je de mercaderes ambulantes de la época, Estos “maleteros”
eran considerados delincuentes y en caso de capturarlos en come-
timiento del delito de trdfico clandestino debian ser castigados cor-
poralmente o remitidos presos a La Guaira o Puerto Cabello. Para
evitar el hurto de cacao, el patronato tomé la resolucién de expro-
piar las arboledillas o haciendillas del fruto pertenecientes a los
esclavos, lo cual constituyé un verdadero despojo. Se prohibié el
Jevantamiento de chozas dispersas o alejadas del repartimiento y
las que existian fueron demolidas. La libertad de movimientos de
los esclavos dentro de la plantacién fue limitada, y aquéllos no
podian desplazarse mds que del repartimiento al trabajo en Ja ha-
cienda y luego a sus conucos, para regresar a su vivienda a la pues-
ta del sol. Si algtn esclavo era sorprendido de noche fuera de su
casa, era castigado. Las casas debian tener sdlo una puerta y una
ventana enrejada, como calabozo, para evitar la escapada noctur-
na. Tampoco los esclavos podian ir a su antojo al mar, y el tiem-
fo de la pesca debia ser limitado y controlado por el administra-
lor.
Los esclavos-cumplian tareas en la plantacién y luego debian
cultivar sus conucos, de los cuales obtenfan la alimentacién (yuca,
mate, atroz, frijoles, caraotas, flame, batata, etc.) y probablemen-
te algain excedente intercambiable para costearse el re sae
do que podria decirse que el tiempo dedicado por eae sr
aultivo de sus conucos cubria el valor de la fuerza faa ne
tiempo dedicado a la plantacién directamente Lees rose seala:
cién del excedente o plusvalfa, Se probibié en esa gute TS
mentacién tener cultivos de cacao. No po s, ni tampoco armas, 2
bestias de carga, ni cerdos, cabras 0 terneross
excepcién de las herramientas de trabajo.
101
—<—_.
Scanned with CamScannerEl mayordomo era ayudado por dos esclavos, exentos de ta.
reas ordinarias, y a los que se denominaba “mandadores”, los cua.
les gozaban de ciertos privilegios nada despreciables, incluso el de
que otros esclavos les cultivaran sus conucos. Estos mandadores se.
guramente eran caporales, a Jos cuales se estimulaba con premios
para que denunciasen a sus compafieros y Se les frenaba con casti.
gos si estuvieren tentados de ayudarlos.
La jornada comenzaba en principio a las cuatro de la mafia.
na, al toque de la campana, por medio del cual se congregaban
en el patio principal los esclavos y se rezaban oraciones por es.
pacio de hora y media, aproximadamente. Luego se asignaban las
tareas a los esclavos, en primer lugar la fajina, con duracién de
dos horas, y luego las tareas, que seguramente se prolongarian
hasta la hora del almuerzo, después del cual los esclavos debian
dedicarse al trabajo en sus conucos hasta la caida de la tarde, hora
en que se recogian en sus bohios, n0 sin antes rezar el rosario, pa-
ta Jo cual eran nuevamente congregados al toque de campana. En
las tareas trabajaban todos, varones y hembras, adultos y nifios,
déndoseles a las mujeres adultas los dos tercios de las tareas de
Jos varones y a los nifios probablemente una mitad o menos, “re-
gulindolas por sus fuerzas”.
El memorial de instrucciones contiene algunas muy importan-
tes relacionadas con el aultivo del cacao y el cuidado de la plan-
tacién. Las atenciones principales a Ja arboleda de cacao eran man-
tenerla limpia y con la debida humedad; para lo primero era indis-
pensable Ja labor de deshierbe, para lo ultimo el riego en épocas
de verano o de invierno insuficiente, sobre todo en Chuao, cuyo
terreno es arenisco. La plantacién debia estar bien separada del
monte, limpidndose, por tanto, una faja en la orilla de la atbole-
da colindante con la maleza. Se debia prestar particular atencién
a Ilenar las “fallas”, 0 sea, los espacios vacios de Arboles entre ja
plantacién, sembrando almacigos de cacao. Los bucares eran indis-
pensables para regular la incidencia de la soleada en la arboleda.
Muchos contratiempos y enemigos tiene el fruto del cacao des-
de que comienza a formarse: ademis de los agentes fisicos de la
naturaleza, hay que tener en cuenta los animales (monos, ardillas,
loros) los cuales debian ser ahuyentados con disparos de fusil, ¢¢
102
Scanned with CamScannermodo que en época de frutescencia uno de los insumos importan-
tes eran la pélvora y la municién. Por otra parte, para la Obra Pia
existia una plaga tan maligna como las mencionadas: los ladro-
nes de cacao, que decian eran los esclavos, que descolgaban los
frutos de noche y los secaban en patios internados en los montes
vecinos; también hurtaban el cacao una vez recogido y encestado
camino al repartimiento, vaciando el contenido de las cestas al
pie de los Arboles, para luego furtivamente recogerlo; incluso se
efectuaban robos del patio de Ja hacienda y de la bodega, todo lo
cual hacia que en ciertas épocas el monto estimado del robo alcan-
zara a la mitad de la cosecha. El cacao era secado en el patio prin-
cipal de la hacienda y luego almacenado en la bodega, de donde
era conducido en barco costanero hasta La Guaira, puerto de ex-
portacién.
En Chuao se recolectaba cacao en todas las menguantes del
afio segin el tiempo, de modo que cada quince dias, mas 0 menos,
habia cogida de mazorcas, y, Por tanto, podia decirse que la pro-
duccién era prdcticamente continua, aunque con altibajos en el
transcurso del afio.
6. El desarrollo de la arboleda de cacao
fi i A de cacao en la
Para el afio 1659 el niimero total de drboles
hhacienda de Chuao era de 40.568, de los cuales 36.180 estaban en
i imi doce afios des-
cién y 4.388 en crecimiento. En 1671, 0 sea,
aaa arboleda habia disminuido ligeramente, en alrededor de
ass. En 1742 la reduccién era mucho mayor, ya
pués,
SNe alae w ann de éstos 1.435 eran intiti-
samemillar de
Scanned with CamScannerSeppe isc Were emeereemreee eee
alcanzar a 66.530 Arboles,
cifra mas creible que 1a maids cai De to.
durante la segunda mitad q,
dos modos, se puede observar que el
siglo xv y el Ermer cuarto a ae la see estmacion> te cr
i i: ta duplicarse, raden.
pandié sustancialmente, has' a a Pi are aciendas de medion "y
i x tanto, -
See eee Fr epoca colonial de mayor desarrollo de este cy}.
tivo.
7. La evolucién de la poblacin esclava
Tomamos como punto de partida, segin el material informa.
tivo, el mismo afio 1659 citado en el parrafo anterior. En ese afio
la poblacién esclava ascendia a 106 individuos, de los cuales 66 eran
adultos en actividad, 33 nifios y 7 inttiles. Diez afios después, en
1669, el nimero de esclavos habia subido a 150, no existiendo da.
tos sobre su composicién. La época que siguié a 1669 parece ser
de contraccién, pues a la par que Ja arboleda se redujo la pobla.
cién esclava, pasando esta ultima a 108 piezas en 1702, recupe-
rindose parcialmente para llegar a 143 individuos en 1742. Luego
viene una etapa de notable expansién, hasta el punto de que en
1766 habia 200 esclavos, en 1808 ascendian a 300 y en 1813 a
319; luego viene un periodo de contraccién, por lo que en 1825 la
poblacién esclava Ilegé a sdlo 277 individuos (véase cuadro nime-
10 2).
8. Un indicador de productividad
_ Enel cuadro nimero 3 se muestra una relacién simple, pero
ajustada, entre la arboleda de cacao y la poblacién esclava econé-
micamente activa, segin los datos suministrados en los cuadros
anteriores. En 1659, afio base, la relacién entre ambas magnitudes
era de 615, es decir, cada esclavo activo debfa atender, por térmi-
no medio, unos 615 Arboles. En 1671 el indicador de productividad
a a descenso, para situarse en 574 Arboles por trabajador es-
mo de iF 1742 el indice cae a un nivel mucho més bajo, el mini-
aa serie discontinua que describimos: 410 Arboles por escla-
his smi -gunda mitad del siglo xvin parece ser una época de re
‘gimiento de la hacienda de Chuao —y, desde luego, del mayor
104
Scanned with CamScannerflorecimiento de la economia del cacao en la Colonia—, Ilegando
el indicador que utilizamos hasta 549 arboles por esclavo, nivel
prdcticamente semejante al acusado ciento treinta afios antes, lue-
go decae el indice, hasta situarse en 430 en 1825.
9. Produccién y precios del cacao
No hay datos sobre la evolucién de los precios medios del
cacao de Chuao en el petiodo 1712-1721, que se presenta en el cua-
dro ntimeto 4. Sdélo hay datos de produccién en esos nueve aiios.
Los niveles de produccién oscilan entre un minimo de 117 fane-
gas y un maximo de 437 en el periodo mencionado. Para un me-
Jor entendimiento de las cifras de produccién registradas en los
documentos relativos a la hacienda Chuao, debe sefialarse que ta-
les cifras deben corresponder al cacao controlado por la adminis-
tracién de la plantacién. Existian diferencias con frecuencia sus-
tanciales entre el volumen real de la cosecha y la produccién regis-
tenda soa. b- anfactdn wa ema la enstraccién de cacao era habitual
Scanned with CamScannerprecios y la produccién, co-
1s i tre los :
una correlacién determinada en! piclandestine tae ies.
te el trafic
mo pudiera pensarse. Probablemente ‘os niveles oficiales de oe
a alte
una proporcién sustancial as 4
ee a Peer la afirmacién de que a cEssale Be
gados en el comercio clandestino de cacao eran super! s ol
tenidos por la via ordinaria.
10. Relacién entre produccion y poblacién esclava
Sujeta a las observaciones hechas en el parrafo anterior sobre
las cifras de producci6n, es util establecer una relacién entre ésta
y la poblacién esclava activa, tal como se hizo entre Ja atboleda de
cacao y dicha poblacién, como un modo de apreciar la evolucién
de la productividad a largo plazo. En el cuadro nimero 5 se pre-
senta esta relacién. En 1742 la produccién por esclavo activo en la
plantacién era de 4 fanegas por afio. En 1766 esta relacién habia
descendido a 2,8 fanegas por hombre y en 1808 atin més, a 1,6
fanegas por hombre. Esta ultima cifra relativa es muy baja. Debe-
mos concluir en que las cifras de produccién no son fidedignas. De
todos modos, puede sefialarse una tendencia al descenso de la pro-
ductividad, particularmente acentuada en la segunda mitad del si-
glo xvi,
11. Fletes del cacao
El puerto de
en cnr era La G
cienda h :
botaje, fing Tee Gtado ha debido efectuarse en buques de ca-
estabilidad en ‘pondiente a este transporte muestra una gran
erfodos i .
So. Entre 733" tae, medianos con tendencia secular al descen-
Scanned with CamScanner