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~~ Biblioteca ay Valenciana Jno PWerovIUe Uy coleccion Actas | Edicion de Pedro Aullon de Haro, Jesits Garcia Gabaldon y Santiago Navarro Pastor © Losautors (© Direc Genera del Lb, Arai Bltegues eservat dos escerchon Nose perme prod almaceen ses Ae recpeacn dela inom eemai agape pac, ‘Siguens queen meso mpc os mecca, bas Un elo donchor dela propedal eta oe hc Js La lacs IpNs seman Depetonega 259-2002 Imprine: AKI MONTARANA, SL Manat de Sa Mg eos Reyes Sen spate pei des 7 Invoduccion a laedicion Pedro Aullon de Haro 13. Presentacion. Juan Andrés: Historiografia, enciclo- pedtia-y comparatisoo: la creacion de ta Historia de ta Literatura Universal y Comparada Pedro Aull de Haro 27 El endmeno cultural de os Jesuits y Ia expulsion Manfred Tietz 65 Prcblemas de la mentatidad ilustrada en Espaia Francisco Sancher-Blanco 85 Juan Andrés y la historia del derecho natural. Una aproximacion a la heterodo- xia josuticn ‘Anvoni Rivera 113 Juan Andrés, Prodesse ot delectare Historia, politica y literatura Vitoria Bors 139 Juan Andrés y las lteratuas clisicas José Joaquin Caerols, 171 Lacobra del abate Andrés y el derecho natural itustrado espaol José Luis Villacaias Berlanga inpice 193 Le recuperacin moderna de las cien- ins eclesiasticas en el abate Juan Andrés Juan Jose Garrido Zaragazs 223 Juan Annis y a Historia de las ciencins ‘Miguel Angel Puig-Samper 245 Juan Andrés yl litevntureespaiila: la tesisdrabe y la polémnica sobre el Barroco Carmen Vakercel 267 Juan Andiés: el viaje ilustrado y el gé- nero epistolar Gabriel Sanchez Espinosa 227 Una perspecton so} Juan Andrsen YP Centroewropa Santiago Navao Paice 323 Perspectivas téovicas en Literatura Comparada Daniel-Henri Pageaux 351 Presente y futuro de wna teoria comparatista Testis Cacia Gabaldén 369 Bibliograsia de suavisime divertimiento, y me complazco om eos como si fueran cosa mia, Doce aos ean estrecha union, sin que jamas haya sufrido la menor quiebra, antes bien habiendose soldado mas y mas con el tiempo, te pueden servir de una ierfzagable peucbs de los elo- los que varias veces tehe hecho de asadmirablesprendas de estos Sefiores.(.)En situacion {an afortunada me crerastal vez enteramente fli; pero te puedo asegurar que no Io soy. {Quantas veces en medio de todas estas comodidades core mi corazon en busca tuya, de padres, hermano tis, otros parientes y amigos que en vano base, y que no puedo Tisonjearme de verlos en ada mi vida! Pero :seria yo fel si volviend la patria piers ‘besa la mano los padres reposaren el seno dea familia, y desfrtarlas finezasyagasa- jos de los amigos? No ciertamente:Horaiaentonces la ausenciay la pérdida de las perso- ‘as de aqui, que tanto amo, y que naturalmente no podria volver 8 ver™. Caras fara, om, Cat Vp. 258260 y 262263, Una perspectiva sobre Juan Andrés en Centroeuropa Santiago Navarro Pastor Universidad de Diisseldorf UNA PERSPECTIVA SOBRE JUAN ANDRES EN CENTROEUROPA La obra de Juan Andrés pertenece en realidad més al mundo intelectual de su pais de adopcién, la Italia de la segunda mitad del Setecientos, que al de su pais de origen. Este es un presupuesto imporiante del que hay que partir a la hora de estudiar la cuestién del eco que obtuvo su obra en paises de Centroeuropa, que sera el tema ce mi intervencién en este curso}. El interés de Andrés por la cultura espafola es naluralmente innegable. No hay mas ‘que recordar su intervencién en las polémicas en defensa de la cultura espa- ola que tienen lugar en Italia en esos altos. Recuérdese, por ejemplo, su ‘optisculo de 1776 -una de sus primeras publicaciones italianas-, la Cara so- ‘re una pretend causa de la corrupcin del gusto italiana en el siglo XVII. En esa obra rebate de forma mesurada a historiadores como Tiraboschi y Bettinelli, «que habfan criticado el influjo nefasto de la literatura espariola en la italiana dll siglo XVI. De su patriotismo ertico tenemos, ademas, numerosos testimo- nos ests Cartas familiares. Adoptando una actitud arbitrista, en sus Cartas no se cansa de abogar por que la nobleza y en general las gentes pudientes de Espana sigan el ejemplo de los magnates italianos y dejen de dilapicar reeur- 505 en gastos suntuatios y ls inviertan en benefico de la ciencia y las letras. Su interés por Espatta ademas, no disminuye con el paso de los afos. En su vejez todavia da muestras de estar al tanto de las novedacies editoriales espa- folas, como prueba el informe sobre la literatura espa que ompune en 1804 para la revista florentina L’Ape’, Son notarios también sus esfuerz0s por ‘no perder contacto con las cosas de Espanta, aunque fuese por via epistolar. Sin ‘embargo, st adaptacién al mundo cultura italiano se produjo della forma mas natural. Es cierto que Andrés marcha al exilio en 1767 bastante joven y con ‘una preparacién intelectual favorable para fructificaren el nuevo medio. Antes dela expulsién, se habia beneficiado del ambiente de renovacién reinante en reenter presenta ura mete speoxnaco cust, tras ves acd, de la fama ce ua As en frope dees eye Seemplea age eno Cenfocopa et ei ate,sareando en arb 2 Fras. ‘Dela Letts Spagrucs tee del Ch, Senor Ady ron Andes a Comms dl eta Ponsa, oe Sata «topic tera tora exept fp pero tenant Pend bomenka Cadet 2 208 pe 2 ‘ag: (20-1800) pp. 528 ‘buena parte de la provincia jesuitica aragonesa, ello tuvo que influir en su evolucién posterior en Italia. Otros compaiieros de exili, de mayor edad y ‘on otra preparacién, fueron mucho menos receptivos al nuevo pats. Por tan- to, eLhecho de afinearse en Italia antes de cumplir os treinta aftos hace que sa carrera se desarrolle por completo en un émbito intelectual ajeno al esparil, sacudiéndose asi ciertas hipotecas que pesaban sobre la Espafa ilustrada. En todo caso, en Italia logra una apertura de miras que en la Espafia de entonces hhubiese sido més dificil de alcanzar. Nos referimos, por ejemplo, a las mayores facilidades informativas que le brindaba su nuevo pais. sa coyuntura biogrs- fica de expatriado fue con toda seguridad un factor que contribuy6 al desarro- lo de sus intereses comparalistas. En lo que atafe la tecepcién de su obra, el destierro,enel caso particular de Andrés por lo menos, no puede considerarse como un factor desfavorable. No hay mas que recordar las tremendas dificul- fades de Gregorio Mayans por mantener contactos con ottos colegas europeos desde su retiro valenciano. Pese alas contrariedades que conlleva légicamente lexilio la situacién de Andrés esbastante més ventajosa, porque viveyy traba- ja, durante muchos afos, en un terrtorio, la Italia septentrional, de una gran cefervescencia cultural. Se instala, ademés, en una zona que constituye una pro- longacion natural del mundo germano y francés, Andrés llega a un pais que, dems, un iman que atrae a numerosos viajeros cultos de toda Europa. Y ‘lo facia sin duda alguna la difusion de las tareas del Abate en Talia yen los paises vecinos. Su contacto personal directo con gentes de letras fue asimismo muy asiduo gracias esa circunstancia, Recuérdese la famosa frase de Moratin, que al visitarlo en 1795 escribe en su Vinge a lial: «Nadie sale de Mantua sin haber visto al abate Andrés, y al famoso Betinellis® del espaftol se agrega a rengl6n seguido: «el primero, célebre ya porsu obra dela Literatura universal, fice a su mucha erudicion y buen gus, un carécter amabilisimon. Los jui- cios anteriores los vemos confirmacios en muchos documentos de la época, Unrresenista italiano de las Carta familiares se refiere a Mantua y destaca que es «st demora predilecta y donde la ptiblica estima y laafluencia de foraste- ros cultos que sienten el placer y la obligacién de conocerlo le procuran con- suelo pora lejania de su patria natural, \Cuantos viajeros extranjeros no se habran referido a Andrés después de haberlo visitado en Napoles, donde fender de Worth age a len een, Madi, spas Cab 1988.50, ct. able pp. $5255, * Citgo eteraro Surg eda, ama Vt 734) p,2, So ndeaclon convar, ata de as as de tas no espanoes min, también vivi6 otro largo perfodo de tiempo! En su nueva patria y gracias al ‘mecenazgo de que pudo beneficiarse, Andrés tuvoa mano abundancia de li- bros y, cuando éstos le faltaron, pudo realizar frecuentes viajes de estudio por las capitales mas importantes del pais. Ello le dio pie a entablar relaciones directas con numerosos notables y con gentes de letras, que allanaron la reali- zacién de sus planes. Hay que considerar un segundo factor que condiciona de manera muy importante la recepciin de la obra del Abate Andrés, Si hay un factor favora- ble, es sin duda el geografico que acabamos de mencionar. Las cicunstancias ‘temporales, en cambio, jugaron en alguna medida en contra de Andes, pues- to que su obra surge en un cruce de épocas que a la larga no le results plena- ‘mente beneficioso. Es el final de la Tlustracién y el comienzo de la etapa romintica. Y de resultas del cambio de posicioneshistoriograficas que se inicia con elRomanticismo, las historias lterarias del siglo XVIII se versn preteridas y quedarén reducidas casi a un depésito mostrenco de datos y materiales, que ‘unos y otros aprovechan y hasta saquean, pero desdefiando el método con que estan concebidas. Hay que considerar un tercer factor, ésteintrinseco, que ha condicionaclo también el proceso de recepcién de la obra Andrés, Se trata de una caracteristica patente de su obra, y es su gran extensin y su cardcter enciclopédico, su interés porinfnidad cle materias, aparentemente variopintas. Recordemos que, juntoa lo que consideramos actualmente su dedicacién central, la Historia literaria’ (a de por sf de concepcién vastisima, como sabemos, en la que, como dijo ‘Menéndez Pelayo, cabia desde cla tictica militar y la construecién de navios [hasta] el arte de tejer el cifiamost), Andrés es autor de otras muchas obras _menors sobre las materias més dispares: sobre cuestiones matemiticas y fisi- «as, scbre cuestiones numismiticas, de fllologia easica, de historia de las cien- cias, sobre cuestiones bibliograficas, sobre misica, sobre asuntos de cartografia antigua; redacta catdlogos de manuscrtos y escrbe incluso sobre la ensefanza de la lengua alos sordomudos. Un capitulo muy importante de sus publicacio- nes esel de las Cartas familiares dirigidas a su hermano, en que refere diversos Viajes que realiz6, en buena medida con el objeto de documentarse mientras preparaba su obra fundamental. Andes da la impresion de ir mariposeando 3 for abe me eft con oto de Hit tara al cra copa de Arcs, De orine prog ett atta ‘yop eters *°Ch M Menandee Fela, Hatred ls hetcobes expats. Enique Sanches Reyes, V Regalame yEnckboed, Maw CSC 985, p38 por terrenos muy diferentes, peo en realidad en é todo obedece aun designio ‘central. Todas esas tareas que parecen extravagantes son contribuciones parcia- lesa su Historia literaria, en la que trabaja hasta los ltimos aos desu vida con ta intencion de tenerla al dia, Pero, dada esa diversidad de interess, es l6gico {que el inlujo de Andrés no se haya proyectado en un solo terreno, sino que se haya ramificado en diversos campos disciplinares. Yello podido contribuira «que su recuerdo se haya ido atenuando progresivamente. Eso ha ocurtco in cluso con disciplinas, como el arabismo, en las que de manera asombrosa st coniribucion apenas ha tenido reconocimient. Ese problema de Ia diversficacién o de la desintegracion de su influjo afecta también a su Historia literaria, puesto que en el proceso de rece de esa obra abservamos eémo se pierde de vista bien pronto su intencion iniil globalizadora y supranacional. El recuerdo de la Historia literaria de ‘Andes se va especializanclo paulatinamente en un pufiado de cuestiones. Y {asi encontramos alo largo del siglo XIX menciones epis6dicas ala obra para apoyar una tess particular decierta entidad (recuérdese, por ejemplo, el asun- to dela llamada tesis érabe o sus ideas sobre el teatro) o para confirmar un argumento o un dato particular. Pero pronto deja de apreciarse su intencién inicial, queeratotalizadora,integradora y comparatista, Una cuestion como la de la llamada tesis érabe -Ia cuestin del inlujo dela cultura drabe en el resurgimiento de la literatura y ls cencias en la baja Edad Media europea, asunto muy debatido durante el siglo XIX al final se emancipa por completo de quien la formulé en un principio, y ha sido necesaria una recapitulacién critica en nuestro siglo para que se redescubriera su genealogia. En fin, la suerte de la Historia literaria de Andrés ha consistido en su conversion, a partir de una trama enciclopédica concebida para ser contemplada en st to- talidad, en una mera enciclopedia en el sentido usual o vulgar del tri, una obrade consulta ida y esporsdica, de Ia que se recaba informacion puntual, pero cuyos entresjos 0 ideation global no interesan o en todo caso no llegan a ser apreciados. La historia de ese proceso de recepcin ser, pues, lahistoria el desmembraciin que va suriendo esa obra. Algunos han considerado perjuicial para la recepcin del Abate a excesivaatencin que sha prestado a los aspectos, pologéticos de su obra y no a les propiamente metodolégios, Es un problema sobre el que ha llamado la atencion reientemente Frank Baasner Ese dict lo Cho f Ramney,literaturgechichesidwetung in Spoon van den Antigen bs 1868, Frncfrt M, Vittorio omens 1995 sapayueny 8] hha suplido en gran medida, por cierto, la critica alemana del siglo XX con estu~ dios muy solventes sobre los fundamentos metodol6gicos de la obra de An- drés, con estudios tales como los de Bihler’, Schreiber, Kemer", Kapp" o ‘como la citada obra cle Baasner. Es cierto que en el siglo XIX gran parte del interés que despert6 Andrés se centr6 en el examen de cuestiones muy espect- ficas: su intervencién en las camparias en defensa de la cultura espafola y durante algiin tiempo interes6 también el asunto de la tesis érabe, aunque ya se ha dicho cémo Ia atribucién explicita a Andrés acaba volatilizandose en el curso del Ochocientos, Pese a su caricter especifico, ésas son des cuestiones de cietta amplitud y entidad orgénica, que permiten vislumbrar ain el pen- samiento comparatista de Andrés, Pero en otras casos se recurri6 ocasional= menteal Abate en busca de informacién meramente microseépica. De ello ha resultado una tergiversacién, una desvirtuacion completa de la intencién primigenia del autor Un dato til para poder medir la fortuna europea de Andrés es su éxito ‘editorial, Sélo en italiano (la lengua original en que fue escrita), su Historia Iiteraria conocié nueve ediciones integras, otra edicion, que quedé inconcli- ‘a, y varias ediciones compendiadas y varias traclucciones. Junto a esa obra, existe, ademds, una veintena larga de titulos originales de Andrés, sin conside- rar ni las reediciones que tuvieron algunos de ellos, ni las traducciones, nila reproducci6n fragmentaria de varios capftulos de sus obras en publicaciones de otros autores. Fl éxito editorial fue, por tanto, indiscutible, al menos en Italia. ¥ eve éxito de piblico no es solo atribuible a que la Historia de Andrés mos, de a auténtien estima y de la sincera amistad que semtimos por el valloso Autor y del deseo que tenemos de ver eae ubue yrogtesiramente peafesiona obra que aso br de reimprimise varias veces, Por lo dems, Ia elegancia de sw estilo, la precision de sus ideas, la exattud de sus investgaciones, muchas observaciones nuevas que otas aGn no habian realizado, el buen método y muchos méritos queen ease ven han esta obra suma- mente mertoriay apreciada de todos fos amantes de Ia buena Literatura yfesharin deseat ‘que el Autor legue a conclu fetizmente la larga y dificil carrera que se ha propuesto™, Al dar cuenta del interés de Andrés por los Srabes, el resenista aprueba sit parecer, aunque a cierta distancia, Dice que es ® namo cp [ola ni. 30 (178), op. 260261 ® Rue Gale ce Cetera als Idea Tomo (1782), pp. 142 = iid. p 137 pte dela obra que bien se ve que a predilecta de Nuestro Autor estes, aquella Ja que tata dea Literatura dels Arabes, Y vemos que algunos se asombrarin de que en una ‘obra detinada ala Historia general dea Literatura de todas las naiones los Avabes ocupen ‘as Ia mitad. Pero, aunque podamos conceder algo al amor del Autor por los atiguos hi antes de spatial le asiste ana raz may’sélida que lo honra para defenderse de t acusici, esto es, haber sido el primero en verter usta lz sobre los mérios de esta naci6n, hasta abora poco conocida, El documento més interesante relativo al tomo I de la Historia de Andrés esel prefacio a la reediciOn de la obra que empez6 a publicarse en Venecia en 1783 y que fue una especie de versién popular destinada a un piiblico més amplic que el de la primera edici6n, que era un objeto de lujo®. Citamos un fragmento del prefacio, que es obra de Lodovico Antonio Loschii {ro osaremos formllarna sentenci frm sobre a totalidad de ln Obra, de aque no ‘existe mis que lise yun prospecto general. Mencionaremos, sin embargo, tes caracte- risticas aotables que a nuestro entender la distinguen y que aos permiten confar en toda su economia y en los beneficios que report ala i La primera caracterstica es la de su perfectaimparcialidad de nacién, de cuerpo, de profesién, que no permite que el dnimo del Autor se incline mi a favor ni en contra de ‘guienguiera que sea; de tal maneea que puede hacer gala de haber observado ‘mente efamoso precepto del historiadar mas filisofo y politica dela antigiedad laludea ‘Técito Una premisa tan hermosa es como la base del espvitu filosfic que lo guta y hace ‘que nose reconozes enol Sefior Abate Andes nial eapadol, a al telogo, nisl jesus 1a segunda caracerstca que descuellsen sw obra es cierto calor vivificame, ap para Ssembrar en los corazones de los jvenes la llama del genio, mlentas que en antos otto 'ibros aun entre los mis vallosos, el ardor del estudio se presupone en quien lo acomets, pero detllos no parte la menor chispa que inflame Ia volunta |. La teceray ita caractersticaacaso la mis singular, sino Fla, 5 estilo Mlosidoy bien empastado, que encanta y em talento y el don de hacerseinteligible y deleitable a toda clase de personas, lo cual es el, (oranicsepare quero dee ens, Diego Clr, artes al tomo so alunos deletes de adn, aches {use teran anna een cl ero X dba con oa pobaiad de Clemencn, sparen Mina 0 evi Gere [Mad (1806p. 196202. 11 Cain, op, pp 245248, begin, rere eso ara ects ara, Mexezi ed An, 1817, 917. Origen, progresasy ‘etc act on ara ct eS, Near Fat, po. 177178 ese tono polémico la razén por la que no se tradujeran los tomos correspon dlientes alas Ciencias Eclesiésticas, que -conviene recordarlo-en la concep- cidn de la Historia literaria de Andrés constituyen uno de los pilares de la divisién disciplinar por la que opta finalmente el autor por motivos practi 9s (Buenas Letras por una parte y Ciencias por otra subdivididas ésta alti- sas en Naturales y Eclesisticas), pese a haber aprobado la taxonomia twipartita de saberes de Bacon en Historia, Poesia y Filosofia, dimanantes, zespectivamente de las tres potencias del alma (memoria, imaginacion y ra- 26n)", Y estamos hablando, pese a todo, de una época en que el rigor antijesuita se habia aplacado, hasta el punto de que Carlos IV autoriz6 en 1798] vuelta de los exiliados”, y de una época en la que ademés las Ciencias Eclesidsticas despertaban no poco interés Las lecciones del segundo afioaca- <émico (1791-92) dela mencionada citedra de Historia iteraria de los Reales, Estudios de San Isidro habian versado sobre la literatura sagrada. Ast que hay que pensar que el hecho se pudo deber a problemas politicos mas que a desinterés por a materia, y de todas maneras no menoscab6 en fo esencial, como afirma Cebrién, «la orla de excelencia y el prestigio disfrutados en Es- pata por la monumental historia de la cultura de Juan Andrés Por ser materia consabida o de facil consulta en la bibliografia espanla so- bre la materia, no serd necesarioextenderse en el asunto de las numerosastra-

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