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lectio divina

para cada día del año

Ferias del Tiempo ordinario


(semanas 26-34, años impares)
Lectio divina GIORGIO ZEVINI y PIER GIORDANO CABRA (eds.)
para cada día del año
Plan general de la colección
LECTIO DIVINA
PARA CADA DÍA DEL AÑO
*1. Adviento
*2. Navidad
*3. Cuaresma y Triduo pascual
*4. Pascua

*5. Ferial - Tiempo Ordinario - año par (semanas 1-8)


*6. Ferial - Tiempo Ordinario - año par (semanas 9-17) volumen 12
*7. Ferial - Tiempo Ordinario - año par (semanas 18-25)
*8. Ferial - Tiempo Ordinario - año par (semanas 26-34)

*9. Ferial - Tiempo Ordinario - año impar (semanas 1-8) Ferias del Tiempo ordinario
*10. Ferial - Tiempo Ordinario - año impar (semanas 9-17)
*11. Ferial - Tiempo Ordinario - año impar (semanas 18-25) (semanas 26-34, años impares)
*12. Ferial - Tiempo Ordinario - año impar (semanas 26-34)

*13. Domingos - Tiempo Ordinario (A)


*14. Domingos - Tiempo Ordinario (B)
I 5. Domingos - Tiempo Ordinario (C)
TRADUCCIÓN:
16. Propio de los santos - Primera parte (enero-junio) MIGUEL MONTES
17. Propio de los sanios - Segunda parte (julio- diciembre)

* l'iiblk'iiilos,

EDITORIAL VERBO DIVINO


Avda. d e P a m p l o n a , 41
31200 Estella (Navarra) E s p a ñ a
2003
En este volumen han colaborado:
a
PATRIZIO ROTA SCALABRINI (26 semana: lectio, meditatio y oratio).
Disposición de las lecturas
a
MONASTERIO «S. CHIARA», CORTONA (26 semana: todas las
en las ferias del Tiempo ordinario
otras partes).
a
NOVICIADO «S. FAMIGLIA» DE PONTA GROSSA, BRASIL (27 semana).
(de la 26a a la 34a semana del ciclo impar)
CARLO Y SEBASTIANA GHIDELLI Y COMUNIDAD BENEDICTINA
«MATER ECCLESIAE» DE ISOLA S. GIULIO (28a- 30a semanas).
ANTONIETTA BRAZZELLI Y MONASTERIO «S. CHIARA», CORTONA
(31a- 32asemanas).
COMUNIDAD DE « I I GALLO», GENOVA, Y COMUNIDAD BENEDICTINA
a
«MATER ECCLESIAE» DE ISOLA S. GIULIO (33 - 34asemanas)).

•Semana PrimeraHlptura Evangelio


Zacarías 8, Nehemías,
26 Lucas 9-10
El editor agradece la amable concesión de los derechos de los tcxlos Baruc
reproducidos y permanece a disposición de los propietarios de
derechos que no ha conseguido localizar. 27 Jonás, Malaquías, Joel Lucas 10-11
28 Romanos 1-4 Lucas 11-12
Siempre que ha sido posible, el texto bíblico se ha tomado di- i a 29 Romanos 4-8 Lucas 12-13
Biblia de La Casa de la Biblia.
30 Romanos 8-11 Lucas 13-14
31 Romanos 11-16 Lucas 14-16
32 Sabiduría Lucas 17-18
33 1 Macabeos, 2 Macabeos Lucas 18-20
34 Daniel Lucas 21

Cf. Tabla III del Ordo Lectionum Missac

© 2001 by Edilrice Queriniana, Biescia - <ú lúlilorial Verbo Divino,


2003 - Es propiedad - Printeil in Spaiii - Impresión: GraphyCems,
Villatuerta (Navarra) - Depósito legal: NA. 2141-2003
ISBN 84-8169-496-7
Lunes

26 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Zacarías 8,1-8


En aquellos días, ' el Señor todopoderoso me dirigió esta
palabra:
2
Así dice el Señor todopoderoso:
Siento un amor profundo por Sión
y me abraso de pasión por ella.
3
Así dice el Señor todopoderoso:
Voy a volver a Sión,
voy a habitar en medio de Jerusalén.
Jerusalén será llamada
«ciudad fiel»,
y el monte del Señor todopoderoso,
«monte santo».
4
Así dice el Señor todopoderoso:
Ancianos y ancianas volverán a sentarse
en las plazas de Jerusalén;
cada uno con el bastón en la mano
por lo avanzado de su edad.
5
Y las plazas de la ciudad estarán llenas
de niños y niñas, que jugarán en ellas.
6
Así dice el Señor todopoderoso:
En aquellos días,
esto parecerá imposible
8 26a semana Lunes n

al resto del pueblo, que de otro modo podría parecer sólo un optimismo
pero no me lo parecerá a mí, irreal. Sin embargo, se trata de la certeza de la salvación
oráculo del Señor todopoderoso. llevada a cabo por Dios (cf. v. 7), por el Dios de la alian-
7
Así dice el Señor todopoderoso: za, fiel y justo.
Voy a liberar a mi pueblo
del país del sol levante
y del país del sol poniente.
8
Y los traeré para que vivan en Jerusalén. Evangelio: Lucas 9,46-50
Ellos serán mi pueblo,
y yo seré para ellos un Dios En aquel tiempo, 46 surgió entre los discípulos una discusión
fiel y salvador. sobre quién sería el más importante.
47
Jesús, al darse cuenta de la discusión, tomó a un niño, lo
puso junto a sí 48 y les dijo:
*»• Empieza aquí una sección de Zacarías con fuerte
-El que acoge a este niño en mi nombre a mí me acoge, y
sentido mesiánico. El texto es u n a especie de mosaico el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado, porque el
de pequeños oráculos de salvación. Los dos primeros más pequeño entre vosotros es el más importante.
sugieren el motivo conductor: la fidelidad de Dios al 49
Juan tomó la palabra y le dijo:
pacto - e n virtud de la cual el Señor a m a profundamente -Maestro, hemos visto a uno expulsar demonios en tu nom-
a Sión y no tolera los abusos ni los sufrimientos pa- bre y se lo hemos prohibido, porque no pertenece a nuestro
decidos por su pueblo- será la razón del retorno de los grupo.
exiliados a Jerusalén y fuente del perdón con el que se 50
Jesús les dijo:
curan las infidelidades pasadas, que fueron causa del -No se lo prohibáis, que el que no está contra vosotros está
exilio. Renace así u n a ciudad santificada por la Palabra de vuestra parte.
de Dios, fiel y dócil a ella (v. 3).
Viene, a continuación, u n a serie de oráculos de pros- **• La comunidad de Jesús no es una comunidad de
peridad. En ellos aparecen temas acostumbrados, como hombres y mujeres perfectos. Las discusiones que
la multiplicación del número de los habitantes, una pro- hemos oído sobre quién sería el más importante -según
digiosa longevidad, una fecundidad inesperada (w. 4-6) Lucas- aparecerán incluso durante la última cena de
y, sobre lodo, el retorno de todos los exiliados, incluso Jesús con los discípulos (Le 22,24). Como antídoto a sus
de los que habían lindado emprender la aventura de la deseos de grandeza meramente humanos, Jesús con-
vuelta a la patria. A la objeción presentada por algunos trapone el inesperado modelo del niño, u n modelo que
de que este sueño es irrealizable desde el punto de vista deberá iluminar la problemática planteada por las re-
humano, el profeta responde recordando que lo imposi- laciones en el interior de la comunidad, formada por
ble para los hombres es posible para Dios: «Esto parece- miembros muy sensibles al honor y al prestigio huma-
rá imposible al resto del pueblo, pero no me lo parecerá a no (v. 47). Jesús no presenta aquí al niño como alguien
mí» (v. 6). El versículo es verdaderamente la cima de que carece de espíritu de rivalidad, sino como alguien
esta sección, poique fundamenta en la fidelidad y en el que carece de grandeza, alguien que en el estatus social
poder de Dios una serie de expectativas, una esperanza de la época no contaba en absoluto.
10 26° semana Lunes
II

En definitiva, los discípulos, a quienes se dirige Jesús ción a la esperanza y a saber reconocer cómo Dios
poniendo al niño junto a sí, aunque no desprecian al conduce a su realización, con u n a fidelidad infalible, su
pequeño, no desean ciertamente volver a ser como él. maravilloso plan de salvación. Con todo, el estilo que le
Con este gesto, que para los discípulos es desconcertante, caracteriza es paradójico: pasa por caminos muy ale-
se manifiesta de manera visible el m a n d a t o de negarse jados de nuestra lógica humana, caminos que son ilus-
a sí mismo, de renunciar a la autoglorificación. Un trados de una manera eficaz por la figura del niño. La
signo de esta renuncia a los sueños de gloria autónoma persona misma de Dios se ha hecho visible en el rostro
será precisamente la acogida y la atención que los dis- de u n Niño sencillo y pobre, pero rico en amor a todos
cípulos habrán de reservar a los que no c u e n t a n desde nosotros.
el punto de vista humano, a los que son pequeños, irrele- Por otra parte, el niño representa también la denuncia
vantes (v. 48). Sin embargo, a través de esta atención a dirigida por Jesús a sus discípulos, alejados con frecuen-
los débiles, a los insignificantes, se abrirán a la acogida cia de una plena adhesión a la lógica evangélica en el
del mismo Dios. marco de la vida eclesial. El mismo síntoma de la incom-
Lucas pone a continuación un dicho sobre las rela- prensión de las exigencias evangélicas aparece en el in-
ciones de la comunidad con el exterior. Contra el «no tento de monopolizar la fe en él (véase el episodio del
pertenece a nuestro grupo» (v. 49) -la motivación aduci- exorcista extraño). Se trata de una voluntad de acaparar
da por Juan para prohibir el ejercicio del exorcismo a el poder de Jesús, ignorando que el poder y la gloria del
un extraño-, Jesús pide por encima de todo que se sepa nombre de Jesús superan los mismos confines de la co-
reconocer el bien allí donde se encuentre y que se aban- munidad. Esta última debe recordar más bien en todas
done la lógica de la competencia. Tal vez, J u a n descon- las ocasiones que cualquier curación, liberación o victo-
fía del exorcista irregular no porque t e m a la posibilidad ria sobre las fuerzas del mal no procede de ella, sino sólo
de que se sirva del nombre de Jesús c o m o si se tratara de aquel Nombre que supera a todos, incluida la Iglesia.
de u n instrumento, sino porque aquél, con su práctica
sustraída a los controles de su grupo, puede disminuir a
los ojos de los otros el prestigio de los discípulos. De ORATIO
ahí, pues, la instrucción de Jesús («el que no está contra
vosotros está de vuestra parte»: v. 50), que les ayudará a Oh Padre, tú que eliges a los pequeños y a los pobres,
superar la insidia del triunfalismo. tú que les revelas a ellos los misterios de tu Reino, ayú-
dame a caminar por los caminos de la humildad y de la
sencillez. Quiero imitar a tu hijo, Jesús, «dócil y humilde
MEDITATIO de corazón», y hacerme como él «siervo» de mis her-
manos y hermanas. Sé que mi «hombre viejo» intenta
Las lecturas de hoy nos presentan diversas provoca- impedir que me rinda a tu amor, alimentando en mí el
ciones. El texto de Zacarías es casi u n h i m n o al poder orgullo, la presunción y la ingratitud. Sé también, no
de Dios, un Dios que es verdaderamente el Dios de lo obstante, que a ti nada te es imposible y que con tu Es-
imposible y que quiere habilar en medio de su pueblo píritu puedes renovarme, realizando en mí las maravi-
para siempre. De ahí que la profecía sea una exhorta- llas de las que sólo tú eres capaz.
12 26a semana Lunes
n
Crea, pues, en mí, oh Padre celestial, un corazón dó- una manera confusa que su rica personalidad podría incurrir en
cil, alejado de triunfalismos, colmado de gratitud por el riesgos. Por eso redactó estas notas:
inmerecido amor con el que has revestido mi vida, u n «Si quieres hacerte pequeño, no desprecies la grandeza da
corazón ajeno a las envidias y a las rivalidades, pero los otros (excitado por una admiración no dirigida a él). Si des-
capaz de gozar sinceramente con cada semilla de bien cubres que eres pequeño, no concluyas que eres una perla (des-
que has sembrado en el mundo. pués de ciertas fulgurantes iluminaciones sobre su pequenez).
Quien se considera "extremadamente pequeño", raramente lo
es; los verdaderos pequeños saben que están en los comienzos
CONTEMPLATIO de la pequenez (un día que se había mostrado humilde en todo
y para todo). Si no puedes admirar tu virtud, no admires tu arre-
pentimiento (el día que se apartó de todo para encerrarse en el
Nadie puede ir al conocimiento de Dios si no lo hace remordimiento). Tu gran hombre lo llevas en ti; san Pablo lo lla-
por el camino de la humildad. El camino para ensal- ma el hombre viejo (una noche que había concluido brillante-
zarse es humillarse. Por el camino de la humildad es mente cierto asunto). La importancia de los grandes hombres no
como el h o m b r e encuentra gracia a los ojos de Dios y cambia nada de lo que tú eres: precisamente porque Dios es
paz con los otros hombres. Un rey de corona que grande eres tú pequeño (el día que el corazón del pequeño
tuviera que enviar a u n a m u c h a c h a a cierto país no la monje latía de admiración). N o llegar el último con el aspecto
pondría encima de un rocín salvaje, feroz y extraño, de alguien que ha ganado el Tour de Francia (un día en que se
sino sobre u n a caballería tranquila, de paso suave: de encontraba maravillosamente pequeño). Sé peaueño, pero sin
creer que un gramo tuyo vale lo que un kilo de tu hermano (como
este modo, el Señor no pone su gracia en los soberbios,
arriba)» (M. Delbrél, // piccolo moñaco. Taccuino spirituale, Turín
sino en los humildes (Egidio de Asís, / detti, Milán
1990, pp. 53-55).
1964, pp. 68.71).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Ellos serán mi pueblo, y yo seré para ellos un Dios fiel
y salvador» (Zac 8,8).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

El pequeño monje era hijo de su tiempo, es decir, de nuestro


tiempo. Los esfuerzos de sus contemporáneos para promover to-
das las grandezas del hombre le entusiasmaban; por amor a la
humanidad, por su honor y su gloria, también él intentaba ser
grande. Así, desde el comienzo de su profesión, se sintió un
tanto desorientado por ciertas máximas evangélicas. Intuía de
Martes

I 2 6 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Zacarías 8,20-23


20
Así dice el Señor todopoderoso: Todavía han de venir gen-
tes y habitantes de ciudades populosas. 2I Los habitantes de una
ciudad irán a decir a los de la otra: «Vamos a invocar al Señor
todopoderoso y a pedir su protección. Yo también voy contigo».
22
Y muchos pueblos y naciones poderosas vendrán a adorar al
Señor todopoderoso en Jerusalén y a pedir su protección.
23
Así dice el Señor todopoderoso: En aquellos días, diez
extranjeros agarrarán a un judío por el manto y le dirán:
«Queremos ir con vosotros, porque hemos oído que Dios está
con vosotros».

**• La comunidad de los hombres del retorno tiene


u n a clara propensión a una actitud penitencial, puesto
que es consciente de los efectos del pecado que había
causado el exilio y la destrucción de la Ciudad Santa. El
riesgo consiste en que esta actitud penitencial ofusque
la alegría de la salvación llevada a cabo por el Señor.
Aquí está, por tanto, la respuesta del profeta a la con
sulta sobre los ayunos. A los distintos ayunos añade
también el del cuarto mes, que conmemora la brecha en
16 26a semana Martes 17

las murallas de Jerusalén, y el del décimo mes, que Lucas nos sitúa de inmediato frente a un episodio en el
recuerda el comienzo del asedio. que se rechaza a Jesús. El texto griego podría ser 11 adu-
cido de u n modo más literal así: «Sucedió que como at-
Pues bien, aun sin abolir la necesidad de u n a actitud
iban cumpliendo los días de su asunción, endureció su
penitencial, en la que el ayuno ocupaba u n a parte im-
portante, se confirma, no obstante, el sentimiento de rostro para ir a Jerusalén. Envió, pues, mensajeros delan-
alegría, de júbilo, de fiesta, que debe caracterizar la te de su rostro...». La partida de Jesús hacia Jerusalén es
espiritualidad de la comunidad. Con todo, a fin de que considerada desde la perspectiva de la misión profética,
esta fiesta no se altere, será necesario que la comunidad que requiere decisión para hacer frente a los peligros,
ame la verdad y la paz, pues de otro modo la fiesta se con la seguridad de la ayuda del Señor (cf Jr 1,18;
volvería «vividora», no gozosa. ¿Y cuáles son las razo- Is 50,7: «Endurecí mi rostro como el pedernal, sabiendo
nes de la fiesta, además del retorno? La perspectiva de que no quedaría defraudado»). Se aproxima el tiempo de
u n a reunión universal precisamente en Jerusalén. Estos su «asunción», elevación paradójica que contrasta con
pueblos reconocerán entonces en los judíos a los maes- la lógica del hombre y que nos hace comprender que
tros que les enseñarán el camino hacia el Señor (v. 23). este viaje de Jesús es un viaje sin retorno, hacia la muer-
A través de esta perspectiva de salvación de los pueblos, te. Como ya les ocurriera a los profetas, Jesús experi-
el profeta vuelve a llamar a sus primeros destinatarios menta u n clima de rechazo, de hostilidad; es el rechazo
-los hijos de Israel- a la exigencia de u n a auténtica de los samaritanos (Le 9,53).
alianza que esté basada en la confianza en la presencia Obsérvese la ironía del texto: a primera vista, el
del Señor, en la certeza profunda de su ser el «Dios fiel», rechazo se atribuye a la hostilidad de los samaritanos
el «Dios con nosotros». hacia el culto de Jerusalén, pero yendo más al fondo la
oposición al viaje remite a la arraigada dificultad hu-
m a n a para aceptar el plan divino cuando éste incluye
Evangelio: Lucas 9,51-56 dolor y fracaso. En consecuencia, es rechazado p o r
todos: por los suyos y por los samaritanos, por los de
51
Cuando llegó el tiempo de su partida de este mundo, dentro del pueblo y por los de fuera. Sin embargo, el
Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. 52 Entonces envió por plan de Dios no se interrumpe por el rechazo h u m a n o .
delante a unos mensajeros, que fueron a una aldea de Sama-
Por eso, el v. 56 afirma que «se marcharon a otra aldea»:
ría para prepararle alojamiento, " pero no quisieron recibirlo,
porque se dirigía a Jerusalén. 54 Al ver esto, los discípulos la Buena Nueva, rechazada por unos, será acogida p o r
Santiago y Juan dijeron: otros.
-Señor, ¿quieres que mandemos que baje fuego del cielo y Por otra parte, el camino de Jesús encuentra incom-
los consuma? prensión hasta por parte de los mismos discípulos. El
55
Pero Jesús, volviéndose hacia ellos, les reprendió severa- evangelista refiere, en efecto, el episodio de la violenta
mente. "* Y se marcharon a otra aldea. indignación de Santiago y de Juan por la injusticia
cometida al Maestro (v. 54) y, en consecuencia, a Dios,
**• Comienza aquí la parte más característica de la obra que es quien le envía, una indignación que traiciona la
de Lucas, el gran viaje hacia Jerusalén (Le 9,51-19,28). incapacidad para comprender lo que Jesús va a vivir.
18 26" semana Martes 19

Jesús se lo reprocha con aspereza (v. 55), precisamente ORATIO


porque quiere invitarles a abandonar la idea errónea
que tienen sobre la misión de Jesús y sobre la misión de
Señor Jesús, bendigo el valor con el que endureciste
ellos.
tu rostro como piedra y emprendiste el camino hacia la
cruz, aun sabiendo que nosotros te habríamos de corres-
MEDITATIO ponder con la incredulidad, la indiferencia e incluso la
hostilidad.
La primera lectura y el pasaje evangélico parecen Bendigo la paciencia de la que haces gala incesan-
mantener, en apariencia, dos visiones opuestas. Por u n a temente con nosotros, que nos mostramos a menudo
parte, está el mensaje de Zacarías, con la perspectiva impacientes y severos con los otros y con sus errores.
optimista de la conversión de los gentiles y de u n a pe- Bendigo tu misericordia con nosotros, que no éramos hi-
regrinación universal, en la que Israel va en cabeza de jos de Israel pero que precisamente gracias a tu muerte
la procesión que sube hacia Sión. En el evangelio, en hemos sido hechos partícipes de las promesas que hicis-
cambio, nos las vemos con la cerrazón de Israel, que está te a tu pueblo. Bendigo tu fidelidad, gracias a la cual te
implicada en el rechazo de Jesús, y con la incredulidad has seguido fiando de nosotros y creyendo en nuestro
de los samaritanos, que niegan toda hospitalidad al discipulado, a pesar de nuestras defecciones y caídas.
Nazareno y a sus discípulos.
Me aferró al borde de tu manto, seguro de que en-
En realidad, ambas visiones no son contradictorias, contraré en ti al que me cura de mis infidelidades y me
sino que están profundamente coordinadas en el plan conduce a la casa del Padre. Amén.
de la salvación. En el pecado de incredulidad, que con-
duce a excluir a Jesús de la vida humana, están impli-
cados tanto Israel como los samaritanos y cada u n o de CONTEMPLATIO
nosotros. Todos estamos necesitados de la salvación,
que nos viene precisamente del hecho de que Jesús hizo Sed dulces en vuestras acciones: nada de violencia,
frente con valor a su destino de pasión y muerte en obe- nada de impaciencia, nada de furor: si en alguna ocasión
diencia al plan del Padre. es preciso recurrir a la severidad, no recurráis a ella más
La salvación que Jesús ofrece a todo el m u n d o es el que justo lo necesario, cuando estéis bien seguros de que
cumplimiento de las antiguas profecías de u n a reden- es necesario; en caso de duda, preferid siempre los cami-
ción universal, y entre esas profecías figura precisa- nos de la dulzura a los caminos del rigor [...].
mente como un ejemplo fúlgido el presente oráculo de ¡Oh! Cuando os ataquen, sólo tenéis que hacer u n a
Jeremías. A buen seguro, el Evangelio sigue sufriendo cosa: imitar la dulzura que mostré en mi pasión, deja-
todavía hoy rechazo y oposición, pero al discípulo dócil ros despojar de todo, golpear, condenar a muerte, sin
le está prohibida toda impaciencia, dado que ésta, m á s sombra de resistencia, como yo os daré ejemplo [...].
que celo amoroso, muestra una fe pequeña y representa Creed lo que os repito cada día, a cada hora. Creed que
u n obstáculo para un testimonio auténtico de la o b r a de vuestro lema es «ser corderos». Imitadme en esto y en
Cristo. todo, a mí «el Cordero de Dios» (Ch. de Foucauld, All'ul-
20 26a semana

timo posto. Ritiri in Terra Santa 1897-1900, R o m a 1974, Miércoles


pp. 77-79).

ACTIO 26a s e m a n a del


Tiempo ordinario
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
«Vamos a invocar al Señor todopoderoso y a pedir su
protección» (Zac 8,21).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


LECTIO
Es necesario desarraigarse. Cortar el árbol y hacer con él
una cruz, y llevarla después todos los días. La contradicción ex-
perimentada hasta el fondo del ser es la laceración, es la cruz.
Hace falta un hombre justo al que imitar para que la imitación
Primera lectura: N e h e m í a s 2,1-8
de Dios no sea una palabra vacía, pero nace falta también, a
fin de que vayamos más allá de la voluntad, que sea imposible 1
querer imitarle. N o podemos querer la cruz. Podemos querer En el mes de Nisán del año vigésimo del reinado de Arta-
cualquier grado de ascetismo o de heroísmo, pero no la cruz, jerjes, tomé el vino y se lo serví al rey en mi calidad de copero.
que es un sufrimiento penal. Como nunca anteriormente había estado triste en su presencia,
2
el rey me preguntó:
El misterio de la cruz de Cristo reside en una contradicción,
-¿Por qué ese semblante tan triste? Puesto que no estás
porque es, al mismo tiempo, una ofrenda voluntaria y un casti- enfermo, tiene que ser una aflicción del corazón.
go que sufrió a su pesar. Si sólo viéramos la ofrenda, podríamos
Sumamente azorado, 3 dije al rey:
querer lo mismo para nosotros. Pero no es posible querer un
castigo padecido a pesar nuestro. Quienes conciben la cruci- -Viva eternamente el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi
fixión sólo bajo el aspecto de la ofrenda cancelan el misterio semblante cuando la ciudad que guarda las tumbas de mis
salvífico y la amargura salvífica. Desear el martirio es desear antepasados está destruida y sus puertas quemadas?
4
verdaderamente demasiado poco. La cruz es infinitamente más Me preguntó el rey:
que el martirio [...]. -¿Qué es lo que quieres?
La cruz es una palanca con la que un cuerpo frágil y ligero, Entonces yo, encomendándome al Dios del cielo, 5 le dije:
pero que era Dios, ha levantado el peso de todo el mundo. -Si le parece bien al rey y está contento de su siervo, le rue-
«Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo.» Este punto go que me permita ir a Judá para reconstruir la ciudad de las
de apoyo es la cruz. N o puede haber otro. Es menester que se tumbas de mis antepasados.
6
encuentre en la intercesión del mundo con lo que no es el mun- El rey, que tenía a la reina sentada a su lado, me prefinid >
do. La cruz es esta intercesión (S. W e i l , // chicco di melagrana, -¿Cuánto durará tu viaje y para cuándo piensas volvi-i:'
CiniselloB. 1998, pp. 105ss).
Yo le indiqué una fecha que le pareció bien, y me aulm i/i>
a realizar el viaje. 7 Me atreví a decirle todavía:
22 26a semana Miércoles 23

-Si le parece bien al rey, podría darme cartas para los go- permitirán reconstruir la ciudad. El motivo es semejante
bernadores del territorio del otro lado del Eufrates, a fin de al de Ageo: la necesidad de anteponer la causa del pueblo
que me faciliten el viaje hasta Judá. 8 También, una carta para de Dios a nuestro propio bien particular.
Asaf, el encargado de los bosques reales, para que me propor-
cione madera de construcción para las puertas de la ciudadela
del templo, para la muralla de la ciudad y la casa que voy a
ocupar. Evangelio: Lucas 9,57-62
El rey accedió a ello, porque mi Dios me protegía con toda
su bondad. En aquel tiempo, 57 mientras iban de camino, uno le dijo:
-Te seguiré adondequiera que vayas.
58
**• El personaje de Nehemías subintra en el de Esdras Jesús le contestó:
y plantea numerosos problemas a la cronología de am- -Las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo
bos personajes y a las relaciones entre ellos. De todos nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la ca-
modos, aparece aquí u n a comparación implícita entre beza.
59
ambos a través de una serie de paralelismos y contras- A otro le dijo:
tes. Los dos tienen que hacer frente a las dificultades y -Sigúeme.
a la oposición de los vecinos: a la obra de la reconstruc- Él replicó:
ción del templo, en el primer caso, y a la reconstrucción -Señor, déjame ir antes a enterrar a mi padre.
60
de la ciudad, en el segundo. El autor, más que degradar a Jesús le respondió:
Nehemías y la política que él representa, quiere acentuar -Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a
su complementariedad con el proyecto de Esdras y la ne- anunciar el Reino de Dios.
61
cesidad de dos modos de estar presente en la comunidad: Otro le dijo:
Esdras estaba más preocupado por la reconstrucción re- -Te seguiré, Señor, pero déjame despedirme primero de mi
ligiosa del pueblo, y Nehemías, por su reconstrucción familia.
62
civil. Jesús le contestó:
La memoria de Nehemías, narrada en primera perso- -El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es
apto para el Reino de Dios.
na, es atribuida al final a la presencia protectora y pro-
vidente de Dios, a la m a n o benéfica con la que YHWH
guía a los protagonistas de la reconstrucción del pueblo **• Lucas presenta a Jesús, por el camino hacia Je-
(v. 8). También está implícito el motivo de la necesidad rusalén, a c o m p a ñ a d o por sus discípulos (v. 57), a los
de superar las vacilaciones personales, de vencer el te- cuales se les asocian otros. El evangelista menciona
mor por la propia vida y por la propia fortuna, de estar ahora el caso de tres aspirantes al discipulado. A los
dispuesto a sacrificarlo todo, incluso todas las comuni- tres les pone la condición de estar dispuestos a partir,
dades, por la causa del pueblo de Dios. De este modo, de no demorarse. La exigencia de la vocación se propo-
Nehemías arriesga la vida, mostrándose triste ante el ne con fórmulas lapidarias: dejarlo todo para seguir a
rey, pero, al final, el atrevimiento del que hace gala en Jesús y no posponer el seguimiento de Jesús a ninguna
su discurso le permite obtener las credenciales que le otra cosa.
24 26a semana Miércoles 25

El primer caso es el de un aspirante a discípulo que la edificación del pueblo de Dios y robustecer su camino
toma la iniciativa de pedirle a Jesús que le deje seguirle: en la fe. En cuanto discípulos de Jesús, estamos llama-
«Uno le dijo: Te seguiré adondequiera que vayas» (v. 57). dos, por habernos adherido a su seguimiento, a descubrir
Esta conmovedora declaración de fidelidad recuerda lo también que la pasión por la comunidad del Señor no
que prometió Rut a su suegra Noemí (Rut 1,16). Del mis- puede ser algo secundario para quien ha experimentado
mo modo que hizo la anciana Noemí con su nuera, Jesús el inmenso amor que Dios tiene por su pueblo.
parece frenar -planteando exigencias inderogables- tan- La dureza de las condiciones que Jesús pone a los as-
to el impulso generoso de este anónimo discípulo como, pirantes a discípulos no tiende a formar un discípulo que
a continuación, la disponibilidad de otros dos seguidores persiga un elevado ideal ascético, cosa que podría engen-
a los que tampoco se nombra: «Las zorras tienen madri- drar en el ánimo una especie de sentimiento altanero de
gueras y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre seguridad o indiferencia hacia los otros; Jesús recuerda
no tiene dónde reclinar la cabeza» (v. 58). aquí más bien que el discipulado es «gracia cara» y que
He aquí ahora el segundo caso (w. 59ss), en el que es las renuncias propuestas deben ser entendidas sólo
el mismo Jesús quien pide a alguien que le siga, mos- como manifestaciones de un radicalismo en el amor.
trando así con claridad que el discipulado tiene siempre Se trata de la disponibilidad para hacerse ofrenda, a
su origen en la libre elección por parte del Maestro. El imitación de aquel que «siendo rico, se hizo pobre por
llamado, sin embargo, no debe mostrar un asentimiento vosotros, para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8,9).
condicionado, ni aunque se trate de pedir permiso para El arado en el que nos dice que pongamos la m a n o es el
enterrar a su propio padre. Jesús no quiere negar el de- servicio generoso, perseverante, humilde, al Reino. Eso
ber de dar sepultura a los muertos ni la observancia del significa que debemos roturar los duros terrones de
cuarto mandamiento, sino que pretende recordar que nuestro corazón, renunciando a expectativas y proyec-
hasta los vínculos más queridos han de estar subordi- tos sólo nuestros, para buscar, en cambio, por encima
nados a los valores del Reino. de todo, el bien del pueblo de Dios, tal como hicieron
El último caso (w. 61ss) hace referencia a la llamada Nehemías y los justos de Israel y tal como hicieron los
de Eliseo por parte del profeta Elias (1 Re 19,19-21). Se innumerables santos de la Iglesia.
establece así una relación de continuidad y de contraste.
El discípulo, como en el caso de Eliseo, recibe el carisma
ORATIO
del Maestro, pero no se le permite ninguna vacilación o
dilación. La llamada al discipulado es incondicionada y
no tolera los titubeos que nos impiden estar dispuestos Señor Jesús, infunde en mí una sincera pasión por ti,
a reconocer el Reino de Dios. u n profundo deseo de seguirte y de servirte en tus her-
manos y hermanas. Sin embargo, tú conoces lo débil que
soy frente a los obstáculos que encuentro en mi camino,
MEDITATIO unos obstáculos que engendran en mi corazón dudas, va-
cilaciones, contradicciones. Revísteme, pues, de tu fuer-
La primera lectura nos pone de nuevo frente a la ur- za para que no ponga la mano en el arado y, después, por
gente tarea que supone para cada creyente colaborar en cansancio u otro motivo, acabe por volverme atrás.
26" semana Miércoles 27
26

Concédeme un corazón indiviso que sepa reconocer- cidirse solo. N o se trata de una elección personal, por la que
te en todo instante como el Señor de mi vida y no se pretende convertirse en un individuo aislado; es Cristo quien
deje arrastrar por distracciones, afanes o embriagueces. transforma al que llama en individuo. Cada uno es llamado
Concédeme no escandalizarme de ti cuando te descubro individualmente. Debe seguir individualmente. Temeroso de en-
contrarse solo, el hombre cusca protección entre las personas y
pobre, débil, sin una piedra donde reposar la cabeza.
cosas que le rodean. De un solo golpe descubre todas sus res-
Suscita en mí eso que echo de menos: el compartir, el ponsabilidades y se aferra a ellas. Quiere tomar sus decisiones
amor por ti, una fidelidad capaz de perseverar en la al abrigo de estas responsabilidades, no desea encontrarse solo,
contemplación de tu santa pasión y muerte. Amén. frente a frente con Jesús, ni quiere tener que decidirse mirándo-
le solo a él. Pero ni el padre ni la madre, ni la mujer ni los hijos,
ni el pueblo ni la historia pueden proteger en este momento al
CONTEMPLATIO ue na sido llamado. Cristo quiere aislar al hombre, que no
ebe ver más que al que le ha llamado.
¿Has oído contar la antigua historia de Lot y sus hijas En la llamada de Jesús se ha consumado la ruptura con los
(cf. Gn 14,15ss), cómo Lot se salvó con sus hijas ganando datos naturales entre los que vive el hombre. N o es el seguidor
el monte, mientras que su mujer acabó transformada en quien consuma esta ruptura, sino Jesús mismo en el momento en
una estatua de sal? Fue inmovilizada así para que se aue llama. Cristo ha liberado al hombre de las relaciones inme-
hiciera perenne el recuerdo de su perversa elección de diatas con el mundo, para situarlo en relación inmediata consi-
volver la mirada hacia atrás. Has de llevar, por tanto, go mismo. Nadie puede seguir a Cristo sin reconocer y aprobar
buen cuidado en no volver la mirada atrás después de esta ruptura ya consumada. No es el capricho de una vida lleva-
haber puesto la mano en el arado (cf. Le 9,62), en no vol- da según la propia voluntad, sino Cristo mismo quien conduce al
discípulo a la ruptura. [...]
ver con semejante comportamiento a la amarga sali-
nidad de la vida precedente (cf. Dt 4,23; Tob 4,13), y Todos se lanzan aislados al seguimiento, pero nadie queda
has de refugiarte en el monte (Gn 19,17) junto a Jesús, solo en el seguimiento. A quien osa convertirse en individuo,
la Piedra no cortada por m a n o de hombres que ha lle- basándose en la Palabra de Jesús, se le concede la comunión de
nado el universo (cf. Dn 2,34-35.45) (Cirilo de Jerusalén, la Iglesia. Se halla en una fraternidad visible que le devuelve
centuplicadamente lo que perdió. ¿Centuplicadamente? Sí, por-
Le Catechesi, Roma 2 1997, pp. 440ss).
que ahora lo tiene sólo por Jesús, todo lo tiene por el mediador,
lo aue significa, por otra parte, «con persecuciones». «Centupli-
cadamente», «con persecuciones», es la gracia de la comunidad
ACTIO que sigue a su maestro bajo la cruz. Ésta es, pues, la promesa
hecha a los seguidores de convertirse en miembros de la comuni-
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: dad de la cruz, de ser pueblo del mediador, pueblo bajo la cruz
«Mi Dios me protegía con toda su bondad» (Neh 2,8). (D. Bonhoeffer, El precio de la gracia. El seguimiento, Sigúeme,
Salamanca 5 1 9 9 9 , pp. 57.63).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

La llamada de Jesús al seguimiento convierte al discípulo en


un individuo aislado. Quiéralo o no, debe decidirse, y debe de-
Jueves

26 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Nehemías 8,l-4a.5-6.7b-12


1
Todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la
plaza de la Puerta de las Aguas y pidió a Esdras, el escriba,
que trajera el libro de la ley de Moisés que el Señor había
entregado a Israel. 2 Así lo hizo el sacerdote Esdras. El día pri-
mero del séptimo mes trajo el libro de la ley y ante la asam-
blea compuesta por hombres, mujeres y cuantos tenían uso
de razón, 3 lo estuvo leyendo en la plaza de la Puerta de las
Aguas desde la mañana hasta el mediodía. Todo el pueblo,
hombres, mujeres y cuantos tenían uso de razón, escuchaban
con atención la lectura del libro de la ley. 4 Esdras, el escriba,
estaba de pie sobre un estrado de madera levantado al efecto.
5
Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, pues esta-
ba más alto que todos, y, al abrirlo, todo el pueblo se puso en
pie. 6 Esdras bendijo al Señor, el gran Dios; y todo el pueblo,
alzando las manos, respondió:
-Amén, amén.
Después se postraron y, rostro en tierra, adoraron al Se-
ñor. 7 Los levitas explicaban la ley al pueblo que estaba de pie.
8
Leían el libro de la ley de Dios clara y distintamente, expli-
cando el sentido, para que pudieran entender lo que se leía.
9
El gobernador Nehemías; Esdras, el sacerdote escriba, y
los levitas que instruían al pueblo dijeron a todos:
30 26° semana Jueves \\

-Este día está consagrado al Señor, nuestro Dios: no estéis Ley está rodeado de gran honor: el pueblo se pone en
tristes ni lloréis.
pie, se postra en acto de adoración, levanta las manos al
Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley. cielo en señal de oración cuando Esdras trae el libro a
,0
Nehemías añadió:
la presencia de todos. Ese acto de adoración expresa la
-Id a casa y comed manjares apetitosos, bebed licores dul-
ces y mandad su porción a los que no han preparado nada,
conciencia de que esas Escrituras no son fruto exclu-
pues este día ha sido consagrado a nuestro Señor. ¡No os afli- sivo del trabajo humano, sino que son revelación de
jáis, que el Señor se alegra al veros fuertes! Dios, su presencia iluminadora en medio del pueblo que
" Y los levitas tranquilizaban a todo el pueblo diciendo: escucha.
-No os lamentéis ni os aflijáis, que éste es un día santo. Después de la lectura de distintos fragmentos, los le-
12
Y todo el pueblo se fue a comer y a beber. Repartieron vitas explicaban el sentido del texto, traduciéndolo al
porciones y celebraron una gran fiesta, pues habían com- arameo, es decir, a la lengua de la época, y comen-
prendido las palabras que les habían enseñado. tándolo (actualizándolo). Se trata del equivalente de la
«homilía» y es u n momento que todavía está presente
**• El relato de Nehemías presenta al pueblo de Dios en los ritos de la Sinagoga. El relato presenta asimismo
reunido por su Palabra. Ésta inspira también el servicio los efectos de la Palabra, escuchada de modo religioso y
y el gobierno en la comunidad del Señor. Tras la vuelta adorador.
del exilio de Babilonia, el pueblo no reconstruye su pro-
pia vida religiosa sólo sobre el templo y los sacrificios,
sino que empieza a elaborar una nueva institución: u n a Evangelio: Lucas 10,1-12
comunidad que se reúne para leer y orar la Palabra. Esa
institución es la Sinagoga. Israel se convierte así en reli- En aquel tiempo, ' el Señor designó a otros setenta [y dos]
gión del Libro. Según el relato bíblico, como conclusión y los envió por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y
lugares que él pensaba visitar. 2 Y les dio estas instrucciones:
de la reforma civil y religiosa, Nehemías y Esdras con- -La mies es abundante, pero los obreros pocos. Rogad, por
vocan a todo el pueblo para que escuche la lectura de la tanto, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ' ¡En
ley de Moisés. Puede observarse cómo el encuentro de marcha! Mirad que os envío como corderos en medio de lo-
la comunidad con la Palabra de Dios está modelado so- bos. 4 No llevéis bolsa, ni alforjas ni sandalias, ni saludéis a
bre el ritual y la modalidad de la lectura sinagogal de la nadie por el camino. 5 Cuando entréis en una casa, decid pri-
mero: Paz a esta casa. 6 Si hay allí gente de paz, vuestra paz
Tora, que volvemos a encontrar en la época de Jesús y recaerá sobre ellos; si no, se volverá a vosotros. 7 Quedaos en
que también servirá de referencia para el culto de la Pa- esa casa y comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero
labra en la comunidad cristiana. tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa.
8
Si al entrar en un pueblo os reciben bien, comed lo que os
«El día primero del séptimo mes» es fiesta del nuevo pongan." Curad a los enfermos que haya en él y decidles: Está
año civil (cf. Lv 23,24ss; Nm 29,1-6). La comunidad que llegando a vosotros el Reino de Dios. 10 Pero si entráis en un
se reúne declara así su voluntad de fundamentar la vida pueblo y no os reciben bien, salid a la plaza y decid: " Hasta
cotidiana, en el nuevo año que comienza, con las deci- el polvo de vuestro pueblo que se nos ha pegado a los pies lo
sacudimos y os lo dejamos. Sabed de todas formas que está
siones que implica la vida civil, basadas precisamente llegando el Reino de Dios. 12 Os digo que el día del juicio será
en la Palabra que va a oír dentro de poco. El libro de la más tolerable para Sodoma que para ese pueblo.
32 26a semana Jueves
\\

*•• El relato de Lucas sobre el envío de setenta y dos ríos del anuncio. Tanto si lo aceptan como si lo recha/an,
discípulos a los pueblos de Galilea por parte de Jesús el Reino de Dios vendrá a nosotros: «Pero si entráis en un
acentúa fuertemente el hecho de que aquel que los envía pueblo y no os reciben bien, salid a la plaza y decid: Hasta
a llevar el anuncio del Reino es enviado a su vez por el el polvo de vuestro pueblo que se nos ha pegado a los pies
Padre: «¡En marcha! Mirad que os envío...» (v. 3). Dada su lo sacudimos y os lo dejamos. Sabed de todas formas que
calidad de mensajeros, no deberán atraer la atención está llegando el Reino de Dios» (v. 11).
sobre ellos mismos, sino más bien llevar los corazones
de aquellos a quienes se dirijan a abrirse a recibir a aquel MEDITATIO
que viene. El discípulo experimentará en esta aventura
su propia fragilidad y se encontrará asimismo en situa-
La espléndida lectura de Nehemías nos ayuda a refle-
ciones de peligro, como «corderos en medio de lobos»
xionar sobre los frutos producidos en nuestra vida por
(cf. v. 3). Deberá precaverse, por tanto, contra la tenta-
una escucha religiosa de la Palabra de Dios. El primer
ción de dar un testimonio agresivo; ser como cordero en efecto es la conversión, es decir, un deseo ferviente y
medio de lobos comporta más bien un estilo de acción decidido de cambiar de vida y hacerla más conforme
dotado de paciencia, de mansedumbre, capaz de aceptar con las exigencias divinas expresadas en el Libro. Esta
el rechazo y la persecución. conversión se hace evidente en el llanto que se apodera
Otra tentación que deberán superar los enviados es la del pueblo: «Todo el pueblo lloraba al oír las palabras de
de mezclar intereses personales con los del Reino. La la ley».
invitación de Jesús a no saludar a nadie por el camino, La conversión suscitada por la escucha atenta de la
o sea, a no aprovechar el viaje para visitar a parientes y Palabra se vuelve en nosotros caridad, atención a las
amigos, es un modo paradójico de confirmar la prioridad necesidades del prójimo, impulso a compartir y a la
absoluta del Reino. Un riesgo ulterior es el de la eficien- fraternidad: «Mandad su porción a los que no han pre-
cia: los mandatos de Jesús sobre la severa limitación del parado nada». La escucha de la Palabra suscita arre-
equipaje del evangelizador (vestido, bolsa, etc.) son una pentimiento y, de este modo, prepara el corazón para la
exhortación a que sean libres, sobrios, a que no antepon- alegría del encuentro salvador con el Dios misericor-
gan los medios al fin (v. 4). Lucas recuerda a renglón se- dioso. Esta alegría procede del hecho de que en la lectu-
guido que la evangelización no incluye sólo la dimensión ra del Libro se encuentra un Dios que se hace cercano,
del don, sino que suscita también el intercambio («comed que sacia nuestro deseo, que da cabal cumplimiento a
lo que os pongan»: v. 7). De este modo, entre el enviado y nuestra búsqueda más profunda, porque en este en-
el que acoge el mensaje del Reino se crea una comunión, cuentro Dios se deja encontrar por quien le busca: «Id a
una reciprocidad, que figura en el origen de la vida de la casa y comed manjares apetitosos, bebed licores dulces
comunidad. Una comunidad que tendrá sus primeros [...] ¡No os aflijáis, que el Señor se alegra al veros fuertes!»
hogares en las casas de los creyentes. (Neh 8,8-10).
El discípulo que lleva el anuncio del Reino deberá ser Esta última frase es una síntesis admirable de cuan-
consciente siempre de que Dios no permanece inactivo ni to produce en nuestra vida la escucha atenta, afectuosa
está condicionado por la mala voluntad de los destinata- y obediente de la Sagrada Escritura: coraje, fuerza vital,
34 26a semana Jueves 35

alegría de vivir, generosidad en el compartir. «¡El Señor CONTEMPLATIO


se alegra de veros fuertes».
No se trata de que la palabra de la Escritura tenga La Palabra de Dios es, al mismo tiempo, lámpara y luz
u n a eficacia casi mágica; se trata más bien de una fe- (cf Sal 118,105; Prov 6,23). Ilumina los pensamientos
cundidad que nos compromete con una acogida libre, según la naturaleza de los creyentes y quema aquellos
consciente y laboriosa, de una fecundidad que, a veces, que son contra natura; disuelve las tinieblas de la vida
requiere u n largo tiempo de gestación (Is 55,10ss). Ahora según la percepción sensible para los que, por medio de
bien, cuando la semilla de la Palabra cae en u n terreno los mandamientos, tienden a la vida que esperan, y cas-
preparado para recibirla, entonces arraiga, germina y tiga con el fuego del juicio a los que se adhieren con la
da fruto, tanto en la vida personal como en la comunita- voluntad, por afecto a la carne, a la noche tenebrosa de
ria, y, sobre todo, se convierte en fuerza de evangeliza- la vida [...].
ción, en impulso para la misión, en sintonía profunda Las palabras de Dios, si son expresadas sólo con pa-
con el corazón de aquel Dios que quiere enviar muchos labras, es decir, si no tienen como voz la práctica de
obreros a su mies. quienes las pronuncian, no son oídas. Sin embargo, si
son pronunciadas unidas a la práctica de los manda-
mientos, entonces esta voz tiene el poder de hacer des-
ORATIO
vanecerse a los demonios y de disponer a los hombres a
edificar el templo divino del corazón con el progreso en
Hoy, Señor Dios mío, te voy a rezar con las palabras
las obras de la justicia (Máximo el Confesor, «Segunda
que tú mismo me has dado para dirigirme a ti. Te alabo
centuria» 39.91, en La filocalia, Turín 1983, II, 197.209
con el salmista por el don precioso e incomparable de
[edición española: La filocalia en la oración de Jesús,
tu Palabra:
Sigúeme, Salamanca 1994]).
«Tu Palabra es antorcha para mis pasos y luz para mis
sendas.
Lo he jurado y lo haré: cumpliré tus justos manda- ACTIO
mientos.
Estoy hundido en la miseria, Señor, dame vida según Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
tu Palabra. «Haz, Señor, que prestemos atención a tu Palabra»
Acepta, Señor, mi ofrenda, enséñame tus mandamientos. (cf. Neh 8,3).
Mi vida está siempre en peligro, mas no olvido tu ley.
Aunque los malvados me tiendan una trampa,
no me apartaré de tus decretos. PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Tus preceptos son por siempre mi herencia
y la alegría de mi corazón. Están los que escuchan la Palabra de Dios, se dejan sacudir
Inclino mi corazón a ejecutar tus normas, un momento, mientras la oyen, y dicen: «¡Qué belleza! ¡Debe-
mi recompensa será eterna». ríamos seguir más esta Palabra!». Pero después todo pasa,
Amén. como pasan tantas emociones. Cuántas veces, al salir de un hoi-
36 26" semana

pital, decimos: «¡Deberíamos venir con más frecuencia!».


Después, al doblar la primera esquina, y a te has convertido en
Viernes
otro. Dejas de acrisolarte con los pensamientos del sufrimiento.
Si se tratara de embrollar, estás dispuesto a ello de inmediato.
Cuando escuchas la Palabra de Dios te dejas captar: «¡Mira, el 26 a semana del
Señor tiene verdaderamente razón!». Pero en cuanto pones Tiempo ordinario
fuera los pies, basta que un amigo, un compañero, alguien, te
haga una propuesta de negocios poco honesta y te aboques de
inmediato [...].
Que la Palabra de Dios pueda crecer en vosotros y dar fruto
hasta tal punto que la gente que se encuentre a vuestro lado se
sienta consolada. ¡Escuchemos la Palabra del Señor! ¡Escuché-
mosla! Es una Palabra que nos provoca. Y no se alinea con la
lógica humana. ¡Recordadlo siempre! Hay quien nos toma por LECTIO
locos cuando pronunciamos en su integridad la Palabra de Dios,
porque se muestra imposible de encuadrar en los sistemas. Es
siempre diferente, es provocadora, no avala las lógicas humanas,
no es una confirmación de nuestros esquemas mentales, casi siem- Primera lectura: Baruc 1,15-22
pre de posesión, de acaparamiento, de interés, de cálculo. La
Palabra de Dios es él. Llevemos en nuestro corazón al Señor 15
Jesús. El nos otorga un enorme consuelo, una gran confortación, Diréis: Reconocemos que el Señor es inocente; nosotros,
en cambio, estamos hoy abrumados de vergüenza, junto con
un gran valor, una enorme esperanza, un montón de deseos de vi-
los habitantes de Judá y de Jerusalén, '" con nuestros reyes y
vir, de volver a empezar desde el principio con una gran energía,
gobernantes, con nuestros sacerdotes, profetas y antepasados.
con una gran esperanza. Que el Señor entre en nuestro espíritu 17
Porque hemos pecado ante el Señor, ls le hemos desobede-
(A. Bello, Senza misura, Mofetta 1993, pp. 52-54).
cido, no hemos escuchado la voz del Señor, Dios nuestro, y no
hemos cumplido los mandamientos que él nos había dado.
19
Desde que el Señor sacó a nuestros antepasados de Egipto
hasta hoy, hemos sido rebeldes al Señor, Dios nuestro, e, in-
sensatos de nosotros, no hemos escuchado su voz. 20 Por eso
ahora han caído sobre nosotros la desgracia y la maldición
con que el Señor amenazó a su siervo Moisés cuando sacó a
nuestros antepasados de Egipto para darnos una tierra que
mana leche y miel. 21 Nosotros no hemos escuchado la voz del
Señor, nuestro Dios, que nos habló por medio de sus enviados,
los profetas. " Cada uno de nosotros ha seguido los proyectos
de su obstinado corazón, dando culto a otros dioses y ofen-
diendo al Señor, nuestro Dios, con su conducta.

*»• Tras la liturgia de la lectura del Libro, el texto de


Baruc introduce una amplia oración penitencial, cuyos
26" semana Viernes
38 39

primeros versículos hemos leído. Es la súplica de los *•• Lucas sitúa el juicio sobre las ciudades del lago tras
exiliados, en la que pueden reconocerse todos los judíos el envío de los 72 discípulos en misión (Le 10,1-12), de-
sometidos al dominio extranjero, en cualquier parte del jando entender así u n desenlace negativo de su anuncio.
m u n d o en que se encuentren. Es, por consiguiente, la Jesús había ofrecido a los enviados una especie de va-
oración del pueblo de Dios en la diáspora, que no quie- demécum para su misión; aquí, en cambio, indica las
re perder su propia identidad espiritual. condiciones requeridas para una efectiva acogida del
En primer lugar, se siente solidario en la culpa que ha Evangelio del Reino.
marcado la historia pasada, una historia compuesta de Las ciudades del lago son sometidas a u n juicio se-
promesas divinas y pecados del pueblo. La historia es vero (w. 13-15) por no haber respondido con una fe
considerada como una historia solidaria en el bien y en verdadera y una sincera conversión al anuncio de los
el mal. Los dones de Dios a su pueblo han sido generosos discípulos de Jesús. Corozaín, Betsaida y Cafarnaún
y grandiosos, mientras que el pueblo ha reaccionado con fueron las ciudades en las que más actuó Jesús, anun-
la desobediencia y con la rebelión. Por eso se hace ne- ciando la Buena Nueva y realizando en ellas muchos
cesaria una confesión de las culpas que reconozca la milagros; sin embargo, no creyeron en el Evangelio ni
justicia de Dios y su inocencia. En esta justicia, en esta cambiaron de conducta. Por eso se les profetiza u n a
falta de culpabilidad de Dios reside la posibilidad que suerte peor que la de Sodoma y Gomorra, que represen-
tiene el pueblo de volver a comenzar, de esperar de nue- tan en la tradición bíblica la oposición más obstinada a
vo, de aguardar el perdón del Señor. Dios (cf. Gn 19).
Debemos señalar que, en esta confesión, el pueblo Jesús establece otra comparación con Tiro y Sidón:
que está presente, que está dirigiendo su súplica a Dios, estas ciudades, enemigas de Israel y extrañas a la pro-
se siente de todos modos corresponsable asimismo de mesa, se han mostrado más abiertas a la escucha de la
las culpas del pasado. Ahora bien, esa corresponsabili- Palabra de Dios y disponibles a la penitencia que las
dad le hará precisamente solidario en las promesas in- ciudades judías situadas junto al lago de Genesaret.
defectibles que Dios ha hecho a su pueblo.
En la conclusión del discurso, Jesús se refiere al prin-
cipio de la Shalia, en virtud del cual el enviado goza de
la misma autoridad que quien le ha enviado y, por con-
Evangelio: Lucas 10,13-16
siguiente, puede exigir la misma obediencia que se debe
a quien le envía. Dado que los discípulos han sido en-
En aquel tiempo, dijo Jesús: 13 ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti,
Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los viados por Jesús, que a su vez ha sido enviado por su Pa-
milagros realizados en vosotras, hace tiempo que, vestidas de dre, recibirles o rechazarles significa recibir o rechazar
saco y sentadas sobre ceniza, se habrían convertido. 14 Por a Dios mismo.
eso, será más tolerable el día del juicio para Tiro y Sidón que
para vosotras. IS Y tú, Cafarnaún, ¿te elevarás hasta el cielo? En consecuencia, la decisión se convierte en una
¡Hasta el abismo te hundirás! cuestión de salvación o perdición: «Quien os escucha a
16
Quien os escucha a vosotros a mí me escucha; quien os vosotros a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros a
rechaza a vosotros a mí me rechaza, y el que me rechaza a mí mí me rechaza, y el que me rechaza a mí rechaza al que
rechaza al que me ha enviado. me ha enviado» (v. 16).
26a semana Viernes 41
40

MEDITATIO Jesucristo, te damos gracias por habernos llamado a


la reconciliación, al servicio de tu Palabra y del prójimo,
Las dos lecturas litúrgicas tienen en c o m ú n u n eviden- p o r a m o r a la creación de Dios. Te damos gracias poi-
te rasgo penitencial. La constante conversión requerida q u e haces posible la reconciliación con nosotros mis-
por el discipulado exige que la dimensión penitencial esté mos, para que, con u n sentido de responsabilidad y de
siempre presente en nuestra vida cristiana. El durísimo coraje, podamos poner aparte el pasado y mirar hacia el
juicio emitido por Jesús sobre las ciudades del lago cons- futuro que tú nos das.
tituye también u n a severa advertencia p a r a quienes lee- Oh Dios, te damos gracias porque vas tejiendo con
mos la palabra del Evangelio, a fin de que no nos endu- paciencia la t r a m a de tela p a r a la paz, la concordia, la
rezcamos ni cerremos nuestro corazón a u n a verdadera u n i d a d entre las personas y en la vida de nuestras co-
escucha de la Palabra. Seremos más imperdonables que m u n i d a d e s cristianas. Te d a m o s gracias también por el
Sodoma y Gomorra, y más incrédulos que Tiro y Sidón día en que, por obra del Espíritu Santo, todos seremos
si, habiendo encontrado la alegre noticia, permaneciéra- acogidos, reconciliados contigo, en tu morada. Amén.
mos extraños, alejados, cerrados en nosotros mismos.
Por el contrario, tanto el profeta Baruc c o m o la enseñan-
za de Jesús nos invitan a que seamos capaces de confesar CONTEMPLATIO
nuestro pecado, reconociendo al mismo tiempo la fideli-
dad y la misericordia de nuestro Dios. Y ciertamente, Señor, como ante tus ojos está siem-
Por eso debemos acoger de buen grado a quien nos pre desnudo el abismo de la conciencia h u m a n a , ¿qué
exhorta a la conversión, haciéndonos constatar nuestros podría haber oculto en mí, a u n q u e yo no te lo quisiera
pecados e incitándonos a cambiar de vida. E n los profe- confesar? Lo que haría sería esconderte a ti de mí, no
tas, que a menudo nos resultan incómodos, la Palabra bí- a m í de ti. Pero ahora que mi gemido es testigo de que
blica nos hace reconocer la voz de Dios, que nos habla y n o m e desagrado a mí, tú brillas y me places y eres
no quiere humillarnos de manera gratuita o deprimirnos, a m a d o y deseado hasta avergonzarme de mí y dese-
sino indicarnos el único camino de salvación. Éste es el c h a r m e y elegirte a ti, y así no m e plazca a ti ni a mí si
de una incesante búsqueda de conversión y u n a lucha n o es por ti.
tenaz contra las fuerzas destructoras del pecado: «Cada Quienquiera, pues, que yo sea, manifiesto soy para
uno de nosotros ha seguido los proyectos de su obstinado ti, Señor. También he dicho yo el fruto con el que te
corazón dando culto a otros dioses y ofendiendo al Señor, confieso; porque no hago esto con palabras y voces de
nuestro Dios, con su conducta». carne, sino con palabras del alma y clamor de la mente,
que son las que tus oídos conocen. Porque, cuando soy
ORATIO malo, confesarte a ti no es otra cosa que desplacerme
a mí; y cuando soy piadoso, confesarte a ti no es olía
Oh Dios, Padre nuestro celestial, te damos gracias cosa que desplacerme a mí; y cuando soy piadoso, con-
por haber reconciliado contigo el m u n d o a través de fesarte a ti no es otra cosa que no atribuírmelo a mí.
Jesucristo y por habernos regenerado con el poder del Porque tú, Señor, eres el que bendices al justo (Sal 5,1 )>),
Espíritu Santo. pero antes le haces justo de impío (Rom 4,5).
42 26a semana

Así pues, mi confesión en tu presencia, Dios mío, se


hace callada y n o calladamente; calla en cuanto al ruido
Sábado
[de las palabras], clama en cuanto al afecto. Porque ni
siquiera u n a palabra de bien puedo decir a los h o m b r e s
si antes n o la oyeras tú de mí, ni tú podrías oír algo tal 26a s e m a n a del
de mí antes de que no me lo hubieses dicho tú a mí» Tiempo ordinario
(Agustín de Hipona, Las confesiones, X, II, 2).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Perdona nuestro corazón obstinado» (cf. B a r 1,19). LECTIO

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


Primera lectura: Baruc 4,5-12.27-29
Una de las provocaciones más grandes de la vida espiritual
es recibir el perdón de Dios. Hay algo en nosotros, seres huma- 5
¡Ánimo, pueblo mío,
nos, que nos mantiene tenazmente arerrados a nuestros pecados tú mantienes vivo el recuerdo de Israel!
y no nos permite dejar que Dios cancele nuestro pasado y nos 6
Habéis sido vendidos a las naciones,
ofrezca un comienzo completamente nuevo. Algunas veces pa- mas no para ser aniquilados;
rece incluso que deseara yo demostrar a Dios que mis tinieblas porque provocasteis la ira de Dios,
son demasiado espesas para ser disueltas. Mientras que Dios fuisteis entregados a los enemigos.
uiere restituirme la plena condición de hijo, continúo insistien-
3o en que me instalaré como criado. Ahora bien, ¿quiero ser
restituido de verdad a la plena responsabilidad de hijo? ¿Quiero
7
Irritasteis, en efecto, a vuestro creador,
pues ofrecisteis sacrificios
a los demonios y no a Dios.
verdaderamente ser perdonado del todo, de modo que me sea 8
Olvidasteis al Dios eterno,
posible una vida completamente nueva? ¿Tengo confianza en mí
que os alimentó,
mismo y en una redención tan radical? ¿Deseo romper con esa
y afligisteis a Jerusalén, que os crió.
rebelión mía contra Dios profundamente arraigada y rendirme 9
de un modo tan absoluto a su amor que haga brotar una perso- Ella fue la que dijo cuando vio
na nueva? Recibir el perdón exige una voluntad total de dejar que que el castigo de Dios
Dios sea Dios y lleve a cabo todo el saneamiento, la reinte- se cernía sobre vosotros:
gración y la renovación. En cuanto quiero hacer, aunque sólo sea «Escuchad, vecinas de Sión,
una parte de todo esto, me contento con soluciones parciales Dios me ha enviado una gran pena;
10
he visto el destierro que el Dios eterno
(H. J. M . Nouwen, L'abbracao benedicente, Brescia 15 2000, p. 78).
ha traído sobre mis hijos e hijas.
" Yo, que los había alimentado con gozo,
los he visto partir llorosa y apenada.
44 26a semana Sábado 4S

12
Que nadie so alegro a mi costa, trado malos y desobedientes, pero q u e podrán corregir-
viéndome viuda se, enmendarse, y reemprender un c a m i n o de madurez,
y abandonada de laníos.
Estoy desolada u n camino positivo. El mensaje es, por consiguiente,
por los pecados de mis hijos, una exhortación a convertirse al Señor y decuplicar el
porque se apartaron de la ley de Dios. celo en la búsqueda. Se trata de dar u n a respuesta total a
27
Valor, hijos míos, clamad a Dios, aquel que dio las diez palabras a su pueblo, que ahora
pues el mismo que os mandó esto «decuplica las fuerzas» en la búsqueda de la conversión
se acordará de vosotros. a su Dios.
28
Como apartasteis
vuestro pensamiento de Dios,
convertios ahora
y buscadlo con redoblado ardor. Evangelio: Lucas 10,17-24
29
Pues el que os acarreó los males
os traerá la alegría imperecedera, En aquel tiempo, " los setenta [y dos] volvieron llenos de
junto con vuestra salvación. alegría, diciendo:
-Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.
18
*•• Comienza aquí la tercera parte del libro de Baruc, y Jesús les dijo:
lo hace con un oráculo profético de consolación. Sin -He visto a Satanás cayendo del cielo como un rayo. " Os
embargo, antes de introducir el mensaje de salvación he dado poder para pisotear serpientes y escorpiones y para
dominar toda potencia enemiga, y nada os podrá dañar. 20 Sin
-en términos muy similares a los del Segundo y Tercer embargo, no os alegréis de que los espíritus se os sometan;
Isaías-, el autor presenta a un pueblo, personificado en la alegraos más bien de que vuestros nombres estén escritos en
ciudad de Jerusalén, como una viuda, como una mujer el cielo.
desolada, que reconoce el fundamento del castigo recibi- 21
En aquel momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a
do por parte de Dios, un castigo debido a los pecados del Jesús, que dijo:
pueblo, a su olvido del Dios eterno, que es Padre, igno- -Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
rando, por tanto, el poder y la paternidad de Dios. has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y se las has
dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido
Tras haber reconocido que la ira de Dios se ha abati- bien. 22 Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce
do justamente sobre el pueblo, se reconoce asimismo su quién es el Hijo, sino el Padre, y quién es el Padre, sino el Hijo
carácter pedagógico. Dios no castiga para condenar, sino y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
23
para salvar. De ahí que la última parte del oráculo se abra Volviéndose después a los discípulos, les dijo en privado:
a la esperanza del perdón: el pueblo, que ha experimen- -Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis. 24 Porque os
tado el castigo, podrá volver a Dios multiplicando su celo digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros
en la búsqueda de YHVVII. Entonces experimentará una veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
salvación que trasciende los límites de las expectativas
humanas. **• L o s w . 17-20 p r e s e n t a n el r e g r e s o d e los setenta y
Jerusalén habla a sus hijos, en este oráculo, como d o s d e s p u é s d e la m i s i ó n . Se d i r i g e n al Kyrios, título d e
una madre habla a sus propios hijos que se han mos- la confesión pascual de la Iglesia, porque ven la difusión
26" semana Sábado 47
46

de la Palabra y retirarse ante ella el poder del mal, ex- MEDITATIO


pulsado por el poder del Nombre de Jesús.
El himno de júbilo nos introduce en el misterio ine-
El v. 18 es intrigante: en él afirma Jesús que, mientras fable de la vida divina de la que Jesús nos ha hecho par-
sus enviados estaban en misión, él había visto caer a Sa- tícipes. No es imposible reconocernos en los discípulos
tanás cayendo como un rayo del cielo. La comunidad, que regresan de u n a misión cuyos resultados son de di-
sabiendo que el poder de Satanás ha sido derrotado pre- fícil evaluación: por u n a parte, deben poner su fracaso
cisamente por la palabra de la predicación, no deberá en personas de las que hubieran podido esperar mucho;
dejarse desanimar por los obstáculos y las dificultades por otra, en cambio, pueden señalar la sorprendente
(v. 19). Sin embargo, deberá vigilarse a sí misma, a fin acogida que brindan al Evangelio aquellos que parecían
de no complacerse demasiado en sus propios éxitos y irremediablemente alejados. De ahí que sea necesario
exaltarse por el poder que le ha sido dado; el verdadero volver a escuchar a Jesús mientras da gracias al Padre y
entusiasmo brotará más bien de la conciencia de la gra- muestra su júbilo en el Espíritu por sus inescrutables
tuidad de la salvación {«alegraos más bien de que vues- designios, que revelan el misterio del Reino a los últimos,
tros nombres estén escritos en el cielo»: v. 20). a los humildes, «a los sencillos», y lo cierran, sin embar-
go, «a los sabios», a los soberbios, a los que cuentan con
Viene, a continuación, el himno de júbilo (w. 21ss) en
su propia pretensión de justicia.
el que Jesús reconoce la verdad de su propia vocación
de Hijo incluso a través de la fe de los pequeños, o sea, El Padre se manifiesta precisamente a través de la fe
de aquellos que - a u n siendo los marginados, según la de estos pequeños, de esos que, aun pareciendo desfa-
opinión de los hombres de religión- h a n acogido con vorecidos desde el punto de vista humano, acogen con
gratitud y humildad la predicación de los setenta y dos gratitud y humildad la predicación de la Iglesia. Sólo
ésos son introducidos por Jesús en su conocimiento del
discípulos.
verdadero rostro de Dios, que brota de la íntima fami-
Jesús reconoce y celebra todo esto en la fuerza del liaridad que le une al Padre: «Todo me lo ha entregado
Espíritu Santo. Exulta por el «conocimiento», o sea, mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre, y
por el a m o r que le profesa el Padre, y, a continuación, quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo
le alaba por el conocimiento que le ha sido dado del quiera revelar». No se trata de una familiaridad impues-
rostro y del corazón del Padre, en cuyos inefables se- ta, sino de u n a familiaridad a la que invita a sus amigos,
cretos introduce a sus propios amigos, esto es, a los de modo persuasivo, con la promesa de una bienaven-
que aceptan el Evangelio (v. 22). E n este conocimiento turanza incomparable. La comunidad cristiana asume
ile Dios y en esta participación en su vida íntima con- también, a través de esta experiencia de la participación
siste la verdadera bienaventuranza de los discípulos: en la vida divina, u n rostro familiar: el de una madre
éstos viven ahora en el tiempo de la plenitud, marcado que colma de ternura a sus hijos e hijas y los educa con
por la presencia de la salvación que Israel había espe- amorosa paciencia. «Valor, hijos míos, clamad a Dios,
rado durante siglos en la persona de los profetas y de los pues el mismo que os mandó esto se acordará de voso-
ivycs justos (vv. 23ss). tros».
48 26" semana Sábado 49

ORATIO ACTIO

Señor Jesús, me uno en el Espíritu a tu grito de júbilo, Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
porque me llena de conmoción saber que tú me consi- «Valor, hijos míos, clamad a Dios» (Bar 4,27).
deras amigo y confidente y me has hecho partícipe de tu
diálogo de a m o r con el Padre. Tú me has hecho saber
cuan precioso soy a los ojos del Padre y cómo ha pen- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
sado en mí desde la eternidad y me ha querido como
hijo suyo, a imagen tuya, de ti, que eres el Hijo unigénito Basta con la preocupación por el presente: no es preciso em-
engendrado desde los siglos eternos. plear fantasía y ansiedad en la construcción del futuro. El vica-
rio de Cristo sabe lo que Cristo quiere de él; no es necesario que
Reconozco, oh Señor, que sólo a través de la humil-
se ponga por delante o le imponga proyectos. La regla funda-
dad y sencillez de corazón puedo entrar en este inmen-
mental de la conducta del papa es ésta: contentarse siempre con
so plan de amor. Te pido, por tanto, que me ayudes a su estado presente y no embarazarse con el futuro, esperándolo,
vencer toda soberbia y presunción, que ofuscan la gra- en cambio, del Señor, sin hacer cuentas o disposiciones humanas
titud con la que estoy llamado a acoger tu Evangelio en sobre él, y absteniéndose incluso de hablar de él con seguridad
mi vida, y a corregirme cuando me olvido de que sólo tu y con facilidad a cualquiera.
gracia me hace vivir. Amén. La experiencia de estos tres años de mi servicio pontificio,
que, «tremens et timens» (1 Cor 2,3), acepté por pura obedien-
cia a la voluntad del Señor que me fue expresada por la voz del
CONTEMPLATIO
sacro colegio cardenalicio en cónclave, es testimonio y motivo
conmovedor y perenne de la fidelidad de mi espíritu a esta má-
La fe de los cristianos comprende lo que nos ha con- xima: absoluto abandono en Dios, en cuanto al presente, y per-
ferido la humildad de un modo tan sublime, pero está fecta tranquilidad, sobre el futuro. De las distintas iniciativas de
lejos de los corazones de los impíos, puesto que «Dios carácter pastoral que bordan este primer ensayo de pontificio
ha escondido estas cosas a los sabios y a los prudentes y compromiso de apostolado, todo ha venido por absoluta, quie-
se las ha revelado a los sencillos» (Mt 11,25). Que los hu- ta y amable - y diría incluso silenciosa- inspiración del Señor a
mildes, por tanto, comprendan la humildad de Dios, a este pobre siervo suyo, que sin mérito alguno por su parte, que
fin de que con tal instrumento, como un jumento en no fuera el simplicísimo no discutir, sinolimitarse a secundar y
ayuda de su debilidad, lleguen a la altura de Dios. obedecer, ha podido conseguir no ser un inútil instrumento de
amor a Jesús y de edificación para muchas almas.
Los sabios y prudentes, mientras buscan las cosas
Los primeros contactos con los grandes y con los humildes; al-
elevadas de Dios y no creen las humildes, descuidando gunas visitas caritativas aquí y allá; mansedumbre y humildad
precisamente éstas no llegan tampoco a aquéllas; vacíos ae acercamientos, claridad de ideas y fervor de ánimo; las visi-
c inestables, hinchados y elevados, quedarán suspendi- tas cuaresmales a las nuevas parroquias; la celebración del sí-
dos en la zona del viento, entre el cielo y la tierra. Son, en nodo diocesano, con éxito inesperado; el acercamiento al Padre
clcvlo, sabios y prudentes, pero según este mundo, no se- de toda la cristiandad, en multiplicada creación de cardenales y
p.ñn aquel por quien el mundo fue hecho (Agustín de tri- de obispos de toda nación, de toda raza y color; y ahora ol vas-
pona, Scnnoiii per i tempi liturgici, Milán 1994, p. 106). tísimo movimiento de proporciones imprevistas y más que impo-
26a semana
50

nentes del concilio ecuménico: todo confirma la bondad del


principio de esperar y de expresar con fe, con modestia, con
Lunes
fervor confiado, las buenas inspiraciones de la gracia de Jesús,
que preside el gobierno del mundo y lo conduce a las más altas
finalidades de la creación, de la redención, de la glorificación 27 a semana del
final y eterna de las almas y de los pueblos (Juan XXIII, ll giornale Tiempo ordinario
del anima e altri scríffi di pietá, Cinisello B. 1989, pp. 579ss [edi-
ción española: Diario del alma, Ediciones Cristiandad, Madrid
1964]).

LECTIO

Primera lectura: Jonás 1,1-2,1.11


En aquellos días,'•' el Señor dirigió su palabra a Jonás, hijo
de Amitay, y le dijo:
2
-Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y pronuncia un
oráculo contra ella, pues su maldad ha llegado hasta mí.
3
Jonás se levantó, pero dispuesto a huir a Tarsis, lejos del
Señor. Bajó a Jafa, encontró un barco que zarpaba para Tar-
sis, pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis,
lejos del Señor. 4 Pero el Señor desencadenó un viento hura-
canado sobre el mar y se originó una borrasca tan violenta
que parecía que el barco estaba a punto de partirse. 5 Los ma-
rineros, aterrados, invocaron cada uno a su dios; luego arroja-
ron al mar la carga para aligerar el peso. Sólo Jonás, que había
bajado a la bodega del barco, estaba acostado y dormía pro-
fundamente. 6 El capitán se acercó a él y le dijo:
-¿Qué haces aquí durmiendo? Levántate e invoca a tu
Dios, a ver si ese Dios se ocupa de nosotros y no perecemos.
7
Después se dijeron unos a otros: «Vamos a echar a suer-
tes para saber quién es el culpable de este mal». Echaron a
suertes y le tocó a Jonás.
8
Entonces le preguntaron:
-Dinos por qué nos sucede esto. ¿Cuál es tu profesión? ¿De
dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo eres?
52 27° semana Lunes 53

9
Jonás respondió: a los principales ciudadanos como esclavos e instalado
-Soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, el que ha hecho grupos de otras nacionalidades en el norte de Palestina.
el mar y la tierra.
10
Aquellos hombres se llenaron de miedo y le dijeron:
El profeta Jonás, representante de la mentalidad m á s
cerrada del judaismo, es enviado a predicar la conversión
-¿Por qué has hecho esto? (pues por su relato sabían ya
que huía de la presencia del Señor). " ¿Qué hemos de hacer a esta ciudad. Es normal que un judío de este tipo, pin-
contigo para que se calme el mar? (pues el mar se embravecía tado además con rasgos caricaturescos desgarbados y
cada vez más). bobalicones, sienta horror ante una misión tan absurda,
12
Él contestó: horror que expresa con una huida hacia las columnas de
-Agarradme y tiradme al mar, y éste se aplacará, porque sé Hércules, o sea, el lugar más lejos posible de ese en el q u e
que esta borrasca os ha sobrevenido por mi culpa. se encuentra la detestada ciudad. Sin embargo, el Señor
13
Los hombres remaron tratando de llegar a la costa, pero sabe cómo vencer la esquivez del profeta: comienzan así
no lo lograron, porque el mar seguía encrespándose. ,4 En- las sorprendentes aventuras de Jonás, perseguido por la
tonces invocaron al Señor:
m a n o de Dios, que, a través de la tempestad, los marine-
-Oh Señor, haz que no perezcamos por culpa de este hom-
bre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente, ya
ros, el cetáceo, lo lleva al punto de partida. Es imposible
que esto sucede según tus designios. sustraerse a la mano del Creador de todas las cosas.
15
Luego agarraron a Jonás y lo tiraron al mar; y el mar cal- Debemos señalar que los marineros paganos están
mó su furia. 16 Aquellos hombres, llenos de un gran temor ha- presentados con simpatía: son hombres religiosos que
cia el Señor, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas. manifiestan el temor de Dios. Muy a su pesar, sacrifican
21
El Señor hizo que un gran pez se tragase a Jonás, y Jonás
estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches. " Entonces
al profeta reacio. Por consiguiente, también entre los
el Señor dio orden al pez, y al punto el pez vomitó a Jonás en paganos hay personas buenas, dispuestas a escuchar las
tierra firme. señales que vienen del Omnipotente. Sin embargo, no to-
dos los miembros del pueblo de Dios presentan compor-
**+• El libro veterotestamentario de Jonás, recogido en tamientos edificantes, como vemos precisamente en el
su totalidad por el leccionario, es un relato didáctico, na- profeta fugitivo.
cido en un contexto judío de celosa defensa de la propia El relato se hizo muy popular en la antigüedad, hasta
identidad y de cierre -al menos por parte de un segmen- el punto de que el mismo Jesús lo recordará como tipo de
to del mundo judío- a los otros pueblos. Jonás, de una la resurrección {cf. 2,1b). También los primeros cristia-
forma paradójica y repleta de humor, ridiculizando esta nos recurrieron a este relato para atestiguar su fe en la
mentalidad nacionalista y exclusivista, a través de un re- resurrección, representando los acontecimientos de la
lato viva/, agudo y grotesco -y, por consiguiente, particu- vida de Jonás sobre sus sarcófagos.
larmente incisivo en virtud de su capacidad pedagógica-
demuestra que YHWH no es sólo el Dios de Israel, sino
también el Dios de los paganos, hasta el de los enemigos Evangelio: Lucas 10,25-37
acérrimos de Israel. El prototipo de estos enemigos es la
ciudad de Nínive, capital de la feroz y odiada Asiría, que En aquel tiempo,2S se levantó un maestro de la Ley y le dijo
había conquistado el reino del Norte de Israel, deportado para tenderle una trampa:
54 27a semana Lunes 55

-Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? La parábola de hoy aclara el segundo mandamiento,
26
Jesús le contestó: «semejante al primero». Al escriba que le pregunta, en el
-¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella? plano teórico, quién es el prójimo, Jesús le responde
27
El maestro de la Ley respondió: dándole la vuelta (y dándole concreción) a la pregunta:
-Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda ¿quién de nosotros es verdaderamente prójimo de los
tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu pró- otros? El problema no consiste en saber quién es mi pró-
jimo como a ti mismo. jimo, a qué nacionalidad, raza, color, religión, partido,
28
Jesús le dijo: sindicato o formación pertenece; la cuestión versa sobre
-Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás. mi actitud respecto a él, como muestra el samaritano,
29
Pero él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: que no le pidió el documento de identidad al malaventu-
-¿Y quién es mi prójimo? rado, sino que le socorrió inmediatamente.
30
Jesús le respondió: Esta parábola ha sido objeto de innumerables co-
-Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos mentarios y glosas, que van desde la insuficiencia de
de unos salteadores que, después de desnudarlo y golpearlo una religión preponderantemente ritual, representada
sin piedad, se alejaron dejándolo medio muerto. " Un sacer- por el comportamiento del sacerdote y el levita, a la ne-
dote bajaba casualmente por aquel camino y, al verlo, se des-
vió y pasó de largo. 32 Igualmente, un levita que pasó por aquel
cesidad de una caridad sin límites con todos. La lección
lugar, al verlo, se desvió y pasó de largo. 33 Pero un samarita- que procede de un extranjero, oficialmente poco reco-
no que iba de viaje, al llegar junto a él y verlo, sintió lástima. mendable, sacude la conciencia cristiana y nos sigue
34
Se acercó y le vendó las heridas, después de habérselas cu- diciendo a ti y a mí: «Vete y haz tú lo mismo» (v. 37). Al
rado con aceite y vino; luego, lo montó en su cabalgadura, lo mismo tiempo, se trata de una lección cristológica de im-
llevó al mesón y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacando dos portancia capital: el samaritano es icono transparente del
denarios, se los dio al mesonero, diciendo: «Cuida de él, y lo
que gastes de más te lo pagaré a mi vuelta». 36 ¿Quién de los misterio del Nazareno, que se hizo prójimo de cada
tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los hombre y de sus heridas cargando sobre sí sus miserias
salteadores? y preocupándose por sus debilidades.
37
El otro contestó:
-El que tuvo compasión de él.
MEDITATIO
Jesús le dijo:
-Vete y haz tú lo mismo. También yo, como Jonás, estoy llamado a anunciar la
Palabra de Dios, porque ésa es la tarea de todo cristia-
*+• Tras el discurso sobre la misión, he aquí ahora algu- no. Una tarea de la que intento sustraerme de una ma-
nos rasgos fundamentales del verdadero discípulo: ayu- nera más o menos consciente, aduciendo los motivos y
dar al prójimo que se encuentra en dificultades (el buen las dificultades más «actuales»: la indiferencia de la ju-
sainaritano), el primado de la escucha de la Palabra ventud, el desorbitado poder de los medios de comunica-
(Marta y María), la oración esencial (el padrenuestro). ción, la secularización, el fenómeno de la globalización y
Éstas son las tres lecturas que el leccionario nos presen- otras muchas cuestiones que parecen muy alejadas de la
ta para estos días. lógica de Jesús.
27" semana Lunes 57
56

Sin embargo, esta Palabra me interroga hoy y sacu- mares, como con frecuencia siento la tentación de hacer.
de hasta sus raíces mi vocación cristiana. Me interro- Ayúdame a dejarme despertar por aquellos a quienes
ga asimismo porque Dios ha mostrado en la historia pones en mi camino, para que no caiga en el sueño de
que también entre los paganos - a los que temo o trato la indiferencia y de la resignación.
con d e s d é n - puede haber personas rectas, personas en Úngeme con tu Espíritu Santo, para que no desprecie
condiciones de despertar mi conciencia. También el sa- a ninguna Nínive y salga de la Nínive que hay dentro de
maritano del evangelio era una persona que, oficialmen- mí. Que, guiado por tu luz, trabaje yo en su conversión
te, debía ser evitada; sin embargo, hoy sacude mi despa- y en la mía.
vorida existencia cristiana con su ejemplar prontitud y
generosidad. Jonás duerme para estar lo más alejado po-
sible del Señor, pero un marinero pagano le despierta del CONTEMPLATIO
torpor y le llama al cumplimiento de su vocación.
Como Jonás, es preciso que yo también me deje des- El carácter profético de Jonás está confirmado por
pertar y provocar por los otros, aunque no correspondan Cristo. No es preciso suponer que las expresiones de Je-
a mis expectativas, a mis gustos y a mis ideas, dado que sús quieran enseñarnos la historicidad del aconteci-
el Señor me puede hablar a través de todos. A buen se- miento. Esas expresiones pretenden decir que este libro
guro, también puedo dejar de escucharle y huir hacia mi es figura y profecía de lo que se cumple en su persona.
Tarsis, aunque es inútil, porque antes o después, como No hay, en efecto, otro libro que, desde esta perspectiva,
en el caso de Jonás, vendrá una tempestad, u n pez, y me sea más luminosamente profético respecto a Cristo. Y lo
volveré a encontrar en la playa de partida. Si Dios me ha es precisamente porque el libro de Jonás resume, en
confiado una misión, no puedo huir: «¿A dónde podré ir cierto modo, toda la historia antigua, toda la historia de
lejos de tu espíritu, a dónde escaparé de tu presencia? Si Israel, en clave profética. El destino de Israel, sus prue-
subo hasta los cielos, allí estás tú; si me acuesto en el abis- bas, su destrucción, todo esto tuvo lugar con la mirada
mo, allí te encuentro» (Sal 139,7ss). puesta en u n a misión de salvación, u n a salvación que
debería provocar después sus mismos celos, porque Is-
rael habría de rechazar su elección, en vez de aceptar
ORATIO esta salvación ofrecida a todos. Dado que su misión no
le convertía en el predilecto entre todos y no le otorga-
Oh Señor, sabes que soy una pobre persona y que no ba u n puesto de privilegio en sus designios divinos y le
siempre sé decirte que sí; sabes que soy débil e infiel. ponía en plano de igualdad con todas las otras naciones,
Sin embargo, no quieres excluirme de tu plan de salva- este pueblo habría de negarse a esta igualdad. E n este
ción; es más, quieres convertirme en u n estrecho cola- breve libro, la vida civil, los comercios, el ordenamiento
borador luyo. estatal, la ciudad..., todo pertenece a las naciones; a Is-
Ayúdame, oh Dios mío, a no huir de ti, como hizo rael no parece pertenecerle más que el profetismo, pero
Jonás, sino a buscarte, porque sin ti no soy nada. éste pertenece sólo a Israel. Toda la grandeza y la fundón
Haz que adecué mis acciones a tus deseos y no per- de Israel consisten en la misión profética (D. Baisoltl,
mitas que me aleje de ti buscando otras tierras y otros Meditazione sul libro di Giona, Brescia 3 1990, p. 21).
58 27" semana

ACTIO
Martes
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
«Sacaste mi vida de la fosa, Señor» (del salmo respon- 2 7 a s e m a n a del
sorial). Tiempo ordinario

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Hay mucho miedo en nosotros, miedo de la gente, de Dios, y


mucha ansia pura y simple, indefinida, que escapa a nuestro
control. Cuando entramos en la presencia de Dios y empezamos
a sentir esta inmensa reserva de miedo en nosotros, quisiéramos LECTIO
escapar cediendo a las distracciones que nuestro ajetreado
mundo nos ofrece de un modo tan abundante. Ahora bien, no
debemos tener miedo de nuestros miedos. Podemos hacerles
Primera lectura: Jonás 3,1-10
frente, traducirlos con palabras y llevarlos a la presencia de
aquel que dice: «No temáis, soy yo» (Mt 14,27). Nos sentimos
inclinados a mostrarnos al Señor sólo con los aspectos en los que En aquellos días, ' por segunda vez el Señor se dirigió a
Jonás y le dijo:
nos sentimos cómodos, pero cuanto más nos atrevamos a revelarle 2
ese yo nuestro tan medroso, tanto más seremos capaces de sentir -Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y proclama allí
que su amor, que es perfecto, expulsa nuestros miedos. lo que yo te diré.
3
Jonás se levantó y partió para Nínive, según la orden del
Oh Señor, este mundo está lleno de miedos. Haz de mi mie-
Señor. Nínive era una ciudad grandísima; se necesitaban tres
do una oración por quien tiene miedo. Haz que esta oración días para recorrerla. 4 Jonás se fue adentrando en la ciudad y
alivie el corazón de los otros. Tal vez entonces mi oscuridad se proclamó durante un día entero: «Dentro de cuarenta días,
vuelva luz para los otros y mi oración interior se convierta en Nínive será destruida».
una fuente de curación para los otros. También tú, Señor, cono- 5
Los ninivitas creyeron en Dios: promulgaron un ayuno y
ciste el miedo. Te sentiste profundamente turbado; tu sudor y tus todos, grandes y pequeños, se vistieron de sayal. 6 También el
lágrimas eran señal de tu miedo. Haz que mi miedo forme parte rey de Nínive, al enterarse, se levantó de su trono, se quitó el
del tuyo, para que no me lleve a la oscuridad, sino a la luz, y manto, se vistió de sayal y se sentó en el suelo. 7 Luego man-
me proporcione una nueva comprensión de la esperanza de tu dó pregonar en Nínive este bando: «Por orden del rey y sus
cruz (H. J. M. Nouwen, Preghiere dal silenzio, Brescia 2 0 0 0 , pp. ministros, que hombres y bestias, ganado mayor y menor, no
11 ss y 17 [edición española: Oraciones desde la abadía, prueben bocado, ni pasten ni beban agua. 8 Que se vistan de
Promoción Popular Cristiana, Madrid 1998]). sayal, clamen a Dios con fuerza y que todos se conviertan de
su mala conducta y de sus violentas acciones. 9 Quizás Dios se
retracte, se arrepienta y se calme el ardor de su ira, de suerte
que no perezcamos».
10
Al ver Dios lo que hacían y cómo se habían convertido, se
arrepintió y no llevó a cabo el castigo con el que los había
amenazado.
27" semana Martes ni
60

**• El Señor, como si nada hubiera pasado, dirige a puestos a condenar que a convertirse. Es una predicación
Jonás el mismo mandato de ir a predicar a Nínive. Esta que siempre está de actualidad. También para nosotros...
vez, Jonás parte sin plantear objeciones; más aún, hasta
parece contento de poder proclamar a los cuatro vientos
que Nínive será destruida pronto. La ciudad de Nínive Evangelio: Lucas 10,38-42
está presentada como exageradamente grande (cf. v. 3).
De las excavaciones arqueológicas se desprende, en efec- En aquel tiempo, 38 según iban de camino, Jesús entró en
to, que tuvo un perímetro amurallado de doce kilóme- una aldea, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa.
39
tros: toda una metrópoli para aquellos tiempos. Sin em- Tenía Marta una hermana llamada María, que, sentada a los
pies del Señor, escuchaba su palabra. 40 Marta, en cambio, es-
bargo, la descripción que hace el libro es claramente taba atareada con los muchos quehaceres del servicio. Enton-
exagerada, como, por lo demás, todo lo que aparece en el ces Marta se acercó a Jesús y le dijo:
libro de Jonás: la palabra «grande» y sus derivadas apa- -Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en la
recen catorce veces en este breve libro. La misma actitud tarea? Dile que me ayude.
del anónimo rey, que manda hacer penitencia incluso a 41
Pero el Señor le contestó:
los animales, resulta pintoresca y exagerada al mismo -Marta, Marta, andas inquieta y preocupada por muchas
tiempo. Hasta los «cuarenta días» (v. 4) pierden aquí su cosas, 42 cuando en realidad una sola es necesaria. María ha
significado matemático para adquirir el simbólico, típico escogido la mejor parte, y nadie se la quitará.
de toda la Biblia, a saber: el del tiempo necesario para
completar una acción o una obra. **• En el plano exegético, este pasaje tiene que ser leí-
Contra toda expectativa, Nínive, la ciudad pagana y do a contraluz con la parábola precedente. Como si di-
cruel, enemiga mortal de Israel, se convierte, «se vuelve jera: a los que afirman que lo importante es ayudar a la
atrás», y por eso Dios también se convierte, «se vuelve gente o a m a r de manera concreta al prójimo (como ha
atrás» y suspende el castigo. El Dios de Israel está dis- hecho precisamente el buen samaritano), Lucas les pre-
puesto a cambiar sus propósitos cuando alguien, aunque senta el fragmento de Marta y María donde se afirma la
esté muy alejado de él por su fe y su conducta, está dis- prioridad de la escucha de la Palabra.
puesto a cambiar de vida. Es u n Dios que se muestra pia- Podría decirse que el servicio al prójimo alcanza su
doso y misericordioso no sólo con Israel, sino con todos autenticidad, su verdad, la perfección, cuando es fruto
los hombres, con toda criatura, con toda ciudad o pue- de la escucha de la Palabra, cuando no es sólo trabajo o
blo. Es el Dios de todos. La elección de Israel no obedece servicio humano, sino participación en la compasión
así sólo a su propia salvación, sino a la salvación de todos del mismo corazón de Dios, consecuencia de la fre-
los hombres: es un servicio a la bondad de Dios, es una cuentación asidua de su Palabra. Sin contar con que el
proclamación de su voluntad de salvación para todos, de trabajo o el servicio, dejados a sí mismos, pueden con-
su compasión con todos los seres vivos. vertirse en afán, engendrar estrés, incluso desviar del
Este pasaje constituye también una predicación dirigi- camino, alejar del camino del Señor. La «mejor parte»
da antes que nada a los grupos más sectarios de Israel, que no será quitada es esta inmersión en la voluntad de
que, en nombre de la elección divina, estaban más dis- Dios, porque «quien hace la voluntad de Dios permanece
62 27a semana Martes
63

para siempre». Si Marta se dejara iluminar por los dese- trar muchas soluciones cuando Jesús no es acogido
os de Jesús, podría servirle mejor y no correría el riesgo como huésped y Señor de la propia interioridad. Se corre
de llevarle cosas que no le interesan o pudieran hacerle entonces el riesgo de colorear de espíritu cristiano las
mal. La dimensión contemplativa está en la base de la soluciones de la cultura o de la mentalidad dominante,
también necesaria dimensión activa. con la convicción de que Jesús habita con nosotros. Se
La gran fortuna de la que ha gozado este episodio en- corre así el riesgo de convertir a Jesús en un instrumen-
tre los autores espirituales de todos los tiempos indica to, asignándole la tarea de refrendar las decisiones toma-
que el peligro de dejarse enredar por las cosas urgentes, das en su nombre, que en realidad están tomadas bajo el
a costa de las cosas importantes, de lo único necesario, influjo de intereses, orientaciones y opciones de sello
está constantemente al acecho. La tentación de subor- mundano.
dinar las cosas de Dios a nuestras propias urgencias ¿Y si, en vez de mirar el espíritu del tiempo y sus gus-
sólo se puede superar con la frecuentación fiel y cons- tos, perdiéramos u n poco más de tiempo en escuchar de
tante de la Palabra, con u n a actitud de verdadero dis- verdad al Señor? ¿Hasta qué punto, por ejemplo, goza
cípulo, a los pies de Jesús. El discípulo es el que se com- de prioridad el mandamiento nuevo en mis decisiones?
porta con el prójimo como el buen samaritano, porque ¿Hasta dónde llega mi convicción de que uno de los
participa en la compasión misma de Dios, fruto de la es- medios más seguros de evangelización es la práctica del
cucha de la Palabra que viene de Dios. mandamiento nuevo con todos, en virtud del cual el
amor gratuito y desinteresado representa el puente más
seguro hacia el otro? Y eso no porque los frutos se
MEDITATIO
muestren abundantes de inmediato, sino porque ésa es
la voluntad del Señor...
Para comprender la misericordia sin límites de Dios,
para e n t r a r en su compasión, es preciso frecuentar a
Dios y su Palabra. Si Jonás hubiera escuchado más a ORATIO
Dios que al ambiente que le rodeaba, si se hubiera preo-
cupado m á s de la voluntad de Dios que de las opiniones Oh Señor Jesús, haznos asiduos oyentes tuyos. Ayú-
que estaba respirando, habría seguido el corazón de danos a dejarnos cambiar a fondo por tu Palabra, para
Dios, su voluntad de misericordia y de salvación, más que podamos ponernos a tu servicio y al de los her-
que el deseo difuso de venganza y de destrucción. Pero manos.
es preciso dejarse desestructurar hasta el fondo por la Tú que nos has hecho saborear la misericordia de
Palabra: un contacto superficial con la Palabra nos per- Dios y no su cólera, haz que en nuestra vida cotidiana
mite reestructurarla según nuestros gustos y nuestra no nos mostremos fríos en el amor y en el perdón. En-
mentalidad. Es menester un contacto de discípulo, u n séñanos a ver nuestra vida como un servicio a tu mise-
contacto desarmado y devoto, una disposición a rendirse ricordia, de suerte que toda persona que encontremos
a la Palabra más que a domesticarla. en nuestro camino pueda vislumbrar en nosotros un
Del m i s m o modo que Jonás se «afana» por encontrar reflejo del rostro misericordioso del Padre, que nos ama
sus soluciones, también hay quien se afana por encon- a todos con u n a m o r infinito.
64 27a semana Martes 65

CONTEMPLATIO hace alarde de elocuencia para inducir a la gente a llevar una


vida mejor. N o presenta un cuadro apocalíptico del fin del mun-
El libro de Jonás pretende enseñarnos la doctrina co- do ni cita nunca el nombre de Dios. Con fría objetividad, afirma
que la hora concedida a la metrópoli está a punto de sonar: el
m ú n del profetismo: es Dios quien conduce la historia,
progreso por el camino del mal tiene unos límites bastante
la cual responde a u n designio divino de misericordia; estrechos.
Dios quiere la salvación de todos, y para esta salvación
Nunca como hoy resulta evidente que la maldad cava su pro-
mueve a los hombres, elige a Israel. Israel no ha sido pia fosa también y sobre todo cuando intenta afirmar del modo
elegido para la destrucción, sino para su salvación. más absoluto su propio poder. También hoy es determinante que
Todo el profetismo judío tiene u n carácter universa- Jonás no calle para que Nínive pueda sobrevivir. Cualquiera
lista, pero su universalismo no es nunca tan pleno como que pruebe en su propia piel, como Jonás, que la rebelión frente
en este libro. No sólo el Dios de Israel es el Dios de todas al mandato de Dios no tiene posibilidad de éxito debe proclamar
con sencillez que el tiempo para el uso indiscriminado de la vio-
las naciones, sino que es un Dios que tiene piedad y mi-
lencia, para la búsqueda egoísta de la seguridad, para el des-
sericordia de todas las naciones. En su amor no existe piadado deseo de venganza, está ahora para cumplirse. Estos
diferencia entre Israel y los otros pueblos. Existe una di- pocos pasos, estas escasas expresiones de obediencia de Jonás,
ferencia en la misión que cada pueblo debe tener y debe determinan nada menos que la conversión de Nínive, símbolo
desarrollar en la historia humana, pero no puede haber paradigmático de la grandeza y la maldad del mundo y de sus
diferencia definitiva frente al Señor en lo que se refiere al centros de poder. El autor pretende liberarnos de nuestra timidez
destino último de cada pueblo, porque el destino de todos respecto a estos centros de poder y maldad. Lanza una provo-
es la salvación a la que llama a todos (D. Barsotti, Medi- cación a nuestra esperanza y describe la universalidad de la
conversión en tres grandes direcciones: todos, grandes y peque-
tazione sul libro di Giona, Brescia 3 1990, p. 20).
ños (Jon 3,5). N o sólo los niños o sólo los adultos, no sólo las
personas cultas o sólo los ignorantes, no sólo la masa informe o
ACTIO sólo los individuos influyentes que poseen un juicio crítico, sino
también el rey y sus ministros, y, entrando incluso en el plano
fabuloso, hasta los animales (w. 7ss), están implicados en el mo-
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: vimiento penitencial, porque las decisiones del hombre, para el
«María ha escogido la mejor parte, y nadie se la qui- bien o para el mal, implican en la salvación o en la catástrofe a
tará» (Le 10,42). toda la creación. Toda forma de vida que haya sobre la tierra es
solidaria y depende de lo que realizan las manos del hombre
(H. W. Wolff, Studi sul libro di dona, Brescia 1982, pp. 131 -144,
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL passim).

Inmediatamente después de haber vuelto a poner a Jonás en


su camino, Dios vuelve a confiarle su tarea. La reiteración ates-
tigua la paciencia de Dios con su personaje indócil, así como el
poder del perdón, que vuelve a dirigirse a él como si no hubie-
ra pasado nada. La misión de Jonás no peca, a buen seguro, de
prolijidad. Jonás no va a excavar en la maldad de Nínive, ni
Miércoles

27 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Jonás 4,1-H


1
Jonás se sintió muy contrariado, se enfadó 2 y se encaró
con el Señor diciendo:
-Ah, Señor, ya lo decía yo cuando todavía estaba en mi tie-
rra. Por algo me apresuré a huir a Tarsis. Porque sé que eres
un Dios clemente, compasivo, paciente y misericordioso, que
te arrepientes del mal. 3 Así que ya puedes, Señor, quitarme la
vida, porque prefiero morir a seguir viviendo.
4
El Señor le respondió:
-¿Te parece bien enfadarte de esta manera?
5
Jonás salió de la ciudad y se instaló al oriente de la
misma; levantó una choza y se sentó a su sombra, para ver
qué suerte corría la ciudad. 6 El Señor hizo que creciera una
planta de ricino por encima de la cabeza de Jonás, para darle
sombra y librarlo de su enojo. Y, en efecto, el ricino llenó de
alegría a Jonás. 7 Pero al día siguiente, al rayar el alba, Dios
mandó un gusano, que dañó el ricino, y éste se secó. 8 Al salir
el sol, Dios envió un viento solano abrasador. El sol caía sobre
la cabeza de Jonás y, a punto de desvanecerse, se deseó la
muerte diciendo:
-Prefiero morir a seguir con vida.
9
Entonces Dios le dijo:
68 27a semana Miércoles 69

-¿Te parece bien enfadarte por ese ricino? sufrimientos personales - c o m o el del ricino que se seca,
Jonás respondió: en el caso de J o n á s - al conocimiento de acontecimien-
-Sí, me parece bien enfadarme hasta la muerte. tos m u c h o más importantes de toda la humanidad, ob-
10
El Señor replicó: jeto del amor misericordioso de Dios y, en consecuencia,
-Tú sientes compasión de un ricino que tú no has hecho objeto de un amor misericordioso también por parte del
crecer, que en una noche brotó y en una noche pereció, " ¿y creyente?
no voy a tener yo compasión de Nínive, la gran ciudad, en la
que hay más de ciento veinte mil personas que aún no distin-
guen entre el bien y el mal, y una gran cantidad de animales?
Evangelio: Lucas 11,1-4

*+• La teología y la ironía llegan a su cima en esta con- 1


Un día, estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando
clusión. Jonás está enfadado: tenía razón cuando se negó acabó, uno de sus discípulos le dijo:
a ir a Nínive, pues sabía muy bien que «Dios es clemente, -Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus dis-
compasivo, paciente y misericordioso, que se arrepiente cípulos.
2
del mal» (v. 2). Jonás conoce muy bien estas espléndidas Jesús les dijo:
cualidades de Dios, estos nombres de Dios, esta natura- -Cuando oréis, decid:
leza de Dios, pero no está de acuerdo con él. Sus ideas, Padre,
que son las del medio en que vive, no son las de Dios. Y, santificado sea tu nombre;
por consiguiente, es mejor no querer cuentas con él. En venga tu Reino;
3
danos cada día el pan que necesitamos;
vez de plegarse a la realidad de Dios, le evita, le contesta 4
perdónanos nuestros pecados,
con su actitud de rechazo. Sin embargo, YHWH es mi- porque también nosotros perdonamos
sericordioso hasta con su profeta testarudo, disidente a todo el que nos ofende,
tenaz de los caminos de Dios, y quiere ser misericor- y no nos dejes caer en la tentación.
dioso también con todos los que quieran imponerle su
comprensible punto de vista. Dios quiere convertir **• No basta con hacer y escuchar; también es menes-
también a Jonás, y para ello recurre a todas las astucias ter orar, y orar de manera justa, a partir de la visión
pedagógicas de su dominio sobre la naturaleza. justa de Dios. Jesús, al enseñarnos a orar, nos enseña
El libro termina con una pregunta que supone u n de- que el Dios al que nos dirigimos es un «papá» que da su
safío para la gente del tiempo del autor y para todos sus Reino a quien se lo pide con confianza. El padrenuestro
lectores futuros: «¿Y no voy a tener yo compasión de Ní- nos ha llegado en las dos versiones de Lucas y Mateo. La
nive, la gran ciudad, en la que hay más de ciento veinte mil primera (Le 11,1-4) es más breve, mientras que la se-
personas que aún no distinguen entre el bien y el mal?» gunda (Mt 6,6-15), más larga, es la que ha adoptado la
(cf. v. 11). ¿Acaso Dios no es libre? ¿O debe actuar, como Iglesia. Con todo, la inspiración es única, porque ambas
piensa Jonás, siguiendo los estrechas limitaciones de la invocan la glorificación del Padre a través de la venida
justicia humana? ¿Puede quedarse Dios insensible frente de su Reino en la historia. También ambas piden el
a la suerte del hombre que él mismo ha creado, aunque alimento suficiente para cada día y el perdón miseí i
éste viva lejos de él? ¿No habrá que pasar de los pequeños cordioso de las culpas. Las peticiones son necesuriiiN
70 27a semana Miércoles 71

porque el hombre está expuesto a diario al peligro de la al perdón. En suma, parece preocupado por hacernos
tentación, esto es, al peligro del fracaso definitivo o es- comprender que entiende nuestra debilidad, que desea
catológico, al peligro de perder el gran e insustituible ser más amado que temido y que comprendamos que
don del Reino. siempre está disponible para echarnos u n a m a n o todas
En la oración del Señor aparece el sentido de Dios y las veces que hagamos ademán de volver a él.
el sentido del hombre, de la bondad infinita del Padre y Querido Jonás, este Dios tan incomprensible no pide
de la limitación de la criatura, menesterosa de todo, otra cosa que podernos amar, y no pierde ocasión de
desde el alimento al perdón: aparece el don del Reino y invitarnos a dejarnos poseer por su misterio de amor, ver-
la dificultad que supone aceptarlo en el orden concreto, daderamente misterioso. A partir de ti y de mí, testigos
el esplendor divino que se inclina sobre la pobre condi- impacientes de un a m o r dotado de unos perfiles dema-
ción h u m a n a y las nieblas de la vida cotidiana. Aparece, siado humanos, demasiado limitados, demasiado con-
en suma, todo el camino del hombre, don y tarea, gran- trolables, alejado años luz del amor de u n verdadero
deza y miseria, llamado a ser hijo y hermano de sus se- Padre, cuyo amor no conoce límites de este tipo. ¿Y si,
mejantes, pero, al mismo tiempo, tentado a responder en vez de angustiarnos e interrogarnos, nos pusiéramos
de manera negativa. Con todo, nada puede cancelar el a decir poco a poco, mirando al firmamento: «Padre»?
comienzo, sencillo, alentador, inolvidable, de la oración Tal vez, también nuestro corazón sería capaz de com-
sin parangón posible: «Ábbá, papá». prender su lógica. A buen seguro, saldríamos de nuestra
mezquindad para respirar el aire salubre de la inmensa
compasión del Padre por todos sus hijos desgraciados.
MEDITATIO

Querido Jonás, ¡cómo te comprendo! También yo, en ORATIO


algunas ocasiones, quisiera escapar lejos de la lógica,
para mí incomprensible, de Dios. Tantas fatigas pasadas Oh mi Señor, tú eres bueno y paciente, lento a la ira
por él, por su Reino, para serle fiel, para darle a cono- y misericordioso: hoy te pido que me infundas tu Espí-
cer, y después todo parece «acabar de manera gloriosa», ritu, para que yo pueda tener un corazón semejante al
incluso para aquellos que ni siquiera se han dignado di- tuyo y aprenda a obrar y a orar según el ejemplo que
rigirme una mirada. Tanto si trabajo como si me quedo nos has dado en tu hijo, Jesús.
mano sobre mano, al final todo parece continuar como Sabes que yo también caigo con frecuencia en el
siempre: buena parte de la gente sigue viviendo como si error, pero no me condenas, no dejas que sea presa de
él no existiera, y él perdona a todos a la menor señal de la tentación. Cada vez me das el perdón. Perdona mis
arrepentimiento. ¿No resulta esto desalentador? pecados, para que yo pueda hacer lo mismo con mis
Sin embargo, son demasiados los momentos que se nos hermanos, aun cuando eso signifique humillarme ante
escapan. Él, por ejemplo, quiere que le oremos como ellos, demoler el m u r o de mi orgullo, arriesgarme a sen-
Padre, quiere que le pidamos perdón y ayuda en los tirme rechazado por ellos.
momentos de la prueba, quiere que no nos cansemos de Ayúdame a tener u n corazón humilde, que no solo
recordar a todos que es misericordioso y está dispuesto sepa ser misericordioso, sino que no juzgue ni coiuleiu*
27" semana Miércoles 73
72

a ninguno de los que se equivocan. Rompe mis de- El hombre y Dios realizan en el libro de Jonás el
fensas, desgarra los diafragmas que ofuscan la luz que mismo misterio, el misterio de la salvación del mundo.
viene de ti, haz resonar en mi oído interior la fascina- Ahora bien, el hombre lo realiza en contra de su volun-
ción de tu voz. Concédeme u n corazón tan grande que tad: primero quiere escapar de la misión y, cuando la
no se canse nunca de suplicarte por tus hijos que se cumple, lo hace con la secreta esperanza de que a su
equivocan y, sobre todo, de alabarte, bendecirte y agra- predicación le siga u n a condena. La realizan juntos. Sin
decerte la ilimitada misericordia que muestras a todos, embargo, el hombre la realiza como hombre y Dios
indistintamente. como Dios (D. Barsotti, Meditazione sul libro di Giona,
Brescia 3 1990, pp. 84-88, passim).

CONTEMPLATIO
ACTIO
La principal lección del capítulo conclusivo de Jonás
es la revelación del inmenso amor de Dios y la revelación Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
de la pobreza del hombre. Jonás es u n instrumento de «Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad» (del
Dios y el hombre que ha elegido; por consiguiente, debe- salmo responsorial).
ría ser más santo que cualquier otro. Ahora bien, aunque
es profeta, anda tan lejos de Dios que parece más bien
oponerse a él. El hombre y Dios: el hombre aparece aquí PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
como un ser mezquino, mientras que Dios se muestra
magnánimo en su amor. Aquí está anticipado el Nuevo ¿Qué significa vivir en el mundo con un corazón verdade-
Testamento. Dios dice ya las palabras que dirá Jesús en la ramente compasivo, un corazón abierto continuamente a toda la
cruz: «No saben lo que hacen». Dios excusa el pecado del gente? Es muy importante tener presente que la compasión es más
hombre. Dios no quiere ser ofendido por el hombre, no que la simpatía o la empatia. Si se nos pide que escuchemos las
soporta que le ofenda nuestro pecado. Dios nos excusa. penas de la gente o que sintonicemos con sus sufrimientos, pron-
to llegaremos a nuestros límites emocionales. Sólo podemos escu-
El hombre frente al Señor es tan pequeño, tan pobre, que
char durante un corto espacio de tiempo y a un número reducido
no tiene de grande más que el amor que Dios le tiene. No de gente. En nuestra sociedad estamos bombardeados por tantas
tenemos de grande más que su inmensa misericordia con «noticias» sobre la miseria humana que nuestro corazón se que-
nosotros. da insensible simplemente por saturación.
El hombre, aunque ha sido elegido por Dios, sigue Pero el corazón compasivo de Dios no tiene límites. El corazón
siendo egoísta, mezquino: intenta que Dios se adapte a de Dios es más grande, infinitamente mayor que el corazón hu-
sus propios puntos de vista humanos y no soporta, sin mano. Ese corazón divino es el que Dios quiere darnos, de ma-
embargo, adaptarse él mismo a los puntos de vista de nera que podamos amar a todos sin quemarnos y sin saturarnos.
Dios. Pero Dios está cerca de nosotros: nos socorre no Ese es el corazón compasivo que pedimos cuando decimos:
sólo cuando nos resistimos a su gracia y cuando esta- «¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro
mos resentidos contra él, sino incluso cuando pecamos con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites
de verdad. tu santo espíritu» (Sal 51).
27" semana
74

El Espíritu Santo de Dios se nos da para que podamos ser Jueves


partícipes de la compasión de Dios y podamos llegar a todos
los hombres y en todo momento con el corazón de Dios
(H J M Nouwen, Aquí y ahora. Viviendo en el Espíritu, San
Pablo 4 2002, pp. 112-113).
27 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Malaquías 3,13-20a


13
Vuestras palabras contra mí han sido insolentes, dice el
Señor. Vosotros replicáis: «¿Qué hemos dicho contra ti?»
14
Pues que es tiempo perdido servir a Dios, que no habéis sa-
cado ningún provecho de observar sus mandamientos y hacer
penitencia ante el Señor todopoderoso, 15 que los arrogantes
son dichosos, tienen éxito a pesar de hacer el mal, y, aunque
provocan a Dios, quedan impunes. I6 Esto es lo que comenta-
ban entre sí los que honran a Dios. Y he aquí que el Señor ha
prestado atención y ha escuchado; en su presencia se ha es-
crito un libro en el que figuran todos los que son fieles al
Señor y honran su nombre. " Estoy preparando un día, dice
el Señor todopoderoso, en el que ellos volverán a ser mi pro-
piedad. Seré indulgente con ellos, como un padre con el hijo
que le sirve. ls Entonces vosotros veréis de nuevo la diferencia
que hay entre el justo y el malvado, entre quien sirve a Dios y
quien no le sirve.
19
Porque ya viene el día, abrasador como un horno; todos
los arrogantes, todos los malvados, no serán entonces más
que paja. Ese día que está llegando, dice el Señor todopode-
roso, los abrasará y no dejará de ellos ni rama ni raíz. 20 Pero
sobre vosotros, los que honráis mi nombre, se alzará un sol
victorioso que trae la salvación entre sus rayos.
27a semana Jueves
76 77

*+• Malaquías es uno de los profetas que trata vi- Evangelio: Lucas 11,5-13
gorosamente el tema del «día del Señor» como mo-
mento resolutivo de los acontecimientos h u m a n o s . En aquel tiempo, 5 dijo Jesús a sus discípulos:
Estos últimos parecen dominados precisamente por la -Imaginaos que uno de vosotros tiene un amigo y acude
a él a media' noche diciendo: «Amigo, préstame tres panes,
prosperidad de los malvados y por la tribulación de los 6
porque ha venido a mi casa un amigo que pasaba de camino
justos. La presentación que hace aquí el profeta Ma- y no tengo nada que ofrecerle». 7 Imaginaos también que el
laquías (cuyo nombre significa «mi mensajero») toma otro responde desde dentro: «No molestes; la puerta está ce-
la forma de una disputa entre el Señor y su pueblo. rrada, y mis hijos y yo estamos ya acostados; no puedo levan-
tarme a dártelos». s Os digo que si no se levanta a dárselos por
Este último, con presunción y arrogancia, se de- ser su amigo, al menos para que no siga molestando se levan-
fiende de la acusación del Señor afirmando: «¿Qué tará y le dará cuanto necesite. 9 Pues yo os digo: Pedid, y reci-
hemos dicho contra ti?» (v. 13). A lo que replica el Se- biréis; buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán. 10 Porque
todo el que pide recibe; el que busca encuentra, y al que lla-
ñor: «Pues que es tiempo perdido servir a Dios, que no ma le abren. ll ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un
habéis sacado ningún provecho de observar sus manda- pez, le va a dar en vez del pescado una serpiente? 12 ¿O si le
mientos y hacer penitencia ante el Señor todopoderoso» pide un huevo le va a dar un escorpión? 13 Pues si vosotros,
(v. 14). aun siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas,
¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que
Se trata del perenne interrogante sobre el porqué de se lo pidan?
las dificultades que encuentran los justos y el éxito, en
cambio, de los que viven sin excesivas remoras mora-
les. Un interrogante al que responde el Señor diciendo >*• El pasaje de hoy parece casi u n comentario y una
que el nombre de los justos está escrito en u n libro que continuación del padrenuestro. Si creemos que Dios
servirá en el día del Señor, día de miedo y de terror, día nos ama como Padre, tendremos confianza en él. Esa
en el que los injustos «no serán entonces más que paja» confianza se ejerce de manera concreta y se pone a
que arderá en el horno abrasador, hasta que no quede prueba por la insistencia y la constancia en la oración,
de ellos «ni rama ni raíz» (v. 19), mientras que el Señor expresada en esta triple confesión: «Pedid, y recibiréis;
buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán» (v. 9). Quien
aparecerá como padre para los justos, porque son su
confía en la bondad del Padre pide con constancia y no
propiedad (cf. w . 17.20).
se cansa, porque sabe que no pide en vano.
Entonces es cuando se verá qué significa ser justo o
impío, entonces es cuando se invertirán las suertes, La oración confiada e insistente resulta, por tanto,
entonces es cuando se manifestará quién tiene razón, eficaz e infalible. Ahora bien, Lucas nos reserva una sor-
cuando se verá «la diferencia que hay entre el justo y el presa: la oración confiada e insistente obtiene siempre al
malvado, entre quien sirve a Dios y quien no le sirve» Espíritu Santo (v. 12). No obtiene necesariamente bienes
(v. 18). Mientras pasa la representación de este m u n d o , útiles y deseados, siempre transitorios, sino más bien el
en el que no siempre son reconocidos los valores au- don por excelencia, el don que introduce en el Reino, da
ténticos, la certeza de la venida del día del Señor sos- la fuerza que permite vivir en y para el Reino, sostiene en
tiene al justo en su decisión de permanecer fiel al la tentación, ayuda en el perdón de las ofensas y permite
Ncrvicio de Dios. hacer la voluntad de Dios. Es el don que cumple las peti-
27" semana Jueves
78 7l>

ciones de la oración del Señor, implicando también como do y todo se vuelve posible. Es posible adquirir la con-
coprotagonista a aquel que ora. Los dones deseados por vicción íntima de que es bueno y bello hacer el bien. Es
la naturaleza humana no han de ser despreciados, pues- posible superar el sentido de inutilidad sabiendo que
to que también pueden sernos concedidos. Con todo, la nada se pierde. Es posible encontrar el gusto de invocar
oración, sumergiendo al orante en el mundo de Dios, le a Dios como Padre. Es posible hacer frente a las prue-
otorga el don divino más precioso, para que pueda entrar bas de la vida en general y de la vida cristiana en parti-
en el mundo divino, o sea, en el Reino. cular. Se hace posible no mirar los resultados inmedia-
La bondad del «papá que está en el cielo» es tal que tos ni la aprobación de la gente, sino tener confianza en
usa nuestras necesidades para hacernos descubrir la ne- la m a n o de Dios, que orienta todo al bien. Es posible
cesidad de fondo, escondida en todas las otras necesi- orar sin cansarse, porque así es como el Espíritu viene
dades: la de entrar a forma parte de su Reino; por eso, a nosotros: trayendo el Reino y llevándonos a él.
a quien pide con constancia se le dará el Espíritu San-
to, la llave para entrar y para progresar en su designio ORATIO
de salvación universal.
Ven, Espíritu Santo, llena de fe y confianza mi co-
MEDITATIO razón vacilante. Ven, Espíritu Santo, y muéstrame tu
verdad, para que no me deje engañar por las evidencias
El problema presentado por las lecturas de hoy es del mundo. Ven, Espíritu Santo, y abre mis ojos al bien
muy actual: hacer el bien y orar parecen con frecuencia silencioso que se da entre la gente y no me dejes desa-
cosas inútiles. Nada cambia, el m u n d o sigue como an- nimarme por el mal rumoroso y prepotente.
tes. Y, además, la mirada irónica del m u n d o se maravi- Ven, Espíritu Santo, y hazme exultar de alegría por tu
lla a menudo de que haya todavía alguien dispuesto a presencia. Ven, Espíritu Santo, y manten despierto en
perder su tiempo en estas preocupaciones. Entonces mí el deseo de la vida eterna, esperando el día del retor-
nos dirigimos a Dios, para que se haga sentir, y, frente a no del Señor. Ven, oh Espíritu, y ahonda en mí el anhe-
su renovado silencio, se nos echa la culpa de nuestra lo de conocer, a m a r y servir a aquel que será mi felici-
poca fe. Es una espiral que nos quita la paz y nos deja dad eterna. ¡Ven, Espíritu, ven!
el corazón lacerado por la duda, por la terrible duda de
que todo sea una ilusión.
En la Palabra de hoy hay u n soplo restaurador, hay CONTEMPLATIO
una clave de lectura: está sobre todo el don del Espíritu,
que nos transporta a otras dimensiones, que introduce Cuando u n alma se ha abandonado a la guía del Es-
en el círculo cerrado de nuestras preocupaciones hori- píritu Santo, éste la levanta gradualmente y la dirige. En
zontales la línea recta que hace levantar la mirada, in- los comienzos, no sabe a dónde va, pero poco a poco la
I unde sentido, sostiene el coraje para continuar e ilumi- luz interior la va iluminando y le hace ver todas sus
na la fidelidad y la oración de cada día con la belleza acciones y la va guiando hacia Dios a través de las mis-
misma de Dios. Con el Espíritu todo queda transforma- mas, de m o d o que no le queda casi otra cosa por harer
80 27" semana Jueves 81

más que dejar obrar a Dios en ella y por medio de ella Con frecuencia nos resulta difícil encaminarnos por la senda
lo que a él le place; de suerte que ésta progresa de u n a de la vida espiritual no sólo porque las causas de nuestras
manera maravillosa. preocupaciones tienen un poder muy fuerte sobre nosotros, sino
también porque casi no conseguimos darnos cuenta de la pre-
Tenemos u n a figura de la guía del Espíritu Santo en
sencia del Espíritu de Dios. Permaneciendo vigilantes y atentos a
la conducta seguida por Dios con los israelitas después su divina presencia, seremos conducidos cada vez más profun-
de la salida de Egipto, en su viaje por el desierto para damente al Reino. Allí, con gran sorpresa y alegría por nuestra
llegar a la tierra prometida. Les dio como guía u n a co- parte, descubriremos que todas las cosas empiezan a tener un
lumna de nube durante el día y u n a columna de fuego significado nuevo (H. J. M. Nouwen, Invito alia vita spirítuale,
para la noche. Ellos seguían el movimiento de esta co- Brescia 2 2000, pp. 77ss, passim).
lumna y se detenían cuando ella se paraba; no la ade-
lantaban nunca, sólo la seguían, y no se alejaban n u n c a
de ella. Así es como nosotros deberíamos comportarnos
respecto al Espíritu Santo (L. Lallemant, Doctrina spiri-
tuale IV, 1).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el
Señor» (del salmo responsorial).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Vivimos en un mundo lleno de preocupaciones. Nosotros mis-


mos estamos ocupados y preocupados por muchas cosas; sin
embargo, nos sentimos al mismo tiempo aburridos, resentidos,
deprimidos y muy solos. En este mismo mundo se hace presente
el Hijo de Dios, Jesucristo, para ofrecernos una vida nueva, la
vida del Espíritu de Dios. Nosotros deseamos esta vida, pero
comprendemos asimismo que es tan radicalmente diferente de la
que conocemos que nos parece algo ilusorio aspirar también a
ella. ¿Cómo podemos pasar entonces de la fragmentación a la
unidad, de las muchas cosas a la única necesaria, de nuestras
vidas divididas a una vida indivisa en el Espíritu? Se hace nece-
sario un gran esfuerzo que permita al Espíritu de Dios trabajar
en nosotros y volver a crearnos.
Viernes

27 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Joel 1,13-15; 2,lss


1,13
Sacerdotes, vestios de sayal;
lamentaos, dad gritos,
ministros del altar;
venid, pasad la noche
haciendo penitencia,
ministros de mi Dios;
porque ha quedado
sin ofrendas ni libaciones
el templo de vuestro Dios.
14
Promulgad un ayuno,
convocad la asamblea,
reunid a los ancianos
y a todos los habitantes de esta tierra
en el templo del Señor, vuestro Dios,
y clamad al Señor:
15
¡Ay, qué día!
¡Está cerca el día del Señor;
ya llega como devastación
del Devastador!
21
Tocad la trompeta en Sión,
tocad a rebato en mi monte santo,
tiemblen todos los habitantes
84 27a semana Viernes 85

de esta tierra, cia, a partir de la penitencia de los sacerdotes («Sacer-


porque ya llega el día del Señor,
ya está cerca: dotes, vestios de sayal; lamentaos, dad gritos, ministros
2
día de tinieblas y de oscuridad, del altar»: 1,13). Joel es un profeta ligado al templo y
día de nubarrones y de espesa niebla. predica la conversión -ésta comienza precisamente por
Un pueblo innumerable y poderoso los agregados al t e m p l o - para extenderla después «a to-
se despliega como la aurora dos los habitantes de esta tierra» (1,14).
sobre los montes.
No hubo otro antes como él
ni se verá jamás otro igual.
Evangelio: Lucas 11,15-26

*»• Una espantosa invasión de saltamontes lo ha de- En aquel tiempo, después de que Jesús hubiera expulsado
vastado todo, revelándose como una auténtica catástro- a un demonio, '5 algunos dijeron:
fe. Por donde han pasado, sólo han dejado destrucción -Expulsa a los demonios con el poder de Belzebú, príncipe
y muerte. Ha desaparecido la alegría de los rostros de de los demonios.
los labradores, que han visto desaparecer como h u m o el 16
Otros, para tenderle una trampa, le pedían una señal del
fruto de tantas fatigas. Pero también ha desaparecido a cielo. " Pero Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
alegría del rostro de los sacerdotes, «porque ha quedado -Todo reino dividido contra sí mismo queda devastado, y
sin ofrendas ni libaciones el templo de vuestro Dios» sus casas caen unas sobre otras. 18 Por tanto, si Satanás está
(1,13). ¡Es un luto nacional! Es menester convocar una dividido contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su Reino?
solemne liturgia penitencial, porque la terrible calami- Pues eso es lo que vosotros decís: Que yo expulso los demo-
dad está cargada también simbólicamente: es un aviso nios con el poder de Belzebú. " Ahora bien, si yo expulso los
demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos ¿con qué
de la proximidad del «día del Señor», «día de tinieblas y poder los expulsan? Por eso ellos mismos serán vuestros jueces.
de oscuridad» (2,2a), un día en el que también la natu- 20
Pero si yo expulso los demonios con el poder de Dios, enton-
raleza estará implicada. La invasión devastadora de los ces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros. 21 Cuando un
saltamontes, que por su número oscurecen el cielo, se hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes es-
convierte en prefiguración del día en el que el Señor tán seguros. 22 Pero si viene otro más fuerte que él y lo vence, le
vendrá a juzgar a los impíos. Será un día espantoso: quita las armas en las que confiaba y reparte sus despojos. 23 El
que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge con-
«No hubo otro antes como él ni se verá jamás otro igual» migo, desparrama. " Cuando el espíritu inmundo sale de un
(2,2b). La furia devastadora del flagelo natural está pre- hombre, anda por lugares áridos buscando descanso y, al no
sentada como u n ejemplo que invita a la reflexión, a la encontrarlo, se dice: Volveré a mi casa, de donde salí. 25 Al lle-
oración, a la conversión y a la penitencia. Será un acon- gar, la encuentra barrida y adornada. 26 Entonces, va y toma
tecimiento que sorprenderá a todos por sus proporcio- consigo otros siete espíritus peores que él, entran y se insta-
nes y sus consecuencias. lan allí, de modo que la situación final de este hombre es peor
que la del principio.
El profeta, apoyándose en un fenómeno natural, una
plaga no infrecuente en la Palestina de aquellos tiempos, **• En este pasaje combate Jesús contra dos adversa-
proyecta su mirada sobre un acontecimiento único, defi- rios: el demonio y «algunos» (para Mateo son los fariseos).
nitivo, para el que es preciso prepararse con la peniten- Éstos le acusan de u n modo grave, con u n a violencia
86 27a semana Viernes 87

inaudita: es verdad, ese Jesús es u n exorcista eficaz, MEDITATIO


pero recibe sus poderes del mismo demonio que expul-
sa. Jesús responde con dos argumentos: no es posible El tema del combate espiritual fue desarrollado por
pensar que el demonio se expulse a sí mismo, porque su los Padres del desierto, pero sigue siendo u n a realidad
dominio se hundiría. Y, además, los fariseos enseñan que goza de una impresionante actualidad. A pesar de
también exorcismos especiales a sus discípulos: ¿tam- cierto escepticismo difundido en la sociedad, que se
bién están endemoniados ellos? Más bien, deberían considera evolucionada, el demonio está más presente
reconocer, al ver las obras de liberación del sufrimiento en el m u n d o de lo que podemos imaginar. En algunos
realizadas por Jesús, que aquí actúa el poder de Dios y momentos, casi de repente, es posible percibir lo arrai-
que, por consiguiente, ya ha llegado el Reino de Dios, gada que está su presencia. Su fuerza consiste en ha-
con su poder curador y liberador. cerse olvidar y en aparecer bajo los aspectos más se-
El otro gran adversario, que domina todo el pasaje, es ductores y tranquilizadores. Dado que conoce bien a sus
el demonio, el «fuerte», que se siente seguro hasta la presas, lanza por lo general sus ataques por el frente
llegada de Jesús, pues éste se muestra bastante más más desguarnecido, por las realidades a las que somos
fuerte que él. Entre Jesús y el demonio se ha entablado más sensibles. A veces sentimos el ataque verdadera-
u n apretado y decisivo combate, que exige al discípulo mente como devastador, y la única manera de liberar-
tomar partido, elegir campo: «El que no está conmigo, nos de él parece precisamente ceder. Pero la apuesta es
está contra mí» (v. 23). No es posible la neutralidad, demasiado elevada. Ceder ante él una vez significa
pues la lucha del Maestro es también la lucha del discí- abrirle un paso que le hará más fácil el acceso en el pró-
pulo. Y esta lucha es escatológica, tiene que ver con el ximo asalto.
destino final, dado que «el que no recoge conmigo, des- Las armas son las de siempre: oración intensa, recor-
parrama» (v. 23). dar continuamente la Palabra del Señor y sus promesas;
Una vez encuadrado el discípulo en el bando del penitencia; u n a gran humildad, que nos haga poner
«más fuerte», no por ello puede estar tranquilo; a pesar toda nuestra confianza en el Señor; vigilancia, para no
de todo, debe vigilar, porque la envidia del demonio, ser cogidos por sorpresa. En estas condiciones, el desa-
que vaga por lugares áridos, lanza contra él ataques fío asume una fascinación particular: estamos llamados
cada vez más poderosos, implicándole en un combate a combatir contra un adversario más fuerte que noso-
terrible. tros, pero con u n arma más, u n arma que viene del Es-
El discípulo ha sido advertido: estar de parte de Cris- píritu Santo. Nuestro adversario se presenta cada vez
to significa participar en su victoria, pero también par- más fuerte después de cada derrota, pero no tan fuerte
ticipar en su combate contra el mal y contra el Maligno, que no pueda ser derrotado. Cristo quiere unirnos a su
que no se da por vencido con facilidad y quiere arrastrar combate, para que también nosotros podamos hacer re-
en su ruina a la mayor cantidad de discípulos posible. troceder el mal que se propaga por el mundo, y hacer-
I .a lucha entre Cristo y el demonio continúa así en el co- nos así partícipes de su victoria, aunque esta victoria,
ia/on de los discípulos. Éstos, con coraje y confianza, cuando estamos inmersos en el duro combate, pueda
in> pueden sustraerse a esa lucha. parecemos no rara vez una ilusión lejana.
88 27a semana Viernes 89

La presencia del demonio nos invita a reflexionar ciendo ruidos, armando tumulto, gimiendo lastime-
sobre el carácter dramático de la existencia cristiana, ramente y chillando: «¡Vete de nuestro dominio! ¿Qué
sobre el poder del mal, sobre lo que está en juego, sobre tienes que hacer en el desierto? Tú no puedes soportar
la grandeza de la victoria de Cristo, sobre la necesidad nuestra persecución». Al principio, los que estaban
de encuadrarnos de una manera abierta y decidida de afuera creían que había hombres peleando con él y que
su parte, sobre la convicción de que el combate espiri- habrían entrado por medio de escaleras, pero, cuando
tual es parte esencial del discípulo de Cristo. atisbaron por u n hoyo y no vieron a nadie, se dieron
cuenta de que eran los demonios los que estaban en el
ORATIO asunto, y, llenos de miedo, llamaron a Antonio.
El estaba más inquieto por ellos que por los demonios.
Oh mi Señor, tú conoces hasta el fondo mis debilida- Acercándose a la puerta, les aconsejó que se fueran y no
des, porque a ti no puedo esconderte ni mis miedos ni tuvieran miedo. Les dijo: «Sólo contra los miedosos los
mis hundimientos. Sabes lo débiles que son mis fuerzas demonios conjuran fantasmas. Ustedes ahora hagan la
y lo que sufro por los continuos asaltos del mal y del señal de la cruz y vuélvanse a su casa sin temor, y dé-
Maligno. Te ruego, oh bueno y omnipotente Señor, que jenlos que se enloquezcan ellos mismos».
no me dejes solo en la hora de la tentación, que me des- Entonces se fueron, fortalecidos con la señal de la
piertes de mi pasividad, de mi poca voluntad de resis- cruz, mientras él se quedaba sin sufrir ningún daño de
tencia a la acción del malvado. los demonios. Pero tampoco se enojaba por la contienda,
Ilumina, pues, con tu Espíritu mi corazón, para que porque la ayuda que recibía de lo alto por medio de vi-
sea capaz de recurrir a la luz de la fe precisamente siones y la debilidad de sus enemigos le daban un gran
cuando, en las horas más oscuras y difíciles, me asalte alivio en sus penalidades y ánimo para un mayor entu-
el enemigo. Inspira y guía mis decisiones: abre en mí siasmo. Sus amigos venían una y otra vez esperando,
esa mirada interior que capta la verdad de las cosas y por supuesto, encontrarle muerto, pero le escuchaban
sabe discernir el bien en medio de las ambigüedades y cantar: «Se levanta Dios y se dispersan sus enemigos, hu-
las incertidumbres de la vida. Haz que en el combate yen de su presencia los que lo odian. Como el humo se di-
contra el poder del mal, que pretende destruir mi fe en ti, sipa, se disipan ellos; como se derrite la cera ante el fuego,
no cese yo de invocarte, porque sólo junto a ti y contigo así perecen los impíos ante Dios» (Sal 67,2). Y también:
sé que nadie me podrá sorprender. Envíame, pues, tu «Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor
Espíritu y seré fuerte en mí. los rechacé» (Sal 117,10) (Atanasio de Alejandría, Vita
Antonii, 13, versión electrónica).

CONTEMPLATIO
ACTIO
Sus amigos, que venían a verle, pasaban a menudo
días y noches fuera, puesto que no quería dejarles en- Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
trar. Oían que sonaba como una multitud frenética, ha- «Vigilad y orad para no caer en la tentación» (Me 16,38).
27a semana
90

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL Sábado


Antonio se marchó al desierto para combatir a los demonios
en su terreno. Fue una declaración de guerra a los demonios, los
cuales le atormentaron y se las ingeniaron para expulsarle de su
27 a semana del
terreno. Antonio creía que, gracias a su lucha con los demonios, Tiempo ordinario
algo se volvería más claro y más sano también para los hombres
del mundo. Si él vencía a los demonios, éstos tendrían también
menos poder sobre los hombres que estaban en el mundo. En
consecuencia, su combate con los demonios adquiere una fun-
ción vicaria respecto al mundo.
La tentación se convierte así en parte esencial de la vida. La
vida del hombre está marcada por un conflicto continuo. N o po-
demos contentarnos con vivir al día. Debemos hacer frente a los
LECTIO
ataques que la vida trae consigo. Nunca habrá un tiempo en el
que podamos dormir en los laureles. Las tentaciones nos acom-
pañarán más bien hasta el final de la vida. Dijo Antonio: «Na-
die, si no es tentado, puede entrar en el Reino de los Cielos; de Primera lectura: Joel 4,12-21
hecho - d i c e - suprime las tentaciones, y nadie se salvará (Apo-
tegmas, 5). Y otro eremita: «Si el árbol no es sacudido por los Así dice el Señor: '2 Que vengan las naciones
vientos, ni crece ni echa raíces. Así ocurre también con el mon- y acudan al valle de Josafat;
je: si no es tentado ni soporta la tentación, no se convierte en allí me sentaré para juzgar
nombre» (Apotegmas, 396). Quien se entrega a la tentación de a las naciones de alrededor.
13
los demonios encuentra la verdad de su alma, descubre ¡deas Meted la hoz, la mies está madura;
crueles, imágenes sádicas, fantasías inmorales. Nos convertire- venid a pisar, el lagar está lleno,
mos en hombres maduros sólo si aceptamos esta verdad, sólo si las cubas rebosan.
damos la talla en esta tentación. Conocer la tentación, sin ser ¡Tan grande es su maldad!
14
aplastados por ella, es un método que nos mantiene vivos, un ¡Muchedumbres y muchedumbres
método que nos recuerda incesantemente que no podemos me- en el valle de la Decisión,
jorar solos, sino que sólo Dios nos puede cambiar. Únicamente porque está cerca el día del Señor
Dios puede darnos la victoria en la lucha contra las tentaciones, en el valle de la Decisión!
15
una paz profunda que, si falta el combate, no puede ser expe- El sol y la luna se oscurecen,
rimentada con la misma intensidad (A. Grün, ll cielo comincia in pierden su brillo las estrellas.
16
te, Brescia 2 2 0 0 0 , pp. 49ss, passim). Ruge el Señor desde Sión,
desde Jerusalén hace oír su voz;
el cielo y la tierra se estremecen.
Mas, para su pueblo,
el Señor es un refugio,
un baluarte para los hijos de Israel.
17
Sabréis entonces que yo soy
el Señor, vuestro Dios,
27a semana Sábado 93
92

que habito en Sión, mi monte santo. Se trata de un fragmento con fuertes tintes apocalípti-
Jerusalén será lugar santo, cos que, a través de u n lenguaje comprometedor, anuncia
y los extranjeros no volverán el castigo de los malvados y la salvación del pueblo (al
a pasar por ella.
18 que el Señor considera como suyo: cf. v. 16b). Y no sólo
Ese día manará vino nuevo
la salvación, sino el triunfo definitivo de Israel y Judá,
de los montes,
y las colinas destilarán leche; con u n a tierra que volverá a tener su fertilidad, la del
por todos los torrentes de Judá paraíso perdido y la del esperado Mesías. Aquí está toda
correrá el agua, la esperanza de Israel y el gran mensaje de los profetas.
y una fuente, que manará
del templo del Señor,
regará el valle de las Acacias.
Evangelio: Lucas l l , 2 7 s s
" Egipto quedará hecho un desierto,
Edom una estepa desolada,
por haber asesinado En aquel tiempo, 27 cuando estaba diciendo esto, una mujer
a los habitantes de Judá, de entre la multitud dijo en voz alta:
cuya sangre inocente -Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te amaman-
derramaron en su tierra. taron.
20 28
Pero Judá subsistirá por siempre, Pero Jesús dijo:
Jerusalén de edad en edad. -Más bien, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y
21
Yo vengaré su sangre, la ponen en práctica.
no la dejaré impune.
Y el Señor habitará en Sión.
** Es posible que en la base de esta perícopa esté, una
vez más, el recuerdo de cierto contraste entre la familia
**• Estamos en el último capítulo del libro de Joel. E n
de Jesús y los discípulos, miembros de la nueva familia
él se presenta el «día del Señor», el día del choque final
de Jesús. Lucas pretende mostrar aquí que la madre de
entre el bien y el mal, entre el pueblo de Dios y los pue-
Jesús no pertenecía sólo a su familia natural, sino tam-
blos paganos coaligados. La descripción es vivaz y ate-
bién a la formada por los discípulos. Por eso es dichosa,
rradora: los paganos están invitados a presentarse en el
por haber sido la primera en escuchar la Palabra, adhi-
valle de Josafat, el «valle de la Decisión» (v. 14), junto al
riéndose a ella (Le 1,38), haciéndola fructificar al cien-
antiquísimo cementerio judío: allí serán segados como
to por uno. María tenía conocimiento de su dicha {«Des-
mies m a d u r a y pisados en el lagar, mientras el cosmos
de ahora me llamarán dichosa todas las generaciones»:
participa en el «rugido» del Señor, con desconciertos
1,48), y perseveró con fidelidad en medio de las prue-
espantosos, semejantes a los presentados por toda la
bas, convirtiéndose en la primera discípula y en el mo-
literatura apocalíptica. Bien distinta es la suerte del
delo de todo discípulo.
pueblo de Dios, que conocerá, por fin, el poder de su
Señor. Éste entregará definitivamente Jerusalén a sus El texto, típicamente lucano, es completamente «ma-
l'ieles y hará justicia a todas las opresiones y abusos riano»: de María se puede hablar tanto en el sentido de
padecidos. la mujer del pueblo como en el sentido que le da Jesús.
27a semana Sábado
94 9S

La mujer del pueblo, admiradora de Jesús, se convierte ha convertido en madre dando carne a la Palabra. El
en admiradora de su madre. ¡Y quién no habría querido Concilio Vaticano II recuerda esta dimensión, a veces
tener un hijo como Jesús! Dichosa esa madre afortuna- descuidada por u n a devoción intensa y sincera pero no
da. Jesús acentúa la dicha de la escucha y, por consi- suficientemente evangélica.
guiente, si bien de una manera implícita, de la ulterior La Palabra me interpela hoy: ¿es María para mí mode-
grandeza de su madre, dichosa sobre todo por escuchar lo de escucha de la Palabra? ¿Es la engendradora de Dios
la Palabra y acoger el misterio. Ambos motivos de dicha porque ha escuchado con fe esta Palabra? ¿Es digna de
no se excluyen, pero el segundo es imitable: todos pue- mi admiración antes que nada por haberse consagrado
den alcanzarlo, y no sólo su madre, como ocurre con el por completo a Cristo, perseverando en las pruebas, en
primero. la fe inquebrantable en su hijo tan maravilloso como
misterioso? ¿También yo puedo «engendrar a Cristo» a
MEDITATIO través de la escucha perseverante de la Palabra?

Los primeros siglos cristianos contemplaron sobre ORATIO


todo la primera bienaventuranza, la pronunciada por la
mujer del pueblo, la bienaventuranza de la maternidad
Dichosa tú, oh María, que fuiste digna de recibir la
de María. La primera «definición» solemne de María te-
«paz» del Padre por medio de Gabriel. Dichosa tú, oh
nía que ver con su divina maternidad, ser la theotókos, la
María, porque en ti habitó el Espíritu Santo del que
engendradora de Dios. Esto no debe sorprendernos, por-
cantó David. Dichosa tú, que fuiste como u n a carroza y
que la definición mira más a Cristo que a María, es más
le sostuvieron tus rodillas, le llevaron tus brazos, y
cristológica que mariológica, puesto que se trata de la en-
como fuentes fueron para él, para el Hijo de Dios, tus
carnación de Dios, gracias a la cooperación de María. De
senos, y abrazaste al que está vestido de llamas. Dicho-
aquí procede la comprensión de la gran dignidad de la
sa tú, María, que fuiste figura de la zarza vista por Moi-
Virgen, Madre de Dios: de la afirmación de la divinidad
sés. Dichosa tú, oh María, porque todos los profetas te
del Hijo, y de la contemplación de este gran misterio
pintaron en sus libros. Dichosa tú, oh María, porque
procede la afirmación de la sublime dignidad de María,
también te anunció Isaías en su profecía: «La Virgen
una dignidad muy superior a la de cualquier madre,
concebirá, dará a luz un hijo cuyo nombre es Emmanuel».
porque ella le dio un cuerpo al Hijo mismo de Dios. Los
He aquí que todas las gentes exclaman: «Con nosotros
siglos posteriores y la Iglesia, sobre todo la oriental, se
está el que con su voluntad gobierna todo» (Efrén el Sirio,
han mantenido en esta perspectiva.
Himno a la Virgen María).
Nunca ha faltado, sin embargo, una corriente que ha
recordado, junto a la primera, también la bienaventu-
ranza pronunciada por Jesús en el evangelio de hoy, CONTEMPLATIO
como premisa indispensable de la misma divina mater-
nidad: María es bienaventurada porque ha creído en la Preocupaos más, hermanos míos, preocupaos más,
Palabra, la ha meditado, la ha concebido en su seno, se por favor, de lo que dijo el Señor, extendiendo la mano
27° semana Sábado 97
96

sobre sus discípulos: Ésta es mi madre y mis hermanos; ACTIO


y quien hiciere la voluntad de mi Padre, que me envió, es
para mí un hermano, hermana y madre (Mt 12,49-50). Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
¿Acaso no hacía la voluntad del Padre la Virgen María, «Desde ahora me llamarán dichosa todas las genera-
que en la fe creyó, en la fe concibió, elegida para que ciones» (Le 1,48).
de ella nos naciera la salvación entre los hombres,
creada por Cristo antes de que Cristo fuese en ella
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
creado?
Hizo sin duda Santa María la voluntad del Padre; por Lucas nos ha hecho ver en su evangelio que María, la madre
eso es más para María ser discípula de Cristo que haber de Jesús, es un modelo de fe para los hombres. Ella, como mu-
sido madre de Cristo. Más dicha le aporta el haber sido jer y como símbolo de todos los seres humanos, ha recibido el
discípula de Cristo que el haber sido su madre. Por eso gran don de la presencia transformadora de Dios en la tierra
era María bienaventurada, pues antes de dar a luz llevó (Le 1,28). Esa presencia se concreta como «Espíritu creador» y
se manifiesta en el nacimiento del Mesías. A través de la palabra
en su seno al Maestro. Mira si no es cierto lo que digo.
de María, aue se ofrece y colabora (1,38), se realiza el misterio
Mientras caminaba el Señor con las turbas que le se- primordial de nuestra historia: Dios hecho hombre. Exteriormente
guían, haciendo divinos milagros, una mujer gritó: ¡Bie- todo sigue como antes; sin embargo, en este campo inmen-
naventurado el vientre que te llevó! Más, para que no se samente delicado e inmensamente abierto a la fe de una mujer
buscase la felicidad en la carne, ¿qué replicó el Señor? ¡oven, que acepta la Palabra de Dios, empezó a gestarse la
Más bien, bienaventurados los que oyen la Palabra de nueva vida de los hombres. María es el signo del nuevo estilo de
vida. Como decían los Padres, María concibió con la fe antes
Dios y la guardan (Le 11,27-28).
de hacerlo con su seno. Su bienaventuranza no está limitada al
Por eso era bienaventurada María, porque oyó la Pa- regazo y al seno, sino que abarca toda su persona.
labra de Dios y la guardó: guardó la verdad en la mente María ha creído (1,38), y por eso recibe la justa alabanza.
mejor que la carne en su seno. Verdad es Cristo, carne Es bienaventurada por su fe (11,39-45), y su vida se convierte en
es Cristo; Cristo Verdad estaba en la mente de María, un fundamento de júbilo y de bendición para todos los que han
Cristo carne estaba en el seno de María: es más lo que creído como ella. Jesús la desconcierta (2,41-52), y el camino
está en la mente que lo que es llevado en el vientre. San- de la cruz está empedrado de espada y de dolor para la madre
(2,33-35), pero Lucas sabe que María fue fiel hasta el final. En
ta es María, bienaventurada es María, pero mejor es la
los estratos más profundos de su vida, ella creyó en la Palabra
Iglesia que la Virgen María. ¿Por qué? Porque María es de Jesús y se convirtió en principio y fundamento de la Iglesia.
u n a porción de Iglesia, u n miembro santo, u n miem- En todos estos aspectos, la Madre de Jesús es el modelo de la
bro excelente, u n miembro supereminente, pero al fin mujer abierta al misterio de la vida y el modelo del creyente, que
m i e m b r o de u n cuerpo entero. Si es parte del cuerpo responde con confianza y generosidad a la palabra que Dios le
i'nlero, más es el cuerpo que uno de sus miembros. El ha dirigido (J. Pikaza, cit. en Commento alia Bibbia litúrgica,
CiniselloB. 1986, 1212ss).
Señor es cabeza, y el Cristo total es cabeza y cuerpo.
¿Oué diré? Tenemos u n a Cabeza divina, tenemos a
Dios c o m o cabeza» (Agustín, Sermón 72/A, 7).
Lunes

2 8 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: R o m a n o s 1,1-7

1
Soy Pablo, siervo de Cristo Jesús, elegido como apóstol y
destinado a proclamar el Evangelio que Dios 2 había prometi-
do por medio de sus profetas en las Escrituras santas. 3 Este
Evangelio se refiere a su Hijo, nacido, en cuanto hombre, de
la estirpe de David 4 y constituido, por su resurrección de en-
tre los muertos, Hijo poderoso de Dios según el Espíritu san-
tificador: Jesucristo, Señor nuestro, 5 por quien he recibido la
gracia de ser apóstol, a fin de que para su gloria respondan a
la fe todas las naciones, 6 entre las cuales también estáis
vosotros, que habéis sido elegidos por Jesucristo.
7
A todos los que estáis en Roma y habéis sido elegidos
amorosamente por Dios para constituir su pueblo, gracia y
paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.

*•• En Pablo no es posible separar la persona de la mi-


sión: este criterio vale tanto p a r a comprender la perso-
nalidad de Pablo como para interpretar sus cartas, y de
m o d o particular la carta a los cristianos de Roma, que
empezamos a leer esta semana.
Es el mismo Pablo el que se presenta directamente, el
que se muestra solícito para darnos no sólo sus conno-
28a semana Lunes
100 101

taciones personales, sino también el sentido y el valor de denará, porque ella vino desde el extremo de la tierra a escu-
la misión que le ha sido confiada por el Señor resucitado. char la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más im-
El acontecimiento que debemos tener siempre presente portante que Salomón. 32 Los habitantes de Nínive se levanta-
rán el día del juicio contra esta generación y la condenarán,
cuando leemos las cartas paulinas es el de Damasco, o porque ellos hicieron penitencia por la predicación de Jonás,
sea, el encuentro de Saulo con Jesús de Nazaret, recono- y aquí hay uno que es más importante que Jonás.
cido en su identidad personal y en su mística presencia
en los cristianos perseguidos. En el centro del mensaje
*+• Durante su vida pública, Jesús se encontró muchas
paulino, así como en el centro de su existencia terrena, se
veces frente a pretensiones a las que, honestamente, no
encuentra este Cristo, verdadero hombre y verdadero
podía responder. En semejantes circunstancias, su dis-
Dios, hijo de David e hijo de Dios, resucitado, pero
curso asume tonalidades polémicas, que centran su
idéntico al Jesús de Nazaret. De él ha recibido Pablo
pensamiento. En este caso específico, la pretensión re-
directamente - y lo afirma con u n a convicción plena y
cae en la petición de u n signo milagroso, un signo que
un puntito de orgullo- «la gracia de ser apóstol» (v. 5). En
Jesús interpreta de inmediato como objeto de mera cu-
consecuencia, Pablo se siente gratificado por la misión
riosidad y búsqueda de espectáculo. Sin embargo, él no
que, en cierto modo, le ha sido impuesta, a la cual, como
ha venido a satisfacer estas demandas, y no está dis-
dice en otro lugar, no se ha podido sustraer, sintiéndose
puesto ni mucho menos a dejarse desviar del significa-
casi violentado, como le sucedió ya al profeta Jeremías
do primero de su misión. De ahí que su respuesta no se
(Jr 20,7).
haga esperar. En ella dice Jesús de modo claro qué se-
En la inescindible unidad de su misión, Pablo consi- ñal está dispuesto a dar. Se trata de la que él mismo lla-
dera también a los destinatarios de esta carta suya ma señal de Jonás (cf. v. 29).
oyentes de la palabra que Dios le ha confiado como
«Evangelio», como «Buena Nueva», a saber: que viene Vale la pena referir la diferencia que existe entre Ma-
de Dios y tiene que ver con Jesús, el Cristo, muerto y re- teo y Lucas a este respecto. Mientras Mateo insiste sólo
sucitado para la salvación de todos. El deseo de gracia en u n hecho de la vida del profeta (Jonás estuvo tres días
y de paz (v. 7) que les dirige Pablo es la síntesis de ese y tres noches en el vientre del cetáceo) para poder pre-
Evangelio, y Pablo se reconoce en él de buena gana sentar la resurrección de Jesús como la señal esperada
como siervo y heraldo. aquí, Lucas considera, en cambio, toda la vida de Jonás
como un único gran signo, dando un relieve particular a
la predicación del profeta. A Jonás se le presenta, en re-
Evangelio: Lucas 11,29-32 lación con Cristo, como una figura, como una profecía
del mismo Jesús. Por consiguiente, es Cristo, con el ca-
En aquel tiempo, 29 la gente se apiñaba en torno a Jesús y rácter extraordinario de su misión, con la transparencia
él se puso a decir: de sus palabras, con el radicalismo de sus pretensiones,
-Ésta es una generación malvada; pide una señal, pero no con el poder de sus milagros, quien constituye la señal
se le dará una señal distinta de la de Jonás. 30 Pues así como primera, unitaria e insustituible, capaz de atraer la aten-
Jonás fue una señal para los ninivitas, así el Hijo del hombre
lo será para esta generación. 31 La reina del sur se levantará en ción de sus contemporáneos, al menos de los que no le-
el juicio junto con los hombres de esta generación y los con- vantan barreras psicológicas o ideológicas insuperables.
28a semana Lunes KM
102

El doble ejemplo de la reina del sur (v. 31) y de los nos a este don es fuente de bienaventuranza y nos hace
habitantes de Nínive (v. 32) sirve a Lucas para poner por eso mismo gozosamente misioneros para los her-
claramente de manifiesto que frente a Jesús, profeta de manos.
los últimos tiempos, se perfilan dos posibles reacciones: A quien verdaderamente ha encontrado a Cristo le
no sólo la negativa de la «generación malvada», sino resulta impensable no arder en deseos de llevar a todos
también la positiva de los extranjeros. el alegre anuncio. Sin embargo, qué fácil resulta dar
por descontada la novedad de la vida cristiana, ence-
MEDITATIO rrarla en nuestros prejuicios, que nos hacen, como a
Jonás, jueces de Dios y de sus designios. El Señor Je-
Desde que, en el camino de Damasco, Pablo encon- sús, misericordia del Padre, planta en nuestro corazón
tró a Cristo, no puede pensar en sí mismo sin ponerse la señal grande de la cruz para que, vencidos por su
en relación con él. Pablo es ahora «siervo» de Cristo Je- amor, también nosotros lleguemos a ser testigos alegres
sús, su «apóstol», enviado a anunciar el Evangelio. E n en medio de los hermanos.
la apremiante presentación que hace de sí mismo a los
romanos aparece u n orgullo porfiado en su misión. Pa- ORATIO
rece percibirse en sus palabras un estremecimiento de
impaciencia; Pablo quisiera correr por todos los cami-
nos para llevar a todos a la obediencia de la fe, a reco- Eran tiempos difíciles, marcados por dudas y angus-
nocer en Jesús al Cristo, al enviado del Padre para tias, y muchas voces se disputaban mi corazón. Conta-
nuestra salvación. ba mis talentos y mis infinitas posibilidades. La vida me
había dado mucho y me prometía mucho. ¡Pides dema-
El fragmento evangélico de Lucas habla de otro en-
siado, Señor!
viado: Jonás, el profeta menor que, a la inversa, no qui-
so saber nada de su encargo de predicar a los ninivitas Sin embargo, desde hacía tiempo, una voz inconfun-
y que ni siquiera se dio cuenta de que era tan impor- dible robaba espacios a mi vida, u n a voz delicada, pero
tante para el Señor como para que le siguiera de u n ex- imposible de detener, repetía claramente su llamada:
tremo al otro del m a r y hasta en sus profundidades. Sin «Te he llamado por tu nombre». ¡Mira hacia otra parte,
embargo, el caprichoso heraldo de la conversión de los Señor!
paganos ha tenido el honor de convertirse nada menos Te he pensado como único, te he querido irrepetible,
que en la «señal» por excelencia ofrecida a la «genera-
te he amado desde siempre, te he enriquecido con dones
ción malvada y perversa» que hay en cada u n o de no-
específicos e indispensables para la misión que te quie-
sotros, o sea, la señal del Crucificado-Resucitado, que
ro confiar. ¡Todavía no, Señor!
bajó - p o r solidaridad con nosotros, p e c a d o r e s - a las
profundidades de los infiernos. Allí permaneció Jesús Con todo, no he nacido para molestar, ni puedo pasar
para demostrar hasta qué punto nos ama: ahora ya no por este m u n d o sin ser notado. Debo ser y llegar a ser,
hay «lugar» exento de su presencia amorosa, no hay como Cristo, señal para llevar a cabo la misión apre-
soledad que no esté habitada por su proximidad. Abrir- miante del Padre. ¡Aquí estoy, Señor!
104 28a semana Lunes 105

CONTEMPLATIO ¡Oh dulce trueque, oh obra insondable, oh beneficios


inesperados! ¡Que la iniquidad de muchos quedara
[...] Envióle en clemencia y mansedumbre, como u n oculta en un solo Justo y la justicia de uno solo justi-
rey envió a su hijo-rey; como a Dios nos lo envió, como ficara a muchos inicuos! («Ad Diognetum», VIII-IX, en
hombre a los hombres le envió, para salvarnos le envió; Padres apostólicos, ed. Daniel Ruiz Bueno, Biblioteca de
para persuadir, no para violentar, pues en Dios no se da Autores Cristianos, Madrid 2 1967, pp. 854-856, passim).
la violencia. Le envió para llamar, no para castigar; le
envió, en fin, para amar, no para juzgar. [...]
ACTIO
[...] lo cierto es que ningún hombre vio ni conoció a
Dios, sino que fue él mismo quien se manifestó. Ahora
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
bien, se manifestó por la fe, única a quien se le concede
ver a Dios. Y, en efecto, aquel Dios, que es Dueño sobe- «Gracia y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Je-
rano y Artífice del universo, el que creó todas las cosas sucristo, el Señor» (Rom 1,7).
y las distinguió según su orden, no sólo se mostró be-
nigno con el hombre, sino también longánime. A la ver- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
dad, él siempre fue tal, y lo sigue siendo y lo será, a sa-
ber: clemente y bueno y manso y veraz; es más: sólo él Pablo dice de sí mismo que es siervo de Cristo Jesús. Que el
es bueno. Y habiendo concebido u n gran e inefable de- hombre se reconozca siervo de Dios (tal vez más exactamente
signio, lo comunicó sólo con su Hijo. [...] Y cuando aún, esclavo de Dios) no es algo natural. El griego no entendió
nuestra maldad llegó a su colmo y se puso totalmente de así sus relaciones con la divinidad. Creía que un hombre libre
manifiesto que la sola paga de ella que podíamos espe- no debía ser siervo de nadie, ni siquiera de Dios. «¿Cómo po-
rar era castigo y muerte, venido que fue el momento que dría ser feliz el hombre que presta servicio a alguien?» (Platón,
Dios tenía predeterminado para mostrarnos en adelan- Gorgias, 491). Sin embargo, el hombre piadoso del Antiguo y
te su clemencia y poder (¡oh benignidad y amor excesi- del Nuevo Testamento declara con esa fórmula aue pertenece a
su Dios de una manera simple e incondicional. Ahora bien, aun-
vo de Dios!), no nos aborreció, no nos arrojó de sí, no
que precisamente los grandes patriarcas de la antigua alianza,
nos guardó resentimiento alguno; antes bien, mostróse-
los amigos de Dios, como A b r a h á n , Moisés, Josué, David, se de-
nos longánime; él mismo, por pura misericordia, cargó claran siervos de Dios, esta declaración no es una palabra hu-
sobre sí nuestros pecados; él mismo entregó a su propio millante, sino el título honorífico más elevado. Si bien el Nuevo
Hijo como rescate por nosotros; al Santo por los peca- Testamento, en las parábolas de Jesús, habla a menudo del
dores, al Inocente por los malvados, al Justo por los in- hombre como siervo de Dios, no es ésta la única concepción del
justos, al Incorruptible por los corruptibles, al Inmortal hombre frente a Dios que tiene el cristiano. Este último es asi-
por los mortales. mismo hijo y heredero respecto a Dios. Y por estar al servicio
de un Dios, el Padre, y de un Señor, Cristo, y por ello bajo su
Porque ¿qué otra cosa podría cubrir nuestros peca- poderosa protección, sabe que es libre de todas las espantosas
dos, sino la justicia suya? ¿En quién otro podíamos ser
otencias diabólicas del mundo. Quien es siervo de Cristo es li-
justificados nosotros, inicuos e impíos, sino en el solo
Hijo de Dios?
E erado por Cristo, y quien ha sido liberado por Cristo es siervo
de Cristo.
28a semana
106

Ahora bien, Pablo se considera siervo de Cristo Jesús no sólo Martes


en un sentido genérico, sino en el sentido especial de apóstol.
¿Qué era y qué es, por consiguiente, un apóstol? No es un se-
ñor, sino un siervo, que ha siao llamado y al que se le pide que
venga; es enviado por otro; como tal, no ha de anunciarse a sí 28 a semana del
mismo, sino precisamente a ese otro que le envía. Ha sido ele- Tiempo ordinario
gido previamente y segregado de la comunidad. Es un solitario,
un hombre que no considera como suyo propio más que la Pa-
labra y el don de Dios. Sin embargo, dado que Dios es absolu-
tamente diferente de como piensa el hombre, su mensaje tam-
bién es diferente. Su palabra no puede ser probada; sólo puede
ser creída (K. H. Schelkle, Meditazioni sulla lettera ai Romani,
Brescia 1967, pp. 18-20).
LECTIO

Primera lectura: Romanos 1,16-25

Hermanos: 16 No me avergüenzo del Evangelio, que es fuer-


za de Dios para que se salve todo el que cree, tanto si es judío
como si no lo es. " Porque en él se manifiesta la fuerza sal-
vadora de Dios a través de una fe en continuo crecimiento,
como dice la Escritura: Quien alcance la salvación por la fe, ese
vivirá.
18
En efecto, la ira de Dios se manifiesta desde el cielo con-
tra la impiedad e injusticia de aquellos hombres que obstacu-
lizan injustamente la verdad. 19 Pues lo que se puede conocer
de Dios lo tienen claro ante sus ojos, por cuanto Dios se lo ha
revelado. 20 Y es que lo invisible de Dios, su eterno poder y su
divinidad, se ha hecho visible desde la creación del mundo,
a través de las cosas creadas. Así que no tienen excusa, 2I por-
que, habiendo conocido a Dios, no lo han glorificado, ni le
han dado gracias, sino que han puesto sus pensamientos
en cosas sin valor y se ha oscurecido su insensato corazón.
22
Alardeando de sabios, se han hecho necios " y han trocado
la gloria del Dios incorruptible por representaciones de hom-
bres corruptibles, e incluso de aves, de cuadrúpedos y de
reptiles. 24 Por eso Dios los ha entregado, siguiendo el impul-
so de sus apetitos, a una impureza tal que degrada sus propios
cuerpos. 25 Es la consecuencia de haber cambiado la verdad di-
28a semana Martes
109
108

Dios por la mentira y de haber adorado y dado culto a la cria- extrañó al ver que no se había lavado antes de comer. 39 Pero
tura en lugar de al Creador, que es bendito por siempre. Amén. el Señor le dijo:
-Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato,
mientras que vuestro interior está lleno de rapiña y de mal-
**• Tras el saludo inicial (primera lectura de ayer), dad. 40 ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera ¿no hizo también
Pablo enuncia de inmediato el tema de su carta: «El Evan- lo de dentro? 4I Pues dad limosna de vuestro interior y todo lo
gelio, que es fuerza de Dios para que se salve todo el que tendréis limpio.
cree, tanto si es judío como si no lo es» (v. 16). El compro-
miso del apóstol consistirá en profundizar y en proclamar *»• Esta página evangélica cuenta u n hecho de vida
la «Buena Nueva», según la cual Dios quiere salvar a to- que implicó a Jesús de una manera personal: se trata de
dos mediante el don de la fe. Pablo no se avergüenza de la invitación a comer en casa de un fariseo. Viene, a
este Evangelio, sino que más bien se siente justamente continuación, u n a reacción de Jesús en tono bastante
orgulloso y satisfecho: en efecto, es también mediante su polémico, de la que se desprende una enseñanza clara y
ministerio como se revela la justicia de Dios de fe en fe. fuerte.
Parece casi como si estuviéramos viendo al apóstol en ac-
ción, inclinado no tanto a anunciar el Evangelio que le ha La relación entre Jesús y los fariseos la conocemos
sido comunicado como a hacer participar a otros en la también por otras páginas evangélicas; casi siempre
experiencia por la que él mismo ha pasado. En efecto, él aparece la inmensa distancia que separa la lógica evan-
mismo había experimentado en el camino a Damasco el gélica de la práctica farisaica. También aquí, en el mar-
invencible poder del amor de Dios que salva; en el cami- co de una simple comida, aparece la actitud del fariseo
no que le habría llevado a la persecución de los cristia- anfitrión, que está más preocupado por la observancia
nos, Saulo fue sorprendido por Jesús de Nazaret, que le de una norma legal que por el honor que debe reservar
cambió las connotaciones espirituales. a su huésped excepcional. Es sabido que los judíos
otorgaban u n a gran importancia a la práctica de las
Además de la primera formulación del tema, esta pá-
abluciones, sobre todo antes de las comidas (cf. también
gina litúrgica presenta un primer desarrollo: el proyecto
Me 7,3ss); también sabemos que Jesús, con frecuencia
de Dios se ha revelado ya en la historia de Jesús de
y de manera voluntaria, se negaba a observar tales prác-
Nazaret y se revela día tras día en la historia de la huma-
ticas (tanto él como sus discípulos: cf. Mt 15,1-20). Que-
nidad. Considerando bien las cosas, la situación espiri-
da plasmada, de un modo más que evidente, no sólo la
tual que describe aquí Pablo es bastante negativa, aunque
distancia espiritual que existe entre Jesús y los fariseos,
se trata sólo de una primera consideración a la que pron-
sino, en cierto modo, también la incompatibilidad de
to seguirá la positiva de la salvación otorgada en Cristo
sus respectivos puntos de vista.
Jesús.
En este marco histórico se insertan las palabras de
Jesús con las que, en primer lugar, intenta describir y
Evangelio: Lucas 11,37-41 censurar el fuerte contraste que existe entre l a exagera-
da atención a lo que está «fuera del hombre» y el olvido
En aquel tiempo, " al terminar de hablar, un fariseo le imperdonable de lo que está «dentro del hombre». Bas-
invitó a comer. Jesús entró y se puso a la mesa.38 El fariseo se taría con este detalle para darse cuenta de lo indigno de
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la persona humana que es el código de comportamiento El evangelio también nos habla de insensatez, de
fariseo. u n a religiosidad no iluminada: prestamos atención a
Sin embargo, el Nazareno no se contenta con esto. u n m o n t ó n de cosas exteriores, pero no captamos la
Después de haber censurado su actitud, Jesús les llama sustancia. Es el riesgo que corremos nosotros, los cris-
«insensatos» (v. 40). ¿En qué sentido?, nos pregunta- tianos, que con m u c h a frecuencia nos fijamos en el de-
mos. Esa insensatez consiste en el hecho de que los fa- talle, en las formas, y perdemos de vista el a m o r a Dios
riseos, mientras cultivan la religión de los ritos y de las y a los hermanos. Al leer la vida de los santos tenemos
observancias, acaban olvidando la religión del corazón. a m e n u d o la impresión de que están dotados de u n a
O mejor aún, refiriéndose a la acción creadora de Dios, audacia y u n anticonformismo desconcertantes. E n
Jesús nos invita a no separar lo que Dios ha unido: el in- realidad, se trata sólo de ese ojo penetrante, agudizado
terior y el exterior, el cuerpo y el corazón, la práctica y por la inteligencia de la fe, que sabe ir siempre más
la intención. allá de cuanto está consolidado, fijado, aunque no
La invitación a la limosna constituye u n ejemplo con- para la búsqueda de lo cómodo o para liberar de la ley,
creto de cómo puede expresar el discípulo de Jesús, de sino para que sea el a m o r -y sólo el a m o r - el que tra-
una manera unitaria, u n a espiritualidad, la evangélica, ce el camino. En u n a sociedad obsesionada por las
que se sintetiza perfectamente en la ley de la caridad. imágenes, por las apariencias, por lo exterior, sólo
Jesús es capaz de llegar al corazón para convertirlo, de
modo que, purificado, pueda dejar aparecer el buen
MEDITATIO tesoro que esconde.

La Palabra de Dios ilumina las profundidades del co-


razón humano: saca a la luz su grandeza y descubre sus ORATIO
miserias. No es casualidad que, en la lista de las malda-
des que brotan de ese «abismo», Pablo hable también Tu Palabra, Señor, es «una espada de doble filo». Cuan-
de la insensatez. A veces, en efecto, nos quedamos sor- do pone al descubierto nuestra miopía, obnubilada por
prendidos de nuestra torpeza. Al hombre de hoy, capaz intereses egoístas, nos hace mal. Cuando encuentra una
de maravillosos descubrimientos científicos, se le ofre- mente sedienta de verdad, cura nuestra ceguera. Cuan-
ce u n a oportunidad desconocida hasta ahora: la de do molesta a nuestra apatía disonante con tu plan de
adentrarse en los secretos de la naturaleza que llevan salvación, se siente incómoda. Cuando encuentra u n
inscritas -desde lo infinitamente pequeño a lo infinita- oído abierto a la escucha, sana nuestra sordera. Cuando
mente g r a n d e - las cifras misteriosas de la inteligencia nos agita con el mensaje de la cruz, molesta y da miedo.
y del a m o r divino. Más he aquí que, en vez de embria- Cuando encuentra u n corazón capaz de aceptar la prue-
garse con tanta belleza y perderse en el éxtasis de u n a ba como algo que forma parte constitutiva de la vida,
contemplación rica y fascinante, en las páginas de los entonces alivia nuestro sufrimiento.
periódicos se apiñan crónicas de hechos tan perversos y Haz, Señor, que tu Palabra, siempre dinámica y viva,
repugnantes que sólo pueden explicarse admitiendo encuentre en mí una respuesta de fe: sólo así producirá
una presencia demoníaca. en mí una conversión verdadera y me salvará.
112 28" semana Martes 113

CONTEMPLATIO ACTIO

Nuestro Padre celestial nos ha llamado y nos ha ele- Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
gido previamente desde la eternidad en su Hijo amado «El Evangelio es fuerza de Dios» (Rom 1,16).
y, con su mano amorosa, ha escrito nuestros nombres
en el libro vivo de la eterna Sabiduría: por consiguien-
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
te, nosotros debemos corresponder a su amor con todas
nuestras fuerzas, con una reverencia y una veneración
infinitas. Precisamente así empiezan todos los cantos de Recibir el mensaje evangélico en la vida significa dejar que
nuestra vida llegue a ser, en el sentido más amplio y real de la
los ángeles y de los hombres, cantos que no tendrán palabra, una vida religiosa, una vida referida a Dios, en estre-
nunca fin. cha relación con él.
La primera melodía del canto celestial es el amor a La revelación esencial del Evangelio es la presencia domi-
Dios y al prójimo. Dios Padre, para enseñárnosla, nos nante e invasora de Dios. Se trata ae una invitación a encontrar
ha enviado a su Hijo. El que no conozca esta melodía no a Dios, y a Dios no se le encuentra más que en la soledad. Esta
podrá entrar en el coro celestial, porque no sólo no la soledad parece estar negada a aquellos que viven con los hom-
bres. Sería como creer que nosotros podemos entrar en la sole-
conoce, sino que no saborea su belleza: por consiguien- dad antes de que Dios nos llame. En realidad, es él quien nos
te, será excluido para siempre de los ejércitos celestiales espera. Encontrarle significa encontrar la soledad, porque la
[...]. Todo lo más sublime y más gozoso que se puede verdadera soledad es espíritu, y todas nuestras soledades hu-
cantar en el cielo y en la tierra es precisamente esto: manas son sólo un modo de encaminarnos hacia la fe, que es la
amar a Dios, y amar al prójimo por Dios, a causa de perfección de la soledad. La verdadera soledad no es la ausen-
Dios y en Dios. El arte y la ciencia de este canto nos los cia de los hombres, sino la presencia de Dios. Poner nuestra pro-
pia vida frente a Dios, dejar que la noción de Dios transforme
proporciona el Espíritu Santo.
nuestra propia vida, significa entrar en una región donde se nos
Cristo, que es nuestro cantor y maestro de coro, ha da la soledad.
cantado desde el principio y entonará por nosotros eter- Es la altura lo que procura la soledad de las montañas, no el
namente el cántico de la fidelidad y del amor sin fin. Y lugar donde se apoyan sus bases. Si el manar de la presencia
también nosotros, con todas nuestras fuerzas, cantare- de Dios en nosotros acaba en el silencio y en la soledad, enton-
mos después de él, tanto aquí abajo, en la tierra, como en ces nos deja en la paz, conscientes de estar profundamente uni-
el coro de la gloria de Dios. El canto común que todos de- dos a todos los hombres, hechos de la tierra como nosotros...
«Bienaventurado el que recibe la Palabra de Dios y la guarda»
bemos conocer para formar parte del coro de los ángeles
(Le 11,28) (M. Delbrél, Nous autres, qens des rúes, París 1966,
y de los santos en el Reino de Dios es, por tanto, el amor pp. 83-87, passim [edición española: Nosotros, gente de la
verdadero y sin ficción. El amor es, en efecto, la raíz y la calle, Estela, Barcelona 1971]).
causa de todas las virtudes en la intimidad de nuestro
corazón y es, en el exterior, la vestidura capaz de adornar
todas nuestras buenas obras (Ruysbroek el Admirable,
Les sept degrés de l'amour spirituel, XII).
Miércoles

28 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Romanos 2,1-11


1
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuan-
do juzgas a los demás, pues juzgando a otros tú mismo te
condenas, ya que haces lo mismo que condenas. 2 Y sabemos
que el juicio de Dios es riguroso contra quienes hacen tales
cosas. 3 Y tú, que condenas a los que hacen las mismas cosas
que tú haces, ¿piensas que escaparás al castigo de Dios?
4
¿Desprecias acaso la inmensa bondad de Dios, su paciencia
y su generosidad, ignorando que es la bondad de Dios la que
te invita al arrepentimiento? 5 Por el endurecimiento y la
impenitencia de tu corazón estás atesorando ira para el día de
la ira, cuando Dios se manifieste como justo juez 6 y dé a cada
uno según su merecido: 1 a los que perseverando en la prácti-
ca del bien buscan gloria, honor e inmortalidad, les dará vida
eterna, 8 pero los que por egoísmo rechazaron la verdad y se
abrazaron a la injusticia tendrán un castigo implacable. 9 Tri-
bulación y angustia para todos cuantos hagan el mal: para los
judíos, por supuesto, pero también para los que no lo son;
10
gloria, honor y paz para los que hacen el bien: para los
judíos, desde luego, pero también para quienes no lo son,
" pues en Dios no hay lugar a favoritismos.

**• Judíos o griegos, todos somos culpables ante Dios:


esta constatación, que podría suscitar sentimientos de
116 28a semana Miércoles 117

desánimo y desolación, provoca, en cambio, una fuerte lo que hay que hacer, aunque sin omitir aquello. 43 ¡Ay de vo-
búsqueda de la verdad. Es verdad que todos somos cul- sotros, fariseos, que os gusta ocupar el primer puesto en las
pables y no tenemos excusa (cf. v. 1), pero debemos pre- sinagogas y que os saluden en la plaza! 44 ¡Ay de vosotros, que
guntarnos cómo se sitúa Dios frente a esta situación hu- sois como sepulcros que no se ven, sobre los que se pisa sin
saberlo!
mana, negativa e insuperable en sí misma. Hay, en efecto, 45
Entonces, uno de los doctores de la Ley tomó la palabra
modos y modos de emitir un juicio: un modo totalmente y le dijo:
nuestro y un modo totalmente de Dios (cf. v. 2). ¿De
-Maestro, hablando así nos ofendes también a nosotros.
dónde procede la culpabilidad de los judíos? Del hecho 46
Jesús replicó:
-así razona Pablo- de que los judíos actúan como aque-
llos a quienes condenan, y por eso también ellos serán -¡Ay de vosotros también, doctores de la Ley, que imponéis
a los hombres cargas insoportables y vosotros no las tocáis ni
condenados. con un dedo.
Es el carácter dramático del pecado que impacta di-
rectamente sobre nosotros, tanto más por el hecho de *>• La invitación a comer en casa de un fariseo, como
que los judíos tienen a sus espaldas toda una historia de vimos ayer, provocó una reacción fuerte y dolorosa en Je-
la salvación que, como sabemos, está encerrada en el An- sús. En la lectura de hoy, Lucas refiere otras invectivas de
tiguo Testamento. Ese drama se concentra para Pablo en Jesús contra los fariseos, además de contra los maestros
el hecho de que, frente a la novedad de Jesús, los judíos de la Ley. De este modo expresa Jesús su actitud peda-
no fueron capaces de reaccionar de una manera positiva gógica respecto a algunos de sus contemporáneos que
y acogedora. Una exasperada adhesión a sus tradiciones han demostrado no querer entrar en la lógica evangélica
no les ha permitido percibir la gran novedad del Dios que suscita actitudes humanas consecuentes. Aunque sea
hecho hombre. a contraluz, estamos invitados a captar una espirituali-
Ahora bien, el juicio de Dios se ajusta a la verdad, y no dad que caracteriza a los discípulos de Jesús en cada
puede estar condicionado ni por nuestro modo de juzgar momento de su vida.
ni por la situación de pecado que se ha dado histórica-
Como verdadero pedagogo, capaz incluso de recurrir
mente. El don de la vida eterna, es decir, el don de la sal-
a modales fuertes cuando es necesario, el Señor tiende
vación plena, Dios lo reserva y lo reservará siempre «a los
a arrancar las máscaras del rostro de aquellos que se ha-
que perseverando en la práctica del bien buscan gloría, ho-
cen ilusiones de poder esconder su verdadera identidad
nor e inmortalidad» (v. 7). Y Pablo se apresura a añadir el
bajo semblantes aparentes e ilusorios. Ahora bien, lo
motivo de ese posible desenlace positivo: «Pues en Dios
que más cuenta es considerar los valores que están en
no hay lugar a favoritismos» (v. 11).
juego: los que Jesús quiere afirmar más allá y por enci-
m a de toda hipocresía humana.
Evangelio: Lucas 11,42-46 E n primer lugar, el valor de la justicia y del amor de
Dios, que debe buscar el verdadero creyente con todas
En aquel tiempo, dijo Jesús: 42 Pero ¡ay de vosotros, fariseos, sus fuerzas, en vez de perderse en la mera observancia
que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de todas las de normas particulares. En segundo lugar, el espíritu de
legumbres y descuidáis la justicia y el amor de Dios! Esto es servicio a los otros, que nos conduce a renunciar tam-
118 28a semana Miércoles 119

bien a los primeros puestos con tal de ser útiles de cual- p e n t i m i e n t o nos hace conocer la tolerancia, la pacien-
quier modo. En tercer lugar, el valor de la transparencia cia y la b o n d a d como rasgos del rostro de ese Dios que
interior y exterior contra la epidemia del mal que consiste se n o s h a revelado en Jesús como la verdad que nos
en la hipocresía. Por último, el valor de la comprensión h a c e libres.
fraterna contra la actitud de los que se muestran intran-
sigentes a la hora de aplicar la ley a los demás, mientras
que se muestran permisivos a la hora de aplicársela a ORATIO
ellos mismos.
D a r de comer no es caridad; es justicia. Ayudar a u n
minusválido no es bondad; es justicia. Vestir a los desnu-
MEDITATIO dos n o es altruismo; es justicia. Hospedar a u n peregrino
no es generosidad; es justicia.
La Palabra de Dios se muestra siempre viva y eficaz.
Sin embargo, hay momentos en los que casi parece em- D a r c u a t r o monedas para sentirse bien es conve-
peñarse con tesón en ponernos ante nuestro pecado de niencia. Rechazar al extranjero porque i n c o m o d a es
u n a manera que parece implacable. Las requisitorias de injusticia. Someter al débil es tiranía. Hacer chantaje al
Pablo al comienzo de la Carta a los Romanos son duras, necesitado es usura. Rezar, para hacerse ver, con u n co-
severas: nadie ha de gloriarse ante Dios. En el evangelio, r a z ó n malvado, es fariseísmo. Observar la ley y creerse
Jesús nos hace comprender también que precisamente superior es soberbia. Proclamarse hombre de bien sin
los que se creen justos y desprecian a los otros andan misericordia es dureza de corazón. Cantar las alabanzas
muy lejos de serlo. La condición para ser liberados del del Señor y calumniar al hermano es hipocresía.
pecado es, por tanto, admitir que somos pecadores. Aho- Danos, Señor, conciencia de que «basta con ser un
ra bien, eso no es nunca motivo para dejarnos caer en la h o m b r e para ser un pobre hombre». Ayúdanos, Señor, a
tristeza o en el desánimo, sino más bien para hacernos no caer en la degradación que supone la versión farisaica
tomar una conciencia más aguda de lo grande que es la de quien está repleto de sí mismo. Haz, Señor, que vi-
misericordia de la que somos objeto en Cristo Jesús. Hoy, vamos tu ley con actitudes humanas sugeridas por el
en el clima de permisividad que se propaga, el criterio de Evangelio.
moralidad parece estar tomado de un pasotista «lo hacen
todos», pero no es ésa la escala de valores con la que he-
CONTEMPLATIO
mos de medirnos si queremos ser de Cristo. La grandeza
del hombre viene dada por su libertad y, en consecuen-
cia, por su responsabilidad. El h o m b r e debe comprender cuál es su condición y
reconocerla ante Dios. Escuchemos lo que dice el apóstol
Rechazar la perspectiva del juicio es rechazar la dig- al h o m b r e soberbio y orgulloso, que intenta engran-
nidad de la persona. En efecto, también hemos de re- decerse: «¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has
conocer nuestras culpas lealmente, sin llamar bien al recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras reci-
mal. Es noble reconocerse pecador, si esto supone el bido?» (1 Cor 4,7). Y, por consiguiente, el h o m b r e que
primer paso para la conversión. El camino del arre- quería atribuirse a sí mismo lo que no era suyo debió
28a semana Miércoles 121
120

reconocer que cuanto tiene lo había recibido, y hacerse tivos de la honestidad y de la alegría, nosotros proclamaremos
la ley del amor que nos sublima, del amor que hace subir, del
muy pequeño; es bueno para él que Dios sea glorificado
amor que se atreve a prefijar a su término la infinita Bondad.
en él. Él debe disminuir a sus propios ojos para poder Responderemos a Dios con la ofrenda de nuestro corazón, con
crecer en Dios [...]. nuestra consagración, con el cumplimiento del primer y sobera-
Así pues, si Dios tiene que crecer, Dios que es siempre no precepto, el de amarle con todo el corazón, con toda el alma,
perfecto: ha de crecer en ti. Cuanto m á s conoces a Dios con toda la mente [...].
tanto más lo acoges en ti, tanto más parece crecer Dios En un mundo que ha desfigurado el amor de todas las ma-
en ti, aunque en sí mismo no crezca, dado que es siem- neras y lo ha hecho fuente de indescriptibles bajezas; que lo ha
pre perfecto. Ayer lo conocías un poco, hoy lo conoces confundido con el placer y ha convertido el placer en emoción
un poco más, m a ñ a n a le conocerás todavía mejor: es la animal; que lo ha secularizado en la inocencia, lo ha escarneci-
do en su integridad, lo ha mercantilizado en su debilidad, lo ha
luz misma de Dios la que crece en ti. He aquí por qué y
exaltado para envilecerlo, lo ha exasperado para hacerlo cóm-
cómo crece Dios en ti, aunque también es siempre per- plice de la pasión y del delito, nosotros proclamaremos la ley del
fecto. Un h o m b r e era ciego, y he aquí que sus ojos em- amor que nos purifica. Lo respetaremos en los afectos sagrados
piezan a curar. Empieza a ver un poquito de luz; al día de la familia cristiana; lo defenderemos en las crisis de la juven-
siguiente, u n poco m á s y, al tercero, todavía más. Ten- tud [...]; lo educaremos para la visión serena de la belleza que
drá la impresión de que es la luz la que crece, pero la luz hay en las cosas, en la humana naturaleza, en el arte, en la
es perfecta tanto si él ve como si no. Así sucede con el poesía, en el ideal; lo elevaremos para la contemplación piado-
h o m b r e interior: progresa en Dios, y parece que es Dios sa y filial de la toda bella, la inmaculada María.
quien crece en él. Entretanto, el h o m b r e disminuye, de- En un mundo, por último, que se devora en el egoísmo indi-
cayendo de su gloria para elevarse a la gloria de Dios vidual y colectivo y crea de este modo los antagonismos, las ene-
(Agustín de Hipona, Tratado sobre el evangelio de Juan, mistades, las envidias, las luchas de intereses, los conflictos de
clase y las guerras; en una palabra, el odio, proclamaremos la
XIV, 5).
ley del amor que se difunde y se entrega, que sabe ensanchar el
corazón para amar a los otros, perdonar las ofensas, servir a
ACTIO las necesidades de los otros; para sacrificarse sin cálculos y sin
encomios, hacerse pobre para los pobres, hermano entre los
hermanos, para crear un mundo nuevo de concordia, de justicia
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: y de paz (G. B. Montini, «La devozione al Sacro Cuore», en Dis-
«£5 la bondad de Dios la que te invita al arrepentimien- corsi di papa Montini, Ciudad del Vaticano 1977, pp. 61 ss).
to» (Rom 2,4).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

En un mundo que va perdiendo la capacidad de amar a me-


dida que pierde la capacidad de conocer a Dios y hace del
hombre centro supremo de su pensamiento y de su actividad, se
diviniza a sí mismo, apaga la luz de la verdad, vulnera los mo-
Jueves

28 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Romanos 3,21-30a

Hermanos: 2I ahora, con independencia de la ley, se ha


manifestado la fuerza salvadora de Dios, atestiguada por la
ley y los profetas. 22 Fuerza salvadora de Dios que, por medio
de la fe en Jesucristo, alcanzará a todos los que crean. Y no
hay distinción: " todos pecaron y todos están privados de la
gloria de Dios, 24 pero ahora Dios los salva gratuitamente por
su bondad, en virtud de la redención de Cristo Jesús, 25 a
quien Dios ha hecho, mediante la fe en su muerte, instru-
mento de perdón. Ha manifestado así su fuerza salvadora,
pasando por alto los pecados cometidos en el pasado, 26 porque
Dios es paciente. Pero es ahora, en este momento, cuando
manifiesta su fuerza salvadora, al ser él mismo salvador y
salvar a todo el que cree en Jesús.
27
¿De qué, pues, podemos presumir si toda jactancia ha
sido excluida? ¿Y en razón de qué ha sido excluida? ¿Acaso
por las obras realizadas? No, sino en razón de la fe. 28 Pues
estoy convencido de que el hombre alcanza la salvación
por la fe y no por el cumplimiento de la ley. 29 Y Dios ¿lo es
sólo de los judíos? ¿No lo es también de los paganos? Sí,
también de los paganos, 30 ya que no hay más que un solo
Dios.
124 28° semana Jueves 125

*» Dios había dado al pueblo elegido la ley mosaica truís mausoleos. 49 Por eso dijo la sabiduría de Dios: «Les
como don capaz de revelar el rostro y el corazón de Dios enviaré profetas y apóstoles; a unos los matarán, y a otros los
mismo, pero, de hecho, históricamente, esa ley reveló perseguirán». 50 Pero Dios va a pedir cuentas a esta generación
de la sangre de todos los profetas vertida desde la creación del
que todos los hombres son pecadores: una revelación mundo, 5 1 desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, a quien
dramática, con la que todos tienen que hacer sus cuentas. mataron entre el altar y el santuario. Os aseguro que se le
La realidad del pecado, sin embargo, no puede detener el pedirán cuentas a esta generación. 52 ¡Ay de vosotros, maestros
proyecto salvffico de Dios. Al contrario: Dios, que es fiel, de la Ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia! No
se siente provocado también por el pecado a reafirmarse habéis entrado vosotros, y a los que querían entrar se lo
habéis impedido.
a sí mismo y su proyecto de salvación en favor de todos. 53
En la plenitud de los tiempos entregó a su Hijo, Jesús, Cuando Jesús salió de allí, los maestros de la Ley y los
fariseos comenzaron a acosarle terriblemente y a proponerle
como mediador de la nueva alianza, como puente entre muchas cuestiones, 54 tendiéndole trampas con intención de
Dios y el hombre, como redentor de todos. sorprenderlo en alguna de sus palabras.
Jesús se encuentra en el centro de la historia de la
salvación, en el centro del anhelo religioso de todos los **• E n esta página evangélica prosiguen las amenazas-
pueblos, en el centro de la historia de cada persona: ésta lamentos de Jesús contra los maestros de la Ley. La
es la verdad que Pablo tiene presente y que intenta ilus- clave de lectura sigue siendo siempre la misma: con ella
trar con algunos rasgos personales que quedarán asegu- podemos comprender las motivaciones profundas que
rados para siempre en la reflexión teológica. Pero es la fe, mueven a Jesús a expresarse en estos términos.
sólo la fe, la que pone a Jesús en el centro. Y de ahí que,
El objeto de estos «¡ay de vosotros!» conduce a Jesús a
según la enseñanza de Pablo, fiel y genial intérprete del
consideraciones extremadamente graves: por un lado,
mensaje evangélico, la fe en Jesús, que es la nueva ley, nos
pone de manifiesto lo fácil que es honrar a los profetas de
injerte directamente en la justicia de Dios, obtenién-
Dios sólo de palabra y no prestar después atención a su
donos así el don de la salvación. Es verdad que «todos
mensaje. E n negarse a escuchar a los profetas de ayer y
pecaron y todos están privados de la gloria de Dios» (v. 23),
a los apóstoles de hoy (es Lucas quien señala explícita-
pero lo es igualmente y aún más que «ahora Dios los sal-
mente a los «apóstoles»: v. 49) e incluso al nuevo profeta,
va gratuitamente por su bondad, en virtud de la redención
Jesús de Nazaret: en eso consiste el pecado que Jesús
de Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho, mediante la fe en
quiere censurar y del cual quiere liberarnos al mismo
su muerte, instrumento de perdón» (w. 24-25).
tiempo. A buen seguro, no es fácil escuchar la Palabra
de Dios, esto es, escuchar y acoger a Dios, que, por me-
dio de sus ministros, nos habla, nos invita, nos sacude y
Evangelio: Lucas 11,47-54 nos orienta hacia nuevas metas. No es fácil, pero es obli-
gatorio; más aún, necesario.
En aquel tiempo, dijo el Señor: 47 ¡Ay de vosotros, que
construís mausoleos a los profetas asesinados por vuestros El drama de los maestros de la Ley, según Jesús, se
propios antepasados! 48 De esta manera, vosotros mismos sois hace aún más grande porque, poseyendo «la llave de la
testigos de que estáis de acuerdo con lo que hicieron vuestros ciencia» (v. 52), n o sólo no entran ellos, sino que impi-
antepasados, porque ellos los asesinaron y vosotros les cons- den el acceso incluso a los que quisieran entrar. De ivsie
126 28" semana Jueves 127

modo pone Jesús de manifiesto el hecho de que quien Ahora bien, precisamente la inmensidad del don nos
no se abre a la escucha de la Palabra de Dios acaba hace calibrar la malicia del pecado. No estamos en con-
arrastrando a la misma actitud de sordera y de cierre diciones de valorar plenamente la grandeza del amor y
también a los otros. Aparece así el drama de la solida- del don de Dios, ni tampoco la gravedad de nuestra cul-
ridad en el mal, diametralmente opuesta a la solida- pa, pero cuando la comprendamos debería abrir de par
ridad en el bien. Para Jesús, la verdadera ciencia con- en par nuestro corazón a la gratitud. Vemos bien, en
siste en la comprensión de los signos de los tiempos (cf. efecto, que el hombre no puede salvarse a sí mismo si
Le 12,54-59), tiempos escatológicos, es decir, tiempos no cree en Cristo Jesús, el Salvador. En él - y sólo en él-
visitados por Dios en la persona y en la misión de Jesús nosotros, injustos, llegamos a ser justos.
y, por consiguiente, tiempos últimos y decisivos en orden
a la salvación.
ORATIO

MEDITATIO Oh Señor, tus profetas hablan, pero pocos les escu-


chan. Su tarea consiste en mantener despierta a la hu-
San Pablo, a través de la Carta a los Romanos, conti- manidad, en indicar nuevos caminos, en leer y orientar
núa haciéndonos reflexionar sobre la condición huma- la historia. Abre, Señor, nuestro corazón a los signos de
na, una condición pintada con tintas oscuras, que, por los tiempos.
desgracia, no sorprenden a quien, hoy, está acostum- La palabra de tus profetas dice que el pasado y el
brado a encontrarse frente al mal en formas de crueldad presente tienen significado sólo si se proyectan hacia el
y violencia impensables, sobre todo cuando se consuman futuro. Libéranos, Señor, de u n tradicionalismo cómo-
en nuestras mismas casas, entre familiares... No nos can- do. Su misión es provocar al pueblo de Dios - a todos
samos de repetir con el apóstol Pablo: «Todos están pri- nosotros- a vivir su Palabra con valor y en plenitud.
vados de la gloria de Dios», todos. Concédenos, Señor, la fuerza de cumplir y proclamar tu
También Jesús, en el evangelio, dirigiéndose a los voluntad. Su vida es dura, está sometida a prueba, exen-
maestros de la Ley y a los fariseos, arranca la máscara ta de seguridad y gratificaciones. Nadie la escoge; más
de su respetabilidad -y de la nuestra-. Los remedios hu- aún, todos huyen de ella cuando la ofreces. Doblega, Se-
manos pueden engañarnos, pero el mal resurge de con- ñor, nuestra resistencia, para que tu voz resuene en toda
tinuo, más duro y violento. Sólo Dios puede extirparlo la tierra.
de raíz de u n modo pleno y definitivo, y lo ha hecho en Oh Señor, haz que, como cristianos y apóstoles, sea-
Cristo. Pablo nos recuerda -y lo hace empleando u n a mos profetas dignos de ti, cueste lo que cueste.
fórmula a u d a z - que Dios ha usado a su Hijo como ins-
trumento de expiación exponiéndolo en la cruz. Hubiera
podido justificarnos a u n precio menor, pero el camino CONTEMPLATIO
que escogió -escándalo para unos y locura para o t r o s -
es el del amor hasta la consumación total, hasta recibir Los carnales no pueden hacer las obras espirituales,
en él todos los golpes de nuestra inaudita violencia. ni los espirituales las obras carnales, como tampoco la
128 28a semana Jueves 129

fe puede hacer las obras de la infidelidad, ni la infideli- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


dad las de la fe. Pero aquellas mismas obras que vosotros
hacéis en la carne son espirituales, pues es en Jesucristo Hay dos categorías de personas que, de momento, deben
que vosotros lo hacéis todo. [...] temer la cólera de Dios: por un lado, los pecadores endurecidos
Vosotros sois piedras del templo del Padre, prepara- y, por otro, los justos endurecidos. El pecador endurecido, o sea,
el que no quiere hablar en absoluto de dar la vuelta, deberá
dos para la construcción de Dios Padre, elevados hasta
enfrentarse al final con la cólera de Dios, aun cuando consiga
lo alto por la palanca de Jesucristo, que es la cruz, sir- eludirla con habilidad en la vida cotidiana. Ahora bien, es lícito
viendo como soga el Espíritu Santo; vuestra fe os tira pensar que, en realidad, existen poquísimos pecadores endure-
hacia lo alto, y la caridad es el camino que os eleva ha- cidos.
cia Dios [...]. «Orad sin cesar» (1 Tes 5,17) por los otros En cambio, los justos endurecidos son, sin lugar a dudas, mu-
hombres, porque hay en ellos esperanza de arrepentir- cho más numerosos: se trata de personas que -si se nos permi-
se, para que lleguen a Dios. Permitidles, pues, al menos te expresarnos en estos términos- no conocen la misericordia de
por vuestras obras, ser vuestros discípulos. Frente a Dios e intentan actuar cada vez mejor por el simple motivo de
sus iras, vosotros sed mansos; frente a sus jactancias, que tienen miedo de la cólera de Dios. Se sentirán más o menos
vosotros sed humildes; frente a sus blasfemias, voso- liberados de este miedo en la medida en que sean capaces de
tros mostrad vuestras oraciones; frente a sus errores, realizar su ideal en la vida cotidiana. A largo plazo esto puede
llegar a ser también soportable; sin embargo, viven con un muy
vosotros sed «firmes en la fe» (cf. Col 1,23); frente a su
magro consuelo: ése es el motivo por el que rara vez se mues-
fiereza, vosotros sed apacibles, sin buscar imitarlos. Sed tran convincentes y, todavía menos, contagiosos. Se trata de per-
hermanos suyos por la bondad y buscad ser imitadores sonas que no conocen aún el amor, y el poco de vida que habita
del Señor (cf. 1 Tes 1,6) [...] en ellas deriva de cierta autocomplacencia que corre el riego de
aislarles aún más de los otros.
Solamente si somos encontrados en Cristo Jesús en-
traremos en la vida verdadera. Fuera de él, que nada Su vida carecería de perspectiva y estaría privada de salidas
tenga valor para vosotros, sino Aquél por quien yo llevo si el término «endurecido», usado tanto para los pecadores
mis cadenas, perlas espirituales; quisiera resucitar con como para los justos, dejara suponer una condición definitiva.
Sin embargo, todo es provisional en la vida del hombre, todo
ellas, gracias a vuestra oración, de la que quisiera ser
está ligado al tiempo: en este sentido, tanto los pecadores como
siempre partícipe para ser hallado en la herencia de los los justos viven en el tiempo, un tiempo que es un don que Dios
cristianos de Efeso, que han estado siempre unidos a los les nace, un tiempo de gracia y, por consiguiente, un tiempo
apóstoles, por la fuerza de Jesucristo (Ignacio de Antio- abierto a la conversión. Ni el pecador endurecido ni el justo
quía, Carta a los Efesios, VIIIss, passim). endurecido permanecerán así para siempre, pues todos ellos
están llamados a ser «pecadores en proceso de conversión».
La gracia nos impulsa día a día precisamente a este vuelco
ACTIO interior: Dios viene a tocarnos de infinitos modos para hacernos
dóciles a ese estado de conversión; por nuestra parte, sólo po-
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: demos prepararnos para ser tocados por Dios (A. Louf, Sotto la
guida aello Spiríto, Magnano 1990, pp. 14ss).
«Ahora se ha manifestado la fuerza salvadora de Dios
por medio de la fe en Jesucristo» {cf. Rom 3,21ss).
Viernes

2 8 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: R o m a n o s 4,1-8

Hermanos: ' ¿Y qué diremos del caso de Abrahán, padre de


nuestra raza? 2 Si Abrahán hubiera alcanzado la salvación por
sus obras, tendría razón para presumir, pero no sucedió así
ante Dios. 3 Pues ya lo dice la Escritura: Creyó Abrahán a Dios
y ello le fue tenido en cuenta para alcanzar la salvación. 4 Es sa-
bido que al que trabaja no se le cuenta el jornal como favor,
sino como deuda; 5 por eso, al que no se apoya en sus obras,
es decir, al que ha puesto su fe en un Dios que salva al impío,
esa fe le será tenida en cuenta para alcanzar la salvación. 6 Del
mismo modo, David llama dichoso al hombre a quien Dios
salva independientemente de las obras:
7
¡Dichosos aquellos a quienes Dios
ha perdonado sus maldades,
aquellos cuyos pecados
han sido sepultados!
8
¡Dichoso el hombre a quien el Señor
no toma en cuenta su pecado!

*•• El capítulo 4 de la carta de Pablo a los cristianos de


Roma puede ser considerado como u n a prueba bíblica
132 28" semana Viernes IU

en apoyo de su tesis, a saber: que Dios nos salva por nada secreto que no haya de saberse. 3 Por eso, todo lo que
medio de la fe y antes de las obras. Esa prueba está toda digáis en la oscuridad será oído a la luz, y lo que habléis al
ella concentrada en la figura de Abrahán, a quien Pablo oído en una habitación será proclamado desde las azoteas.
4
caracteriza precisamente como nuestro padre en la fe. A vosotros, amigos míos, os digo esto: No temáis a los que
matan el cuerpo y no pueden hacer nada más. 5 Yo os diré a
Vale la pena hacer una composición de lugar de la quién debéis temer: Temed a aquel que, después de matar, tie-
historia de Abrahán y de sus relaciones con Dios. Es cier- ne poder para arrojar al fuego eterno. A ése es a quien debéis
to que Abrahán, sometido a prueba, la aceptó como tal y temer. 6 ¿No se venden cinco pájaros por muy poco dinero? Y,
se adecuó a ella con un maravilloso acto de obediencia sin embargo, Dios no se olvida ni de uno solo de ellos. 7 Más
aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos conta-
(eso es lo que se narra en el capítulo 22 del Génesis). dos. No temáis: vosotros valéis más que todos los pájaros.
Abrahán estuvo grande, y grande sigue siendo por eso su
maravillosa y total confianza en Dios, que quiso someter
a prueba la fidelidad de Abrahán con una petición incon- **• Las palabras de Jesús recogidas en esta página
cebible desde el punto de vista humano. Pero ya antes están dirigidas a los discípulos; por consiguiente, para
Dios había dirigido a Abrahán sus promesas: después de comprenderlas a fondo debemos meternos en la piel de
haberle elegido y haberle hecho salir de Ur de Caldea los afortunados que pudieron seguir a Jesús y atesorar
(Gn 12,lss), Dios le dirigió a Abrahán u n a promesa, a la sus enseñanzas.
que él se adhirió con u n a fe plena (esto se narra en el Tras haber dirigido no pocos «¡ay de vosotros!» a los
capítulo 15 del Génesis). A la luz de esta sucesión de fariseos y a los maestros de la Ley, Jesús pone ahora en
acontecimientos debemos reconocer con Pablo que la fe guardia a sus discípulos contra el persistente peligro de
precedió en Abrahán a las obras y que sus obras fueron dejarse contaminar por su ejemplo. La imagen de la
fruto de la fe: «Creyó Abrahán a Dios y ello le fue tenido
levadura («Guardaos de la levadura de los fariseos, que
en cuenta para alcanzar la salvación» (Rom 4,3).
es la hipocresía»: v. 1) es bastante iluminadora. Según
También resulta iluminador el ejemplo de David que Jesús, existe el peligro de que el mal ejemplo de algunas
se cita y se recomienda aquí. Parece que David habla levaduras llegue a contaminar también a la masa bue-
aquí de sí mismo como de alguien a quien le ha sido na. Mientras que Mt 16,12 dice que la levadura es «la
perdonado el pecado, con independencia de las obras. doctrina de los fariseos y de los saduceos», Lucas, por su
Será bueno releer el Sal 32,lss, una plegaria penitencial lado, insiste en centrar la divergencia entre sus obras y
válida para todos los tiempos. su vida. En eso consiste la hipocresía de los fariseos:
u n a actitud que desentona no sólo en su vida, sino tam-
bién en la de los discípulos de Jesús.
Evangelio: Lucas 12,1-7
Con u n rasgo psicológico bastante delicado, Jesús
reemprende el discurso dirigido a sus discípulos llamán-
En aquel tiempo, ' la gente se aglomeraba por millares,
hasta pisarse unos a otros. Entonces Jesús, dirigiéndose prin- doles «amigos» (y. 4): un rasgo que recuerda el lenguaje
cipalmente a sus discípulos, les dijo: joáneo (cf sobre todo Jn 13,13ss). Los verdaderos ami-
-Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hi- gos de Jesús son sus discípulos, en cuanto comparten su
pocresía. 2 Pues nada hay oculto que no haya de manifestarse, misión, sus sufrimientos, su destino de muerte y resu-
134 28" semana Viernes 135

rrección. La invitación a no tener miedo es un rasgo y se abandona en sus manos. Así es como el amor
muy alentador para los que deberán sostener una lucha puede cantar su estupenda victoria que le hace más
abierta contra los enemigos que pueden procurarles la fuerte que la muerte.
muerte. A lo sumo, deben tener miedo a Dios, el único
que después de la muerte tiene poder para arrojarlos a
la maldición eterna. El pasaje evangélico termina, por ORATIO
tanto, con una clara y vigorosa invitación al santo temor
de Dios (cf. w . 4-7). Me ves en la transparencia de u n cielo infinito, en la
belleza arcana de los mil colores, en la magia instintiva
de u n a hormiga: ¡visión que encanta! Me oyes en las
MEDITATIO notas diferentes de los grillos, las campanas y las fuen-
tes, en el estruendo de una ola gigante, en el silencio de
«Creyó Abrahán a Dios...» San Pablo, para hacernos tu corazón: ¡concierto de voces que se hace alabanza! Me
comprender bien cuál es la verdadera actitud que se saboreas en el perdón dado y recibido, en el desierto sin
pide al creyente, nos muestra en Abrahán un ejemplo caminos, en los ojos límpidos de u n niño abierto a la
inequívoco de lo que pretende. La fe que nos salva no es vida: ¡sabor de dulzura! Me hueles en la vida de los
una actitud pasiva; más aún, necesitamos estar bien mártires, en las lágrimas de un corazón quebrantado,
vivos para creer, como Abrahán, contra toda evidencia. en el sufrimiento de un pobre: ¡incienso de redención!
También Jesús invita a sus oyentes a mantener u n a Me tocas en cada acontecimiento que me revela como
inquebrantable actitud de confianza y de abandono padre y como creador, en cada momento que me revela
incondicionado en Dios Padre. Él cuida de nosotros con como amigo y esposo en el dolor y en la paz: ¡presencia
u n a ternura a la que no se le escapa ni siquiera el de fidelidad! Me imaginas como padre bueno que te
detalle más pequeño: ¡hasta los cabellos de nuestra abraza, como madre tierna que te alimenta, como amigo
cabeza están contados! El creyente está invitado, por fiel que te espera: ¡fuerza que consuela, guía y sostiene!
consiguiente, a ver que Dios está siempre actuando en Me recuerdas en los sueños de tu infancia, en las desi-
la historia y en su vida, en cualquier circunstancia. lusiones de la juventud, en las pruebas de la madurez,
Abraza así la obediencia de la fe y obtiene como fruto en las amarguras de la vejez: ¡ancla de esperanza!
la paz. Nada ni nadie pueden dañar a quien cree. No es
casualidad que san Pablo asocie al tema de la fe el
perdón de los pecados. E n el fondo, ¿qué es el pecado, CONTEMPLATIO
sino u n a ponerse deliberadamente fuera -si es que
fuera posible- de la mirada buena y amorosa del Cuando lees que Jesús «enseñaba en las sinagogas,
Padre, para buscar nuestro modo de afirmarnos en honrado por todos» (Le 4,15), presta atención a no con-
u n a falsa libertad? Si la imagen del hombre pecador es siderar afortunadas sólo a las personas que podían es-
el hijo pródigo que se m a r c h a a u n a región lejana, la cucharle, sintiéndote excluido de su enseñanza. Si la
del creyente es Jesús, el Hijo amado, que en los tor- Escritura es la verdad, entonces Dios no ha hablado
mentos de la pasión se abraza confiadamente al Padre sólo una vez en las reuniones de los judíos, sino que ha-
136 28" semana Viernes 137

bla todavía hoy en nuestras asambleas. Y no sólo aquí; PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
también en las asambleas de todo el m u n d o enseña
Jesús y busca instrumentos con los que transmitir su Es bueno que yo no sea el dueño de mí mismo, que mi tiempo
enseñanza. Orad para que me encuentre también a mí no esté en mis manos. Es bueno que mi tiempo, la historia de mi
preparado y dispuesto a servirle con la palabra [...]. vida, yo mismo, todo esté en tus manos.
No es simple casualidad que Jesús abriera el libro Sí, me diréis, pero ¿entonces Dios tiene manos? A buen se-
precisamente por el capítulo de la profecía referida a él. guro, Dios tiene manos, manos muy diferentes, mejores, mucho
más hábiles y más fuertes que estas zarpas nuestras. ¿Qué sig-
También esto formaba parte del designio de Dios. Dado
nifica «manos de Dios»? Por ahora dejadme expresarlo así: las
que el evangelio dice que ni un pajarillo cae en la red sin manos de Dios son sus acciones, sus obras, que por todas par-
que el Padre lo quiera (cf. Le 12,6) y que «los cabellos de tes - n o importa que lo sepamos o lo queramos- nos envuelven
la cabeza están contados» (Le 12,7), es menester pensar y nos abrazan, nos llevan y nos protegen. Esto podría ser dicho
que la elección del libro de Isaías y la lectura de u n texto y entendido siempre como si se tratara sólo de una imagen, de
relacionado precisamente con el misterio de Cristo no un símbolo. Pero hay un punto donde se detiene todo lo que es
se deba a capricho o a casualidad, sino a u n designio imagen y símbolo, donde las manos de Dios se convierten real-
providencial de Dios [...]. mente en algo que debemos tomar al pie de la letra, donde
todas las acciones, las obras y las palabras de Dios tienen su
También ahora, en nuestra asamblea, con tal de que principio, su centro y su fin: «tus manos» son las manos de nues-
lo queráis, pueden fijarse vuestros ojos en el Salvador. tro salvador Jesucristo. Son las manos que él ha extendido,
Cuando desde lo profundo del corazón te vuelves a con- gritando: «Venid a mí todos los que estáis cansados y fatigados
templar a la Sabiduría, la Verdad, al Hijo Único de Dios, y yo os aliviaré» (Mt 11,28). Son sus manos, esas con las que
tus ojos ven a Jesús. Dichosa la asamblea de la que dice bendijo a los niños. Son sus manos, esas que tocaron y curaron
a los enfermos. Son las manos con las que partió y distribuyó el
la Escritura que «los ojos de todos estaban fijos en él».
pan a los cinco mil en el desierto y, después, una vez más, a sus
Cómo quisiera que de nuestra asamblea se dijera lo mis- discípulos antes de su muerte. Por último y sobre todo, son las
mo: que todos, catecúmenos y fieles, mujeres, hombres manos clavadas en la cruz para reconciliarnos con Dios. Éstas,
y niños, tienen los ojos del alma fijos en Jesús. Cuando éstas son las manos de Dios: manos fuertes de padre; manos bon-
os hayáis vuelto a él y lo contempléis, su luz hará vues- dadosas, tiernas, delicadas de madre; manos fieles y generosas
tro rostro más luminoso y entonces podréis decir: «Has de amigo, las manos de Dios, ricas de gracia, en las cuales está
dejado sobre nosotros tu signo, la luz de tu rostro, oh Señor» nuestro tiempo, en las' que estamos nosotros mismos (K. Barth,
«Rufe mich an», en id., Neue Predigten aus der Strafanstalt,
(Sal 4,7 vulg.) (Orígenes, Homilía 32, sobre san Lucas;
Basilea, Zúrich 1 9 6 5 , pp. 41-44).
París 1962, pp. 386-392).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«¡Dichoso el hombre a quien el Señor no toma en cuen-
ta su pecado! (Rom 4,8).
Sábado

2 8 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: R o m a n o s 4,13.16-18

Hermanos: " Cuando Dios prometió a Abrahán y a su des-


cendencia que heredarían el mundo, no vinculó la promesa a
la ley, sino a la fuerza salvadora de la fe. 16 Por eso la herencia
depende de la fe, es pura gracia, de modo que la promesa se
mantenga segura para toda la posteridad de Abrahán, pos-
teridad que no es sólo la que procede de la ley, sino también
la que procede de la fe de Abrahán. Él es el padre de todos
nosotros, " como dice la Escritura: Te he constituido padre de
muchos pueblos; y lo es ante Dios, en quien creyó, el Dios que
da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas qui-
no existen. I8 Contra toda esperanza creyó Abrahán que sería
padre de muchos pueblos, según le había sido prometido: Así
será tu descendencia.

*»• Pablo desarrolla ulteriormente la lección que se des-


prende de la vida de Abrahán, estableciendo un fuelle
contraste entre la ley y la justicia que procede tic l;i le
En p r i m e r lugar, el apóstol pone bien de miiinliesln
que la promesa de Dios a Abrahán no depentle de In lev
(cf. v. 13); de este modo, se establece de muí manein
inequívoca que la promesa de Dios es absoluln, pi evltt t
140 28a semana Sábado 141

incondicionada. No hay ley, ni siquiera la mosaica, que hable mal del Hijo del hombre podrá ser perdonado, pero el
pueda condicionar la promesa de Dios. Es cierto que, al que blasfeme contra el Espíritu Santo no será perdonado. " Si
os llevan a las sinagogas, ante los magistrados y autoridades, no
prometer, Dios se compromete con nosotros en el a m o r os preocupéis del modo de defenderos, ni de lo que vais a decir;
y en la fidelidad, pero lo hace siempre en medio de su 12
el Espíritu Santo os enseñará en ese mismo momento lo que
más absoluta libertad. debéis decir.
Por otro lado, Pablo afirma que la fe es la única vía
que conduce a la justicia, esto es, a la acogida del don *» Dirigiéndose aún a sus discípulos, Jesús traza ante
de la salvación. De ahí que los verdaderos descendientes sus ojos un programa de vida evangélica dotado de ca-
de Abrahán no sean los que viven según las exigencias y racteres nuevos y atractivos. La vida de sus discípulos
las pretensiones de la ley, sino los que acogen el don de estará animada por el mismo Espíritu que ha orientado
la fe y lo viven con ánimo agradecido y conmovido. e iluminado la vida de Jesús.
Desde este punto de vista, Pablo define como «herede-
El discípulo de Jesús debe ser, de entrada, un testigo
ros» de Abrahán a los que han aprendido de él la lección
fiel y animoso, y eso no sólo durante el período de la
de la fe, y no sólo la obediencia a la ley. Se trata de u n a
vida pública de su maestro, sino también y sobre todo
herencia extremadamente preciosa y delicada, porque
en u n a perspectiva escatológica. Desde esta perspectiva,
solicita y unifica diferentes actitudes de vida, todas ellas
resultan iluminadores los tiempos futuros que emplea
reducibles a la escucha de Dios, que habla y manda, que
Jesús: «Si uno se declara a mi favor delante de los hom-
invita y promete.
bres, también el Hijo del hombre se declarará...», «si uno
La fe de Abrahán, precisamente por estar íntimamen- me niega delante de los hombres, también yo lo negaré...»
te ligada a la promesa divina, también puede ser llama- (w. 8-10). Al testigo le competen dos características: por
da «esperanza»: «Contra toda esperanza creyó Abrahán» una parte, la de caminar por el mismo camino que ha
(v. 18). De este modo, entra Abrahán completamente en recorrido Jesús; por otra, la de recibir de su Señor el
la perspectiva de Dios, esto es, de aquel «que da vida a reconocimiento prometido a los mártires.
los muertos y llama a la existencia a las cosas que no exis- En cuanto al «pecado contra el Espíritu Santo», es úlil
ten» (v. 17b). Y así, mediante la fe, todo creyente puede recordar la opinión de algunos Padres de la Iglesia según
llegar a ser destinatario, y no sólo espectador, de acon- los cuales se trataría de la apostasía de los cristianos.
tecimientos tan extraordinarios que únicamente p u e d e n Sin embargo, es asimismo útil señalar que Lucas, al
ser atribuidos a Dios. distinguir entre el pecado contra el Hijo del hombre y el
pecado contra el Espíritu Santo, pretende distinguir los
tiempos de la misión terrena de Jesús y los tiempos
Evangelio: Lucas 12,8-12 de la misión apostólica, después de Pentecostés. No,
ciertamente, para establecer u n a oposición entre dos
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 8 Os digo que momentos de la misma historia de la salvación, sino
si uno se declara a mi favor delante de los hombres, también
para indicar que la gravedad del pecado crece a medida
el Hijo del hombre se declarará a favor suyo delante de los
ángeles de Dios; 9 pero si uno me niega delante de los hombres, que la luz, cada vez más brillante -en particular la luz
también yo lo negaré delante de los ángeles de Dios. I0 Quien pentecostal del Espíritu Santo-, que nos da el Señor. Del
28a semana Sábado 143
142

Espíritu Santo, además, nos habla también Jesús en otros queda del beneficio a toda costa, debe haber alguien que
términos, concretamente como de aquel que sugerirá a levante los ojos a las estrellas del cielo para contemplar
los discípulos, cuando sean puestos a prueba en unas gratuitamente la belleza de las huellas de quien es ca-
circunstancias históricas extremadamente delicadas, las paz de dar vida incluso a los muertos. Solamente de
palabras adecuadas que deban decir en los tribunales este modo puede ser el creyente, en medio de sus her-
para defender la verdad. Nos viene de manera espontá- manos, verdadero portador del «Evangelio», de la
nea a la mente la referencia a Jn 15,26ss: «Cuando venga Buena Nueva: nuestro corazón es lo suficientemente
el Paráclito, el Espíritu de la verdad que yo os enviaré y amplio para contener el Espíritu de a m o r que nos une,
que procede del Padre, él dará testimonio sobre mí. Voso- de u n a manera indisoluble, al Padre en el Hijo, dador
tros mismos seréis mis testigos, porque habéis estado de todo bien.
conmigo desde el principio».
ORATIO
MEDITATIO
Fe es creer que tu mano, oh Dios, lleva el volante de
Hay en el hombre una maravillosa dignidad y una mi vida, es saber que ningún mal podrá hacerme daño,
grandeza que le vienen del hecho de ser interlocutor de es certeza de tu amor: una fe que no me ayuda a despe-
Dios. Por eso no acabamos nunca de meditar sobre la gar está muerta.
figura de Abrahán, padre de todos nosotros. ¿Qué sen- Fe es dar calor a quien tiene hielo en el alma, es ofre-
timientos habrían nacido en el corazón de aquel viejo cer u n trozo de pan a quien sufre los calambres del
caravanero acostumbrado a los grandes silencios del hambre, es inventar una meta para quien no tiene dónde
desierto, al silbido del viento, al mugir de los rebaños, reposar: una fe sin obras está muerta.
cuando comprendió que Dios le hablaba? No reconoció
la voz; la escuchó, se adhirió a ella y, de la esterilidad de Fe es vivir tu designio inescrutable, oh Padre; es
su vejez, floreció una descendencia innumerable. En entrar en la perspectiva de tus invitaciones absurdas, es
efecto, el que cree no es hecho justo sólo para sí mismo: confianza en tu promesa todavía invisible: una fe que no
el amor que toma el rostro de la fe es fecundo no sólo se vuelve coraje está muerta.
para quien se confía a Dios, sino también para otros que, Fe es también duda, inseguridad: «Tú también me
de una manera misteriosa, son alcanzados por nuestro has abandonado»; es debilidad y miedo: «Si es posible,
asentimiento. que pase de mí este cáliz»; es muerte que da vida: «No
mi voluntad, sino la tuya»: una fe que no se mide con la
También nosotros, como Abrahán, estamos llamados
prueba está muerta.
a hacer depender nuestra vida de la escucha de la Pala-
bra que cada día nos dirige Dios. En una sociedad que Fe es u n continuo proceso de aprender y reaprendei
siembra la muerte, su Palabra es vida. En u n tiempo de qué significa amar a Dios, al prójimo y a nosotros mis
desesperación y de angustia, hay necesidad de quien mos, es u n devenir cotidiano hacia el bien, es viajar con
sepa esperar contra toda esperanza. En unos días ator- él hacia la meta final: una fe que no engendra esperan;,»
mentados por un implacable utilitarismo y por la bús- está muerta.
144 28" semana Sábado I-I

CONTEMPLATIO oyen sólo para ellos, sino para todo el cuerpo. Sólo los
pies caminan; sin embargo, no caminan sólo para ellos,
Como el soplo vital del hombre baja a través de la sino para todo el cuerpo. Del mismo modo, lo que cada
cabeza a vivificar los miembros, así el Espíritu Santo uno posee por sí solo no lo posee únicamente para él,
llega a los cristianos a través de Cristo. Cristo es la ca- porque aquel que ha distribuido sus dones con tanta lar-
beza, el cristiano es el miembro. La cabeza es una, los gueza y sabiduría ha establecido que todo sea de todos
miembros son muchos: cabeza y miembros forman u n y todo de cada uno. Por consiguiente, si alguien ha con-
solo cuerpo, y en este único cuerpo hay un solo Espíri- seguido recibir u n don de la gracia de Dios, sepa que lo
tu. Espíritu que se encuentra en plenitud en la cabeza y que posee no le pertenece sólo a él, aunque sólo él lo
es participado por los miembros. Así pues, si hay u n posea (Hugo de San Víctor, De Sacramentis Christianae
solo cuerpo y un solo Espíritu, quien no esté en el cuer- Fidei, II, 2, en PL 176, cois. 415-417).
po no puede ser vivificado por el Espíritu, como dice la
Escritura: «Quien no tiene el Espíritu de Cristo no le per-
tenece» (Rom 8,9). En efecto, quien no tiene el Espíritu ACTIO
de Cristo no es miembro de Cristo: en un cuerpo que es
uno, el soplo vital es uno. En el cuerpo no puede haber Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
un miembro muerto, y viceversa: fuera del cuerpo no «Contra toda esperanza creyó Abrahán» (Rom 4,18).
hay miembros vivos. Nosotros nos convertimos en
miembros con la fe, y con el amor somos vivificados.
Con la fe recibimos la unidad, con la caridad recibimos PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
la vida. Así ocurre en el sacramento: el bautismo nos
une, el cuerpo y la sangre de Cristo nos vivifican. Con el Juan XXIII ha dicho en un momento muy solemne, en la aper-
bautismo nos convertimos en miembros del cuerpo; con tura del Concilio, que necesitaba anunciar al mundo de hoy la
el cuerpo de Cristo participamos en su vida. verdad de la que es depositaría la Iglesia con un lenguaje nue-
vo, es decir, el lenguaje de los hombres de hoy, el único que ellos
La Iglesia santa es el cuerpo de Cristo: u n único comprenden. Y el santo padre daba la razón de ello: una cosa
Espíritu la vivifica, la une en una sola fe y la santifica. es la idea y otra su expresión concreta en palabras. Aun con-
Los miembros de este cuerpo son cada uno de los fieles, servando fielmente la doctrina pura, es posible expresarla de un
y todos forman u n solo cuerpo gracias al único Espíritu modo o de otro, según la mentalidad y el lenguaje de los hom-
y a la única fe que hace de cemento entre ellos. Cada bres [...]. Preguntémonos ahora cuál es el mejor modo de evitar
miembro tiene sus tareas propias en el cuerpo humano, los escollos que amenazan el amor y la búsqueda de la verdad.
unos diferentes a los otros; sin embargo, lo que hace u n El mejor modo es, sin duda, el auténtico amor al prójimo.
miembro por sí solo no lo hace sólo para él. Así, en el Tomad, por ejemplo, el amor materno o el de un verdadero
cuerpo de la santa Iglesia se dan diferentes gracias a amigo. Fijaos cómo este amor aprende a meterse, efectivamen-
cada individuo, pero nadie tiene nada únicamente para te, «en la piel del otro», a considerar el punto de vista del otro,
él, ni siquiera aquello que sólo él posee. Sólo los ojos a intentar ver lo que piensa, lo que hay de verdad en lo que
ven; sin embargo, no ven sólo para ellos, sino para todo piensa; a esforzarse por comprender el pensamiento del otro o
el cuerpo. Sólo los oídos pueden oír; sin embargo, no nacerse comprender, recurriendo siempre a nuevos términos,
146 28a semana

nuevas comparaciones, nuevas ¡deas. Fijaos cómo este amor


sabe respetar con benevolencia a la persona amada y, por con- Lunes
siguiente, también sus opiniones [...].
Por otra parte, debemos añadir en seguida una advertencia:
cuidado con las insidias y las aberraciones. Qué fácil es, por 2 9 a s e m a n a del
ejemplo, que el amor materno llegue a ser imprudente, dema- Tiempo ordinario
siado remisivo; qué fácil es que se transforme en una debilidad
nociva que no es capaz de negar nada, arruinando así a la
persona amada... ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, no presta
atención a la verdad de ciertos principios de la razón, del sen-
tido común, etc., porque la caridad no está unida al amor efec-
tivo a la verdad.
Dos cosas, por tanto, son necesarias: el amor a la verdad y el
amor a la persona, o sea, la caridad con el prójimo: uno y otro LECTIO
armoniosamente unidos, cada uno en su sitio y según su impor-
tancia. De este modo pueden unir efectivamente a Tos hombres y
crear la armonía muy eficazmente (A. Bea, Alocución pronun-
ciada en Roma el 13 de enero de 1963, en La documentation Primera lectura: Romanos 4,20-25
catholique del 17 de febrero de 1963, cois. 272-274).
Hermanos: 20 Tampoco vaciló [Abrahán] por falta de fe ante
la promesa de Dios; al contrario, se consolidó en su fe dando
así gloria a Dios, 2I plenamente convencido de que Dios tiene
poder para cumplir lo que promete. 22 Lo cual le fue tenido en
cuenta para alcanzar la salvación. " Estas palabras de la Es-
critura no se refieren solamente a Abrahán; " se refieren tam-
bién a nosotros, que alcanzaremos la salvación si creemos en
aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor,
25
entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitado
para nuestra salvación.

*•• Pablo, llevando a la conclusión su «prueba bíblica»,


centra ulteriormente el discurso en la fe de Abrahán y
su estrecha relación con la promesa de Dios. Hay dos
pasajes en esta página: el primero tiene que ver directa-
m e n t e con Abrahán y su camino hacia la salvación por
medio de la fe (w. 20-22), mientras que el segundo tiene
que ver con nosotros, hijos de Abrahán en la fe y, como
tales, llamados a creer en el Dios que también es c a p a /
de resucitar a los muertos (w. 23-25).
148 29" semana Lunes 149

16
De Abrahán se dice con toda claridad que «tampoco Les contó una parábola:
vaciló» frente a la promesa de Dios: una vez vencido el -Había un hombre rico, cuyos campos dieron una gran
peligro de la incredulidad, él, por gracia, «se consolidó en cosecha. " Entonces empezó a pensar: «¿Qué puedo hacer?
su fe dando así gloria a Dios» (v. 20). Con estas palabras Porque no tengo dónde almacenar mi cosecha». I8 Y se dijo: «Ya
sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros, construiré otros
define Pablo la actitud de Abrahán en el momento en que más grandes, almacenaré en ellos todas mis cosechas y mis
reconoce que se lo debe todo a Dios y, al mismo tiempo, bienes, " y me diré: Ahora ya tienes bienes almacenados para
se confía sólo a él. Constatamos, por consiguiente, que el muchos años; descansa, come, bebe y pásalo bien». 20 Pero
ejemplo que nos da Abrahán en la acogida de la promesa Dios le dijo: «¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para
de Dios y en su confiarse a él se vuelve cada vez más quién va a ser todo lo que has acaparado?». 2I Así le sucede a
quien atesora para sí, en lugar de hacerse rico ante Dios.
lineal, existencial y concreto también para nosotros.
Desde esta perspectiva, que interesa a todos, personal y
comunitariamente, termina Pablo su discurso sobre *+• Tras haber invitado a mantener el ánimo, apoyado
Abrahán. Por eso nos sentimos implicados, de entrada, por el don del Espíritu Santo en el momento del testi-
en el designio salvífico de Dios; a continuación, en la monio, Jesús, solicitado por la petición de u n anónimo,
historia particular de Jesús de Nazaret, nuestro Señor, pone en guardia contra el peligro de la avaricia y con-
que murió y resucitó por nosotros; y, por último, en esa firma su enseñanza con u n a parábola sencilla e ilumi-
pequeña historia de la salvación que nos contempla nadora al mismo tiempo.
como sujetos interlocutores y cooperadores de Dios. La petición del anónimo tiene que ver con u n proble-
El último versículo del capítulo presenta u n a estu- ma que nos afecta a todos de cerca y que, con frecuen-
penda síntesis del misterio pascual de Jesús en sus dos cia, provoca disensiones y disidencias entre hermanos:
aspectos complementarios: fue «entregado a la muerte «Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la he-
por nuestros pecados y resucitado para nuestra salva- rencia» (v. 13). Pero Jesús se niega a responder (v. 14),
ción» (v. 25). El misterio pascual no es sólo objeto de fe porque su misión tiene que ver con algo bien distinto:
para cada creyente, sino que, antes aún, es fuente de en efecto, no ha venido a resolver nuestros problemas
gracia y de salvación. sociales, sino a enseñarnos a vivir nuestras relaciones
sociales para entrar en la vida eterna. La respuesta de
Jesús, además de contener u n a negación implícita, ex-
Evangelio: Lucas 12,13-21 presa asimismo u n a enseñanza sapiencial, bien cono-
cida en toda la Biblia, que pone en guardia contra la
En aquel tiempo, l3 uno de entre la gente le dijo: avaricia, contra todo tipo de avaricia: vicio capital que
-Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia. está siempre al acecho en la vida de toda persona. La
14
Jesús le dijo: enseñanza de Jesús recae, como es obvio, sobre la rela-
-Amigo, ¿quién me ha hecho juez o arbitro entre vosotros? ción entre riqueza y pobreza o, mejor aún, sólo sobre la
15
Y añadió: riqueza considerada como posible peligro para u n a vida
-Tened mucho cuidado con toda clase de avaricia, que aun- h u m a n a y cristiana digna de este n o m b r e : «Aunque se
que se nade en la abundancia, la vida no depende de las nade en la abundancia, la vida no depende de las rique-
riquezas. zas» (v. 15).
150 29a semana Lunes 151

La parábola (w. 16-21) viene a ilustrar el mismo de las promesas y puede repetir con el apóstol su profe-
tema. Resulta bastante estimulante el soliloquio inicial sión de fe: «Sé en quién he creído». Jesús, muerto y resu-
en el que el h o m b r e rico, protagonista de la parábola, citado por nuestra salvación, nos invita cada día a la
se muestra necio en sus palabras y, por consiguiente, mesa de la Palabra, de su cuerpo y de su sangre. En ella
en sus opciones de vida. Propiamente hablando, aquí podemos alcanzar de manera abundante la verdadera
no se pone de relieve la pecaminosidad de su compor- vida, la alegría, la paz. En efecto, participando en el mis-
tamiento, sino más bien la futilidad, la estupidez de su terio de su ofrenda es como el hombre se vuelve cada vez
desvivirse y de poner su confianza sólo en lo que ha acu- más capaz de amar y de dar y, así, de glorificar a Dios.
mulado. Igualmente iluminadora es la intervención final Qué bello es pensar, con san Ireneo, que la gloria de
de Dios (v. 20), entendida precisamente como respuesta Dios es el hombre vivo, o sea, nosotros, cuando, en u n
inmediata y directa a la actitud insensata del hombre m u n d o aplastado por el odio y por la violencia, nos
rico. Ahora bien, aquí hemos de poner de relieve un convertimos en dóciles testigos del amor; cuando, en
punto particular: la estupidez de ese hombre consiste de u n mundo asfixiado por el odio y por la violencia, nos
manera especial en el hecho de que no ha pensado en lo convertimos en dóciles testigos del amor; cuando, en una
que le sucederá después de la muerte. Ha pensado en sociedad asfixiada por la búsqueda exasperada del bene-
explotar sus riquezas sólo para la vida presente y no ha ficio, tenemos el corazón «en otra parte», «en lo alto», y
considerado la posibilidad de obtener beneficios de somos capaces de decir a los hermanos la palabra de es-
ellas también para la vida futura. peranza de la que también su corazón tiene sed. Dado
Desde esta perspectiva, resulta extremadamente im- que somos habitantes de este mundo, es inevitable que
portante y decisiva la conclusión de esta página evangéli- estemos implicados en problemas de herencias o de inte-
ca, que tiende a aplicar a cada uno de nosotros la puesta reses. Qué importante es, pues, sobre todo en esos casos,
en guardia de Jesús y el significado de la parábola. He- que el creyente se manifieste «distinto», libre de los cri-
mos de señalar en particular que «hacerse rico ante Dios» terios mundanos de quienes tienen como único horizon-
(v. 21), según Lucas, no es otra cosa más que dar limos- te los bienes de la tierra. Si Abrahán supo ya mirar más
na (Le 11,41) y hacerse u n tesoro inagotable junto a Dios allá del presente, cuánto m á s nosotros, invadidos por el
(Le 12,33). Espíritu del Resucitado, debemos tener el corazón des-
vinculado de lo que es caduco, habitado por la secreta
dulzura que supone ser hijos amados por el Padre, para
MEDITATIO que el Señor no deba llamarnos «estúpidos» por haber-
nos contentado con lo que n o vale y haber olvidado que
El apóstol Pablo nos recuerda, en la primera lectura, estamos destinados a la vida eterna.
que Abrahán no vaciló con incredulidad frente a la pro-
mesa divina, sino que «dio gloria a Dios». Sin embargo, el
cumplimiento de esa promesa andaba muy lejos de la evi- ORATIO
dencia y el patriarca no tenía ninguna garantía visible de
la herencia futura. También el cristiano está llamado a la La caza del tesoro es el juego preferido, la epidemia
fe. Sin embargo, él sí ha visto en Cristo el cumplimiento más extendida, hoy. Loterías compradas como el pan de
152 29" semana Lunes 153

cada día. Juegos de azar que arruinan a muchas fami- cólera a causa de ellas. No tienen en ellos la caridad de la
lias. Esposos que se separan para rescatar los miles de que habla el apóstol, y se vuelven por eso estériles e in-
millones del divorcio. Padres que olvidan los afectos fructuosos. Refiriéndose a hechos de este tipo, dice san
más entrañables para hacerse un patrimonio. Pablo: «Si distribuyera todas mis sustancias en alimento a
¿Hasta cuándo, Señor, seguirá atado el h o m b r e a los pobres, si entregara mi cuerpo al hambre y no tuviera
tanta falsedad? ¿Hasta cuándo se negará a comprender candad, de nada me ayuda» (1 Cor 13,3). De esto se des-
que la vida no está atada a los bienes? ¿Hasta cuándo se prende claramente que la perfección no se alcanza de
embriagará con las mentiras de los medios de comuni- golpe con la desnudez y la privación de todas las riquezas
cación, ignorando que quien acumula tesoros para sí no o con el desprecio de los honores, si después carecemos
se enriquece ante Dios? de la caridad, cuyas formas nos describe el apóstol y que
consiste únicamente en la pureza del corazón [...].
Sólo quien busca encuentra, sólo quien da recibe,
sólo quien rescata con sus propios bienes a u n esclavo En consecuencia, las cosas secundarias, esto es, los
es libre, sólo quien renuncia a sus comodidades vence la ayunos, las vigilias, la soledad, la meditación de la Escri-
miseria ajena, son quien se muestra solidario con los tura, debemos referirlas al fin principal, es decir, al de la
pobres tendrá cien veces más en esta tierra y, además, la pureza de corazón que es la caridad; no es justo poner en
vida eterna. peligro la virtud fundamental a causa de estas otras co-
sas. En efecto, si ésta permanece íntegra e intacta, nada
podrá perjudicarnos, aunque nos veamos obligados a
CONTEMPLATIO prescindir por necesidad de algo secundario: de nada nos
serviría cumplir perfectamente todos los compromisos si
Son muchos los que, tras haber despreciado grandes nos privamos del bien más importante en vistas al cual
bienes, sumas ingentes de oro y de plata, así como es- debemos hacer todas las otras cosas (Juan Casiano, Con-
pléndidas propiedades, se turban a causa de un corta- latio prima, 6ss, París, 1955, pp. 83-85 [edición española:
plumas, de un estilo, de una aguja o de una pluma. Si se Colaciones, Ediciones Rialp, Madrid 1961]).
hubieran mantenido constantes en la contemplación y en
la pureza del corazón, nunca habrían perdido este bien
por cosas de nada, cuando habían preferido abandonar ACTIO
las cosas grandes y preciosas antes que incurrir en tal
peligro. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
En efecto, hay quienes custodian manuscritos con tan- «Jesús, nuestro Señor, entregado a la muerte por nuestros
to celo que no toleran que nadie les eche una ojeada o los pecados y resucitado para nuestra salvación» (Rom 4,25).
toque apenas; de este modo, encuentran ocasiones de im-
paciencia y de ruina precisamente donde deberían apren-
der a adquirir los bienes de la paciencia y de la caridad. PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Han abandonado todas sus riquezas por amor a Cristo, y
conservan, sin embargo, el primitivo apego del corazón a La postura del cristiano frente a la esperanza es compleja y
las cosas más triviales, dejándose vencer a menudo por la operante. Nosotros no nos alienamos con las esperanzas terre-
154 29" semana

ñas y dirigimos nuestros ojos exclusivamente hacia la esperanza


eterna, y ni siquiera nos zambullimos en el efímero olvido de la
Martes
eternidad. N o perdemos de vista el hecho de que el Creador ha
confiado al hombre el derecho y el deber de dominar la natu-
raleza y completar la creación, pero tampoco olvidamos que no- 29 a s e m a n a del
sotros somos sólo cocreadores y que nuestras esperanzas ahon- Tiempo ordinario
dan sus raíces en la grandeza y en la generosidad del Padre,
que nos ha querido a su imagen y semejanza y nos ha hecho
partícipes de su naturaleza divina.
Nuestra esperanza no es ingenua ni tiene miedo de hacer
frente a los obstáculos. Tiene el coraje suficiente para mirarlos
de cerca y se esfuerza por superarlos contando con sus propias
fuerzas, sin olvidar, no obstante, que el Hijo de Dios se hizo
hombre y ha comenzado ya la obra de liberación del hombre, LECTIO
y que a nosotros nos corresponde completarla con la ayuda de
Dios. ¿Es acaso una audacia excesiva, un sueño irrealizable,
una esperanza vana, pensar en «la esperanza de una comunidad
mundial»? Pues sí, ciertamente, es una audacia, es un sueño. Una Primera lectura: Romanos 5,12.15b.l7-19.20b-21
audacia y un sueño que, sin embargo, según la decisión y el rea-
lismo con los que seamos capaces de afrontar los obstáculos que Hermanos: 12 Así pues, por un hombre entró el pecado en el
se levanten en el camino, podrán transformarse de esperanza en mundo, y con el pecado la muerte. Y como todos los hombres
realidad [...]. pecaron, a todos alcanzó la muerte. La gracia de Dios, hecha
Cuando esperar nos parezca absurdo o ridículo, acordémonos don gratuito en otro hombre, Jesucristo, sobreabundó para
todos. " Y si por el delito de uno solo la muerte inauguró su
de que, en la evolución creadora, el hombre brotó de un pensa-
reinado universal, mucho más por obra de uno solo, Jesucris-
miento de amor del Padre, ha costado la sangre del Hijo de Dios
to, vivirán y reinarán los que acogen la sobreabundancia de la
y es objeto permanente de la acción santificadora del Espíritu
gracia y del don de la salvación.
Santo (H. Cámara, Conferencia pronunciada en Winnipeg el 13 18
de enero de 1970, en La documentaron catholique del 1 de Por tanto, así como por el delito de uno solo la condena-
marzo de 1970, pp. 221 ss y 224). ción alcanzó a todos los hombres, así también la fidelidad de
uno solo es para todos los hombres fuente de salvación y de
vida. '" Y como, por la desobediencia de uno solo, todos fueron
hechos pecadores, así también, por la obediencia de uno solo,
todos alcanzarán la salvación.
20
Pero cuanto más se multiplicó el pecado, más abundó la
gracia, 21 de modo que si el pecado trajo el reinado de la muer-
te, también la gracia reinará y nos alcanzará, por medio de
nuestro Señor Jesucristo, la salvación que lleva a la vida eterna.

*»• La página que estamos leyendo es u n texto clásico


de la teología sobre el pecado original. Tras haber afir-
156 29a semana Martes 157

mado que todos, judíos y griegos, son culpables e inex- nes el amo encuentre vigilantes cuando llegue. Os aseguro que
cusables, Pablo recuerda el acontecimiento original que, se ceñirá, los hará sentarse a la mesa y se pondrá a servirlos.
38
Si viene a media noche o de madrugada y los encuentra así,
a su modo de ver, determina y justifica esta universal dichosos ellos.
fragilidad, esta debilidad común, esta pobreza radical
de toda persona frente a Dios y a las exigencias de
su voluntad. Con el pecado -razona Pablo- también ha **• Esta página evangélica contiene una advertencia
entrado en el mundo la muerte: la muerte total (v. 12). Y (w. 35ss), una bienaventuranza (w. 37a.38) y una prome-
así como cada persona humana se reconoce débil frente sa (v. 37b). No es difícil captar el mensaje correspondien-
a la muerte física, tampoco puede dejar de reconocerse te, a condición de mantener íntimamente unidas las tres
impotente frente a la muerte total. También aquí saca a partes de la enseñanza de Jesús.
la luz el apóstol u n a doble solidaridad que une a toda La advertencia tiene que ver con la vigilancia expec-
la humanidad: la solidaridad en el mal, que amenaza tante, que conocerá ulteriores desarrollos en la liturgia
con dejar reinar la muerte en el mundo, y la solidaridad de la Palabra de los próximos días. La doble imagen de
en el bien, que está garantizada por la presencia de la cintura ceñida y de las «lámparas encendidas» no es
Jesús (w. 17ss). más que u n a invitación a asumir actitudes que estén
de acuerdo con la vigilancia: u n deber imperioso e ine-
Existe una clave de lectura muy sencilla y muy eficaz ludible para todos, puesto que el Señor está cerca, por-
para esta página paulina: consiste en la contraposición que «el que viene» está a punto de llegar. Las parábolas
entre la figura de Adán, a causa del cual «entró el pecado contenidas en este capítulo y en el siguiente pueden
en el mundo» (v. 12), y la persona de Jesús, merced al cual ser caracterizadas como las «parábolas de la inminen-
ha llegado a nosotros la gracia de Dios. Este concepto, cia escatológica»: en ellas vibra, en efecto, u n sentido
desarrollado siempre en una tensión histórico-salvífica, de inmediatez y de espontaneidad que, lejos de crear
se repite más veces en estas pocas líneas (w. 15b.l7ss). incertidumbre, suscita más bien espera y confianza. El
De este modo, Pablo nos ayuda a volver, con un estupor mensaje que de ahí se sigue es obvio: es preciso estar
siempre mayor y con un deseo de comprender siempre preparado, porque la hora escatológica está a punto de
creciente, sobre el gran acontecimiento de la muerte y la sonar.
resurrección de Jesús, que ha cambiado el rostro a la his-
toria de toda la humanidad, que ha renovado el corazón La bienaventuranza a la que se alude está íntimamen-
de todo hombre, hijo de Adán, que ha hecho reinar defi- te ligada al relato parabólico: es la bienaventuranza de
nitivamente en el mundo la gracia de Dios. quien, teniendo plena conciencia de su condición de cria-
do, mantiene con fidelidad una actitud de vigilancia du-
rante la espera. Esa bienaventuranza está confirmada
cuando la parábola, al llegar a su término, describe el re-
Evangelio: Lucas 12,35-38
torno del amo y su encuentro con los criados vigilantes.
Así pues, es menester permanecer vigilantes por una pri-
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 35 Tened ceñida mera razón, que consiste en el hecho de no conocer con
la cintura, y las lámparas encendidas. 36 Sed como los criados
que están esperando a que su amo vuelva de la boda, para exactitud la hora en la que volverá el amo. Pero la se-
abrirle en cuanto llegue y llame. " Dichosos los criados a quie- gunda razón es todavía más importante, y consiste en la
29a semana
158 Martes ISl>

gran promesa que formula Jesús a sus siervos buenos y siempre despiertos. El aburrimiento y el t o r p o r nacen
fieles: «Os aseguro que se ceñirá, los hará sentarse a la del sentimiento de estar vacíos, de sentirnos inútiles.
mesa y se pondrá a servirlos» (v. 37b). Es la promesa de En la vida del creyente no hay ningún m o m e n t o o
la comunión plena y definitiva entre los siervos y su situación en los que no pueda a m a r y dar al prójimo
amo, entre Dios y aquellos que viven con la perspectiva u n a mirada de bondad, la ofrenda de u n sufrimiento.
del gran encuentro. Y poniéndonos ante el Crucificado es como p o d e m o s
alcanzar la fuerza y la audacia para entrar no en la re-
belión del viejo Adán desobediente, sino en el movi-
MEDITATIO
miento de confiado abandono del Hijo obediente usque
in finem, hasta el fin.
«Cada hombre es Adán, cada hombre es Cristo.» Po-
demos recordar estas palabras de san Agustín mientras
volvemos a saborear el célebre texto del apóstol Pablo, ORATIO
base y fundamento de la reflexión teológica sobre el pe-
cado, del que hemos puesto de relieve sólo un aspecto Tú eres gracia cuando me eliges por lo que soy y no
particular, exislencial, aunque no por ello menos im- por lo que valgo: tu gracia, Señor, es siempre gratuita.
portante. En cada uno de nosotros revive siempre el Tú eres gracia cuando tomas la iniciativa de a m a r m e y
conflicto entre el hombre viejo y el hombre nuevo. Y no no esperas mis tímidos avances: tu gracia, Señor, me
sólo esto, sino que se manifiesta también el desenlace previene y me sorprende siempre. Tú eres gracia cuan-
de su contraposición, no circunscribible ya a la persona do te manifiestas históricamente en el espacio y en el
particular, sino que se refiere por necesidad a u n a mul- tiempo a través de acontecimientos, personas, cosas: tu
titud de hermanos. En este choque, es esencial dejar gracia, Señor, se muestra siempre perceptible, concreta.
que Cristo more en nosotros realmente. Así, gracias a él,
Tú eres gracia cuando te dejas entrever y saborear en el
nuestro combate individual -ese que nadie puede librar
sentido de esplendor, de patriotismo y de alegría, de
por nosotros- puede obtener la victoria. Del mismo
belleza, de gratuidad y de perdón: tu gracia, Señor, es
modo que el Hijo venció al pecado y a la muerte con su
siempre u n a experiencia gratificante.
adhesión a la voluntad del Padre, así también nuestra
relación de obediencia a Dios desprende salvación y Tu gracia seduce, porque, con tu ternura y compa-
gracia para los otros, los de cerca y los de lejos, conoci- sión, con tu lealtad y fidelidad, vences el pecado y mis
dos y desconocidos. debilidades. Tu gracia, Señor, es siempre u n don, puro
don.
Es ésta una verdad que debemos tener presente con
gozosa conciencia: la apuesta de nuestra vida es muy
grande. De nuestra apertura al don de Dios dependen la CONTEMPLATIO
paz, la alegría y la gracia de muchos hermanos. Ahora
bien, ¿cómo hacer para mantener viva la conciencia del «Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis vuestro cora-
compromiso ligado a nuestra adhesión a Dios? El zón» (Sal 94,8). Este «hoy» se extiende a cada nuevo día,
evangelio nos invita a la vigilancia, a mantenernos mientras que se diga «hoy». Es un hoy que, como núes-
160 29a semana Martes l«l

tra capacidad de aprender, dura hasta la consumación ACTIO


final. Así, el verdadero hoy, el día sin fin de Dios, vendrá
a coincidir con la eternidad. Obedezcamos, pues, siem- Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
pre a la voz del Verbo de Dios, porque este hoy es ima- «Pero cuanto más se multiplicó el pecado, más abundó
gen eterna de la eternidad; más aún, el día es símbolo la gracia» (Rom 5,20).
de la luz, y la luz de los hombres es el Verbo, en el que
nosotros vemos a Dios [...].
El Señor, puesto que a m a a todos los hombres, les PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
invita «al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2,4), y es
él mismo quien les envía el Paráclito. ¿En qué consis- El pecado es fuente de esclavitud: «Todo el que comete peca-
te este conocimiento? En la piedad, es decir, en vivir do es esclavo del pecado» (Jn 8,34). La experiencia cotidiana
del hombre constata desde siempre esta límpida y neta afirma-
conscientemente la propia relación con Dios. «Y la
ción de Cristo. Empezamos a pecar por curiosidad (en ocasio-
piedad es útil para todo», según san Pablo, «porque nes incluso por vanidad); continuamos por debilidad y por há-
posee la promesa de la vida presente y de la vida futura» bito; acabamos pecando por desesperación, porque ahora ya
(1 Tim 4,8) [...]. Para asemejar el h o m b r e a Dios, en la no conseguimos romper las cadenas. Llegados a este punto, nos
medida en que ello es posible, esta piedad nos da u n persuadimos de que el pecado no existe; sólo hay tabúes que
maestro adecuado: Dios, que es el único que puede im- debemos derribar o, al menos, superar. De este modo, el hom-
primir en el hombre, según su mérito, la semejanza di- bre, creyendo afirmarse como libre señor de su propia vida, se
vuelve el hazmerreír de las fuerzas del mal.
vina.
Para el Evangelio, el único pecado del que debe ocuparse el
El apóstol, que tiene la experiencia de esta obra divi-
hombre es el suyo; en cuanto al de los otros, Jesús nos re-
na de educación, escribe a Timoteo: «Desde la infancia comienda que no lo juzguemos. Para el Evangelio, la fuente del
conoces las Sagradas Escrituras, que te guiarán a la sal- mal es el corazón del hombre: del corazón, es decir, del misterio
vación por medio de la fe en Jesucristo» (2 Tim 3,15). Y de nuestra personalidad interior y del uso injusto de nuestra li-
son verdaderamente sagrados estos textos que santifi- bertad, proceden todas las iniquidades, toda avidez, las corrup-
can y divinizan. Sus letras y sus sílabas sagradas forman ciones y las locuras que convierten la tierra en un lugar donde
las obras que el mismo apóstol, en el mismo pasaje, lla- casi no parece posible vivir. Diríase incluso que, para el hombre
ma «inspiradas por Dios, y es útil para enseñar, para per- moderno, el pecado parece que ya no existe o que, en todo caso,
lo considera un fenómeno irrelevante. Sin embargo, el Evangelio
suadir, para reprender, para educar en la rectitud, a fin de
continúa llamando a las cosas por su nombre. El pecado, para el
que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para Evangelio, es una realidad triste y universal. Es una calamidad tal
hacer el bien» (2 Tim 3,16ss). Las exhortaciones de los que, si no intervienen el arrepentimiento y el perdón, tiene como
otros santos no podrían tener en absoluto la misma efi- desenlace la condenación eterna. Es tanta su gravedad que el Hijo
cacia que las del Señor: él es verdaderamente quien ama de Dios acabó en la cruz para liberarnos de él.
al hombre, y su única obra es la salvación del mismo El Señor me salva de mi pecado, concediéndome la gracia
(Clemente de Alejandría, Protréptico, 9, París 1949, pp. inesperada de empezar siempre de nuevo el intento de llevar
151-156 [edición española: Protréptico, Gredos, Madrid una vida inocente. Ante nuestra fragilidad debemos redescubrir,
1994]). por un lado, la plena y efectiva responsabilidad que nos vien«
29a semana
162

de nuestra naturaleza de criaturas libres y dueñas de sus actos Miércoles


y, por otro, el poder de la gracia de Cristo, que es capaz de
darnos la fuerza que nosotros no poseemos por nosotros mis-
mos. Se trata, en suma, de reafirmar nuestra libertad, aunque
29 a semana del
como «libertad redimida» (G. Biffi, La meraviglia dell'evento
cristiano, Cásale Monf. 1996, pp. 307-309 passim).
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Romanos 6,12-18

Hermanos: 12 Que no reine, pues, el pecado en vuestro cuer-


po mortal. No os sometáis a sus apetitos, " ni prestéis vues-
tros miembros como armas perversas al servicio del pecado.
Ofreceos más bien a Dios como lo que sois, muertos que
habéis vuelto a la vida, y haced de vuestros miembros ins-
trumentos de salvación al servicio de Dios. '" No tiene por qué
dominaros el pecado, ya que no estáis bajo el yugo de la ley,
sino bajo la acción de la gracia.
15
Entonces, ¿qué? ¿Nos entregaremos al pecado porque no
estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
16
Sabido es que si os ofrecéis a alguien como esclavos y os so-
metéis a él, os convertís en sus esclavos: esclavos del pecado,
que os llevará a la muerte, o esclavos de la obediencia a Dios,
que os conducirá a la salvación.
17
Pero, gracias a Dios, vosotros, que erais antes esclavos
del pecado, habéis obedecido de corazón la doctrina que os ha
sido transmitida la y, liberados del pecado, os habéis puesto al
servicio de la salvación.

**• La lectura comienza con una orden (w. 12ss): no se


trata de un deseo, sino de una exigencia. Exactamente la
164 29" semana Miércoles
165

que deriva del acontecimiento histórico-salvífico que se con una acción de gracias (cf. v. 17) dirigida a Dios y mo-
lia llevado a cabo en la vida de cada creyente por medio tivada por el comportamiento de los cristianos de Roma,
del sacramento del bautismo. Del bautismo está hablan- que habían comprendido ya las instancias concretas de
do, efectivamente, Pablo en este capítulo de su carta, y su fe en Cristo: ellos, en efecto, ya habían abandonado
ese sacramento ha de ser puesto como fundamento de la esclavitud del pecado y se habían «puesto al servicio
cuanto va a comunicar a sus destinatarios. de la salvación» (v. 18).
«Todos a quienes el bautismo ha vinculado a Cristo
hemos sido vinculados a su muerte. En efecto, por el bau-
tismo hemos sido sepultados con Cristo, quedando vincu- Evangelio: Lucas 12,39-48
lados a su muerte, para que así como Cristo ha resucitado
de entre los muertos por el poder del Padre, así también En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 39 Tened pre-
sente que, si el amo de la casa supiera a qué hora iba a venir
nosotros llevemos una vida nueva» (w. 3ss). En conse- el ladrón, no le dejaría asaltar su casa. 40 Pues vosotros estad
cuencia, también nosotros podemos caminar en u n a preparados, porque a la hora en que menos penséis vendrá el
vida nueva (cf. v. 4). Y sobre esta novedad de vida cons- Hijo del hombre.
41
truye Pablo ahora su discurso: es preciso que nos con- Pedro dijo entonces:
virtamos en lo que ya somos, es menester que obremos -Señor, esta parábola ¿se refiere a nosotros o a todos?
de un modo consecuente con el don que hemos recibi- 42
Pero el Señor continuó:
do, es necesario que vivamos en nuestra vida el misterio -Vosotros sed como el administrador fiel y prudente a
pascual de Cristo. Eso implica, sobre todo, dos cosas: quien el dueño puso al frente de su servidumbre para dis-
morir al pecado y vivir en Cristo; dos momentos de u n tribuir a su debido tiempo la ración de trigo. 43 ¡Dichoso ese
único estilo de vida, dos actitudes complementarias en- criado si, al llegar su amo, lo encuentra haciendo lo que debe!
44
tre sí e igualmente necesarias. Lo que Pablo afirma deja Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
45
Pero si ese criado empieza a pensar: «Mi amo tarda en ve-
entrever también un acento polémico contra algunos nir», y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer,
que, disociando los dos momentos del único misterio a beber y a emborracharse, 46 su amo llegará el día en que
pascual, admitían la hipótesis de una existencia cristiana menos lo espere y a la hora en que menos piense, lo castigará
al son de la permisividad y del laxismo. Sin embargo, con todo rigor y lo tratará como merecen los que no son fie-
Pablo no puede ceder frente a semejantes desviaciones. les. " El criado que conoce la voluntad de su dueño pero no
está preparado o no hace lo que él quiere, recibirá un castigo
La gracia del ministerio que ha recibido le hace respon- muy severo. 48 En cambio, el que sin conocer esa voluntad
sable de sí mismo y de los otros. hace cosas reprobables, recibirá un castigo menor. A quien se
De ahí se sigue que el estilo de vida cristiana que Pa- le dio mucho, se le podrá exigir mucho; y a quien se le confió
mucho, se le podrá pedir más.
blo traza en esta página incluye, al mismo tiempo, un
momento negativo y otro positivo, un compromiso con-
tra el pecado y u n a adhesión a la gracia de Dios, una *•• Las exhortaciones de Jesús dirigidas ahora a sus
neta contraposición a la lógica de muerte que se propaga discípulos sacan a la luz la responsabilidad de todo cre-
en el m u n d o y una adhesión total a la lógica de la vida yente frente a la novedad del Evangelio y a sus instan-
nueva traída por Jesús. Pablo concluye su pensamiento cias prácticas. Según el Maestro, el verdadero discípulo
166 29a semana Miércoles 167

no sólo debe vigilar mientras espera, sino que debe con- la Palabra de Dios nos llama a lo esencial, a fijar sobre
servarse fiel a lo que ha prometido, hasta que el Señor nosotros mismos u n a mirada serenamente consciente
vuelva. Dice en efecto: «Tened presente» (v. 39a). Se tra- de lo que Dios ha hecho por nosotros y de nosotros. San
ta, pues, de u n discernimiento que sólo es posible prac- Pablo nos recuerda que somos «muertos que habéis
ticar si la fe, junto a la razón, se convierte en fuente de vuelto a la vida», habitados por la fuerza y por el poder
luz para nuestro camino. Saber no lo es todo, pero, a de Cristo resucitado, llamados a ofrecernos a nosotros
buen seguro, es una condición indispensable para estar mismos a Dios con alegría y gratitud en todo lo que lle-
dispuesto todo el tiempo que haga falta. vemos a cabo, para que verdaderamente, tanto si come-
En medio del fragmento aparece u n a extraña pre- mos como si dormimos, seamos del Señor y nada sea
gunta de Pedro (cf. v. 41), que sirve de introducción a la extraño a este horizonte de pertenencia que enriquece y
parábola del administrador fiel y prudente. También embellece nuestra existencia. Cuanto más hayamos expe-
éste, sin embargo, en u n determinado momento, con- rimentado en nosotros mismos y en los otros -tal vez en
templa la posibilidad de un olvido y de una falta de personas que nos son particularmente queridas o fa-
atención. La fidelidad y la prudencia parecen ser las dos miliares- qué verdad es que el pecado somete y esclaviza
cualidades que Jesús quiere recomendar a todos, pero al hombre hasta matarlo, tanto más se dilatará nuestro
sobre todo a sus discípulos. Al mismo tiempo, deja claro corazón en el servicio a Dios con alegría. Ay de nosotros
de una manera inequívoca la seriedad y el dramatismo si, como el siervo de la parábola, pensamos que el amo
del seguimiento evangélico. De ahí que, por una parte, «tarda en venir». Nuestro amado Señor y Maestro está
resuene una bienaventuranza consoladora: «¡Dichoso ese con nosotros para que vivamos con su gracia, de manera
criado si, al llegar su amo, lo encuentra haciendo lo que conforme a la vida nueva que él nos ha dado, y lleguemos
debe!» (v. 43); con ella quiere exhortar el Señor a la fi- a ser santos e inmaculados en su presencia en el amor. El
delidad, pero, al mismo tiempo, enuncia la promesa de camino -es siempre san Pablo el que nos lo indica- es la
una comunión definitiva. Por otra parte, resuena la obediencia de corazón a la enseñanza de Jesús. Es un ca-
amenaza de u n castigo severo para todo el que no se mino que va desde la escucha de la Palabra a la fracción
mantenga fiel y activo en la espera. Ésos serán contados del pan de la caridad juntos, desde el reconocimiento de
entre «los que no son fieles» (v. 46). Cristo presente en los pequeños y en los pobres al ser-
vicio generoso a los hermanos del que todos somos per-
Los dos últimos versículos del fragmento evangélico
sonalmente responsables. Es seguro que se nos pedirá
son característicos de Lucas: en ellos se complace en
cuentas de lo mucho que hemos recibido, pero sabemos
acentuar la relación entre conocimiento y castigo {cf.
también que el que nos juzgará será aquel que murió por
asimismo 19,11-28) y aplica este juicio a los responsa-
amor a nuestro amor.
bles de la comunidad.

MEDITATIO ORATIO

Atosigados como estamos por tantos problemas, por «¡Dichoso ese criado si, al llegar su amo, lo encuentra
las mil urgencias que nos acosan en nuestra vida diaria, haciendo lo que debe!» Dichoso el que, solícito, cumple lo
168 29a semana Miércoles 169

que tiene que hacer: su esperanza se verá recompensada (2 Cor 5,17). El sentido de estas palabras está claro: los
con el bien prometido. Dichoso el que, como atleta fiel, hombres, a través de la fe en Cristo, abandonan el fardo
permanezca en la carrera: recibirá una corona incorrup- de sus pecados como si se despojaran de un vestido vie-
tible. Dichoso el que, habiendo puesto la mano en el ara- jo; liberados del error, son iluminados por el Sol de justi-
do, no mira hacia atrás: recogerá frutos en abundancia. cia y, de este modo, se revisten de un vestido completa-
Dichoso el que procede con templanza y prudencia en mente nuevo y resplandeciente, una vestidura real. Ha
el viaje: verá las alegrías eternas. Dichoso el que se irrumpido la gracia de Dios: es como si hubiera creado de
muestra constante en la prueba: tendrá la suerte que nuevo las almas, las ha rehecho desde el interior, trans-
Dios prepara a sus amigos. Dichoso el que afronta con formando no ya su naturaleza, sino su voluntad. Ahora
buen ánimo las fatigas del deber: gozará con la recom- ya no se permite a la mirada del espíritu el velo que cu-
pensa de sus esfuerzos. Dichoso el que se prodiga en fa- bría los ojos, y he aquí que la vista percibe con claridad
vor de los otros sin segundas intenciones: saboreará el todo el horror del vicio y la resplandeciente belleza de la
triunfo final. Dichoso el que sirve y piensa en hacer el virtud [...].
bien: estará aún mejor en el Reino de los Cielos. Así pues, todos juntos, vosotros que ya habéis sido
Dichoso el que camina en la verdad desmenuzándola bautizados desde hace muchos tiempo y vosotros que
mientras va de camino: sus numerosos seguidores le da- acabáis de recibir este don del Señor, escuchemos la ex-
rán la gloria. Dichoso el que haya dado a Dios tiempo hortación del apóstol que nos dice: «Las cosas viejas han
para realizar sus designios: gustará la victoria de los pasado, he aquí que lo hago todo nuevo». Olvidemos todo
fuertes. Dichoso el que hace su vida útil y santa: se le nuestro pasado. Puesto que ahora hemos sido hechos
dará cien veces más. «¡Dichoso ese criado si, al llegar su partícipes de u n a vida nueva, empeñémonos en trans-
amo, lo encuentra haciendo lo que debe!». formar todo nuestro ser. Tengamos presente, en todo lo
que digamos y hagamos, la dignidad de aquel que habi-
ta en nosotros (Juan Crisóstomo, Cuarta homilía bautis-
CONTEMPLATIO
m a / X I I , 14-16; París 1957, pp. 189-191).

San Pablo afirma esta verdad: «Si alguien está en Cris-


to, es una nueva creación» (2 Cor 5,17). Y para que no ACTIO
pensemos en una creación material, precisa: si alguien
está en Cristo. La nueva creación es, por tanto, la que se Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
nos revela a través de aquel que se adhiere a Cristo en la
«Demos gracias a Dios porque os habéis puesto al ser-
fe. Decidme, ¿es más grande el hecho de que el cielo u
otro elemento creado se renueve o que u n hombre pase vicio de la salvación» (cf. Rom 6,17ss).
del vicio a la virtud y abandone el error p a r a ponerse al
servicio de la verdad? Eso es precisamente lo que san Pa- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
blo llama «nueva creación».
Y no sólo esto, sino que añade de inmediato: «Las El Dios creador es libre. La criatura humana, plasmada según
cosas viejas han pasado, he aquí que lo hago todo nuevo» su imagen, también estará dotada de libertad. ¿Qué es lo que
170 29" semana

distingue, principalmente, al animal humano de los otros ani-


males? Sobre todo, la conciencia de sí, la voz de la conciencia,
Jueves
el libre albedrío, la capacidad de tomar decisiones éticas. Mien-
tras que los otros animales obran siguiendo su propio instinto, el
animal humano está en su propia conciencia en presencia de 29 a s e m a n a del
Dios, elige. Dios dice cada día al hombre: «Ante ti están la vida Tiempo ordinario
y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida y viviréis
tú y tu descendencia» (Dt 30,19).
Sólo ejercitando su libertad se vuelve el hombre auténti-
camente humano. En un mundo que se va haciendo día a día
más inhumano -un mundo aparentemente controlado por el psi-
coanálisis, por las estadísticas y por las máquinas-, es urgente
reafirmar, por parte de los cristianos, el valor supremo de la
libertad humana. No hay nada más decisivo en tocio el universo LECTIO
ue las elecciones ponderadas llevadas a cabo por personas
otadas de razón y de conciencia.
El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, pue-
de alabar a Dios también por este mundo, restituir a su Creador Primera lectura: Romanos 6,19-23
como ofrenda la creación en una acción de gracias; y, median-
te este acto de oblación, el hombre lleqa a ser verdaderamente Hermanos: " Os estoy hablando al modo humano, hacién-
humano, una persona en su integridad (K. Ware, Riconoscerete dome cargo de vuestra dificultad para comprender. Lo mis-
Cristo in voi, Magnano 1994, pp. 30-32, passim). mo, pues, que antes os entregasteis como esclavos a la impu-
reza y a la iniquidad hasta llegar a la perversión, así ahora
entregaos como esclavos al servicio de la salvación en busca
de la plena consagración a Dios.
20
En otro tiempo erais esclavos del pecado y no os consi-
derabais obligados a buscar la salvación. 21 ¿No os avergüen-
za ahora el fruto que entonces cosechasteis? Porque el resul-
tado de todo aquello fue la muerte. 22 Ahora, en cambio,
liberados del pecado y convertidos en siervos de Dios, tenéis
como fruto la plena consagración a él y como resultado final
la vida eterna. " En efecto, el salario del pecado es la muerte,
mientras que Dios nos ofrece como don la vida eterna por me-
dio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

*•• Pablo sigue reflexionando sobre el «gran paso» que


se realiza en la vida del creyente tanto por la fe que ali-
menta como por el bautismo que recibe. Nos encontra-
mos, en efecto, delante de una gran contraposición en-
tre el pasado y el presente: dos tiempos separados en lie
172 29a semana Jueves 173

sí por el misterio pascual de muerte y de vida, que fue de estoy angustiado hasta que se cumpla. 5I ¿Creéis que he venido
Jesús y ahora es de sus discípulos. Así pues, la vida cris- a traer paz a la tierra? Pues no, sino división. 52 Porque de aho-
tiana es asimilable, para Pablo, a un viaje: es necesario ra en adelante estarán divididos los cinco miembros de una
familia, tres contra dos, y dos contra tres. " El padre contra el
saber de dónde venimos, pero es asimismo indispensable hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija
saber hacia dónde nos encaminamos. El camino de todo contra la madre; la suegra contra la nuera, y la nuera contra la
cristiano se desarrolla entre un pasado marcado por la suegra.
esclavitud y un presente marcado por la libertad. El tre-
cho de camino que nos queda por recorrer está trazado
**• La humanidad está obligada a elegir frente a Cristo.
claramente por Dios, y su nombre es Jesús: el camino,
No es posible permanecer indiferente ante su Evangelio
el único camino que estamos llamados a conocer y a
y sus «pretensiones» correspondientes. Esto depende so-
recorrer.
bre todo del radicalismo de la propuesta de salvación que
La vida cristiana, para Pablo, es semejante también a ha venido a traer el Nazareno: una propuesta impregnada
un servicio, marcado asimismo por una fuerte y decisiva de amor, frente a la que es preciso reaccionar por amor.
separación. En efecto, del mismo modo que antes está-
«He venido a prender fuego a la tierra» (v. 49): el tono
bamos al servicio de la impureza y de la iniquidad, así
del discurso es autobiográfico. Eso significa que para
ahora estamos al servicio de la justicia y de la santidad.
poder elegir qué hacer y cómo vivir es necesario, antes
Es como decir que, en cierto modo, el nombre debe re-
que nada, resolver el dilema sobre la identidad de Jesús:
conocer que es «siervo» de alguien: si no se hace siervo
quien no le reconozca en su verdadera identidad no po-
de Dios, liberándose del pecado, acabará siendo siervo de
drá llevar a cabo decisiones dignas del seguimiento de
Satanás, subyugado por el pecado.
Jesús. «Un fuego... un bautismo...» (w. 49ss): no se trata
Será bueno poner de relieve un detalle de este razo- del fuego del Espíritu Santo, ni siquiera del fuego del
namiento desarrollado por Pablo. Es él quien insiste en juicio, sino del vivo deseo que alimenta Jesús de pasar
el hecho de que «en otro tiempo erais esclavos del peca- por el fuego purificador de su pasión y muerte. Igual-
do y no os considerabais obligados a buscar la salvación» mente, Jesús desea pasar a través de ese bautismo de
(cf. v. 20). Pero ahora, para explicitar el pensamiento del sangre que será su sacrificio en la cruz. Desde esta pers-
apóstol, ahora que hemos sido justificados o salvados pectiva, las imágenes del fuego y del bautismo nos pro-
por el amor de Dios mediante la fe, ya no somos libres yectan hacia el final de la vida terrena de Jesús y hacia
respecto a la justicia, sino que nos hemos vuelto - y la cima de su misterio, que culminará con la entrega to-
como tales nos comportamos- siervos de la justicia, o tal de sí mismo al Padre por amor a nosotros.
sea, de Dios.
Frente al amor que nos ha atestiguado Jesús, es me-
nester reaccionar con amor, y es cosa sabida que el amor,
Evangelio: Lucas 12,49-53 el verdadero, es siempre muy exigente, en ocasiones des-
garrador. Ésa es la razón de que responder a la llamada
evangélica implique, por u n lado, dejar y, por otro, to-
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 49 He venido a
prender fuego a la tierra; y ¡cómo desearía que ya estuviese mar. Dejar todo lo que es contrario al Evangelio y a sus
ardiendo! 50 Tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y exigencias radicales para tomar la única cosa necesaria;
174 29° semana Jueves 175

es más, la única persona necesaria: Jesús, hijo de Dios y ORATIO


redentor nuestro. La instancia ascética claramente dibu-
jada por este fragmento evangélico tiene que ser leída Tu bautismo en el Jordán, Señor Jesús, me ha revela-
desde la perspectiva de u n a vocación propuesta por Je- do el alcance de tu amor: Hijo de Dios, nacido por no-
sús a sus discípulos, y vuelta a proponer ahora a todos sotros. Tu bautismo de sangre, Señor, me ha redimido
nosotros. por tu amor: fuego purificador de mis culpas.
Tu resurrección, Señor, m e ha mostrado el poder de
MEDITATIO tu amor: promesa consoladora de vida eterna. Tu as-
censión, Señor, me ha asegurado la plenitud de tu amor:
respiración vital y recreadora. Tu pentecostés, Señor,
Del fragmento de san Pablo que hemos leído hoy se
me inunda de tu amor: certeza perenne de luz y calor.
desprende u n a clara contraposición entre lo que los des-
tinatarios de la carta eran en un tiempo, cuando eran Oh Señor, «renueva la faz de la tierra» y también mi
esclavos del pecado, y lo que son ahora. Es posible que vida.
para nosotros esta realidad no sea tan clara: no hay en
nosotros u n pasado de impureza y desorden absoluto y CONTEMPLATIO
un hoy de santidad y justicia, sino un camino de con-
versión en acto para llegar a ser según el corazón de
Dios. Necesitamos ponernos a mendigar a diario la gra- El amor se basta a sí mismo, gusta por sí mismo y por
cia del poder de la cruz, a invocar el don del Espíritu. Si su propia causa; es mérito y recompensa de sí mismo.
constatamos nuestra lentitud en el camino de conver- No busca fuera de él ninguna causa ni ningún fruto: su
sión, nos tranquiliza la certeza de que Dios es paciente fruto es precisamente amar. Amo porque amo, amo
y quiere atarnos a él de u n modo cada vez más estrecho, para amar. Es una gran cosa el amor, siempre que se re-
para que podamos saborear qué grande es la libertad monte a su principio y, vuelto a su origen, reservado en
que deriva de nuestra pertenencia a él. su fuente, tome siempre de ella para poder fluir de ma-
nera perenne. De todos los movimientos del alma, entre
Sí, es paradójico, pero - c o m o atestiguan los santos- todos los sentimientos y los afectos, es el amor el único
cuanto más somos poseídos por Dios, tanto más libres es- con el que la criatura puede responder a su Creador, si
tamos de todo. No son éstas realidades comprensibles a no de igual a igual, sí al menos de semejante a seme-
la razón: sólo quien las vive las puede reconocer fácil- jante [...]. El amor del Esposo - o mejor, el Esposo que
mente. Jesús nos habla en el evangelio de hoy del deseo
es a m o r - sólo pide reciprocidad de amor y fidelidad. En
que le consume de llevar a cabo la misión que le ha
consecuencia, la a m a d a debe amarle a su vez. ¿Cómo
dado el Padre, aunque sabe demasiado bien lo que com-
podría dejar de a m a r ella, que es esposa y esposa del
porta el paso cruento a través de la cruz. Las mismas
Amor? ¿Cómo podría no ser amado el Amor?
disposiciones interiores, el mismo anhelo de seguir a Je-
sús, a cualquier precio, se encuentran en el cristiano Es justo entonces que, renunciando a todos los otros
que ha adquirido la verdadera libertad haciéndose, por afectos, se entregue del todo a u n único amor, pues a
propia voluntad, esclavo de u n Dios que es Amor. ella le toca corresponder al Amor mismo con amor. En
176 29" semana Jueves 177

electo, aunque se derrame toda en amor, ¿qué propor- ue detrás de este «alejado» que tiene hambre y sed, que está
ción habrá en este a m o r suyo y el perenne manar de la esnudo, enfermo, prisionero, es a él a quien encontramos,
fuente del mismo? No cabe la menor duda de que el escondido a pesar de ser alcanzable, sin ser notado a pesar de
flujo del a m o r no brota con la misma riqueza de quien ser experimentado en verdad. Ahora bien, cuando el Señor vino
a m a y de aquel que es el Amor, del alma y del Verbo, de a buscar a los hombres, a amarlos, cuando dio la vida para vol-
la esposa y del Esposo, del Creador y de la criatura: la ver a llevarlos a casa, el prójimo no era a buen seguro para él
abundancia de la fuente no es, a buen seguro, la del se- sólo un alma perdida, un hombre entre tantos. El amor no pue-
de amar más que el amor. El amor de Dios, que invade todo el
diento. ¿Entonces? ¿Será, pues, vano, desaparecerá por
mundo y pasa por todos los extravíos, no puede amar más que
completo el deseo de la que espera las nupcias? La as- a Dios. Cuando el Hijo pasa del Padre al mundo para ir a bus-
piración de quien espera, el ardor del amante, la con- car a su enemigo y llevarle el amor del que éste carece, debe
fianza de quien espera, ¿se verán decepcionados porque ver, a través de él, en él, a Dios: debe ver al Padre, que ha
la esposa no pueda correr con el paso de un gigante, creado a este hombre, lo ha formado a su imagen y semejan-
contender en dulzura con la miel, en mansedumbre con za, le ha amado, llamado y marcado con una marca indeleble:
el cordero, en candor con el lirio, en luminosidad con el la señal de la pertenencia al Hijo, al Verbo, a la redención y a
sol, en a m o r con aquel que es Caridad? No. En efecto, la Iglesia [...].
a u n q u e la criatura ame menos porque es más pequeña, La exigencia de que el amor no se detenga en el hombre,
puede a m a r a pesar de todo con todo lo que es, y donde aunque sea en el más miserable, el más necesitado de amor, es
está el todo, nada falta. Por eso, como he dicho, a m a r lo que distingue el amor cristiano de todo tipo de humanitaris-
así es u n a verdadera unión nupcial (Bernardo de Clara- mo puramente terreno. Es un amor dirigido a Dios a través del
val, Sermones super Cántica Canticorum, Sermo LXXXIII, hermano: Dios en sí mismo y Dios para nosotros en Cristo y en
R o m a 1958, II, pp. 300-302). la Iglesia. Y no puede ser más que así, porque el amor divino,
el amor que viene de Dios, es infinito, y por eso debe extender-
se hasta el mismo Dios [...]. Al amor cristiano no se le pide cier-
ACTIO tamente descubrir a Cristo, como en una especie de juego del
escondite, «detrás» del hermano extranjero que «representaría»
a Cristo, o incluso que ame a Cristo «en el puesto» del hermano,
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: de modo que se instaure entre ambos un oscuro mecanismo de
«Ahora, en cambio, hemos sido liberados del pecado y sustitución. Basta con que el cristiano ame a su hermano ¡unto
convertidos en siervos de Dios» (cf. Rom 6,22). con Cristo: así lo amará con referencia al Padre (H. U. von
Balthasar, Die Gottesfrage des heutigen Menschen, Viena 1956,
pp. 208ss; 212-214 [edición española: El problema de Dios en
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL el hombre actual, Ediciones Cristiandad, Madrid 1966]).

«Cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por noso-


tros» (Rom 5,8). Si el amor cristiano tiende a la imitación de
Cristo, esta verdad primordial sobre la que se fundamenta todo
el cristianismo no puede ser ignorada. El «prójimo», el más cer-
cano a Cristo, es el más alejado. El Señor nos hace advertir, en
el marco inequívoco que nos proporciona del juicio final (Mt 25),
Viernes

2 9 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: R o m a n o s 7,18-25a

Hermanos: 18 Y bien sé yo que no hay en mí -es decir, en lo


que respecta a mis apetitos desordenados- cosa buena. En
efecto, el querer el bien está a mi alcance, pero el hacerlo no.
" Pues no hago el bien que quiero, sino el mal que aborrezco.
20
Y si hago el mal que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino
la fuerza del pecado que actúa en mí. 2I Así que descubro la
existencia de esta ley: cuando quiero hacer el bien, se me im-
pone el mal. 22 En mi interior me complazco en la ley de Dios,
23
pero experimento en mí otra ley que lucha contra el dictado
de mi mente y me encadena a la ley del pecado que está en mí.
24
¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, que
es portador de muerte? 25 ¡Tendré que agradecérselo a Dios
por medio de Jesucristo, nuestro Señor.

*» El capítulo 7 de la carta de Pablo a los cristianos


de Roma tal vez sea el más dramático, entre otras razo-
nes porque el apóstol considera en él no tanto la condi-
ción espiritual de la h u m a n i d a d como nuestra situación
de cristianos, salvados por la fe, pero siempre en lucha
para la consecución de la salvación. No basta, en elec-
to, con conocer la ley de Dios para observarla; no basla
180 29a semana Viernes 181

58
tampoco -sería u n irenismo espiritual desviado- con Cuando vayas con tu adversario para comparecer ante el
saber que la fe es capaz de salvarnos mediante un acto de magistrado, procura arreglarte con él por el camino, no sea
que te arrastre hasta el juez, el juez te entregue al alguacil y el
abandono total al amor misericordioso de Dios. No bas- alguacil te meta en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí
ta siquiera con hacer nuestro, por medio de la fe, el mis- hasta que hayas pagado el último céntimo.
terio pascual de Jesús, que anima y sostiene asimismo la
vida de todo verdadero discípulo suyo. El discurso de
Pablo se hace ahora mucho más concreto y personal, *•• Jesús se dirige «a la gente»: a todos incumbe, en
efecto, el deber de saber discernir «el tiempo presente»
diríamos que casi autobiográfico.
(v. 56), que es u n tiempo providencial y dramático; a
En efecto, se trata de u n a descripción en primera todos concierne saber juzgar «lo que es justo» (v. 57), o
persona del singular que, por u n a parte, nos permite sea, lo que en su vida está de acuerdo o no con la vo-
entrar en el drama de Pablo y, por otra, nos ayuda a vi- luntad de Dios. El presente discurso sobre «los signos
vir con plena conciencia nuestro drama personal. Es de los tiempos» no hemos de considerarlo, por consi-
cierto que hemos sido liberados de u n a terrible esclavi- guiente, como abstracto o académico; al contrario, Je-
tud -la del pecado y Satanás-, pero es igualmente cier- sús pretende llamar nuestra atención sobre la extrema
to que día tras día estamos expuestos a otra esclavitud, seriedad de la vida que llevamos, de la historia que es-
la de la carne, la del mal, la de nuestros deseos más ba- tamos viviendo. Se trata de una instancia evangélica
jos. En consecuencia, no podemos dejar de compartir que se repite, ésta: quien no la acepta y no se esfuerza
el tono de esta página paulina ni dejar de considerarla en vivirla merece directamente de Jesús el calificativo
también como plenamente nuestra. Basta releerla con de «hipócrita».
honestidad para sentirnos implicados personalmente
en las reflexiones, en las angustias y en el anhelo pro- No se trata, según Jesús, de una mera incapacidad
fundo que sube del corazón de Pablo: «¡Desdichado de para leer los «signos de los tiempos»: diríase que en
mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, que es portador de ellos hay una evidencia inmediata que ni siquiera los
muerte?» (v. 24). En esta exclamación y en esta pregun- ciegos pueden negar. Tampoco se trata, aquí, de la acti-
ta reconocemos todo el d r a m a de Pablo, todo nuestro tud pecaminosa de quienes viven como si no existiera
drama. Dios o, mejor, como si no hubiera venido Jesús a noso-
tros y, por consiguiente, como si la luz del Evangelio no
iluminara a cada hombre que viene a este mundo. Se
trata, más bien, de hipocresía: la actitud de quien ve los
Evangelio: Lucas 12,54-59 signos pero no quiere comprenderlos, esto es, no quiere
aceptar su evidencia, ni siquiera quiere dejarse rozar
En aquel tiempo, 54 Jesús se puso a decir a la gente: por la luz que éstos desprenden. Los verbos que Jesús
-Cuando veis levantarse una nube sobre el poniente decís usa son «saber», «discernir», «juzgar», y este relieve
en seguida: «Va a llover», y así es. 55 Y cuando sentís soplar el hace aún más evidente el significado de las parábolas de
viento del sur, decís: «Va a hacer calor», y así sucede. 5Ó ¡Hi-
pócritas! Si sabéis discernir el aspecto de la tierra y del cielo, Jesús. Como es obvio, se trata de los signos que se ma-
¿cómo es que no sabéis discernir el tiempo presente? " ¿Por nifiestan en la vida de Jesús, y no es difícil comprender
qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? cuáles son. Ciertamente, los signos de las acciones mi-
29° semana •Viernes
182 183

lagrosas realizadas por él; ciertamente, los signos muy tra aventura humana, para que hasta en el fondo del
fuertes, en ocasiones, de sus palabras, de algunas de sus abismo podamos sentirnos como hijos amados. El cris-
palabras; ciertamente, los signos anexos a toda su exis- tiano, si bien experimenta de una manera muy doloro-
tencia terrena (vida oculta de Nazaret y vida pública en sa su ser pecador, sabe también que ésta no es la última
Palestina). Pero se trata, sobre todo, de ese «signo» que palabra sobre su condición. En consecuencia, puede y
ha sido y sigue siendo todavía la vida de Jesús consi- debe dejar brotar de su corazón una plena acción de
derada en su totalidad. Como los profetas de cierto gracias, porque toda nuestra vida es ahora eucaristía al
tiempo, también Jesús es una profecía viva, u n a persona Padre por medio de Jesucristo.
hecha profecía.
ORATIO
MEDITATIO
Piedad, Señor, por mi pereza a la hora de satisfacer
Pocas páginas como la que nos propone hoy san las necesidades ajenas; por mi superficialidad, que no es
Pablo son capaces de expresar con u n carácter m á s in- capaz de percibir el llanto de los pobres; por mi tran-
cisivo el d r a m a que se consuma en el interior de cada quilo vivir frente a injusticias incómodas; por tantas pa-
creyente. Así es, porque la lucha entre el bien y el mal labras inútiles, que se han quedado como vocablos sin
no se desarrolla sólo fuera de nosotros, sino que llega corazón.
hasta el interior de cada uno. El hombre se presenta Piedad, Señor, por mi orgullo, incapaz de juicios im-
despedazado en lo profundo de su ser entre la atracción parciales; por mi intromisión, que ha arrebatado a otros
del bien, por el que se siente irresistiblemente fascinado su espacio vital; por haberme servido de las ideas de los
como la verdadera patria de su corazón, y del mal que otros para manifestar sus debilidades; por haber sido
le asedia, le rodea y le seduce con mil apariencias atrac- un censor rígido de los fallos ajenos y olvidar los míos
tivas. Pablo, intérprete capacitado de este trasiego, llega de una manera culpable.
a exclamar: «¡Desdichado de mí!», y a sentir todavía con Piedad, Señor, por mis infidelidades cotidianas, por
más fuerza el deseo de una paz que aplaque toda disi- mi ingratitud -que ha tomado por descontado todo bien-,
dencia. por mi presunción intolerante frente a la desaprobación,
Ahora bien, el apóstol no se detiene aquí. Va m á s allá por haber pasado junto a quien estaba solo sin hacerme
y nos señala la verdadera originalidad del creyente: a él su prójimo.
se le concede mirarse y examinarse no bajo u n cielo Piedad pido a la humanidad, y a ti, Señor, la libertad.
vacío e implacable, sino bajo la mirada de Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo. Sería desesperante t o m a r
conciencia sólo de nuestros propios desgarros. El hom- CONTEMPLATIO
bre de fe advierte con mayor agudeza el d r a m a de su
estar dividido, desgarrado, pero sabe también que hay Nadie como san Pablo ha mostrado lo que es el hom-
remedio p a r a todo esto, porque ya no está solo. Jesús, bre, nadie como él ha puesto de relieve la grandeza de su
nuestra paz, ha venido a ponerse en el corazón de nues- naturaleza y las capacidades con las que está dotado.
184 29" semana Viernes 185

Cada día se entregaba por completo y hacía frente a los cesario para él. Permanecer separado de Cristo repre-
peligros que le asediaban con u n coraje siempre reno- sentaba para él una lucha y un sufrimiento mucho más
vado, como atestiguan sus mismas palabras: «Olvidando pesados que todo lo demás. Estar con él era el final de
lo que he dejado atrás, me lanzo de lleno a la consecución la lucha, el premio de la fatiga. Y Pablo eligió el com-
de lo que está delante» (Flp 3,13). Y frente a la perspec- bate por amor a Cristo (Juan Crisóstomo, Le lodi di san
tiva de la muerte, invita a los otros a compartir su ale- Paolo, homilía 2, en PG 50, cois. 447-481, passim).
gría diciendo: «Alegraos también vosotros y regocijaos
conmigo» (2,18). Exulta de nuevo en medio de los peli-
gros, de las injurias y de las humillaciones, y escribe a ACTIO
los corintios: «Y me complazco en soportar por Cristo fla-
quezas, oprobios, necesidades, persecuciones y angustias» Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
(2 Cor 12,10). «¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo,
Para Pablo, sólo había que tener miedo y huir de una que es portador de muerte?» Rom 7,24).
cosa: ofender a Dios; sólo había que desear una cosa:
complacerle. Y no sólo no le atraían los bienes terrenos, PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
sino ni siquiera los bienes eternos. De ahí se deduce qué
ardiente era su amor a Cristo. Fascinado por él, no se
El cristiano parte de un núcleo inicial: Dios es Palabra, Ver-
dejó conquistar por la grandeza de los ángeles y de los
bo, Palabra personal del Padre, Palabra creadora, Palabra que
arcángeles, ni por ninguna otra cosa. Tenía en sí mismo
es vida y luz para los hombres. Esta palabra se ha hecho carne,
algo más grande que todo eso: el amor de Cristo. Con este
es decir, ha penetrado en la criatura humana; carne designa
amor se consideraba el más feliz de los hombres. Con aquí a la criatura en su extrema debilidad, casi ¡unto a los
este amor prefería estar entre los hombres; más aún, confines de la nada. El sentido de es el hecho inicial es que tal
entre los despreciados, antes que estar sin él entre las condescendencia tuvo lugar para nuestra elevación, que este
personas de más autoridad y más honradas. Faltarle este empobrecimiento tuvo lugar para enriquecernos, que esta humi-
amor habría sido para san Pablo la única verdadera pena, llación es nuestra más elevada promoción. Aquí se revela una
el infierno, el castigo, el mal infinito. línea constante del obrar de Dios: a él le gusta revestir las cosas
más grandes con los vestidos más humildes y modestos. También
Todas las cosas de aquí abajo que no le comunicaban
la ciencia se ha dado cuenta de ello, y para penetrar en el fon-
este amor le parecían carentes de sentido - n i penosas ni do del misterio de la naturaleza ha pasado de la investigación
agradables-. Despreciaba todas las realidades visibles, sobre las cosas inmensas a la meditación sobre lo infinitamente
del mismo modo que se hace poco caso de u n a planta pequeño: el átomo. ¡Qué formidable cantidad de energía se
que se marchita. Los pueblos agitados y sus jefes le pa- libera en pocos segundos del átomo! ¡Qué formidable cantidad
recían grandes como insectos. La muerte, los suplicios, de energía emana de la Palabra de Dios, que ha creado el
los tormentos, le parecían juegos de niños, con tal de su- átomo!
frir por Cristo. Habría considerado como u n premio sa- La Palabra de Dios es como el átomo, como la semilla. Bajo
lir de este m u n d o para estar con Cristo; permanecer en su aparente simplicidad y pobreza esconde una complejidad
la carne significaba para él un combate continuo. Sin máxima, una capacidad máxima de transformación del hombre
embargo, eligió precisamente esto, considerándolo ne- y de la vida. La parábola que estamos comentando, tras haber
186 29a semana

trazado la procedencia, la riqueza, las intenciones de la pala-


bra, presenta su drama: la semilla puede morir, la puede matar
Sábado
precisamente el ambiente que debería haberla hecho vivir. La
Palabra de Dios puede ser aniquilada en cada uno de nosotros,
porque Dios ofrece sus dones, pero no los impone, porque Dios, 29 a semana del
que nos ha dado la libertad, ni la retoma ni la pisotea. La liber- Tiempo ordinario
tad, sumo valor, se convierte así en algo que la hace más grande:
riesgo, riesgo para el hombre y riesgo para Dios (G. Beviíacqua,
La parola di padre Giulio Beviíacqua, Brescia 1967, pp. 28ss).

LECTIO

Primera lectura: Romanos 8,1-11

Hermanos: ' Ya no pesa, por tanto, condenación alguna


sobre los que viven en Cristo Jesús. 2 La ley del Espíritu vivifi-
cador me ha liberado por medio de Cristo Jesús de la ley del
pecado y de la muerte. 3 Pues lo que era imposible para la ley, a
causa de la fragilidad humana, lo realizó Dios enviando a su
propio Hijo con una naturaleza semejante a la del pecado. Es
más, se hizo sacrificio de expiación por el pecado y dictó
sentencia contra él a través de su propia naturaleza mortal,
4
para que, así, los que vivimos no según nuestros desordenados
apetitos, sino según el Espíritu, cumplamos la ley en plenitud.
5
Los que viven según sus apetitos subordinan a ellos su
sentir, mas los que viven según el Espíritu sienten lo que es
propio del Espíritu. 6 Ahora bien, sentir según los propios ape-
titos lleva a la muerte; sentir conforme al Espíritu conduce a
la vida y a la paz. 7 Y es que nuestros desordenados apetitos
están enfrentados a Dios, puesto que ni se someten a su ley ni
pueden someterse. 8 Así pues, los que viven entregados a sus
apetitos no pueden agradar a Dios. 9 Pero vosotros no vivís
entregados a tales apetitos, sino que vivís según el Espíritu, ya
que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Y si alguno no
tiene el Espíritu de Cristo, es que no pertenece a Cristo. '" Aho-
ra bien, si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo eslé su-
29° semana Sábado 189
188

jeto a la muerte a causa del pecado, el espíritu vive por la de su propia naturaleza mortal» (y. 3). La vida cristiana es,
fuerza salvadora de Dios. " Y si el Espíritu de Dios que re- por consiguiente, vida «espiritual», en el sentido más
sucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mis- fuerte de la expresión: el cristiano, precisamente porque
mo que resucitó a Jesús de entre los muertos hará revivir
vuestros cuerpos mortales por medio de ese Espíritu suyo que ha hecho suya la «ley del Espíritu» y porque el Espíritu
habita en vosotros. habita en él, vive según el Espíritu, piensa en las cosas del
Espíritu, alimenta los deseos del Espíritu, siente que per-
tenece al Espíritu y vive con la esperanza de experimen-
**• La liturgia de la Palabra nos hará leer, a partir de tar el poder del Espíritu de Dios, que le hará resucitar de
hoy, la totalidad del capítulo 8 de la carta de Pablo a los los muertos y partícipe de la gloria de Dios.
Romanos. A buen seguro, es el capítulo más bello de
todo el escrito; incluso, según no pocos estudiosos, es
uno de los capítulos más bellos de todo el Nuevo Testa- Evangelio: Lucas 13,1-9
mento. Su belleza procede también del contraste con el
capítulo anterior, dotado de tonos extremadamente dra-
En aquel tiempo, ' llegaron unos a contarle lo de aquellos
máticos, como ya hemos visto. A contraluz, las reflexio- galileos, a quienes Pilato había hecho matar mezclando su
nes de Pablo resultan ahora mucho más iluminadoras y sangre con la de los sacrificios que ofrecían. 2 Jesús les dijo:
reconfortantes. -¿Creéis que aquellos galileos murieron así por ser más
pecadores que los demás? 3 Os digo que no; más aún, si no os
El hombre es «carnal», es decir, esclavo del egoísmo convertís, también vosotros pereceréis del mismo modo. 4 Y
que le conduce al pecado y a la muerte. Pero ahora vive aquellos dieciocho que murieron al desplomarse sobre ellos la
bajo una ley nueva, «la ley del Espíritu vivificador me ha torre de Siloé ¿creéis que eran más culpables que los demás
liberado por medio de Cristo Jesús» (v. 2). Los exégetas habitantes de Jerusalén? 5 Os digo que no; y si no os conver-
señalan que esta expresión es u n a síntesis de las famo- tís, todos pereceréis igualmente.
6
sas profecías de Jeremías (31,33) y de Ezequiel (36,27; Jesús les propuso esta parábola:
37,14). El creyente, renovado y transformado por el -Un hombre había plantado una higuera en su viña, pero
Espíritu de Dios, que le ha sido dado por Jesús, puede cuando fue a buscar fruto en la higuera no lo encontró. 7 En-
tonces dijo al viñador: Hace ya tres años que vengo a buscar
obedecer ahora a la voluntad de Dios, y ello no ya por fruto en esta higuera y no lo encuentro. ¡Córtala! ¿Por qué ha
una constricción externa, sino por la ley interior de su de ocupar terreno inútilmente? * El viñador le respondió: «Se-
nueva vida. Bien dijo santo Tomás de Aquino que «la ley ñor, déjala todavía este año; yo la cavaré y le echaré abono, 9 a
del Nuevo Testamento es el Espíritu». ver si da fruto en lo sucesivo; si no lo da, entonces la cortarás».
A partir de esta primera afirmación, el discurso de Pa-
blo se desarrolla de manera lineal y lógica. En el centro de *•• Según un esquema frecuente en Lucas, después de
su pensamiento se encuentra, como es obvio, el magno una afirmación de Jesús sigue una ilustración por medio
acontecimiento de la encarnación del Verbo: «Pues lo que de una parábola. La enseñanza global es la siguiente: los
era imposible para la ley, a causa de la fragilidad humana, signos de los tiempos deben ser leídos e interpretados no
lo realizó Dios enviando a su propio Hijo con una natura- sólo en la vida de Jesús, sino también en nuestra historia,
leza semejante a la del pecado. Es más, se hizo sacrificio de en nuestra vida personal. Sin embargo, es preciso estar en
expiación por el pecado y dictó sentencia contra él a través guardia contra el peligro de las pseudolecturas, dictadas
190 29a semana Sábado 191

más bien por nuestros preconceptos, del mismo modo deras, capaces de dar razón del mal que hay en nosotros,
que los contemporáneos de Jesús se dejaron desviar por pero, sobre todo, de abrirnos a la esperanza en virtud de
una concepción de la retribución personal superada aho- la maravillosa realidad de nuestra liberación del pecado
ra, pretendiendo percibir en algunas calamidades un cas- llevada a cabo por medio de Cristo Jesús. Nosotros esta-
tigo de Dios dirigido contra los que las han sufrido. mos ahora bajo el señorío del Espíritu y se nos pide que
Se trataba en esta ocasión de la matanza ordenada vivamos según esta nueva modalidad. El Espíritu de
por Pilato de unos que estaban ofreciendo sus sacri- Dios, en efecto, no permanece inactivo en nosotros. So-
ficios en el templo, además del accidente fortuito de mos nosotros quienes, distraídos y superficiales, nos de-
jamos distraer de la realidad de su presencia, fuente de
«aquellos dieciocho» que murieron aplastados bajo la
paz, manantial de alegría, luz que proporciona una sen-
torre de Siloé. El razonamiento de algunas personas
sibilidad nueva para las palabras y los caminos de Dios.
anónimas que fueron a contarle estos hechos a Jesús
está totalmente superado ahora: no es que Dios sea El Espíritu pone en marcha una fuerza irresistible y
justo y se manifieste como tal porque ha castigado a suave que nos guía a la verdad completa y nos libera de
esas personas, demostrando así que eran pecadoras. los vínculos de la «carne». Ponernos cada vez más bajo el
Jesús rechaza esa interpretación tan mezquina y sim- suave yugo del Espíritu es el camino de conversión al que
plista icf. asimismo Jn 9,2ss); es más, afirma que esos estamos llamados. Nos lo recuerda también el fragmento
hombres no eran peores que los otros. La desgracia evangélico en el que Jesús nos invita a reflexionar sobre
que se ha abatido sobre ellos es sólo la señal del juicio algunos acontecimientos dramáticos. Todo debería im-
que incumbe a todos. Se trata, por tanto, de u n aviso pulsarnos a alcanzar la linfa buena del Espíritu que nos
de Dios dirigido a todos, también a nosotros, para que permita dar frutos buenos para nosotros y para los her-
sepamos interpretar correctamente no los hechos de manos. Nadie, sin embargo, puede sustituirnos en la
u n a historia pasada, sino unos hechos que sirven de aceptación de las invitaciones que, continuamente, se
contrapunto a la historia presente. nos dirigen para que nos adentremos en alta mar y nos
dejemos conducir por el soplo del Espíritu en el gran mar
La invitación de Jesús es, por consiguiente, clara e de la libertad y del amor.
ineludible: urge convertirse a partir de u n a lectura in-
teligente de los signos de los tiempos, de los tiempos
en los que vivimos, reconociendo también en ellos la ORATIO
presencia discreta, pero eficaz, de Dios, la presencia
escondida, pero real, del Señor resucitado, la presen-
«Si no os convertís, también vosotros pereceréis del
cia de sus testigos. Todas estas presencias son otras
mismo modo».
tantas luces que iluminan nuestro camino.
Si la historia h u m a n a en su locura homicida que te
mata ve sólo un pueblo, la historia divina ve en ese pue-
MEDITATIO blo a todos nosotros. Oh Señor, haz que no pensemos
nunca: «Yo soy mejor que los otros».
No acabaremos nunca de leer el capítulo 8 de la Carta Si la historia h u m a n a encuentra pocos responsables
a los Romanos... En ella oímos resonar palabras verda- para el dolor del mundo, para las persecuciones de tan-
192 29" semana Sábado 193

tos inocentes, para las penurias de muchos hambrien- con promesas, lo libró de injurias, se hizo su huésped
tos, para el horror del odio que reina en diferentes fren- bondadoso, lo glorificó con una descendencia de la que
tes de la tierra, la historia divina nos encuentra en esos ya desesperaba: todo ello para que, rebosante de tantos
pocos a todos nosotros. Oh Señor, haz que no digamos bienes, seducido por tamaña dulzura de la caridad divi-
nunca: «Estamos en nuestro sitio». na, aprendiera a amar a Dios y no a temerlo, a venerar-
Si la historia h u m a n a considera que unos pocos mal- lo con a m o r y no con temor.
vados son causa de una sonrisa perdida y nunca vista, Por eso también consoló en sueños a Jacob en su hui-
de una paz sólo soñada a causa de miedos infinitos, de da, y a su regreso le incitó a combatir y lo retuvo con el
una esperanza truncada por la droga mortífera, de ni- abrazo del luchador, para que amase al padre de aquel
ñas destruidas por la trata inhumana, de vidas radian- combate y no lo temiese.
tes marcadas por la muerte de guerras sin fin, la histo-
ria divina reconoce en esos malvados a todos nosotros. Y, asimismo, interpeló a Moisés en su lengua vernácu-
Oh Señor, haz que nos convirtamos, para ser testigos tu- la, le habló con paterna caridad y le invitó a ser el libera-
yos en u n m u n d o que se siente fatigado de amar. dor de su pueblo.
Pero así que la llama del amor divino prendió en los
corazones humanos y toda la ebriedad del a m o r de Dios
CONTEMPLATIO se derramó sobre los humanos sentidos, satisfecho el
espíritu por todo lo que hemos recordado, los hombres
Al ver Dios que el temor arruinaba el mundo, trató comenzaron a querer contemplar a Dios con sus ojos
inmediatamente de volverlo a llamar con amor, de in- carnales.
vitarlo con su gracia, de sostenerlo con su caridad, de Pero la angosta mirada h u m a n a ¿cómo iba a poder
vinculárselo con su afecto. abarcar a Dios, al que no abarca todo el m u n d o creado?
Por eso purificó la tierra, afincada en el mal, con un di- La exigencia del amor no atiende a lo que va a ser o a lo
luvio vengador y llamó a Noé padre de la nueva gene- que debe o puede ser. El amor ignora el juicio, carece de
ración, persuadiéndolo con suaves palabras, ofreciéndo- razón, no conoce la medida. El amor no se aquieta ante
le una confianza familiar, al mismo tiempo que le instruía lo imposible, no se remedia con la dificultad.
piadosamente sobre el presente y le consolaba con su
El amor es capaz de matar al amante si no puede al-
gracia, respecto al futuro. Y no le dio ya órdenes, sino
canzar lo deseado; va a donde se siente arrastrado, no a
que con el esfuerzo de su colaboración encerró en el arca
las criaturas de todo el mundo, de manera que el amor donde debe ir.
que surgía de esta colaboración acabase con el temor de El amor engendra el deseo, se crece con el ardor y,
la servidumbre y se conservara con el amor común lo por el ardor, tiende a lo inalcanzable. ¿Y qué más?
que se había salvado con el común esfuerzo. El amor no puede quedarse sin ver lo que ama: por eso
Por eso también llamó a Abrahán de entre los genti- los santos tuvieron en poco todos sus merecimientos si
les, engrandeció su nombre, lo hizo padre de la fe, lo no iban a poder ver a Dios.
acompañó en el camino, lo protegió entre los extraños, Moisés se atreve por ello a decir: Si he obtenido tu
le otorgó riquezas, lo honró con triunfos, se le obligó favor, enséñame tu gloria.
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Y otro dice también: Déjame ver tu figura. Incluso los de Dios, de todas sus obras, de todos sus juicios, contentos y en
mismos gentiles modelaron sus ídolos para poder con- paz con nosotros mismos, con todos los hombres y con todo lo
templar con sus propios ojos lo que veneraban en medio que Dios ama» (capítulo 49). Cuando, en la situación unas ve-
de errores (Pedro Crisólogo, Sermón 147, PL 52, 594ss). ces de paz y otras de contraposición que caracteriza la vida
presente, el Espíritu Santo viene y toma posesión del corazón,
entonces tiene lugar un cambio. Si antes el hombre tenía clava-
ACTIO do en el fondo del corazón «un sordo rencor contra Dios», aho-
ra el Espíritu viene a él de parte de Dios, le atestigua que Dios
le es verdaderamente favorable y benigno, que es su «aliado»,
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
no su enemigo; le pone ante sus ojos todo lo que Dios ha sido
«Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, es que no capaz de hacer por él y cómo no se ha reservado ni a su pro-
pertenece a Cristo» (Rom 8,9). pio Hijo. El Espíritu lleva al corazón del hombre «el amor de
Dios» (cf. Rom 5,5). De esta manera, suscita en él como un otro
hombre que ama a Dios y cumple a gusto lo que Dios le manda
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL [cf. Lutero, Sermón de Pentecostés, ed. Weimar 12, p. 586ss). Por
lo demás, Dios no se limita sólo a mandarle hacer o dejar de
Este Espíritu de Cristo, al venir al creyente, a través de los sa- hacer, sino que él mismo hace con él y en él lo que manda. La ley
cramentos, la Palabra y todos los demás medios a su disposi- nueva que es el Espíritu es mucho más que una «indicación» de
ción, en la medida en que es acogido y secundado, es capaz de voluntad; es una «acción», un principio vivo y activo. La ley
cambiar aquella situación interior que la ley no podía modificar. nueva es la vida nueva. Por eso, mucho más a menudo que ley,
He aquí como sucede esto. Mientras el hombre vive «para sí se denomina gracia: ¡Ya no estáis en régimen de ley, sino en
mismo», o sea, en régimen de pecado, Dios se le muestra ine- régimen de gracia! (Rom 6, 14) (R. Cantaíamessa, La vida en el
vitablemente como un antagonista y como un obstáculo. Hay, señorío de Cristo, Edicep, Valencia 1988, pp. 162-163).
entre él y Dios, una sorda enemistad que la ley no hace más que
poner en evidencia. El hombre «ansia» con concupiscencia,
quiere determinadas cosas, y Dios es el que, a través de sus
mandamientos, le cierra el camino, oponiéndose a sus deseos
con los propios: «Tú debes» y «Tú no debes».
La tendencia a lo bajo significa rebeldía contra Dios, pues no
se somete a la Ley de Dios (Rom 8, 7). El hombre viejo se re-
vuelve contra su creador y, si pudiera, querría incluso que no
existiera. Basta que - o por culpa nuestra, o por contraposición,
o por simple permisión de Dios- nos falte a veces el sentimiento
de la presencia de Dios, para descubrir inmediatamente que no
sentimos en nosotros más que ira y rebelión y todo un frente de
hostilidad contra Dios y contra los hermanos que surge de la an-
tigua raíz de nuestro pecado, hasta ofuscar el espíritu y darnos
miedo a nosotros mismos. Y esto hasta que no estemos estable-
cidos para siempre en esa situación de completa paz, en la que
- c o m o dice Juliana de N o r w i c h - se está «plenamente contento
Lunes

30 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: R o m a n o s 8,12-17

12
Por tanto, hermanos, estamos en deuda, pero no con
nuestros apetitos para vivir según ellos. 13 Porque si vivís
según ellos, ciertamente moriréis; en cambio, si mediante el
Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis. H Los que
se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.
15
Pues bien, vosotros no habéis recibido un Espíritu que os
haga esclavos, de nuevo bajo el temor, sino que habéis reci-
bido un Espíritu que os hace hijos adoptivos y nos permite
clamar: «Abba», es decir, «Padre». 16 Ese mismo Espíritu se
une al nuestro para dar testimonio de que somos hijos de
Dios. " Y si somos hijos, también somos herederos: herederos
de Dios y coherederos con Cristo, toda vez que, si ahora
padecemos con él, seremos también glorificados con él.

**• La reflexión teológica de Pablo se desarrolla en


u n a línea nueva, a u n q u e siempre íntimamente conexa
con el comienzo del capítulo 8. El apóstol no se conten-
ta ya con afirmar que el creyente en Cristo, mediante el
bautismo, vive u n a vida nueva p o r el poder del Espíritu
que habita en él y le anima, sino que especifica aún que
esta vida es u n a vida de «hijos de Dios» (v. 16): es la I i-
198 30a semana Lunes 199

liación divina que caracteriza ahora de una manera de- -Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
13
cidida al cristiano. Se trata, ciertamente, de una filia- Le impuso las manos y, en el acto, se enderezó y se puso
ción adoptiva, pero real, auténtica, que debe ser enten- a alabar a Dios. 14 El jefe de la sinagoga, indignado porque
Jesús curaba en sábado, empezó a decir a la gente:
dida como participación en la vida de Dios por la
mediación de Cristo Jesús, Hijo unigénito del Padre. -Hay seis días en los que se puede trabajar. Venid a curaros
en esos días y no en sábado.
Como el apóstol, también nosotros estamos invitados, 15
El Señor le respondió:
en primer lugar, a contemplar ese misterio, el misterio
de la vida de Dios, vida trinitaria rebosante y difusiva. -¡Hipócritas! ¿No suelta cada uno de vosotros su buey o
su asno del pesebre en sábado para llevarlo a beber? " Y a
Esta vida es el misterio de la vida de Jesús, hijo unigé- ésta, que es una hija de Abrahán, a la que Satanás tenía ata-
nito del Padre, y es también la vida de los creyentes, da hace dieciocho años, ¿no se la podía soltar de su atadura
signo y reflejo de la vida de Dios. en sábado?
17
Precisamente porque somos hijos, no sólo estamos Al hablar así, quedaban confusos todos sus adversarios,
pero toda la gente se alegraba por los milagros que hacía.
habilitados, sino también invitados a comportarnos con
Dios con la libertad y la confianza de los hijos, por eso
podemos gritarle: «¡Abba!» (v. 15), que, según el testi- *•• El evangelista Lucas nos propone el relato de u n
monio de los evangelios, es la palabra con la que Jesús milagro, uno de los muchos que hizo Jesús y, sin embar-
se dirigía a Dios. La traducción exacta de esa invocación go, un milagro singular, en virtud de una circunstancia
no es «padre», sino «papá», que expresa en términos cronológica que lo vuelve problemático, casi inacepta-
todavía más claros la extrema confianza y ternura que ble para algunos contemporáneos suyos. Este milagro
caracteriza a nuestra relación filial con Dios. desencadena, en efecto, la famosa polémica en torno al
«Y si somos hijos, también somos herederos» (v. 17): la sábado, u n a polémica que ya conocemos por otras pá-
reflexión de Pablo se cierra justamente con esta preci- ginas evangélicas (cf. Le 6,6-11 y 14,1-6).
sión ulterior de la riqueza - m á s aún, de la fortuna ab- La beneficiaría es una mujer a la que un espíritu
solutamente nuestra- que supone ser hijos de Dios. En maligno mantenía enferma desde hacía dieciocho años
virtud de este don nos convertimos en titulares de otro (cf. v. 11). Lucas se complace en acentuar esta especial
beneficio, a saber: el de compartir con Jesús la herencia atención de Jesús con un miembro de una categoría débil
de la vida eterna, la plena y definitiva participación en de la sociedad de aquella época, precisamente las muje-
la vida divina. res. Jesús no sólo la cura de su enfermedad, sino que la
defiende frente a los ataques de sus adversarios. Jesús es,
en efecto, el Mesías de los pobres, de los últimos, de los
Evangelio: Lucas 13,10-17 marginados y, en cuanto tal, a Lucas le gusta presentarle
también en esta página. El jefe de la sinagoga se indigna
10
Un sábado, estaba Jesús enseñando en una sinagoga, " y -dice el relato de Lucas-, y esta indignación desencadena
había allí una mujer que desde hacía dieciocho años estaba la polémica entre él y Jesús. Pero, como siempre, la polé-
poseída por un espíritu que le producía una enfermedad; es-
taba encorvada y no podía enderezarse del todo. 12 Jesús, al mica conduce a una clarificación, una clarificación que
verla, la llamó y le dijo: también necesitamos en nuestros días.
200 30a semana Lunes 201

La cuestión es siempre la misma: ¿qué criterios de- u n a parte, nos conduce a constatar la gran distancia
ben inspirar los hechos, los compromisos y las opciones que media entre nuestro ser libres con la libertad de los
en el día del Señor? Frente a u n legalismo miope y mez- hijos de Dios y nuestro hacernos esclavos de algunos
quino, Jesús remacha que es preciso vivir según el espí- «amos» que consiguen ejercer derechos sobre nosotros,
ritu de la ley y no dejarse embaucar sólo por la letra. por otra no puede dejar de desembocar en u n senti-
Hasta los mandatos más nobles de u n a ley como la de miento de gratitud y de estupor, por el simple hecho de
Moisés, que también es de origen divino, si no pasan que frente a nuestra debilidad y nuestra impotencia
por la criba de un espíritu nuevo -el espíritu evangéli- para vivir como verdaderos hijos de Dios se yergue
co-, corren el riesgo de esconder intenciones mezquinas siempre el amor misericordioso de aquel que es nuestro
y triviales hipocresías para el cristiano, para el discípu- Padre y desea ser invocado por nosotros como «papá».
lo de Jesús. Por eso llama Jesús «hipócritas» a sus in- Al querer actualizar este discurso, acude de una ma-
terlocutores, pretendiendo desmantelar su intransigen- nera espontánea a nuestra mente advertir que el m u n d o
cia a la hora de aplicar la ley a los otros, mientras que en el que hoy vivimos espera con impaciencia, sobre
se muestran hábiles para encontrar excepciones cuando todo de los cristianos, u n testimonio vigoroso sobre la
se trata de aplicarse la ley a ellos mismos. Jesús no pue- verdadera libertad, que marca a toda persona h u m a n a
de callar frente a tamaña hipocresía. consciente de su dignidad, antes a ú n de caracterizar a
cada cristiano.

MEDITATIO
ORATIO
Podemos entrever cierta analogía entre las dos lectu-
ras sobre las que estamos meditando. Por un lado, Pablo Padre, tú eres mi creador, porque, en la plenitud de tu
nos invita a vivir según el Espíritu, a superar el espíritu amor, has pensado en mí desde siempre y rae has en-
de esclavos, a vivir en la libertad que nos ha dado el Es- gendrado en el tiempo. Tú eres mi guía, porque con tus
píritu, a gritar: «¡Abba!», cuando hablemos con Dios. intervenciones evidentes o inescrutables me conduces a
En efecto, nos consideramos -«y lo somos realmente»- través del discernimiento a optar por el bien. Tú eres mi
hijos de Dios (cf. 1 Jn 3,1). Por otro lado, Jesús nos da fuerza, porque con tu firmeza y delicadeza m e impulsas
ejemplo de cómo vivir como hijos, de cómo manifestar hacia la realización de mi ser personal y original.
nuestra verdadera libertad, de cómo tender a una cura- Tú eres mi refugio, porque con tu compasión infinita
ción perfecta confiando totalmente en la ayuda de Dios. soportas mis errores. Tú eres mi pedagogo, porque, a
Comparando esta doble, aunque unitaria, enseñanza través de la experiencia dolorosa de mis carencias, me
con nuestra vida, con la experiencia de todos los días, llevas como «sobre alas de águila». Tú eres mi providencia,
no podemos dejar de sentirnos provocados a realizar u n porque te has hecho y te haces presente en todas mis
examen de conciencia, u n a confrontación entre el ideal necesidades y crisis.
y la realidad de nuestra vida, entre la nueva ley del Es- Tú eres mi faro, porque mis pasos, frecuentemente
píritu que da la vida y las opciones diarias que a menu- inseguros y lentos, siempre encuentran encendida la
do dejan bastante que desear. Esa confrontación si, por lámpara de tu Palabra. Tú eres mi autoridad, porque con
30° semana Lunes 203
202

la autoridad de tus preceptos me enseñas los valores y los hijo suyo, y el hombre se dirige a Dios llamándole Padre
ideales que dan sentido a la vida. Tú eres mi Padre: ¡te [...]. Por eso, «los que no nacen por vía de generación hu-
pareces mucho a mi papá! mana, ni porque el hombre lo desee, sino que nacen de
Dios» (Jn 1,13), ofrezcan al Padre sus corazones de hi-
jos unidos en la paz; todos los hombres convertidos en
CONTEMPLATIO hijos adoptivos se reúnen en aquel que es el primogéni-
to en esta nueva creación (León Magno, Sexto sermón
Y, como el bienaventurado apóstol nos enseña, «en para Navidad, 3ss y 5; París 1947, pp. 128-136).
cuanto a nosotros, no hemos recibido el espíritu del mun-
do, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozca-
ACTIO
mos lo que Dios gratuitamente nos ha dado» (1 Cor 2,12);
y el mismo Dios sólo acepta como culto piadoso el ofre-
cimiento de lo que él nos ha concedido. ¿Y qué podre- Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
mos encontrar en el tesoro de la divina largueza tan «Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son
adecuado al honor de la presente festividad como la hijos de Dios» (Rom 8,14).
paz, lo primero que los ángeles pregonaron en el naci-
miento del Señor? La paz es la que engendra los hijos de
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Dios, alimenta el a m o r y origina la unidad, es el des-
canso de los bienaventurados y la mansión de la eterni-
dad. El fin propio de la paz y su fruto específico consis- El Concilio Vaticano II ha hablado de libertad, refiriéndola a
muchas cosas. Libertad es una palabra mágica. Debe ser estudia-
te en que se unan a Dios los que el mismo Señor separa
da con seria y serena diligencia, si no queremos apagar la luz y
del mundo. El apóstol nos invita a buscar esta paz cuan- convertirla en un término de confusión equívoca y peligrosa [...].
do dice: «Así pues, quienes mediante la fe hemos sido re-
Simplificando bastante la inmensa y compleja materia relati-
dimidos, estamos en paz con Dios» (Rom 5,1). Esta fra- va a la libertad, podemos observar, en primer lugar, que el Con-
se, en su brevedad, resume aquello a lo que tienden casi cilio no ha descubierto en absoluto o inventado la libertad. Ha
todos los mandamientos, porque allí donde está la ver- reivindicado para la conciencia personal sus derechos inaliena-
dadera paz no puede faltar ninguna virtud. bles, los ha sufragado con la magnífica teología del Nuevo Tes-
En efecto, carísimos, estar en paz con Dios significa tamento, los ha proclamado para todos en el ámbito de la so-
querer lo que él ordena y no querer lo que él prohibe. Si ciedad civil. O sea, que ha sostenido, además de la existencia,
el ejercicio de la libertad en dos direcciones principales: la di-
la amistad h u m a n a exige afinidad de sentimientos y ar- rección personal, admitiendo un alto grado de autonomía para
monía de voluntad, y si la diversidad de los modos de todo hombre, reconociendo su dominio a la conciencia, regla
ser no puede conducir nunca a u n a concordia estable, próxima e indeclinable de la acción moral, por ello tanto más
¿cómo podremos ser partícipes de la paz de Dios bus- necesitada de ser iluminada por la verdad y sostenida por la
cando nuestro placer en las cosas que sabemos que le gracia, cuanto más tiende a determinarse por sí sola; y la direc-
ofenden? No es ése el espíritu de los hijos de Dios [...]. ción social, exigiendo una verdadera y pública libertad religio-
sa, en un clima, no obstante, de respeto de los derechos del otro
Es grande el misterio del amor de Dios. Se trata de u n
y del orden público, y sosteniendo el «principio de subsidiario-
don que supera a todos los dones. Dios llama al hombre
204 30a semana

dad», el cual, en una sociedad bien organizada, apunta a de-


jar la más amplia libertad posible a las personas y a los entes
Martes
subalternos, y a hacer obligatorio sólo lo que es necesario para
un bien importante, que no se puede alcanzar de otro modo, y,
en general, para el bien común. 30 a semana del
La mentalidad favorecida por las enseñanzas del Concilio lle- Tiempo ordinario
va el juego de la libertad [...] al fuero interno de la conciencia;
por tanto, tiende a templar la injerencia de la ley exterior, pero
tiende a incrementar la de la ley interior, la de la responsabili-
dad personal, la de la reflexión sobre los deberes supremos del
hombre [...]. Ahora bien, deberemos ser conscientes al mismo
tiempo de que nuestra libertad cristiana no nos sustrae a la ley
de Dios, en sus exigencias supremas de humana sensatez, de se-
guimiento evangélico, de ascetismo penitencial y de obediencia LECTIO
al orden comunitario propio de la sociedad eclesial. La libertad
cristiana no es carismática, en el sentido arbitrario que hoy se
arrogan algunos: «Sois libres, pero no utilicéis la libertad como
pretexto para el mal, sino para servir a Dios» (1 Pe 2,1 ó) (Pablo Primera lectura: Romanos 8,18-25
VI, Discorsi del mercoledi, de 9 luglio 7 969, en L'Osservafore
Romano del 10 de julio de 1969).
Hermanos: ,8 Entiendo, por lo demás, que los padecimien-
tos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria
que un día se nos revelará. " Porque la creación misma espe-
ra anhelante que se manifieste lo que serán los hijos de Dios.
20
Condenada al fracaso, no por propia voluntad, sino por
aquel que así lo dispuso, la creación vive en la esperanza 21 de
ser también ella liberada de la servidumbre de la corrupción
y participar así en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
22
Sabemos, en efecto, que la creación entera está gimiendo
con dolores de parto hasta el presente. " Pero no sólo ella;
también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíri-
tu, gemimos en nuestro interior suspirando porque Dios nos
haga sus hijos y libere nuestro cuerpo. " Porque ya estamos
salvados, aunque sólo en esperanza, y es claro que la espe-
ranza que se ve no es propiamente esperanza, pues ¿quién
espera lo que tiene ante los ojos? " Pero si esperamos lo que
no vemos, estamos aguardando con perseverancia.

*•• Hemos sido justificados por la gracia de Dios por


medio de la fe en el poder del Espíritu Santo. Ahora so-
mos hijos de Dios, libres por Dios y coherederos de Cris-
206 30° semana Martes 207

20
lo. Sin embargo, lo que seremos debe ser aclarado ulte- De nuevo les dijo:
riormente. Sobre esta perspectiva futura se detiene ahora -¿Con qué compararé el Reino de Dios? 21 Es como la leva-
la reflexión teológica de Pablo. En efecto, la primera rela- dura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina,
ción que establece es entre «los padecimientos del tiempo hasta que todo fermenta.
presente» y «la gloria que un día se nos revelará» (v. 18). El
contraste es evidente y de fácil interpretación. La vida *»• Según algunos exégetas, las parábolas del grano de
cristiana se desarrolla de hecho entre el «ya» y el «todavía mostaza y de la levadura expresan el mismo mensaje: el
no», entre un presente que frecuentemente se caracteriza que se desprende del contraste entre el punto de partida,
por las penumbras de la duda y las pruebas del dolor, y un pequeño e insignificante, y el punto de llegada, grande e
futuro que deja entrever un horizonte de luz y de paz. imponente. Alguno advierte también que el contraste
No sólo el cristiano -pone de relieve el apóstol Pablo-, puede ser considerado desde dos puntos de vista diferen-
sino la creación entera vive y sufre esta impaciente espe- tes: o bien desde el lado de lo que es pequeño, la semilla
ra de la revelación de lo que serán los hijos de Dios (v. 19). (éste sería el punto de vista del Jesús histórico, y en este
Por consiguiente, es todo el orden creado el que com- caso se derivaría una invitación a la confianza, al valor y
parte con la humanidad, con cada persona humana, el a la esperanza), o bien desde el lado de lo que es grande,
misterio pascual de la muerte-vida, de las tinieblas-luz, el árbol (y éste sería el punto de vista del evangelista, que
que constituye ahora la clave con la que podemos desco- cuenta la parábola actualizándola para sus destinatarios,
dificar los misterios de la historia. El hombre, en cuanto o sea, para una comunidad de fieles que ya está un tanto
creado a imagen y semejanza de Dios, en cuanto señor extendida).
del orden creado, está llamado a vivir en primera perso- Sin embargo, tal vez nos quede a ú n algo por descubrir.
na -en ocasiones sometido a indecibles sufrimientos- el En efecto, Lucas, en su relato, no insiste propiamente en
drama de una expectativa que parece no acabar nunca, el contraste entre la semilla pequeña y la planta grande
de un goce que no parece satisfacer nunca del todo. Eso
-como parecen hacer Marco y Mateo-, sino más bien en
es lo que pretende afirmar Pablo cuando escribe: «Porque
la idea del crecimiento. Éste demuestra para Lucas la rea-
ya estamos salvados, aunque sólo en esperanza» (v. 24).
lización de una profecía, y esta afirmación de Jesús, en la
Como la adopción filial (cf. v. 15), también nuestra sal-
pluma del evangelista, se convierte en el anuncio de un
vación está ya adquirida, aunque esperamos todavía su
cumplimiento mesiánico. En perspectiva podría corres-
plena realización. Nuestra tarea, concluye el apóstol,
ponder a la expansión del Evangelio entre los paganos
consiste en perseverar mientras esperamos.
y esto constituiría u n maravilloso puente lanzado por
Lucas entre las dos partes de su obra (el tercer evangelio
Evangelio: Lucas 13,18-21 y los Hechos de los apóstoles). En efecto, con el don del
Espíritu Santo y con el don de la predicación apostólica,
En aquel tiempo, 18 Jesús añadió: la Palabra de Dios se difundirá por el m u n d o y se propa-
-¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué lo compara- gará entre los hombres la única fe en el Señor Jesús.
rií? '" Es como un grano de mostaza que un nombre sembró
i-n su huerto; creció, se convirtió en árbol y las aves del cielo Es de utilidad subrayar que a través de la parábola,
.iniciaron en sus ramas. como a través de u n espejo, es posible entrever el paso
208 30a semana Martes 209

de la situación del ministerio público de Jesús, marca- Desde esta perspectiva, debemos reflexionar también
do por unos comienzos sencillos y pobres, a la situación sobre el significado exacto de la expresión «Reino de
de la Iglesia primitiva, en la cual, con la luz y la fuerza Dios», con la que son introducidas las dos parábolas
del Espíritu Santo, la pequeña semilla lanzada por Jesús evangélicas. Ese Reino ha sido inaugurado por la pre-
ha empezado a crecer extendiéndose por el m u n d o y sencia, por la palabra y por las acciones de Jesús, pero se
arraigando en el corazón de los hombres. realizará plenamente cuando el mismo Hijo entregue
todo y a todos a Dios, su Padre. Por consiguiente, la in-
dicada con la expresión «Reino de Dios» es una realidad
MEDITATIO escatológica. Sólo Jesús puede decir que es un anticipo
auténtico y u n a realización personal de la misma. Todo lo
También entre las dos lecturas de la liturgia de la Pa- demás es sólo indicio y figura. Lo dice también con
labra de hoy parece que podemos entrever una no débil claridad el Concilio Vaticano II cuando afirma, en la
analogía. En efecto, por una parte, Pablo abre la vida constitución dogmática sobre la Iglesia, que «la Iglesia es
cristiana a la perspectiva de un futuro que será la plena germen e inicio del Reino de Dios» {Lumen gentium 5).
manifestación del don de Dios: a esto nos sentimos lla-
mados y orientados por el don de la esperanza que nos
sostiene a lo largo del camino, aunque esta perspectiva ORATIO
no elimina el dolor de la peregrinación terrena. Por otra
parte, con las parábolas del grano de mostaza y de la le- Oh Señor, sembrar -y esto es algo que nos enseña la
vadura, Jesús nos deja entrever que el Reino de Dios experiencia- requiere atención para que el terreno sea
anunciado e inaugurado por él tendrá un crecimiento y fértil, vigilancia para que las malas hierbas no ahoguen
unos desarrollos inauditos, humanamente imprevisibles, la semilla, paciencia porque el desenlace no es seguro
pero, a buen seguro, realizables. hasta la cosecha. Hacer fermentar la masa también es
Nos parece entrever u n a gran lección de vida en este un trabajo comprometedor, pleno de delicadeza y de
horizonte, un horizonte abierto a todo creyente por la fe cuidados para que, por medio del calor propicio y el
en Cristo. Es la lección que se desprende de esa peque- tiempo necesario, aumente el volumen de la masa y no
ña aunque selecta semilla que es la esperanza, «la más quede sin fermentar. Lo mismo supone trabajar por ti y
pequeña pero la más preciosa de todas las virtudes», por las almas.
que diría Charles Péguy. La segunda virtud teologal, que Ahora bien, tu mandato, oh Señor, es mucho más
está estrechamente emparentada con la fe y es preludio radical: es preciso que nos convirtamos en semilla y en
de la caridad, es capaz, en efecto, de lanzar puentes invi- levadura. Y esto es algo que me hace temblar, porque
sibles, pero reales, entre este presente histórico y el fu- debo hacer la parte que me corresponde, pero requiere,
turo escatológico, entre la experiencia que consumamos sobre todo, entrega total, transformación profunda y
«en este valle de lágrimas» y el don que nos está asegu- muerte para dar comienzo a nuevas vidas.
rado en la patria celestial, entre las luchas que debemos Oh Señor, dame coraje para no desertar, dame fuerza
sostener aquí abajo y la «corona de gloria» que nos espe- para perseverar, dame celo para hacer florecer tu a m o r
ra allá arriba. en esa parte del m u n d o en la que no ha fermentado la
210 30" semana Martes 211

levadura. Señor, dame esperanza para entrever tu gloria captar el sentido de las cosas divinas, y la sumisión de
junto con mis hermanos y hermanas. nuestra fe nos hace superar nuestras culpas naturales.
Confiamos, pues, que tú harás progresar nuestro
CONTEMPLATIO tímido esfuerzo inicial y que, a medida que vayamos
progresando, lo afianzarás y que nos llamarás a com-
partir el espíritu de los profetas y apóstoles; de este
Yo tengo plena conciencia de que es a ti, Dios Padre
modo, entenderemos sus palabras en el mismo sentido
omnipotente, a quien debo ofrecer la obra principal de
en el que ellos las pronunciaron y penetraremos en el
mi vida, de suerte que todas mis palabras y pensamien-
verdadero significado de su mensaje.
tos hablen de ti.
Nos disponemos a hablar de lo que ellos anunciaron
Y el mayor premio que puede reportarme esta facul-
de un modo velado: que tú, el Dios eterno, eres el Padre
tad de hablar que tú me has concedido es el de servirte
del Dios eterno unigénito, que tú eres el único no engen-
predicándote a ti y demostrando al mundo, que lo igno-
drado y que el Señor Jesucristo es el único engendrado
ra, o a los herejes, que lo niegan, lo que tú eres en reali-
por ti desde toda la eternidad, sin negar, por esto, la uni-
dad: Padre; Padre, a saber, del Dios unigénito.
cidad divina ni dejar de proclamar que el Hijo ha sido en-
Y aunque es ésta mi única intención, es necesario gendrado por ti, que eres un solo Dios, confesando, al
para ello invocar el auxilio de tu misericordia, para que mismo tiempo, que el que ha nacido de ti, Padre, Dios
hinches con el soplo de tu Espíritu las velas de nuestra verdadero, es también Dios verdadero como tú.
fe y nuestra confesión, extendidas para ir hacia ti, y nos
Otórganos, pues, un modo de expresión adecuado y
impulses así en el camino de la predicación que hemos
digno, ilumina nuestra inteligencia, haz que no nos apar-
emprendido. Porque merece toda confianza aquel que
temos de la verdad de la fe; haz también que nuestras pa-
nos ha prometido: «Pedid, y se os dará; buscad, y encon-
labras sean expresión de nuestra fe, es decir, que noso-
traréis; llamad, y se os abrirá».
tros, que por los profetas y apóstoles te conocemos a ti,
Somos pobres, y por eso pedimos que remedies nues- Dios Padre, y al único Señor Jesucristo, y que argumen-
tra indigencia; nosotros ponemos nuestro esfuerzo tamos ahora contra los herejes que esto niegan, podamos
tenaz en penetrar las palabras de tus profetas y apósto- también celebrarte a ti como Dios en el que no hay uni-
les y llamamos con insistencia para que se nos abran cidad de persona y confesar a tu Hijo, en todo igual a ti
las puertas de la comprensión de tus misterios, pero el (Hilario de Poitiers, De Trinitate I, 37ss, en PL 10,48ss).
darnos lo que pedimos, el hacerte encontradizo cuando
te buscamos y el abrir cuando llamamos, eso depende
de ti. ACTIO
Cuando se trata de comprender las cosas que se
refieren a ti, nos vemos frenados por la pereza y la Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
torpeza inherentes a nuestra naturaleza y nos sentimos «Los padecimientos del tiempo presente no pueden
limitados por nuestra inevitable ignorancia y debili- compararse con la gloria que un día se nos revelará»
dad, pero el estudio de tus enseñanzas nos dispone para (Rom 8,18).
212 30a semana

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


Miércoles
La condición humana es siempre una condición situada en un
espacio: en un espacio y en un tiempo, en un límite más allá del
30a s e m a n a del
cual se advierte la ausencia y lo desconocido. La tensión que
mueve o que «espera» el futuro está, por tanto, al menos en cier- Tiempo ordinario
to sentido, fuera de su alcance. «Lo que es esperado, en sentido
estricto, está sustraído al poder de aquel que espera. Nadie dice
que espera lo que él mismo puede hacer o provocar». Preci-
samente a este respecto, santo Tomás decía que el objeto de la
esperanza es siempre algo «arduo».
Por otra parte, no se puede decir que el objeto de la espe-
ranza esté infundado del todo; en tal caso, deberíamos hablar
LECTIO
de mera ilusión y, en última instancia, de desesperación. «La es-
peranza -decía Descartes- es una disposición del alma que la
persuade de que vendrá lo que desea.» ¿En qué se basa esta
persuasión? ¿En la simple probabilidad del objeto o en la mag-
nanimidad de aquel que nos lo puede dar? Ahora bien, en ese Primera lectura: R o m a n o s 8,26-30
caso, deberemos hablar más propiamente de deseo y de caren-
cia: el deseo, como nos hace ver su derivación de sidus, es un Hermanos: 26 Asimismo, el Espíritu viene en ayuda de nues-
«esperar desde las estrellas» y, al mismo tiempo, «una pérdida tra flaqueza, pues nosotros no sabemos orar como es debido,
de la constelación que nos guiaba por el mar», un «dejar de y es el mismo Espíritu el que intercede por nosotros con ge-
ver», un «sentir y echar de menos la carencia» y un no ser ca- midos inefables. 27 Por su parte, Dios, que examina los cora-
paz de «orientarse». La esperanza, en cambio, está sostenida zones, conoce el sentir de ese Espíritu que intercede por los
en el fondo por la confianza: puede esperar también lo que creyentes según su voluntad. 28 Sabemos, además, que todo
parece, que tal vez es imposible, pero, mientras espera, apunta contribuye al bien de los que aman a Dios, de los que él ha
a una determinada certeza, a una confianza que ya es comunión llamado según sus designios. 29 Porque a los que conoció de
antemano, los destinó también desde el principio a reprodu-
con lo que ha de venir.
cir la imagen de su Hijo, llamado a ser el primogénito entre
Esperando - c o m o ha señalado G . M a r c e l - contribuyo a muchos hermanos. " Y a los que desde el principio destinó,
«preparar», dispongo el camino a lo que ha de venir y, en cierto también los llamó; a los que llamó, los puso en camino de
modo, participo ya de ello. « N o es que, hablando con propiedad, salvación; y a quienes puso en camino de salvación, les
atribuya yo una eficacia causal al hecho de esperar o deses- comunicó su gloria.
perar. La verdad es más bien que, al esperar, tengo conciencia
de reforzar, y desesperando o simplemente dudando tengo
**• Sin oración, la vida cristiana no es digna de este
conciencia de soltar, de aflojar, cierto vínculo que me une a l o
n o m b r e , sino que se disuelve en u n a serie de experien-
que está en causa» (V. Melchiorre, Sulla speranza, Brescia 2 0 0 0 ,
pp. 15-17). cias que desgarran el corazón y crean confusión en la
mente. San Pablo se encarga en esta página n o sólo de
r e c o m e n d a r n o s el c o m p r o m i s o de la oración, que sigue
al d o n que h e m o s recibido, sino de consolidar antes a ú n
214 30a semana Miércoles 215

en nosotros la convicción de que la oración no es cual- Evangelio: Lucas 13,22-30


quier cosa para un cristiano, y mucho menos u n com-
promiso que debamos atender, sino que es, sobre todo, En aquel tiempo, 22 mientras iba de camino hacia Jerusalén,
la respiración de la vida nueva, la manifestación de u n a Jesús enseñaba en los pueblos y aldeas por los que pasaba.
23
espiritualidad que invade toda la vida; es el acto de Uno le preguntó:
sumo abandono y de suma confianza en aquel que es -Señor, ¿son pocos los que se salvan?
nuestro Padre. Jesús le respondió:
24
Todo esto lo expresa san Pablo de diferentes maneras: -Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, porque os
digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 25 Cuando el
en primer lugar, diciendo que «el Espíritu viene en ayu- amo de casa se levante y cierre la puerta, vosotros os queda-
da de nuestra flaqueza» (v. 26). Es como decir que, por réis fuera y, aunque empecéis a aporrear la puerta gritando:
nosotros mismos, no podemos ni tomar la iniciativa de «¡Señor, ábrenos!», os responderá: «¡No sé de dónde sois!».
26
la oración ni llenarla de peticiones dignas de Dios. Fren- Entonces os pondréis a decir: «Hemos comido y bebido con-
tigo, y tú has enseñado en nuestras plazas». " Pero él os dirá:
te a esta incapacidad nuestra, he aquí que interviene el
«¡No sé de dónde sois! ¡Apartaos de mí, malvados!». 28 Enton-
mismo Espíritu de Dios, que «intercede» por nosotros y ces lloraréis y os rechinarán los dientes, cuando veáis a Abra-
gime con nosotros. Por eso, la oración del cristiano es hán, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de
u n a acción exquisitamente «espiritual»: porque nace Dios, mientras vosotros sois arrojados fuera. " Pues vendrán
del Espíritu, está sostenida por el Espíritu y animada muchos de oriente y occidente, del norte y del sur, a sentarse
a la mesa en el Reino de Dios. 30 Hay últimos que serán pri-
por el Espíritu. meros y primeros que serán últimos.
El apóstol Pablo afirma aún que «Dios, que examina
los corazones, conoce el sentir de ese Espíritu que in- **• Otro personaje anónimo se cruza en el camino de
tercede por los creyentes según su voluntad» (v. 27). Por Jesús mientras se dirige hacia Jerusalén. Le plantea una
consiguiente, tenemos dos intercesores ante Dios: Je- pregunta a primera vista ociosa que, sin embargo, hará
sús, el único mediador, y el Espíritu, el otro consolador. de hilo conductor en los episodios evangélicos narrados
En consecuencia, el que ora no lo hace nunca solo, en esta sección de Lucas: «¿Quién acoge el anuncio del
aunque se encuentre en la más absoluta soledad. La Reino de Dios? ¿Quién se abre verdaderamente a su no-
compañía que nos procuran Jesús y el Espíritu Santo vedad? ¿Quién está dispuesto a conjugar su vida con la
otorga a nuestra oración una eficacia absolutamente es- propuesta de salvación que trae Jesús a la humanidad?
pecial, u n a orientación segura y una intensidad mara- La respuesta, en apretada síntesis, suena así: «Sucederá
villosa. Al orar, el cristiano se hace consciente no sólo lo contrario de lo que pensáis: muchos de los que creéis
de los dones que ha recibido, sino también de los que que serán los primeros serán los últimos».
recibirá. De ahí que san Pablo concluya esta página de
El discurso de Jesús comienza con u n a afirmación
su Carta a los Romanos trazando el camino de toda vida
clara y distinta: «Esforzaos en entrar por la puerta es-
cristiana: desde la predestinación a la llamada, desde
trecha» (v. 24). Como podemos ver, no ofrece una res-
la llamada a la justificación, desde la justificación a la puesta directa a la pregunta que le han planteado, sino
glorificación. que invita a u n a asunción plena de responsabilidades,
216 30" semana Miércoles 217

al compromiso total, a la lucha abierta (cf. asimismo pobre. Así pues, si con excesiva frecuencia nos encon-
Le 16,16). De una manera casi insensible, el discurso tramos en dificultades con la oración, es probable que
pasa del género literario exhortativo-parenético al géne- la causa se encuentre en la inconsistencia de la fe, en la
ro literario parabólico. En consecuencia, se nos invita, superficialidad de nuestra vida, en nuestra desmemoria
como siempre, a interpretar la parábola para compren- crónica: no somos conscientes de que hemos sido hechos
der plenamente el sentido de la exhortación. capaces - c o m o hijos de Dios- de orar en el Espíritu del
Es fácil percibir el hecho de que Jesús se refiere aquí Hijo unigénito. El cristiano recibe, en efecto, del Espíri-
a los judíos de su tiempo: nótese en particular el cam- tu la capacidad de expresarse a sí mismo. Entonces la
bio de sujeto: «vosotros os quedaréis fuera y, aunque em- oración se le vuelve algo connatural y no tiene miedo de
pecéis a aporrear la puerta...» (w. 25ss). Para Mt 7,22, los que su voz vaya a chocar contra una barrera de silencio,
que están fuera son los malos cristianos; para Lucas, sin puesto que no duda del a m o r del Padre, ni siquiera
embargo, son los judíos del tiempo de Jesús, que han cuando le parece callar. El silencio de Dios es también,
desatendido su invitación a la conversión y opusieron en efecto, una respuesta. Cuando nosotros deseemos y
una clara negativa a su propuesta de salvación. En esta pidamos cosas equivocadas, el Padre nos escuchará
parábola de Jesús podemos ver también u n a profecía, dándonos no lo que pedimos, sino lo que es verdadera-
extremadamente importante para una interpretación mente un bien para nosotros.
teológica de la historia, relacionada no sólo con la ex- Los rasgos particulares del hombre que vive según el
clusión de los judíos -parcial, temporal y providencial- Espíritu son la humildad y la oración incesante, la fuer-
del Reino, sino también con la conversión de los paga- za y la dulzura de la caridad, la paz y la alegría; con
nos. De este modo, encuentran un decidido mentís y se todo, esta fisonomía no se adquiere de u n a vez para
da la vuelta a todas las opiniones que corrían entre los siempre: está en continuo perfeccionamiento. El grito de
judíos del tiempo de Jesús. la oración -cargado con toda la angustia y la esperanza
h u m a n a - es la más alta profesión de fe en aquellos en
quienes no está contristado el Espíritu. Y el h o m b r e de
MEDITATIO
hoy tiene más necesidad que nunca de que haya al-
guien a quien pueda llamar «Padre», para darse cuenta
La oración es un don del Espíritu Santo que ora en de que no es simplemente el resultado de u n largo pro-
nosotros siempre, que ora en todo el cosmos. De esta ceso biológico, sino el fruto del a m o r de un Dios que le
realidad sólo puede convencerse quien, liberándose del ha amado y querido personalmente desde siempre y
embarazoso fardo de los razonamientos complicados, para siempre.
se abandona a la aventura del Espíritu, acepta rebasar
los confínes de lo sensible, de lo que se puede experi-
mentar, y entra en la tierra de lo inexpresable y de lo ORATIO
inaprensible.
Se trata de u n a realidad que sólo puede ser com- Oh Señor, les has invitado a seguirte por el camino de
prendida, incluso vivida, por los pobres de espíritu. Lo la cruz, pero temieron por sus hombros de cristal. Les
indispensable para orar es, por tanto, tener u n alma de exhortaste a convertirse según el radicalismo evangiíli-
218 30" semana Miércoles
219

co, pero la promesa estaba desproporcionada respecto a munificencia, en todas las cuales debemos mezclar el
la renuncia. Les señalaste u n sendero estrecho y difícil, anhelo y el recuerdo de Dios, de modo que todas nues-
pero les sedujo la autopista amplia y cómoda. Y ahora tras obras, como si estuvieran condimentadas con la
llaman tus ovejas, pero tu puerta permanece cerrada. sal del amor de Dios, se conviertan en u n alimento dul-
Oh Señor, he visto venir a miserables desde todas par- císimo para el Señor. Pero sólo podremos disfrutar
tes de tu Reino: sucios, harapientos, gente cargada con perpetuamente de la abundancia que de Dios brota si le
pesados fardos; he visto a gente de toda edad, lengua y dedicamos mucho tiempo.
color con fardos de hambre, duras injusticias, persecu- La oración es luz del alma, verdadero conocimiento
ciones y guerras. Tus «bienaventurados» han llamado y de Dios, mediadora entre Dios y los hombres. Hace que
tu puerta se ha entornado. el alma se eleve hasta el cielo y abrace a Dios con inefa-
Oh Señor, son muchos los que todavía se están acer- bles abrazos, apeteciendo la leche divina, como el niño
cando: llevan banderas diferentes, profesan religiones que, llorando, llama a su madre; por la oración, el alma
nunca oídas, se consideran paganos, indiferentes, no expone sus propios deseos y recibe dones mejores que
creyentes, y los lleva arrastrados la corriente tortuosa toda la naturaleza visible.
del mundo. Sedientos de verdad, buscadores de sentido, Pues la oración se presenta ante Dios como venerable
llaman a la puerta y tu puerta se abre. intermediaria, alegra nuestro espíritu y tranquiliza sus
Oh Señor, no se salvan los que se consideran elegidos, afectos. Me estoy refiriendo a la oración de verdad, no a
sino aquellos que te buscan con corazón sincero y ha- las simples palabras: la oración que es u n deseo de Dios,
cen tu voluntad. una inefable piedad no otorgada por los hombres, sino
concedida por la gracia divina, de la que también dice el
apóstol: «Nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene,
CONTEMPLATIO pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemi-
dos inefables».
El sumo bien está en la plegaria y en el diálogo con El don de semejante súplica, cuando Dios lo otorga a
Dios, porque equivale a u n a íntima unión con él, y así alguien, es u n a riqueza inagotable y u n alimento celes-
como los ojos del cuerpo se iluminan c u a n d o contem- tial que satura el alma; quien lo saborea se enciende en
plan la luz, así también el alma dirigida hacia Dios se u n deseo indeficiente del Señor, como en u n fuego ar-
ilumina con su inefable luz. Una plegaria, por supuesto, diente que inflama su alma.
que no sea de rutina, sino hecha de corazón; que no Cuando quieras reconstruir en ti aquella morada que
esté limitada a u n tiempo concreto o a u n a s horas Dios se edificó en el primer hombre, adórnate con la
determinadas, sino que se prolongue día y noche sin modestia y la humildad y hazte resplandeciente con la
interrupción. luz de la justicia; decora tu ser con buenas obras, como
Conviene, en efecto, que elevemos la mente a Dios no con oro acrisolado, y embellécelo con la fe y la grande-
sólo cuando nos dedicamos expresamente a la oración, za de alma, a manera de muros y piedras; y, por encima
sino lanibién cuando atendemos a otras ocupaciones, de todo, como quien pone la cúspide para coronar un
como el cuidado de los pobres o las útiles tareas de la edificio, coloca la oración, para preparar a Dios iin;i
220 30a semana Miércoles
221

casa perfecta y poderle recibir en ella como si fuera u n a aquí, en la cena de pascua, se lleva a cabo el injerto del
mansión regia y espléndida, ya que, por la gracia divina, sarmiento en la vid que hará posible la efusión del Espíritu. Las
es como si poseyeras la misma imagen de Dios colocada antiguas oraciones de bendición se vuelven, en los labios de
en el templo del alma (Juan Crisóstomo, Homilía sexta, Cristo, palabras creadoras de vida (E. Stein, Das Gebet der
sobre la oración, en PG 64, cois. 461-465). Kirche, Colonia 1965, pp. 7-9).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Asimismo, el Espíritu viene en ayuda de nuestra
flaqueza» (Rom 8,26).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Los escritos evangélicos nos dicen que Cristo oró como oraba
un judío creyente y fiel a la ley. Desde la infancia, con sus pa-
dres, y más tarde, con sus discípulos, acostumbraba ir en pere-
grinación a Jerusalén en los tiempos prescritos, para participar
en las grandes solemnidades que se celebraban en el templo. Es
seguro que cantó con fervor, ¡unto con los suyos, himnos de jú-
bilo en los que empezaba a manifestarse la alegría de los pere-
grinos: «Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del
Señor» (Sal 121,1). Recitó las antiguas plegarias de bendición
sobre el pan, el vino y los frutos de la tierra, como todavía ha-
cemos hoy. Esto lo sabemos por el relato de su última cena con
los discípulos, una ceremonia destinada precisamente a cumplir
uno de los deberes religiosos más santos: la solemnidad de la
cena de pascua, memorial de la liberación de la esclavitud en
Egipto. Y tal vez esta última reunión de Jesús con los suyos es
recisamente la que nos proporciona la visión más profunda de
E i oración de Cristo y la que constituye la clave que nos introduce
en la oración de la Iglesia.
La bendición y la distribución del pan y del vino formaban
parte del rito de la cena pascual. Pero ahora tanto una como
otra asumen un sentido completamente nuevo. Aquí tuvo su co-
mienzo la vida de la Iglesia. Esta aparecerá, ciertamente, como
comunidad espiritual y visible sólo en pentecostés. Sin embargo,
Jueves

30 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Romanos 8,31b-39

Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará con-


tra nosotros? 32 El que no perdonó a su propio Hijo, antes
bien lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no va
a darnos gratuitamente todas las demás cosas juntamente
con él? 33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios, si Dios es el
que salva? 34 ¿Quién será el que condene, si Cristo Jesús ha
muerto; más aún, ha resucitado y está a la derecha de Dios
intercediendo por nosotros? 35 ¿Quién nos separará del amor
de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el
hambre, la desnudez, el peligro, la espada? 36 Ya lo dice la
Escritura:
Por tu causa estamos expuestos
a la muerte cada día:
nos consideran como ovejas
destinadas al matadero.
37
Pero Dios, que nos ama, hará que salgamos victoriosos
de todas estas pruebas. 3 8 Y estoy seguro de que ni muerte, ni
vida, ni ángeles, ni otras fuerzas sobrenaturales, ni lo pre-
sente, ni lo futuro, ni poderes de cualquier clase, 39 ni lo de
arriba, ni lo de abajo, ni cualquier otra criatura podrá sepa-
rarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor
nuestro.
224 30" semana Jueves 225

*+• La última parte del capítulo 8 de la carta de Pablo a Evangelio: Lucas 13,31-35
los cristianos de Roma puede ser considerada como un
himno al amor de Dios que se ha manifestado plena- Aquel día, 31 se acercaron unos fariseos y le dijeron:
mente en Cristo Jesús. Es seguro que Pablo no hubiera -Sal, márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.
32
podido componerlo si no hubiera tenido una experiencia Jesús les dijo:
personal y singular de este amor: esa experiencia fue -Id a decir a ese zorro: Sábete que expulso demonios y
exactamente la de Damasco, de la que Dios salió ven- realizo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día acabaré.
33
cedor y Pablo vencido. Como es obvio, se trata de una Por lo demás, hoy, mañana y pasado tengo que continuar mi
viaje, porque es impensable que un profeta pueda morir fuera
victoria que ennoblece al mismo tiempo al vencedor y al de Jerusalén.
vencido. 34
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas
El misterio pascual constituye, una vez más, el punto a los que Dios te envía! Cuántas veces he querido reunir a tus
de partida de esta página paulina: «El que no perdonó a hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de las alas
y no habéis querido. 35 Pues bien, vuestra casa se os quedará
su propio Hijo, antes bien lo entregó a la muerte por todos desierta. Y os digo que ya no me veréis hasta que llegue el día
nosotros...» (v. 32). La expresión nos recuerda claramen- en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.
te el sacrificio de Isaac narrado en Gn 22,1-22 y saca a la
luz del día el misterio que Pablo recuerda aquí por ené-
sima vez. Los frutos de esta victoria de Dios sobre Pablo **• Sabemos (cf. Le 9,5 lss) que Jesús va de camino
también se hacen sentir, obviamente, en nuestra vida. hacia Jerusalén: ante él se perfila ahora con claridad la
E n efecto, en u n determinado momento, Pablo afirma: meta del Calvario como lugar en el que podrá ofrecerse
«¿Quién nos separará del amor de Cristo?» (y. 35), y a par- a sí mismo a Dios en sacrificio de a m o r por toda la
tir de aquí usará la primera persona del plural. De ahí humanidad. Nada puede apresurar o retrasar «la hora»
que los frutos del amor de Dios para nosotros sean la ple- en la que Jesús consumará su misión: ni Herodes, ni
na justificación ante Dios y por parte de Dios; la plena co- Pedro, ni otros. Lo que Jesús tiene que hacer pretende
munión con Dios en Cristo Jesús; la plena superación de llevarlo a cabo con plena determinación y total libertad.
todo lo que de cualquier modo pudiera o quisiera sepa- Jesús m a n d a decir a «ese zorro» de Herodes, aunque sea
rarnos de Dios y de Cristo; la plena confianza en poder con términos velados, que todo lo que él hace lo lleva a
continuar y llevar a término nuestro caminar en la fe, la cabo desde la perspectiva pascual. Como todo auténtico
esperanza y la caridad; la plena certeza de que la victoria profeta, Jesús no puede morir fuera de Jerusalén, por lo
de Dios ha comenzado ya en nuestra vida y se irá perfec- que debe subir a ella por fidelidad a su misión y por
cionando a medida que camine hasta su término final. amor a nosotros.
E n u n arranque espiritual y poético, Pablo escribe: Viene, a continuación, un doloroso lamento de Jesús
«Dios, que nos ama, hará que salgamos victoriosos de sobre Jerusalén (w. 34ss), un lamento-profecía abierto
todas estas pruebas» (v. 37). Vencer holgadamente: ésta también a las perspectivas de u n futuro inmediato. Je-
es la experiencia del cristiano cuando se confía ple- sús quisiera hacer de Jerusalén u n signo de reconcilia-
namente al a m o r de Dios, que se nos ha manifestado y ción, paz y unidad, pero ella realiza gestos de violencia
comunicado en Cristo. y división. La profecía de Jesús tiene dos momentos:
226 30a semana Jueves 227

uno negativo, en el cual, como ya hiciera el profeta nada nos podrá separar del amor de Cristo. Así también
Jeremías (Jr 12,7), predice la ruina de Jerusalén y de sus cambiará nuestro rostro: mirándole nos volveremos
habitantes, a pesar de amarlos intensamente, y otro po- radiantes y también llegará la luz a nuestros hermanos,
sitivo (cf. Sal 118,26), que parece aludir a la conversión les llegará el amor.
de Israel en referencia al fin de los tiempos.

ORATIO
MEDITATIO
Señor Jesús, ni Pedro ni Herodes consiguieron disua-
¡Qué alegría saber que Dios está a nuestro favor! Se dirte de cumplir tu misión según la voluntad del Padre:
ha puesto a nuestro favor de una manera tan decidida haz que tampoco yo me deje hipnotizar nunca por los
que nos ha dado a su Hijo único; por eso, con san Pa- muchos títulos y por el tentador.
blo, podemos cantar u n himno vigoroso a este amor del Señor Jesús, tú dijiste siempre sí y sin demora cada
que nada podrá separarnos jamás. El apóstol enumera vez que el Padre te lo pedía: haz que yo también sea ca-
una lista de fuerzas hostiles a nuestra unión con Cristo, paz de vivir el presente con empeño y responsabilidad,
para afirmar que no son capaces de alejarnos de él. porque «nada es seguro mañana».
Ahora bien, ¿es verdad que no hay ninguna situación
que nos impida la unión con Cristo? En realidad, es Señor Jesús, viviste intensamente el espacio temporal
preciso admitir que no lo conseguirán nunca las cosas de tus treinta y tres años: haz que también yo valore
exteriores, pero sí hay alguien que nos puede alejar de bien el tiempo que, de manera inexorable, huye lleván-
dose consigo estaciones y años.
Jesús: nosotros mismos. Dios, en Cristo, ha optado por
estar siempre con nosotros, pero nosotros somos libres Oh Señor, lo hiciste todo extraordinariamente bien:
y, con frecuencia, no queremos estar con él. El evangelio encuentros, diálogos y curaciones: haz que también yo
nos habla de gente que dice a Jesús: «Vete». Jerusalén no sepa rechazar una vida cotidiana monótona y trivial,
acogió a su Salvador. para no malgastar mi vida con sueños que no duran
más de un día.
El rechazo puede asumir en nosotros muchas formas
y grados diferentes, porque se trata de responder con Señor Jesús, tú lanzaste un grito acongojado sobre
amor al amor que se nos ofrece, y nosotros vacilamos a Jerusalén, reacia a tus invitaciones y a tus amenazas:
haz que también yo responda seriamente a tu llamada
menudo entre el sí y el no, calculamos en vez de acoger
dando sabor de eternidad a mi vida.
gratuitamente el don y gozar de él. Tal vez estemos tan
habituados a nuestras tristezas, a nuestras pequeñas
medidas, que nos da miedo la gran alegría de Dios. En CONTEMPLATIO
vez de dejarnos inundar por la luz del amor ponemos
una pantalla que intenta reducirlo a nuestro alcance. Job, en cuanto nos es dado a entender, hermanos
Meditemos a fondo sobre este hermoso texto, repitámo- muy amados, era figura de Cristo. Tratemos de penetrar-
nos que Dios está a nuestro favor, que somos «más que en la verdad mediante la comparación entre ambos. Job
vencedores, en virtud de aquel que nos ha amado», y que fue declarado justo por Dios. Cristo es la misma justicia,
228 30a semana Jueves 229

de cuya fuente beben todos los bienaventurados; de él, por fin en paz. Y el Señor permanece bendito para
en efecto, se ha dicho: Los iluminará un sol de justicia. siempre, antes del tiempo y en el tiempo, y por los siglos
Job fue llamado veraz. Pero la única verdad auténtica es de los siglos (Zenón de Verona, Libro II, tratado 15, en
el Señor, que dice en el evangelio: Yo soy el camino y la PL 11, cois. 441-443).
verdad.
Job era rico. Pero ¿quién hay más rico que el Señor? ACTIO
Todos los ricos son siervos suyos, a él pertenece todo el
orbe y toda la naturaleza, como afirma el salmo: Del Se-
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
ñor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habi-
tantes. El diablo tentó tres veces a Job. De manera seme- «Dios, que nos ama, hará que salgamos victoriosos de
jante, como nos explican los evangelios, intentó por tres todas estas pruebas» (Rom 8,37).
veces tentar al Señor. Job perdió sus bienes. También el
Señor, por amor a nosotros, se privó de sus bienes celes- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
tiales y se hizo pobre, para enriquecernos a nosotros. El
diablo, enfurecido, mató a los hijos de Job. Con parecido Todos los santos padres nos dicen a una: «Lo primero que
furor, el pueblo farisaico mató a los profetas, hijos del Se- tienes que meterte en la cabeza, de una manera absoluta, es
ñor. Job se vio manchado por la lepra. También el Señor, que no debes apoyarte nunca en ti mismo. El combate al que
al asumir carne humana, se vio manchado por la sordi- debes hacer frente es extraordinariamente arduo, y tus solas
dez de los pecados de todo el género humano. fuerzas humanas son absolutamente insuficientes para desarro-
llarlo. Si te fías de ti mismo, caerás inmediatamente en tierra y
La mujer de Job quería inducirle al pecado. También
perderás todo deseo de continuar la lucha. Sólo Dios puede
la sinagoga quería inducir al Señor a seguir las tradicio-
darte la victoria que deseas».
nes corrompidas de los ancianos. Job fue insultado por
Resolverse así a no poner ninguna confianza en nosotros mis-
sus amigos. También el Señor fue insultado por sus sa-
mos representa para muchos un serio obstáculo que les impide
cerdotes, que debían darle culto. Job estaba sentado en empezar de una vez por todas. Debemos despojarnos, por con-
un estercolero lleno de gusanos. También el Señor habi- siguiente, de esta confianza exagerada que tenemos en nosotros
tó en un verdadero estercolero, esto es, en el cieno de este mismos. Esta confianza está con frecuencia tan arraigada en
mundo y en medio de hombres agitados como gusanos nosotros que ni siquiera nos damos ya cuenta del imperio que
por multitud de crímenes y pasiones. ejerce sobre nuestro corazón. Es precisamente nuestro egoísmo,
Job recobró la salud y la fortuna. También el Señor, al nuestra preocupación por nosotros mismos, nuestro amor pro-
pio, la causa cíe todas nuestras dificultades, de nuestra falta de
resucitar, otorgó a los que creen en él no sólo la salud,
libertad interior en las pruebas, de nuestras contrariedades, de
sino la inmortalidad, y recobró el dominio de toda la nuestros tormentos del alma y del cuerpo. Lanza una mirada
naturaleza, como él mismo atestigua cuando dice: Todo sobre ti mismo y verás hasta qué punto estás engatusado por el
me lo ha entregado mi Padre. Job engendró nuevos hijos deseo de complacer a tu «yo» y sólo a él. El sentimiento de dis-
en sustitución de los anteriores. También el Señor en- gusto que experimentas cuando alguien te contradice te permite
gendró a los santos apóstoles como hijos suyos, des- constatarlo fácilmente. Vivimos así como esclavos. Ahora bien,
pués de los profetas. Job, lleno de felicidad, descansó «donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad».
230 30a semana

A partir de ahora debes pensar que todo lo que te pasa, sea


o no importante, te lo envía Dios para ayudarte en la lucha. Sólo
Viernes
él sabe lo que necesitas y lo que te es menester en el momento
presente: adversidad o prosperidad, tentación o caída. Nada
sucede por casualidad; no hay ningún acontecimiento del que 30 a s e m a n a del
no tengas que aprender algo. Debes comprender bien esto Tiempo ordinario
desde ahora, porque de este modo crecerá tu confianza en el
Señor, a quien has elegido seguir (T. Colliander, // cammino
dell'asceta, Brescia 1987, pp. 8-14, passim [edición española:
El sendero de los ascetas, Monte Carmelo, Burgos 2000]).

LECTIO

Primera lectura: R o m a n o s 9,1-5

Hermanos:' Digo la verdad como cristiano, y mi conciencia,


guiada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento 2 al
afirmar que me invade una gran tristeza y es continuo el
dolor de mi corazón. 3 Desearía, incluso, verme yo mismo
separado de Cristo como algo maldito por el bien de mis her-
manos de raza. 4 Son descendientes de Israel. Les pertenecen
la adopción filial, la presencia gloriosa de Dios, la alianza, las
leyes, el culto y las promesas. 5 Suyos son los patriarcas y de
ellos, en cuanto hombre, procede Cristo, que está sobre todas
las cosas y es Dios bendito por siempre. Amén.

*»- Los capítulos 9-11 de la Carta a los Romanos tra-


tan de u n solo tema: el d r a m a de Israel en la historia de
la salvación. Algunos los consideran como u n parénte-
sis entre la parte dogmática de la carta (capítulos 1-8)
y la parte parenético-exhortativa (capítulos 12-16),
pero tal vez sería m á s exacto considerar estos capítu-
los como u n a variación sobre el t e m a de Israel, que ya
fue recordado al comienzo de la carta. Señalemos, en
p r i m e r lugar, el tono de este comienzo: Pablo se ex-
232 30" semana Viernes 233

presa en términos personales y autobiográficos: «Me Evangelio: Lucas 14,1-6


invade una gran tristeza y es continuo el dolor de mi
1
corazón» (9,2). Ésta, aunque no es la única, sí es, cierta- Un sábado, entró Jesús a comer en casa de uno de los je-
mente, una importante clave de lectura de estos tres ca- fes de los fariseos. Ellos estaban al acecho. 2 Había allí, frente
pítulos. a él, un hombre enfermo de hidropesía. 3 Jesús preguntó a los
maestros de la Ley y a los fariseos:
¿Por qué se expresa Pablo así? La respuesta la en- -¿Se puede curar en sábado o no?
4
contramos en otra página de su epistolario: «Yeso que, Ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tomó de la
en lo que a mí respecta, tendría motivos para confiar en mano al enfermo, lo curó y lo despidió. 5 Después les dijo:
mis títulos humanos. Nadie puede hacerlo con más razón -¿Quién de vosotros, si su hijo o su buey cae en un pozo,
que yo. Fui circuncidado a los ocho días de nacer, soy del no lo saca inmediatamente, aunque sea en sábado?
6
linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo por los Y a esto no pudieron replicar.
cuatro costados, fariseo en cuanto al modo de entender la
ley, ardiente perseguidor de la Iglesia e irreprochable en lo **• Lucas inserta, en el marco de u n banquete, el re-
que se refiere al cumplimiento de la ley» (Flp 3,4-6). lato de un milagro realizado por Jesús y explicita la
Pablo no puede olvidar sus orígenes, su pertenencia circunstancia cronológica del sábado. A continuación,
al pueblo elegido, su tradición judía. Ese sentido de per- refiere algunas enseñanzas de Jesús relativas a la elec-
tenencia le lleva a expresar u n deseo paradójico, muy ción de los primeros puestos. Éstas son las dos páginas
evangélicas que nos propone la liturgia de la Palabra
iluminador para comprender la personalidad y la espi-
para hoy y para mañana.
ritualidad de Pablo: «Desearía, incluso, verme yo mismo
separado de Cristo como algo maldito por el bien de mis Es la sexta vez, según el testimonio de Lucas, que
hermanos de raza» (Rom 9,3). Como es sabido, el tér- Jesús acepta u n a invitación a comer, y eso revela u n
mino erem implica, en el Antiguo Testamento, la des- rasgo simpático de Jesús, siempre atento a los otros y
trucción total de los enemigos de Dios y de sus bienes deseoso de la compañía de los demás. Es u n modo con
(cf Dt 7,26), mientras que el término anáthema, en el el que el evangelista pretende subrayar la h u m a n i d a d
Nuevo Testamento, implica la idea de maldición. No es de Jesús, captada en u n a de sus expresiones más deli-
posible pensar algo más grave, y eso demuestra el a m o r cadas. Esta vez, es Jesús quien provoca a los maestros
que alimenta Pablo por el pueblo judío. de la Ley y a los fariseos sobre la licitud o no de curar
en sábado. Al querer proceder a la curación de u n hi-
De este pueblo realiza el mayor elogio al recordar, drópico, Jesús desea despejar el campo de toda ob-
uno tras otro, todos los privilegios que los israelitas re- jeción previa. Jesús hace frente a sus adversarios y los
cibieron de su Dios hasta el último, el más importante derrota: no en el análisis de los artículos de la ley, so-
aunque también el más escandaloso: que «de ellos, en bre cuya base hubieran podido responder con u n «no»
cuanto hombre, procede Cristo» (Rom 9,5). El mismo seco, sino en el campo de la observancia práctica de la
a m o r que une a Pablo con su pueblo le une a partir de ley, entendida sobre todo en su espíritu originario. Y a
ahora, de u n a manera definitiva e inseparable, a Jesu- este respecto sus adversarios, sin saber qué responder,
cristo, su Señor. permanecen mudos {cf. v. 4a).
Viernes 235
234 30" semana

Un silencio, a buen seguro, embarazoso, pero tal vez En este marco, el estudio, la oración y la pasión de
también indicio de un deseo de revancha: por eso lo re- quien cultiva el deseo de una unidad que envuelva no
pite Lucas dos veces. Pero Jesús supera también con sólo a los cristianos, sino también a Israel, no son más
elegancia esta situación y lanza un segundo ataque, pro- que la respuesta inteligente y activa de cuantos se sien-
vocándoles así: «¿Quién de vosotros, si su hijo o su buey ten llamados a vivir la fe cristiana en la escuela del
cae en un pozo, no lo saca inmediatamente, aunque sea apóstol Pablo. Es él, en efecto, quien remueve nuestras
en sábado?» (v. 5). De este modo, Jesús, redimensionan- perezas, quien provoca nuestras decisiones, quien
do el valor del sábado como sábado, ratifica su invita- orienta nuestro camino hacia esa unidad que está pro-
ción-mandato a la caridad y a la benevolencia con el fundamente inscrita en el designio salvífico de Dios y
prójimo. Derriba así las superestructuras que amenazan que se llevará a cabo a través de nuestra débil, pero sin-
la libertad del hombre e invita a todos y cada uno de cera, colaboración.
ellos a encontrar la verdadera libertad en la caridad.
ORATIO
MEDITATIO
Señor Jesús, haz que el dolor de Pablo sea también el
La primera lectura de esta liturgia de la Palabra, pre- nuestro. Tú, que puedes presumir de una descendencia
cisamente por el tema que toca, posee u n carácter de directa de David, enséñanos a reconocer, con alegría y
extrema actualidad. E n efecto, todos nos sentimos fuer- gratitud, que en las raíces del cristianismo se encuentra
temente provocados a considerar las relaciones entre el la tradición judía. Ayúdanos a disipar las nubes que to-
cristianismo y el judaismo de un modo tal vez más apre- davía nos separan de nuestros hermanos mayores para
miante que antes. No es, no debe ser, una moda, sino la que en ti podamos encontrarnos en el único redil.
respuesta a una exigencia profunda, arraigada en nues-
Espíritu Santo, haz que nuestros orígenes comunes
tro credo y en la historia de la salvación. No se trata
venzan toda división. Tú, que eres el Amor y como ver-
tampoco de u n tema que debamos considerar de u n a
dadero amante sabes dar y perdonar, enséñanos a ver
manera abstracta y académica, sino de una relación vi-
tal que interesa a nuestros personas y a nuestras comu- en los hermanos cristianos todavía separados a nues-
nidades. tro prójimo más próximo. Haz que sepamos recono-
cernos como don recíproco y que consigamos aliviar y
Israel sigue siendo, hoy como siempre, la «raíz santa» curar las heridas que nos hemos infligido a lo largo de
(Rom 11,16), puesta por Dios de u n a vez para siempre la historia.
para llevar a cabo su proyecto de salvación en favor de
toda la humanidad. E n esta raíz, que también ha cono- Padre, haz que todos seamos uno. Tú, que eres el
cido un momento de crisis e infidelidad, Dios pretende creador de todos, ayúdanos a destruir los prejuicios que
injertar cualquier otra rama, con el fin de favorecer nos aprisionan y no nos permiten abrirnos a las otras
u n a mayor abundancia de frutos. Estos frutos son, na- religiones. Haz que todos seamos capaces de escuchar
turalmente, los dones salvíficos que el mismo Dios, por los mensajes de salvación, de fraternidad y de paz que
medio de Cristo Jesús, quiere asegurar a todos. llegan a nosotros desde todas las partes del mundo.
236 30a semana Viernes 237

CONTEMPLATIO habrás reconocido al Rey celestial; serás intimo de Dios,


coheredero de Cristo, y ya no serás más esclavo de los
No prestamos nuestra adhesión a discursos vacíos ni deseos, de los sufrimientos y de las enfermedades, por-
nos dejamos seducir por pasajeros impulsos del corazón, que habrás llegado a ser dios.
como tampoco por el encanto de discursos elocuentes, Porque todos los sufrimientos que has soportado, por
sino que nuestra fe se apoya en las palabras pronuncia- ser hombre, te los ha dado Dios precisamente porque lo
das por el poder divino. Dios se las ha ordenado a su Pa- eras, pero Dios ha prometido también otorgarte todos
labra, y la Palabra las ha pronunciado, tratando con ellas sus atributos, u n a vez que hayas sido divinizado y te
de apartar al hombre de la desobediencia, no dominán- hayas vuelto inmortal. Es decir, conócete a ti mismo me-
dolo como a un esclavo mediante la violencia que coac- diante el conocimiento de Dios, que te ha creado, porque
ciona, sino apelando a su libertad y plena decisión. conocerlo y ser conocido por él es la suerte de su elegido.
Fue el Padre quien envió la Palabra, al fin de los tiem- No seáis vuestros propios enemigos, ni os volváis ha-
pos. Quiso que no siguiera hablando por medio de un cia atrás, porque Cristo es el Dios que está por encima de
profeta, ni que se hiciera adivinar mediante anuncios ve- todo: él ha ordenado purificar a los hombres del pecado
lados, sino que le dijo que se manifestara a rostro descu- y él es quien renueva al hombre viejo, al que ha llama-
bierto, para que el mundo, al verla, pudiera salvarse. do desde el comienzo imagen suya, mostrando, por su
Sabemos que esta Palabra tomó un cuerpo de la Vir- impronta en ti, el amor que te tiene. Y si tú obedeces sus
gen y que asumió al hombre viejo, transformándolo. Sa- órdenes y te haces buen imitador de este buen maestro,
bemos que se hizo hombre de nuestra misma condición, llegarás a ser semejante a él y recompensado por él,
porque, si no hubiera sido así, sería inútil que luego nos porque Dios no es pobre, y te divinizará para su gloria
prescribiera imitarle como maestro. Porque, si este (Hipólito, Refutación de todas las herejías, X, 33ss, en
hombre hubiera sido de otra naturaleza, ¿cómo habría GCS 26, 291-293).
de ordenarme las mismas cosas que él hace, a mí, débil
por nacimiento, y cómo sería entonces bueno y justo?
ACTIO
Para que nadie pensara que era distinto de nosotros,
se sometió a la fatiga, quiso tener hambre y no se negó
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
a pasar sed, tuvo necesidad de descanso y no rechazó
el sufrimiento, obedeció hasta la muerte y manifestó su «Cristo está sobre todas las cosas y es Dios bendito por
resurrección, ofreciendo en todo esto su humanidad siempre» (cf. Rom 9,5).
como primicia, para que tú no te descorazones en me-
dio de tus sufrimientos, sino que, aun reconociéndote PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
hombre, aguardes a tu vez lo mismo que Dios dispuso
para él.
No tendríamos que situarnos frente al importante texto de
Cuando contemples al verdadero Dios, poseerás u n Rom 9-11 con interrogantes que nos desvíen, como por ejemplo
cuerpo inmortal e incorruptible, junto con el alma, y ob- los relacionados con la «predestinación» de cada alma. La cues-
tendrás el Reino de los Cielos, porque, sobre la tierra, tión decisiva es, en efecto, ésta: ¿qué papel va a asignar Dios,
238 30a semana

en el plan de su historia, a la parte de su pueblo que, en el mo-


mento en que Dios realiza cosas nuevas en el mundo y extiende
Sábado
su salvación a toda la multiplicidad de los gentiles, por no ver
esta nueva y decisiva orientación, deja de ponerse a disposición
de la acción de Dios (aunque esto tenga lugar, precisamente, 30 a semana del
por celo a la forma en que la acción de Dios se había hecho Tiempo ordinario
visible a estos hombres de Israel hasta entonces)? ¿Sale sim-
plemente de la escena o bien todo esto se inserta una vez más
en el plan, para nosotros igualmente incomprensible, de Dios
sobre la historia?
Pablo está cogido y animado por lo que está exponiendo.
Tratándose de su pueblo, todo le afecta hasta lo más íntimo. Se
deja arrastrar de un lado a otro, hasta el punto de que al co-
mienzo del capítulo dice que casi quisiera ser él mismo anáthe- LECTIO
ma, es decir, excluido de la comunión de los santos, ser sepa-
rado de Cristo, del que ahora se extiende la salvación a los
gentiles, pero estar con sus hermanos que no consiguen ver esto
(9,3): tan fuerte es la voz de la sangre. Con todos los medios de Primera lectura: Romanos l l , l - 2 a . l 1-12.25-29
reflexión y de argumentación que tiene a su disposición, intenta
encontrar, sin embargo, un significado que les ahorre semejan-
Hermanos: ' Y yo pregunto: ¿Es que Dios ha rechazado a
te consecuencia. Escrutando así cada vez mejor la Escritura, se
su pueblo? ¡De ninguna manera! Que yo también soy israeli-
le abre el misterio del pensamiento de Dios sobre la historia (cf. ta, del linaje de Abrahán y de la tribu de Benjamín. 2 Dios no
11,33ss) y ve el significado de lo que ahora tiene delante y ve ha rechazado al pueblo que había elegido. " Y pregunto toda-
el futuro previsto ya por Dios. Desarrollando ese punto de vista, vía: ¿Habrán tropezado los israelitas de manera que sucum-
en la cumbre de su exposición en Rom 11,2óss, recurre de nuevo ban definitivamente? ¡De ninguna manera! Por el contrario,
a la categoría de la «alianza», citando la Escritura ( N . Lohfink, con su caída ha llegado la salvación a los paganos, quienes a
L'alleanza ma¡ revocata, Brescia 1 9 9 1 , pp. ó3ss [edición espa- su vez han provocado la emulación de Israel. '2 Y si su caída y
ñola: La alianza nunca derogada, Editorial Herder, Barcelona su fracaso se han convertido en riqueza para el mundo y para
1992]). los paganos, ¿qué no sucederá cuando alcancen la plenitud?
25
No quiero, hermanos, que ignoréis este misterio para que
no andéis presumiendo por ahí. El endurecimiento de una
parte de Israel no es definitivo: durará hasta que se convierta
el conjunto de los paganos. 26 Entonces todo Israel se salvará,
como dice la Escritura:
Vendrá de Sión el libertador,
alejará de Jacob la impiedad,
27
y mi alianza con ellos será restablecida
cuando yo les perdone sus pecados.
28
En lo que respecta a la acogida del Evangelio, los israeli-
tas aparecen como enemigos de Dios para provecho nuestro;
sin embargo, si atendemos a la elección, siguen siendo muy
240 30a semana Sábado 241

amados por Dios a causa de sus antepasados,29 pues los dones pera. Es interesante señalar con Pablo que la conver-
y la llamada de Dios son irrevocables. sión de los paganos está destinada a suscitar los celos de
los israelitas. De este modo nos deja intuir que el cami-
**• Pablo, concluyendo su discurso sobre el misterio no hacia la salvación será u n a especie de carrera: no
de Israel, se pregunta, de una manera problemática, si una carrera para ver quien llega primero, sino para lle-
acaso habría rechazado Dios a su pueblo. La respuesta gar juntos.
no se hace de esperar: «¡De ninguna manera!» (v. 1). Y Por último, san Pablo afirma que «el endurecimiento
está dispuesto a ofrecer una serie de pruebas que avalan de una parte de Israel no es definitivo: durará hasta que
su certeza absoluta. La primera le implica en primera se convierta el conjunto de los paganos» (v. 25), y de este
persona: «Yo también soy israelita» (v. 1). Es como decir modo ratifica el mismo concepto y abre nuestra espe-
que él mismo en persona es la demostración evidente de ranza a unos horizontes estupendos.
la fidelidad de Dios a sus promesas. Esto es, ciertamen-
te, comprometedor para Pablo, aunque también es para
él un motivo de santo orgullo y fuente de una gran es- Evangelio: Lucas 14,1-7-11
peranza. Considerando, a renglón seguido, la suerte del
1
pueblo elegido, Pablo nos ofrece tres pinceladas nítidas Un sábado, entró Jesús a comer en casa de uno de los je-
y seguras sobre el modo como se ha desarrollado la his- fes de los fariseos. Ellos estaban al acecho. 7 Al observar cómo
toria de la salvación y, en consecuencia, sobre el destino los invitados escogían los mejores puestos, les hizo esta reco-
mendación:
del pueblo elegido. La defección de Israel, según Pablo, 8
no ha sido total, sino parcial; no es definitiva, sino pro- -Cuando alguien te invite a una boda, no te pongas en el
lugar de preferencia, no sea que haya otro invitado más im-
visional; no es casual, sino providencial. En torno a es- portante que tú 9 y venga el que te invitó a ti y al otro y te diga:
tos tres motivos se desarrolla el pensamiento del após- «Cédele a éste tu sitio», y entonces tengas que ir todo avergon-
tol en esta lectura. zado a ocupar el último lugar. I0 Más bien, cuando te inviten,
ponte en el lugar menos importante; así, cuando venga quien
Los israelitas, es cierto, tropezaron para caer, aunque te invitó, te dirá: «Amigo, sube más arriba», lo cual será un
no para siempre. Es cierto que Pablo entrevé -y nos deja honor para ti ante todos los demás invitados. " Porque el que
entrever también a nosotros- una maravillosa posibili- se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.
dad de «resurrección» para su amado pueblo. Y sobre
esta certeza se basa también nuestra esperanza en vis- *»• ¿Se trata propiamente de u n a parábola o bien de
tas a una unidad que está delante de nosotros y que pe- una escena tomada de la vida misma? Tal vez haya u n
dimos de manera insistente en nuestra oración a Dios. poco de lo uno y de lo otro. Lo que Lucas quiere decir
Y no sólo esto, sino que «con su caída ha llegado la sal- es que en todos, tanto en los anfitriones como en los in-
vación a los paganos» (v. 11): he aquí el aspecto provi- vitados, hay prejuicios egoístas, arribismos triviales,
dencial de u n acontecimiento histórico, aunque sea dra- preocupaciones jerárquicas. Está claro que Lucas quie-
mático y doloroso, en el que le gusta insistir a Pablo. De re indicar a su comunidad un modelo exquisitamente
este modo nos ofrece una clave de lectura de toda la his- evangélico, y por ello reelabora u n ejemplo tomado de la
toria de la salvación, sobre todo del futuro que nos es- vida de Jesús que tiende a desmantelar las intenciones
242 30a semana Sábado 243

de la gente de su tiempo y a poner al desnudo, allí, en los dones y la llamada de Dios no tienen marcha atrás.
torno a la mesa, sus sentimientos. La acogida dispensada a los gentiles no implica el repu-
dio de Israel. No sabemos ni cómo ni cuándo tendrá
Las palabras de Jesús asumen ante todo un tono ne-
lugar el retorno de aquellos que fueron, y seguirán
gativo: «No te pongas en el lugar de preferencia...» (v. 8).
siendo para siempre, los «elegidos». Todos estamos in-
Lo que pueda pasar en el marco de u n banquete común
vitados al banquete del Reino, y la sala del banquete de
debe estar previsto, al menos por motivos de prudencia,
bodas no es demasiado estrecha. Puede contenernos a
cuando no precisamente por orgullo personal. Se trata
todos cómodamente, porque tiene las mismas dimen-
asimismo de no caer en el ridículo, además de respetar
siones del corazón de Dios. Lo que importa, por consi-
ciertas reglas de etiqueta. La enseñanza de Jesús asume
guiente, es que nuestro comportamiento sea el indicado
también por ello un tono sapiencial, antes que evangéli-
por Jesús en la parábola evangélica. Nosotros, que nos
co. Ahora bien, en u n segundo momento, Jesús se ex-
sentimos invitados ahora al banquete, no debemos en-
presa en términos positivos: «Ponte en el lugar menos
trar en plan altanero, con altivez, poniéndonos en el
importante» (v. 10). Se trata de u n a invitación clara a la
lugar principal, sino con la humildad del que sabe que
humildad (cf. también Le 20,46), que encontrará su epí-
todo es gracia y don.
logo natural en el último versículo de esta página evan-
gélica: «Porque el que se ensalza será humillado, y el que Nuestra oración debería alimentar el deseo de que el
se humilla será ensalzado» (v. 11), un dicho que se inspi- Señor de la casa diga a nuestros «hermanos mayores»:
ra en Ez 21,31, que cita a Le 16,15 y se repetirá aún en «Subid más arriba, volved al primer puesto». La fiesta
Le 18,14. Jesús habla, pues, de la humildad, una virtud no estará completa, en efecto, hasta que todos juntos
que hoy no sólo está desatendida, sino casi olvidada por -judíos y gentiles- realicemos el deseo de Jesús, que
completo, aunque sigue vigente como rasgo caracterís- vino a derribar el m u r o de separación, a hacer de los
tico del verdadero discípulo de Jesús. dos un solo pueblo nuevo. Frente a los designios de
Será el mismo Jesús, en efecto, quien nos ofrecerá, Dios, adoremos en silencio el misterio y oremos para
personalmente, un altísimo ejemplo de humildad a lo lar- que su plan de salvación no tarde en realizarse plena-
go de su pasión y muerte, y Pablo sintetizará esta ense- mente. A nosotros se nos pide vivir en la caridad y en
ñanza en su estupendo himno cristológico de Flp 2,5-11. u n clima de acogida recíproca, para ser verdaderos
hijos de aquel que es Padre de todos y ha enviado a su
Hijo unigénito, el Predilecto, a recapitular en él a toda
MEDITATIO criatura.

Pablo ha reflexionado ampliamente sobre el misterio


de su pueblo, sobre su endurecimiento y su increduli- ORATIO
dad. El rechazo de una parte de Israel ha supuesto la
ocasión para hacer entrar en masa a los paganos en la Señor, tu enseñanza es clara, aunque difícil de reali-
alianza concluida en un tiempo con Abrahán, con la que zar: «Apártate para dejar el sitio a otro; a su tiempo se-
verdaderamente -según la p r o m e s a - han sido bendeci- rás buscado. Olvida la ofensa recibida, como si no te la
das todas las naciones de la tierra. El apóstol sabe que hubieran hecho; a su tiempo serás premiado. Haz u n te-
244 30a semana Sábado ij* & 245

soro con los dones.que tienes, pero no te gloríes, porque Y no hay otro camino para la vijgi ^gpara la verdadera
no son tuyos. Permanece en tu puesto, sin invadir; a su entrañable paz sino el de la santa^Jfeuá^ la continua mor-
tiempo serás revalorizado. Estímate, pero no con exce- tificación. «5^ §
so, para poder emitir juicios imparciales. No acentúes
Ve donde quisieres, busca lo que quisieres y no halla-
todo lo que haces de bueno, actúa de u n a manera sen-
rás más alto camino en lo alto ni más seguro en lo bajo
cilla y silenciosa. Reconoce tu h u m a n a debilidad, para
exaltar mi fuerza infinita. Da siempre testimonio de la sino la vía de la santa cruz.
verdad y, a su tiempo, ella triunfará. Oh Señor, escribí Dispon y ordena todas las cosas según tu querer y
mi nombre en la arena, en el desierto, junto a las puer- parecer y no hallarás sino que has de padecer algo, o de
tas de Jartum, y al día siguiente ya no estaba. Así es la grado o por fuerza, y así siempre hallarás la cruz.
persona humilde, me dices: sabe desaparecer, porque su Pues o sentirás dolor en el cuerpo o padecerás la tri-
nombre está escrito en el cielo».
bulación en el espíritu.
A veces te dejará Dios, a veces te perseguirá el próji-
CONTEMPLATIO m o y, lo que peor es, muchas veces te descontentarás de
ti m i s m o y no serás aliviado ni refrigerado con ningún
¿Por qué, pues, temes tomar la cruz por la cual se va al remedio ni consuelo, mas conviene que sufras hasta
Reino? c u a n d o Dios quisiere.
En la cruz está la salud, en la está cruz la vida, en la Porque quiere Dios que aprendas a sufrir la tri-
cruz está la defensa contra los enemigos, en la cruz está bulación sin consuelo y que te sujetes del todo a él y te
la infusión de la suavidad soberana, en la cruz está la hagas más humilde con la tribulación.
fortaleza del corazón, en la cruz está el gozo del espíritu,
en la cruz está la suma virtud, en la cruz esta la perfec- Ninguno siente así de corazón la pasión de Cristo
ción de la santidad. como aquel a quien acaece sufrir cosas semejantes.
No están la salud del alma y la esperanza de la vida Así que la cruz siempre está preparada y te espera en
eterna sino en la cruz. cualquier lugar; no puedes huir, dondequiera que fueres,
Toma, pues, tu cruz y sigue a Jesús, e irás a la vida porque dondequiera que vayas te llevas a ti contigo y
eterna. siempre te hallarás a ti mismo.
Él fue delante «llevando su cruz» (Jn 19,7) y murió en Vuélvete arriba, vuélvete abajo, vuélvete afuera, vuél-
la cruz por ti, para que tú también lleves tu cruz y desees vete dentro, y en todo esto hallarás cruz. Y es necesario
morir en ella. que en todo lugar tengas paciencia, si quieres tener paz
Porque si murieres juntamente con él, vivirás con él. Y interior y merecer perpetua corona. [...]
si le fueres compañero de la pena, lo serás también de la Así que, leídas y bien consideradas todas las cosas, sea
gloria. ésta la postrera conclusión: «Que por muchas tribulacio-
Mira que todo consiste en la cruz y todo está en morir nes nos conviene entrar en el Reino de Dios» (Hch 14,21)
en ella. (La imitación de Cristo, II, 12).
246 30a semana
Sábado 247

ACTIO bien, a casi sesenta años de aquellos acontecimientos, el re-


cuerdo de la Shoa se ha despertado; se habla y se escribe mu-
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: cho de ella, tal vez incluso demasiado, con dolor e indignación,
no siempre sin mantener y suscitar resentimientos y deseos de
«Todo Israel se salvará, pues los dones y la llamada de
venganza.
Dios son irrevocables» (cf. Rom 11,26.29).
Es, en efecto, demasiado inconcebible e inaceptable la ini-
quidad cometida: un hecho que ha herido de muerte no sólo a
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL millones de judíos, sino a toda la humanidad y, ante todo, el co-
razón del mismo Dios. Sí, ante todo, el corazón de Dios, porque
si no intervino para impedirlo tal vez sea justo pensar que él mis-
Querida Edith:
mo participaba de la tragedia, él mismo era sacrificado de nuevo
Siempre he intentado imaginar lo que debió de ser para ti, en aquellos por los cuales, cuando vino al mundo, se despojó de
judía, la experiencia del encuentro con Jesús, el Hijo de Dios na- su propia gloria y poder. Edith, tú ahora ya sabes, ya compren-
cido de María, una mujer como tú, de tu estirpe. Me parece que des lo que para nosotros sigue estando todavía oscuro...
debió de suponer una conmoción y una alegría inexpresables y,
sobre todo, una atracción irresistible. Lo revela la respuesta que Al escribir a los romanos, Pablo prorrumpía en una declara-
te vino espontánea cuando tu madre, dolorida, intentaba con- ción que demuestra la medida en la que se sentía todo de Cristo
vencerte de que se podía ser profundamente religiosa, «devo- y, al mismo tiempo, todo de su pueblo: «... siento en el corazón
ta», también en el judaismo: «Cierto», respondiste, «si no has un gran dolor y un sufrimiento continuo». Cada vez que vuelvo
aprendido a conocer a otro». Tú habías aprendido a conocer a a oír estas palabras del apóstol me siento presa de una inmensa
aquel Otro a quien nadie se le puede comparar: al Dios hecho conmoción y me parece que yo misma estoy invadida por esos
hombre en el seno del pueblo judío. Y ya no te era posible pen- atormentadores sentimientos. Por consiguiente, puedo imaginar
sar tu vida sin él. un poco, Edith, lo que fue tu martirio de conciencia antes inclu-
so de ser llevada, como cordero mudo, al lugar del exterminio.
Edith, no todos lo pueden comprender... Es menester haber Y así fue, probablemente, para los otros judíos perseguidos a los
pasado por la misma experiencia para que no nos parezca ab- que Jesús se manifestó de modo inequívoco. También hoy, en el
surdo lo que hiciste... «¡Vamos, venga, por nuestro pueblo!», le trabajo que sigue atravesando la historia de nuestros pueblos,
dijiste a tu frágil hermana para animarla. Para ti, la muerte no queda transfigurado el dolor por quien se ofrece, de una mane-
era un sufrimiento, sino ofrecer la vida unida a Cristo, que se ha- ra espontánea, como hizo Jesús, impulsado únicamente por el
bía vuelto tu vida. Habías nacido el gran día del Kippur... Te sen- amor y, por consiguiente, perdonando (A. M . Cánopi, Lettera a
tías predestinada a la expiación. «¡Vamos, Rosa, por nuestro Edith, Cásale Monf. 2000).
pueblo!» Asumiendo a toaos los de tu carne y sangre, transfor-
maste en un magno holocausto de propiciación la noguera ex-
terminadora. Eras, como Jesús, el manso cordero que cargaba
sobre sí los pecados de todos para destruir el odio humano en
el fuego de la caridad divina. Gran misterio en verdad el silen-
cio y la impotencia de Dios en aquella hora trágica de la histo-
ria de tantos pueblos, y en particular de tu pueblo, el elegido,
siempre amado, a pesar de haberlo trabajado tanto, pasado
por el fuego como se purifica el oro en el crisol. Un misterio que
impone silencio y reflexión en la humilde adhesión de fe. Ahora
Lunes

31 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Romanos 11,30-36


Hermanos: 30 También vosotros erais en otro tiempo rebel-
des a Dios, pero ahora, por la desobediencia de los israelitas,
habéis alcanzado misericordia. 31 De igual modo, ellos son aho-
ra rebeldes debido a la misericordia que Dios os ha concedido,
para que también ellos alcancen misericordia. 32 Porque Dios
ha permitido que todos seamos rebeldes para tener misericor-
dia de todos.
33
¡Oh profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la cien-
cia de Dios! ¡Qué insondables son sus decisiones e inescruta-
bles sus caminos! 34 Porque
¿Quién conoce
el pensamiento del Señor?
¿Quién ha sido su consejero?
35
¿Quién le ha prestado algo
para pedirle que se lo devuelva?
36
De él, por él y para él son todas las cosas. A él la gloria
por siempre. Amén.

*•• Dios quiere que todos los hombres se salven


(1 Tim 2,4), y esto sólo puede tener lugar a través de la
obediencia de la fe, prestando oído a la Palabra y aco-
giendo el Evangelio de Cristo. Es el Evangelio que libera
250 31a semana Lunes 251

la vida. Si ahora todos, judíos y paganos, pasan por la **• Jesús ha sido invitado a comer en casa de uno de
experiencia de la rebeldía y de la desobediencia de la los jefes de los fariseos (cf. Le 14,1): en este marco sitúa
incredulidad, es para que brille la «misericordia» de Dios, el evangelista Lucas algunos de los discursos que, apro-
que hace concurrir todo para el bien de los hombres. vechando la ocasión que le proporciona el convite, plan-
Así, por la desobediencia de los judíos - s u rechazo al tean interrogantes profundos a la vida. En los w. 12-14
Evangelio- se ha dirigido a los paganos el anuncio de la se trata la cuestión de la selección de los invitados y, en
salvación, y estos últimos han conocido la misericordia consecuencia, el tema de la gratuidad.
divina. Y, a la inversa, la misericordia usada con los pa-
ganos podrá servir de incitación a los judíos para que Sabemos que Jesús está en contra de la hipocresía de
rivalicen con ellos en la fe, acogiendo lo que desde el los fariseos (cf. Le 12,1), de la presunción que manifies-
principio h a n rechazado, puesto que Dios se reserva t a n al considerarse justos -con el consecuente desprecio
«tener misericordia de todos» (v. 32). que dirigen a los otros (cf. 18,9)- y de su apego a la ri-
queza (cf. 16,14). La actitud de los fariseos respecto a
Por consiguiente, la experiencia de la desobediencia Jesús oscila entre la hostilidad - p o r lo que intentan
por la que pasan todos los pueblos y cada hombre pue- cogerle en fallo mediante alguna palabra «compromete-
de ser considerada u n instrumento del plan de salvación dora» salida de su boca (cf. 11,54)- y el deseo de escu-
de Dios, dado que, al fin y al cabo, ayuda a la reconci- charle, por tratarse de u n personaje de relieve que entu-
liación de todos. Y en verdad, los dones y la llamada de siasma a la gente (cf. 14,25): se trata, a buen seguro, de
Dios constituyen u n punto firme, lo mismo que su amor u n invitado especial.
por Israel a causa de los padres (Rom 11,28): es algo Jesús, reflexionando sobre los criterios que presiden
que a Dios le importa y en lo que no dará m a r c h a la elección de los invitados a las comidas, exhorta a no
atrás. Nace así, de manera espontánea, el canto paulino convidar a aquellos de los que sea normal esperar que
(vv. 33-36) que alaba la profundidad y el carácter ines- nos correspondan: «Tus amigos, hermanos, parientes o
crutable de la sabiduría de Dios: el amor gratuito y mi- vecinos ricos» (v. 12). El a m o r gratuito es el a m o r que
sericordioso por el que existen todas las cosas y que se entrega a cambio de nada, el que se da sin esperar
llena de sentido la existencia. n a d a (cf. Le 6,32-35), sin esperar nada a cambio. El
p r i m e r paso del seguimiento es incluso odiar/renun-
ciar (cf. 14,26.33) a cuanto estimamos (afectos y ri-
Evangelio: Lucas 14,12-14 quezas). En consecuencia, es preciso invitar «a los po-
bres, a los lisiados y a los ciegos» (v. 13). El secreto de
En aquel tiempo, l2 dijo Jesús al jefe de los fariseos que le la bienaventuranza (v. 14) consiste en dar prioridad a
había invitado:
los pobres, a los que sólo saben estar acurrucados para
-Cuando des una comida o una cena, no invites a tus ami-
llorar (cf. Le 7,38) o para gritar (cf. 18,38) su nada.
gos, hermanos, parientes o vecinos ricos, no sea que ellos a su
vez te inviten a ti y con ello quedes ya pagado. " Más bien, Será entonces cuando, allí donde florece la gratuidad,
cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados y a recibiremos la recompensa (v. 14), que será el fruto es-
los ciegos. " ¡Dichoso tú si no pueden pagarte! Recibirás tu p o n t á n e o de cuanto hayamos dado con u n a m o r libre
recompensa cuando los justos resuciten. y desinteresado.
252 31a semana Lunes 253

MEDITATIO ni esconde chantajes ni intereses sutiles. Amar y sólo


amar es tu alegría, es tu vida misma.
El lenguaje de la gratuidad consigue pronunciar pala- Me estás diciendo que es lo mismo para mí.
bras liberadoras y expresar gestos vivos y vivificantes. Es Señor, m e ves: a m e n u d o m e dejo seducir por ese
un lenguaje al que, tal vez, no estemos acostumbrados, egoísmo que me separa de los otros y de mí mismo; con
deslumhrados como estamos por los espejismos de lo la ilusión de darme fuerza, me hace débil. Dios de mi-
útil, de lo eficiente, de lo productivo, que nos fascinan sericordia y de gratuidad, que amar y sólo amar sea mi
con sus lógicas del beneficio; un beneficio, sin embargo,
alegría. Al escuchar tu Palabra y al considerar tu ejemplo
que con frecuencia se nos pudre en el corazón y le im-
lo comprendo: amar y sólo a m a r es vivir.
piden latir con regularidad, siempre y por todos. Nos
capturan, invadiendo cada aspecto de nuestra existen-
cia y - n o s demos cuenta o n o - nos hacen asumir acti- CONTEMPLATIO
tudes discriminadoras, nos inducen a usar a los otros,
a convertirlos en instrumentos para nuestro mezquino Tu puerta, Señor, está abierta, pero nadie entra;
interés... tu gloria es manifiesta, pero nadie fija en ella sus ojos;
La gratuidad es uno de los atributos de Dios. Dios es tu luz ha surgido en las pupilas, pero no queremos ver;
gratuidad: entrega y se entrega, y no sería Dios-amor si tu m a n o está tendida para dar, pero nadie toma;
no fuera así. Él nos ha creado a su imagen: eso signifi- tú nos incitas a través de seducciones, pero no con-
ca que nosotros no somos verdaderamente h u m a n o s si sentimos;
no hacemos crecer y fructificar esa semilla de mise- tú nos asombras con cosas terribles mezcladas con la
ricordia que nos hace semejantes a nuestro Creador y misericordia, pero no acudimos a ti.
Padre. El a m o r no busca más que el amor. «Amo por- Dios nuestro, bueno, ten piedad de nuestra miseria.
que amo. Amo para amar», dice san Bernardo. Cons- Creador nuestro, dulce, venda nuestras heridas.
cientes del don del a m o r de Dios que hemos recibido Padre nuestro, repleto de clemencia, persuádenos
de manera gratuita, podemos entrar en la lógica sabia para que nos obliguemos a acercarnos a ti, dado que
de la misericordia divina, u n a lógica de libertad y de no queremos persuadirnos nosotros mismos.
alegría. Haz salir nuestra alma, Señor, de la prisión en la que
estamos encerrados, hacia la luz verdadera, aunque no
ORATIO queramos.
Que prevalezca tu fuerza, Señor, sobre nosotros y nos
¡Qué grande es, oh Dios, tu amor por mí! Es u n a m o r haga salir del torpor al que somos propensos.
misericordioso, porque me toma como soy donde estoy: Levanta, Señor, de delante de nuestros ojos todos los
cojo, en la profundidad de mis errores; pobre, con las velos de los que está cubierta la vista de nuestra alma y
llagas desoladas de mi falta de sentido; ciego, en las nie- le impiden ver tu verdadera luz
blas opresoras de mis dudas, de mis fatigas. El tuyo es (Juan de Dalyatha, Mostrami la tua belleza, Magnano
u n amor gratuito, porque no está sometido a condiciones 1996, p. 18).
254 31a semana

ACTIO Martes
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
«¡Oh profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la 31 a semana del
ciencia de Dios!» (Rom 11,33). Tiempo ordinario

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Ya hemos visto una cosa: la gracia debe venir al hombre.


Éste, con sus solas fuerzas, puede llegar, a lo sumo, hasta la
puerta, pero nunca entrar. Además, la gracia puede venir a él
sin que él la busque, sin que él la quiera. La gracia es el Espíri-
tu de Dios que se rebaja hasta el alma humana. Por consiguien- LECTIO
te, el amor misericordioso puede rebajarse hasta llegar a cada
individuo. La gracia puede limitarse a llamar, y hay almas que
se abren ya a esta queda llamada. Otras no hacen caso. En esos
casos, la gracia puede infiltrarse en el alma y difundirse cada vez
más en ella. Cuanto más grande es el espacio que ella, de una
Primera lectura: Romanos 12,5-16a
manera tan ¡legítima, ocupa, tanto más inverosímil se vuelve el
hecho de que el alma se cierre respecto a la gracia. En ese caso, Hermanos: 5 Así también nosotros, aunque somos muchos,
la fe en el carácter ilimitado del amor y de la gracia divina jus- formamos un solo cuerpo al quedar unidos a Cristo, y somos
tifica también la esperanza en la universalidad de la reden- miembros los unos de los otros. 6 Puesto que tenemos dones
ción... La bajada de la gracia al alma humana es una acción li- diferentes, según la gracia que Dios nos ha confiado, el que
bre del amor divino, y no hay límites para su difusión. Cuáles habla en nombre de Dios hágalo de acuerdo con la fe; 7 el que
son los caminos que elige para su actividad, por qué busca un sirve, entregúese al servicio; el que enseña, a la enseñanza; 8 el
alma e induce a otra a buscarla, cómo y cuándo está actuando que exhorta, a la exhortación; el que ayuda, hágalo con gene-
incluso allí donde nuestros ojos no notan efecto alguno..., son rosidad; el que atiende, con solicitud; el que practica la mise-
preguntas a las que no es posible responder con la razón (E. Stein, ricordia, con alegría.
9
// mistero della vita interiore, Brescia 1999, pp. 80-83, passim). Que vuestro amor no sea una farsa; detestad lo malo y
abrazaos a lo bueno. I0 Amaos de verdad unos a otros como
hermanos y rivalizad en la mutua estima. " No seáis perezo-
sos para el esfuerzo; manteneos fervientes en el espíritu y
prontos para el servicio del Señor. I2 Vivid alegres por la espe-
ranza, sed pacientes en la tribulación y perseverantes en la
oración. n Compartid las necesidades de los creyentes; practi-
cad la hospitalidad. '" Bendecid a los que os persiguen; ben-
decid y no maldigáis. 15 Alegraos con los que se alegran; llorad
con los que lloran. 16 Vivid en armonía unos con otros y no
seáis altivos; antes bien, poneos al nivel de los sencillos.
256 31a semana Martes 257

*•• Del anuncio de gracia -la b u e n a noticia de que hora de la cena, envió a su criado a decir a los invitados: «Ve-
Cristo ha muerto y resucitado por nosotros, la novedad nid, que ya está todo preparado». '8 Pero todos, uno tras otro,
del amor gratuito del Padre- hace derivar Pablo el có- comenzaron a excusarse. El primero le dijo: «He comprado
un campo y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses».
digo de la nueva humanidad: si Dios es a m o r gratuito, 19
Otro dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a
también los hombres deben concebir su vida como probarlas; te ruego que me excuses». 20 Y otro dijo: «Acabo de
don... De la gracia a la gratuidad, de la cháris a los cha- casarme y, por tanto, no puedo ir». 2I El criado regresó y refi-
rísmata. rió lo sucedido a su señor. Entonces el señor se irritó y dijo a
su criado: «Sal de prisa a las plazas y calles de la ciudad y trae
Los cristianos constituyen, en Cristo, los muchos y aquí a los pobres y a los lisiados, a los ciegos y a los cojos».
22
diversos miembros de un único cuerpo. A cada uno de El criado dijo: «Señor, se ha hecho como mandaste, y toda-
ellos se le da un don, u n a manifestación diferente de la vía hay sitio». 23 El señor le dijo entonces: «Sal por los cami-
gracia, un modo específico de vivir la gratuidad. Lo nos y las veredas y convence a la gente para que entre, hasta
que importa es entender el don c o m o don, no como que se llene mi casa. 24 Pues os digo que ninguno de aquellos
que habían sido invitados probará mi cena».
posesión: como algo dado para la utilidad c o m ú n (cf.
1 Cor 12,7), para edificar la c o m u n i d a d en la caridad,
para que cada uno camine con los otros hacia la plena **• En la comida a la que le habían invitado en casa
humanidad de Cristo (cf. Ef 4,11-16). Es preciso culti- del fariseo, Jesús, apoyándose en las palabras de uno de
var, por tanto, la humildad y la caridad. La «humildad» los comensales, se inspira una vez más en el contexto de
(v. 16) consiste en tener una justa valoración de noso- la comida para contar una parábola que trata del tema
tros mismos (cf. Rom 12,3), para servir al Señor en la de la urgencia de responder a la llamada del Reino. La
comunidad llevando a cabo lo que nos corresponde con parábola habla de u n hombre que dio u n a «gran cena e
pasión y con sencillez. La «caridad» es el modo y el fin invitó a muchos» (v. 16). Todos los invitados, sin em-
del servicio: u n a actitud bendecidora respecto a cada bargo, se justifican «a la hora de la cena» y no se pre-
hombre, u n a compasión que comparte los «sentimien- sentan (cf. w. 17ss). El señor se irritó y, como deseaba
tos» del otro acogiendo sus alegrías y sus dolores, una que su casa se llenara, mandó llamar «a los pobres y a
confianza serena y perseverante en la oración que atra-
los lisiados, a los ciegos y a los cojos» (v. 21).
viesa las estaciones de la tribulación y de la esperanza. La
caridad excluye la hipocresía (v. 9: farsa) para animar de La cena preparada (v. 17) puede muy bien referirse a la
manera auténtica las fibras de nuestra existencia. Pascua preparada para los discípulos antes de la pasión y,
en definitiva, al banquete del Reino (cf. Le 22,7ss): si todo
está preparado y la invitación es gratuita, sólo es preciso
Evangelio: Lucas 14,15-24 estar disponible. La hora de la cena (v. 17) es el hoy de la
salvación - u n tema entrañable al evangelista Lucas-, que
En aquel tiempo, '5 uno de los convidados le dijo a Jesús: pide una respuesta pronta a la llamada del Señor.
-Dichoso el que pueda participar en el banquete del Reino Hay mucho «sitio» (v. 22) en la sala del banquete, pero
de Dios. es fácil encontrar excusas, aducir pretextos. Así, muchos
16
Jesús le respondió: se dejan tentar por la invitación (Le 9,57-62), pero luego
-Un hombre daba una gran cena e invitó a muchos. " A la sienten otras voces más fuertes, dan prioridad a otros
258 31" semana Martes 259

bienes, materiales o afectivos: campos, bueyes, mujer (cf. Dilatar la mirada y los espacios del corazón más allá
w. 18-20). De éstos dice Jesús, en otro lugar: «Nadie que de los asuntos que nos ocupan y preocupan en las situa-
haya puesto la mano en el arado y vuelva la vista atrás es ciones contingentes, emendónos a nosotros mismos; ha-
apto para el Reino de Dios»; sólo el que paga el precio de cer sitio al otro con la misma atención que prestaríamos
la renuncia recibirá cien veces más (cf. Le 18,28-30). a esa parte de nuestro cuerpo que es más débil o sufre
Los que no responden a la invitación son reemplazados más; hacerlo a nuestra manera personalísima, según el
con facilidad por otros, recogidos por las calles y plazas carácter típico e irrepetible de las actitudes que tiene
e incluso por las «veredas» (v. 23: ¿alusión a los que es- cada uno de nosotros... A esto nos exhorta hoy la Pala-
taban fuera de Jerusalén?): vendrán de todas partes y bra del Señor. ¡No dejemos vacío nuestro sitio!
«se sentarán a la mesa en el Reino de Dios» (Le 13,29).
Está claro que la bienaventuranza de quien come el
p a n del Reino (v. 15) es para todos: no es un privilegio, ORATIO
sino algo p u r a m e n t e gratuito que sólo espera ser aco-
gido. Pero ninguno de los que la rechazan (v. 24) podrá Libérame, Señor, del mal del individualismo. Seca la
saborear la alegría del convite. fuente de donde tomo las justificaciones para eludir tu
invitación a compartir lo que soy y tengo, a participar
en la fiesta de la comunión que tú deseas para tus hijos.
MEDITATIO ¡Qué necesidad apremiante de entrar en tu casa, de vivir
como miembro de tu cuerpo como soy!
Estamos hechos de tal modo que nadie está completo Por eso, te pido con las palabras de san Pablo: sostén
por sí solo, nadie tiene todas las capacidades y todas las mi compromiso de vivir la caridad sin ficciones, amando
competencias posibles, nadie puede bastarse a sí mismo. a los otros con afecto fraterno, estimándoles, dispuesto a
Dios, que es Trinidad y Unidad, nos ha creado a imagen socorrerles en sus necesidades, atento a acogerles. Con-
suya: somos «uno» no como individuos, sino sólo en la cédeme tu Espíritu, que me ponga en sintonía con tu
comunión, es decir, en la entrega recíproca. Cada uno de voluntad y con el corazón de los otros.
nosotros es único: si falla a la llamada de la entrega de sí,
todos los demás quedan empobrecidos. Dar y darse no es, Será hermoso entonces gozar juntos y sufrir juntos,
por consiguiente, un gesto de magnanimidad particular, esperar y orar, apoyarnos en la dificultad, no presumir
sino la manera de ser personas humanas auténticas. de nosotros mismos, sino confiarnos con sencillez a tu
misericordia, que no se cansa de preparar a cada uno el
El Señor nos invita a descubrir y vivir esta vocación sitio en el banquete de la amistad.
humana fundamental. Y esto es tanto más urgente cuan-
to más vacíos de humanidad sufrimos. Muchas veces nos
damos cuenta de que somos incapaces de «sentir» con el CONTEMPLATIO
otro, de participar con verdad (y no de fachada o por
conveniencia) tanto de sus dolores como de sus ale- Ésta es la sabiduría: ayudar a alguien mejor que per-
grías. Y, por otra parte, lamentamos la misma incapa- judicar, y estar contento con la condición de que Dios
cidad de los demás respecto a nosotros. nos ha dispensado también según el mérito de la fe de
260 31a semana Martes 261

cada uno y no acaparar lo que uno ve que no se le ha el mismo camino será conducido al uno y a los otros. Esta paz
concedido. Esto es no estimarse en más, porque a u n a le viene ante todo de un asentimiento más profundo a la tarea
misma persona no se le puede conceder todo. En efec- que Dios le fija. Con el conflicto aparece, en efecto, la hetero-
to, si alguien lleva u n a vida buena, no por ello deberá geneidad: la de los temperamentos, la de las situaciones, la de
pretender también la ciencia de la enseñanza, o no los intereses, la de los grupos. Las diferencias rompen la unifor-
midad que el egoísmo del fuerte, el conformismo del débil o la
porque tenga experiencia de la ley deberá reclamar
ideología de la utopía quisieran imponer o mimar. Éstas resisten
para sí el obsequio que corresponde a los diáconos. El a una asimilación. Ahora bien, además de esta purificación ne-
apóstol exhorta, por tanto, y enseña por la gracia que gativa, el hecho de las divergencias no puede dejar de imponer
se le ha dado. Esta gracia ha de ser entendida como ex- al cristiano una visión al mismo tiempo más religiosa y más
periencia de la doctrina del Señor, en virtud de la cual realista de su situación. Si las condiciones de su tarea, sus
nos transmite que es preciso buscar la humildad y la responsabilidades de todo tipo y las necesidades de los hombres
justicia [...]. que ha convertido en sus prójimos le impiden traicionar un deber,
descubre en este deber un sentido nuevo: las determinaciones de
Con el ejemplo del cuerpo nos enseña el apóstol que su carácter y de su trabajo, las posibilidades propias de que
nosotros, por separado, no podemos hacerlo todo, por- dispone le indican una vocación particular a la que no puede
que somos miembros los unos de los otros, de modo faltar sin caer en infidelidad a Dios.
que uno tiene necesidad del otro, y que debemos cui-
Ha recibido, entre otras cosas, una fuerza y una misión, y és-
darnos recíprocamente los unos a los otros sin oponer- tas le indican cómo debe colaborar en la obra común. El vigor
nos entre nosotros, porque todos necesitamos mutua- (la «virtud») requerido por esta fidelidad al deber de estado ya
mente nuestros servicios. Esto será a m a r a Cristo: que no le permiten las cóleras que simulan o apuntan a la supresión
los miembros se exhorten entre sí a colmar la medida de los otros. Al contrario, el respeto a la tarea que le ha sido
por la que el cuerpo es perfecto en Cristo (Ambrosiaster, confiada consigue dominar esta violencia exclusiva, precisamente
Commento alia lettera ai Romani, Roma 1984, p. 264, porque se basa en la exigencia de una vocación particular. Del
passirn). mismo modo que no autoriza el abandono, tampoco autoriza la
agresividad. Allí donde los sentimientos son superficiales y las
pasiones totalitarias, la fidelidad religiosa, definida como res-
ACTIO onsabilidad o tareas objetivas, requiere una fuerza incompati-
E le tanto con una paz ficticia que evita al otro, como con una
violencia que busca destruirle (M. de Certeau, Ma¡ senza l'altro,
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: Magnano 1993, pp. 4 7 - 4 9 , passirn).
«Amaos unos a otros como hermanos» (Rom 12,10).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Cuando el cristiano reconoce, gracias a la irrupción de los


otros en su vida, a Dios que le interpela, encuentra en este
encuentro - q u e no excluye nunca la lucha- el comienzo de una
reconciliación real con Dios y con los hombres, puesto que por
Miércoles

3 1 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Romanos 13,8-10

Hermanos: 8 Con nadie tengáis deudas, a no ser la del amor


mutuo, pues el que ama al prójimo ha cumplido la ley. 9 En
efecto, los preceptos de no cometerás adulterio, no matarás, no
robarás, no codiciarás, y cualquier otro que pueda existir, se
resumen en éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10 El
que ama no hace mal al prójimo; en resumen, el amor es la
plenitud de la ley.

*•• Tras haber recordado que es bueno dar a cada uno


lo que se le debe (cf. Rom 13,7), Pablo nos recuerda la
existencia de una «deuda» que nunca puede ser liquidada
y que no es preciso cansarse en pagar: el amor recíproco.
El amor «resume» los mandamientos y «es la plenitud de
la ley». Según el Talmud, también Hillel, padre de Gama-
liel, maestro de san Pablo -en el comentario a Tob 4,15-,
enseñaba lo siguiente (aunque de forma negativa): «Lo
que detestes para ti, no se lo hagas al prójimo: en eso
consiste toda la ley; el resto no es más que explicación».
San Pablo dedica u n gran espacio a valorar crítica-
mente la función de la ley; ahora bien, para que se
264 31° semana Miércoles tiAvMu ^ 265

cumpla la justicia de la ley no hay, en última instancia, ahora le vemos insistiendo en las exigencias que implica
más que u n camino: el a m o r gratuito de Cristo, que, el seguimiento. En primer lugar, es preciso volver a apos-
precisamente, ha venido para darle cumplimiento y no tar por la gratuidad y poner en cuestión nuestros propios
para aboliría. Consiste este amor en mostrarse sencillo vínculos afectivos e incluso nuestra propia vida (v. 26:
a la hora de hacer el bien, en no cerrar los ojos a las nuestro texto traduce «renunciar» en vez del «odiar» que
contiendas y los celos devolviendo mal por mal, que es aparece literalmente en el texto original, porque «odiar»
dejarse vencer por el mal, pues se vence al mal con el es u n hebraísmo que implica un desprendimiento ra-
bien (cf. 12,17-21). Amor al otro (v. 8), a cualquier otro dical). El hombre de la parábola de Le 14,15-24 había
(cf. Gal 3,28): u n amor del que Cristo, en quien Dios ha comprendido bien que estaba justificado no poder co-
querido resumirlo todo, nos ha dado ejemplo y con el rresponder a una invitación a cenar: «Acabo de casarme
que es necesario que conformemos nuestra propia y, por tanto, no puedo ir» (Le 14,20). Es preciso renun-
vida para participar en la plenitud de Dios (cf. Ef 1,10; ciar, además, «a todo lo que tiene» (v. 33).
3,17-19). Porque, si el a m o r resume y cumple la ley, es
Cristo quien resume y realiza de manera cabal nuestra Si lo más urgente es b u s c a r el Reino de Dios (cf.
humanidad. Le 12,31), el seguimiento asume entonces la forma de la
pobreza (pobreza de afectos, pobreza de bienes ma-
teriales): dejarlo «todo» (característica del relato de la
Evangelio: Lucas 14,25-35 llamada a los discípulos de Le 5,1-11) para ponerse
«detrás» de uno (cf. 9,23), llevando la propia cruz (v. 27).
En aquel tiempo, 25 como le seguía mucha gente, Jesús se No se trata de odiar, sino - c o m o explica de m a n e r a
volvió a ellos y les dijo: adecuada Le 16,13- de la imposibilidad de servir a dos
26
-Si alguno quiere venir conmigo y no está dispuesto a señores, de tener dos absolutos en nuestra propia vida.
renunciar a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos,
hermanos y hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser
Parecerá que estamos perdiendo la vida, pero es el úni-
discípulo mío. 27 El que no carga con su cruz y viene detrás de co modo de salvarla, y esto, en efecto, resulta evidente
mí no puede ser discípulo mío. 28 Si uno de vosotros piensa si nos preguntamos qué es aquello de lo que depende la
construir una torre, ¿no se sienta primero a calcular los vida: a buen seguro, no de los bienes (Le 12,15).
gastos y a ver si tiene para acabarla? 29 No sea que, si pone los
cimientos y no puede acabar, todos los que le vean se pongan Es verdad, sin embargo, que la decisión de seguir a
a burlarse de él, 30 diciendo: «Éste comenzó a edificar y no Cristo debe ser meditada de manera adecuada: del mis-
pudo terminar». 31 O si un rey está en guerra contra otro, ¿no mo modo que es necesario valorar los recursos disponi-
se sienta antes a considerar si puede enfrentarse con diez mil
hombres al que le va a atacar con veinte mil? 32 Y si no puede,
bles para construir una torre y la oportunidad de hacer
cuando el enemigo aún está lejos, enviará una embajada para frente a u n enemigo declarándole la guerra o preparando
negociar la paz. 33 Del mismo modo, aquel de vosotros que no la paz (w. 28-32). Es preciso calcular nuestra propia
renuncia a todo lo que tiene no puede ser discípulo mío. fuerza/capacidad (w. 28-32), pero sabiendo - a ejemplo
del Maestro, del fuerte que tuvo necesidad de consuelo
**• La Palabra de Jesús y las «maravillas que realizó» (cf. Le 3,16; 22,43)- que «lo que es imposible para los
(Le 13,17) le procuraron que le siguiera mucha gente: hombres es posible para Dios» (Le 18,27).
Miércoles 267
266 31" semana

MEDITATIO ORATIO

La Palabra del Señor interpela mi libertad y me pro- Oh Dios, concédeme el valor de experimentar el amor
voca a elegir: ¿por quién y por qué vivo? que tú nos has mostrado con tu ejemplo. Me ves titu-
beante, reacio a soltar las amarras con las que acos-
Estoy invitado a hacer que brille la verdad dentro de
tumbro a anclar mis días en una seguridad hecha a mi
mí, a decirme cuál es el valor absoluto que jerarquiza medida. El amor que tú propones lo conoce el que te si-
mi vida. Jesús nos dice claramente que la opción por él gue, porque tú lo has dado a conocer con tus palabras y
no puede estar subordinada a nada más. No se trata de tu ejemplo; ese amor me parece como el océano, cuyos
una pretensión por parte del Señor, sino de una indica- límites no logro ver y me parece imposible surcar.
ción preciosa: el hombre se convierte en tal cuando se
Te doy gracias, Dios mío, porque me hablas con cla-
unifica a sí mismo en torno a un polo; si no lo hace, se
ridad, porque no me engañas ni, más aún, me invitas a
dispersa, asume mil rostros y se encuentra dividido. El engañarme a mí mismo, con mis fáciles entusiasmos y
radicalismo que el Señor me propone es la condición los igualmente fáciles derrotismos. Quieres que refle-
necesaria para llevar u n a vida auténtica. xione antes de decirte: «Aquí estoy, Señor», porque me
Pero me dice algo más: que es preciso que yo sea quieres como protagonista responsable de mi historia.
consciente de la opción que realizo. En esto consiste la Pero, precisamente porque quieres para mí u n bien
invitación a conocerme a mí y a conocerle a él. No tie- infinito, me recuerdas -y me lo recuerdas siempre- que
ne sentido elegir «al azar» o hacerlo siguiendo la onda sólo el amor me hace persona humana, que sólo el amor
emotiva de cualquier experiencia «fuerte», por exalta- me da esa plenitud que tanto busco: el amor que apren-
dora o decepcionante que sea. do de ti, siguiéndote.
Jesús quiere ser seguido por personas libres y res-
ponsables, que asuman de una manera coherente las CONTEMPLATIO
consecuencias de la opción que han tomado. En el se-
guimiento de Jesús está implicado todo lo que soy, por- Quien sólo se posee a sí mismo no posee nada, porque
que se trata de una cuestión de amor, de un amor que no subsiste sin muchos (otros).
no es ciego, sino inteligente, de un amor auténtico y no En efecto, sin los miembros, no subsiste el alma en
de u n amor trivial, de u n amor que sabe atravesar los el cuerpo, y sin ellos no recibe la recompensa por sus fa-
amplios espacios de la fidelidad, de la perseverancia, de tigas.
la gratuidad. El alma tiene necesidad de los miembros, aunque sea
Fidelidad, perseverancia, gratuidad: son palabras que alma.
con excesiva frecuencia me dejan turbado, palabras El hombre aún tiene más necesidad del otro.
que tengo miedo de llevar a la práctica, palabras con las El hombre lleva a cabo el camino de la justicia con el
que m e parece que casi pierdo la vida. Jesús me repite otro, y si es justificado sin el otro no es u n hombre.
que precisamente este amor es la realización cabal - n o El hombre no puede llegar a ser hombre sin el otro, y
la pérdida- de la vida. ¿Qué elijo? la justicia sin el hombre no es justicia.
268 31a semana Miércoles 269

Tú, hombre, que intentas ser justo y bueno: haz a tus Si, en su realización más elevada, el amor es entrega mutua
compañeros lo que deseas que te hagan a ti. y un llegar a ser una sola cosa, eso incluye una pluralidad de
Quieres recibir el salario por tus fatigas en el día de personas. El «apego» a nuestra propia persona y la autoafir-
la recompensa: paga a tu compañero la deuda del a m o r mación de nosotros mismos -típicos ael amor a nosotros mismos
equivocado- constituyen exactamente lo contrario de la esencia
y recibirás la recompensa.
divina, que es entrega de sí. La única realización perfecta del
Deseas encontrar al esposo celestial revestido de luz: amor es la misma vida divina, la mutua entrega de las personas
haz resplandecer tu rostro ante tus amigos y lo habrás divinas. Aquí cada persona encuentra en la otra a sí misma, y
encontrado. puesto que su vida es, como su esencia, una, así el amor recí-
Quieres entrar con los sabios en esta felicidad: ins- proco es, al mismo tiempo, amor de sí mismas, es un «sí» dicho
truye a los necios y estarás a la cabeza de los sabios. a la propia esencia y a la propia persona (E. Stein, // mistero
Nadie entra en ese sitio hasta que no lleva a alguien della vita interiore, Brescia 1999, pp. 75-77, passim).
con él: eso es lo que se pide a lo que entran
(Narsai di Edessa, L'olio della misericordia, Magnano
1997, p. 33).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Con nadie tengáis deudas, a no ser la del amor mutuo»
(Rom 13,8).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

El amor, para llegar a su cabal realización, exige la entrega


mutua de las personas. Sólo de este modo puede ser el amor
un «sí» pleno, porque una persona sólo se abre a la otra en la
entrega. Sólo cuando llegan a ser una sola cosa es posible el
verdadero conocimiento de las personas. El amor en esta forma
suya, que es la más elevada, incluye por eso el conocimiento. Es,
al mismo tiempo, recepción y acción libre; por consiguiente,
incluye asimismo la voluntad y es satisfacción del deseo [...]. Aho-
ra bien, debe ser siempre entrega para ser amor auténtico. Un
deseo que sólo quiera sacar ventajas para sí, sin entregarse, no
merece el nombre de amor. Podemos decir, tranquilamente, que
el espíritu finito alcanza su vida más elevada y más plena en el
amor...
Jueves

3 1 a s e m a n a del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: R o m a n o s 14,7-13

Hermanos: 7 Ninguno de nosotros vive para sí mismo ni


muere para sí mismo; 8 si vivimos, vivimos para el Señor; y si
morimos, morimos para el Señor. Así pues, tanto si vivimos
como si morimos, somos del Señor. * Para eso murió y resu-
citó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos. 10 Entonces,
¿cómo te atreves a juzgar a tu hermano? ¿Cómo te atreves a
despreciarlo, si todos hemos de comparecer ante el tribunal
de Dios?
" Porque dice la Escritura:
Por mi vida, dice el Señor,
que ante mí se doblará toda rodilla,
y todos darán gloria a Dios.
12
Así pues, cada uno de nosotros rendirá cuentas a Dios de
sí mismo. 13 Por tanto, dejemos ya de criticarnos los unos a los
otros. Procurad, más bien, no ser ocasión de caída y de peca-
do para el hermano.

**• «Así pues, tanto si vivimos como si morimos, somos


del Señor» (v. 8): la vida nueva del cristiano brota de u n
sentido de pertenencia {cf. también 1 Cor 3,23), de la
decisión de estar de Yaparte de Cristo, acogido como Se-
272 31" semana Jueves 273

ñor de nuestros propios días. En los pasajes de Is 45,23 con ella, se la echa a los hombros lleno de alegría 6 y, al llegar
y 49,18 leemos el reconocimiento del señorío de Dios, a casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: «¡Alegraos
que se extiende a todo el universo: un señorío de mise- conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había per-
dido!». 7 Pues os aseguro que también en el cielo habrá más
ricordia y escucha, al que el pueblo de Israel gozaba con alegría por un pecador que se convierta que por noventa y
volver. nueve justos que no necesitan convertirse.
8
La necesidad de dar cuentas ante el «tribunal de O ¿qué mujer, si tiene diez monedas y se le pierde una, no
Dios» se convierte así en u n a invitación a mirar con enciende una lámpara, barre la casa y la busca con todo cui-
dado hasta encontrarla? ' Y cuando la encuentra, reúne a sus
ojos profundos nuestra propia existencia, reorientándo- amigas y vecinas y les dice: «¡Alegraos conmigo, porque he
la en virtud de u n a pasión (vivir para el Señor, morir encontrado la moneda que se me había extraviado!». 10 Os ase-
para el Señor: v. 8), que es lo único que le puede dar sen- guro que del mismo modo se llenarán de alegría los ángeles
tido. La calidad de una vida que se desarrolla entera- de Dios por un pecador que se convierta.
mente ante el Señor induce, por consiguiente, a superar
el prejuicio mediante la acogida de la diversidad y de **• Jesús, que se junta con pecadores y come con ellos
la debilidad. La modalidad más profunda de hospitali- (v. 2), se atrae las críticas y las murmuraciones de los fa-
dad (Rom 12,13) es la acogida del otro (cf. 14,1; 15,7). El riseos y de los maestros de la Ley. Por tanto, las tres pa-
prójimo es hermano. rábolas que forman el capítulo 15 del evangelio de Lucas
De la pertenencia a Cristo Señor, de la conciencia de van dirigidas a ellos: son las llamadas «parábolas de la
que con su muerte y resurrección ha rescatado nuestra misericordia», porque ilustran la misericordia de Dios,
vida del absurdo, a la pertenencia cultivada en la vida que acoge a cuantos se acercan para escuchar su Palabra
de un modo cada vez más totalizador: ninguna vida (v. 1) y, además, es el primero en salir en busca del hom-
puede encerrarse y replegarse en sí misma, sino que - e n bre. De estas tres parábolas hemos leído hoy dos.
un clima de respeto a los caminos personales- cada uno
de nosotros está llamado a abrirse a unas relaciones de La primera (w. 4-7) narra la recuperación de u n a
caridad de las que Cristo mismo es fuente en última ins- «oveja» por parte de un pastor; la segunda (w. 8-10), la
tancia. recuperación de una moneda, concretamente un drac-
ma (moneda griega que corresponde al denario romano
y equivale al salario de una jornada de trabajo de u n
jornalero agrícola). La estructura de ambas es análoga.
Evangelio: Lucas 15,1-10
De «cien» ovejas se pierde «una»; de diez «dracmas» se
pierde «uno». Es digno de señalar el cuidado con el que
En aquel tiempo, ' todos los publícanos y pecadores se se lleva a cabo la búsqueda del bien perdido, olvidando
acercaban a Jesús para oírle. 2 Los fariseos y los maestros de
la Ley murmuraban: todo lo demás; el evangelista lo subraya describiendo
-Éste anda con pecadores y come con ellos. las acciones del que se pone a buscar: el pastor «deja»
3
Entonces Jesús les contó esta parábola:
las otras ovejas (por otra parte, el lugar donde pastan
4 normalmente los rebaños en Palestina es el desierto) y
-¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una
de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va a «va a buscar» a la descarriada; la mujer «enciende» la
buscar a la descarriada hasta que la encuentra? 5 Y cuando da lámpara, «barre» la casa y «busca con cuidado». La reac-
274 31a semana Jueves 275

ción ante la recuperación es idéntica: el pastor vuelve a pina para explotar lo más posible, sino un don para cele-
casa «alegre» con la oveja sobre los hombros (Is 49,22 brar. Dios me ha dado la vida y recurre a todo para que
describe de la misma forma el regreso de los hijos de yo la viva en plenitud. Ésa es su misericordia. Es inútil
Israel del exilio), y la mujer llama a sus amigas y veci- que me engañe a mí mismo: viviendo con él y para él es
nas para invitarlas a compartir la alegría del feliz de- como la vida tiene sentido y sabor. Junto a él aprendo a
senlace de la búsqueda. no poner obstáculos a la vida de los otros y, más aún, a
Algunos breves rasgos, de u n a buena eficacia plás- ser yo mismo «dador» de misericordia. Es posible que
tica, expresan el cuidado amoroso y la preocupación entonces la vida se vuelva consistente también para mí, y
sincera de Dios, que va en busca del hombre que se ha no será ése u n valor evanescente, ese ave fénix que apa-
perdido, así como la alegría porque uno -uno sólo- se rece a veces, sino que será la experiencia de la comunión.
haya convertido y haya vuelto a dirigir su mirada al
Padre. Está también la alegría del que escucha, de quien ORATIO
ya tiene experiencia de este Dios que no sabe quedarse
esperando, sino que sale al encuentro, se conmueve, corre
He recorrido senderos escarpados, Señor, en mi hui-
(cf. Le 15,20) «a buscar y salvar lo que estaba perdido»
da... Una carrera afanosa e inquieta la mía. Pero ¿hacia
(Le 19,10).
dónde?
A tientas agarro tu mano, la descubro siempre tendida
MEDITATIO hacia mí; y m e aplaco. Dejo que mi corazón se caliente
con la chispa de alegría de tus ojos, Señor de mi vida.
Vivimos: es un hecho que damos por descontado, tan Ahora te reconozco: tú eres mi respiración, mi luz, mi
por descontado que no es raro trivializarlo o incluso quietud, mi alegría. Si vivo es porque tú m e mantienes
sentirnos aburridos, de suerte que, sin llegar a gestos en la vida. ¿Qué tengo que no haya recibido? En mi ren-
extremos, sobrevivimos sin «ganas de vivir». Si no con- dimiento a tu misericordia, me descubro con u n a mira-
sigo apreciar mi vida, muy difícilmente podré estimar y da diferente hacia los otros: también eres la respiración,
valorar la de los otros. la luz, la quietud y la alegría para ellos.
La imagen del pastor atento a su oveja pretende co- Y te ruego: ayúdanos, a todos, a no juzgarnos. Haz que
municarme la pasión de Dios por mi vida. No se siente sepamos darnos, recíprocamente, el bien más precioso
en paz hasta que no me ha recuperado, después de que que hemos recibido: tu misericordia. Haz que sepamos
yo m e haya alejado de él, y desborda de alegría apenas gozar de la alegría que sientes por cada uno de nosotros.
me dejo abrazar. Tal vez sea éste precisamente el men-
saje que estoy esperando: que alguien se interesa por
mí. Más aún, alguien, mi Creador, no desea otra cosa CONTEMPLATIO
sino que esté vivo y me sienta seguro.
Necesito estar disponible para dejarme buscar, p a r a Esta manera de a m a r es la que yo querría que tuvié-
«ver» la alegría que Dios siente por mí. Así podré captar semos nosotras; aunque a los principios no sea tan per-
algo de la belleza de la vida, que no es u n terreno de ra- fecta, el Señor la irá perficionando. Comencemos en los
276 31° semana Jueves 277

medios, que aunque lleve algo de ternura, no dañará, fecto (Teresa de Jesús, Camino de perfección, 7, 5-6 (có-
como sea en general. dice de Valladolid), Biblioteca de Autores Cristianos,
Es bueno y necesario algunas veces mostrar ternura Madrid, 9 1997, p. 269).
en la voluntad, y aún tenerla, y sentir algunos trabajos y
enfermedades de las hermanas, aunque sean pequeños;
ACTIO
que algunas veces acaece dar u n a cosa muy liviana tan
gran pena como a otra daría un gran trabajo, y a perso-
nas que tienen de natural apretarle mucho pocas cosas. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Si vos le tenéis al contrario, no os dejéis de compadecer. «Os aseguro que del mismo modo se llenarán de ale-
Y por ventura quiere nuestro Señor reservarnos de esas gría los ángeles de Dios por un pecador que se convierta»
penas y las tememos en otras cosas; y de las que para (Le 15,10).
nosotras son graves - a u n q u e de suyo lo sean- para la
otra serán leves. Ansí que en estas cosas no juzguemos
por nosotras ni nos consideremos en el tiempo que, por PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
ventura sin trabajo nuestro, el Señor nos ha hecho más
fuertes, sino considerémonos en el tiempo que hemos Es, pues, de importancia suprema que consintamos en vivir
estado más flacas. para otros y no para nosotros mismos. Cuando hagamos esto,
podremos enfrentarnos a nuestras limitaciones y aceptarlas.
Mirad que importa este aviso para sabernos condoler Mientras nos adoremos en secreto, nuestras deficiencias segui-
de los trabajos de los prójimos, por pequeños que sean, rán torturándonos con una profanación ostensible. Pero si vivi-
en especial a almas de las que quedan dichas: que ya és- mos para otros, poco a poco descubriremos que nadie cree que
tas, como desean los trabajos, todo se les hace poco, y somos «dioses». Comprenderemos que somos humanos, iguales
es muy necesario traer cuidado de mirarse cuando era a cualquiera, que tenemos las mismas debilidades y deficien-
flaca y ver que si no lo es, no viene de ella; porque po- cias, y que estas limitaciones nuestras desempeñan el papel más
dría por aquí el demonio ir enfriando la caridad con los importante en nuestras vidas, pues por ellas tenemos necesidad
prójimos y hacernos entender es perfección lo que es de otros y los otros nos necesitan. No todos somos débiles en los
falta. En todo es menester cuidado y andar despiertas, mismos puntos, y por eso nos complementamos y nos suplemen-
pues él no duerme; y en los que van en más perfección, tamos mutuamente, cada uno rellenando el vacío del otro [...].
más, porque son muy más disimuladas las tentaciones, Todo hombre es un pedazo de mí mismo, porque yo soy par-
que no se atreve a otra cosa, que no parece que se en- te y miembro de la humanidad. Todo cristiano es parte de mi
tiende el daño hasta que está ya hecho, si - c o m o digo- cuerpo, poraue somos miembros de Cristo. Lo que hago, para
no se trae cuidado. En fin, que es menester siempre ellos y con ellos y por ellos lo hago también. Lo que hacen, en
velar y orar, que no hay mejor remedio para descubrir mí y por mí y para mí lo hacen. Con todo, cada uno de noso-
tros permanece responsable de su participación en la vida de
estas cosas ocultas del demonio y hacerle dar señal que
todo el cuerpo. La caridad no puede ser lo que se pretende que
la oración. Procurad también holgaros con las herma-
sea si yo no comprendo que mi vida representa mi participación
nas cuando tienen recreación, con necesidad de ella, y en la vida de un organismo totalmente sobrenatural al que per-
el rato que es de costumbre, aunque no sea a vuestro tenezco. Únicamente cuando esta verdad ocupa el primer sitio,
gusto, que, yendo con consideración, todo es a m o r per- encajan las otras doctrinas en su contexto adecuado. La solé-
278 31a semana

dad, la humildad, la negación a uno mismo, la acción y la


contemplación, los sacramentos, la vida monástica, la familia, la Viernes
guerra y la paz: nada de esto tiene sentido sino en relación con
la realidad central que es el amor de Dios viviendo y actuando en
aquellos a quienes él ha incorporado en su Cristo (Th. Merton, 31 a semana del
Nessun uomo é un'isola, Milán 1956, 19ss, passim [versión Tiempo ordinario
española tomada de www.feyrazon.org]).

LECTIO

Primera lectura: Romanos 15,14-21


14
Estoy convencido, hermanos míos, de que estáis llenos
de bondad, repletos de todo conocimiento, preparados para
amonestaros unos a otros. 15 Con todo, os he escrito un tanto
atrevidamente, con la intención de recordaros algunas cosas.
Lo hago en virtud de la gracia que Dios me ha concedido, 16 de
ser ministro de Cristo Jesús entre los paganos, ejerciendo el
oficio sagrado de anunciar el Evangelio, a fin de que la ofren-
da de los paganos, consagrada por el Espíritu Santo, sea agra-
dable a Dios. " Podría enorgullecerme en Cristo Jesús de la ta-
rea llevada a cabo al servicio de Dios, ,8 pero sólo me atreveré
a hablar de lo que Cristo ha realizado sirviéndose de mí, para
que, con la palabra o con la acción, " a través de signos y pro-
digios, y con la fuerza del Espíritu Santo, los paganos acogie-
ran la fe. Así que desde Jerusalén y en todas direcciones has-
ta llegar a Iliria he dado a conocer el Evangelio de Cristo.
20
Eso sí, he procurado no proclamar el Evangelio allí donde
Cristo ya era conocido, para no edificar sobre fundamento
ajeno, 21 pues como dice la Escritura:
Los que nada conocían de él, lo verán
y los que nada habían oído, entenderán.
280 31" semana Viernes 281

*» Con extrema delicadeza justifica san Pablo, en la de su presencia (15,24), descansando entre ellos (15,32)
conclusión de su carta dirigida a los cristianos de Roma, antes de salir para España.
el atrevimiento (cf. v. 15) con el que se ha dirigido a ellos.
Reconoce, por consiguiente, que también ellos son ricos
en «bondad» y «conocimiento», capaces de crecer en la Evangelio: Lucas 16,1-8
ayuda mutua para edificarse recíprocamente según el
pensamiento del Señor, e interpreta su ministerio como En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
el de quien ayuda a recordar lo que ya se ha aprendido. ' -Había un hombre rico que tenía un administrador a
Apelando a la «gracia» que Dios le ha concedido de ser quien acusaron ante su amo de malversar sus bienes. 2 El amo
predicador del Evangelio entre los paganos, describe su lo llamó y le dijo: «¿Qué es lo que oigo decir de ti? Dame
propio ministerio empleando términos propios de un cuenta de tu administración, porque no vas a poder seguir de-
auténtico ministerio litúrgico (v. 16): Pablo es el liturgo de sempeñando ese cargo». 3 El administrador se puso a pensar:
Cristo, alguien que ejerce el «oficio sagrado», y aquellos a «¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita la administra-
ción? Cavar ya no puedo; pedir limosna me da vergüenza. * Ya
quienes ha llegado su predicación constituyen la «obla- sé lo que voy a hacer para que alguien me reciba en su casa
ción» a Dios. La liturgia del apóstol (cf. Rom 1,9) presen- cuando me quiten la administración». 5 Entonces llamó a to-
ta el modo propio en el que da culto a Dios con su vida, dos los deudores de su amo y dijo al primero: «¿Cuánto debes
algo que ya había exhortado a hacer a los cristianos de a mi amo?». 6 Le contestó: «Cien barriles de aceite». Y él le
Roma (cf. 12,1). Ese culto nace de la conciencia de estar dijo: «Toma tu recibo, siéntate y escribe en seguida cincuen-
en «deuda» (cf. 1,14): la deuda de quien sabe que ha reci- ta». 7 A otro le dijo: «Y tú ¿cuánto debes?». Le contestó: «Cien
bido de Cristo una gracia particular a la que intenta co- sacos de trigo». Él le dijo: «Toma tu recibo y escribe ochenta».
8
Y el amo alabó a aquel administrador inicuo, porque había
rresponder prestando su propia «debilidad» al «poder» del
obrado sagazmente. Y es que los que pertenecen a este mundo
Evangelio. De este modo, el apóstol Pablo se convierte son más sagaces con su propia gente que los que pertenecen
en instrumento de Dios, «con la palabra y con la acción», a la luz.
confirmado «a través de signos y prodigios», «con la
fuerza del Espíritu Santo» (w. 18s).
**• Tras haberse dirigido en particular a los maestros
San Pablo predicó el Evangelio de Cristo en la zona de la Ley y a los fariseos (cf. Le 15,3), Jesús habla aho-
comprendida entre la frontera extrema de Jerusalén ra también a sus discípulos (16,1) y les cuenta ellos la
(sudeste) y la Iliria (noroeste), para llevar a todos a la parábola del hombre rico y de su administrador. Este
«obediencia», a la escucha de la Palabra, esforzándose último, acusado de haber malversado los bienes de su
por llegar en particular a cuantos todavía no habían amo (v. 1), reflexiona (v. 3) sobre lo que debe hacer en
sido evangelizados por otros (cita a Is 52,15, en el v. 21; caso de que sea despedido del cargo. Fruto de esta refle-
cf. 2 Cor 10,15s). La comunidad cristiana de Roma, a xión, decide llamar a los que tienen deudas contraídas
decir verdad, había sido fundada por otros -y eso había con su señor, para condonarles una parte de ellas; de este
constituido un impedimento para una eventual visita del modo, se asegura su reconocimiento y la posibilidad de
apóstol (cf. Rom 1,13; 15,22)-, pero, ahora que tiene la ser acogido en sus casas (w. 4-7) cuando lo necesite. Es
ocasión, desea ir a visitar a los romanos para recoger posible que la deuda condonada correspondiera al inte-
algún fruto entre ellos (Rom 1,13), recibir ayuda y gozar rés que el administrador retenía habitualmente para él
282 31a semana Viernes 283

-y es en esta especulación donde debemos buscar la raíz ganosa, que es una actitud que implica análisis, inventi-
de la injusticia y de la malversación-, pero la renuncia a va, abnegación. Es posible que los discípulos de Jesús
los barriles de aceite (lit. bat: ¿entre 21 y 45 litros?) y a no se caractericen por el mismo grado de compromiso,
los sacos de trigo (lit.: kor: ¿corresponde a unos 10 bat?) porque en ocasiones ceden en seguida frente a los im-
constituye una actitud astuta. previstos, a las dificultades, y se presentan con el rostro
Del mismo modo que es preciso evaluar los gastos demacrado, con el paso apático...
para la construcción de una torre o la oportunidad de Tenemos que sentirnos interpelados: se trata de una
declarar la guerra o pactar la paz (Le 14,28-32), el ad- invitación a verificar la calidad de nuestro apostolado.
ministrador evalúa sus propias fuerzas (v. 3) y se procura La Palabra del Señor que hemos escuchado hoy nos
amigos (cf 16,9) con su clemencia (imitación, aunque ofrece un modelo: Pablo y su apasionada y agotadora
sea también interesada, de la misericordia de Dios; cf. carrera evangelizadora. Ser discípulos del Señor signifi-
7,41ss). ca ser hombres y mujeres vivos y creativos, que se han
Lejos de parecerse al rico necio (12,29) al que la reconocido a sí mismos en la relación vital con Jesu-
muerte cogió sin estar preparado, se puede decir de este cristo, u n a relación nueva y renovada cada día. Se trata
administrador que es astuto, aunque no sea «fiel» (cf. de dejarle vivir a él en nosotros y de arreglárnoslas para
12,42), pues en el limitado horizonte en el que se mue- estar activamente con él y con los hermanos en él. En-
ve (v. 8: «con su propia gente») sabe hacerse amar, pen- tonces, todos los fragmentos cotidianos de nuestra exis-
sando en el futuro: así, aunque no sepan mirar lejos, tencia se compondrán con armonía; como escribió santa
«los que pertenecen a este mundo son más sagaces» que Clara de Asís, «que, al vivir, tu vida sea una alabanza al
«los que pertenecen a la luz» (Dios es luz: cf. 1 Jn 1,5), Señor».
puesto que son capaces de darse cuenta de la urgencia
del momento y comportarse con prudencia (= de mane- ORATIO
ra previsora; cf. Mt 10,16).
¡Ven, Espíritu Santo, fuerza creadora de Dios, fuente
MEDITATIO siempre fluyente! Enséñanos la fantasía del amor: que
seguir a Jesús sea lo que me tome más a pecho y para
La Palabra de Dios nos puede dejar desconcertados: ello esté dispuesto a todo.
¿acaso nos está diciendo que el fin justifica los me- ¡Ven, Espíritu Santo, sabiduría fecunda de Dios, luz
dios? ¿Que los pillos son los que salen ganando? ¿Que que brilla para siempre! Hazme comprender qué es el
debemos preferir el arte de buscar arreglos a la hones- bien y cómo puedo conseguirlo, sin reparar en medios,
tidad? En ese caso, nuestro m u n d o sería ejemplar en poniendo en juego las capacidades que me has dado.
más aspectos.
Espíritu Santo, Espíritu santificador, que mi vida sea
Las provocadoras palabras de Jesús nos «obligan» a restituida a Dios y que, gracias también a mi contribu-
escucharlas de manera profunda. Está el modo de proce- ción, puedan conocer los hermanos qué bello y deseable
der ingenioso de quien obra de manera deshonesta y en- es ser discípulos tuyos.
284 31" semana Viernes 285

CONTEMPLATIO ACTIO

Estar arraigados y fundados en el amor, ésta es, a mi Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
modo de ver, la condición para cumplir dignamente mi «Que tu Espíritu, Señor, actúe también por medio de
oficio de Laudem gloriae [...]. nosotros» (cf. Rom 15,18).
Para que pueda realizar personalmente este plan divi-
no, una vez más viene san Pablo en mi ayuda y me traza
él mismo mi regla de vida: «Camina en Jesucristo, me PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
dice, arraigada en él, edificada sobre él, consolidada en la
fe, creciendo de continuo en él mediante la acción de ¿Qué se nos dice sobre el contenido del seguimiento? Sigúe-
gracias». Caminar en Jesucristo me parece que equivale me, ven detrás de mí. Esto es todo. Ir detrás de él es algo des-
a salir de sí, perderse de vista, desprenderse de uno mis- provisto de contenido. Realmente, no es un programa de vida
mo para entrar más profundamente en él en cada ins- cuya realización podría aparecer cargada de sentido, no es un
tante que pase, de un modo tan profundo que estemos fin, un ideal, hacia el que habría que tender. N o es una causa
por la que, desde un punto de vista humano, merecería la pena
arraigados en él y poder lanzar en cada acontecimiento,
comprometer algo, incluso la propia persona.
en cada cosa, este hermoso desafío: «¿Quién me separará
de la caridad de Cristo?». Cuando el alma está fijada en él ¿Y qué pasa? El que ha sido llamado abandona todo lo que
a tales profundidades, cuando todas sus raíces han pene- tiene no para hacer algo especialmente valioso, sino simple-
trado en él, la linfa divina fluye de manera copiosa en ella mente a causa de la llamada, porque, de lo contrario, no puede
y todo lo que es vida imperfecta, trivial, natural, queda marchar detrás de Jesús. A este acto no se le atribuye el menor
destruido. Entonces, según el lenguaje del apóstol, «lo que valor. En sí mismo sigue siendo algo completamente carente de
importancia, indigno de atención. Se cortan los puentes y, sin
es mortal es absorbido por la vida». Despojada así de ella
más, se continúa avanzando. Uno es llamado y debe salir de la
misma y revestida de Jesucristo, el alma no tiene que te-
existencia que ha llevado hasta ahora; tiene que «existir», en el
mer ya ni los contactos de fuera ni las dificultades de den-
sentido más estricto de la palabra.
tro. Estas cosas, lejos de serle un obstáculo, no hacen más
que «arraigarla más profundamente en el amor» de su Lo antiguo queda atrás, completamente abandonado. El
Maestro [...]. Ahora bien, estoy convencida de que el «cán- discípulo es arrancado de la seguridad relativa de la vida y lan-
zado a la inseguridad total (es decir, realmente, a la seguridad
tico nuevo» capaz de hacer las delicias y cautivar a mi
y salvaguarda absolutas en la comunidad con Jesús); es arran-
Dios por encima de cualquier otra cosa es el de un alma
cado del dominio de lo previsible y calculable (o sea, de lo
despojada y libre de sí misma en la que pueda reflejar
realmente imprevisible) y lanzado al de lo totalmente imprevisi-
todo lo que es y hacer todo lo que quiere. Esta alma se
ble, al puro azar (realmente, al dominio de lo único necesario y
mantiene bajo el toque de su mano como una lira, y todos calculable); es arrancado del dominio de las posibilidades fi-
sus dones son otras tantas cuerdas que vibran para cantar nitas (que, de hecho, son infinitas) y lanzado al de las posibili-
día y noche la alabanza de su gloria (Isabel de la Trinidad, dades infinitas (que, en realidad, constituyen la única realidad
«Ultimo ritiro di Laudem gloriae», en id., Opere, Roma liberadora).
1967, pp. 646.656-658, passim [edición española: Obras
Esto no es una ley general; más bien, es exactamente lo con-
completas, Editorial de Espiritualidad, Madrid 2 1964]).
trario de todo legalismo. Insistamos en que sólo significa la vin-
2K(> 31" semana

culación a Jesucristo, es decir, la ruptura total de toda progra-


mática, de toda abstracción, de todo legalismo. Por eso no es
Sábado
posible ningún otro contenido: porque Jesucristo es el único con-
tenido. Al fado de Jesús no hay otro contenido. Él mismo es el
contenido (D. Bonhoeffer, El precio de la gracia. El seguimiento, 31 a semana del
Sigúeme, Salamanca 5 1999, p. 27). Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Romanos 16,3-9.16.22-27

Hermanos: } Saludad a Prisca y Aquila, mis colaboradores


en Cristo Jesús, 4 quienes, por salvar mi vida, se jugaron la
suya. Y no sólo tengo que agradecérselo yo, sino todas las igle-
sias de procedencia pagana. 5 Saludad también a la iglesia que
se reúne en su casa. Saludad a Epéneto, tan querido para mí,
el primero en creer en Cristo de la provincia de Asia. 6 Saludad
a María, que tanto se ha fatigado por vosotros; 7 a Andrónico
y a Junias, mis paisanos y compañeros de prisión, insignes
entre los apóstoles, y cristianos incluso antes que yo.
8
Saludad también a Ampliato, a quien tanto aprecio en el
Señor; * a Urbano, que ha colaborado con nosotros como
auténtico cristiano, y a mi querido Estaquis. ,6 Saludaos, en
fin, unos a otros con el beso santo. Os saludan, a su vez, todas
las iglesias de Cristo.
22
Y yo, Tercio, que he escrito esta carta, os saludo también
en el Señor. 23 Os saluda Gayo, en cuya casa me hospedo y en
la que se reúne toda la iglesia. Saludos de Erasto, el tesorero
de la ciudad, y del hermano Cuarto.
25
Al Dios que tiene poder para consolidaros en la fe según
el Evangelio que yo anuncio y según la proclamación que hago
de Cristo Jesús; al Dios que ha revelado el misterio manteni-
do en secreto desde la eternidad, 26 pero manifestado ahora
288 31a semana Sábado 289

por medio de las Escrituras proféticas según la disposición xima de la sabiduría divina y lugar improrrogable de la
del Dios eterno, y dado a conocer a todas las naciones de fe, y, p o r eso, del sentido de la existencia creyente.
modo que respondan a la fe; 2? a ese Dios, el único sabio, sea
la gloria por siempre a través de Jesucristo. Amén.
Evangelio: Lucas 16,9-15
*• Es característico del apóstol saludar, en la conclu-
sión de sus cartas, a las personas con las que mantiene En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 9 Haceos
alguna relación: de afecto, de colaboración en el apos- amigos con los bienes de este mundo. Así, cuando tengáis que
tolado, de comunidad de estirpe y de suerte. Así sucede dejarlos, os recibirán en las moradas eternas. 10 El que es de
también en este caso, en el que la hipótesis es que se fiar en lo poco, lo es también en lo mucho. Y el que es injusto
en lo poco, lo es también en lo mucho. " Pues si no fuisteis de
trata de u n postscriptum, aunque para algunos exégetas fiar en los bienes de este mundo, ¿quién os confiará el
está sometida a discusión la inclusión del capítulo 16 verdadero bien? 12 Y si no fuisteis de fiar administrando bienes
-al que pertenece el pasaje que hemos leído h o y - en la ajenos, ¿quién os confiará lo que es vuestro? 13 Ningún criado
primitiva Carta a los Romanos. Entre otros, se nombra a puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará a otro, o
Prisca y Aquila, matrimonio que hospedó a Pablo en Co- será fiel a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y
al dinero.
rinto (1 Cor 16,19) y, más tarde, en Éfeso (Hch 18,2-3.26)
14
-y aquí posiblemente arriesgaron su vida por él, con Estaban oyendo todo esto los fariseos, que eran amigos
motivo de la revuelta de los orfebres (Hch 19,23-20,1)-. del dinero, y se burlaban de Jesús. 15 El les dijo:
En la trama de relaciones aparece una referencia cons- -Vosotros queréis pasar por hombres de bien ante la gente,
tante a Cristo: «en Cristo» y «a través de Cristo» aparecen pero Dios conoce vuestros corazones, porque, en realidad, lo
que parece valioso para los hombres es despreciable para
constantemente en los saludos, así como el recuerdo de Dios.
lo que ha originado el vínculo con el apóstol. Es digno
de señalar el saludo que une a toda la Iglesia de Cristo
y, símbolo de solidaridad, el «beso santo» (v. 16) -tal vez **• Jesús, al valorar la perspectiva del administrador
un gesto litúrgico- que los creyentes están invitados a deshonesto, preocupado por tener a alguien que le reciba
intercambiar. De Cristo brota y por él se mantiene la en su casa (cf. Le 16,4), nos invita a considerar la riqueza
nueva fraternidad, que penetra también la sencillez de en su valor de instrumento mediante el que podemos
las relaciones cotidianas. procurarnos amigos que nos reciban «en las moradas
eternas» (v. 9): se trata de los pobres de Le 14,12-14, u n
Concluye el fragmento con una doxología -canto de tesoro indefectible (cf. asimismo 12,33) de intercesión en
alabanza a Dios- centrada en el misterio del proyecto los cielos, cuando nos falte la misma riqueza.
divino de salvación que, subsistiendo en el silencio de la
eternidad, fue preanunciado por la Escritura y plena- Es menester elegir el señor al que hemos de servir
mente revelado en Cristo «y dado a conocer a todas las (v. 13) o bien el absoluto hacia el que orientar nuestra
naciones de modo que respondan a la fe» (v. 26: vuelve al vida: u n a vez realizada la elección, todo lo demás - y así
tema de la carta). Es Dios quien confirma a los creyentes la riqueza, si hemos elegido a Dios- debe concurrir a
L'II la fe y rige con sabiduría el universo: a él sea elevada este servicio. En los w. lOss el servicio, en cuanto asun-
la alabanza «a través de Jesucristo» (v. 27), expresión má- ción del primado de Dios en nuestra vida, se traduce en
290 3 Ia semana Sábado 291

la fidelidad que no se puede ejercer en la riqueza «ver- Lo «poco» que tenemos a diario entre las manos es,
dadera» si no la ejercemos primero en la «inicua» (que no en realidad, u n espacio precioso en el que se revela la
garantiza la vida: cf. 12,22-31), no en la propia (el bien de gloria del Señor, en el que actualizamos la obediencia
la vida verdadera) si no la ejercemos antes en la «ajena» de fe en él. Dios no «salta» la humanidad: la ha asu-
(los bienes exteriores que no son propios del hombre): mido en él. Somos nosotros quienes continuamente ha-
en definitiva, es preciso ser fieles en lo «poco» para poder cemos discrepar materia y espíritu y los obligamos a
serlo en lo «mucho» {cf. también Mt 25,21). Así pues, la contraponerse entre sí. Sin embargo, podemos hacer la
riqueza es «mammona» de injusticia (cf. Eclo 27,2: «En- experiencia de la unificación interior en lo «poco» que
tre la compra y la venta se insinúa el pecado»). Es necesa- se nos ha confiado. Vivir así -lo descubriremos- es la
rio replantear nuestra propia esperanza (fiarse, construir verdadera e incorruptible riqueza, a la que debemos
= 'aman en hebreo, que tiene una curiosa asonancia con «servir» con todas nuestras fuerzas y la que hemos de
el vocablo de origen fenicio mammona) en Dios, no en perseguir a toda costa.
la riqueza insegura, y enriquecernos con obras buenas
para adquirir la vida verdadera (cf. 1 Tim 6,17-19).
ORATIO
En conclusión (w. 14ss), Jesús condena la presunción
de justicia de los fariseos que, por ser «amigos del dine-
ro», veían en sus riquezas un signo de predestinación: Pienso en ti, Jesús, que recorriste los caminos de
Dios, que conoce los corazones, desenmascarará su hi- Galilea, te encontraste con gente, tejiste relaciones de
pocresía, y, así, el que ahora es «exaltado» será «humi- amistad y las viviste con la intensidad única de tu
llado»; la burla (cf. Le 23,35) se volverá en contra del humanidad. Pienso en ti, que comprendiste cómo ha-
que se burla (cf. Sant 1,9). blarnos del a m o r infinito del Padre implicándote en re-
laciones de a m o r con tu familia, con tus vecinos, con
tus discípulos...
MEDITATIO ¡Que la belleza de todo esto me fascine cada vez más,
Señor! ¡Que yo vislumbre la presencia del a m o r inima-
Los grandes ideales toman cuerpo en los pequeños ginable del Dios Uno y Trino en gestos de amor coti-
gestos ordinarios. Sabemos bien que no son las procla- dianos! Que yo sea capaz de ser fiel a este regalo que
mas altisonantes las que hacen mejor el mundo, sino la m e has hecho y puesto en mis manos para que lo com-
fiel y constante obra de los que intentan poner en prác- parta. Y así también yo podré cantarte por la eternidad,
tica, en los ámbitos propios de su vida, los valores en los como Francisco de Asís: «Tú eres toda nuestra riqueza
que creen. La concreción del saludo enviado por Pablo de manera suficiente».
a unos amigos lejanos, signo de u n recuerdo vivo y afec-
tuoso, nos hace comprender que la caridad - a m o r de
Dios vertido en nuestro corazón- toma forma en las CONTEMPLATIO
relaciones humanas; nos recuerda que el m a n d a m i e n t o
nuevo debe ser encarnado entre las paredes domésticas El que se muestra digno de Dios, cuando hace desa-
del cotidiano fluir de la existencia. parecer el amor a sí mismo mediante la caridad, hace
292 31a semana Sábado 293

desaparecer al mismo tiempo toda la multitud de los vi- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
cios, que no tienen en él otro motivo para existir ni otro
fundamento [...] e introduce, en cambio, todas las mo- [Desde la cárcel de Tegel, 20 de mayo de 1944,
dalidades de la virtud que lleva a su realización cabal el Ad Eberhard Bethge]
poder de la caridad. Ésta reunifica lo que está dividido, ...Dios y su eternidad quieren ser amados con todo el corazón;
recompone al hombre en un solo pensar y obrar, iguala no de manera que resulte comprometido o debilitado el amor
y allana en todos toda desigualdad y diferencia de terreno, sino, en cierto modo, como cantus fírmus, respecto al cual
voluntad, y conduce justamente, en cambio, a esa otra las otras voces de la vida suenan como contrapunto; uno de
laudable desigualdad, por la que cada uno atrae hacia sí estos temas contrapuntistas, que tienen su plena autonomía y
a propósito al prójimo y lo prefiere a sí m i s m o en la que están relacionados, sin embargo, con el cantus fírmus, es el
misma medida en que antes estaba dispuesto a recha- amor terreno [...]. Allí donde el cantus firmus es claro y distinto,
zarlo y a ponerse por delante de él. Por la caridad, cada puede desplegarse el contrapunto con el máximo vigor [...].
uno se libera voluntariamente de sí mismo, separándose ¿Comprendes lo que pretendo? Quería rogarte que hicieras
de los pensamientos y disposiciones personales con- sonar con claridad ¡untos en vuestra vida el cantus fírmus, y sólo
formes con su propia voluntad, y es reconducido a una después se producirá un sonido pleno y completo, y el con-
única simplicidad e identidad, por la que nadie es se- trapunto se oirá siempre sostenido, no podrá desviarse ni se-
pararse, y seguirá siendo, no obstante, algo específico, total,
p a r a d o en cosa alguna de lo que es común, sino que
completamente autónomo. Sólo cuando nos encontramos en esta
cada u n o para cada uno, todos para todos, y todavía polifonía la vida es total, y, al mismo tiempo, sabemos que no
más para Dios, para quien los unos para los otros so- puede suceder nada funesto mientras se mantiene el cantus fír-
mos u n solo ser, por haber hecho visible en nosotros mus. Tal vez se volverán más fáciles de soportar muchas cosas
mismos el único logos, unicísimo tanto en la naturale- en estos días de vida ¡untos y en los de la separación que pro-
za como en la voluntad, y Dios, que está incluido en él. bablemente vendrán (D. Bonhoeffer, Resistenza e resa, Cinisello
En Dios debe ser contemplado y a él debe ser referido, B. 1988, 373ss, passim [edición española: Resistencia y sumi-
como a su causa y a su artífice, el logos de las cosas, el sión, Ediciones Sigúeme, Salamanca 1983]).
cual permanece custodiado en nosotros con toda aten-
ción, puro e inmaculado, purificado de las pasiones
que se rebelan contra él mediante nuestro sabio celo
por las virtudes y por las fatigas que las a c o m p a ñ a n
(Máximo el Confesor, Lettera sulla canta, Magnano 1994,
pp. 15ss, passim).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Concédenos, Señor, ser fieles en lo "poco" que nos has
confiado» (cf. Le 16,10).
Lunes

32 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Sabiduría 1,1-7


1
Amad la justicia los que gobernáis la tierra,
tened rectos pensamientos sobre el Señor
y buscadlo con sencillez de corazón.
2
Porque se manifiesta a quienes no exigen pruebas,
se revela a quienes no desconfían.
3
Los pensamientos torcidos alejan de Dios,
y el poder, puesto a prueba, confunde a los necios.
4
La sabiduría no entra en alma perversa
ni habita en cuerpo esclavo del pecado.
5
Pues el santo espíritu que nos educa huye de la doblez,
se aleja de los pensamientos sin sentido,
es rechazado cuando sobreviene la injusticia.
6
La sabiduría es un espíritu que ama a los hombres,
pero no dejará sin castigo a los labios blasfemos,
porque Dios es testigo de su conciencia,
es vigilante veraz de su corazón,
y escucha lo que su boca profiere.
7
Pues el espíritu del Señor llena el universo,
lo abarca todo y tiene conocimiento de cuanto se dice.
296 32" semana Lunes 297

**• El autor del libro de la Sabiduría -probablemente Evangelio: Lucas 17,1-6


un judío residente en Egipto que escribía en griego ha-
cia la mitad del siglo I a. de C - se dirige a los reyes de En aquel tiempo, ' Jesús dijo a sus discípulos:
la tierra (cf. v. 1), pero, al margen de la ficción literaria, -Es inevitable que haya ocasiones de pecado, pero ¡ay de
se dirige a todos cuantos pretenden participar del don quien las provoque! 2 Más le valdría que le ataran al cuello una
de la sabiduría: una cualidad que se requiere, qué duda piedra de molino y lo tiraran al mar, antes que ser ocasión de
pecado para uno de estos pequeños. ' ¡Estad atentos!
cabe, a los gobernantes, pero que necesita asimismo
Si tu hermano llega a pecar, repréndelo, pero si se arre-
todo el m u n d o para llevar una vida feliz. piente, perdónale." Y si peca contra ti siete veces al día y otras
La primera invitación que formula es que amemos la siete viene a decirte: «Me arrepiento», perdónale.
5
justicia. Esto no es difícil de entender, porque «en el sen- Los apóstoles dijeron al Señor:
dero de la justicia está la vida, el camino torcido conduce a -Auméntanos la fe.
6
la muerte» (Prov 12,28): sabio es el justo, el impío es Y el Señor dijo:
necio. Dios y la Sabiduría -figura personificada de origen -Si tuvierais fe, aunque sólo fuera como un grano de mos-
y naturaleza divinos- y la necedad/injusticia se rechazan taza, diríais a esta morera: «Arráncate y trasplántate al mar»,
y os obedecería.
inexorablemente: se expulsan (Sab 1,3.5) recíproca-
mente.
*»• «¡Estad atentos!» (v. 3) es la exhortación que dirige
Se describen algunas características de los necios: no
hoy Jesús a sus discípulos. Sus enseñanzas están relacio-
creer, poner a prueba a Dios (w. 2ss; pensemos también
nadas con la vida fraterna, lugar de escándalos y de con-
en la relectura de la historia de Israel en clave de in-
traste: es algo «inevitable» (v. 1). Ahora bien, si la fragili-
credulidad del Sal 78) y obrar el mal. Los «pensamien- dad es el camino del hombre, en la vigilante atención a
tos torcidos» y los «pensamientos sin sentido» (w. 3 y 5; nosotros mismos y en la incansable acogida al hermano
cf. 2, lss) conducen a los necios a la muerte, cosa que ellos (v. 3) se juega el primado de Dios, la opción por servirle.
mismos eligen, porque la consideran amiga {cf. 1,16), El discernimiento de la caridad es u n recorrido delicado:
siendo que sólo la sabiduría, a la que desprecian, con- incluye la preocupación amorosa por los «pequeños» (v. 2:
duce a la vida: y es que Dios ama la vida y «en el temor los débiles, los sencillos, en cualquier acepción que que-
del Señor está la sabiduría; en apartarse del mal, la inteli- ramos darle; cf. Le 10,21) y no excluye la corrección
gencia» (Job 28,28). fraterna, sino que hace que el perdón sobreabunde sobre
Por consiguiente, la sabiduría -y no la muerte o la todo (v. 4: «siete veces» simboliza u n perdón ilimitado
vida impía- «es un espíritu que ama a los hombres» (v. 6). que resiste a una debilidad que perdura).
Bien lo sabe Dios, que, por haber plasmado el corazón Se confirma así que, en el interior de la trama de las
del hombre (cf. Sal 33,15; 138), es testigo veraz de los relaciones cotidianas, la atención principal debe cen-
pensamientos de su corazón y de las palabras de su boca trarse en nosotros mismos y en nuestro propio cami-
(v. 6), pues él «tiene conocimiento de cuanto se dice» (v. 7) no, u n camino marcado, a buen seguro, por las difi-
y es el único que está en condiciones de guiarnos por el cultades, a u n q u e también por la esperanza de poder
camino de la vida. experimentar, incluso en los inevitables contrastes, la
2M8 32" semana Lunes ffl

alegría de la mirada del h e r m a n o que vuelve a dirigir- ORATIO


se a nosotros (esto es el «arrepentirse» de los w . 3ss).
Así es como la fe, que a u n q u e sea tan pequeña «como Tú no estás, Señor, en los complejos remolinos de ras
un grano de mostaza» (v. 6) engendra y acoge milagros, oleadas interiores, ni te escondes en las intrincadas
es no sólo don invocado, sino compromiso de caridad espesuras del raciocinio.
que transforma la confianza en Dios en confianza re-
cíproca. No moras allí donde se responde al mal con el mal,ni
allí donde la acerba perversión de los grandes golpeaal
niño.
MEDITATIO No encuentras reposo en el corazón que te levanta
barreras y se hace la ilusión de bastarse a sí mismo, des-
A lo largo de la vida ocurren muchas cosas que nos precia al hermano y se burla de la fuerza de tu amor,
indignan. A pesar de todo, pensamos que debe existir La confianza sencilla te atrae, suma sabiduría que sa-
un m u n d o bueno, a u n q u e en realidad no existe y no
be guardar tu amistad.
existirá nunca. Dios debería encargarse de hacer bue-
no este m u n d o , pero n o lo hace. Por nuestra parte,
probablemente nos consideremos exonerados de ayu- CONTEMPLATIO
dar para mejorar u n m u n d o que, por otro lado, sigue
adelante del mismo m o d o que lo hacía antes sin noso- Los verdaderos creyentes, que se mantienen firmes
tros. La consecuencia m á s obvia es que «vamos tiran- en la esperanza en Dios, se alegran en sus corazoneses
do», sin atender a nadie más que a nosotros mismos. perando sus beneficios y están llenos de la alegría del
Ahora bien, ¿eso es vida? Espíritu, necesitan, en primer lugar, ceñirse del amorde
Nos responde la Palabra del Señor. El arte de vivir, Dios. En él se engrandece y se dilata la magnífica cons-
de «gobernarnos» a nosotros mismos, se aprende con trucción de su justicia [...].
la sencillez de la confianza, no con razonamientos tor- Feliz el hombre de amor, que hace habitar en su co-
cidos. razón al Dios que es amor.
No es obrar por n u e s t r o propio interés empleando la Feliz el corazón, aunque sea humilde y estrecho, que
falsedad y el subterfugio lo que construye la vida, sino pone dentro de sí, espiritualmente, como en una mora
el respeto al otro y la acogida renovada continuamen- da tranquila, a aquel que ni el cielo ni la tierra puedei
te a quienes tenemos a nuestro lado, conscientes de no contener [...].
ser por eso mejores que ellos. A través del perdón otor- El a m o r crece y se dilata en aquellos que están liga-
gado, a través de la atención a no ser un obstáculo dos por u n a pasión natural, estando el u n o junto al
para el hermano con actitudes o con palabras, a través otro. Y en el connubio de las miradas permanece vigi-
de la transparencia de los sentimientos y de los pensa- lante su pasión. Y crece y se vigoriza por el intercam-
mientos es como llegamos a ser lo que somos: seme- bio de palabras de pasión. Y la memoria permanece
jantes a Dios. Y de este m o d o es también como lo im- siempre vigilante, bajo los alicientes de la gran fuera
posible se vuelve posible. del amor.
M)() 32a semana Lunes 3(11

Así, por el m o r a r incesante junto a él, por la mirada resguardada en ti, Dios mío. En ocasiones, quisiera grabar con
sencilla de la inteligencia y la contemplación espiritual un buril pequeños aforismos y pequeñas historias vibrantes do
de éste y p o r el diálogo incesante con su recuerdo y la emoción. Mas la primera palabra que me viene a la mente,
siempre la misma, es: Dios. Contiene todo y hace inútil todo lo
meditación de sus palabras, se dilata en el hombre la
demás. Toda mi energía creadora se convierte en diálogos inte
pasión por Dios [...]. riores contigo. El oleaje de mi corazón se ha vuelto más ancho
El que se encuentra consumado por el amor de Dios desde que estoy aquí, más animado y más apacible a la vez, y
dirige hacia él el impulso de su carrera y vuela por enci- tengo la impresión de que mi riqueza interior se incrementa sin
ma de todo. cesar (E. Hillesum, Diario: 1941-1943, Milán 1996, pp. 253ss
(Martyrios [Sahdona], Sull'amore perfetto per Dio e per [tomado de Paul Lebeau, Etty Hillesum. Un itinerario espiritual.
glialtri, M a g n a n o 1993, l l s s , passim). Amsterdam, 1941 - Auschwitz, 1943, Sal Terrae, Santander
2000, pp. 200-201]).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Amad la justicia y buscad al Señor con sencillez de
corazón» (cf. Sab 1,1).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Dios mío, tú, que me has enriquecido tanto, permíteme tam-


bién dar a manos llenas. Mi vida se ha convertido en un diálo-
o ininterrumpido contigo, Dios mío, en un largo diálogo. Cuan-
o me encuentro en un rincón del campo, con Tos pies plantados
en tu tierra y los ojos elevados hacia tu cielo, tengo a menudo el
rostro inundado de lágrimas, único exutorio de mi emoción in-
terior y de mi gratitud. También por la noche, cuando, acostada
en mi litera, me recojo en ti, Dios mío, lágrimas de gratitud inun-
dan a veces mi rostro, y ésa es mi oración.
Estoy muy cansada desde hace algunos días, pero es una
cosa que pasará como todo lo demás. Todo progresa siguiendo
un ritmo profundo, un ritmo propio en cada uno de nosotros.
Debería enseñarse a la gente a escuchar y a respetar ese ritmo:
es lo más importante que un ser humano puede aprender en esta
vida. No lucho contigo, Dios mío. Mi vida no es más que un lar-
go diálogo contigo. Es posible que no llegue a ser nunca la
gran artista que quisiera ser, pues estoy demasiado bien
Martes

32 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Sabiduría 2,23-3,9


223
Dios creó al hombre para la inmortalidad
y lo hizo a imagen de su propio ser,
24
mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo,
y tienen que sufrirla los que le pertenecen.
31
Pero las almas de los justos están en las manos de Dios
y ningún tormento los alcanzará.
2
Los insensatos piensan que están muertos;
su tránsito les parece una desgracia,
3
y su salida de entre nosotros, un desastre,
pero ellos están en paz.
4
Aunque a juicio de los hombres han sufrido un castigo,
su esperanza estaba llena de inmortalidad,
5
y por una leve corrección recibirán grandes bienes.
Porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de él.
6
Los probó como oro en el crisol
y los aceptó como un holocausto.
7
En el juicio de Dios aparecerá su resplandor
y se propagarán como chispas en un rastrojo.
8
Dominarán sobre naciones, gobernarán pueblos
y su Señor reinará sobre ellos para siempre.
304 32a semana Martes 305

9
Los que ponen en él su confianza comprenderán la verdad, «están en las manos de Dios» (v. 1): en el tiempo breve y
y los fieles permanecerán junto a él en el amor, para la eternidad.
pues la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

** «Dios creó al hombre para la inmortalidad» (2,23), y Evangelio: Lucas 17,7-10


la esperanza de «los que ponen en él su confianza» (3,9)
«estaba llena de inmortalidad» (3,4): éste es el mensaje En aquel tiempo, dijo Jesús: ' ¿Quién de vosotros que ten-
del fragmento de hoy, que trata sobre la suerte aparen- ga un criado arando o pastoreando le dice cuando llega del
te/real de los justos. El destino originario del hombre es campo: «Ven, siéntate a la mesa»? " ¿No le dirá más bien:
la inmortalidad - o sea, la experiencia de una vida que «Prepárame la cena y sírveme mientras como y bebo; y luego
comerás y beberás tú»? * ¿Tendrá quizás que agradecer al sier-
no conoce la muerte-, puesto que está hecho «a imagen» vo que haya hecho lo que se le había mandado? I0 Así también
(2,23) de Dios, aunque «por envidia del diablo» (2,24) la vosotros, cuando hayáis hecho lo que se os mande, decid:
muerte se asoma cual espectro sobre la existencia. «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que teníamos que
hacer».
Por primera vez, con u n lenguaje filosófico (eco de la
cultura helenística del autor del libro) y ahondando en
la cuestión de la retribución (el justo debe ser recompen- *•• Tras haber tratado el tema de la vigilancia sobre no-
sado y el malvado castigado), se habla de vida eterna, y sotros mismos, el evangelista Lucas, en el itinerario que
eso tiene lugar casi comentando los primeros capítulos conduce a una caridad que es fe recibida y responsable-
(2 y 3) del Génesis: el relato de cómo, ya desde los orí- mente vivida, investiga sobre otra actitud que se pide a
genes, vida y muerte se cruzan, en desgarradora ten- los discípulos de Jesús: la conciencia de la propia inutili-
sión, en el camino del hombre. dad (v. 10). Somos siervos de los que no hay necesidad.
Jesús condena la presunción de justicia de los fariseos
Es preciso confiar en el Señor, rechazando elegir la
(cf. Le 18,9) que, con una religiosidad de fachada basada
carne como propio apoyo (cf. Jr 17,5-8). Es necesario ir
en la acumulación de obras, esperan su recompensa de
más allá de lo que se presenta a los ojos de los necios
Dios: no espera recompensa alguna el pobre que se sabe
(cf. Sab 3,2.4), de los que miran con la mirada miope y
por completo en manos de Dios (humildad de los siervos
superficial del tiempo que acaba. Es necesario aceptar
del Magníficat).
atravesar el tiempo de la prueba (que se presenta a cada
uno, aunque en los w. 5ss se alude, probablemente, al No debemos esperar recompensa, pues no hay motivo
martirio del pueblo judío en la época de los Macabeos, de gloria en lo que hacemos: como dirá san Pablo, «anun-
en tiempos del rey Antíoco Epífanes). Entonces se verá ciar el Evangelio no es para mí un motivo de gloria; es una
satisfecha la confianza del justo, de cada hombre que obligación que tengo» (1 Cor 9,16). Quien es consciente de
haya esperado contra toda esperanza, a pesar de las estar constantemente en deuda de amor con Dios (v. 10),
apariencias (como ya profetizaba Isaías a propósito del quien sabe que su vida es fruto de un don exagerado (per-
Siervo de YHWH: cf. Is 52,13-53,12). Los justos «reci- dón), no espera ninguna gracia de aquel a quien presta
birán..., aparecerá su resplandor..., gobernarán...», etc. servicio, porque su misma existencia es gracia recibida
(w. 5-9), porque verdaderamente «están en paz» (v. 3), (v. 9: el señor no está «obligado» respecto al siervo). Tam-
306 32a semana Martes 307

bien el siervo podrá comer y beber después (v. 8), parti- más que u n restituirte el don. Soy alguien a quien no se
cipar en la alegría de su señor (cf. Mt 25,21), pero no en le debe nada.
seguida (cf. v. 7): antes es preciso estar preparados «con Sólo te pido, Señor, que no desaparezca en mí la cer-
la cintura ceñida y la lámpara encendida», en actitud de teza de estar ya contigo en esa vida que durará para
servicio, esperando a su señor (cf. Le 12,36-40). siempre, para la cual la muerte no es más que u n terri-
ble paso. Refuerza mi fe en esa eternidad de a m o r que
MEDITATIO ya saboreo ahora en cada chispa de amor humano. De-
masiadas veces, hoy, me apremian cerrando los confi-
nes de la existencia en este mundo, en una autoconde-
El dolor y la muerte nos acomunan a todos, con el ca-
na a una vida que ya es muerte.
rácter trágico de los «¿por qué?» que les acompañan. Se
oye decir: «Venimos a este mundo a sufrir», tan cruda y Creo, Señor, que del mismo modo que ahora me des-
persuasiva se muestra esta experiencia, frente a la cual pierto por la mañana, resucitaré u n día en tu aurora. No
sentimos nuestra precariedad, impotencia y pequenez. será un premio que me debas: será el rebosar definitivo
de tu misericordia.
No es ésta, sin embargo, nuestra verdad profunda y
esencial: no hemos sido creados para sufrir, no hemos
sido creados para morir, sino que estamos vivos para vi- CONTEMPLATIO
vir y para vivir para siempre. Nuestra vida no es una vida
para perderla, condenada a la derrota. ¡Bien al contrario! ¡Qué maravillosos son, Dios nuestro, tus secretos!,
Dios nos tiene en sus manos: no nos ha hecho inmunes al ¿quién los creerá?
dolor y a la muerte, pero los vive con nosotros y nos ha Mi corazón se ha transformado con su recuerdo
mostrado en Jesús cómo vivirlos. El amor y la misericor- y por su dulzura se han separado
dia levantan los asedios del sufrimiento que atenazan el los miembros de mi cuerpo.
corazón. El amor y la misericordia son la vida eterna He olvidado lo que es mío
que empieza ya en esta tierra, cuando dejamos que las en la meditación sobre cosas de las que no estoy cerca,
reivindicaciones cedan el paso a la gratuidad, cuando ni y apremio con (mi) deseo al Dador.
siquiera en medio de la persecución no perdemos la He olvidado (también) lo que es suyo,
esperanza ni la confianza. El amor y la misericordia son y es para obtenerle a él mismo por lo que me fatigo.
el lenguaje de Dios. Dichoso el que lo aprende: com- Lo aferró, pero no es aferrado;
prenderá qué es la muerte y qué es la vida. lo capturo, pero no es capturado.
Cuando estoy lleno, estoy vacío;
cuando lo aferró, no es él,
ORATIO y cuando moro en él, en mí mora.
Cuando quiero llevarlo a alguna parte, se me resiste,
No me importa, Señor, presentarte la cuenta, como si porque si está vestido no se detiene,
tú debieras pagarme por lo que hago por ti. Tú me has si está despojado no se encamina,
dado todo, todo lo he recibido de ti: mi existencia no es si lo dejan (solo) no se queda,
308 32a semana Martes 309

si viene conmigo a algún lugar, no se mueve de allí. comprender, pero creo que también deberé dejarme asombrar
Cuando camino con él, mora en mí por lo que me sucede y, aparentemente, me desvía: siempre me
y se dilata como cuando está fuera de mí; dejaré asombrar, para llegar, tal vez, a una mayor seguridad
cuando lo respiro sale de dentro (de mí) [...]. Es como si cada día fuera echada en un gran crisoly cada
y cuando lo vislumbro en lo íntimo de cada cosa día consiguiera salir de él (E. Hillesum, Diario: 1941-1943, Milán
está revestido de todas ellas y (las) vela. 1996, pp. 74ss, passim).
Me siento llevado por él y avanzo.
(Juan de Dalyatha, Mostrami la tua belleza, Magnano
1996, pp. 26ss, passim).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Las almas de los justos están en las manos de Dios»
(Sab3,l).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

¡Dios mío, cógeme de la mano! Te seguiré de manera resuel-


ta, sin mucha resistencia. No me sustraeré a ninguna de esas
tormentas que caerán sobre mí en esta vida. Soportaré el cho-
que con lo mejor de mis fuerzas. Pero dame, de vez en cuando,
un breve instante de paz. No voy a creer, en mi inocencia, que
la paz que descienda sobre mí es eterna. Aceptaré la inquietud
y el combate que vendrán después. Me gusta mantenerme en el
calor y la seguridad, pero no me rebelaré cuando haya que
afrontar el frío, con tal de que tú me lleves de la mano. Yo te se-
guiré por todas partes e intentaré no tener miedo. Esté donde
esté, intentaré irradiar un poco de amor, de ese amor al próji-
mo que hay en mí. Pero tampoco debo jactarme de este «amor».
No sé si lo poseo. No deseo ser nada especial; sólo quiero tra-
tar de ser esa que pide desarrollarse en mí plenamente [...].
Prometo vivir esta vida hasta el fondo, seguir adelante. Unas
veces me da por pensar que mi vida apenas está en sus comien-
zos y que las dificultades están todavía por venir, y otras veces
me parece que ya he luchado bastante. Estudiaré e intentaré
Miércoles

32 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Sabiduría 6,1-11


1
Escuchad, pues, reyes, y entended;
aprended quienes regís los confines de la tierra.
2
Prestad oído los que domináis a muchedumbres
y os sentís orgullosos de la multitud de vuestros pueblos.
3
Porque el Señor os ha dado el poder,
y la soberanía procede del Altísimo.
El juzgará vuestras acciones
y examinará vuestros designios.
4
Porque, siendo ministros de su Reino,
no gobernasteis rectamente, no respetasteis la ley
ni pusisteis en práctica la voluntad de Dios.
5
Terrible y repentino caerá él sobre vosotros,
porque un juicio inexorable espera a los grandes.
6
Al pequeño se le perdona por piedad,
pero los grandes serán examinados con rigor.
7
Pues el Señor de todos no retrocede ante nadie,
ni la grandeza lo intimida,
porque él hizo al pequeño y al grande,
y cuida de todos por igual;
8
pero a los poderosos les espera un riguroso examen.
312 32a semana Miércoles 313

" A vosotros, pues, soberanos, se dirigen mis palabras, compañía abre el camino de la inmortalidad, de la vida.
para que aprendáis sabiduría y no pequéis. No sorprende, por tanto, leer, en los versículos de la
10
Porque los que se conducen según las leyes santas conclusión del fragmento (w. 9-12), los verbos del deseo
serán reconocidos como santos, y de la búsqueda amorosa: la sabiduría, mucho más que
y los que se dejen instruir por ellas
tendrán en ellas su defensa.
una filosofía, es un itinerario místico; encuentra y se
11 hace encontrar, dejando satisfecha la pasión de quien
Así pues, desead mis palabras,
anheladlas y seréis instruidos. «vela por ella» (6,15).

*•• El autor, renovando la invitación lanzada ya al co- Evangelio: Lucas 17,11-19


mienzo del libro, se dirige a los que gobiernan la tierra
y dominan a las muchedumbres (w. ls) para que escu- 11
De camino hacia Jerusalén, Jesús pasaba entre Samaría
chen: esa escucha - q u e es principio de sabiduría- tiene y Galilea. 12 Al entrar en una aldea, vinieron a su encuentro
por objeto la ley/sabiduría (según la identificación reco- diez leprosos, que se detuvieron a distancia 13 y comenzaron a
gida, por ejemplo, en Bar 4,1), y es una escucha eficaz, gritar:
que realiza lo que ha oído, configurando la vida a la Pa- -Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros.
labra del Señor (v. 4). 14
Él, al verlos, les dijo:
La perspectiva en la que se sitúa esta exhortación es -Id a presentaros a los sacerdotes.
la del juicio de Dios (v. 3): toda autoridad viene de Dios Y mientras iban de camino quedaron limpios. 15 Uno de
(cf. 1 Cro 29,12: «La riqueza y la gloria proceden de ti. Tú ellos, al verse curado, volvió alabando a Dios en voz alta, " y
eres el dueño de todo, en tu mano están la fuerza y el se postró a los pies de Jesús dándole gracias. Era un samari-
tano. " Jesús preguntó:
poder, la estabilidad y consistencia de todo»), y los sobe-
ranos son «ministros» - o sea, servidores- «de su Reino», -¿No quedaron limpios los diez? ¿Dónde están los otros
nueve?
de modo que serán juzgados según la fidelidad al servi- 18
cio prestado, que, en última instancia, es el servicio al ¿Tan sólo ha vuelto a dar gracias a Dios este extranjero?
19
hombre. El juicio de Dios es imparcial - J o b diría que él Y le dijo:
«no prefiere el pobre al rico» (Job 34,19), pues «ha crea- -Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
do al pequeño y al grande» (v. 7)-, pero su rigor está pro-
porcionado a la responsabilidad de cada uno. *» El evangelista Lucas nos propone en la perícopa de
Así pues, Dios «cuida» (v. 7) de todos, garantiza la jus- hoy el relato de un milagro hecho por Jesús: la curación
ticia a los pequeños, pero mira con amor vigilante todo de diez leprosos. La indicación «de camino hacia Jeru-
camino y, precisamente por eso, pide a cada uno según salén» (v. 11) recuerda a las que aparecen en Le 9,51 y
el poder (de servir) que se le ha concedido: por eso el 13,22: el episodio narrado se desarrolla en el camino
mensaje, la invitación a la sabiduría que aparece en este que conduce a Jesús hacia la cruz y la gloria de la resu-
fragmento, va dirigido a todos. rrección, hacia la consumación de su vida; a lo largo de
La «defensa» (v. 10) y la «instrucción» (v. 11) del sabio este recorrido, no cesa de enseñar a sus discípulos, de
es la Sabiduría, esposa ideal (cf. Sab 8,2ss), porque su palabra y con obras.
314 32a semana Miércoles 315

Diez leprosos salen al encuentro de Jesús y, gritando elocuencia que «todo se me debe». Es ésta u n a actitud
i\ voces (habla el dolor del hombre: cf. Le 4,33; 8,28; interior semejante a la del que, teniendo algún poder
23,46), piden su intervención piadosa (w. 12ss). Le lla- sobre otros, se arroga el derecho a hacer la ley.
man «maestro», nombre típico empleado por los discí- El Señor nos repite que no tiene acepción de perso-
pulos, que, frecuentemente, es invocación y reconoci- nas, que cuida de todos y de cada uno. Las diferencias
miento del poder de Jesús (cf. Le 5,5; 8,33; 9,33-49). las marcamos nosotros: diferencias que se convierten
Mientras van «a los sacerdotes» (v. 14), según el ritual de en juicio. Si nos apropiamos de los dones de Dios -sean
la purificación de Lv 14,2), quedan curados. Sin embar- cuales sean-, nos excluimos del abrazo de su misericor-
go, sólo uno vuelve y se echa a los pies de Jesús para dia. Si nos mostramos agradecidos, manifestamos que
darle las gracias (w. 15ss). Se trata de «un samaritano» nos reconocemos como criaturas, atentas a no enviar al
(v. 16), de un «extranjero», por tanto (v. 18): para subrayar vacío las palabras del Creador y Señor, contentas de po-
la condición de marginalidad en la marginación expe- der servirle a él y a los hermanos.
rimentada ya en la vida (v. 12: según Lv 13,45ss, los im-
puros estaban excluidos de la comunidad). Únicamente
de él se dice que, por su «fe», no sólo ha sido curado, ORATIO
sino también y sobre todo «salvado» (v. 19). Como él,
también los discípulos están llamados a vivir la fe como Hoy, mi oración, Señor, no puede ser más que agrade-
reconocimiento: con la capacidad de reconocer y, por cimiento.
consiguiente, de agradecer al Señor que se hace presen- Gracias, porque me permites conocer lo que te gusta y
te en la vida y en las muchas curaciones que realizó, eso es lo que me hace vivir. Gracias, porque no me juzgas
venciendo la ignorancia que se abandona al goce de la siguiendo u n arbitrio arcano, sino que dejas que mis
saciedad del presente (cf. Jn 6,26). obras mismas sean mi juicio. Gracias, porque tienes cui-
dado de todas las personas y lo manifiestas sobre todo
dando tu Palabra que salva, que cura el mal profundo en
MEDITATIO cada uno.
Gracias, porque tú mismo te has hecho para mí «ac-
Puedo reconocerme en uno de los leprosos con los ción de gracias», eucaristía. Cada vez que me alimento
que se encontró Jesús; también yo he implorado su be- del pan y del vino eucarístico entro en comunión contigo:
névola intervención, también yo he sido curado, puesto que, junto a ti, mi vida, toda ella, se convierta en una ac-
que existo gracias a su misericordia. ción de gracias al Padre.
¿Y qué más? ¿Puedo reconocerme también en el úni-
co que volvió sobre sus pasos y fue capaz de agradecer
el favor recibido? La invitación a reflexionar y a verifi- CONTEMPLATIO
car en qué medida la gratitud marca mis acciones me
alcanza y me agita. No es fácil dar las gracias. Hay agra- Hijo mío, acoge la disciplina y la sabiduría. No huyas
decimientos de conveniencias que casi oprimen a quien de la disciplina y de la sabiduría, sino que si te es ense-
los recibe. Más frecuente es el silencio que expresa con ñada la sabiduría, acógela con alegría, y si te corrige en
316 32a semana Miércoles 317

algo, haz lo que está bien. Mediante la corrección ha- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
rás una corona para tu guía interior. Cíñete la santa
sabiduría como u n vestido; ten la nobleza de u n a bue- En primer lugar, debemos comprender bien lo que se dice
na conducta. Adquiere la austeridad de la disciplina; aquí a propósito del retorno. Sabemos que el retorno se en-
cuentra en el centro de la concepción judía del camino del hom-
júzgate sólo a ti mismo como u n juez sabio. No des-
bre: tiene el poder de renovar al hombre desde el interior y de
cuides mi enseñanza ni seas presa de la ignorancia, transformar su ámbito en el mundo de Dios, hasta el punto de
para que no extravíes a tu pueblo. No huyas de lo divi- que el hombre del retorno es ensalzado por encima del zaddik
no ni de la sabiduría que hay en ti, porque quien te ins- perfecto, el cual no conoce el abismo del pecado. Ahora bien,
truye te ama mucho y te impondrá una austeridad retorno significa aquí algo mucho más grande que arrepenti-
adaptada a tu medida. Envía lejos la naturaleza animal miento y penitencia; significa que el hombre que está extravia-
do en el caos del egoísmo -en el que él mismo era siempre la
que hay en ti y no permitas que entre en ti el pensa-
meta prefijada- encuentra, a través de un viraje de todo su ser,
miento malvado. un camino hacia Dios, a saber: el camino hacia la realización
Está bien que llegues a saber el modo en el que te de la tarea particular a la que Dios le ha destinado precisamen-
formo en la sabiduría. Si, como ves, está bien gobernar las te a él, ese hombre particular (M. Buber, // Cammino dell'uomo,
Magnano 1990, p. 51).
cosas visibles, ¡cuánto mejor será que tú, que eres gran-
de en toda la asamblea y en todo el pueblo, gobiernes
cada cosa y te eleves de todas las maneras posibles me-
diante un Logos divino, una vez que te hayas convertido
en señor de todo poder que da muerte al alma!
Hijo mío, ¿acaso es normal que uno desee hacerse es-
clavo? ¿Por qué hay en ti esa mala turbación? Hijo mío,
a nadie temas, excepto sólo a Dios, el Altísimo. Rechaza
lejos de ti la astucia del diablo. Acoge la luz en tus ojos y
rechaza lejos de ti las tinieblas. Vive en Cristo y conquis-
tarás un tesoro en el cielo. No te conviertas en una selva
de muchas cosas inútiles ni en guía de tu ignorancia, que
es ciega (Abba Silvano el Egipcio, Voi siete miei amici,
Magnano 1999, l l s s ) .

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Así pues, desead mis palabras, anheladlas y seréis ins-
truidos» ( S a b 6 , l l ) .
Jueves

32 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Sabiduría 7,22-8,1


722
La sabiduría posee un espíritu inteligente, santo,
único, múltiple, sutil, ágil, penetrante, límpido,
diáfano, impasible, amante del bien, agudo,
23
expedito, benéfico, amigo de los hombres,
estable, firme, libre de inquietudes,
que todo lo puede, todo lo vigila
y penetra en todos los espíritus,
los inteligentes, los puros, los más sutiles.
24
Pues más móvil que todo movimiento es la sabiduría,
y con su pureza todo lo atraviesa y lo penetra.
25
Es ella un hálito del poder de Dios,
una emanación pura de la gloria del Omnipotente;
por eso nada manchado entra en ella.
26
Es una irradiación de la luz eterna,
un espejo inmaculado de la actividad de Dios,
una imagen de su bondad.
27
Aunque es una, lo puede todo;
sin salir de sí, todo lo renueva,
y, entrando en cada época en las almas santas,
hace amigos de Dios y profetas.
320 32" semana Jueves 321

" Porque Dios sólo ama al que vive con la sabiduría. su existencia, iluminada por el escándalo de la cruz,
2
'' Ella es más bella que el sol como «sabiduría de Dios» (cf. 1 Cor 1,24.30).
y supera a todas las constelaciones.
Comparada con la luz sale vencedora,
30
porque la luz tiene que dejar paso a la noche,
pero no hay maldad que prevalezca sobre la sabiduría. Evangelio: Lucas 17,20-25
81
Ella despliega su fuerza de un extremo a otro, En aquel tiempo, 20 a una pregunta de los fariseos sobre
y todo lo gobierna acertadamente. cuándo iba a llegar el Reino de Dios, respondió Jesús:
-El Reino de Dios no vendrá de forma espectacular, 21 ni se
*• El autor, en la línea de algunos precedentes ve- podrá decir: «Está aquí o allí», porque el Reino de Dios ya está
terotestamentarios y con el respaldo de la tradición entre vosotros.
22
profético-sapiencial (véase, por ejemplo, Prov 8,22), Después, dijo a sus discípulos:
procede a la personificación de la sabiduría, de la que -Llegará el día en el que desearéis ver uno solo de los días
elabora un elogio multiforme. del Hijo del hombre y no lo veréis. " Entonces os dirán: «Está
aquí, está allí»; no vayáis ni los sigáis. 24 Porque como el re-
La describe, de entrada, con una sucesión de veintiún lámpago brilla desde un punto a otro del cielo, así se mani-
atributos (w. 22ss), cifra simbólica que expresa la perfec- festará el Hijo del hombre en su día. 25 Pero antes es preciso
ción absoluta, dado que se obtiene de multiplicar siete que sufra mucho y sea rechazado por esta generación.
(número de la perfección) por tres (plenitud). Hay quien
ha leído en el Nuevo Testamento la atribución a Cristo de **• La perícopa de Le 17,20-37, a la que pertenece el
las mismas características: pensemos, entre otras, en la fragmento que acabamos de leer, constituye una especie
agudeza (Ap 1,16), en el poder benéfico (Hch 10,38), en de «pequeño apocalipsis lucano» (en Le 21,5-36 se en-
la filantropía (Tit 3,4)... cuentra una intervención más amplia) que se ocupa de
En consecuencia, se ponen de manifiesto el origen y la la cuestión de la venida del Reino de Dios (w. 20ss) y del
naturaleza divinos de la sabiduría, utilizando (w. 25ss), Hijo del hombre (w. 22-25).
en parte, la terminología bíblica y, en parte, la filosófica: Ya está cerca Jerusalén, la meta del viaje de Jesús, y
en particular, hálito, emanación e irradiación expresan, los discípulos «creían que el Reino de Dios debía manifes-
aunque sea con diferentes matices, el origen y la consus- tarse de un momento a otro» (Le 19,11). Sin embargo,
tancialidad con Dios; espejo e imagen expresan la iden- son los fariseos quienes interrogan a Jesús respecto al
tidad de la naturaleza (en la distinción). Por último, se «cuándo» (v. 20): tras la experiencia del exilio de Babilo-
trata de la actividad de la sabiduría, que se explica o bien nia (cf. Jr 25,11; 29,10) lo esperaban evaluando los tiem-
haciendo «amigos de Dios y profetas», o bien (creando) pos y los signos (cf. Dn 9,2; 12,lss). En lo que respecta al
renovando y gobernando «todo», puesto que la sabidu- Hijo del hombre, hay que mantener un discurso análogo.
ría lo mantiene todo unido {cf. Sab 1,7). Con todo, tanto en un caso como en el otro -y ésta es la
En la teología posterior, el «espíritu de sabiduría» advertencia de Jesús- nadie puede decir: «Está aquí o está
(Is 11,2) informará la acción de Cristo, a quien se atribui- allí» (v. 21 y también en el v. 23). Es una invitación a aco-
rá el primado en la creación (cf. Col 1,15-29) con las ger el Reino que ya está presente «entre vosotros» (v. 23)
mismas funciones indicadas aquí y de quien se señalará en la persona de Cristo («dedo de Dios»: Le 11,20), aun-
322 32" semana Jueves 323

que no sea fácil reconocer la visita del Señor dentro de no para poner un remiendo a nuestras insuficiencias,
la historia, en los acontecimientos. sino para que no se pierdan ni siquiera las migajas de
Por lo que se refiere al retorno escatológico de Cristo, nuestra existencia.
se llevará a cabo de improviso -especialmente para los Abramos los ojos, el corazón y las manos a él, que con
que se dejen coger sin estar preparados-, pero será vi- la fuerza suavísima de su Espíritu colma de sí mismo
sible «desde un punto a otro del cielo» (v. 24). Ahora toda realidad y la lleva a su consumación definitiva.
bien, antes es preciso que se cumpla el tiempo de la
pasión y del rechazo por parte de los hombres (como
está preanunciado en Le 9,22 y ratificado en 18,31-33). ORATIO
Hemos de recorrer todos los días de la vida, con su car-
ga de sufrimientos y contradicciones: no puede haber Señor Dios, que acoges cada deseo de tus hijos y ha-
historia de la salvación fuera de la misma historia. ces que dé frutos de vida, concédeme tu sabiduría,
amante del bien, para que yo sepa reconocer el bien que
hay en mí y a mi alrededor, semilla fecunda de tu Reino
MEDITATIO
que está aquí.
Dios está en medio de nosotros y está como Señor de Concédeme tu sabiduría, amiga del hombre, para que
lo que existe, porque él lo ha creado todo, porque lo ha yo sepa acoger y ofrecer una amistad sincera y fiel, pro-
redimido todo en la Pascua de Jesús. Sin embargo, el fecía de tu Reino que está aquí.
mundo funciona y sigue adelante sin él. Por otra parte, Concédeme tu sabiduría, estable, segura, sin afanes,
no hay necesidad de Dios como justificación de la rea- para que yo sepa arraigarme en la roca de tu Palabra y
lidad; ya Dietrich Bonhoeffer declaraba el final del consiga la certeza y la confianza en tu providencia, sig-
«Dios-tapaagujeros». no de tu Reino que está aquí.
Con todo, precisamente ese m u n d o «autónomo» res-
pecto a Dios, confiado a la técnica como nuevo espacio CONTEMPLATIO
de «salvación», siente una gran voracidad de milagrería,
de anuncios apocalípticos y corre allí donde el «santón» [...] Este apetito tiene siempre el alma de entender pura
de turno proclama algo extraordinario. Viejos y nuevos y claramente las verdades divinas; y cuanto más ama, más
milenarismos siguen atrayendo con gran fragor. adentro de ellas apetece entrar, y por eso pide lo terce-
La Escritura nos dice hoy que Dios está presente y ac- ro, diciendo: Entremos más adentro en la espesura.
túa: nada ni nadie está excluido de su acción salvadora. En la espesura de tus maravillosas obras y profundos
La suya es una obra de amor, una acción que da valor juicios, cuya multitud es tanta y de tantas diferencias
de eternidad a lo que nosotros hacemos en el tiempo. Es que se puede llamar espesura; porque en ellas hay sabi-
una obra en favor nuestro: hace más significativo nues- duría abundante y tan llena de misterios que no sólo la
tro vivir y afirma nuestra dignidad de hijos suyos. ¡Dios podemos llamar espesura; más aún, cuajada, según lo
está aquí! No para sustituirnos a nosotros, sino para dice David, diciendo: Mons Dei, mons pinguis. Mons
hacer eterno nuestro vivir en el tiempo. Dios está aquí coagulatus, mons pinguis, que quiere decir: el monte de
32a semana Jueves 325
324

Dios es monte grueso y monte cuajado. Y esta espesu- consiguiente más puro y subido gozar, porque es de
ra de sabiduría y ciencia de Dios es tan profunda e in- más adentro saber. Por tanto, no se contentando con
mensa que, aunque más el alma sepa de ella, siempre cualquier manera de padecer, dice: «Entremos más
puede entrar más adentro, por cuanto es inmensa y adentro en la espesura»; es a saber, hasta los aprietos
sus riquezas incomprehensibles, según lo exclama san de la muerte por ver a Dios. De donde, deseando el pro-
Pablo, diciendo: O altitudo divitiarum sapientiae, et feta Job este padecer por ver a Dios, dijo: Quis detur
scientiae Dei: quam incomprehensibilia sunt judicia veniat petitio mea: et quod expecto, tribuat mihi Deus?
ejus, et investigabiles viae ejus! (¡Oh alteza de riquezas Et qui coepit, ipse me conterat: solvat manum suam, et
de sabiduría y ciencia de Dios, cuan incomprehensibles succidat me? Et haec mihi sit consolatio, ut afligens me
son sus juicios e incomprehensibles sus vías!). Pero el dolore, nan parcat, que quiere decir: ¿quién me dará que
alma en esta espesura e incomprehensibilidad de jui- mi petición se cumpla y que Dios me dé lo que espero, y
cios desea entrar, porque le mueve el deseo de entrar que el que me comenzó ése me desmenuce, y desate su
muy adentro del conocimiento de ellos, porque el co- m a n o y me acabe, y tenga yo esta consolación, que,
nocer en ellos es deleite inestimable que excede todo afligiéndome con dolor, no me perdone? ¡Oh si se aca-
sentido. De donde, hablando David del sabor de ellos, base ya de entender cómo no se puede llegar a la espe-
dijo: Judicia Domini vera, justificata tu semetipsa. Desi- sura y sabiduría de las riquezas de Dios, que son de
derabilia super aurum, et lapidem praetiosum multum: muchas maneras, sino es entrando en la espesura del
et dulciora super mel, et favum. Etenim servus tuus cus- padecer de muchas maneras, poniendo en esto el alma
todit ea, que quiere decir: los juicios del Señor son ver- su consolación y deseo, y cómo el alma que de veras
daderos y en sí mismos tienen justicia. Son más agra- desea sabiduría divina, desea primero el padecer en la
dables y codiciados que el oro y que la preciosa piedra espesura de la cruz para entrar en ella! Que por eso san
de gran estima, y son dulces sobre la miel y el panal; Pablo amonestaba a los de Efeso que no desfalleciesen
tanto, que tu siervo los amó y guardó. Por lo cual desea en las tribulaciones, que estuviesen fuertes y arraiga-
el alma en gran manera engolfarse en estos juicios y co- dos en la caridad, para que pudiesen comprehender
nocer más adentro en ellos, y a trueque de esto le sería con todos los santos qué cosa sea la anchura y la Ion-
gran consuelo y alegría entrar por todos los aprietos y gura y la altura y la profundidad, y para saber también
trabajos del m u n d o y por todo aquello que le pudiese la supereminente caridad de la ciencia de Cristo: In
ser medio para esto, por dificultoso y penoso que fue- chántate radicati, et fundati, ut possitis comprehendere
se, y por las angustias y trances de la muerte, por verse cum ómnibus Sanctis, quae sit latitudo, et longitudo, et
más dentro en su Dios. De donde, también por esta sublimitas, et profundum: scire etiam supereminentem
espesura en la que aquí el alma desea entrarse, se en- scientiae charitatem Christi; y para ser llenos de todo
tiende harto propiamente la espesura y multitud de los henchimiento de Dios: Ut impleamini in omnem ple-
trabajos y tribulaciones en que desea esta alma entrar, nitudinem Dei. Porque para entrar en esta riquezas de
por cuanto le es sabrosísimo y provechosísimo el pade- sabiduría la puerta es la cruz, que es angosta. Y desear
cer, porque ello es medio para entrar más adentro en la entrar por ella es de pocos, mas desear los deleites a que
espesura de la deleitable sabiduría de Dios, porque el se viene por ella es de muchos (Juan de la Cruz, Cántico
más puro padecer trae más puro e íntimo entender, y por espiritual B, estrofa 36, nn. 9-12).
326 32° semana

ACTIO Viernes
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
«LM sabiduría hace amigos de Dios y profetas» (Sab 7,27). 32 a semana del
Tiempo ordinario
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Cuando yo era ¡oven, la «religiosidad» era para mí la ex-


cepción. La «religiosidad» me alejaba por sí misma. Por otra
parte estaba la existencia habitual, con sus negocios, aquí, en
cambio, imperaba el arrobamiento, la iluminación, el éxtasis,
sin tiempo ni causalidad. N o tuvo lugar nada de particular: un
día, tras una mañana de exaltación «religiosa», recibí la visita
de un ¡oven desconocido, sin estar presente allí, no obstante, con LECTIO
toda el alma... No había venido a mí por casualidad, sino
enviado por el destino no para una charla, sino para tomar una
decisión, y precisamente a mí, precisamente en aquel momento.
¿Qué esperamos cuando estamos desesperados, pero buscamos Primera lectura: Sabiduría 13,1-9
también una persona? Probablemente, una presencia a través
de la cual se nos diga que, pese a todo, la cosas tienen sentido. 1
Totalmente insensatos son todos los hombres
Desde entonces abandoné esa «religiosidad» que es solamen- que no han conocido a Dios,
te excepción, extrañamiento, evasión, éxtasis, o tal vez fui yo el los que por los bienes visibles no han descubierto al que es,
abandonado por ella. Ahora no tengo más que la vida cotidia- ni por la consideración de sus obras han reconocido al
na de la que nunca me distraigo. El misterio ya no se pronuncia, artífice.
se ha sustraído o bien mora aquí, donde todo sucede tal como 2
En cambio, tomaron por dioses, rectores del mundo,
sucede. Ya no conozco otra plenitud que la de cada hora mor- al fuego, al viento y al aire sutil; a la bóveda estrellada,
tal compuesta de pretensiones y responsabilidades. M u y lejos de al agua impetuosa y a los luceros del cielo.
estar en las alturas, sé, no obstante, que en la pretensión se me 3
Pues, si embelesados con su hermosura los tuvieron por
dirige la palabra y que puedo responder de manera responsa- dioses,
ble. Sé quién habla y me pide una respuesta. N o sé mucho más.
comprendan cuánto más hermoso es el Señor de todo eso,
Si esto es religión, entonces la religión es todo, la totalidad vivida
pues fue el mismo autor de la belleza el que lo creó.
simplemente en su posibilidad de diálogo ( M . Buber, Incontro. 4
Frammenti autobiografía, Roma 1994, pp. 73ss, passim). Y si tal poder y energía los llenó de admiración,
entiendan cuánto más poderoso es quien los formó,
5
pues en la grandeza y hermosura de las criaturas
se deja ver, por analogía, su Creador.
6
Éstos, con todo, merecen más ligero reproche,
porque quizás se extravían
buscando a Dios y queriendo hallarlo.
328 32" semana Viernes 329

7
Se mueven entre sus obras y las investigan, tienen claro ante sus ojos, por cuanto Dios se lo ha reve-
y quedan seducidos al contemplarlas,
¡tan hermosas son las cosas que contemplamos!
lado» (Rom 1,18).
" De todas formas, ni siquiera éstos son excusables,
9
porque, si fueron capaces de escudriñar el universo,
¿cómo no hallaron primero al que es su Señor? Evangelio: Lucas 17,26-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 26 Cuando


**• «Los cielos cuentan la gloría de Dios» (Sal 19,2), pero venga el Hijo del hombre sucederá lo mismo que en tiempos
los hombres no siempre han sido capaces de leer lo que de Noé. 21 Hasta que Noé entró en el arca, la gente comía,
cuenta la creación. Y así, el autor del libro de la Sabi- bebía y se casaba. Pero vino el diluvio y acabó con todos. 2S Lo
duría, que vive en un contexto en el que la cultura hele- mismo sucedió en los tiempos de Lot: comían, bebían, com-
nística sirve de fondo a los cultos paganos politeístas, se praban, vendían, plantaban y edificaban. 2" Pero el día en el
encuentra reflexionando con el lenguaje filosófico de la que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y aca-
bó con todos. 30 Así será el día en el que se manifieste el Hijo
analogía sobre cómo la grandeza y la belleza de la del hombre. 3 I Ese día, el que esté en la azotea y tenga en casa
naturaleza no pueden hacer otra cosa que remitir a su sus enseres que no baje a tomarlos; igualmente, el que esté en
autor. Es posible que se trate de u n a reflexión nacida de el campo que no vuelva atrás. 32 Acordaos de la mujer de Lot.
33
la meditación de los relatos del Génesis sobre el origen El que intente salvar su vida la perderá, pero el que la pier-
del cosmos (el todo armónico y bello), explicitado aquí, da la salvará. M Os aseguro que esa noche estarán dos juntos
en la misma cama: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán.
no obstante, por vez primera de esta forma. No es nue- 35
Estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a otra la
va la consideración de la grandeza de lo creado y del dejarán.
poder de Dios que a través de ella se expresa (v. 4; 37
Ellos le preguntaron:
cf. Job 36,22-26; Is 40,12-14), pero sí es digno de señalar
el acento que se pone en la belleza del mismo (v. 3). -¿Dónde, Señor?
Y les contestó:
El autor nos invita a remontarnos al Señor de todas -Donde esté el cadáver, allí se reunirán los buitres.
las criaturas, al que ha formado todo lo que existe, pues-
to que «lo invisible de Dios, su eterno poder y su divini-
dad, se ha hecho visible desde la creación del mundo, a *•• En el marco de la reflexión sobre los últimos tiem-
través de las cosas creadas» (Rom 1,20), y él, aun dejan- pos, Jesús se remite a los acontecimientos de Noé (cf.
do que «cada pueblo siguiera su camino» (Hch 14,16), Gn 6-8) y de Lot con su consorte (cf. Gn 19,24.26) para
ha dejado en la creación sus huellas para que todos pue- caracterizar los días del Hijo del hombre. Como en
dan encontrarle. Sin embargo, no siempre los hombres tiempos de Noé (w. 26ss) y de Lot (w. 28ss) el diluvio y
le reconocieron (v. 1): no le han encontrado (v. 9), se han el fuego, respectivamente, sorprendieron a los hombres,
equivocado (v. 6) dejándose seducir por las apariencias ocupados en comer, beber, casarse, trabajar, también es
y por la belleza de las cosas (v. 7), llegando a conside- posible que ahora la venida del Señor nos coja sin estar
rar en ocasiones como dioses a los elementos de la na- preparados.
turaleza (v. 2). Su ignorancia (v. 1) no es, en definitiva, Es preciso mirar bien a qué se dirige principalmen-
excusable (v. 8), «pues lo que se puede conocer de Dios lo te nuestra atención: comer, beber y darse a la alegría
32" semana Viernes 331
:uo
es el proyecto -frustrado por la m u e r t e - del rico necio económico y nuestro estilo de vida occidental están de-
de Le 12,19. No son los «enseres» (v. 31), las realidades vastando, alterando, suprimiendo lo que constituye
materiales, lo que nos dará la vida; al contrario, tras nuestro espacio vital. Con todo, no tiene sentido con-
haber convertido a Dios en el fulcro de nuestra vida, es vertirlo en un ídolo. No es en sí misma una cuestión de
preciso renunciar a ellas, sin echar la vista atrás, c o m o fina sensibilidad ecológica - a u n q u e esta atención al
hizo la mujer de Lot (v. 31; cf. Le 9,62). Recogiendo aho- orden creado tenga un valor-, sino que está en juego
ra lo que ya había dicho en Le 9,23, Jesús afirma: «El nuestra conciencia de criaturas en relación con el Crea-
que intente salvar su vida la perderá, pero el que la pier- dor. Estar preparados para el encuentro definitivo con
da la salvará» (v. 33). Nótese que, en el primer caso, él significa asimismo haber aprendido a encontrarle en
salvar (peripoiéomai) tiene el valor de conservar lo que las criaturas, respetándolas, admirándolas y promo-
se tiene; en el segundo caso, salvar (zoogonéo) implica viendo la vida particular y específica de cada uno.
no la conservación, sino la generación de una vida nueva
que se produce en la pérdida. ORATIO
Hombres y mujeres (v. 34) tienen que estar preparados:
«dónde» (y. 37), donde cada uno se encuentre, porque Hoy, Señor mío, quiero orarte haciendo mías las pa-
allí donde cada uno desarrolla su vida, allí le visita el labras de san Francisco. Como él, quiero unir mi voz a
Señor {cf. Ap 19,17 e Is 18,6; 34,15ss; Jr 7,33; 12,9; 15,3 la de las otras criaturas para alabarte, Creador y Señor
para la imagen de las aves rapaces). del universo.
¡Alabado seas, mi Señor, en todas las creaturas tuyas,
MEDITATIO especialmente el señor hermano Sol, por quien nos das el
día y nos alumbras, y es bello y radiante con grande
La Palabra de Jesús nos dice hoy que él volverá, aun- esplendor: de ti, Altísimo, es significación! ¡Alabado seas,
que no sabemos cuándo. Volverá, y entonces compren- mi Señor, por la hermana Luna y las estrellas: en el cielo
deremos que nuestra vida vale en cuanto la entregamos las formaste claras y preciosas y bellas! ¡Alabado seas, mi
a él, la gastamos en las ocupaciones diarias junto a él. Señor, por el hermano Viento, por el Aire y la Nube, por el
Estar preparados es u n hecho cotidiano: no puede sor- Cielo sereno y todo Tiempo: por ellos a tus creaturas das
prendernos la venida de aquel con quien estamos en sustento! Alabado seas, mi Señor, por la hermana Agua,
continua relación. la cual es muy útil y humilde, preciosa y casta! ¡Alabado
seas, mi Señor, por el hermano Fuego: por él nos alumbras
El orden creado, en su multiplicidad de formas y ma-
la noche, y es bello y alegre, vigoroso y fuerte! ¡Alabado
nifestaciones, nos ofrece el espacio de la relación con
seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre Tierra, que
Dios. Y no sólo eso: las criaturas dicen algo del Creador.
nos mantiene y sustenta, y produce los variados frutos
De esta suerte, la creación es el primer relato de la be-
con las flores coloridas y las hierbas!
lleza y del amor de Dios y es también la primera pala-
bra con la que respondemos a tanto amor. Hoy se habla Y quiero invocarte: envía tu Espíritu para que noso-
mucho de «medio ambiente», de «naturaleza», de «eco- tros, criaturas humanas, comprendamos la importancia
logía», y se habla con razón, porque nuestro sistema de poner todos los medios para no apagar la voz de los
32" semana Viernes 333
332

seres que, con nosotros, pueblan este mundo: cada uno temente la voluntad de la Caridad incomprensible, a la
por su paite refleja algo de tu belleza, preparado para que sirven el Poder y la Sabiduría [...].
estar contigo en la eternidad. Y si la escritura, que sirve a los alejados, puede hacer
¡Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la Muer- saber lo que ha sucedido y lo que sucederá, cuánto más
te corporal, de quien ningún hombre viviente puede es- la Palabra y el Espíritu conocerán y anunciarán todo al
capar! ¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal! intelecto, su «cuerpo». Y digo en verdad: muchas puertas,
¡Bienaventurados los que encuentre cumpliendo tu muy llenas de diversas distinciones, me h a n salido al en-
santa voluntad, pues la muerte segunda no les podrá cuentro en este lugar... (Evagrio Póntico, Lo scrigno della
hacer mal! sapienza, Magnano 1997, pp. lóss, passim).

CONTEMPLATIO ACTIO

Dios, a causa de su caridad, hizo de modo que cuan- Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
tos estaban lejos de él [...] percibieran su caridad con «El que intente salvar su vida la perderá, pero el que la
ellos y se [le] acercaran gracias a la mediación de las pierda la salvará» (Le 17,33).
criaturas, puestas como escritura por su Poder y por su
Sabiduría, es decir, por su Hijo y por su Espíritu. A tra-
vés de la criaturas, pues, no sólo perciben la caridad de PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Dios Padre con ellas, sino también su Poder y su Sabi-
duría. En efecto, así c o m o el que lee u n a escritura per- El sentido de lo bello, aunque mutilado, deformado, ensucia-
cibe a través de ella su belleza, junto con la voluntad do, permanece, a pesar de todo, como un impulso poderoso en
de su redactor, el poder y la inteligencia de la m a n o y el corazón humano. Está presente en todas las preocupaciones
del dedo que la h a n escrito, así también quien observa de la vida profana. Si se volviera auténtico y puro, transporta-
a las criaturas de modo intelectual percibe la m a n o y el ría toda la vida profana como un solo bloque a los pies de Dios
y así haría posible la encarnación total de la fe. Por lo demás,
dedo de su creador junto con su voluntad, o sea, su
la belleza del orden creado es, en general, la vía más común, la
caridad [...]. más fácil y natural. Como Dios se precipita a cada alma en
Ahora bien... del mismo modo que la cosa escondida cuanto ella parece abierta, para amar y servir a través de ella a
en la escritura está oculta a los que no saben leer esta los desventurados, así se precipita también para amar y admi-
[última], aunque la miren, así también quien carece de rar a través de ella la belleza sensible de su propia creación.
inteligencia de las criaturas visibles carece [también] de Con todo, lo contrario es todavía más verdad: la tendencia
la percepción intelectual escondida en ellas, aunque las natural del alma a amar la belleza es la trampa más frecuente
mire. E n cambio, el que en virtud de su solicitud y pu- de la aue se sirve Dios para abrirla al soplo que viene de lo alto.
reza está instruido en ellas, sabe que todas le revelan a La belleza del orden creado es la sonrisa de ternura que nos
él [en su interioridad], y, cuando haya percibido estas dirige Cristo a través de la materia. El está realmente presente
cosas, entonces también él anunciará la sabiduría y el en la belleza del universo. También éste, por tanto, se asemeja
poder de su propia constitución y proclamará incesan- a un sacramento.
32a semana
334

El amor físico, en todos sus aspectos, desde el más noble


-tanto el verdadero matrimonio como el amor platónico- hasta
Sábado
el más bajo, incluso hasta el vicio, tiene por objeto la belleza del
orden creado. El deseo de amar en un ser humano la belleza de
la creación es, en su esencia, el deseo de la encarnación. El 32 a s e m a n a del
amor físico, en todos sus aspectos, se siente atraído unas veces Tiempo ordinario
más y otras menos por la belleza - y las excepciones tal vez sean
sólo aparentes-, porque la belleza de un ser humano lo hace
aparecer a la imaginación como algo equivalente a la belleza
del orden creado. Por eso son graves los pecados en ese campo:
constituyen una ofensa a Dios por el hecho mismo de que el
alma, sin saberlo, está buscando a Dios (S. Weil, Attesa di Dios,
Milán 1991, pp. 123ss, passim [edición española: A la espera
de Dios, Editorial Trotta, Madrid 1996]). LECTIO

Primera lectura: Sabiduría 18,14-15b; 19,6-9


1814
Cuando un silencio apacible lo envolvía todo
y la noche llegaba a la mitad de su veloz carrera,
15
tu omnipotente palabra se lanzó desde el cielo,
desde el trono real, cual implacable guerrero,
sobre aquella tierra destinada al exterminio.
i9.6 p o r q u e toda la creación, obediente a tus mandatos,
tomaba nuevas formas en su misma naturaleza,
para guardar de todo mal a tus hijos:
7
se vio a la nube dar sombra al campamento
y de lo que antes era agua emerger la tierra seca.
El mar Rojo se convirtió en un camino transitable
y el oleaje impetuoso en una llanura verdeante,
8
por donde pasó un pueblo entero, protegido por tu mano,
contemplando prodigios admirables.
9
Parecían caballos pastando en la pradera,
y retozaban como corderillos
mientras te alababan a ti, Señor, su libertador.

*» El autor del libro de la Sabiduría, recorriendo en


sus etapas principales la historia del pueblo de Israel, lee
en ella la obra de la Sabiduría, que obra de acuerdo con
3.to 32" semana Sábado 337

2
h» voluntad de Dios. E n los pasajes que hemos leído hoy, -Había en una ciudad un juez que no temía a Dios ni res-
se detiene a considerar los acontecimientos del éxodo. petaba a los hombres. 3 Había también en aquella ciudad una
viuda que no cesaba de suplicarle: «Hazme justicia frente a mi
En los w. 14-16 del capítulo 18 relata, en una escena de enemigo». 4 El juez se negó durante algún tiempo, pero des-
sabor apocalíptico, la muerte de los primogénitos egip- pués se dijo: «Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, 5 es
cios, atribuida a Dios por m a n o del ángel exterminador: tanto lo que esta viuda me importuna que le haré justicia,
signo decisivo que abre el camino a la salida del pueblo para que deje de molestarme de una vez».
6
de Israel de Egipto (cf Ex 11-12). Se hace una mención Y el Señor añadió:
particular del tiempo («la noche llegaba a la mitad»: -Fijaos en lo que dice el juez inicuo. 7 ¿No hará, entonces,
v. 14; cf. Ex 11,4.12.29) en el que se dio ese signo. Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Les
hará esperar? 8 Yo os digo que les hará justicia inmediata-
La Sabiduría es identificada con la Palabra eficaz de mente. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe
Dios (cf. Is 11,4; 55,11): como el guerrero que produce en la tierra?
un «exterminio» con su espada afilada (v. 15), la Palabra
de la Sabiduría que llena el universo actúa en favor del **• «Velad, pues, y orad en todo tiempo, para que os li-
pueblo de Dios, en una noche de tragedia y libertad. bréis de todo lo que ha de venir y podáis presentaros sin
En los w. 6-9 del capítulo 19 se pone la atención en la temor ante el Hijo del hombre» (Le 21,36). Jesús, para
travesía del m a r Rojo. Y aparece casi una nueva crea- ilustrar la necesidad de «orar siempre» (18,1), cuenta la
ción donde al «espíritu» que «aleteaba sobre las aguas» parábola del juez inicuo y la viuda importuna.
del caos primordial (Gn 1,2) le corresponde la «nube» Si la verdadera religión es «socorrer a los huérfanos y
que acompaña en su camino al pueblo (Nm 9,15-23) y las viudas» (Sant 1,27), el juez del relato es verdadera-
fecunda como «sombra» (cf. Le 1,35) sus etapas: apare- mente un juez inicuo - n i teme a Dios ni se preocupa por
cen entonces la «tierra seca», la «llanura verdeante» y el nadie (w. 2 y 4)-; sin embargo, la insistencia de la viuda,
«camino libre» para el paso de los hombres protegidos que, en su necesidad, continúa importunándole (recuer-
por la m a n o de Dios (Ex 14,21ss como en Gn 1,9-12). da al amigo importuno de Le 11,1-8), logra triunfar sobre
E n definitiva, no sólo la naturaleza lleva en sí misma su indiferencia. Del mismo modo, es preciso que nos
las huellas de Dios, que la ha creado, sino que toda la dirijamos continuamente (v. 5) a Dios, seguros de que
historia está surcada por su presencia, como se dirá, escuchará a quien grita a él «día y noche» (v. 7; cf. la
relación que existe entre la justicia divina y la oración
con mirada sintética, al final de este libro: «Por todos
del humilde en Eclo 35,11-24). También san Pablo, que
los medios, Señor, engrandeciste y cubriste de gloria a tu
se ocupa en diferentes ocasiones del tema de la oración
pueblo y no dejaste de asistirlo en todo tiempo y lugar»
incesante (cf. Ef 6,18; 1 Tes 5,17), subraya que la oración
(19,22). es u n a auténtica lucha con Dios (cf. Rom 15,30).
Ahora bien, la condición es que tengamos «fe» (v. 8):
Evangelio: Lucas 18,1-8 el riesgo que se cierne ahora es que estemos tan preo-
cupados por otras cosas (cf. Le 17,27ss: comer, beber...)
En aquel tiempo, ' para mostrarles la necesidad de orar que olvidemos buscar, en primer lugar, el Reino de Dios.
siempre sin desanimarse, Jesús les contó esta parábola: Dios hace justicia (expresión repetida en otras ocasiones:
32a semana Sábado 339
338

vv. 3,5,7ss) a quien no se cansa de pedirla; escucha y abre cerrada en sí misma, y nos hace capaces de ver lo que es
la puerta, incluso cuando la noche ya está avanzada, a verdaderamente real.
quien no deja de insistir.
ORATIO
MEDITATIO
Quisiera tener, oh Dios, la fuerza suficiente para no
No existe -posiblemente- ninguna persona que, en al- cesar nunca de importunarte; quisiera esa inquietud
gún momento de su existencia, no haya deseado percibir que no encuentra reposo hasta que no llega a ti. Sé tú,
de una manera sensible la presencia de Dios, tener signos Señor, el interlocutor de mis peticiones en esta historia
inequívocos que prueben que se interesa por nosotros y que, en ocasiones, parece enloquecida y, muchas otras,
que nuestra fatigosa oración llega a él. me resulta incomprensible. Dime cómo hacer para vis-
Es posible que también yo lo haya deseado, pero tal lumbrar tus huellas en nuestros caminos envueltos en
vez me he quedado perplejo y decepcionado. ¡Qué di- nieblas, fangosos, tortuosos...
fícil es entrar en relación con Dios! ¡Qué difícil es estar ¡Dios de la historia, haz crecer mi fe! Te pido esa fe
en relación con él, una relación en la que me escapa el sencilla que no tiene miedo de reconocerte entre las cur-
«tú»... Pero la Palabra de Dios -puesto que él me habla vas de nuestro andar; que es capaz de verte obrando
en las Escrituras- me recuerda hoy algo que olvido con como roca que sostiene todo el lodo de nuestro vivir;
frecuencia: Dios m e cita en la historia, en ella puedo que es capaz de verte vivo, como luz radiante que disipa
tejer u n a relación con él. No son los espacios indefini- nuestras nieblas en un destino de vida eterna.
dos de experiencias esotéricas los que me conducen al
encuentro con Dios, sino que son los acontecimientos
concretos que forman mi vivir y el vivir h u m a n o los que CONTEMPLATIO
me dicen algo de Dios, los que me revelan algo de él, los
que me evocan algo de su acción misericordiosa y sal- La causa también por que el alma no sólo va segura
vadora. Dios no «maniobra» en la historia: la custodia cuando va así a oscuras, sino aun se va más ganando y
y la sostiene, hace que todo concurra a la realización de aprovechando, es porque comúnmente, cuando el alma
su obra de salvación. va recibiendo mejoría de nuevo y aprovechando, es por
Todo esto interpela a mi fe. ¿Acaso pienso que la re- donde ella menos entiende; antes muy de ordinario
lación con Dios es algo distinto a la fe? ¿Acaso pienso piensa que se va perdiendo, porque, como ella nunca ha
que la relación con Dios es un hecho que se produce por experimentado aquella novedad que le hace salir y des-
necesidad, el reflejo de un ímpetu emotivo? El Señor lumhrar y desatinar de su primer modo de proceder, an-
-que tanta importancia a da mi relación con él- me lo tes piensa que se va perdiendo que acertando y ganan-
repite una vez más: si creo en él, le descubriré presente; do, como ve que se pierde acerca de lo que sabía y
si creo en él, me daré cuenta de que me escucha. La fe gustaba, y se ve por donde no sabe si gusta. Así como el
no inventa algo que no es, sino que nos hace capaces de caminante que, para ir a nuevas tierras no sabidas, va
ver lo que escapa a la mirada presurosa, superficial, en- por nuevos caminos no sabidos ni experimentados, que
340 32a semana Sábado 341

| camina no] guiado por lo que sabía antes, sino en dudas Dios no parece ausente amenaza de manera peligrosa su con-
y por el dicho de otros, y claro está que éste no podría tinua presencia. Y es que lo encontramos cuandole buscamos,
venir a nuevas tierras ni saber más de lo que antes sabía y cuando no le buscamos huye de nosotros. Lo oímos sólo cuan-
si no fuera por caminos nuevos nunca sabidos, y deja- do esperamos oírle, y si dejamos de escucharle, creyendo que
dos los que sabía. Ni más ni menos el que va sabiendo nuestra esperanza ya se ha realizado, él deja de hablar; su
más particularidades en un oficio o arte, siempre va a silencio ya no es vida, sino que se convierte en muerte, aunque
oscuras no por su saber primero, porque si aquél no lo carguemos de nuevo con el eco de nuestro estrépito emotivo
dejase atrás nunca saldría de él ni aprovecharía en más. (Th. Merton, Pensierí nella solitudine, Roma 1959, p. 83 [edición
española: Pensamientos de la soledad, Edhasa, Madrid 1971 ]).
Así, de la misma manera, cuando el alma va apro-
vechando más, va a oscuras y no sabiendo. Por tanto,
siendo (como habernos dicho) Dios [aquí] el maestro y
guía de este ciego del alma, bien puede ella -ya que lo
ha venido a entender (como aquí [decimos])- con
verdad alegrarse y decir: a escuras y segura (Juan de la
Cruz, «Noche oscura», II, 16, n. 8, en id., Obras com-
pletas, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 141994,
pp. 560-561).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Tú escuchas, Señor, el grito de nuestra fe» (cf. Le 18,7ss).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Es necesario que encontremos el silencio de Dios no sólo en


nosotros mismos, sino también en el otro. Si los otros no nos ha-
blan con palabras que proceden de Dios y comunican con el si-
lencio de Dios que hay en nuestras almas, permaneceremos ais-
lados en nuestro mismo silencio, del que Dios tiende a sustraerse.
Y es que el silencio interior depende de una búsqueda continua,
de un arito incesante en la noche, de un repetido inclinarse
sobre e[ abismo. Si nos adherimos a un silencio que pensamos
haber encontrado para siempre, desistimos de la búsqueda de
Dios y muere el silencio en nosotros. Un silencio en el que ya no
buscamos a Dios cesa de hablarnos de él. Un silencio del que
Lunes

331' semana del


Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: 1 Macabeos 1,10-15.41-43.54.62-64

En aquellos días, 10 de aquellos generales salió un retoño


impío, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en
Roma como rehén, y comenzó a reinar el año 137 de la era de
los griegos. " Por entonces surgieron israelitas apóstatas que
sedujeron a muchos diciendo:
-Pactemos con los pueblos de alrededor, pues desde que
nos hemos separado de ellos nos han venido muchos males.
12
Les pareció bien la propuesta, " y algunos del pueblo -
fueron a ver al rey. El rey les autorizó a seguir las costumbres
paganas ,4 y, siguiendo dichas costumbres, edificaron un gim-
nasio en Jerusalén, 15 disimularon la circuncisión, abandonaron
la alianza santa para asociarse a los paganos y se vendieron
para hacer el mal.
41
El rey ordenó que todos sus subditos formaran un solo
pueblo 42 y que cada uno abandonara sus costumbres propias.
Todos los gentiles aceptaron la orden del rey, 43 y muchos
israelitas se acomodaron a la religión oficial, ofrecieron sa-
crificios a los ídolos y profanaron el sábado.
54
El quince del mes de Casleu del año ciento cuarenta y
cinco, Antíoco mandó colocar un altar sacrilego encima del
altar del sacrificio y edificó altares en las ciudades judías de
los alrededores. 55 En las puertas de las casas y en las calles se
33a semana Lunes 345
344

ofrecía incienso; s" rasgaban y quemaban los libros de la ley ciudades de Judá. La persecución se abatió sobre los
que encontraban. " Al que le encontraban el libro de la alianza judíos fieles: la simple posesión de libros sagrados, que
y al que observaba la ley se les condenaba a muerte de acuerdo tenían que ser destruidos, era castigada con la muerte
con el decreto real. " Pero hubo muchos israelitas que se (w. 54-57). Con todo, muchos conservaron la fe a pesar
mantuvieron firmes y decidieron no comer alimentos impu-
ros. "' Prefirieron morir antes que contaminarse con tales ali- de la persecución: siguieron escrupulosamente la ob-
mentos y profanar la alianza santa, y efectivamente murieron. servancia de las disposiciones alimentarias por ser el
'"' Una cólera terrible se abatió sobre Israel. símbolo de una fidelidad que se debía conservar incluso
a costa de la vida. Esta perseverancia de los creyentes
desencadenó el furor de los perseguidores (w. 62-64).
*»• El primer libro de los Macabeos, del que sólo te-
nemos la versión griega, relata los acontecimientos de la
insurrección judía contra Antíoco IV de Siria, en el siglo
Evangelio: Lucas 18,35-43
II a. de C. Los fragmentos que constituyen la lectura de
hoy presentan la figura del rey perseguidor, así como la 35
Cuando se acercaba Jesús a Jericó, un ciego, que estaba
de los impíos que, entre los mismos israelitas, aban- sentado junto al camino pidiendo limosna, 36 oyó pasar gente
donaron la fe de los padres para seguir la idolatría del y preguntó qué era aquello. " Le dijeron que pasaba Jesús, el
dominador. Nazareno. 38 Entonces él se puso a gritar:
Antíoco IV es definido, desde el mismo momento de su -Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí.
39
ascensión al trono, como un «un retoño impío» (v. 10). Los que iban delante le reprendían diciéndole que se
callara. Pero él gritaba todavía más fuerte:
Sin embargo, la atención se concentra de inmediato en
los judíos que se pusieron de parte del rey pagano, que -Hijo de David, ten compasión de mí.
40
eran, por tanto, todavía más condenables que él: éstos Jesús se detuvo y mandó que se lo trajesen. Cuando lo
tuvo cerca, le preguntó:
traicionaban esperando obtener ventajas personales, y 41
por eso se dice de ellos que se «vendieron» (v. 15). Fueron -¿Qué quieres que haga por ti?
ellos quienes introdujeron los usos paganos en la ciudad Él respondió:
santa: construyeron el gimnasio, renegaron de la alianza, -Señor, que recobre la vista.
42
ocultaron de una manera artificial el signo sagrado de la Jesús le dijo:
circuncisión. Los w. 41-43 refieren el decreto del rey que -Recóbrala; tu fe te ha salvado.
43
unificaba a los pueblos sometidos aboliendo las leyes En el acto recobró la vista y siguió dando gloria a Dios.
particulares y las autonomías: es una unidad buscada en Y todo el pueblo, al verlo, se puso a alabar a Dios.
oposición a la voluntad del Señor, como en el mito de la
torre de Babel. Fueron muchos los judíos que aceptaron **• Los dos personajes, Jesús y el ciego, se perfilan so-
la imposición y abandonaron la ley del Señor, particular- bre el fondo de la muchedumbre, que sirve de contras-
mente el precepto del sábado. te. El movimiento de ambos es opuesto y convergente:
El colmo de la profanación se produjo cuando Antíoco el ciego «estaba sentado» con u n a actitud de inactividad
hizo colocar un ídolo sobre el altar del templo de Jeru- pasiva y resignada (pide limosna), de marginación y ais-
salén y ordenó hacer sacrificios a los ídolos en todas las lamiento (junto al camino); Jesús se hace prójimo, «56
346 33" semana Lunes 347

acercaba» a la ciudad rodeado por la gente que se apiña, sino que va más allá del reconocimiento de la identidad
tal vez sólo por curiosidad, a su alrededor. de Jesús: «Hijo de David, ten compasión de mí».
El ciego, sin embargo, parece ir despertando de ma- Así pues, en la primera lectura, la astucia ilusoria de
nera progresiva a la vida: de la curiosidad (v. 36) a la los impíos, que siguen un «razonamiento» aparentemen-
petición insistente (v. 38ss), hasta la fe y el seguimiento te clarividente y prudente -«pactemos con los pueblos de
(vv. 41-43). Se distingue de la muchedumbre no ya por alrededor»-, se contrapone a la «locura» de los que pre-
su enfermedad, sino porque toma conciencia de su pro- fieren morir antes que romper la alianza con el Señor.
pia condición y pide ayuda: intentan hacerle callar, pero El Evangelio impone una opción de vida: o con él o
él grita cada ve/ más fuerte. Jesús, por el contrario, pasa contra él. Impone un vuelco, un dar la vuelta a nuestros
del movimiento a la detención: «se detuvo» para oírle y modos de ver, un cambio radical en el modo de pensar
le escucha casi en sordina, sólo después de su petición y actuar, una conversión. Ésta es la verdadera vida que
(v. 41), sin realizar ninguno de los gestos que acompa- los testigos de la fe saben elegir y la que les hace fuertes
ñ a n a menudo a los milagros. Parece como si quisiera y capaces de afrontar el martirio. Ésta es la curación
ceder al ciego el papel principal: «¿Qué quieres que ha- obrada por Jesús, que abre los ojos al ciego y nos los
ga por ti?» y «tu fe te ha salvado» son dos expresiones puede abrir también a nosotros, que somos ciegos sin
que ponen el acento voluntariamente en la oración y saber que lo somos.
en la fe, más que en las dotes extraordinarias del tauma-
turgo.
El protagonista es el ciego, figura y modelo de la hu- ORATIO
manidad necesitada de salvación: se produce en él u n
cambio interior, una conversión, más importante que la Te lo ruego, Señor, haz que vea. Que vea quién eres,
curación, que es sólo una manifestación externa. La trans- que sepa reconocerte entre la multitud cuando pases
formación del hombre convertido y salvado tiene con- mezclado con los desconocidos de los que no me preo-
secuencias sobre los que asisten a ella: la muchedumbre cupo, cuando te escondas en el mendigo que me impor-
de los curiosos, que antes le reprendía por lo molesto de tuna o en la persona cansada a la que no quiero ceder el
sus gritos, «al verlo, se puso a alabar a Dios» (v. 43). asiento en el autobús.
Te lo ruego, Señor, haz que reconozca mi debilidad.
MEDITATIO Que reconozca que tengo necesidad de ti, que sea capaz
de invocar tu ayuda y pedirte perdón cuando te escon-
Hay muchos modos de ser ciegos y muchos modos de des en los hermanos a los que he ofendido, en los que
ver. «Lo esencial es invisible a los ojos», dice el principi- me resultan antipáticos, en los rivales a los que tal vez
to de Saint-Exupéry, y tal vez por eso el ciego de Jericó intento enredar en mi propio beneficio.
parece tener gancho. Tiene necesidad de los otros para Te lo ruego, Señor, haz que acepte cambiar. Que acep-
saber quién es el que pasa seguido de tanta gente, pero, te convertirme, que no pretenda que no tengo necesidad,
a diferencia de los otros, no se detiene en la primera que siempre acierto en mis convicciones y mis hábitos.
apariencia -«le dijeron que pasaba Jesús, el Nazareno»-, Que sea capaz de levantarme del cómodo rincón que me
348 33" semana Lunes 349

he creado, para seguirte por tu camino, el único que lleva al Jesús que conocimos con la inteligencia. Observemos
a la vida. a dónde se dirige el Señor y, con la imitación, sigamos sus
huellas. En efecto, sólo sigue a Jesús quien le imita...
(Gregorio Magno, Homilías sobre los evangelios II, 1-8,
CONTEMPLATIO
passim).
El ciego es símbolo de todo el género humano, ex-
pulsado del paraíso terrenal en la persona de su primer ACTIO
padre, Adán. Desde entonces, los hombres han dejado de
ver el esplendor de la luz eterna. A pesar de todo, la hu- Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
manidad está iluminada por la presencia de su Salva- «Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí» (Le 18,38ss).
dor, de suerte que puede ver -al menos con el deseo- el
gozo de la luz interior y caminar con los pasos de las
buenas obras por el camino de la vida. Mientras nues- PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
tro autor se acerca a Jericó, el ciego recobra la vista. Eso
quiere decir que cuando el Señor asume la debilidad de La experiencia de la luz en la luz nos hace intuir una presen-
nuestra naturaleza, el género h u m a n o recobra la luz cia que no vemos con sus contornos, puesto que el Señor no tie-
que había perdido. La respuesta al gesto de Dios, que ne limitaciones. Sin embargo, «gustamos» su presencia. Todas
empieza a padecer las debilidades humanas, es el nuevo las manifestaciones de Dios en la Biblia van en este sentido. Exis-
modo de ser del hombre, elevado a alturas divinas. te una presencia, Dios habla, pero no le vemos (Ex 3,1-6;
33,18-23). El hombre lo siente, participa de su luz, pero no ve
El que ignora el esplendor de la luz eterna es ciego, y al Señor (Ex 3 4 , 2 9 ; 2 Cor 3 , 7 - 4 , 6 ) . La experiencia de una
el que cree en el Redentor se sienta junto al camino. Sin presencia que no se ve es luz porque se «siente» que el Señor es
embargo, si, aun creyendo, se olvida de pedir para recibir el Dios «misericordioso y piadoso, lento a la rica y rico en gracia
la luz eterna, es un ciego que se sienta junto al camino y fidelidad» (Ex 34,6ss). Como a Moisés, esta experiencia nos
sin mendigar. Por eso, todo el que reconoce las tinieblas lleva a invocarle «mientras está cerca» (Is 55,6) con una certeza
de su propia ceguera invoca con todas las fuerzas del confiada de que seremos oídos, porque él es «rico en misericor-
alma: «Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí». dia con los que le invocan» (Sal 8 5 , 8 ; Rom 10,12) y no deja a
nadie sin respuesta (Eclo 2,12). De hecho, como su grandeza,
Insistamos con vigor en la oración, detengamos en
así es su misericordia (Ecl 2,18; Sab 7,7).
nuestra alma a Jesús, que pasa. Cuando insistimos con
fuerza en la oración, Jesús se detiene para volver a dar- Es luz porque se percibe la presencia de una Bondad que nos
nos la luz. En consecuencia, queridos hermanos, si co- envuelve y que antes no conocíamos. Por consiguiente, es un
nuevo modo de ser, puesto que esta «presencia» nos libera de
nocemos ya la ceguera de nuestro peregrinar; si, con la
nuestras tinieblas, de nuestra soledad. Instaura una nueva rela-
fe en el misterio de nuestro Redentor, ya estamos senta- ción con nosotros mismos. Nos damos cuenta de que somos di-
dos junto al camino; si, con la oración cotidiana, pedi- ferentes porque somos amados, algo aue antes no era posible.
mos la luz de nuestro autor; si, además, después de la Estábamos ciegos, había una oscuridad en la que estábamos su-
ceguera, somos iluminados por el don de la luz que pe- mergidos. Ahora existe la luz, la luz del amor. «En un tiempo
netra en nosotros, esforcémonos en seguir con las obras fuisteis tinieblas, ahora sois luz en el Señor.» Y la luz, como
.350 33a semana

decíamos, no se puede expresar en cuanto tal; se percibe en la Martes


luz, pero su expresión necesita concretarse. Por eso «el fruto de la
luz consiste en toda bondad» (Ef 5,8ss). Se trata de la experiencia
de la bondad del Señor, que ilumina el corazón y se difunde en
todo nuestro ser. 33;l semana del
Tiempo ordinario
La experiencia de esta Bondad se convierte, si así podemos
llamarla, en oración. Es oración en el sentido de que el amor
quiere crecer, la alegría quiere ser completa y la alabanza quiere
ser simplemente exultación. Es oración porque la prenda requie-
re la compleción (B. Boldini, Dal profondo a te grido, Mondoví
1984, pp. 84ss [edición española: Desde lo hondo a ti grito,
Ediciones San Pablo, Madrid 1986]).

LECTIO

Primera lectura: 2 Macabeos 6,18-31

En aquellos días, 18 a Eleazar, uno de los principales maes-


tros de la Ley, de avanzada edad y aspecto venerable, querían
obligarle a comer carne de cerdo, abriéndole a la fuerza la
boca. 19 Pero él prefirió una muerte gloriosa a una vida infa-
me: escupió la carne y afrontó voluntariamente el suplicio,
20
como deben hacer, aún jugándose la vida, los que tienen el
valor de rechazar los alimentos prohibidos. 2I Los que presidían
el impío banquete, llevados por la antigua amistad que tenían
con él, lo llevaron aparte y le rogaron que trajera manjares
permitidos, preparados por él mismo, para simular que había
comido de los manjares de los sacrificios, como mandaba el
rey. 22 Haciendo esto, se libraría de la muerte. Le hacían este
favor por la antigua amistad que tenían con él. 23 Pero él tomó
una noble determinación, digna de su edad y de su venerable
ancianidad, de sus canas y de su conducta ejemplar desde la
infancia y, sobre todo, de las leyes santas establecidas por
Dios. Respondió que prefería que lo enviasen pronto al lugar
de los muertos. 24 Y añadió:
-Es indigno de mi edad simular y fingir, ya que los jóvenes
podrían decir que Eleazar, a sus noventa años, se había pasa-
do al paganismo; 25 serían inducidos a error a causa de mi mal
ejemplo, y todo por un poco de vida que me queda. Esto me
352 33a semana Martes 353

acarrearía vergüenza y oprobio en mi vejez. 26 Pues, aunque habría parecido una traición a los judíos, y eso es lo que
pudiera escapar de las manos de los hombres, ni vivo ni muer- Eleazar no puede permitir: se insiste aquí en la figura
to escaparía de las manos del Dios Omnipotente. " Por tanto,
moriré valientemente y me mostraré digno de mi ancianidad, del anciano y en la conducta irreprensible seguida por
28
dejando a los jóvenes un ejemplo noble para morir volunta- él durante toda la vida {cf. v. 23). El discurso de Eleazar
ria y generosamente por nuestras venerables y santas leyes. (w. 24-28) es límpido: los jóvenes creerían que se ha pa-
Dicho esto, se dirigió prontamente al suplicio. 29 Los que lo sado a los ídolos, y este ejemplo negativo pesaría sobre
conducían cambiaron su benevolencia por odio, considerando su conciencia como una traición. Por consiguiente, pre-
insensatas las palabras que acababa de pronunciar. 30 A punto fiere afrontar la muerte.
de morir por los golpes que le daban, les decía entre gemidos:
Las últimas palabras del mártir contraponen el dolor
-El Señor, que todo lo sabe, es testigo de que, habiendo po-
dido librarme de la muerte, estoy sufriendo en mi cuerpo los físico a la alegría del corazón (v. 30). El versículo final
atroces tormentos de la flagelación, pero todo esto lo sufro (v. 31) se une al primero (18) para proponer a Eleazar
con gusto por su santo temor. como ejemplo para todo el mundo.
31
Eleazar murió, dejando no sólo a los jóvenes sino a todos
sus compatriotas un ejemplo de nobleza, un monumento de
valentía y un recuerdo de virtud. Evangelio: Lucas 19,1-10

**• El segundo libro de los Macabeos cuenta, de una En aquel tiempo, ' Jesús entró en Jericó y atravesaba la
manera absolutamente independiente del primero, la ciudad. 2 Había en ella un hombre llamado Zaqueo, jefe de
publícanos y rico, 3 que quería conocer a Jesús. Pero, como
insurrección de Judas Macabeo contra Antíoco IV, con era bajo de estatura, no podía verlo a causa del gentío. 4 Así
diferentes episodios de heroísmo y martirio. que echó a correr hacia adelante y se subió a una higuera para
verlo, porque iba a pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó a aquel
El fragmento que vamos a examinar presenta al per- lugar, levantó los ojos y le dijo:
sonaje ejemplar de Eleazar, u n anciano irreprensible,
-Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme
que hace frente con serenidad al martirio antes que en tu casa.
transgredir las normas alimentarias. Eleazar no se 6
Él bajó a toda prisa y lo recibió muy contento. 7 Al ver
preocupa de su propia salvación, no es víctima de una esto, todos murmuraban y decían:
religiosidad formal y rígida, de u n legalismo excesivo: -Se ha alojado en casa de un pecador.
cuando se le propone fingir para salvar su propia vida, 8
Pero Zaqueo se puso en pie ante el Señor y le dijo:
sin comer las carnes prohibidas, se niega, por temor a -Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres, y, si
que su ficción pueda constituir u n mal ejemplo para los engañé a alguno, le devolveré cuatro veces más.
israelitas jóvenes. 9
Jesús le dijo:
El relato se abre con la noble figura del anciano, que -Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también
opone un firme rechazo a las imposiciones del rey pa- éste es hijo de Abrahán. '" Pues el Hijo del hombre ha venido
gano. Viene, a continuación, la propuesta de los perse- a buscar y salvar lo que estaba perdido.
guidores, encargados de hacerle comer las carnes de los
sacrificios: le sugieren alimentarse de carnes puras, fin- *+• El episodio de Zaqueo está casi calcado del prece-
giendo comer las prohibidas. Pero ese comportamiento dente (el ciego de Jericó). También aquí se ve interrum-
33a semana Martes
3S4 355

pido un movimiento de Jesús (que atravesaba la ciudad) miento sincero de su corazón, el deseo de «ver a Jesús»,
por la iniciativa de u n hombre. Esta vez no se trata de tal vez haya sido el resorte que impulsó a Jesús a salir a
un mendigo, sino de u n rico publicano; sin embargo, es su encuentro.
también un marginado (los publícanos eran desprecia- En la liturgia de hoy aparecen dos figuras muy dife-
dos), golpeado asimismo por una inferioridad física (era rentes. El anciano Eleazar, que había llevado una larga
pequeño de estatura) y, sobre todo, necesitado también vida irreprensible a la sombra de la Ley, parece que no
de redención. Zaqueo pasa de u n a curiosidad inicial tiene nada en común con el pequeño funcionario de los
(ver quién era Jesús: v. 3) a un movimiento (se subió a impuestos, sometido al extranjero y avezado en las com-
una higuera: v. 4), a la acción febril y alegre con la que ponendas y en los fraudes. Sin embargo, les une el co-
recibió a Jesús en su casa (v. 6) y, por último, a la con- raje necesario para tomar una decisión importante: la
versión y al cambio de vida (v. 8). de poner toda su vida y su propia muerte bajo el juicio
Jesús se detiene, pero en esta ocasión, en vez de una de la Palabra de Dios. Eleazar podría salvar tanto su
pregunta, dirige a Zaqueo una orden: «Zaqueo, baja en propia fidelidad a la Ley como su propia vida: ¿qué im-
seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (v. 5). porta fingir que se venera a los ídolos, si los ídolos no
Zaqueo no pide ningún milagro, exteriormente no parece son nada? Zaqueo podría seguir con su oficio, despre-
que se encuentre en ninguna necesidad; sin embargo, ciado pero rentable: ¿qué le importaban a él las discu-
Jesús responde a su petición implícita, porque la atención siones entre los rabinos del judaismo? Sin embargo,
y la premura con las que obra muestran ya el comienzo Eleazar sabe que un solo gesto hipócrita, una sola debi-
de la fe. La muchedumbre, con la murmuración en con- lidad, anularía años de fidelidad; sabe que prolongar su
tra de Jesús (v. 7), sirve también aquí de contrapunto, vida a costa de su propia conciencia significaría conde-
pero no reacciona a la conversión de Zaqueo. narse a una muerte peor que la del suplicio. A Zaqueo le
También este episodio valora la iniciativa humana: el basta con cruzar su mirada con la de Jesús -él, pequeño,
deseo de Zaqueo es algo más que una simple curiosidad: mira desde arriba, desde la higuera; el Maestro levanta
le impulsa a realizar un gesto impropio de un hombre los ojos para encontrar los suyos- para comprender al
conocido. El poder de Jesús se expresa con su simple pre- momento que todo el dinero que ha ganado no vale lo
sencia y con la palabra: llama a Zaqueo por su nombre que una sola hora con Jesús en su casa.
(v. 5), y esto basta para suscitar en él la alegría (v. 6), el
arrepentimiento y la reparación (v. 8); en pocas palabras, ORATIO
la vida nueva. Con Jesús ha entrado la salvación en casa
de Zaqueo, y el mismo Jesús da testimonio de ello.
Cuántas veces, Señor, me diriges tu mirada y yo no
me doy cuenta. Me lamento y protesto porque no escu-
MEDITATIO chas mis oraciones; sin embargo, soy yo el incapaz de
levantarme por encima de mi pequeña estatura para in-
«Hoy ha llegado la salvación a esta casa»: el don de la tentar verte.
gracia se muestra sobreabundante, mayor de lo que Za- Señor, concédeme la sencillez de corazón de Zaqueo
queo se habría atrevido a esperar. Sin embargo, el movi- y la firmeza de Eleazar. Pierdo mi vida corriendo detrás
356 33" semana Martes 357

de muchas cosas que me distraen, presto oído a las li- [...]. Hemos sido vistos para que podamos ver; hemos
sonjas del m u n d o y a las murmuraciones de los holga- sido amados para que podamos amar. Ahora, pues, el
zanes, tengo miedo de exponerme al juicio de la gente... Señor, que había acogido a Zaqueo en el corazón, se ha
Señor, hazme comprender lo que quieres de mí, qué dignado ser hospedado en su casa. Dice Zaqueo a Cristo:
es lo verdaderamente importante. Hazme comprender «Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres, y si
que la vida tiene sentido y nos da alegría sólo si corres- engañé a alguno, le devolveré cuatro veces más». Como si
pondemos a tu voluntad. dijera: «Por eso me quedo una mitad no como posesión,
sino para tener de qué dar». Eso es en realidad lo que
significa recibir a Cristo, acogerle en el corazón (Agus-
CONTEMPLATIO tín de Hipona, Sermón 134, 3-5, passim).

Reconoce a Cristo: él está lleno de gracia. Quiere ver-


ter en ti todo aquello de lo que él está lleno. Te dice esto: ACTIO
busca mis dones, olvida tus méritos, porque si yo busca-
ra tus méritos, no alcanzarías mis dones. No te exaltes; sé Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
pequeño, sé Zaqueo. «El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que
Pero dirás: Si he de ser Zaqueo, no podré ver a Jesús a estaba perdido» (Le 19,10).
causa de la muchedumbre. No te pongas triste, sube al
árbol donde por ti pendía Jesús y le verás. Ahora mira a
mi Zaqueo, obsérvale, te lo ruego, mientras quiere ver a PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Jesús en medio de la muchedumbre y no puede. Zaqueo
era humilde, la muchedumbre era soberbia. La muche- En el camino de Jericó hay mucha gente, pero sólo emerge
dumbre hace que no se vea a Jesús, sirve de obstáculo uno, aunque «pequeño de estatura». Como Zaqueo, somos
para que no se vea a aquel que, crucificado, dice: «Padre, siempre demasiado «pequeños», aunque nos creamos «alguien»,
perdónales, porque no saben lo que hacen» (Le 23,34). En y, como él, demasiado impedidos por una muchedumbre, que es
efecto, a causa de la cruz de Cristo, los sabios de este nuestro mundo, del que tomamos los juicios y opiniones. No son
mundo nos insultan y dicen: «¿Qué sabiduría tenéis voso- muchos los que están desprendidos de su propia «suficiencia» y
del modo común de pensar de su propio ambiente, de suerte
tros, que adoráis a un Dios crucificado?». ¿Qué sabiduría
que podamos enumerarlos entre los hombres libres y, por con-
tenemos? A buen seguro, no es la vuestra. La sabiduría de siguiente, entre los dispuestos a aceptar cualquier invitación de
este m u n d o es necedad ante Dios. No tenemos en verdad la verdad. Eso es lo que vemos hacer a Zaqueo. Éste, sin im-
vuestra sabiduría, pero vosotros decís que nuestra sabi- portarle poco o nada el nombre, el censo o el cargo, desafía el
duría es necedad. Decid también lo que queréis; noso- ridículo para ver a Jesús, subiendo, con la espontaneidad y la
tros podemos subir a la higuera y ver a Jesús. Que se humildad de un niño, a una higuera, y de este modo reconquis-
a Ierre Zaqueo a la higuera, que suba humilde a la cruz. ta esa inestimable libertad por la que puede ser él mismo tam-
bién frente a Jesús.
Y el Señor vio precisamente a Zaqueo. Fue visto y vio,
poro si no hubiera sido visto, no habría visto.«Fa los que Los hombres sencillos permanecen siempre libres y, como los
desde el principio destinó, también los llamó» (Rom 8,30) niños, que participan de algún modo en el poder liberador del
33a semana
358

Hijo de Dios, que es la sencillez, nos ayudan a encontrar nues-


tra libertad. Zaqueo no se siente a disgusto en ese lugar en el
Miércoles
que está acurrucado, no le inquieta la muchedumbre, que, a me-
dida que Jesús se acerca, se nace cada vez más numerosa. Ni
siquiera lleva cuidado. Se ha vuelto niño («Dejad que los niños 33 a semana del
se acerquen a mí»), y casi le vendrían ganas de cantar si el Tiempo ordinario
Señor no viniera ya por el camino, por aquel camino. La li-
bertad es el aire cíe la caridad. «Echó a correr hacia adelante
y se subió a una higuera para verlo». «Correr» y «subir» son
dos modalidades de la búsqueda. Existe el riesgo de la aventu-
ra y el riesgo de ser echados fuera, lo que nos hace pensar en
el riesgo del grano de trigo que debe podrirse si quiere germi-
nar... El riesgo es, por consiguiente, una palabra cristiana.
Arriesga quien «tiene hambre y sed de justicia y de verdad». LECTIO
He sido creado para «ver a Dios». Zaqueo sube a la higuera
para «ver a Jesús». Uno lo ve fuera, si lo ha visto dentro, y en-
tonces, lo ve en todas partes: en cada criatura, en cada hombre
(P. Mazzolari, Zaccheo, Vicenza 1960, pp. 19-26, passim). Primera lectura: 2 Macabeos 7,L20-31

En aquellos días, ' siete hermanos apresados junto con su


madre fueron forzados por el rey a comer carne de cerdo
prohibida por la ley y fueron azotados con látigos y nervios de
toro.
20
La madre, mujer admirable y digna de gloriosa memoria,
al ver morir a sus siete hijos en un día, lo soportaba con valor,
gracias a su esperanza en el Señor. 2I Exhortaba a cada uno en
la lengua materna llena de un noble valor y, uniendo la fuer-
za varonil a la ternura femenina, les decía:
22
-Yo no sé cómo habéis aparecido en mi seno, pues no he
sido yo la que os he dado el aliento vital, ni he tejido yo los
miembros de vuestro cuerpo. " Dios, creador del universo,
que hizo el género humano y ha creado todo lo que existe, os
devolverá misericordiosamente la vida, ya que por sus santas
leyes la despreciáis.
24
Antíoco pensó que le insultaba y que se burlaba de él con
esas palabras. Y como todavía quedaba con vida el más joven,
intentó convencerlo, prometiéndole con juramento que lo ha-
ría rico y feliz, que lo haría su amigo y le daría un alto cargo
si renegaba de sus tradiciones. 25 Pero como el muchacho no
le hacía caso, el rey llamó a la madre y la exhortó para que le
diese consejos saludables. 26 Tanto le insistió el rey, que la nía-
360 33a semana Miércoles 361

dic accedió a convencer a su hijo. " Se inclinó hacia él y, bur- mujer dirige en hebreo a su hijo exactamente la misma
lándose, del cruel tirano, dijo al niño en su lengua materna: exhortación opuesta a la petición del rey (w. 27-29). Se
-Hijo mío, ten piedad de mí, que te he llevado en mi seno afirma u n a vez m á s la fe en la resurrección: «Para que
nueve meses, te he amamantado tres años, te he alimentado y yo te recobre con ellos en el día de la misericordia» (v. 29).
te he educado hasta ahora. 28 Te pido, hijo mío, que mires al
cielo y a la tierra y lo que hay en ella; que sepas que Dios hizo El fragmento concluye con la valiente profesión de fe
todo esto de la nada y del mismo modo fue creado el hombre. del joven («No obedezco las órdenes del rey, sino a la ley
29
No temas a este verdugo; muéstrate digno de tus hermanos dada a nuestros antepasados por Moisés»: v. 30) y con
y acepta la muerte, para que yo te recobre con ellos en el día el anuncio de la condena del rey («Tú, autor de todos
de la misericordia. estos males contra los hebreos, no podrás huir del castigo
30
Cuando ella terminó de hablar, el joven exclamó: de Dios»: v. 31).
-¿Qué esperáis? No obedezco las órdenes del rey, sino a la
ley dada a nuestros antepasados por Moisés. 31 Tú, autor de
todos estos males contra los hebreos, no podrás huir del
castigo de Dios. Evangelio: Lucas 19,11-28

En aquel tiempo, " mientras la gente lo escuchaba, les contó


w De nuevo, un relato de martirio de tiempos de la in- otra parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos creían
surrección de Judas Macabeo. El personaje en el que se que el Reino de Dios iba a manifestarse inmediatamente. '2 Les
concentra aquí la atención es el de la m a d r e de los siete dijo, pues:
mártires, que soporta heroicamente asistir a su muerte -Un hombre noble marchó a un país lejano para ser co-
antes de morir ella a su vez. «La madre, mujer admirable ronado como rey y regresar después. 13 Llamó a diez criados
y digna de gloriosa memoria» (v. 20), sufrió, en efecto, suyos y a cada uno le dio una importante cantidad de dinero,
diciéndoles: «Negociad con ello hasta que yo vuelva». 14 Pero
por cada u n o de sus hijos más que por sí misma, pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron tras él una embajada
no cedió y hasta exhortó y animó a sus hijos hablándoles a decir que no lo querían como rey. 15 Cuando regresó, investi-
en la lengua sagrada cuyo uso estaba prohibido. do del poder real, mandó venir a sus criados, a quienes había
dado el dinero, para saber cómo había negociado cada uno.
16
El discurso de la mujer (w. 22ss) es u n a admirable El primero se presentó y dijo: «Señor, tu dinero ha produci-
profesión de fe en el Dios de la vida: el Creador, que ha do diez veces más». " Él dijo: «Muy bien, has sido un buen
plasmado de u n a manera misteriosa a los seres huma- criado; puesto que has sido fiel en lo poco, recibe el gobierno
de diez ciudades». 18 Vino el segundo y dijo: «Tu dinero, señor,
nos, sabrá restituir, a buen seguro, la vida a quienes la ha producido cinco veces más». " Y también a este le dijo: «Tú
han perdido por serle fieles. Esta es la expresión más recibirás el mando sobre cinco ciudades». 20 Vino el otro y
precisa, en todo el Antiguo Testamento, de la fe en la dijo: «Señor, aquí tienes tu dinero; lo he tenido guardado en
resurrección. Antíoco IV está irritado por esta resisten- un pañuelo 2I por temor a ti, que eres un hombre severo, pues
cia y se encarniza contra el más joven de los hermanos, exiges lo que no diste y quieres cosechar lo que no sembras-
te». 22 El señor le replicó: «Eres un mal criado, y tus mismas
el único que seguía vivo. Como no le hacen efecto las palabras te condenan. ¿Sabías que soy severo, que exijo lo que
lisonjas (v. 24), vuelve el rey a la carga con la madre, no he dado y cosecho lo que no he sembrado? 23 Entonces,
para que persuada a su hijo a ceder (v. 25). Echando ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco para que, al volver,
mano a una argucia, el narrador hace creer que ésta lo recobrase con los intereses?». 24 Y dijo a los que estaban
acepta (v. 26), para mostrar de inmediato la burla: la presentes: «Quitadle lo que le di y dádselo al que lo hizo pro-
362 33a semana Miércoles 363

(luiir diez veces más». 25 Le dijeron: «Señor, ¡pero si ya tiene que el siervo perezoso es condenado no tanto por la pe-
diez veces más!».2<b Pues yo os digo: «Al que tiene se le dará, y reza como por el miedo, que le hace perder la confianza
al que no tiene se le quitará incluso lo que tiene. " En cuanto en el señor. El siervo es juzgado por sus mismas pala-
a mis enemigos, ésos que no me querían como rey, traedlos
bras (v. 22): el señor, como ha sido considerado como
aquí y degolladlos en mi presencia».
28 u n hombre «severo», muestra toda su severidad. La
Y dicho esto, Jesús siguió su camino, subiendo hacia
Jerusalén. conclusión de la parábola es sorprendente: la mina arre-
batada al siervo holgazán pasa a enriquecer al más rico
de los otros, lo que pairee injusto desde el punto de vista
**• La parábola de las minas {«una importante canti- humano. Pero así funciona la «banca» de la gracia: so-
dad de dinero» en nuestro texto), comparada con la de breabunda y se multiplica en quien la recibe y la acoge,
los talentos (Mt 25,14-30), se presenta en Lucas más y se seca hasta desaparecer en quien se aleja de ella.
compleja y une dos temas diferentes: el comportamien-
to de los discípulos obedeciendo las disposiciones reci-
bidas (w. 13.15b-26), y el tema del rey rechazado por MEDITATIO
sus subditos (w. 12.14-15a.27). El fragmento está ence-
rrado entre dos versículos (11 y 28) que se refieren a La vida no nos pertenece. Somos simplemente sus
Jerusalén o a la inminente conclusión de la vida terrena administradores y nos ha sido confiada por un amo exi-
de Jesús. La alusión a la manifestación del Reino, que gente, que nos pedirá cuentas de cómo la hemos emplea-
los discípulos creían ya próxima, precisa la clave de do. Ahora bien, es también u n amo liberal y generoso:
lectura escatológica de toda la parábola. El señor que será él quien nos pague los intereses, quien nos restitu-
confía el dinero a sus siervos está destinado aquí a reci- ya la posesión perpetua de lo que hayamos sido capaces
bir la investidura real (v. 12), en contraste con la oposi- de rendirle al final del depósito. La parábola de las mi-
ción que le viene de sus mismos conciudadanos (v. 14). nas sorprende por la desproporción del trato, un trato
El contraste queda superado (v. 15), no obstante, y el que no se corresponde con nuestros criterios de justicia:
juicio del rey sobre sus enemigos será terrible (v. 28). el amo da al siervo más rico lo que quita al siervo mie-
Puede tratarse de u n a referencia histórica inmediata a doso. ¿Qué es lo que se premia aquí: la iniciativa eco-
Arquelao, hijo de Herodes el Grande, que obtuvo el rei- nómica, la eficiencia, la despreocupación?
no de los romanos, a pesar de la oposición de una parte
Nos ilumina la comparación con la historia ejemplar
de los judíos, pero el evangelista tiene, seguro, en su men-
de los siete hermanos mártires con su madre en tiempos
te la segunda venida de Jesús (cf. v. 13b), que establecerá
de la insurrección macabea. Su comportamiento es
el Reino definitivamente y hará justicia a los cristianos
irresponsable y necio a los ojos de los paganos: se juegan
perseguidos y a sus perseguidores.
la vida, «invierten» los talentos que han recibido, al apos-
En la parábola de Lucas, a diferencia de la de Mateo, tar por lo que parece una pérdida segura, pues serán
cada servidor recibe una mina: existe, por tanto, una torturados y muertos. Sin embargo, la lúcida conciencia
igualdad inicial que hace resaltar aún más su diferente de la madre apunta a un «título» que no les defraudará:
comportamiento. El premio y la alabanza del señor van precisamente por arriesgarlo todo, el Dios de la vida les
dirigidos a los que han trabajado con empeño, mientras devolverá todo, ¡y con intereses!
33a semana Miércoles 365
364

El siervo holgazán no es castigado por desconocer ofrendas para él todas las cosas que han sido sembradas
cómo se opera en la bolsa; es castigado porque no con- o esparcidas entre los pobres, diciendo a los que h a n
fía en el Señor, le imagina cruel y despiadado y prefie- beneficiado a su prójimo: «Venid, benditos de mi Padre...»
re mantenerse aferrado a su mina: quiere conservar su (Mt 25,34ss). Y puesto que quiere cosechar donde no ha
vida para sí mismo, como si fuera suya, pero por eso la sembrado y recoger donde no ha esparcido, cuando no
perderá. En cambio, dar la vida, sin temores ni cálcu- encuentre nada dirá a los que no le han dado esta posi-
los, generosamente, nos permitirá recibirla como don, bilidad: «Apartaos de mí...» (Mt 25,41ss). Se muestra ver-
para siempre, «en el día de la misericordia». daderamente duro, como dice Mateo, y severo, como lo
define Lucas (19,21), pero con los que abusan de la mi-
sericordia de Dios por su propia negligencia.
ORATIO
Si alguien, sin embargo, está convencido de que Dios
Señor, tengo miedo. es bueno y espera ser perdonado si se convierte a él, Dios
se muestra bueno con ése. Ahora bien, con el que lo con-
Tengo miedo de sufrir, tengo miedo de arriesgar y
sidera tan bueno que no se preocupa de los pecados de
perder, tengo miedo de no estar a la altura de mis ta-
reas, tengo miedo de fracasar. No sé cuántas monedas los hombres, Dios no se mostrará bueno, sino severo. Así
me has confiado, Señor, y me afano en contarlas: no pues, Cristo cosechará lo que no hayamos sembrado y
quisiera perder un solo instante de mi vida, me gustaría recogerá lo que no hayamos esparcido. Sembremos en el
realizar grandes empresas... espíritu, distribuyamos nuestros bienes a los pobres y no
escondamos bajo tierra el talento de Dios. Este temor no
Ayúdame, Señor. Hazme comprender que todas estas es bueno ni nos libera de las tinieblas exteriores, donde
preocupaciones no tienen ninguna razón de ser. Hazme seremos condenados como siervos malvados e indolen-
capaz de realizar, día a día, con sencillez, las pequeñas tes. Malvados, por no haber usado la preciosa moneda de
cosas que pueden contentar a las personas con las que las palabras del Señor, con las que podríamos haber po-
me encuentro. Hazme capaz de recorrer cada día el dido difundir la doctrina del cristianismo y penetrar en
pedacito de camino que me pones por delante, sin pre- los profundos misterios de la bondad de Dios; indolentes,
tender ser un héroe, sin cálculos ni temores. Hazme ca-
por no haber negociado con la Palabra de Dios para
paz de confiarte mi vida con generosidad y seguridad,
nuestra salvación y la de los otros. En efecto, toda ri-
porque tú eres el Señor de la vida.
queza, es decir, toda palabra que lleva la impronta real
de Dios y la imagen de su Verbo, es un auténtico tesoro
CONTEMPLATIO (Orígenes, Commento su Matteo 68ss, passim).

El justo, sembrando en el espíritu, recogerá la vida


ACTIO
eterna. El justo, en efecto, pertenece a Dios. Diremos,
pues, así: el justo ha sembrado, ha dado a los hombres,
y el Señor recogerá para sí todo lo que el justo ha sem- Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
brado de este modo. Cosechando lo que no ha sembra- «El Creador del mundo os devolverá misericordiosa-
do y recogiendo lo que no ha esparcido, juzgará como mente la vida» (cf. 2 Mac 7,23).
Mih 33a semana

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


Jueves
Los hombres, en las pocas páginas del evangelio, son bas-
tante numerosos: son paganos e hijos de Israel, son jóvenes y
hombres maduros, tal vez incluso ancianos, hombres del culto y 33 a semana del
hombres que sólo tienen la religión del poder y del dinero. So- Tiempo ordinario
bre todo, hay hombres afligidos por enfermedades... Hay hom-
bres que tienen necesidad o, por el contrario, están satisfechos
de sí mismos. En el fondo, se pueden dividir en hombres que en-
tran en relación con Cristo y hombres que la rechazan. Parece
que es precisamente ésta, fundamentalmente, la diferencia entre
ellos. Pueden negarse por orgullo, resistirse a la atracción de la
persona de Cristo, alejarse porque es demasiado lo que les pide.
Por el contrario, pueden amarle, implorar su ayuda, seguirle. Él LECTIO
mismo proclama que es el camino, la luz del mundo, la verdad,
la vida y hasta la resurrección. Es el pan, la fuente de agua viva,
el esposo que ha venido a la fiesta de las bodas. Quienes le
acogen experimentan lo que dice de sí mismo.
Primera lectura: 1 Macabeos 2,15-29
El Evangelio es el mensaje de la salvación, un mensaje que se
identifica prácticamente con la persona de Cristo. Ahora bien, En aquellos días, ,5 los emisarios del rey, encargados de
así como la obra de Cristo es su presencia, la obra del hombre promover la apostasía y organizar los sacrificios, llegaron a
es creer en él; ninguna obra del hombre podría sustituir esa fe por Modín. 16 Muchos israelitas se unieron a ellos, pero Matatías
la que se adhiere a Cristo y se confía a él. Cuando el hombre y sus hijos se mantuvieron apartados. " Entonces los emisa-
descubre que la razón de su vida es Dios, abandona cualquier rios del rey dijeron a Matatías:
otra búsqueda. -Tú eres un personaje importante y famoso en esta ciudad
Lo afirmaba ya el anciano Simeón al comienzo del evange- y estás respaldado por tus hijos y parientes. ,s Acércate, pues,
tú el primero y cumple el decreto del rey, como hacen todos
lio: está puesto como «señal de contradicción». La relación con
los hombres, incluidos los de Judá y los que residen en Jeru-
él puede ser positiva en la fe, en el amor, y puede ser negativa salén. Tú y los tuyos seréis amigos del rey y él os recompen-
en la resistencia a ultranza, en el odio mortal. De este modo, el sará con plata, oro y muchos regalos.
evangelio nos descubre, el drama de la vida humana que se 19
Matatías les respondió enérgicamente:
desarrolla en el tiempo. Ésta es la verdadera realidad de la vida,
-Aunque todos los pueblos del reino obedezcan al rey, re-
éste es el contenido verdadero de la historia, éste es el combate
nuncien a la religión de sus antepasados y cumplan vuestras
ue se desarrolla en el corazón de cada hombre, en el corazón
3 e la humanidad (D. Barsotti, L'uomo nel Vangelo, Roma 1 9 9 8 ,
órdenes, 20 yo, mis hijos y mis parientes seremos fieles a la
alianza de nuestros antepasados. 21 Dios nos libre de abando-
pp. 127-130). nar la ley y sus preceptos. 21 No obedeceremos las órdenes del
rey ni nos apartaremos lo más mínimo de nuestra religión.
23
Cuando terminó de hablar, se acercó un judío al altar
para ofrecer un sacrificio delante de todos, conforme al de-
creto real. 24 Matatías, al verlo, se indignó, se estremeció y, en
un arrebato de santa ira, se abalanzó sobre él y lo mató sobre
368 33a semana Jueves 369

el altar. " Al mismo tiempo, mató al emisario del rey que la ley y ser fiel a la alianza que me siga» (v. 27). Y fueron
obligaba a ofrecer sacrificios y, después destruyó el altar.2Ó Su muchos los que le siguieron (w. 29ss).
afán por defender la ley fue como el de Pinjas con Zimrí, hijo
de Salú. " Después, Matatías hi/.o esta proclama en la ciudad:
-El que quieta defender la ley y ser fiel a la alianza que me
siga.
Evangelio: Lucas 19,41-44
28
Él y sus hijos huyeron a los montes, abandonando todo
lo que tenían en la ciudad. En aquel tiempo,"' cuando Jesús se fue acercando, al ver la
ciudad, lloró por ella " y dijo:
" Entonces, muchos que deseaban vivir rectamente de
acuerdo con la ley se fueron al desierto. -¡Si en este día comprendieras tú también los caminos de
la paz! Pero tus ojos siguen cerrados. 43 Llegará un día en el
que tus enemigos te rodearán con trincheras, te cercarán y te
*• Estamos en la cima de la dominación de Antíoco IV acosarán por todas partes; 44 te pisotearán a ti y a tus hijos
Epífanes sobre Judá, en su intento de erradicar la reli- dentro de tus murallas. No dejarán piedra sobre piedra en tu
gión de Israel y de establecer el culto pagano en Jerusa- recinto, por no haber reconocido el momento en el que Dios
ha venido a visitarte.
lén. Matatías y su familia se han establecido en Modín,
cuando llegan allí los mensajeros del rey para obligar a
la apostasía a los israelitas. La táctica de los persegui- *•• El lamento de Jesús por Jerusalén, muy arcaico en
dores es siempre la misma: comienzan por las lisonjas, el tono y en la lengua, parece remontarse a una fuente
intentando atraerse a los hombres influyentes de la muy próxima al Jesús histórico. Es uno de los poquí-
ciudad, para pasar a continuación a las amenazas y a la simos episodios en los que Jesús llora, mostrando la
fuerza. profunda humanidad de sus sentimientos. El destino de
la ciudad santa, que simboliza el destino de todo el pue-
Tenemos, por consiguiente, un elogio de Matatías y la blo, es considerado como el cumplimiento de una vo-
promesa de ciertos beneficios por parte del rey (w. 17ss) luntad superior, de un juicio divino ineluctable («tus
y, de inmediato, la respuesta indignada y firme del israe- ojos siguen cerrados» para el camino de la paz: en la
lita (w. 19-22): aunque todos siguieran al rey, Matatías pasiva del lenguaje bíblico se sobreentiende que Dios es
y su familia permanecerían fieles a la alianza, sin des- el sujeto activo de la acción).
viarse de los caminos del Señor. El lenguaje empleado
recuerda al del Deuteronomio. El lenguaje escatológico de Jesús, que recuerda las
Sigue, a continuación, el golpe de efecto que da co- invectivas proféticas, contrapone «este día», el de la po-
mienzo a la insurrección. Un judío se acerca al altar para sible salvación, a los «días» del juicio que vendrán. Sal-
sacrificar a los ídolos, y Matatías, estremecido por la vación y juicio se conjugan en la expresión «el momen-
indignación, no puede contenerse: mata al apóstata y a to en el que Dios ha venido a visitarte» (v. 44): la «visita»,
los mensajeros del rey y destruye el altar (w. 24ss). Lle- en efecto (episcopé) puede significar en su raíz hebrea
gados a este punto, se toma la decisión: Matatías y los paqadh «castigo», pero también «gracia».
suyos escapan: no por miedo, sino para organizar la La destrucción de Jerusalén es claramente una profe-
resistencia en los montes (v. 28). Sus palabras son una cía ex eventu: Lucas escribe después del año 70. Sin em-
verdadera declaración de guerra: «El que quiera defender bargo, eso no disminuye su valor: Jesús fue ejecutado,
370 33a semana Jueves 371

como ya lo habían sido muchos profetas, también a cau- mente, de suerte que no sea capaz de leer en los aconte-
sa de sus palabras sobre la suerte del templo y del pueblo cimientos el signo de tu voluntad. Haz que te reconozca
(cf. Mt 26,61). El episodio tiene valor no como demostra- presente en los hermanos, a lo largo de los caminos y en
ción de una capacidad adivinatoria, sino como clave de los acontecimientos de este m u n d o atormentado, para
lectura para interpretar el significado de la historia vi- que el juicio no recaiga sobre mí como recayó sobre la
vida por la comunidad a la que se dirige el evangelista. ciudad que fue incapaz de reconocer a tus profetas. Haz
que yo opte siempre por ti, incluso cuando esta opción
exija una buena dosis de valor. Haz que no pierda ni la
MEDITATIO confianza ni la esperanza aunque se presenten graves
obstáculos a la manifestación de mi fe.
El cuadro apocalíptico de la destrucción de Jerusa-
lén, castigada por su infidelidad, se contrapone a la fi-
gura ejemplar de Matatías, que escoge la lucha armada CONTEMPLATIO
contra el opresor antes que transgredir la ley del Señor.
Se trata de unas imágenes crudas, imágenes que nuestra El hombre había sido creado para servir a su Crea-
sensibilidad tiende a rechazar: la ciudad santa, cegada dor. ¿Qué puede haber más justo para ti que servir a
por una decisión divina que la condena de una manera aquel por el que has sido creado y sin el cual no puedes
inexorable; el gesto sanguinario de Matatías, que golpea existir? ¿Y qué puede ser más bello y sublime, si servir
con la misma violencia contra el altar profanado y contra es reinar? «No serviré», dijo el hombre a su Creador.
los profanadores... Ahora bien, por encima del lenguaje, «Pues bien, te serviré yo», dijo el Creador al hombre.
es el radicalismo de la decisión de fe lo que cuenta. «Reposa, tomaré sobre mí tus males, me cargaré con tus
El «día de la salvación» y el «día del juicio» coinciden: debilidades. Usa de mí como te plazca, según tus nece-
es el día de la elección absoluta, día que corresponde en sidades; no sólo como de tu esclavo, sino incluso como
nuestro caso a toda la vida y se condensa en el instante de u n asno... Si estás cansado, yo te llevaré para ser el
de la muerte. Se trata del día en el que hemos de deci- primero en cumplir mi ley, que dice: "Llevad los unos las
dir si estamos «con él» o «contra él», y no valen medias cargas de los otros». Si te reducen a esclavitud o si quie-
tintas, componendas, vacilaciones, distinciones. La per- ren venderte, aquí estoy, véndeme... Si estás enfermo y
secución es gracia siempre que se convierta en ocasión temes la muerte, yo moriré en tu lugar y con mi sangre
de un testimonio de fe. El Señor «visita» para salvar. Si tendrás el remedio que da vida».
su visita se transforma en condena, es sólo obra nuestra. ¡Oh siervo bueno y fiel! Has servido realmente; has
servido con fidelidad y realidad; has servido con pa-
ciencia y longanimidad; sin tibieza, puesto que te has
ORATIO lanzado como u n gigante a correr por el camino de la
obediencia; sin murmuración, puesto que, flagelado, no
Lloraste por tu ciudad, Señor. Lloraste por tu gente. abriste la boca. ¡Qué detestable es el orgullo h u m a n o
Señor, que yo te encuentre como amigo junto a mí en que desdeña servir! No podía ser doblegado de ningún
el día de tu «visita». Que yo no cierre ni el corazón ni la otro modo que con el ejemplo del servicio -¡y qué ser-
372 33a semana Jueves 373

vicio!- rendido por nuestro Señor. ¡Oh, si al menos hu- cir asimismo que la alternativa entre autorrealización y amor co-
biera valido ese ejemplo! ¡Si se diera gracias por tanta rresponde a la alternativa entre el poder terreno y la cruz, entre
humildad y bondad! Sin embargo, a ú n me parece oír el una redención que consiste sólo en el bienestar y una redención
lamento del Señor, que llora por la ingratitud... Cierta- que se abre y se confía a la infinidad del amor divino.
mente, Señor mío, has sufrido mucho por servirme. Se- La conversión exige que no sólo de una manera general, sino
ría verdaderamente justo y u n a obligación que al menos día a día, en las pequeñas cosas, la verdad, la fe y el amor se
de ahora en adelante tú reposaras y tu siervo te sirviera: vuelvan más importantes que nuestra vida biológica, que el
ha llegado tu turno. Tú has triunfado, Señor; has triun- bienestar, que el éxito, que el prestigio y que la tranquilidad de
nuestra vida. De hecho, el éxito, el prestigio, la tranquilidad y
fado sobre los rebeldes. Tiendo mis manos a las tuyas y
la comodidad son los falsos dioses que mayormente impiden la
pongo mi cuello bajo tu yugo. Permíteme servirte y po- verdad y el verdadero progreso en la vida personal y en la vida
der sufrir algunas penas por ti (Guerrico dlgny, Primer social (J. Ratzinger, // cammino pasquale, Milán 1985, pp. 19ss,
sermón para el domingo de Ramos, 1-3, passim). passim [edición española: El camino pascual, Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid 1990]).
ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Dios nos libre de abandonar la ley y sus preceptos»
(1 Mac 2,21).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Convertirse» significa seguir a Jesús, ir con él, por su cami-


no. Consiste, esencialmente, en esta decisión, en que el hombre
cesa de ser su propio creador, cesa de buscarse sólo a sí mismo
y de buscar su autorrealización, y acepta su dependencia del
verdadero Creador. Fundamentalmente, existen sólo estas dos
posibilidades: la autorrealización, en la que el hombre intenta
crearse a sí mismo para poseer su ser completamente para él, y
la opción de la fe y del amor. Esta opción es, al mismo tiempo,
la decisión en pro de la verdad. Por ser criaturas, no lo somos
por nosotros mismos; sólo si «perdemos» la vida, podemos ga-
narla. Esta alternativa corresponde a la elección fundamental
entre la muerte y la vida: una civilización del tener y una civili-
zación de la muerte; sólo una cultura del amor es también una
cultura de la vida: «Quien quiera salvar su propia vida la per-
derá, pero quien la pierda la salvará» (Me 8,35). Podemos de-
Viernes

33 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: 1 Macabeos 4,36-37.52-59

En aquellos días, 3Ó Judas y sus hermanos dijeron:


-Nuestros enemigos han sido vencidos; vayamos a purifi-
car y consagrar el templo.
37
Reunieron todo el ejército y fueron al monte Sión.
52
El veinticinco del mes de Casleu del año ciento cuarenta
y ocho, se levantaron de madrugada 53 y ofrecieron un sacri-
ficio según la ley en el altar de los holocaustos que habían
hecho. 54 El altar fue inaugurado al son de himnos, cítaras,
arpas y címbalos, en el mismo día y hora en que había sido
profanado por los paganos. 55 Todo el pueblo se postró ros-
tro en tierra, adoró y bendijo a Dios, que les había dado la
victoria, 56 y celebraron la dedicación del altar durante ocho
días, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de co-
munión y de acción de gracias. " Adornaron la fachada del
templo con coronas de oro y con escudos; restauraron las
entradas y salas y pusieron puertas; 58 el pueblo se alegró
muchísimo y quedó borrado el oprobio causado por los pa-
ganos. 59 Judas, sus hermanos y toda la asamblea de Israel
acordaron que la dedicación del altar se celebrase con ale-
gría y regocijo cada año, durante ocho días, a partir del vein-
ticinco de Casleu.
376 33a semana Viernes 377

*+• El fragmento cuenta la purificación y la nueva con- desconcierta. Lucas no insiste en la descripción de los
sagración del templo después de las primeras victorias detalles particulares, sino que se limita simplemente a
de Judas Macaneo (vv. 36ss). Tras el lamento y el luto decir «los vendedores», reuniendo así todos los compor-
por la desolación a la que había sido reducido el san- tamientos que, aunque no estén prohibidos, representan
tuario, se decide lo que van a hacer y se procede a los un ultraje para el lugar sagrado. Jesús los expulsa con dos
trabajos de reconstrucción. citas proféticas, una de Isaías y otra de Jeremías.
Por último, llega el momento del rito. Por la mañana E n la segunda parte, se dice simplemente que Jesús
se ofrecen sacrificios sobre el altar reconstruido, consa- «enseñaba todos los días»: la normalidad de su presencia
grado de nuevo con cantos y músicas (w. 52-54). El pue- en el templo y la serenidad de su actividad de maestro
blo se postra en adoración dando gracias al Señor (v. 55) hacen resaltar el contraste entre los jefes y el pueblo. En
y prosiguen los ritos durante ocho días (v. 56). El templo efecto, mientras este último le escucha y le sigue, los
ha sido renovado por completo y ha quedado cancelada jefes buscan un pretexto para condenarle a muerte, aun-
la vergüenza de la dominación pagana (w. 57ss). Judas que no saben cómo arreglárselas. La Palabra de Jesús es,
establece que la fiesta se celebre cada año, durante ocho una vez más, el «signo de contradicción» que revela los
días, con alegría (v. 59). pensamientos secretos de los corazones y distingue a los
creyentes de los incrédulos.

Evangelio: Lucas 19,45-48


MEDITATIO
En aquel tiempo, "5 Jesús entró en el templo e inmediata-
mente se puso a expulsar a los vendedores, 46 diciéndoles: Los documentales y las adaptaciones de los relatos
-Está escrito: Mi casa ha de ser casa de oración, pero vosotros evangélicos favorecen la creación de u n a imagen edul-
la habéis convertido en cueva de ladrones. corada y desteñida de la actividad pública de Jesús, u n a
47
Jesús enseñaba todos los días en el templo. Los jefes de imagen que nos ha sido transmitida más por la costum-
los sacerdotes, los maestros de la Ley y los principales del bre que por la tradición. Nos sorprende que también
pueblo trataban de acabar con él. 48 Pero no encontraban el Lucas, el más dócil de los evangelistas, muestre, sin em-
modo de hacerlo, porque el pueblo entero estaba escuchán- bargo, en Jesús u n a actitud firme e incluso ruda, una
dolo, pendiente de su palabra. decisión que desorienta a sus adversarios y los reduce al
silencio.
**• Los sinópticos colocan el episodio de la purifica- Mantenerse fieles a la Palabra, sin ceder a componen-
ción del templo casi para introducir los relatos de la úl- das, impone decisiones difíciles: el Reino de los Cielos se
tima cena y de la pasión. En este pasaje evangélico de conquista con la violencia, dice Mateo (11,12), y preci-
Lucas se distinguen dos unidades: la expulsión de los samente Lucas afirma, en el momento decisivo, la ne-
vendedores (w. 45ss) y la enseñanza de Jesús, que pro- cesidad de no sustraerse al combate: «Pues ahora, el que
voca la reacción de sus adversarios (w. 47ss). En ambos tenga bolsa que la tome, y lo mismo el que tenga alforja, y
casos entra Jesús en el templo como cualquier judío ob- el que no tenga espada que venda su manto y se la compre»
servante, pero actúa con u n a autoridad que sorprende y (22,36).
378 33a semana Viernes 379

Nos impresiona Judas Macabeo, que consagra el tem- inefables» (Rom 8,26). Ésta es la verdadera oración, por-
plo casi con las manos aún sucias de la sangre de los que «nadie puede decir: "Jesús es Señor" si no está movido
enemigos. También nos impresiona Jesús cuando no va- por el Espíritu Santo» (1 Cor 12,3). ¿Qué sería la oración
cila en molerse contra los poderosos, sabiendo que tam- de la Iglesia si no fuera don de los que aman con u n gran
bién el pueblo lo dará la espalda en seguida. Se requie- amor al Dios que es amor? El don total de nuestro co-
re valor y fuerza para sostener posiciones impopulares, razón a Dios es el estado más elevado accesible a noso-
pero dictadas por la conciencia y por el Evangelio. Se tros, el grado más alto de la oración. Las almas que lo han
requiero discernimiento, humildad y un prolongado tra- alcanzado constituyen verdaderamente el corazón de la
to con la Palabra de Dios para conjugar el rigor de los Iglesia: en ellas vive el amor sacerdotal de Jesús. Difunden
principios con la atención a las personas. en otros corazones el amor divino que las posee y colabo-
ran así a la perfección de todos.
Todo es unitario para las almas bienaventuradas que
ORATIO
han llegado a la unidad profunda de la vida divina: repo-
so y acción, contemplar y actuar, callar y hablar. Mientras
Señor, hazme fuerte. estamos en camino, y más aún mientras la meta está leja-
Haz que no enmascare mi cobardía con la manse- na, permanecemos bajo la ley de la vida temporal y, sin
dumbre, que no confunda el respeto a las opiniones aje- embargo, estamos seguros de que, en el Cuerpo místico,
nas con la incapacidad de dar testimonio del Evangelio. la vida divina en plenitud llegará a ser realidad para no-
Concédeme el discernimiento necesario para reconocer sotros en virtud del mutuo y recíproco progresar de los
lo que es sagrado porque tú lo has querido, distinguién- miembros.
dolo de lo que nosotros hemos revestido de un carácter Las formas tradicionales de oración también son nece-
sagrado porque así convenía a nuestros intereses hu- sarias, y debemos participar en el culto público, tal como
manos. Concédeme el valor de hablar cuando es nece- lo establece la Iglesia, para que nuestra vida interior se
sario y de callar cuando es bueno hacerlo, sin que mi sienta estimulada, permanezca en su justo equilibrio y se
palabra y mi silencio estén guiados por el miedo o por exprese del modo adecuado. La alabanza solemne de Dios
el deseo de obtener ventajas para mí. debe tener sus santuarios en la tierra, para ser celebrada
Guíame tú, Señor, en todo instante de mi vida y en con toda la perfección de la que los hombres son capaces.
todo lugar, porque el m u n d o entero es sagrado para ti, En ellos y en nombre de toda la Iglesia, puede subir al cie-
como y más que los templos o las iglesias. lo, actuar sobre todos los miembros, mantener despierta
la vida interior y estimular su esfuerzo fraterno (E. Stein,
Lapriére de l'Église, París 1965, pp. 51-55).
CONTEMPLATIO

La oración auténtica es oración de la Iglesia: una ora- ACTIO


ción sincera obra algo en la Iglesia y es la Iglesia misma la
que ora, porque el Espíritu Santo que la anima es también Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
el que en cada alma «intercede por nosotros con gemidos «Mi casa ha de ser casa de oración» (Le 19,46).
380 33a semana

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL Sábado


La Iglesia tiene como única misión hacer presente a Jesucris-
to en medio de los hombres. Debe anunciarlo, mostrarlo, darlo
a todos. El resto está de sobra. Sabemos que no puede faltar a 33 a semana del
esta misión. La Iglesia es y será siempre, con toda verdad, la Tiempo ordinario
Iglesia de Cristo: «Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo»
(Mt 28,20). Ahora bien, es menester aue lo que la Iglesia es en
sí misma lo sea también en sus miembros. Lo que ella es para
nosotros debe serlo también por medio de nosotros. También
nosotros debemos ser anunciadores de Cristo, dejándole apare-
cer continuamente a través de nuestro ser. Todo esto es algo más
que una obligación; es, podemos decir, una necesidad orgánica.
¿Responden siempre a ello nuestros hechos? ¿Anuncia la Iglesia, LECTIO
verdaderamente, a Jesucristo a través de nosotros? [...].
¿Ha conservado nuestro mensaje la pureza de los primeros
anunciadores? N o por ello está siempre, necesariamente, ilumi-
nado o libre de consideraciones humanas un celo activo y sin- Primera lectura: 1 Macabeos 6,1-13
cero. La fe de quien procede puede no ser suficientemente pura
[...]. Creamos, y sostenemos después, obras de todo tipo, y cada En aquellos días, ' el rey Antíoco recorría las regiones del
una de ellas responde a una necesidad indiscutible. Están las norte, cuando se enteró de que Elimaida, en Persia, era una
técnicas para cristianizar, técnicas que, por consiguiente, hemos ciudad famosa por su riqueza en oro y plata 2 y de que había
de conocer antes que nada [...]. Hay una imponente variedad en ella un templo riquísimo, con armaduras de oro, corazas y
de tareas especializadas que requieren dotes adecuadas y re- armas que había dejado Alejandro, hijo de Filipo, rey de Mace-
quieren entrega, oscura o brillante. Todas estas cosas tal vez donia, primer rey de los griegos. 3 Fue e intentó apoderarse de
sean necesarias. Sin embargo, hemos de estar atentos siempre la ciudad y saquearla, pero no pudo, porque los de la ciudad se
a presentar la Iglesia - y antes que nada a comprenderla- en su enteraron de sus planes 4 y salieron contra él para atacarlo. An-
verdad total. En la Iglesia y a través de ella nos preocupamos tíoco tuvo que huir, contrariado, para volver a Babilonia.
constantemente por escuchar a aquel a quien ella anuncia, de 5
Estando en Persia, le llegó la noticia de las derrotas que ha-
remontarnos hasta aquel que es la única razón de su existencia. bían sufrido los ejércitos enviados a Judea; 6 que Lisias, aunque
había ido con un ejército poderosísimo, había sido puesto en
Cada uno de nosotros es miembro del único Cuerpo. Cada
fuga, y que los judíos se habían reforzado con las armas y el
uno de nosotros, en el modesto sector en el que se mueve, es la
abundante botín tomado a los ejércitos vencidos; 7 que habían
Iglesia. La Iglesia debe anunciar el Evangelio por medio de cada
derribado el altar sacrilego levantado por él sobre el altar de los
uno de nosotros; debe hacer brillar su luz a los ojos de cada holocaustos que está en Jerusalén y habían rodeado el templo
hombre que viene a este mundo, como el candelabro que sos- de altas murallas, igual que antes, así como la ciudad de Betsur,
tiene la antorcha (H. de Lubac, Meditazioni sulla Chiesa, Milán ciudad que pertenecía al rey. 8 Al oír esto, se aterró, se conmo-
1993 [edición española: Meditación sobre la Iglesia, Encuentro vió profundamente y cayó enfermo en cama con una gran de-
Ediciones, Madrid 1980]). presión, porque las cosas no le habían salido como quería.' Así
estuvo muchos días, profundamente deprimido. Dándose cuen-
ta de que se iba a morir, l0 llamó a sus amigos y les dijo:
33" semana Sábado 383
382

28
-El sueño ha huido de mis ojos y mi corazón desfallece de -Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si el hermano de uno
angustia. " Me pregunto: ¿A qué estado de tribulación he llega- muere dejando mujer sin hijos, su hermano debe casarse con la
do y en qué mar de tristeza me encuentro, yo, que era feliz y mujer para dar descendencia a su hermano. 29 Pues bien, había
amado cuando era poderoso? '' Ahora me acuerdo de los males siete hermanos. El primero se casó y murió sin hijos. 30 El
que hice en .lerusalén, de los objetos de plata y oro que robé y segundo 3I y el tercero se casaron con la viuda, y así hasta los
de los habitantes de Judea que exterminé sin motivo. B Por eso siete. Todos murieron sin dejar hijos. 32 Por fin murió también
me han venido estas desgracias y me muero de tristeza en tierra la mujer. 33 Así pues, en la resurrección, ¿de quién de ellos será
extraña. mujer? Porque los siete estuvieron casados con ella.
34
Jesús les dijo:
**• El fragmento narra la derrota y la muerte de Antío- -En la vida presente existe el matrimonio entre hombres y
mujeres; 35 pero los que logren alcanzar la vida futura, cuando
co IV, presentada, según el estilo del primer libro de los los muertos resuciten, no se casarán, •" y es que ya no pueden
M acábeos, como manifestación del juicio divino. El co- morir, pues son como los ángeles, son hijos de Dios porque han
mienzo (w. lss) insiste en la codicia del rey, que intenta resucitado. 3? Y el mismo Moisés da a entender en el episodio
apoderarse de una rica ciudad, seguro de que se apropia- de la zarza que los muertos resucitan, cuando llama al Señor el
rá en seguida de ella, pero el v. 3 muestra de inmediato la Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob. w No es un Dios
inversión de la suerte de Antíoco: «No pudo porque los de de muertos, sino de vivos, porque todos viven por él.
39
la ciudad se enteraron de sus planes». Es una primera de- Entonces unos maestros de la Ley intervinieron diciendo:
rrota (v. 4), a la que pronto siguen otras malas noticias: -Maestro, has respondido muy bien.
40
tras vencer a las tropas de Lisias en Judá (w. 5ss), los Y ya nadie se atrevía a preguntarle nada.
israelitas han destruido los ídolos y fortificado el santua-
rio (v. 7). **• Los saduceos que se acercan a Jesús para plantear-
La derrota golpea al rey como una enfermedad (w. 8ss): le u n a pregunta tendenciosa eran uno de los grupos
Antíoco es la personificación del mal, anulado por com- religiosos que existían en aquellos tiempos en Israel. Li-
pleto en su misma vida física cuando ya no consigue lle- gados a la clase sacerdotal y al culto del templo, y más
var a buen fin sus malvados proyectos. El rey, sintiéndose tradicionalistas que los fariseos en el cumplimiento de
a punto de morir, toma conciencia del merecido castigo la ley, los saduceos desaparecieron tras la destrucción
(w. 10-13). No es un verdadero arrepentimiento el que del año 70 d. de C. Lucas observa que no creían en la re-
muestra a sus amigos, sino más bien la resignación y el surrección (v. 27), u n a doctrina surgida hacía poco en la
reconocimiento de que la desgracia que se abate sobre él historia de Israel.
es la justa consecuencia de la profanación cometida con-
La pregunta (w. 28-33) está planteada con el estilo
tra Israel: «Por eso me han venido estas desgracias y me
típico de las disputas rabínicas, presentando u n caso y
muero de tristeza en tierra extraña» (v. 13).
pidiendo al rabí, aquí Jesús, que proponga la solución;
se trata, claro está, de un caso límite, pensado a propó-
sito para poner en dificultades a Jesús: ¿de quién será
Evangelio: Lucas 20,27-40 esposa la mujer que se ha casado con siete maridos?
En aquel tiempo, " se acercaron entonces unos saduceos,
Jesús, como suele hacer con frecuencia, responde
que niegan la resurrección, y le preguntaron: trasladando el ámbito de la cuestión a otra dimensión,
384 33a semana Sábado 385

la suya, la del Reino de los Cielos: después de la resu- ORATIO


rrección, las relaciones humanas ya no son compara-
bles a las de esta vida (vv. 34-36). En la segunda parte de Señor, ayúdame a vivir esperándote.
su respuesta (w. 37ss) Jesús expone un argumento bíbli- Tengo miedo de la muerte, Señor. Tengo miedo de la
co en favor de la resurrección, remitiendo de este modo muerte de los otros, de las personas queridas de las que no
a los saduceos a lo que ya deberían saber, si leyeran con podré prescindir. Dame unos ojos puros para que sea
espíritu puro las palabras de Moisés (cf. Ex 3,2-6): el Dios capaz de ver más allá de las apariencias, más allá del
de Abrahán, Isaac y Jacob no es un Dios de muertos, y «muro de sombra» que me separa de ti. Concédeme un
esto significa que Abrahán, Isaac y Jacob viven en él. corazón sencillo para que no sucumba ante las preguntas
Ante la respuesta de Jesús, los que le habían interro- sin respuesta.
gado enmudecen y ya no se atreven a dirigirle otras No busco, Señor, razonamientos profundos ni solu-
preguntas (w. 39ss): u n a observación característica de ciones geniales. Pero tengo necesidad de encontrar un
Lucas. sentido a la vida y a la muerte, la tengo cada vez que la mi-
rada de un hermano que sufre se cruza con la mía. Ayú-
MEDITATIO dame a aceptar el silencio y la falta de respuestas. Ayú-
dame a creer que eres tú el Señor de la vida, aun cuando
La muerte es la línea divisoria que separa, sin posi- la vida sea una cosa frágil y se me escape de las manos.
bilidad de confusión, lo verdadero de lo falso. Es el mo-
mento culminante de la vida, más importante que el CONTEMPLATIO
mismo nacimiento, del que no éramos conscientes, cri-
sol en el que se templan las decisiones fundamentales Oh Jerusalén celestial, casa luminosa y espléndida,
que determinan nuestro destino. amo desde siempre tu belleza y el lugar donde habita la
La vida de cada uno de nosotros dura lo necesario gloria de mi Señor. Por ti suspira mi peregrinación. He
para prepararnos a morir, y el modo como lo hayamos ido errante como oveja perdida, pero sobre los hombros
hecho decidirá la calidad de la vida nueva que nos está de mi pastor -de tu arquitecto- espero ser llevado de
preparada desde siempre. nuevo a ti. Jerusalén, morada eterna de Dios, que no se
La «novela» de los Macabeos lo muestra a su manera, olvide de ti mi alma; sé tú mi alegría; que el dulce re-
con la tardía toma de conciencia de Antíoco IV: «Por eso cuerdo de tu nombre dichoso me alivie de la tristeza y
me han venido estas desgracias y me muero de tristeza en de lo que me oprime. No está, en efecto, aquí abajo
tierra extraña», reconocimiento de u n a justicia cruel, nuestra ciudadanía estable: nuestra patria está en los
pero irreprochable. La palabra liberadora del Evangelio cielos, de donde esperamos al Señor Jesucristo, que
le ha quitado a la muerte su «aguijón» {cf 1 Cor 15,55), transfigurará nuestro miserable cuerpo mortal para
restituyéndole su auténtica característica de paso de configurarlo con su cuerpo glorioso.
una vida imperfecta y precaria a la vida plena y eterna Jerusalén santa, te suplico por la caridad de la que
según el proyecto del Creador. eres madre que no te olvides nunca de la Iglesia que
33a semana Sábado
386 387

anda todavía peregrina por la tierra. No te canses de correr nuestro- se quedaría sin meta y por consiguiente sin jus-
rezar por esta parte de ti y sostenía con tu protección tificación y sentido, o convencernos de que, más allá del tiempo,
para que un día consiga unirse a ti para siempre. hay para nosotros un atracadero, un destino de plenitud, una
casa última y segura tras la continua mudanza del espíritu, y en-
Felices santos de Dios que ya habéis cruzado el m a r
tonces sólo a la luz de la eternidad debemos valorar todos los
turbulento de esta condición mortal y ya habéis llegado actos y todos los acontecimientos.
al puerto de la quietud infinita, de la seguridad y de la
Hay quien considera que el pensamiento de la vida eterna
paz: vosotros, que ahora estáis seguros, tened cuidado
impide saborear plenamente las alegrías de la vida presente. La
de nosotros. Os lo suplico: acordaos de nosotros, mise- verdad es lo contrario: encuentro más gusto en vivir los días que
rables, sacudidos todavía en el mar de esta vida por las me son dados aquí abajo cuando sé que tienen un sentido y un
olas que se levantan a nuestro alrededor. Interceded y objetivo, cuando sé que no constituyen una carrera hacia la
rogad por nosotros, y que en los brazos de vuestras ora- nada; vivo con mayor placer cuando estoy persuadido de que
ciones podamos ser llevados también nosotros a nues- no vivo para nada.
tro Dios. Somos frágiles, hombres de nada, sin virtud. Nunca ha estado el hombre sumergido como hoy en lo lla-
Lo sabéis bien. Nos sostiene en realidad el leño de la mativo y en lo efímero, y nunca como noy ha tenido necesidad
cruz, y en él tenemos la esperanza de realizar la travesía de lo que es sustancioso y no perecedero. Se deja trastornar por
hasta el puerto. Que, por vuestros méritos y vuestras ritmos y sonidos que le quitan la capacidad de reflexionar, se
deja encaminar de una manera pasiva y estólida hacia la ca-
santas oraciones, se nos conceda llevar salva la nave e
tástrofe de la muerte, y nunca como hoy ha sentido tantos de-
íntegra su carga hasta la entrada en el puerto tranquilo seos de vivir. Tiene necesidad de una vida verdadera, no de un
de la gloria eterna. Tú sobre todo, Reina del cielo y Se- frenesí que remedie sólo exteriormente la exuberancia del espí-
ñora de la tierra, siempre Virgen santísima, Madre de ritu; tiene necesidad de una vida plena, no de sensaciones epi-
Dios y de nuestro Señor Jesucristo, ora por nosotros e dérmicas que proporcionan la ilusión de la satisfacción, mien-
intercede asiduamente por tus hijos (Juan de Fécamp, tras que el corazón permanece árido y la mente está desierta de
Confessione teológica, Milán 1986). toda verdad y toda certeza. La «vida eterna» -esa que ya puede
ser nuestra desde ahora-, según nos ha dicho el Señor, es ésta:
«Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a aquel que
ACTIO has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3). No se trata ae dos conoci-
mientos: es el mismo e idéntico conocimiento que conduce, a
quien ha descubierto de una manera existencial al Señor Jesús y
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: se ha entregado a él, a la comunión de vida con el Creador de
«Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque todo, principio y meta de toda aventura humana (G. Biffi, La me-
todos viven por él» (Le 20,38). raviglia del)'evento cristiano, Cásale Monf. 199ó, pp. 436-438).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Ante nosotros se impone esta alternativa: o persuadirnos de


que, más allá del tiempo, no existe una eternidad que nos espe-
ra, y entonces este caminar nuestro sobre la tierra -más aún, este
Lunes

34 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Daniel 1,1-6.8-21


1
El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá,
Nabucodonosor, rey de Babilonia, se dirigió contra Jerusalén
y la sitió. 2 El Señor entregó a Joaquín, rey de Judá, en poder
de Nabucodonosor, quien se apoderó también de parte de los
utensilios del templo de Dios, los llevó al país de Senaar y los
agregó al tesoro del templo de sus dioses.
3
El rey ordenó a Aspenaz, jefe del personal de palacio, que
escogiera entre los israelitas de estirpe real o de familias nobles
4
a jóvenes sin ningún defecto físico, de buen parecer, bien ins-
truidos, cultos, inteligentes y aptos para servir en el palacio
real, y que les enseñara la lengua y la literatura de los caldeos.
5
El rey les asignó una ración diaria de la mesa real y del vino
que él bebía. Ordenó también que fuesen educados convenien-
temente durante tres años, al cabo de los cuales entrarían al
servicio del rey. 6 Entre estos jóvenes estaban Daniel, Ananías,
Misael y Azarías, todos ellos de la tribu de Judá. 8 Daniel se pro-
puso no contaminarse con los manjares ni con el vino de la
mesa real y suplicó al jefe de palacio que no le obligara a con-
taminarse. 9 Hizo Dios que Daniel se granjeara la simpatía del
jefe del personal de palacio, 10 quien dijo a Daniel:
-Tengo miedo de que el rey, mi señor, que os ha asignado
lo que debéis comer y beber, encuentre vuestros rostros más
390 34a semana Lunes 391

flacos que los de los jóvenes de vuestra edad, y así pongáis en algunas incongruencias históricas, los relatos de los li-
peligro mi cabeza ante él. bros de las Crónicas. Al autor sólo le interesa presentar
" Entonces Daniel dijo al inspector a quien el jefe del el cuadro sobre el que hacer resaltar la figura de Daniel.
personal de palacio había confiado el cuidado de Daniel, Ana- El rey ordena escoger a algunos jóvenes israelitas, no-
nías, Misad y Azarías:
12 bles y bien dotados, e instruirlos para que presten servi-
-Por favor, lia/, con nosotros una prueba durante diez
días: que nos den legumbres para comer y agua para beber.
cio en la corte. Entre ellos está Daniel, junto con otros
1
' Después, compara nuestro aspecto con el de los jóvenes que tres compañeros, todos de la tribu de Judá (w. 3-6).
comen manjares de los que se sirven al rey y trátanos según el Daniel muestra de inmediato (v. 8) su personalidad y
resultado.
14
su decisión de no transgredir la ley. E n el exilio, era
Él aceptó la propuesta y los puso a prueba durante diez esencial para los judíos mantenerse fieles a los poco
días. IS Al cabo de diez días tenían mejor y más sano aspecto
que todos los jóvenes alimentados con los manjares que se preceptos que podían ser observados también fuera de
servían al rey. 16 Así que el inspector les retiró su ración de la Tierra Santa, y que los distinguían de los paganos: la
comida y de vino y les daba sólo legumbres. circuncisión, el sábado, las prescripciones alimentarias.
17
Concedió Dios a estos cuatro jóvenes un profundo cono- El relato procede como una fábula. El buen aspecto de
cimiento de la literatura y de todas las ramas del saber; en los cuatro jóvenes, exonerados de los alimentos impu-
cuanto a Daniel, era experto en interpretar toda clase de ros, es un prodigio que les preserva de transgredir la ley.
visiones y sueños. 18 Cuando se cumplió el plazo fijado por el
rey, el jefe de personal de palacio presentó a los jóvenes ante
Se les presenta como «sabios», según la tradición bíbli-
Nabucodonosor. " El rey conversó con ellos y, entre todos, no ca (v. 17), y entran al servicio del rey, de quien se con-
encontró ni uno que pudiera compararse con Daniel, Ana- vertirán en los principales consejeros.
nías, Misael y Azarías, así que fueron admitidos al servicio del
rey. 20 En todos los asuntos que requerían sabiduría e inteli-
gencia, y sobre los que el rey les pedía su parecer, los halló
diez veces mejor preparados que todos los adivinos y magos Evangelio: Lucas 21,1-4
de todo su reino. 21 Daniel estuvo allí hasta el año primero del
rey Ciro. 1
Estaba Jesús en el templo y veía cómo los ricos iban
echando dinero en el cofre de las ofrendas. 2 Vio también a
una viuda pobre que echaba dos monedas de poco valor. 3 Y
**• El libro de Daniel, colocado entre los profetas en el dijo:
canon católico y entre los «Escritos» en el canon judío, -Os digo en verdad que esa viuda pobre ha echado más que
une narraciones de tipo sapiencial y oráculos del géne- todos los demás, 4 porque ésos han echado de lo que les sobra,
ro apocalíptico. El protagonista no es u n personaje his- mientras que ésta ha echado, de lo que necesitaba, todo lo que
tórico, sino u n a figura simbólica, modelo de sabiduría y tenía para vivir.
de fidelidad a la Ley. La historia está retrotraída, de una
manera ficticia, a la época del exilio, aunque la compo- **• Son cuatro versículos sencillos; el primer par, para
sición del libro, que incluye también tradiciones ante- mostrar dos comportamientos que contrastan fuerte-
riores, se remonta al siglo III, aproximadamente. mente entre sí, el segundo, para extraer una enseñanza.
El capítulo 1 ambienta los hechos en tiempos de la Jesús «observaba» (anablépsas) y «veía» (éiden, de horáó,
deportación de Nabucodonosor (w. lss), siguiendo, con dos veces) dos actitudes diferentes frente al cofre de las
392 34° semana Lunes 393

ofrendas del templo. La primera es la de aquellos que Sin embargo, Jesús y -antes que él- las Sagradas Es-
echan de manera habitual sus ofrendas, calificados con crituras de Israel nos enseñan a leer en el interior de los
un simple adjetivo que, en su carácter genérico, implica corazones y a considerar el sentido auténtico de cada
un juicio: «ricos». La segunda es un gesto único y ejem- gesto. Nos hacen comprender que también es posible
plar; a la persona que lo realiza se la califica de inme- arriesgar la vida para dar testimonio de la fidelidad a u n
diato con precisión: una mujer, «viuda», «pobre», que pequeño precepto, que procede, no obstante, de la boca
echa dos monedas de poco valor. del Señor; nos hacen comprender que lo importante es
darnos a nosotros mismos, dar nuestra vida, y no sim-
El segundo par de versículos muestra que el «ver» de plemente el dinero que nos sobra o que no nos sirve,
Jesús no se queda nunca en la superficie, sino que pe- aun cuando se trate de una gran cantidad.
netra en los corazones hasta descubrir las motivaciones
profundas del obrar h u m a n o . Al verbo «ver» que se en-
cuentra al comienzo del v. 1 y del v. 2 le corresponde, al ORATIO
comienzo del 3, el verbo «decir», acompañado del ad-
verbio «en verdad»: lo que Jesús ve, y revela, es la verdad Concédeme, Señor, el discernimiento necesario para
del ánimo humano, que ni la hipocresía de los ricos ni reconocer el verdadero valor de las cosas. Es demasiado
la humilde modestia de la viuda logran esconder. Y ésta fuerte la tentación de dejarme llevar por las opiniones
es la enseñanza: el valor del don no ha de ser medido que corren, de seguir la moda del «es lo que hacen
con criterios contables, sino en función de la genero- todos», de ceder al vivir tranquilo.
sidad y de las condiciones de partida del donante. La
medida es dar sin medida: «Toda la vida que posees» La responsabilidad de dar testimonio de tu Palabra
(así, al pie de la letra, el v. 4). me resulta, con frecuencia, demasiado dura. Ayúdame a
serte fiel, Señor. También yo tengo miedo de que el se-
guimiento de tus mandatos me debilite a los ojos del
MEDITATIO mundo; también yo admiro y sigo a los ricos y no a los
pobres. Perdona mi fragilidad y mi incoherencia.
La adhesión a la ley no es nunca puro formalismo.
Nosotros somos muy acomodaticios, y nos parece exce-
sivo el firme rechazo que Daniel y sus compañeros opo- CONTEMPLATIO
nen a la orden de alimentarse con alimentos impuros de
la mesa del rey. No sabemos leer el valor simbólico de Carísimos: no nos mostremos avaros con lo que tene-
las normas alimentarias, que ponen aparte al pueblo mos como si fuera nuestro, sino hagámoslo producir
consagrado al Señor para dar testimonio de la veraci- como si nos hubiera sido dado como préstamo. Nos ha
dad de su Palabra: nos parecen preceptos de escasa im- sido confiada, en efecto, la administración y el uso tem-
portancia. Damos importancia a lo que se ve, no al sig- poral de los bienes comunes, no la posesión eterna de
nificado profundo e interior de las cosas: para nosotros, u n a cosa privada. Recordad a los que, en el Evangelio,
vale más la ofrenda de los ricos, y despreciamos la mo- habían recibido los talentos del Señor y lo que el padre
desta moneda de la viuda pobre. de familia, a su vuelta, dio a cada u n o como recompen-
34" semana Lunes 395
394

sa: entonces os daréis cuenta de que es más ventajoso PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
poner en la mesa del Señor el dinero que nos da, para
que lo hagamos fructificar, que conservarlo intacto. Dios está inclinado siempre hacia nosotros; es, podríamos
Acordémonos de aquella viuda que, olvidándose de sí decir, alguien que se entrega a sí mismo y se hace don perfec-
misma por amor a los pobres, echó todo cuanto tenía to, total, eterno, y eso sin tregua. Somos nosotros, los destinata-
rios del don, los que estamos cerrados, los que no le acogemos,
para vivir, pensando sólo en el futuro. Ofreció todo lo
y por eso recibimos o no recibimos en absoluto lo que nunca cesa
que tenía para poseer los bienes invisibles. Aquella po- de ofrecérsenos. Pero él escucha todas las plegarias, realiza to-
brecita no despreció las normas establecidas por Dios dos los milagros, consuma todos los misterios de la salvación.
en orden a la conquista del premio futuro; por eso el Somos nosotros quienes no estamos dispuestos a acogerlos. El
mismo legislador no se olvidó de ella; más aún, el juez don de Dios es infinito, se ofrece siempre, pero nosotros siempre
del mundo anticipó su sentencia y preanunció en el podemos, por así decirlo, anularlo, restringirlo, rechazarlo [...].
evangelio que sería coronada en el día del juicio. N o hay grandeza sino en el amor, en la entrega de uno mis-
Hagamos, pues, deudor a Dios con sus mismos do- mo, y amar es, precisamente, vaciarnos de nosotros mismos, ser
pobres de nosotros mismos, hacer de nosotros mismos un espa-
nes. Nada poseemos que él no nos haya dado. Y, sobre
cio en el que el otro pueda respirar su propia vida. Ahora bien,
todo, ¿cómo podemos pensar que tenemos algo nuestro, precisamente porque esa pobreza en su infinita fuente está en
nosotros, que no nos pertenecemos a nosotros mismos Dios, precisamente porque nosotros nunca podremos ser pobres
por tener contraída u n a obligación particular con Dios, como Dios, podemos encaminarnos hacia ese despojo y au-
no sólo porque hemos sido creados por él, sino también mentar cada día nuestra generosidad, pero nunca conseguire-
redimidos? Alegrémonos porque hemos sido compra- mos ser pobres como lo es Dios. Por otra parte, si Dios nos lla-
dos de nuevo a un precio elevado (cf. 1 Cor 6,20) con la ma a la alegría de la entrega total, lo hace justamente porque
sangre del mismo Señor y por eso hemos dejado de ser quiere nuestra grandeza, y la lleva a su colmo cuando nos con-
fía su propia vida, cuando pone en nuestras manos su destino
personas viles como esclavos; en efecto, querer ser in-
en la historia (M. Zundel, «Salvare Dio da noi stessi», en La Vie
dependientes de la ley divina es u n a libertad más des- Spirituelle 725 [ 1 9 9 7 ] , 715ss).
preciable que la esclavitud.
Restituyamos, por consiguiente, al Señor los dones
que son suyos; démoselos a él, que recibe en la persona
de cada pobre; démoselos con alegría, lo repito, para
recibir de él en la exultación, como él mismo dijo (cf.
Sal 125,5) (Paulino de Ñola, Lettere 34, 2-4).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Ha echado, de lo que necesitaba, todo lo que tenía
para vivir» (Le 21,4).
Martes

34 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Daniel 2,31-45

En aquellos días, dijo Daniel a Nabucodonosor: 31 Tú, rey,


tuviste esta visión: una enorme estatua, de extraordinario
esplendor y terrible aspecto, comenzó a levantarse frente a ti.
32
Su cabeza era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata;
el vientre y los lomos, de bronce; 33 las piernas, de hierro, y los
pies, parte de hierro y parte de arcilla. 34 Mientras mirabas,
una piedra se desprendió de un monte, sin intervención de
mano alguna; vino a dar contra los pies de la estatua, que eran
de hierro mezclado con arcilla, y los pulverizó. 35 Todo se hizo
pedazos: hierro mezclado con arcilla, bronce, plata y oro;
todo quedó pulverizado como la paja de la era en verano que
el viento arrebata y se lleva sin dejar rastro. Pero la piedra que
había chocado contra la estatua se convirtió en una gran
montaña que llenó toda la tierra.
36
Éste fue el sueño; ahora se lo interpretaremos al rey.
37
Tú, majestad, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado
imperio, poder, fuerza y gloria, 38 en cuyas manos ha dejado
todos los hombres, las bestias del campo y los pájaros del
cielo, y a quien ha dado dominio sobre todo ello, tú eres la
cabeza de oro. 39 Después de ti surgirá otro reino, inferior al
tuyo, y luego un tercer reino de bronce, que dominará sobre
toda la tierra. 40 Y por fin un cuarto reino, fuerte como el hie-
34" semana Martes
398 399

rro; lo mismo que el hierro destroza y pulveriza todo, así ese otros, u n reino simbolizado por la piedra. Es posible
reino destrozará y pulverizará a todos los demás. que el autor piense en la disgregación del imperio de
41
Viste que los pies y los dedos eran parte de arcilla y par- Alejandro Magno en los reinos de sus sucesores; se afir-
te de hierro; eso significa que será un reino dividido: en cier- m a el señorío eterno de Dios, que pone término a todo
to modo, tendrá la solidez del hierro, pues, aunque mezclado
con arcilla, viste hierro. " En cuanto a los dedos de los pies, dominio h u m a n o con la imagen escatológica de la uni-
que eran parle de hierro y parte de arcilla, significa que el ficación mundial.
reino será Inerte y frágil a la vez. "' Viste el hierro mezclado
con la arcilla, y eso significa que distintos linajes se mezcla-
rán entre sí, pero sin llegar a fundirse, del mismo modo que Evangelio: Lucas 21,5-11
el hierro y la arcilla no pueden fundirse. 44 En tiempo de estos
reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será
destruido y cuya soberanía no pasará a otro pueblo. Pulveri- En aquel tiempo, 5 al oír a algunos que hablaban sobre la
zará y aniquilará a todos los otros y él mismo subsistirá por belleza de las piedras y exvotos que adornaban el templo, dijo:
siempre; 45 eso significa la piedra que viste desprenderse del 6
-Vendrá un día en el que todo eso que veis quedará total-
monte, sin intervención de mano alguna y que pulverizó mente destruido; no quedará piedra sobre piedra.
hierro, bronce, arcilla, plata y oro. El gran Dios ha revelado al 7
Entonces le preguntaron:
rey los acontecimientos del futuro. El sueño es verdadero, y
su interpretación es fidedigna. -Maestro, ¿cuándo será eso? ¿Cuál será la señal de que
esas cosas están a punto de suceder?
8
Él contestó:
*•• Daniel, consejero del rey e intérprete de sueños, se -Estad atentos, para que no os engañen. Porque muchos
ofrece para explicar al rey un sueño en el que habían vendrán usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy, ha llegado
fracasado todos los adivinos del reino: Daniel sabe que la hora». No vayáis detrás de ellos. 9 Y cuando oigáis hablar de
la revelación del misterio le vendrá de Dios (v. 28). Na- guerras y de revueltas, no os asustéis, porque es preciso que
eso suceda antes, pero el fin no vendrá inmediatamente.
bucodonosor pone a prueba a los sabios pidiéndoles 10
Les dijo además:
que adivinen su sueño antes de explicarlo; ninguno lo
consigue, salvo Daniel. Es la visión de una estatua cons- -Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
" Habrá grandes terremotos y, en diversos lugares, hambres,
truida con materiales diversos: oro, plata, bronce, hierro pestes, apariciones terroríficas y grandes portentos en el cielo.
y arcilla. Se desprende una piedra desde un monte y se
precipita contra los pies de la estatua, pulverizándola.
La enorme estatua se hunde y se hace añicos, mientras *»• Es el comienzo del «discurso escatológico» del
que la piedra se convierte en un monte que llena la tie- evangelio de Lucas. Jesús se encuentra en el templo,
rra (w. 31-35). donde enseña públicamente, y ha tenido ya algunas dis-
putas con los maestros de la Ley y con los saduceos. Su
Sigue la explicación del sueño, o sea, la sucesión de discurso se apoya precisamente en la admiración que le
cuatro reinos después de Nabucodonosor. Cada uno de produce la belleza del templo (v. 5). La predicción es
ellos suplantará al anterior, en una progresiva decaden- drástica y fulminante: «Vendrá un día...» (v. 6), hasta tal
cia hasta el último, debilitado por la amalgama imper- punto que provoca en sus oyentes la inmediata petición
fecta de hierro y arcilla (w. 36-43). Surgirá entonces, de signos premonitorios (v. 7). La respuesta de Jesús
por obra de Dios, un reino eterno que aniquilará a los pone primero en guardia contra los falsos signos que
34a semana Martes 401
400

pueden inducir a engaño a los discípulos (w. 8-11) y, a ilusiones: habrá, es cierto, trastornos y desastres, pero el
continuación, predice la persecución como signo ine- futuro está en manos del Señor y debemos confiarnos
quívoco (w. 12-19). con sencillez a él. También el libro de Daniel, con sus
descripciones de prodigios tremendos, resulta tranquili-
«Estad atentos, para que no os engañen» (v. 8): se tra- zador: la estatua se derrumbará y con ella desaparecerán
ta de un verbo lípico de la terminología apocalíptica. los reinos de la tierra; la piedra pequeña simboliza el
Son muchos, en electo, los que hablarán en nombre de Reino eterno de Dios, preparado desde siempre para los
Jesús, pero lo harán en falso; por eso las guerras y re- justos. No hay ningún motivo para tener miedo.
voluciones no deberán asustar a los discípulos (v. 9a).
Lucas escribe en una época en la que el «retraso de la
parusía» supone ya u n problema para la comunidad, ORATIO
que padece persecuciones y desgracias, pero no sabe
cuándo vendrá el fin: de ahí que sea necesario reforzar Señor, tengo miedo.
la paciencia y la esperanza y tranquilizar respecto al
Me gustaría parecer desinhibido y moderno y sonreír
cumplimiento del futuro. Todo esto, dice Jesús, deberá
ante las terribles previsiones apocalípticas, c o m o si
sucede antes del fin, pero el fin no «vendrá inmediata-
fueran fábulas de otros tiempos. Sin embargo, tengo
mente» (v. 9b). La descripción de los acontecimientos
miedo del mañana, tengo miedo del sufrimiento, tengo
que precederán al fin es incluso detallada (w. lOss),
miedo de lo que no conozco.
para hacer entrever la posibilidad de u n tiempo inter-
medio (el tiempo de la Iglesia) muy largo, en el que la También me gustaría preguntarte cuándo tendrá lu-
comunidad deberá perseverar en el testimonio. gar todo esto, pero no me atrevo a hacerlo. Concédeme,
Señor, unos ojos puros y u n corazón sencillo, para que
sepa situar cada cosa bajo el juicio de la Palabra y p a r a
MEDITATIO que sepa leer los signos de los tiempos. Me gustaría pe-
dirte que me ahorraras las calamidades de las que hablas.
Las visiones apocalípticas tienen siempre una fuerte Me gustaría pedirte que alejaras de la tierra las guerras,
carga simbólica. Es menester ir más allá de las imágenes las destrucciones, las carestías, las pestilencias. H a z m e
coloridas para captar su sentido. Jesús nos invita a no comprender, Señor, por qué es necesario que todo esto
quedarnos en las apariencias: por muy grandioso y es- tenga lugar. Sostenme, Señor, para que la fe que m e has
pléndido que sea el templo, no quedará piedra sobre pie- dado m e ayude a vencer el miedo.
dra de él. La enorme estatua aparecida en el sueño de Na-
bucodonosor se hace añicos, golpeada por una piedra
pequeña. No siempre los signos resultan de fácil lectura; CONTEMPLATIO
es más, también sobre esto nos pone en guardia Jesús.
Quisiéramos saber siempre por anticipado lo que nos Tiende, oh Padre, una vez más tus manos para acoger
espera, y nos sentimos aterrorizados por los «profetas de al pobre. Ensancha tu seno para acoger en él a un núme-
mal agüero», como los llamaba el papa Juan XXIII. Jesús ro mayor. Nosotros iremos junto a los que reposan en el
nos tranquiliza, pero sin permitirnos que nos hagamos Reino de Dios, junto con Abrahán, Isaac y Jacob [...].
402 34" semana Martes 403

liemos al lugar donde se encuentra el paraíso de las vivir de ella. En consecuencia, este tiempo es siempre un «hoy»,
delicias, allí donde Adán, que tropezó con los bandidos, el hoy de Dios en el hoy de nuestra vida vivida, el hoy que Dios
ya no tiene ninguna razón para llorar por sus heridas, fija de nuevo para nosotros [...].
allí donde el mismo ladrón se alegra por haber entrado Así es como el cristiano conoce y vive el tiempo: éste es siem-
a lormar parte del Reino de los Cielos, allí donde no hay pre un «hoy», es siempre un «tiempo favorable» (2 Cor 6,2), es
nubes ni truenos ni relámpagos, allí donde no hay siempre un tiempo dejado por Dios para la conversión y para
vivir de un modo bello y bueno en comunión y solidaridad con
tempestades de vientos, ni tinieblas, ni sombras, donde
todos los hombres. Eso significa aprovechar el tiempo y hasta,
ni el verano ni el invierno cambiarán el curso de las
como escribe Pablo (cf. Ef 5,1 ó), redimir, rescatar, salvar el tiem-
estaciones; allí donde no hará frío, ni granizo o lluvia, po como hombres provistos de sabiduría. Y nuestro tiempo, pre-
ni habrá necesidad de este sol o de esta luna, ni habrá cisamente porque está marcado por el hoy de Dios, es un tiem-
los globos de las estrellas, sino que sólo brillará el fulgor po abierto a la eternidad, a la vida para siempre [...]. Si Dios
de la gloria de Dios, pues el Señor será la luz de todos, y está en el inicio de mi tiempo, si el Dios-hombre está en la ple-
la luz verdadera que ilumina a cada hombre resplande- nitud del tiempo, ¿cómo podría no estar al final de mi tiempo?
cerá sobre todos. Iremos al lugar donde el Señor Jesús ha Si Cristo «es el mismo ayer, hoy y siempre», ¿cómo podríamos
preparado a sus siervos muchas moradas (Ambrosio de no estar con él para siempre nosotros, que lo hemos conocido en
Milán, Tratado sobre el bien de la muerte, XII, 53, passim). el tiempo, hoy? Nuestros días tienen un término, pero tienen tam-
bién una finalidad: el encuentro con el Dios que viene, la vida
eterna (E. Bianchi, Da Forestiero, Cásale Monf. 1995, pp. 49-52).
ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«El Dios del cielo hará surgir un Reino que jamás será
destruido» (Dn 2,44).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Desde el único acontecimiento del nacimiento-vida-muerte-re-


surrección de Jesús hasta la parusía, todos los años son ¡guales
para nosotros los cristianos: nos encontramos, en efecto, en los
últimos tiempos, entre un «ya», acaecido en Jesucristo, y un «to-
davía no», esperado por toda la humanidad. Estos «últimos
tiempos» no tienen nada de amenazador, ni de catastrófico
para el hombre ni para la creación: no son el chronos que
devora a sus hijos, sino el kairós, el tiempo propicio iniciado por
Cristo y que cualifica a todo el resto del tiempo. Deben apare-
cer, por consiguiente, como un tiempo de gracia, como el tiempo
favorable, como el día de la salvación en el que acoger la fe y
Miércoles

34 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28


1
El rey Baltasar celebró un gran banquete en honor de sus
dignatarios, que eran unos mil, y en el decurso del banquete se
sirvió vino en abundancia. 2 Excitado por el vino, mandó traer
las copas de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, se había
llevado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellas el
rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. 3 Se trajeron
las copas de oro y plata arrebatadas al templo, es decir, a la casa
de Dios en Jerusalén, y el rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus
concubinas bebieron en ellas. 4 Bebían vino y alababan a sus
dioses de oro y plata, bronce, hierro, madera y piedra.
5
En aquel momento aparecieron, frente al candelabro de
la sala, unos dedos de mano humana que escribían sobre el
revoque de la pared del palacio real. El rey, al ver la mano que
escribía, 6 cambió de color, se le turbó la mente, le fallaron las
articulaciones de sus caderas, y sus rodillas entrechocaban
una con otra.
13
Daniel fue introducido en la presencia del rey, el cual le
preguntó:
-¿Así que tú eres Daniel, uno de los judíos que mi padre, el
rey, trajo cautivos de Judea? '" He oído decir que posees una
inspiración divina, que tienes clarividencia, una inteligencia y
una sabiduría superiores. 16 He oído decir que tú puedes dar
406 34a semana Miércoles 407

interpretaciones y resolver problemas. Así pues, si consigues nunciado su juicio, un juicio que Daniel interpreta de
leer e interpretarme lo escrito, serás vestido de púrpura, lleva- este modo: el señorío de Baltasar acabará, su poder ya
rás al cuello un collar de oro y serás el tercero en el reino.
17 no tiene peso, su reino será dado a otros.
Daniel tomó la palabra y respondió al rey:
-Guarda tus regalos y da tus obsequios a otro; en cualquier
caso leeré e interpretaré para el rey lo escrito. " Te has alzado
contra el Señor del cielo. Has mandado traer las copas de su Evangelio: Lucas 21,12-19
templo, y tú, tus dignatarios, tus mujeres y concubinas habéis
bebido en ellas. Has dado alabanza a los dioses de oro, plata, En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 12 Os echarán
bronce, hierro, madera y piedra, que ni ven ni oyen ni saben mano y os perseguirán, os arrastrarán a las sinagogas y a las
nada, y no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu cárceles y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por
vida y tus caminos. M Por eso él envió la mano que escribió esas causa de mi nombre. " Esto os servirá para dar testimonio.
palabras. " Lo escrito es: mene, tequel y peres. u Y ésta es la 14
Haceos el propósito de no preocuparos por vuestra defensa,
interpretación: Mene, es decir, «contado»: Dios ha contado los 15
porque yo os daré un lenguaje y una sabiduría a los que no
días de tu reinado y ha señalado un límite. " Tequel, es decir,
podrá resistir ni contradecir ninguno de vuestros adversarios.
«pesado»: has sido pesado en la balanza y hallado falto de 16
peso. 28 Peres, es decir, «dividido»: tu reino ha sido dividido y Seréis entregados incluso por vuestros padres, hermanos,
entregado a los medos y a los persas. parientes y amigos, y a algunos de vosotros os matarán.
17
Todos os odiarán por mi causa, l s pero ni un cabello de vues-
tra cabeza se perderá. '9 Si os mantenéis firmes, conseguiréis
*• Baltasar, señalado como hijo y sucesor de Nabuco- salvar vuestras almas.
donosor, no es una figura histórica. El relato tiene el de-
sarrollo de una parábola. El rey da un banquete y ordena **• El segundo de los «signos premonitorios» que pre-
poner en la mesa las copas sagradas que Nabucodonosor cederán al fin es la persecución: también ésta es ya u n a
había llevado de Jerusalén a Babilonia. La profanación realidad cuando Lucas escribe su evangelio. Antes que
de las copas sagradas, en las que beben el rey y sus invi- todo lo demás, antes de los cataclismos y de las guerras,
tados, provoca un prodigio que siembra el terror en la los discípulos serán detenidos y llevados a juicio «por
sala del banquete: una mano misteriosa escribe en la pa- causa» del nombre de Jesús (v. 12). Esto les proporcio-
red unas palabras incomprensibles (w. 1-6). nará, dice Jesús por medio de Lucas, la ocasión de dar
Como sucediera con el sueño de Nabucodonosor, na- testimonio (v. 13): es una lectura positiva de la persecu-
die está en condiciones de explicar el prodigio hasta que ción. Lucas dirige a los discípulos desorientados, que no
la reina sugiere llamar a Daniel. El rey reconoce la sa- saben cómo defenderse (v. 14), un mensaje de esperan-
biduría del judío deportado (w. 13ss) y le promete una za; más aún, les transmite la certeza de la victoria: Jesús
recompensa (v. 16). Sin embargo, Daniel no ejerce su mismo les dará el lenguaje y la sabiduría necesarios
poder de adivinación, que le viene de Dios, por amor a para contradecir las acusaciones (v. 15). El contraste
recompensas (v. 17). El sabio, recorriendo la historia del entre el v. 12 y el v. 15 es paralelo al que se da entre los
reino, muestra las consecuencias de la arrogancia y del w. 16ss y los w. 18ss: a pesar de las traiciones, del odio
sacrilegio del que el rey es culpable. El pecado de Bal- y del aislamiento, «ni un cabello de vuestra cabeza se
tasar consiste en haberse opuesto al Señor del cielo y perderá», y las «almas» (psychás, las «vidas») de los dis-
haber adorado a los ídolos (v. 23). Por eso Dios ha pro- cípulos se salvarán.
4(W 34° semana Miércoles
409

MEDUATIO Gracias, Señor, por no haberlo dejado todo sobre mis


frágiles espaldas. Gracias porque precisamente mi fra-
gilidad prueba que sólo en ti hay v i d a ^ salvación.
El lenguaje imaginativo y fuertemente evocador de
los textos apocalípticos infunde terror; sin embargo, su CONTEMPLATIO
mensaje es de esperanza. Las persecuciones, los abando-
nos y las traiciones no podrán nada contra quien se con-
fía con sencillez al Señor. Los días del adversario están Sedme fieles. No temáis: maestros de la Ley y fariseos,
contados, dice Daniel; yo os daré lenguaje y sabiduría, autoridades y poderosos serán vuestros enemigos Pare-
dice Jesús, para reanimar los corazones desconcertados ceréis abandonados -en realidad, estaréis seguros-. ¿Dón-
de los discípulos. de? En lo más seguro que el Señor ha ofrecido: en la
Providencia. Ya hemos visto una vez lo que significa
La Escritura no guarda silencio sobre las pruebas que Providencia: no es el orden de la naturaleza, que se im-
pondrán en peligro la vida de los testigos, no se muestra pone de por sí, sino el que el Padre establece en el hom-
engañosa o falsamente consoladora. Cuanto más vivo y bre, que se le da por fe, siempre que el hombre reconoz-
realista es el cuadro de la catástrofe, tanto más resalta ca a Dios como su Padre, se confíe a él y se tome a
la firmeza de la fe: palidece de terror el arrogante Bal- pecho, como ninguna otra cosa, el celo por su Reino
tasar mientras resuenan seguras las palabras de Daniel: De este modo, los apóstoles no se espantarán frente a
«Dios ha contado los días de tu reinado y ha señalado un la persecución, porque estarán protegidos, y aunque tu-
límite». vieran que perecer, ni siquiera entonces temerán, pues
estarán convencidos de que lo que cuenta es inviolable.
ORATIO Quien los mate matará sólo el cuerpo; no pueden per-
judicar al alma, pues está recogida en la fe de Jesús.
También al alma le llega la hora de decidir entre la vida
Señor, haz que no se turbe mi corazón, que no tiem- y la muerte: ante Dios, en el tribunal supremo. Dios la
ble cuando se me pida que dé cuenta de mi fe. Me falta puede lanzar a la muerte eterna. Esto es lo único que
el valor, no sé hablar, mi mente está confusa. Necesito la deben temer los discípulos. Pero si han optado por
confortación de los otros, no soporto estar abandonado Jesús, están vivos ante Dios y gozan de la vida eterna La
y solo. decisión mediante la que alguien se pone de parte de
Perdóname, Señor, pero también estoy atormentado Jesús se lleva a cabo en lo exiguo de un instante, pero
por la duda: «M un cabello de vuestra cabeza se perderá». funda la eternidad [...].
Perdóname, Señor, pero tengo miedo de que sea sólo ¿Cómo debe comportarse, entonces, el hombre? Con-
una piadosa ilusión. centrando el espíritu en lo que dura eternamente y de-
Sólo tú puedes darme fuerza, Señor. Sólo tú puedes jando que las cosas caducas pasen su tiempo. En Dios
darme la fe, volver a dar esperanza a mi ánimo mar- no en el tiempo, debe estar su posesión. Ahora bien esto
chito. Sólo tú puedes darme «lenguaje y sabiduría» para sólo es posible cuando se tiene fe en Cristo. Entonces el
resistir los ataques de tus adversarios y de los míos. hombre, viviendo de esta fe, puede obtener frutos de
410 34a semana Miércoles
411

inmortalidad en las mismas cosas terrenas (R. Guardini, ramos fuera de la historia de sufrimiento y lágrimas a la que él
II Si^nore, Milán, 1949, pp. 222-224, passim [edición ha venido y donde ha hincado su cruz, para extender en ella el
española: El Señor, Rialp, Madrid 1964]). poder de su victoria pascual. Los discípulos de la verdad que salva
no están nunca solos; están con él, al servicio del prójimo, vi-
viendo así en la compañía del Dios con nosotros (B. Forte, // laici
ACTIO nella Chiesa e nella societá avile, Cásale Monf. 2000, pp. 77-79,
passim).
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
«Yo os daré lenguaje y sabiduría» (Le 21,15).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Frente a la pérdida del sentido, los creyentes están llamados


sobre todo a poner a Cristo en el centro, calificándose como dis-
cípulos suyos, apasionados por su verdad, lo único que libera y
salva. «Ven y sigúeme» es la llamada que resuena hoy más que
nunca para los creyentes, porque hoy más que nunca es menes-
ter decir con la vida que hay razones para vivir y para vivir jun-
tos, y que estas razones no están en nosotros mismos, sino en
ese último horizonte que la fe nos hace reconocer como revela-
do y dado en Jesucristo. Se trata de redescubrir el primado de
Dios en la fe y, por consiguiente, el primado de la dimensión
contemplativa de la vida, entendida como fiel unión a Cristo en
Dios, manteniendo el corazón atento al horizonte último que se
nos ofrece en él. Tenemos necesidad de cristianos adultos, con-
vencidos de su fe, expertos en la vida según el Espíritu, dispues-
tos a dar razón de su esperanza. En este sentido, la caridad más
grande que se pide hoy a los discípulos del Crucificado resuci-
tado es ser, con su vida, discípulos y testigos de aquel que es el
verdadero sentido que no defrauda, la verdad que salva. En se-
gundo lugar, los cristianos están llamados, hoy más que nunca,
a hacerse siervos por amor, viviendo el éxodo de sí mismos sin
retorno, siguiendo al Abandonado, construyendo el camino en
comunión, mostrándose solidarios especialmente con los más
débiles y los más pobres de sus compañeros de camino. Si Cristo
está en el centro de nuestra vida y de la vida de toda la Iglesia,
si él es aquel al que estamos suspendidos, atados a su cruz,
iluminados por su resurrección, entonces no podemos conside-
Jueves

34 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Daniel 6,12-28

En aquellos días, 12 unos hombres hostiles entraron de re-


pente y sorprendieron a Daniel orando e invocando a su Dios.
13
Inmediatamente se presentaron al rey y le recordaron el
decreto real:
-¿No has firmado una prohibición según la cual todo aquel
que en el espacio de treinta días dirija una oración a cualquier
dios u hombre, fuera de ti, majestad, será arrojado al foso de
los leones?
Respondió el rey:
-Sí, así está establecido, según la ley de medos y persas,
que es irrevocable.
14
Ellos replicaron:
-Pues Daniel, ese deportado judío, no te respeta a ti ni a la
prohibición que has firmado, sino que tres veces al día hace
su oración.
15
Al oír esto, el rey se disgustó sobremanera y se propuso
salvar a Daniel; hasta la puesta del sol estuvo buscando el
modo de librarlo. 16 Pero aquellos hombres de nuevo acudie-
ron al rey en tropel y le dijeron:
-Recuerda, rey, que, según la ley de medos y persas, nin-
guna prohibición o edicto dado por el rey puede ser revocado.
34a semana Jueves 415
414

" Entonces el rey ordenó traer a Daniel y arrojarlo al foso cisamente con esto contaban los autores de la denuncia:
de los leones. El rey dijo a Daniel: w . 15ss). Por consiguiente, el héroe es echado, como en
-¡Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te salve! las fábulas, en el foso, u n foso que el mismo rey sella
18
Trajeron una piedra, la colocaron en la boca del foso y el para evitar cualquier irregularidad, pero deseando que
rey la selló con su anillo y con el de sus dignatarios, para que el Dios de Daniel intervenga para salvarle y hasta oran-
no se cambiara la sentencia dada contra Daniel. do con su ayuno (w. 17-19).
19
El rey regresó a su palacio y no quiso comer ni admitir
concubinas en toda la noche, ni pudo conciliar el sueño. A la m a ñ a n a siguiente, el rey se muestra ansioso por
20 conocer el destino de Daniel y éste le responde desde el
Al rayar el alba, el rey se levantó y fue a toda prisa al foso
de los leones. 21 Al llegar junto a él, llamó a Daniel con voz foso (w. 20-23). La fábula concluye, del modo más tradi-
angustiada: cional, con la liberación del héroe y el castigo de sus ene-
-Daniel, siervo de Dios vivo, ¿ha podido tu Dios, a quien migos, que son descuartizados por los leones (w. 24ss).
sirves con tanta fidelidad, librarte de los leones? El acontecimiento queda sellado por el nuevo decreto
22
Daniel respondió al rey: del rey, que proclama por todo su reino el culto al Dios
-¡Que el rey viva para siempre! " Mi Dios ha mandado a su de Daniel (w. 26-28). Es el triunfo del monoteísmo de
ángel, que ha cerrado las fauces de los leones, y no me han Israel sobre las naciones paganas, que acaban recono-
hecho ningún daño, porque Dios sabe que soy inocente, y
tampoco he hecho nada malo contra el rey. ciendo, por sus prodigios, al Dios vivo.
24
Entonces el rey se alegró mucho y mandó sacar a Daniel
del foso. Sacaron a Daniel y no tenía ni siquiera un rasguño,
porque había confiado en su Dios. 25 Por orden del rey, fueron Evangelio: Lucas 21,20-28
traídos y arrojados al foso de los leones los hombres que ha-
bían calumniado a Daniel, sus mujeres y sus hijos. Y aún no
habían tocado el fondo del foso, cuando los leones se abalan- En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 20 Cuando
zaron sobre ellos y trituraron todos sus huesos. veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que se acerca su
26 devastación. 21 Entonces los que estén en Judea que huyan a
Entonces el rey Darío escribió a las gentes de todos los los montes; los que estén dentro de la ciudad que se alejen, y
pueblos, naciones y lenguas que pueblan la tierra: los que estén en el campo que no entren en la ciudad. 22 Porque
-Que vuestra paz crezca sin cesar. " Ordeno que en todo mi son días de venganza en los que se cumplirá todo lo que está
imperio sea respetado y temido el Dios de Daniel, porque él es escrito. 23 ¡Ay de las que estén encintas y criando en aquellos
el Dios vivo que subsiste por siempre; su reino no será destrui- días! Porque habrá gran tribulación en la tierra y el castigo
do y su imperio no tendrá fin.28 El es quien libra y quien salva; vendrá sobre este pueblo. 24 Caerán al filo de la espada e irán
el que realiza prodigios y signos maravillosos en el cielo y en la cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por
tierra; él ha salvado a Daniel de las garras de los leones. los paganos, hasta que llegue el tiempo señalado.
25
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la
*•• El célebre episodio del foso de los leones muestra, tierra la angustia se apoderará de los pueblos, asustados por el
estruendo del mar y de sus olas. 2" Los hombres se morirán de
una vez más, la figura ejemplar de Daniel, que, a pesar
miedo al ver esa conmoción del universo, pues las potencias
de la prohibición del rey, sigue orando al Señor. Sus del cielo quedarán violentamente sacudidas. 27 Entonces verán
enemigos le espían y le denuncian al rey (w. 12-14). El al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria.
28
rey Darío queda entristecido, pero no puede salvar a Da- Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y
niel, porque los decretos reales son irrevocables (y pre- levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación.
416 34a semana Jueves
417

*+• La caída de Jerusalén es una clásica profecía ex No olvidemos que tanto el autor del libro de Daniel
eventu: sabemos que Lucas escribe después del a ñ o 70 como el evangelista Lucas escribieron estas páginas en
d. de C. La descripción, con fuertes tonos apocalípti- tiempos de persecución, en unos tiempos en los que la
cos, recurre al lenguaje de los profetas y presenta u n solución positiva y el fin de las tribulaciones se presen-
cuadro terrible de los acontecimientos que se producirán taban inciertos y lejanos. Los w. 21-24 del capítulo 21
cuando se cumpla el juicio sobre la ciudad santa («días de Lucas no son fruto de la fantasía, sino más bien u n
de venganza»: v. 22). artículo de corresponsal de guerra que describe lo que
La desolación golpeará sobre todo allí donde se opo- sucede ante sus ojos. Dejaríamos de llorar por nosotros
ne a los signos de vida (las mujeres encintas, los niños a causa de nuestras dificultades cotidianas si tuviéramos
de pecho); el destino de muerte atravesará los m i s m o s sólo u n a brizna de la fe atestiguada por las lecturas de
confines del pueblo de Israel para golpear a los gen- hoy.
tiles (v. 24a), «hasta que llegue el tiempo señalado», esto
es, el tiempo de la Iglesia de los testigos y de los már-
ORATIO
tires (v. 24b).
Los acontecimientos cósmicos se reflejan en la an-
Señor, tu Palabra m e hace temblar hoy. Estoy entre
gustia de todas las naciones (v. 25) y en el t e m o r de lo
los perseguidos que huyen a los montes, a b a n d o n a n d o
que está por llegar (v. 26). La inspiración universal de
la ciudad, aterrorizados por signos celestes y por el
este lenguaje, que engloba a toda la creación, aleja la
estruendo del mar. Huyo porque ahora cae la «ciudad
determinación del tiempo preciso en el que t o d o esto
santa» que me daba refugio: la piedad tradicional en la
sucederá, y, de este modo, Lucas puede introducir el
que he crecido ya no me basta, ya no e n c u e n t r o res-
acontecimiento decisivo, cuyo momento no p u e d e ser
puestas a mis dudas.
conocido: la venida del Hijo del hombre, juicio para
algunos, liberación para los creyentes (w. 27ss). Ayúdame, Señor, a leer tu voluntad incluso d e n t r o
de estas calamidades. Ayúdame a hacerles frente con
u n corazón sereno, como Daniel a los leones: si t ú es-
MEDITATIO tás conmigo, no me descuartizarán. Ayúdame a m i r a r
más allá de los cielos descompuestos: si tú e s t a s con-
Parece que los enemigos de Daniel van a triunfar migo, mis ojos verán venir al Hijo del h o m b r e sobre
sobre él, pues provocan su condena, a pesar de la bene- las nubes y m e darás la fuerza necesaria para l e v a n t a r
volencia del rey. Jerusalén está destruida, y extermina- la cabeza.
da la población de Judea, aunque se trate de la ciudad
santa. Sin embargo, precisamente en lo profundo de
estas espantosas desventuras, se invierten las suertes: CONTEMPLATIO
los leones que han respetado a Daniel devoran a sus ad-
versarios, y, mientras los hombres mueren de miedo, En todo el m u n d o visible está inscrito el m i s t e r i o del
los discípulos de Jesús levantan la cabeza, p o r q u e está tránsito. El misterio de la muerte. Nadie duda d e que
cerca su liberación. las cosas de aquí abajo padecen la destrucción y que,
418 34" semana Jueves 419
*

de este modo, pasa el m u n d o visible. Nadie duda de PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


que el hombre muere en este m u n d o -y de este modo
pasa el hombre-. A través del pasar del mundo, a través Esperar es mucho más que desear, pero nosotros confundi-
de la muerte del hombre, se revela Dios, aquel que no mos a menudo lo uno con lo otro. Esperar es aguardar lo que la
pasa. Él no está sometido al tiempo. Es eterno. Es fe nos hace conocer: se trata, a buen seguro, de cosas oscuras,
aquel que al mismo tiempo «es, era y viene» (cf. Ap 1,8). aunque incomparablemente más plenas. Esperar es aguardar
con una confianza ilimitada lo que no conocemos, pero de par-
Aquel que es totalmente trascendente respecto al mun- te de aquel cuyo a m o r sí conocemos. Recibimos en la misma
do, como Espíritu infinito, abarca al mismo tiempo todo medida con la aue esperamos. Esperar así es amar, amar con
lo que ha sido creado y todo lo que respira: «En él, en amor de caridad a Dios y a los otros, porque es hacer nuestras
efecto, vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17,28). las «ideas» de Dios sobre él y sobre lo que cada uno debe re-
Por consiguiente, no está sólo fuera del mundo, no está cibir de él. O esperar o actuar, según las circunstancias... En
sólo en su inescrutable divinidad. Está al mismo tiem- ambos casos nos pide el Señor radicalismo, esto es, o esperar a
fondo o actuar a rondo. Esperar lo que no depende de nosotros
po en el m u n d o . El m u n d o está penetrado por su pre-
es una buena ocasión para poner en Dios una confianza sin
sencia. Y esa presencia habla siempre de su venida. De fisura.
su venir. Así pues, Dios, como Creador y Señor del
Cuando debemos intervenir en algo que verdaderamente
mundo, viene eternamente a este m u n d o , al que ha lla-
supera nuestras posibilidades, es preciso confiarlo a Dios. Y
m a d o de la n a d a a la existencia. confiarlo a Dios significa fiarse de él. Para que esta confianza
Siempre vivimos en espera «de lo que deberá suceder sea real, efectivamente buena, no debemos dejar sitio en noso-
sobre la tierra», como dice Cristo en el evangelio. Pues tros a la inquietud. Lo que el Señor nos pide es creerle Dios, es-
bien, Dios no está sólo «fuera del mundo». Entra en el erar en él, porque él es tan poderoso como Dios. Esperar, de
ruces sobre la tierra, inmóviles. Pero esperar con una esperan-
destino del h o m b r e sobre la tierra. Los hombres le
za vital, indestructible (M. Delbrél, Inaivisibile amore, Cásale
verán como «Hijo del hombre» (Le 21,27). «Redención» Monf. 1994, pp. 7 7 - 7 9 , passim).
significa, precisamente, la presencia del Justo en me-
dio de los pecadores. «Alcemos y levantemos la cabeza»:
en efecto, en esta venida del J u s t o se encierra «nuestra
salvación». La historia del h o m b r e sobre la tierra no es
sólo el tránsito hacia la m u e r t e ; es, sobre todo, u n a
maduración para la vida en Dios (Juan Pablo II, Ho-
milías, 1 de diciembre de 1985).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca
vuestra liberación» (Le 21,28).
Viernes

34 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Daniel 7,2-14


2
Yo, Daniel, en mi visión nocturna pude ver cómo los
cuatro vientos del cielo agitaban el inmenso mar 3 y cómo
cuatro bestias gigantescas, diferentes una de otra, salían del
mar. 4 La primera era como un león y tenía alas de águila.
Mientras yo miraba, le arrancaron las alas, se alzó sobre el
suelo, irguiéndose sobre sus dos patas como un hombre, y se
le dotó de mente humana. 5 En esto, apareció una segunda
bestia, semejante a un oso; se erguía sobre uno de sus costa-
dos, llevaba entre las fauces tres costillas y una voz le decía:
«¡Anda, levántate, devora toda la carne que puedas!» 6 Des-
pués vi otra bestia, como un leopardo, con cuatro alas de ave
en su dorso y cuatro cabezas; a ésta se le dio el poder. 7 Vi to-
davía en mis visiones nocturnas una cuarta bestia; era terri-
ble, espantosa y muy fuerte. Tenía grandes dientes de hierro,
lo devoraba y trituraba todo, y con sus pezuñas pateaba las
sobras; era diferente de todas las bestias anteriores y tenía
diez cuernos. 8 Estaba yo observando los cuernos cuando en-
tre ellos despuntó otro cuerno pequeño; para hacerle sitio hu-
bieron de ser arrancados tres de los diez cuernos anteriores.
Y vi que este pequeño cuerno tenía ojos como los de un ser
humano y una boca que profería insolencias.
9
Mientras yo continuaba observando, alguien colocó unos
tronos y un anciano se sentó. Sus vestiduras eran blancas
422 34a semana Viernes 423

como la nieve y sus cabellos como lana pura; su trono eran La imagen del trono móvil provisto de ruedas remite a
llamas; sus ruedas, un luego ardiente; 10 fluía un río de fuego Ezequiel. La muchedumbre de los que sirven al anciano
que salía de delante de él; miles de millares lo servían y mi-
es innumerable, se abren los libros del juicio y matan a
ríadas de miríadas estaban de pie ante él. El tribunal se sentó
y se abrieron los libros. la cuarta bestia, mientras que a las otras se les deja,
" Estaba yo fascinado por las insolencias que profería
misteriosamente, un tiempo limitado de vida: el mal
aquel cuerno, cuando vi que mataron a la bestia, destrozaron amenaza todavía a los fieles, pero su fin está marcado.
su cuerpo y lo arrojaron a las llamas ardientes. '2 A las otras La visión teofánica culmina con la aparición del Hijo
bestias se les quitó también el dominio, y sólo hasta un deter- del hombre, figura mesiánica a la que se entrega el
minado momento se les permitió seguir con vida. señorío eterno sobre todos los pueblos y las naciones.
" Seguía yo contemplando estas visiones nocturnas y vi
venir sobre las nubes alguien semejante a un hijo de hombre;
se dirigió hacia el anciano y fue conducido por él. 14 Se le dio
poder, gloria y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas Evangelio: Lucas 21,29-33
le servían. Su poder es eterno y nunca pasará, y su reino
jamás será destruido. En aquel tiempo, M puso Jesús también a sus discípulos esta
comparación:
-Mirad la higuera y los demás árboles. ,0 Cuando veis que
*•• La visión de Daniel forma parte del género lite- echan brotes, os dais cuenta de que está próximo el verano.
rario apocalíptico. La revelación por medio de sueños 31
Así también vosotros, cuando veáis realizarse estas cosas,
es frecuente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Tes- sabed que el Reino de Dios está cerca. 32 Os aseguro que no
tamento. Daniel describe con una dramática viveza el pasará esta generación antes de que todo esto suceda. " El
mar agitado y las cuatro bestias, monstruos terribles, cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
que emergen de él. El mar tiene aquí un valor negativo:
simboliza el caos primordial o el conjunto de las fuerzas *»• «¿Cuándo sucederá todo esto?», preguntan los dis-
que se oponen a Dios y a sus justos. También las bestias cípulos (21,7). Jesús se toma las cosas con calma, y casi
(el cuatro indica totalidad) representan las fuerzas ene- parece querer evitar una respuesta directa; por último,
migas o los reinos paganos, que, a pesar de su arrogan- proporciona un criterio muy simple, tomado de la expe-
cia, son simples instrumentos de los que se sirve Dios riencia. Una brevísima comparación o parábola en tres
para llevar a cabo sus juicios. En las bestias podemos versículos relaciona la sabiduría campesina, que recono-
identificar el reino de Babilonia, el de los medos, el de los ce en los fenómenos naturales la llegada de las estaciones
persas y, por último, en la cuarta y más terrible, el de los (w. 29ss), con la venida del Reino preanunciado por los fe-
seléucidas de Siria. Siria se asimilaba antiguamente con nómenos cósmicos que acaba de describir. Lo que cuenta
Asiría, y aquí, en la visión de los diez cuernos (símbolo para Lucas no es la previsión exacta de los tiempos, sino
de poder) y del cuerno más pequeño y más arrogante, se la proximidad del Reino (y de la liberación: cf. v. 28): el
superpone en la de Antíoco IV la imagen de Asur. Reino está cerca, ya está incluso en medio de nosotros.
La visión continúa ahora como una teofanía: aparece La afirmación «os aseguro que no pasará esta genera-
una especie de tribunal celestial presidido por u n an- ción antes que de todo esto suceda» (v. 32) se refiere, pro-
ciano con vestiduras blancas sobre un trono de fuego. bablemente, a la caída de Jerusalén, de la que tanto Lu-
424 34a semana Viernes 425

cas como su comunidad ya han tenido experiencia; sin ORATIO


embargo, paradójicamente, también resulta verdadera
aplicada a los acontecimientos escatológicos, porque la
Señor, cada vez me sorprendes más.
medida del tiempo resulta secundaria respecto al deber
de la vigilancia y al valor eterno de la Palabra de Jesús Me pierdo detrás de un montón de pensamientos
(v. 33). La preocupación por conocer de manera anti- enmarañados y no consigo comprender el sentido de las
cipada lo que sucederá y cuándo tendrá lugar queda va- cosas, mientras tú me remites a los pequeños signos
ciada de sentido: responder a la llamada y adherirse a la cotidianos y a la antigua sabiduría campesina. Hazme
Palabra introduce ahora y de inmediato al cristiano en capaz de ver los brotes en las ramas, Señor; hazme ca-
la realidad nueva del Reino. paz de volver a dar valor a los cosas sencillas y grandes
que has preparado para nosotros.
Tú has venido a nosotros «semejante a un hijo de
MEDITATIO
hombre»: has llevado en nuestra propia carne el milagro
sublime de tu presencia entre nosotros. Hazme capaz,
Es sencillo comprender cuándo será el fin del mundo, Señor, de mirar a cada «hijo de hombre», a cada hermano,
nos dice Jesús con ironía. Basta con observar cuándo buscando en él tu imagen. Hazme comprender, Señor,
germina la higuera para saber que el verano está cerca. que estás ya aquí, en medio de nosotros: no sirven los
Es algo natural, algo que se repite todos los años, algo
prodigios extraordinarios, nos basta con tu Palabra.
por lo que el campesino experto no se deja sorprender.
No pasará nuestra generación antes de que tenga lugar:
no se trata de fantasías milenaristas, sino que se trata de CONTEMPLATIO
vivir plenamente nuestra vida, que nos ha sido dada
precisamente para eso. No es preciso esperar al fin del Sólo una vez al año, pero al menos una vez, el mundo
m u n d o para convencernos de que su Palabra permane- que vemos deja aparecer sus posibilidades escondidas, en
ce para siempre y para optar, de una vez por todas, por cierto sentido se manifiesta. Brotan hojas, yemas y flo-
confiarnos a él, antes que a las potencias de este mundo, res en los árboles y nacen la hierba y el trigo en los cam-
que parecen mejor dispuestas. pos. Es como una irrupción, imprevista y violenta, de la
Las aterradoras bestias del sueño de Daniel no resis- vida escondida que Dios ha introducido en el m u n d o
ten la visión del trono radiante sobre el que se sienta el material. Pues bien, todo esto es como una pequeñísima
anciano de los días; Daniel, en cambio, la resiste muy demostración de lo que el m u n d o puede hacer a una
bien con los ojos puros de la fe, y se le concede ver la orden de Dios cuando él dice una palabra. Del mismo
conclusión positiva de la visión. El poder de las fuerzas modo que ahora explota esta tierra en una primavera de
del mal está limitado en el tiempo y en el espacio, a pe- hojas y yemas, así u n día se abrirá, transformándose en
sar de que infunda terror. Los creyentes han elegido un nuevo mundo de luz y de gloria, y veremos allí a los
otro poder, un poder que no tiene límites: es innumera- santos y a los ángeles que habitan en él.
ble el ejército de los que sirven al anciano de los días, es Así será la llegada de esa primavera eterna que todos
eterno el reino entregado al Hijo del hombre. los cristianos esperan. Vendrá ciertamente, aunque se
426 34a semana Viernes 427

retrase. Esperémosla, porque «es seguro que vendrá y no bienaventuranza, tranquilidad, sentido de vida, verdadera
tardará» (Heb 10,37). Por eso nos decimos cada día: claridad, allí hay presencia de Dios, porque Dios es todo eso.
«Venga a nosotros tu Reino». Y eso significa: «Muéstrate, Debemos administrar bien esos momentos, del mismo modo que
Señor, manifiéstate; Ui que te sientas entre los querubi- el viajante que caminara de noche y lamentara la oscuridad
nes, muéstrate»; «Despierta tu poder y ven a salvarnos» bendeciría la centella de un relámpago. Es un momento, pero a
ese momento se le ha dado la certeza que da la luz, la certeza
(Sal 79,3). La tierra que está ante nuestros ojos no nos
de que el camino por el que va es el bueno, de que no camina
satisface: es sólo un comienzo, es sólo la promesa de
en vano.
algo que está más allá; incluso cuando está en comple-
ta fiesta con sus flores, incluso cuando muestra, de Así es la economía de Dios: el Señor concede relámpagos,
resplandores, fulgores que orientan el corazón y le dan una
modo conmovedor, todo lo que vive escondido en ella,
advertencia y una orientación: es el toque de Dios, el digitus Dei,
ni siquiera entonces nos basta. Sabemos que hay mu- que nos indica cómo debemos caminar.
cho más de lo que podemos ver. Un m u n d o de santos y
Y, después, Dios vuelve a estar casi ausente, desaparece y
de ángeles, un m u n d o lleno de gloria, la morada de
calla. Este Amigo vigilante deja de hablar; está presente y calla.
Dios, el monte del Dios de los ejércitos, la Jerusalén ce- No importa. Si Tiernos gozado bien de los buenos momentos, no
lestial, el trono de Dios y de Cristo: todas esas maravi- debemos temer a los oscuros, pues no son peligrosos. No serán
llas que nunca tendrán fin, todo lo que es precioso, mis- momentos de plenitud, sino de deseo, de fidelidad, de amor no
terioso, incomprensible y está oculto en lo que vemos. afectivo, sino efectivo; serán los documentos que prueban que
Lo que podemos ver no es más que la envoltura de u n deseamos amar al Señor aunque no nos dé sus dones. Le
Reino eterno, y hacia ese Reino se dirigen los ojos de queremos a él, no sus dones. En un cielo que no tiene nombre,
nuestra fe (J. H. Newman, Parochial and Plain Sermons, en una ebriedad que no tiene confines, en una luz que no tiene
vol. IV, Sermón 13, passim). parangón posible, el último don es él mismo (G. B. Montini,
Meditazioni, Roma 1994, pp. 131-134, passim).

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:


«Su Reino jamás será destruido» (Dn 7,14).

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Hay también algo más en este mundo, en este tiempo, en esta


vida de vigilia. Dios no se retrasa en el último día, sino que viene
ya: existe un futuro y existe un presente, un futuro que es una
plenitud y una riqueza de esperanza, y un presente que posee
ya una belleza, una plenitud, una felicidad única. Pues bien,
estos encuentros, estos momentos de felicidad o de facilidad son
momentos de Dios; allí donde hay belleza, riqueza, dulzura,
Sábado

34 a semana del
Tiempo ordinario

LECTIO

Primera lectura: Daniel 7,15-27


15
Yo, Daniel, me sentí profundamente turbado a causa
de las visiones que cruzaban por mi mente. 16 Me acerqué a
uno de los que estaban allí y le pedí que me dijera la verdad
acerca de todo aquello. Él me respondió y me dio a conocer la
interpretación de la visión:
17
-Estas cuatros bestias gigantescas son otros tantos reyes
que dominarán el mundo, '8 pero después recibirán el reino
los fíeles del Altísimo y lo poseerán por toda la eternidad.
19
Entonces quise saber la verdad sobre la cuarta bestia, que
era diferente de las otras, extraordinariamente terrible, con
dientes de hierro y garras de bronce, que todo lo devoraba y
trituraba y que con sus pezuñas pateaba las sobras. 20 Quise sa-
ber la verdad sobre los diez cuernos que había en su cabeza y
sobre el que despuntó y ante el cual habían caído tres, aquel
cuerno que tenía ojos y una boca que profería insolencias y
que parecía mayor que los otros cuernos. 21 Yo había visto cómo
este cuerno declaraba la guerra a los fieles y estaba a punto de
vencerlos, n pero entonces vino el anciano e hizo justicia a los
fieles del Altísimo, porque había llegado el tiempo en el que
los fieles tomasen posesión del reino. " Y me dijo:
-La cuarta bestia es un cuarto reino que vendrá a la tierra,
distinto a los otros, y que devorará toda la tierra, la pisoteará y
la triturará. " En cuanto a los diez cuernos, son diez reyes que
430 34" semana Sábado 431

surgirán en ese reino. Después de ellos vendrá otro distinto habitantes de la tierra. 36 Velad, pues, y orad en todo tiempo,
de los precedentes, que derribará a tres de ellos. 25 Proferirá para que os libréis de todo lo que ha de venir y podáis pre-
palabras insolentes contra el Altísimo, oprimirá a los fieles sentaros sin temor ante el Hijo del hombre.
del Altísimo, tratará de cambiar las festividades religiosas y la
ley, y los fieles le serán entregados por un periodo de tres años
y medio. 26 Pero cuando el tribunal haga justicia, le será arre- **• La exhortación a la vigilancia, que aparece insis-
batado el poder y será definitivamente destruido y aniquilado.
27
tentemente en todo el «discurso escatológico», se vuelve
Y la realeza, el poder y el esplendor de todos los reinos de la explícita aquí, en los versículos conclusivos. Jesús trans-
tierra serán entregados al pueblo de los fieles del Altísimo. Su forma el ansia de los discípulos por el «cuándo» en una
Reino es un reino eterno y todo poder le servirá y obedecerá.
atención constante: todo momento es bueno, el juicio lle-
gará de improviso y es preciso estar siempre preparados
**• Prosigue la visión escatológica de Daniel, que esta para que sea un juicio de salvación y no de condena.
vez no consigue comprender por sí solo su sueño y pide
a una de las figuras del tribunal celestial que se lo ex- «Que vuestros corazones no se emboten», dice Jesús:
plique. Las cuatro bestias son cuatro reinos que, a pesar se trata de un mensaje de liberación de las trabas que
de su poder, serán suplantados por el Reino de «los fieles nos atan y nos distraen de lo que verdaderamente cuen-
del Altísimo». La cuarta bestia, diferente a las otras, ate- ta. «Ese día» será como un lazo, como una trampa,
rroriza a Daniel, que pide aún explicaciones al ángel. El como el ladrón que intenta sorprender por la noche al
cuarto reino devorará toda la tierra; se sucederán diez dueño de la casa (cf. Le 12,39). Estas palabras de Jesús
reyes y, por último, otro rey -el cuerno p e q u e ñ o - más producen escalofríos; sin embargo, no son amenaza-
feroz y blasfemo que los anteriores. Sustituirá el culto a doras: la «vela» y la «oración» nos proporcionarán la
Dios por el culto a los ídolos. Este rey tendrá manos fuerza necesaria para escapar de lo que va a suceder,
libres, pero durante un tiempo limitado. Después, será de los peligros que siempre nos acechan -y no sólo al fin
juzgado y aniquilado. El Reino eterno será entregado al del m u n d o - , y nos permitirán comparecer (stathénai,
final a los fieles del Altísimo, a las potencias angélicas «estar seguros», «resistir») ante el Hijo del hombre.
que representan el dominio de Dios. El significado global de este discurso de Jesús es una
exhortación a la confianza: suceda lo que suceda, la
Podemos ver aquí una alusión a la insurrección ma-
venida del Hijo del hombre la esperan con nostalgia
cabea contra Antíoco IV: a los insurrectos que combaten
quienes confían en él como en el momento de la libera-
para salvaguardar la pureza de la fe les está asegurado
ción definitiva del mal.
el consuelo de la previsión de la victoria final.

MEDITATIO
Evangelio: Lucas 21,34-36
«Ese día», el día del Señor, es un tiempo sin tiempo,
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: M Procurad apenas más allá del instante que estamos viviendo. Es
que vuestros corazones no se emboten por el exceso de comi- un tiempo de juicio y de salvación que viene cuando
da, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, porque
entonces ese día caerá de improviso sobre vosotros. 35 Ese día menos lo esperas y trae lo que no sabes. Ahora bien, no
será como una trampa en la que caerán atrapados todos los es u n tiempo desconocido o un tiempo fuera de nuestro
34a semana Sábado 433
432

alcance: es hoy, es ese hoy que vivimos día a día, el mo- el momento de comparecer ante el Hijo del hombre
mento de nuestra decisión, de todo encuentro que ten- como la invitación a u n banquete de bodas.
gamos, de toda alegría que hayamos recibido y de todo
sufrimiento con el que seamos medidos. CONTEMPLATIO
Daniel se siente turbado por la visión que ha tenido,
pero el ángel le proporciona una explicación tranqui- Los cristianos siempre han esperado a Cristo, siem-
lizadora: se celebrará el juicio y al cuerno -el rey- que pre han recordado los signos de su retorno, pero nunca
habla con altivez se le quitará el poder. han pretendido que ya hubiera vuelto. Han afirmado
Velar para que ese día no nos sorprenda no significa, a simplemente que estaba a punto de llegar, que estaba a
buen seguro, vivir en la angustia. Al contrario, significa las puertas. Sus verdaderos discípulos no han pretendi-
vivir en plenitud cada instante, como si fuera el único o do fijar nunca una fecha para su vuelta. Se han conten-
el más significativo para nosotros. Hemos de vivir inclu- tado con esperar. Así, cuando vuelva, le podrán reconocer
so con alegría, recibiendo cada acontecimiento como [...]. No hay nada de malo ni de ridículo, efectivamente,
un don y como una oportunidad. Vivir con atención, en pensar que los acontecimientos del m u n d o se dirigen
buscando en los otros que pasan a nuestro lado el ros- hacia una meta. Es el modo de interpretar todo a la luz
tro único y múltiple de aquel que nos llama. Velar y orar de la Escritura: leer el sentido de todas las cosas, consi-
en cada momento significa llenar de sentido nuestra derarlas como signos y manifestaciones de Cristo, de su
vida y la de los otros, e incluso gozarla, transformándola providencia, de su voluntad.
en un canto de alabanza. De este modo, como dice Pablo, Se podría objetar que este m u n d o habla con frecuen-
cada acto de nuestra vida, incluso los que parecen más cia u n lenguaje adverso a Dios. ¿Cómo podría decirse
profanos y triviales, se convertirá en oración. Así, su entonces que lleva en él signos de la presencia de Cristo
presencia colmará nuestros corazones y nos acompañará y, por consiguiente, que se acerca a él? Sin embargo, es
hasta presentarnos sin temor ante el Hijo del hombre. así. Pese al carácter opaco de este mundo, Dios está pre-
sente en él, Dios nos habla a través del mundo. Cristo está
ORATIO siempre aquí, susurra a nuestros oídos y nos hace señas.
Pero el rumor de este mundo es tan ensordecedor, sus
Quisiera velar y orar mientras te espero, Señor. Pero signos siguen siendo tan misteriosos, el m u n d o se
mis ojos están llenos de sueño y me pesa el corazón, muestra tan agitado, que no sabemos reconocer cuándo
fatigado por demasiadas ansias. No soy capaz de velar habla ni qué nos quiere decir (J. H. Newman, Parochial
contigo ni una sola hora, y tú lo sabes, Señor. and Plain Sermons, vol. VI, Sermón. 17, passim).
Enséñame a orar, Señor. Como Daniel, siento que
desfallecen mis fuerzas y mi mente se siente turbada, ACTIO
porque es duro el sentido de tus palabras. Enséñame a
no malgastar el tiempo de vida que me das; haz que
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
sepa servirme de él para preparar mi encuentro contigo.
Libérame del miedo, Señor. Haz que sienta con alegría «Velad, pues, y orad en todo tiempo» (Le 21,36).
434 34a semana

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL índice


Puesto que Jesús está siempre a punto de venir, la Iglesia debe
velar de manera incesante. Ella misma es vela, vigilia. Ella
misma «aguarda con perseverancia» (cf. Rom 8,19.25), para
esperar a su Señor y Esposo. En consecuencia, se impone siem-
pre la vigilancia. El día y la noche, la vela y el sueño, constitu-
yen un ritmo cósmico que recibe en Jesús un nuevo significado.
La noche designa la ausencia de él, mientras que el alba y el
día anuncian su venida. La Iglesia, que vive esperando la veni-
da de Jesús con la certeza de su misteriosa presencia, no puede 26a semana
«dormir», sino que vela. En su vela, el cristiano lleva toda el Lunes 7
ansia de la Iglesia, que, en el Espíritu Santo, espera a su Señor. Martes 15
La fuerza del Espíritu penetra en su vela hasta tal punto que ésta,
Miércoles 21
de una manera misteriosa, influirá ahora en el ritmo cósmico del
tiempo. Este influjo justifica la fuerza de la palabra de Pedro Jueves 29
cuando escribe aue el cristiano, velando y orando, apresura la Viernes 37
llegada del día del Señor. Sábado 43
Velar con Jesús es siempre velar en torno a su Palabra. La única
lámpara de la que disponemos en nuestras tinieblas es la Palabra
27a semana
de Dios. En espera de que apunte el Día, Jesús resplandece y a , Lunes 51
por medio de su Palabra, en lo más hondo de nuestro corazón; Martes 59
la venida de Jesús al fin de los tiempos se anticipa en nuestros Miércoles 67
corazones cuando velamos en torno a su Palabra. En la noche Jueves 75
de los tiempos en la que seguimos viviendo hoy, la vela de ora-
ción es un primer vislumbre, todavía inseguro, que se eleva so-
Viernes 83
bre el mundo: es la señal de que Jesús está cerca. Sábado 91
La vela, por tanto, no puede cesar nunca, y la oración debe
28a semana
crecer siempre. La espera y la vela nos arrancan de nosotros
mismos y nos dejan en manos de Dios, de auien depende toda Lunes 99
consumación, y que tendrá lugar cuando él quiera, cuando el Martes 107
mundo, a fuerza de velar, esté maduro para la cosecha (A. Louf, Miércoles 115
Lo Spiríto prega ¡n noi, Magnano 1995, pp. 103-107, passim Jueves 123
[edición española: El Espíritu ora en nosotros, Narcea, M a d r i d
Viernes 131
1985]).
Sábado 139

29a semana
Lunes 147
Martes 155
436 índice índice 437

Miércoles 163 34a semana


Jueves 171 Lunes 389
Viernes 179 Martes 397
Sábado 187 Miércoles 405
Jueves 413
30a semana Viernes 421
Lunes 197 Sábado 429
Martes 205
Miércoles 213
Jueves 223
Viernes 231
Sábado 239

31a semana
Lunes 249
Martes 255
Miércoles 263
Jueves 271
Viernes 279
Sábado 287

32a semana
Lunes 295
Martes 303
Miércoles 311
Jueves 319
Viernes 327
Sábado 335

33a semana
Lunes 343
Martes 351
Miércoles 359
Jueves 367
Viernes 375
Sábado 381

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