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Fisiología 2022
Fisiología 2022
Capítulo 1
Introducción al estudio de
las ciencias fisiológicas
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define la fisiología humana y su importancia en las ciencias de la salud.
2. Define la “vida” e identifica sus características fundamentales.
3. Compara los diferentes niveles de complejidad del ser humano.
4. Explica la interacción de cada uno de los niveles en el ser humano saludable.
5. Reconoce las ciencias relacionadas al estudio de la fisiología y las integra.
6. Argumenta la importancia del estudio de la fisiología de manera integrativa y
explicativa en la campo de las ciencias de la salud.
7. Evalúa la necesidad de realizar mediciones para el conocimiento de las
funciones fisiológicas.
8. Establecer la importancia del desarrollo de sus propias competencias en los
conocimientos fisiológicos aplicados a la medicina.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Introducción al estudio de las ciencias fisiológicas
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
como la fisiología, ya que tiene como objetivo saber cómo funciona el cuerpo
humano en su conjunto y, por ende, cuándo funciona mal.
Justamente, la fisiología humana tiene por objeto explicar el funcionamiento
del cuerpo, desde los mecanismos moleculares a nivel celular hasta los procesos del
organismo como unidad que se desarrollan para poder vivir bien.
En esta difícil tarea de comprender la función y el comportamiento del cuerpo
humano, tanto en salud como en enfermedad, se hace hincapié en el estudio de los
mecanismos; es decir, el “cómo” y cuyas respuestas involucran secuencias de causa
y efecto.
Así, la fisiología proporciona bases sólidas para el conocimiento
avanzado del cuidado de la salud del individuo y es de esperarse que existan
detalles complejos que deban comprenderse para alcanzar las competencias
básicas en Medicina.
Costanzo afirma que “la Fisiología es una de las asignaturas principales de los
estudios en Ciencias de la Salud y, sobre todo, de Medicina, porque describe el
funcionamiento normal de todos los sistemas del cuerpo, por lo cual, los estudiantes
deben tener muy claro, cuál es el funcionamiento normal antes de tratar de entender
la disfunción. Por esta razón, la fisiología es la base de la fisiopatología y de la
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medicina interna. Sin embargo, la conexión real entre la fisiología y la clínica es la
fisiopatología” (Generación Elsevier, 2014).
Para aprender fisiología hay que tener muchas ganas de estudiar, ya que se
trata de entender cómo se coordinan e integran todos los procesos vitales
para dar lugar a un ser vivo individualizado, capaz de interaccionar con su
entorno inmediato y con sus semejantes.
La fisiología (del griego “physis”, naturaleza y “logos”, estudio o tratado1) es la
“ciencia que estudia el funcionamiento normal de un organismo vivo y las partes que
lo componen, incluidos sus procesos químicos y físicos”. En este sentido, Guyton
explica que cada tipo de vida, desde el virus más simple (luego veremos si el virus
“vive o no”) hasta el complicado ser humano, posee sus propias características
funcionales, por lo que la mayoría de las funciones fisiológicas pueden separarse en
fisiología vírica, fisiología bacteriana, fisiología celular, fisiología de
sistemas o fisiología humana entre otras, como, por ejemplo, fisiología del
desarrollo, que explica el funcionamiento del organismo desde la célula germinal de
1 Tratado: Obra escrita que trata extensa y ordenadamente sobre una materia determinada.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
cada progenitor hasta el adulto resultante ya que el desarrollo humano es un proceso
continuo que se inicia con la fecundación y termina con la muerte (Hall y Hall,
2021).
Justamente, es importante insistir que el desarrollo humano comienza con la
fecundación en la fertilización cuando un ovocito (ovum) de la mujer es fertilizado
por un espermatozoide (espermatozoon) del hombre, dando origen a los múltiples
cambios que transforman una sola célula, el cigoto, en un ser humano
multicelular (Moore, Persaud y Torchia, 2016, p. 1).
Según Hall y Hall (2021) “La fisiología es la ciencia que pretende explicar los
mecanismos físicos y químicos responsables del origen, desarrollo y progresión de la
vida” (p. 3).
Asimismo, Fox (2013) afirma que “la fisiología humana es el estudio de cómo
funciona el cuerpo humano, con énfasis en los mecanismos específicos de causa y
efecto” (p. 2).
Por su parte, Boulpaep y Boron (2017) dicen que “la fisiología es el estudio
dinámico de la vida, describe las funciones «vitales» de los organismos vivos
y sus órganos, células y moléculas” (p. 2).
Para algunos, la fisiología es el funcionamiento de la persona en su conjunto,
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de manera integrativa (p. ej., fisiología del ejercicio); pero para muchos médicos la
fisiología puede ser la función de un sistema individual de órganos, como el sistema
cardiovascular (fisiología cardiovascular para el cardiólogo), respiratorio
(fisiología respiratoria para el neumólogo) o gastrointestinal (fisiología
gastrointestinal para el gastroenterólogo), etc.
Para otros, la fisiología puede centrarse en los principios celulares que son
comunes al funcionamiento de todos los órganos y tejidos, lo cual da lugar a lo que
tradicionalmente se ha denominado fisiología general, término que se ha sustituido
actualmente por el de fisiología celular y molecular (Boulpaep y Boron, 2017).
De forma similar, la fisiología médica se ocupa de la funciona el cuerpo
humano en las enfermedades; es decir, que se ocupa de las funciones fisiológicas que
se ven afectadas frente a procesos que producen malfuncionamiento de órganos y
sistemas de forma interrelacionadas, desde el nivel de sistemas hasta el nivel nuclear
de la célula (ADN). Por ejemplo, un malfuncionamiento del corazón que lleva a una
“insuficiencia cardíaca” puede causar un efecto patológico primario como la caída del
gasto cardíaco que, de forma parecida a una reacción en cadena, da lugar a una serie
de efectos secundarios como el aumento de la volemia (volumen sanguíneo) y
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Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
acumulación de líquido en el intersticio de distintas regiones del cuerpo (edema
intersticial), a modo de respuesta fisiológica.
En este sentido, la fisiología médica proporciona una perspectiva global del
cuerpo humano, mediante una comprensión integrada de diversos procesos desde
el nivel de las moléculas y las células, hasta el organismo completo.
Para Delgado (2005), “la fisiología es la ciencia que estudia los procesos
fisicoquímicos que ocurren en los seres vivos, y entre éstos y su entorno” (p. 3);
mientras que Raff y Levitzky (2011), afirman que la fisiología es la “ciencia que
estudia la función de los organismos, cuyo objeto es explicar cómo los
sistemas, las células, e incluso las moléculas, interactúan para mantener
una función normal” (p. 1).
De manera similar, Silverthorn (2019) dice que “la fisiología es el estudio
del funcionamiento normal de un organismo vivo y las partes que lo
componen, incluidos sus procesos químicos y físicos” (p. 2); mientras que
Rhoades y Bell (2018), afirman que “la fisiología humana es la ciencia que
explica cómo las células, los tejidos y los órganos interactúan, para permitir
al cuerpo funcionar mientras enfrenta cambios internos y externos” (p. 25).
Así, una faceta importante de la fisiología es revisar cómo los diferentes
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aparatos y sistemas corporales se integran para mantener la salud óptima y la
supervivencia del individuo.
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de la salud, la disección no es el mejor método para estudiar a una persona viva,
dado que cualquier rotura de las cavidades corporales representa un riesgo.
Por ello, casi todas las cirugías exploratorias se han reemplazado con técnicas
de imágenes que son métodos que permiten ver el interior del cuerpo sin necesidad
de cirugía como la radiología, endoscopía, tomografía, etc. Entonces, para el
estudio de la fisiología se requiere del conocimiento básico de la estructura
macroscópica y microscópica del cuerpo humano, hasta el nivel molecular.
A la estructura que puede verse a simple vista mediante observación de la
superficie, radiología o disección, se le denomina anatomía macroscópica, pero si
consideramos que las funciones del cuerpo son, en última instancia, resultado de sus
células individuales, se pueden tomar muestras de los tejidos que se segmentan
finamente y se les aplican colorantes para la observación mediante un microscopio.
En este caso, la histología (anatomía microscópica) se ocupa del estudio las
estructuras microscópicas sin alteraciones (Brüel et al., 2015), mientras que la
histopatología explora los tejidos bajo el microscopio en busca de alguna alteración
determinada por alguna enfermedad (Saladin, 2018).
A nivel celular, la citología estudia la estructura y la función de células
individuales, a nivel molecular (ultraestructura) mediante un microscopio
electrónico y otras técnicas más complejas. 5
Respecto al estudio del funcionamiento del cuerpo en todos sus niveles, vimos
que la fisiología requiere de la experimentación para descubrir, describir y explicar
las funciones, pero el gran inconvenientes es que, en la mayoría de los casos, no es
posible experimentar con seres humanos; por ello, mucho de lo que sabemos hoy en
día proviene de la fisiología comparada que estudia como las diferentes especies
han resuelto problemas vitales como el balance hidroelectrolítico, la respiración y la
reproducción, entre muchos otros procesos.
La fisiología comparada, además, es la base para el desarrollo de nuevos
medicamentos y procedimientos médicos, dado que debe demostrarse, mediante la
investigación experimental, que el medicamento o la práctica quirúrgica en animales
confiere beneficios al ser humano a expensas de riesgos aceptables para la salud de
las personas.
Por su parte, cuando se quiere saber cómo se alteran los mecanismos normales
del funcionamiento corporal por causa de una enfermedad, se hace uso de la
fisiopatología, ciencia que se complementa perfectamente con la fisiología.
Un claro ejemplo es la aplicación de una técnica estándar para investigar el
funcionamiento de un órgano mediante la observación de lo que sucede cuando un
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Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
órgano se extirpa quirúrgicamente de un animal de experimentación o cuando su
función se altera de una manera específica en estos sistemas de experimentación.
Estos estudios, a menudo son auxiliados por los “experimentos naturales”
(enfermedades) que involucran daños específicos para el funcionamiento de un
órgano o sistema, ya sea en animales o en el ser humano.
Por su parte, la farmacología es la ciencia que aprovecha los conocimientos de
la fisiología para estudiar los mecanismos de acción de un fármaco, la respuesta del
organismo y los cambios que se producen a lo largo del tiempo.
De aquí se desarrollan otras áreas de investigación médica orientadas a la
terapéutica clínica, cuyos conocimientos se utilizan para mejorar las funciones
fisiológicas del cuerpo en personas sanas o para “restaurar artificialmente” alguna
función que se ha desviado de la “normalidad” y evitar así desenlaces que pueden
ser mortales.
Es por ello que, mediante la aplicación del método experimental y el
razonamiento crítico (pensamiento), el estudiante debe ejercitarse en la
resolución de problemas fisiológicos en esta etapa preclínica, los cuales son
la base para los estudios fisiopatológicos y las indicaciones diagnósticas y
terapéuticas que sustentan la etapa clínica.
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Además de estudiar los fundamentos teóricos y prácticos de la fisiología,
también se requiere aprender a realizar una correcta evaluación de la persona
sana, lo cual da inicio al pensamiento clínico, correlacionando la estructura a
través del examen visual o inspección del aspecto del cuerpo, base de la
exploración física, incluyendo la palpación para percibir la estructura con las
manos, la auscultación de los sonidos naturales producidos por el cuerpo (como los
cardiacos y los pulmonares) y la percusión mediante pequeños golpes al cuerpo para
percibir una resistencia normal y el sonido emitido en busca de signos de alteraciones
como bolsas de líquido o aire en lugares que no deben existir normalmente. Todo esto
forma parte de la exploración del “paciente” sano.
La fisiología, como toda disciplina científica, trata de explicar los
fenómenos que ocurren en la naturaleza de los seres vivos y, por ende, debe
basarse en hechos demostrados a través de la investigación experimental.
Esto implica delinear una manera sistemática de buscar similitudes,
diferencias y tendencias en la naturaleza, y desarrollar generalizaciones
útiles a partir de hechos observables, mediante un razonamiento que
proporcione información confiable, objetiva y comprobable acerca de la
naturaleza.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
En este sentido, el método científico es el procedimiento para descubrir las
condiciones en que se presentan sucesos específicos, caracterizado por ser tentativo,
verificable, de razonamiento riguroso y de observación empírica. No se basa en la
opinión de “expertos” o los gustos y deseos de las personas; sino en la observación
cuidadosa, el razonamiento lógico y análisis honesto de las observaciones y
conclusiones de una investigación.
Aunque la aplicación de dicho método comprende técnicas diferentes, todas
comparten tres atributos: 1) confianza en que el mundo natural, incluido todo lo
relacionado con los humanos, es explicable en términos entendibles; 2) descripciones
y explicaciones del mundo natural que se basan en observaciones y que podrían ser
modificadas o refutadas por otras observaciones, y 3) humildad, o la disposición a
aceptar errores. Si el estudio adicional diera conclusiones que refutaran toda una idea
o parte de la misma, la idea tendría que modificarse consecuentemente (Fox, 2014, p.
2-3).
En el caso de las ciencias de la salud, resulta importante comprender esto,
dado que este campo está sembrado con muchas “teorías pseudocientíficas” y se
han llevado a cabo más fraudes que en cualquier otra área de las ciencias.
Un caso grave es el del cardiólogo italiano Piero Anversa de la Universidad de
Harvard, quien publicó en 2001 que las células cardíacas pueden regenerarse a partir 7
de células madre. Desde entonces, publicó más de treinta investigaciones en las que
una y otra vez demostraba la eficacia de la terapia con células madre para resolver la
insuficiencia cardíaca luego de infartos. Dado que otros investigadores no pudieron
jamás reproducir sus hallazgos, investigaciones realizadas en el Hospital de Brigham
and Women de Boston, junto a la Facultad de Medicina de Harvard, encontraron un
fraude en el cual 31 artículos académicos se publicaron con datos falsificados o
simplemente inventados (Ozkan, 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Un método utilizado en las ciencias es el método inductivo (Kassirer, Wong
y Kopelman, 2011), que implica el proceso mediante el cual se hacen numerosas
observaciones, hasta que se adquiere confianza para realizar generalizaciones y
predicciones a partir de ellas.
Por ejemplo, lo que se sabe de anatomía es producto del método inductivo, pues
se describe la estructura normal del cuerpo con base en observaciones de muchos
cuerpos (cadáveres) y luego se supone (con bases científicas) que todos los organismos
de la misma especie son similares, aunque existan algunas variaciones comprobables.
Mediante el método inductivo, es probable considerar que una conclusión está
comprobada, más allá de la duda razonable, cuando se llegó a ella por métodos de
observación confiables, se probó y confirmó de manera repetida y no se halló que fuera
falsa mediante cualquier observación creíble. Este método es el que sustenta cualquier
estudio estadístico poblacional, como el que se realiza en ciencias de la salud.
Por ello, en cualquier ciencia, todo lo verídico es tentativo o provisorio, no hay
espacio para el dogma (creencias subjetivas sin demostración), u opinión, y siempre
se debe estar preparado para abandonar cualquier teoría si aparece otra nueva que
supera a lo anterior y mejora el conocimiento de la realidad de manera completamente
verificable.
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En general, el conocimiento fisiológico se adquirió por el método hipotético-
deductivo, mediante el cual un investigador empieza por plantear una interrogante
y formular una hipótesis, una especulación informada o una respuesta posible a la
pregunta científica (Kassirer, Wong y Kopelman, 2011).
Posteriormente, se deducen sus consecuencias o proposiciones más elementales
que la propia hipótesis, y se verifica la verdad de los enunciados deducidos
comparándolos con la experiencia. Este método obliga al científico a combinar la
reflexión racional o momento racional (la formación de hipótesis y la deducción) con
la observación de la realidad o momento empírico (la observación y la verificación)
(Echegoyen, s.f.).
Una buena hipótesis (del griego, “hipo”, por debajo y “tesis”, conclusión que se
mantiene con razonamiento) debe ser compatible con lo que ya se sabe y contar con
posibilidades de ser demostrada (o ser refutada) con pruebas.
La refutación científica (falsacionismo) implica que cuando se asegura que
algo es científicamente verdadero, se debe tener capacidad de especificar qué prueba
se realizaría para demostrar que es incorrecto. Cualquier cosa que no fuera posible
refutar como incorrecta, entonces no sería científica.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
La finalidad de una hipótesis consiste en sugerir un método para responder una
pregunta y, a partir de ella, un investigador hace una deducción, por lo general en
forma de predicción: “si… entonces…”. Por ejemplo, si se aumenta el consumo de
sal, entonces aumenta la volemia y, por ende, la presión arterial (relación causa-
efecto). En este sentido, un experimento realizado de manera apropiada permitirá
observaciones que apoyen una hipótesis, o bien, hagan que los científicos la
modifiquen o la abandonen, formulen una mejor hipótesis y la prueben.
Como expresan Esper y Machado (2008), el continuo crecimiento de las áreas
de interés de la medicina y el vertiginoso incremento de sus recursos técnicos y
metodológicos, tanto en lo relativo a las ciencias básicas como en lo que concierne a la
medicina asistencial, han incrementado la complejidad de la investigación médica en
las últimas décadas. En tal sentido, el auge de los estudios clínicos aleatorizados, los
mega ensayos, el metaanálisis, el concepto de “medicina basada en la evidencia”
y el notable desarrollo de los métodos y modelos de la estadística, son algunos de
los factores que, junto con los avances tecnológicos y un intercambio y difusión cada
vez más activos de los conocimientos entre todos los estratos de la sociedad, han
situado a la investigación en un escenario dominante dentro del quehacer médico.
Esto no quiere decir que el médico sea un investigador, ni siquiera científico,
sino que debe aprender las bases de las ciencias para poder comprender los resultados 9
de investigaciones que otros publican y saber si son adecuados utilizarlos en la
práctica clínica o no.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
de los casos, es una suposición no verificada consistente con datos basados en
creencia, en experimentos no repetibles, anécdotas, opinión popular o “sabiduría de
los antiguos”, lo cual conduce a falacias que son razonamientos que parecen tener un
argumento válido, pero no son válidos.
Las teorías se basan en mecanismos, proceso responsable del fenómeno
natural estudiado, y patrones que son fenómenos repetibles y predecibles.
Algunas teorías tienen nombres, como la “teoría celular”, la teoría del
“mosaico líquido de las membranas celulares” y la “teoría del filamento
deslizante de la contracción muscular o teoría de la cremallera”. Sin embargo,
muchas carecen de denominación (nombre). La finalidad de una teoría es resumir
lo que ya se sabe y, además, sugerir direcciones para estudios adicionales y ayudar a
pronosticar qué resultados deberán obtenerse si la teoría es correcta.
Por otra parte, las personas que no han recibido instrucción en ciencias, tienden
a hacer un mal uso de la palabra “teoría” para designar lo que sería una hipótesis
que requiere una contrastación con la experimentación científica, e implica al menos
una relación entre dos variables. Incluso estas ni siquiera son hipótesis sino
conjeturas que con suerte podrían llegar a formar parte de una hipótesis.
Existen diferentes tipos de hipótesis según el nivel de investigación; por
10
ejemplo, una hipótesis correlacional sería “A mayor actividad física, mayor es la
producción de testosterona”; una hipótesis explicativa sería “Los niveles elevados
de metales pesados en los peces azules producen disrupción del eje gonadal frente a
un alto consumo”; mientras que una hipótesis descriptiva sería “Existe un alto
consumo de metilfenidatos en estudiantes de …”.
Cuando las teorías han sido ampliamente demostradas y son generalizables,
entonces toman el rango de ley natural, las cuales permiten una generalización
acerca de las maneras predecibles en que se comportan la materia y la energía. Es
resultado de un razonamiento inductivo basado en observaciones repetidas y
confirmadas.
Algunas leyes se expresan como aseveraciones verbales concisas, como la ley
del apareamiento de bases complementarias: “en la doble hélice de ADN, la
adenina siempre se une con la tiamina y la guanina siempre lo hace con la
citosina”. Otras leyes se expresan como fórmulas matemáticas, como la ley de Boyle,
aplicada en la fisiología de la respiración: “bajo condiciones específicas, el
volumen de un gas (V) es inversamente proporcional a su presión (P); es decir:
V 1/P”.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Es importante aclarar que las leyes establecen relaciones, pero no tratan de
explicarlas, mientras que esa es la función de las teorías, en este caso sería la “teoría
molecular cinética de los gases”.
Un principio (del latín, “principium”) es un postulado esencial que permite el
desarrollo de los estudios científicos, y a las reglas más importantes que determinan
el modo de pensar y de actuar de las personas, conocida también como “norma”.
En general, los principios son verdades lógicas, fundamentales y entendibles.
En las ciencias biomédicas2, los científicos se apoyan en el principio de la causalidad
natural, el cual dice que “todos los hechos pueden rastrearse hasta causas
naturales que, potencialmente, pueden ser conocidos y comprendidos por
todos”.
Los conceptos (del latín, “conceptus”) son construcciones mentales mediante
los cuales comprendemos las experiencias acerca del mundo circundante y se valen
del lenguaje para su formalización y comunicación. Los conceptos requieren de un
marco referencial de una disciplina (científica, técnica) y forman parte de un sistema
conceptual.
Una proposición (del latín, “propositio”) científica es un producto lógico del
pensamiento humano que se expresa mediante un lenguaje formal (como la notación
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matemática) o un lenguaje técnico (por ej., la hipoxia tisular es la causa del infarto
del tejido en cuestión).
Todo lo anterior se utiliza para explicar un fenómeno fisiológico mediante la
configuración de “modelos de la realidad”, que no son la realidad misma debido a
que es imposible conocerla en su totalidad, pero constituyen descripciones formales
(herramientas científicas) que relacionan elementos y que están basados en
hipótesis ya que una ley natural es una descripción. Por tanto, las leyes no
gobiernan el universo, simplemente lo describen.
Por otra parte, también existen supuestas teorías que, en realidad, son
“enunciados falsos”, pero verosímiles, que aparecen en medicina y que, en el peor
de los casos, incluso los profesionales de la salud lo utilizan.
2 Las ciencias biomédicas engloban al conocimiento y la investigación que es común a los campos de la medicina como la
odontología y las biociencias como bioquímica, inmunología, química, biología, histología, genética, embriología, anatomía,
fisiología, patología, ingeniería biomédica, zoología, botánica y microbiología. Por ende, se relaciona con la práctica de la medicina
y aplica todos los principios de las ciencias naturales en la práctica clínica, mediante el estudio e investigación de los procesos
fisiopatológicos, considerando desde las interacciones moleculares hasta el funcionamiento dinámico del organismo a través de
las metodologías aplicadas en la biología, química y física. Las ciencias biomédicas pretenden trasladar y aplicar los avances en
investigación básica en el campo de la medicina, con el objetivo de entender mejor y tratar con más eficacia las enfermedades y
mejorar la calidad de vida global.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Un ejemplo de enunciado falaz es el que podemos encontrar en algunos blogs o
portales de dudosa reputación como el siguiente: “se ha demostrado que beber agua
tibia o caliente con limón, siempre que no se tenga ningún problema de salud y no se
abuse en exceso, mejora la circulación resulta un aliado contra los resfriados, reduce
el dolor y desintoxica el cuerpo. También se ha confirmado que tiene efectos mayores a
la hora de perder peso estimulando el metabolismo si se bebe antes de una comida
hasta un 10 por ciento más que el agua fría. Asimismo, se ha verificado que las bebidas
calientes, como el café o el té, son importantes aliados a la hora de controlar el estrés.”3.
¿Qué podemos sacar en conclusión acerca de ello? ¿Qué tipo de falacia es la que se
utiliza en este enunciado?
3 Artículo publicado en “La nueva España” (28.08.2018): ¿Es realmente bueno tomar agua con limón en ayunas?
https://www.lne.es/vida-y-estilo/salud/2018/08/28/realmente-bueno-agua-limon-ayunas/2339763.html
Fernández, V. H.
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interrelaciones y sus funciones, primero en el nivel correspondiente y luego, en
relación con los demás niveles. Justamente allí radica su complejidad.
No es el objetivo de este apartado desarrollar las características funcionales de
cada nivel, sino de ponerlos en perspectiva para abordar la complejidad de las
funciones fisiológicas.
13
Nivel atómico. Los seres vivos, al igual que cualquier cosa que existe en el
universo conocido, estamos compuestos por partículas denominadas átomos, que
constituyen las unidades básicas de la materia más pequeñas, que participan en
reacciones químicas y tiene las propiedades de un elemento químico.
La materia es todo aquello que ocupa lugar en el espacio y posee masa; por
ende, los seres vivos forman parte de los sistemas materiales (materia viva). Dicha
materia, está compuesta por átomos que, a su vez, están formados por partículas
cargadas positivamente o protones, partículas cargadas negativamente o
electrones y partículas neutras o neutrones.
Los átomos están constituidos por un núcleo en donde se localizan los protones
y neutrones, y los electrones se mueven “alrededor” del núcleo atómico con
trayectorias a través de orbitales específicos.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Las sustancias son elementos “puros” ya que no pueden degradarse ni
descomponerse en dos o más sustancias diferentes y tiene propiedades químicas
únicas. Existen 91 elementos naturales en la Tierra, de los cuales 24 de ellos
participan en la fisiología de los seres humanos.
Seis de los elementos representan el 98,5% del peso corporal: carbono (C),
hidrógeno (H), oxígeno (O), nitrógeno (N), fósforo (P) y calcio (Ca). El 0,8% corresponde
a otros seis elementos: azufre (S), potasio (K), sodio (Na), cloro (Cl), magnesio (Mg) y
hierro (Fe). El resto de los 12 elementos representa 0,7% del peso corporal, y ninguno
de ellos, por sí solo, representa más de 0,02%, por lo que se les conoce como
oligoelementos.
A pesar de sus cantidades mínimas, los oligoelementos juegan papeles vitales
en la fisiología, mientras que otros elementos que no tienen una misión fisiológica
natural pueden contaminar el cuerpo y alterar de manera profunda sus funciones,
como sucede en la intoxicación por metales pesados plomo (Pb) o mercurio (Hg).
Muchos de estos elementos se les clasifica como minerales que son elementos
inorgánicos que las plantas extraen del suelo y los introducen a la cadena alimenticia
de los seres humanos y otros organismos.
Los minerales constituyen casi 4% del peso corporal humano; alrededor de ¾
14
partes de los minerales son de Ca y P; el resto es sobre todo de Cl, Mg, K, Na y S.
Estos elementos contribuyen de manera importante a la estructura corporal. Los
huesos y dientes están formados sobre todo por cristales de calcio, fosfato, magnesio,
fluoruro y iones de sulfato.
Muchas proteínas contienen S y el P es un componente importante de ácidos
nucleicos, ATP y membranas celulares. Los minerales también posibilitan las
funciones de enzimas y otras moléculas orgánicas. El yodo (I) es un componente de las
hormonas tiroideas, así como el Fe lo es de la hemoglobina y muchas enzimas.
Por su parte, algunas enzimas sólo funcionan cuando tienen manganeso (Mn),
zinc (Zn), cobre (Cu) u otros minerales unidos a ellas. Los electrólitos, necesarios para
las funciones nerviosa y muscular son sales minerales (Saladin, 2018).
Nivel molecular. En la mayor parte de la materia viva, los elementos no
aparecen de manera aislada en estado puro, sino que dos o más de ellos se unen para
generar combinaciones químicas denominadas compuestos, que pueden degradarse o
descomponerse para dar lugar a los elementos que forman parte de ellos.
Los átomos pueden unirse para compartir electrones y formar moléculas (del
latín “molecula”, masa) de dos o más átomos. Estas moléculas forman un grupo de
sustancias eléctricamente neutro y suficientemente estable, compuesto por dos o más
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
átomos en una configuración definida, unidos por enlaces químicos fuertes (covalentes
o enlace iónico).
La composición de los seres vivos incluye moléculas orgánicas relativamente
simples como la glucosa, urea, glicerol, aminoácidos, etc., y otras más complejas como
el ácido desoxirribonucleico (ADN), ácido ribonucleico (ARN), glucógeno y proteínas
como la hemoglobina, entre otros. También forman parte de su composición moléculas
inorgánicas como el dióxido de carbono (CO2), el cloruro de sodio (NaCl) y otras sales
fundamentales para la función normal. Si bien los seres vivos somos orgánico, también
necesitamos moléculas inorgánicas vitales como el agua, que representa entre un 50
y 95% de una célula.
Los procesos vitales, como el crecimiento y el desarrollo, utilizan miles de
reacciones químicas en las que moléculas muy diversas vibran y giran, interaccionan,
colisionan y se reorganizan en moléculas nuevas. Estas reacciones están catalizadas
por enzimas y se organizan en rutas bioquímicas que consisten en una serie de
reacciones en las que una molécula específica se convierte en un producto final.
Justamente, estas rutas bioquímicas en su conjunto dan lugar a lo que se denomina
“metabolismo” (del griego “metabole”, cambio, “ismo”, proceso), que ocurre solo en los
seres vivos, además de que existen procesos que pueden regular dicho metabolismo, a
pesar de la variabilidad de sus ambientes interno y externo, dando lugar a la 15
homeostasis (McKee y McKee, 2014).
Nivel de orgánulos. Este nivel está conformado por los organelos u organelas,
en cuyo caso las moléculas se combinan para formar estas estructuras que conforman
a la célula. La propiedad de adición de estas estructuras es lo que permite la vida
de la célula. Las organelas no pueden sobrevivir fuera de la célula, ni la célula puede
vivir sin organelas.
Las organelas pueden ser membranosas que son sacos o canales
especializados, formados por membrana celular, mientras que las no membranosas
no están formadas por membrana, sino por filamentos proteicos. Dentro de las
organelas membranosas están la membrana celular, el núcleo celular, las
mitocondrias, retículo endoplásmico, el aparato de Golgi y las vesículas; mientras que
las no membranosas corresponden a los ribosomas, citoesqueleto, centríolo, cilios,
flagelos y el nucleolo. Todas ellas efectúan funciones particulares y vitales para la
célula (Patton y Thibodeau, 2013).
Nivel celular. La célula (del latín “cellula”, hueco) es la unidad estructural y
funcional básica de un organismo. Son las unidades más pequeñas capaces de llevar
a cabo todos los procesos vitales, por lo cual, no hay nada más simple que una célula
y que se le considere vivo, dado que solo en éstas se observa automaticidad; es decir,
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
una capacidad para desarrollarse, mantenerse en un ambiente determinado,
reconocer y responder a estímulos y reproducirse para perpetuar la especie.
Casi todas las células humanas tienen un tamaño microscópico y su diámetro
oscila entre 7,5 micrómetros (μm) (hematíes) y 150 μm (óvulo) y, como sucede con
otras estructuras anatómicas, las células poseen un tamaño o una forma
determinados porque están destinadas a desempeñar una actividad especializada.
Por ejemplo, una determinada célula nerviosa puede tener prolongaciones
filamentosas de más de un metro de longitud. Esta célula es especial para transmitir
impulsos nerviosos de una región del cuerpo a otra. Las células musculares están
especializadas en contraerse o acortarse, mientras que otros tipos de células pueden
cumplir funciones de secreción o de protección (Patton y Thibodeau, 2013).
Según la teoría celular, 1) la célula es la unidad básica de la vida; 2) todos los
organismos están compuestos por una o más células; 3) las células se originan en
células preexistentes, siendo idéntica a estas, genética, estructural y funcionalmente;
4) las células producen toda la materia viva; 5) el material genético requerido para
el mantenimiento de las células existentes y para la generación de nuevas células
pasa de una generación a otra; 6) las reacciones químicas de un organismo, es decir,
el metabolismo, se realizan en las células (Martínez, Pardo y Riveros, 2018).
Si bien las células se diferencian mucho en su estructura y función, todas (sean 16
bacterias, hongos, parásitos, vegetales o animales) están rodeadas por una membrana
que controla el intercambio de numerosas sustancias químicas con el entorno, la cual
también participa en la respuesta de la célula al ambiente extracelular.
Si se separan los componentes de una célula, se detiene el funcionamiento vital,
lo cual demuestra que los seres vivos dependen del mantenimiento de su integridad
estructural ya que su metabolismo requiere interacciones entre un conjunto enorme
de moléculas dentro de las células y entre ellas. Esto da lugar, a su vez, al procesado
de información (información biológica) que se expresa en forma de mensajes
codificados, incluidos en la estructura tridimensional característica de las
biomoléculas.
Por ejemplo, la información genética almacenada en las secuencias lineales de
nucleótidos del ADN denominadas genes, especifica a su vez la secuencia lineal de
aminoácidos de las proteínas y de qué forma y cuándo se sintetizan esas proteínas.
Una vez sintetizadas, las proteínas realizan su función al interactuar con otras
moléculas determinada por su estructura tridimensional, única de cada proteína, que
le permite unirse e interactuar con otras moléculas específica que tienen una
estructura complementaria. Así, la información se transfiere durante el proceso de
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
unión, como ocurre, por ejemplo, con la molécula de insulina, que es una proteína
sintetizada por el páncreas de los vertebrados y se une a receptores específicos de
insulina en la superficie de células determinadas para desencadenar la captación de
la molécula nutriente glucosa (McKee y McKee, 2014).
Nivel tisular. Cuando las células de la misma naturaleza se agrupan para
desempeñar una determinada función, aparece el nivel tisular. La estructura y las
propiedades específicas de los tejidos dependen de factores como la naturaleza del
medio extracelular que rodea a las células y las conexiones entre las células que
componen el tejido.
Hay solo cuatro tipos básicos de tejido denominados epitelial, conectivo,
muscular y nervioso. El tejido epitelial cubre las superficies corporales, reviste los
órganos huecos y los conductos, y forma glándulas. El tejido conectivo sostiene y
protege los órganos, almacena grasa y ayuda a conferir inmunidad al organismo
contra agentes agresores. El tejido muscular se contrae para generar movimiento y
responde a cambios del medio externo o interno del organismo. El tejido nervioso
detecta cambios del medio interno o externo del organismo y responde a ellos.
Los cuatro tipos básicos de tejidos en el cuerpo humano contribuyen a la
homeostasis mediante el cumplimiento de diversas funciones como protección,
soporte, comunicación intercelular y resistencia contra las enfermedades, entre otras 17
(Tortora y Derrickson, 2018).
Nivel de órganos. Un órgano es una estructura constituida por dos o más
tejidos diferentes, trabajando conjuntamente para realizar funciones definidas.
Tienen límites anatómicos precisos y es posible distinguirlos a simple vista de las
estructuras adyacentes (por disección o técnicas de imagen). Cada órgano se distingue
por una morfología, tamaño, aspecto y localización exclusivos en el cuerpo humano y
cada uno de ellos puede identificarse por el patrón de los tejidos que lo integran.
El estómago, el corazón, el hígado, los pulmones, el cerebro y la piel son
ejemplos de órganos. Sin embargo, algunos órganos se encuentran dentro de otros (los
órganos grandes, que son visibles a simple vista, a menudo contienen órganos más
pequeños que sólo son visibles al microscopio) como la piel, que es el órgano más
grande del cuerpo e incluye miles de órganos más pequeños (cada pelo, uña, glándula,
nervio y vaso sanguíneo de la piel es un órgano).
Asimismo, un solo órgano puede formar parte de dos sistemas. Por ejemplo, el
páncreas pertenece a los sistemas endocrino (por sus secreciones endócrinas) y
digestivo (por sus secreciones exocrinas).
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Nivel de sistemas. El nivel sistémico consiste en órganos relacionados con una
función común. Un ejemplo de sistema es el aparato digestivo, que degrada y absorbe
los alimentos. Sus órganos comprenden la boca, las glándulas salivales, la faringe, el
esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso, el hígado, la vesícula
biliar y el páncreas.
El cuerpo humano se compone de once sistemas o aparatos principales:
tegumentario, esquelético, muscular, nervioso, endocrino, circulatorio,
linfático/inmunitario, respiratorio, digestivo, urinario y reproductivo.
Nivel de organismo. El organismo humano vivo es mucho más que la suma
de las partes que lo integran, dado que consiste en un conjunto de estructuras
interactivas bajo una extraordinaria coordinación que puede sobrevivir y prosperar
en un entorno, muchas veces muy cambiante (Patton y Thibodeau, 2013).
El cuerpo humano es capaz de reproducirse, replicando su información
genética, repararse y sustituir continuamente las partes desgastadas o dañadas,
además que también logra mantener, de forma relativamente constante y predecible,
un gran número de variables necesarias para que disfrutemos de una existencia sana
y productiva. Por ello, es el máximo nivel que conforma a un individuo con vida, donde
todos nuestros sistemas del
organismo trabajan en 18
BIOSFERA
encuentra en directa
interacción con los demás BIOLOGIA
CELULA
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
La fisiología va más allá del organismo e incluye el estudio de los organismos
de igual especie en su entorno.
Los individuos de una misma especie, que habitan una determinada área geográfica,
constituyen una “población” y las diferentes poblaciones que habitan dicha área
interactúan entre sí para formar una “comunidad”. Una comunidad junto con el
medio en que vive constituye un “ecosistema” que es la unidad de organización
fundamental de la “Ecología”.
Por todo lo expuesto, dado que los niveles de complejidad biológica son tan
amplios, los campos de estudio se han vuelto tan grandes que se ha tenido que dividir
en varias disciplinas y, como se observa en el gráfico anterior, la fisiología abarca
parte de la química y a la biología celular y molecular, a la vez de que se mezcla con
parte de la ecología.
Sin embargo, es importante advertir de que esta división no es más que
artificial, dado que en la realidad no se pueden separar los procesos bioquímicos
(estados “microscópicos” o microestados) de los procesos fisiológicos (estados
macroscópicos o macroestados).
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Según Patton y Thibodeau (2013), podría afirmarse que los organismos vivos se
organizan o se mantienen por sí solos, mientras que las estructuras inertes no poseen
tal capacidad denominada “autopoyesis” y significa que “se hace a sí mismo”.
Han pasado siglos tratando de definir lo que exactamente es “vida”. Grandes
pensadores, desde Aristóteles hasta Carl Sagan, lo han intentado, y hasta ahora nadie
ha dado con una definición que satisfaga a todos.
Esta no es una empresa menor ya que de su definición surgen problemas,
médicos, morales, éticos, religiosos e incluso legales, y es justamente en fisiología
donde necesitamos entender perfectamente lo que la vida es, pues nuestra unidad de
estudio son los seres humanos vivos en condiciones normales, es decir, de salud.
Justamente, dado que hasta el momento no se ha podido definir lo que la vida
es, los biólogos tomaron las funciones de los seres vivientes como la definición de la
vida y nos han enseñado que la vida se define a través de siete procesos: movimiento,
respiración, sensibilidad, crecimiento, reproducción, excreción y nutrición.
Si bien lo anterior es un inicio aceptable para una definición aproximada de
“vida”, no es suficiente ya que pueden existir algunos ejemplos de “cosas” que pueden
cumplir con varios de esos siete criterios, como es el caso de los “virus”.
La ciencia ha determinado que los virus son un claro ejemplo de la “zona límite 20
o gris” entre cosa y ser vivo, ya que no son células, no tienen metabolismo y se
mantienen inertes hasta que encuentran una célula hospedera, pero luego los virus
muestran características de los seres vivos dentro de la célula hospedera. Por ello,
suele decirse que los virus no están vivos. Sin embargo, los virus poseen información
codificada en su ADN (o ARN), lo cual quiere decir que pueden evolucionar y
reproducirse (mantener un cierto grado de autopoyesis).
Para algunos autores la característica más importante de la vida es el
metabolismo celular, ya que por medio de éste los organismos pueden mantener su
estructura y función. Para los biólogos moleculares, lo más importante es el ADN y la
capacidad de replicarse que tenga dicho organismo. Para otros, los organismos vivos
deben ser definidos desde la perspectiva ecológica, ya que ningún ser vivo puede vivir
aisladamente, en tanto otros se inclinan hacia una perspectiva de carácter
evolucionista (Herrero, 2006).
Lehninger (1972) dice que las moléculas de la vida no difieren de aquellas del
mundo no vivo en sus características químicas, pero sí en sus características biológicas
las cuales están al servicio del organismo como un todo, excepto algunos compuestos
que se excretan.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Como vimos previamente, en cada nivel sucesivo de organización aparecen
nuevas propiedades que no son intrínsecas de ninguna de las partes, como cuando las
células vivas surgen de moléculas “sin vida”. En este sentido, las interacciones entre
las partes producen lo que se denomina “propiedades emergentes” ya que la vida
es algo más que la suma de sus partes (Starr et al., 2008).
4El macroestado se refiere al estado del sistema determinado a partir de unos pocos parámetros o estados termodinámicos; es
decir, descripción macroscópica del sistema. En el caso de los seres vivos se refiere a los parámetros como temperatura corporal,
presión arterial, niveles de metabolito y electrolitos en los líquidos corporales, etc.
5La entropía es una magnitud de la termodinámica como la temperatura, la densidad, la masa o el volumen. Se representa
mediante la letra S y sirve para explicar por qué algunos procesos físicos suceden de una determinada manera midiendo el grado
de desorden de un sistema a nivel molecular.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Por su parte, al observar materia viva, podemos asegurar que ninguna parte de
la célula está viva por sí sola, pero si observamos a la célula completa, es posible
asegurar que esta es la unidad fundamental donde empieza a expresarse vida. Por
ello, para mantener sus funciones vitales, la célula debe estar separada del medio que
lo rodea mediante membranas y paredes celulares que le permitan intercambiar
materia y energía, tanto de entrada como de salida. De aquí es que la célula es un
sistema abierto (ver más adelante) (Starr et al., 2008).
La posición y los movimientos de la energía en un biosistema son los que
generan las propiedades termodinámicas de los seres vivientes. La reproducción,
la herencia y la evolución dependen de las estructuras moleculares, no de la vida.
Cada clase de serie molecular confiere las propiedades específicas al macroestado que
experimente esa clase de arreglo molecular. Así, observamos moléculas como el ADN
que pueden almacenar información para el desarrollo de los seres vivientes;
nucleótidos que pueden almacenar energía para favorecer otros procesos; proteínas
que pueden ser excitadas por fotones para la captura de energía del ambiente, etc.
Por su parte, aunque las estructuras son necesarias, las estructuras solas no
son vida y ellas no confieren la vida, pero, para que un sistema dado experimente la
vida, debe poseer un arreglo molecular definido. Además, para que la vida sea
continuada, son necesarias estructuras específicas que puedan reproducirse y pueden 22
establecer un rango de estabilidad de esa estructura específica. Por ejemplo, un trozo
de Uranio 235 (235U), posee un gran potencial de energía, pero, por sí solo, no es capaz
de administrarlo, principalmente porque un mineral no posee las condiciones
necesarias para automantenerse, no opone resistencia ni se regenera, ni se opone al
cambio de su estado preferente, principalmente porque carece de un sistema de
arreglo de cargas que le otorguen capacidad para disponer su estructura de forma
beneficiosa para sí mismo. Sin embargo, lo contrario ocurre con una célula, no posee
gran cantidad de energía, pero puede hacer transformaciones de manera tal que puede
administrar recursos para mantenerse funcionalmente y mantener, al menos por un
tiempo, sus arreglos moleculares.
Entonces, la dificultad para definir “qué es la vida” radica en que ésta no es una
cosa que pueda tocarse, sino un estado que solamente puede describirse. Por su
parte, si bien la vida está representada por los seres vivientes, no podemos decir que
éstos sean la vida, pues al morir las estructuras continúan, al menos por un tiempo,
pero como materia inerte (no viviente) aunque muchas células sigan “vivas” por
horas o días.
Por ende, no existe una definición de vida, sino que, a partir de observaciones
directas e indirectas del estado térmico de las estructuras vivas, puede sugerirse
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
que “la vida es la dilación en la difusión o dispersión espontánea de la
energía interna de las biomoléculas hacia más microestados6 potenciales”
(Nahle, 2004).
No obstante, se debe tener mucho cuidado en su interpretación dado que
podríamos decir que todo aquello que mantiene su organización estaría vivo, por lo
cual, si la vida fuera la resistencia ante el aumento de su entropía local, entonces toda
la materia en este universo estaría viva.
Una definición de “vida”, fue dada por Oró (2002), citado en Anaya y Vaca
(2010), dice que “la vida es un estado dinámico de la materia organizada,
caracterizada básicamente por su capacidad para la adaptación y evolución
en respuesta a los cambios en el medio ambiente y en su capacidad para la
reproducción que da lugar a nueva vida”.
Según Mayr (2005), también citado en Anaya y Vaca (2010), “vivir es el
conjunto de las actividades de los sistemas autoconstruidos, controlados por
un programa genético” (p. 10).
Por su parte, Peretó, (2005) dice que “un ser vivo es cualquier sistema
autónomo con capacidades para usar la energía y la materia para sintetizar
sus propios componentes, para construir una identidad separada del
23
entorno, y con la capacidad para explorar nuevas funciones y relaciones con
el ambiente para adaptarse a situaciones diversas en una forma casi
ilimitada”.
Estas dos últimas definiciones no dicen lo que la vida es sino como es la vida;
sin embargo, Margulis y Sagan (1996) tratan de dar una definición de lo que “es la
vida”, diciendo que “es un caos controlado y artístico, un conjunto de reacciones
químicas tan abrumadoramente complejo que hace más de 80 millones de
años produjo el cerebro mamífero que ahora, en forma humana, escribe
cartas de amor y emplea ordenadores de silicio para calcular la temperatura
de la materia en el origen del universo”.
En definitiva, gracias a los métodos experimentales de la bioquímica, la
investigación biológica actual ha establecido que todos los organismos se rigen por las
mismas leyes químicas y físicas que el resto del universo (McKee y McKee, 2014), por
lo cual podríamos decir que “la vida es un conjunto de características” que
ayudan a distinguir a los seres vivos de los no vivos. Estas características incluyen:
6 El microestado un estado molecular el cual queda especificado si se conoce la posición y velocidad de cada molécula del
sistema. En consecuencia, diferentes microestados corresponden al mismo macroestado.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
a) Organización: los seres vivos poseen un nivel de organización mucho mayor
que los no vivos y gastan una gran cantidad de energía para mantener un cierto
orden. Una alteración de tal organización se acompaña de enfermedad y,
consecuentemente, la muerte del organismo.
b) Composición: los seres vivos están compuestos principalmente por materia
orgánica y presentan estructuras compartimentalizadas mediante
membranas biológicas, lo cual favorece la división de trabajo especializado en la
célula.
c) Metabolismo: los seres vivos necesitamos consumir energía para realizar todas
sus funciones vitales como mantener activos los órganos, impulsar los distintos
fluidos corporales, mantener los potenciales celulares y las bombas iónicas de las
membranas, movernos, etc. Esa energía la adquirimos en forma de energía
química contenida en los alimentos y liberada, principalmente a través de
procesos de oxidación, por lo cual requiere de consumo de oxígeno proveniente
del aire mediante la respiración eterna o ventilación pulmonar. El metabolismo
es el conjunto de procesos que sirven para transformar esa energía química en
energía utilizable por el organismo, y llamamos tasa o ritmo metabólico a la
cantidad de energía por unidad de tiempo consumida por un organismo para
poder atender a todas sus funciones; es decir, una cantidad con dimensiones de
potencia. 24
La cantidad de energía consumida por unidad de tiempo cuando el individuo se
encuentra en reposo se llama tasa metabólica basal (TMB) o tasa metabólica
en reposo, que consta de dos clases de reacciones:
i. Anabolismo: en el que se sintetizan moléculas de mayor complejidad a
partir de otras más sencillas (p. ej., proteínas a partir de aminoácidos) con
gasto de energía en forma de ATP.
ii. Catabolismo: en el que se desdoblan o degradan moléculas de mayor
complejidad en otras más sencillas (p. ej., digestión de proteínas).
Inevitablemente, el metabolismo produce desechos químicos, algunos de los
cuales son tóxicos para las células en caso de que se acumulen. Por ello, se
requiere de excreción, que consiste en extraer desperdicios de los tejidos y
eliminarlos (expulsarlos) del cuerpo. Las moléculas del organismo son
sustituidas continuamente mediante la alimentación. A pesar de que cada
persona percibe una continuidad en su personalidad y sus experiencias desde la
infancia al presente, casi todo su cuerpo fue reemplazado en el último año.
d) Irritabilidad: es la capacidad del organismo para percibir y reaccionar ante un
estímulo (cambios internos o externos -entorno-, excitabilidad). Ocurre desde
el nivel celular hasta el nivel de organismo. Por ello, incluye a todos los seres
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
vivos, desde las bacterias hasta el ser humano. La capacidad de respuesta es
obvia sobre todo en los animales, porque sus células nerviosas y musculares son
muy sensibles a los estímulos del entorno y transmiten con rapidez la
información y las reacciones rápidas. Asimismo, casi todos los organismos vivos
tienen la capacidad de desplazarse de un lugar a otro con propulsión propia y
todos los organismos y células tienen, cuando menos, la capacidad de desplazar
sustancias en su interior, como el paso de alimento por el tubo digestivo o el
desplazamiento de las moléculas y los organelos de un lugar a otro de la célula.
e) Desarrollo: es el cambio de forma y/o función que ocurra durante toda la vida
de un ser vivo. En la mayoría de los organismos, ocurre mediante la
diferenciación o transformación de las células no especializadas (inmaduras)
en otras con funciones bien definidas, y el crecimiento a través de un aumento
en el tamaño (hipertrofia) o el número (hiperplasia) celular.
f) Reproducción: mediante copias de sí mismos y, así, transmitir sus genes a
nuevos recipientes, más jóvenes. Si bien un virus (del latín, toxina o veneno)
puede replicarse, solo puede hacerlo dentro de las células de otros organismos
por lo cual no se lo considera un organismo vivo.
g) Adaptación o evolución biológica: se refiere a la capacidad de los seres vivos
de adecuarse al medio en el cual vive mediante cambios genéticos de una
generación a otra en una especie determinada. Esta variación se debe a que las 25
mutaciones (cambios en la estructura del ADN) son inevitables y a que las
presiones selectivas del entorno propician mayor éxito reproductivo para algunos
individuos que para otros. A diferencia de las demás características de la vida,
la evolución sólo se aprecia en la población como un todo ya que ningún individuo
evoluciona en el curso de su vida.
h) Homeostasis: se refiere a la capacidad que tiene un ser vivo de mantener sus
condiciones estables (dentro de ciertos parámetros) aunque cambie el entorno
que lo rodea.
A pesar del trabajo de los biólogos durante varios siglos, aún no hay una
definición exacta de la “vida”.
Gran parte de la dificultad para perfilar la naturaleza precisa de los seres vivos se
debe a la inmensa diversidad del mundo biológico y al solapamiento aparente entre
algunas propiedades de la materia viva y la inanimada (McKee y McKee, 2014).
Si bien la biología es la ciencia que estudia a los seres vivos, no es factible que
sea la única que pueda dar respuesta a la gran pregunta de “qué es la vida”, por lo
cual es necesario que la ciencia en general se aboque a la búsqueda de una respuesta
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
adecuada. Esto es importante dado que, a raíz de todo lo expuesto, surge otra
interrogante aparentemente simple. Si no sabemos qué es la vida, ¿cómo podemos
saber que es la muerte?
No pretendo en este texto alcanzar la definición de “vida” o “muerte”, pero sí es
necesario tratar de entender cuál es nuestro objeto de estudio. A través de las
características de la vida podemos ver que su estudio es complejo, y si pretendemos
comprenderla en salud, mucho más complejo se vuelve en la enfermedad, dado que en
la estructura esta la función y sin estas no existe la vida. Además, la ciencia ya ha
determinado cuando hay vida y cuando empieza la vida humana, además de que la
base de todo es el genoma.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
que son expresiones de conducta y que movilizan a todo el cuerpo, desde el nivel
celular.
Como explica Curtis et al., (2016), cada nivel de organización incluye los niveles
inferiores y constituye, a su vez, la base de los niveles superiores, pero lo más
importante es que cada nivel se caracteriza por poseer propiedades específicas y
características que emergen en ese nivel y no existen en el anterior (propiedades
emergentes). Así, una molécula de agua tiene propiedades diferentes de la suma de
las propiedades de sus átomos constitutivos (hidrógeno y oxígeno), de la misma
manera, una célula cualquiera tiene propiedades diferentes de las de sus moléculas
constitutivas, y un organismo multicelular definido tiene propiedades nuevas y
diferentes de las de sus células constitutivas.
De todas las propiedades emergentes, sin duda, la más sorprendente, compleja
y problemática es la que surge en el nivel de una célula individual y es nada menos
que la vida. Una vez que conocemos la organización estructural, la fisiología nos
impulsa a saber cómo funciona un órgano en un sistema que forma parte de un
organismo para la vida misma. Por ello, no es suficiente saber qué hace el órgano o
sistema y para qué lo hace, sino es fundamental saber cómo lo hace.
Por ejemplo, sabemos que el corazón es el órgano muscular principal del
aparato circulatorio, constituido por cuatro cavidades (dos aurículas y dos ventrículos 27
separados por válvulas) cuya forma es piramidal, situado en la cavidad torácica
(mediastino medio). Esta es la descripción anatómica o estructural del órgano, y
nos indica, brevemente, qué es el corazón.
Cuando decimos que el corazón funciona como una bomba aspirante e
impelente, bombeando la sangre a todo el cuerpo mediante la contracción muscular
de sus paredes y de forma sincrónica (primero
aurículas y luego ventrículos), estamos describiendo
la función (descripción funcional); es decir,
estamos diciendo qué hace el corazón.
Sin embargo, lo anterior no implica saber su
función, su fisiología, dado que lo que necesitamos es
comprender realmente como hace lo que hace; es
decir, debemos explicar los mecanismos subyacentes
al proceso de bombeo sanguíneo y sus adaptaciones a
los cambios en el medio intracelular, extracelular o en
ambos a la vez.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Por ende, si bien suele confundirse la palabra describir con explicar, la
descripción7 implica un nivel más superficial mientras que la explicación8
involucra un nivel más profundo.
En este sentido, la descripción fisiológica del corazón significa conocer qué
hace a nivel de tejidos y órgano; pero la explicación de cómo lo hace, necesariamente,
nos lleva a un nivel ultraestructural mediante la explicación fisiológica de la secuencia
de eventos temporales que se desarrollan para que los miofilamentos se “contraigan y
se relajen” y como estos eventos cambian según lo hacen los estímulos externos o
internos a la fibra muscular cardíaca (nivel celular y molecular), como cuando se habla
de leyes como la ley de Frank-Starling del corazón.
Decir que el corazón es un órgano que bombea sangre a todos los tejidos
vascularizados del organismo, es señalar para qué sirve el corazón o qué es lo que
hace; esta es una respuesta teleológica9 acerca de la función del corazón, pero no
responde al interrogante de como hace lo que debe hacer.
Cuando se explica realmente como algo hace lo que hace, entonces se da una
respuesta, mecanicista del proceso. Por ello, ambos enfoques, teleológico y
mecanicista, son complementarios y necesarios para comprender la fisiología, pero no
son suficientes por separado.
28
Cuando somos “alumnos”, a menudo confundimos los enfoques teleológicos y
mecanicistas al responder cuestiones de fisiología; es decir, se tiende a responder las
preguntas con explicaciones teleológicas cuando la respuesta más apropiada sería una
explicación mecanicista. Esto ocurre porque, cuando los profesores preguntamos, “por
qué ocurre tal o cual evento fisiológico”, en realidad queremos saber si el alumno sabe
(comprende) “cómo” ocurre el evento en cuestión. Por ello, comprender realmente estos
dos enfoques ayudará a evitar esta confusión, a veces muy problemática en la
formación profesional (Silverthorn, 2019).
7La descripción (del latín “descriptio”, describir) es la acción y efecto de representar a algo o alguien a través del lenguaje con
diferentes grados de profundidad. Es un proceso que representa lo “que es”.
8 La explicación (del latín “explicatio”, explicar) es un proceso cognitivo que manifiesta “el qué”, “el cómo”, “el por qué” y “el
para qué” de un suceso o evento. Este proceso debe ser coherente y lógico y estar destinado un interlocutor competente dada su
complejidad.
9La teleología (del griego, “teleos”, finalidad, y “logos”, discurso, tratado o ciencia) es el estudio de los fines o propósitos de algún
objeto o algún ser, o bien literalmente, a la doctrina filosófica de las causas finales.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Al estudiar la fisiología humana, nos entrenamos para pensar en la
integración de las funciones a través de los varios niveles de organización,
desde las moléculas hasta el organismo vivo.
Según Martinez et al., (2018), el estudio de los seres vivos es tan complejo que resulta
indispensable realizarlo en pequeñas unidades de información. En este sentido, la
fisiología, a nivel celular, trata de explicar los procesos vitales mediante la nutrición
celular (incorporación de nutrientes), su relación (respuesta frente a estímulos
internos y externos) con el entorno (irritabilidad) y la reproducción (división
celular). Todos estos procesos implican reacciones químicas que deben desarrollarse
bajo un estricto control para que no se altere su función y el desequilibrio lleve a la
enfermedad de la célula y su muerte.
Los cambios químicos que suceden en cada organismo son estudiados por la
bioquímica, ciencia de los constituyentes químicos de las células vivas, de las
reacciones y los procesos que experimentan, es decir, se dedica más en profundidad al
estudio de estos procesos (conocimiento de los microestados). Además, abarca
grandes áreas de la biología celular y molecular, y la genética molecular, que
contribuyen al conocimiento profundo de la fisiología.
El principal objetivo de la bioquímica es el entendimiento completo de todos los
procesos químicos relacionados con las células vivas en el nivel molecular. Por ello, La 29
fisiología se superpone con la bioquímica casi por completo y su comprensión permite
conocer los procesos tanto en salud como en enfermedad. De aquí es que la
“Bioquímica Médica” se ocupa de los aspectos relevantes para la medicina al igual
que la Fisiología Médica (Baynes y Dominiczak, 2015). Las implicaciones para la
bioquímica, la medicina y, de hecho, para toda la biología, son prácticamente
ilimitadas (Rodwell et al., 2016).
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
La Biofísica es la Física de la vida, donde la fisicoquímica y las
matemáticas forman parte esencial de su lenguaje. Nos permite comprender en
profundidad cómo funcionan los organismos vivos, se desarrollan, perciben las señales
del medio ambiente, las procesan y responden a las mismas; por ende, es base esencial
para poder comprender, posteriormente, la Fisiología Humana.
Un error habitual es la creencia de que el estudio de la biofísica consiste en el
uso de una tecnología complicada en biología (Cereijido, 1972) y en Medicina. En este
sentido, Montoreano (2008) advierte que el estudiante no comprende ni acepta que
deba estudiar cosas más relacionadas con la física y la química que con la medicina.
Sin embargo, éstos son la base de la Medicina y no se puede hacer Medicina sin
comprender los mecanismos que subyacen a la salud y la enfermedad.
Las puertas que ha abierto la física a las ciencias médicas y que han aportado
técnicas como el diagnóstico por imágenes, la medicina nuclear o el empleo del
magnetismo, han permitido significativas mejoras en la prevención, diagnóstico y
tratamiento de enfermedades. Los físicos que desarrollan su actividad en el área de
la medicina, trabajan en el análisis de imágenes, la radioterapia, el desarrollo de
técnicas e instrumentos, en la enseñanza universitaria y, por supuesto, en las
investigaciones destinadas a la pertenencia más preciada que posee el ser humano, la
salud (Castellanos, 2006). 30
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Una característica fundamental
de los sistemas vivientes es que se
encuentran separados del medio
ambiente o entorno, mediante
membranas biológicas, las cuales
controlan el tráfico de sustancias y,
hasta cierto punto, de energía. Es por
esto que los sistemas biológicos son
abiertos, en el sentido de intercambiar
materia y energía, pero de manera
estrictamente controlada para que no
se altere su función y desencadene una
enfermedad al grado en que se produzca una desorganización total y alcance la
muerte del sistema vivo. Todo esto es válido en todos los niveles del ser vivo, desde
la célula hasta el organismo o individuo.
Como ya se ha visto, los sistemas vivos son extremadamente complejos dado
que “su todo es superior a la suma de sus partes”, mostrando propiedades
emergentes como resultado de las interconexiones y que son, a su vez, diferentes de
las propiedades de cada parte.
31
Las propiedades sistémicas o suprasistémicas, por tanto, son eliminadas
cuando el sistema es diseccionado en elementos aislados.
Si bien para el estudio es necesario fragmentarlos, los sistemas complejos no
son divisibles y se caracterizan por ser irreductibles, por lo cual, su relación causa-
efecto se encuentra ligada a múltiples variables; es decir, un efecto puede no
siempre tener una misma causa y una misma causa no tiene por qué dar lugar siempre
a un mismo efecto.
Asimismo, los sistemas complejos no son computables de manera sencilla y no
los podemos fabricar de forma artificial10 (al menos hasta el momento que sí se ha
logrado formar algunos tejidos y órganos artificiales).
Todo sistema biológico es, además, robusto por definición, esto quiere decir
que “son capaces de mantener su estado y función frente a perturbaciones
(alteraciones) tanto externas como internas”. Esto se debe a su condición de
adaptabilidad (capacidad de adaptarse o adecuarse), por lo cual, cuanto más
10 No hay que confundir lo artificial como en el caso del “corazón artificial”, que emula a este órgano mediante materiales
sintéticos (tejidos animales químicamente tratados) y fuentes de suministro de energía (baterías de Li-ion), mientras que
también suele llamarse “artificial” a órganos artificiales como en el caso del hígado producido mediante la utilización de células
madres.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
complejo es un organismo más fino debe ser
la regulación de sus procesos y, por
consiguiente, más robustos son y toleran
mejor los pequeños cambios sin que
aparezcan enfermedades, incluso, la
muerte.
Todo sistema biológico, además de
ser robusto y poseer una serie de
propiedades emergentes que los
caracterizan, es un sistema autopoyético
con capacidad autoorganizativa y de
autocatálisis espontáneas que aportan a los
sistemas biológicos un orden antientrópico.
El orden es propio de los sistemas complejos vivos que deriva de su estructura
interna como materia y se sirve de los procesos de retroalimentación positiva y
negativa que, además, aportan adaptabilidad al sistema. Este orden o patrón surge
del propio sistema y es inherente a él, es una propiedad emergente y no es impuesto
por el entorno. El patrón alcanzado a nivel sistémico surge de la interacción de los
elementos integrantes. 32
Como si fuera poco, los sistemas biológicos son sistemas dinámicos cuyos
parámetros internos (variables de estado) siguen una serie de reglas temporales.
Son dinámicos porque sus parámetros varían con respecto al tiempo y por azar. Por
ende, la fisiología, como ciencia que estudia la función de los seres vivos, utiliza
modelos físico-matemáticos para poder conocer la factibilidad de una o varias
respuestas frente a uno o varios estímulos sobre un sistema concreto.
Mucho más fácil sería si los sistemas biológicos fueran deterministas. Un
sistema determinista es aquel en el cual el azar no está involucrado en los futuros
estados del mismo; es decir, “si se conoce el estado actual del sistema, las
variables de ambiente y su comportamiento frente a los cambios del entorno,
entonces se puede predecir con gran precisión el estado siguiente del
sistema”. En este caso un estímulo sobre el sistema causaría un cambio bien definido
por lo cual sería, a su vez, un sistema lineal.
Por ejemplo, el aumento en el consumo de sal incrementa el nivel de sodio y
cloro en sangre en la misma proporción, esto generará una serie de cambios
fisiológicos como la retención de líquido y, por ende, aumento de la presión arterial.
Sin embargo, se activarán respuestas para alcanzar un nuevo equilibrio y no habrá
aumento de presión arterial en una persona sana.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Justamente, los sistemas vivos son sistemas que se comportan
estocásticamente; es decir, sus respuestas frente a un estímulo determinado no
pueden conocerse dado que dicha respuesta es azarosa (sistemas dinámicos).
Un sistema estocástico es un sistema cuyo comportamiento es no
determinista, en la medida que el subsiguiente estado del sistema está determinado
tanto por las acciones predecibles del proceso como por elementos aleatorios (no
predecibles). En este caso, es un sistema no lineal por lo cual no es factible hacer
predicciones matemáticas con precisión. Sin embargo, cualquier desarrollo temporal
puede analizarse en términos de probabilidades.
Por ende, todo sistema dotado de vida se halla en esta categoría y cumple estos
parámetros, por cuanto sus componentes ejercen múltiples interacciones internas y
reciben, además, numerosas influencias externas, casi todas no concordantes.
Precisamente este es el caso de los seres humanos (Mendoza, 1998).
Frente a este comportamiento aparentemente caótico de los sistemas vivos,
pueden llegarse a conclusiones aproximadas mediante la aplicación de conceptos
lineales en parte y probabilísticos en otros, según los factores implicados en el proceso
en estudio.
En este sentido, la Teoría del Caos se basa en la posibilidad de encontrar una
33
explicación a la aleatoriedad en los sistemas caóticos y puede ser definida como “el
estudio del comportamiento dinámico aperiódico (que no se repite
periódicamente) mostrado por sistemas deterministas no lineales” (Coppo,
2010). Esto conlleva a nuevos problemas, pero podemos construir un modelo que
defina el comportamiento del sistema en estudio, “disminuyendo” su cualidad de
aleatorio. Así pues, la idea de poder aplicar una fórmula matemática a cualquier
sistema y predecir sus estados a lo largo del tiempo se impone al pensamiento de
indeterminismo.
Para entender un poco mejor, “caos” puede definirse como la “aparente
ausencia de orden en un sistema que es altamente sensible a las condiciones
iniciales (pequeñas fluctuaciones que disturban un sistema pueden producir
grandes cambios)” (Mennin, 2010). El comportamiento caótico parece azaroso, pero
tiene patrones sutiles dentro de su estructura y, sin embargo, son muy difíciles de
predecir.
“El caos es la complejidad de la supuesta causalidad en la relación
entre eventos, sin que se observe una traza lineal que relacione la causa con
el efecto. También puede decirse que el caos es la ocurrencia aperiódica de
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
eventos aparentemente al azar de un sistema determinista. Caos es orden y
en el orden subyace el caos” (De Vito, 2016, p. 49).
Los sistemas biológicos operan lejos del equilibrio porque, en condiciones de
salud, son sistemas disipativos abiertos regidos por dinámicas no lineales, con un alto
grado de organización, muy flexibles, capaces de mantener un ambiente interno
altamente organizado, pero fluctuante dentro de ciertos límites en estado de salud y
disipando energía en un estado alejado del equilibrio termodinámico (Que et al., 2001).
En un sistema no caótico cada estado inicial da origen a un recorrido único y
bien distinguible de los demás, irreproducible con otro dato inicial por muy parecido
que sea al primero, mientras que en un sistema caótico no es que haya muchas
variables iniciales, sino que los parámetros del sistema son extremadamente sensibles
a ellas (Comité Editorial Revista Andaluza de Medicina del Deporte, 2008).
De entre las muchas áreas en los que se han producido desarrollos significativos
como resultado de la aplicación de los principios de la Teoría del Caos en sistemas
biológicos y biomédicos, destacan los estudios sobre el comportamiento de los sistemas
metabólicos (por ej., glucólisis), el análisis de las enfermedades cardiacas o la
actividad cerebral, así como en epidemiología (Torres, 2006).
En el ámbito de la fisiología y la salud, sin duda el corazón y el cerebro son los
34
sistemas que más atención han recibido debido a la frecuencia con la que su
comportamiento manifiesta aparente desorden y caos. Asimismo, otros procesos tales
como la movilidad en el tracto gastrointestinal muestran dinámicas complejas.
Uno de los objetivos del análisis de los sistemas complejos, ya sea para explicar
una función y predecir una enfermedad, es encontrar si existe algún indicio o alguna
evidencia que, de persistir en este comportamiento, va a desencadenar una situación
caótica que muchas veces no es controlable.
Por ejemplo, un electroencefalograma (EEG) consiste en un registro gráfico
de los impulsos eléctricos que produce nuestra corteza cerebral. Pues bien, cuando se
analizan los EEG de animales superiores y de seres humanos sanos se observa que se
tienen dinámica caótica; es decir, el cerebro de los individuos sanos se comporta
caóticamente.
Sin embargo, cuando el individuo sufre de alguna enfermedad de origen
neurológico, como es el caso de la epilepsia, el EEG presenta un patrón regular,
periódico, muy distinto del comportamiento caótico que se observa en individuos
sanos.
Algunos investigadores han sugerido que la dinámica caótica del cerebro
normal es una forma que éste tiene para procesar globalmente la información que
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
recoge de su entorno. La extrema sensibilidad de esta dinámica le conferiría la
capacidad de discriminación de la información sensorial y puede estar en la base de
capacidades tan propias del ser humano como es la creatividad o la imaginación
(Torres, 2012).
Para analizar los fenómenos caóticos, una variable temporal es el objeto de
estudio (Romanelli, 2006). Se comienza buscando periodicidades y si se encuentran,
el sistema es regular. Al estudiar un sistema dinámico, podemos tener tres
posibilidades:
a) Que se conozcan las ecuaciones que determinan su comportamiento,
pudiéndose analizar, resolver y determinar cuándo el sistema se comportará en
forma caótica según el valor de los parámetros de control que se varían y de las
condiciones iniciales.
b) Que no se conozcan las ecuaciones, pero que se pueda desarrollar un modelo.
El problema es que un modelo no es una copia fiel de la realidad, sino que se
trata de una aproximación lo más que se puede. Sin embargo, se puede ir
utilizando otros modelos para ir perfeccionando el que ya se tiene hasta
encontrar las ecuaciones adecuadas.
c) Que se tengan datos experimentales. Lo que se mide es una consecuencia de
la variación de muchos factores desconocidos. Se intenta averiguar cuántos son 35
los factores desconocidos y relevantes para determinar el sistema, porque
puede ser que haya factores desconocidos que no son relevantes y que no
influyen en el comportamiento del sistema.
En definitiva, la complejidad dinámica de la vida no puede describirse con
métodos causales lineales, son necesarias la Teoría del Caos y el concepto de
sistema termodinámicamente abierto.
Como dice De Vito (2016) “todos nosotros vivimos lejos del equilibrio
termodinámico, consumiendo y disipando energía en un proceso que
llamamos metabolismo y el fenómeno emergente resultante es que lidiamos a
diario con la salud y la enfermedad” (p. 45).
En resumen, la Teoría del Caos se ocupa de los sistemas caóticos como los
sistemas vivos, que son sistemas dinámicos deterministas y no lineales que
presentan comportamientos muy complejos. La resultante de las interacciones
propuestas en los modelos, generan respuestas tan complicadas que la evolución del
sistema no puede predecirse con precisión más que a cortos intervalos de tiempo, a
causa de la sensibilidad a las condiciones iniciales (Antoranz y Madrid, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
“El que sólo sabe de medicina, ni medicina sabe”
José de Letamendi (1828-1897)
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Desde esa fecha, la definición no ha sido modificada. Sin embargo, esta definición, en
la actualidad, no es adecuada.
Según Huber et al., (2011), el primer problema es que contribuye
involuntariamente a la medicalización de la sociedad. La exigencia de “completo
bienestar” dejaría a la mayoría de las personas casi siempre “enfermos”.
Las nuevas tecnologías de pesquisa detectan alteraciones a niveles que quizás
nunca causen enfermedad y las compañías farmacéuticas producen fármacos para
trastornos que antes no se consideraban problemas de salud. En este sentido, los
umbrales para intervenir tienden a descender, por ejemplo, como ocurre con la presión
arterial, los lípidos y la glucemia.
El énfasis persistente sobre el completo bienestar físico podría generar que
grandes grupos de personas reúnan los requisitos necesarios para pruebas de
detección sistemática o para intervenciones costosas, lo que produciría mayor
dependencia médica y mayores riesgos (Huber et al., 2011).
El segundo problema es que desde 1948 la demografía de las poblaciones y la
naturaleza de las enfermedades han sufrido cambios considerables. La norma actual
es envejecer con enfermedades crónicas. Éstas son responsables de la mayor parte del
gasto de los sistemas sanitarios, y ejercen presión sobre la sustentabilidad de los
37
mismos.
En este contexto, la definición de la OMS se vuelve contraproducente ya
que considera enfermas a las personas con enfermedades y discapacidades
crónicas reduciendo al mínimo la importancia de la capacidad humana
para afrontar de manera autónoma los desafíos físicos, emocionales y
sociales de la vida y para funcionar con sentido de realización y bienestar
aún con una enfermedad o discapacidad crónica.
El tercer problema es la operacionalización de la definición ya que la OMS creó
varios sistemas para clasificar las enfermedades y describir aspectos de la salud, la
discapacidad, el funcionamiento y la calidad de vida. Sin embargo, debido a la
referencia a un estado de completo bienestar, la definición es impracticable, porque
“completo” no es operativo ni mensurable (Huber et al, 2011).
Por ello, algunos autores, como Argentes y Álvarez (2013), prefieren concebir a
la salud como “una construcción cultural muy compleja y un estado progresivo
de resolución de las inequidades sociales” (p. 3).
Si bien esta última definición se centra en el paradigma sociológico-
humanista, no la exime de controversias a la hora de analizar el significado de tal
definición como el de la OMS. Además, si bien este paradigma reivindica a la medicina
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
como una “ciencia social”, deja librado a criterios de las personas lo que la “salud” es
para cada una de ellas, relacionándose al concepto de “calidad de vida”. De aquí es
que la “enfermedad” sería “toda circunstancia que interrumpe el proyecto de
vida de una persona”.
Sin entrar en demasiados detalles, dilucidar los conceptos anteriores, muy
amplios y problemáticos, por cierto, no es el objetivo de este apartado, sino de observar
la complejidad que nos toca tener en consideración al momento de desarrollar una
carrera en el campo de las ciencias de la salud.
Es importante alcanzar una definición operativa de la salud considerando
que esta no es estática sino dinámica, y para ejemplificarla podemos tomar el esquema
de Salleras (1985) quien aplica un esquema del continuo salud-enfermedad a la
comunidad.
Tanto la salud como la enfermedad son altamente influenciables por factores
sociales, culturales, económicos y ambientales. Todos estos factores actúan sobre una
zona neutra del continuo, provocando la evolución hacia la salud o hacia la
enfermedad, positiva o negativamente, según sean positivos o negativos para la salud
(Salleras, 1985).
38
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
trabajar, de estudiar, de gozar de la vida, etc.), introduciendo la posibilidad de medir
el grado o nivel de salud.
Según Lalonde (1974), el nivel de salud de una comunidad estaría influido por
cuatro grandes grupos de “determinantes de la salud”:
1. Biología humana (constitución, carga genética, crecimiento y desarrollo y
envejecimiento).
2. Medio ambiente (contaminación física, química, biológica, psicosocial y
sociocultural).
3. Estilos de vida y conductas de salud (drogas, sedentarismo,
alimentación, estrés, violencia, conducción peligrosa, mala utilización de los
servicios sociosanitarios).
4. Sistema de asistencia sanitaria (beneficios de las intervenciones
preventivas y terapéuticas, sucesos adversos producidos por la asistencia
sanitaria, listas de espera excesivas, burocratización de la asistencia).
Actualmente se considera que casi todos los factores que integran los
determinantes de la salud son modificables. Respecto a los factores biológicos
relacionados con la genética, no se pueden modificar directamente (no se pueden
cambiar nuestros genes), pero sí pueden modificarse ciertos mecanismos que activan
o inhiben ciertos genes, gracias a nuevos conocimientos adquiridos a través de la 39
Biotecnología como es el caso de la Nutrigenómica.
Varios estudios han demostrado que los determinantes de salud predominantes
no son los biológicos, sino que el 70% está representado por el estilo de vida y el
medio ambiente sobre la
morbimortalidad de los individuos
(Argente y Álvarez, 2013). Sin
embargo, algo que a veces pasa
desapercibido es que estos factores
influyen sobre los biológicos y no son
independientes.
Determinantes
En este sentido, de acuerdo a de salud
la genética de la persona es posible
modificar el estilo de vida para evitar
futuros problemas de salud o mejorar
la salud de la persona.
Por ejemplo, si una persona
tiene alguna mutación del gen de la
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
metilen-tetrahidrofolato reductasa (MTHFR) como el C677T y el A1298C (es
heredable una o ambas variantes), puede conducir a trastornos genéticos graves como
la homocistinuria, lo cual se asocia con un aumento del riesgo de enfermedad
cardiovascular (ECV) prematura, la formación inapropiada de coágulos (trombosis) y
accidente vascular cerebral (ACV).
Una vez que se detectan estas alteraciones, se modifica la dieta de la persona
de manera tal que evite la homocisteinemia y todos los posibles trastornos de la salud
que esto conlleva.
Por otra parte, Rodwell et al., (2015) dicen que es mejor considerar a la salud
del ser humano como “aquella situación en la cual los procesos vitales, con sus
miles de reacciones intracelulares y extracelulares que ocurren en el cuerpo,
están procediendo adecuadamente con la supervivencia máxima del
organismo en el estado de equilibrio”.
Si bien es reduccionista al no considerar los aspectos psicológicos y sociológicos,
nuestro objetivo es centrarnos en los fundamentos biológicos de la salud y la
enfermedad.
Por ello, cuando nos enfrentamos al paciente debemos observar y
analizar de forma general y por sistemas en búsqueda de desviaciones de lo
40
que se considera como “normal”. Cada alteración debe analizarse mediante
las teorías fisiológicas y fisiopatológicas que expliquen esas desviaciones, por
lo cual se hace uso de un esquema de razonamiento que guía todo el proceso
para cualquier intervención médica.
Mientras el tratamiento esté fundamentado con firmeza en el conocimiento de
la fisiología, la práctica de la medicina tendrá una base racional capaz de adaptarse
para dar cabida al nuevo conocimiento. En este sentido, la farmacología, por
ejemplo, utilizada para la terapéutica clínica, se fundamenta en un sólido
conocimiento de la fisiología y la bioquímica dado que todos los fármacos producen
cambios en las funciones del organismo y son metabolizados mediante reacciones
catalizadas por enzimas en la mayoría de los casos, sino todos.
Todo esto contrasta con prácticas de salud no ortodoxas y con, al menos, algunas
opciones de “medicina alternativa” que a menudo están fundamentadas en poco
más que mitos e ilusiones y, por lo general, carecen de base racional alguna.
Una cuestión a destacar es que los fisiólogos han desarrollado muchas
herramientas y pruebas para explorar la función normal; por ello, muchas pruebas
funcionales usadas para el diagnóstico de una enfermedad, la monitorización de la
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
evolución de un trastorno y la evaluación del progreso del tratamiento son
transferencias directas de la tecnología desarrollada en los laboratorios de fisiología.
El perfeccionamiento de estas tecnologías en el entorno hospitalario, a su vez,
ayudan al estudio de la fisiología.
Por tanto, el intercambio de información entre la medicina y la
fisiología es una vía de doble sentido.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Es importante insistir en que el estudio y comprensión de la fisiología es
complejo, puesto que implica integrar conocimientos sobre los sistemas fisiológicos y
anatómicos diferentes, además de que se requiere una adecuada base en otras áreas
como histología, bioquímica y biología; por lo cual, es necesario mucho esfuerzo y
dedicación para alcanzar las competencias básicas en este campo de estudio,
desarrollando un papel activo y responsable por parte del estudiante en su propio
proceso de aprendizaje que no concluye con los estudios universitarios (lifelong
learning) (Gallego, 2008).
“El mal maestro informa la verdad, mientras que el bueno enseña cómo
encontrarla”
Diesterweg (1790 - 1866)
11La profesión (del latín “professio”, acción y efecto de profesar) es una actividad permanente que sirve de medio de vida y que
determina el ingreso a un grupo con formación específica. Es una ocupación que monopoliza una serie de actividades privadas
sobre la base de un gran acervo de conocimiento abstracto, que permite a quien lo desempeña una considerable libertad de acción
y que tiene importantes consecuencias sociales.
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Es importante destacar que el profesional de la medicina pone a
disposición de la población general los conocimientos, las habilidades y el
buen juicio para promover y restablecer la salud, prevenir y proteger de la
enfermedad, y mantener y mejorar el bienestar de los ciudadanos.
En consecuencia, la práctica diaria del profesional médico implica el
compromiso con la integridad en la utilización del conocimiento y en la
optimización de los recursos; la compasión como guía de acción frente al
sufrimiento; la mejora permanente en el desempeño profesional para garantizar la
mejor asistencia posible al ciudadano; la colaboración con todos los profesionales e
instituciones sanitarias en aras de la mejora de salud y el bienestar de la población
(Rodriguez, 2010).
Se entiende por competencias como el “conjunto de conocimientos,
habilidades y actitudes que permiten una excelente práctica profesional, en
continuo perfeccionamiento, adecuada al contexto social en que se
desarrolla”.
La competencia en el área de salud (no solo para los médicos sino para todos
los profesionales de la salud) se considera como la parte esencial de la formación
profesional, tanto a nivel de pregrado como de posgrado, ya que es básica para una
atención médica de calidad e integral y su importancia se pone de manifiesto en 43
las expectativas que tiene la sociedad actual acerca de los médicos y, en definitiva, de
todos los profesionales de la salud (Mendoza, 2006). Por ello, un profesional de la salud
debe:
✓ Ser técnicamente competente en términos de conocimientos y habilidades,
incluyendo su habilidad para comunicarse con los pacientes y con otros
profesionales de la salud.
✓ Entender y contribuir a todas las metas de la atención de la salud: prevención,
curación, rehabilitación y cuidados de apoyo, y reconocer que su principal
contribución es aumentar la calidad de vida de sus pacientes.
✓ Estar informado de los conocimientos validados científicamente, de la
efectividad de las nuevas terapéuticas o pruebas diagnósticas y usar solo los
procedimientos diagnósticos y terapéuticos que han mostrado ser efectivos en
situaciones clínicas apropiadas.
✓ Reconocer cuando la información requerida para las decisiones clínicas es
incompleta y contribuir al desarrollo de nuevo conocimiento mediante la
investigación científica.
La educación en ciencias de la salud se orienta a la formación de
profesionales (médicos, nutricionistas, kinesiólogos, enfermeros, bioquímicos,
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
farmacéuticos, etc.) con disposición a la actualización permanente, sobre todo en
los avances del conocimiento de la fisiología como modelo explicativo del
proceso salud-enfermedad que permita acciones efectivas para conservar o
restituir la salud, así como limitar el daño, contribuyendo a obtener una formación
sólida en ciencias biomédicas que dan sentido a la aplicación clínica en un contexto de
profesionalismo y ética donde se respeta la dignidad humana. Por ello, la formación
en áreas de ciencias de la salud se debe realizar de manera que la enseñanza y
aprendizajes por competencias en el curso de fisiología se relacionen directamente con
la formación clínica, proporcionando saberes declarativos, procedimentales y
actitudinales que fortalezcan el ejercicio profesional (Rillo et al., 2015).
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
Presentación del caso clínico 1
Motivo de consulta: Marta de 26 años, asiste a la consulta en medicina general
por control para ingreso a trabajo.
Padecimiento actual: ninguno.
Antecedentes médicos: no ha presentado enfermedad en el último año.
Examen físico: PA: 130/88 mmHg, Pulso: 77/min, Frecuencia Respiratoria:
14/min, Temperatura Corporal: 37 °C, Peso actual: 80 kg, Estatura: 1,57 m. La
exploración física revela áreas oscuras y aterciopeladas en pliegues inguinales y
axilas (acantosis nigricans). En el interrogatorio, la paciente dice gozar de perfecta
salud, no tener problemas de sueño ni de otra índole.
Estudios Complementarios: en marcha laboratorio y Rx de tórax.
Diagnóstico: ¿?
Puntos de reflexión
1. ¿Qué se debe considerar al momento de evaluar el estado de salud de Marta?
2. ¿Sería correcto llamar paciente a una persona sana?
3. ¿Se encuentra sana la paciente?
4. ¿Qué niveles de organización han sido evaluados?
47
Fernández, V. H.
Capítulo 1 La fisiología como ciencia básica
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51
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 2
Fundamentos de fisiología
celular
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe la estructura celular y sus principales funciones.
2. Enumera los diferentes compartimientos del organismo, sus barreras,
composiciones y concentraciones de los principales iones y componentes
orgánicos en cada uno de ellos.
3. Conoce la utilidad del principio de dilución de un indicador para medir el
volúmenes.
4. Estima el volumen de agua corporal total, el volumen de agua extracelular, el
volumen de agua intracelular, el volumen sanguíneo y el volumen
plasmático.
5. Reconoce los valores medios y el rango de referencia de las concentraciones
plasmáticas de los principales iones, componentes orgánicos y sus valores
intracelulares.
6. Aplica las unidades básicas y derivadas del Sistema Internacional de
Unidades (SI) en situaciones propias de la práctica médica.
7. Utilizar los prefijos, símbolos y el factor de potencia para escribir una
magnitud.
Capítulo 2 Fisiología general
52
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
dolor, el cansancio, la sed, la necesidad de hacer algo como escuchar música o ver
televisión y muchos otros.
Por otra parte, las respuestas que damos a los diferentes estímulos son variadas
y complejas, especialmente las que implican conductas. Tales respuestas pueden ser
diferentes para cada uno de nosotros, dado que somos individuos y, aunque
compartimos algunas funciones que son características de todos los seres humanos,
también tenemos características propias que provienen de nuestra herencia genética,
de nuestro medio ambiente, familiar, cultural, social y de las transformaciones que
sufrimos en la relación con las demás personas.
En este sentido, todos los procesos que se desarrollan en el cuerpo
comienzan con cambios a nivel de las células que lo conforman.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
5. Debido a que cuentan con ancestros comunes, las células de todas las especies
tienen muchas similitudes fundamentales entre sí, en sus componentes
químicos y sus mecanismos metabólicos.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
55
Estructura general de una célula.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
el colesterol1, el cual contribuye en un 20 a 25% del total de los lípidos en las
membranas, de forma esterificada en su grupo hidroxilo con ácidos grasos
(principalmente oleico y linoleico) o como colesterol-sulfato. Su función principal es el
de mantener la fluidez de membrana, dado que, a diferencia de otros lípidos, el
colesterol se distribuye más o menos en la misma proporción en las dos capas de la
membrana y, junto a los ácidos grasos insaturados, modula la rigidez de ésta
previniendo la disolución a temperaturas altas o evitando el congelamiento a
temperaturas bajas (Escuredo et al, 2002).
Las proteínas, que se encuentran distribuidas por toda la bicapa lipídica en
un 50 a 55%, son intrínsecas si las atraviesan o se ubican entre los lípidos, mientras
que las periféricas se hallan unidas a la superficie de la membrana a formas
glucosiladas de fosfatidilinositol, e incluyen enzimas, como la fosfatasa alcalina
(FAL), varios antígenos y numerosas moléculas de adhesión, así como tres proteínas
que antagonizan la lisis celular por medio del complemento. Aquellas que se sitúan
por la periferia, son las proteínas extrínsecas, muy variadas en sus funciones como
las enzimas, segundos mensajeros, hormonas, proteínas transportadoras, proteínas
de canal o receptores. Algunas son moléculas de adhesión celular (MAC) que fijan
la célula con las células vecinas o con la lámina basal.
Los hidratos de carbono o glúcidos también forman parte de la membrana 56
celular de 5 a 10% de su peso total y, generalmente, son oligosacárido. Algunos se
encuentran en conexión con las proteínas (glucoproteínas) y otros se asocian a los
lípidos (glucolípidos), confiriendo soporte a la membrana, interactuando con otras
células para el reconocimiento celular y la identificación de las señales químicas de la
célula. Los glúcidos únicamente se encuentran en lado extracelular conformando el
denominado glucocálix (Escuredo et al, 2002).
La estructura de la membrana plasmática se modeliza a través de la forma de
mosaico fluido, que permite que sus componentes estén en permanente movimiento;
es decir, desplazándose en la bicapa. Este modelo explica la flexibilidad celular
necesaria para adaptarse a cambios pasivos o para fusionarse con otras células y
permitir la difusión de moléculas hacia el interior o hacia el exterior de la célula.
Si bien la membrana forma una barrera física para la célula, esta es permeable,
pero muy selectiva, permitiendo la entrada y salida de determinadas moléculas y
bloqueando la de otras, interviene así en el proceso de transporte de sustancias.
1
Las células con contenido más alto de colesterol en el cuerpo son las células de Schwann, que forman capas aislantes al
envolver fibras nerviosas. Cuando hay un defecto hereditario en el contenido de colesterol em una célula, su flexibilidad
puede reducirse, dando por resultado incapacidad de los eritrocitos para flexionarse por la parte media cuando pasan a
través de vasos sanguíneos de pequeño calibre, produciendo así su oclusión.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Asimismo, interviene en la transmisión de la información que llega gracias a sus
receptores específicos, permite reconocer las células propias con las que se puede
agrupar y diferenciar de las extrañas, favoreciendo su defensa.
57
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
formar el huso mitótico (a lo largo del cual se organizarán los cromosomas durante la
mitosis) (Escuredo et al, 2002).
Asimismo, los microtúbulos son los elementos constituyentes de los
centríolos, los cilios y los flagelos. Los centríolos son dos estructuras que se
encuentran en todas las células con capacidad de división. Se localizan cerca del
núcleo y en posición perpendicular una respecto de la otra. Están formados por nueve
grupos de tres microtúbulos, estrechamente acoplados formando nueve tripletes.
Intervienen en la formación del aparato mitótico durante la división celular.
Los cilios son estructuras móviles que aparecen en la parte externa de la célula
en un gran número y en su estructura se reconocen la raíz, el corpúsculo basal,
formado por nueve grupos de tres microtúbulos (nueve tripletes), la placa basal y la
tija ciliar, que está constituida por nueve grupos de dos microtúbulos (nueve dobletes).
Los cilios, con su capacidad de movimiento, hacen que los líquidos extracelulares se
puedan desplazar.
Los flagelos son estructuras similares a los cilios, pero más largos y muy
escasos. Su movimiento es ondulante y permite el desplazamiento de la célula (p. ej.,
el espermatozoide).
Los microfilamentos actínicos están formados por proteínas globulares
58
(actina G) que se polimerizan, formando filamentos (actina F), los cuales se agrupan
en haces atravesando el citoplasma o reforzando la membrana plasmática. Estos
microfilamentos de actina tienen estructura helicoidal y son de menor diámetro, pero
de mayor longitud, que los microtúbulos.
Los microfilamentos intermedios y tonofilamentos son fibras proteicas
resistentes y duraderas, formadas por varios tipos de proteínas. Su diámetro es
intermedio entre los otros microfilamentos y microtúbulos. Se encuentran
principalmente en zonas de la célula que están sometidas a tensiones mecánicas. Dan
flexibilidad a la célula y evitan que ésta se rompa.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
El morfoplasma está constituido por el conjunto de orgánulos que se
encuentran en el citoplasma. Las organelas son áreas funcionales especializadas y
cada una de ellas tiene sus propias funciones divididas en ribosomas, mitocondrias,
retículo endoplásmico liso y rugoso, aparato de Golgi, vesículas, lisosomas y
peroxisomas.
Los ribosomas son los únicos organelos que no están limitados por una
membrana. En su interior se realiza la síntesis proteica. Químicamente, están
compuestos por ribonucleoproteínas (proteína, ácido ribonucleico y agua) y se
constituyen en dos subunidades, la pequeña de 40 S y la grande de 60 S. Se pueden
encontrar libres en el citoplasma (los encargados de elaborar proteínas propias de la
célula) o unidos al retículo endoplásmico rugoso (elaboran proteínas que serán
secretadas al exterior).
El retículo endoplásmico (RE) es un conjunto de estructuras membranosas,
limitadas por membranas, que forman cavidades o sáculos que están en continuidad
estructural con la membrana externa del núcleo, con el que intercambian material
(ARN mensajero). Se diferencian en retículo endoplásmico rugoso (RER) y en
retículo endoplásmico liso (REL) según el tipo de cavidades y las funciones que
desempeñan. El rugoso está formado por estructuras laminares con ribosomas
enganchados en su superficie (a éstas se debe su aspecto rugoso). En el interior de las 59
cavidades laminares se encuentran muchas enzimas.
Las funciones del RER incluye la síntesis de proteínas de secreción y
glucoproteínas (se acaban de completar en el aparato de Golgi), y almacenar en el
interior de las cavidades las sustancias que sintetizan. También forma otros orgánulos
celulares, como los lisosomas y los peroxisomas, que son vesículas que contienen
enzimas elaboradas por el RER.
El REL es una estructura tubular, no tiene ribosomas y sus cavidades están
repletas de enzimas. Su función consiste en sintetizar diversas sustancias como
lípidos, colesterol, fosfolípidos, triglicéridos y glucolípidos. Tiene capacidad para
almacenar y transportar lípidos e hidratos de carbono.
Las mitocondrias son los orgánulos encargados de proporcionar energía a la
célula, sintetizando ATP. En su estructura se puede diferenciar una membrana
externa, similar a la membrana plasmática, y una membrana interna, que se invagina
formando las crestas mitocondriales, lo que aumenta la superficie total destinada a
los procesos metabólicos. La membrana interna está compuesta por más proteínas que
lípidos e interviene en la catalización de las reacciones de oxidación de la respiración,
forma ATP sintetasa, que llevará a la producción de ATP en la matriz mitocondrial, e
interviene también en el transporte específico de metabolitos. En el interior de la
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
membrana interna se encuentra la matriz mitocondrial, que está repleta de enzimas,
además de ribosomas y moléculas de ADN y de ARN (constituyen el ADN y ARN
mitocondrial).
Las mitocondrias participan en varias funciones metabólicas de gran
importancia. En la matriz se realiza el ciclo de Krebs, el ciclo de la urea, y la
elongación y degradación de los ácidos grasos, y la membrana interna participa en la
cadena respiratoria y en ella tiene lugar la fosforilación oxidativa.
El aparato de Golgi es un sistema de cisternas que se encuentran apiladas y
aplanadas, separadas entre sí formando los dictiosomas (cada uno de ellos tiene un
número igual de cisternas). Las cisternas se forman a partir del retículo endoplásmico,
por invaginación de sus membranas, que se van sumando, por aposición de nuevas
cisternas, hasta alcanzar el número de cisternas que forman el dictiosoma.
Las primeras cisternas se denominan proximales y las últimas distales, las
cuales se transforman en vacuolas o pequeñas vesículas planas que contienen
productos de secreción, destinados a ser liberados de la célula. La función del aparato
de Golgi es concentrar y transportar las proteínas que serán secretadas; también
participa en los procesos de renovación de la membrana plasmática y en la formación
de lisosomas y peroxisomas, e interviene en la unión de glúcidos con proteínas
(formando glucoproteínas) y lípidos con proteínas (glucolípidos). En general, 60
podríamos decir que su función es la de empaquetar las macromoléculas formadas en
el retículo endoplásmico para exportarlas a otros orgánulos o al exterior de la célula
(Escuredo et al, 2002).
Los lisosomas son estructuras, de 0,2 a 0,5 km, limitadas por una membrana,
que contienen más de 40 tipos diferentes de enzimas hidrolíticas, del tipo de las
hidrolasas.
Los lisosomas tienen como misión intervenir en la digestión de vesículas
intracelulares, mecanismo por el que se eliminan los residuos celulares que provienen
de la degradación de los diferentes orgánulos celulares. También pueden digerir
sustancias extracelulares, que entran en el citoplasma por endocitosis
(heterofagosomas). Los lisosomas se clasifican en primarios, cuando provienen
directamente de los dictiosomas, y secundarios, que son los primarios que se unen a
una vesícula con material intracelular (denominado autofagosoma) o con material
extracelular (heterofagosoma). Básicamente los lisosomas tienen funciones de
defensa de la célula.
Los peroxisomas son estructuras constituidas por pequeñas vesículas, entre
0,2 y 0,5 µm, muy abundantes en el riñón y en el hígado, o más pequeñas, de 0,15 a
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
0,25 µm, llamadas microperoxisomas. En su interior se encuentran enzimas
oxidativas del tipo oxidasas (oxidan sustratos produciendo peróxido de hidrógeno
H2O2) o del tipo catalasas (catalizan reacciones de oxidación descomponiendo el agua
oxigenada, H2O2, en dos moléculas de agua). También hay enzimas que catalizan el
proceso de degradación de las purinas (lo que permite reciclar las bases nitrogenadas).
Los peroxisomas hepáticos y renales intervienen en reacciones de destoxificación de
sustancias, como etanol, metanol u otros.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
perforación, y el diafragma es una sustancia densa y amorfa que se distribuye desde
la periferia del anillo hacia el centro, donde se encuentra un gránulo central. Los
gránulos periféricos y el central se unen por material fibrilar.
Las funciones del envoltorio nuclear son las siguientes: dar límite al núcleo y
controlar el intercambio de moléculas entre el núcleo y el citoplasma (cuanto más
intensa es la actividad, mayor es el número de poros que se encuentran), también
interviene en numerosas reacciones metabólicas, como en la biosíntesis de fosfolípidos
y colesterol, en la elongación y desaturación de los ácidos grasos y en la glucosidación
de lípidos y proteínas.
El nucleoplasma es el medio interno del núcleo. Se trata de un gel proteico,
incoloro, que está lleno de cationes y de enzimas que son indispensables para los
procesos de replicación, transcripción del ADN y formación del ARN. La función del
nucleoplasma es ofrecer un medio de difusión para las moléculas que entran y salen
por los poros nucleares.
La cromatina es la parte más importante del núcleo, y está formada por ADN
unido a proteínas. La cromatina tiene una gran afinidad por los colorantes que tiñen
el núcleo, y con el microscopio electrónico se observa que son fibras que están muy
juntas, tienen una trayectoria espiral (fibras cromatínicas) y se unen entre sí,
formando masas u ovillos con aspecto granuloso. 62
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Las células deben llevar a cabo una serie de funciones que pueden resumirse
en tres primordiales que son: nutrición, relación (excitabilidad) y
reproducción.
Para vivir, las células necesitan, por un lado, protegerse del “desorden” del entorno y,
por otro, debe funcionar como un “sistema abierto” para intercambiar calor, gases,
nutrientes y desechos, así como de información. En este sentido, cada célula individual
tiene las mismas necesidades para sobrevivir, lo cual lo consigue del líquido en el
espacio extracelular que debe mantenerse relativamente constante (Silbernagl y
Despopoulos, 2009).
La alimentación es una necesidad biológica básica de la cual depende la
conservación de la vida; es un proceso regulado mediante el cual se consigue proveer
a la célula su energía para llevar a cabo la mayoría de sus funciones y se realiza en
todo momento de la vida, tanto de día como de noche y en cualquier circunstancia de
salud o enfermedad, dado que la nutrición es un proceso continuo (Ascencio, 2018).
La nutrición es el “conjunto de procesos por los cuales la célula (o el
organismo) ingiere, digiere, transporta, metaboliza y excretan las sustancias
contenidas y obtenidas de los alimentos”; tales procesos se inician con la ingestión
y finaliza con la excreción o egestión de desechos, pero entre estos extremos las
sustancias experimentan otros procesos como el transporte, la digestión y el 63
metabolismo. Por ello, es importante comprender que ningún nutriente2 es más
importante que otro, dado que la falta de cualquiera de ellos resultaría en la
interrupción de la vía metabólica en la que participa (Ascencio, 2018).
Como se introdujo en el capítulo anterior, el metabolismo incluye todos los
procesos físicos y químicos que ocurren en el citoplasma y que mantienen la vida
celular y, por tanto, de todo el organismo. Estos procesos metabólicos pueden ser
anabólicos, cuando las células utilizan la energía para formar nuevas sustancias, o
catabólicos, cuando las células metabolizan sustancias para la obtención de energía
(McGuinness, 2018).
Los procesos anabólicos utilizan la energía que se produce en forma de ATP
y son necesarios para la síntesis de nuevo citoplasma, el trabajo mecánico para la
contracción muscular, el trabajo eléctrico para la conducción de impulsos nerviosos,
que se generan en células excitables y el transporte del material a través de la
membrana celular; mientras que los procesos catabólicos incluyen todas las
reacciones celulares mediante las cuales se destruyen compuestos para obtener
2 Los nutrientes son las sustancias contenidas en los alimentos y que, en última instancia, las células utilizan para vivir,
incorporándolas del exterior y expulsando los productos de degradación de su metabolismo.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
energía. Continuamente las células llevan a cabo reacciones catabólicas para obtener
energía (Saladin, 2018).
Si bien cualquiera de las células lleva a cabo estos procesos, en los organismos
pluricelulares, las células han adquirido tal grado de especialización que el
metabolismo individual se adapta a la función que deben llevar a cabo. Así, por
ejemplo, un adipocito, tendrá su metabolismo “desplazado” hacia la formación de
compuestos macromoleculares, en concreto de lípidos, pues este tejido es un depósito
energético. Sin embargo, un hepatocito, desarrolla anabolismo y catabolismo de
diversas sustancias ya que el hígado es la “central metabólica” del organismo
(Calderón, 2007).
Con las limitaciones de un sistema abierto, la célula, el tejido, el órgano y, por
ende, el organismo, pueden ser objeto de aplicación de las leyes de la
termodinámica o termoquímica para su estudio (Calderón, 2007).
La consideración del organismo humano como un sistema termodinámico
abierto determina el intercambio de energía y materia con el exterior. La materia la
obtiene a través del alimento y la transforma en energía y compuesto
macromoleculares. Sin embargo, debido a las condiciones del entorno, el alimento no
siempre se encuentra disponible. La solución del organismo es la de almacenar
energía. 64
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
La capacidad para utilizar y almacenar la energía, esenciales en la
supervivencia de cualquier ser vivo, se logra a través de la especialización metabólica
de los tejidos y órganos. No obstante, la obtención y almacenamiento de la energía no
son funciones aisladas.
Aunque cualquier célula posee mecanismos reguladores para controlar sus
rutas metabólicas, la interrelación metabólica entre tejidos y órganos es
imprescindible. En este sentido, los seres vivos más complejos, como los seres
humanos, establecen las relaciones entre los diferentes tejidos y órganos mediante la
síntesis de “hormonas” que son mediadores químicos, las cuales actúan sobre las
enzimas reguladoras o las reacciones que intervienen en el control de los niveles de
sustrato de una vía metabólica determinada (Calderón, 2007).
Una vez que se incorporan a la sangre los sustratos necesarios para el
metabolismo celular, la degradación de moléculas como la glucosa, los triacilglicéridos
y los aminoácidos, químicamente tan diferentes, se agrupan en una sola molécula
denominada Acetil-CoA, que luego se incorpora al ciclo de Krebs o de ácido
tricarboxílico (ATC), liberándose CO2 y pares de H+ que, mediante el transporte de
electrones y la fosforilación oxidativa acoplada en las mitocondrias, generan ATP y
H2O. Para todo este proceso es vital la presencia del O2.
A nivel de organismo, estas funciones son semejantes e intervienen varios 65
sistemas como el gastrointestinal para la ingestión, secreción, digestión, absorción
y excreción de sustancias no absorbidas o no digeridas, el sistema cardiovascular
para el transporte de los nutrientes absorbidos por el sistema gastrointestinal, el
sistema respiratorio para el ingreso de O2 y la eliminar el CO2 como producto de
desecho del metabolismo celular y el sistema urinario para eliminar otras
sustancias que no sean necesarias para el organismo, aunque también participa en el
metabolismo.
Cabe aclarar que la nutrición es un acto involuntario, ya que se lleva a cabo a
nivel celular y no hay que confundir con la alimentación que realizamos como
organismos, dado que este sí es voluntario y mediado por procesos conductuales. Por
ejemplo, sentir hambre impulsa a una persona a buscar alimentos3 e ingerirlos.
3 Se considera alimento a los tejidos y secreciones de organismos de los reinos fungi, vegetal o animal (Ascencio, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
66
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
La razón por la que el ATP es la “moneda” de intercambio de energía obedece a
razones de índole químico de difícil explicación sencilla. La hidrólisis del ATP rinde
una elevada cantidad de energía (30,5 kJ/mol), debido a la mayor estabilidad de los
productos (ADP y Pi), ocasionada por la disposición de los electrones de los enlaces
covalentes y los efectos de repulsión de la carga.
El ATP presenta la ventaja de “conectar” reacciones que liberan energía con
aquellas que la precisan. Asimismo, un aspecto relevante de la energía aportada por
la hidrólisis del ATP es que, a excepción del tejido muscular que posee reservas de
ATP en forma de fosfocreatina, su concentración es prácticamente nula. Dado que
este compuesto es el que transfiere la energía, implica necesariamente la síntesis
simultánea a su hidrólisis en un continuo ciclo de formación y degradación (Calderón,
2007).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
células no mueren, sino que detiene su ciclo de división celular irreversiblemente
(Campisi y d'Adda di Fagagna, 2007), aunque siguen metabólicamente activas, pero
con cambios en su patrón de expresión génica produciendo otros factores y proteínas
diferentes a las que producían en su estado normal.
La “autofagia”, descripta por Yoshinori Ohsumi (Premio Nobel de Medicina en
2016), es un proceso alternativo de supervivencia celular en el cual sacrifica partes o
moléculas dañadas para preservar su vida (Ohsumi, 2014), eliminándose partes de la
célula que no sirven o que resultan perjudiciales para su supervivencia normal, a la
vez que los desechos se aprovechan como metabolitos para producir energía.
Existe una macroautofagia en la cual se degradan organelas dañadas o
disfuncionales como las mitocondrias (mitofagia) disfuncionales para mantener un
número adecuado según el tipo de tejido y su función; y una microautofagia, en la
cual se degradan moléculas dañadas, truncas o mal procesadas que no adquieren la
conformación adecuada; es decir, destoxifica los tejidos por lo cual su alteración
conduce a la acumulación de proteínas mal plegadas y toxinas que contribuyen al
desarrollo de varias enfermedades que involucran la muerte celular como ocurre en el
epitelio pulmonar de pacientes con fibrosis quística (FQ), donde los acúmulos de
moléculas no degradadas por la disfunción de la autofagia forman agregosomas
(Luciani et al., 2010). 68
La autofagia también es importante para el mantenimiento del equilibrio
homeostático de proteínas a nivel presináptico que preserva el correcto
funcionamiento de la conducción nerviosa a través de un proceso que involucra un
tercer mecanismo de autofagia mediado por chaperonas (Wang, Lauwers y
Verstreken, 2017).
A nivel de la corteza cerebral de pacientes con esquizofrenia existe una
expresión disminuida de BECN1, gen que codifica para la proteína Beclin1 requerida
para el desarrollo del proceso autofágico, por lo cual el Litio que se da como
tratamiento, induce su producción favoreciendo la autofagia (Schneider, Miller y
Woesner, 2016).
En el desarrollo de cardiomiopatías, los cardiomiocitos presentan una autofagia
alterada pues se requiere para evitar la acumulación de proteínas mal plegadas y
organelas dañadas y, si bien, en condiciones basales ocurre a muy baja escala, este
proceso aumenta ante situaciones de estrés y en condiciones crónicas de arritmias,
isquemia e hipertrofia (Hashemzaei et al., 2017).
Por tanto, la autofagia es fundamental para la renovación celular y forma parte
del proceso de desarrollo y participa en los procesos de diferenciación de las células
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
maduras que forman parte de cada tejido sano a partir de células madre
indiferenciadas, así como en los de regeneración tisular y de transformación
adipocítica en condiciones fisiológicas.
En condiciones de estrés por falta de nutrientes u oxígeno, algunas células
activan el proceso de autofagia sacrificando parte de sí mismas para producir energía
y sobrevivir en condiciones adversas (Kaizuka et al., 2016), por lo cual la señal de
inicio de autofagia no necesariamente es producida por daño intracelular (Jacob et al.,
2017).
Entre los principales eventos que una célula detecta para aumentar los niveles
de autofagia se encuentran el mal plegamiento de proteínas, organelas dañadas que
funcionan de modo anómalo o que aumentan su número de modo inadecuado, y una
carencia de nutrientes o hipoxia (Costas y Rubio, 2017).
La vía de señalización mTOR (mammalian target of rapamycin) consta de dos
ramas principales, cada una mediada por un mTOR; donde la vía rapamicina-sensible
mTOR1 controla varios caminos que, colectivamente, determinan la masa o tamaño
de la célula, siendo esta una de las más importantes en el control de la autofagia dado
que tiene un rol fundamental en el censando de carencia de nutrientes, hipoxia y
balance metabólico (Cam et al., 2010).
69
Red de señalización mTOR consta de dos ramas principales, cada una mediada por un
mTORC (Costas y Rubio, 2017).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
La vía rapamicina-insensible mTOR2 controla la actina del citoesqueleto y, por
lo tanto, determina la forma de la célula; respondiendo a factores de crecimiento
(insulina/IGF-1), al estado energético de las células, nutrientes (aminoácidos) y a
estrés.
El proceso de autofagia se inicia por activación de complejo quinasa-quinasa
ULK1/2 (proteínas quinasa tipo uridina 1 y 2, respectivamente), luego ocurre la
formación del fagóforo (vesículas de doble membrana que contienen el material a
reciclar) o proceso de nucleación y, posteriormente, se produce la conjugación del
mismo con el complejo ATG5/ATG12/ATG16 (proteínas iniciadoras de autofagia 5, 12
y 16). Continúa con el procesamiento de LC3 (microtubule-associated protein light
chain 3), de LC3-I a LCR-II que se libera para formar el autofagosoma desnudo.
Cuando éste se fusiona con los lisosomas por acción de Rab7, Lamp1 y Lamp2, se
forma el autofagolisosoma donde ocurre la degradación del substrato cuyos
productos (aminoácidos, lípidos) son liberados al citoplasma para su reutilización
(Reggiori y Ungermann, 2017).
70
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
requeridos por todas las células del cuerpo, a la vez que los productos de desecho de
la actividad celular se excretan finalmente en el ambiente externo.
En este sentido, la piel proporciona una barrera muy importante entre el
ambiente externo “seco” y el medio acuoso de la mayoría de las células de cuerpo.
Asimismo, todas las células se encuentran separadas de su medio circundante
por las membranas plasmáticas, por lo cual se genera una compartimentalización
de modo que los procesos fisiológicos que ocurre en el líquido intracelular (LIC) no
sean interferidos por sustancias o procesos fuera de éste. De aquí es que, al menos, es
posible dividir al cuerpo humano en dos compartimientos básicos que son el LIC y el
LEC.
Otra cuestión particular es
que la mayoría de las células no
pueden moverse para buscar sus
nutrientes; por ello, los nutrientes
deben llegar a la célula mediante
procesos de transporte. El gran
problema es cómo se lleva a cabo
dicho mecanismo.
71
Como veremos más adelante,
en el organismo la difusión sólo
resulta adecuada para transporte
en distancias cortas, ya que la
difusión es más lenta en el medio
líquido que en los gaseosos
(Silbernagl y Despopoulos, 2009).
Sin embargo, para los
organismos más grandes existe un sistema circulatorio “cerrado”, permitiendo una
separación del LEC en un líquido intersticial (LI) y el líquido plasmático (LP)
(el plasma sanguíneo circulante y el líquido linfático forman en realidad este
compartimiento) (Derrickson, 2018).
El plasma y los elementos celulares de la sangre, en particular los eritrocitos,
son los que ocupan el árbol vascular y, en conjunto, constituyen el volumen
sanguíneo total (VST), también conocido como “volemia”.
En principio, un tercio (1/3 o 20%) del líquido del cuerpo corresponde al LEC y
dos tercios (2/3 o 40%) al LIC y la suma de ambos compartimientos corresponde al
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
agua corporal total (ACT)4, correspondiente a un 60% (Tabla 1). Esto es válido para
un hombre adulto “sano”, que pesa 70 kg y mide 1,70 m de altura, que, en promedio,
tendría 42 L de ACT, de los cuales 28 L corresponden al LIC y 14 L corresponden al
LEC. En este último, 3,5 L corresponden al LP y 10,5 L al LI.
Asimismo, 18% del peso corporal está constituido por proteínas y sustancias
relacionadas, 7% se compone de minerales y 15% corresponde a grasa (Barrett et al.,
2019). Para la mujer promedio, se calcula que el ACT se encuentra cerca del 55% del
PCT.
Por su parte, el líquido transcelular (LTC), compartimiento separado del LI
y LP por membranas epiteliales, constituye el 2,5% del ACT y corresponden en su
mayor parte a los líquidos gastrointestinales, biliar, tubulares urinarios,
cefalorraquídeo, intraocular y de los espacios serosos como pleural, peritoneo y
pericárdico (Pocock y Richards, 2006).
4 El cálculo del ACT es fundamental en medicina cuando es necesario corregir o mantener el estado hídrico del paciente,
considerando, además, su constitución física; como ocurre, por ejemplo, cuando hay que considerar la hidratación del paciente
durante una cirugía.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
10,5 kg de grasa en su cuerpo, en los Tabla 2. Porcentaje de agua tisular y volumen
que habrá 1,05 litros agua; pero, si real de agua en un varón de 70 kg
aumenta su peso a 100 kg, tendrá un TEJIDO AGUA (%) AGUA (L)
Riñón 83 0,25
sobrepeso de 30 kg y la casi totalidad Pulmón 80 0,40
de esos 30 kg estarán formados por Sangre 76 4,65
grasa. Entonces, tendrá solo 3 litros Cerebro 75 1
Músculo 76 22,10
de agua en el tejido graso más el resto, Piel 72 10
dando unos 45 litros de ACT. Así, Hueso 22 2,45
estos 45 litros de agua corporal en el Células adiposas 10 0,7
Obtenido de González, 2006.
obeso, sólo representan el 45% de su
peso.
El %GC se puede calcular mediante la fórmula de Deurenberg5 (1991)
basado en el IMC:
%GC = (1,2 x IMC) + (0,23 x edad) – (10,8 x sexo) – 5,4
En la ecuación, el sexo corresponde a 0 para las mujeres y 1 para los hombres.
Justamente, en la mujer adulta el porcentaje de grasa es algo mayor que en un hombre
de su misma edad, altura y peso; por ende, el porcentaje de agua de una mujer es algo
menor que el de un hombre.
73
Las células que forman el cuerpo humano pueden prosperar porque viven
en el “medio interno” del organismo relativamente constante.
El LEC constituye, durante el primer año de vida, aproximadamente el 47% del ACT
y en el segundo año, 41%. Posteriormente, en la edad adulta, el 20% corresponde al
LEC, el cual no permanece estático, sino que se encuentra en movimiento constante
por todo el cuerpo. Debido a este movimiento, se transportan los nutrientes a todos
los tejidos del cuerpo para mantener vivas a las células. Éste LEC es el “medio
interno” y sirve como transición entre el medio externo del organismo y el LIC
(Silverthorn, 2019).
Dado que el LEC es el compartimiento líquido que circula por todo el cuerpo y
se divide en LI y LP, éste último forma parte de la sangre el cual se considera
representante directo del “medio interno”. Justamente, en la literatura se describe
55% para el líquido plasmático y 45% para la fracción celular (eritrocitos, plaquetas y
leucocitos); sin embargo, esta descripción general no es suficiente para determinar la
cantidad exacta de plasma y las células que puede tener un individuo (Zamudio, 2018).
5 La fórmula descrita por Deurenberg et al., ha sido validada en poblaciones entre 7 y 83 años con IMC entre 13,9 y 40,9 kg/m2.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
En este sentido, el VST o volemia constituye el 8% del peso corporal de un adulto, lo
que indica que un individuo de 70 kg tiene, aproximadamente, unos 4,9 a 5,6 L de
sangre, lo que correspondería en los varones a una volemia de 61 a 66 mL/kg, de los
cuales 24 a 30 mL/kg son eritrocitos y 33 a 58 mL/kg son plasma. En las mujeres los
valores mencionados son de 1 a 2 mL menos.
En relación con la superficie corporal, la volemia de un adulto es de 2,89 L/m 2
en el hombre y de 2,44 L/m2 en la mujer, mientras que en los jóvenes y en los niños el
volumen es relativamente mayor. Al nacimiento, la volemia es de aproximadamente
300 mL y se duplica durante el primer año de vida. En los lactantes, el volumen
sanguíneo es hasta de 83 mL/kg (Izaguirre, 2005).
Es importante considerar que el volumen que ocupan los hematíes respecto al
total de sangre es lo que se conoce como “hematocrito” (Htc) y se expresa en %.
Teniendo en cuenta lo anterior, es posible calcular la volemia según la siguiente
ecuación:
volumen sanguíneo = volumen plasmático
(1– Htc)
El problema radica en que se debe medir el volumen plasmático y el Htc para
obtener la volemia. Por ejemplo, si un individuo tiene 3,5 litros de volumen plasmático
y un Htc de 45%, el volumen sanguíneo será: 74
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Volumen de distribución = A1 – A2
C
A1 = Cantidad de indicador inyectado en el líquido.
A2 = Cantidad de indicador eliminado por excreción, metabolismo o ambos.
C = Concentración del indicador en el líquido medido.
Por ejemplo, si se inyecta a un hombre de 70 kg en el plasma, 150 mg de una
sustancia X que no ingresa a las células, tras un tiempo de distribución se obtiene una
concentración (C) de dicha sustancia igual a 0,01 mg/ml y se sabe que una cantidad
de X excretada es de 10 mg, aplicando la fórmula tendríamos:
Volumen de distribución = (150 mg – 10 mg) = 14.000 ml (14 L)
0,01 mg/ml
Naturalmente, para que este sistema de medida sea efectivo, es necesario que
los indicadores utilizados cumplan una serie de requisitos (Khurana, 2012):
a) No sean tóxicos.
b) Que se distribuyan uniformemente.
c) Que no ejerzan efecto por sí mismo en la distribución del agua y los
sustratos del organismo.
d) No ser transformado por el organismo o conocer la cantidad transformada. 75
e) Que sea fácil de medir, ya sean por métodos colorimétricos, radioactivos o
inmunofluorescentes.
Si se desea medir el plasma, la sustancia utilizada debe permanecer en el
líquido intravascular y no atravesar la membrana capilar. Con este fin se usa
albúmina marcada con yodo radiactivo (125I o 131I); también puede usarse
colorante azul de Evans (T-1824), colorante que se une a las proteínas. Otra opción
es utilizar eritrocitos marcados con cromo radiactivo (51Cr) (Fernández, 2011).
Para medir el ACT, la sustancia que se utiliza debe distribuirse igual que el
agua, por lo que habrá de atravesar tanto la membrana celular como la membrana
capilar; para ello suele usarse agua tritiada, óxido de deuterio o antipirina. La
antipirina es una base oxigenada blanca y cristalina que se emplea en medicina como
antipirético, analgésico y antirreumático. Es una sustancia muy liposoluble y puede
atravesar rápidamente las membranas celulares y distribuirse uniformemente a
través de los compartimientos intracelular y extracelular (Hall, 2016).
Por su parte, como el tritio, por ejemplo, es un isótopo radiactivo del hidrógeno
y un emisor β (beta), la masa incorporada, en este caso por inyección endovenosa, al
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
compartimiento corporal, y la concentración alcanzada, puede ser determinada con un
contador de radiactividad (Fernández, 2011).
El volumen de LEC puede calcularse utilizando una de diversas sustancias que
se dispersan en el plasma y el LI, pero no atraviesan la membrana celular; estas
pueden ser sodio radiactivo (22Na), el cloro radiactivo (36Cl), el 125I-iotalamato
radiactivo, el ion tiosulfato y la inulina. Cuando cualquiera de estas sustancias
se inyecta en la sangre, suele dispersarse casi completamente por todo el LEC en 30
a 60 min, pero algunas de estas sustancias, como el sodio radiactivo, pueden difundir
al interior de las células en mínimas cantidades (Hall, 2016).
El LIC y el LI no se pueden medir de manera directa, pues no se cuenta con una
sustancia que se distribuya únicamente en estos espacios (Fernández, 2011). Por ello,
deben usarse cálculos.
LIC = ACT - LEC
Asimismo, una vez obtenido el volumen plasmático y el valor del LEC, es posible
calcular el volumen del intersticio:
Líquido intersticial = LEC – volumen plasmático
Debido a que es invasivo y poco práctico medir los compartimientos líquidos
mediante los métodos de dilución, se han ideado ecuaciones que miden la volemia, 76
como la fórmula de Nadler (1962):
Volemia (Varones) = [0,3669 × (talla en m)3] + (0,03219 × peso en kg) + 0,6041
Volemia (Mujeres) = [0,3561 × (talla en m)3] + (0,03308 × peso en kg) + 0,1833
Por su parte, es importante destacar que el volumen intravascular tiene dos
partes:
1. Sector venoso, que actúa como un reservorio de sangre.
2. Sector arterial, que constituye el volumen circulante eficaz, el cual
asegura la perfusión tisular, la cual está estrechamente regulado.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
composiciones. Esto es así para mantener estable las funciones celulares o tisulares
del cuerpo. La tabla 3 muestra los componentes iónicos de los compartimientos
plasmático, intersticial e intracelular y sus diferencias.
Los límites anatómicos entre el LIC y el LEC están dados por las membranas
plasmática, las cuales tienen permeabilidad selectiva dando origen a las notables
diferencias en la composición que tienen los líquidos dentro y fuera de la célula y que
requieren mecanismos activos energéticos para su conservación.
El movimiento de las partículas puede ser pasivo si ocurre espontáneamente y
a favor de un gradiente de difusión electroquímico u osmótico; o puede ser activo si el
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Dado que las membranas son semipermeables, existen iones que no son
difusibles a su través por lo que se afecta de forma predecible la distribución de otros
iones para los cuales la membrana es permeable. Justamente, este es el caso de las
proteínas intracelulares que poseen cargas negativas que, al no atravesar la
membrana plasmática, dificulta la difusión de cationes que sí pueden difundir y
favorece la difusión de aniones difusibles. Esto es lo que se conoce como efecto
Donnan el cual se profundizará más adelante (Barrett et al., 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
seres vivos, confiriéndole un elevado
punto de ebullición del agua (100 ºC) a 1
atm (760 mmHg) de presión (Reyes,
2014).
Por lo mismo, el agua presenta
una alta tensión superficial, donde
las moléculas de la superficie líquida, al
no tener moléculas por encima,
presentan fuerzas atractivas más
fuertes sobre sus vecinas próximas de la
superficie líquida dando lugar a una
superficie un poco más compacta que el
resto del líquido y requiere de energía
para romperse. Esta atracción
determina que la superficie libre del agua tienda a ser la menor posible. La atracción
hacia adentro de las moléculas de la superficie hace que ésta se comporte de una
manera comparable a una membrana elástica.
Una forma de disminuir la tensión superficial del agua es por la adición de un
detergente o jabón que por este efecto son llamadas “sustancias tensoactivas”. Las 79
sales biliares realizan su función fisiológica produciendo un descenso de la tensión
superficial que facilita la emulsión, y, por consiguiente, la digestión de las grasas en
el intestino. Otro ejemplo fisiológico lo constituye el surfactante pulmonar, sustancia
que forma parte de la capa líquida que recubre los alvéolos y actúa disminuyendo la
tensión en la superficie pulmón/aire y contribuye a la estabilidad tanto en la
expansión como en la retracción pulmonar. De hecho, su falta puede dar origen a
diversos trastornos respiratorios como la “enfermedad de la membrana hialina
del recién nacido” (Bollini y Rassia, 2015).
Sus propiedades térmicas, diferentes de las de todos los demás líquidos, la
hacen insustituible para la regulación de la temperatura corporal. Si el agua no
tuviera una alta capacidad calorífica no podría almacenar el calor en tan grandes
cantidades como lo hace y así no serviría para regular la temperatura de los seres que
vivimos inmersos en un medio de aire, en donde las variaciones externas de
temperatura son tan altas. Por ello, su alta conductividad térmica hace que el agua
iguale con rapidez la temperatura de todos los sectores del medio interno y contribuye
a la termorregulación, contribuyendo a la distribución del calor e impide que, en
nuestro organismo, las zonas metabólicamente muy activas alcancen gran
temperatura mientras otras estén demasiado frías. Por la misma propiedad nos
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
refresca introducirnos en el agua aun cuando su temperatura sea superior a la del
aire.
El agua posee un alto calor específico (c) que es la cantidad de calor que hay
que proporcionar a 1 g de agua para que eleve su temperatura en 1 °C. En el caso
particular del agua, c equivale 1 cal/g ºC o 4,186 J/g K. Por lo tanto, contribuye a
estabilizar la temperatura del organismo, evitando que las grandes cantidades de
calor que nuestro cuerpo produce con el metabolismo, lleve nuestra temperatura
corporal alrededor de los 100 ºC, como sucedería si el solvente fuera cualquier otro
(Reyes, 2014).
Por otra parte, también posee un alto calor latente de vaporización, que es
la cantidad de calor que debe entregarse a 1 g de agua para que pase del estado líquido
al de vapor. Esto es importante ya que el agua, en su estado líquido se evapora
constantemente; es decir, las moléculas en su seno tienden a escapar al gas, en donde
hay menores atracciones entre ellas (más desorden), aunque las moléculas vecinas
intentan por lo contrario retener a las fugadas.
De nuestro cuerpo se evaporan constantemente agua por la piel y los pulmones,
aunque no nos demos cuenta de ello (perspiración), frenando así la elevación de la
temperatura corporal por el metabolismo y permite mantenerla más baja que la del
ambiente (Reyes, 2014). 80
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
evaporación. Como la reserva de agua en nuestro cuerpo es de unos 42 kg, se pierden
entre 300 y 400 g por la respiración y entre 600 y 800 g por la evaporación cutánea, lo
cual disipa un 20% del calor producido por el cuerpo (Bollini y Rassia, 2015).
Por su parte, los fenómenos de capilaridad e imbibición están también
relacionados con la presencia de puentes de hidrógeno. La capilaridad es una
propiedad que depende de la tensión superficial (la cual, a su vez, depende de la
cohesión o fuerza intermolecular del líquido), que le confiere la capacidad de subir por
un tubo capilar. La acción capilar ocurre cuando la adhesión a las paredes es más
fuerte que las fuerzas cohesivas entre las moléculas del líquido.
Además, la polaridad de la molécula de agua es responsable de su adhesión a
otras sustancias polares, de ahí su tendencia al movimiento capilar. También es un
buen solvente para iones y moléculas polares. Las moléculas que se disuelven
fácilmente en agua se conocen como hidrofílicas, como es el caso del cloruro de sodio
(NaCl) o sal común.
El NaCl en estado sólido
mantiene una estructura cristalina
mediante fuerzas electrostáticas,
pero cuando se disuelve en agua, las
fuerzas entre disolvente y los iones 81
positivos y negativos son más
fuertes que las que mantienen
unidas a dichos iones en el cristal,
por lo que el cristal se disuelve y los
iones Na+ y Cl-, en solución acuosa,
se rodean de una esfera de dipolos
del solvente que se conoce como
esfera de solvatación.
Las moléculas excluidas de la
solución acuosa se conocen como
hidrofóbicas (por ejemplo, las
grasas o aceites). Debido a que las interacciones agua-agua son más fuertes que las
interacciones agua-lípido, las moléculas de agua obligan a agruparse a las moléculas
de lípidos rodeándolas.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Otra característica del agua es que tiende a una ligera ionización,
separándose en iones H+ (protones), en realidad iones hidronio (H3O+), y en
iones hidroxilos (OH-).
En el agua pura, el número de H+ y el de OH- es igual a 10-7 moles/L, por lo cual, si
una solución contiene más H+ que OH- es ácida y una solución que contiene más OH-
que H+ es básica o alcalina (Saladin, 2018).
Dado que los niveles de H+ y OH- son muy pequeños, se usa la escala de pH
(potencial hidrogenión) que mide la relación de H+ y OH- en el agua o una solución;
es decir, mide el grado de acidez o basicidad de la misma mediante la ecuación:
pH = -log [H+]
A partir de esta ecuación, se origina una escala en la cual una solución ácida
tiene un pH menor a 7 y una solución básica tiene un pH mayor a 7.
82
Prácticamente, todas las reacciones químicas de los sistemas vivos tienen lugar
en un estrecho intervalo de pH alrededor de la neutralidad (pH = 7), siendo los valores
fisiológicos del pH de 7,35 a 7,45 en la sangre arterial de una persona sana (pH
promedio de 7,4 40 mEq/L de H+), debido a que la sangre contiene otros tipos de
ácidos y bases en solución.
Gracias a los procesos metabólicos de nuestro organismo, se generan unos 40 a
80 mEq/L de H+ cada 24 horas, representados principalmente por los ácidos no
volátiles (o fijos) que se producen mediante la degradación de los aminoácidos dando
como resultado ácido nítrico, ácido fosfórico y ácido sulfúrico, que son eliminados por
los riñones en la orina.
Por su parte, la oxidación completa de los sustratos energéticos da lugar a unos
15.000 mmoles en 24 horas de ácidos volátiles representados por el CO2, el cual se
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
elimina con la espiración en los pulmones para mantener, en gran medida, el pH
sanguíneo adecuado para las funciones normales (Marshall, Bangert y Lapsley, 2013).
En ciertos casos, la oxidación incompleta de los sustratos energéticos genera
ácidos como el ácido láctico (lactato) por la glucólisis, oxoácidos (cetoácidos) a partir
de los triacilgliceroles, en tanto que un metabolismo adicional de estos compuestos
intermedios los consume; por ejemplo, la gluconeogénesis a partir del lactato y la
oxidación de los cuerpos cetónicos (Marshall, Bangert y Lapsley, 2013).
En general, el balance entre producción y consumo de iones de hidrógeno está
equilibrado y no se altera su excreción global, aunque también se pueden producir
desequilibrios fisiológicos temporales, como la acumulación de lactato cuando se hacen
ejercicios anaeróbicos, pero en general, están equilibrados, de manera que no
contribuyen a la excreción global de iones de hidrógeno (Marshall, Bangert y Lapsley,
2013).
Para evitar los grandes cambios en el pH, nuestro organismo mantiene su pH
por medio de “amortiguadores”, que son combinaciones de formas de ácidos débiles
o bases débiles (dadores y aceptores de H+). Estos amortiguadores son principalmente
tres:
1. Sistema bicarbonato/ácido carbónico (HCO3-/H2CO3)
83
2. Sistema fosfato (H2PO4-/HPO4=)
3. Proteínas.
Todos los compuestos amortiguadores acoplados en una solución homogénea se
encuentran en equilibrio con la misma concentración de H+, lo que se conoce como
principio isohídrico, y al analizar un sistema amortiguador aislado, se puede
comprender en gran medida la forma en que se comportan todos los amortiguadores
biológicos en ese sistema.
Los trastornos acidobásicos surgen por exceso de ácidos (acidosis) o de
compuestos alcalinos (alcalosis) cuando el pH de la sangre se sitúa por fuera de sus
límites normales (7,35-7,45). Los cambios en cuestión disminuyen el aporte de O2 y la
eliminación de CO2 de los tejidos. Estos pueden, por ejemplo, ser consecuencia de
alteraciones electrolíticas por vómito o diarrea graves, ingestión de algunos fármacos,
drogas y toxinas, nefropatías (alteraciones renales) y enfermedades que afectan el
metabolismo normal como ocurre en la diabetes (Barrett et al., 2019). El tratamiento
apropiado de los trastornos acidobásicos depende de la identificación precisa de las
alteraciones causales principales, que se estudiarán más adelante.
Asimismo, el pH de los líquidos corporales influye directamente en la manera
como se reacciona a los fármacos. Depende del pH que medicamentos como el ácido
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
acetilsalicílico (aspirina), el fenobarbital y la penicilina, por ejemplo, se hallen en
formas con carga (ionizadas) o sin carga. Un fármaco podrá atravesar o no las
membranas celulares según sea su estado iónico ya que la liposolubilidad depende del
grado de ionización (Flórez, 2013). Por ejemplo, cuando el ácido acetilsalicílico se halla
en el medio ácido del estómago, gran parte de sus moléculas está sin carga y atraviesa
con facilidad el recubrimiento estomacal para entrar en el torrente sanguíneo; aquí
encuentra un pH básico, en el que se ioniza y en ese estado no puede atravesar la
membrana, de modo que se acumula en la sangre.
Es posible controlar este efecto, llamado “atrapamiento de ion o partición
de pH”, para ayudar a eliminar intoxicaciones del cuerpo. Así, es posible controlar el
pH del líquido tubular renal para que las toxinas queden atrapadas allí y, por tanto,
sean excretadas con rapidez del cuerpo en la orina (Patton y Thibodeau, 2013).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
ingresar por absorción en el intestino y los túbulos renales, respectivamente. Cuando
se produce un fallo, incluso parcial de esta reabsorción, se deteriora este equilibrio del
sodio (Marshall, Bangert y Lapsley, 2013).
Fisiológicamente, pueden presentarse grandes variaciones en el contenido de
sodio urinario, dependiendo de la ingesta de sal y del estado de hidratación, con
valores normales de 100 a 260 mEq/24 h. En el sujeto normal, el sodio urinario es
reflejo de la ingesta menos las pérdidas extrarrenales por sudoración o pérdidas
digestivas (Prieto y Yuste, 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
El cloruro es el anión extracelular más importante y su función principal es
mantener la electroneutralidad, sobre todo en forma de sal con sodio.
El Cl- es el principal anión extracelular y representa la mayor fracción del anión
inorgánico total plasmático. La mayor parte del Cl- ingerido es absorbido en el tracto
gastrointestinal, y el exceso es eliminado con la orina y el sudor. La concentración en
plasma oscila entre 90 y 109 mmol/L, mientras que la eliminación urinaria en 24
horas oscila entre 110 y 250 mmol/L (Prieto y Yuste, 2019).
El Cl- (como NaCl) está involucrado, de manera significativa, en el
mantenimiento de la distribución hídrica, de la presión osmótica y del equilibrio entre
aniones y cationes en el fluido extracelular, por lo que las alteraciones de su
concentración rara vez constituyen un problema primario. Su valor es importante,
sobre todo en los trastornos ácido-base.
El Cl- es el anión más abundante en las secreciones gástricas y también en las
intestinales (tanto del intestino delgado como del intestino grueso) y son excretados
durante la diuresis masiva y por pérdidas a través del tracto digestivo, como sucede
con los vómitos, diarreas y fístulas intestinales.
También se secreta en el sudor por lo que la medición de Cl- en éste es una
prueba útil para el diagnóstico de la fibrosis quística, en la cual se le encuentra muy
86
por encima del intervalo de referencia (en el niño, de 5 a 45 mmol/L; en el adulto, las
cifras son ligeramente superiores) (Suardíaz, Cruz y Colina, 2004).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
corporal y son la fuente más inmediata de energía química siendo el de mayor
importancia, la glucosa (Guzmán et al, 2004). También se encuentran el ácido láctico
y los aminoácidos (Izaguirre, 2005).
Asimismo, las sustancias coloidales comprenden, entre un 17% del peso
corporal y 30% de la materia orgánica, a las proteínas. Siendo la albúmina la más
abundante del plasma (52 a 62%) con un valor de 3,5 a 5 g/dL, es la que genera el 80%
de la presión oncótica.
Las globulinas son el 29,5 - 34%, de las proteínas totales, con un valor normal
de 3,0 - 3,5 g/dL, y se dividen en las fracciones alfa, beta, y gamma que son las
inmunoglobulinas (Guzmán et al, 2004). Dentro de estas subdivisiones de las
globulinas encontramos proteínas de la coagulación (no aparecen si se obtiene suero),
proteínas del complemento, apolipoproteínas y proteínas especializadas de transporte
como apoproteínas, ferritina, transferrina, transcobalaminas, ceruloplasmina,
haptoglobinas, hemopexina, etc. (Izaguirre, 2005).
Por último, podemos encontrar productos del catabolismo como ácido úrico,
urea, creatinina, pigmentos como la bilirrubina y los carotenos.
Un caso especial son las enzimas como transaminasas, deshidrogenasas,
lipasas, proteinasas, fosfatasas y amilasas, entre otras, que también pueden hallarse
87
en el plasma (Izaguirre, 2005).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Una emulsión es una suspensión de un líquido en otro, como la grasa en la
leche materna, al igual que algunos medicamentos, como la leche de magnesia.
Es importante destacar que una sola mezcla puede clasificarse en más de una
de estas categorías antes nombradas. La sangre es el ejemplo perfecto ya que se trata
de una solución de NaCl, un coloide de proteínas, una suspensión de células y una
emulsión de grasa, así como la leche es una solución de calcio, un coloide de proteínas
y una emulsión de grasa (Saladin, 2018).
Asimismo, es fundamental comprender que los solutos disueltos en los líquidos
corporales, son relativamente pequeños por lo que se suele decir que el plasma, al
igual que los demás líquidos del cuerpo, es una solución diluida.
La unidad que se utiliza con mayor frecuencia para determinar el volumen del
solvente es el litro (L), en tanto que la cantidad de soluto puede expresarse en masa o
peso (relación peso/volumen) cuya unidad es el kg y se refiere a concentraciones de
kg/L. Por ejemplo, la solución salina (solución fisiológica) para administración
intravenosa (IV) más usada en la práctica médica, suele contener 9 g de NaCl por litro
de solución (9 g/L). Sin embargo, para muchos fines biológicos se trata con cantidades
más pequeñas por lo que se usan subunidades como los miligramos por decilitro
(mg/dl; 1 dl = 100 ml). Por ejemplo, una concentración característica de glucosa sérica
es de 90 mg/dl, expresado como 90 mg/100 ml o también 90 mg% (miligramos por
ciento) (Fernández, 2011).
También resulta fácil calcular las concentraciones en porcentaje, pero es
necesario especificar si el porcentaje alude al peso o al volumen del soluto en un
volumen determinado de solución.
Por ejemplo, cuando se utiliza 5 g de dextrosa (isómero de la glucosa) y se
agrega suficiente agua para hacer 100 ml de solución, la concentración resultante es
5% de peso por volumen (w/v). Un líquido intravenoso comúnmente utilizado en
pacientes es D5W, que representa 5% w/v de dextrosa en agua destilada.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Si el soluto es un líquido, como el etanol, los porcentajes aluden al volumen de
soluto por volumen de solución; es decir, 70 ml de etanol diluido con agua a 100 ml de
solución produce 70% volumen por volumen (70% v/v) de etanol (Saladin, 2018).
Asimismo, la solución fisiológica contiene una concentración de NaCl al 0,9%, lo que
significa que hay 0,9 g de NaCl en cada 100 ml de solución (Fernández, 2011).
Sin embargo, al considerar los efectos de diversas sustancias importantes
fisiológicamente y sus interacciones en el medio interno del organismo,
frecuentemente tiene mayor importancia conocer el número de moléculas que hay
en una solución, el número de partículas libres disueltas o el número de cargas
eléctricas en la solución.
De acuerdo con el Sistema Internacional de Unidades, el mol es la unidad
básica que es “la cantidad de sustancia de un sistema que contiene tantas
partículas elementales como átomos existen en 0,012 kg de carbono 12”; y
agrega que, “cuando se utiliza el mol, debe especificarse la naturaleza de las
partículas elementales que pueden ser átomos, moléculas, iones, electrones; o
bien, otras partículas o grupos específicos de tales partículas”.
Por ejemplo, un 1 mol de moléculas de NaCl, 1 mol de iones Na+, etc.; sin
embargo, aunque cada vez es más frecuente el uso del mol en la forma antes
mencionada, en medicina aún persiste el uso del equivalente cuando se trata de 90
cargas eléctricas y del osmol cuando lo que se mide es la cantidad de partículas libres.
Es importante saber cómo se relacionan mol, el equivalente y el osmol entre sí,
ya que para todas las soluciones pueden calcularse los tres, y al conocer el valor de
uno de ellos y las características químicas del soluto se pueden calcular los otros dos.
A partir de la definición de mol se establece que 1 mol de carbono equivale al
número de partículas contenidas en 12 g de carbono, y al saber que el peso atómico
del carbono es 12, entonces 1 mol de carbono es igual a su peso atómico expresado en
gramos, y esto es válido para todos los elementos. Así, el peso atómico del sodio es 23,
entonces 1 mol de sodio es igual a 23 gramos; para el potasio, con un peso atómico de
39, 1 mol es igual a 39 gramos; al referirse a la concentración de las soluciones, una
solución 1 molar de sodio tiene 23 gramos de sodio disueltos en 1 litro de solvente y
una solución 1 molar de potasio tiene 39 gramos disueltos en 1 litro de solvente.
Sin embargo, si lo que se quiere saber es a cuánto corresponde 1 mol de una
sustancia conformada por varios elementos, por ejemplo, NaCl, entonces se debe
sumar el peso atómico del sodio, que es 23, al peso atómico del cloro, que es 35,5, por
lo que 1 mol de NaCl es igual a 58,5 g; por lo tanto, una solución 1 molar tiene 58,5 g
de NaCl en un litro de solvente.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Otro concepto que debemos recordar es que, de acuerdo con la ley de
Avogadro, el número de partículas contenidas en 1 mol, independientemente de la
partícula de que se trate, es de 6,022 × 1023, que es el número de Avogadro; por lo
tanto, en 1 mol de moléculas de NaCl hay 6,022 × 1023 moléculas de NaCl.
Por ser una sustancia electrolítica, el NaCl al estar en solución se disocia en los
iones Na+ y Cl−, y en esta forma se encuentra en los líquidos corporales. Debido a que
la cantidad de cargas eléctricas influye en el funcionamiento celular, es importante
conocer la cantidad de cargas eléctricas que hay en una solución; en este caso la
unidad utilizada para medir cantidad de cargas eléctricas es el equivalente (Eq). Por
ello, una solución 1 molar de NaCl, significa que, de acuerdo con la ley de Avogadro,
hay 6,022 × 1023 moléculas de NaCl disueltas en 1 litro de solvente, pero el número de
cargas eléctricas presentes (positivas y negativas) es doble; es decir, se tienen 2 moles
de cargas eléctricas en solución por cada mol de moléculas de NaCl. De aquí es que:
1 mol de moléculas de NaCl /L = 2 mol de cargas eléctricas /L = 2 Eq/L
Lo anterior significa que, a partir de una solución molar, se puede calcular el
número de cargas eléctricas en la solución (equivalentes), si se sabe en cuántas
partículas se disocia el soluto y cuántas cargas tiene cada partícula (valencia). En
realidad, es poco probable que la disociación del sodio y el cloro sea completa, por lo
cual el valor que se infiere experimentalmente es 1,86 en lugar de 2; sin embargo, a 91
los fines clínicos no se observan grandes diferencias.
Asimismo, hay que tener en cuenta que existen sustancias que no se disocian
en iones como la glucosa o la urea, por lo cual, no pueden jamás expresarse en Eq,
pero sí en mol.
Nuevamente, como la concentración de solutos es muy pequeña en solución
plasmática, veremos que una medida típica para el sodio plasmático (natremia) es
de 140 mmol/L de solución (la subunidad es 1000 veces menos que un mol) o 140
mEq/L.
La tercera unidad que se usa en medicina para medir la cantidad de soluto es
el osmol (Osm), que es la “cantidad de partículas libres en solución,
independientemente de su masa y de su valencia”.
Esto es muy importante ya que, entre otras cosas, determina la magnitud de la
presión osmótica que genera la solución y, por lo tanto, el movimiento osmótico
del agua entre los compartimientos líquidos corporales, como veremos más adelante.
En este caso, como en los anteriores, los niveles de solutos libres en plasma son
muy pequeños, por lo que se usa la expresión en miliosmoles (mOsm) por litro de
solución.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
La osmolaridad normal del plasma se considera entre 280 y 295 mOsmol/L
(Ayus, Tejedor y Caramelo, 2007; Prieto y Yuste, 2019), y este valor se utiliza como
referencia para catalogar a las soluciones utilizadas en la práctica médica en:
isoosmolares, cuando su osmolaridad es igual a la osmolaridad plasmática normal;
hipoosmolares, cuando es menor, e hiperosmolares si es mayor a la del plasma.
Una cuestión fisicoquímica que influye sobre este fenómeno, es que los solutos
no siempre se disocian por completo; por ejemplo, el NaCl en solución forma los iones
Na+ y Cl− que se separan, pero, debido a las cargas eléctricas de estos dos iones y sus
fuerzas de atracción, algunos de ellos permanecen unidos. Además, la cantidad de
moléculas que no se disocian no es constante, sino que varía con la concentración del
soluto, por lo que, a mayor concentración de solutos en solución, mayor número de
moléculas no disociadas. Esta desviación del comportamiento ideal de un soluto, al no
disociarse por completo, se corrige utilizando el coeficiente osmótico (g), cuyo valor
de 0, para una sustancia que no se disocia y 1 para las sustancias que se disocian por
completo.
Los líquidos corporales son soluciones muy diluidas, por lo que las moléculas se
disocian casi en 100%; por ejemplo, para el NaCl a la concentración de 140 mmol/L de
moléculas, que es la concentración a la que se encuentra en el plasma, corresponde un
g = 0,9295. Por ello, la fórmula para calcular con mayor exactitud la osmolaridad de 92
una solución es:
Osmolaridad =
concentración molar de la solución × N° de partículas en las que se disocia × g
Osmolaridad = C × n × g
Si se desea saber la osmolaridad de una solución de NaCl con 140 mmol/L de
moléculas, de acuerdo con lo mencionado antes, sería:
Osmolaridad = 140 × 2 × 0,9295 = 260 mOsm/L.
Según lo observado, el valor del coeficiente osmótico adquiere relevancia en
soluciones concentradas; pero, tanto los líquidos corporales como las soluciones de
mayor uso en medicina son soluciones diluidas y no se considera el coeficiente
osmótico ya que el error es muy pequeño. Sin embargo, vale la pena recordarlo, sobre
todo en situaciones de trabajo de laboratorio, cuando se requiere mayor precisión.
Asimismo, el coeficiente osmótico explica, en parte, las diferencias que se
observan entre los cálculos teóricos de la osmolaridad y la medición de la misma
con el osmómetro (Fernández, 2011).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Teniendo en cuenta lo anterior, la osmolaridad de una solución de NaCl al 0,9%
es igual a 153 mmol/L × 2 = 306 mOsm/L. Es importante ver una cuestión en este
caso, ya que, de acuerdo con el valor obtenido, su osmolaridad es superior a la de los
líquidos corporales. Pero si se considera que el coeficiente osmótico de esta solución es
de 0,9295, entonces la osmolaridad es de 284 mOsm/L (306 × 0,9285), que cae en el
rango del valor normal de 280 a 295 mOsm/L.
La fórmula utilizada en la práctica clínica para determinar la osmolaridad
plasmática toma en cuenta las concentraciones plasmáticas de Na+, glucosa y urea. El
Na+ se expresa en el laboratorio clínico en mEq/L o en mmol/L, y como no se disocia,
el valor dado en estas unidades es igual al valor en mOsm/L. En el caso de la glucosa
y la urea, el laboratorio los reporta en mg/dl o en mmol/L; como estas dos sustancias
tampoco se disocian, su valor expresado en mmol/L es igual al valor en mOsm/L; por
lo tanto, cuando todos los valores se reportan en mmol/L, la fórmula que se utiliza es:
Osmolaridad = 2 × [Na+] + [glucosa] + [urea]
Sin embargo, cuando glucosa y urea se registran en mg/dl es necesario hacer la
conversión a mmol/L, que por no disociarse corresponden también al valor en
mOsm/L; en este caso se utiliza la siguiente fórmula:
Osmolaridad = 2 × [Na+] + [glucosa (mg/dL) / 18] + [urea (mg/dL) / 6]
93
De acuerdo con esta fórmula, el valor dado de glucosa en mg/dl se divide entre
18, ya que el peso molecular de la glucosa es 180, por lo que una solución 1 molar tiene
180 g/L, que corresponden a 18 g/dl, y lo mismo aplica para la urea, que se divide entre
6 dado que el peso molecular de la urea es 60.
En ambas fórmulas, el sodio se multiplica por 2, debido a que, por cada uno de
estos cationes existe un anión para mantener la electroneutralidad de los líquidos
corporales.
Es importante aclarar que no es lo mismo la concentración de una solución que
la cantidad de soluto en una solución. La concentración es una propiedad intensiva,
es decir que tiene un valor uniforme en todo sistema y no se modifica, aunque se divida
en partes; mientras que la cantidad de soluto es una propiedad extensiva, o sea su
valor es la suma de los valores que esta magnitud tiene en cada parte del sistema. Por
ejemplo, si preparamos un litro de una solución 0,1 M de glucosa, la concentración es
0,1 M (0,1 mol de glucosa/L) en cualquier parte del sistema. Si dividimos el volumen
en dos recipientes, uno de 300 ml y otro de 800 ml, la concentración en cada uno
seguirá siendo la misma; es decir, 0,1 M; pero la cantidad de glucosa en cada una de
ellos será diferente, como lo es la cantidad de agua. La concentración indica la relación
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
entre la cantidad de soluto y la cantidad de solvente (en 1000 ml hay 0,1mol; en 300
ml hay 0,03 mol y en 800 ml hay 0,08 mol de glucosa) (Luquita, 2015).
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
En fisiología, igual que en otras ciencias cuantitativas, se requiere de un
sistema de medición estandarizado.
La fisiología es una ciencia cuantitativa y, por ende, debe realizar mediciones para
conocer los constantes cambios que ocurren en los organismos vivos bajo determinadas
situaciones con la finalidad de comprender la base de su funcionamiento. De la misma
manera se trabaja en la práctica clínica para llegar al diagnóstico, corroborarlo o
descartarlo.
Medir es comparar una magnitud (propiedad de los cuerpos que puede
ser medida) con un patrón o estándar y expresa cuántas veces la contiene.
Al resultado de medir se lo llama medida. Cuando se mide algo se debe hacer
con gran cuidado, para evitar alterar el sistema que observamos. Asimismo, debe
tenerse en cuenta que las medidas se realizan con algún tipo de error, debido a
imperfecciones del instrumental o a las limitaciones del observador (errores
experimentales); por eso, ha de realizarse la medida de forma que la alteración
producida sea mucho menor que el error experimental que se pueda cometer. Las
medidas que se hacen a las magnitudes macroscópicas o a las magnitudes
microscópicas requieren técnicas totalmente diferentes.
Otro problema ocurre cuando se utilizan diferentes patrones de comparación.
95
El patrón de medida es una medida convencional, es decir, una medida que se
establece conforme a un convenio o acuerdo, para poder establecer un sistema de
medición que pueda ser de aplicación generalizada y con validez en cualquier parte
del mundo. La determinación de un patrón de medida está basada en el acuerdo que
se toma para establecerla como base de las mediciones, generalmente establecidas por
un órgano internacional y que adoptan los estados miembros, lo que representa una
de las razones por las que la Conferencia General de Pesos y Medidas debe
reunirse periódicamente para decidir el patrón, el cual debe cumplir ciertas
condiciones:
1. Ser inalterable; esto es, no ha de cambiar con el tiempo ni en función de quién
realice la medida.
2. Ser universal; es decir, utilizada por todos los países del mundo.
3. Ser fácilmente reproducible.
Asimismo, el Sistema Internacional de Unidades, conocido universalmente
como SI (del francés Système International d´Unités) fue establecido y definido por la
Conferencia General de Pesas y Medidas, el cual consiste en un sistema de
magnitudes, incluyendo las ecuaciones correspondientes. De aquí surgen las
magnitudes fundamentales y las magnitudes derivadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Las magnitudes fundamentales son las unidades de magnitudes física
elegidas arbitrariamente al construir el sistema de medida y de la cual surgen otras
magnitudes denominadas derivadas.
Las magnitudes fundamentales comprenden (Fernández, 2011):
• Metro (m). Longitud que recorre la luz en el vacío en el intervalo
correspondiente a 1/299 792 458 de segundo (1983).
• Kilogramo (kg). Es la masa del prototipo internacional, que es un cilindro
hecho de una aleación de platino-iridio (1901).
• Segundo (s). Es la duración de 9.192.631.770 períodos de la radiación
correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado base
del átomo de cesio 133 (1967).
• Amperio (A). Es la intensidad de una corriente constante que, mantenida en
dos conductores paralelos, rectilíneos, de longitud infinita, de sección circular
despreciable, colocados a un metro de distancia entre sí en el vacío, produce
entre estos conductores una fuerza igual a 2 × 10−7 newton por metro de
longitud (1948).
• Kelvin (K). Es la fracción 1/273.16 de la temperatura termodinámica del punto
triple del agua (1967).
96
• Mol (mol). Es la cantidad de sustancia de un sistema que contiene tantas
partículas elementales como átomos existen en 0.012 kilogramos de carbono 12
(1971). Cuando se utiliza el mol, la naturaleza de las partículas elementales
debe especificarse, y éstas pueden ser átomos, moléculas, iones, electrones,
otras partículas o grupos específicos de tales partículas.
• Candela (cd). Es la intensidad luminosa en una dirección determinada de una
fuente que emite radiación monocromática a una frecuencia de 540 × 1012 Hz y
que tiene una intensidad radiante en esa dirección de 1/683 vatios por
esterradián (1979).
Las unidades o magnitudes derivadas resultan de la combinación
algebraica de las unidades básicas. Los nombres y símbolos de algunas de estas
unidades pueden ser reemplazados por nombres y símbolos especiales, que a su vez
pueden utilizarse para formar expresiones y símbolos de otras unidades derivadas.
Algunos ejemplos comprenden (Yushimito, 2007):
• Unidad de velocidad. Un metro por segundo (m/s o m·s-1) es la velocidad
de un cuerpo que, con movimiento uniforme, recorre, una longitud de un metro
en 1 segundo.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
• Unidad de aceleración. Un metro por segundo cuadrado (m/s2 o m s-2)
es la aceleración de un cuerpo, cuya velocidad varía cada segundo, 1 m/s.
• Unidad de frecuencia. Un hertz (Hz) es la frecuencia de un fenómeno
periódico cuyo periodo es 1/segundo o s-1.
• Unidad de fuerza. Un newton (N) es la fuerza que, aplicada a un cuerpo que
tiene una masa de 1 kilogramo, le comunica una aceleración de 1 metro por
segundo cuadrado (kg m/s2).
• Unidad de presión. Un pascal (Pa) es la presión uniforme que, actuando
sobre una superficie plana de 1 metro cuadrado, ejerce perpendicularmente a
esta superficie una fuerza total de 1 newton.
• Unidad de energía, trabajo, cantidad de calor. Un joule (J) es el trabajo
producido por una fuerza de 1 newton, cuyo punto de aplicación se desplaza 1
metro en la dirección de la fuerza.
• Unidad de potencia. Un watt (W) es la potencia que da lugar a una
producción de energía igual a 1 joule por segundo.
• Unidad de cantidad de electricidad, carga eléctrica. Un coulomb (C) es
la cantidad de electricidad transportada en 1 segundo por una corriente de
intensidad 1 ampere.
• Unidad de potencial eléctrico, fuerza electromotriz. Un volt (V) es la
diferencia de potencial eléctrico que existe entre dos puntos de un hilo 97
conductor que transporta una corriente de intensidad constante de 1 ampere
cuando la potencia disipada entre estos puntos es igual a 1 watt.
• Unidad de resistencia eléctrica. Un ohm () es la resistencia eléctrica que
existe entre dos puntos de un conductor cuando una diferencia de potencial
constante de 1 volt aplicada entre estos dos puntos produce, en dicho conductor,
una corriente de intensidad 1 ampere, cuando no haya fuerza electromotriz en
el conductor (1 V/A).
• Unidad de capacidad eléctrica. Un farad (F) es la capacidad de un
condensador eléctrico que entre sus armaduras aparece una diferencia de
potencial eléctrico de 1 volt, cuando está cargado con una cantidad de
electricidad igual a 1 coulomb.
• Unidad de viscosidad dinámica. Un pascal segundo (Pa s) es la
viscosidad dinámica de un fluido homogéneo, en el cual, el movimiento
rectilíneo y uniforme de una superficie plana de 1 metro cuadrado, da lugar a
una fuerza retardatriz de 1 newton, cuando hay una diferencia de velocidad de
1 metro por segundo entre dos planos paralelos separados por 1 metro de
distancia.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
• Unidad de entropía. Un joule/kelvin (J/K) es el aumento de entropía de un
sistema que recibe una cantidad de calor de 1 joule, a la temperatura
termodinámica constante de 1 kelvin, siempre que en el sistema no tenga lugar
ninguna transformación irreversible.
• Unidad de intensidad del campo eléctrico. Un volt/metro (V/m) es la
intensidad de un campo eléctrico, que ejerce una fuerza de 1 newton sobre un
cuerpo cargado con una cantidad de electricidad de 1 coulomb.
Un caso especial es el del grado Celsius, que es una unidad derivada y se
representa con el símbolo °C. La Conferencia General de Pesos y Medidas estableció
el uso de la temperatura Celsius, expresada con el símbolo t y definida por la
expresión: t = T − T0, en donde T0 = 273,15 K corresponde al punto de congelación
absoluto. Es importante señalar que una unidad kelvin es de la misma magnitud que
un grado Celsius, y hacer notar que la unidad kelvin se representa como K; es
incorrecto utilizar °K, en tanto que el símbolo para representar el grado Celsius es °C.
En la práctica, los instrumentos de uso común en medicina para registrar la
temperatura miden en °C.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
La Conferencia General de Pesos y Medidas también establece los prefijos
que deben utilizarse para los múltiplos y submúltiplos de las unidades.
El avance de los sistemas de medición que permite medir cada vez cantidades más
pequeñas y más grandes, ha obligado al uso de múltiplos y submúltiplos de las
unidades correspondientes.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Todas las magnitudes escalares pueden representarse mediante segmentos
tomados sobre una recta a partir de un origen y de longitud igual al número real que
indica su medida, como la escala de un termómetro.
Por su parte, algunas magnitudes se expresan con una escala mediante un
número real y su unidad de medida, pero no aporta suficiente información, por lo que
es necesario agregar otros datos. Así surgen las magnitudes vectoriales. Por ejemplo,
para obtener la velocidad de la sangre en un punto del espacio vascular, además de
su intensidad se debe indicar la dirección del movimiento (dada por la recta
tangente a la trayectoria en cada punto) y el sentido de movimiento en esa dirección
(dado por las dos posibles orientaciones de la recta).
Al igual que con la velocidad ocurre con las fuerzas ya que sus efectos dependen
no sólo de la intensidad sino también de las direcciones y sentidos en que actúan.
Otros ejemplos de magnitudes vectoriales son la aceleración, el “momento” o
cantidad de movimiento y el momento angular, entre otros. Para representarlas hay
que tomar segmentos orientados, o sea, segmentos de recta cada uno de ellos
determinado entre dos puntos extremos dados en un cierto orden llamado vector.
En el vector, el primero de los puntos que lo
determinan se llama origen (A) y el segundo punto es
el extremo del vector (B). La recta que contiene al 100
vector determina la dirección del mismo y la
orientación sobre la recta, definida por el origen y el
extremo del vector, determina su sentido. La longitud
del vector es equivalente al módulo o valor.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Todos los gráficos científicos tienen características comunes. La variable
independiente se representa en el eje horizontal “x” (abscisa) y la variable
dependiente se representa en el eje vertical “y” (ordenada al origen). Los cambios
en la variable independiente (eje x) originarán cambios en la variable dependiente (eje
y), lo que significa que “y” es una función de “x”. Esta relación puede expresarse
matemáticamente como:
y = f(x)
Otra manera de expresar la relación entre los ejes es considerarla como “el
efecto de x sobre y”. Cada eje de un gráfico se divide en unidades expresadas por
marcas. Una leyenda nos dice qué variable representa el eje (tiempo, temperatura,
cantidad de alimento consumido) y en qué unidades se la representa (días, grados
centígrados, gramos por día). La intersección de los dos ejes se denomina origen que,
en general, tiene un valor de cero para ambos ejes. Además, un gráfico debe tener un
título que describa lo que representa. Si se muestran varios grupos en un mismo
gráfico, las líneas o barras que los representan pueden tener nombres o una leyenda
que indique lo que cada símbolo o color representa (Silverthorn, 2019).
La mayoría de los gráficos que se utilizan en fisiología muestran los datos según
la relación entre las variables definidas a modo de funciones parabólicas, hiperbólicas,
sigmoideas, logarítmicas, lineales, etc. Los tipos de gráficos los iremos viendo en los 101
sucesivos capítulos.
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
Laboratorio: Htc 43%; Urea 122 mg/dl; Glucemia 100 mg/dL; Natremia 155
mEq/L; Potasemia 4,6 mEq/L; Cloremia 122 mEq/L; Creatininemia 1,8 mg/dL;
Sodio urinario 10 mEq/L.
Diagnóstico: ¿?
Puntos de reflexión
102
Fernández, V. H.
Capítulo 2 Fisiología general
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105
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 3
De la salud a la
enfermedad
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define salud y enfermedad y los diferencia.
2. Define “normalidad” y lo relaciona con los estados de salud y enfermedad.
3. Define “variables biológicas” y los aplica en la práctica fisiológica y clínica.
4. Reconoce los fundamentos estadísticos aplicados a la obtención de los valores
de referencia y otros estudios en ciencias biológicas y medicina.
5. Define “diagnóstico” y otros conceptos asociados a la salud y la enfermedad.
6. Fundamenta el proceso diagnóstico en relación a las variables fisiológicas,
estilo de vida, etc.
7. Evalúa los signos vitales de un “paciente sano” y reconoce la diferencia en
“pacientes potencialmente enfermos”.
8. Comprende la importancia científica y social del accionar médico en la
prevención de enfermedades y la resolución de problemas de salud.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
De la salud a la enfermedad
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Desde un punto de vista fisiológico, esto implica mantener un cierto equilibrio
de los parámetros funcionales de modo tal que la vida física se desarrolle de manera
adecuada y, como sabemos, la mente no puede estar sana si nuestro cuerpo no lo está.
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
funciona es diferente para cada caso, según la clase de organismo del que tratemos.
Por ejemplo, un bebé no se alimenta de la misma manera que un adulto.
Sin embargo, parece que los individuos de una misma especie tienen una forma
común de desempeñar sus funciones. Esta forma común sería “lo normal” y un
funcionamiento que no se ajuste a esta forma es, por lo tanto, “lo anormal” (Rendón,
2013). En este sentido, la enfermedad es la incapacidad para llevar a cabo todas las
funciones fisiológicas típicas con, al menos, un nivel típico de eficiencia.
Salud es equivalente a “funcionamiento normal” y aquí “normal” significa
“típico”, “usual”, “mayoritario”. El funcionamiento sano se corresponde con el
“diseño de la especie” y este diseño se puede deducir estadísticamente de las
características del conjunto de los miembros de una misma clase de organismos.
Aquello que es más común entre los individuos de una misma clase es lo que se
corresponde con su diseño específico, lo que equivale a decir que es lo normal y, por lo
tanto, que es lo sano.
Sin embargo, debemos recordar que los seres vivos somos sistemas adaptativos,
esto es, sistemas que tienen la capacidad de regular sus estados internos y sus
interacciones con el entorno a fin de mantenerse a sí mismos.
Por su parte, es posible que haya una forma “mayoritaria” de funcionar para
108
los humanos y los organismos vivos, pero esto no significa que ésta sea la única forma
correcta. Existen muchos ejemplos y muy controversiales que no son el objeto de
discusión de este capítulo, pero que nos induce a entender que el concepto de
normalidad, ampliamente utilizado por la mayoría de las personas, no es correcto
(Rendón, 2013).
Según la Real Academia Española, se denomina “normal a todo aquello que
sirve de norma o regla (regla de conducta o pauta)”.
En biología, se aplica la palabra normal a todo aquello que se halla en su
estado natural. Pero, en ciencias de la salud, la palabra “normal” es una expresión
que nace de los estudios estadísticos a partir de poblaciones aparentemente sanas o
sin enfermedad.
Este es el enfoque que tiene que ver con la decisión de actuar del médico,
denominado “definición correlacionada (multivariada) de normalidad”, donde
lo anormal se presenta cuando un dato o valor en una persona implica la presencia de
un comportamiento asociado a un proceso mórbido, un dato que surge como
respuesta del organismo a esta enfermedad, o bien, a una condición perenne
(condición que perdura) que facilita el inicio de una enfermedad.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
De este modo, una persona “es normal” mientras no esté incubando o
padeciendo una enfermedad definida según criterios biológicos, cuando exista una
acción terapéutica que mejore la salud o cuando se detecten condiciones clínicas
modificables que eviten el surgimiento de una enfermedad (Rendón, 2013).
Por lo tanto, usamos la palabra “normal” para referirnos a todo lo relativo a
un ejemplo estándar o de referencia, promedio o típico de una serie de objetos o
valores. Lo correcto, es referirse a rangos o valores de referencia para tomar
decisiones terapéuticas. Por ejemplo, en general, se estudian distintos parámetros a
partir de una muestra de sangre de un individuo (variables bioquímicas) (Tabla 7),
o bien se determinan los parámetros vitales como ser el pulso, la presión arterial,
respuesta pupilar a la luz (reflejo pupilar), temperatura corporal y la
ventilación pulmonar.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Una de las tareas fundamentales del médico es establecer la condición de
normalidad o anormalidad de un paciente, pues de ello depende la toma de
decisiones para asegurar, corregir o mejorar su salud (Rendón, 2013).
En este sentido, los fisiólogos y los profesionales de la salud podríamos preguntarnos
¿Con qué frecuencia nos podríamos encontrar con un paciente que tenga una
glucemia de 110 mg/dL y sea normal?
Lo mismo pudiera preguntarse por cualquier otro parámetro fisiológico que
necesitemos conocer. Al considerar cada una de las mediciones en forma separada
(univariada), una respuesta para delimitar lo más frecuente fue la que propuso el
biólogo y estadístico Ronald Fisher (1890 – 1962), como resultado del análisis
comportamiento de algunas mediciones, como la temperatura corporal, en una gran
cantidad de sujetos, o en grupos de personas con características bien definidas.
Esta distribución mostró varias características interesantes; la primera es que,
en general, la mayoría de las cifras encontradas se agrupaba al centro de la
distribución y la forma de la distribución semejaba una campana por la simetría en
relación con una cifra central.
Más importante fue determinar que esta distribución podría ser obtenida
matemáticamente con sólo una muestra aleatoria de la población; con ella se
110
obtendría el valor medio sobre el cual la distribución mantiene su equilibrio de datos
(media) y el comportamiento de la frecuencia de los datos arriba y debajo de éste
(dispersión). Esta distribución se conoce como “distribución normal o
gaussiana”.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Esta distribución muestra varias características interesantes; la primera es
que, en general, la mayoría de las cifras encontradas se agrupaba al centro de la
distribución y la forma de la distribución semeja una campana por la simetría en
relación con una cifra central.
Más importante es determinar que esta distribución puede obtenerse
matemáticamente con una sola muestra aleatoria de la población; con ella se
obtendría el valor medio (promedio o media aritmética) sobre el cual la
distribución mantiene su equilibrio de datos y el comportamiento de la frecuencia de
los datos por encima y debajo de éste (dispersión) (Reynaga, 2012).
Entonces, para contestar a la pregunta ¿Con qué frecuencia nos podríamos
encontrar con un paciente que tenga una glucemia de 110 mg/dL y sea
normal?, se observa que la curva normal tiene un punto en donde cambia de sentido
(deflexión). A la distancia entre este punto y el valor de la media se le denominó dos
desviaciones estándares1 (2 DS).
Asumiendo que debajo de la curva (o dentro de la curva) se encuentra toda la
población estudiada, en esta área, debemos hacer cálculos estadísticos para estimar
la probabilidad y la proporción de sujetos con ese dato en la población. En este caso,
es posible aseverar que la probabilidad de que una persona tenga 110 mg/dL de
glucemia en ayunas y sea normal (ósea, esté sana respecto a este parámetro) es de 111
solo 1,58%, o bien, es posible encontrar una o dos personas con ese valor por cada 100
individuos de la población general, pero no más, ya que lo normal sería que sus valores
de glucemia se encuentren alrededor de 90 mg/dL. También podría interpretarse que,
en la población normal, cerca del 2% de las veces estaría en esta cifra de 110 mg/dL.
Por su parte, y de gran interés en fisiología, al igual que en medicina, existen
parámetros clínicos que no se distribuyen de acuerdo con el modelo gaussiano, porque
la mayoría de los datos se acumulan en un extremo; tal es el caso de variables como
la frecuencia de embarazos en una población o la obesidad una población
determinada.
1En este caso hay que tener conocimientos algo avanzados de estadística para poder calcularlo, pero es importante comprender
que el cálculo estadístico del valor de referencia requiere que se tomen 2 veces el DS respecto al promedio y no solo un DS.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Tabla 8. Utilidad clínica del modelo gaussiano
VENTAJAS DESVENTAJAS
Los valores frecuentes o normales pueden cambiar
de una población a otra por adaptación de las
mismas a otras condiciones ambientales o
fisiológicas.
Establece la posibilidad de que existan variaciones
¿Sería el mismo comportamiento en la distribución
observadas en la clínica al medir un dato como un
de los valores de hemoglobina en poblaciones a
fenómeno biológico.
diferentes altitudes, o en mujeres gestantes, o en
prematuros?
De ello se deriva la necesidad de ajustar valores de
normalidad según grupos específicos.
Este criterio pudiera enmascarar a personas
Se dispone de cifras o límites claros para determinar
realmente enfermas. ¿Qué sucedería si los valores
qué tan extremos son los datos observados como para
de glucemia fueran estimados en una población con
alentar al clínico sobre una posible enfermedad, tanto
diabetes? Los datos más frecuentes en ellos no
si existen síntomas clínicos como si no (cifras extremas
serían los más frecuentes en aquellos sin esta
en una determinación de glucemia sérica) y, aún más,
condición mórbida. Por ello, es necesario
avisar sobre el riesgo de padecerla (un nivel de
establecerlo en personas “sanas o normales” bajo
colesterol extremadamente alto).
criterios bien definidos.
Este criterio considera que lo normal es tener una
cifra dentro de los valores encontrados en 95% de la
población, lo cual implicaría que la anormalidad se
encuentra siempre en el 5% restante, situación que
Tener certeza sobre un rango de valores encontrados no es real (En realidad no sabemos si son sanos o
en 95% de la población como un fenómeno de variación enfermos en este grupo).
al azar. Hay enfermedades cuya prevalencia es mucho
mayor (la hipertensión arterial se encuentra
alrededor del 25% de la población) o
extremadamente baja (hipotiroidismo congénito 112
alrededor de 0,1%) bajo otros criterios.
Al determinarse la normalidad de forma
univariada, si a un paciente se le realizan varias
pruebas independientes, la probabilidad de que
todas estuvieran en intervalos normales cada vez
sería menor. Para una prueba, la probabilidad de
normalidad sería del 0,95; para dos de 0,9 (0,95
0,95) y para 20 sería de 0,35 o 35% de probabilidad
de salir normal en todas. Es decir, “todos somos
anormales” o diferentes en algo.
Este criterio se aplica si un dato tiene
comportamiento en su distribución en la población
de acuerdo con el modelo teórico de Gauss, pero,
¿y si no es así?
Cuando un intervalo de valores de 2 DS no
contiene al 95% de la población o en una
distribución, el DS es mayor a la media en donde se
generarán límites negativos no compatibles en
muchas ocasiones con la clínica.
Así, por ejemplo, la distribución de un dato como
IL-6 con una media de 500 pg/dL y una desviación
estándar de 420 pg/dL, daría límites de -323 pg/dL
y 583,2 pg/dL, la primera no compatible con la
Biología.
Modificado de Rendón, 2013.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
La presencia de pocos o incluso un dato extremo puede afectar
significativamente el valor de la media y por tanto distorsionar el cálculo de las
desviaciones estándar.
Una opción matemática es la transformación de los datos (logaritmos); sin
embargo, esto no tiene sentido en su interpretación clínica. Así es que una opción
adecuada es trabajar con percentiles. Para ello se hace caso omiso a la forma de
distribución de los datos y se organizan por valores jerárquicos en orden ascendente
de menor a mayor, luego se localiza la zona central (95%) de los valores observados y
se buscan los percentiles 2,5 (que limita 2,5% de los valores en el extremo inferior) y
el 97,5 (que limita 2,5% de valores en el extremo superior).
Al igual que los límites en la distribución normal, cifras por debajo del percentil
2,5 o arriba del 97,5 se consideran muy raras y, por tanto, motivo de alertar al
profesional sanitario (médico, nutricionista, etc.). Esta estrategia corrige el problema
de la no distribución gaussiana de los datos, pero tiene las mismas implicaciones o
desventajas que ésta.
Por lo expuesto, en el concepto relacionado de normalidad en ciencias de la
salud, existen tres criterios a tener en cuenta:
a) Presencia de síntomas, signos o ambos.
113
b) Una exposición a un factor de riesgo, al menos.
c) Disponibilidad de una terapéutica.
La importancia de este concepto es la posibilidad de la toma de decisiones
para el actuar del profesional sanitario. Justamente, la Medicina surgió como la
respuesta de una serie de personas (futuros médicos) para mejorar las condiciones de
salud de otras (pacientes), quienes manifestaban padecer o sentir algo raro o distinto
en su cuerpo.
El estudio de grupos de individuos con padecimientos iguales o semejantes, y
su comparación con el comportamiento del resto de la población sin estas dolencias,
fue lo que definió el concepto de “enfermedad”, favorecido ampliamente por el
estudio de la Fisiología y la Fisiopatología, aunado a otras ciencias, lo cual permitió ir
definiendo cada vez con mayor precisión la forma de agrupar y nombrar a estos
pacientes.
De esta forma, se considera anormal a una persona que presenta síntomas o
signos que no le son habituales, pero que sí son frecuentes en entidades nosológicas
o enfermedades bien reconocidas. Esto corresponde al primer criterio.
Sin embargo, decidir esperar a que un paciente complete los datos clínicos
necesarios para definir una enfermedad puede tener consecuencias desastrosas.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Si una persona tiene hipertensión arterial, por ejemplo, esperar a que manifieste
síntomas definidos como entumecimiento o debilidad repentina de la cara, brazo o
pierna (especialmente en un lado del cuerpo), confusión repentina, dificultad para
hablar o entender el lenguaje, dificultad repentina para ver con uno o ambos ojos o
dolor de cabeza severo repentino sin causa conocida, entre otros, puede ser peligroso,
dado que esto estaría indicando ya un accidente cerebrovascular (ACV) el cual,
dependiendo de la población estudiada, puede encontrarse una mortalidad que va del
1,5% al 16% de la población hospitalizada (Rodríguez et al., 2013).
Por ello, se han explorado indicadores o marcadores subclínicos para detectar a
estos pacientes en riesgo y dar un tratamiento aún más oportuno; es decir, un
tratamiento que elimine al agente causal antes de que comience a lesionar al cuerpo.
De esta forma, detectar un factor que se asocia fuertemente con una
enfermedad, hace al sujeto como “anormal o en riesgo”. El factor puede ser
detectado por medio de estudios epidemiológicos previos, como es en este caso, la
medida de la tensión arterial en condiciones bien delimitadas.
Obviamente es de entender que una persona hipertensa, considerando varios
parámetros como la edad, sexo, antropometría, etc., tendrá más probabilidad de tener
un ACV que una persona con tensión arterial normal.
114
En este sentido, cuando el riesgo es muy alto y existe un tratamiento efectivo
para controlar la posible enfermedad, la decisión de administrarlo se justifica y, por
tanto, no es necesario esperar a la aparición de síntomas para definir a la persona
como anormal, por más que la persona se “sienta sana” (bienestar), ya que se
encuentra avalado por años de estudios científicos (objetividad) y no por la
percepción subjetiva (subjetividad) de las personas.
Debido a lo anterior, la decisión de iniciar el tratamiento higiénico-dietético o
la administración de fármacos antihipertensivos según el caso del paciente, está
justificada por estudios clínicos, que, luego, dan lugar a “consensos” que guían el
actuar médico de manera racional.
Por último, respecto al tercer criterio, el objetivo principal de asignar un
nombre o diagnóstico a la condición clínica de un paciente es tener la mayor certeza
en las posibles consecuencias de las decisiones terapéuticas. Bajo este criterio se
considera a una persona anormal o enferma en el momento en que dar una maniobra
profiláctica o terapéutica empieza a ser más benéfica que no darla (Rendón, 2013).
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Tras la realización de una medición biológica, sea en los estudios fisiológicos
o en la práctica clínica, los valores obtenidos deben compararse para poder
interpretarse luego, dentro de un contexto determinado, de acuerdo con
unos valores o rangos de valores considerados como normales. Estas son las
“pruebas diagnósticas”.
El diagnóstico (del griego “diagnostikós”, “dia”, a través y “gnosis”, conocimiento),
referido al individuo en situación de salud o enfermedad, implica un procedimiento
por el cual se identifica una enfermedad, entidad nosológica (que originan la
enfermedad), síndrome (conjunto de signos y síntomas), o cualquier condición de
salud-enfermedad, teniéndose en cuenta que el “estado de salud” también se
diagnostica.
El diagnóstico se divide en etiológico, patogénico, anatomopatológico,
fisiopatológico, sindromático, nosológico e integral.
a) Etiológico. Señala la causa de la enfermedad.
b) Patogénico. Indica la forma en que actúa la causa.
c) Anatomopatológico. Señala la localización anatómica del proceso patológico.
d) Fisiopatológico. Describe las alteraciones funcionales que la han producido.
e) Sindromático. Agrupa los síntomas en grupos cuando da lugar a ello.
f) Nosológico. Da el nombre de la enfermedad que se estudia generalmente en 115
patología.
g) Integral. Es una recopilación de los anteriores; la suma de los diagnósticos
parciales. Además, indica el terreno, en el que evoluciona el padecimiento.
En algunas pruebas diagnósticas o test, como serían los análisis de sangre o
cualquier otro líquido biológico (orina, LCR, etc.), o el análisis numérico del
electrocardiograma (ECG), los valores normales son más o menos estrechos, pero
muchos de ellos son relativamente independientes de las características
antropométricas del individuo (si la glucemia normal está comprendida entre 70 y 110
mg/dl, este valor se aplica por igual a un varón de 25 años de 190 cm de altura y 95
kg de peso, que a una mujer de 80 años de 145 cm de altura y 40 kg de peso).
Sin embargo, en otros tipos de pruebas, estos valores normales o de referencia,
además de tener amplios límites de normalidad o variabilidad intraindividual y
una gran variabilidad interindividual, sí dependen de las características
antropométricas de los pacientes (sexo, edad, talla, peso, etc.).
Por ejemplo, decir que el volumen espiratorio forzado en 1 segundo (VEF1)
en una prueba espirométrica es de 2 litros, no tiene significado alguno, ya que para el
varón joven sería un valor bajo, mientras que para una mujer adulta mayor (más de
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
65 años) puede ser un valor superior a lo normal y, por ende, tienen connotaciones
clínicas totalmente diferentes.
Por estos motivos, el método que se utiliza para obtener los valores de referencia
en general, consiste en tener una muestra suficientemente grande de individuos
(representativa estadísticamente de la población), aparentemente sanos, de
todas las edades y de ambos sexos, que no consuman medicamentos
(representatividad biológica) y calculando para esa muestra la media y la
desviación estándar. También, dependiendo de las variables a determinar cómo
valores de referencia, pueden o deben obtenerse los datos antropométricos
(fundamentalmente peso y talla en muchos de los casos) y se dividen en grupos
(estratificación) según edad y sexo junto con otros que sean de interés. Estos
procedimientos son realizados dentro de estudios estadísticos en el campo de la salud
a través de la Bioestadística, calculando los parámetros para el 95% de la población,
que será considerada, de acuerdo a la teoría de Gauss, como población normal.
Dicho de otro modo, por definición, el 5% de los individuos de cualquier población
presentarán resultados fuera del intervalo de referencia.
Por lo expuesto, la discriminación entre valores normales y anómalos se ve
afectada por diversos factores fisiológicos que deben ser considerados seriamente
a la hora de interpretar cualquier resultado. Entre ellos se hallan: 116
1. Sexo. Los intervalos de referencia para algunos parámetros como la
creatinina sérica son diferentes para hombres y mujeres.
2. Edad. Los intervalos de referencia pueden ser diferentes para neonatos,
niños, adultos y ancianos.
3. Dieta o hábitos alimentarios. La muestra puede ser inadecuada si se
obtiene cuando el paciente está en ayunas o acaba de comer.
4. Hora. Puede existir variabilidad a lo largo del día y de la noche.
5. Estrés y ansiedad. Pueden afectar a la sustancia que se pretende
analizar.
6. Postura del paciente. Los resultados pueden verse afectados por la
redistribución de líquido corporal.
7. Efectos del ejercicio. Los ejercicios extenuantes pueden liberar enzimas
tisulares.
8. Historia clínica. Las infecciones o las lesiones tisulares, pueden influir
en los resultados bioquímicos, con independencia del proceso patológico
que se esté investigando.
9. Embarazo. Algunos valores de referencia se ven alterados.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
10. Ciclo menstrual. Las concentraciones hormonales varían a lo largo del
ciclo menstrual.
11. Ingesta de fármacos. Los fármacos pueden inducir efectos específicos
sobre la concentración plasmática de algunas sustancias.
Asimismo, en algunas ocasiones es conveniente establecer unos “límites de
acción” a partir de los cuales se deba iniciar una intervención adecuada como
respuesta a los resultados de medidas de parámetros fisiológicos-bioquímicos, ya que,
en algunos casos, suele existir un cierto grado de superposición (donde se cruzan las
curvas) entre una situación de enfermedad y los valores del sano (ver siguiente
figura).
Un resultado anómalo en un
paciente en el que más tarde se
demuestra que no padece la
enfermedad se denomina “falso
positivo” (FP); mientras que un
“resultado normal” en un paciente que
padece la enfermedad es un “falso
negativo” (FN).
Por ello, es importante 117
comprender que un resultado anómalo
no siempre implica la presencia de una
enfermedad, ni un resultado normal, su
ausencia. Conviene proceder con cautela ante la presencia de resultados ligeramente
anormales en individuos aparentemente sanos (Gaw et al., 2015).
El proceso diagnóstico termina en el momento en el que el médico ha
identificado un diagnóstico lo suficientemente aceptable como para indicar un
pronóstico o instaurar ya un tratamiento. Para que un diagnóstico se considere
efectivamente aceptable se tiene que haber comprobado su coherencia (no hay signos
o síntomas contradictorios con el diagnóstico realizado) y adecuación (este diagnóstico
explica los síntomas de este paciente) (Bermejo, 2001).
Las pruebas diagnósticas se aplican para aumentar el conocimiento sobre la
probabilidad de una enfermedad en el paciente, pero es imprescindible conocer cómo
varía esta probabilidad a medida que se adquiere mayor información y ello va ligado
al principio básico de que “la interpretación de cualquier resultado de unas
pruebas depende de la probabilidad de la enfermedad antes de realizar la
prueba”.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
La necesidad de llegar a un diagnóstico más o menos certero, deriva del hecho
de que, si existe la posibilidad de errores en el diagnóstico, entonces también existe la
posibilidad de errores en el tratamiento, tanto tratando a un falso positivo como
dejando de administrar tratamiento a un falso negativo. Por lo tanto, se precisa una
mayor seguridad en el diagnóstico dependiendo de las consecuencias de un
tratamiento correcto o equivocado.
Por ejemplo, a una paciente de 25 años con anemia ferropénica diagnosticada
por hemograma y determinación de ferritina sérica, ¿le practicaríamos una punción
de médula ósea para mayor seguridad en el diagnóstico del déficit de hierro? La
respuesta es NO, ya que el tratamiento con hierro es eficaz y con pocos efectos
secundarios, luego no es preciso buscar tanta seguridad en el diagnóstico antes de
decidir tratar a la paciente.
A raíz de ello, cada prueba tiene una sensibilidad, una especificidad y un valor
predictivo positivo o negativo. Estos términos se emplean con frecuencia en la
valoración de una prueba y su capacidad para confirmar o descartar un cuadro
determinado (también denominada la exactitud de la prueba).
Para usar estos valores, debemos comprender de dónde derivan. Una prueba
puede resultar positiva o negativa (si no tenemos en cuenta los resultados no
concluyentes), y un paciente puede tener o no un cuadro determinado, por lo que 118
existen cuatro posibles resultados en cualquier prueba: positivo verdadero (VP),
positivo falso (FP), negativo verdadero (VN) y negativo falso (FN). Estos resultados se
emplean para calcular sensibilidad, especificidad y el valor predictivo (Last, 1988).
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Los signos vitales son indicadores que reflejan el estado fisiológico de los
órganos vitales (cerebro, corazón, pulmones). Expresan de manera
119
inmediata los cambios funcionales que suceden en el organismo, cambios
que de otra manera no podrían ser cualificados ni cuantificados.
Los “signos vitales”, son las señales o reacciones que presenta un ser humano con
vida que revelan las funciones básicas del organismo. Estos parámetros vitales
comprenden al pulso arterial, la presión arterial (tensión arterial), el reflejo
pupilar, la temperatura corporal y la ventilación pulmonar.
Los signos vitales nos informan si un individuo está vivo, por tanto,
desaparecen al morir (Uribe, 2010).
El pulso arterial se refiere a los latidos percibidos por los dedos del
examinador al palpar una arteria mediante una compresión, contra una
superficie más rígida, con los dedos índice, medio y anular durante un
minuto.
Fundamentalmente es la sensación de expansión de la arteria que se siente al
presionarla ligeramente con los pulpejos de los dedos y es producido por la onda de
presión debida al volumen de sangre que del ventrículo izquierdo se precipita hacia la
aorta en el momento de la sístole, discurriendo por el árbol vascular arterial.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Su característica depende del volumen sistólico, de la velocidad de
eyección sanguínea, de la elasticidad y capacidad del árbol arterial y de la onda
de presión que resulta del flujo sanguíneo anterógrado. La regularidad de la
onda de pulso se determina por el ritmo cardiaco eléctrico de despolarización y de la
contracción muscular (LeBlond, DeGowin y Brown, 2010).
Las arterias que se pueden palpar son aquellas que se encuentran fácilmente
accesibles en el cuerpo como las arterias carótida, humeral, radial, femoral, poplítea,
pedio y tibial posterior. Al momento de medir se debe apreciar siempre las siguientes
características del pulso arterial luego de un período de reposo de 3 a 5 minutos:
1. Amplitud: la amplitud de la onda del pulso va desde su comienzo hasta el
máximo. Puede estar normal, aumentada (por ejemplo, pulso celer de la
insuficiencia aórtica) o disminuida (por ejemplo, en la estenosis aórtica).
También es conveniente fijarse en la velocidad de ascenso del pulso que
puede ser rápida (por ejemplo, en el pulso celer de la insuficiencia aórtica),
lenta (por ejemplo, en la estenosis aórtica, se describe un pulso parvus, por su
poca amplitud, y tardus, por su ascenso lento).
2. Ritmo: la ritmicidad, está determinada por el ritmo cardíaco y se refiere a si la
secuencia de los latidos es regular o irregular. Si es irregular, constituye una
arritmia. Lo normal es que el pulso sea regular y cada uno de los latidos tenga 120
la misma distancia respecto al anterior, con pequeñas variaciones que se
producen con la respiración. La estimulación vagal por mantener la respiración,
la maniobra de Valsalva o el masaje del seno carotídeo, disminuyen la
frecuencia cardiaca (LeBlond et al., 2010).
3. Elasticidad de la pared arterial: se refiere a la consistencia y regularidad.
Normalmente son de consistencia elástica y sin irregularidades ni en su forma
ni consistencia, en las personas jóvenes y en los niños.
4. Frecuencia de pulso: los valores que se consideran fisiológicos van desde las
60 pulsaciones (latidos) por minuto (lpm) a los 100 lpm. Las pulsaciones por
debajo de los 60 lpm se encuentran en las bradicardias (bradi = lento) y los
valores por encima de los 100 lpm se observan en la taquicardia (taqui =
rápido). Los lactantes y los niños tienen frecuencias cardiacas normales más
elevadas, es preciso consultar las referencias pediátricas para los rangos
normales. Los atletas de alto rendimiento quizá tengan frecuencias cardiacas
bajas antes de los 40 años, mientras que los adultos no entrenados tal vez
muestren frecuencias cercanas a 100 lpm. Con una frecuencia cardiaca < 100
lpm, la diástole es más larga que la sístole, los dos intervalos se hacen iguales
a unos 100 lpm y a > 100 lpm la sístole puede ser más larga.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
El pulso normal se palpa como una onda, con una fase ascendente y otra
descendente. Normalmente tiene una amplitud que permite palparlo fácilmente y una
ritmicidad regular.
La frecuencia cardíaca de los niños es más variable que la de los adultos y
reacciona con variaciones más amplias durante el ejercicio, la fiebre o el estrés. Puede
aumentar entre 10 y 14 latidos por minuto por cada elevación de la temperatura del
niño, en grados Celsius (Ball et al., 2015). Los intervalos esperados de frecuencia
cardíaca disminuyen gradualmente con la edad del niño:
La presión arterial (PA) es la fuerza que ejerce la sangre contra un área 121
definida de las paredes de las arterias.
Esta presión arterial no suele medirse directamente ya que es una técnica invasiva
mediante un catéter que se debe colocar en una arteria. Por tal motivo, lo que se mide
realmente es la tensión arterial mediante un tensiómetro, que es la fuerza elástica
que ejercen las paredes de los vasos sanguíneos sobre la sangre que circula por ellos.
Sin embargo, desde el punto de vista clínico suelen utilizarse de manera indistinta.
Los datos arrojados en la medición dependerán del tipo de tensiómetro, ya que
si es aneroide nos dará la tensión o presión arterial sistólica (PAS) que
representa la presión arterial máxima en sístole y la tensión o presión arterial
diastólica (PAD) que representa la tensión mínima en diástole.
Esto es importante ya que al evaluar la PAS estamos evaluando, en cierta
medida, la función ventricular dado que este parámetro depende justamente de la
sístole ventricular; mientras que la PAD es un parámetro que depende la salud de las
arterias (grado de rigidez), pues se mide cuando las válvulas semilunares se
encuentran cerradas por lo cual, no depende del ventrículo sino de los vasos arteriales
y, por ende, de la resistencia periférica total (RPT) o tono vascular promedio en el
lado arterial del árbol circulatorio.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Cuando fisiológicamente se habla de presión arterial media o promedio
(PAM), este resulta del producto entre el volumen minuto cardíaco o gasto
cardíaco (GC), que es el volumen de sangre que bombea el corazón hacia el cuerpo
en un minuto y la RPT, determinada por el tono y estado de todas las arteriolas en
promedio.
PAM = GC x RPT
También puede obtenerse a partir de los datos de PAS y PAD puesto que:
PAM = PAS + [2 (PAD)]
3
Nótese que la PA y la PAM no son lo mismo, pues la PAM es compatible con el
concepto de presión de perfusión sanguínea de los órganos; es decir, que es el valor de
presión arterial constante que, con la misma RPT produciría el mismo caudal
sanguíneo con que llega a todos los órganos del cuerpo.
De este modo, la PAM refleja la circulación sanguínea constante y se considera
entre 70 y 105 mmHg como intervalo de referencia normal en adultos para una media
de 93 mmHg (Rodríguez et al., 2013).
La PAM debe mantenerse normalmente por encima de 60 mmHg, lo cual es
suficiente para mantener la perfusión tisular de una persona promedio. Si la PAM cae 122
por debajo de este valor por un tiempo considerable, los órganos blancos, como el
cerebro, no recibirá el suficiente riego sanguíneo y sufrirán una isquemia2.
Justamente, cuando se produce una caída de la presión arterial media por debajo de
60 mmHg, la autorregulación cerebral, por ejemplo, es incapaz de mantener el
flujo, y un descenso crítico de este determina la aparición de disfunción cerebral y
pérdida de conciencia.
En condiciones normales, los factores que determinan la presión arterial se
mantienen en equilibrio, controlados por sistemas de autorregulación que
determinan el tono arteriolar, el volumen de sangre intravascular y su
distribución. Estos sistemas de regulación actúan de acuerdo con las necesidades
del organismo, tanto de manera inmediata como tardía; cuando se modifica o altera
uno o varios de los factores que determinan o regulan la PA, las cifras tensionales se
apartan de lo normal, provocando estados de hipertensión (elevación por sobre el
nivel normal) o hipotensión (disminución por debajo del nivel normal).
2 La isquemia es la reducción del flujo sanguíneo en los tejidos del cuerpo humano que provoca la disminución de la oxigenación
y del aporte de nutrientes en la zona afectada. Si faltan estos elementos fundamentales de las células, las consecuencias sobre
los tejidos y los órganos afectados pueden ser muy graves, pudiendo llegar a la necrosis tisular (muerte del tejido con
destrucción y liberación de contenido celular).
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
El instrumento a utilizar para tomar la presión arterial es el
esfigmomanómetro (del griego “sphygmós”, pulso; “manós”, ligero y “metron”,
medida) o también denominado tensiómetro y un estetoscopio (la campana).
Report of the Joint National Committee on the Prevention, Detection, Evaluation, and
Treatment of High Blood Pressure (JNC 7)” (Chobanian et al., 2003) y que se evidencia
en la tabla 10.
Por su parte, según la Federación Argentina de Cardiología (2018), se usa otra
clasificación como puede verse en la siguiente tabla (11), considerando mediciones en
consultorio y pacientes mayores de 16 años:
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
consensos, por lo cual siempre debe referirse con cuál de ellos se está trabajando ya
que cada uno tiene sus propias consideraciones igualmente válidas.
La PA del paciente se debe evaluar en cada consulta para establecer una línea
de base para futuras comparaciones o en búsqueda de hipertensión. Es importante
tomar la PA en ambos brazos durante la primera consulta y de nuevo en ambos brazos
cuando el paciente tiene molestia cardiovascular o neurológica nueva. Cuando la PA
en los brazos es elevada en pacientes jóvenes, debe medirse también en ambas
piernas. Diversas circunstancias pueden aumentar la PA de forma temporal en
ausencia de enfermedad, por ejemplo: ansiedad, el síndrome de bata blanca, correr
para llegar a tiempo a la consulta, vejiga distendida, alcoholismo crónico,
anfetaminas, cocaína, ingesta reciente de cafeína o tabaquismo.
Por su parte, la PA casi siempre difiere por <10 mmHg entre ambos brazos; en
el brazo derecho es por lo general superior a la del izquierdo. La desigualdad es
constante y algunas veces no tiene explicación alguna, bien por errores de medición o
por diferencias anatómicas entre las arterias de los miembros superiores; aunque en
otros puede deberse a patologías que deben ser exploradas como las obstrucciones en
la arteria subclavia, síndrome de la salida del tórax, y disección aórtica, por ejemplo.
En este sentido, García et al, (2003), encontraron en su estudio una diferencia
entre ambos brazos de hasta 15 mmHg tanto para TAS como para la TAD y esta 124
diferencia no se vio afectada por la edad, el sexo ni el IMC.
En los miembros inferiores suelen ser ligeramente más alta que en los
superiores, pero debido al grosor de las partes blandas.
El riesgo de enfermedad cardiovascular empieza a aumentar con presiones
>115/75 mm Hg y al doble por cada 20/10 mmHg después. Los datos estadísticos
muestran un aumento en el promedio de la presión sistólica con la edad. Los adultos
normales presentan variación circadiana en la PA; ésta es más alta al medio día, cae
de modo progresivo durante el día y alcanza su punto más bajo cerca de las 3:00 a.m.
La hipertensión arterial (HTA) es una de las enfermedades más frecuentes
en todo el mundo; a menudo es causa de ACV, insuficiencia renal e insuficiencia
cardíaca congestiva (ICC) y se define como una presión arterial de 140/90 mmHg o
mayor sistemáticamente. En el caso de la hipertensión esencial o idiopática, su
origen patológico no se conoce con detalle. En el caso de la hipertensión secundaria,
las causas posibles comprenden la enfermedad renal, la estenosis de la arteria renal,
hiperaldosteronismo, trastornos tiroideos, coartación aórtica o feocromocitoma.
La hipertensión esencial es asintomática, mientras que en la hipertensión
maligna (grave) puede haber cefalea, visión borrosa, disnea o encefalopatía.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Varias lecturas confirmadas de una presión arterial de 140/90 mmHg o mayor
del percentil 95 en niños según sus percentiles de edad, sexo y estatura es indicativo
de HTA y puede haber daño de órganos diana (edema de papila y signos de
insuficiencia cardíaca) en la hipertensión de larga evolución (Ball et al., 2015).
125
La temperatura de un sistema es una magnitud escalar relacionada con la
energía interna de ese sistema termodinámico.
Está relacionada directamente con la parte de la energía interna conocida como
“energía sensible”, que es la energía asociada a los movimientos de las partículas del
sistema, sea en un sentido traslacional, rotacional, o en forma de vibraciones. A
medida que sea mayor la energía sensible de un sistema, se observa que éste se
encuentra más “caliente”; es decir, que su temperatura es mayor y sus partículas tiene
mayor movimiento. Por tanto, la temperatura corporal se relaciona con el calor que
este posee, pero en sentido estricto, calor y temperatura son conceptos diferentes.
La temperatura del cuerpo humano es el producto del que se genera en su
interior por efecto del metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas, pero
especialmente de los dos primeros que producen 4 y 9 kcal, respectivamente. Las
reacciones exotérmicas que le dan origen, se hacen en todas las células del
organismo, a nivel de sus mitocondrias, pero especialmente en el hígado y en los
músculos. Es, en definitiva, producto de la respiración celular en la que toman
parte el O2 como “comburente” (provoca o favorece la combustión de otras
sustancias) y los alimentos energéticos como “combustibles”, dando como resultado
energía, y parte de ella manifestada como “calor”, que se genera permanentemente
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
puesto que las reacciones químicas que le dan origen también son permanentes ya
que son inherentes a la propia vida celular y del organismo; y si el calor producido no
se desprendiera al exterior del organismo, entonces se acumularía en el interior del
cuerpo y su temperatura subiría hasta niveles incompatibles con la vida.
La temperatura normal del cuerpo de una persona varía dependiendo del
sexo, actividad física, el consumo de alimentos y líquidos, la hora del día y, en las
mujeres, de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentren.
Fisiológicamente, la temperatura de la sangre en la aurícula derecha,
denominada temperatura corporal central, tiene un valor promedio de 37 °C, con
variaciones en el día que no sobrepasan de 0,6 °C. Los mecanismos de
termorregulación, son involuntarios y automáticos los cuales permiten que la
temperatura corporal desarrolle cambios diurnos previsibles, lo que se denomina
“ritmo circadiano”, que van desde los 36 °C al amanecer (la temperatura del cuerpo
es más baja alrededor de las 6:00 a.m.), hasta los 37,5 °C al atardecer (4:00 p.m.-6:00
p.m.) (Uribe, 2010; Argente y Álvarez, 2013; Ramón y Farías, 2014).
Según estudios realizados en personas sanas de 18 a 40 años de edad, la
temperatura bucal media obtenida fue de 36,8 ± 0,4°C, con niveles mínimos (36,2 °C)
a las 6:00 a.m., y máximos a las 4:00 a 6:00 p.m. (37,2 °C). La temperatura bucal
máxima normal es de 37,2 °C a las 6:00 a.m., y de 37,7 °C a las 4:00 p.m.; estos valores 126
corresponden al percentil 99 de las personas sanas (Dinarello y Porat, 2016), valores
que no son muy diferentes a los anteriores.
Si bien la temperatura corporal interna considerada se mantiene con estrecho
margen de ± 0,6 °C en cada individuo; el rango de la población de este punto de control
varía de 36 a 37,5 °C, lo cual hace imposible conocer una temperatura normal del
individuo sin línea de base establecida. Un atajo clínico para un paciente en el que no
se conoce esta línea, consiste en considerar como probable, en el rango de febriles, una
temperatura bucal máxima por arriba de 37,5 °C y una temperatura rectal que exceda
los 38 °C. La temperatura mínima normal es más difícil de definir, aunque se sabe
que la temperatura bucal, con frecuencia, cae a 35 °C durante el sueño (LeBlond et
al., 2010).
Es posible que variaciones adicionales ocurran en situaciones fisiológicas como
la ingesta de alimentos, el ciclo femenino donde la temperatura matutina de la mujer
suele ser menor en las dos semanas anteriores a la ovulación y luego aumenta unos
0,6 °C con la ovulación y permanece en ese valor hasta que se produce la
menstruación, y los ejercicios extenuantes, además de que nuestro comportamiento
también influye al usar ciertas vestimentas, usar la calefacción o el aire
acondicionado.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Sin embargo, es de destacar que las variaciones circadianas se producen incluso
durante los episodios de fiebre donde la temperatura media se halla elevada, a pesar
de que la agresión que los genera sea constante. Los ancianos tienen menor capacidad
de desarrollar fiebre, aun con infecciones severas, por lo que debe considerarse fiebre
en el geronte cuando la temperatura oral es mayor a 37,2 °C o con una temperatura
rectal mayor a 37,9 °C (Argente y Álvarez, 2013).
La temperatura corporal puede medirse mediante un termómetro digital (ya no
se usan más los de mercurio) por vía oral (debajo de la lengua), rectal (tienden a
ser de 0,5 a 0,7 °C más altas que si se toman en la boca), axilar (suelen ser de 0,3 a
0,5 °C más bajas que las que se toman en la boca o recto) o en el oído externo
(mediante un termómetro especial que puede medir rápidamente la temperatura del
tímpano, que refleja la temperatura central3 del cuerpo). Las mediciones bucales y
rectales son las más exactas. La temperatura axilar requiere 5-10 min para su registro
y su medición se considera menos precisa que otras.
También puede utilizarse los termómetros láser o los termómetros
infrarrojos que no requieren del contacto con el paciente y con facilidad de uso,
calidad y precisión. Justamente, las temperaturas de la membrana timpánica y la
arteria temporal se obtienen mediante el empleo de termometría infrarroja (Bickley
y Szilagyi, 2018). 127
Una desviación por más de 4 °C por arriba o debajo de lo normal, llega a
producir disfunción celular que amenaza la vida. Por ello, la regulación de la
temperatura corporal interna debe estar bien controlada gracias al hipotálamo.
El SNC tiene un papel importante en el mantenimiento de la temperatura
corporal al regular el flujo sanguíneo y llevar el calor de los órganos internos a la piel
y a las glándulas sudoríparas inervadas.
El aumento de flujo y la dilatación de capilares cutáneos irradian calor por la
pérdida conductiva, mientras que la producción de sudor aumenta la pérdida de calor
por evaporación.
Las adaptaciones del comportamiento también son importantes; en
condiciones de calor la gente se torna menos activa y busca la sombra o un medio más
fresco, cuando le es posible.
La disminución en la temperatura corporal se evita al incrementar la
generación de calor en los músculos, al producir escalofríos y por adaptaciones del
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
comportamiento, tales como colocarse ropas y buscar medios más cálidos (LeBlond et
al., 2010).
La fiebre, o pirexia, es una temperatura corporal elevada causado por una
respuesta celular como consecuencia de la producción de pirógenos endógenos
(interleucina 1 y prostaglandinas) en respuesta a una infección, un trastorno
inmunitario como las vasculopatías por colágeno, una neoplasia maligna,
traumatismos como intervenciones quirúrgicas o lesiones por aplastamiento y
reacciones farmacológicas.
Según la intensidad de la temperatura, la fiebre o pirexia se clasifica en
(Rubio, 2006):
• Febrícula cuando la temperatura no pasa de 38 °C.
• Fiebre moderada cuando la temperatura oscila entre 38 y 39 °C.
• Fiebre alta cuando la temperatura es mayor de 39 °C.
• Hiperpirexia que es una elevación extrema de la temperatura por
arriba de 41,1 ºC.
Los niños desarrollan temperaturas elevadas con más facilidad. En cambio, los
ancianos y los pacientes con insuficiencia renal, pueden no presentar fiebre a pesar
de estar con un cuadro infeccioso.
128
El síndrome febril es un conjunto de síntomas y signos (a diferencia de tener
solamente tener la temperatura elevada), destacando malestar general, dolores en
el cuerpo (mialgias), anorexia y cefalea. Al examen físico se detecta una
temperatura elevada, piel más caliente, facie febril (ojos brillosos, mejillas
eritematosas), taquicardia, taquipnea, postración. El paciente puede estar algo
sudoroso y presentar la orina más oscura, más concentrada.
No se debe confundir con hipertermia ya que este proceso es patológico por
alteración del sistema de control de la temperatura corporal, como ocurre en la
hipertermia maligna (trastorno congénito en la liberación de calcio proveniente del
retículo sarcoplásmico del músculo debido a la exposición a anestésicos inhalados o
succinilcolina que precipita la contracción muscular sostenida), síndrome
neuroléptico maligno (uno o dos días posteriores a la aplicación de neurolépticos -
antipsicóticos-), el ejercicio excesivo en un medio caluroso y húmedo (por una
pérdida de líquidos y electrólitos que disminuye la capacidad de disipar el calor
corporal) o el golpe de calor (generalmente pacientes con enfermedades crónicas
confinados a un medio cálido y húmedo durante las olas de calor).
La hipotermia es una temperatura central de menos de 35 °C que pasa
fácilmente desapercibida a menos que se tome la temperatura rectal. A medida que
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
disminuye la temperatura corporal, de modo progresivo se va alterando el nivel de
consciencia. La alteración del nivel de consciencia y el coma son frecuentes con
temperaturas centrales < 28 °C y pueden asemejarse a la muerte (Douglas, Nicol y
Robertson, 2014).
Aparece hipotermia en pacientes de edad avanzada inmovilizados que viven
solos, sobre todo durante el invierno; inmersión en agua y casi ahogamiento;
inconsciencia prolongada en ambientes de baja temperatura, especialmente en
combinación con intoxicación por alcohol (que causa vasodilatación periférica),
sobredosis de drogas, accidente cerebrovascular, traumatismo craneoencefálico e
hipotiroidismo grave.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
Tabla 12. Frecuencia respiratoria según edad
Edad Frecuencia respiratoria (rpm)
Recién nacido 30 a 80
1 año 20 a 40
3 años 20 a 30
6 años 16 a 22
10 años 16 a 20
17 a 65 años 12 a 20
Mayores de 65 años menos de 16
Modificado de Ball et al., 2015.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
epifisarios. La estatura final es determinada tanto por factores genéticos como
ambientales, en especial la nutrición. El crecimiento lineal requiere la presencia de
una hormona del crecimiento, una nutrición adecuada (proteínas, calorías, vitamina
D, calcio y fósforo) y un esqueleto capaz de responder a estas señales.
Una vez que se llega a la estatura final, ésta no cambia a través de los años
desde la madurez hasta la vejez. Con el envejecimiento ocurre una pérdida de la
densidad ósea independiente de hormonas, en especial del hueso trabecular, llevando
a una lenta y gradual pérdida de la estatura. Esto se agrava en varios casos por la
pérdida del tono muscular y la fuerza que afectan la postura; adicional a los estados
patológicos como la osteoporosis y las fracturas con compresión espinal que producen
algunas veces dramáticas pérdidas de estatura.
La estatura debe ser medida y registrada con regularidad como parte del
examen pediátrico durante la infancia y la niñez, representándola en gráficas de
crecimiento normalizadas que dan una rápida indicación visual de la estatura actual
y las tendencias de crecimiento en el tiempo. Una vez alcanzada la altura final, no es
necesario medirla con frecuencia, hasta que la persona llega a los 60 años debe
retomarse la medición anual.
La altura se mide con el individuo de pie con los pies descalzos, debe estar
erguido (p. ej., los talones, las nalgas y la escápula tocando la pared) y con la cabeza 131
en una posición neutral (que el occipucio no toque la pared). La estatura se registra
por la distancia vertical entre el piso y un punto horizontal con el punto más alto del
cuero cabelludo. Se comprime el pelo o se separa en especial el cabello grueso a fin de
evitar una medición mayor de la real. La altura se registra en centímetros (cada 0,5
cm) (LeBlond et al., 2010).
Asimismo, debe recordarse que hay variación durante el día por cambios a nivel
tisular como el nivel de hidratación. Por lo general, los sujetos son más altos en la
mañana y más bajos en el atardecer. Es común observar una reducción en la altura
de casi el 1% durante el transcurso del día (Reilly, Tyrrell y Troup, 1984). Si se van a
realizar mediciones reiteradas es conveniente tomarlas a la misma hora del día en
que se hizo la evaluación original (Norton y Olds, 1996).
Por su parte, cuando el individuo alcanza el máximo desarrollo
pondoestatural (peso y talla) se le llama “adulto” y para él se definen tres valores
del peso para cada talla dentro de tres tipos de complexión o contextura: pequeña,
mediana y grande (Uribe, 2010).
La complexión corporal se obtiene mediante la siguiente ecuación:
Complexión corporal = Altura/Circunferencia de la muñeca
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
La circunferencia de la
Tabla 13. Complexión corporal según sexo.
muñeca se mide colocando la cinta Hombres Mujeres Complexión corporal
métrica alrededor de la muñeca, 10,4 11 Pequeña
donde esta se une al proceso 9,6 a 10,4 10,1 a 11 Mediana
< 9,6 < 10,1 Grande
estiloideo y se expresa en
centímetros. Dado que ambos, altura y circunferencia de la muñeca tienen las mismas
unidades, el resultado de la complexión es un número adimensional (Tabla 13).
Para la evaluación del peso del adulto en relación con su estatura, se utiliza la
relación peso para la talla, de la cual existen múltiples índices. De todos ellos, el
índice de masa corporal (IMC) o índice de Quetelet (1835) es un indicador simple
de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el
sobrepeso y la obesidad en los adultos (Tabla 14). Este índice es la razón entre el peso
(expresado en kilogramo) y la talla al cuadrado (expresada en metro):
IMC (kg/m2) = peso /talla2 = kg/m2
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
estudio del estado nutricional más adecuada y realista que permita conocer mejor el
riesgo para la salud del individuo.
La gráfica 3D muestra a 8 mujeres con el mismo IMC (IMC de 30), pero con distribución de
masa y volumen abdominal diferente, lo cual da lugar a un índice IVC diferentes para
cada una.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
cardiovascular en ambos sexos. De este modo, el Cci/ca es una medida antropométrica
específica para medir (indirectamente) los niveles de grasa abdominal. Cuanto más
alto sea el cociente, mayor será la proporción de adiposidad abdominal del sujeto y,
por tanto, aumenta el riesgo para su salud, dado que, un aumento de 0,01 se asocia
con un incremento del 5% en el riesgo (Hernández et al., 2018).
No obstante, debemos señalar que toda medida antropométrica tiene sus
limitaciones como el no considerar la talla, la grasa que se acumula en la cadera es
variables y puede inducir a errores, su precisión disminuye al aumentar la adiposidad
corporal, entre otros.
Por otra parte, clásicamente se han descrito tres tipos de estructura corporal,
denominados “somatotipo”, que son:
✓ Ectomórfico: individuos que poseen una estatura elevada y de contextura
delgada.
✓ Mesomórfico: individuos que presentan un físico con predominio de los tejidos
muscular y óseo con un aspecto más atlético.
✓ Endomórfico: individuos que poseen una cintura prominente, de construcción
corporal redondeada, con troncos y muslos anchos, extremidades afiladas y
acumulación de grasa principalmente en el abdomen.
En general, un individuo no necesariamente pertenece a uno de éstos sino a un 134
intermedio; por ello se ha agregado el término “dismórfico” a aquel individuo que
posee característica de los tres anteriores.
La importancia de las mediciones “antropométricas” es que permiten
determinar ciertas características que hoy sabemos están relacionados con “factores
de riesgo” de enfermedades cardiovasculares graves.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
El sexo, el sedentarismo, la dieta y la herencia desempeñan un papel
fundamental en el establecimiento de la forma y el contenido de grasa del cuerpo y
son factores de riesgo de diversas enfermedades, siendo la obesidad también una
enfermedad.
En este sentido, los factores de riesgo se dividen a su vez en factores de riesgos
modificables y no modificables. El sexo, la edad y la herencia genética corresponden a
los factores de riesgo no modificables, mientras que el estilo de vida
(sedentarismo, dieta, hábitos, etc.), el estrés y factores ambientales (clima y la
polución) corresponden a los factores de riesgo modificables.
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
El método clínico o “proceso del diagnóstico”, consiste en pasos ordenados
que todo médico aplica en la búsqueda del diagnóstico en sus pacientes
individuales.
Básicamente, consiste en la formulación, por parte del enfermo de sus quejas de
enfermedad, de sus dolencias; obtención de la información necesaria (síntomas, signos
y otros datos) para después establecer las hipótesis diagnósticas presuntivas e ir
a su comprobación final en la mayoría de los casos mediante estudios de laboratorio,
estudios de imágenes, estudios electrofisiológicos, etc.
Cada paciente es una situación nueva y debe ser investigado mediante el
método científico, dado que el método clínico no es más que el método científico
aplicado al trabajo con los pacientes (Jesús, Vento y Díaz, 2013).
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
El médico, frente a una situación problema, debe tomar decisiones acerca
de cómo abordar el problema, cuál es el diagnóstico, qué terapéutica llevar
a cabo, etc.
Siempre tomamos decisiones en nuestras vidas; sin embargo, en medicina esas
decisiones afectan al paciente, sus familiares, al equipo de salud, al sistema sanitario,
incluso al mismo médico quien toma tales decisiones. Por ello, el médico decide qué
hacer, dónde, cuándo, cómo y, lo más importante, por qué (Castiglia, 2009).
No alcanza con “intenciones” o “seguridad” para actuar: los actos
deben estar justificados, tanto frente a los pares y demás profesionales de la
salud, como ante el resto de la comunidad.
La decisión médica es una responsabilidad importante del profesional
y surge en cualquier etapa de la evolución diagnóstica y terapéutica. Comprende la
solicitud de que se practiquen más estudios, peticiones de consulta y decisiones sobre
el tratamiento y el pronóstico; lo cual obliga a tener un conocimiento profundo de la
fisiopatología y la evolución intrínseca o natural de la enfermedad.
Las decisiones clínicas deben basarse en evidencias, de tal manera que los
pacientes obtengan el beneficio pleno de ese tipo de conocimientos que se adquieren
de las investigaciones científicas en el campo de la medicina.
138
Plantear un diagnóstico diferencial, además de obligar a contar con una base
amplia de datos, exige la capacidad de valorar las probabilidades relativas de que
surjan algunas enfermedades.
La aplicación del método científico, en especial el planteamiento de hipótesis y
la reunión de datos, es esencial en la tarea de aceptar o rechazar un diagnóstico
particular. El análisis de los diagnósticos diferenciales es una situación reiterativa.
A pesar de la importancia de la medicina basada en evidencias, gran parte de
las decisiones clínicas se basan en el buen criterio del médico, proceso que es difícil de
cuantificar o incluso valorar de manera cualitativa. Sus conocimientos y experiencia
tienen que servir de base para comparar factores conocidos, junto con las
incertidumbres inevitables y la necesidad de usar un juicio intelectual firme
(Longo et al., 2012).
Fernández, V. H.
Capítulo 3 Las funciones biológicas
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Capítulo 3 Las funciones biológicas
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141
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 4
Sistemas de control
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define “homeostasis” como paradigma de la fisiología y como base de la
práctica médica.
2. Explica la relación entre el “medio interno” y la homeostasis.
3. Define el término “estado estacionario” y su diferencia con el término
“equilibrio”.
4. Reconoce los componentes de un sistema de control en cualquier sistema
fisiológico regulado.
5. Describe los mecanismos de retroalimentación y su aplicación a los
fenómenos vitales.
6. Diferencia los mecanismos de retroalimentación y protoalimentación.
7. Define la importancia del término “alostasis” en la fisiología y la medicina.
8. Explica los mecanismos de control y ajuste de los parámetros fisiológicos en
diferentes situaciones normales o patológicos.
9. Explica las acciones de los mecanismos de control frente a una alteración
fisiológica y patológica.
10. Integra los valores de referencia en el estudio de los mecanismos de
compensación.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Sistemas de control
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
en las teorías físicas, sino de muchas constantes, en permanente investigación y
hallazgo, y de una cantidad indefinida de factores, que también deben hallarse e
investigarse. Los interrogantes propios de esta teoría consisten en preguntarse cuáles
serán unas y otros, aunque al responderlos se empleen herramientas provenientes de
la bioquímica y de la biofísica.
Esta capacidad de los seres vivos para “autorregularse” o volver a la
“normalidad” para mantener su equilibrio vital es un concepto extraordinariamente
importante en la fisiología moderna, que también da los fundamentos para
comprender los mecanismos de las enfermedades (Patton y Thibodeau, 2013).
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Para poder sobrevivir en un medio cambiante, el organismo debe mantener,
no solo su estructura micro y macroscópica relativamente estables, sino
también los procesos biológicos que se llevan a cabo en él.
Las células de un organismo sólo funcionan correctamente dentro de un intervalo
estrecho de temperatura, pH, concentraciones iónicas y accesibilidad a nutrientes y
deben sobrevivir en un medio en el que estos parámetros varían constantemente.
A nivel celular, el mantenimiento de las funciones fisiológicas es posible debido
a la existencia de las membranas semipermeables que posibilitan mantener su
medio intracelular bajo un estricto control (Mulroney y Myers, 2011),
independientemente de los cambios en su LEC.
En este sentido, para que las células puedan sobrevivir es necesario conservar
el equilibrio del LEC del organismo, manteniendo relativamente constante las
concentraciones de las diferentes moléculas y iones esenciales para la vida; por lo cual
en 1929 Walter Cannon (1871-1945), médico y fisiólogo norteamericano, delineó el
concepto que hizo posible explicar esta propiedad de regulación del cuerpo y la llamó
“homeostasis”, tomando las ideas de Bernard y considerando que las características
del medio interno no son constantes (no se mantienen siempre en un mismo valor)
sino que son estables, variando (aumentando o disminuyendo) dentro de un estrecho
margen. 144
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
como extremos medioambientales (calor intenso), esfuerzo físico extremo o reducción
drástica de recursos esenciales (alimentos).
Otras alteraciones se originan en el propio medio interno mediante agresiones
químicas, como la disminución de la glucosa en sangre (hipoglucemia) por debajo
de lo normal, el envejecimiento o la enfermedad.
Los desequilibrios homeostáticos también se pueden deber a agresiones
psicológicas como las exigencias del trabajo, del estrés de la vida diaria o por el
pobre manejo de las emociones.
En la mayoría de los casos, la alteración de la homeostasis es leve y transitoria,
por lo cual, las respuestas de las células del organismo restablecen con rapidez el
equilibrio del medio interno; mientras que, en otros casos, la alteración de la
homeostasis puede ser intensa y prolongada, como en las intoxicaciones, la exposición
a temperaturas extremas, las infecciones graves o la cirugía mayor (Tortora y
Derrickson, 2018).
Por tanto, para equilibrar y mantener la homeostasis, el cuerpo cuenta con
sistemas de regulación que se caracterizan por:
1. El importante papel del sistema nervioso y del sistema endocrino, en el
mantenimiento de los mecanismos de regulación a nivel celular hasta el de 145
organismo.
2. Tener un nivel tónico de actividad (siempre activo), el cual un sistema puede
variar en más o en menos.
3. Presentar controles antagónicos, en el cual es factible encontrar
mecanismos que se contraponen para mantener el equilibrio.
4. Estar mediado por señales químicas que pueden tener diferentes efectos en
diferentes tejidos corporales (agonistas en unos y antagonistas en otros).
5. Tener un conjunto de procesos continuos, lo cual implica el registro y
regulación de múltiples parámetros.
6. Tener una efectividad que varía a lo largo de la vida de los individuos.
7. Llevar a la enfermedad si ocurre un fallo en los mecanismos homeostáticos
ya que el cuerpo no puede mantener parámetros dentro de su rango de
normalidad.
De lo expuesto, se define a la homeostasis como “el mantenimiento del medio
interno en un estado relativamente constante gracias a un conjunto de
respuestas adaptativas que permiten conservar la salud y la vida” (Mosby,
2015).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Este equilibrio dinámico de las funciones,
Cambios externos
permite al cuerpo mantener cada uno de sus
parámetros dentro de ciertos rangos
Medio interno
“normales”.
El concepto de homeostasis enfatiza que
la constancia del medio interno resulta de un
estado de equilibrio dinámico o Zona de equilibrio
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
b) Un controlador o compensador que, con base en la señal de error, es
capaz de emitir una señal de salida (señal de corrección) para corregir
la desviación; señal eferente a través de la cual, la respuesta elaborada
por los centros de procesamiento llega a los órganos efectores.
5) El efector es quien recibe la señal eferente y llevará a cabo la respuesta
necesaria para compensar el sistema modificando la variable controlada. Esta
corrección de la desviación de las variables requiere energía y, si bien todas las
células del organismo pueden actuar como efectores, los principales
responsables de ejecutar las respuestas son el tejido muscular (esquelético,
liso y cardíaco) y los epitelios glandulares.
La interacción de estos elementos en un sistema de comunicación integrado y
complejo, da lugar al denominado “bucle de regulación por retroalimentación”.
La retroalimentación es un flujo de información a través de un asa cerrada
(Rhoades y Bell, 2018).
Muchos de los sistemas de regulación del organismo requieren una
comunicación y coordinación de larga distancia, mediante un sistema de “control
reflejo”, característicos del sistema nervioso y el sistema endócrino.
Sin embargo, la forma de control más simple es el control local, que está
148
restringido a tejidos o células determinados, donde un cambio relativamente aislado
ocurre en un tejido. Una célula o un grupo de células cercanas perciben el cambio en
su entorno inmediato y responden, generalmente, liberando una sustancia química,
pero la respuesta está restringida a la región donde ocurrió el cambio.
Un ejemplo de control local ocurre cuando disminuye la concentración de O2 en
un tejido. Las células endoteliales que revisten los pequeños vasos sanguíneos que
irrigan el área perciben la menor concentración de oxígeno y responden secretando
una señal química como el CO2, el exceso de potasio local, el óxido nítrico (ON), el cual
se difunde a los músculos lisos de la pared del vaso sanguíneo (por ejemplo, los
esfínteres precapilares), llevándoles un mensaje de relajación, lo cual dilata el vaso
sanguíneo incrementando el flujo sanguíneo hacia el tejido y lleva más O2 al área
(Silverthorn, 2019).
Más aun, las células ya presentan mecanismos internos de regulación de sus
procesos metabólicos vitales para los seres multicelulares. Por ejemplo, las
enzimas alostéricas (es decir, con dos estados) son reguladas, generalmente, por la
concentración de producto sintetizado por la cadena metabólica de la que la propia
enzima es parte inicial. Este sistema regulador de la síntesis de determinados
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
productos intracelulares es una versión simplificada de los sistemas de regulación por
retroalimentación negativa (Delgado, 2005).
Asimismo, la célula dispone de transportadores de membrana que regulan la
entrada de solutos en su interior, así como de mecanismos para su almacenamiento o
utilización. Naturalmente, todos estos procesos activos de creación de gradientes y
diferencias se realizan con el consumo de energía metabólica en forma de ATP
(Delgado, 2005).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
El cuerpo humano sano debe mantener sus variables fisiológicas en
equilibrio para mantener la salud. Este equilibrio necesariamente debe ser
un equilibrio dinámico (estacionario).
Cuando se habla de equilibrio, lo primero que viene a la mente de muchas personas
es un estado de quietud, un estado de inmovilidad. Por ejemplo, una silla se encuentra
en un rincón de la sala y está quieta, ya que no existen fuerzas que la muevan y la
saquen de su estado inicial. Esto es lo que se denomina “equilibrio estático”.
Sin embargo, es posible pensar en el equilibrio como el que debe tener un
“equilibrista” que camina sobre una cuerda floja. Este artista circense, al caminar por
dicha cuerda, se tambalea de un lado hacia otro, mientras trata de corregir su postura
corporal para evitar caerse. Para ello, gasta energía ya que debe usar los músculos
correctos para mantener su equilibrio, mientras completa su trayecto, procesos que se
denomina “equilibrio dinámico”.
En el caso de las variables fisiológicas, estas deben mantenerse en un equilibrio
dinámico porque siempre hay perturbaciones que las modifican y tratan de
alejarla de su punto de referencia, set point o punto medio. Por ejemplo, es necesario
que nuestros niveles de glucemia se mantengan relativamente invariables en el
tiempo ya que, como principal fuente celular de energía, sus variaciones en el medio
interno (plasma sanguíneo) afectarán a las funciones celulares, dado que esta 151
“glucemia” constituye la reserva para el aporte continuo de todos los tejidos.
Generalmente, la duración de este equilibrio suele ser corto, ya que persiste
mientras la producción o entrada de glucosa al sistema y el consumo de ésta por las
células se mantienen razonablemente constantes. En este caso ocurre un equilibrio
denominado “estacionario”. En este sentido, es importante recordar que el cuerpo
humano es un sistema abierto que intercambia calor y sustancias con el medio
externo, por lo cual debe mantener el “equilibrio de masas” (Silverthorn, 2019).
La ley del equilibrio de masas establece que, “para que la cantidad de
una sustancia del organismo se mantenga constante, toda ganancia debe ser
compensada por una pérdida igual”. La cantidad de una sustancia del organismo
también se denomina “carga del organismo”. Por ejemplo, la pérdida de agua hacia
el medio externo (salida) en forma de sudor y de orina debe estar equilibrada con la
ingesta de agua del medio externo más el agua producida metabólicamente (entrada)
(Silverthorn, 2019).
Equilibrio de masas = carga corporal existente + ingesta + producción
metabólica – excreción – eliminación metabólica
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Para mantener el equilibrio de masas, por un lado, el organismo excreta la
materia, es decir, elimina sustancias del cuerpo mediante un proceso de “excreción”,
generalmente a través de la orina, las heces, los pulmones o la piel, como es el caso
del CO2 producido durante el metabolismo y es excretado a través de los pulmones,
mediante una serie de pasos que le permiten hacerlo.
En este sentido, muchos “xenobióticos” (del griego “xenos”, sustancias
extrañas) que ingresan en el organismo, tales como los fármacos o los aditivos
artificiales de los alimentos, son eliminados por el hígado y los riñones.
Por otro lado, para mantener el equilibrio de masa, las sustancias se
transforman en otras diferente, por medio del metabolismo. Los nutrientes que
ingresan en el organismo se convierten en el sustrato (punto de partida) para las vías
que transforman el nutriente original en una molécula diferente. Sin embargo, esto
crea una nueva alteración del equilibrio de masas, agregando más de la nueva
sustancia o metabolito (producto creado en una vía metabólica) al organismo.
El principio de flujo de masa es el que utilizamos en fisiología y la clínica
para hacer un seguimiento de las diferentes sustancias a través del organismo. La
ecuación para el flujo de masas de una sustancia X es:
Flujo de masas = concentración de X × flujo de volumen
152
(cantidad x/min) = (cantidad X/volumen) × (volumen/min)
El flujo de masas puede utilizarse para determinar la velocidad de ingreso,
velocidad de la excreción o velocidad de la producción de X.
Por ejemplo, si a un paciente se le administra por vía intravenosa (i.v) una
solución de glucosa que tiene una concentración de 50 g de glucosa/L de solución, a
razón de 2 mL/min, el flujo de masas de glucosa en el organismo será:
50 g de glucosa/L × 2 mL/min = 0,1 g de glucosa/min
Por tanto, la velocidad de entrada de la glucosa en el organismo será de 0,1 g
de glucosa/min (obsérvese que el flujo es la cantidad de X por unidad de tiempo).
Cuando las sustancias ingresan en el organismo, primero se convierten en parte
del LEC, principalmente el plasma. Hacia dónde se dirige después la sustancia
depende de si puede o no atravesar las diferentes membranas del cuerpo (membrana
endotelial y membrana celular) hasta llegar al interior celular.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Sin embargo, es muy difícil seguir a la sustancia X en el cuerpo de forma
directa, pero sí podemos seguir la velocidad a la que desaparece de la sangre, proceso
denominado “depuración” o “aclaramiento”, que es el “volumen de sangre
liberada de una sustancia determinada por unidad de tiempo”. Por esta razón,
la depuración es solo una medida indirecta de cómo se elimina una sustancia.
El riñón y el hígado son los dos órganos principales que eliminan solutos del
organismo. Los hepatocitos metabolizan muchos tipos de moléculas diferentes,
especialmente los xenobióticos, tales como los fármacos. Los metabolitos resultantes
pueden ser secretados hacia el intestino para su excreción a través de las heces, o
pueden ser liberados en la sangre para su eliminación por los riñones con la orina
(Silverthorn, 2019).
154
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Los lactantes y los niños tienen una mayor necesidad de agua, y aunque ambos
tienen una mayor proporción de agua corporal que los adultos, los lactantes tienen
una capacidad limitada para concentrar la carga de solutos renales y además tienen
un área de superficie muy grande por unidad de peso corporal que aumenta sus
pérdidas hídricas cutáneas. Un bebé de 1 año necesitará del orden de 90 ml/kg/día.
Esta cantidad irá disminuyendo con la edad hasta llegar a los 30-35 ml/kg/día,
necesarios para el adulto. Los ancianos tienen algo alterados los mecanismos que
equilibran su balance hídrico, fundamentalmente la sed (González, 2006).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
en la producción de hormona antidiurética (ADH)
o vasopresina mediante neuronas
magnocelulares (que también producen oxitocina-
OXY), importante para conservar el agua corporal
cuando se restringe la ingesta de líquidos (Bourque,
2008).
Además, el OSF tiene receptores para la
angiotensina II (Ang II) y el péptido natriurético
auricular (ANP) (Melmed et al., 2016).
Se considera que las células secretoras de ADH
hipotalámicas y las del OSF son importantes
osmorreceptores, que constituyen el centro de la
sed del cerebro en conjunto.
Los osmorreceptores pueden detectar un
aumento de la concentración de solutos (osmolaridad)
de los líquidos extracelulares por pérdida de agua o
ganancia de solutos. Las señales generadas por los
osmorreceptores del OSF y el hipotálamo estimulan
la secreción de ADH además de otra serie de 156
funciones corporales, como una menor secreción de
saliva (Patton y Thibodeau, 2013).
Las señales del OSF se envían también de forma directa al cerebro, donde se
produce la sensación consciente de sequedad de boca y sed, y se inician
comportamientos y procesos de pensamiento complejos que, en muchos individuos,
incluyen la percepción de una necesidad de consumir más agua (respuesta
comportamental), resultando en un aumento global de la ingesta de líquidos para
contrarrestar las mayores pérdidas, sea cual sea su origen y que tiende a recuperar el
equilibrio hídrico.
Además, debido a la pérdida de líquido, cae la presión arterial media (PAM)
lo cual reduce la perfusión sanguínea renal, principalmente hacia la arteriola
aferente y produce la liberación de una enzima denominada “renina” de las células
yuxtaglomerulares (YG), el cual desencadena una cascada de reacciones en el
plasma sanguíneo ya que transforma una proteína liberada por el hígado llamada
“angiotensinógeno” en “angiotensina I” (Ang I), el cual, a su vez, es transformado
en “angiotensina II” (Ang II) bajo la acción de las enzimas constitutivas en el
endotelio capilar de los pulmones llamada “enzima conversora de angiotensina”
(ECA).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
La Ang II es un potente vasoconstrictor, lo cual aumenta la resistencia
periférica total (RPT) y estimula la liberación de una hormona esteroidea llamada
“aldosterona” desde la corteza suprarrenal (zona glomerulosa), la cual hace que el
riñón reabsorba agua y sodio.
La activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA),
además de aumentar la resistencia vascular, también aumenta volumen sanguíneo,
causando al final que la PAM se eleve (Rhoades y Bell, 2018). Los detalles sobre el
SRAA se discutirán más adelante en el capítulo de regulación de la presión arterial.
157
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
La TFG, excepto en condiciones anómalas, permanece constante, de modo que el
volumen urinario no suele fluctuar. Sin embargo, la TRT de agua, por el contrario,
varía considerablemente, de manera tal que ajusta el volumen urinario a la ingesta
de líquido en mayor medida que la TFG. La cantidad de ADH y de aldosterona que se
secretan regulan la cantidad de agua que es reabsorbida por los túbulos renales.
En definitiva, el flujo urinario (volumen de orina por minuto) viene regulado
sobre todo por las hormonas secretadas por la ADH, por la aldosterona y por ANP,
que es una hormona secretada por miocitos de la aurícula derecha, principalmente,
frente a un aumento del volumen sanguíneo cuando existe, por ejemplo, un consumo
extra de agua, de modo que ésta estimula la excreción del exceso de sodio y agua por
los riñones. De aquí es que el ANP funciona como hormona contrarreguladora de la
ADH y la aldosterona, incluso a la Ang II (Patton y Thibodeau, 2013).
Es importante destacar que, aunque los cambios en el volumen de líquido
eliminado a través de la piel, los pulmones y el intestino también afectan la relación
ingesta/eliminación de líquido, estos volúmenes no se ajustan automáticamente a la
ingesta líquida, como sucede con el volumen urinario.
Como vimos, este proceso es un claro ejemplo de mecanismos de
retroalimentación negativa que trata de mantener el equilibrio de los líquidos
corporales, además de que se cruza con otros mecanismos como el de la regulación de 158
la PAM.
La frecuencia respiratoria y la cantidad de sudor pueden afectar en gran
medida la eliminación de líquidos si existen determinadas situaciones anómalas. Por
ejemplo, una persona que está hiperventilando durante mucho tiempo pierde gran
cantidad de agua a través del aire que espira. Si, como sucede con frecuencia, el
paciente ingiere, además, poca agua por vía oral, la eliminación de líquido excede la
ingesta y se produce un desequilibrio líquido denominado deshidratación (es decir, un
descenso en la cantidad de agua corporal total).
La gravedad de la deshidratación se puede determinar mediante el peso
corporal expresado como porcentaje del peso normal (hidratado). Los síntomas van
desde la simple sed a debilidad muscular e insuficiencia renal prerrenal.
Clínicamente, la deshidratación se suele detectar por una pérdida de la elasticidad
o turgencia cutánea, que se manifiesta en que, al pellizcar la piel, ésta recupera su
forma original con lentitud, también presentará los ojos hundidos y la lengua seca (o
boca seca), incluso, en casos más graves, fiebre y trastornos neurológicos.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Otro ejemplo de sistema de retroalimentación negativo es el de la regulación
de la temperatura corporal.
En este caso (caso clínico 4) teníamos a Juan de 20 años, estudiantes de medicina
quien descansa en su habitación en ropa interior y no se cubre con mantas. El aire
acondicionado se encuentra encendido con una temperatura ambiente de 20 °C y
moderada humedad.
Su temperatura corporal es de 37 °C y pierde calor al ambiente externo porque
la temperatura de su habitación es baja (22 °C). Sin embargo, la variable
(temperatura corporal) permanece constante porque la producción de calor
metabólico (entrada) es igual a la pérdida de calor del cuerpo (salida). En estas
condiciones, el cuerpo no presenta ganancia o pérdida netas de calor y la temperatura
del cuerpo permanece constante y el sistema está en un estado estacionario. Además,
esta temperatura de estado estacionario es el punto de ajuste (set point) o punto de
funcionamiento óptimo, del sistema termorregulador.
Ahora, en el caso de Juan, supongamos que baja rápidamente la temperatura
de la habitación a 18 °C. En estas condiciones, la perdida de calor corporal de Juan
aumenta inmediatamente, alterando el equilibrio entre pérdida y ganancia de calor.
Por lo tanto, la temperatura corporal comienza a caer. Sin embargo, una variedad de
respuestas homeostáticas se produce muy rápidamente para limitar la caída. 159
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
En este sentido, cambios en el ambiente externo pueden desplazar los valores
de una variable de su punto de ajuste. Sin embargo, estos puntos de ajuste pueden ser
“reseteados” a un nuevo valor.
Para ejemplificar, seguimos con el caso de Juan, quien al día siguiente se siente
mal y tiene que estudiar para su primer examen de Fisiología. Empezó a sentir calor,
cansancio, dolor muscular y articular con malestar general. También empezó con tos
seca y dolor de garganta y de cabeza. Luego comenzó a temblar (escalofríos) porque
sentía frio y presentó secreción nasal abundante.
Su compañera Laura, quien fue a estudiar a casa de Juan, lo vio y le tomo la
temperatura axilar obteniendo un valor de 38,2 °C. Deciden ir al hospital y en la
guardia de emergencia le miden la temperatura oral obteniendo un valor de 38,7 °C.
Por los signos y síntomas, el médico sospecha que es un cuadro gripal y decide
enviarlo a su casa indicándole ibuprofeno vía oral (V.O) 400 mg cada 6 horas,
asegurando hidratación adecuada, evitando ropa de abrigo excesivo y darse un baño
templado o colocarse una toalla empapada en agua. Además, debe guardar reposo por
5 días y, por ende, perderá su primer examen.
Recordemos que la fiebre es el aumento de la temperatura corporal por encima
de los valores normales (mayor a 37,5 °C en la cavidad bucal) que suele producirse
160
durante una infección, inflamación u otras enfermedades que desencadenan una
reprogramación de los centros termorreguladores hipotalámicos, mediada por
citocinas, principalmente la interleuquina 1 (IL-1) que es un pirógeno
endógeno, en respuesta a un estímulo pirógeno exógeno.
Dado el ritmo circadiano que presenta, deben considerarse como fiebre los
registros matinales mayores a 37,2 °C y los vespertinos mayores de 37,7 °C
(Argente y Álvarez, 2013; Dinarello y Porat, 2016).
En respuesta a esta elevación, se produce un proceso activo que tiene como
objetivo alcanzar el nuevo punto de control, el cual se logra fisiológicamente
disminuyendo las pérdidas de calor con vasoconstricción y produciendo escalofríos.
Es importante aclarar que la fiebre no es una enfermedad en sí misma sino un
signo clínico muy común de enfermedad.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Vía aferente
Temperatura
corporal aumenta a
lo normal (36,8 °C)
Comparador
EFECTOR Valor sensado Valor de referencia
(vasos sanguíneos, músculo (36,4 °C) vs (36,8 0,4 °C)
esquelético)
HIPOTÁLAMO
Vía eferente
Señal de CENTRO DE
Controlador Señal de error
corrección
T = - 0,4 °C CONTROL
+ 0,4 °C (SNC)
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
El grado de eficacia con el que un sistema de control mantiene las
condiciones constantes está determinado por la “ganancia” de la
retroalimentación negativa.
La termorregulación refleja produce, por un lado, una Respuesta
Termorreguladora al Frío (RTF) y por el otro, una Respuesta
Termorreguladora al Calor (RTC). La RTF es una combinación integrada de
respuestas automáticas que incluye termogénesis simpática en el tejido adiposo
pardo, termogénesis por escalofrío en el músculo esquelético, incremento en la
producción de dióxido de carbono espirado por aumento de la actividad metabólica y
taquicardia. Por su parte, la RTC incluye vasodilatación cutánea, taquicardia y
sudoración (Picón-Jaimes et al., 2020).
Existen receptores de temperatura en la piel, como los corpúsculos de
Ruffini que perciben los cambios de temperatura relacionados con el calor, además
de registrar su estiramiento y los corpúsculos de Krause que se activan ante la
presencia de frío, principalmente en las extremidades distales, es decir en las manos
y pies.
Estos receptores se conectan con neuronas sensitivas aferentes primarias cuyos
somas se ubican en los ganglios de la raíz dorsal y núcleo espinal del nervio trigémino,
transmitiendo información térmica, periférica y somática del cuerpo y la cara, 162
respectivamente.
En el caso del cuerpo, el axón de estas neuronas hace sinapsis con neuronas
aferentes secundarias en la lámina I de la asta dorsal de la médula espinal. Las
neuronas aferentes secundarias de la lámina I de la asta dorsal, se dividen en
poblaciones separadas que incluyen neuronas nociceptivas especificas activadas por
estímulos mecánicos y térmicos, neuronas nociceptivas polimodales activadas ante
estímulos mecánicos, estímulos térmicos de frio y calor, y neuronas termorreceptivas
específicas que se clasifican, simultáneamente, en “frías” y “calientes”; estas se
activan cuando la piel es expuesta a frio y calor inocuo, respectivamente.
En la vía aferente del cuerpo, las neuronas frías de la lámina I de la asta dorsal,
se proyectan hacia el núcleo parabraquial lateral del mesencéfalo, específicamente a
los subnúcleos externo lateral y central. Por su parte, las neuronas calientes se
proyectan al subnúcleo dorsal del núcleo parabraquial lateral. Dado que las neuronas
frías y calientes de la lámina I secretan glutamato, su activación estimula a las
neuronas del mesencéfalo, de allí se envía información al hipotálamo (controla la
temperatura de forma refleja) y a los centros superiores conscientes del cerebro
(control conductual de la temperatura).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
El hipotálamo tiene un doble sistema de regulación de la temperatura. La
porción anterior o rostral, compuesta por centros parasimpáticos, es la
encargada de disipar el calor, mientras que, en la porción posterior con centros
simpáticos, conserva y mantiene la temperatura corporal.
El termostato hipotalámico (región posterior) detecta la temperatura de
la sangre y de las aferencias periféricas, y su diferencia entre la temperatura corporal
real y el valor establecido emite señales eferentes cuya vía principal de los impulsos,
que implican a ambos mecanismos (producción y pérdida de calor), llega al
hipotálamo lateral, de ahí a la porción media cerebral, tegumento pontino,
formación reticular, médula y desde las fibras simpáticas a los vasos sanguíneos de la
piel para generar la vasoconstricción y a las fibras motoras musculares para aumentar
la temperatura, o bien, a los vasos sanguíneos para producir vasodilatación
colinérgica (por acetilcolina) y las glándulas sudoríparas para favorecer la sudoración
y perder calor corporal.
La piel con folículos pilosos está inervada por el sistema noradrenérgico que
produce vasoconstricción y por nervios colinérgicos que producen vasodilatación,
mientras que la piel sin folículos, presente en las palmas, las plantas y los labios, es
inervada únicamente por fibras nerviosas vasoconstrictoras que, en normotermia,
mantienen un tono basal de vasoconstricción. 163
Frente a la disminución de la temperatura corporal, los vasos sanguíneos
presentan vasoconstricción simpática mediante activación de receptores alfa1-
adrenérgicos por acción de la noradrenalina (NA) y la sangre se aleja de la superficie
de la piel a través de las venas más profundas conservando así el calor. Otros
cotransmisores liberados por el sistema simpático son el ATP y neuropéptido,
contribuyendo significativamente a la vasoconstricción del tono vascular cutáneo en
respuesta al frio.
El músculo esquelético es el último sistema involucrado en la respuesta
termorreguladora al frío, especialmente si los otros mecanismos no logran compensar
el descenso de la temperatura. La activación de este efector está dada por la acción
sobre motoneuronas alfa y gamma del asta anterior de la médula espinal, que
producen contracciones musculares seriadas y repetitivas como temblores (tremor),
aumentando la generación de calor por aumento de la actividad celular muscular.
También se activan otras vías como el eje hipotálamo-hipófisis-glándula
tiroides para liberar hormona T3 y T4 las cuales aumentan el metabolismo de todas
las células blanco y ayudan a producir más calor. El otro eje involucrado es el
hipotálamo-hipófisis-glándula suprarrenal, para liberar cortisol, también para
favorecer la liberación de sustratos energéticos para las células.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
La activación del sistema nervioso simpático (SNS) por parte de estímulos
periféricos y termorreceptores centrales pueden estimular la termogénesis en el
tejido adiposo pardo. La liberación de noradrenalina del SNS y de adrenalina desde
la médula suprarrenal sobre receptores beta3-adrenérgicos pueden impulsar la acción
de las proteínas de desacoplamiento en la membrana mitocondrial interna (UCP-1,
UCP-2, UCP-3S y UCP-3L), especialmente la UCP-1, también es conocida como
termogenina y permite el paso de hidrogeniones a través de la membrana
mitocondrial interna sin producción de ATP. Por tanto, la actividad del SNS se
incrementa con el frio, lo que conlleva al aumento de la termogénesis.
164
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
vasos sanguíneos y mediante el bloqueo de la actividad nerviosa simpática. La
presencia de numerosas anastomosis arteriovenosas en la piel glabra (sin pelo), puede
conducir a grandes cambios en el flujo sanguíneo a estas regiones, pues en el calor,
las anastomosis arteriovenosas se abren y la sangre fluye directamente de arterias a
venas, evitando la alta resistencia de las arteriolas y las asas capilares.
En la piel sin folículos pilosos, si la pérdida de calor por convección resultante
de la relajación del tono vasoconstrictor es insuficiente para refrescar el núcleo,
entonces puede ocurrir un aumento adicional en el flujo sanguíneo de la
vasodilatación activa de la piel, aumentando así la pérdida de calor por convección,
como consecuencia de la respuesta a la liberación de acetilcolina y otros
transmisores de los nervios colinérgicos simpáticos con la capacidad de aumentar el
flujo sanguíneo cutáneo desde 300 ml/min hasta 8000 ml/min.
Otros cotransmisores responsables de esta respuesta son el péptido intestinal
vasoactivo (VIP), sustancia P, histamina, prostaglandinas y Receptor de Potencial
Transitorio V1 (RPTV1). También los nervios colinérgicos que controlan la sudoración,
producen vasodilatación activa al mismo tiempo mediante la activación de la enzima
óxido nítrico sintasa (ONS) la responsable de producir óxido nítrico (ON).
La evaporación del sudor permite que el calor se transfiera al medio ambiente
como vapor de agua, al igual que en la respiración. El principal factor limitante en la 165
capacidad de un ser humano para mantener la temperatura del cuerpo frente a un
desafío térmico es la disponibilidad de agua para la producción de sudor (ver control
hidroelectrolítico).
En una persona en un ambiente frío, por ejemplo, el termostato hipotalámico
sensa la temperatura corporal y lo compara con el valor establecido del termostato y
si hay diferencia, se denomina perturbación.
La diferencia entre la temperatura corporal y el valor establecido activa al
termostato hipotalámico, el cual emite señales eferentes para generar calor y alcanzar
la temperatura necesaria según el termostato. La diferencia entre el punto bajo de la
temperatura corporal real y la temperatura corporal final a estado estable se llama
corrección.
Si la temperatura corporal no alcanza por completo al valor establecido, la
diferencia restante entre la temperatura corporal final y su valor establecido
termostático se llama error. A partir de ello, la capacidad del sistema de control para
restituir el sistema a su valor establecido se llama ganancia, que es representada
con la ecuación que sigue:
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Ganancia = Corrección
Error
A partir de esta ecuación es obvio suponer que, a menor error, mayor
corrección del parámetro controlado y, por ende, mayor ganancia del sistema de
control.
En el caso de Juan, si en condición basal tenía una temperatura de 37 °C y el
termostato debía llevar a una temperatura de 39 °C, la diferencia detectada sería de
2 °C (39 – 37 °C) que correspondería a la corrección del sistema por la fiebre. Sin
embargo, se midió una temperatura corporal de 38,9 °C, por lo cual, existe un error
de 0,1 °C. Al usar la ecuación de ganancia del sistema, ésta es de 20 (sin unidades).
Si bien, aunque en medicina por lo general no calculamos la ganancia cuando
se atienden a un paciente, es una manera conveniente de pensar acerca de la
capacidad de los reflejos para restituir a lo normal, por medio de retroalimentación
negativa, un sistema perturbado. Mientras mayor es la ganancia, más alta es la
proporción entre la corrección y el error restante, y mejor es el sistema de control para
restituir el sistema a su valor establecido; así, por ejemplo, el control de la
temperatura corporal tiene una ganancia muy alta.
166
Así como existen mecanismos de retroalimentación negativa, también
existen mecanismos de retroalimentación positiva que conforman
subsistemas del anterior.
En la retroalimentación positiva se percibe a la perturbación de la variable y se
inicia la acción para reforzar el cambio en el mismo sentido. Justamente, el término
“positiva” se refiere a que la respuesta ocurre en la misma dirección y lleva a un
efecto acumulativo o amplificado. Lo que es importante entender es que la
retroalimentación positiva no lleva a la estabilidad o la regulación, sino a lo contrario,
un cambio progresivo en una dirección, lo cual puede ser dañino para la salud del
individuo sino es frenado o controlado, a su vez, de alguna manera (Rhoades y Bell,
2018).
Un ejemplo de retroalimentación positiva es la sensación o ganas de orinar
cuando la vejiga se llena de orina ya que los sensores mecánicos en su pared se
estimulan y el músculo liso empieza a contraerse. Conforme la vejiga continúa
llenándose y se distiende más, las contracciones aumentan y la necesidad de micción
se hace más urgente, hasta que se presenta una sensación de alivio inmediato al
vaciar la vejiga gracias al vaciado vesical por la micción y cesa completamente el
proceso (Rhoades y Bell, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Otro ejemplo de retroalimentación positiva ocurre durante la fase folicular
del ciclo menstrual, donde las hormonas sexuales femeninas, los estrógenos,
estimulan la secreción de hormona luteinizante (LH) desde la adenohipófisis, que a
su vez induce una mayor síntesis de estrógenos por el folículo ovárico predominante,
dando lugar a una retroalimentación positiva que culmina en la ovulación producido
por el pico de LH, donde cesa el proceso.
El parto normal (parto eutócico) también es un buen ejemplo de un sistema
de retroalimentación positiva, donde las primeras contracciones del trabajo de
parto empujan a parte del feto hacia el
cuello uterino, la parte más baja del
útero que termina en la vagina.
Células nerviosas sensibles
a la distensión registran el grado de
dilatación del cuello uterino y, a
medida que aumenta la dilatación,
envían más impulsos nerviosos al
encéfalo, principalmente al NSO y
NPV (neurona magnocelulares) del
hipotálamo, que producen a la 167
hormona oxitocina (OX) (junto con la
ADH) como parte de prohormonas
precursoras, más grandes, en los
cuerpos de esas neuronas, que después
se empacan en gránulos y se procesan
enzimáticamente para producirlas.
El flujo axoplásmico conduce los
gránulos por los axones, que luego se
acumulan en sus terminales en el
lóbulo posterior de la neurohipófisis
desde donde se secreta hacia el drenaje venoso y a la circulación sanguínea general.
La OX aumenta la fuerza de contracción de las paredes musculares del
útero, los cuales impulsan el descenso del feto por el útero, lo que dilata todavía más
el cuello uterino.
El ciclo de dilatación, liberación hormonal y aumento de fuerza de las
contracciones se interrumpe sólo con el nacimiento del bebé, momento en el cual cesa
la dilatación del cuello uterino y cesa la liberación de OX (Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Otro caso importante donde el organismo usa la retroalimentación positiva a
su favor, es el de la coagulación sanguínea. Cuando se rompe un vaso sanguíneo,
se activan enzimas plasmáticas, llamadas genéricamente factores de la
coagulación, para dar comienzo a la formación de un coágulo. Algunas de estas
enzimas actúan sobre otras enzimas inactivadas que están en la sangre
inmediatamente adyacente, con lo que se consigue que se activen más enzimas y se
acelere el proceso de formación del coagulo, hasta que el orificio del vaso se tapona y
cesa la hemorragia. A veces, este mecanismo se descontrola y provoca la formación de
coágulos no deseados e inicia, por ejemplo, la mayoría de los ataques cardíacos, que
pueden deberse a la formación inicial de un coágulo en la superficie interna de una
placa aterosclerótica en la arteria coronaria cuyo crecimiento continúa hasta que se
bloquea la arteria y causa un infarto del tejido (Hall y Hall, 2021).
Asimismo, otro uso importante de la retroalimentación positiva es la
generación de señales nerviosas o “potenciales de acción”, donde la
estimulación de la membrana de una fibra nerviosa provoca una pequeña entrada de
Na+ a través de los canales específicos de la membrana nerviosa y cambian el
potencial de membrana, lo que a su vez provoca la apertura de más canales, un
cambio mayor del potencial, la apertura de más canales, y así sucesivamente. Es decir,
una pequeña fuga de sodio se convierte en una explosión de sodio que entra en la fibra
168
nerviosa creando un potencial de acción en el nervio, lo cual provoca, a su vez, una
corriente eléctrica que fluye a lo largo del exterior y del interior de la fibra nerviosa e
inicia nuevos potenciales de acción (efecto dominó). Este proceso continúa una y otra
vez hasta que la señal nerviosa recorre la fibra hasta su extremo y finaliza por no
tener más canales que activar (Hall y Hall, 2021).
Con estos ejemplos, podemos ver que, aun cuando una variable pueda cambiar
rápidamente en la retroalimentación positiva, no aumenta indefinidamente ni entra
en una espiral sin control. Esto se debe a que algún factor siempre actúa para finalizar
el ciclo de retroalimentación positiva, bien eliminando el estímulo original o limitando
la capacidad del sistema para responder a ese estímulo (Stanfield, 2017).
Sin embargo, la retroalimentación positiva puede convertirse en un “círculo
vicioso”, aunque los mecanismos de control de retroalimentación negativa del
organismo pueden superar los grados leves de retroalimentación positiva y no se
desarrolla tal círculo.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Por ejemplo, si una persona
tiene una hemorragia de 1 L de
sangre, los mecanismos normales de
retroalimentación negativa que
controlan el GC y la PAM podrían
contrarrestar la retroalimentación
positiva y la persona se recuperaría;
pero si la persona tiene una
hemorragia aguda de 2 L de sangre,
la volemia disminuye hasta un nivel
tan bajo que no queda sangre
suficiente para que el corazón pueda
trabajar eficazmente y, como
consecuencia, cae la PAM y disminuye el flujo de sangre que llega hacia el músculo
cardíaco a través de los vasos coronarios, produciendo el debilitamiento del corazón,
se pierde el efecto de bomba por la hipoxia generada, disminuya aún más el flujo de
sangre coronario y el corazón se debilita aún más, repitiéndose el ciclo una y otra vez,
hasta que se produce la muerte por insuficiencia cardíaca aguda y de otros órganos
blanco (riñones, hígado, cerebro), llevando a una falla multiorgánica (Hall y Hall,
2021). 169
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Por el contrario, el concepto de reostasis sugiere que el ajuste del punto de
referencia de regulación de una variable fisiológica cambia en función de las
necesidades del organismo impuestas por las condiciones particulares del individuo
respecto a su desarrollo o por el ambiente que lo rodea.
Característicamente, lo ritmos biológicos presentan variaciones
regulares, rítmicas y altamente predecibles, que pueden ser diarios, mensuales,
estacionales o anuales. De estos ritmos, los más estudiados son aquellos que
presentan una periodicidad próxima a las 24 horas o circadianos (del latín “circa”,
alrededor), ultradianos más cortos o infradianos más largos.
Estos ritmos están comandados por los relojes biológicos que reúnen ciertas
propiedades esenciales y comunes: 1) Son innatos; 2) Conservados evolutivamente a
lo largo de todo el árbol filogenético desde cianobacterias al hombre; 3) Se mantienen
en condiciones ambientales constantes; 4) No se ven afectados por cambios en la
temperatura (compensación térmica); 5) Son sincronizables, es decir, se ponen en hora
mediante señales que provienen del medio ambiente: la luz, la alimentación, la
temperatura, etc. (Guido, 2013).
En general, los ritmos biológicos son una forma de adaptación al medio y
conllevan una organización temporal de las actividades bioquímicas, fisiológicas y
conductuales. 170
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Se ha propuesto que un sistema de protoalimentación, proacción o
anteroalimentación (feed-forward) podría anticiparse a la ocurrencia de
perturbaciones de las variables reguladas y permite anticipar los cambios del
ambiente o del organismo que requieren de un ajuste reostático.
Sin embargo, la reostasis requiere también de mecanismos que permitan
modificar el punto de regulación de variables específicas, sin comprometer el
funcionamiento corporal; de tal forma que una señal de protoalimetación que controle
la memoria donde se almacena el valor del punto de regulación dentro del comparador,
podría ser capaz de modificar el valor de referencia de los sistemas de
retroalimentación negativa y llevaría a la regulación homeostática a un nuevo
nivel de ajuste, acorde a las nuevas necesidades del organismo.
En este sentido, un sistema autorregulado (sistema biológico abierto) integra
tanto, procesos de retroacción o retroalimentación (feed-back), como de proacción
(feed-forward).
Por ejemplo, en una vía metabólica como la glucólisis, una enzima puede ser
inhibida por retroalimentación mientras otra es activada por proalimentación, como
ocurre con el ATP (producto) que inhibe por retroalimentación a la enzima
fosfofructocinasa 1, mientras que la fructosa-1,6-bifosfato (producto) activa por
proacción a la enzima piruvato cinasa (Ronner, 2019). 171
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
comportamiento sensorio-respuesta y también otros que resultan sólo de una
actividad cognitiva generada internamente por la activación secuencial de una serie
de grupos neuronales, llevando a la producción de movimiento.
Esto es importante ya que se puede adaptar la función del sistema de control
con respecto al tiempo. La experiencia previa y el aprendizaje pueden cambiar el
mensaje de salida del sistema de control, de modo que se conduzca más eficaz o
apropiadamente (Rhoades y Bell, 2018).
En definitiva, si bien, los procesos de retroacción (retroalimentación)
posibilitan al sistema reaccionar después de que se han producido los eventos, para
adaptarse de forma eficiente a un ambiente variable, debe ser capaz de anticipar lo
que es probable que ocurra en el futuro, por lo cual, los procesos de proacción
posibilitan las acciones anticipadas y proporcionan un método de control en el que la
información sobre las alteraciones esperadas, o posibles, o sobre las consecuencias del
funcionamiento, se emplea para generar una actividad tendente a preparar al sistema
de acción para afrontar tales alteraciones, para prevenirlas o para producir otros
efectos deseados (Gutiérrez, 2000).
Por lo expuesto, si prestamos más atención, el control de la temperatura
corporal mediante un arco reflejo tiene en realidad tres grandes modalidades que
comprenden a la retroalimentación negativa, retroalimentación positiva y 172
retrocontrol anticipado o proacción.
Retomemos el caso de Juan antes de su proceso febril para ejemplificar el
sistema como un sistema reostático.
Cuando la temperatura ambiente cae, los termorreceptores de la piel
inmediatamente detectan el cambio y envían esta información aferente al hipotálamo,
el cual, a su vez, envía señales eferentes a los vasos sanguíneos y los músculos, dando
por resultado la conservación de calor por vasoconstricción y producción de calor
corporal mediante acción muscular esquelética.
De esta manera, las respuestas termorreguladores compensadores se activan
antes de que el frío ambiental pueda producir la caída de la temperatura corporal del
individuo y lo lleve a una hipotermia.
Así, orientados por el modelo homeostático, Flichtentrei (2018) dice “los
médicos razonamos que cuando un parámetro se desvía de su valor de
referencia se debe a que se ha «roto» algún mecanismo interno, se trata de un
error. En consecuencia, aplicamos terapias para restaurar el valor
«inapropiado» a su valor normal”.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Sin embargo, prácticamente ninguno de los parámetros fisiológicos de los
individuos es constante; y sus variaciones, en lugar de significar un error,
aparentemente están diseñadas para reducir el error. Esto indica que la variación es
adaptativa a las demandas del ambiente en coincidencia con la teoría del caos.
La condición física obliga a la regulación adaptativa de aspectos de la fisiología
para ser eficiente en el ambiente cambiante al que se expone el individuo. Estas
necesidades se logran mejor utilizando la información previa para predecir la
demanda y luego ajustando todos los parámetros para afrontarla con las condiciones
necesarias (Flichtentrei, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
El control del peso corporal es un ejemplo de alostasis, ya que predice la
alta carga de sustratos oxidables proveniente de la ingesta alimentaria y dispone los
mecanismos metabólicos para sobrellevar esa demanda o sobrecarga mediante el
almacenamiento en forma de grasa y la resistencia a la insulina (Flichtentrei, 2018).
Lo mismo ocurre con el control de la presión arterial en condiciones de alta
demanda ambiental (estrés), el cual adopta un comportamiento predictivo
alostático para afrontar, anticipándola, la alta carga del contexto mediante la
activación sostenida de los ejes hipotálamo-hipófisis-adrenal y SNS (Flichtentrei,
2018).
De este modo, el concepto de alostasis representa un avance en la integración
de recursos neurológicos, psicológicos, endocrinos e inmunitarios, en la
necesidad de adaptación a entornos en constante cambio. Podríamos decir que la
alostasis se refiere a la calidad de vida y es una concepción dinámica de la salud.
Además, es evidente que el concepto de alostasis se relaciona estrechamente
con el de reostasis en el desarrollo teórico de mecanismos de regulación sistémicos,
más que con el concepto lineal de la homeostasis, fundamental para explicar los
procesos vitales, tanto en salud como en enfermedad.
Desde esta perspectiva, la fisiología no puede limitarse a la descripción aislada
175
de las funciones de los diferentes órganos y sistemas, pues dichas funciones deben ser
estudiadas teniendo en cuenta su participación en la tarea común de mantener el
medio interno funcional y la vida del ser humano.
Por ello, desde el ámbito clínico, como dice Pilnik (2010), deberíamos considerar
el papel de la carga alostática en la génesis de algunas patologías, como la
hipertensión arterial, el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular (ACV), el
síndrome metabólico, las enfermedades inmunológicas y las enfermedades
psiquiátricas, como la depresión; por lo cual es tan importante la entrevista clínica
como la observación del paciente, la medición de la circunferencia abdominal y los
valores de laboratorio, considerando la alostasis y la carga alostática en la práctica
clínica para tratar de detectar las posibles enfermedades. Inclusive debemos
considerar la interconsulta con especialistas (cardiólogos, psiquiatras, inmunólogos)
ante la duda.
En palabras de Flichtentrei (2018), “pensar algunas patologías como la
obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, trastorno de ansiedad, entre
muchas otras, bajo un modelo alostático puede enriquecer los recursos
conceptuales del médico y modificar el abordaje de enfermedades
prevalentes”.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
A raíz de lo anterior, surgen algunos conceptos relacionados con los
sistemas de control como la adaptación, ambientación y aclimatación.
Por lo general, el hombre se encuentra en equilibrio dinámico con el ambiente que lo
rodea, lo cual es importante para su supervivencia. Por ello, se dice que el hombre
está “adaptado” a las condiciones en las cuales vive.
Este proceso de “adaptación” es distinto a otros procesos como el de
ambientación y el de aclimatación, pues implica cambios a nivel genético que le
han permitido ajustarse a las condiciones cambiantes del entorno (evolución por
selección natural). Justamente, esta es característica fundamental de los seres vivos
dado que estamos más organizados que el medio que nos rodea y que debemos
mantener esa situación a lo largo de nuestras vidas.
De este modo, el término adaptación, aunque ampliamente utilizado en todos
los niveles y en diferentes contextos, se lo utiliza de manera errónea ya que se refiere
a cambios genéticos fundamentales para la supervivencia de una especie en un
entorno cambiante, por lo cual se debe tener cuidado ya que es común que muchas
personas piensen que en los seres humanos existen diferencias significativas entre
unas etnias (del griego, “ethnos”, pueblo o nación) y otras, llamando “razas” cuando
la palabra tiene un origen muy poco claro y sin sustento científico (biológico, genético)
alguno; es decir, las razas en la especie humana no existe (Kashindi, 2016). 176
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Así, tras varios días, el individuo se ha ambientado a las nuevas condiciones.
Este es el ejemplo típico de ambientación a la altitud, donde los mecanismos
pueden ser muy dispares entre sí y ponerse de manifiesto a corto, mediano o largo
plazo (Delgado, 2005).
Por su parte, la “aclimatación” es el mismo proceso que la ambientación, solo
que los cambios son inducidos de forma artificial. Además, tanto la aclimatación como
la ambientación son procesos reversibles, a diferencia de la adaptación que es
irreversible (Randall et al., 2002).
Por ejemplo, si un fisiólogo coloca a una persona en una cámara hipobárica
(condición experimental, artificial, de laboratorio), simulando condiciones de gran
altitud, el individuo se habrá aclimatado a las condiciones experimentales en unos
pocos días.
Otro ejemplo simple de aclimatación es la acción del aire acondicionado que
mantiene una temperatura agradable cuando el ambiente exterior es caluroso. Al
utilizarlo, las personas nos aclimatamos de manera artificial o con ayuda de
dispositivos tecnológicos.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
4. Tóxicas. Debidas a los efectos de sustancias tóxicas producidas por organismos
(toxinas bacterianas, animales y vegetales) o por determinados compuestos
químicos. Son ejemplos el botulismo, intoxicación por veneno de serpientes o de
arácnidos, intoxicación por monóxido de carbono, metanol, metales pesados y
pesticidas, algunas enfermedades profesionales y ambientales.
5. Autoinmunes. Debidas a una alteración de los mecanismos de reconocimiento
del sistema inmunitario, que reacciona contra el propio organismo como la
artritis reumatoide, miastenia gravis, enfermedad de Hashimoto, diabetes
mellitus insulinodependiente.
6. Alérgicas. Debidas a la reacción del sistema inmunológico y a agentes externos
(antígenos) como en la fiebre del heno, urticaria, intolerancia a los alimentos,
etc.
7. Inflamatorias. Causadas por una activación descontrolada y continuada de
respuestas inflamatorias que causan daño en los tejidos; por ejemplo, artritis
reumatoide, psoriasis, enfermedad pélvica inflamatoria, etc.
8. Metabólicas. Debidas a anomalías de las reacciones químicas metabólicas,
que normalmente dirigen la síntesis o la destrucción de las moléculas como
ocurre en la fenilcetonuria, gota, diabetes mellitus, etc.
9. Degenerativas. Debidas a la degeneración progresiva de las funciones
nerviosas y otros tejidos como ocurre en la enfermedad de Parkinson, 178
enfermedad de Alzheimer, esclerosis múltiple, corea de Huntington,
fibromiositis, etc.
10. Trastornos mentales y relacionados con el uso de sustancias. Debidos a
causas orgánicas y/o ambientales; debidos al uso de sustancias psicoactivas
como ocurre con la depresión, histeria, paranoia, esquizofrenia, retraso mental,
trastornos psicosomáticos, trastornos causados por el consumo de alcohol,
anfetaminas, opiáceos, cocaína, hachís, nicotina, etc.
11. Enfermedades por desequilibrios nutricionales. Debidas a la ingesta
reducida o excesiva de sustancias nutritivas, a disturbios de la absorción o a la
carencia de elementos nutritivos esenciales como ocurre en la anorexia,
obesidad, kwashiorkor, escorbuto, pelagra, malnutrición, avitaminosis, etc.
12. Traumatismos y accidentes. Debidas a accidentes capaces de provocar
lesiones en un organismo sano como las heridas, fracturas, asfixia, fulguración,
quemaduras solares, shock eléctrico, daños por radiación, lesiones deportivas,
barotraumas, algunas enfermedades profesionales y ambientales.
13. Tumorales. Causadas por un exceso de células malignas o cancerosas, con
crecimiento y división más allá de los límites normales y en las cuales puede
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
aparecer compromiso del tejido circundante y metástasis. Son ejemplos, el
cáncer de mama, de colon, de próstata, de ovarios, etc.
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
Por su parte, si bien el depósito de grasa abdominal alrededor de los riñones
(adiposidad retroperitoneal) y del corazón (adiposidad pericárdica) es mucho menor
en volumen a la adiposidad abdominal, puede tener un efecto local importante en
términos paracrinos, fomentando la producción de compuestos ligados a la
inflamación que actúan sobre células vecinas; de ahí que, esta particularidad, se haya
relacionado con el desarrollo de la hipertensión arterial (De´Marziani et al., 2016).
180
Fernández, V. H.
Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
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Capítulo 4 Control y mantenimiento de las funciones biológicas
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183
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 5
Los procesos de transporte
y sus consecuencias
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Clasifica los diferentes tipos de transporte a través de las membranas
celulares de acuerdo a las diferentes características.
2. Explica los fundamentos energéticos de los procesos de membrana.
3. Define las leyes químicas y físicas que rigen los procesos de transporte de
membrana.
4. Define el coeficiente de reflexión y explicar cómo afecta a la permeabilidad
relativa de la célula al agua y los solutos.
5. Compara la presión osmótica generada a través de una membrana celular
por distintas soluciones de uso clínico.
6. Integra los mecanismos de membrana en diferentes situaciones del
individuo.
7. Explica cómo las concentraciones de iones y otros solutos influyen sobre el
volumen celular y como se regula por la célula.
8. Describe los mecanismos fisiológicos para regular la osmolaridad.
9. Explica los mecanismos de transporte transepiteliales y su importancia
fisiológica y de aplicación médica.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Es importante notar que, si no se hubieran desarrollado órganos que permiten
mantener el medio interno regulado y estable dinámicamente, mediante el aportar de
nutrientes, electrólitos y agua, así como eliminar los productos de desecho por la
espiración, la orina y las heces, no sería factible mantener la vida durante un cierto
periodo de tiempo.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
La fluidez normal de la membrana es necesaria para el funcionamiento y
crecimiento celular, así como para la óptima función de las proteínas de transporte,
actividad enzimática y del sistema de señales; además, es una estructura
semipermeable ya que permite el pasaje de algunas sustancias y otras no.
La membrana celular lipófila protege al interior de la célula del líquido del
espacio extracelular de composición completamente distinta. Su presencia resulta
fundamental para que la célula pueda mantener su LIC gastando energía metabólica.
Los canales (poros proteicos), los transportadores (proteínas
acarreadoras o carriers), las bombas iónicas y el proceso de citosis permiten el
transporte transmembrana de determinadas sustancias, bien sea la importación o
exportación de sustratos metabólicos o metabolitos o el transporte dirigido de iones,
con los que se puede producir y modificar el potencial de la membrana celular, que
resulta fundamental para la excitabilidad de los nervios y las células musculares.
También el transporte dirigido puede aminorar las consecuencias de la entrada
de determinadas sustancias para las que la membrana tiene una buena
permeabilidad, como el agua y el CO2. Este mecanismo regulador permite compensar
los cambios no deseados del volumen celular y del pH intracelular (Silbernagl y
Despopoulos, 2009).
186
Las moléculas que llegan a las células desde el LEC y que sirven como
nutrientes, deben ingresar al citoplasma para cumplir con sus funciones.
Este movimiento implica un gasto de “energía” para movilizar “materia”.
Se entiende por materia a cualquier cosa que tiene masa y ocupa un lugar en el
espacio. Sin embargo, a diferencia del concepto de materia, el concepto de energía
es más abstracto y solo puede ser definido y medido a través de cómo la energía afecta
a la materia.
En este sentido, por ejemplo, no se puede percibir la energía que permite que
la glucosa ingrese a la célula, a no ser por el movimiento resultante de sus moléculas.
Por ende, se mide la energía por sus efectos sobre la materia, lo cual implica una serie
de cambios tangibles en la condición o estado de un objeto material (cambios en la
temperatura, en la velocidad, etc.).
Así, más que definir “qué es la energía” (definición teórica o conceptual),
solo puede definírsela a través de “cómo puede medirse” (definición operacional),
algo parecido a lo que sucedía con la definición de “vida”. De este modo, se dice que
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
“la energía es la capacidad para hacer un trabajo y su unidad es la caloría
o el joule1”.
Todas las partículas (iones, moléculas, etc.) se encuentran en movimiento en el
universo, así como en el LIC y el LEC del organismo humano, por lo cual existe una
energía asociada que corresponde a la “energía cinética (Ec)”.
Cuando un cuerpo de masa “m” se mueve con una velocidad “v”, posee una
energía cinética que está dada por la fórmula:
Ec = ½ m v2
En los compartimientos líquidos del cuerpo, existen iones y moléculas con
diferentes concentraciones, los cuales se encuentran en constante movimiento y
“chocan” entre sí (esto incluye a las moléculas del agua).
Este choque entre las partículas facilita el contacto entre ellas y con la
membrana celular, y si las condiciones son adecuadas, las sustancias podrán
atravesarla o no. Esto es importante dado que ciertas sustancias, como la glucosa,
deben moverse hacia el interior celular para participar de las reacciones metabólicas,
mientras que aquellas sustancias que se producen dentro de la célula para su
187
exportación, o como productos metabólicos, deben ser transportadas fuera de ella.
Físicamente, este movimiento depende de la temperatura2 del sistema, por lo
cual, a mayor temperatura corresponde mayor movimiento y choque entre las
sustancias. De aquí es que la temperatura es una medida de la Ec promedio de las
partículas de un cuerpo, de modo que un cuerpo está a mayor temperatura que otro,
si la energía cinética media de sus partículas es mayor.
La temperatura no debe ser confundida con el concepto de “calor” dado que
éste se refiere a la energía contenida en un sistema y que es transferida entre dos
cuerpos cuando existe una diferencia o gradiente de temperatura (Energía Térmica)
entre ellos. A su vez, la temperatura de un sistema no depende de la cantidad de
materia, por lo cual constituye una propiedad intensiva, mientras que el calor sí
depende de la cantidad de masa que compone dicho sistema siendo una propiedad
extensiva.
Cuando se produce el movimiento desde un punto de mayor concentración de
sustancias hacia otro de menor concentración, se produce la difusión de dicha
1
El joule (J) es la unidad derivada del Sistema Internacional utilizada para medir energía y trabajo. Como unidad de trabajo,
el julio se define como la cantidad de trabajo realizado por una fuerza constante de un newton durante un metro de longitud
en la misma dirección de la fuerza.
2 La temperatura se expresa en grados Kelvin (K) que se obtiene mediante la ecuación K = °C + 273.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
sustancia en todas las direcciones posibles del espacio dando lugar a una difusión
neta; es decir, una difusión mayor a cero.
Al cabo de un tiempo, si las partículas se distribuyen de manera uniforme en la
solución de los distintos compartimientos del cuerpo humano, se alcanza un
equilibrio estático, pues las partículas continuarán moviéndose al azar gracias a su
Ec, pero sus concentraciones no varían y, por ende, su difusión neta será igual a
cero.
En este sentido, hubo un gasto de energía dado que se disipó la energía que
se encontraba acumulada (al menos al inicio del proceso) en un punto determinado.
Esta energía es la que se conoce como energía potencial (Ep).
Una característica clave de todos los tipos de energía es la capacidad de la Ep
de transformarse en Ec y viceversa.
Ec Ep
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
C1 = Concentración en el punto 1 en mol/m3 (mmol/l)
C2 = Concentración en la solución 2 en mol/m3 (mmol/l)
d = Distancia entre el punto 1 y el punto 2.
= Letra griega mayúscula delta, que se usa como sinónimo de diferencia.
Retomando el ejemplo de la solución de glucosa (dextrosa 5%), para que se
produzca la difusión debe existir un gradiente de concentración en el seno del líquido,
ese gradiente se conoce como “energía de gradiente” y, al inicio, se relaciona con la
Ep, que luego, al comenzar a disolverse la glucosa en agua, esa Ep se transforma en
Ec que permite la disipación (gasto o pérdida) de la energía hasta alcanzar el
equilibrio total (estático).
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
a) Gradiente químico o gradiente de concentración como el gradiente de
oxígeno (siempre existe mayor concentración en el LEC que en el LIC
debido a su consumo celular por su metabolismo).
b) Gradiente eléctrico cuando existe una cierta diferencia de cargas
eléctricas entre un punto y otro de un sistema como ocurre para el K+, el
Na+, el Cl-, etc.
c) Gradiente electroquímico (suma del gradiente de carga eléctrica y de
concentración) como ocurre con los iones como el Na+ o el Cl-.
En general, las sustancias liposolubles, pequeñas y sin cargas, atraviesan
fácilmente la membrana plasmática a través de la bicapa lipídica, como ocurre con los
gases como O2, CO2, CO, ON y el nitrógeno(N2).
Sin embargo, moléculas polares pequeñas también pueden atravesar la bicapa
lipídica como ocurre con el agua y la urea (estos dos, además, tienen canales y
transportadores específicos, respectivamente), aunque existen diferencias
sustanciales en la velocidad del flujo. Esto es así porque se generan poros
momentáneos debido a los choques intermoleculares que existen entre los fosfolípidos
de la membrana. Si no fuera así, nada podría atravesar la bicapa lipídica porque una
materia no puede ocupar el lugar de otra según la ley de la masa.
Por su parte, los iones pueden atravesar más fácilmente la membrana 192
plasmática mediante la presencia de canales o poros, ya que, al tener cargas eléctricas,
son repelidos por la bicapa lipídica, además de que están solvatados y tienen una
corona de varias capas moleculares de agua (corona radiada) (ver capítulo 2).
Existen sustancias cuya liposolubilidad depende del medio en el que se
encuentran, (por ejemplo, la aspirina o ácido acetilsalicílico -AAS-), ya que una
parte de las moléculas de AAS puede captar uno o más protones, mientras que otra
parte permanece sin carga neta. Esto depende del pH del medio (por ejemplo, el pH
de 1,5 a 3 del jugo gástrico), por lo cual, si las sustancias a un pH dado del medio
permanecen neutras, tendrán un coeficiente de difusión a través de la membrana
mayor al que tendrían si tuviesen cargas. Todo esto es fundamental para entender la
cinética de los fármacos (Farmacocinética) y, por ende, la terapéutica clínica.
En la difusión pasiva, la velocidad a la cual se desarrolla dicho proceso no
está limitada ya que depende del gradiente de concentración y del coeficiente
de permeabilidad de la membrana para esa sustancia y, por lo tanto, este proceso
no se satura, a la vez que presenta una función lineal.
Si consideramos la primera ley de Fick, ésta se ajusta perfectamente a los
solutos sin carga neta (gases, glucosa, alcohol etílico, urea, etc.), por lo cual la
difusión simple de estos solutos es directamente proporcional al:
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
a) Gradiente de concentración del soluto (C)
b) Coeficiente de difusión del soluto (D)
c) Área de la membrana (A)
Pero es inversamente proporcional al:
d) Grosor de la membrana (x).
Así varias de las características citadas anteriormente pueden combinarse en
un único término llamado permeabilidad (P). Ésta incluye el coeficiente de
partición (), el coeficiente de difusión (D) y el grosor de la membrana (x):
P=D
x
Por definición, es una propiedad del soluto y describe su solubilidad en aceite
respecto a su solubilidad en agua. El coeficiente de partición puede medirse añadiendo
el soluto a una mezcla de aceite de oliva y agua; luego, se mide su concentración en la
fase oleosa respecto a su concentración en la fase acuosa:
= Concentración en aceite de oliva
Concentración en agua
A mayor solubilidad relativa en aceite del soluto en cuestión, mayor es el
coeficiente de partición y más fácil es que el soluto se disuelva en la bicapa lipídica de 193
la membrana celular (Boron y Boulpaep, 2017; Costanzo, 2018).
La permeabilidad describe una propiedad de una membrana particular
en relación con una sustancia particular. La membrana se considera permeable,
mientras que se dice que las sustancias son permeantes o que permean. En este
sentido, la permeabilidad será proporcional a la capacidad de la sustancia para
dividirse hacia la membrana y para difundirse dentro de la membrana, además de
que será inversamente proporcional al grosor de la membrana en cuestión.
Así, la permeabilidad es una medida de la facilidad con la cual un
soluto atraviesa una membrana. Las bicapas lipídicas son permeables a moléculas
pequeñas y sin carga; por ejemplo, la permeabilidad al H2O es de alrededor de 10-3
cm/s; por ello, el agua se equilibra a través de una membrana celular en algunos
segundos.
A su vez, la urea es moderadamente permeable, con valor cercano a 10-6 cm/s y
su tiempo de equilibrio es de algunos minutos.
Las moléculas orgánicas pequeñas hidrofílicas, como la glucosa y los
aminoácidos no cargados, son menos permeables, con un coeficiente de permeabilidad
cercano a 10-7 y tiempos de equilibrio de horas; los iones esencialmente no permean la
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
bicapa lipídica, con un coeficiente de permeabilidad cercano a 10-12 cm/s, lo cual
llevaría al equilibrio dentro de varios años.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
canal de Na+ es insuficiente para eliminar la cubierta de agua del ion K+. Por tanto,
solo el Na+ puede atravesar su canal y no otros iones.
Es importante aclarar que, en el proceso de difusión simple, es el soluto el
que difunde de un lugar a otro y finaliza cuando el sistema llega al equilibrio; es
decir, ya no existe gradiente eléctrico o de concentración, puesto que se disipó la
energía; pero, en un sistema biológico vivo esto nunca ocurre, dado que existe un
equilibrio dinámico que impide, mediante ciertos mecanismos, que se disipen estos
gradientes con el objeto de mantener las funciones vitales de dicho sistema. De aquí
es que se necesite energía en forma de ATP para mantener los gradientes.
Asimismo, aunque la velocidad de difusión (flujo) es elevado a cortas distancias,
es muy lento a grandes distancias, por lo que es ineficaz para algunos procesos vitales
del organismo. Es por ello que los organismos unicelulares no requieren de
mecanismos sofisticados para difundir sustancias como el O2, pero para un organismo
multicelular más grande y complejo como el organismo humano, son necesarios
sistemas más elaborados como el sistema circulatorio, sin el cual no sería posible
la vida.
También es necesario destacar que, si bien los canales pasivos (siempre
abiertos) no tienen control alguno, son fundamentales para la vida celular ya que
contribuyen sustancialmente al potencial de membrana en reposo y a mantener la ley 196
de electroneutralidad.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
De forma independiente a estos ionóforos fisiológicos, se pueden formar poros
en la membrana en condiciones patológicas. Por ejemplo, la toxina de la difteria y
algunos componentes activos del complemento sérico como el fragmento C5b-C6-
C7-C8-C9, pueden formar poros grandes en las membranas celulares y de esa manera
proveer un acceso directo para que las macromoléculas pasen al interior de la célula,
con lo cual, se genera la destrucción o lisis celular.
En la difusión facilitada, varias sustancias, como la glucosa y los aminoácidos
entre otros, difunden fácilmente al interior celular a pesar del hecho de que la bicapa
lipídica es impermeable a ellas. Esto ocurre gracias a la presencia de proteínas
transportadoras en la membrana celular que facilita su pasaje cuando la sustancia
se une en un sitio determinado de la proteína en estado “pong” y ésta cambia su
conformación, permitiendo el pasaje de la sustancia en cuestión hacia uno u otro lado
de la membrana celular cambiando a su estado “ping” (Jiménez y Merchant, 2003).
Gradiente de
concentración
197
PONG PING
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
glucógeno como en los hepatocitos y desde superficies basales de células epiteliales
que revisten los intestinos y los túbulos renales. En estos casos, el flujo de moléculas
se describe por la ley de Fick, pero sólo para concentraciones bajas (fase lineal), dado
que, a concentraciones más altas, el flujo se satura a un valor máximo (fase de
meseta).
Esta situación puede describirse mediante la ecuación de Michaelis-
Menten, en la cual el flujo unidireccional de la sustancia es dado por la ecuación que
sigue:
Kt
Cafuera + transportador = (C • complejo transportador) Cadentro
J = fmáx Cafuera
Cafuera + Kt
Donde J es el flujo de solutos (equivalente a la velocidad de transporte V), fmáx
es el flujo máximo (equivalente a la Vmáx) y Kt es la concentración a la que se obtiene
una velocidad de transporte que es la mitad de la velocidad máxima. La K t para un
transportador es conceptualmente lo mismo que la Km para una enzima (Baynes y
Dominiczak, 2015).
Por lo general, el proceso de transporte es sumamente específico y cada 198
transportador transporta una sola especie de moléculas o compuestos
estructuralmente relacionados. Sin embargo, los transportadores se saturan
dependiendo de la concentración del soluto, lo cual indica que hay un número fijo de
sitios en los portadores para que el flujo de sustancias pueda tener lugar.
Casi todos los canales tienen afinidad baja, es decir, valores de Kt altos, y no
están saturados en condiciones fisiológicas normales, excepto tres portadores de
glucosa denominados GLUT1, GLUT3 y GLUT4 (este último dependente de la acción
de la insulina), que se encuentran en muchos tejidos y tienen una alta afinidad por la
glucosa, sí se encuentran saturados a las concentraciones fisiológicas; pero, otro
portador llamado GLUT2, que se encuentra en tejidos que transportan grandes
cantidades de glucosa (como el intestino, el riñón y el hígado), tiene afinidad baja por
la glucosa, por lo cual el flujo de entrada a través de éste aumenta conforme se
incrementa la concentración de glucosa (Bermúdez et al., 2007; Machado, Cárdenas y
Navarro, 2019).
El GLUT4 se localiza en el citoplasma almacenado en la membrana de vesículas
que son sensibles a la insulina, al ejercicio físico y a las situaciones de hipoxia.
La translocación del GLUT4 de las vesículas de almacenamiento en el citoplasma
hacia la membrana plasmática es regulada por la acción de la insulina secretada
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
desde las células beta del páncreas, luego de la ingesta de alimentos (secreción
posprandial). Este proceso ocurre por un proceso de exocitosis, específicamente
mediante la translocación vesicular del citoplasma a la membrana plasmática,
influenciada por el fosfatidilinositol-3-cinasa (PI3K) tipo1a, la cinasa de proteína tipo
B (PKB), la cinasa de serina/treonina (AKT) y la isoforma de cinasa de proteína atípica
(PKCζ) (Machado et al., 2019).
Es probable que el depósito de diacilglicerol (DAG) y ceramidas en la fibra
muscular esquelética y los adipocitos, altera la translocación del GLUT4 y produce un
estado inflamatorio que conduce a la resistencia a la insulina, estado fisiopatológico
que se encuentra comúnmente en la DM tipo 2 y la obesidad (Machado et al., 2019).
Una nueva clase de transportador de glucosa denominado SWEET, fue
identificado, representado por un solo miembro en el genoma humano (SWEET1) y es
un uniportador de glucosa, pero que se expresa principalmente en el aparato de Golgi,
en el interior de la célula y con un mínimo de expresión en la membrana plasmática.
Se expresa en el epidídimo, el enterocito y los hepatocitos, además de la
glándula mamaria donde suministra glucosa para la síntesis de lactosa. La
sobreexpresión del gen SLC50A1 (RAG1AP1) que codifica al SWEET1 se ha asociado
al cáncer de mama (Machado et al., 2019).
Todas las formas de transporte mediado por transportador comparten tres 199
características:
1. La saturabilidad, basado en que las proteínas portadoras tienen un número
limitado de sitios de unión para el soluto. En concentraciones bajas de solutos,
existen muchos sitios de unión y la velocidad del transporte aumenta
considerablemente a medida que aumenta la concentración. Sin embargo, en
concentraciones altas de solutos, apenas hay sitios de unión y la velocidad de
transporte se estabiliza. Por último, cuando todos los sitios de unión están
ocupados, se alcanza la saturación en un punto llamado transporte máximo o
Tm (equivalente a la Vmáx o fmáx).
2. La estereoespecificidad, que se refiere a que los sitios de unión para el soluto
en las proteínas transportadoras son estereoespecíficos; es decir, el transportador
reconoce y transporta solamente a un estereoisómero natural. Por ejemplo, los
GLUT reconocen solamente a la D-glucosa, pero no reconoce ni transporta el
isómero no natural L-glucosa).
3. La competición, dado que los sitios de unión de los solutos transportados pueden
reconocer, unir e incluso transportar solutos químicamente relacionados, aunque
sean específicos. Por ejemplo, el GLUT es específico de la D-glucosa, pero también
reconoce y transporta a la D-galactosa; por lo tanto, la presencia de este azúcar
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
puede competir con la glucosa porque ocupa algunos de los sitios de unión,
haciendo que no estén disponibles para la glucosa.
Cuando comparamos la difusión simple con la difusión facilitada, ésta última
presenta al inicio (fase lineal de ascenso) mayor velocidad que la difusión simple,
lo cual se debe a que las cantidades de portadores de membrana es mucho mayor al
de los ionóforos (principalmente los no regulado por compuertas); pero, a medida que
los portadores se saturan, su velocidad va ascendiendo mucho más lentamente hasta
que no cambia, por más que aumente la concentración del sustrato (fase de meseta).
Por su parte, la difusión simple siempre es lineal y la velocidad de transporte
puede superar al de la difusión facilitada, únicamente cuando se incrementa en gran
cantidad los solutos que difunden a través de la bicapa lipídica o los ionóforos, debido
a que estos mecanismos no se saturan en condiciones fisiológicas.
Velocidad máxima
Tmáx
Difusión facilitada
200
Tmáx
2
Kt
Concentración de la sustancia (C)
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Esta situación es característica de la DM en cualquiera de sus formas, bien sea
por una falta de síntesis y secreción de insulina por parte del páncreas (DM tipo 1) o
por una falta en la respuesta de los receptores de membrana para esta hormona,
incluso, aunque esta se encuentre muy elevada (insulinorresistencia) en la DM
tipo 2, así como en la diabetes gestacional.
En pacientes con DM tipo 1, solo la inyección de insulina de forma periódica
puede mejorar su condición; pero si se excede en su uso (sobredosis), no se ingiere el
suficiente alimento o ambos, puede producirse un descenso en la glucemia
(hipoglucemia).
Cuando dicha concentración es anormalmente baja, el índice de transporte de
glucosa hacia las células cerebrales puede ser demasiado lento como para satisfacer
las necesidades metabólicas de dicho órgano porque disminuye su gradiente de
concentración. Así, la hipoglucemia grave, puede originar pérdida del conocimiento,
un coma hipoglucémico y, posteriormente, muerte por destrucción neuronal (Haces
del Blanco y Massieu-Trigo, 2005).
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
moléculas de agua) al otro
compartimiento con mayor
cantidad de solutos (menor
cantidad de agua), generando así
un desplazamiento de volumen.
Este proceso, junto con la
actividad de la bomba de Na+/K+-
ATPasa, constituye un mecanismo
mediante el cual las células regulan
su volumen, de modo que no se
edematicen (no se hinchen de agua)
ni se deshidraten (no se contraigan).
Este tipo pasivo de movimiento
de agua se denomina flujo osmótico,
y la fuerza impulsora asociada es,
fundamentalmente, la presión
osmótica.
Esta fuerza impulsora de la
presión osmótica depende 202
directamente de la concentración de
solutos a uno y otro lado de la
membrana, es por ello que se considera a la ósmosis como un caso especial de la
difusión, ya que es un fenómeno muy particular que reúne características similares,
por un lado, a la difusión y, por el otro, a la filtración (Montoreano, 2008).
Se define a la presión osmótica () como “la presión mecánica necesaria
para producir un flujo de agua igual y opuesto al flujo osmótico producido
por la diferencia de solutos activos osmóticamente”.
Esto significa que, si no se genera presión osmótica, no habrá ósmosis, por lo
cual, “son los solutos los que ejercen presión en solución y generan, a través de
una membrana permeable solo al solvente, el gradiente de concentración
para la difusión de agua”.
En todas las células, esta presión no se desarrolla en gran medida a través de
la membrana celular porque las células cambiarían su volumen en respuesta al flujo
osmótico produciendo una sobrecarga de agua intracelular o “edema celular”, o bien
una gran salida de agua del LIC produciendo una “deshidratación celular” grave
con la consecuente muerte celular.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Sin embargo, existen pequeños cambios debido al flujo de solutos de manera tal
que se mantiene un equilibrio dinámico en el flujo de agua y, por ende, un intercambio
continuo entre ambos compartimientos.
A modo de ilustración, supongamos que tenemos dos soluciones de glucosa en
compartimientos separados por una membrana semipermeable (permeable al agua y
no a la glucosa).
El compartimiento que
contiene una solución de glucosa al
5% (Dextrosa) posee mayor
cantidad de moléculas de glucosa
(soluto) y menor cantidad de
moléculas de agua libre (solvente).
Como las moléculas de agua
y de soluto se encuentran en
constante movimiento por la
energía cinética que poseen, cada
uno choca con la membrana que
separa ambos compartimientos,
pero solo las moléculas de agua pueden atravesarla. 203
Las moléculas de agua, en el compartimiento que posee una solución de glucosa
al 2%, se encuentran en mayor movimiento que las moléculas de agua del otro
compartimiento. Por ende, estas moléculas difundirán (flujo osmótico) desde el
compartimiento de menor concentración de solutos al de mayor concentración de
solutos hasta alcanzar un equilibrio energético (independiente del volumen
inicial o final).
Este equilibrio se logra
cuando todas las moléculas de
ambos compartimientos tienen la
misma Ec.
En la ósmosis, igual que en la
filtración, no puede haber
simultáneamente, dos flujos
unidireccionales en sentidos
opuestos a través de un canal. Por
ello, la ósmosis se asemeja más a la
filtración que a la difusión.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
El físico y abate francés Jean-Antoine Nollet fue el primero en registrar los
fenómenos osmóticos en el año 1748 y demostró que, entre dos compartimientos con
una membrana semipermeable interpuesta, el agua se movía desde la zona de menor
concentración de solutos hacia la de mayor concentración de solutos. Eventualmente,
la osmosis se detenía cuando la presión hidrostática (Ph) forzaba al agua en sentido
contrario para alcanzar el equilibrio.
El término “ósmosis” fue introducido en 1854 por el químico escocés, Thomas
Graham; pero, mediciones más precisas de la presión osmótica, fueron efectuadas y
publicadas en 1877 por el botánico alemán Wilhelm Friedrich Philipp Pfeffer (1845-
1920), quien ideo unas membranas semipermeables a base de ferrocianuro de cobre,
las cuales permiten sólo el pasaje de solventes.
Diez años después, en 1887 el químico alemán Jacobus Henricus van’t Hoff
(1852-1911) señaló que los datos obtenidos por Pfeffer indicaban que la presión
osmótica para soluciones diluidas era inversamente proporcional al volumen de agua
en la solución, y en 1884 verificó una relación de semejanza entre la presión de los
gases (leyes de Boyle-Mariotte y de Charles-Gay-Lussac) y la presión osmótica
de las soluciones diluidas; es decir: “La presión osmótica de una solución es igual
a la presión que el soluto ejercía en el estado gaseoso, ocupando el mismo
volumen de la solución en la misma temperatura”.
204
Por tanto, van´t Hoff utilizó la ecuación de los gases ideales:
PV=nRT
P = presión del gas; cuyas unidades son Atmósfera (atm) = 101325 Pascales (Pa) = 760
mmHg = 760 Torricelli (Torr).
V = volumen del gas; expresado en m3 = 1000 L = 1000000 cm3 = 1000000 mL.
n = cantidad en moles del gas
R = constante universal de los gases ideales correspondiente a 8,314472 J/mol K =
0,08205746 atm L/mol K
T = temperatura absoluta.
Posteriormente, al considerar una solución diluida, la molaridad de esta será
M = n/V y la ecuación de lo gases queda como sigue:
P = (n/V) R T = M R T
Asimismo, dado que la osmolaridad es Osmolar = i M (siendo i = número
de partículas osmóticamente activas). Si se reemplaza, la ecuación de la presión de los
gases ideales y lo aplicamos a una solución diluida, entonces la P = , que representa
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
a la presión osmótica ejercida por los solutos en solución, quedando la ecuación de
van´t Hoff como sigue:
= (i M) R T = Osm R T
De aquí es que, a mayor “concentración de partículas” en una solución,
mayor presión osmótica; es decir, mayor tendencia por parte de la solución más
concentrada de arrastrar agua para diluirse. De esta manera, no sólo la concentración
afecta a dicha tendencia, sino que resulta fundamental si se trata o no de un soluto
disociable.
Si se tiene una solución de una partícula no disociable, como la glucosa, por
ejemplo, de 1 mol/L, a 37 °C (K = 310), entonces la presión osmótica será:
= 1 mol de glucosa 0,08205746 atm L 310 K = 25,44 atm
L mol K
Es importante destacar que esta solución generaría una impresionante
cantidad de presión osmótica, ya que la presión osmótica del plasma sería,
considerando 300 mOsmolar:
= 0,300 mOsmol 0,08205746 atm L 310 K = 7,63 atm = 5798,8 mmHg
L mol K
Entonces, como existen dos soluciones diferentes que están en contacto a través 205
de una membrana semipermeable, la presión osmótica (de van´t Hoff) entre ellas es:
= Osm R T
Si consideramos la membrana celular, ésta deja pasar algunos solutos muy
fácilmente como la urea, mientras que otros solutos, prácticamente no la atraviesan
como el NaCl. En este sentido, se utiliza el coeficiente de reflexión (σ) de
Staverman (Del Castillo, 1997):
= real
calculada
Para una membrana semipermeable ideal, donde un soluto es totalmente
impermeable, σ = 1 (por ejemplo, NaCl).
Si un soluto permea totalmente, entonces se dice que su permeabilidad es igual
a la del agua, σ = 0 (para la urea, σ se halla entre 0,30 y 0,60 respecto a la membrana
celular).
En general las membranas celulares son excelentes barreras semipermeables
con σ = 0,75 a 1,0 para las mayorías de los solutos, como ocurre para la glucosa. Por
ello, si se infunde una solución de glucosa hacia el plasma mediante infusión
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
intravenosa (i.v), a medida que se va enfrentando a las membranas de los eritrocitos,
por ejemplo, la glucosa genera un σ = 1.
Pero, debido a que va ingresando a la célula por transporte facilitado, la glucosa
se comporta como una sustancia cuyo σ va disminuyendo con el tiempo, es decir, se va
acercando a cero. Por este motivo, muchos autores consideran al σ de la glucosa
prácticamente = 0.
Sin embargo, recuérdese que esto sucede en un cierto periodo de tiempo que
depende de la acción de la insulina y variará cuando existe resistencia a la insulina o
no se pueda secretar suficiente hormona.
En el caso de la DM, la glucosa no puede ser utilizada, por lo que su σ se
mantiene cercano a 1 por mucho más tiempo de lo normal, lo cual genera un aumento
de la osmolaridad plasmática a medida que asciende la glucemia y, por ende, genera
osmosis desde el LIC hacia el LEC, resultando en una deshidratación intracelular,
a pesar de que no se haya perdido agua corporal total.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
forma y presencia de cargas de los solutos.
Este fenómeno es al que se refiere Guyton (Hall y Hall, 2021), por ejemplo,
cuando dice que “la presión osmótica (Po) es la fuerza necesaria, igual y
opuesta, para evitar el flujo osmótico”.
Sin embargo, la definición de la presión osmótica en los sitemas biológicos se
adecua mejor a que “es la fuerza que ejercen las partículas osmóticamente y
que favorecen un flujo osmótico (atraen el agua) hacia el compartimiento con
mayor concentración de solutos”; es decir, “la presión osmótica es la fuerza con
la cual las partículas atraen al agua debido a su energía cinética, con el
objeto de alcanzar el equilibrio energético del sistema”.
En la figura siguiente, el flujo osmótico se genera desde un compartimiento con
menor concentración de solutos hacia el compartimiento con mayor concentración de
solutos a través de la membrana (M) semipermeable, dado que el compartimiento más
concentrado es el que posee mayor presión osmótica.
Como estas fuerzas generan un trabajo pasivo, al alcanzar su equilibrio, ambos
compartimientos tendrán la misma presión osmótica (independientemente de sus
volúmenes), lo cual entiéndase que no quiere decir que desaparezcan las presiones,
sino que sus valores son iguales y ya no existe ósmosis.
207
Compartimiento A M Compartimiento B
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
La presión osmótica de una solución, al igual que la disminución de la
presión del vapor, la disminución del punto de congelación y la elevación
del punto de ebullición, depende únicamente del “número de partículas” y
no de la forma, tamaño o carga de dichas partículas; esto es la “propiedad
coligativa” de las soluciones.
Si conocemos el número de solutos osmóticamente activos en el plasma sanguíneo, o
cualquier otro compartimiento o líquido corporal (orina, LCR, sudor, heces, etc.),
entonces podemos medir, indirectamente, la presión osmótica mediante el cálculo de
la osmolaridad, ya que la presión osmótica tiene una importancia vital puesto que se
relaciona con los procesos de equilibrio hídrico del organismo.
Recordemos que, para la osmolaridad plasmática podemos obtener l valor
mediante la ecuación:
OsMp = 2 × [Na+] + [glucosa/18] + [urea/6]
Para la osmolaridad urinaria, utilizado en clínica:
OsMu = (densidad de la orina - densidad del agua) 35.0000
Donde la densidad del agua es 1 g/cm3 = 1 g/mL (a 4 °C), la densidad urinaria
normal se encuentra entre 1,005 y 1,030 g/cm3 y se considera una osmolalidad
urinaria normal de 300 a 1000 mOsm/kg de agua (el rango que se puede alcanzar es 208
de 50 a 1300 mOsm/Kg de agua) (Czerkiewicz, 2004).
Sin embargo, hay que reconocer que los líquidos corporales no son soluciones
ideales, aunque sean muy diluidas. Esto se debe a que la disociación de los electrólitos
fuertes, como el NaCl, no es completa. Por ende, no se tendrán dos partículas disueltas
por cada NaCl sino 1,86 partículas en promedio:
OsMp = 1,86 × [Na+] + [glucosa/18] + [urea/6]
En este caso, el número de partículas libres que ejercen un efecto osmótico es
reducido a causa de las interacciones entre los iones. Por tanto, la capacidad osmótica
está determinada más por la concentración eficaz (actividad) que por el número de
equivalentes de un electrólito en una solución.
Esto explica, por ejemplo, que 1 mmol de NaCl por litro en los líquidos
corporales contribuya con un poco menos de 2 mOsm de partículas con actividad
osmótica por litro (en realidad 1,86), como vimos en el capítulo 2. Por ende, mientras
más concentrada sea la solución, más se aleja de una solución ideal.
Por otra parte, y como vimos en el capítulo 2, la teoría fisicoquímica indica que
se debe usar la concentración osmolal (a partir de la concentración molal “m” de la
solución) en lugar de la osmolar, dado que los osmoles están disueltos solo en el agua
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
y no en todo el volumen de la solución. Si consideramos los líquidos corporales como
el plasma, esto también es cierto dado que los solutos se encuentran disueltos
únicamente en el agua plasmática.
Por su parte, la concentración osmolal se mide por el grado en el cual
disminuye el punto de congelación, en donde 1 mol de una solución ideal disminuye el
punto de congelación en 1,86 °C (El número de miliosmoles por litro en una
solución equivale a una disminución del punto de congelación dividido entre 0,00186).
De lo anterior, surge la osmolalidad, que es el número de partículas
osmóticamente activas contenidas en un kg de agua. La diferencia entre ambas
es que la osmolaridad se modifica por el volumen de los diversos solutos en solución y
por la temperatura, mientras que la osmolalidad no.
Todo lo anterior es importante tenerlo en cuenta dado que la osmolalidad es
una herramienta clínica valiosa que se utiliza en el diagnóstico y tratamiento de
pacientes, para ayudar a evaluar el balance de agua o su capacidad para producir
y concentrar orina, investigar las concentraciones bajas de sodio (hiponatremia),
detectar la presencia de toxinas en el cuerpo (alcoholes u otras sustancias) y
monitorizar los tratamientos farmacológicos osmóticamente activos, tal como
manitol, que se utilizan para tratar el edema cerebral, por ejemplo.
También puede ayudar a monitorizar la eficacia de un tratamiento para una 209
afección que afecta negativamente a la osmolalidad plasmática de una persona.
Por ello, lo ideal sería medir directamente la osmolalidad mediante un
osmómetro y, aunque hay muchos métodos para medir la concentración de
soluciones, incluyendo densidad relativa, índice de refracción y conductividad; la
osmolalidad determinada por el punto de congelación (propiedad coligativa) es
el único método que realmente es independiente del tamaño, la forma y otras
características físicas de los solutos en solución.
Por ejemplo, los trastornos de lípidos (hiperlipidemias) y las proteínas del
plasma (disproteinemias), pueden alterar la proporción de sólidos/agua del plasma.
Las hiperlipidemias se describen como un conjunto de desórdenes del
metabolismo de los lípidos que llevan el aumento de su concentración en plasma. De
los lípidos del plasma, la fracción más importante, desde el punto de vista clínico, está
formada por las lipoproteínas. Estas son partículas, de alto peso molecular, que
sirven de transportadores, dentro del plasma, al colesterol y a los triglicéridos.
Por su parte, en las disproteinemias hay un aumento de la concentración
plasmática de proteínas debido a la aparición, generalmente, de proteínas
anormales.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Tanto en las hiperlipidemias y las hiperproteinemias, los solutos del plasma
aumentan notablemente y la diferencia entre osmolaridad y osmolalidad también
aumenta.
Asimismo, muchas sustancias que no se miden habitualmente pueden estar
presentes y alterar la osmolaridad plasmática en los trastornos por intoxicación por
MAEDIE (M = metanol, A = acetona, E = etanol, D = diuréticos como el manitol y
sorbitol, I = isopropanol y E = etilenglicol), acrónimo que facilita su memorización.
En estos casos, es útil el cálculo del Gap Osmolar o Brecha Osmolar (OsM):
OsM = Osmolalidad medida - Osmolaridad plasmática
En este caso la osmolalidad medida del plasma se realiza por osmometría y la
osmolaridad plasmática se obtiene mediante el cálculo.
Se considera brecha osmolar elevada si el resultado es mayor a 10. Este
cálculo es muy útil cuando no se pueden medir las sustancias antes nombradas y debe
interpretarse con reservas en pacientes con falla renal crónica en estado urémico
(Márquez et al., 2015).
El concepto de tonicidad se usa cuando se compara una solución de uso clínico con el
plasma normal, respecto a la presión osmótica y su osmolaridad.
Si tomamos glóbulos rojos lavados (separados del plasma sanguíneo) y los
colocamos en una solución más diluida que el plasma, se observará que éstos se
edematizan (se hinchan) volviéndose más esféricas (esferocitos). Este cambio se
debe al fenómeno de ósmosis mediante el cual la célula gana volumen a expensas
del ingreso de agua.
A su vez, el aumento de volumen implica un aumento de la presión interna de
las células (por arrastre de agua debido a la presión osmótica), y si esta presión
osmótica es mayor a la que puede soportar un glóbulo rojo, entonces se produce
“hemólisis” (del griego “haima”, sangre; “lisis”, separación), por el estallido celular.
El fenómeno de ósmosis también se producirá si se colocan a los glóbulos rojos
en una solución más concentrada que la del plasma, pero en este caso, la ósmosis
producirá la difusión de agua desde el interior celular hacia el líquido del medio en el
cual se encuentran estas células. Por lo tanto, los glóbulos rojos tienden a sufrir una
deshidratación que produce un achicamiento celular con alteraciones de la
membrana, la cual presentará un aspecto de erizo por la presencia de espículas. A
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
esta estructura se lo conoce como “crenocito” (célula estrellada o espiculada) y al
proceso por el cual se forma se lo conoce por “crenación”.
De esto surge el concepto de “tonicidad” que se utiliza para describir la
“presión osmótica efectiva de una solución comparada con la del plasma”. Por
lo tanto, se dice que una solución es “isotónica” (igual tonicidad) cuando presenta
igual presión osmótica efectiva que la del plasma y en él las células no sufrirán
ningún cambio sustancial debido a la ósmosis. Las que tienen una presión osmótica
efectiva superior son “hipertónicas” (mayor tonicidad que la del plasma) y las que
poseen una presión osmótica menor (menor tonicidad que la del plasma) son
“hipotónicas”.
Una solución de NaCl
de 0,9 g/dL o 0,9% es una
solución relativamente
isotónica con respecto al
plasma, mientras que una
solución de NaCl 0,45% es
hipotónica y otra de 1,2% es
hipertónica.
La solución de D5W al 211
5% es una solución
prácticamente isotónica al
inicio de la infusión i.v, pero
como la glucosa es utilizada
por la célula para producir energía, ésta es metabolizada relativamente de forma
rápida, con lo cual, al cabo de un cierto tiempo, disminuye la concentración de glucosa
de la solución y su efecto neto será igual al de una solución hipotónica (Bartolomei,
Aranalde y Keller, 2010).
Este efecto por el metabolismo, aunque tarda pocos minutos, le va dando tiempo
a los mecanismos compensadores para que el agua libre (agua pura libre de los
solutos) se equilibre entre los compartimientos líquidos y se excrete su exceso por vía
renal.
Por otra parte, la urea, que es el producto final del metabolismo de las
proteínas en el hígado, atraviesa fácilmente la membrana lipídica de las células,
por lo cual, prácticamente no posee efecto osmótico (no ejerce presión osmótica
efectiva), cuya solución se comportará como una solución hipotónica sin importar la
concentración de estos solutos en solución.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Asimismo, existe una relación directa entre la osmolaridad y la tonicidad de las
soluciones. Por ejemplo, si tenemos una solución fisiológica de 0,9%, esta tiene igual
osmolaridad que el plasma (isoosmolar), y dado que estos solutos, prácticamente, no
atraviesan la membrana sin producir cambios osmóticos a nivel celular, entonces
también esta solución se considera isotónica.
Sin embargo, una solución de urea 0,18% tendrá una osmolaridad de 300
mOsm/L de solución (isoosmolar con la del plasma), pero, debido a que genera una
muy baja presión osmótica en el LEC respecto al LIC, tendrá un efecto hipotónico
muy importante (Dvorkin, Cardinali y Iermoli, 2010).
Según Ayus, Tejedor y Caramelo (2007), la tonicidad del plasma puede
calcularse mediante la siguiente expresión:
Tonicidad plasmática = 2 × [Na+] + [glucosa/18]
Esta “tonicidad plasmática” también se denomina “osmolaridad
plasmática efectiva”.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
En la hemodiálisis, el proceso de diálisis se emplea para “limpiar” la sangre del
paciente porque los riñones han fracasado a la hora de realizar esta tarea.
El nefrólogo debe conocer el medio interno del paciente para poder ajustar una
solución de diálisis que se ajuste a sus necesidades. Dicha solución contiene agua y
sustancias químicas que se agregan para eliminar de manera segura las toxinas, el
exceso de iones sodio, potasio o cloro, y el exceso de líquido de la sangre.
El ajuste de los productos químicos en la solución, dependerá de los resultados
del estudios de laboratorio, es decir, si el análisis de sangre muestra exceso o defecto
de concentración de minerales como el potasio y el calcio, o el paciente presenta signos
clínicos de hipotensión o calambres musculares durante la diálisis.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Es importante aquí aclarar la relación entre el peso específico y la densidad del
agua. Esta última es una propiedad diferente al peso específico, pero relacionada
directamente.
La densidad del agua es una propiedad intensiva (no depende de su cantidad)
y es el cociente entre la masa y su volumen (masa no es igual a peso):
(densidad) = m/V
Para el agua pura a la presión de 1 atm (760 mmHg) y la temperatura de 4 °C,
la densidad es de 1000 kg/m³ = 1 kg/dm³ = 1 Kg/L = 1 g/cm3 = 1 g/ml.
Al considerar en la fórmula de Ph, el valor de la presión que ejerce el peso del
fluido sobre una superficie dada será:
Ph = g h
Ahora, si existe una membrana que separe dos compartimientos, como el
endotelio vascular, entonces el agua del plasma tenderá a pasar del interior del
capilar sanguíneo hacia el intersticio, siempre que exista un gradiente de presión.
Sin embargo, este proceso se encuentra en equilibrio estacionario debido a la
presión osmótica generada por las proteínas, también denominado presión
oncótica o coloidosmótica.
215
En la sangre, la Ph depende
directamente de la presión arterial,
que es la “fuerza que la sangre ejerce
sobre las paredes de las arterias
debido a la fuerza de eyección
sanguínea por parte de los
ventrículos en cada latido cardíaco”.
Entonces, si consideramos la Ph y la ,
en la sangre estas fuerzas se encuentran
en constante equilibrio dinámico
(estacionario) ya que, al llegar al capilar,
el agua plasmática puede pasar hacia el
intersticio, pero, debido a la presencia de las proteínas en la sangre que generan
presión oncótica (), esta Ph (de unos 35 a 45 mmHg) se ve limitada porque la se
opone a esta.
En este caso, fíjese que la presión osmótica no es producida por los solutos como
el NaCl ya que estos pueden pasar de manera relativamente fácil a través de la
membrana endotelial; es decir, difunden a favor de su gradiente químico (y eléctrico)
a diferencia de las proteínas plasmáticas que no pueden hacerlo.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Otra cuestión muy importante es la diferencia que puede existir entre la
presión osmótica (Po) y la presión oncótica (). Ambas presiones son las fuerzas
ejercidas por las partículas osmóticamente activas que atraen el agua hacia el
compartimiento donde se encuentran en mayor proporción, dado que no pueden
atravesar una membrana permeable solo al agua.
La presión oncótica también es una presión osmótica; sin embargo, su
diferencia radica en que, al tener cargas, las proteínas atraen iones y, por tanto, estos
iones que quedan en el plasma sí ejercen presión osmótica junto con las proteínas
(Aranalde, 2015). Además, esto genera otra cuestión que se conoce como efecto
Gibbs-Donnan que desarrollaremos en el siguiente capítulo.
Recuérdese, además, que como todos estos son hidrofílicos, forman una esfera
de hidratación que retiene agua en el espacio vascular. Así, las proteínas del plasma
originan una presión osmótica alrededor de 20 mmHg y la presión osmótica originada
por las partículas cargadas es de unos 8 a 10 mmHg. Entonces, la suma de ambas
presiones osmóticas resulta en la p entre 28 y 30 mmHg:
Presión oncótica () = Po (proteínas) + Po (iones)
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
“haima”, sangre), que es la disminución del aporte de sangre a una parte u
órgano del cuerpo.
En este caso, como la barrera hematoencefálica (BHE), que separa el líquido
cefalorraquídeo y el líquido intersticial cerebral de la sangre, es totalmente permeable
al agua, pero no a la mayoría de las demás sustancias, es factible eliminar el exceso
de líquido del tejido cerebral generando un gradiente osmótico a través de la BHE,
utilizando manitol, un azúcar de peso molecular 182 g/mol que no atraviesa la BHE
ni las membranas de las células (neuronas y otras células del cuerpo), y genera presión
osmótica en el LP ya que es un osmol eficaz. Este manitol se infunde por vía i.v, lo
cual permite el desplazamiento de líquido del tejido cerebral por ósmosis (Koeppen y
Stanton, 2018). Por ello, es un medicamento denominado “diurético osmótico”, que
aumentan la cantidad de orina al arrastrar agua al filtrase a nivel glomerular.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
La excreción de agua ocurre generalmente tan rápido que hay un cambio muy
pequeño en el volumen y no se activan las rutas de regulación del volumen. Sin
embargo, hay ocasiones en las que los dos sistemas se activan.
Cuando se produce una disminución de la osmolaridad, el sistema responde
suprimiendo la secreción de ADH, resultando en disminución de la reabsorción de
agua en los túbulos renales y excreción del exceso de agua.
Cuando se produce un incremento de la osmolaridad plasmática, el incremento
de la sensación de sed es la principal defensa frente a la hiperosmolaridad, dado que,
aunque el riñón puede minimizar la pérdida de agua mediante el efecto de la hormona
ADH, un déficit de agua únicamente se puede corregir incrementando la ingesta de la
misma (Herrera, Egea y Martínez, 2012).
Perdida de agua
Aumenta la
osmolaridad del
LEC
218
Estimulación de Estimulación del
Redistribución
la secreción de centro hipotalámico de
del agua del LIC
ADH la sed
Retención de
Aumento de la ingesta Aumento del
agua por los
de agua agua del LEC
riñones
Restitución de la
osmolaridad del LEC
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
es regulado fundamentalmente a través de cambios en la excreción de sodio a nivel
renal.
Entonces, los barorreceptores arteriales regulan el VCE mediante el SNS, el
sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA), los péptidos natriuréticos
auriculares (PNA) que se secretan de aurícula derecha y ventrículo derecho del
corazón, ADH y la excreción de sodio (Herrera et al., 2012).
El VCE varía, en condiciones normales, en forma directa a cambios en el LEC.
Ambos dependen del balance de sodio, ya que éste es el responsable de mantener el
agua en el LEC. Como resultado, la regulación del balance de sodio y el
mantenimiento del VCE son funciones íntimamente relacionadas y de fundamental
importancia para la clínica.
Así, en un sujeto normal, frente a una carga de sodio se produce una expansión
del LEC y del VCE, mientras que la pérdida de sodio produce lo contrario.
Por su parte, recordemos que la osmolalidad del LEC y del LIC siempre se
mantienen en estado estable, puesto que el agua tiene libertad para desplazarse entre
los compartimentos, en tanto exista un gradiente osmótico.
Los cambios del volumen de los líquidos corporales y osmolaridad pueden
describirse en forma útil con el diagrama de Darrow-Yannet, que representa 219
gráficamente tanto el volumen del LIC como del LEC, sus masas osmolares
correspondientes, a la par de la osmolaridad de los líquidos en cada uno de los
compartimientos.
Diagrama de Darrow-Yannet.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
• Primer principio: “Las células se comportan como un osmómetro
perfecto”. Esto significa que el producto entre la concentración (C) y el
volumen (V) es constante (C V = constante) y si la osmolaridad del LEC
disminuye a la mitad, el volumen celular aumentaría el doble.
• Segundo principio: “Una vez que las células se edematicen o
deshidraten por un gradiente osmótico, permanecen en ese nuevo
volumen mientras persista la hipo o hipertonicidad externa”. Esto es así
hasta cierto punto, ya que la célula posee mecanismos activos para regular su
volumen. Una célula tiene, en un momento dado, un cierto volumen y una
osmolaridad que es igual adentro que afuera. Sin embargo, cuando existe
movimiento de líquidos y ganancia o pérdida de solutos, la célula tratará de
recuperar su volumen y, simplemente, deja de comportarse como un osmómetro
perfecto, justamente porque C V ya no es constante porque la célula ha ganado
o perdido “masa” (Montoreano, 2002).
Cuando se producen cambios osmóticos, habrá un flujo de agua desde el lugar
donde el potencial químico del agua es mayor, hacia donde es menor, por ende, un
compartimiento pierde volumen mientras que otro lo gana.
Para comprender que ocurre en ese nuevo equilibrio, podemos pensar como si
hubiera un solo compartimiento; es decir, la osmolaridad de equilibrio resultaría
220
del cociente entre la “masa osmolar” del LEC + LIC y el volumen total:
OsM de equilibrio = Masa Osmolar del LEC + Masa osmolar del LIC + Masa osmolar extra
Volumen LEC + Volumen LIC Volumen extra
221
El termino deshidratación involucra la idea de una alteración en el
equilibrio del agua en el organismo vivo. Entraña, sin duda, una acepción
errada, puesto que deshidratar es extraer el agua de una sustancia que la
contiene y no precisamente lo que ocurre en los procesos patológicos.
Si bien la “deshidratación” puede ocurrir por una pérdida de líquido del cuerpo,
también puede ocurrir por una baja ingesta como evento principal, o bien, puede
ocurrir por una mala distribución del agua intracelular y extracelular, sin llegar a su
perdida, aun en cantidad considerable, puesto que eso llevaría a la muerte mucho
antes que la propia deshidratación, aun en grado intermedio.
Estrictamente, cuando hablamos de deshidratación, nos referimos a
pérdida de agua corporal total que da lugar a elevación de la concentración
del sodio plasmático, con la consiguiente movilización de agua del espacio
intracelular al extracelular, produciéndose un déficit de agua a nivel
intracelular.
Según Espinosa et al., (2021), la deshidratación puede clasificarse como sigue:
• Deshidratación isotónica (Natremia entre 130 a 150 mEq/L): se produce
cuando se pierden sodio y agua en proporciones iguales (isotónicas). La
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
causa más frecuente es la pérdida de líquido por el aparato gastrointestinal,
pero también se puede producir por vía renal, pérdidas insensibles a través de
la piel o por el tracto respiratorio, que no son reemplazadas. Se caracteriza por
un valor normal sodio sérico, por lo cual, mientras la concentración de sodio en
plasma sea normal, no habrá redistribución de agua que salga o entre al
compartimento celular. El resultado será una depleción de volumen que
activará los baroreceptores por la caída del VCE.
• Deshidratación hipertónica (Natremia > 150 mEq/L): esta clase de
deshidratación es frecuente y se observa en cualquier caso en el que haya
pérdida de agua en exceso respecto a la de sodio. También suele producirse en
ausencia de hidratación oral o por aporte de líquidos deficiente por vía
parenteral (i.v). El sodio aumenta su concentración en el espacio extracelular,
sin que pueda ser compensado por transferencia de sodio al interior de la célula.
Se produce una salida neta de agua desde LIC en las células hacia el LEC,
hasta conseguir el equilibrio entre ambos compartimentos, aunque con valores
más altos que al inicio. Se estimulará la secreción de ADH para disminuir la
excreción de agua.
• Deshidratación hipotónica (Natremia < 130 mEq/L): ocurre cuando la
pérdida de sodio excede la de agua. Es muy frecuente en la insuficiencia renal
crónica o cuando las pérdidas de líquidos isotónicos se reponen con agua y con 222
ninguna o escasa cantidad de sal. En la ausencia de estas circunstancias, se
debe casi siempre a la imposibilidad para suprimir la secreción de ADH, como
en el síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH), en el cual
disminuye la concentración de sodio en el plasma y, por lo tanto, también la
osmolaridad efectiva del LEC, lo que da lugar a paso de agua desde el LEC
hacia el LIC por el aumento relativo de Po intracelular, respecto a la Po
extracelular.
En general, los niños y los ancianos son especialmente susceptible a la
deshidratación. En los niños, es más frecuente en los ambientes más desfavorecidos
(con una escasa higiene, una alimentación inadecuada, infecciones frecuentes, etc.),
con un discreto predominio en varones, donde el 75-80% de los casos se produce en
lactantes menores de 12 meses y más del 90% por debajo de los 18 meses. Las causas
más frecuentes de deshidratación aguda son las digestivas, y dentro de éstas, la
gastroenteritis aguda (GEA) y, en menor proporción, cabe considerar los vómitos, los
síndromes de malabsorción, etc. (Álvarez, Taboada y Rivas, 2006).
En los ancianos, las causas comunes de deshidratación incluyen estados
confusionales y toda circunstancia que haga difícil la ingesta de agua, muchas veces
en relación a una movilidad reducida. Además, la población anciana tiene menor
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
sensación de sed y mayor porcentaje de masa grasa, que contiene menor
porcentaje de agua que el tejido muscular (Herrera et al., 2012).
La deshidratación puede ser leve, moderada o grave dependiendo de la cantidad
de líquido corporal que se haya perdido o que no se haya repuesto.
Cuando es grave, la deshidratación es una emergencia potencialmente mortal.
Clínicamente, los síntomas pueden deberse a la pérdida de volumen, el tipo de fluido
perdido y el desequilibrio hidroelectrolítico.
Los síntomas ocasionados por la deshidratación pueden resumirse en la tabla
16.
Tabla 16. Síntomas clínicos atribuidos a diferentes grados de deshidratación
Pérdidas superiores al 11% del peso corporal suelen ser incompatibles con la vida. La
muerte se produce por fallo renal o por incapacidad del volumen sanguíneo reducido para
circular normalmente.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
aumenta la urea en orina. Cuando la deshidratación se debe a una diuresis osmótica,
la osmolaridad urinaria es variable entre 300 y 800 mOsm/L.
Para conocer el déficit de agua (Klein y Catalano, 1995), se considera que ese
déficit es proporcional al aumento de la natremia y se calcula de la siguiente manera:
Concentración1 Volumen1 = Concentración2 Volumen2
[Na+]Normal ACTNormal = [Na+]Medido ACTReal
ACTReal = ACTNormal [Na+]Normal
[Na+]Real
ACTDeseado = ACTNormal [Na+]Real
[Na+]Normal
Déficit de ACT (L) = ACTDeseado – ACTReal
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
líquido para mantener el volumen del LEC en el caso de que continúen las pérdidas.
Independientemente de los tratamientos específicos, el pilar principal de la terapia es
la administración de líquidos.
Los aspectos importantes a tener en cuenta son el volumen, el ritmo de
administración y la composición de los líquidos de reposición y de
mantenimiento. Estos factores pueden variar durante las diferentes situaciones del
tratamiento y deberían ajustarse según la respuesta del paciente, que vendrá
determinada por una estrecha monitorización de los parámetros clínicos.
La elección de restituir los líquidos de forma oral o intravenosa (o ambas) en los
estados hipovolémicos, viene determinada por la integridad de la función absortiva
del tubo digestivo, por la magnitud del déficit de volumen y por las alteraciones que
existan en otros electrólitos y en los parámetros acidobásicos de la sangre.
Las soluciones cristaloides con sodio como catión principal son el pilar en
la terapia de reposición de líquido para los estados hipovolémicos, y están
indicadas al principio en las situaciones de hipovolemia que están causadas por
pérdidas renales de sodio, gastrointestinales o por sudoración.
Tabla 17. Soluciones cristaloides
Composición (mEq/L)
Osmolaridad
Solución Na Cl K Ca Mg Lactato pH Tonicidad 225
(mOsm/L)
D5W 0 0 0 0 0 0 5.0 Isotónico 253
S. Salina 0,9% 154 154 0 0 0 0 5.7 Isotónico 308
S. Normosol 140 98 5 0 3 0 7.4 Isotónico 295
Ringer Lactato 130 109 4 3 0 28 6.7 Isotónico 273
S. Salina 3% 513 513 0 0 0 0 5.8 Hipertónico 1026
S. Salina 7,5% 1283 1283 0 0 0 0 5.7 Hipertónico 2567
Wagner y D'Amelio (1993)
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
La infusión de un volumen dado de solución salina hipotónica (0,45% de cloruro
sódico más un 5% de glucosa) puede considerarse equivalente a infundir la mitad del
volumen de agua libre de solutos (distribuida por todos los compartimentos) y la otra
mitad como solución salina isotónica (confinada al LEC).
Se comercializan algunas soluciones cristaloides con cantidades
predeterminadas de potasio y lactato como el Ringer-Lactato (éste último se convierte
en bicarbonato en el hígado), pero es más apropiado comenzar con una solución que
contenga NaCl a una concentración adecuada a la tonicidad corporal, y después añadir
otros solutos según estén indicados por la misma vía o por otra vía de administración
distinta.
Por su parte, las soluciones que contienen coloides incluyen a la albúmina o
moléculas de hidratos de carbono de peso molecular elevado (hidroxietilalmidón o
dextrano), a concentraciones que ejercen una presión coloidosmótica igual o superior
que la del plasma. El plasma humano del banco de sangre también se considera
una solución coloide.
Además de los líquidos de reposición, debe proporcionarse líquidos de
mantenimiento para contrarrestar las pérdidas continuadas. Dichas pérdidas pueden
ser porque la situación de la enfermedad subyacente continúa (vómitos continuados,
diarrea, estados poliúricos o quemaduras graves). 226
Por su parte, se debe tener en cuenta la hipovolemia relativa como resultado,
por ejemplo, de la vasodilatación periférica. En estos casos la terapia debe dirigirse a
revertir la causa subyacente y restaurar la reactividad vascular normal, por ejemplo,
con vasoconstrictores.
Se puede lograr el mantenimiento de la integridad circulatoria hasta que la
causa subyacente se revierta con éxito, mediante la infusión de una solución salina
isotónica cristaloide. En estas situaciones, la selección de volúmenes y el ritmo de
infusión deben hacerse con extrema precaución porque no existe un déficit absoluto y
el volumen administrado tendrá que ser excretado o retirado una vez que la
resistencia vascular sistémica y la capacitancia vascular se restauren hasta la
normalidad (Slotki y Skorecki, 2017).
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Al igual que en la difusión facilitada, este tipo de transporte requiere de una
proteína transportadora y, por lo tanto, el proceso se realiza a una velocidad limitada
y es relativamente saturable.
Las ATPasas cumplen diferentes funciones dependiendo de la célula a la que
pertenezcan, pero esta función está determinada por la estructura de la ATPasa y sus
componentes. Existen ATPasas que transportan protones y otras que transportan
otros iones, siempre con consumo de ATP, y que pertenecen, al menos, a uno de los
tres grandes grupos:
• F-ATPasas: son enzimas muy complejas con más de ocho subunidades
distintas, que se encargan de catalizar el paso reversible transmembrana de
protones (exclusivamente), impulsado por la hidrólisis de ATP. Esta ATPasa
juega un papel importante dentro de las mitocondrias, ya que el flujo de
protones a favor del gradiente es acompañado por la síntesis de ATP. En este
caso, la ATPasa tipo F se denomina ATPsintasa. Este tipo de ATPasa no forma
un intermediario fosforilado durante la hidrólisis del ATP.
• V-ATPasas: son responsables de la acidificación de compartimientos, lo que
permite el correcto funcionamiento de proteasas y otras enzimas hidrolíticas.
Por ejemplo, son responsables de la acidificación de lisosomas, endosomas,
complejo de Golgi y vesículas secretoras. Al igual que las F-ATPasas, no
227
experimentan fosforilación ni desfosforilación.
• P-ATPasas: estas ATPasas forman un intermediario fosforilado al obtener
energía del ATP. Todas las ATPasas de tipo P comparten homología en la
secuencia de aminoácidos y todas son sensibles a la inhibición por el vanadato
(las F y V-ATPasas no lo son), que es similar al fosfato y toma su lugar en una
de las fases del funcionamiento de la enzima. Este tipo es muy importante por
su amplia distribución y porque también son proteínas integrales. Un ejemplo
es la 3Na+/2K+-ATPasa responsable en el bombeo de Na+ y K+ en contra de sus
gradientes. También son ejemplos las bombas de Ca2+, de H+ y de H+/K+.
La bomba de 3Na+/2K+-ATPasa es, justamente, una bomba debido a que los
cationes transportados son “bombeados”, en contra de su gradiente a través de la
membrana y está formada por dos proteínas con subunidades α (alfa), que constituyen
las proteínas de transporte primario, y dos subunidades β (beta) auxiliares.
El extremo citoplasmático de la subunidad α une una molécula de ATP y tres
iones de Na+ intracelulares, a los que intercambia por dos iones K+ unidos en el lado
exterior. Una vez que se hidroliza el ATP, la energía liberada permite el cambio de
conformación de la proteína, liberando los 3 Na+ al LEC e introduciendo los 2 K+ al
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
LIC (en contra de sus gradientes de concentración) en cuyo proceso se requiere de
niveles intracelulares adecuados de Mg2+.
Además, esta bomba es electrogénica, dado que, el intercambio de tres iones
Na+ intracelulares por dos iones K+ extracelulares, genera una carga neta de -1 en el
lado interno de la membrana celular (se “pierde”, en principio, una carga positiva
del lado interno de la membrana celular).
A velocidad máxima, la bomba realiza alrededor de 100 ciclos por segundo
(cps) y su actividad se incrementa principalmente cuando el Na+ intracelular
aumenta. Su actividad también se incrementa cuando aumenta el ATP
intracelular y el K+ extracelular, pero decae cuando disminuye el Mg2+
intracelular.
228
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Debido a que se acumula Na+ en el sarcoplasma por inhibición de la bomba, este
Na+ (tres iones) tiende a ser extruido por el intercambiador a la vez que ingresa un
Ca2+ extracelular al sarcoplasma, con aumento de su concentración intracelular que
queda disponible para la contracción de las sarcómeras y consecuente aumento de la
fuerza de contracción del ventrículo insuficiente (Gheorghiade, Adams y Colucci,
2004).
El uso de la digoxina es reservado puesto que su toxicidad es elevada y puede
llevar a la muerte del paciente si no se controla adecuadamente la dosis, las
interacciones medicamentosas u otras condiciones como la hipopotasemia.
En la hiperpotasemia (hiperkalemia), el K+ aumentado en el LEC compite con
la digoxina y antagoniza a la digoxina, dado que disminuye su afinidad; pero en la
hipopotasemia (hipokalemia), el déficit de K+ aumenta la afinidad de la digoxina por
la bomba. Por este motivo, en una intoxicación digitálica, se utilizan soluciones salinas
de K+, dado que esta droga no puede eliminarse por diálisis.
La bomba de Na+/K+ mantiene las concentraciones de estos iones en ambos
lados de la membrana, con unos 140 mEq/L para el Na+ en el lado extracelular y 10 a
14 mEq/L en el intracelular, lo mismo que para el K+, con una concentración de 4
meq/L en el lado extracelular y 150 meq/L en el intracelular.
Otros ejemplos de este tipo de bomba son las bombas de Ca2+-ATPasas del 229
retículo endoplásmico y la membrana plasmática, la bomba H+/K+-ATPasa de las
glándulas gástricas y el túbulo renal y la bomba de H+-ATPasa de los lisosomas, que
transportan de forma activa primaria Na+, K+, Ca2+ o H+.
230
Este tipo de transporte es importante, por ejemplo, para la absorción de
azúcares y aminoácidos luego de la digestión en el intestino delgado, así
como en el túbulo proximal renal para reabsorber glucosa y aminoácidos.
El contratransporte consiste en el intercambio acoplado de dos sustancias que
atraviesan la membrana plasmática en direcciones opuestas, llevada a cabo por una
misma proteína de transporte. Son ejemplos de éste, el intercambiador Na+/H+, K+/H+
y el intercambiador 3Na+/1Ca2+.
El intercambiador de Na+/H+ aprovecha el gradiente electroquímico del Na+
creado por la bomba de Na+/K+-ATPasa para desplazar un H+ fuera de la célula a la
vez que ingresa un Na+. En este proceso, la unión del Na+ extracelular y el H+
intracelular, a extremos opuestos de la proteína de transporte, provoca en ésta un
cambio de conformación por el que sus extremos se invierten de un lado a otro de la
membrana. Como consecuencia, el Na+ fluye hacia el interior y el H+ hacia el exterior
de la célula. Estas dos corrientes de flujo constituyen un mecanismo amortiguador
que evita la acidificación intracelular excesiva.
El intercambiador de 3Na+/1Ca2+ también aprovecha el gradiente
electroquímico que produce la bomba de Na+/K+ activada por el ATP. Este
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
intercambiador normalmente lleva un Ca2+ al exterior de la célula, a la vez que
ingresan 3 Na+ por el gradiente de concentración creado por la bomba.
Al igual que otras proteínas de transporte, este intercambiador puede pasar
sustancias a través de la membrana plasmática en uno y otro sentido, pero, debido a
que el Na+ extracelular es mayor que el intracelular, se produce la unión de este en el
sitio externo de la proteína y el Ca2+ en el sitio citoplasmático.
Además, dado que este intercambiador introduce 3 Na+ por cada Ca2+ que
extruye, se trata de un intercambiador electrogénico.
231
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
La energía libre para el Na+ es muy alta, lo cual lleva a una entrada continua
de Na+ a la célula por los canales de fuga, aunque no modifica el volumen
celular debido a la actividad continua de la bomba de Na+/K+-ATPasa.
Esta situación puede cambiar en condiciones patológicas, en las que la osmolaridad
del plasma se modifica, como en la hiponatremia, o en las que la actividad de la bomba
de Na+/K+-ATPasa se ve afectada, como en la isquemia. En estos casos, ocurren
cambios importantes en el volumen celular que, de no ser corregidos, tienen
consecuencias muy graves para la célula y para el organismo en su conjunto.
Por otra parte, en el curso de la actividad normal de la célula se generan
microgradientes osmóticos que llevan a modificaciones locales y transitorias en el
volumen de estructuras intracelulares que deben, también, ser ajustadas. Tales
cambios ocurren, por ejemplo, a consecuencia de la acumulación de nutrientes, o en el
curso de procesos de secreción y motilidad celular y durante la actividad sináptica.
La regulación del volumen celular depende del manejo en la cantidad
intracelular de solutos y, para ello, existen dos mecanismos protectores contra las
alteraciones del volumen celular.
El primero es la activación inmediata de transportadores iónicos que
de manera rápida compensan las variaciones de volumen y el segundo mecanismo
de defensa consiste en la producción de osmolitos, que son sustancias con poder 232
osmótico, pero que no interfieren con otras funciones celulares como pueden ser los
polialcoholes, los derivados de aminoácidos y las metilaminas.
Por ejemplo, al deshidratarse la célula, se activan los mecanismos que
aumentan la concentración de solutos mediante la síntesis de pequeñas moléculas
orgánicas con actividad osmótica como sorbitol y taurina o por transporte de iones
dentro de la célula, mediante el intercambiador Na+/H+, intercambiador K+/H+ y otros
mecanismos. De esta manera, el aumento en la presión osmótica intracelular,
movilizará agua por ósmosis hacia el interior o, al menos, tratará de evitar que se
escape más agua de este compartimiento (Koeppen y Stanton, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Por su parte, una caída de la osmolaridad del LEC, induce movimiento de agua
por ósmosis hacia el citoplasma lo que aumenta el volumen celular y, por ende, puede
llevar a un edema celular. En este caso, se activan rápidamente mecanismos de
transporte para expulsar solutos de la célula mediante canales de K+ o Cl- y el
cotransportador de K+-Cl-. Esto evita el influjo de agua hacia el citoplasma generado
por el desequilibrio osmótico, pero, se limita por las variaciones en la composición
iónica citoplasmática que pueden interferir con las funciones de proteínas y enzimas.
Sin embargo, luego de minutos a horas, la célula empieza a degradar osmolitos
y de este modo desciende el poder osmótico del citoplasma y el consecuente influjo de
agua (Koeppen y Stanton, 2018).
233
Esta síntesis y la degradación de osmolitos no es tan rápido como los
mecanismos de activación de transportadores iónicos, y demora hasta varios días para
llegar a su funcionamiento pleno. Asimismo, dados los mecanismos de transporte
involucrados, la regulación del volumen celular depende en última instancia de los
gradientes iónicos de Na+ y K+ generados por la bomba de Na+/K+-ATPasa.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
algunos fármacos o sus metabolitos en la orina y la bilis, y en la resistencia de algunos
tumores a los fármacos quimioterapéuticos.
Se han identificado otras familias de transportadores que no se unen al ATP,
pero usan gradientes de iones para impulsar el transporte. Algunos de éstos (la
familia de transportadores de soluto [SLC, solute carrier]) son particularmente
importantes en la captación de neurotransmisores a través de las membranas de las
terminaciones nerviosas.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Por su parte, el Na+ puede entrar a la célula al moverse a favor de su gradiente
de concentración a través de canales llamados ENaC en la membrana apical y salir
por medio de la bomba en el otro lado.
La glucosa ingresa a la
célula a través de la
membrana apical, contra su
gradiente de concentración,
pero impulsado por el
gradiente del Na+ mediante
cotransporte de 2 iones por
cada molécula de glucosa por
el SGLT-1 y después la
glucosa puede moverse a favor
de su gradiente de
concentración a través del
transportador de glucosa
(GLUT-2) en la superficie basolateral, desde el citosol hacia el intersticio (Landowne,
2007).
Existe otro SGLT-2, que mueve 1 Na+ por cada glucosa y que se expresa
235
fundamentalmente en la corteza renal (túbulo contorneado proximal), y en mucho
menor grado en el íleon el cual cumple la misma función que el SGLT-1, pero en el
riñón principalmente.
En el ser humano, el SGLT-1 se expresa principalmente a nivel del íleon, el
sitio fundamental de absorción de monosacáridos como la glucosa, galactosa, manosa
y fructosa. Este transportador es específico para la absorción de glucosa y galactosa
en las células epiteliales del ribete en cepillo al introducir 2 Na+ por cada glucosa.
Cuando se mueven solutos a través de membranas epiteliales, el agua suele
fluir por ósmosis “siguiendo” al soluto osmóticamente activo. Este efecto tiene
importancia para la terapia de rehidratación para combatir la pérdida de agua
propia de la diarrea.
Añadir glucosa y sal al agua que se bebe, estimulará al SGLT para que
mueva Na+, glucosa y agua hacia la célula. La bomba de Na+/K+-ATPasa y el
transportador GLUT-2, a continuación, moverán los solutos hacia el plasma
sanguíneo, y el agua los seguirá.
El incremento en la concentración de solutos hacia la célula genera suficiente
fuerza osmótica para impulsar el movimiento de agua hacia la célula epitelial en una
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
magnitud de unos 9 a 10 litros de H2O en 24 horas, e incluso, la reabsorción de unos
180 litros de agua/día en los túbulos renales.
En el intestino existen tres vías posibles conocidas:
1. Difusión pasiva del agua a través de la membrana de los enterocitos: si
bien la membrana plasmática es levemente permeable al agua, en especial, si se
crea una diferencia en la concentración de solutos tal como ocurre en el
cotransporte de Na+- glucosa, la magnitud de la diferencia de gradiente no es
suficiente para crear una corriente osmótica suficiente que explique la absorción
de 10 litros de agua por día, como se comentara en párrafos anteriores.
2. Difusión de agua a través del SGLT-1 junto con el transportador Na+-
glucosa (Transporte activo secundario): investigaciones han determinado
que el SGLT-1 se comporta como un transportador de agua, movilizando unas 260
moléculas de agua por cada ciclo de transporte de 2 Na + y cada molécula de
glucosa, lo cual representa unos 5 litros de agua/día, por lo que, igual que en el
caso anterior, no explica la movilidad de 10 litros de agua/día.
3. Difusión de agua a través de otros cotransportadores de nutrientes
(Transporte activo secundario): otros cotransportadores como los
transportadores para aminoácidos y péptidos, así como el cotransportador de Na+-
I- (sodio-yoduro o NIS) y el K+/Cl- pueden, al igual que el SGLT-1, transportar de
236
30 a 50 moléculas de agua por ciclo.
4. Transporte de agua a través de las Acuaporinas (AQP): estas proteínas
pequeñas, de unos 45 kDa que contienen 6 α-hélices transmembrana, sirven de
poros para el transporte específico de agua a una velocidad 100 veces mayor que
cualquier cotransportador de solutos. Se han descripto unas 13 isoformas de las
cuales las AQP-3, 7 y 8 se encuentran en el intestino delgado humano (De Acha,
Dolz y Dolz, 2015).
El transporte transepitelial debe ser regulado según las necesidades
homeostáticas individuales. Dependiendo del tipo de epitelio, la regulación involucra
a mecanismos hormonales, neurales o ambos; por ejemplo, el sistema nervioso
entérico (SNE) regula el transporte de solutos y agua en el tracto gastrointestinal a
nivel del intestino delgado y el colon, así como el SNA regula mecanismos a nivel del
epitelio renal en las nefronas.
Por su parte, la aldosterona es un ejemplo de hormona que regula el transporte
de NaCl en las células epiteliales del colon, de los túbulos renales y conductos de las
glándulas sudoríparas.
Los procesos transepiteliales también pueden ser regulados por mecanismos
paracrinos, como ocurre con la secreción de ácido clorhídrico (HCl) en el estómago
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
(células parietales u oxínticas) el cual es regulado principalmente por la secreción de
histamina junto con otras sustancias, incluso el SNE.
Cuando actúan estas señales de regulación, las células epiteliales pueden
responder de manera diferente, incluyendo: a) recuperación de los transportadores de
la membrana por endocitosis o por inserción de los transportadores en la membrana
vesicular intracelular, b) el cambio en la actividad de transportadores de membrana
(p. ej., canales regulados por compuertas) y c) síntesis de transportadores específicos.
Los dos primeros mecanismos pueden ocurrir muy rápidamente (segundos a minutos),
mientras que la síntesis de transportadores toma más tiempo (horas a días).
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
La pinocitosis es el proceso por el cual, las células captan líquidos y sus
componentes del medio extracelular. Este proceso de divide en “pinocitosis de fase
líquida” el cual es un proceso no selectivo que consiste en la captación de un soluto
por formación de vesículas proporcional a su concentración en el líquido extracelular.
El proceso es extremadamente activo; sin embargo, el volumen celular se altera muy
poco debido a que la membrana se remplaza mediante exocitosis o por reciclado de la
vesícula casi a la misma velocidad en que son removidas por la endocitosis.
El otro tipo de pinocitosis es muy selectivo y se denomina “pinocitosis
mediada por receptor” o “pinocitosis adsortiva” en la cual existe un cierto
número de receptores para una macromolécula dada sobre zonas especializadas de la
membrana. Después de la unión del ligando a su receptor, el complejo queda incluido
en una invaginación que dará lugar a la vesícula.
En todas ellas se encuentra una cubierta de proteínas en el lado citoplasmático
denominado “clatrina”, que es una proteína de recubrimiento que se encuentra en el
citoplasma y que necesita a otra proteína denominada “adaptina”.
A medida que se desarrolla la endocitosis, la clatrina rodea a la vesícula
endocítica; además, en el cuello de la vesícula existe una proteína GTPasa
(guanositrifosfatasa) conocida como “dinamina” que tiene por función la separación
de la vesícula, lo cual le valió la denominación de “pinchasa”. 238
Luego de la endocitosis, la vesícula pierde el revestimiento de clatrina y se
internaliza en el citoplasma para unirse con los lisosomas primarios. En su interior
se produce un descenso del pH aproximadamente de 5, con lo cual promueve la
disociación del complejo ligando-receptor. La vesícula sufre una serie de
transformaciones permitiendo la separación de los receptores no unidos al ligando y
la porción de membrana vesicular que los contiene permitiéndole así volver a la
membrana para realizar otro ciclo, mientras que la otra porción vesicular que contiene
al ligando libre se une al lisosoma en el cual se degradan las macromoléculas y sus
componentes simples son utilizados posteriormente por la célula.
No todas las macromoléculas sufren degradación en este proceso ya que en la
endocitosis mediada por receptor de transferrina (proteína plasmática que transporta
hierro) se produce la liberación del hierro a un pH de 5 y la apotransferrina
(transferrina sin hierro) con su receptor son reciclados a la membrana plasmática
donde se libera el ligando al plasma para cumplir nuevamente con su función.
En ciertas regiones de la membrana plasmática, se encuentran zonas muy ricas
en colesterol y esfingolípidos conocidas como “bolsas” que son precursoras de las
depresiones de la membrana en forma de frasco denominadas “cavéolas” (pequeñas
cuevas) que contienen una proteína llamada “caveolina” semejante a la clatrina.
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
Estas estructuras están implicadas en el transporte de sustancias como las
lipoproteínas por endocitosis y transcitosis (a través de la célula).
239
Fernández, V. H.
Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
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Capítulo 5 La célula y el organismo como sistemas abiertos
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242
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 6
Los fenómenos eléctricos
de la membrana celular
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Explica cómo la permeabilidad selectiva a uno o varios iones genera una
diferencia de potencial en las membranas celulares.
2. Define los conceptos de equilibrio electroquímico y potencial de equilibrio.
3. Predice en qué dirección variará el potencial de membrana si se modifican
las distintas concentraciones o permeabilidades.
4. Identifica los tipos de señales eléctricas que se producen por liberación de la
energía acumulada como potencial de membrana en las células excitables.
5. Explica la intervención de los canales voltaje dependiente el potencial de
acción.
6. Explica los mecanismos moleculares que intervienen en la conducción del
potencial de acción en una fibra nerviosa.
7. Describe y clasifica diferentes tipos de fibras nerviosas.
8. Identifica como se afectan los potenciales mediante alteraciones patológicas,
cambios en el LEC, acción de fármacos o toxinas.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Los procesos físicos y químicos implicados en la producción y utilización de
la energía en los seres vivos se rigen por las leyes de la termodinámica y son
estudiados a través de la bioenergética celular.
Toda célula tiene una energía interna (U), así como el medio interno, la cual depende
de los movimientos oscilatorios de sus iones y moléculas en solución acuosa.
A raíz de esta energía interna, se produce “Calor” (Q) que es la energía
transferida entre un sistema y su entorno, debida únicamente a una
diferencia de temperatura entre dicho sistema y alguna parte de su entorno.
Q = U2 – U1
Esto significa que, si la energía interna es alta respecto a su ambiente, puede
liberarse para generar un trabajo y calor, que se pierde indefectiblemente en cualquier
proceso.
Dado que los sistemas biológicos son sistemas abiertos, es decir, su estado de
equilibrio radica en un equilibrio dinámico (estacionario), la energética de los
sistemas queda determinada por la energía de entrada, el flujo de energía
(intercambio energético) y la energía de salida.
Sin embargo, cuando una reacción se desarrolla hasta el equilibrio completo
(estático o final), ya no puede obtenerse de ella más energía; es decir, ya no existe 244
flujo de energía porque este se ha disipado. En este sentido, todo sistema biológico
que llegue al equilibrio total final está muerto.
Por ello, es que los sistemas vivos no permiten que las reacciones que liberan
energía alcancen este equilibrio estático final, pero el final siempre llega para cumplir
con las leyes termodinámicas, final al que denominas “muerte”.
La primera ley de la termodinámica dice que “en cualquier proceso
fisicoquímico la cantidad total de energía en un sistema y su entorno
permanece constante, aunque la energía puede transformarse”. Esto implica
un flujo constante de energía entre un sistema y su entorno de manera constante.
A esta primera ley se asocia el concepto termodinámico de “entalpía”, que se
simboliza por la letra “H”. La entalpía se conoce como entalpía absoluta o cantidad
de calor; mientras que la variación de la entalpía (H) de un sistema
termodinámico permite expresar la cantidad de calor intercambiado durante una
transformación isobárica, es decir, a presión constante.
Básicamente, se refiere a la cantidad de energía que el sistema celular ha de
ceder o absorber para que la temperatura permanezca constante durante todo el
proceso de una reacción química o procesos fisicoquímico.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Qr = H = H final – H inicial
Si la entalpía H final es menor que la entalpía H inicial, entonces H es
negativo (-H) y significa que el sistema libera energía en el trabajo realizado,
por ejemplo, al mezclarse alcohol etílico con el agua (entalpía de mezcla) o al
movilizarse el Na+ a través de la membrana a favor de su gradiente de
concentración mediante los canales iónicos.
Pero, si la entalpía H final es mayor que la entalpía H inicial, entonces H es
positivo (+H) y significa que el sistema requiere consumir energía para poder
llevar a cabo el trabajo necesario, por ejemplo, forman macromoléculas a partir de
elementos simples (proteínas a partir de los aminoácidos) o cuando se debe extraer el
Na+ desde el interior celular en contra de su gradiente mediante la bomba de Na+/K+-
ATPasa con el consumo de energía en forma de ATP. Estos procesos se observan en el
siguiente gráfico.
245
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Por su parte, una entropía negativa (−S o S < 0) indica orden e implica
que el sistema consume energía para su mayor organización y mantenimiento de
la vida, siendo un proceso desfavorable y, por ende, imposible de realizarse de
forma espontánea, a menos que exista un trabajo externo acoplado a dicho sistema.
Por lo tanto, un sistema biológico debe cumplir con el siguiente equilibrio:
S del universo = S del sistema vivo + S del entorno 0 (cero)
+S del universo = −S del sistema vivo + S del entorno 0 (cero)
Un concepto termodinámico importante es que la formación de una estructura
biológica muy ordenada suele ser desfavorable, ya que lo favorable es el aumento del
grado de desorden. Las reacciones desfavorables se producen acopladas a reacciones
favorables, que proveen la energía necesaria para movilizar a las primeras, pero con
un gasto eficiente de la energía.
A partir de lo anterior, en una reacción química o proceso fisicoquímico de
membrana, la energía libre de Gibbs (G) se define como la “energía que las
células pueden utilizar para realizar sus funciones”.
G = H – (T × S)
En condiciones de temperatura y presión constantes, el vínculo entre el cambio
de energía libre (G) de un sistema que está reaccionando o trabajando, el cambio 246
de entalpía (H) y el cambio de entropía (S) se expresa por medio de la ecuación que
combina las dos leyes de la termodinámica:
G = H – (T × S)
G reacción = G productos - G reactivos
Donde T es la temperatura absoluta expresada en grados Kelvin (K) (Botham y
Mayes, 2016).
Una reacción tendrá lugar espontáneamente sólo si el incremento de
energía libre es negativo (−G), indicando que la energía de los productos de la
reacción es menor que la energía de los reactantes de la reacción, es decir, cuando la
reacción es exergónica.
Por su parte, una reacción endergónica (+G), implica que la energía de los
productos de la reacción es mayor que la energía de los reactantes de la reacción y sólo
se producirá si existe un aporte neto de energía o si hay otra reacción exergónica
acoplada a ella.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Energía libre G
Energía libre G
G 0 G 0
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
La energía necesaria para todos estos procesos se extrae de la oxidación de los
alimentos y se guarda en forma de enlaces de alta energía en la molécula de ATP
antes de ser utilizada.
Sin embargo, por sus propias características fisicoquímicas, el ATP no puede
acumularse en la célula siendo necesario su producción continua para su permanente
utilización según las necesidades celulares, mediante el consumo de glucosa y O2.
El ATP es un nucleótido de adenina que contiene dos enlaces anhídrido fosfórico
de alta energía (cuando estos enlaces se rompen por hidrólisis se desprende una gran
cantidad de energía libre):
ATP + H2O ADP + Pi + H+ G0 = −7,3 kcal/mol (Pi = fosfato inorgánico)
ATP + H2O AMP + PPi + H+ G0 = −7,3 kcal/mol (PPi = pirofosfato
inorgánico)
El pirofosfato (PPi) es hidrolizado rápidamente por la enzima pirofosfato
inorgánico hidrolasa para formar dos grupos fosfato, en una reacción irreversible
que también produce energía:
PPi 2 Pi G0 = − 4 kcal/mol
La regeneración del ADP a partir del AMP se realiza mediante la reacción
248
catalizada por la adenilatocinasa:
ATP + AMP 2 ADP
La regeneración del ATP se produce en la mitocondria y requiere fosfato
inorgánico, energía (+7,3 kcal/mol) y protones.
La hidrólisis del grupo fosfato de los denominados compuestos de alta energía
(fosfoenolpiruvato, 1,3-difosfoglicerato y fosfocreatina) o la hidrólisis del grupo
coenzima A (CoA) de los tioésteres (acetil CoA, succinil CoA), liberan una cantidad de
energía suficiente para la formación de una molécula de ATP. Por el contrario, la
hidrólisis del grupo fosfato de los compuestos de baja energía libera una cantidad de
energía insuficiente para formar ATP.
En definitiva, el ATP actúa como un transportador de energía desde los
compuestos de alta energía a los compuestos de baja energía.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Se realizó una electromiografía evidenciándose potenciales con duraciones y
amplitudes disminuidas, sobre todo proximal, con patrón miopático compatible con
parálisis periódica hiperpotasémica.
Diagnóstico: Parálisis periódica hiperpotasémica.
Tratamiento: Se inició tratamiento con acetazolamida por vía oral en dosis de 10
mg/kg por día, cada 8 h y se va de alta con la indicación de dietas altas en
carbohidratos y baja en potasio.
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
En la figura de la derecha se representa
la concentración de iones en el LIC y el LEC (no
se representan proteínas en el LEC ya que se
considera en menor cantidad que en el LIC), y
se observa que existe un gradiente de
concentración para el K+ el cual tiende a
moverse desde el LIC al LEC a través de
canales iónicos presente en la membrana
celular.
En este caso, decimos que existe un
potencial químico () definido como la tendencia de una partícula para
redistribuirse entre un compartimiento y otro, separados por la membrana celular,
representado por la siguiente ecuación:
= 0 + (R T ln C)
Donde es el potencial químico de la sustancia en cuestión, 0 es el potencial
químico en situación estándar, R es la constante de los gases, T es la temperatura
absoluta del sistema y ln C es el logaritmo natural de la concentración del soluto.
Dado que existe una diferencia de concentración entre dos compartimientos
251
para la misma sustancia, la ecuación anterior queda como sigue:
= 1 − 2 = [0 + (R T ln C1)] − [0 – (R T ln C2)]
Reordenando, queda expresada:
= R T ln (C1/C2)
Matemáticamente, si es mayor a
cero, entonces existe un potencial químico
que impulsará el movimiento de los iones
con el objeto de alcanzar el equilibrio
estático de los compartimientos y del sistema
en general; mientras que un valor igual a
cero implicará que no existe fuerza química
para impulsar el movimiento del soluto en
cuestión, puesto que ya ha alcanzado el
equilibrio total, como se observa en la figura de
la derecha.
Si consideramos al K+, la fuerza electrostática tiende a oponerse al
movimiento de los iones por su concentración, ya que en ambos lados de la membrana
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
plasmática están las cargas eléctricas equilibradas (carga eléctrica neta igual a
cero).
[K+]i [K+]e
De igual manera, se produce un nuevo equilibrio estacionario gracias al
movimiento del K+ por su gradiente químico, pero, acompañado del Cl- para mantener
la electroneutralidad de los distintos compartimientos.
Es importante recordar que todo sistema viviente, desde la célula hasta el
organismo, debe mantener una carga eléctrica neta igual a cero según la “ley de
electroneutralidad” (independientemente de cuál sea su condición fisiológica). Este
equilibrio que se desarrolla tiene una importancia vital en las células dado que, como
existe mayor cantidad de solutos osmóticamente activos (proteínas) en su interior,
esto podría desencadenar el correspondiente hinchamiento debido a la entrada de
agua hasta la lisis celular por el efecto osmótico.
Sin embargo, gracias a la presencia de la bomba de Na+/K+-ATPasa, esto no
ocurre ya que se bombea iones en exceso hacia el exterior celular y, por lo tanto, agua.
De estos procesos depende la célula para mantener su volumen y presión constantes.
Por ello, en presencia de un ion no difusible como las proteínas, los iones con
capacidad de difundir a través de la membrana se distribuyen para alcanzar el
252
equilibrio y mantener cierta relación, representada por la siguiente ecuación, donde
“i” significa intracelular y “e” extracelular:
[K+]i = [Cl-]e
[K+]e [Cl-]i
Esta ecuación se conoce como ecuación de Gibbs-Donnan y se aplica para
cualquier par de aniones o cationes de igual valencia.
Además, debido a la presencia de aniones (A-) no difusibles, el LIC contiene
mayor cantidad de solutos (por ello, mayor cantidad de agua) y se debe mantener en
equilibrio para que no ocurran fenómenos osmóticos que puedan alterar la estructura
y función celular, por ejemplo, por edema intracelular, ya que dichos aniones son
osmóticamente activos junto a los solutos iónicos que estos atraen para equilibrar las
cargas.
[K+]i + [Cl-]i + [A-]i = [K+]e + [Cl-]e
El equilibrio de Gibbs-Donnan es responsable de:
• Mayor concentración de K+ en el interior y Cl− en el exterior de la célula.
• Un nivel de K+ más alto en el LIC favorece al potencial de membrana en
reposo (PMR).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
• Los iones totales en el LIC son más altos que en el LEC, debido a la
presencia de partículas osmóticamente activas (proteínas)
intracelularmente, por lo que la célula tiene una tendencia a edematizarse
y lisarse. Sin embargo, la bomba Na+/K+-ATPasa evita los cambios
osmóticos al restaurar y mantener el volumen y la presión osmótica del LIC
equilibrado con el LEC.
• El mismo efecto se produce en el plasma respecto al intersticio, dado que
las proteínas plasmáticas no pueden atravesar el endotelio vascular.
Dado que los proteinatos, fosfatos y sulfatos no son difusibles por la membrana
celular, estos solutos no pueden salir y, por tanto, atraen iones K+ principalmente,
para equilibrar las cargas eléctricas, pero también difunde Na + al LIC con el
consecuente arrastre de agua (efecto osmótico).
A más ingreso de Na+ se activa la bomba de Na+/K+-ATPasa normalmente, por
lo cual tres iones Na+ son extruidos de la célula, mientras que dos iones K+ son
introducidos al LIC nuevamente, con gasto de ATP, manteniendo así un gradiente de
concentración, tanto para el Na+ como para el K+.
El K+ también tiende a salir por difusión simple mediante canales de fuga a
favor de su gradiente de concentración, pero la bomba siempre restaura su gradiente
de equilibrio.
Dado que los iones continuamente se tratan de fugar hacia uno y otro lado de
la membrana, se genera un fenómeno conocido como “potencial de difusión” y, como
la bomba restaura el equilibrio al sacar tres cargas positivas e introducir dos cargas
positivas, genera una diferencia de cargas entre el lado interno de la membrana
respecto al exterior, dando lugar al PMR, por lo que se dice que la bomba es
electrogénica (genera diferencias de cargas), como puede verse en la figura de la
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
derecha en el cual predominan las cargas
negativas en el lado interno de la membrana
y las positivas en su lado externo.
Dado que todas las células vivas del
cuerpo poseen bombas de Na+/K+-ATPasa,
todas tienen un PMR que varía con la
característica celular. Por ejemplo, muchas
neuronas del SNC presentan un PMR de -70
mV, las células miocárdicas y las fibras
musculares esqueléticas tienen un PMR de -
90 mV, al igual que las motoneuronas;
mientras que las células musculares lisas y
otras células poseen un PMR alrededor de los
-60 mV en reposo.
De este modo, es fácil entender que la membrana celular se encuentra cargada
negativamente en reposo estacionario, pues existe un equilibrio dinámico entre los
254
fenómenos de fuga de iones que generan el potencial de difusión y la actividad de la
bomba que determina, en conjunto con la permeabilidad de la membrana, el PMR.
Entonces, debido a que en el estado de equilibrio dinámico o estacionario existe
una distribución asimétrica de los iones permeables a través de la membrana
plasmática, se produce una diferencia eléctrica a través de la misma, la cual puede
ser medida con la ecuación de Nernst (ver más adelante).
Asimismo, dadas las características estructurales de la membrana celular, es
posible observar las propiedades eléctricas pasivas de la membrana que son
aquellas que no cambian durante la generación de señales.
Una de estas propiedades es la de acumular cargas eléctricas, pues la
membrana presenta una propiedad física conocida como “capacitancia”1 (C), lo cual
depende de la permeabilidad de dicha membrana, que es la proporción entre carga2
separada (q) y el voltaje (V):
C=q
V
1Un capacitor consiste en dos materiales conductivos separados por un material aislante. En el caso de la membrana neuronal,
esta porción corresponde al área no conductiva, bilipídica, que en conjunto es unas 100 veces mayor que el área correspondiente
a todos los canales asociados. La propiedad fundamental de un capacitor es la de almacenar cargas de signo opuesto en sus dos
superficies.
2La carga eléctrica se mide en términos de coulomb (C); hay 96.500 C/mol de carga (constante de Faraday) = 23,062 cal/(mol
× V). La unidad de capacitancia es el farad (F); 1 C/1 V es 1 F.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
De lo expuesto se desprende otra de las propiedades pasiva de la membrana
denominada “conductancia” (g) y su recíproca la “resistencia” (R).
g=1
R
Como el K+ es atraído por el lado negativo de la membrana celular, presenta
una energía eléctrica (Ee) expresada en la ecuación:
Ee = n × Vx × F
Dónde “n” es la valencia del ion, Vx es la diferencia de potencial (volt) para
un ion “x” determinado y F es la constante de Faraday (96.500 coulomb/mol).
En principio, se alcanza el equilibrio cuando la entrada y la salida de K+ son
iguales (lo mismo para cualquier otro ion), por lo cual, la energía eléctrica
potencial (Ee) y la energía osmótica potencial (Eo) deberían ser iguales:
Ee = Eo
Reorganizando la ecuación, según las expresiones anteriores, tenemos:
Vx = (R T/n F) × ln (Ce/ Ci)
Si se reemplazan los valores correspondientes a:
• T = 310 K (37 ºC) 255
• ln = 2,303 log
• R (constante de los gases) = 1,987 cal/(mol × K)
• n = +1
• F = 23,062 cal/(mol × V)
Se tiene:
Vx = 61,5 × log (Ce/ Ci)
Esta ecuación corresponde al potencial eléctrico de un ion (por ejemplo, el
K+) conocido como “potencial de equilibrio (Vx) de Nernst” y se expresa en
milivoltios (mV).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
En el caso del K+, el gradiente de concentración es hacia afuera y el gradiente
eléctrico hacia adentro, es decir, las energías osmótica y la energía eléctrica se oponen,
dando lugar a un potencial de equilibrio de -94 mV; mientras que para el Na+, el
gradiente de concentración es hacia adentro y el gradiente eléctrico también es hacia
adentro, por las cargas positivas externas que tienden a rechazar a la carga positiva
del Na+, es decir, las dos energías (osmótica y eléctrica) se suman y se potencian dando
un potencial de equilibrio de +61,5 mV.
Para los iones Cl-, considerando sus concentraciones intra y extracelulares, el
potencial de equilibrio es de -81,3 mV dado que su energía osmótica es hacia adentro,
pero su energía eléctrica es hacia afuera debido a las cargas positivas del lado externo
de las membranas que tienden a retener este anión.
Estos valores obtenidos, considerando las concentraciones iónicas a ambos
lados de la membrana celular, indican el potencial que debería tener dicha
membrana para cada uno de los iones implicados alcancen su equilibrio
total (no haya ingreso ni egreso de iones).
Por tanto, para poder entender mejor estos valores y su importancia fisiológica,
es necesario conocer el valor del PMR de las células a las cuales se está estudiando,
puesto que, como cada valor depende de un tipo celular en particular, también los
potenciales de equilibrio pueden variar con estos. 256
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
micropipeta conteniendo una solución de cloruro de potasio (KCl).
El voltímetro es capaz de medir potenciales muy pequeños mediante un sistema
amplificador de señal, por lo cual, para una medición en un axón de la neurona gigante
de calamar, se obtuvo un valor de −90 mV que es el PMR o Vm y se dice que la
membrana está polarizada negativamente.
Valores similares se han encontrado en fibras musculares esqueléticas,
cardíacas y el axón de una motoneurona (MN).
Si consideramos una fibra axonal de una MN, podemos observar que el PMR,
medido con la ecuación de Nernst que más se acerca al potencial medido
experimentalmente es el del K+, debido a su mayor capacidad de permear la
membrana de estas células.
Sin embargo, el potencial de equilibrio para el K+, aunque está cerca del PMR
y el potencial de equilibrio del Na+ (que está muy lejos de su equilibrio), indican que
no están en equilibrio electroquímicamente hablando, por lo cual existe energía libre
para generar movimiento de estos iones para poder movilizarlos de ser necesario, para
que puedan alcanzar su equilibrio total.
Para calcular el PMR en función de las concentraciones de los diferentes iones
principales (Na+, Cl- y K+), se hace preciso definir la constante de permeabilidad 257
(P) para cada ion.
Esta P es una medida de la facilidad con la cual un ion puede cruzar
una unidad de área (1 cm) de membrana impulsado por una diferencia de
concentración 1 M, proporcional al número de canales iónicos y al número
de iones que cada canal puede conducir por unidad de tiempo, por ejemplo,
segundos. De este modo la unidad de P es cm/s.
La permeabilidad no se mide directamente, sino que se suele medir el número
de canales y la conductividad de cada canal mediante técnicas especiales.
Para el cálculo del PMR se utiliza la “ecuación de campos de Goldman o
ecuación de Goldman-Hodgkin-Katz”:
Vm = 61,5 log PNa+ [Na+]e + PK+ [K+]e + PCl- [Cl-]i
PNa+ [Na+]i + PK+ [K+]i + PCl- [Cl-]e
Dónde PNa+ = 10-12 cm/s; PK+ = 10-11 cm/s y PCl- = 10-10 cm/s.
De esta manera, el potencial de membrana medido con la ecuación de Goldman
es V = −86 mV, pero se debe tener en cuenta que la bomba de Na+/K+-ATPasa, al ser
electrogénica, contribuye con V = −4 mV en reposo (puede aumentar en procesos
activos), con lo cual se llega a Vm = −90 mV medidos directamente.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Sin embargo, una cuestión importante que debe entenderse es que, si bien la
bomba Na+/K+-ATPasa tiene potencial para generar carga eléctrica (debido a que
bombea hacia el exterior tres iones de Na+ por cada dos iones de K+ que transfiere
hacia el interior), no es capaz de generar un potencial de membrana significativo en
fase alguna. Esto se debe a que tan pronto como la bomba produce un potencial
negativo en el interior de la célula, los iones Cl- salen de ella y restauran la
electroneutralidad.
Así, las bombas expulsan tres iones Na+ y un ion Cl-, por sus ionóforos de fuga,
por cada dos iones K+ que transfieren hacia el interior. El papel real de la Na+/K+-
ATPasa es que genera una concentración alta de K+ al interior de la célula y una
concentración alta de Na+ fuera de ella, lo que dispone de energía libre (Gtotal =
negativo) para el desarrollo de cambios eléctricos rápidos en el potencial de
membrana para procesos activos, conocidos como “potencial de acción (PA)”.
Además, la actividad de la bomba Na+/K+-ATPasa guarda una proporción
directa con la concentración intracelular de Na+ por lo cual, a menor concentración
intracelular de este último, más lento trabaja la bomba, pero a mayor concentración
intracelular de Na+ (como ocurre en un PA), mayor actividad mostrará dicha bomba.
258
Dado que la combinación de un gradiente electroquímico para un ion con
sus canales específicos constituye una fuente constante de potencial
eléctrico, como si fuera una batería iónica, se genera una “fuerza
electromotriz” (FEM).
La FEM es la energía impulsora que se traduce en trabajo eléctrico. Constituye
otra de las propiedades pasivas de la membrana plasmática, además de la
capacitancia (C), la conductancia (g) y la resistencia (R) al pasaje de iones.
El movimiento de partículas cargadas genera una corriente eléctrica (i)
transportada por un ion particular “x” y se relaciona con la fuerza impulsora mediante
la expresión que sigue:
ix = gx × (Vm − Vx)
De esta ecuación, se concluye que si el V0 es igual a Vm, no existe corriente
eléctrica, aunque exista permeabilidad de la membrana para el ion en cuestión. Por
ende, tampoco habrá conductancia y el potencial de equilibrio para ese ion será el
potencial al cual el flujo neto es cero.
De aquí es que suele calcularse V0 de manera teórica usando la ecuación de
Nernst sin conocimiento del potencial de membrana real. Es una manera de expresar
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
el gradiente de concentración en términos eléctricos, de modo que el gradiente de
concentración se puede comparar con el gradiente de voltaje.
Por su parte, si se conocen las concentraciones y las conductancias iónicas, el
potencial de membrana puede calcularse usando la ecuación de Nernst para encontrar
los potenciales, y la ecuación de corriente eléctrica para ubicar dichas corrientes.
Cuando el potencial de membrana no está cambiando, no existe corriente
eléctrica neta. Si la bomba no está funcionando y la membrana sólo conduce Na + y
K+, iNa+ = –iK+ o gNa+ (Vm – VNa+) = −gK+ (Vm – VK+), que puede reordenarse para
obtener el Vm:
Vm = (gNa+ VNa+) + (gK+ VK+)
(gNa+ + gK+)
De este modo, el PMR es el promedio ponderado de los potenciales de equilibrio;
cuya ponderación se debe a sus conductancias respectivas.
Así, si gK+ es mucho mayor que gNa+, el potencial de membrana estará cerca de
VK+; si gNa+ es mucho mayor que gK+, estará cerca de VNa+ y si son iguales, estará a
la mitad entre ambos. Si la membrana sólo es permeable a estos dos iones, y no hay
una fuente externa de corriente eléctrica, el potencial de membrana siempre estará
entre VNa+ y VK+.
259
Por su parte, dado que la membrana celular en reposo, que está polarizada con
-90 mV, es preferentemente permeable al K+, este PMR es sensible a la concentración
externa de este ion; por tanto, al aumentar el K+ extracelular llevará el PMR más
cerca de 0 mV.
Este cambio de potencial en la
dirección positiva, hacia 0 mV, es una
despolarización. Un cambio en la otra
dirección, que hace el potencial de
membrana más negativo, alejando del 0
mV más aún, es una hiperpolarización.
El K+ extracelular aumentado se
denomina hiperpotasemia o
hiperkalemia y despolariza membranas
porque reduce el gradiente
electroquímico de K a través de la misma
+
y hace que VK+ esté más cerca de 0 mV, pues reduce la tendencia del K+ a salir de la
célula, de modo que el equilibrio se alcanza a un potencial menos negativo (más cerca
de 0 mV), fenómeno conocido como “acomodación de la membrana”.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
El cloruro de potasio (KCl) al 10% es un medicamento inyectable que se utiliza
para el tratamiento y profilaxis de la hipopotasemia, sea provocada por
subalimentación o ayuno, o para pacientes perfundidos con soluciones de Dextrosa
que no contienen potasio.
Si se realiza un uso adecuado, según las indicaciones médicas, los efectos
colaterales son raros, pero pueden presentarse en el paciente, estados de confusión,
ritmos cardíacos irregulares (arritmias), disnea, ansiedad, cansancio o debilitamiento
o entumecimiento u hormigueo en manos, pies y labios.
Las dosis altas pueden causar depresión cardíaca que puede llevar a una
parálisis cardíaca. El cuidado debe tenerse al intentar corregir la hipokalemia para
evitar una sobrecompensación que pueda resultar en hiperkalemia acompañada de
arritmias cardíacas.
La concentración normal de potasio sérico en adultos es de 3,5 a 5 mEq/L y 4,5
mEq/L se usa como referencia. Al superar los 6 mEq/L, es posible que empiecen las
arritmias cardiacas, incluso, dependiendo del paciente, ya se puede producir una
parada cardíaca.
Una concentración elevada de K+ se utiliza en la solución cardiopléjica que
contiene uno 20 mEq/L, el cual se utiliza en la cirugía cardíaca para detener la
actividad del corazón, permitiendo así disminuir el consumo de oxígeno miocárdico 260
por la falta de contracción, además de facilitar el trabajo quirúrgico en un campo
inmóvil.
También es uno de los componentes de la inyección letal que hasta el momento
se utiliza en algunos estados de EE. UU para ser aplicado a los individuos condenados
a muerte.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Aquí importa la cantidad de canales disponibles para los iones dado que son
relativamente pocos y, si bien existe movimiento de los iones por un gradiente de
voltaje V, existe un equilibrio estacionario para estos, dado por la bomba
electrogénica.
La ley de Ohm indica que la relación entre el voltaje (V), la corriente eléctrica
(i) y su resistencia (R), viene dado por la siguiente expresión:
V=iRi=V
R
Es importante comprender que, aunque exista una alta diferencia de potencial
eléctrico a través de la membrana, es necesario la presencia de canales disponibles
para superar la actividad de la bomba de Na+/K+-ATPasa, puesto que en todas las
células “en reposo” los flujos pasivos (por canales no regulados) y activos de Na+ y K+,
mediante la bomba con gasto de ATP, están balanceados o en equilibrio dinámico
permanentemente.
Por ello, solo es posible generar una corriente eléctrica neta cuando se
produce un PA a través de la membrana de una célula excitable, mediante cambios
eléctricos que activan la apertura de canales iónicos regulados mediante
compuertas.
261
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
a) Conductancia (o su inversa, resistencia), de los canales iónicos pasivos o no
regulado.
b) Fuerza electromotriz (FEM).
c) Capacitancia (C) o capacidad de acumular cargas a ambos lados de la
membrana celular.
Por su parte, las propiedades eléctricas activas de la membrana son las
que cambian durante la generación de las señales eléctricas. Implican
modificaciones en la conductancia de los siguientes tipos de canales iónicos activos
o regulables:
a) Canales iónicos regulados por voltaje.
b) Canales iónicos regulados por algún transmisor (NT, hormonas, fármacos, etc.).
c) Canales iónicos regulados físicamente (deformación mecánica, compresión,
etc.).
Los gradientes electroquímicos establecidos son utilizados por los tejidos
nervioso y muscular para generar y transmitir impulsos eléctricos, así como por otras
células para desencadenar eventos bioquímicos y secretores, y por todas las células
para soportar una variedad de procesos secundarios de cotransporte de moléculas
hacia la misma dirección o en direcciones opuestas (Brunton, Hilal-Dandan y
Knollmann, 2019). 262
Las células humanas expresan múltiples isoformas de canales activados por
voltaje para los iones Na+, K+, Ca2+ y Cl-. En las células nerviosas y musculares, los
canales de Na+ activados por voltaje (Nav) son responsables de la generación de
fuertes PA que despolarizan la membrana desde su potencial de reposo de -90 mV
hasta un potencial de +30 mV en pocos milisegundos. Estos Nav se componen de tres
subunidades, un poro formado por la subunidad α (alfa) y dos subunidades β (beta)
reguladoras (Purves et al., 2018).
La subunidad α es una proteína de 260 kDa que contiene cuatro dominios que
forman un poro selectivo al ion Na+ mediante la disposición en forma de
pseudotetrámero, mientras que las subunidades β son proteínas de 36-kDa que
atraviesan la membrana una sola vez.
Cada dominio de la subunidad α contiene seis hélices que abarcan la membrana
(S1-S6) con un bucle extracelular entre S5 y S6 denominado formador de poros o bucle
P, el cual se sumerge nuevamente en el poro y, combinado con residuos de los bucles
P correspondientes de los otros dominios, proporciona un filtro de selectividad para el
Na+. Otras cuatro hélices que rodean el poro (una hélice S4 de cada uno de los
dominios) contienen un conjunto de aminoácidos cargados que forman el sensor de
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
voltaje y causan un cambio conformacional en el poro a voltajes más positivos, lo que
conduce a la apertura del poro y a la despolarización de la membrana (figura).
Canal de Na+ activado por voltaje con el poro en los estados cerrado y abierto. Los bucles P
formadores de poros se muestran en azul, en ángulo en el poro para formar el filtro de
selectividad. Las hélices S4 que forman el sensor de voltaje se muestran en naranja, con los
aminoácidos con carga positiva que se muestran como puntos rojos.
263
En el caso de activación por el voltaje, la conformación molecular de la
compuerta o de sus enlaces químicos responde al potencial eléctrico que se establece
a través de la membrana celular. Por ejemplo, una carga negativa intensa en el
interior de la membrana celular podría hacer que las compuertas del Nav en el lado
externo permanezcan firmemente cerradas; por el contrario, cuando el interior de la
membrana pierde su carga negativa, estas compuertas se abrirían súbitamente y
permitirían que el Na+ ingrese a través de los poros abiertos. Este proceso es el
mecanismo básico para generar los PA que son responsables de las señales eléctricas
nerviosas y musculares (Hall y Hall, 2021).
Los canales de K+ dependientes de voltaje son los más numerosos y
estructuralmente diversos, miembros de la familia de los canales activados por voltaje
e incluyen los canales Kv activados por voltaje, el canal K + rectificador de entrada
(Kir) y los canales K+ (canales de fuga) de doble dominio de poro o en tándem (Jegla
et al., 2009).
Las compuertas del canal de K+ están en los extremos intracelulares de los
canales, y se abren cuando el interior de la membrana celular adquiere carga positiva.
La apertura de estas compuertas es responsable, en parte, de poner fin al PA.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Los Kir y los canales de dos poros son insensibles al voltaje, pero están
regulados por las proteínas G y los iones H+, y son muy estimulados por los anestésicos
generales.
El incremento de la conductancia de K+ a través de estos canales hace que el
potencial de membrana sea más negativo (más cercano al potencial de equilibrio para
el K+); por tanto, estos canales son importantes para regular el potencial de membrana
en reposo y restaurar la membrana en reposo de -70 a -90 mV después de la
despolarización (Brunton et al., 2019).
Los canales de Ca2+ activados por voltaje (VDCC) tienen una arquitectura
similar a los Nav con una subunidad α grande (cuatro dominios de cinco hélices
extensión de membrana) y tres subunidades reguladoras (las subunidades β, δ y ).
Los VDCC pueden ser responsables de iniciar un potencial de acción (como en
las células marcapasos del corazón), pero son más comúnmente responsables de
modificar la forma y la duración de un PA iniciado por canales Nav rápidos. Además,
inician la afluencia de Ca2+ que estimula la liberación de NT en la neurona
presináptica el sistema nervioso central, entérico y autónomo y que controlan la
frecuencia cardiaca y la conducción de los impulsos en el tejido miocárdico de
conducción.
264
Los canales de Ca2+ activados por voltaje de tipo L (lentos) están sujetos a la
regulación adicional a través de la fosforilación por la proteína kinasa A (PKA). Los
que se expresan en el músculo liso (ML) regulan el tono vascular debido a que la
concentración intracelular de Ca2+ es crítico para regular el estado de fosforilación del
aparato contráctil a través de la actividad de la kinasa de la cadena ligera de la
miosina (KCLM) sensible al complejo Ca2+/calmodulina (Ca-CAM).
Los canales activados por la unión de un ligando a un sitio específico en
la proteína del canal tienen una arquitectura diversa y un conjunto de ligandos. Los
principales canales activados por ligandos en el sistema nervioso son aquellos que
responden a NT excitadores como ACh o glutamato (o agonistas como AMPA y NMDA)
y NT inhibidores como la glicina o GABA (Purves et al., 2018).
La activación de estos canales es responsable de la mayoría de la transmisión
sináptica por neuronas tanto en el SNC como en el periférico. Además, existe una
variedad de canales iónicos más especializados que son activados por pequeñas
moléculas intracelulares y son estructuralmente distintos de los canales iónicos
activados por ligandos convencionales, estos incluyen canales iónicos que son
miembros formales de la familia Nav como el canal de Na+ regulado por
hiperpolarización y nucleótidos cíclicos (HCN) expresado en el corazón, que es
responsable de la despolarización lenta observada en la fase 4 de los potenciales de
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
membrana de las células nodales sinusales (NSA) y atrioventriculares (NAV) y el
canal cerrado por nucleótidos cíclicos (CNG) que es importante para la vista (Craven
y Zagotta, 2006).
La categoría de los canales iónicos intracelulares de moléculas pequeñas
también incluye al canal del Ca2+ sensible a inositol trifosfato (IP3) responsable de la
liberación del Ca2+ desde el retículo endoplásmico y al “receptor” de sulfonilurea
(SUR1) que se asocia con el canal Kir6.2 para regular la K ATP en las células β-
pancreáticas. El canal KATP es el blanco de los fármacos hipoglucemiantes orales como
las sulfonilureas y las meglitinidas (repaglinida y nateglinida) que estimulan la
liberación de la insulina de las células β-pancreáticas y son utilizadas para tratar la
DM2 (Brunton et al., 2019).
El receptor nicotínico de ACh es un ejemplo de un canal iónico activado por
ligando. Las isoformas de este canal se expresan en el SNC, en ganglios autonómicos
y en la unión neuromuscular (UNM). Este canal pentamérico consiste en cuatro
subunidades diferentes (2α, β, δ, ) en la UNM o dos subunidades diferentes (2α, 3β)
en los ganglios autonómicos (Purves et al., 2018).
265
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
el receptor ganglionar, justamente para proporcionar la relajación muscular
durante la cirugía con efectos secundarios mínimos autonómicos.
La apertura de poro en el canal mide aproximadamente 3 nm, mientras que el
diámetro de un ion Na+ o K+ es sólo de 0,3 nm o menos. Por consiguiente, los canales
iónicos activados por ligando no poseen la exquisita selectividad iónica encontrada en
la mayoría de los canales activados por voltaje, y la activación del receptor nicotínico
ACh permite el paso de ambos iones Na+ y K+; pero principalmente al Na+, por lo cual
producen despolarización de la membrana celular (Hall y Hall, 2021).
Los canales iónicos receptores de potencial transitorio como los canales de
catión TRP, están involucrados en una variedad de procesos sensoriales fisiológicos y
fisiopatológicos, que incluyen la nocicepción, la sensación de calor y frío, la
mecanosensación y la sensación de sustancias químicas como la capsaicina y el
mentol (Brunton et al., 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
• Poder sumarse, tanto espacial (respuestas a estímulos espacialmente
cercanos) como temporalmente (respuestas a estímulos consecutivos
aplicados en el mismo sitio).
• Ser respuestas locales (la amplitud de la respuesta que se conduce
pasivamente decae con la distancia al sitio donde se originó).
267
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
es proporcional al cambio de voltaje, de modo que la declinación es
exponencial. La constante depende de la proporción entre las resistencias de
membrana (Rm) y la resistencia del citoplasma axonal o axoplasmática longitudinal
(Ra).
= √𝑹𝒎/𝑹𝒂
Entonces, cuanto mayor sea la Rm (mayor sea la capa de mielina) y
menor sea la Ra (mayor diámetro del axón), mayor será la propagación
pasiva (o electrotónica) de la variación del potencial de membrana Vm.
A medida que la distancia desde la inyección se incrementa, la amplitud de la
respuesta transitoria disminuye, y el tiempo de aumento se hace más prolongado y
sigmoideo. Por ello, se dice que el potencial electrotónico se conduce con
decremento.
Dado que las sinapsis
están distribuidas en el árbol
dendrítico a diferentes
distancias desde el cuerpo
celular, aquellas más
distantes tendrán menos
269
efecto sobre la actividad de la
célula, la amplitud del efecto
será más baja y su evolución
temporal, más lenta.
Por ello, la propagación pasiva es importante para la propagación del
PA, dado que es el mecanismo de conexión entre la región activa y la región
en reposo adyacente.
Los axones dependen de amplificadores repetidores para propagar el potencial
a distancias más grandes y para ello, usan canales de Na+ dependientes de voltaje.
Cuando las uniones célula-célula permiten el pasaje de iones, éstas pueden
operar eléctricamente como si todas fueran una célula única y los PA se propagan de
una célula a otra gracias a la transmisión pasiva de la despolarización por medio de
las uniones de hendidura como ocurre en el miocardio, músculo liso unitario e incluso
en algunas neuronas en el SNC.
Las propiedades eléctricas pasivas de las células son cruciales en la
señalización eléctrica, ya que determinan las características de los potenciales
electrotónicos (amplitud y curso temporal), así como su conducción desde el sitio de
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
generación. También son responsables de la velocidad de propagación de los
potenciales de acción.
270
A diferencia del PMR, cuyo valor varía según los tipos de células, el PA es
un cambio rápido del potencial de membrana Vm, desde su valor negativo
hacia valores positivos, volviendo a su reposo una vez que el estímulo que le
dio origen se haya terminado.
Este potencial de acción es una señal que se conduce a lo largo de la membrana celular
de una célula excitable, como lo es el axón de una neurona o el sarcolema de una fibra
muscular, a distancias grandes sin perder amplitud.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
En realidad, cualquier cambio transitorio del PMR, sea una despolarización o
hiperpolarización (sin importar su magnitud), puede constituir una señal. Sin
embargo, excepto el PA, todas las señales eléctricas de la membrana pierden amplitud
tras desplazarse distancias cortas por su constante .
Efectivamente, el PA consiste en una inversión breve de la polaridad
(despolarización) de la membrana a la que sigue una restauración rápida de
la polaridad normal (repolarización).
En las neuronas, el
proceso completo dura
alrededor de 2 ms, mientras
que en las células del
músculo esquelético dura
unos 4 ms. Sin embargo, en
las células de los músculos
cardiaco y liso, es más
prolongado siendo entre 200
y 300 ms.
Si registramos el PA
mediante un electrodo 271
intracelular, observaremos
que presenta cinco fases muy
bien definidas.
Fase 1 inicial de prepotencial. No forma parte del PA, aunque sea una
despolarización que dependa de la entrada de Na+, generalmente por canales
dependientes de ligando, dado que un prepotencial no implica un PA asegurado hasta
que alcance el umbral. Sin embargo, es el estímulo inicial para que se produzca el
PA, pues todo PA comienza con un prepotencial.
Este prepotencial, también llamado potencial escalonado, es un potencial de
membrana localizado que se desplaza con cierta lentitud desde el reposo (-90 mV)
hasta el punto denominado “nivel de disparo” o “umbral”. El valor del potencial
umbral varía de célula a célula siendo de unos -60 mV para las MN y las fibras
musculares esqueléticas y cardíacas.
Fase 2 de despolarización rápida. Una vez que se alcanza el valor umbral
de -60 mV, el potencial se dispara rápidamente hasta los +30 mV en menos de 1 ms,
constituyendo así el inicio del PA. En esta etapa se pueden visualizar dos subetapas:
a) La despolarización propiamente dicha desde los -60 mV hasta 0 mV.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
b) La inversión de
potencial que va
desde el 0 hasta los +30
mV, también llamado
sobre disparo.
Toda la fase 2, desde
los -60 mV hasta los +30 mV,
depende de la entrada de Na+
por canales Nav.
Fase 3 de
repolarización. Cuando se
alcanza el potencial de
membrana de +30 mV, la
polaridad de la membrana cae
hacia el 0 mV y continúa
hasta los -90 mV. Esta fase también dura menos de 1 ms y evidencia la inversión de
potencial hasta que alcanza el valor de reposo. Este proceso depende de los canales de
Kv para el K+.
Fase 4 de hiperpolarización. Cuando se alcanza el potencial de -90 mV, 272
sigue ocurriendo un cambio de potencial que sobrepasa los -90 mV y sigue haciéndose
más negativo, pudiéndose alcanzar potenciales de -95 mV hasta los -100 mV. También
depende de los mismos canales de Kv de la fase 3.
Fase 5 de regreso al reposo. Luego de haber alcanzado un potencial de -95 a
-100 mV, el potencial regresa lentamente a los -90 mV hasta que nuevamente se inicie
un nuevo prepotencial. Esta condición puede durar varios milisegundos, antes de
retornar con lentitud hasta el potencial de reposo normal.
Recordemos que el reposo de la membrana depende principalmente de una
cierta permeabilidad de la membrana celular al K+, mediante canales sin compuertas
y que no están regulados por cambios en el voltaje, que son los rectificadores
internos o hacia adentro de potasio (Kir), a la vez que la bomba de Na+/K+-ATPasa
se activó desde el momento en que empezó a entrar Na+, pero solo puede restaurar los
gradientes iniciales, tanto para el Na+ como para el K+, una vez que se han cerrado
los Kv (final de la fase 4).
Las fases de despolarización y repolarización del PA constituyen en conjunto el
potencial en espiga (figuras anteriores) observado en los nervios y músculo
esquelético.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
La duración total del PA en el nervio, es decir, el tiempo que se requiere para
que el potencial de membrana recupere su nivel de reposo, puede ser de varios ms,
aunque la espiga dura no más de 2 ms en el nervio y unos 4 ms en la fibra muscular
esquelética, por lo cual, es el potencial en espiga y no el PA completo (desde el valor
umbral hasta el PMR) lo que en realidad puede denominarse “impulso nervioso” o
“impulso eléctrico” dependiendo del tipo celular implicado.
Tabla 19. Comparación entre los potenciales graduados (electrotónicos) y los potenciales
de acción (PA) en una neurona.
Características Potenciales graduados Potenciales de acción
Se originan principalmente en las Se originan en la zona gatillo y se
Origen
dendritas y en el cuerpo celular. propagan a lo largo del axón.
Canales dependientes de ligandos Canales de Na+ y de K+
Tipos de canales
o accionados mecánicamente. dependientes del voltaje.
Decrementales (no se propagan); Son propagados y permiten la
Conducción permiten la comunicación a corta comunicación a largas distancias.
distancia.
Depende de la intensidad del Del tipo todo o nada; habitualmente
Amplitud (tamaño) estímulo, y varía entre menos de 1 alrededor de 100 mV.
mV y más de 50 mV.
Habitualmente más prolongada, Menor, desde 0,5 hasta 2 ms.
Duración desde varios milisegundos hasta
varios minutos.
Pueden ser hiperpolarizantes Constituidos siempre por una fase
273
(inhiben la generación de un PA) o despolarizante seguida por una fase
Polaridad
despolarizantes (estimulan la repolarizante y el retorno al PMR.
generación de un PA).
No está presente; por lo que Presente, por lo que no se puede
Período refractario
pueden producirse las sumas. producir la suma de los impulsos.
Tomado de Tortora y Derrickson (2018).
Todas las fases del PA, son una consecuencia directa de los cambios de la
permeabilidad (conductancia) al Na+ y K+, que se deben a la activación y la
inactivación de canales regulados, sea por ligandos o por cambios en el
voltaje de membrana.
En las neuronas, por ejemplo, la entrada de Na+ durante el prepotencial a favor de su
gradiente electroquímico, permite que el voltaje de la membrana se haga menos
negativo acercándose al umbral de -60 mV.
Una vez alcanzado dicho potencial los canales de Na + dependientes de voltaje
(Nav) se abren permitiendo una entrada rápida de cargas positivas, con lo cual se
produce la despolarización en el potencial de acción.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Los Nav poseen dos tipos de compuertas; una que se ubica hacia el lado externo
de la membrana denominada compuerta “m” o compuerta de activación y otra
hacia el lado interno de la membrana llamada compuerta “h” o compuerta de
inactivación.
3Se estima que un poco más de 50 millones de átomos de Na+ penetran la célula en cada potencial de acción; sin embargo, este
valor es sólo el 0,013% de la concentración de Na+ intracelular (de alrededor de 12 a 14 mM).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
estos canales regulados por voltaje se abren y cierran casi al mismo tiempo, se los
denomina canales Nav rápidos y pueden encontrarse en el axolema de la neurona, el
sarcolema del músculo esquelético y de las fibras miocárdicas (incluidas las del
sistema de conducción cardíaco).
Es importante comprender que la entrada de Na+ es generada por su gran
cantidad de energía potencial (VNa+ = +61 mV) con lo cual trata de alcanzar
rápidamente su equilibrio estático o total, según lo indica la ecuación de Nernst.
Asimismo, la entrada de Na+
neutraliza las cargas negativas en
exceso del lado interno de la
membrana y disminuye la diferencia
de potencial generando así mayor
apertura de la compuerta m de los
demás Nav y, a su vez, mayor entrada
de Na+, dando lugar a un proceso
autorregenerativo a modo de
retroalimentación positiva. En
esta fase aumenta la
conductancia al Na+ hasta que se
275
cierran las compuertas h dando lugar
a la inactivación del canal (fase de
inactivación) a los +30 mV.
La inactivación de los Nav se debe, en buena parte al asa intracelular que
conecta los dominios III y IV (compuerta h), la cual se desplaza para bloquear la boca
interna del poro impidiendo la entrada de más iones de Na+, al invertirse el potencial
de membrana (Barco et al., 2014).
Por su parte, si bien los Kv se activan al mismo tiempo que los Nav, éstos se
abren mucho más lentamente. Los Kv se caracterizan por presentar una sola
compuerta h, o de inactivación, orientada hacia el interior celular y cuando el
prepotencial alcanza el umbral, la compuerta se activa, pero tarda cerca de 1 ms en
abrirse coincidiendo con el cierre de la compuerta h del Nav, dando lugar así a un
aumento en la conductancia al K+ y la salida de este ion (corriente de salida de K+
o IK+) de manera rápida (repolarización) gracias a su energía potencial ganada con
la entrada de cargas positivas del Na+.
Es importante recalcar que la entrada de Na+ aproxima el potencial de
membrana celular Vm al potencial de equilibrio de este ion (Na+), pero
aleja al potencial de membrana celular del potencial de equilibrio del K +
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
(VK+). De esta manera, se gasta energía del gradiente para el Na+ durante la
despolarización mientras se gana energía de gradiente para el K + y se favorece así el
proceso de repolarización.
Durante la fase de repolarización, los Nav se mantienen inactivos (compuertas
h cerrados y m abiertas) hasta que se alcance, al menos, un potencial de unos -60 mV
a -70 mV (más del 50% de la repolarización) donde empieza a ocurrir el cambio
conformacional de los canales hacia su reposo (cierre de las compuertas m y apertura
de las compuertas h). Los Nav solo pueden responder a un estímulo supraumbral
(mayores al potencial umbral) cuando se encuentran en estado de reposo.
La hiperpolarización se debe a que la conductancia al K+ sigue siendo alta,
no obstante, la conductancia al Na+ recupera la normalidad.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
fisiológicos. Si la membrana se encuentra en el PRR, los PA son menos amplios y se
conducen con más lentitud.
La presencia de un periodo refractario limita la frecuencia con la cual una
neurona (o una célula muscular) puede generar y propagar el PA; sin embargo, en
estos tipos de células los potenciales pueden sumarse y sobreexcitar la célula
produciendo fatiga sináptica en las neuronas y contracción tetánica en el
músculo esquelético.
Los cambios en la temperatura del medio afectan la velocidad a la cual los
canales de la membrana se abren y cierran. Al disminuir la temperatura, la
pendiente (ascenso) de la fase de despolarización disminuye (pierde inclinación)
debido a que ocurre una apertura más lenta de los Nav. De igual manera, el umbral
se vuelve más alto por efecto de un inicio más lento de la inactivación de los canales
de Na+ y una elevación tardía de la conductancia al K+ (Landowne, 2007).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
El origen del PA, fisiológicamente, siempre se produce a partir de un
estímulo que corresponde al prepotencial, despolarizando la membrana
gracias a las corrientes iónicas en un punto determinado de la membrana.
Cuando la despolarización del área adyacente alcanza el umbral, se desencadena un
PA nuevo en dicha área, el cual viaja a lo largo de la membrana como una onda de
despolarización.
En las neuronas, el prepotencial es generado por un potencial excitatorio
postsináptico (PEPS) en el cual un NT, liberado por una o más neuronas, actúa
sobre un canal ionotrópico, generalmente un canal de Na+ dependiente de
ligando, que abre sus compuertas frente a la unión del NT, con lo cual producen una
entrada de cargas positivas generando una despolarización que puede (o no) alcanzar
el umbral, el cual se encuentra en el cono axonal de la neurona.
Durante el PA, la polaridad de la membrana se elimina y durante un breve
periodo se invierte, dependiendo del tipo de célula excitable eléctricamente. Las
cargas positivas de la membrana delante y detrás del PA fluyen hacia el área de
negatividad.
Al entrar cargas positivas, este flujo disminuye la polaridad de la membrana
por delante produciendo despolarización electrotónica lo cual inicia una respuesta
local y cuando se alcanza el nivel de umbral se produce una respuesta propagada de 278
alta velocidad que, a su vez, produce despolarización electrotónica de la membrana
frente a ella y así sucesivamente.
A este movimiento de alta velocidad del PA a través del axolema se conoce como
“conducción”, siendo en el axón una conducción “ortodrómica”, es decir, desde el
cono axonal a la terminal sináptica. En caso contrario, la conducción sería
“antidrómica”.
Asimismo, dependiendo de que, si estas neuronas son mielinizadas o no, la
velocidad de conducción será mayor o menor.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
esfingosina. Las proteínas de
mielina más importantes en el SNC
son la proteína proteolípida
(PLP) y la proteína básica de
mielina (MBP), mientras que en el
SNP es la proteína cero (P0),
relacionada con la regeneración
axonal (Martínez, 2014).
La mielina es producida por
las células de Schwann
formadoras de mielina (CSFM) en el sistema nervioso periférico (SNP) y por
oligodendrocitos en el SNC (Martínez, 2014).
La vaina de mielina se produce en segmentos, sea por los oligodendrocitos o por
las CSFM, los cuales se dividen alrededor de 1 mm de largo por intervalos pequeños,
donde no hay mielina, denominados nodos o nódulos de Ranvier.
Las fibras nerviosas mielinizadas
tienen una velocidad de conducción mucho
mayor que las no mielinizadas; a su vez,
esta velocidad es mayor cuanto mayor es 279
el diámetro de la fibra nerviosa
mielinizada.
Es importante recordar que las
neuronas no mielinizadas en el SNP se
encuentran envueltos por las células de
Schwann que no forman mielina
(CSNFM) las cuales envainan varios
axones (de calibres menores a 2 mm), cada
uno de los cuales se sitúa sobre una
porción de la membrana plasmática de la
CSNFM (Martínez, 2014).
Respecto a la conducción ortodrómica en el axón, nótese en la figura de la
izquierda, que representa la conducción del PA en un axón amielínico, que cada PA
“inyecta” cargas positivas que se propagan hacia regiones adyacentes, mientras que
la región que acaba de producir un PA es refractaria.
Así, la siguiente región se excita y las compuertas del Nav se abren,
repitiéndose una y otra vez el proceso hasta que no se encuentren más Nav que se
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
activen; por eso, segmentos sucesivos del
axón regeneran o “conducen” el PA (Fox,
2019).
La distribución espacial de los
canales iónicos a lo largo del axón tiene
un papel clave en el inicio y regulación del
PA, pues los Nav se encuentran en altas
concentraciones en el cono axonal y los
nódulos de Ranvier de las neuronas
mielinizadas; a diferencia de las no
mielinizadas que se encuentran en todo el
axolema distribuidos uniformemente.
La densidad de canales Nav es de
alrededor de 50 a 75/μm2 en la membrana
del cuerpo celular, 350 a 500/μm2 en el
segmento inicial, menos de 25/μm2 en la
membrana recubierta por mielina, 2.000 a
12.000/μm2 en los nódulos de Ranvier y 20
a 75/μm2 en las terminaciones del axón. A
280
lo largo de los axones de las neuronas no
mielinizadas, el número es cercano a
110/μm2. En muchas neuronas
mielinizadas, los Nav están rodeados por
escasos canales Kv que participan en la repolarización.
De este modo, la conducción representa el flujo de energía eléctrica
(corriente eléctrica) desde el cono axónico hasta el botón sináptico, en un proceso
que repone constantemente la energía perdida, mediante una retroalimentación
positiva. Por ello, un PA no pierde intensidad en todo su trayecto como le ocurre al
prepotencial o potencial escalonado, puesto que una de las propiedades del PA es
que son estereotipados (Costanzo, 2018), es decir, que cada PA normal de un tipo
celular dado parece idéntico, se despolariza al mismo potencial y se repolariza hasta
el mismo potencial de reposo, por lo cual es importante comprender que no es un solo
PA el que se genera, sino una cascada de PA que viajan desde la zona gatillo (cono
axónico) hasta la terminal sináptica del axón.
La conducción en los axones mielinizados depende de un patrón similar de flujo
de corriente explicado anteriormente; sin embargo, la mielina es un aislante efectivo
y el flujo de corriente a través de ésta es despreciable. En estos axones, la
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
despolarización “salta” de un nódulo de Ranvier al siguiente, por lo cual la
despolarización en el nódulo activo sirve para despolarizar electrotónicamente el
nódulo que sigue en el trayecto del PA hasta llegar al nivel de activación. Este salto
de la despolarización de un nódulo al otro se llama “conducción saltatoria”.
Esta conducción es muy rápida y permite que los axones mielinizados
conduzcan a una velocidad hasta 50 veces mayor que las fibras amielínicas más
rápidas.
281
Recordemos que son dos los parámetros físicos clave que influyen en la
velocidad de conducción del PA en la neurona que son el diámetro, que
condiciona la resistencia del axón (Ra) y la resistencia de la membrana del axón
al escape de iones hacia afuera de la célula condicionada por la presencia de mielina
(Rm), por lo cual cuanto más grande es el diámetro del axón, menor será la Ra y cuanto
más resistente a la pérdida de iones por la membrana, mayor es la Rm, por lo que la
velocidad de conducción del PA por el axón será mayor.
El axón amielínico pierde corriente porque la totalidad de la membrana del
axón está en contacto con el LEC y tiene canales iónicos a través de los cuales puede
escapar dicha corriente, es decir, su Rm es baja, a la vez de que sus diámetros suelen
ser menores que los axones de las neuronas mielinizadas, por lo que también suelen
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
tener una Ra mayor. Estos factores hacen que, en general, los axones de la neuronas
amielínicas sean mucho más lentas.
Asimismo, en los axones amielínicos, los canales deben abrirse en todo el
trayecto (lado a lado) a lo largo del axolema para mantener la amplitud del PA,
adicionando otro factor más para la baja velocidad de estos axones respecto a los
mielinizados (Koeppen y Stanton, 2018).
282
Los axones amielínicos muestran conducción continua; los axones mielínicos presentan
conducción saltatoria (Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
observada en las fibras amielínicas del mismo diámetro, pues una fibra mielinizada
de 10 m de diámetro tiene una velocidad de conducción de 50 m/s, mucho más alta
que las no mielinizadas, lo cual permite reflejos rápidos, además de que también es
responsable de que el procesamiento mental sea eficiente, aunque sea complejo.
Tabla. 20. Correlación de los grupos de axones, según se muestra en los registros de
potenciales de acción compuestos, y sus propiedades funcionales.
Clasificación Clasificación de las Diámetro Velocidad
electrofisiológica fibras aferentes de las de
Receptor al que sirve
de los nervios exclusivamente fibras conducción
periféricos (clase/grupo) (mm) (m/s)
Tipo de fibra sensitiva
Husos musculares primarios,
A Ia y Ib 0,13-20 0,80-120
órgano tendinoso de Golgi
Husos musculares
Aβ II 0,16-12 0,35-75 secundarios,
mecanorreceptores cutáneos
Mecanorreceptores cutáneos,
A III 0,11-51 0,15-30 receptores térmicos,
nociceptores
Mecanorreceptores cutáneos,
C IV 0,2-1,5 0,5-2 receptores térmicos,
nociceptores
Tipo de fibra motora
Fibras musculares
A N/A 0,12-20 0,72-120
esqueléticas extrafusales 283
Fibras musculares
A N/A 0,12-8,2 0,12-48
intrafusales
Fibras autónomas
B N/A 0,21-33 0,86-18
preganglionares
Fibras autónomas
C N/A 0,2-2 0,5-2
postganglionares
Modificado de Haines y Mihailoff (2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Cuando se destruye o se daña la mielina o la fibra nerviosa, la capacidad de
los nervios para conducir impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro se ve
afectada, con lo que aparecen distintos síntomas, como ocurre en la
esclerosis múltiple (EM).
Las enfermedades desmielinizantes consisten en procesos que afectan
directamente a la mielina. Un ejemplo importante es la Esclerosis Múltiple (EM) la
cual constituye una de las causas más frecuentes de discapacidad neurológica en
adultos jóvenes por alteración de la mielina en el SNC.
Es una enfermedad inflamatoria y desmielinizante del SNC que principalmente
afecta a adultos jóvenes, probablemente por alteraciones en el sistema inmunológico
que afectan a la mielina.
Caracterizada por exacerbaciones y remisiones, la EM es una causa importante
de discapacidad crónica en adultos jóvenes y su pronóstico varía. La EM puede
progresar de manera rápida, inhabilitar al paciente en la edad adulta temprana o
causar su muerte unos meses después del inicio. Sin embargo, el 70% de los pacientes
284
llevan una vida activa y productiva con remisiones prolongadas (Stewart, 2018).
Los primeros síntomas se manifiestan entre las edades de 20 y 40 años, (la edad
promedio de aparición es de 27 años), pero el diagnóstico suele ocurrir más tarde. Esto
se debe, tanto a la naturaleza transitoria de la enfermedad como a la ausencia de una
prueba diagnóstica específica. En general, la incidencia es mayor en mujeres que en
varones.
Las pruebas sugieren que la activación de los linfocitos T frente a los antígenos
de la mielina, axones y oligodendrocitos desencadena una cascada inmunitaria. El
reclutamiento de células inflamatorias y la liberación local de linfocinas y citocinas
causan daño a la mielina y el axón subyacente. Se presenta pérdida de fibras nerviosas
y desmielinización del axón en parches a lo largo del SNC. La vaina de mielina dañada
no puede actuar de forma normal y la pérdida parcial o dispersión del PA causa
disfunción neurológica.
Los signos y síntomas más comunes al comienzo de la EM son debilidad de una
o más extremidades, pérdida visual, parestesias4, diplopía5, vértigo6, trastorno del
4 El término parestesia se refiere a una sensación de quemadura o de pinchazos que se suele sentir en las manos, brazos, piernas
o pies y a veces en otras partes del cuerpo. La sensación, que se presenta sin previo aviso, por lo general no causa dolor, sino
que se describe como un hormigueo o adormecimiento, como que algo le caminara por la piel o como picazón.
5 La diplopía es la percepción de dos imágenes de un único objeto (visión doble).
6 El vértigo es una sensación aparente (ilusoria) de giro o movimiento, en la que la persona siente que gira o se mueve o que el
mundo está girando en torno a ella. Puede estar asociado con trastornos del oído interno, nervio vestibular, tronco cerebral o
de la corteza cerebral. No se debe confundir con el mareo que es un trastorno del equilibrio, generalmente no relacionado con
las causas anteriores.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
equilibrio, disfagia7, incontinencia urinaria, polaquiuria8, urgencia e infecciones
frecuentes de vías urinarias, también evacuación fecal involuntaria o estreñimiento.
285
7 La disfagia es la dificultad para deglutir los alimentos, sólidos, líquidos o incluso, la saliva.
8 La polaquiuria es la necesidad de orinar muchas veces durante el día o la noche (nocturia), pero en volúmenes normales o
inferiores a lo normal. La polaquiuria puede estar acompañada por una sensación de necesidad urgente de orinar (tenesmo
vesical). No se debe confundir con la poliuria, que es la diuresis mayor a los 3 L/24 horas.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
El diagnóstico de la EM requiere pruebas de dos o más ataques neurológicos,
pero son útiles la resonancia magnética nuclear (RMN) que revela placas o
cicatrización de EM. La punción lumbar muestra elevación de inmunoglobulinas
IgG y presencia de bandas oligoclonales en el 90-95% de las personas con EM. Los
estudios de potenciales evocados (visual, del tronco encefálico, auditivo y
somatosensorial) revelan conducción lenta de los impulsos nerviosos en la mayoría de
los pacientes. Los análisis sanguíneos descartan otras afecciones (Stewart, 2018).
El objetivo del tratamiento es triple, orientado al alivio de la exacerbación
aguda, regulación del proceso patológico y resolución de los signos y síntomas
relacionados con medicamentos inmunomoduladores e inmunosupresores como
Metilprednisolona, Natalizumab, Interferones β-1b y β-1a y glatirámero.
También miorrelajantes como el baclofeno y fisioterapia.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
conducción de los grupos de axones) y tamaño (según el número de axones dentro de
cada grupo de velocidad).
Esto se denomina “PA compuesto” y su forma concreta es característica de la
población de axones de cada nervio (como se observa en la figura siguiente).
La utilidad clínica de estos registros radica en que permiten mostrar la
disfunción de un grupo concreto de axones asociados con una función específica en
determinadas afecciones, además de que se trata de una técnica no invasiva que se
puede realizar con electrodos sobre la superficie de la piel (ver tabla 20).
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
elevado para la estimulación cardíaca desencadenando una fibrilación cardíaca y la
muerte del individuo en el fenómeno de electrocución.
Por su parte, la corriente continua actúa como estímulo sólo cuando se
enciende o apaga, mientras que la corriente alterna de alta frecuencia (mayor a
15 kHz) no puede ya despolarizar, por lo que sólo calienta el tejido, efecto útil a nivel
terapéutico y base de la diatermia.
La diatermia utiliza una corriente alterna de frecuencia superior a 100 KHz,
denominado también como radiofrecuencia o Terapia capacitiva resistiva
(TECAR) y se caracteriza por generar efecto térmico en los tejidos que atraviesa,
utilizándose para acelerar el metabolismo tisular, aumentar la vascularización por
vasodilatación, producir miorrelajación y disminuir indirectamente el dolor
localizado, principalmente en tratamientos fisioterápicos y estéticos.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
en algunos nervios periféricos, produciendo con frecuencia “tetania” muscular, que
puede ser mortal por la parálisis tetánica de los músculos respiratorios.
Habitualmente, los síntomas suelen aparecer cuando el Ca iónico disminuye
por debajo de 2,5 mg/dl (0,63 mmol/l), equivalente a una calcemia inferior a 7 mg/dl.
El mecanismo por el cual los iones Ca+2 afectan a los Nav es debido a que estos
iones normalmente son atraídos hacia el poro por las fuertes cargas negativas en su
interior, pero como son más grandes que el Na+, no pueden ingresar por el canal y
quedan en la zona externa de la membrana unidos electroestáticamente a la superficie
del Nav funcionando como estabilizadores de membrana (Hall y Hall, 2021).
Entonces, cuando existe hipocalcemia, hay menos iones positivos estabilizando
la membrana alrededor de los Nav y estos atraen con mayor fuerza al Na+ haciendo a
la membrana mucho más excitable, debido a que se afecta el umbral acercándose este
al PMR; es decir, el umbral se hace más negativo, por lo cual, pequeños estímulos
permiten que el potencial alcance el umbral rápidamente generando un PA o serie de
ellos.
Por su parte, la hipercalcemia es definida por cifras superiores a 10,5 mg/dL,
siendo valores críticos los superiores a 16 mg/dL. Este exceso de Ca+2 extracelular
producirá mayor unión a la membrana sobre los Nav, disminuyendo la atracción de
éstos al Na+ y, por ende, lo hacen menos excitable, pues alejan el umbral del PMR 290
haciéndolo menos negativo (se acerca el umbral a 0 mV), sin alterar el PMR. Esto
puede producir debilidad muscular y parálisis según el nivel de calcemia.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
La sintomatología puede ser tan leve como adormecimiento de labios hasta muy
grave como la muerte por falla ventilatoria. El diagnóstico debe realizarse
clínicamente y corroborando la toxina por medio de un bioensayo en ratón o el
aislamiento en los organismos productores. No existe antídoto alguno, el tratamiento
es sintomático enfocado a mantener la mecánica ventilatoria (Hernández y Gárate,
2006).
Asimismo, los Nav también son afectados por la TTX producida por las
bacterias en las vísceras del pez globo, uno de los platillos más exquisitos y exóticos
que se consumen principalmente en Japón, pero también en otros países.
La TTX bloquea los Nav de las células nerviosas y musculares, produciendo
insensibilidad nerviosa y parálisis muscular ocasionando la muerte con una dosis letal
mínima de 0,02 mg/kg de peso corporal. De 10 minutos a 3 horas después de haber
ingerido el alimento con TTX, usualmente se presentan los síntomas como
adormecimiento de lengua y boca, vómito, sensación de ligereza, mareo y debilidad,
minutos después comienza a haber hipersalivación, diaforesis, dolor de pecho,
disfagia, afonía, dificultad para hablar y deglutir, convulsiones, hipotensión,
sensación de quemazón general, bradicardia, perdida de reflejo pupilar, ataxia,
cefalea, dolor abdominal, diarrea y parálisis musculares.
291
Al comenzar la parálisis se manifiesta el shock cardiovascular y el paro
respiratorio, llegando a la muerte de 6 a 24 horas después de la intoxicación. No
existe antídoto para la TTX (Field, Calderón y Seijo, 2009).
Otra toxina de este grupo es la toxina polipeptídica µ-conotoxina, producida
por el cono marino Conus geographus. También bloquea el poro del Nav, impidiendo
el paso de iones de Na+ al momento en que se activan, uniéndose desde el lado
extracelular. Esto produce una disminución en la descarga de PA lo cual puede derivar
en parálisis muscular e incluso la muerte por asfixia.
Toxinas liposolubles que incluyen a los alcaloides como la aconitina (de
plantas del género Aconitum) y batracotoxina9 (BTX) de la piel de la rana del género
Phyllobates (Phyllobates terribilis o rana dorada venenosa) también afectan a los
Nav, pero producen activación persistente de estos canales, lo cual conduce a la
despolarización de la membrana neuronal, bloqueando la inactivación del canal,
desplazan la dependencia de voltaje de la activación a valores más negativos y, al
parecer, reducen la selectividad iónica del canal.
Se ha propuesto que estas toxinas se unen preferencialmente a la conformación
activada del canal dejándolo en el estado abierto. Sin embargo, la BTX puede actuar
9No hay que confundir a la BTX con la bufotenina, un alcaloide con efectos alucinógenos, derivado de la serotonina y producida
por sapos del género Bufo como Bufo marinus. Esta toxina no actúa sobre los Nav.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
desde cualquier lado de la membrana, lo cual sugiere que su sitio de unión pudiera
estar ubicado en los segmentos del canal que atraviesan la membrana celular (Los
indígenas de Colombia empleaban esta sustancia para envenenar sus flechas).
También las toxinas polipeptídicas purificadas a partir de los venenos de
escorpiones norafricanos (α-escorpiotoxinas), anémonas marinas, algunas especias
de araña y, al menos de una avispa, bloquean o enlentecen la inactivación del canal
y, por tanto, prolongan la duración del PA en el músculo y en las neuronas al unirse
a porciones extracelulares del canal activado.
Otras β-escorpiotoxinas, como las del Tityus serrulatus, desplaza el umbral
a valores más negativos (acerca el umbral al PMR), induciendo actividad neuronal
espontánea. La picadura de escorpión produce intenso dolor local y en pocos casos
signos sistémicos; sin embargo, en el envenenamiento sistémico todos los síntomas del
envenenamiento severo se deben a la estimulación del sistema nervioso periférico, en
especial a alteraciones en el SNA con la aparición de la “tormenta autonómica”
dada la desregulación simpática y parasimpática con la consecuente liberación
desorganizada de catecolaminas y acetilcolina.
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
También los Nav y otros canales regulados a nivel del corazón, son blancos de
muchos fármacos para tratar arritmias cardíacas. Por ejemplo, los antagonistas de los
canales del Ca2+ como nifedipina, diltiazem y verapamilo son vasodilatadores
eficaces y se usan ampliamente para tratar la hipertensión, angina de pecho y ciertas
arritmias cardiacas (Brunton et al., 2019).
El enfriamiento localizado de un nervio también puede producir un efecto
anestésico, ya que los impulsos se propagan a través de los axones con una velocidad
menor cuando éstos se enfrían. La aplicación de hielo sobre una herida puede reducir
el dolor, como consecuencia del bloqueo parcial de la propagación de las sensaciones
dolorosas a través de los axones.
También existen sustancias que afectan otros canales iónicos como el
tetraetilamonio (TEA), sustancia química que bloquea los canales de Kv retrasando
la recuperación del potencial de reposo tras la fase ascendente del PA, porque
disminuye la IK (corriente de salida de potasio).
Se lo utilizó brevemente en aplicaciones clínicas antes de ser abandonado por
ser demasiado peligroso porque puede conducir a parálisis y muerte por asfixia con
efectos similares a los del curare. Esta sustancia se encuentra en forma de sales
(como el cloruro de tetraetilamonio que es muy tóxico), el cual es de uso en la industria
y las intoxicaciones pueden sobrevenir por el consumo accidental del mismo. 293
Fernández, V. H.
Capítulo 6 Bioelectricidad
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Capítulo 6 Bioelectricidad
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295
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 7
Comunicación intercelular
y señalización intracelular
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe y clasifica los diferentes tipos de mecanismos de comunicación
intercelular.
2. Define sinapsis y comprende la diferencia entre los diferentes tipos.
3. Reconoce las estructuras que conforman una sinapsis química típica.
4. Describe los pasos de una sinapsis química típica.
5. Describe las características de diferentes mensajeros químicos.
6. Explica los mecanismos moleculares de la secreción de los
neurotransmisores.
7. Explica la interacción de los mensajeros químicos con sus receptores.
8. Reconoce y explica las diferencias de potenciales postsinápticos excitatorios
e inhibitorios, y su importancia fisiológica.
9. Comprende la integración de información y la activación repetitiva en
neuronas, y el concepto de la inhibición presináptica.
10. Reconoce y explica los mecanismos de transducción de señales intracelular
(segundos mensajeros) y su importancia fisiológica y clínica.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
2) Señales dependientes del contacto: ocurren cuando las moléculas en las
membranas de una célula, se unen a las moléculas de superficie de la
membrana de otra célula; por ejemplo, la sinapsis inmunológica.
3) Comunicaciones locales mediante sustancias químicas: mensajeros
químicos que difunden a través del LEC desde una célula a otra cercana; por
ejemplo, la sinapsis neurona-neurona, comunicación paracrina y autocrina.
4) Comunicaciones a larga distancias: mediante una combinación de señales
eléctricas transportadas por nervios y señales químicas transportadas por la
sangre; por ejemplo, neurohormonas que actúan en órganos blancos. Las
hormonas, en general, trabajan de esta manera.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
liberar varios tipos de sustancia, por ejemplo, los macrófagos que liberan citocinas,
interleucinas y factores de crecimiento.
Por su parte, la capacidad de una célula para responder ante una molécula de
transmisión de señales específica depende de la expresión de receptores que
permiten la unión a sus ligando con cierta afinidad y especificidad; y pueden
encontrase en la membrana plasmática, el citosol o el núcleo celular.
Las moléculas transmisoras de señales pueden actuar a corta o a larga
distancia y pueden necesitar el contacto directo intercelular o una proximidad muy
estrecha entre las células.
En la comunicación directa mediante uniones comunicantes (gap
junctions) ciertos canales unen entre sí las células adyacentes y están formadas por
proteínas de la membrana llamadas conexinas, que constituyen estructuras
denominadas conexones (figura).
298
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Estos conexones forman canales que permiten a los iones y las pequeñas
moléculas pasar directamente de una célula a la otra. El movimiento de los iones a
través de las uniones comunicantes se acopla eléctricamente a las células, de forma
que las señales eléctricas en una célula se transmiten de forma directa a las células
vecinas conformando el fenómeno conocido como sinapsis eléctrica. Por ejemplo, las
uniones comunicantes localizadas en el miocardio y los músculos lisos de órganos
internos (por ejemplo, intestinos y vasos sanguíneos), provocan que las células
musculares se contraigan como una unidad, es decir, las células se contraigan al
mismo tiempo conformando un sincitio funcional.
El movimiento de pequeñas moléculas mediante uniones comunicantes se
acopla metabólicamente a las células, de forma que una célula puede proporcionar los
nutrientes necesarios a otras células, como ocurre en ciertas células óseas distantes
del torrente sanguíneo.
Asimismo, se encuentran uniones comunicantes en algunas glándulas, y entre
algunas neuronas del cerebro y la retina, donde funcionan en comunicación.
La transmisión de señales dependiente
del contacto directo también es importante
durante el desarrollo y en las respuestas
inmunitarias, pero no por uniones 299
comunicantes, sino mediante proteínas de
membrana superficiales, en el proceso conocido
como sinapsis inmunológica (grafico de la
derecha).
En la comunicación indirecta mediante
mensajeros químicos, las células producen y
liberan ligandos, es decir, moléculas que se
enlazan con las proteínas de forma reversible.
La comunicación mediante mensajeros químicos se produce cuando una célula
libera una sustancia química en el LEC, generalmente por secreción, el cual actúa
sobre otra, denominada la célula diana, respondiendo al mensajero porque presenta
determinadas proteínas receptoras que reconocen de forma específica el mensajero
y se unen a él, desencadenando una respuesta en la célula diana mediante una gran
variedad de mecanismos denominados en su conjunto transducción de señales.
En términos generales, la intensidad de la respuesta de la célula diana
aumenta a medida que aumenta el número de receptores activados. Este número
depende tanto de la concentración del mensajero en el LEC como de la concentración
de receptores en la célula diana.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Las sustancias químicas paracrinas son
aquellas que se comunican con las células
vecinas. La célula diana debe estar lo
suficientemente cerca para que, una vez que se
secrete en el LEC, pueda alcanzarla mediante
difusión simple (figura de la derecha).
Entre las sustancias paracrinas,
normalmente se incluyen los factores de
crecimiento, los factores de coagulación y
las citocinas. Los factores de crecimiento son
proteínas que estimulan la proliferación y la
diferenciación de las células. Los factores de
coagulación son proteínas que estimulan la
formación de coágulos sanguíneos al formar proteínas activadas en el sitio de lesión.
Las citocinas son péptidos, normalmente liberados a partir de células
inmunológicas, que intervienen en la coordinación de las defensas del organismo
contra las infecciones.
Aunque la mayoría de las citocinas funcionan como paracrinas, otras viajan en
el torrente sanguíneo hasta células diana distantes y trabajan más como las 300
hormonas.
Un ejemplo de un mensajero paracrino es la histamina, una sustancia química
importante en las reacciones alérgicas y la inflamación, que se secreta de los
mastocitos y otras células, repartidos por todo el organismo. Durante las reacciones
alérgicas, la histamina es responsable de la rinorrea y los ojos rojos y llorosos
asociados a este proceso.
La liberación de histamina por parte de los mastocitos como respuesta a las
infecciones bacterianas y a varias formas de daños en los tejidos forma parte de una
respuesta compleja denominada inflamación, caracterizada, en parte, por el
enrojecimiento y la tumefacción (edema localizado o hinchazón). En la inflamación, la
histamina aumenta el flujo sanguíneo en los tejidos afectados (produciendo
enrojecimiento) y provoca que el líquido plasmático de la sangre se fugue de los vasos
sanguíneos hacia el tejido lesionado arrastrando diversas sustancias que actuarán en
la defensa, pero, además, produciendo tumefacción.
Por su parte, las sustancias autocrinas son una subclase de sustancias
paracrinas que actúan en la misma célula que las secretó. Por tanto, la célula
secretora es también la célula diana y regulan su propia secreción.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Las hormonas son sustancias químicas
liberadas por las glándulas endocrinas
(ocasionalmente otro tipo de tejido) al LEC,
desde donde se pueden difundir por la sangre
(figura de la derecha), y viajar por el torrente
sanguíneo hasta sus células diana, que pueden
estar distantes del lugar donde se libera la
hormona.
El torrente sanguíneo distribuye una
hormona a casi todas las células del organismo,
pero solo las células que poseen receptores
específicos para ella son capaces de responder y,
por tanto, servir de células diana. Un ejemplo
de hormona es el glucagón, que se secreta de las células -pancreáticas y actúa en
las células hepáticas, por ejemplo, para liberar glucosa a la sangre.
Una clase especial de hormonas, denominadas neurohormonas, son
segregadas por una clase especial de neuronas denominas células neurosecretoras
por medio de un mecanismo similar al de la liberación de NT.
Al igual que las hormonas segregadas por las glándulas endocrinas, las 301
neurohormonas se liberan en el líquido intersticial y después difunden por la sangre,
que las distribuye a las células diana de todo el organismo.
Un ejemplo de neurohormona es la vasopresina o ADH (hormona
antidiurética), sintetizada por las células neurosecretoras que se originan en los NSO
y NPV del hipotálamo, como vimos en capítulos anteriores.
Resulta importante reparar en que un mensajero químico puede enmarcarse en
más de una de estas clases funcionales, por ejemplo, la serotonina o 5-
hidroxitriptamina (5-HT) es un neurotransmisor cuando la liberan las neuronas de
determinadas regiones del cerebro, pero es una sustancia paracrina cuando se libera
de las plaquetas.
Los NT son sustancias químicas liberadas en el líquido intersticial desde las
neuronas, a partir de una porción especializada denominada axón terminal o botón
sináptico (figura de la derecha), que se encuentra muy cerca de la célula diana, en el
proceso denominado sinapsis química o señalización sináptica.
La célula que libera el NT se denomina neurona presináptica, mientras que
la célula diana (que puede ser otra neurona, una glándula o una célula muscular) se
denomina célula postsináptica.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Con la liberación de la neurona
presináptica, el NT difunde rápidamente a una
distancia corta desde el axón terminal y se une
a los receptores en la célula postsináptica, lo que
desencadena una respuesta. La comunicación
entre una neurona y su(s) célula(s) diana resulta
muy específica, porque va dirigida solo a células
con las que tiene una sinapsis. Un ejemplo de NT
es la ACh liberada por las MN que
desencadenan la contracción de las fibras del
músculos esqueléticos.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
que otras neuronas pequeñas poseen axones cortos y se encuentran entre las neuronas
denominadas interneuronas (IN).
Se denominan neuronas multipolares a aquellas que tienen un axón y dos o
más dendritas. Desde el punto de vista funcional, las dendritas y el soma de las
neuronas multipolares son las porciones receptoras de la célula, y su membrana
plasmática está especializada para la generación de impulsos. El axón es la porción
conductora de la célula, y su membrana plasmática está especializada para la
conducción de impulsos. La porción terminal del axón, la terminación sináptica,
contiene diversos NT, que son moléculas cuya liberación a la altura de la sinapsis
afecta otras neuronas, células musculares y células epiteliales glandulares. Las MN
y las IN constituyen la mayor parte de las neuronas multipolares del sistema nervioso.
Las neuronas bipolares son las que presentan un axón y una dendrita,
constituyendo las neuronas menos frecuentes en el organismo humano. Se asocian con
los receptores de los sentidos especiales (gusto, olfato, oído, vista y equilibrio),
encontrándose en la retina y en los ganglios del nervio vestibulococlear (par craneal
VIII) del oído. Algunas neuronas presentan variaciones como las células amacrinas de
la retina que carecen de axones, y los receptores olfatorios que mantienen una
ubicación superficial y se regeneran a un ritmo mucho más lento que otras neuronas.
Las neuronas pseudounipolares (unipolares) son las que tienen una sola 303
prolongación, el axón, que se divide cerca del soma en dos ramas axónicas largas. Una
rama se extiende hacia la
periferia y la otra se
extiende hacia el SNC. Las
dos ramas axónicas son las
unidades de conducción.
Los impulsos son generados
en las arborizaciones
periféricas de la neurona
que son la porción receptora
de la célula. La mayoría son
neuronas sensitivas que se
ubican cerca del SNC. Los
somas de las neuronas
sensitivas están situados en
los ganglios de la raíz dorsal
y en los ganglios de los
nervios craneales.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
El cuerpo celular o pericarion es el centro metabólico de la neurona. En el
citoplasma perinuclear se observa abundante retículo endoplásmico rugoso
(RER) y ribosomas libres, una característica consistente con su actividad de síntesis
proteica. Al microscopio óptico, los ribosomas aparecen en la forma de pequeñas
granulaciones denominadas corpúsculos de Nissl, donde cada corpúsculo
corresponde a un rimero de RER.
304
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
El núcleo, los grandes nucléolos, el prominente aparato de Golgi y los
corpúsculos de Nissl indican el alto nivel de actividad anabólica necesaria para
mantener estas grandes células. Las neuronas no se duplican, pero sus componentes
subcelulares se recambian con regularidad y tienen una vida media que se mide en
horas, días y semanas. La necesidad constante de reemplazar enzimas, NT,
componentes de membrana y otros complejos moleculares, se condice con los aspectos
morfológicos característicos de un alto nivel de actividad de síntesis.
Las moléculas de proteína neosintetizadas se transportan hacia sitios distantes
dentro de una neurona en un proceso llamado transporte axonal, mediante los
filamentos intermedios, con diámetro de casi 10 nm, que se encuentran en el
pericarion y sus prolongaciones.
Las prolongaciones ramificadas son los axones y dendritas (neuritas), que se
extienden desde el cuerpo de la célula nerviosa. La parte receptora de la neurona es
la dendrita o zona dendrítica mediante el cual reciben información aferente ya sea
del ambiente o de otras neuronas, mientras que la parte conductora es el axón y puede
tener uno o más ramas colaterales en cuyo extremo se encuentra la zona terminal
sináptica en forma de abultamiento denominado botón sináptico.
Todas las dendritas son largas y delgadas, actúan como resistencias al aislar
fenómenos eléctricos, con potenciales postsináptico (PPS), entre sí. Algunas 305
dendritas dan lugar a espinas dendríticas, que son pequeñas proyecciones en forma
de hongo.
A lo largo del eje longitudinal de las dendritas, se alinean los neurofilamentos
y los microtúbulos, que ayudan en el transporte de macromoléculas hacia regiones
distantes.
El axón es un tubo cilíndrico de citoplasma, único en las neuronas, cubierto por
una membrana (axolema) al igual que el soma. Posee un citoesqueleto con
neurofilamentos y microtúbulos que corren a través del axón. Funcionalmente, es
una estructura especializada que conduce señales eléctricas eferentes desde el
segmento inicial hasta las terminales sináptica hacia los efectores.
El segmento inicial o cono axónico, tiene características morfológicas
distintivas. En este segmento inicial se encuentra una alta densidad de canales de
Na+ dependientes de voltaje (Nav) fundamentales para desencadenar el PA en el axón.
Los axones provenientes de neuronas ubicadas en los núcleos motores del SNC
(neuronas de Golgi tipo I) pueden extenderse más de un metro para alcanzar sus
dianas efectoras, las células del sistema osteomuscular.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
En cambio, las interneuronas del SNC (neuronas de Golgi tipo II) tienen
axones muy cortos. Si bien un axón puede dar origen a una ramificación recurrente
cerca del soma neuronal (es decir, una rama que describe un giro que la hace retornar
hacia el soma) y a otras ramificaciones colaterales, la ramificación del axón es más
extensa en la vecindad de sus dianas.
Desde el complejo de Golgi del soma hasta el extremo distal de las dendritas
y del axón se produce un transporte de vesículas, que contienen proteínas,
lípidos, azúcares y sustancias transportadoras.
El transporte axonal y dendrítico rápido es un transporte anterógrado de
vesículas y orgánulos a lo largo de los neurotúbulos, desde el extremo (-) del
microtúbulo, ubicado en el pericarion, hacia su extremo (+) en el botón sináptico, que
se produce con la ayuda de una proteína llamada kinesina, consumiendo ATP. La
velocidad de traslado es de unos 300 m/min.
En sentido retrógrado, desde el extremo (+) del microtúbulo, ubicado en el
terminal axónico, hacia su extremo (-) en el pericarion, se transportan vesículas y
orgánulos a lo largo de los neurotúbulos, pero que se produce con la ayuda de otra
proteína llamada dineína, consumiendo ATP, a una velocidad de 200 m/min
306
aproximadamente.
Algunos virus como el
virus del herpes simple
(HSV), el virus de la
poliomielitis, rabia, herpes
zoster, parotiditis y
sustancias como la toxina
tetánica producida por la
bacteria Clostridium tetani, o
los priones (proteínas
anormales) que producen la
enfermedad de Creutzfeldt-
Jakob también utilizan este
transporte retrógrado para
infectar a las neuronas.
El transporte axonal y dendrítico lento de 0,5 m/min, mediante el cual
se desplazan agregados moleculares como las subunidades proteicas que forman al
citoesqueleto axonal. Estos juegan un papel importante en la regeneración de las
neuritas (axones y dendritas) seccionadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Las sinapsis (del griego “sýnapsis”, unión o enlace) químicas son contactos
especializados célula-célula que permiten la transmisión de información de
manera codificada mediante un transmisor.
En el sistema nervioso, la comunicación entre las neuronas es vital para detectar
cambios internos y externos, y generar una respuesta adecuada según se requiera.
Para ello, todos los procesos implican conducción de la información a lo largo de los
nervios mediante PA, mientras que la transmisión de señales entre neuronas o entre
las neuronas y otras células efectoras tiene lugar en la sinapsis.
Se denomina sinapsis a la región de contacto o contigüidad entre dos
neuronas, entre un receptor sensorial y una neurona y entre una neurona y
un efector (célula muscular o célula glandular).
La sinapsis química en las cuales se produce la liberación de un transmisor
químico por una célula que actúa sobre otra célula, pero sin contacto físico directo
(Kibble, 2020). Dentro de los tipos de sinapsis químicas que implican a neuronas, se
conocen:
1. Sinapsis neurona-neurona.
2. Sinapsis neurona-fibra muscular (esquelética, cardíaca o lisa).
3. Sinapsis neurona-célula glandular.
307
La sinapsis que implican a neuronas, se caracteriza porque el punto de
contacto se realiza entre la terminal axónica o botón sináptico de una célula
nerviosa presináptica con efectores que pueden ser otras neuronas u otras células
diferentes como los distintos tipos de músculo y células glandulares.
En estas sinapsis nerviosas se produce el intercambio de información mediante
neurotransmisores (NT), de manera tal que la señal eléctrica transportada por el
axón en forma de un PA determina la liberación, a nivel de la membrana
presináptica, de vesículas exocitóticas que contienen los NT y éstos difunden por la
hendidura o espacio sináptica, de entre 10 a 40 nm, hasta la membrana
postsináptica de la célula efectora, donde vuelven a producir alteraciones eléctricas
u otros tipos de cambios celulares.
La membrana postsináptica se activa o inhibe en función del tipo de NT y
del receptor postsináptico. Por ejemplo, gracias a la acción del NT glutamato (Glu)
que se libera de la terminal presináptica de las motoneuronas (MN) de primer orden
en el SNC hacia la membrana postsináptica de MN de segundo orden en la médula
espinal, estos inducirán cambios para que las segundas MN se activen. Esto significa
que el Glu es un NT excitatorio y genera un potencial postsináptico excitatorio
(PPSE) que causa despolarización de la membrana al facilitar la entrada de Na+.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Por su parte, otros NT como la glicina (Gly) liberada por interneuronas sobre
otras neuronas de la médula espinal, inducen una inhibición o inactivación neuronal
postsináptica puesto que abren canales para el Cl-, por lo cual generan una entrada
de cargas negativas hiperpolarizando la membrana, mediante un potencial
postsináptico inhibitorio (PPSI).
Como la membrana postsináptica, en general, no libera NT (con pocas
excepciones en el SNC), la sinapsis sólo deja pasar las señales en una dirección, por
lo cual se dice que es unidireccional, es decir, ejercen una transmisión ordenada de
la información.
Asimismo, a nivel de las sinapsis, se puede modificar la transmisión de las
señales neuronales mediante la interacción entre diversas neuronas excitatorias e
inhibitorias según la función que se deba desarrollar.
Cuando el axón de una neurona llega a la dendrita o al cuerpo celular de otra
neurona, pierde su vaina de mielina y se ramifica. Su parte final forma una
tumefacción que recibe el nombre de botón sináptico, cuya función es aumentar el
área de contacto con la neurona que establece la conexión y se encuentran llenos de
mitocondrias y vesículas sinápticas que contienen al NT.
La membrana presináptica y la membrana postsináptica se encuentran
separadas por la hendidura sináptica, con un espacio de 20 a 40 nm, donde se liberan 308
los NT cuando las vesículas se fusionan con la membrana del botón presináptico. Estos
NT atraviesan el espacio sináptico, alcanzan la membrana postsináptica y se sitúa
sobre receptores específicos, excitando la membrana postsináptica y haciendo
progresar el impulso, o inhibiéndola, impidiendo o retrasando el impulso.
Es importante destacar que existe una asociación física entre las membranas
presinápticas y postsinápticas en la sinapsis química que se establece mediante la
acción de proteínas de membrana particulares, que son las moléculas de adhesión
celular (MAC).
Las MAC se proyectan desde estas membranas hacia la hendidura sináptica,
donde se unen entre sí, produciendo el efecto de entramado y asegura que las
membranas presináptica y postsináptica permanezcan en estrecha proximidad para
una transmisión química rápida.
Los NT conocidos son estructuralmente diversos y su función sobre la
membrana postsináptica depende de la capacidad de generar un prepotencial
(potenciales graduados despolarizantes o PPSE) según disminuya el potencial
de reposo de dicha membrana cuando son excitadores, o de aumentarlo cuando actúan
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
como inhibidores generando un potencial inhibitorio postsináptico
(hiperpolarización o PPSI).
Los contactos neuronales en el SNC están muy compartimentalizados y son
varios los tipos anatómicos de sinapsis, encontrándose a las sinapsis axosomáticas,
axodendríticas, dendrodendríticas y axoaxónicas.
309
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
actividad de la neurona presináptica provoca una disminución de la actividad de la
célula postsináptica, la sinapsis es inhibidora.
1 El kainato o ácido kaínico es un derivado de ácido glutámico extraído del alga roja Digenea simplex. Es un potente
estimulante del SNC, neuroexcitotóxico convulsivante (epileptógeno).
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Después de la síntesis en el citosol, los NT aminoácidos se transportan en
vesículas, donde se almacenan hasta que son liberados mediante exocitosis (Stanfield,
2018).
Las aminas se denominan así debido a que poseen un grupo amino (—NH2),
e incluyen un grupo de compuestos denominado catecolaminas, que
contienen un grupo catecol (un anillo de seis carbonos) y se derivan del
aminoácido tirosina. Entre las catecolaminas se incluyen la dopamina (DA),
la noradrenalina (NA) y la adrenalina (Ad). Otras aminas son el NT
serotonina (5-HT), que se deriva del triptófano, las hormonas tiroideas (T3 y
T4) que se derivan de la tirosina y la histamina que se deriva de la histidina.
La DA y la NA funcionan principalmente como NT, mientras que la Ad lo hace
únicamente como una hormona pues no puede sintetizarse en las terminales
sinápticas.
La mayoría de las aminas biógenas son lipófobas, por lo que se disuelven en el
agua y no traspasan las membranas plasmáticas, excepto las hormonas tiroideas pues
son lipófilas y, por tanto, pueden traspasar fácilmente las membranas plasmáticas.
Todas las aminas derivan de los aminoácidos, 312
y todas, excepto las hormonas tiroideas, se sintetizan
en el citosol mediante una serie de reacciones
catalizadas por enzimas.
El tipo de amina que se produce depende de las
enzimas presentes en una célula determinada. Por
ejemplo, la vía de síntesis de las catecolaminas
se deriva del aminoácido tirosina. En esta ruta la DA
es el precursor de la NA, que, a su vez, sirve como
precursor de la Ad.
Dado que la DA es un precursor de las otras
catecolaminas, todas las células que secretan
catecolaminas poseen las dos enzimas que catalizan
su síntesis: tirosina-β-hidroxilasa y dopa
descarboxilasa (Stanfield, 2018).
En función de la catecolamina que secrete, una
célula puede o no puede poseer enzimas para los
pasos restantes. Por tanto, las células que secretan
DA carecen de las enzimas necesarias para los dos
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
pasos finales. Las que secretan NA
contienen la enzima dopamina β-
hidroxilasa, mientras que las que
secretan Ad contienen una enzima
adicional que es la feniletanolamina N-
metiltransferasa (PNMT).
La Ad no es un NT pues se produce
y se secreta exclusivamente en la médula
suprarrenal en un 80%, junto con un 20%
de NA y escasos niveles de DA. Por ello, los
NT de este grupo incluyen NA, DA y 5-HT.
Después de la síntesis, las aminas se
empaquetan en vesículas citosólicas,
donde se almacenan hasta que se
desencadena su liberación. La síntesis de
NA y Ad se completa realmente dentro de
las vesículas, donde se localizan la
dopamina β-hidroxilasa y la PNMT. La
liberación se produce mediante exocitosis.
313
Las diversas catecolaminas se unen
a receptores específicos. Los receptores
para la Ad y NA se denominan receptores adrenérgicos, de los que hay dos clases
principales: receptores -adrenérgicos y los β-adrenérgicos. Cada una de estas clases
tiene subclases designadas por subíndices numéricos, siendo los tipos de receptor más
importantes los 1, 2, β1, β2 y β3. La Ad muestra una mayor afinidad por los receptores
β2, mientras que la NA tiene mayor afinidad por los receptores 1 y β1, pero ambos
compuestos se unen a todos estos receptores.
De modo similar, los receptores que se unen a la DA reciben el nombre de
dopaminérgicos.
Las catecolaminas suelen producir respuestas lentas mediadas a través de las
proteínas G y cambios en los sistemas de los segundos mensajeros. Además, a
menudo funcionan como autocrinos, uniéndose a receptores (denominados
autorreceptores) en el axón terminal de la célula que los haya liberado. Estos
receptores hacen posible que una neurona module su propia liberación de NT,
generalmente modificando la cantidad de calcio que entra en la célula como respuesta
a un potencial de acción. Las neuronas también presentan autorreceptores para otros
NT.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Después de su liberación, las catecolaminas pueden ser degradadas por dos
enzimas, la monoaminooxidasa (MAO) y la catecol-O-metiltransferasa
(COMT). La MAO está situada en la hendidura sináptica, en las mitocondrias del
axón terminal de las neuronas que liberan las catecolaminas y en algunos tipos de
neuroglia. La COMT está situada en la hendidura sináptica.
La histamina es una amina biógena que se forma por la descarboxilación de la
histidina por la enzima L-histidina descarboxilasa, y posee funciones paracrinas
y neurotransmisoras.
Una vez liberada, la histamina actúa sobre las células diana mediante la unión
con uno de sus tres tipos de receptores: H1 (Músculo liso, endotelio, cerebro), H2
(Mucosa gástrica, músculo cardiaco, mastocitos, cerebro), H3 (autorreceptores y
heterorreceptores presinápticos: cerebro, plexo mientérico, otras neuronas) y H4
(Eosinófilos, neutrófilos, células T CD4) (Katzung, 2019).
La histamina que se libera o
ingiere se metaboliza rápidamente por la
metilación del anillo catalizado por la
histamina-N-metiltransferasa o por la
desaminación oxidativa catalizada por la
diaminooxidasa y los metabolitos son 314
eliminados en la orina (Brunton, Hilal-
Dandan y Knollmann, 2019).
Las histaminas que se unen a los
receptores H1 en las células diana
pueden producir varios síntomas de
respuesta alérgica, entre los que se
incluyen la broncoconstricción pulmonar,
el aumento de la secreción en las vías
respiratorias y la dilatación de los vasos
sanguíneos.
Durante las reacciones alérgicas
graves, la presión arterial puede
disminuir tanto que la sangre no pueda
circular de forma adecuada, dando como resultado un shock anafiláctico, el cual
suele ir acompañado de edema de las vías respiratorias, principalmente edema de
glotis, lo que provoca dificultad respiratoria.
En el tratamiento de las reacciones alérgicas y de algunas úlceras, se suelen
administrar antihistamínicos, que bloquean los receptores H1 o H2 en las células
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
diana. Entre los antagonistas de los receptores H1 clásicos se encuentran el
clorhidrato de difenhidramina y el dimenhidrinato.
Sin embargo, cuando se emplean antagonistas de un receptor para tratar una
enfermedad, se bloquean los receptores por todo el organismo, incluyendo aquellos
que no tienen nada que ver con la dolencia, lo que provoca efectos secundarios. En el
caso de los antagonistas de los receptores H1, el efecto secundario predominante es
la somnolencia provocada por el bloqueo de los receptores H1 en el cerebro,
relacionados con el estado de alerta mental, dado que los antihistamínicos de primera
generación como la difenhidramina y el dimenhidrinato, atraviesan fácilmente la
barrera hematoencefálica (BHE) (Benedí, 2005). Por ello, es imperativo no consumir
estos medicamentos si debe manejar, fundamentalmente por largos periodos de
tiempo.
Existen otros antagonistas de los receptores H1 de segunda generación que no
atraviesan la BHE por lo que no producen efectos secundarios sedantes. Algunos
ejemplos son la loratadina y la fexofenadina.
La histamina que se une a los receptores H2 estimula la secreción de ácido
del estómago, lo que puede dar lugar a la producción de pirosis si existe
hipersecreción gástrica, una sensación de ardor provocada por la irritación ácida a
nivel del esófago con reflujo gastroesofágico. Asimismo, la secreción de ácido puede 315
causar úlceras gástricas e intestinales, y perforaciones del revestimiento epitelial de
estos órganos. Por consiguiente, la pirosis y algunas úlceras se tratan mediante la
administración de antagonistas de los receptores H2, como la cimetidina y la
ranitidina. Entre los efectos secundarios asociados a los antagonistas de receptores
H2 se encuentran el dolor de cabeza y la somnolencia. Cuanto más específico resulta
un fármaco para un determinado tipo de receptor, más específicas son también sus
acciones terapéuticas y menores los efectos secundarios.
El problema con la histamina también puede aparecer cuando tenemos un
exceso de ella en nuestro organismo, sea porque no se metaboliza adecuadamente
porque existe un déficit de las enzimas que la degradan (diaminooxidasa o histamina
N-metiltransferasa) o existe un exceso en el consumo de algunos alimentos que la
contienen. Entonces, la histamina se acumula en plasma y puede producir distinta
sintomatología como la migraña, alteraciones en piel (urticaria crónica, la dermatitis
atópica), alteraciones a nivel del sistema gastrointestinal, fatiga generalizad y
mialgias, entre otros síntomas (ver siguiente esquema).
Se puede desarrollar un cuadro de histaminosis tóxica, por un exceso de
histamina exógena, al consumir alimentos mal conservados, como algún queso o algún
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
pescado como el atún, que puede ocurrir en personas sanas, independientemente de
su actividad de diaminooxidasa.
316
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
numerosos síntomas, acumulando mayores cantidades de histamina por menor
eliminación.
Por su parte, debido a la histamina endógena, la histaminosis alimentaria
no alérgica (HANA) no mediada por IgE, que es una enfermedad multisistémica, se
produce por una liberación excesiva de histamina por parte de las células, al consumir
ciertos alimentos como cítricos, ananá, frutillas o chocolate, acumulándose y
produciendo el cuadro de histaminosis.
Algunas bacterias, como del tipo Vibrio spp, pueden favorecer la degradación
de histidina en histamina en el pescado, ocasionando elevadas concentraciones de
histamina, que posteriormente se ingiere.
Asimismo, si tienen otras aminas, como putrescina o cadaverina, que
compiten con la histamina para ser degradadas por la diaminooxidasa, se encuentran
en productos fermentados, como el queso, alcohol, carnes o vegetales como el chucrut.
Estas aminas biógenas se forman en los alimentos a partir de unos aminoácidos
precursores, por acción de la enzima descarboxilasa que proviene de los
microorganismos. Tenemos que la histamina proviene de la histidina, la cadaverina
de la lisina y la putrescina de ornitina y arginina.
La serotonina o 5-hidroxitriptamina (5-HT) es un NT en el SNC y también
tiene acciones periféricas prominentes. Se encuentra en altas concentraciones en las 317
células enterocromafines de todo el tracto gastrointestinal, en gránulos de
almacenamiento en las plaquetas, y en todo el SNC.
Un pariente cercano de la 5-HT es la melatonina (5-metoxi-N-
acetiltriptamina), el cual es la principal indolamina en la glándula pineal, donde
desempeña un papel en la regulación de los ritmos circadianos.
La síntesis de la 5-HT se realiza por una vía de dos pasos del aminoácido
esencial triptófano. El triptófano es transportado activamente en el cerebro por la
LAT1, una proteína transportadora heteromérica que también transporta otros
grandes aminoácidos neutros y de cadena ramificada y algunas drogas.
Los niveles de triptófano en el cerebro están influidos no sólo por su
concentración plasmática sino también por las concentraciones plasmáticas de otros
aminoácidos que compiten por el transportador. La hidroxilasa de triptófano (TPH),
requiere O2 molecular y un cofactor de pteridina reducido, es la enzima limitante del
ritmo en la vía sintética.
La TPH2, una isoforma cerebro específica de la TPH, es totalmente responsable
de la síntesis de la 5-HT del cerebro, la cual no está saturada de sustrato; en
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
consecuencia, la concentración de triptófano en el cerebro influye en la síntesis de la
5-HT.
El L-5-hidroxitriptófano se convierte
en 5-HT por la descarboxilasa aromática
de L-aminoácido (AADC); la AADC se
encuentra muy distribuida y tiene amplia
especificidad de sustrato. El producto
sintetizado, la 5-HT, es acumulado en
gránulos secretores por un transportador de
monoaminas vesiculares (VMAT2).
La 5-HT vesicular almacenada es
liberada por exocitosis a partir de las
neuronas serotoninérgicas en respuesta a
un PA. En el sistema nervioso, la acción de la
5-HT liberada se termina a través de la
captación neuronal por un transportador de
serotonina (SERT) específico, localizado en la
membrana de terminales de axones
serotoninérgicos y en las membranas de las
318
plaquetas. Este sistema de captación es el
medio por el cual las plaquetas adquieren 5-
HT porque carecen de las enzimas requeridas
para la síntesis de 5-HT.
SERT, el transportador de 5-HT o
sistema de recaptación es específico y puede
ser inhibido por los inhibidor selectivo de
la recaptación de serotonina (SSRI) que
se usan para tratar la depresión y otros
trastornos del estado de ánimo. La ruta
principal del metabolismo de la 5-HT implica
la desaminación oxidativa por monoamino
oxidasa (MAO).
Múltiples subtipos de receptores de 5-HT median la gran variedad de efectos
fisiológicos de la serotonina y comprenden la mayor familia de receptor-NT conocida.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
319
Sinapsis serotoninérgica y fármacos que actúan sobre ella (Brunton et al., 2019).
Las bases púricas como el ATP también funcionan como NT, junto con el
GTP, el ADP y el AMP, todos los cuales se almacenan en vesículas sinápticas
y se liberan mediante exocitosis. La adenosina también está considerada
como un NT, aunque no en el sentido clásico.
Las purinas no se almacenan en vesículas sinápticas; se genera a partir del ATP
liberado en el líquido extracelular por las enzimas allí situadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
El ATP parece ser uno de
los neurotransmisores más
importantes del sistema
nervioso entérico del tubo
digestivo. Sin embargo, también
funciona como NT en los SNP y
SNC, donde se han identificado
varios tipos de receptores
purinérgicos. Los dos tipos
principales de receptores purinérgicos son P2X y P2Y.
P2X es un receptor ionotrópico cuyo canal permite que pasen los cationes,
especialmente Na+ y Ca2+, despolarizando la membrana. Por tanto, la comunicación
en los receptores P2X es excitatoria. Entre los NT que pueden activar los receptores
P2X se encuentran el ATP y el ADP.
P2Y es un receptor metabótropo acoplado a proteínas G. La adenosina, el ADP
y el ATP son todos NT que pueden unirse al receptor P2Y.
Además de los receptores purinérgicos, ciertos receptores solo se unen a la
adenosina, los receptores A1 y A2.
Una vez liberados en la hendidura sináptica, los neurotransmisores de tipo 320
purina pueden ser degradados por enzimas nucleotidasas que degradan el ADP y
el ATP, mientras que la adenosina desaminasa degrada la adenosina.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Muchos de los neuropéptidos
son neurohormonas, como la
hormona tirotropa (TRH), que
regula la liberación de la hormona
estimulante de tiroides (TSH);
la ADH que regula la excreción de
agua en la orina desde el riñón; la
oxitocina (Oc), que regula las
contracciones uterinas y la eyección
de leche de las glándulas
mamarias, y la sustancia P, que
disminuye la motilidad digestiva.
Entre los neuropéptidos
también se encuentran los
opioides endógenos, con efectos
similares a la morfina. Dos exponentes de los opioides endógenos son las
encefalinas y las endorfinas. Las orexinas (Orexina-A y Orexina-B) son NT
neuropeptídicos hipotalámicos con funciones tan diversas como la ingesta de comida-
bebida, la estabilización del ciclo sueño-vigilia, la regulación del gasto de energía
estimulando el apetito, los sistemas de recompensa y también con determinados 321
procesos cognitivos.
La mayoría de los neuropéptidos se secretan junto a otros NT en las mismas
neuronas y se liberan desde el mismo axón terminal y, a menudo, actúan sobre
receptores metabotrópicos y modulan la respuesta de la neurona postsináptica al
neurotransmisor adyacente.
Los mensajeros del sistema inmunitario son las citocinas, pequeñas proteínas
con un peso molecular aproximado de 20000 Da y regulan una red de respuestas
diseñadas para destruir microorganismos invasores o células anormales (Lieberman
y Peet, 2018).
Las diferentes clases de citocinas incluyen interleucinas (IL), factor de
necrosis tumoral (FNT), interferones (INF) y factores estimuladores de
colonias (FEC) los cuales se liberan de células del sistema inmunitario y alteran el
comportamiento de otras células en el sistema inmunitario tras activar la
transcripción de genes para las proteínas que intervienen en la respuesta
inmunitaria.
Las quimiocinas son citosinas quimiotácticas que tienen la capacidad de
inducir movimiento en las células blanco hacia la fuente que las producen, como, por
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
ejemplo, al sitio de lesión donde se desencadena la inflamación (Lieberman y Peet,
2018).
Los factores de crecimiento (FC) son polipéptidos que estimulan la
proliferación celular (hiperplasia) o aumento en tamaño celular
(hipertrofia). Por ejemplo, las plaquetas atraídas al sitio de la herida de un vaso
sanguíneo secretan factores de crecimiento derivados de plaquetas (FCDP o
PDGF, platelet-derived growth factor), que estimula la proliferación de las células
cercanas del músculo liso, que al final forman una placa que recubre el sitio de la
herida (Lieberman y Peet, 2018).
Los péptidos y las proteínas se sintetizan de la misma forma que otras
proteínas destinadas para la secreción. Dicho brevemente, el ARNm citosólico sirve
como la plantilla que codifica la secuencia de aminoácidos en el péptido o la proteína.
La traducción de este ARNm comienza en los ribosomas libres del citosol.
Los pasos siguientes, mostrados en la figura siguiente con un péptido para este
ejemplo, son los siguientes:
1. Una vez que comienza la traducción, el ribosoma se adhiere al retículo
endoplásmico rugoso, donde se produce el resto de la traducción. El polipéptido
se forma dentro de la luz del RER, primero como un prepropéptido.
2. En la luz del RER, las enzimas proteolíticas separan algunos aminoácidos del 322
prepropéptido, dando lugar al propéptido.
3. En el REL, el propéptido se empaqueta en vesículas de transporte.
4. Las vesículas transportan el propéptido al aparato de Golgi.
5. En el aparato de Golgi, el propéptido se empaqueta en una vesícula secretora
para almacenamiento hasta que la liberación se desencadena. Las enzimas
proteolíticas separan más aminoácidos en el aparato de Golgi o en la vesícula
secretora para dar el producto final, un péptido.
6. La liberación se produce mediante exocitosis.
Normalmente, los fragmentos peptídicos generados mediante proteólisis se
liberan junto con el mensajero primario y pueden o no ejercer sus propios efectos
biológicos.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Los esteroides son una clase de compuestos derivados del colesterol y todos
los mensajeros esteroideos del organismo funcionan como hormonas. Dado
que son lipófilos atraviesan con facilidad las membranas plasmáticas y no
323
son solubles en el agua.
Los mensajeros esteroideos se sintetizan del colesterol en una serie de reacciones
catalizadas por enzimas ubicadas en el REL o la mitocondria. Como resultado, la
molécula de colesterol se modifica ligeramente, pero su estructura básica de anillo
permanece intacta, así como su carácter lipófilo. Por consiguiente, todos los esteroides
son capaces de traspasar la membrana plasmática.
Como pueden permear la membrana, los esteroides no se pueden almacenar
antes de liberarse y, por el contrario, salen de la célula hacia el líquido intersticial
mediante difusión tan pronto como se sintetizan. Por tanto, aunque los leucocitos que
secretan péptidos o aminas pueden sintetizar mensajeros con anterioridad y
almacenarlos en vesículas para liberarlos según la necesidad, las hormonas
esteroideas se sintetizan a demanda y se liberan inmediatamente.
Debido a que estos compuestos son insolubles en agua, se transportan en la
sangre unidos a la albúmina sérica, que tiene un saco hidrófobo de unión, o a
proteínas transportadoras más específicas, como, por ejemplo, las globulinas
unidoras de hormonas esteroides (SHBG, steroid hormone-binding globulin) o la
globulina unidora de cortisol (CBG, corticosteroid binding globulin) o
Transcortina.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
de la hormona cambia su actividad y su capacidad para relacionarse o disociarse del
ADN.
Diversos receptores nucleares desempeñan un papel importante en el
metabolismo intermedio y se han convertido en blancos de los fármacos para la
reducción de lípidos plasmáticos. Estos incluyen los receptores activados por
proliferadores de peroxisomas (PPAR, peroxisome proliferator-activated
receptors: α, β y γ), el receptor hepático X (LXR, liver X receptor), el receptor X
farnesoide (FXR, farnesoid X receptor) y el receptor X de pregnano (PXR,
pregnane X receptor).
Estos receptores forman heterodímeros con el receptor del ácido 9-cis-
retinoico (RXR, retinoid X receptor) y se unen a sus elementos de respuesta
apropiados en el ADN en un estado inactivo. Cuando los ligandos se unen al receptor
(ácidos grasos y sus derivados para PPAR, oxisteroles para LXR y sales biliares para
FXR y sales biliares secundarias para PXR), el complejo se activa y se altera la
expresión genética.
A diferencia del receptor del cortisol, estos receptores residen en el núcleo y se
activan una vez que sus ligandos entran en el núcleo y se unen a ellos.
325
Los eicosanoides son un grupo de moléculas de carácter lipídico originadas
de la oxidación de los ácidos grasos esenciales de 20 carbonos tipo omega-3
y omega-6, e incluye una gran variedad de sustancias paracrinas producidas
por casi todas las células del organismo.
La mayoría se derivan del ácido araquidónico, un ácido graso de 20 carbonos que
se encuentra en varios fosfolípidos de la membrana plasmática. Dado que los
eicosanoides son lípidos, traspasan con facilidad la membrana plasmática y no son
solubles en el agua.
Entre los eicosanoides se incluyen las siguientes familias de compuestos
relacionados químicamente: prostaglandinas (PG), leucotrienos (LT) y
tromboxanos (Tx).
Al igual que los esteroides, los eicosanoides se sintetizan a demanda y se liberan
inmediatamente, porque son lipófilos y capaces de traspasar las membranas con
facilidad.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
El primer paso en la
síntesis de eicosanoides
comprende una enzima
denominada fosfolipasa A2,
que se activa como respuesta
a señales químicas de varios
tipos (paracrinas, hormonas,
NT o sustancias químicas
extrañas).
Cuando está activa,
esta enzima cataliza la
liberación del ácido
araquidónico (AA) desde los fosfolípidos de membrana. Una vez que se libera el AA
de la membrana, el producto final depende del complemento de enzimas presentes en
la célula determinada.
Para convertirse en un eicosanoide, una molécula de AA se une, en primer
lugar, a una de estas dos enzimas: ciclooxigenasa (COX) o lipooxigenasa (LOX).
La COX es la primera
enzima de una serie de reacciones 326
denominada ruta de la
ciclooxigenasa, que conduce a la
síntesis de prostaciclinas,
prostaglandinas y
tromboxanos. Las prostaciclinas
y los tromboxanos resultan
importantes en la etapa
plaquetaria de la coagulación
sanguínea. Las PG están
involucradas en varios sistemas,
entre los que se incluye la
respuesta inflamatoria.
La LOX es la primera
enzima de una serie de reacciones denominada ruta de la lipooxigenasa, que
conduce a la síntesis de LT, los cuales también contribuyen a la respuesta
inflamatoria.
Debido a la función de los eicosanoides en la inflamación, muchos fármacos
antiinflamatorios, como el ácido acetilsalicílico (AAS) que es un antiinflamatorio
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
no esteroideo (AINE), actúan sobre las COX inhibiéndolas irreversiblemente.
Mediante la inhibición, el AAS no solo disminuye la inflamación, sino también afecta
la función plaquetaria inhibiéndola también de forma irreversible evitando su
activación y su agregación plaquetaria al inhibir la síntesis de tromboxano A 2 (TxA2)
que es el activador plaquetario. Es precisamente este efecto el que ha hecho que se
prescriban bajas dosis de este fármaco a los pacientes propensos a un infarto de
miocardio o ACV, que pueden resultar provocados por coágulos de sangre en las
arterias coronarias y cerebrales respectivamente.
Se identificaron dos formas de COX: COX-1 y COX-2. La COX-1, siempre
presente en el organismo, normalmente está asociada a la síntesis de las PG
necesarias para mantener diversas funciones, como el de las plaquetas. Por el
contrario, la COX-2 se activa en presencia de sustancias químicas liberadas al
producirse daños en los tejidos e infecciones, y conduce a la producción de PG
asociadas al dolor y la inflamación.
El AAS inhibe de forma no selectiva la actividad de las dos formas de COX. La
inhibición de la COX-2 es la que consigue el alivio del dolor.
Aunque el AAS se utiliza para tratar el dolor, la inflamación y la fiebre, la
inhibición de COX-1, por su parte, provoca varios efectos secundarios (algunos
favorables y otros no). 327
Por ejemplo, a una dosis de 82 mg de AAS se inhibe la COX-1 plaquetaria,
aunque también la COX-1 del endotelio vascular que produce prostaciclina (PGI2) que
es un potente inhibidor de la activación plaquetaria y potente vasodilatador, evitando
así la agregación de las plaquetas (por ello se dice que la aspirina, nombre comercial
del AAS, es un antiagregante no un anticoagulante) para evitar la formación de
coágulos sanguíneos posteriores. Pero si la dosis es de 350 mg como para tratar el
dolor inhibe mucho más al COX endotelial.
La diferencia está en que las plaquetas no pueden producir nueva enzima COX
porque no tiene el sistema sintetizador de proteínas, mientras que el endotelio, luego
de cierto tiempo, puede volver a sintetizar nueva enzima.
Además, el AAS inhibe a la COX de las células estomacales que producen PGE2,
encargadas de estimular la producción de moco y bicarbonato para proteger al epitelio
del jugo gástrico ácido. Por tanto, entre los principales efectos secundarios del AAS se
encuentran las úlceras y las hemorragias gástricas.
Si bien este medicamento es de venta libre (sin receta médica) su
consumo debe estar supervisado por el médico.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
La acetilcolina (ACh) es un NT liberado por muchas neuronas en el SNP y
algunas neuronas en el SNC. Se comporta como un NT excitatorio en ciertas
sinapsis, como la unión neuromuscular (UNM), donde la asociación de la
ACh a los receptores ionotrópicos produce la apertura de canales catiónicos.
También puede ser un NT inhibitorio en otras
sinapsis, donde se une a receptores metabotrópicos
acoplados a proteínas G, que abren canales de K+.
La ACh es sintetizada en el citoplasma de los
axones terminales de las neuronas. La síntesis se
produce a partir de dos sustratos, el acetil-CoA y la colina, y es catalizada por la
colina-acetil transferasa (CAT) como sigue:
CAT
Acetil-CoA + colina -----→ acetilcolina + CoA
El acetil-CoA es una molécula de dos carbonos producida durante el
catabolismo de los lípidos, los hidratos de carbono y las proteínas, y es el sustrato
inicial del ciclo de Krebs. Por tanto, hay acetil-CoA en casi todas las células del
organismo, incluyendo en aquellas neuronas que sintetizan y liberan acetilcolina
(neuronas colinérgicas).
328
Por el contrario, las neuronas no pueden sintetizar colina (aunque una parte se
sintetiza en el hígado); en su lugar, la mayor parte de la colina se obtiene de la dieta
y el torrente sanguíneo se
encarga de transportarla
hasta las neuronas
colinérgicas, donde se
asimila mediante un sistema
de transporte activo
secundario, por el
cotransporte Na -Colina
+
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
A pesar de la cercanía entre las membranas plasmáticas de las neuronas
presinápticas y postsinápticas en una sinapsis química, ambas no se tocan,
pero se comunican mediante NT que se liberan de la terminal presináptica.
Los PA que discurren por el axolema no pueden ser conducidos a través de la
hendidura sináptica, por lo que se produce una forma de comunicación alternativa
indirecta, pues en respuesta a un impulso nervioso, la neurona presináptica libera un
NT que se difunde a través del líquido de la hendidura sináptica y se une a receptores
específicos en la membrana plasmática de la neurona postsináptica.
La neurona postsináptica recibe la señal química y, como resultado, produce un
potencial postsináptico que es un tipo de potencial graduado, electrotónico o
prepotencial.
331
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
El tiempo que se requiere para llevar a cabo estos procesos en una sinapsis
química, el retardo sináptico de alrededor de 0,5 ms, es la razón por la cual las
sinapsis químicas retransmiten las señales más lentamente que las sinapsis
eléctricas.
Una sinapsis química típica genera la transmisión de una señal de la siguiente
manera (Purves et al., 2018):
1. En el botón sináptico se encuentran gran cantidad de vesículas conteniendo los
NT que serán liberados al espacio sináptico. Si los NT son péptidos, estos se
sintetizan y empaquetan en el soma neuronal y, mediante transporte
ortodrómico llegan a la terminal, mientras que, si son de otro tipo,
generalmente se sintetizan en el citoplasma del propio botón sináptico y se
introducen luego en las vesículas mediante mecanismos de transporte con gasto
de ATP (ver más adelante).
2. Un PA (aquí denominado impulso nervioso por ser una neurona) llega al botón
terminal sináptico (o a una varicosidad en las neuronas del SNA) de un axón
presináptico.
3. La fase de despolarización del impulso nervioso abre los canales de Ca 2+
dependientes del voltaje (CCDV) que están en la membrana plasmática de los
botones sinápticos, proceso conocido como “potencial secretor”.
332
4. Dado que la concentración de iones de Ca2+ es mayor en el líquido extracelular,
fluye hacia el interior de la célula a través de los canales abiertos a favor de su
gradiente o de su energía libre.
5. Las vesículas sinápticas que contienen el NT y que no se encuentran en los
sitios activos, están agrupadas en el citoplasma, unidas entre sí o a la actina
del citoesqueleto, gracias a una proteína llamada sinapsina I, ubicada en la
membrana de las vesículas.
a. El Ca2+ se une a la calmodulina (CaM) y forma un complejo (Ca-CaM) capaz
de activar diferentes proteínas, como la kinasa II-dependiente del
complejo Ca-CaM (CaMKII), que determina la fosforilación de la
sinapsina I permitiendo la separación de las vesículas de los filamentos o de
las otras vesículas. Esta separación de vesículas permite a las vesículas
movilizarse a los sitios activos de la membrana del botón sináptico, ubicados
cerca de los CCDV.
b. La unión y la fusión de las membranas de las vesículas sinápticas con la
membrana celular, es mediada por un conjunto de procesos enzimáticos
de fosforilación-defosforilación activando componentes determinados
del citoesqueleto, a proteínas de la membrana de la vesícula y de la
membrana del botón sináptico. Este proceso es mediado por una familia de
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
proteínas transmembrana que reciben el nombre de SNARE, proteínas
llamadas así porque actúan como receptores para la SNAP (siglas de
proteína de unión al NSF soluble o “soluble NSF [N-ethylmaleimide-
sensitive factor] attachment receptors”). Las proteínas SNARE específicas
que participan en esta actividad son conocidas como v-SNARE (en la
membrana vesicular) y t-SNARE (unida a membrana de la zona activa de
la membrana presináptica).
c. Para que se produzca la fusión de las membranas, es necesaria la hidrólisis
de GTP por acción de la GTPasa denominada rab-3 que forma parte de la
membrana vesicular. Al hidrolizarse el GTP por la acción de esta enzima, el
GDP resultante se une a una proteína de la membrana plasmática del sitio
activo denominada rbSec1/Munc18-1 (pertenecientes a la familia de
proteínas SM), lo cual permitirá la fusión de ambas membranas al actuar
en forma de abrazadera uniendo a la sintaxina, al SNAP-25 (ambas
proteínas del complejo t-SNARE) y a la sinaptobrevina (proteína del
complejo v-SNARE). Este procesos se denomina “estadío de cebado 1”, es
decir, pone en condiciones para que pueda desencadenarse la fusión de
ambas membranas (Moczydlowski, 2017; Pawlina y Ross, 2020).
d. En esta interacción, aparece una proteína soluble del citoplasma llamada
complexina, que se encuentra solo en el botón sináptico, y tiene mucha 333
afinidad por este complejo formado en el paso anterior, uniéndose al centro
del surco que se forma entre la sinaptobrevina y sintaxina, evitando así la
fusión espontánea de las membranas.
e. Cuando el Ca2+ ingresa a la terminal presináptica, se une a otra proteína v-
SNARE denominada sinaptotagmina 1, que posee dos dominios C-
terminales sensibles al Ca2+ (C2A y C2B), mediante los cuales sensa la
presencia de calcio libre. Esta unión produce un cambio en las propiedades
químicas de la sinaptotagmina y favorece la unión de ésta a fosfolípidos
ácidos de la membrana presináptica y también desplaza a la complexina
del complejo revirtiendo, de este modo el bloqueo a la fusión, y permitiendo
que se inserte en las membranas y se una a otras proteínas SNARE en las
zonas activas. Esta etapa se la denomina “estadío de cebado 2”.
f. Así, la sinaptotagmina 1 activada por el calcio se fija al complejo SNARE
formado y a la membrana celular, fusionando ambas membranas, lo cual
lleva a la formación de un poro por donde se secreta el NT a favor de su
gradiente de concentración. Este proceso se conoce como porocitosis y
explica que la vesícula y las membranas presinápticas se reorganizan para
crear un poro transitorio de 1 nm que conecta la luz de la vesícula con la
hendidura sináptica. Los NT, entonces, pueden liberarse en forma
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
controlada a través de estos poros transitorios de la membrana
((Moczydlowski, 2017; Pawlina y Ross, 2020).
g. La disminución de Ca2+ intracelular de la terminal sináptica se lleva a cabo
por la expulsión mediante un mecanismo de contratransporte empleando,
principalmente, el antiport 3Na+/Ca2+ y la bomba de Ca2+-ATPasa (PMCA)
que extruyen el Ca2+ al LEC y a las mitocondrias.
h. El rápido descenso del Ca2+ intracelular hace que la sinaptotagmina 1 libere
sus calcios unidos y se disocie del complejo SNARE, a la vez que se produce
la activación del factor sensible a N-etilmaleimida (NSF), una enzima
ATPasa homohexamérica, gracias a la unión con otra proteína soluble
llamada -SNAP que la activa, actuando, en conjunto, para acelerar la
disociación del complejo y poder reciclar la vesícula. En este momento, la
sinaptobrevina libre sufre presumiblemente una endocitosis para su
reciclado, mientras que la sintaxina y la SNAP-25 en la membrana
presináptica pasan a estar disponibles para la ronda siguiente de fusión
vesicular (ver siguiente figura).
6. La fusión de ambas membranas trae por consecuencia la apertura de las
vesículas sinápticas y el vaciamiento de su contenido en la hendidura sináptica.
Como el vaciamiento de cada vesícula es tal, la cantidad de transmisor liberado
será siempre un múltiplo de la concentración unitaria presente en cada 334
vesícula, a lo cual se lo denomina “liberación cuántica del NT”. La cantidad
de vesículas que se fusionan con la membrana y, por lo tanto, la cantidad de
NT liberado, depende del número de CCDV activados y del tiempo en que éstos
permanezcan abiertos. Sin embargo, en ausencia de estimulación neural, existe
una fusión espontánea de vesículas con la membrana presináptica y se produce
la liberación de cierto número de “cuantos” de NT, con la producción de una
despolarización postsináptica y generación de un “tono sináptico”. Por ello, la
regulación de la liberación de NT se realiza principalmente por la cantidad de
CCDV activados en el terminal sináptico.
7. El NT secretado difunde a través de la hendidura sináptica y se une a los
receptores de la membrana postsináptica. Los acontecimientos ulteriores
dependen del tipo de receptor presente.
8. Si el NT activa un receptor acoplado a proteína G, por ejemplo, el cambio en la
célula postsináptica es de inicio mucho más lento y se prolonga durante un
período de tiempo mucho mayor, dando lugar a una transmisión sináptica
lenta. Pero si el receptor activa un canal iónico operado por ligando, la
transmisión sináptica suele ser rápida y de corta duración, dando lugar a una
transmisión sináptica rápida.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
335
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
9. Si lo que se produce es una corriente rápida de cargas positivas, se genera un
potencial excitatorio postsináptico (PPSE) por la despolarización de la
membrana que puede, o no, alcanzar el umbral; mientras que, si entran cargas
negativas o salen cargas positivas de la terminal postsináptica, se genera un
potencial inhibitorio postsináptico (PPSI).
10. Una vez que el NT ha cumplido su función, su eliminación de la hendidura
sináptica es esencial para la función sináptica normal. Si un NT persistiera en
la hendidura sináptica, produciría una estimulación constante en la célula
postsináptica, generando sobreestimulación. La eliminación de los NT puede
producirse por medio de las siguientes vías:
a. Degradación del NT: generalmente se lleva a cabo mediante la hidrólisis
enzimática. En este proceso, parte de las moléculas pueden reciclarse en la
terminal presináptica.
b. Recaptación: algunos neurotransmisores son transportados activamente
hacia el interior de las células presinápticas. En el SNC, las células gliales
adyacentes también pueden participar regulando el nivel del NT en el
espacio sináptico mediante la captación de estos NT.
c. Difusión: los neurotransmisores difunden fuera de la hendidura sináptica
hacia el LEC donde pueden ser eliminado por otros tejidos como el hígado.
336
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
la neurona 1. En este caso, se
produciría una “suma” de
estímulos dentro de un cierto
periodo de tiempo, lo cual da
lugar a una “sumación
temporal”.
La sumación temporal
es la sumación de
potenciales postsinápticos,
en respuesta a estímulos que
ocurren en la misma
localización en la membrana de la célula postsináptica, por la misma
neurona dentro de un cierto periodo de tiempo.
Esto el resultado de la acumulación de NT liberados por un único botón
sináptico dos o más veces en rápida sucesión.
Pero si se activa también las neuronas 2 y 3, junto con la neurona 1, la
probabilidad de que el prepotencial alcance el umbral es mayor, dado que los
estímulos de la neurona 1, 2 y 3 pueden sumarse, dando lugar a una “sumación
espacial”, cuando descargan todas al mismo tiempo. 337
La sumación espacial es la sumación de potenciales postsinápticos, en
respuesta a estímulos que ocurren en diferentes localizaciones en la
membrana de una célula postsináptica al mismo tiempo. Es el resultado de
la acumulación de NT liberados por varios botones presinápticos diferentes.
El PPSE recorrerá la membrana del cuerpo neuronal hasta alcanzar el cono
axonal (zona gatillo) donde se alcanza, a su vez, el umbral y se desencadena el PA
(potencial saltatorio en neuronas mielinizadas) hacia los botones sinápticos donde se
encuentran los canales CCDV.
Cuando el PA llega a las terminaciones sin mielina en el botón sináptico, se
genera la apertura de los CCDV y se genera el potencial secretor.
Entonces, como los PPSE y los PPSI son potenciales graduados
(electrotónicos), pueden sumarse entre sí. Esta suma puede ser espacial o temporal,
dependiendo de si los potenciales postsinápticos que se suman surgen en la misma
sinapsis o en sinapsis diferentes. Una cuestión importante es que, sobre una neurona,
además, puede haber multitud de neuronas excitatorias e inhibitorias, por lo cual el
efecto final, es decir la generación o no de un PA, dependerá del resultado de las
sumaciones.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Otros factores también influyen en la generación del PA, como sucede con la
cercanía de las neuronas presinápticas al cono axonal de la neurona postsináptica.
Las neuronas excitatorias más cercanas al cono axónico (por ejemplo, en sinapsis
axosomática) tendrán más posibilidades de desencadenar un PA que aquellas que se
encuentran más alejadas (por ejemplo, en las sinapsis axodendríticas).
Asimismo, cuando un estímulo despolarizante es supraumbral, el grado de
despolarización no afecta al tamaño (amplitud) de los PA, sino más bien a su
frecuencia, por lo cual los aumentos de fuerza de esos estímulos por encima del umbral
hacen que aumente la frecuencia de los PA, un efecto denominado codificación por
frecuencia. Como la suma de los potenciales postsinápticos afecta al grado de
despolarización en el cono axónico, se deduce que la suma influye sobre la frecuencia
de los PA en la neurona postsináptica.
Cuando los PA tienen lugar a una frecuencia mayor, se libera más NT de la
neurona postsináptica; por tanto, una mayor frecuencia de los PA corresponde a una
comunicación más fuerte con la siguiente neurona en una vía neural.
338
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Las sinapsis axoaxónicas funcionan como sinapsis moduladoras, sinapsis
que regulan la comunicación con otra sinapsis.
Las sinapsis axoaxónicas pueden formarse entre el axón terminal de una neurona
y el axón terminal de otra neurona. En las sinapsis axoaxónicas, un NT de la neurona
presináptica (también llamada neurona moduladora en este caso) no genera señales
eléctricas en la neurona postsináptica, pues, en su lugar, mediante la unión a los
receptores que hay sobre la membrana del axón terminal de la neurona postsináptica,
el NT induce un cambio en la cantidad de Ca2+ que entra en el axón terminal en
respuesta a un PA, alterando, a cambio, la cantidad de NT liberado de la neurona
postsináptica.
En algunos casos, se aumenta la liberación de NT, un fenómeno llamado
“facilitación presináptica”; mientras que, en otros casos, la liberación de NT
disminuye, un fenómeno denominado “inhibición presináptica”.
Supongamos que se tienen las siguientes interacciones entre diferentes
neuronas (figura a siguiente), como se muestra en el esquema siguiente. Para explicar
la facilitación presináptica, las neuronas C y D son neuronas presinápticas que
forman sinapsis excitatorias con la neurona postsináptica X; mientras que la neurona
E es una neurona moduladora que forma una sinapsis en el axón terminal de la
neurona C. 339
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
neurona C desencadena un PPSE mayor en la neurona X, comparado con lo que sucede
cuando la neurona E está inactiva.
Una observación importante es que la actividad en la neurona E sola no tiene
efectos directos sobre la neurona X, porque la neurona E no forma sinapsis con la
neurona X. Asimismo, la actividad de la neurona E no tiene efectos sobre ningún
PPSE que se haya desencadenado por algún estímulo de la neurona D.
A partir de este ejemplo se muestra una característica importante de la
modulación presináptica en las sinapsis axoaxónicas que las distingue de las sinapsis
axodendríticas y axosomáticas, pues la modulación presináptica afecta a la
transmisión hacia la neurona postsináptica en una sinapsis específica, alterando, por
ello, la capacidad de esa sinapsis para excitar o inhibir a la neurona postsináptica.
Por el contrario, en las sinapsis axodendríticas y axosomáticas, las neuronas
presinápticas excitan o inhiben a la neurona postsináptica de una manera no
selectiva, produciendo directamente cambios en el potencial de membrana de la
neurona postsináptica en forma de PPSE e PPSI.
Del mismo modo, para la inhibición presináptica, tenemos a las neuronas F y
G que crean conexiones sinápticas excitatorias directas con la neurona Y; la neurona
H es una neurona moduladora que forma una sinapsis axoaxónica con la neurona
F (figura b siguiente). 340
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Generalmente, el reconocimiento de mensajeros químicos por las células
inicia con la interacción con un receptor en la célula diana.
Existen más de 20 familias de receptores para mensajeros químicos, los cuales no son
componentes estáticos de la célula, sino que su número se incrementa o disminuye en
respuesta a diversos estímulos y sus propiedades cambian con la modificación de las
condiciones fisiológicas.
Cuando una hormona o un NT está presente en cantidades excesivas, la cifra
de receptores activos casi siempre disminuye mediante una regulación a la baja; en
cambio, cuando hay déficit de mensajeros químicos ocurre un incremento del número
de receptores activos mediante una regulación al alta.
Sin embargo, siempre existen excepciones como el caso de la AT-II que, en sus
actividades sobre la corteza suprarrenal, aumenta más que disminuir el número de
receptores.
En el caso de receptores de membrana, la endocitosis mediada por
receptores es la causa de la regulación a la baja en algunas situaciones; cuando
aparece endocitosis de los complejos ligando-receptor (internalización), hay
desplazamiento lateral de la membrana, con el fin de cubrir los huecos. Esto
disminuye el número de receptores en la membrana.
341
Algunos receptores se reciclan después de la internalización, pero otros son
sustituidos por síntesis en la célula. Un tipo diferente de regulación a la baja es la
desensibilización, en la cual hay modificación química de los receptores de modo
que los torna menos sensibles.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Un efecto de la señalización celular es la activación de la transcripción y la
traducción subsiguiente.
Se conocen tres vías distintas para mensajeros primarios que alteran la transcripción
celular:
1. El mensajero primario es capaz de atravesar la membrana celular y unirse con
receptores nucleares, mediante interacción directa con el ADN para alterar la
expresión genética (por ejemplo, hormonas tiroideas y esteroideas).
2. La activación de la PK citoplásmica, la cual se desplaza hasta el núcleo para
fosforilar un factor de transcripción latente para su activación. Esta vía es el
punto final común de la señalización que va a través de la cascada de la
proteína kinasa activada por mitógeno (MAP).
3. La activación de un factor de transcripción latente en el citosol, el cual más
tarde migra al núcleo y altera la transcripción. Esta vía es compartida por
diversos grupos de factores de transcripción, entre los cuales se incluye el
factor nuclear κB (FNκB); activado después de la unión al receptor de la
familia del factor de necrosis tumoral (FNT) y de otros tipos, y
transductores de señales de la transcripción activada (STAT), activados
después de la unión con el receptor de citocinas.
343
El ion calcio es uno de los segundos mensajeros más importantes a nivel
celular ya que regula gran número de procesos fisiológicos tan diversos
como la proliferación, señalización neural, aprendizaje, contracción,
secreción y fertilización, de modo que la regulación de iones calcio
intracelulares es vital para las células.
La concentración de calcio iónico libre (Ca2+) en el citoplasma en reposo se encuentra
en unos 100 nmol/L, mientras que en el LEC es de aproximadamente 12000 veces la
concentración citoplásmica (1200000 nmol/L) de modo que hay un gradiente de
concentración directo hacia el interior de la célula, así como un gradiente eléctrico en
el mismo sentido.
Gran parte del Ca2+ intracelular se almacena en concentraciones relativamente
altas en el retículo endoplásmico y en organelos como las mitocondrias, aunque, en
muchas células, el Ca2+ puede entrar desde el LEC a través de diversos mecanismos
de transporte como canales regulados por ligando, dependientes de voltaje o activados
por distensión.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
El IP3 es un segundo mensajero de gran importancia que hace posible la
liberación de Ca2+ del retículo endoplásmico a través de activación directa de
conductos activados por ligandos, por el receptor IP3.
En varias células, la liberación transitoria de Ca2+ de las reservas internas,
desencadena la abertura de conductos de calcio controlados por reservas
(SOCC) ubicados en la membrana celular, con la finalidad de que la entrada de Ca2+
al citosol pueda rellenar el Ca2+ intracelular en el retículo endoplásmico.
El desplazamiento de i Ca2+ fuera de la célula es facilitado por la bomba de
Ca2+-ATPasa (POMC) de la membrana plasmática. También puede transportarse por
el intercambiador 3Na+/Ca2+ (NCX) estimulado por la energía almacenada en el
gradiente electroquímico de Na+, acoplado a la bomba de Na+/K+-ATPasa.
El desplazamiento de Ca2+ en las reservas internas ocurre por una bomba de
Ca2+ del retículo sarcoplásmico o endoplásmico denominada (SERCA).
Muchas proteínas diferentes pueden
unir o transportar Ca2+ en el citoplasma las
cuales incluyen troponina (TnC),
calmodulina (CaM) y calbindina (Cb).
La CaM (figura de la derecha) es una
proteína con cuatro dominios fijadores de 344
Ca2+, y cuando esto ocurre es capaz de
activar diferentes kinasas dependientes de
calmodulina (CaMK), entre otras
proteínas. Una es la kinasa de cadena
ligera de miosina (KCLM) la cual
fosforila a la miosina para la contracción
del músculo liso. La kinasa dependiente
de calmodulina I (CaMKI) y la kinasa
dependiente de calmodulina II
(CaMKII) participan en la función
sináptica y la kinasa dependiente de calmodulina III (CaMKIII) se desempeña
en la síntesis de proteínas (Barrett et al., 2019).
Otra proteína activada por CaM es la calcineurina, una fosfatasa que
desactiva los conductos de Ca2+ por desfosforilación, además participa en la activación
de las células T y es inhibida por algunos inmunodepresores.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Una modalidad frecuente de generar una señal para obtener un efecto
biológico en el interior de la célula es a través de las proteínas reguladoras
de nucleótidos, las cuales son sensibles de activarse luego de la unión a GTP
(proteínas G).
Si una señal activadora llega a una proteína G, la proteína intercambia GDP por GTP.
El complejo GTP-proteína desencadena el efecto activador de la proteína G. La
actividad inherente de la trifosfatasa de guanosina (GTPasa) de la proteína
convierte GTP a GDP, con restablecimiento de la proteína G a un estado de reposo e
inactividad.
Las proteínas G pueden dividirse en dos grupos principales que participan en
la señalización celular: proteínas G pequeñas y proteínas G heterotriméricas.
Otros grupos que tienen regulación similar y que son importantes en la fisiología
celular incluyen factores de elongación, dinamina y translocación de GTPasas.
Hay seis familias diferentes de proteínas G pequeñas (GTPasas pequeñas),
las cuales están estrictamente reguladas. Las proteínas activadoras de GTPasa
activadora de proteínas (GAP) tienden a inactivar proteínas G pequeñas al
favorecer la hidrólisis del GTP a GDP en un sitio de acción central. Los factores
intercambiadores de guanina (GEF) tienden a activar proteínas G pequeñas al
favorecer el intercambio de GDP por GTP en el sitio activo. 345
Algunas de las proteínas G pequeñas contienen modificaciones lipídicas que
ayudan a fijarlas a las membranas, en tanto que otras son libres para difundir a través
del citosol.
Las proteínas G pequeñas participan en muchas funciones celulares. Miembros
de la familiar Rab regulan la tasa de tránsito vesicular entre el retículo
endoplásmico, el aparato de Golgi, los lisosomas, los endosomas y la membrana
celular.
Otra familia de proteínas transportadoras pequeñas de GTP, la familia
Rho/Rac, media interacciones entre el citoesqueleto y la membrana celular; una
tercera familia, la familia Ras, regula el crecimiento al transmitir las señales de la
membrana celular al núcleo.
Otra familia de proteínas G, las grandes proteínas G heterotriméricas, acoplan
receptores de superficie celular con unidades catalíticas que catalizan la formación
intracelular de segundos mensajeros o que acoplan los receptores directamente a los
conductos iónicos.
Las proteínas G heterotriméricas con frecuencia se denominan de manera corta
como “proteína G”, porque fueron las primeras en ser identificadas; están constituidas
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
por tres subunidades designadas como α, β y . Las subunidades α y tienen
modificaciones lipídicas que las fijan a las proteínas de la membrana plasmática. La
subunidad α se une a GDP. Cuando un ligando se vincula con un receptor acoplado a
proteína G (GPCR), este GDP es intercambiado por GTP y la subunidad α se separa
de las subunidades combinadas β y .
La subunidad α separada desencadena muchos efectos biológicos. Las
subunidades β y tienen vinculación estrecha en la célula y, en conjunto, forman una
molécula de señalización que también activa diversos efectores.
346
Proteína G heterotrimérica.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
La actividad intrínseca de la GTPasa de la subunidad α convierte GTP a GDP
y esto conduce a una nueva asociación de las subunidades β y con la subunidad α y
la terminación de la activación del efector. La actividad de GTPasa de la subunidad α
puede acelerarse por la familia de reguladores de señalización de la proteína
G (RGS).
Las proteínas G heterotriméricas transmiten señales de más de 1000 receptores
acoplados a proteína G y sus efectores en las células incluyen conductos iónicos y
enzimas.
Todos los receptores heterotriméricos acoplados a proteína G (GPCR),
identificados hasta la fecha, son proteínas que abarcan las membranas celulares siete
veces. Por ello, se han denominado receptores de siete hélices transmembrana o
receptores serpentinos.
A menudo el inositol trifosfato (inositol 1,4,5-trifosfato [IP3]) es el vínculo
entre la unión del ligando a la membrana que actúa a través de los iones Ca2+ con
incremento rápido en la concentración citoplásmica de este ion. Cuando uno de estos
ligandos se une a su receptor, la activación del receptor origina la actividad de la
fosfolipasa C (PLC) en la síntesis interna de la membrana.
Los ligandos unidos a los receptores acoplados a proteína G pueden hacer esto
347
a través de proteínas Gq heterotriméricas, en tanto que los ligandos que se unen
a receptores de la TK pueden realizar esto a través de otras vías de señalización
celular.
La fosfolipasa C tiene al menos ocho isoformas; la fosfolipasa Cβ es activada por
proteínas G heterotriméricas, en tanto que las formas fosfolipasa C inician su
actividad mediante los receptores de TK.
Las isoformas fosfolipasa C pueden catalizar la hidrólisis del lípido de
membrana fosfatidilinositol 4,5-difosfato (PIP2) para formar IP3 y diacilglicerol
(DAG). El trifosfato de inositol difunde al retículo endoplásmico, donde desencadena
la liberación de iones calcio en el citoplasma por la unión con el receptor de IP3, un
conducto de Ca2+ controlado por ligando.
El DAG también es un segundo mensajero; éste permanece en la membrana
celular, donde activa una de varias isoformas de proteína kinasa C (PKC).
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
LEC
kinasa
Esquema de la liberación de IP3 y DAG como segundos mensajeros (Barrett et al., 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
de adenosina cíclico (CREB). Este factor de transcripción se une al ADN y altera
la transcripción de diversos genes.
La AC es una proteína de la membrana que tiene 12 regiones transmembrana.
Las proteínas G heterotriméricas estimuladoras (Gs) generan activación, en
tanto las proteínas G heterotriméricas inhibidoras (Gi) inactivan a la AC.
Cuando se une el ligando apropiado al receptor estimulador, la subunidad Gsα
activa una de las AC. Por el contrario, cuando el ligando apropiado se vincula con un
receptor inhibidor, la subunidad Giα inhibe a la AC.
349
Los receptores son específicos y responden con umbrales bajos sólo a un ligando
o un grupo selecto de ligandos relacionados. Las proteínas G heterotriméricas median
los efectos estimuladores e inhibidores originados por diferentes ligandos, pero puede
ocurrir un efecto cruzado entre el sistema de FLC y el sistema de AC, porque varias
de las isoformas de esta última son estimuladas por CaM.
Asimismo, los efectos de la PKA y de la PKC son muy amplios y pueden verse
afectados de manera directa o indirecta por la actividad de la AC. La relación estrecha
entre la activación de las proteínas G y las AC permite la regulación espacial de la
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
producción de AMPc. Todos estos acontecimientos y otros hacen posible el ajuste fino
de la respuesta para un resultado fisiológico particular en la célula.
Dos toxinas bacterianas tienen efectos importantes sobre la AC y son
mediadas por proteínas G. La toxina del cólera, producida por el Vibrio cholerae,
contiene una enzima (subunidad A) que cataliza la transferencia de ADP-ribosa desde
el NAD+ intracelular a la subunidad α de la Gs; esta modificación impide la
hidrólisis del GTP unido a Gs y da como resultado la activación constitutiva
(permanente) de la proteína G. Como resultado, se incrementan de forma prolongada
las concentraciones de AMPc en el interior de las células epiteliales intestinales, lo
que da lugar a la fosforilación de los canales del Cl– mediada por la PKA, causando un
importante flujo de electrolitos y agua hacia la luz intestinal, responsable de la
diarrea grave característica del cólera (Baynes y Dominiczak, 2019).
La acción de la enterotoxina se inicia tras la unión específica de las
subunidades B (de unión) de la toxina del cólera (AB5) a la molécula oligosacárida del
monosialogangliósido GM1 de las células epiteliales. Se atribuye un mecanismo
molecular similar a la acción de la enterotoxina termolábil, una toxina lábil
segregada por varias cepas de Escherichia coli responsable de la “diarrea del
viajero” (Baynes y Dominiczak, 2019).
La toxina de tos ferina, la toxina pertussis que es una toxina AB5 de 350
Bordetella pertussis, favorece la ADP-ribosilación de Giα, proceso que impide la
interacción de Giα con los receptores activados. Así, la proteína G es inactivada y no
puede ejercer sus funciones sobre la inhibición de la AC, la activación de PLA2 o PLC,
la apertura de los canales de K+ y la apertura/cierre de los de Ca2+, causando un
desacoplamiento generalizado de los receptores hormonales con sus cascadas de
señalización (Baynes y Dominiczak, 2019).
La forskolina es un fármaco que incrementa el AMPc por activación de la
enzima AC en presencia de la proteína G8, en todas las células eucariotas, menos en
los espermatozoides. Son varios los usos de la forskolina como en el glaucoma y el
descenso de peso corporal por incrementar la lipólisis.
Otro nucleótido cíclico de importancia fisiológica es el guanosina
monofosfato cíclico (GMPc). Éste es importante en las células de los conos y los
bastones para la visión. Asimismo, hay conductos iónicos regulados por GMPc y éste
activa la proteína kinasa dependiente de GMPc (PKG), con la producción de
diversos efectos fisiológicos.
Una guanilatociclasa (GC) tiene un dominio extracelular amino terminal que
es un receptor, un dominio único transmembrana y una porción citoplásmica con
actividad catalítica, el cual puede funcionar como receptor para péptido
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
natriurético auricular (PNA o ANP) y otro subtipo que se une a la enterotoxina
de Escherichia coli y al polipéptido gastrointestinal guanilina.
Otra GC es soluble, contiene un grupo hemo y no está unida a la membrana, la
cual es activada por el ON y los compuestos que lo contienen.
ON
ON
351
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Cuando el ligando se une a un receptor de tirosina cinasa, en primer lugar causa
la dimerización de los receptores similares, lo cual origina activación parcial de los
dominios intracelulares de TK y la fosforilación cruzada para la activación plena de
cada uno.
Una de las vías activadas por fosforilación conduce, a través de Ras (una
proteína G pequeña), a proteína kinasa activada por mitógeno (MAP) y, por
último, a la producción de factores de transcripción en el núcleo que alteran la
expresión genética.
352
Una de las vías directas por medio de las cuales los factores de crecimiento alteran la
actividad genética (Barrett et al., 2019).
Los receptores para citocinas y los FEC difieren de los otros factores de
crecimiento en cuanto a que la mayor parte de ellos no tiene dominios de TK en sus
porciones citoplásmicas y algunos muestran poca o ninguna cola citoplásmica. No
obstante, inician la actividad de la TK en el citoplasma. En particular, activan las
denominadas TK de Janus (JAK) en el citoplasma. Éstas a su vez fosforilan
proteínas transductoras de señales de la transcripción activada (STAT).
Estas últimas, fosforiladas, forman homodímeros y heterodímeros y se desplazan
hacia el núcleo, donde actúan como factores de transcripción.
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Es de interés que la vía JAK-STAT puede activarse por la hormona de
crecimiento y es otra vía directa importante de la superficie celular al núcleo. También
es de importancia que las vías de Ras y JAK-STAT son complejas y hay comunicación
cruzada entre ellas.
353
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Diagnóstico: Crisis hipertensiva
Puntos de reflexión
354
Fernández, V. H.
Capítulo 7 Transducción de las señales
Referencias bibliográficas
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Boulpaep (Ed). Fisiología Médica. 3ª edición. (8, pp. 204-227). Elsevier.
Pawlina, W. Ross, M. H. (2020). Ross. Histología. Texto y Atlas. Correlación con biología celular y
molecular. 8ª edición. Wolters Kluwer.
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 8
Fisiología del músculo
esquelético
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define las propiedades y funciones del músculo esquelético.
2. Reconoce la estructura macro y microscópica del músculo esquelético.
3. Describe la sinapsis neuromuscular y explica su función.
4. Describe el mecanismo de la contracción muscular a nivel molecular.
5. Describe el papel del ATP y del calcio en la contracción y relajación del
músculo.
6. Enumera las fuentes de energía para la contracción muscular y las ordena
respecto a su velocidad relativa y capacidad de proporcionarlo en reposo y
ejercicio, en relación con el papel del metabolismo muscular.
7. Explica los conceptos de contracción isotónica (heterométrica) e isométrica y la
importancia fisiológica.
8. Explica las relaciones entre precarga, poscarga y carga total en el curso
temporal de una contracción heterométrica.
9. Distingue una sacudida muscular de una sumación simple y un tétanos
muscular.
10. Comprende el diagrama de longitud-tensión para una fibra y el órgano
muscular.
11. Describe la influencia de los tendones en la función muscular.
12. Define la fatiga muscular y sus factores implicados.
13. Describe la disposición de los vasos y nervios en el tejido muscular.
14. Explica el flujo sanguíneo durante la contracción y la relajación del órgano
muscular.
15. Analiza el control nervioso de la actividad muscular y sus implicancias
fisiológicas y clínicas.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
En este sentido, los huesos constituyen la parte pasiva del sistema locomotor,
mientras que los músculos son la parte activa, por sus mecanismos de contracción y
relajación, trabajando alternadamente y nunca relajándose por completo
manteniendo el tono muscular cuando estamos despiertos.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El sistema muscular es muy importante para las disciplinas biomédicas, aún
más allá del alcance de las ciencias relacionadas con el movimiento.
El término músculo proviene de la palabra griega “mys”, que significa “ratón”, porque
la contracción muscular observada a través de la piel semeja un roedor (masa
muscular) que posee una cola (el tendón) y se mueve.
El tejido muscular tiene a su cargo el movimiento del cuerpo y de sus partes, y los
cambios en el tamaño y la forma de los órganos internos. Este tejido se caracteriza por
cúmulos de células alargadas especializadas dispuestas en haces paralelos que
cumplen la función principal de contracción. En este sentido, las funciones de los
músculos son:
• Movimiento de los músculos de la respiración, favoreciendo la circulación
sanguínea por el cuerpo, principalmente para el retorno venoso, sirven a varias
funciones en la comunicación (oral y escrita), expresión facial y otros tipos de
lenguaje corporal.
• Estabilidad, ya que mantienen la postura mediante los músculos
antigravitacionales, porque al menos parte del tiempo resisten la atracción
gravitatoria y evitan caídas o resbalones. También muchos músculos
estabilizan las articulaciones al mantener la tensión en tendones y huesos.
• Controles de aperturas y pasajes corporales dado que los músculos que 358
rodean la boca no sólo sirven para hablar sino también para ingerir alimentos
y retenerlos mientras se mastica. En los párpados y las pupilas regulan la
admisión de luz al ojo (aunque es músculo liso). Los anillos musculares internos
que contienen músculo esquelético como la faringe, controlan el movimiento de
la comida y otros materiales hacia el tracto gastrointestinal. También los
músculos que rodean la uretra y al ano controlan la eliminación de desechos.
• Producción de calor de hasta un 85% del calor corporal total, que es vital
para el metabolismo. En este proceso, se utiliza una cuarta parte (25%) del
consumo de oxígeno en reposo; sin embargo, este uso de oxígeno puede
aumentar unas 20 veces durante el ejercicio vigoroso.
• Control glucémico. Los músculos ayudan a regular la concentración de
glucosa en la sangre dentro de un rango normal. Los músculos estriados
absorben, almacenan y usan gran parte de la glucosa del cuerpo y desempeñan
un papel muy significativo para estabilizar su concentración en la sangre. En
la edad avanzada, la obesidad y cuando los músculos pierden condición y se
debilitan, la gente tiene mayor riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2 debido
a que declina esta función de amortiguamiento de la glucosa
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El músculo esquelético es el efector del SNC de una persona consciente a través
de la realización de las acciones voluntarias y algunos movimientos reflejos.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
fractura, se denomina atrofia. Con frecuencia, a estas lesiones musculares se añade
un factor de denervación.
Dado que depende del SNC, fundamentalmente por el uso consciente, se le dio
la denominación de músculo voluntario, aunque esta denominación no es absoluta,
dado que en algunos casos el músculo esquelético interviene en movimientos reflejos
involuntarios.
Las células musculares constituyen la unidad estructural y funcional del tejido
muscular esquelético que se organiza en haces o fascículos (del latín “fascis”, haz).
Cada célula se encuentra
rodeada de una delgada vaina
de fibras reticulares
denominado endomisio
(tejido conectivo laxo), que,
junto con glucosaminoglucanos,
contribuyen a la formación de
una lámina externa alrededor
de cada fibra muscular, cuya
función, además de unir las
fibras y los fascículos
360
musculares, permiten que cada
fibra y cada fascículo tengan
movimiento independiente.
Otra capa de tejido
conectivo rodea a los fascículos
musculares dando lugar al
perimisio (tejido conectivo
denso irregular) que continúa
con el endomisio y rodea grupos
de 10 a 100 o más fibras
musculares.
Por último, estos
fascículos se agrupan para formar el músculo recubierto por el epimisio (tejido
conectivo denso irregular), que rodea y protege al músculo completo (figura).
Los músculos se fijan al esqueleto mediante tendones y la transición de
músculo a tendón (transición musculotendinosa) se caracteriza por un incremento
del espesor y del contenido de fibras de colágeno en el tejido conectivo muscular, tanto
en el endomisio como en el perimisio y el epimisio.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Por su parte, los vasos sanguíneos y los nervios atraviesan las vainas de tejido
conectivo y penetran en el interior del músculo y cada fibra muscular está en estrecho
contacto con numerosos capilares.
La capa subcutánea (hipodermis), que separa el músculo de la piel, está
compuesta por tejido conectivo areolar y tejido adiposo, el cual suministra una vía de
entrada para los nervios, los vasos y los linfáticos. El tejido adiposo de la capa
subcutánea almacena la mayoría de los triglicéridos del cuerpo; sirve como capa
aislante que reduce la pérdida de calor y protege a los músculos de traumatismos
físicos.
La fascia es una lámina densa o una banda ancha de tejido conectivo irregular
que reviste la pared del cuerpo y los miembros; asimismo, sostiene y rodea los
músculos y otros órganos. Mantiene unidos a los músculos que cumplen funciones
similares y permite el libre movimiento de los músculos; transporta nervios, vasos
sanguíneos y linfáticos; y llena espacios entre los músculos. Justamente, las tres capas
de tejido conectivo (epimisio, perimisio y endomisio) se extienden desde la fascia para
proteger y fortalecer el músculo esquelético.
Cuando los elementos de tejido conectivo se extienden como una lámina ancha
y plana, se denomina aponeurosis (“apó”, más allá; “néuron”, nervio o tendón). Un
ejemplo es la aponeurosis epicraneal de la superficie del cráneo, entre los vientres 361
frontal y occipital del músculo occipitofrontal.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
por cuellos estrechos, los cuales, probablemente, funcionen como reserva de
membrana durante el estiramiento de la fibra.
El sarcolema presenta invaginaciones tubulares llamadas túbulos
transversos (T) o sistema T, que junto con unas dilataciones del retículo
sarcoplásmico (RS), denominadas cisternas terminales, se agrupan formando
unas estructuras conocidas como tríadas.
Los túbulos T, son invaginaciones diminutas del sarcolema que forman túneles
desde la superficie hasta el centro de cada fibra muscular. Como estos se abren hacia
el exterior de la fibra, están llenos de líquido intersticial. Los PA musculares viajan a
lo largo del sarcolema y a través de los túbulos T, y se propagan rápidamente por toda
la fibra muscular, garantizando que un PA excite simultáneamente a todas las partes
de la fibra muscular.
El RS se encuentra rodeando a las miofibrillas y funciona como reservorio de
Ca2+ cuando se encuentra relajada la fibra muscular, por lo cual, la liberación de Ca2+
de las cisternas terminales frente a un PA, desencadena la contracción muscular.
El citoplasma de la fibra muscular, denominado sarcoplasma, contiene las
organelas responsables de su funcionamiento y el citoesqueleto. En él se encuentran
reservas importantes de glucógeno, así como la mioglobina.
362
Como el músculo es una verdadera fábrica metabólica que consume energía,
el sarcoplasma contiene muchas mitocondrias que producen el ATP para generar el
trabajo muscular.
El rabdomiocito está constituido por miofibrillas de unos 2 μm de diámetro y
se extienden a lo largo de toda la fibra muscular. Estas miofibrillas están compuestas,
a su vez, por miofilamentos (principalmente actina y miosina).
Una miofibrilla se define como una secuencia consecutiva de sarcómeros y
cada uno de ellos constituye la unidad funcional del músculo estriado ubicados entre
dos líneas Z (del alemán, “Zwischen”, entre).
El arreglo ordenado y la disposición de los miofilamentos originan las diferentes
densidades que forman las estriaciones, en cuyo caso, se diferencian en:
• Banda I más claras con microscopía fotónica y electrónica de transmisión. Con
microscopía de luz polarizada se observan como bandas monorrefringentes (de
ahí el nombre de isotrópicas) y como bandas oscuras. Están compuestas de
filamentos de actina. Se dividen en la mitad por la línea Z (disco Z) que,
durante la contracción muscular, permite un acortamiento de la banda I y un
acercamiento de las líneas Z que delimitan al sarcómero.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
• Bandas A que se observan oscuras con microscopía fotónica y electrónica de
transmisión. Con microscopía de luz polarizada se observan como bandas
birrefringentes (de ahí el nombre de anisotrópicas) y como bandas claras.
Están compuestas por el entrecruzamiento de los filamentos de actina y
filamentos de miosina y durante la contracción muscular no hay cambios en la
longitud de esta banda.
• Banda H (del alemán, “Hellerscheibe”, clara), es una región clara que se
encuentra en medio de la banda A. Contiene sólo filamentos de miosina. En su
centro presenta una línea oscura, llamada línea M (del alemán “Mittellinie”,
línea media o central), que está compuesta principalmente por la proteína
miomesina. Durante la contracción muscular, esta banda se acorta.
363
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
y el alineamiento de los miofilamentos. Entre estos filamentos se encuentran la titina
y la -actinina, que tienen como función el anclaje de los filamentos gruesos y
delgados, respectivamente, a la línea Z.
La titina representa un importante sensor biomecánico con un papel
fundamental en la manutención de la integridad estructural del sarcómero. Funciona
como un “resorte bidireccional” que regula el largo sarcomérico y realiza ajustes
adecuados de la tensión pasiva siempre que ese largo varía (Pawlina y Ross, 2020).
364
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
como una “regla molecular” para la longitud del filamento delgado debido a que el
peso molecular de las diferentes isoformas de nebulina se correlaciona con la longitud
de los filamentos delgados durante el desarrollo muscular. Además, la nebulina añade
estabilidad a los filamentos delgados sujetos por la -actinina a las líneas Z.
Otra proteína, la tropomodulina, sirve de anclaje y de regulación del
crecimiento de la actina. Esta tropomodulina se une al extremo libre (negativo) del
filamento delgado y regula la longitud del filamento de actina en el sarcómero. Las
variaciones en la longitud del filamento delgado afectan la relación tensión-
longitud (ver más adelante) durante la contracción muscular y, por lo tanto, influye
sobre las propiedades fisiológicas del músculo.
La distrofina es una proteína grande de 427000 Da que forma un cilindro que
conecta los filamentos de actina con otra proteína transmembrana llamada β-
distroglucano (βDG) en el sarcolema mediante proteínas más pequeñas en el
citoplasma que son las sintrofinas. Su función es de vinculación de la laminina con
la actina hacia la lámina externa de la fibra muscular.
365
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Este complejo distrofina-glucoproteína agrega fuerza al músculo al proporcionar
un andamiaje para las fibrillas y conectarlas con el medio extracelular y las
alteraciones de las características estructurales mencionadas, pueden ocasionar
distrofias musculares diversas, puesto que las fibras musculares son más proclives a
sufrir un desgarro durante la contracción (Lowe y Anderson, 2015).
La distrofia muscular consiste en un conjunto de enfermedades que
causan debilidad progresiva del músculo estriado y se describen al menos unas 50
enfermedades relacionadas. La causa principal consiste en mutaciones en los genes
para los diversos componentes del complejo distrofina-glucoproteína. El gen de la
distrofina es uno de los más afectados.
La distrofia muscular de Duchenne (DMD) es una forma grave de distrofia
en la que hay ausencia de la proteína distrofina en el músculo. Está ligada al
cromosoma X y los síntomas se presentan antes de los 5 años de edad, cuando el niño
tiene dificultad para levantarse de la posición de sentado o acostado y, a partir de los
10 o 12 años, por lo general, ya no puede caminar. La muerte suele ocurrir alrededor
de los 20 o 30 años de edad. Por su parte, la distrofia muscular de Becker (DMB)
es una forma más leve de la enfermedad, en el cual existe distrofina en menor cantidad
o se encuentra alterada. Los síntomas suelen comenzar recién en los primeros años
de la edad adulta y a menudo el paciente recién se ve forzado a usar silla de ruedas
366
después de transcurridos unos 25 años; la duración de la vida puede ser normal.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Los filamentos gruesos, que tienen un diámetro dos veces mayor que los
delgados, están formados por miosina.
La variante de miosina que se encuentra en el músculo esquelético es la
miosina II, con una cola larga y dos cabezas globulares que forman puentes cruzados
con la actina. Molecularmente, la miosina contiene dos cadenas pesadas (CPM) y
cuatro cadenas livianas (CLM), formando dos cabezas (una por cada cadena pesada)
367
por las porciones amino terminales de las cadenas y en cada una dos cadenas livianas.
Estas cabezas contienen el sitio de unión de la actina y un sitio catalítico que hidroliza
el ATP, lo cual la convierte en una enzima ATPasa.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Las cadenas ligeras se clasifican en “cadenas ligeras alcalinas esenciales”
(CLE o CLM-1) y “cadenas ligeras reguladoras” (CLR o CLM-2), ambos pares
relacionados estructuralmente con la superfamilia CaM, se unen a la región helicoidal
del cuello y la estabilizan mecánicamente. Estas CLM fijan iones Ca2+ con alta
afinidad, regulan la actividad de la miosina ATPasa y participan en la regulación
del ensamblaje de la miosina para formar los filamentos gruesos.
Por su parte, la fosforilación de la CLM-2 por kinasas de la cadena ligera de
la miosina (KCLM), miembros de la familia CaMK, favorecen las interacciones de
los puentes cruzados de miosina. Las fosfatasas ejercen el efecto contrario. En el
músculo esquelético esta fosforilación constituye un mecanismo importante para la
potenciación de la fuerza.
Las moléculas de miosina
están dispuestas en forma simétrica
a ambos lados del centro del
sarcómero creando las áreas claras
en la zona H.
La línea M es el sitio de
inversión de la polaridad de las
moléculas de miosina en cada filamento grueso. En estos puntos hay conexiones 368
cruzadas más ligeras que mantienen los filamentos gruesos con la disposición
adecuada. Cada filamento grueso contiene varios cientos de moléculas de miosina y
cada filamento grueso de miosina está rodeado por seis filamentos delgados.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Además, en la línea M se adhieren las moléculas de titina a los filamentos
gruesos e incluyen miomesina (185 kDa), proteína M (165 kDa), oscurina (700
kDa) y la enzima creatina fosfokinasa isoenzima muscular (CPK-MM) de 81
kDa.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
fibras musculares de tipo “rápido”, mientras que, en los corredores de
maratón, prevalecen las fibras musculares de tipo “lento”.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Es importante distinguir entre los fenómenos eléctricos y mecánicos en el
músculo estriado. Aunque lo normal es que una respuesta no ocurra sin la
otra, sus bases y características fisiológicas son diferentes.
El tejido muscular esquelético debe contraerse frente a un estímulo sináptico que le
proporciona la neurona motora mediante una unión especial entre éstas, denominada
unión neuromuscular (UNM) o sinapsis neuromuscular.
La terminal nerviosa adopta al final, en la zona de contacto con la membrana
de la fibra muscular, una forma ovalada de unos 32 µm de diámetro en forma de botón
(botón sináptico), en el cual se hallan mitocondrias y otros elementos que participan
en la formación y almacenamiento de la ACh.
371
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Al igual que en otras sinapsis químicas, existe un espacio de unos 20 nm entre
la membrana nerviosa y la del sarcolema que conforma la hendidura sináptica
hacia donde se secreta la ACh.
Debajo de la rama terminal del axón, el sarcolema posee abundantes pliegues
(primarios y secundarios), conocidos como pliegues de unión, que conforma la
región postsináptica. Esta zona muy especializada del sarcolema se denomina
placa motora terminal (PMT) o placa mioneural que no se encuentra en otra
parte del cuerpo.
372
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
de lipoproteínas de baja densidad (LRP4) y otras proteínas involucradas en el
desarrollo y mantenimiento de la unión neuromuscular, en particular la agrupación
de AChRs en la membrana postsináptica a través de la fosforilación de tirosina, y en
la localización de la acetilcolinesterasa (AChE) en la lámina basal de la hendidura
sináptica a través de la interacción con su proteína de anclaje ColQ (Niks et al.,
2010).
La agrina es una proteína del nervio que estimula la diferenciación
postsináptica mediante la activación de MuSK y, mediante la señalización por la
agrina, los AChR, que han estado dispersos por toda la membrana muscular, se
agrupan en el área inmediatamente por debajo del botón sináptico.
La agrina, junto a neurregulinas y otros factores de crecimiento, induce
también el agrupamiento de otras proteínas críticas derivadas del músculo, incluidas
MuSK, rapsina y proteínas ErbB, todas ellas necesarias para la maduración y
estabilización de los receptores de acetilcolina en la unión. Además de los efectos sobre
la diferenciación postsináptica, la agrina y la MuSK también exhiben efectos en la
diferenciación presináptica, pues inducen señales retrógradas que instruyen a los
axones para provocar el crecimiento neuronal y la diferenciación terminal (Jeevendra,
2016).
En los pliegues secundarios existe una alta densidad de Nav (Slater, 2008). 373
La ACh es una molécula sintetizada a partir de colina y acetil-CoA a través de
la acción de la colina-acetiltransferasa en el citoplasma del botón sináptico e
introducida a la vesícula sináptica mediante un antiport ACh-H+ acoplado a una
bomba de H+. Por este motivo, las MN son neuronas colinérgicas.
Asimismo, la colina es captada en la terminal presináptica mediante un
cotransporte Na+-Colina el cual depende del gradiente creado por la bomba de Na+/K+-
ATPasa.
Las vesículas sinápticas contienen aproximadamente 300.000 moléculas de NT
que se liberan por cada una en el espacio sináptico. El contenido de una vesícula
sináptica (un cuanto o paquete) es la cantidad más pequeña posible de ACh que puede
liberarse y, por esta razón, se dice que la liberación de ACh es cuántica.
Como en cualquier sinapsis química, un potencial de acción que ha viajado a lo
largo del axón se detiene en sus terminales sinápticas generando la entrada de Ca+2
en el botón sináptico, para favorecer la fusión vesicular con la membrana plasmática
del botón sináptico y la liberación ACh, que atraviesan la hendidura sináptica y
provocan una despolarización de la placa motora, denominado potencial de placa
motora terminal (PPMT), al abrir canales catiónicos no selectivos, dado que ingresa
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
gran cantidad de iones Na+, aunque permite el escape de una pequeña proporción de
K+, ambos a favor de sus respectivos gradientes. Este PPMT es un PPSE.
Se estima que alrededor de 120 a 130 vesículas se fusionan en la membrana
sináptica frente a un PA, dado que los iones Ca2+ activan la CaMK que, a su vez,
fosforila las sinapsinas que unen las vesículas con el citoesqueleto y favorece su
liberación de manera tal que puedan fusionarse con la membrana una vez que se
forma el complejo sinaptobrevina-sintaxina-SNAP y vacían su ACh hacia el espacio
sináptico mediante el proceso de porocitosis (ver capítulo 7).
Cada AChR es un
complejo proteico
ionóforo inespecífico
para cationes que tiene
un peso molecular
cercano a 275.000 Da y
está formado por cinco
subunidades proteicas,
dos proteínas y una
proteína , una y una
(en el feto) o (en los 374
adultos), que atraviesan el sarcolema y están dispuestas en círculo para formar un
canal tubular que permanece cerrado hasta que dos moléculas de ACh se unen
respectivamente a las dos subunidades proteicas . Esta fijación produce un cambio
conformacional que abre el poro y favorece el ingreso de Na+. También puede entra
algo de Ca2+ y sale K+ en muy pequeñas proporciones respecto a la entrada del Na+,
pero no pueden ingresar aniones debido a las intensas cargas negativas en el interior
del poro cerca de la abertura y son repelidos (Jeevendra, 2016). El Ca2+ que ingresa
por estos canales iónicos no es suficiente para iniciar la contracción muscular, ni
participa en el sino en el PPMT.
Debido al intercambio desproporcionado de iones y que hay otros canales
iónicos en la PMT que influyen en el potencial de membrana, la PMT sólo se
despolariza a un valor cercano a -50 mV, que corresponde al PPMT. Este no es un PA,
sino que simplemente es una despolarización local, electrotónico o potencial en
miniatura, también llamado PPSE como vimos previamente.
El contenido de una sola vesícula sináptica puede produce un potencial en
miniatura de placa motora terminal (PMPMT), denominado así porque
despolariza alrededor de 0,4 mV. Estos potenciales en miniatura se suman para
producir el PPMT completo por lo cual se necesitan unas 100 vesículas, al menos, para
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
que se alcance los -50 mV desde los -90 mV de potencial de reposo (40 mV de
diferencia).
Según Ruff y
Lennon (2008), para que
ocurra la contracción
muscular, el potencial de
la placa terminal debe
desencadenar dos PA; uno
que genera ondas de
despolarización del PA
que se propaga gracias a
los Nav presentes en los
pliegues secundarios de la
PMT hasta los extremos
de la UNM hacia ambos
extremos tendinosos de la fibra muscular, donde se genera el PA que discurrirá por
todo el sarcolema por apertura exclusiva de Nav.
El impulso que llega a la UNM produce un PPT aproximadamente tres veces
mayor que el necesario para estimular la fibra muscular por lo cual se dice que éste
375
es un “factor de seguridad” necesario para que el sistema asegure una contracción
por parte del músculo esquelético estimulado.
Sin embargo, la estimulación de la fibra nerviosa a frecuencias mayores de 100
veces por segundo, por varios minutos, puede disminuir el número de vesículas
presinápticas y generar una “fatiga de la UNM” por sobreexcitación. En
condiciones normales de funcionamiento, raras veces se produce un evento tal por lo
cual puede evidenciarse en casos como los ataques epilépticos.
Una vez que la ACh se une a sus receptores, su acción termina rápidamente
por hidrólisis enzimática dada por la AChE del sarcolema, cuyos productos (acetato y
colina) pueden retornar a la terminal presináptica para resintetizar ACh, o bien,
pasar al LEC como ACh en muy baja concentración para ser eliminado por otros
tejidos como el hígado donde también existe una isoenzima de AChE.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Existen diferentes sustancias y afecciones que interfieren en la actividad
normal de la unión neuromuscular. Sus mecanismos de acción y, por ende,
sus efectos, pueden entenderse fácilmente si se consideran los pasos que
intervienen en la transmisión neuromuscular.
La toxina botulínica es una neurotoxina proteica, relativamente termolábil,
producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta toxina ingresa a la terminal
presináptica por endocitosis mediada por receptor y bloquea la liberación de ACh de
las terminales presinápticas al hidrolizar al SNAP-25 (toxinas tipo A, C y E) o a la
sinaptobrevina (toxinas B, D, F y G), provocando un bloqueo total de la transmisión
neuromuscular, parálisis del músculo esquelético y, al final, muerte por asfixia.
Actualmente existen dos serotipos (A y B) de toxina botulínica (Botox)
utilizados en clínica para diversas afecciones musculares como las distonías 1 focales,
el blefaroespasmo2 y la tortícolis3 espasmódica4 entre otros, aunque también se lo
utiliza en medicina estética para el tratamiento de la ritidosis5.
El curare consiste a un grupo de alcaloides cuyo representante es la d-
tubocurarina (DTC) que los indios americanos aplicaban a sus flechas para cazar 376
animales. Esta toxina compite con la ACh por los receptores nicotínicos en la PMT,
reduciendo el tamaño del PPMT. En dosis máximas, produce parálisis y causa la
muerte. En la actualidad, la DTC se utiliza raramente como complemento para la
anestesia clínica debido a que se disponen de alternativas más seguras, como el
cisatracurio y rocuronio.
La -bungarotoxina es un polipéptido que se obtiene del veneno de la
serpiente krait (Bungarus multicinctus) que bloquea competitivamente los receptores
de ACh en el sitio de unión de la ACh en una forma relativamente irreversible, lo cual
genera parálisis y muerte por asfixia.
Los inhibidores de la AChE, como la neostigmina, impiden la degradación de
ACh en la hendidura sináptica y prolongan y aumentan su acción en la PMT. Pueden
utilizarse en el tratamiento de la miastenia gravis, una enfermedad caracterizada
por debilidad del músculo esquelético y fatiga, en la que los receptores de ACh están
bloqueados por anticuerpos.
1 Las distonías configuran un síndrome caracterizado por contracciones musculares sostenidas e involuntarias, que originan
movimientos torsionantes repetitivos o posturas anormales.
2 El blefaroespasmo es una contracción involuntaria, espasmódica y repetitiva del músculo orbicular y que, en ocasiones, se
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El hemicolinio bloquea la recaptación de colina en los terminales
presinápticos, reduciendo, por tanto, los depósitos de colina del terminal de la MN y
disminuyendo la síntesis de ACh.
Por otra parte, la UNM es blanco de ataques por diversos anticuerpos en las
enfermedades autoinmunes y se caracterizan por la presencia de autoanticuerpos
dirigidos a moléculas de la membrana pre o postsináptica que, por diversos
mecanismos, impiden que la amplitud del PPMT llegue al umbral de disparo del PA
muscular, lo cual se expresa clínicamente como debilidad fluctuante y fatigabilidad
(Ruff y Lennon, 2008; Niks et al., 2010). (Ver gráfico anterior de “Unión
neuromuscular de Salutto et al., 2021).
Por ejemplo, en el Síndrome miasténico de Eaton-Lambert (SMEL), se
producen anticuerpos Anti-CCDV de la terminal presináptica lo cual genera bloqueo
e internalización de los canales, debilidad muscular esquelética, fatigabilidad,
disautonomía6 con hiporreflexia o arreflexia (ausencia de reflejos osteotendinosos).
En el Síndrome de Isaacs y trastornos relacionados, se producen
anticuerpos anti-complejo VGKC, complejo constituido por el Kv, la proteína 1
inactivada de glioma rica en leucina (LGI1), la proteína 2 asociada a contactina
(CASPR2) y contactina-2; en la terminal presináptica, lo cual genera bloqueo e 377
internalización de estos canales, hipersensibilidad de los nervios periféricos,
encefalitis límbica, crisis distónicas faciobraquiales.
En la Miastenia gravis (MG) se producen anticuerpos anti-AChR en el 85 al
87% de la forma generalizada y en el 50% de los caso de la forma ocular. También se
pueden producir anticuerpos anti- MuSK, anti-LRP4, anti-agrina, anti-contactina y
anti-músculo estriado (anti-titina y anti-RyR). El efecto primordial de los anti
receptores es el de la activación del complemento, modulación antigénica,
internalización y bloqueo del receptor, lo cual lleva a debilidad fluctuante,
fatigabilidad, con grupos musculares afectados como el ocular; bulbar; cervical;
miembros; tronco y respiratorio (Salutto et al., 2021).
6 La disautonomía o disfunción autonómica hace referencia a un conjunto de síntomas que se deben a un funcionamiento
inadecuado del sistema nervioso autónomo o vegetativo. No se trata por lo tanto de una enfermedad concreta sino de un cuadro
clínico que pueden deberse a numerosas causas
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El acoplamiento excito-contráctil consiste en los acontecimientos que
relacionan los PA en el sarcolema con la activación de los miofilamentos,
preparándolos para su contracción.
Cuando se produce el PPMT se genera un PA que viaja por todo el sarcolema y, por
ende, en los túbulos T. Las propiedades eléctricas del sarcolema son similares a las de
la membrana axónica. Aparece un PA cuando el potencial de membrana, que en reposo
tiene un valor aproximado de -90 mV, disminuye y alcanza el umbral.
Este PA se propaga hacia ambos extremos de la célula por un mecanismo
parecido a la conducción axónica. La fase ascendente de dicho potencial se debe a un
aumento rápido de la gNa+, seguido poco después de un aumento en la gK+.
El PA de la fibra muscular dura uno 4 a 5 ms y genera una contracción breve,
denominada contracción fásica o sacudida, que ocurre tras unos milisegundos
entre el instante en que se inicia el PA y el comienzo de la contracción. Este tiempo
entre el estímulo eléctrico y la respuesta contráctil se conoce como periodo de
latencia correspondiente al acoplamiento excito-contráctil (Kibble, 2020).
378
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El PA del sarcolema (paso 2
de la figura) activa dos tipos de
canales allí ubicados para liberar
Ca2+ desde RS empezando por el
canal denominado “receptor de
dihidropiridina” (DHPR), dado
que dicha sustancia lo bloquea, y
el canal denominado “receptor
de rianodina” (RyR) por ser
bloqueado por la rianodina
(Ryanodine), una sustancia que
se utilizaba como insecticida.
El DHPR es un canal de
Ca2+ tipo L (de larga duración)
que consta de cinco subunidades y funciona, además, como sensor de voltaje en la
isoforma del rabdomiocito. Este canal permite la entrada de pequeñas cantidades de
Ca2+ a la fibra, pero no es necesario para la contracción muscular como lo indican
experimentos realizados con músculos en medios libres de Ca2+.
En el rabdomiocito, los DHPR de los túbulos T y los RyR de la membrana del
379
RS, forman unidades macromoleculares para la liberación de Ca2+, mediante el cual,
la subunidad 1 pasa el estímulo eléctrico del DHPR al RyR y provoca su apertura
(pasos 3 y 4 de la figura).
A continuación, el
Ca2+ es liberado hacia el
sarcoplasma por su
gradiente electroquímico.
Este mecanismo de
acoplamiento es un
mecanismo de liberación
electromecánico, porque
los DHPR sensibles a voltaje y los canales de RyR están físicamente acoplados.
Otros componentes de la membrana del RS regulan el equilibrio del Ca2+
influyendo en la duración de la apertura del RyR. En la membrana interna del RS
existen aglomerados de una proteína fijadora de Ca2+ llamada calsecuestrina (CSQ),
cuya función es la de almacenar este elemento dentro del RS sin que aumente su
concentración libre y favoreciendo su rápida liberación y, por lo tanto, se les considera
como un regulador positivo de los RyR.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
La contracción muscular se inicia cuando la concentración de Ca 2+ en el
sarcoplasma alcanza un nivel crítico y su equilibrio se desplaza hacia la unión con la
TnC (paso 5 de la figura anterior).
En el músculo esquelético, todo el Ca2+ que se usa para la contracción
se libera desde el RS y el Ca2+ que pueda ingresar por otras vías no es
necesario para el evento.
Para la relajación, es necesario que el Ca2+ retorne al RS y, para ello, el RS
cuenta con túbulos longitudinales que contiene bombas de Ca2+-ATPasa
denominadas SERCA (sarcoplasmic/endoplasmic reticulum calcium ATPase). Esta
bomba pertenece a la familia de bombas de Ca2+ que consta de tres genes homólogos
llamados SERCA1, SERCA2 y SERCA3, de las cuales la SERCA1 es la que se expresa
en el músculo esquelético de contracción rápida mientras que la isoforma
SERCA2a se expresa predominantemente en el músculo cardíaco y, en menor
cantidad, en el músculo esquelético de contracción lenta, aunque también se
expresa en niveles más bajos en el músculo liso y tejidos no musculares
(Moczydlowski, 2017).
La función de la
SERCA se modula
mediante las proteínas 380
fosfolamban (PLB) y
sarcolipin (SLN). Ambas
proteínas pueden inhibir a
la actividad de la SERCA
reduciendo la afinidad de la
bomba por el Ca2+.
Cuando la PLB se encuentra defosforilada es un inhibidor de la actividad
de la SERCA y su fosforilación aumenta la velocidad de recaptación del Ca2+
por el RS. La activación de la SLN produce un efecto agonista sobre el PLB.
La célula puede expulsar Ca2+ mediante un NCX o una ATPasa de Ca2+ de la
membrana plasmática (PMCA). Sin embargo, la expulsión a través de la membrana
acabaría por consumir completamente el Ca2+ de la célula y por tanto es un mecanismo
insignificante para su eliminación desde el citoplasma. En lugar de esto, la
recaptación de Ca2+ hacia el RS es el mecanismo más importante mediante el cual la
célula regresa a los valores de [Ca2+]i de reposo (Moczydlowski, 2017).
El Ca2+ se almacena en una concentración de 0,5 a 2 mM en el RS (paso 8 de la
figura), aunque también puede almacenarse, aunque en menor proporción, en las
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
mitocondrias. La concentración de Ca2+ de reposo se restablece en el citosol en menos
de 30 milisegundos.
Existen tres tipos de fibras musculares esqueléticas que son las fibras tipo I
(oxidativas lentas), las fibras tipo IIa (glucolíticas oxidativas rápidas) y las
fibras tipo IIb (glucolíticas rápidas). La proporción de cada tipo de fibra
varía según la actividad funcional del músculo.
La clasificación de las fibras musculares esqueléticas se basa en la rapidez de
contracción que determina la rapidez con la que la fibra puede contraerse y relajarse;
la velocidad ATPásica de la miosina, que determina el ritmo con el que esta enzima
es capaz de hidrolizar el ATP durante el ciclo contráctil y el perfil metabólico, que
indica la capacidad para producir ATP mediante la fosforilación oxidativa o la
glucólisis (Silverthorn, 2019).
Las fibras pequeñas caracterizadas por un metabolismo oxidativo se
denominan fibras musculares de tipo I y contienen grandes cantidades de
mioglobina una pequeña proteína globular fijadora de oxígeno, de 17,8 kDa, que
contiene una forma ferrosa de hierro (Fe2+) y complejos de citocromo. Además,
contiene una mayor cantidad de mitocondrias. La función principal de la mioglobina
es almacenar O2 en las fibras musculares, lo que proporciona una fuente eficaz para 381
el metabolismo muscular y le dan un color rojizo a la fibra (de ahí el nombre de fibras
rojas).
Forman parte de unidades motoras de contracción lenta resistentes a la
fatiga, aunque generan menos tensión que las otras fibras y su potencia es baja. La
velocidad de reacción de la ATPasa miosínica es la más lenta de todas entre los tres
tipos de fibras.
Este tipo de fibras son importantes en los músculos largos erectores de la
columna, donde se adaptan particularmente a las contracciones prolongadas y lentas,
necesarias para mantener la postura erecta. Un alto porcentaje de estas fibras
constituyen los músculos de los atletas de alta resistencia, como los corredores de
maratones.
Las fibras musculares de tipo IIa son de un tamaño mediano con muchas
mitocondrias y un contenido medio de mioglobina. A diferencia de las fibras tipo I,
estas fibras contienen grandes cantidades de glucógeno y son capaces de realizar
glucolisis anaeróbica. Forman parte de las unidades motoras de contracción rápida
resistentes a la fatiga, que generan un gran pico de tensión muscular mayor al de
las fibras de tipo I y con potencias mayores.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Entre los atletas que tienen un alto porcentaje de estas fibras glucolíticas
oxidativas rápidas, se encuentran los corredores de 400 y 800 m, los nadadores de
distancias medias y los jugadores de hockey.
Las fibras tipo IIb son fibras grandes que se ven de color rosa pálido en los
especímenes en estado fresco (de ahí la denominación de fibras blancas) y contienen
muy poca mioglobina y mitocondrias, mucho menos que las fibras de tipo I y de tipo
IIa. Tienen una baja concentración de enzimas oxidativas, pero exhiben una
actividad enzimática anaeróbica muy alta y almacenan una cantidad
considerable de glucógeno.
Estas fibras integran las unidades motoras de contracción rápida,
propensas a la fatiga y generan un gran pico de tensión muscular con alta potencia
de trabajo. Su velocidad de reacción de ATPasa miosínica es la más rápida de todos
los tipos de fibras. También se fatigan rápidamente a causa de la producción de
altos niveles de ácido láctico, pero están adaptadas para la contracción rápida y los
movimientos finos y precisos.
Constituyen la mayor parte de las fibras de los músculos extrínsecos del ojo y
los músculos que controlan los movimientos de los dedos. Estos músculos tienen una
cantidad mayor de UNM que las fibras tipo I, lo que permite un control nervioso más
preciso de los movimientos en estos músculos. 382
Los corredores de distancias cortas, los levantadores de pesas y otros atletas de
campo tienen un elevado porcentaje de fibras tipo IIb.
Es importante aclarar que, aunque en un músculo concreto predomine un cierto
tipo de fibras, todos los músculos están formados por una mezcla de los distintos tipos
de fibras. Dicha mezcla varía según el músculo y el individuo. Además, las fibras de
contracciones rápidas pueden transformarse en fibras de contracción lenta (y
viceversa) en función del patrón de estimulación, mediante mecanismos desconocidos
de inducción génica, pero relacionados a la concentración de Ca2+ intracelular en
reposo.
El factor de transformación nuclear activado por linfocitos T (Nuclear
factor of activated T-cells - NFAT) y la calcineurina (fosfatasa dependiente de
Ca2+) son los elementos implicados en la transformación entre otros en estudio.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Durante la contracción muscular, la banda I se acorta y, por ende, también
el sarcómero, mientras que la banda A permanece con la misma longitud.
Para mantener los miofilamentos en una longitud constante, el acortamiento del
sarcómero se produce por un incremento en la superposición de los filamentos
gruesos y delgados, la banda H se estrecha, y los filamentos delgados penetran la
banda H durante la contracción. Estas observaciones indican que los filamentos
delgados se deslizan sobre los filamentos gruesos durante el acortamiento7 (Sweeney,
y Hammers, 2018).
383
7La explicación para estas observaciones es un movimiento deslizante de los filamentos delgados sobre los filamentos gruesos,
según propusieron A. F. Huxley y Niedergerke (1954) y H. E. Huxley y Hanson (1954).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Ca2+ en el sarcoplasma y dos iones se unen a la TnC, con lo cual se genera un cambio
conformacional del complejo troponina que saca a la tropomiosina de su lugar y lo
lleva hacia el surco medio. Este evento expone los sitios de unión a la miosina en las
moléculas de actina.
Una vez que los sitios de unión están expuestos, las cabezas de miosina son
capaces de interactuar con las moléculas de actina y de formar puentes transversales
para luego deslizarse uno sobre el otro produciendo así el acortamiento del sarcómero.
384
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
hidroliza de inmediato y parcialmente (A + M-ADP-Pi). De este modo, la cabeza
de miosina se reenergizada y puede iniciar un nuevo ciclo de formación de
puentes cruzados. Además de este ATP, para que se produzca la relajación es
necesaria la presencia de iones Mg2+ por la función enzimática de la cabeza de
miosina.
386
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
mortis). La evolución que sigue este fenómeno es característica. En corazón y
diafragma se inicia alrededor de las dos horas tras la muerte, en cuanto a la
musculatura estriada esquelética comienza en los músculos de la mandíbula inferior,
la rigidez se instaura entre 2 y 4 horas y siguen la cara, cuello, tórax, progresando
hacia los miembros inferiores, para luego desaparecer en forma inversa (Aso, Corrons
y Cobo, 1998; Carvajal, 2012).
Un error frecuente es interpretar de manera errónea que el ATP produce la
relajación muscular al separar la actina de los filamentos de miosina. La separación
de la actina y miosina que genera el ATP no detiene el ciclo de puenteo cruzado; más
bien, lo mantiene.
La separación de la actina y miosina que genera el ATP va seguida de inmediato
por una interacción nueva entre la actina y miosina, y desencadena otro golpe de
potencia. De aquí que para que el ciclo se detenga, la disociación de las cabezas de
miosina de la actina debe ir acompañada de la disminución de Ca2+ en el sarcoplasma
y el ocultamiento subsecuente de los sitios activos sobre la actina.
Cada sarcómero se contrae con una fuerza máxima si se encuentra en una longitud
óptima (ni demasiado largo ni demasiado corto) antes de que comience la contracción.
A nivel molecular, la longitud del sarcómero refleja la superposición
entre los filamentos gruesos y delgados.
La teoría del deslizamiento de los filamentos predice que la tensión que una
fibra muscular puede generar es directamente proporcional a la cantidad de puentes
cruzados formados entre los filamentos gruesos y delgados.
Si las fibras comienzan la contracción con el sarcómero demasiado estirado (3,8
m de la gráfica), los filamentos gruesos y delgados se encontrarán apenas
superpuestos, formando pocos puentes cruzados, lo cual significaría que, al inicio de
la contracción, los filamentos que se deslizan pueden interactuar sólo mínimamente
y, por lo tanto, no pueden generar mucha fuerza.
En la longitud óptima (Lo) del sarcómero (2,0 a 2,2 m de la gráfica), los
filamentos comienzan la contracción con la máxima cantidad de puentes cruzados
entre los filamentos gruesos y delgados, lo que permite que la fibra genere una fuerza
óptima (máxima) en esa contracción.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Si el sarcómero es más
corto que la Lo (1,8 m o menos
en la gráfica) al comienzo de la
contracción, las fibras gruesas y
delgadas tienen demasiada
superposición antes de que
comience la contracción, y los
filamentos gruesos sólo pueden
mover a los filamentos delgados
una corte distancia antes de que
comiencen a superponerse los
filamentos de actina de lados
opuestos del sarcómero.
Esta superposición impide
la formación de muchos puentes
cruzados. Si el sarcómero está demasiado acortado, de modo que los filamentos
gruesos lleguen hasta los discos Z, la miosina será incapaz de encontrar nuevos sitios
de fijación para la formación de puentes cruzados y la tensión disminuye rápidamente.
Dicho de otro modo, si los sarcómeros musculares se encuentran a
388
menos de 60% o más de 175% de su Lo, no desarrollan tensión como respuesta
al estímulo.
Por tanto, el desarrollo de tensión por una única contracción en una fibra
muscular depende del grado de superposición de los filamentos y de la longitud del
sarcómero. Además, es importante comprender que, al contraerse una sarcómera de
una miofibrilla de una fibra muscular, al mismo tiempo deben contraerse las demás
sarcómeras de la misma miofibrilla pues de otro modo no existiría acortamiento si una
sarcómera se contrae mientras que sus vecinas no.
En este sentido, cuando una sarcómera se contrae, también lo hacen las
sarcómeras de la miofibrilla, pero como el calcio baña a todo el sarcolema y, por ende,
a todas las miofibrillas que conforma a una fibra muscular, todas se van a contraer al
mismo tiempo, bajo el mismo estímulo haciendo que la fibra muscular individual se
contraiga. Este fenómeno se conoce como “ley de todo o nada de la fibra
muscular”.
Entonces, cuando una fibra muscular se contrae como respuesta a un PA, el
resultado siempre es el mismo, pues en una fracción de segundo, la fuerza aumenta
hasta un máximo y después se reduce hasta cero con prácticamente la misma rapidez.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Esta contracción es como un PA, porque se trata de un acontecimiento
reproducible “todo o nada”, y si la célula se estimula de nuevo, se genera una respuesta
idéntica.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
uno de los grupos fosfato de alta energía del ATP a la creatina, lo que forma creatina
fosfato y ADP.
CPK
Síntesis y degradación de la
creatina fosfato (creatina-P).
La creatina se sintetiza a partir de
los precursores glicina y arginina.
La creatina-P es inestable y sufre
una degradación lenta y
espontánea a Pi y creatinina, la
forma anhídrido cíclica de la
creatina, que se excreta desde el
músculo hacia el plasma y después
a la orina (Baynes y Dominiczak,
2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Muchos estudios se han realizado
con el objeto de evaluar los beneficios del
uso suplementario de monohidrato de
creatina y se ha demostrado que
incrementa los niveles de creatina fosfato
en el músculo (Oliver et al., 2014); facilita
la hipertrofia muscular (Safdar et al.,
2008); es capaz de incrementar la
expresión de algunos genes encargados
del control de la osmolaridad y la
transducción genética, como la integrina-
1, entre otras muchas, produciendo una
retención intracelular de agua, que es lo
que induce la hipertrofia muscular
(Robinson et al., 1999). Este mayor
volumen muscular aumenta la capacidad
de almacenamiento de glucógeno en el
músculo (Bishop, 2010).
La creatina que llega a la fibra
muscular e ingresar por el CreaT al 392
citoplasma, genera efecto osmótico, al
almacenarse. Este arrastre de agua
produce hinchazón de la célula muscular,
lo que se conoce también como cell
swelling. Este arrastre de agua, junto al
efecto de la creatina por sí misma,
provocará dos efectos intracelulares
importantes (Gualano et al., 2016).
En primer lugar, producirá una mayor expresión de los genes para IGF-1,
Akt, mTOR, entre otros, los cuales son responsables de regular la síntesis de una
serie de proteínas implicadas en cascadas de señalización intracelular, que tendrán
como resultado final el aumento de la síntesis proteica muscular y, por lo tanto, la
hipertrofia de la célula (Bonilla y Moreno, 2015).
En segundo lugar, el arrastre de agua tendrá mayor influencia sobre la
activación de una serie de “genes osmosensibles” y de “factores de regulación
miogénicos”, lo cual tendrá finalmente el efecto de aumentar la proliferación de
células satélite, cuya función principal es la de complementar, ayudar o favorecer el
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
desarrollo, en general, de la fibra muscular. Esto, finalmente, producirá ganancias de
fuerza y masa muscular.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
anaeróbica, con la formación de ácido láctico (lactato). Por este motivo se
denomina sistema glucógeno/ácido láctico.
Para una síntesis eficaz de ATP existe un requerimiento continuo de un valor
basal de glucógeno en la fibra muscular, del que se conoce poco, incluso cuando existe
glucosa plasmática y cuando las grasas intramusculares son la principal fuente de
energía muscular. El metabolismo de los hidratos de carbono es una fuente
importante de piruvato, que es convertido a oxalacetato por la reacción anaplerótica
de la piruvato carboxilasa. El oxalacetato es necesario para mantener la actividad del
ciclo de Krebs, para la condensación del acetil-CoA procedente de las grasas.
Hasta cierto punto, el glucógeno muscular se puede ahorrar y aumentarse el
tiempo de rendimiento durante una actividad física vigorosa prolongada aumentando
la disponibilidad de glucosa circulante, ya sea mediante la gluconeogénesis o por la
ingestión de hidratos de carbono.
La mayor utilización de ácidos grasos durante las primeras fases del
ejercicio es una adaptación importante al entrenamiento de una actividad
física intensa regular, que también sirve para ahorrar las reservas de
glucógeno (Baynes y Dominiczak, 2019).
La glucosa pasa con facilidad de la sangre a las fibras musculares en
contracción por difusión facilitada mediante Glut4 (que se expone por movilización del 394
Ca2+ durante la actividad muscular) y también es producida por la degradación de
glucógeno dentro de las fibras musculares.
Después, la glucólisis degrada cada molécula de glucosa en dos moléculas de
ácido pirúvico en el sarcoplasma y determina una ganancia neta de dos moléculas de
ATP. Sin embargo, durante períodos de ejercicio intenso, las fibras musculares
esqueléticas no disponen de O2 suficiente, por lo cual la mayor parte del ácido
pirúvico se transforma en ácido láctico.
Alrededor del 80% del ácido láctico producido de esta manera sale de las fibras
musculares esqueléticas por difusión mediante las proteínas transportadoras
monocarboxiladas (MCT), MCT4 más específica de sarcolema, que son
cotransportadores lactato-H+, e ingresa en la sangre. Las células hepáticas pueden
volver a convertir en glucosa parte de este lactato y, además de aportar nuevas
moléculas de glucosa, esta conversión reduce la acidez de la sangre en un ciclo
conocido como “ciclo de Cori” (Vélez et al., 2021).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Ciclo de Cori. Durante el ejercicio, el glucógeno muscular sirve como una fuente de glucosa 6-fosfato
para la vía del ácido láctico (pasos 1 a 3). La sangre transporta este ácido láctico (paso 4) hacia el
hígado, donde se convierte de regreso en glucosa 6-fosfato (pasos 5 y 6). Ésta a continuación se
convierte en glucosa libre (paso 7), que puede ser transportada por la sangre (paso 8) de regreso hacia
los músculos esqueléticos. Durante el reposo, esta glucosa puede usarse para restituir el glucógeno
muscular (paso 9) (Fox, 2019).
395
Sin embargo, se sabe que el lactato puede ser reutilizado como combustible en
otras células musculares diferentes a las que lo han producido. Recordemos que la
productoras de lactato son las fibras glucolíticas tipo II, pero fundamentalmente las
fibras tipo I y los cardiomiocitos son las células captadoras de lactato sanguíneo que
van a utilizarlo posteriormente como combustible, transformándolo en ácido pirúvico
e introduciéndolo en la mitocondria para completar su oxidación (López y Fernández,
2006; Vélez, Montalvo y Paredes, 2017, Vélez et al., 2021).
Cuanto mayor sea la concentración de lactato alcanzada, más importancia
tendrá el componente gluconeogénico. La adrenalina puede tener un importante
efecto en el consumo neto de lactato por el músculo en contracción debido,
probablemente, a la estimulación de los receptores β2-adrenérgicos del músculo (López
y Fernández, 2006).
El mecanismo de oxidación del lactato en otras células musculares es más
acentuado si el proceso de recuperación se realiza de forma activa, es decir, si estamos
realizando un ejercicio de intensidad baja o moderada en lugar de permanecer en
reposo.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El transporte de lactato a través del sarcolema se produce, principalmente, a
través de MCT4 (MCT1 se encuentra en la membrana de la mitocondria), un
intercambiador aniónico lactato/Cl- o lactato/HCO3- y difusión de ácido láctico no
disociado (López y Fernández, 2006).
Bajo condiciones óptimas el sistema del glucógeno/ácido láctico puede
proporcionar de 1,3 a 1,6 min de máxima actividad muscular además de los 8 a 10
segundos proporcionados por el sistema de los fosfágenos, aunque con una potencia
muscular algo menor (Hall y Hall, 2021).
La respiración celular aeróbica ocurre cuando las fibras musculares
esqueléticas disponen de una cantidad suficiente de O2 en ejercicios moderados.
Durante este proceso, el ácido pirúvico ingresa en las mitocondrias, donde es
completamente oxidado mediante reacciones que generan ATP, CO2, H2O y calor. Si
bien la respiración celular aeróbica es más lenta que la glucólisis, produce una
cantidad mucho mayor de ATP.
Una molécula de glucosa genera alrededor de 36 moléculas de ATP por cada
respiración celular, pero sólo 2 moléculas de ATP por glucólisis anaeróbica. Por ello,
la respiración celular aeróbica aporta suficiente ATP para la actividad prolongada,
siempre que haya O2 y nutrientes suficientes como ácido pirúvico (obtenido de la
glucólisis de la glucosa), ácidos grasos (provenientes de la degradación de los 396
triglicéridos de las células adiposas) y aminoácidos (originados en la degradación de
las proteínas).
Durante actividades que duran más de 10 minutos, el sistema aeróbico aporta
más del 90% del ATP necesario y por tiempo “ilimitado” (según la disponibilidad de
los nutrientes). Al final de un evento de resistencia, como una maratón, casi el 100%
del ATP es producido por respiración celular aeróbica.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
La glucosa en sangre puede usarse porque las contracciones de músculo
esquelético durante el ejercicio estimulan la inserción de transportadores GLUT4 en
el sarcolema, principalmente en los túbulos transversos, que comprenden la mayor
parte de la superficie del sarcolema. Mientras más intenso es el ejercicio, mayor será
el número de transportadores GLUT4 insertados y, así, mayor será la tasa de
captación de glucosa. Esto es similar a la acción de la insulina, que también estimula
la inserción de transportadores GLUT4 hacia el sarcolema y la captación de glucosa
por músculos esqueléticos.
Sin embargo, los mecanismos de emisión de señales mediante los cuales el
ejercicio y la insulina estimulan la inserción de GLUT4 son diferentes, de modo que
sus efectos pueden ser aditivos. Además de captación aumentada de glucosa, el
ejercicio promueve la inhibición de la síntesis de glucógeno y la captación y oxidación
aumentadas de ácidos grasos.
397
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
expresa en forma abreviada como la V̇O2 máx. Puede medirse con exactitud al hacer
que una persona haga ejercicio intenso sobre una banda sin fin o en una bicicleta con
dispositivos que midan la ventilación y el contenido de oxígeno del aire
inspirado y del aire espirado. Más comúnmente, la V̇O2 máx sólo se estima
mediante el uso de ecuaciones que lo relacionan con la frecuencia cardiaca y la tasa
de trabajo durante el ejercicio.
El V̇O2 máx está determinada principalmente por la edad, el tamaño y el sexo
de una persona; es 15 a 20% más alta para varones que para mujeres, y más alta a los
20 años de edad en ambos sexos. La V̇O2 máx varía de alrededor de 12 ml de O2/min/kg
de peso corporal para personas de mayor edad, sedentarias, hasta 84 ml/min/kg para
atletas varones jóvenes, pertenecientes a la élite de más alto rendimiento.
La intensidad del ejercicio también puede definirse por el umbral de lactato
o umbral anaeróbico, que es el porcentaje de la captación máxima de oxígeno al cual
ocurre un aumento significativo de la concentración de lactato en sangre. Por ejemplo,
en personas sanas promedio aparece una cantidad importante de lactato en sangre
cuando el ejercicio se efectúa a alrededor de 50 a 70% de la V̇O2 máx.
Durante el ejercicio ligero (alrededor de 25% de la V̇O2 máx), los músculos que
están haciendo ejercicio obtienen la mayor parte de su energía a partir de la
respiración aeróbica de ácidos grasos, los cuales se derivan principalmente de grasa 398
almacenada en el tejido adiposo, y en menor grado a partir de triglicéridos
almacenados en los músculos. Cuando una persona hace ejercicio justo por debajo del
umbral de lactato, donde el ejercicio puede describirse como moderado (a 50 a 70% de
V̇O2 máx), la energía se deriva casi por igual de ácidos grasos y glucosa (que se obtiene
a partir de glucógeno muscular almacenado y el plasma sanguíneo).
En contraste, la glucosa que proviene de estas fuentes proporciona 2/3 partes
de la energía para músculos durante el ejercicio pesado por arriba del umbral de
lactato.
La captación de glucosa plasmática satisface 15 a 30% de las necesidades de
energía del músculo durante el ejercicio moderado, y hasta 40% durante el ejercicio
muy pesado. Esto produciría hipoglucemia si el hígado no aumentara su producción
de glucosa, principalmente por medio de hidrólisis de su glucógeno almacenado, pero
la gluconeogénesis (la producción de glucosa a partir de aminoácidos, lactato y
glicerol) contribuye cada vez más a la producción de glucosa del hígado conforme se
prolonga el ejercicio.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El tejido muscular tiene dos fuentes de oxígeno: 1) oxígeno que difunde
hacia las fibras musculares de la sangre y 2) oxígeno liberado por la
mioglobina dentro de las fibras musculares. Tanto la mioglobina (hallada
sólo en las fibras musculares) como la hemoglobina (presente sólo en los
eritrocitos) son proteínas transportadoras de oxígeno. Se unen al oxígeno
cuando éste es abundante y lo liberan cuando es escaso.
Durante períodos prolongados de contracción muscular, los aumentos de frecuencia
respiratoria y flujo sanguíneo mejoran la oferta de oxígeno al tejido muscular.
Después de que se detiene la contracción muscular, la respiración intensa continúa
durante un momento, y el consumo de oxígeno se mantiene por encima del nivel de
reposo. Según la intensidad del ejercicio, el período de recuperación puede ser de sólo
algunos minutos o puede durar varias horas (Saladin, 2018).
El término deuda de oxígeno hace referencia al oxígeno agregado, por encima
del consumo de oxígeno en reposo, que es utilizado por el organismo luego del ejercicio.
Este oxígeno extra se utiliza para “devolver” o restablecer las condiciones
metabólicas al nivel de reposo de tres maneras: 1) volviendo a convertir el ácido láctico
en reservas del glucógeno hepático, 2) resintetizando creatina fosfato y ATP en las
fibras musculares, y 3) remplazando el oxígeno extraído de la mioglobina.
La deuda de oxígeno es 399
mayor cuando se realizan ejercicios
extenuantes (gráfico de la derecha)
porque se utilizan las fibras rápidas
glucolíticas y la deuda de oxígeno
equivale a la energía consumida
durante el ejercicio, menos
aportada por el metabolismo
oxidativo.
Los cambios metabólicos que
se producen durante el ejercicio pueden explicar sólo parte del oxígeno adicional usado
después del ejercicio. Sólo se resintetiza una pequeña cantidad de glucógeno a partir
del ácido láctico.
En cambio, la mayoría del glucógeno se sintetiza mucho más tarde a partir de
carbohidratos de la dieta. Gran parte del ácido láctico que persiste después del
ejercicio es convertido nuevamente a ácido pirúvico y se utiliza para la producción de
ATP a través de la respiración celular aeróbica en el corazón, el hígado, los riñones y
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
el músculo esquelético. El consumo
de oxígeno después del ejercicio,
también es reforzado por cambios
concurrentes:
1) La temperatura corporal
elevada después del ejercicio
enérgico aumenta la
velocidad de las reacciones
químicas en todo el cuerpo. Las reacciones más veloces usan ATP con mayor
rapidez y se requiere más oxígeno para producir ATP.
2) El corazón y los músculos empleados en la respiración todavía están trabajando
con mayor intensidad que en reposo y, por ende, consumen más ATP.
3) Los procesos de reparación tisular se producen a un ritmo más veloz. Por estas
razones, el consumo de oxígeno durante la recuperación es una expresión
más adecuada que deuda para el elevado consumo de oxígeno después del
ejercicio.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Lo anterior es una descripción de las razones por las cuales el tejido muscular
puede fatigarse durante el ejercicio; sin embargo, cuando una persona hace ejercicio,
a menudo experimenta fatiga antes de que los músculos en sí se hayan fatigado lo
suficiente como para limitar el ejercicio. En otras palabras, la fuerza voluntaria
máxima a menudo es menor que la fuerza máxima que los músculos en sí son capaces
de producir. Esto demuestra una fatiga central, entendida como la fatiga muscular
causada por cambios en el SNC más que por fatiga de los músculos en sí.
La evidencia sugiere que la fatiga central es compleja y, en parte, comprende
capacidad reducida de las “MN superiores” (interneuronas en el encéfalo dedicadas al
control motor) para impulsar las “MN inferiores” (en la médula espinal). Así, la fatiga
muscular tiene dos componentes: uno periférico (fatiga en los músculos en sí), y uno
central (fatiga en el SNC que causa activación reducida de músculos por MN).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Dos días después había mejorado mucho el dolor y la impotencia funcional y los
valores de CPK habían descendido hasta la mitad (1760 UI/l), por lo que se le da el
alta recomendándole que siga bebiendo muchos líquidos y se le recomienda reiniciar
la actividad física gradualmente.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuál es el mecanismo probable para los hallazgos clínicos?
2. Según los hallazgos bioquímicos, ¿cuáles son los procesos clínicos relacionados?
3. ¿Por qué el tratamiento fue infusión i.v. de solución fisiológica y qué relación tiene
con la indicación de consumir más agua?
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
varias fibras musculares, pero cada fibra muscular sólo es inervada por una
sola -MN.
Cuando el PA se acerca al extremo del axón de una -MN, se extiende por todas
sus ramas terminales y estimula todas las fibras musculares a las que inerva. Por
tanto, estas fibras musculares se contraen al mismo tiempo.
Debido a que, de este modo, se comportan como una unidad funcional,
una fibra nerviosa y todas las fibras musculares a las que inerva reciben el
nombre de “unidad motora”.
Una característica importante de las -MN es que pueden distinguirse en dos
poblaciones generales según el tamaño del soma y el diámetro del axón. Las -MN
más pequeñas tienen umbrales más bajos para la estimulación sináptica, conducen
un PA a velocidades ligeramente inferiores e inervan fibras musculares de tipo I;
mientras que, las células de mayor tamaño tienen un umbral elevado para la
estimulación sináptica, tienen velocidades de conducción más rápidas e inervan
fibras musculares de tipo II (Purves et al., 2018).
Si bien la despolarización de una fibra muscular en una sola UNM se
caracteriza como un fenómeno de “todo o nada”, no todas las UM se activan al mismo
tiempo, lo que permite una respuesta graduada al estímulo contráctil.
403
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Las fibras musculares de una sola UM no están agrupadas, sino que se
dispersan por todo el órgano muscular, pero las fibras musculares de una UM son
homogéneas, sean de contracción rápida o lenta. Por tanto, Cuando se las estimula,
pueden causar una contracción débil sobre un área amplia (no sólo una contracción
localizada en una región pequeña).
Por lo general, la contracción muscular eficaz requiere la activación
de varias unidades motoras a la vez para que sus estímulos se sumen.
Cada -MN inerva unas 200 fibras musculares en promedio, pero las UM
pueden ser mucho más pequeñas o grandes, porque tienen diferentes propósitos.
Donde se necesita un control fino, se cuenta con unidades motoras pequeñas. Por
ejemplo, en los músculos del movimiento de los ojos (extraoculares), cada neurona sólo
controla de tres a seis fibras musculares; mientras que, donde es más importante la
fuerza que el control fino, se tienen UM grandes. Por ejemplo, en el gemelo de la
pantorrilla, una -MN puede controlar hasta 1000 fibras musculares (Saladin, 2018).
Además de los ajustes en fuerza y control, otra ventaja de tener diversas UM
en un músculo es que pueden trabajar por turnos. Las fibras musculares se fatigan
cuando se los somete a estimulación continua. Por ejemplo, si todas las fibras en uno
de los músculos posturales se fatigan a la vez, una persona podría colapsarse. Para
evitar eso, otras unidades se van activando cuando las otras se inactivan para 404
mantener la contracción sostenida o tono muscular. Este proceso mantiene a la
persona erguida.
En principio, las neuronas de menor tamaño tienen el umbral más reducido y,
por lo tanto, se activan en primer lugar cuando la actividad sináptica es baja. Estas
UM producen contracciones tónicas sostenibles de fuerza relativamente baja en las
fibras musculares de contracción lenta, resistentes a la fatiga.
Cuando se requiere fuerza adicional, el impulso sináptico de los centros
superiores aumenta el ritmo de activación del potencial de acción de las -MN
activadas inicialmente y, a continuación, activa a las UM adicionales del mismo tipo.
Si se requieren niveles de fuerza todavía más elevados, se reclutan las -MN
de mayor tamaño, pero su contribución es menos sostenida como resultado de su
tendencia a la fatiga. Este proceso ordenado de “reclutamiento de unidades
motoras” obedece al “principio del tamaño” o “principio de Henneman”, es
decir, que las -MN más pequeñas se activan en primer lugar y por último las más
grandes (figura).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
El huso muscular es un receptor de estiramiento especializado ubicado dentro
del músculo esquelético. Es un receptor compuesto por dos tipos de fibras musculares
modificadas denominadas fibras de cadena nuclear y fibras de saco nuclear, las
cuales poseen terminaciones nerviosas sensitivas.
Ambos tipos de fibras musculares modificadas están rodeados por una cápsula
interna. Un espacio lleno de líquido separa la cápsula interna de una cápsula externa.
La fibra de saco nuclear, contiene un cúmulo de núcleos en una región media
abultada, mientras que la fibra de cadena nuclear, tiene muchos núcleos
dispuestos en cadena. Un huso muscular normal está compuesto por dos a cuatro
fibras de saco nuclear y alrededor de seis a ocho fibras de cadena nuclear. Estas fibras
musculares intrafusales, de unos 300 μm de longitud, tienen filamentos contráctiles
en ambos extremos.
El huso muscular
transmite información acerca
del grado de estiramiento en
un músculo mediante dos tipos
de fibras nerviosas
sensitivas aferentes (Ia y II)
que transmiten información 406
desde el huso muscular.
Las fibras Ia se
clasifican en primarios, son
mielinizados y poseen
terminaciones anuloespirales
que se disponen en forma de
espiral alrededor de la región
media de ambos tipos de células
fusales, mientras que las fibras II se clasifican en secundarios y también
mielinizados, inervan principalmente fibras de cadena nuclear y tienen terminaciones
nerviosas que se localizan a lo largo de los elementos contráctiles a ambos lados de la
terminación en espiral de tipo Ia.
Las fibras Ia tienen un mayor diámetro (12-20 μm) que los de tipo II (6-12 μm)
y velocidades de conducción más rápidas.
Cuando el músculo esquelético se estira, las terminales nerviosas de los nervios
sensitivos se activan y transmiten información acerca de la longitud del músculo y la
velocidad de estiramiento. Las células fusales reciben inervación motora desde la
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
médula espinal y el cerebro a través de dos tipos de fibras nerviosas motoras eferentes
gamma que se cree que regulan la sensibilidad de los receptores de estiramiento.
Las -MN dinámicas y las -MN estáticas inervan las células fusales en los
componentes contráctiles durante la fase dinámica de estiramiento muscular o
durante la fase estática cuando el estiramiento no afecta la longitud del músculo.
Por su parte, los OTG son receptores delgados, de 1 mm de longitud,
encapsulados, ubicados en los tendones de los músculos esqueléticos. El polo distal de
un OTG está fijado a las fibras de colágeno del tendón. El polo proximal está unido a
los extremos de las fibras musculares extrafusales. Esta disposición sitúa al OTG en
serie con las fibras musculares extrafusales, de forma que las contracciones del
musculo estiran el OTG.
De cada OTG sale un axón aferente de tipo Ib mielinizado y de gran
diámetro, pero ligeramente inferior al de tipo Ia, que inerva el huso muscular.
La contracción muscular estira el OTG y genera potenciales de acción en los
axones de tipo Ib, proporcionando información al SNC sobre la fuerza de la contracción
muscular.
La información que llega a la medula espinal a través de los axones de tipo Ia
y Ib se dirige a numerosos destinos, entre ellos las interneuronas (IN) medulares 407
que originan los tractos espinocerebelosos (TEC). Estos tractos transmiten
información al cerebelo sobre el estado de la longitud y la tensión muscular.
Las -MN regulan la información procedente del huso durante la
contracción muscular.
Cuando un órgano muscular se
estira, las fibras musculares
extrafusales se alargan y, debido a su
disposición paralela en el músculo, las
fibras musculares intrafusales
también se alargan. Este aumento de
longitud de las fibras intrafusales, es
detectado por las fibras aferentes
sensoriales de tipo Ia (velocidad del
cambio de longitud) y las fibras
aferentes de tipo II que detectan la
longitud de la fibra muscular.
La activación de las fibras de
tipo Ia estimula a las -MN en la
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
médula espinal que, a su vez, inervan las fibras extrafusales en el músculo homónimo,
y al activarse hacen que el músculo se contraiga, formando un arco reflejo conocido
como “reflejo de estiramiento” (Costanzo, 2018).
De esta manera, el estiramiento original es contrarrestado cuando el reflejo
hace que el músculo se contraiga y se acorte.
Por su parte, las -MN se activan junto con las -MN, asegurando que el huso
muscular permanezca sensible a los cambios de la longitud muscular, incluso durante
la contracción.
Asimismo, cuando el músculo se contrae, acorta las fibras musculares
extrafusales y activa los OTG conectados a ellas. A continuación, se activan las fibras
tipo Ib, que establecen sinapsis con las IN inhibidoras de la médula espinal que, a su
vez, establecen sinapsis con las -MN.
Cuando se activan las IN inhibidoras, inhiben la activación de las -MN y
producen la relajación del músculo homónimo (contraído originalmente) y cuando se
relaja el músculo homónimo, el reflejo inverso, causa también relajación de los
músculos sinérgicos y la contracción de los músculos antagonistas, para evitar que el
músculo se dañe por contracción extrema (Costanzo, 2018; Hall y Hall, 2021).
408
Dado que la contracción muscular puede generar movimiento en una sola
dirección, en una articulación se necesitan al menos dos músculos opuestos
entre sí para conseguir movimiento en más de una dirección.
Cuando un músculo genera movimiento mediante un acortamiento, se trata de un
agonista, mientras que los músculos que se oponen a la acción del impulsor principal
son los antagonistas. Los músculos bíceps y tríceps son ejemplos de pares agonista
y antagonista en la flexión y la
extensión, respectivamente, del codo.
Durante los movimientos
simples o con cargas ligeras, el
antagonista está relajado. La
contracción del agonista con una
relajación simultánea del antagonista
se produce por la función de
inhibición recíproca del sistema
nervioso, mientras que la contracción
simultánea del agonista y el
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
antagonista se producen durante los movimientos que requieren control preciso.
Un músculo actúa como sinérgico cuando se contrae al mismo tiempo que el
agonista al cooperar ambos para generar el movimiento; por ejemplo, el bíceps
braquial y el braquial.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
isométrica la longitud
del músculo se mantenga
inalterada, produciéndose
un pequeño
deslizamiento de los
filamentos que distienden
ligeramente el tejido
conectivo.
Considerando el
esquema de Hill-Maxwell,
la contracción muscular se
manifiesta, según las
condiciones en las que se
realiza, de manera
estática o dinámica. Es
estática cuando el músculo no cambia de longitud debido a que la carga es muy
grande y sobrepasa la capacidad de desarrollo de tensión del músculo (poscarga
elevada); en este caso no se desarrolla trabajo, pero se gasta energía en forma de
ATP, la cual se disipa en forma de calor.
410
Este tipo de contracción se conoce como isométrica (del griego “iso”, igual y
“metro”, longitud) y si bien no hay un acortamiento externo observable, existe
un pequeño acortamiento interno del EC (sarcómera tensa) que se produce a costa de
la deformación (estiramiento y acortamiento) de los componentes mecánicos pasivos
intracelulares y extracelulares; es decir, los CEP no cambian y los CES se estiran,
pero la carga no se desplaza; por ejemplo, cuando se empuja una pared con toda la
fuerza o colgarse de una barra de dominadas, donde las fibras musculares (y el
músculo completo) desarrollan tensión, pero no pueden acortarse.
Por su parte, la contracción es dinámica o isotónica (del griego “iso”, igual
y “tóno”, tensión) cuando el músculo cambia de longitud mientras ocurre el proceso de
la contracción y se acorta. Cuando la tensión o fuerza (poscarga no es elevada)
coincide con la carga, el resto del paso por ciclos de puentes (contracción) da por
resultado acortamiento del músculo; es decir, los EC se acortan en proporción de la
carga, la cual determina cuánta tensión tendrá que generar el músculo antes del
acortamiento. También los CEP se acortan a la vez que se mueve la carga, pero los
CES no cambian.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
En este sentido, una carga más pesada requerirá más tensión, pero se generará
menos acortamiento y una carga más ligera requerirá menos tensión, pero el músculo
presentará más acortamiento.
La contracción isotónica puede ser de dos modalidades:
1) Concéntrica, cuando el músculo se acorta al desplazar un objeto de cierto
peso una determinada distancia, es decir, realiza trabajo.
2) Excéntrica, cuando el músculo se alarga mientras ocurre el proceso de la
contracción, debido al gran peso del objeto que se sostiene contra la gravedad
o alguna otra fuerza que mueve el objeto en sentido contrario a la dirección
del acortamiento.
En la vida cotidiana existen muchos ejemplos de contracciones isotónicas e
isométricas. Contracciones isotónicas concéntricas son, por ejemplo, pedalear,
peinarse y colocar objetos en anaqueles.
Un ejemplo de contracción excéntrica es el realizado por los músculos de los
glúteos durante la marcha cuesta abajo. Una contracción isométrica podría ser el
intento, sin resultado, de levantar un objeto demasiado pesado, hacer una fuerza
contraria para evitar que un objeto se nos caiga o simplemente mantener la postura.
Por su parte, se denomina contracción auxotónica a aquella que se produce 411
cuando se combinan las contracciones isotónicas con isométricas. Por ejemplo, cuando
se trabaja con resortes para ejercicios, al estirarse se provoca una contracción
isotónica concéntrica del músculo que se mantendrá unos segundos de forma estática
(contracción isométrica) y después al volver a la posición inicial, se produce una
contracción isotónica excéntrica.
Cuando la poscarga (Po) se grafica en el eje x, y la velocidad de acortamiento
se grafica en el eje y (como se observa en la gráfica), se demuestra una relación
inversa, denominada curva de fuerza-velocidad.
En el lugar donde la curva se interseca con el eje x, no hay acortamiento
(velocidad de acortamiento cero o Vo) y corresponde a una contracción isométrica
desarrollándose fuerza máxima.
Si se disminuye la poscarga, se produce menos fuerza, pero hay algo de
acortamiento y, por ende, la velocidad de acortamiento aumenta (ponto rojo de la
gráfica).
Si la poscarga se vuelve a disminuir, se desarrolla aún menos fuerza y ocurre
aún más acortamiento, y la velocidad de acortamiento aumenta más (puntos amarillo
y verde en la gráfica).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
En la intersección del eje y,
aparece una velocidad de
acortamiento máxima (Vmáx).
Nótese que la línea discontinua que
conecta la curva al eje y, denota que la
intersección es una extrapolación de
la curva, por lo cual es imposible
estudiar una contracción en un
músculo con carga cero, puesto
que, por ejemplo, se debería aislar
completamente el músculo de sus
huesos y articulaciones.
De aquí es que la Vmáx es un estimado de la velocidad de acortamiento
máxima. Asimismo, el acortamiento y la velocidad de acortamiento cambian en la
misma dirección (los aumentos del acortamiento ocurren con incrementos de la
velocidad de acortamiento).
De este modo, las contracciones isométricas e isotónicas representan las
posiciones extremas de la relación entre la fuerza desarrollada por el
músculo y la velocidad a la cual se acorta.
412
La cantidad de fuerza que se genera durante la contracción (tirón) la
determina la proporción de calcio que se libera desde el SR. En circunstancias
normales, la cantidad de calcio que se libera en respuesta a un potencial de acción es
máxima en fibras de músculo esquelético (Raff y Levitzky, 2013).
Es importante hacer notar que la contracción isotónica no es tal, pues
durante el recorrido del brazo, por ejemplo, al levantar un peso, la tensión generada
varía con la longitud de las sarcómeras y, por ende, la longitud del músculo completo.
En este sentido, no es correcto llamar “contracciones isotónicas”, pues isotónico
se refiere a “igual tensión”, siendo lo más correcto llamar a este proceso
“contracciones heterométricas” que sería un acortamiento con cambios en la
longitud muscular.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
de apoyo es perpendicular al segmento determinado por los puntos de aplicación de la
potencia y de la resistencia.
Las palancas de primera clase tienen el punto de apoyo ubicado entre la
fuerza y la resistencia; en las palancas de segunda clase, la resistencia está entre el
punto de apoyo y la fuerza; mientras que, en las palancas de tercera clase, la fuerza
se aplica entre el punto de apoyo y la resistencia. Todas ellas pueden encontrarse en
el cuerpo.
Las palancas biológicas trabajan convirtiendo la potencia en la fuerza que
mueve la carga. Esto puede brindar una ventaja mecánica, que se puede ver utilizando
el principio de trabajo:
Trabajo = Fuerza × Distancia
413
Cuando usamos los músculos para levantar un peso o mover una parte del
organismo, la fuerza que los músculos generan resulta realmente mucho mayor de lo
que podamos pensar.
Por ejemplo, para sostener un peso de 15 kg en la palma de nuestra mano
(gráfico de la derecha), el bíceps genera una gran fuerza de 105 kg. El motivo está
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
relacionado con el hecho de que la inserción
del bíceps se encuentra cerca de la
articulación del codo, a unos 5 cm, mientras
que la mano se encuentra situada más
alejada de la articulación, a unos 35 cm.
Para levantar el peso, el bíceps tira
hacia arriba de los huesos del antebrazo,
haciendo que la mano realice una fuerza
hacia arriba contra el peso.
Cuando el peso se sostiene de forma
continuada o se levanta a una velocidad
constante, la magnitud de esta fuerza equivale a la fuerza de la gravedad hacia abajo
que actúa sobre el peso:
Fuerza = masa × aceleración
Peso = masa × gravedad
Dado que la inserción del bíceps se encuentra situada cerca de la articulación
del codo, el cual actúa de pivote, el músculo debe ejercer una fuerza bastante superior
a la fuerza que ejerce la mano. Para ver por qué el bíceps debe ejercer más fuerza, 414
debemos considerar qué ocurre cuando se está levantando el peso.
En este caso, el bíceps desarrolla una determinada cantidad de trabajo para
mover el brazo, y la mano desarrolla una cantidad de trabajo similar para mover el
peso. A medida que el antebrazo pivota en el codo, la mano y la inserción del bíceps se
mueven a través de un arco y se desplazan una determinada distancia, si bien la mano
se desplaza más, porque su arco tiene un radio mayor.
Dado que la mano y el bíceps desarrollan la misma cantidad de trabajo, el
producto de la fuerza ejercida y la distancia recorrida son los mismos para ambos.
Dado que la inserción del bíceps se desplaza una distancia más corta que la mano, y
según la ecuación de trabajo, el bíceps debe ejercer una fuerza mayor que la mano.
Según estos principios, podemos determinar la fuerza que el bíceps debe
generar para levantar un peso determinado. Puesto que la longitud de un arco es
proporcional a su radio, la distancia que la mano o la inserción del bíceps recorren
resulta proporcional a la distancia desde la articulación del codo; por ende, si la mano
ejerce una fuerza F1 y se encuentra a una distancia R1 desde el codo, desarrolla una
cantidad de fuerza proporcional al producto F1 × R1; véase la figura anterior.
De igual manera, si el bíceps ejerce una fuerza F2 y su inserción se encuentra
a una distancia R2, el trabajo que realiza resulta proporcional al producto F2 × R2.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Dado que la mano y el bíceps desarrollan cantidades similares de trabajo, la fuerza de
la mano y el bíceps se relacionan por la siguiente expresión:
F1 × R1 = F2 x R2 F2 = F1 (R1/R2)
Utilizando los valores utilizados anteriormente, encontramos que, cuando la
mano está levantando un peso de 15 kg, el bíceps ejerce la siguiente fuerza:
F2 = 15 kg × (35 cm/5 cm) = 105 kg
Esto también sucede cuando la mano sostiene un peso de forma continua.
En el ejemplo dado, los huesos del antebrazo actúan como una palanca de
tercer tipo que pivota en el codo. El bíceps tira hacia arriba de esta palanca,
mientras que el peso en la mano empuja hacia abajo.
Para mantener el peso de forma constante (o levantarlo a una velocidad
constante), el bíceps debe ejercer una fuerza superior a la fuerza hacia abajo del peso,
porque su brazo palanca resulta más corta que la del peso. Debido a esto, se dice que
el brazo de palanca más corto deja al bíceps en desventaja mecánica.
Aunque el efecto del brazo de palanca deja los músculos en desventaja mecánica
con respecto a la fuerza que deben generar, la situación realmente resulta ventajosa
en otro sentido, dado que cuando un músculo se contrae, se acorta con una
415
determinada velocidad, pero la extremidad (u otra parte corporal) a la que está unido
se mueve de forma significantemente más rápida.
Por ejemplo, si el bíceps se acorta a un ritmo de 2 cm/s, la mano se mueve a un
ritmo siete veces más rápido (14 cm/s). Por tanto, el efecto del brazo palanca posibilita
que el bíceps y otros músculos muevan partes corporales más rápidamente de lo que
los propios músculos se pueden acortar. Esto resulta importante, porque no solo
posibilita la realización de actividades como correr o lanzar objetos, sino que nos
permite huir de un peligro más rápidamente en momentos de emergencia.
Por otra parte, la potencia muscular es la capacidad para ejercer la máxima
fuerza en el menor tiempo posible.
Potencia = Trabajo/tiempo = Fuerza × Velocidad
La potencia es muy importante en algunas actividades deportivas donde el
atleta está obligado a vencer cargas en el menor tiempo posible para producir un
resultado que generalmente se mide en distancia. Por ejemplo, lanzamiento de bala,
disco, jabalina y salto en alto, entre otros.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Presentación del caso clínico 11
Motivo de consulta: Lucas de 18 años, es traído por sus familiares al Servicio de
Urgencias con contracturas musculares generalizadas.
Padecimiento actual: al ingreso el paciente estaba somnoliento, con tendencia al
opistótono, con trismo y aumento del tono de extremidades inferiores y clonías,
asociado a insuficiencia respiratoria. Se intubó y conectó a ventilación mecánica
invasiva.
Antecedentes médicos: tenía el antecedente de haber acudido al mismo hacía seis
días por una herida penetrante con un clavo oxidado en el pie derecho mientras
trabajaba en un taller mecánico. Se le administró toxoide tetánico. En la segunda
consulta presentaba un cuadro de tres días de evolución de sensación febril y una
herida en el pie con eritema y dolor local. En menos de veinticuatro horas se
agregaron contracción mandibular y espasmos generalizados.
Hospitalización: Se hospitalizó en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Estudios de laboratorio: VSG: 45 mm/h; CPK total de 897 UI/L.
Diagnóstico: tétanos generalizado.
Tratamiento: se inició tratamiento con inmunoglobulina antitetánica (250 mg/día)
y se indicó atracurio en bolo debido a trismo, además de ceftriaxona, ampicilina y
penicilina. Al tercer día se completaron tres dosis de inmunoglobulina antitetánica
(1250 mg en total) y se cambiaron la ceftriaxona, ampicilina y penicilina por
metronidazol y se agregó baclofeno. A los cuarenta días de internación ya lograba
sentarse y levantarse de la cama con ayuda. Se dio de alta vigil y lúcido, sin
problemas de deglución, sin fallas orgánicas, con parámetro inflamatorios normales 416
y con indicación de kinesioterapia intensiva, para continuar terapia de rehabilitación
de forma ambulatoria.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuál es el mecanismo probable para los hallazgos clínicos?
2. ¿Por qué se le intubó al paciente?
3. ¿Qué acciones tienen el atracurio y el baclofeno?
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Esto es así porque en el cuerpo, puesto que la mayor parte del músculo
esquelético está fijo al hueso por tendones, la longitud óptima por lo general la
establecen las características anatómicas (Ruff y Levitzky, 2013).
Cuando un músculo se desprende de sus inserciones óseas, por una lesión, por
ejemplo, este órgano alcanzará un estado de equilibrio o longitud de equilibrio
(reposo), coincidente con la máxima tensión del músculo o longitud óptima (Lo),
alrededor de los 2 m de longitud de las sarcómera (al comienzo de la curva roja de
tensión pasiva).
Sin embargo, si un músculo sano se estimula después de estirarlo pasivamente,
la fuerza contráctil que desarrolla, varía con base en el grado de estiramiento pasivo;
es decir, la fuerza contráctil que desarrolla un músculo depende de su
longitud inicial.
La fuerza se registra como fuerza o tensión total, que se trata de la suma de
la fuerza contráctil activa (tensión activa) y la retracción pasiva del músculo
en respuesta al estiramiento (tensión pasiva generada por el tejido conectivo
o no contráctil).
Si el músculo se estira, pero no se estimula, la fuerza que se registra
corresponde a la fuerza de retracción pasiva. La fuerza contráctil que genera el
417
músculo puede calcularse mediante la sustracción de la fuerza de retracción pasiva a
partir de la tensión total.
Tensión total = Tensión activa + Tensión pasiva
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Puede observarse que, al tiempo que el músculo se estira a partir de su longitud
de equilibrio, la tensión activa aumenta primero hasta alcanzar su máximo y luego se
reduce (Michael y Sircar, 2012).
La longitud con la cual un músculo genera su fuerza contráctil máxima
se denomina longitud óptima del órgano muscular que correspondería al
100% de su capacidad.
Recordemos que la longitud (precarga) del músculo antes de la contracción
afecta la fuerza de la contracción. La longitud de las fibras musculares antes de la
contracción determina qué tanta superposición habrá entre la actina y la miosina y,
así, cuántos puentes pueden formarse.
Si el músculo es estimulado cuando es más corto de lo normal (L menor al
100%), desarrolla menos tensión (menos fuerza), y si es sometido a un estiramiento
más allá de la tensión normal en reposo, la tensión desarrollada durante la
contracción también es menor de lo normal.
En conjunto, la relación que existe entre la longitud inicial de un músculo y la
tensión activa se describe con una curva en forma de campana que es muy similar a
la relación longitud-tensión que se observa en las fibras musculares esqueléticas
individuales. En el organismo, los límites entre los que un músculo puede acortarse
están determinados por la estructura anatómica de la articulación en la que actúa. La 418
longitud de los músculos que están unidos al esqueleto fluctúa desde 0,7 hasta 1,2
veces su longitud de equilibrio.
Asimismo, dado que la energía para la contracción la libera la actividad de la
miosina ATPasa, alterar el número de puentes que interactúan altera la cantidad de
miosina ATPasa que es activada y, así, la porción de ATP que será hidrolizado para
proporcionar energía para la contracción y relajación. Esto tiene un efecto importante
sobre la fuerza de la contracción a modo de una regulación heterométrica de la fuerza
muscular.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
acortamiento posible de la fibra muscular, porque dura demasiado poco para
conseguir el mayor deslizamiento de los filamentos.
El acortamiento sólo aumenta cuando se produce un segundo estímulo después
de la primera contracción. De este modo, los estímulos repetidos producen una
sumación mecánica en etapas (superposición) de las contracciones. Este
principio utilizado por los atletas para el calentamiento, está explicado, en parte,
por la suma de estímulos, por el aumento de temperatura de los músculos activos
y por la acumulación de productos metabólicos en los mismos, dando lugar a un
fenómeno denominado “escalera” o “Treppe” (del alemán “tréppe”).
Si se aplica un estímulo múltiple antes de que las fibras musculares en la UM
se hayan relajado, la fuerza desarrollada puede aumentar por la suma de múltiples
estímulos simples o espasmos al mismo tiempo (sumación temporal) y ocurre
cuando la frecuencia del estímulo alcanza 10 por segundo.
Mientras la frecuencia del estímulo aumenta, el desarrollo de la fuerza continúa
sumándose hasta que se obtiene una fuerza máxima desarrollada. En este punto, las
contracciones individuales ocurren tan cerca una de otra que se unen para formar una
sola curva uniforme llamada contracción tetánica (del griego “tétanos”, tenso,
rígido).
Cuando se producen períodos de relajación muy cortos entre las contracciones 419
máximas se denomina “tétanos incompleto”, porque la tensión no se mantiene a un
nivel totalmente constante. Sin embargo, cuando aumenta la frecuencia de estímulos,
la distancia entre los máximos de contracción disminuye hasta un punto en el que
éstos parecen fundirse en un máximo único y sostenido, produciendo un tipo muy
uniforme de contracción tetánica llamada “tétanos completo”.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
La contracción tetánica puede ocurrir en el músculo esquelético porque el
período refractario es muy corto en relación con el tiempo de contracción y la
fuerza puede incrementarse por la suma de contracciones de múltiples fibras.
En el cuerpo, las contracciones tetánicas se producen cuando todas las
UM de un músculo o grupos musculares se activan al mismo tiempo y generan
la máxima contracción.
La estimulación repetitiva del músculo reduce su excitabilidad y contractilidad,
pudiendo dar lugar a una “fatiga muscular”, atribuida por mucho tiempo a la
acumulación de ácido láctico y desregulación del metabolismo celular necesario para
la contracción, produciendo una situación en la que ya no se responde a los estímulos
más intensos.
Sin embargo, es más probable que la acumulación de K+ en el LI de las células
de la musculatura esquelética sea la causa más importante, como consecuencia de su
actividad eléctrica. La tolerancia a la elevación de la concentración de K+ en el LI del
tejido muscular aumenta en presencia de adrenalina y por la acidificación intracelular
causada por el CO2 y el ácido láctico.
La fatiga muscular completa se puede provocar fácilmente en un músculo
aislado, pero rara vez se produce en el cuerpo. En este último, la fatiga muscular es
simplemente un estado de agotamiento (pérdida de fuerza o de resistencia) ocasionado 420
por una actividad muscular extenuante, relacionado a una condición principalmente
psicológica más que metabólica.
Esto se debe a que el tejido muscular puede limitar la fatiga fisiológica
aumentando el flujo sanguíneo; así se aporta más oxígeno y glucosa, a la vez que se
elimina más CO2 por la hiperventilación y el ácido láctico hacia el torrente sanguíneo
para el Ciclo de Cori y la oxidación del lactato.
421
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Los centros superiores intervienen en el control del tono muscular actuando
sobre α-MN y -MN, de tal modo que, en unos casos potencian el resultado del reflejo
miotático y en otros lo inhiben.
Son influencias positivas o potenciadoras del tono aquellas procedentes
de los núcleos grises de la base, de la formación reticular el tronco encefálico,
de los núcleos vestibulares y del cerebelo. Sus estímulos llegan a las astas
anteriores de la medula a través de la vía vestibuloespinal y del haz
reticuloespinal facilitador.
Por el contrario, son influencias negativas o inhibidoras del tono aquellas
procedentes de regiones de la corteza de las que nacen las fibras parapiramidales
de la vía corticorreticular, la zona de la formación reticular en la que terminan
estas fibras y otras zonas de los núcleos grises de la base. La vía por la que llegan
estas influencias a la medula es la reticuloespinal inhibidora.
El componente medular podrá ser más pronunciado si un músculo se estrecha
de manera súbita, como ocurre en un reflejo osteotendinoso que es la contracción
reflexiva de un músculo cuando se golpea su tendón, como en el conocido reflejo
rotuliano (espasmo de la rodilla). Al golpear el ligamento rotuliano con un
martillo de exploración clínica se estira de manera abrupta el músculo cuádriceps
femoral del muslo. Ello estimula cuantiosos husos musculares en el cuádriceps y envía 422
una intensa salva de señales a la médula espinal, sobre todo a través de las fibras
aferentes primarias.
Para mantener el tono muscular, pequeños grupos de UM están
alternativamente activas e inactivas con un patrón de cambio constante.
El tono muscular mantiene firmes los músculos esqueléticos, pero no genera la
fuerza suficiente como para provocar movimiento, es decir los mantiene en un estado
isométrico. Por ejemplo, durante la vigilia, los músculos de la región cervical posterior
presentan contracción tónica normal, mantienen erguida la cabeza e impiden que
caiga hacia adelante sobre el tórax.
Por su parte, las MN no sólo instruyen a las células musculares para que se
contraigan, sino que también ejerce una influencia trófica sobre las mismas, pues
si se interrumpe la inervación de un músculo, las células musculares sufren cambios
regresivos conocidos como atrofia tisular. El signo más evidente de esta atrofia es el
adelgazamiento del músculo y de sus fibras por pérdida de miofilamentos.
Cuando las MN que inervan un músculo esquelético están dañadas o
seccionadas, este músculo se vuelve flácido o deprimido, es decir, con hipotonía,
un estado de debilidad en el que se pierde el tono muscular. Esto es lo que ocurre en
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
una alteración conocida como “enfermedad de neurona motora inferior”. Si la
inervación se restablece por medio de cirugía o por el proceso más lento de
regeneración natural del nervio, el músculo puede recuperar su forma y su fuerza
normales.
423
Reflejo de estiramiento. Este arco reflejo monosináptico presenta sólo una sinapsis en el SNC, entre
una única neurona sensitiva y una única neurona motora. También se muestra en la figura un arco
reflejo polisináptico a los músculos antagonistas, que presenta dos sinapsis en el SNC y una
interneurona (Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Por otra parte, el tono muscular puede ser anormal por exceso (hipertonía)
que puede aparecer en presencia de fibrosis muscular y cuando disminuyen los
impulsos inhibidores de centros superiores. Las dos formas fisiopatológicas y clínicas
de hipertonía son la espasticidad y la rigidez. Cuando el daño se encuentra en los
ganglios basales, se trata de una característica típica de la rigidez; mientras que la
espasticidad se describe clásicamente como una lesión de la vía piramidal, incluyendo
otras estructuras como áreas reticulares y parapiramidales.
La espasticidad se caracteriza por espasmos musculares, mayormente en las
porciones proximales y distales de las extremidades, con preferencia de brazos,
manos, dedos y rodillas. Clínicamente existe debilidad, hipertonía, un tono flexor
aumentado resistente a la extensión al principio del movimiento y que cede al final
del mismo “fenómeno de hipertonía en navaja”; hiperreflexia, clonus, mioclonías,
signo de Babinski positivo, alteraciones del sueño; los reflejos cutáneo-
abdominales y cremastérico están ausentes en el lado de la lesión, existe
hiperexcitabilidad neuronal, así como cambios repentinos de la postura. Además,
pueden presentarse crisis de dolor.
La rigidez, en cambio, se define como un aumento en la resistencia muscular al
movimiento pasivo. Se presenta durante toda la duración del movimiento, lo que se
conoce como “hipertonía plástica”. Existe el “fenómeno de rueda dentada” y, al
424
contrario de la espasticidad, la rigidez se observa tanto en músculos flexores como
extensores. Se produce por una activación supra segmentaria de los mecanismos de
reflejos espinales, aumentando la descarga de las MN, debido a una activación
palidal y a una actividad dopaminérgica alterada. En ambos casos, existe un aumento
del tono muscular, lo que da la “dureza” clínica. En ocasiones, como en casos de la
parálisis infantil, pueden coexistir y es difícil distinguir una de la otra.
El “síndrome de la motoneurona superior” puede ser descrito como una
lesión que ocurre, justamente, en los niveles superiores del SNC, puede ocurrir tanto
en la corteza cerebral como en el troncoencéfalo. Después de una lesión espinal o
cerebral, se presenta una característica definitoria de este síndrome que es la
espasticidad. Las consecuencias clínicas de este síndrome definen lo que se conocen
como signos positivos y signos negativos del “síndrome piramidal”. Como signos
positivos se encuentran espasticidad, hiperreflexia, reflejos primitivos, signo de
Babinski positivo, clonus y sincinesias; mientras que los signos negativos incluyen
disminución de fuerza, disminución del control motor, disminución de la coordinación,
fasciculaciones y fibrilaciones (Bolaños et al., 2011).
El tono muscular se explora en la práctica clínica realizando movimientos
pasivos de las articulaciones (p. ej., el codo). Si esta disminuido, estos movimientos
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
son muy amplios y apenas se encuentra resistencia, mientras que si esta aumentado,
cuesta trabajo llevarlos a cabo. Existen múltiples escalas para definir las alteraciones
observadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
Algunas de las fascias que separan un compartimiento de otro son muy gruesas
y se llaman tabiques intermusculares. La fuerte unión entre músculos a la que
contribuyen estas fascias origina un problema clínico descrito como “síndrome del
compartimiento”.
Si se daña un vaso sanguíneo en un compartimiento, la sangre y el líquido
tisular se acumularán en ese compartimiento. La fascia inextensible evita que el
compartimiento se expanda y no se alivia la presión. A su vez, la acumulación de
presión en los músculos, nervios y vasos sanguíneos desencadena una secuencia de
eventos degenerativos característicos del síndrome del compartimiento.
La presión en las arterias obstruye el flujo de sangre al compartimiento y si
persiste la isquemia durante más de 2 a 4 horas, los nervios empiezan a destruirse y
después de 6 horas también lo hace el tejido muscular.
Los nervios pueden regenerarse después de aliviarse la presión, pero la necrosis
muscular es irreversible. El rompimiento del músculo libera mioglobina en la sangre
y produce mioglobinuria (mioglobina en la orina), que es uno de los signos clave
de síndrome del compartimiento y algunos otros trastornos musculares degenerativos.
El síndrome del compartimiento se trata mediante inmovilización y descanso
de la extremidad y, si es necesario, una incisión llamada “fasciotomía” para aliviar
la presión. 426
Compartimientos
musculares. Corte
transversal de la
pierna izquierda,
un poco arriba de
la parte media de la
pantorrilla
(Saladin, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
La rabdomiolisis constituye un síndrome clínico y bioquímico que,
desencadenado de forma aguda o subaguda, conduce a la necrosis de las
células del músculo esquelético y de la liberación del contenido celular al
torrente sanguíneo.
Presenta un amplio espectro de manifestaciones clínicas y analíticas, que dependen
fundamentalmente de la severidad del daño muscular y del agente etiológico
implicado, desde moderados síntomas musculares hasta situaciones de riesgo vital
que requieren una intervención urgente.
Las manifestaciones clínicas se dividen en síntomas y signos musculares,
sintomatología general y complicaciones asociadas. Los signos y síntomas musculares
consisten en dolor, debilidad, calambres y contracturas, pueden ser generalizados o
afectar a un solo grupo de músculos.
Manifestaciones generales como fiebre, taquicardia, náuseas, vómitos, dolor
abdominal y malestar general, disminución del nivel de consciencia, agitación,
confusión y coma. Las complicaciones secundarias más importantes son las arritmias
cardiacas, el síndrome compartimental y el fallo renal agudo.
427
Fernández, V. H.
Capítulo 8 Fisiología celular y de órganos
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430
Fernández, V. H.
SECCIÓN I
Bases teóricas y metodológicas de la
Fisiología
Capítulo 9
Fisiología del músculo liso
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe las características estructurales y funcionales del músculo liso.
2. Determina los componentes del sistema contráctil del músculo liso.
3. Describe el mecanismo de la contracción muscular lisa a nivel molecular.
4. Explica el ciclo de contracción y relajación muscular.
5. Describe el papel del ATP en la contracción y relajación muscular lisa.
6. Describe el papel de los puentes transversales de miosina actuando en paralelo
para determinar la fuerza activa y el papel de la velocidad de reciclaje de los
puentes para determinar la velocidad de acortamiento muscular y la velocidad
de utilización del ATP durante la contracción.
7. Describe la fuente de energía para la contracción muscular lisa.
8. Explica los conceptos de contracción tónica y fásica del músculo liso.
9. Comprende el diagrama de longitud-tensión para el músculo liso en relación con
la del músculo esquelético.
10. Analiza el control nervioso, humoral y mecánico en la función del músculo liso.
11. Comprende la importancia funcional en salud y enfermedad del músculo liso.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
El ML se presenta en forma de haces o láminas de células fusiformes
alargadas con finos extremos aguzados; contienen pequeñas unidades
contráctiles de filamentos gruesos y delgados yuxtapuestos
(minisarcómeros), y debido a que estos no se encuentran alineados por los
discos Z adyacentes, no hay estrías visibles bajo luz polarizada.
Las células musculares lisas tienen una longitud desde 20 µm en las paredes de los
pequeños vasos sanguíneos hasta cerca de 200 µm en la pared del intestino; pueden
alcanzar los 500 µm en la pared del útero durante la gestación.
Los núcleos únicos se ubican en el centro de la célula y la mayor parte de los
orgánulos citoplasmáticos están concentrados en cada extremo del núcleo; estos
incluyen abundantes mitocondrias, algunas cisternas del RER, ribosomas libres,
gránulos de glucógeno y un pequeño aparato de Golgi. Estas estructuras reflejan las
funciones de síntesis y secreción de proteínas.
Las mitocondrias aisladas son suficientes para poder generar mediante
fosforilación oxidativa la mayor cantidad de ATP necesaria durante la contracción.
El resto del sarcoplasma está repleto de filamentos delgados que forman una
parte del aparato contráctil. Los filamentos gruesos de miosina están dispersos por
todo el sarcoplasma de la célula, mientras que los filamentos delgados de actina
están adheridos a los cuerpos densos que son visibles entre los filamentos. Estas 432
estructuras se distribuyen por todo el sarcoplasma en una red de filamentos
intermedios de la proteína desmina, que son parte del citoesqueleto celular. Además,
la célula muscular lisa contiene filamentos de vimentina.
Los componentes del aparato contráctil en las células musculares lisas son los
siguientes:
✓ Filamentos delgados que contienen actina, la isoforma muscular lisa de la
tropomiosina y dos proteínas específicas de ML, la caldesmon y la
calponina. No hay troponina asociada con la tropomiosina muscular lisa. La
actina participa en la interacción generadora de fuerza con las moléculas de
miosina del ML. La posición de la tropomiosina en el filamento de actina está
regulada por la fosforilación de las cabezas de la miosina. El caldesmon (150
kDa) y la calponina (34 kDa) son proteínas fijadoras de actina que bloquean el
sitio de unión para la miosina. La acción de estas proteínas es dependiente del
Ca2+ y también está controlada por la fosforilación de las cabezas de la miosina.
✓ Filamentos gruesos que contienen miosina y difieren levemente de los que
se encuentran en el músculo esquelético. También están compuestos por dos
cadenas pesadas de polipéptidos y cuatro cadenas ligeras. A diferencia del
músculo esquelético, en el ML, en lugar de tener una disposición bipolar, las
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
moléculas de miosina están orientadas en una
dirección en un lado del filamento y en una
dirección opuesta en el otro lado (Figura de la
derecha) (Pawlina y Ross, 2020). En esta
distribución, las moléculas de miosina están
escalonadas en paralelo entre dos vecinas
inmediatas y también están unidas a una
compañera antiparalela mediante una
superposición breve en el extremo distal de sus
colas. La polaridad de las cabezas de la miosina
es la misma en toda la longitud de un lado del
filamento y la opuesta en el otro lado. Este
filamento de miosina polar lateral tampoco tiene
una “región desnuda” sino que, en cambio, tiene
extremos desnudos aguzados asimétricos. Esta
organización maximiza la interacción entre los
filamentos gruesos y delgados, lo que permite
que los filamentos delgados superpuestos sean
arrastrados en toda la longitud de los filamentos
gruesos. Varias proteínas más se asocian con el 433
aparato contráctil y son indispensables para el
inicio o regulación de las contracciones del ML.
✓ Kinasa de las cadenas ligeras de la miosina
(KCLM) es una enzima de 130 kDa a 150 kDa que es importante en el
mecanismo de contracción en el ML. Inicia el ciclo de la contracción después de
su activación por el complejo de Ca2+-Calmodulina (Ca2+-CaM). La KCLM
activa fosforila una de las cadenas ligeras reguladoras de la miosina para
permitirle formar un enlace cruzado con los filamentos de actina.
✓ Calmodulina (CaM), una proteína fijadora de Ca2+ de 17 kDa relacionada con
la TnC del músculo esquelético, que regula la concentración intracelular de
Ca2+. Un complejo Ca2+-CaM se fija a la KCLM para activar esta enzima. Junto
con el caldesmon, también regularía su fosforilación y su separación de la actina
F.
✓ α-actinina, una proteína de 31 kDa, que forma el componente estructural de
los cuerpos densos. Los cuerpos densos proveen un sitio de fijación para los
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
filamentos delgados y los filamentos
intermedios. Estos cuerpos densos
contienen una variedad de proteínas
de placa de adhesión, incluida la α-
actinina, que fijan filamentos tanto
delgados como intermedios al
sarcolema, en forma directa o
indirecta. Cumplen un papel
importante en la transmisión de
fuerzas contráctiles generadas dentro
de la célula hacia la superficie celular,
lo que altera la forma de la célula. Los
cuerpos densos son análogos
intracelulares de las líneas Z del
músculo estriado (Barrett et al., 2019).
Exhiben una configuración ramificada
consistente con una red anastomótica
tridimensional, que se extiende desde
el sarcolema hacia el interior de la
célula. Por ello, aunque los filamentos 434
gruesos y finos están dispuestos en paralelo entre sí, como en los músculos
esqueléticos, tienden a extenderse de forma oblicua en varias direcciones, lo
que significa que la contracción se produce a lo largo de varios ejes (Pawlina y
Ross, 2020).
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
la membrana celular y las vesículas subyacentes junto con el REL funcionan de una
manera análoga al sistema T del músculo estriado para entregar Ca2+ al citoplasma.
Las cavéolas aumentan la relación superficie-volumen de las células, y con
frecuencia afrontan de forma estrecha el RS subyacente. Se ha observado una
hendidura de unos 15 nm entre las cavéolas y el RS subyacente, que es comparable a
la que existe entre los túbulos T y las cisternas terminales del RS en el músculo
esquelético.
Además, se producen “centelleos o chispazos de Ca2+” y se han identificado
proteínas que controlan el Ca2+ en la vecindad de las cavéolas, lo que aumenta la
posibilidad de que, tanto ellas como el RS subyacente, contribuyan a la regulación de
la [Ca2+]i en el ML. Los CCDV tipo L y el sistema de contratransporte 3Na+/Ca2+, por
ejemplo, se asocian con las cavéolas. La proteína caveolina y el colesterol resultan
esenciales para la formación de las cavéolas, y se plantea que estas estructuras
reflejan una región especializada del sarcolema, que puede contener también varias
moléculas transmisoras de señales.
435
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
comunicación química mediante la difusión de compuestos de bajo peso molecular. En
algunos tejidos, como la capa longitudinal externa del ML intestinal, se encuentra un
gran número de este tipo de uniones y los PA que allí se generan se propagan con
rapidez de una célula a otra a través de estos tejidos.
Las uniones adherens, también llamadas placas densas o placas de unión,
garantizan la unión mecánica entre las células musculares lisas. Las uniones
adherens aparecen como regiones engrosadas de las membranas celulares afrontadas,
que se separan por una pequeña hendidura de unos 60 nm que contiene un material
granular denso. Los filamentos finos se extienden hacia la unión adherens para
permitir que la fuerza contráctil generada en una célula muscular lisa se transmita a
las células adyacentes (Preston y Wilson, 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
rítmica o intermitente, mientras que en otros las células están activas de forma
continua y mantienen un “tono”. El ML que muestra actividad rítmica o intermitente
se denomina ML fásico, y corresponde a los músculos de las paredes del tubo
digestivo y del aparato urogenital. Este ML fásico se corresponde al ML unitario,
porque el ML se contrae en respuesta a potenciales de acción que se transmiten de
una célula a otra (Barrett et al., 2019).
El ML que tiene actividad continua es el ML tónico, como el ML vascular, el
ML respiratorio y algunos esfínteres. La activación parcial continua del ML tónico no
se asocia con un PA, aunque es proporcional al potencial de membrana. Los músculos
lisos tónicos se corresponden con los multiunitarios; sin embargo, siempre depende de
la función del ML que se encuentra en un órgano determinado.
Las células del musculo liso suele estar regulada por neuronas
posganglionares del sistema nervioso autónomo (SNA), por lo cual, el ML
puede estar inervado en forma directa por los nervios simpáticos y
parasimpáticos.
En el tubo digestivo, el tercer componente del SNA, la división entérica, es la fuente
primaria de nervios para las capas musculares.
437
El músculo unitario casi
siempre tiene doble inervación de
ambas divisiones del SNA. La función
de la inervación no es iniciar la
actividad en el músculo, sino
modificarla. La estimulación de una
división del SNA casi siempre
aumenta la actividad del ML,
mientras que la estimulación de la
otra la disminuye.
No obstante, en algunos
órganos la estimulación
noradrenérgica aumenta y la
estimulación colinérgica disminuye la
actividad del ML; en otros ocurre lo
contrario.
Las fibras nerviosas
transcurren a través del tejido
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
conjuntivo dentro de los haces de células musculares lisas; los engrosamientos en la
fibra nerviosa que se está atravesando ocurren contiguos a las células musculares que
son inervadas en forma de una serie de tumefacciones denominadas varicosidades.
Los engrosamientos contienen vesículas sinápticas con transmisores
neuromusculares, sin embargo, el sitio neuromuscular no es comparable con la unión
neuromuscular del músculo estriado, por el contrario, la terminal nerviosa puede
estar separada del ML por una distancia considerable, a menudo de 10 µm a 20 µm
(hasta de 200 µm en algunos sitios).
El NT liberado por la terminal nerviosa tiene que difundirse a través de esta
distancia para alcanzar el músculo. Sin embargo, no todas las células musculares
están expuestas en forma directa al NT.
Existe un gran número de neurotransmisores que pueden afectar la actividad
muscular lisa, por ello, en la siguiente tabla se muestran algunos de ellos junto con
otras sustancias humorales.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
fatigarse como ocurre en los esfínteres (ML tónico). Se pueden contraer a modo de
onda y producir movimientos peristálticos (ML fásico) como los del tubo digestivo y
la vía espermática del varón o la contracción puede ocurrir en todo el músculo al
mismo tiempo para producir movimientos propulsivos o expulsivos (p. ej., los
movimientos de la vejiga urinaria, de la vesícula biliar y del útero). El ML exhibe una
actividad contráctil espontánea en ausencia de estímulos nerviosos. Por lo tanto, la
contracción muscular puede desencadenarse por impulso mecánicos, eléctricos y
químicos.
Los impulsos mecánicos, como el estiramiento pasivo del musculo liso
vascular, activan los conductos iónicos mecanosensibles que conducen al inicio de la
contracción muscular espontánea (reflejo miógeno).
Los impulsos eléctricos como
las que ocurren durante la estimulación
nerviosa del ML tras la liberación de
ACh y NA desde sus terminaciones
nerviosas sinápticas, estimulan los
receptores ubicados en la membrana
plasmática del ML y cambian el
potencial de la membrana.
439
En realidad, el potencial de
membrana no tiene un valor de reposo
real, por lo cual, en periodos de relativa
quiescencia, los valores del potencial de
reposo están entre -20 y -65 mV. Hay
fluctuaciones lentas con ondas
sinusoidales de unos cuantos milivoltios
de magnitud y espigas que a veces
rebasan la línea de potencial cero y a
veces no.
En algunos tipos de ML las
espigas tienen una duración aproximada de 50 ms, mientras que en otros los
potenciales de acción tienen una meseta prolongada durante la repolarización, como
los potenciales de acción del músculo cardiaco. Por ello, diversos cambios en el
potencial de membrana (Vm) pueden iniciar o modular la contracción en las células
del ML. Los PA, que se parecen a los observados en el músculo esquelético, se ven en
el ML unitario (potenciales en espiga) y en algunos músculos multiunitarios.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
Asimismo, algunas células del ML muestran PA prolongados que se caracterizan por
una fase de meseta (potenciales en meseta).
Otras células del ML son incapaces de generar PA y el Vm cambia en ellas de
manera gradual en lugar de hacerlo con el patrón de “todo o nada” de los PA de otras
células musculares. Entre los estímulos que producen una respuesta graduada del Vm
están numerosos factores humorales locales y circulantes, así como estímulos
mecánicos (estiramiento de la célula). Estos cambios graduales en el Vm pueden ser
hiperpolarizantes o despolarizantes, y se suman temporal y espacialmente. Cuando
la sumación de las despolarizaciones graduadas lleva al Vm por encima del umbral se
desencadenarán PA en las células del ML excitables eléctricamente.
Los PA, que son respuestas características del ML unitario, normalmente
tienen una fase de ascenso más lenta y una duración más larga (hasta 100 ms) que
los potenciales de acción del músculo esquelético (2 a 4 ms).
Asimismo, el PA en una célula de ML puede ser una simple espiga, una espiga
seguida de una meseta o una serie de espigas en la porción superior de ondas lentas
del Vm. En cualquier caso, la fase despolarizante del PA refleja la apertura de
canales de Ca2+ tipo L voltaje-dependientes (CCDV tipo L). La corriente de
entrada inicial de Ca2+ despolariza a la célula y, por tanto, provoca que se abran más
CCDV siguiendo un patrón de retroalimentación positiva. De este modo, algunas 440
células del ML muestran el mismo tipo de despolarización regenerativa de todo o nada
que el observado en el músculo esquelético.
Sin embargo, el ritmo de ascenso del PA en el ML normalmente es más lento,
porque los CCDV se abren más lentamente que los Nav del músculo esquelético y
cardíaco. La repolarización de la célula del ML también es relativamente lenta, ya
que los CCDV de tipo L muestran aperturas prolongadas y se inactivan lentamente.
Además, la lentitud de la repolarización refleja la activación tardía de los canales de
Kv y, en muchos casos, de los canales de K+ activados por Ca2+, que dependen de una
elevación significativa de la [Ca2+]i.
La repolarización está tan retrasada en algunos tipos de ML unitario que la
onda del PA muestra una meseta que se prolonga varios cientos de milisegundos. La
meseta de los PA ocurre en el ML del aparato genitourinario (uréteres, vejiga y útero).
Esta fase de meseta larga permite una entrada prolongada de Ca2+, con lo que se eleva
la [Ca2+]i y se prolonga la contracción a medida que sale el K+ hasta que se repolariza
completamente.
Por su parte, los potenciales marcapaso que ocurren en algunas células ML
son capaces de iniciar una actividad eléctrica espontánea. En algunos tejidos esta
actividad espontánea se debe a corrientes marcapasos. Por ejemplo, células
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
marcapasos especiales en el intestino llamadas células intersticiales de Cajal
inician y controlan contracciones rítmicas de las capas del ML. La actividad eléctrica
de marcapasos se origina a partir de canales iónicos tiempo-dependientes y voltaje-
dependientes que producen espontáneamente corrientes despolarizantes de entrada
(p. ej., corrientes de Ca2+ voltaje-dependientes) o un descenso en las corrientes
hiperpolarizantes de salida (p. ej., corrientes de K+ voltajes dependientes).
Si el Vm alcanza el umbral se disparará un PA. En otras células del ML esta
actividad eléctrica espontánea da lugar a oscilaciones y contracciones regulares y
repetitivas del Vm que aparecen con una frecuencia de varios ciclos por minuto. Estas
contracciones se conocen como ondas lentas.
En el ML multiunitario normalmente no se producen PA. Por ejemplo, en el ML
que regula al iris del ojo, neurotransmisores excitadores como la NA y la ACh
provocan una despolarización local conocida como potencial sináptico o potencial
de la unión, que se parece al potencial de la placa motora terminal en el músculo
esquelético. Los potenciales de la unión se propagan electrotónicamente; es decir,
siguiendo un patrón escalonado, a lo largo de la fibra muscular, alterando de este
modo el Vm y provocando la entrada de Ca2+ a través de los CCDV de tipo L.
Los cambios escalonados en el Vm también pueden modular la actividad, a
través de la fosfolipasa C, que divide a los fosfoinosítidos liberando los segundos 441
mensajeros diacilglicerol (DAG) e IP3. Estos dos segundos mensajeros son
moduladores de la fuerza contráctil.
En ausencia de PA, algunos músculos lisos unitarios, como el ML vascular,
también se contraen como resultado de los cambios escalonados del Vm.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
la superficie celular de los receptores acoplados a proteína G (RAPG) o
canales operados por receptor (COR).
3) La entrada de Ca2+ a través de canales independientes del voltaje y
operados por depósitos (COD).
Independientemente de que la célula del ML responda a despolarizaciones
escalonadas o a PA, la despolarización puede producir un flujo de entrada de Ca2+ a
través de CCDV tipo L, lo cual da lugar al acoplamiento electromecánico del ML.
La liberación de Ca2+ sarcoplásmico, si es lo suficientemente intensa, puede
deberse a la entrada de Ca2+ a través de grupos pequeños de la variante CCDV tipo L
(subtipo 1.2) que activan al subtipo RyR3 de los receptores de rianodina causando una
amplificación intensa de la señal del Ca2+, y la activación del IP3R.
Mientras que la elevación de la [Ca2+]i inducida por el Ca2+ es muy importante
en el músculo cardíaco, la vía mediada por el receptor de IP3 es más importante para
la liberación de Ca2+ del RS en el ML.
Por su parte, la relación entre la membrana plasmática y el RS en el ML no es
tan regular como las tríadas en el músculo estriado. A nivel de las caveolas, un
compartimento del RS periférico rodea a la membrana plasmática, que se invagina
quedando a una distancia del RS de solo 15 nm, lo que facilita la difusión del Ca2+. Un
entramado más grande de RS central discurre a lo largo del eje largo de la célula, 442
desempeñando un papel más importante en el suministro de Ca2+ a los miofilamentos
intracelulares para la contracción.
La elevación de la [Ca2+]i en el ML (pero no en el cardíaco) estimula a canales
iónicos activados por Ca2+ distintos de los RyR (p. ej., canales de K+ activados por
Ca2+ y canales de Cl− activados por Ca2+) que participan en la repolarización y la
regulación del tono contráctil.
Por su parte, la contracción del ML como respuesta a un agente que no induce
cambio alguno en el potencial de membrana se denomina acoplamiento
farmacomecánico y refleja clásicamente la capacidad de estos agentes para
aumentar la concentración intracelular del segundo mensajero IP3.
En el ML se sabe que el agotamiento del Ca2+ de los compartimentos de
almacenamiento en el RE puede desencadenar un flujo de entrada de Ca2+ a través de
la membrana plasmática, seguido de una captación activa de este Ca2+ al RS para
rellenar los depósitos. Esta corriente de Ca2+ activada por la liberación de Ca2+ es la
base de la entrada de Ca2+ operada por depósitos (ECOD) por proteínas
denominadas Orai (denominadas así por ser canales de calcio codificados por el gen
ORAI1).
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
El canal de Ca2+ operado por depósito está bajo el control de la proteína
sensora de Ca2+ del retículo (STIM) que detecta Ca2+ en la membrana del RS.
Cuando se agota la [Ca2+] del RS, el Ca2+ se disocia de su sitio de unión en la
región aminoterminal de la STIM, lo que provoca que esta proteína se agregue en
regiones de la membrana del RS íntimamente asociadas a la membrana plasmática.
Esta agregación de la STIM desencadena a continuación una interacción directa del
extremo carboxiterminal citoplásmico de la STIM con un dominio en el extremo
carboxiterminal citoplásmico de los tetrámeros Orai.
El resultado es una agrupación de tetrámeros Orai para formar canales de Ca2+
activos que median el flujo de entrada de Ca2+ a través de la membrana plasmática y
el relleno posterior de los depósitos del RS.
A medida que aumenta la [Ca2+] del RE, el Ca2+ vuelve a unirse a la zona de la
STIM, suprimiendo la agregación de esta proteína y paralizando la ECOD. Los
canales permeables al Ca2+ de la familia TRP (receptores de potencial transitorios)
también están presentes en el ML y pueden estar implicados en la ECOD.
Tanto la liberación del Ca2+ desde el RS como la entrada de Ca2+ a través de la
ECOD son independientes del voltaje. Estos dos mecanismos son la base del
acoplamiento farmacomecánico, una variante de acoplamiento excito-contráctil, en el
cual la liberación intracelular de Ca2+ es iniciada por activadores en lugar de estarlo 443
por cambios del voltaje de la membrana. De este modo, una gama de fármacos,
neurotransmisores excitadores y hormonas pueden inducir la contracción del ML
mediante estos mecanismos de acoplamiento, independientemente de la generación
del PA, y también independientemente de los cambios directos en la [Ca2+]i.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
El ciclo de puentes cruzados de la miosina en el ML se parece al que se
produce en el músculo estriado, en el sentido de que, tras la unión con el filamento de
actina, el puente cruzado ejerce una acción de cremallera en la que el filamento fino
es llevado hacia el centro del filamento grueso y se genera fuerza. En este momento,
se libera ADP y Pi de la cabeza de miosina, lo que permite la unión del ATP.
El ATP reduce la afinidad de la miosina por la actina, lo que permite que la
miosina se desprenda de la actina. La energía de este ATP recién unido se emplea
para producir un cambio de forma en la cabeza de la miosina y esto condiciona que los
puentes cruzados queden preparados para otro ciclo de contracción.
El ciclo de los puentes cruzados sigue mientras los enlaces cruzados de la
miosina estén fosforilados. Sin embargo, aunque los pasos básicos del ciclo de puentes
cruzados parecen los mismos para el ML y el estriado, la cinética del ciclado de los
puentes cruzados es mucho más lenta en el ML. Este ciclo de enlaces cruzados persiste
con hidrólisis en cada ciclo de una molécula de ATP, hasta que se reduce la [Ca2+]i.
La relajación o el desarrollo de tensión disminuido requiere desfosforilación
de la cadena ligera de miosina por la fosfatasa de la cadena ligera de miosina
(FCLM). Existen tres subunidades de FCLM siendo una subunidad catalítica, otra
variable y una subunidad para unión a la miosina. Esta última, cuando está
fosforilada, inhibe la actividad enzimática de la FCLM, permitiendo que la cadena 445
ligera de la miosina permanezca fosforilada, promoviendo así la contracción.
La pequeña proteína G
RhoA y su producto Rho kinasa
(ROK) desempeñan un papel
importante en la regulación de la
actividad de la FCLM ya que la
Rho kinasa fosforila la subunidad
de unión a la miosina de la FCLM,
inhibe su actividad y, por lo tanto,
promueve el estado fosforilado de
la cadena ligera de la miosina. La
inhibición de Rho kinasa induce la
relajación de segmentos aislados
de ML, por lo cual, si esto ocurre
en el ML vascular, se genera
relajación y, por ende, disminuye la presión arterial (Renna y Miatello, 2013).
El equilibrio de la fosforilación y desfosforilación es importante para regular el
desarrollo de tensión en el ML porque la kinasa y la fosfatasa siempre están activas.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
El incremento del Ca2+ citosólico inclina la balanza hacia más actividad de
kinasa y, por ende, más desarrollo de tensión. La concentración más baja de Ca2+
inclina la balanza hacia menos kinasa y, por consiguiente, más actividad de fosfatasa
y menos desarrollo de tensión.
Hay otros mecanismos para aumentar y disminuir la actividad de la kinasa y
la fosfatasa. Por ejemplo, la fosforilación de la enzima KCLM reduce su actividad, lo
que aminora la fosforilación de la miosina y da por resultado más relajación. Esto
ocurre cuando los receptores β2-adrenérgicos, en el sarcolema del ML vascular y del
ML bronquial se activa, e incrementa la concentración intracelular de AMPc. La
activación subsiguiente de la PKA fosforila la KCLM y disminuye su actividad.
El ON causa una relajación similar del ML, aunque la kinasa que fosforila la
KCLM es la PKG que es activada por el GMPc mediante la activación de la
guanilatociclasa citoplasmática.
Por su parte, la regulación de la fosfatasa también es importante. Por ejemplo,
la fosforilación de la FCLM disminuye su actividad, y da lugar a menos
desfosforilación y, por tanto, más fosforilación de las cadenas ligeras de miosina y más
contracción.
La vía de la Rho kinasa lleva a fosforilación de la fosfatasa, el cual se inicia
al mismo tiempo que se activa la PLC, e implica la activación de la proteína pequeña 446
RhoA de unión a GTP. La activación de RhoA por el receptor acoplado a proteína G
implica un factor de intercambio de nucleótidos guanina (RhoGEF) y la migración de
RhoA en la membrana plasmática. Tras la activación, RhoA aumenta la actividad Rho
kinasa, que conduce a la inhibición de la fosfatasa de miosina, lo cual promueve el
estado contráctil, ya que la cadena ligera de la miosina no puede ser desfosforilada.
Además, la ROK también activa, mediante su fosforilación, una proteína
inhibidora de la FCLM, la CPI-17, la cual es también fosforilada por la PKC.
Por lo expuesto, es necesario que disminuya la [Ca2+]i para que se produzca la
relajación. Varios mecanismos están implicados en la eliminación de Ca 2+ citosólico e
involucran al retículo sarcoplásmico y a la membrana plasmática. La captación de
Ca2+ en el retículo sarcoplásmico depende de la bomba de Ca2+-ATPasa (SERCA), que
une a dos iones de Ca2+, que luego se trasladan al interior del retículo sarcoplásmico
y son liberados.
La membrana plasmática también contiene Ca2+-ATPasas, proporcionando un
mecanismo adicional para reducir la concentración activa de Ca2+ en la célula.
Los intercambiadores 3Na+/Ca2+ (NCX) están ubicados en la membrana
plasmática y contribuyen a la disminución de Ca2+ intracelular.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
El músculo se relaja si la [Ca2+] disminuye por debajo de la precisa para la unión
de la CaM y la activación de KCLM (aproximadamente, 0,1 μM).
Por todo esto, se dice que la contracción del ML “se regula por los filamentos
gruesos”, lo que contrasta con la regulación por el Ca2+ sobre los filamentos finos de
la contracción del músculo estriado, en la que la unión de Ca 2+ a la troponina expone
los sitios de unión en el filamento fino de actina.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
A pesar del contenido de miosina cercano a 20% y una diferencia de 100 veces
en el uso de ATP comparado con el músculo estriado, el ML puede generar
fuerza similar por área transversal.
Una de las compensaciones de obtener fuerza en estas condiciones es la velocidad
mucho menor de las contracciones en comparación con el músculo estriado. Esto se
debe a que las isoformas únicas de miosina son más lentas y las proteínas relacionadas
con la contracción expresadas en el ML presenta una regulación distintiva. También
la arquitectura única del ML y sus unidades coordinadas contribuyen a estos cambios.
Otra característica especial del ML es la variabilidad de la tensión que ejerce
en cualquier longitud determinada. Si un ML unitario se estira, primero aumenta la
tensión; luego, si el músculo se mantiene en la mayor longitud después del
estiramiento, la tensión disminuye en forma gradual. A veces la tensión cae al nivel
ejercido antes del estiramiento o a un nivel menor. Por ello, es imposible relacionar
con exactitud la longitud con la tensión desarrollada y no puede asignarse una
longitud de reposo.
En cierta forma el ML se comporta más como una masa viscosa que como un
tejido de estructura rígida; esta propiedad se conoce como plasticidad del ML. Por
ejemplo, la tensión ejercida por las paredes del ML de la vejiga puede medirse en
distintos grados de tensión conforme se introduce líquido a la vejiga a través de un 448
catéter. Al principio, la tensión aumenta poco, relativamente, conforme aumenta el
volumen por la plasticidad de la pared vesical. Sin embargo, al final se llega a un
punto en el que la vejiga se contrae con fuerza.
Asimismo, durante una contracción fásica, la [Ca2+]i, la fosforilación de los
puentes cruzados y la fuerza llegan al máximo para luego regresar a sus valores de
base; mientras que, durante la contracción tónica la [Ca2+]i y la fosforilación de los
puentes cruzados se reducen tras un pico inicial, y no recuperan los valores iniciales.
Durante esta fase tardía, la fuerza aumenta lentamente y se mantiene a un nivel
elevado. Esta fuerza sostenida se mantiene cuando sólo el 20-30% de los puentes
cruzados están fosforilados, y así se reduce el consumo de ATP.
De lo anterior, surge el término “estado bloqueado”, “estado de cierre” o
“estado de pestillo puesto”, se refiere a esta situación de la contracción tónica
durante la cual se mantiene la fuerza con un bajo consumo energético.
En principio, el estado bloqueado refleja la desfosforilación de la cadena ligera
de miosina. Cuando se produce la fosforilación de la cadena ligera de miosina, los
puentes cruzados se reciclan mientras esté aumentada la [Ca2+]i.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
Sin embargo, si un puente cruzado unido se desfosforila por la fosfatasa, la
velocidad de reciclaje de los puentes cruzados disminuirá, porque la separación de los
mismos es más lenta y se debe refosforilar la cadena ligera de miosina antes de poder
empezar un nuevo ciclo.
Cuando la [Ca2+]i es alta, la mayoría de los enlaces cruzados están fosforilados
(es decir, el cociente entre la actividad de KCLM y FCLM es alto) y las velocidades de
acortamiento (o de desarrollo de fuerza) serán relativamente altas.
Cuando se produce una reducción de la [Ca2+]i durante la contracción tónica,
aumentará la probabilidad de que un enlace cruzado se desfosforile y pase más tiempo
con una forma generadora de fuerza unida. Sin embargo, es fundamental que la
velocidad de fosforilación de las cadenas ligeras de miosina dependiente del calcio sea
lenta para la contracción.
Asimismo, el consumo de ATP se reduce en estado bloqueado, consumiendo 300
veces menos ATP del que sería necesario en el músculo esquelético para generar la
misma fuerza.
El ML, al igual que el estriado, necesita ATP para el transporte de iones que
permite mantener el potencial de la membrana en reposo, secuestrar Ca 2+ en el RS y
extraerlo de la célula. Todas estas necesidades metabólicas son satisfechas con
facilidad mediante la fosforilación oxidativa. 449
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
El ML tiene la capacidad única de desplazar la
curva longitud-tensión en función de la longitud de
reposo. Por tanto, si el ML está estirado, la curva se
desplazará a longitudes mayores durante varios minutos
u horas. De modo similar, si el ML recupera una longitud
en reposo menor, la relación longitud-tensión se
desplazará hacia la izquierda, según la frecuencia de
estimulación. Esta propiedad del ML se denomina
“adaptación a la longitud” (Koeppen y Stanton, 2018).
Por su parte, los músculos liso y estriado
muestran una dependencia hiperbólica de la velocidad
de acortamiento respecto de la carga, pero las velocidades de contracción son mucho
más lentas en el ML que en el estriado. Un factor que justifica estas velocidades bajas
es que la isoforma de miosina del ML tiene una menor actividad ATPasa.
Las células musculares
esqueléticas muestran una curva
fuerza-velocidad en la que las
velocidades de acortamiento vienen
determinadas exclusivamente por la
451
carga y la isoforma de miosina.
Por el contrario, en el ML se
producen variaciones tanto de la
fuerza como de la velocidad de
acortamiento, lo que refleja el
número de puentes cruzados que
están en ciclo y la velocidad de
ciclado de los mismos. Esta diferencia se debe al sistema regulador, que depende de
la fosforilación de los puentes cruzados, condicionada, a su vez, por la [Ca2+]i.
Dado que la fosforilación de la cadena ligera de miosina es necesaria para las
interacciones actina-miosina en el ML, cabe esperar que el grado de fosforilación de
la miosina condicione la fuerza máxima (es decir, que la fosforilación de más moléculas
de miosina determine más interacciones entre actina y miosina, y se genere así más
fuerza).
La variación de la velocidad de acortamiento máxima en función del grado de
fosforilación de la miosina puede reflejar una desfosforilación de la CLM mientras la
miosina sigue ligada a la actina, lo que podría reducir la velocidad de separación
(estado bloqueado) cuando el grado de fosforilación es bajo.
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
Cuando el grado de fosforilación es mayor, la probabilidad de estar en estado
bloqueado disminuye y los puentes cruzados de miosina se liberan con más rapidez de
la actina, lo que determina una velocidad de acortamiento mayor para todas las cargas
(Koeppen y Stanton, 2018).
452
Fernández, V. H.
Capítulo 9 Fisiología celular y de órganos
Referencias bibliográficas
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Koeppen, B. M. Stanton, B. A. (2018). Berne y Levy. Fisiología. 7ª edición. Elsevier.
Pawlina, W. Ross, M. H. (2020). Ross. Histología. Texto y Atlas. Correlación con biología celular y
molecular. 8ª edición. Wolters Kluwer.
Preston, R. R. Wilson, T. E. (2019). LIR. Fisiología. 2ª edición. Wolters Kluwer Health.
Raff, H. Levitzky, M. (2013). Fisiología médica, Un enfoque por aparatos y sistemas. Editorial Médica
Panamericana.
Renna, N. F. Miatello, R. M. (2013). Fisiología del músculo liso vascular. En Hipertensión arterial:
Epidemiología, fisiología, fisiopatología, diagnóstico y terapéutica. (36; 172-175). Inter-Médica.
453
Fernández, V. H.
SECCIÓN II
Fisiología de sistemas
Capítulo 10
Introducción a la fisiología
de la sangre
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Reconoce la composición de la sangre.
2. Describe las funciones generales de la sangre y su importancia en el
mantenimiento de la homeostasis.
3. Define los conceptos volemia, hematocrito, eritrosedimentación y fragilidad
eritrocitaria entre otros.
4. Identifica los principales componentes inorgánicos del plasma sanguíneo y sus
valores de referencia.
5. Identifica los principales componentes orgánicos de la sangre y sus valores de
referencia.
6. Conoce los diferentes tipos de proteínas plasmáticas, sus funciones y sus valores
de referencia.
7. Relaciona los diferentes tipos de lipoproteínas del plasma y su relación con el
riesgo de enfermedad vascular.
8. Determina la importancia fisiológica y clínica de otras pruebas como el recuento
de reticulocitos y el estudio de médula ósea.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
2. Regulación: ayuda al mantenimiento de la homeostasis mediante la
regulación del pH por medio de la utilización de sustancias amortiguadoras
(buffers). También contribuye en el ajuste de la temperatura corporal a través
de las propiedades del agua plasmática y su flujo variable a través de la piel,
donde el excedente de calor puede perderse y ser transferido al medio ambiente.
Asimismo, la presión osmótica (presión oncótica) de la sangre influye en el
contenido de agua de las células, principalmente por las interacciones entre los
iones disueltos y las proteínas.
3. Protección: mediante la coagulación de la sangre se previene su pérdida
excesiva del sistema circulatorio tras una lesión, a la vez que los leucocitos
protegen de enfermedades llevando a cabo la fagocitosis y otros procesos de
regulación inmunológica. Varias proteínas sanguíneas, incluidos anticuerpos,
interferones y los factores del sistema del complemento contribuyen a la acción
contra las enfermedades en una gran variedad de formas.
La sangre es un tejido líquido de color rojo que circula por las arterias y las
venas, conformado por una suspensión de células en un líquido complejo
denominado plasma. Las células de la sangre comprenden a los glóbulos
rojos (GR) (también llamados eritrocitos, hematíes o rubrocitos), los
455
glóbulos blancos (GB) o leucocitos y las plaquetas o trombocitos.
La sangre consiste en un líquido rico en proteína conocido como plasma, en el que
están suspendidos los elementos celulares: leucocitos, eritrocitos y plaquetas. El
volumen total normal de sangre circulante es cercano a 8% del peso corporal (5.600
mL en un varón de 70 kg). Cerca de 55% de este volumen es plasma (Barrett et al.,
2019).
Los eritrocitos o GR son pequeños discos bicóncavos con un diámetro promedio
de 8 μm (7 a 9 μm) y un espesor cercano a 2,5 μm, de color rosado o acidófilo y con una
zona central, más pálida, que refleja su forma de disco bicóncavo o discocito in vivo
(Campuzano, 2008).
El volumen medio de un GR o volumen corpuscular medio (VCM) es de
aproximadamente 90 fL y poseen un área muy grande lo cual le permite deformarse
dentro de un amplio rango tomando casi cualquier configuración para pasar por los
vasos capilares más pequeños con un diámetro promedio de 5 μm en el sistema
circulatorio. Puede aumentar su tamaño al contener agua en un 70% más de lo
habitual lo cual le permite acomodarse, relativamente, dentro de un amplio rango
frente a cambios del LEC.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Su función es contener
y proteger a la hemoglobina
(Hb), una proteína
transportadora de O2 y pueden
concentrar Hb en su LIC hasta
unos 34 gramos por cada 100
ml de células.
El 90% de los eritrocitos,
cuyo origen es la médula ósea
(MO), vive alrededor de 120 días en la circulación y luego son fagocitados en la MO,
el bazo y el hígado. El otro 10% de GR se descompone y excreta pequeñas cantidades
de Hb hacia el sistema circulatorio, pero no se pierde porque se recupera por unión a
globulinas plasmáticas como la Haptoglobina y la Hemopexina que lo transportan
al hígado o al bazo para ser degradados y sus componentes son reutilizados.
Los precursores de los eritrocitos en la MO poseen núcleos, pero no sólo expelen
sus núcleos, sino también todos los orgánulos antes de entrar a la circulación. Aunque
los eritrocitos carecen de organelas, tienen enzimas solubles, incluida anhidrasa
carbónica (AC) en el citosol, la cual facilita la formación de H2CO3 a partir de CO2 y
H2O, que a su vez se disocia en HCO3- y H+. Por consiguiente, los eritrocitos también
456
contribuyen al transporte de CO2 y la regulación del equilibrio acido-básico y se
les considera un amortiguador acido-básico superior.
Por su parte, los leucocitos, también conocidos como glóbulos blancos (GB),
miden de 10 μm a 12 μm de diámetro y por consiguiente son mucho más grandes que
los GR. No obstante, constituyen sólo el 1% del volumen total de la sangre. Se originan
en la MO y circulan por todos los tejidos linfoides del organismo.
Los leucocitos son factores clave en la defensa contra las enfermedades de las
siguientes maneras:
a) Se encargan de la respuesta inmunitaria que protege contra los
microorganismos que causan enfermedades.
b) Identifican y destruyen células cancerosas.
c) Participan en la respuesta inflamatoria y la curación de heridas.
Por lo general, los leucocitos se clasifican en dos grupos con base en la presencia
o ausencia de gránulos específicos prominentes en su citoplasma. Los que contienen
gránulos específicos (neutrófilos, eosinófilos, basófilos) se clasifican como
granulocitos y los que carecen de gránulos (linfocitos y monocitos), como
agranulocitos.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Los granulocitos son esféricos y tienen núcleos multilobulares distintivos. Son
células fagocíticas que se identifican por sus gránulos citoplasmáticos. Poseen
gránulos específicos (que enlazan componentes de tinción neutros, básicos o ácidos)
y gránulos inespecíficos o azurófilos. Los gránulos azurófilos se tiñen de color
púrpura y son lisosomas. Los granulocitos, también llamados polimorfonucleares
(PMN), comprenden a los neutrófilos, eosinófilos y basófilos, según las propiedades de
tinción de sus gránulos específicos.
Los agranulocitos, también conocidos como leucocitos mononucleares, son
células blancas de la sangre con un núcleo sin lóbulos. Se caracterizan por la ausencia
de gránulos visibles en su citoplasma, que las diferencian de los granulocitos (aunque
sí tienen gránulos más pequeños). Los dos tipos de agranulocitos son los linfocitos y
los monocitos.
Los trombocitos o plaquetas, son fragmentos celulares circulantes de
megacariocitos enormes que se derivan de la célula madre mieloide. Su función es
formar un tapón de plaquetas para ayudar a controlar la hemorragia después de
una lesión en la pared de un vaso. Sus gránulos citoplasmáticos liberan mediadores
que la sangre necesita en su proceso de coagulación. Los trombocitos tienen una
membrana, pero no núcleo, no se reproducen y, si no se utilizan, viven alrededor de
11 días en la circulación antes que las células fagocíticas del bazo los eliminen.
457
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
sucede con las inmunoglobulinas. El plasma contiene unos 7 g/dL de proteínas totales.
Si se emplean métodos físicos como la electroforesis, se puede proceder al
fraccionamiento de las proteínas y reconocer la proporción de cada una de ellas en el
plasma.
Las proteínas del plasma en realidad son una mezcla compleja que comprende
proteínas no sólo simples sino también conjugadas, como glucoproteínas y diversos
tipos de lipoproteínas.
La electroforesis de las proteínas séricas es un método habitual para
separar las proteínas de la sangre en una matriz sólida (principalmente, acetato
celular) según su tamaño y carga (figura de abajo). La tira coloreada de acetato de
celulosa se llama electroforetograma (o comúnmente proteinograma).
458
Las cantidades de bandas se pueden cuantificar de manera conveniente por
medio del uso de aparatos de escaneo densitométricos, los cuales grafican las
concentraciones de las respetivas bandas en forma de picos.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
osmótica del plasma) y la viscosidad de la sangre. El plasma también contiene
fibrinógeno y los factores de coagulación de la sangre. Para la electroforesis se utiliza
suero.
Tabla 23. Resumen de las funciones de las proteínas más importantes del plasma
Grupo Tipos Funciones
Transporte de diversos ligandos, entre ellos unión bilirrubina, ácidos grasos
libres, iones Ca2+ y otros metales como Cu2+, Zn2+, etc.; esteroides, otras
Albúmina hormonas y diversos fármacos. Fundamental en la conservación de la presión
Albúmina
osmótica del plasma (presión oncótica).
Antes conocido como prealbúmina; se une a T4 y forma un complejo con proteína
Transtiretina de unión a retinol.
Transcortina Globulina de unión a corticosteroide (se une a cortisol)
Antitripsina Inhibición de la tripsina y otras proteasas.
Lipoproteína (HDL) Transporta colesterol esterificado.
También conocida como orosomucoide, es un reactivo de fase aguda
1 Glucoproteína ácida sintetizado en el hígado como respuesta a la inflamación y daño del tejido. Se
desconocen en detalle sus funciones fisiológicas.
Transcortina Transporte de cortisol, corticosterona y progesterona.
Globulina de unión a
Transporta a las hormonas tiroideas T3 y T4
hormona tiroidea
Macroglobulina Unión de proteasas, transporte de iones de cinc.
Transporta Cu2+; la albúmina probablemente tiene mayor importancia en el
Ceruloplasmina transporte fisiológico de Cu2+.
Antitrombina III Inhibición de la coagulación.
Proteína de unión a
Transporta retinol.
2 retinol 459
Proteína de unión a
Transporte de calcioles.
vitamina D
Plasminógeno Precursor de la plasmina.
Se une a hemoglobina extracorpuscular (libre en plasma) y evita que se filtre
Haptoglobina
por los glomérulos renales. Es un reactante de fase aguda.
VLDL (pre-beta), LDL. Transportan lípidos insolubles y colesterol no
Lipoproteínas esterificado.
Se une al grupo hemo libre en plasma y cumple una función similar al de la
Hemopexina haptoglobina.
Transporta hierro en el plasma dado que es tóxico y nunca puede encontrarse
Transferrina libre de forma normal. Es un reactante de fase aguda negativa (disminuye en
β la inflamación).
Globulina de unión a
Transporta hormonas sexuales como la testosterona y el estradiol.
hormona sexual
Transcobalamina Transporte de vitamina B12
Reactante de fase aguda cuya función es unirse a la fosfatidilcolina expresada
Proteína C reactiva en la superficie de las células muertas y a algunos tipos de bacterias, para
activar el sistema del complemento, por la vía del complejo C1q.
Lipoproteínas (Qm) Transporte de lípidos de la dieta desde el intestino.
IgA Anticuerpos protectores de las mucosas
IgE Reaginas. Son anticuerpos presentes en cuadros alérgicos y parasitarios.
IgD Receptores de los linfocitos B.
IgG Anticuerpos tardíos
IgM Anticuerpos tempranos
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
encuentra la α2-macroglobulina (con funciones como la de inactivar a la trombina y
a los factores IXa, Xa, XIa y XIIa). También influye en la presión oncótica, pero en
menor proporción.
La fracción posee proteínas que transportan hierro (Fe) y cobre (Cu). La
proteína transferrina es la más representativa de este grupo y transporta el hierro
procedente de la alimentación o hemólisis de los glóbulos rojos a los depósitos de
almacenamiento, mientras que la ceruloplasmina transporta el Cu. La fracción
posee las gammaglobulinas o anticuerpos (inmunoglobulinas), que sirven para la
defensa específica (IgG, IgA, IgM, IgD, IgE).
Las bandas electroforéticas pueden apartarse de la normalidad tanto en lo
que respecta al tamaño como en cuanto a la forma en pacientes con determinados
tipos de anemia, durante la inflamación aguda o en caso de enfermedades
autoinmunitarias. Por ejemplo, un aumento del pico β es típico de la anemia por
deficiencia de hierro (anemia ferropénica) debido al aumento de la concentración de
transferrina, la proteína a la que se une el hierro.
460
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Del 2% de los solutos restantes del plasma, tenemos alrededor de 100 mg/dL de
glucosa y el resto corresponde a lípidos, aminoácidos, vitaminas y hormonas. Todos
ellos son imprescindibles para mantener las funciones relacionadas con la nutrición y
las funciones endocrinas. También se encuentran sustancias de desecho del
metabolismo, como urea, ácido úrico, creatinina y CO2.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Asimismo, las distintas clases de lipoproteínas no sólo se diferencian en cuanto
a su composición, sino también en la forma en que se producen y en su función.
Los Qm se forman en la mucosa intestinal y, sin pasar por el hígado, son
transportados a la sangre a través de la linfa. Se encargan del transporte de los lípidos
de la dieta desde el intestino a los tejidos. Su Apo característica es la Apo B48. En la
sangre las HDL estimulan la descarga de los Qm por la transferencia de Apo E y de
Apo CII. Esto ocurre sobre todo en el músculo y en el tejido adiposo. Para ello, la Apo
CII de los Qm activa una lipoproteinlipasa (LPL) que se encuentra en la superficie
del endotelio vascular. Esta enzima degrada gran parte de los triglicéridos. Los ácidos
grasos liberados son captados localmente por las células y el glicerol es transportado
al hígado. La Apo AI de las HDL activan a la lecitina colesterol aciltransferasa
(LCAT) para forma ésteres de colesterol a partir de colesterol libre y ácidos grasos.
Debido a la degradación de sus lípidos los Qm reducen a Qr que finalmente son
eliminados de la sangre por el hígado a través de los receptores de Apo E.
Las VLDL, las IDL y las LDL están estrechamente relacionadas entre sí. Las
VLDL se producen en el hígado y sirven para el transporte a tejidos extrahepáticos de
los lípidos de producción endógena como triglicéridos, colesterol y fosfolípidos. La Apo
B100 es característica de las VLDL.
En forma similar a los quilomicrones las VLDL disminuyen progresivamente 462
de tamaño por la acción de la LPL y se transforman primero en IDL y luego en LDL.
Este proceso también es estimulado por la transferencia de diferentes Apo de las HDL.
A diferencia de las VLDL y las IDL, las LDL contienen una proporción
notablemente mayor de colesterol y ésteres de colesterol.
Las células que necesitan colesterol unen las LDL e incorporan la partícula
completa por endocitosis mediada por receptor y el resto es captado por el hígado.
La electroforesis de zona de lipoproteínas séricas en gel de agarosa con
coloración de Sudan Black es la técnica más utilizada para el estudio de los lípidos
plasmáticos, de manera similar al de las proteínas, junto con las concentraciones
totales de colesterol y triglicéridos.
La determinación del “perfil lipídico” es un procedimiento analítico básico
para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades metabólicas, primarias o
secundarias.
Pueden presentarse con sus distintas consecuencias, entre las que están las
siguientes: enfermedad cardíaca coronaria (ECC), pancreatitis aguda, desarrollo
insuficiente y debilidad, cataratas, etc.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
La asociación causal de ciertas formas de hiperlipidemia y ECC es, sin duda, el
estímulo principal para la determinación de lípidos y lipoproteínas plasmáticos en la
práctica clínica.
El lipidograma incluye los valores de colesterol total, colesterol transportado
por LDL, colesterol transportado por HDL y triglicéridos totales; y aporta información
importante acerca del riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Una concentración
elevada de LDL, una concentración baja de HDL y una concentración elevada de
triglicéridos son indicadores del riesgo cardíaco. Cuando la concentración de LDL es
elevada, aumenta el riesgo de formación de placas de colesterol en la pared arterial
(ateroesclerosis), dado que las LDL son los principales transportadores de colesterol
del plasma a los tejidos.
Una concentración baja de HDL indica una reducción de la capacidad de
eliminar el exceso de colesterol. Muchas personas con obesidad, cardiopatías o
diabetes tienen también una concentración elevada de triglicéridos. Para predecir el
riesgo se utilizan diversos índices, como el cociente LDL/HDL y el cociente colesterol
total/HDL.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
enredados en fibrina insoluble formada por polimerización del fibrinógeno soluble de
la proteína plasmática. La parte líquida restante de la sangre coagulada es el suero
líquido. Este suero ya no contiene fibrinógeno, porque se consumió en la formación del
coágulo.
La adición de un anticoagulante como la heparina, el citrato o EDTA (ácido
etilen-diamino-tetra-acético) a la sangre extraída de la circulación por flebotomía (o
venopuntura), constituye una muestra de sangre entera. Cuando la sangre entera
se centrifuga, se separa en tres capas distintas. La capa del fondo (aproximadamente
del 40% al 50% del volumen de sangre entera) contiene a los GR. La capa intermedia
de apariencia esponjosa y blanquecina (alrededor del 0,5 a 1%) contiene GB (capa
leucocitaria), sobre la cual se encuentra, a su vez, una capa más delgada de plaquetas
que no es discernible a simple vista. El líquido translúcido amarillento que se forma
en la parte superior de las células es el plasma, el cual corresponde a un 50 a 60% del
volumen total.
La sangre es de color rojo brillante cuando ha sido oxigenada en los pulmones
y pasa a las arterias dependiendo de la hemoglobina (Hb) oxigenada y adquiere una
tonalidad más azulada cuando cedió su O2 al pasar por los capilares arteriales hacia
los venosos para regresar a los pulmones a través de las venas al corazón. 464
La sangre tiene una viscosidad1 (medida en centipoise o cp) que oscila entre
3,5 y 5,5 (la viscosidad del agua es 1 cp, la sangre total es 4 a 5 cp y 1,6 cp para el
suero mientras que el plasma tiene una viscosidad de 1,8 cp) y varía según la cantidad
de GR, la agregación celular (efecto rouleaux), la velocidad del flujo sanguíneo y la
deformabilidad de los eritrocitos. También influyen las concentraciones de proteínas
plasmáticas.
La presión osmótica es semejante a la de una solución salina al 0,9 %, por lo
cual, cualquier sustancia que tenga esta característica se dice que es isotónica con el
plasma.
Presenta un pH, relativamente constante, que oscila entre 7,35 y 7,45. Además,
posee una densidad2 entre 1,050 y 1,060 g/cm3 a 37 °C (o kg/m3 en unidades
internacionales) (es mayor en el varón entre 1,052 y 1,060 g/cm 3 para el hombre,
respecto a la mujer que presenta una densidad de 1,050 a 1,056 g/cm3).
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
La volemia se considera entre 7 y 8% del peso corporal total (PCT) de cada
individuo o, lo que es lo mismo, entre 68 y 77 mL/kg de peso (70 ± 10 mL/kg para el
hombre y 65 ± 10 mL/kg para la mujer).
La volemia está constituida por la parte globular (volumen globular total o
VGT) y el volumen plasmático total (VPT) y, debido a que el número de GR circulantes
es muy superior al resto de las células sanguíneas, cuando se habla de volumen
globular se refiere al volumen globular rojo o masa roja circulante.
VST = VGT + VPT
En la mayoría de los casos hay una correlación entre los valores de sangre
periférica y el VGT, sin embargo, puede haber diferencias si el agua plasmática está
disminuida o aumentada desproporcionadamente.
Un aumento del volumen plasmático puede producir una anemia aparente, mal
llamada anemia por dilución porque en realidad no hay anemia. En condiciones
fisiológicas esto se observa en la hemodilución fisiológica del embarazo dado que,
aunque hay producción de GR, la retención de líquido es algo mayor, mientras que en
condiciones patológicas puede ocurrir en la sobrehidratación, cirrosis o nefritis.
Asimismo, puede ocurrir un aparente aumento de GR cuando hay
deshidratación con la consecuente disminución del volumen plasmático. 465
El VGT se encuentra relacionada a la masa magra del individuo,
fundamentalmente a la masa muscular. Es por ello que el hombre tiene un VGT
mayor al de la mujer debido a su mayor masa muscular, en principio, dado que es el
que consume mayor cantidad de O2. Por esta razón es común expresar los valores de
la volemia en ml/kg de PCT, lo que permite efectuar comparaciones entre los diversos
individuos. Este hecho reviste importancia en los individuos obesos, en los que la
medida del volumen sanguíneo es mejor expresarla en ml/kg de masa magra o ml/m2
de superficie corporal.
En la práctica, el volumen de la masa eritrocitaria circulante rara vez se mide
en forma directa, sino que se la estima a partir de la concentración de hemoglobina o
el hematocrito.
El VST tiende a mantenerse relativamente constante y se ajusta con rapidez
cuando se administran líquidos por vía oral o parenteral. En las transfusiones de
sangre, los aumentos de la volemia son transitorios en el individuo normal, pues los
componentes líquidos de la sangre inyectada se eliminan con rapidez a través de los
tejidos y los riñones fundamentalmente.
Cuando la volemia es inferior a los valores normales (normovolemia), se habla
de hipovolemia y cuando es mayor, de hipervolemia. A su vez, la normovolemia,
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
hipovolemia e hipervolemia pueden ser normocitémicas, oligocitémicas o
policitémicas de acuerdo con el valor del VGT.
En los casos de hemorragia, el VST disminuye, pero la cantidad de plasma se
restablece pronto por el aporte de líquido proveniente de los tejidos. Por ello, en la
mayoría de las anemias el VST está poco disminuido, dado que el descenso del
volumen eritrocitario es compensado por un mayor volumen plasmático.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
de sangre periférica continúa siendo el
“estándar de oro” en el diagnóstico
hematológico (Campuzano, 2008).
Los exámenes del frotis de
sangre (foto de la derecha) identifican
anomalías morfológicas como cambios
de dimensiones, forma y color de los
elementos formes y, junto con los
índices hematimétricos, se usan para
determinar qué tipo de alteraciones
padece una persona. Para ello, debemos saber cómo interpretarlas; es decir, saber qué
valor tienen (principalmente si las detectamos en niños o adultos, aparentemente
sanos), cuándo estará indicada la realización de estudios complementarios y cuándo
será necesario derivar al paciente al hematólogo con mayor o menor rapidez. En este
sentido deben considerarse los siguientes aspectos:
a) Los valores de referencia son distintos según la edad del paciente e incluyen el
95% de la “población normal” o la media ± 2 DS (ver la tabla).
b) Hay que valorar los datos obtenidos a través de una buena anamnesis y de la 467
exploración física minuciosa del paciente.
3 Se usa el término poliglobulia cuando existe un aumento de eritrocitos únicamente, por lo cual el término
policitemia, muy usado en muchos libros, solo corresponde cuando se encuentran aumentados todos los recuentos
celulares de la sangre.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
(también puede expresarse en g/L). En los casos de anemia estará disminuida
y en la poliglobulia estará elevada.
c) Hematocrito (Htc): es el volumen de GR en relación a la cantidad de plasma.
Se expresa en % o L/L. Se encontrará aumentado en las poliglobulias, ya sean
falsas por hemoconcentración, verdaderas en aquellos casos donde el Htc es
superior a 60% (0,60 L/L) o fisiológicas como en los recién nacidos respecto a
otras edades.
d) Índices eritrocitarios de Wintrobe: partiendo de la Hb, recuento de
eritrocitos y el Htc se calculan estos índices muy útiles en la práctica clínica:
I. VCM: representa la media del volumen de los hematíes. Según el VCM,
las anemias se clasifican en normocíticas, microcíticas y macrocíticas.
Este parámetro puede calcularse con la siguiente ecuación, donde Htc es
el hematocrito expresado en porcentaje, 10 es el factor de corrección y
GR es el número de glóbulos rojos (las dos primeras cifras significativas,
como se muestra en la tabla 25):
VCM = Htc (%) x 10
GR (mm3)
II. HCM: informa del contenido medio de Hb de cada hematíe. Se
correlaciona con el VCM, así las anemias se acompañan de una
468
disminución de la HCM (hipocromía). Este parámetro puede calcularse
con la siguiente ecuación, donde Hb es la hemoglobina expresada en
g/dL, 10 es el factor de corrección y GR es el número de glóbulos rojos
(las dos primeras cifras significativas):
HCM = Hb (g/dL) x 10
GR (mm3)
III. CHCM: es la concentración de Hb en 100 ml de hematíes. Se expresa en
g/dL. Es un parámetro menos sensible del contenido de Hb por lo que se
está dejando de usar. Este parámetro puede calcularse con la siguiente
ecuación, donde Hb es la hemoglobina expresada en g/dL, 100 es el factor
de corrección y Htc es el hematocrito expresado en porcentaje:
CHCM = Hb (g/dL) x 100
Htc (%)
IV. ADE: si es alto, traduce la existencia de anisocitosis, es decir la presencia
al mismo tiempo de poblaciones de eritrocito de diferentes tamaños:
eritrocitos normales y eritrocitos microcíticos y/o macrocíticas.
Normalmente es menor a 15%. En las anemias carenciales como las
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
ferropénicas o megaloblásticas, el ADE estará aumentado, sin embargo,
en la talasemia el ADE es normal.
La alteración más frecuente que se encuentra al interpretar un hemograma es
la anemia. El uso de los índices eritrocitarios VCM (tamaño), HCM (cromía),
combinado con el recuento reticulocitario, permite orientar la búsqueda etiológica,
clasificando la anemia como normocítica-normocrómica, microcítica–
hipocrómica, macrocítica, regenerativa o arregenerativa (Torrens, 2015).
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
denomina basofilia, una situación rara que a menudo indica una enfermedad
hematológica, como la leucemia.
✓ Linfocitos: constituyen un sistema complejo de células que proporcionan
inmunidad ya que reconocen antígenos extraños y generan respuestas de
anticuerpos y otras sustancias (humoral) y respuestas antagónicas mediadas
por células. En un frotis teñido, casi todos los linfocitos son redondos, algo más
grandes que los eritrocitos y tienen núcleos casi redondos sin características
especiales y un borde delgado de citoplasma no granular. El aumento en el
recuento de linfocitos se denomina linfocitosis y a menudo se asocia con
infecciones virales. El recuento de linfocitos anormalmente bajo se conoce como
linfopenia y se asocia con el tratamiento con fármacos a largo plazo o la
inmunodeficiencia.
✓ Monocitos: es un macrófago inmaduro que pasa a través de la sangre desde
su punto de origen, en general en la MO, a una localización tisular específica.
Los macrófagos son las células más abundantes en el organismo, más
abundante que los eritrocitos o las células cutáneas, aunque son un componente
menor del recuento diferencial en los frotis sanguíneos. Ocupan cada una de las
cavidades del cuerpo; algunos son móviles y otros inmóviles. Su función consiste
en identificar y fagocitar partículas extrañas y ayudar a los linfocitos en el
desarrollo de la respuesta inmunitaria por medio del ensamblado y la 471
presentación de antígenos inmunógenos. En los frotis teñidos, los monocitos
presentan un diámetro algo mayor que los otros leucocitos, citoplasma gris y
núcleo lobulado. El aumento del número de monocitos puede indicar una
enfermedad hematológica, como leucemia, y se denomina monocitosis. Los
laboratoristas rara vez confirman la disminución del recuento de monocitos,
por lo que el término teórico de monocitopenia es inusual.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
El frotis sanguíneo, junto con los índices hematimétricos, permite al experto
determinar características morfológicas de las células sanguíneas en
concordancia con los recuentos celulares y los índices hematimétricos.
El análisis rápido y exacto de los elementos celulares de la sangre y la MO es esencial
para el ejercicio de la hematología clínica. Los contadores de sangre completos,
automatizados y estándar, por lo regular proporcionan información valiosa en
cuestión de minutos, mientras que la información clínica proveniente de la evaluación
de la sangre periférica o la MO al microscopio, puede obtenerse en menos de 1 hora
(Leko, Calvo y Schechter, 2019).
El frotis sanguíneo
consiste en un extendido de la
gota de sangre con la técnica
en cuña sobre un portaobjetos
de vidrio, se deja secar, se fija
y se tiñe con la tinción de
Wright o Giemsa-Wright. El
experto fija el portaobjetos a
la platina del microscopio y lo
examina determinando las
472
alteraciones de la forma, el
diámetro, el color y las
inclusiones (Freund, 2011).
En ciertas condiciones, especialmente en el síndrome anémico, los eritrocitos
pueden presentar una forma anormal, un tamaño anormal y una coloración anormal;
por lo cual los valores de referencia de la tabla 26 proporcionan una guía general de
los valores de referencia que pueden aplicarse a la mayoría de los adultos y niños
sanos.
En algunos valores se han tenido en consideración las diferencias de edad y de
sexo; incluso así, los amplios intervalos mostrados en varias pruebas reflejan la
influencia de diversos factores, como se describe más abajo. En condiciones
estandarizadas, cabría esperar unos intervalos más estrechos.
Dado el alto nivel de precisión técnica proporcionado por los autoanalizadores
modernos, incluso las pequeñas diferencias en las mediciones sucesivas pueden ser
significativas.
Por lo tanto, es importante establecer y comprender los límites de las
variaciones fisiológicas de las diversas pruebas. Los datos del recuento sanguíneo y
los resultados de otras pruebas pueden proporcionar indicaciones sensibles de
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
anomalías que pueden tener su importancia en la interpretación clínica y en los
procesos de detección de patologías.
Por su parte, el recuento eritrocitario y la concentración de Hb, presentan
variaciones considerables en diferentes períodos de la vida. En el nacimiento, el valor
de la hemoglobina es mayor que en cualquier otro período posterior.
El recuento eritrocitario está elevado inmediatamente tras el nacimiento y, con
frecuencia, se encuentran unos valores de hemoglobina mayores de 20 g/dL, un
recuento mayor de 6.000.000/mm3 y un hematocrito de 65% cuando el cordón
umbilical se anuda tardíamente tras el alumbramiento. Probablemente, sea la
interrupción de las pulsaciones en la arteria umbilical del cordón, así como las
contracciones uterinas lo que produce que mucha de la sangre contenida en la
placenta ingrese de nuevo en la circulación del recién nacido.
Tras el período posnatal inmediato, la Hb cae bastante abruptamente hasta
alcanzar su valor mínimo alrededor del segundo mes. El recuento eritrocitario y el
Htc, también caen, aunque de forma menos pronunciada, y las células pueden volverse
microcíticas si aparece una deficiencia de hierro.
En la tabla 25 se muestran, además, los cambios en la HCM, CHCM y el VCM
en la sangre del niño, desde la fase de recién nacido hasta la primera infancia pasando
por la etapa de lactante. La Hb y el recuento eritrocitario aumentan normalmente de 473
forma gradual hasta casi alcanzar los valores de los adultos en la pubertad.
En las personas sanas de ambos sexos, la Hb, el recuento eritrocitario, el Htc y
los parámetros relacionados se mantienen marcadamente constantes hasta la sexta
década. Estadísticamente, al menos el 1% de la población normal tiene niveles 3 DE
por debajo de la media, pero en algunos estudios se han encontrado cifras
considerablemente mayores.
Es posible que algunos tengan deficiencias nutricionales (p. ej., hierro), sin
efectos clínicos. Los valores de las mujeres tienden a ser significativamente menores
que los de los hombres. Aparte de la influencia hormonal en la hemopoyesis, es
probable que la deficiencia de hierro sea un factor que influya en esa diferencia; se
desconoce en qué medida la pérdida menstrual de sangre se convierte en un elemento
significativo, porque una pérdida de hasta 100 ml de sangre en cada período puede
producir una depleción de hierro a pesar de que no haya anemia. Además, la detención
de la menstruación por los anticonceptivos orales ocasiona un aumento del hierro
sérico sin que se afecten los valores de la hemoglobina.
En el embarazo normal, hay un incremento de la actividad eritropoyética. Sin
embargo, al mismo tiempo se produce un aumento en el volumen plasmático, que tiene
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
como consecuencia una disminución progresiva de los valores de Hb, Htc y recuento
eritrocitario; lo cual dio lugar a la mal llamada “anemia fisiológica del
embarazo”, pues no existen las anemias fisiológicas. Los valores regresan a la
normalidad aproximadamente a la semana del parto (Lewis, Bain y Bates, 2008).
Hay un ligero aumento en el VCM durante el segundo trimestre, la ferritina
sérica disminuye al principio del embarazo y permanece baja en general durante el
mismo, incluso si se administra hierro suplementario, aunque la disminución en la
Hb es menos marcada.
En ciertos casos, además de los efectos permanentes de la edad y del sexo,
también parece haber fluctuaciones transitorias, cuyo significado es, a menudo, difícil
de valorar.
No está claro si el ejercicio ligero aumenta el recuento eritrocitario o la Hb de
forma significativa por encima de los valores basales observados en el sujeto en reposo;
los efectos pueden ser lo suficientemente pequeños para quedar incluidos en los
errores técnicos de cálculo. Los cambios más significativos se producen en los atletas
de resistencia; por ejemplo, los corredores de distancias largas que pueden desarrollar
la llamada “anemia del deportista” con una ligera disminución de los valores de Hb
y del recuento eritrocitario, que se cree son el resultado de un aumento del volumen
plasmático (Lewis et al., 2008). 474
En cambio, en los velocistas que requieren una breve e intensa actividad
muscular sumamente explosiva, el recuento eritrocitario aumenta hasta unos
500.000/mm3, la Hb en 1,5 g/dL, sobre todo por la reducción en el volumen plasmático
y, en menor medida, por la reentrada en la circulación de las células previamente
secuestradas en el bazo (reservorio de sangre).
Durante el entrenamiento de resistencia, se produce una disminución de los
valores de hierro sérico y de ferritina, posiblemente asociada a la pérdida de hierro a
través del sudor. Hay que distinguir estos efectos producidos por el ejercicio de los que
ocasiona una forma de hemólisis conocida como la “anemia del corredor” o
“hemoglobinuria de la marcha”, que se origina como resultado del golpeteo de los
pies en el suelo.
Existe una alteración pequeña, aunque significativa, en el volumen plasmático,
con un aumento de la Hb y del Htc, cuando el paciente cambia de postura y pasa de
estar acostado a estar sentado, especialmente en las mujeres; en sentido contrario, el
cambio de estar paseando a estar acostado ocasiona una disminución del 5 al 10% en
la Hb y en el Hto. Por tanto, los sujetos deben descansar durante unos 10 minutos
antes de que se les extraiga la sangre. La diferencia en la posición del brazo durante
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
la toma de muestra venosa, ya sea por debajo de la aurícula o a su nivel, también
pueden afectar al Htc.
El efecto de la altitud consiste en un aumento de la Hb y del Htc, así como
del número de eritrocitos circulantes, que tienen un VCM inferior. El grado de la
poliglobulia depende del grado de la hipoxemia.
A una altitud de 2.000 m, la Hb es de 0,8 a 1,0 g/dL mayor y el Htc es 2,5%
mayor que a nivel del mar; a 3.000 m, la Hb es de 2,0 g/dL y el Htc es 6% superior, y
a 4.000 m la Hb es de 3,5 g/dL y el Htc es 11% superior. Estos incrementos parecen
ser el resultado tanto de un aumento de la eritropoyesis por el estímulo hipóxico como
de la reducción en el volumen plasmático que se produce en las grandes altitudes
(Lewis et al., 2008).
El hecho de fumar cigarrillos tiene un efecto significativo sobre muchos valores
hematológicos normales de referencia. Algunos efectos pueden ser transitorios y su
gravedad difiere según los individuos y según el número de cigarrillos fumados. El
hecho de fumar 10 o más cigarrillos al día produce unos valores de Hb, Htc y VCM
ligeramente superiores (Lewis et al., 2008).
475
Es probable que esto sea una consecuencia de la acumulación de
carboxihemoglobina (monóxido de carbono unido al hemo de la Hb) en la sangre
junto con una reducción del volumen plasmático. Después de fumar un único
cigarrillo, el valor de la carboxihemoglobina aumenta cerca del 1%, y en los grandes
fumadores la carboxihemoglobina puede representar el 4 o 5% de la concentración de
Hb total (Lewis et al., 2008).
En los fumadores puede haber poliglobulia y, además, el número de leucocitos
puede estar elevado, como resultado de un incremento de los neutrófilos, y la
funcionalidad de éstos puede estar afectada. También se afectan los linfocitos con un
aumento de los CD4 (+) y del recuento linfocitario total. Asimismo, tienden a
presentar recuentos plaquetarios mayores que los no fumadores, pero éstos
disminuyen rápidamente al cesar de fuma, pero parece ser que existe un aumento
consistente en el recambio plaquetario con una reducción de la supervivencia
plaquetaria y un aumento de la β-tromboglobulina plasmática (Malenica et al., 2017).
Se ha notificado una concentración elevada de fibrinógeno (con un aumento de
la viscosidad plasmática) y una reducción de la proteína S4, lo cual puede favorecer
4 La proteína S es una glicoproteína dependiente de vitamina K sin actividad proteolítica. Se sintetiza como
precursor inactivo en el hígado, en células endoteliales, megacariocitos y células de Leydig testiculares. La forma
activa se obtiene tras la carboxilación de los residuos glutámicos por una carboxilasa dependiente de vitamina K
y contiene los residuos gamma carboxiglutámicos que permiten la unión al calcio, actuando como cofactor de la
proteína C activada potenciando la función anticoagulante de la sangre de manera fisiológica.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
a la hipercoagulabilidad sanguínea que llevan a infarto de miocardio o accidente
cerebro vascular.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
reactiva (PCR), 1-antitripsina, haptoglobina, ceruloplasmina y proteínas del
complemento. La proteína C reactiva en concentraciones fisiológicas no afecta la
eritrosedimentación.
Relacionado con las propiedades de los eritrocitos, la VSG puede modificarse
tanto por alteraciones cualitativas o cuantitativas de los eritrocitos y su relación con
el plasma.
La VSG es directamente proporcional a la masa del eritrocito o del agregado de
los mismos, e inversamente proporcional al área de su superficie. Las células grandes
tienen un radio menor de superficie-volumen y menos carga en relación con la masa
de los eritrocitos al compararlas con los microcitos. Como consecuencia de lo anterior,
los eritrocitos macrocíticos sedimentan más rápido y los microcitos más lento que los
eritrocitos normales.
En la anemia falciforme, la forma anormal de las células interfiere con el
fenómeno de rouleaux y retarda la ES en situaciones en donde debería estar elevada,
por ejemplo, frente a una infección bacteriana.
La presencia de anisocitosis marcada (diferentes formas de eritrocitos) produce
un aumento en la agregación de diferentes tamaños y la formación de un “velo
eritrocitario” en la columna sobrenadante del plasma, conocida como sedimentación
477
velada.
La presencia en el plasma de sustancias como lecitinas, ácidos grasos y
medicamentos como quinina, fenilbutazona, salicilato de sodio y tiosemicarbazona
inhiben los procesos que intervienen en la VSG y en consecuencia la pueden disminuir
falsamente (Campuzano, 2010).
El estándar de oro para medir la VSG es el método de Westergren
introducido en 1926, quien utiliza una pipeta de vidrio diseñada para tal efecto, con
una longitud de 200 mm y un diámetro interno de 2,5 mm en la cual se depositan 0,5
mL de sangre completa con anticoagulante (EDTA); la pipeta se coloca en la gradilla
de sedimentación por una hora, al término de la cual se lee en mm el desplazamiento,
de arriba hacia abajo, de la columna de glóbulos rojos, como se muestra en la figura.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
después de los 50 años de edad, en hombres entre 0 y 20 mm/h y en mujeres entre 0 y
30 mm/h.
Miller y col, propusieron una fórmula empírica para el valor de referencia de la
VSG esperada que cubre el 98% de las personas sanas: para los hombres se obtiene
mediante:
VSG Varones: Edad (años)
2
VSG Mujeres: [edad (años) + 10]
2
A pesar de que la VSG es una de las pruebas más solicitadas al laboratorio
clínico, existen otras pruebas más sensibles y específicas que la sustituyen con mejor
desempeño analítico, como los reactantes de fase aguda, en particular la proteína
C reactiva, en las enfermedades infecciosas y en las enfermedades inflamatorias
reumatológicas o cardiovasculares y los marcadores tumorales en las enfermedades
neoplásicas. Sin embargo, la VSG continúa teniendo algunas indicaciones como en la
arteritis temporal y en la polimialgia reumática en donde sigue siendo uno de los
criterios de diagnóstico.
478
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Los reticulocitos son eritrocitos jóvenes; contienen remanentes del ácido
ribonucleico ribosómico (ARN) que estuvo presente en grandes cantidades
en el citoplasma de los precursores nucleados de los cuales provienen.
Los ribosomas tienen la propiedad de reaccionar con ciertos colorantes básicos como
el azur B, el azul de cresil brillante o el azul de metileno para formar un
precipitado azul o púrpura de los gránulos o de los filamentos.
Esta reacción se produce únicamente en las preparaciones teñidas vitalmente,
sin fijar. Los reticulocitos más inmaduros son los que presentan una cantidad mayor
de material precipitable; en los menos inmaduros, sólo se observan unos cuantos
puntos o algunas hebras cortas.
Los reticulocitos pueden clasificarse en cuatro grupos que van desde los más
inmaduros, con una gran acumulación de reticulina (grupo I), hasta los más
maduros, con unos cuantos gránulos de reticulina (grupo IV).
El número de reticulocitos en sangre periférica es un reflejo bastante preciso
de la actividad eritropoyética, asumiendo que los reticulocitos se liberan
normalmente por la MO y que permanecen en la circulación por un período de tiempo
normal. Estas premisas no son siempre válidas, porque un aumento del estímulo
eritropoyético produce una liberación prematura a la circulación. El tiempo medio de
maduración de los denominados reticulocitos estimulados o de “estrés” puede durar 479
hasta 3 días.
Cuando hay una anemia grave, hay que corregir el recuento reticulocitario y
expresarlo como un índice reticulocitario, donde Htc del paciente es el medido y el Htc
normal se considera 45% (Ruiz, 2004):
Índice reticulocitario = N° de reticulocitos observados en % × Htc del paciente
Htc normal
El rango de reticulocitos en los adultos y los niños es de 50 a 100 × 109/L (0,5 a
2,5%). En lactantes (en sangre de cordón a término) es 2 a 5%.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
481
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
La punción-aspiración de MO se realiza con una aguja especial insertada en
la cavidad de la MO, a través de la cual se extrae una muestra. Por lo regular, se
recurre a la cresta ilíaca posterior en todos los pacientes mayores de 12 a 18 meses de
edad. Otros lugares son la cresta ilíaca anterior, el esternón y el proceso espinoso T10
a L4. El esternón no suele emplearse en niños porque la cavidad es demasiado
superficial y hay peligro de perforar el mediastino y el corazón.
Como la aspiración altera la arquitectura medular, esta técnica se utiliza sobre
todo para determinar el tipo de células presentes y sus cantidades relativas con
propósitos diagnósticos.
Los frotis con tinción de aspirados de MO suelen someterse a diversos estudios,
incluidos determinación de la relación entre células eritroides y mieloides (la razón
normal es 1:3), recuento diferencial, búsqueda de células anómalas, evaluación de
depósitos de hierro en las células del retículo y tinciones especiales y estudios
inmunoquímicos.
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Por lo tanto, la MO de una persona de 30 años, contiene entre el 60% y el 80%
de las células hematopoyéticas activas (100 – 30 = 70 10%); en cambio, una persona
de 70 años, está en el intervalo del 20% al 40% (100 – 70 = 30 10%). Por ello, la
cantidad de células hematopoyéticas disminuye con la edad.
La MO con un índice normal para la edad específica se llama médula ósea
normocelular. La desviación de los índices normales para las edades específicas
indica un cambio patológico en la MO (Pawlina y Ross, 2020).
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Estudios por imágenes: se observó hepatomegalia homogénea, ascitis moderada,
numerosas adenopatías en el hilio hepático (la mayor de 30 mm). El mapeo óseo
radiológico no mostró lesiones osteolíticas.
Ecocardiograma transtorácio: muestra disfunción diastólica (con un espesor del
septum IV de 7,4 mm). Se solicitó dosaje de TnT y BNP que mostraron un aumento
leve.
Punción-biopsia de médula ósea: El medulograma mostró 2,1% de plasmocitos y
la biopsia de médula ósea mostró depósito focal de amiloide y 5% de células
plasmáticas por inmunohistoquímica. El cariotipo fue normal.
Diagnóstico: Amiloidosis AL primaria IgM kappa con compromiso hepático,
esplénico, renal y de médula ósea.
Tratamiento: hemodiálisis y tratamiento con Bortezomib, Ciclosfosfamida y
Dexametasona. Luego del primer ciclo se objetivó disminución de la IgM, a un valor
de 1100 mg/dL.
Puntos de reflexión
1. Obtenga los índices hematimétricos y saque conclusiones acerca de los valores.
2. ¿Qué relación existe entre los elementos semiológicos de la exploración física y
los hallazgos del proteinograma?
3. ¿Qué información aporta el extendido de sangre periférica al diagnóstico del
paciente? 484
4. ¿Qué importancia tiene el medulograma en este caso?
Fernández, V. H.
Capítulo 10 Fisiología de sistemas
Referencias bibliográficas
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Campuzano Maya, G. (2008). Utilidad clínica del extendido de sangre periférica: los eritrocitos.
Medicina & Laboratorio; 14; pp. 311-357.
https://medicinaylaboratorio.com/index.php/myl/article/view/480/433
Campuzano Maya, G. C. (2010). Eritrosedimentación: réquiem para una prueba. Medicina &
Laboratorio; 16; pp. 11-40. https://medicinaylaboratorio.com/index.php/myl/article/view/378.
Freund, M. (2011). Hematología. Guía práctica para el diagnóstico microscópico. 11ª edición. Editorial
Médica Panamericana.
Koolman, J. Rohm, K. H. (2012). Bioquímica Humana. Texto y Atlas. 4ª edición. Editorial Médica
Panamericana.
Fernández, V. H.
SECCIÓN II
Fisiología de sistemas
Capítulo 11
Hematopoyesis y fisiología del
eritrón
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Conoce las principales características y funciones de los hematíes.
2. Describe las consecuencias funcionales de la falta de núcleo, ribosomas y
mitocondria para la síntesis de proteínas, y el metabolismo energético del
eritrocito.
3. Describe las principales vías metabólicas del eritrocito adulto a fin de
identificar los trastornos que pueden aparecer por un déficit de las mismas
(eritroenzimopatías).
4. Describe la eritropoyesis y explicar los mecanismos de regulación hormonal e
intraeritroblástica de la misma.
5. Conoce los factores fisiológicos que modifican la concentración de los
eritrocitos en sangre.
6. Relaciona la tasa de síntesis de eritrocitos con la vida media normal del
eritrocito y con el porcentaje de reticulocitos inmaduros en la sangre.
7. Explica el balance normal entre síntesis y destrucción de eritrocitos, y cómo sus
alteraciones conducen a la anemia o policitemia.
8. Describe la estructura y metabolismo de la hemoglobina, destacando los
mecanismos de producción de las hemoglobinopatías.
9. Conoce las causas que pueden generar incrementos de los niveles de
bilirrubina.
10. Describe el metabolismo del hierro: balance, absorción, transporte y depósitos, a
fin de comprender las posibles causas de la anemia ferropénica.
11. Describe el metabolismo de la vitamina B12 y del ácido fólico (B9) a fin de
comprender las posibles causas de la anemia macrocítica.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La hematopoyesis es el mecanismo
fisiológico responsable de la formación
continuada de los distintos tipos de
elementos formes sanguíneos, que los
mantiene dentro de los límites de la
normalidad en la sangre periférica.
Implica tanto la especificación de
linajes de células sanguíneas
individuales como la proliferación celular
para mantener cantidades adecuadas de
células circulantes durante toda la vida. Esto es posible gracias a las propiedades 486
únicas de las células madre hematopoyéticas (CMH).
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
adultos jóvenes, la médula roja se localiza principalmente en las epífisis de los huesos
largos, el esternón, las costillas, el cráneo, las vértebras y la pelvis. Este fenómeno de
centralización se conoce como ley de Newman.
Aunque los sitios de hematopoyesis en el adulto son por tanto relativamente
limitados, otros sitios conservan su capacidad de producir células sanguíneas, si es
necesario. En caso de que aumente el impulso hematopoyético (como en las anemias
hemolíticas crónicas y los trastornos mieloproliferativos crónicos), el tejido
hematopoyético se expande y puede extenderse hasta cavidades medulares que, en
condiciones normales, no llevan a cabo la hematopoyesis en el adulto. También es
posible que en hígado y bazo del adulto se formen focos de tejido hematopoyético (la
denominada hematopoyesis extramedular) (Hatton et al., 2014).
487
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
El microentorno especializado o nicho de células madre es un sitio
anatómico al que llegan señales reguladoras que permiten a las células
madre crecer y proliferar, expandirse si es necesario y generar números
variables de células hijas en su descendencia.
Este nicho también debe regular el número de células madre producidas dado que su
descontrol generaría aumentos exacerbados y serios problemas de salud.
El microambiente medular engloba un conjunto de sustancias químicas,
hormonales y diversos tipos celulares (células endoteliales, Linfocitos T, macrófagos,
células reticulares y adipocitos), entre otros varios factores menos conocidos.
Cada tipo celular se desarrolla en un ambiente específico de la médula,
denominado nicho, que está formado por elementos del microambiente que, además
de intervenir en el proceso de diferenciación celular, ofrecen a la célula soporte físico
y punto de adhesión.
La MO puede considerarse como un tejido blando contenido en un envoltorio
óseo que libera las células hematopoyéticas más maduras a la circulación bajo ciertas
condiciones, aunque la mayoría de estas células completan su maduración en el árbol
vascular o en los tejidos.
La MO es un tejido conectivo especializado y contiene células, una matriz 488
extracelular y vasos sanguíneos que conforman un compartimiento vascular
compuesto principalmente por un sistema de sinusoides y separado de un
compartimiento hematopoyético que forma columnas o cuñas irregulares entre los
vasos.
En la médula roja, el compartimiento hematopoyético está ocupado casi en su
totalidad por células hematopoyéticas incluidas en un escaso tejido conectivo
reticular, denominado estroma de la MO. En la porción central de la médula,
alrededor de los grandes vasos se observa gran cantidad de grasa, dado que la
hematopoyesis es más activa en la periferia. En la médula ósea amarilla, la grasa
ocupa casi todo el compartimiento hematopoyético, donde sólo se distinguen algunos
megacariocitos.
El compartimiento vascular conforma un esqueleto estructural en la médula.
En un hueso largo típico, la médula está irrigada por un único vaso grande, la arteria
nutricia, que recorre el hueso compacto en la mitad de la diáfisis. En la parte central
de la médula, la arteria nutricia se divide en dos ramas, las arterias longitudinales
centrales, cada una de las cuales se dirige a su lado de la diáfisis.
Desde las arterias centrales de recorrido longitudinal, se emiten ramas
radiales que transcurren hacia la periferia de la médula, donde forman capilares que
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
se vacían en los sinusoides, vasos grandes de
paredes delgadas que se anastomosan en gran
medida entre sí en la periferia de la médula
ósea y envían prolongaciones hacia el centro.
Aquí se vacían en una vena longitudinal
central, que sigue el sistema arterial hacia el
exterior de la médula ósea.
En las metáfisis de los huesos largos,
numerosas pequeñas arterias ingresan en la
médula ósea, donde se anastomosan con los
vasos centrales, mientras que venas pequeñas
abandonan el tejido medular. También las
epífisis son irrigadas por varios vasos.
El intercambio de células entre la MO y la circulación sólo tiene lugar a través
de la pared de los sinusoides, que puede estar compuesta por hasta tres capas: el
endotelio, una capa de sustancia similar a la membrana basal y una capa de células
reticulares adventicias; sólo el endotelio aparece siempre.
En condiciones normales, casi la mitad de la superficie externa de la pared del
sinusoide está recubierta por células reticulares adventicias. Sus delgadas 489
prolongaciones citoplasmáticas pueden extenderse hasta la profundidad del
compartimiento hematopoyético, donde forman una red anastomosada, provista de
finas fibras reticulares producidas por las células reticulares.
Cuando son abundantes, las células reticulares adventicias pueden
transformarse en células adiposas típicas que, a su vez, transforman la médula roja
en amarilla.
El pasaje transendotelial de células maduras desde el compartimiento
hematopoyético a la luz del sinusoide tiene lugar directamente a través de la célula
endotelial, donde en los sitios más aplanados se forma un poro de migración
transitorio. Estos poros son relativamente pequeños respecto del tamaño de las
células migrantes y desaparecen en cuanto pasa la célula sanguínea. Las células del
compartimiento hematopoyético sólo pasan a la sangre cuando han alcanzado cierto
grado de diferenciación.
Además de las fibras reticulares, la matriz extracelular se compone de
proteoglucanos y de glucoproteínas multiadhesivas, entre ellas, fibronectina y
laminina, que se creen contribuyen a mantener determinados microambientes
celulares del estroma.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Las células hematopoyéticas no se localizan en la médula en forma aleatoria
(siguiente figura). Los megacariocitos (M) se encuentran siempre adosados a la
pared del sinusoide (S) por sobre una abertura por la cual largas prolongaciones de
citoplasma del megacariocito se extienden hasta la luz (Strayer y Rubin, 2015).
490
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
eritrocitos. Los macrófagos no sólo se encuentran en los islotes hematopoyéticos
eritroblásticos, sino en muchos otros sitios del estroma.
A diferencia de los trombocitos y los eritrocitos, los granulocitos, en forma
característica, se producen en cúmulos ubicados alrededor de la trabécula (T) y del
vaso (V) arterial, a cierta distancia de la pared del sinusoide, formando la zona
mieloide (ZM). Recién cuando las células alcanzan el estadio de mielocito adquieren
movilidad propia y están capacitados para desplazarse hasta el sinusoide y pasar a la
sangre (Ortiz, Delgado y Lara, 2017).
491
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
mielocítico común que libera eritrocitos, granulocitos y plaquetas. La división de la
hematopoyesis en los compartimientos mielocítico y linfocítico es fundamental para
comprender las enfermedades hematológicas.
492
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
El factor estimulante de CMH, también conocido como ligando c-KIT y el
ligando Flt-3 (Flt-3L) apoyan la sobrevida y proliferación de las CMH, de la UFC-
GEMM y de varias células progenitoras.
En la tabla 30 se observa las proteínas reguladoras de la hematopoyesis que
desempeñan una función preponderante en líneas específicas o de manera más
general.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La célula madre hematopoyética es capaz de restablecer la hematopoyesis
trilineal en un individuo que ha sufrido mieloablación por quimioterapia,
irradiación, exposición a tóxicos o de manera constitucional o idiopática; también se
observa en aquellos que han recibido un trasplante autólogo o alogénico de
hematoprogenitores y habitualmente dicha célula circula en números pequeños en la
sangre periférica.
Esta cifra se incrementa bajo diferentes estímulos, por ejemplo, después de la
aplicación de quimioterapia o del FEC-G, cuya administración al mismo paciente o un
donador histocompatible hace posible un autotrasplante, en el primer caso, o un
trasplante alogénico (de un individuo diferente) en el segundo; para ello se utilizan
concentrados de células mononucleares de la sangre periférica, que contienen
cantidades suficientes de células hematopoyéticas pluripotenciales, recolectadas con
un procesador celular (máquina de hemoféresis) después de la estimulación del
donador con FEC-G recombinante (Jaime y Gómez, 2012).
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Finalmente, el progenitor ErP se transforma en el primer precursor o célula
identificable morfológicamente como de línea eritroide, conocida como
Proeritroblasto de 12 µm a 20 µm de diámetro mediante un proceso secuencial en
el que intervienen tres etapas madurativas.
495
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
c) La etapa tardía presenta células cuyos núcleos celulares disminuyen aún más
de tamaño y se hacen picnótico (cromatina muy condensada). En el citoplasma
predomina el color rosado sobre el azul, debido a la intensa cantidad de Hb y se
los denomina Eritroblastos ortocromáticos. Luego el núcleo picnótico es
expulsado por extrusión de la célula, dando origen a un reticulocito
inmaduro (tipo I), que permanece aún en la médula ósea durante dos o tres
días. Este reticulocito se caracteriza por su gran tamaño (150 a 180 fL) y
elevado contenido en ARN dando una tonalidad azulada y suele contener escaso
punteado basófilo. En el momento de expulsar el núcleo, el reticulocito tipo I
contiene dos tercios de su contenido final de Hb, por lo que la síntesis de ésta
continúa durante dos o tres días hasta completarse. Luego se produce una
reducción del contenido de ARN, mitocondrias y del volumen celular, que se
aproxima al del eritrocito maduro circulante. En este momento, el reticulocito
atraviesa la pared sinusoidal de los capilares de la médula ósea y penetra en la
circulación, manteniendo vestigios de ARN durante unas 24 horas más en
circulación hasta que finalmente, se transforman en eritrocitos maduros con
ausencia total de ARN.
Tabla 31. Características morfológicas de las células constituyentes de la línea eritroide.
Tamaño Nucléolo Relación Tinción del
Célula Núcleo
(m) visible núcleo/citoplasma citoplasma
496
Proeritroblasto 20 a 25 Redondo 1a2 Muy elevada Basófilo
Eritroblasto
16 a 18 Redondo No Elevada Hiperbasófilo
basófilo
Eritroblasto
8 a 12 Redondo No Baja (25%) Acidófilo
policromatófilo
Eritroblasto Redondo/
7 a 10 No Muy baja Muy acidófilo
ortocromático picnótico
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Cuando, por alguna razón,
existe una eritropoyesis
acelerada, un número variable de
reticulocitos tipo I (que depende
del grado de anemia o hematocrito)
abandonan precozmente la MO,
dando lugar a la característica
“policromasia” o aparición en la
sangre de eritrocitos de gran
tamaño y citoplasma ligeramente
azul (figura de la izquierda-flecha).
En la coloración con Giemsa suele verse de aspecto azulado por lo cual se los
llama “policromatófilos”, pero para definir el tipo de reticulocitos se debe realizar
la coloración vital (ver capítulo 10).
En su conjunto, la eritropoyesis comprende cuatro divisiones mitóticas
sucesivas, que producen entre 14 y 16 eritrocitos por cada proeritroblasto, pero debido
a que el 5-10% de los eritroblastos mueren antes de completar su proceso madurativo
en la eritropoyesis ineficaz fisiológica, esta cifra siempre es algo inferior.
La maduración del núcleo (síntesis de ADN) y la del citoplasma (síntesis de Hb) 497
se realizan siempre de forma sincrónica, pero en varios trastornos como en las
anemias carenciales y otros trastornos madurativos, los eritroblastos desaparecen en
la propia médula ósea antes de llegar a madurar (eritropoyesis ineficaz
patológica) y aparece la anemia.
Por su parte, la MO tiene una capacidad eritropoyética muy elevada, pudiendo
generar entre 200 y 250 mil millones de eritrocitos cada día, cantidad suficiente para
cubrir las necesidades respiratorias y metabólicas de un organismo adulto normal.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
túbulos renales y produce 90-95% de la EPO total circulante y, en menor cantidad,
por otras células como el hepatocito y células no parenquimatosas como los macrófagos
de MO.
Se sintetizada de novo en respuesta a la hipoxia, ya que no existen reservas
detectables de la hormona y, en estas condiciones, la síntesis de EPO puede llegar a
aumentar hasta 1.000 veces, lo que se traduce en un gran aumento de su
concentración en plasma. El hígado produce una pequeña cantidad que no es
suficiente para suplir el déficit de EPO endógena que se produce cuando cesa la
producción en el caso de insuficiencia renal.
La EPO es un factor de crecimiento eritropoyético, con unos niveles normales
que oscilan entre 5 y 30 mU/ml y su síntesis depende de la presión parcial de oxígeno
(pO2) de los tejidos y, en especial, de la que existe en las células intersticiales que
rodean el túbulo renal. Esta pO2 varía, a su vez, en función de diversos factores, como
el flujo sanguíneo, la concentración de Hb y su afinidad o grado de saturación por el
oxígeno (Sat%). Por ello, cuando disminuye la masa eritrocitaria o el O 2 intracelular,
se produce un aumento de la síntesis de EPO.
El mecanismo por el cual la hipoxia induce la síntesis de EPO se relaciona con
un fenómeno de inducción genética por parte del O2 sobre la síntesis de la hormona,
de manera que ésta es tanto mayor cuanto mayor es la intensidad de la hipoxia. 498
Además de la hipoxia, la expresión del gen de la EPO puede estar modulada
por otros factores entre los que destacan ciertos metales de transición, como el cobalto
(Co), níquel (Ni) y manganeso (Mn), o sustancias diversas, como el CO, ON, H 2O2 o
citocinas relacionadas con los procesos inflamatorios (TNFα e IL-1, principalmente).
Hormonas como la triyodotironina (T3) y el cortisol estimulan su síntesis.
La testosterona y esteroides androgénicos relacionados, demostraron poseer
acciones eritropoyéticas y se postula que su mecanismo de acción se relaciona con un
incremento de la producción renal de EPO o con una acción directa sobre los
progenitores eritroides, o ambos.
En caso de hipoxia, se sensibiliza una flavoproteína hemínica (citocromo b)
intracelular que, a través de un mecanismo relativamente complejo, estabiliza otra
proteína de 120 kDa, decisiva para la inducción del gen EPO, conocida con el nombre
de factor 1 inducible por la hipoxia (hypoxia-inducible factor-1 o HIF-1). El
HIF-1, sólo estable en condiciones de hipoxia, induce la transcripción del ARNm
necesario para la síntesis de EPO.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Una vez sintetizada, la EPO actúa directamente sobre los progenitores de la 499
línea eritroide (BFU-E y CFU-E), controlando su proliferación, diferenciación y
supervivencia. Para ello, junto con su acción mitogénica, disminuye la apoptosis
celular y se activa la diferenciación de las CFU-E a Proeritroblastos. Junto a ello,
aumenta también la expresión de receptores de la transferrina (RTf) en los
eritroblastos y favorece su maduración final a eritrocitos.
En definitiva, la EPO contribuye de forma decisiva al mantenimiento de la
eritropoyesis normal y a su expansión en caso de necesidad, como sucede en la anemia.
La EPO se une a receptores celulares específicos (REPO) situados en la
membrana de las células eritroides inmaduras. El progenitor eritroide con mayor
número de REPO es la CFU-E, y cuando la EPO actúa sobre ella se producen tres
señales simultáneas: la transcripción de los genes de globina, la síntesis de RTf y la
síntesis de proteínas de membrana.
La unión de la EPO a su receptor va seguida de una rápida internalización,
degradación de la hormona e inicio de los efectos conocidos de la EPO sobre la
eritropoyesis: transformación de CFU-E a proeritroblasto, activación de la capacidad
mitótica de todos los precursores eritroides, inicio y mantenimiento de la maduración
de los precursores eritroides mediante estímulo constante de la hemoglobinogénesis,
y protección de progenitores y precursores eritroides frente a la apoptosis.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La unión de la EPO al receptor de membrana presente en los progenitores
eritroides activaría una tirosinacinasa que, a su vez, induciría la fosforilación de
diversas proteínas, incluido el propio receptor, y la puesta en marcha de diversos
sistemas metabólicos entre los que podrían implicarse la Ras/MAP kinasa, la
fosfatidilinositol-3-kinasa y los factores de transcripción STAT.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
502
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
En el control de esta vía de síntesis interviene fundamentalmente la -ALA
sintetasa, enzima clave cuya actividad (y probablemente también síntesis) resulta
inhibida por el propio hemo por retroinhibición.
Debido a ello las sustancias capaces de bloquear la síntesis del grupo hemo
tienen como consecuencia un aumento de la actividad -ALA sintetasa, facilitando el
acumulo de porfirinas por exceso de síntesis (porfirias).
En la síntesis de la globina,
las cadenas y de la globina
están codificadas por loci genéticos
independientes, cuya expresión
está regulada de forma coordinada
para asegurar una producción
equivalente de ambos
polipéptidos.
Los seis tipos de cadenas de
globinas que existen , , , , y
, varían según los organismos, y
se expresan en distintas etapas del
desarrollo, por lo que es necesario un mínimo de seis genes estructuralmente 503
diferentes. Estas cadenas globínicas se dividen en dos grupos, lo que refleja la
organización de los distintos genes: cadenas de tipo ( y ) y cadenas de tipo (, ,
y ).
La síntesis de estas cadenas globínicas está regulada por dos familias de genes
organizados en agrupaciones (clusters) que se localizan en diferentes cromosomas: la
agrupación de genes que codifica para las cadenas (cluster -globina) se halla en el
cromosoma 16 y, la agrupación de genes que codifica para las cadenas (cluster -
globina), en el cromosoma 11.
Los diferentes genes que constituyen cada una de estas agrupaciones, están
situados a lo largo del cromosoma correspondiente, en el orden en el cual son
expresados durante el desarrollo.
Durante la vida embrionaria, fetal y adulta se producen diferentes
hemoglobinas. Los eritrocitos aparecen unas seis semanas después de la concepción y
contienen las hemoglobinas embrionarias: Hb Portland (ζ2γ2), Hb Gower I (ζ2ε2) y Hb
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Gower II (α2ε2). Entre las semanas
10 y 11 predomina la hemoglobina
fetal (HbF) (α2γ2). El cambio a la
síntesis casi exclusiva de
hemoglobina de adulto (HbA) (α2β2)
se produce a las 38 semanas. Por lo
tanto, el feto y el recién nacido
necesitan globina α, pero no globina
β para una gestación normal.
Durante la vida posnatal se
produce una pequeña cantidad de
HbF. Unos cuantos clones de
eritrocitos llamados células F son
descendencia de un pequeño conjunto de precursores eritroides inmaduros (BFU-E)
que conservan la capacidad para producir HbF. Las tensiones intensas a las que es
sometida la serie eritroide, como las anemias hemolíticas pronunciadas, el trasplante
de médula ósea o la quimioterapia contra el cáncer provocan el reclutamiento de más
BFU-E potentes. Por eso, en algunos pacientes con drepanocitosis o talasemia la
concentración de HbF tiende a aumentar.
504
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Sus estructuras terciarias globulares motivan que las superficies externas
tengan abundantes aminoácidos polares (hidrófilos) que facilitan la solubilidad y que
el interior esté revestido de grupos no polares, que forman una “bolsa” hidrófoba en la
que se inserta el hemo. La estructura tetramérica cuaternaria de la hemoglobina
contiene dos dímeros αβ. Múltiples interacciones estrechas (es decir, contactos α 1β1)
mantienen juntas las cadenas α y β. El tetrámero completo se conserva unido por
interfases (es decir, contactos α1β2) entre la cadena similar a α de un dímero y la
cadena distinta de α, del otro dímero.
505
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Para mantener el transporte de oxígeno, la Hb se tiene que unir de forma
eficaz al O2, a la pO2 del alvéolo, retenerlo y liberarlo a los tejidos a la pO2 de
los lechos capilares tisulares.
La captación y liberación de O2 en un espectro relativamente estrecho de presiones de
ese gas depende de una propiedad inherente de la disposición tetramérica de las
subunidades de hemo y de globina en el seno de la molécula de Hb, que se denomina
cooperatividad o interacción hemo-hemo.
A presiones de O2 bajas, el tetrámero de Hb puede estar por completo
desoxigenado (aunque fisiológicamente nunca se desoxigenan todas las
moléculas de Hb pues no se libera todo el O2 a los tejidos) y el O2 empieza a
unirse con lentitud a medida que aumenta la pO2. Sin embargo, apenas se une al
tetrámero un poco del O2, tiene lugar un rápido enderezamiento de la pendiente de la
curva. Por consiguiente, las moléculas de Hb que han unido parte del oxígeno
aumentan su afinidad por el mismo, incrementando su capacidad de combinarse con
más O2.
La unión de la primera molécula de O2 a la desoxihemoglobina desvía el hierro
del hemo hacia el plano del anillo hemo desde una posición alrededor de 0,04 nm más
allá del mismo. Este movimiento se transmite a la histidina proximal (F8) y a los
residuos fijos a ella lo que, a su vez, causa la rotura de puentes salinos entre los 506
residuos carboxilo terminal de las cuatro subunidades. Como resultado, un par de
subunidades / rota 15 grados respecto del otro, lo que compacta el tetrámero.
Grandes cambios de las estructuras secundaria, terciaria y cuaternaria
acompañan a la transición de alta afinidad inducida por el O2 de la Hb desde el estado
T (tenso) de baja afinidad hacia el estado R (relajado) de alta afinidad. Estos cambios
aumentan de manera importante la afinidad de los hemos no oxigenados restantes
por el O2, puesto que los eventos de unión subsiguientes requieren la rotura de menos
puentes salinos.
Por ello, la curva de equilibrio del oxígeno en forma de S (sigmoide), a lo largo
de la cual se pueden producir grandes cargas y descargas de ese gas en un espectro
estrecho de presiones, tiene más utilidad fisiológica que la curva hiperbólica de alta
afinidad de los monómeros individuales.
La afinidad por el O2 es modulada por diversos factores como el efecto de
Bohr, que es la capacidad de la Hb para descargar más oxígeno a los tejidos a un pH
bajo. Se debe a la acción estabilizadora de los H+ sobre la desoxihemoglobina, la cual
fija H+ con más facilidad con la oxihemoglobina porque ésta es más débil. Por
consiguiente, la Hb tiene menos afinidad por el O2 a un pH bajo. La principal molécula
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
pequeña que modifica la afinidad
por el O2 es el 2,3-
bisfosfoglicerato (2,3-BPG) que
reduce la afinidad por el O2
cuando se une a la Hb (Hatton et
al., 2014).
La HbA tiene una alta
afinidad por el 2,3-BPG que se
ubica en un bolsillo entre las
cadenas de la Hb, lo cual
favorece a la estructura T y libera
el O2 a una baja tensión de este
gas en los tejidos. La hemoglobina
se fija también en forma
reversible al ON (óxido nítrico)
pero su significado fisiológico se
desconoce.
El transporte correcto de O2 depende de la estructura tetramérica de las
proteínas, la disposición ordenada de los aminoácidos con carga y la interacción con
507
protones o 2,3-BPG.
La cantidad P50, una medida de la concentración de O2, es la pO2 que satura
50% de una Hb dada. Dependiendo del organismo, la P50 puede variar de manera
significativa, pero en todos los casos excederá la pO2 de los tejidos periféricos.
Por ejemplo, los valores de P50 para HbA y HbF son de 26 y 20 mmHg,
respectivamente. En la placenta, tal diferencia permite que la HbF extraiga O 2 de la
HbA en la sangre de la madre. Sin embargo, la HbF es sub-óptima posparto porque
su alta afinidad por el O2 limita la cantidad de O2 suministrado a los tejidos.
Además de transportar O2 desde los pulmones hacia los tejidos periféricos, la
Hb transporta CO2, y H+, desde los tejidos periféricos hacia los pulmones, la Hb une
al CO2 al nitrógeno del amino terminal de las cadenas polipeptídicas de la fracción
apoproteica.
Los carbamatos cambian la carga en terminales amino desde positiva hacia
negativa, lo que favorece la formación de puentes salinos entre las cadenas y . Estos
carbamatos de Hb explican alrededor de 15% del CO2 en la sangre venosa.
Gran parte del CO2 restante se transporta como HCO3-, que se forma en los
eritrocitos mediante la hidratación de CO2 hacia H2CO3, un proceso catalizado por la
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
anhidrasa carbónica (AC). Luego, dentro del eritrocito, el H2CO3 se disocia hacia
HCO3- y un H+.
AC
CO2 + H2O H2CO3 HCO3- + H+
Reacción espontánea
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
1. Las células falciformes se
hemolizan en mayor cantidad
llevando a la anemia
hemolítica. La hemólisis es
tanto intravascular como
extravascular. La hemólisis
intravascular se debe a lisis
celular que deriva de la
activación del complemento.
También ocurre por efecto de
la fragmentación de las
células rígidas que resulta del estrés mecánico que sufren al pasar a través de
capilares estrechos. La hemólisis extravascular se presenta por la fagocitosis
excesiva de las células falciformes recubiertas con IgG, por la acción de los
macrófagos dentro de los sinusoides esplénicos.
2. Las células falciformes también obstruyen la microcirculación capilar.
Las razones para este fenómeno incluyen el incremento de la rigidez de la
célula, la tendencia menor de ésta a adherirse al endotelio y un incremento
general de la viscosidad de la sangre. La oclusión produce hipoxia por estasis y
dolor isquémico intenso (crisis oclusiva vascular). La hipoxia desencadena la 509
deformación falciforme en más células y pone en marcha un círculo vicioso.
Diferente es el caso de las talasemias cuya situación es la disminución de la
síntesis o la ausencia de una de las dos cadenas polipeptídicas de la Hb. Cuando una
de las cadenas se encuentra en concentración más baja, el polipéptido afectado sigue
conservando una secuencia normal de aminoácidos. Esta condición se debe a defectos
en la porción reguladora de los genes de la globina. La disminución o la ausencia de
los polipéptidos α y β se denominan talasemias α y β, respectivamente.
La disminución de la síntesis de las cadenas polipeptídicas produce una
disminución general de la cantidad de Hb que se sintetiza, lo que desencadena una
anemia, además de un desequilibrio entre la cantidad de cadenas α y β. En la
talasemia α, por ejemplo, al no existir cadenas α se unen cuatro cadenas β para
constituir una Hbβ4, que se denomina HbH. Estos agregados se precipitan en el
citoplasma provocando daño en la membrana.
Los macrófagos esplénicos eliminan con más frecuencia a los eritrocitos que
transportan estos agregados, lo que desencadena anemia hemolítica.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La capacidad de los eritrocitos para permanecer en la circulación depende
de la simple, pero excelente estructura adaptativa de la membrana, de las
vías de metabolismo energético intermedio y de la capacidad para mantener
los componentes citoplásmicos y la hemoglobina en estado soluble y no
oxidado.
La membrana del eritrocito, también denominada “fantasma” o “estroma”, está
constituida por la bicapa de lípidos (compuesta principalmente de fosfolípidos y
colesterol no esterificado, que proporciona una barrera de permeabilidad entre el
citosol del eritrocito y el LEC), proteínas transmembrana o integrales intercaladas en
la bicapa lipídica y un esqueleto de la membrana para proporcionar integridad
estructural al eritrocito.
Contiene cerca del 52% de peso en proteínas, 40% en lípidos y 8% en hidratos
de carbono. La mayoría de los hidratos de carbono se encuentra en las glucoproteínas
y una pequeña porción en los glucolípidos.
Los lípidos se encuentran completamente en la membrana comprenden 50 a
60% de la masa de la membrana del eritrocito.
Los principales lípidos de membrana son los fosfolípidos y el colesterol, en
cantidades casi iguales. También se encuentran presentes pequeñas cantidades de
glucolípidos, principalmente globósidos. La mayoría de los fosfolípidos son 510
fosfoglicéridos:
✓ Fosfatidilcolina: 28%
✓ Fosfatidiletanolamina: 27%
✓ Esfingomielina: 26%
✓ Fosfatidilserina: 13%
✓ Fosfatidilinositol: 6%
En el eritrocito, el colesterol se encuentra en su forma libre (no esterificada) y
es casi completamente hidrofóbico. Su principal papel radicar en el control de la
fluidez de la membrana, incluso bajo condiciones que podrían llevar a la cristalización
de los fosfolípidos y a la rigidez de la membrana.
Por su parte, las proteínas de membrana se caracterizan por su afinidad de
tinción con colorantes específicos de proteínas (azul de Coomassie) o de
carbohidratos con ácido periódico de Schiff (PAS). Empleando electroforesis con
gel de poliacrilamida-dodecil sulfato de sodio se identifican siete bandas mayores
cuando se tiñen, mientras que con tinción de PAS sólo se observan cuatro bandas
mayores. Originalmente, las siete bandas mayores de proteínas se identificaban por
números del 1 al 7.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Con el empleo de electroforesis de mayor resolución, las bandas identificadas
recibieron una designación decimal; sin embargo, muchas de estas proteínas son
identificadas por nombres específicos asignados por su estructura química.
Dentro de las proteínas teñidas con azul de Coomassie se encuentran la
espectrina, la anquirina, el antiport aniónico “Banda 3” (intercambiador de Cl-
/HCO3-) la proteína predominante de la membrana, la proteínacinasa, el
transportador de glucosa (Glut-1), la actina (banda 5) y la gliceraldehído-3-fosfato
deshidrogenasa (banda 6). Las tres proteínas teñidas con PAS se denominan
Glucoforinas (A, B y C).
De las proteínas que se tiñen con Coomassie, sólo las bandas 3, 4.5 (Glut1) y 7
(Tropomiosina eritrocitaria) constituyen proteínas integrales. Todas las proteínas que
se tiñen con PAS son integrales. La membrana incluye, además, diferentes
transportadores catiónicos, transportador de urea (TU), acuaporinas y bombas de
Na+/K+-ATPasa.
Junto a las Glucoforinas y la banda 3, existen otras proteínas integrales que
intervienen en la determinación antigénica de grupos Rh, Duffy y Kell. Algunas de
ellas no han sido aún bien caracterizadas, pero es probable que intervengan también
en el intercambio de iones a través de la membrana eritrocitaria.
Las proteínas que residen en la superficie interna de la membrana celular, se 511
organizan en una red bidimensional de patrón hexagonal que forma una lámina sobre
la superficie interna de la membrana. Esta red se ubica paralela a la membrana y se
compone principalmente de proteínas del citoesqueleto, como las moléculas de
espectrina α y β que forman un heterodímero antiparalelo unido por enlaces múltiples
laterales.
A continuación, los dímeros se unen cabeza con cabeza para producir
tetrámeros largos y flexibles que conforman la interacción horizontal (asociación
espectrina-espectrina). Los filamentos de espectrina están anclados a la bicapa
lipídica por dos grandes complejos de proteínas. El primero es el complejo de proteínas
de banda 4.1 que contiene proteína 4.1R, actina, tropomiosina, tropomodulina,
aductina y dematina. Este complejo interactúa con la Glucoforina C y otras proteínas
transmembrana.
El segundo complejo es el complejo de proteínas de anquirina que contiene
anquirina y la proteína de banda 4.2. Este complejo interactúa con la banda 3 y otras
proteínas de la membrana integral (interacciones verticales).
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
En el individuo sano, los
hematíes varían relativamente
poco en su tamaño y en su forma
como se observa la figura de la
derecha. En las extensiones bien
realizadas, secas y teñidas, la gran
mayoría de las células tienen
contornos redondeados y suaves y
sus diámetros se encuentran
dentro del relativamente estrecho
intervalo de 7 a 8 µm. Como
indicación a grandes rasgos, en
una extensión seca el tamaño de un eritrocito normal parece ser el mismo que el del
núcleo de un linfocito pequeño (figura).
Cuando se observan
eritrocitos con diferentes
tonalidades del color, se dice que
existe anisocromía. La
coexistencia de dos poblaciones de
hematíes, con coloraciones 513
distintas se produce, por ejemplo,
en el inicio del tratamiento de las
anemias carenciales, y en los
enfermos con anemia
hipocrómica que son
trasfundidos.
Se dice que un eritrocito es hipocrómico cuando presenta palidez y aumento
de la claridad central. Se produce, por ejemplo, en las anemias ferropénicas.
Asimismo, suele hablarse de hipercromía cuando los hematíes se presentan
intensamente coloreados. Sin embargo, este fenómeno es producto de un artefacto
(artificial) ya que se debe a la pérdida del halo central de los eritrocitos y por ello,
suele verse en la esferocitosis hereditaria y en los macrocitos.
La policromatofilia se refiere a la existencia de reticulocitos que, mediante la
coloración de Giemsa (o May Grunwald-Giemsa) dan una tonalidad violácea respecto
a los eritrocitos maduros. También los policromatófilos presentan un tamaño mayor
a los eritrocitos normales.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Los hematíes solo contienen Hb, por lo que su interior es homogéneo; sin
embargo, en algunas ocasiones se pueden encontrar elementos extraños en
su interior.
Los reticulocitos son eritrocitos inmaduros que presentan inclusiones granulo-
filamentosas o retículo-filamentosas procedentes, fundamentalmente, de restos
ribosómicos agregados. Consiste en una trama granulosa visible mediante la
coloración con azul brillante de cresilo (con Giemsa se ven como policromatófilos).
Los cuerpos de Heinz son precipitados de Hb que dan lugar a una serie de
pequeñas granulaciones que se sitúan en la periferia de los hematíes y que se tiñen
de color púrpura con Giemsa. Se producen en enfermedades congénitas que producen
inestabilidad de la Hb, que hace que esta se desnaturalice y precipite en presencia de
algunos medicamentos.
Los cuerpos de Howell-
Jolly son pequeños residuos
nucleares (figura de la derecha).
Consiste en un grumo visible en el
interior de los hematíes y que se
tiñe, de un color que oscila entre el
rojo oscuro y el negro, con los 514
colorantes habituales. Aparece en
sujetos esplenectomizados y en los
que padecen anemias hemolíticas.
Los cuerpos de Pappenheimer o gránulos sideróticos, son cúmulos de
hemosiderina unida a proteínas. Consisten en gránulos basófilos, con las tinciones
habituales que, además, se tiñen también de azul con el colorante de Perl. Se producen
en los enfermos esplenectomizados y en la anemia sideroblástica.
Los punteados basófilos
pueden ser agregados ribosómicos
originados por una degeneración
vacuolar del citoplasma o
precipitados de cadenas globínicas
libres (figura de la derecha).
Consiste en puntos basófilos, con
las tinciones habituales, de
tamaño variable y dispersos por
toda la superficie del hematíe. Se
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
produce en las intoxicaciones por plomo (saturnismo), en las talasemias y en las
leucemias.
Los anillos de Cabot
(flecha en la figura de la derecha)
están formados por restos de la
membrana nuclear o de
microtúbulos. Consisten en una
especie de hilos basófilos, con las
tinciones habituales, que adoptan
una forma de anillo o de ocho y que
pueden ocupar toda la periferia
celular. Pueden presentarse en
cualquier tipo de anemia.
Las inclusiones parasitarias se producen por presencia de parásitos dentro
de los hematíes, como ocurre con las distintas formas evolutivas del parásito
plasmodium (paludismo).
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
El “Eritrón” se define como la totalidad de elementos eritroides en todos los
estadios madurativos de desarrollo y constituye un ejemplo de división
dinámica.
Como se explicó anteriormente, la CMP se diferencia en una parte a células
precursoras eritroides formadoras de colonias (BFU-E) y éstas a unidades formadoras
de colonias eritroides (CFU-E), por medio de divisiones que van de 7 a 14 días, y
después por medio de tres a cuatro divisiones se suceden los proeritroblastos,
eritroblastos y reticulocitos que en el torrente circulatorio se diferencian en eritrocitos
maduros. Para que este proceso ocurra a la velocidad adecuada (cada segundo se
renueva alrededor de 2 a 3 millones de eritrocitos) es necesario el estímulo de la EPO
y de algunas citocinas y hormonas, así como el aporte de factores nutricionales (hierro,
vitaminas B6 y B12, B9 o ácido fólico, etc.).
Se considera en conjunto un órgano mucho más grande que el hígado y, como
cualquier órgano, es susceptible de sufrir atrofia o hipertrofia. La atrofia, o más
propiamente la disminución del tamaño del eritrón circulante, recibe, el nombre
“anemia”. Su hipertrofia, o aumento de tamaño, se denomina “eritrocitosis”.
Es importante no confundir policitemia, que es el aumento de todas las células
sanguíneas, con “poliglobulia” que da idea de aumento de glóbulos rojos y blancos.
Por ello, los aumentos de cada una de las series sanguíneas se referencian con 517
eritrocitosis para el aumento de los eritrocitos, leucocitosis para el aumento de los
leucocitos y trombocitosis para el aumento de las plaquetas.
En el individuo adulto, las células que constituyen el eritrón fijo, se ubican en
la médula ósea mientras que el eritrón móvil es aquel que se encuentra en
circulación sanguínea.
Cuando la médula ósea se estimula para producir eritrocitos en una magnitud
superior a la normal, la hipertrofia del eritrón fijo ocurre a expensas de la grasa que
es nuevamente suplantada por médula roja que se encuentra en aquellas áreas
citadas del esqueleto que contienen normalmente células eritropoyéticas.
Cuando la necesidad de hipertrofia es mayor que la que puede ser satisfecha
mediante el reemplazo de la grasa, o cuando los sitios usuales están ocupados por
otros elementos, como células tumorales o tejido fibroso, la médula se expande hacia
los huesos de las extremidades.
Como ya se observó, en ciertas condiciones la médula falla totalmente y el
eritrón fijo se reubica en sitios extramedulares, como el bazo o el hígado.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Los eritrocitos maduros no tienen núcleo, mitocondrias ni retículo
endoplásmico; sin embargo, sí poseen enzimas citoplasmáticas que son
capaces de metabolizar la glucosa y formar pequeñas cantidades de
adenosina trifosfato (ATP) y la forma reducida de la nicotínamida-
dinucleótido fosfato (NADPH).
La glucosa es prácticamente el único combustible utilizado por los hematíes. Ingresa
rápidamente por difusión facilitada, para convertirse en glucosa-6-fosfato (G6P). Ésta
puede seguir dos vías. El 80-90% se convierte en lactato mediante la vía glucolítica. A
partir de una reacción colateral (“desviación” o vía de Rapoport-Luebering) se obtiene
el 2,3-BPG.
El 10% de la glucosa es sometida a oxidación por medio de un cortocircuito de la
hexosamonofosfato. Esta vía mantiene el glutatión en forma reducida para
proteger a la Hb y la membrana del eritrocito de la oxidación por radicales libres
(peróxidos y superóxidos) y por oxidantes exógenos (fármacos y toxinas). El NADPH
sirve a los hematíes porque:
✓ Mantiene la flexibilidad de la membrana celular.
✓ Mantiene el transporte de iones a través de la membrana mediante la
regeneración del ATP que proporciona la energía necesaria para que la
membrana del hematíe mantenga útil la bomba de Na+/K+, evitando así que el 518
Na+ y el H2O ingresen y provoquen hemolisis.
✓ Mantiene el hierro de la Hb en forma ferrosa (Fe2+), en lugar de férrica (Fe3+)
que provoca la formación de metahemoglobina que no transporta oxígeno.
✓ Evita la oxidación de las proteínas de los hematíes.
El eritrocito maduro es incapaz de sintetizar lípidos o proteínas y obtener
energía a través del ciclo de Krebs y la fosforilación oxidativa. Su única fuente
energética es la glucólisis anaerobia, cuyo rendimiento neto es de 2 ATP por cada
molécula de glucosa oxidada. Esta fuente energética es suficiente para que desarrolle
funciones que permiten su supervivencia en circulación.
El eritrocito presenta cuatro vías metabólicas:
1. Glucólisis anaerobia (vía de Embden-Meyerhof).
2. Metabolismo óxido-reductor (vía de pentosas fosfato y síntesis de
glutatión).
3. Metabolismo nucleotídico.
4. Sistema diaforásico.
En la glucólisis anaerobia, la glucosa que difunde hacia el interior de los
eritrocitos es oxidada a piruvato mediante:
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
a) Transformación de glucosa en
Gliceraldehido-3-P y
Dihidroxiacetona-P con
consumo de 2 ATP.
b) Oxidación de ambos
compuestos a piruvato y lactato
con formación de 2 ATP por
cada molécula de
Gliceraldehido-3-P (total 4
ATP por cada glucosa); el
piruvato se transforma en
lactato por la acción de la LDH
(lactato deshidrogenasa)
eritrocitaria.
La glucólisis anaerobia posee
tres enzimas que al catalizar
reacciones irreversibles constituyen
etapas limitantes: hexoquinasa que
transforma glucosa en Glucosa-6-P,
fosfofructokinasa que transforma 519
Fructosa-6-P en Fructosa-1,6-diP y
piruvatokinasa que transforma el
Fosfoenolpiruvato (PEP) en piruvato.
Debido a que la vía de Embden-Meyerhof es la única fuente de energía del
eritrocito, el déficit de una de estas enzimas es suficiente para bloquear su
funcionamiento y ser causa de anemia hemolítica produciendo un aumento en los
niveles de LDH plasmático.
Una derivación importante de la glucólisis anaerobia es el ciclo de Rapoport-
Luebering, que transforma 1,3-bifosfoglicerato (1,3-BPG) en 2,3-BPG. El 2,3-BPG
mediante fosforilación se transforma en 3-fosfoglicerato y con ello cierra el ciclo.
Ambas reacciones son catalizadas por una misma enzima, con doble función: mutasa
y fosfatasa.
Aunque la importancia de este ciclo deriva de la función reguladora del 2,3-
BPG sobre la función hemoglobínica, es probable que este metabolito constituya un
reservorio energético frente a situaciones, como una disminución de pH
intraeritrocitario que disminuye la actividad glucolítica.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Otra reacción importante de la glucólisis anaerobia es catalizada por la enzima
gliceraldehido-3-P-DH, ya que mantiene el NADH en estado reducido, imprescindible
para mantener al hierro de la Hb en estado reducido, a través de la reacción catalizada
por NADH diaforasa o citocromo b5-reductasa.
El metabolismo óxido-reductor es una vía alternativa a la glucólisis
anaerobia (ciclo de la hexosa monofosfato o vía de las pentosas) que, en
condiciones normales deriva entre 5-10% del catabolismo de la glucosa. Esta vía
funciona sin el consumo de O2, de forma que su actividad puede aumentar 20-30 veces
si se produce un brusco aumento de la oxidación intracelular.
El principal factor limitante es el cociente NADP+/NADPH y la enzima
Glucosa-6-PDH (G6PDH), que precisa del cofactor NADP+, pero que a la vez es
intensamente inhibida por NADPH (reducido).
En el desarrollo de su función, el eritrocito suele hallarse sometido a agresiones
oxidantes y el NADPH es por sí mismo insuficiente para amortiguarlas. La célula
dispone de un compuesto, el glutatión, que en estado reducido (GSH) realiza esta
función. El glutatión es un
tripéptido sintetizado por dos
enzimas que precisan consumo de
ATP. Bajo forma reducida y 520
mediante una reacción catalizada
por la enzima glutatión
peroxidasa, elimina el exceso de
peróxido. El nivel de GSH generalmente elevado, se mantiene gracias a NADPH (de
la vía de las pentosas) y a la actividad de la enzima glutatión reductasa. El poder
reductor del eritrocito reside en su capacidad de regenerar NADPH, necesario a su
vez, para mantener el nivel de GSH.
El déficit congénito de G6PDH implica una gran disminución del poder reductor
eritrocitario.
Dado que el glutatión no difunde a través de membranas eritrocitarias, su
concentración se mantiene gracias a un sistema en el que interviene la -glutamil-
cisteína-sintetasa y glutatión sintetasa.
En el metabolismo nucleotídico otras enzimas que contribuyen al
mantenimiento del ATP, y que actúan sobre la llamada “mezcla de nucleótidos
adenílicos” constituida principalmente por ATP y en menor proporción por ADP y
AMP. Entre ellos se destacan la adenilatokinasa (AK), la ATPasa, la
adenosindiaminasa (ADA) y la pirimidina-5-nucleotidasa. Las enzimas AK y ATPasa
contribuyen a reciclar el ADP a partir de ATP generado en la glucólisis.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La ADA transforma adenosina en inosina y contribuye a su eliminación o
reciclaje. AK y ADA utilizan también adenosina, lo que explica que tanto el déficit de
AK como un exceso de ADA tengan una expresividad clínica similar, derivada del
insuficiente reciclaje de AMP y la disminución de la concentración de ATP.
La pirimidina-5-nucleotidasa interviene en la degradación del ARN, y su
déficit produce acumulación intraeritrocitaria de nucleótidos, que interfiere en la
degradación normal del ARN y en la actividad de las enzimas clave de la glucólisis,
disminuyendo la producción de ATP.
El sistema de diaforasas mantiene la función respiratoria de la Hb, dado que
se requiere que el hierro hemínico se halle en estado reducido. A ello contribuye la
enzima diaforasa o metahemoglobina reductasa (citocromo b5 reductasa). El eritrocito
normal posee dos sistemas diaforásicos, el principal y el secundario. En el principal
interviene la citocromo-b5-reductasa, que utiliza el NADH y el secundario permanece
inactivo.
La citocromo-b5-reductasa está presente en gran número de células del
organismo y cataliza la transferencia de electrones desde el NADH al citocromo b5,
que los cede directamente al hierro hemínico, manteniendo su estado reducido.
La diaforasa que usa NADPH como sustrato, carece de aceptor fisiológico de
electrones, por lo que permanece inactiva en condiciones normales; pero ciertos 521
colorantes como el azul de metileno son aceptores no fisiológicos de electrones, de
tal forma que en caso de déficit del sistema diaforásico principal, pueden emplearse
como tratamiento para disminuir el exceso de metahemoglobina.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Los recién nacidos y lactantes menores son más sensibles que los adultos a
agentes que producen metahemoglobinemia, debido a que la metahemoglobina fetal
es más fácil de oxidar que la HbA, y el recién nacido tiene niveles más bajos de
actividad de NADH metahemoglobina reductasa, catalasa y glutatión-peroxidasa;
también porque el pH gástrico elevado, causado por secreción ácida (debido a
proliferación bacteriana) incrementa la conversión de nitratos de la dieta a nitritos,
el producto tóxico.
El factor más importante para definir la cianosis es la determinación de la
cantidad de Hb reducida en la circulación. La curva de disociación de la
oxihemoglobina es la mejor herramienta para demostrar la relación directa entre la
presión parcial de oxígeno y el porcentaje de Hb saturada.
Motivo de consulta: Juan de 10 años de edad, es traído por su madre a la consulta por
malestar abdominal y coloración azulada de piel y labios.
Padecimiento actual: el paciente es un escolar que presentó cólico abdominal y cianosis
periférica ocasional desde hace un año.
Antecedentes médicos: un año antes del ingreso hospitalario tuvo contacto diario con 522
anilinas (tintura para zapatos). Tres meses antes de su ingreso presentó cianosis en labios
y uñas de forma persistente.
Examen físico: peso corporal de 45 kg, frecuencia cardiaca de 75 por minuto, cianosis
periférica y dolor abdominal generalizado a la palpación profunda.
Hospitalización: se internaliza en el servicio de pediatría. Se descartó abdomen agudo y
posibilidad de cardiopatía o neumopatía, por lo que se sospechó metahemoglobinemia.
Estudios de laboratorio: hemoglobina de 14 g/dL; metahemoglobina mayor de 15%.
Diagnóstico: metahemoglobina por intoxicación con anilina.
Tratamiento: Se decidió tratamiento con azul de metileno a 1 mg/kg en solución glucosada
a 5%, 50 mL a pasar en 20 minutos, con control posterior de metahemoglobina de 8%.
Después de dos horas se administró una segunda dosis, con la cual los niveles de
metahemoglobina descendieron a 6% y desapareció la sintomatología.
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La “eritrocateresis” (del griego “kathairesis”, destrucción) es una forma de
hemolisis fisiológica, aunque prefiere usarse la palabra “hemólisis” para
procesos de destrucción anormales.
El eritrocito maduro se halla desprovisto de mecanismos de síntesis, por lo que desde
que se constituye como tal a partir del reticulocito, inicia un proceso de envejecimiento
progresivo que culmina, aproximadamente, a los 120 días de su salida de la médula
ósea, con su eliminación de la circulación por los macrófagos que se ubican en el
recubrimiento de los sinusoides hepáticos, médula ósea y bazo, que fagocitan a los
eritrocitos viejos.
Los mecanismos que intervienen en el envejecimiento fisiológico eritrocitario
no son del todo bien conocidos, aunque parecen tener múltiples factores. En su
conjunto, contribuyen a que el eritrocito pierda la capacidad de deformación, atraviese
con dificultad la microcirculación y sea finalmente eliminado por el SMF. Este proceso
se desarrolla diariamente en 1/120 parte de la masa eritrocitaria, la cual es restituida
por la eritropoyesis normal, manteniendo así la homeostasis hemoglobínica del
organismo.
Más del 90% de los eritrocitos envejecidos sufre fagocitosis por los macrófagos
del bazo, la médula ósea y el hígado, mientras que el resto de los eritrocitos envejecidos
se desintegra por vía intravascular y libera cantidades insignificantes de Hb hacia la 523
sangre que son fijados por la haptoglobina y la hemopexina.
El bazo es una estructura ovoide, que mide alrededor de 12 cm de longitud (el
tamaño de un puño cerrado) y es la mayor masa de tejido linfático en el cuerpo. Está
ubicado en el hipocondrio izquierdo, entre el estómago y el diafragma. La superficie
superior del bazo es lisa y convexa, y complementa la porción cóncava del diafragma.
Tiene un hilio a través del cual ingresan la arteria esplénica, la vena esplénica
y los vasos linfáticos eferentes. También se encuentra envuelto por una cápsula de
tejido conectivo denso que, a su vez, está rodeada por la membrana serosa denominada
peritoneo visceral. A partir de la cápsula, se extienden trabéculas hacia el interior del
bazo. La cápsula, las trabéculas, las fibras reticulares y los fibroblastos constituyen el
estroma del bazo, mientras que el parénquima está formado por dos tipos diferentes
de tejidos: pulpa blanca y pulpa roja.
La pulpa blanca es tejido linfático constituido en su mayor parte por linfocitos
y macrófagos, dispuestos alrededor de ramas de la arteria esplénica denominadas
arterias centrales. La pulpa roja está compuesta por sinusoides venosos cargados de
sangre y cordones de tejido esplénico que se denominan cordones esplénicos de
Billroth, estructuras formadas por eritrocitos, macrófagos, linfocitos, células
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
plasmáticas y granulocitos. Las venas se encuentran estrechamente asociadas con la
pulpa roja.
En la pulpa roja, se llevan a cabo tres procesos relacionados con las células de
la sangre: 1) eliminación de células sanguíneas y plaquetas rotas, deterioradas o
defectuosas por los macrófagos, 2) almacenamiento de hasta una tercera parte de las
plaquetas del cuerpo, y 3) producción de células sanguíneas (hematopoyesis) durante
la vida fetal.
Las ramas de la arteria esplénica se introducen en la pulpa blanca desde los
cordones. La arteria central emite ramas hacia la pulpa blanca y hacia los sinusoides
de su periferia denominados sinusoides marginales. La arteria central continúa hacia
la pulpa roja, donde se ramifica en varias arteriolas bastante rectas llamadas
arteriolas peniciladas, que terminan por convertirse en capilares arteriales.
524
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Este tipo de circulación se denomina
circulación abierta y es la única vía por la
cual la sangre retorna a la circulación venosa
y expone a la sangre en forma más eficiente a
los macrófagos de la pulpa roja.
La sangre recogida en los sinusoides
drena en las tributarias de las venas
trabeculares, que después convergen en venas
más grandes y, finalmente, abandonan el bazo
a través de la vena esplénica que, a su vez, se
une a las venas que drenan el intestino para
formar la vena porta hepática.
Dentro del macrófagos, el hemo se
separa de la globina y ésta última se degrada
para obtener aminoácidos y reutilizarlos. El
Fe2+ de la protoporfirina IX se convierte en
Fe3+ y el anillo se degrada para liberar al
hierro y al CO, lo que tiene por efecto la
formación de biliverdina, un pigmento
525
verde, reacción catalizada por la hemo-
oxigenasa (en presencia de O2, NADPH y
citocromo-c-reductasa) un complejo
enzimático que se ubica en los macrófagos.
El hierro del hemo que se libera entra
en el fondo común de depósito de hierro en el
bazo en forma de ferritina o hemosiderina,
o bien es liberado a la sangre donde se une a
la transferrina para ser transportado al
hígado y la médula ósea para su
almacenamiento o reutilización en la síntesis
de hemoglobina.
La biliverdina se convierte en
bilirrubina, un pigmento amarillo, por acción de la biliverdina reductasa, que
reduce el puente metilo que existe entre el pirrol III y IV para obtener un grupo
metileno.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La bilirrubina sale por difusión de las células y, como es poco soluble en agua,
se transporta unida a la albúmina en el plasma. Esta forma se denomina bilirrubina
no conjugada o bilirrubina indirecta por los métodos de detección que se utilizan.
En el hígado, la bilirrubina se disocia de la albúmina para ingresar a las células
hepáticas por medio de difusión facilitada a través de los polipéptidos
cotransportadores de aniones orgánicos (organic anion transporting
polypeptides, OATP). La bilirrubina es liposoluble y tiende a permanecer en el
interior de la célula uniéndose a las proteínas transportadoras Y, Z (también llamadas
ligandina Y, ligandina Z o proteína transportadora de ácidos grasos), las cuales
transportan a la bilirrubina no conjugada hasta el retículo endoplásmico liso.
526
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Los hepatocitos conjugan a la bilirrubina con difosfato de uridina (UDP)-
ácido glucurónico, lo que la hace hidrosoluble al formarse monoglucurónios de
bilirrubina (principalmente diglucurónidos de bilirrubina), de manera que puede
excretarse en la bilis. La reacción la cataliza la enzima glucuronil-transferasa, que se
ubica en el retículo endoplásmico liso de los hepatocitos.
La bilirrubina conjugada se excreta hacia los canalículos hepáticos mediante
transporte activo, que es el paso que limita la velocidad de todo el proceso de excreción
de bilirrubina, a través de un sistema transportador compartido con otros aniones
orgánicos, denominado ABCC2 (proteína multirresistente de tipo 2 o MRP2), familia
de transportadores dependiente de ATP.
Posteriormente, la bilirrubina conjugada que se excreta hacia los en la bilis se
modifica por la actividad de las bacterias intestinales en el íleo distal y el colon. La
enzima bacteriana a β-glucuronidasa escinde al glucurónido y convierte a la
bilirrubina en urobilinógeno (que también se conoce como estercobilinógeno o
coprobilinógeno), un compuesto incoloro.
Cerca de 20% del urobilinógeno que se forma se reabsorbe desde el intestino y
vuelve a ser excretado por el hígado hacia el intestino a través de la bilis. Esto
contribuye al ciclo enterohepático del urobilinógeno, pero una cantidad escasa
de urobilinógeno que se absorbe a partir del intestino se excreta en la orina como 527
urobilina, compuesto oxidado de color amarillo.
La mayor parte de los estercobilinógenos (incoloros) que se forman en el
intestino se oxidan para constituir estercobilinas (compuestos cromáticos) y se
excretan en las heces. El oscurecimiento de las heces al permanecer expuestas al aire
se debe a la conversión de los estercobilinógenos fecales en estercobilina.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La ictericia por hiperbilirrubinemia no conjugada (BI) se presenta cuando
se produce un exceso de bilirrubina respecto de la cantidad que puede conjugar el
hígado. También se denomina
hiperbilirrubinemia por retención. Es
importante recordar que esta BI es
insoluble en agua y se transporta en el
plasma, unida a la albúmina, lo cual
impide la filtración glomerular y su
eliminación con la orina. De ahí es que
en la hiperbilirrubinemia no conjugada
la ictericia no se acompaña de coluria
(presencia de bilirrubina en la orina).
La albúmina cuenta con dos
sitios de unión para la bilirrubina: un sitio con afinidad alta y otro con afinidad baja.
Los sitios de afinidad alta en la albúmina pueden ligar bilirrubina no conjugada hasta
una concentración de 20 mg/dl.
La bilirrubina no conjugada en exceso de esta concentración se une al sitio de
afinidad baja en la albúmina y se disocia con facilidad. Puesto que es liposoluble, la
bilirrubina no conjugada puede atravesar la barrera hematoencefálica. No tiene
528
capacidad para penetrar al cerebro del adulto en gran cantidad, pero en el neonato la
hiperbilirrubinemia en exceso, mayor a 20 mg/dl, induce un trastorno neurológico que
se denomina “kernicterus”, por efecto del depósito de bilirrubina en los ganglios
basales ricos en lípidos. Este trastorno se caracteriza por parálisis cerebral
extrapiramidal, hipoacusia sensorio-neural, trastornos de la mirada y displasia del
esmalte dental.
La hiperbilirrubinemia no conjugada puede desarrollarse por causas
prehepáticas, como la hemólisis excesiva como ocurre en las anemias hemolíticas
(principalmente aquellas que inducen hemólisis extravascular) o por causas
hepáticas, como la disminución de la conjugación hepática de bilirrubina.
El síndrome de Gilbert (reducción discreta de la UDP-glucuroniltransferasa),
de Crigler-Najjar tipo II (reducción moderada de la UDP-glucuroniltransferasa) y
de Crigler-Najjar tipo I (ausencia de UDP-glucuroniltransferasa) son trastornos de
origen genético en los que la hiperbilirrubinemia no conjugada tiene etiología
hepática.
Una causa más frecuente es la ictericia neonatal, en cual también se conoce
como ictericia fisiológica del recién nacido, existe una hiperbilirrubinemia de 5 mg/dl
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
o un poco más en condiciones normales.
Aparece en el transcurso de 2 a 5 días
del nacimiento y perdura alrededor de
una semana.
En el feto, la bilirrubina se
elimina de la circulación por la
actividad de la placenta. En el momento
del nacimiento el neonato debe excretar
su propia bilirrubina, pero la
conjugación hepática de esta molécula
aún es insuficiente debido a la actividad
limitada de la UDP-glucuroniltransferasa y, como resultados, aparece la
hiperbilirrubinemia, que cede cuando el hígado del neonato madura.
La ictericia puede prevenirse mediante la administración de fenobarbital a la
mujer embarazada o al neonato. El fenobarbital pertenece a un grupo de fármacos que
se denominan inductores de las enzimas microsómicas hepáticas. Los inductores de
los microsomas aumentan la actividad de la glucuroniltransferasa, pero su
efectividad es cuestionada por su lentitud en sus efectos.
La ictericia neonatal puede reducirse con la aplicación de fototerapia, dado que 529
la exposición de la piel a luces blancas o azules produce fotoisomerización de la
bilirrubina para constituir “lumirrubina hidrosoluble”, que se excreta con rapidez
en la bilis sin requerir conjugación.
La hiperbilirrubinemia conjugada (BD) se presenta cuando existe algún
trastorno de la excreción hepática de bilirrubina, de tal manera que la bilirrubina ya
conjugada regresa a la circulación. Este fenómeno también se llama
“hiperbilirrubinemia por reflujo”.
La bilirrubina conjugada es hidrosoluble y se encuentra disuelta en el plasma,
por lo cual, se filtra con facilidad hacia la orina. De ahí es que en la
hiperbilirrubinemia conjugada la ictericia se acompañe de coluria. Esta alteración
puede deberse a una alteración post-hepática o hepática de la excreción de la
bilirrubina.
Entre las causas post-hepáticas de la hiperbilirrubinemia se encuentran la
obstrucción de los conductos biliares y canalículos biliares intrahepáticos (ictericia
obstructiva) por cirrosis, tumores o litiasis, o por inflamación como ocurre en las
hepatitis (inflamación del hígado) por causas infecciosas (virales, bacterianas, etc.)
o medicamentosas.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La bilirrubina conjugada que se forma en los hepatocitos no puede fluir hacia
los canalículos biliares con facilidad, por lo cual refluye hacia los sinusoides del hígado
y desencadena hiperbilirrubinemia conjugada. Puesto que la bilis no ingresa al
intestino, las heces se observan pálidas (acolia) con un color de tiza (blanquecino),
por ende, tampoco se forma urobilinógeno y no se excreta en la orina por no existir
recirculación enterohepática.
Las causas hepáticas incluyen afecciones hepatocelulares y ciertos defectos
genéticos de la excreción de la bilirrubina, como el síndrome de Dubin-Johnson
(mutación inherente al transportador MRP2 de BD) y de Rotor.
En las afecciones hepatocelulares se afectan las tres funciones del hepatocito
relacionadas con la bilirrubina: captación, conjugación y excreción. Sin embargo, la
excreción se afecta de manera más intensa y desencadena hiperbilirrubinemia con
predominio a BD. La ictericia hepatocelular se acompaña de coluria y acolia.
Las concentraciones de urobilinógeno en la orina se incrementan en primer
lugar y luego disminuyen, al aumentar la intensidad de la ictericia hepatocelular. El
incremento inicial del urobilinógeno urinario se debe a la disminución de la recaptura
hepática del urobilinógeno que se absorbe del intestino y pasa a la sangre. De esta
manera, el urobilinógeno se elimina en mayor cantidad en la orina.
La caída subsecuente del urobilinógeno urinario se debe a la disminución de la 530
excreción de bilirrubina hacia el intestino, y la reducción subsecuente de la síntesis
intestinal de esa molécula. Por ello, un incremento de la concentración del
urobilinógeno en la orina en un paciente con ictericia y bajo tratamiento, constituye
un buen signo.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
se han desarrollado variados mecanismos celulares para captarlo en su forma
biológicamente activa.
Por su parte, el exceso de hierro puede ser tóxico, por lo tanto, dado que el
organismo no cuenta con un mecanismo fisiológico para regular su excreción según su
incremento, existen controles muy estrechos sobre la absorción intestinal. Esto
permite maximizar la absorción de hierro cuando las reservas son bajas o cuando es
necesario incrementar la eritropoyesis, pero asegura que no se absorba un exceso de
hierro cuando las reservas son adecuadas.
La alimentación occidental normal incluye 10 a 20 mg de hierro al día y por lo
regular se absorbe 5 a 10% de esa cantidad (1 mg/día).
Por su parte, el hierro
no difunde libremente a
través de la membrana
celular, requiere de un
mecanismo transportador, por
lo cual, algunas células están
equipadas para importar y
exportar hierro (macrófagos,
células epiteliales intestinales 531
y hepatocitos); estas son las
encargadas de obtener,
movilizar y depositar el
hierro, pero los precursores eritroides son los mayores consumidores.
En los adultos, la producción diaria de eritrocitos requiere aproximadamente
20 mg de hierro elemental. Sin embargo, la gran mayoría del hierro deriva del
recambio de eritrocitos envejecidos o dañados captados por los macrófagos, mientras
que alrededor de 1 a 2 mg provienen de la absorción intestinal, considerándose un
circuito cerrado.
En la dieta, el hierro se presenta hierro hemínico (orgánico) y como hierro no
hemínico o inorgánico. Las principales fuentes de hemo son la Hb y la mioglobina de
la carne (vacuna, aves y pescados). Este tipo de hierro es muy absorbible (15-35%) y
poco afectado por la composición dietética. Sin embargo, el hierro inorgánico es
obtenido a partir de los cereales, las legumbres, los frutos y los vegetales, pero su
absorción es mucho menor (2-20 %) y está muy influenciado por la composición de la
dieta, pero su presencia y, por tanto, su contribución a la nutrición, es mucho mayor
a pesar de su pobre biodisponibilidad.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Las sustancias que favorece su absorción son el ácido ascórbico (vitamina
C) y el factor cárnico (la carne), pero también influye el ácido estomacal que puede
reducir el Fe3+ y unirlo en complejos solubles que facilitan la absorción. El efecto
favorecedor del ácido ascórbico es dependiente de la dosis y puede revertir el efecto
negativo de todos los inhibidores y facilitar la absorción del hierro natural y
adicionado.
Por su parte, la cocción, el procesamiento industrial y el almacenamiento
destruyen el ácido ascórbico y, por tanto, eliminan su efecto positivo. Las carnes, aves
y pescados, además del hierro hemínico, aportan ácido ascórbico. Se estima que 30 g
de tejido muscular equivalen a 25 mg de este agente reductor y que su presencia en
la dieta aumenta la absorción de hierro inorgánico entre 2 y 3 veces.
Los principales inhibidores de la absorción de Fe son el ácido fítico, los
polifenoles, el calcio y los péptidos formados por la digestión parcial de las
proteínas. El efecto inhibidor del fitato depende de la dosis y comienza a
concentraciones muy bajas (2-10 mg/comida). Los polifenoles son ampliamente
consumidos pues se encuentran en los vegetales, las frutas, los cereales, las
legumbres, así como en el té, el café y el vino.
El efecto negativo del calcio influye, tanto en la absorción del hierro hemínico
como del no hemínico y también depende de la dosis. Las proteínas animales de alto 532
peso molecular, como las que se encuentran en la leche, el huevo y la albúmina,
también disminuyen la absorción del hierro. También se ha planteado que algunos
metales pesados como el plomo, el manganeso, el cobalto y el zinc, pueden competir
con el hierro por su vía de absorción.
Es importante aclarar que el consumo de leche de vaca puede contribuir al
déficit de hierro por varias razones. Primeramente, el contenido de hierro en la leche
es bajo con una biodisponibilidad menor que en la leche materna (humana). Además,
su consumo tiende a remplazar a los alimentos ricos en hierro, teniendo en cuenta,
además, que en la composición de la leche de vaca se encuentra el calcio y la caseína
(proteína de la leche) que pueden interferir directamente con la absorción de hierro.
La leche entera también contiene proteínas que pueden irritar el epitelio del
tracto gastrointestinal del lactante y, aunque en bajo grado, pero de forma crónica,
pueden provocar hemorragias que predisponen a la deficiencia de hierro.
El crecimiento postnatal requiere de una gran cantidad de hierro que se
contrapone a las desventajas del consumo de leche de vaca y, por ello, se plantea el
consumo de leche materna exclusiva hasta los dos años de vida. En el caso de los niños,
se recomienda el empleo de fórmulas fortificadas y de suplementación con el mineral.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
El hierro entra al organismo a través de la dieta como Fe 3+ y es absorbido
fundamentalmente en el duodeno y yeyuno proximal. Este proceso comienza en la
zona luminal entérica donde el hierro es solubilizado y reducido a Fe2+ por el citocromo
b duodenal (DCYTB).
Durante la fase
mucosa, el hierro hemínico
entra al enterocito a través
de la proteína
transportadora de hemo
(transportado de hemina
o TH), mientras que el
hierro inorgánico se une al
borde en cepillo y es
transportado dentro de la
célula mucosa por el
transportador de metales
divalentes tipo 1 (DMT1).
En la fase celular, el
hemo es degradado por la
533
hemo-oxigenasa (Hox1) y
el hierro es liberado para ser
almacenado en forma de
ferritina celular al unirse a
una apoferritina; o bien, ser transportado directamente a la zona basal de la célula
mucosa.
En la última fase, el Fe2+ es liberado a la circulación portal a través de la
ferroportina (Fpn), exportador celular basolateral, paso en que se requiere de la
hefastina, una oxidasa multicobre análoga a la ceruloplasmina, que oxida el Fe2+
a Fe3+ para ser unido y transportado por la apotransferrina plasmática. Este eflujo
celular es inhibido por la unión de la hormona hepática hepcidina, un péptido que se
une a la Fpn y produce su inhibición y la subsecuente degradación del complejo Fpn-
hepcidina.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
En la sangre, la
transferrina (Tf) es la
proteína de transporte de
hierro endógeno que lleva el
hierro de los lugares
donantes, es decir, el
intestino y los macrófagos, a
las células receptoras como
los eritroblastos y los
hepatocitos.
En condiciones
fisiológicas, sólo
aproximadamente una
tercera parte de la capacidad
de unión al hierro de la Tf
está saturada con hierro.
Esta tiene dos lugares de
unión de alta afinidad por el
Fe3+; por tanto, la Tf se
encuentra en forma de apotransferrina (no unida al hierro), transferrina monoférrica 534
(con el hierro unido a uno de los dos lugares de unión) o diférrica, con ambos lugares
de unión ocupados. Aproximadamente, 3 a 4 mg del hierro del organismo se unen a la
transferrina sérica.
Las células blanco adquieren el complejo Tf-Fe3+ mediante la unión con su
receptor de membrana tipo 1 o RTf1 de elevada afinidad. El complejo Tf-Fe3+/RTf1
es internalizado por endocitosis dependiente de clatrina (Forrellat, 2016).
La acidificación del endosoma provoca cambios conformacionales en la Tf y en
su receptor que permiten la liberación del hierro, que una vez liberado, es reducido a
Fe2+ para su paso al citosol mediante el DMT1 de la membrana vesicular, mientras
que la apotransferrina y el RTf1 son reciclados a la superficie celular. Cada
eritroblasto puede tener de 300.000 a 400.000 receptores de transferrina en su
superficie celular (Pastrana y García, 2013).
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
En las personas sanas, alrededor del 25% del hierro total del organismo (800 a
1.000 mg) representa el hierro de los depósitos, principalmente en forma de ferritina
en el hígado, bazo y musculo esquelético. La ferritina está presente en casi todos los
tipos de células y las pequeñas cantidades de ferritina que están presentes en el suero
están relacionadas con la cantidad de ferritina hepática. Como tal, la ferritina sérica
es un indicador de los depósitos de hierro, cuyos valores para las mujeres va de 10 a
150 µg/l (10 a 150 ng/ml) y para los varones es de 29 a 248 µg/l (29 a 248 ng/ml).
La ferritina es una proteína citosólica formada por 24 cadenas polipeptídicas
dispuestas circularmente alrededor de un núcleo de Fe3+-oxihidróxidofosfato
polinuclear. El núcleo, en cuyo interior se pueden almacenar hasta 4.500 átomos de
hierro, está formado por un máximo de ocho subunidades con una gran superficie que
permite un rápido recambio del hierro. El hierro secuestrado es una forma no tóxica
e inactiva de redox y está disponible de forma inmediata para satisfacer las
necesidades de las células.
En un 40 a 60% de los eritroblastos más inmaduros es posible visualizar,
mediante técnicas de tinción adecuadas, gránulos de ferritina; por eso también se les
llama sideroblastos.
Otra proteína de almacenamiento, la hemosiderina que parece derivarse de
la ferritina. Su estructura todavía no se ha definido bien y la disponibilidad del hierro 536
es menor que la de ferritina.
En condiciones fisiológicas, la ferritina es la principal proteína de
almacenamiento de hierro, mientras que la hemosiderina se acumula sólo en
pequeñas cantidades en el bazo y las células del SRE. En condiciones de sobrecarga
de hierro, especialmente hemocromatosis hereditaria y talasemia, la proporción de
hierro almacenado en forma de hemosiderina aumenta.
En los pacientes con trastornos inflamatorios crónicos, los niveles elevados
de hepcidina pueden afectar al índice de movilización del hierro, no pudiendo
satisfacer la mayor demanda de hierro. Esto provoca un déficit funcional de hierro,
que se desarrolla en condiciones en las que la demanda supera a la disponibilidad de
hierro.
Mientras que los aspectos claves del metabolismo sistémico son regulados a
nivel transcripcional (expresión de la hepcidina) y postraduccional (Fpn por acción de
la hepcidina), la homeostasis celular es coordinada postranscripcionalmente por las
proteínas reguladoras de hierro, IRP1 e IRP2, que interactúan con regiones
conservadas de los ARNm, conocidas como elemento de respuesta al hierro (IRE)
que están presentes en las regiones 5´ o 3´ no traducidas (UTR) de los ARNm.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Cualquiera de las IRP inhibe la iniciación de la traducción cuando se une al
IRE simple en la región 5´ UTR de los ARNm de la ferritina, Fpn, aconitasa
mitocondrial o factor inducible de hipoxia 2 (HIF2α), mientras que la unión a los
múltiples IRE dentro de la región 3´ UTR del ARNm del RTf1 previene su clivaje
endonucleolítico y subsecuente degradación.
Las IRP también parecen
regular positivamente la expresión
del ARNm del DMT1 a través de un
IRE simple en 3´ UTR. La unión de
IRP al IRE responde a los niveles de
hierro celular.
En células deficientes de
hierro IRP1 o IRP2 se unen a los
IRE presentes en las UTR de los
ARNm que codifican proteínas
involucradas en el transporte y
almacenamiento. La unión a los
IRE simples de la región 5´ UTR
inhibe la traducción, mientras que
537
la unión a los múltiples IRE en el
transcripto del RTf1 aumenta su
estabilidad. Como consecuencia,
aumenta la captación de hierro mediada por el RTf1, mientras que el almacenamiento
en la ferritina y la exportación vía Fpn disminuyen. En las células repletas de hierro
se produce la degradación de las IRP.
En conclusión, el aumento en los depósitos de hierro estimula la síntesis de
hepcidina en el hepatocito y se libera en la circulación sanguínea para luego inhibir
la absorción del mineral en el enterocito, mientras que su disminución produce el
efecto contrario.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
El ácido fólico o vitamina B9, comprende a los folatos y al ácido fólico (AF).
La estructura química de los folatos es una molécula de ácido
paraaminobenzoico unida a pteridina y a residuos de glutamato, unidos por
enlaces peptídicos.
Existen diversas formas químicas de folatos, diferenciándose según el número de
residuos de glutamato disponible. El AF es la forma monoglutámica completamente
oxidada de la vitamina, es sintética y se usa para fortificar alimentos y como
suplemento vitamínico. Esta vitamina es importante para la síntesis del ADN, un
paso esencial para la producción continua de nuevos eritrocitos.
Los folatos se encuentran
mayoritariamente en hojas de
vegetales, legumbres, algunas
frutas y en alimentos
fortificados (como AF), sobre
todo en el hígado. A diferencia
del AF, los folatos son inestables
a la oxidación, calor y luz. La cocción de vegetales puede destruir 50 a 80% de folatos.
El requerimiento diario de folatos en la dieta para un adulto es de 400 μg (para
las embarazadas debe ser de 600 a 800 μg/día). 539
Los folatos y el AF se absorben en el duodeno y yeyuno. Los poliglutamatos son
hidrolizados a monoglutamatos por la enzima glutamato-carboxipeptidasa II de
la chapa estriada. El AF es una molécula monoglutámica y ambos micronutrientes
comparten la misma vía absortiva (mecanismo de transporte activo, saturable y pH
dependiente).
La absorción está mediada por las proteínas expresadas en la membrana apical
del enterocito, el transportador de folatos reducido (hRFC) con funcionamiento
a pH neutro y el transportador de folatos acoplado a protones (hPCFT)
dependiente de pH ácido.
Cuando el AF es ingerido en altas dosis, la absorción es menos eficiente, debido
a la saturación del sistema de transporte acoplado a protones. No obstante, pequeñas
cantidades de monoglutamatos son absorbidas por difusión pasiva.
La forma predominante de folatos en el plasma, unida a la albúmina es el 5-
metil-tetrahidrofolato (5-MTHF). El transporte de folatos a través de los tejidos
ocurre vía proteína ligadora de folatos asociado a membranas. La biodisponibilidad
del AF es de casi el 100%, cuando es consumido como suplemento en ayunas
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
disminuyendo levemente (85%), cuando es ingerido como parte de un alimento
fortificado. El almacenamiento de folatos en adultos bien nutridos es de 12-28 mg.
El hígado, el tejido conjuntivo, eritrocitos, riñones y tracto gastrointestinal
contienen más de 97% del total de folatos del organismo. Aunque existen reservas
hepáticas cercanas al 50% del total, en deficiencia estas sólo satisfacen los
requerimientos por unos 2 o 3 meses. La cinética del metabolismo de folatos indica
que los procesos de captación, síntesis, reciclaje y catabolismo son saturables.
En el citoplasma el 5-MTHF y la vitamina B12 participan interactivamente. El
THF actúa como portador de unidades de un solo carbono como el metilo, metileno,
metenilo, formilo y formimino. Al transferir a un grupo metilo, hace posible la síntesis
del ADN en la cual se requiere la metilación de los residuos de uridina para formar
timidina. La serina aporta el grupo metilo que se requiere. El THF transfiere el grupo
metilo de la serina a la uridina, en un proceso de dos pasos:
1) La serina transfiere al grupo metileno al THF, para formar glicina y metilen-
THF.
2) El metilen-THF transfiere el grupo metilo a la uridina y, en el proceso, se
transforma en dihidrofolato (DHF).
540
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
La regeneración de THF a partir de DHF ocurre en presencia de la reductasa
del folato. Si no se regenera el THF, ocurre deficiencia de folato, que puede
solucionarse sólo mediante un consumo dietético excesivo. El metotrexato, un
fármaco antineoplásico, es un inhibidor de la reductasa del folato. Al impedir la
regeneración de THF, altera la síntesis del ADN, por tanto, afecta en especial la
función de las células que se encuentran en multiplicación activa y tienen que
sintetizar grandes cantidades de ADN.
Cierta cantidad de metilen-THF se convierte (queda atrapado) en metil-THF.
A esto se llama trampa de metilos o trampa de folatos. Para la recuperación de
THF a partir de la molécula metil-THF se requiere vitamina B12.
Las causas frecuentes de deficiencia de folato incluyen el consumo inadecuado,
en especial por una dieta desbalanceada (frecuente en alcohólicos y en adolescentes
que reciben la influencia de modas alimenticias o consumen demasiados productos
chatarra), incremento de los requerimientos como en el embarazo, en los lactantes, y
en caso de enfermedad maligna o aumento de la hematopoyesis (anemias hemolíticas
crónicas), la malabsorción debida a enfermedad celiaco y al uso de inhibidores del
folato, como el metotrexato.
Debido a que el ácido fólico es importante para la síntesis del ADN y la división
celular, las células que se multiplican con rapidez, como las hematopoyéticas, se 541
afectan en forma singular. Tanto eritropoyesis como leucopoyesis y trombopoyesis se
ven influidas. La eritropoyesis deficiente desencadena anemia, en la cual los
precursores del eritrocito, como los normoblastos, aumentan su tamaño, pero no
pueden dividirse al pasar el tiempo, lo que genera células grandes que se llaman
megaloblastos.
La anemia que se vincula con la presencia de megaloblastos en la médula ósea
se denomina anemia megaloblástica. Los eritrocitos que aparecen en la circulación
también son grandes (macrocitos), y por ello se la clasifica dentro de las anemias
macrocíticas.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Las Cbl se obtienen principalmente a partir del consumo de carne, leche y,
principalmente, de hígado. Artificialmente se encuentra en alimentos fortificados y
suplementos. Su preparación comercial es la cianocobalamina, cuya estabilidad de
este compuesto y, por tanto, su vida en mostrador, son más prolongadas que las de
otras variantes de Cbl.
Se estima que el aporte de
vitamina B12 en la dieta occidental
es de 5-7 μg/día. La
biodisponibilidad en una dieta
habitual es cercana al 50%.
La absorción intestinal de
vitamina B12 sólo es posible si ésta
se encuentra unida al factor
intrínseco (FI), una
glucoproteína que secretan las
células parietales de la mucosa
gástrica.
En los alimentos, la
vitamina B12 se encuentra unida a proteínas y el pH ácido del estómago las disocia 542
para que se una a la haptocorrina, que también se denomina “proteína R” y que se
encuentra en la saliva. En el pH alcalino del duodeno, la tripsina pancreática libera a
la vitamina B12 de la proteína R y permite que se una al FI.
El complejo FI-metilcobalamina se une a receptores específicos en el íleo
distal y se absorbe mediante endocitosis mediada por la acción de un receptor formado
por el macrocomplejo Cubilina/AMN (del inglés Amnionless). Dentro de las células
de la mucosa, la cobalamina se transfiere por acción del ABC-transportador MRP1,
desde el lado basolateral de la célula hacia el plasma (circulación). De allí, la vitamina
B12 se une a la transcobalamina II (TCII), otra proteína de unión para la
cianocobalamina, que transporta a la cobalamina en la sangre. La cobalamina se
almacena en el hígado, unida a la transcobalamina I (TCI).
La absorción de la vitamina B12 se altera en la aclorhidria (falta de ácido
clorhídrico estomacal) debido a que no puede liberarse de las proteínas de la dieta.
También se afecta en la insuficiencia pancreática, puesto que no se separa de la
proteína R.
La prueba de Schilling se utilizaba para calcular la absorción de la vitamina
B12. En esta prueba se administra por vía oral una dosis baja de vitamina B12
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
radiomarcada, y la cantidad que se absorbe se determina mediante la cuantificación
de la radiactividad en la orina. Si la absorción de vitamina B 12 parece ser baja, la
prueba se repite después de administrar FI complementario junto con la vitamina B12
radiactiva, por vía oral.
543
El valor normal de la vitamina B12 en plasma de unos 200 a 900 pg/ml (148 a
664 pmol/l). En el hígado y otros órganos, la captación celular de Vitamina B 12 unida
a la TCII está mediada por el receptor CD320, mientras que el receptor Megalina, es
responsable de la reabsorción renal del complejo.
Una vez dentro de la célula, la cobalamina se convierte en sus formas activas:
metilcobalamina y desoxiadenosilcobalamina. La metilcobalamina es necesaria
para la recuperación del tetrahidrofolato (THF) a partir de la trampa de metilos,
y para la producción de S-adenosilmetionina (SAM). La desoxiadenosilcobalamina
es una coenzima necesaria para una reacción gluconeogénica importante.
La recuperación de THF a partir de la trampa de metilos y la producción de
SAM se encuentran vinculadas. La cobalamina retira al grupo metilo del metil-THF
y en el proceso se convierte en metilcobalamina. La metilcobalamina transfiere
entonces el grupo metilo a la homocisteína, que se transforma en metionina por acción
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
de la enzima Metionina sintasa. La cobalamina se regenera en el proceso. Uno de
los productos de la metionina es la SAM, que es un donador de grupos metilo
necesarios para la formación de los neurotransmisores noradrenalina y
serotonina; además, la SAM es un donador de grupos metilo necesarios para regular
funciones esenciales, tales como la diferenciación, la proliferación y la apoptosis
celular.
Además de la formación de los neurotransmisores mencionados, promueve la
síntesis del ADN y de los fosfolípidos de membrana, receptores, canales y segundos
mensajeros. Por ello, las alteraciones metabólicas de esta vía se reflejan en lesiones
de la mielina, disminución del factor de crecimiento mielotrófico, lesión endotelial,
apoptosis celular, disminución del GABA, disfunción de la barrera hematoencefálica
y metilación de fosfolípidos en las membranas de las neuronas generando síntomas
neurológicos.
Asimismo, la deficiencia de vitamina B12 genera anemia megaloblástica
debido a que el folato que queda atrapado en la trampa de metilos no se recupera y
eso genera una deficiencia de folato. De esta manera, el incremento del folato en la
dieta mejora la anemia megaloblástica que se debe a deficiencia de vitamina B 12. Sin
embargo, las deficiencias neurológicas no mejoran mediante la administración de
folato. Por tanto, es importante no administrar complementos de folato de manera
544
indiscriminada. Si existe deficiencia de vitamina B12, los complementos de folato
previenen el desarrollo de anemia megaloblástica.
En ausencia de anemia megaloblástica, la deficiencia de vitamina B 12 tiende a
pasar desapercibida, no obstante, los cambios neurológicos que se vinculan con ella
persisten. La reacción previa también explica el desarrollo de homocistinuria en la
deficiencia de vitamina B12.
Por su parte, la desoxiadenosilcobalamina es una coenzima para la conversión
de la metilmalonil-coenzima A (CoA) en succinil-CoA mediada por la enzima Metil-
Malonil CoA- mutasa. Se trata de una reacción clave en la vía metabólica para la
conversión del propionato en succinil-CoA (un componente del ciclo del ácido cítrico);
de esta manera, tiene importancia en el proceso de gluconeogénesis.
La excreción urinaria de metilmalonil-CoA (como ácido metilmalónico) se
incrementa en la deficiencia de vitamina B12 y se ha utilizado como prueba para su
diagnóstico (aciduria metilmalónica).
La deficiencia dietética de vitamina B12 es infrecuente incluso en vegetarianos que
consumen una cantidad adecuada de ella en la leche. La mayor parte de los casos de
deficiencia de vitamina B12 se deben a una reducción de su absorción intestinal, cuyas
causas pueden ser:
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
1) Deficiencia de FI, como en el caso de la anemia perniciosa y gastrectomía.
2) Trastornos (enfermedad celíaca, enteritis) o resección del íleo terminal.
3) Competencia por la cobalamina en la colonización por Diphyllobothrium latum
(un parásito intestinal) y bacterias (en el síndrome de asa ciega), que consumen
gran parte de la cobalamina en el intestino y dejan poca disponible para la
absorción.
Los efectos principales de la deficiencia de la vitamina B12 comprenden:
1) Anemia megaloblástica,
2) Glositis (inflamación lingual),
3) Manifestaciones neurológicas por desmielinización y degeneración axónica de
los nervios periféricos y las columnas posterolaterales de la médula espinal,
4) Complicaciones bioquímicas, como homocistinuria y aciduria metilmalónica.
La anemia perniciosa se produce por atrofia de la mucosa gástrica o por
destrucción autoinmune de las células parietales, lo cual elimina casi por completo la
secreción no sólo del FI, sino también del ácido gástrico (aclorhidria) y pepsina. La
eliminación de la secreción del FI altera la absorción de la vitamina B12, lo que permite
el desarrollo de signos de deficiencia de vitamina B12, en especial anemia
megaloblástica.
545
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Por el contrario, las mujeres en el tercer trimestre de embarazo tienen un
volumen plasmático considerablemente más elevado de lo normal y presentan cifras
de Hb y Htc falsamente bajas.
De forma general, en la práctica clínica habitual, consideramos que una
persona adulta presenta anemia si se encuentra;
✓ Hb < 13 g/dl en el hombre.
✓ Hb < 12 g/dl en la mujer.
✓ Hb < 11 g/dl en la mujer embarazada.
Las clasificaciones que existen de las anemias son múltiples; sin embargo,
desde un punto de vista práctico.
Las más útiles son dos:
1) Según la cinética (actividad medular) de la eritropoyesis: se clasifican en
hiporregenerativas y regenerativas:
a) Las anemias hiporregenerativas: por disminución de la producción
de los hematíes también se llaman hipoproliferativas o
hiporregenerativas. En este tipo de anemias, por diversos
mecanismos, la médula ósea es incapaz de producir eritrocitos de forma 546
adecuada. La eritropoyesis está alterada o disminuida y una
consecuencia de esto es la disminución del número de reticulocitos en la
sangre.
b) Anemias regenerativas: incluye las anemias por destrucción de los
hematíes maduros, también llamadas anemias hemoliticas. En ellas la
vida media del hematíe es inferior a 100 días. En estas anemias existe
un aumento de la eritropoyesis y como consecuencia la cifra de
reticulocitos en sangre es elevada. Se trata, por tanto, de anemias en las
que el funcionamiento de la médula ósea es correcto. En las anemias
agudas por pérdida de sangre también existe un aumento inicial de la
eritropoyesis con el consiguiente aumento del número de reticulocitos.
Esta situación dura mientras se mantengan niveles suficientes de hierro
en la médula ósea. No obstante, si las pérdidas sanguíneas se hacen
crónicas y se llega a un estado de ferropenia (disminución significativa
de los depósitos de hierro) también se alterará la eritropoyesis y
disminuirá la producción de hematíes (reticulocitos disminuidos).
2) Según la morfología (tamaño) de los hematíes: esta clasificación es muy útil
para la orientación etiológica de las anemias. El tamaño normal de los hematíes
o su VCM es de 80 a 100 fl. Consideramos que una anemia es microcítica cuando
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
su VCM es < 80 fl, normocítica cuando su VCM está entre 80 y 100 fl y
macrocítica si el VCM es > 100 fl.
a) Anemia macrocítica: Las causas más frecuentes de anemia macrocítica
son las deficiencias de vitamina B12 y de ácido fólico. También las anemias
regenerativas, comentadas anteriormente, en las que existe un aumento
de los reticulocitos (que tienen mayor tamaño que los hematíes normales),
son macrocíticas (p. ej., anemias hemolíticas o tras una hemorragia
aguda).
b) Anemia microcítica: dentro de las anemias microcíticas se incluye la
anemia ferropénica y la talasemia. La anemia ferropénica es la más
frecuente en el hemisferio occidental. Mucho más rara es la talasemia.
c) Anemia normocítica: constituye un grupo heterogéneo en el cual se
incluyen formas precoces o iniciales de anemias que posteriormente
pueden ser macrocíticas o microcíticas como las primeras fases de la
ferropénica, las anemias por alteración primaria de la médula ósea,
llamadas aplásicas, o la anemia asociada a la insuficiencia renal.
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Cuando la anemia se instaura de forma aguda (p. ej., hemorragia digestiva,
sangrado por herida en un accidente, etc.), los síntomas que predominan son los
derivados de la pérdida brusca de volumen sanguíneo. Así, dependiendo de la
gravedad del sangrado, los síntomas pueden ser hipotensión y mareos, sensación de
fatiga, calambres musculares, sed, etc.
Por el contrario, si la anemia se establece de forma lenta, generalmente el
volumen sanguíneo se conserva y las consecuencias no son tan llamativas como en el
sangrado agudo. Hasta cifras de Hb de 8 g/dl la anemia suele tolerarse bien, aunque
puede haber cierta astenia o debilidad, y, sobre todo, intolerancia al ejercicio (disnea
de esfuerzo).
Con Hb inferiores a 8 g/dl a pesar de los sistemas de compensación, la anemia
se tolera mal, el individuo ya presenta disnea (sensación consciente de falta de aire)
con pequeños esfuerzos o incluso de reposo y una marcada astenia que limita sus
actividades cotidianas. Estos individuos casi siempre presentan taquicardia refleja
compensadora.
Un signo característico de los individuos con anemia es su palidez de piel y de
sus mucosas, que se aprecia especialmente en la mucosa de la conjuntiva palpebral.
548
Presentación del caso clínico 11
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Tratamiento: se retira el DIU y se indica anticonceptivos orales. También se indica 2
comprimidos de sulfato ferroso (200 mg c/u) diarios durante 3 meses. Debe controlarse en
tres semanas.
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Una vez establecida la existencia de eritrocitosis real hay que averiguar su
causa. Para ello existe un protocolo de estudio en el que se incluyen diversas pruebas
(gasometría para valorar la hipoxemia; niveles de carboxihemoglobina para descartar
una intoxicación crónica por CO; pruebas de función respiratoria y ecocardiograma
para descartar neumopatía o cardiopatía, etc.).
En los casos en que la causa no esté clara, la determinación de los valores de
EPO resulta útil ya que unos niveles elevados descartan una policitemia vera.
550
Fernández, V. H.
Capítulo 11 Fisiología de sistemas
Referencias bibliográficas
Fernández-Tresguerres, J. A. Ariznavarreta Ruiz, C. Cachofeiro, V. Cardinali, D. P. Escrich Escriche,
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551
Strayer, D. S. Rubin, E. (2015). Rubin y Strayer. Patología. Fundamentos clinicopatológicos en
medicina. 7ª edición. Wolters Kluwer.
Fernández, V. H.
SECCIÓN II
Fisiología de sistemas
Capítulo 12
Fisiología leucocitaria y
fundamentos de inmunología
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe la clasificación funcional de los leucocitos o glóbulos blancos
destacando sus principales características.
2. Conoce las funciones fagocíticas de los neutrófilos y monocito-macrófagos,
explicando su contribución a la formación de la primera y segunda línea
defensiva durante la inflamación.
3. Describe el ciclo vital de los monocito-macrófagos, destacando la distribución y
alcance del sistema reticuloendotelial y su eficacia en la defensa del organismo.
4. Conoce las funciones de los eosinófilos explicando los mecanismos de ataque a
parásitos mediante enzimas hidrolíticas, formas reactivas del oxígeno y
proteínas larvicidas y su contribución a la reacción alérgica.
5. Conoce las funciones de los basófilos y en especial su implicación en la respuesta
alérgica mediante la liberación de histamina, bradicinina, serotonina, heparina y
sustancia de reacción lenta de la anafilaxia.
6. Explica la formula leucocitaria o hemograma de Schilling con sus valores de
referencia y oscilaciones fisiológicas, a fin de poder interpretar sus
modificaciones en distintas situaciones.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
“Cada vez que sientas que no le importas a nadie…recuerda que, en tan solo
un mL de sangre tienes alrededor de 11 millones de leucocitos que darían la
vida con tal de protegerte de cualquier enfermedad”.
Secretos de un Triunfador
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
alerta temprano y evitan el acceso de los microorganismos en el cuerpo, además de
ayudar a eliminar los que lograron ingresar.
Asimismo, sus mecanismos efectores favorecen a la inmunidad adquirida e
influyen en el tipo de respuesta, de manera tal que la inmunidad adquirida utiliza,
además de sus mecanismos, a los de la inmunidad innata.
Por su parte, la inmunidad adquirida abarca los mecanismos de defensa
relacionados con el reconocimiento específico de un agente biológico, una vez que
atravesó las defensas de la inmunidad innata. Por ello, la inmunidad adquirida se
basa en una respuesta específica contra un microorganismo en particular, lo cual
supone una adaptación o ajuste para actuar contra un agente agresor específico. Este
tipo de inmunidad adaptativa utiliza linfocitos T (LT) y linfocitos B (LB).
Para llevar a cabo su cometido, el sistema responsable de la inmunidad es el
linfático, que mantiene una estrecha relación con el sistema cardiovascular y
también actúa junto con el sistema digestivo en la absorción de alimentos ricos en
grasas.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Las CMH y las células progenitoras no se distribuyen al azar en la médula, sino
que existen en proximidad ordenada respecto de las células mesenquimatosas,
endoteliales y la vasculatura; por ende, es probable que la señalización a partir de
estas células no hematopoyéticas, más la hipoxia y el gasto cardíaco, influyan en la
actividad transcripcional y el destino de las CMH.
La señalización a través de factores de crecimiento medulares, como el GM-
CSF, son esenciales para la supervivencia y proliferación de las células medulares.
También se sabe que la especificación del linaje mielocítico (leucocitario) exige la
interacción de una serie de factores de transcripción específicos, incluidos
C/EBPα, factor de unión central y c-Myb.
Además de ser esenciales para la formación normal de células mielocíticas, cada
vez resulta más claro que la identificación de estos factores y otros similares es
esencial para comprender enfermedades medulares como la leucemia mielocítica
aguda.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
El proceso de maduración del linaje neutrófilo se caracteriza por disminución
de tamaño de la célula, siendo este de 12 a 14 µm, junto con adquisición de gránulos
que contienen agentes esenciales para su actividad microbicida. El núcleo también
comienza de manera gradual a adoptar su forma segmentada característica. La vida
media de un neutrófilo en la circulación es de 6 a 12 horas, por ello, para mantener la
cantidad normal en la sangre circulante es necesario producir más de 100.000
millones de neutrófilos al día.
Los neutrófilos son células fagocíticas que suelen ingerir y destruir 5-20
bacterias durante su período de vida programado, breve, de uno o dos días. Son los
leucocitos más abundantes (50-70% del total) y los más
fáciles de identificar por su núcleo segmentado compuesto
por tres a cinco lóbulos conectados por finas hebras de
material nuclear. Debido al núcleo segmentado, los
neutrófilos también se denominan leucocitos
polimorfonucleares (Silverthorn, 2019).
Los neutrófilos maduros tienen la capacidad de movilizarse a zonas de
inflamación mediante un mecanismo denominado quimiotaxis, donde se marginan
en la luz del vaso y pasan a los tejidos por interacción con selectinas, integrinas y 556
otras moléculas de adhesión celular.
Una vez cebadas (marcadas) por citocinas como TNFα y el IFNβ, los
neutrófilos son capaces de fagocitar microorganismos opsonizados, y destruirlos tras
dispersar su contenido intracelular tóxico.
La liberación de especies reactivas de oxígeno, “explosión respiratoria”,
aporta un sustrato para la enzima mieloperoxidasa (MPO), que entonces genera
ácido hipocloroso, con efectos citotóxicos directos. Los gránulos de los neutrófilos
también contienen una serie de sustancias antimicrobianas, incluidas defensinas,
quimotripsina y gelatinasas. Si esos procesos no existen, en el interior de los
tejidos, los neutrófilos pueden vivir unos 2 a 4 días más.
Los eosinófilos tienen capacidad similar de fagocitar y
destruir microorganismos, pero de manera característica se
relacionan con la respuesta inmunitaria a la infección por
parásitos. A menudo se encuentran en grandes cantidades en
pacientes con alergia y atopia1. La señalización por IL-5 es
crítica para su diferenciación a partir de precursores de granulocitos.
1 Atopía: es un estado genéticamente determinado, de hipersensibilidad a los alergenos ambientales. Los pacientes atópicos
presentan reacciones de hipersensibilidad Tipo I mediadas por Ig E. Las principales enfermedades que sufren estos pacientes
son Asma, fiebre del heno, sinusitis y dermatitis atópica.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Se caracterizan por ser células de 12 a 17 µm, con citoplasma de color
ligeramente azulado ocupados por gránulos citoplasmáticos (secundarios) brillantes
teñidos de naranja. Estos grandes gránulos citoplasmáticos eosinofílicos son únicos
en contener una proteína alcalina rica en arginina, llamada proteína básica
principal (PBP). Esta proteína altamente alcalina (pH 11) es particularmente
dañina para los componentes de la pared celular de muchos parásitos y otros
microorganismos.
Estas células son capaces de salir de los canales vasculares hacia los tejidos,
como los otros granulocitos y son los responsables de los factores quimiotácticos
específicos. Si bien se encuentran entre un 2 al 4% de las células leucocitarias
circulantes, su número también puede aumentar en algunas enfermedades
malignas y en algunas vasculitis.
Los basófilos son los granulocitos menos comunes y
contienen gránulos citoplásmicos muy notorios en la tinción
por ser grandes y oscuros (muy basófilos), los cuales poseen
reservas de histamina y heparina, así como enzimas
proteolíticas. Su tamaño es de 14 a 16 µm y su citoplasma es
escaso. Participan en diversas reacciones inmunitarias e
inflamatorias, pero es raro identificar una notable elevación o depresión de sus
557
concentraciones en trastornos reactivos específicos. Los basófilos parecen ser el
principal elemento celular que participa en las reacciones alérgicas.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
El núcleo de los monocitos es excéntrico e irregular
(fotografía de la derecha), por lo general de forma arriñonada
con una depresión profunda; a esta altura, se encuentra el
complejo de Golgi. También los monocitos presentan
ribosomas libres, retículo endoplásmico rugoso y
mitocondrias. Tienen gránulos azurófilos densos que
contienen enzimas lisosómicas similares a las que se observan en los neutrófilos.
Su síntesis se encuentra bajo control parcial de la actividad de GM-CSF. Desde
el punto de vista funcional, los monocitos tienen diversas actividades inmunitarias,
como precursores de macrófagos tisulares y células dendríticas, y sus funciones
incluyen fagocitosis, presentación de antígenos a otras células inmunitarias y
una contribución al medio de las citocinas.
La fagocitosis de microorganismos y células recubiertas de anticuerpo (con
sus fragmentos Fc expuestos) y complemento ocurre mediante la unión a receptores
de Fc y C3b en la superficie de monocitos y macrófagos. Los hongos y bacterias no
recubiertos de anticuerpo se fagocitan después de su unión a receptores de manosa
en la superficie del fagocito. Como en el caso de los neutrófilos, en la destrucción de
los microorganismos fagocitados por monocitos y macrófagos intervienen mecanismos
dependientes de superóxido e independientes de O2.
558
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Estas células no expresan
inmunoglobulinas en su
membrana, ya que aún no
sintetizan la cadena
liviana (L), y por lo tanto
son incapaces de
reconocer o responder a
antígeno.
Posteriormente,
algunas de las cadenas H
se asocian a una “cadena
L de reemplazo”, molécula
estructuralmente similar
a la cadena L normal pero
que no posee la región
variable de ésta. La
combinación de la cadena H con la cadena L de reemplazo constituyen el receptor de
células pre-B (pre-BCR), el que regularía la síntesis ulterior de las cadenas L y la
consiguiente maduración de los LB.
559
En los LB inmaduros, ocurre la recombinación de los genes VJ de las cadenas
livianas y, por tanto, la síntesis de las cadenas livianas κ o λ, las cuales se asocian con
la cadena pesada μ para generar una molécula de IgM en el citoplasma. Estos LB no
pueden generar nuevas regiones variables (de cadenas L o H) en la médula ósea y se
les considera funcionalmente inmaduros. De hecho, su encuentro con antígenos
propios puede llevarlos a un estado anérgico (inactivación funcional) o de muerte
celular más que a una activación. Sin embargo, esta es una importante etapa de
selección negativa de linfocitos B autorreactivos que eventualmente podrían ocasionar
enfermedades autoinmunes.
Posteriormente, los LB son capaces de coexpresar moléculas de IgM y de IgD
en la membrana celular, las cuales pueden actuar como receptores específicos para
antígeno. En esta etapa los linfocitos se vuelven competentes. Además de la regulación
génica mediada por diversos factores de transcripción y de IL-7, se conoce que
proteínas tirosinaquinasa de la familia Src y ciertos procesos adhesivos entre los LB
en desarrollo y los elementos del estroma de la médula ósea actúan como factores
inductores de la diferenciación de células B.
Los LB vírgenes que expresan en sus membranas receptores específicos para
un determinado antígeno, salen de la médula ósea y entran en la circulación
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
periférica. A partir del estado de células B inmaduras, los linfocitos experimentarían
una disminución en su respuesta a la quimioquina CXCL12 lo que les permitiría
escapar a la acción reclutadora de este factor y abandonar la médula ósea. En la
periferia, los LB vírgenes migran a los órganos linfoides secundarios donde
completarán su proceso de diferenciación.
Los LT se originan en la médula ósea a partir de un precursor capaz de migrar
al timo, el principal órgano donde se lleva a cabo la diferenciación de los linfocitos T.
Este proceso de maduración de los linfocitos T en el timo (denominados timocitos en
oposición a los linfocitos T maduros que se encuentran en circulación) y la generación
del repertorio de receptores de LT puede dividirse en tres etapas:
1. migración de los progenitores de la médula ósea al timo;
2. la diferenciación de estas células progenitoras;
3. un proceso de selección.
Se postula, que los precursores de células T originados en la médula ósea
expresarían en su superficie receptores de adhesión que se ligarían selectivamente al
endotelio tímico permitiendo su entrada al interior del órgano. Uno de estos receptores
podría ser la molécula CD34 que interactuaría con la molécula L-Selectina presente
en el estroma del Timo. Una vez allí los precursores de los LT mantienen una alta
capacidad proliferativa. 560
Posteriormente, los precursores T ingresan al Timo ubicándose en la zona
cortical de éste. A medida que los timocitos migran hacia zonas más internas de la
corteza éstos van avanzando en su proceso de diferenciación. En estados finales de
maduración los LT pasan desde la corteza hacia la médula y finalmente salen del timo
a la periferia a través de las vías linfáticas o venas.
El ambiente tímico, representado por las interacciones físicas que se establecen
entre los timocitos y los diferentes tipos celulares que allí se encuentran (células
epiteliales, dendríticas y macrófagos) y los factores solubles que son liberados al medio
externo, son claves en los procesos de maduración y selección. El patrón diferencial de
expresión de ciertas quimiocinas y de sus receptores, en particular CXCL12, CCL17,
CCL19, CCL21, CCL22 y CCL25, estaría relacionado con la migración de los timocitos
a través de los diferentes sub-compartimentos tímicos.
Entre las diferentes citoquinas que las células estromales tímicas secretan, se
ha identificado a la IL-7 como un modulador directo de la sobrevida, diferenciación,
transcripción y rearreglo génico del receptor de células T (TCR).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Además, la diferenciación de LT está sometida a un estricto control de
expresión génica mediada por factores transcripcionales tales como GATA-3, E12,
E47, HEB, NF-kB, Ikaros y Notch.
En base a la expresión de CD4 o CD8, la población de LT en un individuo adulto
puede ser dividida en cuatro grupos: los LT dobles negativos (CD4- y CD8-), los dobles
positivos (CD4+ y CD8+) (que representan poblaciones más o menos inmaduras de
LT) y los simples positivos CD4+, CD8+, LT “helper” (LTh) y LT citotóxicos (LTc) que
corresponden a las poblaciones más maduras de linfocitos T.
En el timo ocurren dos importantes eventos de selección que son centrales en
la generación del repertorio de linfocitos T maduros circulantes. Uno de estos procesos
permite la generación de autotolerancia eliminando o silenciando aquellos linfocitos
T que poseen una alta afinidad por antígenos propios (Selección negativa).
El otro proceso de selección deriva en la generación de LT maduros con un TCR
capaz de reconocer el Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC) propio,
asegurando que la respuesta inmune sea restringida por MHC (Selección positiva).
Estos eventos de selección, que llevan a la producción de LT “efectivos”, ocurren en
el timo luego de la expresión del TCR, CD4 y CD8, antes que estas células salgan a la
periferia.
561
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
mucosas que cubren la superficie interna del tubo digestivo, las vías urinarias, el
aparato reproductor y las vías respiratorias.
Los folículos linfáticos de estas áreas también se conocen con el nombre de
tejido linfático asociado a la mucosa (mucosa associated lymphatic tissue-
MALT).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
desde la médula ósea hasta la corteza
del timo, donde proliferan e inician el
proceso de maduración y las células
dendríticas (derivado de los
monocitos) contribuyen al proceso de
maduración.
Por su parte, las células
epiteliales especializadas que se
encuentran en la corteza tienen gran
cantidad de prolongaciones que
rodean y sirven como sostén para
unos 50 LT aproximadamente y
colaboran en la “educación” de las
células pre-T, en un proceso llamado
“selección positiva”. También se
encargan de la producción de
hormonas tímicas, que podrían
contribuir a la maduración de las
células T.
563
Sólo el 2% de las células T en desarrollo sobrevive en la corteza, y el resto muere
por apoptosis y los macrófagos tímicos ayudan a eliminar los detritos de las células
muertas o agonizantes, mientras que las células T sobrevivientes ingresan en la
médula.
La médula tímica está formada por linfocitos T más maduros, células
epiteliales, células dendríticas y macrófagos, dispersos en una gran superficie.
Algunas de las células epiteliales se agrupan en capas concéntricas de células planas
que degeneran y acumulan gránulos de queratohialina y queratina. Éstos son los
corpúsculos tímicos de Hassall. Aunque su función es incierta, podrían
representar los sitios donde se acumulan las células T muertas en la médula.
Los LT inmaduros, que todavía no han sido estimulados por antígenos, tienen
lapsos de vida muy prolongados (meses o años). Aun así, en forma continua deben
producirse nuevas células T para proporcionar inmunidad mediada por células
inmunocompetentes.
Las células T que salen del timo a través de la sangre, migran hacia los ganglios
linfáticos, el bazo y otros tejidos linfáticos, colonizando zonas de estos órganos y
tejidos.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Antes de que el timo se “atrofie”, los linfocitos T colonizan los órganos y los
tejidos linfáticos secundarios. Sin embargo, algunas células T siguen proliferando en
el timo durante toda la vida, pero su número se reduce con los años. Esta producción
continua se ha demostrado que ocurre, hasta cierto grado, en el timo de personas con
más de 70 años de edad.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
región de células claras, llamada centro germinal, que consiste en células B, células
dendríticas foliculares (un tipo especial de célula dendrítica) y macrófagos.
Cuando las células dendríticas foliculares “presentan” a un antígeno, las
células B proliferan y se diferencian en células plasmáticas productoras de
anticuerpos o en células B de memoria, que persisten después de la respuesta
inmunitaria inicial y “recuerdan” su encuentro anterior con el antígeno específico.
Las células B que no se desarrollan en forma normal experimentan apoptosis
(muerte celular genéticamente programada) y son destruidas por los macrófagos. La
región del ganglio linfático secundario que rodea el centro germinal está formada por
densos cúmulos de células B que migraron desde sus sitios de origen en el ganglio.
La corteza interna no contiene
folículos linfáticos y está formada
fundamentalmente por células T y células
dendríticas, que llegan a los ganglios
linfáticos desde otros tejidos. Las células
dendríticas presentan los antígenos a las
células T e inducen su proliferación. De
esta manera, las células T recién
formadas migran desde el ganglio 565
linfático hacia regiones del cuerpo que
presentan actividad antigénica.
La médula del ganglio linfático
contiene células B, células plasmáticas
productoras de anticuerpos provenientes
de la corteza y macrófagos. Todas estas
células están inmersas en una red de
fibras y células reticulares.
El líquido linfático se desplaza dentro del ganglio siguiendo los vasos linfáticos
aferentes y lo abandona a través de un vaso eferente, por lo cual, un ganglio linfático
funciona como un filtro biológico que se coloca en el recorrido de varios vasos linfáticos
aferentes.
Cuando la linfa entra en el ganglio, es “filtrada” lentamente a través de los
senos (espacios sinusoidales), antes de drenar hacia un único vaso eferente de salida.
La pared de los senos permite que la linfa se filtre con libertad hacia la corteza
superficial y profunda para que los linfocitos realicen la vigilancia inmunológica. Los
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
linfocitos que entran en el tejido después retornan a los senos y abandonan el ganglio
linfático junto con la linfa.
Los linfocitos que migran hacia el ganglio linfático desde la sangre ingresan en
la corteza profunda a través de las vénulas del endotelio alto (HEV) y también
migran hacia la corteza superficial, donde los linfocitos realizan las mismas funciones
que aquellos que ingresan a través de los vasos linfáticos, abandonando, también, el
ganglio linfático por los vasos linfáticos eferentes.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Para nuestro organismo, uno de los más grandes desafíos es hacer frente a
los microorganismos (virus, bacterias, hongos, parásitos), efectos físicos
(radiación, calor, frío, traumatismos) y químicos (toxinas) y lesiones
procedentes de las propias células y tejidos (células neoplásicas) que pueden
desencadenar enfermedades y llevar a la muerte.
Para tratar de evitar tales lesiones o eliminarlos de la manera más rápida posible, el
cuerpo humano tiene tres líneas de defensa contra las causas de enfermedad:
1. Primera línea de defensa: comprende a las barreras externas, como la piel
y las mucosas, que son impenetrables para la mayor parte de los patógenos
que toman contacto con ella (Punt et al, 2020).
2. Segunda línea de defensa: conformado por mecanismos de defensa
inespecíficos contra patógenos que atraviesan la piel o las mucosas e incluyen
a las células de defensa como los leucocitos y macrófagos que fagocitan
partículas extrañas y bacterias (a), proteínas antimicrobianas como las del
complemento (b), vigilancia inmunitaria mediante células como las NK que
inducen apoptosis de las células infectadas (c), inducción de resistencia viral
por el IFNα (d), inflamación y fiebre.
3. Tercera línea de defensa: comprende al sistema inmunitario que
neutraliza toxinas bacterianas mediante anticuerpos (e), opsoniza bacterias
567
mediante anticuerpos y las torna susceptible para la fagocitosis o muerte
inducida por el complemento (f), apoptosis inducida en células infectadas
mediante LT (g). En esta etapa se genera una “memoria” para evitar nuevos
encuentros con dicho patógenos.
Los primeros dos mecanismos son de resistencia inespecífica, se encuentran
desde el nacimiento y protegen por igual contra un amplio rango de patógenos. Su
efectividad no depende de exposiciones anteriores, por lo cual, no guardan memoria y
sus procesos se desencadenan siempre de la misma manera (son estereotipados).
La tercera línea de defensa corresponde a la inmunidad específica porque es
resultado de la exposición anterior a un patógeno y suele proporcionar protección
futura sólo y particularmente contra dichos microorganismos.
Estas respuestas inmunitarias adaptativas y adquiridas están vinculadas entre
sí porque las células, como los macrófagos, que fagocitan a los patógenos utilizan las
proteínas ajenas para estimular la producción de anticuerpos específicos y linfocitos
T dirigidos contra el patógeno. Los linfocitos NK también producen sustancias, por
ejemplo, IFNγ que influyen en la respuesta de los LT.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
La primera línea de defensa está integrada por la piel y las mucosas, que
dificultan la entrada de cualquier cuerpo extraño, vivo o no, simplemente 568
por un efecto mecánico o, incluso, químico.
La piel está compuesta sobre todo por queratina, una proteína dura que pocos
patógenos pueden penetrar. Además, muchas zonas del cuerpo son secas, a excepción
de las zonas axilares y la zona púbica e inguinal, por lo cual no tienen nutrientes para
dar soporte al crecimiento microbiano.
Por ello, si bien muchas bacterias pueden adherirse a la epidermis, se
desprenden por la exfoliación de los queratinocitos muertos; incluso la piel, también
está cubierta con diversas sustancias químicas antimicrobianas en el sudor con una
capa de ácido protector (ácido láctico que inhibe el crecimiento bacteriano),
dermicidina (un péptido antimicrobiano).
Los queratinocitos, neutrófilos, macrófagos y otras células también producen
péptidos a los que se les denomina defensinas y catelicidinas, que destruyen
bacterias, virus y hongos. Los efectos de estas defensas mejoran con la vitamina D
(calcitriol).
Por su parte, el tubo digestivo, las vías respiratorias y urinarias, y el aparato
reproductor están abiertos al exterior, lo que los hace vulnerables a la invasión, pero
están protegidos por mucosas. En estos, el moco atrapa a los microbios y, por ejemplo,
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
son desplazados por cilios a la faringe como ocurre en las vías respiratorias, allí son
deglutidos y, más adelante, el ácido estomacal los destruye.
Asimismo, la saliva limpia los microbios del tubo digestivo superior, y la orina
lo hace en las vías urinarias inferiores. El moco, las lágrimas y la saliva también
contienen lisozima, una enzima que destruye bacterias al disolver sus paredes
celulares.
Debajo del epitelio de la piel y las mucosas se encuentra una capa de tejido
areolar, cuya sustancia fundamental contiene un glucosaminoglucano gigante al que
se le denomina ácido hialurónico, que le da una consistencia viscosa, por lo cual
dificulta a los microbios su migración por este gel de tejido pegajoso. Sin embargo,
algunos microorganismos liberan hialuronidasas, con lo cual pueden moverse
mucho más fácilmente.
Las hialuronidasas se encuentran en algunos venenos de serpientes, toxinas
bacterianas y ciertos protozoarios parásitos que la producen para facilitar su invasión
de los tejidos conjuntivos.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Los patógenos invasores contienen estructuras conservadas en sus membranas
celulares denominadas “patrones moleculares asociados a patógenos” (PMAP),
que son productos moleculares altamente conservados entre los grupos de
microorganismos y forman parte esencial de su supervivencia, Entre ellos se
encuentran el lipopolisacárido (LPS) de bacterias gramnegativas,
peptidoglicanos (PGN) de bacterias grampositivas, zimosan de levaduras,
dinúcleotidos de ADN no metilados (DNA CpG) de bacterias y virus, ARN de cadena
doble de virus y flagelina de bacterias.
Estos PMAP son reconocidos por las células del sistema inmunitario innato,
como los neutrófilos y macrófagos, puesto que poseen receptores de
reconocimiento de patrones (RRP) codificados en su línea germinal.
570
Una vez que se reconoce un PMAP, los RRP entran en contacto con la superficie
celular, y envían señales intracelulares al hospedero, lo que desencadena respuestas
proinflamatorias y antimicrobianas que incluyen la síntesis y la liberación de
citocinas, quimiocinas y moléculas de adhesión celular.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Cuando un neutrófilo detecta bacterias en el área inmediata, sus lisosomas
migran a la superficie celular y descargan sus proteínas granulares en el líquido
intersticial que lo circunda (Cassatella et al., 2017), mediante el proceso de
degranulación.
Aquí, las enzimas catalizan una reacción a la que se denomina explosión
respiratoria. En este proceso, el neutrófilo absorbe O2 con rapidez y lo reduce a
aniones superóxidos (O2•–), que reaccionan con H+ para formar peróxido de
hidrógeno (H2O2).
571
Mecanismos que conducen a la síntesis de intermediarios reactivos del oxígeno durante las
reacciones de estallido respiratorio del neutrófilo (Pawlina y Ross, 2020).
Otra enzima lisosómica produce hipoclorito (HClO), a partir de los iones cloruro
del líquido intersticial. El O2•–, el H2O2 y el HClO son muy tóxicos, puesto que forman
un “área de la muerte química” alrededor del neutrófilo que destruye muchas
bacterias más de las que podría destruir con la sola fagocitosis.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Los neutrófilos también pueden eliminar patógenos al expeler su ADN en la
forma de una red o malla conocida como “trampas extracelulares de neutrófilos”
(del inglés, NET) (Brinkmann et al., 2004).
Agentes antimicrobianos, como la elastasa de neutrófilos (NE) y la MPO, son
atrapados en esta red pegajosa, que sirve, a su vez, para atrapar y matar a los
microorganismos.
572
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
varias proteínas tóxicas, como la neurotoxina) neurotoxina derivada de los
eosinófilos). Asimismo, promueven la acción de los basófilos y los mastocitos,
fagocitan y degradan complejos antígeno-anticuerpo, y secretan enzimas que
degradan y limitan la acción de la histamina y otras sustancias químicas
inflamatorias que podrían causar daño tisular al no estar controladas.
Por su parte, los basófilos secretan sustancias químicas que ayudan a la
movilidad y la acción de otros leucocitos como los leucotrienos que activan y atraen
neutrófilos y eosinófilos; la histamina, que es un vasodilatador que aumenta el flujo
sanguíneo y acelera la entrega de leucocitos a la zona infectada, pero es
venoconstrictor en las vénulas facilitando el estancamiento de la sangre en la
zona; por un lado para favorecer la concentración de células inflamatorias en el lugar
y, por otro lado, tratar de evitar la diseminación de los microorganismos que estén en
la zona y puedan llegar al torrente sanguíneo. Por su parte, la heparina secretada
por los basófilos, inhibe la formación de coágulos sanguíneos que impedirían la
movilidad de los leucocitos.
Los mastocitos, un tipo de células de tejido conectivo parecido a los basófilos,
también producen estas sustancias y son estimulados por los eosinófilos para que
liberen dichas sustancias.
En los tejidos conectivos se encuentran los macrófagos que son leucocitos que 573
han emigrado desde la sangre como monocitos y se denominan según el tejido en el
cual se encuentren conformando, a su vez, el sistema monocítico-fagocitario.
Las células dendríticas (fotografía
de la derecha) se incluyen en el grupo de
macrófagos, aunque provienen de diferentes
citoblastos que los macrófagos y emplean
endocitosis mediada por receptores en lugar
de fagocitosis para internalizar materiales
externos al cuerpo.
En general, los macrófagos están
distribuidos por el tejido conectivo laxo, pero
también hay formas especializadas con
ubicaciones más específicas como las células
de la microglia en el SNC, macrófagos alveolares en los pulmones, células de
Langerhans en la piel, osteoclastos en el hueso y macrófagos hepáticos o de
Kuppfer en el hígado.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
La inflamación es una respuesta de los tejidos vascularizados frente a las
infecciones y lesiones tisulares, que aporta células y moléculas defensivas
del huésped desde la circulación a los lugares en los que se necesitan para
eliminar los agentes lesivos (Kumar, Abbas y Aster, 2018).
La inflamación, es parte de la respuesta inmune inespecífica y consiste en una serie
de alteraciones que tienen lugar en el tejido agredido (fenómenos tisulares locales), a
las que acompañan fenómenos sistémicos conocidos de forma genérica como
“reacción de fase aguda”. En la inflamación intervienen el endotelio vascular, los
leucocitos polimorfonucleares (habitualmente neutrófilos) y una serie de mediadores
químicos.
574
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
tisular, con una expresión clínica relevante (Laso, 2010), también incluye el proceso
de reparación.
La inflamación se caracteriza por cuatro signos cardinales que son el “rubor”
(eritema o enrojecimiento explicado por la vasodilatación producida por las
sustancias secretadas por las células como la histamina), “tumor” (hinchazón por la
acumulación de líquido plasmático debido a la extravasación mediada por los
vasodilatadores que produce edema local), “calor” (por el mayor flujo sanguíneo
local) y “dolor” (producido por la compresión de las terminales nerviosas dolorosas y
por la acción de diversas sustancias locales sobre dichos receptores por parte de las
prostaglandinas, algunas toxinas bacterianas y la bradicinina).
La “pérdida o la disminución de la función” de la zona inflamada suele
incorporarse como un quinto signo, pero ésta puede ocurrir o no, y cuando lo hace,
casi siempre se debe al dolor.
Las palabras que terminan con el sufijo “-itis” denotan inflamación de órganos
y tejidos específicos, por ejemplo, artritis, encefalitis, peritonitis, gingivitis y
dermatitis.
La inflamación puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero es más común
y observable en la piel, la cual está sujeta a más traumatismos que cualquier otro
órgano. Ejemplos de inflamación cutánea son el piquete de mosquito, quemadura 575
solar, exantema por hiedra venenosa, enrojecimiento y ampollas producidas por
trabajo manual, zapatos ajustados, quemaduras en la cocina e infecciones como la
blefaritis, que la inflamación de los párpados a nivel de los folículos pilosos,
generalmente por infecciones (fotografía de la página siguiente).
Este proceso es mediado por varios
tipos de células y citoquinas que suelen
actuar a corta distancia, ya sea en las
células vecinas (paracrina) o en la misma
célula que las secreta (autocrina), entre
las cuales se incluyen interferones,
interleucinas, factor de necrosis tumoral,
factores quimiotácticos y otras sustancias
químicas.
Los mastocitos contienen sus
gránulos TNFα y otras citocinas que son liberadas tras estímulos inmunológicos e
inespecíficos. No se ha demostrado la activación de los mastocitos por los microbios o
sus productores, pero el estrés mecánico y otros estímulos inespecíficos pueden causar
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
su degranulación y, aunque los mastocitos no sean muy abundantes en algunos
tejidos, actúan significativamente en los primeros estadios de la inflamación.
Cuando se produce una lesión en la piel, por ejemplo, se desencadena el proceso
inflamatorio que incluye:
1. movilización de las defensas celulares,
2. confinamiento y destrucción de patógenos,
3. limpieza y reparación de tejidos.
Por su parte, los macrófagos secretan IL-1 y TNFα, activados por los
agentes infecciosos.
El requisito más inmediato para tratar con la lesión tisular consiste en llevar
con rapidez leucocitos defensivos al sitio del traumatismo, mediante la hiperemia
local (flujo de sangre superior a lo normal) debido a la vasodilatación (por relajación
del músculo liso de los esfínteres precapilares) mediada por las sustancias vasoactivas
como la histamina, leucotrienos y otras citocinas secretadas por basófilos, mastocitos
y células dañadas por agentes que desencadenaron la inflamación.
Esta hiperemia no sólo produce una entrega más rápida de leucocitos, sino
también favorece la limpieza de toxinas y desechos metabólicos de tejido con mayor
rapidez. 576
Por su parte, además de dilatar los vasos sanguíneos locales, las sustancias
vasoactivas estimulan la contracción de las células endoteliales de los capilares
sanguíneos y las vénulas, aumentando la separación entre ellos e incrementando la
permeabilidad capilar. Esto facilita el desplazamiento de líquido, leucocitos y
proteínas plasmáticas de la circulación sanguínea al tejido circundante. Entre las
sustancias que extravasan se encuentran complementos, anticuerpos y factores
de coagulación que ayudan en la defensa y el ataque a los patógenos.
En el área de la lesión,
producen moléculas de adhesión
celular denominadas selectinas,
a los cuales los leucocitos se
adhieren de manera laxa y con
lentitud deambulan por el
endotelio, cubriéndolo en
ocasiones de tal manera que
obstruyen el flujo sanguíneo.
La trombina, la IL-1 o el
TNFα, inducen primero a la P-selectina y, posteriormente, la E-selectina (ELAM-1) o
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
VCAM-1 (ligando de la integrina VLA-4) y la ICAM-1 (ligando para las integrinas
LFA-1 y Mac-1), estas últimas inducidas únicamente por la IL-1 y el TNFα (Murphy,
2015).
Las células endoteliales reclutan de manera activa a los leucocitos mediante la
expresión de estas dos moléculas de la membrana endotelial, favoreciendo la unión de
los granulocitos al endotelio, haciéndole rodar por su superficie.
Esta unión está forzada por la interacción entre las integrinas heterodímeros
CD11/CD18 (inducidos por la IL-8) sobre una de las superficies y la del ICAM-1 sobre
la otra. A esta adhesión a la pared vascular se le conoce como marginación.
Luego los leucocitos avanzan
por las hendiduras entre las células
endoteliales (acción a la que se le
conoce como diapédesis o
emigración) e ingresan en el
líquido tisular del tejido dañado. La
mayor parte de la diapédesis ocurre
en las paredes de las vénulas
postcapilares.
El fibrinógeno que se filtra 577
en el líquido tisular se transforma en fibrina y genera coágulos en zonas adyacentes
a la lesión, formando una malla pegajosa que secuestra (encierra y aísla) a los
microorganismos.
Por su parte, la heparina evita la coagulación en el área inmediata de la lesión,
de modo que la bacteria y otros patógenos quedan atrapados en un bolsillo líquido
rodeado por una cápsula gelatinosa de líquido coagulado, mientras son atacados por
anticuerpos (si los hay), fagocitos y otras defensas, mientras que las áreas
circundantes de tejido coagulado evitan que escapen de este cautiverio.
Los neutrófilos se acumulan en el tejido inflamado en el transcurso de una hora.
Después de la emigración desde la circulación sanguínea, muestran quimiotaxis,
atracción a sustancias químicas por factores quimiotácticos como la bradicinina y los
leucotrienos como el leucotrieno B4, que los guían al sitio de lesión o infección. A
medida que encuentran bacterias, los neutrófilos las fagocitan y digieren con avidez,
y destruyen muchas más por la explosión respiratoria.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
El sistema de complementos es un conjunto de unas 30 globulinas que, según
Paul Ehrlich, “completa la acción de los anticuerpos” como medio principal
para la destrucción de patógenos en la inmunidad mediada por anticuerpos.
Estas glucoproteínas se sintetizan en el hígado, circulan en la sangre en forma
inactiva y se activan en presencia de patógenos o anticuerpos. A las proteínas
inactivas se les denomina con la letra C y un número, como C3. La activación las
divide en fragmentos que se identifican con minúsculas adicionales (p. ej., C3a y C3b).
El complemento activado contribuye a la destrucción de los microorganismos
mediante la inflamación, limpieza inmunitaria, fagocitosis y citólisis. Para ello, se
activan mediante tres vías denominadas clásica, alterna y de las lectinas.
La vía clásica requiere un anticuerpo para iniciarse y forma parte de la
inmunidad específica. El anticuerpo se fija a un antígeno en la superficie de un
microorganismo, dejando expuesto una porción específica de las moléculas como sitios
de fijación de complementos.
El C1, constituido por tres porciones denominadas C1q, C1r, C1s (los dos
últimos con actividad de proteasa) se fija a estos sitios y dispara una cascada de
reacciones en las cuales, cada paso genera una enzima que cataliza la producción de
muchas moléculas más en el siguiente paso, generando una amplificación del proceso.
Por su parte, la proteína C reactiva, que reacciona con el glúcido C de los 578
microorganismos y las células muertas, puede sustituir al anticuerpo específico en la
fijación de C1q e iniciar la reacción de toda la secuencia.
La vía alterna y vía de las lectinas no requieren anticuerpos y, por
consiguiente, pertenecen a las defensas inespecíficas. Su característica principal es la
posibilidad de activación espontánea y la formación de una C3 convertasa
alternativa, diferente a la de las otras vías, mediante los lipopolisacáridos de las
bacterias. La C3 convertasa de la vía alternativa está compuesta por C3b unido a Bb,
que es el fragmento resultante de la proteólisis del factor B y actúa como un bucle de
amplificación, incrementando la producción de C3b rápidamente.
En la sangre, el C3 se desdobla de manera lenta y espontánea en C3a y C3b.
En la vía alterna, C3b se fija de manera directa a las células tumorales, virus,
bacterias y hongos.
Las lectinas son proteínas plasmáticas que se fijan a los carbohidratos de la
superficie de una célula microbiana denominada manosa (lectina fijadora de
manosa o MBL) y desencadena una cascada de reacciones que lleva a la producción
de C3b mediante esta vía de las lectinas.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
579
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
4. Citólisis dado porque el C3b divide al C5 en C5a y C5b. El C5a se une a la
C3a en sus acciones proinflamatorias, pero el C5b juega un papel más
importante en la destrucción de patógenos al fijarse a la célula extrañas,
funcionando también como opsoninas, y luego agrega los complementos C6,
C7 y C8. Este conglomerado de proteínas o complejo C5b678, sigue
adelante para fijarse a unas 17 moléculas de C9, que forman un anillo
proteico en forma de poro denominado “complejo de ataque de
membrana” (CAM), lo cual genera un desequilibrio hidroelectrolítico en la
célula afectada y se produce la lisis celular por efecto osmótico.
Por otra parte, ciertas células pueden infectarse con virus, por lo cual secretan
proteínas llamadas interferones (INF). Tienen poco beneficio para la célula que la
secreta, pero alerta a las células vecinas y las protege de la infección.
Los INF se fijan a los receptores de superficie en esas células y activan sistemas
de segundo mensajero dentro de ellas, induciendo la síntesis de docenas de proteínas
antivirales que defienden a una célula por medios como desdoblar los genes virales o
evitar la replicación de los virus.
También activan a los linfocitos NK y macrófagos, que destruyen células
infectadas antes de que liberen nuevos virus recién replicados y, además, confieren
resistencia al cáncer, porque los NK activados destruyen a las células malignas. 580
En este sentido, la vigilancia inmunitaria es un fenómeno en que los NK
patrullan de manera continua el cuerpo en busca de patógenos o células anfitrionas
enfermas, atacando y destruyendo bacterias, células de órganos y tejidos
trasplantados, células infectadas con virus y células cancerosas.
Las células NK disponen de dos tipos de receptores en su membrana que son
las KAR y KIR. El receptor KAR reconoce e interactúa con moléculas presentes en la
membrana de todas las células nucleadas, lo que propicia la muerte “asesinato” de
éstas; en contrapartida, el KIR se une a su ligando celular, que son moléculas de clase
I del sistema HLA, generándose habitualmente una señal que inhibe la muerte de la
célula.
Tabla 32. Localización, distribución y función del sistema HLA
Moléculas HLA de clase I Moléculas HLA de clase II
Loci HLA-A, -B, -C HLA-DR, -DP, -DQ
Distribución Monocitos, macrófagos, células dendríticas,
Células nucleadas y plaquetas
linfocitos B, endotelio
Linfocitos T CD8+, receptor KIR de
Interacción Linfocitos T CD4+
células NK
Presentación
Antígenos intracelulares Antígenos extracelulares
de antígenos
Fuente: Laso, 2010.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Las células NK intervienen en la respuesta inmune inespecífica antitumoral y
antivírica. Dado que las células tumorales y las infectadas por virus (en particular los
herpes virus) expresan en su membrana menos moléculas de clase I del sistema HLA,
su contacto con las células NK se realiza fundamentalmente a través de los receptores
KAR, perdiendo así la influencia inhibidora de los receptores KIR.
Como consecuencia de ello, las células NK liberan perforinas y granzimas
contenidas en sus gránulos intracitoplasmáticos, que ejercen las acciones citotóxicas
siguientes:
1. Lisis osmótica debida al paso de agua al citosol a través de los poros que
forman las perforinas incrustadas en la membrana de la célula.
2. Apoptosis provocada por la activación de caspasas por efecto de las granzimas
introducidas en el interior de la célula diana a través de los poros de perforina.
581
Relaciones entre una célula nucleada normal y una célula NK (Laso, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
que activa las células NK y éstas responden secretando otra citocina, el IFN, que
activa a los macrófagos, reforzando sus mecanismos microbicidas.
Asimismo, la IL-2 y el IFN, que intervienen en la respuesta inmune mediada
por linfocitos T cooperadores, intensifican la actividad citotóxica de las células NK.
Ulteriormente, comienza el proceso de limpieza tisular mediado por los
macrófagos, que llegan de 8 a 12 horas después como monocitos, emigran desde la
circulación sanguínea, y se convierten en macrófagos que fagocitan y destruyen
bacterias, células hospederas dañadas y neutrófilos muertos o a punto de morir.
Los monocitos/macrófagos también actúan como células presentadoras de
antígenos (CPA) que activan respuestas inmunitarias específicas.
El pus es evidencia de que se ha desarrollado una batalla donde todos los
neutrófilos y la mayor parte de los macrófagos han muerto.
582
Consecuencias de la fagocitosis y relación con otras formas de repuesta inmune (Laso, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Las manifestaciones locales de la inflamación incluyen los fenómenos
tisulares antes descriptos (dolor, calor, rubor, tumor, e impotencia tisular)
siendo estas más evidentes cuanto más superficial sea el foco inflamatorio,
como es el caso en artritis o dermatitis.
Sin embargo, otro fenómeno denominado “exudado inflamatorio” se pone de
manifiesto cuando drena al exterior a través de un conducto natural (p. ej., la vía
aérea) o de nueva creación (fístula), cierta cantidad de líquido con contenido proteico
y celular.
Algunas veces es necesario obtenerse el exudado mediante una punción, como
ocurre, por ejemplo, al inflamarse una serosa (derrame pleural o pericárdico y
ascitis).
Se distinguen los siguientes tipos de exudado:
1. Seroso: su aspecto es parecido al del agua y contiene pocas proteínas; es
propio de una inflamación de escasa intensidad.
2. Fibrinoso: es espeso y pegajoso; se observa cuando la inflamación es
intensa, con gran incremento de la permeabilidad vascular y acceso de
grandes moléculas proteicas a los tejidos (p. ej., fibrinógeno); al convertirse
el fibrinógeno en fibrina, pueden adherirse las dos hojas inflamadas que
forman una cavidad serosa. 583
3. Purulento: recibe también la denominación de pus; se caracteriza por un
alto contenido de polinucleares neutrófilos y presenta un color amarillo-
verdoso por las mieloperoxidasas contenidas en dichas células. El absceso
es una colección de pus localizada en un tejido o cavidad cerrada.
El exudado debe diferenciarse del trasudado, que consiste en la
acumulación de líquido en el espacio intersticial o en las cavidades serosas,
extravasado del espacio intravascular no como consecuencia de un aumento de la
permeabilidad vascular, sino de un desequilibrio de las presiones hidrostática y
oncótica de ambos espacios (fuerzas de Starling) (González, 2014). Una serie de
determinaciones permiten diferenciar el exudado del trasudado (tabla 33).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Tabla 33. Diferenciación entre exudado y trasudado
Exudado Trasudado
Proteínas totales y
Proteínas > 3 g/dl < 3 g/dl
Proteínas líquido
Relación > 0,5 < 0,5
Proteínas suero
Glucosa y
Menor que la glucemia Similar a la glucemia
Glucosa líquido
< 0,5 > 0,5
Glucosa suero
Enzima LDH y
Concentración alta Concentración baja
LDH líquido
> 0,6 < 0,6
LDH suero
pH 7,3 7,3
Células Abundantes Escasas
Fuente: Laso, 2010.
• Proteína C reactiva
• Precursor sérico de la proteína amiloide A
• Antiproteasas (α1-antitripsina, α1-quimiotripsina)
• α1-glucoproteína ácida
• Haptoglobina
• Ceruloplasmina
• Fibrinógeno
• Proteínas del sistema del complemento
• Ferritina
Reactantes negativos (proteínas cuya concentración plasmática desciende)
• Albúmina
• Transferrina
• α-fetoproteína
Fuente: Laso, 2010.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Los reactantes también ejercen acciones antiinflamatorias; por ejemplo, la
proteína C reactiva estimula la síntesis del antagonista del receptor de IL-1, lo que
impide la actuación de esta citocina; otros reactantes, como la ceruloplasmina y las
antiproteasas, inhiben la producción de radicales libres de oxígeno y la actuación de
enzimas proteolíticas, respectivamente, limitando así la lesión tisular vinculada a la
inflamación.
Por último, el fibrinógeno promueve la proliferación celular y la haptoglobina
estimula la angiogénesis, todo lo cual favorece la reparación de los tejidos implicados
en la inflamación.
El reactante de fase aguda positivo más útil en la práctica clínica es la
proteína C reactiva, ya que, al ser muy sensible, sus niveles circulantes están
estrechamente relacionados con el grado de inflamación, y su determinación seriada
permite conocer la evolución del proceso inflamatorio. Como la mayoría de los
reactantes positivos poseen una movilidad electroforética , la inflamación cursa con
un aumento de las globulinas en el proteinograma electroforético del suero.
También, como se vio en capítulos anteriores, puede valorarse de forma
indirecta el estado global de los reactantes de fase aguda determinando la
velocidad de sedimentación globular o eritrosedimentación.
586
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
receptor acoplado con proteína G para aumentar la producción de derivados del ácido
araquidónico, incluido el Tromboxano A2 (TxA2) un potente activador plaquetario.
Los trombocitos y las células endoteliales en el área de lesión secretan
factor de crecimiento derivado de plaquetas (FCDP o PDGF por sus siglas
en inglés), un dímero formado por subunidades polipeptídicas A y B que estimula a
los fibroblastos para que se multipliquen y sinteticen colágeno, además de ser un
potente mitógeno del musculo liso vascular.
Los fibroblastos que proliferan en el foco inflamatorio, o bien otras células
especializadas (p. ej., células estrelladas en la fibrogénesis hepática), secretan
constituyentes de la matriz intercelular (colágeno, proteoglucanos y glucoproteínas,
como la fibronectina).
En la proliferación de los fibroblastos y en la secreción de la matriz
intervienen diversos factores de crecimiento, entre los cuales el más destacado es el
factor β transformante de crecimiento (TGFβ) producido, entre otras células, por
los macrófagos.
La plasmina ayuda a la cicatrización mediante la eliminación del exceso de
fibrina. Esto favorece la migración de los queratinocitos hacia la herida para
restaurar el epitelio bajo la costra. Se incrementa la síntesis de colágeno, produciendo
una cicatriz que, pueden alcanzar 20% de su fuerza final en tres semanas y más tarde 587
se fortalecen aún más, pero nunca llegan a más de 70% de la fuerza de la piel normal.
El proceso de reparación está sometido a mecanismos de control local (p.
ej., un factor regulador del crecimiento de los fibroblastos y
metaloproteinasas que degradan la matriz) y sistémicos (secreción de
glucocorticoides). Las consecuencias potenciales adversas de la cicatriz son la
estenosis de vísceras huecas o la insuficiencia funcional de órganos sólidos (p. ej.,
insuficiencia cardíaca).
La evolución crónica de la inflamación se produce por la persistencia del
antígeno causante de la misma, debido a:
1. Exposición continua al antígeno: por ejemplo, exposición a tóxicos
ambientales implicados en las neumoconiosis.
2. Incapacidad para eliminar el antígeno: tiene lugar, por ejemplo,
cuando un agente microbiano sobrevive y se multiplica en el interior de los
macrófago a pesar de los mecanismos microbicidas empleados por éstos. En
tal circunstancia, las citocinas producidas por los linfocitos T cooperadores
a los cuales el macrófago presenta los péptidos antigénicos, refuerzan la
activación macrofágica; esto, efectivamente, facilita la eliminación del
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
agente infeccioso, pero al mismo tiempo promueve la síntesis por los
macrófagos de mediadores químicos de la inflamación, que por ello se
cronifica. El conjunto de macrófagos, células epitelioides (derivadas
de macrófagos persistentemente activados) y una corona de
linfocitos configura el patrón inflamatorio crónico denominado
granuloma.
En ciertas inflamaciones crónicas se produce el depósito tisular de proteínas
amiloides séricas A (proteínas AAS), un reactante de fase aguda, produciendo
amiloidosis sistémica.
El dolor también contribuye de manera importante a la recuperación ya que es
una señal de alarma que llama la atención sobre la lesión y hace que se limite el uso
de una parte del cuerpo para que tenga oportunidad de descansar y sanar.
588
Esquema general del proceso inflamatorio y su posible evolución a lo largo del tiempo
(Pastrana y García, 2013).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Los mecanismos de defensa específicos también nos defienden frente a otras
situaciones no infecciosas como la aparición de células cancerosas, o sustancias
reconocidas como extrañas (p. ej., órganos trasplantados).
El ser humano posee dos tipos de respuesta específica; la inmunidad celular
y la inmunidad humoral. Los responsables de la inmunidad celular son los LT, los
cuales juegan un papel fundamental en aquellas infecciones en las que los patógenos
son intracelulares (p. ej., tuberculosis).
Existen varios tipos de LT:
1. Linfocitos T (CD4+). Se subdividen en Th1 y Th2. Incrementan la
actividad fagocitaria de los macrófagos y activan otras células del sistema
inmune, como los LB, favoreciendo la producción de anticuerpos.
2. Linfocitos T (CD8+). Destruyen las células infectadas por
microorganismos; también actúan contra las células cancerosas.
589
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
microorganismos o receptores de reconocimiento de patrones (PRR, pattern
recognition receptors) en su membrana celular.
Una vez se produce la unión del PRR con una determinada molécula de un
microorganismo, estas células lo fagocitan y posteriormente procesan sus antígenos
para presentarlos a los linfocitos T activando de este modo la inmunidad adquirida.
Éste es el nexo de unión, por tanto, entre la inmunidad innata y la adquirida y
explica cómo ambos tipos de inmunidad actúan coordinadamente para eliminar a los
agentes patógenos.
590
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
En la figura siguiente se representa un macrófago, aunque también puede ser
utilizada esta vía de presentación por la célula dendrítica.
591
Vía HLA II de presentación de antígenos (A) y respuesta inmune mediada por linfocitos T
cooperadores (B) (Laso, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
autocrina sobre los linfocitos T que la secretan) y la secreción de citocinas
proinflamatorias.
En la figura siguiente se representa una célula en interacción con el LT (CD8+).
592
Vía HLA-I de presentación de antígenos (A) y respuesta inmune mediada por linfocitos T
citotóxicos (B) (Laso, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
3. Secreción de perforinas y granzimas e interacción Fas-ligando2 de Fas,
fenómenos que provocan la apoptosis de la célula diana.
Durante la respuesta inmune se generan además células plasmáticas
(inmunidad humoral) y células citotóxicas (inmunidad celular) llamadas de memoria
que, en caso de una nueva infección por el mismo agente, provocarán una respuesta
mucho más rápida y específica, pudiendo llegar a evitar que la nueva infección se
desarrolle.
Los linfocitos B reconocen el antígeno a través del receptor antigénico de célula
B, constituido por inmunoglobulinas expresadas en la membrana celular.
La activación del linfocito B puede precisar, o no, la ayuda de linfocitos T
cooperadores, dependiendo de la naturaleza del antígeno. Los antígenos de naturaleza
proteica son generalmente antígenos T-dependientes, lo que significa que los linfocitos
B requieren la colaboración de linfocitos T cooperadores, de acuerdo con los pasos
siguientes que se observan en la figura:
593
2El ligando Fas (FasL o Apo-1) es una proteína de membrana tipo II de 40 kDa miembro de la familia del factor de necrosis
tumoral (TNF) que está altamente expresado en linfocitos activados.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
1. Presentación del antígeno a linfocitos T cooperadores: para ello el
linfocito B endocita el antígeno y, tras procesarlo, actúa como célula
presentadora profesional, mostrando el péptido antigénico unido a una
molécula HLA de clase II a linfocitos T cooperadores, para que lo reconozcan
mediante el receptor antigénico de célula T.
2. Activación del linfocito T colaborador: se produce como consecuencia
de varias interacciones: a) entre el receptor antigénico de la célula T y el
complejo formado por el péptido antigénico y la molécula HLA de clase II,
que se expresa en la membrana de la célula B; b) entre la molécula HLA de
clase II y la molécula CD4 del linfocito T, y c) entre la molécula
coestimuladora B7 expresada en la membrana del linfocito B y su
correspondiente ligando CD28 de la membrana del linfocito T. En el proceso
de activación del linfocito T también pueden colaborar otras células
presentadoras profesionales (macrófagos y células dendríticas), que
muestran en su membrana el mismo antígeno que el linfocito B. La
activación del linfocito T cooperador conduce a la síntesis y secreción de
citocinas de patrón Th2 (fundamentalmente IL-4, IL-5, IL-6 e IL-10) y la
expresión en su membrana de la molécula CD40L, ligando de la molécula
CD40 del linfocito B.
3. Activación del linfocito B: las citocinas de patrón Th2 y la interacción 594
CD40-CD40L contribuyen a activar el linfocito B, lo cual supone la génesis
de señales intracelulares y la activación de factores de transcripción que
inducen la proliferación y diferenciación clonal. El resultando es un clon de
células plasmáticas secretoras de anticuerpos, que inicialmente son de tipo
IgM (respuesta primaria de anticuerpos). Las citocinas y la interacción
molecular mencionadas tienen otras repercusiones importantes: a) cambio
de clase de anticuerpos, fenómeno consistente en la secreción de IgG y de
pequeñas cantidades de IgA o IgE; b) selección de linfocitos B secretores de
anticuerpos con mayor especificidad antigénica (maduración de la
afinidad), y c) generación de linfocitos B de memoria, con un receptor de
membrana que reconocerá al mismo antígeno en un nuevo contacto, y se
diferenciará en un clon de células plasmáticas capaces de secretar
anticuerpos con mayor rapidez, mayor afinidad y distintos de IgM
(respuesta secundaria de anticuerpos).
Los denominados antígenos T-independientes (antígenos no proteicos, como
polisacáridos de la membrana de microorganismos o glucolípidos) se unen con el
linfocito B, y esto ya es suficiente para que se active y, en consecuencia, prolifere y
secrete anticuerpos. Como no intervienen linfocitos T cooperadores, no se produce
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
tampoco el cambio de clase de anticuerpos ni la maduración de la afinidad o la
memoria inmunológica.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Las cadenas de las Ig, tanto pesadas como ligeras, presentan una parte o región
variable (V) en el extremo aminoterminal y otra constante (C) en la porción
carboxiterminal. Se nombran como VL y CL para las cadenas ligeras (L de Ligera) y
VH y CH para las cadenas pesadas.
Dentro de las funciones de las Ig se encuentran:
1. Unión específica con el antígeno que reside en el fragmento Fab, en una
hendidura que se forma en la conjunción de las regiones VH y VL, es decir,
los dominios variables de las cadenas ligera y pesada. El grado de
complementariedad para el antígeno (Ag) que presenta esta hendidura es lo
que determina la especificidad del anticuerpo. Dentro de las regiones VH y
VL existen 3 regiones hipervariables (HR 1, 2 y 3), que son las que forman
las paredes del sitio de combinación con el antígeno y determinan su
complementariedad para éste.
2. Funciones efectoras mediadas por los dominios constantes de las cadenas
pesadas, concretamente CH2 y CH3 (región Fc). Las más importantes son:
✓ Activación del complemento.
✓ Unión a los receptores para el Fc de las células fagocíticas, con lo que
facilita la fagocitosis.
✓ Unión a los receptores para el Fc de los mastocitos, basófilos y
596
eosinófilos.
✓ Capacidad de atravesar membranas del organismo, como la placenta
(sólo la IgG).
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
La liberación de radicales libres y la producción de ON por las células
endoteliales, junto con los tromboxanos, prostaglandinas y leucotrienos, generan una
reactividad vascular anómala con vasodilatación y extravasación características del
fenómeno inflamatorio. En este caso, la IL-1 y la IL-6 actúan sobre el eje hipotálamo-
hipofisario-suprarrenal aumentando la secreción de ACTH y de cortisol.
El hígado es el órgano diana de los mediadores inflamatorios, al sintetizar las
proteínas reactantes de fase aguda, y sobre el cual intervienen citocinas tipo IL-6, tipo
IL-1 y TNFα, glucocorticoides y factores de crecimiento que inducen en los hepatocitos
la expresión de los genes de las proteínas de fase aguda. Los más importantes son el
tipo IL-6 e IL-1, mientras que los glucocorticoides y los factores de crecimiento actúan
de forma sinérgica o regulando la acción de la IL-6 e IL-1.
Algunas citocinas como la IL-2 y el IFN, son imprescindibles para la respuesta
antiinfecciosa ante gérmenes intracelulares (virus, hongos, parásitos) y en la
respuesta antitumoral; otras linfocinas estimulan la maduración de las células
precursoras hematopoyéticas (IL-3, G-CSF, M-GSF, GM-CSF) y activan la
maduración de los LB (IL-4, IL-5).
La función reguladora-supresora de la respuesta inmune depende del
balance entre la síntesis de distintas citocinas con acciones diversas. Algunas de estas
moléculas, como la IL-10, tienen un efecto supresor de la respuesta de los LTh1 y del 598
monocito/macrófago.
Tras la agresión, aumentan los niveles de ACTH, NA, adrenalina,
corticosterona, cortisol, αMSH y hormonas sexuales. Aunque respondan a un mismo
estímulo, no existe relación causal entre hormonas y citocinas.
Por su parte, la velocidad de respuesta hormonal es diferente para cada tipo de
hormona. Las catecolaminas actúan en segundos, la insulina y el glucagón en
minutos, la hormona de crecimiento y el cortisol entre 6 y 12 horas, mientras que las
hormonas tiroideas y sexuales tardan varias horas.
Estos cambios endocrinos, paracrinos y autocrinos provocan
hipermetabolismo, hipercatabolismo, incremento de la proteólisis, aumento
de la síntesis de proteínas reactantes de fase aguda, menor síntesis hepática de
proteínas como la albúmina, aumento de la gluconeogénesis, intolerancia a la glucosa
y cambios del metabolismo lipídico con hipocolesterolemia e hipertrigliceridemia.
Por su parte, el endotelio es el principal órgano de choque en el SIRS, su
afección inicial provoca una serie de eventos que no sólo mantienen el proceso
inflamatorio, sino que lo multiplican.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Un mediador muy importante es el factor nuclear Kappa-Beta (NF-kB) que
se expresa de manera constitutiva en, prácticamente, todas las células del sistema
inmune.
A diferencia de otros factores de
transcripción, que generalmente se encuentran
en el núcleo, NF-κB se localiza habitualmente
en el citoplasma en un estado inactivo y
necesita un estímulo específico para traslocarse
al compartimiento nuclear.
Sólo en las células B y sus progenitoras
se encuentra NF-κB constitutivamente en el
núcleo.
La infección y las toxinas bacterianas
provocan una cascada de respuesta, tanto local
como sistémica, e inician la liberación de
citoquinas y la activación de NF-κB, a través de sus lipopolisacáridos (LPS).
Estos LPS de las bacterias Gramnegativas, son captadas por una proteína
fijadora de LPS presente en la sangre y líquidos biológicos (LBP). Este complejo LPS-
LBP facilita la unión de LPS a su ligando en los fagocitos, CD14. 599
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
Una vez iniciada la respuesta antiinflamatoria sistémica, la capacidad de
adaptación del huésped dependerá de la prontitud del inicio del SRIS, la gravedad de
la respuesta, el inicio de la respuesta antiinflamatoria compensadora y la capacidad
final orgánica para su adaptación.
La IL-6 es responsable de la coordinación de la respuesta de fase aguda, la cual
consiste en fiebre, taquicardia, leucocitosis, alteración en la permeabilidad vascular,
e incremento en la producción de proteínas de fase aguda.
Uno de los procesos implicados en el SRIS es la drástica diminución en la
capacidad antioxidante frente a una producción sostenida y excesiva de radicales
libres, tanto derivados del O2 como del ON. El estrés oxidativo contribuye de forma
puntual en el desarrollo del SRIS; los radicales libres no sólo producen lesión directa
celular mediante la peroxidación de los lípidos de las membranas celulares, sino que
también incrementan la producción de citocinas proinflamatorias.
Asimismo, el estrés oxidativo contribuye al desarrollo temprano de disfunción
hepática al disminuir los niveles de glutatión local, lo cual favorece la lesión
hepática por radicales libres. Estos disturbios son una consecuencia directa de una
activación inicial y sostenida del sistema inmune innato, el cual provoca y mantiene
un estrés oxidativo; esto, mantiene el proceso inflamatorio y finalmente lleva a la falla
orgánica múltiple (FOM), que constituye la principal complicación de la sepsis severa, 600
del choque séptico y, eventualmente, la muerte.
Si un paciente presenta una frecuencia cardiaca mayor a 90 lpm;
frecuencia respiratoria mayor a 20 rpm o pCO2 menor a 32 mmHg;
temperatura mayor a 38 ºC o menor a 36 ºC; recuento de leucocitos mayor a
12.000/mm3 o menor a 4.000/mm3 o neutrófilos en banda mayor a 10%; es
probable que presente un SIRS.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
siendo derivada al hospital regional al servicio de Terapia Intensiva, con diagnóstico
de abdomen agudo (Pancreatitis Aguda).
Antecedentes médicos: sin antecedentes patológicos conocidos, oriunda de una
localidad del interior de la provincia de Corrientes.
Examen físico: A su ingreso se presentaba, confusa, escala de Glasgow 12/15, TA:
60/20 mmHg, FC: 120/min, FR: 24/min, T. axilar: 36,6ºC.
Piel y faneras: ictericia cutaneomucosa, una herida en dorso de dedo mayor de
mano izquierda de 1 cm de longitud con bordes anfractuosos, flogosis, eritematosa-
cianótica. Piel circundante y turgente y presencia de ampollas con extensión sobre
región dorsal de la mano.
Tórax: murmullo vesicular presente, sin ruidos patológicos.
Aparato cardiovascular: taquicardia.
Abdomen: blando, depresible, ruidos hidroaéreos positivos.
Hospitalización: Se hospitalizó en la Unidad de Terapia Intensiva.
Estudios de laboratorio: Htc: 35%, glóbulos blancos: 12.400/mm3, Fórmula
leucocitaria: N. en cayados: 11%, N. segmentados 83% Linfocitos: 6%. Urea: 0,64 g/l.
Creatininemia: 1,89 mg/l, Na: 132 mEq/l, K: 3,2 mEq/l. Bilirrubina total: 9,24 mg/dl,
bilirrubina directa: 0,33 mg/dl, bilirrubina indirecta: 9,21 mg/dl, GOT: 43 U/l, GPT:
21 U/l, FAL: 165U/l. Amilasemia: 29 U/l, CPK: 1750 U/l. pH arterial: 7,38. HCO3-:
16 mEq/l, EB: -6. PO2: 59 mmHg, PCO2: 28 mmHg, saturación de O2 90%. 601
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
La sepsis es un síndrome de alteraciones fisiológicas, patológicas y
bioquímicas inducidas por una infección, cuya incidencia está en aumento,
por lo cual, es una de las principales causas de enfermedad grave y de
mortalidad en todo el mundo (Cecconi, 2018).
Los pacientes que sobreviven a la sepsis con frecuencia sufren problemas físicos,
psicológicos y cognitivos prolongados.
La sepsis se define como un proceso inflamatorio sistémico secundario a
infección. Los agentes etiológicos son, en orden de frecuencia: bacterias
gramnegativas, grampositivas, hongos y con menor frecuencia virus.
La sepsis puede confundirse clínicamente con otras entidades que producen
disfunción orgánica. Al momento actual, fueron estudiados más de 170 marcadores
biológicos, ninguno de ellos lo suficientemente sensible y específico para confirmar el
diagnóstico de sepsis.
El recuento de glóbulos blancos y algunas proteínas de fase aguda,
como la PCR, suelen utilizarse a pesar de sus limitaciones.
La procalcitonina tiene un rendimiento diagnóstico superior al resto de los
marcadores biológicos de sepsis. Esta proteína interviene en la modulación de la
respuesta inflamatoria e induce la producción de ON por el endotelio vascular. En los 602
individuos sanos, es indetectable en la circulación, pues no se secreta en ausencia de
inflamación sistémica. En la sepsis bacteriana, la síntesis de procalcitonina se activa
en casi todos los tejidos del organismo, inducida por acción directa del LPS y por efecto
de diversas citoquinas (TNF-α, IL-1, IL-6). Su producción es atenuada por el IFN-,
motivo por el cual la procalcitonina es específica para infecciones bacterianas.
Posee valor diagnóstico, pues los valores elevados son muy sugestivos de sepsis
(≥ 2 ng/ml), y valor pronóstico, dado que el descenso de sus niveles circulantes se
correlaciona muy bien con la respuesta al tratamiento antibiótico.
La medición de citoquinas proinflamatorias no suele ser un recurso disponible
y, además, pueden aumentar con una cinética similar en infecciones virales y en
procesos autoinflamatorios (Dartiguelongue, 2020).
La sepsis, la sepsis grave y el shock séptico representan respuestas
inflamatorias sistémicas cada vez más intensas a la infección. La sepsis es frecuente
en la población anciana y afecta mucho más a pacientes con cáncer e
inmunodeficiencia.
En su forma más grave, la sepsis causa disfunción multiorgánica (DMO)
que puede producir un estado de enfermedad crónica grave caracterizada por
disfunción inmunitaria y catabolismo.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
A media que la sepsis progresa de infección local a inflamación sistémica leve y
a shock séptico, el sistema cardiovascular sufre importantes perturbaciones. Tras el
restablecimiento de la volemia la mayoría de los pacientes con sepsis tiene un gasto
cardíaco normal o aumentado con baja resistencia vascular sistémica. El
aumento del lactato en estos pacientes es pronóstico de mortalidad.
En la sepsis se producen profundas alteraciones del endotelio, entre ellas el
aumento de la adhesión leucocitaria, el cambio a un estado procoagulante, la
vasodilatación y la pérdida de la función de barrera, que lleva al edema tisular
extendido.
Entre las alteraciones microcirculatorias se incluye la disminución de la
respuesta a la estimulación local, así como la obstrucción de la luz de los pequeños
vasos por microtrombos y tapones de glóbulos blancos y rojos. La expresión
generalizada del factor tisular, el depósito de fibrina y la alteración de los mecanismos
anticoagulantes pueden producir coagulación intravascular diseminada (CID),
tema que se abordará en siguientes capítulos.
Los cambios endoteliales en la sepsis grave se asocian con alteración de la
función de barrera en otros órganos. Los capilares pulmonares más permeables
producen la acumulación de líquido de edema rico en proteínas en los espacios
intersticiales pulmonares y en presencia de disfunción de la barrera epitelial alveolar 603
inducida por la sepsis, el líquido del edema intersticial invade los alveolos. Estos
cambios producen el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).
El epitelio intestinal se torna más permeable y esto inicia un círculo vicioso
de translocación bacteriana, lesión intestinal debida a los contenidos de la luz,
incluidas las enzimas pancreáticas activadas (autodigestión) e inflamación sistémica
que empeora y puede perpetuar la disfunción orgánica múltiple.
En el hígado, la sepsis dificulta la depuración plasmática de bilirrubina por el
hepatocito y muchas otras funciones hepáticas esenciales.
La lesión renal aguda (LRA) es frecuente en la sepsis grave y aumenta
considerablemente el riesgo de muerte.
El sistema nervioso participa activamente en el desarrollo inicial de la sepsis,
especialmente cumpliendo una función antinflamatoria. Los quimiorreceptores de los
cuerpos carotideos, los aferentes vagales y las zonas cerebrales con una barrera
constitutivamente permeable responden a las citocinas locales y sistémicas, enviando
señales a los núcleos del tronco encefálico, que a su vez envían eferentes vagales
colinérgicos que inhiben la producción de citocina inflamatoria por las células
inmunitarias innatas en el bazo, el intestino y otros sitios.
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
La encefalopatía es un hallazgo temprano y frecuente en la sepsis grave y
puede ir desde una alteración leve de la concentración hasta el coma profundo.
La disfunción endotelial sistémica altera la barrera hematoencefálica
(BHE) y permite que las citocinas inflamatorias penetren en el cerebro y causen
edema perivascular, estrés oxidativo, leucoencefalopatía y alteraciones diseminadas
de los neurotransmisores.
La disfunción hepática y renal concomitante aumenta la entrada de toxinas al
SNC. Además, la coagulopatía y la alteración de la autorregulación del flujo
sanguíneo cerebral pueden producir zonas de isquemia y hemorragia.
Por último, el estado proinflamatorio inicial en la sepsis grave a menudo genera
un estado prolongado de disfunción del sistema inmunitario.
604
Fernández, V. H.
Capítulo 12 Fisiología de sistemas
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Fernández, V. H.
SECCIÓN II
Fisiología de sistemas
Capítulo 13
Bases fisiológicas de la
hemostasia y la trombosis
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe las fases de la hemostasia.
2. Describe el origen y propiedades estructurales de las plaquetas.
3. Enumera los procesos que intervienen en la activación y agregación
plaquetaria.
4. Identifica el papel de los derivados del ácido araquidónico y los efectos del
ácido acetilsalicílico y sus beneficios para la fisiología circulatoria.
5. Esquematiza en un diagrama general los procesos de la hemostasia, incluyendo
los diferentes pasos de las vías de la coagulación.
6. Conoce los factores que participan en las diferentes vías e identificar los pasos
que son favorecidos por la activación plaquetaria.
7. Identifica al hígado como el encargado de la síntesis de factores de la
coagulación.
8. Enumera los factores dependientes de vitamina K, su relación entre la síntesis
de factores de la coagulación con los trastornos de la coagulación en las
hepatopatías, la deficiencia de vitamina K y con el tratamiento con antagonistas
de la vitamina K.
9. Describe el mecanismo de control de la formación de fibrina, enumerando los
factores, sus precursores y los posibles activadores e inhibidores.
10. Destaca el papel de la antitrombina, detallando su mecanismo de acción.
11. Explica por qué una vez iniciada localmente la coagulación no se extiende por
todo el sistema circulatorio.
12. Conoce las proteínas que participan en la degradación del coágulo de fibrina, la
secuencia de sus precursores y los activadores e inhibidores de la fibrinólisis.
13. Conoce las bases fisiológicas en las que se fundamenta la regulación
farmacológica de la hemostasia.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
La trascendencia de la patología de la coagulación no es menor ya que un
trombo es la principal causa de muerte en el mundo occidental, sea por un infarto de
miocardio o un evento isquémico cerebral, también conocido como ictus.
Asimismo, un trombo, pero esta vez en el territorio venoso, es la principal causa de
muerte en pacientes internados y en cualquier tipo de cirugía, pues es la principal
causa de tromboembolismo pulmonar (TEP) (Ceresetto y Duboscq, 2017).
La hemostasia es, en definitiva, un sistema de defensa del organismo que no
sólo involucra al sistema de la coagulación de la sangre que impide la pérdida de la
misma al cerrar un vaso dañado, sino también interviene en la defensa del organismo
al detener el pasaje de bacterias mediante el tapón de fibrina y plaquetas, y participa
en la remodelación del tejido dañado y en su revascularización.
Cualquier falla en la hemostasia normal que afecte este equilibrio puede
generar un trastorno hemorrágico con sangrados anormales (diátesis
hemorrágica), o un evento tromboembólico por la formación de un coágulo en el
compartimento intravascular.
Fisiológicamente, suele estudiarse la hemostasia como un esquema que se nos
presenta como escalonado y de etapas en compartimentos estancos, pero en realidad,
es un sistema dinámico donde simultáneamente se activan promotores e inhibidores,
plaquetas e inhibidores, formando un intrincado proceso donde también influyen otros 607
parámetros como el pH del medio, la temperatura, diversas células (como el endotelio
vascular, fibroblastos, macrófagos, etc.) y fenómenos reológicos que modificarán las
reacciones enzimáticas y la capacidad para mantener el equilibrio hemostático.
Cuando ocurre una lesión en un vaso sanguíneo, las plaquetas y una serie de
proteínas plasmáticas se activan y provocan la transformación de la sangre desde su
estado líquido hasta una sustancia sólida (el coágulo), que se deposita dentro y
alrededor de la pared vascular y actúa como tapón (hemostasia).
Si en lugar de haber una lesión en el vaso se produce una fisura, una grieta o
una alteración rugosa en la parte interna de su pared, se desencadenan y activan los
mismos mecanismos y se produce la misma masa sólida, pero en esta ocasión en el
interior del vaso (trombosis).
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
derivando la sangre fuera del área lesionada y favoreciendo la concentración, adhesión
y agregación plaquetaria. Esta vasoconstricción refleja es inmediata y transitoria
mediante la estimulación simpática en la pared vascular, por la constricción del
músculo liso.
El músculo liso de las arteriolas o vasos de resistencia, se contraen y relajan,
manteniendo el tono vascular, el cual resulta de la interacción compleja de
sustancias vasoactivas circulantes, de las propiedades del músculo liso, influencias
del tejido circundante, efectos neuronales y factores extravasculares.
Luego, se produce la adhesión plaquetaria a la zona lesionada lo cual
desencadena la activación de las plaquetas para generar el trombo y evitar así la
extravasación de la sangre.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
La TPO estimula todas las etapas de la megacariopoyesis, incluyendo la
proliferación, diferenciación, sobrevida, endomitosis y maduración de los
megacariocitos.
En la segunda etapa, la culminación de la maduración megacariocítica da
comienzo a un proceso conocido como trombopoyesis.
El modelo actualmente aceptado propone que la biogénesis plaquetaria
ocurre mediante la formación de dos intermediarios entre el MK maduro y las
plaquetas libres, las proplaquetas y las preplaquetas. Aquí, los MK maduros
extienden procesos citoplasmáticos largos y ramificados denominados proplaquetas,
compuestas por engrosamientos en tándem del tamaño de plaquetas conectados por
finos puentes citoplasmáticos (Thon et al., 2010).
Durante la formación y extensión de las proplaquetas el MK concentra todo su
citoplasma en las extensiones proplaquetarias. Este proceso comienza con la erosión
de uno de los polos del citoplasma causando la formación de pequeños pseudópodos; a
continuación, estos pseudópodos comienzan a elongarse formando finos túbulos de
diámetro uniforme mientras que se ramifican y se forman engrosamientos a lo largo
de toda su longitud.
Estas ramificaciones se condensan en la forma lamelar y vuelven a dividirse,
amplificando de esta manera el número de ramificaciones en cada ciclo de conversión 611
lamelar/ramificada. Eventualmente, las proplaquetas se desprenden del cuerpo del
MK y éste se transforma en un núcleo residual rodeado por una red de procesos
proplaquetarios. La fuerza necesaria para la extensión de los procesos proplaquetarios
es provista por el citoesqueleto de tubulina y actina.
Además de participar en la elongación de las proplaquetas, los microtúbulos
también permiten el transporte de organelas y gránulos dentro de las proplaquetas.
Estas estructuras intracelulares se asocian a proteínas motoras (como la cinesina) y
son enviadas individualmente desde el cuerpo del MK hacia el interior de las
proplaquetas. Éstas últimas atraviesan la barrera endotelial y la liberación
plaquetaria ocurre en la luz vascular.
En el año 2010, se describió un nuevo intermediario de la biogénesis
plaquetaria conocido como preplaqueta (Thon et al., 2010). Estas estructuras fueron
encontradas en sangre periférica, tienen mayor tamaño que una plaqueta madura y
pueden presentar forma circular o de mancuerna. Estas dos formas son
interconvertibles entre sí y permiten a las preplaquetas mezclar y volver a distribuir
el contenido granular. Finalmente, la forma de mancuerna se escinde por su parte
central dando lugar a dos plaquetas libres (figura siguiente).
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Sin embargo, Nishimura et al. (2015), observaron que, cuando existe una
necesidad aguda de plaquetas, los MK son capaces de liberar plaquetas funcionales a
través de un mecanismo regulado por la IL-1, pero sin formar pre ni proplaquetas. 612
Mediante este proceso el rendimiento de plaquetas es aproximadamente 20 veces
mayor que el que se obtiene mediante la formación de proplaquetas. De esta manera,
durante el estado estacionario la trombopoyesis respondería al modelo proplaquetario
regulado por TPO, mientras que, ante una necesidad extrema de plaquetas se
activaría este mecanismo dependiente de IL-1.
Normalmente, se requieren aproximadamente cinco días para que un
megacarioblasto se diferencie y madure hasta plaqueta. De igual manera, se
desconoce cuáles son las señales que inician el proceso de formación de proplaquetas
o los mecanismos que llevan a su fragmentación para formar las preplaquetas.
Incluso, se desconocen las fuerzas que promueven que las preplaquetas en
forma de mancuerna se escindan para dar lugar a las plaquetas funcionales. Lo que
sí se conoce es que el microambiente medular cumple un rol clave en la organización
témporo-espacial de la producción plaquetaria.
A medida que el megacariocito madura, migra desde el nicho osteoblástico
hacia el vascular, gracias a un gradiente de factor derivado del estroma-1 (SDF-
1) también llamado CXCL-12, producido por las células reticulares. La interacción
de SDF-1 con CXCR-4 es una señal muy importante para que los megacariocitos
migren hacia los sinusoides (González et al., 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
La interacción con el colágeno tipo I en el primer compartimento inhibe la
formación prematura de proplaquetas y la liberación plaquetaria al intersticio
medular, mientras que la matriz extracelular del nicho vascular, rica en factor
vonWillebrand y fibrinógeno, resulta propicia para la trombopoyesis.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
En condiciones inflamatorias, la síntesis hepática de TPO puede aumentar a
través del estímulo de la citoquina proinflamatoria IL-6.
Una vez secretada, la vida media de la TPO es de 20 a 40 h. Su catabolismo
comienza tras la unión a receptores específicos c-Mpl situados en la superficie de
megacariocitos y plaquetas. A continuación, la TPO sufre un proceso de
internalización y degradación.
Existe otro mecanismo de regulación de la TPO. Las plaquetas cuando
envejecen sufren un proceso de apoptosis, expresando fosfatidilserina en la
membrana, lo cual promueve su remoción por el SMF, fundamentalmente a nivel
esplénico.
El envejecimiento se asocia además a la desialinización de las glicoproteínas
plaquetarias. Las plaquetas desialinizadas son reconocidas por el receptor Ashwell-
Morell del hepatocito, representando éste un mecanismo adicional de remoción de las
plaquetas de circulación. La interacción de la plaqueta con este receptor induce la
síntesis de TPO a nivel hepático, demostrando que, al contrario de lo previamente
aceptado, ésta es susceptible de ser regulada en condiciones fisiológicas (Hoffmeister
y Falet, 2016).
Se cree que la regulación de la TPO es una combinación de ambos mecanismos.
La síntesis de TPO es constante y se produce en un 60% en el hígado. Una vez liberada 614
a la sangre, los receptores c-Mpl de los megacariocitos y las plaquetas controlan los
valores de TPO circulante mediante un mecanismo de unión ligando/receptor. Así, en
casos de trombocitopenia debidos a déficit de megacariocitos, el aclaramiento de TPO
está reducido y las concentraciones de TPO se encuentran elevadas.
En trombocitopenias periféricas con megacariocitos conservados o aumentados,
y en las trombocitosis, los megacariocitos junto con las plaquetas captan la TPO, por
lo que los valores tienden a ser cercanos a la normalidad. Por otro lado, la aparición
de una trombocitopenia produce un incremento del ARNm de TPO en las células del
estroma de la MO, estimulando la megacariopoyesis local para tratar de compensar
el déficit de plaquetas.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Las plaquetas son células que se encuentran en el torrente circulatorio con
un diámetro que oscila entre 1 y 4 µm.
Son elementos críticos en el sistema hemostático ya que tienen como cometido la
formación de un tapón celular que impide la hemorragia ante una lesión en la pared
vascular.
El número de plaquetas circulantes normalmente oscila entre 150.000 y
400.000/mm3, y su vida media es de 7 a 11 días. El volumen plaquetario medio
(VPM) es de unos 7 a 9 fL.
Generalmente, un tercio del número total de plaquetas existentes en el
organismo se localiza en el bazo, donde forma una reserva celular disponible ante
determinadas situaciones de estrés hemostático.
A medida que las plaquetas maduran periféricamente su tamaño disminuye,
de allí que las plaquetas más jóvenes son más grandes que las senescentes, lo que
constituye un dato importante (morfológico) ya que existen ciertas situaciones que
requieren un aumento plaquetario (destrucción periférica), dando lugar a la liberación
de plaquetas inmaduras de MO, las cuales son más grandes que las normales con
presencia de anisocitosis plaquetaria, pero hemostáticamente superiores.
La existencia de una esplenomegalia implica un mayor secuestro plaquetario; 615
de esta forma, en dichas situaciones es posible encontrar un recuento plaquetario
descendido a pesar de existir una producción normal o incluso aumentada de
plaquetas. En caso de esplenectomía es habitual encontrar un aumento de las
plaquetas circulantes.
Por otra parte, dado que las plaquetas se comportan como reactantes de fase
aguda, en procesos que impliquen un estado inflamatorio agudo o crónico, se
observará una discreta trombocitosis, hecho que también sucede en la anemia
ferropénica y tras una hemorragia moderada.
En estados donde existe una destrucción o un consumo acelerado de plaquetas,
los megacariocitos pueden incrementar su producción celular de 3 a 8 veces.
Las plaquetas circulantes son células inactivas en forma de disco con
superficies lisas, que, a diferencia de las superficies de los eritrocitos y leucocitos,
tienen varias aberturas semejantes a los orificios de una esponja, los cuales son
conductos membranosos que se prolongan hacia el interior de la célula.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
d) P-selectina que se encuentra en los gránulos α de las plaquetas y se
expresa en la superficie plaquetaria activada, funcionando como mediadora
de las interrelaciones con otras células.
e) GPIV (CD36) Funciona como receptor de colágeno tipo II y de
trombospondina y participa en la transducción de señales.
f) GPVI que sirve de unión para el colágeno subendotelial. Está
comprometido en los eventos tempranos de la función plaquetaria y
participa en la activación y la agregación inducida por colágeno.
g) Ligando de CD40 (CD40L) que funciona de manera similar que el αIIbβ3
(GPIIb/IIIa).
Los receptores no glucoproteicos actúan regulando la activación y agregación
plaquetaria. Esta acción se realiza mediante su unión al ADP, adrenalina
(receptores adrenérgicos), trombina, el tromboxano A2 (TxA2) y también a
diferentes fármacos.
2. Zona estructural (microtúbulos, citoesqueleto submembranoso,
actina, miosina). El citoesqueleto está constituido por un gel viscoelástico que
contiene filamentos de actina entrecruzados, conectados a la GPIb por
proteínas enlazantes de actina. Tiene como funciones:
a) La regulación de las propiedades de la membrana, tales como sus contornos
617
y estabilidad, junto a los microtúbulos propicia el mantenimiento de la
forma de la plaqueta en reposo.
b) Mediación de la distribución lateral de las glicoproteínas receptoras en la
membrana.
c) Barrera para la exocitosis. Su alteración puede llevar a la fragmentación del
citoplasma formando micropartículas.
El gel contráctil está formado por largos filamentos de actina enrejados,
conectados con el citoesqueleto submembranoso y miosina que se encuentra
en forma no polimérica en la célula en reposo. Constituye el cuerpo de los
organelos celulares, los cuales se desplazan hacia el centro de la célula a
consecuencia de la contracción del gel.
La plaqueta posee una banda circunferencial de microtúbulos formados por la
tubulina que sirven de esqueleto para mantener la forma de la plaqueta.
3. Zona de organelas (gránulos densos, lisosomas, gránulos α, mitocondrias,
peroxisomas). Las plaquetas contienen fundamentalmente tres tipos de
gránulos: los gránulos densos, los gránulos α y los lisosomas.
a) Los gránulos densos contienen ADP, ATP, fosfato inorgánico, polifosfatos,
serotonina y Ca2+. La liberación del contenido ocurre por exocitosis donde
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
el ADP es esencial como cofactor de la agregación plaquetaria y actúa
mediante su interacción con receptores específicos localizados en la
superficie plaquetaria. Se conocen dos receptores para el ADP en la
plaqueta, uno acoplado a la proteína Gq (P2Y1) y otro acoplado a Gi (P2Y12),
ambos receptores actúan de modo sinérgico en la activación de las
plaquetas. El P2Y1 probablemente sea el que origina la activación inicial
reversible, mientras que el P2Y12 es necesario para la activación prolongada
y la agregación plaquetaria. Por su parte, el ADP y el ATP no sólo pueden
actuar como coactivadores plaquetarios, sino también influir en el tono
vascular. El Ca2+ liberado por la plaqueta es necesario para la formación de
fibrina, mientras que los polifosfatos actúan como elementos reguladores
en la coagulación y en el sistema fibrinolítico reaccionando con el factor XII,
entre otros. La serotonina tiene efecto vasoconstrictor e interviene en la
activación de las propias plaquetas.
b) Los lisosomas plaquetarios contienen elastasas y otras proteasas que
facilitan la degradación de la matriz extracelular, además de crear un
ambiente ácido que favorecerá la acción de estas enzimas.
c) Los gránulos α son reservorios de proteínas que van desde factores de
crecimiento hasta moléculas de adhesión o receptores que utiliza la
plaqueta para interaccionar con otras células. Entre las diferentes 618
sustancias se encuentran el factor plaquetario 4 (FP4), la β-
tromboglobulina, el fibrinógeno, el FvW, el GAS-6 (growth-arrest
specific gene 6), el factor V, el factor VIII, la α2-macroglobulina (α2-
MG), el plasminógeno y el inhibidor del activador del plasminógeno 1
(PAI-1), entre otros. El GAS-6 es una proteína dependiente de la vitamina
K, que se secreta tras la activación de la trombina y está implicada en la
estimulación de la proliferación celular y se une a varios ligandos,
participando en la estabilización del trombo plaquetario. También hay
moléculas asociadas a la respuesta inflamatoria, como las citocinas, estas
pueden ser factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) y TGFβ.
4. Sistemas de membrana (sistema canalicular abierto, sistema tubular denso).
a) El sistema canalicular abierto está formado por canales ramificados, se
conecta a la membrana externa y posee características similares a ella en
cuanto a su composición. A través de este sistema se transportan las
GPIIb/IIIa y la GPIb hacia los gránulos α.
b) El sistema tubular denso es un sistema de membranas que aparece en la
vecindad de los microtúbulos y rodea los organelos, con apariencia y
funciones similares a las del retículo endoplásmico liso de otras células.
Regula la activación plaquetaria mediante el secuestro o liberación de Ca2+,
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
de forma similar a los túbulos del músculo esquelético y por un mecanismo
más rápido que el de las mitocondrias. También posee ATPasas, enzimas
del metabolismo del ácido araquidónico y adenilatociclasa.
619
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
En condiciones normales, las plaquetas circulantes no interaccionan con la
superficie endotelial; sin embargo, cuando aparece una lesión, se expone el
subendotelio y sus estructuras extravasculares como el colágeno (Rauch y Paris,
2018).
La GPIa/IIa es una de las integrinas más grandes de la plaqueta que se
expresa constitutivamente en la membrana con capacidad de unión al colágeno en una
primera instancia; sin embrago, dicha unión es débil y la plaqueta puede desprenderse
fácilmente por el flujo de sangre; mientras que la GPIb/IXa/V también se expresa
constitutivamente en la membrana y actúa en la fase inicial de frenado de las
plaquetas sobre la pared vascular e inicia el proceso de adhesión plaquetario
uniéndose al colágeno, mediante el FvW, que se encontrará embebido en las fibras
de colágeno, particularmente del colágeno de tipos I, III y VI. Esta unión es mucho
más fuerte y la plaqueta no se desprende (Vayne, Gruel y Pouplard, 2021).
En los vasos arteriales con alto estrés de rozamiento, el FvW es esencial para
reducir el flujo rápido de las plaquetas mediante la interacción del dominio A 1 del
FvW con GPIb. Sin embargo, la GPIb es también el receptor más conocido de la
proteína Mac-1, localizada en la superficie de los leucocitos activados.
Mediante la interacción entre GPIb y Mac-1 ocurre la unión entre plaqueta y
leucocito, importante en la respuesta inflamatoria mediada por las plaquetas. 620
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
especie de unidad funcional para la formación inicial del trombo, en el que el FvW
contribuye a la captura inicial de las plaquetas en la superficie del vaso y el colágeno
permite que se establezca una unión más estable con las plaquetas.
En el proceso de interacción entre plaqueta y colágeno también participa la
GPVI, cuya unión desencadena la activación de las plaquetas y la secreción de las
sustancias procoagulantes y proinflamatorias contenidas en ellas, lo que hace que el
trombo crezca y se consolide su formación. Además, a la unión de las plaquetas al
colágeno sigue la expresión de fosfatidilserina sobre la membrana plaquetaria. La
fosfatidilserina (factor 3 plaquetario o F3P) proporciona actividad
protrombinasa, que aumenta la formación de trombina.
Las plaquetas adheridas permanecerán vivas durante horas o días en el sitio
de la lesión vascular y liberarán microvesículas con actividad proinflamatoria y
protrombótica.
La acción de los receptores plaquetarios GPIb y GPVI desencadena la
activación plaquetaria a través de cascadas de señalizaciones intracelulares
induciendo que miembros de la familia de las kinasas Src fosforilen los motivos
ITAM de GPIb, lo que a su vez atrae a SYK (otro miembro de la familia Src), que
fosforila a LAT. La LAT fosforilada recluta a PI3K, que induce la activación de PLC2
y PKC, las cuales disparan la liberación de calcio del retículo endoplásmico. 621
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
El ácido araquidónico no existe
en forma libre en el interior de la
célula, sino que normalmente está
esterificado en los fosfolípidos de la
membrana celular, especialmente en
la posición del carbono 2 de la
fosfatidilcolina, el fosfatidilinositol y
fosfatidiletanolamina.
Se libera de los fosfolípidos de
la membrana por la activación de la
fosfolipasa A2 a través de estímulos
mecánicos, químicos y físicos, o por
acción de otros mediadores químicos
(por ej.; C5a del sistema del
complemento).
El TxA2, además de activar
más plaquetas, contraerá las células del músculo liso vascular.
El ácido acetilsalicílico (aspirina) acetila de forma irreversible al oxhidrilo
de la serina en posición 529 de la COX-1, con lo que se inhibe la actividad de esta 623
enzima. El resultado de que se reponga la actividad de COX-1 en las plaquetas
depende de la producción de más plaquetas debido a la ausencia de núcleo, lo que las
hace incapaces de generar nueva COX-1.
Se calcula que se genera de novo cada día aproximadamente un 10% del total
de las plaquetas circulantes y que casi el 30% de las plaquetas tendrán activa la COX-
1 y una producción normal de TxA2 en las 48 h tras la última dosis de ácido
acetilsalicílico.
El ADP contribuye también a la propagación de la activación de las plaquetas,
mediante su unión a los receptores P2Y12, inhibe la adenilatociclasa y reduce la
formación de AMPc en la plaqueta, lo que facilita su activación. El ADP, por su unión
a los receptores P2Y1, produce la activación de la fosfolipasa C. Estos dos receptores
están acoplados a proteínas Gq y Gi respectivamente, lo que tiene gran importancia
en el efecto del ADP en las plaquetas. Por ejemplo, el receptor Gq es el responsable
del cambio de forma de la plaqueta inducido por ADP dependiente del reordenamiento
de los filamentos de actina en la plaqueta acoplados a la activación de los receptores
P2Y1.
Por su parte, la mayoría de las GPIIb/IIIa se encuentran en la superficie
plaquetaria y sólo una pequeña parte se almacena en los gránulos y en el sistema
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
canalicular de la plaqueta, encontrándose en estado de baja afinidad, que se
transforma en alta afinidad después de la activación de estas células.
La GPIIb/IIIa interviene en la adhesión de la plaqueta a la pared vascular y
también en la interacción entre plaquetas, lo que se conoce como agregación
plaquetaria, mediante la interacción de dos GPIIb/IIIa localizadas en plaquetas
diferentes que se unirán entre sí a través del fibrinógeno, que hará de puente.
Aunque el fibrinógeno es el ligando principal de la GPIIb/IIIa, otras moléculas
como el FvW, la fibronectina y la vitronectina (una glucoproteína plasmática) se unen
también a la GPIIb/IIIa. Este proceso requiere de Ca2+ extracelular para formar
puentes interplaquetarios.
624
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
El objetivo de la “hemostasia secundaria” es generar la suficiente cantidad
de trombina como para que el fibrinógeno se transforme en la cantidad de
fibrina necesaria para formar el trombo final.
La nomenclatura internacional de los factores plasmáticos de la coagulación utiliza
números romanos, habiéndose designado los mismos en el orden en que fueron
descubiertos, excepto el factor VI que no existe en la nomenclatura. Los factores que
no se asignan con número romano en la nomenclatura internacional son la
precalicreína y su forma activa calicreína, y el cininógeno de alto peso
molecular (CAPM). Los fosfolípidos plaquetarios no están incluidos en esta
clasificación.
Todas las proteínas y componentes celulares involucrados en la coagulación
sanguínea existen bajo condiciones fisiológicas normales en su forma inactiva en
circulación y todas son sintetizadas en el hígado, a excepción del VIII que es
sintetizado por el endotelio vascular principalmente.
La protrombina (II), el VII, IX, y X son proenzimas o zimógenos convertidos a
enzimas por ruptura de una o dos uniones peptídicas. El sufijo “a” después del número
romano indica la forma activa del factor. El factor VIII y el factor V son
procofactores y son convertidos a cofactores activos VIIIa y Va por ruptura de una
unión peptídica. 625
Para facilitar el entendimiento del sistema de la coagulación, los factores
pueden clasificarse según sus propiedades generales:
a) Factores dependientes de la vitamina K: algunos de los factores de la
coagulación requieren de vitamina K para completar sus síntesis como factores
competentes. Estas proteínas incluyen a los factores II, VII, IX y X, así como a
las dos proteínas reguladoras proteína C y proteína S. Todas tienen
estructuras similares en sus regiones con cierta homología y contienen de 10 a
12 residuos de ácido glutámico, los cuales son carboxilados a ácido
carboxiglutámico (gamma carboxilación postranscripcional) y son
importantes para la unión del Ca2+ y necesarios para la interacción de estas
proteínas con los fosfolípidos de membrana.
b) Cofactores: incluyen a los procofactores plasmáticos V, VIII y el CAPM. Los
dos primeros tienen propiedades bioquímicas y estructurales similares. El
factor V circula en plasma como una proteína monomérica y el factor VIII
circula unido al FvW y al activarse se disocian por proteólisis de uniones
peptídicas. Ambos son sintetizados como procofactores y, al ser activados por la
trombina, se convierten a cofactores formando parte de los complejos X-asa-
VIII y II-asa-V sobre la superficie plaquetaria; otra posibilidad de activación
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
del V es por parte del Xa. Un 25% del V se encuentra en los gránulos α de la
plaqueta unido en complejo a una proteína multimérica, llamada multimerina
y es liberado en forma de procofactor.
Por su parte, el procofactor celular fundamental es el Factor tisular (FT o
FIII), que es una proteína específica presente sobre la membrana plasmática
de células como los monocitos y células endoteliales, con alto nivel en
carbohidratos; es el único factor de la coagulación que no se encuentra
normalmente en la circulación o en contacto con éste. A diferencia de los otros
cofactores, V y VIII, el III no requiere ningún proceso para su actividad y sólo
se necesita el contacto con el VII. Uno de los puntos clave, es que el III unido al
VII (complejo FT-VIIa) inicia la coagulación plasmática, y solo depende de la
ruptura de la barrera física que normalmente separa al VII del FT y, por lo
tanto, para que la hemostasia ocurra, el daño por sí mismo puede ser suficiente
para iniciar la coagulación.
c) Zimógenos: dado que los factores de la coagulación circulan normalmente en
sus formas inactivas, es necesario, en la mayoría de los casos, que un zimógeno
sea modificado proteolíticamente. Tal proteólisis limitada deja al descubierto el
sitio activo del zimógeno, que generalmente involucra al aminoácido serina; el
zimógeno se convierte entonces en proteasa, y por ello, se dice que los factores 626
activados son serina proteasas. La excepción es el XII, que también puede
activarse por el contacto con una superficie a través de un cambio en su
conformación, mientras que los zimógenos participan activamente en la
activación secuencial de las vías procoagulantes y son la precalicreína y los
factores XII, XI, X, IX, VII y II.
d) Fosfolípidos aniónicos: para que la activación de los zimógenos sea eficiente,
debe existir una superficie sobre la cual puedan depositarse e interactuar. Esta
superficie está constituida generalmente por fosfolípidos aniónicos de la
membrana de las células endoteliales estimuladas, en las plaquetas activadas
e incluso en la membrana de los leucocitos activados. La necesidad de contar
con una superficie para la activación idónea de los zimógenos evita la activación
de los mismos en la circulación y limita la formación de factores activados en el
sitio donde se encuentran tales fosfolípidos, que es, precisamente, el lugar del
daño vascular.
e) Calcio: La mayor parte de las reacciones procoagulantes son dependientes del
Ca2+. Esto se demuestra con el empleo de anticoagulantes in vitro cuyo
mecanismo de acción es quelar1 el Ca2+, como el EDTA o el citrato de sodio.
1
Un quelante (del griego “chele”, pinza) es un secuestrante de metales formando complejos con dichos iones, como
ocurre con el ácido etilendiaminotetraacético (EDTA) que atrapa el calcio.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
f) Sustrato: el fibrinógeno (factor I) es el único factor que no pertenece a
ninguno de los grupos previos, pero es fundamental para esta fase de la
coagulación, ya que es el precursor de la fibrina (Ia).
g) Transglutaminasa o factor XIII (también llamado factor estabilizador de
la fibrina o fibrinoligasa) es fundamental para estabilizar la fibrina. El FXIII
circula como un zimógeno inactivo. Luego de la activación por trombina y Ca2+,
se expone el sitio activo adquiriendo su completa actividad enzimática,
modificada por la trombina. El factor XIII plaquetario es sintetizado por los
megacariocitos y el factor XIII plasmático es sintetizado por el hígado.
La acción de la trombina sobre el fibrinógeno lleva a la formación de monómeros
de fibrina, que se polimeriza, generando la malla o red de fibrina. El polímero
es estabilizado por la acción del XIIIa en presencia de Ca2+, debido a la
formación de uniones covalentes entre grupos adyacentes de las cadenas de los
monómeros de fibrina.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
El término vitamina K representa a un grupo de compuestos liposolubles,
químicamente parecidos, que difieren en sus orígenes y su función, siendo
importantes, no solo para la coagulación sanguínea normal, sino también
para el metabolismo óseo.
La vitamina K en realidad representa a un grupo de compuestos liposolubles,
químicamente parecidos, que difieren en sus orígenes y su función. Hay dos formas
naturales de la vitamina K (K1 y K2).
La vitamina K1, también llamada filoquinona o fitonadiona, es sintetizada
por las plantas y es la forma predominante de vitamina K en la dieta humana. Las
principales fuentes son los vegetales de hoja verde (berro, perejil, coles, espinaca,
lechuga, brócoli), algunas frutas (palta, kiwi y uvas verdes) y el té verde o de hierbas.
Otras fuentes dietéticas son los aceites vegetales tales como los de soja y de oliva,
siendo estos últimos los suplementos dietéticos más biodisponibles. También se
encuentra en el hígado y la carne vacuna.
La vitamina K2 incluye un rango de formas de vitamina K llamadas
menaquinonas, siendo las principales en la dieta aquellas que se consumen
principalmente en alimentos que contienen grasa, la cual puede favorecer su
absorción y biodisponibilidad comparados con la filoquinona. Varias de las formas
menaquinonas proviene de la síntesis bacteriana intestinal, esto es importante porque 628
los recién nacidos no tienen bacterias intestinales y dependen del aporte de la madre.
Muchas de las menaquinonas pueden también encontrarse en pescados,
huevos, hígado, riñones, leche, quesos fermentados y algunos vegetales. La leche
humana contiene alrededor de 15 µg/dl de vitamina K y la leche de vaca alrededor de
60 µg/dL. La ingesta adecuada de vitamina K1 es 120 μg/día para hombres y 90 μg/día
para mujeres.
La vitamina K de la dieta se absorbe en el intestino delgado a través de un
proceso que requiere la presencia de sales biliares. Después de la absorción intestinal,
las vitaminas K1 y K2 son transportadas en quilomicrones por la circulación linfática
hacia el hígado y otros tejidos. La vitamina K1 es primariamente captada por el hígado
para ser metabolizada y excretada. Una pequeña proporción de vitamina K 1, que
vuelve a la circulación sistémica en partículas de VLDL secretadas por el hígado, es
transportada a los tejidos extrahepáticos como el hueso.
La vitamina K se almacena fundamentalmente en el hígado y en menor
cantidad se almacena en el cerebro, los órganos reproductores, el páncreas y las
glándulas.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
En ausencia de vitamina K o en el caso de tratamiento con anticoagulante con
antagonistas de la vitamina K, los factores II, VII, IX y X son sintetizados, pero están
incompletos, carecen de la unión de Ca2+ al ácido carboxiglutámico y en el plasma se
encuentran como factores no funcionales.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Sin embargo, pronto se comprobó que ambas vías no operan de forma
independiente y que los defectos de factores de la vía intrínseca, que prolongan el
TTPA, no conllevan el mismo riesgo hemorrágico.
Por ejemplo, las deficiencias de XII no cursan con hemorragia sino con
trombosis, y las de XI (hemofilia C) pueden cursar con hemorragia leve, mientras
que las deficiencias de VIII y IX (hemofilia A y B, respectivamente) desencadena
hemorragias graves.
Otra observación clave fue el hecho de que el complejo FT-VII no sólo activa al
X, sino también el factor IX, llegándose a la conclusión de que la vía extrínseca sería
la de mayor relevancia fisiológica por el cual es la vía de iniciación de la coagulación
sanguínea.
Para que la formación del trombo se lleve a cabo sólo en el sitio donde se
requiere, es fundamental que las reacciones procoagulantes se desarrollen de forma
localizada y solo el sitio dañado o activado del endotelio presenta actividad
procoagulante, y es ahí donde se realiza el ensamble de los complejos de activación
requeridos para la formación de trombina. El endotelio sano adyacente permanece con
actividad anticoagulante, la cual limita la propagación del trombo a lugares
distantes.
Si bien, actualmente no se consideran dos vías redundantes de activación de la 630
vía común, sino parte de un mismo proceso lineal escalonado, se explicará la
producción de fibrina mediante la secuencia de ambas vías.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
El FT es una glicoproteína transmembrana de 47 kDa que se expone en el tejido
extravascular, pero también en células intravasculares estimuladas, como las células
endoteliales y los monocitos. Además de activar al factor VII, funciona como
receptor de procesos de inflamación y apoptosis.
Por lo expuesto, es que el nombre de vía extrínseca no corresponde y se lo
denomina vía del factor tisular, en el cual el complejo factor VIIa-FT escinde al
factor X para convertirlo en Xa y, por ello, se lo denominó X-asa extrínseca (ten-asa
del inglés). Este complejo también puede activar al IX, por el cual tiene mayor afinidad
que por el X. El factor Xa, a su vez, puede activar al VII y la generación del VIIa por
este último mecanismo es más de 20 veces mayor que la del complejo FT-VII (Flores
et al., 2014).
Por su parte, esta vía es bloqueada por el TFPI, que inhibe al FXa en presencia
de la Proteína S y al complejo FXa/FT/FVIIa, por lo que se requiere una cantidad
determinada de FT para generar Xa y trombina denominado umbral de activación
de la vía, dado que solo el 1% circula como VIIa.
Se considera que, de forma permanente, el VIIa patrulla la circulación en
búsqueda de pared vascular dañada, con FT expuesto, que se une a este por medio de
residuos de carboxiglutamato, para provocar la activación del factor X, aunque
también activa el IX y más factor VII circulante. 631
En un complejo molecular adherido a células, la iniciación produce una
activación fugaz de la secuencia extrínseca y la común, que genera pequeñas
cantidades de trombina (0,1 a 1 nmol/l). El factor IX y la trombina generadas tienen
la capacidad de difundir en el plasma y alcanzar la superficie plaquetaria para
desencadenar la amplificación.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
factor IX mediado por Ca2+ y el CAPM, fundamentalmente sobre una superficie de
fosfolípidos.
La función del IXa es activar al factor X al integrarse el complejo “X-asa”
intrínseca, formado por el complejo [fosfolípidos plaquetarios-Ca2+-VIIIa -IXa],
que acelera significativamente la activación del factor X. Esta vía tiene un sistema de
amplificación a través de la conversión de la precalicreína en calicreína que
efectúa el factor XIIa. La calicreína a su vez activa más factor XII para incrementar
la reacción.
En el sistema de contacto, la generación del factor XIIa y de la calicreína es
importante porque activa otros sistemas enzimáticos diferentes al de la coagulación,
pero que tienen una estrecha relación con el proceso de inflamación y el tono vascular.
Alteraciones en los factores iniciales de la antigua secuencia intrínseca, que
constituyen asas de retroalimentación periférica o redundante por parte de la
precalicreína, el CAPM, factores XII y XI; aunque alteran el TTPA, no se
manifiestan clínicamente pues dejan al resto de la vía funcional para la
amplificación.
El FVIII es un factor inestable que se considera perteneciente a la vía de los
factores de contacto, circula en el plasma, transportado por el FvW. La trombina
rompe esta unión y deja libre el factor VIII, para adherirse a la membrana plaquetaria 632
y actuar como cofactor del IX en la amplificación. También deja libre al FvW, que
contribuye a la agregación plaquetaria al mediar la unión entre la GPIb de la
membrana plaquetaria y la matriz de colágeno expuesta.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
y activa los factores de coagulación, lo que facilita la cadena de reacciones a modo de
asa de retroalimentación positiva.
El principal de esos ciclos de retroalimentación positiva es activado por el factor
IX y la trombina, liberados a la circulación durante la fase previa de iniciación. La
trombina activa la superficie plaquetaria que adhiere y activa el factor IX y al VIII.
Los anteriores, en conjunto, activan el factor X, que junto al factor V (también
liberado de las plaquetas activadas), genera más trombina, que a su vez reiniciará el
proceso anterior, activando más factor IX en la superficie plaquetaria. Este ciclo se
repite de manera autosostenida, ya sin requerir nuevas secuencias de iniciación y
genera nuevas moléculas de trombina en cada ciclo, hasta producirla en grandes
cantidades.
La superficie plaquetaria activada también adhiere y estimula a la
precalicreína, el CAPM, el XII y el XI. El valor de esas asas de retroalimentación
adicionales es incierto, y sus alteraciones, aunque alteran el TTPA, dejan íntegra la
mencionada asa central y generalmente cursan asintomáticamente.
633
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
La capacidad de generación de trombina se considera actualmente como el
elemento pivote, tanto en las enfermedades hemorrágicas (generación de trombina
deficiente) como en las trombóticas (generación exagerada de trombina).
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
cadena beta y se desprende el fibrinopéptido B (FBP B). Al separarse los FBP A y
B, la molécula restante de fibrinógeno se denomina monómero de fibrina y tiene
gran capacidad para unirse espontáneamente con otras moléculas semejantes y
formar los polímeros de fibrina.
El factor XIIIa es responsable de formar enlaces covalentes, añadiendo
estabilidad al coágulo de fibrina (Esquema de abajo).
635
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
resistentes a la acción de la plasmina y permiten distinguir los productos de
degradación de la fibrina de los del fibrinógeno mediante la presencia de dímero D.
Además, el factor XIIIa une a la α2-antiplasmina al coágulo, con lo que lo protege de
su degradación por la plasmina.
La remoción del FBP-A sucede entre la fase de iniciación y la de propagación,
es decir, cuando la cantidad de trombina generada es aún escasa. Por lo tanto, la
formación del coágulo de fibrina ocurre cuando se ha generado solamente del 3-5% del
total de la trombina que se producirá.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
El t-PA y el plasminógeno se unen para envolver el polímero de fibrina. Una
vez que el plasminógeno es activado y se transforma en plasmina se une a la fibrina
en un sitio específico en donde existen residuos de lisina y arginina, resultando en la
disolución del coágulo. Esta vía de activación se conoce como vía tisular (o vía
extrínseca de la fibrinólisis).
El sistema de contacto (factor XII, factor XI, calicreína) también puede
activar directamente al plasminógeno. En este sistema, llamado vía intrínseca de
la fibrinólisis, el activador más importante es la calicreína, aunque se desconoce su
importancia fisiológica puesto que es probable que no sea relevante.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Alteraciones, que pueden ocurrir por inflamación o flujo sanguíneo altamente
hidrodinámicas, rompen estas actividades e inciden en el endotelio para crear un
microambiente protrombótico y antifibrinolítico.
639
Relación plaqueta-endotelio.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
La aspirina también inhibe a la COX-1 del endotelio, pero, a diferencia de las
plaquetas, puede recuperarse gracias a que posee núcleo y, por ende, la capacidad de
sintetizar nuevamente la prostaciclina sintetasa. Esto depende de la dosis de aspirina
por lo cual es efectivo a bajas dosis. Ciertamente, 40 mg de aspirina al día son
suficientes para inhibir una proporción adecuada de TxA2, sin que tenga efecto
inhibitorio sobre la síntesis de PGI2.
El óxido nítrico (ON) (antes conocido como factor de relajación derivado
del endotelio o EDRF), actúa también como vasodilatador e inhibidor de la
agregación plaquetaria (Badimón y Martínez, 2002). Para el correcto funcionamiento
del vaso, el endotelio vascular ajusta la producción de ON endotelial a partir de la L-
arginina, producido por la enzima óxido nítrico sintetasa endotelial (eNOS) en
respuesta a cambios del flujo sanguíneo. Los agonistas que provocan la liberación del
ON son: trombina, ADP, bradicinina, sustancia P, agonistas muscarínicos y la fuerza
de cizallamiento.
Si bien, el ON juega un papel protector a través de un incremento de la
relajación vascular, junto con la inhibición de la agregación plaquetaria, la apoptosis
y la adhesión de monocitos al endotelio; grandes cantidades de ON, generados
principalmente por óxido nítrico sintetasa inducible (iNOS), puede tener efecto
tóxico y proinflamatorio.
640
El endotelio dañado inicia una reacción inflamatoria liberando grandes
cantidades de ON, radicales libres de oxígeno y prostanoides que producen cambios
inflamatorios en la pared vascular. Esto es debido a que el ON (molécula gaseosa), es
un radical libre que presenta un electrón desapareado en la última capa y una vida
media de 4 a 8 segundos en medio acuoso oxigenado. Descripto como un gas lábil,
capaz de libre difusión en las membranas celulares, tal característica colabora con su
alta actividad biológica.
El ON difunde dentro de las plaquetas, estimula la activación de la
guanilatociclasa y, por ende, a la producción de GMPc a partir de la guanosina
monofosfato (GMP), produciendo, a su vez, disminución del flujo de Ca2+ intracelular
y modificando la conformación de la GPIIb/IIIa inhibiéndolo. También inhibe la
expresión de la P-selectina sobre las plaquetas y promueve la desagregación de las
plaquetas de manera indirecta al dañar la actividad del fosfoinositol 3-cinasa (PI3K),
la cual apoya el cambio conformacional en la glucoproteína GPIIb/IIIa.
La Ecto-ADPasa limita el nivel plasmático de ADP liberado en la activación
plaquetaria. La actividad de esa enzima anula la fase crítica de reclutamiento de la
reactividad plaquetaria, pues remueve los nucleótidos del ambiente fluido.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
La matriz que rodea al endotelio contiene heparán sulfato y
glucosaminoglucanos (GAGs) que promueven la actividad de la
antitrombina III (ATIII), que es un inhibidor de serina proteasas sintetizada
en el hígado, en una concentración plasmática de 2,4 µmol/l.
Es el principal inhibidor de la trombina y del factor Xa, pero también inactiva los
factores IXa, XIa, XIIa, calicreína y plasmina. También inhibe al factor VIIa unido al
factor tisular. La actividad inhibitoria se incrementa unas 1.000 veces en presencia
de heparina.
Asimismo, el endotelio contiene dermatán sulfato, el cual promueve la
actividad antitrombina del cofactor II de la heparina, que es un inhibidor de serina
proteasas con una homología del 25% con la ATIII. Se sintetiza en el hígado y en
sangre se encuentra en una concentración de 1,2 µmol/l. A diferencia de la ATIII, sólo
inhibe a la trombina y no a otros factores activados. Su acción inhibitoria se
incrementa extraordinariamente en presencia de dermatán sulfato.
Las células endoteliales también previenen la formación de la trombina a
través de la expresión del TFPI, el cual se une al factor Xa dentro del complejo
FT/VIIa/Xa en presencia de Ca2+ resultando la pérdida de actividad catalítica del
factor VIIa-FT.
El TFPI no es una serina proteasa y es liberado del almacenamiento del 641
endotelio por la heparina. En condiciones normales, el TFPI circula en plasma
mayoritariamente unido a lipoproteínas y un 5 a 10% en forma libre. Después de la
administración de heparina, los niveles plasmáticos se incrementan en 2 a 8 veces.
Este TFPI que se libera del endotelio no parece estar asociado con las lipoproteínas.
Una pequeña parte está asociada con las plaquetas y se libera cuando se activan por
la trombina.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Va, al que degrada. Una alteración en la molécula del factor V relativamente
frecuente y asociada con trombofilia es el factor V Leiden que es una molécula
más resistente a la degradación por la PCA.
El factor VIIIa también es un sustrato para la PCA, pero debido a la
inestabilidad del factor VIIIa no parece ser muy relevante desde el punto de vista
fisiológico.
Después de su activación, la PCA es lentamente neutralizada por el inhibidor
de la PCA (PCI), la α2-MG y la α1-antitripsina (α1-AT).
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
pero sin capacidad de activarse. Por ello, es importante evaluar la funcionalidad
plaquetaria mediante pruebas como el test del lazo.
Un defecto cuantitativo (trombopenia) o cualitativo (trombopatía) de las
plaquetas puede originar un cuadro hemorrágico que afecta preferentemente la piel y
las mucosas.
Estos fenómenos dan lugar a lesiones que se caracterizan por no blanquearse
completamente a la presión o a la diascopia (transiluminación) (interponiendo un
portaobjetos u otro objeto transparente) y se clasifican morfológicamente de acuerdo
con su tamaño: las de tamaño menor a 2 mm se denominan petequias, las de más de
1 cm se denominan equimosis, y las de tamaño intermedio constituyen la púrpura,
que puede ser palpable o no palpables.
Si se produce hemorragia, éstas incluyen a la epistaxis (hemorragia nasal),
gingivorragias (hemorragia gingival o de las encías), hematuria (presencia de
eritrocitos en la orina en cantidades superiores a la normal), menorragia
(menstruación excesiva y duradera), melena (hemorragias gastrointestinales altas)
y, con menor frecuencia, hemorragias cerebrales.
Los hematomas musculares y las hemartrosis son menos comunes dado que
estas complicaciones hemorrágicas son más específicas de las coagulopatías.
644
Se pueden presentar petequias, equimosis y sangrado desde otros sitios cuando
la concentración de plaquetas desciende por abajo de 50.000/mm3.
A valores de 20.000 a 50.000/mm3, los síntomas más comunes son petequias,
equimosis y epistaxis, pero por debajo de 20.000/mm3 es cada vez más común la
hemorragia masiva (melena, hematemesis, hematuria).
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
minutos. Dos minutos después de quitar el manguito, se cuenta el número de
petequias en la cara interna del antebrazo.
Se considera prueba positiva a más de 10 petequias y se informa por cruces
(semicuantitativo) entre 1 y 4 cruces y cuanto más distal es el sitio de aparición de las
petequias mayor es el valor de positividad de la prueba.
- (negativo) = menos de 10 petequias
+ = pocas petequias en la cara anterior del antebrazo
++ = muchas petequias sobre la superficie anterior del antebrazo.
+++ = muchas petequias sobre todo el antebrazo y mano.
++++ = petequias de gran tamaño y confluentes en todo el antebrazo.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Lo normal es que el sangrado cese en menos de 5 min (por encima de este tiempo
se habla de una prolongación) (Zamora, 2012).
Suele encontrarse un tiempo alargado en alteraciones de la hemostasia
primaria como trombocitopenia (cifras inferiores a 50.000/mm3), si existe disfunción
plaquetaria, en la enfermedad de VonWillebrand y en algunos casos de lesiones
vasculares.
El tiempo de sangría, que durante años ha sido la primera evaluación en la
función plaquetaria, está siendo sustituido por una prueba denominada PFA-100
(platelet function analyzer). La evaluación de la función plaquetaria con este aparato
se realiza de manera automática en sangre total citratada. El instrumento produce
un flujo constante de sangre que simula en cierto modo el flujo capilar, y hace que esta
sangre atraviese una membrana porosa que contiene colágeno, colágeno y epinefrina
o colágeno y ADP. Cuando las plaquetas entran en contacto con estos inductores, se
activan y se adhieren y agregan sobre la membrana, ocluyéndola. El aparato registra
el tiempo de obturación.
Las ventajas sobre el tiempo de Ivy son que no se precisa una incisión de la piel,
es mucho más corto, la precisión no depende del observador, es mucho más cómodo
para el paciente, y es más fiable, dado que no depende de problemas cutáneos o del
posible corte de un vaso sanguíneo. 646
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Los resultados obtenidos para el TP pueden variar considerablemente incluso
en un mismo individuo si existen diferencias en la actividad del factor tisular y en el
sistema analítico utilizado para realizar la prueba.
El factor tisular se aísla de tejidos humanos, como tejido placentario, y distintos
lotes pueden presentar una actividad diferente. La razón internacional
normatizada (RIN) fue ideado como un medio para normalizar las medidas del
tiempo de protrombina. Para cada lote de factor tisular, el fabricante asigna un índice
de sensibilidad internacional (ISI), que indica la actividad del factor tisular con
una muestra normalizada.
El ISI suele variar entre 1 y 2. El RIN es la proporción entre el tiempo de
protrombina (TP) de una persona y una muestra de control normal elevada a la
potencia del ISI:
RIN = [TP paciente en segundos/TP normal en segundos]ISI
El intervalo normal para el RIN en una persona sana está comprendido entre
0,9 y 1,3.
Un RIN elevado (p. ej., 4 o 5) indica un riesgo alto de hemorragia, mientras que
un RIN bajo (p. ej., 0,5) indica que existe la probabilidad de que se produzca trombos.
Los pacientes sometidos a tratamiento con acenocumarol suelen tener un RIN de 2 a 647
3. Para pacientes bajo tratamiento con antivitamina K, se ha establecido un rango
terapéutico que se puede expresar como:
✓ Porcentaje de Actividad Protrombínica: 25 - 35%
✓ RIN: 2,4 a 2,5
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
En la prueba de tiempo de lisis del coágulo de euglobulinas, el plasma es
mezclado con una solución ácida para precipitar una fracción de esta
llamada euglobulínica, rica en fibrinógeno, plasminógeno y activadores del
plasminógeno, y pobre en inhibidores o antiplasminas.
Este precipitado es redisuelto en una solución tampón y luego coagulado por
recalcificación. El tiempo de lisis de este coágulo es inversamente proporcional a la
actividad fibrinolítica plasmática. Un tiempo acortado indica la presencia de
plasmina, de activadores del plasminógeno o ambos.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
de hipercoagulabilidad. En último término, la propensión a formarse trombos se
debe a un desequilibrio entre los potenciales hemostático y anticoagulante de la
sangre, principalmente por defectos de este último (tríada de Virchow): trastornos de
los sistemas plasmáticos que intervienen en la hemostasia, enlentecimiento del flujo
sanguíneo y alteración del endotelio vascular.
La diátesis trombótica se debe a defectos de los inhibidores plasmáticos de la
coagulación (déficit de antitrombina III o de proteínas C y S, y resistencia a la acción
de proteína C activada), incremento de actividad de la protrombina, enlentecimiento
del flujo sanguíneo (policitemia vera, alteraciones valvulares venosas, inmovilización
prolongada, estasis sanguínea en las cámaras cardíacas dilatadas como en la
fibrilación auricular) o alteración del endotelio vascular (síndrome antifosfolipídico,
rotura de una placa de ateroma, hiperhomocisteinemia por la producción de radicales
libres en la oxidación de la homocisteína que lleva a la producción de placas de
ateroma).
Recordemos que la homocisteína es un metabolito intermediario en los procesos
de producción de timidilato para la síntesis de ADN dependiente de vitamina B12 y
ácido fólico, que se relaciona directamente con el metabolismo de la metionina y
cisteína con acción de la vitamina B6. Por ello, el déficit de las vitaminas B6, B9 y/o
B12, conllevan a la hiperhomocisteinemia.
649
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
en un 40%. pO2 de 26 mmHg; pCO2 de 22 mmHg; pH de 7,48; bicarbonato de 21
meq/l; PaO2/FIO2 de 123; LDH de 1097 UI/l; VSG de 98 mm/h; Recuento de
plaquetas de 95.000/mm3. El TTPA fue de 60 segundos.
Internación: dada la gravedad del caso pasa a UTI para asistencia respiratoria
mecánica por distrés respiratorio agudo del adulto.
Electrocardiograma: mostró supradesnivel del ST en cara inferior e
infradesnivel del ST en la cara anterolateral.
El dosaje de anticuerpos anticardiolipinas del tipo IgG fue elevado, al igual que el
anti GPI2.
Radiografía de tórax: mostró infiltrados difusos intersticio-alveolares bilaterales
y se realizó un lavado bronco-alveolar encontrándose Pneumocystis jirovecii.
Diagnóstico: neumonía bilateral por Pneumocystis jirovecii.
Tratamiento: Se inició tratamiento con Trimetoprima/Sulfametoxazol.
Evolución: la evolución fue desfavorable, constatándose 16.000/mm3 plaquetas, el
dosaje de PDF fue positivo, con dímeros D muy elevados. A las 22 horas de
internación desarrolla un cuadro de falla multiorgánica y fallece.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Los AA forman un grupo heterogéneo de autoanticuerpos dirigidos contra las
proteínas del plasma y se unen a los fosfolípidos. Algunos anticuerpos de la familia
antifosfolípidos tienen un efecto paradójico sobre la coagulación: en vivo, se asocian
con trombosis recurrente, pero in vitro, aumentan el tiempo de coagulación
dependiente de los fosfolípidos, un fenómeno conocido como actividad “anticoagulante
lúpico”.
El análisis del anticoagulante lúpico es una prueba funcional basada en la
combinación de varios análisis de coagulación. Para el diagnóstico de SA son útiles
otros 2 anticuerpos, anticardiolipina y antiglucoproteína I β2 (β2-GPI), los cuales se
detectan mediante ELISA. La β2-GPI es una proteína normal plasmática, constituida
por una cadena polipeptídica simple de 50 kDa. Su función es poco clara, a pesar de
que parece funcionar como un anticoagulante natural.
Los AA afectan la cascada de la coagulación y la inflamación. En un proceso
mediado por la β2-GPI, los AA se unen a las plaquetas y las células endoteliales
activando las células endoteliales e induciendo un estado procoagulante. La unión de
los anticuerpos también activa el complemento dando como resultado el reclutamiento
de otras células inflamatorias, la activación de factores tisulares, el daño endotelial y,
finalmente, la trombosis.
Aunque se cree que el compromiso cerebral es principalmente de naturaleza 651
trombótica, la evidencia actual indica que los AA pueden tener efectos más directos,
causando un deterioro neurológico no relacionado con la trombosis, a través de
interacciones entre los anticuerpos y las células, posiblemente debido a la activación
del complemento o a una solución de continuidad de la barrera hematoencefálica.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
La heparina es una mezcla heterogénea de mucopolisacáridos sulfatados, de
carácter ácido, indispensable para su acción. Se encuentra de forma natural en las
células cebadas de algunos tejidos, como el tejido hepático (de allí su nombre
heparina), en la mucosa intestinal y pulmonar. Inhibe la coagulación sanguínea
dentro del organismo (en vivo) y fuera de él (in vitro), como ocurre en los tubos de
ensayos. El fármaco no disuelve los coágulos ya formados.
No se absorbe por el tracto gastrointestinal (TGI), por lo que se administra por
vía parenteral.
El efecto anticoagulante se mide por el tiempo parcial de tromboplastina
activada. El tiempo de vida media de la heparina se relaciona con la dosis, es decir, a
dosis superiores la duración de la acción es mayor.
Existen dos grupos de heparina. Una es la de las heparinas no fraccionadas
(HNF), usadas clásicamente que son moléculas altamente heterogéneas con un peso
molecular que oscila entre los 5000 y 30000 Da. Tienen gran afinidad por la
antitrombina III y una marcada acción anticoagulante.
Las heparinas fraccionadas o heparinas de bajo peso molecular, tienen un
peso molecular que oscila entre los 4000 y 6000 Da. Inhiben al factor X de la
coagulación activado (Xa) y tienen menor efecto sobre la antitrombina III y sobre la
coagulación. 652
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
Los agentes trombolíticos son fármacos que producen lisis de trombos al
favorecer la transformación del plasminógeno en plasmina, sistema
fisiológico de degradación de los trombos.
El beneficio de la terapia con fibrinolíticos es mayor cuando los fármacos se
administran dentro de las 6 h posteriores al inicio de los síntomas del infarto del
miocardio, antes que el daño tisular por la oclusión se establezca. Se ha demostrado
beneficio adicional cuando el tratamiento se asocia con la administración de aspirina.
La estreptoquinasa, es una proteína producida por estreptococo -hemolítico
y también se obtiene por métodos de ingeniería molecular recombinante.
La uroquinasa, es una enzima humana sintetizada por los riñones y la
alteplasa, es una forma recombinante del activador tisular del plasminógeno (rt-PA).
La estreptoquinasa y la uroquinasa convierten el plasminógeno en plasmina;
esta enzima produce la lisis del trombo, del fibrinógeno y otras proteínas plasmáticas.
La alteplasa es una enzima que cataliza la conversión de plasminógeno en plasmina
en presencia de fibrina. Esta especificidad por la fibrina produce una fibrinólisis local
en el área de recién formación del coágulo con una limitada acción proteolítica
sistémica.
Los principales efectos adversos se asocian al sangrado y respuesta alérgica, 655
especialmente la estreptoquinasa y ante una hemorragia grave por sobredosis puede
emplearse como antídoto el ácido aminocaproico que inhibe competitivamente la
activación del plasminógeno.
Las indicaciones incluyen al infarto de miocardio, embolia pulmonar múltiple
que no requiera intervención quirúrgica y trombosis venosa central profunda.
Fernández, V. H.
Capítulo 13 Fisiología de sistemas
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Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 14
Fisiología cardíaca y sus
propiedades eléctricas
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe el papel del sistema cardiocirculatorio en el organismo.
2. Describe la morfología funcional miocárdica.
3. Explica las propiedades básicas del corazón y la proyección funcional que se
desprende de cada una de ellas.
4. Explica las características electrofisiológicas de las células miocárdicas de trabajo.
5. Representa correctamente los diagramas de los potenciales de acción típicos en los
diferentes tipos celulares miocárdicos.
6. Describe los canales y las corrientes iónicas que contribuyen a las fases de los
potenciales de acción cardíacos.
7. Describe la secuencia normal de la activación eléctrica del corazón y el papel que
juegan las células especializadas.
8. Comprende los mecanismos que determinan la ritmicidad de varios tipos celulares
miocárdicos.
9. Analiza la importancia del nódulo auriculoventricular sobre la conducción del
impulso eléctrico cardíaco desde aurículas a ventrículos.
10. Compara las diferentes velocidades que ocurren en el sistema de conducción y
conocer su importancia funcional.
11. Explica la influencia de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático sobre la
función cardiaca, y los mecanismos iónicos de sus efectos sobre el corazón.
12. Indica la existencia de otros grupos celulares autoexcitables como potenciales
marcapasos ectópicos, así como las condiciones necesarias para que aparezcan.
13. Conoce la posibilidad de la existencia de vías anómalas y su repercusión funcional.
14. Enumera ejemplos de fármacos que interfieren en los mecanismos
electrofisiológicos del corazón.
15. Describe las posibles causas de trastornos en las propiedades eléctricas del
corazón.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
“…el corazón tiene una forma comprensible, tiene un diseño lleno de sentido
que estimula la imaginación”.
William Ospina
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
los nutrientes de esta manera a difundirse por el sistema desde sus fuentes (p. ej.,
oxígeno desde los alvéolos), recorrer grandes distancias rápidamente y difundirse en
los tejidos en los que son necesarios (p. ej., oxígeno en el músculo que trabaja).
Estas actividades las realiza esencialmente mediante un órgano central de
impulsión que es el corazón y un conjunto de conductos con estructuras y propiedades
diferentes que son las arterias, las venas, los vasos capilares y los vasos
linfáticos.
Las principales funciones del sistema cardiovascular son:
✓ Transporte rápido de nutrientes (oxígeno, aminoácidos, glucosa, ácidos
grasos, agua, etc.).
✓ Eliminación de los productos de desecho del metabolismo (dióxido de
carbono, urea, creatinina, etc.).
✓ Control hormonal, transportando las hormonas a sus órganos diana y
secretando sus propias hormonas (p. ej., péptido natriurético auricular).
✓ Regulación de la temperatura, controlando la distribución de calor entre
el centro del organismo y la piel.
✓ Reproducción, dando lugar a la erección del pene y a la nutrición del feto
a través de un complejo sistema de flujo de sangre placentario.
✓ Defensa del huésped, transportando células inmunitarias, antígenos y 659
otros mediadores (p. ej., anticuerpos).
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
exteriormente por el epicardio. El corazón está rodeado por el pericardio, conjunto
fibroseroso que lo separa de los órganos vecinos.
El corazón está en el mediastino medio y tiene las siguientes relaciones:
✓ Por arriba, los grandes vasos y los bronquios.
✓ Por debajo, el diafragma.
✓ Lateralmente, por las pleuras y los pulmones.
✓ Por delante, el timo.
✓ Por detrás, el esófago.
660
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
El corazón se proyecta en el segmento comprendido entre la 4ª y la 8ª apófisis
espinosa de las vértebras torácicas (vértebras cardíacas). Situado en la línea mediana,
se desarrolla sobre todo a la izquierda de esta línea.
Tiene la forma de un cono o una pirámide y se reconoce una base, dirigida hacia
atrás, arriba y algo a la derecha, y un vértice o punta (ápex), situado adelante y a la
izquierda.
La línea que une el vértice del corazón con el centro de su base está orientada
de abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás. El eje general del corazón se acerca
más a la horizontal que a la vertical.
Dado que la forma global y orientación del corazón es la de una pirámide caída
y que descansa sobre uno de sus lados, los lados de la pirámide están formados por:
✓ Una cara diafragmática (inferior) sobre la que descansa la pirámide.
✓ Una cara anterior (esternocostal) orientada anteriormente.
✓ Una cara pulmonar derecha.
✓ Una cara pulmonar izquierda.
661
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
La base del corazón es un cuadrilátero y se dirige posteriormente (Drake et al.,
2018). Está formada por:
✓ La aurícula izquierda.
✓ Una pequeña porción de la aurícula derecha.
✓ La parte proximal de las grandes venas (venas cavas superior e inferior y
venas pulmonares)
Debido a que los grandes vasos penetran por la base del corazón, las venas
pulmonares entran en el lado derecho e izquierdo de la aurícula izquierda y las venas
cava superior e inferior por los extremos superior e inferior de la aurícula derecha, la
base del corazón está fijada posteriormente a la pared del pericardio, frente a los
cuerpos de las vértebras TV a TVIII (TVI a TIX en bipedestación).
Desde la base el corazón se proyecta hacia delante, hacia abajo y a la izquierda,
terminando en el vértice. El vértice del corazón está formado por la parte inferolateral
del ventrículo izquierdo y se encuentra profundo al quinto espacio intercostal
izquierdo, a 8 o 9 cm de la línea medioesternal.
662
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
El corazón en posición anatómica descansa sobre la cara diafragmática, que
está formada por el ventrículo izquierdo y una pequeña porción del ventrículo derecho
separados por el surco interventricular posterior. Esta superficie se orienta
inferiormente sobre el diafragma, está separada de la base del corazón por el seno
coronario y se prolonga desde la base al vértice del corazón.
663
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
✓ Los márgenes derecho e izquierdo son los mismos que las caras
pulmonares derecha e izquierda del pulmón.
✓ El margen inferior se caracteriza por ser un borde agudo entre las
superficies anterior y diafragmática del corazón, está constituido en su
mayor parte por el ventrículo derecho y una pequeña porción del ventrículo
izquierdo cerca del vértice.
✓ El margen obtuso separa las superficies pulmonares anterior e izquierda,
es redondeado y se extiende desde la aurícula izquierda hasta el vértice del
corazón y está constituido en su mayor parte por el ventrículo izquierdo y
superiormente por una pequeña porción de la aurícula izquierda.
Los tabiques internos dividen el corazón en cuatro cámaras (dos aurículas y dos
ventrículos) y dan lugar a depresiones externas o superficiales denominadas surcos.
El surco coronario rodea al corazón, separando las aurículas de los
ventrículos. En su recorrido en torno al corazón, contiene a la arteria coronaria
derecha, la vena cardíaca menor, el seno coronario y la rama circunfleja de la arteria
coronaria izquierda. En la cara anterior de cada aurícula se encuentra una estructura
semejante a una pequeña bolsa denominada orejuela.
664
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Los surcos interventriculares anterior y posterior separan los dos ventrículos;
el surco interventricular anterior se encuentra en la cara anterior del corazón y
contiene la arteria interventricular anterior y la vena cardíaca mayor o magna, y el
surco interventricular posterior se encuentra en la superficie diafragmática del
corazón y contiene la arteria interventricular posterior y la vena cardíaca media o
interventricular posterior. Estos surcos se continúan inferiormente, a la derecha del
vértice cardíaco.
665
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
ventrículo izquierdo. En la proyección lateral el ventrículo derecho está situado
anteriormente y la aurícula izquierda se visualiza posteriormente.
666
667
Porción del pericardio y de la pared ventricular derecha, con las divisiones del pericardio
y las capas de pared cardíaca (Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
El trastorno en el que se
acumula con rapidez un exceso
de líquido (sangre o derrame
pericárdico) en la cavidad
pericárdica se llama
taponamiento cardíaco.
Las causas comunes son
los traumatismos torácicos,
tanto penetrantes como romos
y las roturas del miocardio o
pericarditis (inflamación del pericardio).
Este es un trastorno potencialmente mortal en el cual el líquido que se acumula
comprime el corazón e impide el llenado adecuado de las cavidades cardíacas con la
sangre; por lo cual, el alivio de la compresión se logra mediante la
pericardiocentesis (un procedimiento para drenar el líquido de la cavidad
pericárdica).
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
carnosas y algunas de estas trabéculas contienen fibras que forman parte del sistema
de conducción cardíaco. Las cúspides o valvas de la válvula tricúspide se conectan
mediante las cuerdas tendinosas, que a su vez se conectan con los músculos
papilares.
El VD se encuentra separado del ventrículo izquierdo por el septum o tabique
interventricular. La sangre pasa desde el ventrículo derecho, a través de la válvula
pulmonar, hacia una gran arteria, el tronco pulmonar, que se divide en las arterias
pulmonares derecha e izquierda que transportan la sangre hacia los pulmones.
La AI forma la mayor parte de la base del corazón y recibe sangre proveniente
de los pulmones, por medio de cuatro venas pulmonares. Al igual que la aurícula
derecha, su pared posterior es lisa. La pared anterior de la AI también es lisa, debido
a que los músculos pectíneos están confinados a la orejuela izquierda. La sangre pasa
desde la AI al VI, a través de la válvula bicúspide que posee dos valvas o cúspides,
denominada válvula mitral o válvula auriculoventricular izquierda.
El VI tiene la pared más gruesa de las cuatro
cámaras (un promedio de 10 a 15 mm) y forma el
vértice o ápex del corazón. Al igual que el VD,
contiene trabéculas carnosas y cuerdas tendinosas
que conectan las valvas de la válvula mitral a los 669
músculos papilares.
La sangre pasa desde el VI, a través de la
válvula aórtica, hacia la aorta ascendente. Parte
de la sangre de la aorta ascendente se dirige hacia
las arterias coronarias, que nacen de ella e
irrigan el corazón. El resto de la sangre sigue su
camino a través del arco o cayado aórtico y de la
aorta descendente (aorta torácica y abdominal). Las
ramas del cayado aórtico y de la aorta descendente
transportan la sangre hacia todo el organismo.
Durante la vida fetal, un vaso temporario
denominado conducto arterioso transporta sangre desde la arteria pulmonar hacia
la aorta. Por lo tanto, sólo una pequeña cantidad de sangre se dirige a los pulmones
fetales no funcionantes. El conducto arterioso normalmente se cierra al poco tiempo
de nacer y deja una estructura remanente conocida como ligamento arterioso que
conecta el arco aórtico con el tronco pulmonar.
El espesor miocárdico de las cuatro cámaras varía de acuerdo con la función de
cada una de ellas. Las aurículas, de paredes finas, entregan sangre a los ventrículos.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Debido a que los ventrículos bombean sangre a mayores distancias, sus paredes son
más gruesas.
A pesar de que los ventrículos derecho e izquierdo actúan como dos bombas
separadas que eyectan simultáneamente iguales volúmenes de sangre, el lado derecho
tiene una carga de trabajo menor, ya que bombea sangre que recorre una corta
distancia hasta los pulmones, a menor presión y contra una menor resistencia al flujo
sanguíneo.
Por su parte, el ventrículo izquierdo bombea sangre hacia sectores del
organismo distantes, a mayor presión y contra una mayor resistencia al flujo
sanguíneo. En consecuencia, el ventrículo izquierdo realiza un trabajo mucho más
intenso que el derecho para mantener la misma velocidad de flujo sanguíneo.
Asimismo, la forma de la luz del ventrículo izquierdo es más o menos circular,
mientras que la del ventrículo derecho es semilunar.
Por su parte, además de músculo cardíaco, la pared cardíaca también contiene
tejido conectivo denso que forma el esqueleto fibroso del corazón. Esta estructura
consiste, básicamente, en cuatro anillos de tejido conectivo denso que rodean las
válvulas cardíacas fusionándolas entre sí y uniéndolas al tabique interventricular.
Al mismo tiempo que forma la base estructural de las válvulas cardíacas, el
esqueleto fibroso también evita el sobre estiramiento de las válvulas al pasar la sangre 670
a través de ellas. Asimismo, sirve como punto de inserción a los haces de fibras
musculares cardíacas y como aislante eléctrico entre las aurículas y los ventrículos.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
En comparación con las fibras musculares esqueléticas, las fibras
musculares cardíacas son más cortas y menos circulares en sección
transversa, pero tiene los mismos tipos y la misma organización de los
filamentos contráctiles que el músculo esquelético.
Las células cardíacas presentan ramificaciones, que les confieren la apariencia “en
peldaños de escalera” característica de las fibras musculares cardíacas. Una fibra
muscular cardíaca típica mide de 50 a 100 μm de longitud y tiene un diámetro de
aproximadamente 14 μm.
También exhiben bandas cruzadas bien teñidas, denominadas discos
intercalares, que atraviesan las fibras de modo más o menos lineal. Estos discos
intercalares son sitios de adhesión muy especializados entre células contiguas, que
produce “fibras” de longitud variable. Por lo tanto, algunas células musculares
cardíacas en una fibra pueden unirse con dos o más células a través de los discos
intercalares para crear, de ese modo, una fibra ramificada.
Por su parte, los componentes del disco intercalar contienen uniones célula-
célula especializadas entre las células musculares cardíacas contiguas:
✓ Unión de adherencia que sostiene las células musculares cardíacas por sus
extremos para formar la fibra muscular cardíaca funcional y sirve como el sitio
en el que los filamentos delgados del sarcómero terminal se fijan a la membrana 671
plasmática.
✓ Desmosomas que unen las células musculares individuales entre sí y ayudan
a evitar que las células se separen ante la tensión de las contracciones regulares
repetidas, refuerzan las uniones de adherencias y se encuentran tanto en el
componente transversal como en el lateral de los discos intercalares.
✓ Uniones de hendidura o de comunicación que constituyen el principal
elemento estructural del componente lateral del disco intercalar. Éstos
proporcionan un canal iónico de continuidad entre las células musculares
cardíacas contiguas permitiendo que el estímulo eléctrico pase de una célula a
otra. Este intercambio permite que las fibras musculares cardíacas se
comporten como un sincitio al tiempo que retienen la integridad y la
individualidad celular.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Pequeñas cisternas terminales del RS interaccionan con los túbulos T para formar
una díada a la altura de la línea Z.
La lámina externa se adhiere a la membrana plasmática invaginada del túbulo
T al penetrar en el citoplasma de la célula muscular. Los túbulos T son más grandes
y más abundantes en el músculo cardíaco ventricular que en el músculo esquelético.
Sin embargo, son menos numerosos en el músculo cardíaco atrial.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
674
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Dadas las características estructurales del corazón, pueden diferenciarse
tres tipos funcionales de músculo cardíaco: músculo auricular (atrial),
músculo ventricular y sistema de conducción.
El músculo cardiaco tiene propiedades fundamentales que pueden dividirse en dos
grupos denominadas propiedades eléctricas y mecánicas:
Dentro de las propiedades eléctricas se encuentran:
✓ Automatismo o cronotropismo.
✓ Excitabilidad o batmotropismo.
✓ Conductibilidad o dromotropismo.
Algunos autores agregan otra propiedad, el de refractariedad. Todas ellas
dependen de las características del sarcolema, tanto de los miocitos cardíacos como
los del sistema de conducción.
Dentro de las propiedades mecánicas se encuentran:
✓ Contractilidad o inotropismo.
✓ Relajación o lusitropismo.
Estas propiedades dependen fundamentalmente de la estructura contráctil del
miocardio (sarcómeras). Sin embargo, todas las propiedades dependen del
675
metabolismo aeróbico debido al aporte de ATP necesario para la función cardíaca, con
la consiguiente transferencia de iones a través de la fibra miocárdica, durante sus
estados de acción, recuperación y reposo, y del ciclo excito-contráctil.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
cardíaca avance a través del corazón y permitiendo que las cámaras cardíacas sean
estimuladas para contraerse en forma coordinada, lo que hace del corazón una bomba
efectiva.
En condiciones normales, la excitación cardíaca comienza en el nodo
senoauricular (NSA) o de Keith-Flack, localizado en la AD, justo por debajo del
orificio de desembocadura de la VCS en la cresta terminal.
Tiene la forma de una coma, de 10 a 20 mm de largo y 5 mm de espesor, y está
formada por tres grupos celulares diferentes. Estas comprenden a las células
nodales o tipo P (del inglés “pacemaker” o marcapasos), las células
transicionales o tipo T y las células musculares nodales que se mezclan con los
miocitos contráctiles e incluso forman digitaciones que penetran en el miocardio
normal, sin que se evidencie una cápsula fibrosa que separe ambas estructuras.
El NSA está irrigado por la arteria del nodo sinusal, que es una rama de la
arteria coronaria derecha (60%) o de la arteria circunfleja (40%) y tiene una rica
inervación simpática y parasimpática.
Las células del NSA no tienen un potencial de reposo estable y, en lugar de ello,
se despolarizan en forma continua y alcanzan espontáneamente el potencial umbral.
Esta despolarización espontánea es un potencial marcapasos (prepotencial) y
se denomina despolarización diastólica espontánea (DDE). 676
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
de la membrana, el canal iónico que transporta la corriente I f se activa con la
hiperpolarización de la membrana.
El canal iónico que utiliza la corriente If, tiene la base molecular de los canales
HCN (Hyperpolarization-activated, Cyclic Nucleotide-gated) que son canales
catiónicos activados por hiperpolarización y modulados por nucleótidos
cíclicos (Guerra y Cinca, 2007). Es permeable tanto al Na+ como al K+, pero en el
nivel del potencial diastólico máximo (PDM) del NSA (de -60 mV a -70 mV)
transporta una corriente de entrada despolarizante de Na+, que desplaza al potencial
de transmembrana hacia el nivel de activación de los canales del Ca2+ tipo T
(transitorios) y L (larga duración) (Rhoades y Bell, 2018).
Las características típicas de la corriente If son: fase de activación o
prepotencial inducida por la hiperpolarización, cinética lenta de activación y
desactivación, naturaleza iónica mixta de Na+ y K+, y modulación por AMPc.
677
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
periferia es más negativo, es decir, su ritmo intrínseco es más lento, lo que refleja la
organización funcional que hay en esta área.
La cinética y el rango de activación de la I f están modulados por varios
mecanismos, entre los que destacan la presencia de subunidades auxiliares,
fenómenos de fosforilación, interacción con proteínas estructurales de membrana y
por el SNA a través del AMPc.
La If causa el efecto cronotrópico positivo de la noradrenalina por parte
del SNS a través de una desviación hacia valores más positivos de la curva de
probabilidad de apertura de los canales f. Este efecto es inducido por la estimulación
de receptores β1-adrenérgicos, que aumentan la actividad de la adenilatociclasa de
membrana, lo que resulta en un aumento del AMPc intracelular. Como consecuencia,
produce una aceleración de la pendiente y un aumento en la frecuencia de la
DDE.
Asimismo, la corriente If también está intensamente modulada por la ACh por
parte del SNPS de forma opuesta a la de las catecolaminas. La ACh inhibe la I f
mediante la desviación hacia valores más negativos de la curva de activación, lo que
disminuye la disponibilidad de corriente durante la DDE y causa el enlentecimiento
de la frecuencia cardiaca (efecto cronotrópico negativo) al estimular a los
receptores muscarínicos M2 y a la proteína Gi, que inhibe la adenilatociclasa y 678
disminuye la producción de AMPc.
Como las células del NSA no tienen un potencial de membrana en reposo
estable y posee una densidad relativamente menor de los canales de K+ permeables
que están abiertos de forma constitutiva, en comparación con las células de
despolarización rápida del miocardio, esto hace que el potencial de reposo inicial de
estas células sea de alrededor de -60 mV.
Este potencial de membrana se reduce (se despolariza) lentamente hasta que
alcanza su potencial umbral a unos -40 mV, cuando se genera de forma espontánea
un PA. Esta reducción del potencial se debe a una disminución espontánea y gradual
de la permeabilidad del K+, lo que disminuye la salida de K+, junto con un incremento
de la entrada de Na+ a través de canales HCN. Este potencial marcapasos
inestable conforma la fase 4.
Las células nodales no expresan canales Nav rápidos y el ascenso del PA en la
fase 0, se produce por una corriente lenta de entrada de Ca2+ (ICa2+) a través de canales
de Ca2+ de tipo T y tipo L. Como resultado, el ascenso del PA nodal es mucho más lento
que el de las células rápidas por lo cual se lo denomina potencial de acción de
respuesta lenta (PARL) y cuya duración es de unos 300 ms.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Efectos del sistema nervioso autónomo sobre la DDE y el PARL del NSA.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Dado que las células del NSA son las que presentan mayor velocidad de ascenso
de la fase 4 y mayor cercanía entre dicha fase y el potencial umbral, constituyen el
marcapasos normal del corazón y sólo será suplantado en situaciones patológicas
por el menor automatismo de otras zonas específicas subsidiarias, dado que la
característica distintiva del automatismo normal es la “supresión por
sobreestimulación”. Esto es así porque la sobreestimulación de una célula
marcapasos a una frecuencia más rápida, que su frecuencia intrínseca, origina una
disminución de la pendiente de la fase 4 generada por la sobreactivación de la
bomba de Na+/K+-ATPasa.
Una vez finalizada la sobreestimulación, se produce un retorno gradual (lento)
a la frecuencia de descarga intrínseca, que se denomina “periodo de
calentamiento”. El grado de supresión y el tiempo de recuperación son
proporcionales a la frecuencia y la duración de la sobreestimulación aplicada.
Si por algún motivo el NSA dejara de funcionar, la UAV generaría una descarga
con cadencia normal de 40 a 60 lpm y si éste también fallara, la red
subendocárdica de Purkinje, con cadencia de 25 a 40 lpm tomaría el mando.
Excepcionalmente, las células del tejido miocárdico contráctil presentan
despolarización automática, no provocada por un estímulo, lo que se conoce como
automatismo anormal.
680
Se conoce que el automatismo anormal puede aparecer en los casos de
hiperpotasemia, pH intracelular muy bajo y exceso de catecolaminas.
Todas las células cardíacas son excitables por lo que presentan la propiedad
de excitabilidad o batmotropismo, es decir, son capaces de responder a
estímulos externos (químicos, mecánicos, térmicos o eléctricos) generando
una respuesta eléctrica, el PA miocárdico, a la que va acoplada la
correspondiente respuesta contráctil.
Sin embargo, no todos los estímulos fisiológicos o experimentales tienen igual
capacidad para generar un potencial de acción, siendo necesario una mínima
intensidad umbral de excitabilidad, cuyo valor varía en los distintos tejidos cardíacos
y en un mismo tejido, dependiendo de la frecuencia de estimulación o de la
concentración de neurotransmisores, hormonas, fármacos o de iones.
Si bien las distintas propiedades cardíacas son independientes unas de otras,
todas están relacionadas directamente y en conjunto trabajan para llevar a cabo la
importante función de generar el estímulo, conducirlo por todo el corazón y generar la
contracción para impulsar la sangre por todo el cuerpo. Por ello, la excitabilidad
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
comienza con el automatismo del NSA y continúa por todo el corazón de manera
organizada.
Sin embargo, el potencial que se genera en el corazón, a diferencia del NSA, es
diferente dado que corresponde a un potencial de acción de respuesta rápida
(PARR), dependiente de la fase 0 y no de la duración del potencial de acción (DPA).
Los PA en las células que se despolarizan rápidamente constan de cinco fases y
se originan por un potencial de acción de una célula adyacente dando lugar a un PARR
que dura aproximadamente unos 300 ms.
La forma del PA no es uniforme en los miocitos de trabajo de las distintas
regiones del corazón, y la velocidad de conducción de los mismos también varía,
aunque presentan similares características:
La fase 0 se caracteriza por una despolarización rápida (ascenso). Cuando la
membrana se despolariza al alcanzar el potencial umbral (entre -60 y -65 mV), los
Nav se abren, lo que permite la entrada rápida de Na+ a favor de su gradiente
electroquímico (INa). Esto desplaza el potencial de membrana hacia el potencial de
equilibrio del Na+ (+65 mV) y provoca la despolarización.
La rapidez de esta despolarización se debe a un efecto de retroalimentación
positiva en el que la despolarización produce la apertura de más Nav, lo que provoca 681
una mayor despolarización. Recordemos que los Nav del miocardio funcionan
exactamente igual que los del músculo esquelético y los de las fibras nerviosas.
La fase 1 corresponde al intento de repolarización. A medida que el potencial
de membrana alcanza un valor de unos +20 mV, los Nav se inactivan de modo que
finaliza la corriente de entrada rápida de Na+. Mientras, la corriente de fondo de
salida persistente de K+ provoca una ligera repolarización mediante la apertura de
canales transitorios hacia afuera de potasio (ITO transient outward). La fase 1 es más
marcada en las fibras de Purkinje.
La fase 2 corresponde a la fase de meseta que está mediada por la apertura
de canales de Ca2+ de tipo L, que son canales de Ca2+ activados por voltaje cuya
activación se produce lentamente después de que el potencial de membrana supere
aproximadamente los -35 mV (durante la fase 0). La corriente lenta de entrada de
Ca2+ (ICa) se equilibra por la salida de K+, por lo que el potencial de membrana
permanece relativamente estable.
Hacia el final de la fase 2, a medida que los canales de Ca 2+ se cierran, el
potencial de equilibrio se mantiene por una corriente de entrada producida por la
acción del intercambiador 3Na+/Ca2+. La presencia de esta fase de meseta es una
diferencia clave entre el potencial de acción cardíaco y el de las neuronas. Evita una
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
repolarización rápida y la corriente sostenida de Ca2+ es fundamental para permitir
que se produzca la contracción. Mientras que los potenciales de acción neuronales
duran unos 2 ms, la meseta prolonga el potencial de acción cardíaco unos 200 ms.
La fase 3 ocurre una vez que termina la corriente de entrada de Ca2+, se abren
más canales de K+ (incluidos los activados por voltaje y los activados por ATP), lo que
aumenta la salida de K+ por canales rectificadores lentos (IK). Esto produce la
repolarización de la membrana hasta su potencial de reposo. Un retraso o un defecto
de la apertura de estos canales de K+ debido a un defecto genético retrasa a su vez la
repolarización y se manifiesta como un síndrome de QT largo.
La fase 4 aparece cuando la repolarización se completa, el potencial de
membrana vuelve a su valor de reposo y el ciclo se repite cuando se produce la
estimulación por una célula adyacente. El Na+ que entró durante la fase 0 es removido
por la bomba de Na+/K+ ATPasa y el Ca2+ que ingresó en la fase 2 es removido por el
intercambiador 3Na+/Ca2+. El calcio también es eliminado por la bomba de Ca 2+-
ATPasa, que lo extruye fuera de la célula en parte y también lo acumula en el retículo
sarcoplásmico.
682
683
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Esto ocurre de igual manera en el NAV y el hecho de que esté presente un
período refractario prolongado, representa un mecanismo protector que, en presencia
de ritmos supraventriculares rápidos, impide que aparezcan aumentos muy
marcados de la frecuencia ventricular y que podrían poner en peligro la función de la
bomba ventricular.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
El NSA es el marcapasos que inicia cada latido y determina el ritmo cardiaco
que se transmite hacia los haces internodales.
Los haces internodales son vías preferenciales de conducción intraauricular
y están formadas por células nodales tipo T y miocardio auricular, tienen mayor
velocidad de conducción y despolarización, y PARR. Estos haces comprenden al haz
posterior de Thorel que transcurre en cercanías de la cresta terminal; el haz medio
de Wenckebach de trayecto variable, y el haz anterior de Bachman que se dirige
desde el borde anterior del NSA hacia el tabique interauricular, dividiéndose en dos
fascículos, uno que va a la aurícula izquierda y el otro que discurre por el tabique
interauricular hacia la unión AV.
Todos estos haces se anastomosan entre sí por encima de la porción compacta
del NAV. La conducción es más rápida por los haces de Bachman y Thorel; en este
proceso, primero se activa la aurícula derecha, luego el septum interauricular y
finalmente la aurícula izquierda. El tiempo de conducción internodal es de 0,03
segundos y la velocidad de conducción de 1 m/s.
El nódulo auriculoventricular (NAV) o nodo de Aschoff-Tawara que,
aunque fue descripta como un nódulo, es un área de bordes no definidos, localizada
por encima del anillo tricuspídeo, en el lado derecho del septum interauricular y
delante del ostium del seno coronario. Por ello, se denomina unión 685
auriculoventricular (UAV) y presenta tres zonas:
a) Zona de células transicionales formada por miocardio auricular, haces
internodales y las interconexiones entre estos y la porción compacta de la
UAV, en esta zona están la vía rápida anterosuperior de unos 2 mm que
corre por el tabique interauricular cerca del tendón de Todaro y la vía lenta
posteroinferior de 4 mm que viene desde el piso del ostium del seno
coronario a lo largo del anillo tricuspídeo.
b) Porción compacta de la UAV que es la continuación de las vías rápida y
lenta de la UAV, de 3 x 4 x 6 mm, localizada en el subendocardio del septum
interauricular, por encima del implante de la valva septal de la tricúspide,
delante del ostium del seno coronario, en el vértice del triángulo de Koch.
c) Porción penetrante de la UAV que se continúa con el haz de His cuando
atraviesa el cuerpo fibroso central a nivel de la inserción del tendón de
Todaro.
La UAV actúa como una compuerta eléctrica hacia los ventrículos, mientras
que el esqueleto fibroso actúa como un aislante que evita que las corrientes lleguen
a los ventrículos por cualquier otra ruta. Aquí, el estímulo cardiaco experimenta un
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
retardo fisiológico de 0,05 a 0,10 segundo lo cual permite un mayor llenado ventricular
antes de su sístole.
La velocidad de conducción en la UAV es de 0,2 m/s y en la porción compacta
0,05 m/s, porque sus células tienen potenciales de reposo más negativos y pocas
uniones de hendiduras entre ellas, por lo que hay una elevada resistencia a la
conducción iónica. Solo bajo circunstancias patológicas, la UAV puede ser el
marcapasos cardiaco subsidiario.
El haz de His (HH) es la ruta por la cual las señales dejan la UAV, de unos 20
x 2 mm, inicialmente discurre por el borde inferior de la porción membranosa del
tabique interventricular y a su salida se divide en ramas derecha e izquierda.
La rama derecha es fina y larga (1,5 x 50 mm y continúa la dirección del haz),
transcurre por la cara derecha y debajo del endocardio del tabique interventricular,
hasta la base del músculo papilar medial derecho y el ápex, donde se ramifica.
La rama izquierda es gruesa y corta (4 x 15 mm), dando las primeras fibras
para el fascículo posteroinferior izquierdo, luego para el fascículo anterosuperior
izquierdo, que se dirigen a la base de los músculos papilares posterior y anterior
respectivamente.
Una tercera rama medioseptal discurre por la cara izquierda del tabique 686
interventricular.
El HH y sus ramas están envueltas en una vaina que las aísla del miocardio
vecino, sus células son largas, vacuoladas, con mitocondrias ordenadas y pocas
miofibrillas. El estímulo es conducido rápidamente por la presencia de uniones de
hendiduras de alta permeabilidad para los iones. La rama derecha es más larga y más
delgada que la izquierda, lo que la hace más susceptible al daño. La velocidad de
conducción en el HH es de 1 a 2 m/s.
El sistema de Purkinje es la porción terminal del sistema de conducción,
constituida por células grandes, vacuoladas, con pocas miofibrillas y mitocondrias de
aspecto desordenado, forma una fina red de fibras interconectadas entre sí por
conexiones latero-laterales y término-terminales mediante discos intercalares que
favorecen una conducción longitudinal rápida.
La red de Purkinje es más abundante en las bases de los músculos papilares y
además tienen una mayor resistencia a la isquemia. Los ventrículos son activados
simultáneamente de endocardio a epicardio, el derecho toma menos tiempo debido a
su menor masa muscular.
La velocidad de conducción del sistema de Purkinje es de 3 a 5 m/s y en el
miocardio ventricular es de 1 a 2 m/s. Una vez que las fibras de Purkinje han llevado
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
la señal eléctrica a sus límites, los miocardiocitos la mantienen al pasar iones de una
célula a la otra a través de sus uniones intercelulares comunicantes.
687
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
El automatismo normal puede alterarse por “exceso” o “defecto” de
automatismo del NSA, por focos ectópicos o postpotenciales.
Un foco ectópico consiste en un grupo de células del tejido específico
(excepcionalmente del tejido de trabajo) que desarrollan un automatismo superior al
del NSA, desplazándole como marcapasos del corazón y funcionando como nuevo
marcapasos de la actividad cardíaca.
El foco ectópico puede ser único o múltiple y, en ambos casos, es posible que
intervenga de forma aislada, generando un único impulso, o persistentemente
durante un período de tiempo más o menos prolongado, emitiendo impulsos sucesivos.
Por su parte, el postpotencial es una modalidad de automatismo excesivo
menos habitual que el foco ectópico. Se los denomina de este modo porque siempre
van precedidos de un PA. Consisten en despolarizaciones espontáneas que surgen
antes de que se complete la fase de repolarización y que, al alcanzar el potencial
umbral, generan un nuevo potencial de acción. Se presentan al inicio de la
repolarización (Pospotenciales precoces) o al final de la misma (Pospotenciales
tardíos).
688
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Wolff-Parkinson-White, mediante el haz de Kent entre las aurículas y los
ventrículos.
Este haz accesorio torna la conducción más rápida en comparación con la UAV
de conducción lenta y el ventrículo se excita de manera prematura. La taquicardia
auricular paroxística observada en este síndrome, a menudo sigue a un latido
auricular prematuro, que se conduce de manera normal por la UAV, pero se propaga
al extremo ventricular del haz de Kent y el impulso se transmite de regreso a la
aurícula. Así se establece un movimiento en círculo.
Con menor frecuencia, un latido auricular prematuro encuentra a la UAV en
periodo refractario, pero llega a los ventrículos a través del haz de Kent, lo cual
establece un movimiento en círculo en el que el impulso pasa de los ventrículos a las
aurículas por la UAV.
Otro síndrome es el de Lown-Ganong-Levine, donde existe taquiarritmias
supraventriculares de diversos tipos como taquicardias regulares, aleteo auricular
y fibrilación auricular. Su sustrato anatómico puede estar dado por una conducción
nodal acelerada, conexiones aurículo-hisianas que, cuando se insertan en el His distal,
determinan, además, la existencia de un intervalo His-Ventrículo (H-V) corto y fibras
de James o tractos internodales posteriores.
Las vías nodoventriculares y fasciculoventriculares, conocidas como fibras de 689
Mahaim que se localizan en el lado derecho del corazón, constituyen variantes de
preexcitación. Las taquicardias de Mahaim son antidrómicas, ello significa, que el
ventrículo es despolarizado por vía de la conexión anómala y el circuito de la
taquicardia se completa al regresar el impulso por la UAV a la aurícula y de allí al
ventrículo por la conexión anómala.
Otro fenómeno muy interesante y complejo es el “fenómeno de la reentrada”.
Para comprenderlo se puede tomar como sustrato anatómico del mismo dos ramas
terminales de la red subendocárdica de Purkinje. Si en condiciones patológicas se
produce la coincidencia de una conducción lenta a través de la rama 1 y un bloqueo de
la conducción en la rama 2, por hallarse sus células en período refractario, el impulso
eléctrico que llega, sólo puede ser conducido a través de la primera. Sin embargo, como
la rama 1 conduce lentamente, cuando el impulso llega por vía retrógrada a la rama
2, ésta ya ha recuperado su excitabilidad y puede acceder otra vez a la rama 1,
provocando así una nueva y prematura despolarización del miocardio. Por tanto, las
condiciones electrofisiológicas que promueven la reentrada incluyen:
a) Un circuito con dos vías de conducción del impulso.
b) Conducción lenta en una de ellas.
c) Bloqueo unidireccional de la conducción en la otra.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
✓ Taquicardia que aumenta el consumo de O2 miocárdico lo que puede
desencadenar angina y en el largo plazo deterioro de la función
ventricular.
✓ Pérdida de la activación secuencial aurículo-ventricular, con aparición o
agravamiento de una insuficiencia cardiaca.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Los ventrículos pueden ser también el asiento de varios procesos arrítmicos
muy frecuentes y de gran importancia clínica y puede comprometer la vida
del individuo.
Por lo general, los latidos prematuros originados en un foco ventricular ectópico tienen
complejos QRS prolongados de forma anormal, por la diseminación lenta del impulso
del foco a través del músculo ventricular y al resto del ventrículo. Tales latidos casi
siempre son incapaces de excitar al haz de His, por lo cual no ocurre la conducción
retrógrada a las aurículas. Mientras tanto, el siguiente impulso del NSA exitoso
despolariza las aurículas.
Por lo general, la onda P está oculta en el complejo QRS de la extrasístole. Si el
impulso normal llega a los ventrículos, éstos aún siguen en el periodo refractario
después de la despolarización del foco ectópico. Sin embargo, el segundo impulso
exitoso del NSA origina un latido normal. Por tanto, los latidos ventriculares
prematuros van seguidos de una pausa compensadora, la cual a menudo es más larga
en comparación con la pausa subsiguiente a una extrasístole auricular. Además, los
latidos ventriculares prematuros no interrumpen la descarga regular del NSA,
mientras los latidos auriculares prematuros a menudo interrumpen y “reajustan” el
ritmo normal.
La taquicardia ventricular paroxística es en efecto una serie de 693
despolarizaciones ventriculares regulares rápidas, las cuales suelen deberse al
movimiento en círculo que afecta los ventrículos.
La taquicardia originada arriba de los ventrículos (taquicardia
supraventricular como la taquicardia nodal paroxística) puede distinguirse de la
taquicardia ventricular paroxística mediante el electrocardiograma del haz de His. En
la taquicardia supraventricular, la deflexión H del haz de His está presente, pero no
se encuentra en las taquicardias ventriculares. Los latidos ventriculares prematuros
son frecuentes y, en ausencia de cardiopatía isquémica, por lo regular son benignos.
La taquicardia ventricular es más grave porque disminuye el gasto cardiaco, y
la fibrilación ventricular es una complicación ocasional de la taquicardia ventricular.
En la fibrilación ventricular, las fibras musculares ventriculares se contraen
de modo irregular e ineficaz por la descarga muy rápida de múltiples focos ectópicos
ventriculares o por un movimiento en círculo. Los ventrículos en fibrilación, como las
aurículas fibrilantes, se ven como una “bolsa de gusanos” temblorosa.
Los ventrículos en fibrilación no bombean sangre de manera eficaz y la
circulación sanguínea se detiene. Por consiguiente, si no se aplica tratamiento de
urgencia rápidamente, la fibrilación ventricular que dura más de unos cuantos
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
minutos es fatal. La causa más frecuente de muerte súbita en pacientes con infartos
al miocardio es la fibrilación ventricular.
694
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Existen muchos factores que pueden alterar la frecuencia cardiaca; algunos
de ellos pueden ser banales mientras que otros pueden comprometer la vida.
Las alteraciones pueden producirse por causas iónicas y varias hormonas circulantes,
así como influencias físicas, como la temperatura y la distensión de la pared auricular.
Todos actúan al alterar el tiempo requerido para que la membrana en reposo se
despolarice hasta el potencial umbral.
La temperatura afecta a la frecuencia del marcapasos. Esto explica que la
frecuencia cardíaca aumente cuando una persona tiene fiebre. Se estima que la
frecuencia se incrementa unos 10 lpm por cada grado centígrado de aumento de
temperatura.
La hiperpotasemia puede provocar trastornos severos del ritmo cardíaco que
comprometen la vida del paciente. Inicialmente provocan un aumento de la
excitabilidad miocárdica (aproximación del potencial de reposo al potencial umbral),
alterando posteriormente la repolarización, lo que reduce la sensibilidad a los nuevos
estímulos y disminuye la conducción (efecto dromotrópico negativo) y provoca
arritmias lentas, bloqueos AV, paro sinusal y asistolia donde el corazón se detiene en
diástole. Esto ocurre porque la mayoría de los Nav quedan inactivados y el PARR es
reemplazado por una respuesta lenta dirigida por canales lentos del Ca 2+, hasta que
ya no se puede excitar (Harvey y Grant, 2019). 695
La hipopotasemia es un trastorno grave, pero no es letal en tan poco tiempo
como sí ocurre en la hiperpotasemia. La hiperpolarización de la membrana produce
un efecto cronotrópico y dromotrópico negativos.
Una hipercalcemia tiende a disminuir la frecuencia cardiaca al cambiar el
potencial umbral alejándolo del reposo. Sin embargo, es poco el efecto que se observa
en la fase 0 del PA, dado que el aumento de Ca2+ extracelular favorece a la actividad
de los canales de Ca2+ tipo L los cuales se cierran más rápido, acortando el tiempo de
la fase 2 y, por lo tanto, produciendo un aumento en la frecuencia cardíaca. Esto se
debe a que la concentración de Ca2+ intracelular desempeña un papel fundamental en
el proceso de inactivación de estos canales.
La regulación por el Ca2+ intracelular es un proceso fisiológico que proporciona
un mecanismo que evitaría una sobrecarga de Ca2+ en los miocardiocitos. La
calmodulina parece jugar un papel central en este proceso, dado que se encuentra
unida a la porción C-terminal de una de sus subunidades (α1C) en reposo actuando
como sensor. También existe una inactivación dependiente de voltaje, con lo cual, la
regulación de estos canales es compleja y depende del equilibrio entre estos dos
fenómenos.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
En la hipercalcemia puede observarse en el ECG un intervalo QT corto, a
expensas del acortamiento del segmento ST que representa la meseta del potencial.
El efecto de la hipercalcemia implica que el corazón se relaja menos durante la
diástole y al final se detiene en sístole (rigidez por calcio). Sin embargo, en los
trastornos clínicos acompañados de hipercalcemia, el valor de calcio plasmático rara
vez es lo bastante alto para afectar al corazón de este modo.
La hipocalcemia puede producir bradicardia por retardo en la repolarización
de la fase 2 del PARR y menor pendiente en la fase 0 del PARL.
Por su parte, un aumento de la actividad simpática incrementa, mediante la
acción del AMPc, la entrada de Na+ por los HCN y la entrada de Ca2+ en la fase 0 del
PARL aumentando la velocidad de despolarización de marcapasos, lo que hace que la
célula alcance el umbral más rápido y aumenta la frecuencia de descarga de
potenciales de acción (efecto cronotrópico positivo). Asimismo, se produce un aumento
en la conductibilidad (efecto dromotrópico positivo). El aumento en la entrada de
Ca2+ extracelular y la mayor salida de Ca2+ del RS, produce un aumento en la
contractilidad (efecto inotrópico positivo).
Un aumento de la actividad parasimpática produce una caída en la
pendiente de la fase 4 debido a que aumenta la permeabilidad al K+ haciendo más
negativo el PDM, y disminuye la fase 0 del PARL porque disminuye la permeabilidad 696
al Ca2+ por los canales tipo T y L, con lo cual, produce una disminución en la frecuencia
cardíaca (efecto cronotrópico negativo). Asimismo, disminuye la velocidad de
conducción (efecto dromotrópico negativo).
Dada la característica de la inervación cardíaca por parte del sistema
parasimpático, el efecto inotrópico negativo es más evidente en las aurículas, por un
decremento de la duración del PA, y de la cantidad de Ca2+ que entra a la célula
durante el PA.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Los medicamentos que actúan en los Kv prolongan el periodo refractario (como
la amiodarona, el sotalol y la dofetilida) (Barrett et al., 2019).
Los medicamentos que bloquean los receptores β-adrenérgicos, aminoran la
activación de la ICa (p. ej., propranolol, metoprolol).
Los agentes bloqueantes de canales de calcio afectan el movimiento del
Ca2+ en este sitio de la membrana celular. Para bloquear los canales de Ca2+ de tipo
L, los antagonistas del Ca2+ presentan dependencia del uso y dependencia del
voltaje.
La dependencia del uso significa que cuantas más veces se abra el canal,
mayor va a ser el bloqueo. Así, en particular para el caso del verapamilo y el
diltiazem, el bloqueo de la entrada de Ca2+ aumenta de forma marcada a frecuencias
más rápidas.
Los antagonistas del Ca2+ poseen efectos cronotrópico negativos
(disminución de la frecuencia cardiaca), dromotrópico negativos (disminución de
la conducción auriculoventricular) e inotrópicos negativos (reducción de la fuerza
de contracción del miocardio). Estos efectos se ejercen de modo directo sobre el corazón
y se contrarrestan, en parte, por la activación simpática refleja, vía catecolaminas.
Sin embargo, los efectos cardíacos son distintos para cada fármaco. A dosis 697
clínicas, la nifedipina no afecta a la conducción auriculoventricular ni al nodo
sinusal, pero el verapamilo y el diltiazem aminoran la velocidad de disparo del
marcapasos y enlentecen la conducción auriculoventricular, dos propiedades que
constituyen la base de su indicación en el tratamiento de arritmias
supraventriculares.
Como dato importante, se ha observado que en algunos pacientes cualesquiera
de los fármacos mencionados puede ser proarrítmico y no antiarrítmico, esto es,
originan arritmia de diverso tipo. Por tal razón, asume importancia máxima la
vigilancia cuidadosa y recurrir a otros procedimientos cuando se utilizan los
antiarrítmicos.
Un tratamiento alternativo no farmacológico sería la ablación de las vías de
reentrada por medio de un catéter de radiofrecuencia. Se insertan catéteres con
electrodos en la punta hasta las cavidades cardiacas y sus alrededores, y se usan para
mapear la ubicación exacta de un foco ectópico o haz accesorio que produzca la
reentrada y la taquicardia supraventricular. Luego, la vía puede eliminarse con
corriente de radiofrecuencia, con la punta del catéter colocada cerca del haz o el foco.
Es muy útil en trastornos generadores de taquicardias supraventriculares,
incluido el síndrome de Wolff -Parkinson-White y el aleteo auricular. También se ha
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
usado con éxito para eliminar focos en las venas pulmonares que causan fibrilación
auricular paroxística.
Fernández, V. H.
Capítulo 14 Fisiología cardiovascular
Referencia bibliográfica
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Drake, R. L. Vogl, A. W. Mitchell, A. W. M. (2018). Gray´s. Basic Anatomy. Second edition. Elsevier.
Evans, J. D. W. (2013). Lo esencial en sistema cardiovascular. 4ª edición. Elsevier.
Guerra, J. M. Cinca, J. (2007). Ritmo sinusal normal. Nuevos conceptos anatómicos y fisiológicos del
nódulo sinusal. Corriente If. Revista Española de Cardiología Suplementos; 7(4); pp. 26-31.
https://www.revespcardiol.org/index.php?p=revista&tipo=pdf-simple&pii=S1131358707757734.
Tortora, G. J. Derrickson, B. (2018). Principios de Anatomía y Fisiología. 15ª edición. Editorial Médica
Panamericana.
699
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 15
Propiedades mecánicas del
corazón
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define diferencias entre los tipos de músculo en cuanto a sus mecanismos excito-
contráctil y sus funciones.
2. Define las propiedades mecánicas del corazón y sus factores influyentes.
3. Describe las fases del ciclo ventricular y los cambios de presión-volumen que tienen
lugar mediante la gráfica del asa presión-volumen.
4. Explica la definición y relevancia de la precarga, poscarga y la frecuencia cardíaca
sobre los efectos de la contractilidad.
5. Explica los factores fisiológicos y farmacológicos que afectan a la contractilidad.
6. Explica la ley de Laplace en el ventrículo y sus implicaciones fisiológicas.
7. Explica la importancia del metabolismo miocárdico y su relación con el consumo de
oxígeno.
8. Define la propiedad lusitrópica y explica la importancia sobre la función
ventricular.
9. Describe las formas de evaluación de la contractilidad y relajación miocárdica.
10. Explica los mecanismos de acción de fármacos más usados en la clínica sobre la
función contráctil del corazón.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
El acoplamiento excitación-contracción es el proceso que acopla el potencial
de acción con la contracción del músculo cardíaco, un proceso que depende
del aumento de la concentración de Ca2+ citosólica.
La excitación eléctrica que viaja por la membrana del miocardiocito, se extiende hacia el
interior de la célula por los túbulos T, que se invaginan hacia el interior de las fibras cardíacas
en las líneas Z.
Las células cardíacas contienen una amplia red de túbulos T que se extienden
longitudinalmente a lo largo de las fibras miocárdicas (a diferencia de la disposición radial
que se observa en el músculo esquelético). Éstos llevan los potenciales de acción a la
profundidad de la célula, donde abren canales de calcio dihidropiridina (DHP) que están
acoplados a los canales liberadores de calcio sensibles a la rianodina en el RS.
Durante la fase 2 del potencial de acción cardíaco el Ca2+ entra en el citosol a través de
canales de Ca2+ de tipo L y estimula a una mayor liberación de Ca2+ a partir del RS en el
proceso ya conocido como “liberación de Ca2+ inducida por Ca2+”, dado que la cantidad de Ca2+
que penetra en la célula desde el líquido intersticial extracelular no es suficiente para inducir
la contracción de las miofibrillas.
Se estima que alrededor del 40 al 50% del incremento del Ca2+ citosólico procede del
espacio extracelular y el resto del RS, incrementándose desde menos de 0,1 μmol/l, hasta una
cifra tan alta como 100 μmol/l. se estima que el 10% del Ca2+ extracelular se utiliza
directamente para la contracción mientras que el resto estimula la salida de Ca2+ del RS. 701
En el músculo cardíaco, el canal de DHP está ligado al RyR en la membrana del RS,
de forma que cada determinada cantidad de calcio que pasa a través del canal de DHP causa
una liberación pequeña y localizada de calcio desde un RyR en el RS. Estas ráfagas de calcio
localizadas e intracelulares se denominan “chispas de calcio”.
La elevada concentración localizada causada por una sola chispa de calcio no difunde
a una concentración lo suficientemente elevada por el líquido intracelular hasta los receptores
vecinos en el RS como para que se abran. En lugar de eso, en el interior de la célula miocárdica
se suman temporal y espacialmente múltiples chispas de calcio para producir aumentos
globales de la concentración intracelular de Ca2+. Además, las altas concentraciones
intracelulares de calcio estimulan el bombeo de Ca2+ al interior del RS por la Ca2+-ATPasa, lo
que crea una gran acumulación de calcio dentro del RS que puede liberarse con la siguiente
apertura de los canales de liberación de calcio del RS.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
fuerza generada. Por ejemplo, los β-adrenérgicos aumentan la entrada de Ca2+ en la
célula por fosforilación de los canales del Ca2+ activados por voltaje (o potencial) del
sarcolema (POC) a través de una proteincinasa dependiente del AMPc. Esta
fosforilación aumenta la probabilidad de que se abra el canal y también el tiempo
promedio durante el cual el canal permanece abierto una vez activado. Esto, a su vez,
libera más Ca2+ del RS y, en consecuencia, la fuerza contráctil aumenta. El aumento
de la [Ca2+] extracelular incrementará la cantidad de Ca2+ que entra a la célula a
través de los canales del Ca2+ y ello aumentará la fuerza contráctil.
702
Manejo del calcio en la célula del músculo cardiaco (Rhoades y Bell, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
pueden incrementar la disponibilidad de Ca2+ para la contracción, lo que aumenta la
cantidad de tensión que puede generarse. Este fenómeno se llama fenómeno de
escalera o Treppe.
Una vez en el citosol, los iones Ca2+ se unen a la TnC, lo que modifica la posición
de la tropomiosina y expone las cabezas de miosina, de modo que pueden unirse a los
filamentos de actina, lo que permite que se produzca la contracción.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
es conveniente porque la contracción y relajación coordinadas son esenciales para la
acción de bombeo del corazón.
704
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
En cada línea Z, a su vez, están dispuestos también de forma perpendicular
filamentos de actina que se extienden hacia la línea M, sin llegar a ella. El proceso de
contracción tiene la función de que los filamentos de miosina “acerquen” la línea M a
cada una de las líneas Z; de esta forma, la longitud del sarcómero disminuye. La
contracción sincronizada de cada uno de los sarcómeros en una fibra muscular es lo
que origina el acortamiento (contracción) del músculo.
El fundamento molecular se encuentra en la relación que guardan las fibras del
complejo actina-tropomiosina (unidas a la línea Z) con la miosina (unida a la línea M):
paralelas e imbricadas, como una cremallera.
En el extremo de cada molécula de miosina se localiza una cabeza que
interactúa con la actina para el proceso de contracción, una vez que ha sido energizada
por la hidrólisis del ATP. No obstante, en condiciones basales, los sitios de unión de
la actina con la miosina están bloqueados por la tropomiosina que se halla en íntima
relación con la actina que, a su vez, posee al complejo troponina (TnI, TnC y TnT).
Una vez que se produce el aumento de Ca2+ citosólico, se produce la liberación
de los sitios activos de la actina para que las cabezas de la miosina interactúen
formando los puentes cruzados (cross-bridging).
705
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
La flexión de las cabezas de miosina unidas a la actina provoca el “arrastre” de
la estructura de actina hacia el centro del sarcómero (línea M).
La separación del puente se produce por la entrada de otra molécula de ATP y
se produce un nuevo puente cruzado siempre y cuando haya Ca2+.
Este ciclo no se produce de forma sincrónica en todas las uniones actina-
miosina. Sin embargo, la contracción muscular es posible debido a que, en el estado
de alto flujo de Ca2+, la mayor parte de las uniones se sincroniza para que predomine
el estado de flexión en las cabezas de miosina.
La interacción de puentes cruzados, que ocurre luego de la activación muscular
por el PA, permite el desarrollo de fuerza contráctil, el acortamiento o ambos, de las
fibras miocárdicas. El hecho de si hace una, la otra o alguna combinación de ambas,
depende principalmente de lo que es permitido que suceda por las influencias externas
impuestas sobre el músculo durante la contracción (Alexánderson y Gamba, 2014).
En este sentido, las células musculares en la pared ventricular operan bajo
diferentes restricciones durante distintas fases de cada ciclo cardiaco, y pasan por
contracciones tanto isométrica como isotónica.
Este acortamiento es el que al posibilita la reducción de las cavidades cardiacas,
de tal modo que se produce la eyección de sangre de aurículas y ventrículos. Como 706
propiedad intrínseca de la miofibrilla, la contractilidad es sólo una parte de varios
factores cuyo resultado es el gasto cardiaco.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
707
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
La contracción secuencial de los distintos segmentos da origen a diferentes
efectos en la biomecánica ventricular, según sea su disposición en la hélice de la banda
cardiaca, lo cual permite comprender la contracción y la relajación miocárdica.
Por su parte, la valoración de la contractilidad, permite conocer la salud del
miocardio en su función como bomba, pero esta no depende solo de la propiedad
intrínseca e independiente que es la contractilidad, sino de la interacción que tiene
ésta con otras condicionantes del gasto cardiaco, entre ellas la precarga, la poscarga
y la frecuencia cardiaca.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Asimismo, el aumento de la formación de puentes cruzados incrementa la
afinidad del Ca2+ del TnC1, reclutando de este modo más puentes cruzados y
produciendo así una fuerza mayor.
Otro mecanismo podría ser que, a medida que la fibra muscular se elonga, el
incremento de tensión sobre la titina altera el espaciado del entramado o bien altera
el empaquetamiento de las moléculas de miosina dentro del filamento grueso.
También, al igual que el músculo liso, el musculo cardíaco posee canales de
calcio activados por estiramiento, por lo cual el incremento de la longitud del
sarcómero por encima de 1,8 μm aumenta la tensión sobre los canales de Ca 2+
activados por el estiramiento, aumentando de este modo la entrada de Ca 2+ desde el
LEC y promoviendo así la liberación de Ca2+ inducida por Ca2+ desde el RS (Boulpaep,
2017).
Como el músculo cardíaco no está adherido a un punto fijo como sucede con el
músculo esquelético y, además, es un órgano hueco y distensible, es intrínsecamente
más rígido que el esquelético por la cantidad de tejido conectivo y su característica
sincitial y opone una importante resistencia pasiva a la distensión hasta una longitud
correspondiente a la longitud óptima (Lo), llevando al miocardio a tener que contraerse
a partir de longitudes menores a Lo (recuadro punteado en azul de la gráfica
siguiente). 709
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Esto implica que el corazón deba generar una fuerza o tensión proporcional a
su precarga antes del comienzo de la contracción.
En el corazón, la distensión pasiva o precarga es proporcional a la magnitud
del llenado de los ventrículos al final de la diástole (máximo llenado), por lo cual, un
mayor llenado aumenta la posible fuerza contráctil isométrica que puede generarse
en el corazón.
La curva superior de tensión activa en la gráfica anterior es la relación
entre la presión ventricular desarrollada durante la sístole y el volumen telediastólico
(VTD) o longitud telediastólica de la fibra. El desarrollo de esta presión es un
mecanismo activo. En la rama ascendente de la curva, la presión aumenta
abruptamente a medida que aumenta la longitud de la fibra, reflejando grados de
solapamiento mayores de los filamentos gruesos y finos, una formación y un reciclado
mayor de los puentes cruzados y una mayor tensión desarrollada. La curva se
estabiliza finalmente cuando el solapamiento es máximo.
Si el VTD aumentara más y se estirasen las fibras hasta longitudes aún
mayores, el solapamiento disminuiría y la presión decrecería (rama descendente de la
curva). A diferencia del músculo esquelético que funciona a lo largo de la totalidad de
la curva entre longitud y tensión, el músculo cardíaco funciona normalmente sólo
sobre la rama ascendente de la curva, como se dijo previamente, dado por su rigidez. 710
De este modo, el músculo cardíaco tiene una tensión elevada en reposo y pequeños
incrementos en la longitud dan lugar a aumentos grandes en la tensión en reposo. Por
este motivo, el músculo cardíaco se “mantiene” en la rama ascendente de su curva
entre longitud y tensión, resultando difícil alargar las fibras musculares cardíacas
más allá de la Lo.
La curva inferior de tensión pasiva es la relación entre la presión y el
volumen ventricular durante la diástole, cuando el corazón no se está contrayendo. A
medida que aumenta el VTD, aumenta también la presión ventricular mediante
mecanismos pasivos. La presión creciente en el ventrículo refleja la tensión creciente
de las fibras musculares mientras van estirándose hasta longitudes mayores.
Los términos “precarga” y “poscarga” pueden aplicarse al músculo cardíaco
del mismo modo que se aplican al músculo esquelético.
La precarga para el ventrículo es el VTD o su longitud telediastólica de las
fibras; es decir, la precarga es la longitud en reposo desde la cual se contrae
el músculo (Costanzo, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
La relación entre la precarga desarrollada y la tensión o la presión generada,
representada en la curva superior (sistólica) en la figura de tensión longitud anterior,
se basa en el grado de solapamiento de los filamentos gruesos y finos.
La poscarga para el ventrículo izquierdo es la presión aórtica; sin embargo, la
verdadera carga contra la cual debe generar fuerza suficiente el ventrículo para abrir
la válvula aórtica y eyectar la sangre es la presión arterial diastólica (PAD), que es la
que predomina en este preciso momento. Por lo tanto, la velocidad de acortamiento
del músculo cardíaco es máxima cuando la poscarga es cero, y la velocidad de
acortamiento disminuye a medida que aumenta la poscarga.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Al comparar la curva de fuerza-velocidad durante la contractilidad aumentada
(curva roja en la figura anterior), es posible notar que la contractilidad creciente hace
que toda la curva de fuerza-velocidad se desvíe hacia la derecha y, tanto la tensión
isométrica máxima (intersección en el eje x) como la Vmáx (intersección extrapolada en
el eje y) aumentan.
Tal incremento de la contractilidad debe compararse con la curva que se le
genera a la misma precarga (L1), la curva negra. Por lo general, los aumentos de la
contractilidad dan por resultado contracciones más rápidas, de modo que los índices
de celeridad de desarrollo de tensión o velocidad de acortamiento máxima (Vmáx)
se usan para indicar incrementos de la contractilidad. La figura demuestra que hay
dos maneras de aumentar la velocidad de acortamiento a la misma poscarga (los tres
puntos en la figura); una es al incrementar la precarga (curva azul de la figura
anterior), y la otra es al aumentar la contractilidad (curva roja de la figura anterior).
Sin embargo, los mecanismos mediante los cuales las contracciones son más
fuertes son diferentes. La superposición más óptima de los filamentos de actina
y miosina modera el efecto de la precarga, mientras que más calcio citosólico
para inducir el paso por ciclos de puentes más rápido media el efecto de la
contractilidad.
Los efectos de aumentar la contractilidad también pueden demostrarse al 712
analizar la relación longitud-tensión. En la figura siguiente, la estimulación de
nervios simpáticos que van al corazón da lugar a un cambio de la relación longitud-
tensión hacia arriba y hacia la izquierda (inotropismo positivo o alto).
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Esto indica que para cualquier longitud en reposo dada del músculo cardiaco,
la tensión que puede desarrollarse es mayor como resultado de estimulación del SNS.
El mecanismo es el incremento de calcio que se produce por la activación de receptores
β-adrenérgicos con la producción consiguiente de AMPc y activación de la fosforilación
de los canales de Ca2+ del sarcolema por la PKA.
De este modo, un inotrópico positivo le permitirá al corazón alcanzar una
velocidad concreta contra una carga mayor, o empujar una carga concreta con una
velocidad mayor (Boulpaep, 2017).
Una limitación de esta Vmáx es que no puede medirse de forma directa, por lo
que los valores se extrapolan a partir de mediciones en laboratorio (línea punteada de
la curva fuerza-velocidad). Por otra parte, las mediciones en laboratorio se realizan
bajo condiciones de una resistencia variable, lo que no es posible in vivo. Por ello, la
medición y aplicación de las relaciones fuerza-velocidad son limitadas (Alexánderson,
2014).
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Como se observa en la figura, existe correspondencia entre un asa (loop, curva
o ciclo) de presión-volumen del VI (flechas en azul) y un asa de longitud-tensión del
músculo cardiaco durante un ciclo cardiaco (curvas verdes de tensión activa y roja de
tensión pasiva), el cual representa la conducta del músculo cardiaco como base
subyacente para la función ventricular.
Cada fase importante del ciclo cardiaco ventricular tiene una fase
correspondiente de cambio de longitud y tensión del músculo cardiaco. Por ejemplo,
durante el llenado ventricular diastólico, el incremento progresivo de la presión
ventricular distiende el músculo cardiaco en reposo a longitudes mayores a lo largo de
su curva de longitud-tensión en reposo, y causa un aumento correspondiente de la
tensión del músculo.
La presión ventricular telediastólica (PTDVI) es la precarga ventricular porque
establece el volumen ventricular al final de la diástole (VFD o VTD) y, por ende, la
longitud en reposo de las fibras del músculo cardiaco al final de la diástole.
Al inicio de la sístole, cuando las válvulas aurículoventriculares se cierran luego
del llenado, las células de músculo ventricular desarrollan tensión de manera
isométrica (fase de contracción isovolumétrica) y la presión intraventricular se
incrementa en consecuencia.
Después de que la presión intraventricular aumenta lo suficiente como para 714
abrir la válvula de salida (aórtica), la eyección ventricular empieza como una
consecuencia del acortamiento del músculo ventricular. La poscarga ventricular
(apertura de la válvula aórtica por superar la PAD) determina la tensión que las fibras
de músculo cardiaco deben desarrollar antes de que puedan acortarse.
Es de destacar que factores diversos influyen sobre la tensión real de la
pared requerida para eyectar sangre desde el ventrículo como el VFD, la velocidad
de contracción, la viscosidad de la sangre, el grado de rigidez de la aorta, el nivel de
vasoconstricción de la circulación (resistencia vascular sistémica -RVS-) y la salud
propia del ventrículo, contribuyendo a la poscarga ventricular.
Durante la eyección cardiaca (volumen sistólico -VS-), el músculo cardiaco
está generando de forma simultánea tensión y acortamiento activos (esto es, una
contracción isotónica con poscarga).
El VS estará determinado por la capacidad de acortamiento de las células de
músculo ventricular durante la contracción, dependiendo de la relación longitud-
tensión de las células de músculo cardiaco y la carga contra la cual se están acortando
como vimos previamente.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Una vez que el acortamiento cesa y la válvula de salida se cierra, las células de
músculo cardiaco se relajan de manera isométrica. La tensión de pared ventricular y
la presión intraventricular disminuyen al mismo tiempo durante la relajación
isovolumétrica.
715
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
716
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
aumenta, lo que reducirá el gradiente para la expulsión de Ca2+ por el intercambiador
NCX, de modo que se incrementará el Ca2+ citosólico.
Por su parte, la acetilcolina (SNPS) sólo tiene algunos efectos escasos sobre el
inotropismo de los ventrículos en el ser humano pues no es un inotrópico negativo y
no se altera en gran medida el VS (es inotrópico negativo en el músculo auricular)
(Barrett et al., 2019). Sin embargo, efectivamente puede disminuir el GC por
disminución de la FC ya que el VMC o GC depende del volumen sistólico (VS) y de la
frecuencia cardíaca (FC):
GC = VS × FC
Entre los inotrópicos negativos se destacan los β-bloqueantes (atenolol,
propranolol1, metoprolol, bisoprolol, carvedilol y nebivolol), que inhibe la
acción de las catecolaminas sobre los receptores β1; los bloqueantes cálcicos o
calcio antagonistas (como el verapamilo) que bloquean los canales de Ca2+ de tipo
L en los miocitos ventriculares y reduce la entrada de Ca2+; y la hipoxia (Evans,
2013).
Con la estimulación simpática, la pendiente es mayor, indicando el aumento de
la contractilidad. Por ello, la pendiente de la relación presión-volumen ventricular al
717
final de la sístole, es decir, la Ees es considerada como el índice de referencia de
inotropismo que se mide mediante ecocardiografía, debido a su relativa independencia
de las condiciones de carga y su sensibilidad a los cambios de inotropismo.
1Actualmente se ha dejado de lado el uso del propranolol por sus efectos secundarios, siendo preferible
otros como el metoprolol y el atenolol.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Sin embargo, la determinación de la Ees requiere generar diferentes bucles de
la relación presión-volumen mediante reducción de la precarga, ocluyendo la vena
cava inferior o con inyección de nitroprusiato que tiene efecto dilatador arterial y
venoso.
También se puede incrementar la poscarga con administración de
vasoconstrictores, por lo cual el método se vuelve poco práctico y difícil de realizar en
la práctica clínica cotidiana para conocer esta propiedad.
Una cuestión importante dentro de la modificación de la contractilidad es el
papel de los bloqueantes -adrenérgicos, que reducen los efectos del SNS sobre el
corazón y, por ende, la contractilidad. Sin embargo, el efecto inotrópico negativo es en
el corto plazo, mientras que, a largo plazo, mejoran la función ventricular y la
remodelación de la pared miocárdica.
Algunos de los fármacos anteriormente nombrados pueden mejorar la
contractilidad miocárdica en ciertos casos y tienen, además, efectos sobre los vasos
periféricos. Algunos son vasodilatadores (dobutamina), otros vasoconstrictores
(noradrenalina) y otros pueden mostrar ambos efectos dependiendo de la dosis
(dopamina, adrenalina). La amrinona y milrinona son inotrópicos positivos y
vasodilatadores.
718
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
interno”. Así, los incrementos en el GC (debidos a un aumento en el volumen sistólico,
en la frecuencia cardíaca o en ambos) o los incrementos en la presión aórtica
aumentarán el trabajo del corazón.
719
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
en serie, fuerzas viscosas, formación de puentes, reorganización de la estructura
muscular durante la contracción, entre otros; todos ellos consumen energía y se
genera tensión que no determina expulsión de sangre, por lo cual se produce calor.
Asimismo, como este trabajo se hace para vencer la poscarga (PAD) su
intensidad depende de ésta (si la poscarga está aumentada, también aumenta el TI),
por ello se le llama trabajo en presión, por ser la energía consumida para generar
la presión sistólica.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
que desarrolla normalmente. Como la presión aórtica está elevada, la pared del VI se
hipertrofia (engrosa) a modo de compensación por el aumento de la carga de
trabajo.
El mayor grosor de la pared normal del ventrículo izquierdo y la hipertrofia
compensadora de la pared del VI constituyen mecanismos de adaptación para lograr
un trabajo en presión mayor Estos mecanismos de adaptación pueden explicarse por
la ley de Laplace.
Aplicada a una configuración esférica; es decir, la configuración aproximada del
VI, dicha ley afirma que la presión (P) se relaciona directamente con la tensión (T) de
la pared y el grosor de la pared, mientras que guarda una relación inversa con el radio
(r):
P = (2 T × grosor)/r
Por tanto, la ley de Laplace establece que, “cuanto mayor sea el grosor de la
pared del VI, mayor será la presión que puede generarse”. Esto lo demuestra el hecho
de que la pared del VI es más gruesa que la del VD porque el primero debe desarrollar
una presión mayor para expulsar la sangre hacia la aorta.
En definitiva, la poscarga está determinada por la tensión parietal (T) o el
estrés parietal (S) que soporta la pared ventricular durante la fase de eyección y 721
depende de la geometría de la cavidad ventricular y el valor de la PAD en la aorta
que, a su vez, va a depender de la distensibilidad de los vasos y de la RVS que se
opone al movimiento de la sangre.
Por lo tanto, un aumento del volumen ventricular de llenado causa un
incremento de la circunferencia ventricular y, por ende, un aumento de la longitud de
las células de músculo cardiaco individuales, lo cual determina la “precarga” y, como
consecuencia, a cualquier volumen ventricular dado, un incremento de la tensión de
células de músculo cardiaco individuales en la pared causa un aumento de la presión
intraventricular.
Asimismo, a medida que el volumen ventricular disminuye (se reduce el radio
ventricular), las células musculares en las paredes ventriculares requieren una menor
fuerza total (colectiva) para producir cualquier presión intraventricular dada.
Una implicación de la ley de Laplace es que las células musculares en la pared
ventricular tienen un trabajo un poco más fácil de producir presión interna al final de
la sístole (cuando el radio es pequeño) que al principio de la sístole (cuando el radio es
grande). Esto es importante debido a que el consumo de energía que realiza el
corazón en cada ciclo cardiaco lo transforma en TE y en calor o TI.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Puede concluirse que el grosor de la pared ventricular aumentará a modo de
mecanismo compensador si el ventrículo tiene la necesidad de bombear contra una
presión aórtica aumentada, como ocurre, por ejemplo, en la hipertensión arterial
(HTA). De este modo, en la HTA, el VI se hipertrofia; y en la hipertensión pulmonar
(HTP), se hipertrofia el VD. Por desgracia, este tipo de hipertrofia ventricular
compensadora puede conducir también a insuficiencia ventricular, y a la larga
resultar nociva o incluso mortal (Costanzo, 2018).
722
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Este efecto es el fenómeno de escalera (Treppe) o fenómeno de Bowditch.
Este efecto forma parte de la regulación homeométrica del inotropismo, ya que no
depende de la longitud de las sarcómeras, sino de la disponibilidad de Ca2+.
Asimismo, el aumento de la FC supone un importante incremento del trabajo,
porque aumenta de forma importante el trabajo miocárdico, por lo cual también
aumenta el MV̇O2.
723
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
También, los cuerpos cetónicos o CC (β-hidroxibutirato y acetoacetato)
son captados por el miocardiocito, así como en otros tejidos, donde son convertidos en
derivados CoA para su metabolismo, cuando aumentan en el plasma durante el ayuno
y la inanición convirtiéndose en una fuente de energía abundante. Estos CC se
utilizan en proporción a su concentración plasmática. Esto ahorra glucosa y reduce la
demanda de degradación de las proteínas musculares para la gluconeogénesis
(Baynes y Dominiczak, 2019).
La glucosa, el lactato, ácidos grasos y, eventualmente CC, son la fuente
primaria para la producción de energía en el corazón adulto. La principal vía
metabólica de la glucosa es la glicolisis. El piruvato generado en la glicolisis es
convertido a lactato o transportado a la mitocondria donde es decarboxilado y
convertido a acetil-CoA. Los ácidos grasos son transportados al citoplasma y son
activados a sus respectivos acil graso-CoA por la enzima acil graso-CoA sintetasa
(AGCS).
El acil graso-CoA es convertido a acil graso‑carnitina por la carnitina
palmitoil-transferasa I (CPT I), translocada a través de la membrana interna de
la mitocondria por la acil-translocasa (CAT), y, entonces, la acil graso-carnitina se 724
convierte a acil graso-CoA por la enzima carnitil palmitoil‑transferasa II (CPT
II). Los acil graso-CoA intra-mitocondriales son degradados por β-oxidación.
Los acetil-CoA provenientes de la glicolisis o la β‑oxidación entran al ciclo de
Krebs. Las especies reducidas NADH2 y FADH generados en el ciclo de Krebs sirven
de sustrato a la cadena transportadora de electrones (CTE), proceso que requiere
oxígeno y es responsable de la generación de la gradiente de protones necesaria para
la síntesis de ATP (fosforilación oxidativa por la cadena respiratoria mitocondrial)
(Castro et al., 2010).
El tercer elemento metabólico consiste en la transferencia de energía desde el
ATP a la molécula “reservorio” cretina, mediante la creatina kinasa (CK)
mitocondrial.
Una isoenzima de la creatinkinasa (CKm)2 se encuentra en el espacio
intermembrana mitocondrial, catalizando la transferencia de fosfato de alta energía
hacia creatina desde ATP que surge a partir del transportador de nucleótido
adenina. A su vez, la creatina fosfato se transporta hacia el citosol por medio de poros
2 CKm, creatina kinasa mitocondrial que media la producción de fosfato de creatina desde el ATP
formado en la fosforilación oxidativa; CKa, creatina kinasa relacionada con requerimientos grandes de
ATP, por ejemplo, la contracción muscular; CKc, creatina kinasa para mantener el equilibrio entre
creatina y fosfato de creatina y ATP/ADP; CKg, creatina kinasa que acopla la glucólisis a la síntesis
de fosfato de creatina; P, proteína de poro en la membrana mitocondrial externa.
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
de proteína en la membrana mitocondrial externa, el cual queda disponible para la
generación de ATP extramitocondrial.
La creatina fosfato es una importante fuente de energía en condiciones de
aumento de demanda, dado que permite generar ATP a una tasa 10 veces superior a
la máxima capacidad de la fosforilación oxidativa.
725
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
incremento del trabajo (por ejemplo, ejercicio) puede aumentar el consumo a unos 70
ml/min por cada 100 g de tejido (alrededor de 210 ml/min).
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
El efecto de la relajación de las fibras musculares cardiacas resulta en un
descenso súbito de la presión en el VI. La velocidad a la que disminuye la presión
durante el periodo de relajación isovolumétrico, refleja directamente la velocidad de
relajación de las fibras musculares.
Esta velocidad puede medirse con técnicas invasivas y suele definirse como la
velocidad de descenso máxima (–dP/dt) o como el tiempo de la constante de
relajación isovolumétrica Tau (τ) (García, 2003).
En el VI, el ápex se relaja con más rapidez, antes que los segmentos medios y
basales, causando un efecto de succión. Esta succión ha sido cuantificada
invasivamente por medición simultánea de gradientes de presión en varias
localizaciones de la cavidad ventricular, y en ventrículos normales se ha demostrado
una diferencia ápice-base del corazón de 1-3 mmHg.
En sujetos sanos la succión aumenta durante el ejercicio y en pacientes con fallo
cardiaco este incremento predice de manera directa la capacidad aeróbica. Por lo
tanto, la relajación ventricular está directamente relacionada también con el
inotropismo (Carrillo y Contreras, 2008).
Hemodinámicamente, supone el 80% del volumen de llenado y se produce,
prácticamente, sin contribución de la sístole auricular (Cosín et al., 2009).
727
La disfunción diastólica es un padecimiento frecuente en las Unidades de
Medicina Intensiva. Predice el desarrollo de sobrecarga hídrica y edema pulmonar,
así como otros signos y síntomas asociados a insuficiencia cardiaca. De modo general,
la disfunción diastólica tiene un mejor pronóstico que la disfunción sistólica, por lo
que su estudio mediante ecocardiografía, permite establecer el diagnóstico, la
gravedad, el mecanismo específico de disfunción y los patrones de llenado (Carrillo y
Contreras, 2008).
Fernández, V. H.
Capítulo 15 Fisiología cardiovascular
Referencia bibliográfica
Alexánderson Rosas, E. Gamba Ayala, G. (2014). Fisiología cardiovascular, renal y respiratoria. 1ª
edición. Editorial El Manual Moderno.
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Baynes, J. W. Dominiczak, M. H. (2019). Bioquímica médica. 5ª edición. Elsevier.
Boulpaep, E. L. (2017). El corazón como bomba. En W. F. Boron & E. L. Boulpaep (Eds). Fisiología
Médica. 3ª edición. (22, pp. 507-532). Elsevier.
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 16
La función cardíaca y los factores
modificadores
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define el gasto cardíaco, el índice cardíaco y la fracción de eyección, y sus métodos
para cuantificarlos.
2. Describe los factores que modifican el gasto cardíaco: volumen sistólico y frecuencia
cardiaca.
3. Expone las curvas de función cardíaca y cómo se modifican con diversos factores,
como el volumen sistólico, la resistencia periférica o la presión en la aurícula
derecha.
4. Explica la modificación del gasto cardíaco, por la estimulación del sistema nervioso
autónomo y el ejercicio.
5. Describe el papel de la presión en la aurícula derecha, en el equilibrio entre el
retorno venoso y el gasto cardíaco.
6. Explica la relación entre retorno venoso, presión venosa central y gasto cardíaco.
7. Explica la curva de análisis de función venosa de Guyton y sus factores
modificadores.
8. Explica los factores fisiológicos y farmacológicos que afectan al gasto cardíaco y sus
factores modificadores.
9. Explica los cambios fisiológicos en el corazón que se producen por el ejercicio.
10. Expone las bases fisiológicas y fisiopatológicas de la insuficiencia cardíaca.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
ir y el ventrículo se sigue contrayendo, haciendo que la presión aumente rápidamente
durante la contracción isovolumétrica.
Una vez que la presión ventricular excede a la presión en la aorta, la válvula
aórtica se abre, pero la presión sigue aumentando mientras el ventrículo sigue
contrayéndose, haciendo, a su vez, que el volumen ventricular disminuya a medida
que la sangre es empujada hacia la aorta. Este volumen de sangre eyectado es el VS
o volumen latido (VL) de unos 65 a 125 ml aproximadamente, y corresponde, en
principio, al volumen ganado en el llenado ventricular durante la diástole, el VFD o
VTD que corresponde a unos 60 a 160 ml aproximadamente.
El corazón no se vacía por completo de sangre cada vez que el ventrículo se
contrae y la cantidad de sangre que queda en él, al final de la contracción, es el VFS
o VTS, que es la cantidad mínima de sangre que tendrá el ventrículo durante un ciclo
cardíaco.
El VTS, de unos 20 a 70 ml aproximadamente, proporciona un margen de
seguridad funcional, dado que, con una contracción más enérgica, el corazón puede
disminuir su VTS y enviar sangre adicional a los tejidos.
De este, y del análisis de la curva de presión-volumen visto en el capítulo
anterior, surge que:
730
VS = VTD - VTS
El VS no es una constante y puede alcanzar hasta 100 ml o, incluso, superar
ese valor, según la situación fisiológica, sexo, edad, etc., como ocurre, por ejemplo,
durante el ejercicio y depende de factores como la precarga, el inotropismo y la
poscarga.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
resultante final de todos los mecanismos que normalmente se ponen en juego (FC,
estado inotrópico, precarga y poscarga) para determinar la función ventricular.
Como toda la sangre que abandona el corazón fluye a través de los tejidos, el
GC es un indicador del flujo sanguíneo total a través del cuerpo. Sin embargo, uno
de los inconvenientes es que el GC no nos dice cómo se distribuye la sangre en los
distintos tejidos.
El GC se puede calcular multiplicando la FC (latidos por minuto) por el VS (ml
de sangre eyectada por cada latido):
VMC = GC = VS x FC
Podemos situar los valores de normalidad del GC en el adulto sano alrededor
de 4 a 8 L/min en reposo (Rodriguez et al., 2013), mientras que durante el ejercicio
puede alcanzar valores entre 30 y 35 L/min.
Por ello, el GC como principal determinante del transporte de oxígeno al
organismo, ha de adaptarse en cada momento (según sus necesidades), por lo cual un
valor dentro del intervalo de la “normalidad” no sirve como único dato para indicarnos
que la función cardíaca es óptima.
Por otra parte, el GC es el mismo para ambos ventrículos, pues éstos dos se
encuentran conectados en paralelo, haciendo que la velocidad de la sangre que fluye 731
por el circuito sistémico sea, en principio, igual a la velocidad de la sangre que fluye
por el circuito pulmonar. Sin embargo, si un lado del corazón comienza a fallar por
alguna razón, siendo incapaz de bombear eficientemente la sangre, el GC se
desequilibra y la sangre se acumula en el corazón deficiente hasta alcanzar un nivel
que le permita equilibrarse con el corazón, en principio, sano. Esto es lo que ocurre en
una insuficiencia cardíaca derecha o izquierda.
Otra cuestión fundamental es que un enfermo crítico generalmente presenta
demandas de oxígeno anormalmente elevadas debido al propio proceso
desencadenante de la enfermedad, por lo que el valor de GC por sí solo no es suficiente
para valorar el estado de la función cardíaca y su estado hemodinámico, pues, aunque
el GC esté elevado, éste puede no ser suficiente para suplir las necesidades de los
órganos.
Si lo asociamos a otros valores que nos aporten información sobre los
determinantes del GC y el equilibrio entre el aporte (Delivery de O2 -DO2-) y el
consumo de O2 (V̇O2), podremos tener una idea más exacta de la función cardíaca
global.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
El GC aumenta en proporción al tamaño del individuo, por lo cual se
presenta indexado según su superficie corporal, dando lugar al Índice
Cardiaco (IC), y corresponde al gasto cardíaco por metro cuadrado de
superficie corporal (Paz y Tovar, 2021).
En muchos casos es mejor ajustar el GC al tamaño corporal (superficie corporal o
SC), con lo cual se obtiene el índice cardíaco (IC):
IC = GC/SC
El valor del IC es de 2,5 a 3,5 L/min/m2 (medido con catéter de Swan-Ganz), y
3,5 a 4,5 L/min/m2 (medido con método PiCCO (gasto cardíaco por análisis del
contorno de la onda de pulso) (Rodriguez et al., 2013), siendo un mejor parámetro para
evaluar la efectividad cardíaca puesto que, por ejemplo, si un hombre de 70 kg y de
1,70 m presenta un GC de 6 L, respecto a un hombre de la misma edad, pero de 90 kg
y 1,95 m con un GC de 6 L, es evidente que, la persona con mayor SC (el individuo de
mayor peso y estatura) tendrá un IC menor que el primer individuo por lo que se
estaría, probablemente, frente a una alteración en el caso de un bajo IC.
732
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
En 1887, Fick describió el primer método para calcular el GC, basándose en
el contenido arterial de oxígeno (CaO2) en ml/dl, el contenido de oxígeno en
la sangre venosa mixta (CvO2) en ml/dl y el consumo de oxígeno (𝐕̇O2) en
ml/min, que es la diferencia arteriovenosa de O2 o a-vO2.
El “principio de Fick” afirma que la liberación o captación de una sustancia por un
órgano, es igual al producto del flujo sanguíneo a través del órgano por la diferencia
de la concentración arterio-venosa de la sustancia (Klabunde, 2020). En este caso, el
O2 es la sustancia más usada convenientemente, y si se asume que el flujo sanguíneo
pulmonar, en la práctica, es igual al GC, entonces la fórmula derivada es:
GC = 𝐕̇O2/a-vO2 = 𝐕̇O2/(CaO2 − CvO2)
Por ejemplo, supóngase que un paciente está consumiendo 250 ml de O2/min
cuando la sangre arterial sistémica contiene 200 ml de O2/L y la sangre del VD
contiene 150 ml de O2/L. Esto significa que, en promedio, cada litro de sangre pierde
50 ml de O2 conforme pasa por los órganos sistémicos; por lo tanto:
GC = 250 ml de O2/min /(200 - 150) ml de O2/L de sangre = 5 L de sangre/min
Esto significa que, para que se consuman 250 ml de O2 por minuto, deben pasar
5 L de sangre por la circulación sistémica cada minuto y si se consume mayor cantidad
de oxígeno, entonces es necesario aumentar el GC. 733
Si bien el método de Fick es considerado el método estándar para determinar
el GC, la obtención de los datos es algo engorroso y, de los valores que se requieren
para este cálculo, el CvO2 de la sangre venosa mixta es el más difícil de obtener, pues
la muestra para medición de O2 en sangre venosa debe obtenerse invasivamente a
partir de un catéter venoso colocado en la arteria pulmonar a fin de asegurarse
de que es una muestra mezclada de sangre venosa que proviene de todos los órganos
sistémicos (incluyendo al corazón como órgano).
Existen otras técnicas que proporcionan buenos estimados del GC, como las
técnicas de dilución de indicador que comprenden la inyección de una cantidad
conocida de indicador (colorante o un bolo térmico en el método de termodilución)
hacia la sangre que está entrando al hemicardio derecho, y se colocan detectores
apropiados para registrar de manera continua la concentración de indicador en la
sangre conforme sale del hemicardio derecho. La dilución del indicador es
proporcional al GC.
En el método de termodilución se aplica el principio de dilución de indicador el
cual es solución fisiológica fría. Este es el método invasivo más ampliamente usado
debido a su facilidad de realización y permite la determinación instantánea del GC.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Otras técnicas para obtener imágenes del corazón (ecocardiografía, angiografía
ventricular, ventriculografía con radionúclidos) pueden usarse para estimar el VS, el
GC y otros índices de la función ventricular. La ecocardiografía, en particular, es la
más usada por su efectividad y bajo costo, obteniéndose no solo el GC de ambos
ventrículos, sino también la fracción de eyección ventricular porcentual (FE%), los
volúmenes cardiacos, el estado de precarga, las velocidades y presiones en aurículas,
ventrículos, grandes vasos y venas pulmonares, los gradientes transvalvulares, la
presencia y magnitud de cortocircuito (shunt) intracardiacos, la anatomía de
cavidades, tabiques, aparatos valvulares y pericardio, informar del estado de
dispositivos, catéteres y electrodos intracardiacos (Raff y Levitzky, 2011).
735
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
las cámaras del corazón, así como el movimiento de las paredes durante el ciclo
cardiaco (Rhoades y Bell, 2018).
Mientras más tiempo transcurre entre la transmisión de la onda y la llegada
del reflejo, a mayor profundidad se encuentra la estructura en el tórax. Esa
información puede reconstruirse mediante ordenador para producir una imagen
continua del corazón y sus cámaras durante todo el ciclo cardiaco y es ideal para
detectar una función anormal de válvulas cardiacas o de la función contráctil en
porciones de las paredes del corazón. También puede proporcionar estimados de los
volúmenes de las cámaras cardiacas en diferentes momentos del ciclo cardiaco, que se
usan de diversos modos para evaluar la función del corazón.
Al respecto, la FE es una medición clínica extremadamente útil que puede
calcularse a partir de un ECO-Doppler, y se define como la proporción entre volumen
sistólico (VS) y el volumen al final de la diástole (VFD) (Raff y Levitzky, 2011):
FE% = (VS/VFD) × 100
La FE%, en personas sanas y en condición de reposo, es mayor al 55%
(Rodriguez et al., 2013) y representa el porcentaje de sangre que es eyectado en cada
latido. Valores menores a 55% indican una función cardíaca disminuida.
Sin embargo, es importante destacar que puede variar según las técnicas 736
aplicadas pues la ECO no es la única y, según Roig (2020) la FE% se considera normal
con valores ≥ 50%. Mann y Chakinala (2019), también concuerdan con este valor de
FE% ≥ 50%.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
hemorragia), la infusión intravenosa disminuirá la FC. En este caso, el aumento del
llenado ventricular asociado a la infusión aumenta el gasto cardíaco y, por tanto,
aumenta la presión arterial, el cual provoca, a su vez, el estiramiento de los
barorreceptores arteriales, disminuyendo la actividad del SNS y potenciando el SNPS,
reduciendo la FC.
A pesar de que la función del corazón pueda estar afectada por varias
hormonas, solo la adrenalina es importante en la regulación de la función
cardíaca minuto a minuto.
Los efectos de la adrenalina, secretada por la médula adrenal en respuesta al aumento
de la actividad simpática, son parecidos a los efectos de la actividad nerviosa
simpática.
La adrenalina aumenta la frecuencia de descarga del PA en el NSA; por tanto,
aumenta el ritmo cardíaco. Además, aumenta la velocidad de la conducción del PA a
través de las fibras musculares del corazón. El aumento de la actividad del SNS está
normalmente ligado a un incremento de la secreción de adrenalina, cuyas acciones,
por lo general, refuerzan los efectos de la actividad neural simpática.
Otras hormonas que afectan directamente en la función cardíaca son las
hormonas tiroideas (T3 y T4), que son secretadas por la glándula tiroidea, y la
insulina y el glucagón, secretadas por el páncreas. Estas hormonas aumentan
principalmente la fuerza de la contracción miocárdica y el ritmo cardíaco mediante
mecanismos no bien conocidos, aunque se especula que pueda ser mediante el
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
aumento del AMPc para el glucagón; mientras que la acción de la insulina puede
provocar un aumento en la FC, la contractilidad, el VS y del gasto cardiaco por
activación del tono simpático, probablemente desde una acción a nivel cerebral del
SNA (Gallo et al., 2008).
738
Curva presión-volumen normal (línea azul) y con aumento de la precarga (línea punteada
roja) (Modificado de Dvorkin, Cardinali y Iermoli, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
fibras. Recuerde que, en condiciones normales, el estiramiento de las fibras
miocárdicas lleva la longitud de las sarcómeras hacia su longitud óptima y so se
sobrepasa este límite, como se explica por la curva tensión-longitud.
A una FC constante, el VS es directamente proporcional a la precarga hasta un
punto a partir del cual, aunque aumenten las presiones de llenado ventricular, el VS
y, por ende, el GC no aumentará, incluso podría descender. Esto se evidencia mediante
la curva de Frank-Starling (gráfica VS-VTD o precarga) en el cual existe una fase en
la que el aumento de precarga se correlaciona de forma lineal con un aumento en el
VS (zona precarga-dependiente) y una segunda en la que el aumento de precarga
apenas se correlaciona ya con un incremento en el VS (zona precarga
independiente).
739
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
740
El aumento de la FC disminuye el tiempo de llenado ventricular debido a
que se acorta, la fase de diástole (llenado lento o diástasis), dado que el
intervalo diastólico viene determinado por el PA producido en el NSA.
El aumenta de la descarga sinusal aumenta la sístole auricular, reduciendo, en
primera instancia, la diástasis y luego la fase de llenado rápido. Por este motivo,
durante el ejercicio, la actividad auricular tiene mayor importancia funcional dado
que la frecuencia cardíaca puede aumentar hasta valores cercanos a los 200 lpm.
Es probable que esto se debe a una saturación de la bomba de calcio y a que la
misma frecuencia rápida impide un mecanismo de relajación adecuado.
Asimismo, la FC aumenta el inotropismo por el efecto en escalera de Bowditch
(regulación homeométrica), pero como ocurre con la curva de Frank-Starling, la FC es
directamente proporcional al VS (GC) hasta un punto a partir del cual, aunque
aumente la FC, el GC cae porque el VS disminuye.
Esta relación particular se explica desde el ciclo cardíaco, en que, como se vio
anteriormente, un aumento de la FC acorta la diástole sin modificar sustancialmente
el llenado ventricular y, por ende, el VS. Pero si aumenta por encima de los 150 lpm
(hasta 180 o 200 lpm, inclusive), el VS disminuye porque la fase sistólica también
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
disminuye. Por ello, las taquicardias (taquiarritmias) supraventriculares y
ventriculares provocan una gran caída del GC a medida que su FC aumenta.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
742
El flujo desde los capilares hacia la AD se produce debido a un pequeño
gradiente de presión y, dado que gradiente de presión es pequeño, el RV se modifica
por factores que, a menudo, son diferentes de los que modifican al sistema arterial.
Un factor importante que afecta a las venas es la distensibilidad (C) o
compliance (complacencia), entendida como el cambio de volumen asociado al
cambio de presión:
C = V/P
La distensibilidad de las venas es aproximadamente 24 veces mayor que la de
las arterias. Por tanto, cuando una persona se levanta desde la posición de decúbito,
la sangre tiende a acumularse en las extremidades inferiores a medida que las venas
se distienden debido a la presión hidrostática dependiente de la columna de sangre
entre las extremidades y la AD. Por ello, el GC se reduce transitoriamente con la
posición erguida (ortostática), a medida que se produce dicha acumulación.
Para evitar la hipotensión ortostática (descenso de la presión arterial al
ponerse de pie) y para restaurar el RV en esas condiciones, el mecanismo compensador
más importante es el reflejo de los barorreceptores en el cual, el aumento de las
eferencias simpáticas da lugar no solamente a la constricción de las arterias
(vasoconstricción) y el inotropismo cardíaco, sino también a la contracción de
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
las venas (venoconstricción), reduciéndose los efectos de acumulación por parte de
la gravedad.
De hecho, las venas actúan como un reservorio de sangre que puede
movilizarse por la activación del SNS y por la venoconstricción para incrementar el
RV y, por tanto, también el GC, mecanismo por el cual se trata de mantener un GC
adecuado durante las reducciones de volumen sanguíneo (hipovolemia).
Por su parte, el movimiento del músculo esquelético también es importante
para prevenir la hipotensión ortostática, puesto que, al contraerse como ocurre al
caminar, el movimiento de los músculos de las piernas comprime las venas y aumenta
el RV. Este efecto se conoce como “bomba muscular”.
Asimismo, las venas periféricas
de las extremidades contienen
válvulas unidireccionales que
evitan el flujo retrógrado (reflujo) de la
sangre y favorece al RV.
Otro factor que afecta al RV es
el efecto de la respiración, también
denominado “bomba respiratoria”.
Durante la inspiración se crea una 743
presión negativa en el tórax a medida
que la caja torácica se expande y el
diafragma se desplaza hacia abajo.
Simultáneamente, la presión de
la cavidad abdominal aumenta debido
al movimiento descendente del diafragma, por tanto, las venas de ese territorio están
sujetas a una presión positiva que aumenta el RV hacia la presión negativa
del tórax. Durante la espiración, el gradiente se reduce. Cuando aumenta la
profundidad y la frecuencia de la respiración (como ocurre en el ejercicio) tiene lugar
un incremento pulsátil del RV.
Por todo lo expuesto, las interacciones entre la función vascular y la función
cardíaca se pueden demostrar comparando simultáneamente la curva de función
cardíaca (curva de Frank-Starling) y la curva de función vascular (Curva de
Guyton).
Antes de empezar a analizar las curvas en conjunto, veremos algunas
definiciones fundamentales para entender la compleja relación entre el RV y el GC.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Uno de estos conceptos corresponde al de presión media de llenado circulatorio
(PMLC).
William Bayliss y Ernest Starling, publicaron en 1894 (finales del siglo XIX)
sus hallazgos en relación a la función y el control de la circulación venosa, mediante
estudios realizados en modelos caninos, a quienes se les realizó simpatectomía para,
posteriormente, inducirles paro cardiaco a través de estimulación vagal; previo a esto,
se les colocaba una cánula en la vena femoral, arteria femoral, vena porta, vena cava
inferior y aorta. Lo que observaron fue que la presión rápidamente se equilibraba a
esta presión con flujo detenido y la denominaron “presión sistémica media (PSM)”
o PMLC.
744
Hacia 1940, Starr postuló que la PMLC era el principal determinante para el
RV, siendo el primero en medir este parámetro en seres humanos que habían muerto,
a través de la inserción de una aguja en una vena mayor 30 minutos después del paro
cardiaco.
Con estas mediciones, encontró valores de PMLC mayores en pacientes que
fallecían por insuficiencia cardiaca crónica (valores promedio 20 cmH2O 15 mmHg),
comparado con aquellos que morían por otras causas (media 10,6 cmH2O 7 mmHg),
llegando a la conclusión de que en los pacientes con insuficiencia cardiaca y los
mecanismos compensatorios (retención de líquidos, vasoconstricción) incrementaban
los valores de la PMLC.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
En 1957, Guyton y colaboradores mostraron la relación entre cambios
graduales en la presión de la aurícula derecha (PAD) y cambios en el RV (curva de
RV), la cual está determinada por el volumen sanguíneo, tono vasomotor y la
distribución del flujo sanguíneo, por lo tanto, el RV está determinado por la PMLC, la
PAD y la resistencia (R) al flujo venoso:
RV = (PMLC – PAD) / RRV
Los parámetros que determinan el RV y, por lo tanto, el GC son la PMLC o
PSM, la presión en la aurícula derecha (PAD), resistencia al retorno venos
(RRV), distensibilidad venosa, el volumen con stress (volumen que genera
distensión de los vasos y por lo tanto cambios en la presión intravascular porque se
genera un retroceso elástico de la pared) y volumen sin stress (volumen que llena
los vasos hasta un punto en el que no genera modificaciones en la presión
intravascular, es decir, sin retroceso elástico de la pared).
Así, la PMLC se define como “la presión residual que existiría a lo largo
del sistema cardiovascular en ausencia de flujo si el corazón se detuviera
bruscamente y el tono vascular se mantuviera constante en todo el sistema”;
es decir, que “la PMLC es la presión ejercida en los vasos sanguíneos generada
por el volumen con estrés”.
El valor normal es de 7 mmHg el cual sólo se podía medir en el paciente con 745
asistolia; sin embargo, actualmente se han definido fórmulas para hacer un cálculo en
presencia del flujo sanguíneo.
La medición de la PMLC mediante el paro cardiaco fue empleada por Guyton
en animales de experimentación; esto no es posible en personas, por lo que se han
diseñado algunas fórmulas para estimar este parámetro; una de las más utilizadas
resulta de la siguiente ecuación:
PMLC = (a × PAD) + (b × PAM) + (c × GC)
Los valores de las constantes a, b y c son: a = 0,96, b = 0,04 y c = constante
determinada entre 0,3 (jóvenes) y 1,2 (paciente anciano), siendo el promedio 0,5. PAD
es la presión en la aurícula derecha, PAM es la presión arterial media y GC es el gasto
cardíaco.
Las constantes a y b son dependientes de la distensibilidad venoarterial (índice
24:1), y la resistencia arteriovenosa (índice 25:1), resistencias arteriales 0,96,
resistencias venosas 0,04; mientras que la constante c depende de la edad del paciente
básicamente, por lo que debe ajustarse a los pacientes jóvenes y pacientes ancianos;
se calcula con la siguiente fórmula: c = 0,96 x 1/26 resistencias venosas sistémicas
(RVS) en reposo (mmHg/L/min).
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
PMLC = (0,96 × PAD) + (0,04 × PAM) + (c × GC)
La gran pregunta que surge de dichas fórmulas es ¿para qué sirven? Uno de los
retos para el médico, principalmente aquel que se encuentra con pacientes graves
internados, es conseguir una volemia óptima, es decir, mejorar el GC, evitando un
exceso de volemia que pudiera llevar a un pronóstico negativo.
Actualmente, se sabe que el balance positivo (sobrehidratación) se asocia
con un incremento en la mortalidad del paciente. Por ello, existen diversos parámetros
para evaluar la precarga; sin embargo, ninguno es altamente fidedigno por lo cual se
considera que la medición de la PMLC, pudiera reflejar de forma más fidedigna la
precarga óptima y guiar al médico a evitar una sobrecarga de volumen en el paciente.
Los dos factores principales que afectan la PMLC son el volumen sanguíneo
circulante y el estado del tono de vasos venosos periféricos y, en principio, es
una medida que refleja el volumen sanguíneo circulante efectivo (VCE).
El VCE se refiere a la fracción del LEC que está en el sistema arterial
(700 ml en un hombre de 70 Kg) y que se encuentra “efectivamente”
perfundiendo los tejidos. Este volumen es sensado por los cambios de presión en
los barorreceptores arteriales (seno carotídeo y arteriola aferente glomerular) y es
regulado fundamentalmente a través de cambios en la excreción de sodio a nivel renal.
746
En cualquier situación estable, el RV debe ser igual al GC, o la sangre se
acumularía poco a poco en el compartimiento venoso central o en la vasculatura
periférica. Sin embargo, con frecuencia hay diferencias temporales entre el GC y el
RV. Por lo tanto, siempre que existen esas diferencias, el volumen del compartimiento
venoso central debe cambiar y, debido a que dicho compartimiento está encerrado por
tejidos elásticos, cualquier cambio del volumen venoso central produce un cambio de
la presión venosa central (PVC).
La PVC describe la presión en la porción torácica de la vena cava cerca
de la AD (exactamente en la zona antes de ingresar a la AD). Esta presión es
importante porque determina la presión de llenado del VD y, por tanto, el VS a través
del mecanismo de Frank-Starling.
Esta PVC tiene una influencia positiva muy importante sobre el GC, así como
un efecto negativo igual de significativo sobre el RV. Así, la PVC siempre es impulsada
de manera automática a un valor que hace al GC igual al RV.
Los factores que afectan a la PVC incluyen al GC, actividad respiratoria,
contracción de músculo esquelético (en particular de las piernas y abdomen),
tono nervioso simpático y la fuerza de gravedad. Todos estos factores cambian
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
la PVC modificando ya sea el volumen venoso o la distensibilidad venosa. Por ello, la
PVC es el resultado de la división entre el volumen (V) y la distensibilidad (C):
PVC = V/C
Por ello, los incrementos del volumen venoso elevan la presión venosa en una
cantidad determinada por la distensibilidad venosa. Asimismo, la disminución de la
distensibilidad venosa, como ocurre con el aumento del tono simpático, eleva la
presión venosa central.
En definitiva, los factores que aumentan la PVC incluyen:
1. Una disminución del GC por disminución de la FC o del VS que produce
una acumulación de sangre en el sistema venoso (aumento del volumen) a
medida que menos sangre se bombea al sistema arterial. El resultante
incremento del volumen sanguíneo en el sistema venoso eleva la PVC.
2. Un aumento del volumen sanguíneo total que ocurre por retención de
líquido con la presencia de hormonas como la aldosterona que retiene Na+
a nivel renal (activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona),
hormona antidiurética (ADH) que retiene agua libre, trastornos como
en la insuficiencia renal (por retención patológica de líquidos) o también con
la infusión de solución salina en una vena periférica con fines terapéuticos.
3. Venoconstricción (distensibilidad venosa reducida) por activación 747
simpática o por sustancias vasoconstrictoras circulantes (p. ej.,
catecolaminas, angiotensina II). Esta constricción venosa reduce su
distensibilidad y, por lo tanto, aumenta la PVC.
4. Un cambio en el volumen sanguíneo hacia el tórax por un cambio de
posición de pie a decúbito supino y resulta de los efectos de la gravedad
sobre la sangre. Las presiones venosas en decúbito supino son: 12 a 20
mmHg en las vénulas, 8 a 10 mmHg en las venas femorales y 1 a 6 mmHg
en las venas centrales y la aurícula derecha (que puede ser 0 mmHg).
Aunque estas presiones son bajas, la resistencia también es pequeña y la
presión es suficiente para impulsar la sangre hasta la AD.
El ortostatismo (el paso del decúbito supino a la bipedestación o
postura erecta) incrementa la presión arterial en cualquier vaso situado
por debajo del nivel del corazón y reduce la presión de cualquier vaso
situado por encima. Esto se debe al efecto de la gravedad sobre la columna
de la sangre intravascular. Se debe recordar que el efecto de la gravedad se
produce en los vasos venosos y arteriales por igual. El aumento de la presión
en las arterias y venas es igual, por lo que, pese al incremento absoluto de
las presiones, la presión de perfusión no varía, de modo que se mantiene la
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
perfusión tisular y no se dificulta el retorno de sangre al corazón. Sin
embargo, el aumento de la presión venosa distiende las venas, lo que
provoca una acumulación relativa de sangre de unos 500 ml, con la
consiguiente disminución del GC secundaria a una reducción del RV
(aparente disminución del volumen circulante efectivo). También se
produce una elevación de la presión hidrostática capilar (tanto en el
extremo arterial como en el venoso), que incrementa la filtración neta de
líquido desde el compartimento vascular, lo que reduce el volumen
circulante efectivo. Estas modificaciones no suelen provocar cambios
hemodinámicos prolongados, porque se ponen en marcha mecanismos
compensadores.
5. Vasodilatación (dilatación arterial) que ocurre durante la disminución del
tono simpático o con fármacos vasodilatadores que incrementan el flujo
sanguíneo del sistema arterial al venoso, que aumenta el volumen venoso y
como consecuencia la PVC.
6. Una espiración forzada, en particular contra resistencia (maniobra de
Valsalva). Esta espiración produce una compresión externa de la vena cava
intratorácica, al mismo tiempo que la presión pleural aumenta, de tal forma
que la circulación venosa se ve superada y se colapsa. Esto produce una
disminución del RV y el GC que da lugar a un descenso momentáneo de la 748
presión arterial.
7. Contracción muscular rítmica, en particular de las piernas y el
abdomen, comprime las venas, lo que reduce su distensibilidad y fuerza la
sangre hacia el tórax. Debe señalarse también que el efecto neto de la
respiración es que el incremento de la FC y la profundidad de la respiración
aumentan el RV y por lo tanto el GC.
8. El incremento de la frecuencia respiratoria y la profundidad de la
respiración aumentan el RV y por lo tanto el GC.
A partir de todo lo expuesto, cuando se trazan las curvas de función cardíaca y
de función vascular en la misma gráfica, las dos curvas se cruzan en un punto de
equilibrio de la función cardiovascular normal en reposo. Cuando se altera una de las
curvas, se alcanza un nuevo punto de equilibrio.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Interacción del gasto cardíaco y el retorno venoso a través de la presión venosa central.
(modificado de Mohrman y Heller, 2018).
Efecto de los cambios en el volumen sanguíneo y el tono venoso en las curvas de función
venosa (modificado de Mohrman y Heller, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
La constricción venosa tendrá el mismo efecto que el aumento del volumen. Por
otro lado, la hipovolemia desplazará la curva de función vascular hacia la izquierda y
hacia abajo, y el nuevo punto de equilibrio (punto A) representa un GC más bajo en
reposo. El mecanismo cardíaco que provoca esos cambios en el GC con los cambios en
la curva de función vascular es la relación de Frank-Starling.
De igual manera, los cambios de la curva de función cardíaca también producen
nuevos puntos de equilibrio entre las dos curvas, como el incremento de la
contractilidad por el SNS, que aumenta la pendiente de la curva de función cardíaca,
con un GC más alto en la situación del nuevo equilibrio (punto C).
750
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
cardíaca se desplaza hacia arriba, a medida que el VS sale del corazón frente a una
presión arterial más baja (reducción de la poscarga) por el descenso de la RPT. Por
ello, el punto de equilibrio del sistema se desplaza hacia el punto E, en el que el GC
está elevado en relación al estado de equilibrio original.
Se producen cambios opuestos cuando la RPT está elevada. La curva de la
función vascular gira hacia abajo y hacia la izquierda y la curva de la función cardíaca
se desplaza hacia abajo, debido a los efectos del aumento de la poscarga. El equilibrio
se desplaza hasta el punto F, en el que el GC se reduce desde el estado de equilibrio
original.
751
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Es por ello que, obtener la PVC de un paciente, es importante para conocer el
estado hemodinámico según la situación clínica del mismo. La PVC es idealmente
medida en la unión de la vena cava superior y la aurícula derecha por medio de un
catéter venoso central o un catéter de Swan-Ganz, y refleja el balance entre el
volumen intravascular, la capacitancia venosa y la función ventricular derecha
(Carrillo, Sánchez y Jiménez, 2009).
Por su parte, anatómicamente, el VD se comunica con la AD y ésta última se
comunica con ambas venas yugulares internas (VYI) de manera directa, y la ausencia
de válvulas entre las dos hace que las variaciones de la presión auricular derecha se
reflejen en las modificaciones de la presión venosa yugular (PVY) (Evans, 2013), por
lo cual, pueden equipararse la PVC con la PVY, obteniéndose con mucha facilidad el
valor de la PVC observando la vena yugular externa con una buena aproximación
respecto a otras formas de medición.
Debido a que la fuerza de gravedad tiende a conservar relativamente
colapsadas las venas en la cabeza y cuello cuando un individuo está en ortostatismo,
no debe observarse distensión (o pulsos retrógrados de las contracciones auriculares)
en estas venas del cuello. Por el contrario, cuando un individuo está acostado, las
venas del cuello deben estar llenas y detectarse las pulsaciones fácilmente. 752
Debido a que la PVC es en promedio de alrededor de 2 mmHg
(aproximadamente 3 cmH2O)1 para un valor normal de 0 a 5 mmHg (Rodriguez et al,.
2013), las venas por lo general están llenas cerca de 7 cm por encima de la AD.
Si a un individuo normal se le coloca en posición semiacostada (45°), de manera
que la vena yugular externa se sitúe a 7 cm por encima de la aurícula derecha, se
puede visualizar el punto entre los segmentos venosos colapsados y el segmento lleno.
Se mide la altura máxima a la que se aprecia el latido yugular con respecto al
ángulo de Louis (manubrio esternal, que está a unos 5 cm de AD), y rara vez se eleva
más de 3 cm por encima de este, lo que equivaldría a unos 8 cm de H2O en total
(sumando los 5 cm de la AD hasta el manubrio y los cm medidos entre el ángulo de
Lewis hasta la columna de distensión yugular).
1El cm de H2O es la presión que ejerce una columna de agua (densidad de 1 g/cm 3 a 0º) de 1 cm de
altura. Equivale en 1 mmHg (1 Torr) a 1,36 cmH2O.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Hemodinámicamente, hay dos factores importantes que contribuyen a
disminuir el GC; por un lado, la desaparición de la contracción auricular eficaz
disminuye el llenado ventricular entre un 20 y un 30%, y por otro, si la FA se asocia
a frecuencias ventriculares muy rápidas, disminuye aún más el GC y puede
desencadenar una insuficiencia cardíaca.
En pacientes con relajación ventricular anormal o incompleta, debido a
elevación de la FC o a bloqueo de primer grado, el volumen de precarga auricular
se encuentra aumentado, lo que conlleva a un volumen de eyección auricular mayor.
Este mecanismo permite mantener el GC en pacientes con alteraciones de la
relajación ventricular, sobre todo durante el ejercicio.
Por tanto, el desarrollo de FA puede conllevar una disminución del GC y la
aparición de síntomas congestivos en estos pacientes. Por ello, la distensibilidad
ventricular constituye la poscarga de la AI, por lo cual, la contracción auricular será
inefectiva cuando la distensibilidad esté reducida, debido a que parte del volumen de
eyección auricular va en dirección retrógrada al no existir válvulas en las venas cavas
o pulmonares.
Varios factores que afectan a la contractilidad ventricular, como la sobrecarga
crónica de volumen y presión, pueden igualmente afectar a la contractilidad auricular.
754
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
El inotropismo es la capacidad del corazón para generar trabajo externo con
independencia de la precarga y la poscarga; es decir, es la fuerza de
contracción para una longitud de fibra concreta y está determinada por el
grado de entrada de Ca2+ durante la fase de meseta del PA (Evans, 2013).
Constituye una capacidad intrínseca de la miofibrilla para acortarse, por lo cual,
también afecta la tensión parietal que se genera en la contracción isovolumétrica
necesaria para vencer la poscarga.
Por ello, se dice que la contractilidad del miocardio ejerce una influencia mayor
en el volumen por latido. Cuando se estimulan los nervios simpáticos que llegan al
corazón, la curva completa de longitud-tensión se desvía hacia arriba y a la izquierda
(Barrett et al., 2019).
756
Curva presión-volumen normal (línea azul) y con inotropismo positivo (línea punteada
roja) (Modificado de Dvorkin, Cardinali y Iermoli, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Contractilidad disminuida = insuficiencia cardiaca
En ocasiones la precarga o la poscarga influyen en grado considerable en la
función ventricular cuando están alteradas, por lo cual, un aumento excesivo de la
precarga (por ej., insuficiencia aórtica o mitral) puede ser causa de insuficiencia
cardiaca sin que exista alteración en el inotropismo. Esto se demuestra cuando
desaparece la cardiomegalia y la insuficiencia cardiaca al corregir la sobrecarga.
Con el incremento de la poscarga (como en la estenosis aórtica grave, coartación
aórtica2 del recién nacido o crisis hipertensiva) aparece insuficiencia cardiaca
congestiva (ICC) que es refractaria a todo tratamiento y puede causar la muerte del
enfermo si no se resuelve al reducir la poscarga con el tratamiento quirúrgico (cambio
valvular aórtico o tratamiento de la coartación).
Por el contrario, cuando existe aumento de la precarga (mayor VTD) por
sobrecarga diastólica, pero el ventrículo izquierdo trabaja con poscarga baja
(insuficiencia mitral grave), la fracción de expulsión puede permanecer normal debido
a que dicho ventrículo tiene una fuga hacia la aurícula izquierda, que es una cavidad
de baja presión y posibilita un engrosamiento sistólico normal y, por lo tanto, el estrés
sistólico (poscarga) se mantiene bajo.
757
Por ello, el aumento excesivo diastólico sin un soporte de colágeno intersticial
adecuado puede producir, con el tiempo, daño miocárdico considerable. Sin embargo,
como la poscarga es baja, la FE% puede hallarse normal o sin cambios, y, de esta
manera se “enmascara” el daño miocárdico.
La comprensión de los conceptos de función ventricular y contractilidad permite
entender que la función ventricular y contractilidad son casi siempre congruentes;
mientras que el daño contráctil (disminución de la contractilidad) coincide con
disminución de la función cardiaca.
Un factor importante que afecta el inotropismo es la disminución del pH
intracelular miocárdico. Después de 15 segundos de oclusión de una arteria
coronaria aparece acidosis, determinante mayor de pérdida de la contractilidad y una
de las causas de arritmias, pues la acidosis ocurre por la acumulación de ácido láctico
(consecuencia de glucolisis anaeróbica) y de CO2 (aumenta hasta 4 veces después de
30 min de isquemia).
El metabolismo del H+ está relacionado con la actividad de los intercambiadores
Na+/H+ (NHE) y 3Na+/Ca2+ (NCX), que intervienen en el control del calcio y, por ende,
de la contractilidad.
2La coartación aórtica consiste en un estrechamiento de la arteria aorta que causa una obstrucción
de su flujo, debido a malformaciones congénitas o por un engrosamiento de la capa media aórtica.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
En la acidosis intracelular hay disminución precoz de la capacidad de
respuesta de los miofilamentos al Ca2+, seguida de una recuperación progresiva (aun
en persistencia de la acidosis), debido a mecanismos que aumentan los niveles
diastólicos de Ca2+. Aparentemente, la activación de la kinasa II de calmodulina
(CaMK-II) juega un rol predominante en la recuperación mediante la fosforilación de
la fosfolamban, con lo cual aumenta la recaptación de Ca2+ por la SERCA2a del RS.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Curva presión-volumen normal (línea azul) y con aumento de la poscarga (línea punteada
roja) (Modificado de Dvorkin, Cardinali y Iermoli, 2010).
759
Por su parte, aunque la presión aórtica constituye uno de los mayores
componentes de la poscarga ventricular, es el tono vascular sistémico el que
determina, en un principio, la poscarga al afectar a la presión arterial diastólica
(PAD) en la aorta y, por ende, a la presión arterial media (PAM).
En la práctica clínica, la forma más habitual de valoración de la poscarga es a
través del cálculo de la resistencia vascular sistémica (RVS) o resistencia
periférica total (RPT), que es el promedio de los procesos de dilatación y contracción
de la vasculatura de la circulación mayor.
Dado que la distensibilidad vascular suele ser constante, suele equipararse
poscarga con RPT el cual se calcula a partir de la fórmula:
RPT = (PAM − PVC)/GC
Sin embargo, no ofrece una descripción completa de la impedancia arterial
global (oposición al flujo pulsátil proveniente del corazón) debido al carácter
oscilante del flujo sanguíneo y de la presión arterial.
Como podemos observar, al momento de conocer las RPT, en ausencia de
alteraciones de la función cardíaca, la PAM es su mayor condicionante y, por lo tanto,
su valor ofrece una aproximación válida a la poscarga ventricular.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
A partir de la fórmula anterior, podemos entender que la PAM depende,
fundamentalmente y de forma directa, del GC y de las RPT, según:
PAM = (GC × RPT) + PVC
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
761
La propiedad de plasticidad que presenta el miocardio puede observase en
situaciones fisiológicas como el ejercicio sistemático y sistematizado
(entrenamiento), que se traducen en dilatación e hipertrofia miocárdica.
Se puede decir que la demanda funcional provocada por el entrenamiento determina
una modificación morfofuncional del corazón, estableciéndose un verdadero
mecanismo de retroalimentación limitado por las posibilidades genéticas de
crecimiento.
A corto plazo, la principal razón del aumento del ritmo cardiaco al principio del
ejercicio es que los propiorreceptores en los músculos y las articulaciones transmiten
señales a los centros cardiacos en el bulbo raquídeo, lo cual significa que los músculos
están activos y en breve necesitan mayor flujo sanguíneo. Así, las señales simpáticas
de los centros cardiacos aumentan el GC para satisfacer la demanda esperada.
A medida que el ejercicio progresa, la actividad muscular aumenta tanto el RV
como la precarga en el VD y pronto se refleja en el VI a medida que más sangre fluye
por el circuito pulmonar y alcanza al VI. Conforme se incrementan el ritmo cardiaco
y el VS, también lo hace el GC, lo cual compensa el aumento en el RV (Saladin, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
A largo plazo se produce una hipertrofia miocárdica lo que eleva su VS por
mayor fuerza de contracción; sin embargo, esto permite al corazón latir con mayor
lentitud y aun mantener un gasto cardiaco en reposo normal. Los atletas de alto
rendimiento suelen tener ritmos cardiacos en reposo de hasta 40 a 60 lpm, pero, debido
al mayor VS, su GC en reposo es casi el mismo que el de una persona no entrenada,
lo cual les permite tener reservas cardiacas más grandes, de modo que pueden tolerar
más ejercicio que una persona sedentaria (Saladin, 2018).
Un aumento simultáneo en el tono vagal y una reducción en la sensibilidad β-
adrenérgica aumentan la “bradicardia en reposo” del atleta (Rhoades y Bell, 2018).
El ejercicio sostenido aumenta la demanda muscular de oxígeno, lo cual
dependerá de la adecuación del GC y del funcionamiento correcto del sistema
respiratorio. Luego de varias semanas de entrenamiento, una persona saludable
aumenta su GC máximo y, por consiguiente, incrementa la oferta distal de oxígeno
o delivery de oxígeno (DO2) a los tejidos, el cual también aumenta porque los músculos
esqueléticos desarrollan más redes capilares, en respuesta al entrenamiento de largo
plazo (Tortora y Derrickson, 2018).
Los corazones de personas adaptadas al ejercicio rítmico prolongado, que
involucra presiones arteriales relativamente bajas, muestran grandes volúmenes
ventriculares con espesores normales de la pared cardiaca, mientras que el espesor de 762
la pared está aumentado, con volúmenes normales, en aquellas personas adaptadas a
actividades que involucran contracción isométrica y una presión arterial muy elevada,
como al levantar pesas (Rhoades y Bell, 2018).
El entrenamiento, además, aumenta el flujo sanguíneo coronario pico, al
igual que aumenta la densidad capilar en el músculo cardiaco y la capacidad pico de
intercambio capilar. El entrenamiento también mejora la regulación mediada por el
endotelio, la respuesta a la adenosina y el control de los iones libres de calcio
intracelular dentro de los vasos coronarios. La preservación de la función
vasodilatadora endotelial pude ser el principal beneficio de la actividad física crónica
sobre la circulación coronaria (Rhoades y Bell, 2018).
El ejercicio físico también ayuda a controlar la presión arterial, mejora el perfil
lipídico y aumenta la sensibilidad a la insulina. Además, se asocia con la reducción
significativa de episodios cardíacos en la mediana edad.
Los datos ecocardiográficos de atletas muestran que el incremento de los
espesores de la pared libre del ventrículo izquierdo y del septo son indicadores de la
adaptación de los miocitos ventriculares que sugiere un mecanismo de adaptación
mediante hipertrofia cardíaca excéntrica, en la cual, la adaptación fisiológica del
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
miocardio queda demostrada por la normalidad de la relación septo/pared
(Calderón, 2007).
La adaptación fisiológica de los miocitos ventriculares indica que éstos crecen
fundamentalmente por un aumento del tamaño (volumen y longitud) de sus
componentes, sin variación significativa del diámetro. En general hay un 10 a 20% de
aumento del espesor de las paredes del VI y un 10 a 15% de aumento de tamaño de
las cavidades de ambos ventrículos. Este incremento se caracteriza por un aumento
del VFD y un incremento del grosor de la pared posterior, siendo mayor el volumen
respecto al espesor (Sharma, Merghani y Mont, 2015).
Se sabe que los cambios cardíacos por ejercicio son benignos y se revierten una
vez que se abandona el correspondiente deporte. Sin embargo, la combinación de
hipertrofia VI con cambios en la repolarización o aumento de las cavidades
ventriculares con baja FE% en el límite de lo normal se puede superponer con una
miocardiopatía (Sharma et al., 2015).
Es lógico suponer que las modificaciones que se producen en los miocitos
ventriculares sean consecutivas a la activación del aparato genético que se traduciría
en cambios estructurales y funcionales de los miofilamentos, pues determinadas
hormonas (esteroideas) intervienen en el control de la transcripción genética y, por
consiguiente, de la síntesis proteica, al fijarse a receptores situados en el núcleo 763
celular; de la misma manera, sustancias como catecolaminas, péptidos natriuréticos,
y factor de crecimiento de los fibroblastos, intervendrían en el proceso de crecimiento
miocárdico, como la hormona de crecimiento símil insulina tipo 1 (IGF-1) a través de
vías de la señalización del fosfatidilinositol 3-quinasa (PI3K) (Contreras et al., 2006).
Asimismo, el aporte de sustratos metabólicos, es decir, aminoácidos, es también
un aspecto en el control de la síntesis proteica de los miocitos; incluso se ha observado
en modelos animales que, debido a la lipólisis en el ejercicio, algunas lipocinas podrían
estar implicadas en la hipertrofia miocárdica. El problema para determinar si estos
factores influyen directamente se debe a que no se dispone de estudios mecanicistas
en seres humanos que explican el remodelado de las células miocárdicas en respuesta
al ejercicio (Calderón, 2007).
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Padecimiento actual: el paciente ingresó a la unidad por presentar intenso dolor
precordial mientras jugaba fútbol, y sufrió un paro cardiorrespiratorio por
fibrilación ventricular estando en el servicio. Fue tratado con múltiples
desfibrilaciones y maniobras de reanimación durante 25 min, recuperándose del
cuadro.
Antecedentes médicos: presenta antecedente familiar de cardiopatía coronaria,
tabaquista crónico y dislipidémico sin tratamiento farmacológico alguno.
Exploración física: el paciente muestra piel fría y palidez con TA de 60/40 mmHg.
Estudios: El ECG mostró onda Q y supradesnivel del segmento ST hasta 3 mm en
V1 a V3. Troponina I: 292 ng/mL (normal < 0,05 ng/mL). Ácido láctico de 5,6 mmol/L
(normal < 2,4 mmol/L).
Diagnóstico: infarto de miocardio (IM) de 9 h de evolución.
Tratamiento: recibe asistencia ventilatoria mediante Ambú3 y debido a su
inestabilidad hemodinámica, se requirió infusión de noradrenalina a 0,1 µg/kg/min,
que luego se aumentó a 0,6 µg/kg/min. Se realizó ecocardiograma que evidenció
acinesia no adelgazada antero-septo-apical, determinando una severa disfunción
sistólica con FE de 25%. El IC obtenido fue de 2 L/m2. Como tratamiento se decide 764
angioplastia.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuáles son los parámetros que pueden indicar un cuadro que padece Alberto?
2. ¿Cómo explica los cambios semiológicos de Alberto?
3. ¿Qué ocurre metabólicamente en el tejido miocárdico que, posiblemente, afecta
su funcionalidad?
3El Ambú (Airway Mask Bag Unit), también conocido como resucitador manual o bolsa-autoinflable,
es un dispositivo manual para proporcionar ventilación con presión positiva para pacientes que
necesiten reanimación cardiopulmonar.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
alteración de la función del VI con una FE < 45%; con mayor frecuencia debido a una
consecuencia de la cardiopatía isquémica (CI).
La insuficiencia cardíaca con FE% preservada o insuficiencia cardíaca
diastólica, se presenta con una FE normal o ligeramente reducida, debido a la
alteración de la relajación ventricular y llenado ventricular; causada por el aumento
de la rigidez ventricular debido a fibrosis, hipertrofia o restricción cardíaca (por
ejemplo, pericarditis). Es más común en hipertensión, obesidad y diabetes.
Por su parte, la insuficiencia cardíaca izquierda se refiere a un cuadro
clínico dominado por congestión pulmonar y, por lo tanto, disnea; mientras que, en la
insuficiencia cardíaca derecha las características dominantes son un elevado
nivel de PVC y edema periférico. Esta insuficiencia cardíaca derecha puede ser el
resultado de una enfermedad pulmonar crónica (cor pulmonale), hipertensión
pulmonar o embolia pulmonar. Ocurre comúnmente como afección secundaria a
insuficiencia cardíaca izquierda.
En la insuficiencia cardíaca biventricular o insuficiencia cardíaca
congestiva, el cuadro clínico incluye signos y síntomas de insuficiencia cardíaca
izquierda y derecha.
La falla cardíaca de alto rendimiento ocurre cuando un corazón sano no
puede satisfacer demandas de producción extremadamente elevadas de sangre a los 765
tejidos debido a anemias graves o a una RVS extremadamente reducida, como ocurre
en el shock séptico.
La insuficiencia cardíaca aguda describe una pérdida repentina de la
función cardíaca, como en el síndrome coronario agudo, que resulta en un repentino
inicio de la congestión pulmonar y shock cardiogénico. En la tabla siguiente se
resumen las causas más comunes.
Tabla 39. Causas de insuficiencia cardíaca
Defecto primario Ejemplos
Enfermedad cardíaca isquémica, diabetes mellitus, embarazo
Disfunción miocárdica cardiopatías congénitas, enfermedades miocárdicas como la
amiloidosis.
Sobrecarga de volumen Insuficiencia valvular aórtica o mitral.
Sobrecarga de presión Estenosis de la válvula aórtica, hipertensión arterial sistémica.
Reducción de la distensibilidad miocárdica como en la
hipertensión, hipertrofia miocárdica, fibrosis.
Pérdida de la capacidad de
Pericarditis constrictiva como en la enfermedad reumática
llenado ventricular
cardíaca. Taponamiento cardíaco por exceso de fluido
intrapericárdico.
Arritmias Fibrilación auricular
Gasto cardíaco elevado Tirotoxicosis, cortocircuito arteriovenoso, anemia crónica.
Fuente: Aaronson et al., 2020.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
La insuficiencia cardíaca puede implicar trastornos de la función sistólica y de
la función diastólica. En la insuficiencia cardíaca sistólica, la anomalía primaria es
un déficit de la contractilidad que disminuye la FE% y el GC, y al mismo tiempo
aumenta la PFDVI. En estos pacientes, el VS disminuye y la curva de función
ventricular se desvía hacia abajo y hacia la derecha, por lo que para cualquier PDFVI
la fuerza de contracción y el VS disminuyen (Fernández et al., 2020).
766
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
767
El aumento del VFDVI incrementa la presión arterial pulmonar, y es
responsable de los signos de congestión pulmonar (disnea), mientras que la
disminución del VS reduce la perfusión tisular, y es responsable de los signos de
hipoperfusión periférica (cansancio); cambios que se acompañan de una marcada
disminución del trabajo externo cardíaco, a la vez que el trabajo interno aumenta. Es
decir, que el corazón con insuficiencia cardíaca sistólica produce menos trabajo
externo a expensas de un mayor consumo de O2 y de una reducción en la eficiencia del
trabajo realizado.
Sin embargo, hasta un 40% de pacientes con insuficiencia cardíaca tiene su
función sistólica conservada y una FE% normal, pues en ellos, la anormalidad
primaria es una disminución de la distensibilidad ventricular que dificulta la
relajación ventricular.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
768
Esta alteración de la distensibilidad puede ser funcional (como ocurre en la
cardiopatía isquémica), o asociarse a la existencia de unas paredes engrosadas y
rígidas, algo que sucede en el corazón del anciano y en pacientes con hipertensión
arterial, cardiomiopatía hipertrófica o diabetes mellitus. La disminución de la
distensibilidad se traduce en un aumento de la pendiente de la PFDVI y menor
aumento de la presión intraventricular y, como consecuencia, la curva presión-
volumen se desplaza hacia la izquierda, disminuyendo de forma marcada el volumen
sistólico (Fernández et al., 2020).
Cuando existe un descenso de la contractilidad o una sobrecarga
hemodinámica, el corazón activa tres mecanismos compensadores capaces de
mantener (al menos en reposo y durante un determinado tiempo) el GC y la presión
arterial dentro de los valores normales, pero a largo plazo son insuficientes y aceleran
la progresión de la insuficiencia cardíaca y disminuyen la supervivencia del paciente
(Fernández et al., 2020).
Según la ley de Frank-Starling, el ventrículo insuficiente presenta un aumento
de la presión y del VFD como consecuencia de la disminución del VS y del aumento
del volumen residual; ambos efectos dilatan la cavidad ventricular y distienden la
longitud de los sarcómeros, aumentando así la fuerza contráctil y el VS. Sin embargo,
este mecanismo de compensación tiene un límite, ya que, a partir de cierto grado de
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
dilatación ventricular, la fuerza contráctil ya no sigue aumentando; además, el
aumento de la PFDVI incrementa la presión pulmonar y facilita la aparición de signos
de congestión pulmonar (disnea) y la dilatación ventricular aumenta el MV̇O2, lo que
puede provocar o agravar la isquemia cardíaca ya existente.
Por su parte, según la ley de Laplace, ante una sobrecarga hemodinámica (de
presión o de volumen), el ventrículo responde con una hipertrofia cardíaca que
intenta mantener la tensión a la que está sometida la pared ventricular durante la
fase de eyección sistólica dentro de límites normales.
De ello se deduce que la dilatación de la cavidad ventricular aumenta la tensión
que deben desarrollar las paredes ventriculares para generar una determinada
presión en el interior de la cavidad, y que, para una determinada presión de la cavidad
ventricular, la hipertrofia disminuye la tensión que debe generar el ventrículo.
Además, los cambios en las isoformas de proteínas contráctiles (miosina,
tropomiosina) disminuyen la velocidad de contracción y la contractilidad; a la vez que
la hipertrofia puede afectar físicamente el funcionamiento de la válvula (Aaronson et
al., 2020).
Ante un aumento de la poscarga (sobrecarga de presión) producido por la
hipertensión arterial o la estenosis aórtica en el caso del ventrículo izquierdo o por la
769
hipertensión pulmonar o la estenosis de la arteria pulmonar en el caso del ventrículo
derecho, el corazón debe incrementar la presión intraventricular desarrollada durante
la fase de contracción isovolumétrica (Fernández et al., 2020).
Para ello, el corazón responde con una replicación de los sarcómeros en paralelo,
con el consiguiente aumento del grosor de la célula miocárdica; el resultado es una
hipertrofia concéntrica (caracterizada por un aumento en el grosor de la pared sin
cambios en el valor del radio interno ventricular), que contrarresta el aumento de
presión, de tal forma que la tensión de la pared ventricular tiende a normalizarse;
pero, como consecuencia, la curva presión-volumen se desplaza hacia arriba y hacia
la izquierda, disminuyendo de forma marcada el VS.
Aunque inicialmente la hipertrofia concéntrica es efectiva como mecanismo de
compensación de la insuficiencia cardíaca, a largo plazo ejerce efectos deletéreos, ya
que incrementa la tensión de la pared y el MV̇O2, y dado que no se acompaña del
correspondiente aumento de la densidad capilar, puede producir un cierto grado de
isquemia, incluso en ausencia de enfermedad coronaria a largo plazo, ello conduciría
a una pérdida progresiva de cardiomiocitos y aumento de la fibrosis, que deterioran
aún más la función cardíaca.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
770
Contrariamente, cuando existe una sobrecarga de volumen, el aumento del
estrés diastólico conduce a una replicación de los sarcómeros en serie con elongación
de las células cardíacas y aumento de los radios interno y externo del ventrículo,
dando lugar a una hipertrofia excéntrica, observada también en cardiomiopatías
dilatadas o después del remodelado ventricular producido en el ventrículo infartado
(Fernández et al., 2020).
Las diferentes condiciones de carga reflejadas en el aumento del estrés parietal
dan lugar a una serie de señales intracelulares que comienzan con el estiramiento del
miocito. Este estiramiento provoca la estimulación de los mecanismos autocrinos
(autorregulación celular) y paracrinos (regulación entre células, especialmente entre
miocitos y fibroblastos), que da lugar a la síntesis y liberación de diferentes
sustancias, como factores de crecimiento, colágenos de tipos I y III, y Ang II, que en
definitiva van a estimular la síntesis proteica a nivel celular, por un lado, y a provocar
el remodelamiento de la matriz extracelular, por el otros (Morales, Hita y Gelpi,
1999;).
Se produce así una marcada reducción de la distensibilidad ventricular
expresada por el aumento de la PFDVI y del VFDVI, con una marcada reducción del
VS, desplazándose la curva presión-volumen hacia la derecha.
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
Por último, la reducción del GC activa el tono simpático y el sistema renina-
angiotensina-aldosterona, aumentando las concentraciones plasmáticas de
mediadores como la noradrenalina, Ang II, ADH y ET-1, los cuales producen una
vasoconstricción y venoconstricción, que, si bien, ayuda inicialmente a mantener la
presión arterial, también incrementa la poscarga, disminuyendo el VS y el GC;
además, general hipervolemia al retener agua y solutos que aumenta la precarga, lo
cual aumenta la presión hidrostática con el consecuente edema intersticial
(Fernández et al., 2020).
771
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
vasodilatadoras y antiproliferativas que intentan, sin mucho éxito, compensar los
efectos de los deletéreos de los mediadores vasoconstrictores.
El tratamiento de la insuficiencia cardíaca se basa en la administración de
diuréticos que, al aumentar la eliminación de Na+ y agua por el riñón, disminuyen la
volemia, los signos de retención hidrosalina (edemas), y el aumento de la precarga,
junto a la administración de fármacos inhibidores de la activación neurohumoral como
antagonistas β-adrenérgicos (metoprolol, bisoprolol, carvedilol, etc.), inhibidores
de la enzima convertidora de angiotensina II (IECA) (enalapril, ramipril,
perindopril, etc.), antagonistas de los receptores AT1 de la Ang II (losartan,
valsartan, irbesartán, etc.) y de la aldosterona (espironolactona, eplerenona).
Estos fármacos reducen las RVS (poscarga) y mejoran el VS, a la vez que disminuyen
la precarga por efecto venodilatador y excretor hidrosalino.
Por su parte, los fármacos inotrópicos positivos como la digoxina, los agonistas
β-adrenérgicos (dopamina, dobutamina, etc.), los inhibidores de la fosfodiesterasa
5 (sildenafil, tadalafil, vardenafil), sensibilizadores de las proteínas contráctiles al
Ca2+ (levosimendán), aumentan la contractilidad, el VS y el GC independientemente
de los valores de la precarga o la poscarga (Fernández et al., 2020).
772
Fernández, V. H.
Capítulo 16 Fisiología cardiovascular
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774
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 17
El ciclo cardíaco
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define el ciclo cardíaco y las distintas fases de la sístole y la diástole.
2. Explica mediante una gráfica, la correlación temporal entre todos los eventos
cardíacos.
3. Enuncia los valores normales para los diferentes volúmenes presiones y tiempos
respectivos de los procesos del ciclo cardíaco.
4. Menciona similitudes y diferencias entre eventos mecánicos en las bombas cardiacas
izquierda y derecha.
5. Describe los sonidos cardíacos normales y patológicos en relación al ciclo cardíaco.
6. Explica la duración de las fases del ciclo cardíaco y su modificación con los cambios
de frecuencia cardíaca.
7. Lista anormalidades valvulares estenóticas y regurgitantes para el hemicardio
izquierdo.
8. Describe las consecuencias de las valvulopatías en términos de presiones
intracardiaca y arterial, patrones de flujo y ruidos cardiacos que las acompañan.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
El ciclo cardíaco
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Sin embargo, los estudios en músculo aislado han matizado el concepto
tradicional de Wiggers, no en lo que respecta a la esencia del ciclo, sino en relación a
los dos fenómenos que se suceden, sístole y diástole, que se desarrollan en un proceso
continuo, al considerarse el llenado como un proceso activo. Debido a esto, Brutsaert
(1989) propuso una modificación de las fases del ciclo cardíaco, al tener en cuenta los
fenómenos de relajación activa.
1La reología es una disciplina científica que se dedica al estudio de la deformación y flujo de la materia o, más precisamente,
de los fluidos. La hemorreología estudia justamente estas propiedades de la sangre.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
La válvula tricúspide se encuentra situada entre la AD y el VD y está
constituida por tres cúspides, mientras que la válvula mitral, está localizada entre
la AI y el VI, pero sólo tiene dos cúspides. La superficie total de las cúspides de cada
VAV equivale aproximadamente al doble del correspondiente orificio valvular, con lo
cual se produce un notable solapamiento entre las valvas cuando las válvulas están
cerradas.
En los bordes libres de las cúspides se encuentran unos ligamentos delgados y
fuertes que constituyen las cuerdas tendinosas, conectadas a los potentes músculos
papilares de sus correspondientes ventrículos. Estos ligamentos evitan que las
válvulas se abran desde los ventrículos a las aurículas durante la sístole ventricular.
Durante la contracción ventricular (sístole ventricular) las valvas se cierran
y se mantienen relativamente juntas mediante corrientes en remolino de la sangre
que se encuentra en los ventrículos y por la tensión que se ejerce por las cuerdas
tendinosas y los músculos papilares.
777
Por su parte, entre los ventrículos y los vasos arteriales, existen también
válvulas que son semilunares (tres valvas con aspecto de medialuna). La válvula
pulmonar se localiza entre el VD y la arteria pulmonar (AP), mientras que la
válvula aórtica se encuentra entre el VI y la arteria aorta (Ao). Estas válvulas
semilunares tienen tres estructuras a modo de cúspides insertadas en los anillos
valvulares.
En la base del corazón y alrededor de los orificios valvulares, las fibras
miocárdicas forman una masa muscular gruesa y potente, que no sólo reduce el
perímetro ventricular para facilitar la propulsión de la sangre, sino que también
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
reduce los orificios valvulares AV para facilitar el cierre valvular. La eyección
ventricular se consigue también reduciendo el eje longitudinal cuando el corazón
empieza a estrecharse hacia la base. La contracción precoz de la parte apical de los
ventrículos acoplada a la aproximación de las paredes ventriculares empuja la sangre
hacia los vasos arteriales de salida de sangre ventriculares.
Al final de la fase de eyección en la sístole ventricular se produce un breve
intento de retorno de sangre hacia los ventrículos, pero éste choca contra las valvas
de las válvulas juntando las cúspides para evitar la regurgitación de la sangre hacia
los ventrículos (la sangre expulsada de los ventrículos nunca vuelve a su
cavidad desde las arterias; excepto que exista una alteración valvular que lo
permita como ocurre en la insuficiencia valvular).
Durante la sístole ventricular las cúspides no se apoyan contra las paredes de
las arterias (pulmonar o aorta), sino que flotan con libertad en el torrente circulatorio
en un punto situado aproximadamente a mitad de la distancia entre las paredes de
los vasos y su posición de cierre.
Por detrás de las válvulas semilunares se encuentran pequeñas evaginaciones
denominadas senos de Valsalva de la arteria pulmonar y aorta. En estos senos se 778
generan corrientes de remolino que tienden a mantener las cúspides valvulares
alejadas de las paredes de los vasos.
Además, por detrás de las cúspides derecha e izquierda de la válvula aórtica se
encuentran los orificios de las arterias coronarias derecha e izquierda,
respectivamente, y si no fuera por la presencia de los senos de Valsalva y por las
corrientes en remolino que se generan en su interior, los agujeros coronarios podrían
bloquearse por las cúspides valvulares e interrumpir el flujo sanguíneo coronario.
2 Se entiende que el circuito es cerrado en el sentido de que la sangre circula únicamente por los vasos sanguíneos (una
pequeña parte de líquido linfático corresponde a la circulación sanguínea) y no sale de ésta estructuras, excepto que exista una
ruptura de su continuidad. Sin embargo, es importante recalcar que no es cerrado en el sentido de intercambio, dado que, como
todo sistema biológico, corresponde a un sistema abierto que intercambia materia y energía con el medio de manera controlada.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
que la transportan hacia todos los órganos, exceptuando los alvéolos pulmonares, que
reciben sangre de la circulación pulmonar.
779
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
de la circulación sistémica. Esta sangre es eyectada por el ventrículo derecho y se
dirige al tronco pulmonar, que se divide en las arterias pulmonares, las que
transportan sangre a ambos pulmones.
En los capilares pulmonares, la sangre libera el CO2 y capta el O2 inspirado
desde los alvéolos pulmonares. La sangre oxigenada fluye hacia las venas pulmonares
y regresa a la AD, completando el circuito.
Las gráficas que representan a los fenómenos del ciclo cardíaco describen
los cambios en las variables de los fenómenos: eléctricos (representados por
las ondas del ECG), mecánicos (contracción y relajación musculares y
apertura y cierre de las válvulas), sonoros (ruidos que se generan por el
cierre de las válvulas) y hemorreológico (volumen sanguíneo que se
moviliza), durante un latido.
El ciclo cardíaco puede representarse con algunas de las variables como un verdadero
conjunto de eventos cíclicos, cuyos sucesos se observan en la figura siguiente de una
manera relativamente sencilla.
780
Ciclo cardíaco.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
A partir de la gráfica anterior, y considerando una FC entre 60 y 100 lpm, el
ciclo cardíaco dura entre 0,6 a 1,0 s. En este sentido, si una persona en reposo presenta
una frecuencia cardíaca de 75 lpm, el cicla durará 0,8 s en promedio. Dicho ciclo se
divide en la diástole (que dura aproximadamente 0,5 s) y la sístole (que dura 0,3 s).
Al analizar el ciclo cardíaco, es útil recordar que la sangre fluye a favor de un
gradiente de presión y el estado de las válvulas depende del gradiente de presión entre
las diferentes cámaras cardíacas y vasculares relacionadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
782
El ciclo cardiaco y sus fases visto desde el hemicardio izquierdo (Modificado de Mohrman y
Heller, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
La velocidad de acortamiento alcanza su máximo valor de manera progresiva
que en el VI es 2000 mmHg/s (máxima dP/dt entre 1000 a 2400 mmHg/s), mientras
que en el VD es de unos 500 mmHg/s. Durante esta fase se escucha el primer ruido
cardíaco (Sound 1 o S1), que se debe a las vibraciones de las VAV al cerrarse (la
mitral se cierra un poco antes que la tricúspide) y en menor medida, al movimiento
de la sangre y a la contracción muscular.
El período de eyección rápida (2) ocurre cuando la presión en los ventrículos
supera la presión de las arterias pulmonar y aórtica, con lo cual, se genera la apertura
de las válvulas semilunares y, como consecuencia, se produce la salida de sangre de
los ventrículos. Al estar sometida ésta a una gran presión en la fase anterior, la salida
es rápida y genera un descenso del volumen en los ventrículos. En ese instante las
presiones auriculares son inferiores a las presiones venosas, lo que determina el
llenado de estas cavidades.
El período de eyección lenta (3) ocurre conforme el flujo de sangre en las
arterias periféricas alcanza un equilibrio con el flujo en la aorta y en las arterias
pulmonares; la curva de presión intraventricular llega a su valor máximo, que
coincide con el de las arterias (PVI = PAo = 120 mmHg y PVD = PAP = 25 mmHg),
registrándose una estabilización del volumen ventricular. En este instante se produce
la repolarización de los ventrículos, que se manifiesta en el ECG por la onda T. Dado
783
que la presión venosa sigue siendo superior a las correspondientes en las aurículas,
prosigue el llenado auricular.
Al finalizar el periodo completo de eyección, la sangre que es expulsado por los
ventrículos es de 70 ml, aproximadamente, dando lugar al denominado volumen
sistólico (VS) o volumen latido (VL).
En el período de relajación isovolumétrica (4), el cese de la actividad de
los ventrículos provoca un descenso de las presiones ventriculares respecto de la
existente en las arterias correspondientes, cerrándose las válvulas aórtica y pulmonar
por el flujo retrógrado de la sangre contra las válvulas. Durante esta fase se puede
escuchar el segundo ruido cardíaco (Sound 2 o S2), que se debe a las vibraciones
de las válvulas semilunares, con dos componentes (izquierdo más importante que el
derecho).
El hecho de que las válvulas mitral y aórtica se encuentren cerradas, y que la
presión en los ventrículos sea mayor que en las aurículas, hace que el volumen
ventricular no cambie (mantiene unos 50 ml), de ahí el nombre que recibe este período.
Como se habrá dado cuenta, los ventrículos no se han vaciado completamente
quedando, aproximadamente, un 35 a 45% del volumen total antes de iniciarse la
relajación.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
El período de llenado rápido (5) ocurre cuando la presión en las aurículas
supera la presión en los ventrículos, lo cual produce la apertura de las válvulas AV
correspondientes y comienza a entrar la sangre rápidamente. La disposición
anatómica de las aurículas respecto a los ventrículos permite que la diferencia de
presiones entre ambas cavidades no tenga que ser muy grande. Además, la relajación
ventricular hace el efecto de “pistón”, succionando la sangre contenida en las
aurículas y, por tanto, ayudando al llenado ventricular. Durante esta fase se puede
escuchar el tercer ruido (inconstante) (Sound 3 o S3) debido a las vibraciones de las
paredes ventriculares. Es más frecuente escucharlo en niños y jóvenes.
Durante el período de llenado lento (6) sigue entrando sangre, pero de forma
mucho más lenta, llegando los ventrículos a alcanzar prácticamente su máxima
dimensión diastólica, lo que significa que prácticamente el llenado se ha completado.
A esta fase también se la denomina diástasis (del griego, separación).
El periodo de contracción auricular (7) finaliza el llenado ventricular de
forma activa, lo cual produce un incremento del volumen y presión ventriculares. Sin
embargo, estos incrementos no son muy considerables y solo adquieren importancia,
en condiciones fisiológicas, durante frecuencias cardíacas elevadas, donde se reduce
el tiempo de llenado. Durante esta fase se puede escuchar muy raramente el cuarto
ruido (Sound 4 o S4), debido a las vibraciones de la pared ventricular a consecuencia
784
del movimiento de la sangre por la contracción auricular (ver más adelante).
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Posteriormente, se produce el cierre de las VAV y aumenta la tensión de las
paredes por la sístole de los ventrículos mientras las válvulas semilunares se
encuentran cerradas, reiniciando el ciclo con un nuevo latido.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Si partimos desde el final de la diástole, se tiene el VFD de unos 120 ml.
Durante la fase de contracción aumenta la presión ventricular de modo isovolumétrico
(las válvulas están todas cerradas) hasta llegar a la presión aórtica diastólica de unos
80 mmHg. En ese momento se abre la VAo.
Durante la fase de eyección se produce un descenso del volumen ventricular,
mientras se envía un volumen de sangre, de unos 70 ml hacia la aorta,
correspondiente al VS, al tiempo que aumenta la presión todavía más, según lo predice
la ley de Laplace.
Una vez alcanzada la presión máxima, que corresponde a la presión sistólica
ventricular igual a la presión arterial sistólica (PAS), y no se producen prácticamente
más cambios en el volumen, pero la presión disminuye algo, hasta quedar por debajo
de la presión aórtica, lo que permite el cierre de la VAo.
En la fase de relajación isovolumétrica la presión disminuye con rapidez (con
un volumen constante) hasta casi cero. En ese momento el ventrículo está ocupado
por el VFS de unos 50 ml, hasta que se abre la válvula mitral y comienza el llenado,
durante el cual se produce un ligero aumento de la presión ventricular según la curva
de retracción elástica.
786
La presión auricular se eleva durante la sístole auricular y continúa en
ascenso hasta la contracción ventricular isovolumétrica, momento en que
las válvulas AV se abultan hacia las aurículas.
Cuando la contracción del músculo ventricular tira hacia abajo las VAV, la presión
cae con rapidez y luego se incrementa conforme el flujo sanguíneo pasa a las aurículas,
hasta que las válvulas AV se abren al principio de la diástole. El regreso de dichas
válvulas a su posición relajada también contribuye a este incremento de presión
porque reduce la capacidad auricular.
Los cambios en la presión auricular se transmiten a las grandes venas, lo cual
origina tres ondas características en el registro de la PVY, que consta de dos ondas
positivas (“a” y “v”) y dos depresiones negativas (“x” e “y”).
La onda a se debe a la sístole auricular, pues una muy pequeña parte de la
sangre tiende a regresar a las grandes venas cuando se contraen las aurículas.
Además, el flujo venoso de entrada se detiene y la elevación resultante en la presión
venosa contribuye a la onda a.
La depresión x, es ocasionada por la relajación auricular y al desplazamiento
de la tricúspide hacia el ventrículo que tiene lugar al principio de la contracción
ventricular.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
La onda c es la manifestación transmitida del aumento en la presión auricular
producido por el abultamiento de la válvula tricúspide en la aurícula durante la
contracción ventricular isovolumétrica.
La onda v refleja la elevación de la presión auricular antes de abrirse la
válvula tricúspide durante la diástole.
La depresión y se debe a la apertura de la válvula tricúspide y el descenso en
la presión auricular.
Las ondas del PVY se hallan superpuestas en las fluctuaciones respiratorias de
la presión venosa. Esta última cae durante la inspiración como resultado del aumento
en la presión intratorácica negativa y se eleva de nuevo durante la espiración.
787
El ciclo cardiaco y sus fases visto desde el hemicardio derecho (Modificado de Mohrman y
Heller, 2018).
El ciclo cardiaco puede dividirse en tres tercios para la sístole igual que para
la diástole en la auscultación. El primer tercio se llama proto, el segundo
tercio se denomina meso y el tercer tercio se llama tele. De ahí que el ciclo
se divida de manera auscultatoria en seis partes (Alexánderson, 2017).
La auscultación es un aspecto primordial de la exploración del corazón y debe
realizarse de forma metódica, recorriendo con el estetoscopio toda la región precordial,
prestando especial atención a cuatro áreas valvulares precordiales de
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
auscultación que son el foco aórtico, foco pulmonar, foco mitral y foco tricuspídeo, que
se corresponden con las respectivas válvulas cardíacas, y un área aórtica accesoria,
denominada también foco de Erb o foco aórtico accesorio (Aa). Estas áreas se
superponen.
788
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
El primer ruido cardíaco (S1) corresponde a las vibraciones producidas al
cerrarse las VAV (mitral y tricúspide), coincidiendo con la contracción isovolumétrica
ventricular. Es un “lub” bajo, tiene una duración cercana a 0,15 s y su frecuencia es
de 25 a 45 Hz. Es suave cuando la frecuencia cardiaca es baja, ya que los ventrículos
están bien llenos de sangre y las valvas de las VAV flotan para aproximarse antes de
la sístole.
En condiciones normales es posible oír un desdoblamiento del S1; es decir,
la identificación de cada uno de los componentes valvulares dando dos sonidos
producidos por el cierre de las dos VAV por separado. Esto ocurre debido al cierre de
la válvula mitral (componente M1) que precede ligeramente al de la tricúspide
(componente T1) porque, al despolarizarse el ventrículo izquierdo un poco antes que
el derecho, también se anticipa su contracción isovolumétrica.
Sin embargo, este desdoblamiento del S1 es más frecuente oírlo en sujetos
jóvenes y en quienes tienen bloqueo de la rama derecha del haz de His, pues en ellos
el cierre de la válvula tricúspide puede sufrir un retraso relativo. Es por eso que este
desdoblamiento es raro y cuando está presente sólo se ausculta en el foco tricuspídeo
(Alexánderson, 2017). El desdoblamiento de R1 no varía con la respiración (Bickley y
Szilagyi, 2018).
El segundo ruido cardíaco (S2) corresponde a las vibraciones que produce 789
el cierre de las válvulas semilunares (aórtica A2 y pulmonar P2) al final de la sístole.
Es un “dup” más corto y agudo que dura 0,12 s, con frecuencia de 50 Hz. Su intensidad
depende de la velocidad con la que se cierran dichas válvulas, lo cual está
directamente relacionado con la presión en la aorta y en la arteria pulmonar.
Tiene un significado fisiológico oír un desdoblamiento del S2, sobre todo
durante la inspiración, producido por el cierre anticipado de la válvula aórtica con
respecto al cierre de la pulmonar; este fenómeno se explica porque al inspirar aumenta
el RV y, por ende, el llenado del VD, por tanto, también dura más la fase de eyección
ventricular, retrasándose el cierre de la válvula pulmonar con respecto al de la aórtica
por milisegundos. Sólo se ausculta en el foco pulmonar (Alexánderson, 2017).
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Los ruidos ventriculares son ruidos producidos por la pared ventricular y
no por las válvulas cardiacas siendo éstos los ruidos tercero (S3) y cuarto
(S4), de ahí que, solamente se podrán auscultar en el foco mitral y
tricuspídeo. Ambos se presentan en la diástole ventricular cuando los
ventrículos se están llenando (Alexánderson, 2017).
El tercer ruido cardíaco (S3) es audible algo después del S2, al principio de la
diástole (protodiastólico) y es la consecuencia de vibraciones de la pared ventricular
al recibir la sangre durante la fase de llenado ventricular rápido, en el inicio de
la diástole; tales vibraciones se presentan cuando los ventrículos son menos
distensibles.
Se presenta cuando hay un estancamiento de sangre o cuando hay un estado
hiperdinámico, pudiendo estar presente en algunas cardiopatías como un ventrículo
dilatado (insuficiencia cardiaca secundaria al compromiso de la contracción sistólica)
o por un incremento del flujo transvalvular que acompaña la insuficiencia mitral o
tricuspídea grave (Lilly, 2016).
También es posible oírlo en patologías no cardiacas como las anemias y estados
no patológicos como en el embarazo y los atletas (Alexánderson, 2017). Puede ser un
hallazgo normal en los niños y los adultos jóvenes, lo cual implica en estos grupos la
presencia de un ventrículo robusto capaz de presentar una expansión rápida normal 790
en una fase temprana de la diástole (Lilly, 2016).
El cuarto ruido cardíaco (S4) se oye al final de la diástole (telediastólico),
precediendo al S1 (presistólico) y coincidiendo con la fase de llenado ventricular por
contracción auricular (fase de llenado activo). Su génesis también es el choque de la
sangre con una pared ventricular más rígida. Este sonido sólo se presenta en pacientes
con cardiopatías en donde la pared ventricular esté endurecida (Alexánderson, 2017).
La presencia de un S3 o S4 determina una cadencia particular del ritmo
cardíaco que recuerda el galope de un caballo, sobre todo cuando la FC es alta; de
ahí que se hable de ritmo de galope. Por ejemplo, el galope auricular tiene una
secuencia S4-S1-S2 y el galope ventricular tiene una secuencia S1-S2-S3.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
semilunares no pueden abrirse completamente por estenosis y se ha atribuido a las
vibraciones de la propia válvula, producidas al detenerse bruscamente tras su
limitado recorrido de apertura.
Los sonidos de eyección se auscultan inmediatamente después de la apertura
de una válvula cuando ésta se abre hacia una cavidad que tiene una presión
incrementada. Se presenta sobre todo en los focos de auscultación de las válvulas
sigmoideas. El fenómeno fisiopatológico que subyace a este evento clínico es la salida
de sangre de una cavidad ventricular hacia una arteria con hipertensión, ya sea
sistémica para la válvula aórtica o hipertensión arterial pulmonar para la válvula
pulmonar (Alexánderson, 2017).
El chasquido de apertura de las VAV tiene características acústicas
parecidas a las del clic, aunque en este caso el ruido anómalo se ausculta
inmediatamente después del S2; es típico de la estenosis de las VAV y se debe a las
vibraciones producidas por la limitada apertura valvular.
Este fenómeno ocurre cuando se abren las válvulas que se encuentran
engrosados por un proceso patológico, como ocurre en las valvulopatías reumáticas.
Por lo tanto, sólo se auscultan en la diástole y en los focos tricuspídeo y mitral
(Alexánderson, 2017).
791
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Otro ruido que puede auscultarse es el “frote pericárdico” debido a que las
capas del pericardio se encuentran inflamadas en una pericarditis (Alexánderson,
2017). El roce entre ambas es capaz de generar un ruido que se sobrepone a los
normales del corazón y que se llama “frote pericárdico”, el cual, si es intenso, puede
dar un “frémito pericárdico” (se palpa la vibración o thrill del inglés). Los frotes se
pueden auscultar en la sístole y la diástole, o en sólo una fase del ciclo.
793
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Cambiando la posición del paciente (rotaciones o agachado) y mediante
maniobras respiratorias (inspiración y maniobra Valsalva), por ejemplo, los
ruidos pueden cambiar su intensidad o su posición en el ciclo cardíaco, lo
que permite realizar diagnósticos diferenciales (Dvorkin, Cardinali y
Iermoli, 2010).
Al inspirar, la presión intratorácica disminuye aumentando el llenado de las
cavidades derechas, lo cual tiende a separar más el componente T del componente P
del aórtico y mitral, haciendo que el desdoblamiento fisiológico del S2 sea más
evidente en inspiración.
Una técnica que se suele usar para el diagnóstico diferencial de los soplos
cardíacos es la maniobra de Valsalva, descrita por el médico italiano Antonio Valsalva
en el siglo XVII, con el fin de drenar la pus del oído medio a través del aumento de la
presión en la cavidad bucal.
La maniobra actual consiste en una espiración forzada con la glotis cerrada
durante 10 a 15 segundos, lo cual genera un aumento de la presión intratorácica con
cambios en el RV, el VS y la TA, que varían en el tiempo dividiéndose en cuatro fases:
1. Fase 1: comienza con un aumento de la TA por incremento de la presión
intratorácica que exprime al lecho pulmonar y mejora la precarga izquierda y
el volumen sistólico. 794
2. Fase 2: luego, una caída del RV por el aumento de la presión intratorácica lleva
a una disminución del VS (caída de precarga derecha e izquierda) y de la TA,
lo cual se acompaña de taquicardia refleja por activación de los barorreceptores.
3. Fase 3: cuando se interrumpe la maniobra, ocurre una breve disminución del
RV y de la TA debido a la reexpansión del lecho pulmonar y de la aorta.
4. Fase 4: la disminución de la TA genera un rebote con aumento por encima del
valor basal, lo que desencadena una bradicardia refleja por estimulo
parasimpático.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
presión durante su fase sistólica para obtener un flujo dado a través de la válvula.
Este aumento del trabajo de “presión” inducirá hipertrofia de las células de músculo
cardiaco y engrosamiento de las paredes de esa cámara con el tiempo.
Cuando una válvula no se cierra por completo se encuentra en insuficiencia
(es insuficiente o incompetente), el flujo sanguíneo regurgitante representa un
volumen adicional que debe eyectarse para obtener suficiente flujo anterógrado hacia
afuera del ventrículo y hacia los tejidos. Este aumento del trabajo de “volumen” a
menudo lleva a dilatación de la cámara, pero no a un incremento del grosor de la
pared.
Asimismo, cuando existe un aumento de la presión auricular como resultado de
estenosis o regurgitación de válvula AV, esto dará por resultado presiones más altas
en los lechos capilares torrente arriba. Si las presiones hidrostáticas capilares están
aumentadas, surgirá edema de tejidos con consecuencias negativas considerables
sobre la función de esos órganos torrente arriba.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
796
El desarrollo de presión intraventricular alta es un estímulo fuerte para
hipertrofia de células de músculo cardiaco, y la estenosis aórtica siempre se acompaña
de un incremento de la masa muscular del VI lo cual tiende a producir una
desviación del eje eléctrico del corazón hacia la izquierda en el ECG.
La sangre que se está eyectando a través del orificio estrechado suele alcanzar
velocidades muy altas, y puede ocurrir flujo turbulento conforme la sangre entra a la
aorta y puede auscultarse como un soplo sistólico o soplo de eyección.
Dada la eficacia compensadora de la hipertrofia concéntrica ventricular, es
habitual que esta valvulopatía sea asintomática durante un largo período de tiempo.
A partir del momento de su manifestación clínica, los síntomas cardinales son:
✓ Disnea: es consecuencia, fundamentalmente, de una congestión pulmonar
pasiva.
✓ Síncope de esfuerzo: es la pérdida brusca y transitoria de la conciencia que
se presenta al realizar un ejercicio físico debido a una perfusión encefálica
insuficiente. El síncope puede explicarse por la incapacidad del ventrículo
izquierdo sobrecargado para conseguir un gasto cardíaco que, al mismo tiempo,
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
mantenga una perfusión encefálica normal y satisfaga la mayor demanda de
sangre en los músculos esqueléticos que se contraen.
✓ Angina de pecho: en su génesis pueden intervenir factores vinculados a la
propia estenosis aórtica, tales como el descenso de la perfusión miocárdica o el
mayor consumo de oxígeno por el miocardio, ambos debidos a la elevada tensión
de la pared del VI durante la sístole (poscarga). No obstante, es frecuente que
la estenosis aórtica se asocie con una lesión genuina de las arterias coronarias
que ocluye dichos vasos y es causa de angina de pecho.
Los hallazgos característicos de la exploración física son los siguientes:
✓ En la palpación de la región precordial el latido de la punta se localiza en
su ubicación normal, ya que la hipertrofia concéntrica apenas modifica el
tamaño del corazón; se trata de un latido amplio, por la contracción intensa del
ventrículo izquierdo, y que dura más de lo normal (latido sostenido) a causa del
alargamiento del tiempo de eyección. Al palpar el área aórtica es posible
percibir durante la sístole un thrill generado por las turbulencias de la sangre
al pasar por el estrecho orificio aórtico.
✓ La palpación arterial pone en evidencia un pulso tardo como consecuencia de
la prolongación del tiempo de eyección; y si el volumen sistólico es infranormal,
el pulso también será parvus, es decir, de amplitud reducida.
797
✓ En la auscultación cardíaca puede oírse un clic de eyección,
inmediatamente después del R1 cardíaco, debido a las vibraciones de las valvas
aórticas durante su apertura. Cuando la válvula aórtica está calcificada se
vuelve rígida, no vibra, y en esas condiciones no se percibe el clic.
Estenosis aórtica:
secuencia
esquemática de
los fenómenos que
determinan la
auscultación
cardíaca (Laso,
2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Tras el clic se ausculta un soplo mesosistólico ocasionado por el flujo
sanguíneo turbulento a su paso por la válvula estenótica. El soplo es rudo e intenso,
se percibe en el área aórtica y se irradia hacia las carótidas, siguiendo el sentido
normal de la corriente sanguínea (Moguilevsky, 2008). Es conocido como soplo de
eyección porque se produce durante la eyección ventricular. Asimismo, por su
configuración, también se denomina soplo romboidal (soplo in crescendo-in
decrescendo).
Entre las exploraciones complementarias, la radiografía de tórax permite
comprobar la ausencia de cardiomegalia porque que la hipertrofia ventricular
concéntrica apenas modifica el tamaño del corazón. En el ECG puede detectarse un
patrón de crecimiento ventricular izquierdo, reflejo de la hipertrofia de esta cavidad.
La ecocardiografía es la técnica de elección para identificar la valvulopatía y
cuantificar el grado de hipertrofia (Laso, 2010).
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
✓ En la auscultación cardíaca, el dato fundamental de la insuficiencia aórtica
es un soplo diastólico de regurgitación audible en el área aórtica y, sobre
todo, en el área aórtica accesoria de Erb que se escucha mejor estando el
paciente sentado, inclinado hacia delante y en apnea postespiratoria. Es un
soplo suave y aspirativo que disminuye progresivamente a medida que se
reduce el flujo (soplo in decrescendo), y se irradia hacia la punta del corazón,
siguiendo el sentido de la corriente sanguínea regurgitante.
Entre las exploraciones complementarias, la radiografía de tórax
muestra una cardiomegalia a expensas del ventrículo izquierdo, y en el ECG se
constata un patrón de crecimiento ventricular izquierdo. La ecocardiografía
permite confirmar la valvulopatía al observar el flujo regurgitante (Laso, 2010).
800
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
La carga de trabajo alta de la AI puede inducir hipertrofia auricular por
sobrecarga diastólica de presión de la AI. El aumento de presión en el interior
de la aurícula izquierda se propaga de forma retrógrada a la circulación pulmonar, y
la sangre se estanca en ella (congestión pulmonar pasiva o hipertensión pulmonar
poscapilar). La congestión pulmonar es más intensa durante el ejercicio o en cualquier
otra situación que cause taquicardia; esto se debe a que el aumento de la frecuencia
cardíaca acorta la duración de la diástole, y al disminuir el tiempo de llenado
ventricular se reduce aún más el flujo auriculoventricular, intensificándose el
estancamiento de sangre en la aurícula izquierda (Laso, 2010).
Además de la hipertensión pulmonar poscapilar, en la estenosis mitral a veces
también existe hipertensión pulmonar precapilar, por vasoconstricción refleja de las
arteriolas pulmonares; esto disminuye el flujo sanguíneo y la presión hidrostática
capilar, lo que previene la trasudación de líquido intravascular hasta el intersticio del
pulmón, pero también impone una sobrecarga de presión adicional al VD.
801
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
ya que dicha arritmia cardíaca determina una falta de contracción auricular y, por
consiguiente, una mayor estasis de sangre en la aurícula.
En la exploración física se palpa el latido de la punta en su emplazamiento
normal (el ventrículo izquierdo incluso es más pequeño porque el volumen de sangre
que le llega desde la aurícula es bajo) y un thrill diastólico originado por las
turbulencias de la corriente sanguínea a su paso por el orificio mitral estrecho. Los
datos patológicos de la auscultación se perciben en el área mitral:
✓ Chasquido de apertura de la válvula mitral: es audible inmediatamente
después del R2.
✓ Soplo diastólico: se oye después del chasquido, coincidiendo con el paso de
sangre a través del orificio estenótico, y se irradia a la axila; se percibe mejor
colocando al enfermo en posición de decúbito lateral izquierdo, durante la pausa
postespiratoria. Por su baja frecuencia, este soplo también se denomina
retumbo mitral, y su intensidad disminuye a medida que se reduce el
gradiente auriculoventricular (soplo in decrescendo) y, por tanto, el flujo
transvalvular de sangre.
✓ Refuerzo del primer ruido cardíaco: se explica porque, al sobrevenir la
contracción ventricular isovolumétrica, la válvula mitral se cierra con gran
rapidez desde una posición más abierta de lo normal debido al insuficiente
802
llenado ventricular.
Respecto a las exploraciones complementarias, en la radiología de tórax
la dilatación de la aurícula izquierda se manifiesta por una arco prominente en el
borde izquierdo de la silueta cardiovascular, situado entre los arcos que corresponden
a la arteria pulmonar izquierda, que también es más relevante a causa de la
hipertensión pulmonar, y al ventrículo izquierdo, que es normal o incluso menos
prominente por el defecto de llenado ventricular. Además, pueden ser evidentes otros
signos de congestión pulmonar pasiva.
Es muy frecuente que en esta valvulopatía se evidencie en el ECG una
fibrilación auricular. En ausencia de dicha arritmia, es posible constatar un patrón
electrocardiográfico de crecimiento auricular izquierdo.
La ecocardiografía es el método más sensible para identificar la estenosis
mitral y evaluar su gravedad.
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
tensión en su pared; pero si la distensibilidad es baja, la aurícula izquierda no logrará
adaptarse al exceso de volumen; la consecuencia de este hecho es un aumento de la
presión en el interior de la cavidad y, por ende, en el territorio pulmonar (congestión
pulmonar pasiva). Estos trastornos serán más relevantes cuando, además, la
insuficiencia mitral se instaure de forma aguda (p. ej., rotura de un músculo papilar
en el infarto de miocardio), puesto que en esa circunstancia la hipertrofia excéntrica
de la pared auricular ni siquiera habrá podido desarrollarse.
804
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
regurgitación persistente de sangre en dirección hacia la aurícula izquierda
durante dicha fase del ciclo cardíaco.
Entre las exploraciones complementarias, la radiología de tórax permite
apreciar los signos característicos de dilatación auricular y ventricular izquierdas y,
en su caso, las imágenes propias de congestión pulmonar.
En el ECG se pone de manifiesto la dilatación e hipertrofia de ambas cavidades,
en forma de sendos patrones electrocardiográficos de crecimiento. Mediante la
ecocardiografía se detecta el flujo regurgitante hacia la aurícula izquierda.
805
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
✓ Los soplos son más intensos al auscultarlos durante la inspiración (signo de
Rivero Carvallo), ya que en dicha fase respiratoria disminuye la presión
intratorácica y aumenta, por tanto, el flujo de sangre venosa que accede a las
cavidades cardíacas derechas y atraviesa sus válvulas. También se intensifica
el soplo al comprimir el abdomen del paciente, ya que con esta maniobra se
moviliza sangre venosa del territorio esplácnico hacia el corazón.
✓ En la insuficiencia tricuspídea se observa un pulso venoso yugular sistólico, y
en la estenosis tricuspídea, un pulso venoso yugular presistólico.
806
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 17 Fisiología cardiovascular
Referencia bibliográfica
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Interna. Primera edición. (2; pp. 66-67). Corpus.
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 18
Fisiología de los vasos
sanguíneos y la hemodinámica
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Enumera las funciones del sistema circulatorio (circulación mayor o sistémica y
menor o pulmonar).
2. Describe las características histofuncionales de las diferentes partes del sistema
circulatorio.
3. Describe las características físicas de la circulación mayor (volúmenes, áreas,
presiones y resistencias de las diferentes partes).
4. Fundamenta las relaciones entre flujo, presión y resistencia (Ley de Ohm, Ley de
Darcy).
5. Define el gradiente de presión, sus condicionantes y sus unidades.
6. Explica cómo cambian los valores de presión arterial con la edad, sexo, posición,
esfuerzo físico y otras condiciones fisiológicas.
7. Analiza los distintos factores que afectan la resistencia: Ley de Poiseuille-Hagen.
8. Define el flujo sanguíneo y explicar las características de los distintos tipos de flujo.
9. Explica el efecto de la presión sobre la resistencia vascular y flujo capilar.
10. Describe la distensibilidad vascular y las diferencias entre arterias y venas (Curvas
de presión-volumen).
11. Define los valores de la presión arterial sistólica, diastólica, media y diferencial.
12. Explica los factores de los que dependen las presiones y cómo los modifican.
13. Enumera y describe los distintos procedimientos que se utilizan para medir la
presión arterial, sus ventajas e inconvenientes.
14. Explica los factores implicados en la hipertensión arterial y la importancia de la
prevención.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
De ahí que no exista un sistema linfático independiente dispuesto en paralelo a la
circulación pulmonar, puesto que los capilares bronquiales y pleurales pertenecen a
la circulación sistémica.
La hemodinamia (del griego “háima”, sangre y “dynamis”, fuerza) es el
estudio de las fuerzas involucradas en la circulación de la sangre a lo largo del cuerpo
y en los vasos sanguíneos, que constituyen las principales vías de circulación.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
La túnica media se compone principalmente de capas organizadas en estratos
circunferenciales de células musculares lisas. En las arterias, esta capa es
relativamente gruesa y se extiende desde la membrana elástica interna hasta la
membrana elástica externa, la cual constituye una membrana que separa la túnica
media de la túnica adventicia. Asimismo, entre las células musculares lisas de la
túnica media hay cantidades variables de elastina, fibras reticulares y
proteoglucanos. Las láminas de elastina son fenestradas y están dispuestas en capas
circulares concéntricas. Todos los componentes extracelulares de la túnica media son
producidos por las células musculares lisas.
La capa adventicia es la más externa y se compone de colágeno de disposición
longitudinal y algunas fibras de elastina. El espesor de la túnica adventicia oscila
entre relativamente delgado en la mayor parte del sistema arterial hasta bastante
grueso en las vénulas y venas, donde es el componente principal de la pared vascular.
Además, la túnica adventicia de las arterias y las venas grandes contiene un
sistema de vasos llamados vasa vasorum que irriga las paredes vasculares, al igual
que una red de nervios autónomos llamados nervi vasorum (vascularis) que
controlan la contracción del músculo liso en las paredes de los vasos. Esta capa impide
el desgarro de las paredes del vaso durante los movimientos corporales. Desde esta
capa, las fibras de colágeno se extienden hacia el exterior para conectar con las
811
estructuras cercanas, anclando el vaso y ayudando a mantenerlo abierto.
Las fibras de colágeno de la pared vascular forman unas moléculas fibrosas
proteicas que se agregan en fibras de varias micras de diámetro. Estas fibras son muy
flexibles, pero muy poco distensibles (muy rígidas) dado que no se estiran más del 3%
de su capacidad.
La función de las fibras de colágeno consiste en mantener abierta la luz del vaso
y reforzar la pared, más que contribuir a la tensión global o a la capacidad de
retracción del vaso, a diferencia de las fibras de elastina que son fibras pequeñas
(de 0,1 a 1 µm de diámetro). Estas fibras secretadas en la matriz extracelular, forman
una red parecida a la del caucho, más distensibles que el colágeno, capaz de estirarse
más del 100% frente a cambios fisiológicos, pero de retomar su forma (son elásticas).
Especialmente en las arterias elásticas grandes, las fibras de elastina
onduladas están organizadas o distribuidas en patrones concéntricos, casi circulares,
las cuales permiten la recuperación del vaso después de su distensión. Esta propiedad
de las fibras distensibles, pero relativamente elásticas, es muy importante para
mantener una tensión pasiva en los vasos del aparato cardiovascular. Este tipo de
tensión es necesaria a la hora de mantener la presión arterial en límites normales
durante todo el ciclo cardíaco.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Las arterias (del griego, “aeìro”, enlazar y “tero”, recorrer) tienen las tres
capas de un vaso sanguíneo típico, pero posee una capa media gruesa,
muscular y elástica con un buen grado de distensibilidad, pudiéndose
expandir sin desgarrarse, en respuesta a un pequeño aumento en la presión
ejercida por la sangre sobre sus paredes.
En general, en base a su estructura, suele dividirse a las arterias en elásticas,
musculares y arteriolas, pero, según su función, suelen distinguirse en arterias de
conductancia y de resistencia al flujo sanguíneo.
Las arterias elásticas son las arterias más grandes del cuerpo y tienen el
mayor diámetro de todas las arterias, aunque sus paredes son relativamente
delgadas. Se caracterizan porque sus láminas interna y externa elásticas están bien
definidas y la capa media posee abundantes fibras elásticas. Las arterias elásticas
comprenden a los dos troncos principales que salen del corazón (la aorta y el tronco
pulmonar) y las principales ramas de la aorta: arterias braquiocefálicas, subclavias,
carótidas comunes e ilíacas comunes.
Su función corresponde al impulso de la sangre hacia adelante, mientras se
relajan los ventrículos durante la diástole. Esto es así dado que, durante la fase
eyectiva ventricular, la sangre es eyectada desde los ventrículos hacia las arterias
elásticas y sus paredes se distienden con cierta facilidad por el “choque” del volumen 813
sanguíneo sistólico más rápido contra la columna de sangre en las arterias con menor
velocidad, con lo cual se almacena momentáneamente energía (energía potencial) en
sus paredes.
Este almacenamiento de energía se observa como aumento de presión arterial
sistólica, pero luego las fibras elásticas se retraen y convierten la energía almacenada
en el vaso en energía cinética que moviliza la sangre hacia el resto de los vasos, al
momento en que la válvula aórtica (o pulmonar) se encuentran cerradas durante la
diástole ventricular. De esta manera, la sangre sigue fluyendo por las arterias, aun
cuando los ventrículos están relajados y, por ello, se las denomina vasos de
conductancia (La conductancia es la inversa de la resistencia).
Las arterias de mediano calibre se denominan “arterias musculares” porque
su túnica media contiene más músculo liso y menos fibras elásticas que las arterias
elásticas. Esta característica estructural les otorga una pared más gruesa, además de
la capacidad de mayor vasoconstricción y vasodilatación para ajustar la tasa del flujo
sanguíneo.
Asimismo, poseen una delgada lámina elástica interna y una lámina elástica
externa prominente que, en su conjunto, forman los límites interno y externo de la
capa muscular media. En las arterias grandes, la capa media gruesa puede tener
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
hasta 40 capas de células musculares lisas dispuestas en forma circunferencial,
mientras que en las arterias pequeñas puede haber sólo tres capas de dichas células.
Las arterias musculares poseen tamaños que varían entre el calibre de un lápiz
(arteria femoral y axilar) y el de un hilo (las que ingresan en los órganos), que pueden
medir sólo 0,5 mm de diámetro, cuyas paredes son gruesas y de hasta un 25% del
diámetro total del vaso.
Asimismo, la capa externa suele ser más gruesa que la media en las arterias
musculares; esta capa externa contiene fibroblastos, fibras colágenas y fibras
elásticas, todas orientadas en sentido longitudinal. La estructura flexible de esta capa
permite que se modifique el diámetro del vaso y previene el acortamiento o retracción
del vaso, cuando éste es seccionado.
Por su parte, se encuentra poca cantidad de tejido elástico en las paredes de las
arterias musculares, por lo que estos vasos no tienen la capacidad para retraerse y
propulsar la sangre, como lo hacen las arterias elásticas.
La capacidad del músculo para contraerse y mantener un estado de contracción
parcial se denomina tono vascular, que le otorga rigidez a la pared del vaso y es
importante para mantener la presión y un flujo sanguíneo eficaces.
Estas arterias también se denominan “arterias de distribución”, porque 814
distribuyen la sangre a las diferentes partes del cuerpo, como las arterias braquial y
radial, en los miembros superiores.
Una arteriola es una arteria muy pequeña, con un diámetro de 15 a 300 μm,
que regula el flujo de sangre en las redes capilares de los tejidos.
El espesor de sus paredes representa la mitad del diámetro total del vaso, con una
capa interna delgada y una lámina elástica interna fina y fenestrada, como la de las
arterias que desaparece en el extremo terminal. La capa media está formada por una
o dos capas de células de músculo liso orientadas en sentido circular en la pared del
vaso.
El extremo terminal de la arteriola, denominada metaarteriola, se continúa
con los capilares y la musculatura lisa más distal forma el esfínter precapilar, que
regula el flujo sanguíneo hacia adentro del capilar; las otras células musculares en la
arteriola regulan la resistencia (oposición) al flujo sanguíneo.
Las metaarteriolas se ramifican en ángulos casi agudos a partir de las
arteriolas terminales y su porción proximal está cubierta de manera intermitente por
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
células de músculo liso. El segmento distal, llamado canal preferencial, carece de
cubierta de músculo liso y desemboca en las vénulas.
815
La capa externa arteriolar está formada por tejido conectivo areolar, que
contiene abundantes nervios simpáticos no mielinizados que, junto con las acciones
de los mediadores locales, puede modificar el diámetro de las ateriolas y, por ende,
variar la velocidad del flujo sanguíneo y la resistencia a través de estos vasos.
Las arteriolas cumplen una función esencial en la regulación del flujo
sanguíneo, desde las arteriolas hacia los capilares mediante la regulación de la
resistencia, la oposición al flujo sanguíneo. Es por ello que se conocen como vasos de
resistencia.
En un vaso sanguíneo, la resistencia (R) se produce, principalmente, por la
fricción entre la sangre y las paredes internas de dicho vaso y, cuanto más pequeño es
el diámetro del vaso, mayor es la fricción; por ende, la vasoconstricción arteriolar
incrementa la resistencia vascular y disminuye el flujo sanguíneo aportado por esa
arteriola a los capilares, mientras que la vasodilatación disminuye la resistencia
vascular e incrementa el flujo sanguíneo hacia los capilares.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Asimismo, un cambio en el diámetro arteriolar puede afectar también la
presión arterial, de manera que la vasoconstricción incrementa la presión arterial,
mientras que la vasodilatación de las arteriolas la disminuye.
Las venas, al igual que las arterias, están constituidas por la túnica íntima,
la media y la adventicia. Sin embargo, las capas y límites entre ellas se
encuentran menos definidos.
Las venas muestran constricción considerable en respuesta a los estímulos nerviosos
simpáticos y a constrictores circulantes, como las endotelinas, generando
venoconstricción.
Las venas se distienden con facilidad, debido a que los músculos lisos son
escasos en sus paredes y por su contorno elíptico en el corte transversal, que se vuelve
circular cuando se distienden. Su distensibilidad las convierte en excelentes vasos de
capacitancia o reservorios sanguíneos ya que pueden acomodar grandes volúmenes
de sangre con un incremento mínimo de presión conteniendo alrededor del 64% del
volumen sanguíneo total. Es por ello, que se los denomina sistema de baja presión,
a diferencia del sistema arterial que constituye un sistema de alta presión.
Esto es importante dado que si, por ejemplo, se transfunden 100 mL de sangre,
menos de 1 mL ingresa al sistema arterial de alta presión y el resto se distribuye en
las venas sistémicas con presión baja, la circulación pulmonar y el corazón. Asimismo,
la sangre puede ser desviada rápidamente cuando es necesario desde este reservorio
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
a la circulación sistémica, como ocurre, por ejemplo, durante el aumento de la
actividad muscular en el ejercicio, el centro cardiovascular en el tronco encefálico
envía un gran número de impulsos simpáticos a las venas y, como resultado, se
produce venoconstricción que reduce el volumen de sangre en los reservorios y permite
que un mayor volumen sanguíneo fluya hacia el músculo esquelético, donde el
requerimiento es más elevado.
Un mecanismo similar se produce durante la hemorragia, cuando el volumen y
la presión de la sangre disminuyen; en este caso, la venoconstricción ayuda a
contrarrestar la caída de la presión arterial.
Entre los principales reservorios de sangre, se encuentran las venas de los
órganos abdominales (especialmente el hígado y el bazo) y las venas de la piel.
La íntima de las venas en las extremidades se pliega a intervalos, para dar
lugar a válvulas venosas, que impiden el flujo retrógrado. En las venas mayores no
existen válvulas, al igual que en las venas muy delgadas.
Anastomosis arteriovenosa.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Se ubican en la piel de los dedos, palmas y pabellones auriculares, además
desempeñan un papel termorregulador importante. Cuando se encuentran abiertos,
permiten que gran cantidad de sangre fluya a través de la piel, con lo que disipan el
calor hacia el ambiente.
Las funciones del sistema circulatorio y las fuerzas que mueven la sangre a
través de ellos, se reúnen en el concepto de hemodinámica.
En una persona en reposo, la mayor parte del volumen sanguíneo (64%) se halla en
las venas y vénulas sistémicas, mientras que las arterias y arteriolas sistémicas
contienen alrededor del 15% del volumen sanguíneo. Asimismo, 5% del volumen
sanguíneo está contenido en los capilares, 9% se encuentra en los vasos sanguíneos
pulmonares y un 7% en el corazón.
818
Sin embargo, es importante comprender que la sangre circula por este circuito
circulatorio cerrado y, para ello, deben cumplirse ciertas premisas para mantener un
flujo sanguíneo adecuado a las necesidades de los tejidos; además, puede considerarse
a la vasculatura un complejo sistema de tuberías que se esparce por el cuerpo,
posibilitando la aplicación de las leyes físicas que explican el flujo de un líquido
cualquiera a través de un sistema de tuberías, pero con algunos reparos para los
sistemas biológicos. Este estudio de la mecánica del fluido sanguíneo se conoce como
“hemodinámica” y no solo es importante para el entendimiento de la función
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
cardiovascular normal sino también es imprescindible para comprender las distintas
patologías cardiovasculares y los hallazgos de los métodos de diagnóstico.
819
La primera regla a saber, afirma que el flujo (letra griega fi) de un líquido
(volumen de líquido que fluye por unidad de tiempo) a través de un tubo, es
directamente proporcional a la diferencia de presión entre los dos extremos de la
tubería (P o gradiente de presión que impulsa al flujo de líquidos a través de la
tubería) e inversamente proporcional a la resistencia (R) que es la medida de los
diversos factores que dificultan o se oponen al flujo de un líquido por una tubería:
= P/R
Esta regla es tan esencial para la comprensión del flujo sanguíneo que
constituye el punto de partida para todas las explicaciones sobre el flujo, la presión y
la resistencia en el aparato cardiovascular.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Esta ecuación representa la ley de Ohm, postulada por el físico-matemático
alemán Georg Simon Ohm, pero su desarrollo se basó en sistemas eléctricos.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
agua y, por lo tanto, las presiones típicas que se observan dentro del aparato
cardiovascular no lo empujarán tanto hacia arriba.
Respecto al sistema cardiovascular, cuando se produce la sístole ventricular,
tanto la aorta como la arteria pulmonar, reciben al volumen sistólico, el cual expande
las paredes de los vasos a causa de que la presión que ejerce dicho volumen
(dependiente de la fuerza ventricular) es mayor que la presión que la pared o el tejido
circundante ejerce desde afuera hacia adentro.
821
Una vez que las válvulas semilunares se cierran, la sangre fluye hacia el resto
de los vasos porque la tensión generada en la pared vascular ejerce ahora una fuerza
(presión) sobre la sangre para volver a su reposo debido a su elasticidad.
Dado que los vasos venosos son más distensibles que las arterias tienen una
presión vascular menor por lo cual se produce una diferencia de presión entre los vasos
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
de alta presión y los de baja presión, en cuyo caso tendremos como parámetro a la
PVC.
Como se vio en el capítulo anterior, la PVC describe la presión en la porción
torácica de la vena cava cerca de la AD y determina la presión de llenado del VD.
En definitiva, la fuerza de gradiente para el flujo en masa es siempre un
gradiente de presión, y la dirección del flujo es siempre a favor del gradiente, desde la
región con mayor presión a la de menor presión.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
se transmitiría en sentido retrógrado hacia los capilares y generaría edema podálico
por el trasudado1 de los líquidos.
Si de ordinario no existe una presión tan alta en el pie, esto se debe a que la
columna alta de sangre venosa se fracciona en columnas más cortas por efecto de las
válvulas de las venas, ya que cada válvula soporta la presión que ejerce la columna
corta de sangre venosa que se ubica sobre ella. Cuando las válvulas son incompetentes
la presión venosa se eleva en el pie, y se presenta la estasis venosa.
Cuando una persona se encontraba durmiendo (decúbito) y luego se levanta, la
gravedad ejerce una fuerza sobre la columna de sangre que tiende a producir stasis
venosa y, por ende, disminuye el RV. Como consecuencia, disminuye la precarga, el
VS y, por ende, el GC.
823
1 El trasudado es una colección de fluido extravascular (no inflamatorio) en el intersticio. Básicamente es un filtrado de plasma
con bajo contenido en proteínas (contiene sobre todo albumina) y puede haber o no una pequeña cantidad de material celular.
Se puede producir por aumento de la permeabilidad capilar o de la presión osmótica del compartimiento extravascular
generando la aparición de edema.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
dorsal) lo cual es fácilmente tolerable mientras se equilibran las fuerzas entre la
cabeza y los pies (cefálico-caudal), por ende, aumenta el RV, aumenta la precarga y el
VS, aumentando así el GC.
824
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Si se quiere obtener el valor promedio de la presión arterial, sea de la arteria
aorta o de la arteria pulmonar, debe integrarse el área bajo la curva de la presión
arterial durante el ciclo cardíaco, como se observa en la figura.
825
La presión arterial media no es homogénea ya que el ciclo cardíaco no es homogéneo, por lo
cual se debe integrar el área bajo la curva de ciclo cardíaco de la arteria aorta para
obtener su valor.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
La PAM refleja la circulación sanguínea constante y se considera entre 70 y 105
mmHg como intervalo de referencia.
La presión fuera del cuerpo o en el exterior de cualquier estructura hueca
dentro del organismo, excepto el espacio intrapleural, es aproximadamente la misma
que la presión atmosférica, siendo al nivel del mar equivalente a 760 mmHg. Por
lo tanto, en realidad, la presión arterial promedio del ser humano es de 93 + 760
mmHg, es decir, 863 mmHg. Sin embargo, las presiones dentro del organismo nunca
se expresan de esta forma técnicamente exacta, sino que se ignora el efecto de la
presión atmosférica y se toma como punto de referencia cero.
La presión registrada de nuestro organismo es, en realidad, la diferencia de
presión dentro del organismo con respecto a la presión atmosférica.
Para un funcionamiento normal de los órganos y, por tanto, para un correcto
estado de salud, es necesario un flujo adecuado de sangre y una perfusión tisular
acorde con las necesidades metabólicas. Cualquier situación que lleve a un estado
hipermetabólico (traumatismos, infección, cirugía, que llevan a estados
inflamatorios), puede llevar a falla de los órganos, incluso culminar con la muerte del
individuo.
En este sentido, la monitorización de la presión arterial es un parámetro fácil
de determinar, pero no suficiente para llevar a cabo las terapéuticas correspondientes. 826
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
la presión diferencial. Por ejemplo, si se considera una resistencia vascular y una FC
constante, pero aumenta el VS (como ocurre con un aumento del inotropismo), durante
la eyección rápida, la sangre entra en la aorta con mayor rapidez de lo que es capaz
de salir, lo que incrementa el volumen aórtico.
827
Presiones sanguíneas normales en las distintas porciones del aparato circulatorio (Hall y
Hall, 2021).
Este aumento del volumen hace aumentar la presión dentro de la aorta hasta
un valor determinado por la distensibilidad de las arterias y la magnitud del cambio
de volumen. Durante la eyección reducida y la diástole, la sangre sale de las arterias
con más rapidez de la que entra, por lo que el volumen disminuye, al igual que la
presión asociada a él. Si la cantidad de sangre eyectada dentro de la aorta se
duplicase, sin producirse cambio alguno en la frecuencia cardíaca o en la resistencia
vascular, esto duplicaría el GC y, como se verá más adelante, también la PAM.
Cuando el VS se duplica, la mayor parte de este volumen se expulsaría durante
la fase de eyección rápida; por lo tanto, la cantidad impulsada que excede la de salida
también se duplicaría, lo que se reflejaría por un aumento de la presión sistólica. La
salida de sangre de las arterias se vería muy poco afectada por este aumento en la
eyección, por lo que la presión diastólica disminuiría a la misma velocidad que antes,
pero desde esta nueva presión sistólica, más elevada.
Así pues, la presión caería hasta una presión diastólica mínima
considerablemente más elevada que antes. Por lo tanto, cuando el volumen sistólico
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
aumenta sin que existan cambios en la resistencia vascular, la distensibilidad de las
arterias y la FC, se producirá un aumento de la PAM, las presiones sistólica y
diastólica, y la PP.
Sin embargo, la distensibilidad arterial es una variable no lineal que depende
de la presión de la aorta y las arterias principales; la distensibilidad de la aorta
disminuye cuando aumenta la presión transparietal. Debido a ello, la presión presenta
un cambio relativamente pequeño con la eyección cuando el volumen aórtico aumenta
desde un volumen y una presión iniciales bajos, pero el mismo cambio de volumen
causa un mayor cambio de presión cuando el volumen y la presión iniciales son
elevados.
Cuando las arterias están rígidas, se flexionan menos durante la sístole y se
retraen menos durante la diástole. Por lo tanto, cuando hay un cambio determinado
de volumen, la menor distensibilidad arterial produce un aumento de la presión
sistólica y una disminución de la diastólica. Si no hay cambios en la resistencia
arterial ni en la FC, la PAM no cambiará con un cambio en la distensibilidad arterial
pero sí lo hará PP dado que aumentará.
Esto puede ocurrir normalmente cuando los grandes vasos envejecen, dado que
los elementos elásticos en sus paredes se rompen y al cabo de los años se degradan
con estrés repetido. Al mismo tiempo los elementos elásticos como el colágeno tienden 828
a acumularse. Los grandes vasos se vuelven menos distensibles y es necesaria una
mayor presión inicial para acoger en ellos el volumen de sangre eyectada por el
ventrículo. El resultado es una presión sistólica aumentada que promueve hipertrofia
ventricular.
Otro signo del envejecimiento en el sistema circulatorio es el retorno
reducido en los vasos más pequeños como resultado de la perdida de elementos
elásticos. El resultado es la disminución de la presión diastólica. La presión diastólica
tiende a un pico entre la edad de 55 a 60 años y después decrece, mientras la presión
sistólica continúa aumentando. De esa forma, la PP tiende a aumentar cuando una
persona envejece. Se producen cambios similares en pacientes con hipertensión,
aunque una terapia antihipertensiva efectiva retrasará el aumento de la presión
sistólica.
En estudios epidemiológicos se ha observado que la mortalidad cardiovascular
se relaciona positivamente con el valor de la PAS. Sin embargo, con cualquier valor
de la PAS, la mortalidad cardiovascular es mayor cuando la PAD es más baja. A la
edad de 60 años, como la distensibilidad esta reducida, una presión sistólica en
aumento y una presión diastólica más baja (PP mayor), es un fuerte predictor de riesgo
cardiovascular.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
La arterioesclerosis se define como el endurecimiento generalizado de las
arterias debido a cualquier alteración. Se trata de una disminución de la
distensibilidad arterial propia del proceso de envejecimiento, o causada por fenómenos
de reestenosis, rigidez postrasplante de segmentos vasculares e incluso aterosclerosis.
Incluso en ausencia de una verdadera hipertensión arterial y ateroesclerosis
generalizadas, las paredes arteriales de las personas de más de 70 años son
considerablemente más rígidas que las de los que tienen entre 20 y 30 años.
Se cree que el proceso que conduce a esta rigidez está relacionado con la
exposición continua (día tras día) de las arterias a los radicales libres de oxígeno que
se forman en la pared arterial como subproducto del metabolismo natural. Sin
embargo, también es probable que se deba a una acumulación de agresiones que
reciben las arterias, debido al estilo de vida y a factores dietéticos que estimulan la
producción excesiva de radicales.
En las personas jóvenes, las arterias deben su flexibilidad a la disposición
ordenada de elastina y colágeno en la pared. Los radicales del oxígeno atacan la matriz
de elastina y colágeno dentro de las arterias, lo que causa la rotura de los filamentos
y la reacomodación de las fibras elásticas en una configuración más aleatoria, que
hace que la arteria se endurezca. Si no existen otros factores patológicos, un anciano
con este tipo de arterioesclerosis tiene una PP más alta asociada a una mayor PAS,
829
menor PAD y una PAM normal, en comparación con otra persona más joven y tensión
arterial normal menor o igual a 120/80 mm Hg. En este caso, las personas con esta
afección tienen lo que se denomina hipertensión sistólica, porque en ellos sólo está
elevada la PAS.
Actualmente se presta mucha a la hipertensión sistólica en los ancianos, y se
trata con tratamientos destinados a reducir la presión arterial. La razón es que la
presión sistólica es un componente esencial del estrés de la pared ventricular que es
necesario superar para que el corazón se contraiga con eficacia (poscarga).
La hipertensión sistólica produce un gran estrés que, a su vez, aumenta la
demanda de oxígeno por parte del corazón, lo que coloca a este órgano en una situación
de riesgo de sufrir isquemia y arritmias, que puede disminuirse si se reduce la presión
sistólica. Además, algunos estudios clínicos han demostrado que la morbimortalidad
de los pacientes ancianos con hipertensión sistólica disminuye si se reduce la PAS, lo
que confirma y apoya el empleo de los tratamientos antihipertensores en los ancianos
con hipertensión sistólica.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
El flujo sanguíneo en la aorta y en las grandes arterias es pulsátil como
resultado del vaciado rítmico del ventrículo izquierdo y corresponde al
volumen de sangre bombeado en una unidad de tiempo; es decir,
corresponde al GC.
Como vimos previamente, las paredes de las grandes arterias elásticas (aorta,
carótida común, arteria subclavia, arterias pulmonares y sus ramas más grandes)
contienen fibras elásticas, de elastina. Estas arterias se expanden (dilatan) cuando se
eleva la presión arterial durante la sístole y sufren un retroceso elástico durante la
diástole.
La sangre que ingresa a las arterias desde los ventrículos, supera la resistencia
de las paredes y se almacena sangre y energía durante la sístole que se descarga
durante la diástole por el retroceso.
Por ello, la distensibilidad de las arterias elásticas grandes funciona como un
condensador de energía, denominado efecto Windkessel (del alemán, depósito de
aire), en el cual la elasticidad de la pared arterial se combina con la inercia sanguínea
de modo que ambos (presión y flujo) viajan como las ondas en la superficie de un lago,
con una velocidad de onda de 4 a 10 m/s; o sea, muchas veces mayor a la de la sangre,
lo cual produce demoras en la transmisión de los pulsos periféricos; asimismo, las
ramificaciones arteriales causan reflexiones que cambian la forma de aquellos 830
(Aaronson et al., 2020).
Esta es la razón de la diferente morfología entre los pulsos de la aorta y las
femorales, por ejemplo, a medida que se va amortiguando la fluctuación del cambio de
presión arterial (presión de pulso) según el ciclo cardíaco y colabora en el
mantenimiento de la perfusión de órganos durante la diástole cuando cesa la eyección
ventricular creando una onda de presión. El método más utilizado y aceptado para
medir la velocidad de la onda de pulso es la tonometría simultánea carótido-
femoral, también se mide por Doppler pulsado en ecografía o con resonancia nuclear
magnética.
Por su parte, las grandes arterias absorben y disipan algo de la energía de la
onda de presión de pulso, atenuando progresivamente las oscilaciones en el flujo, pero,
al alejarse de la aorta, las oscilaciones cambian, dado que ocurre un fenómeno de
“amplificación”, en el cual la PAD no sufre grandes cambios, mientras que la PAS
sí sufre un incremento progresivo hacia la periferia.
En un sujeto joven y en condiciones normales, la amplitud de la onda de pulso
generada por el latido cardíaco aumenta desde las arterias centrales a las periféricas.
Esta amplificación, que puede parecer paradójica en un primer momento, se debe a
los cambios que sufre la onda de pulso al propagarse a través de un tubo viscoelástico
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
con múltiples ramificaciones y cambios cualitativos en la composición de su pared
(predominio elástico central y muscular periférico).
Estas dos características del sistema arterial generan múltiples puntos de
reflexión de la onda de pulso. Así, el latido cardíaco genera ondas de pulso que viajan
en sentido anterógrado (desde el corazón a los vasos periféricos) y en diferentes
sitios, ya sea por ramificación o cambio viscoelástico de la pared, estas ondas se
reflejan viajando en sentido retrógrado (desde la periferia hacia el corazón). En su
trayecto las ondas anterógradas encuentran a las reflejadas, generándose
amplificación.
831
Dado que los sitios de reflexión están más próximos de la periferia, el fenómeno
de amplificación afecta mayormente a las ondas de pulso y a la presión periférica.
Con el envejecimiento y el daño vascular generado por diversos factores el árbol
arterial se vuelve más rígido y la onda de pulso viaja a más velocidad tanto en sentido
anterógrado como retrógrado. Así, la onda reflejada alcanza al corazón cuando aún
está en sístole. Esto determina un aumento de la presión sistólica y la pérdida del
refuerzo diastólico, con el consecuente aumento de la PP.
De lo anterior surge un concepto fundamental, no solo para la fisiología sino
también para la clínica, que es el de presión arterial central (PAC), entendiéndose
como la presión arterial aórtica (lo más cerca posible del corazón). Este es el principal
factor de carga hemodinámica que afecta al músculo miocárdico, y es razonable pensar
que guarda relación con las principales complicaciones clínicas cardiovasculares que
acontecen en las grandes arterias del organismo, datos confirmados por algunos
estudios.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Por otra parte, es importante destacar que la circulación eficiente de la sangre
es posible sólo porque ésta no puede comprimirse2. Si lo fuera, el bombeo cardiaco
comprimiría la sangre y no la haría fluir.
Sin embargo, los gases son muy sensibles a la compresión y, por ejemplo, en la
embolia gaseosa, la entrada de aire al sistema circulatorio tiene consecuencias graves.
Cuando un volumen alto de aire ingresa al sistema circulatorio, llena el corazón y
detiene de manera efectiva la circulación, con lo que induce muerte súbita. Cuando
ingresa cierta cantidad escasa de aire, fluye en forma de burbujas, que se alojan en
los vasos pequeños, detienen el flujo sanguíneo e inducen isquemia. Las burbujas
pequeñas de aire no generan problema alguno en el corazón o los grandes vasos.
Puesto que la sangre no es susceptible a la compresión, la energía que se gana
a partir de su circulación se convierte en otras variantes energéticas: energía
potencial (Ep), energía cinética (Ec) y energía por presión (EP).
La Ep se encuentra representada por la altura en el plano vertical hasta la cual
una columna de sangre se eleva contra la gravedad; la Ec se pone en evidencia por el
movimiento de la sangre y la EP se ejerce en sentido lateral sobre las paredes de los
vasos sanguíneos.
De acuerdo con el principio expuesto por Daniel Bernoulli en 1738 (el cual 832
expresa que, en un fluido ideal, es decir, sin viscosidad ni rozamiento, en régimen de
circulación por un circuito cerrado, la energía que posee el fluido permanece constante
a lo largo de su recorrido), el total de las tres variantes de energía en los fluidos
siempre es constante y, en este caso, iguala al trabajo realizado por el ventrículo
(trabajo total):
TT = Ep de la sangre + Ec de la sangre + EP en la sangre
A partir del principio de Bernoulli puede apreciarse que por cada unidad de
energía que imparte el corazón que se contrae para la circulación de la sangre, el
aumento de la presión sanguínea depende de la velocidad y la tasa de flujo sanguíneo
(que modifican la energía cinética de la sangre) y el efecto de la gravedad (que altera
la energía potencial de la sangre).
.g.h + ½ v2 + P = energía total = constante
En la ecuación anterior, es la densidad de la sangre, g es la gravedad, h la
altura, v la velocidad y P es la presión a lo largo de la línea de corriente (Faber y
Stouffer, 2017).
2
La sangre, al igual que cualquier líquido, es incompresible (no puede comprimirse).
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Dicho de otro modo, el total de la energía potencial y la cinética en cualquier
punto concreto de un sistema es constante, por ende, cualquier aumento en una forma
de energía se producirá a expensas de la otra. Por ejemplo, cuando la velocidad de
flujo aumenta, la presión lateral debe disminuir para mantener constante la energía
total del sistema.
El principio de Bernoulli se observa con el flujo en la aorta, donde la
velocidad elevada reduce la presión lateral con respecto a la medida directamente
frente al torrente circulatorio, que es igual a la energía total del sistema. Este
fenómeno se aprovecha en clínica para evaluar la gravedad de las consecuencias
hemodinámicas de una válvula aórtica estenótica (estrechada).
En el corazón, se coloca un catéter con dos sensores de presión, de forma que
uno se sitúe en el interior del ventrículo y el otro justo atravesando el orificio de la
válvula aórtica estrechada.
Un chorro de sangre que se mueve a gran velocidad a través de la válvula
estrecha causa un descenso significativo de la presión lateral detectada por el sensor
aórtico, en comparación con la detectada por el sensor ventricular; la gravedad
hemodinámica de la estenosis es proporcional a esta diferencia de presión.
833
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
misma época, por el físico, médico y fisiólogo francés Jean Louis Poiseuille, motivo por
el cual, actualmente se conoce como la ley de Hagen-Poiseuille.
Esta ley indica que, para el flujo de líquidos en tubos de pequeño diámetro, la
R depende de la viscosidad () del líquido, la longitud del tubo (L) y su radio (r).
Asimismo, la ley alude al flujo laminar estacionario (es decir, no pulsátil) de
líquidos newtonianos a través de tubos cilíndricos rígidos. Un líquido
newtoniano es aquel cuya viscosidad permanece constante, y un flujo laminar
es aquel que permite que el líquido se desplace a través de una serie de capas
individuales, de forma que cada una se mueve a una velocidad distinta de las capas
vecinas (ver más adelante).
A pesar de las diferencias con el sistema vascular, cuyo flujo es pulsátil, los
vasos no son cilindros rígidos y la sangre no es un líquido newtoniano en los vasos
sanguíneos menores de 0,5 mm; la ley de Poiseuille es de gran utilidad para
comprender importantes aspectos de la fisiología circulatoria.
La ecuación que representa la ley de Hagen-Poiseuille es:
R = 8 × × L/ × r4
R = 8 × × L/N × × r4
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
La viscosidad3 ()4, que Newton definió como la “falta de capacidad de
deslizamiento”, es el parámetro correspondiente a la fricción interna en un
fluido en movimiento o propiedad física de los líquidos de oponerse a su
deformación.
Según Newton, resulta del cociente entre la tensión de propulsión () o fuerza de
cizallamiento y el gradiente de velocidad (v) entre las distintas capas de
líquidos:
= /v
Según la ley de Poiseuille, la resistencia es proporcional a la viscosidad, por lo
que la viscosidad de la sangre interviene a la hora de determinar la resistencia y, por
tanto, el flujo. Los principales determinantes de la viscosidad sanguínea son los
siguientes (Secomb, 2017).
El hematocrito (Htc). Un valor normal del Htc de 45% hace que la viscosidad
sanguínea (s = 4 cP -intervalo de 3,5 a 5,5 cP-) sea cercana a cuatro veces mayor que
la del agua (H2O = 1 cP)5 y es el nivel óptimo para el transporte de oxígeno, pero un
Htc elevado incrementa la viscosidad, aunque también aumente el transporte de
oxígeno, lo que dificulta el flujo y aumenta el trabajo cardíaco. Por ello, como se vio en 835
el capítulo de sangre, la policitemia vera, genera hiperviscosidad, leucocitosis y
trombocitosis, con evidencias de activación leucocitaria y plaquetaria, con probable
alteración endotelial y riesgo trombótico.
3 La viscosidad se expresa en Pascal x segundos (Pa·s), también referido como Poiseuille (Poise) o (dinas·s/cm 2). 1 poise es
equivalente a 0,1 Pa·s.
4 es la letra griega minúscula Eta.
5 cP es la abreviatura de centipoise (Poise es la unidad de la viscosidad).
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Esta hiperviscosidad aumenta la resistencia vascular y, por ende, disminuye el
flujo sanguíneo, según la ley de Ohm, debiéndose generar una aumento en el trabajo
externo cardíaco para mover una cantidad de sangre adecuada para los órganos del
cuerpo dado el aumento de la poscarga, entre otras afecciones.
Este aumento de la viscosidad debido al aumento del Htc no es lineal, sino
exponencial; la pendiente de la curva de crecimiento es inicialmente poco
pronunciada, pero se torna progresivamente más empinada para Htc superiores al
intervalo normal.
Por su parte, en los vasos grandes, los aumentos del Htc causan incrementos
apreciables en la viscosidad, pero en vasos menores de 0,15 mm (150 μm) de diámetro
(arteriolas, capilares y vénulas), el cambio de la viscosidad por cambio unitario en el
Htc es mucho menor comparado con el de los vasos de calibre grande. Esto se debe a
una diferencia en la naturaleza del flujo a través de los vasos pequeños.
Robin Sanno Fåhræus, patólogo y hematólogo sueco, realizó estudios entre
1917 y 1938, sobre el comportamiento reológico6 de la sangre y hacia 1929, observó
que, si con un flujo laminar se hace circular por un tubo la sangre proveniente de un
836
reservorio, la concentración de hematíes es menor en el tubo que en el reservorio.
Dicho de otro modo, la concentración de células en un tubo de menos de 0,15 mm de
diámetro era diferente a aquellos en los tubos más grandes debido a una diferencia en
la velocidad media de las células respecto al plasma en el recipiente más pequeño,
asociado a una distribución no uniforme de las células.
Los eritrocitos se desplazan más rápido que el plasma y su concentración en el
vaso (Htc del vaso) es inferior al hematocrito sistémico. En las arteriolas y vénulas, el
Htc relativo (Htc en el vaso pequeño dividido el hematocrito de los grandes vasos) es
menor que 1, con un valor mínimo en los capilares sistémicos.
En 1931, junto a Johan Torsten Lindqvist, médico sueco, determinó que en
tubos de menos de 0,15 mm de diámetro, la resistencia al flujo de sangre disminuye
con la disminución de diámetro del tubo, ya que la capa de plasma ocupa más volumen,
aumenta el flujo sanguíneo y hay reducción aparente de la viscosidad en las arteriolas,
lo cual reduce la energía necesaria para impulsar los eritrocitos en la microcirculación.
Este fenómeno se conoce como efecto de Fåhraeus-Lindqvist o efecto
sigma7, del cual se deduce que los eritrocitos circulan uno detrás del otro (en fila
6
La reología es una disciplina científica que se dedica al estudio de la deformación y flujo de la materia o, más
precisamente, de los fluidos. La palabra reología proviene del griego, que significa fluir y la hemorreología es el
estudio del flujo sanguíneo.
7
En este caso, en tubos de diámetro muy pequeño, la viscosidad no resulta de la integral de un número enorme de
capas, sino de la sumatoria de un número limitado de capas; como el signo de sumatoria es una sigma mayúscula
(Σ), se llamó efecto sigma al fenómeno descrito por Fåhræus y Lindqvist.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
india) dejando espacios solo de plasma. Dicho de otro modo, se genera un flujo axial
dado que las células ocupan el eje central del tubo a través del cual la sangre fluye,
dejando una zona de aproximadamente 5 μm de ancho libre de células en adyacencia
inmediata a la pared del vaso. Esta zona libre de células genera menos fricción que la
pared vascular; por tanto, la viscosidad es más baja.
837
Puesto que la zona libre de células tiene un diámetro constante de ~5 μm, que
se expresa como un porcentaje del diámetro del tubo, representa una porción mayor
en los tubos más pequeños, lo que genera una viscosidad más baja.
Otra consecuencia del flujo axial es la extracción preferencial del plasma,
en el cuál un vaso que se ramifica de una estructura vascular principal en un ángulo
obtuso contiene una cantidad mayor de plasma que de células, ya que la zona libre de
células se ubica en la periferia de la sangre que fluye. Esto explica la razón por la cual
el Htc en la sangre capilar es menor que el de la sangre del resto del organismo. En
los vasos sanguíneos grandes, el aumento del hematocrito genera un aumento
apreciable de la viscosidad.
En principio, este efecto sigma es de gran importancia en la microcirculación,
ya que permite que una suspensión con alta concentración de células pueda fluir aun
con hematocritos elevados. Sin embargo, por debajo de cierto diámetro crítico, la
viscosidad aparente aumenta con la reducción del diámetro. Dicho valor crítico es
próximo al diámetro del eritrocito. Cuando el diámetro del vaso es similar al del
glóbulo rojo o menor (hay capilares de 3 μm de diámetro), el eritrocito debe deformarse
para poder atravesarlo, y esto se refleja en un aumento de la viscosidad aparente.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Sin embargo, en los vasos menores de 100 μm de diámetro, como las arteriolas,
capilares y vénulas, la modificación de la viscosidad es menor que la que se verifica
en los vasos más grandes. Ésta es la razón por la cual los cambios del Htc tienen un
efecto discreto sobre la resistencia periférica, excepto cuando son intensos.
En resumen, la sangre actúa como flujo newtoniano en la mayoría de las
circunstancias examinadas por el Doppler, excepto en vasos muy pequeños (menores
de 0,5 mm de diámetro y con muy baja velocidad, así como con Htc menores a 10%
838
(anemias severas) o mayores al 60% (como ocurre en enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC) o cardiopatías congénitas con poliglobulia marcada o
policitemia vera).
La viscosidad plasmática. El plasma tiene un comportamiento viscoso de tipo
newtoniano y su viscosidad () es 80% mayor que la del agua (a 37 ºC la viscosidad
promedio del plasma es de 1,22 cP con un intervalo normal de 1,10 a 1,35 cP) debido
a las proteínas plasmáticas, en particular el fibrinógeno, pero puede aumentar en
afecciones como el mieloma, en el cual existe una mayor producción de
inmunoglobulina. Además de incrementar la viscosidad plasmática, este aumento de
las proteínas plasmáticas favorece la agregación de los eritrocitos, lo que eleva aún
más la viscosidad.
La agregación de los hematíes. La agregación eritrocitaria representa la
asociación reversible de los glóbulos rojos que tienden a unirse por sus caras formando
pilas de monedas “rouleaux” o formaciones irregulares llamadas clusters
(agrupamiento de eritrocitos en forma desordenada y globular). Cuando el flujo
sanguíneo se enlentece, la formación de agregados produce un aumento de la
resistencia al flujo que desaparece cuando la corriente sanguínea aumenta.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
La agregación de los eritrocitos en el plasma es inducida por una interacción
compleja entre varios constituyentes como las proteínas de alto peso molecular,
principalmente fibrinógeno, proteínas de bajo peso molecular y posiblemente otros
tipos de moléculas. Este fenómeno se produce cuando las macromoléculas
plasmáticas, como el fibrinógeno, forman un puente entre las membranas de los
glóbulos rojos.
En los vasos donde el flujo sanguíneo es lento (vénulas) o donde las situaciones
839
patológicas inducen una disminución del flujo sanguíneo (luego de una estenosis
arterial), los agregados de glóbulos rojos se forman regularmente. Esta agregación
juega un gran papel en la viscosidad de la sangre y explica que se produzca la
hiperviscosidad sanguínea cuando existe un flujo bajo.
La agregación eritrocitaria ocupa un destacado papel en la reología sanguínea
porque le confiere tixotropía a la sangre, es decir, una propiedad que hace variar su
viscosidad con el tiempo.
Cuando el flujo sanguíneo se enlentece, la formación de agregados produce un
aumento de la viscosidad; y a la inversa, cuando la corriente sanguínea aumenta, la
ruptura de los agregados por el cizallamiento disminuye notablemente la viscosidad.
La agregación patológica suele provocar obstrucciones por dos mecanismos: a)
por formación de redes densas de agregados o grumos de glóbulos rojos resistentes a
las fuerzas de cizallamiento locales, pero más comúnmente porque b) la aglomeración
de los glóbulos rojos en el eje del tubo produce la exclusión de los glóbulos blancos y
plaquetas que son desplazados de la zona central hacia las paredes del vaso
aumentando la probabilidad de su interacción con el endotelio vascular. En los
pequeños vasos la marginación es acompañada de adhesión y extravasación de los
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
granulocitos, típica de los procesos inflamatorios y situaciones de bajo flujo (reacción
de fase aguda).
Clínicamente, el estudio de la viscosidad sanguínea, el fibrinógeno y la
agregación eritrocitaria, resultan de utilidad para la evaluación y seguimiento del
perfil hemorreológico de pacientes hipertensos, dado que, en general, en individuos
normales, los agregados adoptan la forma de rouleaux que al enlazarse lateralmente
se convierten en redes filamentosas más o menos reticuladas. En los pacientes con
hipertensión, se producen agregados tipo clusters, los cuales reflejan una interacción
célula-célula anormal (probablemente por aumento en el fibrinógeno).
La deformación de los hematíes. Los eritrocitos, células de gran tamaño
para los vasos capilares, poseen propiedades de deformación y capacidad de
agregación que los hacen netamente diferentes de las partículas que integran las
suspensiones no biológicas.
La forma y la rigidez de los eritrocitos es regulada por diversos factores como
su geometría (relación superficie/volumen), su viscosidad interna (función de la
hemoglobina) y las propiedades elásticas de la membrana celular (ATP, calcio,
composición lipídica y proteica) que le confieren una estructura bicóncava en reposo.
En ausencia de fuerzas externas, toman espontáneamente la forma bicóncava, pero
su conformación varía constantemente cuando fluyen y son capaces de plegarse para 840
atravesar con facilidad vasos menores que la mitad de su diámetro.
Una condición observada experimentalmente, coincide con que la
deformabilidad es el condicionante de la viscosidad en capilares de 6 µm de diámetros,
mientras que para capilares de 3 µm, el condicionante es la viscosidad interna (citosol)
eritrocitaria.
Muchos factores influyen sobre la deformabilidad o la viscosidad interna; por
ejemplo, el descenso de la temperatura, disminuye su deformabilidad en un 2% por
cada grado de descenso de temperatura, debido a cambios en las proteínas como la
hemoglobina y algunas proteínas de membrana como la espectrina. La biconcavidad
del eritrocito con criterio reológico recuerda que el exceso de superficie le permite
deformarse sin que su membrana sea distendida y responder a fuerzas asimétricas
con un movimiento de rotación.
En un flujo, el eritrocito va tomando formas continuamente cambiantes
mientras rota sobre sí mismo, por lo que se desliza con una mínima pérdida de
energía por rozamiento (un objeto que rueda se frena mucho menos que cuando se
arrastra). Esto favorece su circulación, tanto en los vasos grandes, donde se escurre
entre sus pares, como en los capilares, donde sufre la máxima deformación por ser el
diámetro del vaso considerablemente menor que el de su forma en reposo.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Por su parte, el comportamiento reológico de los glóbulos rojos es muy
dependiente de su metabolismo energético y del ambiente fisicoquímico en que se
encuentran. Por ejemplo, tanto el incremento como la disminución de la osmolaridad
plasmática reducen la deformación de los eritrocitos. En un medio hipotónico,
aumenta el volumen de los eritrocitos sin que se incremente su superficie de
membrana, tornándolos menos deformables. Asimismo, en un medio hipertónico la
relación superficie/volumen es mayor, pero aumenta la viscosidad del citosol. La
deformabilidad también se reduce cuando se eleva la concentración de H+ (es decir,
disminuye el pH).
Otro factor importante representa el colesterol, ya que es una molécula
relativamente rígida, presente normalmente en baja concentración en la matriz
lipídica de la membrana, compuesta principalmente por fosfolípidos. Una mayor
concentración de colesterol en la membrana del eritrocito en relación con la
concentración de fosfolípidos tiende a disminuir la deformación de los glóbulos rojos.
Por ello, en las dislipidemias puede haber alteraciones con el metabolismo del
colesterol y su intercambio celular con las lipoproteínas alterando significativamente
la viscosidad de la sangre.
Por su parte, cuando la provisión de ATP es insuficiente, como ocurre en los
eritrocitos almacenados (banco de sangre), se reduce la deformación de los glóbulos
841
rojos. La reducción de la deformación eritrocitaria se asocia frecuentemente con
aumento de la concentración intracelular de Ca2+, primariamente porque este ion
aumenta la rigidez del citoesqueleto. El mecanismo involucra la unión del Ca 2+ a la
calmodulina, y la interacción del complejo Ca-CaM con el complejo espectrina-
actina-banda 4.1.
La deformación se recupera cuando se normaliza la concentración intracelular
deCa2+, y la disminución de la deformación se puede prevenir usando bloqueantes de
canales de Ca2+ y con procedimientos destinados a mantener una concentración
adecuada de ATP. La concentración intracelular tiende a aumentar con la edad de los
eritrocitos, y este fenómeno, junto con alteraciones en el glucocálix (pérdida de
residuos de ácido siálico) parece tener un papel importante en la remoción de los
eritrocitos envejecidos de la circulación.
Otra agresión que causa aumento de la rigidez, es la mediada por radicales
libres del tipo de las especies reactivas del oxígeno (ERO), como el anión superóxido,
el radical hidroxilo o el peróxido de hidrógeno. Cuando las defensas contra las ERO
son superadas, ocurren una serie de efectos, como aumento de la permeabilidad a los
cationes, alteraciones en las propiedades de la membrana, oxidación y degradación de
proteínas, peroxidación de lípidos, formación de metahemoglobina y ligaduras
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
anormales entre los componentes del citoesqueleto y de la hemoglobina con la
espectrina. Esto ocurre, por ejemplo, en la reperfusión consecutiva a la isquemia y
en la sepsis, donde se activan los leucocitos polimorfonucleares que generan ERO.
Las ERO producen diferentes efectos según sean generadas dentro de los
eritrocitos o fuera de ellos. Un exceso de ERO en el medio extracelular afecta
principalmente la agregación, con una respuesta bifásica. La agregación es facilitada
por el anión superóxido en baja concentración, e inhibida por concentraciones altas.
Estos efectos parecen deberse a alteraciones del glucocálix. Por el contrario, un exceso
intracelular de ERO afecta principalmente la deformabilidad, al menos en parte, por
degradación de las proteínas del citoesqueleto, espectrina y banda 3.
Por su parte, el óxido nítrico (NO) es otro radical libre, aunque es capaz de
aumentar la deformación de los eritrocitos, al reducir la viscoelasticidad de la
membrana eritrocitaria.
Otro factor importante es el 2,3-DPG, un metabolito intermedio de la glucólisis
que en el eritrocito reduce la afinidad de la hemoglobina por el O 2 y facilita la
liberación de O2 en los tejidos. La hipoxia y la alcalosis estimulan la producción de
2,3-DPG aumentando también la viscosidad interna, la concentración de hemoglobina
intracelular y el contenido de ATP, y baja el pH intracelular, lo que incrementa la
viscoelasticidad en la membrana llevando, por ende, a una disminución en la 842
deformación. Esta reducción de la deformabilidad eritrocitaria se debe, en parte por
aumento de la viscosidad del citosol y en parte por aumento de la viscoelasticidad de
la membrana.
En algunas enfermedades hereditarias hay alteraciones de la membrana
eritrocitaria, como es el caso del trastorno autosómico dominante conocido como
esferocitosis familiar, en el que se altera la función del citoesqueleto (modificando
la espectrina y la anquirina) y existe una permeabilidad anormal al sodio. Los glóbulos
rojos son pequeños y esféricos, y su resistencia a la hipoosmolaridad y deformación
están reducidas y es mayor su fragilidad.
En otras condiciones hereditarias existen hemoglobinas anormales, como la
S o la C, que muestran tendencia a agregarse cuando la presión de oxígeno es baja y
aumentan excesivamente la viscosidad del citoplasma de los glóbulos rojos. En
enfermedades como la anemia de células falciformes, es frecuente la obstrucción
vascular causada por eritrocitos rígidos y deformados.
Por otra parte, los leucocitos pueden contribuir a la viscosidad en ciertas
condiciones, principalmente sobre la microvasculatura, dado que son menos
deformables que los eritrocitos y mucho más grandes.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Existen al menos tres mecanismos por los que los leucocitos pueden contribuir
a la injuria microvascular. Uno de ellos es el taponamiento mecánico de los capilares.
Los otros dos provienen del efecto de una variedad de estímulos que provocan: a)
aumento de su adhesividad, fijación a las paredes vasculares con disminución de la
luz y formación de agregados que se constituyen en émbolos y b) liberación de
sustancias tóxicas normalmente destinadas a los invasores microbianos, pero que en
el interior vascular producen injuria endotelial.
Por estas razones, pueden producir un deterioro general de la microcirculación
o ser los mediadores del infarto de órganos vitales; se los considera factores de riesgo
en cualquier enfermedad oclusiva periférica, como el infarto de miocardio, la isquemia
cerebral y la aterosclerosis. Después de verificarse que ningún tratamiento
farmacológico ofrece un grado tan elevado de protección contra el daño isquémico como
la remoción de los granulocitos, se los ha catalogado como perpetradores insidiosos del
daño tisular isquémico y postisquémico.
Por su parte, existen numerosos indicios de que la arteriosclerosis es un proceso
de depósito en determinados sectores del sistema vascular que depende de la función
plaquetaria. Se ha demostrado que la activación plaquetaria se encuentra
aumentada en numerosas enfermedades vasculares, y que en las ramificaciones o a
posteriori de una estenosis se alteran las características del flujo laminar.
843
La activación plaquetaria es favorecida cuando cambia bruscamente la
velocidad y la dirección del flujo, y se produce una recirculación contra las paredes
vasculares. En las estenosis, donde existen elevadas fuerzas de cizallamiento, los
eritrocitos son altamente deformados y pueden llegar a romperse y liberar su
contenido. El ADP liberado por los eritrocitos rotos es un factor que estimula la
activación de las plaquetas.
La velocidad de deslizamiento. La viscosidad de la sangre depende de la
concentración celular y sus propiedades, de la deformación y la agregación. Como
estas últimas variables son dependientes de la velocidad de flujo, la viscosidad lo es
también.
En condiciones fisiológicas, la velocidad de flujo es suficientemente elevada
como para prever que los eritrocitos circulen desagregados, aunque esta suposición es
dificultoso dada la gran complejidad de la geometría del circuito circulatorio. En las
vénulas y pequeñas venas, el esfuerzo de corte o cizallamiento es menor y, por lo tanto,
mayor la probabilidad de formación de rouleaux. A bajas velocidades la sangre cambia
de una emulsión de baja viscosidad a una suspensión de alta viscosidad. En estados
inflamatorios las proteínas de fase aguda (fibrinógeno, α2-macroglobulina, etc.)
aumentan la agregación eritrocitaria.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
La velocidad de flujo (distancia/tiempo) se determina a partir de la magnitud
del flujo (volumen/tiempo) y el área de corte transversal del vaso. Esto puede
expresarse como:
Velocidad (v) = flujo ()/ área (A)
Esto indica que al tiempo que se incrementa el flujo hacia un vaso sanguíneo,
su velocidad aumenta. También revela que si un vaso se hace más pequeño (y el flujo
permanece sin cambios), la velocidad de flujo debe aumentar.
Por ejemplo, en un circuito cerrado, si un flujo de 200 ml/s en un tubo se fuerza
a pasar por otro tubo más estrecho, deberá pasar a mayor velocidad por el tubo de
abertura más pequeña para mantener un volumen de flujo de 200 ml/s.
Por el contrario, si se permite que este líquido se expanda en un área de mayor
sección transversal, podrá moverse más lentamente y seguir teniendo un flujo de 200
ml/s. Esta relación se mantiene si se aplica a un solo tubo o a un área transversal
compuesta por muchos tubos dispuestos en paralelo, como una sección transversal del
aparato vascular.
Así pues, para un flujo constante (flujo de entrada = flujo de salida), una
disminución del área transversal a través de la que se mueve el flujo aumenta la
velocidad de éste, mientras que un aumento del área de la sección transversal 844
disminuye la velocidad del flujo.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Sin embargo, en la realidad se observa una caída de presión según la sangre se
desplaza en la dirección del flujo debido a la fricción (la sangre es un líquido real)8 y,
por ello, se requiere una diferencia de presión para conseguir la circulación de la
sangre a través de los vasos sanguíneos. Esta fricción, fuerza de arrastre o de frenado
que ejerce el vaso sanguíneo sobre la capa de sangre en contacto con él, o la propia
sangre, y a la que ejerce cada capa de fluido sobre la adyacente que se está moviendo
con distinta velocidad, son las fuerzas viscosas ya estudiadas.
Como resultado de su presencia, la velocidad de la sangre tampoco es constante
a lo largo del vaso siendo mayor cerca de su centro y menor cerca de sus paredes, en
donde el fluido entra en contacto con ellas. Esta estructura de capas o flujo laminar
o lineal (perfil parabólico) se presenta en los fluidos viscosos a baja velocidad.
Asimismo, es importante destacar que todos los líquidos que fluyen ejercen una
fuerza de “roce” sobre la pared interior del cilindro por el que pasan. Esta fuerza es
análoga a lo que se siente cuando se frota la palma de una mano con la palma de la
otra, y se denomina fuerza de cizallamiento.
Esta fuerza sobre las paredes interiores de las arterias aumenta de forma
proporcional al incrementar la velocidad de flujo cerca de la pared, lo cual tiene
diversas implicaciones médicas.
845
La liberación de sustancias paracrinas por el endotelio, así como otros
fenómenos de transporte, se ven estimulados por el aumento de la fuerza de
cizallamiento sobre las células endoteliales que revisten las arterias.
Estos factores son necesarios para la estimulación del crecimiento de los
capilares y la reparación del endotelio, y es posible que sean el vínculo entre el
crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el músculo esquelético y los aumentos
periódicos del flujo sanguíneo muscular durante los ejercicios aeróbicos. Por el
contrario, en las zonas de escaso roce de las arterias se favorece la ateroesclerosis.
Es por ello que, en el flujo laminar, las capas celulares que se encuentran cerca
de la pared vascular tienen una velocidad prácticamente igual a cero, mientras que es
máxima en el centro.
8
Un fluido ideal es aquel fluido que es incompresible y que no tiene rozamiento interno o viscosidad.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Sin embargo, el flujo laminar sólo se mantiene hasta que se alcanza cierta
velocidad crítica. A esa velocidad o por encima de ella, el flujo se vuelve turbulento
apareciendo torbellinos o remolinos irregulares (Pollock et al., 2022).
El flujo lineal es silencioso, pero el flujo turbulento genera sonidos. La
turbulencia también depende de ciertos factores representados por el número de 846
Reynolds (Re), un número adimensional, desarrollado por Osborne Reynolds,
ingeniero y físico irlandés, en 1883:
Re = D × v × /
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
implica una disipación mayor de energía en forma de calor y en forma de energía
cinética.
En principio, en el flujo turbulento, las velocidades de la sangre en cada punto
de la luz cambian rápidamente, aunque la tasa volumétrica de flujo a lo largo de la
sección del vaso tiene variaciones estables en el tiempo. El movimiento de los
eritrocitos tiene dos componentes de velocidad que se definen como uno de variación
lenta a lo largo del eje del vaso (L) y otro de variación rápida que es aleatorio (R).
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
La vasculatura forma redes complejas a medida que se aleja del corazón (las
arterias se van dividiendo), pero forma nuevamente un vaso venoso que
regresa al corazón.
Sin embargo, la ecuación básica de flujo ( = ΔP/R) puede aplicarse a redes de tubos,
así como a tubos individuales; la razón es que cualquier red de resistencias, no
obstante, su complejidad, siempre puede reducirse a un resistor “equivalente” único
que relaciona el flujo total a través de la red con la diferencia de presión a través de
la red.
848
El corazón y circulación. Las vías circulatorias hacia los distintos órganos y tejidos se
disponen en serie (en algunos casos) y en paralelo (las mayoría de las veces) (Michael y
Sircar, 2012).
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Si se consideran vasos sanguíneos individuales dispuestos en serie (una
después de otra), las resistencias individuales R1, R2,..., Rn, también se conectarán
en serie, por lo cual, la resistencia total de la red será:
Rt = R1 + R2 +…+ Rn
En la figura se representa un ejemplo de “cinco vasos” conectados en serie entre
alguna región donde la presión de entrada es Pe y otra región con presión más baja de
salida Ps, de modo que la diferencia de presión total a través de la red, ΔP = Pe – Ps.
Con la ecuación de resistencia en serie, la resistencia total a través de esta red R t =
R1 + R2 + R3 + R4 + R5.
849
En este mismo ejemplo, el flujo a través de la red será = ΔP/Rt. Según la ley
de continuidad, el flujo en cada región del sistema en serie debe ser el mismo, variando
sus velocidad respecto al área correspondiente; es decir, t = 1 = 2 = 3 = 4 = 5.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Sin embargo, como se observa en la figura anterior, una porción del decremento
de presión total a través de la red ocurre dentro de cada elemento de la serie. El
decremento de presión a través de cualquier elemento de la serie puede calcularse al
aplicar la ecuación de flujo a ese elemento, por ejemplo, ΔP 1 = . R1, y ocurrirá en la
región con mayor resistencia de la serie.
Por su parte, cuando varios tubos con resistencias individuales R1, R2,..., Rn, se
relacionan para formar una red paralela de vasos, es posible calcular una resistencia
total única para la red paralela Rt de la siguiente manera:
1/Rt = 1/R1 + 1/R2 +…+ 1/Rn
Como la ecuación precedente lo indica, la resistencia total de cualquier red
paralela siempre será menor que la de cualquiera de los elementos en la red.
En general, mientras más elementos paralelos ocurren en la red, menor es la
resistencia general de la red. Así, por ejemplo, un lecho capilar que consta de muchos
vasos capilares individuales en paralelo puede tener una resistencia total muy baja al
flujo, aun cuando la resistencia de un capilar único es alta.
Asimismo, la ecuación básica de flujo puede aplicarse a cualquier elemento
único en la red o a la red como un conjunto. Por ejemplo, el flujo a través de sólo el
primer elemento de la red será 1 = ΔP/R1, mientras que el flujo a través de la red 850
paralela entera está proporcionado por t = ΔP/Rt.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Tanto la circulación sistémica como pulmonar presentan resistencia
vascular, pero con sus diferencias anatomofuncionales.
La resistencia vascular sistémica (RVS) es la resistencia que existe en el circuito
mayor y para su cálculo se aplica la ley de Ohm:
RVS = [(PAM – PVC) x 80]/GC = (dinas × s/cm3) = URP
Donde PAM es la presión arterial media (preferentemente medida cerca del
corazón, es decir, aorta) y PVC la presión venosa central lo más cerca posible de la
aurícula derecha, la presión al inicio y al final del sistema. Se divide entre el GC en
L/min y se multiplica por 80, que es el factor de conversión a la unidad estándar de
presión. Esta resistencia corresponde a la resistencia periférica total (RPT), expresada
en unidades de resistencia periférica o URP.
Por su parte, puede medirse la resistencia vascular pulmonar la cual
corresponde a la resistencia existente en el circuito menor. Para su determinación se
utiliza la siguiente fórmula:
RVP = [(PAPM – Pw) x 80]/GC = (dinas × s/cm3) = URP
Donde PAPM es la presión media de la arteria pulmonar y la Pw es la presión
wedge, correspondiente a la presión de enclavamiento capilar pulmonar (PECP),
equivalente a la presión media en la aurícula izquierda. 851
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
transversal total de mayor tamaño, como ocurre en los lechos capilares.
Independientemente de las diferencias de velocidad, cuando el GC es de 5 L/min, el
flujo a través de los capilares, arteriolas y vénulas sistémicos también es de 5 L/min.
Los cambios de velocidad de flujo que ocurren conforme la sangre pasan por el sistema
vascular periférico se muestran en la figura.
852
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Como ya vimos, la PAM refleja la circulación sanguínea constante y se
considera entre 70 y 105 mmHg como intervalo de referencia, mientras que los valores
de normalidad del GC en el adulto sano es alrededor de 4 a 8 l/min, aunque pueden
variar considerablemente en función de diversas situaciones fisiológicas y patológicas.
La misma ecuación anterior es aplicable a la circulación pulmonar y, en este
caso, el GC es igual al del territorio sistémico (4 a 8 L/min), mientras que la resistencia
vascular pulmonar (RVPT) y la PAM pulmonar son muy inferiores a las del territorio
sistémico.
Asimismo, la ley de Poiseuille explica que la diferencia de presión inicial y final
en un sistema canalicular está en relación directa con el caudal circulante.
P = T × µ /r T = P × r /µ
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Bernoulli). Asimismo, el radio del vaso aumenta por la distensión patológica y todos
los factores se desequilibran con lo cual la tensión crítica de la pared se vence y
aparece la rotura del aneurisma.
Otras complicaciones de los aneurismas implican a la trombosis, dada la
alteración hemodinámica en el segmento aneurismático puede dar lugar al desarrollo
de un trombo en el interior del aneurisma, el cual puede extenderse y obstruir el vaso
o generar una embolia, porque se pueden desprender pequeños fragmentos del
trombo que reviste el aneurisma y, a continuación, pueden ocluir los vasos distales, lo
que causa una isquemia aguda (por ejemplo, vasos arteriales de los miembros
inferiores).
El calibre del vaso ocluido depende del tamaño del trombo. Los pequeños
émbolos pueden enclavarse en vasos distales y provocar una isquemia digital,
mientras que los émbolos grandes pueden ocluir los vasos mayores y causar una
isquemia aguda de la extremidad o una isquemia intestinal aguda.
Otra situación implica la compresión de las estructuras adyacentes a medida
que el aneurisma se expande. Por ejemplo, un aneurisma del cayado aórtico puede
comprimir el esófago y provocar disfagia (dificultad para deglutir).
En la disección aórtica, se crea una falsa luz en la pared de la aorta debido a
un desgarro de la íntima por las fuerzas de cizallamiento que actúan sobre ella desde 854
el interior de la luz vascular o desde una rotura de la íntima de un pequeño hematoma
situado en la media del vaso.
Esta alteración suele producirse en la aorta torácica debido a las elevadas
fuerzas físicas que se ejercen sobre la pared vascular y es más frecuente en pacientes
hipertensos. Los pacientes presentan un cuadro súbito e intenso de dolor torácico,
irradiado en ocasiones a la espalda, por lo cual siempre se debe pensar en este
diagnóstico en los pacientes con dolor torácico. El diagnóstico se suele realizar
utilizando la tomografía computada (TC) o la resonancia magnética (RM).
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
presiones sistólica y diastólica constituyen una de las técnicas diagnósticas más
ampliamente utilizadas.
En principio, medir la presión arterial implica conocer la presión (sistólica y
diastólica), que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos arteriales, idealmente
de forma directa en la aorta. Sin embargo, la técnica utilizada es una técnica de
medición indirecta por lo cual, el dato obtenido es de la tensión arterial, tanto en
sístole como en diástole, de arterias de mediano calibre como la braquial.
La técnica se puede dividir en tres aspectos fundamentales que incluyen las
condiciones del paciente, condiciones del equipo y condiciones del observador.
Condiciones del paciente. El paciente debe encontrarse relajado físicamente
(evitar ejercicio físico en los 30 minutos previos a la medición). Por ello, el paciente
debe estar en reposo, por lo menos 5 minutos, antes de la toma de la tensión.
Evitar actividad muscular isométrica, con el paciente sentado con la espalda
recta y un buen soporte; el brazo izquierdo descubierto apoyado a la altura del corazón;
piernas sin cruzar y pies apoyados cómodamente sobre el suelo.
Asimismo, debe evitarse hacer la medición en casos de malestar, con vejiga
llena, necesidad de defecar, etc., estando el paciente también relajado mentalmente
(reducir la ansiedad o la expectación por pruebas diagnósticas), por ello, se debe 855
propiciar un ambiente tranquilo, minimizando la actividad mental (no hablar, no
preguntar) y no se debe hacer el estudio en pacientes sintomáticos o con agitación
psíquica/emocional, evitando un tiempo prolongado de espera antes de la visita.
También se debe evitar el consumo de cafeína o tabaco (o estimulantes en
general), en los 30 minutos previos a la medición, la administración reciente de
fármacos con efecto sobre la presión arterial (incluyendo los antihipertensivos).
Condiciones del equipo. El equipo a utilizar para las mediciones consiste en
un esfigmomanómetro (del griego “sphygmós”, pulso; “manós”, ligero y “metros”,
medida) manual, de mercurio o aneroide, que se compone de un manómetro (mal
llamado tensiómetro), un sistema de brazalete inflable y un estetoscopio para
auscultar de forma clara el intervalo de los sonidos de Korotkoff (sistólico y diastólico).
Estos instrumentos deben ser calibrados cada seis meses y verificarse que dicha
calibración sea correcta.
Actualmente existen manómetros que registran la presión arterial de manera
electrónica, en los que no se utiliza el estetoscopio, sino que detectan la señal de la
oscilación que comunica la arteria al estar comprimida por el manguito a presión. Esto
es así dado que, además existen recomendaciones internacionales sobre la progresiva
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
desaparición de los aparatos que utilicen el mercurio, por su potencial toxicidad y
poder contaminante, lo que hace prever su sustitución por aparatos electrónicos.
Distintos estudios han determinado que no existe diferencia en el uso de estos
instrumentos digitales, siempre que se usen aparatos digitales validados.
La longitud de la funda del manguito debe ser suficiente para envolver el brazo
y cerrarse con facilidad, mientras que la longitud de la cámara debe alcanzar al menos
el 80% de la circunferencia del brazo. El ancho de la cámara debe representar el 40%
de la longitud del brazo. Las cámaras o manguitos inadecuadamente pequeños
tienden a sobreestimar la presión arterial.
Se deben retirar las prendas gruesas y evitar que se enrollen para que no
compriman el brazo; sin embargo, alguna prenda fina (menor de 2 mm de grosor) no
modificará los resultados. Dejar libre la fosa antecubital (colocar el borde inferior del
brazalete 2 a 3 cm por encima del pliegue del codo) para poder palpar la arteria
braquial y después colocar la campana del estetoscopio en ese nivel (nunca debe
quedar por debajo del brazalete).
El centro de la cámara (o la marca del manguito) debe coincidir con la arteria
braquial. El manguito debe quedar a la altura del corazón, no así el manómetro, que
debe ser perfectamente visible para el observador.
856
Mientras se palpa el pulso arterial (braquial o radial), se infla rápidamente el
manguito hasta que éste desaparezca cuyo valor correspondería a la presión sistólica.
Luego se desinfla el manguito y se coloca la membrana del estetoscopio sobre la arteria
humeral y se vuelve a inflar hasta 30 o 40 mmHg por encima de los valores sistólicos
normales para la auscultación de la misma.
Ahora se desinfla el manguito a una velocidad de 2 a 3 mmHg/s y se usa el
primer ruido de Korotkoff para identificar la cifra de PAS y el quinto ruido
(desaparición) para la cifra de PAD. Suelen ajustarse las cifras auscultadas a
números pares.
Es importante destacar que, debido a que el flujo a través de estos vasos algo
comprimidos es intermitente y turbulento, se detectan ruidos de golpeteo con el
estetoscopio que se coloca sobre la arteria braquial.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Siempre que la presión del manguito está entre las presiones arteriales sistólica
y diastólica se auscultan ruidos de características variables, los cuales se conocen en
conjunto como ruidos de Korotkoff:
I.Ruido sordo nítido (que se considera la presión arterial sistólica).
II.Sonido intenso sibilante.
III.Ruido sordo suave.
IV. Sonido suave sibilante o apagamiento (en ocasiones se considera la presión
arterial diastólica, p. ej., en el embarazo).
V. Comienzo del silencio (que se considera la presión arterial diastólica).
En caso de que se continúen auscultando ruidos hasta un nivel muy cercano al
cero, entonces se deberá tomar el cuarto ruido de Korotkoff (apagamiento) para
determinar la cifra de PAD.
Por último, es necesario realizar como mínimo dos mediciones separadas al
menos por un minuto; si se detecta una diferencia de PA entre ambas, mayor de 5
mmHg, deberá realizarse una tercera toma. Es importante esperar al menos un
minuto entre las mediciones, ya que, si el sistema venoso se llena, será difícil la
auscultación de los ruidos.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
858
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
conocer el equipo y verificar su adecuado funcionamiento. Hay que familiarizarse con
las particularidades de cada equipo e idealmente utilizar el equipo con el que uno se
sienta más cómodo.
Técnicamente el manómetro o la columna de mercurio deben estar a menos de
30 cm y en línea recta a nuestra línea de visión en todo momento. En cuanto al
estetoscopio, las olivas deben dirigirse hacia adelante, para estar perfectamente
alineadas con los conductos auditivos externos del que toma la presión y optimizar la
auscultación de la lectura.
Comunicar al paciente su lectura de presión arterial y explicarle el significado
de los valores que se obtuvieron.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
Ecografía Doppler de TSA9: severa ateromatosis generalizada, de los dos
sistemas carotídeos, con estenosis en la salida de la arteria carótida interna derecha
y falta de visualización de arteria carótida interna izquierda que sugiere oclusión
total. Arterias vertebrales sin alteraciones significativas.
Arteriografía de arterias renales: arteria renal derecha normal, arteria renal
izquierda con estenosis proximal del 90%.
Ecografía abdominal: severos cambios ateroscleróticos de la aorta abdominal con
dilatación aneurismática infrarrenal de 4,25 cm con importante reducción del
diámetro luminal.
Diagnóstico: Neumonía. HTA. Aneurisma aórtico abdominal. Ateromatosis
carotidea y aterosclerosis de la arteria renal.
Tratamiento: Hidroclortiazida 50 mg/día, Losartan 100 mg/día, Amlodipino 10
mg/día. Angioplastia y colocación de endoprótesis.
Puntos de reflexión
1. ¿A qué se deben los soplos auscultados en cada una de las zonas señaladas?
2. ¿Cuáles son los factores de riesgo para HTA que se deben investigar? ¿Por qué?
860
3. ¿Qué sucede con el flujo sanguíneo en la zona del aneurisma aórtico?
9
TSA: tronco superior aórtico
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
justifica). En la primera, la etiología de la HTA es desconocida y en ella están
implicados múltiples factores genéticos y ambientales (estrés, ingesta de sal,
obesidad, etc.); representando alrededor del 95% de los casos de HTA.
En cambio, la HTA secundaria, está constituida por un grupo muy heterogéneo
de enfermedades que constituyen tan sólo un 5% de las causas de HTA, pero de gran
importancia dado que si se identifica el problema que la origina, se puede controlar la
HTA y evitar el empleo de por vida de fármacos antihipertensivos.
Dentro de las causas secundarias más comunes, la HTA de origen renovascular
son las más comunes (90% de los casos se debe a ateroesclerosis de la arteria renal).
La estenosis de la arteria renal hace que disminuya la presión en las arteriolas
aferentes de los glomérulos renales (aparato yuxtaglomerular) y aumenta la secreción
de renina, la cual estimula la síntesis de Ang I que se transforma en Ang II gracias a
la acción de la ECA.
La Ang II es un potente vasoconstrictor que provoca HTA, además, estimula la
liberación de aldosterona por las glándulas suprarrenales que promueve la retención
de sodio (y secundariamente agua) a nivel renal contribuyendo al desarrollo de HTA.
Debe recordarse que para que aumente la TA tiene que haber un incremento
del GC, de la RVS o de ambos. Los factores predisponentes o factores de riesgo, son:
861
✓ Edad (la presión arterial aumenta con la edad).
✓ Resistencia a la insulina.
✓ Obesidad.
✓ Hiperhomociteinemia.
✓ Ingesta excesiva de alcohol.
✓ Ingesta excesiva de sal.
✓ Susceptibilidad genética.
✓ Sedentarismo.
✓ Estrés.
✓ Ingesta baja de potasio.
✓ Ingesta baja de calcio.
La HTA no se asocia a manifestaciones clínicas específicas y, por lo general, es
asintomática hasta que causa complicaciones. Los síntomas que suelen atribuirse a
HTA, como cefalea, inestabilidad en la marcha, irritabilidad, etc., son muy
inespecíficos y generalmente no guardan relación directa con las cifras tensionales;
por lo cual la HTA suele ser, durante muchos años, una enfermedad silenciosa.
El gran problema lo constituyen sus complicaciones, muchas veces de
instauración aguda, y con una elevada mortalidad como ser: un alto riesgo de sufrir
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
accidentes cerebrovasculares (ACV), tanto isquémicos (provocados por desarrollo de
aterosclerosis en arterias cerebrales) como hemorrágicos (relacionados con la rotura
de vasos cerebrales). Más del 50% de los pacientes que sufren ACV son hipertensos.
Asimismo, la HTA es un factor de riesgo primario para el desarrollo de
cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca e hipertrofia ventricular izquierda
debido al incremento de la poscarga. La aterosclerosis favorecida por la HTA subyace
en la mayoría de estas complicaciones y, a su vez, la HTA mantenida también lesiona
los grandes vasos; así, los pacientes con HTA desarrollan con mayor frecuencia
aneurismas aórticos (dilataciones patológicas de la arteria aorta) que cuando miden
más de 5 cm de diámetro tienen un riesgo muy elevado de romperse. La rotura o
disección de la aorta se asocia a una mortalidad superior al 50%.
La HTA puede provocar lesiones ateroscleróticas en las arterias renales que,
por isquemia, pueden ocasionar insuficiencia renal (nefropatía esclerohipertensiva) y
un 10 al 20% de los pacientes hipertensos desarrollarán insuficiencia renal, que
también causa HTA secundaria, con lo que se establece un peligroso círculo vicioso.
Una vez diagnosticado, el objetivo fundamental del tratamiento
antihipertensivo es la reducción de la morbimortalidad cardiovascular.
Asimismo, es necesario tratar todos y cada uno de los factores de riesgo cardiovascular
asociados a la HTA. 862
El objetivo es disminuir la presión arterial por debajo de 140/90 mmHg. No
obstante, es recomendable que la población alcance las denominadas cifras óptimas
de presión menores de 120/80 mmHg, especialmente en personas jóvenes. En
enfermos que han tenido complicaciones cardiovasculares (ACV, cardiopatía
isquémica) o en los diabéticos, la presión arterial debe reducirse a valores inferiores a
130/80 mmHg.
Por su parte, antes de iniciar el tratamiento con fármacos, es preciso adoptar
una serie de cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a controlar la presión
arterial, y si esto no es posible, se debe iniciar el tratamiento con fármacos.
Por ejemplo, en los pacientes prehipertensos (entre 120/80 y 139/89 mmHg) y
en todos los hipertensos se recomienda una serie de medidas no farmacológicas que
por sí mismas reducen las cifras. Cuando los niveles de PA se sitúan en límites
inferiores a 160/100 mmHg, pero superiores a 139/89 mmHg (grado I), sin otros
factores de riesgo y sin repercusión cardiovascular: antes de recomendar fármacos se
puede iniciar un tratamiento con medidas generales aisladas durante unas cuantas
semanas, aunque para ello hay que contar con la complicidad y disciplina del paciente.
Si pasadas 12-18 semanas las cifras se han normalizado se si la misma pauta; si no
hubiera ocurrido así, sería aconsejable añadir algún
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
fármaco, siempre a juicio del médico. En cualquier caso, mantener las medidas
generales facilitará el efecto antihipertensivo de los fármacos.
Asimismo, la reducción de peso en las personas obesas, incluso manteniendo un
aporte moderado de sal, disminuye las cifras de TA y añade beneficios sobre otros
factores de riesgo metabólicos, como la glucemia y los lípidos, además de disminuir la
sobrecarga cardíaca. En general, existe una buena correlación entre la magnitud del
descenso ponderal y la bajada de la TA.
Debe tratarse de reducir el índice de masa corporal (IMC, peso en kilogramos
dividido por la talla en metros al cuadrado) hasta el 25% en quienes presentan
sobrepeso u obesidad y mantenerlo en rangos normales (19-25%) en los pacientes de
constitución normal, sin sobrepeso. Con esta estrategia se pueden conseguir descensos
de la PAS de entre 5 y 20 mmHg.
Debido a nuestros hábitos, solemos consumir una cantidad de sal generalmente
superior a los 12-15 g diarios. Algunos estudios controlados han demostrado que al
disminuir el aporte hasta 5-6 g al día, las cifras de TA pueden bajar en unas semanas
hasta 4-6 mmHg. Lo importante es suprimir los alimentos que tienen sal en origen
(embutidos, salazones, conservas, quesos curados o pastillas de concentrados de caldo,
entre otros). Posteriormente, y teniendo en cuenta que los lácteos y las proteínas
animales (carnes, pescados) contienen algo de sal de forma natural, que suponen 863
hasta 3 g en la dieta diaria, nos quedarían, por tanto, otros 3 g de sal que podríamos
repartir entre las comidas.
Será imprescindible implementar en sujetos con sobrepeso el ejercicio físico,
pues aumenta el gasto energético, pero también resulta útil en los hipertensos
normopeso, ya que el ejercicio aeróbico practicado con regularidad puede disminuir
por sí mismo la TA. El ejercicio debe ser dinámico (caminata rápida, correr, nadar,
montar en bicicleta), y también se puede suplementar con algún ejercicio de
resistencia de pocos minutos, pero deben evitarse las sesiones de musculación, ya que
al ser ejercicios isométricos.
Tomando como base estas premisas, el hipertenso también puede practicar
deportes competitivos de exigencia media, pero debe procurar que su pulso no exceda
el valor obtenido mediante la siguiente ecuación:
FC = (220 – edad) × 0,7
Es decir, si el sujeto tiene 50 años y cierto hábito, no debe sobrepasar (220 – 50) × 0,7
= 119 lpm. El ejercicio físico aeróbico mejora también el metabolismo de los
carbohidratos y los lípidos.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
El alcohol es un inductor de la HTA. Los grandes consumidores de bebidas
alcohólicas son más proclives a desarrollar ACV según diversos estudios. Además, el
alcohol en altas dosis atenúa el efecto antihipertensivo de los medicamentos. La dosis
máxima permitida de alcohol al día sería de hasta 30 g, lo que traducido a bebidas
alcohólicas corresponde a dos copas, es decir, 300 ml de vino o 750 ml de cerveza u 80
ml de licores (coñac, anís o whisky) en los varones, y algo menos en las mujeres. Con
esta estrategia la TA puede disminuir hasta 2-4 mmHg.
Una dieta rica en vegetales, frutas, lácteos bajos en grasa, cereales, aves,
pescados y nueces, y pobre en carnes rojas y dulces en general, disminuye la TA,
aunque su contenido de sal sea de hasta 9 g diarios; como en la dieta DASH (dietary
approach stop hypertension), la cual tiene algo más de 2.000 Kcal, pues se diseñó para
sujetos sin sobrepeso. Es rica en calcio, potasio, magnesio y fibra, y pobre en azúcar y
en grasa total y saturada; con ella se consigue un descenso significativo de la TA de
hasta 8 mmHg. Cuando, además, se le reduce el contenido de sal hasta 4 g al día, se
obtienen descensos tensionales más pronunciados.
El tabaco es un factor de riesgo cardiovascular ampliamente reconocido. El
consejo debe ser rotundo: es peor fumar un solo cigarrillo que ninguno. Los
hipertensos que consumen tabaco en una cantidad superior a un paquete diario están
más expuestos a desarrollar un cuadro de hipertensión maligna.
864
A la hora de planificar el tratamiento farmacológico de la HTA es preciso
tener en cuenta que el tratamiento es de por vida (en HTA esencial) y es muy
importante que el paciente no lo abandone, la elección del fármaco hipotensor se hará
de forma individualizada dependiendo de las características del paciente y de sus
efectos secundarios. En más del 50% de los pacientes será necesario utilizar dos o más
fármacos (combinados) para el control de la presión arterial adecuada (Evans, 2013).
En la hipertensión maligna, la presión arterial aumenta con rapidez a
niveles muy elevados, con cifras de PAS superiores 200 mmHg y PAD superiores a
130 mmHg.
Es una entidad clínica caracterizada por una importante elevación de la presión
arterial, junto con la presencia de hemorragias y exudados retinianos con o sin edema
de papila. Es una forma grave de hipertensión arterial, con una afectación
multiorgánica que habitualmente incluye al riñón. La causa más frecuente es la HTA
esencial no tratada, que puede evolucionar hacia esta situación con una frecuencia de
entre el 1 y el 7%.
Fernández, V. H.
Capítulo 18 Fisiología cardiovascular
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Tortora, G. J. Derrickson, B. (2018). Principios de Anatomía y Fisiología. 15ª edición. Editorial Médica
Panamericana.
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 19
Mecanismos de regulación de la
presión arterial
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Clasifica los mecanismos de control según el tiempo de latencia y la naturaleza de
los servomecanismos.
2. Describe los componentes del sistema de control arterial por barorreceptores,
analizando la función amortiguadora en los cambios de la presión arterial, la
adaptación de los receptores y el rango óptimo de funcionamiento.
3. Delimita los reflejos cardiovasculares iniciados por descensos en el O2 (hipoxia) o
incrementos en el CO2 (hipercapnia) sanguíneos (reflejos por quimiorreceptores).
4. Expone los mecanismos reflejos por receptores de baja presión.
5. Explica la respuesta isquémica del sistema nervioso central y la reacción de
Cushing.
6. Describe y comparar con los anteriores los sistemas de regulación de actuación
intermedia.
7. Explica el sistema renina-angiotensina-aldosterona y sus efecto.
8. Explica la liberación y efectos cardiovasculares del factor natriurético auricular.
9. Analiza el papel de la vasopresina en la presión arterial.
10. Explica la importancia de la sal en el mecanismo de regulación de la presión
arterial.
11. Describe la diuresis y natriuresis de presión como respuesta a largo plazo para el
control de la presión arterial.
12. Integra mecanismos de control de la presión arterial, tanto en situaciones
fisiológicas como alteraciones patológicas más frecuentes.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Al mismo tiempo, la caída de la PAM condiciona una disminución de la diuresis renal,
lo que ayuda al cuerpo a mantener el volumen sanguíneo mediante la conservación de
agua.
Por el contrario, cuando una persona bebe líquidos en exceso, el volumen
sanguíneo y la PAM aumentan por encima de lo normal. Este aumento desencadena
respuestas hormonales y neuronales que se producen rápidamente para bajar la
presión, devolviéndola a su nivel normal. Al mismo tiempo, el aumento de la presión
desencadena el aumento de producción de la orina por los riñones, lo que elimina el
exceso de agua del cuerpo y normaliza el volumen de sangre.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
desajuste de la presión arterial, pero su duración es prácticamente infinita, por lo que
no cabe duda, es el sistema de control de la presión arterial más eficiente a largo plazo.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
La línea negra representa la curva de respuesta normal, mientras que la curva azul representa el
reajuste del barorreceptor frente a un aumento sostenido de la presión arterial, como ocurre en la
hipertensión arterial.
870
Las fibras nerviosas aferentes del seno carotídeo forman una rama distinta del
nervio glosofaríngeo (par craneal IX), denominada nervio del seno carotídeo o
de Hering. Las fibras del cayado aórtico forman una rama del nervio vago, el nervio
depresor aórtico.
Las fibras aferentes viajan hacia el bulbo raquídeo y la mayoría termina en el
núcleo del tracto solitario (NTS) y el transmisor excitador que secretan es el
glutamato (glu).
Las proyecciones excitadoras glutamatérgicas se extienden del NTS a la parte
caudal ventrolateral de la médula oblonga (CVLM), donde estimulan a las
neuronas inhibidoras secretoras de ácido--aminobutírico (GABA) que se
proyectan a la región rostral ventrolateral de la médula oblonga (RVLM),
también llamada “área vasomotora”.
Las proyecciones excitadoras también se extienden del NTS a las neuronas
motoras vagales en el núcleo ambiguo (NA) y el núcleo motor dorsal. Por lo tanto,
el aumento en la descarga del barorreceptor inhibe la descarga tónica de los nervios
simpáticos y excita los nervios vagales del corazón. Estos cambios nerviosos generan
caída del tono simpático de los vasos arteriales y venosos, con caída de la PAM por
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
acción directa parasimpática sobre el corazón dada la bradicardia y, en consecuencia,
disminuye el GC (a niveles normales).
Existen haces descendentes desde la corteza cerebral, principalmente desde la
corteza límbica, hacia el área vasomotora, los cuales tienen un relevo en el
hipotálamo. Estas fibras son las encargadas del aumento en la presión sanguínea y
la taquicardia que producen las emociones, como la excitación sexual y la ira.
871
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
✓ Área depresora: recibe aferencias del NTS y puede producir el barorreflejo,
pero no es vital para que se produzca éste.
✓ Área de defensa: es responsable de la alerta, o de la respuesta de estrés (lucha
o huida), por lo que interviene en el control de las eferencias simpáticas.
✓ Área secretora de ADH: produce vasopresina que viaja por los axones
neuronales hasta la neurohipófisis, donde se libera al torrente sanguíneo.
Las vías eferentes nerviosas implican axones de las neuronas de la región
RVLM que se dirigen en sentido dorsal y medial, luego descienden en la columna
lateral de la médula espinal a la columna gris intermediolateral (IML) torácica
superior glutamatérgicas donde sinapsan con las neuronas simpáticas
preganglionares y salen de la médula espinal a través de raíces motoras ventrales
y columnas blancas, y se proyectan a los ganglios paravertebrales de la cadena
simpática, liberando Ach que actúa sobre receptores nicotínicos de las neuronas
simpáticas posganglionares. Estos nervios cardíacos del simpático están
representados por 3 nervios originados de los ganglios cervicales, superior, medio e
inferior del tronco simpático.
A su vez existen ramos cardíacos torácicos que se originan de los ganglios
torácicos T2, T3, T4 y T5 del tronco simpático hasta el plexo cardíaco donde las
neuronas simpáticas liberan noradrenalina (NA), también llamado norepinefrina
872
(NE), y actúan sobre los receptores β1-adrenérgicos.
Asimismo, otra categoría de neurona preganglionar pasa a través de la cadena
simpática sin formar sinapsis y se dirigen al ganglio celíaco (ganglio prevertebral)
donde continúa directamente para hacer sinapsis directamente en la médula
suprarrenal, que es un ganglio especializado de la división simpática del sistema
nervioso autónomo.
Los cuerpos celulares de sus neuronas preganglionares se encuentran en la
médula espinal torácica. Los axones de estas neuronas preganglionares discurren por
el nervio esplácnico mayor hacia la médula suprarrenal, donde forman sinapsis en las
células cromafines y liberan ACh, que activa los receptores nicotínicos, liberando, a
su vez, catecolaminas a la circulación general.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
873
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
A diferencia de las neuronas simpáticas posganglionares, que sólo liberan NA,
la médula suprarrenal segrega principalmente adrenalina (Ad) (80 a 90%) y una
pequeña cantidad de NA (10 a 20%).
La razón de esta diferencia es la presencia de feniletanolamina-N-
metiltransferasa (PNMT) en la médula suprarrenal, pero no en las neuronas
adrenérgicas simpáticas posganglionares. La PNMT cataliza la conversión de NA en
Ad, un paso que requiere cortisol de la corteza suprarrenal. El cortisol va a la médula
suprarrenal por vía venosa desde la corteza suprarrenal.
874
Además del corazón como órgano efector, están los vasos sanguíneos que tienen
neuronas preganglionares que forman sinapsis en múltiples neuronas
posganglionares por encima y debajo de la cadena simpática, lo que refleja su extensa
distribución por el cuerpo.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Cuando se estimulan las neuronas
adrenérgicas simpáticas posganglionares,
se liberan NA y ATP de las vesículas
pequeñas de núcleo denso. La NA y el ATP
actúan como neurotransmisores en la
unión neuroefectora, activando sus
receptores respectivos en el órgano efector,
en este caso el músculo liso vascular,
actuando primero el ATP que se une a
receptores purinérgicos produciendo
contracción del músculo liso vascular
relativamente corta. Posteriormente, la
acción de la NA sigue al ATP, uniéndose a
receptores α1-adrenérgicos en el músculo
liso vascular y provoca una segunda
contracción, más prolongada.
Los receptores α1 se encuentran en el
músculo liso vascular de la piel, el músculo esquelético y la región esplácnica y venas,
y su activación produce la contracción en cada uno de estos tejidos mediante la acción
de la proteína Gq y la activación de FLC. 875
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
de la médula suprarrenal activarán los receptores β1, mientras que la Ad activa
preferentemente a los receptores β2.
La estimulación del sistema simpático-suprarrenal produce un incremento del
GC y un aumento de la RPT. Este último efecto se debe a estimulación α1-adrenérgica
del músculo liso vascular por NA y, en menor grado, por Ad. Además, se produce
vasoconstricción del sistema esplácnico y la piel; incluso cuando una persona está
tranquila, el sistema simpático-suprarrenal está activo hasta cierto grado, y ayuda a
ajustar el “tono” de los músculos lisos vasculares. En este caso, fibras simpáticas
adrenérgicas activan receptores α1 para producir una cierta vasoconstricción basal en
todo el cuerpo.
Durante la reacción de estrés, un aumento de la actividad de las fibras
adrenérgicas produce vasoconstricción en el tubo digestivo, los riñones y la piel.
Por su parte, las arterias de los músculos esqueléticos contienen tanto
receptores α1 como β2, aunque predominan los primeros; por lo tanto, la activación del
sistema nervioso simpático causa vasoconstricción en el músculo esquelético.
La resistencia vascular puede duplicarse fácilmente debido al aumento de
actividad de los nervios simpáticos, con resultado de un descenso del flujo sanguíneo
muscular. Los miocitos esqueléticos pueden sobrevivir durante largos períodos con un
aporte de oxígeno mínimo, por lo que un flujo sanguíneo escaso no constituye un 876
problema.
El aumento de la resistencia vascular ayuda a conservar la presión arterial
cuando el gasto cardíaco está afectado. Además, la contracción de las vénulas y venas
del músculo esquelético obliga a la sangre de esos vasos a entrar en la circulación
central. Esta acción ayuda a contrarrestar los efectos de cualquier pérdida de
volumen, como sucede cuando existe hemorragia o deshidratación. Incluso, la
vasoconstricción neurógena del músculo esquelético puede superar las exigencias
metabólicas locales del tejido hasta tal punto que el músculo presente cierta isquemia.
No existe inervación parasimpática conocida en los vasos sanguíneos de los
órganos del cuerpo, con excepción de los genitales externos. Las fibras simpáticas
inervan arterias y venas de todos los órganos principales, salvo el encéfalo.
La vasoconstricción y el descenso en la cantidad de sangre en los reservorios
venosos casi siempre acompañan a los aumentos en la constricción arteriolar, aunque
los cambios en los vasos de capacitancia no siempre son paralelos a las variaciones en
los vasos de resistencia.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
En consecuencia, en presencia de un incremento en la actividad nerviosa
simpática en el corazón y la vasculatura, casi siempre hay un decremento relacionado
en la actividad de las fibras vagales que van al corazón.
Por el contrario, un descenso en la actividad simpática genera vasodilatación,
reducción de la presión sanguínea y aumento en el almacenamiento sanguíneo en los
reservorios venosos. Por lo general hay un descenso concomitante en la frecuencia
cardiaca, pero esto se debe sobre todo a la estimulación de la inervación vagal del
corazón.
El bulbo raquídeo también es un sitio importante de origen de señales
excitadoras hacia las neuronas motoras vagales cardiacas en el núcleo ambiguo. Las
neuronas en el NTS establecen proyecciones y excitan las neuronas parasimpáticas
preganglionares cardiacas, más bien en el núcleo ambiguo. Algunas se ubican también
en el núcleo motor dorsal del vago; sin embargo, este último contiene sobre todo
neuronas motoras vagales que se proyectan al tubo digestivo.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Si ya existe un cierto grado de vasodilatación periférica, debido a una
temperatura elevada, por ejemplo, esta hipotensión transitoria puede ser suficiente
para provocar hipoperfusión cerebral y hacer que la persona se desmaye.
Después de adoptar la bipedestación, los barorreceptores y los receptores
cardiopulmonares disminuyen su frecuencia de disparo en respuesta a la reducción
del volumen sanguíneo cardíaco. Esto incrementa las eferencias simpáticas y
disminuye la estimulación parasimpática, lo que aumenta la frecuencia cardíaca en
unos 20 lpm más y la contractilidad.
La vasoconstricción periférica incrementa la RPT, lo que ayuda a restaurar la
PAM. La venoconstricción también ayuda a revertir la acumulación venosa de sangre,
en especial en las venas esplácnicas.
Por su parte, la secreción de catecolaminas de la médula suprarrenal ayuda al
proceso de ser necesario, en segundos a minutos. Este barorreflejo es muy rápido y es
fundamental en la hipotensión y hemorragia agudas.
Los lechos vasculares más afectados por la vasoconstricción mediada por
barorreceptores son los del músculo esquelético y el aparato digestivo. La circulación
cutánea también es relevante si la temperatura es neutra. Las circulaciones cerebral
y coronaria se mantienen invariables.
879
El fallo de este mecanismo provoca hipotensión postural, que se define como
una reducción de la presión sistólica de más de 15 mmHg al adoptar la bipedestación
y que puede asociarse con síntomas de mareo o incluso de shock inicial.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Los barorreceptores tienen una importancia relativamente escasa en la
regulación de la presión arterial a largo plazo puesto que tienden a
reajustarse en pocas horas a 1 o 2 días, fundamentalmente si el cambio de
presión es lento.
Este reajuste de los barorreceptores hace que su potencia como mecanismo de control
de la presión arterial esté relegado a un control rápido y, por ello se necesiten otros
mecanismos que mantengan un controla y una regulación más lenta, pero efectiva.
Sin embrago, se ha demostrado experimentalmente que los reajustes ocurren en los
barorreceptores, pero no a nivel de los centros de control del sistema nervioso (Hall y
Hall, 2021), dependiendo de la causa que lo generó. En este sentido, importa cuál es
la situación que influye sobre el procesos de reajuste.
Por ejemplo, durante el ejercicio, o en otro tipo de situación estresante, el
aumento de la presión arterial que se produce no ocasiona una bradicardia, porque
hay influencias centrales que modifican el punto de ajuste y permiten el incremento
de la presión arterial. En efecto, no es lo mismo un cambio de posición de segundos a
un aumento de necesidad metabólica durante minutos a horas como en el ejercicio.
Asimismo, la hipertensión o hipotensión crónica provoca una modificación del
punto de ajuste a esta nueva presión, lo que permite que el barorreflejo actúe en su
rango óptimo. 880
El reflejo barorreceptor falla si la alteración de la presión es lenta y sostenida.
Esto se debe a un reajuste del barorreceptor, que se reestablece para identificar una
PAM “en reposo” diferente.
El reflejo barorreceptor reajustado intenta mantener la PAM en ese nuevo
nivel. El reajuste es reversible y, por ello, este reflejo no puede contribuir a la
regulación de la PAM a largo plazo.
En la hipertensión crónica, por ejemplo, el reflejo barorreceptor se reestablece
a una PAM más alta, como por ejemplo 110 mmHg. Cualquier cambio rápido a partir
de este punto de referencia se reajusta hasta 110 mmHg a través del reflejo
barorreceptor (curva azul en la gráfica de activación de los barorreceptores a diferentes
presiones de la página 870).
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Los quimiorreceptores arteriales activados por bajas concentraciones
sanguíneas de oxígeno aumentan el gasto cardíaco.
El centro de control cardiovascular también tiene comunicación recíproca con centros
del bulbo raquídeo que controlan la respiración; por lo cual, los quimiorreceptores
arteriales periféricos ubicados en los cuerpos carotídeos y aórticos se activan
principalmente por el descenso de la PaO2 (hipoxemia), pero también responden al
incremento en la PaCO2 (hipercapnia) y el descenso del pH (acidosis). Sus fibras
discurren con fibras aferentes de los barorreceptores en los nervios glosofaríngeo y
vago.
Los quimiorreceptores ejercen sus efectos principales en la respiración, pero su
activación también causa vasoconstricción simpática de las arteriolas de los vasos del
músculo esquelético principalmente, venoconstricción esplácnica y taquicardia
resultante de la distensión pulmonar aumentada (Aaronson et al., 2020). Sin
embargo, los cambios en la frecuencia cardíaca son variables y dependen de varios
factores, incluidos los cambios en la respiración.
Un efecto directo en la activación del quimiorreceptor es el aumento de la
actividad nerviosa vagal. No obstante, la hipoxia produce hiperpnea y aumento en
la secreción de catecolaminas en la médula suprarrenal, efectos que causan
taquicardia y aumento del GC. 881
Como el músculo liso es sensible a las concentraciones de CO2 locales, un
incremento de la PaCO2 debería desencadenar la vasodilatación de muchos tejidos,
conllevando una reducción potencialmente peligrosa en la RPT y la PAM, pero al
estimular un aumento de la RPT, los reflejos quimiorreceptores ayudan a protegerse
de esta posibilidad.
En una hemorragia, la hipotensión estimula los quimiorreceptores por el
decremento del flujo sanguíneo a los quimiorreceptores, con la hipoxia/anoxia
consiguiente por estancamiento de la sangre en esos órganos.
La descarga del quimiorreceptor contribuye a la producción de las ondas de
Mayer, correspondientes a la activación del sistema simpático que actúa de acuerdo
a oscilaciones en los reflejos barorreceptores y quimiorreceptores del sistema
vasomotor, por lo que las arterias se contraen y relajan de forma rítmica a la par que
el corazón responde a dichas aferencias en el NSA. En este caso no deben confundirse
con las ondas de Traube-Hering, el cual es un reflejo de la arritmia sinusal
respiratoria normal que reúne la frecuencia respiratoria con la del corazón, donde la
inspiración y la espiración generan cambios momentáneos en la frecuencia cardíaca y
la presión arterial.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
En tales condiciones, la hipoxia estimula a los quimiorreceptores y eleva la
PAM, lo cual mejora el flujo sanguíneo principalmente hacia el cerebro y elimina el
estímulo a los quimiorreceptores; por ello, la presión cae y se inicia un nuevo ciclo.
Por su parte, la hipoxemia también provoca vasodilatación en algunos lechos
vasculares, como el músculo esquelético y el cerebro a través de los efectos locales de
la reducción de la PaO2 en la sangre.
En este sentido, la integración de la función entre los aparatos respiratorio y
circulatorio es adaptativa, en consecuencia, los aumentos de la frecuencia respiratoria
se suelen acompañar de aumentos del gasto cardíaco (Silverthorn, 2019), siendo muy
importante cuando las presiones arteriales son demasiado bajas para activar los
reflejos barorreceptores (Aaronson et al., 2020).
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
El objetivo es aliviar al corazón debido a la oleada de sangre, donde el corazón
tiene que trabajar más. Por ello, la frecuencia cardíaca puede aumentar al inicio, pero
luego se mantiene casi en los niveles normales.
Por su parte, las fibras mecanorreceptoras no mielinizadas están
presentes en ambas aurículas y los ventrículos. Las fibras aferentes discurren por los
nervios vago y simpático. Un alto grado de distensión de las cavidades cardíacas
estimula a estos receptores, lo que provoca una bradicardia refleja y una
vasodilatación periférica (Respuesta depresora). Las fibras quimiosensibles de
estas aferencias vagales y simpáticas no mielinizadas se estimulan por la
bradicinina y por otras sustancias liberadas por el miocardio isquémico. Se cree que
el dolor de la angina y del infarto de miocardio está mediado por estas fibras.
Su estimulación aumenta la respiración y provoca bradicardia refleja y
vasodilatación periférica. Este reflejo originado en el corazón, se denomina “reflejo
de Bezold-Jarisch” y puede ser desencadenado, además, por la inyección
intracoronaria de sustancias químicas como la nicotina, bradicinina, histamina o la
digital.
Asimismo, cuando se activan los mecanorreceptores pulmonares por un
marcado nivel de insuflación, especialmente cuando hay edema intersticial, causa
taquicardia y vasodilatación por activación de receptores “J” pulmonares, que son 883
terminación nerviosa sensitiva, situada en las paredes alveolares y yuxtapuesta a los
capilares pulmonares, que se estimula fundamentalmente cuando los capilares están
ingurgitados de sangre o cuando se produce, justamente, un edema pulmonar. Su
papel funcional no es del todo conocido, aunque probablemente tenga que ver con la
aparición de la sensación de disnea.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
En un intervalo considerable, la elevación de la PAM es proporcional a la de la
presión intracraneal (PIC). El incremento en la PAM induce un descenso reflejo en
la FC a través de los barorreceptores arteriales. Por tal razón, es característica la
bradicardia y no la taquicardia en pacientes con hipertensión intracraneal.
La hipercapnia también puede estimular la parte RVLM, pero el efecto directo
del aumento de la PaCO2 es la vasodilatación cutánea y cerebral. De este modo, la
hiperventilación moderada disminuye la PaCO2 en la sangre y origina
vasoconstricción cutánea y cerebral, pero hay poco cambio en la PAM.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
En esta vía, la mayor actividad parasimpática y la menor actividad simpática
enlentecen la frecuencia cardíaca y causan vasodilatación generalizada. Hay
reducción tanto del GC como de la RPT, lo que causa un descenso precipitado de la
PAM.
Algunas experiencias emocionales (emociones intensas) inducen un síncope
vasovagal con profunda bradicardia inducida por el parasimpático y la retirada del
tono vasoconstrictor simpático en reposo. Se produce una importante disminución de
la FC, el GC y la RPT y puede ser desencadenado en algunas personas por la visión
de sangre o una aguja hipodérmica (Silverthorn, 2019).
También puede ser producido por reflejos de evacuación de órganos huecos muy
rápida como el reflejo miccional, principalmente mediante intubación o cateterismo,
por lo cual debe realizarse el procedimiento lentamente para tratar de evitar el shock
inicial.
Por su parte, el frío estimula a las fibras somáticas aferentes provenientes de
las terminales termosensibles cutáneas que se desplazan hacia el hipotálamo (centro
termorregulador) y producen, en forma refleja, vasoconstricción cutánea y
piloerección, dando como respuesta un aumento de la PAM. Esto puede demostrarse
mediante la prueba del “efecto presor del frío” al colocar la mano en agua helada
durante un minuto en el cual se activan receptores del dolor al igual que los del frío. 885
En algunos pacientes, este cuadro puede originar una vasoconstricción coronaria con
el consecuente cuadro de angina de pecho (dolor torácico de origen cardíaco).
Dado que la influencia de la temperatura del cuerpo sobre los vasos sanguíneos
de la piel tiene preferencia sobre otros controles reflejos en la mayoría de las
circunstancias, los cambios en la resistencia de la piel pueden ser a veces
peligrosamente poco adaptables.
Por ejemplo, cuando una persona se ejercita demasiado en un día caluroso, la
volemia disminuye debido a una sudoración excesiva, lo que, a su vez, disminuye la
PAM. El reflejo barorreceptor desencadena la constricción de los vasos sanguíneos a
través del organismo, incluyendo la piel. Sin embargo, si la persona sigue acalorada
el centro termorregulador se pone en acción, induciendo la dilatación de los vasos
sanguíneos de la piel nuevamente para aumentar la pérdida de calor. El descenso
resultante en la resistencia vascular en los vasos de la piel tiende a provocar un
descenso de la RPT y, como consecuencia, la PAM puede caer, contrarrestando el
reflejo barorreceptor, lo que debería actuar para aumentar la resistencia periférica
total para mantener la presión arterial.
Otro reflejo es el oculocardíaco definido como la reducción de la frecuencia
cardíaca ≥ 20% de los valores basales obtenidos inmediatamente antes de la
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
manipulación de los músculos extraoculares. Este reflejo es trigémino-vagal,
desencadenado por la presión sobre el globo ocular, manipulaciones en la conjuntiva
o estructuras orbitales, y por la tracción de los músculos extraoculares.
El reflejo oculocardíaco es provocado al aplicar una presión sobre el globo
ocular o una tracción sobre las estructuras circundantes. Los receptores de
estiramiento se localizan en los músculos extraoculares y una vez activados, estos
receptores envían señales aferentes a través de los nervios ciliares cortos y largos. Los
nervios ciliares se unen a la división oftalmológica del nervio trigémino a nivel del
ganglio ciliar. El nervio trigémino conduce estos impulsos al ganglio de Gasser,
aumentando de este modo el tono parasimpático y la subsiguiente bradicardia.
Los impulsos eferentes comienzan en los músculos del nervio depresor cardíaco
vagal, produciendo un efecto dromotrópico negativo y, secundariamente, inotrópico
negativo por caída de la frecuencia cardíaca.
Este reflejo en virtud de su vía vagal eferente, a veces resulta efectivo para
interrumpir arritmias cardíacas como la fibrilación auricular, aunque debe tenerse
sumo cuidado por las complicaciones que pueden presentarse como la parada cardíaca
transitoria o el desprendimiento de retina en pacientes susceptibles.
El quimiorreflejo muscular o reflejo somatosimpático, se produce a
través de los ergoceptores que son aferentes amielínicas quimiosensibles de pequeño 886
calibre que se localizan en el músculo esquelético cuya activación por los metabolitos
producidos durante el ejercicio aumenta la actividad simpática, la PAM y el flujo
sanguíneo local.
El reflejo axónico venoarteriolar ocurre cuando la presión intravenosa de
las extremidades aumenta por encima de 25 mmHg (por ejemplo, al ponerse de pie la
persona, o al inflarse un manguillo que ocluya la circulación venosa, pero no la
arterial) se estimula un reflejo axónico local que causa vasoconstricción de las arterias
locales de la piel, de los músculos y el tejido adiposo, lo cual puede aumentar alrededor
del 40% de la RPT.
La maniobra de Valsalva es una espiración forzada contra la glotis cerrada
y naturalmente se produce al toser, defecar forzadamente o al levantar grandes pesos.
Esto provoca un aumento de la presión intratorácica, lo que genera una respuesta
cardiovascular que se traduce, en la última fase, en una bradicardia mediada por el
reflejo barorreceptor (ver capítulos anteriores).
Otro reflejo es el denominado “reflejo de inmersión”, el cual se produce
cuando el agua fría estimula los receptores sensitivos del nervio trigémino en la cara,
así como receptores en la nasofaringe y la orofaringe. El cuerpo se prepara ante la
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
expectativa de una inmersión en el agua y de un período sumergido, estableciendo
una respuesta para conservar el aporte de O2 limitado disponible durante la
inmersión y para desviarlo preferentemente al corazón y el cerebro. Este reflejo
provoca tres cambios:
1. Apnea (interrupción de la respiración): durante la apnea, la variación de
las concentraciones de O2 y CO2 en la sangre estimulan los
quimiorreceptores, lo cual disminuye la FC al incrementar la estimulación
vagal.
2. Bradicardia: está causada por una inhibición vagal intensa del potencial
de marcapasos y disminuye el consumo de O2.
3. Vasoconstricción periférica: se produce en los lechos vasculares
esplácnico, renal y del músculo esquelético. La intensa vasoconstricción
mediada por el simpático supera cualquier dilatación metabólica que puede
producirse en el músculo activo y el aumento de la RPT permite mantener
la presión arterial a pesar de la intensa bradicardia.
Este reflejo puede aprovecharse en clínica como método para interrumpir las
arritmias supraventriculares. La colocación de una compresa de hielo en la cara o la
inmersión en agua fría provoca esta respuesta y disminuye la frecuencia cardíaca.
887
La actividad de control de los mecanismos intermedios empieza,
aproximadamente, veinte minutos después de establecido el desajuste de la
presión arterial incluye dos grupos de mecanismos: físicos y hormonales
(Hall y Hall, 2021).
Los mecanismos físicos se originan debido a dos propiedades intrínsecas de los propios
vasos sanguíneos, la desviación del líquido intravascular y la de estiramiento-
relajación de la pared vascular. A pesar de que su acción sólo dura algunos días,
poseen gran eficiencia en el control de la PAM.
Cuando ocurre un aumento sustancial de la PAM causa un cambio igual en la
presión hidrostática microvascular, lo cual fuerza la salida del líquido del interior del
vaso hacia el espacio intersticial, lo que disminuye la presión alrededor de los tres
cuartos de su valor normal. En la situación contraria, una caída de la PAM, el líquido
intersticial es regresado por efecto osmótico dado por las proteínas (presión oncótica)
que atrae el agua intersticial hacia el espacio intravascular, fenómeno importante,
por ejemplo, cuando existe una hemorragia. Estos ejemplos constituyen la desviación
de líquido intravascular.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
En el fenómeno de estiramiento-relajación, una elevación importante de la
presión intravascular causa un estiramiento gradual de las paredes del vaso y
consecuentemente relajación de sus fibras musculares lisas, lográndose de esta
manera acomodar el volumen sanguíneo extra. Su capacidad de ajuste de la presión
sanguínea es del 30% aproximadamente.
Los mecanismos humorales constituyen el subgrupo de mecanismos de control
de la presión arterial más profuso y complejo. Está representado por una variedad de
sustancias hormonales de naturaleza química diversa que operan coordinadamente o
individualmente, tanto en las alzas como en las bajas de la presión sanguínea.
El sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) es un complejo
sistema enzimático que produce angiotensina II (AngII) y otros polipéptidos de gran
importancia en la homeostasis de la presión arterial y del metabolismo del agua y del
sodio.
La renina, sintetizada y liberada fundamentalmente en el riñón, es una
aspartil-proteasa de 40.000 Da de peso molecular, muy específica que hidroliza un
único sustrato denominado angiotensinógeno, una α2-globulina de origen hepático
presente en el plasma. El primer producto derivado del ARNm de la renina es la
preprorrenina, la cual es procesada en el retículo endoplásmico a prorrenina, la cual
constituye el 80-90% de la renina en el plasma humano y, para convertirse en renina 888
activa, requiere captación tisular (Hsueh y Baxter, 1991).
Se han identificado componentes adicionales de SRAA, incluyendo un nuevo
receptor de prorrenina y renina, denominado el receptor (pro)renina (PRR). Tanto la
prorrenina como la renina se unen al PRR, y la unión al PRR activa a la prorrenina
al inducir un cambio conformacional que expone su sitio de unión al angiotensinógeno
sin proteólisis. Por lo tanto, la prorrenina puede contribuir a la generación de AngII
sin ser convertido a renina. Además, la unión de prorrenina o renina al PRR activa la
unión intracelular vías de transducción de señales implicadas en el daño de tejidos,
independiente de AngII (Nguyen et al., 2002).
La prorrenina, previamente fue considerado como un precursor inactivo de la
renina, por lo tanto, puede desempeñar un papel importante en la regulación de la
actividad de SRAA. Mientras que la renina se sintetiza exclusivamente en células
yuxtaglomerulares renales, la prorrenina se sintetiza tanto en el riñón como otros
tejidos, incluyendo la glándula suprarrenal, ovario, testículo, placenta y retina
(Danser et al., 1989).
Los esteroides, algunas citocinas circulantes (interleucinas, factor de necrosis
tumoral-α [FNT-α]) y la propia AngII, aumentan la síntesis hepática de
angiotensinógeno (Botey, 2006).
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Las células yuxtaglomerulares del riñón constituyen el sitio fundamental de
la síntesis, el depósito y la liberación de la renina que se encuentra en gránulos
citoplasmáticos en las células especializadas de la pared arteriolar preglomerular,
formando parte del llamado aparato yuxtaglomerular (AYG) del riñón. Su
principal característica es que el citoplasma presenta gránulos secretorios (célula
secretora) y miofilamentos (célula muscular lisa). Los gránulos que contienen renina
activa migran hacia la membrana celular y liberan la enzima por exocitosis al lumen
vascular o al intersticio renal.
La secreción de renina está controlada por el barorreceptor renal, la mácula
densa, las terminaciones nerviosas renales simpáticas y los factores
humorales. El primero es el más importante y está situado en la arteriola aferente,
el cual estimula la liberación de renina cuando cae la presión de perfusión renal y
viceversa. La estimulación crónica del barorreceptor renal contribuye a la fase
hiperreninémica de la hipertensión renovascular que puede llevar a un aumento
permanente de la liberación y de la síntesis de la enzima y su consecuente
hipertensión secundaria.
La mácula densa está formada por un grupo de células modificadas del túbulo
distal del nefrón, ubicadas en la parte distal del asa de Henle y adyacentes a las
células yuxtaglomerulares de la arteriola aferente. El triángulo delimitado por las
889
arteriolas aferente y eferente, la mácula densa y el retículo conjuntivo, constituye el
llamado aparato yuxtaglomerular.
Las células de la mácula densa detectan cambios en la concentración de NaCl
que llega al túbulo distal, generando una señal capaz de activar o inhibir la liberación
de renina por el aparato yuxtaglomerular. El mecanismo de la mácula densa sería un
sistema de adaptación crónica, más que un mediador de ajuste agudo.
Las células yuxtaglomerulares se encuentran ampliamente inervadas por
nervios simpáticos. La estimulación de estos produce un aumento de la liberación de
renina a través de un receptor β1-adrenérgico. La secreción de renina mediada por los
nervios renales constituye un sistema de respuesta aguda a cambios posturales,
pérdida de volumen, etc.
Existen varios factores humorales que intervienen en el proceso de liberación
de renina renal, por ejemplo, los agonistas β1 y las prostaglandinas vasodilatadoras
favorecen su secreción, mientras que los mecanismos inhibitorios estarían mediados
por un aumento del Ca2+ intracelular, calmodulina dependiente.
La despolarización de las células yuxtaglomerulares permite la entrada de Ca2+
e inhibe la secreción de renina. Los factores humorales inhibitorios incluyen la AngII,
los agonistas α-adrenérgicos, la endotelina, los agonistas de receptores A1 de
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
adenosina, el tromboxano, el péptido natriurético atrial (PNA) y el óxido nítrico (ON),
con GMPc como segundo mensajero.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
El hepatocito sintetiza y secreta el angiotensinógeno sin depósitos de este. La
vida media de la prohormona en el plasma es de hasta 16 horas, su concentración
plasmática está regulada por factores humorales como el cortisol por acción directa
sobre el hígado. Asimismo, los estrógenos, las hormonas tiroideas y la AngII
incrementan su concentración. La AngII tiene un efecto de retroalimentación positiva
por medio del receptor AT1.
La ECA transforma al decapéptido inactivo AngI en el octapéptido activo AngII
por hidrólisis del dipéptido-carboxiterminal histidil-leucina. Se trata de una dipeptidil
carboxipeptidasa que no es específica para la AngI, ya que hidroliza una variedad de
otros polipéptidos, incluyendo la bradiquinina, encefalinas y sustancia P.
La ECA intervendría en la homeostasis circulatoria general y sectorial al
potenciar un poderoso sistema vasoconstrictor e inhibir un potente sistema
vasodilatador. Los inhibidores de la ECA (IECA) interfieren con las dos reacciones
enzimáticas, aumentan la vida media de la bradicinina e impiden la formación de la
Ang II.
La mayor parte de la ECA es constituyente de la membrana celular. La
hidrólisis proteolítica resulta en la liberación de la enzima; este hecho sucede
normalmente y la ECA puede ser detectada en muchos fluidos corporales. En la pared
vascular se la encuentra en la membrana de las células endoteliales, donde hidroliza 891
los péptidos circulantes, como AngI y bradicinina. Los vasos del pulmón, cerebro y
retina son ricos en ECA. El riñón contiene también una concentración elevada de
ECA.
Las acciones rápidas de la Ang II constituyen la respuesta inmediata, cuyo
objetivo es mantener la PAM cuando se encuentra amenazada por una disminución
del volumen intravascular. Los efectos agudos son los siguientes:
1. Vasoconstricción, aumenta la RPT.
2. Aumento de la secreción de aldosterona..
3. Efecto dipsógeno (estimula la sed) y liberación de vasopresina para
conservar el agua.
4. Aumenta la fuerza de contracción miocárdica.
5. Potencia los efectos simpáticos para incrementar la acción vasoconstrictora
e inotrópica de la angiotensina.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
La comprensión actual del sistema implica SRAA local (de tejido); rutas
alternativas para la síntesis de Ang II (independiente de ECA e independiente de
893
renina); un eje del receptor ECA2/Ang(1-7)/Mas que se opone a los efectos
vasoconstrictores del eje del receptor ACE/Ang II/AT1; un eje de receptor Ang IV/AT4
que es importante en las funciones cerebrales y la cognición; múltiples péptidos de
angiotensina biológicamente activos tales como Ang(1-9), Ang III, Ang(3-7),
angiotensina A y alamandina; múltiples receptores para la angiotensina (AT1, AT2,
AT4; Mas; y MrgD); y el PRR (receptor prorrenina).
La activación diferencial de estos brazos múltiples del RAS puede ser la base
del resultado fisiopatológico en las enfermedades cardiovascular y renal (Campbell,
2014; Santos, 2014).
La ECA2, ha sido descrito en el aparato cardiovascular y en el riñón. Esta
enzima presenta una gran especificidad para generar Ang (1-7) a partir de la AngII,
con efecto vasodilatador, acción inhibitoria proliferativa y profibrótica del octapéptido,
por lo cual, actúa como un competidor inhibitorio endógeno. Esta nueva enzima
actuaría como un regulador del SRAA.
La mayoría de las acciones de la AngII se ejercen a través de los receptores AT1,
ligados a una proteína G y activa a la fosfolipasa C, cuyos segundos mensajeros (IP3 y
DAG) aumentan la concentración de Ca2+ intracelular y activan la PKC. Los
principales efectos son la contracción del músculo liso vascular y la liberación de
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
aldosterona. Estimula también la FLA2, que genera la cascada de las
prostaglandinas y eicosanoides.
894
Las flechas gruesas muestran la ruta clásica, y las flechas claras indican caminos alternativos.
Receptores involucrados: AT1, AT2, AT4, Mas, MrgD y PRR (receptor prorrenina). AP:
aminopeptidasa; E: endopeptidasas; PCP: prolilcarboxilpeptidasa.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
895
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
intervención de la enzima P450), la cual se convierte a su vez en progesterona por
acción de la isoenzima II de la 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa (3β-HSD) y
finalmente esta hormona esteroidea se hidroxila a 17α-OH pregnenolona por medio
de la actividad de la CYP 17α-hidroxilasa.
La hidroxilación de progesterona en la zona glomerulosa o de la 17α-OH en la
zona fasciculada, es mediada por la 21-hidroxilasa y durante ese proceso se produce
desoxicorticosterona u 11-desoxicortisol.
El paso final en la biosíntesis del cortisol tiene lugar en la mitocondria, a través
de la conversión del 11-desoxicortisol en cortisol por medio de la enzima citocromo
P11B1 (CY P11B1) u 11β-hidroxilasa.
En la zona glomerulosa, la mencionada hormona se convierte en
desoxicorticosterona por acción de la 21-hidroxilasa, luego en corticosterona por medio
de la 11β-hidroxilasa o la CYP11B2 (aldosterona sintetasa) y esta última puede ser
requerida para la conversión de corticosterona en aldosterona a través de la
intermedia 18-OHcorticosterona o “camino tardío”, lo cual significa que a partir de
CYP11B2 se obtienen 11β-hidroxilación, 18-hidroxilación y 18-metiloxidación.
La secreción de aldosterona también puede ser estimulada por la hormona
adrenocorticotrópica hipofisaria (ACTH). Sin embargo, los estímulos más potentes son
la AngII y la hiperpotasemia y, en menor medida, la ACTH y la hiponatremia (es 896
probable que sea el menos importante fisiológicamente dado que se necesita un
descenso cercano a 20 mEq/l de Na+ en plasma, incompatible con la vida). Sin
embargo, el aumento de 1% en la kalemia es suficiente para estimular la conversión
de colesterol en pregnenolona y la de desoxicorticosterona en aldosterona.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
La aldosterona se encuentra unida en sangre a proteínas sólo en un grado
pequeño y su vida media es de unos 20 min. La cantidad secretada es pequeña y la
concentración plasmática es de unos 0,006 μg/dl.
El exceso de aldosterona constituye un factor fisiopatológico importante en la
producción de hipertrofia del ventrículo izquierdo e insuficiencia cardíaca, más allá
de las alteraciones de la presión arterial que puedan estar presentes.
Se han descripto receptores mineralocorticoides (RMC) citoplasmáticos en el
corazón, cerebro y riñón de la rata, que han sido clonados y tienen gran afinidad para
la aldosterona y el cortisol. Hay un RMC específico en los miocitos cardiacos y también
se ha demostrado que incluso el miocardio es capaz de elaborar aldosterona.
La aldosterona ejerce las siguientes acciones:
1. Actúa sobre los RMC citoplasmáticos de las células principales en el túbulo
distal de la nefrona, incrementa la permeabilidad en su membrana apical
luminal al K+ y Na+, así como activa las bombas Na+/K+-ATPasa
basolaterales. este efecto rápido consiste en el aumento de la actividad de
los conductos epiteliales de sodio (ENaC), al aumentar su inserción en la
membrana celular a partir del fondo común citoplasmático; y otra más
lenta, que intensifica la síntesis de dichos conductos. Esto genera
reabsorción de Na+ y secreción de K+. Se considera que se reabsorbe 897
aproximadamente un 2% del Na+ filtrado en los riñones, que casi equivale
a todo el contenido en la sangre, con una tasa de filtración glomerular
normal (180 L/día). Las estimulaciones de los canales de Na+ son inducidas
por un efecto genómico de la aldosterona, que propicia la entrada de Na +,
de modo que se crea un gradiente electroquímico, además de favorecer la
retención de agua junto con la ADH.
2. Estimula la secreción de H+ por las células intercaladas en el conducto
colector, regulando los niveles plasmáticos de bicarbonato (HCO3-) y su
equilibrio acido-base.
3. Modula la reactividad vascular puesto que se ha observado que la
aldosterona provoca disfunción endotelial y en animales de
experimentación aumenta la infiltración de macrófagos y aterosclerosis.
Las células endoteliales coronarias y aórticas expresan RMC, que estimula
el gen de ICAM-1 y las proteínas en las células endoteliales de las arterias
coronarias; procesos inhibidos por la espironolactona.
Un efecto importante del exceso continuo de la aldosterona es la depleción de
potasio, por la excreción crónica de dicho ion por la orina. También se pierden H +. Al
principio hay retención de Na+, pero aumenta poco porque se retiene agua con los
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
iones osmóticamente activos. Como consecuencia, se expande el LEC y se incrementa
la PAM. Si dicha expansión sobrepasa cierto nivel, se eleva la excreción de Na+ a pesar
de la acción persistente de los mineralocorticoides en los túbulos renales; este
fenómeno de “escape a la aldosterona” posiblemente dependa de mayor secreción
de péptido natriurético auricular (PNA). Se incrementa la excreción de Na+
cuando se expande el LEC, por lo que los mineralocorticoides no causan edema en
sujetos normales y en, en general, en individuos con hiperaldosteronismo.
La determinación de la actividad de la renina plasmática (ARP) y de la
aldosterona en plasma son los dos parámetros más usados en la práctica clínica para
el diagnóstico de algunas hipertensiones secundarias, el estudio de alteraciones del
metabolismo del potasio, y la evaluación pronóstica o terapéutica de algunos pacientes
edematosos, ya sea por una cirrosis hepática o por un síndrome nefrótico (Botey,
2006).
Otro sistema es el de la calicreína-cininas (SCC), las calicreínas constituyen
un subgrupo de la familia serina proteasa, conocido por tener varias funciones
fisiológicas. Las calicreínas pueden encontrarse en las células glandulares, en los
neutrófilos y en fluidos biológicos. Suelen agruparse en calicreínas plasmáticas y
tisulares.
Las cininas como la bradicinina (BK) y lisilbradicinina (Lys-BK) o calidina, 898
son péptidos activos liberados como resultado de la actividad enzimática de la
calicreína sobre el cininógeno de alto peso molecular (CAPM) y de bajo peso molecular
(CBPM).
Las cininas poseen efectos cardioprotectores tales como vasodilatación,
hipotensión, liberación del ON y natriuresis. Estos péptidos son inactivados
rápidamente por las cininasas I y II (ECA). Se cree que algunos de los efectos
deletéreos de la ECA podrían ser debido a la inactivación de BK y que, por otro lado,
sus acciones beneficiosas derivarían de la disponibilidad extendida de esos péptidos.
Hay dos tipos de calicreínas: calicreína plasmática, que circula en forma
inactiva y, calicreína hística, que parece encontrarse sobre todo en las membranas
apicales de las células encargadas del transporte transcelular de electrólitos. La
calicreína hística se halla en muchos tejidos, incluidos glándulas sudoríparas y
salivales, páncreas, próstata, intestino y riñones. La calicreína hística actúa sobre el
CAPM para formar bradicinina y, sobre el CBPM para constituir lisilbradicinina.
La calicreína plasmática inactiva (precalicreína) se activa en calicreína, por
acción del factor XII activo, el cual inicia la parte intrínseca de la cascada de
coagulación. La calicreína también activa al factor XII en un ciclo de
retroalimentación positiva, y el CAPM tiene una acción activadora del factor XII.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Las actividades de ambas cininas se parecen a las de la histamina. De forma
predominante son paracrinas, aunque también se identifican cantidades pequeñas en
la sangre circulante. Éstas generan contracción del músculo liso visceral, pero relajan
el músculo liso vascular a través del ON, lo cual reduce la presión arterial. También
aumentan la permeabilidad capilar, atraen leucocitos y causan dolor.
Se han identificado dos receptores para bradicinina, B1 y B2, ambos se acoplan
con proteínas G. Se cree que el receptor B1 media los efectos generadores del dolor de
las cininas, pero se sabe poco sobre su distribución y función. El receptor B 2 tiene
homología marcada con el receptor H2 de la histamina y se encuentra en muchos
tejidos diferentes.
899
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
En resumen, el SCC actúa en la regulación de la presión arterial, reduce el tono
vascular, estimula el flujo sanguíneo renal, estimula la excreción de sodio y agua, y es
un factor modulador de crecimiento.
Dentro de los mecanismos hormonales también se encuentran las
catecolaminas. En la médula suprarrenal, la NA y la Ad se almacenan en gránulos
con ATP que también contienen cromogranina A.
La secreción se inicia por la ACh liberada de las neuronas preganglionares que
inervan las células secretoras. Dicha catecolamina activa canales de Ca 2+ y, cuya
entrada al citosol, favorece la exocitosis de los gránulos. Por medio de ese mecanismo
son liberados juntos en la sangre, catecolaminas, ATP y proteínas de los gránulos.
Las células que contienen Ad en la médula suprarrenal también poseen y
secretan péptidos opioides. Su molécula precursora es la preproencefalina. Gran
parte de la metencefalina circulante se origina en la médula suprarrenal. Los
péptidos opioides circulantes no cruzan la barrera hematoencefálica.
La adrenomedulina (ADM), péptido vasodilatador de 52 aminoácidos, ubicuo,
posee múltiples efectos fisiológicos que contribuyen a respuestas homeostáticas. Se
encuentra en concentraciones importantes en la glándula suprarrenal, el pulmón, el
sistema cardiovascular y el renal. Ejerce acciones biológicas a través de sus receptores
AM1 y AM2, y la principal vía de señalización es la adenilatociclasa/AMPc (Sogbe y 900
Díaz, 2016). Los niveles plasmáticos de ADM se elevan proporcionalmente con el
incremento de la presión sanguínea y con el grado de daño renal, en pacientes con
hipertensión arterial; así mismo, dichos niveles se correlacionan con el grado de
hipertrofia cardíaca y arterial.
La ADM tiene efectos renales tubulares, ya que tiene acción diurética y
natriurética; posee efectos vasodilatadores que producen aumento de la tasa de
filtración glomerular y del flujo sanguíneo renal. Este péptido inhibe la proliferación
y la generación de radicales libres en células mesangiales; actúa inhibiendo la
secreción de aldosterona en la zona glomerulosa y de endotelina-1 en células
musculares lisas vasculares (Sogbe y Díaz, 2016).
Las acciones de las catecolaminas sobre el sistema cardiovascular se
describieron previamente. Sin embargo, es importante destacar que los órganos
desnervados, como los corazones trasplantados, responden de forma excesiva a las
concentraciones de Ad y NA circulantes. Este aumento de la sensibilidad a los
neurotransmisores se denomina hipersensibilidad por desnervación, y son varios
los factores que contribuyen, entre ellos la ausencia de terminaciones nerviosas
simpáticas que capten activamente la NA y la Ad circulantes, dejando así más
transmisores disponibles para fijarse a los receptores. Además, la desnervación
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
produce un aumento de los receptores de NT en las células destinatarias. Durante el
esfuerzo, las concentraciones de NA y Ad circulantes aumentan. Debido a su mayor
respuesta a las catecolaminas en la sangre, los corazones trasplantados pueden
funcionar casi tan bien como los sanos.
Una alteración de la médula suprarrenal es el feocromocitoma que consiste
en un tumor endócrino de baja incidencia y puede surgir en forma esporádica o ser
parte de un síndrome tumoral hereditario. Aproximadamente, el 50% de los tumores
produce una mezcla de noradrenalina y adrenalina, el resto produce casi
exclusivamente noradrenalina, y raramente el tumor produce principalmente
dopamina. Esto depende del aporte de cortisol al tumor.
Los signos y los síntomas del tumor incluyen hipertensión arterial
sostenida o en episodios paroxísticos. Presenta la clásica triada de cefalea,
palpitaciones y diaforesis de aparición paroxística, palidez, hipotensión ortostática y
síncope, temblor, ansiedad; así también como, dolor precordial, arritmias, hipertrofia
cardíaca, cardiomiopatía, hasta evolucionar a insuficiencia cardíaca.
El diagnóstico de feocromocitoma se basa en detectar y cuantificar los niveles
de catecolaminas y sus metabolitos, tanto en sangre como en orina. La localización del
tumor puede ser a través de TAC y RMN, ambos métodos muy útiles.
Los test funcionales utilizan la centellografía nuclear con 901
metaiodobenzilguanidina (MIBG), siendo altamente específicos para confirmar la
secreción natural de catecolaminas por el tumor. Se realiza tratamiento preparatorio
para la resección quirúrgica del tumor, iniciándose 1 a 2 semanas antes de la cirugía.
La arginina-vasopresina (AVP) también conocida como hormona
antidiurética (ADH) es esencial para mantener el equilibrio hídrico. Su síntesis y
liberación depende de la interacción de estímulos osmóticos, hipovolémicos,
hormonales y no osmóticos.
La AVP es un nonapéptido que se sintetiza como preprohormona en las
neuronas magnocelulares localizadas en los núcleos supraóptico (NSO) y
paraventricular (NPV) del hipotálamo, la cual está constituida por el nonapéptido
AVP, neurofisina II, aminoácidos básicos, copeptina y un tripéptido de unión.
Es transportada del citoplasma al aparato de Golgi donde se almacena en
gránulos neurosecretorios. Allí son separados los diferentes componentes y
transportados vía axonal a la hipófisis posterior, en donde se almacenan.
Únicamente de 10 a 20% de la hormona es secretada rápidamente, después se
libera en pulsos lentos y continuos. El proceso completo de síntesis, transporte y
almacenaje se lleva a cabo en una a dos horas.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
El incremento en la osmolaridad del 1% es uno de los estímulos más potentes
para la liberación de AVP. Es controlada por la activación de osmorreceptores
periféricos y centrales.
Los osmorreceptores periféricos se encuentran localizados en la vena porta
y responden de manera rápida a los cambios osmolares inducidos por los alimentos y
líquidos ingeridos; mientras que los osmorreceptores centrales se encuentran
localizados en regiones cerebrales excluidas de la barrera hematoencefálica y detectan
cambios de osmolaridad en rangos muy estrechos, como el órgano vascular de la
lámina terminal (OVLT) o cresta supraóptica, la eminencia media y el órgano
subfornical (OSF) que están interconectados con el hipotálamo ventral medio y,
juntas, estas tres estructuras rodean el tercer ventrículo, dando lugar a un complejo
que se denomina “región AV3V”. Esta región funciona en la regulación del equilibrio
de líquidos y electrolitos al controlar la sed, la excreción de sodio, la regulación del
volumen sanguíneo y la secreción de vasopresina.
La activación de receptores por cambios osmolares de las neuronas del OVLT,
que son osmorreceptores sensibles al contenido de sodio y a la presión osmótica de la
sangre, envían la información hacia las neuronas magnocelulares del NSO y del NPV
para iniciar el proceso de transporte y liberación de AVP desde la neurohipófisis.
En una situación de hipovolemia, la secreción de renina por los riñones da como 902
resultado la producción de AngII, que estimula los receptores en el VOLT y el OSF
para completar un ciclo de retroalimentación positiva. Estas neuronas también se
proyectan al núcleo preóptico medio que está involucrado en el control de la sed.
Es importante destacar que el aumento de
vasopresina comienza por encima de los 280 a
285 mOsm/kg de agua de la osmolaridad
plasmática, mientras que la sed se presenta
mucho después, cuando la deshidratación ya está
instaurada.
Asimismo, la depleción de volumen
intravascular y la hipotensión, estimulan la
liberación de AVP a través de la activación de
receptores de estiramiento que se encuentran
localizados en aurícula derecha, ventrículos, arco
aórtico y seno carotídeo. Los dos primeros registran los cambios de volumen de, al
menos, 5% y los segundos registran los cambios de presión arterial de, al menos, 10%.
En el momento que se produce disminución del volumen sanguíneo, se produce
una disminución proporcional de la descarga tónica que se traduce en disminución
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
proporcional de la liberación de NA y, en consecuencia, incremento proporcional de la
liberación de AVP.
Este reflejo se conoce como reflejo de Henry-Gauer y explica las variaciones
en la secreción de AVP de acuerdo con la postura del sujeto, la ingravidez, la inmersión
de la parte inferior del cuerpo, etc. Aunque se requieren mayores cambios de volumen
sanguíneo para estimular la secreción de AVP, ésta es de mayor magnitud que la
originada por la osmolaridad.
Por su parte, existen hormonas y mediadores que estimulan o inhiben
directamente la liberación de AVP. Los factores liberadores incluyen a la ACh (vía
receptores nicotínicos), histamina, nicotina, DA, prostaglandinas y AngII. La
hipoxemia y la hipercapnia, a través de la estimulación de quimiorreceptores en el
cuerpo carotídeo, también son potentes liberadores de AVP.
Los inhibidores incluyen al alcohol, opioides, GABA, PNA y el ON. La NA tiene
acción bifásica según el tipo de receptores α1 o α2, que inhibe o estimula la secreción
de AVP.
Dentro de la regulación no osmótica se incluyen al dolor, la náusea, la
acidosis y el estrés emocional. La náusea puede incrementar los niveles de AVP, de
20 a 500 veces, y contribuye a la elevación de ésta durante reacciones vasovagales,
vértigo de movimiento, hiperemesis del embarazo, quimioterapia y cetoacidosis. 903
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
igual forma se ha visto que provoca estimulación en los factores de trascripción c-fos,
y en el c-jun, relacionado con crecimiento celular.
904
905
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Las acciones fisiológicas de la AVP son las siguientes (Jackson, 2019):
a) Regula el metabolismo del agua y del sodio mediante el aumento en la
permeabilidad de los túbulos colectores a través de receptores V2, esto a su
vez regula la retención hídrica y su efecto antidiurético. Su efecto
antidiurético se observa en márgenes de 1 a 7 pg/mL, y su efecto
vasoconstrictor requiere de niveles de 10 a 200 pg/mL.
b) Regula el tono vasomotor por vasoconstricción y de esta manera interviene
en la estabilidad hemodinámica mediante receptores V1. Sin embargo, a
pesar de la potencia de la vasopresina como un vasoconstrictor directo, las
respuestas presoras inducidas por la vasopresina in vivo son mínimas y
ocurren sólo con concentraciones significativamente más altas que las
requeridas para una antidiuresis máxima.
c) Favorece la liberación de ACTH y cortisol mediante los receptores V1. Si
bien la vasopresina no es el principal factor liberador de corticotropina,
puede proporcionar una activación sostenida del eje hipotalámico-
hipofisario-adrenal durante el estrés crónico.
d) A través de activación de receptores V1 causa agregación plaquetaria, a la
vez que también se encuentran almacenadas en los gránulos alfa. También
favorece la secreción de factor VIII y factor de vonWillebrand de las células
endoteliales por los receptores V2, probablemente por mecanismos mediado 906
por factores desconocidos hasta el momento.
e) A nivel cerebral actúa como neurotransmisor mediante receptores V1 y está
involucrado en ritmos circadianos, ingesta de agua, regulación
cardiovascular, termorregulación y nocicepción. Sin embargo, la
importancia fisiológica de estas acciones no está clara.
f) Altas concentraciones de vasopresina estimulan la contracción del músculo
liso en el útero (por los receptores de oxitocina) y el tracto GI (por los
receptores V1).
g) La activación de los receptores V1 en los hepatocitos estimula la
glucogenólisis.
Los péptidos natriuréticos (PNs)son un grupos de sustancias peptídicas de
estructura similar entre sí, pero genéticamente distintas. Hasta el momento se han
identificado cuatro tipos de péptidos natriuréticos. Los péptidos natriuréticos
auricular (ANP) y cerebral (BNP) son de origen cardiaco, el péptido tipo C (CNP)
es de origen endotelial y el péptido tipo D (DNP) se ha aislado en serpientes
(Nishikimi, Kuwahara y Nakao, 2011).
El ANP es una hormona polipeptídica cíclica compuesta por 28 aminoácidos,
sintetizada y secretada principalmente por las aurículas en el corazón adulto normal.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Se almacena en forma de gránulos como prohormona de 126 aminoácidos (proANP).
Cuando se segrega es dividida por una proteasa en cantidades equimolares en un
fragmento terminal de 98 aminoácidos (NT-proANP) y la molécula biológicamente
activa (ANP). La concentración de NT-proANP puede utilizarse para valorar la
liberación cardiaca de ANP.
El NT-proANP posee una vida media plasmática significativamente mayor
(cerca de 10 veces) que el ANP (vida media de 2 a 5 min) y, por ello, su valor en el
plasma suele ser 10 a 50 veces la concentración de ANP.
El ANP es rápidamente eliminado de la circulación, principalmente al unirse a
los receptores y mediante hidrólisis por una endopeptidasa neutra. Debido a que el
NT-proANP es menos variable y tiene una vida media más larga dentro del sistema
circulatorio, parece ser un mejor y más representativo marcador de sobrecarga
cardiaca que el ANP.
El BNP es un péptido de 32 aminoácido estructuralmente similar al ANP.
Contiene una estructura circular compuesta por 17 aminoácidos común a todos los
péptidos natriuréticos. Es sintetizado como una prohormona, proBNP (108
aminoácidos), el cual es descompuesto por una furina en las moléculas activa (BNP) e
inactiva (NT-proBNP). Tanto el pro-BNP como el BNP y NT-proBNP pueden estar
presentes en el miocardio y el plasma. 907
El BNP es más estable que el ANP en el plasma y tiene una vida media más
larga (22 min), lo que puede ser atribuido a su menor afinidad por los receptores y a
la endopeptidasa neutra. La vida media del NT-proBNP es de 70 min, unas 15 veces
mayor que el BNP.
Al igual que ocurre con el sistema hormonal del ANP, el NT-proBNP parece ser
un marcador más sensible de disfunción ventricular izquierda que el BNP.
Aunque el BNP fue descubierto originariamente en el cerebro, las concentraciones de
péptido BNP y el ARNm son mayores en las aurículas y en los ventrículos.
El CNP contiene 22 aminoácidos, es producido por el endotelio vascular y tiene
efectos vasodilatadores y antiproliferativos en el músculo liso vascular. Tiene una
acción local en los vasos sanguíneos y en el interior de los órganos donde se produce.
La estructura y las propiedades fisiológicas del CNP son similares a las de las
hormonas cardiacas ANP y BNP, y es capaz de ser sintetizado por el miocardio.
Las acciones biológicas de los péptidos natriuréticos están mediadas por su
interacción con tres receptores transmembrana identificados en mamíferos: NPR-A,
NPR-B y NPR-C.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
NPR-A y NPR-B presentan un dominio extracelular de unión al ligando, un
sector transmembrana hidrofóbico y un dominio intracelular con actividad catalítica
de guanilatociclasa (GC), por lo que se los conoce como GC-A y GC-B,
respectivamente.
NPR-A es la forma predominante que se encuentra en los órganos periféricos y
media la mayoría de las acciones del ANP y del BNP, si bien responde en menor
medida a este último. Por otra parte, NPR-B se encuentra principalmente en cerebro
y tejido vascular, mediando las acciones del CNP en el SNC y en los lechos vasculares.
El tercer miembro de la familia de los receptores natriuréticos es el receptor
NPR-C que, además de regular la concentración de los PNs circulantes mediante su
participación en la internalización y degradación de los mismos, participa en acciones
biológicas de los péptidos mediante la activación de las proteínas G, la disminución de
la actividad de la adenilatociclasa y la estimulación de la FLC.
La activación del receptor NPR-C se encuentra implicada en la interacción de
los péptidos natriuréticos y el sistema del ON. Tanto el efecto hipotensor como el
natriurético del ANP están mediados, al menos en parte, por la activación de la
isoforma endotelial de la enzima NOS.
El NPR-C participa en el aumento de actividad de la isoforma endotelial de la
NOS inducido por el CNP a nivel cardiovascular. Este receptor también tiene efecto 908
vasodilatador al activar la apertura de canales de K + que conduce a la
hiperpolarización del músculo liso vascular.
Frente a una sobrecarga de volumen se estimula la secreción por distensión de
las aurículas y ventrículos. El aumento de ANP tiene la finalidad de reducir la
precarga y la poscarga, mientras que se ha observado que el CNP parece tener un
efecto inotrópico negativo, disminuyendo la sensibilidad de los miofilamentos al Ca2+,
a través de un mecanismo mediado por el aumento de GMPc.
Las acciones generales del ANP son las siguientes (Ayús, Caramelo y Tejedor,
2006):
✓ Inhibe la Na+/K+-ATPasa y cierra los canales de Na+ de los conductos
colectores, reduciendo la reabsorción de Na+. La reabsorción de Na+
también se reduce en los túbulos proximales. Así pues, aumenta la
excreción de Na+ (natriuresis) y agua (diuresis) por el riñón.
✓ Provoca la vasodilatación de las arteriolas aferentes, aumentando así la
intensidad de filtración glomerular (IFG).
✓ Inhibe la secreción de aldosterona.
✓ Inhibe la liberación de ADH.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
✓ Reduce la liberación de renina.
Por otra parte, los PNs poseen efectos antioxidantes en el tejido cardíaco que
atenúan los efectos hipertróficos y proliferativos de factores endógenos como la AngII.
A través de las vías que involucran NPR-A/GMPc y NPR-C/ON, el ANP ejerce efectos
antihipertróficos a nivel cardíaco, mientras que el CNP también inhibe la hipertrofia
del cardiomiocito por un mecanismo dependiente de NPR-B/GMPc en el que
probablemente participa el ON.
Asimismo, los péptidos natriuréticos participan en la regulación de la función
vascular, al actuar tanto sobre el tono de los vasos como sobre el remodelado de los
mismos.
El BNP ejerce su efecto vasodilatador preferentemente sobre los lechos
vasculares venosos, en cambio el ANP actúa principalmente sobre el sistema arterial,
a través de un mecanismo que involucra la activación del receptor natriurético NPR-
A y el aumento de los niveles de GMPc.
Se postula que el ANP induce la relajación del músculo liso vascular a través
de la remoción del Ca2+ citosólico por activación de la bomba de Ca2+-ATPasa del
sarcolema. El mecanismo propuesto involucra la activación de proteína kinasa
dependientes de GMPc (PKG) que promueven la desfosforilación de la cadena liviana
de miosina. 909
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
La urodilatina, que proviene del procesamiento del proANP, ejerce un efecto
regulador de la excreción renal de Na+.
En cuanto al BNP, a dosis fisiológicas, induce natriuresis y diuresis sin cambios
en el flujo renal o en la IFG, mientras que, a dosis superiores, el BNP induce un
aumento del flujo sanguíneo renal y de la IFG.
Tanto el ANP como el BNP aumentan la relación presión-natriuresis y
disminuyen la presión auricular, mientras que el CNP, que se encuentra presente en
el riñón, posee propiedades renoprotectoras regulando procesos de fibrosis que
caracterizan los cambios estructurales que ocurren en el riñón y contribuyen al
aumento del riesgo en la insuficiencia renal o cardíaca en los adultos mayores.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Aunque la excreción de sal y agua en los riñones se regula por algunos de los
mecanismos neurales y hormonales mencionados antes en este capítulo, también es
regulada por la propia PAM, pues influye directamente sobre la tasa de producción de
orina (diuresis), dado que, por ejemplo, un descenso de la PAM causa una disminución
de la diuresis y favorece el incremento de la volemia o, al menos, evita la pérdida de
líquido.
Esto ocurre porque al caer la PAM (por ejemplo, en una hemorragia), disminuye
el filtrado glomerular lo cual favorece la reabsorción de solutos y agua en el túbulo
contorneado proximal, con la consiguiente disminución de la producción de orina,
también ayudado por el efecto concentrador de la orina mediante la ADH, y trata de
aumentar la volemia, el RV, el VS y así el GC para aumentar la PAM al valor normal
(mecanismo de compensación).
En una primera instancia, cuando el descenso es brusco, el reflejo barorreceptor
arterial contrarresta con mucha rapidez alteraciones de la presión arterial; sin
embargo, es necesario que transcurran algunas horas, o incluso días, antes de que un
cambio en la tasa de producción de orina produzca una acumulación importante del
agua corporal. La ventaja de este mecanismo es que suele llevar a los niveles de PAM
adecuados a las necesidades, principalmente en el caso de ganancia extra de volemia,
dado que en las pérdidas se trata de retener todo lo posible hasta que se incremente
911
el ingreso de líquido o se activen otros mecanismos compensadores.
Sin embargo, el mecanismo de volumen de líquido sólo está en equilibrio cuando
la tasa de producción de orina es igual a la tasa de ingreso de líquido.
En un paciente con diarrea o vómitos profusos, producirá un descenso de la
volemia por deshidratación por lo cual se activarán mecanismos que implican la
aparición de sed y la retención renal de agua; en cambio, un exceso de líquido,
producirá un aumento de la PAM por aumento de la volemia y estimula a los riñones
a perder líquido, aumentando así la diuresis, gracias a varias influencias sinérgicas.
El incremento del volumen sanguíneo que genera la retención de agua se
corrige con relativa rapidez puesto que desencadena cambios tanto del volumen como
de la osmolaridad plasmática, lo que estimula a los receptores de volumen y a los
osmorreceptores. Esto suprime intensamente mecanismo ADH-sed, que tiene como
consecuencia una diuresis rápida y la recuperación del volumen sanguíneo.
Si el consumo excesivo de agua se acompaña de un ingreso excesivo de sal, el
volumen sanguíneo aumenta, pero se mantiene la isoosmolaridad. En esta situación,
no existe estimulación a los osmorreceptores y sólo los receptores de volumen
desencadenan la supresión del mecanismo ADH-sed.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
A pesar de esto, puesto que los receptores de estiramiento de baja presión se
asemejan a los barorreceptores de alta presión, los receptores de volumen se reajustan
a un nivel más alto cuando el incremento de la presión arterial es lento y sostenido.
De ahí que un aumento del consumo de Na+ o una disminución de su egreso puedan
generar un incremento sostenido de la volemia.
En este sentido, luego de un tiempo, se produce una diuresis y natriuresis
por presión en respuesta a las modificaciones de la PAM. Si la PAM aumenta,
también aumenta la diuresis y la natriuresis, que reducen el volumen sanguíneo y la
PAM, hasta que la excreción de Na+ se equilibra de nuevo con su consumo.
En consecuencia, la PAM no puede aumentar en tanto el consumo de Na +
permanece sin cambios. Sin embargo, si aumenta el consumo de Na +, también
aumenta la PAM y la natriuresis se intensifica hasta que iguala el consumo de Na+
alcanzándose un nuevo equilibrio.
No obstante, la PAM no aumenta cada vez que se incrementa el consumo de
Na+, dado que la hipernatremia ejerce una reducción de la concentración plasmática
de AngII. Esto favorece la natriuresis y mantiene la PAM sin cambios, a pesar del
incremento del consumo de Na+.
Algunos individuos hipertensos pueden ser sensibles a la sal, mientras que
otros son insensibles; esto significa que, para un consumo dado de sal, la PAM es más 912
alta en los individuos sensibles a la sal con hipertensión, dado que no pueden reducir
los niveles plasmáticos de AngII en respuesta al aumento del consumo de sal. Por ello,
la causa definitiva de la hipertensión es la alteración de la natriuresis por presión en
los riñones.
En condiciones patológicas, el aumento de la RPT es generalizado y afecta
también al riñón, reduciendo el flujo sanguíneo renal y estimulando la liberación de
renina y el aumento sostenido de AngII, lo cual afecta la natriuresis por presión.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
En la figura anterior, se muestra cómo el sujeto A (curva A) presenta una
respuesta natriurética normal: aumenta la excreción renal de Na+ en función de
aumentos de la PAM. La línea horizontal muestra la natriuresis normal. En el caso
del sujeto A, para lograr una natriuresis normal (igual a 1), la PAM es de 93 mmHg.
Aumentos de la PAM aumentarán la natriuresis, lo que resulta homeostático ya que
tiende a disminuir la PAM (por la mayor excreción renal de Na + y disminución de la
volemia).
En el caso del sujeto B (curva B), la respuesta natriurética frente a aumentos
de la PAM es menor (mayor “sensibilidad a la sal de la dieta”). Este sujeto logra
natriuresis normales con PAM mayores a 100 mmHg, es decir que es hipertenso con
respuesta natriurética anormal. Además, comparado con A, los aumentos de la PAM
producen menores aumentos de la natriuresis.
Existe abundante evidencia experimental del efecto deletéreo de los aumentos
de la ingesta de sal en la dieta sobre la presión arterial y el daño en los órganos
blancos. También existe evidencia epidemiológica y clínica que demuestra los
importantes beneficios que tiene la reducción de la ingesta de sal y su impacto en el
desarrollo de hipertensión como de otras enfermedades cardiovasculares y de las
muertes asociadas a ellas. En base a estos antecedentes, la OMS recomienda la
reducción de la sal de la dieta como una de las tres mayores acciones para tratar de
913
detener la HTA.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
Durante el ejercicio, la disminución de la resistencia cardiovascular en la piel y
el músculo no es compensada por el aumento en la resistencia de otros órganos, por lo
que la RPT disminuye. Sin embargo, la PAM aumenta levemente debido al aumento
de GC.
Es importante destacar que el VS aumenta rápidamente a pesar de que solo se
produce un modesto aumento del VTD (en el ejercicio leve a moderado). Esto indica
que el aumento del VS no se debe a la ley de Frank-Starling (por aumento de la
precarga), sino a un aumento del inotropismo ventricular resultante de un aumento
en la actividad nerviosa simpática y un aumento de los niveles de Ad circulante.
En el sistema nervioso autónomo, las regiones corticales y límbicas del cerebro
ejercen una influencia directa sobre la actividad de las neuronas simpáticas y
parasimpáticas, provocando un aumento de la actividad simpática y un descenso de
la actividad parasimpática al corazón, que explica el aumento de la FC y la
contractilidad ventricular.
Además, existe un aumento de la actividad simpática en el aparato digestivo y
otros órganos (provocando vasoconstricción), y un descenso de la actividad simpática
de la piel (que favorece la vasodilatación). Este cambio en la actividad simpática en la
piel es una respuesta termorreguladora desencadenada por el aumento en la
temperatura del cuerpo que acompaña el ejercicio. 914
La vasodilatación de la piel también está favorecida por la liberación de
bradicinina por las glándulas sudoríparas, cuya actividad aumenta con el ejercicio.
Los cambios en la actividad simpática están facilitados por el centro de control
cardiovascular, que recibe información de varios tipos de receptores en los músculos,
incluyendo los quimiorreceptores (ergoceptores) sensibles a los factores químicos
locales, y los mecanorreceptores y los propiorreceptores responsables de la actividad
física muscular.
El aumento del flujo sanguíneo de los músculos cardíaco y esquelético son, en
gran parte, el resultado de la acción local de los factores químicos sobre el músculo
liso vascular.
Otros mecanismos también favorecen el aumento del RV durante el ejercicio,
facilitando, asimismo, el aumento del GC, como es el de la bomba muscular
esquelética; otra es la bomba respiratoria, cuya actividad aumenta durante el ejercicio
porque se respira más rápido y profundamente.
El tercer mecanismo consiste en el aumento del tono venomotor, secundario a
un incremento de la actividad simpática sobre las venas.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
El sistema cardiovascular es el principal afectado en una persona que ha
sufrido una hemorragia importante, disminuyendo el RV, la precarga, el VS
y el GC, por lo cual, disminuye la PAM.
Como respuesta al suceso, es de esperarse una vasoconstricción periférica,
aumentando la RPT y tratando de llevar la PAM lo más cercanamente posible a lo
normal, dado que, al caer el VS también cae el GC. Además, si el VS no se compensa
adecuadamente, puede no aumentar sustancialmente la PAS y, como aumenta la
PAD, la PP puede disminuir afectando la nutrición de los tejidos.
Cuando se dona sangre, correspondiente a unos 400 a 500 ml (10% de pérdida
sanguínea), suele ser bien tolerado y se producen pocos cambios en la PAM, pero esto
no sucede así cuando se pierden cantidades más importantes de sangre.
Cuando se produce una hemorragia 1.000 ml, los mecanismos de
compensación estabilizan el cuadro hasta cierto punto, pero, si la pérdida es 2.000
ml, la perdida desencadenará un cuadro de shock grave.
Si se produce una pérdida de sangre suficiente como para reducir la PAM por
debajo de 60 mmHg, se origina un aumento espontáneo de la presión en los 20-30
minutos siguientes cuando se interrumpe la hemorragia, pero, en algunos pacientes,
luego se reduce y sigue haciéndolo a una velocidad acelerada hasta que se produce la
915
muerte.
Este progresivo deterioro de la función cardiovascular es el shock
hemorrágico. En algún momento tras la hemorragia, el deterioro de la función
cardiovascular se vuelve irreversible. Con los tratamientos conocidos, el desenlace
mortal sólo se puede prevenir de forma temporal, incluso con transfusiones masivas
de sangre de donante.
El shock es la incapacidad aguda del aparato circulatorio, para aportar a los
tejidos la cantidad de sangre que requieren en cada momento, originando una
inadecuada perfusión tisular y una disminución drástica (por debajo de los mínimos
necesarios para la vida) del aporte de oxígeno y de nutrientes a la célula (Montero et
al., 2010).
El shock se clasifica desde un punto de vista fisiopatológico en:
✓ Hipovolémico. Disminución del contenido vascular, ya sea por pérdidas o por
acumulación de líquido en el tercer espacio. Las causas más frecuentes son:
hemorragia, vómitos, diarrea y quemaduras.
✓ Cardiogénico. Es secundario a la existencia de un fallo miocárdico intrínseco.
Sus causas más frecuentes son el infarto agudo de miocardio (IAM), la
miocarditis, la insuficiencia valvular aguda y las arritmias.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
✓ Obstructivo. Es consecuencia de un fallo miocárdico extrínseco. La
tromboembolia pulmonar, el taponamiento cardíaco y el neumotórax a tensión
son las causas más representativas de este tipo de shock.
✓ Distributivo o vasogénico. Alteración entre el continente y el contenido
vasculares por vasodilatación. Las causas más frecuentes son el shock séptico
y el anafiláctico.
En este sentido, el “shock hemorrágico” sería una afección producida por la
pérdida rápida y significativa del volumen intravascular, lo cual conduce
secuencialmente a la inestabilidad hemodinámica, disminución en el suministro de
oxígeno, disminución de la perfusión tisular, hipoxia celular, daño celular y afección
a órganos, el síndrome de disfunción multiorgánica, lo cual puede terminar en la
muerte.
Es importante el reconocimiento precoz del shock, ya que su reversibilidad y,
por tanto, su morbimortalidad, dependen del estadio evolutivo en que se encuentre en
el momento del diagnóstico. Por ello, se distinguen los siguientes estadios o etapas
(Barbieri, 2008):
✓ Estadio I o shock compensado (Preshock). Los síntomas son escasos, con
perfusión de los órganos vitales conservada, gracias al mantenimiento de la
PAM. Generalmente, el tratamiento es efectivo en este estadío. 916
✓ Estadio II o shock descompensado (Shock). Se caracteriza por el desarrollo
de manifestaciones neurológicas y cardíacas, oliguria e hipotensión. Una
actitud terapéutica enérgica es capaz de evitar la irreversibilidad del cuadro.
✓ Estadio III o shock irreversible (con fallo multiorgánico). Por
hipoperfusión tisular se presentan fallos de órganos y sistemas.
Es poco probable que la pérdida del 15% del volumen total de sangre provoque
shock en una persona sana. El shock normalmente se produce si se pierde entre un
15% a un 30% del volumen sanguíneo, aunque la PAM puede ser normal. Una pérdida
del 30 al 50% de volumen sanguíneo, sin embargo, causa una reducción en la PAM
por caída del GC que puede ser muy importante.
El shock severo puede volverse irreversible o refractario, llevando a la muerte
de forma inevitable si la pérdida de sangre es > al 50%. La gravedad del cuadro
también está relacionada con la tasa de pérdida de sangre, pues una pérdida muy
rápida del 30% puede ser fatal, mientras que la pérdida de un 50% durante 24 h puede
permitir la supervivencia del paciente (Aaronson et al., 2020).
Los síntomas y el cuadro clínico en general, pueden depender de la tasa, así
como del volumen de pérdida de sangre, el estado físico de la persona y el estado de
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
salud en general que tenía la persona antes del evento que dio origen al cuadro de
shock (Aaronson et al., 2020).
Tabla 42. Cuadro clínico según los estadíos del cuadro de shock
Estadío I Estadío II Estadío III Estadío IV
Pérdida de sangre
Hasta 750 750 a 1500 1500 a 2000 Mayor a 2000
(ml)
Pérdida de sangre
Hasta el 15% 15 a 30% 30 a 40% > 40%
(%)
Frecuencia cardíaca
N (menor a 100) (100 a 120) (mayor a 120) (mayor a 140)
(lpm)
PAM N leve moderada grave
Frecuencia
N (12 a 20) (20 a 30) (30 a 35) (mayor a 35)
respiratoria (rpm)
Diuresis (ml/h) Mayor a 30 (20 a 30) (5 a 15) (menor a 5)
Ansiedad
Estado mental Ansiedad ligera Confusión Letargo
moderada
Reposición de Cristaloides y Cristaloides y
Cristaloides Cristaloides
volumen hemoderivados hemoderivados
Fuente: Modificado de Aaronson et al., 2020.
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
respiratoria 22 rpm, temperatura 37 °C, TA 120/70mm/Hg y saturación de oxígeno
por encima de 95%.
Estudios: los resultados de laboratorio iniciales son los siguientes: glóbulos blancos
9890/mm3, hemoglobina 14.3 g/dl, hematocrito 42%, glucemia 160 mg/dl, urea 40
mg/dl, creatinina 1,08 mg/dl, AST 605 U/L, ALT 671 U/L, TP 13.1 segundos, KPTT
28.9 segundos, Natremia 138 mEq/l y Potasemia 4 mEq/l.
La Rx de extremidad inferior derecha muestra una fractura de fémur derecho con
afectación de la meseta tibial y múltiples fracturas en costillas inferiores. No se
evidenciaron al momento sitios de sangrado activo por imágenes.
Diagnóstico: politraumatismo por accidente de tránsito.
Tratamiento: recibe por medio de una mascarilla facial simple, oxígeno
suplementario a razón de 8 litros por minutos y una infusión de 1 litro de solución
cristaloide. Es llevado de inmediato al área de quirófano donde es intervenido para
una osteosíntesis de rodilla derecha con colocación de tutores externos por fractura
de fémur y limpieza quirúrgica por laceración dérmica moderada en brazo derecho.
El procedimiento tuvo una duración de 4 horas aproximadamente y aparentemente
sin complicaciones luego fue trasladado al área de cuidados intensivos para su
observación.
918
Evolución: Durante el postoperatorio, el paciente se halla bajo efecto de sedación
y analgesia con soporte ventilatorio. Presenta una presión arterial en promedio de
100/60 mmHg con una frecuencia cardiaca de 122 lpm. Exámenes de laboratorio de
control demuestran un hematocrito de 19%, hemoglobina 6.5 g/dl, urea 24.4 mg/dl,
creatinina 0.58 mg/dl, calcio1.9 mEq/l, cloro 119 mEq/l, sodio 144 mEq/l, potasio 2.2
mEq/l, TP 36.9 segundos y KPTT mayor a los 3 minutos. Se realiza una gasometría
arterial con un PH 7.29, PaCO2, 30.5 mmHg, PaO2 144 mmHg, HCO3- 19.3 mEq/l,
exceso de base -3.9 y saturación de O2 con 99.1%.
Se administran 2 litros de solución cristaloides, 1 litro de sustituto coloidal y dos
unidades de glóbulos rojos concentrados, el paciente evoluciona con una mejoría leve
de sus parámetros hemodinámicos.
Al día siguiente el paciente se encuentra consciente y estable, pero hacia las 12 pm,
el paciente en posición de decúbito dorsal, desarrolla súbitamente una disnea de
moderada a gran intensidad, diaforético, con hipotensión marcada y una frecuencia
cardíaca por encima de los 140 lpm. Se administran 2 litros de solución de lactato
de Ringer y 1 litro de solución de sustituto coloidal, manifestando el paciente una
leve mejoría. A la auscultación se encuentra una ausencia del ruido respiratorio en
el hemitórax derecho. Se toma de inmediato una placa radiográfica anteroposterior
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
de tórax, en que se observa un velamiento del campo derecho por probable
hemotórax. Se procede de inmediato a una toracostomía en el lado afecto a nivel de
la línea medio axilar en el quinto espacio intercostal y se drena aproximadamente
unos 1.800 ml de líquido hemático.
El paciente es llevado de inmediato a la sala de quirófano para una toracostomía
exploratoria. Se evidencian acúmulos de sangre de aproximadamente unos 500 ml,
lesiones en la arteria mamaria interna derecha, arteria intercostal derecha a nivel
de T8 y lesión con sangrado activo en diafragma y en parénquima pulmonar, con
múltiples fracturas en los cartílagos costales inferiores.
Durante el acto operatorio, el paciente se mantuvo hipotenso con varios episodios
de bradicardia severa que revirtieron con atropina y bolos de solución fisiológica. Se
administran aproximadamente unos 4.800 ml entre solución cristaloides y coloides
con 2 paquetes de glóbulos rojos concentrados. El paciente es transferido
nuevamente a la unidad de cuidados intensivos con un tubo de toracostomía, apoyo
con ventilación mecánica e infusión con dopamina. El paciente presenta mejoría en
su presión arterial y se toma nuevamente una placa radiográfica de tórax de control
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 19 Fisiología cardiovascular
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921
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 20
Circulación sanguínea local y su
regulación
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe las características anatomofuncionales de la microcirculación.
2. Analiza la regulación neurohormonal de la función de la microvasculatura.
3. Enumera y explica la acción de las moléculas vasoconstrictoras y vasodilatadoras.
4. Explica las diferentes teorías de regulación local aguda del flujo sanguíneo.
5. Indica la diferencia en la irrigación de los diferentes tejidos y órganos en
condiciones basales.
6. Explica la hiperemia activa y reactiva como ejemplos especiales de regulación
metabólica.
7. Relaciona la ley de Fick con los mecanismos de intercambio capilar-tisular.
8. Explica las fuerzas de Starling y su importancia fisiológica.
9. Explica el control en la concentración proteica y presión del líquido intersticial.
10. Indica el valor total del flujo linfático, así como los factores que gobiernan la
intensidad del mismo.
11. Describe los mecanismos de regulación local a largo plazo del flujo sanguíneo:
angiogénesis y factores angiogénicos.
12. Aplica los conocimientos adquiridos para explicar el aumento localizado de líquido
intersticial en las situaciones de obstrucción venosa, obstrucción linfática, aumento
de la permeabilidad capilar, fallo cardíaco, renal, quemaduras, reacciones alérgicas
y malnutrición.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
La microcirculación corresponde a los vasos menores de 100 micrones de
diámetro, es decir, corresponde a la red de arteriolas (100 a 20 μm), capilares
(25 a 5 μm) y vénulas (20 a 100 μm) que conectan el sistema arterial con el
venoso.
Esta distribución se encuentra en todos los órganos del organismo y contiene el 90%
del endotelio (la mayor superficie endotelial del cuerpo), siendo aquí donde ocurre el
intercambio H2O, O2 y otros nutrientes, además de la remoción de CO2 y otros
desechos metabólicos. Por su parte, el endotelio presenta un papel clave en la
inflamación y control de la coagulación.
La unidad microcirculatoria (UMC), según el modelo matemático conceptual
del fisiólogo A. Krogh, corresponde al capilar y tejido que lo rodea, el cual es oxigenado
por él. Por ende, la cuantía de la densidad microvascular se relaciona con la distancia
de difusión del oxígeno.
Las pequeñas arterias se ramifican en arteriolas más pequeñas, y estas en
lechos capilares o metaarteriolas, que a su vez se ramifican también en lechos
capilares (Figura).
923
Microcirculación.
El control del flujo de sangre por la red capilar está regulado por la contracción relativa de los
esfínteres precapilares que rodean a las arteriolas y metaarteriolas. A, Los esfínteres se relajan,
permitiendo que la sangre entre al lecho capilar. B, Cuando los esfínteres se contraen, la sangre pasa
de las metaarteriolas directamente a un conducto interpuesto, evitando el lecho capilar.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Tienen un diámetro menor de 0,1 mm con una íntima delgada y una media en
la que no existen láminas elásticas interna y externa. La mayoría de estos vasos está
constituida por sólo 2 o 3 capas de células musculares, la adventicia es muy delgada
y la conforma tejido conjuntivo fibroelástico que alberga a unos cuantos fibroblastos.
Funcionalmente, las arteriolas proporcionan la mayor resistencia al flujo
sanguíneo, de hecho, más del 60% de la RPT se atribuye a las arteriolas pues, aunque
los capilares individuales tienen menor radio que las arteriolas, hay tantos capilares
que su área transversal total es mayor que la de las arteriolas, por lo que todos los
capilares juntos tienen menos resistencia; esto es, a medida que la sangre fluye de las
arterias a las venas, la presión disminuye progresivamente.
Una diferencia de la presión en una porción determinada de la vasculatura
produce una “caída de presión” en esa región y la mayor caída de presión se produce
en las arteriolas: en el circuito sistémico, la sangre se introduce en ellas con una
presión media de 75 a 80 mmHg y las deja a una presión de 35 a 40 mmHg. La causa
de esta gran caída de presión está relacionada con la alta resistencia de las arteriolas.
Además, la presión se hace menos pulsátil a medida que avanza por la
vasculatura. Por el contrario, las caídas de presión en vasos mayores (arterias y venas)
son muy pequeñas, tanto que la presión en estos vasos sanguíneos es casi uniforme.
Por su parte, no solo las arteriolas proporcionan la mayor resistencia al flujo 924
sanguíneo, sino que su resistencia también puede ser regulada. De hecho, la función
más importante de las arteriolas es servir como puntos de control para regular la
resistencia al flujo sanguíneo, lo que tiene principalmente dos funciones: 1) controlar
el flujo sanguíneo en lechos capilares individuales, y 2) regular la presión arterial
media.
La resistencia está regulada por la contracción y relajación del músculo liso
circular. El músculo liso arteriolar es un músculo liso unitario, que se contrae
parcialmente sin la necesidad de factores externos, gracias al denominado tono
arteriolar. Los factores externos pueden aumentar o disminuir el estado contráctil.
Cuando la contracción del músculo liso arteriolar aumenta, el radio de las arteriolas
disminuye (vasoconstricción) y la resistencia aumenta. Cuando el músculo liso
arteriolar se relaja, el radio arteriolar aumenta (vasodilatación) y la resistencia
disminuye.
Tanto los mecanismos de control extrínseco como intrínseco alteran el estado
contráctil del músculo liso arteriolar, pero por diferentes causas. El control intrínseco
está formado por varios metabolitos locales que regulan el flujo sanguíneo que se
necesita en las células en esa región. Los controles extrínsecos están formados por el
sistema nervioso autónomo y las hormonas, que regulan la PAM.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
El control del flujo sanguíneo local se puede dividir en un control a corto
plazo y otro a largo plazo.
El control a corto plazo se consigue con cambios rápidos de la vasodilatación o
vasoconstricción local de las arteriolas, metaarteriolas y esfínteres precapilares, que
se producen en segundos o minutos para proporcionar con gran rapidez el
mantenimiento del flujo sanguíneo tisular local apropiado; mientras que el control a
largo plazo significa cambios controlados lentos del flujo en un período de días,
semanas o incluso meses, los cuales proporcionan un control aún mejor del flujo en
proporción a las necesidades de los tejidos, mediante un incremento o descenso del
tamaño físico y del número de vasos sanguíneos que nutren los tejidos (Hall y Hall,
2021).
El flujo sanguíneo a través de cualquier órgano se determina en gran parte por
su resistencia vascular, que depende sobre todo del diámetro de sus arteriolas. En
consecuencia, el flujo de un órgano lo controlan factores que influyen en el tono del
músculo liso arteriolar.
Las arteriolas permanecen en estado de constricción parcial cuando todas las
influencias externas sobre ellas se suprimen, que es lo que se conoce como tono basal;
probablemente por un reflejo de la resistencia inherente y activa de las células del
músculo liso a la expansión. Este tono basal establece un punto de inicio de 925
constricción arteriolar parcial, desde la cual las influencias externas en las arteriolas
ejercen sus efectos de dilatación o de constricción, que pueden ser locales, nerviosos y
hormonales (Mohrman y Heller, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
determinado. Por tanto, el órgano o tejido regula su propio flujo sanguíneo a través de
controles locales.
Por ejemplo, el rápido incremento de la PAM provoca un aumento inmediato
del flujo sanguíneo en el lecho de la microcirculación; sin embargo, en menos de 1
minuto ese flujo vuelve a la normalidad en la mayoría de los tejidos, incluso aunque
la PAM se mantenga elevada, mediante el mecanismo “autorregulación” (Hall y
Hall, 2021).
Una vez se haya producido esta autorregulación, el flujo sanguíneo local de la
mayoría de los tejidos del organismo estará relacionado con la PAM, como se muestra
en la figura siguiente.
926
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
algunos tejidos, como el encéfalo y el corazón, esta autorregulación es todavía más
precisa (Hall y Hall, 2021).
Esta autorregulación se pierde cuando:
a) La presión de perfusión baja a 60 mmHg o menos, donde la vasodilatación
llega al máximo y el flujo sanguíneo disminuye de forma pasiva en
respuesta a nuevas reducciones en la presión de perfusión.
b) La presión de perfusión aumenta a 200 mmHg o más y la vasoconstricción
no es lo suficientemente intensa para aumentar la resistencia vascular y
mantener así un flujo constante.
Existen dos posibles explicaciones sobre los mecanismos de la autorregulación
del flujo sanguíneo tisular a corto plazo, conocidos como la teoría miógena y la teoría
metabólica.
La teoría miógena se refiere a que, cuando una PAM elevada estira el vaso,
se provoca, a su vez, una constricción vascular reactiva que reduce el flujo sanguíneo
casi a la normalidad, dado por la entrada de calcio a través de los canales activados
por estiramiento del músculo liso vascular. Por el contrario, con presiones bajas el
grado de estiramiento del vaso es menor, por lo que el músculo liso se relaja, reduce
la resistencia vascular y ayuda a recuperar la normalidad del flujo (Hall y Hall, 2021).
927
La autorregulación asegura que, ante caídas importantes de la presión de
perfusión, órganos y tejidos críticos, como el cerebro y el miocardio, escapen a la
vasoconstricción general mediada por el SNS y posean mecanismos de protección que
les aseguren una adecuada provisión de sangre y O2.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
La teoría metabólica explica que la composición química de los tejidos
ejerce influencias sobre los vasos sanguíneos locales, principalmente sobre
las arteriolas que controlan el flujo a través de determinado órgano se
encuentran dentro del tejido del órgano mismo. Por tanto, las arteriolas y el
músculo liso en sus paredes están expuestos a la composición química del
líquido intersticial del órgano que actúan.
Las concentraciones intersticiales de muchas sustancias reflejan el balance entre la
actividad metabólica del tejido y su abastecimiento de sangre. Las cifras de O2
intersticial, por ejemplo, bajan cuando las células del tejido usan el O2 más rápido de
lo que llega al tejido por el flujo sanguíneo; mientras que las cifras de O2 intersticial
se elevan siempre que se entrega un exceso de O2 a un tejido desde la sangre.
En casi todos los lechos vasculares, la exposición a poco O2 reduce el tono
arteriolar y causa vasodilatación, en tanto que los niveles altos de O2 causan
vasoconstricción arteriolar. Por tanto, existe un mecanismo de retroalimentación local
que opera de manera automática sobre las arteriolas para regular el flujo sanguíneo
de un tejido, de acuerdo con sus necesidades metabólicas. Siempre que el flujo
sanguíneo y la entrega de O2 caen por debajo de las demandas de O2 de un tejido, los
niveles de este último alrededor de las arteriolas bajan, las arteriolas se dilatan y el
flujo sanguíneo a través del órgano aumenta de manera apropiada.
928
Es importante entender que una caída focal en la presión de O2 puede iniciar
un programa de expresión génica vasodilatadora consecutiva a la producción de
factor 1α inducible por hipoxia (HIF-1α), un factor de transcripción con múltiples
blancos (Barrett et al., 2018).
Muchas sustancias, además del O2, están presentes dentro de los tejidos y
pueden afectar el tono vascular del músculo liso; por ejemplo, cuando el índice
metabólico del músculo esquelético aumenta por el ejercicio, no sólo disminuyen los
niveles de O2 del tejido, sino también el del CO2, de H+, y aumenta el de K+ que tiene
actividad dilatadora demostrada a causa de la hiperpolarización de las células
musculares lisas vasculares. Asimismo, el lactato contribuye a la dilatación.
La osmolaridad del tejido muscular también aumenta durante el ejercicio.
Todas estas alteraciones químicas causan dilatación arteriolar. Además, con el
aumento de la actividad metabólica o la privación de O2, las células en muchos tejidos
liberan adenosina que es un potente vasodilatador.
Las células endoteliales cubren toda la superficie interna del sistema
cardiovascular y responden a varios estímulos, produciendo factores locales que
alteran el tono vascular afectando al músculo liso. Por ejemplo, frente a ciertos
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
estímulos el endotelio vascular neurohumorales o el “shear stress1” (fuerza de
cizallamiento) produce ON mediante el aminoácido L-arginina por la acción de la ON
sintasa (eNOS), activada por una elevación en el nivel intracelular de Ca2+. El ON
difunde con facilidad en las células del músculo liso adyacente donde causa relajación,
estimulando la producción de GMPc.
La ACh y varios otros agentes como la bradicinina, el VIP y la sustancia P,
estimulan la producción de ON de las células endoteliales, porque sus receptores en
estas células se vinculan a los canales de Ca2+ operados por receptor.
Es probable que las células endoteliales producen siempre, por lo general, algo
de ON que está implicado de manera muy importante, junto con otros factores, en la
reducción del tono neto normal en descanso de las arteriolas en todo el cuerpo. Posee,
además, funciones antiproliferativas, de antiagregación plaquetaria y evita la
adhesión de monocitos y leucocitos al endotelio. En tejidos lesionados, la histamina
liberada de las células dañadas aumenta la permeabilidad capilar.
Las células endoteliales también producen otros agentes vasoactivos que
actúan de manera local, incluyendo el factor hiperpolarizante derivado de endotelio
(EDHF), la prostaciclina (PGI2) y las endotelinas (ETs) como la ET-1 liberada en
respuesta a la hipoxia, la trombina, la AngII, la adrenalina, la ADH y la IL-1, que 929
tiene reconocida potencia vasoconstrictora.
La prostaciclina se genera en las células endoteliales y, el tromboxano A2, en
las plaquetas a partir de un precursor común, el ácido araquidónico, mediante la vía
de la ciclooxigenasa. El tromboxano A2 promueve la agregación plaquetaria y la
vasoconstricción, en tanto la prostaciclina inhibe la agregación plaquetaria y fomenta
la vasodilatación, por lo cual, el equilibrio entre el tromboxano A2 plaquetario y la
prostaciclina favorece la agregación plaquetaria localizada y la formación
subsiguiente del trombo plaquetario, al tiempo que previene la extensión excesiva del
mismo, así como de la coagulación que sobre este se realiza, manteniendo el flujo
sanguíneo a su alrededor. Por ello, como se vio en capítulos anteriores, el balance
entre tromboxano A2 y prostaciclina puede desviarse hacia la prostaciclina con la
administración de dosis bajas de ácido acetilsalicílico, que produce inhibición
irreversible de la ciclooxigenasa por acetilación de un residuo de serina en su sitio
activo.
Es obvio que esto disminuye la producción de tromboxano A2 y prostaciclina,
pero las células endoteliales generan nueva ciclooxigenasa en cuestión de horas,
mientras las plaquetas no pueden sintetizar la enzima y el valor se eleva sólo conforme
1A diferencia de lo que ocurre con las fuerzas inducidas por la presión transmural, el estrés generado por la sangre por la fricción
(viscosidad del flujo sanguíneo) actúa tangencialmente sobre la pared vascular y el endotelio lo cual se denomina shear stress.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
las plaquetas nuevas ingresan a la circulación. Por tanto, la utilización de cantidades
pequeñas de ácido acetilsalicílico por periodos prolongados disminuye la formación de
coágulos y previniendo el infarto del miocardio, angina inestable, episodios isquémicos
transitorios y apoplejía (ACV) (Barrett et al., 2018).
La histamina se sintetiza y almacena en concentraciones elevadas en los
gránulos secretorios de las células cebadas del tejido y los basófilos circulantes.
Cuando es liberada, produce vasodilatación arteriolar (a través de la vía de cAMP) y
aumenta la permeabilidad vascular, formando un edema y la hinchazón del tejido
local. La histamina aumenta la permeabilidad vascular, lo que crea separaciones en
las uniones entre las células endoteliales que bordean el sistema vascular.
La bradicinina es un pequeño nonapéptido que tiene cerca de 10 veces la
potencia vasodilatadora de la histamina en una base molar. También actúa para
incrementar la permeabilidad abriendo las uniones entre las células epiteliales. El
otro es el decapéptido lisilbradicinina, también llamado calidina con función
similar al de la bradicinina. Ambos se forman a partir del cininógeno de alto peso
molecular (CAPM) y el cininógeno de bajo peso molecular (CBPM).
Las proteasas llamadas calicreínas liberan a los péptidos de sus precursores
a partir de cualquiera de sus dos formas que son la calicreína plasmática, que
circula en forma inactiva (precalicreína) y la calicreína hística, que se halla en 930
muchos tejidos, incluidos glándulas sudoríparas y salivales, páncreas, próstata,
intestino y riñones. La calicreína hística actúa sobre el cininógeno de alto peso
molecular para formar bradicinina y, sobre el cininógeno de bajo peso molecular,
para constituir lisilbradicinina. Cuando se activa, la calicreína plasmática actúa sobre
el cininógeno de alto peso molecular y forma bradicinina.
La precalicreína se convierte en la modalidad activa, calicreína, por acción del
factor XII activo, el cual inicia la parte intrínseca de la cascada de coagulación. La
calicreína también activa al factor XII en un ciclo de retroalimentación positiva, y el
cininógeno de alto peso molecular tiene una acción activadora del factor XII.
En los órganos con una velocidad metabólica variable muy alta, como el
músculo esquelético y el cardiaco, el flujo sanguíneo se acerca mucho a la
velocidad metabólica del tejido en un fenómeno denominado “hiperemia
activa”.
Por ejemplo, el flujo sanguíneo del músculo esquelético aumenta dentro de los
primeros segundos del inicio del ejercicio del músculo y regresa a las cifras de control
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
poco después de concluir el ejercicio gracias a este mecanismos fisiológico de la
microcirculación.
Las células del músculo liso vascular de las arteriolas son sensibles a las
condiciones del LEC por lo cual, los cambios asociados con el aumento de la actividad
metabólica generalmente provocan vasodilatación, mientras que los cambios
asociados con un descenso de la actividad metabólica inducen vasoconstricción.
Se puede demostrar cómo funciona la norma considerando las concentraciones
de O2 y CO2 en el tejido como un ejemplo. Cuando el flujo sanguíneo se ajusta a la
necesidad metabólica del tejido, las concentraciones de O2 y CO2 en el tejido están en
estado de reposo: la velocidad con la que el O2 entra en el tejido desde la sangre es
igual a la velocidad con la que es consumido por las células, y la velocidad con la que
el CO2 entra en la sangre es igual a la velocidad a la que se produce por las células.
Supongamos ahora que aumenta el metabolismo, de tal manera que aumentan
el V̇O2 y la producción de CO2 (V̇CO2), provocando una disminución del O2 en el tejido
(hipoxia) y un aumento en el tejido de CO2.
Inicialmente, el flujo sanguíneo es insuficiente para satisfacer la demanda
metabólica provocada por la isquemia y la disminución del O 2 y el aumento de CO2
actúan ambos en el músculo liso arteriolar, provocando su relajación. 931
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Como resultado de este aumento en el flujo sanguíneo, aumentan la proporción
de O2 al tejido y la eliminación de CO2 del tejido, hasta que se consiga de nuevo el
estado de reposo. Los cambios en el flujo sanguíneo son el resultado directo del
descenso de O2 y el aumento de CO2 en las propias arteriolas, y no están involucradas
ningún tipo de hormona o nervio. Por ello, la hiperemia activa es un ejemplo de control
intrínseco.
El mismo mecanismo disminuye el flujo sanguíneo si el metabolismo local
disminuye. Cuando la actividad metabólica disminuye, los niveles de O 2 tienden a
aumentar y los niveles de CO2 tienden a disminuir, lo que provoca la vasoconstricción
de las arteriolas, por lo que se aumenta la resistencia al flujo sanguíneo.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
El mecanismo básico subyacente de la hiperemia reactiva es el mismo que el de
la hiperemia activa (la disminución de O2 en el tejido y el aumento de las
concentraciones de metabolitos inducen la vasodilatación y al aumento del flujo
sanguíneo). La única diferencia es la causa de los cambios de concentración. La
secuencia de pasos que se producen en la hiperemia reactiva también funciona de
forma inversa; es decir, si el flujo sanguíneo aumenta por encima de las necesidades
metabólicas, los mecanismos de control intrínseco inducirán la vasoconstricción y la
reducción del flujo sanguíneo.
933
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Las influencias neurales sobre las arteriolas implican fundamentalmente a
las fibras vasoconstrictoras simpáticas.
Las fibras neurales simpáticas inervan las arteriolas en todos los órganos sistémicos
y abastecen, con abundancia, los medios de control reflejo más importantes de la
vasculatura puesto que son la columna vertebral del sistema para controlar la RPT y,
por tanto, participantes esenciales en las tareas cardiovasculares globales como la
regulación de la PAM.
Los nervios vasoconstrictores simpáticos liberan NA de sus estructuras
terminales en cantidades proporcionales a su actividad eléctrica y produce un
aumento en el tono de las arteriolas después de unirse con el receptor adrenérgico α1
en las células del músculo liso.
Es normal que los nervios simpáticos vasoconstrictores tengan una actividad
de funcionamiento tónico considerablemente mayor que su tono basal, dando lugar a
un componente adicional del tono vascular que se llama tono neurogénico.
Cuando la velocidad de funcionamiento de los nervios simpáticos
vasoconstrictores aumenta por encima de lo normal, las arteriolas se constriñen y
causan que el flujo sanguíneo orgánico caiga por debajo de lo normal. Por el contrario,
la vasodilatación y el aumento en el flujo sanguíneo orgánico es posible que lo causen
los nervios simpáticos vasoconstrictores si su nivel de actividad tónica normal se 934
reduce. Por tanto, el flujo sanguíneo de un órgano puede reducirse por debajo o
aumentar por encima de lo normal por cambios en la velocidad de funcionamiento de
la fibra simpática vasoconstrictora.
Los vasos sanguíneos, como regla general, no reciben inervación de la división
parasimpática del sistema nervioso autónomo. Sin embargo, los nervios
vasodilatadores parasimpáticos que liberan acetilcolina están presentes en los vasos
del cerebro y corazón, pero su influencia en el tono arteriolar en estos órganos no
parece ser importante.
Los nervios vasodilatadores parasimpáticos también están presentes en los
vasos de las glándulas salivales, páncreas, mucosa gástrica y genitales externos. Estos
últimos son los responsables de la vasodilatación de los vasos de afluencia, que se
encargan de la erección (Mohrman y Heller, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Los capilares son la principal localización en la que tiene lugar el
intercambio de nutrientes y productos de desecho entre la sangre y los
tejidos.
Los capilares son los vasos sanguíneos más pequeños, que miden solo 1 mm de largo
y 5 a 10 µm de diámetro, alrededor del tamaño de un glóbulo rojo. Las paredes
capilares son delgadas (0,5 µm), formadas por una única capa de células endoteliales
rodeadas por una membrana basal. El pequeño diámetro y la fina pared proporcionan
una pequeña distancia de difusión entre la sangre y el líquido intersticial adyacente.
Aunque los capilares son pequeños, su gran ramificación provoca que haya
entre 10.000 y 40.000 millones de capilares en el cuerpo humano, proporcionando un
área de superficie de intercambio entre la sangre y el tejido de aproximadamente 600
m2. De hecho, casi todas las células del organismo están a menos de 1 mm de un
capilar. Además, los capilares no están aislados, sino que forman redes llamadas
lechos capilares.
Por su extensa ramificación, el área transversal total de los capilares es
considerablemente mayor que la de cualquier otro vaso sanguíneo. De este modo,
cuando la sangre entra en un lecho capilar, la aceleración del flujo sanguíneo
desciende.
935
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
La aceleración del flujo sanguíneo por los capilares es de alrededor de 0,1 mm/s,
permitiendo aproximadamente 1 segundo de intercambio entre la sangre y el tejido,
lo que es tiempo suficiente para una difusión simple.
El tamaño y el área de la superficie de los capilares son aptos para el
intercambio entre la sangre y el tejido. Este intercambio se facilita gracias a la
permeabilidad de la pared capilar, que varía en los diferentes tejidos. La mayoría de
los capilares son bastante “permeables” y se clasifican como continuos, fenestrados y
discontinuos.
En los capilares continuos
(figura de la derecha), que son los más
comunes, las células endoteliales se
unen de forma que los espacios entre
ellas son relativamente estrechos. Estos
capilares son altamente permeables a
las sustancias de tamaños moleculares
pequeños y con una alta liposolubilidad
(como el O2, el CO2 y las hormonas
esteroideas), y son de alguna manera
menos permeables a las pequeñas
936
sustancias hidrosolubles (como el Na+, el
K+ o los aminoácidos). La permeabilidad
de los capilares continuos a las
proteínas y otras macromoléculas es muy baja, porque estas sustancias no pueden
atravesar las membranas de las células endoteliales o penetrar fácilmente en los
huecos intercelulares.
En los capilares fenestrados o
porosos (figura de la derecha), las
células endoteliales poseen poros
relativamente grandes que permiten la
rápida difusión de las sustancias
hidrosolubles. El tamaño de los poros
varía en los diferentes tejidos y algunos
poros son lo suficientemente grandes
para las proteínas, y en algunos casos
para que puedan pasar células
completas.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Los capilares porosos se encuentran principalmente en los órganos cuya función
depende del rápido movimiento de sustancias a través de la pared capilar, como los
riñones, el hígado, los intestinos y la médula ósea. En el hígado, la presencia de
capilares porosos permite el paso de las proteínas recién sintetizadas, como la
albúmina o factores de la coagulación.
Los sinusoides o capilares
discontinuos (figura de la derecha)
son espacios irregulares llenos de
sangre en el hígado, la médula ósea,
el bazo y algunos otros órganos. Se
trata de vías torcidas y tortuosas, por
lo general de 20 a 40 μm de ancho,
que toman la forma del tejido
circundante. Las células endoteliales
tienen una separación amplia entre
sí, carente de lámina basal, y las
células también suelen tener
perforaciones grandes a través de
ellas. Hasta proteínas y células
sanguíneas pueden atravesar estos 937
poros. Así es como la albúmina, los factores de coagulación y otras proteínas
sintetizadas por el hígado entran en la sangre, y es la manera en que los glóbulos
recién formados entran en la circulación desde la médula ósea y los órganos linfáticos.
Algunos sinusoides contienen macrófagos u otras células especializadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
938
Arteriolas, capilares y vénulas (Derrickson, 2018).
Los esfínteres precapilares regulan el flujo de sangre a través de los lechos capilares.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
precapilares, cuya contracción comprime los capilares aumentando su resistencia al
flujo sanguíneo.
En definitiva, el flujo capilar está regulado por:
✓ La vasomotricidad del músculo liso de las metaarteriolas y de los esfínteres
precapilares, de tal forma que su contracción reduce el número de capilares
funcionantes y aumenta el flujo no nutricional directo, entre las arteriolas y las
vénulas, que están bajo control nervioso. La noradrenalina liberada, desde las
terminales posganglionares simpáticas, estimula los receptores α-adrenérgicos,
produce una vasoconstricción arteriolar y reduce el flujo capilar. Además, el
endotelio capilar sintetiza mediadores vasodilatadores y vasoconstrictores, que
controlan el tono de arteriolas y metaarteriolas.
✓ Las necesidades tisulares de O2, cuyo aumento genera mayor número de
capilares abiertos y su flujo también aumenta. Así, en el músculo esquelético
en reposo, tan sólo un 20-30% de los capilares son funcionales, mientras que al
hacer ejercicio físico intenso se produce una vasodilatación de las
metaarteriolas y esfínteres precapilares, con lo que prácticamente 100% de
éstos quedan abiertos. De igual forma, los capilares del aparato gastrointestinal
se abren durante la digestión, mientras que la mayoría permanece cerrada en
el ayuno.
939
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Por su parte, la estructura de gel impide que el LI se acumule rápido en las
extremidades inferiores, como respuesta a cambios posturales del individuo. También
existen mínimas cantidades de LI (1%) no unido a glucosaminoglucanos, que pueden
difundir libres a este nivel; es el denominado líquido libre, que se intercambia
continuamente con el líquido del gel (Fernández et al., 2020).
Las sustancias se intercambian a través de las paredes capilares mediante
diferentes mecanismos, dependiendo del tamaño molecular y la solubilidad en
lípidos de la sustancia y de la situación del capilar.
Los mecanismos de intercambio incluyen la difusión simple, la transcitosis
y el transporte mediado. Por ello, la ley de Fick establece que la velocidad de
difusión de un soluto entre sangre y tejido es:
Flujo = permeabilidad × área × diferencia de concentración
La cantidad de capilares perfundidos, así como las concentraciones de solutos
en la sangre y los tejidos, cambian constantemente, y también se producen cambios
crónicos. Por lo tanto, la distancia de difusión y la superficie para el intercambio
pueden estar influidas por algunos acontecimientos fisiológicos. Esto también se
aplica a las concentraciones en la sangre y los tejidos.
En este contexto, el intercambio microvascular puede alterarse dinámicamente 940
por muchos de estos acontecimientos. Por ejemplo, la densidad de los capilares
perfundidos aumenta de forma significativa en el tejido metabólicamente activo, en
comparación con el tejido en reposo, algo que se comprueba en los músculos en
ejercicio o en la circulación intestinal durante la digestión.
Es importante recordar que la velocidad de difusión también depende de la
diferencia entre las concentraciones mayores y menores, y no de las concentraciones
específicas. Por ejemplo, si la célula consume un soluto determinado, la concentración
celular de ese soluto disminuirá y, para una concentración constante en el plasma, el
gradiente de difusión aumentará, lo que incrementará la velocidad de difusión,
siempre que al tejido le llegue un aporte adecuado de sangre. Si la célula deja de
utilizar tanta cantidad de ese soluto en concreto, la concentración en la célula
aumentará y la velocidad de difusión disminuirá.
Por su parte, la mayoría de los pequeños solutos, sean liposolubles o
hidrosolubles, se mueven a través de las paredes capilares por difusión simple. Los
pequeños solutos liposolubles pasan por difusión las membranas plasmáticas de las
células endoteliales, mientras que los pequeños solutos hidrosolubles pasan por
difusión por los poros llenos de agua entre las células endoteliales. La dirección de la
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
difusión depende del gradiente electroquímico para una sustancia determinada
(excepto las proteínas intercambiables).
Los nutrientes y el oxígeno tienden a ser numerosos en la sangre y las células
los necesitan, por lo que estas sustancias pasan por difusión de la sangre al tejido. Sin
embargo, los productos de desecho y el CO2 se producen por las células y, por tanto,
son más abundantes en los tejidos. Estas sustancias pasan por difusión del tejido a la
sangre.
Los grandes solutos hidrosolubles, como las proteínas, son demasiado grandes
para pasar, por lo que solo lo pueden hacer por los grandes poros llenos de agua, por
lo que se evita que a través de las células endoteliales o alrededor de ellas. Algunas
proteínas (llamadas proteínas intercambiables) se transportan de forma selectiva
a través de las células endoteliales por un proceso lento que requiere energía conocido
como transcitosis. En este proceso, las células endoteliales capilares engullen las
proteínas en el plasma por endocitosis.
A continuación, las proteínas se desplazan por el interior de las células por
transporte vesicular y se liberan por exocitosis en el líquido intersticial del otro lado,
como ocurre en las células endoteliales capilares del cerebro ya que están unidas
mediante uniones estrechas que impiden el paso de pequeños solutos hidrosolubles
entre las células. Algunos de los solutos, sin embargo, se transportan a través de las 941
células endoteliales mediante el transporte mediado.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Asimismo, en general las paredes capilares son completamente permeables
al agua y a los pequeños solutos, por lo que el líquido se puede mover de la
sangre al líquido intersticial (filtración) o del líquido intersticial a la sangre
(absorción) según los gradientes de presión.
Esto se conoce como “flujo en masa” cuyo objetivo no es proporcionar nutrientes y
eliminar los productos de desecho, sino, más bien, mantener el equilibrio entre los
compartimentos del LEC (LI y LP). Un aumento del LP hacia el LI provoca una
tumefacción de los tejidos, llamada edema, si no se drena adecuadamente.
Las fuerzas que regulan el movimiento del líquido hacia el interior y exterior
de los capilares se llaman fuerzas de Starling (no es igual a la ley de Starling del
corazón). Estas incluyen las siguientes: 1) presión hidrostática capilar (Pc) debida a
la presión hidrostática del líquido del interior del capilar; 2) presión hidrostática del
líquido intersticial (Pi) debida a la presión hidrostática del líquido en el exterior del
capilar; 3) presión osmótica del plasma (p), debida a la presencia de solutos no
permeables en el interior del capilar, y 4) presión osmótica del líquido intersticial (i),
debida a la presencia de solutos no permeables fuera del capilar.
Siempre que exista una presión hidrostática a través de una barrera
semipermeable, como la pared capilar, la presión tiende a empujar agua a través de
la pared. La presión hidrostática capilar favorece la filtración y es igual a la presión 942
arterial en los capilares, que varía a lo largo del capilar como consecuencia de que la
PAM disminuye a medida que se acerca al extremo de la arteriola (Pc = 37 mmHg) del
capilar al extremo de la vénula (Pc = 15 mmHg). La presión hidrostática del LI
favorece la absorción y se debe a la presencia de líquido en el exterior de las paredes
capilares que empujan el líquido al interior del capilar. Esta presión no varía a lo largo
de la longitud de los capilares y normalmente es baja (Pi = 1 mmHg).
Por su parte, cuando una barrera semipermeable separa dos soluciones con
diferentes concentraciones de solutos no permeables, el agua tiende a fluir del lado
en el que la concentración de solutos es menor, a la parte donde la concentración de
solutos es mayor.
La presión osmótica de una solución es la medida de la concentración de
solutos y aumenta a medida que la concentración de soluto sube; es decir, la presencia
de un soluto no permeable ejerce una presión osmótica que tiende a atraer el agua
hacia la parte donde hay más concentración. Solo los solutos no permeables ejercen
una presión osmótica, porque los solutos permeables, como la glucosa, se encuentran,
generalmente, al mismo nivel de concentración a través de las paredes capilares.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
943
El flujo de la mayor parte del líquido a través de las paredes capilares depende en gran
medida de la diferencia entre la tensión arterial y la presión osmótica en las distintas
regiones del lecho capilar (Marieb, 2008).
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
ignorará este dato para simplificar y se dará por sentado que la presión osmótica del
plasma no cambia con el flujo sanguíneo entre los extremos de un capilar.
La presión osmótica del líquido intersticial es la fuerza osmótica ejercida por
las proteínas en el líquido intersticial, que tiende a sacar líquido al exterior del capilar
y hacia el LI. Sin embargo, relativamente pocas proteínas se encuentran en el LI, por
lo que prácticamente, la i = 0 mmHg.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
a las proteínas plasmáticas, y evita la expresión completa de las dos presiones
oncóticas.
El valor de σ es 1 cuando las moléculas no pueden atravesar la membrana (se
reflejan en un 100%) y 0 cuando la atraviesan libremente (no se reflejan). Los valores
típicos de σ para las proteínas plasmáticas de la microvasculatura superan 0,9 en la
mayoría de los órganos, excepto el hígado y el bazo, que tienen capilares permeables
a las proteínas del plasma.
El coeficiente de reflexión suele ser relativamente constante, pero puede
disminuir notablemente debido a hipoxia, procesos inflamatorios y lesiones tisulares,
llevando a un aumento del filtrado de líquidos, porque la capacidad efectiva de
retención de líquidos de la presión coloidosmótica disminuye cuando la pared vascular
se vuelve más permeable a las proteínas del plasma.
Considerando ahora todas las variables en las fuerzas de Starling, en general,
la Pc y la i favorecen la filtración, mientras que la Pi y la p favorecen la absorción.
Pnf = Kf x (presión de filtración – presión de absorción)
Pnf = Kf × [Pc + (σ × i)] – [Pi + (σ × p)]
Cuando el signo de la presión neta de filtración es positivo (Pnf 0), se produce
la filtración; cuando es negativo (Pnf 0), se produce la absorción; por lo cual, si Pnf 945
= 0, no existe movimiento neto de líquido.
Mientras que tres de las fuerzas de Starling permanecen relativamente
constantes en un lugar determinado, la Pc varía a lo largo de la longitud del capilar.
De este modo, la Pnf también varía a lo largo de la longitud del capilar, siendo más
alta en el extremo arteriolar y más baja en el extremo venular.
Si se considera que Kf siempre es positivo, σ es igual a 1, la Pc = 37 mmHg en
el extremo arteriolar, y de 15 mmHg en el extremo venular, la Pi = 1 mmHg, la p =
25 mmHg y la i = 0 mmHg; según estos datos, se puede determinar la presión neta
de filtración en los extremos venular y arteriolar del capilar de manera sencilla:
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
946
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
948
Como las presiones hidrostáticas y osmóticas que operan en los lechos capilares
empujan el fluido fuera de la sangre en los extremos arteriales de dichos lechos
(contracorriente), son causantes de que la mayor parte del fluido sea reabsorbido en
los extremos venosos (a favor de la corriente).
El fluido que permanece tras las zonas de tejido, pasa a formar parte del fluido
intersticial. Este fluido fugado, así como cualquier cantidad de proteínas plasmáticas
que salen de la sangre, ha de ser transportado de vuelta a la sangre si se quiere que
el sistema vascular tenga la sangre suficiente para funcionar correctamente, pues, de
otro modo, los fluidos se acumularían en los tejidos y provocarían un edema.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
El sistema linfático transporta líquido llamado linfa que, a menudo, pasa
inadvertido porque es claro y con un leve tinte amarillo. El líquido entra en el sistema
linfático mediante unos pequeños conductos llamados capilares linfáticos, cuyas
paredes tienen grandes poros que permiten que el agua, los pequeños solutos e incluso
proteínas y partículas más grandes pasen a través de ellos. Como consecuencia,
cualquier líquido que se filtre a menudo de los capilares sanguíneos “normales” puede
traspasar fácilmente del intersticio al sistema linfático.
949
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
a los conductos es similar al del flujo sanguíneo a través de las venas “normales”, como
se ha descrito previamente.
950
Distribución de vasos linfáticos y ganglios linfáticos (Marieb, 2008).
La zona sombreada muestra la parte del organismo drenada por el conducto linfático derecho, el resto
del organismo es drenado por el conducto torácico.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
del espacio intersticial de todo el organismo para ayudar a reponer las pérdidas de
agua debidas al sudor, la diarrea, los vómitos o hemorragias.
En condiciones normales, la presión tisular es ligeramente negativa
(subatmosférica), pero un aumento del volumen puede hacer que se vuelva positiva.
Si el volumen del líquido intersticial supera el “intervalo de seguridad”, existirán
presiones hidrostáticas tisulares elevadas y edema. La deshidratación tisular puede
causar presiones hidrostáticas tisulares negativas.
951
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
permeables con el envejecimiento, lo que pone a las personas de edad
avanzada en mayor riesgo de edema. La Pc también se eleva en casos de
insuficiencia venosa, por ello, el edema es un problema común entre
personas confinadas a cama o silla de ruedas. Asimismo, la insuficiencia
del ventrículo derecho del corazón tiende a causar presión en las venas
y los capilares sistémicos, lo que lleva a edema sistémico. La insuficiencia
del ventrículo izquierdo causa lo mismo en los pulmones, lo que lleva a
edema pulmonar.
2. Reabsorción capilar reducida. La reabsorción capilar depende de la
presión oncótica, que es proporcional a la concentración de albúmina
sanguínea. Por tanto, la deficiencia de albúmina (hipoproteinemia por
hipoalbuminemia) produce edema al reducir la reabsorción de líquido en los
tejidos. Debido a que la albúmina se produce en el hígado, hepatopatías
como la cirrosis tienden a producir hipoproteinemia y edema. También
suele verse en desnutridos por la deficiencia alimentaria (kwashiorkor3).
La hipoproteinemia y el edema también suelen resultar de quemaduras
graves, por la pérdida de proteínas de las superficies corporales que ya no
están cubiertas por la piel, y por nefropatías que permiten que las proteínas
952
escapen en la orina como en el síndrome nefrótico.
3. Drenaje linfático obstruido. La obstrucción de estos vasos o la
extirpación quirúrgica de los ganglios linfáticos puede interferir con el
drenaje de líquidos y llevar a la acumulación de líquido tisular distal a la
obstrucción.
El edema intersticial tiene varias consecuencias patológicas. A medida que los
tejidos se congestionan con líquido, el suministro de O2 y la eliminación de desechos
quedan dañados y los tejidos empiezan a morir.
El edema pulmonar es la presencia de líquido en los espacios extravasculares
(intersticial y alveolar) del pulmón en cantidad superior a la fisiológica. En
condiciones normales esta cantidad representa unos 500 mililitros (para una persona
de 70 kg) y se encuentra en fase “gel” distribuida en un 90% en el espacio intersticial
y el resto corresponde a agua intracelular.
El edema pulmonar es una causa frecuente de insuficiencia respiratoria
aguda, ya que conduce a alteraciones de la relación ventilación-perfusión
(fundamentalmente efecto shunt), que condicionan el deterioro del intercambio
3 Kwashiorkor es la forma grave aguda de la deficiencia energética proteínica o desnutrición calórica-proteica (proteica
predominantemente) también denominado síndrome pluricarencial grave en el niño. Los grupos más afectados con este problema
corresponden al grupo de niños menores de 5 años, especialmente aquellos que tienen entre dos y cuatro años y mujeres
embarazadas en periodo de lactancia.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
gaseoso y de la mecánica pulmonar. Estas alteraciones alcanzan relevancia clínica
cuando la cantidad de agua pulmonar aumenta al doble de la normal, por lo que como
en otras áreas del organismo, existe una reserva fisiológica que permite la adaptación
a ciertas variaciones.
El movimiento de fluidos a través de la membrana alveolo-capilar se rige por la
ley de Starling. Estas fuerzas condicionan el fenómeno de producción en un doble
sentido, de tal manera que conforme se va generando el edema actúan como freno del
mismo.
Otro mecanismo de protección lo constituyen las presiones negativas durante
la fase inspiratoria, que se comportan a modo de bomba de succión. El líquido es
extraído desde el intersticio alveolar a los manguitos peribroncovasculares y de éstos
al mediastino y pleuras. Así pues, antes de inundarse de líquido los alveolos, el espacio
intersticial se transforma en un gran reservorio. A ello se añade el aumento del flujo
linfático como drenaje del exceso de fluido.
Además de estos mecanismos pasivos, existe un proceso activo de reabsorción,
localizado fundamentalmente en la vertiente epitelial de la membrana, mediante un
transporte activo de sodio al que acompaña el agua. Tiene lugar en las células
epiteliales tipo 2 cuyas membranas plasmáticas están dotadas de canales de sodio en
su zona apical y de bombas de Na+/K+-ATPasa en las áreas basolaterales. Estas 953
últimas son las encargadas de generar el gradiente entre ambos espacios (alveolar e
intersticial).
La presencia de edema pulmonar provoca una serie de consecuencias sobre el
intercambio gaseoso y la mecánica tóraco-pulmonar. La principal es el desarrollo de
hipoxemia, producida por el trastorno de la difusión de O2 y finalmente, cuando el
alveolo se inunda, por un efecto shunt. Con relación a las características mecánicas
del pulmón, el edema produce una reducción en los volúmenes pulmonares y una
disminución de la distensibilidad (compliance).
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
Dos procesos están estrechamente vinculados a la angiogénesis que son la
arteriogénesis y la vasculogénesis. La primera se refiere al crecimiento de arterias
colaterales preexistentes en arterias colaterales funcionales; la segunda refiere a la
formación de una red primitiva de vasos sanguíneos durante la embriogénesis. Los
angioblastos diferenciados en células endoteliales forman una red vascular.
En la isquemia, por ejemplo, la falta de oxígeno favorece la activación y
trascripción del factor HIF-1, que funciona como un regulador de la homeostasis del
oxígeno y lleva a la transcripción de varios genes, incluyendo los codificadores de ON
sintasa endotelial (eNOS) y el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, del
inglés, vascular endotelial growth factor).
Como consecuencia, uno de los primeros fenómenos reconocidos durante esta es
la vasodilatación debido a los niveles de ON presente, entre otras causas; también se
observa el aumento de la permeabilidad vascular, por lo cual el edema es un poderoso
predictor de la respuesta angiogénica, y como resultado de este proceso aparecen
nuevas redes capilares.
Por su parte, se ha demostrado que el estrés de flujo (EF) constituye el principal
estímulo mecánico sobre el endotelio vascular, generando una respuesta adaptativa
gracias a la regulación en la expresión de proteínas que cumplen funciones
vasodilatadoras, antiinflamatorias, antioxidantes y de factores de crecimiento 954
involucrados en procesos de angiogénesis y vasculogénesis.
Las vías de señalización implicadas se integran desde el estímulo mecánico
percibido por la célula, hasta la generación de una señal intracelular vía segundos
mensajeros que da origen a una respuesta adaptativa del lecho vascular.
Las fuerzas hemodinámicas ejercidas por la sangre expulsada por el corazón
durante el ciclo cardiaco impactan significativamente en la pared vascular. Estas
fuerzas corresponden a la presión de pulso y al EF. La presión de pulso (diferencia
entre la presión sistólica y la diastólica) produce tensión radial en las paredes de los
vasos sanguíneos, lo que induce la distensión de su pared durante la sístole.
Por su parte el EF corresponde al estrés friccional que ejerce el flujo sanguíneo
sobre el endotelio vascular. En la mayoría de los estudios el EF es medido de acuerdo
a la ley de Poiseuille (Rodríguez, Romero y Saavedra, 2016).
La respuesta crónica al EF, junto a la activación del complejo eNOS/ON,
también se asocia a la activación de vías de señalización mediadas por cinasas
reguladas por señales extracelulares (ERK) y cinasas c-Jun (JNK). También, existe
un aumento en la expresión de genes vinculados con la defensa antioxidante y
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
anticoagulación, así como también disminución en la expresión de genes vinculados a
proliferación de matriz extracelular y proteínas de adhesión.
Los mecanismos desencadenados por EF, a largo plazo, inducen la
diferenciación de células progenitoras endoteliales (CPE), así como también, la
expresión del VEGF y su receptor, lo cual da inicio a la angiogénesis (Rodríguez,
Romero y Saavedra, 2016).
4 Plétora: (del griego “pleón”, más). Se refiere a la abundancia de sangre en una región o zona corporal.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
axila, choque de punta en 6 espacio intercostal izquierdo a nivel de la línea axilar
anterior.
Pulmones: abundantes estertores en ambos campos pulmonares.
Abdomen: hepatomegalia dolorosa a 3 cm del reborde costal derecho, peristaltismo
presente.
Miembros inferiores: presencia de edema, blando fácil de deprimir. Pulsos
periféricos palpables y simétricos.
Placa de Tórax: Severa cardiomegalia con cefalización vascular pulmonar.
ECG: Ritmo no sinusal, fibrilación auricular de respuesta ventricular rápida, con
FC promedio de 140 lpm.
Ecocardiograma: Ventrículo izquierdo dilatado con espesores parietales
conservados, hipocinesia global leve, FE de 40%. Aurícula izquierda severamente
dilatada. Ventrículo derecho de tamaño en el límite superior normal. Aurícula
derecha moderadamente dilatada. Enfermedad mitral reumática de grado severo
(estenosis e insuficiencia). Insuficiencia tricuspídea moderada.
Diagnóstico: Insuficiencia cardíaca.
Tratamiento: por determinar. 956
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
La insuficiencia cardíaca (IC) es uno de los síndromes cardiovasculares que
más interés ha despertado en las últimas décadas debido a su elevada
prevalencia, a los altos índices de hospitalización, invalidez y mortalidad y
a los enormes costos que ocasiona al sistema de salud.
El aumento de la incidencia de IC se debe al envejecimiento de la población, a la
mejoría en la supervivencia de las cardiopatías en general y de la cardiopatía
isquémica en particular. El tratamiento exitoso de la IC explica también el aumento
de su prevalencia.
La insuficiencia cardíaca (IC) es un síndrome clínico que responde a la falla en
la función de bomba del corazón, definida como la incapacidad de mantener
adecuadamente la circulación acorde con los requerimientos metabólicos del
organismo (Sanguinetti, 2008), en reposo y esfuerzo, a pesar de condiciones de llenado
adecuadas, o hacerlo, pero a expensas de la elevación de las presiones de llenado.
La IC representa el estadio final de muchas enfermedades cardiovasculares y
se asocia a una disminución de la esperanza de vida, por lo que resulta fundamental
su prevención y tratamiento en fases precoces.
En los países desarrollados, las causas más frecuentes de IC son la enfermedad
coronaria (cardiopatía isquémica) y la hipertensión arterial (HTA), aunque hay otra
gran variedad de procesos que de forma aislada o conjuntamente pueden provocarla. 957
Desde un punto de vista fisiopatológico, se diferencian dos posibles mecanismos de
desarrollo de IC:
✓ IC con fracción de eyección disminuida (disfunción sistólica). En estos
casos está deteriorada la capacidad contráctil del VI y, por tanto, su fracción de
eyección está disminuida. Su principal causa es la cardiopatía isquémica. La
isquemia miocárdica (p. ej., infarto de miocardio) puede ocasionar la muerte de
un porcentaje significativo de células miocárdicas y esto, lógicamente,
disminuye la FE% ventricular. Asimismo, todas aquellas situaciones que
condicionan una sobrecarga del ventrículo (HTA, estenosis aórtica, etc.) pueden
condicionar a la larga claudicación y fallo ventricular. Con menor frecuencia,
otras enfermedades cardíacas (miocarditis, miocardiopatías primarias y
secundarias) también pueden provocar disfunción sistólica.
✓ IC con fracción de eyección con servada (disfunción diastólica). Un
porcentaje significativo de pacientes tienen IC a pesar de mantener una
adecuada FE% ventricular Este tipo de IC incluye un grupo heterogéneo de
enfermedades cardíacas, entre las que destacan:
a) Estenosis de las válvulas aurículoventriculares (mitral o tricúspide).
b) Lesiones pericárdicas.
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
c) Fallo de la distensibilidad miocárdica.
Cuando el corazón enferma por la causa que sea, se ponen en m archa una serie
de mecanismos para intentar compensar el deterioro de la función ventricular y cuyo
objetivo es mantener el GC. A la larga, sin embargo, todos estos mecanismos de
compensación iniciales suponen un deterioro mayor de la función cardíaca creando un
círculo vicioso que aumenta progresivamente la IC; entre las que se encuentran:
✓ Hipertrofia y dilatación ventricular.
✓ Activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA).
✓ Activación del sistema nervioso simpático.
Las manifestaciones clínicas de la IC varían dependiendo de la edad, la
gravedad y la rapidez de instauración del cuadro, así como del ventrículo inicialmente
afectado. Así diferenciamos entre síntomas debidos predominantemente a un fallo
ventricular izquierdo (IC izquierda), síntomas por fallo ventricular derecho (IC
derecha) y aquellos que están condicionados por un fallo de ambos ventrículos (IC
global).
En la IC izquierda, los síntomas característicos de se relacionan con la
disminución de la capacidad de bombeo del VI hacia la circulación sistémica y el
aumento retrógrado de la presión en la AI y, secundariamente, en todo el sistema
venoso pulmonar. 958
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
hidrostática en la cava inferior se manifiesta como edemas en las extremidades
inferiores, dolor en el hipocondrio derecho (congestión y aumento de tamaño hepático)
y en algunos casos aumento del perímetro abdominal por acumulación de líquido
peritoneal (ascitis). El aumento de presión en la cava superior condiciona el típico
signo de la congestión de las venas yugulares (ingurgitación yugular).
Aunque con fines didácticos, se han diferenciado los síntomas de la IC izquierda
de la IC derecha, es preciso recalcar que en muchos enfermos se observan ambos tipos
de síntomas de forma simultánea ya que falla tanto el corazón derecho como el
izquierdo. Esto se conoce como IC congestiva o global.
El diagnóstico de la IC es fundamentalmente clínico, aunque las pruebas
complementarias sirven para discernir con exactitud la causa de la IC y conocer los
posibles factores desencadenantes.
En la auscultación cardíaca se pueden detectar soplos, especialmente si hay
lesiones valvulares asociadas. Si existe IC derecha, es muy característica la
ingurgitación yugular y otros signos relacionados con la congestión venosa como son
la hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado), la ascitis y edemas en las
extremidades inferiores. Cuando hay edema de pulmón en la auscultación pulmonar,
se oyen crepitantes producidos por el acumulo de líquido en los alvéolos.
Es muy importante identificar la presencia de signos de gravedad como mala 959
perfusión periférica, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria), obnubilación,
oliguria, hipotensión y taquicardia o bradicardia extremas, etc.
Asimismo, debe realizarse siempre un hemograma para descartar la existencia
de anemia o leucocitosis (como dato de infección) que pueden actuar como factores
precipitantes de IC en pacientes con patología cardíaca previa.
La determinación en plasma de pro-BNP (péptido natriurético) que se eleva en
situaciones de IC y que puede utilizarse como marcador evolutivo y pronóstico. su
normalidad descarta la patología y su grado de elevación se correlaciona con la
gravedad de la misma (Sanguinetti, 2008).
Si se sospecha como causa de la IC la existencia de isquemia miocárdica aguda
(infarto agudo de miocardio) puede ser conveniente la determinación de los
marcadores de necrosis miocárdica como la CPK y troponina. La gasometría arterial
sirve para valorar el grado de hipoxemia relacionado con la IC.
En el ECG podemos detectar hipertrofia de cavidades, arritmias, signos de
isquemia, etc. La radiografía de tórax es una prueba de imagen imprescindible a la
hora de valorar un paciente con IC y se debe valorar, por un lado, el tamaño y la forma
del corazón (existencia o no de cardiomegalia y a expensas de qué cavidades) y, por
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
otro, la vascularización pulmonar, en la que los hallazgos más frecuentes son la
redistribución vascular, el edema intersticial, el edema alveolar bilateral, etc.
Asimismo, puede aparecer derrame pleural (líquido entre las dos hojas pleurales).
Radiografía de tórax de una paciente con insuficiencia cardiaca (A) y de una persona
960
normal (B) (Pastrana y García, 2013).
Fernández, V. H.
Capítulo 20 Fisiología cardiovascular
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Fernández-Tresguerres, J. A. Cachofeiro, V. Cardinali, D. P. Delpón, E. Rey Díaz-Rubio, E. Escriche,
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Stanfield, C. L. (2017). Principles of Human Physiology. 6th edition. Pearson.
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 21
Fundamentos fisiológicos del
electrocardiograma
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Define el término dipolo y su importancia respecto al estudio del
electrocardiograma.
2. Describe la estandarización de las determinaciones del ECG, así como el
posicionamiento de los electrodos y las polaridades preestablecidas, entre otros.
3. Describe el ECG como una gráfica de diferencia de potencial en función del tiempo,
identificando todos los componentes del trazado, explicando la relación entre cada
uno con el estado eléctrico del corazón.
4. Conoce la expresión de la activación de los vectores auricular y ventricular en el
trazo electrocardiográfico normal.
5. Explica por qué el trazado del ECG es diferente en cada una de las 12 derivaciones.
6. Identifica un ritmo normal y diversos ritmos patológicos en el electrocardiograma.
7. Conoce las ondas, segmentos e intervalos normales del electrocardiograma.
8. Relaciona el trazado eléctrico con la actividad mecánica producida.
9. Determina el eje eléctrico medio a partir del conocimiento de la amplitud del
complejo QRS en las derivaciones estándar de extremidades.
10. Reconoce un trazado electrocardiográfico normal mediante el estudio semiológico
de los trazados electrocardiográficos.
11. Conoce los fundamentos de las alteraciones eléctricas que pueden expresarse en el
electrocardiograma.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Einthoven detectó cuatro ondas, a las que denominó en principio A, B, C y D.
Un ulterior perfeccionamiento del dispositivo permitió identificar más patrones
ondulatorios, por lo cual Einthoven opta por renombrarlas con las designaciones P, Q,
R, S y T, en reconocimiento de las letras utilizadas por el matemático analítico René
Descartes para describir los puntos sucesivos de una curva. En 1903, Einthoven
inventó una máquina de ECG más avanzada, que permitía registrar un trazado
detallado de la actividad eléctrica cardíaca.
En 1911 se creó el
primer electrocardiógrafo
integral manufacturado
por The Cambridge
Scientific Instrument
Company of London
(Fotografía de la derecha).
En los años
siguientes, Einthoven
publica los resultados de
sus electrocardiogramas,
donde por primera vez se
963
empiezan a apreciar las
anormalidades de corazón, como las hipertrofias ventriculares, hipertrofias
auriculares, extrasístoles ventriculares, entre otras; a la vez que propone utilizar las
clásicas tres derivaciones de los miembros (brazo Izquierdo, brazo derecho y pierna
izquierda), cuyos puntos unidos forman un triángulo, el cual se denominó “Triángulo
de Einthoven” (Bayés, 2012).
Además, el electrocardiógrafo de Einthoven se empieza a utilizar para realizar
exámenes en pacientes de diversos hospitales, y también otras personas empiezan a
estudiar los resultados de los electrocardiogramas, como Woldemar Mobitz, quien
publica en 1924 una clasificación de los bloqueos cardíacos, los que llama Mobitz I y
Mobitz II, basados en el electrocardiograma y en la forma de onda de pulso yugular
en pacientes con bloqueos de segundo grado. En ese mismo año, Einthoven recibe el
Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos.
En 1934 Frank Wilson propone la unión de las tres derivaciones (brazo
izquierdo, brazo derecho y pierna izquierda) con una resistencia de 5000 ohm, lo que
en primera instancia se conoció como “electrodo indiferente”, pero finalmente se
estableció por “terminal central de Wilson”. Este terminal combinado actúa como
una conexión a tierra y es conectado al polo negativo del ECG. Los demás electrodos
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
los define como VL (punto del brazo izquierdo), VR (punto del brazo derecho) y VF
(punto de la pierna o pie izquierdo) que corresponden al voltaje unipolar de dichas
extremidades. Cuatro años más tarde, la Asociación Americana del Corazón
(American Heart Association) y la Sociedad Cardiaca Británica (British Cardiac
Society) definen las posiciones estándar y el cableado de las derivaciones precordiales
V1, V2, V3, V4, V5 y V6.
En 1942, Emanuel Goldberger aumenta el voltaje de las derivaciones de Wilson
en un 50%, y para establecer esta diferencia se le añade una “a” a cada una de las
derivaciones, quedando finalmente en aVL, aVR y aVF. Estas tres derivaciones junto
con las tres de Einthoven (I, II y III) y las seis precordiales (V1-V6) son las doce
derivaciones que se utilizan actualmente.
En el año 1949 el médico Norman Holter crea un sistema portátil que permitía
a un paciente cargar una mochila la cual registraba un ECG y era capaz de
transmitirlo; luego este sistema sería modificado reduciendo considerablemente su
tamaño y, además, se incorporaron las cintas magnéticas y memorias digitales como
medio de registro de estas señales cardíacas, estableciéndose de este modo los
exámenes ambulatorios de ECG.
En la década de los 90, se introducen tres nuevas derivaciones: V4R, V8 y V9;
de este modo aparecen nuevos electrocardiógrafos de 15 derivaciones los cuales, al 964
igual que cuando se introdujeron las derivaciones precordiales V1-V6, incrementaron
la sensibilidad del electrocardiograma en la detección del infarto de miocardio. Sin
embargo, estas tres derivaciones no se utilizan normalmente, dado que se aplican para
encontrar alteraciones específicas.
Actualmente, con los avances tecnológicos tanto en el campo de la medicina,
electrónica e informática, se han desarrollado nuevos sistemas de electrocardiograma
más complejos, los cuales aparte de visualizar la actividad cardíaca, son capaces de
procesar estas señales, filtrar otras señales que provocan interferencias, aplicar
algoritmos computacionales, entre otras cosas, todo esto para complementar el
diagnóstico y mejorar el cuidado de los pacientes.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
por potenciales eléctricos derivados de la despolarización y repolarización del tejido
miocárdico y, en casos patológicos, por alteración de estos procesos con zonas de
despolarización parcial (lesión miocárdica) o repolarización retardada (isquemia
miocárdica).
Mediante el análisis de los detalles de estas fluctuaciones en el potencial
eléctrico, se consigue importante información sobre:
a) la orientación anatómica del corazón;
b) los tamaños relativos de las cámaras;
c) los diversos trastornos del ritmo y la conducción;
d) la extensión, localización y progresión de las lesiones isquémicas del miocardio);
e) los efectos de las alteraciones de las concentraciones de electrólitos,
f) la influencia de determinados fármacos (sobre todo, digital, antiarrítmicos y
antagonistas del calcio).
A modo de repaso, el corazón es una bomba que envía sangre a todo el cuerpo
gracias a los estímulos eléctricos que se originan en el NSA y se transmite a
través del sistema específico de conducción hacia las células de trabajo.
Las células miocárdicas son capaces de contraerse, pero también de conducir impulsos 965
eléctricos a células miocárdicas adyacentes, si bien lo hacen de manera menos eficaz
y más despacio que las células especializadas de conducción.
Estos impulsos eléctricos son conducidos merced al breve, pero rápido, flujo de
iones con carga positiva (fundamentalmente iones sodio y potasio y, en menor medida,
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
iones calcio) de un lado a otro a través de la membrana de las células marcapasos. La
diferencia en las concentraciones de estos iones dentro y fuera de la membrana celular
en un momento dado produce un potencial eléctrico. Esta energía de potencial,
o carga, se mide en milivoltios (mV).
Durante el periodo de reposo, las células del miocardio presentan un equilibrio
entre las cargas eléctricas positivas del lado externo de la membrana y las cargas
negativas de su lado interno.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
A medida que el potencial despolarizante avanza por la membrana celular, se
invierte el potencial, lo cual produce una célula con campo eléctrico bipolar que puede
medirse mediante electrodos.
967
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La representación de los dipolos consiste en un vector que es un segmento con
una cabeza en forma de flecha dirigida hacia la carga positiva y la cola o inicio en la
negativa. Además, el vector representa la magnitud, módulo o valor del potencial
eléctrico (longitud de la flecha), dirección (orientación en el espacio de la recta que
lo contiene) y sentido (indica hacia qué lado de la línea de acción se dirige el vector).
Si se coloca un electrodo explorador (electrodo positivo que registra el
cambio eléctrico) en la cola del vector de despolarización, pero en una célula en
reposo, no registrará cambio alguno y se verá una línea isoeléctrica (igual voltaje).
968
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
969
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
El concepto del dipolo es la piedra angular para la interpretación de los
fenómenos eléctricos documentados por el electrocardiograma.
Comprenderlo permite el análisis lógico posterior de los patrones en esta técnica, e
incluso la descripción de sus propios patrones.
El electrocardiograma es el reflejo de las diferencias en el voltaje
transmembrana que ocurren en las células miocárdicas durante los fenómenos de
despolarización y repolarización; sin embargo, en todo el proceso de activación
cardíaca, la despolarización y la repolarización eléctrica no se producen al mismo
tiempo en todas las células, ya que la activación del corazón es secuencial.
Por ello, en un mismo momento coexisten células miocárdicas que están
despolarizándose en una región y otras que aún se hallan en reposo en otras regiones;
como consecuencia de este desfase se crean gradientes de potencial entre ambas
regiones del miocardio, lo que determina la generación de flujos de corriente que se
propagan desde una región a la otra.
Estos flujos también se propagan hasta la piel, donde pueden ser recogidos por
electrodos exploradores colocados en las extremidades y en la pared del tórax,
denominadas “derivaciones”, obteniéndose un registro gráfico correspondiente al
ECG.
970
Las derivaciones cardiacas son el registro de la diferencia de potenciales
eléctricos entre dos puntos, ya sea entre dos electrodos (derivación bipolar) o entre
un punto virtual y un electrodo (derivaciones monopolares).
Por ejemplo, la red de Purkinje de distribución subendocárdica, se inicia el
proceso de despolarización ventricular. Entonces, el frente de activación se propaga
desde el subendocardio hacia el subepicardio (sentido del fenómeno). En la
superficie celular se genera un dipolo que se desplaza con la carga positiva por
delante. Esto origina un vector cuya cabeza está orientada hacia el electrodo
explorador colocado en la superficie epicárdica.
En la electrocardiografía, cuando un vector se acerca a un electrodo de registro
determina la inscripción de una deflexión positiva; es decir, por convención
internacional, si el electrocardiógrafo inscribe una deflexión situada por encima de la
línea isoeléctrica se la denomina “onda positiva”, el cual representa al vector
dirigiéndose hacia un electrodo explorador de polaridad positiva, mientras que si la
deflexión se sitúa por debajo de la línea isoeléctrica se denomina “onda negativa” y
representa al vector que se aleja de dicho electrodo explorador.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Cuando una onda es positiva-negativa o más-menos (bifásica), es decir,
primero es positiva y continua al lado negativo en la misma magnitud, se dice que el
vector y el electrodo forman ángulo recto.
971
Los electrodos del ECG son los dispositivos que ponen en contacto al
paciente con el electrocardiógrafo. A través de ellos se obtiene la
información eléctrica para la impresión y el análisis del ECG.
Para realizar un ECG estándar se colocan 10 electrodos divididos en electrodos
periféricos y electrodos precordiales. De los datos aportados por ellos se obtienen
las 12 derivaciones del ECG.
En el sistema original de derivaciones del ECG desarrollado por Einthoven, la
suma de vectores de toda la actividad eléctrica cardíaca en un momento determinado
es el vector cardíaco resultante.
Se considera que esta fuerza eléctrica direccional se localiza en el centro de un
triángulo equilátero cuyos vértices se localizan en los hombros derecho e izquierdo y
en la región púbica. Este triángulo, denominado triángulo de Einthoven, se orienta
en el plano frontal del cuerpo y, por tanto, este sistema de derivaciones sólo detecta
la proyección del vector resultante en este plano del cuerpo.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
972
Por comodidad, los electrodos que tienen colores estandarizados, se conectan en
los antebrazos derecho (rojo) e izquierdo (amarillo) en lugar de hacerlo en los
hombros correspondientes, dado que los brazos representan extensiones eléctricas
sencillas de los hombros. Del mismo modo, la pierna izquierda corresponde a una
extensión del sistema de derivaciones del pubis y, por ello, se suele conectar el tercer
electrodo en el tobillo izquierdo (verde). En la pierna derecha se coloca un electrodo
de color negro que representa el electrodo neutro.
Cuando se realiza un ECG es imprescindible conocer con rigurosidad la
ubicación de los electrodos en el paciente, ya que un cambio de localización de un
electrodo podría provocar, desde pequeñas variaciones en la morfología de las ondas,
hasta graves errores diagnósticos.
Si el paciente tuviese alguna extremidad amputada, el electrodo
correspondiente se colocará en el muñón de dicha extremidad o, en su defecto, en la
región del torso más cercana (hombros o región abdominal inferior).
Es importante no confundir a los electrodos con el concepto de derivaciones
cardiacas ya que los electrodos son los dispositivos que se colocan al paciente (10
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
electrodos) y las derivaciones son el registro de la actividad eléctrica en el ECG (12
derivaciones estándares).
973
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Las primeras derivaciones registradas por Einthoven son las derivaciones
bipolares de los miembros.
Por convención, la derivación I recoge la diferencia de potencial (V) entre los brazos
derecho (BD) e izquierdo (BI). Las conexiones se colocan de forma que cuando el V BI
supera el del VBD, el trazado se desplaza hacia arriba respecto de la línea isoeléctrica
y en el triángulo de Einthoven la derivación I se marca como (+) en BI y (–) en BD.
La derivación II recoge la diferencia de potencial entre BD y PI y el trazado
se desplaza hacia arriba cuando el valor del VPI supera al del VBD.
La derivación III registra la diferencia de potencial entre el BI y PI, y el
trazado se desvía hacia arriba cuando el VPI supera al del VBI.
974
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
A partir de las derivaciones bipolares surge la ley de Einthoven (modificación
de la 2ª ley de Kirchoff1) o primera ley de la electrocardiografía, que se expresa
como:
I + III = II
De esta manera se puede usar esta ley para calcular el eje eléctrico cardíaco
midiendo el vector resultante del complejo QRS de la primera derivación y el de la
tercera, y su suma algebraica nos dará el vector que representa el eje eléctrico
cardíaco.
1La 2ª ley de Kirchoff dice que en un circuito eléctrico la suma algebraica de los potenciales medidos en todos sus puntos
debe ser cero: DI + DII + DIII = 0.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La ecuación que rige la dependencia entre estas derivaciones es la segunda ley
de la electrocardiografía como sigue:
aVR + aVF + aVL = 0
976
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
977
Las siguientes derivaciones corresponden a las derivaciones aumentadas
precordiales de Wilson.
El corazón es un órgano tridimensional y mientras las derivaciones bipolares y
unipolares aumentadas de extremidades exploran el plano frontal, las derivaciones
precordiales exploran el plano horizontal.
Los electrodos se aplican sobre la pared del tórax y sus derivaciones se
denominan precordiales unipolares torácicas o de Wilson, para determinar las
proyecciones del vector cardíaco en los planos sagital y transversal del cuerpo. Estas
derivaciones precordiales se registran con seis electrodos en seis puntos seleccionados
de las superficies anterior y lateral del tórax en la vecindad del corazón (gráfica
inferior).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Las derivaciones van desde el margen derecho del esternón en el cuarto espacio
intercostal (V1) hasta un punto situado debajo del brazo izquierdo (línea axilar media)
en el quinto espacio intercostal (V6). Cada derivación precordial (V1 a V6) se define
como derivación positiva, mientras que el centro del corazón es la derivación negativa.
Existen otras derivaciones que se utilizan en casos especiales como las 978
derivaciones precordiales derechas.
Estas derivaciones se utilizan cuando en presencia de un infarto ventricular izquierdo
de la pared posteroinferior o inferior se quiere descartar una extensión del infarto
hacia el ventrículo derecho.
La colocación de los electrodos se hace de la siguiente forma:
✓ V1R: cuarto EII con línea paraesternal izquierda.
✓ V2R: cuarto EID con línea paraesternal derecha.
✓ V3R: intermedio entre V2R y V4R.
✓ V4R: quinto EID con línea medio clavicular derecha.
✓ V5R: quinto EID con línea axilar anterior derecha.
✓ V6R: quinto EID con línea axilar media derecha.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La corriente eléctrica generada por la despolarización o la repolarización
de aurículas y ventrículos en un momento dado produce un “vector”
cardíaco instantáneo, que suele representarse como una flecha con
magnitud, dirección y polaridad.
La secuencia de corrientes eléctricas producidas por la despolarización de los
ventrículos durante un ciclo cardíaco, por ejemplo, puede representarse como una
serie de vectores cardíacos, cada uno de los cuales se corresponde en tiempo real con
la corriente eléctrica generada por la despolarización de un pequeño segmento de la
pared ventricular.
979
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
izquierdo genera vectores mayores y más persistentes que los producidos por el
ventrículo derecho, más pequeño.
En conjunto, los vectores ofrecen una visión compuesta, que informa sobre la
dirección general en la que avanza la corriente eléctrica en el corazón. La media de
todos los vectores que resultan de la despolarización ventricular es un único gran
vector, llamado eje medio QRS, o simplemente eje QRS. Se denomina eje en lugar
de vector porque es estático, tiene dirección, pero no tiene magnitud ni polaridad.
Normalmente, el eje QRS apunta hacia la izquierda y hacia abajo, y refleja la
dominancia del ventrículo izquierdo sobre el derecho.
El eje QRS es el más importante y el que se determina con mayor frecuencia,
Se extiende habitualmente durante un período de 0,12 s, durante el cual los vectores
de corriente se desplazan en muchas direcciones; sin embargo, la media de los vectores
queda registrada y el resultado es la deflexión del complejo QRS. Esta media puede
ser positiva, negativa o bifásica (tanto positiva como negativa).
La media de todos los vectores generados durante la despolarización de las
aurículas es el eje de P; la de los vectores generados durante la repolarización de los
ventrículos es el eje de T.
El eje de P se determina muy pocas veces, mientras que el eje de T se determina
en ciertas enfermedades, como la isquemia miocárdica y el infarto agudo de miocardio, 980
en los que se produce una desviación importante de la dirección del eje de T.
Cuando se emplea solo el término eje, suele referirse generalmente al eje QRS
y es el que se determina generalmente.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
981
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La presión auricular derecha aumentada y la dilatación y la hipertrofia de la
aurícula derecha provocan ondas P inusualmente altas o anchas o desviadas en
direcciones anómalas.
982
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
en dirección ascendente a través de la unión AV y hacia las aurículas (conducción
retrógrada), induciendo una despolarización auricular retrógrada.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La amplitud de las ondas R o S en el complejo QRS varía entre 2 y 15 mm o
más. La onda Q normal tiene una altura inferior al 25% de la altura de la onda R
siguiente.
985
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
El patrón de QRS de las derivaciones de las extremidades varía de forma
considerable de una persona a otra, dependiendo del eje eléctrico de QRS, que describe
la orientación media del vector QRS frente a las seis derivaciones del plano frontal
(López, 2006).
Normalmente, el eje de QRS oscila entre 0° y 90° (y en casos especiales entre
−30° y +100°). Si el eje es negativo (entre 0° y −90°) se habla de desviación hacia la
izquierda y si es más positivo que +90° (entre +90° y +180°) se denomina desviación
hacia la derecha.
La desviación del eje hacia la izquierda puede ser una variación normal
hasta los −30°, pero suele reflejar hipertrofia del ventrículo izquierdo, bloqueo
del fascículo anterior de la rama izquierda (bloqueo o hemibloqueo fascicular
anterior izquierdo) o infarto de miocardio de la cara inferior.
La desviación del eje hacia la derecha también puede suponer una
variación normal (sobre todo en los niños y adultos jóvenes) o un hallazgo falso por la
colocación invertida de los electrodos en las extremidades superiores. También suele
observarse en estados de sobrecarga ventricular derecha (aguda o crónica),
infarto de la pared lateral del ventrículo izquierdo, dextrocardia,
neumotórax izquierdo o bloqueo fascicular posterior izquierdo.
986
Los complejo QRS anómalo pueden originarse en la unión AV o por debajo de
ella, o en las ramas del haz, la red de Purkinje o el miocardio ventricular; mostrando
una despolarización ventricular anómala. El cuadro se define como conducción
ventricular aberrante (anómala), cuyas causas pueden ser alteraciones de la
conducción intraventricular (como un bloqueo de rama), preexcitación ventricular,
impulso eléctrico ectópico o estimulación ventricular por un marcapasos cardíaco
implantado (artificial).
El punto J es la unión entre el final de la onda S (o R) y el comienzo del
segmento ST. Normalmente coincide con la línea isoeléctrica.
El segmento ST es el tiempo comprendido entre la terminación de la
despolarización y la repolarización ventricular. Es un período de silencio eléctrico del
corazón, durante el cual se completa la contracción mecánica de los ventrículos (sístole
ventricular) y coincide con la fase de meseta (fase 2) del potencial de acción ventricular
y la contracción ventricular. Suele ser isoeléctrico (plano), pues los ventrículos están
despolarizados durante todo el mismo. La duración es de 0,20 s o menos y depende de
la FC. Cuando esta es rápida, el segmento ST es más corto que cuando es lenta.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
en el infarto agudo de miocardio, hipertrofia ventricular derecha e izquierda (patrón
de sobrecarga).
La onda T representa la repolarización ventricular. Tras la despolarización
tiene lugar la repolarización ventricular en la que el músculo cardíaco recobra la
negatividad intracelular del estado de reposo.
Su duración oscila entre 0,1 y 0,25 s o más. La duración de la onda T por sí sola
tiene menos importancia que el intervalo QT. Además, la amplitud es normalmente
inferior a 5 mm (aunque variable en las diferentes derivaciones).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
correspondiendo a la posición normal del vector medio de la onda T en el plano frontal,
situado entre +20° y +60°.
En el plano horizontal, el vector medio de la onda T normal varía con la edad,
siendo de orientación posterior en la infancia, aproximadamente paralelo al plano
frontal en la edad adulta, y anterior en la vejez. Por ello, la onda T está invertida en
las precordiales derechas en la infancia, invertida en V, en la edad adulta, y positiva
en todas las precordiales en la vejez.
Una onda T anómala representa una alteración de la repolarización
ventricular. La repolarización anómala puede iniciarse en la superficie epicárdica o
endocárdica de los ventrículos.
Cuando comienza en la superficie ventricular epicárdica, evoluciona en
profundidad a través de las paredes ventriculares hasta la superficie endocárdica,
como ocurre en la onda normal, pero a menor velocidad, y se produce una onda T
ascendente y excesivamente alta.
Cuando se inicia en la superficie endocárdica de los ventrículos, evoluciona
hacia la superficie de las paredes ventriculares hasta alcanzar la superficie
epicárdica, y da lugar a una onda T negativa o invertida.
La repolarización ventricular anómala se da en isquemia miocárdica 989
(asociada a síndromes coronarios agudos), miocarditis, pericarditis y aumento del
tamaño (hipertrofia) ventricular, despolarización anómala de los ventrículos
(como ocurre en el bloqueo de rama y en las arritmias ventriculares ectópicas),
desequilibrio electrolítico (p. ej., hiperpotasemia) y administración de ciertos
medicamentos cardíacos (p. ej., quinidina, procainamida), deportistas y personas
con hiperventilación.
El intervalo QT constituye todo el proceso eléctrico de los ventrículos
(despolarización y repolarización ventricular). Incluye el complejo QRS, el segmento
ST y la onda T.
Varía de manera inversamente proporcional a la FC, por lo cual, el intervalo
QT debe ajustarse a la frecuencia (corregirse) mediante el cálculo del QTc (QT
corregido), mediante la fórmula de Bazett:
QTc = QT
√𝑹 − 𝑹
O bien, con la siguiente ecuación:
QTc = QT (ms) + 1,75 (FC − 60)
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Esta corrección sirve para independizarlo de la frecuencia cardíaca de cada
individuo y transformarlo en una medida de la actividad eléctrica comparable entre
pacientes sanos y enfermos (Lanza, 2008); puesto que el QT puede variar por la edad,
el sexo y la hora del día (Bayés, 2012)
Algunos expertos hablan de un límite superior normal para QTc del orden de
hasta 0,43 s en los varones y de hasta 0,45 s en mujeres.
Un intervalo QT anormalmente prolongado, con superación en un 10% del
intervalo QT promedio para cualquier FC, representa una ralentización de la
repolarización de los ventrículos.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
En general, un intervalo QT inferior a la mitad del intervalo R-R es normal,
uno superior a la mitad es anómalo y uno próximo a la mitad está “en el límite”.
Cuando la FC es rápida, el intervalo QT es menor que cuando es lenta (p. ej., para una
FC de 120, el intervalo QT es de alrededor de 0,29 s, mientras que, para una FC de
60, es de alrededor de 0,39 s). A medida que la FC aumenta, se reduce el tiempo de la
sístole ventricular y, en consecuencia, los ventrículos deben presentar despolarización
y repolarización en menos tiempo. Cuando la FC es más lenta, ocurre lo contrario.
La onda U normalmente es una pequeña deflexión redondeada (≤ 2 mm) que
sigue a la onda T y muestra en general su misma polaridad. Es rara su aparición en
individuos sanos y se considera una repolarización tardía de los músculos papilares
para algunos autores o la repolarización tardía de las fibras de Purkinje para otros.
Puede observarse mejor a bajas frecuencias cardíacas.
991
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
frecuencia es irregular, como ocurre en un ritmo regular, pero intercalado con
extrasístoles auriculares, ritmos irregulares de la unión y ventriculares, una
fibrilación auricular o bloqueos AV de segundo grado.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
En el estudio de la semiología del ECG para una correcta interpretación de
la misma es necesario llevar a cabo un proceso de lectura sistemática para
asegurarse de no pasar por alto ninguna anomalía.
A continuación, se presenta un ejemplo, pero con la experiencia se puede desarrollar
un sistema propio considerando las cuestiones inherentes mostradas en la siguiente
gráfica.
993
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
B. Fecha y hora: a la que se realiza el electrocardiograma.
C. Comprobar el sistema: se debe comprobar la velocidad a la que se imprimió el
ECG, así como la escala de voltaje utilizada. Como ya se ha señalado, estos datos
se pueden consultar en la porción inferior del ECG y, por convención, corresponden
a 25 mm/s en el eje horizontal y 10 mm = 1 mV en el eje vertical. Para ello, debe
calibrase el equipo según las especificaciones previas mediante el pulso de
calibración, que se observa al comienzo (o al final) de la gráfica en forma de una
guarda griega de 2 cuadrado grandes de altura y un cuadrado grande en el tiempo.
El lugar de origen del ritmo se determina analizando las ondas P, los complejos QRS
y la relación entre ambos. El objetivo es determinar el origen de la descarga eléctrica
que generó el ritmo, porque eso suele definir el ritmo. La despolarización ventricular
provoca complejos QRS y causa contracciones ventriculares en la mayoría de los casos.
Por tanto, a la hora de determinar el origen de un ritmo, nos concentraremos en los
impulsos eléctricos que generan complejos QRS.
D. Ritmo: para fines de interpretación del ECG normal, la evaluación inicial del
ritmo en el ECG se considera como sinusal o no sinusal (correspondiente a normal
y anormal). Para ello, se identifican los siguientes datos:
i. Existencia de onda P (despolarización auricular).
ii. Cada onda P debe preceder a un complejo QRS.
iii. Cada complejo QRS debe ser precedido por una onda P.
iv. La onda P debe ser positiva prácticamente en todas las derivaciones
estándar I, II y aVF.
v. La onda P es negativa en la derivación aVR.
vi. La FC debe ser entre 60 y 100 lpm.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Si se constata las condiciones antes mencionadas, es posible afirmar que el
ritmo del ECG en cuestión corresponde a ritmo sinusal o normal. Si no es así, se
puede aseverar que el ECG presenta un ritmo no sinusal o anormal.
Si hay ondas P’ asociadas con los complejos QRS, el ritmo se originó en la parte
inferior de las aurículas cerca de la unión AV, en la propia unión AV o en los
ventrículos. Es posible determinar el origen exacto de las ondas P’ negativas
analizando su relación con los complejos QRS en la derivación II como sigue:
i. Si la onda P’ negativa precede regularmente al complejo QRS, el origen del
ritmo está en la parte inferior de las aurículas cerca de la unión AV o en la
parte proximal de la propia unión AV. Típicamente, el intervalo P’R es inferior
a 0,12 s, pero puede ser mayor en presencia de un bloqueo AV de primer grado.
ii. Si la onda P’ negativa sigue regularmente al complejo QRS, el origen del ritmo
está en la porción distal de la unión AV. El intervalo RP’ suele ser inferior a 0,2
s. Si el complejo QRS tiene una duración mayor de 0,12 s y es abigarrado,
probablemente el ritmo se originó en los ventrículos.
Si los complejos QRS no tienen una relación fija con las ondas P, se procede a
determinar el origen de los impulsos eléctricos responsables de su aparición. Hay que
observar la duración y forma del complejo QRS y si hay o no un bloqueo de rama, un
defecto de la conducción intraventricular o una conducción ventricular anómala (ver
más adelante).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
frecuencia del ritmo en el ECG con la FC de la exploración física puede dar
información valiosa sobre el ritmo.
E. Frecuencia: por FC se entiende el número de ciclos (latidos) que realiza el
corazón por minuto. La FC normal en el adulto es de 60 a 100 lpm determinada
por el NSA. En adultos jóvenes o personas que realizan ejercicio regular, la FC
puede ser menor a 60 latidos por minuto y aún considerarse normal. Una
frecuencia mayor a 100 lpm se denomina taquicardia y una frecuencia menor de
60 lpm se designa bradicardia.
El cálculo de la FC no suele tener inconvenientes tras considerar que el eje
horizontal del trazo electrocardiográfico representa el tiempo. Recordemos que un
minuto en el trazo del ECG equivale a la longitud de 300 cuadros grandes o 1500
cuadros pequeños. Podría contarse de forma aproximada el número de complejos QRS
que existen en una longitud de 300 cuadros, pero no es conveniente, dado que tomaría
varias hojas de registro alcanzar dicha longitud. Por este motivo, la frecuencia se
puede calcular de la siguiente manera:
i. Contar cuántos cuadros pequeños separan dos ondas R consecutivas.
ii. Dividir 1500 entre el número de cuadritos contados previamente.
iii. El resultado es la FC.
También puede seguirse el mismo procedimiento como sigue: 998
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Otra técnica consiste en tomar los marcadores que presenta el papel del ECG,
que son líneas especiales que aparecen cada 1 segundo (siguiente figura), cada 3
segundos o, incluso, cada 6 segundos, dependiendo del papel utilizado en la parte
superior o inferior del trazado.
Para la FC se cuenta el número de complejos QRS entre los marcadores de 6 s
y se multiplica por 10. Este método es especialmente útil cuando la FC es irregular,
dado que, de otro modo, dicha frecuencia no sería obtenido correctamente.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
del eje QRS a un valor comprendido entre +90° y +180° se conoce como desviación
del eje a la derecha (DED). El eje QRS rara vez cae entre –90° y –180°, pero si lo
hace, se dice que es indeterminado (IND) o tierra de nadie, porque no se conocen
estados fisiopatológicos que puedan dar lugar a una DED tan extrema.
1000
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
iii. Se traza un plano cartesiano utilizando como eje de X la magnitud obtenida
en la derivación I y como eje de Y la obtenida en aVF.
iv. Se traza una perpendicular a cada eje en la unidad de cuadros obtenida en el
paso b.
v. Se traza el vector resultante desde el origen del plano hasta la intersección de
ambas líneas.
vi. Se calcula la inclinación con respecto a la horizontal (0º) para determinar el
eje de dicho vector resultante (ȂQRS).
Para aplicar este método en la evaluación del eje de la onda P (ȂP)
(despolarización auricular) y T (ȂT) (repolarización ventricular):
i. Se observan las ondas P y T mejor definidas en las derivaciones I y aVF.
ii. Se cuenta el número de cuadros pequeños que alcanza la deflexión positiva o
negativa de las ondas con respecto a la línea isoeléctrica.
iii. Se traza un plano cartesiano empleando como eje de X la derivación I y como
eje de Y la derivación aVF.
iv. Se traza una perpendicular a cada eje en la unidad de cuadros obtenida en el
paso b.
v. Se traza el vector resultante desde el origen del plano hasta la intersección de
ambas líneas.
1001
vi. Se calcula la inclinación con respecto a la horizontal (0º) para determinar el
eje de dicho vector resultante (ȂP o ȂT).
El segundo método se conoce como el método de la onda isodifásica. Para el
cálculo de ȂQRS, ȂP o ȂT con este método se siguen los pasos siguientes:
i. Se observan las seis derivaciones frontales del ECG.
ii. Se identifica la derivación que presenten los complejos QRS más isodifásicos,
es decir, los complejos en que la deflexión positiva (R) y la negativa (S) sean
similares en magnitud. Para el caso de la onda P y T, se debe identificar la
derivación que registre las ondas P o T más planas (menos evidentes).
iii. En seguida es preciso identificar la derivación perpendicular a la identificada
en el paso anterior. Para este efecto hay que recordar el plano hexaxial, de tal
forma que pueda localizarse la derivación que se halla a 90º de la derivación
del paso b.
Los intervalos de normalidad para los ejes son:
i. ȂP = + 54° (40° a 70°)
ii. ȂQRS = + 45° (0° a 90°)
iii. ȂT ȂQRS
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Un complejo QRS con DEI no es normal en ningún caso. Un complejo QRS con
DED puede ser o no anómalo, dependiendo de la edad y de la constitución del paciente.
Una DED de +120° o más puede estar presente en recién nacidos y lactantes, y hasta
de aproximadamente +110° en adultos jóvenes con tórax estrecho y alargado. No
obstante, en la mayoría de los adultos rara vez existe DED sin alguna anomalía
cardíaca.
En general, las causas más frecuentes de una desviación anómala del eje QRS
a la izquierda o a la derecha son: 1) agrandamiento e hipertrofia ventriculares, y 2)
bloqueo fascicular y bloqueo de rama del haz.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Cualquier onda P que se origine en el NSA, parezca normal o anómala, se
designa como onda P. Una onda P que se origina en las aurículas, unión AV o
ventrículos, sin embargo, se designa como onda P’.
Si hay una onda P, lo primero es determinar si todas las ondas P parecen
iguales. A continuación, se determina la frecuencia auricular con el método usado
para averiguar la FC. Por último, se valora si cada complejo QRS se acompaña de una
onda P. La frecuencia de las ondas P y de los complejos QRS será la misma si el
impulso eléctrico se conduce normalmente de las aurículas a los ventrículos. Si las
frecuencias son diferentes, la conducción entre aurículas y ventrículos está bloqueada
o el ritmo se caracteriza por complejos QRS ectópicos.
Si no hay ondas P, se determina si existen ondas de aleteo auricular (F) o de
fibrilación auricular (f). Las ondas de aleteo auricular, o F, son típicamente ondas
positivas en forma de dientes de sierra en la derivación II. La frecuencia de las
ondas F suele ser de 240 a 360/min. Su ritmo es típicamente regular. Los complejos
QRS aparecen por lo general regularmente, después de cada dos o cuatro ondas F,
pero pueden ser irregulares con distintas proporciones entre ondas F y complejos QRS
si hay un bloqueo AV variable.
Las ondas de fibrilación auricular, ondas f, se caracterizan por ser de forma
irregular y caóticas, cada una de ellas de distinta configuración y amplitud que el 1003
resto.
La frecuencia de las ondas f suele estar entre 350 y 600 (media de 400/min) y
el ritmo es totalmente irregular.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Los complejos QRS anormalmente prolongados y/o conformados tienen lugar en
los siguientes ritmos:
i. Ritmos ventriculares. Complejo ectópico o de escape y ritmos originados en
los ventrículos.
ii. Bloqueo de rama. Bloqueo en la conducción de impulsos eléctricos a través de
la rama izquierda o derecha.
iii. Defecto de la conducción intraventricular (DCIV). Retraso o bloqueo de
la conducción de impulsos eléctricos a través del miocardio causado por
cardiopatías (infarto, hipertrofia y fibrosis de miocardio), desequilibrios
electrolíticos y administración excesiva de ciertos fármacos.
iv. Conducción ventricular aberrante (aberrancia). Bloqueo de rama
transitorio causado por la llegada de impulsos eléctricos a una rama cuando
aún está en el período refractario.
v. Preexcitación ventricular. Desfiguración (empastamiento y en ocasiones
aparición de muescas) del trazo ascendente (o descendente) inicial del
complejo QRS causado por la despolarización prematura de los ventrículos.
Esto se produce cuando un impulso eléctrico de las aurículas circunvala la
unión AV o el haz de His, llegando a los ventrículos a través de una vía de
conducción accesoria anómala.
1006
Si todos los complejos QRS son idénticos y de duración y forma normales,
probablemente se deben a un impulso que tuvo su origen en el NSA, las aurículas o la
unión AV. Si todos los complejos QRS son idénticos, pero de duración y forma
anómalas, su origen puede ser: 1) ventricular, o 2) supraventricular combinado con
un bloqueo de rama, defecto de la conducción intraventricular, aberrancia o
preexcitación ventricular.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La elevación del segmento ST por encima de los valores normales sugiere
un evento coronario agudo en evolución, una pericarditis, traumatismo cardíaco,
hiperkalemia o aneurisma ventricular izquierdo (Wesley, 2017).
La depresión del segmento ST mayor a 0,5 mV sugiere una isquemia
subendocárdica (es la única isquemia que se manifiesta sobre el segmento ST).
También aparece en impregnación digitálica2 (cubeta digitálica), taquicardias,
hipokalemia, bloqueos de rama, extrasístoles y miocarditis, entre otros (Wesley,
2017).
2El término impregnación digitálica significa niveles terapéuticos y produce descenso del ST de forma cóncava, llamado “cubeta
digitálica” o, incluso, “en bigote de Salvador Dalí”.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
En V3 a V6 la onda T es positiva y no suele ser menor de 1/8 ni mayor de 2/3 de
la onda R precedente.
La onda T picuda, simétrica y positiva se conoce con el nombre de “onda T
hiperaguda” y se presenta en la fase más aguda del infarto del miocardio en evolución.
Se debe diferenciar de la onda T de la hiperkalemia y de la sobrecarga diastólica del
ventrículo izquierdo.
El voltaje normal de la onda T debe ser menor de 5 mm en las derivaciones del
plano frontal y de 10 mm en las derivaciones del plano horizontal. En los pacientes
con complejos QRS de muy alto voltaje las ondas T pueden ser hasta del 35% del
voltaje del complejo QRS.
Algunas causas de anormalidades de la onda T:
✓ Onda T alta y picuda (base simétrica): se presenta en hiperkalemia y
derivaciones V2-V3 posterior a un infarto de cara posterior.
✓ Onda T invertidas: en isquemia subendocárdica, pericarditis, hipokalemia,
hipertrofia ventricular, miocarditis, etc.
✓ Onda T plana: en procesos isquémicos, hipotiroidismo, pericarditis,
miocarditis, etc.
1009
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Una vez corregido para la FC se debe corregir para el sexo, a las mujeres se les
acepta como normal hasta 0,43 s y para la edad, a los mayores de 50 años se les acepta
hasta 0,1 s más por encima de estos valores. De esta manera un hombre menor de 50
años debe tener un segmento QTc < 0,42 s y si es mayor de 50 años el QTc debe ser <
0,43 s. En una mujer menor de 50 años se acepta como normal hasta 0,43 s y si es
mayor de 50 años hasta 0,44 s.
Las causas de las alteraciones del intervalo QT son:
✓ Intervalo QT prolongado: en hipocalcemia, cardiopatía isquémica, carditis
reumática activa, cardiomegalia, hipokalemia (realmente se mide un intervalo
QU) y síndrome de QT largo, etc.
✓ Intervalo QT acortado: por digital, hipercalcemia, en el síndrome de QT
corto, etc.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Por lo tanto, es necesario leer los registros ECG al tiempo que se tiene presente
el contexto clínico y deben realizarse, si es necesario, registros secuenciales.
Además, se pueden observar variantes normales en el registro ECG que están
relacionadas con el hábito constitucional, malformaciones de la pared torácica, la
edad, etc. Incluso se pueden detectar alteraciones transitorias debido a una serie de
causas (hiperventilación, hipotermia, ingesta de glucosa o alcohol, alteraciones
iónicas, efecto de ciertos fármacos, etc.).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La derivación precordial del lado derecho (derivación V4R) mira hacia el
ventrículo derecho. Ninguna derivación se encuentra enfrentada a la superficie
posterior del corazón.
El conocimiento de las derivaciones enfrentadas es importante a la hora de
determinar la localización de un infarto de miocardio.
1012
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
subiendo, se producen anomalías en la despolarización, y aparece una distorsión del
complejo QRS.
Cuando el potasio sérico alcanza aproximadamente los 7,5 mEq/l, puede
producirse paro sinusal y, si su valor se encuentra comprendido entre 10 y 12 mEq/l,
se registran asistolia o fibrilación ventricular. La identificación del pico temprano de
la onda T en la hiperpotasemia, puede salvar la vida de la persona.
Se habla de hipopotasemia cuando el potasio sérico cae por debajo del
intervalo normal de 3,5 mEq/l. Las causas más frecuentes de hipopotasemia incluyen
a la pérdida de potasio con la orina, por medicación con antihipertensivos diuréticos,
pérdida de líquidos corporales por vómitos, succión gástrica y sudoración.
Los síntomas de hipopotasemia, como poliuria y micción frecuente, aparecen en
casos leves y evolucionan a debilidad muscular en los más graves.
En la hipopotasemia grave (alrededor de 2 mEq /l o menos), la onda P se vuelve
típicamente alta y simétrica, con una amplitud de 2,5 mm o más en las derivaciones
II, III y aVF.
El complejo QRS comienza a ensancharse cuando el valor del potasio sérico cae
hasta alrededor de 3 mEq/l, mientras que el segmento ST puede mostrar un descenso
de 1 mm o más. La onda T comienza a aplanarse cuando el valor del potasio sérico cae 1013
a unos 3 mEq/l. Continúa disminuyendo a medida que la onda U aumenta de tamaño.
La onda T puede fusionarse con la onda U o llegar a invertirse.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La onda U comienza a aumentar de tamaño y alcanza la altura de la onda T
cuando la concentración de potasio sérico disminuye hasta alrededor de 3 mEq/l,
superando su altura en torno a los 2 mEq/l. Se considera que la onda U es prominente
cuando es igual o más alta que la onda T en la misma derivación. La onda U alcanza
un tamaño gigante y se fusiona con la onda T cuando se alcanza una concentración de
potasio de 1 mEq/l o inferior.
Cuando la onda U se torna prominente y se fusiona con la onda T, en ocasiones
parece que el intervalo QT se prolonga.
La hipercalcemia es la elevación de las concentraciones séricas de calcio por
encima del intervalo normal de 8,5 a 10,2 mg/dl. Las causas frecuentes de
hipercalcemia grave incluyen a la insuficiencia suprarrenal, hiperparatiroidismo,
insuficiencia renal, cánceres que afectan a los huesos (mieloma múltiple o el cáncer
de mama o pulmón), sarcoidosis, hipertiroidismo e intoxicación por vitaminas A y D.
Aunque ocasionalmente, la hipercalcemia grave puede poner en peligro la vida del
paciente.
Afecta principalmente al intervalo QT haciéndolo más corto de lo normal para
la FC. El acortamiento del intervalo QT se debe principalmente al acortamiento del
segmento ST. Ello induce fusión de la onda T al final del complejo QRS y da la
impresión de elevación del segmento ST. 1014
Cuando el calcio sérico cae por debajo de los valores normales de 8,5 a 10,2
mg/dl, se habla de hipocalcemia. Las causas más frecuentes de hipocalcemia
incluyen concentraciones bajas de albúmina por malnutrición crónica, cirrosis y
enfermedad crónica y al uso de diuréticos (como la furosemida), hipomagnesemia,
carencia de vitamina D e hipoparatiroidismo.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Característicamente el segmento ST se encuentra prolongado y el intervalo QT
se halla prolongado más allá de los límites normales para la FC, por la prolongación
del segmento ST. A medida que QT va alargándose progresivamente, aumenta la
probabilidad de que se produzca una extrasístole ventricular ectópica durante el
correspondiente período refractario de la onda T. Ello provoca taquicardia ventricular
(TV) o fibrilación ventricular.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Las arritmias cardíacas pueden iniciarse en cualquier punto de las aurículas o
los ventrículos.
Los ritmos sinusales, auricular y de la unión, constituyen, en conjunto, los
ritmos “supraventriculares”, en los cuales la onda de despolarización se propaga
a los ventrículos de forma normal a través del haz de His y de sus ramas. Por tanto,
el complejo QRS es normal y es igual tanto si la despolarización se inicia por el NSA,
el músculo auricular o la región de la unión.
En los ritmos ventriculares, por otra parte, la onda de despolarización se
propaga por los ventrículos a través de una vía anómala y más lenta a través de las
fibras de Purkinje. Por tanto, el complejo QRS es ancho y su morfología es anómala.
La repolarización también es anómala, por lo que la forma de la onda T está alterada.
Por lo antes expuesto, es importante destacar que:
✓ Los ritmos supraventriculares tienen complejos QRS estrechos.
✓ Los ritmos ventriculares tienen complejos QRS anchos.
✓ La única excepción a esta regla se produce cuando existe un ritmo
supraventricular con bloqueo de la rama derecha o izquierda del haz, en el que
el complejo QRS será ancho.
Las arritmias pueden desencadenarse por múltiples causas. Las más 1016
importantes son las siguientes:
✓ Cardiopatía isquémica (la isquemia cardíaca puede dañar el sistema de
conducción o provocar que el miocardio isquémico genere impulsos eléctricos
anormales).
✓ Alteraciones del medio interno (hipoxia, acidosis, trastornos de los niveles del
calcio y potasio, etc.).
✓ Cambios del tono del sistema nervioso vegetativo y aumento de catecolaminas.
✓ Sustancias tóxicas (p. ej., medicamentos como la digoxina, betabloqueantes,
cocaína).
✓ Defectos hereditarios del sistema de conducción (p. ej., síndrome del QT largo,
generalmente de herencia autosómico dominante, que se asocia con muerte
súbita y con arritmias graves como taquicardia y fibrilación ventricular).
✓ Degeneración del tejido de conducción (la fibrosis y la esclerosis del sistema de
conducción afecta generalmente a ciertos individuos ancianos y es una de las
causas más frecuentes de bloqueo auriculoventricular).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Las arritmias pueden alterar la hemodinámica del corazón, es decir, la
capacidad de bombeo de la sangre, por alteración de la frecuencia cardíaca, la
ineficacia auricular y desincronización auriculoventricular.
Respecto a las alteraciones de la FC, las taquicardias graves (> 150 lpm)
dificultan el correcto llenado ventricular y, como consecuencia, disminuye el GC. Algo
parecido sucede también en las bradicardias intensas (< 50 lpm) dado que la
disminución de la frecuencia reduce el GC.
Por su parte, si la contracción auricular no es eficaz o no se acopla
adecuadamente a la contracción ventricular, la aurícula no contribuye al correcto
llenado ventricular.
La contracción auricular es responsable de un 20 a 30% del GC, por lo cual, la
contracción auricular eficaz se pierde, por ejemplo, en la fibrilación auricular que
estudiaremos más adelante. En algunas formas de bloqueo auriculoventricular se
altera la sincronización entre la contracción auricular y la ventricular.
Las manifestaciones clínicas se relacionan con las alteraciones hemodinámicas
como ser:
✓ Palpitaciones (percepción anormal del latido cardíaco).
✓ Mareo y síncope por la disminución del GC asociado a algunas arritmias 1017
(taquiarritmias o bradiarritmias) debido a la disminución del aporte sanguíneo
al SNC.
✓ Insuficiencia cardíaca, como factor precipitante en personas susceptibles al
disminuir el GC,
✓ Isquemia miocárdica por el aumento del consumo de oxígeno asociado a las
arritmias, junto con la disminución del GC generado por las mismas, que puede
desencadenar episodios de angina de pecho, conocida también como angina
hemodinámica.
Son muchas las arritmias que pueden producirse por distintas causas, pero
dentro de las taquiarritmias, la extrasístole (latidos prematuros) es la más
frecuente de todas (Elizari, 2008).
Las extrasístoles son latidos anticipados que pueden originarse en las aurículas,
unión aurículo ventricular (AV) o en los ventrículos.
Son arritmias con QRS anchos que se presentan como complejos ventriculares
prematuros (CVP) por impulsos prematuros (complejos) que se originan en los
ventrículos, por lo cual, presentan una morfología diferente respecto de la del ritmo
de base (Alexánderson, 2017).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
El mecanismo responsable de los latidos prematuros puede ser consecuencia de:
1. Aumento del automatismo normal en las células que poseen esa propiedad
(despolarización diastólica espontánea).
2. Automatismo anormal en células que normalmente no generan impulsos
(pospotenciales precoces o tardíos).
3. Reentrada.
Las extrasístoles pueden ocurrir en corazones con o sin daño estructural
aparente y cuando es un hallazgo aislado carecen de significación clínica. Sin
embargo, los síntomas que ocasionan pueden ser motivo de preocupación y alarma
para el paciente.
Las características de las extrasístoles dependen del lugar donde se ha
producido el impulso anormal, por ello, en la extrasístole auricular (EA) un
complejo P-QRS-T extra aparece antes del siguiente latido previsto del ritmo
subyacente como resultado de un mayor automatismo.
Las EA se siguen de una pausa no compensadora y se diagnostica cuando una
onda P acompañada de un complejo QRS aparece antes que la siguiente onda P
sinusal prevista. La onda P prematura se denomina onda P’ ectópica y, aunque puede
parecerse a una onda P sinusal normal, habitualmente es distinta. El tamaño, la
forma y dirección de la onda P’ dependen de la localización de la zona ectópica. Por 1018
ejemplo, puede ser positiva (ascendente) y bastante normal en la derivación II si la
zona ectópica está cerca del nódulo sinoauricular (SA). Será negativa (invertida) si la
zona ectópica se encuentra próxima a la unión auriculoventricular (AV).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
El intervalo R-R resultante se denomina pausa no compensadora, porque el
ritmo no compensó la presencia de la EA. El intervalo entre la onda R antes de la EA
y la onda R después de la EA será menor que el doble del intervalo R-R del ritmo
subyacente.
Las EA aisladas no son clínicamente relevantes y pueden aparecer en personas
con corazones aparentemente sanos. En quienes tienen cardiopatías, sin embargo, las
EA frecuentes pueden indicar mayor automatismo de las aurículas o un mecanismo
de reentrada. Esto último tiene distintas causas, como insuficiencia cardíaca o infarto
de miocardio. Además, esas EA pueden avisar o desencadenar disritmias
supraventriculares más graves, como taquicardia, aleteo y fibrilación auricular, y
taquicardia supraventricular paroxística (TSVP).
En la extrasístole de la UAV también se sigue de un complejo QRS de
morfología normal porque el ventrículo se despolariza por las vías normales, pero la
onda P generada por el impulso prematuro es negativa, dado que el vector de
despolarización de las aurículas se dirige hacia arriba. Dicha onda P negativa puede
inscribirse en el ECG antes o después del complejo QRS correspondiente (onda P
anterógrada o retrógrada, respectivamente), dependiendo de que el impulso
prematuro llegue primero a las aurículas o a los ventrículos; la onda P extrasistólica
no se detecta cuando coinciden la despolarización auricular y la ventricular, porque
1019
queda enmascarada por el complejo QRS.
Las extrasístoles ventriculares (EV) se originan en la pared ventricular y se
reconocen en el ECG porque el complejo QRS prematuro es ancho sin estar precedido
de onda P; el ensanchamiento del complejo QRS se explica porque el impulso
extrasistólico generado en un ventrículo debe pasar al otro a través del miocardio
contráctil, un tejido que conduce más lentamente que el sistema de conducción
especializado, y no se observa onda P porque queda enmascarada por el complejo QRS
ancho.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La mayor parte de CVP se origina en la red de Purkinje o el músculo
ventricular. Por lo general presentan un complejo QRS ≥ 0,12 s.
En las extrasístoles supraventriculares la pausa compensatoria suele ser
incompleta, lo que significa que la distancia entre la P sinusal del latido normal que
precede a la extrasístole y la P del latido normal que la sigue es inferior al doble de
un ciclo sinusal normal; ello es debido a que existe una despolarización del nódulo
sinusal por parte de la propia extrasístole. Las extrasístoles ventriculares suelen
tener una pausa compensatoria completa.
Las extrasístoles provocan contracciones ventriculares precoces (cuando el
ventrículo no ha llegado a llenarse completamente), por lo que el volumen de eyección
está disminuido. Las consecuencias hemodinámicas suelen ser escasas ya que se trata
de contracciones aisladas. Pueden observarse en individuos normales (aunque de
forma muy aislada) y aumentan de forma significativa en cuando existe estrés,
hipoxemia, alteraciones hidroelectrolíticas, cardiopatía isquémica, etc. (
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
En la taquicardia auricular, las aurículas se despolarizan a un ritmo mayor
de 150 lpm por un foco anómalo en las propias aurículas y el nódulo AV no puede
conducir frecuencias auriculares de descarga mayores de unos 200 lpm. Si la
frecuencia auricular es más rápida que esta cifra, se produce un “bloqueo
auriculoventricular”, en el que algunas ondas P no se siguen de complejos QRS.
La diferencia entre este tipo de bloqueo auriculoventricular y un bloqueo
cardíaco de segundo grado es que, en el bloqueo auriculoventricular asociado a una
taquicardia, el nódulo AV funciona de forma adecuada e impide que los ventrículos se
activen a un ritmo rápido (y, por tanto, ineficaz). En el bloqueo de primer, segundo o
tercer grado asociado con un ritmo sinusal, el nódulo AV y/o el haz de His no conducen
de forma normal.
1021
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
es el síndrome de Wolff-Parkinson-White, en el cual la taquicardia
supraventricular es secundaria a preexcitación por macrorreentrada a través del haz
de Kent. Los impulsos conducidos al ventrículo por vía normal acceden a la aurícula
de forma retrógrada, a través de la vía accesoria; desde la aurícula se propagan otra
vez al ventrículo por la vía normal, reingresando de nuevo en la aurícula; y así
sucesivamente.
1022
Obsérvese en el ECG un ritmo sinusal, desviación derecha del eje, intervalo PR corto,
ascenso borroso del complejo QRS, que se observa mejor en las derivaciones V3 y V4,
complejo QRS ensanchado debido a esta onda “delta” y onda R dominante en V1.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
El aleteo auricular (flutter en inglés) se origina por un único foco, ya sea de
reentrada o ectópico, localizado en la aurícula, que genera impulsos de forma regular
y repetitiva a una frecuencia aproximada de 250 a 300 lpm auriculares y se manifiesta
en el ECG por una rápida sucesión de ondas de activación auricular, denominadas
ondas F (de flutter), con una morfología llamada “en dientes de sierra” (rama
ascendente casi vertical y descendente más oblicua).
Debido al enlentecimiento fisiológico de la conducción auriculoventricular, no todos
los impulsos auriculares llegan al ventrículo, siendo habitual la llamada conducción
2:1, lo que significa que por cada dos impulsos auriculares sólo uno pasa a los
ventrículos, de forma que la frecuencia ventricular (y la cardíaca) es de 150 lpm.
1023
En esta tira de ECG se observa un flutter auricular con una frecuencia auricular de 250
lpm, así como un bloqueo 2:1, que causa una frecuencia ventricular de 125 lpm. La primera
de las dos ondas P asociadas con cada complejo QRS puede confundirse con la onda T del
latido precedente, pero las ondas P pueden identificarse por su regularidad. En este
trazado, las ondas T no se pueden identificar con claridad.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
(valvulopatías, cardiopatía isquémica, cardiopatía hipertensiva, etc.) o asociada a
enfermedades pulmonares crónicas (p. ej., enfermedad pulmonar obstructiva crónica)
con hipoxemia (Pastrana y García 2013).
Cada impulso sólo consigue despolarizar una porción limitada del miocardio
auricular, generando una onda de amplitud variable denominada “onda f” (de
fibrilación), y el conjunto de todas las ondas f se manifiesta en el ECG por oscilaciones
de la línea isoeléctrica, en sustitución de la onda P, a una frecuencia mayor de 400
lpm.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
En la taquicardia ventricular, el nódulo sinusal es sustituido por un foco
anómalo localizado en el ventrículo que pasa a controlar el automatismo eléctrico del
corazón. La frecuencia cardíaca es mucho más rápida de lo habitual y la morfología
del complejo QRS es anómala.
Su principal desencadenante es la cardiopatía isquémica, aunque puede ocurrir
en otras cardiopatías (valvulopatías, cardiopatías congénitas, miocardiopatías
hipertróficas, etc.).
La morfología del ECG muestra complejos QRS anchos por la razón expuesta
al referirse a la extrasistolia ventricular. Estos complejos anchos y anómalos se
observan en las 12 derivaciones del ECG estándar.
1025
Obsérvese en el ECG ausencia de ondas P, frecuencia 200 lpm, complejos QRS regulares y
anchos (duración 0,28 s) con una forma muy anómala. No se identifican ondas T.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
en el ECG por la existencia de ondas P sinusales intercaladas entre los complejos QRS
anchos.
La taquicardia ventricular puede ser monomórfica, lo que significa que todos
los complejos QRS que la forman son iguales, o polimórfica, en la cual los complejos
QRS cambian continuamente de morfología; la taquicardia ventricular más
característica es la que se conoce como “torsade de pointes” (torsión de la punta),
generada por pospotenciales y asociada con un alargamiento del intervalo QT.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
La amplitud del complejo QRS varía entre menos de 1 mm y unos 10 mm. Por
lo general, si las ondas de fibrilación son pequeñas (menos de 3 mm), el ritmo se
denomina FV fina. Si las ondas son grandes (mayores de 3 mm), el patrón recibe el
nombre de FV gruesa.
En este caso, el ritmo que se origina en numerosas zonas ectópicas de la red de Purkinje o
los ventrículos, se caracteriza por ondas de fibrilación muy rápidas y caóticas con
ausencia de complejos QRS.
Cuando las ondas son tan pequeñas o finas que no se registran, el ECG aparece
como una línea ondulada o plana (isoeléctrica) similar a la asistolia ventricular. 1027
La forma de los complejos QRS suelen ser abigarradas (compuesto de muchos
elementos muy diversos, sin guardar orden o conexión entre ellos) notablemente
heterogéneas que van de redondeadas a puntiagudas.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
El gasto cardíaco se desploma en consecuencia, y el pulso y la presión arterial
desaparecen súbitamente. Cuando la FV tiene lugar en un paciente despierto, sufrirá
un síncope y quedará en apnea (sin respiración). Si la FV no se trata, es seguro que
el paciente morirá, por lo cual se debe tratar con desfibrilación para detener toda la
actividad eléctrica, incluida la que está causando la FV, de modo que la señal del
marcapasos normal despierte al corazón y genere ritmo que produzca un pulso.
El hallazgo de una FV gruesa es importante, porque indica comienzo reciente
del ritmo, que, por tanto, es más susceptible de ser revertido por la desfibrilación que
la FV fina. Esto es así porque el corazón se hace más hipóxico y acidótico a medida
que continúa el ritmo. En ocasiones, las limitaciones del equipo de monitorización no
permiten diferenciar entre FV gruesa y fina.
La fibrilación ventricular es una causa frecuente de muerte súbita y en la
mayoría de los casos se desencadena en el contexto de una cardiopatía isquémica
aguda (síndrome coronario agudo) subyacente.
Es importante diferenciar la FV de la asistolia ventricular que se define por
la ausencia de toda actividad eléctrica en los ventrículos; es decir, no hay
despolarización ventricular organizada ni contracción y, en consecuencia, tampoco
GC.
La aparición de asistolia súbita en una persona consciente causa síncope y, sin 1028
tratamiento, muerte. La asistolia debe tratarse inmediatamente.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Las bradiarritmias se definen como todo ritmo cardíaco con una frecuencia
menor de sesenta lpm, y pueden se producidos defectos en la formación del
impulso en el NSA o defectos en la conducción del impulso.
La bradicardia sinusal es el resultado de un descenso del automatismo propio del
NSA, que genera impulsos con una frecuencia inferior a 60 lpm y en el ECG el único
dato es una distancia mayor de lo normal entre la onda R de un ciclo cardíaco y la
onda R del ciclo siguiente.
1029
Obsérvese en el ECG una bradicardia sinusal con ritmo sinusal, con una frecuencia
cardíaca de 44 lpm. Además, se observa un latido de escape de la unión mostrado en el
recuadro de la tira de ritmo II.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
✓ Bloqueo de la conducción del impulso sinusal al tejido auricular o
“bloqueo sinoauricular” en el cual no se despolarizan las aurículas ni los
ventrículos y, al igual que la pausa sinusal, se identifica por la presencia de
una línea isoeléctrica de duración variable.
✓ Síndrome de bradicardia-taquicardia: es la alternancia de alguna de las
bradiarritmias citadas con ciertas taquiarritmias, como taquicardia auricular,
fibrilación auricular y flúter auricular.
Como se observa en la tira de ECG, existe un ritmo sinusal con frecuencia de 100 lpm, pero
aparece un ritmo de escape de la unión (después de la flecha) con una frecuencia de 75
lpm, con ausencia de ondas P en los latidos de la unión, pero con complejos QRS normales.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Si estas fallan, o si la conducción por el haz de His se bloquea, un foco
ventricular tomará el mando y se producirá una frecuencia ventricular de unos 30
lpm, generalmente dado por las fibras de Purkinje.
Los ritmos de escape no son trastornos primarios, sino que constituyen la
respuesta a problemas más proximales en la vía de conducción. Suelen encontrarse
en la fase aguda de un ataque cardíaco, cuando pueden asociarse con una bradicardia
sinusal. Es esencial no intentar suprimir un ritmo de escape, porque sin él, el corazón
podría pararse del todo.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
El bloqueo AV de primer grado representa un retraso en la conducción de los
impulsos eléctricos a través del NAV, por lo cual los complejos QRS son normales a
menos que exista un trastorno previo de la conducción intraventricular, como bloqueo
de rama.
Aunque el bloqueo AV de primer grado puede aparecer sin causa aparente, se
presenta en infarto de miocardio de la pared inferior o el ventrículo derecho, debido a
un aumento del tono vagal o isquemia en el NAV, cardiopatía isquémica en general,
tono vagal inhibidor excesivo por cualquier causa, intoxicación digitálica,
administración de ciertos fármacos, como amiodarona, β-bloqueantes (p. ej., atenolol,
metoprolol, propranolol) o antagonistas del calcio (p. ej., diltiazem, verapamilo,
nifedipino). También en desequilibrio electrolítico, como hiperpotasemia o fiebre
reumática aguda o miocarditis.
El bloqueo AV de primer grado no produce síntomas ni signos y por lo general
no precisa un tratamiento específico. No obstante, hay que corregir las posibles causas
subyacentes si es posible.
El bloqueo AV de segundo grado se caracteriza porque algunos impulsos
auriculares quedan bloqueados y no acceden a los ventrículos, de forma que en el ECG
algunas ondas P no van seguidas del complejo QRS; se distinguen tres tipos de bloqueo
AV de segundo grado: Mobitz I, Mobitz II y bloqueo de 2º grado avanzado. 1032
En el bloqueo tipo Mobitz I existe un fenómeno de Wenckebach, consistente
en el enlentecimiento progresivo del tiempo de conducción auriculoventricular, hasta
que un impulso queda interrumpido, repitiéndose de nuevo el fenómeno. En el ECG
se traduce por un alargamiento progresivo del intervalo PR, hasta que una onda P no
se sigue de un complejo QRS.
El bloqueo AV de segundo grado de tipo I aparece con frecuencia por las mismas
causas que las del bloqueo AV de primer grado. Éste suele ser transitorio y reversible.
Aunque apenas produce síntomas, puede progresar a un bloqueo AV de mayor grado;
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
en consecuencia, el paciente requiere observación y monitorización del ECG. Si es
necesario se puede aumentar la FC y responde a la atropina5.
En el bloqueo de tipo Mobitz II falla ocasionalmente la conducción
auriculoventricular, y por eso una onda P no se sigue de un complejo QRS; aunque el
intervalo PR suele ser normal.
El bloqueo AV de segundo grado de tipo II suele producirse por debajo del haz
de His, en las ramas. Esto se denomina bloqueo AV infranodular. Representa un
bloqueo intermitente de la conducción eléctrica a través de una rama y un bloqueo
1033
completo de los impulsos eléctricos en la otra. Esto produce un bloqueo AV
intermitente con un complejo QRS anormalmente ancho y abigarrado.
Suele ser consecuencia de un daño extenso de las ramas tras un IAM de la pared
anterior. Los signos y síntomas de este tipo de bloqueo con frecuencia cardíaca
excesivamente baja son los mismos que los correspondientes a la bradicardia sinusal
sintomática y es más grave que el de tipo I, ya que a menudo progresa a bloqueo de
tercer grado.
En este caso está indicado un marcapasos cardíaco urgente incluso en
pacientes asintomáticos. En los pacientes sintomáticos es necesario un marcapasos
cardíaco temporal de inmediato, especialmente en caso de IAM de la pared anterior.
La atropina no suele ser eficaz para revertir un bloqueo AV de tipo II.
En el bloqueo de 2° grado avanzado, varias ondas P no van seguidas de
complejo QRS. Es un ritmo causado por la conducción defectuosa de los impulsos
eléctricos a través del NAV o las ramas (o ambos), que produce un bloqueo AV de alto
grado o avanzado caracterizado por complejos QRS regularmente ausentes, que
provoca una proporción de conducción AV de 2:1, 3:1 o mayor. Esta secuencia de
5 La atropina es un fármaco antagonista competitivo del receptor muscarínico de acetilcolina, que suprime los efectos del SNPS
(es un parasimpaticolítico). Por eso, su administración afecta el corazón, los ojos, el tubo digestivo, y otros órganos.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
proporciones de conducción diferencia el bloqueo AV de segundo grado 2:1 y avanzado
de los bloqueos AV de segundo grado de tipos I y II clásicos.
Aparece con frecuencia por las mismas causas que las del bloqueo AV de primer
grado. Cuando la FC es excesivamente baja en los bloqueos AV de segundo grado 2:1
y avanzados, los signos y síntomas son los mismos que los correspondientes a la
bradicardia sinusal sintomática. También suele ser transitorio.
La atropina puede ser eficaz para tratar el bloqueo AV 2:1, pero no lo es en el
bloqueo AV avanzado. Como el bloqueo AV 2:1 o avanzado con complejo QRS ancho
progresa con frecuencia a bloqueo AV de tercer grado o incluso asistolia, está indicado
un marcapasos cardíaco sin demora en pacientes asintomáticos. En los pacientes 1034
sintomáticos es necesario un marcapasos cardíaco temporal inmediatamente, sobre
todo en caso de síndrome coronario anterior agudo.
El bloqueo AV de tercer grado, también llamado bloqueo AV completo, se
caracteriza porque ninguno de los impulsos auriculares accede a los ventrículos, lo
que propicia el establecimiento de un ritmo de escape de la UAV si el bloqueo reside
en el nódulo auriculoventricular, o un ritmo de escape ventricular si se bloquean las
dos ramas del haz de His. El ECG muestra ondas P a una frecuencia propia del ritmo
sinusal, intercaladas entre complejos QRS cuyo ritmo es independiente del auricular
(disociación auriculoventricular).
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Puede ser transitorio y reversible o permanente. El bloqueo AV de tercer grado
transitorio y reversible suele asociarse con un complejo QRS estrecho y frecuencia
cardíaca de 40 a 60 lpm. Está caracterizado típicamente por un ritmo de escape de la
unión causado por el bloqueo completo de la conducción de los impulsos eléctricos a
través del NAV. Este bloqueo se observa en las mismas condiciones que el bloqueo AV
de primer grado.
El bloqueo AV de tercer grado permanente o crónico se caracteriza por un ritmo
de escape ventricular causado por el bloqueo completo de la conducción de los impulsos
eléctricos a través de ambas ramas. Este ritmo suele estar causado por IAM de la
pared anterior o alteraciones degenerativas crónicas de las ramas que tienen lugar en
ancianos. Sin embargo, el bloqueo AV de tercer grado permanente no suele ser el
resultado de un aumento del tono vagal ni toxicidad por fármacos.
Los signos y síntomas del bloqueo AV de tercer grado son los mismos que los de
la bradicardia sinusal sintomática. No obstante, puede ser más peligroso,
especialmente cuando produce complejos QRS anchos y abigarrados.
Si no tiene lugar un ritmo de escape ventricular o de la unión AV tras el inicio
súbito de un bloqueo AV de tercer grado, se producirá asistolia. Esto causa mareo,
seguido segundos después de pérdida de conocimiento y la muerte.
Es necesario un marcapasos cardíaco temporal inmediato para tratar el bloqueo 1035
AV de tercer grado sintomático (independientemente de la causa) y para el bloqueo
AV de tercer grado asintomático en caso de IAM de la pared anterior. El bloqueo AV
de tercer grado con complejos QRS estrechos responde a la atropina ocasionalmente
si la causa del bloqueo es un IAM de la pared inferior o el ventrículo derecho.
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
electrocardiograma (ECG) convencional de superficie. La misma limitación puede
existir para la exacta localización de una vía accesoria.
En otras circunstancias, como los crecimientos auriculares y ventriculares, las
alteraciones debidas a cardiopatía isquémica crónica (las imágenes ECG debidas a
isquemia y necrosis) u otros trastornos de la repolarización, aunque el ECG
convencional puede proporcionar información muy valiosa para el diagnóstico, tiene
sin embargo menos potencial diagnóstico que las técnicas de imagen (p. ej. la
ecocardiografía para detectar los crecimientos auriculares y ventriculares, etc.).
Es muy importante conocer el verdadero valor de los criterios diagnósticos ECG
de las enfermedades en las que el ECG no es el “patrón oro” para el diagnóstico (p. ej.
los criterios diagnósticos de crecimiento auricular y ventricular, de la necrosis en fase
crónica, de las taquicardias con QRS ancho, etc.).
Debemos conocer la especificidad (E) y la sensibilidad (S) de otras técnicas
electrocardiológicas para determinar en presencia o ausencia de dichas enfermedades.
Por lo tanto, es indispensable aplicar dichos conceptos de S, E y valores predictivos en
tales casos (Bayés, 2012).
Puntos de reflexión
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Paciente: Martín García.
Edad: 25 años.
Profesión: Médico
1037
Fernández, V. H.
Capítulo 21 Fisiología cardiovascular
Referencia bibliográfica
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Elizari, M. (2008). Extrasístoles (latidos prematuros). En C. A. Sanguinetti (Dir). Síndromes en
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Wesley, K. (2017). Huszar. Interpretación del ECG: monitorización y 12 derivaciones. 5ª edición.
España: Elsevier.
1038
Fernández, V. H.
SECCIÓN III
Fisiología cardiovascular
Capítulo 22
Fisiología de la circulación
coronaria
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe los vasos sanguíneos del corazón.
2. Explica la irrigación del corazón a través de las distintas arterias coronarias.
3. Describe las características que establecen la dominancia coronaria.
4. Define la ateroesclerosis y diferencia de otras alteraciones vasculares.
5. Identifica los factores de riesgo que predisponen a la aparición de la
ateroesclerosis.
6. Diferencia entre placa vulnerable y placa estable.
7. Establece los objetivos para evitar la aparición de la ateroesclerosis.
8. Define y caracteriza al síndrome coronario agudo (SCA).
9. Diferencia al síndrome coronario agudo sin elevación del ST (SCASEST) del
síndrome coronario agudo con elevación del ST (SCACEST).
10. Identifica las complicaciones del SCA.
11. Define el infarto agudo de miocardio (IAM) y su diferencia respecto a los cambios en
el segmento ST.
12. Identifica los factores de riesgo que contribuyen a un infarto agudo de miocardio
con elevación del ST (IAMCEST).
13. Identifica los cambios electrocardiográficos y los criterios diagnósticos que
sugieren un IAMCEST.
14. Reconoce las características electrocardiográficas de un IAMCEST.
15. Ubica las arterias afectadas con base en los cambios electrocardiográficos
mostrados en un IAMCEST.
16. Conoce los fundamentos del tratamiento farmacológico temprano en un IAMCEST.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
En descanso, los vasos sanguíneos coronarios irrigan el miocardio casi 250
ml de sangre por minuto. Esto constituye aproximadamente un 5% de la
sangre circulante para satisfacer las necesidades metabólicas del corazón,
aunque éste sólo tenga 0,5% del peso del cuerpo.
La circulación coronaria es el aspecto más variable de la anatomía cardiaca y la
descripción anatomofuncional general sólo cubre el patrón visto en 70 al 85% de las
personas, y los vasos sanguíneos más grandes.
En cuanto la aorta deja el ventrículo izquierdo da lugar a una arteria
coronaria derecha (ACD) y una izquierda (ACI), siendo las primeras ramas de la
aorta ya que el corazón se proporciona a sí mismo irrigación sanguínea antes que a
cualquier otro órgano y funcionan como arterias terminales, aunque anatómicamente
la mayoría de los corazones tienen numerosas anastomosis (conexiones denominadas
circulación colateral) (Mitchell y Connolly, 2021).
1040
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
La rama interventricular anterior viaja hacia abajo por el surco
interventricular anterior al ápice, da un rodeo y recorre una corta distancia hacia
arriba al lado posterior del corazón. Ahí se une a la rama interventricular posterior.
Desde el aspecto clínico, también se llama rama descendente anterior izquierda
o coronaria descendente anterior (CDA) y suministra sangre a ambos ventrículos
y a las dos terceras partes del tabique interventricular.
Sus ramas principales son las arterias septales y las diagonales. Las ramas
septales, que son perforantes, corren hacia abajo por el tabique o septum
interventricular (TIV) y se interconectan con septales ascendentes, ramas de la
descendente posterior (DP), en general rama de la coronaria derecha, con lo que
se conforma una de las posibles redes de circulación colateral. Las ramas diagonales
irrigan la cara anterolateral del corazón. En el 80% de las personas la DA llega hasta
la punta del corazón y termina en la cara inferior, o diafragmática, del VI.
1041
Vista superior del corazón con la aurícula retirada donde se puede apreciar la abertura de
las arterias coronarias (Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
cara anterior del ventrículo derecho en la AD, la mayoría de las venas confluye en el
seno coronario, que desemboca en la AD.
1043
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
incurvarse a la izquierda; alcanza el surco coronario y lo sigue hasta la cara posterior
del corazón, donde desemboca en el seno coronario. Durante su trayecto recibe venas
de los ventrículos, tabique interventricular y aurículas, así como una vena de mayor
calibre que asciende por el borde obtuso del corazón, la vena marginal izquierda o el
borde izquierdo. Drena la sangre del territorio de la arteria coronaria izquierda.
La vena cardiaca menor, pequeña e inconstante, nace en el borde derecho
del corazón, alcanza la parte derecha del surco coronario, al que sigue dorsalmente
hasta desembocar en el extremo derecho del seno coronario. Se origina por la
confluencia de pequeñas venas procedentes sobre todo de la pared posterior del
ventrículo derecho.
La vena cardiaca media nace en la cara diafragmática del corazón próxima
al vértice cardiaco, sigue el surco interventricular posterior y desemboca en el seno
coronario, entre las venas coronarias mayor y menor, aunque también puede hacerlo
de modo directo en la aurícula derecha. Las venas cardiacas menor y media drenan el
territorio de la arteria coronaria derecha.
La vena posterior del ventrículo izquierdo asciende por la cara posterior
del ventrículo izquierdo y desemboca en el origen del seno coronario o en la porción
terminal de la vena coronaria mayor.
Hay vasos linfáticos a nivel subendocárdico, intramiocárdicos y subepicárdicos. 1044
De los primeros es difícil su localización y los segundos conforman una red capilar y
están ampliamente anastomosados, mientras que en la red subepicárdica se puede
reconocer un conjunto izquierdo, constituido por troncos que siguen el surco coronario,
el surco interventricular anterior, y confluyen en la unión de estos surcos.
Dan origen a un colector principal izquierdo, que discurre por el borde izquierdo
del tronco pulmonar, emergen de la base del corazón en su parte posterosuperior y
alcanzan los ganglios traqueobronquiales inferiores por la vía del mesocardio
posterior.
También existe un conjunto derecho que se origina en la cara inferior del
corazón, en donde reúne los troncos linfáticos emanados del hemicardio derecho. Tal
conjunto recorre en sentido posteroanterior la porción derecha del surco coronario y
da origen a un colector principal derecho. Se desliza entre la aorta y el tronco
pulmonar, pasa por delante de la aorta y termina en los ganglios linfáticos
mediastínicos anteriores derechos.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
La demanda de energía del músculo cardiaco es tan importante que la
interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del miocardio
puede causar necrosis en minutos.
El flujo sanguíneo coronario (FSC), desde el punto de vista hemodinámico,
depende de la relación que existe entre el gradiente de presión a lo largo del lecho
vascular coronario y la resistencia del mismo.
La resistencia vascular coronaria viene determinada por su tono vasomotor,
cuyos mecanismos de control y autorregulación pueden considerarse divididos en
neurohumorales y metabólicos.
Asimismo, debido a que la contracción miocárdica está muy relacionada con el
flujo coronario y la demanda de oxígeno, el equilibrio entre la demanda y aporte de
oxígeno es un determinante crítico para el funcionamiento normal del corazón y,
cuando esta relación se altera de forma súbita por enfermedades que modifican el flujo
coronario, el desequilibrio resultante puede precipitar casi inmediatamente la
aparición de un círculo vicioso, en el cual la isquemia induce la disfunción contráctil
que lleva a hipotensión y a mayor isquemia miocárdica (Ricalde, 2010).
Aparte de una elevada densidad de mitocondrias (el 20-30% del volumen del
miocardiocito), la generación de energía miocárdica también precisa un aporte
constante de sangre oxigenada, lo que condiciona que el miocardio resulte 1045
extraordinariamente vulnerable a la isquemia.
El corazón es un órgano aeróbico, que depende casi de manera exclusiva de la
fosforilación oxidativa mitocondrial para generar ATP necesaria para mantener la
contracción cardíaca. Para ello, utiliza como sustratos ácidos grasos (de 60 a 90%),
glucosa y ácido láctico (25 a 30%) y, en menor proporción, cuerpos cetónicos y
aminoácidos como vimos en capítulos anteriores.
Esta característica explica el gran número de mitocondrias en los miocitos
cardíacos. La formación de ATP depende del aporte continuo de O2 por el FSC y la
determinación de las MV̇O2 equivale a una medida exacta del metabolismo cardíaco
total. La β-oxidación de los ácidos grasos produce más energía que la glucólisis (9
versus 4 kcal/g), pero consume entre 10 a 15% más de O2 que la glucólisis,
disminuyendo de manera marcada cuando disminuye el aporte coronario de O2
(isquemia).
En este sentido, el flujo sanguíneo coronario (FSC) total es de 250 a 300
mL/min (60 a 80 mL/min/100 g de tejido), equivalentes a 5% del volumen minuto
cardíaco. Pero lo más característico de la circulación coronaria es que, debido a los
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
altos requerimientos metabólicos del corazón, debe aportar más O2 por gramo de tejido
que el que recibe el músculo esquelético durante un ejercicio físico.
Así, en condiciones basales, el MV̇O2 es de 8 a 15 mL/min/100 g de tejido, pero
aumenta hasta 25 a 40 mL/min/100 g durante el ejercicio. Es decir que, aunque el
corazón representa 0,3% del peso corporal, consume 7% del O2 del cuerpo en reposo.
Por otro lado, la sangre venosa del seno coronario tiene una presión parcial de O2
(PO2) de 20 mmHg, lo que indica que el músculo cardíaco extrae más de 75% del O 2
de la sangre en condiciones de reposo, y que para obtener más O2 es necesario que
aumente el FSC (Fernández et al., 2020).
Por ello, el corazón es el órgano que más oxígeno extrae de la sangre y trabaja
en condiciones basales prácticamente al máximo de su capacidad extractora.
Cualquier aumento en las necesidades de oxígeno del miocardio sólo puede ser
satisfecho con un aumento paralelo en el aporte de flujo a través de las coronarias.
La circulación coronaria está constituida por dos principales compartimentos,
uno de ellos conductor, integrado por las arterias coronarias epicárdicas y otro de
resistencia constituido por arteriolas y vasos hasta de 300 m de diámetro.
En diástole, cuando se cierra la válvula aórtica los senos de Valsalva
funcionan como reservorios y permiten la perfusión del miocardio. Las grandes
1046
arterias epicárdicas ofrecen muy poca resistencia al flujo y se comportan como vasos
de conducción. De las arterias epicárdicas salen vasos que penetran la pared
muscular, y en éstos y en las arteriolas se produce una caída de presión, por lo que
son vasos de resistencia.
Corte transversal de la pared del ventrículo izquierdo en sístole y diástole, que muestra la
distribución de la red vascular coronaria a nivel epicárdico, intramiocárdico y
subendocárdico (Fernández, 2020).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
La red de arteriolas es muy densa, con aproximadamente 4.000 capilares/mm2
y los esfínteres precapilares permiten la regulación del flujo según las distintas
necesidades, la cual depende, a su vez, de cuatro variables que son la frecuencia
cardíaca, la resistencia del árbol coronario, la presión de perfusión y la presencia de
colaterales.
La frecuencia cardiaca influye directamente en el FSC pues la perfusión
coronaria se produce durante la diástole y con el aumento de la FC se reduce
especialmente el tiempo de llenado diastólico. Además, en sístole hay compresión de
los vasos intramiocárdicos y se reduce la perfusión.
Por lo tanto, el aumento de la FC aumenta el tiempo total de sístole por minuto,
con compresión del lecho vascular y reducción del flujo, lo que junto al aumento de las
demandas de trabajo desencadena isquemia miocárdica.
La limitación del flujo coronario por la compresión extravascular generada por
el miocardio es más evidente cuando el tono vascular coronario está disminuido, como
ocurre con el empleo de vasodilatadores. En diástole hay flujo siempre que la presión
de perfusión sea superior a la fuerza generada por la compresión del miocardio.
La resistencia del árbol coronario está regulada por factores metabólicos,
endoteliales o humorales, mecánicos, musculares y neurales, y además hay una
autorregulación del flujo coronario. 1047
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Por su parte, los vasos coronarios presentan una rica inervación simpática y
parasimpática, por lo cual, la activación de estos sistemas ocasiona grandes cambios
en el tono vascular coronario, dado que el efecto directo de la estimulación de los
receptores α1 y α2 de las arterias coronarias causa vasoconstricción, mientras que la
estimulación de los receptores β generan vasodilatación.
La NA liberada por fibras nerviosas simpáticas estimula los receptores α-
adrenérgicos para que aumenten la resistencia vascular en reposo. La adrenalina
liberada por la médula suprarrenal puede estimular los receptores β-adrenérgicos
para que produzcan vasodilatación cuando el sistema simpático-adrenal se activa
durante la reacción de lucha o huida, o durante el ejercicio. Esto último es muy
importante, puesto que, durante ejercicio intenso, el MV̇O2 puede aumentar desde 4
hasta 6 veces las cifras en reposo.
El proceso metabólico involucra una β-oxidación aumentada de ácidos grasos
y un incremento aún mayor de la oxidación de glucosa, lo cual requiere un aumento
de 4 a 6 veces del FSC debido a vasodilatación.
La vasodilatación y el decremento de la resistencia de la circulación coronaria
durante el ejercicio se producen en parte por cambios del sistema simpático-adrenal,
pero en su mayor parte por cambios metabólicos intrínsecos.
1048
A medida que el metabolismo del miocardio aumenta, hay incremento de las
concentraciones locales de CO2, K+ y reguladores paracrinos liberados que incluyen
ON, adenosina y prostaglandinas; éstos actúan de manera directa sobre el músculo
liso vascular para causar vasodilatación.
En este sentido, el trabajo cardíaco regular mediante el entrenamiento con
ejercicio: 1) aumenta la densidad de arteriolas y capilares coronarios, 2) incrementa
la producción de ON para promover la vasodilatación, y 3) disminuye la compresión
de los vasos coronarios durante la sístole, debido a la frecuencia cardiaca más baja en
atletas entrenados.
La presión de perfusión es el gradiente de presión entre la aorta y las
arterias coronarias que son vasos de conducción, por lo cual, el flujo va de epicardio a
endocardio, y en el endocardio la presión de perfusión depende de las diferencias de
presión entre la presión diastólica aórtica y la presión telediastólica del ventrículo
izquierdo. Por lo tanto, la presión de perfusión dependerá de la fase del ciclo cardíaco
ya que habrá mayor gradiente de presión en diástole que en sístole para la circulación
coronaria.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
La presencia de flujos por colaterales es muy importante ya que un aumento
en el grado de estenosis del 80 al 90% incrementa la resistencia al flujo en 3 veces lo
cual compromete la oxigenación adecuada del músculo.
Sin embargo, cuando hay una oclusión total o subtotal de una arteria coronaria,
el flujo puede llegar al miocardio por vasos colaterales que existen en todos los
corazones como canales no funcionantes de 20 a 200 µm, pero que se abren casi de
inmediato frente a una caída en la presión distal a la oclusión. El problema radica en
que, aunque la apertura de las colaterales es inmediata a la falta de flujo por oclusión,
transcurre un período entre 3 semanas y 6 meses para su maduración.
Por su parte, el flujo recibido por las colaterales puede ser suficiente para evitar
la isquemia en condiciones basales o de ejercicio ligero. Sin embargo, el flujo puede
ser inferior al normal cuando se realizan esfuerzos importantes.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Aunque el MV̇O2 es un buen índice de la liberación metabólica de energía en
condiciones estables, un concepto más útil es el de la eficiencia cardiaca, que
relaciona el trabajo realizado y el O2 consumido.
Cuando se aumenta la poscarga para un volumen y una FC constantes, el
aumento de trabajo requiere un aumento proporcional en el O2 aportado (aumento del
FSC), puesto que hay una relación proporcional entre MV̇O2 y presión. Por ello, en la
estenosis aórtica y en la hipertensión arterial, puede haber hipoxia del miocardio por
este aumento del MV̇O2, que conduce a cambios estructurales y culminan en una
insuficiencia cardiaca.
Cuando aumenta el VS, manteniendo constantes la presión y la FC, se produce
un aumento en la eficiencia del corazón, porque el mayor volumen bombeado sólo
requiere un pequeño aumento en el MV̇O2. Lo único que se prolonga ligeramente en
la fórmula es el tiempo de sístole, pero su efecto en el MV̇O2 es pequeño. En la
insuficiencia mitral, por ejemplo, hay un aumento de la precarga, pero como no
aumenta mucho el MV̇O2, la aparición de insuficiencia cardiaca es más tardía.
Sin embargo, si la presión arterial y el VS se mantienen constantes, el aumento
de la FC disminuye la eficiencia del corazón, por lo cual la taquicardia eleva el MV̇O2
sin aumentar, necesariamente, el trabajo que realiza el corazón. Esta situación puede
ser bien tolerada si el aporte de flujo coronario es adecuado, pero en caso de estenosis 1050
de las arterias coronarias, el efecto del aumento en la FC es deletéreo.
El ejercicio físico, el estrés psíquico y todas las situaciones en las que están
elevadas las catecolaminas circulantes, incrementan la demanda de oxígeno puesto
que exigen un aumento de la FC, pero mientras la oferta de O2 sea adecuada, no habrá
ningún problema pues se mantiene un equilibrio.
En circunstancias anormales el flujo sanguíneo hacia el miocardio puede ser
inadecuado, lo que da por resultado isquemia miocárdica, pudiendo deberse a bloqueo
por ateromas, coágulos de sangre o a vasoespasmo de una arteria coronaria.
Por lo tanto, los factores que regulan el MV̇O2 incluyen a la FC, el inotropismo
y la tensión a la que está sometida la pared ventricular durante la fase de eyección
sistólica. Según la ley de Laplace, la tensión parietal es una función directa de la
presión y del radio intraventricular, y se relaciona inversamente con el grosor
ventricular. Por lo tanto, la tensión parietal depende de la presión que distiende al
ventrículo antes de contraerse (precarga) y de la fuerza contra la que éste se contrae
(poscarga), que en la práctica equivalen a la PTD (o VTD) y a las RVS,
respectivamente.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
De lo anterior se concluye que existe una estrecha correlación entre el trabajo
cardíaco realizado y el MV̇O2, y que un aumento del MV̇O2 conlleva un aumento
paralelo del FSC.
Asimismo, el MV̇O2 viene determinado también por el tipo de trabajo externo
que realizan los ventrículos para expulsar la sangre hacia la arteria pulmonar y la
aorta, siendo mayor el aumento del MV̇O2 cuando el trabajo cardíaco se realiza para
incrementar la presión intraventricular (aumento de la poscarga) que si se realiza
aumentando el VTD (aumento de la precarga).
Por último, la ley de Laplace dice que los corazones dilatados (aumenta el radio
ventricular) presentan un MV̇O2 mayor que las de los corazones normales.
En pacientes con estenosis de la válvula aórtica, la presión del ventrículo
izquierdo debe aumentar de forma marcada durante la sístole para superar el
aumento de resistencia que representa la válvula estenosada, mientras que la presión
de perfusión coronaria se mantiene o incluso disminuye debido a una marcada
compresión de los vasos coronarios subendocárdicos durante la sístole y a la caída de
presión a través de la válvula. El resultado es un aumento del MV̇O2 en presencia de
menor aporte coronario, por lo que en estas circunstancias pueden aparecer signos de
isquemia cardíaca.
1051
A todo esto, como la contractilidad miocárdica y el estrés de la pared son
difíciles de medir, se ha demostrado que el consumo de oxígeno por minuto en el
corazón es proporcional a un índice de tensión-tiempo por minuto, que corresponde a
la presión sistólica media multiplicada por la duración de la sístole y por la frecuencia
cardíaca. Por ello, en la práctica clínica diaria se utiliza el llamado doble producto
(DP), que resulta de la multiplicación de la presión arterial sistólica y la frecuencia
cardíaca:
DP = PAS FC
Considerando las frecuencias de 60 a 90 latidos por minuto y cifras de PAS
entre 110 y 130 mmHg, los márgenes del doble producto serán normales cuando se
encuentren entre 6.600 y 11.700 en reposo. Por arriba de 12.000 es indicativo de
isquemia miocárdica (Luna et al., 2021).
Entonces, uno de los factores que afectan al FSC corresponde a la presión de
perfusión coronaria (PPC), determinada por la diferencia existente entre la
presión diastólica en la raíz de la aorta y la PTDVI.
PPC = PAD – PTDVI
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Esto significa, como vimos previamente que, durante la diástole, la válvula
aórtica está cerrada y la presión aórtica se transmite a través de los senos de Valsalva
dilatados a todo el árbol coronario, siendo ésta la que determina la perfusión
coronaria. El valor de PPC normal es de 60 mmHg y valores inferiores producen
acidosis intramiocárdica, extrasístoles y actividad eléctrica sin pulso (Pérez et al.,
2010).
La duración de la diástoles otro de los factores que afectan el FSC, ya que
éste es el momento del ciclo cardíaco en el que se produce 80% del flujo coronario total.
Como puede observarse en la siguiente gráfica, el FSC presenta importantes
variaciones durante el ciclo cardíaco; donde en la ACI, el FSC disminuye
marcadamente e incluso cesa durante la fase de contracción isovolumétrica, ya que en
este momento la contracción del músculo ventricular y el aumento de la presión
intraventricular comprimen las arteriolas de resistencia; mientras que en la ACD, el
FSC disminuye mucho menos durante la sístole, ya que la presión intraventricular
derecha es muy inferior a la izquierda.
1052
Relación entre la presión arterial y el flujo sanguíneo en las arterias coronaria izquierda y
derecha. Observe que el flujo en la arteria coronaria izquierda se produce sobre todo
durante la diástole (Segal, 2017).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Durante el resto de la sístole, el FSC aumenta y corre paralelo a la presión
aórtica. Al comienzo de la diástole el FSC aumenta de manera brusca y, más tarde
disminuye con lentitud a medida que baja la presión aórtica.
Por su parte, las resistencias vasculares coronarias (RVC), que están
reguladas por factores intrínsecos (nerviosos, endoteliales, metabólicos) y extrínsecos
(la compresión que el músculo cardíaco ejerce sobre las arterias intramurales durante
la sístole).
FSC = PPC/RVC
Entonces, el FSC disminuye cuando se acorta el intervalo diastólico
(taquiarritmias), aumenta la PTD ventricular o disminuye la presión en la raíz de la
aorta. Por otro lado, el aumento del tono simpático (ejercicio, emociones, estrés)
aumenta la frecuencia, la contractilidad y el MV̇O2, y disminuye el aporte coronario
(se acorta la diástole durante la taquicardia), facilitando la aparición de fenómenos de
isquemia en pacientes con placas de ateroma que ocluyen la luz coronaria.
Es de destacar que la resistencia al flujo coronario depende principalmente de
las pequeñas arteriolas provistas de músculo liso (50-60% de la resistencia) y en
menor medida de los capilares coronarios (20% de la resistencia). De esta manera, los
vasos epicárdicos juegan un papel menor, funcionando como vasos de conductancia y
1053
aportando aproximadamente un 5% de la resistencia al flujo coronario (Klocke, 1987).
También existen importantes cambios en el FSC a través de la pared
ventricular; por ejemplo, durante la sístole, los vasos subendocárdicos están sometidos
a una mayor compresión que los vasos subepicárdicos, tanto por la contracción del
músculo cardíaco como por la presión que ejerce sobre ellos la sangre que llena la
cavidad ventricular.
En condiciones normales, este gradiente de presión no dificulta la perfusión
subendocárdica global, ya que:
a) El flujo coronario subendocárdico aumenta durante la diástole más que en
el epicardio, lo que sugiere que el tono de las arteriolas de resistencia es
menor en el subendocardio que en el epicardio.
b) El endocardio presenta mayores concentraciones de mioglobina capaz de
almacenar O2 durante la sístole y liberarlo durante la diástole; ello permite
que los miocitos subendocárdicos reciban un aporte de O2 adecuado a pesar
de que el FSC disminuye durante la sístole.
c) La liberación de óxido nítrico (NO) y adenosina durante la hiperemia
reactiva que sigue a un periodo corto de oclusión vascular también es mayor
en los vasos subendocárdicos que en los subepicárdicos.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Las arteriolas de resistencia coronarias (diámetro < 250 µm) están reguladas
por mecanismos nerviosos, metabólicos y miogénicos y la función de estos
mecanismos varía según el diámetro vascular coronario.
De esta manera, los mecanismos metabólicos predominan en las arteriolas cuyo
diámetro es < 50 µm, los miogénicos en las de 50 a 100 µm de diámetro y la
vasodilatación inducida por mecanismos nerviosos en las >100 µm de diámetro. Todos
estos mecanismos permiten ajustar de forma muy precisa el FSC al MV̇O2.
Los mecanismos nerviosos implican una densa inervación simpática y
parasimpática hacia los vasos coronarios.
La NA liberada desde los terminales nerviosos simpáticos y la Ad desde la
médula suprarrenal estimulan los receptores α1 y β1-adrenérgicos en las arterias
coronarias de conductancia y los β2-adrenérgicos en las arterias de resistencia.
1054
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
un desequilibrio entre el aporte coronario de O2 y el MV̇O2 que facilita la aparición de
cardiopatía isquémica.
Por su parte, la estimulación parasimpática-vagales cardíacos libera ACh que
estimula los receptores M2 en las células endoteliales y facilita la liberación de ON,
que produce un potente efecto vasodilatador coronario. Sin embargo, la estimulación
vagal también disminuye la contracción y la FC, además del MV̇O2, lo que
indirectamente reduce el FSC. En las arterias coronarias también existen
terminaciones nerviosas sensoriales que liberan péptidos vasodilatadores, como la
sustancia P y el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP).
Otros como el tabaco y el frío aumentan el tono α-adrenérgico vasoconstrictor y
reducen el FSC. El reflejo quimiorreceptor carotídeo y el reflejo barorreceptor
producidos en respuesta a una reducción de la presión arterial producen
vasoconstricción coronaria y disminuyen también el FSC.
Por otra parte, el corazón es capaz de controlar su propio flujo sanguíneo según
sus necesidades metabólicas, este control es independiente de la presión arterial de
perfusión o PAM entre los límites de 60 a 150 mmHg. A esto se le llama
autorregulación, definida como el mantenimiento del flujo coronario constante para
un amplio abanico de presiones de perfusión (Feigl, 1989).
1055
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Cuando la presión aumenta las resistencias vasculares coronarias disminuyen,
mientras que cuando existe una respuesta vasodilatadora excesiva, el aumento de la
presión de perfusión distiende el músculo liso de la capa media de los vasos de
resistencia, los cuales responden produciendo una respuesta vasoconstrictora que
normaliza el FSC (efecto Bayliss) (Moggi, 2011).
La autorregulación esta mediada por la liberación de vasodilatadores, como el
ON y la adenosina, además de mecanorreceptores que modulan la actividad de canales
iónicos sensibles a la distensión, produciendo la contracción o relajación del músculo
liso vascular.
Cuando existe una obstrucción parcial en luz de una arteria coronaria
epicárdica o intramural (p. ej., por una placa de ateroma, un trombo o un
vasoespasmo), se produce una caída de la presión arterial y una reducción del FSC en
la zona distal a la oclusión. Este gradiente de presión entre el extremo proximal y
distal a la obstrucción produce una respuesta vasodilatadora de las arteriolas de
resistencia que aumenta el flujo sanguíneo a través de vasos colaterales procedentes
del propio vaso o de vasos vecinos, lo cual permite preservar, más o menos, la función
del miocardio irrigado por la arteria obstruida (Fernández et al., 2020).
Cuando la presión de perfusión cae por debajo de 60 mm Hg, aunque los vasos
coronarios están dilatados al máximo, la autorregulación desaparece y el corazón es 1056
incapaz de mantener un FSC adecuado. Esto sucede en presencia de un shock
cardiogénico (que aparece cuando el área de infarto de miocardio supera el 40% de
la masa ventricular); en estas circunstancias, la marcada reducción de la presión
arterial suprime el fenómeno de autorregulación, reduce la circulación colateral y,
como consecuencia, puede aumentar el área isquémica y la necrosis cardíaca.
Como en otros tejidos, el endotelio regula el tono del músculo liso vascular
coronario al liberar sustancias vasodilatadoras (ON, factor hiperpolarizante-EDRF,
prostaciclina, etc.) y vasoconstrictoras (Ang II, ET-1, TxA2, serotonina). Algunos de
estos mediadores pueden ser liberados también por las células musculares cardíacas
y lisas vasculares coronarias. Las plaquetas activadas durante el proceso de formación
del trombo intracoronario también liberan factores vasoconstrictores (TxA2,
serotonina) y vasodilatadores (ADP).
Otros mediadores vasoactivos (trombina, serotonina, ADP, sustancia P,
histamina y bradicinina), fuerzas físicas (cizallamiento) y el ejercicio físico pueden
producir una respuesta vasodilatadora y un aumento del FSC a través de la liberación
de ON por las células endoteliales. Los pacientes con cardiopatía isquémica,
hipertensión arterial, diabetes o insuficiencia cardíaca presentan una pérdida o una
disfunción endotelial, que se traduce en una reducción en la síntesis o en la
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
actividad del ON; como consecuencia, disminuye la respuesta vasodilatadora
producida por el ON. En estas circunstancias, la ACh estimula directamente los
receptores M3 del músculo liso, produciendo una respuesta vasoconstrictora. Por
tanto, la respuesta vascular a la acetilcolina permite identificar la presencia de
disfunción endotelial.
Por su parte, los mecanismos metabólicos también están implicados dado que
el corazón es un órgano que realiza un metabolismo fundamentalmente aerobio y el
FSC aumenta cuando el MV̇O2 también lo hace, correlación que persiste incluso en el
corazón desnervado, lo que confirma que los factores metabólicos desempeñan una
función mucho más importante que los factores nerviosos en el control del tono
coronario.
Cuando aumentan el MV̇O2 se producen metabolitos vasodilatadores que
reducen las resistencias vasculares coronarias y aumentan el FSC, principalmente
debido a la adenosina, nucleósido cíclico que se libera cuando disminuyen la PaO2 en
las coronarias y cuando aumenta el metabolismo cardíaco. En estas circunstancias, el
ATP celular se degrada en AMP y ésta en adenosina, que se libera desde las células
cardíacas y estimula sus receptores A1 vasculares, disminuyendo así la entrada del
Ca2+ a través de los canales tipo L, a la vez que aumenta la conductancia al K+ en las
células musculares lisas vasculares; el resultado es una hiperpolarización del 1057
potencial de membrana, una reducción de la [Ca2+]i y una vasodilatación de las
arteriolas coronarias de < 50 µm de diámetro. Por el contrario, una disminución en
las MV̇O2 reduce la liberación de adenosina y aumenta las resistencias vasculares
coronarias.
Otros factores que podrían participar en la regulación metabólica del tono
vascular coronario son el aumento de la PaCO2 y la acidosis (H+, ácido láctico formado
durante la isquemia).
En condiciones fisiológicas, el O2 que difunde a través de la pared vascular
podría regular el tono del músculo liso del esfínter precapilar, de tal forma que la
disminución de la PaCO2 relaja este esfínter y aumenta el número de capilares
perfundidos. Además, la disminución de la PaCO2, la acidosis y el aumento de la
PaCO2 producidos durante la isquemia cardíaca activan-abren los canales del K+
sensibles a ATP (KATP), y sensibilizan a las arterias coronarias a las acciones
vasodilatadoras de la adenosina. La activación de los canales KATP durante la
isquemia cardíaca hiperpolariza el potencial de membrana de las células de músculo
lisas coronarias, lo que a su vez inhibe la entrada de Ca2+ a través de los canales tipo-
L y disminuye la [Ca2+]i, produciéndose una vasodilatación coronaria.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Además, diversos vasodilatadores coronarios (ON, adenosina, prostaciclina,
agonistas de los receptores β2-adrenérgicos) podrían activar-abrir los canales KATP.
También se han descrito mecanorreceptores en las arterias coronarias que en
respuesta a cambios del flujo activan canales de K+, hiperpolarizan el potencial de
membrana y producen vasodilatación arteriolar.
Después de la oclusión transitoria de una arteria coronaria tiene lugar un
marcado aumento del FSC por encima del nivel control debido a la hiperemia reactiva.
La diferencia entre el FSC en reposo y el flujo máximo durante la hiperemia reactiva
también es una medida de la reserva coronaria.
La hiperemia reactiva se ha relacionado con la producción de metabolitos
vasodilatadores, principalmente la adenosina, por las células cardíacas durante la
isquemia; sin embargo, el bloqueo de las acciones vasodilatadoras coronarias de la
adenosina no previene la dilatación coronaria que acompaña a la isquemia cardíaca,
lo que sugiere que otros factores metabólicos regulan el FSC en estas circunstancias.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
La isquemia cardíaca implica una reducción en el aporte de O2 y nutrientes
al miocardio secundaria a una reducción del FSC.
La isquemia produce importantes efectos metabólicos, mecánicos y eléctricos que
primero dan lugar a un cuadro doloroso (angina de pecho) y, por último, a la necrosis
de las células cardíacas o infarto agudo de miocardio (IAM).
1059
Los efectos metabólicos son los primeros en aparecer y se caracterizan por una
rápida y marcada inhibición de la fosforilación oxidativa, que disminuye los niveles
cardíacos de ATP, por lo cual el miocardio recurre a la glucólisis anaerobia para
sintetizar ATP, lo que conlleva un excesivo consumo de glucosa y la producción de
altas cantidades de ácido láctico que directamente o a través de la liberación de
serotonina, histamina o bradicinina, estimula las terminaciones nerviosas sensitivas
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
y participa en la génesis del dolor precordial (angina de pecho) en el paciente con
cardiopatía isquémica.
Sin embargo, la glucólisis anaerobia es mucho menos efectiva para sintetizar
ATP y se ve inhibida por los ácidos grasos y sus metabolitos a nivel de la piruvato
deshidrogenasa. La isquemia también aumenta la producción de radicales libres de
oxígeno, que inactivan el ON y producen vasoconstricción coronaria y alteran la
permeabilidad de la membrana de las células cardíacas. Ello produce primero un
aumento en la entrada de Na+ y en la [Na+]i lo que, a su vez, estimula la actividad del
NCX y aumenta la entrada de Ca2+ y la concentración intracelular y mitocondrial de
Ca2+; esta sobrecarga celular de Ca2+ inhibe aún más la síntesis mitocondrial de ATP
y acelera la progresión hacia la necrosis cardíaca.
La isquemia también produce una rápida disminución de la relajación pues es
un proceso activo que conlleva la activación de las SERCA y de las bombas de calcio
del sarcolema encargados de reducir la [Ca2+]i, por lo cual deprime primero la función
diastólica, aumentando la PTDVI y, por ende, el MV̇O2, después disminuye la función
sistólica y, por último, si la isquemia es muy marcada, la contracción cesa llevando a
una acinesia (ausencia de contracción). Si la isquemia es muy marcada, la depresión
de la contractilidad conduce a una disminución del GC y a un cuadro de insuficiencia
cardíaca (Fernández et al., 2020).
1060
La isquemia también altera las propiedades eléctricas de las células cardíacas,
ya que facilita la salida de K+ hacia el espacio extracelular, lo que despolariza el
potencial de membrana, disminuye la excitabilidad y la velocidad de conducción
intracardíaca, efectos que facilitan la aparición de cambios característicos en el ECG
y de arritmias ventriculares, en ocasiones letales.
Si la disminución del FSC persiste menos de 2 min, la función cardíaca se
recupera rápido, mientras que si la isquemia dura más de 1 h se produce la necrosis
(infarto) de las células cardíacas.
El IAM produce importantes cambios en la arquitectura del ventrículo
(remodelado ventricular) que implican en una primera fase la sustitución del tejido
necrosado por tejido fibrótico y un adelgazamiento seguido de la expansión de la zona
infartada; posteriormente se produce una hipertrofia compensadora del miocardio
sano circundante y, por último, una dilatación global del ventrículo. Estos cambios
son tanto más marcados cuanto mayor sea la extensión del área infartada.
El remodelado ventricular confiere al ventrículo una morfología esferoidal,
menos útil desde el punto de vista funcional, ya que aumenta la tensión parietal y el
MV̇O2, y disminuye el GC y, a largo plazo, conduce a un cuadro de insuficiencia
cardíaca.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Por su parte, la exposición repetida del corazón a breves periodos de isquemia
le protege contra episodios posteriores de isquemia más duraderos mediante un
proceso denominado “precondicionamiento isquémico”.
Si el flujo coronario se interrumpe de forma aguda y transitoria (menos de 20
min), la restauración posterior del FSC se acompaña de una recuperación de la
contractilidad al cabo de varios días o semanas; durante este tiempo se dice que el
miocardio está “aturdido”. Por el contrario, la isquemia crónica puede conducir a una
situación de “miocardio hibernado”, en la que el corazón permanece viable, pero
presenta una disfunción contráctil que podría revertirse si la isquemia desaparece.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
✓ Hiperlipidemia: este es el principal factor en personas menores de 45 años.
Mayores concentraciones séricas de colesterol total (hipercolesterolemia): ≥ 170
mg/dL; menores concentraciones séricas de HDL e hipoalfalipoproteinemia (≤
50 mg/dL).
✓ Hipertensión arterial: es el factor más importante en personas mayores de
45 años.
✓ Tabaquismo: el consumo de 10 ciganíl1os por día aumenta tres veces el riesgo.
✓ Diabetes mellitus: tanto la diabetes tipo 1 como la 2 aumentan al doble el
riesgo.
La respuesta inflamatoria implica la existencia de disfunción endotelial, en
la cual los factores de riesgo provocan alteraciones por acción de c-LDL oxidadas, en
pacientes con hipercolesterolemia; por la sobrecarga de presión sobre los vasos
provocada por hipertensión arterial; mediante productos finales de glucosilación
avanzada generados en la diabetes mellitus; por mediación de citocinas
proinflamatorias (principalmente por la adipocitocinas) secretadas por los
adipocitos en la obesidad; y por la intervención de radicales libres presentes en el
humo de la combustión del tabaco.
La disfunción endotelial conlleva una serie de fenómenos conducentes al
desarrollo de la placa de ateroma (Ruparelia et al, 2017):
1062
1. Síntesis y liberación por las células endoteliales de moléculas de
quimiocinas: atraen a monocitos y linfocitos T circulantes hacia el vaso
afectado.
2. Expresión de moléculas de adhesión en el endotelio vascular: propicia
la adherencia al endotelio de las células inflamatorias.
3. Aumento de la permeabilidad del vaso: facilita la migración de monocitos
y linfocitos T desde el endotelio hasta la íntima, así como la penetración de c-
LDL circulantes en dicha capa vascular, donde son retenidas y sufren un
proceso de oxidación que las convierte en LDL oxidadas. Éstas, a su vez, actúan
sobre el endotelio, acentuando la disfunción endotelial. Por su parte, los
macrófagos fagocitan a las c-LDL oxidadas y se transforman en células
espumosas, que se acumulan en la íntima dando lugar a las “estría grasa” que
son lesiones ateroscleróticas más precoz. Tanto las c-LDL oxidadas como
linfocinas como el IFN- secretado por los LT presentes en la íntima, activan a
los macrófagos y las células espumosas, estimulándoles para secretar citocinas
proinflamatorias (IL-1 y FNT-) que intensifican aún más la disfunción
endotelial.
✓ Secreción de factores de crecimiento: que inducen la proliferación y
migración de células musculares como lo hace el factor de crecimiento
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
transformante beta (TGF-), que genera, además, la secreción por las células
musculares lisas presentes en la íntima de proteínas de la matriz intercelular
(colágeno, elastina, proteoglucanos), constituyentes del casquete fibroso que
recubre la placa de ateroma.
✓ Riesgo de trombosis: fracasan los diversos sistemas de inhibición de la
hemostasia dependientes del endotelio.
✓ Calcificación de la placa: las placas ateroescleróticas, en su evolución
también acumulan calcio. Las proteínas como la osteocalcina, la
osteopontina y proteínas morfógenas óseas, están presentes en la placa
favoreciendo la mineralización de la placa ateroesclerótica. Este proceso
implica un cambio fenotípico de las células musculares lisas vasculares (CMLV)
y la activación de genes comúnmente asociados con la diferenciación ósea.
1063
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
factores inhibidores de la síntesis de proteínas de la matriz como el IFN- y
enzimas que degradan el tejido conjuntivo que forma el casquete, como las
metaloproteinasas secretadas por macrófagos y células espumosas. Dicha
ruptura desencadena la formación de un trombo arterial por la lesión del
endotelio y exposición de material protrombótico contenido en la placa rota
(fragmentos de colágeno del casquete fibroso, y factor tisular por parte de las
células activadas (endotelio, macrófagos y células espumosas) con la
consiguiente activación de la adherencia y agregación plaquetarias y de la
hemostasia secundaria. Además, la liberación de TxA2 genera espasmo arterial
y contribuye a incrementar la oclusión en este nivel. Tal obstrucción reduce de
manera notable el suministro de oxígeno al miocardio, lo que genera un daño
isquémico diverso que afecta tanto su función contráctil como eléctrica.
✓ Oclusión arterial: la produce un trombo desarrollado al romperse la placa de
ateroma vulnerable asentada en la pared del vaso. Junto con los factores locales
antes mencionados, intervienen en la rotura de la placa de ateroma coronaria
otros factores generales, como la hipertensión arterial o el aumento excesivo de
la frecuencia cardíaca o de la contractilidad del miocardio. El trombo se
conforma de plaquetas, fibrina, eritrocitos y leucocitos. Las plaquetas y la
fibrina son los elementos que producen de forma directa la oclusión coronaria
aguda. Cuando la placa se rompe se expresa colágeno y FvW. La GPIb de la 1064
superficie plaquetaria reconoce a estos elementos y se une a ellos, lo que da
lugar a los procesos de adhesión, activación y agregación plaquetaria. Además
del colágeno y el FvW, la placa rota expresa factor tisular. Este elemento activa
a la coagulación.
✓ Obstrucción coronaria total y trombo rojo: mientras que en el síndrome
coronario agudo sin elevación del segmento ST se identifica una obstrucción
coronaria parcial (sub-oclusiva) y un trombo conformado en su mayor parte por
plaquetas (trombo blanco), en el IAM con elevación del segmento ST (IMCEST)
existe una obstrucción coronaria total (oclusiva) y un trombo integrado casi en
su totalidad por fibrina (trombo rojo). El manejo del IMCEST incluye el
tratamiento fibrinolítico (trombolítico) ya que un trombo rojo es susceptible a
los fármacos que degradan y lisan la fibrina. Esto posibilita permeabilizar el
vaso y recuperar el flujo sanguíneo coronario, con lo cual se limita la progresión
de la onda de necrosis miocárdica.
✓ Necrosis (infarto): lo más habitual es que afecte a la pared del ventrículo, el
cual dependerá de la coronaria afectada. Las células del miocardio mueren de
forma progresiva, empezando por las del subendocardio (necrosis
subendocárdica), al ser las que en condiciones normales están peor irrigadas.
Desde el subendocardio se establece un “frente de necrosis” que avanza hacia
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
el epicardio y afecta finalmente a todo el espesor de la pared ventricular
(necrosis transmural), como se vio previamente.
Generalmente, se infiere que un daño miocárdico que afecte 25% del músculo
ventricular generará manifestaciones clínicas de insuficiencia cardíaca, en
tanto que el daño de 40% conducirá al shock cardiogénico.
La necrosis miocárdica conlleva una pérdida de masa contráctil, que es
sustituida por tejido fibroso; esta cicatriz se distiende por efecto de la presión
intracavitaria y es el origen de una protrusión segmentaria de la pared del
ventrículo, conocida como “aneurisma” (del griego “aneurysma”, dilatación;
que a su vez viene del vocablo “aneurynein”, “dilatar”). Cuando la necrosis se
extiende hasta los músculos papilares éstos pueden romperse, produciéndose
una insuficiencia valvular (mitral o tricuspídea) aguda. También, en ocasiones,
el infarto determina una perforación cardíaca, ya sea de la pared ventricular
libre o del tabique interventricular.
1 La apoplejía es una alteración de inicio súbito de una deficiencia neurológica por un mecanismo vascular (85% es de origen
isquémico y en 15% de los casos se trata de hemorragias primarias -subaracnoidea e intraparenquimatosa-). La apoplejía es la
causa principal de discapacidad neurológica en adultos.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
se debe trabajar con ejercicios físicos programados. En los casos incapacitantes puede
estar indicada la cirugía (por ejemplo, la angioplastia con colocación de stent).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
El espasmo (estrechamiento súbito y breve de un vaso sanguíneo, que puede
reducir temporalmente el flujo de sangre a los tejidos que irriga) arterial en ausencia
de enfermedad coronaria (p. ej., espasmo coronario inducido por cocaína).
La disminución de la perfusión miocárdica por alteraciones hemodinámicas con
coronarias normales: shock, hipovolemia, anemia aguda grave, taquicardias o
bradicardias severas, estenosis o insuficiencia aórtica, miocardiopatía hipertrófica,
miocardiopatía dilatada, etc.
Las placas de ateroma, provocan grados variables de obstrucción al flujo
sanguíneo coronario. En ocasiones estas placas pueden ser estables (resistentes a
la rotura) y tener un crecimiento lento, por lo cual, pueden no tener síntomas o
presentar angina de pecho estable o de esfuerzo (dolor torácico cuando realizan una
actividad física, más o menos intensa, en la que aumentan las demandas miocárdicas
de oxígeno).
En otros casos, las placas de ateroma son vulnerables o susceptibles de
romperse, lo cual implica la pérdida de la superficie endotelial que la recubre. De esa
forma quedan expuestos al torrente sanguíneo fibras de colágeno y factor tisular que
activan la hemostasia y, como consecuencia, se forma un trombo que puede obstruir
parcial o totalmente, la luz coronaria, estableciéndose así el llamado “síndrome
coronario agudo” (SCA), en el que se engloban la angina de pecho inestable y el 1067
IAM.
Por ello, se define a los SCA como un conjunto de entidades clínicas que se
caracterizan por un inadecuado aporte de oxígeno miocárdico debido a la interrupción
aguda (parcial o total) del flujo sanguíneo coronario.
El síntoma cardinal que inicia la sospecha de SCA en el paciente es el dolor
precordial. Con base en el ECG se pueden diferenciar dos grandes grupos:
a) Los pacientes con dolor precordial agudo y elevación persistente del
segmento ST (> 20 min) (SCACEST). Suele reflejar una oclusión total aguda
de alguna arteria coronaria. La mayoría de los pacientes desarrollarán un IAM
con elevación del segmento ST (IAMCEST).
b) Los pacientes con dolor precordial agudo sin elevación persistente del
segmento ST (SCASEST). Los cambios en el ECG pueden incluir elevaciones
transitorias del segmento ST, depresión permanente o transitoria del ST,
inversión de las ondas T, ondas T aplanadas, pseudo normalización de las ondas
T e incluso un ECG normal. El espectro clínico del SCA sin elevación del
segmento ST puede incluir desde pacientes asintomáticos hasta pacientes con
isquemia, inestabilidad hemodinámica, eléctrica o ambas, hasta el paro
cardiaco. Cuando existe necrosis del miocardiocito, el evento es un infarto
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
agudo sin elevación del ST (IAMSEST); si existe isquemia miocárdica sin
pérdida celular el evento se clasifica como angina inestable.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
éstos estén elevados, un incremento superior a 20%. A esto se debe
sumar al menos una de las siguientes condiciones:
• Alteraciones nuevas en el ECG.
• Oclusión de una arteria coronaria mayor o un ramo colateral, o flujo
lento persistente o embolización.
• Imágenes que evidencien una pérdida nueva de miocardio viable o
nuevas alteraciones segmentarias en la contractilidad.
b) Tipo 4b. IAM provocado por trombosis del stent, detectado por
angiografía o autopsia, en una situación de isquemia miocárdica y
ascenso o descenso de los niveles plasmáticos de los biomarcadores, con
al menos un valor por encima del P99 del LRS.
5. Tipo 5. IAM relacionado con cirugía de revascularización miocárdica, el cual
se define de forma arbitraria por una elevación de los biomarcadores cardiacos
> 10 por encima del P99 del LRS. A esto debe sumarse por lo menos una de las
siguientes condiciones:
• Nuevas ondas Q patológicas o bloqueo de la rama izquierda.
• Nueva oclusión de puente o arteria coronaria nativa, documentada
por angiografía.
• Imágenes que evidencien una pérdida nueva de miocardio viable o
nuevas alteraciones segmentarias en la contractilidad. 1069
El dolor precordial típico se caracteriza por una sensación de presión o
“pesadez” retroesternal, con irradiación al brazo izquierdo (menos frecuentemente
ambos brazos o al brazo derecho), el cuello o la mandíbula, el cual puede ser
intermitente (usualmente durante varios minutos) o persistente; con síntomas
adicionales, como diaforesis, náusea, dolor abdominal, disnea o síncope.
Las presentaciones atípicas incluyen dolor epigástrico, síntomas de
indigestión o disnea aislada. Los síntomas atípicos se observan con más frecuencia en
los ancianos, las mujeres y los pacientes con comorbilidades como diabetes mellitus,
enfermedad renal crónica o demencia. La exacerbación de los síntomas con el esfuerzo
físico, así como su atenuación con el reposo, incrementan la posibilidad de que la
etiología del dolor sea isquemia miocárdica.
Es fundamental evaluar mediante un interrogatorio detallado el riesgo de un
SCA en el paciente que acude al área de urgencias con dolor precordial. La edad
mayor, el sexo masculino, la historia familiar de enfermedad cardiovascular
aterosclerótica, el antecedente de diabetes, la hipertensión, la hiperlipidemia, la
insuficiencia renal y la enfermedad arterial coronaria incrementan la posibilidad de
que se trate de un SCA.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Algunos factores, como la anemia, la infección, la inflamación, la fiebre y los
desórdenes metabólicos y endocrinos (en particular asociados a enfermedad tiroidea)
pueden precipitar o exacerbar la presentación de un SCA.
El dolor anginoso en el SCASEST suele ser prolongado (> 20 min) en reposo y
se observa en alrededor de 80% de los pacientes, y el dolor de novo/crescendo se
observa en 20% restante.
La exploración física generalmente brinda poca información en los pacientes
con SCASEST, por lo cual, hay que buscar de manera intencionada la presencia de
síntomas y signos de falla cardiaca, inestabilidad hemodinámica o eléctrica. Además,
ha demostrado que tiene un valor pronóstico en el caso del IMCEST, de acuerdo con
la clasificación de Killip.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
El ECG de 12 derivaciones debe ser tomado e interpretado dentro de los
primeros 10 min desde que el paciente con sospecha de síndrome isquémico llega a
urgencias. Los hallazgos en el ECG en el paciente con SCASEST incluyen depresión
del segmento ST, elevación transitoria del segmento ST o inversión de la onda T. La
elevación persistente del segmento ST y la depresión anterior del segmento ST
indicativa de IM posterior debe ser considerada como un IMCEST y tratada de
acuerdo con las guías.
Si el ECG es relativamente normal o no congruente con ningún diagnóstico se
deberá repetir en intervalos de 15 a 30 min, especialmente si los síntomas persisten o
recurren. Aproximadamente de 1 a 6% de los pacientes con un SCA presentan un ECG
normal. Un ECG normal puede asociarse con patología de la arteria circunfleja
(dominancia izquierda) o de la arteria coronaria derecha, las cuales pueden ser
eléctricamente silenciosas. Es necesario obtener derivaciones derechas (V3R y V4R)
ante la sospecha de un infarto inferior, para detectar el compromiso del VD. La
hipertrofia ventricular izquierda, los bloqueos de rama con anormalidades en la
repolarización y el ritmo ventricular pueden enmascarar signos de isquemia o lesión
miocárdica.
Es importante destacar que la confirmación del origen coronario del dolor es
aportada por el ECG, que habitualmente sólo muestra cambios característicos
1071
durante la crisis de dolor, tanto en la angina de pecho estable como en la inestable lo
más relevante es que el punto J del ECG se sitúa por debajo de la línea isoeléctrica y,
por ello, desciende el segmento ST; por el contrario, en la angina variante el segmento
ST asciende. El ECG es, además, útil para localizar la topografía de la isquemia
miocárdica, porque los cambios citados sólo se detectan en las derivaciones del ECG
que “miran” hacia la región cardíaca afectada (Tabla 47).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Mientras que el segmento ST del ECG normal es isoeléctrico, dado que en la
fase 2 del potencial de acción transmembrana (PAT) todas las células miocárdicas
alcanzan al mismo tiempo un potencial similar por lo que no se generan corrientes
eléctricas entre ellas, en la isquemia miocárdica el defecto del funcionamiento de las
bombas iónicas de membrana lleva consigo una menor electronegatividad del
potencial de reposo transmembrana y una menor amplitud y duración del PAT de las
células mal irrigadas con respecto al de las células normales.
Como consecuencia, se establecen gradientes de potencial entre la región
isquémica y la normal, porque la isquemia y la lesión inicial del infarto afecta en
primer lugar a las bombas de Na+/K+-ATPasa la cual es muy importante para
mantener el potencial de membrana repolarizado, generándose flujos de corriente
entre ambas zonas (corriente de lesión), representados por un vector y traducidas
en el ECG por alteraciones del segmento ST. Así, en la angina de pecho la zona más
afectada por la hipoxia es la subendocárdica, generándose un vector que se dirige
hacia el endocardio; por consiguiente, en las derivaciones que miran hacia la zona
isquémica se registra un descenso del segmento ST (Laso, 2010).
1072
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Posteriormente en la despolarización, al colocar un electrodo positivo en el
lugar del infarto se registra siempre un primer vector del complejo QRS que se aleja
de la zona necrosada, ese vector que se aleja da origen a una onda Q patológica, de
duración mayor a 0,04 s, y una amplitud mayor a 0,2 mV, la cual se verá dependiendo
del lugar donde sea el infarto.
Por ejemplo, si el infarto es en la cara lateral del ventrículo izquierdo en las
derivadas laterales izquierdas aVL y DI, si es en la cara anterolateral en las derivadas
anterolaterales será en V2, V3, V4, V5 y V6; si es en la región apical se verá en las
derivadas apicales DI, DII y aVF; si el infarto es en la cara diafragmática o inferior
se verá en las derivadas inferiores DII, aVF y DIII, si es en la cara anterior se verá en
las derivadas precordiales anteriores V2, V3 y V4; si es anteroseptal en las
derivaciones anteroseptales V1, V2, V3 y V4; y si es en el septo se verá en la derivación
V1.
Al ser eléctricamente muda la zona de necrosis transmural del ventrículo
izquierdo, el electrodo explorador recoge fundamentalmente vectores que se alejan de
él, lo que determina una deflexión negativa en el ECG, que es la onda Q. Alrededor de
la zona necrosada existe una zona isquémica transmural, que no produce necrosis, y
es la determinante de nuevos flujos de corriente de lesión, cuyo vector se dirige al
epicardio, produciendo un ascenso del ST. La inversión de la onda T correspondería a
1074
otra zona de tejido miocárdico isquémico localizado por fuera de la anterior, en la cual
la corriente de repolarización discurre en un sentido contrario al normal.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
Por lo tanto, las etapas del IM se correlacionan con los cambios
electrocardiográficos según se observa a continuación:
IMCEST. Elevación del segmento ST en las derivaciones DII, DIII y aVF (flechas).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
A diferencia de la angina inestable, el IAMCEST implica el daño directo al
tejido, es decir, muerte de las células miocárdicas debido a isquemia prolongada,
fenómeno llamado necrosis miocárdica (el infarto del miocardio sin elevación del
segmento ST también provoca la muerte celular, pero en mucho menor grado y con un
efecto menor sobre la función de bomba del corazón).
La muerte celular histológica no es inmediata, sino que tarda algún tiempo en
producirse, apenas 20 minutos o menos en algunos modelos animales. Pasan varias
horas antes de que se pueda identificar necrosis miocárdica mediante examen
macroscópico o microscópico post-mortem.
La necrosis completa de las células miocárdicas en riesgo requiere dos a cuatro
horas o más, según sea que haya circulación colateral a la zona isquémica (arterias
adicionales que “salvan” al tejido afectado), que la oclusión arterial de la coronaria sea
persistente o intermitente, que haya sensibilidad de los miocitos a la isquemia, que
exista acondicionamiento previo (células que se han expuesto a procesos isquémicos
previos y se han logrado “adaptar”) y que haya demanda individual de oxígeno y
nutrientes.
Por lo expuesto, la medición de biomarcadores es fundamental en el diagnóstico
y en el abordaje de todo paciente con sospecha de SCA. Si la presentación clínica es
compatible con infarto de miocardio, la elevación de Tn > P99 de individuos sanos 1076
establece el diagnóstico de IAM. La Tn es un marcador más sensible y específico de
lesión al miocardio que la CK, la CK-MB y la mioglobina.
Los niveles de Tn ultrasensibles suelen elevarse rápidamente a la hora del
inicio de los síntomas y mantenerse elevados durante varios días. Una medición
negativa de esta en el momento del ingreso del paciente confiere un valor predictivo
negativo > 99%, pero cuanto más alto sea el nivel mayor será la posibilidad de IM.
Una elevación cinco veces mayor sobre el límite superior de referencia tiene un alto
valor predictivo positivo (> 90%) para IM tipo I (Martínez y Azar, 2019).
La Tn ultrasensible acelera el tratamiento temprano de pacientes que
presentan sospecha de infarto, así como permite la externación rápida y segura de
aquellos con baja probabilidad y valores bajos de Tn. Sin embargo, muchos factores,
además de la isquemia miocárdica aguda, pueden causar lesiones de cardiomiocitos y,
por lo tanto, elevar el marcador, por ello es necesario una correcta evaluación en el
contexto del paciente (Costabel, 2019).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
1077
Ilustración de la cinética temprana de las troponinas cardiacas en pacientes con daño
miocárdico agudo (Torres et al., 2021).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
graves. La baja del GC también estimula el sistema simpático, lo que produce, por un
lado, taquicardia, y, por otro, vasoconstricción periférica manifiesta clínicamente por
piel fría y sudorosa.
La hipoperfusión tisular contribuye a la activación del sistema RAA, que genera
vasoconstricción por la Ang II, incremento en la reabsorción de sodio a nivel tubular
renal por la aldosterona y agua por la ADH, con la consecuente disminución del
volumen urinario y retención de urea y creatinina.
Esta patología requiere atención y vigilancia hospitalaria pues es una urgencia,
preferentemente en una unidad coronaria para monitoreo hemodinámico, con reposo
completo en cama, oxígeno suplementario y dieta líquida en las primeras horas.
Para el control del dolor se indican inicialmente nitroglicerina sublingual, con
opiáceos intravenosos o con ambos tipos de fármacos. La nitroglicerina administrada
en infusión intravenosa puede ser útil para tratar el dolor y contribuir a reducir la
poscarga y la congestión del circuito menor.
Destaca el tratamiento trombolítico coronario, que es de especial interés
cuando se ofrece en periodos tempranos al evento agudo (dentro de las 6 horas desde
1078
el comienzo del dolor), mediante el uso de Estreptocinasa o rt-PA (Anderson y
Morrow, 2017).
El ácido acetilsalicílico y el clopidogrel se recomiendan después de la
trombólisis, así como la anticoagulación durante un tiempo variable, si fuese
necesario.
2 Metformina: es un normoglucemiante oral del grupo de las biguanidas, utilizado para el tratamiento de la diabetes mellitus
no dependiente de la insulina en pacientes cuya hiperglicemia no puede ser controlada solo con dieta, ejercicio o reducción de
peso.
3 Glibenclamida: es un hipoglucemiante oral derivado de la sulfonilurea. Promueve la secreción de insulina por parte de las
células beta del páncreas mediante un mecanismo aún no definido. Disminuye la glucogenólisis y la gluconeogénesis hepática.
Al parecer aumenta la sensibilidad a la insulina de los tejidos extrapancreáticos.
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
bezafibrato4 200 mg al día y ácido acetilsalicílico 150 mg por día. Veinticinco días
antes del ingreso actual, su angina estable progreso a angina inestable, con
ortopnea. Antecedentes heredo-familiares de Diabetes Mellitus por línea materna y
por línea paterna un tío fallecido por infarto de miocardio. Acostumbra una dieta
mal balanceada, abundante en carbohidratos y grasas, tabaquismo de 50 años
suspendido hace 1 año. Alcoholismo de 42 años, suspendido hace 5.
Examen físico: Peso de 95 kg y Talla de165 cm. FC: 85 lpm, FR: 28 rpm, TA: 100/60
mmHg. T: 36,5°. A la exploración se encuentra despierto, angustiado, con mucosa
oral seca, ingurgitación yugular II/IV, campos pulmonares con estertores
crepitantes de predominio basal. En área cardiaca no se palpa choque de la punta,
con disminución de ruidos cardiacos y la impresión de la presencia de un soplo
eyectivo en el foco aórtico que se irradia hacia el hemicuello derecho.
Estudios: Hb: 13,2 g/dL. Htc: 40%. Leucocitos: 9.600/mm3. Tiempo de protrombina:
91% con RIN: 0,92. Glucemia: 355 mg/dL. Urea: 76 mg/dL. Creatinina: 1,2 mg/dL.
GOT: 85 UI/l. CK: 911 UI/l. CK-MB: 58,6 UI/l. LDH: 1173 UI/l.
El estudio electrocardiográfico muestra en las derivaciones II, III y aVF una
elevación franca del segmente S-T, un infradesnivel en V1, V2 y V3. Añadiendo una
pequeña onda q en II, III y aVF. Ritmo: Sinusal con 62 lpm. ȂqRs de 60°. QT 1079
medido: 42 s. QTc: 44,5 s.
Diagnóstico: infarto agudo de miocardio.
Puntos de reflexión
4 Bezafibrato: pertenecer al grupo de los fibratos y reduce fundamentalmente los niveles plasmáticos de triglicéridos y de
lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL).
Fernández, V. H.
Capítulo 22 Fisiología cardiovascular
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Bases fisiopatológicas de las cardiopatías. 6ª edición. (6; pp. 134-161). Wolters Kluwer.
Fernández, V. H.
SECCIÓN IV
Fisiología de la respiración
Capítulo 23
Fundamentos fisiológicos de la
ventilación pulmonar
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe el papel del sistema respiratorio en la homeostasis del organismo.
2. Enumera los músculos inspiratorios y espiratorios, y describe su función en la
ventilación normal.
3. Define el concepto de presión pleural y señalar las fuerzas que generan su valor
negativo .
4. Define el concepto distensibilidad (pulmón, caja torácica y pulmón-caja torácica) y
señala ejemplos de situaciones fisiológicas y patológicas en las que la
“distensibilidad” sea mayor o menor de lo normal.
5. Describe las propiedades elásticas del pulmón y tórax, y el efecto de la retracción
elástica en la mecánica ventilatoria.
6. Describe el papel de la tensión superficial como factor de resistencia respiratoria y
su efecto sobre la “distensibilidad” pulmonar.
7. Describe la composición del surfactante pulmonar y sus efectos sobre la tensión
superficial a lo largo del ciclo respiratorio.
8. Deduce los efectos de la falta de surfactante pulmonar sobre la función respiratoria
en relación con la edad del individuo.
9. Describe el concepto de atelectasia y la importancia de la falta de surfactante
pulmonar en su desarrollo.
10. Enumera las resistencias no elásticas (de vía aérea) del sistema pulmonar.
11. Describe el efecto de las resistencias aéreas sobre la distensibilidad pulmonar.
12. Define volúmenes y capacidades pulmonares así como las pruebas que se realizan
mediante espirometría simple y espirometría forzada con sus correspondientes
valores.
13. Define los conceptos de ventilación pulmonar y ventilación alveolar.
14. Define los conceptos de espacio muerto anatómico, fisiológico y explica sus
relaciones con la ventilación alveolar.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
1 Tidal: (del inglés, marea u oleada) se refiere al volumen de aire que se moviliza por los pulmones en ondas u oleadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Otras de las importantes funciones fisiológicas del sistema respiratorio tienen
que ver con el metabolismo, puesto que forma parte del SRAA y extrae sustancias
como la serotonina de la sangre.
También funciona como un filtro para los émbolos (trombos circulantes,
aunque pueden ser de otros materiales) que se forman en el sistema venoso antes de
que puedan producir daños en la circulación arterial de tejidos como el cerebro o el
corazón.
La fisiología de la respiración es un intrincado proceso por lo que para su
estudio se lo suele dividir en:
1. Ventilación. Que implica el estudio de los procesos de movilización del aire
entre el organismo y la atmósfera, con la consecuente distribución dentro del
árbol traqueobronquial hasta los alvéolos.
2. Hematosis. Procesos implicados en el intercambio gaseoso por la membrana
alvéolo-capilar para que el O2 alcance la sangre en la circulación pulmonar y el
CO2 pueda ser eliminado al aire alveolar en un proceso inverso, para ser
expelido en la espiración.
3. Circulación sanguínea-pulmonar. Irrigación funcional y nutricia del
aparato respiratorio.
4. Transporte de gases en la sangre. Estudia los procesos que permiten la 1083
movilización del oxígeno y del dióxido de carbono en el sistema circulatorio.
5. Control de la ventilación alveolar. Implica procesos de regulación
neuromuscular y química de la ventilación para mantener un adecuado aporte
de O2 a los tejidos y una correcta eliminación del CO2.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
mucosa. Los huesos que participan en el armazón son los huesos frontales, nasales y
el maxilar. La estructura cartilaginosa consiste en cartílago septal o del tabique nasal
que forma la porción anterior del tabique nasal, los cartílagos nasales laterales
inferiores respecto a los huesos nasales y los cartílagos alares, parte de las paredes de
las fosas nasales.
Las fosas nasales forman la parte inicial del aparato respiratorio en la cual el
aire se “purifica” de partículas de gran tamaño y se calienta a la vez que se humidifica
antes de alcanzar los alvéolos. La porción anterior se denomina vestíbulo, cubierto de
piel con vello nasal grueso que “filtra” el aire de polvo. Un tabique nasal divide la
cavidad en lados derecho e izquierdo. Las paredes de la cavidad junto con el septo y
los tres cornetes, están tapizadas por mucosa que poseen un epitelio ciliado en el cual
se sedimentan las partículas y gracias al movimiento de éstos en dirección a las
coanas, el polvo es expelido. Además, la membrana contiene glándulas mucosas, cuya
secreción envuelve las partículas de polvo facilitando su expulsión y humedecimiento
del aire.
El tejido submucoso posee abundante irrigación venosa, los cuales en el cornete
inferior y en el borde inferior del cornete medio constituyen plexos que tienen la
función de calentar el aire y regular la cantidad que entra por la nariz. Esta zona se
conoce como “zona respiratoria”.
1084
En la parte superior de la cavidad nasal, a nivel del cornete superior en la
lámina cribosa, se encuentra el órgano del olfato (región olfatoria), terminaciones
nerviosas periféricas del nervio olfatorio (par craneal I) que son células olfatorias
o receptores sensoriales. Además del nervio olfatorio, la nariz se encuentra inervada
por fibras sensitivas del nervio trigémino (par craneal V).
Los senos paranasales son oquedades aéreas que se encuentran en pares,
pero rara vez simétricos, que se encuentran en los huesos frontales, esfenoides,
etmoides y maxilar superior y que comunican con las fosas nasales. Estas cavidades
son estructuras que influyen en la respiración, la fonación, el calentamiento y la
olfación. Producen moco adicional para las fosas nasales. El drenaje de los senos
maxilares y frontales se lleva a cabo en el meato medio.
El seno etmoidal se abre al meato superior y al meato medio, y el seno
esfenoidal drena en el meato superior. Además de proporcionar resonancia durante la
vocalización, aligeran el peso del cráneo. Solo los senos maxilares y frontales son
directamente accesibles a la exploración ya que el seno etmoidal se encuentra detrás
de los senos frontales y el seno esfenoidal esta por detrás del etmoidal.
La faringe, o garganta, es un tubo musculoso esquelético de unos 13 cm de
largo, situado en el cuello. Está revestido de membrana mucosa y conecta la nariz
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
(fosas nasales internas) y la boca con la tráquea y el esófago, extendiéndose hasta el
cartílago cricoides. Por la faringe pasan tanto el aire como los alimentos, por lo que
forma parte del aparato digestivo y del aparato respiratorio. Se extendida desde la
base externa del cráneo hasta la 6ª o 7ª vértebra cervical, ubicadas delante de la
columna vertebral y está dividida en 3 partes:
1. Porción nasal o rinofaringe. Se encuentra por detrás de la cavidad nasal
extendiéndose hasta el paladar blando. Las dos fosas nasales desembocan en
esta zona, que también se conecta con las trompas de Eustaquio con el cual
intercambia algo de aire para equilibrar las presiones aéreas entre la faringe y
el oído medio; y desemboca finalmente en la orofaringe. Funcionalmente, es
respiratorio y, a diferencia de las otras porciones, sus paredes no se deprimen
ya que son inmóviles. La pared anterior está ocupada por las coanas y está
tapizada por una membrana mucosa con epitelio cilíndrico pseudoestratificado
ciliado, abundante en estructuras linfáticas que sirve de mecanismo de defensa
contra la infección.
2. Porción oral u orofaringe. Es la parte media de la faringe con función mixta,
ya que en ella se cruzan las vías respiratorias y digestivas. Se encuentra detrás
de la cavidad bucal extendiéndose desde el paladar blando en dirección inferior
hasta el nivel del hueso hioides. Posee el istmo de las fauces que es el paso
desde la boca. Debido a que puede sufrir abrasiones por el pasaje de alimentos, 1085
esta zona posee un revestimiento epitelial plano estratificado no queratinizado.
En esta zona se encuentran las amígdalas palatinas y linguales. Puede ser
ocluida por la lengua o secreciones, provocando asfixia.
3. Porción laríngea o laringofaringe (hipofaringe). Segmento inferior de la
faringe, situado por detrás de la laringe, extendiéndose desde la entrada a esta
última (desde el hueso hioides) hasta la entrada al esófago. Excepto durante la
deglución, las paredes anterior y posterior de este segmento, están en contacto
una con otra, separándose únicamente para el paso de los alimentos. También
se encuentra revestida por epitelio pavimentoso estratificado no queratinizado.
4. La laringe es un órgano impar situado en la región del cuello a nivel de las 4°,
5° y 6° vértebras cervicales. Por detrás de la laringe se encuentra la faringe,
con la que se comunica directamente a través del orificio de entrada en la
laringe y por debajo continúa con la tráquea. Está formada por el hueso hioides
y por los cartílagos tiroides, cricoides, aritenoides, el corniculado, cuneiforme y
la epiglotis y por cuatro pares laterales, todos ellos articulados, revestidos de
mucosa y movidos por músculos. En el momento de la deglución o el reflejo
nauseoso, la comunicación es interrumpida por una lámina cartilaginosa
llamada epiglotis, cartílago elástico grande con forma de hoja, que impide que
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
los alimentos o la saliva pase a la tráquea provocando una broncoaspiración
al igual que el vómito. La contracción de los músculos aductores, cierran la
glotis. Al tragar, la faringe y la laringe ascienden, haciendo que la epiglotis se
mueva hacia abajo y cubra la glotis como si fuera una tapa. La laringe es la
parte superior de la tráquea, adaptada a las necesidades de la fonación o
emisión de la voz, ya que contiene las cuerdas vocales superiores o falsas
(también llamado pliegue vestibular) e inferiores o verdaderas (también
llamado pliegue vocal), separadas por el ventrículo laríngeo. Los músculos
abductores de la laringe se contraen al inicio de la inspiración, separan las
cuerdas vocales y abren la glotis. La mucosa que recubre la laringe es muy
sensible a la estimulación por partículas extrañas. Dos ramas del par craneal
X inervan la laringe, el nervio laríngeo recurrente que proporciona casi toda
la inervación motora y el nervio laríngeo superior que proporciona otra
parte motora y toda la inervación sensitiva. La estimulación de este último
desencadena el reflejo de la tos.
Las vías aéreas inferiores están formadas por una serie de ramas que le dan
el aspecto de árbol. Empiezan con la tráquea y sigue con los bronquios principales, los
bronquios segmentarios, los bronquíolos terminales y las unidades de intercambios
gaseoso.
1086
La tráquea es la prolongación de la laringe que se inicia a nivel del borde
inferior de la 7ª vértebra cervical. Está situada en la línea media en el cuello y dentro
del tórax, siendo ligeramente desviada a la derecha por el arco aórtico. Su diámetro
es de 17 a 30 mm (media de 25 mm) en adultos con una longitud de 10 a 12 cm y
termina a nivel del borde superior de la 5ª vértebra torácica, donde se bifurca, en el
mediastino, en los dos bronquios.
Más de un tercio de la tráquea se encuentra en el cuello mientras que el resto
es intratorácico. Posee una capa mucosa, submucosa, cartilaginosa hialínica y
adventicia. Consta de 16 a 20 anillos cartilaginosos incompletos (cartílagos
traqueales) unidos entre sí por un ligamento fibroso (ligamentos anulares).
La pared membranosa posterior de la tráquea es aplanada y contiene fascículos
de tejido muscular liso de dirección transversal (músculo traqueal) y longitudinal que
aseguran los movimientos activos de la tráquea durante la respiración, tos, etc., y
permite la expansión del esófago durante la deglución.
La mucosa está tapizada por un epitelio cilíndrico ciliado pseudoestratificadas
(excepto en los pliegues vocales y región de la cara posterior de la epiglotis), que se
encuentran sobre un epitelio columnar y, mediante sus movimientos constantes, hace
ascender y expulsar las secreciones o cuerpos extraños, a una velocidad de 10 a 20
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
mm por minuto, que puedan penetrar en las vías aéreas. El movimiento ciliar es capaz
de movilizar grandes cantidades de material, pero no lo puede realizar sin una
cubierta de mucus, la cual es producida y secretada por células caliciformes que se
encuentran sobre un epitelio columnar. Si la secreción de mucus es insuficiente por el
uso de atropina o el paciente respira aire seco, el movimiento ciliar se detiene.
Un pH menor a 6,4 o mayor a 8,0 lo suprime. La cubierta de moco espeso atrapa
partículas de unos 2 a 10 µm de diámetro. La adventicia posee tejido conectivo que
une la tráquea a los tejidos circundantes.
Bronquios. A nivel de la 4ª o 5ª vértebra torácica, la tráquea se divide en los
bronquios principales derecho e izquierdo. El lugar de la división se denomina
bifurcación traqueal en cuya parte interna presenta una saliente semilunar hacia la
tráquea denominada carina.
Los bronquios se dirigen asimétricamente hacia los lados, el bronquio derecho
es más corto y tiene unos 5 cm menos que el izquierdo, pero es más ancho y se aleja
de la tráquea casi en ángulo obtuso, mientras que el bronquio izquierdo es más largo,
siendo más estrecho y más horizontal. Esta disposición de los bronquios principales
explica que los cuerpos extraños, tubos endotraqueales y sondas de aspiración tiendan
a ubicarse (por descuido) más frecuentemente en el bronquio principal derecho.
En los niños menores de 3 años el ángulo que forman los dos bronquios 1087
principales en la Carina, es igual en ambos lados. El número de cartílagos del
bronquio derecho es de 6 a 8 y el bronquio izquierdo de 9 a 12. Al llegar los bronquios
a los pulmones, penetran en ellos por el hilio pulmonar, acompañado de vasos
sanguíneos, linfáticos y nervios, iniciando su ramificación.
Bronquíolos. El bronquio derecho se divide en las ramas superior, media e
inferior, mientras que el izquierdo se divide en las ramas superior e inferior.
Asimismo, en el interior de los pulmones cada una de estas ramas se divide en
bronquios de menos calibre, dando lugar a los bronquíolos, que se subdividen
progresivamente en bronquíolos de 1er, 2° y 3° orden, finalizando en bronquiolos
terminales, bronquiolos respiratorios, conducto alveolar, sacos alveolares y atrios.
A medida que se produce la ramificación de los bronquios, va cambiando la
estructura de sus paredes. Las primeras 11 generaciones tienen cartílagos como
soporte principal de su pared, mientras que las generaciones siguientes no, pues en
su lugar, poseen anillos concéntricos de músculo liso con dos grupos de fibras
musculares. Las paredes internas están recubiertas por mucosa.
Los bronquíolos terminales (hasta la división 16) poseen un recubrimiento
epitelial ciliado y contiene células de Clara, que poseen la función de secretar
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
proteínas que evitan el colapso de los bronquíolos carentes de estructuras
cartilaginosas por el pasaje del aire. No existen células glandulares en el epitelio de
los bronquíolos y bronquíolos terminales.
1088
Transición celular desde la zona conductora hasta el alveolo (Barrett et al., 2019).
Las transiciones epiteliales van de la capa pseudoestratificada con glándulas submucosas, pasan por
el epitelio cuboide y llegan hasta el epitelio plano escamoso. También se producen cambios con la
transición en el tejido mesenquimatoso basal y la estructura capilar.
Por su parte, las paredes de los bronquios y los bronquíolos están inervados por
el SNA. Poseen abundantes receptores muscarínicos por lo cual, las descargas
colinérgicas producen broncoconstricción. En el epitelio bronquial y el músculo liso
existen receptores β2-adrenérgicos que producen, una vez activados, broncodilatación
y aumento de la secreción bronquial, mientras que los receptores α 1 inhiben la
secreción. También existe inervación no adrenérgica-no colinérgica en los bronquíolos
que produce broncodilatación mediante el péptido intestinal vasoactivo (VIP).
Las primeras 16 ramificaciones de vías aéreas, la zona de conducción, no
contienen alvéolos y, así, son anatómicamente incapaces de tener intercambio de
gases con la sangre venosa, de manera que, constituyen el espacio muerto
anatómico (VEM). Los alvéolos empiezan a aparecer en las generaciones o
ramificaciones 17 a 19, en los bronquiolos respiratorios, que constituyen la zona de
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
transición. Las generaciones 20 y 22 están revestidas con alvéolos, estos conductos
alveolares y los sacos alveolares (generación 23), que terminan el árbol
traqueobronquial, se denominan la zona respiratoria.
Los pulmones se encuentran rodeados por la pleura. El espacio que queda
entre ambos recesos pleurales, se denomina mediastino, ocupado por órganos
importantes como el corazón, el timo y los grandes vasos. El diafragma es un músculo
que separa a los pulmones de los órganos abdominales.
Cada pulmón tiene forma de un semicono irregular con una base dirigida hacia
abajo y un ápice o vértice redondeado que por delante rebasa en 3 o 4 cm el nivel de
la 1ª costilla o en 2 o 3 cm el nivel de la clavícula, alcanzando por detrás el nivel de la
7ª vértebra cervical. En el ápice de los pulmones se observa un pequeño surco (surco
subclavicular), como resultado de la presión de la arteria subclavia que pasa por ese
lugar. En el pulmón se distinguen la cara diafragmática, cara costal y cara media
donde se encuentra el hilio del pulmón a través del cual penetra los bronquios, la
arteria pulmonar y los nervios, y salen de ella las venas pulmonares y los vasos
linfáticos, constituyendo en su conjunto la raíz del pulmón.
El pulmón derecho es más ancho que el izquierdo, pero un poco más corto y el
pulmón izquierdo, en la porción inferior del borde anterior, presenta la incisura
cardiaca. El pulmón derecho posee tres lóbulos (superior, medio e inferior) y el 1089
izquierdo tiene dos (superior e inferior). En conjunto, ambos pulmones contienen unos
35.000 bronquiolos terminales que se dividen, a su vez, en lobulillos respiratorios
(bronquios segmentarios y ácinos respiratorios).
El ácino respiratorio es la unidad más pequeña que los lobulillos formada
por un bronquíolo terminal, dos bronquíolos respiratorios, cuatro conductos
alveolares, ocho sacos alveolares y los alvéolos correspondientes. Cada ácino posee
una red de arterias y venas pulmonares. Una capa unicelular, plana epitelial, recubre
la superficie del ácino denominada alveolocitos o neumocitos tipo I, con grandes
extensiones citoplasmáticas. Los alvéolos constituyen la unidad terminal de la vía
aérea y su función fundamental es el intercambio gaseoso (Hematosis). Tienen forma
redondeada y su diámetro varía en la profundidad de la respiración. Los sacos
alveolares están formados por una membrana epitelial que contiene alveolocitos o
neumocitos tipo II que sintetizan y secretan sustancia surfactante.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
1090
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
(llamadas cuerpos lamelares) en el aparato de Golgi, que después son secretados a la
luz alveolar por medio de exocitosis. Una vez en el medio extracelular, interactúan
con las proteínas SP-A, sintetizadas por separado, y con el calcio para formar la
película monocapa, conocida como mielina tubular. Esta monocapa reduce la tensión
superficial del alvéolo.
La capa forma Grandes Agregados (GA) que son funcionales y, por medio de
la acción de enzimas como proteasas y convertasas, se convierten en Pequeños
Agregados (PA), que son menos funcionales. Con el aparato respiratorio en
movimiento, los PA forman pequeñas vesículas, las cuales son reabsorbidas por las
células tipo II o eliminadas por fagocitosis de los macrófagos.
Existen otras células como los macrófagos alveolares pulmonares (MAP),
linfocitos, células plasmáticas, células APUD y mastocitos, que contienen heparina,
varios lípidos, histamina, y diversas proteasas que participan en las reacciones
alérgicas.
1091
Los cuerpos laminares (LB) se forman en las células del epitelio alveolar de tipo II y son secretados por
exocitosis al líquido que reviste los alveolos. El material liberado del cuerpo laminar es transformado
en mielina tubular (TM), y esta última es el punto de origen de la capa superficial de fosfolípidos (SF).
El agente tensioactivo es captado por endocitosis por los macrófagos alveolares y las células epiteliales
de tipo II. N, núcleo; RER, retículo endoplásmico rugoso; CB, cuerpo compuesto.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Los alvéolos se comunican entre sí por intermedio de aberturas de 10 a 15 µm
de diámetro en la pared alveolar que recibe el nombre de “poros de Kohn” y permiten
una buena distribución de los gases entre los alvéolos, así como prevenir su colapso
por oclusión de la vía aérea pulmonar. Los pulmones de un adulto contienen
aproximadamente entre 200 y 600 millones de alvéolos.
Cada kilogramo de peso corporal requiere aproximadamente de 1 m2 de
superficie pulmonar para satisfacer las necesidades metabólicas del organismo. En
un adulto medio (1,70 m y 70 kg) implica una superficie pulmonar equivalente al
tamaño de una cancha de tenis (unos 70 a 75 m2).
Existen otras comunicaciones tubulares entre los bronquiolos distales y sus
alvéolos vecinos como los canales de Lambert. Su papel en la ventilación colateral
es importante tanto en la salud como en la enfermedad.
También existen diferentes características anatómicas de los pulmones que
deben ser recordadas:
✓ El vértice pulmonar derecho se encuentra más alto que el izquierdo, al
encontrarse el hígado debajo del pulmón derecho.
✓ En el lado derecho la arteria subclavia se encuentra por delante del vértice,
mientras que en el izquierdo su porción es más medial.
✓ El pulmón derecho es más corto y ancho que el izquierdo. 1092
✓ El parénquima pulmonar carece de inervación sensitiva, por lo que muchos
procesos pulmonares resultan silentes.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La secuencia de la tos comprende un cierto estímulo que inicia una inspiración
profunda. Esto se sigue del cierre de la glotis, relajación diafragmática y una
contracción muscular frente a la glotis cerrada de forma que se produce el máximo de
presión positiva dentro del tórax y de las vías respiratorias. Estas presiones positivas
intratorácica dan lugar a un estrechamiento de la tráquea a través de un pliegue de
la membrana posterior, más elástica.
Una vez que se abre la glotis, la combinación de una gran diferencia de
presiones entre las vías respiratorias y la atmósfera junto con este estrechamiento
traqueal produce flujos a través de la tráquea con velocidades que se aproximan a la
del sonido. Las fuerzas de cizallamiento que se desarrollan cooperan en la expulsión
del moco y cuerpos extraños.
La traqueostomía corta el circuito y los tubos endotraqueales impiden el
cierre de la glotis. Por tanto, ambos disminuyen la eficacia del mecanismo de la tos.
Los receptores de la tos se encuentran ampliamente ubicados en la vía aérea
baja: laringe, tráquea y su bifurcación y en bronquios, así como también en nariz,
senos paranasales, conducto auditivo, pleura, pericardio, diafragma y estómago.
En la vía aérea pueden actuar estímulos irritativos (cuerpos extraños, gases
irritantes y polvo), estímulos inflamatorios, que son la causa más importante de tos
en los niños (faringitis, laringitis, traqueítis y bronquitis), estímulos mecánicos 1093
(neoplasias benignas y malignas, compresión extrínseca, causada por tumores,
ganglios, aneurismas) y, finalmente, puede ser desencadenada por causas
obstructivas (hiperreactividad bronquial y el asma).
Entre los estímulos no pulmonares que pueden desencadenar la tos se
encuentran la irritación de pleura, diafragma y pericardio, la distensión abdominal,
la irritación del conducto auditivo externo, la presencia de sinusitis y descarga
postnasal y el reflujo gastroesofágico, cuando es importante.
Entre las causas centrales se encuentra la tos psicogénica, que se produce por
ansiedad o por hábito, y los tumores del SNC que se ubican en la zona del centro de
la tos.
Según su duración, la tos se clasifica en tos aguda (tiene menos de tres
semanas de evolución), y tos crónica o recurrente (dura más de tres semanas o se
repite cada quince o treinta días).
Otra clasificación establece que se trata de tos aguda si dura menos de dos
semanas, de tos subaguda, si dura entre dos a cuatro semanas, y de tos crónica o
persistente, si dura más de cuatro semanas (Urbina, 2004).
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Si la producción de surfactante es insuficiente o inexistente, como ocurre en
la enfermedad de la membrana hialina (EMH) y en el síndrome del distrés
respiratorio del adulto, los alvéolos tienden al colapso ya que no pueden
insuflarse.
En el síndrome de insuficiencia respiratoria infantil (enfermedad de membrana
hialina o SIRI), se produce en los neonatos que no han podido desarrollar factor
surfactante funcional, generándose zonas de colapso alveolar, denominado
atelectasia.
Un factor adicional en este trastorno es la producción de edema pulmonar
debido a que en el recién nacido los canales epiteliales de sodio (ENaCs) no funcionan
bien y no pueden absorber el Na+ y, por ende, el agua.
La terapia con surfactante exógeno es ampliamente usada en el manejo de la
EMH, en recién nacidos prematuros que requieren asistencia ventilatoria o en
aquellos trastornos que suelen tener disfunción e inactivación del surfactante
endógeno o déficit en la composición del disponible.
La producción del surfactante puede alterarse por daño de las células alveolares
tipo II por agentes lesivos. Las proteínas del plasma, los eritrocitos o el meconio
pueden inhibir las propiedades y la producción del agente tensioactivo.
1094
Los productos de la inflamación, como citocinas y otros mediadores, así como
proteasas y especies de oxígeno reactivo, pueden interferir con la función del agente
tensioactivo y el procesamiento de la sustancia en los alvéolos.
Los glucocorticoides estimulan la síntesis de sustancia surfactante lo cual
puede ser de importancia para prevenir, por ejemplo, una posible membrana hialina.
Los pulmones poseen abundantes receptores para los glucocorticoides.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
denominada pleura, que forma una capa protectora serosa, brillante y lisa en forma
de saco cerrado que envuelve a los pulmones.
1095
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La pleura visceral carece de inervación sensitiva, pero posee inervación
autonómica, mientras que la parietal si posee inervación sensitiva por ramas de los
nervios intercostales, esto hace que los procesos que afectan a la pleura parietal sean
extremadamente dolorosos con un dolor característico denominado pleurítico.
La pleura diafragmática esta inervada por el nervio frénico, lo que explica
que su irritación se pueda manifestar por un dolor referido al hombro.
Por su parte, la caja torácica está formada por la columna vertebral torácica,
la cintura escapular, las costillas y el esternón. Según la disposición de éstas, que es
controlada por los músculos, se modifica la capacidad torácica, variando los diámetros
anteroposterior y lateral de la caja. También contribuye a ello el estado de contracción
del diafragma, estructura muscular que separa el tórax y el abdomen.
En el ser humano existen 12 pares de costillas, ligadas articularmente a la
columna vertebral torácica. Los siete pares anteriores se unen por su parte anterior
directamente al esternón, en tanto que de la 8 a la 10 de ambos lados se unen a sus
ápices cartilaginosos entre sí antes de unirse al esternón, y la 11 y la 12 terminan
libremente.
En la inspiración, el ensanchamiento torácico tiene lugar predominantemente
hacia adelante en la parte superior del tórax, y más en sentido lateral en la región
inferior. 1097
1098
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
aéreas y los vasos pulmonares. Las fibras posganglionares originadas en los ganglios
completan la red mediante la inervación del músculo liso, los vasos y las células
epiteliales bronquiales (incluidas las células caliciformes y submucosas).
Las localizaciones anatómicas del SNPS potencian determinadas respuestas
orgánicas específicas sin influir sobre otros órganos. Las fibras preganglionares y
posganglionares contienen motoneuronas excitadoras (colinérgicas) e inhibidoras
(noradrenérgicas). La ACh y la sustancia P son neurotransmisores de las
motoneuronas excitadoras, mientras que la dinorfina y el VIP son neurotransmisores
de las motoneuronas inhibidoras.
La estimulación parasimpática a través del nervio vago es responsable del
ligero tono de constricción del músculo liso en el pulmón en reposo normal. Las fibras
parasimpáticas también inervan las glándulas bronquiales, y su estimulación
aumenta la síntesis de las glucoproteínas del moco, lo que aumenta su viscosidad.
La inervación parasimpática es más intensa en las vías aéreas de mayor
calibre, y disminuye hacia las vías de conducción de menor calibre periféricas.
Aunque la respuesta del sistema nervioso parasimpático es muy específica y
local, la respuesta del sistema simpático suele ser más general. Se encuentra una
densa inervación de las glándulas mucosas y los vasos por el sistema nervioso
simpático, que no inerva a los músculos lisos. 1099
El diafragma posee una porción costal formada por fibras musculares que se
insertan en las costillas alrededor de la parte inferior de la caja torácica. La porción
crural posee fibras musculares que se insertan en los ligamentos a lo largo de las
vértebras y el tendón central en la cual se insertan las fibras crurales y costales. El
tendón central también forma parte del pericardio en la zona inferior. Las fibras
crurales pasan a ambos lados del esófago y al contraerse pueden comprimir a esta
estructura del aparato digestivo.
Es de destacarse que, debido a que las porciones crural y costal están inervadas
por distintas porciones del nervio frénico, pueden contraerse independientemente una
de la otra, lo cual se observa durante el vómito, por ejemplo, en el cual se contraen las
porciones costales aumentando la presión intraabdominal, mientras que la porción de
las fibras crurales no se contrae, permitiendo de esta manera el pasaje del contenido
gástrico hacia el esófago que será expelido en el vómito.
El desplazamiento del diafragma que arrastra a los pulmones y la caja torácica
en conjunto, se debe a que virtualmente estas estructuras se encuentran soldadas
mediante las pleuras debido a las fuerzas de cohesión del líquido intrapleural que
evita que estas se separen. Esto permite que una se desplace sobre la otra, pero sin
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
separarse. Sin embargo, la cavidad torácica posee una tendencia a expandirse
tomando una forma en tonel, mientras los pulmones tienen una tendencia a
colapsarse, lo cual ocurriría si existe separación de las pleuras parietal y visceral.
Durante el reposo ventilatorio, la fuerza elástica de los pulmones y la
presión intrapleural (Pip) son iguales y opuestas por lo que su sumatoria es cero,
lo cual da lugar a que la presión intraalveolar (Palv) o presión intrapulmonar
sea también cero (considerando a la presión atmosférica o barométrica como cero -
Patm-) por lo cual no se moviliza aire. Esto es, si la Patm corresponde a 760 mmHg,
la presión dentro de los pulmones también es de 760 mmHg, mientras que la Pip es
de unos 756 mmHg (que es lo mismo decir que Patm = 0 mmHg, Palv = 0 mmHg y Pip
= −2 a −4 mmHg).
Al iniciarse la inspiración, la Pip es de unos 756 mmHg (unos −4 mmHg que
son presiones subatmosféricas) y, a medida que la caja torácica se expande, la Pip se
hace cada vez más negativa hasta que, al final de la inspiración, se estabiliza en unos
754 mmHg (unos −6 mmHg), superando así las fuerzas elásticas y permitiendo la
entrada de aire a los pulmones.
Al mismo tiempo, la Palv posee una presión de 759 mmHg (aproximadamente
−1 mmHg) favoreciendo el ingreso de aire a los alvéolos.
1102
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Durante la espiración pasiva, al terminar la expansión del tórax en la
inspiración, las fuerzas elásticas predominan haciendo que los pulmones expulsen el
aire contenido y la Pip vuelva a su valor de reposo. Asimismo, en los alvéolos la presión
llega a unos 761 o 762 mmHg (1 a 2 mmHg por encima de la Patm) favoreciendo la
salida del aire de los alvéolos. El aire sale debido al gradiente de presión hasta que el
volumen de los pulmones equivale a la capacidad residual funcional (CRF).
En la ventilación activa, las presiones pueden variar en mayor medida
pudiéndose desarrollar presiones intrapleurales positivas. Puede reducirse la Pip
hasta (-30 a -35 mmHg).
La presión transpulmonar (Ptp) es la diferencia entre la presión
intrapleural y la presión intraalveolar:
Ptp = Palv – Pip
Esta presión es una medida de la fuerza de distensión a través de los pulmones,
de forma que un aumento de la Ptp crea una mayor presión de distensión en los
pulmones, y estos se expanden (por los alvéolos), con lo cual los pulmones evitan el
colapso.
1103
Es de destacar que los pulmones y la pared torácica son elásticos, es decir que,
si se estiran o comprimen respecto a su disposición natural, tienden a retraerse o
retroceder a su posición natural. En reposo, la pared torácica se comprime y tiende a
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
retraerse hacia fuera (como un muelle comprimido), mientras que los pulmones se
estiran y tienden a retraerse hacia dentro, como un globo inflado.
Estas fuerzas tienden a separar los pulmones de la pared torácica, pero no lo
hacen, porque la tensión de superficie del líquido intrapleural evita que la pleura
parietal y la pleura visceral se separen. Por tanto, la pared torácica tira hacia fuera
del espacio intrapleural, mientras que los pulmones tiran hacia dentro (lo que tiende
a separar la pleura parietal y visceral), pero, en cambio, esto crea una presión
intrapleural negativa que se opone a la separación y, por tanto, contrarresta las
fuerzas de retracción contrarias de la pared torácica y los pulmones, respectivamente.
Cuando los pulmones están en reposo (entre respiraciones), todos los músculos
respiratorios están relajados, y el volumen de aire en los pulmones en estas
condiciones es la CRF. Cuando el aparato respiratorio está en reposo, no entra ni sale
aire de los pulmones, porque no hay gradiente de presión para ello. Para conseguir
que entre o salga aire de los pulmones, se necesita que una fuerza muscular cree un
gradiente de presión.
Para mantener la Pip negativa, el saco pleural debe ser hermético. Si se rompe
el saco pleural, como por una herida perforante en el pecho, se pierde la Pip negativa,
porque se equilibra con la Patm. Sin la presión negativa intrapleural, los pulmones se
retraerían y colapsarían, mientras que la pared torácica se retraería y se expandiría. 1104
Así se produce un cuadro denominado neumotórax (aire en el espacio intrapleural).
Sin embargo, cada pulmón está aislado en su propio saco pleural, de forma que, si un
pulmón se colapsa, el otro puede seguir funcionando.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
1105
Cuando se produce una comunicación entre el espacio alveolar y el pleural o
entre el espacio pleural y la atmósfera, el aire fluye hacia la cavidad de menor presión
(cavidad pleural). Las principales consecuencias fisiológicas derivadas del
neumotórax son el cambio en la presión negativa de la cavidad pleural, que lleva al
colapso del pulmón y al descenso en la capacidad vital y en la PaO2 con incremento en
la diferencia alveolo-arterial de oxígeno. La magnitud de estos cambios es mayor si
hay enfermedad pulmonar subyacente.
En la medida que aumentan la cantidad de aire en la cavidad pleural y el
colapso pulmonar, con el consecuente aumento de la presión intrapleural, se genera
desviación del mediastino, colapso de venas cavas, disminución del retorno venoso al
corazón, disminución del gasto cardiaco y, si todo ello no es advertido rápidamente por
el personal médico, causa paro cardiaco y la muerte del paciente.
Cuando el aire entra y sale de la cavidad pleural por una herida “soplantes” en
la pared del tórax, se producen movimientos de vaivén del mediastino que ocasionan
también alteraciones en el retorno venoso y repercusión sobre el gasto cardiaco.
Asimismo, el espacio pleural puede llenarse de sangre y producir “hemotórax”,
pus “piotórax” o “empiema”, o puede producirse un aumento de líquido denominado
“derrame pleural” o “hirdrotórax”.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Debido a que los pulmones no ocupan por completo la cavidad pleural, ya que
este se extiende hasta unos 5 cm por debajo de la base de los pulmones, desde el sexto
cartílago costal anteriormente hasta la duodécima costilla posteriormente, el exceso
de líquido puede ser evacuado mediante la inserción de una aguja hacia atrás, a través
del séptimo espacio intercostal.
Este procedimiento quirúrgico se denomina “toracocentesis” en la cual la
aguja se introduce en el borde superior de la costilla inferior para evitar la lesión de
los nervios intercostales y los vasos sanguíneos. Por debajo del séptimo espacio
intercostal existe el peligro de atravesar el diafragma.
Las leyes físicas de los gases juegan un rol fundamental en la fisiología del
aparato respiratorio. Su comprensión es de vital importancia en este sentido
puesto que el sistema respiratorio se ha adaptado a estas condiciones y
dependen rigurosamente de ellas.
La ley de Boyle estipula que, “si un gas a temperatura constante es sometido a
cambios de volumen, se observará que la concentración del gas será inversamente
proporcional al volumen y, por consiguiente, las presiones también serán
inversamente proporcionales”:
1106
P1 × V1 = P2 × V2
La ley de Boyle permite explicar la ventilación pulmonar, proceso por el que se
intercambian gases entre la atmósfera y los alvéolos pulmonares. El aire entra en los
pulmones porque la presión interna de estos es inferior a la atmosférica y por lo tanto
existe un gradiente de presión. Inversamente, el aire es expulsado de los pulmones
cuando estos ejercen sobre el aire contenido una presión superior a la atmosférica.
La ley general de los gases combina las tres leyes anteriores, mediante el
cual permite conocer el número de moles de un gas al conocer su presión, volumen y
temperatura.
P×V=n×R×T
Donde R es la constante de los gases cuyo valor es de 0,082 litros x
atmósfera/mol x K; n es el número de moles del gas y T es la temperatura absoluta.
Dada una cantidad fija de gas en un contenedor a una temperatura dada, n y T
son constantes, y la presión es inversamente proporcional al volumen del contenedor:
P 1/V. Esta es la ley de Boyle. Si en lugar de ello, el volumen del contenedor se fijara,
pero la cantidad de gas variara, la cantidad RT/V se volvería constante. En estas
condiciones, la presión es proporcional al número de moléculas del contenedor: P n.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Cuando consideramos por qué los gases ejercen presión, podemos ver por qué
las presiones varían con el número de moléculas de gas en los pulmones. Las
moléculas de gas suelen estar en un estado de movimiento térmico constante y en los
pulmones chocan con la pared y rebotan. Cada colisión ejerce cierta cantidad de fuerza
en la pared.
La presión es la fuerza total ejercida por todas esas colisiones dividida por el
área de la superficie de la pared (fuerza por unidad de área). Si el número de moléculas
se mantiene constante, pero el volumen del recipiente disminuye, la densidad de
moléculas aumenta, así que una superficie dada de la pared experimenta más
colisiones por segundo, y la presión es mayor. Si se añaden más moléculas al
recipiente con un volumen fijo, ocurre lo mismo: las moléculas se disponen más
condensadas, lo que aumenta el número de colisiones por unidad de área en la pared,
y la presión sube.
La ley de Charles-Gay-Lussac dice que, “si una misma cantidad de un gas es
sometido a cambios de temperatura absoluta (K) a presión constante, el volumen
sufrirá un aumento proporcional al de la temperatura”:
V1 = T1
V2 T2
La ley de Charles explica que, cuando el aire entra en los pulmones, 1107
generalmente más calientes que el ambiente, este se expande aumentando su
volumen.
Por su parte, la ley de Avogadro dice que, “diferentes gases a la misma
concentración molar (1 mol = peso molecular expresado en gramos) y temperatura,
producen iguales presiones”. Un mol de cualquier gas a 0 °C y 760 mmHg, ocupa 22,4
litros y contiene 6,02 x 1023 moléculas de gas.
La ley de Dalton de las presiones parciales dice que, “la presión total de una
mezcla de los gases será igual a la suma de las presiones de cada una de ellas”. Por
ello, la presión barométrica (PB) es de 760 mmHg a nivel del mar, con un 78% (fracción
inspirada) de nitrógeno (FiN2), 21% (fracción inspirada) de oxígeno (FiO2) y 1%
(fracción inspirada) de otros gases (Fig). Así, la presión ejercida por cada uno de los
gases será:
PbO2 = PB × FiO2 = 760 × 0,21 = 160 mmHg
PbN2 = PB × FiN2 = 760 × 0,78 = 592 mmHg
Pbg = PB × Fig = 760 × 0,01 = 8 mmHg
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Las diferencias de presiones parciales, determinará la dirección del movimiento
neto de un gas a través de membranas ya que el proceso es únicamente pasivo.
En el aparato respiratorio, el ingreso del aire implica humidificación a nivel de
las vías superiores, con lo cual la presión de vapor de agua (PH2O) toma importancia
fisiológica. Esta PH2O desplaza a otros gases debido a la ley de Dalton y posee un valor
de 47 mmHg a 37 °C.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La capacidad inspiratoria (CI) = VRI + VC = 3.600 ml y se define como la
máxima cantidad de aire que se puede inspirar luego de una espiración tranquila.
La capacidad residual funcional (CRF) = VRE + VR = 2.400 ml y se define
como la cantidad de aire contenido en los pulmones luego de una espiración tranquila.
1109
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Es importante destacar que tanto la ventilación pulmonar como la alveolar
pueden modificarse independientemente una de la otra, ya que es obvio que si se
modifica el VEM este modificará a la VA, pero no a la VP. De igual manera, si la VP se
mantiene a expensas del aumento de la frecuencia respiratoria con un Vc disminuido,
la VA se verá afectada en el sentido en que al disminuir el Vc mayor proporción de
este quedará en zonas donde no hay hematosis.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La distensibilidad se obtiene de forma más exacta mediante el cociente entre el
grado de expansión de los pulmones por unidad de incremento de la presión
transpulmonar (Ptp).
C = grado de distensión/Ptp
La Ptp es la diferencia entre la presión alveolar (Palv) y la presión intrapleural
(Pip).
Ptp = Palv - Pip
La Pip suele medirse mediante la presión intraesofágica que son,
prácticamente, iguales.
Como es difícil estudiar las propiedades elásticas en los pulmones in situ
analizaremos primero el comportamiento elástico del pulmón aislado.
Cuando se extraen los pulmones de la caja torácica y se exponen a la atmósfera,
éstos se vacían hasta el volumen de reposo (Vr) en el que la presión de retracción
elástica pulmonar (P1) es igual a 0, debido a que el tejido pulmonar contiene
abundantes fibras de elastina y colágeno formando un complejo entramado
tridimensional.
Las fibras de elastina son muy distensibles y pueden, en condiciones
1112
fisiológicas, aumentar su longitud hasta el doble de la que tienen en reposo. Cuando
los pulmones se expanden, las fibras de elastina desarrollan una fuerza de retracción
elástica que se opone a la deformación.
Por el contrario, las fibras de colágeno apenas pueden estirarse. En los
volúmenes pulmonares bajos las fibras de colágeno se hallan dispuestas en la red de
tal forma que no están estiradas, por lo que no contribuyen apreciablemente a la
fuerza de retracción elástica global del pulmón. A medida que el pulmón se expande
la orientación de las fibras de colágeno cambia progresivamente, pero la mayor parte
de las fibras se mantiene sin tensión.
Cuando se alcanza un volumen lo suficientemente elevado, la disposición del
entramado es tal que una fracción significativa de fibras de colágeno está ya bajo
tensión y, entonces, se necesitan grandes presiones para aumentar apreciablemente
el volumen pulmonar.
Cambios en las propiedades intrínsecas de las fibras de elastina y colágeno o en
su disposición espacial podrían explicar alteraciones de la relación P 1 – V1 como las
que aparecen al avanzar la edad o en ciertos trastornos pulmonares.
El volumen en reposo es aproximadamente 15% de la CPT. En ausencia de
esfuerzos deformantes, es decir, cuando la Ptp = 0, el pulmón no se vacía
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
completamente debido al cierre de las vías aéreas que atrapa un volumen Vr de aire
en los alvéolos.
Insuflando progresivamente aire al interior de los pulmones se determina la
relación P1 - V1, donde V1 es el volumen pulmonar al cual los pulmones se mantienen
estáticos, durante la inflación (rama ascendente de la curva a de la figura.
A continuación, se reduce el volumen y se obtiene la relación Pl – V1 durante la
deflación (rama descendente de la curva). La relación P1 – V1 no es lineal. Además, se
observa un ciclo de histéresis (retraso), ya que, para un mismo volumen, P1 es
mayor durante la inflación que durante la deflación.
Como se observa en la figura, tanto en la fase I como en la fase III hay que
generar importantes gradientes de presión para movilizar un volumen de aire, dado
que, en ambos casos, la distensibilidad es menor que en la fase II. Efectivamente, en
la fase I el volumen pulmonar es bajo y debe vencerse la inercia del tejido, en tanto
que en la III es alto y ya se encuentra distendido.
1113
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La distensibilidad del sistema tórax-pulmón (Ct) se determina expandiendo
los pulmones de una persona totalmente relajada. Se fuerza la entrada de aire en
pequeñas cantidades a los pulmones, registrando a la vez las presiones y los
volúmenes.
Durante la inspiración, los músculos deben vencer también a la pared torácica.
En la práctica se mide la distensibilidad de la pared torácica (CT), la cual puede
disminuir en casos como la obesidad, enfermedades de la pared torácica, en
enfermedades osteoarticulares, etc.
La distensibilidad del sistema pulmonar total (Ct) es casi exactamente la mitad
(110 ml/cmH2O) que la de los pulmones solos (200 ml/cmH2O) y se obtiene mediante
la siguiente ecuación:
1/Ct = 1/Cp + 1/CT
La medida de la distensibilidad es un dato útil en medicina puesto que informa acerca
del estado de las paredes del órgano.
1114
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La curva de presión-volumen pulmonar aporta información relevante de la
función pulmonar ya que la curva se desvía hacia abajo y a la derecha cuando
disminuye la distensibilidad pulmonar como ocurre, por ejemplo, en la fibrosis
intersticial pulmonar y la congestión pulmonar.
Asimismo, la curva se desplazará hacia arriba y a la izquierda en procesos que
aumenten su distensibilidad como en el enfisema.
1115
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Al tener el alvéolo una sola superficie (la interna) en interfase líquido-aire, la
ley de Laplace queda:
P=2×T
r
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
1117
Cuando no hay surfactante, la tensión superficial alveolar (TS) es tan alta como
70 dinas/cm, pero cuando hay surfactante la TS es cercana a cero. La disminución de
la TS que causa el surfactante no sólo permite la adecuada circulación de aire sino la
salida del líquido alveolar hacia el intersticio que de otra manera se acumula dentro
del mismo. Además, el surfactante permite la remoción de partículas del pulmón al
mejorar la función ciliar de su epitelio.
Un efecto importante relacionado con la resistencia al flujo de aire es que la
distribución de aire en los pulmones no es homogénea.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
En posición ortostática, la base de los pulmones se ventila mejor que los vértices
debido a que los alvéolos de los vértices pulmonares ya están distendidos al máximo
en reposo y no pueden ser distendidos más allá del límite, a pesar de que la presión
intrapleural se encuentra con valores más negativos (unos -10 cmH2O) y la zona de la
base posee valores más positivos (unos -2,5 cmH2O).
1118
Dada la rigidez del pulmón, el incremento del volumen pulmonar por unidad de
incremento de la tensión es menor cuando dicho órgano desde el comienzo está más
expandido y, en consecuencia, la ventilación es mayor en la base. El flujo de sangre
también es mayor en la base que en el vértice.
El cambio relativo del flujo sanguíneo del vértice a la base es mayor que el
cambio relativo en la ventilación, de tal forma que la razón ventilación/flujo es menor
en la base y mayor en el vértice como se verá más adelante.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La resistencia no elástica de los pulmones se debe en un 80% a las
resistencias de las vías aéreas (50% de las vías superiores, 5 a 10% de las vías
periféricas y 10 a 20% de las vías aéreas menores a 2 mm de diámetro) y 20% se debe
a la viscosidad de los tejidos.
Los bronquios se dilatan durante la inspiración y se constriñen durante la
espiración. La resistencia al pasaje de aire por las vías aéreas es un fenómeno físico
en el cual las moléculas que chocan con las paredes sufren una disminución en la
velocidad de movimiento mientras que las moléculas del centro del flujo tienen la
máxima velocidad, esto es lo que se conoce como flujo laminar, con velocidad máxima
en el centro y mínima (prácticamente cero) en la periferia. De esta manera la
resistencia al flujo de aire se relaciona con la ley de Ohm:
V = P/R
Donde V es el flujo de aire, P es la diferencia de presión y R es la resistencia,
se relacionan mediante la ley de Poiseuille y se ajusta muy bien si el flujo de aire es
laminar.
Resistencia = Diferencia de presión (cmH2O)
Flujo (L/s)
Esto significa que la resistencia sólo es un término significativo durante el flujo.
1119
Cuando se considera el flujo de aire, las subunidades de resistencia por lo general son
cmH2O/(l/s).
La resistencia al flujo de aire es análoga a la resistencia eléctrica en que las
resistencias en serie se suman de manera directa:
Rt = R1 + R2 + … + Ri
Las resistencias en paralelo se suman como recíprocos:
1/Rt = 1/R1 + 1/R2 + … + 1/Ri
Por su parte, el flujo puede ser turbulento (desorganizado) que aparece cuando
se alcanza el valor crítico, según el número de Reynolds, mayor a 3.000. Debido a
la turbulencia, la resistencia deja de ser constante y aumenta a medida que aumenta
la velocidad de flujo.
Asimismo, la resistencia aumenta cuando se tienen en consideración los tubos
conectados en serie y disminuye cuando se encuentran conectados en paralelo.
Durante la respiración tranquila, en los bronquiolos el flujo de aire es laminar
mientras que en los grandes bronquios es turbulento.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Cuando el radio de las vías aéreas disminuye como en el asma, una parte cada
vez mayor del trabajo total realizado por los músculos es empleado para movilizar el
aire.
Se debe tener en cuenta que, a medida que las vías aéreas van disminuyendo
en su radio a medida que se acerca a los sacos alveolares, la resistencia va
disminuyendo debido a que éstos se dividen y aumenta, de este modo, el área total.
La resistencia varía de forma inversa al volumen pulmonar, siendo la relación
entre ambas hiperbólica; esto es, la suma de las áreas de corte transversal de las vías
respiratorias más pequeñas es muy grande, de modo que la velocidad lineal del flujo
de aire es muy baja, en tanto, el flujo de aire en la tráquea y en vías respiratorias más
grandes, por lo general es turbulento o una mezcla de flujos laminar y turbulento.
El tono broncomotor también colabora en la resistencia al flujo de aire. En
el ejercicio aumenta la actividad simpática con la colaboración de las hormonas
adrenérgicas de la médula suprarrenal, éstos provocan la relajación del músculo liso
bronquiolar con la consiguiente broncodilatación.
Factores que estimulen los receptores de irritación como ciertas sustancias
químicas, producirán broncoconstricción por la descarga colinérgica. El aire frío
también puede desencadenar broncoconstricción, así como el ejercicio.
1120
El tono bronquial tiene un ritmo circadiano con constricciones máximas
alrededor de las 6:00 de la mañana y dilatación máxima alrededor de las 6:00 de la
tarde. Sustancias como la adenosina sobre el receptor A1, sustancia P, histamina,
citoquinas e inmunomoduladores pueden provocar broncoconstricción, como ocurre en
el asma.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
1122
Esquema que ilustra la compresión dinámica de las vías respiratorias y la hipótesis del
punto de igual presión durante una espiración forzada (Levitzky, 2007).
Izquierda: espiración pasiva (eupneica). La presión intrapleural es de –8 cmH2O, la presión de
retroceso elástico alveolar es de +10 cm H2O, y la presión alveolar es de +2 cmH2O. Derecha: espiración
forzada al mismo volumen pulmonar. La presión intrapleural es de +25 cmH2O, la presión de
retroceso elástico alveolar es de +10 cmH2O, y la presión alveolar es de +35 cmH2O.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
El volumen de aire que queda en los pulmones luego de una espiración
normal es la CRF también denominada “aire alveolar”.
Es de este volumen de aire que queda en los alvéolos de donde se extrae el O2 necesario
y hacia el cual se elimina el CO2. La extracción de O2 se denomina consumo de
oxígeno (𝐕̇O2) y la eliminación de CO2 se denomina producción de CO2 (𝐕̇CO2), los
cuales deben mantenerse, de cierta manera, constantes; esto es, si se produce un
incremento en la VA, conocido como hiperventilación, donde se excretará mayor
cantidad de CO2 al ambiente con el consiguiente descenso a nivel sanguíneo,
denominado hipocapnia, y una Palv de CO2 (PACO2) baja.
Por su parte, en la hipoventilación la PACO2 aumenta con la consiguiente
retención de CO2 sanguíneo denominado hipercapnia.
Iguales consideraciones se pueden tener con el O2, pues el O2 se consume con el
objeto de oxidar sustratos para la producción de energía en el cuerpo como las grasas,
los carbohidratos y las proteínas; en general, se consume más oxígeno de lo que se
produce CO2 por lo cual la relación V̇CO2/V̇O2 suele ser menor 1. A esta relación se la
conoce como “cociente respiratorio” (CR o solamente R) y suele ser de 1 si se oxidan
los carbohidratos, 0,7 para las grasas y 0,8 para las proteínas. En un individuo con
una dieta mixta normal, el CR es de aproximadamente 0,8.
1124
Durante el ciclo ventilatorio, las presiones alveolares de O2 y CO2 varían, pero
estas variaciones se ven minimizadas debido a la rápida mezcla de aire que existe al
movilizar éste en cada ciclo ventilatorio, lo cual evita cambios bruscos de los gases en
sangre y otros parámetros como el pH.
Es importante conocer la composición del aire alveolar mediante la ecuación:
PAO2 = PiO2 – PaCO2 [FiO2 + (1 - FiO2) / R]
Donde:
PiO2 = Patm – (PN2 + PH2O)
La Palv de oxígeno (PAO2) es la presión necesaria para mantener abierto el
alvéolo. Para medir la PAO2 se debe tener en cuenta que se consume más O2 (unos
250 ml/min) de lo que se produce CO2 (unos 200 ml/min) dando un R = 0,8. Esto hace
que la PN2 aumente puesto que se concentra en el aire alveolar.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
El patrón ventilatorio normal se denomina “eupnea” y, en general, la
frecuencia ventilatoria de un adulto se encuentra entre 12 y 20 ciclos/min.
Sin embargo, la frecuencia respiratoria varia por múltiples causas, como los esfuerzos
físicos, excitaciones psíquicas, el trabajo digestivo, el tono vegetativo o la edad (Tabla
12, capítulo3).
La frecuencia respiratoria es menor durante el sueño que en el estado de vigilia,
aumenta al pasar de una posición horizontal a una vertical y durante la digestión, los
ejercicios físicos y las emociones.
Para evaluar la respiración se debe de tener en cuenta la frecuencia,
profundidad, regularidad y ritmo. Por ejemplo:
✓ Taquipnea: esta es una respiración rápida y superficial mayor a 20
ciclos/min en el adulto.
✓ Hiperpnea: es el aumento del esfuerzo ventilatorio durante un periodo
sostenido, sea por el aumento de la profundidad con frecuencia normal (al
menos de 12 ciclos/min) o aumento de la frecuencia (más de 20 ciclos/min)
con profundidad normal o la elevación de ambos parámetros, que se
produce para satisfacer la demanda metabólica de los tejidos.
✓ Hiperventilación: es una consecuencia de la hiperpnea que se
caracteriza por aumento del pH arterial, debido a la mayor eliminación de 1125
CO2 (hipocapnia).
✓ Polipnea: conjunción entre hiperpnea y taquipnea.
✓ Bradipnea: frecuencia respiratoria menor a 12 ciclos/min en el adulto.
✓ Hipopnea: frecuencia respiratoria lenta o respiración superficial.
✓ Hipoventilación: disminución de la cantidad O2 y aumento de los niveles
de CO2 en la sangre arterial, sin que exista apnea. Puede ser consecuencia
de la hipopnea.
✓ Apnea: ausencia de movimientos respiratorios por, al menos, 10
segundos.
La respiración de Cheyne-Stokes se caracteriza por presentar periodos de
apnea, con una duración variable entre 10 y 40 segundos y con la continuación de
respiraciones que aumentan en amplitud y frecuencia para luego caer en otro periodo
de apnea, así periódica y sucesivamente. En este caso, la amplitud de la respiración
va aumentando progresivamente (fase en “crescendo”) y, después de llegar a un
máximo, disminuye hasta llegar a un nuevo período de apnea (fase en “decrescendo”).
Esta secuencia se repite sucesivamente. Este patrón respiratorio puede ser normal en
niños y ancianos durante el sueño; sin embargo, otras causas incluyen insuficiencia
cardiaca, uremia, depresión respiratoria inducida por fármacos y daño cerebral.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La respiración de Kussmaul se caracteriza por una hiperpnea con
inspiración profunda y ruidosa, seguida de una pausa, y de una espiración rápida
separada por un intervalo de la inspiración que le sigue. Es propia del coma urémico
y de la cetoacidosis diabética, en la cual se presenta como mecanismo de compensación
de la acidosis metabólica.
La respiración de Biot (Atáxica) consiste en breves pausas de apnea de 5 a
30 segundos, entre los cuales se intercalan respiraciones de amplitud y profundidad
normal. Las causas incluyen depresión respiratoria y daño cerebral, por lo general, a
nivel bulbar.
1126
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Los ruidos pulmonares se originan por el paso de aire en las vías aéreas
según se generen flujos turbulentos.
Los ruidos que se auscultan en la superficie de la pared torácica se generan en los
bronquios mayores, principalmente lobares y segmentarios. Los ruidos que llegan a
la periferia son de baja frecuencia ya que el pulmón sirve de filtro para los sonidos de
alta frecuencia. Aparentemente, los ruidos que se generan en la laringe no llegan a
auscultarse en la pared torácica.
Siempre conviene tener un orden para auscultar los pulmones de modo de
cubrir todos los sectores, sin olvidar de auscultar debajo de las axilas. Se van
comparando sectores homólogos para descubrir diferencias entre un lado y el otro. A
veces ocurre una cierta dificultad para saber si los ruidos están aumentados a un lado,
o disminuidos al otro. Para desplazar las escápulas hacia los lados se le pide al
paciente que cruce los brazos por delante.
El examen se puede efectuar estando el paciente de pie, sentado o acostado,
pero sentándolo al momento de examinar la espalda. Al examinar al paciente acostado
se hacen más notorias las sibilancias y en la mujer la interferencia de las mamas es
menor.
Habitualmente se ausculta con la membrana del estetoscopio. Se le solicita al
paciente que respire por la boca, efectuando inspiraciones lentas y de mayor 1127
profundidad que lo normal. Esto puede llevar a una hiperventilación y alcalosis
respiratoria y el paciente sentir mareos o parestesias, por lo que, a ratos, conviene
dejarlo descansar. Nunca debe auscultarse a través de ropa gruesa.
Los ruidos respiratorios normales que se pueden auscultar en el examen de los
pulmones son:
1. Ruido traqueal: también llamado ruido glótico, laringotraqueal o brónquica y
es el sonido normal que se genera a nivel de la tráquea. Se ausculta durante
toda la inspiración y la espiración. Se escucha al aplicar el estetoscopio sobre la
tráquea en el cuello.
2. Ruido traqueobronquial: es parecido al ruido traqueal, pero menos intenso.
Se ausculta por delante, a nivel del primer y segundo espacio intercostal y, por
detrás, en la región interescapular.
3. Murmullo vesicular: llamado también ruido respiratorio de Laennec o
respiración vesicular. Es audible en las regiones infraaxilar, infraescapular e
infraclavicular; en esta última, sobre todo en los dos primeros espacios hacia
fuera. Se caracteriza por ser un ruido de baja frecuencia e intensidad, y
corresponde al sonido que logra llegar a la pared torácica, generado en los
bronquios mayores, después del filtro que ejerce el pulmón. Se ausculta durante
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
toda la inspiración y la primera mitad de la espiración sobre gran parte de la
proyección de los pulmones en la superficie torácica.
4. Transmisión de la voz: corresponde a lo que se ausculta en la superficie del
tórax de palabras que pronuncia el paciente (p.ej.: treinta y tres). Por el efecto
de filtro de las altas frecuencias que ejerce el parénquima pulmonar,
normalmente no se logran distinguir las diferentes vocales.
Las alteraciones de los ruidos normales se producen por:
a) Disminución en la generación: ocurre cuando existe una disminución
del flujo aéreo (p.ej.: obstrucción de las vías aéreas); el murmullo pulmonar
se escucha débil.
b) Disminución de la transmisión: aunque el ruido respiratorio se genera
normalmente, existen factores que disminuyen la transmisión hacia la
superficie de la pared torácica. Estos factores pueden ser de distinta
naturaleza:
i. Panículo adiposo grueso en personas obesas o en las zonas en las
que se interponen las mamas.
ii. Aire o líquido en el espacio pleural; tumores que engruesen la
pleura.
iii. Alteración del parénquima pulmonar con aumento de la cantidad
1128
de aire (p.ej.: enfisema).
iv. Oclusión de la vía aérea (p.ej.: grandes tumores o atelectasias),
sin que se produzca una condensación que sea capaz de
transmitir hacia la pared el ruido traqueobronquial.
c) Aumento de la transmisión: si el tejido pulmonar se encuentra
condensado por relleno de los alvéolos, manteniendo los bronquios
permeables, el aumento de la densidad facilita la transmisión del sonido
hacia la superficie del tórax. Se logra de esta forma auscultar un ruido
similar al ruido traqueobronquial o el traqueal, en sitios donde
normalmente sólo se debería escuchar el murmullo pulmonar. Esta
condición se llama respiración soplante o soplo tubárico. La transmisión de
la voz también está facilitada de modo que es posible distinguir con claridad
las palabras pronunciadas con voz normal (broncofonía o pectoriloquia)
o con voz susurrada (pectoriloquia áfona). En ocasiones, en el límite
superior de un derrame pleural, es posible auscultar una variedad de
broncofonía o pectoriloquia en que pasan sólo algunos tonos y se escuchan
las palabras como el balido de una cabra (egofonía o pectoriloquia caprina).
Los ruidos agregados o adventicios son:
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
✓ Crepitaciones: son ruidos discontinuos, cortos, numerosos, de poca
intensidad, que ocurren generalmente durante la inspiración y que son
similares al ruido que se produce al frotar el pelo entre los dedos cerca de una
oreja. Tienen relación con la apertura, durante la inspiración, de pequeñas vías
aéreas que estaban colapsadas. Con frecuencia, se escuchan hacia el final de la
inspiración, que es el momento de máxima expansión torácica y de mayor
presión negativa intrapleural. Esto ocurre, por ejemplo, al comienzo de muchas
neumonías. También se pueden escuchar en condiciones normales en personas
que ventilan poco las bases pulmonares; por ejemplo, en ancianos que están
tendidos y respiran en forma superficial, sin suspiros.
✓ Frotes pleurales: son ruidos discontinuos, que se producen por el frote de las
superficies pleurales inflamadas, cubiertas de exudado. El sonido sería
parecido al roce de dos cueros. Si se desarrolla derrame pleural, este ruido no
es posible por la separación de las pleuras.
✓ Sibilancias: son ruidos continuos, de alta frecuencia, como silbidos,
generalmente múltiples. Se producen cuando existe obstrucción de las vías
aéreas. Son frecuentes de escuchar en pacientes asmáticos descompensados.
Son más frecuentes cuando los enfermos están acostados. Los mismos pacientes
muchas veces los escuchan. Los roncus se producen en situaciones similares,
pero son de baja frecuencia y suenan como ronquidos; frecuentemente reflejan 1129
la presencia de secreciones en los bronquios. Pueden generar vibraciones
palpables en la pared torácica (frémitos).
✓ Cornaje o estridor: es un ruido de alta frecuencia que se debe a una
obstrucción de la vía aérea superior, a nivel de la laringe o la tráquea, y que se
escucha desde la distancia. Se ha comparado con el ruido de un cuerno dentro
del cual se sopla.
✓ Estertor traqueal: ruido húmedo que se escucha a distancia en pacientes con
secreciones en la vía respiratoria alta; frecuente de encontrar en personas
comprometidas de conciencia.
✓ Respiración ruidosa: es la condición en la cual la respiración, que en
condiciones normales es silenciosa, se vuelve ruidosa y se escucha desde alguna
distancia. Este tipo de respiración es frecuente de encontrar en pacientes con
obstrucción bronquial.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
El estudios del aparato respiratorio permite determinar alteraciones
estructurales y funcionales.
a) Imagenología:
✓ Radiografía de tórax. Es un examen complementario básico. Se suele
realizar en proyecciones posteroanterior y lateral, lo cual permite visualizar
el parénquima pulmonar, los grandes vasos pulmonares, la silueta
cardíaca, el mediastino y la morfología de la caja torácica.
✓ Tomografía axial computarizada (TAC). Permite apreciar con mayor
precisión que la radiografía de tórax las estructuras pulmonares y torácicas.
Además, mediante la inyección de contraste intravenoso, permite visualizar
las arterias pulmonares, lo que resulta muy útil para el diagnóstico de
procesos que las afectan como el tromboembolismo pulmonar.
b) Gasometría arterial y pulsioximetría:
✓ Gasometría arterial. La gasometría arterial consiste en la medición de
los gases sanguíneos mediante una muestra de sangre extraída por punción
arterial. Permite determinar el pH (valor normal: 7,35 a 7,45), la PaO 2
(valor normal: 95 a 100 mmHg) y la PaCO2 (valor normal: 35 a 45 mmHg)
en la sangre arterial. La extracción se realiza generalmente en la arteria
radial o en la humeral, aunque puede hacerse en cualquier arteria. La
gasometría determina directamente la presión de O2 y CO2 existentes en el 1130
plasma de la sangre arterial. Su conocimiento es fundamental para la
valoración de la repercusión clínica y la gravedad de las enfermedades
pulmonares.
✓ Pulsioximetría. Sirve para determinar el porcentaje de saturación de la
hemoglobina con oxígeno (SatO2). Este dato está relacionado directamente
con la PaO2. Se trata de un procedimiento no invasivo basado en la
diferencia espectrofotométrica entre la Hb oxigenada y la desoxigenada a
través de la onda de pulso. El sensor se coloca en el pulpejo de los dedos. Se
utiliza mucho para la valoración inicial y la monitorización de los pacientes.
Su limitación fundamental es que no es útil para valorar la PaCO 2; sin
embargo, con la gasometría arterial pueden obtenerse todos los parámetros
básicos, incluida la SatO2.
c) Pruebas funcionales respiratorias:
✓ Estudio de la difusión alveolo-capilar: Se valora midiendo la capacidad
de difusión de CO2 marcado con 14C desde el alveolo hasta el capilar. Sirve
para el diagnóstico y la monitorización de las enfermedades pulmonares
intersticiales (aquellas que afectan a la membrana alveolo-capilar).
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
✓ Espirometría: sirve para determinar un conjunto de volúmenes
pulmonares estáticos y flujos pulmonares (volúmenes por unidad de
tiempo). Para medir estos volúmenes se utiliza el espirómetro, que es un
instrumento relativamente asequible y fácil de manejar.
1131
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
La espirometría forzada mide volúmenes pulmonares dinámicos y
proporciona información de mayor relevancia clínica, pues posibilitan la
diferenciación de las enfermedades pulmonares en obstructivas y restrictivas,
lo cual resulta fundamental en el estudio de la patología respiratoria.
A: Curva flujo/volumen con representación de las ramas inspiratoria y espiratoria. B: Curva 1132
flujo/volumen con representación de la rama espiratoria. FEF 25%: máximo flujo espirado al 25% de
la FVC; FEF 50%: máximo flujo espirado al 50% de la FVC; FEF 75%: máximo flujo espirado al 75%
de la FVC; F/V: flujo/volumen; FVC: capacidad vital forzada; PEF: flujo-pico espiratorio; l: litros; s:
segundos.
De los diferentes flujos que se pueden determinar por espirometría forzada, nos
interesan fundamentalmente:
✓ Capacidad vital (VC): es el volumen inspirado desde una situación de
espiración máxima previa hasta la máxima inspiración, se mide en litros y en
condiciones normales debe ser similar a la CVF.
✓ Capacidad vital forzada (CVF): volumen total de aire exhalado en una
espiración forzada máxima tras una inspiración forzada.
✓ Volumen espiratorio máximo en el primer segundo (VEF1): volumen de
aire espirado en el primer segundo de una espiración forzada.
✓ Cociente porcentual entre VEF1 y CVF (VEF1/CVF): puede expresarse en
valor absoluto o porcentual (VEF1%). No debe ser confundido con el índice de
Tiffeneau o relación entre VEF1 y capacidad vital (CV), dado que en
circunstancias patológicas la CVF puede ser inferior a la CV debido al colapso
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
dinámico de la vía aérea. El valor normal es ≥ 80%; esto es, en condiciones
normales, el 80% del volumen de aire espirado debe ser exhalado en el primer
segundo de una espiración máxima forzada.
✓ Flujo espiratorio máximo (FEM) Pico Flujo Espiratorio o “Peak
Expiratory Flow” (PEF): corresponde al flujo máximo conseguido durante la
maniobra de espiración forzada y se expresa en litros/segundo. Es muy
dependiente del esfuerzo.
✓ Flujo espiratorio forzado medio (FEF25-75% o MMEF): se define como el
flujo medido entre el 25% y el 75% de la maniobra de espiración forzada
(expresado en L/s).
Los resultados de la espirometría deben expresarse en forma numérica y
gráfica. Para la expresión numérica suelen utilizarse tres columnas: en la primera se
anotan los valores de referencia para cada variable, en la segunda los valores
obtenidos en el paciente, y en la tercera el porcentaje de los valores medidos con
relación a los de referencia. Por ejemplo:
1133
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
sexo, edad, altura y origen étnico), usando protocolos similares y espirómetros
validados.
Para obtener esos valores teóricos se elaboran ecuaciones de predicción, en las
que el parámetro espirométrico es la variable dependiente y el peso, la edad y la talla,
las variables independientes. De esta manera se obtiene una tabla de valores teóricos
que sirve de referencia a los valores obtenidos en la espirometría de un paciente en
concreto.
Se seleccionan aquellas tablas de valores teóricos lo más similares posibles a la
población en la que se realiza la prueba y los valores obtenidos se expresan como
porcentaje de su teórico. En algunos espirómetros se permite elegir entre tablas
diferentes.
Los valores de la espirometría se pueden expresar como valores absolutos o en
porcentaje sobre el valor teórico de referencia. Asimismo, aunque para el diagnóstico
es importante el porcentaje sobre el valor de referencia, para el seguimiento y
evolución de los pacientes son importantes los valores absolutos y sus variaciones.
Se considera que la espirometría es normal cuando sus valores son superiores
al límite inferior del intervalo de confianza (LIN). El LIN está alrededor del 80% del
valor teórico del VEF1, CVF y CV, de 0,7 para la relación VEF1/CVF, y
aproximadamente el 60% para el FEF25-75% en sujetos menores de 65 años y de tallas 1134
no extremas. Sin embargo, estos valores son solo aproximaciones, por lo que se
recomienda utilizar el LIN determinado a partir de las ecuaciones de referencia
(García et al., 2013).
El análisis de la espirometría nos permite establecer la existencia o no de una
alteración ventilatoria y, en caso de existir, clasificarla en tres tipos de patrones:
Patrón ventilatorio obstructivo. Se produce en las enfermedades que
cursan con limitación al flujo aéreo. La obstrucción bronquial puede ser debida a un
aumento de las resistencias de las vías aéreas, como es el caso de la EPOC o del asma,
o a una disminución de la retracción elástica del pulmón, como ocurre en el enfisema,
o por la combinación de ambas. La gráfica espirométrica de estos pacientes adquiere
una forma característica con disminución del pico máximo y retardo en la caída. Se
caracteriza por una relación VEF1/CVF < 0,7. La CVF será normal o ligeramente
disminuida. Según la intensidad de la alteración se establecen los niveles de gravedad
de la obstrucción.
Patrón ventilatorio restrictivo. Se produce en las enfermedades que cursan
con disminución del volumen pulmonar, que puede ser debida a alteraciones del
parénquima pulmonar, de la caja torácica o de la musculatura respiratoria y su
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
inervación. La gráfica espirométrica muestra una disminución global de tamaño con
una morfología normal. Se caracteriza por disminución de la FVC con relación
VEF1/CVF normal o aumentada (> 0,85). Los flujos pueden estar normales o
ligeramente disminuidos. Según la intensidad de la alteración se establecen los grados
de gravedad de la restricción. Es necesaria la realización de volúmenes pulmonares
para el diagnóstico de un proceso restrictivo.
Patrón ventilatorio mixto. Se mezclan características de los dos patrones
anteriormente comentados (relación VEF1/CVF < 0,7 y CVF < 80%).
1135
2La hulla es un tipo de carbón mineral que contiene entre un 80 y un 90% de carbono. Es dura y quebradiza, estratificada, de
color negro y brillo mate o graso, estratificado y muy frágil.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Una alteración muy frecuente es el asma. La disnea, las sibilancias y otros
síntomas de asma se producen por una obstrucción del flujo de aire a través de los
bronquíolos, que ocurre en episodios, o “ataques”. Esta obstrucción se origina por
inflamación, secreción de moco y broncoconstricción.
La inflamación de las vías respiratorias es característica del asma y, en sí,
contribuiría a incremento de la capacidad de respuesta de las vías respiratorias a
agentes que promueven la constricción bronquiolar.
La broncoconstricción incrementa más la resistencia en las vías respiratorias,
y dificulta la respiración. La resistencia aumentada en las vías respiratorias propia
del asma puede desencadenarse por reacciones alérgicas en las cuales se produce
inmunoglobulina E (IgE), por ejercicio (en la broncoconstricción inducida por
ejercicio), por respirar aire frío y seco, o por aspirina (en una minoría de los asmáticos).
El asma atópica (alérgica), la forma más común de asma, es un trastorno
inflamatorio crónico de las vías respiratorias caracterizado por hipercapacidad de
respuesta de las vías respiratorias a alergenos inhalados. La activación de linfocitos
Th2 por un alergeno causa la liberación de varias citocinas, entre ellas IL-4, IL-5 e IL-
13, lo cual lleva a la producción de anticuerpos IgE y eosinofilia pulmonar. Los
mastocitos también se hacen más abundantes en los pulmones.
Cuando la persona queda expuesta de nuevo al mismo alergeno, este último se 1136
une a la IgE sobre la superficie de mastocitos y basófilos, y hace que estas células
liberen sustancias químicas que promueven inflamación. Dichas sustancias
comprenden histamina, leucotrienos, prostaglandinas y otras que estimulan la
broncoconstricción y la secreción de moco propias del asma.
Con exposiciones repetidas a alergenos, hay infiltración sostenida de eosinófilos
y basófilos, así como aumento del número de mastocitos, de células caliciformes que
secretan más moco, y de la masa de músculo liso bronquiolar. Esto se acompaña de
hipercapacidad de respuesta a alergenos e irritantes de las vías respiratorias.
Hay evidencia de que la exposición temprana a diversos microbios y sus
productos, como puede ocurrir cuando los niños crecen en granjas, puede proteger a
los niños contra asma en etapas más avanzadas de la vida. Esto apoya el concepto de
que la incidencia de asma ha aumentado debido a los movimientos de la población
hacia ciudades, lo que ha hecho que los niños estén expuestos a ambientes urbanos
más estériles. Esto, combinado con exposición aumentada a contaminantes del aire
por el tráfico, podría ser la causa del incremento de la prevalencia de asma observado
durante las últimas décadas.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
El asma a menudo se trata con fármacos glucocorticoides, que inhiben la
inflamación, como la betametasona. También se dispone de medicamentos que
bloquean la acción del leucotrieno, como el montelukast sódico, para suprimir la
respuesta inflamatoria.
En el pasado, la adrenalina se usaba en un inhalador para estimular
receptores β2-adrenérgicos en el músculo liso bronquiolar y por este medio promover
la broncodilatación, lo que proporcionaba alivio inmediato durante un ataque de
asma.
Sin embargo, la adrenalina estimula tanto los receptores β1-adrenérgicos que
predominan en el corazón como los receptores β2-adrenérgicos en los bronquíolos con
lo cual se genera taquicardia con aumento de la presión arterial. En lugar de eso, se
usan fármacos β2-agonistas selectivos, como el salbutamol y el albuterol, para
promover la broncodilatación sin estimular el corazón al grado que lo hace la
adrenalina.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por
inflamación crónica con estrechamiento de las vías respiratorias y destrucción de las
paredes alveolares. La categoría de la EPOC incluye la bronquiolitis obstructiva
crónica, con fibrosis y obstrucción de los bronquíolos, y el enfisema pulmonar.
Aunque el asma también se clasifica como un trastorno inflamatorio crónico, se 1137
distingue de la EPOC por cuanto la obstrucción en el asma es, en su mayor parte
reversible con la inhalación de un broncodilatador como el salbutamol. Asimismo, el
asma, se caracteriza por hipercapacidad de respuesta de las vías respiratorias (una
respuesta broncoconstrictora anormal a un estímulo). Las células inflamatorias
características de la EPOC son macrófagos, neutrófilos y linfocitos T citotóxicos,
mientras que en el asma son linfocitos Th, eosinófilos y mastocitos.
Alrededor de 90% de las personas con EPOC es fumador (o fumó alguna vez).
La susceptibilidad genética también es un factor; no todos los fumadores presentan
EPOC, pero una proporción considerable (10 a 20%) lo hace. El humo de cigarrillos
contiene más de 4.000 compuestos extraños y muchos radicales libres (incluso especies
de oxígeno reactivas), que promueven la inflamación y activan macrófagos y
neutrófilos alveolares. Las enzimas que digieren proteínas liberadas por estos
fagocitos activados, junto con especies de oxígeno reactivas, promueven el daño de los
pulmones que suscita enfisema.
El tabaquismo también estimula la proliferación de las células caliciformes
secretoras de moco de las vías respiratorias, y la producción excesiva de moco se
correlaciona con la gravedad de la EPOC.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Además, fumar cigarrillos promueve el remodelado de las vías respiratorias de
pequeño calibre, en las cuales adiciones de tejido fibroso y muscular a la pared
bronquiolar estrechan la luz y contribuyen a la obstrucción del flujo de aire. También
promueve el remodelado en los vasos sanguíneos dentro de los pulmones, lo que da
por resultado hipertensión pulmonar entre pacientes con EPOC. Cabe destacar que el
tabaquismo es la principal causa prevenible de cáncer pulmonar, responsable de la
mayor parte de todas las muertes por cáncer en todo el mundo.
La mayoría de las personas con EPOC es fumadora y el cese del tabaquismo
una vez que ha empezado la EPOC no parece suspender su progresión. Los
corticosteroides inhalados, que son útiles en el tratamiento de la inflamación propia
del asma, tienen valor limitado en el tratamiento de EPOC.
Además de los problemas pulmonares directamente causados por la EPOC,
pueden ocurrir otros cambios patológicos, que comprenden neumonía, embolia
pulmonar e insuficiencia cardiaca. Los pacientes con EPOC pueden presentar cor
pulmonale (hipertensión pulmonar con hipertrofia e insuficiencia del ventrículo
derecho con el tiempo).
Se sabe que los fumadores tienen conocimiento sobre lo malo del tabaquismo,
pero no tienen percepción adecuada de sus riesgos. Esto sugiere que la información no
resulta suficiente para cambiar conductas de salud, más aún cuando se trata de una 1138
droga que, empleada de forma repetida, crea necesidad y hábito.
En la actualidad, muchas investigaciones dirigen su atención hacia el
conocimiento en profundidad del aspecto social de los riesgos, donde su percepción
ocupa un lugar destacado.
Un ejemplo importante de la falta de percepción del riesgo que conlleva el
hábito de fumar, es el hecho de que el tabaquismo prevalece en los profesionales de la
salud (médicos, farmacéuticos, enfermeros y bioquímicos entre otros), que, si bien han
aprendido a reconocer el riesgo de eventos no saludables en sus pacientes, no siempre
reconocen su propio riesgo de enfermar o morir.
Aunque la actitud en relación al hábito de fumar en los profesionales de la salud
ha ido mejorando progresivamente en los últimos años, todavía no alcanzan los niveles
que serían deseables.
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Puntos de reflexión
1. ¿Qué patrón espirométrico presentaría Diana? ¿Por qué?
2. ¿Qué tipo de flujo predominará en las vías respiratorias de Diana? ¿a qué
nivel? Compárelo con el flujo de aire normal de una persona sana.
3. ¿Por qué se produce atrapamiento de aire en el caso de un paciente asmático
como Diana?
4. ¿Cuál sería la mayor complicación en relación a la mecánica ventilatoria?
Fernández, V. H.
Capítulo 23 Fisiología de la respiración
Referencia bibliográfica
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Hall, J. E. Hall, M. E. (2021). Guyton & Hall. Tratado de fisiología médica. 14ª edición. Elsevier.
Fernández, V. H.
SECCIÓN IV
Fisiología de la respiración
Capítulo 24
Difusión de los gases y circulación
pulmonar
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Compara la circulación general y la pulmonar con especial referencia a las
resistencias circulatorias, presiones del circuito pulmonar y flujo.
2. Describe los cambios de capacidad de la circulación pulmonar durante los
movimientos respiratorios y su relación con el ciclo cardíaco.
3. Describe las zonas pulmonares en relación a las presiones de perfusión sanguínea y
a las presiones alveolares.
4. Describe el efecto de la hipoxia alveolar sobre las resistencias de la circulación
pulmonar y su utilidad funcional.
5. Describe el desarrollo del edema pulmonar por los diferentes factores más
importantes.
6. Enuncia las leyes de los gases más importantes parta la fisiología pulmonar.
7. Da los valores de referencia de PO2, PCO2, PN2, PvH2O en los diferentes tipos de
aires (atmosférico, inspirado, alveolar, espirado) y en sangre arterial y venosa.
8. Define los conceptos de intercambio gaseoso alveolo-capilar limitado por la
perfusión con ejemplos de gases que lo hagan por dicho mecanismo.
9. Define el concepto de capacidad de difusión y los factores de los que depende.
10. Define los conceptos de intercambio gaseoso alveolo-capilar limitado por la
difusión con ejemplos de gases que lo hagan por dicho mecanismo.
11. Enumera las estructuras que han de ser atravesadas por los gases en su difusión.
12. Cita los factores de determinan la difusión de los gases a través de la membrana
alveolo-capilar.
13. Describe la relación existente entre CO2, ventilación alveolar y CO2 espirado por
minuto (producción de CO2) y su significado fisiológico.
14. Describe el concepto de cociente ventilación/perfusión pulmonar y su importancia
fisiológica.
15. Describe las diferencias en el cociente ventilación/perfusión en las distintas
regiones del pulmón.
16. Define el concepto de hipoxia, sus tipos y posibles mecanismos.
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
“Hay una circulación común, una respiración común. Todas las cosas están
relacionadas.”
Hipócrates (460 a. C. - 370 a. C.)
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
0% en el desierto hasta 4% en el océano, pero promedia 0,4% en un día fresco y seco.
De aquí es que, para obtener las presiones individuales, puede usarse la expresión:
Px = Patm x Fix
Donde Px es la presión parcial del gas, Patm es la presión atmosférica y Fix es
la fracción inspirada del gas en estudio. En consecuencia, las presiones parciales de
los gases en el aire inspirado son las siguientes:
PN2 = 0,786 × 760 mm Hg = 597,4 mm Hg
PO2 = 0,209 × 760 mm Hg = 158,8 mm Hg
PAr = 0,0009 × 760 mm Hg = 0,7 mm Hg
PvH2O = 0,003 × 760 mm Hg = 2,3 mm Hg
PCO2 = 0,0004 × 760 mm Hg = 0,3 mm Hg
Potros gases = 0,0006 × 760 mm Hg = 0,5 mm Hg
Estas presiones parciales determinan el desplazamiento del O2 y del CO2 entre
la atmósfera y los pulmones, entre los pulmones y la sangre, y entre la sangre y las
células corporales.
Cuando se considera el efecto de la presión del vapor de agua, la presión parcial
de oxígeno en el aire inspirado está disminuida al nivel del mar:
PO2 (nivel del mar) = 0,21 (760 − 47) = 150 mmHg. 1142
Cada gas difunde a través de una membrana permeable, desde el área con
mayor presión parcial hacia el área con menor presión parcial. Cuanto mayor es la
diferencia en la presión parcial (∆Px), más rápida es la difusión, lo cual está de acuerdo
con la ley de Fick para cada uno de los gases en el aire (ver más adelante).
Entonces, en comparación con el aire inspirado, el aire alveolar tiene menos O2
(13,6% o 103 a 105 mmHg) y más CO2 (5,2% o 40 a 45 mmHg) por dos razones. En
primer lugar, el intercambio gaseoso en los alvéolos aumenta el contenido de CO2 y
disminuye el contenido de O2 del aire alveolar.
En segundo lugar, cuando el aire se inspira, se humidifica al pasar por la
cubierta mucosa húmeda.
Por ello, a medida que aumenta el contenido de vapor de H2O en el aire, el
porcentaje relativo de O2 disminuye.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Tabla 48. Efecto de la altitud sobre la presión parcial de oxígeno (PO2)
Altitud
Presión atmosférica PO2 en el aire PO2 en el aire PO2 en sangre
(metros sobre el nivel
(mmHg) ambiente (mmHg) alveolar (mmHg) arterial (mmHg)
del mar)
0 760 159 105 100
610 707 148 97 92
1219 656 137 90 85
1829 609 127 84 79
2438 564 118 79 74
3048 523 109 74 69
6096 349 73 40 35
9144 226 47 21 19
Para referencia, el monte Everest (Nepal y Tíbet), la montaña más alta del mundo, mide 8854 m.
Fuente: Fox, 2016
1143
Presiones parciales de gases en aire inspirado y en aire alveolar al nivel del mar (Fox,
2016).
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
4. Una membrana basal capilar que, a menudo, está fusionada con la
membrana basal epitelial.
5. El endotelio capilar.
A pesar de tener varias capas, la membrana respiratoria es muy delgada, ya
que sólo tiene 0,2 a 0,5 μm de espesor (en las zonas más delgadas), alrededor de 1/16
del diámetro de un eritrocito, lo que permite la rápida difusión de los gases.
1145
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
la ley de Graham dice que “la velocidad relativa de difusión de los gases en iguales
condiciones, es inversamente proporcional a la raíz cuadrada del peso molecular de
cada gas”.
V1/V2 = �𝑴𝑴𝑴𝑴/𝑴𝑴𝑴𝑴
Esto implica que el O2 posee una velocidad de 0,25 mientras que el CO2 posee
una velocidad de 0,15 (una relación aproximada de 1,17 veces más rápido para el O2
que para el CO2).
Sin embargo, en 1803 el químico inglés William Henry, determinó que “a una
temperatura constante, la cantidad de gas disuelto en un líquido es directamente
proporcional a la presión parcial que ejerce ese gas sobre el líquido”.
Para una mezcla de gases, la ley de Henry ayuda a predecir la cantidad de
cada gas que entrará en la solución, pero diferentes gases tienen diferentes
solubilidades y esto también afecta a la velocidad. Por ende, esta ley dice que la
velocidad de difusión de los diferentes gases en los tejidos es directamente
proporcional a las solubilidades respectivas de cada uno de ellos.
De acuerdo a esto, el CO2 es 24 veces más soluble que el O2 y, por lo tanto,
difunde 20 veces más rápido que este último. Esto es de gran importancia clínica
debido a que los procesos que alteren la difusión de los gases, fundamentalmente 1146
afectan al O2 y muy poco al CO2.
Teniendo en cuenta ambas leyes, puede generalizarse mediante la siguiente
ecuación:
Dm = s/√𝑴𝑴
Donde Dm es el coeficiente de difusión, “s” es la solubilidad del gas y M es el
peso molecular del gas.
La ley de Henry explica, por ejemplo, la narcosis nitrogenada o intoxicación
que se manifiesta en los buceadores que respiran aire en tanques cuando la presión
por la profundidad disuelve grandes cantidades de nitrógeno en la sangre. Altas
concentraciones de este gas producen un efecto narcótico (produce sueño, relajación
muscular y pérdida de la sensibilidad y la conciencia).
Además, la ley de Henry también explica por qué al retornar a la superficie los
buceadores deben subir escalonadamente para permitir que el nitrógeno disuelto en
la sangre se libere al disminuir la presión. De no hacerlo así, el buceador corre el
riesgo de experimentar los síntomas de la descompresión, resultantes de las burbujas
de gas que se desprenden de la sangre al retornar a la presión atmosférica (embolia
gaseosa).
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
La ley de Henry también se utiliza para convertir la presión parcial del gas en
la fase líquida en la concentración del gas en la fase líquida (p. ej., en la sangre). La
concentración de un gas en solución se expresa como porcentaje de volumen (%) o
volumen de gas por 100 ml de sangre (ml gas/100 ml sangre). Por tanto, para la
sangre:
Cx = Px × s
Donde Cx es la concentración del gas en cuestión, Px es la presión parcial según
Dalton y s es la solubilidad del gas.
Por todo lo anterior, el flujo de un gas a través de la membrana de intercambio
viene dado por la ley de Fick:
𝐕𝐕̇x = Dm × A × (∆Px/∆x)
Donde Dm es el coeficiente de difusión del gas a través de la membrana, A es el
área de la membrana, ∆x es el grosor de la membrana y ∆Px es el gradiente de presión
del gas implicado a ambos lados de la membrana.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
65 ml/min/mmHg o más durante el ejercicio y se reduce en enfermedades que
producen fibrosis de las paredes alveolares (Intercambio limitado por la
difusión).
Por su parte, la PCO2 de la sangre venosa es de 46 mmHg, mientras que la del
aire alveolar corresponde a 40 mmHg, y el CO2 difunde desde la sangre a los alvéolos
a favor de este gradiente. La PCO2 de la sangre que sale de los pulmones es de 40
mmHg.
El CO2 pasa por todas las membranas biológicas con facilidad y la capacidad de
difusión pulmonar para este gas es mucho mayor que la capacidad para el oxígeno.
Por esta razón, la retención de este gas rara vez constituye un problema en pacientes
con fibrosis alveolar, incluso con disminución grave en la capacidad para la difusión
de oxígeno.
Cuando se produce un aumento del grosor de la barrera de intercambio gaseoso
como ocurre en el edema alveolar, edema intersticial, fibrosis pulmonar,
esclerodermia pulmonar, etc., no se produce una buena difusión del O2, por lo cual se
requiere una corrección con un aporte de O2 mayor al 21%.
Aunque no exista un problema en la membrana de intercambio, puede ocurrir
que un individuo se encuentre respirando un ambiente con PO2 bajo (hipoxia) con lo
cual se disminuye el gradiente y también el llenado de O2 por los eritrocitos. 1148
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
1150
El aire espirado contiene más O2 que el aire alveolar (16%) y menos CO2
(4,5%) porque parte del aire espirado se encontraba en el espacio muerto
anatómico y no participó en el intercambio gaseoso.
El aire espirado es una mezcla de aire alveolar y aire inspirado que estaba en el
espacio muerto anatómico.
El aire espirado contiene menos O2 y más CO2 que el aire inspirado y, aunque
no hay intercambio de N2 con la sangre, la presión parcial de este gas varía, ya que
queda diluido por el vapor de agua y el CO2 procedentes de los pulmones.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
La relación entre el volumen de CO2 producido y el volumen de O2 captado se
denomina cociente o relación de intercambio respiratorio (RIR) que, en
condiciones de equilibrio estacionario, es igual al cociente respiratorio (CR):
RIR = volumen de CO2/volumen de O2 consumido = CR
En condiciones normales de reposo, el valor del CR varía según el tipo de
alimento que se está metabolizando para producir ATP. Sus valores oscilan entre 0,7
(cuando los lípidos son el principal metabolito) y 1,0 (para los hidratos de carbono).
Habitualmente, el valor de CR se halla comprendido entre 0,75 y 0,8, ya que se
metabolizan tanto hidratos de carbono como lípidos. Durante el ayuno, las proteínas
se convierten en una importante fuente de energía, y el CR tiene un valor aproximado
de 0,8.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
superficie potencial para intercambio de gases que se estima que es de 70 a 100 m2.
Los alvéolos están envueltos por completo en capilares pulmonares.
El intercambio gaseoso es, por demás, la principal función de circulación
sanguínea pulmonar. Sin embargo, debido a que la red vascular conforma una especie
de red intrincada, la circulación sanguínea pulmonar cumple un importante rol de
filtro para la sangre de ciertas estructuras extrañas que pueden presentarse en el
torrente sanguíneo denominados “émbolos” como ser coágulos de sangre formados
en la circulación venosa, principalmente en la zona de los miembros inferiores como
ocurre en la trombosis venosa profunda, células cancerosas que se desprenden
durante el proceso metastásico, células adiposas que pueden aparecer durante un
traumatismo óseo, células placentarias, megacariocitos o burbujas de aire que
se introducen en inyecciones endovenosas.
Como estas estructuras suelen poseer mayor tamaño que la microcirculación
pulmonar, queda atrapados en el lecho vascular del circuito menor evitando que
puedan alcanzar la circulación mayor y causen obstrucciones de los vasos arteriales
en diversos tejidos como el cerebro o el corazón, desencadenando infartos tisulares.
1152
La amplia superficie para la hematosis y la extensa reserva vascular permiten
que la función no se vea alterada, aun cuando más de la mitad de los vasos sufran
obstrucción. Asimismo, la circulación pulmonar posee anastomosis precapilares entre
la circulación bronquial y pulmonar, lo cual evita que se produzca infarto del
parénquima pulmonar.
La circulación sanguínea pulmonar, como cualquier otra circulación regional,
nutre a los alvéolos. Las arterias bronquiales, que habitualmente se originan en la
aorta, nutren las vías aéreas hasta los bronquíolos terminales requiriéndose un flujo
mínimo de sangre para oxigenar a los alvéolos, puesto que, si éstos se encuentran en
hipoxia celular, se alteraría la producción de factor surfactante con la consecuente
aparición de zonas atelectásicas 1 y un incremento en la permeabilidad capilar
produciéndose edema y hemorragias.
La circulación sanguínea pulmonar también posee actividades sobre sustancias
tales como la Ang I que es transformada a Ang II gracias a la ECA que se encuentra
1 El término de atelectasia se asocia con el colapso de una región pulmonar periférica, segmentaria o lobar, o bien al colapso
masivo de uno o ambos pulmones, que motiva la imposibilidad para realizar el intercambio gaseoso. No es una enfermedad per
se, sino la manifestación de una patología pulmonar subyacente. Cualquiera que sea la causa de la atelectasia, una compresión
externa, una obstrucción intrabronquial o la inactivación o ausencia de surfactante, el colapso se acompaña de absorción del aire
contenido en los alveolos, asociado a la pérdida de volumen de la zona afectada. Se produce un compromiso en la “compliance”
pulmonar puesto que, a mayor duración de la atelectasia, se requerirán presiones de insuflación superiores para lograr una
expansión de los territorios colapsados. La presentación clínica es variable, depende de la cantidad de tejido comprometido y
tiempo de evolución. Puede ser asintomática, pero se presenta con síntomas como la disnea y dolor torácico. Los signos incluyen
tos con o sin expectoración y/o cianosis.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
en la superficie del endotelio capilar, además de inactivar sustancias como la
serotonina, acetilcolina, bradiquinina y prostaglandinas.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Las paredes delgadas de las arterias pulmonares y la pequeña cantidad de
músculo liso de sus paredes, ofrecen mucho menos resistencia al flujo sanguíneo que
los vasos arteriales sistémicos, y también, son mucho más distensibles y compresibles
que los vasos arteriales sistémicos, de manera que estos factores llevan a presiones
intravasculares mucho más bajas que las que se encuentran en las arterias
sistémicas.
Los vasos pulmonares están situados en el tórax y están sujetos a presiones
alveolar e intrapleural que pueden cambiar mucho y que varían desde una cifra tan
baja como -80 cmH2O durante el esfuerzo respiratorio máximo hasta más de 100
cmH2O durante una espiración forzada máxima, por ende, factores que no son el tono
del músculo liso vascular pulmonar pueden tener efectos importantes sobre la
resistencia vascular pulmonar (RVP).
La RVP no puede medirse de manera directa, pero es posible aproximarlo
mediante la ecuación de Poiseuille. Para la circulación pulmonar, la RVP es igual a la
presión media de la arteria pulmonar (PAMP) menos la presión media de la
aurícula izquierda (PAI), dividida por el GC, lo cual se relaciona con la ley de Darcy:
RVP = PAMP - PAI
GC
Dado que la circulación derecha e izquierda están en serie, los gastos de los 1154
ventrículos derecho e izquierdo deben ser iguales, pues si no lo fueran, se acumularía
sangre y líquido en los pulmones o en la periferia.
Una cuestión importante es que, para vasos distensibles-compresibles, el
gradiente de Ptp (∆Ptp) es un determinante del diámetro del vaso. A medida que
aumenta el ∆Ptp el diámetro del vaso se incrementa y la resistencia disminuye.
Conforme la Ptp disminuye, el diámetro del vaso disminuye y la resistencia aumenta.
Los ∆Ptp negativos llevan a compresión del vaso o incluso colapso del mismo.
Dos grupos diferentes de vasos pulmonares deben considerarse cuando se
analizan los efectos de cambios del volumen pulmonar sobre la RVP, como los vasos
alveolares y extraalveolares.
A medida que el volumen pulmonar aumenta durante una inspiración normal
con presión negativa, los alvéolos aumentan de volumen. Mientras los alvéolos se
expanden, los vasos que están entre ellos, principalmente capilares pulmonares, están
alargados, a medida que estos vasos se distienden y su diámetro disminuye.
Por ello, la resistencia al flujo sanguíneo a través de los vasos alveolares
aumenta conforme los alvéolos se expanden porque los vasos alveolares son más
largos y porque su radio es más pequeño; por ende, a volúmenes pulmonares altos, la
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
resistencia al flujo sanguíneo ofrecida por los vasos alveolares aumenta y, a
volúmenes pulmonares bajos, dicha resistencia disminuye.
Un grupo de los vasos extraalveolares, las arterias y venas de mayor calibre,
está expuesto a la presión intrapleural, a medida que el volumen pulmonar es
aumentado al hacer la presión intrapleural más negativa, el ∆Ptp de las arterias y
venas de mayor calibre aumenta, y se distienden.
Otro factor que tiende a disminuir la resistencia al flujo sanguíneo ofrecida por
los vasos extraalveolares a volúmenes pulmonares más altos es la tracción radial por
el tejido conjuntivo y los tabiques alveolares que sostienen los vasos de mayor calibre
en su sitio en el pulmón.
Así, a volúmenes pulmonares altos (alcanzados por respiración con presión
negativa normal), la resistencia al flujo sanguíneo ofrecida por los vasos
extraalveolares disminuye, pero, durante una espiración forzada a volúmenes
pulmonares bajos la presión intrapleural se hace menos negativa. Los vasos
extraalveolares son comprimidos, y a medida que los alvéolos disminuyen de tamaño,
ejercen menos tracción radial sobre los vasos extraalveolares. En consecuencia, la
resistencia al flujo sanguíneo ofrecida por los vasos extraalveolares aumenta.
Puesto que los vasos alveolares y extraalveolares pueden considerarse dos
1155
grupos de resistencias en serie uno con otro, las resistencias de los vasos alveolares y
extraalveolares son aditivas a cualquier volumen pulmonar.
RVP = Rvasos alveolares + Rvasos extraalveolares
La RVP es más baja cerca de la CRF y aumenta a volúmenes pulmonares tanto
altos como bajos.
Asimismo, no se puede determinar la presión capilar pulmonar (PCP) por
lo que se suele determinar la presión de enclavamiento del capilar pulmonar
(PECP o presión wedge) que refleja la presión del capilar pulmonar y su valor es de
unos 8 a 10 mmHg. Sí es posible determinar la RVP mediante la ley de Ohm, de la
cual se obtiene 1,8 mmHg/l/min, diez veces menor a la RPT.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Tabla 49. Valores hemodinámicos en reposo y ejercicio
Reposo Ejercicio
• Consumo de O2 (V̇ O2) (ml/min) 300 2000
• Frecuencia cardíaca (latidos/min) 80 140
• Débito sistólico (ml) 80 120
• Débito cardíaco (l/min) 6,4 16,8
PRESIONES (mmHg)
• Aurícula derecha (media) 5 1
• Ventrículo derecho (sistólica/diastólica) 25/0 30/0
• Arteria pulmonar (sistólica/diastólica) 25/10 30/10
• Arteria pulmonar (media) 15 20
• Enclavamiento (media) 8 10
• Aurícula izquierda 7/3 -
• Aurícula izquierda (media) 5 7
• Presión arterial sistémica (sistólica/diastólica) 120/70 130/80
RESISTENCIAS VASCULARES (mmHg/L/min)
• Pulmonar 1,8 0,59
• Sistémica 18,6 8,9
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Todo aumento de la presión hidrostática capilar, como ocurre en la insuficiencia
cardíaca izquierda o la estenosis mitral, provocará edema intersticial pulmonar
debido a que, principalmente en la base, la presión hidrostática excede a la presión
oncótica.
Sin embargo, mientras la cantidad de líquido extravasado sea pequeño, será
drenado hacia los espacios perivasculares y peribronquiales; y, posteriormente, por la
circulación linfática pulmonar sin que exista compromiso de la hematosis, ya que el
flujo puede alcanzar hasta 50 ml/h. Solo cuando el edema es importante el drenaje
linfático no será suficiente, comprometiéndose la hematosis de manera sustancial.
Se identifica por una insuficiencia respiratoria (incluyendo taquipnea, es decir,
respiración rápida superficial) y por un nivel bajo de oxígeno en los tejidos (hipoxia),
que se hace evidente por una coloración azulada (cianosis) de la piel y las membranas
mucosas.
El edema pulmonar sucede en dos fases: edema intersticial, en el que el exceso
de líquido se acumula en los espacios intersticiales del tejido pulmonar, y edema
alveolar, en el que el líquido se acumula en los alvéolos. En los casos graves, el líquido
puede incluso moverse a las vías respiratorias, caso en el que la persona afectada
puede toser y expulsar una sustancia espumosa.
El edema pulmonar interfiere en la respiración de dos formas: 1) incrementando 1157
la distancia que los gases tienen que difundir para moverse entre el aire alveolar y la
sangre capilar, lo que impide el intercambio gaseoso, y 2) interfiriendo con la acción
del surfactante pulmonar, lo que provoca una disminución de la distensibilidad
pulmonar y, por tanto, un aumento del trabajo de respirar.
Por ello, el edema agudo del pulmón (EAP) es una emergencia clínica
caracterizada por un cuadro de disnea súbito de origen cardiovascular que amenaza
la vida del paciente por lo que requiere de un diagnóstico y tratamiento inmediatos.
Suele producirse por claudicación aguda del ventrículo izquierdo, lo que trae consigo
un aumento brusco de la presión capilar pulmonar y acúmulo de líquido (trasudado)
en el intersticio pulmonar y los alveolos.
Por su parte, el edema pulmonar de altura (EPA) es una entidad que pone
en peligro la vida y que ocurre en sujetos predispuestos pero sanos que ascienden a
más de 2000 metros de altura. El EPA resulta de la conjunción de dos defectos
mayores: acumulación de líquido en el espacio alveolar debido a una hipertensión
pulmonar hipóxica exagerada, y alteración en la eliminación del mismo por un defecto
en el transporte transepitelial alveolar de sodio. También parece favorecer el proceso
el descenso del ON endotelial pulmonar y el proveniente del epitelio alveolar
pulmonar que también lo sintetiza y regula la RVP, todo ello por la hipoxia.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Se sabe que, a concentraciones fisiológicas, el ON atenúa el stress oxidativo, un
mecanismo que ha sido implicado en la patogénesis de la hipertensión pulmonar
hipóxica. En situaciones en que existe un déficit en la producción de ON, la pérdida
de la inhibición del stress oxidativo representaría un mecanismo adicional facilitador
del desarrollo de la hipertensión pulmonar.
Tomados juntos, estos hallazgos indican que un defecto en la síntesis de ON por
el endotelio pulmonar y por el epitelio respiratorio contribuye a una hipertensión
pulmonar exagerada durante la exposición aguda a la altura en personas susceptibles
al EPA.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
La proteínacinasa C (PKC), una enzima intracelular dependiente del calcio, al
ser activada estimula la síntesis de ADN en la capa muscular de las arteriolas
pulmonares (sitio anatómico donde ocurre la vasoconstricción pulmonar) e influencia
el intercambio de Na+, K+, y Ca2+.
La PKC es activada por el diacilglicerol (DAG), el cual es generado por la
hidrólisis del fosfatidilinositol-4,5-bifosfato (PIP2). El otro producto de esta reacción,
el inositol-1, 4, 5-trifosfato (IP3) se une al receptor en el retículo endoplásmico,
permitiendo la liberación del Ca2+ intracelular y activando los mecanismos que
llevarán al desarrollo de la hipertensión pulmonar. La hipoxia promueve la liberación
y proliferación del IP3 en los fibroblastos de las arterias pulmonares.
Otros factores como la hipercapnia y la acidosis son también vasoconstrictores
pulmonares y dilatadores periféricos, principalmente a nivel cerebral y muscular.
Algunos factores humorales como las catecolaminas son vasoconstrictoras
cuando actúan sobre receptores α-adrenérgicos. La serotonina también posee efectos
vasoconstrictores por mecanismos no dilucidados, así como la Ang II que se sabe que
potencia la acción de la hipoxia sobre los vasos pulmonares.
La histamina produce efectos vasoconstrictores si actúa sobre receptores H1 y
vasodilatador si actúa sobre receptores H2; debido a que en la circulación pulmonar
predominan los H1, la histamina es un potente vasoconstrictor. 1159
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Por su parte, es sabido que, a gastos cardiacos en reposo, no todos los capilares
pulmonares están perfundidos. Un número considerable de capilares probablemente
tiene perfusión insuficiente debido a los efectos hidrostáticos.
Otros pueden no estar perfundidos porque tienen una presión de apertura
crítica relativamente alta debido a su tono alto de músculo liso vascular u otros
factores como presión alveolar positiva que requieren una presión de perfusión más
alta que la que es necesaria solamente para superar fuerzas hidrostáticas.
En circunstancias normales, no es probable que las presiones de apertura
críticas para vasos sanguíneos pulmonares sean muy grandes porque tienen muy poco
músculo liso. El incremento del flujo sanguíneo (aumento del GC) aumenta la PAMP,
lo cual se opone a fuerzas hidrostáticas y excede la presión de apertura crítica en vasos
previamente no abiertos.
Esta serie de eventos abre nuevas vías paralelas para el flujo sanguíneo, lo que
disminuye la RVP. Esta apertura de vías nuevas se llama reclutamiento. Asimismo,
la disminución del GC o de la PAMP puede dar lugar a desreclutamiento de
capilares pulmonares.
A medida que aumenta la presión de perfusión, el gradiente de presión
transpulmonar de los vasos sanguíneos pulmonares aumenta, lo que causa distensión
de los vasos, esto incrementa sus radios y disminuye su resistencia al flujo sanguíneo. 1160
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
En una persona de pie, el flujo sanguíneo pulmonar no es homogéneo.
Existe mayor flujo en las bases y menor en los ápices, en los cuales el flujo es casi
nulo.
Según West, los pulmones se dividen en tres zonas (West agrega una 4ª zona),
donde:
La zona 1 está dada por los 4 cm apicales se caracteriza por tener una presión
alveolar muy elevada que supera a la arteria pulmonar por lo cual no hay flujo
sanguíneo, principalmente durante la diástole puesto que en la sístole se suele
sobrepasar la presión alveolar.
La zona 2 ocupa la porción media de los pulmones en la cual la presión alveolar
es menor que la presión sanguínea arterial pero todavía mayor que la venosa
por lo cual existe flujo sanguíneo casi constante.
La zona 3 que ocupa la porción basal, se observa una presión, tanto arterial
como venosa, que superan la presión alveolar por lo cual también existe flujo
sanguíneo.
La zona 4 es una zona más basal donde los pequeños vasos sanguíneos están
comprimidos por la alta presión intersticial (efecto de la gravedad).
1161
1162
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
provocaría un cociente que tiende al infinito, es decir, V̇ A/Q̇ = ∞, ya que sólo entraría
aire a los alvéolos afectados (espacio muerto funcional).
También se pueden producir importantes variaciones regionales del cociente,
cuyo valor teórico oscilaría entre 0 y ∞. Como consecuencia de las mismas variaría la
PAO2 entre el valor mixto venoso PvO2 y la PIO2 del aire respirado (humedecido).
En un individuo sano en posición ortostática se produce un importante descenso
de VA/Q̇ entre el vértice y la base (desde 3,3 a 0,63), de forma que PAO2 y PACO2
̇
tendrían cerca de 132 y 40 mmHg en la zona “hiperventilada” del vértice, 100 y 28
mmHg en la zona intermedia y 89 y 42 mmHg en la base “hipoventilada”.
Cuando se realiza un esfuerzo, estas diferencias son menos acentuadas, por el
aumento de la presión en los vasos capilares en la zona 1. La falta de homogeneidad
del cociente 𝑉𝑉̇ A/Q disminuye la eficacia del pulmón en el intercambio gaseoso.
A pesar del elevado valor de PAO2 en los vértices pulmonares (unos 132 mmHg)
y del valor normal de la PAO2 conjunta, esta zona sólo aporta una pequeña parte del
Q̇ conjunto de las venas pulmonares. Como consecuencia PaO2 < PAO2 produciéndose
una diferencia alveolo-arterial de O2 (∆A-aO2) de unos 10 mmHg en condiciones
normales.
Cuando existe un cortocircuito arteriovenoso total (V̇ A/Q̇ = 0) porque las vías 1163
respiratorias están completamente bloqueadas (por ejemplo, por la presencia de un
cuerpo extraño), la zona del pulmón afectada no emplea el O2 inspirado, ya que no
entra en contacto con el lecho capilar, pues no hay intercambio gaseoso en un pulmón
que está perfundido, pero no está ventilado. La PO2 y la PCO2 de la sangre capilar
pulmonar (y, por lo tanto, de la sangre arterial de la circulación general) tenderán a
sus valores en la sangre venosa mixta y el gradiente A–a aumenta (Costanzo, 2018).
Para impedir valores extremos de V̇ A/Q̇ , existe un mecanismo que regula la
circulación pulmonar que constituye la vasoconstricción hipóxica. Este
mecanismo evita cortocircuitos en las zonas mal ventiladas o sin ventilación, lo que
permite derivar la sangre hacia las regiones “mejor ventiladas” para optimizar el
intercambio gaseoso.
La hipoxia prolongada puede provocar hipertensión pulmonar y mayor carga
de trabajo en el corazón derecho, lo que genera cardiopatía pulmonar. Un pH
sanguíneo bajo tiene un efecto similar, en particular cuando se presenta hipoxia
alveolar, como ocurre durante el shock circulatorio.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Sin embargo, los orígenes son distintos de los que inducen la hipertensión
sistémica; comprenden, además de la hipoxia, inhalación de cocaína y de fármacos
anorexígenos repetidos que aumentan la serotonina extracelular y también el lupus
eritematoso sistémico.
Algunos casos son de índole familiar y al parecer dependen de mutaciones que
incrementan la sensibilidad de los vasos pulmonares a factores de crecimiento u
originan deformaciones en el árbol vascular pulmonar.
Todas las entidades patológicas mencionadas hacen que aumente la resistencia
vascular pulmonar. Si no se emprende tratamiento apropiado, la poscarga mayor de
ventrículo derecho al final originará insuficiencia de la mitad derecha del corazón y
muerte. La administración de vasodilatadores como la prostaciclina y sus análogos es
eficaz.
En muchas neumopatías se produce una mayor falta de homogeneidad de V̇ A/Q̇ .
Así en el pulmón de shock, el cortocircuito llega a ser un 50% de Q̇ , de forma que un
edema pulmonar simultáneo, un obstáculo para la difusión alveolar o una alteración
del surfactante, podrían desencadenar una insuficiencia respiratoria que
comprometiera la vida con mucha rapidez.
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Por su parte, si el flujo sanguíneo a un pulmón está bloqueado por completo
(por ejemplo, por un émbolo que ocluye una arteria pulmonar), entonces el flujo
sanguíneo a ese pulmón es cero y se produce un espacio muerto patológico. Si la
ventilación es normal, entonces V/Q es infinita, pues no hay intercambio gaseoso en
un pulmón que está ventilado, pero no está perfundido. La PO2 y la PCO2 del gas
alveolar tenderán a sus valores en el aire inspirado (Costanzo, 2018).
Cuando el paciente se encuentra en decúbito supino, las zonas de West se
modifican y en la nueva zona III se tendrán entonces grupos alveolares muy
heterogéneos que responden de manera diferente a la ventilación. Este suceso reviste
importancia porque por dinámica de fluidos se ventilarán mejor los alvéolos grandes
(de la zona I original) debido a que el flujo gaseoso se encauza hacia allí porque la
resistencia ofrecida es menor. Además, el desplazamiento del contenido abdominal
hacia arriba y atrás en posición supino, pone en desventaja mecánica al diafragma
para su contracción. Estos hechos suelen ser causa de las atelectasias postero-basales
que se observan con frecuencia en el paciente acostado. Es entonces importante la
movilización temprana del enfermo fuera de la cama (Cristancho, 2012).
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Estudios complementarios:
ECG: se observó ondas Q patológicas y depresión del segmento ST en V4, V5 y V6.
Rx Tórax: Se evidencian opacidades alveolares bilaterales difusas.
Gasometría sanguínea: PaO2 de 59 mmHg, PaCO2 de 35 mmHg, pH de 7,35 a
FiO2 de 0,21.
Internación: la paciente ingresa a UTI.
Diagnóstico: Edema pulmonar por insuficiencia ventricular izquierda tras infarto
de miocardio.
Tratamiento: se administra morfina, diuréticos y oxigenoterapia mediante cánula
nasal.
Puntos de reflexión
1. ¿Por qué se presenta disnea en este caso?
2. ¿Se altera la mecánica pulmonar debido al edema pulmonar?
3. ¿Cómo explicaría el mecanismo de edema pulmonar según los principios
fisiológicos?
4. ¿Qué sucede con el intercambio gaseoso en este caso?
5. ¿Por qué se ve afectada la PaO2 y no la PaCO2? 1166
Fernández, V. H .
Capítulo 24 | Fisiología de la respiración
Referencias bibliográficas
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Costanzo, L. S. (2018). Fisiología. Sexta edición. Elsevier.
Cristancho Gómez, W. (2012). Fisiología Respiratoria: lo esencial en la práctica clínica. Tercera edición.
Manual Moderno.
Fox, S. I. (2016). Fisiología humana. 14ª edición. McGraw-Hill. Interamericana.
Kibble, J. Halsey, C. R. (2009). The Big Picture, Medical Physiology. McGraw-Hill Educación.
1167
Fernández, V. H .
SECCIÓN IV
Fisiología de la respiración
Capítulo 25
Transporte de los gases en sangre
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Enumera las formas en que el O2 es transportado por la sangre y exponer su
importancia relativa.
2. Define los conceptos de capacidad total de transporte de O2 por la sangre y de
saturación O2 de la sangre y señala los factores básicos de los que depende.
3. Conoce la cantidad de O2 fijado por gramo de hemoglobina y calcula el total de O2
transportado unido a la hemoglobina en función de la concentración de ésta.
4. Describe mediante la gráfica de saturación de la hemoglobina, la relación entre
presión parcial de O2 y saturación de la hemoglobina y contenido de O2 en sangre.
5. Expone las consecuencias fisiológicas de la forma de la curva de disociación de la
hemoglobina.
6. Describe los cambios en la curva de disociación de la hemoglobina producidos por
las modificaciones de la temperatura, el pH, la PCO2 (efecto Bohr) y el contenido de
2,3-difosfoglicerato de la sangre y su importancia fisiológica.
7. Define el concepto de P50.
8. Describe las consecuencias de determinadas circunstancias como la anemia, la
intoxicación por CO y diferentes tipos de hemoglobinas sobre la curva de
disociación de la hemoglobina y la saturación de O2.
9. Describe las diferentes formas de transporte de CO2 y sus distintas proporciones
(CO2 disuelto, bicarbonato y compuestos carbamínicos).
10. Describe los intercambios iónicos que se producen entre el hematíe y el plasma
durante el transporte de CO2 por la sangre.
11. Describe la función de la anhidrasa carbónica en el transporte de CO2 por la
sangre.
12. Describe el efecto de los cambios en la oxigenación de la hemoglobina sobre la
curva de disociación del CO2 (efecto Haldane).
13. Describe los factores que intervienen en el intercambio gaseoso en los tejidos
periféricos.
14. Explica los trastornos más importantes sobre el O2 y el CO2 y sus formas de
evaluación fisiológica y clínica.
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Este gradiente ya fue explicado como la consecuencia de la poca solubilidad del
O2, que hace lenta su difusión a través de la membrana alveolar y del “cortocircuito
anatómico” que normalmente ocurre. Si ∆A-aO2 aumenta, indicará un “shunt o
cortocircuito” anormalmente aumentado.
No sucede igual con el CO2 ya que la PaCO2 es igual a la PACO2 gracias a su
gran solubilidad e instantánea difusión a través de la membrana. Esto es importante
para la interpretación clínico-fisiológica.
La diferencia entre PAO2 y PaO2 en un individuo sano puede predecirse como:
Gradiente A-a = 2,5 + (0,21 × edad en años)
Una diferencia A-a que es más amplia que la predicha indica que la recaptación
de O2 en la interfase hematogaseosa está alterada.
Supongamos que se encuentra una PaCO2 de 55 mmHg en un paciente
respirando aire ambiente. Esto significa que la PACO2 está elevada en 15 mmHg, lo
cual causa una disminución de la PAO2 de 15 mmHg y, al considerar el ∆A-aO2 normal,
la PaO2 será de 71 a 76 mmHg. Este es el valor predecible.
Si se encuentra un valor inferior, se podrá deducir que la hipoventilación
alveolar no es la causa única y que habrá “shunt” aumentado o difusión anormal. El
cálculo del valor predecible es importante desde el punto de vista de la interpretación 1142
clínica del fenómeno.
Por su parte, la magnitud de la diferencia entre las tensiones de O2 arterial y
alveolar es, como se vio previamente, entre 5 y 10 mmHg en personas jóvenes, pero
aumentan con la edad en cerca de 30 mmHg en personas mayores de 70 años.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Cuando un individuo respira aire ambiente al nivel del mar, respira una FIO2
de 21% (0,21) con la cual se produce una PAO2 de 100 mmHg a nivel del mar; pero si
respira aire ambiente a la altitud de 1.000 m, también respira una FIO2 de 0,21,
aunque a una PAO2 de 72 mmHg a la altitud de 1.000 m. Por consiguiente, con el
cambio de altitud es la PAO2 la que determina la oxigenación arterial, y no el
porcentaje de oxígeno inspirado (FIO2), que es el mismo en el aire ambiente a nivel
del mar que a cualquier altura.
Es por ello que, los pacientes con enfermedad pulmonar severa pueden vivir
más cómodamente a nivel del mar.
Sin embargo, se necesita mínimamente una PaO2 de 60 mmHg para mantener
la saturación de la Hb por encima de 90%. Esto quiere decir que, a 1.000 m de
altura, con FIO2 de 0,21 (respirando aire ambiente), la saturación es de 92%. Al
aumentar, por ejemplo, la FIO2 a 0,50 (50% de FIO2 lo cual se logra respirando con
una mascarilla de oxígeno), la PaO2 a la altura de 1.000 m será 280 mmHg y la PaO2
de la sangre estará ligeramente más baja debido al gradiente descrito.
Como a 100 mmHg se logra ya un 97,5% de saturación de la Hb, la presión por
encima de este valor es innecesaria y sólo contribuye a aumentar casi exclusivamente
el O2 en solución.
El CaO2, o sea la suma de O2 en solución (que es el que medimos como PaO2) 1143
más el O2 unido a la Hb, asciende de acuerdo con variaciones en la PaO2:
CaO2 = ([Hb] × 1,36 × SatO2) + (PaO2 × s del O2)
Donde [Hb] es la concentración de Hb en g/100 ml; 1,36 es la cantidad O2 en ml
que es transportado por 1 g de Hb (1,34 a 1,39 ml); SatO2 es la saturación de la Hb
con el O2, que si se expresa en % debe dividirse por 100; PaO2 es la presión parcial de
O2 en sangre arterial (O2 disuelto en el agua plasmática) y “s” es la solubilidad del O2
en el agua plasmática correspondiente a 0,003 ml de O2/min/mmHg y que, según la
ley de Henry, daría la concentración de O2 en ml/100 ml de sangre al multiplicarlo por
su presión parcial en sangre arterial.
Un paciente con ventilación mecánica pocas veces requiere una FIO2 superior
a 0,50. En condiciones anormales del pulmón, se puede lograr elevar la PaO2 por otros
medios diferentes de aumentar la FIO2 (por ejemplo, con presión espiratoria
positiva -PEP-); sin embargo, una FIO2 superior a 0,50 puede resultar en “toxicidad
por oxígeno”, que produce lesiones severas y puede, de por sí, causar insuficiencia
respiratoria aguda.
Cuando la saturación sobrepasa el 90% y no existe anemia, los tejidos serán
bien oxigenados y la administración de oxígeno adicional no significa mayor beneficio
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
para el paciente. Por ello, valores de PaO2 por debajo de 70 mmHg a nivel del mar,
indican una hipoxemia de significación, y cuando son inferiores a 60 mmHg indican
hipoxemia severa que requiere administración continua de O2.
Utilizando el mismo cálculo anterior, el contenido para la sangre venosa (CvO2)
es de aproximadamente 14 a 16 ml/dl, por lo que la diferencia arterio-venosa de
oxígeno (∆a-vO2) es de 4 a 5 ml/dl. Un concepto importante a destacar es que la PO2
y la saturación son las mismas para la sangre anémica arterial y venosa, incluso
cuando existe una intensa disminución del contenido del oxígeno.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
La Hb puede unir al O2 solo cuando el hierro está en el estado Fe2+ (ferroso). El
Fe2+ de la Hb se puede oxidar a hierro férrico (Fe3+), de forma espontánea o bajo la
influencia de compuestos como los nitritos y las sulfonamidas. La consecuencia de esta
oxidación es la formación de metahemoglobina (metaHb), que no puede unir al O2.
Dentro de los eritrocitos, una enzima que contiene hemo, la metahemoglobina
reductasa, utiliza la forma reducida del dinucleótido de nicotinamida y adenina
(NADH) para reducir la metaHb y transformarla de nuevo en Hb, de manera que
menos del 1,5% de la Hb total está en estado de metaHb.
El entorno que ofrece la porción de globina de la Hb es fundamental para la
interacción O2-hemo. Para que sea útil, esta interacción debe ser totalmente reversible
en condiciones fisiológicas, lo que permite la captación y la liberación repetidas de O2.
Cuando el hemo forma parte de la Hb, unos 20 aminoácidos envuelven el hemo
de la globina, de manera que el O2 se une de forma laxa y reversible al Fe2+. El residuo
fundamental es una histidina que se une al Fe2+ y dona una carga negativa que
estabiliza el complejo Fe2+-O2. Esta histidina también es fundamental para
transmitir, al resto del tetrámero de la Hb, la información de que una molécula de O2
está unida al Fe2+ o no.
1145
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Cuando los cuatro hemos no están unidos a O2, cada una de las cuatro histidinas
tira de su Fe2+ por encima del plano de su anillo porfirínico una distancia de
aproximadamente 0,06 nm, con lo que se distorsiona el anillo porfirínico. Así, el enlace
Fe2+-histidina está sometido a tensión en la desoxiHb, tensión que transmite al resto
de la subunidad α o β, y desde aquí al resto de la molécula de Hb.
Los diversos componentes del tetrámero de Hb están tan estrechamente
entrelazados como si estuvieran unidos por un sistema perfectamente encajado de
palancas y articulaciones, que ninguna subunidad individual puede abandonar este
estado tenso o estado T, salvo que lo abandonen juntas. Como la forma del hemo en
el estado T inhibe por mecanismos estéricos el acercamiento del O2, la Hb vacía tiene
una afinidad muy baja por el O2.
Cuando una molécula de O2 se une a uno de los átomos de Fe2+, el Fe2+ tiende
a descender hacia el plano del anillo porfirínico. Si el Fe2+ realmente pudiera moverse,
aplanaría el anillo y aliviaría la tensión del enlace Fe2+-histidina.
Cuando se une un número suficiente de moléculas de O2, se acumula suficiente
energía para que las cuatro subunidades de la Hb pasen simultáneamente al estado
R o “relajado”, independientemente de que estén unidas a O2. En este estado R, con
el hemo aplanado, la molécula de Hb tiene una afinidad por el O2 150 veces mayor que
en el estado T. 1146
Así, cuando la PaO2 es cero (no ocurre en el cuerpo humano vivo), todas las
moléculas de Hb están en el estado T y tienen una afinidad muy baja por el O2, pero
cuando la PaO2 es muy elevada, todas las moléculas de Hb están en el estado R y
tienen una elevada afinidad por el O2. A valores intermedios de PaO2 hay un equilibrio
entre las moléculas de Hb en los estados T y R.
Los contactos intercatenarios principales de la Hb son α1β1 y α2β2 que
determinan las estructuras cuaternarias oxiHb y desoxiHb y los estados antes
descriptos. Este comportamiento, denominado enlace cooperativo de la Hb con el
O2, requiere cambios que se evidencian en su estructura cuaternaria.
Los dímeros α1β1 y α2β2 rotan aproximadamente 15 grados el uno respecto al
otro, y, al desencadenar el paso del estado T al estado R, la unión de una molécula de
O2 aumenta la afinidad de otros sitios de enlace.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Las determinaciones de la transmisión o reflectancia se hacen en una zona de
tejido translúcido que tenga un flujo sanguíneo relativamente bueno, con frecuencia
un dedo de la mano, un dedo del pie o la oreja en adultos y niños, o el pie o la mano en
los lactantes. El fotodetector y el microprocesador del pulsioxímetro permiten calcular
la saturación de oxígeno en los capilares periféricos, que generalmente muestra un
valor del 4 a 6% del hallado en la gasometría de sangre arterial.
La pulsioximetría se utiliza para monitorizar el estado cardiopulmonar durante
la anestesia general y local, en las unidades de cuidados intensivos y neonatales, y
durante el transporte de los pacientes. Los movimientos corporales, la luz ambiental
irradiada, el aumento de la bilirrubina y las uñas artificiales o pintadas interfieren
en la lectura de la pulsioximetría (Baynes y Dominiczak, 2019).
La relación entre la PaO2 y la saturación de la Hb se describe mediante la
curva de saturación de la Hb.
1148
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Así, la Hb está saturada cerca del 98% en los pulmones (punto “a” arterial de
la curva siguiente) y disminuye a un 75% en los tejidos (punto “v�” venoso de la curva
siguiente), de manera que cede casi 30% de todo el O2 que puede transportar.
1149
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
La porción más empinada de la curva se encuentra en las zonas de baja PaO2
de los tejidos, lo que significa que, disminuciones relativamente pequeñas en la PaO2
dan lugar a grandes incrementos en la cesión de O2. Sin embargo, pequeñas
disminuciones en la PaO2 en los pulmones (altitud moderada) no comprometen
seriamente la capacidad de la Hb para fijar O2.
1150
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
que el pH elevado la desplaza hacia la izquierda. Esta modificación se conoce como
efecto Bohr en honor del fisiólogo danés Christian Bohr (1835-1911), quien por
primera vez describió la curva sigmoidea de la disociación de la oxiHb, y se representa
por la ecuación:
H+ + HbO2 ↔ HHb + O2
Ésta demuestra que el aumento de H+, aumenta la liberación del O2 de la Hb
haciéndola más básica.
1151
Por su parte, la disminución de los H+, lo cual ocurre a nivel de los capilares
pulmonares, facilita que la Hb se vuelva más ácida y capte el O2, a la vez que libera
el CO2. Este efecto se conoce como efecto Haldane, aunque también suele
denominarse efecto Bohr inverso.
Asimismo, la PCO2 alta desvía la curva hacia la derecha, en cambio, la PCO2
baja desvía la curva hacia la izquierda (Efecto Bohr).
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
La Hb muestra además un efecto heterotrópico de gran significación
biológica, lo cual implica su interacción con el 2,3-DPG (o 2,3-BPG), un compuesto
fosforilado predominante en el eritrocito y funciona como un efector alostérico para la
Hb.
En la conformación desoxi (estructura cuaternaria T o tensa) existe una cavidad
suficientemente grande para admitir al 2,3-DPG entre las cadenas β, denominado
bolsillo del 2,3-DPG. Además, esta cavidad está cargada positivamente, fijando así
una molécula de 2,3-DPG de carga negativa y, cuando se une el 2,3-DPG a su bolsillo,
este genera la liberación del O2 produciendo el cambio de conformación de R a T.
1153
Los efectos del 2,3-BPG sobre la curva de disociación de oxihemoglobina (Levitzky, 2013).
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
El mecanismo de desplazamiento a la izquierda se debe a que el 2,3-DPG no se
une ávidamente a las cadenas γ de la HbF por no tener el bolsillo para éste, que sí lo
tienen las cadenas β de la HbA. Esto es beneficioso para el feto, cuya PaO2 es baja
(unos 40 mmHg) respecto a la sangre arterial de la madre.
1155
Transporte del CO2 en sangre (Preston y Wilson, 2020). CA: anhidrasa carbónica.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
El H+ generado se incorpora a la desoxiHb, mientras que el bicarbonato, por su
parte, se intercambia con iones Cl- del plasma, mecanismo denominado
desplazamiento del cloruro, mediante el antiport Cl-/HCO3-.
Así se transporta el 70% del CO2. El restante, se transporta como CO2 disuelto
(7%) y como carbaminohemoglobina (CarbaminoHb) (23%), producto de la
reacción del CO2 con los grupos amino de la Hb, donde se generan entre 1 y 2
equivalentes de H+.
La desoxiHb forma compuestos carbamino más rápido que la oxiHb, mientras
que la oxigenación produce liberación del CO2 fijado.
La curva de disociación del CO2 es más lineal que la del O2, sobre todo en el
rango fisiológico de 35 a 45 mm Hg. La desoxiHb tiene mayor afinidad por el CO2 a
causa del efecto Bohr. El desplazamiento de la curva (efecto Haldane) favorece la
fijación de CO2 en los tejidos y su liberación en los pulmones.
1156
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
De los casi 49 ml de CO2 por cada 100 ml de sangre arterial, 2,6 ml están
disueltos, 2,6 ml se encuentran en compuestos carbamino y 43,8 ml se hallan en el
HCO3-. En tejidos, se agregan 3,7 ml de CO2 por cada 100 ml de sangre; 0,4 ml
permanecen en solución, 0,8 ml forman compuestos carbamino y 2,5 ml constituyen
HCO3- y el pH sanguíneo cae de 7,40 a 7,36.
En los pulmones, el proceso se invierte y los 3,7 ml de CO2 se descargan a los
alveolos. De esta manera, 200 ml de CO2 por minuto en reposo y cantidades mucho
mayores durante el ejercicio se transportan desde los tejidos a los pulmones y se
excretan. Es importante señalar que, en 24 h, la cantidad de CO2 equivale a más de
12.500 mEq de iones hidrógeno (Barrett et al., 2019).
El CO2 es tanto más soluble comparado con el oxígeno, por lo cual la hipercapnia
rara vez constituye un problema en pacientes con fibrosis pulmonar. Sin embargo,
ésta aparece en la desigualdad entre ventilación y perfusión, y también cuando por
cualquier razón la ventilación alveolar es inadecuada en las diversas presentaciones
de la falla de bomba.
Se exacerba cuando la producción de CO2 aumenta. Por ejemplo, en pacientes
febriles hay incremento de 13% en la generación de CO2 por cada incremento de 1°C
en la temperatura, y el consumo elevado de carbohidratos aumenta la producción de
CO2 por la elevación del cociente respiratorio.
En situaciones normales, la ventilación alveolar se incrementa y se espira el
CO2 adicional, pero se acumula cuando se afecta la ventilación.
Por su parte, la hipocapnia es resultado de la hiperventilación. Durante la
hiperventilación voluntaria, la PCO2 arterial cae de 40 hasta 15 mmHg, mientras la
PO2 se eleva hasta 120 o 140 mmHg (por aumento de la fracción disuelta en plasma).
Los efectos más duraderos de la hipocapnia se observan en pacientes neuróticos con
hiperventilación crónica.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
El flujo sanguíneo cerebral debe reducirse 30% o más por el efecto constrictor
directo de la hipocapnia en los vasos cerebrales. La isquemia cerebral causa vahído,
mareo y parestesias.
La hipocapnia también aumenta el gasto cardiaco. Tiene efecto constrictor
directo en muchos vasos periféricos, pero deprime el centro vasomotor, por lo que la
presión sanguínea casi siempre permanece sin cambios o sólo se incrementa un poco.
Otras consecuencias de la hipocapnia se deben a la alcalosis respiratoria
relacionada, el pH sanguíneo aumenta a 7,5 o 7,6. El nivel plasmático de bicarbonato
es bajo, pero la reabsorción de bicarbonato disminuye por la inhibición de la secreción
de ácido renal por la PCO2 baja.
El nivel plasmático total de calcio no cambia, pero el de Ca2+ iónico plasmático
disminuye y las personas con hipocapnia presentan espasmo carpopedal, signo de
Chvostek y otros signos de tetania.
La entrega de O2 a los tejidos, no solo depende del CaO2 sino también del GC
que permite que todos los tejidos estén adecuadamente perfundidos.
La función pulmonar tiene como papel esencial la transferencia de O2 desde la
atmósfera a la sangre de los capilares pulmonares. En el individuo sano, los valores 1158
de PaO2 en sangre son suficientes como para saturar la capacidad de transporte de O2
de la Hb.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Sin embargo, además de la función pulmonar y de la capacidad de transporte
de O2 de los hematíes, un tercer factor determinante del aporte sistémico de O2 a los
tejidos es el GC adecuado.
El producto del GC por el CaO2 constituye el delivery o disponibilidad de O2
(DO2):
DO2 = CaO2 × GC × 10
Dicha variable expresa el aporte de O2 de la sangre arterial y es una expresión
que engloba los tres primeros eslabones de la cadena de transferencia de O2 desde la
atmósfera a la mitocondria, correspondiente a la ventilación y hematosis (función
pulmonar), transporte de O2 en la sangre y el GC. Su valor de referencia es de unos
750 a 1200 ml/min.
También suele utilizarse el índice cardíaco (IC = GC/superficie corporal) para
referirse al DO2 indexado:
IDO2 = CaO2 × IC × 10
Su valor de referencia es de 500 a 600 ml/min/m2 (Rodriguez et al., 2013;
Crosara, 2015).
1159
La difusión de los gases respiratorios entre el capilar tisular y la célula
constituye el mecanismo básico de intercambio tisular de los gases
respiratorios.
La difusión pasiva del O2 desde el hematíe a la mitocondria se realiza mediante:
1. Liberación del O2 unido a la Hb.
2. Difusión del O2 desde el hematíe al plasma.
3. Difusión del O2 a través del plasma, de la pared capilar, del tejido intersticial
pericapilar y del citoplasma hasta la mitocondria.
Por ejemplo, en el tejido muscular, la difusión dentro del miocito está facilitada
por la mioglobina que actúa como reservorio tisular de O2.
La primera ley de Fick permite describir la transferencia de un gas por difusión
pasiva en el capilar tisular. En un momento dado (t), el volumen de O2 transferido
desde el eritrocito a la mitocondria, V̇ O2(t), es equivalente al producto de una
conductancia, o capacidad de difusión del gas (DO2), por la presión de difusión, la cual
equivale al gradiente de presión parcial del gas entre el capilar y la mitocondria:
𝐕𝐕̇O2 = DO2 x [PcapO2(t) - PmitO2(t)]
El valor normal de este índice es de 120 a 180 ml/min/m2.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Por su parte, el coeficiente de extracción de O2 porcentual desde el capilar
tisular a la célula (EO2%) se define como el cociente porcentual entre la diferencia
arteriovenosa de contenido de O2 y el CaO2:
EO2%= 100 x ([CaO2 - CvO2]/CaO2 = 100 x (𝐕𝐕̇O2 /𝐐𝐐̇O2)
También puede considerarse la siguiente ecuación:
EO2%= 100 x (𝐕𝐕̇O2/DO2)
Este índice, cuyo valor de referencia es de 20 a 30%, sirve para valorar la
eficacia del intercambio periférico de O2 en sujetos sanos y en enfermos. Esto es, para
una misma pendiente de disociación de la curva de oxiHb, EO2% se incrementará al
aumentar la capacidad de difusión tisular del O2 y será menor si disminuye el tiempo
de tránsito del eritrocito por el capilar tisular, lo cual representa una disminución
del tiempo de contacto del hematíe con el área de transferencia de O2.
El tiempo de tránsito del eritrocito en el capilar tisular es el cociente entre el
volumen del capilar y el flujo sanguíneo.
Actualmente se acepta que, en determinadas situaciones fisiológicas, como el
ejercicio intenso o la actividad física en condiciones de hipoxia (grandes alturas), la
producción de energía (V̇ O2máx) puede estar limitada por la capacidad de difusión
tisular del O2. 1160
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Finalmente, una tercera vía es la reacción de la adenilciclasa que permite la
formación de ATP a partir de dos moléculas de ADP. En cualquier caso, la persistencia
de un aporte de O2 inferior a la demanda energética tisular dará lugar, por diferentes
mecanismos, a graves lesiones celulares por hipoxia que pueden resultar irreversibles.
Por el contrario, la exposición de las células a tensiones de O2 por encima del rango
fisiológico durante un tiempo excesivo puede asimismo producir daño celular debido
a la formación de radicales libres de O2.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
más frecuentes que llevan a este tipo de hipoxia, pues disminuye el DO2 por bajo gasto
cardíaco.
La hipoxia histotóxica, citopática o citotóxica, existe una alteración de la
respiración celular que impide la utilización del oxígeno. Se puede observar en la
sepsis en donde se afecta el metabolismo oxidativo celular por disfunción
mitocondrial. Se encuentra hipoxia a pesar de una PO2 tisular normal o elevada,
secundaria a un aumento de la DO2. Los mecanismos involucrados en el desarrollo de
hipoxia citopática tienen que ver con la inactivación de la piruvato deshidrogenasa,
producción de óxido nítrico, producción de ion superóxido y peroxinitrito, desacople de
la fosforilación oxidativa y activación de enzimas nucleares.
En este caso la cantidad de O2 que llega al tejido es adecuada, pero por la acción
de un agente tóxico, las células del tejido no pueden utilizar el O2 que les llega. El
ejemplo lo constituye la intoxicación por cianuro, el cual inhibe a la oxidasa de
citocromo y tal vez otras enzimas.
El tratamiento de dicha intoxicación incluye azul de metileno o nitritos, los
cuales actúan mediante la formación de metahemoglobina, la cual luego reacciona con
el cianuro para formar cianometahemoglobina que es un compuesto no tóxico. Por
supuesto, la intensidad del tratamiento con tales sustancias está limitada por la
cantidad de metahemoglobina que puede formarse de manera segura. La oxigenación 1162
hiperbárica también es útil.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Debido a la afinidad del CO por la Hb, la formación de carboxiHb ocurre cuando
la PCO alveolar es mayor de 0,4 mmHg. Sin embargo, la cantidad de carboxiHb
formada depende de la duración de la exposición al CO, de la concentración de éste en
el aire inspirado y de la ventilación alveolar.
Los efectos del CO y la anemia sobre el transporte de O2 por la Hb (Levitzky, 2013). 1163
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
necesario. Es preferible la ventilación con O2 al 100% ya que se acelera la disociación
de la carboxiHb. La oxigenación hiperbárica es útil en esta situación.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Por tanto, el tratamiento con oxígeno hiperbárico en tanques cerrados se usa
para tratar enfermedades en las cuales no puede lograrse la mejoría en la oxigenación
de los tejidos de otra manera. Su valor está demostrado en la intoxicación por CO,
lesión hística inducida por radiación, gangrena gaseosa, anemia por pérdida
sanguínea muy grave, úlceras diabéticas en las piernas y otras heridas con
cicatrización lenta, así como en el rescate de colgajos cutáneos e injertos en los que la
circulación es marginal. También es el tratamiento principal en la enfermedad por
descompresión y la embolia gaseosa.
En pacientes hipercápnicos con insuficiencia pulmonar grave, el nivel de CO2
puede ser tan alto que deprime la respiración en lugar de estimularla. Algunos de
estos sujetos sólo mantienen la respiración porque los quimiorreceptores carotídeos y
aórticos impulsan el centro respiratorio.
Si se retira el impulso hipóxico con el suministro de O2, la respiración podría
detenerse. Durante la apnea resultante, la PaO2 disminuye, pero tal vez la respiración
no se reanude.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
defectos celulares para la utilización del oxígeno (sepsis), la SvO2 o la SvcO2 pueden
estar normales o aumentadas a pesar de la existencia de hipoxia.
Otro parámetro importante es el lactato. En ausencia de oxígeno, el piruvato
se transforma en lactato para mantener un mínimo de producción de ATP. En
condiciones normales los niveles de lactato en sangre arterial están entre 1 a 2
mmol/L. Los glóbulos rojos son grandes productores de lactato. Es decir que, el nivel
de lactato en sangre es un reflejo entre su producción y su metabolismo,
principalmente en hígado (50%) y en riñón (20%).
En pacientes críticos en estado de shock puede observarse lactacidemia tipo
A (hipóxica) por desbalance entre el aporte y la demanda de oxígeno. Existe una caída
importante de la DO2.
La acidosis láctica tipo B no se acompaña de hipoxia y puede deberse a
intoxicación por ciertas drogas o tóxicos como así también a alteraciones enzimáticas
genéticas. En resumen, el aumento del lactato puede deberse a problemas aeróbicos o
anaeróbicos y a veces conjuntamente a una disminución de su aclaramiento. Siempre
que el mismo esté aumentado la hipoxia va a ser la primera causa que se debe
descartar.
La PvCO2 es otro parámetro importante, cuyo valor se encuentra entre 4 a 6
mmHg mayor que en sangre arterial. La variación de la PCO2 tiene una relación 1166
directa con su producción e inversa con la función cardíaca.
En condiciones anaeróbicas se generan hidrogeniones que son tamponados por
el bicarbonato dentro de la célula, generando aumento de la PCO2. Es decir, que en
condiciones de V̇ O2 y V̇ CO2 estables, un aumento de la diferencia venoarterial de CO2
puede observarse cuando se tiene bajo gasto cardíaco.
Cuando la hipoxia es debida a isquemia se incrementa la diferencia
venoarterial de CO2; no así cuando la hipoxia se produce con flujo normal.
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Antecedentes familiares: sus padres siguen vivo y sanos hasta donde sabe.
Ambos son deportistas desde la secundaria.
Exploración física: la paciente no presenta signos ni síntomas de enfermedad.
Peso: 59 kg, Talla: 170 cm, IMC: 20,42 kg/m2.
PA: 110/70 mmHg, FC: 70/min, FR: 15/min.
Placa de Tórax: sin hallazgos patológicos.
Laboratorio: Htc de 42%, Hb de 14 g/dl, Leucocitos de 8300/mm3. Fórmula
leucocitaria: N. Seg.: 60%, Eo: 3%, L: 35%, Mo: 2%. Química hemática sin
particularidades. SatO2: 99%
Ergometría: V̇ O2 en reposo: 300 ml/ min, V̇ O2 máx. (en ejercicio): 3.500 ml/min, V̇ P
total en reposo: 5 l/min, V̇ P total en ejercicio: 150 l/min. GC en reposo: 5 l/min, GC
en ejercicio: 25 l/min. Lactato en sangre (en reposo): 1 mM, Lactato en sangre (en
ejercicio): 10 mM (VR < 2 mEq/l).
Puntos de reflexión
1. ¿Es posible que, en el caso de Ana, la captación de O2 esté “limitada por la
difusión”? ¿Por qué?
2. ¿Cuál será el contenido arterial de O2 de Ana en reposo? 1167
3. ¿Cuál será su DO2 en reposo y en ejercicio?
4. ¿Cuál es la EO2% en reposo y en ejercicio?
5. ¿Qué características facilitan o complican la extracción de O2 por parte de los
músculos en ejercicio en el caso de Ana?
Fernández, V. H .
Capítulo 25 | Fisiología de la respiración
Referencias bibliográfica
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Baynes, J. W. Dominiczak, M. H. (2019). Bioquímica médica. 5ª Edición. Elsevier.
Cristancho Gómez, W. (2012). Fisiología Respiratoria: lo esencial en la práctica clínica. Tercera edición.
Manual Moderno.
Crosara, D. (2015). Alteraciones agudas del metabolismo del oxígeno. Revista Mexicana de
Anestesiología, 38(S1), 17-19.
Levitzky, M. G. (2013). Fisiología pulmonar. 8ª edición. McGraw-Hill Educación.
Preston, R. R. Wilson, T. E. (2020). Fisiología. 2ª edición. Wolters Kluwer.
Regueira, T. Andresen, M. (2010). Manipulación del transporte y consumo de oxígeno en la sepsis.
Revista médica de Chile; 138(2); pp. 233-242. https://dx.doi.org/10.4067/S0034-
98872010000200014
Rodriguez, A. Bodí, M. do Pico, J. L. Restrepo, M. (2013). Medicina Intensiva. Bases fisiopatológicas del
tratamiento. Primera edición. Ediciones Jornal.
1168
Fernández, V. H .
SECCIÓN IV
Fisiología de la respiración
Capítulo 26
Regulación de la ventilación
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Esquematiza el proceso general de la regulación de la ventilación.
2. Cita la localización de los centros respiratorios del bulbo, la protuberancia y el
efecto sobre la ventilación de las secciones del tronco encefálico a estos niveles.
3. Describe cómo se origina el ritmo respiratorio y el papel central de los núcleos
respiratorios ventral y dorsal del bulbo raquídeo.
4. Expone el papel de la corteza cerebral en el control voluntario de la ventilación.
5. Cita los tipos de receptores periféricos que intervienen en el control de la
ventilación.
6. Describe las respuestas a la insuflación de los mecanorreceptores del pulmón y
vías respiratorias.
7. Expone las variables sanguíneas que modifican la ventilación.
8. Describe la localización, estructura e inervación de los quimiorreceptores
periféricos y cita los factores que los activan.
9. Describe las respuestas de los quimiorreceptores periféricos a los cambios de PO2,
PCO2 y pH de la sangre.
10. Describe la localización de los quimiorreceptores centrales y su mecanismo de
activación.
11. Describe los reflejos originados a partir de distintos receptores del cuerpo.
12. Describe la respuesta ventilatoria al aumento de la PCO2 a través de los
quimiorreceptores centrales durante el sueño.
13. Cita los cambios respiratorios que ocurren durante la ascensión a gran altura y
descenso en el mar.
14. Describe los principales cambios respiratorios que ocurren durante el ejercicio
físico.
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Sin embargo, a pesar de las amplias variaciones en los requerimientos de
captación de O2 y eliminación de CO2, las presiones arteriales de ambos elementos se
mantienen dentro de márgenes muy estrechos por una compleja regulación de la
ventilación de los pulmones mediante determinados sistemas de control.
La respiración está controlada por las siguientes partes:
Centros de control de la respiración en el tronco encefálico (bulbo raquídeo
y protuberancia).
Quimiorreceptores de O2 y de CO2.
Mecanorreceptores en los pulmones y en las articulaciones.
Control voluntario a partir de órdenes procedentes de la corteza cerebral
que pueden anular temporalmente al tronco encefálico.
Los efectores de este sistema homeostático son los músculos ventilatorios
principales y accesorios.
Los latidos y la respiración son los dos procesos rítmicos más evidentes del
cuerpo; sin embargo, aunque el corazón tiene un marcapasos intrínseco, los
pulmones no lo tienen.
Las funciones homeostáticas y conductuales del sistema respiratorio están reguladas 1170
por el SNC, donde se origina el ritmo respiratorio básico (RRB). Hace más de 70
años se observó que este se mantiene tras la eliminación del cerebro por encima del
tronco encefálico y que la respiración automática cesa después de seccionar el tronco
del encéfalo en la unión del bulbo raquídeo con la médula espinal.
Sin embargo, todavía en la actualidad, la localización histológica precisa de los
centros en el bulbo y la protuberancia está poco caracterizada, debido a que los
llamados “centros respiratorios” no constituyen núcleos separados, sino que están
formados por grupos de neuronas poco individualizadas.
Por ello, la creencia inicial de que determinadas funciones respiratorias
residían en los centros respiratorios se ha modificado y, en la actualidad, se utiliza el
término generador central del ritmo o generador central del patrón
respiratorio (GCPR), el cual está constituido por una serie de redes neuronales
organizadas como oscilador acoplador, capaces de elaborar un patrón de descargas
que se mantiene espontáneamente activo durante toda la vida y que subyace al ciclo
periódico de inspiración y espiración.
El GCPR presenta un alto grado de redundancia funcional; este hecho, junto
con su distribución relativamente diseminada en el tronco del encéfalo, representa un
mecanismo para asegurar su funcionamiento de forma continua y segura, ya que la
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
respiración es la única función que exige que los músculos esqueléticos se contraigan
continuamente en un ciclo de inspiración seguido de espiración, desde el nacimiento
hasta la muerte.
Los experimentos de transección a distintos niveles del SNC permitieron
concluir que los supuestos “centros” encargados del control automático del ritmo
respiratorio se localizaban en el tronco encefálico.
En función de estos resultados se hablaba de un centro neumotáxico que está
compuesto por neuronas que se agrupan en dos núcleos, situados en la parte rostral
de la protuberancia denominados núcleo parabraquial medial (NPBM) y núcleo
de Kölliker-Fuse. Se considera que su función es la de modular los centros
respiratorios bulbares, pues la estimulación de las neuronas del neumotáxico
desactiva la inspiración, regula el volumen inspiratorio y, en consecuencia, la
frecuencia respiratoria, lo cual apunta hacia el hecho de que no parece participar en
la génesis del RRB, ya que puede existir un patrón normal en su ausencia.
El centro apnéustico (del griego, “apneusis”, inspiración sostenida o
prolongada), hace referencia a periodos de apneusis que se interrumpen por
espiraciones breves. Su localización anatómica aún no ha sido precisada, pero parece
estar formado por una red neuronal difusa, ubicada en la formación reticular de la
protuberancia en el límite con el bulbo raquídeo. Se considera que es el lugar de 1171
proyección e integración de diferentes tipos de información aferente, que pueden
finalizar la inspiración (neuronas con actividad interruptora inspiratorio).
Tanto la estimulación vagal, por el aumento del volumen pulmonar, como la del
centro neumotáxico, activan estas neuronas y hacen que acabe la fase de inspiración.
Cuando este mecanismo se inactiva mediante la supresión de las aferencias vagales y
de los centros superiores aparece la apneusis.
Estas neuronas también se estimulan por el aumento de la temperatura
corporal y ocasionan la taquipnea. Por su parte, estas neuronas no parecen
desempeñar una función crucial en la génesis del RRB.
Los centros bulbares inspiratorios y espiratorios están representados por
varios grupos neuronales en distintos núcleos bulbares, capaces de aumentar su
actividad (frecuencia de disparo de potenciales de acción) durante la inspiración.
Sin embargo, no parece que haya un grupo único de células marcapasos en el
bulbo donde se origina el RRB; por el contrario, el patrón de inspiración-espiración es
generado por neuronas interconectadas, las cuales forman redes que actúan como
circuitos oscilantes.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Durante la inspiración, entre dichas redes, la frecuencia de disparo aumenta
en varias células (en distintos puntos), mientras que en la espiración se activan otros
grupos neuronales. Las neuronas que constituyen el GCPR, se localizan de forma más
o menos difusa bilateralmente en el bulbo y forman dos grupos denominados
respiratorio dorsal y respiratorio ventral.
1172
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
El NTS constituye la principal proyección de vías aferentes viscerales de los
nervios glosofaríngeo (IX par) y vago (X par), que llevan informaciones de los
quimiorreceptores acerca de la PaO2, PaCO2 y el pH, además de la PAM (desde los
barorreceptores aórticos). Si bien el GRD es necesario para la inspiración, no es
suficiente ya que la lesión de este grupo no impide la inspiración, solo altera a
amplitud de a descarga de los nervios frénicos.
El grupo respiratorio ventral (GRV) está constituido por neuronas de
distribución anatómica más difusa que la del dorsal, constituido por agregados de
células que se extienden longitudinalmente por el bulbo, desde su zona caudal hasta
la más rostral.
La zona caudal que corresponde al núcleo retroambiguo (GRV caudal o
NRA) y contiene fundamentalmente neuronas espiratorias. Las zonas de muchas de
estas neuronas establecen sinapsis con las motoneuronas que controlan los músculos
espiratorios intercostales y abdominales (espiración forzada).
La zona intermedia que corresponde al núcleo paraambiguo (GRV
intermedio o NPA). Por su distribución paralela al núcleo ambiguo contiene
fundamentalmente neuronas inspiratorias.
En 1991, se describió un complejo neuronal denominado complejo pre-
Bötzinger (CpreBöt), un grupo de 150-200 neuronas, en una región del bulbo 1173
raquídeo ventral que contiene la red neuronal necesaria y suficiente para generar el
RRB. El CpreBöt es una región limitada, bilateral y simétrica del GRV (Muñoz et al.,
2016).
En el humano, el CpreBöt se encuentra ventral a la división semicompacta y
caudal a la división compacta del núcleo ambiguo. Estas neuronas tienen receptores
específicos para distintos neurotransmisores, los cuales pueden estimular, inhibir o
modificar su actividad; dichos receptores comprenden los de la sustancia P
(neurocinina), la acetilcolina (nicotínicos), el glutamato (NMDA o N-metil D-
aspartato, AMPA o receptor del ácido α-amino-3-hidroxi-5-metilo-4-isoxazolpropiónico
y los receptores de kainatos) y los receptores de opioides µ.
Contiene hasta 6 tipos de neuronas respiratorias, que debido a sus propiedades
intrínsecas y a las interacciones sinápticas que establecen, permiten generar y
mantener una actividad cíclica espontánea en forma de salvas de disparos de
potenciales de acción. Cada CpreBöt muestra actividad rítmica independiente, sin
embargo, se comunican bidireccionalmente con conexiones sinápticas que sincronizan
la actividad de ambos lados.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Aunque rítmicas, no se considera a la mayoría de las neuronas del CpreBöt
como neuronas marcapasos, ya que en ausencia de conexiones sinápticas la actividad
rítmica cesa. Asimismo, el CpreBöt contiene neuronas silenciosas, que no disparan
potenciales de acción aun cuando se encuentran en la misma área neuroanatómica.
El CpreBöt no contiene neuronas espiratorias.
Durante la ventilación pulmonar, la fase inspiratoria es la fase activa que
involucra la contracción de músculos, mientras que la fase espiratoria es pasiva. La
espiración se vuelve activa en procesos como toser, estornudar o durante el ejercicio.
Se ha propuesto que la espiración activa está controlada por el GRpF/NRT.
El zona rostral (GVR rostral) que se localiza en la cercanía del núcleo
retrofacial (NRF) e incluye una densa población de neuronas que se agrupan y
forman el llamado complejo de Bötzinger, el cual está formado por diversos tipos
funcionales de neuronas espiratorias, algunas motoneuronas que inervan la laringe y
la faringe, otras son interneuronas.
Durante la eupnea, la actividad neural que sale hacia los músculos
respiratorios es muy regular, con ráfagas rítmicas de actividad durante la inspiración
solamente hacia el diafragma y algunos músculos intercostales.
La espiración se produce exclusivamente por la finalización de la inspiración
y por el retroceso elástico pasivo de la pared torácica y los pulmones. Durante el 1175
ejercicio más intenso aumenta la amplitud y la frecuencia de la actividad del nervio
frénico y aparece actividad adicional en los nervios que inervan músculos accesorios
de la inspiración. Con este aumento del esfuerzo también se tornan activos los
músculos accesorios de la espiración, lo que produce una espiración más rápida y
permite que la inspiración siguiente comience más temprano; es decir, aumenta la
frecuencia respiratoria.
Según el modelo de propiedad emergente, el ritmo respiratorio se genera
por la actividad coordinada de tres tipos de neuronas medulares:
a) Neuronas con actividad inspiratoria central (NAIC)
b) Neuronas con actividad de interruptor inspiratorio (NAII)
c) Neuronas que actúan a manera de integrador (NI).
Las NAIC disparan con una frecuencia en incremento constante, un patrón de
descarga que se denomina rampa inspiratoria, las cuales dirigen a la reserva de
neuronas motoras responsable de los movimientos para la inspiración, aumentando
la frecuencia de disparo y también el volumen corriente. Al mismo tiempo
despolarizan a las NI.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Las NAII son responsables de poner fin a la rampa inspiratoria ya que
descargan cuando las neuronas integradoras se despolarizan hasta un nivel umbral.
De acuerdo con esto, las NAIC inducen el disparo de las NAII en forma indirecta, por
mediación del integrador, con lo que limitan a sus propias descargas. Esto constituye
un circuito básico para la generación del ritmo respiratorio.
1176
Modelo simple de la propiedad emergente del ritmo respiratorio (Michael y Sircar, 2012).
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
(centro neumotáxico) y las aferentes vagales que derivan de los receptores de
estiramiento de los pulmones.
Las fuentes de impulsos inhibitorios incluyen un grupo de células del bulbo
(centro apnéustico). En presencia de impulsos excitatorios, el integrador se
despolariza con rapidez hasta el nivel umbral e induce el disparo de las NAII, lo cual
resulta en la terminación temprana de la rampa inspiratoria. De ahí que la
inspiración se acorte y el volumen corriente disminuya.
En contraste, en ausencia de estos impulsos excitatorios, y presencia de
impulsos inhibitorios o cuando coinciden ambas situaciones, el integrador requiere
más tiempo para despolarizarse hasta el nivel umbral y la rampa inspiratoria persiste
durante ese periodo. Así, la inspiración se prolonga y el volumen corriente aumenta.
Es importante destacar que Lumsden (1923) encontró que, al seccionar en la
porción media de la protuberancia, se produce un efecto pequeño de aumento del
volumen corriente y una ligera disminución de la frecuencia respiratoria.
Una vagotomía bilateral, que interrumpe los dos nervios vagos que transportan
información sensorial procedente de los receptores de estiramiento pulmonares, tiene
un efecto similar, pero de menor importancia.
La estimulación del centro apnéustico genera respiración apnéustica, aunque 1177
puede presentarse incluso sin la estimulación del centro apnéustico. Asimismo, las
aferentes vagales que derivan de los receptores de estiramiento de los pulmones no
disparan durante la respiración lenta y comienzan a hacerlo sólo una vez que el
volumen corriente supera 800 ml.
Así, en este modelo simplificado, sólo existen dos impulsos excitatorios que
se dirigen al integrador, además de los que derivan de las NAIC. Sin embargo, si falta
uno de los dos impulsos excitatorios, el volumen corriente aumenta y las aferentes del
vago comienzan a disparar, lo que provee un impulso excitatorio adicional.
El número total de impulsos excitatorios sigue siendo dos y la respiración no se
modifica en grado significativo. Esto se observa en sujetos normales durante la
anestesia, cuando se inhibe el impulso excitatorio cortical.
Sin embargo, si se inhiben dos de los impulsos excitatorios, la respiración se
vuelve profunda y lenta. Esto ocurre cuando el nervio vago se secciona en un perro
anestesiado ya que, este último, reduce al mínimo el impulso excitatorio cortical, en
tanto la vagotomía elimina los impulsos excitatorios que derivan de los receptores de
estiramiento pulmonar.
Otro ejemplo corresponde a la sección experimental de la región media del
puente en el perro. El corte elimina los impulsos excitatorios que descienden a partir
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
del NPBM y también de la corteza. En esta fase, el volumen corriente excede 800 ml,
y las aferentes vagales comienzan a disparar, lo que genera impulsos excitatorios
adicionales hacia el integrador. Si también se secciona el vago, con lo que se eliminan
todos los impulsos excitatorios que provienen del integrador, la respiración se vuelve
apnéustica.
La explicación clásica de la respiración apnéustica es distinta, pues en
ella se asumía la presencia de cuatro centros: 1) inspiratorio, que generaba la
inspiración; 2) espiratorio que ponía fin a la actividad inspiratoria; 3) el centro
apnéustico, que estimulaba al centro inspiratorio; y 4) el centro neumotáxico, que
estimulaba al centro espiratorio e inhibía al centro apnéustico.
La teoría también asumía que las aferentes del vago derivadas de los receptores
de estiramiento en los pulmones inhibían al centro apnéustico una vez que la
expansión pulmonar excedía cierto volumen.
1178
Representación del concepto clásico de los centros respiratorios (Michael y Sircar, 2012).
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
De acuerdo con la teoría clásica, 1) la vagotomía genera respiración profunda y
lenta en los perros anestesiados por la actividad de las aferentes del vago, que de
ordinario inhiben al centro apnéustico; 2) la sección de la región media del puente
produce respiración profunda y lenta porque interfiere con los impulsos inhibitorios
descendentes que derivan del centro neumotáxico y actúan sobre el centro espiratorio
apnéustico; y 3) la sección de la región media del puente aunada a la vagotomía genera
respiración apnéustica en un animal anestesiado ya que el centro apnéustico pierde
toda su inhibición.
La señal motora ventilatoria se produce por las vías eferentes del centro
respiratorio, cuyas neuronas motoras en el tronco cerebral están agrupadas
en dos áreas diferentes, una para los músculos de la inspiración y otra para
los músculos de la espiración.
Los complejos de integración de los centros respiratorios con los GPR se encuentran
en el sitio de unión entre la motoneurona superior, a las células del asta anterior de
la motoneurona inferior. Hay tres grupos de motoneuronas que convergen en las
células del asta anterior supliendo los músculos respiratorios.
El primer grupo de motoneuronas superiores son los de los grupos dorsales y
ventrales de la médula, que estimulan la inspiración y espiración por medio de GPR. 1179
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
fibras musculares inervadas. Además, el reclutamiento de unidades motoras, la
activación de neuronas motoras adicionales, incrementa el volumen corriente.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Los receptores J también reciben estimulación de la presencia de émbolos
múltiples en los vasos pulmonares pequeños.
La estimulación de los receptores J produce de forma refleja taquipnea intensa,
broncoconstricción, hipotensión, bradicardia y también produce debilidad muscular
refleja, denominado reflejo J, e impide la sobre ejercitación inadvertida cuando el
ejercicio intenso provoca edema intersticial pulmonar. Como consecuencia, también
desencadena una disminución refleja del tono muscular y con ello obliga a suspender
el ejercicio.
1181
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Los mecanismos químicos ajustan la ventilación para mantener la PACO2 se
mantiene constante, se regulan los efectos del exceso de H+ en sangre y la
PaO2 se eleva cuando éste disminuye a un nivel que pudiera ser peligroso
para la vida.
La V̇ P total es proporcional a la tasa metabólica, pero el vínculo entre el metabolismo
y la ventilación es principalmente el CO2 y no el O2.
En este sentido, los quimiorreceptores son sensores que responden a cambios
en la composición química de la sangre o del medio que los rodea como en el líquido
cefalorraquídeo (LCR). Por ello, existen grupos de quimiorreceptores periféricos
que sensan los cambios químicos en la sangre arterial y en el SNC, que corresponde a
los quimiorreceptores centrales, que sensan dichos cambios en el LCR.
Los quimiorreceptores periféricos se localizan en los cuerpos carotídeos
inmediatamente encima de la bifurcación de las arterias carótidas comunes, y en los
cuerpos aórticos por encima y por debajo del cayado aórtico; los cuerpos carotídeos son
los más importantes en el ser humano.
El cuerpo (glomo) carotídeo es un pequeño órgano par, con un tamaño de
1,7 × 2,2 × 3,3 mm en adultos, al que se le atribuye la función de ser el principal
quimiorreceptor periférico arterial, capaz de traducir los cambios en los niveles de
1182
PaO2, PaCO2 y de pH en señales nerviosas reguladoras de respuestas ventilatorias y
circulatorias que permiten una adaptación a la hipoxemia, la acidosis y la
hipercapnia.
Se ubica en la adventicia de la arteria carótida primitiva, a la altura de su
bifurcación muy próximo al seno carotídeo (dilatación de la arteria carótida interna
que presenta terminaciones nerviosas con función barorreceptora) y ambas
estructuras reciben terminaciones nerviosas del mismo origen correspondiente al
nervio del seno carotídeo (NSC) o nervio de Hering que se conecta con el IX par
craneal.
Microscópicamente, está formado por 11 a 14 lobulillos, compuestos de islotes
celulares rodeados por estroma de tejido conectivo con abundantes vasos sanguíneos
y fibras nerviosas. Los islotes están formados por dos tipos de células que son las
células tipo I (quimiorreceptoras o glómicas), rodeadas por células tipo II (de
sostén parecidas a las células gliales), delgados tabiques de tejido conectivo, capilares
y por terminaciones nerviosas.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Las células del glomus se parecen a las células cromafines suprarrenales,
presentan gránulos centrales que contienen catecolaminas y los liberan por la
exposición a hipoxia y cianuro. Algunos estudios mostraron que las células se
estimulan por la hipoxia y liberaban dopamina, la cual estimulaba las terminaciones
nerviosas mediante los receptores D2. Sin embargo, estudios más recientes han
mostrado la posibilidad de que el neurotransmisor más importante parece ser el ATP.
Fuera de la cápsula de cada cuerpo, las fibras nerviosas adquieren una vaina
de mielina, pero sólo miden 2 a 5 μm de diámetro y conducen a una velocidad
relativamente lenta de 7 a 12 m/s. Las aferentes de los cuerpos carotídeos ascienden
al bulbo raquídeo por el NSC y los nervios glosofaríngeos, mientras que las de las
células de los cuerpos aórticos, ascienden por los nervios vagos.
Las células del glomo tipo I tienen canales de K+ sensibles a la disminución del
O2 y a los incrementos del H+, por lo que su conductancia se reduce en proporción al
grado de hipoxia al que se exponen o al aumento del CO2 con el consiguiente aumento
del H+ intracelular, lo cual genera una disminución en la salida de K+ por el cierre de
este, despolarizando la célula e induciendo entrada de Ca2+ por la apertura de canales
regulados por voltaje (canales de Ca2+ Tipo L).
Esta entrada de Ca2+ inicia la fusión de las vesículas con la membrana y la
liberación de neurotransmisor mediante exocitosis, excitando a su vez, las 1184
terminaciones nerviosas aferentes.
Se ha visto que la hiperpotasemia fisiológica que aparece en el ejercicio
estimula también los receptores y constituye uno de los mecanismos responsables de
la hiperventilación en el ejercicio.
En diversos estudios se ha observado que la pérdida de la función de los cuerpos
aórticos no afecta en gran medida a la ventilación por lo cual se piensa que, en el ser
humano, el quimiorreceptor de los cuerpos carotídeos son los fisiológicamente más
importantes.
Estos quimiorreceptores presentan sensibilidad, en orden de importancia, a la
disminución de la PaO2, el aumento de la PaCO2 y el incremento de la concentración
de H+.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
1185
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
La disminución del pH también estimula los quimiorreceptores periféricos,
dentro del rango de 20 a 60 nEq/L de la concentración de H+, y el efecto es
independiente de que la acidosis se deba a causas respiratorias o metabólicas. La
disminución de la PaO2, el aumento de la PaCO2 y la reducción del pH actúan de forma
sinérgica sobre los cuerpos carotídeos.
1187
La respuesta ventilatoria a la concentración plasmática aumentada de ion hidrógeno.
(Modificado de Levitzky, 2013).
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Los quimiorreceptores centrales se denominan así debido a su localización
en el SNC y se localizan en la superficie ventral del bulbo raquídeo, en la
vecindad de salida de los pares craneales IX y XII.
Se conocen varias áreas, llamadas M, S y L (Mitchell, Scholofke, Loeschcke), cuya
activación es capaz de modular el ciclo ventilatorio (García, Rodríguez y Rodríguez,
2011).
1188
Neuronas quimiosensibles en el bulbo ventrolateral y el rafe (Richerson y Boron, 2017).
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
1189
Representación del quimiorreceptor central que muestra su relación con CO2, H+ y HCO3–
en la sangre arterial y el líquido cefalorraquídeo (CSF) (Levitzky, 2013).
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
No se sabe con exactitud cuál es el mecanismo por el cual, el H+, estimula a los
quimiorreceptores centrales, pero se cree que, en el núcleo retrotrapezoide, existen
canales de Na+ sensibles a los protones denominados ASIC (acid sensing ion channel)
que desencadenan el estímulo ventilatorio (Wemmie, Taugher y Kreple, 2013).
La hipoxia puede producir depresión generalizada del funcionamiento del SNC;
sin embargo, múltiples regiones del encéfalo tienen una respuesta excitadora a la
hipoxia, lo cual contribuye al aumento de la ventilación. Esto es porque los
quimiorreceptores centrales en los pacientes hipóxicos son relativamente menos
sensibles al CO2 en un momento en el que las respiraciones están estimuladas de
forma predominante por los efectos de la hipoxia sobre los quimiorreceptores
periféricos.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Otros reflejos relacionados con la respiración también son importantes en
la fisiología.
El reflejo de deglución impide durante un periodo breve la respiración, de manera
independiente al ciclo respiratorio.
Las fibras aferentes del reflejo se distribuyen en los nervios laríngeo superior y
trigémino. Las aferentes que derivan de los barorreceptores y quimiorreceptores
también modifican la respiración al igual que las aferentes nociceptivas.
Por su parte, las aferentes articulares desempeñan un papel importante en la
hiperventilación que tiene lugar durante el ejercicio, así como otras aferentes de los
nervios trigémino y olfatorio modulan el patrón de respiración durante el reflejo del
estornudo.
Asimismo, la tos es un mecanismo importante para la movilización de las
secreciones, cuerpos extraños y factores irritantes para el tracto respiratorio. Se
presenta sólo en el 25% de los recién nacidos, aunque al mes de vida pueden ya toser
el 90% de los niños.
Como se vio en capítulos anteriores, la vía aferente del reflejo de la tos (reflejo
tusígeno) consiste en unos receptores de la tos y neuronas aferentes modulados por
el SNC. Los receptores de la tos se estimulan por irritación química, estimulación 1191
táctil y fuerzas mecánicas. Están localizados a lo largo de las vías respiratorias, sobre
todo en carina y bifurcaciones.
La excitación nerviosa a partir de los receptores se transmite por ramas de los
nervios vago y laríngeo hacia el tallo cerebral, donde se coordina el proceso complejo
de la tos en cuatro fases:
1. Fase inspiratoria (inspiración y cierre glótico).
2. Fase de contracción (de los músculos respiratorios contra la glotis cerrada).
3. Fase de compresión (la contracción muscular eleva las presiones alveolares y
bronquiolares).
4. Fase expulsiva (súbita expulsión de aire y secreciones) lo cual da lugar a la
salida explosiva de aire a velocidades de hasta 965 km/h.
El reflejo del estornudo es muy similar al reflejo tusígeno, excepto que se
aplica a las vías aéreas nasales en lugar de a las vías aéreas inferiores. El estímulo
desencadenante del reflejo del estornudo es la irritación de las vías aéreas nasales;
los impulsos eferentes pasan a través del V par craneal hacia el bulbo, donde se
desencadena el reflejo. Se produce una serie de reacciones similar a la que ocurre en
el reflejo tusígeno, pero la úvula desciende, de modo que grandes cantidades de aire
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
pasan rápidamente a través de la nariz, contribuyendo de esta manera a limpiar las
vías aéreas nasales de sustancias extrañas.
Los reflejos barorreceptores relacionados con los quimiorreceptores, están
en el seno carotideo y el arco aórtico. Regulan la circulación por la vasoconstricción,
lo cual aumenta la PAM y aumentan la frecuencia respiratoria.
El cambio direccional en la frecuencia cardíaca, evocado por la estimulación de
los quimiorreceptores periféricos, es proporcional al cambio en la frecuencia
respiratoria; es decir, al aumentar la V̇ P, la frecuencia cardíaca aumenta y viceversa.
El hipo constituye una contracción espasmódica del diafragma y otros
músculos inspiratorios; esto origina una inspiración durante la cual la glotis se cierra
de forma súbita y es el causante de la sensación y el sonido característicos. El hipo
ocurre en el feto dentro del útero y durante toda la vida extrauterina, pero su función
se desconoce. La mayoría de los episodios de hipo es de corta duración y a menudo
responde a la pausa respiratoria u otras medidas que aumentan la PCO2 arterial. El
hipo intratable, que puede ser debilitante, a veces reacciona a los antagonistas de la
dopamina y a compuestos analgésicos de acción central.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
En algunos casos, la falta de contracción de los músculos genioglosos en el curso
de la inspiración contribuye al bloqueo. Los músculos genioglosos llevan la lengua
hacia adelante, y si no se contraen o son débiles la lengua obstruirá las vías
respiratorias.
Después de esfuerzos respiratorios cada vez más fuertes, el paciente despierta,
realiza unas cuantas respiraciones normales y se duerme de nuevo. Los episodios
apneicos son más frecuentes durante el sueño de movimientos oculares rápidos,
cuando los músculos se encuentran más hipotónicos.
Los síntomas incluyen ronquidos sonoros, cefaleas matutinas, fatiga y
somnolencia diurna. El trastorno, si es intenso y duradero, puede ocasionar
hipertensión y sus complicaciones.
Las apneas frecuentes pueden originar que el sujeto se despierte brevemente y
por muchas veces durante el sueño y que esté somnoliento en las horas diurnas. Con
tal situación no cabe la sorpresa de detectar que la incidencia de accidentes en
vehículos motorizados en casos de apnea hípnica sea siete veces mayor de lo que es en
la población general de personas que conducen vehículos.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
sedentaria. La frecuencia respiratoria en reposo es de 12 a 20 rpm, pero durante el
ejercicio intenso puede alcanzar 35 a 45 rpm, llegando hasta 60 a 70 rpm en
deportistas de alto rendimiento.
En un atleta entrenado, el VMR aumenta extraordinariamente durante las
actividades intensas porque aumenta tanto la frecuencia como el volumen corriente.
Hay taquipnea e hiperpnea.
La realización de trabajos que exijan sostener un alto porcentaje del VO2 máx.,
traen aparejados un aumento de la ventilación y un aumento de los volúmenes
respiratorios para mantener las concentraciones apropiadas de O2 y CO2, ya que
aumentan los requerimientos de O2 y se necesita eliminar la producción excesiva de
CO2 mediante la ventilación alveolar.
Por su parte, los aumentos de H+ libres en los líquidos extracelulares y en el
plasma, producen un aumento de la ventilación alveolar, generando una reducción
rápida de la PACO2 y causa la salida del CO2 de la sangre. En el ejercicio, la
producción de H+ puede ser muy elevada y los sistemas de amortiguación son llevados
al límite, presentándose una disminución del pH. El ácido láctico proviene de los
músculos en los cuales la síntesis aeróbica de las reservas energéticas no puede
conservarse al ritmo de su utilización; por ello se incurre en una deuda de oxígeno.
Durante el ejercicio podemos distinguir tres fases de la ventilación pulmonar: 1196
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Durante la recuperación post ejercicio se produce una primera fase de
disminución brusca de la V̇ P y otra fase de disminución gradual. Con respecto a la
relación V̇ /Q̇ , podemos decir que en el ejercicio ligero se mantiene semejante al del
reposo (0,8). En el ejercicio moderado, tanto la V̇ como la Q̇ se hacen mucho más
uniformes en todo el pulmón, hay un reclutamiento de los capilares pulmonares y un
aumento del diámetro de los mismos. En el ejercicio intenso hay un aumento
desproporcionado de la V̇ P, con lo cual, la relación V̇ /Q̇ , llega a veces a 5.
De todos modos, la capacidad respiratoria máxima es cerca del 50% mayor que
la ventilación pulmonar alcanzada durante el ejercicio máximo, aportando un
elemento de seguridad para los deportistas. Significa que hay todavía margen para
una ventilación adicional en caso de ejercicios en situaciones críticas como el
entrenamiento en altura.
Por su parte, el V̇ O2 y la V̇ P total sufren modificaciones antes, durante y después
del ejercicio. El V̇ O2 para un adulto joven en reposo es de 250 ml/min, pero en un atleta
puede aumentar a 4.000 o 5.000 ml/min. El V̇ O2 máx., aumenta en un 15 a 30% en los
primeros 3 meses de entrenamiento intensivo y se puede llegar a un incremento del
50% en un periodo de 2 años.
Los corredores de maratón presentan un V̇ O2 máx un 45% superior al de las
personas sin entrenamiento. Sin embargo, se debe recordar que existe una 1197
determinación genética en estos atletas. Tienen mayor tamaño torácico en relación al
tamaño corporal con fuertes músculos respiratorios.
La capacidad de difusión del O2 (23 ml/min) casi se triplica en el ejercicio
máximo (64 ml/min) por al aumento de la superficie de intercambio. Esto se debe
principalmente a que se incrementa el flujo sanguíneo a través de los capilares
pulmonares aumentando las zonas perfundidas y, por lo tanto, brindando mayor
superficie de difusión. En estado de reposo la duración del tránsito del eritrocito en
contacto con la membrana alveolar es de 0,75 segundos y la PO2 del capilar y del
alvéolo se igualan en los primeros 0,25 segundos. En el ejercicio, al aumentar el flujo
sanguíneo, el tiempo de tránsito disminuye de 0,75 segundos a 0,30 manteniéndose la
capacidad de difusión.
Tanto la PO2 como la PCO2 se mantienen casi normales, lo que indica gran
capacidad del sistema respiratorio para oxigenar la sangre y lavar el dióxido de
carbono incluso durante el ejercicio máximo.
En el ejercicio la respiración se estimula principalmente por mecanismos en el
SNC, desde el centro respiratorio, estimulado por las mismas señales que se
transmiten desde el cerebro a los músculos para producir movimientos, y por señales
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
sensoriales propias hacia el centro respiratorio generadas en los músculos en
contracción y las articulaciones en movimiento.
Durante el ejercicio, la Hb aumenta 5-10% debido a la pérdida de líquidos y al
pasaje de los mismos desde el compartimiento vascular al muscular que produce
hemoconcentración. La diferencia arteriovenosa está aumentada debido a la mayor
extracción de O2 por parte de las células musculares activas. El aumento de H+, del
CO2, de la temperatura y del 2,3-DPG, desplazan la curva de disociación de la Hb
hacia la derecha (efecto Bohr). La mioglobina que facilita el “transporte” de O2 en el
interior de la célula muscular hasta la mitocondria parece aumentar sus
concentraciones gracias al entrenamiento de resistencia. El transporte de CO2 desde
la célula hasta los pulmones se realiza principalmente por el sistema del HCO2-,
aunque algo va disuelto en plasma y, por otro lado, los glóbulos rojos también actúan
en su remoción.
Una cuestión importante es la tolerancia al ejercicio que tiene una
dimensión de tiempo y una de intensidad. Por ejemplo, un varón joven con buena
condición física puede generar una potencia cercana de 700 watts/min en una
bicicleta, 300 watts/5 min y 200 watts/40 min.
Se creía que los factores limitantes en el desempeño de ejercicio eran la
velocidad a la cual podía aportarse O2 a los tejidos o la velocidad a la que el O2 era 1198
capaz de entrar en el organismo y en los pulmones. Estos factores participan, pero
existen otros elementos que también contribuyen a que el ejercicio, siendo uno de los
más importantes la sensación incómoda producida por la activación de los receptores
J en los pulmones.
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Exploración física: Al examen se presentó lúcida, eupneica, Glasgow de 15, ritmo
cardíaco regular con 80 lpm, FR de 18 rpm.
Estudios complementarios:
Laboratorio: COHb: 6,3% (0 a 0,8%), CPK: 116 (24 a 190 U/l), CK-MB: 28 (0 a 20
U/l).
TAC cráneo: normal.
Internación: en emergencia.
Diagnóstico: Intoxicación con monóxido de carbono.
Tratamiento: Se realizó tratamiento con oxígeno en cámara hiperbárica (100% a 2
atmósferas por 30 minutos) a las 10 horas de la exposición. La dosificación de COHb
luego del tratamiento mostró un valor de 0,2%. Se otorgó el alta a las 48 horas en
buenas condiciones.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuáles son los efectos de la intoxicación con CO?
2. ¿Se afectará la PaO2 y PaCO2 por la presencia de CO?
3. ¿Cómo se afecta la saturación de la Hb? ¿Serviría para el diagnóstico?
4. ¿Es esperable una respuesta ventilatoria aumentada por interacción con los 1199
quimiorreceptores centrales o periféricos? ¿Por qué?
Fernández, V. H .
Capítulo 26 | Fisiología de la respiración
Referencias bibliográfica
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Raff, H. Levitzky, M. (2013). Fisiología médica. Un enfoque por aparatos y sistemas. Primera edición.
McGraw-Hill. Interamericana.
Fernández, V. H .
SECCIÓN V
Fisiología renal
Capítulo 27
Estructura y función de los riñones
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Enumera los principales procesos renales, localizándolos en los diferentes
segmentos de la nefrona.
2. Conoce las características diferenciales de la vascularización renal y la
importancia funcional de las arteriolas aferente y eferente.
3. Define flujo sanguíneo renal, flujo plasmático renal, tasa de filtración glomerular
y fracción de filtración dando los valores fisiológicos de estos parámetros.
4. Compara el flujo sanguíneo y el consumo de oxígeno en los riñones con los del
músculo esquelético y miocardio.
5. Describe las capas que forman la barrera de filtración glomerular.
6. Explica cómo puede afectar la estructura de la barrera a la capacidad de
filtración identificando los daños en la barrera de filtración responsable de la
hematuria y la proteinuria.
7. Define coeficiente de filtración del capilar glomerular y explicar cómo participa
en determinar la tasa de filtración glomerular.
8. Identifica las fuerzas a favor y en contra de la filtración.
9. Predice los cambios en la filtración glomerular provocados por los aumentos o
disminuciones en cualquiera de las situaciones más comunes.
10. Predice las consecuencias del bloqueo de la síntesis de prostaglandinas y de la
formación de óxido nítrico en esta redistribución.
11. Explica la autorregulación del flujo sanguíneo renal y del filtrado glomerular
como resultado de los mecanismos miogénico y de retroalimentación
tubuloglomerular.
12. Explica el concepto de aclaramiento y conoce su formulación matemática.
13. Calcula la tasa de filtración glomerular, el flujo sanguíneo renal y el flujo
plasmático renal.
14. Distingue entre el uso del aclaramiento de inulina y el de creatinina para medir
la tasa de filtración glomerular.
15. Describe las consecuencias de la disminución de la tasa de filtración glomerular
sobre las concentraciones plasmáticas de urea y creatinina.
Capítulo 27 | Fisiología renal
El aparato urinario está constituido por dos riñones, dos uréteres, la vejiga
y la uretra. Después de que los riñones filtran el plasma, devuelven la mayor
parte del agua y los solutos a la corriente sanguínea. El agua y los solutos
remanentes constituyen la orina, que transcurre por los uréteres y se
almacena en la vejiga urinaria hasta que se excreta a través de la uretra.
La nefrología (del griego “nephro”, riñón; y “logo”, estudio) es el estudio de la
anatomía, la fisiología y las enfermedades de los riñones.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Los riñones son órganos pares, de color rojizo y con forma de poroto (alubia,
frijol o judía), situados en los flancos derecho e izquierdo, entre el peritoneo y la pared
posterior del abdomen, por lo cual se consideran órganos retroperitoneales.
Se localizan entre la última vértebra torácica y la tercera vértebra lumbar (T12
a L3), donde están protegidos en forma parcial por la undécima y duodécima costilla.
Si estas costillas se fracturan, pueden punzar el riñón y causar una lesión
significativa, incluso peligrosa para la vida.
1202
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
cóncavo se encuentra el hilio renal, a través del cual emerge el uréter junto con los
vasos sanguíneos, los vasos linfáticos y los nervios.
Cada riñón está cubierto por tres capas de tejido, una más profunda o cápsula
renal, es una lámina lisa y transparente de tejido conectivo denso irregular, que se
continúa con la capa externa del uréter; sirve como barrera contra los traumatismos
y ayuda a mantener la forma del órgano. La capa intermedia o cápsula adiposa, es
una masa de tejido adiposo que rodea la cápsula renal. También protege al riñón de
los traumatismos y lo sostiene dentro de la cavidad abdominal. La capa superficial o
fascia renal es otra capa delgada de tejido conectivo denso irregular que fija el riñón
a las estructuras que lo rodean y a la pared abdominal.
Un corte frontal del riñón muestra dos regiones distintas: un área superficial,
de color rojo claro, llamada corteza renal y una región profunda, de color pardo
rojizo, denominada médula renal. La médula renal está compuesta por unas 8 a 18
pirámides renales de forma cónica, cuya base de cada pirámide se dirige hacia la
corteza renal y su vértice o papila renal, se orienta hacia el hilio.
1203
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
La corteza renal es el área de textura lisa que se extiende desde la cápsula
hasta las bases de las pirámides renales y hacia los espacios entre ellas. Se divide en
una zona cortical externa y una zona yuxtamedular interna. Estas porciones de la
corteza renal que se extienden entre las pirámides renales se denominan columnas
renales.
Un lóbulo renal consta de una pirámide renal, la región suprayacente de la
corteza y la mitad de cada columna renal adyacente. La corteza y las pirámides
renales de la médula constituyen el parénquima renal, dentro del cual se
encuentran las unidades funcionales del riñón, alrededor de 1 millón de estructuras
microscópicas llamadas nefronas.
El filtrado que se forma en las nefronas drena en conductos papilares grandes,
que se extienden a través de las papilas renales de las pirámides. Los conductos
papilares desembocan en estructuras en forma de copa llamadas cálices menores y
mayores. Cada riñón tiene entre 8 y 18 cálices menores y 2 o 3 cálices mayores. Un
cáliz menor recibe orina de los conductos papilares de una papila renal y la envía a
un cáliz mayor.
Una vez que ingresa el filtrado en los cálices se convierte en orina porque no
experimenta más reabsorción, ya que el epitelio simple de la nefrona y los conductos
se convierte en el epitelio de transición de los cálices. A partir de los cálices mayores, 1204
la orina drena en una cavidad más grande denominada pelvis renal y luego, a través
del uréter hacia la vejiga.
El hilio desemboca en una cavidad dentro del riñón que se denomina seno
renal y que contiene parte de la pelvis, los cálices y ramas de los vasos sanguíneos y
los nervios renales. El tejido adiposo ayuda a estabilizar la posición de estas
estructuras en el seno renal.
Por su parte, los riñones poseen abundante vascularización y, aunque dichos
órganos constituyen menos del 0,5% de la masa corporal total, reciben entre el 20 y el
25% del GC en reposo, a través de las arterias renales derecha e izquierda. En los
adultos, el flujo sanguíneo renal (FSR), que es el flujo de sangre que atraviesa
ambos riñones, es de alrededor de 1200 a 1250 mL por minuto.
Dentro del riñón, la arteria renal se divide en arterias segmentarias que
irrigan diferentes segmentos (áreas) del riñón. Cada arteria segmentaria da origen a
diversas ramas que ingresan en el parénquima y atraviesan las columnas entre las
pirámides renales como arterias interlobulares.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
1205
En las bases de las pirámides renales, las arterias interlobulares adoptan una
trayectoria tortuosa entre la médula renal y la corteza, donde se denominan arterias
arcuatas (arqueadas). Las divisiones de las arterias arqueadas originan una serie
de arterias interlobulillares, que reciben este nombre porque transcurren entre los
lobulillos renales.
Las arterias interlobulillares ingresan en la corteza renal y emiten las ramas
conocidas como arteriolas aferentes. Cada nefrona recibe una arteriola aferente,
que se divide en una red capilar profusa en forma de ovillo denominada glomérulo.
Los capilares glomerulares luego se reúnen para formar la arteriola eferente, que
transporta sangre fuera del glomérulo. Los capilares glomerulares son únicos entre
los capilares del cuerpo porque están situados entre dos arteriolas, en lugar de
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
interponerse entre una arteriola y una vénula. Como son redes capilares y también
desempeñan una función importante en la formación de orina, los glomérulos se
consideran parte, tanto del aparato cardiovascular como del aparato urinario.
Las arteriolas eferentes se ramifican para formar los capilares peritubulares
que rodean las porciones tubulares de la nefrona en la corteza renal. A partir de
algunas arteriolas eferentes surgen capilares largos llamados vasos rectos que
irrigan las porciones tubulares de las nefronas en la médula renal. Luego, los capilares
peritubulares se reúnen para formar las vénulas peritubulares y más tarde las
venas interlobulillares, que también reciben sangre de los vasos rectos. A
continuación, la sangre drena a través de las venas arcuatas en las venas
interlobulares que transcurren entre las pirámides renales. La sangre abandona el
riñón a través de una única vena renal que sale por el hilio y desemboca en la vena
cava inferior.
Muchos nervios renales se originan en el ganglio renal y pasan a través del
plexo renal hacia los riñones, junto con las arterias. Los nervios renales pertenecen a
la división simpática del SNA y en su mayor parte son nervios vasomotores que
regulan el flujo sanguíneo a través del riñón, lo que provoca vasoconstricción de las
arteriolas renales.
1206
La nefrona es la unidad funcional de los riñones y consta de un corpúsculo
renal, donde se filtra el plasma sanguíneo, y un túbulo renal, hacia el que
pasa el líquido filtrado.
Los dos componentes del corpúsculo renal son el glomérulo (red capilar) y la cápsula
glomerular (de Bowman), que es una bolsa epitelial en forma de copa de pared doble,
que rodea los capilares glomerulares. El plasma sanguíneo se filtra en la cápsula
glomerular y luego el líquido filtrado ingresa en el túbulo renal, que tiene tres sectores
principales que son el túbulo contorneado proximal (TCP) que se encuentra
conectado a la cápsula glomerular, el asa de Henle y el túbulo contorneado distal
(TCD).
El corpúsculo renal y ambos túbulos contorneados se encuentran dentro de la
corteza renal, mientras que el asa de Henle se extiende hacia la médula renal, gira en
forma de U y luego regresa a la corteza renal. Los túbulos contorneados distales de
diversas nefronas desembocan en un solo túbulo colector. Los túbulos colectores
luego se unen y convergen en varios cientos de conductos papilares grandes, que
drenan a su vez en los cálices menores. Los conductos colectores y los papilares se
extienden desde la corteza a través de la médula hacia la pelvis renal, de manera que
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
un riñón tiene alrededor de un millón de nefronas, pero un número mucho menor de
conductos colectores y aún menor de conductos papilares.
En una nefrona, el asa de Henle conecta los TCP y TCD. La primera porción del
asa de Henle penetra en la médula renal, donde recibe el nombre de asa descendente,
luego gira en forma de U y regresa a la corteza renal como el asa ascendente.
Aproximadamente, el 85% de las nefronas son nefronas corticales y sus
corpúsculos renales se encuentran en la región externa de la corteza renal. Éstas
poseen asas de Henle cortas, que se localizan principalmente en la corteza y
atraviesan sólo la región externa de la médula. Las asas de Henle cortas reciben su
irrigación de los capilares peritubulares que emergen de las arteriolas eferentes.
1207
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
El otro 15% de las nefronas son yuxtamedular. Sus corpúsculos renales se
encuentran en la profundidad de la corteza, cerca de la médula, y tienen un asa de
Henle larga que se extiende hasta la región más profunda de la médula. Las asas de
Henle largas reciben su irrigación de los capilares peritubulares y de los vasos rectos
que emergen de las arteriolas eferentes. Asimismo, la rama ascendente del asa de
Henle de las nefronas yuxtamedulares consta de un asa ascendente delgada
(AADH), seguida por un asa ascendente gruesa (AAGH). La luz de la rama
ascendente delgada es igual que en otras áreas del túbulo renal, sólo que el epitelio es
más fino. Las nefronas con asas de Henle largas permiten a los riñones excretar orina
muy diluida o muy concentrada.
1208
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Cada parte de la nefrona tiene características histológicas distintivas que
reflejan sus funciones específicas. La pared de la cápsula glomerular, el
túbulo renal y los conductos está compuesta por una capa simple de células
epiteliales.
La cápsula glomerular de Bowman está constituida por una capa visceral y otra
parietal. La capa visceral está compuesta por células epiteliales pavimentosas simples
modificadas, llamadas podocitos (del griego, “podo”, pie y “kyto”, célula). Las
numerosas proyecciones en forma de pie de estas células, denominadas pedicelos,
rodean la capa simple de células endoteliales de los capilares glomerulares y forman
la pared interna de la cápsula. La capa parietal de la cápsula glomerular está formada
por epitelio pavimentoso simple y constituye la pared externa de la cápsula.
1209
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
En cada nefrona, la porción final del AAGH contacta con la arteriola aferente
que nutre ese corpúsculo renal. Como las células cilíndricas del túbulo en esta región
están muy juntas, se las conoce como mácula (mancha) densa.
1210
Diagrama de una nefrona con sus principales características histológicas de las células
que constituyen cada porción del túbulo (Barrett et al., 2019).
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
El segundo tipo de célula, que se presenta en menor número, corresponde a las
células intercaladas, que participan en la homeostasis del pH sanguíneo. Los
túbulos colectores drenan en conductos papilares grandes, revestidos por epitelio
cilíndrico simple.
El número de nefronas permanece constante desde el nacimiento y cualquier
aumento en el tamaño del riñón se debe en forma exclusiva al crecimiento de las
nefronas. Si éstas resultan dañadas o experimentan enfermedades, no se forman
nuevas.
Por ello, los signos de la disfunción renal no suelen evidenciarse hasta que la
función disminuye a menos del 25% de lo normal porque las nefronas remanentes
capaces de funcionar se adaptan para manejar una carga mayor que lo habitual. Por
ejemplo, la extirpación quirúrgica de un riñón estimula la hipertrofia del otro riñón,
que será capaz de filtrar sangre a una velocidad que alcanza hasta el 80% de la que
muestran los dos riñones sanos.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
riñones mantienen la osmolaridad sanguínea relativamente constante
alrededor de 300 mOsm/L.
Producción de hormonas: los riñones producen dos hormonas, una es el
calcitriol, la forma activa de la vitamina D que ayuda a regular la homeostasis
del calcio, y la eritropoyetina que estimula la producción de eritrocitos.
Regulación de la glucemia: al igual que el hígado, los riñones pueden utilizar
el aminoácido glutamina para la gluconeogénesis y luego liberar glucosa hacia
la sangre para mantener una glucemia normal.
Excreción de desechos y sustancias extrañas: mediante la formación de la
orina, los riñones contribuyen a la excreción de desechos, sustancias que no
cumplen una función útil en el cuerpo. Algunos de los desechos excretados con
la orina son el producto de reacciones metabólicas, como el amoníaco y la urea,
que se forman luego de la desaminación de los aminoácidos, la bilirrubina
(directa) procedente del catabolismo de la hemoglobina, la creatinina de la
degradación de la creatina fosfato en las fibras musculares y el ácido úrico del
catabolismo de los ácidos nucleicos. Otros residuos que se excretan con la orina
son sustancias extrañas incorporadas con los alimentos, como fármacos y
toxinas ambientales. La concentración normal de urea en la sangre se considera
hasta 50 mg/dl, por lo cual, un valor elevado se denomina azoemia y puede
indicar insuficiencia renal. Este fenómeno puede progresar a uremia, un 1212
síndrome caracterizado por diarrea, vómito, disnea y arritmia cardiaca, debido
a la toxicidad de los desechos nitrogenados. En pocos días pueden presentarse
convulsiones, coma y muerte. El tratamiento para la insuficiencia renal puede
incluir hemodiálisis o trasplante renal.
Para producir orina (excreción), las nefronas y los túbulos renales desarrollan
tres procesos básicos: filtración glomerular, reabsorción tubular y secreción
tubular:
1. Filtración glomerular. Es el primer paso en la producción de orina. El agua
y la mayor parte de los solutos del plasma atraviesan la pared de los capilares
glomerulares, donde se filtran e ingresan en la cápsula de Bowman y luego, en
el túbulo renal. Al expresarlo en ml/min se obtiene la tasa de filtración
glomerular (TFG) que se encuentra normalmente alrededor de los 125
ml/min.
2. Reabsorción tubular. A medida que el líquido filtrado fluye a lo largo de los
túbulos renales y los túbulos colectores, las células tubulares reabsorben cerca
del 99% del agua filtrada y diversos solutos útiles. El agua y los solutos
regresan a la sangre mientras ésta fluye a través de los capilares peritubulares
y los vasos rectos. El término reabsorción se refiere al regreso de las sustancias
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
a la corriente sanguínea. En cambio, absorción significa la entrada de
sustancias nuevas en el cuerpo, como ocurre en el tubo digestivo. Cuando se lo
expresa en ml/min se obtiene la tasa de reabsorción (TR).
3. Secreción tubular. A medida que el líquido filtrado fluye a lo largo de los
túbulos renales y los túbulos colectores, las células tubulares secretan otras
sustancias, como desechos, fármacos y compuestos iónicos presentes en
concentraciones excesivas, hacia el líquido filtrado. Se advierte que la secreción
tubular elimina sustancias de la sangre. Cuando se lo expresa en ml/min se
convierte en la tasa de secreción (TS).
4. Excreción renal. Los solutos y el líquido que drenan hacia los cálices mayores
y menores de la pelvis renal constituyen la orina y se excretan. Cuando se
expresa en ml/min se transforma en tasa de excreción renal (TEx).
Por lo expuesto, la relación entre los distintos procesos realizados por las
nefronas de los riñones para excretar una sustancia X en la orina, se expresa como:
TEx = TFG + TS – TR
1213
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Los capilares glomerulares y los podocitos, que rodean por completo los
capilares, forman en conjunto una barrera permeable denominada
membrana de filtración.
Esta configuración “en sándwich” permite la filtración de agua y solutos pequeños,
pero impide que se filtren la mayor parte de las proteínas del plasma, las células
sanguíneas y las plaquetas.
Las sustancias que se filtran de la sangre atraviesan tres barreras: la célula
endotelial glomerular, la lámina basal y una hendidura de filtración formada por un
podocito.
1214
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
La lámina basal o membrana basal glomerular (MBG) es una capa de
material acelular que se encuentra entre el endotelio y los podocitos y está compuesta
por fibras pequeñas de colágeno tipo IV y XVIII, proteoglucanos como la agrina y
el perlecano; y una matriz de glucoproteínas multiadhesivas; las cargas negativas
en la matriz impiden la filtración de proteínas plasmáticas más grandes con carga
negativa.
Miles de procesos en forma de pie llamados pedicelos (diminutivo de pie) se
extienden desde cada podocito y envuelven los capilares glomerulares. Los pedicelos
se interdigitan con los pedicelos de los podocitos vecinos. Los espacios alargados entre
los pedicelos interdigitados, denominados ranuras de filtración, miden cerca de
0,004 µm (40 nm) de ancho y están cubiertos por el diafragma de la ranura de
filtración ultradelgado que cierra la ranura de filtración un poco por encima de la
MBG.
El diafragma de la ranura de filtración presenta una compleja estructura
proteica que tiene una configuración laminar del tipo cremallera con una densidad
central.
1215
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
La nefrina y la NEPH-1 son proteínas que se extienden desde la membrana,
que presentan largos dominios extracelulares que interactúan. La podocina también
es una proteína que se extiende desde la membrana, y organiza la nefrina y la NEPH-
1 en microterritorios específicos en la membrana plasmática, lo que es importante a
efectos de la señalización que determinan la integridad estructural de los procesos
pediculados de los podocitos. Muchas de las proteínas que componen el diafragma de
hendidura interaccionan con proteínas adaptadoras del interior de la célula,
incluyendo CD2-AP.
Las proteínas de adaptación se unen a filamentos de actina (F-actin) del
citoesqueleto, que, en suma, se unen directa o indirectamente a proteínas como α3β1
y MAGI-1, que interactúan con proteínas que se expresan en la membrana basal
glomerular (MBG).
1216
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
El síndrome nefrótico se produce por diversas alteraciones, y se caracteriza
por una permeabilidad aumentada de los capilares glomerulares a las
proteínas y por la pérdida de la estructura normal de los podocitos,
incluyendo el borramiento (adelgazamiento) de los pedicelos.
La permeabilidad aumentada a las proteínas condiciona un aumento de la excreción
urinaria de éstas (proteinuria). Por ello, la aparición de proteínas en la orina puede
indicar una enfermedad renal.
A menudo, en los individuos con este síndrome se desarrolla hipoalbuminemia
como resultado de la proteinuria; además, se observa habitualmente un edema
generalizado en los individuos con síndrome nefrótico.
La causa de la proteinuria y de la enfermedad renal puede ser una mutación en
los numerosos genes que codifican las proteínas del diafragma de la hendidura
incluyendo nefrina, NEPH-1, podocina, CD2-AP y α-actina 4, o la desaparición de
estos genes en ratas. Por ejemplo, mutaciones en el gen de la nefrina (NPHS1)
originan un diafragma de hendidura anormal o ausente, lo cual causa una proteinuria
masiva y fallo renal (síndrome nefrótico congénito).
Además, mutaciones en el gen de la podocina (NPHS2) producen un síndrome
nefrótico resistente a los esteroides autonómico recesivo. Estas mutaciones se
producen de forma natural, y los estudios en ratones carentes de genes demuestran 1217
que nefrina, NEPH-1, podocina, CD2-AP y α-actina 4 desempeñan un papel
fundamental en la estructura y función de los podocitos (Koeppen y Stanton, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
hendidura, y, aunque hay un poco de filtrado, la albúmina se reabsorbe ávidamente
en el TCP por lo que, prácticamente, no existe albúmina en la orina.
Para cualquier tamaño molecular dado, las moléculas con carga negativa son mucho más
restringidas que las neutras, mientras que las moléculas con carga positiva son menos
restringidas (Kibble y Halsey, 2009). 1218
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
A medida que el peso (y, por ende, el tamaño) molecular aumenta, la filtrabilidad declina,
de modo que las proteínas que tienen un peso molecular de más de 70 000 d apenas son
filtradas en absoluto (Kibble y Halsey, 2009).
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
(enfermedad de Berger), en la glomerulonefritis membranoproliferativa, en la nefritis
lúpica y en la nefropatía diabética (Pawlina y Ross, 2020).
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
El principio de filtración, que es el uso de presión para obligar a los líquidos
y los solutos a que atraviesen una membrana, es el mismo en los capilares
glomerulares que en el resto de los capilares del cuerpo explicado mediante
la ley de Starling de la filtración.
Sin embargo, el volumen de líquido filtrado por el corpúsculo renal es mucho mayor
que en otros capilares, debido a tres razones:
1. Los capilares glomerulares tienen una gran superficie para la
filtración porque son largos y extensos. Las células mesangiales regulan
la proporción de esta superficie disponible para la filtración. Cuando las células
mesangiales están relajadas, la superficie es máxima y la filtración glomerular
es muy alta. La contracción de dichas células reduce la superficie disponible y,
por ende, la filtración glomerular.
2. La membrana de filtración es delgada y porosa. A pesar de tener varias
capas, su espesor es sólo de 0,1 μm. Los capilares glomerulares también son 50
veces más permeables que los capilares de la mayor parte de los tejidos,
principalmente, debido a sus grandes fenestraciones.
3. La presión en el capilar glomerular es alta. Como el diámetro de la
arteriola eferente es menor que el de la arteriola aferente, la resistencia al flujo
sanguíneo fuera del glomérulo es elevada. Como resultado, la presión
1222
sanguínea en los capilares glomerulares es bastante más alta que en los
capilares de cualquier otro sitio del cuerpo.
La presión arterial disminuye conforme la sangre fluye por la red vascular renal (Kibble y
Halsey, 2009).
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
La filtración glomerular depende de tres presiones principales. Una de ellas
promueve la filtración, y las dos restantes se oponen a ella.
1. La presión hidrostática de la sangre glomerular (Phg) es la presión
sanguínea en los capilares glomerulares. Su valor suele aproximarse a 60 mm
Hg. Promueve la filtración, al forzar la salida del agua y los solutos del plasma,
a través de la membrana de filtración.
2. La presión hidrostática capsular (PhB) es la presión hidrostática ejercida
contra la membrana de filtración por el líquido que ya está en el espacio
capsular y el túbulo renal. Esta presión se opone a la filtración y representa
una “presión retrógrada” de alrededor de 15 mmHg.
3. La presión osmótica coloidal de la sangre (πcg), secundaria a la presencia
de proteínas como la albúmina, las globulinas y el fibrinógeno en el plasma,
también se opone a la filtración. La presión osmótica coloidal de la sangre
promedio en los capilares glomerulares es de 28 a 30 mm Hg.
4. La presión osmótica coloidal de la luz tubular (espacio de Bowman) (πB),
se considera prácticamente cero dado que se filtra menos del 1% como se vio
previamente.
5. Coeficiente de relación entre la fuerza de Starling y la TFG (Kf).
1223
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
La presión neta de filtración (Pnf), es decir, la presión total que promueve
la filtración, se determina de la siguiente manera:
Pnf = Kf x (Phg + πB – PhB – πcg)
Si se sustituyen por los valores recién expresados, la Pnf normal puede
calcularse de esta forma:
Pnf = 60 mmHg – 15 mmHg – 30 mmHg = 15 mmHg
En consecuencia, una presión de sólo 15 mmHg hace que se filtre una cantidad
normal de plasma (menos las proteínas plasmáticas) del glomérulo hacia el espacio
capsular. Por ello, es que la presión oncótica en la cápsula de Bowman se considera
despreciable.
La cantidad de filtrado glomerular que se forma en todos los corpúsculos
renales de ambos riñones por minuto es la tasa de filtración glomerular (TFG).
En los adultos, la TFG promedio es de 125 mL/min, en los hombres, y de 105 mL/min,
en las mujeres.
La homeostasis de los líquidos corporales requiere que los riñones mantengan
una TFG relativamente constante. Si es muy alta, pueden pasar sustancias necesarias
con tanta rapidez a través de los túbulos renales que algunas no se reabsorben y se
pierden con la orina. Si es muy bajo, casi todo el filtrado puede reabsorberse, y ciertos 1224
productos de desecho pueden no excretarse adecuadamente.
La TFG se relaciona directamente con las presiones que determinan la presión
de filtración neta; cualquier cambio en la presión de filtración neta afecta la TFG. Por
ejemplo, una pérdida importante de sangre reduce la PAM y la Phg. La filtración cesa
si la Phg desciende hasta 45 mmHg, ya que las presiones opuestas llegan a sumar 45
mmHg. Resulta sorprendente que cuando la PAM se eleva por encima de lo normal,
la Pnf y la TFG aumentan muy poco. La TFG casi no se modifica, cuando la PAM se
mantiene entre 80 y 180 mmHg.
Por su parte, el flujo de sangre a través de los riñones (FSR) tiene diversas
funciones importantes, incluyendo las siguientes:
1. Determina indirectamente la TFR.
2. Modifica la relación de reabsorción de agua y solutos por el túbulo proximal.
3. Participa de la concentración y la dilución de la orina.
4. Aporta O2, nutrientes y hormonas a las células de la nefrona, y recoge, CO2,
líquidos y solutos reabsorbidos a la circulación general.
5. Aporta sustratos para su excreción en la orina.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Según la ley de Ohm, el FSR es igual a la diferencia de presión entre la arteria
renal y la vena renal, dividida por la resistencia vascular renal:
FSR = (presión en arteria renal - presión en vena renal)
(R de la arteria renal - R de la vena renal)
Las arteriolas aferentes, eferentes e interlobulares renales son los mayores
vasos de resistencia en los riñones y, por ello, determinan la resistencia vascular
renal.
Como la mayoría de órganos, los riñones regulan su flujo sanguíneo ajustando la
resistencia vascular como respuesta a los cambios en la PAM. Estos ajustes son tan
precisos que el flujo sanguíneo permanece relativamente constante, aunque cambie la
PAM entre 80 y 180 mmHg. La TFR se regula también en el mismo intervalo de la
PAM.
A su vez, conociendo el FSR, podemos obtener el flujo plasmático renal (FPR)
que es, en definitiva, de donde se filtrarán las sustancias:
FPR = FSR × (1 – Hematocrito)
Los mecanismos que regulan la TFG actúan de dos maneras principales: 1) a través
del ajuste del flujo sanguíneo dentro y fuera del glomérulo y 2) mediante la alteración
de la superficie disponible de los capilares glomerulares para la filtración.
La TFG aumenta, cuando el flujo sanguíneo hacia los capilares glomerulares se
incrementa. El control coordinado del diámetro, tanto de la arteriola aferente como de
la eferente, regula el flujo sanguíneo glomerular.
La constricción de la arteriola aferente disminuye el flujo sanguíneo hacia el
glomérulo y la dilatación de dicha arteriola lo aumenta.
Tres mecanismos controlan la TFG: la autorregulación renal, la regulación
neural y la regulación hormonal.
La autorregulación renal de la tasa de filtración glomerular implica que
los mismos riñones mantengan un flujo sanguíneo renal y una TFG constantes, a
pesar de los cambios cotidianos normales de la tensión arterial, como los que se
producen durante el ejercicio. Esta capacidad se denomina autorregulación renal y
comprende dos mecanismos: el mecanismo miogénico y la retroalimentación
tubuloglomerular. Juntos, pueden mantener la TFG casi constante dentro de un
amplio intervalo de presiones arteriales sistémicas.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
El mecanismo miogénico se produce cuando el estiramiento estimula la
contracción de las fibras musculares lisas en las paredes de las arteriolas aferentes.
Cuando aumenta la PAM, la TFG también lo hace porque el flujo sanguíneo renal
(FSR) aumenta.
Sin embargo, la presión arterial elevada distiende las paredes de las arteriolas
aferentes. En respuesta, se contraen las fibras musculares lisas de la pared de la
arteriola aferente, con disminución consiguiente del diámetro de la luz arteriolar.
Como consecuencia, se reduce el FSR y la TFG desciende a su nivel previo. A la
inversa, cuando la tensión arterial disminuye, las células musculares lisas están
menos estiradas, por lo que se relajan.
Las arteriolas aferentes se dilatan, el FSR aumenta y la TFG se eleva. El
mecanismo miogénico normaliza el FSR y la TFG, pocos segundos después de un
cambio en la PAM.
Por su parte, la retroalimentación tubuloglomerular (RTG) recibe este
nombre porque la mácula densa envía señales al glomérulo que permiten una
retroalimentación. Cuando la TFG es superior a la normal, como consecuencia de una
elevación de la PAM, el líquido filtrado fluye con mayor rapidez a lo largo de los
túbulos renales.
El resultado es que el TCP y el asa de Henle tienen menos tiempo para 1226
reabsorber Na+, Cl– y agua. Se cree que las células de la mácula densa detectan el
mayor aporte de Na+, Cl– y agua e inhiben la liberación de ON en las células del AYG.
Como el ON produce vasodilatación, las arteriolas aferentes se contraen, cuando el
nivel de ON disminuye.
Asimismo, cuando la TFR aumenta y se produce un incremento de NaCl en el
fluido tubular de la mácula densa, más NaCl entra en las células de la mácula densa.
Se produce un aumento en la formación y liberación de ATP (sobre receptores P2X)
y adenosina (a través de receptores A1) en las células de la mácula densa, que
causan vasoconstricción de la arteriola aferente.
La vasoconstricción de la arteriola aferente hace que la TFR vuelva a los niveles
de normalidad y fluye menos sangre hacia los capilares glomerulares. Cuando la PAM
cae y la TFG es menor que lo normal, se invierte la secuencia mencionada de eventos,
pero en menor grado. La retroalimentación tubuloglomerular opera con mayor
lentitud que el mecanismo miogénico.
La regulación neural de la tasa de filtración glomerular implica la acción
de fibras de la división simpática del SNA que liberan NA y dopamina (DA) en los
riñones. Estas catecolaminas producen vasoconstricción a través de la activación de
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
los receptores α1-adrenérgicos, que abundan sobre todo en las fibras musculares lisas
de las arteriolas aferentes.
En reposo, la estimulación simpática es relativamente baja, las arteriolas
aferente y eferente están dilatadas y prevalece la autorregulación renal de la TFG.
Con la estimulación simpática moderada, tanto la arteriola aferente como la eferente
se contraen en el mismo nivel.
El flujo sanguíneo que ingresa y egresa del glomérulo disminuye en igual
proporción, lo que reduce la TFG en forma escasa. Sin embargo, cuando la
estimulación simpática es más intensa, como ocurre durante el ejercicio o en una
hemorragia, predomina la vasoconstricción de la arteriola aferente.
Como resultado, el flujo sanguíneo hacia los capilares glomerulares desciende
en gran medida y la TFG se reduce. Este descenso del flujo sanguíneo renal tiene dos
consecuencias: 1) disminuye la producción de orina, lo que ayuda a conservar el
volumen sanguíneo, y 2) permite un mayor flujo sanguíneo hacia otros tejidos del
cuerpo.
La deshidratación o un fuerte estímulo emocional, como el miedo o el dolor,
activan los nervios simpáticos y reducen TFR y el FSR. La renalasa, una hormona
que metaboliza las catecolaminas producidas por el riñón, facilita la degradación de
las catecolaminas. 1227
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Autorregulación del flujo sanguíneo renal (FSR) y de la tasa de filtración glomerular (IFG)
(Kibble y Halsey, 2009).
El objetivo principal del SNS es mantener una PAM adecuada que permita
una perfusión apropiada del cerebro, el corazón y los pulmones, aun a 1228
expensas de la disminución del FSR.
Las arteriolas aferentes y eferentes están inervadas por el simpático. El tono
simpático es bajo cuando el volumen circulante efectivo es adecuado. La NA y la
adrenalina circulante producen vasoconstricción por efecto sobre receptores α1,
localizados en mayor proporción en la arteriola aferente (y menos en la eferente), lo
que determina una disminución del FSR y la TFG. En una estimulación simpática
moderada, la TFG no se reduce tanto como el FSR, lo que permite un aumento leve de
la FF, pero con una estimulación simpática importante, la disminución de la TFG es
paralela a la del FSR.
Es importante recordar que la vasoconstricción renal mediada por el simpático
es parte de los mecanismos de compensación para el control de la PAM y no un
mecanismo de regulación de la TFG o del FSR.
Las endotelinas (ET) son potentes vasoconstrictores locales y sistémicos que
se sintetizan y liberan del endotelio en respuesta a sustancias como la Ang II y
mediadores inflamatorios, que se acoplan a vías que estimulan la PKC y aumentos de
la concentración de calcio intracelular. En el nivel renal las ET promueven la
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
vasoconstricción de las arteriolas aferentes y la constricción de las células
mesangiales.
Por su parte, las ET promueven la liberación de prostaglandinas (PG)
vasodilatadoras como mecanismo regulador de su acción, aunque desempeñan un
papel más importante en la fisiopatología de numerosas afecciones renales, como la
toxicidad renal por fármacos, ciertos estados de esclerosis glomerular (como en el daño
renal por HTA) y en la hipertensión arterial generada por el parénquima renal
enfermo.
La vasopresina (ADH) es un vasoconstrictor importante y puede disminuir el
FSR y la IFG. Asimismo, puede promover la constricción mesangial, la activación de
la fosfolipasa A2 y la síntesis de PG vasodilatadoras, todas estas acciones se llevan a
cabo por medio de receptores V1.
Las prostaglandinas (PG) se sintetizan localmente en el parénquima renal
ante situaciones patológicas, como la hemorragia o la disminución del volumen
circulante efectivo de cualquier etiología. Las PGI2, PGE2 actúan localmente sin
cambiar el filtrado glomerular, pero tratan de contrarrestar los efectos del SNS y de
la AngII, así se previene el daño de la vasoconstricción y la isquemia renal.
Justamente uno de los estímulos para la producción de PG son la activación simpática
y la presencia de AngII. El efecto vasodilatador de las PG también se evidencia por la 1229
vasoconstricción que puede desencadenarse ante la inhibición de la síntesis de PG por
antiinflamatorios no esteroides (AINEs).
La dopamina (DA) es sintetizada en células epiteliales del TCP y tiene efectos
diuréticos, natriuréticos (inhibe a reabsorción de Na+ a lo largo de toda la nefrona),
fosfatúricos y vasodilatadora.
La dopamina aumenta el FSR e inhibe la liberación de renina. Posee receptores
específicos de alta afinidad (que requieren concentraciones bajas para desarrollar su
efecto) llamados D1, por medio de los que posee acción vasodilatadora, de incremento
del FSR y de la TFG, pero a dosis farmacológicas elevadas posee acción sobre los
receptores α1-adrenérgicos (acción de baja afinidad que requiere concentraciones
elevadas), para ejercer efectos constrictores, con aumento de las resistencias
vasculares renales y de la presión arterial.
Actualmente se considera que la acetilcolina ejerce su efecto vasodilatador
mediante el estímulo de la síntesis y la liberación de ON, mediante su unión a
receptores M1 del endotelio vascular renal.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
La bradicinina es otro potente vasodilatador renal, tanto en el nivel de la
arteriola aferente como de la eferente, sin afectar el Kf en grado significativo.
Promueve la síntesis y la liberación de PG vasodilatadoras.
Los glucocorticoides incrementan el FSR y la TFG, probablemente a través
del ON y las PG, efecto evidente a dosis farmacológicas.
Las proteínas ingeridas en exceso pueden aumentar el FSR y la TFG. Los
cambios hemodinámicos inducidos por la ingesta hiperproteica 1 permiten al riñón
excretar mayor cantidad de productos de desecho nitrogenados derivados de
proteínas. Sin embargo, a la larga esto puede tener consecuencias adversas. El
aumento de la presión y flujo glomerulares inducido por la carga proteica ocasiona
cambios fisiopatológicos, los cuales mantenidos en el tiempo causan daño glomerular
progresivo y esclerosis, particularmente en riñones con daño preexistente.
1Una dieta hiperproteica es aquella en la cual se exceden las recomendaciones establecidas para los requerimientos diarios
de proteínas. Actualmente, se acepta que el consumo de 0,8 g/kg/día de proteínas es suficiente para cubrir los requerimientos
nutricionales del adulto normal. En las edades pediátricas dichos requerimientos son de 2 g/kg/día hasta los 3 meses, 1,4 g/kg/día
entre 3 y 6 meses, 1,2 g/kg/día entre 6 y 12 meses y 1 g/kg/día en mayores de 1 año. En niños escolares (7-10 años de edad), los
requerimientos proteicos disminuyen a 0,76 a 0,77 g/kg/día, muy cercanos a los recomendados en los adultos.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
La fracción del volumen de plasma renal que se filtra se llama fracción de
filtración (FF) y es igual a la filtración glomerular dividido por la velocidad de flujo
de plasma renal:
FF = TFG = 125 ml/min/625 ml/min = 0,2 = 20%
FPR
Así, el 20% de plasma que fluye a través de los riñones se filtra y entra en la
cápsula de Bowman. El 80 al 85% restante continúa a través de los capilares
glomerulares hacia la arteriola eferente y los capilares peritubulares. Finalmente,
retorna a la circulación sistémica por la vena renal.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Pax y Pvx son la concentración de la sustancia X en el plasma de la arteria
renal y la vena renal, respectivamente, FPRa y FPRv son el ritmo del flujo plasmático
renal en la arteria y la vena, respectivamente, Ux es la concentración de la sustancia
X en la orina, V es el ritmo del flujo urinario.
1232
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Pax × Cx = Ux × V
Si se asume que la concentración de la sustancia X en el plasma de la arteria
renal es idéntica a la concentración de una muestra de plasma de cualquier vaso
sanguíneo periférico, se obtiene la siguiente relación:
Cx = (Ux × V) / Pax
El aclaramiento se expresa como volumen/tiempo y representa el volumen de
plasma que ha sido eliminado de una sustancia y que se excreta en la orina por unidad
de tiempo. Este último punto se ilustra mejor considerando el siguiente ejemplo. Si
una sustancia aparece en la orina con una concentración de 100 mg/ml y el ritmo de
flujo urinario es de 1 ml/min, el ritmo de excreción de esta sustancia se calcula como
se expresa a continuación:
Ritmo de excreción = Ux × V = 100 mg/ml × 1 ml/min = 100 mg/min
Si esta sustancia presenta una concentración en plasma de 1 mg/ml, su
aclaramiento será:
Cx = (Ux × V) = 100 mg/min/1 mg/ml = 100 ml/min
Pax
En otras palabras, 100 ml de plasma se “limpiarán” completamente de la
sustancia X cada minuto. 1233
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
1. La IN es filtrada libremente por los glomérulos.
2. La IN no se absorbe o se secreta por los riñones.
3. La IN no se sintetiza, se destruye o se almacena en los riñones.
4. la IN no es tóxica.
5. La concentración de IN en el plasma y la orina puede determinarse mediante
un simple análisis.
Los valores normales para el aclaramiento de IN o la TFG (corregida según un
área de superficie corporal de 1,73 m2) son de 110 ± 15 ml/min para una mujer adulta
joven (alrededor del 10% menor que en el hombre) y de 125 ± 15 ml/min para un
hombre adulto jóvenes.
En los recién nacidos, aun con la corrección de acuerdo con el área de superficie
corporal, la TFG es baja, de alrededor de 20 ml/min por 1,73 m2 de área de superficie
corporal. Los valores del adulto (corregidos por el área de superficie corporal) se
alcanzan hacia finales del primer año de vida. Después de los 55 años, la TFG declina,
y típicamente se reduce de un 30% a un 40% a los 80 años.
Si la TFG es de 125 ml/min de plasma, entonces el volumen de plasma filtrado
por día es de 180 l (125 ml/min × 1440 min/día). En un hombre adulto joven de 70 kg,
el volumen de plasma es sólo de unos 3 l, por lo que los riñones filtran este plasma
unas 60 veces por día. La filtración glomerular contiene constituyentes esenciales 1234
(sales, agua y metabolitos), la mayoría de los cuales son reabsorbidos por los túbulos
renales.
Una limitante de la prueba de IN es que se debe, en la práctica, infundir por
vía intravenosa una dosis de carga (bolo) de inulina, seguida de una infusión continua
para mantener constante la concentración en plasma arterial. Después que es
equilibrada la inulina con los líquidos corporales, se obtiene una muestra de orina en
un periodo de 24 horas y se consigue una muestra de plasma en el momento
intermedio durante la recolección para valorar las concentraciones plasmáticas y
urinarias de inulina y calcular el aclaramiento.
Es importante aclarar que no toda la creatinina (u otras sustancias utilizadas
para medir la TFG) que entra en el riñón en la arteria renal se filtra en el glomérulo.
Por otra parte, no todo el plasma que penetra en el riñón se filtra. Aunque casi todo
el plasma que entra al riñón por la arteria renal pasa a través del glomérulo,
aproximadamente el 10% no lo hace.
Por ello, la creatinina sérica (0,8 a 1,4 mg/dl), que es el producto del
metabolismo de la creatina del músculo esquelético principalmente, puede utilizarse
para la determinación clínica de la TFG. Pero, si bien la creatinina se filtra libremente
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
desde el glomérulo al espacio de Bowman y no se reabsorbe, se secreta hasta un 10%
en el TCP, aunque no es metabolizada por las células de la nefrona:
Cantidad filtrada = cantidad excretada
TFG × PCr = UCr × V
PCr es la concentración de creatinina en plasma, UCr es la concentración de
creatinina en orina (0,9 a 1,5 g/24 h), y V es el flujo de orina:
TFG ≈ CCr = (UCr × V)
PCr
De aquí es que el aclaramiento de creatinina proporciona el modo de determinar
la TFG clínicamente, siendo la técnica más apropiada y aceptada para medir la TFG
es la depuración de creatinina en orina de 24 horas, que tiene la ventaja de ser
confiable, fácil de reproducir, no tiene limitaciones técnicas y, sobre todo, es
económica.
Sin embargo, diferentes estudios han evidenciado que el aclaramiento de
creatinina se corresponde con la TFG cuando la función renal es normal pues en la
insuficiencia renal, al aumentar la creatininemia se incrementa su secreción tubular
que, al sumarse a la creatinina filtrada, puede sobre valorar la TFG (el CCr > TFG).
La filtración glomerular decae con los años y en los adultos de más de 60 años 1235
se espera 50% (60 ml/minuto) del parámetro de referencia. Ante un trasplante renal
de riñón único, tanto en el receptor como en el donante vivo se espera un nivel similar,
que sería el límite entre suficiencia e insuficiencia.
La elevación en sangre de la creatinina es un indicador de insuficiencia renal
crónica. Una elevación menor representa un decremento importante de la filtración
glomerular, sobre todo en las etapas intermedias, es decir, la elevación de 2 a 4 mg/dl
de creatinina sérica manifiesta una pérdida de más de 8 ml/min de filtración
glomerular, lo cual es de mal pronóstico y, además, no se recupera una vez instalada
la insuficiencia renal crónica sino que va en constante descenso, de ahí que se habla
de la reciprocidad de la creatinina, que se extrapola con el tiempo (meses).
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Relación de estado estable entre la creatinina plasmática (PCr) y la TFG para una persona
con producción normal de creatinina (Eaton y Pooler, 2016).
1236
Fernández, V. H.
Capítulo 27 | Fisiología renal
Se entiende por daño renal a las alteraciones patológicas o presencia de
marcadores de daño renal (proteinuria o albuminuria, alteraciones en el sedimento
urinario y/o en las pruebas de imagen).
Aunque ya exista deterioro, el riñón puede compensar inicialmente con éxito
variaciones bruscas en la ingesta de sólidos y líquidos sin que la homeostasis corporal
se vea amenazada. Los mecanismos adaptativos o compensadores incluyen:
Aumento de la filtración glomerular por parte de las nefronas intactas.
Esto se consigue mediante la hipertrofia glomerular compensadora de las
nefronas sanas con aumento de la superficie de filtración y el incremento del
flujo y de las presiones hidrostáticas en la barrera de filtración. De esta forma,
la retención en sangre de productos nitrogenados como la urea o la creatinina
sólo se observa cuando el FG disminuye hasta el 50% aproximadamente.
Aumento de la síntesis de amoníaco (NH3) a nivel tubular en las
nefronas intactas. Con ello se intenta mantener una adecuada eliminación
de procedentes de los ácidos no volátiles mediante su unión al NH3, con
formación de ion amonio (NH4+) y al mismo tiempo generar bicarbonato. De
este modo se evita inicialmente la aparición de acidosis, propia de la ERC en
fases avanzadas.
Disminución de la reabsorción tubular de agua y sodio y aumento de
1237
la secreción de potasio. Estos cambios están en parte condicionados por la
diuresis osmótica que genera la hiperfiltración de urea y otros solutos que
arrastran agua y iones a nivel tubular.
Sin embargo, paradójicamente, estos mecanismos de compensación iniciales
determinan en el tiempo una progresión del daño glomerular. Así, la hipertrofia y la
hipertensión glomerular de las nefronas sanas inducen en ellas un daño endotelial
análogo al que produce la HTA a nivel sistémico, que conlleva la liberación local de
mediadores inflamatorios y fibrogénicos que conducen finalmente a la esclerosis
glomerular y al deterioro progresivo de su función.
En la mayoría de los países desarrollados, la diabetes mellitus (nefropatía
diabética) es la principal causa de ERC seguida por la hipertensión arterial (HTA).
Ambas constituyen factores de riesgo de primer orden para el desarrollo de
arteriosclerosis y, consecuentemente, para la producción de alteraciones de la
microcirculación renal y la aparición de isquemia que daña las nefronas. Otras causas
incluyen las glomerulonefritis y la poliquistosis renal (quistes que crecen y comprimen
progresivamente el parénquima renal sano).
Por su parte, dada la imposibilidad de obtener la orina en muchos casos como
en los niños o los adultos con insuficiencia renal, se han planteado varias fórmulas
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
basadas en la creatininemia asociada a variables antropométricas y demográficas.
Una de ellas es la ecuación de Crockroft-Gault la cual requiere solo del valor de la
concentración de creatinina sérica, el peso, la edad y el sexo del paciente. Al no
necesitar colección programada de orina de 24 h, la fórmula es más práctica,
económica, rápida, sencilla, exacta y efectiva, razones que justifican su empleo,
aunque utilidad principal es adecuar dosis de fármacos nefrotóxicos o que se eliminan
por el parénquima renal:
CCr = [(140 – edad) × peso] ÷ (72 × creatinina)
(corregida × 0,85 en mujeres)
Otra de las fórmulas utilizadas es la ecuación de Walser-Drew:
TFG = 7,57 × (1/Creatinina) × 11,3 – 0,103 × edad + 0,096 × peso – 6,66
(para hombres)
TFG = 6,05 × (1/Creatinina) × 11,3 – 0,08 × edad + 0,08 × peso – 4,81
(para las mujeres)
Algunos estudios han demostrado que estas ecuaciones proporcionan con mayor
fidelidad la magnitud del filtrado glomerular, siendo en forma secuencial, la de
Walser-Drew un eficaz marcador para valorar la progresión de la Insuficiencia Renal 1238
Crónica.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Exploración física: la paciente se presenta con buen semblante y sin
particularidades. PA de 137/92 mmHg. FC: 90 lpm. FR de 16/min, T° de 36,7°C.
Laboratorio: Glucemia: 130 mg/dl. Htc: 35%.
Diagnóstico: síndrome anémico. DBT. HTA
Tratamiento: sulfato ferroso y dieta hiposódica con un control en seis meses.
En la siguiente consulta, la paciente indica que la fatiga empeoró en el transcurso
de los seis meses siguientes y sufrió una fractura ósea tras una caída que fue trivial.
Presentó Glucemia: 140 mg/dl, Htc: 28%, PA: 135/95 mmHg, Urea: 90 mg/dl,
Creatinina sérica: 2,8 mg/dl. Se solicita un CCr. La densitometría ósea indica
osteoporosis.
Puntos de reflexión
1. ¿Hacia qué se orienta el médico con los nuevos datos del caso?
2. ¿Cuál sería el valor del CCr?
3. ¿Qué cambios explican los resultados de sus estudios?
4. ¿Cuál sería el pronóstico del caso de la paciente?
1239
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Algunos autores relacionan los cambios en la función renal debidos al ejercicio,
más con la intensidad de este que con su duración.
En este sentido, el centro vasomotor recibe información del SNC y de los
receptores periféricos, transmitiendo impulsos nerviosos a través de las fibras
simpáticas y parasimpáticas hacia el sistema cardiovascular.
La estimulación del SNS actúa sobre la mayor parte de los vasos sanguíneos,
produciendo constricción en las arterias de las vísceras abdominales, riñones y piel,
así como en la totalidad de las venas; sobre el corazón su acción se traduce en
taquicardia y aumento de la contractilidad.
Visto lo anterior, podemos deducir que el análisis de las catecolaminas
fraccionadas en plasma, nos va a dar una idea del nivel de estimulación nerviosa que
se produce durante una actividad física, así como de la importancia de la
vasoconstricción sobre las arteriolas renales y sus consecuencias hemodinámicas.
La necesidad de mantener una TFG dentro de unos límites incluso en
situaciones de un gran descenso del FSR (ejercicio intenso, deshidratación,
condiciones ambientales adversas, etc.), explica el posible efecto estimulador que
sobre la mácula densa tiene la disminución del FSR; la mácula densa así estimulada
produciría una vasoconstricción en la arteriola eferente afectándose con menor
intensidad la aferente. 1240
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
pérdida de la integridad lisosomal) y la β2-microglobulina (B2M) es una proteína
circulante con un peso molecular de 11.800 Da y es un componente del antígeno de
histocompatibilidad HLA y se encuentran en la superficie de la mayor parte de las
células nucleadas; sin embargo, pasa a través del filtro glomerular, es reabsorbida en
un 99,9% y degradada en el túbulo proximal.
Concentraciones elevadas de B2M en orina suelen ser el resultado de una
disfunción tubular proximal y este hecho está aceptado como un buen índice de
proteinuria de origen tubular.
La presencia en orina de NAG (enzimuria) y/o concentraciones elevadas de B2M
(proteinuria) después de un ejercicio de una cierta intensidad, puede traducir la
existencia de una lesión tubular proximal; aunque en el caso de la proteinuria
podemos decir que es una contingencia que está muy relacionada con la intensidad
del trabajo realizado y las condiciones ambientales (temperatura y grado de humedad)
en las cuales se lleva a cabo aquel.
La realización de cualquier actividad física supone un aumento del gasto
energético y una mayor producción de catabolitos a nivel local; esto va a traer como
consecuencia una serie de cambios en las distintas funciones del organismo. A través
de estos cambios nos adaptamos a la nueva situación que supone toda actividad física.
Estas adaptaciones tienen como finalidades principales: procurar un mayor aporte de 1241
energía a las zonas activas y facilitar la eliminación de los productos de desecho y del
calor producidos durante la actividad física.
En un primer momento el sistema cardiovascular será el encargado de realizar
estas funciones a través de mecanismos locales y nerviosos; de esta forma el SNA
ayuda a modular la frecuencia y contractilidad cardíacas y las resistencias periféricas,
controlando el gasto cardíaco y la distribución del flujo sanguíneo; esta regulación
consiste en un aumento del gasto cardíaco y en una redistribución de la volemia hacia
los músculos activos en detrimento de las vísceras del territorio esplácnico entre ellas
el riñón.
El aumento de la actividad nerviosa simpática que se produce durante la
actividad física, trae como consecuencia una disminución del FSR por vasoconstricción
local con una disminución de la TFG y cuando la actividad física realizada es muy
intensa, sobre todo si se mantiene mucho tiempo y en unas condiciones climáticas
extremas, se pueden llegar a alterar las estructuras íntimas del riñón (glomérulos y
túbulos), afectándose gravemente su función con lesiones en la nefrona.
Fernández, V. H .
Capítulo 27 | Fisiología renal
Referencias bibliográfica
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Tortora, G. J. Derrickson, B. (2018). Principios de Anatomía y Fisiología. 15ª edición. Editorial Médica
Panamericana.
1242
Fernández, V. H .
SECCIÓN V
Fisiología renal
Capítulo 28
Mecanismos de transporte renales
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Identifica los mecanismos básicos de transporte en los segmentos tubulares.
2. Define los conceptos de transporte máximo y umbral renal aplicándolos a la
reabsorción de glucosa.
3. Describe los mecanismos de transporte de aminoácidos y péptidos en los túbulos
renales.
4. Explica los mecanismos de reabsorción de cloruro sódico en los distintos
segmentos de la nefrona.
5. Explica cómo se relaciona la reabsorción tubular de agua con la reabsorción de
cloruro sódico en los distintos segmentos de la nefrona.
6. Explica cómo varía la reabsorción en el túbulo proximal cuando se producen
variaciones de la fracción de filtración y de las presiones hidrostática y
coloidosmótica en el capilar peritubular.
7. Explica la importancia de los vasos rectos en la reabsorción de agua y solutos.
8. Dadas la concentración plasmática y urinaria de cada compuesto, la tasa de
filtración glomerular y la diuresis: calcula la carga filtrada, el transporte
tubular, la tasa de excreción y el aclaramiento para: inulina, creatinina, ácido
para-amino-hipúrico y glucosa.
9. Predice cómo los cambios en la filtración, la reabsorción y la secreción afectarán
la excreción renal de cada compuesto.
10. Explica cómo contribuye la diferente permeabilidad al agua y la reabsorción
activa y pasiva de cloruro sódico en las distintas porciones del asa de Henle en la
generación del gradiente osmolal en la médula renal.
11. Explica la importancia del flujo sanguíneo medular en el mantenimiento del
gradiente osmótico en la médula renal.
12. Describe los mecanismos de transporte de la urea en el riñón y su importancia en
el gradiente osmótico en la médula renal.
13. Explica la importancia de la hormona antidiurética (ADH) en la concentración
urinaria en situaciones de baja ingesta de agua.
14. Define los conceptos de aclaramiento osmolal y aclaramiento de agua libre y
explica cómo varían estos aclaramientos en situaciones de antidiuresis y de
diuresis hídrica.
Capítulo 28 | Fisiología renal
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
En el caso de las sustancias secretadas, el cruce del endotelio es semejante al
proceso de filtración, aunque las sustancias utilizan diferentes mecanismos de
transporte.
El cruce del epitelio que reviste el tabulo puede efectuarse en una sola etapa o
en dos. La vía paracelular (una etapa) se utiliza cuando la sustancia se desplaza
alrededor de las células (es decir, por la matriz de las uniones estrechas que unen cada
célula epitelial con su vecina).
Sin embargo, más a menudo la sustancia atraviesa la célula, proceso a través
de la membrana apical que mira hacia la luz tubular y a través de la membrana
basolateral que mira hacia el intersticio. Ésta es la vía transcelular (en dos etapas).
Las sustancias cruzan las diversas barreras mediante una serie de mecanismos
que pueden considerarse como una caja de herramientas fisiológicas. Las células
renales recurren a los juegos de herramientas más adecuados para desempeñar su
tarea.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Las vías de transporte activas y pasivas suelen estar estrechamente unidas;
por ejemplo, el H2O se reabsorbe de forma pasiva, cuando se produce un gradiente
osmótico por la reabsorción activa de alguna sustancia disuelta (como Na+ o glucosa).
Dicha reabsorción de H2O puede provocar la disolución de sustancias, pero en otros
casos produce la concentración de algunas sustancias disueltas en el túbulo, que,
posteriormente se pueden reabsorber hacia la sangre en función de su propio
gradiente de concentración como Cl- y la urea.
En el caso de los iones o los transportes acoplados a los mismos interviene la
influencia eléctrica del potencial de membrana, así como el posible potencial
transepitelial producido por las fuerzas implicadas en el transporte paracelular de
iones.
La forma no ionizada de los electrólitos débiles es más liposoluble y puede
atravesar la membrana con más facilidad que la forma ionizada; por ello, el valor del
pH de la orina tiene importancia para la reabsorción pasiva, principalmente cuando
consideramos el tratamiento de las enfermedades con fármacos. El tamaño molecular
también influye en la difusión, dado que, cuanto menor sea la molécula, mejor
difundirá.
La TFG es muy alta siendo de 180 l/día, y en el filtrado existen grandes 1245
cantidades de sustancias, como la glucosa (unos 160 g).
El sistema de reabsorción de la nefrona tiene la función de evitar que se excreten
sustancias importantes para el organismo.
La excreción fraccionada porcentual (EF%) de la glucosa es muy pequeña
(menos del 0,4%):
EF% = UGlu × PCr
PGlu UCr
Este valor es muy bajo dado que se reabsorbe el 99,9% de glucosa en el TCP,
mediante un transporte activo secundario a través de cotransporte Na+-glucosa) en la
superficie luminal de la membrana celular, dado que la glucemia normal de unos 90
mg/dl (5 mmol/l) (valor de referencia de 70 a 110 mg/dl o 3,89 mmol/l a 6,11 mmol/l)
lo permite.
El responsable de la reabsorción de glucosa es un transportador de baja
afinidad de la membrana luminal de la porción contorneada del túbulo proximal
denominado SGLT2 (transportador de sodio-glucosa de tipo 2) y otro de alta afinidad
en la parte recta (SGLT1). Ambos sistemas cotransportan glucosa y Na+, el primero
en una proporción 1:1 y el segundo 1:2.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
La energía para esta entrada activa secundaria de glucosa se obtiene del
gradiente electroquímico de Na+ producido en la célula, que es doble en el caso del
SGLT1 porque transporta el doble de Na+. La glucosa acumulada en la célula la
abandona por el lado basolateral de forma pasiva mediante un sistema de transporte
único llamado transportador de glucosa de tipo 2 (GLUT2), es decir, por difusión
facilitada.
1246
Reabsorción de glucosa por los cotransportadores de Na+-glucosa, en las células del TCP
(Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Si aumenta la CF de glucosa, como ocurre en la diabetes mellitus, puede saturar
la capacidad de reabsorción de glucosa, controlada por la cinética de Michaelis-
Menten y generar glucosuria (glucosa en la orina), dado que el sistema es un
transporte saturable con trasporte máximo (Tm).
Se sabe que el Tm de la glucosa es 375 mg/min y, como la CF es de 112,5 mg/min
(CF = TFG x [Glu] = 1,25 dl/min x 90 mg/dl), mucho menor que el Tm de 375 mg/min,
la glucosa se reabsorbe fácilmente. Pero, cuando la glucosa plasmática llega a 300
mg/dl, la CF será de 375 mg/min. En este momento el túbulo proximal se torna incapaz
de reabsorber toda la glucosa filtrada y se empieza a perder en la orina. Los
incrementos ulteriores de la glucosa plasmática por arriba de 300 mg/dl producen
pérdidas renales cada vez más altas, generando una diuresis también cada vez más
elevada por el efecto osmótico de esta sustancia.
1247
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
comienza la glucosuria, y la glucemia de 300 mg/dl en el cual se satura por completo
el sistema, da lugar en la curva una zona de explayamiento.
Por su parte, la galactosa emplea el transportador SGLT2, mientras que la
fructosa sólo es captada por las células tubulares de forma pasiva mediante un
GLUT5.
De los más de 25 aminoácidos (AA) del plasma se filtran unos 70 g/día. La
mayoría de los AA se reabsorben de forma parecida a la glucosa, por un mecanismo
secundario activo con entrada acoplada al Na+ en el túbulo proximal.
Los 7 transportadores de AA distintos en el túbulo proximal se distinguen en
su especificidad. Cada transportador y AA muestra una difusión máxima (Φmáx) y
Km distintas, lo que modifica su saturabilidad y la velocidad de reabsorción. La EF%
de la mayoría de los AA es cercano a 1% (0,1% para la L-valina y 6% para la L-
histidina).
El aumento de excreción de AA (hiperaminoaciduria) puede ser de causa
prerrenal por aumento de la concentración plasmática o renal por un defecto en el
transporte, que puede ser específico como en la cistinuria o inespecífico como en el
síndrome de Fanconi.
Otras sustancias (lactato, sulfato, fosfato, dicarboxilato) también se reabsorben 1248
en el túbulo proximal de forma activa secundaria por cotransporte con Na+, mientras
que la urea difunde de forma pasiva. El ácido úrico y el oxalato se reabsorben y
secretan al tiempo, pero en el primer caso predomina la reabsorción (EF = 0,1%) y en
el segundo la secreción (EF > 1%). Si aumentara su concentración en la orina, se
produciría su precipitación por su baja solubilidad, lo cual incrementa el riesgo de
formación de cálculos renales, igual que sucede con la cistina en la cistinuria.
Los oligopéptidos (glutatión, Ang II) son degradados con tanta rapidez por las
peptidasas luminales activas de las microvellosidades (γ-glutamiltransferasa,
aminopeptidasas, endopeptidasas), que se pueden reabsorber en forma de AA libres.
Los dipéptidos, que no se pueden hidrolizar a nivel luminal (como la carnosina), se
pueden reabsorber como moléculas intactas mediante un cotransportador PepT2,
cuya fuerza procede del gradiente de H+ dirigido hacia el interior de la célula. Estos
dipéptidos se hidrolizan por primera vez en el interior de la célula. Este transportador
PepT2 también lo utilizan algunos medicamentos y toxinas (Aranalde, 2015).
Asimismo, a pesar del bajo coeficiente de difusión de la albúmina (0,0003), la
elevada concentración plasmática de 4,5 g/dl determina que en el filtrado haya unos
2400 mg/día (180 1/día x 45 g/1 x 0,0003), el cual alcanza en la orina uno 2 a 35 mg/día
(EF < 1%).
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
La albúmina, la lisozima y la α1 y β2-microglobulina se reabsorben en el túbulo
proximal mediante endocitosis mediada por receptor y “digeridas” por los lisosomas.
Esta reabsorción está saturada en condiciones normales, de forma que un
aumento de la concentración de proteínas plasmáticas o un aumento del coeficiente
de difusión (filtrado), como ocurre en el síndrome nefrótico, provoca proteinuria.
El 25-OH-colecalciferol, unido a proteína ligadora de vitamina D en el plasma
y el filtrado glomerular, también es reabsorbido con la proteína por endocitosis
mediada por receptor.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
En este lugar se localiza un transportador TAO1 (transportador de aniones
orgánicos tipo 1) con una amplia especificidad, que capta los AO- de la sangre hacia
las células tubulares y después los intercambia con dicarboxilatos como succinato y α-
cetoglutarato. Este último se origina a partir del metabolismo de la glutamina en la
célula o es introducido a la célula de forma activa secundaria (junto con 3 iones Na+)
mediante el transportador TDNah (transportador de dicarboxilato Na+ humano). En
este caso se habla de transporte “terciario activo” de OA-.
La salida de AO- hacia Ia luz es por difusión pasiva facilitada. Para la secreción
de conjugados anfifílicos (toxinas lipófilas acopladas al glutatión) existe en la
membrana luminal una bomba de conjugados dependientes de ATP adicional, llamada
proteína de resistencia a múltiples fármacos tipo 2 (PRM2).
Entre los CatO+ secretados se encuentran sustancias propias del organismo,
como adrenalina, colina, histamina y serotonina y medicamentos como atropina,
cinina y morfina.
El paso activo de la secreción de los CatO+ se produce en la membrana luminal
de la célula tubular proximal, a diferencia de lo que sucede para los AO- (aumento de
densidad luminal superando el potencial de membrana interno negativo). Aquí se
localizan:
a) un transportador directamente controlado por ATP para los CatO+ o transporte 1250
activo primario de CatO+ (MDR1).
b) un intercambiador CatO+/H+ poliespecífico (transporte activo terciario de
CatO+). La corriente de entrada de CatO+ desde la sangre hacia la célula se
produce de forma pasiva a través de un transportador poliespecífico.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
La mayor parte del ácido úrico plasmático es filtrado por el riñón y el 90% del
mismo se reabsorbe en el TCP a través del contratransporte aniónico URAT1
(contratransporte con aniones orgánicos como lactato, nicotinato o drogas como la
pirazinamida, un antibiótico que se utiliza en el tratamiento de la tuberculosis),
ubicado en la zona luminal del epitelio y sobre el cual actúan algunos fármacos
uricosúricos, como probenecid, benzbromarona y losartan.
1251
Reabsorción de urato en las células epiteliales del túbulo proximal (García et al., 2022).
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Secreción de urato por las células epiteliales del túbulo proximal (García et al., 2022).
El ácido úrico tiene un papel dual como antioxidante plasmático, pero también
como agente prooxidante intracelular y en este segundo papel se enmarca su posible
1252
efecto patológico cuando se encuentra en altas concentraciones.
La hiperuricemia puede dar lugar a un espectro clínico variable como artritis
gotosa aguda debida a la precipitación de cristales de urato monosódico a nivel de
articulaciones; gota tofácea debida a la precipitación de los cristales en piel y tejido
celular subcutáneo; nefrolitiasis úrica; nefropatía aguda por ácido úrico debida
a precipitación de cristales intratubulares (frecuente en procesos linfoproliferativos
tras tratamientos quimioterápicos, asociada al síndrome de lisis tumoral) y
nefropatía crónica por ácido úrico debida al depósito de cristales de urato en el
intersticio medular, produciendo fibrosis intersticial. Además, existen alteraciones
congénitas que afectan al gen de la uromodulina y que producen una nefropatía
familiar juvenil hiperuricémica.
Sin embargo, un gran porcentaje de pacientes con niveles elevados de ácido
úrico permanecen asintomáticos. En los últimos años se ha demostrado en modelos
experimentales que la hiperuricemia produce daño renal independientemente de la
precipitación de cristales de urato, por lo que el tratamiento de la misma, al margen
de la presencia de síntomas, sería beneficioso.
La gota es una afección artrítica inflamatoria que aparece cuando los cristales
de urato se acumulan en las articulaciones y otros tejidos. El urato es poco soluble,
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
estando el nivel normal de concentración de uratos en suero cerca del límite de
solubilidad. Cuando este nivel supera el umbral de solubilidad (6,8 mg/dl a 37 ºC), es
más probable que se formen cristales, aunque dos tercios de los sujetos con
hiperuricemia no tienen gota y permanecen asintomáticos.
Se ha demostrado que la hiperuricemia a largo plazo produce cambios
hemodinámicos e histológicos a nivel renal que pueden conducir al desarrollo de ERC
no relacionada con el depósito de cristales de urato a nivel del intersticio medular, o
bien, acelerar la progresión de una nefropatía existente.
1 BUN (siglas en inglés, Blood Ureic Nitrogen) corresponde al nitrógeno ureico en la sangre proveniente del metabolismo de las
proteínas.
2 No confundirse con la concentración de urea en sangre al cual también suele referirse como uremia.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Conforme se resorbe agua (cerca de dos terceras partes del agua filtrada se
resorben en el túbulo proximal), los solutos de la luz que no se resorben por la vía
transcelular se concentran. La urea destaca entre estos solutos. Conforme la urea se
concentra es impulsada de manera pasiva a través de las uniones estrechas.
En el momento en que el líquido tubular ingresa al asa de Henle, cerca de la
mitad de la urea filtrada se resorbió y su concentración se incrementó a un poco más
de su valor en el filtrado (porque proporcionalmente se resorbió más agua que urea).
Esto depende de las condiciones en la médula dado por el estado de hidratación del
individuo.
El intersticio de la médula tiene una concentración mucho más alta de urea que
el plasma. La concentración se incrementa de la porción externa a la interna de la
médula (parte de lo que se denomina gradiente osmótico medular) y su valor máximo
en la porción interna de la médula depende del estado de hidratación y de las
concentraciones de ADH.
La concentración medular de la urea es más alta que en el líquido tubular que
ingresa al asa de Henle, por lo que hay un gradiente de concentración que favorece la
secreción hacia la luz. Las uniones apretadas en el asa de Henle no son permeables,
pero las membranas epiteliales de las regiones delgadas expresan transportadores de
urea facilitando la secreción de urea. Esto reemplaza la que se reabsorbió antes en el 1254
TCP.
Por tanto, cuando entra líquido tubular en la rama gruesa ascendente, la
cantidad de urea en la luz es tan grande como la de la carga filtrada. Dado que cerca
de 80% del agua filtrada se resorbe en ese momento, la concentración real de urea
luminal es varias veces mayor que la del plasma. La permeabilidad de la membrana
luminal a la urea (y la de las uniones estrechas) es en esencia de cero a partir del
AAGH y en todo el trayecto hasta los túbulos colectores medulares (por el túbulo distal
y los conductos colectores corticales). Por este motivo aún se encuentra una gran
cantidad de urea (que se aproxima a la carga filtrada o más) dentro de la luz tubular
y fluye de los conductos colectores corticales a los medulares.
La concentración es ahora mucho más elevada que la del plasma. Del mismo
modo su magnitud depende del estado de hidratación porque una fracción variable del
agua restante se resorbe en los conductos colectores corticales.
Se resorbe agua adicional conforme el líquido tubular fluye por el sistema de
conductos colectores desde la corteza hacia la médula. Por tanto, la concentración
luminal de urea aumenta aún más y puede alcanzar con facilidad 50 veces la del
plasma.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Aunque la concentración de urea en el intersticio medular es también más alta
que la del plasma, la concentración luminal es un poco más alta, de modo que el
gradiente favorece su reabsorción en la parte interna de la médula y, por ello, la urea
se reabsorbe una segunda vez. De hecho, esta urea resorbida es la que se secreta hacia
el asa de Henle.
El resultado último consiste en que la mitad de la cantidad original de urea
filtrada pasa hacia la orina final, una cantidad que, a largo plazo, debe ser igual a la
producción hepática a fin de que la urea corporal se conserve en equilibrio.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
En realidad, esto no ocurre debido a que una parte del riego renal alcanza zonas
que no pueden eliminar PAH a la luz tubular (pelvis renal, cápsula renal, grasa
perirrenal y otros). Por lo tanto, el aclaramiento de PAH da un valor erróneo por
defecto del flujo plasmático renal y lo que mide realmente es el FPR efectivo o flujo
plasmático a las regiones que pueden eliminar PAH. La relación entre el FPR y el
FPR efectivo viene dada por la fracción de extracción de PAH (EPAH) de la siguiente
forma:
FPR efectivo = FPR x EPAH
La fracción de extracción de PAH está, normalmente, entre 0,85 y 0,90.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
luminal se despolariza, lo que genera un potencial transepitelial luminal
negativo (PTN) en la parte contorneada del túbulo proximal.
1257
Dado que esto mecanismos de transporte para el Na+ de la membrana luminal
están acoplados en serie con el transporte activo del mismo en la membrana
basolateral (bomba), la reabsorción transepitelial de Na+ es activa y representa una
tercera parte (1/3) de la reabsorción de Na+ en este segmento. Las dos terceras partes
(2/3) restantes de la absorción de Na+ en el túbulo proximal se producen de forma
pasiva a través de la vía paracelular.
Las uniones estrechas de las células epiteliales del TCP son bastante
permeables al agua y a los solutos. Por ello es el movimiento de agua desde la luz
hacia el intersticio, debido al efecto osmótico del transporte activo, el que arrastra a
los diferentes solutos, entre ellos, al Na+. Este mecanismo es conocido por difusión
mediante arrastre por solvente.
En el AADH el Na+ se reabsorbe de forma pasiva (igual que el Cl-), mientras
que en el AAGH se reabsorbe Na+ a través de un cotransporte activo secundario de
Na+- K+- 2Cl- (CSB o cotransportador sensible a bumetanida) el cual es electroneutro
inicialmente, pero se produce una recirculación del K+ que entra a la célula hacia la
luz a través de los canales de K+, que hiperpolariza la membrana luminal, provocando
un potencial transepitelial luminal positivo (PTP).
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
1258
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
1259
Reabsorción de Na+ y secreción de K+ por las células principales, en la última parte del
túbulo contorneado distal y el túbulo colector (Tortora y Derrickson, 2018).
El Na+ abandona las células del túbulo proximal por la membrana basolateral
hacia el intersticio, no sólo a través de la bomba de Na+/K+-ATPasa, sino también a
través de un cotransportador Na+/3HCO-.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
En principio, la EFCl es similar a la del Na+ (0,5 a 5%). La reabsorción de Cl-
se produce en un 50% en el túbulo proximal dado que el PTN del TCP extrae
el Cl- de la luz principalmente de forma paracelular; por lo cual la
reabsorción de Cl- se produce con retraso respecto a la del Na+ y a la del H2O,
de forma que su concentración luminal aumenta.
Posteriormente, el Cl- difunde de forma paracelular a favor de su gradiente químico,
principalmente en la porción recta del túbulo proximal y se genera el PTP (inversión
del potencial).
En la AAGH se produce la entrada de Cl- a la célula por mecanismo activo
secundario mediante el CSB y sale hacia el intersticio mediante cotransporte K+-Cl-.
También existen canales de Cl- en la zona basolateral de AAGH por los cuales difunde
libremente.
En el túbulo distal, el Cl- ingresa a la célula desde la luz mediante el
cotransporte Na+-Cl- y sale hacia el intersticio mediante canales de Cl- de la
membrana basolateral.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Otra situación similar se produciría en el déficit de ADH (secreción
inadecuada de ADH -SIADH) o cuando ésta no resulta eficaz, como ocurre en la
diabetes insípida central o periférica).
3 Diuresis: (del griego “diá”, a través y “ouron”, orina). Eliminación urinaria en su conjunto, bien trate de la cantidad de orina,
de su composición o de ambos.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
puede alcanzarse se encuentra en torno a 200 mOsm/kg H2O, a la que limita la
potencia de la bomba Na+/K+-ATPasa.
1263
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
4. El filtrado isoosmolar (cercano a 300 mOsm/kg H2O) recién formado fluye a
través de la porción descendente e impulsa cierta cantidad de líquido
hiperosmolar hacia la porción ascendente en la vuelta en horquilla.
5. El agua sale de la ADDH para equilibrar su osmolalidad con la del intersticio.
La consecuencia de la operación de este sistema es que existe un gradiente de
osmolalidad intersticial, que se distribuye desde la parte superficial cortical
hasta la más profunda de la médula renal (gradiente cortico-medular).
6. Al tiempo que el ciclo que se describió se repite, el líquido tubular y el intersticio
medular en las regiones más profundas de la médula se vuelven cada vez más
hiperosmolares.
7. Se puede alcanzar un equilibrio máximo de osmolaridad entre 1200 y 1400
mOsm/kg H2O)
La situación descripta no puede explicar por sí solo, por qué un asa de Henle
más larga genera una osmolaridad medular mayor. Dado que, si todo el NaCl que se
bombea hacia fuera en la AAGH se acumulara localmente, la bomba Na+/K+-ATPasa
dejaría de funcionar una vez que se obtuviera un gradiente de concentración de 200
mOsm.
Sin embargo, puesto que el sistema contracorriente de los vasos rectos retira el
NaCl que pudiera llegar a un punto distal, la bomba puede seguir funcionando, en
1264
tanto la concentración de NaCl en la punta del asa de Henle sigue aumentando.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Esta hipótesis del efecto único en la médula interna se llama modelo de
equilibramiento pasivo.
Existe otro multiplicador contracorriente ya visto que concentra la urea en la
médula renal, que deriva del reciclamiento de la urea entre el conducto colector y el
asa de Henle. Recuérdese que la urea determina casi la mitad de la osmolaridad en la
médula interna.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
1266
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
4. El aumento de la TFG incrementa la tasa de flujo tubular. Cuando el flujo
tubular es alto, el transporte activo de Na+ no tiene capacidad para diluir en
grado suficiente el fluido tubular en AAGH, y el efecto único pierde intensidad.
De manera similar, la reabsorción de agua a partir del conducto colector carece
de capacidad para concentrar en grado suficiente la urea en el CCMI si el flujo
tubular es alto. Así, la hiperosmolaridad de la médula disminuye.
5. En ausencia de ADH, el CCC, el CCME y la porción inicial del CCMI se
vuelven impermeables al agua. Así, la urea no se puede concentrar en el
conducto colector. El resultado es que la reabsorción de la urea en la porción
terminal del conducto colector se reduce en forma intensa (hasta un 20%), y su
concentración en el intersticio papilar disminuye.
1267
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Conocer la función tubular es fundamental para determinar el estado de
salud de los riñones.
Los glomérulos constituyen un eficaz sistema de filtración que sirve para eliminar del
organismo productos de desecho y sustancias tóxicas. Para impedir que, junto con
ellos, se pierdan otros componentes corporales importantes, como el agua, el Na+, la
glucosa o los AA, es preciso también un sistema igualmente eficaz de reabsorción
tubular de estas sustancias.
Por ejemplo, los glomérulos filtran diariamente unos 180 L de líquido, de los
que se recuperan más del 99%. Mientras que la función glomerular se puede evaluar
mediante la TFG, no existe ninguna prueba sencilla para estudiar de forma
cuantitativa el funcionamiento tubular.
Por su parte, algunos trastornos de la función tubular son hereditarios; por
ejemplo, hay pacientes que son incapaces de acidificar la orina por debajo de pH 6,5
debido a una deficiente capacidad de secreción de H+. Sin embargo, en la mayoría de
las ocasiones el funcionamiento defectuoso de los túbulos es secundario a otros
trastornos o agresiones. Cualquier causa de insuficiencia renal aguda puede ir
asociada a insuficiencia tubular renal.
La densidad urinaria es un parámetro relacionado con la concentración y se
determina de forma semicuantitativa. Cuanto mayor sea la densidad, más 1268
concentrada estará la orina. La medida de la densidad urinaria no suele sino
confirmar la primera impresión basada en el color de la orina. Cuando es preciso
cuantificar la concentración urinaria, es mejor solicitar la determinación de la
osmolalidad (Uosm), cuyo rango de medida es mucho más amplio.
La Uosm sirve en la práctica clínica como marcador integrador de todas estas
funciones tubulares. Esto es debido a que, entre todas las funciones de los túbulos
renales, la que con más frecuencia se ve afectada por la enfermedad es la capacidad
para concentrar la orina.
Si los túbulos y los conductos colectores funcionan correctamente, en presencia
de ADH serán perfectamente capaces de reabsorber agua. El grado de eficacia con que
lo hacen se puede establecer midiendo la concentración de la orina. Esto se puede
realizar fácilmente determinando la osmolalidad urinaria y comparándola con la
plasmática.
Se considera que, si la osmolalidad urinaria (Uosm) es igual o superior a 600
mOsm/kg H2O, el funcionamiento tubular es excelente. Cuando ésta es prácticamente
igual a la plasmática (Posm), que se obtiene mediante el cociente: Uosm/Posm ∼ 1, los
túbulos renales no están reabsorbiendo agua.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Existen diversas causas de poliuria como la sobrecarga osmótica (p. ej.,
debida a glucosa), aumento de la ingesta de agua, diabetes insípida y diabetes insípida
nefrógena, entre otros.
Las alteraciones tubulares renales son una de las diversas causas de los
trastornos de la homeostasis hídrica. Cuando la medición de la Uosm basal no nos
permite llegar a ninguna conclusión, puede ser conveniente realizar una prueba de
privación de agua.
La reacción fisiológica normal ante esta privación consiste en retener agua,
para evitar, dentro de lo posible, el aumento de Posm que se produciría en caso
contrario. Esto se realiza mediante la ADH, cuya acción sobre los túbulos renales se
puede constatar por un aumento de la Uosm.
1269
Efectos de la ADH en las células principales que revisten la parte distal de los túbulos
renales y los conductos colectores (Stanfield, 2017).
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
respuesta de la Posm es típica de la diabetes insípida, en la que existe un déficit de
ADH.
La prueba debe interrumpirse si se excretan más de 3 litros de orina o si el peso
corporal se reduce más del 3%. Una manera alternativa de realizar la prueba, que a
veces se lleva a cabo antes o en lugar de la de privación, consiste en restringir la
ingesta de agua durante la noche (por ejemplo, desde las 20:00 h hasta las 10:00 h) y
medir la Uosm de la primera orina de la mañana. Si la osmolalidad no aumenta tras
la privación de agua, se administra desmopresina, un análogo sintético de la ADH.
De esta manera, dependiendo de la respuesta de la osmolalidad, podremos
diferenciar la diabetes insípida de origen central de la nefrógena. En la
primera, los túbulos renales responden normalmente a la desmopresina y la
osmolalidad aumenta. La diabetes insípida nefrógena se caracteriza por la ausencia
de respuesta tubular, por lo que la osmolalidad urinaria se mantiene baja.
La determinación del pH urinario puede ser útil como primera medida para
el diagnóstico de la acidosis tubular renal (ATR), que típicamente conduce
a acidosis metabólica con hipercloremia.
La ATR se clasifica de la siguiente manera: 1270
Tipo I. Secreción defectuosa de H+ en el túbulo distal, que puede ser de
naturaleza hereditaria o adquirida.
Tipo II. Disminución de la capacidad para reabsorber HCO3- en el túbulo
proximal.
Tipo III. Variante pediátrica de la ATR de tipo I.
Tipo IV. Anomalías en la reabsorción tubular de HCO3- como consecuencia de
un déficit de aldosterona, un defecto en el receptor de la misma o la
administración de fármacos que la antagonizan.
El primer paso en el diagnóstico de una ATR es la detección de una acidosis
metabólica (ver equilibrio ácidos-base) persistente y sin motivo aparente.
Si se sospecha una ATR una vez que han sido considerados y descartados otros
diagnósticos, se debe medir el pH de una muestra de orina recién recogida.
La respuesta normal ante una acidosis metabólica consiste en incrementar la
excreción de ácido, por lo que ante una orina con un pH inferior a 5,3 es poco probable
que una acidosis sea de origen tubular. Cuando el pH de la orina no sea
suficientemente bajo, puede estar indicada una prueba de sobrecarga de ácido, el cual
consiste en administrar cloruro de magnesio (NH4Cl) que acidifica la sangre y, a
continuación, medir el pH de la orina en una serie de muestras recogidas cada hora
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
durante las 8 h siguientes. Esta prueba no debe realizarse en pacientes con acidosis
grave o hepatopatías. Asimismo, deben tenerse en cuenta los efectos colaterales de la
prueba dado que el NH4Cl puede producir dolor abdominal y vómitos.
Otra prueba es la de furosemida, un diurético del asa que bloquea al
cotransporte NKCC en el AAGH, por lo cual genera una sobrecarga de Na+ al túbulo
distal, el cual intensifica la acción del contratransporte Na+/H+, dando lugar a una
orina ácida.
Si en cualquiera de las pruebas antes nombradas se obtiene al menos una
muestra de orina con pH menor a 5,3, es poco probable que exista ATR.
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Si la glucemia es normal y la glucosa se encuentra en la orina, esto es
indicativo de una alteración en la reabsorción de glucosa en el TCP. Un
aumento en la orina, es indicativo de lesión tubular, como ocurre en el
síndrome de Fanconi.
Existe una enfermedad denominada glucosuria familiar renal (GFR) es una
enfermedad autosómica recesiva, que se distingue por la mutación del gen que codifica
para SGLT2 que, a grandes rasgos, provoca que los individuos con esta enfermedad
excreten 100 g de glucosa al día, permaneciendo asintomáticos. Estos individuos
tienen vejiga y riñones normales y no tienen mayor incidencia de diabetes o
infecciones de las vías urinarias que la población en general.
El curso benigno de la glucosuria familiar renal ha permitido tener en
consideración el tratamiento con inhibidores de SGLT2 como una opción de
tratamiento de la diabetes mellitus.
En este mismo sentido, los AA se reabsorben normalmente en el TCP y si
aparecen en la orina, generalmente implican un daño tubular.
En la cistinuria, una enfermedad de carácter hereditario, aparece grandes
cantidades de cisteína, aunque es más frecuente en los trastornos tubulares
adquiridos.
1273
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
de 20/min; T°: 37,2 °C. Muestra ligera sensibilidad en epigastrio a la palpación
profunda, sin signos de rebote o de rigidez involuntaria. Por lo demás, se presenta
sin particularidades.
Laboratorio: Htc: 36%, Hb: 12,8 g/dl, Leucocitos: 13.300/mm3; fórmula
leucocitaria: N. Segmentados: 61%, Eo: 7%, Basófilo: 1%, Linfocitos: 21%,
Monocitos: 10%. Glucemia: 130 mg/dl. Natremia: 142 mEq/l, Potasemia: 3,4 mEq/l,
Cloremia: 112 mEq/l, Fosfatemia: 2 mg/dl, Bicarbonatemia: 15 mEq/l. Urea: 57
mg/dl, Creatininemia: 1,8 mg/dl, Glucemia: 92 mg/dl.
Examen de orina de 24 horas: Volumen: 2.770 ml, Creatininuria: 60 mg/dl,
Proteinuria: 2,2 g/día, Fosfaturia: 3,5 g/día, Glucosuria: 1 g/día. Natriuria: 320
mEq/día (100 a 260 mEq/día).
Diagnóstico: Síndrome de Fanconi idiopático.
Tratamiento: tratamiento sintomático y observación.
Puntos de reflexión
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
1275
Fernández, V. H .
Capítulo 28 | Fisiología renal
Referencias bibliográfica
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Tortora, G. J. Derrickson, B. (2018). Principios de Anatomía y Fisiología. 15ª edición. Editorial Médica
Panamericana.
1276
Fernández, V. H .
SECCIÓN V
Fisiología renal
Capítulo 29
Equilibrio hidroelectrolítico
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe el balance de agua en el organismo y valorar la importancia de la
diuresis obligada diaria.
2. Explica el mecanismo responsable de la diuresis hídrica y de la diuresis
osmótica.
3. Explica cómo son detectados los cambios de osmolalidad del líquido
extracelular.
4. Explica la participación de la ADH y de la sed en la regulación de la
osmolalidad y del volumen de líquido extracelular.
5. Empleando las vías de ingesta y eliminación de agua, predice los cambios en el
volumen y osmolalidad de los líquidos corporales causados por una pérdida o
ganancia neta de agua corporal, al igual que los cambios en el volumen y la
osmolalidad de la orina tras la pérdida o ganancia de agua corporal.
6. Explica cómo varía la reabsorción y secreción de potasio en los distintos
segmentos tubulares cuando se modifica su ingesta.
7. Explica los principales mecanismos que regulan la eliminación renal de
potasio.
Capítulo 29 | Fisiología renal
Equilibrio hidroelectrolítico
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
En nuestra población, la ingesta de sal diaria estimada indica que un gran
porcentaje de la población estudiada presenta una ingesta habitual elevada de sal,
mayor a sus necesidades fisiológicas y a las metas recomendadas para prevenir la
hipertensión arterial.
Asimismo, el agua es el producto de partida y final de innumerables reacciones
bioquímicas, es el medio de transporte, el medio de solución, el amortiguador térmico
y un sistema de enfriamiento y el objetivo del equilibrio del agua es mantener un
contenido corporal de agua constante. Para ello, el aporte medio de agua (unos 2 L/día)
se produce mediante la ingesta de bebida, agua procedente de los alimentos y agua de
oxidación generada durante el metabolismo. Esta entrada se compensa con las
pérdidas de agua similares en forma de orina, aire espirado, la perspiración y agua
contenida en las heces.
El intercambio diario de agua en función del agua corporal representa en
adultos 1/35 (2 L/70 kg de peso medio) y en niños 1/10 (0,7 L/7 kg de peso), lo que hace
a estos últimos más sensibles a las alteraciones del equilibrio acuoso.
Los cambios como la hiperventilación, producida al respirar en la altura,
aumenta la pérdida respiratoria de agua, mientras que una caminata cuando hace
calor o el trabajo en una panadería pueden aumentar mucho la pérdida de agua por
sudoración, situaciones que se compensan habitualmente aumentando la ingesta de 1278
agua (y electrolitos). Por el contrario, un aumento relativo de los líquidos se tiene que
compensar aumentando la excreción con la orina.
Una deficiencia de agua produce sed mediante la activación del centro de la
sed en el hipotálamo, activada por un aumento de la osmolalidad plasmática y un
aumento de la concentración de Ang II en el LCR.
Recordemos, además, que el peso del agua corporal varía en función de la edad
y el sexo entre un 45 al 75% (0,45 a 0,75). Durante la lactancia, el contenido en agua
es de unos 75%, que posteriormente disminuye hasta un 65% en los varones jóvenes
(53% en las mujeres) y 53% en los varones ancianos (45% en mujeres). Estas
diferencias de sexo y edad dependen fundamentalmente del porcentaje de grasa en el
peso corporal, ya que la mayoría de los tejidos contienen una media de 73% de agua
(en adultos jóvenes), mientras que el contenido de agua en la grasa es de sólo un 2%.
Cuando un organismo contiene una media de agua de 60%, unas 2/3 partes de
la misma (40% del peso) se localizan en el LIC y las 1/3 partes restantes (20% del peso)
en el LEC, el cual se compone del espacio intersticial (15%), del plasma (5%) y del
líquido transcelular (LCR, líquido pleural, pericardio, etc.; 1,5%).
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
El plasma se distingue de los restantes compartimientos del LEC por su
contenido en proteínas, mientras que el LIC se diferencia del LEC por una
composición distinta de iones. Como el Sodio corporal predomina en el LEC, su
volumen informa sobre el contenido corporal de Sodio.
El flujo a través de las paredes del capilar depende del equilibrio de fuerzas que
existe entre los gradientes de presión hidrostática y presión oncótica. El mecanismo
por el cual un aumento del volumen sanguíneo limita la reabsorción tubular de
líquidos es que la Phc peritubular se eleva cuando el volumen sanguíneo es mayor.
Por último, la excreción urinaria de sodio aumenta cada vez que lo hace la
TFG. Esto ocurre a pesar del equilibrio glomerulotubular. Esto es así dado que el
desplazamiento de sodio desde los espacios basolaterales hacia el capilar peritubular
es en esencia pasivo.
El movimiento del agua desde los espacios basolaterales hacia los capilares
peritubulares “arrastra” con él al sodio por efecto del arrastre por solvente y
disminuye la concentración de este ion en el espacio lateral.
Así, los factores que incrementan la reabsorción de agua hacia los capilares
peritubulares; es decir, la disminución de la presión hidrostática y el incremento de
la presión oncótica, también intensifican la reabsorción de sodio. Por el contrario, la
expansión del volumen del LEC que sigue al consumo de grandes cantidades de agua
reduce la reabsorción de esta última a partir de los túbulos proximales, puesto que
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
altera las fuerzas de Starling. De manera concomitante ocurre una reducción de la
reabsorción de sodio a partir de los túbulos proximales.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
El efecto osmótico de la adición de sodio se distribuye por el ACT incluso cuando
el sodio se restringe al LEC. El aumento del volumen de LEC inhibe el SRAA y
estimula el PNA para que aumente la excreción de sodio por la orina que permite el
reequilibrio de los distintos compartimentos orgánicos.
Por su parte, la retención de agua sin sodio desciende tanto la concentración de
sodio como la osmolalidad del plasma, lo cual resulta en que el exceso de agua se
moviliza hacia las células hasta que se alcanza el equilibrio osmótico. El resultado
neto es la hiponatremia o baja concentración de sodio en plasma, la hipoosmolalidad
y el incremento de los volúmenes de LEC y del LIC. El incremento del LEC provoca
un aumento de la excreción del sodio por la orina.
En este sentido, la administración de suero fisiológico isotónico no afecta al
movimiento de agua entre las células y el LEC, ya que no hay cambios de osmolalidad.
El exceso de sal y agua permanece en el LEC, produciendo la expansión del volumen
extracelular, pero sin alteración en la concentración de sodio en plasma.
Al resumir estos experimentos, se aprecia un número importante de
observaciones (Tabla 50):
La concentración de sodio en plasma se determina mediante el cociente entre
las cantidades de soluto y de agua, mientras que el volumen de LEC se
determina por las cantidades absolutas de soluto y de agua presentes. 1281
La concentración de sodio en plasma y la osmolalidad del plasma varían en
paralelo, como se predice en la ecuación:
Osmp efectiva ≅ 2 × [Sodio]p
No hay una relación predecible entre la concentración de sodio en plasma y el
volumen de LEC, este último se incrementa en los tres experimentos, mientras
que la concentración de sodio en plasma aumenta, disminuye y permanece sin
cambios.
No existe una relación predecible entre la concentración de sodio en plasma y
la excreción urinaria de sodio. El volumen de LEC se regula por cambios en la
excreción de sodio. Puesto que en los tres experimentos se produce una
expansión de volumen, habrá un incremento apropiado en la excreción de sodio
en un intento de reducir el volumen de LEC hacia la normalidad, incluso
aunque la concentración de sodio en plasma varía ampliamente.
Las alteraciones en la osmolalidad del plasma provocan cambios en el volumen
de LIC, la hiponatremia y la hipoosmolalidad inducen el movimiento de líquido
hacia el interior de las células, mientras que la hipernatremia y la
hiperosmolalidad inducen una salida hacia el exterior de estas. Dichos cambios
del volumen en el cerebro son los principales responsables de los síntomas
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
asociados a la hiponatremia y a la hipernatremia muy importantes en
medicina.
La pérdida de una relación predecible entre la concentración de sodio en plasma
y el volumen de LEC significa que estos parámetros deben regularse
independientemente. La tabla 51 enumera los principales factores neurohumorales
implicados en la regulación de la osmolalidad y del volumen.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
sodio, y el seno carotídeo, que regula la actividad del SNS y media los estímulos
hipovolémicos de la ADH. Estos sistemas afectan a la excreción urinaria de sodio y,
mediante la Ang II y la noradrenalina, la RVS.
Recuérdese que la administración de una solución salina isotónica provoca la
expansión de volumen sin afectar a la osmolalidad del plasma. De este modo, sólo se
activa la vía reguladora del volumen, pues la liberación de renina se suprime,
mientras que la secreción de PNA aumenta. Este incremento en las fuerzas
pronatriuréticas aumenta la excreción de sodio en un intento de excretar la sobrecarga
de volumen.
Como se vio previamente, los receptores de volumen se ubican en la aurícula
derecha y, cuando se incrementa la volemia, también lo hacen la PVC y la presión en
la aurícula derecha, lo cual intensifica la frecuencia de disparo de los receptores de
volumen de esa cavidad. Los impulsos que derivan de los receptores de volumen viajan
por el nervio vago y llegan al bulbo raquídeo, donde inhiben al área RVLM, y con ello,
suprimen la descarga simpática. Por el contrario, la disminución del volumen
sanguíneo incrementa la descarga simpática. Las vías aferentes que derivan de los
receptores auriculares de volumen también llegan al hipotálamo para inhibir la sed y
secreción de ADH.
Por su parte, la ingestión de agua pura (agua de canilla) reduce inicialmente 1283
la osmolalidad del plasma, suprimiendo la liberación de ADH. La consecuente
reducción en la reabsorción de agua permite que el exceso de agua sea excretado con
rapidez en orina diluida.
Pero, si se realiza una ingestión de sal sin agua (alimentos muy salados) causa
hiperosmolalidad y expansión del volumen de LEC, activando ambas vías. El
incremento en la osmolalidad del plasma aumenta la liberación de ADH y la sed,
reduciendo de este modo la excreción de agua e incrementando la ingesta de agua en
un intento de disminuir la osmolalidad del plasma hacia valores normales. Por otra
parte, la expansión del volumen suprime la secreción de renina e incrementa la de
PNA. El efecto neto es la excreción aumentada de sodio en un volumen de orina
relativamente pequeño, una composición similar a la ingesta.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
supraóptico-hipofisario migran unos gránulos secretores que contienen AVP hacia
el lóbulo posterior de la hipófisis, donde se almacenan y posteriormente se liberan tras
estímulos apropiados.
La ausencia o presencia de ADH es el principal determinante fisiológico de la
retención o excreción de agua en la orina. La ADH actúa en los túbulos colectores para
permitir la reabsorción de agua independiente del sodio bajo los gradientes osmóticos
creados por el sistema contracorriente.
El incremento de la permeabilidad al agua en el túbulo colector inducido por la
ADH se produce sobre todo en las células principales, ya que las células intercaladas
adyacentes se encargan fundamentalmente de la secreción de ácido o bicarbonato.
Existen tres receptores principales para la ADH: V1a, V1b (también denominado V3)
y V2.
1284
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
La activación de los receptores V1 induce vasoconstricción y un aumento en la
liberación de prostaglandinas, mientras que los receptores V2 intervienen en la
respuesta antidiurética. El receptor V1b (V3) parece intervenir en el efecto de la ADH
hipofisaria, facilitando la liberación de la corticotropina (ACTH).
La activación de la adenilatociclasa por la ADH vía receptor V2 en la membrana
basolateral de las células principales inicia una secuencia de acontecimientos que
activan la PKA, lo cual conduce a la inserción en la membrana apical de canales de
agua, del tipo acuaporina 2, procedentes de vesículas citoplasmáticas preformadas
que contienen estos canales de agua. Una vez los canales de agua cubren la membrana
luminal, el agua se reabsorbe en las células y entonces vuelve rápidamente a la
circulación sistémica a través de los canales de agua del tipo acuaporinas 3 y 4 en la
membrana basolateral. Estos canales son permeables al agua (incluso en ausencia de
ADH) y la membrana basolateral tiene una superficie mucho mayor que la membrana
luminal. Cuando el efecto de la ADH ha desaparecido, los canales de agua se agregan
en los orificios recubiertos de clatrina y son eliminados de la membrana luminal por
endocitosis.
El efecto neto es que la osmolalidad urinaria puede llegar a ser de 1000
mOsm/kg a 1200 mOsm/kg en presencia de ADH, una concentración que es cuatro
veces la del plasma. Por el contrario, la osmolalidad urinaria puede descender entre
1285
30 mOsm/kg y 50 mOsm/kg en ausencia completa de ADH, una situación en la que
hay una reabsorción mínima de agua en los túbulos colectores.
Los efectos antidiuréticos de la ADH son mediados por los receptores V2 y la
estimulación de la adenilato ciclasa, mientras que los receptores V1 estimulan la FLC
y principalmente actúan para incrementar la resistencia vascular. De este modo, la
ADH podría contribuir a la regulación de la resistencia vascular, aunque está claro
que el SRA y el SNS tienen una importancia mucho mayor.
Por su parte, la ADH estimula la producción de prostaglandinas
(particularmente prostaglandina E2 y prostaciclina) en distintas células renales,
incluyendo las de la rama ascendente gruesa, las de los túbulos colectores, las del
intersticio medular y las del mesangio glomerular. Las prostaglandinas producidas
disminuyen las acciones antidiuréticas y vasculares de la ADH.
Estos hallazgos han sugerido que podría producirse una retroalimentación
negativa, de modo que la ADH aumente la producción local de prostaglandinas y
prevenga una excesiva respuesta antidiurética. Sin embargo, el efecto de la ADH en
la síntesis de prostaglandinas es mediada por el V1, no por los receptores
antidiuréticos V2. Así, la principal función de la relación ADH-prostaglandinas podría
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
ser el mantenimiento de la perfusión renal, ya que la vasoconstricción inducida por la
ADH se minimiza por las prostaglandinas vasodilatadoras (Rennke y Denker, 2014).
Los dos principales estímulos para la secreción de la ADH son la
hiperosmolalidad y la depleción de volumen. Estas respuestas son fisiológicamente
apropiadas, ya que la retención de agua inducida por la ADH reducirá la osmolalidad
del plasma y restablecerá el volumen extracelular hacia la normalidad.
1286
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
después de la perfusión en la arteria carótida, pero no en la arteria femoral. Estos
hallazgos indicaban que los osmorreceptores estaban localizados en el cerebro
(hipotálamo) y no en la periferia.
La señal aportada por los osmorreceptores hipotalámicos es un gradiente
osmótico efectivo entre el plasma y la célula receptora y provoca el movimiento de
agua hacia fuera o hacia el interior de la célula. El cambio subsiguiente de la presión
osmótica intracelular estimula tanto la secreción como la síntesis de ADH.
La concentración plasmática de sodio es el determinante osmótico principal
para la liberación de ADH, ya que las sales de sodio son los solutos extracelulares
efectivos principales. Por el contrario, las alteraciones en la urea plasmática no
afectan a la liberación de ADH, ya que la urea es un osmol ineficaz que atraviesa las
membranas celulares sin dificultad.
Los osmorreceptores son neuronas localizadas en el órgano vasculoso de
la lámina terminal (OVLT) que es un órgano circunventricular que carece de BHE
y está muy conectado con el núcleo preóptico medio y, en conjunto forman la región
anteroventral del tercer ventrículo (Verbalis, 2007).
También el órgano subfornical (OSF), situado debajo de la comisura fórnix,
en la zona rostral del techo del tercer ventrículo, es considerado una estructura neuro-
glio-vascular, ya que contiene neuronas, células de la glía y plexos de capilares 1287
fenestrados, y se encuentra conectado con los NSO y NPV, al igual que el OVLT,
siendo zonas involucradas en la regulación de la sed, apetencia por la sal,
mantenimiento y control de la tensión arterial y la función cardiovascular (García y
Ruíz, 2017).
Los osmorreceptores tienen acuaporina 4 por lo cual el agua puede moverse
rápidamente a través de su membrana, y si la osmolaridad plasmática se eleva por
encima de los 290 mOsmol/kg, el agua se desplaza fuera de la neurona por ósmosis,
haciendo que el neurorreceptor reduzca de tamaño.
Como en la membrana celular hay canales de cationes inactivados por
estiramiento, que, en realidad, se abren cuando la neurona se encoge y permiten la
entrada de iones con carga positiva, como los iones Na+ y K+, lo cual provoca una
despolarización inicial del osmorreceptor y activa el canal de sodio dependiente de
voltaje, que permite la generación de un potencial de acción, generando, a su vez, la
apertura de los canales de calcio dependientes de voltaje en la terminal del axón
(Bourque, Voisin y Chakfe, 2002).
El Ca2+ se une a la subunidad sinaptotagmina 1 de la proteína SNARE unida a
la membrana de la vesícula que contiene arginina-vasopresina (AVP) y provoca la
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
fusión de la vesícula con la membrana neuronal. Posteriormente se produce la
liberación de AVP en la hipófisis posterior, por lo que la vasopresina se secreta en el
torrente sanguíneo de los capilares cercanos.
Los osmorreceptores son extremadamente sensibles y responden a alteraciones
en la osmolalidad del plasma tan pequeñas como del 1%. Generalmente hay poca ADH
circulante por debajo de los 280 mOsm/kg, situación en la que la orina debería estar
diluida al máximo con una osmolalidad menor de 100 mOsm/kg. Por encima del
umbral osmótico, hay un incremento en la secreción de ADH progresivo y
relativamente lineal.
Este sistema es tan eficaz que la osmolalidad del plasma no suele variar más
del 1 al 2%, a pesar de amplias fluctuaciones en la ingesta de agua. Por ejemplo, una
gran sobrecarga de agua disminuirá la osmolalidad del plasma y esencialmente
interrumpirá la liberación de ADH. El efecto neto es la excreción del exceso de agua
en 4 horas. El valor máximo de excreción de agua está muy por encima de la ingesta
que raramente sujetos normales pueden retener de agua y volverse hiponatrémicos.
Así, el desarrollo de hiponatremia en la mayoría de los casos supone una incapacidad
para excretar agua que, en ausencia de una insuficiencia renal avanzada, implica la
incapacidad de suprimir la liberación de ADH.
Por su parte, la respuesta a un incremento en la osmolalidad plasmática 1288
efectiva, como puede ocurrir con la pérdida de agua a través del sudor tras el ejercicio
en un día caluroso, provoca un incremento de la sed, así como un aumento en la
liberación de la ADH. La combinación de una mayor ingesta de agua y una reducción
en la excreción de agua retornará la osmolalidad del plasma a valores normales.
Aunque la sed se regula centralmente, se controla de forma periférica por la
sensación de sequedad de boca. Incluso pequeños incrementos en la osmolalidad del
plasma (2 a 3 mOsm/kg) provocan un aumento de la sed, y la sensación de sed es tan
poderosa que los sujetos normales no pueden volverse hipernatrémicos mientras
tengan acceso al agua.
Esto es cierto incluso en pacientes con diabetes insípida central que
producen poca o ninguna ADH. Aunque estos pacientes excretan un gran volumen de
orina diluida, esta pérdida de agua se iguala mediante un incremento en la ingesta, y
así la concentración de sodio en plasma permanece en un intervalo normal o normal-
alto.
En principio, la interrupción de la sed sería igualmente una protección poderosa
contra el desarrollo de hiponatremia, ya que la concentración de sodio en plasma no
puede disminuir si no existe ingesta de agua. Sin embargo, la mayoría del líquido que
bebemos se debe a razones culturales o sociales y no se regula por los osmorreceptores.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Los pacientes con depleción de volumen circulante efectivo podrían secretar
ADH incluso en presencia de una baja osmolalidad plasmática. Estos hallazgos
indican la existencia de receptores no osmolales, sensibles al volumen, para la
liberación de ADH. En esta respuesta desempeñan un importante papel las aferencias
parasimpáticas localizadas principalmente en los barorreceptores del seno carotídeo.
Los cambios en la tasa de descarga aferente desde estas neuronas afectan a la
actividad del centro vasomotor en la médula y después al índice de secreción de ADH
por las células en los NPV. Los NSO, en comparación, son importantes para la
osmorregulación, pero no parecen participar en esta respuesta sensible al volumen.
La sensibilidad de los receptores de volumen es diferente a la de los
osmorreceptores. Estos últimos responden a alteraciones en la osmolalidad del plasma
de tan sólo el 1%. En comparación, las reducciones pequeñas e intensas de volumen
tienen poco efecto en la liberación de ADH, pero sí son suficientes para incrementar
la secreción de renina y noradrenalina. Con todo, la ADH sólo se secreta no
osmóticamente en humanos si hay un cambio bastante grande en el volumen eficaz
como para producir una reducción en la presión arterial sistémica. Suele suceder con
una depleción del 5 a 10% del líquido total del organismo, lo que corresponde a unos
2 a 4 litros.
Una vez instaurada la hipotensión, habría un marcado incremento en la 1289
secreción de ADH, produciendo valores circulantes de hormona que fácilmente
excederían a los producidos por la hiperosmolalidad. La depleción de volumen también
estimula la sed. La hipovolemia estimula la producción de Ang II el cual es un potente
estímulo de la sed.
Así, las células productoras de ADH en los NSO y NPV reciben señales tanto
de los receptores osmóticos como de los de volumen, produciendo interacciones
negativas y positivas. Por ejemplo, la depleción de volumen potencia la respuesta de
la ADH a la hiperosmolalidad, y la reducción de volumen puede prevenir la inhibición
de la liberación de ADH, normalmente inducida por una caída en la osmolalidad del
plasma.
El estímulo hipovolémico para la liberación de ADH y la sed es beneficioso
desde el punto de vista de la regulación del volumen. La retención de agua expandirá
el volumen de líquido extracelular, y la actividad vasopresora de la ADH podría
contribuir a una elevación en la presión arterial sistémica. Sin embargo, a menudo
estos cambios se producen a expensas de la osmorregulación. La estimulación
persistente no osmótica de la liberación de ADH impide la excreción de agua, y
potencialmente conduce a la retención de agua y a la hiponatremia. Por ejemplo, la
hiponatremia es común en pacientes con una reducción de volumen eficaz
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
considerable y persistente, como ocurre en la insuficiencia cardíaca congestiva y en la
cirrosis hepática.
La diabetes insípida es una condición rara, pero tratable que generalmente
se presenta con polidipsia y poliuria. Consiste en la producción de gran cantidad de
orina con densidad y osmolalidad urinaria bajas, por lo cual, distinguir estos síntomas
de los síntomas de la polidipsia primaria, la diabetes mellitus y otras causas de
polaquiuria sin poliuria puede ser muy difícil.
La diabetes insípida central puede producirse cuando una cirugía del cráneo
provoca condiciones que generen una incapacidad reversible o irreversible para
liberar ADH. Los tumores hipofisarios son otra causa del trastorno. Por último, un
traumatismo craneal puede causar daño grave al tallo de la hipófisis y desencadenar
degeneración retrógrada de las neuronas secretoras de ADH. La diabetes insípida
neurogénica también puede deberse a un trastorno autosómico dominante. Sin
embargo, independientemente de su causa el tratamiento implica la administración
de arginina-vasopresina (ADH).
La diabetes insípida nefrogénica suele ser de origen genético y corresponde
a un trastorno recesivo ligado al cromosoma X, en el cual los receptores V2 de los
riñones no responden a la ADH. En el trastorno autosómico recesivo, se encuentra
alterada la síntesis de AQP-2 en las células de los túbulos renales. 1290
La diabetes insípida gestacional se desarrolla durante el embarazo por
efecto de un incremento anómalo de las concentraciones plasmáticas de la enzima
vasopresinasa. Su tratamiento consiste en la administración de desmopresina, un
análogo de la vasopresina resistente a la inactivación mediada por vasopresinasa.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Los factores implicados en la regulación de la excreción de sodio son
distintos de los implicados en la excreción de agua. La única área
importante de superposición es el estímulo hipovolémico para la liberación
de ADH y la sed.
La presencia de múltiples receptores para el control hormonal de la excreción de sodio
ilustra una importante diferencia entre la regulación del volumen y la de la
osmolalidad. El mantenimiento de la concentración a menudo se alcanza sólo con un
único sensor (como los osmorreceptores hipotalámicos), ya que todos los tejidos son
perfundidos por la misma sangre arterial. En comparación, habría una marcada
variabilidad en la perfusión regional, y se necesitaría la presencia de sensores de
volumen locales.
Un simple ejemplo es el cambio de posición de sentado a la posición de pie que,
por gravedad, produce una hiperperfusión de (y la acumulación de líquidos) las
extremidades inferiores e hipoperfusión del cerebro. En este contexto, la activación de
los barorreceptores del seno carotídeo, con el consecuente incremento en la actividad
simpática, ayuda a preservar la perfusión cerebral mediante el mantenimiento de la
PAM.
En este caso, es importante entender que lo que se está regulando es el
volumen circulante efectivo (VCE) que es un parámetro no medible que se refiere 1291
a la parte del LEC situado en el sistema arterial y que, por tanto, perfunde de forma
eficaz a los tejidos. Aunque un hombre de 70 kg tiene unos 42 L de agua, menos de 1
L (unos 700 ml) riega realmente los tejidos a través de las arterias de las
extremidades.
El VCE varía directamente con el volumen de LEC en sujetos normales, y está
determinado sobre todo por el contenido corporal de sodio, ya que las sales de
sodio son los principales solutos extracelulares que actúan para mantener el agua en
el espacio extracelular. Por tanto, el mantenimiento del VCE y la regulación del
equilibrio de sodio (mediante alteraciones en la excreción urinaria de sodio) son
funciones estrechamente relacionadas. La sobrecarga de sodio tenderá a producir una
expansión de volumen, mientras que la pérdida de sodio conducirá a la depleción de
volumen.
Aunque el volumen circulante eficaz varía con el volumen de LEC en sujetos
normales, podría ser independiente del volumen de LEC, del volumen plasmático o
incluso del gasto cardíaco en varias enfermedades.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Tabla 53. Potencial independencia del VCE frente a otros parámetros
hemodinámicos como el volumen de LEC, volumen plasmático y gasto cardíaco.
Volumen Volumen
Volumen
circulante del líquido Gasto cardíaco
plasmático
efectivo extracelular
Hipovolemia
↓ ↓ ↓ ↓
por vómitos
Insuficiencia
↓ ↑ ↑ ↓
cardíaca
Fístula
⊥ ↑ ↑ ↑
arteriovenosa
Cirrosis
hepática ↓ ↑ ↑ ⊥o↑
grave
Fuente: Rennke y Denker, 2014.
Los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva, por ejemplo, tienen un VCE
reducido debido a un descenso primario del gasto cardíaco. Sin embargo, la
consiguiente activación de las hormonas que retienen sodio (en un intento de
incrementar la perfusión hacia la normalidad) conduce a la formación de edema y
aumenta el volumen plasmático y el LEC total. De este modo, dichos parámetros
podrían disociarse de la perfusión tisular. 1292
El VCE podría, en algunos casos, ser también independiente del gasto cardíaco
total. Además de una reducción en el gasto cardíaco, el descenso del volumen eficaz
también puede producirse por una hipotensión inducida por una caída en la
resistencia vascular sistémica (vasodilatación periférica).
En presencia de una fístula arteriovenosa de baja resistencia, por ejemplo, el
gasto cardíaco se eleva en una cantidad equivalente al flujo a través de la fístula. Sin
embargo, este líquido está circulando de un modo ineficaz, ya que se desvía de la
circulación capilar. Así, el paciente es normovolémico, a pesar de la presencia de un
gasto cardíaco que podría estar sustancialmente elevado.
La disociación potencial entre el VCE y el gasto cardíaco puede ilustrarse
también por los cambios hemodinámicos que se observan en la cirrosis hepática
avanzada y la ascitis (acumulación de líquido en el peritoneo). El volumen de LEC se
expande en esta enfermedad sobre todo por la ascitis; el volumen plasmático aumenta
debido en parte a la acumulación de líquido en la notablemente dilatada y lenta
circulación venosa esplácnica, inducida por la hipertensión portal, y el gasto cardíaco
está a menudo elevado por las múltiples fístulas arteriovenosas repartidas por todo el
organismo, como las arañas vasculares (angiomas) en la piel.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
A pesar de todos estos signos de expansión de volumen, la mayoría del exceso
de líquido es hemodinámicamente ineficaz y estos pacientes se comportan como si
presentaran depleción de volumen. La causa de la depleción VCE es una disminución
en la RVS producida por el shunt de baja resistencia derivado de las fístulas
arteriovenosas y de la vasodilatación de la circulación esplácnica.
Desde un punto de vista clínico, la presencia de un descenso en la perfusión
tisular eficaz se pone de manifiesto por una presión arterial relativamente baja, una
reducción de la excreción urinaria de sodio (a menudo inferior a 10 mEq/día en casos
avanzados) y un progresivo incremento en la secreción de hormonas típicamente
liberadas en respuesta a la hipovolemia: renina, noradrenalina y ADH. A menudo,
estos pacientes presentan hiponatremia a causa de la estimulación de la secreción de
ADH debida a la reducción del VCE.
Asumiendo que no existen defectos en el manejo renal de sodio (la mayoría de
veces debido al bloqueo del transporte tubular del sodio por diuréticos), uno de los
principales distintivos clínicos de la depleción de volumen circulante eficaz de
cualquier causa es una baja excreción de sodio, normalmente puesta de manifiesto por
una concentración de sodio en orina menor de 25 mEq/l.
La ingesta de sodio en la dieta normal suele oscilar entre 80 mEq/día a 250
mEq/día (alrededor de 2 a 6 g/día o más). Sin embargo, la concentración de sodio en 1293
orina es variable, ya que también se determina por la ingesta y por la excreción de
agua. El único cuadro clínico frecuente en el que una baja excreción de sodio no refleja
una hipoperfusión sistémica es la isquemia renal selectiva. En la mayoría de los casos
ésta aparece por estenosis bilateral de la arteria renal, normalmente debido a lesiones
ateroescleróticas en pacientes mayores.
El SRA desempeña un papel importante en la regulación de la PAM, de la
excreción urinaria de sodio y de la hemodinámica renal. La renina es una enzima
proteolítica secretada por células especializadas yuxtaglomerulares en la arteriola
aferente de cada glomérulo. Además, cuando el estímulo es prolongado se pueden
reclutar células más proximales en la arteria interlobular para la liberación de renina.
Recordemos que la renina inicia una secuencia de pasos que comienza con la
rotura de un decapéptido, la angiotensina I, a partir del angiotensinógeno (sustrato
de renina). La angiotensina I se convierte entonces en un octapéptido, la angiotensina
II, en una reacción catalizada por la enzima conversora de la angiotensina (ECA). Los
estudios iniciales sugirieron que la renina liberada del riñón actuaba sobre el
angiotensinógeno producido en el hígado; la angiotensina I formada por esta reacción
era entonces convertida en angiotensina II, principalmente en la circulación
pulmonar, ya que el pulmón tiene la concentración más elevada de ECA.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
1294
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
En primer lugar, la Ang II produce vasoconstricción arteriolar sistémica,
aumentando así la RVS y, por ende, la PAM. Esto representa una respuesta apropiada
en sujetos hipovolémicos, pero puede contribuir al desarrollo de hipertensión si existe
una alteración en la regulación de la renina. La importancia de la Ang II en la
hipertensión en humanos se puede ilustrar por la caída de la presión arterial que a
menudo sigue a la administración de un inhibidor de la ECA (IECAs) o de un
bloqueador del receptor de la angiotensina.
En segundo lugar, la Ang II produce un aumento en la reabsorción tubular
renal de sodio, favoreciendo la expansión del volumen de LEC, mediante la
estimulación directa del transporte en el túbulo proximal por la propia Ang II y la
posterior liberación incrementada de aldosterona, que produce un aumento en la
reabsorción de sodio en el túbulo colector. Desde que la reabsorción del agua en el
túbulo proximal sigue al sodio de forma pasiva, la Ang II aumenta la reabsorción tanto
del sodio como del agua. Así, el volumen de LEC se expandirá, pero no habrá cambios
en la concentración plasmática de sodio.
Por su parte, la Ang II constriñe la arteriola eferente y, en menor grado, la
aferente. La constricción eferente tiende a aumentar la presión intraglomerular, un
cambio que incrementará la TFG. Esto es particularmente importante cuando se
reduce la presión de perfusión renal, como ocurre con cualquiera de las causas de
1295
depleción de volumen. En este contexto, el descenso en la presión de perfusión puede
ser contrarrestado mediante la constricción eferente, que produce un mantenimiento
inicial de la presión intraglomerular y la TFG.
El principal determinante de la secreción de renina en sujetos normales es la
ingesta de sal. Una ingesta elevada de sal expande el volumen de LEC y desciende la
liberación de renina; estos cambios se revierten con una baja ingesta de sal (o con la
pérdida de líquido de cualquier lugar). Las alteraciones asociadas a la Ang II y la
aldosterona permiten que el sodio sea excretado con una expansión de volumen o sea
retenido en situaciones de depleción de volumen.
El efecto neto para la renina es que no existen valores normales fijos para la
actividad de la renina plasmática o para la concentración en plasma de la Ang II o de
la aldosterona. Los valores observados deben correlacionarse con el estado de volumen
del paciente, parcialmente determinado en la clínica a partir de la exploración física
y de la excreción urinaria de sodio. La excreción de sodio en un sujeto normovolémico
es aproximadamente igual a la ingesta, y oscila entre 80 mEq/día y 250 mEq/día en
una dieta típica.
Estos cambios en el volumen o presión que afectan a la liberación y a la síntesis
de renina son controlados en uno o más de tres lugares: la arteriola aferente, los
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
barorreceptores cardiopulmonares y las células de la mácula densa en el inicio del
túbulo distal.
Los barorreceptores en la pared de la arteriola aferente se estimulan por la
reducción de la presión de perfusión renal. El consiguiente incremento de la
liberación de renina parece ser mediado en parte por la producción local de
prostaglandinas, particularmente prostaciclina.
Los barorreceptores cardiopulmonares también se ven afectados por una caída
en la presión de perfusión, provocando un incremento de la actividad del
sistema nervioso simpático. La consiguiente estimulación de receptores β1 en
el aparato yuxtaglomerular da lugar a una liberación incrementada de renina.
Las células de la mácula densa, en comparación, responden a los cambios en el
suministro luminal de cloro fundamentalmente. Como en la rama ascendente
gruesa del asa de Henle, la entrada del cloruro sódico en estas células es
mediada por un cotransportador Na+-K+-2Cl– en la membrana luminal. La
actividad de este transportador se regula principalmente por la concentración
luminal de cloro. Por ejemplo, con la expansión de volumen se suministra y se
reabsorbe más cloruro sódico en la mácula densa (debido a una reabsorción
proximal disminuida), lo que provoca la supresión de la liberación de renina. El
mecanismo por el que la señal del cloro se traduce en alteraciones en la
secreción de renina parece ser mediado por la prostaglandina E2 y la 1296
prostaglandina I2.
En muchas situaciones clínicas, estos tres lugares actúan conjuntamente para
regular la liberación de renina. Hay que considerar las respuestas locales y sistémicas
a la depleción de volumen, que al principio conducen a una pequeña reducción en la
PAM. Esto disminuirá el estiramiento (tensión) tanto en la arteriola aferente como en
los barorreceptores cardiopulmonares; el suministro distal de cloro también
disminuirá debido en parte a una reabsorción proximal aumentada. Cada uno de estos
cambios promoverá la secreción de renina.
Posteriormente, la Ang II estimula la secreción de aldosterona, la cual se
sintetiza en la zona glomerulosa suprarrenal.
La zona glomerulosa está bien adaptada a la producción de aldosterona, pues
tiene una baja concentración de 17α-hidroxilasa, la enzima necesaria para la
síntesis de cortisol y andrógenos. Más importante aún es que el paso final en la
conversión de corticosterona a aldosterona, la oxidación de un grupo hidroxilo en la
posición del carbono 18 a un aldehído, se produce sólo en la zona glomerulosa. Las
enzimas que catalizan esta reacción, conocidas como aldosterona sintasa,
normalmente están inhibidas en la zona fasciculada. Esta supresión es importante,
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
ya que previene que la secreción de aldosterona sea regulada de forma inapropiada
por la ACTH.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
un mayor número de canales de sodio y potasio en la membrana luminal y por un
incremento en la probabilidad de apertura de canales. Existe también una mayor
actividad Na+/K+-ATPasa en la membrana basolateral. Por ejemplo, yendo desde un
estado bajo de aldosterona a otro alto, el número de canales de sodio abiertos por
célula se puede incrementar desde menos de 100 a unos 3000. La elevación de la
permeabilidad luminal al sodio inducida por la aldosterona promueve la difusión
pasiva de sodio al interior de la célula; este sodio es entonces devuelto a la circulación
sistémica por la bomba Na+/K+-ATPasa.
El movimiento del catión sodio a través de su canal es electrogénico, ya que la
pérdida del sodio catiónico desde la luz crea una diferencia de potencial negativa
luminal. La electroneutralidad se mantiene en este contexto tanto por la reabsorción
pasiva de cloro por vía paracelular, entre las células, o por la secreción de potasio
desde la célula a la luz. Este efecto en el manejo del potasio tiene importancia clínica,
ya que la secreción de potasio en el túbulo colector es el principal determinante de la
excreción urinaria de potasio.
Además de su papel en el manejo del sodio y del potasio, la aldosterona también
puede afectar el manejo de ácido, en parte mediante el incremento de la actividad de
las bombas secretoras H+-ATPasa en las células intercaladas en el túbulo colector
cortical.
1298
La aldosterona desempeña un papel importante en el volumen y en el equilibrio
de potasio por medio de sus efectos renales. Es por ello apropiado que la depleción de
volumen mediante la Ang II y una elevación en la concentración plasmática de potasio
sean los estímulos principales para la secreción de aldosterona. La angiotensina II y
el potasio actúan en la zona glomerulosa, promoviendo la conversión del colesterol a
pregnenolona y, de forma más importante, la conversión de la corticosterona en
aldosterona.
El estímulo del volumen para la secreción de aldosterona está mediado
principalmente por el SRA. En sujetos normales, tanto la liberación de renina como
la de aldosterona se incrementan con una dieta baja en sal y disminuyen con una dieta
elevada en sal. Estos cambios contribuyen al mantenimiento del equilibrio de sodio.
Con la restricción de sal, por ejemplo, los incrementos de renina, de Ang II y de
aldosterona aumentan la reabsorción de sodio en el túbulo proximal y colector,
minimizando de este modo la excreción de sodio.
El efecto estimulador del potasio se incrementa linealmente cuando la
concentración de potasio en plasma aumenta por encima de 3,5 mEq/l, y con aumentos
de esta concentración de tan sólo 0,1 mEq/l a 0,2 mEq/l se incrementa la liberación de
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
aldosterona. La consiguiente elevación de la excreción de potasio retorna la
concentración plasmática de potasio a la normalidad.
Aunque el potasio actúa directamente en la glándula suprarrenal, el
subsiguiente incremento en la secreción de aldosterona podría ser mediado en parte
por un SRA intrasuprarrenal local.
El aldosteronoma o enfermedad de Conn es un tumor benigno (adenoma) de
la corteza suprarrenal secretor de aldosterona, que es la principal causa de
hiperaldosteronismo primario; se diagnostica principalmente a la edad de 30 a 60
años, con predominio en mujeres en relación 1,5:1. Por lo general, se manifiesta de
manera unilateral, pero en raras ocasiones puede ser bilateral (8%).
Debemos sospechar un aldosteronoma en pacientes con hipertensión,
hipokalemia, alcalosis metabólica con debilidad muscular, espasmos musculares y
parálisis, así como en los pacientes con antecedente familiar de hiperaldosteronismo
primario, incidentaloma (tumor encontrado de forma casual o incidental en ausencia
de signos clínicos o síntomas específicos al realizar una exploración radiológica) e
hipertensión, y en la evaluación de toda hipertensión secundaria.
Otra hormona importante que entra en juego es el PNA liberado por las células
miocárdicas en la aurícula y, en la insuficiencia cardíaca, también en los ventrículos.
Circula principalmente como un polipéptido de 28 aminoácidos. La mayoría de sus 1299
acciones están mediadas por la unión a receptores específicos en la membrana celular
de las células diana. El dominio interior de estos receptores tiene actividad guanilato
ciclasa, que conduce a la formación del segundo mensajero GMP cíclico (guanosina 3’-
5’-monofosfato cíclico).
El PNA es un vasodilatador directo que reduce la presión arterial sistémica, e
incrementa la excreción urinaria de sodio y agua. El efecto natriurético podría ser
causado por un incremento de la TFG debido a la combinación de la vasodilatación de
la arteriola aferente y la vasoconstricción de la arteriola eferente y por una reducción
de la reabsorción tubular de sodio. El túbulo colector medular interno parece ser el
lugar de acción.
El PNA actúa en este segmento cerrando directamente los canales de sodio de
la membrana luminal a través de los cuales el sodio suele entrar en la célula.
Indirectamente, el PNA podría también disminuir el transporte de sodio en este lugar,
suprimiendo la liberación tanto de la renina del riñón como de la aldosterona en la
glándula suprarrenal.
En la natriuresis inducida por el PNA no se conoce con exactitud el papel
relativo del incremento de la filtración y el descenso de la reabsorción. El descenso de
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
la reabsorción de sodio en el túbulo colector podría ser la respuesta inicial, ya que la
concentración hormonal que se requiere para alcanzar este efecto es
significativamente menor que la que afecta a la hemodinámica glomerular. El
incremento de la TFG podría contribuir a la natriuresis cuando hay una mayor
expansión de volumen y mayores concentraciones de PNA.
El PNA es principalmente liberado por la aurícula en respuesta a la expansión
de volumen, determinado por un incremento en el estiramiento (tensión) auricular.
La aurícula derecha podría ser más importante que la izquierda en sujetos normales.
Sin embargo, en la sobrecarga cardíaca crónica de la insuficiencia cardíaca congestiva
existe una producción hormonal en las células miocárdicas en los ventrículos.
La liberación de PNA se incrementa en cualquier condición asociada con la
elevación de las presiones de llenado cardíaco. Ejemplos de esto son una dieta elevada
en sal, la insuficiencia cardíaca congestiva y la retención de sal en la insuficiencia
renal. El aumento en la secreción del PNA en estos contextos se puede revertir
mediante la eliminación del exceso de líquido.
Es posible que el principal papel fisiológico del PNA se desarrolle en la
hemodinámica circulatoria, y que otras hormonas similares al PNA sean reguladores
más importantes en la excreción de sodio. Por ejemplo, se ha identificado en orina
humana una hormona similar al PNA (PNA más cuatro aminoácidos N-terminal 1300
adicionales), denominada urodilatina. Las células de la nefrona distal secretan una
prohormona de PNA que podría ser la precursora de la urodilatina. La excreción de
urodilatina se incrementa adecuadamente en respuesta a la expansión de volumen, y
puede contribuir a la consiguiente natriuresis mediante su unión a receptores renales
del PNA con la misma actividad que el propio PNA.
Sin embargo, se desconoce el mecanismo que regula la producción de
urodilatina, y es posible que los receptores que controlan la secreción de PNA también
regulen la secreción de péptidos similares al PNA en el riñón.
Otra característica de soporte esencial en el sistema regulador del volumen que
puede compensar una anormalidad en el control humoral de la excreción de sodio es
el fenómeno de la natriuresis por presión. En sujetos normales, una pequeña
elevación de la presión arterial produce un incremento relativamente grande en la
excreción de sodio y agua. En contraste con otros mediadores del transporte del sodio
tubular, este fenómeno de natriuresis por presión no requiere mecanismos sensores
mediados neural o humoralmente, ya que cambios en el volumen afectan de forma
directa al gasto cardíaco y, por lo tanto, a la PAM.
Los mecanismos que intervienen en estos episodios no están claros, pero
podrían implicar a las prostaglandinas y al ON.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
La potencial importancia de la natriuresis por presión se puede ilustrar por el
fenómeno de escape de aldosterona. En personas que reciben aldosterona y una
dieta rica en sal inicialmente retienen sodio, lo que provoca una expansión de volumen
y un aumento de la presión arterial; la hipopotasemia también se produce. Sin
embargo, en pocos días se produce una natriuresis espontánea que reduce el volumen
plasmático hasta valores normales. Tiempo después, la ingesta de sodio y la excreción
se igualan, aunque persisten una hipertensión y una hipopotasemia moderadas. Es
posible que el PNA y la natriuresis por presión contribuyan a esta respuesta,
reduciendo la reabsorción tubular en lugares diferentes del túbulo colector cortical
sensible a la aldosterona.
En definitiva, la regulación del equilibrio hidroelectrolítico puede ocurrir
mediante dos mecanismos:
a) Un set-point, en el que el objetivo es mantener la concentración del soluto
o volumen a un valor específico.
b) Un estado de equilibrio, en el que las entradas y pérdidas se mantienen
a un valor igual.
Aunque producen un resultado final similar, estos dos mecanismos son algo
diferentes, ya que la concentración plasmática o volumen varían en el modelo del
estado de equilibrio para proporcionar la señal que permita que las entradas y 1301
pérdidas sean iguales. El equilibrio hidroelectrolítico se alcanza principalmente
mediante el mantenimiento del estado de equilibrio. La figura siguiente ilustra
la respuesta humoral esperada (caída de renina y aldosterona, aumento del PNA) al
incrementar la ingesta de sodio de 10 mEq/día a 350 mEq/día.
Efecto del incremento gradual de la ingesta de sodio en sujetos normales desde un valor
bajo de 10 mEq/día hasta 350 mEq/día (Rennke y Denker, 2014).
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Estos cambios hormonales apropiados persistirán tanto tiempo como se
mantenga la dieta rica en sodio.
Es importante considerar la señal para esta respuesta hormonal continuada,
ya que la ingesta de sodio no puede ser directamente valorada. Lo que se requiere es
una expansión de volumen moderada y normalmente subclínica inducida por la
sobrecarga de sodio. La figura siguiente muestra los cambios secuenciales en la
excreción urinaria de sodio a medida que la ingesta de sodio se incrementa de forma
gradual.
1302
Efecto del incremento gradual de la ingesta de sodio (curva superior) en sujetos normales
desde un valor bajo de 10 mEq/día hasta 350 mEq/día sobre la excreción urinaria de sodio
(curva inferior) (Rennke y Denker, 2014).
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Como el de todos los electrolitos principales, el equilibrio del potasio es
importante para la homeostasis corporal, y su ingesta en la dieta debe ser
compensada por la excreción urinaria y fecal.
El contenido total de K+ en el organismo es de unos 4500 mEq. Más de 95% de K+ se
ubica dentro de las células, en especial las musculares, y cantidades menores se
localizan en las células hepáticas y hemáticas, lo que depende del número de células.
La [K+] plasmática normal varía entre 3,5 y 5 mEq/L y las desviaciones intensas
respecto de este intervalo tienen consecuencias graves.
1303
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
La dieta promedio contiene unos 100 mEq/día de potasio (5 g por día). Noventa
por ciento del potasio que se ingiere se absorbe y 10% remanente aparece en las heces.
La mayor parte del tubo digestivo absorbe y también secreta K+. En el colon los
mecanismos de secreción se encuentran muy desarrollados, sin embargo, las
condiciones de diarrea, en las cuales la secreción colónica de K+ se estimula, se
relacionan con hipopotasemia intensa.
La absorción gastrointestinal de K+ no está bajo regulación fisiológica; así, el
equilibrio externo de K+ depende por completo de la regulación de su excreción renal.
En el TCP se reabsorbe el potasio por movimiento paracelular, no por entrada
en las células. La reabsorción ocurre al principio por arrastre por solvente, iniciado
por la reabsorción de agua. En los segmentos S2 y S3, el potencial positivo de la luz
tubular permite la reabsorción de potasio (paracelular) por difusión a favor del
gradiente electroquímico (eso representa ∼70% de la reabsorción del potasio filtrado).
En la rama ascendente gruesa del asa de Henle los cotransportadores NKCC
en el AAGH utilizan los gradientes de sodio y de cloruro para facilitar el transporte
de K+ (∼20% del potasio filtrado).
En la última parte de los túbulos distales es posible la secreción de potasio en
los TD a través de canales de K+ sensibles a la aldosterona.
1304
En los túbulos colectores el potasio se secreta a través de canales de K+
luminales sensibles a la aldosterona en las células principales. El K+ también es
segregado en los túbulos colectores por las células intercalares A en intercambio por
H+. En condiciones normales existe una secreción neta de K+. Se puede producir
reabsorción neta durante la depleción dietética de K+.
Para entender el equilibrio del potasio, suele usarse el concepto de equilibrio
externo de K+ el cual hace referencia al mantenimiento de una cantidad constante
de K+ corporal total, y se logra cuando la absorción intestinal diaria de K+ es
equivalente a su excreción urinaria diaria. Un equilibrio externo normal asegura la
existencia de un contenido constante de K+ corporal a largo plazo. Sin embargo, las
pérdidas rápidas de cantidades grandes de K+ pueden producir hipopotasemia grave.
Dentro de este equilibrio externo, existe un mecanismo a corto plazo en el
que el incremento de la concentración plasmática de K+ estimula la secreción de
aldosterona y actúa sobre la nefrona distal e incrementa la secreción de K+ en el
transcurso de 2 h.
La aldosterona incrementa la secreción de K+ porque activa la Na+/K+-ATPasa,
aumenta la carga negativa en el lumen al estimular el transporte de Na+ e incrementa
la permeabilidad de la membrana apical al K+. El ajuste de la secreción de K+ que
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
media la aldosterona es una respuesta aguda importante en caso de desequilibrio
externo de K+.
Por su parte, el mecanismo a largo plazo requiere varias horas para ponerse
en marcha, y es independiente de la aldosterona. El incremento de la concentración
de K+ en el plasma inhibe a la K+/H+-ATPasa apical en las células intercaladas del
conducto colector, y con ello aumenta la secreción de K+ y restaura sus concentraciones
normales en plasma. Por el contrario, la privación de K+ estimula a la K+/H+-ATPasa.
El gradiente transtubular de K+ (GTTK) es una forma rápida y simple para
evaluar la secreción neta de K+, independientemente del Cosm, ya que refleja el
potencial transtubular electronegativo que arrastra al K+ a la luz. Se calcula mediante
la siguiente fórmula:
GTTK = UK+ × Posm
PK+ × Uosm
Por su parte, el equilibrio interno del K+ hace referencia al mantenimiento
de una distribución constante de K+ entre los compartimentos intracelular y
extracelular.
Lo que define la relevancia del equilibrio interno es que incluso una fuga
discreta de K+ intracelular incrementa en forma drástica las concentraciones de K+ en
1305
el plasma, y sus consecuencias pudieran ser mortales. Esto no ocurre porque cualquier
modificación aguda de la concentración plasmática de K+ desencadena su
redistribución rápida en cuestión de minutos entre el LEC y el LIC, proceso que
funciona como amortiguador contra los cambios extremos de la concentración
plasmática de K+.
En sujetos normales, existen tres factores principales que promueven el paso
transitorio de potasio ingerido hacia las células que comprenden una pequeña
elevación en la concentración de potasio en plasma, la insulina y la adrenalina vía
receptores β2-adrenérgicos. Los valores basales de insulina y de adrenalina parecen
mantener la actividad de la bomba Na+/K+-ATPasa, y el aumento de los valores de
cada hormona estimulan la actividad de la bomba, conduciendo a una mayor absorción
celular.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Tabla 54. Principales factores implicados en la regulación del equilibrio del
potasio.
A. Insulina
Incorporación de potasio en las células B. Adrenalina vía receptores β2
C. Concentración plasmática de potasio
Excreción urinaria de potasio, que está
A. Aldosterona
principalmente determinada por la
B. Flujo distal de sodio y agua
secreción de las células principales en el
C. Concentración plasmática de potasio
túbulo colector cortical
Fuente: Rennke y Denker, 2014.
1306
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Por otro lado, la adrenalina liberada durante una respuesta al estrés conduce
al potasio al interior de las células y puede bajar transitoriamente la concentración
de potasio en plasma tanto como 1 mEq/l.
Otros factores también pueden influir en la entrada de potasio en las células,
como lo evidencia la demostración de que la combinación del bloqueo β y la deficiencia
de insulina impiden, pero no previenen este proceso.
Al igual que en el caso del equilibrio externo, el balance interno de K+ cuenta
con mecanismos a corto y largo plazo. El mecanismo a corto plazo para la restauración
del equilibrio interno del K+ se pone en marcha con la despolarización de la
membrana, que ocurre cuando aumenta la concentración plasmática del K+.
En el mecanismo a largo plazo, la hipopotasemia crónica reduce el número de
bombas de Na+/K+-ATPasa en la membrana. Esto reduce la concentración intracelular
de K+, e incrementa la extracelular hasta un nivel normal.
1307
Tabla 55. Algunas causas de hiperpotasemia e hipopotasemia
Causas de hipopotasemia Causas de hiperpotasemia
Disminución del consumo en la dieta. Consumo dietético excesivo
Vómito, diarrea, laxantes. Ejercicio intenso
Redistribución de K (insulina, β2-
+ Déficit de insulina o resistencia a la
adrenérgicos, otros medicamentos). insulina.
Daño tisular (aplastamiento muscular,
Aniones no reabsorbibles a nivel renal.
hemolisis, hemorragia interna)
Alcalosis metabólica Acidosis metabólica
Acidosis tubular renal Hiperosmolalidad
Hiperaldosteronismo Hipoaldosteronismo
Enfermedad de Cushing Enfermedad de Addison
Diuréticos ahorradores de potasio
Diuréticos (diuréticos del asa)
(espironolactona, triamterene)
Hipomagnesemia IRA o IRC
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Una pérdida de la actividad del factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-
1) reduce la concentración intracelular de ARN, uno de los factores que, junto con los
aniones intracelulares como los fosfatos orgánicos y el ADN constituyen un contrapeso
a la carga positiva del K+ intracelular; por tanto, la disminución de estos aniones se
vincula con pérdida celular de K+.
La acidosis metabólica permite el ingreso de H+ al LIC, el cual puede o no
vincularse con una caída de K+ intracelular. En el caso de los ácidos minerales, las
bases conjugadas, como el Cl-, SO42- y NO3-, carecen de capacidad para ingresar a la
célula en forma simultánea al H+. De este modo, el aumento intracelular de H+
despolariza así a la membrana y permite que el K+ intracelular se difunda hacia el
exterior siguiendo un gradiente electroquímico más favorable.
Sin embargo, los aniones orgánicos, como el lactato y acetoacetato, ingresan a
las células con facilidad siguiendo al H+, de tal manera que el potencial de membrana
permanece sin cambios y no existe redistribución de K+.
La acidosis respiratoria tiene un efecto muy discreto sobre las concentraciones
séricas del K+, puesto que el potencial de membrana no se modifica cuando el CO2
ingresa a las células o cuando reacciona con el agua para formar H+ y HCO3- dentro
de la célula.
El equilibrio interno de K+ también se altera durante el ejercicio. Durante la 1308
despolarización que acompaña a la contracción muscular, el K+ sale de las células. La
mayor parte de este ion que se libera ingresa a los túbulos T, a partir de los cuales el
K+ retorna hacia el interior de la célula durante la repolarización. Una cantidad muy
baja de K+ ingresa al LI y al plasma.
Sin embargo, con el ejercicio intenso se observa elevación de las concentraciones
plasmáticas de K+. La hiperpotasemia local en el músculo induce vasodilatación y
activación de la glucogenólisis, que resultan útiles en el ejercicio.
Sin embargo, los pacientes con alteraciones de la arquitectura de los túbulos T
pueden desarrollar hiperpotasemia con el ejercicio mínimo, como al empuñar la mano.
Los síntomas neuromusculares son importantes en la hipopotasemia, y pueden variar
desde la debilidad muscular hasta la parálisis total.
Por su parte, los síntomas cardiacos, como las arritmias, son más graves en la
hiperpotasemia. Los cambios electrocardiográficos son propios tanto de la
hipopotasemia como de la hiperpotasemia.
Asimismo, los síntomas digestivos de la hipopotasemia incluyen distensión
abdominal secundaria a íleo paralítico, que es una alteración de la motilidad
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
intestinal, debida a una parálisis del músculo liso y que muy raras veces requiere
tratamiento quirúrgico.
1309
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
isotónicas durante el verano, para mantener la temperatura corporal, con lo cual el
volumen plasmático se incrementa.
Si se consumen líquidos hipotónicos, la osmolalidad del plasma disminuye
levemente. Si las soluciones electrolíticas que se consumen son isotónicas, la
osmolalidad del plasma no se modifica. Sin embargo, la presión oncótica del plasma
se reduce, de manera independiente a los cambios de la osmolalidad plasmática y, por
ello, el agua y electrolitos se desplazan hacia los capilares y se distribuyen en el
compartimento intersticial, y si la osmolalidad del plasma también disminuye, el agua
se desplaza hacia el compartimento intracelular. Como consecuencia, todos los
compartimentos acuosos del cuerpo adquieren un volumen un poco mayor con una
osmolalidad un poco más baja.
1310
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Sin embargo, el consumo de grandes volúmenes de agua cuando existe
hipernatremia eliminaría el exceso de sales del organismo y restauraría la
osmolalidad plasmática a lo normal.
Es raro que una persona ingiera una solución salina hipertónica, pero han
ocurrido casos de consumo de alguna solución salina hipertónica cuando se
agrega por error sal a los biberones de los lactantes, al confundirla con
azúcar.
También puede ocurrir administración de volúmenes excesivos de solución salina
hipertónica a los pacientes comatosos, a veces, por algún error. En estos casos, el
volumen y la osmolalidad del plasma se incrementan y la presión oncótica del plasma
disminuye, lo cual genera que el agua y los electrolitos se desplacen desde los capilares
hacia el intersticio, lo que aumenta de manera uniforme el volumen y osmolalidad del
LEC.
Como los electrolitos no pueden difundirse con libertad a través de la
membrana celular, el incremento de la presión osmótica del LEC extrae el agua de las
células, hacia este último. El efecto final es un aumento de la osmolalidad de todos los
fluidos corporales, con disminución del volumen del LIC y, por ende, aparece
deshidratación celular, así como un incremento del volumen del LEC. 1311
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Sin embargo, el incremento de la osmolalidad plasmática favorece la retención
del agua, en tanto el aumento del volumen plasmático la inhibe, pero, en este caso, los
efectos del volumen prevalecen sobre los que ejerce la tonicidad. De esta manera un
volumen plasmático alto suprime la sed y la secreción de ADH, y conduce a la
excreción de grandes volúmenes de orina hipotónica, proceso que reduce el volumen
plasmático.
A su vez, la excreción de orina hipotónica incrementa aún más la osmolalidad
del plasma. La única forma en que la osmolalidad puede restaurarse es mediante la
acción del PNA, que promueve la excreción de sodio.
Por su parte, la secuencia de eventos es distinta si, al consumo de líquidos
salinos hipertónicos, le sigue en forma inmediata el consumo de agua de canilla. En
estos casos el resultado es el mismo que el del consumo de líquidos isotónicos o
hipotónicos.
En clínica, la perfusión de solución salina hipertónica es una terapia
hiperosmolar que se utiliza en la lesión cerebral traumática para reducir la presión
intracraneal (PIC), aunque todavía se debate la efectividad de la solución salina
hipertónica comparada con otros agentes hipotensores intracraneales en el
tratamiento de la lesión cerebral traumática aguda, tanto a corto como a largo plazo.
Se considera que los mecanismos de reducción de la presión intracraneal de las 1312
soluciones salinas hipertónicas se deben a sus efectos sobre la microcirculación y la
acción osmótica.
Las soluciones salinas hipertónicas disminuyen la viscosidad del suero y el
hematocrito, lo que da lugar a un aumento de la perfusión cerebral y provoca una
vasoconstricción de las arterias cerebrales que reduce el volumen sanguíneo cerebral
y la presión intracraneal.
Como el agua siempre fluye desde los compartimentos corporales de baja
osmolalidad a los de mayor osmolalidad, las soluciones salinas hipertónicas aumentan
la osmolalidad del plasma después de su administración, lo cual promueve el
movimiento gradual del agua de los tejidos hacia la circulación. A medida que el
líquido se mueve en el espacio vascular y es transportado por la sangre, el cerebro se
encoge y la presión intracraneal se reduce (Chen, Song y Dennis, 2020).
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
En la pérdida de agua y de líquidos hipotónicos o isotónicos, el volumen del
LEC se reduce, pero el volumen del plasma se afecta en menor grado que el
del LI, debido a la presencia de las proteínas plasmáticas y su presión
oncótica que “retienen” los líquidos dentro de los vasos sanguíneos.
Asimismo, la osmolalidad del LEC se incrementa si el líquido que se pierde es
hipotónico, pero no se modifica si el líquido que se elimina es isotónico. En el primer
caso, el incremento de la osmolalidad del LEC extrae el agua de las células. Una vez
que se alcanza el equilibrio, tanto el LEC como LIC muestran reducción del volumen
y aumento de la osmolalidad.
En las células deshidratadas se presenta degradación de proteínas y pérdida de
K+ , lo que muchas veces provoca calambres dolorosos.
La pérdida de líquidos hipotónicos se presenta durante la sudoración profusa,
ya que el sudor es hipotónico, mientras que la pérdida de líquidos isotónicos tiene
lugar en la diarrea, obstrucción intestinal (por efecto de la acumulación de las
secreciones intestinales en un punto proximal al sitio de obstrucción), ascitis y
quemaduras, al igual que en la hemorragia; de hecho, la pérdida de fluidos hipotónicos
también se debe a la privación de agua, puesto que las pérdidas obligatorias diarias
de agua en la orina, aire espirado y perspiración insensible (que suman un total de
unos 1200 mL del líquido hipotónicos) no se restituyen por medio del consumo de agua. 1313
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
El aumento de la osmolalidad plasmática estimula los osmorreceptores,
mientras que la reducción del volumen plasmático inhibe los receptores de volumen.
A su vez, ambos restituyen el volumen y osmolalidad del plasma hasta niveles
normales.
Sin embargo, resulta importante que la sed (que desencadenan los
osmorreceptores y receptores de volumen) debe atenderse mediante el consumo de
líquidos hipotónicos o isotónicos en lugar de agua pura, dado que, si se ingiere agua
pura para corregir el volumen plasmático, se induce sobrecorrección porque se
diluye la osmolalidad plasmática y, al transcurrir el tiempo, la rehidratación con agua
pura desencadenará una depleción intensa de NaCl en el organismo.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
En la depleción simple de NaCl, el volumen del LEC no disminuye al inicio. Por
efecto de la caída de la osmolalidad del LEC, el agua se desplaza desde el líquido
intersticial hacia las células y como consecuencia, el volumen del LEC se reduce y
aumenta el del LIC, con lo cual, las células se edematizan. Las células del centro de
la sed también se edematizan y, por ende, interpretan este fenómeno como presencia
de un exceso de agua en el organismo y la sed se inhibe.
Los cambios del volumen y la osmolalidad del plasma tienden a ser paralelos a
los del LEC. Sin embargo, una disminución del volumen plasmático aumenta la
presión osmótica del plasma. Por tanto, el volumen plasmático se conserva mejor que
el volumen del líquido intersticial.
En los casos graves, el volumen plasmático se reduce en gran medida para
generar un síndrome por deficiencia intensa de sal, un estado similar al del shock con
signos de insuficiencia renal. Sin embargo, a diferencia del shock, no existe sensación
de sed.
Si bien el volumen del LEC se encuentra reducido, no existe sed, lo cual es
bueno, puesto que cualquier cantidad de agua ingerida saldría con rapidez del LEC y
expandiría aún más el LIC.
La única respuesta apropiada es la búsqueda intensa de sal, que desencadena
el consumo de grandes cantidades de NaCl y restaura la osmolalidad. La recuperación 1315
de la osmolalidad del LEC extrae más agua del LIC, y permite que se recupere en
parte el volumen del LEC.
Al tiempo que las células pierden agua, la sed se recupera, y cualquier reducción
residual del volumen del LEC se corrige por medio del consumo de líquidos.
Fernández, V. H .
Capítulo 29 | Fisiología renal
Referencias bibliográfica
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Fernández, V. H .
SECCIÓN V
Fisiología renal
Capítulo 30
Regulación de la micción y estudio
de la orina
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe el mecanismo responsable de la llegada de orina desde la pelvis renal
hasta la vejiga urinaria.
2. Describe la estructura funcional de la vejiga urinaria.
3. Explica los mecanismos neurogénicos responsables del control involuntario y
voluntario de la micción.
4. Razona cómo varía la presión intravesical conforme aumenta el volumen de
orina en la vejiga.
5. Describe el funcionamiento del reflejo de micción.
6. Relaciona los datos de la historia clínica con las afecciones sindrómicas más
frecuentes.
7. Enumera las pruebas en un examen general de orina y un perfil por
microscopia, y comprende la importancia clínica de cada una.
8. Distingue entre lesión renal aguda y enfermedad renal crónica, entre los
síndromes más comunes del sistema renal.
Capítulo 30 | Fisiología renal
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
Las ondas peristálticas ureterales se originan a partir de marcapasos en la
porción proximal de la pelvis renal.
Estas ondas propulsan la orina a lo largo de los uréteres y hacia la vejiga con
frecuencias de 2 a 6 por minuto, en donde la presión intraureteral oscila entre 0 y 7
mmHg basalmente, pero puede aumentar entre 30 a 130 mmHg durante las ondas
peristálticas.
En el caso de un bloqueo del flujo de salida ureteral, como puede suceder con
un cálculo renal, provoca la dilatación del uréter y hace que aumente la presión en el
lapso de 1 a 3 horas, la cual se transmite retrógradamente hasta las nefronas creando
un estado de flujo retenido en el cual prácticamente se detiene el filtrado glomerular.
En el transcurso de horas a días, esta situación puede evolucionar a una
hidronefrosis, o dilatación de la pelvis y los cálices renales, lo cual produce dolor
intenso debido a la distensión de las estructuras implicadas denominado dolor cólico
renal. Si no se elimina la obstrucción, puede producirse una disfunción renal e incluso
una insuficiencia renal aguda de tipo posrenal. En esta situación, aunque el
paciente no es capaz de generar orina (anuria), la filtración glomerular continúa a
un ritmo notablemente menor, manifestando un equilibrio entre la filtración y la
reabsorción de líquido por parte de los túbulos.
Aunque el peristaltismo ureteral puede producirse sin inervación, el SNA lo 1318
modula mediante la liberación difusa de transmisores desde múltiples varicosidades
de los axones posganglionares que discurren por encima de la célula del músculo liso.
Las aferencias simpáticas (a través de los plexos aórtico, hipogástrico y ováricos o
espermáticos) modulan la contractilidad ureteral, dado que la NA actúa a través de
receptores α-adrenérgicos excitadores y receptores β-adrenérgicos inhibidores.
Las aferencias parasimpáticas potencian la contractilidad ureteral a través de
la Ach, estimulando directamente a receptores M o haciendo que las fibras simpáticas
posganglionares liberen NA, la cual estimula a continuación a los receptores α-
adrenérgicos.
Algunas fibras autónomas que inervan los uréteres son fibras dolorosas
aferentes, provocando la sensación de dolor intenso del cólico renal asociado a las
contracciones peristálticas violentas proximales al lugar de una obstrucción.
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
La vejiga urinaria consta de una porción principal (cuerpo) que recoge la
orina y una extensión en forma de embudo (cuello) que conecta con la
uretra. La luz de la vejiga está revestida de epitelio de transición.
Tres capas de músculo liso poco definidas forman el grueso de la pared vesical, el
denominado músculo detrusor. En el vértice inferior del trígono, la luz de la vejiga
se abre hacia la uretra posterior (es decir, la porción distal del cuello vesical), que se
extiende a lo largo de 2 a 3 cm. La pared de la uretra posterior contiene fibras
musculares lisas del músculo detrusor intercaladas con tejido elástico formando en
conjunto el esfínter interno. Inmediatamente después está el esfínter externo,
compuesto principalmente de fibras de músculo estriadas de contracción lenta y
voluntaria.
1319
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
La inervación simpática de la vejiga y el esfínter interno se origina en neuronas
de la columna celular intermediolateral desde el T10 al L2. Las fibras preganglionares
pasan a continuación a través de nervios esplácnicos lumbares hasta el plexo
hipogástrico superior, desde donde surgen los nervios hipogástricos izquierdo y
derecho, los cuales dan lugar al plexo hipogástrico inferior (pélvico), donde las fibras
simpáticas preganglionares establecen sinapsis con fibras posganglionares, las cuales
continúan hasta la pared vesical a través de la porción distal del nervio hipogástrico.
1320
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
La inervación parasimpática de la vejiga se origina a partir de la columna
celular intermediolateral entre los segmentos S2 a S4 de la médula espinal sacra. Las
fibras parasimpáticas que se aproximan a la vejiga a través del nervio esplácnico
pélvico aún son preganglionares y establecen sinapsis con neuronas posganglionares
en el cuerpo y el cuello de la vejiga urinaria.
La inervación somática se origina a partir de motoneuronas que surgen de los
segmentos S2 a S4. Estas motoneuronas inervan y controlan el músculo esquelético
voluntario del esfínter externo a través del nervio pudendo.
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
El tono vesical, hasta el punto en el que se desencadena el reflejo miccional, es
independiente de la inervación vesical extrínseca, dado que los centros cortical y
suprapontino en el cerebro normalmente inhiben el reflejo de la micción, el cual está
coordinado por el centro pontino de la micción (CPM).
El CPM controla el músculo detrusor vesical y a los esfínteres urinarios.
Durante la fase de almacenamiento, los receptores de estiramiento en la vejiga envían
señales aferentes al cerebro a través de los nervios esplácnicos pélvicos. Se
empieza a percibir la necesidad de orinar y vaciar la vejiga cuando esta tiene un
volumen aproximado de 150 ml, y se percibe una plenitud con un volumen de 400 a
500 ml.
No obstante, hasta que se presenta una oportunidad socialmente aceptable
para orinar, los impulsos eferentes procedentes del cerebro, en un reflejo aprendido,
inhiben a las neuronas parasimpáticas presinápticas en la médula espinal sacra que
de otro modo estimularían al músculo detrusor. La contracción voluntaria del esfínter
urinario externo probablemente también contribuya al almacenamiento.
La fase de vaciamiento o micción comienza con una relajación voluntaria del
esfínter urinario externo, seguida de la relajación del esfínter interno. Cuando una
cantidad pequeña de orina llega a la uretra proximal (posterior), las aferencias le
señalan a la corteza que la micción es inminente. 1322
El reflejo miccional continúa ahora a medida que los centros pontinos dejan de
inhibir a las neuronas preganglionares parasimpáticas que inervan al músculo
detrusor. Como resultado, la vejiga se contrae y expulsa la orina.
Una vez que ha comenzado el reflejo miccional, las contracciones vesicales
iniciales dan lugar a oleadas adicionales de impulsos sensoriales procedentes de los
receptores de estiramiento en la uretra, estableciéndose de este modo un proceso de
autorregeneración. Al mismo tiempo, los centros corticales inhiben los músculos del
esfínter externo.
La micción voluntaria supone también la contracción de los músculos
abdominales, que elevan aún más la presión vesical y contribuyen a la micción y al
vaciamiento de la vejiga por completo.
El reflejo vesical básico, aunque inherentemente es un reflejo autónomo de la
médula espinal, puede verse facilitado o inhibido por centros superiores en el sistema
nervioso central que fijan el nivel al cual se produce el umbral para la micción.
Por su parte, es importante considerar que prácticamente todo el sistema
urinario permanece estéril gracias a que la orina fluye continuamente desde los
riñones hasta la vejiga, a la función de los diferentes esfínteres y al vaciamiento casi
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
por completo de la vejiga durante la micción, aunque pueden quedar unos 10 a 12 ml
retenidos en la vejiga.
1323
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
La infección ascendente se debe a una sola bacteria entérica gram-negativa, la más
frecuente es Escherichia (en general, E. coli).
La infección resulta de la vulneración de los mecanismos locales de defensa en
la vejiga, que permiten a las bacterias invadir la mucosa y proliferar. Las
características antibacterianas de la orina que ayudan a prevenir la proliferación
bacteriana son un pH menor de 5,5; la concentración de urea y la presencia de ácidos
orgánicos. Estos factores crean un medio desfavorable para la proliferación bacteriana
debido a su acidez. Cuando las defensas locales cambian, las bacterias proliferan de
forma rápida si están presentes.
Una pequeña cantidad de orina suele permanecer en la vejiga después de su
vaciamiento sin incidentes cuando las defensas naturales funcionan. Si la orina es
más alcalina, las bacterias pueden proliferar.
Otra defensa es el flujo unidireccional de la orina. Si se disminuye el flujo de
orina, se inserta una sonda u otro instrumento, o después del coito, las bacterias
viajan con mayor facilidad al interior de la vejiga. Sin los mecanismos de defensa
naturales, las bacterias pueden prosperar, dando lugar a una infección local.
La vejiga neurógena, por su parte, es cualquier tipo de disfunción vesical
causada por una interrupción de la inervación normal del sistema nervioso. Puede ser
por hiperreflexia (hipertónica, espástica o automática) o por flacidez (hipotónica, 1324
atónica o autonómica).
Se consideraba que era el resultado de una lesión en la médula espinal;
actualmente se considera que deriva de varias afecciones subyacentes como las
alteraciones cerebrales, como ictus, tumor, enfermedad de Parkinson, esclerosis, etc.
Como vimos previamente, el cerebro regula la función de la vejiga de forma
automática. En el tronco del encéfalo el CPM coordina la relajación del esfínter uretral
y la contracción del músculo detrusor mediante receptores en la vejiga. Estos últimos
dan la señal al cerebro cuando se requiere la micción conforme la vejiga se distiende.
Cuando se produce una interrupción en el tronco encefálico o la médula espinal, la
vejiga ya no recibe la señal para la micción cuando es un momento o lugar social-
mente aceptable, produciendo incontinencia.
Las lesiones cerebrales en la zona de la protuberancia causan disfunción
completa del sistema del CPM, con pérdida completa de la regulación de la micción.
Entonces, la vejiga es regulada por el reflejo de vaciamiento en la parte inferior de la
médula espinal. Esta pérdida causa incontinencia por rebosamiento y goteo de orina.
Una lesión de motoneurona superior (en o por arriba de T12) causa vejiga
neurógena espástica, con contracción espontánea del músculo detrusor, aumento de
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
la presión miccional intravesical, hipertrofia de la pared de la vejiga y espasmos del
esfínter urinario. El paciente puede experimentar vaciamiento incompleto y pérdida
del control voluntario de la micción. La retención de orina también puede conducir a
una infección urinaria.
Una lesión de motoneurona inferior (en o por debajo de S2-S4) afecta el reflejo
raquídeo que controla la micción. El resultado es una vejiga neurógena flácida con
presión intravesical reducida, aumento de la capacidad vesical y retención de orina
residual, así como contracción deficiente del detrusor. La vejiga no puede vaciarse de
forma espontánea. El paciente muestra pérdida voluntaria e involuntaria de orina.
Las lesiones de motoneurona inferior causan incontinencia por rebosamiento.
Cuando las neuronas sensoriales presentan una interrupción, el paciente no puede
percibir la necesidad de micción.
La falta de regulación de la vejiga causa retención de orina, que contribuye al
desarrollo de infecciones y formación de cálculos renales. Si no se diagnostica y trata
rápido, la vejiga neurógena puede conducir al deterioro de la función renal.
Otra de las afecciones más frecuentes son los cálculos renales, o piedras
(nefrolitiasis) que pueden formarse en cualquier lugar del aparato urinario, aunque
con mayor frecuencia lo hacen en la pelvis o los cálices renales. Pueden variar en
tamaño y ser únicos o múltiples. 1325
Los cálculos renales son más frecuentes en los hombres que en las mujeres y
rara vez se presentan en los niños. Por lo general, los cálculos de calcio se presentan
en los hombres entre los 35 y 45 años de edad con un antecedente familiar de
formación de cálculos.
Los cálculos se forman cuando las sustancias que suelen disolverse en la orina,
como oxalato y fosfato de calcio, se precipitan. La deshidratación puede llevar a la
formación de cálculos renales al concentrar las sustancias que los originan en la orina
por disminución de su flujo.
La formación de cálculos se lleva a cabo alrededor de un núcleo o nido en el
ambiente apropiado. Una sustancia que forma cálculos (oxalato de calcio, carbonato
de calcio, magnesio, amonio, fosfato, ácido úrico o cistina) origina un cristal que queda
atrapado en las vías urinarias, donde atrae a otros hasta formar una concreción.
Los uréteres se dilatan debido a la obstrucción, lo que da lugar a la saturación
alta de la orina con las sustancias formadoras de cristales, causando el crecimiento
continuo de la concreción, la formación de más cristales y el aumento del volumen del
cálculo.
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
El pH de la orina modifica la solubilidad de muchas sustancias formadoras de
cálculos. La formación de cálculos de oxalato de calcio y cistina es independiente del
pH de la orina. La mayoría los cálculos son de oxalato o una combinación de oxalato y
fosfato de calcio.
Pueden formarse cálculos en las papilas, túbulos, cálices y pelvis renales,
uréteres o vejiga. La mayoría mide menos de 5 mm de diámetro y se expulsa, por lo
general, en la orina.
Las cálculos de calcio son los más pequeños. Aunque el 80% son idiopáticos, con
frecuencia se presentan en pacientes con hiperuricosuria. La inmovilización
prolongada puede llevar a la desmineralización ósea, hipercalciuria y formación de
cálculos. Además, el hiperparatiroidismo, acidosis tubular renal e ingesta excesiva de
vitamina D o calcio pueden predisponer a la formación de cálculos renales.
Los cálculos de estruvita (magnesio, amonio y fosfato) a menudo son
precipitados por una infección, especialmente por Pseudomonas o Proteus. Estos
microorganismos desdobladores de urea son más frecuentes en las mujeres. Los
cálculos de estruvita pueden destruir el parénquima renal.
Los signos y síntomas del padecimiento de cálculos renales incluyen dolor
intenso causado por inflamación, distensión y espasmo por la obstrucción ureteral,
náuseas y vómitos, fiebre y escalofríos por la infección. También hematuria cuando 1326
los cálculos erosionan un uréter, distensión abdominal y anuria por obstrucción
bilateral o de un solo riñón (Stewart, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
Para los elementos celulares, la evaluación se logra mejor al contar y luego
obtener el promedio de por lo menos 10 campos microscópicos de 40X.
Una cantidad de eritrocitos mayor de 5/campo de 40X se considera anormal.
Dicha hematuria puede ocurrir simplemente por ejercicio intenso o contaminación
con sangre menstrual. Sin embargo, también puede ser indicativa de traumatismo, en
particular lesión vascular, obstrucción renal/urinaria por cálculos, pielonefritis o
cistitis. La hematuria junto con leucocitos es diagnóstica de infección.
Una cantidad de leucocitos en orina mayor 5/campo de 40X se considera
anormal (Strasinger y Di Lorenzo, 2016). En general, estas células son
polimorfonucleares (neutrófilos segmentados) que se observan en caso de
glomerulonefritis aguda, infecciones de vías urinarias o inflamación de cualquier tipo.
Con frecuencia se encuentran varios tipos de células epiteliales en la orina
normal debido a que se desprenden continuamente del recubrimiento de las nefronas
y de las vías urinarias. También es común encontrar células epiteliales escamosas
vaginales aplanadas grandes en muestras de orina de mujeres, y las muestras muy
contaminadas con secreción vaginal pueden presentar láminas o conjuntos de estas
células.
Las células epiteliales en la orina pueden ser de tres tipos: escamosas, de
transición (uroteliales) y de los túbulos renales. 1328
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
Las células tubulares se informan en número por campo de 40X, siendo que una
cantidad mayor a 2 células tubulares/campo de 40X indican lesión tubular y posible
necrosis (Strasinger y Di Lorenzo, 2016).
Por su parte, pueden aparecer en la orina estructuras como los cilindros que
son impresiones cilíndricas precipitadas de las nefronas y están compuestas por
mucoproteína de Tamm-Horsfall (uromucoide) del epitelio tubular en la porción
ascendente del asa de Henle. Los cilindros se forman siempre que haya estasis renal
suficiente, una concentración aumentada de sales o proteína en la orina, y un pH
urinario disminuido.
Los cilindro hialinos contienen una matriz transparente y gelatinosa, sin
materia particulada o celular embebida y su presencia indica fuga glomerular de
proteína. Esta fuga puede ser temporal (como resultado de fiebre, postura de pie,
deshidratación o estrés emocional) o permanente. Su presencia ocasional no se
considera patológica.
Los cilindros granulares se describen como granos gruesos o finos. Este tipo
de materia particulada embebida es simplemente cuestión del grado de degeneración
que presentan las inclusiones celulares epiteliales. Su presencia ocasional no es
patológica; sin embargo, pueden encontrarse grandes cantidades en toxicidad crónica
por plomo y pielonefritis. 1329
Los cilindros celulares incluyen varios tipos de cilindros como los cilindros
hemáticos, que siempre se consideran patológicos debido a que son diagnósticos de
inflamación glomerular que provoca hematuria. Se observan en la endocarditis
bacteriana subaguda, infarto renal, enfermedad del colágeno y glomerulonefritis
aguda. Los cilindros leucocitarios también se consideran patológicos debido a que
son diagnósticos de inflamación de las nefronas. Se observan en pielonefritis,
síndrome nefrótico y glomerulonefritis aguda. En la pielonefritis asintomática, estos
cilindros pueden ser la única clave para detectarla. Los cilindros céreos son
amarillentos, refráctiles y frágiles, con bordes bien definidos o rotos. Casi siempre son
patológicos debido a que indican inflamación o deterioro tubular. Se forman por
estasis renal en los conductos colectores y, por tanto, se encuentran en enfermedad
renal crónica. Los cilindros grasos son anormales, ásperos y granulares con
inclusiones lipídicas que parecen glóbulos refráctiles de diferentes tamaños. Como los
cilindros céreos, derivan de los túbulos colectores en la estasis renal grave.
Otros tipos de elementos formes incluyen a los cristales que pueden encontrarse
en la orina y dependen mucho del pH urinario. Por ejemplo, aquellos encontrados en
la orina con valores de pH < 7 incluyen cristales de oxalato de calcio, que son
octaedros incoloros normales o forma de “sobres”; pueden tener una apariencia
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
estrellada. También se encuentran uratos amorfos, masas amarillas rojizas
normales parecidas a granos de arena. Los cristales de ácido úrico encontrados en
este entorno son normales y pueden ser amarillos, rojos o marrones; tienen forma
irregular, como rosetas, prismas o romboides. Los cristales de colesterol en la orina
ácida son placas rectangulares aplanadas transparentes con las esquinas romas.
Pueden observarse en síndrome nefrótico y en afecciones que producen
quiluria (presencia de quilo o linfa en la orina) y siempre se consideran anormales.
En ocasiones, también se observan cristales de cistina en la orina ácida; son
patológicos y son hexágonos casi planos, refráctiles e incoloros, un tanto similares a
los de ácido úrico. Estos se observan en homocistinuria (una aminoaciduria que
provoca retraso mental) y cistinuria (un defecto hereditario de la reabsorción de
cistina que produce cálculos renales).
En los entornos alcalinos de la orina, los cristales encontrados con valores de
pH > 7 incluyen aquellos de fosfatos amorfos, que son cristales normales con
apariencia de masas finas incoloras, parecidas a arenilla. También se encuentran
cristales de carbonato de calcio, que tienen forma esférica o de badajo, son
incoloros y normales. Los cristales de fosfato triple también se encuentran en la
orina alcalina, son prismas incoloros de tres a seis lados y parecen “tapas de ataúd”.
Los cristales de biurato de amonio son formas normales encontradas
1330
ocasionalmente en este entorno, y parecen esferas espinosas amarillas o marrones,
como manzanas espinosas (Strasinger y Di Lorenzo, 2016).
Dentro de las pruebas bioquímicas de la orina pueden encontrarse las
determinaciones de gravedad específica urinaria (equivalente a la densidad) y pH
entre otras determinaciones.
Gravedad específica. Es la relación entre la densidad (g/ml) de una sustancia
y la del agua destilada. Esta última tiene gravedad específica de 1 g/ml, y la de la
orina va de 1,003 g/ml cuando está muy diluida a 1,035 g/ml cuando está muy
concentrada. El valor normal oscila entre 1,015 g/ml y 1,020 g/ml.
Una gravedad específica baja puede ocurrir en diabetes insípida, pielonefritis y
glomerulonefritis, en las cuales la capacidad concentradora renal se ha vuelto
disfuncional. Puede encontrarse elevada en diabetes mellitus, insuficiencia cardíaca
congestiva, deshidratación, insuficiencia suprarrenal, enfermedad hepática y
nefrosis.
La gravedad específica aumenta alrededor de 0,004 unidades por cada cambio
de 1% en la concentración de glucosa y alrededor de 0,003 unidades por cada cambio
de 1% en la de proteína. Una gravedad específica fija (isostenuria) de 1,012 g/ml se
observa en el daño renal grave (fase poliúrica de la IR), en el cual los riñones excretan
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
orina isoosmótica con el plasma. En general, esto ocurre después de un periodo inicial
de anuria debido a que los túbulos dañados son incapaces de concentrar o diluir el
filtrado glomerular.
La osmolaridad de la orina puede ir de 50 mOsm/L en una persona muy
hidratada a 1400 mOsm/L en una que está muy deshidratada. Si se le compara con la
osmolaridad de la sangre (285 mOsm/L), la orina puede ser hipotónica o hipertónica.
Su determinación es útil para:
Calcular de la diferencia amónica osmolar en las acidosis metabólicas.
Determinar la existencia de disociación entre la osmolalidad de la sangre
y de la orina (como ocurre, p. ej., en determinados procesos, como en la
secreción inadecuada de ADH).
Determinar la capacidad de concentración y dilución de la orina.
Determinar el aclaramiento de agua libre.
El pH urinario depende del pH sanguíneo. El cuerpo genera de manera
constante ácidos metabólicos y se deshace de ellos al excretar orina un poco ácida, por
lo general con pH de casi 6 (aunque va de 4,5 a 7,8).
Composición química. La orina promedia 95% de agua y 5% de solutos por
volumen. Por lo general, el soluto más abundante es la urea, seguida por el cloruro de
sodio y, en menor medida, creatinina, ácido úrico, fosfatos, sulfatos y cantidades 1331
insignificantes de calcio, magnesio y en ocasiones de bicarbonato.
La orina contiene urocromo y un poco de bilirrubina directa y urobilina, un
derivado oxidado de color café de la bilirrubina.
Es anormal encontrar glucosa, hemoglobina libre, albúmina, cetonas o
pigmentos biliares en la orina. La presencia de estas sustancias es un indicador
importante de enfermedad.
La presencia de proteinuria es un indicador sensible de la función renal. En
condiciones normales, las proteínas plasmáticas (principalmente albúmina) no están
presentes en la orina porque los espacios en la membrana basal glomerular son
demasiado pequeños para que pasen. Si la membrana glomerular se daña, como en la
glomerulonefritis, los espacios se agrandan y la proteína (casi siempre albúmina
porque es una molécula mucho más pequeña que las globulinas) entra en el filtro y
luego en la orina. Si esto persiste con una tasa significativa, puede desarrollarse
hipoproteinemia como resultado de una pérdida grave de proteína a través de los
riñones. Esto reduce la presión oncótica capilar normal que mantiene al líquido dentro
de la vasculatura y provoca un edema intersticial intenso. La combinación entre
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
proteinuria y edema, junto a otros signos y síntomas se conoce como síndrome
nefrótico.
La proteinuria se usa para valorar el síndrome nefrótico y las complicaciones
de la diabetes mellitus (DM), glomerulonefritis, amiloidosis y mieloma múltiple
(prueba de proteínas de Bence Jones que detecta cadenas livianas de las
inmunoglobulinas). Una proteinuria en embarazadas de manera sistemática es
indicador de preeclampsia.
Si se identifican proteínas significativas en el uroanálisis (tiras reactivas), debe
recolectarse una muestra de orina de 24 h para cuantificar la cantidad de proteínas.
Esta prueba se puede repetir como método de valoración de la enfermedad renal y su
tratamiento. Por lo general, la pérdida de proteína mayor de 3,5 g/24 h/1,73 m2 de
superficie corporal (sc) en adultos, produce signos y síntomas de síndrome nefrótico.
Si se identifica proteinuria, puede analizarse una muestra de orina al azar para la
cuantificación de proteínas. Esta excreción calculada de proteínas de 24 h se realiza
casi siempre con una creatininuria, dado que el estado de hidratación y otros factores
pueden influir en la concentración de orina. La relación normal entre proteína y
creatinina es menor de 0,15.
Los cuerpos cetónicos son los productos de la degradación de los ácidos
grasos. Su presencia suele indicar que el organismo está obteniendo energía a partir 1332
de la grasa, en lugar de almacenarla para su uso posterior. Esto puede ocurrir en la
diabetes mal controlada, cuando la glucosa no puede penetrar en las células
(cetoacidosis diabética), en el alcoholismo (cetoacidosis alcohólica), o en casos de ayuno
prolongado (generalmente más de 16 horas) o vómitos persistentes.
La presencia de nitritos en orina implica la conversión de los nitratos
procedentes de la dieta por la acción de bacterias presentes en la orina que posean la
reductasa adecuada. Un resultado positivo es sugestivo de infección urinaria.
La determinación de los electrólitos en la orina es importante en la
valoración diagnóstica de la hiponatremia, la hipopotasemia, la insuficiencia renal
aguda y los trastornos suprarrenales. Para un estudio adecuado debe recogerse la
orina de 24 h y en lo posible en ausencia de tratamiento diurético. Puede ser útil la
determinación de la fracción excretada del ion en una muestra aislada de orina cuando
no se disponga del volumen urinario total y principalmente cuando sea necesario
instaurar medidas terapéuticas con rapidez.
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
La fracción excretada es el porcentaje del ion filtrado en los glomérulos que
es eliminado en la orina. Se calcula mediante la fórmula:
FEx = [Ux/Px] × 100
[Ucr/Pcr]
Donde FEx es la fracción excretada del ion que se debe medir, Ux es la
concentración urinaria del ion, Px es la concentración plasmática del ion, Ucr es la
creatinina en orina y Pcr es la creatinina plasmática. Este índice refleja los factores
que regulan la excreción urinaria en una situación aguda y no depende del tiempo de
recolección.
La fracción excretada de sodio (FENa) es la más utilizada; los valores < 1% se
encuentran en los estados edematosos con déficit de volumen plasmático efectivo
(insuficiencia cardíaca, cirrosis, síndrome nefrótico) y en los estados de
deshidratación. Valores > 1% se encuentran en la necrosis tubular aguda, nefropatías
perdedoras de sal, SIADH y alcalosis metabólica (Lucena at al., 2019).
El sodio en la orina puede presentarse grandes variaciones en el contenido de
dependiendo de la ingesta de sal y del estado de hidratación con valores normales
entre 100 y 260 mEq/24 h. En el sujeto normal, el sodio urinario es reflejo de la ingesta
menos las pérdidas extrarrenales (por sudoración o pérdidas digestivas).
1333
El potasio en la orina muestra una excreción ampliamente variable según la
dieta con un valor normal entre 25 y 100 mEq/24 h.
Asimismo, el cloro en la orina varía en condiciones normales según la
sudoración y la ingesta de sal con un valor normal entre 110 y 250 mEq/24 h.
Los síndromes renales son las diferentes formas clínicas y analíticas por las
que se manifiestan las enfermedades del riñón.
Mientras que algunos de ellos son reflejo inequívoco de enfermedades renales, como
síndrome nefrótico, síndrome nefrítico, insuficiencia renal y tubulopatías, otros
pueden ser también producidos por enfermedades extrarrenales, como ocurre con la
hipertensión o la hematuria. Por estos motivos, cada uno de los diferentes síndromes
requiere un cuidadoso y exhaustivo diagnóstico diferencial (Rivera et al., 2020).
En la evaluación de un paciente con una enfermedad renal es clave conocer el
síndrome clínico que padece para, a continuación, iniciar estudios complementarios,
diagnosticar la enfermedad subyacente y planificar el tratamiento. Estos síndromes
no son excluyentes entre sí puesto que varios de ellos pueden coincidir
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
simultáneamente o bien se pueden ir añadiendo a lo largo de la evolución de la
enfermedad subyacente
El fracaso renal agudo (FRA) o insuficiencia renal aguda (IRA) es un
síndrome clínico secundario a múltiples etiologías, en el que aparece deterioro brusco
de las funciones renales basales que, a su vez, alteran la homeostasis del organismo.
La definición más aceptada y reciente es la establecida por las guías Kidney Disease
Improving Global Outcomes (KDIGO) como se indica en la basada en la
disminución aguda del filtrado glomerular. No todos los pacientes tienen disminución
de la diuresis, ya que, dependiendo de la causa se puede mantener o incluso estar
aumentada.
El fracaso renal agudo puede ser prerrenal (alteración en la perfusión renal),
renal o parenquimatoso (cuando se alteran estructuras renales) o postrenal u
obstructivo (si existe una obstrucción en el flujo urinario). Además, existe una
variante denominada insuficiencia renal subaguda cuando el deterioro se produce en
un periodo de tiempo más largo, días o semanas, habitualmente provocado por
procesos inflamatorios parenquimatosos como glomerulonefritis proliferativas
extracapilares y vasculitis renales, entre las causas más frecuentes.
Por su parte, la enfermedad renal crónica se define como las alteraciones
funcionales o estructurales del riñón, persistentes durante más de 3 meses, que 1334
pueden acompañarse o no de descenso en el filtrado glomerular. Es importante
diferenciar los términos “enfermedad renal” e “insuficiencia renal” pues el primero
indica que existe alguna alteración clínica o analítica y el segundo define la
disminución del filtrado glomerular en valores < 60 ml/min/1,73 m2 en adultos; es
decir, se puede tener una enfermedad renal sin insuficiencia renal.
Las causas más frecuentes son la nefropatía diabética, la nefroangiosclerosis
asociada a hipertensión arterial y las enfermedades glomerulares. Los criterios
diagnósticos de enfermedad renal crónica, también están establecidos por la KDIGO
y se clasifica en 5 categorías basadas en la medida del filtrado glomerular y la
intensidad de la microalbuminuria.
Tabla 56. Categoría de filtrado glomerular en la enfermedad renal crónica
Categoría de filtrado Filtrado glomerular
Términos
glomerular (ml/min/1,73 m2)
G1 ≥ 90 Normal o elevado
G2 60 a 89 Disminución leve
G3a 45 a 59 Disminución leve-moderada
G3b 30 a 44 Disminución moderada-grave
G4 15 a 29 Disminución grave
G5 < 15 Insuficiencia renal avanzada
Fuente: Rivera et al., 2020
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
La necrosis tubular aguda (NTA), también conocida como nefritis
tubulointerstitial aguda, representa alrededor del 75% de los casos de lesión renal
aguda y es la causa más frecuente de estas lesiones en los pacientes hospitalizados.
Esta alteración daña el segmento tubular de la nefrona, que causa lesión renal y
síndrome urémico. La mortalidad oscila entre el 40 y 70%, según las complicaciones
debidas a las enfermedades subyacentes. Las formas de necrosis tubular aguda no
oligúricas tienen un mejor pronóstico.
La NTA resulta del daño isquémico o nefrotóxico, con mayor frecuencia en
pacientes debilitados, como los críticamente enfermos o aquellos que se han sometido
a una operación quirúrgica extensa.
Cuando se produce una lesión isquémica, las células tubulares del riñón
muestran agotamiento de la energía celular, acumulación intracelular de calcio y daño
en sus membranas. Se presenta necrosis zonal en múltiples sitios de los túbulos, la
membrana basal puede perder su continuidad y la luz tubular puede ser ocluida por
cilindros y detritos. La oclusión se agrava debido a la producción de dichos cilindros y
detritos por las células inflamatorias, lo que contribuye a la obstrucción urinaria.
El flujo urinario obstruido causa aumento de la presión intraluminal tubular
en la nefrona, disminuyendo la filtración glomerular. Si la membrana basal no se
destruye de manera importante o si el episodio de necrosis tubular aguda no es letal, 1335
la regeneración, en un momento dado, revertirá por completo el daño.
Cuando se producen lesiones nefrotóxicas, la hemoglobina y la mioglobina se
precipitan en la orina. Las células tubulares se destruyen por efectos tóxicos directos,
lisis de eritrocitos, activación de la cascada de mediadores inflamatorios, coagulación
intravascular, oclusión de los túbulos e hipoxia tisular. En esta forma de necrosis
tubular aguda, la mayor parte del daño ocurre en los túbulos proximales.
El análisis de orina muestra sedimento que contiene eritrocitos y cilindros,
densidad baja (1,012 g/ml), osmolaridad inferior a 400 mOsm/kg y sodio alto (40-60
mEq/L). Los análisis de sangre revelan concentraciones de urea y creatinina altas,
anemia, defectos en la adhesión plaquetaria, acidosis metabólica e hipercalemia. El
ECG puede mostrar arritmias y, con la hipercalemia, ensanchamiento del segmento
QRS, desaparición de ondas P y ondas T altas y picudas.
Por su parte, la hipertensión renovascular es un aumento en la presión arterial
sistémica como resultado de la estenosis de las arterias renales principales o de sus
ramas, o por ateroesclerosis intrarrenal. La renovascular es el tipo más frecuente de
hipertensión secundaria. La estenosis o esclerosis puede ser parcial o completa, y la
elevación de la presión arterial resultante, benigna o maligna. Alrededor del 5-10% de
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
los pacientes con hipertensión arterial muestran hipertensión renovascular.
Esta afección es más frecuente en personas menores de 30 o mayores de 50 años
de edad. Si se diagnostica hipertensión arterial en los niños, es más probable que sea
hipertensión renovascular que sistémica cuando son pequeños.
La estenosis u oclusión de la arteria renal estimula al riñón afectado para
secretar la enzima renina, dando lugar a la Ang II que produce vasoconstricción y
aumenta la presión arterial y la secreción de aldosterona.
En la evaluación clínica pueden observarse signos y síntomas como presión
arterial sistémica elevada, dolor de cabeza y mareos, palpitaciones y taquicardia,
ansiedad y pereza mental, menor tolerancia a las temperaturas extremas, retinopatía
Como complicaciones importantes como insuficiencia cardíaca, infarto de
miocardio, ictus e insuficiencia renal.
Una batería de pruebas renales que incluya la administración de un inhibidor
de la ECA (IECA) como el captopril, angiografía renal y ecografía renal con sistema
Doppler, puede mostrar datos de estenosis renal.
El hemograma completo puede evidenciar anemia y el análisis bioquímico de la
sangre muestra concentraciones anómalas de electrólitos y aumento de la urea
plasmática y creatinina. 1336
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
Laboratorio: Htc: 26%, Hb: 8,5 g/dl, Leucocitos: 11.300/mm3. Glucemia: 110 mg/dl.
Natremia: 129 mEq/l, Potasemia: 3,7 mEq/l, Cloremia: 97 mEq/l, Urea: 110 mg/dl,
Creatininemia: 3,2 mg/dl
Examen de muestra de orina: aspecto turbio, color amarillo, gravedad específica de 1,015
g/ml. pH de 5. Sangre (tira reactiva): +++. Proteinuria ++. Nitritos: negativo. Sedimento
de orina: eritrocitos más de 25/campo de 40X. Leucocitos: 1 a 4/campo de 40X. Cilindros
granulosos 1 a 4/campo de 10X.
Urocultivo: Citrobacter.
Biopsia renal: glomerulonefritis en etapa terminal con medias lunas.
Diagnóstico: Insuficiencia renal terminal por Glomerulonefritis rápidamente progresiva
(GNRP).
Tratamiento: debido a su rápido deterioro renal se realizó hemodiálisis.
Evolución: la paciente presentó una úlcera duodenal perforada, que requirió cirugía y
transfusión sanguínea. Luego desarrolló coagulopatía e insuficiencia hepática. Dos días y
falleció.
Puntos de reflexión
Fernández, V. H .
Capítulo 30 | Fisiología renal
Referencias bibliográficas
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Atlas en color. Quinta edición. Elsevier.
Giebisch, G. Windhager, E. E. Aronson, P. S. (2017). Organización del sistema urinario. En W. F. Boron
& E. L. Boulpaep. (2017). Fisiología médica. 3ª edición. Elsevier.
Lucena, J. F. Quiroga, J. Colina, I. Lavilla, F. J. Fernández Ros, N. Prieto, J. M. (2019). Orina En J.
M. Prieto Valtueña & J. R. Yuste Ara. Balcells. La clínica y el laboratorio. 23ª edición. (4; pp.
161-196). Elsevier.
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Nefrología al día. Síndromes Clínicos en Nefrología. https://www.nefrologiaaldia.org/258
Stewart, J. C. (2018). Anatomical Chart Company. Atlas de Fisiopatología. 4ª edición. Wolters Kluwer.
Strasinger, S. K. Di Lorenzo, M. S. (2016). Análisis de Orina y de los Líquidos Corporales. 6ª edición.
Editorial Médica Panamericana.
1338
Fernández, V. H .
SECCIÓN V
Fisiología renal
Capítulo 31
Equilibrio ácido-base
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Identifica el rango de referencia del pH y los límites compatibles con la vida.
2. Explica qué es un amortiguador químico y su respuesta ante un aumento de la
producción de ácidos y bases.
3. Describe el sistema del bicarbonato, la regulación renal y respiratoria del sistema
tampón HCO3-/H2CO3 y su importancia fisiológica en el mantenimiento del pH
plasmático normal.
4. Explica la capacidad del sistema respiratorio para amortiguar los cambios de pH.
5. Enumera los procesos implicados en la secreción tubular de H+, exponiendo la
importancia de estos procesos en la regulación aguda y prolongada.
6. Calcula la carga filtrada de HCO3-, e identifica los principales lugares de reabsorción
a lo largo de la nefrona.
7. Describe los mecanismos celulares del movimiento transepitelial neto de HCO3-.
8. Describe los ajustes en la carga filtrada y en la reabsorción de HCO3- causados por
alteraciones en el balance ácido-base sistémico, diferenciándolos de los factores que
alteran este proceso (volumen extracelular, aldosterona, angiotensina II).
9. Describe la excreción ácida neta por los riñones, la importancia de los tampones
urinarios y la producción y excreción de amonio.
10. Distingue entre la reabsorción del HCO3- filtrado y la formación de novo.
11. Identifica la magnitud y el curso temporal de las compensaciones que se ponen en
funcionamiento, tras un aumento o disminución repentina del pH, para minimizar los
cambios en el pH de los líquidos corporales.
12. Describe los efectos de los inhibidores de la anhidrasa carbónica y de otros diuréticos
sobre el equilibrio ácido-base y la reabsorción de HCO3- por la nefrona.
13. Describe las cuatro alteraciones simples del equilibrio ácido-básico y, para cada una
de ellas, explica: el defecto primario, una causa, los procesos de amortiguación
química y las compensaciones renales o respiratorias.
14. Explica los cambios en la distribución de potasio intra y extracelular cuando se
producen variaciones del pH, y su importancia funcional.
15. A partir de los valores sanguíneos, identifica las alteraciones ácido-base más
frecuentes.
Capítulo 31 | Fisiología renal
Equilibrio ácido-base
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
presente en 1 litro de solución. Se expresa mediante un valor numérico comprendido
entre 0 y 14.
El pH indica el grado de acidez o alcalinidad de una solución y, a medida que la
concentración de H+ aumenta, el pH desciende y la solución se hace más ácida. Por
contra, una disminución de la concentración de H+ hace que la solución se haga más
alcalina y el pH se eleve. Por ello, un pH 7 es indicativo de neutralidad (cantidades
iguales de H+ y OH-).
Por ejemplo, el jugo gástrico, con un pH de 1, es la sustancia más ácida del
cuerpo. El líquido intracelular, con pH de 7, es en esencia neutro, en tanto que las
sangres arterial y venosa son ligeramente alcalinas, dado que ambas tienen un pH
levemente superior a 7.
El pequeño aumento de la acidez de la sangre venosa (pH = 7,36) con respecto
a la sangre arterial (pH = 7,4) se debe sobre todo al CO2 que pasa a la sangre como
producto residual del metabolismo celular.
Sin embargo, aunque cualquier valor de pH por encima de 7 se considera básico
desde el punto de vista químico, fisiopatológicamente hablando, el término acidosis
se emplea para describir un pH de la sangre arterial inferior a 7,35, en tanto que la
alcalosis hace referencia a un pH de sangre arterial superior a 7,45.
1340
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Es importante destacar que, se denomina acidemia al descenso del pH
sanguíneo (o un incremento de la concentración de H+) y alcalemia a una elevación
del pH sanguíneo (o reducción de la concentración de H+); mientras que la acidosis y
la alcalosis se refieren a procesos que tienden a bajar o a elevar el pH.
En la mayoría de los casos, un proceso acidótico conduce a acidemia y uno
alcalótico conduce a alcalemia. Esto puede no respetarse en pacientes que presenten
alteraciones mixtas del EAB, en los cuales el pH final depende del equilibrio entre los
trastornos presentes (Sánchez et al., 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Mantenimiento del pH sanguíneo normal por los buffers químicos, el sistema respiratorio y 1342
los riñones (Rhoades y Bell, 2018).
De los minerales que quedan tras ser metabolizados se dice que son formadores
de ácido o formadores de base, dependiendo de si contribuyen al desarrollo de un
medio ácido o básico cuando están en solución. Entre los elementos que producen ácido
se cuentan cloro, azufre y fósforo, todos los cuales abundan en los alimentos de alto
contenido en proteínas, tales como carne, pescado, aves y huevos. Asimismo, están
presentes en determinados cereales, como el trigo, el maíz y la avena. Estos alimentos
a menudo se catalogan como formadores de ácido.
Una vez que el metabolismo está completo, la mayor parte de las dietas
combinadas contienen un excedente de elementos minerales formadores de ácido, que
han de ser sometidos a un efecto amortiguador continuado a fin de mantener el
equilibrio acido-básico. Las dietas de muy alto contenido en proteínas, que originan
un residuo mineral ácido predominante cuando son metabolizadas, pueden obligar a
los sistemas homeostáticos a trabajar al límite para mantener el estado de equilibrio
acido-básico si se consumen durante períodos prolongados.
Entre los elementos minerales que en solución son alcalinos, o básicos, incluyen
al potasio, el calcio, el sodio y el magnesio. Todos ellos están presentes en frutas y
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
verduras, a las que a menudo los nutricionistas designan como alimentos formadores
de base.
El residuo básico predominante que resulta del metabolismo de una dieta
vegetariana estricta también puede comprometer la capacidad del cuerpo para
mantener el equilibrio acido-básico, como consecuencia del elevado aflujo de
componentes alcalinos al LEC.
Entre los alimentos que presentan características formadoras de ácido se
encuentran el maíz y el aceite de maíz, las aceitunas y el aceite de oliva, los arándanos
azules y rojos, la avena, el trigo, el arroz, el maní, el poroto (rojo y negro), el queso, la
carne de vacuno, el pescado, la carne de cerdo y de pavo y el azúcar.
Los alimentos que contienen ácidos oxálicos, que son metabolizados muy
lentamente, son formadores de ácidos directos, entre ellos se encuentran el pimiento
negro, el perejil, las semillas de amapola, la espinaca, la acelga, la remolacha, el cacao,
el chocolate, las nueces, y los porotos, entre otros. Las hojas de la planta del té
contienen una de las mayores concentraciones de ácido oxálico en relación con otras
plantas.
Asimismo, el ácido benzoico es una sustancia utilizada como conservante,
aunque también se encuentra en alimentos que incluyen salsas y conservas. También
es un formador de ácidos en el LEC. 1343
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
En este caso el CO2 producido por las células es añadido a la sangre venosa,
convertido en H+ y HCO3- en el interior de los hematíes sanguíneos y transportado a
los pulmones. En los pulmones tienen lugar las reacciones inversas y el CO2 es
regenerado y espirado.
Es por ello, que el CO2 se denomina ácido volátil y la neutralización del H+ que
procede del CO2 es sólo un problema temporal para la sangre venosa.
1344
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Todos los amortiguadores actúan con el fin de prevenir las alteraciones del pH
cuando cambian las concentraciones de H+. Si la acción inmediata de los
amortiguadores químicos no puede estabilizar el pH, los amortiguadores fisiológicos
actúan como una segunda línea de defensa en contra de las variaciones nocivas de pH
en el LEC.
Las variaciones que no son controladas por los efectos inmediatos de la
amortiguación química hacen que el sistema respiratorio responda en unos pocos
minutos (1 o 2 min) y se registran cambios en la frecuencia y la profundidad de la
respiración. Esto produce cambios en la PaCO2 alterando las concentraciones de H+ y
contribuyen a estabilizar el pH. Si los mecanismos respiratorios no son capaces de
detener las alteraciones del pH, entonces, en un plazo de unas 24 h, se pone en marcha
el sistema de amortiguación fisiológica renal, más potente, pero de acción más lenta,
que implica la excreción de una orina ácida o alcalina según la situación. En conjunto,
todos ellos conforman los mecanismos homeostáticos del pH.
Un amortiguador o buffer es una sustancia que evita cambios importantes
en el pH de una solución cuando se añaden a la misma un ácido o una base. Por
ejemplo, si una pequeña cantidad de un ácido fuerte (por ejemplo, HCl) se añade a
una solución que contiene un amortiguador (como en la sangre), el pH disminuye poco.
Sin embargo, si la misma cantidad de HCl se añade al agua pura sin amortiguadores,
1345
el descenso del pH será mucho más significativo. En ambos casos, el pH se reduce tras
la adición del ácido, pero la disminución es mucho menor en presencia de
amortiguadores que en ausencia de ellos.
Es importante destacar que los amortiguadores no impiden los cambios de pH,
pero ayudan a minimizar dicho cambio.
Según su composición química, los amortiguadores constan de dos tipos de
sustancias, por lo que a menudo se hace referencia a ellos designándolos como pares
amortiguadores (el ácido y su base conjugada).
La mayoría de los pares amortiguadores de los líquidos corporales están
formados por un ácido débil y por una sal de dicho ácido. Los principales pares
amortiguadores de los líquidos corporales son:
HCO3-/H2CO3 (Bicarbonato/ácido carbónico)
Na2HPO4/NaH2PO4 (fosfato básico/fosfato ácido)
Proteinatos/Proteína
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
La ecuación de Henderson-Hasselbalch se usa para calcular el pH de una
solución buffer. Esta ecuación deriva del comportamiento de los ácidos y sus
bases conjugadas débiles en solución.
Si consideramos al buffer HCO3-/H2CO3:
H2CO3 ⇄ H+ + HCO3-
La reacción anterógrada (la disociación de H2CO3 en H+ y HCO3-) se caracteriza
por un valor constante K1 y la reacción inversa se caracteriza por otro valor constante
K2. Cuando las constantes de las reacciones anterógrada e inversa son exactamente
iguales, hay un estado de equilibrio químico, sin más cambio neto de la concentración
de H2CO3 o HCO3-.
Según la ley de acción de masas en equilibrio químico:
K1 × [H2CO3] = K2 × [H+] [HCO3-]
Si se reordena:
K1 = [H+] [HCO3-]
K2 [H2CO3]
El cociente entre las constantes puede ser combinado en una sola constante de
equilibrio (K) del modo siguiente:
1346
K= [H+] [HCO3-]
[H2CO3]
Si se reordena otra vez para resolver [H+]:
[H+] = K [H2CO3]
[HCO3-]
Para expresar [H+] como pH se aplica el log10 negativo a ambos lados de la
ecuación anterior. Así:
-log [H+] = -log K -log ([H2CO3]/[HCO3-])
Recordando que −log [H+] es igual al pH, −log K es igual a pK y que menos log
HA/A− es igual a log A−/HA. Así, la forma final de la ecuación de Henderson-
Hasselbalch es la siguiente:
pH = pK + log ([HCO3-]/[H2CO3])
El pK es un valor característico para una pareja de tampones y depende de su
grado de disociación del ácido. Por tanto, los ácidos fuertes como el HCl están más
disociados en H+ y Cl- y tienen constantes de equilibrio K elevadas y pK bajos (puesto
que pK es menos el log10 de la constante de equilibrio. Por otra parte, los ácidos
débiles como el H2CO3 están menos disociados y tienen constantes de equilibrio bajas
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
y pK elevados correspondiente a un valor de 6,1 a 37°C, bastante alejado del pH
sanguíneo de 7,4.
Por su parte, en este sistema es difícil la medición del H2CO3 por lo cual suele
sustituirse en la ecuación de Henderson-Hasselbalch por [CO2], es decir:
[H2CO3] = [CO2] = PaCO2 x 0,03
De esta manera:
pH = 6,1 + log (24 mmol/L/1,2 mmol/L) = 7,4
La importancia de esta ecuación radica en que la concentración de bicarbonato
no puede medirse de manera directa, pero el pH y la PaCO2 son sensibles de
cuantificarse con exactitud adecuada mediante electrodos de vidrio para pH y CO2 y,
entonces, es posible calcular el [HCO3-].
1347
Parecería, en principio, que este sistema amortiguador no sería bueno dado que
la porción lineal de la curva de titulación se extiende desde pH 5,1 hasta 7,1; por lo
cual, la porción lineal está fuera del intervalo de amortiguación para el pH 7,4 de la
sangre.
Sin embargo, hay tres factores adicionales que hacen del sistema HCO3-/H2CO3
un amortiguador biológico tan eficaz.
Primero, la reacción CO2 + H2O ⇄ H2CO3 es lenta en ambos sentidos, a menos
que esté presente la anhidrasa carbónica. En el plasma no se detecta dicha enzima,
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
pero hay abundancia de ella en los eritrocitos, lo cual confina espacialmente y controla
la reacción.
Segundo, la presencia de Hb en la sangre aumenta la amortiguación del sistema
porque se une con los H+ libres generados con la hidratación del CO2 y así es posible
el movimiento del HCO3-al plasma.
Tercero, el CO2 es regulado por el sistema respiratorio, mientras que el HCO3-
es regulado por el sistema renal.
En este mismo sentido, el sistema amortiguador Na2HPO4/NaH2PO4, presenta
un pK de 6,8 a 37°C, más cerca del pH arterial sanguíneo y la porción lineal de su
curva se extiende desde pH 5,8 hasta 7,8.
1348
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
en la sangre; éstos son los grupos imidazol en los residuos histidina de las cadenas
peptídicas (pK de 6,4 a 7,0 para los grupos imidazoles y pK de 7,4 a 7,9 para los grupos
amino). La proteína presente en la mayor cantidad en la sangre es la Hb dentro de los
eritrocitos y, por ello, no son tan importantes como buffers plasmáticos debido a su
concentración (si son excelentes amortiguadores intracelulares).
Sin embargo, aunque no son importantes en el LEC como amortiguadores, las
proteínas plasmáticas también neutralizan el H+ y existe una relación entre proteínas
plasmáticas, H+ y Ca2+, que producen a cambios del Ca2+ ionizado (libre) cuando existe
un trastorno ácido-base.
Los grupos con carga negativa en las proteínas plasmáticas, principalmente la
albúmina, se pueden unir a H+ o Ca2+. De hecho, el 40% del Ca2+ total se encuentra
unido a proteínas en el plasma y, cuando aparece la acidosis, hay un exceso de H+ en
sangre, por lo cual, conforme se une más H+ a las proteínas plasmáticas, se une menos
Ca2+ y aumenta su concentración libre.
En la alcalosis existe un defecto de H+ en la sangre, por lo cual, hay menos H+
unido a las proteínas plasmáticas y se une más Ca2+, con la consiguiente disminución
de la concentración de Ca2+ libre generando una hipocalcemia relativa (el calcio total
no cambia). Los síntomas de hipocalcemia ocurren frecuentemente en la alcalosis
respiratoria (por ser un cambio más rápido) y comprenden hormigueo, 1349
entumecimiento y tetania, entre otros (ver más adelante).
Es importante destacar que la porción extracelular de hueso contiene depósitos
muy grandes de sales de calcio y fosfato, principalmente en la forma de hidroxiapatita.
En un adulto por lo demás sano, donde el crecimiento y la resorción óseos se presentan
en un estado estable, las sales óseas pueden amortiguar H+ en la acidosis crónica. Por
ende, la amortiguación crónica de H+ mediante las sales óseas puede llevar a la
desmineralización del hueso.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Para que la respiración sirva como medio de control del pH es necesario que
haya un cierto mecanismo que cambie la frecuencia o la profundidad de la misma en
función de las necesidades, con el fin de mantener o restablecer el pH normal.
Si la cantidad de CO2 en sangre arterial aumenta por encima de un
determinado nivel, o si el pH de la sangre arterial desciende por debajo de 7,38, se
estimula el centro respiratorio y aumenta proporcionalmente la frecuencia y la
profundidad de la respiración, eliminando el CO2 en exceso, disminuye el H2CO3 y los
H+, con lo cual el pH recupera sus valores normales. Los quimiorreflejos carotídeos
son también mecanismos mediante los cuales la respiración se ajusta al pH sanguíneo,
regulándolo.
Dos son los principios básicos que ayudan a comprender la relación entre la
función respiratoria y el pH del medio interno.
En primer lugar, la disminución del pH sanguíneo hasta valores inferiores a los
normales (acidemia) tiende a estimular el aumento del número de respiraciones
(hiperventilación), que a su vez tiende a hacer que el pH recupere el nivel normal. Es
decir, la acidosis induce hiperventilación y esta, por su parte, actúa como mecanismo
de compensación de la propia acidosis. Sin embargo, la hiperventilación prolongada
(más allá del necesario restablecimiento del pH normal) puede elevar el pH sanguíneo
hasta producir alcalosis. 1350
En segundo lugar, el aumento del pH de la sangre por encima de lo normal
(alcalemia) induce hipoventilación, que actúa como mecanismo de compensación de
esa alcalosis, haciendo que el pH sanguíneo descienda de nuevo hasta niveles
normales. Sin embargo, la hipoventilación es de menor importancia que en la
hiperventilación.
Por su parte, la hipoventilación prolongada (más allá del necesario
restablecimiento del pH normal) puede reducir el pH sanguíneo hasta producir
acidosis.
1351
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Sin embargo, como el HCO3- posee un Tm, si aumenta el HCO3- filtrado, se
supera el Tm y los riñones son incapaces de reabsorberlo todo, de modo que se excreta
parte del anión hasta que las concentraciones plasmáticas vuelven a la normalidad.
Es importante considerar el hecho de que la concentración absoluta de H+ que
existe en el organismo es muy baja cuando se mantiene el pH normal de 7,4, de sólo
40 nmol/L (40 × 10-9 mol/L). En comparación, la concentración normal de iones HCO3-
es de 24 mmol/L (24 × 10-3 mol/L), un factor 1 × 106 mayor.
En la membrana apical, la reabsorción de Na+ por su gradiente de
concentración causa la secreción de H+ a la luz. Los H+ se combinan con iones HCO3-
para formar H2CO3. La anhidrasa carbónica (AC) del borde en cepillo de las células
epiteliales tubulares, cataliza la disociación del H2CO3 en H2O y CO2 dentro de la luz
del túbulo. Estos últimos difunden libremente hacia la célula, donde vuelven a formar
HCO3-, estando este proceso catalizado por la AC intracelular. El HCO3- que se
sintetiza en las células del túbulo difunde a través de la membrana basolateral hacia
el capilar peritubular por medio de dos sistemas de transporte distintos: un simport
Na+-3HCO3-, y un antiport Cl-/HCO3-.
1352
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
En un mecanismo de acidificación urinaria, los túbulos distales y los
conductos colectores secretan H+ a la orina intercambiándolos por iones básicos, que
son reabsorbidos por ellos.
Cabe destacar que el CO2 se difunde desde los capilares tubulares a las células
tubulares distales y túbulos colectores, donde la AC genera HCO3-. A continuación, los
iones H+ pasan a la orina tubular en contratransporte con K+, pero también utiliza
una bomba de protones en la zona luminal para secretar H+. Mientras esto sucede, el
HCO3- se difunden a la sangre en contratransporte con Cl-. De esta manera, el
organismo conserva el HCO3- y eleva automáticamente el pH de la sangre.
1353
Una segunda población de células intercaladas segrega HCO3-, más bien que
H+, en el líquido tubular (denominadas también células B o células intercaladas β).
En estas células, la H+-ATPasa está localizada en la membrana basolateral, y
el intercambiador Cl–/HCO3- en la membrana apical. Sin embargo, el intercambiador
Cl–/HCO3- de la membrana apical es diferente del que se encuentra en la membrana
basolateral de las células intercaladas secretoras de H+ y ha sido identificado como
pendrina.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Por ello, los fosfatos monobásicos se unen al H+ para formar fosfatos dibásicos
y a estos se los conoce como tampón o acidez titulable.
H+ + Tampón = H·Tampón
H+ + HPO42- = H2PO4-
Los fosfatos son bastante efectivos como amortiguadores urinarios, en especial
en el túbulo distal, ya que no se reabsorben en un punto proximal en cantidad
significativa y por tanto se concentran en el líquido tubular. También son efectivos
porque su pK es bastante cercano al pH urinario.
En la acidosis, la excreción tubular de H+ aumenta de forma significativa,
mientras que la de K+ disminuye, lo cual puede dar lugar a hiperpotasemia.
En un tercer mecanismo urinario, las células de los túbulos distales y los
conductos colectores excretan amoníaco a la orina tubular, al igual que las células del
TCP.
Glutaminasa
Glutamina −−−−−→ Glutamato + NH3 + H+ = NH4+
El NH4+ desplaza al sodio, u otro ion básico, procedente de una sal de un ácido
fijo (no volátil), para formar una sal de amonio. A continuación, el ion básico se difunde
de nuevo a la célula tubular y se combina con el HCO3- para formar una sal básica 1355
que, a su vez, se difunde a la sangre tubular. Así pues, al igual que la excreción de
iones hidrógeno de los túbulos renales, su excreción de amoníaco y su combinación con
H+ para formar NH4+ también tienden a aumentar el cociente del par amortiguador
de bicarbonato sanguíneo y, en consecuencia, a elevar el pH de la sangre.
No obstante, desde el punto de vista cuantitativo, la excreción de NH4+ es más
importante que la de H+. La excreción por parte de los túbulos renales de H+ y NH4+
se controla, al menos en parte, por el nivel del pH sanguíneo.
La disminución del pH de la sangre acelera la excreción tubular tanto de H+
como de NH3, en tanto que la elevación del mismo produce los efectos opuestos.
Una porción significativa del NH4+ secretado por las células del TCP se
reabsorbe en el AAGH, donde NH4+ sustituye a K+ en el cotransportador Na+/K+/2Cl-.
Este NH4+ se acumula en el intersticio medular del riñón, donde existe en equilibrio
con NH3.
Aunque tanto NH4+ como NH3 están presentes en el líquido intersticial
medular, sólo NH3 es liposoluble y puede difundirse por las células del conducto
colector hacia el líquido tubular. Una vez en el líquido tubular, el NH3 se combina con
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
el H+ secretado para formar NH4+. Dado que el NH4+ no es liposoluble, queda atrapado
en el líquido tubular y se excreta en la orina.
Como la fuente del H+ secretado por las células de los túbulos recolectores es
CO2 y H2O, por cada H+ que se produce en las células y se secreta, un nuevo HCO3-
adicional se genera y agrega a la sangre.
Una de las características más importantes del sistema amortiguador de
amoníaco es que está sujeto a control fisiológico. En condiciones normales, la cantidad
de H+ eliminado por el sistema amortiguador de amoníaco es cerca del 50% del ácido
excretado y el 50% del nuevo HCO3- regenerado. Sin embargo, con la acidosis crónica,
puede volverse el mecanismo dominante para la excreción de H+ y la generación de
nuevo HCO3-. El intervalo aniónico de la orina, que es un método indirecto para
determinar los niveles de NH4+ de la orina, puede emplearse para valorar la función
renal en términos de eliminación de H+.
1356
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Las interacciones hepatorrenales son de suma importancia en el proceso global
de excreción del NH4+, ya que el hígado sintetiza glutamina que es el material de inicio
principal para la producción renal de NH4+.
1357
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
reacciones de desaminación y algunos finalizan como grupos amino en el glutamato o
el aspartato mediante reacciones de transaminación.
De los aproximadamente 1.000 mmol/día de los grupos amino catabolizados, el
hígado detoxifica aproximadamente el 95% mediante la producción de urea excretada
posteriormente por los riñones. Un −NH2 de la urea procede de un NH4+ que se había
disociado para formar NH3 y H+, el otro −NH2 procede del aspartato, y el C=O procede
del HCO3−. El resultado neto es la generación de urea y el consumo de dos HCO3−,
considerando que el H+ generado consume otro HCO3−.
El hígado detoxifica el 5% restante de los grupos amino catabolizados mediante
la conversión del NH4+ y el glutamato a glutamina. Esta reacción no genera
equivalentes acidobásicos.
Las células del túbulo proximal captan esta glutamina hepática y la usan como
fuente de NH4+ que secretan hacia la luz tubular mientras generan un HCO3− nuevo.
Así pues, los dos mecanismos hepatorrenales para la eliminación de los grupos amino
catabolizados ejercen efectos opuestos sobre el HCO3−. Por cada grupo amino
catabolizado excretado en forma de urea, el hígado consume el equivalente de un
HCO3−. Por cada grupo amino catabolizado excretado en forma de NH4+ por la vía de
la glutamina, el túbulo proximal produce un HCO3− nuevo. En la medida que el riñón
excreta NH4+, el hígado consume menos HCO3−, ya que sintetiza urea. 1358
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
que incrementa la reabsorción de Na+ y la secreción de K+. Así, el
hiperaldosteronismo tiende a conducir a una disminución de los niveles
plasmáticos de K+ y a un incremento del pH debido a la mayor secreción de H+, en
tanto que el hipoaldosteronismo tiene el efecto contrario.
Otro mecanismo que los riñones utilizan para regular el HCO3- es el
intercambio de aniones Cl-/HCO3- que tiene lugar en asociación con la reabsorción de
Na+. En condiciones normales, el Cl- se reabsorbe junto con Na+ en los túbulos. En
situaciones de agotamiento de volumen por vómito y agotamiento de Cl-, los riñones
son forzados a sustituir HCO3- por el anión Cl-, incrementando así su absorción de
HCO3-.
1 Los métodos tradicionales y basados en las modificaciones del bicarbonato plasmático (Henderson-Hasselbalch) son
inadecuados para explicar estos cambios dado que no se ajustan a las reacciones fisicoquímicas que se llevan a cabo en los
compartimentos corporales. En los últimos años esto ha llevado a numerosas controversias y lo que es más grave aún, a un mal
abordaje diagnóstico y terapéutico de los enfermos que presentan alguna alteración ácido-base ya sea simple o compleja.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Desde entonces se han desarrollado nuevos conceptos destinados a completar y
facilitar el entendimiento de los trastornos del EAB.
A comienzo de los años 80´s, el fisiólogo canadiense Peter Arthur Robert
Stewart (1921-1993) puso en duda la interpretación clásica de las alteraciones del
EAB y desarrolló un nuevo método denominado modelo fisicoquímico.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Tabla 57. Alteraciones acidobásicas primarias y respuesta compensadora.
Abordaje Tradicional.
Desorden Respuesta Resultado final
Alteración pH
primario compensadora pCO2/HCO3-
Acidosis Generación
Retención de CO2 ↓ ↑↑ PaCO2/↑ HCO3-
respiratoria HCO3-
Alcalosis Consumo
Depleción de CO2 ↑ ↓↓ PaCO2/↓ HCO3-
respiratoria HCO3-
Acidosis Aumento de
Depleción de HCO3- ↓ ↓ PaCO2/↓↓ HCO3-
metabólica la ventilación
Alcalosis Disminución de
Retención de HCO3- ↑ ↑ PaCO2/↑↑ HCO3-
metabólica la ventilación
Fuente: Adaptado de Lee y DuBose, 2020.
Cualquier aumento a corto plazo de PaCO2 arterial (p. ej., por arriba de 40
mmHg causado por hipoventilación) culmina en acidosis respiratoria.
La PaCO2 por lo normal es mantenida en 40 mmHg (35 a 45 mmHg), o cerca de la
misma, por medio de los mecanismos que regulan la respiración. Los sensores
expuestos a la sangre arterial y al LCR proporcionan a los controladores centrales de
la respiración la información necesaria para regular la PaCO2 a 40 mmHg o cerca de
esta cifra.
1361
Cualquier alteración a corto plazo (las que ocurrirán sin compensación renal)
de la ventilación alveolar que dan por resultado un aumento de la PACO2 y, por ende,
también de la arterial (hipercapnia), tienden a disminuir el pH, resultando en
acidosis ventilatoria.
En la acidosis ventilatoria, la proporción entre HCO3- y CO2 disminuye; sin
embargo, en la acidosis ventilatoria primaria (simple) no compensada, la
concentración absoluta de HCO3- en plasma incrementa un poco debido a la
amortiguación de algunos de los H+ liberados por la disociación de H2CO3 por
amortiguadores no HCO3-.
La depresión de los centros respiratorios en el bulbo raquídeo por agentes
anestésicos, narcóticos, hipoxia, enfermedad o traumatismo del SNC o incluso la
PaCO2 muy aumentada da lugar a hipoventilación y acidosis respiratoria.
La interferencia con la transmisión neuronal a los músculos respiratorios por
enfermedades, fármacos o toxinas, o disfunciones o deformidades de los músculos
respiratorios o de la pared del tórax pueden dar por resultado acidosis ventilatoria.
Asimismo, las enfermedades restrictivas, obstructivas y obliterantes de los pulmones
también pueden dar lugar a acidosis ventilatoria.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
La acidosis ventilatoria implica un pH menor de 7,35 y una PaCO2 superior a
45 mmHg. Las manifestaciones clínicas de la acidosis respiratoria dependen de la
rapidez del inicio y de si la afección es aguda o crónica.
Como la acidosis respiratoria a menudo se acompaña de hipoxemia, las
manifestaciones de la acidosis ventilatoria con frecuencia se mezclan con las del déficit
de O2. El CO2 cruza con facilidad la barrera hematoencefálica y ejerce sus efectos al
cambiar el pH de los líquidos cerebrales.
Los niveles elevados de CO2 producen vasodilatación de los vasos sanguíneos
cerebrales, la cual causa cefalea, visión borrosa, irritabilidad, espasmo muscular y
alteraciones psicológicas. Si la afección es grave y prolongada, puede ocasionar
incremento de la presión del LCR y papiledema (edema de papila). El deterioro de la
conciencia, que va desde letargo (estado de cansancio y de somnolencia profunda y
prolongada, por enfermedad) hasta coma, se presenta cuando la PaCO2 sube a niveles
extremos. La parálisis de las extremidades es posible, lo mismo que la depresión
respiratoria. Las formas más graves de acidosis a menudo se acompañan de piel
caliente y rubor, debilidad y taquicardia.
El tratamiento de la acidosis respiratoria aguda y crónica se dirige a mejorar
la ventilación. En casos graves podría requerirse ventilación mecánica.
1362
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
produce un incremento de la BA cuando la sal sódica del ácido (p. ej., lactato de sodio)
reemplaza el HCO3-.
La diarrea es la causa más frecuente de acidosis metabólica con BA normal.
Cuando la acidosis es resultado de incremento de las concentraciones plasmáticas de
Cl- (p. ej., acidosis hiperclorémica), la BA permanece también dentro de los niveles
normales.
Las causas más comunes de acidosis con BA elevada incluyen metanol, uremia,
cetoacidosis diabética, paraldehído, isoniacida, ácido láctico, etilenglicol y salicilatos
(ácido acetilsalicílico).
La acidosis láctica aguda es el tipo más común de acidosis metabólica en
personas hospitalizadas y se desarrolla cuando hay producción excesiva o eliminación
reducida de ácido láctico de la sangre, el cual se produce mediante el metabolismo
anaeróbico de la glucosa. La mayoría de casos de acidosis láctica se debe a aporte
inadecuado de O2, como en el shock o el paro cardíaco. Tales padecimientos no sólo
incrementan la producción de ácido láctico, sino que tienden a disminuir su
eliminación como resultado de perfusión hepática y renal insuficiente. Las tasas de
mortalidad son altas para personas con acidosis láctica debido a shock o hipoxia
tisular. A menudo, la sepsis grave también se relaciona con acidosis láctica.
La acidosis láctica puede presentarse durante períodos de ejercicio intenso en 1363
los que las necesidades metabólicas de los músculos exceden su capacidad aeróbica
para producir ATP, lo que causa que reviertan el metabolismo anaeróbico y la
producción de ácido láctico
Diversos fármacos producen acidosis láctica mortal al inhibir la función
mitocondrial. Estos medicamentos incluyen los antidiabéticos biguanida (metformina)
y los inhibidores nucleósidos antirretrovirales de la transcriptasa inversa (p. ej.,
zidovudina o AZT) que se emplean para tratar el síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (sida).
Los cetoácidos (ácido acetoacético y β-hidroxibutírico), que se producen en el
hígado a partir de ácidos grasos, son la fuente de combustible para muchos tejidos
corporales. Una sobreproducción de cetoácidos tiene lugar cuando las reservas de
carbohidratos son inadecuadas o cuando el cuerpo no puede utilizar los carbohidratos
disponibles como combustible. En estas condiciones, los ácidos grasos se movilizan del
tejido adiposo y se liberan en el hígado, donde se convierten en cetonas. La cetoacidosis
se desarrolla cuando la producción de cetona en el hígado excede el empleo tisular.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
La causa más común de cetoacidosis es la diabetes mellitus no controlada, en
la que una insuficiencia de insulina conduce a la liberación de ácidos grasos de células
adiposas con producción subsecuente de exceso de cetoácidos.
La cetoacidosis también puede desarrollarse como resultado de ayuno o
privación de alimento, durante la cual la falta de carbohidratos produce un estado
autolimitado de cetoacidosis.
Las cetonas se forman durante la oxidación de alcohol, un proceso que se
efectúa en el hígado. Una afección llamada cetoacidosis alcohólica puede desarrollarse
en personas que consumen alcohol en exceso y puede ser mortal. Por lo general, sigue
a la ingesta prolongada de alcohol, en particular si se acompaña de baja ingesta
alimentaria y vómito, cuyo resultado es el empleo de ácidos grasos como fuente de
energía.
La hipoglucemia secundaria a inhibición de la gluconeogénesis inducida por el
alcohol y la eliminación deteriorada de cetonas por los riñones como resultado de la
deshidratación pueden intensificar la formación de cetonas. Un déficit de volumen de
LEC causado por vómito e ingesta reducida de líquidos a menudo contribuye a la
acidosis.
Muchos otros factores, como incrementos de las concentraciones de cortisol,
hormona del crecimiento, glucagón y catecolaminas, median la liberación de ácidos 1364
grasos libres y, por lo tanto, contribuyen al desarrollo de cetoacidosis alcohólica.
Por su parte, los salicilatos son otra fuente potencial de ácidos metabólicos. El
ácido acetilsalicílico (aspirina) se absorbe fácilmente en el estómago y el intestino
delgado, y luego se convierte con rapidez en ácido salicílico en el cuerpo. Aunque el
ácido acetilsalicílico es la causa más común de toxicidad por salicilatos, otras
preparaciones de salicilatos como salicilato de metilo, salicilato de sodio y ácido
salicílico podrían producir efectos similares. La sobredosis de salicilatos causa efectos
tóxicos graves, incluso la muerte. La ingestión aguda, con base en el peso, de 150
mg/kg o 6,5 g de ácido acetilsalicílico requiere enviar al paciente a la sala de urgencias
para evitar una fatalidad.
Diversas alteraciones acido-básicas se presentan con la toxicidad por
salicilatos. Los salicilatos cruzan la barrera hematoencefálica y estimulan de modo
directo el centro respiratorio, causando hiperventilación y alcalosis ventilatoria. Los
riñones compensan mediante la secreción de mayores cantidades de HCO3-, K+ y Na+,
lo que contribuye al desarrollo de acidosis metabólica. Los salicilatos también
interfieren con el metabolismo de carbohidratos, con producción de ácidos metabólicos
resultante.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Uno de los tratamientos para la toxicidad por salicilatos es la alcalinización del
plasma. El ácido salicílico, un ácido débil, existe en equilibrio con el anión salicilato
alcalino. El ácido salicílico es tóxico debido a su capacidad para cruzar membranas
celulares y entrar a las células del cerebro. El anión salicilato cruza las membranas
de forma insuficiente y es menos tóxico. Con la alcalinización del LEC, la relación
entre ácido salicílico y salicilato se reduce en gran medida, lo cual permite que el ácido
salicílico salga de las células hacia el LEC por el gradiente de concentración. La
eliminación renal de salicilatos sigue un patrón similar cuando la orina se alcaliniza.
La ingestión de metanol y etilenglicol da lugar a la producción de ácidos
metabólicos y causa acidosis metabólica. Ambos producen un intervalo osmolar debido
a su tamaño pequeño y propiedades osmóticas. El metanol (alcohol de madera) es un
componente de la goma laca, el barniz, las soluciones de descongelación y otros
productos comerciales. Una persona adicta al alcohol a veces lo consume como
sustituto del etanol y puede absorberse por la piel o el tubo digestivo, o inhalarse a
través de los pulmones. Una dosis tan pequeña como 10 ml es tóxica. Además de
acidosis metabólica, el metanol causa toxicidad grave al nervio óptico y el SNC. El
daño al sistema orgánico se presenta después de un período de 24 h en el que el
metanol se convierte en formaldehído y ácido fórmico.
Por su parte, el etilenglicol es un disolvente que se encuentra en productos que
1365
van desde anticongelantes y soluciones descongelantes hasta limpiadores de
alfombras y telas. Tiene un sabor dulce y es embriagador, factores que contribuyen a
su abuso potencial. Se absorbe con rapidez desde el intestino, lo que hace que el
tratamiento con lavado gástrico y jarabe de ipecacuana sea ineficaz. La acidosis tiene
lugar conforme el etilenglicol se convierte en ácido oxálico y láctico.
Una ingesta de 15 - 30 mL de una solución al 100 % puede provocar una grave
intoxicación, que se caracteriza por una acidosis metabólica con aumento del anión
Gap (>16 mmol/L) y del hiato osmolal (>25 mOsm/Kg).
Las manifestaciones de toxicidad se presentan con síntomas neurológicos que
van desde borrachera hasta coma, los cuales aparecen durante las primeras 12 h.
Luego aparecen los trastornos cardiorrespiratorios como taquicardia y edema
pulmonar y, por último, aparece dolor abdominal e insuficiencia renal aguda causada
por taponamiento de túbulos con cristales de oxalato (del exceso de producción de
ácido oxálico).
La enzima alcohol deshidrogenasa metaboliza metanol y etilenglicol hacia
sus metabolitos tóxicos. Ésta es la misma enzima que se utiliza en el metabolismo del
etanol y, debido a que la deshidrogenasa tiene una mayor afinidad por el etanol que
por el metanol o el etilenglicol, el etanol intravenoso u oral se emplea como antídoto
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
para la intoxicación por metanol y etilenglicol. También se emplean la expansión del
volumen extracelular y la hemodiálisis. El femepizol es un antídoto para la
intoxicación por metanol y etilenglicol, el cual, de manera similar al etanol, se cree
que actúa como inhibidor de la enzima alcohol deshidrogenasa, con lo que previene la
formación de metabolitos tóxicos de etilenglicol.
1366
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
intestino como una forma de neutralizar los ácidos metabólicos producidos por los
microorganismos que causan la diarrea. La creación de una vejiga ileal, que se efectúa
para afecciones como vejiga neurógena o extirpación quirúrgica de la vejiga por
cáncer, implica la implantación de uréteres en un asa aislada y corta del íleo que sirve
como un conducto para la acumulación de orina.
Con este procedimiento, el tiempo de contacto entre la orina y la vejiga ileal
suele ser demasiado corto para el intercambio significativo de aniones y HCO3- se
pierde en la orina.
La acidosis hiperclorémica se observa cuando los niveles de Cl- se
incrementan. Como Cl- y HCO3- son aniones intercambiables, el HCO3- plasmático
disminuye cuando hay un incremento de Cl-. La acidosis hiperclorémica puede
desarrollarse como resultado de tratamiento con fármacos que contienen Cl- (es decir,
NaCl, soluciones de hiperalimentación de aminoácidos- Cl- y NH4Cl).
El NH4Cl se descompone en NH4+ y Cl-. El NH4+ se convierte en urea en el
hígado, dejando el Cl- libre para reaccionar con H+ y formar HCl. La administración
de NaCl intravenoso o soluciones de hiperalimentación parenteral que contienen una
combinación de aminoácidos-cloruro pueden causar acidosis de una manera similar.
En la acidosis hiperclorémica, la BA permanece dentro de la normalidad, mientras
que los niveles plasmáticos de Cl- se incrementan y los de HCO3- disminuyen. 1367
La acidosis metabólica se caracteriza por la disminución del pH (< 7,35) y los
niveles de HCO3- (< 22 mEq/l) debida a ganancia de H+ o pérdida de HCO3-. Por lo
general, la acidosis produce un incremento compensatorio de la FR con una
disminución de PaCO2.
Los signos y síntomas de la acidosis metabólica suelen comenzar a aparecer
cuando la concentración plasmática de HCO3- cae a 20 mEq/l o menos. Una caída de
pH a menos de 7,1 a 7,2 puede reducir el GC y predisponer a arritmias cardíacas
potencialmente mortales.
La acidosis metabólica pocas veces es un trastorno primario y casi siempre se
desarrolla durante el curso de otra enfermedad. Las manifestaciones de acidosis
metabólica a menudo se superponen a los síntomas del problema de salud
contribuyente.
Con cetoacidosis diabética, que es una causa común de acidosis metabólica, hay
un incremento de la glucosa en la sangre y la orina, y un olor característico de cetonas
en el aliento. En la acidosis metabólica que acompaña a la enfermedad renal crónica,
los niveles de urea en sangre se elevan y otras pruebas de la función renal dan
resultados alterados.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
En situaciones de acidosis metabólica aguda, el sistema respiratorio compensa
la disminución de pH incrementando la ventilación para reducir la PaCO2. Esto se
realiza por medio de respiraciones profundas y rápidas. En la cetoacidosis diabética,
este patrón de respiración se denomina respiración de Kussmaul.
Para fines descriptivos, puede decirse que la respiración de Kussmaul se
asemeja a la hiperpnea del ejercicio, donde la persona respira como si hubiese estado
corriendo. Podría haber quejas de dificultad para respirar o disnea con el esfuerzo.
Con la acidosis grave, la disnea puede presentarse aun en reposo. La compensación
respiratoria de la acidosis aguda tiende a ser un poco mayor que la de la acidosis
crónica. Cuando la función renal es normal, la excreción de H+ se incrementa
rápidamente en respuesta a la acidosis y la orina se vuelve más ácida.
Los cambios de pH tienen un efecto directo en la función corporal que puede
producir signos y síntomas comunes para la mayoría de los tipos de acidosis
metabólica, sin importar la causa. Las personas con acidosis metabólica a menudo
refieren debilidad, fatiga, malestar general y cefalea intensa. También pueden tener
anorexia, náuseas, vómito y dolor abdominal. La turgencia tisular se afecta y la piel
se seca cuando el déficit de líquido acompaña a la acidosis. En personas con diabetes
mellitus no diagnosticada, náuseas, vómito y síntomas abdominales pueden
malinterpretarse como secundarios a enfermedad abdominal, como apendicitis.
1368
La acidosis deprime la excitabilidad neuronal y disminuye la unión del a
Ca2+
proteínas plasmáticas, así que más Ca libre está disponible para disminuir la
2+
actividad neuronal (recuérdese la inhibición del Ca2+ sobre los canales de Nav).
Conforme la acidosis avanza, el nivel de conciencia disminuye y se manifiestan
estupor y coma. Con frecuencia, la piel se calienta y ruboriza porque los vasos
sanguíneos en la piel se vuelven menos sensibles a la estimulación del SNS y pierden
su tono. Cuando el pH cae a 7,1 a 7,2, la contractilidad cardíaca y el GC disminuyen,
el corazón se vuelve menos sensible a las catecolaminas y pueden presentarse
arritmias, aun arritmias ventriculares mortales.
La acidemia crónica, como en la insuficiencia renal crónica, puede causar
diversos problemas musculoesqueléticos, algunos de los cuales son resultado de la
liberación de Ca2+ y fosfato durante el amortiguamiento óseo del exceso de iones H+.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Tabla 58. Causas de acidosis y su evaluación clínica.
Laboratorio clínico
Acidosis Clínica Sangre Orina
PaCO2 HCO - Acidez + -
pH NH4 HCO3
3 titulable
Aumenta la profundidad
respiratoria (Kussmaul).
Aumenta la FR.
Letargo, desorientación,
Metabólica estupor. ↓ ↓ ↓ ↑ ↑ ↓
Vasodilatación (piel
caliente y enrojecida).
Aumenta FC, cae PAD.
Signos de hiperkalemia.
Disnea, cianosis.
Hipotensión.
Signos de hiperkalemia,
Respiratoria (arritmias). ↑ ↑ ↓ ↑ ↑ ↓
Intoxicación por CO2
(obnubilación, edema de
papila, coma y muerte).
Fuente: Adaptado de Lee y DuBose, 2020.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
a descenso de la concentración de H+ arterial, aumento del pH y descenso de la
concentración de HCO3- en el plasma. La proporción entre HCO3- y CO2 se incrementa.
La alcalosis ventilatoria se produce por todo aquello que lleve a la
hiperventilación. El síndrome de hiperventilación, una disfunción psicológica de causa
desconocida, da por resultado episodios crónicos o recurrentes de hiperventilación y
alcalosis respiratoria. Los fármacos, las hormonas (como la progesterona), las
sustancias tóxicas, enfermedades o trastornos del SNC, bacteriemia, fiebre,
ventilación excesiva por ventiladores mecánicos (o por el médico), o el ascenso a
grandes alturas, pueden dar lugar a alcalosis ventilatoria.
La alcalosis respiratoria se reconoce desde hace mucho como un trastorno acido-
básico en personas críticamente enfermas y es un hallazgo consistente en el
embolismo pulmonar y la insuficiencia cardíaca congestiva. Las mujeres pueden
manifestar hipocapnia sustancial durante el embarazo, de modo más notable durante
el último trimestre.
Una de las causas más comunes de la alcalosis ventilatoria es la
hiperventilación, que se caracteriza por episodios recurrentes de respiración excesiva
a menudo relacionados con la ansiedad. Las personas que experimentan ataques de
pánico con frecuencia se presentan en la sala de urgencias con manifestaciones de
alcalosis respiratoria aguda. 1370
Un tipo fisiológico de alcalosis respiratoria puede observarse cuando una
persona escala grandes altitudes. El menor contenido de oxígeno en el aire estimula
la frecuencia respiratoria. Esta mayor frecuencia causa pérdida de CO2 y da como
resultado una forma leve de alcalosis respiratoria.
Por lo general, el cuerpo compensará lo anterior por medio de los riñones
incrementando la excreción de HCO3-.
La hipoxemia desempeña su efecto en el pH mediante los quimiorreceptores
periféricos en los cuerpos carotídeos. La estimulación de los quimiorreceptores
periféricos tiene lugar en padecimientos que causan hipoxemia con transporte de CO2
relativamente deteriorado, como la exposición a grandes alturas.
La alcalosis ventilatoria se manifiesta con un descenso de PaCO2 y un déficit
de H2CO3. El pH es > 7,45, la PaCO2 es menor de 35 mmHg y los niveles de HCO3-
suelen estar debajo de 22 mEq/l.
Los signos y síntomas de la alcalosis ventilatoria se relacionan con
hiperexcitabilidad del sistema nervioso y disminución del flujo sanguíneo cerebral. La
alcalosis incrementa la unión de Ca2+ libre a proteínas plasmáticas, lo cual reduce los
niveles de Ca2+ ionizado ocasionando un incremento de la excitabilidad
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
neuromuscular. La reducción del contenido de CO2 de la sangre causa constricción de
los vasos sanguíneos cerebrales, dado que el CO2 cruza la barrera hematoencefálica
muy rápido.
Las manifestaciones de alcalosis ventilatoria aguda suelen ser de inicio
repentino y, a menudo, la persona experimenta mareo, hormigueo y adormecimiento
de los dedos de manos y pies. Transpiración, palpitaciones, pánico, falta de aire y
disnea pueden acompañar estas manifestaciones.
Los signos de Chvostek y Trousseau pueden ser positivos, legando a la
tetania y las convulsiones. Como el CO2 proporciona el estímulo para la regulación de
corto plazo de la respiración, personas con episodios agudos de hiperventilación
pueden presentar períodos cortos de apnea.
Puesto que la alcalosis ventilatoria casi siempre es un estado compensatorio,
no debe tratarse de modo directo. Así, el tratamiento de la alcalosis respiratoria se
centra en medidas para corregir la causa subyacente. La hipoxia puede corregirse con
la administración de O2 complementario.
Podría recurrirse a ajustes cambiantes del ventilador para evitar o tratar la
alcalosis respiratoria en quienes reciben ventilación mecánica. Las personas con
hiperventilación podrían beneficiarse si se les tranquiliza, respiran de una bolsa de
papel durante ataques sintomáticos y se presta atención al estrés psicológico. 1371
1373
Tabla 59. Causas de alcalosis y su evaluación clínica.
Laboratorio clínico
Sangre Orina
Alcalosis Clínica
PCO2 HCO - Acidez + -
pH NH4 HCO3
3 titulable
Disnea, cianosis.
PAM baja.
Hipocalcemia e
hipokalemia.
Metabólica ↑ ↑ ↑ ↓ ↓ ↑
Hipoventilación
compensatoria (difícil de
valorar).
Signos de hipokalemia.
Hiperventilación (causa
primaria) psicógena.
Disnea por broncoespasmo.
Signos de hipokalemia.
Vasoconstricción cerebral.
Respiratoria ↓ ↓ ↑ ↓ ↓ ↓
Hiperactividad nerviosa
(pánico, fotofobia,
convulsiones).
Arritmias.
Tetania.
Fuente: Adaptado de Lee y DuBose, 2020.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
La alcalosis metabólica se caracteriza por pH superior a 7,45, HCO3- mayor de
26 mEq/l y exceso de base por arriba de 2 mEq/l. Las personas con alcalosis
metabólica a menudo están asintomáticas o tienen signos vinculados con agotamiento
del volumen de LEC o hipopotasemia.
Los signos y síntomas neurológicos (p. ej., hiperexcitabilidad) se observan con
menos frecuencia en la alcalosis metabólica que en otros trastornos acidobásicos
porque el HCO3- entra al LEC más lentamente que el CO2.
Cuando las manifestaciones neurológicas tienen lugar, como en la alcalosis
aguda y grave, incluyen confusión mental, reflejos hiperactivos, tetania y espasmo
carpopedal (signo de Trousseau). La alcalosis metabólica también conduce a
hipoventilación compensatoria con desarrollo de varios grados de hipoxemia y acidosis
respiratoria.
La alcalosis metabólica grave (pH > 7,55) causa morbilidad significativa, la cual
incluye insuficiencia respiratoria, arritmias cardíacas, convulsiones y coma.
El tratamiento de la alcalosis metabólica suele dirigirse a corregir la causa de
la afección. El déficit de Cl- requiere corrección. El KCl casi siempre es el tratamiento
elegido cuando hay un déficit acompañante de K+. Cuando el KCl se emplea como
tratamiento, el Cl- reemplaza al HCO3- y K+ corrige el déficit de potasio, lo que permite
que los riñones retengan H+ mientras eliminan K+. La restitución de líquido con 1374
solución salina fisiológica, a menudo se emplea en el tratamiento de la alcalosis por
contracción de volumen.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
1375
Nomograma acidobásico que muestra los valores del pH en la sangre arterial y de la PaCO2
y el HCO3– en plasma (Lee y DuBose, 2020).
Si bien este nomograma puede constituir una forma rápida de identificar los
cuadros primarios y su compensación, a pesar de hallarse en las áreas de
compensación normal (95% límite de confidencia), no siempre descarta por completo
la coexistencia de los cuadros mixtos, por ello no reemplaza el uso de las fórmulas.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Por su parte, la capacidad de amortiguación de los sistemas descriptos exhibe
una disparidad temporal respecto de su acción:
Una carga ácida es distribuida rápidamente en el LEC. La distribución de los
H+ es prácticamente completa dentro de los 20 a 30 minutos.
Una segunda fase de amortiguación se torna pronto evidente y no puede ser
afrontada por los buffers extracelulares. Esta segunda acción es mediada por
procesos celulares, sin la cual, una acidemia fatal podría ser vista aún con
cargas pequeñas de ácido. Esta acción amortiguadora es algo más lenta de la
que ocurre en el LEC y se completa en el término de pocas horas. Ha sido
demostrado que el 47% de una carga ácida es tamponada en el LIC. Cerca de
las 2/3 partes de esta amortiguación es llevada a cabo a través del intercambio
Na+/H+ y 1/3 a través del intercambio K+/H+ o Cl-/ HCO3-. El LIC no solo juega
un rol importante en la amortiguación inicial, sino que actúan como reservorio
clave de H+ hasta que los mecanismos de compensación renales sean efectivos.
La tercera fase de compensación es lograda por el aparato respiratorio a través
de la excreción del CO2 a través de la hiperventilación (por estimulación ácida
de los centros respiratorios) evitando la combinación del mismo con agua, así
como la generación y potencial acumulación de ácido. Aproximadamente 12 a
24 horas son necesarias para llevar a cabo una compensación respiratoria total
de una acidosis metabólica. 1376
El riñón es el responsable de la cuarta y última fase de amortiguación. La
compensación renal a una carga de ácido se alcanza mediante un incremento
de la acidez titulable (excreción de fosfatos) y no titulable (excreción de NH4+),
propiedad que llega a su máxima expresión a los 3 a 5 días. El problema es que
rara vez se alcanza la compensación total en los trastornos ácido-base de origen
no rena.
Asimismo, una carga alcalina de HCO3- comparte las primeras dos fases de
amortiguación casi en forma idéntica a una carga ácida. La tercera fase de
compensación, a diferencia de la anterior, muestra una respuesta bifásica:
hiperventilación–hipoventilación. La amortiguación inicial del HCO3- conduce a un
incremento de CO2 que estimula la ventilación:
Na(HCO3) + H·buffer → Na·buffer + H2CO3 → H2O + CO2 + Na·buffer
El incremento de la pCO2 estimula la ventilación para retornar la pCO2 a sus
valores basales. Sin embargo, si el sistema pulmonar está comprometido, el
incremento de la producción de CO2 por infusión de HCO3- puede conducir a una
hipercapnia a veces intensa. Luego de 1 hora del incremento en la [HCO3-] (cuando la
pCO2 ha disminuido por la hiperventilación inicial) comienza la segunda fase de la
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
respuesta respiratoria que se hace evidente a través de la hipoventilación. Como
consecuencia, la pCO2 se incrementa.
Esta respuesta hipercápnica secundaria toma varias horas y compensa
parcialmente (no en forma total) la alcalosis existente.
La respuesta renal es más rápida frente a una carga de bases que frente a una
carga de ácidos. Un pulso de bases es eliminado íntegramente por el riñón dentro de
las primeras 24 horas.
La secuencia temporal de amortiguación corporal frente al agregado de ácidos
y bases se esquematiza en la siguiente figura.
1377
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Para hacer una aproximación diagnóstica de los trastornos del equilibrio
ácido-base, es imprescindible relacionar la historia clínica (vómitos,
diarrea, edema, disnea, trauma, si ha recibido transfusiones, o toma de
fármacos) y el examen físico del paciente (signos de deshidratación o edema,
polipnea, tetania, coma) con los parámetros de los gases arteriales y otros
estudios de laboratorio.
Para ello, se debe determinar qué componente predomina (respiratorio o metabólico)
y analizar la coherencia del mecanismo de compensación, teniendo siempre presente
que hay situaciones que llevan a trastornos mixtos o combinados del equilibrio acido-
base.
Las pruebas de laboratorio que se utilizan para valorar el equilibrio acido-
básico incluyen gases sanguíneos arteriales y pH, contenido de CO2 y niveles de HCO3-
, exceso o déficit de base e intervalos aniónicos sanguíneos y urinarios. Aunque son
útiles para determinar si hay acidosis o alcalosis, las mediciones del pH sanguíneo
brindan poca información de la causa del trastorno acido-básico.
Para ello, se utilizan muestras de sangre arterial y, por lo general, se cuantifica
PaO2, PaCO2 y pH. A continuación, es posible calcular el HCO3- plasmático a partir
del pH y la PaCO2 al usar la ecuación de Henderson-Hasselbalch.
Esto se puede hacer de manera directa o al usar un nomograma, o mediante 1378
análisis gráfico, como el diagrama de pH/HCO3- (gráfico de DuBose) u otra gráfica
como el nomograma de Siggaard-Andersen. Los analizadores de gases en sangre
efectúan estos cálculos de modo automático.
Un método sencillo para interpretar un grupo de datos de gases en sangre es
primero analizar el pH para determinar si el problema predominante es acidosis o
alcalosis.
Después de evaluar el pH, se observa a la PaCO2 para ver si explica el pH.
Si el pH es bajo y la PaCO2 está aumentada, el problema primario es
acidosis respiratoria.
Si el pH es bajo y la PaCO2 es cercano a 40 mmHg, el problema primario
es acidosis metabólica con poca o ninguna compensación.
Si tanto el pH como la PaCO2 están disminuidos, existe acidosis
metabólica con compensación respiratoria parcial.
A continuación, se evalúa la concentración de HCO3- para confirmar el
diagnóstico. Debe estar un poco elevada en la acidosis respiratoria no compensada,
alto en la acidosis respiratoria parcialmente compensada, y bajo en la acidosis
metabólica.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
1380
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
1381
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
En el caso de la acidosis metabólica, el diagnóstico definitivo se alcanza
comparando la PaCO2 observada con la PaCO2 predicha, midiendo directamente el
contenido sérico de HCO3-. Para cualquier valor dado de HCO3-:
PaCO2 esperada = [(1,5 x HCO3-) + 8] ± 2
Esto es igual, a grandes rasgos, a decir que existe un cambio entre 1,0 y 1,3
mmHg de cambio en la PaCO2 por cada mEq de cambio en el HCO3-.
El diagnóstico final del paciente alcalótico con una PaCO2 elevada se efectúa
comparando el valor de PaCO2 con el esperado (calculado) basándose en la
concentración sérica de HCO3- medida. En presencia de una alcalosis metabólica
simple:
PaCO2 esperada = [(0,7 x HCO3-) + 20] ± 1,5.
Una PaCO2 observada más alta indica la presencia de una acidosis respiratoria
simultánea. Un valor de la PaCO2 inferior al esperado indica la presencia de una
alcalosis respiratoria concomitante.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
El déficit de base puede usarse para estimar cuánto NaHCO3 (en mEq) debe
administrarse a un paciente al multiplicar el déficit de base (en mEq/L) por el espacio
del LEC estimado del paciente (en litros), que es el espacio de distribución para el
HCO3-. Sin embargo, no indica la necesidad de administración de HCO3-.
Un exceso de base (EB positivo) puede orientar hacia alcalosis metabólica y un
déficit de base (EB negativo), hacia una acidosis metabólica.
Hipotéticamente, “corrige” el pH hasta 7,40 “ajustando” en primer término la
PaCO2 a 40 mmHg, permitiendo de esa manera una comparación del HCO3-
“corregido” con el valor normal conocido a dicho pH (24 mEq/L). Como una regla
práctica aproximada, el exceso de base (mEq/L) puede calcularse a partir de los
valores observados del HCO3- y del pH:
EB = HCO3- + 10 (pH - 7,40) - 24
Asimismo, se utiliza en el análisis de Siggaard-Andersen, el concepto de exceso
de base estándar (SBE), cuya diferencia radica en que el analizador de gases calcula
esta última, estimando una concentración de Hb de 5 g/dl en el LEC (rango de
referencia entre -3 y +3 mEq/L).
El SBE tiene una relación directa con los cambios en la diferencia de iones
fuertes y la concentración total de ácidos débiles, es decir, un déficit de base (SBE 1383
negativo) corresponde a una DIF positiva y representa la presencia de aniones no
medidos (p. ej., Lactato), mientras un SBE positiva corresponde a una DIF negativa.
Por lo tanto, representa una medida confiable del componente metabólico y es una
herramienta clínica práctica.
SBE < -3 mEq/L indica acidosis metabólica.
SBE > +3 mEq/L indica alcalosis metabólica.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Por cada disminución de 1 g/dl en la concentración plasmática de albúmina,
debe añadirse un factor de corrección al intervalo que se calcula con la fórmula:
BA = Na+ - (Cl- + HCO3-)
Por lo general, la BA se utiliza para diagnosticar las causas de acidosis
metabólica. En afecciones como acidosis láctica y cetoacidosis secundarias a
concentraciones altas de ácidos metabólicos se encuentra un nivel incrementado. Una
BA baja se observa en padecimientos que producen una disminución de los aniones no
medidos (sobre todo albúmina) o un aumento de los cationes no medidos. Esto último
puede presentarse en hiperpotasemia, hipercalcemia, hipermagnesemia, intoxicación
por litio o mieloma múltiple, en el que se produce una cantidad anómala de
inmunoglobulinas.
Con una BA mayor de 25 mmol/L una acidosis orgánica está casi siempre
presente. Sin embargo, un aumento moderado de esta diferencia entre cationes y
aniones puede ser relativamente insensible para detectar la presencia de acidosis
orgánica leve a moderada, como la acidosis láctica encontrada en pacientes
críticamente enfermos.
La BA de la orina también es útil como herramienta diagnóstica. Las
determinaciones urinarias de electrolitos no incluyen bicarbonato. En su lugar, la BA
de la orina emplea la diferencia entre los cationes (Na+ y K+) y aniones (Cl-) medibles 1384
para proporcionar un estimado de la excreción de NH4+.
BA urinaria = ([Na+] + [K+]) - [Cl-]
Ya que el NH4+ es un catión, el valor de la BA se vuelve más negativa cuando
el nivel de NH4+ se incrementa. En personas normales que secretan 20 a 40 mEq de
NH4+ por litro, el intervalo aniónico de la orina es cercano a cero, lo que representa
electroneutralidad. En la acidosis metabólica, la cantidad medida de NH4+ debe
aumentar si la excreción renal de H+ está intacta; como resultado, la BA de la orina
se vuelve más negativo.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
En los siguientes ejemplos se aplica el método clásico del examen ácido base
para su valoración clínica.
Ejemplo 1. Juan de 25 años, ingresa a la guardia por presentar diarrea desde hace
24 horas. No había ingerido alimentos ni agua y no ha orinado hasta el momento. Su
presión arterial es 90/60 mmHg, FC de 110 lpm y su PVC es cero. Las mediciones
ácido base en sangre arterial revelan un pH de 7,39, HCO3- de 24 mEq/L y una PaCO2
de 39 mmHg. Su BA es de 24 mEq/L. Su volumen de diarrea se estima en 5 L; la
concentración de HCO3- en el líquido de diarrea es 40 mEq/L. Su Htc al ingreso fue de
60% y su Albumina es de 8,0 g/dL.
a) Definir con el pH (acidosis, alcalosis o normal): en este caso está entre
7,35 y 7,45, lo que corresponda a un pH aparentemente normal.
b) Analizar PaCO2: está entre 35 y 45 mmHg, lo que corresponda a un valor
aparentemente normal.
c) Evaluar el nivel de HCO3-: se encuentra dentro del valor de referencia 22 a
26 mEq/L, por lo cual, corresponde a un valor aparentemente normal.
d) Evaluar EB: el cual es -0,1 mEq/l. valor dentro del parámetro normal
esperado.
e) Análisis de la BA: su valor se encuentra por encima de 12 mEq/L, por lo cual
correspondería a una acidosis metabólica.
1386
f) Conclusión: trastorno mixto debido a que presenta una brecha aniónica
elevada (acidosis metabólica) y un HCO3- elevado (alcalosis metabólica).
Probablemente, hubo una mayor reducción en su volumen del LEC (de 10 L
antes a 4 L después) porque su Albumina era 8,0 g/dL. Por lo tanto, es seguro
concluir que tiene acidosis metabólica con un gran déficit de HCO3- en el LEC
(24 mEq/L × 4 L = 96 mEq versus la concentración habitual 240 mEq (24 mEq/L
x 10 L).
La pérdida se calcula aproximadamente: Htc = 2 L de células (GR)/Volemia (2
L de células + 3 L de plasma); de aquí, la pérdida es de 1,3 L aproximadamente.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
b) Analizar PaCO2: < 35 mmHg, hipocapnia.
c) Evaluar el nivel de HCO3-: < 22 mEq/L, consumo por acidosis (probablemente
metabólica).
d) Evaluar EB: -16 mEq/L lo cual indica depleción (probable acidosis metabólica).
e) Comparar PaCO2 esperada: 21 a 25 mmHg (según el cálculo). Como la
PaCO2 observada es 25 mmHg.
f) Conclusión: acidosis metabólica parcialmente compensada. El pegamento
contenía tolueno, cuyo metabolismo se produce en el hígado, donde se genera el
ácido benzoico por alcohol deshidrogenasa y aldehído deshidrogenasa. La
conjugación del ácido benzoico con glicina produce ácido hipúrico. El H+ se
amortigua por HCO3- en su mayor parte. Los aniones de hipurato son filtrados
y también secretados en el TCP. Por lo tanto, en vez de acumularse en la sangre
y aumentar la BA, se excretan en la orina. Algunos de los aniones de hipurato
se excretan en la orina con NH4+ y otros con Na+ y K+, cuando se excede la
capacidad de excretar el NH4+. La excreción de aniones de hipurato y Na+ y K+
(NH4+) puede llevar a hipopotasemia, acidosis metabólica y contracción del
LEC.
Hay que tener siempre en cuenta la regla de oro: “la compensación nunca se
pasa”. La presencia de un trastorno simple (único) del equilibrio ácido-base producirá 1387
una compensación que corrige el pH hacia 7,40, pero nunca lo iguala a 7,4 (ni lo pasa
al otro lado; es decir, una acidosis nunca se compensa hasta valores ≥ 7,41, ni una
alcalosis hasta valores ≤ 7,39).
Si aparece un pH de 7,4 en el contexto de un trastorno del equilibrio ácido-base,
implica que están ocurriendo dos o más procesos simultáneos (procesos mixtos) puesto
que es poco probable que se alcance la compensación completa del trastorno.
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
Antecedentes familiares: padre fallecido por infarto de miocardio y madre
fallecida por ACV.
Exploración física: la paciente presenta agotamiento, palidez de piel y mucosa,
ortopnea y con estado de ansiedad. Presenta pulso de 120 lpm. FR 20/min; PA de
160/90 mmHg.
Estudios complementarios:
Lab: Hemoglobina de 6 g/dl
Pulsioximetría: SatO2 de 96%.
EAB: pH de 7,48; PaCO2 de 28 mmHg; PaO2 de 95 mmHg; HCO3- de 21 mEq/L. EB
de -1 mEq/L.
Internación: queda internada para evaluación más profunda y tratamiento.
Diagnóstico: hemorragia hemorroidal interna.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuál es trastorno ácido base inicial?
2. ¿La alteración es aguda o crónica?
3. ¿se encuentra compensado el trastorno?
1388
4. ¿Cuáles serían los mecanismos de compensación?
Fernández, V. H .
Capítulo 31 | Fisiología renal
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Fernández, V. H .
SECCIÓN VI
Fisiología del sistema gastrointestinal
Capítulo 32
El sistema digestivo y la nutrición
humana
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe las funciones generales del aparato digestivo en el mantenimiento de la
homeostasis del organismo. Función protectora, endocrina y de nutrición.
2. Describe la estructura del tubo digestivo, las glándulas que drenan hacia el mismo y su
subdivisión en segmentos funcionales.
3. Describe las relaciones entre el aparato digestivo y el aparato circulatorio.
4. Describe las semejanzas y las diferencias en la regulación de la función
gastrointestinal por los sistemas: nervioso, hormonal, y paracrino.
5. Determina las necesidades nutricionales del cuerpo.
6. Define nutrientes y enlistar las principales categorías de los mismos.
7. Describe la función de cada grupo de macronutrientes, las cantidades aproximadas
que se requieren de ellos en la dieta, y algunas fuentes alimenticias importantes de
cada uno.
8. Menciona las principales vitaminas y minerales que necesita el cuerpo y sus funciones
generales.
9. Analiza los factores que regulan el hambre y la saciedad.
10. Analiza la terminología básica en nutrición y comprende la función metabólica de los
nutrimentos en el organismo.
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
En el intestino delgado las enzimas pancreáticas convierten los nutrientes
en elementos absorbibles. El HCO3- del jugo pancreático neutraliza el quimo ácido.
Para la digestión de las grasas resultan fundamentales las sales biliares de la bilis.
Los productos de la digestión (monosacáridos, monoglicéridos, aminoácidos,
dipéptidos y ácidos grasos libres) se absorben a nivel del intestino delgado, junto con
el agua, los minerales y las vitaminas.
La bilis secretada por el hígado contiene productos de excreción (como la
bilirrubina), que se eliminan en las heces. Por tanto, el hígado está muy implicado en
el metabolismo, ya que constituye una estación intermedia para casi todas las
sustancias absorbidas a nivel intestinal (vena porta) y desintoxica numerosas
sustancias extrañas (biotransformación) y productos finales del metabolismo, para
poder excretarlos después.
El intestino grueso es la última estación para la absorción de agua e iones.
Está colonizado por bacterias y, a nivel del ciego y el recto, existe un depósito para las
heces, que impide que haya que defecar después de cada comida por frecuentes que
sean.
Por su parte, los 100 m2 de superficie interna del tubo digestivo necesitan una
defensa inmune muy eficaz. Algunos componentes de la saliva como la mucina, la
inmunoglobulina A (IgA) y la lisozima impiden la entrada de agresores. El jugo 1391
gástrico es bactericida y las placas de Peyer constituyen un tejido linfoide
inmunocompetente propio del tubo digestivo. Unas células membranosas especiales
de la mucosa controlan que los antígenos luminales lleguen a las placas de Peyer,
pudiendo responder mediante la liberación de IgA en colaboración con los macrófagos.
La IgA alcanza la luz intestinal mediante transcitosis. Una parte secretora se acopla
al epitelio, protegiéndolo de la digestión enzimática.
Además, en el epitelio de las mucosas existen linfocitos intraepiteliales
(LIE) con características de natural killers, que se comunican con los enterocitos
cercanos mediante sustancias señal. Los macrófagos de los sinusoides hepáticos
(células estrelladas de Kuppfer) son otro bastión de la defensa inmune.
Por último, la siembra del intestino grueso por bacterias (flora intestinal
normal) impide la colonización por otros gérmenes patógenos. En los neonatos, la
mucosa del tubo digestivo se protege gracias a la IgA de la leche materna.
La irrigación del estómago, intestino, hígado, páncreas y bazo (un 30% del gasto
cardíaco) se origina en tres grandes ramas de la aorta abdominal. La circulación
intestinal se regula por reflejos locales, por el SNA y por hormonas. Posee
autorregulación, aumentando el flujo intensamente después de la ingesta mediante
neurotransmisores como la acetilcolina (Ach), péptido intestinal vasoactivo (VIP) y
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
disminuyendo durante el esfuerzo físico por la noradrenalina (NA), entre otros. La
sangre venosa, con las sustancias absorbidas a nivel intestinal, llega al hígado a
través de la vena porta. Una parte de las grasas absorbidas es captada por la linfa
intestinal y llega a la circulación sistémica sin atravesar el hígado.
1392
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Comienza con la boca, la faringe, el esófago (23 a 25 cm), el estómago, el
intestino delgado (6 a 7 m) y el intestino grueso (ciego y colon -1 a 1,5 m-, el recto y el
ano). Parte de éste, el estómago y los intestinos, constituyen el tubo
gastrointestinal. Los órganos accesorios son dientes, lengua, glándulas salivales,
hígado, vesícula biliar y páncreas.
El tubo digestivo está abierto al ambiente en los dos extremos. La mayor parte
del material que contiene no ha entrado a ningún tejido corporal y se le considera
externo al cuerpo hasta que es absorbido por las células epiteliales del tubo digestivo.
En sentido estricto, los residuos alimenticios nunca estuvieron en el cuerpo.
La mayor parte del tubo digestivo sigue el plan de estructura básica con una
pared compuesta por capas de tejido, en orden de la superficie más interna a la más
externa.
La mucosa intestinal consta de un epitelio interno, una capa de tejido
conectivo laxo llamada lámina propia que contiene muchos capilares sanguíneos y
vasos linfáticos, a través de los cuales los nutrientes absorbidos en el tracto
gastrointestinal llegan a los otros tejidos del cuerpo. Esta capa sostiene el epitelio y lo
fija a una capa delgada de músculo liso, la capa muscular de la mucosa
(muscularis mucosae). El epitelio es cilíndrico simple en la mayor parte del tubo,
pero pavimentoso estratificado desde la cavidad bucal hasta el esófago, así como en la 1393
parte inferior del canal anal, donde el tubo está sujeto a mayor abrasión.
La capa muscular de la mucosa tensa ésta, creando ranuras y crestas que
amplían su superficie y el contacto con los alimentos. Esto mejora la eficiencia de la
digestión y la absorción de nutrimentos. Las uniones estrechas de las células que
asocian íntimamente las células del epitelio simple entre sí restringen las filtraciones
intercelulares.
La velocidad de renovación de las células epiteliales del tracto gastrointestinal
es de unos 3 a 5 días, las cuales se descaman y son remplazadas por células nuevas.
Localizadas entre las células epiteliales, existen células exocrinas que secretan mucus
y líquidos hacia la luz del tubo, y diversos tipos de células endocrinas, llamadas
células enteroendocrinas, que secretan hormonas. Además, la mucosa posee el
tejido linfático relacionado con la mucosa (siglas en inglés MALT).
La submucosa es una capa más gruesa de tejido conectivo laxo que contiene
vasos sanguíneos y linfáticos, un plexo nervioso y, en algunos lugares, glándulas que
secretan moco lubricante hacia la luz. El MALT se extiende por la submucosa en
algunas partes del tubo gastrointestinal.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La capa muscular externa consta de dos capas de músculo cerca de la capa
externa por lo general. Las células de la capa interna rodean el tubo (músculo
circular) mientras las correspondientes a la capa externa corren en sentido
longitudinal (músculo longitudinal). En algunos sitios, la capa circular se engrosa
a partir de las válvulas (esfínteres) que regulan el paso de material por el tubo. La
capa muscular externa es responsable de la movilidad que impulsa los alimentos y los
residuos por el tubo digestivo.
1394
La capa serosa está compuesta por una capa delgada de tejido areolar la cual
en la parte superior tiene un mesotelio pavimentoso simple. La serosa empieza entre
los 3 y 4 cm inferiores del esófago y termina justo antes del recto. La serosa también
se denomina peritoneo visceral porque forma parte de una porción del peritoneo.
La faringe, la mayor parte del esófago y el recto carecen de serosa, en su lugar están
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
rodeados por una capa de tejido conectivo denominada adventicia, la cual intercala
al tejido conjuntivo de otros órganos.
El esófago, el estómago y el intestino tienen una red nerviosa a la que se
denomina sistema nervioso entérico (SNE) que regula la movilidad, la secreción y
el flujo sanguíneo del tubo digestivo. Se considera que este aparato tiene más de 100
millones de neuronas y puede funcionar de manera independiente del SNC, aunque
éste suele ejercer una influencia importante en su acción. En general, se le considera
parte del SNA.
El SNE está compuesto por dos redes de neuronas que conforman el plexo
submucoso (Meissner) en la submucosa y el plexo mientérico (Auerbach) de los
ganglios parasimpáticos y las fibras nerviosas entre las capas musculares externas.
1395
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las motoneuronas del plexo submucoso inervan las células secretoras de la
mucosa epitelial y controlan así las secreciones de los órganos del tubo digestivo,
mientras que las neuronas sensitivas del SNE inervan la mucosa epitelial. Algunas
de estas neuronas sensitivas funcionan como quimiorreceptores que se activan por
la presencia de ciertas sustancias químicas de los alimentos, localizadas en la luz del
tubo digestivo.
Otras neuronas sensitivas funcionan como mecanorreceptores, o receptores
de estiramiento, que se activan cuando los alimentos distienden la pared de un órgano
del tubo digestivo. También vigilan la tensión en la pared intestinal y las condiciones
de la luz.
También existen osmorreceptores que perciben la osmolaridad del quimo en
el intestino delgado. Esto es importante, dado que sólo existe una barrera unicelular
entre el quimo en la luz del intestino delgado y los capilares, y el quimo hipertónico
puede ejercer una presión osmótica que extraiga líquido de las células y, finalmente,
plasma. Así, los osmorreceptores controlan la cantidad de quimo que entra en el
intestino delgado y también la cantidad de secreciones necesarias para tamponar el
quimo.
Por su parte, como las motoneuronas del plexo mientérico inervan las capas
circular y longitudinal de músculo liso de la muscular, este plexo controla, sobre todo, 1396
la motilidad del tracto gastrointestinal (peristalsis), en particular, la frecuencia y la
fuerza de la contracción de la capa muscular externa principalmente.
Las interneuronas de SNE conectan las neuronas de ambos plexos,
mientérico y submucoso. Aunque las neuronas del SNE pueden funcionar
independientemente, dependen de la regulación por las neuronas del SNA. El nervio
vago (X par) lleva fibras parasimpáticas a casi todo el tubo digestivo, con la excepción
de la última mitad del intestino grueso, inervado por fibras parasimpáticas
provenientes de la médula espinal sacra. Esos nervios parasimpáticos mantienen
conexiones con el SNE. Las neuronas parasimpáticas preganglionares del vago o de
los nervios esplácnicos de la pelvis hacen sinapsis con las neuronas parasimpáticas
posganglionares de los plexos mientérico y de la submucosa.
Algunas neuronas parasimpáticas posganglionares, en cambio, establecen
sinapsis con neuronas del SNE; otras inervan directamente el músculo liso y las
glándulas de la pared del tracto gastrointestinal.
La estimulación de los nervios parasimpáticos que inervan el SGI suele
aumentar la secreción y motilidad, por el incremento de la actividad de las neuronas
del SNE.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los nervios simpáticos proceden de las regiones torácica y lumbar de la médula
y, al igual que los nervios parasimpáticos, presentan conexiones con el SNE. Las
neuronas simpáticas posganglionares hacen sinapsis con las neuronas localizadas en
los plexos mientérico y submucoso. En general, los nervios simpáticos que se dirigen
al SGI producen una disminución de la secreción y motilidad, por inhibición de las
neuronas del SNE.
Diversas emociones, como la ira, el miedo o la ansiedad pueden retardar la
digestión debido a la estimulación de los nervios simpáticos que inervan el SGI.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
y las secreciones y son propulsados hacia el ano. La capacidad de mezclar y
transportar las sustancias en toda su longitud se denomina motilidad.
4. Digestión: mediante procesos mecánicos y químicos convierte los alimentos
ingeridos en moléculas más pequeñas. En la digestión mecánica, los dientes
cortan y trituran los alimentos antes de la deglución, y luego el músculo liso del
estómago y el intestino delgado se encarga de mezclarlos. De esta manera, las
moléculas se disuelven y se mezclan completamente con las enzimas digestivas.
En la digestión química, grandes moléculas de hidratos de carbono, lípidos,
proteínas y ácidos nucleicos de los alimentos se dividen en moléculas más
pequeñas por hidrólisis. Las enzimas digestivas producidas por las glándulas
salivales, la lengua, el estómago, el páncreas y el intestino delgado catalizan
esas reacciones. Pocas sustancias pueden absorberse sin digestión química,
como sucede con las vitaminas, iones, colesterol y agua.
5. Almacenamiento: tanto el estómago como el intestino grueso actúan como
lugares de almacenamiento. El estómago almacena la comida mientras se está
mezclando con el ácido gástrico y las enzimas, lo que ocasiona una degradación
de la comida, que se transforma en quimo, que es lo suficientemente pequeño
para pasar a través del esfínter pilórico hacia el duodeno. Este almacenamiento
está facilitado por la relajación receptiva, mediada por el nervio vago. Si la
relajación no tuviese lugar, al llenarse el estómago se limitaría enormemente 1398
la cantidad de alimento que se puede ingerir en una comida. En el otro extremo
del conducto digestivo, el intestino grueso deshidrata el quimo para formar las
heces; el tipo de motilidad de esta región permite que las heces se retengan
hasta el momento de la defecación.
6. Absorción: el ingreso de los líquidos secretados, los iones y los productos de la
digestión en las células epiteliales que revisten la luz del tracto gastrointestinal
se llama absorción. Estas sustancias absorbidas pasan a la circulación
sanguínea o linfática y llegan a las células de todo el cuerpo.
7. Defecación: los residuos, las sustancias indigeribles, las bacterias, las células
descamadas del revestimiento gastrointestinal y las sustancias digeridos, pero
no absorbidos en su trayecto por el tubo digestivo abandonan el organismo a
través del ano, en el proceso de defecación. El material eliminado constituye la
materia fecal o heces.
El SGI tiene un abundante riego sanguíneo de aproximadamente 25 al 30% del
GC a través del tronco celiaco y las arterias mesentéricas superior e inferior, de
manera tal que la sangre aporta el O2, los nutrientes y las hormonas necesarias para
realizar las funciones secretoras, absortivas y propulsivas del sistema. Además, la
absorción eficaz de nutrientes a través de los enterocitos requiere un elevado flujo
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
sanguíneo que asegure la existencia constante de un gradiente favorable a la entrada
de los nutrientes en el torrente sanguíneo.
La perfusión sanguínea del SGI, principalmente al estómago, intestinos,
páncreas e hígado, está dispuesta en una serie de circuitos paralelos y toda la sangre
de los intestinos y el páncreas drena a través de la vena porta hacia el hígado.
El flujo sanguíneo sale del SGI a través del sistema portal, directamente hacia
el hígado. Este es el efecto de “primer paso”, mediante el cual las sustancias
absorbidas se dirigen directamente hacia el hígado, donde se realizan importantes
procesamientos de las mismas (antes de entrar en la circulación general).
La sangre transportada por la vena portal hepática es desoxigenada, pero la
arteria hepática lleva al hígado sangre oxigenada, necesaria para el correcto
funcionamiento del hígado. La sangre se transporta del hígado a la circulación general
a través de la vena hepática, que drena en la vena cava inferior.
1399
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Durante la digestión activa (estado posprandial), el flujo sanguíneo dirigido al
SGI se incrementa unas 3 veces lo normal con objeto de facilitar los requerimientos
metabólicos y digestivos. Esta redistribución de sangre desde otros tejidos
(especialmente desde el músculo esquelético) hacia el intestino, puede alterar de
manera significativa la redistribución del GC.
Por su parte, a lo largo del intestino se encuentran los capilares linfáticos que
se extienden por el interior de las vellosidades del intestino delgado y permiten la
absorción de lípidos. El sistema linfático también implica al hígado, que reabsorbe
fluidos y proteínas y los transporta hacia el sistema venoso. El transporte linfático de
proteínas contribuye de manera sustancial a mantener la presión oncótica del plasma
y proporciona proteínas de transporte para la circulación de diferentes sustancias,
entre las que están las hormonas, el calcio y el hierro.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
que de sales, lo que aumenta la osmolaridad plasmática. Ello estimula la sed y reduce
las pérdidas de líquidos por el riñón y el colon, ayudando al mantenimiento de la
presión arterial.
Por su parte, aunque los mecanismos implicados en el hambre no se conocen
completamente como los de la sed, se sabe que el hambre es una potente respuesta de
conducta que asegura la entrada de nutrientes. El núcleo hipotalámico
ventromedial es el centro de la saciedad, en tanto que el hipotálamo lateral es
considerado el centro del hambre y de la sed (Hall y Hall, 2021).
Es importante destacar que el hambre y el apetito suelen usarse
indistintamente, pero son diferentes pues el hambre es el instinto que impulsa a
nutrirse cuando el organismo lo necesita para su supervivencia; mientras que el
apetito es el deseo de consumir alimentos determinado por la forma de presentación
de los alimentos o el contexto social en el que nos encontremos.
El hambre puede estimularse tanto por la presencia de bajas concentraciones
de glucosa en sangre, como a través de aferencias sensoriales (p. ej., oler o ver comida).
Las contracciones gastrointestinales del hambre se originan por la estimulación vagal
sobre los nervios entéricos.
El SGI interviene liberando hormonas que estimulan (grelina, galanina,
orexina) o que reducen el hambre (CCK, péptido YY y GLP-1 o glucagon-like 1401
peptide-1) actuando sobre el hipotálamo. Un factor fundamental en la saciedad es
la hormona leptina, que puede ser liberada por el tejido adiposo como respuesta a la
insulina.
En el hipotálamo existen receptores para la leptina (y en otros tejidos), donde
la leptina estimula el centro de la saciedad. Además, en el hambre, influye la masa
corporal que permite el aporte de nutrientes para cubrir los gastos energéticos.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los animales con deficiencia de leptina o defecto en sus receptores muestran
hiperfagia (alimentación excesiva) y obesidad extrema. Sin embargo, con pocas
excepciones, los humanos obesos no tienen deficiencia de leptina ni reciben ayuda con
las inyecciones de leptina. Lo más común es que la obesidad esté vinculada con la falta
de respuesta a la leptina (un defecto en los receptores, más que una deficiencia de la
hormona).
El tejido adiposo se ve como una fuente importante de varias hormonas que
influyen en el equilibrio de energía del cuerpo.
La insulina es una hormona secretada por las células beta pancreáticas y
estimula el ingreso de glucosa y aminoácidos a las células que dependen de esta
hormona y promueve la síntesis de glucógeno y de grasa. Sin embargo, también tiene
receptores en el encéfalo y funciona, al igual que la leptina, como indicador de los
almacenes de grasa corporales, pero tiene efecto más débil en el hambre que la leptina.
El núcleo arqueado del hipotálamo es un importante centro encefálico para
la regulación del hambre. Las hormonas, previamente mencionadas, tienen receptores
en el núcleo arqueado, aunque también actúan sobre las otras células del cuerpo. El
núcleo arqueado tiene dos redes neurales que intervienen en el hambre. Un grupo
secreta neuropéptido Y (NPY), por sí solo un fuerte estimulante del hambre.
El otro grupo secreta melanocortina, que inhibe el acto de comer. La grelina 1403
estimula la secreción de NPY, mientras que la insulina, el PYY y la leptina lo inhiben.
La leptina también estimula la secreción de melanocortina e inhibe la secreción de los
estimulantes del hambre denominados endocanabinoides, nombrados así por su
parecido con el tetrahidrocannabinol (THC) de la mariguana.
Por otra parte, los péptidos enteroencefálicos no son lo único que se
relaciona con la regulación del hambre; la peristalsis gástrica también estimula el
hambre ya que leves contracciones de hambre empiezan poco después de que se ha
vaciado el estómago y aumentan de intensidad en las horas siguientes. Pueden
convertirse en un incentivo doloroso y potente para comer, pero no afectan la cantidad
de alimento consumido (éste sigue siendo casi el mismo, aunque se corten las
conexiones nerviosas al estómago y los intestinos para interrumpir toda la percepción
consciente de contracciones de hambre).
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1404
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
de las hormonas gastrointestinales;
de las hormonas liberadas por el tejido adiposo,
de la corteza cerebral (visión, olfato y gusto) que modifican la conducta
alimentaria.
Los centros hipotalámicos de la alimentación y de la saciedad contienen muchos
receptores para los neurotransmisores y las hormonas que modulan la conducta
alimentaria.
La ingestión de alimentos concluye no sólo mediante la acción de PYY y CCK,
sino también de manera similar a como la ingestión de agua reduce la sed. Con sólo
masticar y deglutir la comida un poco, se satisface el hambre, aunque el alimento se
retire luego mediante una fístula (apertura) esofágica antes de que alcance el
estómago.
Llenar el estómago con un globo inflable inhibe el hambre, aun en un animal
que en realidad no haya deglutido alimento alguno. Sin embargo, la saciedad
producida por estos mecanismos es de corta duración. La duración de la saciedad
depende de la absorción de nutrientes en la sangre.
El hambre no sólo es cosa de cuánto, sino también de qué tipo de alimento se
consume. En los humanos, parece que distintos neurotransmisores también rigen el
hambre por diferentes clases de nutrientes. Por ejemplo, la noradrenalina estimula 1405
la apetencia de carbohidratos, la galanina de comidas grasas y las endorfinas de
proteínas.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La alimentación es una necesidad biológica básica de la cual depende la
conservación de la vida; es un proceso finamente regulado en el organismo mediante
señales químicas, en especial por las sensaciones de hambre y saciedad, aunque
también es posible comer por el placer de disfrutar el sabor de un alimento (como un
chocolate), independientemente de que no se tenga hambre. Como vimos previamente,
esta condición se conoce como apetito.
En general, todo individuo mantiene más o menos constante el consumo de
ciertos alimentos de su preferencia que conforman la “dieta”, es decir, conjunto de
alimentos que se consumen diariamente.
Sin embargo, la dieta de un individuo puede requerir modificaciones
cualitativas o cuantitativas para ajustarse en función de una enfermedad o condición
fisiológica; por ejemplo, para un paciente hipertiroideo se puede modificar el contenido
de energía, pues requiere de un mayor aporte de energía y nutrientes dado que el
aumento en las concentraciones de hormonas tiroideas acelera el ritmo metabólico
celular.
Por el contrario, en el paciente hipotiroideo u obeso es necesario restringir la
energía para ajustarse a la disminución del ritmo metabólico en el hipotiroidismo o
para reducir las reservas de energía acumuladas en el tejido adiposo en caso de
obesidad. Otras modificaciones se relacionan con cambios en el contenido de uno o 1406
más nutrimentos, como en el paciente hipertenso, que requiere restricción de sodio y
aumento de potasio en la dieta.
También, la dieta puede experimentar cambios en cuanto a tipo de alimentos
permitidos; tal es el caso del paciente con intolerancia a la lactosa que debe evitar la
leche y, en ocasiones, sus derivados, para evitar manifestaciones gastrointestinales
como diarrea y distensión abdominal.
Además, puede modificarse la consistencia de alimentos, como en el caso de
ancianos que han perdido piezas dentales o bebés, cuyos alimentos deben ser de
consistencia muy suave o en papillas.
Las características de la dieta correcta han sido establecidas por los
nutricionistas como:
1. Suficiente: cantidad de energía adecuada para el individuo.
2. Completa: todos los nutrimentos requeridos por el organismo.
3. Equilibrada: consumo de alimentos y bebidas del tipo y en la cantidad
apropiados para un aporte adecuado de nutrimentos.
4. Variada: diferentes alimentos de cada grupo en cada comida para asegurar el
aporte de todos los nutrimentos.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
5. Inocua: alimentos, platillos y bebidas, que no hagan daño en la forma habitual
en que se consumen.
Según el Código Alimentario Argentino, se denomina “alimento” a toda
sustancia o mezcla de sustancias naturales o elaboradas que ingeridas por el hombre
aporten a su organismo los materiales y la energía necesarios para el desarrollo de
sus procesos biológicos. La designación “alimento” incluye, además, las sustancias o
mezclas de sustancias que se ingieren por hábito, costumbres, o como coadyuvantes,
tengan o no valor nutritivo.
De todo lo anterior se desprende que la “nutrición” es el conjunto de procesos
por los cuales el organismo ingiere, digiere, transporta, metaboliza y excreta las
sustancias contenidas en los alimentos, de modo que inicia cuando consumimos un
alimento, sólido o líquido, y termina con la eliminación de los desechos, ya sea a través
de la orina, las heces, la piel o los pulmones.
Entre el punto inicial (ingestión) y el final (eliminación), las sustancias
contenidas en los alimentos experimentan muchas modificaciones (digestión,
absorción y transporte) antes de llegar a las células y participar en procesos
metabólicos como la síntesis de compuestos o su degradación hasta obtener energía.
La nutrición es un acto involuntario, y en realidad se lleva a cabo a nivel
celular. Es importante comprender que, en todo momento de la vida y en cualquier 1407
circunstancia de salud o enfermedad, las células requieren de todos los nutrientes
para llevar a cabo sus funciones, es decir, la nutrición es un proceso continuo. Por ello,
los alimentos que ingerimos son la fuente final de energía utilizada por nuestras
células para sus funciones vitales, además de proveer los materiales con los que las
células se conforman a sí mismas y, por tanto, conforman el cuerpo.
Los nutrientes son las sustancias contenidas en los alimentos y que, en última
instancia, las células utilizan para vivir.
Los nutrientes energéticos son aquellos que se pueden oxidar en las células
para producir enlaces de alta energía que sirven como combustible celular. Los
hidratos de carbono (glucosa), aportan un promedio de 4 kcal/g de energía, las
proteínas (aminoácidos) un promedio de 4 kcal/g y los lípidos (ácidos grasos) un
promedio de 9 kcal/g.
El alcohol es otro compuesto químico a partir del cual el organismo obtiene
energía (unas 7 kcal/g), aunque tiene la desventaja de que no aporta otros nutrimentos
a la dieta, de modo que no se considera como base de la energía necesaria para el ser
humano.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La dieta, normalmente, está compuesta de proteínas, carbohidratos y grasas,
los cuales se conocen como macronutrientes, que proporcionan la energía y
substratos necesarios para construir las estructuras del cuerpo; se consumen en
cantidades mayores que otros nutrientes, como las vitaminas y minerales, que se
conocen como micronutrientes.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
sanguíneos (si ocurre en los vasos coronarios aumenta el riesgo de infarto de
miocardio).
La concentración plasmática de colesterol disminuye de forma moderada
cuando se consume una dieta baja en colesterol. Las yemas de huevo y la carne son
muy ricas en colesterol, que sólo se encuentra en productos de origen animal. Los
productos vegetales, la margarina y aceites vegetales, no contienen colesterol.
Los ácidos grasos saturados están presentes, sobre todo en los lácteos y
productos cárnicos y algunos aceites vegetales, como aceites de coco, que tienden a
elevar el colesterol plasmático total y el colesterol en las lipoproteínas de baja
densidad (LDL), lo que resulta en un mayor riesgo de arteriopatía coronaria.
Los ácidos grasos poliinsaturados n-6 (ω-3) se encuentran en los pescados
y en la soja. Las dietas ricas en estos ácidos grasos (con un doble enlace de tres
carbonos en el extremo del grupo metilo) reducen los triacilgliceroles plasmáticos y
disminuyen el riesgo de cardiopatía. Inhiben la conversión de ácido araquidónico a
TxA2 mediante las plaquetas y son convertidos en sí mismos a TxA3, que es menos
trombogénicos. Así, disminuyen la agregación plaquetaria y son antitrombóticos.
Las grasas monoinsaturadas son tan eficaces como las grasas
poliinsaturadas para reducir el colesterol sanguíneo cuando se sustituyen por ácidos
1409
grasos saturados.
Los ácidos grasos trans no se encuentran de forma natural en cantidades
importantes, pero se forman durante la hidrogenación de los aceites vegetales líquidos
en margarina. Estos ácidos grasos, a diferencia de los isómeros cis que ocurren de
forma natural, elevan las concentraciones plasmáticas de colesterol. Por ello, no es
bueno consumir margarinas.
Los carbohidratos son la principal fuente de energía biológica utilizada por el
organismo y las células pueden usar carbohidratos (por lo general en la forma de
glucosa). Los carbohidratos (glucosa) pueden almacenarse como glucógeno y
convertirse en lípidos para almacenamiento en los adipocitos.
Con un consumo bajo de carbohidratos, los esqueletos de carbono formados por la
desaminación de los aminoácidos pueden liberar energía o pueden convertirse en
glucosa. Sin embargo, la degradación de las proteínas de los alimentos para la
liberación de energía es un desperdicio debido a que los alimentos ricos en proteínas
son mucho más “costosos” que los alimentos ricos en carbohidratos. Los carbohidratos
son, por tanto, “ahorradores de proteínas” debido a que permiten que los aminoácidos
se utilicen para la reparación y mantenimiento de las proteínas tisulares más que
para la gluconeogénesis.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Sin embargo, si se excluye por completo a los carbohidratos de la dieta, la
energía liberada por las proteínas y las grasas disminuye de forma drástica y se
convierten sobre todo en cuerpos cetónicos. Incluso la glucosa formada a partir de los
esqueletos de carbono de los aminoácidos no se oxida por completo y forma cuerpos
cetónicos, como ocurre con la dieta Atkins (una dieta con cero carbohidratos y sin
restricciones de grasas y proteínas).
Los carbohidratos en la dieta normal incluyen monosacáridos y disacáridos
(azúcares simples) o polisacáridos (azúcares complejos). La glucosa y fructosa son
los principales monosacáridos presentes en los alimentos y son abundantes en la fruta
y miel. Los disacáridos más abundantes son la sacarosa (glucosa + fructosa), lactosa
(glucosa + galactosa) y maltosa (glucosa + glucosa). El azúcar de mesa es sacarosa,
abundante en la caña de azúcar. La lactosa es el principal azúcar presente en la leche.
La maltosa es el producto de la digestión enzimática de los polisacáridos y se
encuentra en cantidades importantes en la cerveza y los licores producidos a partir de
la cebada.
Los polisacáridos son sobre todo polímeros de la glucosa y no tienen un sabor
dulce. El almidón es un polisacárido abundante en las plantas y las fuentes incluyen
trigo y otros granos, papas, arvejas, porotos y vegetales.
Las proteínas son necesarias para la reparación y mantenimiento de las 1410
proteínas tisulares y para el crecimiento en general. El consumo excesivo de proteínas
más allá de las necesidades corporales resulta en su desaminación en esqueletos de
carbono, que se metabolizan para proporcionar energía o sintetizar ácidos grasos.
Las proteínas se constituyen a partir de diferentes combinaciones de hasta 20
tipos distintos de aminoácidos. Al igual que los aminoácidos que las constituyen, un
extremo de la molécula de las proteínas tiene un grupo NH2 terminal y el otro extremo
tiene un grupo COOH terminal. Diez de los aminoácidos son nutricionalmente
esenciales debido a que no pueden sintetizarse en el cuerpo en cantidades adecuadas.
Los aminoácidos esenciales son valina, leucina, isoleucina, treonina, metionina,
arginina, lisina, histidina, fenilalanina y triptófano. De éstos, arginina e
histidina sólo son necesarios durante periodos de crecimiento rápido de tejidos
característicos de la infancia o de la recuperación de una enfermedad.
La capacidad para proporcionar los aminoácidos esenciales requeridos para el
mantenimiento de los tejidos determina el valor biológico de las proteínas de la
dieta. La calidad nutritiva de una proteína (su valor biológico) se mide en una escala
relativa, con la proteína del huevo entero o la albúmina del huevo calificados con 100.
Las proteínas de fuentes animales (carne, pollo, leche, pescado) tienen un elevado
valor biológico debido a que contienen todos los aminoácidos esenciales en
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
proporciones similares a los requeridos para la síntesis de las proteínas del tejido
humano. Las proteínas del trigo, maíz, arroz y frijoles tienen un menor valor biológico
que las proteínas animales.
Con base en una proteína patrón (huevo) se clasifican como:
Alto valor biológico: aportan más de 85% de los aminoácidos indispensables,
p. ej., huevo, carnes y leche, así como derivados.
Mediano valor biológico: con valores entre 70 y 84%, p. ej., las leguminosas.
Bajo valor biológico: aportan menos de 70%, p. ej., los cereales.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
absorben con facilidad en el intestino, se transportan a los tejidos y se eliminan sin
problema del cuerpo en la orina de modo que ni se almacenan en el cuerpo ni pueden
acumularse hasta alcanzar concentraciones tóxicas.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El exceso de zinc en la dieta induce a la síntesis de metalotioneínas, que atrapan el
cobre dentro de las células de la mucosa intestinal, el cual se pierde de modo
subsecuente con la exfoliación de las células de la mucosa.
La enfermedad de Wilson (degeneración hepatolenticular) es un
trastorno autosómico de herencia recesiva en que está afectada la excreción biliar de
cobre. También conduce a acumulación de cobre, al inicio en el hígado y más adelante
en otros órganos, lo que incluye el cerebro. Esto resulta en anemia hemolítica, daño
hepático y disfunción neurológica.
El aumento del cobre en las células hepáticas inhibe el acoplamiento de cobre
con apoceruloplasmina y conduce a bajas concentraciones de ceruloplasmina
plasmática. La enfermedad se trata con la administración de D-penicilamina, un
quelante de cobre, que permite su excreción urinaria formando un complejo de cobre
hidrosoluble.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
la mucosa del colon. La atrofia se revierte con la presencia en el colon de fibras como
pectina.
Las pectinas son un tipo de heteropolisacáridos, mezcla de polímeros ácidos y
neutros muy ramificados. Son el principal componente de la lámina media de la pared
celular vegetal y constituyen el 30% del peso seco de la pared celular primaria de
células vegetales. En presencia de agua forman geles y se utiliza en la industria de
los alimentos (por ejemplo, en golosinas como algunos caramelos de menta).
El consumo recomendado de fibra es de 25 a 35 g/día. En caso de
estreñimiento, las fibras actúan como laxantes de volumen, proporcionando un
mayor volumen de material no digerible al colon, lo que hace a las heces más suaves.
En caso de diarrea, la restricción de la cantidad de fibra alimentaria hace más lento
el tránsito intestinal y por tanto reduce la frecuencia y volumen de las heces.
Las fibras se unen a los compuestos tóxicos, lo que incluye ciertos carcinógenos,
reduciendo su absorción. Las fibras también se unen a los focos carcinomatosos de la
mucosa colónica y los arrastran consigo. Se dice que el consumo de una dieta rica en
fibra reduce el colesterol sérico y resulta en una baja incidencia de estreñimiento,
hemorroides, diverticulosis, cáncer del colon, diabetes mellitus y arteriopatía
coronaria.
Los complementos ricos en fibra disponibles suelen ser preparados de 1414
metilcelulosa. Los pacientes deben beber abundantes cantidades de agua junto con la
fibra para permitir que se sature y retenga agua. Sin embargo, el consumo excesivo
de complementos ricos en fibra debe evitarse ya que las cantidades abundantes de
fibra pueden afectar la absorción de hierro, calcio y vitaminas liposolubles. La fibra
saturada de agua puede formar una masa sólida dentro del esófago, conocida como
bezoar y, por ello, es mejor evitar estos complementos en personas con trastornos de
la motilidad esofágica.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
reducidas. La grasa subcutánea se moviliza, lo que resulta en emaciación de las
extremidades y facies similares a las de un mono. La piel tiene una apariencia seca e
inelástica. En comparación, la cabeza parece ser demasiado grande para el cuerpo.
En el kwashiorkor, el agotamiento de proteínas es relativamente mayor que
la reducción en las calorías totales. A diferencia del marasmo, la privación marcada
de proteínas se asocia con la pérdida grave del compartimento de proteínas viscerales
representado sobre todo por las reservas de proteínas en el hígado. Esto conduce a
hipoalbuminemia y edema. El compromiso de peso para la edad puede estar
enmascarado por la retención de líquidos y la relativa falta de afección de la grasa
subcutánea y la masa muscular. A menudo hay hígado graso. El vello y el pelo es
escaso, quebradizo y despigmentado. Muchos de estos cambios se deben a daño por
radicales libres, que están presentes en cantidades excesivas en el kwashiorkor.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
vitaminas hidrosolubles en los caldos de cocción), entre otras. Por eso, las
recomendaciones nutricionales se deben ajustar al tipo de dieta de una población y a
las técnicas culinarias empleadas en los distintos países o regiones.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Una forma de medir la cantidad de energía que se consume o se gasta es la
caloría.
Una caloría es la cantidad de calor que eleva 1°C la temperatura de 1 g de agua. A la
milésima parte de una caloría se le llama kilocaloría (kcal) en bioquímica y fisiología.
Las calorías importan en la fisiología porque son una medida de la capacidad
para realizar trabajo biológico. Casi todas las calorías dietéticas provienen de
carbohidratos, proteínas y grasas. Los carbohidratos y las proteínas arrojan casi 4
kcal/g cuando se les oxida por completo, y las grasas casi 9 kcal/g. El alcohol (7,1
kcal/g) y los alimentos azucarados promueven la malnutrición al proporcionar
“calorías vacías”, que suprimen el apetito, pero dejan de proporcionar otros
nutrimentos necesarios para el cuerpo.
Las necesidades de energía del cuerpo se cubren mediante alimentos más
complejos que satisfacen al mismo tiempo los requisitos de proteínas, lípidos,
vitaminas y otros nutrimentos.
Cuando a una sustancia química se le describe como combustible, se quiere
decir que se oxida de manera única o primaria para extraer energía de él. La energía
extraída suele usarse para elaborar ATP, que luego transfiere la energía a otros
procesos fisiológicos.
1417
El estado nutricional refleja la forma en que se han cubierto las necesidades
fisiológicas de los nutrientes en un momento específico de la vida. El consumo de
nutrientes, a su vez, es influido por factores económicos, alimentarios, culturales y
religiosos, así como por la sensación de hambre y apetito, entre otros.
Por otra parte, las necesidades de nutrientes se afectan en caso de
enfermedades como diarrea, fiebre, infecciones, estados normales de crecimiento como
embarazo, actividad física, etc.
El estado nutricional debe valorarse en forma periódica, para lo cual se aplican
diferentes técnicas de obtención de datos, como información sobre la dieta
(encuestas alimentarias), tamaño y composición corporal (antropometría), signos
clínicos relacionados con deficiencias nutrimentales y estudios bioquímicos de sangre,
orina y otros tejidos y componentes del organismo que indican si se han cubierto las
necesidades de nutrientes y si éstos han sido empleados adecuadamente en el
organismo.
Cuando no se cubren adecuadamente las necesidades de energía y nutrientes
en el organismo, se producen desequilibrios que, tarde o temprano, se traducen en
enfermedad. Por ejemplo, la deficiencia crónica de hierro se manifiesta como anemia
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
carencial ferropénica, en tanto que, la de agua se manifiesta como deshidratación
y la de vitamina A produce ceguera nocturna, entre otros.
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Una correcta valoración del estado nutricional (VEN) permite identificar las
alteraciones nutricionales por exceso y por defecto, y posibilita el adecuado
abordaje diagnóstico y terapéutico.
Una VEN completa debe incluir la realización de la historia clínico-nutricional,
incluyendo la valoración dietética, una correcta exploración y estudio antropométrico,
y la valoración de la composición corporal.
El cálculo del Gasto Energético (GE), permite conocer los aportes necesarios y
ajustados al gasto en un individuo y enfermedad concreta, sobre todo en nutrición
artificial. El GE total se calcula a partir del GE en reposo (medido por calorimetría
indirecta o estimado por fórmulas predictivas, de la OMS o de Schofield), corregido
por la actividad física y la termogénesis de los alimentos.
El término “malnutrición” significa alteración en las etapas de la nutrición,
tanto por defecto/déficit que conlleva a la desnutrición; como por exceso o
hipernutrición que trae consigo la obesidad. Es el resultado de un desequilibrio entre
las necesidades corporales y la ingesta de nutrientes.
En la práctica clínica, este término también se utiliza para referirse a las
situaciones de desnutrición que incluyen un amplio espectro de formas clínicas que
vienen condicionadas por la intensidad y duración del déficit, la edad del sujeto y la
causa que lo condiciona. Sin embargo, en la actualidad cuando se habla de 1419
malnutrición se expresa como malnutrición por déficit a la desnutrición y a la obesidad
como malnutrición por exceso.
Según la OMS, “la malnutrición es una emaciación o adelgazamiento morboso
y/o un edema nutricional que incluye también las carencias de micronutrientes y el
retraso del crecimiento”.
Desde el aspecto clínico, la obesidad se define como un peso 20% superior al
recomendado para edad, género y estatura. El exceso de peso acorta la expectativa de
vida y aumenta el riesgo de padecer ateroesclerosis, hipertensión, diabetes tipo 2,
dolor y degeneración articular, cálculos renales y biliares; cáncer de mama, útero e
hígado en mujeres; y cáncer de colon, recto y próstata en hombres. El exceso de grasa
torácica dificulta la respiración y produce mayor PCO2 sanguíneo, somnolencia y
menor vitalidad. La obesidad también es un impedimento significativo para una
cirugía correcta.
La herencia es importante en la obesidad y en la estatura, y más aún que en
muchos otros trastornos que suelen reconocerse como hereditarios. Sin embargo, la
predisposición a la obesidad a menudo empeora mucho por el exceso de alimentación
en la infancia. El consumo de calorías excesivas en la infancia causa aumento en el
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
tamaño y la cantidad de los adipocitos. En la edad adulta, los adipocitos no se
multiplican, con excepción de algunas ganancias de peso extremas; su cantidad
permanece constante mientras las ganancias y pérdidas de peso se deben a cambios
en el tamaño de las células (hipertrofia celular).
Desde el punto de vista evolutivo, el apetito y los mecanismos de regulación del
peso han evolucionado más para limitar la pérdida que la ganancia de peso, porque
de seguro la escasez era un problema más común que el exceso de alimento para los
ancestros humanos.
De no ser por los mecanismos que previenen la pérdida de peso, esos ancestros
no hubieran superado las épocas de hambruna y el humano no habría llegado hasta
estos días; pero ahora que se está rodeado por un cúmulo de comida tentadora, tales
mecanismos de supervivencia se han vuelto patológicos.
Por otra parte, el tejido adiposo de los sujetos delgados contiene una población
de células inflamatorias residentes y en obesos adicionalmente se acumulan
macrófagos y células T, produciendo abundantes cantidades de mediadores
inflamatorios, como factor TNF-α, IL-6 e IL-8, los cuales regulan de forma negativa la
expresión de los genes para adiponectina y condicionan menor síntesis de esta
citocina.
Teorías recientes mencionan una relación potencial entre el tipo de 1420
alimentación y el grupo sanguíneo de los individuos. Se dice, por ejemplo, que las
personas con tipo de sangre “O” prefieren comidas ricas en carnes rojas; la dieta
óptima y recomendada para las personas con el tipo de sangre “A” son verduras y
carnes blancas; mientras que las personas del grupo sanguíneo “B” tienden a preferir
alimentos como frutas, verduras y alimentos marinos (pescados y marisco). Por
último, el grupo sanguíneo “AB” es una combinación entre los alimentos recomendado
en los dos grupos sanguíneos anteriores.
Debido a los antecedentes evolutivos de cada grupo sanguíneo, las proteínas de
su sangre los hacen compatibles con determinados alimentos o incompatibles con
otros. Por ello, es probable que los alimentos incompatibles con el grupo sanguíneo
alteren la digestión, produzcan más residuos tóxicos y enfermedades, aceleren la
acumulación de grasa corporal y con ello la obesidad (Hernández, Flores y Ortiz,
2014).
Fernández, V. H .
Capítulo 32 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Referencias bibliográficas
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26th edition. McGraw-Hill Education.
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Fisiología médica. 3ª edición. (41; pp. 852-862). Elsevier.
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Panamericana.
1421
Fernández, V. H .
SECCIÓN VI
Fisiología del sistema gastrointestinal
Capítulo 33
Fisiología de la boca y el esófago
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Comprende las funciones que tienen la cavidad bucal, las estructuras faríngeas y
el esófago en el traslado del alimento de la boca al estómago durante la deglución.
2. Describe el proceso de la masticación.
3. Explica la regulación del reflejo de la masticación.
4. Explica cómo se mantienen separados los contenidos del sistema respiratorio y el
digestivo.
5. Conoce las estructuras que participan en la deglución.
6. Describe las etapas voluntaria e involuntaria de la deglución y sus diferentes
fases.
7. Describe el origen y la función de los cambios de presión del esfínter esofágico
superior durante la deglución y después de ésta.
8. Compara el tipo de inervación extrínseca en las distintas partes del esófago.
9. Diferencia entre el peristaltismo primario y secundario durante la deglución.
10. Describe el comportamiento motor del esfínter esofágico inferior durante la
deglución y después de ésta.
11. Describe el modo en que el esfínter esofágico inferior protege contra el reflujo del
contenido gástrico.
12. Describe los cambios de presión intraesofágica durante el proceso de deglución.
13. Explica los trastornos en los que son anormales la motilidad esofágica y la
deglución.
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Se encuentra recubierta con epitelio pavimentoso estratificado (queratinizado
en áreas sujetas a la mayor abrasión por parte de la comida, como las encías y la
bóveda del paladar, pero no lo está en áreas como el piso de la boca, el velo del paladar
y el interior de las mejillas y los labios).
1423
Las mejillas y los labios retienen alimentos y los empujan entre los dientes
para su masticación; también son importantes para articular el habla y para las
acciones de succionar y soplar, incluida la lactancia (succión de la leche). Su
estructura incluye grasa subcutánea, los músculos buccinadores de las mejillas, y el
orbicular de la boca en los labios. Un pliegue medio, el frenillo labial, une cada labio
a las encías, entre los incisivos anteriores. Además, se forma el vestíbulo que es el
espacio entre las mejillas o labios y los dientes.
Los labios presentan el área cutánea que tiene el color del resto de la cara y
cuenta con folículos pilosos y glándulas sebáceas. Otra área roja es la región que
carece de pelo y donde los labios se unen. Tiene una papila dérmica muy alta, que
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
permite que los capilares sanguíneos y las terminaciones nerviosas lleguen cerca de
la superficie epidérmica. Por lo tanto, esta área es más roja y más sensible que el área
cutánea. La mucosa labial es la superficie más interna del labio, adyacente a las encías
y los dientes.
La lengua, un órgano muscular, mueve la comida entre los dientes mientras
evita que se le muerda, puede extraer partículas de comida de los dientes después de
comer y es tan sensible que puede percibir una hebra de pelo en una porción de
comida. Su superficie está cubierta con epitelio pavimentoso estratificado no
queratinizado, presenta bordes y extensiones denominados papilas linguales y es el
sitio con mayor cantidad de papilas gustativas.
El cuerpo de la lengua (las dos terceras partes anteriores) ocupan la cavidad
bucal, mientras que la raíz (tercera parte posterior) ocupa la bucofaringe. El límite
entre ellas está marcado por una fila en forma de “V” de papilas y, detrás de éstas,
una muesca conocida como surco terminal. El cuerpo está unido al piso de la boca por
un pliegue medio llamado frenillo lingual.
Los músculos intrínsecos, los cuales se encuentran por completo dentro de la
lengua son los que producen los sutiles movimientos de ésta. Los músculos extrínsecos
(geniogloso, el hiogloso, el palatogloso y el estilogloso), con orígenes en cualquier otro
sitio e inserciones en la lengua, producen la mayor parte de los movimientos más 1424
vigorosos de la manipulación de los alimentos. Entre los músculos hay glándulas
linguales serosas y mucosas, que secretan una parte de la saliva. Las amígdalas
linguales están contenidas en la raíz.
El paladar separa la cavidad bucal de la nasal y permite respirar mientras se
mastica. Su porción anterior, la bóveda del paladar (paladar duro u óseo), tiene el
soporte de los rodetes palatinos del maxilar y de los huesos palatinos. Incluye
pequeñas rugosidades (pliegues palatinos transversos) que ayudan a la lengua a
mantener y manipular la comida. Posterior a éste se encuentra el velo del paladar
(paladar blando), compuesto por músculo estriado y tejido glandular, pero no hueso.
La úvula (uva pequeña), visible en la parte posterior de la boca, tiene una extensión
medial cónica y ayuda a retener la comida en la boca, hasta que parte de ella esté lista
para deglutirse.
En la parte posterior de la boca, dos arcos o pilares musculares a cada lado
empiezan en la raíz, cerca de la úvula, y descienden al piso, éstos son los pilares
anterior y posterior del velo del paladar. Este último, marca el principio de la faringe.
La amígdala palatina se halla en la pared entre ambos arcos.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los dientes (o piezas dentales) reciben el nombre colectivo de dentadura y
son órganos digestivos accesorios.
Sirven para masticar los alimentos, dividiéndolos en partes más pequeñas. Esto no
sólo hace que la comida sea más fácil de deglutir, sino que expone más superficie a la
acción de las enzimas digestivas y, por consiguiente, acelera la digestión química.
En general, los adultos tienen 16 piezas dentales en la mandíbula (o maxilar
inferior) y 16 en el maxilar superior. De la línea media a la parte posterior de cada
maxilar, hay dos incisivos, un canino, dos premolares y hasta tres molares a cada lado.
Los incisivos son dientes que cortan como cinceles y que se usan para
fragmentar una pieza de comida. Los caninos son más puntiagudos y actúan para
perforarla y desmenuzarla. Los premolares y molares (muelas) tienen superficies
amplias, adaptadas para aplastar y moler.
1425
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Esto ancla la pieza con firmeza en el alveolo, pero permite un ligero movimiento bajo
la tensión de masticar. La encía cubre el hueso alveolar.
La corona es la parte que se encuentra arriba de la encía; la raíz es la parte
debajo de ésta, incrustada en el hueso alveolar; y el cuello es el punto donde la corona,
la raíz y la encía se unen.
El espacio entre la pieza dental y la encía es el surco gingival. La higiene de
este surco suele ser muy importante para la salud dental dado que la boca humana
aloja más de 700 especies de microorganismos, sobre todo bacterias. Las bacterias y
el azúcar forman un residuo pegajoso en los dientes conocido como placa. Si ésta no
se elimina por completo mediante el cepillado y el uso de hilo dental, las bacterias se
multiplican, metabolizan los azúcares y liberan ácido láctico y otros ácidos, los cuales
disuelven los minerales del esmalte y la dentina, y las bacterias digieren mediante
enzimas el colágeno y otros componentes orgánicos, formando “cavidades” erosionadas
en los dientes denominadas “caries”.
Las caries deben repararse ya que pueden penetrar la dentina y diseminarse
por la cavidad pulpar. Esto provoca la extracción del diente o el tratamiento del
conducto radicular, en el que se retira la pulpa y se reemplaza con material inerte.
Cuando la placa se calcifica en la superficie de los dientes, se le denomina sarro. En
el surco gingival, el sarro forma una cuña entre el diente y la encía, los separa y 1426
permite la invasión bacteriana del surco; esto provoca gingivitis (inflamación de las
encías). En algunos casos, las bacterias se dispersan del surco hacia el alveolo y
empiezan a disolverlo, produciendo periodontitis.
La mayor parte de la pieza dental consta de un tejido amarillo y duro llamado
dentina, cubierto con esmalte en la corona y cemento en la raíz. La dentina y el
cemento son tejidos conjuntivos vivos con células o extensiones celulares incrustados
en una matriz calcificada. Las células del cemento (cementocitos) están dispersas
de manera más o menos aleatoria y ocupan pequeñas cavidades similares a las
lagunas del hueso. Las células de la dentina (odontoblastos) recubren la cavidad
pulpar y tienen extensiones delgadas que viajan a través de pequeños túneles
paralelos en la dentina. El esmalte no es un tejido sino una secreción libre de células
producida antes de que los dientes hagan erupción sobre la encía. La dentina y el
cemento dañados pueden regenerarse, pero el esmalte dañado no; debe repararse de
manera artificial.
En el aspecto interno, una pieza dental tiene una cavidad pulpar dilatada en la
corona y un conducto radicular en la raíz inferior. Estos espacios son ocupados por la
pulpa (una masa de tejido conjuntivo laxo, vasos sanguíneos y linfáticos, y nervios).
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los nervios y vasos entran en la pieza a través del agujero (o foramen) apical, en el
extremo basal de cada conducto radicular.
La unión de las piezas dentales, cuando la boca se cierra, recibe el nombre de
oclusión y las superficies donde éstas se unen son las superficies de oclusión. Esta
superficie en un premolar tiene dos bordes redondeados, las cúspides; por
consiguiente, a los premolares se les conoce como bicuspídeos. Los molares tienen
cuatro o cinco cúspides. Las cúspides de los premolares y molares superiores e
inferiores se entremezclan cuando las mandíbulas están cerradas y se deslizan entre
sí mientras la quijada hace movimientos laterales de masticación, moliendo y
rompiendo la comida de manera más efectiva que si las superficies de oclusión fueran
planas.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
cada lado de la línea media del piso de la boca, y entran en la cavidad bucal en sentido
lateral al frenillo de la lengua.
Las glándulas sublinguales se encuentran por debajo de la lengua y por
encima de las glándulas submaxilares. Sus conductos sublinguales menores, se abren
en el piso de la boca.
La saliva está compuesta por del 99,5% de agua y 0,5% de solutos como el sodio,
potasio, cloro, bicarbonato y fosfato, algunos gases disueltos y varias sustancias
orgánicas, como urea y ácido úrico, mucus, inmunoglobulina A, lisozima (enzima
bactericida) y la α-amilasa salival (enzima digestiva que actúa sobre el almidón).
Estos constituyentes orgánicos e inorgánicos salivales forman una secreción
hipotónica porque los conductos salivales son impermeables al agua.
1428
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las glándulas salivales están formadas por cúmulos de ácinos parecidos a
racimos de uvas que drenan en un sistema de conductos intercalados e
intralobulares (estriados) para llegar al final a los conductos interlobulares
que drenan en la cavidad bucal.
Los ácinos individuales y los conductos relacionados con éstos también están rodeados
por una vaina de miofibroblastos, células contráctiles que se presume importantes
para proporcionar la fuerza hidrostática que expulsa la saliva de la glándula; por lo
tanto, contribuyen con los altos índices de secreción de los que es capaz este tejido.
Las glándulas salivales también reciben inervación simpática y parasimpática
extensa. Las vías eferentes simpáticas provienen de los centros salivales, adyacente
al complejo vagal dorsal, mientras que las parasimpáticas derivan de los núcleos
salivatarios. Las glándulas salivales también tienen un suministro sanguíneo bien
desarrollado que puede sostener un flujo sanguíneo más de 10 veces más alto, gramo
por gramo, que el observado en el músculo esquelético durante la contracción activa.
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Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
que producen un líquido acuoso (secreción serosa) que contiene amilasa salival. La
glándula submandibular contribuye con 70% de la secreción total y produce moco
(proteínas) y secreciones serosas, por lo cual, se dice que es mixta (secreción
seromucosa), ya que un ácino de estas glándulas puede contener células serosas y
mucosas.
Las glándulas sublinguales contribuyen con 5% de la secreción total y
contienen, predominantemente, células mucosas, por lo cual produce secreciones
sobre todo mocosas (proteínicas) mucho más espesa. También hay ácinos serosos
dispersos.
Por su parte, a medida que la saliva sale de los ácinos, pasa por el sistema de
conductos. Los conductos intercalados, vinculados en forma directa con los ácinos,
sirven sobre todo para llevar la saliva fuera de los ácinos y prevenir el reflujo.
Por otro lado, las células de los conductos intralobulares estriados son células
epiteliales polarizadas con funciones especializadas de transporte, análogas a las de
los túbulos renales. Además, las células epiteliales de los conductos intralobulares
tienen uniones intercelulares herméticas que limitan de forma notoria la
permeabilidad de este segmento de la glándula en relación con el acino que permite
las fugas.
El agua de la saliva suministra el medio propicio para disolver los alimentos, 1430
de manera que puedan ser detectados por los receptores del gusto y comenzar las
secreciones digestivas.
Los electrólitos elementales en la saliva incluyen Na+, Cl-, HCO3- y K+, con bajos
niveles de NaCl y altos niveles de KHCO3. Esta composición depende del flujo, ya que
frente a altas tasas de secreción de saliva no hay suficiente tiempo para que ocurra la
absorción normal y, por ende, aparecen cantidades mayores de Na+, HCO3- y Cl- en la
saliva.
A medida que aumenta la tasa de secreción, se dispone de menos tiempo para
la extracción de NaCl y aumenta la tonicidad de la saliva, pero siempre permanece un
poco hipotónica con respecto al plasma.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El ductus salival produce una reabsorción activa de Na+ a lo largo de todo el 1431
trayecto y, al mismo tiempo, se secretan activamente K+, que se intercambian por los
de Na+. De esta forma, se reduce mucho la concentración salival de Na+, al tiempo que
aumenta la de K+.
Sin embargo, la reabsorción de Na+ supera a la secreción de K+, por lo que en
los conductos salivales se crea una negatividad de unos -70 mV, lo cual facilita la
reabsorción pasiva de Cl- y este desciende mucho para acoplarse a las bajas
concentraciones de iones Na+, pero, el epitelio ductal secreta iones HCO3- hacia la luz
del conducto, al menos en parte, por un intercambio pasivo de Cl-/HCO3-, aunque
también podría ser consecuencia de un proceso de secreción activa. El resultado neto
de estos procesos de transporte es que, en condiciones de reposo, las concentraciones
salivales de NaCl alcanzan solo alrededor de 15 mEq/l cada una, es decir, entre la
séptima y la décima parte de sus concentraciones plasmáticas.
A su vez, la concentración de K+ se aproxima a 30 mEq/l, que es siete veces
mayor que la del plasma, y la concentración de HCO3- varía de 50 a 70 mEq/l,
alrededor de dos a tres veces la del plasma.
En general, los tres pares de glándulas salivales que drenan hacia la cavidad
bucal abastecen de 1.000 a 1.500 ml de saliva por día.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El Cl- de la saliva activa la α-amilasa salival (ptialina), actúa en los enlaces
α (1-4) glucosídicos del almidón para producir maltosa, maltotriosa y dextrinas
límite α. La ptialina continúa actuando en el estómago en tanto el bolo alimenticio
se mantenga intacto, incluso si no se mantiene el pH óptimo de la amilasa (de 6,9)
para su función.
Los iones bicarbonato y fosfato amortiguan los alimentos ácidos que ingresan
en la boca y, por lo tanto, la saliva es ligeramente ácida (pH de 6,35 a 6,9) y se inhibe
una vez que alcanza el estómago dado su pH muy bajo. Otra enzima, la lipasa
lingual, inicia la digestión de grasas contenidos en los alimentos.
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Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
sin embargo, estas sustancias no tienen una concentración suficiente para eliminar
las bacterias bucales.
Los esteroides sexuales también se secretan en la saliva, como la
testosterona; por tanto, la concentración de la hormona en la saliva puede indicar el
estado endocrino de un varón, ayudando a diagnosticar alteraciones como el
hipogonadismo. También los estrógenos y la progesterona se secretan en la saliva.
Otras sustancias como la calicreína (tisular) también se secretan con la saliva
y es una enzima que fragmenta proteínas como el cininógeno de alto y bajo peso
molecular, dando lugar al decapéptido la lisil-bradicinina (vasodilatadora) del plasma.
También se encuentran el péptido intestinal vasoactivo (VIP) y el factor
de crecimiento epidérmico (EGF) en la saliva. Este último se relaciona con la
erupción dental, la maduración del revestimiento celular del intestino y la
citoprotección del esófago.
Las glándulas salivales (al igual que las glándulas sudoríparas de la piel)
ayudan a eliminar desechos del cuerpo, lo que explica la presencia de urea y ácido
úrico en la saliva. Ciertos síntomas pueden indicar la presencia de venenos o virus en
ella (p. ej., la presencia de encías azules lleva al diagnóstico de intoxicación por
plomo o saturnismo).
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Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Por su parte, la actividad del SNS predomina durante el estrés y puede causar
la sequedad bucal. Sin embargo, estimula una secreción más espesa con el objeto de
retener gran parte del agua que se secreta con la saliva.
Así, el SNS puede incrementar la salivación en cantidad moderada, aunque
mucho menos de lo que lo hace el SNPS.
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Control de la saliva en las células acinares (Silbernagl y Despopoulos, 2009).
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
que se ingieren los alimentos; este flujo de saliva limpia la boca y, a la vez, diluye y
amortigua el remanente de sustancias químicas irritantes.
El olor de la comida, ver o pensar en ella, puede también estimular la secreción
salival, puesto que los centros de control de la salivación reciben información del
sistema límbico. El área del apetito del encéfalo, que regula en parte estos
efectos, se encuentra en la proximidad de los centros parasimpáticos del
hipotálamo anterior y, en gran medida, responde a las señales procedentes de las
áreas del gusto y el olfato de la corteza cerebral o de la amígdala.
Asimismo, ocurre salivación excesiva antes del vómito ya que los centros del
vómito y de la salivación se localizan en estrecha proximidad en el bulbo raquídeo y
existen conexiones entre ellos. Esto ocurre para minimizar los daños que pueda causar
el ácido del jugo gástrico a nivel bucal y esofágico.
La salivación también puede producirse como respuesta a los reflejos que se
originan en el estómago y en la parte alta del intestino, sobre todo cuando se degluten
alimentos irritantes o cuando la persona siente náuseas debidas a alguna alteración
gastrointestinal.
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Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La lengua es un órgano digestivo accesorio, compuesto por músculo
esquelético cubierto de una mucosa. Junto con sus músculos asociados,
forman el piso de la cavidad bucal.
La lengua se divide simétricamente en dos mitades, por un tabique medio que se
extiende en toda su longitud y se inserta por debajo en el hueso hioides, en la apófisis
estiloides del hueso temporal y en el maxilar inferior. Cada mitad de la lengua
consiste en un complemento de músculos extrínsecos e intrínsecos.
Los músculos extrínsecos, que se originan por fuera de la lengua (adheridos a
los huesos de la zona) y se insertan en el tejido conectivo de ésta; son los músculos
hiogloso, geniogloso y estilogloso.
Los músculos extrínsecos mueven la lengua de lado a lado y de adentro hacia
fuera para acomodar los alimentos durante la masticación, formar el bolo alimenticio
y llevarlo hacia atrás para deglutirlo. También forman el piso de la boca y mantienen
la lengua en su posición. Los músculos intrínsecos se originan y se insertan en el tejido
conectivo de la lengua. Modifican la forma y el tamaño de la lengua para el habla y la
deglución.
Los músculos intrínsecos son los músculos longitudinal superior, longitudinal
inferior, transverso y vertical de la lengua. El frenillo lingual, un repliegue de mucosa
en la línea media de la superficie inferior de la lengua, está adherida al piso de la boca 1436
y limita el movimiento de la lengua hacia atrás. Si el frenillo lingual es anormalmente
corto o rígido (anormalidad llamada anquiloglosia) se dice que el individuo tiene la
“lengua anclada”, y esto causa trastornos en el habla.
Las superficies superior, dorsal y lateral de la lengua están cubiertas por
papilas, proyecciones de la lámina propia revestidas de epitelio queratinizado.
Muchas papilas tienen corpúsculos gustativos. Otras carecen de éstos, pero contienen
receptores táctiles e incrementan la fricción entre la lengua y el alimento, lo que
facilita el movimiento de éstos en la cavidad bucal.
Las glándulas linguales de la lámina propia de la lengua secretan líquidos
serosos y mucosos que contiene la enzima lipasa lingual, que actúa sobre casi el 30%
de los triglicéridos (grasas y aceites) y los convierte en ácidos grasos más simples y en
diglicéridos.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El gusto, como el olfato, es un sentido químico, mucho más simple que el
olfato ya que solamente se distinguen 5 gustos primarios: agrio, dulce,
amargo, salado y umami.
El sabor umami se describe como “delicioso” o “sabroso” que proviene de receptores
gustativos que son estimulados por el glutamato monosódico, una sustancia
naturalmente presente en muchas comidas y que se añade a otras como un
potenciador del sabor. Todos los otros gustos, como el del chocolate, la pimienta y el
café, son combinaciones de los 5 gustos primarios, a los que se suman sensaciones
olfatorias y táctiles que los acompañan.
Los olores de los alimentos pueden pasar desde la boca hacia la cavidad nasal,
donde estimulan los receptores olfatorios. Como el olfato es mucho más sensible que
el gusto, una concentración dada de una sustancia alimenticia puede ser miles de
veces más estimulante para el sentido del olfato que para el sentido del gusto.
Cuando una persona tiene un resfriado o congestión nasal y no puede sentir el
gusto de las comidas, lo que en realidad está limitado no es el gusto sino el olfato.
Los receptores de las sensaciones del gusto se localizan en los bulbos o botones
gustativos. La mayor parte de los casi 10000 botones gustativos de un adulto joven se
hallan en la lengua, aunque también se encuentran algunos en el paladar blando
(parte posterior del techo de la boca), la faringe (garganta) y la epiglotis (cartílago 1437
dispuesto por encima de la laringe).
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La cantidad de botones gustativos disminuye con la edad. Cada botón gustativo
es un cuerpo oval constituido por tres tipos de células epiteliales: células de sostén,
células receptoras del gusto y células basales.
Las células de sostén rodean a unas 50 células receptoras del gusto en cada
botón. Una microvellosidad larga, denominada cilio gustativo, se proyecta desde cada
célula receptora hacia la superficie externa a través del poro gustativo, un orificio del
botón. Las células basales, células madre situadas en la periferia del botón gustativo
cerca de la capa de tejido conectivo, producen células de sostén, que luego se
diferencian en células receptoras del gusto, cada una de las cuales tiene una vida de
aproximadamente 10 días.
En su base, las células receptoras hacen sinapsis con las dendritas de las
neuronas de primer orden, que forman la primera parte de la vía gustativa. Las
dendritas de cada neurona de primer orden se ramifican profusamente y toman
contacto con muchas células receptoras del gusto localizadas en diversos botones
gustativos. Los botones gustativos se encuentran en elevaciones de la lengua
denominadas papilas, que le confieren una textura rugosa a su superficie dorsal.
1438
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los botones gustativos están contenidos en 3 tipos de papilas:
1. Alrededor de 12 papilas circunvaladas o caliciformes muy grandes se disponen
en la base de la lengua, como una V abierta hacia adelante. Cada una de estas
papilas aloja entre 100 y 300 botones gustativos.
2. Las papilas fungiformes son elevaciones con forma de hongo, que se distribuyen
en toda la superficie de la lengua y contienen alrededor de 5 corpúsculos
gustativos cada una.
3. Las papilas foliadas se localizan en pequeños surcos en los bordes de la lengua,
pero la mayoría de sus botones gustativos se degeneran en la infancia
temprana.
Además, toda la superficie de la lengua tiene papilas filiformes, estructuras
ahusadas y muy finas que contienen receptores táctiles, pero no botones gustativos.
Las papilas filiformes aumentan la fricción entre el alimento y la lengua y hace que
ésta pueda mover dichos alimentos más fácilmente en la cavidad bucal.
Las sustancias químicas que estimulan los receptores gustativos se conocen
como sustancias gustativas. Una vez que una se disuelve en la saliva, puede hacer
contacto con la membrana plasmática de los cilios gustativos, sitio en donde se
produce la transducción del gusto.
El resultado es un potencial receptor que estimula la exocitosis de vesículas 1439
sinápticas desde la célula receptora del gusto. A su vez, las moléculas
neurotransmisoras liberadas desencadenan impulsos nerviosos en las neuronas
sensitivas de primer orden que hacen sinapsis con las células receptoras gustativas.
El potencial receptor difiere para cada sustancia gustativa. Los iones de Na+
presentes en un alimento salado ingresan en la célula receptora gustativa a través de
los canales de Na+ de la membrana plasmática. La acumulación de Na+ dentro de la
célula causa su despolarización, por lo que se abren los canales de Ca2+. A su vez, la
entrada de Ca2+ estimula la exocitosis de vesículas sinápticas y la liberación del
neurotransmisor.
Los iones H+, presentes en los sabores ácidos, pueden fluir dentro de las células
receptoras del gusto a través de canales de H+. Estos iones también intervienen en la
apertura y el cierre de otro tipo de canales iónicos. Nuevamente, el resultado es la
despolarización, que lleva a la liberación de neurotransmisor.
Otras sustancias gustativas responsables de la producción de los gustos dulce,
amargo y umami se unen a receptores de la membrana codificadas por dos genes de
receptores del gusto (T1R y T2R), ligados a proteínas Gq que activan a la PLC. El
posterior aumento del IP3 genera apertura de los canales de Na+ y causan
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
despolarización de la membrana activando a los canales de Ca2+ para que las vesículas
que contienen los neurotransmisores liberen su contenido para activar, a su vez, a las
neuronas sensitivas.
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Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
representadas por el NaCl, y para las sustancias dulces, medido con sacarosa, son
similares y más elevados que los correspondientes a las sustancias amargas y agrias.
La adaptación completa a un sabor específico puede producirse después de 1 a
5 minutos de estimulación continua y se debe a cambios en los receptores del gusto,
del olfato y en las neuronas de las vías gustativas localizadas en el SNC.
Tres nervios craneales contienen los axones de las neuronas gustativas de
primer orden que inervan los botones gustativos. El nervio facial (VII) inerva los
botones gustativos de los dos tercios anteriores de la lengua; el nervio glosofaríngeo
(IX) inerva los del tercio posterior de la lengua y el nervio vago (X) inerva los botones
gustativos presentes en la garganta y la epiglotis.
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Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Desde los botones gustativos, los impulsos nerviosos se propagan a lo largo de
esos nervios craneales hasta el bulbo raquídeo, desde donde algunos de los axones que
transportan señales del gusto se proyectan hasta el sistema límbico y el hipotálamo;
otros hacia el tálamo. Las señales del gusto que se proyectan desde el tálamo hasta el
área gustativa primaria en el lóbulo parietal de la corteza cerebral posibilitan la
percepción consciente del gusto.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Controla la masticación directamente por mediación de las aferencias
excitadoras e inhibidoras del núcleo motor del nervio trigémino. La mayor parte de
los músculos de la masticación están inervados por ramas motoras del V par craneal
y el control del proceso de la masticación depende de núcleos situados en el tronco del
encéfalo. La activación de zonas reticulares específicas de los centros del gusto del
tronco encefálico induce movimientos masticatorios rítmicos. Además, la estimulación
de distintas áreas del hipotálamo, la amígdala e incluso la corteza cerebral próxima a
las áreas sensitivas del gusto y del olfato también desencadena a menudo la
masticación.
El reflejo de cierre de la mandíbula se inicia por el contacto de la comida
con la mucosa bucal. La respuesta del generador de patrón es activar las
motoneuronas de cierre de la mandíbula de forma que los dientes se sitúan en
oclusión.
El reflejo de apertura de la mandíbula se inicia por aferencias de
estiramiento periodontal activadas por la oclusión dental. La respuesta del generador
de patrón es inhibir las motoneuronas de cierre de la mandíbula y activar las que
abren la mandíbula. Los husos musculares son especialmente numerosos en la parte
anterior del masetero, y cuando el estiramiento llega a nivel crítico, el generador del
patrón pasa al modo de cierre de la mandíbula.
1444
La acción conjunta de todos los músculos maxilares ocluye los dientes con una
fuerza que puede llegar a 25 kg en los incisivos y a 100 kg en los molares.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Cuando los alimentos se degluten, pasan de la boca a la faringe (del griego,
“phárinx”, garganta), un conducto con forma de embudo que se extiende
desde las coanas u orificios posteriores de las fosas nasales, hacia el esófago
por detrás y la laringe por delante.
La faringe está constituida por músculo esquelético, se encuentra revestida por una
mucosa, y comprende tres partes: la nasofaringe, la bucofaringe y la laringofaringe.
La nasofaringe interviene sólo en la respiración, pero la orofaringe y la
laringofaringe tienen funciones digestivas y respiratorias.
Los alimentos ingeridos pasan de la boca a la orofaringe y la laringofaringe; las
contracciones musculares de estos segmentos ayudan a propulsarlos hacia el esófago
y, de allí, al estómago.
La deglución es un proceso por el cual el alimento pasa desde la boca hasta el
esófago. Es una maniobra compleja que implica preparar el bolo alimenticio de
tamaño y consistencia adecuados, evitar que el bolo se disgregue, generar un
gradiente de presión durante todo el trayecto que haga que el alimento avance,
impedir que el alimento entre en la nasofaringe o en la laringe de manera rápida para
que la parada respiratoria que se produce sea de corta duración y, finalmente, debe
haber algún mecanismo que evite la regurgitación del alimento.
Esta complejidad hace que en lesiones neurológicas o en anomalías del nivel de 1445
consciencia, la deglución no se haga correctamente, situaciones estas en las que existe
un riesgo real de que el alimento se dirija hacia las vías respiratorias, lo que se conoce
como aspiración alimentaria.
Aunque es un proceso ininterrumpido, se pueden distinguir tres fases:
1. Fase bucal (sigue a la masticación y salivación): cuando se considera que el
bolo alimenticio tiene la consistencia adecuada, la lengua empuja el alimento
hacia el techo de la boca. Este movimiento es voluntario, aunque el individuo
no lo piense. El bolo alimenticio compactado, es comprimido contra el paladar
duro y, empujado por la lengua, se dirige hacia la región posterior de la boca.
El paladar blando se eleva tapando el acceso a la nasofaringe y haciendo que el
bolo resbale hacia la orofaringe, momento en que empieza la siguiente fase.
2. Fase faríngea: es involuntaria y se inicia cuando el bolo alimenticio penetra
en la parte posterior de la boca y en la faringe, estimulando las áreas epiteliales
receptoras de la deglución situadas alrededor de la entrada de la faringe y,
principalmente, en los pilares amigdalinos. Los impulsos que salen de estas
áreas llegan al tronco del encéfalo e inician una serie de contracciones
automáticas de los músculos faríngeos. Los impulsos se transmiten desde estas
áreas a través de las ramas sensitivas de los nervios trigémino (V par) y
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
glosofaríngeo (IX par) hacia el bulbo raquídeo, en el núcleo del tracto
solitario, que recibe casi todos los impulsos sensitivos de la boca. De esta
forma, el inicio de las fases sucesivas del proceso de la deglución, sigue una
secuencia ordenada y está controlado automáticamente por las áreas
neuronales distribuidas por toda la sustancia reticular del bulbo y la porción
inferior de la protuberancia. La sucesión del reflejo de la deglución es siempre
la misma y se repite una y otra vez; la duración de la totalidad del ciclo también
permanece constante de unas degluciones a otras. Las áreas del bulbo y de la
región inferior de la protuberancia que controlan la deglución reciben en
conjunto el nombre de centro de la deglución. Los impulsos motores
procedentes del centro de la deglución que se dirigen hacia la faringe y la
porción superior del esófago viajan por los pares craneales V, IX, X y XII e
incluso por algunos de los nervios cervicales superiores.
1446
Los nervios somáticos que inervan estas estructuras tienen placas terminales
motoras que finalizan de manera directa en las fibras del músculo estriado. Se
originan en regiones del bulbo raquídeo en el núcleo retrofacial y el núcleo
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
ambiguo, y liberan acetilcolina (ACh), que actúa por medio de receptores
nicotínicos, generando los siguientes eventos:
a) El paladar blando se eleva para taponar las coanas e impedir el reflujo de
alimentos hacia las fosas nasales.
b) Los pliegues palatofaríngeos a cada lado de la faringe se desplazan hacia la
línea media, aproximándose entre sí, de manera tal que forman una
hendidura sagital a través de la cual los alimentos pasan a la parte posterior
de la faringe. Esta hendidura tiene una acción selectiva y solo permite el
paso con facilidad, en menos de 1 segundo, a los alimentos bien masticados.
c) Las cuerdas vocales de la laringe se aproximan con fuerza, al tiempo que los
músculos del cuello tiran y desplazan hacia arriba de todo el órgano. Estas
acciones, combinadas con la presencia de ligamentos que impiden el ascenso
de la epiglotis, obligan a esta a inclinarse hacia atrás para cubrir la entrada
de la laringe. Todos estos fenómenos impiden la entrada de los alimentos en
la nariz y en la tráquea. La acción primordial es la aproximación íntima de
las cuerdas vocales, pero la epiglotis contribuye a evitar que los alimentos
ingresen a la tráquea.
d) El ascenso de la laringe también tracciona del orificio de entrada al esófago
hacia arriba y lo amplía. Al mismo tiempo, los 3 o 4 primeros cm de la pared
muscular esofágica, el esfínter esofágico superior (EES) o esfínter 1447
faringoesofágico, se relajan para que los alimentos penetren y, así, se
desplacen con mayor facilidad desde la faringe posterior hacia la parte
superior del esófago. Entre deglución y deglución, este esfínter permanece
fuertemente contraído y, por tanto, impide la entrada de aire en el esófago
ya que tiene una presión menor a la atmosférica (equivalente a la presión
intrapleural). El movimiento ascendente de la laringe también desplaza a
la glotis, apartándola de la dirección principal del flujo de los alimentos, que
se dirigen de forma preferente a los dos lados de la epiglotis y no resbalan
sobre su superficie; esta acción procura una protección adicional contra la
entrada de alimentos en la tráquea.
Toda la fase faríngea de la deglución dura menos de 6 segundos, por lo que la
interrupción del ciclo respiratorio solo afecta a una fracción de este. El centro
de la deglución inhibe de manera específica el centro respiratorio del bulbo
durante ese intervalo e interrumpe la respiración en cualquier punto de su ciclo
para que tenga lugar la deglución. Así pues, aunque la persona esté hablando,
la deglución interrumpirá la respiración durante un período tan corto que
apenas resultará perceptible.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
3. Fase esofágica: la constricción de los músculos de la faringe se continúa en la
pared esofágica en forma de onda peristáltica, que es un movimiento coordinado
de la musculatura de la pared del tubo digestivo que se produce por constricción
de los segmentos proximales y relajación de los distales para hacer avanzar el
alimento. El alimento viaja por el esófago empujado por la onda peristáltica a
una velocidad de 3 cm por segundo hasta llegar al esfínter esofágico inferior,
que se relaja con la onda peristáltica y deja pasar el alimento al estómago. Con
posterioridad, otras contracciones peristálticas impedirán que haya un reflujo
desde el estómago hacia el esófago y la faringe.
1448
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Más grave aún, la disfagia aumenta el riesgo de desarrollar una neumonía aspirativa,
la que tiene un 40% de mortalidad y sería la 4ª causa de muerte más frecuente en
adultos mayores.
La disfagia corresponde a un “trastorno para tragar alimentos sólidos,
semisólidos y/o líquidos por una deficiencia en cualquiera de las cuatro etapas de la
deglución y que puede desencadenar neumonía, desnutrición, deshidratación y
obstrucción de la vía aérea”.
Existen dos tipos de disfagia: a) orofaringea o de transferencia y b) esofágica.
En el primer tipo (disfagia orofaringea) se altera la capacidad para impulsar el bolo
hacia la hipofaringe (fallo de la fase oral) o para realizar la contracción de la
hipofaringe (fase faríngea).
Las causas principales de disfagia por alteraciones de la fase oral son: a)
problemas neurológicos que alteran la masticación (p. ej., alteración de los pares
craneales); b) alteraciones en la producción de saliva; c) lesiones dolorosas de la regi6n
oral (p. ej., infecciones).
Los mecanismos fundamentales que alteran la fase faríngea son de dos tipos:
a) un fallo en la fase de propulsión por alteraciones neurológicas (desde el tronco del
encéfalo, pares craneales, unión neuromuscular o musculo), y b) obstrucción del
transite (tumores, abscesos, divertículo de Zenker). 1449
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La mucosa del esófago consiste en un epitelio pavimentoso estratificado no
queratinizado, la lámina propia (tejido conectivo areolar) y la muscularis mucosae
(músculo liso).
Cerca del estómago, la mucosa del esófago también contiene glándulas
mucosas. El epitelio pavimentoso estratificado de los labios, la boca, la lengua, la
orofaringe, la laringofaringe y el esófago, brinda considerable protección contra la
abrasión y partículas de alimento que se mastican, se mezclan con secreciones y se
degluten. La submucosa contiene tejido conectivo areolar, vasos sanguíneos y
glándulas mucosas. La túnica muscular del tercio superior del esófago está
constituida por músculo esquelético, en el tercio intermedio hay músculo esquelético
y músculo liso, y el tercio inferior presenta músculo liso.
En cada extremo del esófago, la muscular sufre un espesamiento y forma el
EES (formado por músculo esquelético) y, en el extremo inferior, el EEI (formado por
músculo liso).
El EES regula la progresión del alimento desde la faringe hacia el esófago, y el
EEI hace lo mismo, desde el esófago hacia el estómago. La capa superficial del esófago
se conoce como adventicia en lugar de serosa como en el estómago y los intestinos,
porque el tejido conectivo areolar de esta capa no está cubierto por mesotelio y se
mezcla con el tejido conectivo de las estructuras del mediastino, a través de las cuales 1450
pasa. La adventicia une el esófago a las estructuras que lo rodean.
El esófago secreta moco y transporta alimentos hacia el estómago, pero no
produce enzimas digestivas ni cumple funciones de absorción; por ende, la función
primordial del esófago consiste en conducir con rapidez los alimentos desde la faringe
hasta el estómago, por lo que sus movimientos están organizados específicamente
para cumplir esta función.
Las ramas nerviosas esofágicas surgen del nervio vago y los troncos simpáticos.
Las fibras musculares estriadas en la porción superior del esófago, originadas de los
arcos branquiales, están inervadas por ramas eferentes branquiales de los nervios
vagos. Las fibras de músculo liso están inervadas por fibras parasimpáticas de la
parte parasimpática del sistema nervioso autónomo, eferencias viscerales de los
nervios vagos. Son fibras preganglionares que hacen sinapsis en los plexos mientérico
y submucoso del sistema nervioso entérico en la pared del esófago.
La inervación sensitiva del esófago consta de fibras aferentes viscerales que se
originan en los nervios vagos, troncos simpáticos y nervios esplácnicos. Las fibras
aferentes del nervio vago están implicadas en la transmisión al sistema nervioso
central de la información de retorno acerca de los procesos fisiológicos normales y las
actividades reflejas. No están implicados en el reconocimiento del dolor. Las
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
aferencias viscerales que pasan a través de los troncos simpáticos y nervios
esplácnicos son los primeros implicados en la detección del dolor esofágico y la
transmisión de esta información a distintos niveles del sistema nervioso central.
El esófago desarrolla un movimiento peristáltico primario, que continua a
la onda peristáltica que se inicia en la faringe y que se propaga hacia el esófago
durante la fase faríngea de la deglución. Esta onda recorre el tramo de la faringe hasta
el estómago en 8 a 10 segundos, a una velocidad de 3 a 5 cm/s. El alimento deglutido
por una persona en posición erecta suele llegar a la parte inferior del esófago con una
rapidez aún mayor que la onda peristáltica, en unos 5 a 8 segundos, ya que en este
caso se suma el efecto gravitatorio.
1451
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
el plexo mientérico), que activan las interneuronas entéricas, las que a su vez
estimulan las neuronas motoras. Estas neuronas motoras inervan las células de
músculo liso, donde liberan neurotransmisores excitadores e inhibidores. Los
neurotransmisores ACh y sustancia P estimulan la contracción del músculo liso por
arriba del bolo, y el ON, el VIP y el ATP promueven por debajo del bolo la relajación
del músculo liso.
1452
Control del peristaltismo por el sistema nervioso entérico (Barrett et al., 2019).
El peristaltismo puede desencadenarse cuando un nervio sensorial detecta distensión o acidez luminal.
Las interneuronas transmiten la señal hacia nervios excitatorios inhibitorios por arriba del sitio de
estimulación y por debajo del mismo, respectivamente.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La musculatura de la pared de la faringe y del tercio superior del esófago está
constituida por músculo estriado. Por tanto, las ondas peristálticas de estas regiones
solo están controladas por impulsos de los nervios esqueléticos de los nervios
glosofaríngeo y vago. En los dos tercios inferiores del esófago, la musculatura es lisa,
pero esta porción está sometida también a un fuerte control por los nervios vagos, que
actúan a través de sus conexiones con el sistema nervioso mientérico del esófago.
1453
Control del peristaltismo por reflejos vagovagales en la parte baja del esófago (Barrett et
al., 2019).
Por su parte, aunque se seccionen los nervios vagos que inervan el esófago,
bastan algunos días para que el plexo mientérico del órgano adquiera la excitabilidad
suficiente como para producir potentes ondas peristálticas secundarias, pese a la
ausencia de reflejos vagales. Por tanto, incluso tras la parálisis del reflejo de la
deglución del tronco del encéfalo, los alimentos que llegan al esófago a través de una
sonda o por algún otro mecanismo siguen pasando con facilidad al estómago.
La estimulación de la faringe por el bolo deglutido también produce relajación
refleja del EEI y de la región proximal gástrica. De esta manera, cuando el bolo
alcanza el EEI, éste ya está relajado para permitir el paso del bolo hacia el estómago.
De forma similar, la parte del estómago que recibe el bolo también está relajada.
Además, la distensión esofágica produce relajación gástrica adicional.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La parte proximal del estómago se relaja al mismo tiempo que el EEI; esto se
produce con cada deglución, y su función es permitir que el estómago admita grandes
volúmenes con un aumento mínimo de la presión intragástrica. Este proceso se conoce
como relajación receptiva.
El EEI también tiene importantes funciones protectoras. Está implicado en
la prevención del reflujo ácido gástrico hacia el esófago; una deficiente contracción
tónica del EEI se asocia con enfermedad por reflujo, una erosión gradual de la mucosa
esofágica que no está tan bien protegida como la gástrica o duodenal. También hay
evidencias de que la peristalsis en ausencia de deglución (peristalsis secundaria) es
importante para el aclaramiento del reflujo gástrico.
El EEI está constituido por músculo liso esofágico que es más prominente en la
unión con el estómago (esfínter intrínseco). Las fibras de la porción de los pilares del
diafragma, que es un músculo esquelético, rodean al esófago en este punto (esfínter
extrínseco) y ejercen una acción de pinza sobre el esófago. Además, las fibras oblicuas
o del cabestrillo de la pared gástrica crean una válvula unidireccional que ayuda al
cierre de la unión gastroesofágica e impide el reflujo cuando aumenta la presión
intragástrica.
1454
El tono del EEI está sujeto a control neural, ya que la liberación de ACh por las
terminaciones vagales produce la contracción del esfínter intrínseco y la liberación de
ON y VIP por las interneuronas inervadas por otras fibras vagales hace que se relaje.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La contracción de la porción de los pilares del diafragma, que está inervada por los
nervios frénicos, está coordinada con la respiración y las contracciones de los músculos
torácicos y abdominales.
Por consiguiente, los esfínteres intrínseco y extrínseco operan en conjunto para
permitir el flujo ordenado del alimento hacia el estómago e impedir el reflujo del
contenido gástrico hacia el esófago.
El tono intrínseco del EEI es una propiedad del músculo liso en sí mismo y su
inervación autonómica. La presión intraabdominal, la distensión gástrica, las
hormonas, varios alimentos, y los medicamentos alteran su presión intrínseca, la cual
típicamente va de 10 a 45 mmHg. La longitud normal del EEI es de 3 a 5 cm. Su
relajación se valora como la diferencia entre el nadir de relajación y la presión
gástrica.
Para evaluar la funcionalidad del esófago, pueden realizarse unas pruebas de
gran utilidad clínica en ciertas alteraciones. Una de ellas es la manometría
esofágica que es la exploración de elección para evaluar la actividad motora del
esófago y sus esfínteres, siendo especialmente útil en el estudio de la disfagia
(dificultad para deglutir) y en el dolor torácico de origen no cardíaco. También se
realiza en el estudio del reflujo gastroesofágico, junto a la pHmetría de 24 horas, y
cuando se sospecha afectación esofágica por determinadas enfermedades sistémicas. 1455
Se coloca un catéter de motilidad esofágica que está marcado a lo largo de
su superficie a manera de regla, con indicación de 0 a 20 cm o más. El estudio se
realiza, exclusivamente, con el paciente en decúbito dorsal para obtener las
mediciones que corresponden al EEI y al cuerpo esofágico, puesto que la mayoría de
los valores normales son resultado de estudios realizados en esta posición.
Por su parte, para realizar la medición del pH esofágico se requiere,
primeramente, de unos electrodos de pH en forma de sonda. Estos se conectan a un
ordenador el cual recibe la señal y arroja los resultados.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1 Dosis estándar de IBP: lansoprazol 30 mg, rabeprazol 20 mg, pantoprazol 40 mg, omeprazol 20 mg o esomeprazol 40 mg.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La ERGE se presenta en personas con una condición sintomática o alteración
histopatológica resultante de episodios de reflujo gastroesofágico. En la población
general, se ha reportado una prevalencia del 3-4% de esofagitis. Aunque la acidez es
el síntoma más común de esofagitis, 70% de las personas con acidez intermitente no
tienen esofagitis, en tanto que 60-95% de las personas con acidez diaria tienen
esofagitis. Tiene la misma prevalencia entre hombres y mujeres, pero hay una discreta
preponderancia en el varón para esofagitis (2:1 versus 3:1) y metaplasia de Barret
(10:1). El embarazo se asocia con una mayor prevalencia de ERGE, pues 48-79% de
las mujeres embarazadas se queja de acidez. Todas las formas de ERGE afectan más
a la raza caucásica que a otras.
El mecanismo protector contra el reflujo varía con las circunstancias
fisiológicas. Esto es, el segmento intraabdominal del EEI es importante para prevenir
el reflujo cuando se deglute y en reposo en decúbito; la crura diafragmática lo es
cuando aumenta la presión intraabdominal. Cuando uno o más de estos mecanismos
protectores fallan, el efecto deletéreo que sucede es aditivo, resultando en un aumento
del número de eventos de reflujo y, consecuentemente, incrementando la exposición
anormal del esófago al ácido.
Son factores de riesgo para el desarrollo de la ERGE: herencia, sobrepeso,
obesidad central, tabaquismo, alcohol y embarazo, entre los más importantes.
1458
Las investigaciones se han enfocado en tres mecanismos principales de la
incompetencia de la unión gastroesofágica: relajaciones transitorias del EEI sin
anormalidad anatómica, hipotensión del EEI sin anormalidad anatómica, o
deformación de la unión gastroesofágica, que incluye, aunque no se limita a, la hernia
hiatal. El mecanismo que predomina depende de varios factores, que incluyen la
anatomía de la unión gastroesofágica.
Una historia clínica que incluya en la anamnesis la naturaleza de la
sintomatología, como es la duración del episodio, síntomas nocturnos, si se presentan
con la inclinación, paciente con estrés emocional, así como la aparición de la clínica
con la ingesta de ciertos alimentos como café o, en su caso, tabaco; son las
herramientas iniciales para el diagnóstico de ERGE. La pirosis es el síntoma cardinal
de la ERGE.
La pHmetría es considerada el estándar de oro para valorar la presencia de
reflujo. Se hace una medición cuantitativa de la exposición ácida al esófago cada 4-6
segundos; el paciente activa un marcador cuando siente los síntomas, está comiendo
y con los cambios posturales. Se colocan los electrodos a 5 cm por arriba del EEI; otras
pruebas los colocan en el estómago y 15 cm arriba del esfínter, teniendo que estar en
promedio durante 24 horas. Con esta información se pueden calcular diferentes
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
parámetros como el índice de DeMeester, que incluye porcentaje de tiempo total del
pH < 4, porcentaje de tiempo continuo de pH < 4, número total de episodios de reflujo,
número de episodios de reflujo que duran más de cinco minutos.
La manometría, que es otro método de diagnóstico para el estudio del ERGE,
brinda información en cuanto al funcionamiento del EEI y el cuerpo del esófago. Esto
se traduce en detección de una motilidad esofágica anormal, como en la acalasia o
esclerodermia; asimismo, permite identificar a los candidatos ideales para cirugía
antirreflujo (deficiencia en el EEI y presión del esfínter < 6 mmHg, distancia menor a
dos cm y porción intraabdominal menor a un cm). Pacientes con ausencia de
peristaltismo son candidatos a una funduplicatura2 parcial.
Un tratamiento efectivo de la ERGE es reducir la secreción ácida del estómago,
bien con antagonistas de los receptores H2 o ya sea con inhibidores de la bomba de
ácido, siendo el más efectivo; la dosis dependerá de la severidad de la enfermedad en
cada paciente, ya que cuanto mayor sea la exposición esofágica al ácido, mayor será
el grado de supresión que se requerirá para sanar. El tratamiento quirúrgico es de
elección cuando el tratamiento médico falla.
1459
2 La funduplicatura es un procedimiento quirúrgico en el que se crean una serie de pliegues a nivel del fondo del estómago,
generalmente a causa de patologías relacionadas con el esfínter esofágico inferior. Existen diversas técnicas, entre las que
destacan la funduplicatura de Nissen y la de Toupet, relacionadas con el reflujo gastroesofágico patológico y la acalasia.
Fernández, V. H .
Capítulo 33 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Referencias bibliográficas
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sistemas. (VIII (54): 543-558). McGraw-Hill. Interamericana.
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26th edition. McGraw-Hill Education.
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Saladin, K. (2018). Anatomy & physiology: the unity of form and function. 8th Edition. McGraw-Hill
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Silbernagl, S. Despopoulos, A. (2009). Fisiología. Texto y Atlas. 7ª edición. Editorial Médica
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Tortora, G. J. Derrickson, B. (2018). Principios de Anatomía y Fisiología. 15ª edición. Editorial Médica
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Velayos, J. L. Diéguez, G. (2015). Anatomía y fisiología del sistema nervioso central. CEU Ediciones.
Widmaier, E. P. Raff, H. Strang, K. T. Shoepe, T. C. (2019). Vander’s Human Physiology. Fifteenth
edition. McGraw-Hill Education.
1460
Fernández, V. H .
SECCIÓN VI
Fisiología del sistema gastrointestinal
Capítulo 34
Fisiología del estómago
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe las características anátomofuncionales del estómago.
2. Describe la barrera mucosa gástrica y su importancia en el mantenimiento de la
integridad de la pared del estómago.
3. Enumera los componentes más importantes del jugo gástrico y sus funciones.
4. Explica los mecanismos implicados en la secreción gástrica.
5. Describe la generación de una “marea alcalina” en el sistema venoso porta hepático
después de la ingestión de una comida y su implicancia fisiológica.
6. Describe las variaciones del pH en el estómago en los períodos de ayuno y
posprandial.
7. Describe la regulación de la secreción ácida por el estímulos nerviosos y humorales,
incluyendo el fenómeno de potenciación y su importancia fisiológica.
8. Describe los mecanismos de transducción de las señales de los agonistas y
antagonistas de la secreción de HCl por las células parietales.
9. Identifica los estímulos que incrementan e inhiben la secreción de la gastrina.
10. Describe las funciones y fases de la secreción gástrica y enumera los factores que la
regulan.
11. Define los reflejos de relajación receptiva y de acomodación del estómago e indicar el
mecanismo y las diferencias entre ambos reflejos.
12. Describe las características del ritmo eléctrico basal de la pared del tubo digestivo y
su relación con la actividad contráctil, además del papel de “las células intersticiales
de Cajal”.
13. Describe dónde se inician y cómo progresan las ondas peristálticas a través del
cuerpo y del antro del estómago, además de su papel en la función de mezcla y de
vaciamiento gástrico.
14. Explica cómo se modifica el vaciamiento gástrico por cambios en la osmolaridad, el
pH, el volumen y los distintos nutrientes del quimo al llegar al duodeno.
15. Explica el reflejo del vómito.
16. Describe la digestión gástrica de los diversos nutrientes.
17. Describe la capacidad de absorción de la mucosa gástrica.
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los planos verticales pasan por la línea medioclavicular y el punto medio
entre la espina ilíaca superior y la sínfisis del pubis. Estos cuatro planos forman las
divisiones topográficas en la división en nueve regiones.
Cada región se denomina, en la parte superior, hipocondrio derecho,
epigastrio e hipocondrio izquierdo; en la parte inferior la ingle derecha (región
inguinal), región púbica (hipogastrio) e ingle izquierda (región inguinal); y
en el medio el flanco derecho (región lateral), la región umbilical y el flanco
izquierdo (región lateral).
1462
División del abdomen según la escuela anglosajona (cuatro cuadrantes) y según la escuela
francesa en nueve regiones).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El estómago es la porción más dilatada del tubo digestivo, tiene forma de J
y se sitúa entre el esófago abdominal y el intestino delgado, en las regiones
del abdomen, epigástrica, umbilical e hipocondrio izquierdo.
Recibe el bolo de alimento macerado desde el esófago. La mezcla y la digestión parcial
del alimento en el estómago por la acción de sus secreciones gástricas, producen una
mezcla líquida pulposa denominada quimo, el cual pasa al intestino delgado para
continuar el proceso de digestión y absorción.
El estómago se divide en cuatro regiones anatómicas:
El cardias, que rodea el orificio del esófago al estómago.
El fundus gástrico, que es la zona por encima del nivel del cardias.
El cuerpo gástrico, que es la parte más ancha del estómago.
La porción pilórica, que se divide en antro pilórico y canal pilórico y es el
extremo distal del estómago.
1463
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
desembocadura distal del estómago, el orificio pilórico, que está inmediatamente a
la derecha de la línea media, en un plano que pasa por el límite inferior de la vértebra
L1 (plano transpilórico).
Otras partes del estómago son:
La curvatura mayor, que es el punto de inserción del ligamento
gastroesplénico y el omento mayor.
La curvatura menor, que es el punto de inserción del omento menor.
La escotadura cardíaca (incisura del cardias), que es el ángulo superior que
se forma cuando el esófago entra en el estómago.
La incisura angular, que es una curva en la curvatura menor.
La irrigación arterial del estómago incluye a la arteria gástrica izquierda
del tronco celíaco, la arteria gástrica derecha de la arteria hepática
propiamente dicha, la arteria gastroomental derecha originada en la arteria
gastroduodenal, la arteria gastroomental izquierda de la arteria esplénica y la
arteria gástrica posterior de la arteria esplénica (variable y no siempre
presente).
1464
Vasos sanguíneos del estómago y el duodeno. Irrigación arterial (Moore, Dalley y Agur,
2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Por su parte, las venas gástricas derecha e izquierda, llevan sangre de la
curvatura menor gástrica y esófago abdominal a la vena porta a la cual son
tributarias. Las venas gástricas cortas, procedentes del fundus y parte izquierda
de la curvatura mayor gástrica, y la vena gastroomental izquierda, de la curvatura
mayor gástrica son tributarias de la vena esplénica.
La vena gastroomental derecha, que recoge sangre de la parte derecha de
la curvatura mayor gástrica es tributaria de la vena mesentérica superior.
1465
Vasos sanguíneos del estómago y el duodeno. Drenaje venoso porta hepático (Moore et al.,
2018).
Fibras nerviosas contenidas en el nervio vago, con vías tanto eferentes como
aferentes, inervan el estómago.
Las fibras aferentes vagales transmiten información desde el complejo vagal
dorsal, que es integrada con la que proviene de centros superiores, como el hipotálamo,
para establecer el nivel general de función secretoria en cualquier momento dado. Las
aferencias viscerales también contribuyen a la regulación gástrica. De manera
notoria, las eferencias de receptores gustativos viajan hacia núcleo del tracto solitario,
donde esta información se traduce de nuevo hacia señales que regulan la secreción y
otras funciones gástricas.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los plexos nerviosos entéricos en todo el TGI también rodean las paredes del
estómago. Éstos permiten que haya cierto grado de función autónoma, además de
transmitir efectos de aferencias centrales.
El complejo vagal dorsal representa un sitio importante donde las diversas
influencias que pueden alterar la secreción gástrica son integradas. Así, el complejo
vagal dorsal recibe aferencias centrales desde el hipotálamo, así como aferencias
viscerales desde el núcleo del tracto solitario.
1466
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Desde el punto de vista histológico, el estómago se divide en tres regiones según
el tipo de glándula que contiene cada una:
La región cardial (cardias), la parte cercana al orificio esofágico, que
contiene las glándulas cardiales.
La región pilórica (píloro), la parte proximal con respecto al esfínter pilórico,
que contiene las glándulas pilóricas.
La región fúndica (fundus), la parte más grande del estómago que está
situada entre el cardias y el píloro, y contiene las glándulas gástricas o
fúndicas.
La observación de la superficie interna del estómago vacío permite descubrir
varios pliegues longitudinales o rugosidades denominados rugae (arrugas
gástricas). Estos pliegues son prominentes en las regiones más estrechas del
estómago, pero están poco desarrollados en la porción superior.
1467
Histología del estómago. Vista tridimensional de las capas del estómago (Tortora y
Derrickson, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Cuando el estómago se distiende por completo, la rugae, compuesta por la
mucosa y la submucosa subyacente, casi desaparece. La rugae no modifica la
extensión de la superficie total, sino que sirve para adaptar las capas luminales a la
expansión y el llenado del estómago.
En la superficie del estómago pueden observarse muchos orificios en la
superficie de la mucosa denominadas fositas gástricas o fovéolas, cuyas glándulas
gástricas desembocan en el fondo.
El epitelio que reviste la superficie y las fositas gástricas del estómago es
cilíndrico simple, las cuales se denominan células mucosas superficiales. Cada
célula posee una gran dilatación apical llena de gránulos de mucinógeno, que crean
una lámina glandular de células.
La secreción mucosa de las células mucosas superficiales se describe como moco
visible dado su aspecto turbio. Forma una gruesa cubierta viscosa gelificada que se
adhiere a la superficie epitelial y la protege contra la abrasión de los componentes
más ásperos del quimo. Además, su concentración alta de bicarbonato y potasio
protege el epitelio del contenido ácido de los jugos gástricos. El bicarbonato que torna
alcalino el moco, es secretado por las células superficiales, pero su restricción dentro
de la cubierta mucosa impide que se mezcle con los contenidos de la luz gástrica.
La PGE2 desempeña un papel importante en la protección de la mucosa 1468
gástrica ya que estimula la secreción de bicarbonatos e incrementan el espesor de la
capa mucosa con vasodilatación asociada en la lámina propia, lo cual mejora el
suministro de sustancias nutritivas a cualquier región lesionada de la mucosa
gástrica, lo cual torna óptimas las condiciones para la reparación del tejido.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
tortuosas y a veces ramificadas, compuestas principalmente por células secretoras de
moco, con algunas células enteroendocrinas entremezcladas. Las células
mucosecretoras son de aspecto semejante al de las células de las glándulas cardiales
esofágicas.
Las glándulas pilóricas están ubicadas en el antro pilórico (la parte del
estómago entre el fundus y el píloro). Son glándulas tubulares, enrolladas y
ramificadas y presentan un aspecto similar al de las células mucosas superficiales, lo
cual señala una secreción bastante viscosa. Las células enteroendocrinas se
encuentran intercaladas dentro del epitelio glandular junto con células parietales
ocasionales. Las glándulas se vacían dentro de las fositas gástricas profundas que
ocupan cerca de la mitad del espesor de la mucosa.
Las glándulas fúndicas (glándulas gástricas), están presentes en toda la
mucosa gástrica, excepto en las regiones relativamente pequeñas ocupadas por las
glándulas cardiales y pilóricas. Estas glándulas son tubulares simples ramificadas
que se extienden desde el fondo de las fositas gástricas hasta la muscular de la
mucosa. Entre la fovéola y la glándula que está debajo, se encuentra un segmento
corto conocido como istmo, en el cual se ubican células madre (nicho de células
madre) que se replican y se diferencian.
Las células destinadas a convertirse en células mucosas superficiales migran 1469
hacia arriba en las fositas gástricas en dirección a la superficie de la mucosa del
estómago. Otras células migran hacia abajo para mantener la población del epitelio
de la glándula fúndica. Normalmente, varias glándulas desembocan en una sola fosita
gástrica.
Las células de las glándulas gástricas producen unos 2 litros/día de jugo
gástrico, que contiene gran variedad de sustancias. Además de agua y de electrolitos,
el jugo gástrico contiene cuatro componentes:
1. Ácido clorhídrico (HCl) en una concentración que oscila entre 150 mEq/l y
160 mEq/l, dejando un pH entre 1 y 2. Lo producen las células parietales
(oxínticas) e inicia la digestión de la proteína de la dieta ya que promueve la
hidrólisis ácida de sustratos. También convierte el pepsinógeno (PG,
zimógeno inactivo) en la enzima activa pepsina. Dado que el HCl es
bactericida, la mayoría de las bacterias que entran al estómago con el
alimento ingerido se destruye. Sin embargo, algunas bacterias pueden
adaptarse al pH bajo de los contenidos gástricos como el Helicobacter pylori,
el cual contiene una gran cantidad de ureasa (enzima altamente activa que
hidroliza la urea) en su citoplasma y en su membrana plasmática la cual crea
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
una “nube de amoníaco” con un pH básico alrededor de la bacteria que lo
protege y le permite sobrevivir en el medio ácido del estómago.
2. Pepsina, una enzima proteolítica muy potente que se forma a partir del
pepsinógeno proveniente de las células principales por acción del HCl a un
pH inferior a 5. La pepsina hidroliza proteínas a pequeños péptidos al escindir
los enlaces peptídicos internos. Los péptidos son digeridos adicionalmente
hasta sus aminoácidos constitutivos por las enzimas en el intestino delgado. Se
conocen dos tipos de PG que son el PG I (PG A) y PG II (PG C). Ambos tipos
se producen en las células principales en el cuerpo del estómago y del fondo y
en las células cervicales (del cuello) mucosas del estómago. A diferencia de PG
I, el PG II también se produce en las glándulas de Brunner en el duodeno
proximal y en las glándulas pilóricas en el antro.
3. Moco, una cubierta protectora ácida para el estómago secretada por varios
tipos de células mucoproductoras. El moco y los bicarbonatos atrapados dentro
de la cubierta mucosa mantienen un pH neutro y contribuyen a la llamada
barrera fisiológica de la mucosa gástrica. Además, el moco actúa como una
barrera física entre las células de la mucosa gástrica y el material ingerido que
está dentro de la luz del estómago.
1470
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
4. Factor intrínseco, una glucoproteína secretada por las células parietales que
se fija a la vitamina B12, la cual es indispensable para la absorción de esta
vitamina en la porción distal del íleon. La falta de factor intrínseco conduce a
la anemia perniciosa y, en raros casos a trastornos neurológicos por la
pérdida de la producción de mielina.
Además, la gastrina y otras hormonas y secreciones de tipo hormonal son
producidas por las células enteroendocrinas (antiguamente llamado símil
enterocromafines o ECL) en las glándulas fúndicas y son secretadas hacia la
lámina propia, donde ingresan a la circulación o actúan localmente sobre otras células
epiteliales gástricas.
Las células que componen las glándulas fúndicas pertenecen a cuatro tipos
funcionales. Cada una tiene un aspecto distintivo. Además, también están presentes
las células indiferenciadas que dan origen a los tipos celulares maduros.
Las diversas células que constituyen la glándula son las siguientes:
Células mucosas del cuello.
Células principales.
Células parietales (oxínticas).
Células enteroendocrinas.
Células madre adultas indiferenciadas. 1471
Histología del estómago. Corte de la mucosa gástrica, donde se observan las glándulas
gástricas y los tipos celulares (Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las células mucosas del cuello están localizadas en la región del cuello de la
glándula y se entremezclan con las células parietales y las células mucosas del cuello
están localizadas en la región del cuello de la glándula fúndica. Entre los grupos de
estas células suele haber células parietales entremezcladas.
Las células mucosas del cuello secretan un moco soluble menos alcalino en
comparación con el moco turbio o insoluble muy alcalino producido por la célula
mucosa superficial. La liberación de gránulos de mucinógeno es inducida por la
estimulación vagal y, por lo tanto, la secreción desde estas células no se produce en el
estómago en reposo.
Las secreciones que contienen mucina son viscosas y pegajosas, y se conocen
colectivamente como moco. Las mucinas gástricas están compuestas en un 80% por
hidratos de carbono y están constituidas por cuatro monómeros similares de,
aproximadamente, 500 kDa cada uno, que están unidos juntos por puentes disulfuros.
Estas mucinas tetraméricas forman un gel pegajoso que se adhiere a la
superficie del estómago. No obstante, este gel está sujeto a la proteólisis de las
pepsinas que rompen los puentes disulfuro cerca del centro de los tetrámeros. La
proteólisis libera fragmentos que no forman geles y que disuelven la capa protectora
de moco. El mantenimiento de la capa protectora de moco requiere de la síntesis
continua de nuevas mucinas tetraméricas para reemplazar las mucinas que han sido 1472
rotas por las pepsinas.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las células principales están ubicadas en la parte profunda de las glándulas
fúndicas y son típicas células secretoras de proteínas como el pepsinógeno y una
lipasa débil.
Las células parietales u oxínticas secretan HCl y factor intrínseco. Estas
células se encuentran en el cuello de las glándulas fúndicas entre las células mucosas
del cuello y en la parte profunda de la glándula y tienen la tendencia a ser más
abundantes en los segmentos superior y medio del cuello. Son células grandes, a veces
binucleadas, y en algunos cortes aparecen triangulares con el vértice dirigido hacia la
luz de la glándula y la base apoyada sobre la lámina basal.
Al microscopio electrónico de transmisión (MET), se observa que las células
parietales poseen un extenso sistema de canalículos intracelulares que se comunican
con la luz de la glándula. Desde la superficie de los canalículos se proyecta una gran
cantidad de microvellosidades y en el citoplasma contiguo a ellos hay un sistema
membranoso tubulovesicular complejo.
En una célula en proceso de secreción activa aumenta la cantidad de
microvellosidades en los canalículos y el sistema tubulovesicular se reduce mucho o
desaparece. Las membranas del sistema tubulovesicular sirven como un reservorio de
membrana plasmática que contiene bombas protónicas activas. Este material
membranoso puede insertarse en la membrana plasmática de los canalículos para 1473
incrementar la extensión de su superficie y la cantidad de bombas protónicas
disponibles para la producción de ácido. El HCl se produce en la luz de los canalículos
intracelulares.
Las células mucosas superficiales se renuevan aproximadamente cada 3 a
5 días, por lo cual la vida media relativamente corta está compensada por la actividad
mitótica en el istmo, que es el segmento estrecho que hay entre la fosita gástrica y la
glándula fúndica.
El istmo de la glándula fúndica contiene una reserva de células madre hísticos
que sufren actividad mitótica y permiten la renovación celular continua. La mayoría
de las células recién producidas en este sitio, se convierten en células mucosas
superficiales. Estas células migran hacia arriba a lo largo de la pared de la fosita hasta
la superficie luminal del estómago y finalmente se exfolian hacia la luz del estómago.
Las células de las glándulas fúndicas poseen una vida media bastante prolongada.
Otras células del istmo migran hacia abajo hasta las glándulas gástricas para
dar origen a las células parietales, principales, mucosas glandulares y
enteroendocrinas que constituyen el epitelio glandular. Estas células poseen una vida
media relativamente larga.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las células parietales poseen la vida media más larga, alrededor de 150 a 200
días, aunque evolucionan a partir de los mismos células madre indiferenciadas.
Se estima que las células principales y las células enteroendocrinas viven entre
60 y 90 días antes de ser reemplazadas por nuevas células que migran hacia abajo
desde el istmo. La célula mucosa del cuello, en cambio, posee una vida media mucho
más corta, de unos 6 días.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La variante de la gastrina de 17 aminoácidos, denominada G17 o gastrina
pequeña, es la que se segrega en respuesta a una comida, que viaja por el torrente
sanguíneo para estimular a las células parietales y a las células enteroendocrinas por
medio de sus receptors para gastrina denominados receptores de colecistocinina
tipo B (CCK-B) o tipo 2 (según algunos autores), con gran afinidad para la gastrina,
pero mucho menos para la colecistocinina. Posteriormente, prevalece una G34 o
gastrina grande (por su depuración más lenta).
1475
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
intracelular y de la PKC. Asimismo, los receptores M3 también se encuentran
acoplados a Gq con lo cual activan a PLC y al IP3 con el consecuente aumento del
calcio intracelular. Sin embargo, los receptores H2 están acoplados a proteína Gs, por
lo cual incrementan el AMPc y la PKA.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Por otra parte, también existe una regulación por factores en la luz estomacal
de manera indirecta. Los péptidos pequeños y los aminoácidos, derivados de la
proteína de la dieta, son capaces de activar la liberación de gastrina a partir de células
G, mediante activación de quimiorreceptores en la mucosa. Los aminoácidos
fenilalanina y triptófano son los estímulos más potentes para la secreción de gastrina.
También ocurre lo mismo por activación de mecanorreceptores que responden a la
distención estomacal por parte del bolo alimenticio.
El péptido insulinotrópico dependiente de la glucosa (GIP), conocido
inicialmente como polipéptido inhibitorio gástrico, es una hormona peptídica de
42 aminoácidos y miembro de la familia secretina-glucagón que inhibe la secreción
gástrica de H+. Las células K de la mucosa duodenal y yeyunal segregan el GIP la
cual se produce en respuesta a los tres tipos de nutrientes: glucosa, aminoácidos y
ácidos grasos.
Sin embargo, el principal efecto fisiológico del GIP es la estimulación de la
secreción de insulina desde las células β pancreáticas, por lo cual se la denomina
incretina al igual que el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1, por sus siglas en
inglés) provenientes de las células L intestinales.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Si bien las células parietales secretan por separado iones de hidrógeno (H+)
e iones cloruro (Cl–) en la luz del estómago, el efecto conjunto es la secreción
de ácido clorhídrico (HCl).
Después de la estimulación, ocurren varios fenómenos que conducen a la producción
de HCl.
1. Producción de H+ en el citoplasma de la célula parietal por acción de la
enzima anhidrasa carbónica II (ACII). Esta enzima hidroliza ácido carbónico
(H2CO3) a H+ y HCO3-. El CO2, necesario para la síntesis del ácido carbónico, se
difunde hacia la célula a través de la membrana basal desde los capilares
sanguíneos de la lámina propia.
2. Transporte de H+ desde el citoplasma a través de la membrana hacia la luz
de los canalículos por acción de la bomba H+/K+-ATPasa. Al mismo tiempo, se
transporta K+ desde los canalículos hasta el citoplasma celular en intercambio
por los iones H+.
3. Transporte de iones K+ y Cl- desde el citoplasma de la célula parietal hacia
la luz de los canalículos a través de la activación de los conductos de K+ y Cl- en
la membrana plasmática.
4. Formación de HCl a partir del H+ y del Cl- que se transportaron hacia la luz
de los canalículos.
1478
5. Transporte de un ion HCO3- a la sangre, el cual es generado por cada protón
que es secretado. Si se permitiera que éstos se acumularan en el citosol, el
incremento resultante del pH daría lugar a efectos perjudiciales sobre el
metabolismo celular. Así, conforme los H+ son secretados por vía apical, las
células parietales también descargan iones HCO3- a través de la membrana
basolateral para mantener el pH citosólico dentro de límites estrechos. Al
menos una parte de este transporte de HCO3- ocurre en intercambio por los
iones Cl- que se necesitan para secreción apical, por medio de un
intercambiador de cloruro-bicarbonato.
El HCO3- que sale de la célula a continuación lo recoge el torrente sanguíneo.
La disposición de la microvasculatura en la mucosa gástrica transporta parte
de este HCO3- en dirección ascendente hacia el polo basolateral de células
epiteliales de superficie, que secretan HCO3- para defenderse a sí mismas
contra los efectos en potencia perjudiciales del ácido y la pepsina. Este
movimiento de HCO3- hacia el torrente sanguíneo durante la secreción gástrica
se denomina marea alcalina.
6. Secreción de H+ basolateral mediante un intercambiador de Na+/H+ (NHE-
1) que expele H+ desde la célula en intercambio por Na+, un proceso impulsado
de manera secundaria por la concentración intracelular baja de Na+ establecida
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
por la Na+/K+-ATPasa. El papel del NHE-1 no es participar en la secreción de
ácido, sino satisfacer funciones de “tareas domésticas” propias de la célula,
permitiendo el flujo de salida de protones generados en células en reposo por
actividades metabólicas continuas. Un canal de potasio basolateral que
también se identificó en células parietales, quizá también desempeña un papel
homeostático similar.
1479
Tras su estimulación, las células parietales secretan una solución ácida que
contiene alrededor de 160 mEq/l de HCl; esta solución es casi isotónica con los líquidos
orgánicos. El pH de este ácido es de 0,8, lo que demuestra su acidez extrema, pero con
los alimentos se mantiene en pH cercano a 4 con lo cual se mantiene un pH elevado
para la que se siga secretando gastrina hasta que desciende a un pH por debajo de 2,5
y se inhibe su secreción.
Al pH de 0,8 la concentración de H+ es unos 3 millones de veces superior a la de
la sangre arterial. Para lograr esta concentración tan elevada se precisan más de 1,5
kcal de energía por litro de jugo gástrico. Esta energía se genera por medio del
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
metabolismo aerobio de la misma célula parietal con alto gasto de energía en forma
de ATP.
Junto con una comida, la secreción de ácido gástrico ocurre en tres fases
que son la fase cefálica, gástrica e intestinal, y aumenta a 10 a 63 mEq/h.
En la fase cefálica, antes de que se ingiera el alimento, el estómago se prepara para
recibirlo. Centros superiores del cerebro muestran respuesta al ver, oler, degustar e,
incluso, pensar en alimentos y transmiten información hacia el complejo vagal dorsal.
A su vez, el flujo de salida vagal inicia la conducta tanto secretoria como motora
en el estómago y segmentos más distales. La secreción gástrica que ocurre durante la
fase cefálica prepara el estómago para recibir el alimento. El flujo de salida vagal
activa nervios entéricos que a su vez liberan GRP y ACh. La liberación de GRP en la
vecindad de las células G antrales libera gastrina, que viaja por el torrente sanguíneo
para activar células parietales y principales de una manera endocrina. Esta fase
corresponde con un 25 a 30% de la secreción de ácido gástrico.
La fase gástrica es cuantitativamente la de mayor importancia con un 65 a
70% de la secreción total. Además de influencias vagales que continúan desde la fase
cefálica, la secreción ahora es amplificada por estímulos mecánicos y químicos que 1480
surgen a partir de la presencia del alimento en la luz. Éstos comprenden las señales
luminales y señales que surgen a partir de receptores de estiramiento en la pared del
estómago.
Así, conforme el estómago se distiende para dar cabida al volumen de la comida,
estos receptores inician reflejos tanto cortos como largos para aumentar más las
respuestas secretorias, sea de manera directa, por medio de la liberación de ACh en
la vecindad de células parietales, o indirecta, mediante la activación de células
enteroendocrinas o células G.
La fase gástrica también comprende cambios de la motilidad, y se acompaña
por un aumento notorio del flujo sanguíneo gástrico, para satisfacer los
requerimientos metabólicos de los tipos de células que secretan de manera activa.
Debido a la influencia combinada de señales neurocrinas y endocrinas, amplificadas
más por la liberación de histamina a partir de células enteroendocrinas, las células
secretorias del estómago son muy activas durante la fase gástrica.
Más aún, el pepsinógeno liberado por células principales es dividido con rapidez
hacia pepsina en una reacción autocatalítica que ocurre de manera óptima a pH de 2,
y esta pepsina, a continuación, actúa sobre proteína ingerida para liberar péptidos
cortos y aminoácidos que aumentan más la liberación de gastrina. Asimismo, muchas
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
sustancias de la dieta como las proteínas, son amortiguadores muy eficaces. Así,
mientras que las tasas de secreción de ácido permanecen altas, el pH efectivo de la
mayor parte del contenido de la luz puede aumentar a pH de 5. Esto asegura que la
tasa de secreción de ácido durante la fase gástrica no sea atenuada por una inhibición
de la liberación de gastrina debido a SST.
En la fase intestinal, a medida que el contenido sale del estómago hacia el
duodeno, la capacidad amortiguadora de la luz es reducida, y el pH empieza a
disminuir en el estómago; y a un pH de alrededor de 3, se desencadena la liberación
de SST a partir de células δ y actúa para suprimir la liberación de gastrina. Las
mismas células δ pueden ser capaces de mostrar respuesta a la acidez luminal.
Asimismo, existe una vía neural que comprende la activación de quimiorreceptores
sensibles al pH, que a su vez lleva a liberación del péptido relacionado con el gen
de la calcitonina (CGRP), que puede actuar después sobre las células δ para inducir
la liberación de SST.
Otras señales también limitan la magnitud de la secreción gástrica cuando la
comida ha pasado al intestino delgado. Por ejemplo, la presencia de grasa en el
intestino delgado se relaciona con una disminución de la secreción gástrica. Esta
respuesta de retroacción comprende varios factores endocrinos y paracrinos, incluso
del GIP.
1481
Sin embargo, unos 5 a 10% de la secreción gástrica ocurre una vez que la comida
está en el intestino por vías que se desconocen en su mayor parte, aunque la CCK
puede tener una participación puesto que los receptores CCK-B en las células
parietales pueden ser activadas por la CCK. Se cree que esta fase de la secreción tal
vez sirva para preparar el estómago para su siguiente comida. Por supuesto, también
hay superposición entre las fases gástrica e intestinal de secreción, ya que el alimento
sólo se mueve de manera gradual hacia el duodeno.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Esta somnolencia no es necesariamente producida por la propia marea alcalina,
sino más bien por los efectos de la orexina, pues cuando se tiene hambre la orexina se
encuentra aumentada estimulando los centros de la vigilia, dado que la orexina es un
neuropéptido que, mediante una inervación difusa, controla la función de numerosos
grupos neuronales e interviene de esta manera en funciones diversas, además de la
ingesta de alimentos y líquidos, así como el ciclo sueño-vigilia, la regulación
autonómica o funciones neuroendocrinas, entre otras (Mediavilla y Risco, 2014).
Células orexinérgicas del hipotálamo lateral mandan proyecciones excitadoras
a núcleos noradrenérgicos (locus coeruleus), serotoninérgicos (núcleos del rafe),
colinérgicos (núcleos laterodorsal tegmental y pedunculopontino) e histaminérgicos
(núcleo tuberomamilar), regiones todas ellas relacionadas con el mantenimiento de la
actividad y la vigilia. Al mismo tiempo, neuronas orexinérgicas perifornicales reciben
proyecciones inhibidoras del área preóptica ventrolateral, región cerebral promotora
del sueño no REM y que mantiene conexiones inhibidoras recíprocas con todos los
núcleos anteriores.
Asimismo, las neuronas orexinérgicas son inhibidas por la glucosa y la leptina,
importantes señales metabólicas implicadas en nutrición, las cuales aumentan luego
de la ingesta de alimentos por lo cual inducirían un descenso de la orexina y un estado
favorable para el sueño, principalmente la orexina A (Tsujino y Sakurai, 2013).
1482
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
fluctúa en distintos momentos en la misma persona. Los valores más bajos ocurren
entre las 5:00 y las 11:00 h y los más altos entre las 14:00 y las 23:00 h. Las variaciones
en estos valores están relacionadas con la actividad motora cíclica gástrica,
probablemente por fluctuaciones en el tono colinérgico.
Las evidencias señalan que un tono vagal elevado puede dar lugar a una
hipersecreción basal sostenida en algunas personas y a hipersecreción temporal
durante los períodos de estrés en otras. Sin embargo, debido a la gran variabilidad en
cuanto a la estimulación de las células parietales en reposo, los valores de la secreción
ácida basal son poco reproducibles.
Las pruebas dinámicas suelen ser engorrosas y consisten en estimular la
secreción gástrica mediante la inyección de sustancias como la gastrina, la
pentagastrina o la tetragastrina. Por ejemplo, puede medirse la secreción total de
ácido durante la hora siguiente a la estimulación con pentagastrina o histamina (40
µg/kg subcutáneo). Este valor se determina sumando los valores obtenidos en
muestras recogidas cada 10 o 15 min tras la estimulación.
En la prueba de la cápsula de Heidelberg se utiliza una cápsula que contiene
un sensor de pH y un radiotransmisor. Los cambios en el pH modifican el voltaje de
la batería y esto se traduce en un cambio en la frecuencia del radiotransmisor. El
paciente ingiere la cápsula y se mide el pH basal. Posteriormente ingiere una solución 1483
de bicarbonato que provoca un ascenso rápido del pH, estimulándose así la producción
gástrica de ácido, y posteriormente un descenso del pH hasta sus niveles basales. El
tiempo que se requiere para alcanzar este pH basal representa una medida de la
cantidad de ácido secretado, pero no mide el volumen de la secreción gástrica.
Otra prueba es la medición del pepsinógeno en suero como marcador de la
secreción ácida gástrica. El pepsinógeno tipo I (PG-I) se correlaciona con la masa
de células principales existentes y su valor normal en sangre es de 60 a 100 ng/dL.
Tienen una aceptable correlación con la secreción ácida máxima. El pepsinógeno II
es secretado también por las glándulas pilóricas y las glándulas de Brunner en el
duodeno, y sus niveles pueden estar elevados en pacientes con Helicobacter pylori.
En un mismo sujeto sano los niveles de PG se mantienen estables, pero existe
gran variabilidad entre distintos sujetos en función de factores como la edad, altura,
peso, dieta, etnia, ritmo circadiano, etc., por lo que su utilidad en la medición de la
secreción ácida gástrica es limitada.
La principal utilidad de medir los niveles de PG actualmente es identificar
sujetos con una atrofia gástrica significativa, que tienen un riesgo mayor de
desarrollar cáncer gástrico.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los síndromes de hipersecreción ácida (hiperclorhidria) son poco
frecuentes y suelen causar úlceras pépticas. La hipersecreción ácida
gástrica es secundaria a altos niveles de secretagogos, entre ellas la gastrina
o la histamina.
La hipersecreción basal idiopática es una rara entidad en la que los pacientes secretan
elevadas cantidades de ácido sin evidenciarse una elevación en las concentraciones
séricas de gastrina. La base fisiológica de este trastorno parece depender de la
activación del AMPc de las células parietales independientemente de la activación de
los receptores H2. El tratamiento de estos pacientes con antagonistas H2, e incluso
con IBP, suele ser poco efectivo.
El síndrome de Zollinger-Ellison se caracteriza por una concentración elevada
de gastrina sintetizada ectópicamente por un tumor llamado gastrinoma. Esta
concentración anormal de la hormona provoca una hiperestimulación de las células
parietales gástricas y, secundariamente, una hipersecreción ácida basal. Esta
situación hipersecretora conduce a la aparición de múltiples úlceras y localizaciones
atípicas. Además, estos pacientes pueden presentar otros síntomas derivados de la
hipersecreción de ácido, incluyendo diarrea crónica, malabsorción (el pH ácido
inactiva la lipasa pancreática), alcalosis metabólica, etc.
Además, la secreción acidifica el duodeno y el yeyuno proximal, impidiendo la 1484
acción de las enzimas digestivas y precipitando la bilis. Esto afecta de manera especial
la digestión y absorción de lípidos, dado que el bajo pH duodenal desnaturaliza la
lipasa pancreática, reduciendo de manera significativa la digestión lipídica. Ello
resulta en esteatorrea y exceso de sales biliares en las heces. El tratamiento consiste
en extirpar el tumor y utilizar IBP para reducir la secreción ácida, permitiendo la
curación de las ulceraciones.
Contrariamente, los estados hiposecretores (hipo o aclorhidria) suelen ser por
tratamiento farmacológico, fundamentalmente con fármacos antisecretores (IBP y
anti-H2 principalmente).
Existen otras patologías asociadas a la hipoclorhidria como la gastritis crónica
atrófica, entidad caracterizada por una destrucción de las células parietales y
principales, que conduce a una reducción de la secreción ácido-péptica gástrica. La
destrucción celular asociada a esta enfermedad puede ser el resultado de un proceso
autoinmune (gastritis autoinmune tipo A) o ser la consecuencia del proceso evolutivo
de la infección por H. pylori. Si la situación de aclorhidria se prolonga en el tiempo y
se asocia a una disminución del factor intrínseco (hecho muy frecuente en la gastritis
crónica atrófica), puede conducir a la aparición de una anemia perniciosa por
malabsorción de vitamina B12.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La infección por el VIH también se asocia a hipoclorhidria, fundamentalmente
en pacientes con SIDA.
Situaciones menos comunes son las derivadas de tumores neuroendocrinos que
segregan hormonas inhibitorias de la secreción ácida, como los VIPomas (tumores
secretores de VIP) y los somatostatinomas. La hipocalcemia asociada al
hipoparatiroidismo también es una causa de hiposecreción gástrica que es reversible
tras la corrección del déficit metabólico. La resección gástrica y la vagotomía reducen,
obviamente, la secreción ácida gástrica.
Las consecuencias de la hiposecreción incluyen especialmente la malabsorción
de hierro (anemia ferropénica) y la proliferación anormal de bacterias en el intestino
delgado.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
quimo durante el proceso digestivo, así como con su capacidad para desplazar el
contenido con digestión parcial hacia el intestino delgado.
Entre las capas musculares se encuentran grupos de células ganglionares y
haces de fibras nerviosas amielínicas. En conjunto forman el plexo mientérico de
Auerbach, que inerva las capas musculares.
La capa serosa del estómago es continua con el peritoneo parietal de la
cavidad abdominal a través del omento mayor y con el peritoneo visceral del hígado a
través del omento menor. Aparte de eso, no exhibe características especiales.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La amplitud y, en menor media, la frecuencia de las ondas lentas puede ser
modulada por la actividad nerviosa extrínseca e intrínseca, por hormonas y sustancias
paracrinas. Si la despolarización de la onda lenta excede cierto umbral, puede
desencadenarse una cadena de potenciales durante el pico de la onda lenta.
1488
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El Ca2+ que penetra en la célula con el potencial de acción ayuda a iniciar la 1489
contracción. La extensión de la despolarización celular y la frecuencia de los
potenciales de acción están aumentados por la distensión estomacal y por
neurotransmisores de las terminaciones nerviosas excitadoras entéricas (ACh y
sustancia P). Las hormonas inhibidoras y sustancias neuroefectoras (VIP, ON y NA)
hiperpolarizan las membranas y pueden disminuir o abolir las espigas de los
potenciales de acción.
Las ondas lentas que no van seguidas de potenciales de acción provocan poca o
ninguna contracción del músculo liso, pero mantienen cierto estado tónico por el
movimiento de los iones, mientras que la presencia de potenciales de acción
desencadena contracciones mucho más potentes. Cuanto mayor es el número de
potenciales de acción en el pico de una onda lenta, más intensa es la contracción del
músculo liso. Esto se debe a que las ondas lentas no propician la entrada de iones Ca2+
en las fibras musculares lisas (solamente causan entrada de iones Na+) y, por tanto,
las ondas lentas no suelen producir, por sí solas, la contracción muscular.
Sin embargo, durante los potenciales en espiga generados en el máximo de las
ondas lentas ingresan grandes cantidades de Ca2+ en las fibras y generan la mayor
parte de las contracciones.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Por su parte, debido a que el músculo liso se contrae unas diez veces más lento
que el músculo esquelético, las contracciones individuales causadas por cada potencial
de acción no generan movimientos individuales, sino que su suma temporal origina
un aumento suave y paulatino de la tensión.
Entre las series de potenciales de acción, la tensión desarrollada por el músculo
liso GI se reduce, pero no desaparece. Este descanso o línea base de tensión del
músculo liso se conoce como tono o contracción tónica continua, el cual se altera por
neuroefectores, hormonas, sustancias paracrinas y medicamentos, y es importante en
los esfínteres y en las regiones en las que el almacenamiento de contenido es
importante, como en el estómago y el colon.
Una vez que se generan los estímulos contráctiles, aparecen al menos tres tipos
de movimientos gástricos que son:
a) Movimientos de mezcla.
b) Movimientos de trituración.
c) Movimientos de propulsión.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Sin embargo, todos ellos trabajan en conjunto para favorecer la digestión
gástrica.
Los movimientos de mezcla son muy distintos en las diferentes regiones del
tubo digestivo y en algunas zonas las contracciones peristálticas producen por sí
mismas la mezcla de los alimentos. La parte distal del estómago es importante en la
mezcla de contenidos gástricos y para su propulsión a través del píloro hacia el
duodeno. Las capas musculares en la región del antro gástrico son mucho más gruesas
que en las regiones más proximales del estómago y, así, el antro es capaz de producir
contracciones fásicas fuertes.
Las contracciones iniciadas por la onda lenta empiezan en la porción media del
estómago y se mueven hacia el píloro. La fuerza de estas contracciones varía durante
el período posprandial y en la fase gástrica de la ingesta, el píloro habitualmente está
cerrado, y estas contracciones antrales sirven para mezclar los contenidos gástricos y
reducir el tamaño de las partículas sólidas. Además, estas contracciones antrales son
importantes en el vaciamiento de los contenidos del estómago.
Los movimientos de trituración ocurren cuando en otras zonas de la pared
sobrevienen contracciones locales que suelen durar entre 5 y 30 segundos y van
seguidas de nuevas constricciones en otros segmentos, con lo que se logra
“despedazar” y “desmenuzar” el contenido. 1491
El esfínter pilórico es la unión gastroduodenal, que se define como un área
de músculo circular más grueso y es una región de alta presión generada por una
contracción tónica de músculo liso. Es importante en la regulación del vaciamiento
gástrico dado que, a medida que aumenta la velocidad de la onda peristáltica
(movimientos de propulsión), rebasa todas las partículas en la luz gástrica, salvo
las de menor tamaño y, así, casi toda la comida es forzada hacia atrás (movimientos
de retropulsión), lo cual mezcla el contenido gástrico con el jugo gástrico y reduce
de manera mecánica el tamaño de las partículas de alimento.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1492
Cuando el estómago está lleno con comida, el píloro permanece cerrado durante
periodos prolongados, con sólo aberturas intermitentes que permiten que partículas
de alimento pequeñas (menos de 1 a 2 mm) entren al duodeno.
El píloro es regulado independientemente de otras regiones, por vías vagales
tanto inhibitorias como excitatorias, así como por reflejos intrínsecos ascendentes y
descendentes. El ON es el mediador principal de la relajación pilórica, producido por
vías tanto vagales como intrínsecas, mientras que los opioides liberados a partir de
eferentes vagales y la CCK producen constricción pilórica.
La presencia de nutrientes, hipertonicidad o ácido en el duodeno también hace
que el píloro se cierre, mediante estímulos producidos por la ACh y la Serotonina (5-
hidroxitriptamina o 5-HT).
El vaciamiento del estómago comprende, tanto contracciones tónicas de la
región proximal, como contracciones distales fásicas. La inervación extrínseca, al
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
trabajar junto con el SNE, es vital para el vaciamiento normal mediante la
Serotonina. Éste último retrasa el vaciamiento cuando actúa sobre receptores 5-HT1,
mientras que los receptores 5-HT3 favorecen el vaciamiento gástrico.
La gastrina tiene también efectos estimulantes moderados de las funciones
motoras del cuerpo gástrico y estimula la actividad de la bomba pilórica.
Además, la tasa de vaciamiento gástrico depende tanto del estado físico del
contenido como de sus características químicas. Por ejemplo, el agua pura se vacía con
mayor rapidez mientras que si el líquido contiene nutrientes, el vaciamiento es
inicialmente rápido para luego enlentecerse, probablemente por una retroacción
desde el intestino delgado.
La tasa de vaciamiento también depende de la densidad calórica (velocidad de
1 a 4 kcal/min) y la osmolaridad del contenido. El vaciamiento de sólidos desde el
estómago es aún más lento, con un tiempo medio de alrededor de 1 a 2 h. El
vaciamiento de sólidos desde el estómago no empieza de inmediato, sino que sólo
ocurre después de una fase de retraso de hasta 1 h durante la cual tienen lugar
retropulsión y mezcla.
Siempre que el pH del quimo duodenal desciende por debajo de 3,5 a 4, los
reflejos suelen bloquear la llegada de nuevos contenidos ácidos procedentes del
estómago hasta que el jugo pancreático y otras secreciones consiguen neutralizar el 1493
quimo duodenal. Este efecto es producido por la secretina, una hormona liberada en
respuesta a la llegada de ácido gástrico desde el estómago atravesando el píloro.
También los líquidos hipotónicos y, principalmente los hipertónicos,
desencadenan los reflejos inhibitorios con el objeto de evitar un flujo demasiado rápido
de líquidos no isotónicos hacia el intestino delgado y, por tanto, cambios demasiado
rápidos de las concentraciones de electrólitos en el LEC del organismo durante la
absorción del contenido intestinal.
Esta tasa de vaciamiento es controlada por retroalimentación negativa
mediada por hormonas intestinales tales como la CCK, el péptido YY y el péptido
similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), los cuales disminuyen el vaciamiento. Esto
ocurre debido al ingreso de sustancias parcialmente degradadas como los ácidos
grasos y los péptidos o aminoácidos que ingresan al duodeno. También se considera
que es probable la acción inhibitoria de la motricidad por parte del GIP, aunque con
menor potencia.
El aumento del volumen alimentario en el estómago estimula su vaciamiento,
ya que la distensión de la pared gástrica despierta, sobre todo, reflejos mientéricos
locales en la propia pared que acentúan mucho la actividad de la bomba pilórica.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1494
Lugares de producción de cinco hormonas gastrointestinales en todo el tubo digestivo
(Barrett et al., 2019).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
se segrega desde las células M del duodeno y yeyuno durante los períodos de ayuno
(Hall y Hall, 2021).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
absorción. En lugar de esto reaparece el peristaltismo y las demás formas de REB y
potenciales de espiga durante ese lapso.
Un péptido estrechamente relacionado, la grelina, es producido de manera
predominante en el estómago, y su concentración plasmática es aumentada por el
ayuno y reducida por la alimentación.
La grelina puede ser un mediador importante de emisión de señales entre el
intestino y el hipotálamo para aumentar la eficiencia metabólica en momentos en que
el aporte de nutrientes es limitado.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El acto del vómito tiene tres componentes: náuseas, arcadas y vómito
propiamente dicho. Las náuseas pueden ocurrir sin arcadas ni vómitos, y
también pueden producirse arcadas sin vómitos.
La náusea es una sensación desagradable, de asco intenso a los alimentos, o de
vómito inminente. Se asocia a disminución de la actividad motora gástrica,
incremento del tono de la pared duodenal y reflujo de su contenido al estómago, lo que
causa su distensión; también se acompaña de manifestaciones del SNA como
hipersalivación, palidez, sudación, taquicardia y taquipnea.
La arcada consiste en movimientos respiratorios espasmódicos con la glotis
cerrada. Durante ella, el antro gástrico se contrae mientras que el fundus y el cardias
se relajan, permaneciendo la boca cerrada.
El vómito o emesis es la expulsión forzada del contenido gástrico por la boca,
casi siempre precedido de náuseas. El mecanismo de producción es una secuencia
coordinada de aumento súbito de la presión intrabdominal, debido al descenso de los
diafragmas y la contracción intensa de la musculatura abdominal, junto con relajación
esofágica, lo que permite el paso del material a través del esófago. La elevación refleja
del paladar blando y el cierre de la glotis durante el vómito evitan que el material
expulsado pase hacia la nasofaringe o las vías respiratorias.
Los vómitos dan lugar a evacuación del contenido gástrico, y reflejan la 1497
interacción coordinada de fenómenos neurales, humorales y musculares. Los vómitos
pueden producirse por desencadenantes tanto centrales como periféricos, pero
requieren de la participación de regiones cerebrales centrales para coordinar las
respuestas requeridas.
Una zona desencadenante quimiorreceptora, que se ubica en el área
postrema del bulbo raquídeo, recibe aferencias provenientes de fibras aferentes
corticales, orales, vestibulares y periféricas. Además, la barrera hematoencefálica en
esta región permite el paso de sustancias con relativa facilidad. Esto significa que la
zona desencadenante quimiorreceptora puede muestrear constituyentes químicos
tanto de la sangre como del líquido cefalorraquídeo.
Diversos estímulos pueden llevar tanto a náuseas (la sensación de que el vómito
es inminente) como a vómitos reales, como cambios endocrinos durante el embarazo,
olores nauseabundos, estímulos visuales, dolor somático o sabores desagradables.
Las fibras aferentes periféricas también pueden desencadenar una respuesta
de vómito, como cuando hay irritantes en la luz gástrica, o en presencia de obstrucción
gastrointestinales.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1498
Vías neurales que llevan al inicio de vómitos en respuesta a diversos estímulos (Barrett et
al., 2019).
1Bazuqueo: son ruido obtenido cuando el estómago o el intestino contienen una cierta cantidad de líquido y de gas, produciendo
con los pulpejos de los dedos, pequeñas sacudidas bruscas y repetidas en la pared abdominal relajada. La investigación de este
signo permite apreciar el grado de dilatación de estos órganos.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El tratamiento de las náuseas y los vómitos dependerá inicialmente de la
etiología de éstos. Si la vía oral es relativamente bien tolerada se mantendrá una dieta
baja en grasa, líquida o semilíquida, escogiendo alimentos de consistencia blanda sin
aroma y con sabor poco pronunciado. En los casos graves habrá que restablecer,
además, el equilibrio hidroelectrolítico por vía intravenosa. En los pacientes en los
que habiendo o no una causa clara de los vómitos, no podamos evitarla, o los vómitos
sean mantenidos, se pueden utilizar distintos agentes farmacológicos.
Los antieméticos puros con efecto central, como la clorpromazina, un
antidopaminérgico, se usa en el vómito postoperatorio, posradioterapia y
medicamentoso. El ondansetrón, un antagonista 5-HT3, se indican en el vómito
posquimioterapia o posradioterapia, en el postoperatorio o relacionado con sida.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las dextrinas son productos intermediarios de la digestión del almidón, que se
forman al actuar sobre él la enzima amilasa, o también por efecto del calor (pan
tostado).
El glucógeno es un polisacárido muy ramificado que consumimos en la dieta a
partir de alimentos de origen animal como la carne (músculo) y el hígado, y que
también utilizamos como almacén de glucosa en el músculo para su actividad y en el
hígado para el mantenimiento de la glucemia.
Los hidratos de carbono no digeribles son la celulosa, la hemicelulosa,
las peptinas, la rafinosa y las gomas. Todos ellos constituyen la fibra de la dieta y
suministran la “masa” para la formación de las heces, además de atraer agua hacia la
luz intestinal y estimular la motilidad.
La digestión de carbohidratos empieza en la boca, con la saliva, que
contiene α amilasa, una enzima de 56 kDa estrechamente relacionada con la α amilasa
de 55 kDa secretada con el jugo pancreático, y es capaz de digerir amilosa, el
componente de cadena recta del almidón.
La α amilasa hidroliza al azar todos los enlaces glucosídicos α (1,4), excepto
aquellos cercanos a los puntos de ramificación. Los productos son la maltosa, el
trisacárido maltotriosa y las dextrinas límite α, que son oligosacáridos que suelen
contener ocho unidades de glucosa con uno o más puntos de ramificación α (1,6). 1501
Posteriormente, éstas serán degradadas hasta la glucosa en el intestino delgado.
Sin embargo, la amilasa salival no es esencial para la digestión normal de
carbohidratos, porque todas las enzimas en el jugo pancreático están presentes en
cantidades que exceden considerablemente los requerimientos. Además, en el
estómago, la amilasa salival es bastante sensible al pH ácido. Con todo, su actividad
puede protegerse si el sitio activo de la enzima está ocupado por su sustrato. Así,
mientras hay almidón en la luz gástrica, es probable que su digestión mediada por
amilasa salival pueda continuar, hasta que la amilasa pancreática adopta esa tarea.
No existe otro tipo de digestión para los carbohidratos en el estómago.
La digestión de proteínas de la dieta empieza en el estómago, ya que en la
saliva no hay enzimas proteolíticas importantes desde el punto de vista nutricional.
Las proteínas son los compuestos más abundantes del organismo, y forman
parte de todos los tejidos. Las necesidades diarias de proteínas en un adulto son
aproximadamente de 0,8 a 1,0 g/kg de peso, lo cual significa que un individuo de 70
kg debe ingerir un promedio de 56 a 70 g/día (sin considerar el nivel de actividad
física).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las células principales de las glándulas gástricas sintetizan y almacenan
pepsinógenos, precursores inactivos de pepsinas, un grupo de enzimas proteolíticas
especialmente activas en el estómago. A un pH óptimo de 2, la pepsina en el jugo
gástrico cataliza la hidrólisis de enlaces peptídicos adyacentes a aminoácidos
aromáticos y de cadena ramificada, y a metionina.
También son sensibles al pH de su ambiente, y son desactivadas a un pH de
más de 4; esto significa que la pepsina es desactivada con rapidez una vez que entran
al intestino delgado, lo cual puede ser importante para prevenir digestión del epitelio.
Debido a la especificidad relativamente limitada de las pepsinas, la proteólisis
en el estómago da por resultado digestión incompleta, con sólo algunos aminoácidos
libres; los productos son en su mayor parte péptidos grandes, no absorbibles. Además,
en común con otros aspectos del sistema gastrointestinal que son redundantes o que
están presentes en exceso, la proteólisis gástrica no parece ser esencial para las cifras
normales de asimilación de proteína.
Los lípidos suponen entre el 30 y el 40% del aporte calórico diario, y son
importantes para el ser humano, ya que forman parte de las membranas celulares, de
las hormonas, los leucotrienos, etc. Podemos sintetizar la mayoría de los lípidos que
necesitamos, excepto los ácidos grasos esenciales, que son el ácido linoleico y el
ácido araquidónico, y parece que también el ácido eicosapentaenoico y el ácido 1502
docosahexaenoico en los recién nacidos.
Los lípidos son sustancias insolubles en el agua, pero solubles en los disolventes
orgánicos. Los más abundantes en nuestra dieta son los triglicéridos, que suponen el
90% de todas las grasas ingeridas, y que están formados por un eje de glicerol
esterificado con tres ácidos grasos.
También consumimos fosfolípidos, que son semejantes a los triglicéridos, pero
que se caracterizan porque una de las posiciones de un ácido graso está ocupada por
un fosfato acoplado a diferentes tipos de moléculas.
Consumimos colesterol que procede exclusivamente de la grasa de los animales.
En muchas ocasiones el colesterol procedente de la bilis (1 g/día) excede al colesterol
procedente de la dieta (0,3 a 0,6 g/día). Podemos ingerir algún esterol procedente de
las plantas y escasos ácidos grasos de cadena corta (C2 a C6) y media (C6 a C12).
La digestión de los lípidos de la dieta empieza en el estómago. El
peristaltismo y los patrones de mezcla gástricos proporcionan una acción de corte
que dispersa triglicérido y fosfolípidos hacia una emulsión fina. A continuación, la
lipasa gástrica puede actuar sobre las gotitas de aceite, uniéndose a la superficie de
las gotitas donde puede actuar sobre moléculas de triglicérido para generar ácidos
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
grasos libres y diglicéridos porque actúa de preferencia para hidrolizar el ácido graso
enlazado a la primera posición de triglicérido y está sujeta a inhibición por producto
terminal. De este modo, en general, la lipólisis gástrica es incompleta, y no genera
productos que están libres para difundirse hacia la superficie de la mucosa. En
general, en un adulto sano 10 a 30% de la lipólisis general tiene lugar en el estómago,
pero no es esencial para su captación normal.
La enzima actúa a un pH óptimo del contenido gástrico de 4 a 5,5 y muestra
resistencia relativa a la acción de la pepsina. Sin embargo, la lipasa gástrica es
inhibida por ácidos biliares en el duodeno.
2 Melena: es un signo clínico que refleja una hemorragia digestiva por la presencia de deposiciones con sangre digerida (negra
pero que puede dejar un cerco rojo oscuro en el margen, parcialmente coagulada, muy maloliente, a veces mezclada con heces).
Es casi siempre manifestación de una hemorragia digestiva alta copiosa. Sin embargo, muchos sangrados producidos en el
intestino delgado y en el colon derecho, si no son muy copiosos, no aceleran el tránsito fecal suficientemente como para que no
dé tiempo a la digestión de la sangre, y también se manifiestan como melenas. Cuando la sangre en el tubo digestivo no está
digerida es de color rojo vivo (rectorragia) y habitualmente la fuente de sangrado está en el colon, el recto o el ano.
3 Hematemesis: vómito de sangre procedente del aparato digestivo.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
horas, en los siete días previos a su consulta, debido a un flemón dentario. Niega
haber presentado con anterioridad síntomas sugestivos de dispepsia 4 ulcerosa.
Antecedentes médicos: se trata de un paciente fumador de 2 paquetes/día desde
los 18 años, con un hábito enólico de 80 g/día, consumo habitual de café (4 a 6
tazas/día). Entre sus antecedentes patológicos destacan: a) EPOC de moderada
intensidad, diagnosticada hace cinco años, que cursa con hiperreactividad bronquial
y trata con broncodilatadores inhalados a demanda; b) Diabetes mellitus tipo 2,
diagnosticado hace diez años, en tratamiento con hipoglucemiantes orales y c)
hipertensión arterial esencial no complicada, de ocho años de evolución, en
tratamiento con captopril, 25 mg/8 horas.
Exploración física: a su llegada a urgencias presentaba tensión arterial de 80/50
mmHg, frecuencia cardíaca de 125 lpm, temperatura 36 ºC, así como signos
evidentes de hipoperfusión periférica. En la exploración física destacaba una palidez
cutáneo-mucosa y sudación profusa.
El abdomen no presentaba dolor a la palpación, no existían signos de irritación
peritoneal y no se objetivaron visceromegalias ni masas a la palpación. El
peristaltismo estaba aumentado.
1504
El paciente realizó una nueva deposición enterorrágica abundante en urgencias y
la colocación de una sonda nasogástrica dio salida a sangre fresca. El resto de la
exploración física fue anodina 5.
Diagnóstico: hemorragia digestiva alta (HDA) por probable úlcera péptica
perforada.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuáles son los factores de riesgo que presenta el paciente para la úlcera
péptica?
2. ¿Qué indican los signos y síntomas que presenta el paciente en la exploración
clínica?
3. ¿Cómo influiría la dieta y los hábitos alimentarios en el tratamiento de la
enfermedad?
4 Dispepsia: es una sensación de dolor o malestar en el hemiabdomen superior; a menudo es recurrente. Puede ser descrita
como indigestión, gases, saciedad precoz, plenitud posprandial, dolor urente o ardor.
5 Anodina: es aquello que es insustancial o que carece de interés o importancia.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La úlcera péptica (UP) es un defecto de la mucosa gastrointestinal que se
extiende más allá de la muscularis mucosae y que permanece como
consecuencia de la actividad ácido-péptica.
Se localiza principalmente en el bulbo duodenal y el estómago y raramente en el tercio
inferior esofágico, duodeno distal o en lugares donde existe mucosa gástrica ectópica,
como sucede en el divertículo de Meckel.
Aunque la incidencia de la UP ha disminuido durante los últimos años, todavía
es una enfermedad frecuente. La prevalencia actual de esta enfermedad se estima
entre el 5% y el 10% de la población general. En las personas infectadas por H. pylori 6
la prevalencia es del 10% al 20%, con una incidencia de aproximadamente el 1% anual.
La úlcera duodenal (UD) es 2 veces más frecuente en varones que en mujeres,
mientras que la úlcera gástrica (UG) incide por igual en ambos sexos.
Las causas más frecuentes de esta enfermedad son la infección por H. pylori y
el consumo de AINE, principalmente el ácido acetilsalicílico (AAS). Sin embargo,
existen otras causas menos frecuentes que pueden producir una UP.
El tabaco y el grupo sanguíneo O se consideran factores de riesgo para desarrollar una 1505
enfermedad ulcerosa. Aunque el tabaco no puede ser considerado como un factor
etiológico primario de la UP, esta enfermedad es 2 veces más frecuente en fumadores.
Además, el tabaco retrasa la cicatrización, favorece las recidivas e incrementa las
complicaciones.
Se han descrito también factores genéticos con una agregación familiar de la
enfermedad ulcerosa péptica. No existen datos epidemiológicos ni experimentales que
demuestren relación alguna entre cualquier tipo de dieta o consumo de alcohol y de
café con la UP.
El estrés suele ser causa de UP en pacientes politraumatizados y en grandes
quemados, enfermos con hipertensión endocraneal, después de una cirugía grande, en
pacientes con sepsis y en aquellos que han sufrido un shock hemorrágico.
Diversas enfermedades se asocian con más frecuencia con UP (ERGE, esófago
de Barrett, EPOC, cirrosis, insuficiencia renal), mientras que en otras situaciones la
incidencia de esta enfermedad es menor (gastritis atrófica tipo A, enfermedad de
Addison, tiroiditis autoinmune, hipoparatiroidismo).
6 El Helicobacter pylori es una bacteria resistente al HCl y puede esconderse en la capa mucosa porque secreta ureasa, que
descompone la urea en CO2 + NH3. Esto hace desaparecer la capa de moco y bicarbonato que protege la mucosa gástrica y
permite que el ácido y las pepsinas infiltren la mucosa, iniciando las ulceraciones. Aunque muchas personas son portadoras de
la bacteria (contaminación fecal-oral por los alimentos o el agua), debe existir un número crítico de bacterias para iniciar una
producción de ureasa suficiente como para desestabilizar la mucosa y exponer el epitelio a la ulceración. El tratamiento consiste
en antibióticos (a largo plazo) e inhibidores de la bomba de protones (IBP).
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los pacientes con una UP suelen describir un dolor de carácter urente 7,
localizado en el epigastrio “a punta de dedo”. Típicamente aparece en ayunas, alivia
con la ingesta o la toma de alcalinos y reaparece a las 2 o 3 horas. En algunos casos
despierta al enfermo por la noche. Este “patrón clásico” carece de suficiente
sensibilidad, ya que solo se observa en el 50-70% de los casos de UD y en menos del
50% de los casos de UG. De hecho, en la UG el dolor puede exacerbarse con la ingesta.
Además, es poco específico, ya que pacientes con dispepsia y especialmente con ERGE
también pueden presentar estos síntomas.
La endoscopia permite observar las lesiones y obtener biopsias que hacen
posible el diagnóstico etiológico de otras patologías como tumores o diagnosticar la
infección por H. pylori. A pesar de que esta prueba permite una visión clara de la
morfología, tamaño y profundidad de la lesión, un 5% de las lesiones malignas ofrece
un aspecto endoscópico de benignidad. Es por ello que, en el caso de las UG, se deben
obtener sistemáticamente biopsias del borde y fondo de la lesión para descartar
adecuadamente un proceso maligno. En el caso de la UD no es necesario biopsia de la
lesión, dada la rareza de lesiones malignas en esa localización.
Las complicaciones de la UP son responsables de la morbimortalidad asociada
a esta patología. Son más frecuentes en fumadores y en pacientes con consumo crónico
de AINE y entre un 25-30% de las UD y un 15% de las UG penetran en órganos 1506
vecinos, fundamentalmente páncreas, hígado o epiplón. La hemorragia constituye
una urgencia potencialmente grave. El 80-90% de las hemorragias digestivas altas
son de origen no varicoso (varices esofágicas), siendo la UP la causa más frecuente
(40-50%). La probabilidad de que ocurra esta complicación es mayor entre los
pacientes que consumen AINE. En la mayoría de los casos, se manifiesta como
hematemesis y/o melenas.
La perforación se presenta hasta en un 5% de los ulcerosos y suelen
corresponder en un 60% de los casos a UD y en un 40% a UG, cuya clínica es de dolor
epigástrico de comienzo brusco e intensidad extrema, que puede irradiarse a la
espalda o hacerse difuso. Típicamente, el enfermo permanece inmóvil, a menudo con
los muslos flexionados sobre el abdomen, y sensación de gravedad. Es habitual la
presencia de signos de shock periférico, así como respiración superficial y signos de
peritonitis, incluyendo contractura abdominal, silencio auscultatorio y signo de
Blumberg positivo. En el 70% de los casos se observa neumoperitoneo.
7 El dolor urente es aquel que se percibe como escozor, ardor, sensación de quemazón o que abrasa.
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El tratamiento debe ser el de su etiología. Como las causas más frecuentes de
UP son la infección por H. pylori y el consumo de AINE, el tratamiento debe ir
orientado a la erradicación de la primera y eliminar el uso de la segunda.
No existen fundamentos científicos para imponer cualquier tipo de dieta a los
pacientes ulcerosos. Sin embargo, debe restringirse el tabaco, recomendando al
paciente el abandono de este hábito. Asimismo, deben descartarse los estados
hipersecretores.
1507
Fernández, V. H .
Capítulo 34 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Referencia bibliográfica
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1508
Fernández, V. H .
SECCIÓN VI
Fisiología del sistema gastrointestinal
Capítulo 35
Fisiología del intestino delgado y
grueso
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Comprende la forma en que las funciones de motilidad del intestino delgado y el
colon contribuyen a activar la respuesta integrada a una comida.
2. Describe las capas musculares y las conexiones con el sistema nervioso entérico que
posibilitan la motilidad intestinal.
3. Identifica los esfínteres que controlan el movimiento del contenido intestinal, entre
un segmento y otro, o hacia el exterior del cuerpo.
4. Define los patrones de motilidad que caracterizan a los movimientos de los intestinos
delgado y grueso después de una comida y en ayuno, así como su control.
5. Distingue los patrones de mezcla y los que impulsan el contenido en el intestino.
6. Describe los reflejos que coordinan las funciones de motilidad del intestino delgado y
el colon y la función del estómago.
7. Explica el proceso por el cual los residuos no digestibles de una comida se eliminan
del cuerpo.
8. Explica de qué manera los nutrientes llegan al organismo y los procesos químicos
necesarios para convertirlos en compuestos apropiados para su absorción.
9. Enumera los principales carbohidratos alimentarios y los procesos que tienen lugar
en la luz y en el borde en cepillo del intestino para producir monosacáridos
absorbibles y los mecanismos de absorción de estas moléculas hidrófilas.
10. Explica el proceso de asimilación de las proteínas y los aspectos en los cuales es
equiparable, y converge, con el de los carbohidratos.
11. Define los procesos graduales de la ingestión y la absorción de los lípidos, la función
de los ácidos biliares para solubilizar los productos de la lipólisis y las consecuencias
de la absorción deficiente de las grasas.
12. Identifica la fuente y las funciones de los ácidos grasos de cadena corta en el colon.
13. Delimita los mecanismos de la absorción de las vitaminas y los minerales.
14. Reconoce las alteraciones gastrointestinales más frecuentes en la práctica médica.
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
vascularización arterial proporcionada por ramas de la arteria mesentérica superior
y por tributarias, ramas indirectas, del tronco celíaco.
Se distinguen cuatro porciones y una terminación, la flexura duodeno yeyunal.
La unión de la 4ª porción del duodeno con el yeyuno forma un ángulo agudo, en general
situado en el origen del mesenterio, pero su disposición es variable. Este trayecto se
realiza alrededor de la cabeza del páncreas y se denomina “marco duodenal”.
La 1ª porción o porción superior, está situada en el flanco derecho de la 1ª
vértebra lumbar, es oblicua hacia arriba, atrás y a la derecha, extendida desde el
píloro al cuello de la vesícula biliar, donde se curva hacia abajo continuándose con la
porción descendente. En su origen presenta una prominencia denominada ampolla o
bulbo duodenal.
La 2ª porción o porción descendente forma con la precedente un ángulo de
60° a 80°, flexura superior del duodeno. La porción descendente es vertical, se ubica a
la derecha de la columna lumbar, por delante de las apófisis costales de L1 a L4. Esta
porción recibe a los conductos excretores biliar y pancreático.
La 3ª porción o porción horizontal forma con la porción descendente un
ángulo de aproximadamente 90°, la flexura inferior del duodeno. Se dirige de derecha
a izquierda, pasa por delante de la columna vertebral a la altura de L3-L4 y de los
vasos prevertebrales y por detrás de los vasos mesentéricos superiores. Cóncava hacia 1510
atrás, está contenida en la pinza vascular aorticomesentérica.
La 4ª porción o porción ascendente se dirige hacia arriba, hacia la izquierda
y algo hacia atrás, hasta el flanco izquierdo de la 2ª vértebra lumbar. La flexura
(ángulo) duodenoyeyunal está sostenida por una formación fibromuscular, el músculo
suspensorio del duodeno o músculo de Treitz, que lo une al pilar izquierdo del
diafragma.
El intestino delgado mesentérico ubicado en el mesenterio (del griego,
“mes”, entre y “enteran”, intestino), se fija a la pared posterior del abdomen. Esta parte
está revestida por el peritoneo, tiene gran movilidad y está formada por el yeyuno e
íleon los cuales constituyen la parte del intestino delgado comprendida entre la
flexura duodenoyeyunal, en su extremo proximal, y la unión ileocecal, en el extremo
distal.
Se caracteriza esencialmente por su longitud, que lo obliga a describir en la
cavidad abdominal numerosas sinuosidades formadas por las asas delgadas; su
movilidad, gracias a la longitud de su meso, el mesenterio, que lo une a la pared
posterior del abdomen, y la importancia de sus funciones digestivas:
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1) Yeyuno (del latín, “jejunus”, vacío, que es como se lo encuentra después
de la muerte). Esta parte del intestino mide alrededor de 1 metro y se
extiende hasta el íleon.
2) Íleon (del griego “eileos”, curvo o sinuoso). Es la región final y más larga
del intestino delgado y mide alrededor de 2 metros. Se une con el
intestino grueso mediante el esfínter o válvula ileocecal.
Es importante destacar que el yeyuno y el íleon no se diferencian notablemente
entre sí ya que no existe un límite neto entre ambos. Desenrollado, se presenta como
un tubo de calibre decreciente, de 25 a 30 mm de diámetro en su origen y de 15 a 20
mm en su terminación. Su longitud varía de 5,5 a 9 m, con un promedio de 6,6 m en
el adulto.
El yeyuno y el íleon están enteramente tapizados por el peritoneo, excepto a lo
largo del borde donde se sitúan sus vasos. Allí, el peritoneo constituye un meso de dos
láminas, el mesenterio, que conecta el yeyuno y el íleon a la pared abdominal
posterior.
La pared del intestino delgado está compuesta por las 4 capas que forman la
mayor parte del tubo digestivo.
La mucosa está compuesta por el epitelio, la lámina propia y la muscularis
mucosae. La capa epitelial de la mucosa intestinal consiste en epitelio cilíndrico 1511
simple, que contiene enterocitos (células absortivas), células caliciformes, células de
Paneth. células enteroendocrinas, células madre y células M.
Las células absortivas (enterocitos) digieren y absorben nutrientes del quimo
intestinal. También están presentes las células caliciformes, que secretan moco.
La mucosa del intestino delgado contiene varias hendiduras revestidas de
epitelio glandular. Las células que las tapizan forman las glándulas intestinales
(criptas de Lieberkühn) y secretan jugo intestinal. Junto a las células absortivas y
a las células caliciformes, las glándulas intestinales también contienen células de
Paneth y células enteroendocrinas.
Las células de Paneth secretan lisozima y son fagocíticas. Por ende, cumplen
una función importante en la regulación de la población bacteriana, en el intestino
delgado.
Por su parte, existen 3 tipos de células enteroendocrinas en las glándulas
intestinales del intestino delgado que son las células S que secretan hormona
secretina; células I que liberan hormona CCK y células K, que secretan la hormona
GIP. También hay células enterocromafines que secretan serotonina, células δ
secretoras de SST; células L productoras de GLP-1 (antes llamado
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
enteroglucagón) y células N productoras de neurotensina. También se
encuentran las células Mo productoras de motilina.
1512
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las células M representan una parte funcional del tejido linfoide asociado
con las mucosas (MALT).
La lámina propia de la mucosa del intestino delgado contiene tejido conectivo
areolar y abundante tejido linfoide asociado a la mucosa (MALT). Los ganglios
linfáticos solitarios son más numerosos en la porción distal del íleon. Hay grupos de
ganglios linfáticos conocidos como folículos linfáticos agregados (placas de
Peyer) presentes en el íleon.
La muscularis mucosae del intestino delgado que se encuentra formada por
músculo liso.
La capa submucosa del duodeno se compone de tejido conectivo bastante
laxo y contiene los vasos sanguíneos y linfáticos de mayor tamaño. También se
distinguen grupos de células ganglionares que pertenecen al plexo submucoso de
Meissner. La submucosa sólo contiene glándulas en el duodeno.
Presenta glándulas de Brunner que secretan un moco alcalino espeso que
ayuda a neutralizar el ácido gástrico del quimo, especial importancia para la
protección de la frágil membrana mucosa duodenal. La secreción se adhiere a la
membrana mucosa y forma una cubierta sin corrientes de convección de fluidos
similar a la de la mucina del estómago que protege el epitelio superficial gástrico. La
secreción también contiene factores de crecimiento (entre ellos factor de crecimiento 1513
epitelioide o EGF), lisozima e IgA, que contribuyen a combatir microorganismos
patógenos.
La capa muscular del intestino delgado consiste en dos capas de músculo liso
separadas por tejido conectivo de espesor muy variable. La capa externa, más gruesa,
contiene fibras longitudinales; la interna, más fina, posee fibras circulares. Contiene
el plexo mientérico de Auerbach.
Además del tejido nervioso perteneciente al plexo mientérico, entre las capas
musculares circular y longitudinal (y en parte también incorporada en la capa
circular) se encuentra una red de células ramificadas que son las células
intersticiales de Cajal.
Por su parte, en el duodeno, la ampolla hepatopancreática está más o menos
contenida en el espesor de la pared muscular, que se organiza aquí en elementos
autónomos para controlar su evacuación, a través del esfínter muscular de la ampolla
hepatopancreática o esfínter de Oddi.
La capa serosa (o peritoneo visceral) cubre por completo el intestino delgado,
excepto la mayor parte del duodeno. Está compuesta por mesotelio con subserosa
subyacente. Una red bien desarrollada de fibras elásticas aparece justo por debajo de
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
la membrana basal de las células mesoteliales. Existe una capa equivalente de
elastina por debajo del mesotelio del revestimiento peritoneal parietal en el abdomen.
A pesar de que la pared del intestino delgado está compuesta por las mismas
cuatro capas que el resto del tubo digestivo tiene características estructurales
especiales que facilitan los procesos de digestión y absorción. Entre esas
características estructurales se hallan los pliegues circulares, las vellosidades y las
microvellosidades.
Los pliegues circulares son pliegues de la mucosa y la submucosa. Estos
repliegues permanentes, que miden unos 10 mm de largo, comienzan cerca de la
porción proximal del duodeno y terminan cerca de la porción media del íleon. Algunas
se extienden alrededor de toda la circunferencia del intestino y otras sólo en una parte
de ella. Los pliegues circulares aumentan la superficie de absorción y hacen que el
quimo describa una trayectoria circular, en lugar de moverse en línea recta, a medida
que pasa por el intestino delgado.
En el intestino delgado también hay vellosidades que son proyecciones a
manera de dedos de la mucosa que miden entre 0,5 y 1 mm de largo. La enorme
cantidad de vellosidades (20-40 por mm2) aumenta notablemente la superficie del
epitelio disponible para la absorción y digestión y le otorga a la mucosa intestinal un
aspecto aterciopelado. 1514
Cada vellosidad está cubierta por epitelio y tiene un núcleo de lámina propia;
dentro del tejido conectivo de la lámina propia hay una arteriola, una vénula, una red
de capilares sanguíneos y un vaso quilífero (del griego, “khylós”, jugo y “fero”, llevar)
que es un capilar linfático. Los nutrientes absorbidos por las células epiteliales que
cubren la vellosidad pasan a través de la pared del capilar o del vaso quilífero y entran
en la sangre o la linfa, respectivamente.
Además de los pliegues circulares y las vellosidades, el intestino delgado
también tiene microvellosidades (del griego, “mikrós”, pequeño), que son
proyecciones de la membrana apical (libre) de las células absortivas. Cada
microvellosidad es una proyección cilíndrica de 1 μm de longitud, cubierta por una
membrana que contiene un haz de entre 20 y 30 filamentos de actina. Con el
microscopio óptico, las microvellosidades son demasiado pequeñas como para poder
observarlas individualmente por lo cual forman una línea vellosa llamada borde o
ribete en cepillo que se extiende hacia la luz del intestino delgado.
Se estima que hay unos 200 millones de microvellosidades por milímetro
cuadrado de intestino delgado. Como las microvellosidades aumentan enormemente
la superficie de la membrana plasmática, grandes cantidades de nutrientes digeridos
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
pueden difundirse dentro de las células absortivas en un período dado. El ribete en
cepillo contiene, además, muchas enzimas con funciones digestivas.
Las arterias del duodeno provienen de las ramas del tronco celíaco, de la
arteria mesentérica superior o de las anastomosis que reúnen los dos
sistemas, por los arcos pancreatoduodenales que irrigan al mismo tiempo el
duodeno y la cabeza del páncreas.
Por su parte, la arteria mesentérica superior se origina de la cara anterior de la
porción abdominal de la aorta, a 2 cm por debajo del tronco celíaco entre los discos
intervertebrales T12, L1 y el borde superior de L2, e irriga al yeyuno y al íleon.
Discurre entre las dos capas del mesenterio, emitiendo de 15 a 18 ramas para el
yeyuno e íleon. Las arterias se unen formando arcos o asas, denominadas arcadas
arteriales, que originan arterias directas, llamadas vasos rectos.
Las arterias emiten pequeñas ramas a la serosa, atraviesan la muscular
externa y luego forman un gran plexo en la submucosa, desde donde parten ramas
hacia la luz que en parte irrigan la muscular de la mucosa y en parte forman una red
capilar en la lámina propia. En el intestino delgado, algunas ramas transcurren desde
el plexo arterial submucoso hasta las vellosidades, cada una de las cuales recibe una
o varias de las pequeñas ramificaciones arteriales que corren por la parte central de 1515
la vellosidad y forman una densa red capilar ubicada justo por debajo del epitelio.
Aquí, los capilares son de tipo fenestrado.
Los capilares de la mucosa drenan en un plexo venoso ubicado en la parte
profunda de la lámina propia, desde la cual parten venas que conforman un nuevo
plexo venoso más grande en la submucosa. Desde este lugar, las venas, de calibre
mayor, siguen a las arterias.
Varias redes parietales dan origen a las venas satélites de las arterias,
tributarias de los arcos venosos pancreatoduodenales que son semejantes a los arcos
arteriales.
En el arco anterior e inferior, las venas desembocan en un tronco común que
drena la sangre de las venas cólicas derecha superior y gastroomental derecha, y que
termina en el lado derecho de la vena mesentérica superior. El arco posterior y
superior está tendido desde la vena mesentérica superior a la vena porta hepática. La
vena mesentérica superior drena al yeyuno y el íleon.
Las vías linfáticas comienzan como capilares linfáticos terminales ciegos en
el tejido conectivo entre las glándulas. En el intestino delgado se encuentra un vaso
quilífero central adicional en cada vellosidad. Los capilares linfáticos se anastomosan
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
entre sí y drenan en un plexo de malla densa ubicado en la parte profunda de la lámina
propia paralela a la muscular de la mucosa. Desde este plexo, parten ramas a uno más
grande ubicado en la submucosa. Desde allí surgen vasos linfáticos de calibre mayor
que atraviesan la muscular externa y después siguen los vasos sanguíneos. Reciben
contribuciones de la capa muscular.
Los vasos linfáticos duodenales se dirigen hacia los nodos pancreáticos
anterior y posterior que se encuentran en las ranuras anterior y posterior entre la
cabeza del páncreas y el duodeno: estos nodos drenan ampliamente en los nodos
suprapilóricos, infrapilóricos, hepatoduodenales, hepático común y mesentérico
superior.
Cuando un trombo (coágulo de sangre que migró en forma de émbolo desde su
origen), generalmente producto de una fibrilación auricular, sale de la aurícula
derecha puede impactar en un vaso pulmonar y generar un tromboembolismo
pulmonar. Sin embargo, hay veces en que este trombo pasa a la circulación sistémica
y tiene como blanco predilecto el cerebro o el intestino delgado.
Cuando el émbolo impacta sobre los vasos rectos o sobre la arteria mesentérica
superior, ocluye la irrigación sanguínea del intestino provocando una isquemia del
segmento afectado. Cuando la isquemia es grave y no puede ser revertida, se produce
la necrosis del segmento implicado y se desarrolla un íleo (del latín “ileus”, que se 1516
refiere a la interrupción aguda del tránsito intestinal por parálisis o íleo paralítico)
y la cavidad abdominal se comienza a llenar de un líquido serohemático denominado
“líquido de sufrimiento intestinal”. El íleo produce dolor cólico intenso,
distensión abdominal, puede acompañarse de vómitos y fiebre, y puede llevar a
cuadros de deshidratación.
Cuando el diagnóstico de isquemia mesentérica es precoz, mediante el empleo de
una arteriografía mesentérica superior, la indicación quirúrgica es tratar la
obstrucción arterial. En cambio, si ya hay necrosis del segmento intestinal, la
indicación es la resección del segmento, salvo que todo el intestino esté necrótico y
ya no existe posibilidad quirúrgica de sobrevida.
Todos los nervios del duodeno provienen del plexo celíaco y siguen el
trayecto de las arterias, organizados como plexos periarteriales densos.
No existe raíz nerviosa autónoma, excepto para la porción ascendente del duodeno,
que recibe filetes directos que proceden de los nervios del hígado (plexo hepático).
El yeyuno y el íleon son inervados por fibras simpáticas y parasimpáticas a
través del plexo mesentérico superior. Los axones preganglionares simpáticos se
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
originan en las neuronas de la sustancia gris intermediolateral de los segmentos de
la columna torácica y viajan en los nervios esplácnicos mayor y menor hasta el ganglio
mesentérico superior, donde hacen sinapsis. Los axones posganglionares acompañan
a la arteria mesentérica superior en el mesenterio y se distribuyen a lo largo de sus
ramas.
Los nervios simpáticos son vasoconstrictores de la vasculatura e inhibidores de
la musculatura del yeyuno y el íleon. Los axones preganglionares parasimpáticos
viajan anteriores en el nervio vago derecho. Cumplen con la función secretora y
motora de la túnica mucosa y con la función motora de la túnica muscular del yeyuno
y del íleon.
El yeyuno y el íleon son regulares en su forma, pero su borde anterior presenta,
a veces, a 80 cm aproximadamente de la unión ileocecal, una evaginación en forma de
dedo de guante, el divertículo ileal. Éste representa un resto del conducto
onfalomesentérico, que reúne en el embrión el asa intestinal primitiva al ombligo.
La frecuencia del divertículo ileal de Meckel estimada es del 6 a 8%. Tapizado
por mucosa intestinal, el divertículo ileal puede contener placas ectópicas de mucosa
de tipo gástrico.
Una patología del divertículo ileal es la diverticulitis que es la inflamación de
esta porción y puede originar oclusiones intestinales, hasta úlceras (con las 1517
hemorragias y las perforaciones que las complican).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
facilita el desplazamiento del material en dirección caudal. La sobredistensión de un
segmento intestinal origina la relajación del músculo liso del resto del intestino, lo
que se conoce como reflejo intestino-intestinal.
Durante la fase interdigestiva, el intestino delgado debe mantener la luz
intestinal vacía, por lo cual no está en reposo y mantiene contracciones periódicas que
progresan distalmente, propulsando los residuos y evitando así el estacionamiento de
secreciones y una excesiva proliferación bacteriana.
1519
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La realización y coordinación de los movimientos de segmentación y
peristálticos se debe a circuitos neuronales complejos del plexo mientérico intersticial.
La influencia de la inervación extrínseca se realiza casi por completo sobre las
neuronas del plexo mientérico; las fibras parasimpáticas aumentan la motilidad
intestinal tanto en intensidad como en frecuencia, mientras que las simpáticas la
deprimen. También influye el reflejo gastroentérico o gastroileal, que se origina
cuando el estómago se distiende por entrada de la comida, aumentando el
peristaltismo del intestino delgado. Interviene también el sistema nervioso intrínseco
y su función es pasar el contenido del íleon al ciego (del intestino delgado al intestino
grueso).
La influencia que ejercen sobre la motilidad las sustancias gastrointestinales,
como la gastrina, motilina, CCK, ACh y 5-HT, es estimuladora, mientras que la
ejercida por la NA, VIP, secretina, glucagón y el GIP es inhibidora.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
masivo del flujo por esta región, como en las enfermedades diarreicas secretoras que
afectan al intestino delgado.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El K+ cotransportado es reciclado a través de la membrana basolateral por
medio de canales que pueden ser activados por AMPc o por Ca2+; así, el Cl- se acumula
en el citosol, listo para salir de la célula a través de la membrana apical cuando los
canales de Cl- están abiertos en respuesta a las vías de segundo mensajero. La vía
más importante desde el punto de vista cuantitativo para la salida de Cl- es el canal
CFTR (canal de cloruro regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis
quística), ayudado por canales de Cl- adicionales.
El efecto neto es el movimiento electrogénico de Cl- desde el torrente sanguíneo
hacia la luz; el H2O y el Na+ lo siguen de manera pasiva por pasaje en las uniones
estrechas intercelulares para mantener la neutralidad. También puede haber una
secreción de K+ por el gradiente eléctrico creado por la salida del Cl-.
En respuesta a agonistas como VIP o PGE2, entre otros, la concentración de
AMPc aumenta en el citosol de la célula de la cripta, que a su vez da lugar a activación
de PKA, esta enzima fosforila el canal CFTR y lo abre, produciendo un aumento
repentino inicial de la secreción de Cl-.
1522
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los agonistas como la ACh, histamina y, probablemente, los ácidos biliares
desencadenan secreción de Cl- al aumentar la concentración citosólica de Ca2+, en este
caso, el sitio primario para regulación es un canal de K+ basolateral. A medida que el
K+ abandona la célula, la fuerza impulsora para la salida de Cl- aumenta, lo que
permite que fluya Cl- a través de la membrana apical por medio de la proporción
pequeña de canales CFTR que pueden ser abiertos en cualquier momento. La
respuesta secretoria de Cl- dependiente de calcio es de menor magnitud y más
transitoria que la desencadenada por el aumento de AMPc.
El intestino también es capaz de activar la secreción de HCO3-, principalmente
en la parte proximal del duodeno, que debe defenderse a sí misma contra los efectos
en potencia perjudiciales del jugo gástrico ácido, y es análogo a la secreción
pancreática de este ion. Al igual que la secreción de Cl-, los aumentos intracelulares
de AMPc, GMPc o Ca2+ pueden estimular el proceso general de secreción de HCO3-;
las prostaglandinas, la guanilina y la ACh representan secretagogos importantes
desde el punto de vista fisiológico que utilizan cada segundo mensajero respectivo. El
estímulo fisiológico primario para la secreción duodenal de HCO3- parece ser la
presencia de un pH ácido en la luz.
1523
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Varios iones de importancia fisiológica se absorben en el intestino delgado
mediante diversos mecanismos, como el Na+, el K+ el Cl- y el HCO3-.
La absorción intestinal de Na+ es de gran importancia dado que es el responsable del
establecimiento de gradientes de potencial y osmóticos, además de metabolitos.
En el jugo digestivo se segregan al día unos 25 a 30 g de Na+, y además
ingerimos unos 8 a 10 g con la alimentación, lo cual supone una séptima parte del Na+
total del organismo, por lo que las alteraciones digestivas que supongan pérdidas de
este ion pueden alterar gravemente la homeostasis del sodio.
En el duodeno se absorbe el 20% del Na+, en el yeyuno un 60% y en el íleon el
10%. El resto (10%) en el colon. Sólo el 0,5% del Na+ que circula por el aparato
digestivo se pierde en las heces por las secreciones de este ion.
En el intestino, el Na+ ingresa en el enterocito a favor de gradiente de
concentración mediante ENaC, ya que la bomba de Na+/K+-ATPasa en la membrana
basolateral del enterocito, bombea continuamente Na+ hacia el espacio, generando
gradiente de concentración intracelular.
1524
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Otro ion fundamental para la homeostasis es el K+, el cual ingerimos unos 4 a
5 g/día. Su absorción tiene lugar a lo largo de todo el intestino a través de las uniones
laterales estrechas (vía paracelular) de los enterocitos hasta la sangre. Esta absorción
tiene lugar a favor de gradiente de concentración, ya que en la luz intestinal hay unos
14 a 16 mEq/L de K+ y, en la sangre, unos 3 a 5 mEq/L.
Conforme se va absorbiendo agua a lo largo del intestino la concentración de K+
aumenta relativamente en el quimo, y se sigue absorbiendo a lo largo de todo el
intestino. El equilibrio con los niveles en sangre suele alcanzarse con relativa rapidez
por los mecanismos compensadores.
De los 2 a 3 g de Cl- que ingresan diariamente en el organismo, sólo se excreta
en heces aproximadamente 0,1 g/día. En el yeyuno el gradiente electroquímico
generado por la bomba Na+/K+-ATPasa es la fuerza motriz para la absorción de Cl-, al
crearse un gradiente positivo en el interior celular respecto al exterior.
En la membrana del borde en cepillo de otras zonas del intestino delgado se
encuentra un intercambiador Cl-/ HCO3-, mediante el cual la salida a la luz intestinal
de HCO3- proporciona la energía para que entre el Cl-. Este último abandona la célula
por el borde basolateral mediante transporte facilitado a través de las uniones y los
espacios intercelulares.
El HCO3- se absorbe en el duodeno y el yeyuno por difusión pasiva y 1526
conjuntamente con el Na+ y con el agua.
Entre los oligoelementos, el zinc (Zn) es un mineral ingerido entre 10 y 20
mg/día, cantidad pequeña pero importante para nuestro organismo. Actúa como
cofactor y como integrante de, al menos, 200 enzimas, como aldolasas,
deshidrogenasas, esterasas, peptidasas, fosfatasa alcalina, anhidrasa carbónica,
superóxido-dismutasa y ADN y ARN polimerasas, implicadas en el metabolismo
energético y de los hidratos de carbono, en las reacciones de biosíntesis y degradación
de proteínas, en procesos biosintéticos de ácidos nucleicos y compuestos hemo, en el
transporte de CO2, etc.
Entre el 3 y el 38% del zinc de la dieta se absorbe en el tubo digestivo proximal.
Esta absorción del zinc parece estar regulada por la síntesis de una proteína intestinal
denominada metalotioneína (proteína de bajo peso molecular rica en cisteína) que
tiene la capacidad de ligar diferentes metales divalentes como el Zn, Cu y Cd. Esta
proteína actúa como ligando que amortigua la absorción del Zn. La absorción también
depende de las cantidades de Zn en la dieta y la presencia de sustancias que
interfieren con él, tales como la fibra y los fitatos que forman complejos y disminuyen
su absorción; el Ca, Cu y Cd compiten y pueden reemplazar al Zn en la proteína
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
transportadora, por lo que dificultan su absorción; la glucosa, la lactosa y
determinadas proteínas favorecen la absorción de Zn.
El Zn liberado por las células intestinales en los capilares mesentéricos es
transportado hasta el hígado, siendo la albúmina la proteína transportadora más
importante, de forma que el 70% del Zn plasmático se encuentra unido a la albúmina
y el resto a la alfa-2-macroglobulina, transferrina y algunos aminoácidos como
cisteína e histidina.
La mayor parte del zinc es intracelular. El 90% se distribuye principalmente en
los tejidos óseo y muscular y el resto se localiza en la piel, el hígado, el páncreas, la
retina, las células hemáticas y los tejidos gonadales en el varón. El Zn contenido en
los hematíes, músculo, pelo y testículos se intercambia más rápidamente que el
contenido en el esqueleto y dientes. La sangre total contiene aproximadamente diez
veces más zinc que el plasma, debido a la presencia de este catión en el enzima
eritrocitario anhidrasa carbónica.
Se excreta por las heces a través de las secreciones pancreáticas e intestinales
y en menos de un 2% por la orina, viéndose aumentadas las pérdidas renales en
pacientes con nefrosis, alcoholismo, cirrosis hepática, y con estados de estrés
metabólico. Otras vías de excreción de Zn son el sudor, el crecimiento del pelo y la
descamación de la piel. 1527
Otro oligoelemento es el cromo (Cr), elemento mineral esencial que ha recibido
atención considerable ya que se le atribuyen algunos efectos benéficos sobre la función
biológica del ser humano. El Cr3+ es la forma con más estabilidad química y se enlaza
a ligandos que contienen nitrógeno, oxígeno o radicales sulfuros, formando complejos
octaédricos; por su parte, el Cr6+ es tóxico para el organismo. La cantidad de ingesta
del cromo es de 50 a 200 μg/día y su contenido en los alimentos es variable.
Se absorbe en el intestino delgado, especialmente en el yeyuno. El mecanismo
de absorción no se conoce con precisión, se cree que es por difusión o por una proteína
transportadora. Aminoácidos como la metionina y la histidina, así como la vitamina
C, favorecen la absorción del cromo, en tanto los fitatos y los antiácidos la inhiben.
En el cuerpo humano los órganos que almacenan altas cantidades de cromo son
el riñón, hígado, músculo, bazo, corazón, páncreas y hueso. Se excreta principalmente
por el riñón y en menor cantidad en el sudor, heces y en el cabello.
Tiene una función importante en el metabolismo de la insulina, como factor de
tolerancia a la glucosa (FTG). Su deficiencia provoca un deterioro del metabolismo de
la glucosa debido a la mala eficiencia de la insulina.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La digestión de las principales partículas alimenticias es un proceso
ordenado que implica la acción de un gran número de enzimas digestivas.
Como vimos previamente, las enzimas de las glándulas salivales atacan a los
carbohidratos y algo de lípidos, las enzimas gástricas atacan a las proteínas y a los
triglicéridos, pero las enzimas de la porción exocrina del páncreas atacan a los
carbohidratos, proteínas, lípidos, ADN y ARN, completando la digestión de los
alimentos para su posterior absorción.
Otras enzimas que completan el proceso digestivo se encuentran en las
membranas luminales y en el citoplasma de los enterocitos que revisten el intestino
delgado.
La acción de las enzimas es facilitada por el pH alcalino de la secreción acuosa
del páncreas y por la bilis que secreta el hígado.
Los principales carbohidratos de la alimentación son polisacáridos, disacáridos
y monosacáridos. Los almidones (polímeros de glucosa) y sus derivados son los únicos
polisacáridos que son digeridos en el tubo digestivo humano.
La amilopectina que de forma característica constituye, en promedio 75% de
los almidones de la alimentación, es una molécula ramificada, en tanto que la amilosa
es una cadena recta que tiene sólo enlaces α (1-4). 1528
También se ingieren, junto con los monosacáridos fructosa y glucosa los
disacáridos lactosa (azúcar de leche) y sacarosa (azúcar de mesa).
En la boca los almidones son atacados por la α-Amilasa de la saliva (ptialina
salival). El pH óptimo para que actúe dicha enzima es 6,7; sin embargo, permanece
parcialmente activa incluso una vez que pasa al estómago, a pesar de ser ácido el jugo
estomacal, porque el sitio activo está protegido, en cierto grado, por la presencia del
sustrato. En el intestino delgado la α-Amilasa pancreática actúan sobre los
polisacáridos ingeridos.
La α-Amilasa salival y la pancreática (ptialina pancreática) hidrolizan los
enlaces α (1-4), pero respetan los enlaces α (1-6) y los enlaces terminales α (1-4). En
consecuencia, los productos terminales de la digestión de la α amilasa son los
oligosacáridos como el disacárido maltosa; el trisacárido maltotriosa y las α
dextrinas límite, polímeros de glucosa que contienen un promedio de ocho moléculas
de glucosa con enlaces α (1-6).
Las oligosacaridasas que intervienen en la digestión adicional de derivados
de almidón están situadas en el borde en cepillo de las células epiteliales del intestino
delgado. Algunas de estas enzimas tienen más de un sustrato.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La isomaltasa interviene principalmente en la hidrólisis de los enlaces α (1-6). Junto
con la maltasa y la sacarasa, también desdobla maltotriosa y maltosa. La sacarasa
y la isomaltasa al principio son sintetizadas como una sola cadena de glucoproteína
que es insertada en la membrana del borde en cepillo, la cual después es hidrolizada
por las proteasas pancreáticas en subunidades de sacarasa e isomaltasa.
1529
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1530
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
en la época escolar y la adolescencia. La persistencia de la actividad de la lactasa
pasada esta edad se observa en determinadas etnias y zonas geográficas.
La deficiencia de una o más de las oligosacaridasas del borde en cepillo puede
ser causa de diarrea, meteorismo (un cuadro clínico debido a un exceso de gas en la
luz intestinal y al aumento de la sensibilidad de las paredes a la distensión) y
flatulencia tras la ingestión de carbohidratos.
La diarrea se debe a un aumento en el número de moléculas de oligosacárido
osmóticamente activas que permanecen en la luz intestinal, lo que hace que aumente
el volumen del contenido intestinal. En el colon, las bacterias desdoblan algunos de
los oligosacáridos, incrementando más el número de partículas osmóticamente
activas. El meteorismo y la flatulencia se deben a la producción de gas (CO2 y H2) por
los residuos de disacáridos en la porción distal del intestino delgado y en el colon.
1532
Absorción de monosacáridos.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La translocación del GLUT2 no solo se produce en altas concentraciones
luminales de glucosa, sino también en respuesta al GLP-2 que puede actuar desde la
circulación, o tras su liberación por células enteroendocrinas, directamente o
estimulado por el GIP (Au et al., 2002; Kellett et al., 2008).
Por su parte, las diferencias de velocidad de absorción entre los distintos
azúcares se deben a la diferente afinidad que tienen por la proteína transportadora
SGLT1. El transportador tiene dos requisitos estructurales para los monosacáridos:
que sean hexosas en configuración D y que ésta pueda formar un anillo de piranosa.
Por este motivo no puede transportar L-glucosa ni D-fructosa cuyo anillo es de cinco.
La absorción de D-fructosa emplea otro sistema GLUT5, no dependiente de
Na+, mediante difusión facilitada. Una vez en la célula, se isomerisa en parte a glucosa
y llega a la sangre portal como glucosa y fructosa. También en este último caso se
utilizan trasportadores GLUT2 mediante difusión facilitada.
En condiciones fisiológicas, siempre que aumente la concentración de azúcar en
el intestino, se produce absorción a favor de gradiente, no saturable por concentración.
Los sistemas de transporte son necesarios para hacer más rápida la absorción y
retirar de la luz intestinal todo el azúcar absorbible.
La disminución de la absorción del almidón de la dieta conduce a la producción
de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) por parte de las bacterias del colon. Los 1533
AGCC pueden originarse a partir de oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y
polioles fermentables. Los estudios en animales demostraron la presencia del
receptor 2 de ácidos grasos de cadena corta (FFA2 o Free Fat Acid 2), un receptor
acoplado a la proteína G presente en las células endocrinas intestinales. La unión de
los AGCC libera serotonina, provocando un aumento de la motilidad intestinal.
Hace más de 2.000 años, se conoce que la leche puede inducir diarrea y otros
síntomas gastrointestinales en determinadas personas.
Las primeras observaciones de que la lactosa producía diarrea en perros datan de
1860 y fue en 1958 cuando Durand describió que la intolerancia a la lactosa se
asociaba con diarrea crónica en el lactante.
Estudios posteriores confirmaron que esta malabsorción se debía a una
“deficiencia de las enzimas que desdoblan los azúcares” y en 1963 se publicaron las
primeras observaciones sobre la malabsorción de lactosa en adultos. En la actualidad,
se estima que las dos terceras partes de la población adulta mundial son intolerantes
a la lactosa.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La intolerancia a la lactosa es un cuadro clínico caracterizado por dolor
abdominal, náusea, flatulencia y/o diarrea y que se presentan debido a la ingestión de
alimentos que contienen lactosa. La experiencia de los mismos depende de la cantidad
de lactosa que se ingiera y de los alimentos o componentes que acompañen a la lactosa,
de la concentración de lactosa que exista en la mucosa intestinal y de la sensibilidad
individual que tenga la persona a la experiencia de los síntomas.
Debe aclararse que existe, además, una entidad referida como intolerancia a la
leche, que puede deberse a algún otro componente de la leche que no es lactosa.
La deficiencia primaria de la lactasa es la forma más frecuente y aparece
generalmente después de los 2 años de edad, por lo que también se la denomina
hipolactasia del adulto.
La mala digestión de lactosa es una condición fisiológica atribuible a un
desequilibrio entre la cantidad de enzima en la mucosa intestinal y la cantidad de
lactosa ingerida que llega al tracto digestivo, de manera que el exceso de lactosa que
no se digiere permanece en la luz de la mucosa intestinal.
La lactosa que no se absorbe atrae agua osmóticamente hacia el lumen
intestinal, aproximadamente el triple del agua que normalmente existe, de manera
que, como el intestino no puede mantener un gradiente electroquímico elevado entre
el contenido intestinal y la sangre, aumenta el contenido de agua y la fluidez de los 1534
contenidos intestinales. La lactosa que permanece en el lumen intestinal alcanza el
colon, en donde se fermenta por acción de la microbiota intestinal.
Los productos de la fermentación son ácidos grasos de cadena corta (metano,
ácido acético, ácido propiónico y ácido butírico) e hidrógeno. Tanto el metano como el
hidrógeno alcanzan los pulmones por vía sanguínea y constituyen la base de la prueba
de hidrógeno espirado que se utiliza, entre otras cosas, para diagnosticar mala
digestión de lactosa.
El ácido acético se usa como fuente de energía en la célula intestinal, mientras
que los ácidos propiónico y butírico ingresan a la circulación y se transportan al hígado
de manera que la lactosa no digerida por las enzimas intestinales tiene un aporte de
energía al organismo mediante su fermentación.
La mala digestión de lactosa, al ser una condición fisiológica, se mide con
pruebas objetivas como el análisis de hidrógeno espirado o la actividad de lactasa en
biopsia intestinal.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La digestión de proteínas y su absorción como péptidos y aminoácidos, son
esenciales para un correcto funcionamiento fisiológico de todas las células
del organismo.
Las proteínas forman la estructura fundamental de las células y son los compuestos
orgánicos más abundantes del organismo. Los aminoácidos principales son veinte, de
los cuales nueve se consideran esenciales.
Los aminoácidos no esenciales son también necesarios para la síntesis de
proteínas, pero el organismo puede sintetizarlos a partir de otros aminoácidos.
Las proteínas completas suministran todos los aminoácidos esenciales
requeridos para el crecimiento y mantenimiento normal del organismo, los cuales se
encuentran en el huevo, carnes de aves de corral y el pescado.
Por su parte, las proteínas vegetales son proteínas incompletas, pues no
aportan los aminoácidos esenciales en cantidad suficiente.
En general, los alimentos contienen muchas proteínas y pocos aminoácidos
libres. Existen casos de proteínas que pueden absorberse enteras por endocitosis por
parte de las células M de la mucosa intestinal, pero su proporción es despreciable
desde el punto de vista nutricional. Por ejemplo, los recién nacidos parecen absorber
una cantidad no despreciable de proteínas no digeridas, por lo que pueden absorber 1535
los anticuerpos de la primera leche (calostro) de la madre, con consecuencias
inmunológicas beneficiosas.
Sin embargo, en adultos, en la vena porta sólo penetran aminoácidos libres, ya
que la proteína extraña resultaría ser muy antigénica, aunque existe una excepción
por parte de la toxina botulínica que es una proteína resistente a la digestión y está
intacta cuando se absorbe a la sangre. Lo normal es que las proteínas sean
hidrolizadas a aminoácidos, dipéptidos y tripéptidos y posteriormente absorbidas.
La hidrólisis de las proteínas de la dieta se inicia en el estómago por la pepsina
del jugo gástrico, la cual es una endopeptidasa que libera aminoácidos, péptidos y
polipéptidos de cadena corta, lo que ayuda a producir un quimo más homogéneo,
aunque no es esencial, ya que hidroliza a las proteínas en un 15%.
Las proteínas vegetales son las menos digeribles a diferencia de las de origen
animal, como la ovoalbúmina (proteína del huevo), entre 85 a 90%. No obstante, entre
el 30% y el 60% de las proteínas halladas en la luz intestinal no provienen de los
alimentos ingeridos sino del desprendimiento de células muertas y de secreciones
proteicas como enzimas y moco.
La mayor parte de la digestión proteica se produce en el duodeno y el yeyuno
por las proteasas del jugo pancreático que son segregadas como proenzimas. La
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
mucosa contiene a la enzima enteroquinasa, que activa el tripsinógeno a tripsina, y
ésta por autocatálisis activa más tripsinógeno y a las demás proenzimas.
Las endopeptidasas, que hidrolizan enlaces peptídicos internos, son la tripsina,
la quimotripsina y la elastasa, mientras que las exopeptidasas (eliminan
aminoácidos de los extremos de las cadenas peptídicas), son las carboxipeptidasas A
y B que eliminan los aminoácidos del extremo carboxilo y las aminopeptidasa del
borde de cepillo que escinde los aminoácidos del extremo amino.
En la membrana de los enterocitos existen aminopeptidasas (de menor acción
en la digestión) y peptidasas que finalizan la hidrólisis hasta aminoácidos libres,
dipéptidos y tripéptidos.
1536
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
que mueve estos péptidos también es responsable de la captación intestinal de ciertos
fármacos que incluyen los antibióticos betalactámicos, inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina e inhibidores de la trombina.
A partir de los estudios de transportadores y de estudios genéticos, se han
descrito al menos 6 sistemas de simportadores para la captación de L-aminoácidos
desde la luz intestinal:
Simport de aminoácidos neutros para aminoácidos con cadenas laterales cortas
o polares (Ser, Thr, Ala).
Simport de aminoácidos neutros para las cadenas laterales aromáticas o
hidrofóbicas (Phe, Tyr, Met, Val, Leu, Ileu).
Simport de iminoácidos (Pro, OH-Pro).
Simport de aminoácidos básicos (Lys, Arg, Cys).
Simport de aminoácidos ácidos (Asp, Glu).
Simport de β-aminoácidos (β-Ala, Tau).
1537
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Es importante destacar que algunos péptidos de más de tres aminoácidos son
absorbidos por transcitosis después de unirse a receptores de membrana sobre la
superficie luminal del intestino.
Esto tiene implicancia clínica dado que estos péptidos pueden actuar como
antígenos, sustancias que estimulan la formación de anticuerpos y producen
reacciones alérgicas. En consecuencia, la absorción intestinal de péptidos puede ser
un factor importante en el desarrollo de alergias alimentarias.
En los recién nacidos la absorción de péptidos tiene lugar inmediatamente en
las células de las criptas intestinales. En el momento del nacimiento, las vellosidades
intestinales son muy pequeñas, de modo que las criptas intestinales están bien
expuestas al contenido luminal.
A medida que las vellosidades crecen y las criptas intestinales tienen menos
acceso al quimo, las altas tasas de absorción de péptidos presentes en el momento del
nacimiento disminuyen.
Esto también se usa en caso de fármacos peptídicos indigeribles que pueden ser
administrados vía enteral (por boca) en lugar de parenteral (inyección vía venosa). Un
ejemplo es DDAVP (l-desamino-8-D arginina vasopresina), un análogo sintético de la
vasopresina, que no se degrada como lo hace la hormona intacta vasopresina. Al
modificar ligeramente la estructura de la hormona, se favorece la absorción de una 1538
sustancia que tiene la misma acción que la hormona original, pero sin ser destruido
en el TGI.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El gran problema para la degradación de los lípidos es que no puede realizarse
directamente dada la naturaleza hidrofóbica de las grasas que impide el acceso de las
enzimas digestivas hidrosolubles; además, las gotas de grasa presentan sólo una
superficie limitada para la acción enzimática. Sin embargo, estos problemas se
resuelven con el proceso de emulsificación.
El cambio en la naturaleza física de los lípidos empieza en el estómago, en el
cual la temperatura corporal ayuda a licuar los lípidos de la dieta y los movimientos
peristálticos ayudan a formar la emulsión lipídica. Las lipasas salival y gástrica,
estables en medio ácido, también ayudan al proceso de emulsificación.
La tasa inicial de hidrólisis es lenta debido a que se hallan separadas las fases
agua-lípidos, y a que la interfase entre éstos es relativamente pequeña. Sin embargo,
una vez que se inicia la hidrólisis, los TAG inmiscibles en agua se degradan a ácidos
grasos, que actúan como surfactantes, confieren una superficie hidrófila a las gotitas
lipídicas y las rompen en partículas más pequeñas, aumentando así la interfase lípido-
agua y facilitando una hidrólisis rápida.
Por tanto, la fase lipídica se dispersa en la fase acuosa como una emulsión. Los
fosfolípidos, los ácidos grasos y los monoacilgliceroles de la dieta también actúan como
surfactantes.
La emulsión de lípidos es impulsada desde el estómago al duodeno, donde 1540
prosigue la digestión llevada a cabo por las enzimas segregadas por el páncreas. La
liberación de ácidos biliares de la vesícula biliar estimulada por la CCK facilita la
solubilización.
La enzima más importante segregada por el páncreas para la digestión de los
lípidos es la lipasa pancreática, el problema es que esta enzima se inactiva en
presencia de sales biliares segregadas normalmente en el intestino delgado. Esta
inhibición se supera por la secreción concomitante de colipasa por el páncreas (como
Procolipasa y activada por la tripsina), la cual se une a la interfase agua-lípido y a la
lipasa pancreática, fijando y activando simultáneamente a la enzima.
La función del bicarbonato de jugo pancreático y de la bilis es neutralizar el
quimo ácido. Así, puede actuar la lipasa pancreática, activa entre pH 6 y 8, que se
encarga de hidrolizar los enlaces éster de los TAG en los carbonos C1 y C3, lo que da
como resultado ácidos grasos libres y monoglicéridos en la posición 2 (2-MAG).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
grasos. Los lípidos penetran en el enterocito por: 1) difusión no iónica; 2) incorporación
en la membrana del enterocito (colisión), o 3) transporte mediado por transportador.
1542
Transporte micelar de los productos de degradación lipídica hacia la superficie del
enterocito (Binder y Mansbach, 2017).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1543
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El epitelio del intestino delgado expresa una familia de proteínas de unión de
bajo peso molecular que tienen la capacidad de unirse a ácidos grasos y otros lípidos
de la dieta. Las más conocidas son la proteína de unión a ácido graso ileal (I-
FABP) y la FABP tipo hígado (hepática) y trasportan a los ácidos grasos hacia el
RER para su procesamiento.
La activación de ácidos grasos se consigue mediante la acil-CoA sintasa. Los
quilomicrones se ensamblan en el RER antes de ser liberados al LEC por exocitosis y,
al final, dejan el intestino a través del sistema linfático.
Los Qm no pueden entrar en los capilares sanguíneos y lo hacen en los capilares
linfáticos que son mucho más permeables, a través de los cuales terminan llegando al
conducto torácico y a la circulación general.
Una vez que los Qm se encuentran en la sangre, su contenido en TAG es
eliminado por la lipoproteína lipasa (LPL), unida al endotelio de los vasos
sanguíneos. Esta enzima hidroliza los TAG, proporcionando ácidos grasos libres y
glicerol para su uso por las células. Las partículas sobrantes que contienen colesterol
son captadas por el hígado.
Algunos ácidos grasos pueden circular en sangre unidos a la albúmina; de
hecho, la mayoría de los ácidos grasos de cadena media (8-12 carbonos) y todos los de
cadena corta son transportados por vía portal. 1544
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las vitaminas liposolubles (A, D, E, K) tienen un proceso de absorción
parecido al de los lípidos.
En primer lugar, son englobadas en las micelas y terminan entrando en las células
por difusión a favor de gradiente de concentración, para pasar posteriormente a los
quilíferos linfáticos.
La vitamina A se absorbe en el intestino delgado de forma pasiva, después de
haberse hecho hidrosoluble por la solubilización micelar. Luego es convertida en éster
de retinol y transportada por los quilomicrones al hígado, desde donde es liberada.
Las necesidades diarias de vitamina A son de 1000 ER (equivalentes de retinol),
que es la forma principal de la vitamina A, aunque el aldehído retinal y el ácido
retinoico son también formas activas. El origen de estos compuestos es directamente
de fuentes animales (leche, manteca, quesos) o a través de la conversión en el intestino
de los betacarotenos (zanahorias y vegetales verdes).
La vitamina A es parte constituyente de la rodopsina, pigmento visual de la
retina. También interviene en el mantenimiento de los tejidos epiteliales, y
desempeña un papel importante en la síntesis de mucopolisacáridos y en la
reproducción.
El exceso de vitamina A (hipervitaminosis) produce cefaleas, vómitos, 1545
alteraciones en la piel, anorexia y alteraciones en los huesos largos.
La vitamina D (colecalciferol) se absorbe pasivamente y depende de la
solubilización micelar. En sangre la vitamina D va unida a una “proteína fijadora de
vitamina D”, y en el hígado esta vitamina se convierte en su forma activa, que es el
25-hidroxicolecalciferol, el cual a su vez es transformado en el riñón en 1,25-
dihidroxicolecalciferol. Sus acciones fisiológicas son estimular la absorción de calcio y
fosfato en el intestino y movilizar el calcio y el fosfato del hueso.
Necesitamos diariamente unas 200 UI (1 UI = 0,025 µg) de vitamina D, que
obtenemos del hígado, la manteca y la leche. La vitamina D puede proceder también
de nuestra propia piel, ya que en ella existe abundante 7-deshidrocolesterol que por
acción de la luz ultravioleta se convierte en colecalciferol.
La deficiencia de vitamina D puede producir en los niños un trastorno de la
formación y osificación normal del hueso denominado raquitismo, y en los adultos,
osteomalacia. El exceso de vitamina D produce vómitos, diarrea y trastornos
renales.
La vitamina E (α-tocoferol) tiene un proceso de absorción intestinal igual que
el de las vitaminas A y D: solubilización micelar y difusión pasiva, para ser luego
transportada en sangre asociada a las lipoproteínas y los hematíes.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Se precisan al día unos 10 mg de vitamina E, que se obtienen de la leche, la
mantequilla, la carne, la yema del huevo y las plantas verdes. Es importante para el
ser humano porque es un potente antioxidante en todo el organismo, evitando los
daños de las membranas celulares. Los hematíes de los individuos que tienen
deficiencia de vitamina E son más frágiles que los de los individuos normales. El
exceso de vitamina E no parece tener efectos perjudiciales, siendo relativamente
atóxica.
La absorción de la vitamina K es diferente según cual sea el origen de la
misma: si su origen es la dieta, fundamentalmente de los vegetales verdes
(filoquinonas), la absorción tiene lugar en el intestino proximal y es de tipo activo. Si,
por el contrario, el origen son las bacterias del intestino delgado (menaquinonas), la
absorción depende de la solubilización micelar y es un proceso pasivo. La vitamina K
es luego transportada al hígado por los quilomicrones, y allí participa en la síntesis de
diversos factores que intervienen en la coagulación.
La deficiencia de vitamina K se asocia a trastornos de la coagulación, mientras
que las dosis excesivas de la misma, a pesar de ser bastante atóxica, puede producir
ictericia.
En el caso de las vitaminas hidrosolubles (C, B1, B2, B6, B12, la niacina, la
biotina y el ácido fólico), para atravesar la membrana apical se necesitan sistemas de 1546
transporte activo que suelen ser dependientes de Na+.
Las necesidades diarias de vitamina C (ácido ascórbico) son de unos 60 mg,
su principal origen son las frutas y vegetales, y tiene una gran importancia en nuestro
organismo al participar como coenzima en numerosos procesos oxidativos. Se absorbe
principalmente en el íleon por transporte activo y su deficiencia da lugar al escorbuto.
La vitamina B1 (tiamina) se absorbe en el yeyuno por dos mecanismos
dependiendo de su concentración en la luz intestinal. Si la concentración es alta, la
absorción se produce por difusión pasiva, en cambio, cuando la concentración es baja,
el mecanismo de absorción es activo, mediante un transportador que consume energía.
Se precisa al día aproximadamente 1 mg, y su fuente de ingresos son las carnes,
menudillos (vísceras comestibles de un ave, incluyendo típicamente el corazón, la
molleja, el hígado y otros órganos internos), granos completos (enteros) y legumbres.
Su importancia radica en su participación en el metabolismo de los hidratos de
carbono y del sistema nervioso. La carencia de vitamina B1 produce la enfermedad
llamada beriberi.
La vitamina B2 (riboflavina) se absorbe por un sistema de transporte activo
específico y saturable, que se localiza en el intestino delgado proximal. Las
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
necesidades diarias son de unos 2 mg, y se encuentra ampliamente distribuida en los
alimentos, sobre todo en los lácteos. En el organismo es un importante componente de
las flavoproteínas y desempeña un importante papel en el metabolismo. Su déficit
produce trastornos del crecimiento y alteraciones nerviosas.
La vitamina B6 (piridoxina) se absorbe en el intestino delgado por difusión
simple. Se necesitan algo más de 2 mg/día de esta vitamina, y se encuentra en las
carnes, verduras, cereales integrales y lácteos. Tiene importancia en el metabolismo
de los hidratos de carbono y de los aminoácidos. Su carencia ocasiona alteraciones del
sistema nervioso y de la piel.
El proceso de absorción de la cobalamina (vitamina B12) es más complejo
debido a que sus grandes dimensiones y su alta hidrofilia no permiten el paso a través
de la membrana.
En el estómago, una vez liberada por la pepsina de las proteínas a las que está
unida, se une a la haptocorrina (proteína R) una glucoproteína liberada por las
glándulas gástricas y las salivares que la protege de la pepsina gástrica. En el
duodeno, la haptocorrina es degradada por las proteasas pancreáticas. La cobalamina
se une al FI segregado por las células oxínticas del estómago, forma un complejo
resistente a la digestión de las proteasas pancreáticas y alcanza el íleon.
En la membrana apical de los enterocitos del íleon existen numerosos 1547
receptores muy específicos que en presencia de Ca2+ fijan el complejo FI-B12 y
comienzan un lento proceso de endocitosis. En el interior se degrada el FI y la B12 se
une a la transcobalamina II (TC II); de esta forma alcanza la sangre y se lleva a los
tejidos.
La absorción de la niacina depende de su concentración en la dieta. Cuando la
concentración es baja se absorbe en el intestino delgado por un transportador
dependiente de Na+, mientras que, si la concentración es alta, la difusión es pasiva.
La niacina está implicada en numerosas reacciones de óxido-reducción, ya que es un
componente de NADH y NADPH, coenzimas que participan en el metabolismo de las
proteínas, los hidratos de carbono y las grasas. Se precisan unos 20 mg al día de
niacina, que se obtienen de las carnes, el hígado y las legumbres. Su deficiencia
ocasiona la enfermedad denominada pelagra, caracterizada por demencia, dermatitis
y diarrea.
La biotina se absorbe en el intestino delgado por un sistema de transporte
activo dependiente de Na+, pero si las concentraciones luminales son altas, la difusión
es pasiva. Las necesidades diarias de biotina son muy pequeñas, unos 200 μg, que se
obtienen de la yema del huevo, leche, legumbres, verduras, hígado y levadura de
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
cerveza. Es una vitamina necesaria para la síntesis de grasas, en el metabolismo de
los aminoácidos y en la formación de glucógeno.
Los folatos (ácido fólico o vitamina B9) son un grupo de vitaminas
hidrosolubles que contienen ácido pteroico, que es esencial para la maduración normal
del eritrocito, ya que es necesario para la síntesis de nucleótidos. Se ingiere en forma
de poliglutamatos, que son degradados por una enzima del ribete en cepillo hasta
monoglutamilfolatos, los cuales son captados por el enterocito mediante un sistema
de transporte facilitado. Una vez en el enterocito, pueden ser liberados directamente
a la circulación sanguínea o ser convertidos previamente en tetrahidrofolatos.
Diariamente necesitamos alrededor de 0,5 mg de ácido fólico, que obtenemos de
los vegetales de hoja oscura, el hígado y las legumbres. Su déficit produce anemia
megaloblástica, así como alteraciones dermatológicas y retrasos del crecimiento.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El intestino grueso es la porción del tubo digestivo que continúa al íleon y
se extiende desde el orificio ileal hasta el ano.
El intestino grueso mide en su totalidad de 1,50 a 1,80 m en el adulto. Su diámetro
disminuye progresivamente desde el ciego hasta el colon sigmoideo. A nivel del recto
presenta una dilatación, llamada ampolla del recto, y luego vuelve a estrecharse a
nivel del canal anal.
La disposición que adopta en la cavidad abdominal se denomina marco colónico
y está dividido en:
1) El ciego, situado por debajo del orificio ileal, junto con el apéndice
vermiforme.
2) El colon con sus distintas porciones:
a) el colon ascendente, que se dirige hacia la cara visceral del hígado y se
continúa con la flexura cólica derecha.
b) La flexura cólica derecha (hepática), entre el colon ascendente y el colon
transverso.
c) El colon transverso, que llega a la parte superior e izquierda del abdomen.
d) La flexura cólica izquierda (esplénica), angulación del colon que se
encuentra por debajo del bazo entre el colon transverso y el colon
descendente. 1549
e) El colon descendente, vertical hasta la cresta ilíaca, interpuesto entre la
flexura cólica izquierda y el colon sigmoideo.
f) El colon sigmoideo, segmento terminal del colon, situado por encima de
la línea arqueada de la pelvis, se continúa hacia abajo, a la altura de la S3,
con el recto.
g) El recto, que se extiende desde el colon sigmoideo, a unos 13 a 15 cm del
ano (a la altura de la tercera vértebra sacra), hasta la flexura perineal, a 3
cm de la piel y por delante del cóccix, donde se continúa con el canal anal.
h) El canal anal, última porción del intestino grueso, que comienza con las
columnas anales a nivel de la unión anorrectal y, luego de un trayecto de 3
o 4 cm, termina en el ano. La mucosa del conducto anal está compuesta por
pliegues longitudinales llamados columnas anales, que contienen una red
de arterias y venas. En el orificio externo del conducto anal, el ano, hay un
esfínter interno de músculo liso (involuntario) y un esfínter anal externo de
músculo esquelético (voluntario). En condiciones normales, estos esfínteres
mantienen el ano cerrado, excepto durante la evacuación de las heces.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1550
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las tenias o cintillas longitudinales del colon, están formadas por la
concentración de las fibras musculares longitudinales del colon, agrupadas en tres
bandeletas, siguiendo al eje mayor del intestino. Miden de 8 a 15 mm de ancho y
comienzan en la base del apéndice vermiforme, sobre la pared del ciego, en número de
tres y desaparecen a nivel del recto.
Las haustras del colon son dilataciones de la pared en forma de saco que se
encuentran ubicadas entre dos pliegues semilunares (pliegues de contracción
semilunares, entre dos haustras, formados por todas las capas de la pared intestinal),
que forman sus límites. Las haustras se interponen entre las tenias, como si estas
últimas fruncieran el intestino grueso. Las haustras están mucho más desarrolladas
a nivel del ciego y del colon sigmoideo y son más numerosas en el colon transverso.
También presenta apéndices omentales, que son pequeñas proyecciones
adiposas de la serosa que se observan en la capa externa del colon.
La pared del colon está constituida por las mismas capas que el resto del
tubo digestivo: mucosa, submucosa, capa muscular circular, capa muscular
longitudinal y serosa, aunque presenta algunas peculiaridades.
La superficie luminal de la membrana mucosa del intestino grueso es bastante lisa, 1551
dado que no tiene vellosidades. Asimismo, las glándulas tubulares (criptas de
Lieberkühn) son más largas y rectas que en el intestino delgado.
El epitelio es simple cilíndrico alto. El borde en cepillo de las células absortivas
es más bajo y las células caliciformes son mucho más abundantes que en el intestino
delgado. Al igual que en este último, aparecen células madre, células
enteroendocrinas y células más indiferenciadas hacia el fondo de las criptas.
La lámina propia se compone de tejido conectivo reticular con células
abundantes ubicado entre las criptas. Se observan folículos linfáticos solitarios con
mayor frecuencia que en el intestino delgado y pueden extenderse hasta la
profundidad de la submucosa.
La lámina muscular de la mucosa se compone de una capa circular interna
y otra longitudinal externa.
La submucosa se compone de tejido conectivo laxo que puede contener
cantidades considerables de tejido adiposo. En esta capa, se distinguen el plexo
submucoso y vasos sanguíneos.
La muscular externa presenta características diferentes de las del intestino
delgado. La capa circular interna es completa, mientras que la externa forma tres
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
bandas longitudinales planas, las tenias del colon. La capa muscular longitudinal
entre las tenias es muy fina y puede faltar por completo. En el recto, las tenias se
expanden y la capa muscular longitudinal adquiere un espesor uniforme alrededor de
la luz.
1552
Corte sagital de las glándulas intestinales y los tipos celulares del colon (Tortora y
Derrickson, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Vista tridimensional de las capas del intestino grueso (Tortora y Derrickson, 2018).
1553
El colon tiene una inervación intrínseca y una inervación extrínseca. La
inervación intrínseca depende del SNE, que conforma una extensa red de
interconexiones neuronales y ganglios organizados en dos plexos, el plexo mientérico
y el plexo submucoso. Estos plexos permiten una regulación autónoma de la motilidad,
la secreción y la absorción, e incluso muy posiblemente de las funciones inmunitarias.
La inervación extrínseca es realizada por el SNA (simpático y
parasimpático). Las fibras del SNS alcanzan el colon por los plexos vasculares,
mientras que las fibras del SNPS provienen en el colon derecho del nervio vago y en
el colon izquierdo de los nervios esplácnicos pélvicos. En términos generales, las
eferentes parasimpáticas son predominantemente excitatorias, mientras que las
simpáticas son inhibitorias.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
presencia de abundante tejido linfoide que forma una capa casi continua de folículos
grandes y pequeños.
Se desarrolla embriológicamente a partir del ciego. En los adultos, el apéndice
mide por término medio unos 10 cm de largo, aunque puede variar entre los 2 y 20
cm. El diámetro del apéndice es normalmente menor de 7 u 8 mm.
Aunque la base del apéndice se suele encontrar en una localización constante,
la localización de la punta del apéndice puede variar desde ser retrocecal hasta
encontrarse en la pelvis o ser extraperitoneal. En la mayoría de las personas, el
apéndice se encuentra en el cuadrante inferior derecho del abdomen. En personas con
situs inversus, el apéndice puede encontrarse en la parte inferior izquierda.
La luz de la mucosa presenta un contorno anguloso irregular y en los adultos
puede estar ocluida por completo. La mucosa carece de vellosidades y hay menos
glándulas de Lieberkühn que en el resto del intestino grueso.
En su mayor parte, el epitelio consiste de células cilíndricas absortivas, con un
borde en cepillo, mientras que las células caliciformes son escasas en comparación con
el resto del colon. Se encuentra gran cantidad de células enterocromafines,
caracterizadas en general por su contenido de serotonina.
La lámina propia está totalmente infiltrada por linfocitos que, al corte, se 1554
observan como un anillo completo de folículos solitarios. En consecuencia, el apéndice
se considera también un órgano linfoide secundario. Los folículos penetran en la
muscular de la mucosa y también aparecen en la submucosa, lo cual dificulta la
identificación de la poco definida muscular de la mucosa.
La submucosa es gruesa y suele contener numerosos adipocitos. La muscular
externa es mucho más delgada que en el resto del intestino grueso. La capa
longitudinal externa es continua, sin presencia de tenias. La serosa recubre la
superficie externa y no se diferencia de la serosa intestinal.
La afección más común es la apendicitis, un proceso inflamatorio un
taponamiento de la luz del apéndice por un apendicolito, semillas pequeñas de
algunas frutas o infecciones (Áscaris lumbricoide, Enterobius vermicularis o Tenia
sp.), la cual causa una obstrucción con aumento de la presión por la producción de
mucosidad propia del órgano.
El aumento progresivo de la presión intraapendicular va ocluyendo por presión
externa primero los capilares linfáticos, luego los venosos y al final, los arteriales,
conduciendo a una isquemia que evoluciona a gangrena y posteriormente a
perforación. La perforación conduce a una peritonitis y ésta a la muerte del paciente.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Esta ruta de progresión de la enfermedad se interrumpe con la extirpación quirúrgica
(apendicectomía).
El cuadro clínico de la apendicitis aguda se caracteriza por la presencia de
dolor en epigastrio o periumbilical, que luego se traslada a fosa ilíaca derecha (FID);
seguido de vómito, náusea o anorexia además de fiebre, presentando finalmente
leucocitosis. A esta secuencia de síntomas se le conoce con el nombre de Secuencia
de Murphy. Es importante señalar que no siempre el cuadro clínico es tan florido.
El diagnóstico de la apendicitis se basa en la historia clínica y exploración física,
completado con análisis de sangre, orina y otras pruebas como las radiografías simples
de abdomen.
La exploración física se basa en la palpación abdominal. Comienza como un
dolor difuso o en la zona periumbilical y puede concentrarse más adelante en la FID,
en el punto medio entre el ombligo y la espina ilíaca anterosuperior o Punto de
McBurney (si el apéndice inflamado entra en contacto con el peritoneo parietal).
Otros signos sugerentes de apendicitis son el Signo de Blumberg (de
“rebote”), el Signo de Rovsing (la presión en el lado izquierdo sobre un punto
correspondiente al de McBurney en el lado derecho, despierta dolor en este por el
desplazamiento de los gases desde el sigmoides hacia la región ileocecal que produce
dolor por la distensión del ciego), el Signo de Cope del obturador interno (dolor 1555
provocado en el hipogastrio al flexionar el muslo derecho y rotar la cadera hacia
adentro), el Punto de Lanz (punto situado en la unión del tercio derecho con el tercio
medio de una línea que une ambas espinas iliacas anterosuperiores), el Punto de
Morris (punto situado a unos 4 centímetros por debajo del ombligo, en una línea que
va de este a la espina iliaca anterosuperior derecha) y el Signo de Cope del psoas
(aumento del dolor en FID al realizar la flexión activa de la cadera derecha).
Una vez diagnosticada la apendicitis aguda, el paciente debe recibir
tratamiento médico y quirúrgico. El manejo médico se hace con hidratación del
paciente; aplicación de antibióticos adecuados y analgésicos. La cirugía consiste en
hacer incisión en fosa ilíaca derecha o laparotomía según la gravedad de paciente y
extirpar el apéndice afectado, así mismo drenar el líquido infectado y lavar la cavidad
con solución fisiológica.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La actividad motora del colon es uno de los aspectos más importantes de su
fisiología, puesto que es la que regula el contacto de los residuos con la flora
bacteriana y, sobre todo, porque es la encargada de almacenar las heces y
regular de forma adecuada la expulsión de las mismas.
El paso del quimo del íleon al ciego está regulado por la acción del esfínter ileocecal.
En condiciones normales, la válvula está parcialmente cerrada, de manera que el
quimo transita hacia el ciego lentamente.
Después de una comida, un reflejo gastroileal intensifica la peristalsis en el
íleon y propulsa el quimo hacia el ciego. La hormona gastrina también relaja el
esfínter. Cuando el ciego está distendido, el grado de contracción del esfínter ileocecal
aumenta.
Los reflejos locales, desencadenados por la distorsión del epitelio del colon y
producidos, por ejemplo, por el paso de un bolo de material fecal, estimulan la
secreción de Cl- y líquido, mediados por 5-HT por parte de las células
enteroendocrinas, y por ACh por parte de los nervios motores secretores entéricos.
Asimismo, los arcos reflejos largos que se originan más proximalmente en el
aparato digestivo o en otros sistemas corporales, también modifican la motricidad del
colon. Un ejemplo de reflejo de este tipo es el reflejo gastrocólico en el cual la
distensión del estómago activa un aumento generalizado en la motilidad del colon y 1556
un movimiento en masa de material fecal. Este reflejo tiene componentes
quimiosensitivos y mecanosensitivos en su lugar de origen, e implica la liberación de
5-HT y ACh.
Como el quimo se mueve a través del intestino delgado con una velocidad
constante, el tiempo requerido para que el alimento llegue al colon está determinado
por el tiempo de vaciamiento gástrico. A medida que los alimentos pasan por la
válvula ileocecal, ocupan el ciego y se acumulan en el colon ascendente.
Dentro de la actividad motora colónica se distinguen movimientos segmentarios
o de segmentación de mezclado y los movimientos de propulsión.
Los movimientos segmentarios implican contracciones de baja amplitud, a
veces simultáneas en varios segmentos, a veces con sentido peristáltico o
antiperistáltico a lo largo de cortos segmentos, que no ocluyen la luz colónica para a
un mezclado y facilitación de la digestión bacteriana y la absorción colónica. Esto
pueden dar lugar a un avance o un flujo retrógrado del material intraluminal, aunque
el efecto neto es un enlentecimiento del tránsito a lo largo del colon.
La propagación del contenido colónico en el ser humano depende
fundamentalmente de las contracciones en masa, especialmente las contracciones
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
propagadas de alta amplitud. Estas contracciones suelen iniciarse en el colon
ascendente y originan un movimiento de avance de gran cantidad de material
intraluminal. Ocurren una 6 veces al día, más frecuentemente por el día y sobre todo
después de las comidas, y se correlacionan con sensaciones como borborigmos o deseo
de defecar.
De forma similar, el reflejo ortocólico se activa al levantarse de la cama y
promueve una necesidad matutina de defecar en muchos individuos.
La motilidad colónica varía a lo largo de las 24 horas del día. Los efectos más
notables son los producidos por el sueño, que inducen una profunda inhibición de la
actividad motora, tanto segmentaria como propulsiva. El despertar tiene una clara
relación con la reaparición de la actividad motora, señalando que el SNC, a través del
SNA, tiene un importante papel regulador.
La primera parte de una comida llega al ciego en alrededor de 4 h en casi todas
las personas y en término de 8 a 9 h llegan al colon todos los restos no digeridos. En
promedio, los primeros residuos de la comida atraviesan el primer tercio del colon en
6 h, el segundo tercio en 9 h y llegan al colon sigmoide en 12 h. Desde el colon sigmoide
hasta el ano, el transporte es mucho más lento.
El péptido YY se sintetiza en las células enteroendocrinas localizadas en el
íleon terminal y el colon, llamadas células L, y se libera como respuesta a los lípidos 1557
de la luz. Disminuye el vaciamiento gástrico y la motilidad propulsiva intestinal.
También reduce la secreción de Cl- y, por tanto, la secreción de líquido por parte de
las células epiteliales intestinales. Por tanto, el péptido YY funciona como “freno
ileal”, porque se libera si los nutrientes, especialmente la grasa, no son absorbidos en
el momento en el que la comida alcanza el íleon terminal y la parte proximal del colon.
Mediante la reducción de la propulsión del contenido intestinal, en parte por la
limitación de su fluidez y de su motilidad inducida por la distensión, el péptido YY
proporciona más tiempo para que los alimentos sean retenidos en el intestino delgado,
donde sus nutrientes constituyentes pueden ser digeridos y absorbidos.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Por otra parte, las mutaciones con pérdida funcional del CFTR son la causa de
la fibrosis quística, en la cual el transporte de Cl- está alterado o inhibido.
El CFTR desempeña además una función reguladora, de manera que su
fosforilación inhibe al intercambiador NHE, disminuyendo de este modo la absorción
de Na+. Es importante destacar que el CFTR también es capaz de transportar Cl- en
el sentido opuesto, facilitando la reabsorción de este ion.
La secreción de K+ a través de los canales de K+ luminales discurre de forma
paralela a la secreción de Cl- a través del CFTR y es estimulada igualmente por AMPc,
GMPc y la proteína cinasa C (PKC). La expresión de los canales de K+ luminales
también es estimulada por la aldosterona y los glucocorticoides.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Por su parte, la flora del colon tiene una implicación fundamental en la
promoción del desarrollo del epitelio normal del colon y en la estimulación de sus
funciones diferenciadas. Además, estas bacterias destoxifican xenobióticos
(sustancias originadas en el exterior del organismo, como los fármacos) y protegen el
epitelio del colon de la infección por patógenos invasores.
La reducción de la acidez gástrica y la alteración del peristaltismo del tubo
digestivo pueden dar lugar a una proliferación excesiva de las bacterias comensales
en el estómago y el intestino delgado, lo que origina síntomas clínicos de hipoabsorción
y un posible aumento del riesgo de neumonía por aspiración.
La antibioterapia hace disminuir la microflora comensal y la resistencia a la
colonización, lo que hace posible el desarrollo de cepas de Clostridium difficile
productoras de toxinas y reduce el inoculo necesario para la colonización del intestino
por parte de especies patógenas, como Salmonella.
Las toxinas sintetizadas por C. difficile llevan a cabo una parte de sus acciones
dañinas a través de la disociación de microfilamentos de actina por glucosilación de
la familia de proteínas rho, lo que origina una alteración de las zonas de unión
intercelular.
De manera semejante, las cepas enteropatógenas de Escherichia coli
defosforilan y disocian moléculas de ocludina pertenecientes a las zonas de unión 1559
intercelular en el intestino.
El C. difficile se encuentra en el ambiente (en la tierra, el aire, el agua, las heces
humanas y animales, y los alimentos, por ejemplo, las carnes procesadas). Una
pequeña cantidad de personas sanas llevan la bacteria de forma natural en el
intestino grueso y no presentan los síntomas de la infección.
La infección por C. difficile suele asociarse con la atención médica y el uso de
antibióticos, que se produce en hospitales y otros centros de atención médica donde
hay un porcentaje mucho mayor de personas que tienen la bacteria. No obstante, los
estudios muestran tasas en aumento de infección por C. difficile asociada con la
comunidad, que se producen en poblaciones que tradicionalmente no se consideran de
alto riesgo, por ejemplo, niños y personas sin antecedentes de uso de antibióticos u
hospitalizaciones recientes.
Las esporas de la bacteria C. difficile se eliminan en las heces y se propagan a
los alimentos, superficies y objetos cuando las personas infectadas no se lavan las
manos correctamente. Estas esporas pueden sobrevivir en una habitación durante
semanas o meses. Si se tocan superficies contaminadas por esporas de C. difficile, es
posible que se ingieran bacterias sin saberlo.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La bacteria secreta toxinas que desencadenan la secreción de Cl- por medio de
vías dependientes de Ca2+, además de dañar la función de barrera del epitelio, lo cual
genera una diarrea secretoria que puede ser muy importante. Esta diarrea líquida
puede desarrollarse tres o más veces por día durante dos o más días, además de
presentarse dolor con la palpación y cólicos abdominales leves.
Los signos y síntomas de una infección grave comprenden: diarrea líquida de
10 a 15 veces por día, dolor y cólicos abdominales intensos, taquicardia, fiebre, sangre
o pus en las heces, leucocitosis, náuseas, deshidratación, pérdida de apetito e
insuficiencia renal.
Las infecciones por C. difficile de leves a moderadas pueden avanzar con
rapidez y resultar mortales si no reciben tratamiento de inmediato.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Asimismo, los intercambiadores iónicos acoplados en la membrana apical
transportan Na+ y Cl- hacia la célula en intercambio por H+ y HCO3-, respectivamente,
y cada uno de estos procesos de intercambio requiere la actividad del otro. Una
característica importante es que la isoforma de intercambiador de Na+/H+ (NHE3) que
participa en este mecanismo de transporte es inhibida por el AMPc; por ende, el
proceso de transporte general puede ser inhibido de igual modo por este segundo
mensajero. El intercambiador NHE está regulado al alza en el colon distal por los
glucocorticoides.
La absorción del K+ está mediada por la H+/K+- ATPasa (pertenecientes a la
familia de las ATPasas tipo P) en la membrana luminal. Por otra parte, el transporte
de K+ basolateral se realiza a través de canales de K+ y del cotransportador de K+-Cl-
(KCCl). Para hiperpolarizar la membrana con el fin de establecer una fuerza
impulsora para el transportador ENaC se necesitan tanto los canales de K+
basolaterales como los luminales.
La fibra en la dieta y otros carbohidratos complejos que no pueden ser digeridos
por enzimas de mamífero son degradados en el colon por la flora bacteriana residente,
y generan ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como acetato, propionato y
butirato que son captados por células epiteliales del colon. Esto se combina con la
secreción de bicarbonato, la cual se produce usando intercambiadores aniónicos
1561
AGCC/HCO3- o Cl-/HCO3-.
Los AGCC se absorben rápidamente y contribuyen al metabolismo energético
del organismo, en particular, el de las células epiteliales del colon.
Las proporciones de AGCC implican a un 60 % de acetato, el 20 % de propionato
y el 20 % de butirato, cuya producción varía en función del tipo, la cantidad y la
composición de las fibras alimentarias disponibles, así como de la composición y el
funcionamiento de la microbiota intestinal.
Son varias las funciones atribuidas a los AGCC como, por ejemplo, el butirato
que actúa en la señalización celular, pues estimula a las células endocrinas del
intestino para que disminuyan los procesos inflamatorios, además de permitir regular
la barrera intestinal y desempeñar un papel en la saciedad y el estrés oxidativo (Liu
et al., 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1562
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El manejo del agua y los electrolitos en el SGI es una de sus funciones
principales, y no sólo consta de su absorción y secreción, sino también del
mantenimiento del volumen celular, influyendo en la proliferación y
diferenciación de las células, así como en la apoptosis y la carcinogénesis.
Cada día entran y salen del tracto GI cerca de 10 litros de líquido. A lo largo de un día
se secreta un litro de saliva, la cual contiene electrolitos, proteínas y moco. Las
secreciones intestinales contabilizan al día cerca de 7 litros, aparte de los 2 litros de
agua que se ingieren al día por término medio. La mayor parte de este líquido se
reabsorbe en el intestino delgado.
El colon es particularmente activo en la reabsorción, ya que es capaz de
absorber alrededor del 90% del líquido que fluye por su interior, y en condiciones
normales las heces contienen solamente entre 150 y 250 ml de agua.
1563
Equilibrio diario de agua en el tracto gastrointestinal del ser humano adulto sano (Raff y
Levitzky, 2013).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El transporte de Na+ (y del Cl-) se acompaña del transporte pasivo de agua en
el colon, que es tanto paracelular (a través de las uniones estrechas) como transcelular
(mediante transportadores de agua de membrana, las acuaporinas).
La reabsorción de agua en el colon está mediada por las AQP 1, 3 y 4 que se
localizan en la membrana basolateral y la AQP 8 en la membrana luminal.
La OMS/OPS definen la diarrea aguda como tres o más evacuaciones
intestinales líquidas o semilíquidas en 24 horas, o de al menos una con presencia de
elementos anormales (moco, sangre o pus), durante un máximo de dos semanas.
También se define como un cuadro caracterizado por la presencia de
deposiciones incrementadas en frecuencia (más de 3/día), con alteración en la
consistencia (líquidas o semilíquidas), asociadas o no a síntomas generales (fiebre,
escalofríos, náuseas, vómitos o cólicos abdominales) y con una duración no mayor de
dos semanas.
A nivel fisiopatológico, la diarrea es definida como una pérdida excesiva de
líquidos y electrolitos en las heces debido, básicamente, a un transporte intestinal
anormal de los solutos. El paso de agua a través de la membrana intestinal es pasivo
y está sujeto a los desplazamientos activos y pasivos de los solutos, especialmente del
sodio, los cloruros y la glucosa.
1564
Desde el punto de vista epidemiológico, un episodio de diarrea se define como
la presencia de tres o más deposiciones inusualmente líquidas o blandas, en un
período de 24 horas.
Clínicamente podemos definirla como un aumento en el volumen, fluidez y
frecuencia en las evacuaciones como consecuencia de la agresión de la mucosa
gastrointestinal por diferentes agentes infecciosos.
Por lo general, un lactante elimina cerca de 5 g de heces/kg/día y aquellos que
son amamantados eliminan heces pastosas y blandas con frecuencia, lo cual no se
considera diarrea.
Por esta razón, para definir un episodio diarreico desde el punto de vista clínico,
es importante conocer bien la descripción de la madre respecto al hábito intestinal
normal de su bebé, tanto en frecuencia como en consistencia de las heces.
La diarrea puede clasificarse según su duración en diarrea aguda (menor de 14
días), diarrea persistente (14 días y más) y diarrea crónica (más de 30 días). La diarrea
persistente se inicia como un episodio agudo de diarrea líquida o disentería, pero se
extiende por 14 días o más. Con frecuencia, se observa una marcada pérdida de peso
y, en la mayoría de los casos, no se puede identificar un agente etiológico. El daño de
la vellosidad puede ser considerable, la mucosa intestinal puede estar aplanada y la
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
absorción de nutrientes es inadecuada, por lo tanto, es posible que exista intolerancia
a disacáridos o a proteínas.
La diarrea crónica tiene una duración de más de 30 días, no posee causa
infecciosa, aunque puede iniciarse por una infección, y es recurrente, observada en
casos de sensibilidad al gluten, fibrosis quística o desórdenes metabólicos
hereditarios. Según su etiología, puede ser infecciosa o no infecciosa. Según síndromes
clínicos puede ser un síndrome diarreico coleriforme (diarrea líquida aguda) y
síndrome diarreico disenteriforme (caracterizado por la presencia de sangre visible en
las heces). Según su fisiopatogenia, puede ser osmótica, secretora, por alteración de
motilidad o invasiva.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
musculatura rectal; se trata, por tanto, de fibra muscular lisa. Inervado por el SNA,
se mantiene de forma permanente en estado de casi máxima contracción, y es la causa
del 70-80% de la presión de reposo del canal anal (en torno a los 65 mmHg). Desarrolla
una actividad cíclica, en forma de ondas lentas y ultralentas, con una frecuencia entre
15 y 35 ciclos por minuto, variable de unas personas a otras y cuyo significado exacto
no está bien definido.
1566
1567
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La inervación del esfínter interno depende del SNS (a través de L5, cuyas fibras
posganglionares llegan al esfínter a través de los plexos hipogástrico y pélvico, y cuya
función es contraer el esfínter por medio de receptores α-adrenérgicos y relajarlo por
medio de receptores β) y SNPS (a través de S2-S4, plexo pélvico, cuya acción es relajar
el esfínter).
Existe una conexión entre las fibras del SNA y el SNE; los transmisores de este
último, que relajan el esfínter interno son ATP, el VIP y el ON.
En cuanto al esfínter externo y el periné, están inervados por los nervios
pudendos, ramas que parten de S3-S4, de control voluntario.
De trascendental importancia son las terminaciones nerviosas sensitivas de la
pared del recto y el ano que captarán la distensión y el contenido rectal; mediante el
sistema nervioso extrínseco, vía parasimpático, esplácnica y médula espinal, llega al
cerebro (troncoencefálico) la sensación que desencadena la necesidad de defecar y el
poder de discriminación.
La distensión produce tensión pasiva debida al estiramiento de la pared del
recto y una tensión activa adicional cuando se contrae el músculo liso de la pared.
1568
Respuesta del recto a la distensión por presiones menores de 55 mmHg (Barrett et al., 2019).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las células sensoriales se encuentran también en los músculos del periné, como
receptores sensoriales extrínsecos, lo que permite mantener una correcta función.
Estos nervios sensitivos pueden generar tanto reflejos locales en el interior del propio
intestino como otros que regresan al tubo digestivo a partir de los ganglios
prevertebrales o de las regiones basales del encéfalo.
Tras el aprendizaje del control de esfínteres, las terminaciones nerviosas
sensitivas de la mucosa anal generan reflejos que inician una actividad apropiada del
esfínter externo, sea para retener el contenido rectal o bien para permitir una
expulsión voluntaria (p. ej., flatulencias). Si no conviene defecar, el esfínter externo
se contrae para evitar la pérdida de heces.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
del esfínter interno, sigue una relajación voluntaria del esfínter externo, una
inspiración profunda acompañada del cierre de la glotis, un aumento de la presión
intratorácica seguida de un descenso del diafragma, una contracción de la
musculatura abdominal y un incremento de la presión intraabdominal. De manera
simultánea, desciende el suelo pélvico con relajación del puborrectal y desaparición
de la angulación rectal, que se sitúa en ángulo obtuso, lo que facilita la expulsión fecal.
En el desencadenamiento del deseo defecatorio no sólo participa el reflejo
mientérico intrínseco, sino que se ve reforzado con el denominado “reflejo
parasimpático de la defecación”, en el que intervienen los segmentos sacros de la
médula espinal (Hall y Hall, 2021). Estas señales parasimpáticas incrementan la
intensidad de las ondas peristálticas y relajan el esfínter interno, con lo que el reflejo
mientérico intrínseco se ve significativamente potenciado, y llega a vaciar de una sola
vez desde el ángulo esplénico al ano.
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Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
En algunas personas, al rechazar el impulso defecatorio por razones
socioambientales, la defecación llega a convertirse en un reflejo condicionado (al
levantarse, después del desayuno, etc.); los hábitos de cada individuo, la consistencia
de las heces y el ritmo de llegada al recto, entre otros factores, determinan en muchas
ocasiones la conducta que se debe seguir.
La alteración en cualquier zona implicará, como se ha apuntado previamente,
el desencadenamiento de dos situaciones de trascendental importancia, cualquiera
que sea su intensidad: estreñimiento e incontinencia anal.
El síndrome del intestino irritable es un trastorno común que constituye
hasta el 40% de las consultas de pacientes en gastroenterología. La mayoría de las
personas afectadas son mujeres entre 20 y 40 años. Se caracteriza por presentar
síntomas crónicos recurrentes que no pueden ser explicados por anormalidades
estructurales o bioquímicas: dolor abdominal, disturbios defecatorios (urgencia,
estreñimiento, sensación de evacuación incompleta, alteración de la frecuencia y
consistencia de las heces) y sensación de distensión abdominal.
Los pacientes pueden presentar un síndrome con predominio de estreñimiento,
un síndrome con predominio de diarrea o bien puede ser mixto. El dolor abdominal
tiene lugar normalmente en la fosa ilíaca izquierda y se alivia con la defecación y el
paso de gases. El paciente puede quejarse de una sensación de evacuación incompleta 1571
del recto (insatisfacción rectal).
La distensión abdominal y una sensación subjetiva de hinchazón sugieren muy
intensamente de síndrome de intestino irritable en ausencia de obstrucción intestinal.
El diagnóstico se realiza predominantemente sobre la historia clínica ya que los
estudios como el recuento sanguíneo completo rutinario, las características
bioquímicas y los marcadores inflamatorios suelen ser normales.
Si bien el síndrome de intestino irritable se considera un trastorno
multifactorial, una de las más recientes teorías propone la presencia de activación
inmunitaria anormal e inflamación de bajo grado a nivel de la mucosa intestinal.
Además, se asocia con varias enfermedades de etiología autoinmunitaria.
Asimismo, ansiedad, depresión y otros desórdenes psiquiátricos se relacionan
con el síndrome de intestino irritable, pues estos problemas incrementan la severidad
del síndrome.
Por estos motivos, el diagnóstico suele ser difícil y su tratamiento complejo
multidisciplinario (gastroenterólogo, nutricionista, psicólogo/psiquiatra).
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El estreñimiento se define como una disminución patológica de las
defecaciones.
Anteriormente se consideraba que reflejaba cambios en la motilidad, pero es probable
que las alteraciones del equilibrio entre la secreción y la absorción colónicas también
podrían contribuir a la génesis de los síntomas.
A los pacientes con estreñimiento persistente y sobre todo aquellos que
presentan un cambio reciente en los hábitos de defecación, se les debe explorar
cuidadosamente para descartar las enfermedades orgánicas subyacentes. Sin
embargo, muchas personas normales defecan sólo una vez cada dos a tres días, aun
cuando otras defequen una vez al día y algunas hasta tres veces al día.
Por otra parte, los únicos síntomas causados por el estreñimiento son anorexia,
molestia y distensión abdominal leves. Estos síntomas no se deben a la absorción de
“sustancias tóxicas”, ya que rápidamente se alivian con la evacuación del recto y se
pueden reproducir con la distensión del recto por material inerte. Los síntomas
diferentes a los antes descritos, que la gente atribuye al estreñimiento, se deben a la
ansiedad o a otras causas.
Muchos casos de estreñimiento son corregidos por un cambio en la alimentación
de modo que incluya más fibra vegetal o con el uso de laxantes que retienen líquido
en el colon, con lo cual aumenta el volumen de las heces y se desencadenan reflejos 1572
que culminan en la evacuación. Por ejemplo, la lubiprostona actúa al intensificar la
secreción de cloruro y, en consecuencia, de agua, al interior del colon con lo cual
aumenta la fluidez del contenido en la luz.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Puntos de reflexión
1. ¿Cómo se explican los signos y síntomas que presenta la paciente?
2. ¿Por qué se presenta atrofia vellositaria en el intestino?
3. ¿Qué características se esperaría encontrar en la materia fecal de un paciente
con diarrea por enfermedad celíaca?
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La enfermedad celiaca (EC) es un proceso sistémico, de naturaleza
autoinmune, el único de etiología bien definida, debido a una intolerancia
permanente al gluten, que afecta primariamente al tubo digestivo.
Se caracteriza por la existencia de una inflamación crónica de la mucosa del intestino
delgado, que se puede acompañar de manifestaciones clínicas muy variadas. Puede
aparecer en cualquier edad de la vida, tanto en el niño, como en la adolescencia, siendo
relativamente frecuente en el adulto y cada vez se diagnostica más, incluso en los
ancianos (hasta un 20% de pacientes presentan más de 60 años, en el momento del
diagnóstico).
El agente responsable es el gluten, que es una proteína contenida en la harina
de los cereales, fundamentalmente el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC),
pero no el maíz. Afecta a individuos predispuestos cuya genética más susceptible está
identificada en el sistema HLA-II de histocompatibilidad de los leucocitos humanos y
cuyos marcadores más habituales son el HLA-DQ2 (90%) y HLA-DQ8 (5-10%).
Sin embargo, dichos marcadores genéticos son una condición necesaria, pero no
suficiente, pues con una frecuencia no despreciable (5-10%) se encuentran pacientes
celiacos que son DQ2 y DQ8 negativos, por lo que deben existir otros genotipos no bien
identificados por el momento que probablemente correspondan al sistema HLA de
clase I. 1574
La mayor parte de los individuos afectos presentan una remisión clínica
mantenida cuando se mantienen de forma estricta en dieta sin gluten, que ha de ser
naturalmente indefinida y de por vida, al tratarse de un proceso de base genética.
Actualmente se conoce que presenta una distribución universal, que afecta a
todas las razas y que es una de las enfermedades de base genética más frecuente, pues
su prevalencia media es del 1 a 2% en población general.
Las manifestaciones digestivas más frecuentes consisten en la presencia de
episodios frecuentes de dolor y distensión abdominal, digestiones lentas y pesadas,
alteración del hábito intestinal (diarrea o estreñimiento), asociados con deficiencias
de oligoelementos, vitaminas y minerales, por lo que frecuentemente se acompaña de
anemia, osteoporosis y otras manifestaciones extraintestinales.
Aunque la diarrea era considerada casi como un síntoma obligado, en el adulto
no ocurre así, pues hasta un 50% de pacientes presentan estreñimiento predominante
y en muchas ocasiones muy rebelde a todo tipo de tratamientos empleados. Hasta un
30% de los celiacos, presentan signos de sobrepeso evidente al momento del
diagnóstico.
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
De los estudios serológicos la determinación de anticuerpos anti-gliadina IgA
(AGA) actualmente ha caído totalmente en desuso ya que presenta una muy baja
sensibilidad y especificidad (en torno al 50%).
En su lugar se utilizan de forma rutinaria los anticuerpos anti-
transglutaminasa tisular (tTG) de tipo IgA que se determinan por ELISA y muestran
una elevada sensibilidad y especificidad (80-95%) y se prefieren a los anticuerpos anti-
endomisio (EMA) ya que estos se estudian mediante inmunofluorescencia y analizan
el mismo sustrato, que es la transglutaminasa tisular de tipo 2 (tTG), por lo que
presentan la misma fiabilidad diagnóstica y, puesto que su determinación es
engorrosa y cara, hacen que sólo se determinen estos últimos en la práctica clínica
habitual.
Las biopsias habitualmente se toman por endoscopia y sigue siendo considerada
por la mayoría de los autores como el “patrón de oro” en el proceso diagnóstico, si bien
su utilidad en el adulto es muy discutible en el momento actual, dada la elevada
sensibilidad diagnóstica de los métodos serológicos actualmente disponibles.
El intestino delgado posee una considerable reserva funcional y ello explica el
por qué muchos pacientes presentan pocos o ningún síntoma digestivo y la mayoría
no cursan con rasgos de malabsorción.
En ocasiones las manifestaciones extraintestinales son muy prominentes y 1575
pueden ser de naturaleza muy diversa, neurológicas (cefaleas, ataxias, esclerosis
múltiple, narcolepsias, etc.) reumáticas (artritis reumatoide, espondilitis
anquilosante, fibromialgias) hematológicas (púrpura trombocitopénica), etc.
El tratamiento de la EC consiste única y exclusivamente en la realización de
una dieta estricta sin gluten, de forma continuada. Los alimentos exentos de gluten
son en general más costosos que los contenidos en una dieta normal y presentan
dificultades por las limitaciones que conlleva su estricta adherencia, pues limita
notablemente la vida social de los pacientes que la presentan.
Los productos que contienen trigo, avena, cebada o centeno deben ser excluidos
por completo de la dieta. En realidad, la eliminación completa del gluten es muy difícil
de conseguir y mantener, ya que el trigo se usa como espesante en muchos productos
elaborados, tipo conservas, embutidos, chocolates, helados, etc.
El único cereal que no contiene gluten es el maíz y por tanto su uso está
permitido en la dieta del celiaco, bien en forma de granos crudos, tostados, en
ensalada. La harina de maíz, siempre que sea pura (100%) y no vaya mezclada ni en
su preparación, ni en su elaboración, ni manufacturación puede ser utilizada para
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
elaborar pan, galletas, papillas y dulces, que pueden hacer más llevadera la dieta del
paciente celiaco.
Los productos lácteos deben evitarse en pacientes no tratados, porque a menudo
coexiste con la enfermedad celiaca una deficiencia de lactasa secundaria. Después de
1-2 meses de dieta sin gluten, pueden reintroducirse los lácteos de forma progresiva,
siempre que el paciente no presente molestias relacionadas con su ingesta, ya que la
intolerancia a la lactosa es secundaria al gluten y desaparece por completo en un
periodo generalmente menor de tres meses, con un seguimiento normal de una dieta
estricta sin gluten.
Por otro lado, el aporte de calcio y proteínas de la alimentación es
imprescindible para la corrección de las deficiencias del metabolismo mineral
existentes, por la elevada prevalencia de osteoporosis que se encuentra en los
pacientes celiacos.
La cerveza debe suprimirse por completo, incluso aunque no contenga alcohol,
porque está elaborada a través de la fermentación de diversos cereales que contienen
gluten como la cebada y el centeno, así como el whisky elaborado por destilación de la
malta.
1576
Fernández, V. H .
Capítulo 35 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Referencias bibliográfica
Au, A. Gupta, A. Schembri, P. Cheeseman, C. I. 2002. Rapid insertion of GLUT2 into the rat jejunal
brush-border membrane promoted by glucagon-like peptide 2. Biochem J. 367(Pt1); pp. 247–
254. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12095416/
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Binder, H. J. Mansbach, C. M. (2017). Digestión y absorción de nutrientes. En W. F. Boron & E. L.
Boulpaep (Ed). Fisiología Médica. 3ª edición. (45, pp. 914-943). Elsevier.
Fernández, V. H .
SECCIÓN VI
Fisiología del sistema gastrointestinal
Capítulo 36
Fisiología del páncreas exocrino
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe la localización, anatomía, histología y función del páncreas.
2. Entender la función del páncreas en la digestión y la absorción de una comida mixta.
3. Explica la estructura del páncreas exocrino y los tipos de células que dan lugar a
componentes proteínicos y líquidos del jugo pancreático.
4. Identifica los constituyentes clave del jugo pancreático y las enzimas que son
secretadas en formas inactivas.
5. Describe los factores que regulan la liberación de secretina, y el papel de esta hormona
en la estimulación de la secreción de conductos pancreáticos.
6. Explica el papel de la CCK y otros factores en la regulación de células acinares
pancreáticas.
7. Identifica los eventos de emisión de señales activados en células acinares pancreáticas
por secretagogos.
8. Explica la importancia de la función pancreática en la inflamación aguda del órgano.
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El páncreas (del griego, “pán”, todo o entero y “kréas”, carne) constituye una
glándula retroperitoneal que mide alrededor de 12 a 15 cm de longitud y 2,5
cm de ancho, ubicado en la región epigástrica y en el hipocondrio izquierdo;
la porción derecha se encuentra a la altura de los cuerpos vertebrales L1 a
L3.
Se halla por detrás de la curvatura mayor del estómago y tiene una cabeza, un cuerpo
y una cola y pesa unos 100 g.
La cabeza del páncreas está dentro de la curva del duodeno y abrazada por ella.
Posee una prolongación que se denomina proceso uncinado (con forma de gancho), la
cual se extiende cranealmente y a la izquierda y queda posterior a los vasos
mesentéricos superiores; en este lugar se apoya sobre la aorta, situada en el plano
posterior.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1579
Relación del páncreas con el hígado, la vesícula biliar y el duodeno (vista anterior)
(Tortora y Derrickson, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
bolsa omental. El cuerpo tiene forma ligeramente triangular, en una sección
transversal, y posee tres caras: anterior, posterior e inferior.
La cara anterior está cubierta por peritoneo y forma parte del lecho del
estómago; en ella se inserta el mesocolon transverso. La cara posterior carece de
recubrimiento peritoneal y se halla en contacto con la aorta, arteria mesentérica
superior, glándula suprarrenal izquierda y riñón izquierdo con los vasos
correspondientes.
El cuerpo del páncreas se relaciona, de manera íntima, con la vena esplénica.
Por delante de la aorta, el cuerpo de páncreas se sitúa entre el tronco celiaco y la
arteria mesentérica superior.
El borde inferior del cuerpo del páncreas separa la cara posterior de la cara
inferior. El cuerpo posee una pequeña proyección o tuberosidad omental que se origina
en el borde superior y entra en contacto con el omento menor. Esta tuberosidad se
encuentra inmediatamente inferior al tronco celiaco.
La cola del páncreas es el extremo izquierdo más estrecho de la glándula. Es
gruesa y puede terminar en punta o de forma roma. Pasa entre las dos túnicas del
ligamento hepatorrenal con los vasos esplénicos y, en general, termina en contacto
con el hilio esplénico.
1580
Los jugos pancreáticos se secretan en las células exocrinas dentro de
conductillos que se unen íntimamente para formar el conducto pancreático y el
conducto accesorio, que vuelcan las secreciones en el intestino delgado. El
conducto pancreático de Wirsung es el más largo de los dos.
En la mayoría de las personas, se une con el conducto colédoco o
hepatocístico y entran en el duodeno como un conducto común llamado ampolla
hepatopancreática de Vater. La ampolla se abre en una elevación de la mucosa
duodenal conocida como papila duodenal mayor, a unos 10 cm, por debajo del esfínter
pilórico del estómago.
El paso de los jugos pancreático y biliar por la ampolla hepatopancreática hacia
el intestino delgado está regulado por la masa de músculo liso que forma el esfínter
de la ampolla hepatopancreática o esfínter de Oddi.
El otro conducto del páncreas, el conducto accesorio de Santorini, sale del
páncreas y desemboca en el duodeno a unos 2,5 cm por encima de la ampolla
hepatopancreática.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Una capa delgada de tejido conjuntivo laxo forma una cápsula alrededor de la 1581
glándula. Desde esta cápsula, el tabique se extiende hacia la glándula, dividiéndola
en lobulillos mal definidos. Dentro de los lobulillos, un estroma de tejido conjuntivo
laxo rodea las unidades parenquimáticas. Entre los lobulillos, cantidades abundantes
de tejido conjuntivo rodean los grandes conductos, vasos sanguíneos y nervios.
Además, en el tejido conjuntivo que rodea el conducto pancreático, existen glándulas
mucosas pequeñas que drenan en el conducto.
Las arterias del páncreas proceden de las arterias esplénicas y
pancreaticoduodenal. La arteria esplénica emite hasta 10 pequeñas ramas para el
cuerpo y la cola del páncreas. Las arterias pancreaticoduodenales superior, anterior
y posterior, que proceden de la arteria gastroduodenal y las pancreaticoduodenales
inferior y posterior, que se derivan de la arteria mesentérica superior, irrigan la
cabeza del páncreas. Las arterias pancreaticoduodenales se anastomosan libremente
entre sí. El surco que existe entre la porción anterior de la cabeza del páncreas y el
duodeno sirve de alojamiento a la arcada pancreaticoduodenal anterior, mientras que
el surco correspondiente entre la porción posterior de la cabeza y el duodeno acoge a
la arcada pancreaticoduodenal posterior.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las venas pancreáticas drenan hacia las venas porta, esplénica y mesentérica
superior, pero la mayoría de ellas desemboca en las venas esplénica y mesentérica
superior.
Los vasos linfáticos del páncreas acompañan a los vasos sanguíneos y la
mayoría de ellos termina en los ganglios pancreaticoesplénicos que se sitúan a lo largo
de la arteria esplénica, en el borde superior del páncreas, aunque algunos también
desembocan en los ganglios linfáticos pilóricos. Los colectores eferentes de estos
ganglios drenan hacia los ganglios linfáticos celiaco, hepático y mesentérico superior.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1583
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los conductos interlobulillares, a su vez, desembocan directamente en el
conducto pancreático principal, que atraviesa toda la glándula en forma paralela a su
eje longitudinal y le otorga a esta porción del sistema de conductos un aspecto de
espinazo de pescado. En la cabeza del páncreas se origina un segundo conducto
grande, el conducto pancreático accesorio.
Además de las células acinares y ductales, las glándulas exocrinas contienen
cantidades variables de células caliciformes. Estas células segregan glucoproteínas de
elevado peso molecular denominadas mucinas. Cuando se hidratan, las mucinas
forman moco.
El moco posee varias funciones importantes, como la lubricación, la hidratación
y la protección mecánica de las células epiteliales superficiales. Las mucinas también
desempeñan un papel inmunológico clave al unirse a patógenos e interaccionar con
células inmunocompetentes. Estas propiedades pueden ayudar a prevenir infecciones.
En el páncreas, las células caliciformes secretoras de mucina se encuentran
principalmente entre las células epiteliales que tapizan los conductos distales de gran
tamaño.
Pueden representar hasta el 25% de las células epiteliales en el conducto
pancreático principal distal en algunas especies.
La inervación del páncreas corre a cargo de las ramas preganglionares 1584
parasimpáticas del vago. Las fibras vagales hacen sinapsis con las neuronas
colinérgicas que se encuentran en el interior del páncreas y que inervan tanto las
células acinares como las de los islotes.
Los nervios simpáticos postganglionares de los plexos celíaco y mesentérico
superior inervan los vasos sanguíneos pancreáticos. La secreción del jugo pancreático
es estimulada por la actividad del parasimpático e inhibida por la del simpático.
Cada día, el páncreas produce entre 1200 y 1500 mL de jugo pancreático (0,2
a 0,3 ml/min en condiciones basales y 5 ml/min cuando se estimula de forma
adecuada), un líquido transparente e incoloro formado en su mayor parte
por agua (98%), algunas sales, HCO3- (aproximadamente 113 meq/L en
comparación con 24 meq/L en el plasma) y varias enzimas, isoosmótico con
el plasma.
El NaHCO3 le da al jugo pancreático el pH alcalino, entre 7,1 a 8,2, que amortigua el
jugo gástrico ácido del quimo, frena la acción de la pepsina del estómago y crea el pH
adecuado para la acción de las enzimas digestivas en el intestino delgado. Los
conductos intercalares añaden HCO3- y agua a la secreción exocrina.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Dependencia del flujo de la composición electrolítica del jugo pancreático (Barrett et al.,
2019).
1585
Las células ductales secretan HCO3- predominantemente al extraerlo del
plasma (99%), en mayor grado del que se obtiene del metabolismo intracelular (7%).
El HCO3- llega a la luz a través del cotransportador de Na+-HCO3-, y por
despolarización causada por la salida de Cl- a través del CFTR.
El jugo pancreático también es rico en Ca2+. Las concentraciones de Ca2+ se
encuentran en el rango milimolar en el interior de los orgánulos de la vía secretora de
las células acinares, pero son menores en las secreciones pancreáticas tras la dilución
por las secreciones ductales libres de Ca2+. Estas concentraciones elevadas de Ca2+ en
las vesículas pueden ser necesarias para inducir la agregación de proteínas secretoras
y dirigirlas a la vía secretora.
El ácido gástrico es el estímulo para la liberación de secretina por parte de la
mucosa duodenal (células S) que estimula la secreción de agua y electrolitos de las
células canaliculares (ductales) del páncreas. Asimismo, la estimulación vagal se
modifica y manifiesta en la liberación de VIP, agonista de la secretina.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1586
Secreción de HCO3− por las células del conducto pancreático (Marino y Gorelick, 2017).
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los jugos biliares e intestinales también son neutrales o alcalinos y estas tres
secreciones neutralizan el ácido gástrico, con lo cual se incrementa el pH del contenido
duodenal de 6 a 7. Para el tiempo en que el quimo llega al yeyuno, su pH es casi neutro
y solo en escasas ocasiones el contenido intestinal es alcalino.
Las proteínas sintetizadas por el RER en las células acinares son procesadas
en el aparato de Golgi para destinarse al sitio adecuado, sea gránulos de
zimógeno, lisosomas u otros compartimientos celulares.
Los gránulos de zimógeno migran a la región apical de la célula acinar, en espera de
la respuesta estimulante nerviosa u hormonal apropiada.
En condiciones basales (ayuno), el páncreas libera concentraciones bajas de
enzimas pancreáticas. Sin embargo, durante el período digestivo (tras una comida), la
secreción pancreática aumenta en fases secuenciales hasta niveles 5 a 20 veces
superiores a los basales.
Los sistemas que regulan la secreción son redundantes, de modo que, si un
sistema fracasa, un segundo lo reemplaza, asegurando que la liberación de enzimas
pancreáticas se corresponda con la cantidad de alimentos en el intestino delgado.
Como otros órganos del tracto gastrointestinal superior, el páncreas posee una 1587
tasa de secreción basal incluso cuando no se está comiendo o no hay alimentos que
digerir. Durante este período interdigestivo (ayuno), las secreciones pancreáticas
varían cíclicamente y se corresponden con los cambios secuenciales en la motilidad
del intestino delgado.
La secreción pancreática es mínima cuando la motilidad intestinal se encuentra
en su fase quiescente (fase I); las secreciones biliares y gástricas también son mínimas
en esta fase. A medida que aumenta la motilidad intestinal (fase II) también aumenta
la secreción pancreática.
Durante el período interdigestivo, la secreción enzimática es máxima cuando la
motilidad intestinal (los CMM) también alcanza valores máximos (fase III). Sin
embargo, incluso esta tasa secretora interdigestiva máxima es de tan solo el 10 a 20%
de la estimulada por una comida.
Las fases máximas de actividad motora intestinal interdigestiva y actividad
secretora pancreática son seguidas por un período de descenso (fase IV). Las tasas de
secreción de electrolitos y fluidos durante la fase interdigestiva son por lo general
menor al 5% de las concentraciones máximas.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Las enzimas nucleolíticas (desoxirribonucleasa y ribonucleasa) digieren
ácidos nucleicos para producir mononucleótidos.
Las enzimas digestivas pancreáticas se activan sólo después de alcanzar la luz
del intestino delgado.
Es evidente el peligro potencial de la liberación de una pequeña cantidad de
tripsina hacia el páncreas; la reacción en cadena resultante produciría enzimas
activas que podrían digerir dicho órgano.
Al principio, la actividad proteolítica de las enzimas enterocinasas en el
glucocálix de las microvellosidades de las células absortivas intestinales, convierte el
tripsinógeno en tripsina, una enzima proteolítica poderosa. La tripsina luego cataliza
la conversión de otras enzimas inactivas, así como la digestión de proteínas en el
quimo.
La profosfolipasa A2 también se activa por la tripsina a fosfolipasa A2, por lo
cual no puede estar activa dentro del páncreas ya que ésta lesiona las membranas
celulares. Por ello, el páncreas impide su propia digestión por mecanismos como:
1. El empaquetado de proteasas pancreáticas en la forma de proenzimas
precursoras.
2. La homeostasis de calcio intracelular (la baja concentración de calcio 1589
intracelular en el citosol de la célula acinar induce la destrucción de la tripsina
activada espontáneamente).
3. El equilibrio acido-básico.
4. La síntesis de inhibidores de proteasa, como el inhibidor tripsínico de
secreción pancreática (PSTI) que se unen e inactivan al 20% de la actividad
de tripsina intracelular. La quimotripsina C también ejerce lisis de la
tripsina y la inactiva. Los inhibidores de proteasa están presentes en la célula
acinar, en las secreciones pancreáticas y en las fracciones plasmáticas de
globulinas α1 y α2.
La pérdida de cualquiera de los cuatro mecanismos de protección culmina en
una activación prematura de las enzimas, la autodigestión y la pancreatitis aguda.
El sistema nervioso desencadena la secreción enzimática a través de la
inervación extrínseca por parte del nervio vago y la inervación ulterior por nervios
colinérgicos intrapancreáticos. Los neurotransmisores estimuladores son la ACh y el
péptido liberador de gastrina (GRP), los cuales activan receptores acoplados a
proteína Gq y producen aumento del Ca2+ intracelular.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
efecto de la CCK en la secreción pancreática está mediado por los receptores CCK-1
(antiguamente CCK-A) vagales de alta afinidad. Otros efectos de la CCK se resumen
en el siguiente esquema.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Para que una enfermedad pancreática curse con maladigestión de las grasas o
diabetes, la destrucción glandular debe haber sido extensa.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
el control de la secreción pancreática tiene lugar una vez que los contenidos gástricos
acceden al intestino delgado.
Durante la fase intestinal el quimo que accede a la región proximal del
intestino delgado estimula una respuesta secretora pancreática importante, entre un
50 y 80% del total de la secreción, por tres mecanismos principales.
En primer lugar, el ácido gástrico que accede al duodeno (y en menor grado los
ácidos biliares y los lípidos) estimula las células S duodenales para que liberen
secretina, que estimula las células ductales para que segreguen HCO3- y fluidos. Se
necesita un umbral de pH duodenal menor a 4,5 para activar la secreción de las células
S (Hall y Hall, 2021).
El ácido estimula la secreción de fluidos y electrolitos en mayor cuantía que la
secreción de proteínas. En segundo lugar, los lípidos y, en menor grado, las peptonas
estimulan las células I duodenales para que liberen CCK, que estimula la liberación
de enzimas digestivas por parte de las células acinares.
Por último, los mismos estímulos que actúan sobre las células I también activan
un reflejo enteropancreático vagovagal que estimula de modo predominante las
células acinares.
El patrón de secreción enzimática, mediada por la CCK y vías vagovagales, 1593
depende de la composición de la comida. Por ejemplo, una comida líquida produce una
respuesta que es de alrededor del 60% de la respuesta máxima. Por el contrario, una
comida sólida, que contenga partículas de mayor tamaño y es liberada lentamente del
estómago, origina una respuesta prolongada. La respuesta es máxima con comidas
ricas en calorías.
La composición química de los nutrientes ingeridos también afecta a la
secreción pancreática por medio de la CCK y vías vagovagales. Por ejemplo, el efecto
de la perfusión duodenal con hidratos de carbono sobre la secreción es mínimo,
mientras que los lípidos son estimuladores potentes de la secreción enzimática
pancreática.
En relación con los lípidos, los triglicéridos no estimulan sobre la secreción de
proteínas, mientras que algunos aminoácidos esenciales estimulan la secreción. Los
aminoácidos que producen una estimulación más potente son la fenilalanina, la valina
y la metionina. Los péptidos pequeños que contienen fenilalanina estimulan la
secreción en igual grado que el propio aminoácido. Como la digestión gástrica genera
más péptidos que aminoácidos, es posible que los péptidos proporcionen el estímulo
pancreático inicial durante la fase intestinal.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1594
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La potencia relativa de los diferentes nutrientes en la estimulación de la
secreción está inversamente relacionada con las reservas pancreáticas de enzimas
digestivas. Por tanto, el páncreas debe liberar solo una pequeña cantidad de su
amilasa para digerir los hidratos de carbono de una comida y liberar cantidades
ligeramente mayores de enzimas proteolíticas para digerir las proteínas. Sin embargo,
se debe liberar una fracción mayor de lipasa pancreática para digerir de modo eficaz
la grasa de la mayoría de las comidas.
El páncreas exocrino posee la capacidad de responder a cambios prolongados
en la composición de la dieta modulando las reservas de enzimas pancreáticas. Por
ejemplo, una dieta relativamente rica en hidratos de carbono puede inducir un
aumento relativo de la concentración de amilasa pancreática.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Asimismo, el páncreas secreta el péptido monitor de las células acinares, que
representa un mecanismo de retroacción importante que enlaza la capacidad
secretoria pancreática con los requerimientos del intestino para la digestión.
1596
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
la cantidad de CCK-RP y péptido monitor disponible para favorecer la liberación de
CCK y, por tanto, la secreción pancreática.
La acidificación del duodeno libera secretina, que estimula las vías vagales y
nerviosas de otra índole, para activar las células ductales pancreáticas que secretan
HCO3- para neutralizar el ácido duodenal; así se completa el bucle de
retroalimentación.
En la célula acinar pancreática pueden encontrarse muchos otros receptores,
como los del GRP, del CGRP, de insulina y de somatostatina; aunque estos otros
receptores también podrían desempeñar un papel en la regulación de la secreción, la
síntesis de proteínas, el crecimiento y la transformación, su función fisiológica precisa
todavía no ha sido definida con exactitud.
La presencia de grasa en el extremo distal del intestino delgado reduce la
secreción pancreática y puede estar mediada por el PYY, presente en las células
neuroendocrinas del íleon y el colon.
El PYY puede suprimir la secreción pancreática actuando sobre las vías
neurales inhibidoras, así como disminuyendo el flujo sanguíneo pancreático.
La SST liberada por las células D intestinales y el glucagón, liberado por las
células α de los islotes pancreáticos, también pueden ser factores que hacen que la 1597
secreción pancreática vuelva a su estado interdigestivo tras una comida.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Otras pruebas incluyen el estudio de las heces bajo el microscopio en busca
de fibras de carne y grasa no digeridas, cuya presencia indica una falta de enzimas
proteolíticas y lipolíticas. La prueba es confiable y simple, pero no es lo bastante
sensible para detectar casos más leves de insuficiencia pancreática.
En la prueba de grasa fecal se alimenta al sujeto con una dieta que contiene
cantidades adecuadas de grasa. Si en las heces aparece mucha grasa (esteatorrea) es
un indicador de baja actividad de las lipasas pancreáticas. En condiciones normales,
la grasa fecal es < 7% del consumo alimentario. Ocurre un aumento en la grasa fecal
cuando la digestión o absorción (síndrome de malabsorción) de grasa disminuye
(Michael y Sircar, 2012).
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Tratamiento: soporte nutricional, se inició infusión de insulina con descenso
significativo de triglicéridos a las 48 horas (control a las 48 h: 369 mg/dl).
Evolución: al séptimo día se observó aumento de leucocitos, persistencia de
taquicardia y PCR mayor a 16 mg/dl, por lo cual se decidió iniciar antibioticoterapia
con meropenem. Al noveno día de hospitalización, la paciente mostraba una
apariencia clínica normal sin dolor, con descenso de leucocitosis. Dada su evolución,
se decide traslado a planta.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuáles pueden ser las causas por las cuales la hipertrigliceridemia produce
pancreatitis?
2. ¿Qué factores evitan que el páncreas se autodigiera?
3. ¿Por qué se encuentran aumentadas las enzimas amilasa pancreática y LDH en
la pancreatitis?
4. ¿Por qué se encuentra aumentada la amilasa en la orina?
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
interrumpe el riego sanguíneo al páncreas), en la cual la magnitud de la necrosis
puede guardar relación con la intensidad del ataque y sus complicaciones de orden
general.
En la actualidad la teoría patogénica aceptada es la autodigestión, la cual
surge cuando las enzimas proteolíticas (tripsinógeno, quimotripsinógeno, proelastasa
y enzimas lipolíticas como la fosfolipasa A2) son activadas en la célula acinar del
páncreas y no en el interior del intestino.
Ciertos factores (como endotoxinas, exotoxinas, infecciones virales, isquemia,
estrés oxidativo, calcio lisosómico y traumatismo directo) facilitan la activación
prematura de la tripsina. Las enzimas proteolíticas activadas, en particular la
tripsina, además de digerir los tejidos pancreáticos y peripancreáticos, activan otras
enzimas como la elastasa y la fosfolipasa A2. También puede haber activación
espontánea de la tripsina.
Las enzimas y las citocinas ya activas digieren la membrana celular y causan
proteólisis, edema, hemorragia intersticial, daño vascular, y necrosis de las
variedades coagulativa, grasa y de células del parénquima.
La lesión y muerte celulares resultan en liberación de péptidos bradicinínicos,
sustancias vasoactivas e histamina, que producirán vasodilatación, mayor
permeabilidad vascular y edema con efectos profundos en muchos órganos. Como 1600
resultado de esta cascada de efectos locales y a distancia, aparecerán a veces síndrome
de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS), síndrome de dificultad respiratoria aguda
(ARDS) e insuficiencia de múltiples órganos.
El dolor abdominal es el principal síntoma de la pancreatitis aguda. Varía desde
una molestia leve hasta un dolor intenso, constante e incapacitante.
En forma característica, el dolor constante y terebrante (perforante) se sitúa en
el epigastrio y la región periumbilical y puede radiar al dorso, el tórax, los flancos y la
mitad inferior del vientre. Puede aparecer una coloración azulosa pálida alrededor del
ombligo (signo de Cullen) como consecuencia del hemoperitoneo y en los flancos haber
zonas de color azuloso-rojizo-violáceo o verde pardusco (signo de Turner), que refleja
la catabolia hística de hemoglobina por pancreatitis necrosante intensa con
hemorragia.
Manifestaciones frecuentes son náusea, vómito y distensión abdominal por
hipomotilidad gástrica e intestinal y por peritonitis química.
En contadas ocasiones hay ictericia y, al aparecer, por lo común depende del
edema de la cabeza del páncreas por compresión, y del segmento intrapancreático del
colédoco o paso de un cálculo o arenillas vesiculares.
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El diagnóstico clínico se confirma cuando se encuentra una gran actividad de la
amilasa sérica. Por lo general (pero no siempre) su actividad sérica está elevada en
la pancreatitis aguda y las concentraciones más de diez veces por encima del límite
superior de la normalidad son prácticamente diagnósticas, pero el aumento puede no
ser tan pronunciado y también es posible encontrar concentraciones elevadas en otras
enfermedades que se presentan con dolor abdominal agudo, en especial la úlcera
duodenal perforada.
La amilasa es una molécula relativamente pequeña que los riñones excretan
rápidamente (de ahí el aumento de su actividad cuando hay insuficiencia renal); en la
pancreatitis leve, el aclaramiento rápido puede traducirse en una concentración sérica
normal, pero aumentada en la orina por lo cual también puede hallarse en la orina de
los pacientes.
Con el fin de identificar a los pacientes con pancreatitis aguda de alto riesgo
que tendrían que tratarse en una unidad de cuidados intensivos se han creado varios
métodos de pronóstico por puntuación que tienen en cuenta datos analíticos, como es
el caso de los criterios de Ranson y el sistema de puntuación APACHE-II.
El tratamiento de la pancreatitis aguda es fundamentalmente conservador. Los
pacientes no deben tomar nada por vía oral. Se mantiene el equilibrio
hidroelectrolítico por infusión intravenosa y se suministra una analgesia adecuada. 1601
Es preferible la nutrición enteral (nasoyeyunal) a la parenteral. En casos graves se
recomienda profilaxis con antibióticos.
La evolución se vigila por medio de determinaciones seriadas de la amilasa y la
proteína C reactiva y por medio de imágenes (ecografía y TC).
Fernández, V. H .
Capítulo 36 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Referencias bibliográficas
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Pawlina, W. Ross, M. H. (2020). Ross. Histología. Texto y Atlas. Correlación con biología celular y
molecular. 8ª edición. Wolters Kluwer.
1602
Fernández, V. H .
SECCIÓN VI
Fisiología del sistema gastrointestinal
Capítulo 37
Fisiología del hígado y la vesícula
biliar
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe la localización, anatomía, histología y función del hígado.
2. Describe las principales funciones hepáticas con respecto al metabolismo, la
desintoxicación y la excreción de sustancias hidrófobas.
3. Explica la anatomía funcional del hígado y las disposiciones relativas de los
hepatocitos, los colangiocitos, las células endoteliales y las células de Kupffer.
4. Define las características de la circulación hepática y de qué manera contribuyen a las
funciones hepáticas.
5. Identifica las funciones metabólicas, de destoxificación y excreción del hígado, entre
otros.
6. Describe la formación de bilis, sus componentes y la función que desempeña en la
excreción de colesterol y bilirrubina.
7. Enuncia los mecanismos por los cuales el hígado contribuye a la homeostasis del
amoniaco dentro del organismo y las consecuencias de la disfunción de estos
mecanismos, sobre todo para la función cerebral.
8. Explica la anatomía de las vías biliares y la vesícula biliar.
9. Identifica los mecanismos que hacen posible el funcionamiento normal de la vesícula
biliar y los fundamentos de la litiasis biliar.
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El hígado tiene cuatro lóbulos (derecho, izquierdo, cuadrado y caudado). Desde
una vista anterior, sólo se ve un lóbulo derecho grande y un lóbulo izquierdo más
pequeño. Están separados entre sí por un ligamento falciforme, una hoja de
mesenterio que suspende el hígado del diafragma y la pared abdominal anterior. El
ligamento redondo, observable en esta misma vista, es un resto fibroso de la vena
umbilical, que lleva sangre del cordón umbilical al hígado de un feto.
Estructura macroscópica del hígado, vista anterior (izquierda) y vista inferior (derecha)
1604
(Thibodeau y Patton, 2007).
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
que salen el conducto biliar común que transporta la bilis secretada por el hígado y
los vasos linfáticos. Por lo tanto, la bilis fluye en dirección opuesta a la de la sangre.
1605
La sangre que llega al hígado con la vena porta hepática proviene del tubo
digestivo y de los principales órganos abdominales, como el páncreas y el bazo.
La sangre portal que entra en el hígado contiene sustancias nutritivas y
materiales tóxicos absorbidos en el intestino, eritrocitos y productos de degradación
de los eritrocitos del bazo, y secreciones endocrinas del páncreas y de las células
enteroendocrinas del tubo digestivo.
Así, el hígado se interpone directamente en el trayecto de los vasos sanguíneos
que transportan las sustancias absorbidas en el tubo digestivo. Si bien el hígado es el
primer órgano en recibir sustratos metabólicos y sustancias nutritivas, también es el
primero que se expone a los compuestos tóxicos que se han absorbido.
La arteria hepática, que es una rama del tronco celíaco, transporta sangre
oxigenada al hígado y provee el 25 % restante de su irrigación. Dado que la sangre de
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
las dos fuentes se mezcla justo antes de irrigar los hepatocitos del parénquima
hepático, éstos nunca quedan expuestos a una sangre totalmente oxigenada.
Dentro del hígado, las ramas de distribución de la vena portal y de la arteria
hepática, que llevan sangre a los capilares sinusoidales (sinusoides) que irrigan los
hepatocitos, y las ramas de drenaje de la vía biliar, que desembocan en el conducto
hepático común, transcurren juntas en una relación que recibe el nombre de tríada
portal; si bien es un término conveniente, no es una denominación correcta ya que
siempre hay uno o más vasos del sistema de drenaje linfático del hígado que
transcurren con la vena, la arteria y el conducto biliar.
Los sinusoides están en contacto estrecho con los hepatocitos y colaboran con el
intercambio de sustancias entre la sangre y las células hepáticas. Estos sinusoides
desembocan en la vénula hepática terminal (vena central) que a su vez drena en las
venas sublobulillares.
Finalmente, la sangre abandona el hígado a través de las venas hepáticas, que
desembocan en la vena cava inferior.
Los vasos sanguíneos que ocupan los espacios portales se denominan vasos
interlobulillares. Sólo los vasos interlobulillares que forman las tríadas portales
más pequeñas envían sangre hacia los sinusoides.
1606
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los vasos interlobulillares mayores se ramifican en los vasos de distribución
que se ubican en la periferia del lobulillo. Estos vasos de distribución emiten vasos de
entrada hacia los sinusoides.
En los sinusoides, la sangre fluye en forma centrípeta hacia la vena central,
la cual transcurre a lo largo del eje central del lobulillo hepático clásico, aumenta su
calibre a medida que avanza a través del lobulillo y desemboca en una vena
sublobulillar. Varias venas sublobulillares convergen para formar las venas
hepáticas más grandes que desembocan en la vena cava inferior.
La estructura de la vena porta y sus ramas dentro del hígado es la típica de
las venas en general. La luz de esta vena es mucho más grande que la de la arteria
asociada con ella.
La estructura de la arteria hepática es igual a la de otras arterias y suministrar
sangre arterial oxigenada directamente a los sinusoides, al tejido conjuntivo y otras
estructuras en los espacios portales más grandes. Los capilares en estos espacios
portales más grandes devuelven la sangre a las venas interlobulillares antes de que
las mismas se vacíen en el sinusoide.
La vena central (vena centrolobulillar) es un vaso de paredes delgadas que
recibe sangre desde los sinusoides hepáticos y es en realidad la vénula terminal del
sistema de venas hepáticas y, por lo tanto, es más apropiado llamarla vénula 1607
hepática terminal. En las venas hepáticas no hay válvulas.
La presión de la vena porta normalmente es de unos 10 mmHg y la presión
venosa hepática es de casi 5 mmHg.
Por su parte, la presión media en las ramas de la arteria hepática que
convergen en los sinusoides es de unos 90 mmHg, pero la de los sinusoides es más
baja en comparación con la presión venosa portal, de tal manera que ocurre un
descenso notable de la presión a lo largo de las arteriolas hepáticas. Este decremento
de la presión se ajusta de tal manera, que existe una relación inversa entre el flujo
sanguíneo de las arterias hepáticas y de las venas porta. Esta relación inversa puede
preservarse en parte por la velocidad a la cual se elimina la adenosina de la región
que circunda a las arteriolas, la cual, probablemente, es producida por el metabolismo
a una tasa constante.
El hígado del adulto está perfundido por 120 mL/min/100 gramos de tejido
hepático, lo que equivale al 25% del gasto cardíaco (25% por la arteria hepática y 75%
por la vena porta).
El control del flujo hepático se da en las arteriolas hepáticas, en las vénulas
portales, en las vénulas hepáticas y en las arteriolas prehepáticas. La cantidad de
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
sangre que llega al hígado por la arteria hepática es inversamente dependiente del
flujo portal, regulado por sustancias vasoactivas, dilatadoras arteriales como
adenosina, prostaglandinas, glucagón e histamina, o constrictivas como Ang II,
péptidos, endotelinas y vasopresina.
Cuando se reduce el flujo portal, éste es depurado lentamente y la acumulación
local de adenosina dilata las arteriolas terminales. En el periodo entre las comidas,
muchos de los sinusoides se hallan colapsados, pero luego de ingerir un alimento el
flujo portal del hígado desde el intestino aumenta de modo considerable y se
incorporan estos sinusoides de “reserva”. Tal orden significa que las presiones portales
no aumentan en proporción lineal al flujo portal, hasta que se han alistado todos los
sinusoides. Esto puede ser fundamental para evitar la pérdida de líquido por el hígado
como ocurre en estados patológicos, como en la cirrosis, en el cual el líquido puede
acumularse en la cavidad peritoneal produciendo ascitis.
Las arteriolas de la vena porta intrahepática tienen músculo liso y están
inervadas por fibras nerviosas noradrenérgicas vasoconstrictoras que llegan al hígado
a través de la T3 a T11 de las raíces ventrales dorsales y los nervios esplácnicos. La
inervación vasoconstrictora de la arteria hepática se deriva del plexo simpático
hepático. Ninguna fibra vasodilatadora conocida llega al hígado.
Cuando aumenta la presión venosa sistémica, las arteriolas de la vena porta 1608
experimentan dilatación pasiva y aumenta la cantidad de sangre en el hígado.
En la insuficiencia cardiaca congestiva, esta congestión venosa hepática es
intensa y genera una congestión hepática.
Por el contrario, si ocurre una descarga noradrenérgica difusa en respuesta a
un descenso de la PAM, las arteriolas portales intrahepáticas se constriñen, aumenta
la presión portal y se intensifica el flujo sanguíneo a través del hígado, desviándose
de casi todo el órgano. La constricción de las arteriolas hepáticas desvía la sangre del
hígado y la constricción de las arteriolas mesentéricas reduce la afluencia portal. En
el estado de shock grave, el flujo sanguíneo hepático esta disminuido al grado de
generar una necrosis hepática en placas.
Asimismo, el hígado es poco común por cuanto recibe casi todo su riego
sanguíneo en forma de sangre venosa, en especial durante el periodo posprandial.
En reposo, el flujo sanguíneo hacia el hígado por medio de la vena porta es de
unos 1.300 ml/min, en comparación con sólo 500 ml/min proporcionados por la arteria
hepática. Incluso el flujo sanguíneo suministrado al hígado mediante la vena porta
puede aumentar a casi 90% durante el periodo posprandial inmediato.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1609
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El interior del hígado está compuesto por una enorme cantidad de pequeños
cilindros denominados lóbulos hepáticos, de casi 2 mm de largo por 1 mm de
diámetro.
Un lóbulo consta de una vena central que pasa hacia abajo de su núcleo, rodeado por
placas radiadas de células cilíndricas, llamadas hepatocitos.
Los hepatocitos (del griego, “héepatos”, hígado y “kytos”, cavidad) son las
principales células funcionales del hígado que conforman el parénquima hepático
y tienen un borde en cepillo de microvellosidades que se proyectan en el espacio.
Son células epiteliales altamente especializadas que presentan entre 5 y 12
lados, y constituyen casi el 80% del volumen del hígado. Sus membranas apicales
tienen la forma de surcos entre células adyacentes, conocidos como canalículos, los
cuales forman una red continua que finalmente drena hacia los conductillos biliares.
En el polo opuesto del hepatocito, la membrana basolateral mira hacia el
torrente sanguíneo en la forma de los sinusoides hepáticos. Las membranas apical y
basolateral de hepatocitos están separadas por uniones intercelulares herméticas
(zonas de oclusión) que definen los canalículos. Sin embargo, estas uniones son
relativamente permeables y permiten el paso de glucosa y otros solutos pequeños.
Los hepatocitos expresan grandes cantidades de citocromo P450 y otras 1610
enzimas que pueden convertir xenobióticos (sustancias químicas extrañas) en
metabolitos inactivos, menos lipofílicos, que después se pueden excretar hacia la bilis
y, así, eliminar del cuerpo. Además del metabolismo de xenobióticos, el hígado se
encarga del metabolismo y la excreción de una amplia variedad de hormonas y otros
reguladores endógenos que circulan en el torrente sanguíneo. En particular, el hígado
se encarga del metabolismo de las hormonas esteroides.
Los hepatocitos forman conjuntos tridimensionales complejos llamados
láminas hepáticas que son placas unicelulares de hepatocitos, con el borde
engrosado a cada lado por espacios vasculares recubiertos de endotelio denominado
sinusoides hepáticos. Este sistema microvascular muy permeable está formado por
diferentes tipos celulares altamente especializados.
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Vista general de los componentes histológicos del hígado (derecha). Detalles de los componentes
histológicos del hígado (derecha).
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
o células almacenadoras de grasa, las células endoteliales sinusoidales y las
células citotóxicas (pit cells).
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Este espacio es una capa de tejido conjuntivo laxo que yace entre el endotelio
sinusoidal y la membrana basolateral de los hepatocitos y contiene colágenos tipo I,
III, IV, VI y VIII, así como fibronectina, pequeñas cantidades de colágeno V, laminina,
tenacina y proteoglucanos.
Estos componentes de la matriz extracelular son esenciales para mantener el
fenotipo y funciones específicas de los hepatocitos, así como de las células que cubren
los sinusoides, además de modular distintos factores de crecimiento, la diferencia
celular y el almacenamiento de citocinas esenciales en la comunicación intercelular
según sus necesidades. Además, tiene permeabilidad notablemente alta al
intercambio bidireccional de solutos entre el flujo sanguíneo sinusoidal y los
hepatocitos.
Las células estrelladas hepáticas o de Ito, son células en forma de estrella
que residen en el espacio de Disse. Desempeñan una función importante en el hígado
normal al almacenar diversos lípidos. Además, estas células son contráctiles por lo
que podría estar involucrada en la regulación del diámetro sinusoidal. Las células
estrelladas también desempeñan un papel crucial en la lesión del hígado al producir
materiales de la matriz extracelular, como colágeno, el cual es depositado en el espacio
de Disse, y altera la función hepática.
Las pit cells (3% del total) son linfocitos granulares de gran tamaño con 1613
actividad citotóxica y caracterizadas como las células “natural killer” propias del
hígado, se localizan, al igual que las células de Kupffer, en el lumen sinusoidal.
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Consecuentemente, en una vista bidimensional, el ácino hepático ocupa parte
de los lobulillos clásicos contiguos. Este concepto permite una descripción de la función
secretora exocrina del hígado comparable con la del lobulillo portal.
Los hepatocitos en cada ácino hepático se describen dispuestos en tres zonas
elípticas concéntricas que rodean el eje menor:
La zona 1 es la más cercana al eje menor y a la irrigación proveniente de las
ramas penetrantes de la vena porta y de la arteria hepática. Esta zona
corresponde a la periferia de los lobulillos clásicos.
La zona 3 es la más lejana al eje menor y la más cercana a la vena hepática
terminal (vena central). Esta zona corresponde al centro del lobulillo clásico
que rodea la vena hepática terminal.
La zona 2 se encuentra entre las zonas 1 y 3 pero no presenta límites nítidos.
La división en zonas es importante en la descripción e interpretación de
patrones de degeneración, regeneración y efectos tóxicos específicos del
parénquima hepático en relación con el grado o la calidad de la perfusión vascular de
los hepatocitos. Como resultado del flujo sanguíneo sinusoidal, el gradiente de
oxígeno, la actividad metabólica de los hepatocitos y la distribución de enzimas
hepáticas varían a lo largo de las tres zonas. Por ende, la distribución de las lesiones
hepáticas por isquemia y exposición a sustancias tóxicas puede explicarse con el uso 1616
de esta interpretación en zonas.
Las células en la zona 1 son las primeras en recibir oxígeno, nutrimentos y
toxinas desde la sangre sinusoidal y las primeras en mostrar cambios morfológicos
después de la oclusión del conducto biliar (estasis biliar). Estas células también son
las últimas en morir si la circulación se ve afectada y las primeras en regenerarse. En
cambio, las células en la zona 3 son las primeras en sufrir necrosis isquémica
(necrosis centrolobulillar) en situaciones de perfusión reducida y las primeras en
acumular lípidos. Estas células son las ultimas en responder a las sustancias tóxicas
y a la estasis biliar.
Entre las zonas 1 y 3 también se observan las variaciones normales de la
actividad enzimáticas, la cantidad y las dimensiones de los orgánulos citoplasmáticos
y el tamaño de los depósitos celulares de glucógeno. Las células de la zona 2 presentan
características morfológicas y funcionales y respuestas intermedias entre las de las
células de las zonas 1 y 3.
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
función hepática más allá de un determinado punto, el único tratamiento eficaz es el
trasplante de hígado.
En general, las funciones clave del hígado pueden clasificarse en tres áreas:
a) contribuciones al metabolismo de todo el organismo; b) destoxificación, y
c) excreción de productos de desecho ligados a proteínas liposolubles.
Una de las actividades principales del hígado es proveer una continua fuente de
energía a todo el organismo. La capacidad del hígado de almacenar y modular la
disponibilidad de los nutrientes sistémicos está regulada por numerosos factores
locales y por los requerimientos de las fuentes de energía de los órganos periféricos.
La función metabólica hepática está sujeta a la modulación hormonal ejercida
por órganos endocrinos, como el páncreas, glándulas suprarrenales y la glándula
tiroides, así como la regulación neuronal.
El hígado regula el flujo de nutrientes en el periodo de absorción (comidas),
cuando los nutrientes son metabolizados, modificados y depositados en el hígado y en
el tejido graso, o los hace disponibles para el resto de los órganos como fuente de
metabolismo energético, durante los periodos de no absorción (ayuno), cuando los
requerimientos metabólicos necesitan mantenerse a partir de las fuentes de depósito 1618
de combustible o por síntesis.
La actividad de estas vías metabólicas implica complejas interacciones entre el
contenido de nutrientes de la sangre, los productos finales del metabolismo de los
nutrientes presentes en la sangre y la regulación hormonal.
Los hepatocitos contribuyen al metabolismo de los principales nutrientes:
hidratos de carbono, lípidos y proteínas.
El hígado es vitalmente importante para ayudar a mantener los niveles de
glucosa en la sangre en un rango normal de 70 a 110 mg/dl. Para ello, interviene de
una forma directa en el metabolismo de los hidratos de carbono de tres formas:
1) Retiene los carbohidratos procedentes de la alimentación en un 60% y
transforma la glucosa en glucógeno para poder almacenarla en el interior
de la célula hepática (glucogenogénesis), aunque una pequeña parte de
este porcentaje se utiliza para la producción de ATP en el hepatocito
2) En ausencia de glucosa es capaz de transformar los aminoácidos y los lípidos
en glucógeno (gluconeogénesis).
3) Puede despolimerizar el glucógeno en glucosa (glucogenólisis) y luego
transformarla en ácido pirúvico (glucólisis).
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Esto da la “función de tampón de la glucosa del hígado” pues el papel del
hígado en el metabolismo de los hidratos de carbono en el período de ayuno es
diferente al de la fase posprandial.
El ayuno determina una disminución de la secreción de insulina, por lo que la
captación de glucosa dependiente de la insulina en el músculo y el tejido adiposo cesa
por completo. Sin embargo, la del cerebro, las células sanguíneas y la médula renal,
deben continuar para satisfacer sus necesidades energéticas. Esta homeostasia de la
glucosa se mantiene durante el ayuno gracias a que el hígado produce glucosa a
medida que de la dieta se metaboliza y se distribuye por diferentes tejidos.
Del total de glucosa que ingresa a la sangre a parir de la ingesta, el 60% es
utilizado por el hígado, mientras que el 40% restante continúan su camino a través
del hígado por la sangre y terminan en los hematíes y el cerebro (25% entre ambos) o
en la grasa y el músculo (15% entre ambos).
En el cerebro y en los hematíes van a ser consumidos como tales, mientras que
en el músculo y la grasa van a ser almacenados (como glucógeno en el músculo y
triacilgliceroles en los adipocitos). Una pequeña fracción de la glucosa ingerida se
desviará hacia la vía de las pentosas-fosfato para la síntesis de NADH o se destinará
a las síntesis de glucurónidos, utilizados en los mecanismos de conjugación
imprescindibles para hacer más hidrosolubles algunas sustancias y de esta forma 1619
permitir su excreción a través de la bilis o su transformación en productos más activos.
Otros monosacáridos, como la fructosa y la galactosa, son convertidos por el
hígado en glucosa y, posteriormente, en glucógeno.
Cuando la función hepática está alterada, las concentraciones de glucosa en
sangre pueden aumentar de forma excesiva tras la ingesta de hidratos de carbono; por
el contrario, entre las comidas, puede producirse hipoglucemia debido a una
incapacidad del hígado para contribuir en el metabolismo de los hidratos de carbono
y en la interconversión de un glúcido en otro.
Los hepatocitos también participan en el metabolismo lipídico, pues son una
fuente especialmente rica de enzimas metabólicas que participan en la oxidación de
los ácidos grasos para aportar energía para otras funciones corporales.
Los hepatocitos también convierten los productos del metabolismo de los
hidratos de carbono en lípidos, que pueden almacenarse en el tejido adiposo y
sintetizar grandes cantidades de lipoproteínas, colesterol y fosfolípidos, siendo los dos
últimos importantes en la biogénesis de las membranas plasmáticas. Además, los
hepatocitos convierten una porción considerable de colesterol sintetizado en ácidos
biliares.
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los TG exógenos transportados en los Qm están destinados a los tejidos
periféricos, sobre todo adiposo y muscular, corazón y grandes vasos, y glándula
mamaria en períodos de lactancia.
El endotelio capilar de estos tejidos sintetiza una enzima, la lipoproteinlipasa
(LPL), que hidroliza los TG de los Qm en la misma superficie capilar. Los AG formados
son incorporados por las células tisulares como fuente de energía o, en el caso del
tejido adiposo, para regenerar TG y almacenarlos.
El hígado sintetiza ácidos grasos a partir de precursores hidrocarbonados. La
lipogénesis en los hepatocitos depende de la autorregulación ejercida por la llegada
al hígado de AG, tanto exógenos como endógenos.
Los AG hepáticos se destinan a la oxidación como fuente de energía para el
metabolismo celular, la esterificación del colesterol hepático, la síntesis de fosfolípidos
y la resíntesis de TG para su depósito y para su secreción al plasma en las pre-β-
lipoproteínas o lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL).
Si bien todas las células del organismo son capaces de sintetizar colesterol, el
hígado y, en menor cuantía, el intestino son los órganos que producen la mayor parte.
El colesterol se forma a partir del acetato y es la enzima limitante en la cadena
sintética es la hidroximetilglutaril-CoA-reductasa (HMG-CoA-reductasa); esta
enzima está sujeta a un servocontrol que depende, por una parte, de la cantidad de 1620
colesterol que llega al hígado procedente del intestino y, por otra, del colesterol
endógeno captado por los hepatocitos.
Asimismo, el colesterol es el único sustrato a partir del cual se forman los ácidos
biliares, por lo que las necesidades de sales biliares modularán en parte la síntesis del
colesterol. Además, puesto que la absorción del colesterol de la dieta depende de la
presencia de sales biliares en la luz intestinal, estas controlan también de forma
indirecta la síntesis de aquel al determinar la cantidad de colesterol intestinal que se
absorbe y alcanza finalmente el hígado.
El colesterol hepático se destina a la incorporación en la estructura de las
membranas celulares hepáticas, al catabolismo de las sales biliares, a la excreción por
la bilis y a la esterificación para su almacenamiento como colesterol esterificado.
El hígado también desempeña una función vital en el metabolismo de las
proteínas. Uno de los aspectos más importantes para medir la capacidad sintética
del hígado es precisamente su capacidad de sintetizar proteínas.
El hígado sintetiza todos los denominados aminoácidos no esenciales que no
requieren ser aportados por la dieta, además de participar en la interconversión y
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Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
desaminación de los aminoácidos de forma que los productos puedan entrar en las
vías de biosíntesis para sintetizar hidratos de carbono.
Asimismo, sintetiza casi todas las proteínas presentes en el plasma,
especialmente la albúmina, que determina la presión oncótica del plasma, así como la
mayoría de los importantes factores de coagulación, por lo cual, los pacientes que
sufren una enfermedad hepática pueden desarrollar edemas periféricos secundarios
a hipoalbuminemia, y también son susceptibles a los trastornos hemorrágicos.
También sintetiza proteínas consideradas reactantes de fase aguda, las
cuales intervienen en las reacciones de inflamación aguda y crónica del organismo.
Los aminoácidos procedentes del intestino y los músculos entran en el hígado,
y mediante el control de su metabolismo (sobre todo por transaminación y
gluconeogénesis) se puede regular la proteinemia. La proteinemia es de 6 a 8 g/dL, y
está formada principalmente por albúmina, globulinas y fibrinógeno.
La albúmina representa alrededor de 60% del total de proteínas circulantes
del organismo, ello cobra importancia en tanto que una de las funciones más
importantes de ésta es el transporte de otras sustancias.
Tiene un peso de aproximadamente 70 kDa y un tiempo de vida media de 20 a
26 días. Esto es importante dado que, si bien en algunas afecciones hepáticas su 1621
síntesis disminuye de manera relativamente temprana, la reducción de su
concentración no se verá pasado un cierto tiempo, a menos que exista una perdida
concomitante.
La albúmina refleja la capacidad sintética del hígado, el cual produce unos 12
g de albúmina por día, lo que representa alrededor de 25% de la síntesis de proteína
hepática total, y la mitad de su proteína secretada.
Dada su cantidad y sus características (masa molecular relativamente baja y
concentración alta), su efecto se traduce en el volumen de distribución y la fuerza
osmótica del plasma, que se opone a la presión hidrostática, contribuyendo en un 75
a 80% de la presión osmótica del plasma. Funciona también como transportador de
varios compuestos biológicos, entre ellos otras proteínas, ácidos biliares, ácidos grasos,
bilirrubina no conjugada, fármacos, etc.
La albúmina muestra una forma elipsoidal, lo que significa que no aumenta la
viscosidad del plasma tanto como lo hace una molécula alargada, como el fibrinógeno.
El sistema que controla la síntesis hepática de albúmina parece depender de la
fuerza osmótica del plasma, pues cuando la fuerza oncótica se incrementa, la síntesis
de albúmina disminuye; es decir, este sistema opera en forma de retroalimentación
negativa.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
En condiciones normales, el hígado puede catabolizar los aminoácidos
exógenos, procedentes de la hidrólisis de las proteínas y de los péptidos alimentarios,
oxidándose completamente a CO2 y H2O o transformándose en glucosa
(gluconeogénesis), grasa (lipogénesis), cuerpos cetónicos (cetogénesis) y urea. Sin
embargo, la mayoría de los aminoácidos no son retenidos en el hígado, sino que son
utilizados por otros tejidos para la síntesis de proteínas.
Otra fracción de aminoácidos exógenos es utilizada por el hígado para sintetizar
proteínas, y el resto pasa a la circulación general para difundirse rápidamente en el
espacio extracelular y facilitar su captación por las células de los diferentes tejidos y
sistemas de la economía.
La insulina secretada en el sistema porta desde el páncreas regula casi todo lo
que sucede con los aminoácidos, así como a los lípidos y la glucosa en el hígado, por
ello, inmediatamente después de la ingestión, el hígado se comporta como
glucogenogénico, lipogénico, algo glucolítico y nada gluconeogénico.
Asimismo, el hígado constituye uno de los reservorios más importantes de
aminoácidos libres; de este modo se asegura la síntesis de las proteínas que emplea
para su propia estructura y función secretora, de las enzimas de membrana, cuya
continua renovación permite regular numerosas reacciones metabólicas, y de todas
las proteínas plasmáticas (albúmina sérica, fibrinógeno, protrombina, haptoglobina, 1622
glucoproteínas, transferrina, ceruloplasmina), excepto las inmunoglobulinas.
Finalmente, el hígado es un lugar esencial para la eliminación del amoniaco
generado por el catabolismo de las proteínas, lo cual se logra convirtiendo el amoniaco
en urea, que puede ser excretada posteriormente por los riñones.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
motivo importante por el cual no todos los fármacos pueden lograr concentraciones
terapéuticas en sangre tras su administración por vía oral.
El hígado tiene dos niveles en los que elimina, metaboliza y destoxifica
sustancias que se originan en la circulación portal. El primero nivel es físico, pues
la llegada de la sangre al hígado se filtra entre las células de linaje macrofágico
(células de Kupffer) que son células fagocíticas y tienen especialmente importancia
para eliminar materia particulada de la sangre portal, incluidas bacterias que pueden
entrar en la sangre desde el colon incluso en condiciones normales.
El segundo nivel de defensa es bioquímico, pues los hepatocitos están dotados
de un amplio conjunto de enzimas que metabolizan y modifican toxinas tanto
endógenas como exógenas, de forma que estos productos sean, en general, más
hidrosolubles y menos susceptibles de ser recaptados por el intestino.
Las reacciones metabólicas implicadas se dividen, a grandes rasgos, en
“reacciones de fase I” (oxidación, hidroxilación y otras reacciones catalizadas por
las enzimas del citocromo P-450) que van seguidas de las “reacciones de fase II”
que conjugan los productos resultantes con otra molécula, como ácido glucurónico,
sulfato, aminoácidos o glutatión, para promover su excreción.
Los productos de estas reacciones se excretan con la bilis o se devuelven a la
sangre para, finalmente, ser excretados por los riñones. 1623
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El hígado es decisivo para el control del amoniaco en el organismo ya que
las concentraciones de esta sustancia deben regularse de manera cuidadosa
por cuanto es tóxico para el SNC y pasa libremente a través de la barrera
hematoencefálica.
El hígado es el único órgano en el cual se expresa el ciclo de la urea completo (ciclo
de Krebs-Henseleit) el cual convierte el amoniaco de la circulación sanguínea en
urea para ser excretado posteriormente en la orina.
1626
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
El amoniaco presente en la circulación se deriva principalmente del colon, los
riñones y, en menor cantidad de la desintegración de los eritrocitos y el metabolismo
muscular. A medida que pasa a través del hígado, la mayor parte del amoniaco
presente en la circulación es distribuida hacia los hepatocitos, en cuyas mitocondrias
se convierte en fosfato de carbamoil, el cual, a su vez, reacciona con la ornitina para
generar citrulina.
Una serie de reacciones citoplásmicas subsiguientes acaban por generar
arginina y ésta puede deshidratarse para formar urea y ornitina. La última vuelve a
las mitocondrias para comenzar otro ciclo y, la urea, como una molécula pequeña, se
difunde fácilmente de nuevo hacia la sangre sinusoidal. Después es filtrada en los
riñones y eliminada del organismo en la orina.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
De todos los constituyentes de la bilis, sólo las sales biliares son de
importancia para el sistema digestivo. Las sales biliares son moléculas anfipáticas
debido a que el núcleo esteroideo (hidrófobo) yace en un solo plano, en tanto que los
grupos polares (hidrófilos); por ejemplo, los grupos hidroxilo y carboxilo, así como la
unión peptídica, se proyectan a un lado. Esta propiedad hace que las sales biliares
sean importantes para la emulsión de las grasas y la formación de micelas. También
tienen una acción colerética.
La circulación enterohepática asegura que todas las sales biliares que
llegan al duodeno no se pierdan en las heces. Los transportadores activos en el íleon
reabsorben las sales biliares y las regresan a la vena porta hepática, que las regresa
al hígado para que vuelvan a utilizarse. En consecuencia, sólo un pequeño porcentaje
de las sales biliares se pierde.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los ácidos biliares son producidos por los hepatocitos como productos
finales del metabolismo del colesterol.
El colesterol se metaboliza de forma selectiva mediante una serie de enzimas que
forman el ácido biliar. El paso inicial y limitante de la velocidad es la adición de un
grupo hidroxilo en la posición 7 del núcleo esteroideo por la enzima colesterol 7a-
hidroxilasa.
1629
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La cadena lateral del producto de esta reacción posteriormente es acortada, y
se añade una función de ácido carboxílico mediante la C27 deshidroxilasa para
generar ácido quenodesoxicólico, un ácido biliar dihidroxilado. Como alternativa, el
producto se hidroxila de nuevo en la posición 12 y, después, actúa sobre él la C27
deshidroxilasa para generar ácido cólico, un ácido biliar trihidroxilado.
La síntesis de ácidos biliares puede sufrir regulación al alta o a la baja, en
función de las necesidades del organismo. Por ejemplo, si los niveles de ácidos biliares
están reducidos en la sangre que fluye hacia el hígado, la síntesis puede aumentar
hasta 10 veces. Por el contrario, la ingesta de ácidos biliares suprime de forma
considerable la nueva síntesis de ácidos biliares por los hepatocitos.
1630
Relación entre las velocidades de síntesis y de secreción de los ácidos biliares (Koeppen y
Stanton, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
también es transformado por las enzimas bacterianas para formar ácido litocólico,
que es relativamente citotóxico. En conjunto, estos tres productos del metabolismo
bacteriano se denominan ácidos biliares secundarios.
En los hepatocitos se produce una modificación bioquímica importante
adicional tanto en los ácidos biliares primarios como en los secundarios. Estas
moléculas están conjugadas bien con glicina o con taurina, lo cual disminuye su pKa
de forma significativa. El resultado es que los ácidos biliares conjugados están
ionizados prácticamente en su totalidad en el pH en la luz del intestino delgado y, por
tanto, no pueden atravesar de forma pasiva las membranas plasmáticas.
Como consecuencia, los ácidos biliares conjugados son retenidos en la luz
intestinal hasta que son absorbidos de forma activa en el íleon distal mediante el
transportador apical de ácidos biliares dependiente del sodio (TAAS).
Los ácidos biliares conjugados que evitan esta captación son desconjugados por
las enzimas bacterianas en el colon, y las formas no conjugadas resultantes son
reabsorbidas de forma pasiva a través del epitelio del colon, porque ya no están
cargadas.
Los ácidos biliares contribuyen a la digestión y absorción de lípidos mediante
su acción como detergentes, más que como enzimas, y, por tanto, se requiere una masa
significativa de estas moléculas para solubilizar todos los lípidos de la dieta. 1631
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
1633
Por su parte, debido a que las micelas mixtas compuestas por ácidos biliares,
fosfatidilcolina y colesterol son osmóticamente activas, y las uniones estrechas que
unen hepatocitos adyacentes presentan alguna fuga, el agua es extraída de la luz
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
canalicular, así como otros solutos plasmáticos, como Ca2+, glucosa, glutatión,
aminoácidos y urea, en concentraciones que se aproximan esencialmente a las del
plasma.
Finalmente, la bilirrubina conjugada, que es hidrosoluble, y una variedad de
aniones orgánicos adicionales formados a partir de los metabolitos endógenos y los
xenobióticos, son excretados a la bilis a través de la membrana apical del hepatocito.
1634
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los colangiocitos que revisten los conductillos biliares están diseñados
específicamente para modificar la composición de la bilis.
Los solutos útiles, como la glucosa y los aminoácidos, son recuperados por la actividad
de los transportadores específicos. Los iones cloruro en la bilis también son
intercambiados por HCO3–, por lo que la bilis queda ligeramente alcalina y se reduce
el riesgo de precipitación del Ca2+.
1635
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La vesícula es un saco con forma de pera que mide entre 7 y 10 cm de
longitud y 3 cm de amplitud en su punto más ancho cuya función es contener
de 30 a 50 ml de bilis.
Se localiza en la superficie inferior hepática, a la que se ancla mediante tejido
conjuntivo areolar.
1636
Conductos que llevan la bilis del hígado y la vesícula biliar (Thibodeau y Patton, 2007).
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La bilis entra en la vesícula biliar al llenar primero el conducto colédoco, y luego
al rebasar el flujo hacia la vesícula biliar pues en el intervalo entre comidas el flujo
de salida está bloqueado mediante la constricción del esfínter de Oddi. En este
periodo, la vesícula biliar absorbe agua y electrólitos de la bilis y la concentra en un
factor de 5 a 20 veces, mediante la absorción activa de iones de Na+, que se
intercambian por H+, ya que los ácidos biliares, como aniones principales, son
demasiado grandes para salir a través de las uniones estrechas del epitelio de la
vesícula biliar. Sin embargo, aunque la concentración de ácidos biliares puede
aumentar en más de 10 veces, la bilis sigue siendo isotónica, porque una micela simple
actúa como una única partícula osmóticamente activa.
1637
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
adultos, con inhibición de la precipitación, habitualmente por la presencia de
proteínas antinucleares.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La resección quirúrgica se suele realizar ahora mediante laparoscopia, una
intervención menos invasiva que la cirugía tradicional. Sin embargo, en muchos casos
el tratamiento de elección inicial es tratar de eliminar los cálculos con fármacos o
técnicas no quirúrgicas, como la litotricia ecográfica.
1639
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Los nutrientes como los ácidos grasos y los péptidos/aminoácidos en el duodeno
llevan a liberación de CCK, que actúa por las rutas tanto endocrina como neurocrina
para activar la contracción de la vesícula biliar y relajar el esfínter de Oddi, lo que da
lugar a la secreción de un bolo de bilis concentrada hacia la luz del duodeno.
Neurotransmisores secundarios liberados por el sistema nervioso entérico en
respuesta a un reflejo vagovagal comprenden el neurotransmisor excitatorio ACh y
los transmisores inhibitorios VIP y ON.
El resultado neto es la eyección de un bolo concentrado de bilis a la luz
duodenal, donde las micelas mixtas constituyentes pueden ayudar a la captación de
los lípidos. A continuación, cuando ya no son necesarios, los ácidos biliares son
recuperados y vuelven a penetrar en la circulación enterohepática para comenzar el
ciclo de nuevo. Sin embargo, los demás componentes de la bilis se pierden, sobre todo
por las heces, por lo que se eliminan del organismo.
Las sustancias que incrementan la secreción hepática de bilis se denominan
coleréticos como la secretina (Hall y Hall, 2021) y sales biliares; estas últimas
aumentan la secreción hepática de bilis, pero inhiben la síntesis de nuevas sales
biliares. A pesar de la inhibición de la síntesis de sales biliares frescas, la cantidad de
sales biliares en la bilis no disminuye por la recirculación enterohepática.
Los fármacos que estimulan el hígado para incrementar la producción de bilis 1640
de densidad baja se llaman hidrocoleréticos, mientras que las sustancias que provocan
la contracción de la vesícula biliar se denominan colagogos como lo es la CCK.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Exploración física: la paciente presenta facies dolorosa y se nota adelgazada.
Mucosas ictéricas. Tonos cardiacos rítmicos. Frecuencia cardiaca 92 x minuto.
Tensión arterial 160/90 mmHg. Aparato respiratorio: murmullo vesicular normal.
No se auscultan estertores. FR 20 x minuto. Abdomen sigue los movimientos
respiratorios, doloroso a la palpación superficial y profunda en hipocondrio derecho.
No visceromegalia. Ultrasonido abdominal muestra vesícula biliar dilatada con
múltiples imágenes de litiasis en su interior. Colédoco dilatado con litiasis en su
interior. El tórax no ofrece datos de interés.
Estudios de laboratorio: Hemoglobina 10 g/dL. Leucocitos 11.300/mm3. PMN
65%, Linfocitos 30% y Monocitos 5%. ALT 170 U/L. AST 105 U/L. FAL 546 U/L.
GGT 205 U/L. Bilirrubina 7,8 mg/dL. Bilirrubina directa 5,3 mg/dL.
Diagnóstico: Colecistitis. Síndrome coledociano.
Tratamiento: Ingreso para cirugía de urgencia.
Evolución: Se confirma el diagnóstico de vesícula dilatada con cálculos en su
interior. El colédoco enormemente dilatado (mayor de 4 cm de diámetro), en el cual
se confirma la presencia de litiasis en su interior. Se realiza Colecistectomía,
Coledocotomía (extrayéndose 538 cálculos de diferentes tamaños de su interior). La
Colangiografía transoperatoria confirmó buen pase de contraste al duodeno y sin
1642
imagen de litiasis residual. La evolución postoperatoria de la paciente muy
favorable, siendo egresada de nuestro centro al 8vo día de su postoperatorio
completamente recuperada.
Puntos de reflexión
1. ¿Cuáles es la causa de la formación del cálculo biliar?
2. ¿Qué importancia tiene colangiografía transoperatoria en estos casos?
3. ¿Qué elementos del laboratorio son coincidentes con el diagnóstico clínico?
4. ¿Por qué la paciente presentaba intolerancia a ciertos alimentos?
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
y la bilis no equilibrada desde un punto de vista químico o cargada de colesterol
permanece en la vesícula mucho tiempo.
Existe una relación entre la dieta, la pérdida de peso y la formación de cálculos,
pues el hígado de los pacientes con obesidad mórbida (IMC superior a 40) produce más
cantidad de colesterol y aumenta el riesgo de aparición de cálculos.
Sin embargo, una pérdida de peso rápida e importante aumenta de forma
significativa el riesgo de formación de cálculos sintomáticos.
Las intervenciones quirúrgicas realizadas para perder peso, como el sistema de
banda gástrica ajustable, las intervenciones de banda gástrica restrictiva más
tradicionales (gastroplastia vertical con banda) o las cirugías de derivación más
amplias (derivación gástrica en Y de Roux) casi siempre se asocian a una rápida
pérdida de peso tras la cirugía, pero se producen cálculos en más de un tercio de estos
enfermos.
La inflamación del epitelio vesicular, ocasionada en general por una infección
crónica, altera las características de absorción de la mucosa vesicular, permitiendo a
veces una captación excesiva de agua y sales biliares, aunque a expensas de una
concentración progresivamente mayor de colesterol a nivel de la vesícula biliar. En
consecuencia, este comienza a precipitar en forma de múltiples cristales diminutos
sobre la superficie de la mucosa inflamada que después progresan a cálculos biliares 1643
de mayor tamaño.
Cuando los cálculos bloquean el flujo de la bilis, la vesícula biliar se inflama y
distiende. La proliferación de bacterias, generalmente Escherichia coli, puede
contribuir a la inflamación y formación de un absceso o empiema.
El edema de la vesícula biliar (y a veces del conducto cístico) obstruye el flujo
de la bilis y la irrita químicamente. Las células en la pared de la vesícula biliar pueden
verse desprovistas de oxígeno y morir conforme el órgano distendido comprime los
vasos y altera la irrigación sanguínea. Las células muertas se descaman y un exudado
cubre las áreas ulceradas, causando que la vesícula biliar se adhiera a las estructuras
circundantes.
Como signos y síntomas se encuentra el dolor abdominal agudo en el cuadrante
superior derecho abdominal que puede irradiarse al dorso, entre los hombros o a la
pared anterior del tórax; por lo general, se presenta después de una comida grasosa,
con cólico, náuseas y vómitos, ictericia y escalofríos y fiebre leve.
La radiografía revela cálculos biliares si contienen suficiente calcio para ser
radiopacos; también ayuda a revelar una vesícula en porcelana (dura y frágil debido
al calcio que se deposita en su pared), bilis caliza y un íleo biliar.
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
La tomografía computarizada o la resonancia magnética muestran una vesícula
biliar calcificada y la presencia de cálculos.
La ecografía detecta cálculos tan pequeños como de 2 mm y distingue entre
ictericia obstructiva y no obstructiva.
La colangiografía percutánea transhepática apoya el diagnóstico de ictericia
obstructiva y revela la presencia de cálculos en los conductos.
La química sanguínea muestra concentraciones elevadas de FAL, LDH, ALT y
bilirrubina total séricas, concentración de amilasa sérica ligeramente elevada y un
índice ictérico alto. Los estudios sanguíneos revelan cifras ligeramente elevadas de
leucocitos durante la crisis de colecistitis.
Las complicaciones pueden llevar a gangrena, perforación, peritonitis,
formación de fístulas y pancreatitis aguda (Stewart, 2018).
1644
Fernández, V. H .
Capítulo 37 | Fisiología del sistema gastrointestinal
Referencias bibliográficas
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Hall, J. E. Hall, M. E. (2021). Guyton y Hall. Tratado de Fisiología Médica. 14ª edición. Elsevier.
Koeppen, B. Stanton, B. (2018). Berne & Levy. Physiology. Seventh edition. Elsevier.
Pawlina, W. Ross, M. H. (2020). Ross. Histología. Texto y Atlas. Correlación con biología celular y
molecular. 8ª edición. Wolters Kluwer.
Stewart, J. G. (2018). Anatomical Chart Company. Atlas de Fisiopatología. 4ª edición. Wolters Kluwer
Suchy, F. J. (2017). Función hepatobiliar. En W. F. Boron & E. L. Boulpaep (Ed). Fisiología Médica. 3ª
edición. (46, pp. 944-971). Elsevier.
Thibodeau, G. A. Patton, K. T. (2007). Anatomía y Fisiología. Sexta edición. Elsevier.
1645
Fernández, V. H .
SECCIÓN VII
Fisiología del sistema endocrino
Capítulo 38
Introducción al estudio del sistema
endocrino
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe las hormonas y la forma en que contribuyen a los mecanismos homeostáticos
de todo el cuerpo.
2. Explica las características químicas de las diferentes clases de hormonas y de qué
forma determina esto su mecanismo de acción en las células blanco.
3. Define cómo se sintetizan y secretan las hormonas por las células de las glándulas
endocrinas, lo cual comprende la forma en que las hormonas peptídicas se desdoblan a
partir de precursores de mayor tamaño molecular.
4. Explica la importancia de los transportadores de proteína en la sangre para las
hormonas hidrófobas y los mecanismos que determinan las concentraciones de
hormonas libres en la circulación.
5. Explica los principios de control de liberación de las hormonas y su importancia para
la homeostasis.
6. Explica los principios que determinan los estados patológicos resultantes de la
producción excesiva o insuficiente de hormonas clave.
7. Describe los procesos de evaluación del sistema endocrino y su importancia médica.
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
1646
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
1648
Desde el punto de vista médico, las enfermedades del sistema endocrino son
múltiples y, de hecho, los trastornos endocrinos y metabólicos figuran entre los
padecimientos más frecuentes como ser la diabetes mellitus, osteopenia, dislipidemia,
síndrome metabólico y tiroiditis.
Por ejemplo, la diabetes mellitus tipo 2 es uno de los padecimientos endocrinos
más frecuentes del siglo XXI y conlleva una incapacidad del organismo para responder
a la insulina. La hiperglucemia consecutiva lesiona muchos tejidos y da por resultado
complicaciones secundarias. En gran parte, la prevalencia considerable y creciente de
diabetes y otros trastornos metabólicos se basa en la gran prevalencia de obesidad que
se observa en casi todos los países.
Asimismo, diversos trastornos endocrinos son más frecuentes en ciertos grupos
étnicos específicos o en relación al sexo biológico (Barrett et al., 2019).
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Una hormona (del griego “hormáein”; despertar o estimular) es una
molécula mediadora que se libera en una parte del cuerpo, pero regula la
actividad de células en otras partes.
Químicamente, las hormonas pueden clasificarse en proteínas y péptido, esteroides y
derivados de aminoácidos (aminas), estructuras que en cierto modo determinan la
ubicación del receptor hormonal, con fijación de aminas y hormonas peptídicas a
receptores en la membrana celular, mientras que las hormonas esteroides cruzan la
membrana plasmática para unirse a receptores intracelulares.
Sin embargo, existen excepciones a la regla como es el caso de las hormonas
tiroideas que derivan de aminoácidos y se transportan hacia el interior de la célula
para unirse con su receptor nuclear.
Asimismo, la estructura química influye en la vida media de las hormonas; por
ejemplo, los péptidos tienen vida media más cortas que las hormonas esteroides.
Las hormonas proteicas y peptídicas constituyen la mayor parte de las
hormonas, en su mayor parte sintetizadas como preprohormonas que sufren un
proceso postraduccional y se almacenan en gránulos secretores antes de ser liberados
por exocitosis. Algunos ejemplos son la insulina, glucagón y hormona
adrenocorticotrópica (ACTH).
1649
Dentro de este grupo también se encuentran proteínas que contienen radicales
constituidos por carbohidratos, por lo cual se las denomina glucoproteínas como la
somatotropina o GH (hormona del crecimiento o growth hormone), hormona
luteinizante (LH, luteinizing hormone) y hormona foliculoestimulante (FSH, follicle-
stimuling hormone), la hormona estimulante del tiroides (TSH o tyroid stimulant
hormone) y la gonadotropina coriónica humana (hCG).
Algunas hormonas de este grupo son heterodímeros que comparten una cadena
α común y la especificidad la confiere la cadena β, como es el caso de la TSH, la FSH,
la LH y la hCG (comúnmente conocida como subunidad beta para confirmar
embarazo).
Los genes que codifican las hormonas proteicas/peptídicas se transcriben para
producir ARNm específicos que son transducidos por los ribosomas para formar una
preprohormona, que es, a su vez, un precursor hormonal proteico que incluye un
“péptido señal” que dirige su transporte hacia el retículo endoplasmático, donde se
elimina ese péptido señal, dejando una prohormona.
La prohormona se transporta hacia el aparato de Golgi, donde es incluido en
vesículas secretoras, en cuyo interior se corta para crear la forma activa final de la
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
hormona. La secreción de las hormonas proteico/peptídicas se produce cuando se
liberan los contenidos de estas vesículas.
En algunos casos, la abundancia de algunas hormonas también es regulada a
través de efectos sobre la traducción. Por ejemplo, el incremento de las
concentraciones de glucosa en la circulación estimula la traducción de ARNm de
insulina. Estos efectos son mediados por la capacidad de la glucosa para aumentar la
interacción del ARNm de insulina con proteínas de unión a ARN específicas, que
aumentan su estabilidad y favorecen su traducción. El efecto neto es la regulación
más precisa y oportuna de las concentraciones de insulina, y por tanto de metabolismo
energético, que lo que se lograría sólo con la regulación transcripcional.
1650
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Las hormonas maduras también están sujetas a diversos pasos de
procesamiento postraduccional (como la glucosilación), que pueden influir en su
actividad biológica final o en su estabilidad en la circulación. Por último, todas las
hormonas entran en la vía secretora inespecífica o regulada.
La secreción de muchas hormonas es a través de un proceso de exocitosis de
gránulos almacenados. El aparato exocitótico es activado cuando el tipo de célula que
sintetiza y almacena la hormona en cuestión es activado por una señal específica, por
ejemplo, un neurotransmisor o un factor liberador de péptido.
Una complejidad adicional relativa a la secreción hormonal tiene que ver con el
hecho de que algunas hormonas son secretadas de manera intermitente o pulsátil.
Las tasas de secreción pueden incrementarse al máximo y disminuir en relación con
los ritmos circadianos, en respuesta a los horarios de las comidas o según lo regulan
otros factores generadores de patrones cuya periodicidad puede fluctuar desde
milisegundos hasta años.
La secreción intermitente suele relacionarse con la actividad de osciladores en
el hipotálamo que regulan el potencial de membrana de las neuronas, secretando a su
vez factores liberadores de hormonas hacia el sistema portal hipotálamo-hipofisario
que luego producen la liberación de las hormonas hipofisarias y la activación
consecuente de otras glándulas de forma intermitente (Barrett et al., 2019). 1651
Estos pulsos hormonales transmiten información diferente a los tejidos
terminales (blanco) sobre los que actúan hasta que la exposición constante a una sola
concentración de la hormona por lo cual, desde una perspectiva terapéutica, la
secreción pulsátil puede plantear dificultades si, a causa de la deficiencia, resulta
necesario reemplazar una hormona específica que normalmente es secretada de esta
manera.
Las hormonas esteroides se derivan del colesterol y son sintetizadas en la
corteza suprarrenal, gónadas y placenta.
Una vez sintetizadas, se liberan de manera continua por difusión simple. El
control de la secreción de estas moléculas ocurre a través de influencias cinéticas sobre
las enzimas sintéticas o proteínas transportadoras que intervienen en la producción
de hormonas. Por ejemplo, la proteína reguladora aguda esteroidógena (StAR)
es una proteína lábil cuya expresión, activación y desactivación es regulada por
cascadas de señalización intracelular y sus efectores, tales como diversas proteínas
cinasas y fosfatasas.
La StAR transporta el colesterol de la membrana externa a la interna de la
mitocondria. Debido a que éste es un primer paso que limita la rapidez de la síntesis
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
del precursor esteroide, pregnenolona, este arreglo permite cambios en la velocidad
de la síntesis de esteroide, y por tanto en su secreción, en respuesta a señales
homeostáticas como son las hormonas tróficas, las citocinas y el estrés (Barrett et al.,
2019).
1652
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
complejo receptor-ligando se traslada al núcleo donde se homodimeriza y se asocia a
un receptor nuclear unido a un ligando distinto para formar un heterodímero. En
cualquier caso, el dímero se une al ADN para incrementar o disminuir la transcripción
génica en el tejido terminal.
Son ejemplos el estrógenos (E), la testosterona (T), el cortisol, la aldosterona y
la vitamina D activa (calcitriol), entre otros.
Las hormonas derivadas de aminoácidos se sintetizan a partir del
aminoácido tirosina e incluyen las catecolaminas como noradrenalina, adrenalina y
dopamina, producidas por la médula suprarrenal; así como hormonas tiroideas,
derivadas de la combinación de dos residuos yodados del aminoácido tirosina en la
glándula tiroides.
La médula suprarrenal secreta principalmente adrenalina, mediante el
almacenamiento en vesículas o gránulos cromafines. La secreción de catecolaminas
por la médula suprarrenal parece estar mediada completamente por la estimulación
de la división simpática del sistema nervioso autónomo.
La serotonina (5-hidroxitriptamina o 5-HT) que se sintetiza a partir del
triptófano, además de ser un importante neurotransmisor en el SNC, es una hormona
producida por células neuroendocrinas localizadas mayormente en el revestimiento
del intestino delgado y en los bronquios principales. A diferencia de otras hormonas, 1653
la serotonina no es producida por una glándula específica (Barrett, 2017).
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Por consiguiente, la reserva de hormonas ligadas permite que las fluctuaciones
de las concentraciones hormonales sean escasas en el curso del tiempo, pues también
son decisivos para modular las concentraciones de la hormona libre en cuestión.
Es típico que sólo la hormona libre tenga actividad biológica en los tejidos
blanco o que pueda mediar la regulación por retroalimentación pues es la única forma
posible de lograr acceso al espacio extravascular.
Las catecolaminas y la mayor parte de las hormonas peptídicas son solubles en
el plasma y se transportan como tales. En cambio, las hormonas esteroides son
hidrófobas y en su mayor parte están unidas a las proteínas de gran tamaño llamadas
proteínas de unión a esteroides (SBP, steroid binding proteins), que son
sintetizadas en el hígado. En consecuencia, sólo pequeñas cantidades de la hormona
libre están disueltas en el plasma.
Por ejemplo, la globulina fijadora de hormona sexual (SHBG, sex hormone-
binding globulin) es una glucoproteína que une a las hormonas sexuales, testosterona
y 17β-estradiol. La transcortina une a la progesterona, el cortisol y otros
corticoesteroides.
El complejo SBP-hormona y la hormona libre se encuentran en equilibrio en el
plasma y sólo la hormona libre puede difundirse a través de membranas celulares.
1654
En general, las SBP aumentan la solubilidad de las hormonas de base lipídica
en la sangre y disminuyen la rapidez de eliminación de hormona en la orina al evitar
que las hormonas se filtren en el riñón.
Representan una fuente de hormonas en la circulación sanguínea que puede
liberar hormona libre a medida que se modifica el equilibrio.
Una manera adicional de regular la disponibilidad de hormonas que se unen a
las proteínas transportadoras, como los esteroides, consiste en regular la expresión y
la secreción de las propias proteínas transportadoras. Es un mecanismo decisivo que,
por ejemplo, regula la disponibilidad de hormonas tiroideas.
Por ello, la interacción entre una hormona dada y su proteína transportadora
se conoce como equilibrio dinámico y permite el ajuste para evitar manifestaciones
clínicas de deficiencia o exceso hormonal.
En condiciones fisiopatológicas algunos fármacos pueden alterar las
concentraciones de proteínas transportadoras o desplazar hormonas que se unen a
ellas. Además, algunas proteínas transportadoras se unen a múltiples hormonas (p.
ej., SHBG). Tales observaciones pueden tener importancia clínicas en la homeostasis
endocrina, ya que se necesitan hormonas libres para la retroalimentación y el control
de sus tasas de síntesis y secreción.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Por ejemplo, las concentraciones plasmáticas de proteína transportadora de
cortisol se incrementan durante el embarazo. El incremento en las concentraciones
circulantes de proteína transportadora de cortisol ocasiona una mayor capacidad para
el transporte de cortisol, lo que ocasiona una disminución en las concentraciones de
cortisol libre y estimula la liberación hipotalámica de CRH, que estimula la liberación
de ACTH de la adenohipófisis y, en consecuencia, se incrementa la síntesis y
liberación de más cortisol de las glándulas suprarrenales. Este mecanismo de
retroalimentación restablece las concentraciones plasmáticas de cortisol libre y evita
las manifestaciones de deficiencia de cortisol a expensas de un aumento en las
concentraciones totales de la hormona (SBP-hormona + la hormona libre).
1655
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
en una glándula del cuello no tiene nada que ver con los lugares de acción de la
hormona (Melmed et al., 2017).
1657
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
endocrina normal es consecuencia del exceso o deficiencia de acción hormonal. Esto
puede ocasionar una producción anormal de una hormona dada, ya sea en cantidades
excesivas o insuficientes, o por disminución en el número o función de receptores.
Los agonistas y antagonistas de la interacción hormona-receptor se utilizan
ampliamente en la clínica para restablecer la función endocrina en pacientes con
deficiencias o excesos hormonales.
Las hormonas provocan efectos biológicos al unirse a receptores hormonales
específicos en las células diana y el tipo de receptor al cual se unen depende
fundamentalmente de la estructura química de la hormona, clasificándose según su
ubicación celular como receptores de membrana celular o receptores
intracelulares.
Desde el punto de vista funcional, los receptores de membrana celular pueden
dividirse en conductos iónicos controlados por ligando y receptores que
regulan la actividad de proteínas intracelulares.
Los conductos iónicos controlados por ligando dependen de receptores que
tienen acoplamiento funcional con dichos conductos, por lo cual, la unión de la
hormona a este receptor produce un cambio conformacional que abre el canal iónico
sobre la membrana celular produciendo flujo de iones al interior de la célula efectora,
sucediendo en unos pocos segundos después de la unión de la hormona. 1658
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
interacción del receptor con la proteína G reguladora, lo que estimula la liberación de
difosfato de guanosina (GDP) en intercambio por trifosfato de guanosina (GTP), lo que
ocasiona activación de la proteína G, la cual se disocia del receptor seguido de la
disociación de la subunidad α de las subunidades β y γ.
1659
Las subunidades activan los sitios efectores intracelulares, que pueden ser
conductos iónicos o enzimas. Las hormonas que utilizan este tipo de receptor incluyen
TSH, vasopresina y catecolaminas.
La subunidad Gαs activa la adenilatociclasa, la subunidad Gαi inhibe la
adenilatociclasa y la subunidad Gαq activa la fosfolipasa C (FLC).
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
La interacción de Gαs con adenilatociclasa y su activación ocasiona incremento
la conversión de trifosfato de adenosina a 3’,5’-monofosfato de adenosina (AMPc) con
la respuesta opuesta desencadenada por la unión a receptores acoplados a Gαi.
El incremento en el AMPc intracelular activa la proteincinasa A (PKA), que a
su vez produce la fosforilación de las proteínas efectoras, que son las que llevan a cabo
la respuesta celular. La acción de cAMP se termina por el desdoblamiento de AMPc
por la enzima fosfodiesterasa (PDE). Además, la cascada de activación de proteínas
también puede ser controlada por acción de las fosfatasas, las cuales desfosforilan las
proteínas.
La fosforilación de las proteínas no necesariamente ocasiona la activación de la
enzima pues, en algunos casos, la fosforilación de una proteína dada ocasiona la
inhibición de su actividad.
La activación de la subunidad Gαq por la FLC produce la hidrólisis del difosfato
de fosfatidilinositol y la producción de diacilglicerol (DAG) y de trifosfato de inositol
(IP3).
El DAG activa la proteincinasa C (PKC), la cual produce fosforilación de las
proteínas efectoras y el IP3 se une a los conductos del calcio en el retículo
endoplásmico, produciendo un incremento en la entrada de Ca2+ hacia el citosol.
1660
El Ca2+ también actúa como segundo mensajero al unirse a proteínas citosólicas
como la calmodulina (CaM). La unión de Ca2+ a la CaM (Ca-CaM) ocasiona la
activación de cinasas, lo que produce una cascada de fosforilación de proteínas
efectoras y de respuestas celulares.
Los receptores proteínicos de tirosina cinasa son otro grupo de receptores
importantes. El receptor tirosina cinasa es una proteína individual transmembrana
(un solo dominio) que tiene actividad enzimática intrínseca y que se activa por la
unión con la hormona lo cual ocasiona la fosforilación de residuos de tirosina en el
dominio catalítico del receptor mismo, con lo que se incrementa su actividad de cinasa.
La fosforilación fuera del dominio catalítico crea sitios específicos de unión o de
acoplamiento para que se recluten y activen proteínas adicionales, iniciando una
cascada de señalización.
A través de la fosforilación de proteínas, las hormonas que se unen a receptores
de la superficie celular pueden alterar la transcripción de genes específicos a través
de la fosforilación de factores de transcripción. Esto incluye la insulina, el factor de
crecimiento similar a la insulina (IGF) y los receptores del factor de crecimiento
epidérmico (EGF).
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Otro grupo lo compone el receptor de cinasa unido al receptor, que es
funcionalmente similar al anterior, se caracteriza por un gran dominio de unión
extracelular, seguido de un único segmento que abarca la membrana y una cola
citoplásmica. Estos receptores no poseen actividad de tirosina cinasa intrínseca, pero
parecen funcionar a través de interacciones con moléculas transductoras solubles, que
sí poseen tal actividad. La prolactina y la hormona de crecimiento están incluidas en
este grupo.
1661
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Asimismo, la familia del factor de crecimiento transformante beta (TGF-
β) constituye otro grupo, el cual señaliza a través de los dominios serina/treonina
cinasa en sus colas citoplásmicas.
Por su parte, los receptores de péptidos natriuréticos operan mediante la
activación de una guanilatociclasa particulada y la síntesis de GMPc. La ciclasa está
unida covalentemente en la porción carboxilo terminal del dominio de unión al
ligando (LBD) y, por tanto, representa una parte intrínseca de la molécula receptora.
Los receptores intracelulares pertenecen a la superfamilia de receptores
esteroides. Estos receptores son factores de transcripción que tienen sitios de unión
para la hormona (ligandos) y para el DNA, y que actúan como factores de transcripción
regulados por ligando (hormonas).
La formación de complejos hormona-receptor y la unión al DNA ocasiona la
activación o represión de la transcripción génica. La unión a un receptor hormonal
intracelular requiere que la hormona sea hidrófoba y que cruce la membrana
plasmática, como las hormonas esteroides y los derivados esteroides activos de la
vitamina D. Las hormonas tiroideas, por su parte, deben transportarse de manera
activa hacia el interior de la célula diana.
1662
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Los receptores hormonales intracelulares libres pueden ser citosólicos o
nucleares y la formación de complejos hormona-receptor citosólicos produce un cambio
conformacional que permite que el complejo ingrese al núcleo y se una a secuencias
específicas de ADN para regular la transcripción génica.
Una vez en el interior del núcleo, los receptores regulan la transcripción al
unirse, generalmente en forma de dímeros, a los elementos de respuesta hormonal,
que en condiciones normales se ubican en las regiones reguladoras de los genes sobre
los cuales ejerce su efecto.
Por su parte, los receptores intracelulares libres pueden ubicarse en el núcleo,
como en el caso de receptores de hormonas tiroideas. Cuando los receptores de
hormona tiroidea están desocupados, suprimen la transcripción de los genes, pero la
unión de hormona tiroidea a su receptor activa la transcripción génica.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Si la exposición de las células a la hormona tiene un efecto desensibilizador
sobre la acción generada por la misma hormona, a este efecto se le denomina
desensibilización homóloga. Si la exposición de las células a una hormona tiene
un efecto de desensibilización en relación a la acción de una hormona diferente, el
efecto se conoce como desensibilización heteróloga.
Los receptores hormonales también pueden sufrir regulación ascendente
(regulación al alta), el cual incluye un incremento en el número de receptores para
una hormona en particular y ocurre con frecuencia cuando las concentraciones
prevalentes de la hormona han permanecido bajas por cierto tiempo. El resultado es
un incremento en la respuesta a los efectos fisiológicos de la hormona en el tejido
efector cuando las concentraciones de la hormona se restablecen o cuando se
administra un agonista de los receptores.
Una hormona también puede producir regulación descendente o ascendente de
los receptores, pero para otra hormona como es el caso de la regulación ascendente de
los receptores adrenérgicos en los miocitos cardiacos después de elevaciones
sostenidas en las concentraciones de hormona tiroidea.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
hipersecreción leve de GH provoca gigantismo y una deficiencia de GH provoca retraso
del crecimiento. Las concentraciones ambientales de hormona circulante no son
uniformes, y los patrones de secreción determinan la respuesta fisiológica. De este
modo, la secreción de insulina se produce en pulsos cortos desencadenados por
nutrientes y otras señales; la secreción de gonadotropinas es episódica, determinada
por un generador de pulsos hipotalámico; y la secreción de PRL parece ser
relativamente continua, con picos secretores estimulados durante el
amamantamiento.
Por su parte, los ritmos circadianos sirven como respuesta adaptativa a señales
ambientales y están controlados por un mecanismo temporizador circadiano. La luz
es la principal señal ambiental para el ajuste del reloj endógeno. El tracto
retinohipotalámico actúa sobre generadores de pulsos circadianos situados en los
núcleos supraquiasmáticos hipotalámicos. Estas señales actúan como temporizadores
del ciclo sueño-vigilia y determinan patrones de secreción y acción hormonal.
1665
Origen de los ritmos circadianos en la secreción de las glándulas endocrinas, los procesos
metabólicos y la conducta (Koeppen y Stanton, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Los trastornos del ritmo circadiano provocan disfunciones hormonales y pueden
reflejar lesiones de los reguladores o generadores de los pulsos. Por ejemplo, la
deficiencia de GH del adulto debida a lesiones del hipotálamo o la hipófisis se
acompaña de elevaciones de las concentraciones integradas de 24 h de leptina y menor
pulsatilidad de la misma, aunque con el ritmo circadiano de la leptina conservado. La
reposición de GH recupera la pulsatilidad de la leptina y se sigue de pérdida de masa
corporal grasa.
El sueño es también un regulador importante de la pulsatilidad hormonal.
Alrededor del 70% de la secreción total de GH tiene lugar durante el sueño de ondas
lentas, y el envejecimiento se acompaña de una disminución del sueño de ondas
lentas, y una disminución concomitante de GH y un aumento de la secreción de
cortisol.
La mayoría de las hormonas hipofisarias se secretan siguiendo un ritmo
circadiano (día-noche), cuyo mejor ejemplo lo constituyen los picos de ACTH antes de
las 9 a.m., mientras que los esteroides ováricos siguen un ritmo menstrual de 28 días.
Los ritmos episódicos alterados suelen ser indicio claro de disfunción endocrina. Por
ejemplo, la pérdida de la secreción circadiana de ACTH con concentraciones elevadas
de cortisol a medianoche es típica de la enfermedad de Cushing.
El control y la integración por el SNC es un componente fundamental de la 1666
regulación hormonal y depende del control directo por neurotransmisores de la
liberación de hormonas endocrinas.
El control neural de la secreción hormona desempeña una función importante
en la regulación de la liberación de hormonas endocrinas periféricas. Los órganos
endógenos como el páncreas, reciben estimulación simpática y parasimpática, las
cuales contribuyen a la regulación de la liberación de insulina y glucagón.
Por su parte, el control hormonal resulta de la estimulación de la liberación
de la hormona. En este caso, la hormona que ejerce el efecto se conoce como hormona
trófica, como el caso de la mayor parte de hormonas producidas y liberadas de la
adenohipófisis. Un ejemplo es la regulación de la liberación de cortisol por acción de
la ACTH.
Las hormonas también pueden producir supresión de otra hormona liberadora
como ocurre con la inhibición de la liberación de hormona del crecimiento por la
somatostatina producida en el hipotálamo.
La inhibición hormonal de la liberación de hormonas desempeña una función
importante en el proceso de regulación por retroalimentación negativa de la liberación
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
de hormonas; además, las hormonas pueden estimular la liberación de una segunda
hormona en lo que se conoce como mecanismo de anticipación.
1667
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Un principio general que es decisivo para la fisiología endocrina es el de la
regulación por retroalimentación; éste postula que la respuesta de las
células blanco a la acción hormonal “retroalimenta” subsiguientemente
para controlar el órgano endocrino desencadenante.
La retroalimentación puede regular la liberación adicional de la hormona mediante
un circuito de retroalimentación negativa, o raramente por retroalimentación
positiva, pues esta última tiene que ver con la intensificación o la estimulación
continuada del mecanismo/estímulo de liberación original. Tales mecanismos
realmente sólo se observan cuando es necesario obtener el impulso para un desenlace
final, como el parto.
La retroalimentación negativa es un mecanismo de control mucho más
frecuente y consiste en la inhibición o la amortiguación del mecanismo o estímulo de
liberación hormonal inicial.
En general, el sistema endocrino utiliza una red de respuestas de
retroalimentación para mantener un estado de equilibrio. Los circuitos de control
mediante retroalimentación también proporcionan estrategias diagnósticas para
valorar a los pacientes en quienes se sospechan trastornos endocrinos. Por ejemplo,
cuando se valora el hipotiroidismo, las concentraciones normales de TSH tienden a
descartar un defecto primario al nivel de la propia glándula tiroides y más bien 1668
señalan que se debiera buscar un defecto de la adenohipófisis. Por el contrario, si hay
incremento de la TSH, esto indica que se ha perdido la capacidad normal de la
hormona tiroidea circulante para suprimir la síntesis de TSH, lo cual probablemente
se deba a una reducción de la capacidad de la glándula tiroides para sintetizar la
hormona.
Un mecanismo de control importante para aquellos sitemas que no se
encuentran regulados por un eje, son aquellos bajo control de la liberación
hormonal por el producto donde la producción y liberación de una hormona puede
regularse por las concentraciones circulantes del sustrato que controla. Un ejemplo es
la regulación de la liberación de hormona paratiroidea (PTH) desde las glándulas
paratiroides dependiendo de las concentraciones séricas de Ca2+.
La integridad del sistema asegura que los cambios adaptativos en las
concentraciones de hormonas no produzcan estados patológicos. Además, los
mecanismos de control desempeñan funciones importantes en las adaptaciones a corto
y largo plazos a los cambios en el medio ambiente. Pueden identificarse tres niveles
de retroalimentación: asa larga, asa corta y asa ultracorta.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
En términos generales, los trastornos del sistema endocrino producen
alteraciones en la secreción hormonal o en la respuesta de las células
efectoras a la acción hormonal.
Las alteraciones en la respuesta de las células efectoras pueden ser consecuencia de
incremento o decremento de la respuesta biológica a una hormona en particular. El
método inicial para la valoración de la función endocrina es la medición de las
concentraciones plasmáticas de hormona.
Por la variabilidad en las concentraciones de hormona circulante como
consecuencia de la liberación pulsátil, del ritmo circadiano, ciclo vigilia-sueño y estado
nutricional, la interpretación de una medición aislada de hormonas en plasma
siempre debe llevarse a cabo con precaución y comprendiendo los componentes
integrales del eje hormonal en cuestión.
Deben considerarse algunos aspectos generales cuando se interpretan las
mediciones hormonales:
1. Las concentraciones de hormonas deben valorarse con los factores reguladores
apropiados (p. ej., insulina con glucosa, calcio con hormona paratiroidea,
hormona tiroidea con TSH, etc.).
2. El incremento simultáneo de “compuestos pares” (incremento en la hormona y
en el sustrato que regula, por ejemplo, incremento de la glucosa plasmática y 1669
de las concentraciones de insulina) puede indicar un estado de resistencia a la
hormona.
3. La excreción urinaria de hormona o de metabolitos hormonales en periodos de
24 horas puede ser un mejor método para valorar la secreción hormonal que la
medición de la concentración plasmática de hormona. Sin embargo, estas
mediciones dependen de una función renal adecuada.
4. El exceso de la hormona valorada debe ser analizado con la concentración de la
hormona trófica apropiada.
La función endocrina puede evaluarse determinando las concentraciones
basales de hormona circulante, de hormona sometida a estimulación o supresión, de
proteínas fijadoras de la hormona o sus receptores.
Cuando existe un circuito de autorregulación entre el eje hipotalámico-
hipofisario y una glándula diana, las concentraciones circulantes de la hormona
trófica hipofisaria, como TSH o ACTH, son típicamente un indicador exquisitamente
sensible del exceso o defecto de función de la glándula tiroidea o de la corteza
suprarrenal, respectivamente.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Tabla 60. Interpretación de las concentraciones hormonales.
Concentración Concentración de la hormona estudiada
de hormona
Baja Normal Alta
hipofisaria
Secreción autónoma
de hormona
Insuficiencia
hipofisaria o
Alta primaria del órgano
resistencia a la
endocrino estudiado
acción de la
hormona estudiada
Normal Intervalo normal
Secreción autónoma
Insuficiencia por el órgano
Baja
hipofisaria endocrino
estudiado
Fuente: Kibble y Halsey, 2009.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
De este modo, la imposibilidad de suprimir suficientemente las concentraciones
de GH con una sobrecarga normalizada de glucosa indica la existencia de
hipersecreción de GH. La ausencia de supresión de la secreción de insulina en
respuesta a la hipoglucemia indica la presencia de hipersecreción de insulina y la
necesidad de buscar una causa, como un tumor secretor de insulina.
Los radioinmunoanálisis cuantifican las concentraciones hormonales
utilizando anticuerpos altamente específicos que reconocen exclusivamente la
hormona o un fragmento de la misma.
Los análisis de inmunoadsorción ligados a enzimas (ELISA) emplean
enzimas en vez de marcadores hormonales radiactivos, y la actividad enzimática
refleja la concentración de la hormona.
Estas técnicas sensibles han permitido determinar con gran sensibilidad las
concentraciones fisiológicas de las hormonas. También pueden emplearse receptores
específicos de hormonas en vez del anticuerpo en un ensayo de radiorreceptores.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
somáticas de múltiples genes supresores tumorales y protooncogenes. Estas
mutaciones provocan un aumento de la proliferación o supervivencia de las células
mutantes.
La hipoproducción de una hormona puede deberse a diversas causas, desde
la extirpación quirúrgica de las glándulas paratiroideas durante una cirugía cervical
hasta la destrucción tuberculosa de las glándulas suprarrenales, pasando por la
acumulación de hierro en las células β de los islotes en la hemocromatosis.
La destrucción autoinmunitaria de las células β en la diabetes mellitus de tipo
1 y la de las células tiroideas en la tiroiditis de Hashimoto son dos de los trastornos
que con mayor frecuencia tratan los endocrinólogos.
También, con menor frecuencia, la insuficiente producción de una hormona
puede deberse a una multitud de anomalías genéticas, como el desarrollo anormal de
las células productoras de hormona en el caso del hipogonadismo hipogonadótropo
secundario a mutaciones del gen KAL, a la síntesis anormal de hormonas como en la
deleción del gen de la GH, o a una regulación alterada de la secreción hormonal como
sucede en el hipoparatiroidismo asociado con mutaciones activadoras del receptor
sensor de calcio de las células paratiroideas.
Por otra parte, las respuestas tisulares alteradas a las hormonas conducen
1672
a la resistencia a las hormonas y puede deberse a diversos trastornos genéticos.
Dos ejemplos son las mutaciones del receptor de GH en el enanismo de Laron y las
mutaciones del gen Gαs en el hipoparatiroidismo del seudohipoparatiroidismo de tipo
1A.
La resistencia a la insulina en el músculo y el hígado, muy importante en el
origen de la diabetes mellitus de tipo 2, es de causa compleja, ya que se debe a
variaciones heredadas en muchos genes, junto con agresiones fisiológicas
teóricamente reversibles. La diabetes de tipo 2 es también un ejemplo de enfermedad
en la cual la insensibilidad del órgano final se ve empeorada por señales de otros
órganos, en este caso por señales que se originan en los adipocitos.
En otros casos, el órgano diana de la acción hormonal está alterado de forma
más directa, como sucede en la resistencia a la PTH de la insuficiencia renal.
Mutaciones de la recepción y propagación de las señales pueden provocar una
estimulación de la función del órgano efector. Por ejemplo, las mutaciones activadoras
de los receptores de TSH, LH y PTH pueden aumentar la actividad de las células
tiroideas, las células de Leydig y los osteoblastos, incluso en ausencia del ligando. Del
mismo modo, las mutaciones activadoras de la proteína Gαs pueden provocar
pubertad precoz, hipertiroidismo y acromegalia en el síndrome de McCune-Albright.
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Los tumores de las glándulas endocrinas a menudo provocan
hiperproducción hormonal. Algunos tumores de las glándulas endocrinas producen
poca hormona o nada, pero pueden generar problemas, como síntomas compresivos
locales o diseminación metastásica. Algunos ejemplos son los denominados tumores
hipofisarios no funcionantes, que suelen ser benignos, pero provocan diversos
síntomas debido a la compresión de estructuras adyacentes, y el cáncer de tiroides,
que puede diseminarse por todo el organismo sin producir hipertiroidismo.
La inactivación o destrucción hormonal excesivas son causas de
trastornos hormonales. Aunque la mayoría de las enzimas importantes para los
sistemas endocrinos activan una prohormona o proteína precursora, existen también
algunas cuya función es inactivar la hormona de forma regulada fisiológicamente. Un
ejemplo es la 3-yodotironina desyodasa (D3), que inactiva T3 y T4 eliminando un
átomo de yodo del anillo interno de la yodotironina, bloqueando así su fijación al
receptor nuclear.
Los hemangiomas hepáticos infantiles de gran tamaño expresan niveles altos
de D3, lo que provoca un “hipotiroidismo de consumo”, denominado así porque la
hormona tiroidea se inactiva a mayor velocidad de lo que se puede producir.
En teoría, podrían existir procesos de destrucción hormonal acelerada
similares, aunque no se han encontrado ejemplos hasta ahora (Melmed et al., 2017). 1673
Fernández, V. H .
Capítulo 38 | Fisiología del sistema endocrino
Referencias bibliográficas
Barrett, E. J. (2017). Organización del sistema endocrino. En W. F. Boron & E. L. Boulpaep (Ed).
Fisiología Médica. 3ª edición. (47, pp. 974-989). Elsevier.
Barrett, K. E. Barman, S. M. Brooks, H. L. Yuan, J. (2019). Ganong´s. Review of Medical Physiology.
26th edition. McGraw-Hill Education.
Kibble, J. Halsey, C. R. (2009). The Big Picture. Medical Physiology. McGraw-Hill.
Koeppen, B. M. Stanton, B. A. (2018). Berne y Levy. Fisiología. 7ª edición. Elsevier.
Melmed, S. Polonsky, K.S. Larsen, P. R. Kronenberg, H. M. (2017). Williams. Tratado de
endocrinología. 13ª edición. Elsevier.
Molina, P. E. (2014). Fisiología endócrina. 4ª edición. AMGH Editora Ltda.
Saladin, K. (2018). Anatomy & physiology: the unity of form and function. 8th Edition. McGraw-Hill
Education.
Stanfield, C. L (2017). Principles of Human Physiology. 6th edition. Pearson Education.
1674
Fernández, V. H .
SECCIÓN VII
Fisiología del sistema endocrino
Capítulo 39
Fisiología del sistema hipotálamo-
hipófisis
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe las conexiones anatómicas entre el hipotálamo y la hipófisis, así como la
importancia funcional de cada conexión.
2. Explica la importancia de la secreción pulsátil y diurna de las hormonas.
3. Describe la síntesis, procesamiento, almacenamiento y secreción de las hormonas de
la neurohipófisis.
4. Describe los efectos de la vasopresina, los receptores en los que actúa y cómo se regula
la secreción de la misma.
5. Describe los efectos de la oxitocina, los receptores en los que actúa y cómo se regula la
secreción de la misma.
6. Describe las hormonas hipofisiotrópicas y los efectos que ejercen cada una en la
función de la adenohipófisis.
7. Explica las funciones hipotalámicas no endocrinas.
8. Describe la estructura de la hipófisis (glándula pituitaria) y la relación que guarda
con sus funciones.
9. Describe los tipos de células que están en la zona anterior (adenohipófisis) y analizar
cómo es controlado en respuesta a demandas fisiológicas.
10. Describe la función de las hormonas derivadas de la proopiomelanocortina.
11. Reconoce los efectos de la hormona prolactina sobre la lactancia y el parto, entre
otros.
12. Reconoce el origen de los trastornos cuando hay anomalías en la función hipofisiaria.
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Aunque el hipotálamo es una estructura relativamente pequeña de 4 cm3,
supone menos del 1% del volumen del cerebro y pesa aproximadamente 5 gramos.
Contiene muchos grupos de cuerpos de células nerviosas formando diferentes
núcleos celulares, con una gran diversidad de organizaciones estructurales,
moleculares y funcionales. Cada hormona hipotalámica puede producirse en más de
un núcleo, y un único núcleo puede expresar varias hormonas. Los núcleos
predominantemente involucrados en la regulación hipofisaria se localizan
principalmente en el hipotálamo medial.
Los principales núcleos hipotalámicos se dividen en 3 grupos: periventriculares
(6 núcleos); mediales (7 núcleos) y laterales (5 núcleos).
El hipotálamo se divide en cuatro regiones (de anterior a posterior): región
preóptica, supraóptica, tuberal y mamilar, y en tres zonas: periventricular, medial y
lateral. Además de los núcleos, numerosas conexiones aferentes y eferentes conectan
el hipotálamo a la corteza y al tronco cerebral.
1676
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
El hipotálamo es el principal centro de control de los sistema nerviosos
endocrino y autónomo. Tiene un papel fundamental en la regulación homeostática de
casi todos los órganos del cuerpo. Sus núcleos incluyen centros relacionados con una
amplia variedad de funciones dentro de las cuales la función endocrina comprende:
Secreción hormonal para el control de la hipófisis anterior. Esta
función esta mediada por la síntesis y secreción de hormonas hipotalámicas,
que a través del plexo portal son secretadas a la adenohipófisis o hipófisis
anterior para su regulación. Por otra parte, la secreción de hormonas
liberadoras hipotalámicas está regulada por los neurotransmisores y
neuropéptidos liberados por un conjunto complejo de neuronas que forman
sinapsis con las neuronas hipofisotróficas. El control de la secreción también se
regula a través de mecanismos de retroalimentación, mediados por las
hormonas esteroideas, gonadales, tiroideas y de la adenohipófisis
(retroalimentación de asa corta) y a través de los factores hipofisotróficos
(retroalimentación de asa ultracorta). La regulación de la función
neurohipofisaria se ejerce a través de la síntesis de la oxitocina y vasopresina
en neuronas neuroendocrinas de los núcleos supraóptico y paraventricular,
cuyos axones conforman la hipófisis posterior, lugar donde liberan estas
hormonas al torrente circulatorio.
Ingesta de alimentos. Las principales áreas hipotalámicas involucradas en 1677
el balance energético son los núcleos ventromedial, paraventricular y arcuato,
y el área hipotalámica lateral. El núcleo arcuato contiene 2 tipos de neuronas:
unas que originan respuestas orexigénicas y otras anorexigénicas. Recordemos
que uno de los factores hormonales más importantes implicados en la
regulación del apetito es la leptina, hormona derivada de los adipocitos que
interactúa con los receptores de leptina presentes en los dos conjuntos de
neuronas en el núcleo arcuato. También es de destacar el papel del sistema
kisspeptina (KiSS), que consiste en un conjunto de neuropéptidos derivados
del precursor (prohormona) preprokisspeptina, liberado por neuronas del
hipotálamo, ya que existe evidencia de que el KiSS-1 hipotalámico puede
participar en la transmisión de información sobre el estado nutricional del
organismo a las neuronas de GnRH, contribuyendo así al vínculo entre las
reservas de energía y la fertilidad. El núcleo paraventricular expresa el
receptor de melanocortina tipo 4 y receptores del neuropéptido Y (NPY), y
secreta neuropéptidos, incluido CRH y oxitocina que tienen un efecto
anorexigénico.
Ingesta de agua. Las principales estructuras responsables de su regulación
son los núcleos supraóptico y paraventricular y los órganos circunventriculares.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
La arginina-vasopresina (AVP) se sintetiza en los núcleos supraóptico y
paraventricular y se libera al torrente sanguíneo cuando aumenta la
osmolaridad plasmática (estímulo principal de liberación) o disminuye el
volumen sanguíneo. La AVP actúa en los receptores tipo 2 de la vasopresina de
los túbulos distales y colectores renales aumentando la permeabilidad del agua
a través de canales de acuaporina 2, permitiendo la reabsorción de agua libre
con el consiguiente aumento de la volemia.
Las funciones hipotalámicas no endocrinológicas más importantes son las
siguientes:
Efectos autónomos. El hipotálamo es un centro integrador importante para
el sistema autónomo. Envía fibras descendentes a los núcleos inferiores del
tallo encefálico, que influyen en el ritmo cardiaco, la presión arterial, la
secreción y movilidad digestivas y el diámetro de las pupilas, entre otras
funciones. La estimulación simpática se lleva a cabo a través del hipotálamo
posteromedial y la estimulación parasimpática está mediada por el hipotálamo
anterior en la región preóptica.
Termorregulación. El termostato hipotalámico consta de un conjunto de
neuronas, concentradas sobre todo en los núcleos preópticos, que vigilan la
temperatura del cuerpo y alberga receptores para el calor (receptores “cálidos”)
1678
y para frío (receptores “que responden al frío”). Cuando la temperatura se
desvía demasiado de un punto preestablecido, se activa un centro de pérdida de
calor en el hipotálamo anterior o uno de promoción de calor en el hipotálamo
posterior. Estos centros activan los mecanismos para reducir o elevar la
temperatura corporal y sus lesiones producen hipertermia.
Sueño y ritmos circadianos. La porción caudal del hipotálamo es parte de la
formación reticular. Contiene núcleos que regulan el ritmo del sueño y la
vigilia. En sentido superior al quiasma óptico, el hipotálamo contiene un núcleo
supraquiasmático que controla el ritmo de 24 horas (circadiano) de actividad.
Las lesiones en esta área producen coma. El “centro del sueño” se localiza en el
hipotálamo anterior y el “centro de la vigilia” en el hipotálamo posterior.
Memoria. Los núcleos mamilares se encuentran en la ruta de las señales que
viajan del hipocampo, un centro encefálico importante para la función de la
memoria; por tanto, son necesarios para los recuerdos. Las lesiones en estas
estructuras causan deficiencias mnemotécnicas.
Comportamiento emocional y respuesta sexual. Los centros
hipotalámicos intervienen en diversas respuestas emocionales, incluidos el
enojo, la agresión, el miedo, el placer y la tranquilidad; además en el impulso
sexual, la cópula y el orgasmo. El núcleo ventromedial parece tener un papel
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
importante integrando el flujo interno cortical que influye en el
comportamiento. Las lesiones en esta área conducen a la ira, con agresividad y
comportamiento violento.
La glándula hipófisis es una estructura con forma de arveja que mide 1 a 1,5
cm de diámetro, pesa unos 0,6 g y descansa en la fosa hipofisaria de la silla
turca del hueso esfenoides y está revestida por duramadre.
Está unida al hipotálamo mediante un tallo, el infundíbulo (embudo), y tiene dos
lóbulos separados, tanto desde el punto de vista funcional como anatómico.
Se encuentra delimitada en su parte superior, por el quiasma óptico que está
separado de la glándula por un pliegue de la duramadre conocido como diafragma
selar, y en sus regiones laterales por los senos cavernosos izquierdo y derecho. Estos
están atravesados por la arteria carótida interna y varios nervios craneales: el
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
oculomotor común (III), el troclear (IV), el abducens (VI) y las ramas oftálmica y
maxilar del nervio trigémino (Araujo et al., 2020).
1680
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Las hormonas que actúan sobre la adenohipófisis provienen de células
pequeñas, por lo cual se las denomina neuronas parvocelulares, cuyos axones
terminan en la eminencia media, tronco del encéfalo y médula espinal, donde liberan
neuropéptidos.
Las otras dos hormonas hipotalámicas son la oxitocina y la vasopresina
(hormona antidiurética). Se almacenan en la neurohipófisis y se liberan de allí. La
oxitocina proviene sobre todo de neuronas en los núcleos paraventriculares (NPV o
PVN del inglés) derecho e izquierdo del hipotálamo, que reciben ese nombre porque
caen en las paredes del tercer ventrículo. La vasopresina proviene sobre todo de los
núcleos supraópticos (NSO o SON del inglés), reciben ese nombre por su ubicación
justo arriba del quiasma óptico.
Cada núcleo también produce pequeñas cantidades de otras hormonas. Es más
conveniente tratar a la vasopresina y la oxitocina como hormonas de la neurohipófisis,
aunque no se sintetizan en el lóbulo posterior.
1683
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Las neuronas de los núcleos supraóptico y paraventricular son grandes, por lo
cual se las denomina neuronas magnocelulares y tienen axones largos no
mielinizados que terminan en la neurohipófisis. La hormona antidiurética (ADH,
también conocida como arginina-vasopresina) y la oxitocina se sintetizan en las
neuronas magnocelulares en forma de precursores (preprohormonas), sufren un
procesamiento postraduccional y se liberan de la neurohipófisis hacia el torrente
sanguíneo.
La ADH y la oxitocina son nonapéptidos (nueve aminoácidos) de estructura
similar, que sólo se distinguen en dos aminoácidos. Por lo cual tienen una actividad
solapada limitada.
1684
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
La hiposecreción de ADH o receptores de ADH no funcionantes causan diabetes
insípida central y nefrogénica, respectivamente; mientras que su hipersecreción da
lugar a una secreción inadecuada de ADH (SIADH).
La secreción de ADH también puede alterarse por otros motivos. El dolor, el
estrés, un traumatismo, la ansiedad, la acetilcolina, la nicotina y los fármacos como
la morfina, los tranquilizantes y algunos anestésicos estimulan la secreción de ADH.
1686
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Respecto a la oxitocina, dicha hormona actúa principalmente en las glándulas
mamarias y el útero, si bien al parecer interviene en la luteólisis. En el miometrio de
la mujer existe un receptor oxitocínico acoplado a la proteína G, y se ha hallado otro
similar o idéntico en el tejido mamario y los ovarios, que aumenta las [Ca2+]
intracelular.
La oxitocina origina la contracción de las células mioepiteliales, que revisten
los conductos mamarios; tal fenómeno “expulsa” la leche de los alveolos de la glándula
mamaria de la puérpera, a conductos de mayor calibre (senos lactíferos) y de ahí al
exterior del pezón (expulsión de leche). Muchas hormonas que actúan de manera
concertada son las encargadas del crecimiento mamario, así como de la secreción de
leche y el paso de ella a los conductos, pero la expulsión de líquido lácteo en casi todas
las especies necesita de la participación de la oxitocina.
La eyección de leche es desencadenada de modo normal por un reflejo
neuroendocrino en el que intervienen los barorreceptores en la glándula mamaria y
en particular alrededor del pezón. Los impulsos que se originan de ellos se transmiten
por vías táctiles somáticas a los NSO y NPV. La descarga de las neuronas que
contienen oxitocina hace que la neurohipófisis secrete dicha hormona.
El lactante que succiona del pezón de la madre estimula los barorreceptores y,
con ello, los núcleos mencionados; la oxitocina es liberada y la leche pasa por presión 1687
a los senos lactóforos y de allí fluye a la boca del lactante.
En mujeres que amamantan, la estimulación genital y la emocional también
originan secreción de oxitocina y, a veces, la leche sale en chorros de las glándulas
mamarias (Barrett et al., 2019).
Por su parte, la oxitocina contrae el músculo liso del útero, y la sensibilidad del
mismo a dicha hormona es intensificada por los estrógenos e inhibida por la
progesterona. El efecto inhibidor de esta última depende de una acción directa del
esteroide en los receptores uterinos de oxitocina. A finales de la gestación, el útero se
torna muy sensible a esta última, lo que coincide con incremento en el número de
receptores (acoplados a proteína Gq/11) de dicha hormona (regulación ascendente o al
alta) y del ARNm de tales receptores.
La secreción de oxitocina aumenta en el parto. Una vez dilatado el cuello
uterino, el descenso del feto por el conducto de parto desencadena impulsos en los
nervios aferentes, que son retransmitidos a los núcleos supraóptico y ventricular; con
ello, se secreta oxitocina suficiente para intensificar la labor del parto. La cantidad de
oxitocina plasmática es normal en el comienzo del parto. Es posible que el aumento
extraordinario de los receptores de la hormona en ese lapso cause concentraciones
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
normales de la misma para desencadenar contracciones y así establecer un asa de
retroalimentación positiva.
La estimulación de genitales en el curso del coito origina la liberación de
oxitocina, y puede actuar en el útero sin embarazo, para facilitar el transporte de
espermatozoides. El paso de éstos por las vías genitales de la mujer hasta las trompas,
sitio donde acaece la fecundación, depende no sólo de la habilidad motora del
espermatozoide, sino también de las contracciones uterinas.
La secreción de oxitocina se intensifica gracias a estímulos estresantes
“suprafisiológicos” y, a semejanza de la vasopresina, es inhibida por el alcohol.
En varones, la concentración de oxitocina circulante aumenta al momento de la
eyaculación, y es posible que dicho incremento intensifique la contracción del músculo
liso del conducto deferente e impulsar así a los espermatozoides hacia la uretra.
1688
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Los análogos de la oxitocina se utilizan en la clínica durante el trabajo de parto
para favorecer las contracciones uterinas y en el puerperio para disminuir la
hemorragia y restablecer el tamaño normal del útero (involución uterina).
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
producidas por órganos endógenos y los sustratos como la glucosa pueden regular las
funciones neuronales hipotalámicas.
1690
Ritmos diurnos de la hormona liberadora de corticotropina (CRH) (A), cortisol (B), leptina
(C), melatonina (D) y tirotropina (TSH) en los humanos (E), y relación entre la secreción de
hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) y de hormona luteinizante (LH) en las
ovejas (F) (Melmed et al., 2017).
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Las hormonas pueden enviar señales el hipotálamo que inhiben o estimulan la
liberación de hormonas hipofisotróficas. Este mecanismo de control de
retroalimentación negativa (o positiva) consiste en la capacidad de una hormona para
regular su propia cascada de liberación.
Por ejemplo, el cortisol producido en la glándula suprarrenal puede inhibir la
liberación de CRH, con lo que se inhibe la producción de proopiomelanocortina y
ACTH y, en consecuencia, se disminuye la síntesis suprarrenal de cortisol. Este
mecanismo de control y regulación hormonales sobre su propia síntesis es
fundamental para conservar la homeostasis y prevenir enfermedades.
También existe un mecanismo de retroalimentación negativa más corta, que
depende de la inhibición del neuropéptido hipofisotrófico liberado por la hormona
hipofisaria que estimula. En este caso, un ejemplo podría ser la capacidad de la ACTH
para inhibir la liberación de CRH en el hipotálamo.
Algunos neuropéptidos también poseen un asa de retroalimentación ultracorta,
en cuyo caso el neuropéptido hipofisotrófico por sí mismo es capaz de modular su
propia liberación. Un ejemplo es la oxitocina, que estimula su propia liberación, al
crear una regulación de retroalimentación positiva de la liberación del neuropéptido.
Esta regulación continua de la liberación hormonal es dinámica y presenta
adaptación para cambiar con base en el medio ambiente y en el medio interno del 1691
individuo. A lo largo de un cierto día, el hipotálamo integra múltiples señales para
asegurar que se mantienen los ritmos de liberación hormonal de acuerdo con las
necesidades del organismo, por lo cual, la alteración de estos factores puede modificar
los patrones de liberación hormonal.
La producción de hormonas tróficas hipofisarias se encuentra bajo regulación
directa por las neurohormonas hipotalámicas liberadas en las terminales neuronales
en la eminencia media.
La respuesta de la adenohipófisis a los efectos inhibidores estimuladores de las
neurohormonas hipofisotróficas puede modificarse por varios factores, lo que incluye
concentraciones hormonales, inhibición por retroalimentación negativa y ritmos
circadianos. La liberación de hormonas adenohipofisarias es cíclica y este patrón
cíclico de liberación hormonal es controlado por el sistema nervioso.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
1692
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
consisten de una subunidad α común y una subunidad singular β, que le confiere
especificidad biológica a cada hormona.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
por la hormona liberadora de tirotropina (TRH) que es sintetizada en el hipotálamo y
se libera de las terminales nerviosas en la eminencia media.
1694
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
liberación de TSH de la adenohipófisis se encuentra bajo un sistema de inhibición por
retroalimentación negativa en la que participan las hormonas tiroideas.
Las hormonas gonadotróficas LH y FSH son sintetizadas y secretadas por las
células gonadotrofas de la adenohipófisis en respuesta a la estimulación por la GnRH.
Las células gonadotrofas constituyen casi 5 a 10% de las células hipofisarias. La
mayor parte de las células gonadotrofas (casi 60%) producen LH y FSH y el resto de
la población de células gonadotrofas produce exclusivamente LH (18%) o FSH (22%).
GnRH se sintetiza y secreta en el hipotálamo con un patrón pulsátil.
La FSH y LH ejerce sus efectos fisiológicos sobre múltiples células del aparato
reproductor al unirse a receptores acoplados a proteína Gαs y por la activación de
adenilatociclasa.
Entre las células efectoras para las gonadotropinas se encuentran las células
de la granulosa ovárica, las células de la teca interna, células de Sertoli y células de
Leydig testiculares. Las respuestas fisiológicas producidas por las gonadotropinas
incluyen la estimulación de la síntesis de hormonas sexuales (esteroideogénesis),
espermatogénesis, foliculogénesis y ovulación, por tanto, su función central es el
control de la función reproductora en varones y mujeres.
La GnRH controla la síntesis y secreción de FSH y LH por las células
1695
gonadotrofas hipofisarias. La síntesis y liberación de gonadotropinas, así como la
expresión diferencial, se encuentran bajo control de retroalimentación positiva y
negativa por los esteroides gonadales y los péptidos gonadales. Las hormonas
gonadales pueden disminuir la liberación de gonadotropinas al disminuir la
frecuencia y amplitud de los pulsos de liberación de GnRH del hipotálamo y al afectar
la capacidad de GnRH para estimular la secreción de gonadotropinas en la hipófisis
misma.
La proopiomelanocortina (POMC) es una prohormona precursora
producida por las células corticotrofas de la adenohipófisis, las cuales constituyen casi
10% de las células secretoras de la adenohipófisis. La producción y secreción de
hormonas derivadas de POMC de la adenohipófisis es regulada de manera
predominante por la hormona liberadora de corticotropina (CRH) producida en el
núcleo paraventricular del hipotálamo y liberado en la eminencia media.
Las CRH se une a receptores de CRH acoplados a proteína Gs. La POMC sufre
un desdoblamiento postraduccional a ACTH; a endorfina β, un péptido opioide
endógeno y a hormona estimulante de los melanocitos (MSH) α, β y γ.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
1696
Los efectos de los péptidos derivados de POMC son mediados en gran medida
por receptores de melanocortina (MCR), de los cuales se han descrito cinco. El MC1R,
MC2R y MC5R tienen funciones definidas en la piel, en la producción de hormonas
esteroides suprarrenales y en la termorregulación, respectivamente. El MC4R se
expresa en el encéfalo y se ha implicado en la conducta de alimentación y en la
regulación del apetito. Aún no se ha definido la función de MC3R.
La principal hormona de interés producida por el desdoblamiento de POMC es
ACTH, cuya liberación es estimulada por factores de estrés psicológico y físico como
infecciones, hipoglucemia, cirugía y traumatismos y se considera decisiva en la
mediación de las respuestas de adaptación del individuo ante el estrés. La ACTH se
libera en forma de pulsos, con las concentraciones más elevadas en la mañana y las
concentraciones más bajas a alrededor de la medianoche.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
1697
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
La ACTH se libera hacia la circulación sistémica y se une con receptores
acoplados a proteína Gαs en la corteza suprarrenal y estimula la producción y
liberación de glucocorticoides (cortisol) y en menor grado, de mineralocorticoides
(aldosterona); la liberación de cortisol sigue el mismo ritmo diurno que la ACTH. La
inhibición por retroalimentación de ACTH y de CRH por la liberación de cortisol es
mediada por la unión con receptores de glucocorticoides en el hipotálamo y en la
adenohipófisis.
La MSHα es producida por desdoblamiento proteolítico de POMC,
principalmente en la porción intermedia de la hipófisis.
Bajo condiciones normales se producen sólo pequeñas cantidades de MSHα en
la hipófisis del ser humano. Los péptidos de la melanocortina ejercen sus efectos a
través de MC1R que se encuentra en los melanocitos, los cuales son componentes
fundamentales en el sistema de pigmentación de la piel, células endoteliales, y
queratinocitos.
La endorfina β, el péptido opioide endógeno más abundante, es otro producto
del procesamiento de POMC en la hipófisis. Los efectos fisiológicos de este péptido
opioide son mediados por la unión con receptores de opioides, que se expresan en
múltiples tipos celulares en encéfalo y en tejidos periféricos. Las reacciones
fisiológicas de las endorfinas no se comprenden bien, pero pueden incluir analgesia, 1698
efectos conductuales y funciones neuromoduladoras.
La hormona del crecimiento es una hormona peptídica de 191 aminoácidos,
con un peso molecular de aproximadamente 22 kDa y que presenta similitud
estructural con la prolactina y con la somatomamotropina coriónica (lactógeno
placentario), una hormona derivada de la placenta.
La GH se libera en las células somatotrofas, un tipo celular abundante en la
adenohipófisis. Se libera en forma pulsátil, con la mayor parte de la secreción durante
la noche en asociación con el sueño de ondas lentas. El patrón de liberación pulsátil
de GH y la función de este patrón no se comprenden por completo; sin embargo,
aspectos nutricionales, metabólicos, mecanismos de esteroides sexuales relacionados
con la edad, glucocorticoides suprarrenales, hormonas tiroideas y la función hepática
y renal son todos factores que contribuyen a la liberación pulsátil de GH, la cual
parece ser esencial para lograr una potencia biológica óptima de la hormona.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Muchos de los efectos metabólicos y de crecimiento de la GH son mediados por
miembros de la familia de péptidos relacionados con insulina que incluyen relaxina,
insulina, IGF-1 e IGF-2. Las IGF son sintetizados principalmente en el hígado y
actúan como mitógeno, al estimular la síntesis de DNA, RNA y de proteínas. IGF-1
circula en la sangre en su forma libre con una vida media de 15 a 20 minutos o unida
a varias proteínas transportadoras específicas que prolonga la vida media del péptido.
Las IGF-1 e IGF-2 se unen específicamente a los receptores asociados a la
membrana de gran afinidad que pertenecen al grupo de tirosina cinasa y pertenecen
a la misma familia de receptores que la insulina. Los receptores de insulina e IGF-1,
aunque similares en cuanto a estructura y función, desempeñan diferentes funciones
fisiológicas. El receptor de insulina participa principalmente en funciones
metabólicas, mientras que los receptores de IGF-1 median el crecimiento y la
diferenciación, la separación de estas funciones se controla por varios factores, lo que
incluye la distribución en los tejidos de los receptores respectivos, la unión con gran
afinidad de cada ligando a su receptor correspondiente y la unión de IGF a proteínas
plasmáticas transportadoras de factor de crecimiento semejante a la insulina
(IGFBP).
1699
Vías de señalización celular que participan en los efectos mediados por las hormonas
hipotálamo-hipofisarias (Molina, 2014).
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
La PRL es una hormona polipeptídica sintetizada y secretada en las células
lactotrofas en la adenohipófisis. Las células lactotrofas constituyen casi 15 a 20% de
la población celular en la adenohipófisis y se incrementan en número, en forma
espectacular en respuesta a elevadas concentraciones de estrógenos, en particular
durante el embarazo. Las concentraciones de prolactina son más elevadas en mujeres
que en varones y no se comprende por completo la función de la prolactina en la
fisiología del varón. Las concentraciones plasmáticas de prolactina son más elevadas
durante el sueño y más bajas durante las horas de alerta en seres humanos.
1700
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
La glándula mamaria está constituida por unos 20 lóbulos, cada uno de ellos
con un conducto galactóforo excretor que desemboca en el pezón.
Los lóbulos, a su vez, están constituidos por varios lobulillos que contienen unas
estructuras secretoras denominadas alvéolos y las porciones terminales de los
conductos. El epitelio de los conductos y los alvéolos es simple, salvo porque existe una
capa de células mioepiteliales en la vertiente basal del epitelio (pero apical a la lámina
basal). Las células mioepiteliales son células parecidas a las musculares lisas
estrelladas, y su contracción como respuesta a un estímulo empuja la leche de las
luces de los alvéolos y conductos.
1701
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Los lóbulos y lobulillos están apoyados en una matriz de tejido conjuntivo. El
otro componente tisular fundamental de la mama es tejido adiposo. Los conductos
galactóforos se vacían en el pezón, que es una protrusión muy ricamente inervada, sin
pelo, en la mama diseñada para que el lactante succione. El pezón se rodea de una
aréola pigmentada y sin pelo que está lubricada por las glándulas sebáceas.
La protrusión del pezón, llamada erección, está mediada por la estimulación
simpática de las fibras musculares lisas como respuesta a la succión y a otras
estimulaciones mecánicas, la estimulación erótica y el frío.
En la pubertad, los estrógenos aumentan el crecimiento y ramificación de los
conductos. Cuando se inician las fases lúteas del ovario, la progesterona y los
estrógenos inducen el crecimiento ductal y la formación de los alvéolos rudimentarios.
Durante los ciclos no gestacionales, las mamas se desarrollan algo y, después, sufren
regresión.
Los estrógenos aumentan el depósito de tejido adiposo, que contribuye de forma
fundamental al tamaño y la forma global de las mamas. El tejido adiposo expresa
aromatasa (codificado por el gen CYP19), de forma que la acumulación de este tejido
a nivel mamario induce la producción local de estrógenos a partir de los andrógenos
circulantes.
El desarrollo de las mamas se estimula por la gestación y, en este momento, se 1702
produce un desarrollo extenso, con ramificación de los conductos y desarrollo lóbulo-
alveolar. El crecimiento parenquimatoso de la mama durante el desarrollo se produce
a expensas de la estroma, que se degrada para dejar espacio a las estructuras lóbulo-
alveolares en expansión. Varias hormonas placentarias aumentan el desarrollo
mamario, incluidos los estrógenos, progesterona, lactógeno placentario y una variante
de la hormona del crecimiento (GH-V o GH20K) de acción hasta ahora desconocida,
aunque se especula que puede ser un protector contra ciertos tipos de cánceres.
Los estrógenos actúan sobre la mama de forma directa e indirecta al aumentar
la PRL hipofisaria materna. Los estrógenos aumentan la secreción de PRL de las
células lactotropas hipofisarias. También inducen la hipertrofia y proliferación de las
células lactotropas, responsables del aumento al doble del volumen hipofisario
durante el embarazo en el ser humano.
Aunque las células epiteliales expresan genes que codifican las proteínas de la
leche y las enzimas implicadas en su producción, la progesterona inhibe la aparición
de la producción y la secreción láctea (lactogénesis).
Tras el parto, la mama humana produce el calostro, que está enriquecido en
proteínas antimicrobianas y antiinflamatorias.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Cuando no existe progesterona, la producción normal de leche de la mama se
produce en unos pocos días. Las estructuras lóbulo-alveolares producen leche, que
posteriormente se modifica por el epitelio ductal. La lactogénesis y el mantenimiento
de la producción de leche (galactopoyesis) requieren la estimulación por la PRL
hipofisaria en presencia de unas concentraciones normales de otras hormonas, como
la insulina, el cortisol y la hormona tiroidea.
Aunque los estrógenos placentarios estimulan la secreción de PRL durante el
embarazo, el estímulo para la secreción de esta hormona durante la lactancia es la
succión por parte del lactante. Las concentraciones de PRL se relacionan de forma
directa con la frecuencia y duración de la succión en el pezón. La relación entre la
succión del pezón y la secreción de PRL implica un reflejo neuroendocrino en el que se
inhibe la secreción de dopamina en la eminencia mediana (factor inhibidor de la
liberación de PRL.
La PRL también inhibe la secreción de GnRH y, por ello, la lactancia se asocia
con una amenorrea lactacional. Este efecto de la prolactina se ha denominado
“anticonceptivo natural”, y puede tener importancia para distanciar los embarazos.
Sin embargo, sólo la lactancia regular durante un período de 24 horas es suficiente
para que la madre tenga un estado de anovulación asociado con la PRL. Por tanto, la
amenorrea lactacional no es un método anticonceptivo fiable ni eficaz en la mayoría
1703
de las mujeres.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
(galactorrea) y disfunción reproductora en hombres y mujeres. En varones, los
prolactinomas pueden causar infertilidad al producir hipogonadismo.
En la mayor parte de los casos, los agonistas de la dopamina son
extremadamente eficaces para reducir las concentraciones séricas de prolactina,
restablecer la función gonadal, disminuir el tamaño de los tumores y mejorar la
disminución del campo visual ocasionado por la compresión del quiasma óptico por un
tumor. La bromocriptina (BRC) y la cabergolina (CAB) son los agonistas
dopaminérgicos más utilizados (Xia et al., 2018).
Los adenomas secretores de GH pueden asociarse con acromegalia o
crecimiento excesivo de huesos y tejidos blandos en adultos y con la aparición de
gigantismo en niños. Los adenomas productores de ACTH se asocian con producción
excesiva de cortisol o síndrome de Cushing; los pacientes acuden con obesidad central,
miopatía proximal, hipertensión, cambios del estado de ánimo, cojinetes adiposos
dorsocervicales e hiperglucemia, entre otros síntomas y signos clínicos.
Los adenomas hipofisarios que se originan en las células gonadotrofas con
frecuencia llevan a una producción insuficiente de hormonas.
Los tumores secretores de tirotropina son extremadamente raros y suelen ser
de gran tamaño cuando se hace el diagnóstico.
1704
El hipopituitarismo o la deficiencia de hormonas adenohipofisarias, puede
ser congénita o adquirida. La insuficiencia hipofisaria puede ser consecuencia de
traumatismos, como los relacionados con intervenciones quirúrgicas, lesiones
penetrantes o accidentes en vehículos motorizados, en particular cuando se
acompañan de traumatismo cefálico.
La hemorragia intensa y la disminución del flujo sanguíneo (isquemia) de la
hipófisis pueden ocasionar insuficiencia hipofisaria. El daño isquémico de la glándula
hipófisis o del tallo hipotalámico-hipofisario durante el periodo cercano al parto
conducen a síndrome de Sheehan, un trastorno que se manifiesta por hipotiroidismo,
insuficiencia suprarrenal, hipogonadismo (incapacidad para restablecer la
menstruación normal) y la deficiencia de GH.
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Padecimiento actual: el paciente se presenta con dolor retroocular izquierdo
acompañado de exoftalmos que fue empeorando desde la primer consulta.
Antecedentes médicos: Tuvo una consulta previa en otro nosocomio por el dolor
retroocular izquierdo y fotofobia importante desde hace 4 meses, donde se descartó
la patología meníngea y el examen oftalmológico reveló la presencia de glaucoma,
por lo que inició un tratamiento con dorzolamida. A los 30 días de la consulta inicial
y ante la persistencia de la sintomatología, consultó nuevamente y se constató la
presencia de exoftalmos izquierdo con movilidad conservada del globo ocular, fondo
de ojo, campimetría y agudeza visual normales en ambos ojos. Se realizó una
tomografía de coherencia óptica que fue informada normal, y una tomografía axial
computada (TAC) de cerebro sin contraste, en la que se observó la presencia de
sinusopatía del seno esfenoidal izquierdo, iniciando tratamiento antibiótico. A los 3
meses del inicio de la sintomatología y ante la falta de respuesta al tratamiento y el
empeoramiento del dolor ocular de predominio nocturno, se solicitó una resonancia
magnética nuclear (RMN) del SNC, en la que se observó una extensa lesión
expansiva en la fosa media con compromiso del cuerpo esfenoidal, que abarcaba el
nervio óptico izquierdo y los vasos de la región. Se derivó al Servicio de
Endocrinología.
Exploración física: en el Servicio de Endocrinología, el paciente se encontraba con
1705
facies dolorosas, exoftalmos leve del ojo izquierdo con inyección conjuntival. Tenía
ausencia de ginecomastia y galactorrea. La edad ósea fue estimada en 12 años. Peso
(kg)/DS: 40,9/-1,71. Talla (cm)/DS: 157,5/-0,94. IMC: 16,4 kg/m2.
Estudios de laboratorio:
Estudios hormonales realizados VN
PRL (ng/ml) 6913,7 < 25
IGF1 (ng/ml) 247 (-1,08)
IGFBP3 (mg/L) 4,05 (-1,09)
GH (ng/ml) 0,28 ≥ 4,5
LH (mU/ml) 0,10 0,78 ± 0,99
FSH (mU/ml) 0,42 2,26 ± 0,96
Testosterona (ng/ml) 0,17 0,15-0,70
TSH (mui/ml) 7,69 0,71-4,88
T4 (mui/dl) 7,82 5,4-8,8
T4l (ng/dl) 0,94 0,75-1,94
T3 (ng/ml) 1,23 0,74-1,72
Anticuerpos antitiroideos (ATPO-ATGUS) Negativos
ACTH (pg/ml) 9,6 5-46
Cortisol (mui/dl) 3,2 6-21
SDHEA (ng/ml) 807 519-4403
Calcio (mg/dl) 9,8 8,8-10,5
Fósforo (mg/dl) 4,5 4,5-5,5
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Puntos de reflexión
1. ¿Por qué el tumor causó dolor retroocular izquierdo?
2. ¿Por qué se inició tratamiento con levotiroxina e hidrocortisona?
3. ¿Presentaba el paciente problemas con su crecimiento asociado al
prolactinoma?
4. ¿Por qué la cabergolina redujo el tamaño del tumor? 1706
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
El tratamiento de elección son los agonistas dopaminérgicos,
independientemente del tamaño del tumor y de la presencia o no de síntomas visuales.
El diagnóstico de prolactinoma gigante debe considerarse en el diagnóstico
diferencial de todos los tumores supraselares y que provocan erosión de la base del
cráneo como craneofaringiomas, gliomas, meningiomas, tumores metastásicos y
cordomas. Se realiza con el dosaje sérico de PRL y no es necesaria la realización de
una biopsia, procedimiento que puede ser contraproducente.
La estrategia terapéutica consiste en la administración de agonistas
dopaminérgicos. La cabergolina es el fármaco de elección y debe iniciarse con dosis
bajas e incrementarlas en forma gradual con el fin de evitar la reducción brusca de la
masa tumoral (Vaiani et al., 2018).
1707
Fernández, V. H .
Capítulo 39 | Fisiología del sistema endocrino
Referencias bibliográficas
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Fernández, V. H .
SECCIÓN VII
Fisiología del sistema endocrino
Capítulo 40
Hormona del crecimiento
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe la estructura y las funciones de la hormona del crecimiento.
2. Explica los mecanismos de control de la secreción de la hormona del crecimiento.
3. Define los efectos de la hormona de crecimiento en el crecimiento, las funciones
metabólicas y la forma en la que el factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1
(IGF-1) puede mediar algunas de sus acciones en la periferia.
4. Enumera los estímulos que regulan la secreción de la hormona de crecimiento y define
sus mecanismos fundamentales.
5. Explica los factores condicionantes del crecimiento humano normal.
6. Explica el origen de los trastornos cuando hay anomalías en la función hipofisiaria, así
como en la secreción y la función de la hormona de crecimiento, además de los métodos
de diagnóstico y tratamiento.
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
mecanismos de esteroides sexuales relacionados con la edad, glucocorticoides
suprarrenales, hormonas tiroideas y la función hepática y renal son todos factores que
contribuyen a la liberación pulsátil de GH, la cual parece ser esencial para lograr una
potencia biológica óptima de la hormona.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
La liberación de GH también se inhibe por acción del IGF-1, la hormona
producida en la periferia, en particular en el hígado, en respuesta a la estimulación
de los receptores de GH en un mecanismo de control clásico por retroalimentación
negativa.
Por su parte, la grelina, un péptido de 28 aminoácidos, es un secretagogo
adicional de GH (mediante un receptor GSH), la cual es un péptido que se libera del
estómago, predominantemente, a partir de las células enteroendocrinas y también a
nivel central en el hipotálamo. El control de la secreción de GH necesita GHRH/SST
hipotalámico y grelina, pues la GHRH también actúa como coagonista alostérico para
el receptor GSH de grelina (Melmed et al., 2017).
La contribución general de la grelina a la regulación de la liberación de GH en
seres humanos no se conoce aún.
Además de la regulación por GHRH y SST, la GH es regulada por otros péptidos
y neurotransmisores hipotalámicos, que actúan al regular la liberación de GHRH y
SST. Las noradrenalina estimula por vías α-adrenérgicas e inhibe la liberación de GH
por las vías β-adrenérgicas, dopamina y aminoácidos excitadores incrementan la
liberación de GHRH y disminuyen la liberación de SST, lo que produce un incremento
en la liberación de GH.
1711
Hormonas como el cortisol, estrógenos, andrógenos y hormonas tiroideas
también pueden afectar la respuesta de las células somatotrofas a GHRH y SST y, en
consecuencia, favorecer la liberación de GH.
Las señales metabólicas como la glucosa y aminoácidos pueden afectar la
liberación de GH. La hipoglucemia estimula la secreción de GH, mientras que la
glucosa y los ácidos grasos libres normales o aumentados, disminuyen la liberación de
GH, en tanto que los aminoácidos, en particular la arginina, incrementa la liberación
de GH, también la leucina.
Los ácidos grasos libres amortiguan los efectos de la infusión de arginina, el
sueño, la l-dopa y la GHRH sobre la liberación de GH. La leptina juega un papel
esencial en la regulación de la ingesta de alimentos y el consumo de energía, y puede
actuar como una señal metabólica estimulando la secreción de GH gracias a
interacciones con la SST, la GHRH y el sistema del NPY. La privación emocional y la
depresión endógena suprimen la secreción de GH.
El ejercicio es un potente estimulador de la secreción de GH mediante vías α-
adrenérgicas.
La malnutrición aumenta la secreción de GH, mientras que la obesidad la
reduce. Estos efectos nutricionales se producen de forma aguda, como se ve en el
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
ayuno, que amplifica la secreción de GH en 12 h, y la ingesta de glucosa, que suprime
la secreción de GH.
Las endorfinas y las encefalinas estimulan la GH y pueden explicar la
liberación de la misma durante el estrés físico intenso y el ejercicio extremo.
La galanina, un neuropéptido de 29 aminoácidos, induce la liberación de GH y
fomenta las respuestas a GHRH. Las neuronas colinérgicas y serotoninérgicas y
varios neuropéptidos estimulan la GH, incluidos la neurotensina, el VIP, la motilina,
la CCK y el glucagón.
La apomorfina, un agonista del receptor de dopamina central, estimula la
secreción de GH, igual que la levodopa (l-dopa). La administración de l-dopa oral
induce una respuesta de GH sérica breve en 1 h en personas sanas jóvenes.
La GH se libera de la adenohipófisis hacia la circulación sistémica y su vida
media es en promedio de 6 a 20 minutos, degradándose en los endolisosomas después
de su unión a los receptores y de la internalización del complejo hormona-receptor.
Una parte de la GH circulante se une a dos proteínas plasmáticas (GHBP), una
de baja afinidad y otra de alta afinidad, que corresponden a un gran fragmento del
dominio extracelular del receptor de la hormona, el cual parece provenir de la
separación de los receptores y su concentración expresa el número de receptores de 1712
dicha hormona en los tejidos.
En promedio, 50% del fondo común circulante de la actividad de la hormona de
crecimiento se encuentra en forma unida proporcionando así una “reserva” de la
hormona para compensar las grandes fluctuaciones de su secreción.
En circunstancias normales, el valor basal de GH en plasma es menor de 3
ng/ml, medido por RIA en adultos normales; abarca la forma unida a proteínas y
también la libre. Su producción diaria es de unos 0,2 a 1,0 mg/día en adultos.
La estimulación crónica con GHRH, acaba desensibilizando la liberación de GH,
posiblemente por el agotamiento de la reserva sensible a GHRH de la GH.
Una cuestión interesante es que la administración aguda de glucocorticoides
estimula la secreción de GH, mientras que el tratamiento crónico con esteroides la
inhibe. A las 3 h de la administración aguda de glucocorticoides, se produce un
aumento de las concentraciones de GH, que siguen elevadas durante 2 h. La
administración de glucocorticoides a sujetos normales inhibe la secreción de GH
estimulada por GHRH de una forma dependiente de la dosis.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Las hormonas tiroideas son necesarias para la función del sistema GH. La
respuesta de GH a la estimulación está alterada en el hipotiroidismo y se normaliza
cuando se recupera la situación tiroidea.
1713
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
endocrino y fomentan la secreción de GH, reduciendo la inhibición por
retroalimentación de IGF-1.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
La GH induce la transmisión de señales intracelulares a través de un
receptor periférico tirosina cinasa (GHR), que inicia una cascada de
fosforilación en la que participa la vía JAK-STAT.
En los tejidos periféricos, la GH se une a receptores específicos de superficie celular
(GHR) que pertenecen a la superfamilia de receptores de citocinas de clase 1,
que incluye los receptores de prolactina, eritropoyetina, leptina, interferones, factor
estimulante de las colonias de granulocitos e interleucinas. Los receptores de GH
están presentes en muchos tejidos biológicos y tipos celulares, lo que incluye hígado,
hueso, riñón, tejido adiposo, músculo, ojo, encéfalo, corazón y células del sistema
inmunitario.
La molécula de GH cuenta con dos sitios para la unión con el receptor de GH,
ocasionando la dimerización del receptor, un paso necesario para lograr la actividad
biológica de la hormona.
La GH ejerce efectos amplios en el organismo, por lo que a pesar de la
imposibilidad de correlacionar con exactitud los efectos intracelulares con los globales
en el organismo, no sorprende que, a semejanza de la insulina, la somatotropina active
diferentes cascadas de señalización intracelular.
De particular interés es su activación de la vía tirosina cinasa Janus 2-
transductores de señales de la transcripción activada (JAK2-STAT). Los 1715
transductores de señales y activadores de la transcripción (STAT, signal transducers
and activators of transcription) son una familia de factores de transcripción
citoplásmicos, que una vez hecha la fosforilación por las JAK cinasas, migran al núcleo
en donde activan algunos genes.
El hígado contiene abundantes GHR, y varios tejidos periféricos expresan
también modestas cantidades de receptor, incluido el músculo y la grasa.
La GH forma complejos con dos componentes predimerizados de GHR, con la
consiguiente aposición de los dominios complementarios de JAK2 que ponen en
marcha la transmisión de señales. La activación de JAK-2 (tirosina cinasa) condiciona
la fosforilación de moléculas transmisoras de señales intracelulares, incluidas los
activadores de la transducción de señal de las proteínas de transcripción (STAT1, 3 y
5), componentes transmisores de señales críticos para la acción de la GH.
Las proteínas STAT fosforiladas se trasladan directamente al núcleo celular,
donde inducen la expresión de genes diana específicos de GH tras unirse al ADN
nuclear. La STAT1 y la STAT5 también pueden interactuar de forma directa con la
molécula de GHR. La GH induce también c-fos, la fosforilación del sustrato 1 del
receptor de la insulina y la síntesis de insulina.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Otras vías de transmisión de señales intracelulares inducidas por GH son la
vía de la proteína cinasa activada por mitógenos (MAPK), la proteína cinasa C, SH2-
β, SHP-2, SIRPA, SHC, FAK, CrKll, C-SRC, paxilina y tensina. Sin embargo, se
desconoce cómo estas vías aparentemente solapadas convergen para integrar los
efectos celulares netos de GH.
La transmisión de señales intracelulares por GH se inhibe por los supresores
de las proteínas transmisoras de señales por citocinas (SOCS), que interrumpen la vía
JAK-STAT e inhiben así la acción de GH.
El IGF-1 (antes llamado somatomedina C) media las actividades inductoras del
crecimiento de GH por un mecanismo endocrino o paracrino.
1716
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
La unión del ligando al dímero de GHR preformado condiciona su rotación
interna y las posteriores cascadas de fosforilación. La GH tiene como dianas el IGF-1,
c-fos, los genes de proliferación celular, el metabolismo de la glucosa y las proteínas
del citoesqueleto.
La internalización y la translocación de GHR (líneas discontinuas) inducen los
genes proproliferación nucleares a través de la vía de señales del coactivador (CoAA)
importina α/β (Impα/Impβ). El IGF-1 puede también bloquear la internalización de
GHR actuando en un asa de retroalimentación.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Las proteasas de IGFBP degradan las IGFBP e intervienen en la aparición de
IGF libre a nivel local (es decir, su forma activa). Este papel es importante en los
cánceres que responden a IGF (p. ej., el cáncer de próstata), que puede sobreexpresar
una o más proteasas de IGFBP.
El receptor de IGF-1 es muy semejante al de la insulina y es probable que utilice
vías similares o idénticas de señales intracelulares. El receptor de IGF-2 tiene una
estructura diferente e interviene en la “biodestinación” intracelular de hidrolasas
ácidas y otras proteínas para que actúen en los organelos intracelulares. Antes del
nacimiento, la secreción de IGF-1 no depende de la GH, pero es estimulado por ésta
después de nacer y posee notable actividad estimuladora del crecimiento.
Su concentración en plasma aumenta durante la niñez y alcanza su punto
máximo en la pubertad, para disminuir a valores reducidos en la senectud. En gran
medida, el IGF-2 no depende de la GH; interviene en el crecimiento del feto antes de
nacer. En fetos humanos en los cuales ésta se sobreexpresa, algunos órganos, en
particular la lengua, otros músculos, los riñones, el corazón y el hígado, se desarrollan
de manera desproporcionada en relación con el resto del cuerpo. La PRL o la lactógeno
placentaria humana (hPL) pueden aumentar la secreción de IGF-2 en el feto, y el IGF-
2 se considera un regulador del crecimiento fetal. En los adultos, el gen para IGF-2 se
expresa sólo en el plexo coroideo y las meninges.
1718
La insulina también estimula la producción de IGF, y GH no puede estimular
la producción de IGF en ausencia de insulina, en este sentido la GH y la insulina
trabajan juntas. El ayuno inhibe de forma eficaz la secreción de IGF, aunque las
concentraciones de GH sean altas. Aunque la GH constituye un estímulo fundamental
para la producción hepática de IGF, la hormona paratiroidea (PTH) y el estradiol son
estímulos más eficaces para la producción de IGF-1 en los osteoblastos.
Los IGF son mitogénicos y tienen un profundo efecto sobre el hueso y el
cartílago. Estimulan el crecimiento del hueso, el cartílago y las partes blandas, y
regulan todos los aspectos del metabolismo de los condrocitos, que son las células que
elaboran el cartílago. Aunque el crecimiento aposicional de los huesos largos persiste
tras el cierre de las epífisis, el crecimiento en longitud se detiene. Los IGF estimulan
la replicación de los osteoblastos y la síntesis de colágeno y matriz ósea. Las
concentraciones séricas de IGF se relacionan bien con el crecimiento en los niños.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Los efectos de la GH son amplios, no tiene un órgano diana en particular y
se llevan a cabo, prácticamente, sobre todos los tejidos del cuerpo (Arce,
Devesa y Tresguerres, 2010).
La GH, por mecanismos directos e indirectos a través de la circulación y producción
localizada de IGF-1, estimula el crecimiento longitudinal al incrementar la formación
de hueso nuevo y cartílago, los efectos de crecimiento de GH no son decisivos durante
el periodo gestacional, pero inician de manera gradual durante el primero y segundo
años de vida y alcanzan su máximo al momento de la pubertad, antes de que se
fusionen las epífisis de los huesos largos, la GH e IGF-1 estimulan la condrogénesis y
ensanchan los discos de crecimiento cartilaginosos en las epífisis, seguido por el
depósito de matriz ósea.
Además de sus efectos sobre la estimulación del crecimiento lineal, la GH
participa en la regulación de la fisiología normal de la formación del hueso en adultos
al incrementar el recambio óseo, con incrementos en la formación de hueso y, en menor
grado, en la reabsorción ósea.
La GH es una hormona anabólica proteínica y genera un balance de nitrógeno
y de fósforo positivos, una mayor concentración plasmática de fósforo y disminución
en la cifra de nitrógeno ureico y de aminoácidos en sangre.
En adultos con deficiencia de la hormona, el uso de GH recombinante, hace que 1719
aumente la masa corporal magra y disminuya la grasa corporal, junto con incremento
en el metabolismo y reducción en el colesterol plasmático y aumento de la absorción
de calcio en el tubo digestivo.
Además, aminora la excreción de sodio y de potasio por una acción que no
depende de las suprarrenales, tal vez porque ambos electrólitos son “desviados” desde
los riñones a los tejidos en crecimiento.
Por otra parte, la excreción del aminoácido 4-hidroxiprolina, aumenta durante
la fase de crecimiento y refleja la habilidad de la GH para estimular la síntesis del
colágeno.
Las acciones metabólicas de GH también interactúan de forma estrecha con las
de la insulina en el control del metabolismo de la grasa, la glucosa y las proteínas en
ayunas y tras la ingesta.
La GH fomenta el metabolismo de la grasa, porque incrementa la lipólisis y la
oxidación de los ácidos grasos llevando a la cetogénesis. Esta función tiene especial
importancia en ayunas, porque aumenta la secreción de GH y condiciona una
organización del uso de los combustibles energéticos hacia el consumo de grasa
conservando las proteínas.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
La estimulación de la lipólisis se produce de forma indirecta mediante la
potenciación de la actividad de la lipasa sensible a hormonas por estimulación β-
adrenérgica. La GH regula también el metabolismo de las lipoproteínas, porque
fomenta la eliminación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) mediante la
activación de la expresión de los receptores de LDL hepáticos. El perfil aterogénico de
las lipoproteínas aumenta en la deficiencia de GH y se reduce cuando se administra
tratamiento con GH.
La GH tiene enormes efectos sobre el metabolismo de la glucosa, que pueden
ser directos o por antagonismo de la acción de la insulina. La GH fomenta la captación
y utilización de glucosa por las células, lo que se denominan efectos parecidos a la
insulina.
1720
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
El anabolismo de las proteínas es una característica propia de la GH, que
reduce la síntesis y excreción de la urea. Algunos de los efectos de la GH no están
mediados por el IGF-1. Sin embargo, la GH también estimula de forma aguda la
captación de aminoácidos y su incorporación a las proteínas in vitro. Las medidas
arteriovenosas en el antebrazo indican un aumento de la síntesis de proteínas durante
las pocas horas siguientes a la infusión de GH, lo que sugiere un efecto directo.
La GH reduce la oxidación de proteínas y estimula su síntesis. El efecto
conservador de proteínas de la GH se acopla a la disponibilidad y aumento paralelo
de la utilización de ácidos grasos libres, mientras que la reducción farmacológica de
los ácidos grasos libres durante el ayuno incrementa la velocidad de catabolismo
proteico.
Además, la GH afecta múltiples aspectos de la respuesta inmune, incluidas las
respuestas de las células B y la producción de anticuerpos, la actividad de las células
NK, la actividad de los macrófagos y la función de los linfocitos T. La GH también
ejerce efectos sobre el SNC, modulando el estado de ánimo y el comportamiento
(Molina, 2014).
Por ejemplo, una persona de 50 años que lleve varios años sin producir hormona del
crecimiento probablemente tendrá el aspecto de una persona de 65 años. El
envejecimiento parece ser el resultado sobre todo de un menor depósito de proteínas
en casi todos los tejidos del organismo y de un mayor almacenamiento de grasa en su
lugar. Los efectos físicos y fisiológicos consisten en una piel muy arrugada, deterioro
del funcionamiento de algunos órganos y pérdida de masa y de fuerza muscular.
Entre los 5 y 20 años, los niveles promedios de GH alcanzan los 6 ng/ml; entre
los 20 y los 40 años, se tiene un promedio de 3 ng/ml y entre los 40 y 70 años, se
alcanza un valor medio de 1,6 ng/ml, lo cual demuestra el declive de los niveles de GH
con el envejecimiento (Hall y Hall, 2021).
De este modo es posible que la mayoría de los efectos del envejecimiento se
deban al descenso de la secreción de GH, pues en algunos estudios de tratamiento con
esta hormona en personas de edad avanzada se han observado un mayor depósito de
proteínas en el organismo, en especial en los músculos; una disminución de los
depósitos de grasa, y una sensación de mayor energía.
Sin embargo, otros estudios han demostrado que el tratamiento de pacientes de
edad avanzada con GH recombinante puede producir varios efectos adversos no
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
deseados como resistencia a la insulina y diabetes, edema, síndrome del túnel del
carpo y artralgias. Por tanto, en general no se recomienda el tratamiento con hormona
del crecimiento recombinante en pacientes sanos de edad avanzada y con función
endocrina normal.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Luego de ese periodo es imposible que la persona alcance una talla más alta.
Las niñas maduran en uno o dos años antes que los niños; por tal razón, surge más
pronto la fase de aceleración del crecimiento.
Durante la lactancia, por lo menos, el crecimiento no es un fenómeno continuo
sino episódico o en saltos. Los aumentos de la talla de lactantes humanos de 0,5 a 2,5
cm en cuestión de días, están separados por periodos de dos a 63 días en los cuales no
se detecta crecimiento mesurable alguno. El origen del desarrollo episódico se
desconoce.
En recién nacidos, aumenta la concentración plasmática de GH; más adelante
disminuyen las concentraciones promedio en reposo, pero son más altas las espigas
de secreción de la hormona, en particular durante la pubertad, de modo que se eleva
la concentración plasmática media por 24 h; ésta es de 2 a 4 ng/ml en adultos
normales, pero en niños corresponde a 5 a 8 ng/ml.
1723
Velocidad de crecimiento en niños y en niñas desde el nacimiento hasta los 20 años (Barret
et al., 2019).
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Uno de los factores que estimulan la secreción de IGF-1 es la hormona de
crecimiento y en la infancia aumenta las concentraciones plasmáticas de dicho factor
hasta alcanzar un máximo entre los 13 y 17 años de vida. A diferencia de esto, son
constantes las concentraciones de IGF-2 durante toda la fase de crecimiento posnatal.
La fase de aceleración de crecimiento para la etapa de la pubertad depende en
parte del efecto anabólico proteínico de los andrógenos; la secreción de andrógenos
suprarrenales se intensifica en ese lapso en los dos géneros; sin embargo, también
proviene de una interacción entre las hormonas sexuales, la hormona de crecimiento
y el IGF-1. El tratamiento a base de estrógenos y andrógenos intensifica la secreción
de somatotropina en respuesta a los estímulos e incrementa la concentración
plasmática de IGF-1, como consecuencia del aumento en la hormona circulante; esto
a su vez, desencadena el crecimiento.
1724
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
la reducción de su producción de estrógeno y porque sus epífisis permanecen abiertas;
de esta manera, persiste el crecimiento después de la etapa normal de la pubertad.
La GH el crecimiento, pero su efecto se potencia por hormonas de la tiroides,
que por sí mismas no intervienen en tal función, de manera tal de que la T3 y la T4
son permisivas en relación con la de la GH potenciando los efectos de la
somatomedina.
1725
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
cartílagos, el crecimiento de piezas dentales, el contorno de la cara y las proporciones
corporales.
Los enanos hipotiroideos (también llamados cretinos) poseen rasgos
infantiloides. La persona de muy corta estatura por panhipopituitarismo tiene
características congruentes con su edad cronológica hasta la pubertad, pero dado que
no tendrá maduración sexual, presentará rasgos juveniles en la vida adulta.
Por su parte, el crecimiento es relevante sólo si se aportan grandes cantidades
de carbohidratos y proteínas con la insulina. Sin embargo, los glucocorticoides son
inhibidores potentes del crecimiento por su acción directa en las células, por lo cual,
la utilización de dosis farmacológicas de éstos en niños torna lento o interrumpe el
crecimiento durante el tratamiento.
1726
Curva de crecimiento de un niño normal que padeció una enfermedad desde los cinco años,
que terminó a los siete años (Barrett et al.,2019).
El área sombreada indica los límites de tallas normales correspondientes a cada edad. La línea roja
presenta el crecimiento real del niño estudiado. La “recuperación” del crecimiento al final permitió que
tuviera la talla correspondiente a su curva normal previa.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
En niños, luego de enfermedades o inanición, se observa un periodo de
recuperación del crecimiento. La aceleración del crecimiento suele persistir hasta
llegar a la curva que se tenía de ese parámetro, para después lentificarse y seguir el
ritmo normal. Se desconocen los mecanismos que desencadenan y controlan la
recuperación del crecimiento.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Otra alteración es el enanismo debido a una deficiencia generalizada de la
secreción de la adenohipófisis (panhipopituitarismo) durante la infancia. En
general, todas las partes del organismo se desarrollan de forma proporcionada, pero
la velocidad de desarrollo es mucho menor. Los niños de 10 años presentan el
desarrollo corporal de uno de 4 o 5 y cuando llegan a los 20 años tienen el desarrollo
corporal de un niño de 7 a 10 años.
Las personas con enanismo panhipofisario no alcanzan la pubertad y nunca
llegan a secretar una cantidad de hormonas gonadotropas suficiente para desarrollar
las funciones sexuales de la edad adulta. Sin embargo, en un tercio de los casos solo
existe una deficiencia aislada de la GH y las personas que lo padecen maduran
sexualmente y en ocasiones se reproducen.
Existe un tipo de enanismo (el pigmeo africano y el enano de Lévi-Lorain) en el
que la secreción de GH es normal o elevada, pero se asocia a una incapacidad
hereditaria para formar IGF-1 que es un factor crítico para la estimulación del
crecimiento por parte de la GH.
En otro grupo de niños enanos con GH plasmática es normal o elevada, pero los
receptores de esta hormona no responden como consecuencia de mutaciones que los
inactivan, dando lugar al enanismo de Laron. En esos casos, disminuye de manera
extraordinaria el IGF-I plasmático y la proteína transportadora 3 del factor de 1728
crecimiento similar a la insulina, la cual depende también de GH.
El manejo terapéutico tiene como objetivo mejorar el crecimiento e incluye un
tratamiento con inyecciones diarias subcutáneas de mecasermina, un IGF-1
recombinante humano, y una dieta con un aporte calórico adecuado.
La talla corta también puede ser causada por mecanismos que no dependen de
defectos específicos en el eje de la GH. Es un signo característico del hipotiroidismo
de niños (cretinismo) y se observa en pacientes con pubertad temprana o precoz;
también es parte del síndrome de disgenesia gonadal en donde los pacientes tienen
una estructura cromosómica XO en vez de XX o XY.
Diversos trastornos de huesos y del metabolismo causan deficiencia del
crecimiento y, en muchos casos, se desconoce su causa por lo que se denomina “retraso
constitucional del crecimiento”.
El maltrato y el descuido crónicos también originan enanismo en niños, el cual
no depende de la nutrición deficiente; se conoce dicho problema como enanismo
psicosocial o síndrome de Kaspar Hauser.
Por último, la acondroplasia, que es la modalidad más habitual de enanismo
en seres humanos, se caracteriza por extremidades cortas y tronco normal. Es un
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
trastorno dominante autosómico originado por mutación del gen que codifica el
receptor 3 del factor de crecimiento de fibroblastos (FGFR3); este miembro de dicha
familia se expresa normalmente en cartílago y cerebro.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
La prueba del ejercicio es una prueba de estimulación fisiológica que consiste
en medir la concentración de GH tras someter al paciente a 20 minutos de ejercicio
intenso. Debido a la falta de estandarización y a la poca sensibilidad que presenta ha
quedado relegada por otras pruebas de estímulo.
Los pacientes son normalmente tratados con GH, para conseguir así reducir los
síntomas y signos que padecen. Debe ser individualizado, valorando el riesgo/beneficio
en cada paciente, teniendo en cuenta también la edad, sexo e índice de masa corporal.
Se comienza con dosis bajas de GH (0,1-0,2 mg/día) que se ajusta hasta alcanzar
valores normales de IGF-I según edad y sexo. La monitorización se lleva a cabo
mediante la observación de los cambios físicos del paciente y la medición de IGF-I.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Las manifestaciones clínicas de la acromegalia tardan años en aparecer y
derivan de los efectos hormonales de la GH y del IGF-1 sintetizados en grandes
cantidades y es posible dividir los signos y síntomas en tres categorías: cambios físicos,
metabólicos y efectos locales del tumor.
Los cambios físicos más característicos implican el crecimiento de todos los
tejidos del organismo, incluido los huesos, y si la enfermedad aparece antes de la
adolescencia, es decir, antes de que las epífisis de los huesos largos se fusionen a las
diáfisis, la persona crecerá hasta convertirse en un gigante de unos 2,5 m de altura,
por lo cual se denomina “gigantismo”.
De ordinario, las personas con gigantismo sufren hiperglucemia y las células β
de los islotes de Langerhans del páncreas tienden a degenerar, pues experimentan un
proceso de hiperactividad secundario a la hiperglucemia. Por consiguiente, el 10% de
las personas con gigantismo desarrollan en algún momento una diabetes mellitus
hipofisaria bien establecida.
Con el tiempo y en ausencia de tratamiento, casi todos los pacientes
evolucionan hacia el panhipopituitarismo, pues el gigantismo se debe, a menudo, a un
tumor de la hipófisis que crece hasta destruir la glándula. Este déficit general de
hormonas hipofisarias suele causar la muerte al principio de la edad adulta. Sin
embargo, una vez diagnosticado el proceso, muchas veces es posible bloquear sus 1732
efectos extirpando el tumor mediante microcirugía o con radiación de la glándula
hipófisis.
Cuando el tumor acidófilo aparece después de la adolescencia, es decir, cuando
las epífisis de los huesos largos se han soldado ya con las diáfisis y todo crecimiento
posterior es imposible, los huesos aumentarán de grosor, al igual que los tejidos
blandos. Esta enfermedad, se denomina “acromegalia”.
Los cambios físicos más característicos son unos rasgos faciales toscos con
abombamiento frontal, nariz grande y carnosa, crecimiento del maxilar inferior
(prognatismo) y separación de los dientes (diastema). Los pacientes suelen tener
manos y pies grandes por lo que el número del zapato puede llegar, o incluso superar,
el 48 y el grosor de los dedos aumenta en extremo, también la piel se encuentra gruesa
y sudorosa, voz profunda y cavernosa debida al crecimiento de la laringe, artropatía,
síndrome del túnel carpiano, visceromegalia (cardiomegalia, crecimiento del tiroides,
macroglosia).
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
1733
Además, estos pacientes suelen presentar miocardiopatías, arritmias,
hipertensión, hipertrofia ventricular, apnea del sueño y un mayor riesgo de neoplasia
de colon. También es muy frecuente que se presenten alteraciones en la secreción de
hormonas sexuales, lo que da lugar a alteraciones en el ciclo menstrual, pérdida de la
libido e impotencia en el hombre. De los efectos locales del tumor, el más común es la
cefalea, junto con las alteraciones visuales.
Además de estos efectos, las lesiones vertebrales provocan la aparición de una
joroba o “cifosis”. Por último, muchos tejidos blandos, como la lengua, el hígado y en
especial los riñones, aumentan mucho de tamaño.
El diagnóstico endocrinológico se basa en la demostración de una excesiva
producción de GH o alteraciones en su dinámica de secreción, midiendo primero la
concentración sérica IGF-1 ya que se encuentra elevada en la mayoría de los pacientes
con acromegalia.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Tabla 66. Manifestaciones clínicas en acromegalia.
Generales Crecimiento partes acras
Artropatía y artralgias.
Osteoarticulares Artritis.
Prognatismo.
Piel grasa.
Cutáneas Hipersudoración.
Rasgos toscos.
Cardiomegalia.
Cardiovasculares Arritmias.
Hipertensión.
Apnea del sueño.
Respiratorias
Disnea.
Macroglosia.
Digestivas Pólipos en colon.
Visceromegalia.
Alteraciones menstruales.
Disminución de la libido.
Psicosexuales
Impotencia.
Depresión.
Cefaleas.
Debidas al tumor Alteraciones visuales.
Alteraciones hipofisarias.
Fuentes: Contreras y Carretero, 2011.
1734
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Test ITT
Tiempo(min) 0 30 45 60 90
GH (ng/mL) 1,3 1,8 1,6 2,1 1,2
Se solicita entonces la realización de una RMN hipofisaria para comprobar el estado
del eje hipotálamo-hipófisis. Se observa una hipófisis de tamaño y morfología
normal y una neurohipófisis ectópica localizada en el tercio medio del tallo
hipofisario. No parece existir ninguna otra alteración, descartando que la causa sea
de origen hipotalámico o adenohipofisario.
Diagnóstico: Déficit de hormona de crecimiento y se procede conforme el protocolo
GH para la solicitud del tratamiento.
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
Puntos de reflexión
1. ¿Cómo se llegó al diagnóstico de déficit de GH?
2. ¿En qué consiste el test de clonidina?
3. ¿En qué consiste el test de hipoglucemia insulínica?
4. ¿Cuál sería el tratamiento indicado para este paciente?
1737
Fernández, V. H .
Capítulo 40 | Fisiología del sistema endocrino
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Alexánderson. Fisiología de los sistemas endocrino y digestivo. (2; pp. 59-74). Editorial El
manual Moderno. 1738
Hall, J. E. Hall, M. E. (2021). Guyton y Hall. Tratado de fisiología humana. 14ª edición. Elsevier.
Fernández, V. H .
SECCIÓN VII
Fisiología del sistema endocrino
Capítulo 41
Fisiología de la glándula
suprarrenal
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe la anatomía funcional y las zonas de la glándula suprarrenal y principales
hormonas secretadas por cada zona.
2. Describe y compara la regulación de la síntesis y liberación de hormonas esteroides
suprarrenales (glucocorticoides, mineralocorticoides y andrógenos) y las
consecuencias de las anomalías en sus vías biosintéticas.
3. Explica los mecanismos celulares de acción de las hormonas corticosuprarrenales e
identifica sus principales acciones fisiológicas.
4. Identifica los principales mineralocorticoides, sus acciones biológicas y sus órganos o
tejidos efectores.
5. Describe la regulación de la secreción de mineralocorticoides y su relación con la
regulación de sodio y excreción de potasio.
6. Reconoce las causas y consecuencias de la producción excesiva o insuficiente de
glucocorticoides, mineralocorticoides y andrógenos suprarrenales.
7. Identifica la naturaleza química de las catecolaminas, su biosíntesis y su destino
metabólico.
8. Explica las consecuencias biológicas de la activación de la médula simpático-
suprarrenal e identificar los órganos o tejidos efectores para las catecolaminas junto
con los tipos de receptores que median sus acciones.
9. Identifica las enfermedades causadas por secreción excesiva de catecolaminas
suprarrenales.
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
suprarrenal (Saladin, 2018). Una cápsula de tejido conectivo cubre la glándula. Las
glándulas suprarrenales, al igual que la glándula tiroides, están muy
vascularizadas.
Las glándulas suprarrenales se asientan como una gorra sobre el polo
superior de cada riñón y, como los riñones, son retroperitoneales, localizándose fuera
de la cavidad peritoneal, entre el peritoneo y la pared posterior del cuerpo.
1740
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Al igual que la hipófisis, cada glándula suprarrenal se forma por la fusión de
dos glándulas fetales con diferentes orígenes y funciones. Su núcleo interno, la
médula suprarrenal, es 10 a 20% de la glándula. Dependiendo de su flujo de sangre,
su color va de gris a rojo oscuro. La rodea una corteza suprarrenal, mucho más
gruesa, que tiene un color amarillento debido a su elevada concentración de
colesterol y otros lípidos.
En diversas estructuras (plexo celíaco, hilio esplénico, ligamento ancho,
escroto, hígado, vesícula biliar y cráneo) es posible encontrar tejido suprarrenal
ectópico, compuesto de manera exclusiva por células corticales (Pérez, 2016).
La irrigación de las suprarrenales la proporcionan 10 a 12 ramas arteriales
pequeñas derivadas de la aorta, las renales, intercostales, frénicas y, en ocasiones, la
ovárica o espermática izquierda; éstas se anastomosan y forman un plexo vascular
subcapsular que emite pequeñas arterias radiales que penetran la glándula. En la
zona reticular se forma un plexo sinusoidal que drena en una vena central. La
médula recibe irrigación independiente de la que alimenta a la corteza. La vena
suprarrenal derecha es corta y drena en forma directa en la vena cava; la vena
suprarrenal izquierda, más larga, drena en la vena renal ipsilateral.
La inervación la constituye neuronas simpáticas eferentes del plexo torácico y
lumbar, neuronas preganglionares y eferentes parasimpáticas de la rama celíaca del 1741
nervio vago. Estas inervaciones forman un plexo medial a la glándula que entra a
ésta junto con las arteriolas, atraviesa la corteza y termina en la médula. Algunas
fibras inervan los vasos sanguíneos y regulan el flujo arterial.
La corteza suprarrenal rodea completamente a la médula y produce
hormonas esteroideas conocidas de manera colectiva como corticosteroides o
corticoides a partir del colesterol y se subdivide en tres zonas. Estas son esenciales
para la vida y su pérdida completa lleva a la muerte por deshidratación y
desequilibrio electrolítico en el período de unos pocos días a una semana, a menos
que se comience de inmediato con una terapia de reposición hormonal (Tortora y
Derrickson, 2018).
La zona externa, justo por debajo de la cápsula de tejido conectivo, es la zona
glomerulosa, la más angosta de la glándula que constituye hasta el 15 % del
volumen cortical. Sus células, que están dispuestas en forma compacta unas cerca de
otras y organizadas en racimos esféricos y columnas ramificadas, secretan
hormonas mineralocorticoides porque afectan la homeostasis mineral y del
agua.
La zona media, o zona fasciculada, es la más ancha de las tres y tiene
células organizadas en columnas largas y rectas, que constituye alrededor del 80%
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
del volumen cortical. Las células secretan principalmente hormonas
glucocorticoides (GC), principalmente cortisol, llamados así porque afectan la
homeostasis de la glucosa, entre otros.
1742
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Las células de la zona interna, la zona reticular, están organizadas en
cordones ramificados. Constituye sólo entre el 5 % y el 7 % del volumen cortical, pero
es más gruesa que la zona glomerular dada su ubicación más central. Sintetizan
cantidades pequeñas de hormonas andrógenos débiles (del griego, “andrós”,
varón; “gennón”, producir), que tienen efectos masculinizantes.
Una población de células progenitoras entre la zona glomerulosa y la
fasciculada ayudan a mantener el tamaño de la glándula. Estas células migran y
maduran en la zona fasciculada y sufren apoptosis en la zona reticular, pero se
desconocen los factores que regulan este mecanismo de regeneración adrenal. La
zona glomerulosa produce aldosterona, mientras que la zona fasciculada y la
reticular producen cortisol y dehidroepiandrosterona (DHEA), la cual se sulfata en
la zona reticular.
La médula suprarrenal tiene una naturaleza dual; actúa como una
glándula endocrina y como un ganglio del SNS (Pérez, 2016). Las fibras nerviosas
preganglionares penetran a través de la corteza para alcanzar las células cromafines
en la médula, las cuales reciben ese nombre por su tendencia a teñirse de café con
ciertas tinturas, son, en esencia, neuronas posganglionares simpáticas, pero carecen
de dendritas o axones y liberan sus productos en la circulación sanguínea como
cualquier otra glándula endocrina. Por tanto, se les considera células
1743
neuroendocrinas.
Tras la estimulación recibida de fibras nerviosas (por lo general en una
situación de miedo, dolor o tensión) las células cromafines liberan una mezcla de
catecolaminas, que consta de casi tres cuartas partes de Ad, una cuarta parte de NA
y cantidades mínimas de dopamina (DA).
Aumentan el estado de alerta y preparan al cuerpo de varias maneras para la
actividad física. Movilizan combustibles de alta energía como el lactato, los ácidos
grasos y la glucosa. El hígado eleva las concentraciones de glucosa mediante
glucogenólisis y gluconeogénesis.
Se dice que la Ad tiene un efecto de ahorro de glucosa, pues inhibe la secreción
de insulina, de modo que los músculos y otros órganos que dependen de la insulina
absorben y consumen menos glucosa. Dependen de combustibles alternos como los
AGL, mientras la glucosa en la sangre se deja para que la use el SNC, que es más
dependiente de ella.
Las catecolaminas suprarrenales también elevan la frecuencia cardíaca y la
presión arterial, estimulan la circulación a los músculos, aumentan el flujo de aire
pulmonar y elevan el metabolismo. Al mismo tiempo, inhiben por un tiempo
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
funciones no esenciales como la digestión y la diuresis, para que no compitan por el
flujo de sangre y la energía.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La frecuencia de los pulsos es mayor en hombres que en mujeres y, conforme
aumenta la edad del individuo, se desarrolla mayor asincronía en la secreción de
ACTH y cortisol. Por ejemplo, en adultos mayores, el pico de secreción de cortisol se
produce tres horas antes en la mañana, en comparación con sujetos jóvenes.
1745
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
hecho, cuando ocurren cambios bruscos de horario (jet lag o cambio de trabajo diurno
por nocturno) es factible restablecer el ritmo circadiano con exposición a la luz
brillante o con la ingestión de melatonina, pero puede tomar hasta dos semanas
restablecerse de manera completa.
Sin embargo, el estímulo más potente para la secreción de ACTH es la CRH,
aunque esta hormona no es indispensable para el ritmo circadiano, ya que para que
se modifique la respuesta de cortisol a ACTH también intervienen en el proceso la
ADH, y es probable que lo hagan los cambios en la irrigación suprarrenal (Pérez,
2016).
1746
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
hipotálamo mediante la liberación de múltiples secretagogos de ACTH, sobre todo
CRH y ADH. Además, en este proceso participan Ad, NA, endotoxinas, IL-1, IL-2,
IL-6, FNT-α y ON.
Las variedades de estrés físico incluyen traumatismo grave, quemaduras,
infecciones sistémicas, cirugía mayor, hipoglucemia, fiebre, hipotensión, ejercicio y
exposición al frío; mientras que la respuesta al estrés depende del grado de daño que
éste origine (p. ej., extensión de quemaduras o intensidad del ejercicio).
Los GC, al unirse de manera específica a su receptor, ejercen de manera
directa un efecto inhibitorio en la secreción de CRH y ACTH mediante
retroalimentación negativa, inhibiendo la transcripción de POMC en la hipófisis
anterior, la secreción y síntesis del ARNm que codifica para CRH y ADH en el nivel
hipotalámico. La anexina 1 (antes llamada lipocortina 1) también regula la
inhibición de CRH y ACTH.
Los GC exógenos también inhiben al eje HHS y el impacto de la
retroalimentación negativa depende de la dosis, vida media, tiempo de
administración y potencia del esteroide empleado, y tiene consecuencias
diagnósticas y terapéuticas.
La supresión del eje HHS con la administración de esteroides a dosis
1747
farmacológicas puede durar meses y debe anticiparse una probable crisis adrenal
con la supresión de estos fármacos.
En el aspecto diagnóstico, este mecanismo de control por retroalimentación
negativa explica las concentraciones elevadas de ACTH en la insuficiencia adrenal
(enfermedad de Addison) y de valores muy bajos, a veces indetectables, cuando
existe un adenoma adrenal productor de cortisol o con la administración exógena de
esteroides.
El cortisol también tiene un efecto inhibitorio sobre la ADH, de tal manera
que la deficiencia de cortisol resulta en un incremento en su liberación, lo que
contribuye a la retención hídrica e hiponatremia observada en los pacientes con
insuficiencia adrenal.
Asimismo, como los primeros 24 aminoácidos de la ACTH son comunes a
todas las especies, y para el análisis clínico del eje HHS y la valoración de la reserva
de GC suprarrenales se emplea una ACTH (1-24) sintética. Las hormonas α-, β- y γ-
MSH también son productos escindidos de la POMC, pero la hiperpigmentación
característica de la enfermedad de Addison se atribuye directamente a las
concentraciones elevadas de ACTH que se unen al receptor de melanocortina 1
(MC1R) más que a la secreción de α-MSH.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La ACTH se une a receptores de gran afinidad en la membrana plasmática
de las células de la corteza suprarrenal; esto activa la adenilciclasa por
medio de proteínas G heterotriméricas estimuladoras (Gs).
La ACTH se une a un receptor de melanocortina 2 acoplado a la proteína G
(MC2R), de los que cada célula de la corteza suprarrenal dispone de unos 3.500. La
proteína accesoria del receptor de la melanocortina 2 (MRAP) se precisa para la
localización y señalización correctas del MC2R.
Cuando se une la ACTH a su receptor (R en la figura) se activa la
adenilciclasa (AC) por medio de las proteínas G heterotriméricas estimuladoras (Gs).
El incremento resultante en el nivel de AMPc activa la PKA, la cual fosforila la éster
colesteril hidrolasa (CEH) e intensifica su actividad. Como consecuencia, se forma
mayor cantidad de colesterol libre y éste es transformado en pregnenolona (Preg).
En las fases siguientes de la biosíntesis de esteroides, se “intercambian” productos
entre la mitocondria y el retículo endoplásmico liso (SER). También se sintetiza y
secreta corticosterona.
1748
Mecanismo de acción de la ACTH en las células secretoras de cortisol en las dos zonas
internas de la corteza suprarrenal (Barrett et al., 2019).
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
En la fase aguda, la esteroideogénesis se estimula por el incremento en el
aporte de colesterol a la enzima CYP11A1 de la porción interna de la membrana
mitocondrial, aumento mediado por StAR. En estado crónico (pasadas 24 a 26 h de
la exposición), la ACTH incrementa la síntesis de todas las enzimas CYP
esteroidógenas (CYP11A1, CYP17A1, CYP21A2, CYP11B1), además de la
adrenodoxina, cuyos efectos están mediados a nivel transcripcional.
1749
Resumen de las acciones de la ACTH sobre las células dianas de la corteza suprarrenal
(Koeppen y Stanton, 2018).
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Las principales hormonas secretadas por la corteza suprarrenal son el
cortisol, los andrógenos y la aldosterona que se producen mediante la
esteroideogénesis.
El esquema de síntesis esteroidogénica suprarrenal se ha aclarado mediante el
análisis de las enzimas esteroidogénicas. La mayoría de estas enzimas pertenece a
la familia de las oxigenasas del citocromo P450.
En las mitocondrias, el gen CYP11A, ubicado en el cromosoma 15, codifica
P450scc, la enzima responsable de la ruptura de la cadena lateral del colesterol.
CYP11B1, un gen localizado en el cromosoma 8, codifica P450c11, otra enzima
mitocondrial que media la 11β-hidroxilación en la zona reticular y la zona
fasciculada. Esta reacción convierte 11-deoxicortisol en cortisol y 11-
deoxicorticosterona (11-DOC) en corticosterona.
1750
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Debido a la diferencia enzimática entre la zona glomerulosa y las dos zonas
interiores, la corteza suprarrenal funciona como dos unidades separadas, con
regulación y productos secretores diferentes. Por esto, la zona glomerulosa, que
produce aldosterona, carece de la actividad de 17α-hidroxilasa y no puede sintetizar
17α-hidroxipregnenolona y 17α-hidroxiprogesterona, que son los precursores del
cortisol y los andrógenos suprarrenales.
La síntesis de aldosterona en esta zona está bajo el control de tres
secretagogos principales que son la Ang II, el potasio y, en menor medida, ACTH.
Otros factores, en particular la SST, la heparina, el PNA y la DA, pueden inhibir
directamente la síntesis de aldosterona (Stewart y Newell, 2017).
La Ang II y el potasio estimulan la secreción de aldosterona, sobre todo
aumentando la transcripción de CYP11B2 a través de las vías comunes de
señalización intracelular. Los elementos de respuesta al AMPc de la región 5ʼ del
gen CYP11B2 se activan después del aumento del Ca2+ intracelular y de la
activación de las cinasas de calmodulina. El efecto del potasio está mediado por la
despolarización de la membrana y la apertura de los canales de calcio y el efecto de
la Ang II, tras la unión de esta al receptor AT1 de superficie y la activación de la
FLC.
Estas formas diferentes de control, tanto para la biosíntesis de GC y el 1751
sistema renina-angiotensina para la síntesis de mineralocorticoides, poseen
consecuencias clínicas importantes, pues los pacientes con insuficiencia suprarrenal
primaria muestran siempre una deficiencia de cortisol y aldosterona, mientras que
los que tienen una deficiencia de ACTH debida a una enfermedad de la hipófisis
presentan una deficiencia de GC y concentraciones normales de aldosterona, porque
el sistema renina-angiotensina se encuentra intacto.
El exceso de aldosterona motivado por un adenoma suprarrenal se conoce
como enfermedad de Conn.
La zona fasciculada y la zona reticular producen cortisol, andrógenos y
pequeñas cantidades de estrógenos. Estas zonas, principalmente reguladas por
ACTH, no expresan el gen CYP11B2 (codificación P450aldo) y, por tanto, no puede
convertir 11-DOC a aldosterona.
La síntesis del cortisol y los andrógenos en la zona fasciculada y reticular
comienza con el colesterol, al igual que la síntesis de todas las hormonas esteroideas.
Las lipoproteínas plasmáticas son la principal fuente de colesterol suprarrenal,
aunque también se produce la síntesis dentro de la glándula a partir del acetato. El
c-LDL representa alrededor del 80% del colesterol administrado a la glándula
suprarrenal. Dentro de la glándula suprarrenal está disponible un pequeño grupo de
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
colesterol libre para la síntesis rápida de esteroides cuando se estimula esta
glándula.
Cuando ocurre la estimulación también hay un incremento de la hidrólisis de
ésteres colesterílicos almacenados para liberar colesterol, además una mayor
absorción de las lipoproteínas del plasma y una mayor síntesis de colesterol dentro
de la glándula. La respuesta aguda a un estímulo esteroidogénico está mediada por
la proteína reguladora aguda esteroidogénica (StAR), fosfoproteína
mitocondrial que mejora el transporte de colesterol desde la membrana mitocondrial
externa a la interna. Las mutaciones en el gen StAR dan como resultado hiperplasia
suprarrenal lipoide congénita con cantidades intensas de cortisol y deficiencias de
aldosterona al nacer.
La conversión del colesterol en pregnenolona es el paso limitante de la
esteroideogénesis suprarrenal y el principal sitio de acción de la ACTH en la
glándula suprarrenal. Este paso ocurre en la mitocondria e involucra dos
hidroxilaciones y luego la división de la cadena lateral del colesterol.
Una sola enzima, CYP11A, media durante este proceso; cada paso requiere de
oxígeno molecular y un par de electrones, que son donados por el NADPH a la
adrenodoxina reductasa (ferredoxina reductasa), una flavoproteína y luego a la
adrenodoxina, una proteína hierroazufre, y finalmente a CYP11A. Tanto la 1752
adrenodoxina reductasa como la adrenodoxina están implicadas en la acción de
CYP11B1. El transporte de electrones al citocromo P450 microsomal incluye a la
reductasa P450, una flavoproteína distinta de la adrenodoxina reductasa. La
pregnenolona se transporta fuera de las mitocondrias antes de que se produzca una
nueva síntesis de esteroides.
La síntesis de cortisol se produce dentro del retículo endoplasmático liso a
partir de la 17α-hidroxilación de pregnenolona por CYP17 para formar 17α-
hidroxipregnenolona. Este esteroide se convierte luego en 17α-hidroxiprogesterona
después de la conversión de su doble enlace 5,6 a un enlace doble de 4,5 por la
intervención del complejo de la enzima 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa: Δ5,4-
oxoesteroide isomerasa, que también se encuentra dentro del retículo
endoplasmático liso. Una vía alternativa, pero aparentemente menos importante, se
lleva a cabo en la zona fasciculada y reticular en que la pregnenolona se transforma
en progesterona y a 17α-hidroxiprogesterona.
El siguiente paso, que es de nuevo microsomal, implica la 21-hidroxilación por
CYP21A2 de 17α-hidroxiprogesterona para formar 11-deoxicortisol; este compuesto
se hidroxila en las mitocondrias mediante 11β-hidroxilación (CYP11B1) para formar
cortisol.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La zona fasciculada y la zona reticular también producen 11-DOC, 18-
hidroxidesoxicorticosterona y corticosterona. Sin embargo, la ausencia de la enzima
mitocondrial CYP11B2 impide la producción de aldosterona en estas zonas de la
corteza suprarrenal. La secreción de cortisol en condiciones basales, es decir, sin
estrés, varía de 8 a 25 mg/d (22 a 69 μmol/d), con una media de alrededor de 9,2
mg/d (25 μmol/d).
Un aspecto fundamental de la regulación de la zona reticular es que ni los
andrógenos suprarrenales ni sus metabolitos más potentes (testosterona,
dihidrotestosterona, estradiol-17β) ejercen una retroalimentación negativa sobre
ACTH o CRH. Esto quiere decir que un defecto enzimático asociado con la síntesis
de cortisol (p. ej., deficiencia de CYP21B) se asocia con un aumento muy importante
de la ACTH (no se produce retroalimentación negativa por el cortisol) y de los
andrógenos suprarrenales (por aumento de ACTH).
Esta “asa ciega” del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal es responsable de la
hiperplasia suprarrenal congénita.
1753
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
andrógenos), se ocasiona virilización (presencia de rasgos masculinos). Además, la
deficiencia de aldosterona ocasiona pérdida de sodio.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La deficiencia de 11β-hidroxilasa ocasiona un exceso de desoxicorticosterona y
la producción de 11-desoxicortisol. Ambos metabolitos tienen actividad
mineralocorticoide. El exceso resultante en la actividad mineralocorticoide ocasiona
retención de sal y agua, y puede producir hipertensión.
Por la pérdida de la inhibición por retroalimentación negativa en la liberación
de ACTH por el cortisol, la estimulación suprarrenal excesiva incrementa la síntesis
de andrógenos suprarrenales (androstenediona y dehidroepiandrosterona).
La producción de los andrógenos suprarrenales a partir de pregnenolona y
progesterona requiere una 17α-hidroxilación (CYP17) y, por tanto, no ocurre en la
zona glomerular. La mayor producción cuantitativa de andrógenos es por la
conversión de 17α-hidroxipregnenolona en compuestos de 19 carbonos (esteroides C-
19) DHEA y su sulfato conjugado, sulfato de DHEA (DHEA-S). Por ello, el
compuesto 17α-hidroxipregnenolona se somete a la eliminación de su cadena lateral
de dos carbonos en la posición C17 por 17,20-desmolasa microsomal (CYP17),
produciendo DHEA con un grupo ceto en C17. La DHEA luego se convierte en
DHEA-S mediante una sulfoquinasa suprarrenal reversible.
El otro andrógeno más importante, androstenediona, se produce
principalmente a partir de DHEA, mediado por CYP17 y, posiblemente, a partir de
17α-hidroxiprogesterona, también mediada por CYP17. La androstenediona se 1755
puede convertir en testosterona, aunque la secreción suprarrenal de esta hormona
es mínima.
La DHEA, el DHEA-S y la androstenediona, tienen una actividad androgénica
intrínseca mínima y contribuyen a la androgenicidad por su conversión periférica a
andrógenos más potentes, testosterona y dihidrotestosterona.
Aunque la DHEA y el DHEA-S se secretan en cantidades mayores, la
androstenediona es cualitativamente más importante, ya que se convierte con mayor
facilidad periférica en testosterona. Es de destacar que en estudios realizados se ha
identificado la síntesis de novo de algunas hormonas esteroides en los tejidos
nerviosos y cardiacos, donde parecen actuar como factores paracrinos o autocrinos.
Las enzimas esteroidogénicas (p. ej., 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa y
aromatasa) se expresan en muchos tejidos (Carroll et al., 2018).
Los andrógenos suprarrenales representan un componente fundamental (>
50%) de los andrógenos circulantes de las mujeres premenopáusicas. La
contribución, en el sexo masculino, es mucho menor debido a la producción testicular
de andrógenos; no obstante, el exceso de andrógenos suprarrenales puede revestir
significado clínico, incluso entre los varones, sobre todo si existe una HSC con
supresión del eje hipotalámico-hipofisario-gonadal.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La potencia de la dexametasona proviene de su gran afinidad por receptores
de GC y su vida media larga. La prednisolona también tiene una vida prolongada.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
el riñón, donde se convierte de cortisol a cortisona, su metabolito inactivo,
fundamental para evitar el exceso de actividad mineralocorticoide que es
consecuencia de la unión de cortisol a los receptores de mineralocorticoides.
El incremento en la expresión y actividad de la 11β-HSD1 amplifica la acción
de los GC en las células, en tanto que el incremento de la actividad de la 11β-HSD2
disminuye por acción de los GC.
Los receptores del mineralocorticoide (MR) son receptores para la
aldosterona que controla el intercambio de sodio y potasio en la nefrona distal. En el
riñón son responsables de este efecto y la sensibilidad tanto del receptor de GC como
del receptor mineralocorticoide para el cortisol in vitro son similares.
La enzima intracelular 11β-HSD2, metaboliza el cortisol en cortisona inactiva
y protege el receptor mineralocorticoide de la unión con el cortisol. Sin embargo,
cuando el cortisol circulante es extremadamente alto como en el síndrome de
Cushing intenso, este metabolismo prerreceptor del cortisol se satura y el MR se une
al cortisol, lo que produce expansión de volumen, hipertensión e hipocalemia.
Por su parte, algunos tejidos pueden convertir a la cortisona inactiva a
cortisol con la isoforma 11β-HSD1, como ocurre en la piel que se expresa esta
enzima, lo que explica por qué la crema de cortisona puede ser efectiva. Más
importante aún, el hígado expresa la 11β-HSD1 y puede activar la cortisona que 1759
pasa a cortisol, completando así el circuito cortisol-cortisona, de modo que el riñón
inactiva el cortisol al pasar a cortisona y en el hígado puede reactivar la cortisona
cuando pasa a cortisol.
La expresión de 11β-HSD1 en el tejido adiposo puede contribuir a la obesidad
abdominal observada en el síndrome metabólico sin hipercortisolismo bioquímico.
El metabolismo del cortisol disminuye en bebés y en ancianos. Está alterado
en la enfermedad hepática crónica, lo que lleva a la disminución de la excreción
renal de metabolitos del cortisol. Sin embargo, el nivel de cortisol en plasma
permanece normal. El hipotiroidismo disminuye tanto el metabolismo como la
excreción; por el contrario, el hipertiroidismo acelera estos procesos.
Se observa una disminución clara del cortisol en la inanición y la anorexia
nerviosa y también en el embarazo debido a los niveles elevados de CBG. El
metabolismo de cortisol a 6β-hidroxicortisol aumenta en los neonatos, en el
embarazo, con la terapia de estrógenos y en pacientes con enfermedad hepática o
enfermedad crónica grave.
Este metabolismo también se ve incrementado por fármacos que inducen
enzimas microsomales hepáticas como: barbitúricos, fenitoína, mitotano,
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
aminoglutetimida y rifampina. Estas alteraciones por lo regular tienen una
importancia fisiológica menor ya que los niveles de cortisol libre permanecen
relativamente estables en estas condiciones. Sin embargo, dan como resultado una
disminución de la excreción de los metabolitos urinarios del cortisol medidos como
17-hidroxicorticosteroides.
1760
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La DHEA se convierte fácilmente a DHEA-S, el andrógeno suprarrenal
secretado en mayor cantidad. La DHEA secretada por la glándula también se
convierte en DHEA-S por el hígado y el riñón, o puede convertirse a Δ4-
androstenediona.
El DHEA-S puede excretarse sin metabolismo adicional; sin embargo, tanto
éste como la DHEA también se metabolizan a derivados 7α y 16α-hidroxilados y
mediante una reducción de 17β a Δ5-androstenediol y su sulfato. La
androstenediona se convierte ya sea en testosterona o por reducción de su doble
enlace 4,5 a etiocolanolona o androsterona, que se puede convertir aún más
mediante la reducción 17α a etiocolanediol y androstanediol, respectivamente. La
testosterona se convierte en dihidrotestosterona en los tejidos sensibles a los
andrógenos mediante una reducción de 5β y a su vez, se metaboliza principalmente
mediante la reducción 3α al androstanediol. Los metabolitos de estos andrógenos se
conjugan como glucurónidos o sulfatos y se excretan en la orina.
1762
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Como resultado ocurre la expresión de genes específicos y la transcripción de
ARNm específicos, proceso denominado transactivación. Las proteínas resultantes
provocan la respuesta de los GC, que puede ser inhibidora o estimulante según el
gen específico y el tejido afectado.
Aunque los receptores de GC son similares en muchos tejidos, las proteínas
sintetizadas en respuesta a los GC varían ampliamente y son el resultado de la
expresión de genes específicos en diferentes tipos de células. Los mecanismos
subyacentes a esta regulación específica son desconocidos.
Aunque el sitio de unión entre el GR y los GC tiene especificidad para esta
unión, los GC como el cortisol y la corticosterona se unen al MR con una afinidad
igual a la de la aldosterona, pero, como se vio previamente, la especificidad del MR
se mantiene mediante la expresión de la 11β-HSD en tejidos sensibles a los
mineralocorticoides clásicos.
1763
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
específicos. El cortisol, por su gran afinidad de unión a MR puede producir un efecto
similar a los mineralocorticoides (retención de sodio). La conversión a cortisona (CS)
disminuye la afinidad por el receptor, lo que se muestra por el mal ajuste de CS con
MR. La disminución de la actividad de 11β-HSD2 ocasiona menor conversión de
cortisol a cortisona e incremento de la actividad mineralocorticoide.
Aunque el complejo de GR y la posterior regulación de la expresión génica son
responsables de la mayoría de los efectos de los GC, se pueden producir otros efectos
a través de los receptores de la membrana plasmática.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
los agonistas parciales; sin embargo, el papel fisiológico de estas hormonas en la
acción de los GC es probablemente insignificante, ya que circulan en bajas
concentraciones. El agente antiprogestacional mifepristona tiene propiedades
antagonistas con GC sustanciales y se ha utilizado para bloquear la acción de los GC
en pacientes con síndrome de Cushing.
Los GC en general inhiben la síntesis de ADN. Además, en la mayoría de los
tejidos inhiben la síntesis de ARN y proteínas y aceleran el catabolismo proteico.
Los efectos GC sobre los músculos son catabólicos con disminución de la
captación y el metabolismo de la glucosa, disminución de la síntesis de proteínas y
aumento de la liberación de aminoácidos. Esto proporciona sustratos de aminoácidos
para la gluconeogénesis en el hígado; sin embargo, el catabolismo acelerado también
explica los efectos nocivos de los GC en los músculos, los huesos, el tejido conectivo y
los tejidos linfáticos. Por el contrario, se estimula la síntesis de ARN y de proteínas
en el hígado. Además, provocan atrofia (no necrosis), que, al parecer, resulta
específica para las fibras musculares de tipo II (fásicas).
Los GC aumentan la gluconeogénesis hepática mediante la estimulación
de las enzimas gluconeogénicas fosfoenolpiruvato carboxicinasa y glucosa-6-
fosfatasa. Tienen un efecto permisivo debido a que aumentan la respuesta
hepática a la hormona glucagón y también aumentan la liberación de sustratos 1765
para la gluconeogénesis de los tejidos periféricos, en particular de los músculos. Este
último efecto puede potenciarse mediante la reducción, inducida por GC, de la
captación de aminoácidos periféricos y la síntesis de proteínas.
Los GC también aumentan la liberación de glicerol y ácidos grasos libres por
lipólisis y aumentan la liberación del lactato muscular. Mejoran la síntesis y el
almacenamiento del glucógeno hepático estimulando la actividad del glucógeno
sintetasa y, en menor medida, inhiben la degradación del glucógeno. Estos efectos
dependen de la insulina.
Los GC alteran el metabolismo de los carbohidratos al inhibir la
captación periférica de glucosa en los músculos y el tejido adiposo, lo cual resulta en
un aumento de la secreción de insulina en estados de exceso crónico de GC.
Durante el ayuno, los GC contribuyen al mantenimiento de los niveles de
glucosa en el plasma aumentando la gluconeogénesis y disminuyendo la absorción
de glucosa por el tejido adiposo.
En el tejido adiposo, el efecto predominante es el aumento de la lipólisis con
liberación de glicerol y ácidos grasos libres. Esto se debe parcialmente a la
estimulación directa de la lipólisis por los GC, pero también contribuye a la
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
disminución de la captación de glucosa y a aumentar los efectos de las hormonas
lipolíticas.
Aunque los GC son lipolíticos, el aumento de la deposición de grasa es una
manifestación clásica del exceso de glucocorticoides. Esta paradoja se explica por el
aumento del apetito causado por los altos niveles de estos esteroides y por los
efectos lipogénicos de la hiperinsulinemia que se produce en este estado.
Se desconoce la razón de la deposición y distribución anormal de grasa en los
estados de exceso de cortisol como en el síndrome de Cushing. En estos casos, la
grasa se deposita en el centro de la cara, el área cervical, el tronco y el abdomen, las
extremidades por lo regular no lo presentan. La predilección por la obesidad central
quizá se relacione con la mayor expresión de GR y de HSD11B1 por el tejido adiposo
epiploico, en comparación con el subcutáneo (Stewart y Newell, 2017).
Asimismo, los GC estimulan la diferenciación de los adipocitos, fomentando la
adipogenia a través de la actividad transcripcional de genes clave para la
diferenciación, como los de la lipoproteína lipasa, la glicerol-3-fosfato deshidrogenasa
y la leptina (Stewart y Newell, 2017).
En la deficiencia de GC, puede producirse hipoglucemia, mientras que en
estados de exceso de GC puede haber hiperglucemia, hiperinsulinemia, pérdida de
masa muscular y aumento de peso con una distribución de grasa anormal. 1766
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
crónico para promover la pérdida ósea es el impacto perjudicial sobre la formación
de hueso.
Los GC también tienen otros efectos importantes en la homeostasis mineral
pues reducen marcadamente la absorción intestinal de calcio, lo que tiende a
disminuir el calcio sérico. Esto teóricamente promueve un estado de
hiperparatiroidismo secundario para mantener el calcio sérico dentro del rango
normal. En realidad, las elevaciones crónicas en los niveles intactos de PTH han sido
difíciles de demostrar sólidamente en pacientes en tratamiento con glucocorticoides.
Es probable que el mecanismo de disminución de la absorción de calcio
intestinal es el resultado del antagonismo de la acción del calcitriol en el intestino.
No se debe a la disminución de la síntesis o la disminución de los niveles séricos de
los metabolitos activos de la vitamina D; de hecho, los niveles de calcitriol son
normales o incluso aumentados en presencia de exceso de GC. El aumento de la
síntesis de calcitriol en este contexto puede ser el resultado de la disminución de los
niveles séricos de fósforo, el aumento de la secreción de PTH, la estimulación directa
por los GC de la 1α-hidroxilasa renal o la reducción de la respuesta de las células
blanco (intestino).
Además, aumentan la excreción urinaria de calcio y la hipercalciuria, ésta es
una característica frecuente del exceso de cortisol; también reducen la reabsorción 1767
tubular de fosfato, dando lugar a fosfaturia y concentraciones reducidas de fósforo
sérico. Así, los GC en exceso dan como resultado un balance de calcio negativo, con
una menor absorción de calcio y una mayor excreción urinaria de este elemento.
Se mantienen los niveles séricos de calcio, pero a expensas de la reabsorción
ósea neta. La disminución de la formación ósea y el aumento de la reabsorción
finalmente resultan en la osteoporosis incapacitante que a menudo es una
complicación importante del exceso de GC iatrogénico y espontáneo.
La complicación posiblemente más temida por los médicos es la
osteonecrosis (también denominada necrosis avascular) que ocasiona un deterioro
rápido y localizado de la calidad ósea y daña sobre todo la cabeza del fémur, lo que
determina dolor y, en última instancia, colapso óseo, con la necesidad frecuente de
prótesis de cadera. Puede afectar a personas de cualquier edad y aparecer con dosis
bastante bajas de glucocorticoides (p. ej., durante el tratamiento sustitutivo de la
insuficiencia suprarrenal con corticoesteroides) (Stewart y Newell, 2017).
Los GC aceleran el desarrollo de varios sistemas y órganos fetales y la
diferenciación de los tejidos mediante mecanismos que todavía no están claros,
aunque puede suceder que estos efectos estimulantes pueden deberse a interacciones
de los GC con factores de crecimiento. Ejemplos de estos efectos promotores del
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
desarrollo son una mayor producción de surfactante en el pulmón fetal y el
desarrollo acelerado de sistemas de enzimas hepáticas y gastrointestinales.
Sin embargo, los GC en exceso inhiben el crecimiento en los niños y este efecto
adverso es una complicación importante de la terapia. Esto puede generar un efecto
directo sobre las células óseas, aunque la secreción disminuida de la somatotropina
y la generación del IGF-1 también contribuyen.
En general, los GC tienen poco efecto sobre la eritropoyesis y la
concentración de hemoglobina; aunque se pueden observar policitemia leve en el
síndrome de Cushing y anemia en la enfermedad de Addison. Estas alteraciones
tienen una mayor probabilidad de ser secundarias y no deberse a un metabolismo
alterado de los andrógenos.
Por su parte, los GC influyen, tanto en el movimiento como en la función de
los leucocitos. De este modo, la administración de glucocorticoides aumenta el
número de leucocitos polimorfonucleares (PMN) intravasculares al aumentar la
liberación de PMN desde la médula ósea, por el incremento de la vida media
circulante de los PMN y al disminuir el movimiento de éstos fuera del
compartimento vascular.
La administración de GC reduce el número de linfocitos circulantes (linfocitos
T > linfocitos B) al redistribuirlos desde el compartimento intravascular hacia el 1768
bazo, los ganglios linfáticos y la médula ósea, y estimulación de la apoptosis
linfocítica, además de la inhibición de la producción de inmunoglobulinas. También
reduce el número de monocitos y eosinófilos, principalmente al aumentar su
movimiento fuera de la circulación. Lo contrario (es decir, neutropenia, linfocitosis,
monocitosis y eosinofilia) se observa en la insuficiencia suprarrenal.
Los GC también disminuyen la migración de células inflamatorias (PMN,
monocitos y linfocitos) a los sitios de la lesión, éste es probablemente un mecanismo
importante en las acciones antiinflamatorias que producen una mayor
susceptibilidad a la infección lo que ocurre después de la administración crónica de
estos compuestos. Los glucocorticoides también disminuyen la producción de
linfocitos y el mediador y las funciones efectoras en estas células.
Sus efectos inmunológicos depresores influyen en múltiples aspectos de
la respuesta inmunológica e inflamatoria, incluida la movilización y la función de los
leucocitos, pero solo se observan en concentraciones suprafisiológicas.
La inhibición de la producción de citocinas por los linfocitos se debe a la
inhibición del efecto de NF-kB, el cual desempeña una misión crucial y generalizada
para estimular la transcripción de los genes citocínicos; los glucocorticoides pueden
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
unirse directamente al NF-kB impidiendo la translocación nuclear, e inducen un
inhibidor del NF-kB, que secuestra el NF-kB dentro del citoplasma, inactivándolo.
Inhiben la fosfolipasa A2, enzima clave en la síntesis de prostaglandinas. Esta
inhibición está mediada por una clase de péptidos llamados lipocortinas o
anexinas. También perjudican la liberación de sustancias efectoras como la IL-1, el
procesamiento de antígenos, la producción y eliminación de anticuerpos y otras
funciones específicas de linfocitos derivadas de la médula ósea y el timo.
Además, produce inhibición de la diferenciación de los monocitos hacia
macrófagos, de la fagocitosis por los macrófagos y de la actividad citotóxica.
Los GC reducen la respuesta inflamatoria local al impedir las acciones de la
histamina y del activador del plasminógeno.
El sistema inmune, a su vez, afecta el eje HHS pues la IL-1 estimula la
secreción de CRH y ACTH. Aunque tradicionalmente se usan como agentes
antiinflamatorios o inmunosupresores, los GC, especialmente a dosis más bajas,
también tienen efectos estimulantes y permisivos sobre la respuesta inflamatoria a
la lesión.
Los GC pueden aumentar el gasto cardiaco y también aumentan el tono
vascular periférico, pues en el músculo liso vascular, incrementan la sensibilidad a 1769
las sustancias presoras, del tipo de catecolaminas aumentando la expresión de
receptores adrenérgicos y aumentando la respuesta de la Ang II, mientras reducen
la dilatación endotelial mediada por el ON.
Los GC en exceso pueden causar hipertensión, independientemente de sus
efectos mineralocorticoides. Aunque la incidencia y la causa precisa de este
problema no están claras, es probable que el mecanismo involucre el sistema renina-
angiotensina. Los GC estimulan la producción del angiotensinógeno, por lo cual
favorece la mayor formación de Ang II.
Estos esteroides también afectan el balance hídrico y electrolítico por acciones
mediadas por MR (retención de sodio, hipocalemia e hipertensión) o a través de GR
(aumento de la tasa de filtración glomerular debido al aumento del gasto cardiaco o
debido a efectos renales directos sobre la sal y retención de agua). Por tanto, los
corticosteroides como la betametasona o la dexametasona, que tienen poca actividad
mineralocorticoide, aumentan la excreción de sodio y agua.
Los sujetos deficientes en GC tienen tasas de filtración glomerular
disminuidas y no pueden excretar mucha agua. Esto se puede agravar aún más por
el aumento de la secreción de ADH, que puede ocurrir con la deficiencia de GC.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Los GC entran fácilmente al cerebro y aunque se desconoce su función
fisiológica en el SNC, su exceso o deficiencia puede alterar profundamente el
comportamiento y la función cognitiva.
En exceso, los GC inicialmente causan euforia. No obstante, con la exposición
prolongada ocurre una variedad de anormalidades psicológicas, que incluyen
irritabilidad, inestabilidad emocional y depresión. El comportamiento hipercinético o
maniaco es menos común, las psicosis manifiestas ocurren en un pequeño número de
pacientes, especialmente en aquellos con trastorno bipolar subyacente.
Muchos pacientes también notan deterioro en las funciones cognitivas, con
mucha mayor frecuencia en la memoria y la concentración. Otros efectos centrales
incluyen aumento del apetito, disminución de la libido e insomnio, con disminución
del sueño de movimiento ocular rápido y aumento del sueño en la etapa II.
Los pacientes con la enfermedad de Addison son apáticos, están
deprimidos y tienden a ser irritables, negativistas y solitarios. Han disminuido el
apetito, pero han aumentado la sensibilidad de los mecanismos de sabor y olor.
Los GC en exceso afectan la función tiroidea, inhiben la síntesis y liberación
de la TSH y con frecuencia se produce una respuesta subnormal de la TSH frente a
la TRH. Aunque los niveles basales son generalmente normales, la concentración de
TSH puede ser muy baja en pacientes tratados con dosis de moderadas a altas de 1770
GC. Las concentraciones séricas de tiroxina total (T4) generalmente son normales
bajas debido a una disminución de la globulina fijadora de tiroxina (TBG), pero
los niveles de T4 libre son normales. Las concentraciones totales y libres de T3
(triyodotironina) pueden ser bajas, porque el exceso de glucocorticoides disminuye la
conversión de T4 a T3 y aumenta la conversión a T3 reversa (rT3). A pesar de estas
alteraciones, las manifestaciones de hipotiroidismo no son evidentes.
Además, los GC inhiben la actividad 5’ desyodasa que media en la conversión
de la tiroxina hacia triyodotironina activa, lo cual explica el efecto del ayuno, al
menos en parte.
Los GC también afectan la gonadotropina y la función gonadal. En los
hombres, inhiben la secreción de gonadotropina, como lo demuestra la disminución
de la respuesta a la GnRH y una concentración de testosterona subnormal en el
plasma. En las mujeres, los glucocorticoides también suprimen la respuesta de la
LH a la GnRH, lo que produce una supresión de estrógenos y progestinas con la
consecuente inhibición de la ovulación y la amenorrea.
El papel del exceso de esteroides en la producción o reactivación de la úlcera
péptica es controvertido. Sin embargo, parece haber un modesto efecto
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
independiente de los GC en la promoción de la enfermedad ulcerosa péptica cuando
este efecto se combina con el de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos, existe
una interacción sinérgica que aumenta considerablemente el riesgo.
La presión intraocular varía con el nivel de GC circulantes y es paralela a la
variación circadiana de los niveles plasmáticos de cortisol. Además, los GC en exceso
aumentan la presión intraocular en los pacientes con glaucoma de ángulo abierto.
La terapia con GC también puede causar formación de cataratas. La
coriorretinopatía serosa central, una acumulación del desprendimiento subretinal,
también puede complicarse con el exceso de GC endógenos o exógenos.
1771
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Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Los mineralocorticoides tienen un papel más restringido, que se limita,
sobre todo, a la estimulación del transporte epitelial de sodio en la porción
distal de la nefrona, la porción distal del colon y las glándulas salivales.
Esta acción está mediada por la inducción del canal apical de sodio (formado por tres
subunidades: α, β y γ) y las subunidades α1 y β1 de la bomba basolateral de Na+/K+-
ATPasa por medio de la regulación transcripcional de la kinasa inducida por el suero
y los glucocorticoides (SGK).
La aldosterona se une a los MR, principalmente en el citosol (aunque hay
también evidencia de la expresión nuclear del MR no ligado), y luego el complejo
hormona-receptor se transloca al núcleo.
1772
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
El desarrollo temprano de los órganos sexuales de los hombres puede obedecer
a la liberación de andrógenos suprarrenales después de la adrenarquia. También se
estimula el crecimiento del vello púbico y axilar. El DHEA-S también estimula el
desarrollo de la glándula sebácea de la piel, que está asociada con la piel grasa, el
acné y el olor corporal.
Después de cerca de 30 años, las concentraciones de DHEA y DHEA-S
disminuyen a una tasa de alrededor de 2 a 5% por año, tanto en hombres como en
mujeres. Para cuando las personas tienen 80 años de edad, la producción de DHEA y
DHEA-S se ha reducido a ∽ 30% de la producción pico anterior. Esta disminución se
ha denominado “adrenopausia”, que es independiente de la menopausia (Preston y
Wilson, 2020).
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
fetal. Interactúa con la placenta para funcionar como un órgano secretor de
esteroides porque carece de ciertas enzimas necesarias para la síntesis de esteroides
que están presentes en la placenta. De modo similar, la placenta carece de ciertas
enzimas necesarias para la síntesis de esteroides que están presentes en la glándula
suprarrenal fetal. Por lo tanto, la glándula suprarrenal fetal es parte de la unidad
feto-placentaria. Los dos órganos intercambian moléculas precursoras para
permitir la síntesis de GC, aldosterona, andrógenos y estrógenos.
En el nacimiento, la corteza fetal sufre una rápida involución que reduce la
glándula hasta una cuarta parte de su tamaño previo dentro del primer mes
posnatal. La corteza permanente crece y madura para formar la zonificación
característica de la corteza adulta. Con la involución y la desaparición de las células
de la zona fetal, las células cromafines se aglomeran para formar la médula. Si las
glándulas suprarrenales no pueden desarrollarse en forma adecuada, puede
producirse la hiperplasia suprarrenal congénita, que corresponde a un grupo de
trastornos autosómicos recesivos caracterizados por la insuficiencia de una enzima
que participa en la síntesis de cortisol o aldosterona. La insuficiencia de la
enzima 21-hidroxilasa que participa en la síntesis de aldosterona es la forma más
común, y corresponde al 90 % de los casos.
1775
Las principales enfermedades de la corteza suprarrenal se deben a un
exceso o a una carencia de mineralocorticoides o de glucocorticoides.
Se conocen cuatro epónimos de enfermedades, todas ellas de baja incidencia, que
afectan a las hormonas corticosuprarrenales:
Síndrome de Conn: tumor corticosuprarrenal secretor de aldosterona.
Síndrome de Cushing: producción excesiva y crónica de cortisol.
Enfermedad de Cushing: tumor hipofisiario secretor de ACTH.
Enfermedad de Addison: carencia de cortisol y aldosterona.
Tanto el síndrome de Cushing como el síndrome de Conn, constituyen causas
endocrinas importantes de hipertensión arterial secundaria.
El hiperaldosteronismo primario es una enfermedad infrecuente que
justifica el 1% de los casos de hipertensión. La inmensa mayoría de los
hiperaldosteronismos primarios se deben al síndrome de Conn.
La tríada de hipertensión, hipopotasemia y alcalosis metabólica obliga
a sospechar un síndrome de Conn, como resultado de un adenoma
corticosuprarrenal que produce hiperaldosteronismo primario. Este último también
forma parte de la hiperplasia suprarrenal congénita por exceso de ACTH.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Los pacientes con síndrome de Conn tienen una aldosterona plasmática
elevada y, además, una renina plasmática baja por los efectos de la retención
hidrosalina crónica. La estenosis de la arterial renal también puede producir este
patrón sintomático, pero con una renina plasmática alta.
El hiperaldosteronismo es un problema muy común causado por la activación
del sistema renina-angiotensina. La causa más habitual es un tratamiento diurético
excesivo, pero también constituye una manifestación de:
Insuficiencia cardíaca congestiva.
Estenosis de la arteria renal.
Síndrome nefrítico.
Cirrosis con ascitis.
Todos estos trastornos reducen la perfusión renal, que estimula la liberación
de renina.
El tratamiento del hiperaldosteronismo primario puede incluir la extirpación
quirúrgica del tumor o de casi todo el tejido suprarrenal, si la causa es una
hiperplasia. Otra opción de tratamiento es el antagonismo farmacológico del MR con
espironolactona o eplerenona.
El síndrome de Cushing (SC) consiste en un complejo sintomático diverso
que deriva del exceso de cortisol y otras hormonas esteroides producidas por la 1776
corteza suprarrenal, sobre todo andrógenos (endógenos) o de la administración
sostenida de glucocorticoides (exógenos).
Las manifestaciones clínicas del SC varían de forma considerable desde
subclínicas, sutiles o leves, a intensas. El cuadro clínico del SC clásico descrito en un
inicio incluía obesidad central (90%), hipertensión (85%), intolerancia a la glucosa
(80%), plétora facial (80%), estrías púrpura (65%), hirsutismo (65%), disfunción
menstrual (60%), debilidad muscular (60%), equimosis (40%) y osteoporosis (40%)
con fracturas vertebrales típicas espontáneas derivadas de la pérdida preferencial de
hueso trabecular, edema de tobillos (60%) y cólico renal (20%).
Los cambios mentales, la hiperpigmentación, el acné, la alcalosis
hipopotasémica, la tromboembolia venosa, el aumento de la presión intraocular, las
cataratas y la coriorretinopatía serosa central (más común con glucocorticoides
exógenos, en particular los esteroides tópicos) son manifestaciones menos frecuentes.
El SC endógeno incluye tres alteraciones patogénicas distintivas: hipofisiaria
(68%), suprarrenal (17%) y ectópica (15%) (Stern, Osher y Tuck, 2020).
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
1777
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
extraselar. Los carcinomas hipofisiarios secretores de ACTH con metástasis
extrahipofisiarias como causa del SC son en extremo raros.
El SC suprarrenal es resultado de la producción autónoma de cortisol por un
tumor (adenoma o carcinoma) o hiperplasia suprarrenales. El SC suprarrenal se
asocia con la supresión de la concentración plasmática de ACTH.
Los adenomas suprarrenales suelen evolucionar de manera gradual. Como
resultado de la supresión de la secreción de ACTH es frecuente la supresión de la
concentración sérica de DHEA-S.
El carcinoma suprarrenal funcional (secretor de esteroides) es raro y, por
lo general, evoluciona con rapidez y a menudo se relaciona con la secreción excesiva
de andrógenos suprarrenales, que lleva a la aparición de síntomas androgénicos
prominentes en las mujeres.
La hiperplasia nodular suprarrenal bilateral independiente de ACTH
corresponde a un grupo poco común de afecciones que se manifiestan como SC.
El SC ectópico es resultado de la producción autónoma de ACTH por un
tumor extrahipofisiario con cifras plasmáticas elevadas de ACTH. Los tumores se
dividen en dos grupos principales: carcinomas muy malignos, de los que el más
frecuente es el pulmonar de células pequeñas, con ACTH circulante excesiva, y un 1778
grupo más indolente de tumores neuroendocrinos que se originan en tejidos
bronquiales y pancreáticos. Rara vez los tumores neuroendocrinos producen CRH,
que lleva a un exceso de secreción hipofisiaria de ACTH.
La historia natural del SC puede ser variable, pero si no se detecta o trata, la
enfermedad por completo manifiesta tiene una mortalidad de 50% a los 5 años. Las
formas más leves de esta afección pueden avanzar durante años.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
De acuerdo con las recomendaciones de la Endocrine Society, las pruebas de
cortisol urinario en 24 h, de supresión nocturna con 1 mg de dexametasona y el
cortisol a media noche/en saliva tienen una precisión similar.
A menos que se encuentren cifras altas excepcionales de cortisol, ninguna
prueba positiva se debe tomar en forma aislada como evidencia suficiente para el
diagnóstico del SC. Dos resultados positivos de las pruebas requieren estudio
adicional, esto es, la realización de otras para diferenciar las diversas formas de
hipercortisolismo real. Un solo resultado positivo de una prueba requiere
consideración clínica cuidadosa y, cuando sea apropiado, seguimiento adicional, así
como la repetición de las pruebas de laboratorio.
La prueba de supresión nocturna con 1 mg de dexametasona es la
prueba dinámica “ideal” en los sujetos con incidentaloma (tumor hallado en la
búsqueda de otras causas) suprarrenal. En general, los sujetos normales deben
suprimir la concentración de cortisol plasmático hasta < 1,8 μg/dL después de recibir
1 mg de dexametasona en la noche previa. Las concentraciones bajas de cortisol tras
la administración de dexametasona no descartan por completo el diagnóstico puesto
que puede haber un falso negativo por metabolización acelerada de la dexametasona
u otras causas.
La excreción de cortisol libre urinario (CLU) es una opción de detección 1779
para el diagnóstico inicial de hipercortisolismo. La cuantificación se hace en
muestras de orina de 24 h, con la creatinina y el volumen total como indicadores de
una recolección adecuada. Representa una medición directa del cortisol que no está
unido a las proteínas del plasma y es una prueba confiable y útil para valorar la
velocidad de secreción del cortisol.
El CLU está elevado en 95% de los pacientes con SC. La ingesta elevada de
agua aumenta el CLU, al igual que el fármaco carbamazepina. La colección
incompleta de la orina, un gasto urinario bajo y la insuficiencia renal (depuración de
creatinina < 60 mL/min) pueden causar resultados falsos negativos. Puede
considerarse una prueba positiva de hipercortisolismo si el valor hallado sobrepasa
tres veces el valor límite superior. Sin embargo, por cuestiones técnicas se prefiere
medir varias veces en un cierto periodo de tiempo.
La concentración de cortisol en la saliva está correlacionada con los
valores de cortisol libre o biológicamente activo en suero o plasma. Se cuenta con un
dispositivo de muestreo con el que se puede recolectar saliva mediante la
masticación de un tubo de algodón durante 2 a 3 min, disponible de manera
comercial y optimizado para uso en el hogar del paciente, seguido por el envío a un
laboratorio de referencia a la mañana siguiente.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La prueba se hace al irse a la cama, hasta las 11:00 o 12:00 p.m., pero la hora
en realidad puede afectar el resultado, porque el nadir real del cortisol circulante
suele ocurrir a la media noche o incluso después. Un cortisol salival > 4,3 nmol/L
(~1,6 ng/mL) sugiere un hipercortisolismo real.
El cortisol sérico a media noche parece ser una medida directa intuitiva
del cortisol circulante, una prueba que ha sido en gran parte sustituida por la
determinación del cortisol salival ya avanzada la noche, que se realiza de manera
conveniente en el hogar del paciente. La prueba es algo engorrosa ya que la toma de
la muestra se realiza mejor con una aguja insertada a permanencia y al mantener
las condiciones basales durante 30 min antes. Debido a que el cortisol se secreta en
pulsos, se toman múltiples muestras a intervalos de 30 min, entre las 10:00 p.m. y la
media noche. Los pacientes deben mantenerse en posición supina antes y durante el
estudio. Un cortisol plasmático de 7,5 μg/dL o mayor a la media noche sugiere en
gran medida el diagnóstico de SC.
Esta prueba es útil en casos moderados de hipercortisolismo (cuando el CLU
es normal), en especial para distinguir el seudo-Cushing.
Cuando las pruebas antes mencionadas no son concluyentes, son
inconsistentes o hacen surgir la posibilidad de un seudo-Cushing, se puede medir la
CRH después de la prueba de supresión con dexametasona a dosis baja. La 1780
prueba se basa en la premisa de que la supresión de ACTH por la dexametasona es
más intensa en los sujetos normales y pacientes deprimidos que en aquellos con la
enfermedad de Cushing, de manera que tras la supresión apropiada con
dexametasona no se puede estimular el cortisol sérico por CRH en estos pacientes,
sólo en quienes presentan la enfermedad de Cushing. Para ello, se administra 0,5
mg de dexametasona a intervalos de 6 h durante 2 días, a partir de las 12:00 a.m.
del día 1. La prueba de estimulación con CRH se inicia a las 8:00 a.m., 2 h después
de recibir la última dosis de dexametasona (6:00 a.m.) a dosis fija de 100 μg IV.
Una respuesta mensurable del cortisol sérico a la CRH (p. ej., la concentración
de cortisol > 1,4 a 2,5 μg/dL determinada 15 min después de la administración de
CRH) identifica a los pacientes con SC, en comparación con aquellos con afecciones
seudo-Cushing,
Para la medición de ACTH plasmática deben tomarse muestras a las 8:00
a.m. bajo condiciones basales. Siempre que las cifras basales de ACTH sean > 20
pg/mL en un paciente con una concentración elevada de cortisol plasmático deben
sospecharse las formas ectópica o hipofisiaria del SC (dependientes de ACTH). La
ACTH plasmática a veces está muy elevada en el SC ectópico, casi siempre por
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
carcinoma pulmonar, pero puede estar apenas un poco elevada o ser normal en los
pacientes con tumores carcinoides bronquiales.
Aquellos con SC hipofisiario presentan cifras basales elevadas de ACTH
plasmática en casi la mitad de los casos; esta elevación a menudo es de leve a
moderada (50 a 250 pg/mL), y el resto de los pacientes tienen concentraciones dentro
del rango normal.
Por su parte, las concentraciones de ACTH indetectables (< 10 pg/mL y, en
particular, las < 5 pg/mL) en presencia de un aumento de la concentración
plasmática de cortisol sugieren el diagnóstico de SC suprarrenal (independiente de
ACTH).
La administración de grandes dosis (8 mg/día durante 2 días) de
dexametasona suprime el cortisol urinario o plasmático en > 50% del valor inicial
en el SC hipofisiario, pero no en el suprarrenal o ectópico. La prueba permite
distinguir el SC hipofisiario de otras causas en casi 85% de los casos.
La metirapona es un inhibidor de la 11-hidroxilasa, y se usa una única dosis a
media noche con medición de cortisol matutino, 11-desoxicortisol y ACTH en sangre.
Su acción consiste en la inhibición de la 11β-hidroxilasa, que convierte el 11-
desoxicortisol en cortisol; la caída resultante en los niveles de cortisol sérico
1781
normalmente estimula el hipotálamo y la hipófisis para que secreten CRH y ACTH;
esta última intenta luego estimular la corteza suprarrenal para producir cortisol.
Debido a que la enzima está inhibida, el 11-desoxicortisol se acumula en la sangre y
en la orina, en donde puede ser detectado mediante la determinación de los 17-
hidroxicorticoides (17-OHCS).
La prueba de metirapona se ha utilizado, en realidad, para diagnosticar la
insuficiencia suprarrenal y para evaluar la reserva hipofisaria-suprarrenal. La
respuesta normal a la prueba de metirapona durante la noche es un nivel de 11-
desoxicortisol en plasma mayor de 7 μg/dL (200 nmol/L) y un nivel de ACTH en
plasma mayor de 100 pg/mL (22 pmol/L) e indica secreción de ACTH y función
suprarrenal normal. Una respuesta subnormal establece insuficiencia
adrenocortical.
Para la localización de las alteraciones se utiliza la tomografía computarizada
(TC) la resonancia magnética nuclear (RMN).
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
El tratamiento del síndrome de Cushing consiste en extirpar el tumor
suprarrenal, si esta es la causa del proceso, o reducir la secreción de
ACTH, si es posible.
La hipertrofia de la hipófisis o incluso los microadenomas hipofisarios secretores de
ACTH pueden extirparse mediante cirugía o se destruyen con radiación en algunos
casos. Los medicamentos que bloquean la esteroideogénesis, tales como metirapona,
ketoconazol y aminoglutetimida, o que inhiben la secreción de ACTH, como los
inhibidores de la GABA-transaminasa y los antagonistas de la serotonina, también
se emplean cuando la cirugía no es posible.
Cuando no se puede reducir fácilmente la secreción de ACTH, el único
tratamiento satisfactorio suele consistir en una suprarrenalectomía parcial (o
incluso total) bilateral, seguida de la administración de esteroides suprarrenales
para compensar la insuficiencia (Hall y Hall, 2021).
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
(1 cm de ancho), sin otras alteraciones. En las extremidades inferiores con
presencia de múltiples hematomas. Fuerza muscular 3 de 5 en musculatura
proximal de miembros pélvicos.
Estudios de laboratorio: Valor (rango normal)
Glucosa 133 mg/dl (70 mg/dl - 99 mg/dl)
Creatinina 0,79 mg/dl (0,6 mg/dl - 1,2 mg/dl)
Sodio 141 mmol/l (136 - 146)
Potasio 3,60 mmol/l (3,5 - 5,1)
Triglicéridos 389 mg/dl (< 150)
Colesterol total 277 mg/dl (< 200)
Colesterol HDL 60 mg/dl (40 - 60)
Colesterol LDL 206 mg/dl (< 130)
VALORACIÓN HORMONAL
Cortisol matutino 25,4 µg/dl (6,7 - 22,6)
Prueba de dexametasona de 1 mg con cortisol 20,9 µg/dl (< 1,8)
Cortisol en orina 1628,48 UG/24 h (58 - 403)
Cortisol en orina (repetición) 1214,12 UG/24 h (58 - 403)
Hormona adrenocorticotropa (ACTH) 9 pg/ml (10 – 100)
1783
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Tratamiento: cirugía para extirpar la glándula suprarrenal derecha y
tratamiento de hidrocortisona en dosis de estrés los primeros 2 días, y después con
disminución rápida en los siguientes 2 días.
Evolución: a su egreso del hospital se le dejó tratamiento con 20 mg al día de
hidrocortisona oral, se mantuvo con este manejo por aproximadamente 9 meses, y
fue posible reducir el medicamento de forma progresiva. Las manifestaciones
clínicas del síndrome de Cushing fueron mejorando a lo largo de 12 meses, con
resolución de la hiperglucemia y la hipertrigliceridemia. Se ha mantenido a la
paciente en vigilancia sin tratamiento alguno.
Puntos de reflexión
1. ¿Por qué se presentaron los signos y síntomas del síndrome de Cushing en
María?
2. ¿Cuáles fueron los elementos que llevaron al diagnóstico del síndrome de
Cushing por adenoma suprarrenal?
3. ¿Por qué la glándula suprarrenal izquierda esta atrofiada?
4. ¿Cuál es el fundamento de tratar a la paciente con hidrocortisona luego de la
cirugía y por un tiempo?
1784
La insuficiencia corticosuprarrenal suele afectar a toda la corteza más que
a capas concretas y, por este motivo, se produce una carencia conjunta de
glucocorticoides, mineralocorticoides y andrógenos, aunque los efectos
clínicos obedezcan a la carencia de cortisol y aldosterona
fundamentalmente.
En este caso es importante iniciar el tratamiento con hidrocortisona (cortisol) y
fludrocortisona (mineralocorticoide) antes de tratar la enfermedad subyacente ya
que los signos y síntomas pueden ser graves.
La sospecha de insuficiencia corticosuprarrenal se explora mediante una
prueba de estimulación con ACTH en el cual se inyecta un análogo sintético de la
ACTH y se miden los niveles plasmáticos de cortisol cada 30 min. Si los niveles de
cortisol no se elevan suficientemente, entonces la enfermedad se origina en la
corteza suprarrenal; es decir, probablemente se trata de una enfermedad de
Addison.
La insuficiencia corticosuprarrenal primaria se conoce como enfermedad
de Addison y se caracteriza por la secreción deficitaria de glucocorticoides y
mineralocorticoides. Es un trastorno infrecuente causado por la destrucción
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
progresiva de la corteza, bien por una adrenalitis autoinmunitaria, por una infección
(p. ej., tuberculosis, micosis) o por un tumor.
1785
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
La enfermedad de Addison se manifiesta por insuficiencia corticosuprarrenal,
pero las cifras elevadas de ACTH circulante hacen que, además, la piel se pigmente.
La reagudización de la enfermedad de Addison se conoce como crisis
suprarrenal y se trata de una emergencia motivada por episodios estresantes,
como una infección. Su presentación es la misma que la de la insuficiencia
corticosuprarrenal aguda, el cual es un estado potencialmente mortal que se
caracteriza por shock hipotensivo, shock hipovolémico e hipoglucemia.
La corteza suprarrenal a veces es destruida por una necrosis hemorrágica
bilateral aguda tras una coagulación intravascular diseminada. En esencia, los
coágulos de sangre bloquean el drenaje venoso de la corteza suprarrenal y causan la
muerte celular. Estos coágulos se forman después de la septicemia grave. La
septicemia meningocócica es la causa más habitual, y al trastorno se le denomina
síndrome de Waterhouse-Friderichsen.
Puede producirse una situación análoga si se suspende bruscamente un
tratamiento prolongado con altas dosis de glucocorticoides. El tratamiento
prolongado suprime de manera crónica la liberación de ACTH por la adenohipófisis,
por lo que no se secreta cortisol desde la corteza suprarrenal durante algunas
semanas.
La insuficiencia corticosuprarrenal secundaria ocurren por 1786
enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis que generan una carencia de
hormonas corticosuprarrenales. Cualquier estado que reduzca la liberación de CRH
o de ACTH impide la síntesis, sobre todo, de glucocorticoides.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
del músculo liso en el tubo digestivo, constricción de esfínteres y relajación del
músculo uterino.
Además, aseguran un sustrato para la movilización a partir del hígado,
músculo y tejido adiposo al estimular el desdoblamiento de glucógeno
(glucogenólisis) y de grasa (lipólisis), así, el incremento en las catecolaminas
circulantes se asocia con elevaciones de la glucosa plasmática y de los ácidos grasos
libres.
Algunos de los efectos más importantes se ejercen en el aparato
cardiovascular, donde incrementan la frecuencia cardiaca (taquicardia), producen
vasoconstricción periférica e incrementan la resistencia vascular.
Las catecolaminas ejercen sus efectos durante menos tiempo que el cortisol.
Cumplen funciones parecidas a las de las conexiones neuronales simpáticas directas,
ya que preparan el cuerpo para la lucha o la huida. Sus efectos duran más que las
señales neuronales, de modo que contribuyen a minimizar el daño causado por el
estrés repetido.
Las catecolaminas son hormonas derivadas de la tirosina. Los
transportadores que participan en el empaquetamiento de Ad en las vesículas
secretoras son los transportadores vesiculares de monoaminas, que se expresan de
manera casi exclusiva en las células neuroendocrinas, y como estos transportadores 1787
se expresan en los tejidos simpáticos medulares, su función suele utilizarse con fines
diagnósticos para estudios de radioimagen y ubicación de los tumores productores
de catecolaminas (feocromocitomas).
La síntesis de catecolaminas puede ser regulada por cambios en la actividad
de la tirosina hidroxilasa, modificando su liberación a partir de la inhibición de
productos terminales o por incremento en la síntesis enzimática.
La liberación de catecolaminas es una respuesta directa a la estimulación de
nervios simpáticos de la médula suprarrenal. La acetilcolina liberada de las
terminales nerviosas simpáticas preganglionares se une con los receptores
colinérgicos nicotínicos en la membrana plasmática de las células cromafines,
ocasionando la exocitosis de gránulos secretores, que liberan catecolaminas al
espacio intersticial desde donde son transportados a la circulación hasta sus órganos
efectores.
Las catecolaminas tienen una vida media corta y en su mayor parte circulan
unidas a la albúmina.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
1788
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
1789
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Los efectos fisiológicos de las catecolaminas son mediados por la unión de
receptores adrenérgicos acoplados a proteína G que presentan
distribución amplia en todo el cuerpo.
Las catecolaminas liberadas de la médula suprarrenal ejercen sus efectos casi de
manera exclusiva en tejidos periféricos y no en el encéfalo, porque las catecolaminas
no atraviesan con facilidad la barrera hematoencefálica.
Los receptores α adrenérgicos tienen mayor afinidad por la Ad que por la
NA o por el isoproterenol, un agonista sintético. Estos receptores se subdividen en
receptores α1 y α2.
Los receptores α1 adrenérgicos se subdividen, a su vez, en receptores α1A,
α1B y α1D (α1C no existe por ello se omite). Los receptores adrenérgicos α1
desempeñan una función importante en la regulación de varios procesos fisiológicos,
lo que incluye la contractilidad miocárdica y el cronotropismo, así como el
metabolismo hepático de glucosa.
Los receptores α2 adrenérgicos también se subdividen en tres grupos, lo
que incluye los α2A, α2B y α2C. Algunos de los efectos fisiológicos mediados por este
subtipo de receptor implican acciones en dos subtipos de receptor α2 con acción
contraria. Por ejemplo, la estimulación de los receptores α2A disminuyen la
1790
estimulación simpática y la presión arterial, mientras que la estimulación de los
receptores α2B incrementa la presión arterial por vasoconstricción directa, los
receptores adrenérgicos α2 incrementan la presión arterial por vasoconstricción
directa. Los receptores adrenérgicos α2 participan en diversas funciones, en
particular en el aparato cardiovascular y en el SNC.
Los receptores β adrenérgicos se subclasifican como β1, β2 y β3. Tienen mayor
afinidad por el isoproterenol que por la Ad o NA.
Los receptores β1 adrenérgicos desempeñan una función importante en la
regulación de la contracción y relajación de los miocitos cardiacos. Los receptores β2
adrenérgicos median varias respuestas fisiológicas entre las que se encuentran la
vasodilatación, relajación del músculo liso bronquial y lipólisis en diversos tejidos.
Las anomalías en la función de este receptor adrenérgico pueden ocasionar
hipertensión. Los receptores β3 adrenérgicos desempeñan una función importante
en la mediación de la termogénesis estimulada por catecolaminas y la lipólisis.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Tabla 69. Receptores de catecolaminas: ubicación y efectos clínicos después de la activación del
receptor
Receptor de Efectos clínicos después de la activación del
Ubicación en el tejido
catecolamina receptor
Músculo liso vascular Aumenta la vasoconstricción
Hígado Aumenta la glucogenólisis y la gluconeogénesis
Aumenta la contracción del músculo ciliar (dilatación
Ojo
de la pupila)
Aumenta la contracción del músculo liso pilomotor
Alfa1 Piel
(yergue los vellos)
Próstata Aumenta la contracción y la eyaculación
Útero Aumenta la contracción del útero grávido
Intestinos Aumenta el tono del esfínter y relaja el músculo liso
Cápsula de bazo Contrae el volumen del bazo, expulsa sangre
Nervios preganglionares Disminuye la liberación de neurotransmisores
Músculo liso vascular Aumenta la vasoconstricción
Alfa2 Islotes pancreáticos Disminuye la liberación de insulina y glucagón
Plaquetas de la sangre Aumenta la agregación plaquetaria
Células adiposas Disminuye la lipólisis
Cerebro Disminuye la liberación de noradrenalina
Miocardio Aumenta la fuerza de contracción y frecuencia
Riñón (AYG) Aumenta la secreción de renina
Beta1 Células adiposas Aumenta la lipólisis
La mayoría de los tejidos Aumenta la calorigénesis
Nervios Aumenta la velocidad de conducción 1791
Músculo liso vascular Disminuye la vasoconstricción
Músculo liso bronquial Disminuye la contracción (dilatación bronquial)
Hígado Aumenta la glucogenólisis y la gluconeogénesis
Disminuye la motilidad intestinal; aumenta el tono
Músculo liso intestinal
del esfínter
Beta2 Islotes pancreáticos Aumenta la liberación de insulina y glucagón
Tejido adiposo Aumenta la lipólisis
Aumenta la velocidad de contracción muscular y la
Músculos
glucogenólisis
Hígado y riñones Aumenta la conversión periférica de T4 a T3
Disminuye la contracción de útero no grávido
Músculo liso del útero
(relajación uterina)
Células adiposas Aumenta la lipólisis.
Beta3
Músculo liso intestinal Aumenta la motilidad intestinal.
Músculo liso vascular Disminuye la vasoconstricción (vasodilatación)
Dopamina1
Túbulo renal Mejora la natriuresis
Nervios simpáticos Inhibe la liberación sináptica de noradrenalina
Lactotropas hipofisarias Inhibe la liberación de prolactina
Dopamina2
Tracto gastrointestinal Funciones paracrinas
Cerebro Neurotransmisor
Fuente: Fitzgerald, 2018.
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
Las células endocrinas del sistema simpático-suprarrenal se denominan
células cromafines y los tumores que se originan de estas células se
denominan feocromocitomas.
Los feocromocitomas son tumores muy infrecuentes de las células de la médula
suprarrenal que producen catecolaminas.
Suelen ser benignos y solo están presentes en una glándula (unilaterales). La
Ad y la NA se secretan en grandes cantidades y ocasionan una hipertensión
esporádica (paroxística) y grave que puede ocasionar cefaleas. Con el tiempo, la
hipertensión se torna constante y puede causar una insuficiencia cardíaca.
La prueba de elección para el diagnóstico de este tumor son las metanefrinas
libres en el plasma. Otras pruebas comprenden la detección de altos niveles de los
productos de degradación de las catecolaminas en la orina, como el AVM. Este tumor
se trata mediante extirpación quirúrgica. La cirugía comporta una elevada
mortalidad perioperatoria, debido a la inestabilidad de la presión arterial.
Los tumores productores de catecolaminas también pueden aparecer en los
ganglios simpáticos y suelen hacerlo al lado de la aorta abdominal, cerca de la
bifurcación.
1793
Fernández, V. H .
Capítulo 41 | Fisiología del sistema endocrino
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Fernández, V. H .
SECCIÓN VII
Fisiología del sistema endocrino
Capítulo 42
Fisiología de la glándula tiroides
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el capítulo, el estudiante:
1. Describe la estructura de la glándula tiroidea y la relación que guarda con sus
funciones.
2. Define la naturaleza química de las hormonas tiroideas y los mecanismos de su
síntesis, su almacenamiento y liberación.
3. Conoce la participación decisiva del yodo en la glándula tiroides y la forma en que se
controla su transporte.
4. Describe la importancia de las proteínas transportadoras en el transporte de
hormonas tiroideas y el metabolismo periférico.
5. Identifica la función del hipotálamo y la hipófisis como reguladores de la función
tiroidea.
6. Identifica la importancia de la conversión de tetrayodotironina (T4) a triyodotironina
(T3) y T3 inversa (rT3) en los tejidos extratiroideos.
7. Explica la forma en que las hormonas tiroideas producen sus efectos celulares.
8. Define los efectos de las hormonas tiroideas en la homeostasia y el desarrollo.
9. Describe las situaciones básicas en que la función tiroidea es anormal, su diagnóstico
básico y cuál es el tratamiento adecuado.
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
lóbulos. Durante esta migración hacia abajo, el conducto tirogloso sufre una atrofia y
deja un resto embrionario, el lóbulo piramidal del tiroides, el cual está presente en
más o menos el 40% de la población.
Alrededor de la novena semana de gestación, las células endodérmicas se
diferencian en láminas de células foliculares que se disponen en folículos.
Hacia la decimocuarta semana, los folículos bien desarrollados revestidos por
células foliculares contienen coloide en su luz.
Durante la séptima semana, las células epiteliales que tapizan la invaginación
de las cuartas bolsas faríngeas (branquiales) conocidas como cuerpos
ultimobranquiales, comienzan su migración hacia la glándula tiroides en desarrollo y
se incorporan en los lóbulos laterales. Después de fusionarse con la tiroides, las células
del cuerpo ultimobranquial se dispersan entre los folículos y dan origen a las células
parafoliculares que quedan incorporadas en el epitelio folicular (Pawlina y Ross,
2020).
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Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Las arterias tiroideas inferior y superior derecha e izquierda se anastomosan
dentro de la glándula y aseguran su irrigación, además de proporcionar una eventual
circulación colateral entre las arterias subclavias y carótidas externas.
En un 10% de la población, aproximadamente, una arteria tiroidea ima se
origina del tronco braquiocefálico, del arco de la aorta o de las arterias carótida común
derecha, subclavia o torácica interna. Esta pequeña arteria asciende por la cara
anterior de la tráquea, a la que irriga, y continúa hasta el istmo de la glándula
tiroides.
Tres pares de venas tiroideas drenan el plexo venoso tiroideo en la cara anterior
de la glándula tiroides y la tráquea. Las venas tiroideas superiores acompañan a las
arterias tiroideas superiores y drenan los polos superiores de la glándula. Las venas
tiroideas medias drenan la porción media de los lóbulos y las venas tiroideas inferiores
drenan los polos inferiores. Las venas tiroideas superiores y medias desembocan en
las VYI, y las venas tiroideas inferiores drenan en las venas braquiocefálicas
posteriormente al manubrio del esternón.
Los vasos linfáticos de la glándula tiroides comunican con una red capsular de
vasos linfáticos. Desde esta red, los vasos pasan inicialmente hacia los nódulos
linfáticos prelaríngeos, pretraqueales y paratraqueales, que a su vez drenan en los
nódulos linfáticos cervicales profundos superiores e inferiores. Inferiores a la glándula 1798
tiroides, los vasos linfáticos drenan directamente en los nódulos linfáticos cervicales
profundos inferiores. Algunos vasos linfáticos pueden drenar en los nódulos linfáticos
braquiocefálicos o en el conducto torácico.
Los nervios de la glándula tiroides derivan de los ganglios (simpáticos)
cervicales superior, medio e inferior. Llegan a la glándula a través de los plexos
periarteriales cardíacos y tiroideos superior e inferior que acompañan a las arterias
tiroideas. Estas fibras son vasomotoras (vasoconstrictoras), no secretomotoras,
pues la secreción endocrina de la glándula tiroides es regulada únicamente de forma
hormonal por la hipófisis a través de la TSH.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
denominada coloide. Las superficies apicales de las células están en contacto con el
coloide y las superficies basales se apoyan sobre una lámina basal típica.
El epitelio folicular contiene dos tipos de células: las células foliculares y las
células parafoliculares.
El parénquima de la glándula tiroides está compuesto por un epitelio que
contiene a las células foliculares (células principales o tirocitos), que son
responsables de la producción de las hormonas tiroideas T3 y T4; células que varían
en forma y tamaño de acuerdo con el estado funcional de la glándula.
Las células parafoliculares (células C), también del parénquima, se ubican
en la periferia del epitelio folicular y por dentro de la lámina basal del folículo. Estas
células no están expuestas a la luz folicular, pero también secretan una hormona
llamada calcitonina que regula el metabolismo del calcio.
Una extensa red de capilares fenestrados que deriva de las arterias tiroides
inferior y superior rodea los folículos. En el tejido conjuntivo interfolicular se
encuentran los capilares linfáticos con fondo de saco ciegos que podrían también
proveer una segunda vía para el transporte de las hormonas desde la glándula.
Si la glándula está inactiva, el coloide abunda, los folículos son grandes y las
células que los revisten en su interior se aplanan. En la glándula activa, los folículos 1799
son pequeños, las células son cúbicas o cilíndricas y se advierten las zonas de resorción
activa del coloide al interior de los tirocitos en la forma de “lagunas de resorción”.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
El componente principal del coloide es la tiroglobulina (Tg), una forma
inactiva de almacenamiento de hormonas tiroideas.
La Tg es una glucoproteína yodada grande (660 kDa) que contiene alrededor de
120 residuos de tirosina. Es importante destacar que la Tg no es una hormona sino
una forma inactiva de almacenamiento de las hormonas tiroideas T3 y T4. Esta es
una característica de la glándula ya que almacena en forma extracelular grandes
cantidades de sus productos de secreción.
Las hormonas tiroideas activas se extraen de la Tg y se liberan en los capilares
sanguíneos fenestrados que rodean los folículos, sólo después de que se han procesado
adicionalmente dentro de las células.
Durante una fase de secreción activa, las células foliculares del tiroides
muestran importantes cambios como que el retículo endoplásmico se hace más
llamativo, los ribosomas libres se hacen más abundantes, el aparato de Golgi aumenta
de tamaño y las microvellosidades superficiales aumentan en número y longitud
(Lowe y Anderson, 2015).
1801
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Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
El I− también puede entrar en el organismo con medicamentos, medios
diagnósticos, suplementos dietéticos y aditivos alimentarios. En adultos sanos, la
absorción de yoduro es superior al 90% (Salvatore et al., 2017).
El I- se concentra de forma activa en la glándula tiroides, las glándulas
salivales, las glándulas gástricas, las glándulas lagrimales, la mama y el plexo
coroideo; pero es en la glándula tiroides donde se capta a diario unos 70 a 80 μg de I−
a partir de la reserva circulante, que contiene unos 250 a 750 μg de este compuesto.
El contenido total de I− en la glándula es en promedio de 7.500 μg, prácticamente todo
en forma de yodotironinas.
En la fase estacionaria, la glándula libera cada día unos 70 a 80 μg de I−, que
equivale al 1% del total. El 75% de esta cantidad se segrega como T3 y T4, y el resto,
como I− libre. El elevado cociente (100:1) entre el I− almacenado en forma de hormona
y la cantidad que se recambia diariamente protege al individuo de los efectos de una
deficiencia de I− durante, al menos, unos 2 meses. El I− se conserva también gracias a
una marcada reducción de la excreción renal cuando su concentración disminuye.
Cuando la ingesta de I− es inferior a 50 μg/día, una tiroides de tamaño normal
no puede mantener una producción hormonal adecuada, con agrandamiento de la
glándula resultante denominado bocio y, en última instancia, hipotiroidismo.
Las consecuencias de la deficiencia endémica de yodo en la dieta (Bocio 1802
endémico) son especialmente catastróficas para el desarrollo del feto y los niños, que
requieren la hormona tiroidea para el desarrollo neurológico normal y el crecimiento.
Se define como deficiencia de yodo a la excreción urinaria de éste < 50 mg/L,
se clasifica en leve 50-99 mg/L, moderada 20-49 mg/L y severa < 20 mg/L (Ross, 1998).
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Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Las glándulas salivales, mucosa gástrica, placenta, cuerpo ciliar del ojo, plexo
coroideo, glándulas mamarias y algunos cánceres derivados de estos tejidos, también
expresan el NIS, pero el portador en tales tejidos no es modificado por la TSH y no se
conoce la importancia fisiológica de todos estos mecanismos que concentran yodo fuera
de la tiroides.
A su vez, se produce la síntesis de tiroglobulina, en cuyo caso el precursor es
sintetizado en el RER de las células epiteliales foliculares a partir del aminoácido
tirosina formando un polipéptido de tirosina. La tiroglobulina sufre glucosilación
postraduccional en el RER y en el aparato de Golgi antes de incorporarse en vesículas
y secretarse por exocitosis hacia la luz del folículo.
El I−, por su parte, se oxida de inmediato a yodo molecular (I0 o I2) el cual es la
forma activa del I−. Este proceso ocurre en el coloide y es catalizado por la enzima
tiroperoxidasa (TPO) unida a la membrana y la formación de peróxido de hidrógeno
(H2O2) por acción de las oxidasas duales (DUOX1 y 2), también se denominan
oxidasas tiroideas (ThOX 1 y 2) dependientes de Ca2+ y NADPH.
La yodación de la tiroglobulina ocurre cuando uno o dos átomos de yodo se
añaden después a los residuos de tirosina específicos de la tiroglobulina. Este proceso
ocurre en el coloide a la altura de las microvellosidades de las células foliculares y
también es catalizado por la TPO. 1804
La adición de un átomo de I− a un solo residuo de tirosina forma una
monoyodotirosina (MIT) y la adición de un segundo átomo de I− al residuo de la
MIT forma un residuo de diyodotirosina (DIT).
Posteriormente, la formación de T3 y T4 ocurre por reacciones de
acoplamiento oxidativo de dos residuos de tirosina yodados muy cercanos
(conjugación). Por ejemplo, cuando residuos de DIT y MIT vecinos sufren una
reacción de acoplamiento, se forma T3 y cuando dos residuos de DIT reaccionan entre
sí, se forma T4. El 75% de las tirosinas yodadas no se acoplan y permanecen como
MIT y DIT (Lam y Castillero, 2021).
Después de la yodación, la T4 y la T3, así como los residuos de DIT y MIT que
siguen ligados a la molécula de tiroglobulina se almacenan como coloide dentro de la
luz del folículo.
La reabsorción del coloide conteniendo la Tg con las hormonas T3 y T4, en
respuesta a la TSH, se lleva a cabo mediante un proceso de endocitosis mediado
por receptores o pinocitosis. Después de la endocitosis, la Tg se incorpora y se
transporta dentro de vesículas endocíticas hacia los endosomas tempranos, los cuales
por último maduran en lisosomas o se fusionan con lisosomas preexistentes
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
(endolisosoma). La reabsorción de la Tg en esta etapa puede confirmarse por la
presencia de grandes vesículas endocíticas denominadas vesículas de reabsorción del
coloide en la región apical de las células foliculares.
Posteriormente, la Tg es degradada por las proteasas lisosómicas hasta sus
aminoácidos e hidratos de carbono constitutivos, con lo que quedan moléculas de T4,
T3, DIT y MIT libres. En condiciones fisiológicas normales, ésta es la vía principal de
reabsorción de coloide.
Existe otra vía transepitelial donde la Tg se transporta intacta desde la
superficie apical hasta la basolateral de las células foliculares, proceso en el cual la
Tg se une a su receptor megalina, un miembro de 330 kDa de la familia de
receptores endocíticos de la LDL y que constituye una proteína transmembrana que
se expresa en la superficie apical de las células epiteliales foliculares, que limita
directamente con el coloide.
La Tg unida a la megalina evita la vía lisosómica y las vesículas endocíticas se
envían a la membrana basolateral de las células foliculares. Esta vía se exacerba en
condiciones patológicas de alta estimulación por la TSH o de proteínas símil TSH que
incrementan la expresión de la megalina en la zona luminal del tirocito.
Esta vía es anómala puesto que puede reducir la magnitud de la liberación de
T4 y T3 mediante el desvío de la tiroglobulina de la vía lisosómica en pacientes con 1805
enfermedad de Graves y otras enfermedades tiroideas, donde pueden evidenciarse
cantidades detectables de Tg circulante que contiene porciones del receptor megalina.
Por ello, si las concentraciones de TSH permanecen muy elevadas, la cantidad de
coloide en el folículo se reduce debido a que se sintetiza, se secreta, se yodiniza y se
reabsorbe con demasiada rapidez como para que pueda acumularse lo suficiente.
Esta Tg circulante puede sufrir proteólisis periférica, pero no contribuye de
manera importante a la presencia de las hormonas tiroideas en circulación, ni tan
siquiera durante la tiroiditis, cuando existen grandes cantidades de esta proteína en
sangre (Salvatore et al., 2017).
La glándula tiroides secreta a diario 80 μg de T4, 4 μg de T3 y 2 μg de T3 reversa
(rT3). Las células foliculares producen T4 en forma predominante en una proporción
T4/T3 de 20 a 1, respectivamente; es decir, en una proporción de 90% T4 a 10% T3.
Sólo cantidades indetectables de T4 y T3 se liberan unidas a la Tg de forma normal,
la cual alcanza la circulación probablemente a través de la vía linfática.
Posteriormente, tanto la T4 como la T3, atraviesan la membrana basal e
ingresan en los capilares sanguíneos y linfáticos, mientras que las yodotirosinas
liberadas al citosol a partir de la Tg son rápidamente desyodadas por la yodotirosina
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
desyodasa dependiente de NADPH, también denominada yodo tirosina
deshalogenasa 1 (DEHAL-1) y el yodo liberado se recicla al igual que los restos de
tirosina.
La T3 y T4, ahora libres, pueden salir del tirocito mediante el transportadores
de membrana de monocarboxilato 8 (MCT8) ubicado en la zona basal del tirocito, el
cual posiblemente esté implicado también en la salida de T4 y T3 del endolisosoma
(Salvatore et al., 2017), aunque una pequeña parte también podría salir por difusión
simple.
Parte de la T4 se torna accesible para las desyodasas tiroideas de tipo 1 y 2 (5´-
desyodasa citoplasmática y de la membrana del retículo endoplásmico,
respectivamente), abreviadas como D1 y D2, el cual se transforma en T3 por acción
de la TSH. Esta conversión resulta inhibida por el propiltiouracilo (PTU), de
manera que se halla catalizada fundamentalmente por D1.
La liberación de T4 a partir de las células tiroideas resulta inhibida por varias
sustancias, la más importante de las cuales es el propio I-. La inhibición de la
liberación hormonal es responsable de la rápida mejora que causa el yoduro en
pacientes con hipertiroidismo.
No se conoce exactamente el mecanismo por el cual se produce este efecto,
aunque el I- inhibe la estimulación de la adenilatociclasa tiroidea por acción de la TSH 1806
y de las inmunoglobulinas estimuladoras de la enfermedad de Graves. El aumento de
yodación de la Tg también incrementa su resistencia a la hidrólisis por acción de
proteasas ácidas en los lisosomas.
En este sentido, el efecto del yodo sobre las funciones tiroideas es bastante
complejo y mucho más rápido que la acción de los fármacos antitiroideos, por lo cual
aún suele utilizarse en el tratamiento de la tirotoxicosis y en la preparación previa de
pacientes para cirugía tiroidea a modo de una autorregulación intracelular de los
tirocitos, efecto descubierto por los médicos Ene Wolff e Israel Lyon Chaikoff,
investigadores de la Universidad de California, en 1948; de allí el nombre de “efecto
de Wolff-Chaikoff”.
Sin embargo, el efecto no se observa con la administración repetida de yodo por
un fenómeno denominado “escape de yodo” (escape del efecto de Wolff-Chaikoff) 2 a
4 semanas después de la sobrecarga, cuyo mecanismo es aún poco conocido. En este
caso, es probable que exista una regulación a la baja del NIS por el exceso de I-
intratiroideo, lo cual reduce el efecto de Wolff-Chaikoff y este desaparece; pero la
autorregulación está ausente cuando existe una disfunción tiroidea y el efecto de
Wolff-Chaikoff persiste manteniendo suprimida la organificación de yodo.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Efecto del yodo sobre las funciones tiroideas (Michael y Sircar, 2012).
1807
Por su parte, el exceso de yodo también puede producir un hipertiroidismo
mediante un efecto conocido como “efecto Jod-Basedow”, debido a la
hiperproducción y liberación brusca de hormonas tiroideas en respuesta a la
administración de grandes cantidades de yodo. Este fenómeno afecta más
frecuentemente (aunque no de forma exclusiva) a personas con afección tiroidea
previa como, por ejemplo, bocio endémico, bocio multinodular tóxico o déficit de yodo.
Estos efectos descriptos son importantes a tener en cuenta al momento de
indicar la administración de yodo en forma tópica como la solución de povidona-
yodo, un agente químico no tóxico, con alto poder germicida y de bajo costo,
ampliamente utilizado en la práctica hospitalaria como desinfectante y esterilizante;
o medios de contraste para estudios de imágenes diagnósticas, pues los medios de
contraste yodados (MCY) son agentes farmacológicos administrados de forma
rutinaria en tomografías computarizadas (TC) contrastadas y angiografías
coronarias.
Un agente de contraste se define como aquella sustancia o combinación de
sustancias que, introducidas en el organismo por cualquier vía, permiten resaltar y
opacificar estructuras anatómicas normales (como órganos o vasos) y patológicas (por
ejemplo, tumores). También evalúan la perfusión y permiten diferenciar las interfases
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
o densidades entre los distintos tejidos con fines médicos (diagnósticos o terapéuticos)
(Sartori et al., 2013).
Los medios de contraste yodados hidrosolubles constan de uno o dos anillos de
benceno, por lo que también se clasifican en monómeros y dímeros y cada anillo consta
de 3 átomos de yodo por lo que los monómeros son triyodados y los dímeros
hexayodados, el problema radica en estas soluciones pueden tener una cierta cantidad
de I- iónico (libre) y puede influir sobre la función tiroidea.
En muchos pacientes eutiroideos no se observan cambios en los parámetros
funcionales tiroideos, aunque se pueden observar casos de hiper o hipotiroidismo
transitorios. Es necesario, además, tener en cuenta que la administración de medio
de contraste a poblaciones geriátricas puede conducir a hipertiroidismo subclínico de
larga duración, con aumento de los niveles de T4L y disminución de la TSH sérica por
periodos tan largos como ocho semanas luego de la inyección, lo cual se presume que
pueda estar favorecido por nódulos autónomos no diagnosticados en las glándulas
tiroides de estos pacientes (Efecto Jod-Basedow) (García et al., 2015).
Por su parte existen sustancias bocígenas que son sustancias antitiroideas que
inhiben la síntesis de hormonas tiroideas, lo que causa aumento de tamaño de la
tiroides (bocio). Ciertos vegetales, como las plantas de la familia Brassica (coles)
contienen progoitrina (probocígeno o sustancia que causa bocio) un tioglucósido 1808
que, en acción de la tioglucosidasa (activador de goitrina) pueden formar moléculas
de isotiocianato, tiocianato, así como grupos nitrilo y azufre (en conjunto denominados
goitrina o bocígeno). Las tioglucosidasas también son sintetizados por las bacterias
intestinales.
Es por ello que, si la alimentación se hace parcial o totalmente a base de coles
y se mantiene durante largo tiempo, se puede favorecer la aparición de bocio entre la
población, lo cual se refuerza si además existe un insuficiente aporte de yodo y de
vitamina A o carotenos en la dieta (importante para mantener la vitalidad de los
tejidos epiteliales y para la estabilidad de los lisosomas y la síntesis de
glucoproteínas).
El litio (Li+), en forma de carbonato de litio (Li2CO3), inhibe la liberación de la
hormona tiroidea, aunque no se conoce bien su mecanismo de acción, el cual podría
ser diferente del mecanismo del I-.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
La mayoría de las hormonas tiroideas liberadas se unen inmediatamente a
una proteína plasmática específica denominada globulina fijadora de
tiroxina (TBG) a una fracción prealbúmina de proteína sérica denominada
transtiretina y a la albúmina.
Las concentraciones plasmáticas totales y normales de T4 en adultos son de 8 μg/dL
(103 nmol/L), y las concentraciones de T3 plasmática son de 0,15 μg/dL (2,3 nmol/L),
aproximadamente. Las dos hormonas son relativamente lipófilas y, por esa razón, sus
formas libres en el plasma se encuentran en equilibrio con un conjunto mucho mayor
de hormonas tiroideas fijadas a proteínas en el plasma.
La glándula tiroidea agrega hormonas libres a la reserva común circulante y
son precisamente ellas las que están fisiológicamente activas en el plasma y que
ejercen una acción de retroalimentación para inhibir la secreción de hormona
estimulante de tiroides por la hipófisis.
La función de fijación a proteínas al parecer incluye conservar una reserva
común grande de hormona que se pueda desplazar fácilmente según se necesite.
Además, por lo menos respecto de la T3, la fijación hormonal evita la captación
excesiva por las primeras células con las cuales se tope la molécula y estimula la
distribución uniforme en tejidos.
Es posible medir por radioinmunoanálisis la T4 y T3 totales. También se 1809
dispone de cuantificaciones directas; éstas miden de manera específica sólo las formas
libres de las hormonas; tales mediciones son las más importantes que se realizan
desde el punto de vista clínico, dado que son formas activas y porque se observan
variaciones adquiridas y congénitas en las concentraciones de proteínas
transportadoras de una persona a otra.
Las proteínas plasmáticas transportadoras de hormonas tiroideas son la
albúmina, una prealbúmina o transtiretina y la globulina transportadora de tiroxina
(TBG). De las tres proteínas, la albúmina es la que posee la mayor capacidad para
transportar T4 pues une a la mayor parte de T4 antes de saturarse, mientras que la
TBG posee la menor capacidad en ese sentido.
Sin embargo, las afinidades de las proteínas por T4 son tales, que gran parte
de la tiroxina circulante está fijada a dicha globulina cerca del 70%, y está ocupando
más del 33% de los sitios de unión en la proteína. Cantidades menores de T4 se hallan
unidas a transtiretina y albúmina.
Fisiológicamente, 99,98% de la T4 en plasma se encuentra en forma unida y el
nivel de la T4 libre (T4L) es sólo de 2 ng/dL, por lo cual, aunque pueda filtrar en los
glomérulos renales, solo una muy pequeña cantidad aparece en orina.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Por ello, su vida media biológica es de 6 a 9 días y su volumen de distribución
es menor que el del LEC (no atraviesa fácilmente el endotelio vascular).
La unión de la T3 no es tan grande y de los 0,15 μg/dL que están normalmente
en el plasma, se halla libre un 0,2% (0,3 ng/dL); es decir, el 99,8% restante está unida
a proteínas en una relación de 46% a TBG y un poco más del 50% de la fracción
restante a la albúmina; por ello, hay un 1% de fijación a la transtiretina por parte de
T3 solamente.
Por estos motivos, la T3 tiene una vida media más breve que la de tiroxina de
unos 2 días solamente, además de que su acción en los tejidos es mucho más rápida.
La rT3 también se une a la TBG.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
las cifras disminuyen por acción de glucocorticoides, andrógenos y danazol (andrógeno
débil) y L-asparaginasa (antineoplásico).
Otros fármacos, incluidos los salicilatos, el anticonvulsivante difenilhidantoína
y el mitotano (p′-DDD) y 5-fluorouracilo (ambos antineoplásicos), inhiben la fijación
de T4 y T3 a la TBG y, como consecuencia, generan cambios similares a los producidos
por disminución de la concentración de dicha globulina transportadora.
También es posible originar transformaciones en la T4 y la T3 plasmáticas
totales, por cambios en la concentración plasmática de albúmina y prealbúmina.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Esta desyodación progresiva extratiroidea de la hormona tiroidea catalizada
por las desyodasas desempeñan una función importante en el metabolismo de las
hormonas tiroideas e incluye tres desyodasas (tipo 1, 2 y 3) que difieren en cuanto a
su distribución hística, perfiles catalíticos, especificidades de sustrato, funciones
fisiológicas y regulación.
1812
Principales vías de desyodación y otras vías del metabolismo de las hormonas tiroideas
(Salvatore et al., 2017).
Las desyodasas de las yodotironinas se abrevian como D1, D2 y D3, para las desyodasas de tipo 1, 2 y
3 respectivamente. Las flechas indican la monodesyodación del anillo externo o interno del núcleo de
yodotironina, que se denomina por convención 5’ o 5. T4 se activa por monodesyodación del anillo
fenólico de la tironina por acción de D1 o D2, para formar T3. La desyodación del anillo tirosilo por
D1 o D3 inactiva T4 y T3. Esta vía de inactivación se ve notablemente favorecida por la sulfatación
del hidroxilo fenólico para formar T4SO4 (T4S) o T3SO4 (T3S). La T4 y la T3 glucuronizadas (T4G y
T3G) pasan a la bilis, pero pueden ser parcialmente reabsorbidas en el intestino después de su
desglucuronidación.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
La D1 se encuentra en el hígado, riñones y tiroides. Su función principal es
generar las concentraciones plasmáticas de T3 y recuperar I- de los derivados
inactivos para su reutilización en la síntesis de hormonas tiroideas. En el
hipertiroidismo, aumenta su actividad en el hígado y riñones; en cambio en el
hipotiroidismo, disminuye su actividad en estos tejidos, disminuyendo así la T3
circulante y conservando de esta manera la T4.
La D2 se encuentra en el cerebro, adenohipófisis, tejido graso pardo, piel,
glándula tiroides, músculo esquelético, corazón y placenta. Su función principal es la
producción de T3 intracelular en los tejidos periféricos específicos. A diferencia de la
D1, en el cerebro y piel, tiene una mayor actividad en el hipotiroidismo y menor
actividad en el hipertiroidismo.
La D3 se encuentra en el cerebro, piel, hígado, intestinos, placenta e hígado
fetal. Inactiva a la T4 y a la T3, protegiendo así a los tejidos de las altas
concentraciones de estas hormonas. Además, tiene una mayor actividad en el tejido
fetal y tumoral, por lo que se le considera una proteína oncofetal. En casos de
hipertiroidismo, presenta mayor actividad en el cerebro y piel; y en casos de
hipotiroidismo, menor actividad.
1813
Tabla 74. Tipos y características de yodotironina desyodasas
Tipo de desyodasa D1 D2 D3
Sustratos rT3 > T4 > T3 T4 > rT3 T3 > T4
Hígado, riñón, Cerebro, hipófisis, Cerebro, placenta,
Distribución en tejidos
tiroides músculo esquelético tejidos fetales
Producción de Producción de T3
Función Degradación de T3
plasma de T3 local y de plasma
Inhibición de propiltiouracilo
5 > 1000 > 1000
(PTU)
Hipotiroidismo Disminuye Aumenta Disminuye
Hipertiroidismo Aumenta Disminuye Aumenta
Fuente: Cooper y Ladenson, 2018.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
D3 también está anclada a la membrana plasmática, pero tiene acceso a los tioles
extracelulares.
1814
Los diferentes subtipos del receptor de las hormonas tiroideas median las
acciones en una variedad de compartimentos celulares, incluyendo el
núcleo, las mitocondrias y la membrana plasmática.
Debido a la gran afinidad a las proteínas plasmáticas, T4 y T3 se liberan con lentitud
a las células de los tejidos y al ingresar a las células diana, se unen nuevamente a
proteínas intracelulares como la denominada cristalina μ (CRYM) y se utilizan con
lentitud a lo largo de periodos de días a semanas.
Como las hormonas tiroideas tienen baja tasa de difusión a través de la
membrana celular, a pesar de ser liposolubles, relativamente pequeñas y
eléctricamente neutra, entran a la célula blanco principalmente a través de
transportadores de membrana específicos como los transportadores de
monocarboxilato (MCT8 y MCT10), y otros con menos especificidad que incluyen a
los transportadores de aminoácidos tipo L (LAT1 y LAT2) y los polipéptidos
transportadores de aniones orgánicos (OATP).
El MCT8 predomina en el cerebro, miocardio, hígado, riñones, glándulas
suprarrenales, hipotálamo, adenohipófisis y glándula tiroides; mientras que el
MCT10 predomina en el intestino, hígado, riñones, músculo esquelético y placenta. El
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
MCT8 transporta T4, T3 y rT3; el MCT10, principalmente T3; los LAT1 y LAT2, T3 y
T4 con muy poca especificidad y los transportadores OATP, T4, T3 y rT3.
La mayor parte de las acciones de las hormonas tiroideas se ejercen a nivel
genómico mediante el control de la expresión de genes específicos. La regulación puede
ser positiva, por ejemplo, estimulando la síntesis de GH o negativa como en el caso de
inhibir la síntesis de TSH y de TRH.
Los receptores nucleares para las hormonas tiroideas (TR) son factores
de transcripción nuclear sensibles a hormonas, están unidos a la cromatina y alteran
la transcripción de genes específicos (Maitra, 2021). Hay cuatro TR verdaderos que
poseen un dominio de unión al ADN y un dominio de unión a T3 que son TRα1-p46,
TRβ1, TRβ2 y TRβ3. Estos TR presentan 10 a 15 veces más afinidad para T3 que para
T4.
El TR forma un heterodímero con el receptor del ácido 9-cis-retinoico
llamado Receptor Retinoide X (RXR); dicha unión intensifica la unión del receptor
tiroideo con el ADN, generando mayor actividad biológica.
Existen diferentes isoformas de TRα1 localizadas en la mitocondria, en la
membrana plasmática y el núcleo. Los receptores TRα1-p28 y TRα1-p43 se localizan
en la membrana interna mitocondrial y en la matriz mitocondrial, respectivamente.
El receptor TRα1-p30 se localiza en la membrana plasmática de osteocitos, donde se 1815
puede unir la T3 para mediar la señalización.
Los TR ejercen sus acciones transcripcionales mediante un grupo de proteínas
co-reguladoras, las cuales se han clasificado en co-represoras y co-activadoras, según
medien en los efectos de represión o de activación génica de los TR, respectivamente.
Entre las proteínas co-represoras se encuentran Co-represor Nuclear (N-
cor) y el Mediador de Silenciamiento para Receptor Retinoico y Tiroideo
(SMTR) y entre las co-activadoras, el Co-activador-1 del Receptor Esteroidal
(SCR-1) y la proteína CREB (CBP). Además, se han descrito unas proteínas
asociadas al TR, como la Proteína Asociada al Receptor Tiroideo (TRAP), que
controlan la respuesta génica a las hormonas tiroideas (Lam y Castillero, 2021).
Los TR interaccionan con secuencias específicas de los genes regulados,
denominados Elementos de Respuesta a Hormonas Tiroideas (THRE). En
ausencia de la hormona, generalmente se induce la represión de la expresión génica;
mientras que la unión de la hormona al receptor induce des-represión seguida de la
activación de la expresión génica.
En ausencia de T3, el complejo TR-RXR, unido a los THRE de los genes de los
tejidos diana, forman un complejo proteico con correpresores (SMRT y NCor) que se
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
unen a desacetilasas de histonas (Sin3, HDAC), manteniendo la cromatina compacta
y la transcripción reprimida. Al unirse T3, el receptor cambia de conformación,
librando los correpresores y formando un complejo coactivador (SRC-1) con proteínas
que inducen la acetilación de la cromatina (CBP/p300, pCAF) y así permitir la
transcripción génica.
1816
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
inhibición por la T3 se encuentra la transcripción para la síntesis de TSH, TRH, la
cadena pesada de β-miosina y la fibronectina.
La expresión de los distintos tipos de receptores varía en los diferentes tejidos.
En el cerebro, cerebelo, tracto gastrointestinal, músculo cardiaco, músculo esquelético
y tejido óseo predomina el TRα1; en cambio, en el hígado y riñón predomina el TRβ1;
mientras que, en el hipotálamo, adenohipófisis, cóclea y retina prima el receptor TRβ2.
En el corazón la cantidad de TRα1 y TRβ1 son similares. El TRβ3 se encuentra en los
riñones, hígado y pulmones.
Un ejemplo de la importancia de esta diferencia en los tipos de receptores en
los tejidos se hace evidente en los casos de resistencia a la hormona tiroidea por
alteración del receptor TRβ, en donde se puede observar signos clínicos típicos de
hipotiroidismo e hipertiroidismo simultáneamente en el mismo paciente, debido a la
falta de la retroalimentación negativa en la adenohipófisis por ausencia de TRβ en
ella; esto produce un aumento de T4 y T3 circulante y esta T3 en exceso estimula los
receptores TRα en el corazón produciendo taquicardia; en cambio, en el hígado se
observa disminución de la lipogénesis por alteración de los TRβ en el mismo.
Otro receptor para las hormonas tiroideas es la integrina αVβ3 en las
membranas celulares, la cual interacciona con T4 y T3 en dos sitios distintos, S1 y S2,
los cuales activan diferentes cascadas de transducción. T3 se une al dominio S1 1817
activando a la enzima fosfatidilinositol 3 quinasa (PI3K), mediando el transporte de
TRα1 del citoplasma al núcleo y la posterior activación de genes blancos; también
induce la expresión de una subunidad del factor de transcripción inducible por hipoxia
(HIF-1α). Tanto T3 como T4 se unen al dominio S2, pero con mayor afinidad T4,
promoviendo una vía de señalización de quinasas que involucra MAPK/ERK1/2
(mitogen activated protein kinase/extracelular signal regulated kinase) (Roggero et
al., 2016).
La unión de T4 al dominio S2 resulta en la fosforilación y translocación del
receptor TRβ1 al núcleo, fosforilación y activación del receptor de estrógeno ERα,
aumento de la expresión de los genes para TRβ1 y ERα. Las hormonas tiroideas al
actuar sobre la integrina αVβ3 en la membrana celular del miocardio, por ejemplo,
estimulan los transportadores de membrana que incluyen al intercambiador Na+/H+,
la bomba de Na+/K+-ATPasa, los canales de Ca2+ lentos y la bomba de Ca2+-ATPasa
(SERCA).
En la mitocondria también se ha identificado la presencia de una isoforma de
receptor tiroideo TRα1-p43 en la matriz mitocondrial que es capaz de unirse al
elemento de respuesta a hormona tiroidea presente en la región del asa D del ADN
mitocondrial, regulando la síntesis de proteínas mitocondriales, jugando un papel
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
importante en la homeostasis de la glucosa y el desarrollo muscular. Otra isoforma,
el TRα1-p28, está presente en la membrana interna mitocondrial. La T3 se une a
ambos receptores regulando la función mitocondrial.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
mediada por la hormona tiroidea de la piroglutamilo peptidasa II (PPII) inactivadora
de TRH en los tanicitos hipotalámicos.
Además de inhibir la síntesis de ARNm prepro-TRH, la hormona tiroidea
también bloquea la capacidad de la TRH para estimular la liberación de TSH a partir
de los tirotrofos o células tirotropas.
La TRH resulta rápidamente inactivada en el SNC por una peptidasa de la
superficie celular llamada ectoenzima degradadora de TRH (TRH-DE), también
denominada proteína peptidasa II, la cual es muy específica pues no se conoce otra
ectopeptidasa capaz de degradar la TRH.
La TSH es el principal regulador de los estados morfológico y funcional de la
tiroides. Es una glucoproteína secretada por los tirotrofos en la porción anteromedial
de la adenohipófisis. La TSH se compone de una subunidad α de 14 kDa (92
aminoácidos), presente también en la LH, en la hormona estimulante del folículo
(FSH) y en la gonadotropina coriónica humana (hCG), y una subunidad β específica
sintetizada en los tirotrofos, que es una proteína de 112 aminoácidos.
En células tirotropas normales y en tumores tirotropos, la síntesis de
subunidad α es excesiva, lo cual indica que la cantidad de subunidad β limita la tasa
de secreción de TSH. La TRH aumenta y la hormona tiroidea inhibe la transcripción
1819
de ambas subunidades; estos son los dos elementos que influyen en mayor medida en
la síntesis de TSH.
La regulación pretraducción de la síntesis y la secreción de TSH es un proceso
complejo. La glucosilación fisiológica de TSH consta de varios pasos postraducción,
como son la escisión de los péptidos de señalización de las dos subunidades y la
glucosilación cotraducción con oligosacáridos de alto contenido en manosa. La
glucosilación de las subunidades las protege de la degradación intracelular y permite
el plegamiento normal de las cadenas de proteínas para que formen correctamente
enlaces disulfuro internos. Todo esto es necesaria para una completa actividad
biológica.
En el suero normal, la TSH está presente en concentraciones comprendidas
entre 0,4 y 4,2 mU/l. El nivel aumenta en el hipotiroidismo primario y disminuye en
la tirotoxicosis. La semivida plasmática de la TSH es de aproximadamente 30 min y
las tasas de producción en el ser humano son de 40 a 150 mU/día. La TSH circulante
muestra variaciones tanto pulsátiles como circadianas. Las primeras se caracterizan
por fluctuaciones en intervalos de 1 a 2 h. La magnitud de los impulsos de TSH
disminuye en el ayuno, la enfermedad o después de una intervención quirúrgica.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
En el ser humano en ayunas se produce una disminución aguda de la TSH,
asociada a una caída de los niveles de leptina. Esto se debe a una disminución de la
amplitud de los estímulos de TSH. La variación circadiana se caracteriza por un
aumento nocturno que precede a la aparición del sueño y parece ser independiente del
ritmo y de las fluctuaciones séricas de cortisol y de las concentraciones de T4 y T3.
Cuando se retrasa el inicio del sueño, el aumento nocturno de TSH se ve
potenciado y se prolonga, mientras que el inicio temprano del sueño da lugar a un
aumento de menor magnitud y más corta duración (White et al., 2019).
Tanto la T4 como T3 intervienen en la regulación mediante retroalimentación
de la secreción de TSH, mientras que TRH determina su concentración estable. Existe
una relación lineal inversa entre la concentración de T4 libre en suero y el logaritmo
de TSH, por lo que la concentración sérica de TSH es un indicador enormemente
sensible del estado de la tiroides en pacientes con eje hipotalámico-hipofisario intacto.
La SST actúa a través de la proteína G inhibidora (Gi) y reduce la secreción de
TSH in vitro e in vivo, si bien el tratamiento prolongado con un análogo de la
somatostatina no causa hipotiroidismo. Efectos agudos similares se producen durante
la infusión de dopamina y la administración de bromocriptina (agonista de la
dopamina). Ambos fármacos inhiben la adenilatociclasa.
De manera inversa, el bloqueo del receptor de dopamina por acción de la 1820
metoclopramida aumenta la concentración de TSH en suero basal en pacientes
eutiroideos e hipotiroideos. Estos resultados indican que la dopamina es un regulador
de la secreción de TSH, pero la administración crónica de agonistas de la dopamina,
por ejemplo, para el tratamiento del prolactinoma, no causa hipotiroidismo central, lo
cual indica que los mecanismos de compensación anulan estos efectos agudos.
Diversos fármacos u hormonas pueden suprimir o estimular la secreción de
TSH. Los glucocorticoides administrados en dosis altas suprimen, de manera
transitoria, la secreción de TSH, aunque el tratamiento prolongado no se asocia a
hipotiroidismo central. Los pacientes con enfermedad de Cushing presentan
producción de TSH por debajo de los valores normales, pero con mínimos efectos en lo
referente a la producción de T4.
El bexaroteno, un agonista de RXR utilizado para el tratamiento del linfoma
de células T, suprime la TSH en medida suficiente como para causar hipotiroidismo
central, presumiblemente mediante la reducción de la transcripción génica de TSHβ.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
1821
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
regulación de TSH. Estas proyecciones son importantes para un ritmo circadiano
normal de TSH, para la respuesta al estrés y a la exposición al frío, pero la secreción
basal de TSH se halla regulada principalmente por la actividad hipotalámica
intrínseca.
Durante la privación nutricional y la enfermedad estos cambios descritos son
similares. Este conjunto de elementos se conoce como síndrome de T3 baja,
síndrome del enfermo eutiroideo o enfermedad no tiroidea, por tanto, los
patrones de los cambios de hormonas tiroideas circulantes y de TSH durante el ayuno
y la enfermedad son muy similares. En el ayuno prolongado, existe una reducción de
50% o más de la T3 sérica y un aumento de la rT3 sérica, sin cambios iniciales en T4
libre o total en suero.
En estas condiciones, en los tejidos diana, la 5’-desyodasa (D1 y D2) desempeña
una función importante durante los estados de inanición (reducción importante del
consumo de nutrientes), pues en tejidos como el músculo esquelético, se reduce el
consumo de O2 y el metabolismo basal. Sin embargo, la D2 cerebral difiere de la D2
de los otros tejidos y, por consiguiente, no es inhibida en la inanición; de este modo,
las concentraciones cerebrales de T3 quedan protegidas incluso durante la privación
calórica (Costanzo, 2019). Además, también aumenta el metabolismo periférico de la
T4 a la rT3 inactiva por aumento de la D3 (Koeppen y Stanton, 2018).
1822
Así, durante el ayuno, el consumo basal de O2 y la frecuencia cardíaca
disminuyen y el balance nitrogenado, en un principio negativo, recupera la
normalidad. Por lo tanto, la disminución de T3 durante el ayuno (y la enfermedad)
puede verse como una adaptación ahorradora de nitrógeno y de energía, de efecto
beneficioso. La desnutrición crónica, tal y como se produce en la anorexia nerviosa,
también se asocia a una reducción de la T3 en suero, y pocas veces de la T4 libre. Las
concentraciones de TSH se mantienen en el intervalo de valores normales, aunque,
una vez más, son inadecuadamente bajos en el contexto de las reducciones de T3
circulante.
Las citocinas, como la IL-6, también aumentan en la enfermedad y coinciden
con la disminución de T3 circulante. La IL-6 provoca un aumento de las especies
reactivas del oxígeno (ERO) intracelulares y extracelulares, lo cual reduce los
tioles intracelulares (GSH) y presumiblemente glutarredoxina y tiorredoxina
dependientes de GSH/NADPH. Por lo tanto, la conversión de T4 a T3 por acción de
D1 y D2 disminuye, mientras que la inactivación de T3 y T4 mediada por D3 continúa.
Además de estos cambios de cofactor, el aumento de ERO y la activación de las vías
dependientes de MAPK debida a IL-6 y a ERO inducen aumentos en la transcripción
de las desyodasas, especialmente de D3.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Estos cambios endógenos pueden además verse intensificados por sustancias
como la dopamina o los glucocorticoides, que también, al menos de manera transitoria,
suprimen el eje TRH-TSH.
Una cuestión importante al respecto es que todos estos cambios se invierten por
infusión de N-acetilcisteína (NAC) al paciente con síndrome de T3 baja, que rescata
la síntesis de GSH intracelular (Salvatore et al., 2017).
Aunque las concentraciones séricas de TSH en pacientes gravemente enfermos
son bajas, puede aparecer un aumento de la TSH por encima del rango normal
durante la recuperación, persistiendo la elevación de la concentración de TSH hasta
que los niveles de T4 libre y T3 en circulación recuperan la normalidad. Este patrón
puede ser confuso si la concentración elevada de TSH se asocia a concentraciones aún
bajas de T4 libre. Tales pacientes cumplen todos los criterios de laboratorio para
hipotiroidismo primario, con la excepción del contexto clínico. El seguimiento suele
revelar una normalización de TSH y T4 en 1 a 2 meses.
Asimismo, ante una ingestión insuficiente de yodo ocurre una disminución
mayor de la producción de T4 que de T3, debido a la síntesis preferencial de T3. Por
lo tanto, el mecanismo de retroalimentación negativa sirve para poner en marcha una
respuesta compensadora de la glándula tiroides antes que la disminución afecte a los
tejidos. La gran sensibilidad del mecanismo de retroalimentación negativa entre 1823
tiroides y adenohipófisis es de gran utilidad clínica ya que en situaciones de
insuficiencia de T4, se detecta un aumento considerable de los niveles séricos de TSH,
incluso cuando la T3 está dentro de límites normales y aún no se padecen los síntomas
de hipotiroidismo (Lam y Castillero, 2021).
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Sin embargo, algunas acciones de T3 no son genómicas, incluida su reducción
de la actividad 5′-desyodasa tipo 2 de la hipófisis y el aumento del transporte de
glucosa y aminoácidos que puede inducir en algunos tejidos.
Efectos en el desarrollo fetal. La concentración de yodo por el tejido tiroideo
y la TSH hipofisaria aparecen en el feto humano alrededor de las 11 semanas de
gestación. Debido al alto contenido placentario de la 5′-deiodasa tipo 3, la mayoría de
las T3 y T4 maternas están inactivadas, y muy poca hormona libre llega a la
circulación fetal. Sin embargo, esta pequeña cantidad de hormona libre de la madre
puede ser importante para el desarrollo temprano del cerebro del feto. Después de 15
a 18 semanas de gestación, el feto depende en gran medida de su propia secreción
tiroidea.
En el momento del nacimiento, hay un aumento súbito marcado de TSH
estimulado por la exposición al ambiente extrauterino más frío, con un aumento en
T4, un aumento en T3 y una caída en rT3. Estos parámetros se estabilizan
gradualmente durante el primer mes de vida.
Aunque se produce cierto crecimiento fetal en ausencia de secreción de hormona
tiroidea fetal, el desarrollo cerebral y la maduración esquelética se deterioran
notablemente si el hipotiroidismo congénito no se diagnostica y la terapia con
hormona tiroidea no se inicia inmediatamente después del nacimiento. El 1824
hipotiroidismo congénito produce cretinismo, cuyas características clínicas incluyen
retraso mental y enanismo.
Efectos sobre el índice metabólico basal (IMB). El metabolismo basal (MB)
es la energía que se emplea para realizar las funciones corporales normales, como la
circulación de la sangre y la respiración, es decir, es la energía que se gasta en reposo
total (Vanbergen y Wintle, 2019).
Uno de los efectos más significativos y pronunciados de la hormona tiroidea es
el aumento del consumo de O2 y el aumento consiguiente en el IMB y la temperatura
corporal, pues la T3 aumenta el consumo de O2 y la producción de calor, en parte,
mediante la estimulación de Na+/K+-ATPasa en todos los tejidos, excepto en el cerebro,
el bazo y los testículos. Además, se estimula la mitocondrogénesis, lo que aumenta
la capacidad oxidativa de la célula. También inducen cambios en la composición
mitocondrial de la proteína de la membrana interna y los lípidos que aumentan el
metabolismo oxidativo mediante efectos genómicos y no genómicos. La menor eficacia
del metabolismo oxidativo causado por la hormona tiroidea también se refleja en el
aumento de ciclos inútiles de los metabolitos intermedios de carbohidratos.
El mayor consumo de O2 depende de una mayor disponibilidad de sustratos
para el metabolismo oxidativo. Las hormonas tiroideas aumentan la absorción de
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
glucosa en el tracto GI, además de la captación, oxidación y síntesis hepática de
glucosa, potenciando los efectos de otras hormonas (p. ej., las catecolaminas, el
glucagón, la GH) sobre la gluconeogénesis, la lipólisis y la proteólisis.
Las hormonas tiroideas aumentan la síntesis y la degradación de las proteínas,
pero globalmente su efecto es catabólico (balance nitrogenado negativo), lo que da
lugar a la reducción de la masa muscular. Estos efectos metabólicos se producen
porque las hormonas tiroideas inducen la síntesis de enzimas metabólicas clave, como
la citocromo oxidasa, la NADPH citocromo C reductasa, la α-glicerofosfato
deshidrogenasa, la enzima málica y otras enzimas proteolíticas distintas.
Puede haber disminuciones en la sensibilidad a la insulina mediadas por la
hormona tiroidea, principalmente cuando se encuentran muy aumentadas como en el
hipertiroidismo.
En el tejido adiposo la hormona tiroidea induce las enzimas para la síntesis de
ácidos grasos, como acetil CoA carboxilasa y ácido graso sintasa, y fomenta la lipólisis
mediante el aumento del número de receptores β-adrenérgicos. Por tanto, aumenta el
recambio de los lípidos (se liberan ácidos grasos libres desde el tejido adiposo y se
oxidan).
Las hormonas tiroideas también aumentan la síntesis y la degradación del
1825
colesterol, debido en gran medida a un aumento en el número de receptores de
lipoproteína de baja densidad (LDL) hepáticos, lo que acelera la eliminación de LDL,
además de quilomicrones. En consecuencia, los niveles de colesterol total y LDL son
típicamente elevados en pacientes con hipotiroidismo; mientras que, en el
hipertiroidismo, la lipólisis aumenta, liberando ácidos grasos y glicerol en el plasma.
Además, la hormona tiroidea estimula la síntesis de ácidos biliares a partir del
colesterol y favorece la secreción biliar. El efecto neto es una reducción de las
concentraciones plasmáticas y las reservas corporales de colesterol total y unido a las
LDL.
Dado que las hormonas tiroideas incrementan la cantidad de numerosas
enzimas corporales y que las vitaminas suponen una parte esencial de algunas
enzimas o coenzimas, se incrementan las necesidades de vitaminas. Por consiguiente,
a veces aparece un déficit vitamínico cuando se secreta una cantidad excesiva de
hormona tiroidea, salvo que el organismo disponga al mismo tiempo de mayor
cantidad de vitaminas (Hall y Hall, 2021).
Efecto sobre el peso corporal. Las hormonas tiroideas movilizan las
reservas de grasa corporal por lo cual se esperaría que los aumentos de éstas
conduzcan a una pérdida de peso. Generalmente, los grandes aumentos de la
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
concentración de hormona tiroidea casi siempre producen adelgazamiento, mientras
que su disminución marcada se asocia en la mayoría de los casos a una ganancia
ponderal; sin embargo, no siempre se producen estos efectos, ya que la hormona
tiroidea también incrementa el apetito, lo que compensa el cambio metabólico (Hall y
Hall, 2021).
Efectos simpatéticos. Las hormonas tiroideas aumentan el número de los
receptores β-adrenérgicos en el corazón y el músculo esquelético, el tejido adiposo y
los linfocitos. También pueden amplificar la acción de la catecolamina en un sitio
posreceptor. La significación de esta sinergia se ilustra mediante la eficacia de los
bloqueantes β-adrenérgicos (p. ej., atenolol) en el tratamiento de muchos de los
síntomas del hipertiroidismo.
Efectos cardiovasculares. La T3 aumenta en el miocardio la expresión de la
isoforma α de la cadena pesada de la miosina más contráctil lo que contribuye a una
mejor función sistólica (aumenta la PAS), inducen la inhibición del intercambiador de
3Na+/Ca2+ (NCX) y estimula la transcripción del retículo sarcoplasmático Ca2+-
ATPasa (SERCA), aumentando la tasa de relajación diastólica del miocardio
(lusitropismo positivo). El aumento de los canales de Ca2+ de rianodina del RS induce
la liberación de calcio durante la sístole.
La T3 también altera la expresión de diferentes isoformas de los genes Na+/K+- 1826
ATPasa y aumenta la expresión de receptores β1-adrenérgicos mediante el cual se
aumentan las tasas de despolarización y repolarización del NSA, lo que aumenta, a
su vez, la frecuencia cardiaca. En consecuencia, las hormonas tiroideas tienen efectos
cronotrópicos e inotrópicos positivos en el corazón, lo cual, junto con la mayor
sensibilidad adrenérgica, explica el aumento de la contractilidad del corazón.
Las hormonas tiroideas también disminuyen la resistencia vascular periférica
(disminuye la PAD), en parte, al aumento de la producción tisular de calor y CO2 que
inducen a la vasodilatación local de los tejidos, además de reducir la resistencia
sistémica al dilatar las arteriolas de la circulación periférica.
También aumentan la volemia por la activación del sistema renina-
angiotensina-aldosterona y el consiguiente aumento de la reabsorción de sodio a nivel
tubular renal, lo que contribuye aún más a incrementar el gasto cardiaco asociado con
la acción de la hormona tiroidea.
El consiguiente aumento de la presión diferencial refleja los efectos
combinados del aumento del volumen sistólico y la reducción de las resistencias
vasculares sistémicas, por la dilatación de los vasos sanguíneos cutáneos, musculares
y cardíacos.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Termorregulación. Las hormonas tiroideas estimulan la termogénesis
modificando, tanto la utilización de ATP como la eficiencia de la síntesis de ATP. La
utilización del ATP aumenta por la regulación al alza de varios procesos dependientes
de energía, como la actividad de la Na+/K+-ATPasa y de la SERCA, particularmente
en el músculo esquelético, en el que el ciclado del calcio entre el citoplasma y el retículo
sarcoplásmico utiliza ATP y genera calor.
Se ha demostrado que la grasa marrón de los seres humanos, que antes se
pensaba que solamente era importante en los recién nacidos, participa en la
termogénesis en los adultos. En estudios de imagen se ha visto la presencia de grasa
marrón en el mediastino, particularmente en personas delgadas, y la actividad
metabólica de la grasa marrón aumenta por la exposición al frío. La grasa marrón
expresa la proteína desacopladora 1 (UCP-1), también llamada termogenina,
que hace que el gradiente de protones a través de la membrana mitocondrial interna
se disipe en forma de calor, que después se disemina al resto del cuerpo gracias a la
circulación.
La UCP-1 está regulada por la hormona tiroidea y la grasa marrón expresa D2,
lo que permite la conversión intracelular de T4 en T3. La termogénesis de la grasa
marrón supone una interacción sinérgica entre las hormonas tiroideas y el simpático,
pues las catecolaminas favorecen la lipólisis y regulan al alza la expresión de D2. A
1827
su vez, la T3 regula al alza los receptores β3-adrenérgicos, incrementa la sensibilidad
a las catecolaminas y disminuye la actividad de fosfodiesterasa (PDE) lo que ocasiona
incremento en las concentraciones de AMPc y de la actividad de lipasa sensible a la
hormona (HSL). El hipertiroidismo se acompaña de intolerancia al calor, mientras
que el hipotiroidismo se acompaña de intolerancia al frío.
Efectos sobre el músculo esquelético. La función normal del músculo
esquelético también requiere cantidades óptimas de hormona tiroidea. Estos
requisitos pueden guardar relación con la regulación de la producción y el
almacenamiento de energía. El exceso de T3 y T4 aumenta la glucólisis y la
glucogenólisis, al tiempo que reduce el glucógeno y la creatina fosfato. La incapacidad
del músculo de captar y fosforilar la creatina provoca un aumento en su excreción
renal.
Efectos sobre el hueso, los tejidos duros y la dermis. La hormona tiroidea
favorece la osificación endocondral, el crecimiento lineal del hueso y la maduración de
los centros epifisarios del hueso. La T3 induce la maduración y la actividad de los
condrocitos de la placa de crecimiento cartilaginosa, en parte por un aumento de la
producción y la acción de los factores de crecimiento locales. Durante el crecimiento
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
lineal posnatal, la T3 favorece las acciones de la GH, del IGF-I y de otros factores de
crecimiento.
La T3 también favorece el remodelado óseo normal en los adultos mediante un
recambio óseo, aumentando la resorción del hueso y, en menor grado, formación ósea.
En consecuencia, el hipertiroidismo puede asociarse con hipercalciuria y, con menor
frecuencia, hipercalcemia. Además, el exceso crónico de la hormona tiroidea puede
causar una pérdida mineral ósea clínicamente significativa y un mayor riesgo de
fracturas (osteoporosis).
La progresión del desarrollo y la erupción de los dientes dependen de la
hormona tiroidea, igual que el ciclo normal de crecimiento y maduración de la
epidermis, los folículos pilosos y las uñas. Los procesos de degradación normales de
estos tejidos estructurales y tegumentarios también son estimulados por las
hormonas tiroideas. Por tanto, un exceso o una deficiencia de la hormona tiroidea
pueden causar la pérdida del cabello y alteraciones en la formación de las uñas.
Las hormonas tiroideas regulan la estructura del tejido subcutáneo mediante
la inhibición de la síntesis y el aumento de la degradación de los mucopolisacáridos
(glucosaminoglucanos) y la fibronectina del tejido conjuntivo extracelular.
Efectos respiratorios. La hormona tiroidea estimula la utilización de O2 y su
aporte. En consecuencia, la T3 aumenta la frecuencia respiratoria en reposo, la 1828
ventilación minuto y la respuesta ventilatoria a la hipercapnia y la hipoxia a nivel del
SNC en los centros respiratorios del bulbo raquídeo. Estas acciones mantienen una
pO2 arterial normal cuando aumenta el consumo de O2 y una pCO2 normal cuando
aumenta la producción de CO2. Además, el hematocrito aumenta ligeramente para
incrementar la capacidad de transporte de oxígeno. Este aumento se debe a la
estimulación de la producción renal de EPO.
Efectos hematopoyéticos. La mayor demanda celular de O2 por las hormonas
tiroideas conduce a una mayor producción de EPO y aumento de la eritropoyesis. Sin
embargo, el volumen de sangre generalmente no aumenta debido a la hemodilución y
al aumento del recambio de glóbulos rojos.
Por su parte, las hormonas tiroideas aumentan el contenido de 2,3-
difosfoglicerato de los eritrocitos, permitiendo una mayor disociación de O2 de la
hemoglobina y aumentando la disponibilidad de O2 a los tejidos.
Efectos gastrointestinales. Las hormonas tiroideas promueven la motilidad
intestinal, la cual puede dar como resultado un aumento de la motilidad y la
hiperdefecación (una mayor frecuencia de movimientos intestinales formados). Por el
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
contrario, el tránsito lento del intestino y el estreñimiento ocurren en el déficit de
hormonas tiroideas.
Efectos sobre el sistema nervioso. La hormona tiroidea regula la secuencia
temporal y la velocidad de desarrollo del SNC. La deficiencia de hormona tiroidea
durante la vida intrauterina o al comienzo de la lactancia inhibe el crecimiento de la
corteza cerebral y cerebelosa, la proliferación de los axones y la ramificación de las
dendritas, la sinaptogénesis, la mielinización y la emigración celular. Se produce un
deterioro irreversible del SNC cuando no se reconoce y trata rápidamente la
deficiencia neonatal de hormonas tiroideas. Estos defectos morfológicos se producen
en paralelo con las alteraciones bioquímicas.
Las bajas concentraciones de hormona tiroidea reducen el tamaño celular, el
contenido de ARN y proteínas, las proteínas asociadas a la tubulina y los
microtúbulos, el contenido de proteínas y lípidos de la mielina, la producción local de
factores de crecimiento fundamentales y la velocidad de la síntesis de proteínas.
Las hormonas tiroideas también aumentan la vigilia, la alerta, la respuesta a
diversos estímulos, la capacidad auditiva, la sensación de hambre, la memoria y la
capacidad de aprendizaje. Además, el tono emocional normal depende de la
disponibilidad adecuada de hormona tiroidea. La velocidad y la amplitud de los
reflejos nerviosos periféricos aumentan por las hormonas tiroideas, igual que la 1829
motilidad del tubo digestivo.
En este sentido, es importante el ingreso de las hormonas tiroideas a través de
la barrera hematoencefálica mediante los transportadores MCT8 y OATP1C1 que se
expresan predominantemente en el cerebro y transportan con preferencia T4,
mediando en la entrada de este en los astrocitos.
Un defecto en una sola molécula de transportador MCT8 de hormona tiroidea
da lugar al fenotipo de un grave trastorno neurológico del desarrollo conocido como el
síndrome de Allan-Herndon-Dudley (SAHD) es una enfermedad ligada a X que
se caracteriza por grave retraso mental, disartria, movimientos atetoides, hipoplasia
muscular y paraplejía espástica asociado a T3 sérica elevada. Todos los pacientes
estudiados con este síndrome presentan mutaciones en el gen MCT8.
La T4 se transfiere al plexo coroideo o a los tanicitos por acción del OATP1C1,
que en los capilares del cerebro presenta regulación negativa por parte de la hormona
tiroidea. En el tanicito o astrocito, T4 se convierte en T3 por acción de la D2 y sale de
la célula, posiblemente mediante los transportadores MCT8/MCT10, donde se torna
disponible para la captación neuronal, también a través del MCT8. En las neuronas,
tanto T4 como T3 son degradadas por D3.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Posibles vías de entrada de T3 en el sistema nervioso central (Salvatore et al., 2017). 1830
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
En parte, estos efectos negativos se pueden deber a alteraciones en el
metabolismo o en la disponibilidad de hormonas esteroideas. Por ejemplo, la hormona
tiroidea estimula la síntesis hepática y la liberación de la globulina transportadora de
los esteroides sexuales.
En los varones, la carencia de hormona tiroidea provoca pérdida de la libido,
mientras que su concentración excesiva causa a veces impotencia. En cuanto a las
mujeres, la falta de hormona tiroidea produce menorragia (hemorragia menstrual
excesiva) y polimenorrea (hemorragia menstrual frecuente). Sin embargo, a veces la
ausencia de hormona tiroidea induce menstruaciones irregulares y, en ocasiones,
amenorrea (ausencia de hemorragia menstrual).
Es probable que las mujeres con hipotiroidismo, al igual que los varones, sufran
una importante disminución de la libido. Un aspecto que complica aún más el cuadro
en las mujeres hipotiroideas es la oligomenorrea (hemorragia menstrual muy escasa)
y, en ocasiones, la amenorrea.
La acción de la hormona tiroidea sobre las gónadas obedece a la combinación
de diversos efectos metabólicos directos sobre las gónadas y a ciertos efectos de
retroalimentación (excitadores e inhibidores) que operan a través de las hormonas
adenohipofisarias que controlan las funciones sexuales.
La hormona tiroidea también influye de forma significativa en otras regiones 1831
del sistema endocrino. La producción hipofisiaria de GH aumenta por la hormona
tiroidea, mientras que disminuye la producción de prolactina. Se estimula la secreción
de cortisol en la corteza suprarrenal y la eliminación metabólica de esta hormona,
pero la concentración de cortisol plasmático libre se mantiene normal.
El cociente entre los estrógenos y los andrógenos aumenta en los hombres (en
el hipertiroidismo pueden tener hipertrofia mamaria).
La disminución de la producción de PTH (paratirina) y calcitriol son las
consecuencias compensadoras de la acción de la hormona tiroidea sobre la reabsorción
del hueso. La hormona tiroidea también aumenta el tamaño renal, el flujo plasmático
renal, el filtrado glomerular y la velocidad de transporte de una serie de sustancias.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
En el embarazo existen varios cambios respecto a la función tiroidea, como
el aumento en el aclaramiento de yoduro urinario, un aumento en TBG
debido a un aumento inducido por estrógenos en la glucosilación hepática
de TBG, lo que prolonga su tasa de aclaramiento metabólico y aumento
concomitante de las concentraciones totales de T4 en suero y, en menor
medida, T3 total.
Los niveles crecientes de hCG, que tiene una actividad agonista del receptor de TSH
débil, contribuyen a un aumento mínimo de la tiroides. Los niveles de hCG materna
alcanzan un máximo en aproximadamente 12 semanas, dando como resultado un
nivel de T4 libre de suero transitorio, alto normal o incluso moderadamente elevado,
y una supresión fisiológica de TSH sérica hasta el rango bajo normal o incluso
subnormal. Los niveles de hCG elevados patológicamente, que se encuentran en
mujeres con un embarazo molar o coriocarcinoma, pueden causar hipertiroidismo
manifiesto.
Las mujeres con vómitos intensos en el embarazo, llamado hiperémesis
gravídica, también pueden tener niveles más altos de hCG y pueden desarrollar
tirotoxicosis gestacional transitoria.
La administración a través de la placenta de sustancias relacionadas con la
tiroides puede tener consecuencias para el feto. El yoduro materno que atraviesa la 1832
placenta es esencial para la producción de la hormona tiroidea fetal; sin embargo,
grandes cantidades de yoduro pueden en realidad inhibir la función tiroidea fetal y
causar un bocio lo suficientemente significativo como para obstruir el parto.
Lo mismo ocurre en mujeres que presentan una enfermedad tiroidea
autoinmune donde las inmunoglobulinas maternas que estimulan o bloquean el TSH
receptor pueden atravesar la placenta y causar una disfunción tiroidea en el feto.
Las drogas antitiroideas, como metimazol y PTU, atraviesan la placenta y en
grandes dosis pueden deteriorar la función tiroidea del feto.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Actualmente, las pruebas de T4L se consideran con diferencia más exactas que
las pruebas de T3L. Por este motivo, algunos expertos siguen prefiriendo las
determinaciones de T3T (McDermott, 2010).
Las cifras de T4 y T3 totales pueden estar alteradas por los trastornos de unión
de las proteínas, como pueden estarlo por las enfermedades tiroideas. El embarazo, el
empleo de estrógenos, el exceso congénito de TBG y la hipertiroxinemia
disalbuminémica familiar (HDF) son las causas más frecuentes. La HDF es una
enfermedad hereditaria en la que la albúmina tiene una afinidad aumentada por la
T4, dando lugar a concentraciones elevadas de T4 total, pero no de T3. La unión de
las proteínas con T4 y T3 se halla disminuida por los andrógenos y la deficiencia
congénita de TBG.
Una determinación de la captación de resina T3 (T3RU) ayuda a diferenciar los
trastornos de la unión de las proteínas de las verdaderas enfermedades tiroideas. La
T3RU es inversamente proporcional a la T4 unida a proteínas; de acuerdo con esto, la
T3RU es baja cuando la unión a proteínas de T4 está aumentada, y está elevada
cuando la unión a las proteínas está reducida.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Si bien los valores de referencia para la TSH dependen del laboratorio clínico y
de la técnica de medición empleada, la TSH suele estar presente en concentraciones
comprendidas entre 0,4 y 4,2 mU/l. Cuando la TSH está elevada por encima del valor
de referencia en el límite superior, el paciente presenta hipotiroidismo primario y
cuando la TSH está por debajo del valor límite inferior de los valores de referencia, el
paciente tiene hipertiroidismo primario, llegando a ser, algunas veces indetectable
en este caso. Las principales excepciones a estas normas se dan en los pacientes que
tienen enfermedades hipofisarias-hipotalámicas o enfermedades no tiroideas.
Asimismo, es importante destacar que la concentración sérica anómala de TSH
puede detectar disfunción tiroidea leve mucho antes de que las cifras de T4 y de T3
estén fuera de los límites de referencia. La determinación de T4L sérica debe
realizarse siempre que la TSH está elevada; pero la T4L y la T3T (o la T3L) suelen
ser informativas cuando la TSH es baja.
Tabla 76. Relaciones entre la TSH y las hormonas tiroideas libres en las diferentes condiciones
clínicas
TSH
Baja Normal Alta
Hipertiroidismo primario
Tirotoxicosis transitoria por
tiroiditis Resistencia a las hormonas
Ingestión de hormonas tiroideas Causas raras: tumor 1834
tiroideas Causas raras: anticuerpos hipofisiario secretor de TSH,
Causas raras: tejido tiroideo antihormonas tiroideas, resistencia a las hormonas
Altas
ectópico, tirotoxicosis aumento de proteínas tiroideas
inducida por yodo, transportadoras. Enfermedad psiquiátrica
tratamiento con amiodarona, Hipertiroxinemia aguda (primeras 3 semanas)
tirotoxicosis gestacional con disalbuminémica familiar.
hiperemesis gravídica, mola
hidatiforme.
Hipertiroidismo subclínico, Hipotiroidismo subclínico
inicio de tratamiento de Hipotiroidismo infratratado
hipertiroidismo Presencia de anticuerpos
Primer trimestre de embarazo heterófilos (rara)
Hormonas
Tratamiento con esteroides Causas raras: fase de
tiroideas Normales (estrógenos o corticoides) Normal recuperación tras
Infusión de dopamina o enfermedad no tiroidea
dobutamina Algunos casos de Etiología congénita:
síndrome del eutiroideo defectos en el receptor
enfermo de TSH, resistencia a TSH,
Desnutrición. síndrome de Pendred
Hipotiroidismo primario
Fase hipotiroidea transitoria
Hipotiroidismo secundario
de la tiroiditis
(raro)
Hipotiroidismo secundario Iatrogenismo: amiodarona,
Algunos casos de síndrome
(raro) litio, interferones, IL-2
Bajas del eutiroideo enfermo
Deficiencia congénita de TSH o Déficit de yodo
(especialmente la T3 está
TRH (rara). Tiroiditis de Riedel (rara)
baja; la T4 puede ser
Alteraciones congénitas
normal)
(raras): disgenesia tiroidea,
dishormonogénesis.
Fuente: Galofré et al., 2019.
Fernández, V. H .
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Los anticuerpos contra la peroxidasa tiroidea (Anti-TPO) y contra la
tiroglobulina (Anti-Tg) se hallan presentes en el suero de la mayoría de los pacientes
con tiroiditis de Hashimoto. Ambas pruebas pueden establecer un diagnóstico de
enfermedad de Hashimoto, pero los anti-TPO son más sensibles.
Las inmunoglobulinas estimulantes del tiroides (TSI) y los anticuerpos
frente al receptor de TSH (TRAb) están presentes en el plasma de la mayoría de
los pacientes con enfermedad de Graves-Basedow; su determinación no es
necesaria en los pacientes con una enfermedad de Graves evidente, pero pueden ser
útiles cuando el diagnóstico es dudoso.
La medición de la concentración sérica de Tg puede ser de utilidad pues se halla
ligeramente elevada en muchas enfermedades tiroideas, pero los incrementos
importantes sugieren la presencia de tiroiditis destructiva (tiroiditis subaguda,
posparto o silente), en la que la Tg se pierde de la glándula tiroides dañada hacia la
circulación.
Las determinaciones de Tg también son útiles para monitorizar a los pacientes
con cáncer de tiroides. Cuando un paciente ha sido tratado y está libre de cáncer, la
Tg en suero debe ser indetectable. Las concentraciones séricas de Tg normales o
elevadas en estos pacientes sugieren la presencia de cáncer de tiroides residual o
metastásico. 1835
Entre los estudios morfológicos se incluye la gammagrafía tiroidea, que
proporciona información sobre el tamaño y morfología de la glándula. Usando como
isótopo el yodo radiactivo (131I o 123I), la gammagrafía también sirve para conocer su
captación tiroidea, un índice del estado funcional de la glándula, y para
valorar la posible presencia de tejido tiroideo residual ectópico, generalmente en la
base de la lengua (tiroides lingual) o en restos del conducto tirogloso embrionario.
La enfermedad de Graves se caracteriza por la captación difusa del trazador; el
bocio multinodular tóxico se caracteriza por múltiples áreas definidas de aumento de
la captación, y el adenoma tóxico solitario, por un área única de captación intensa.
La gammagrafía tiroidea también se emplea en ocasiones para la evaluación de
nódulos tiroideos, aunque su rentabilidad en este estudio es dudosa. De acuerdo con
la gammagrafía, los nódulos tiroideos pueden clasificarse en los que son calientes
(hiperfuncionantes), los tibios (eufuncionantes) y los fríos (no funcionantes).
Los nódulos fríos presentan un riesgo del 20% de ser un carcinoma, mientras que la
malignidad es infrecuente en los nódulos calientes (McDermott, 2010).
Otros métodos de diagnóstico morfológico son la ecografía tiroidea y la citología
tras punción-aspiración del tiroides con aguja fina.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Dentro de las pruebas dinámicas se utiliza la TSH recombinante humana
(tirotropina alfa). Su inyección sirve para estimular el tejido tiroideo neoplásico
para absorber yodo radiactivo y llevar a cabo un procedimiento de imagen. El tejido
del cáncer de tiroides habitualmente capta escasamente el yodo, y sólo puede
mostrarse en imagen si la TSH sérica se halla elevada. Esto puede conseguirse
mediante la interrupción del tratamiento con levotiroxina durante 3 o 6 semanas, o
mediante la administración de inyecciones de tirotropina alfa.
Cuando ha aumentado la concentración sérica de TSH por cualquiera de los dos
métodos, se determina la Tg en suero y se administra yodo radiactivo (131I o 123I) para
realizar una gammagrafía corporal total. Una gammagrafía positiva o una cifra
detectable de Tg indican la presencia de cáncer de tiroides residual o metastásico. Una
gammagrafía y una determinación de Tg con estimulación con tirotropina alfa tienen
la misma precisión que la gammagrafía con retirada de levotiroxina, y presentan la
ventaja de no causar síntomas de hipotiroidismo.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
El bocio es el aumento de tamaño de la glándula tiroides, el cual,
dependiendo de la dimensión que alcance la glándula, podrá detectarse sólo
realizando una cuidadosa palpación de la región anterior del cuello,
acompasada con los movimientos de deglución del paciente, o bien será ya
aparente con la inspección visual, incluso a distancia.
A veces el bocio se prolonga hacia el espacio retroesternal (bocio intratorácico),
introduciéndose en el mediastino, donde puede comprimir y desplazar órganos
adyacentes (p. ej., tráquea y esófago), e incluso ocasionar un síndrome mediastínico
completo.
Con la excepción de algunas causas evidentes de crecimiento tiroideo, como los
tumores y la inflamación (tiroiditis), el bocio es la expresión de una hipertrofia y la
hiperplasia de las células de los folículos derivada de la estimulación excesiva de los
mismos, que puede estar mediada por la TSH o por sustancias dotadas de una acción
similar a la de dicha hormona hipofisaria.
En el bocio mediado por TSH existe una deficiente biosíntesis de hormonas
tiroideas, lo cual, en virtud del mecanismo de retroalimentación negativa que regula
el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides, promueve una mayor secreción de TSH que tiende
a compensar la insuficiencia funcional tiroidea.
La defectuosa biosíntesis se debe a menor aporte de yodo con la dieta, al ser 1837
deficitarios del mismo los alimentos o el agua (bocio endémico) o el bloqueo de la
biosíntesis de hormonas tiroideas que puede tratarse de un trastorno congénito de
alguno de los pasos biosintéticos de las hormonas; por ejemplo, una menor captación
tiroidea de yodo por defecto de actividad del NIS, un trastorno de organificación o de
acoplamiento por defecto de peroxidasas, o bien una reutilización insuficiente de yodo
por déficit de deshalogenasas que intervienen en la desyodación de los precursores de
las hormonas tiroideas.
Otras veces el bloqueo de la biosíntesis es consecuencia de la administración de
ciertos medicamentos (p. ej., antitiroideos, litio) o de determinados productos
contenidos en algunos vegetales (p. ej., goitrina presente en los nabos y tioglucósidos
aislados de las berzas).
Por lo que se refiere a los cambios anatómicos, el exceso de TSH, junto con otros
factores de crecimiento (p. ej., factor de crecimiento epidérmico, factor de crecimiento
similar a la insulina, citocinas), determina inicialmente una hipertrofia e hiperplasia
tiroidea homogénea, es decir, de todos los folículos, y el resultado es un bocio difuso,
de superficie uniforme a la palpación.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
En fases más avanzadas los folículos tiroideos se comportan de forma
heterogénea en cuanto a su actividad proliferativa en respuesta a los estímulos que
reciben, y los que más proliferan se manifiestan como uno o más nódulos tiroideos
perceptibles al explorar el tiroides; este crecimiento tiroideo heterogéneo se denomina
bocio uni o multinodular.
El comportamiento funcional del bocio también es variable. Por una parte,
depende del grado de compensación del déficit secretor de hormonas tiroideas que se
consigue a través del estímulo ejercido por la TSH sobre la glándula tiroides: en el
bocio eutiroideo o bocio simple, la secreción de hormonas tiroideas llega a ser normal
a costa de aumentar el tamaño de la glándula, mientras que el bocio hipotiroideo cursa
con manifestaciones propias de hipofunción tiroidea.
Por otra parte, los folículos constituyentes de algunos nódulos tiroideos a veces
se vuelven funcionalmente hiperactivos y autónomos, es decir, sin respuesta al control
de la TSH, constituyéndose así un bocio nodular hipertiroideo; puede tratarse de
un único nódulo hiperfuncionante, lo que también se conoce como adenoma
tiroideo tóxico, o bien de varios nódulos hiperactivos, en cuyo caso se denomina
bocio multinodular tóxico; en cualquiera de estas circunstancias, y como
consecuencia de la mayor producción de hormonas tiroideas, se frena la secreción
hipofisaria de TSH, por lo que el resto de la glándula tiroides, carente de nódulos
1838
hiperactivos, tiende a disminuir su tamaño.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Cuando existen autoanticuerpos de tipo IgG dirigidos contra el receptor tiroideo
de la TSH se desarrolla un bocio que siempre es difuso; estos autoanticuerpos,
conocidos como inmunoglobulinas estimulantes del tiroides (TSI), se unen al receptor
de la TSH de la membrana de las células foliculares y lo estimulan, al igual que lo
hace la TSH; su consecuencia puede ser una proliferación de los folículos asociada con
un aumento de la síntesis de hormonas tiroideas (bocio hipertiroideo), como es lo
característico de la enfermedad de Graves-Basedow (EGB).
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Aquellas con captación tiroidea de radioyodo normal o aumentada se
presentan con TSH sérica suprimida e incluyen a la Enfermedad de Graves-Basedow,
el Bocio multinodular tóxico (enfermedad de Plummer), el Adenoma tóxico, la Mola
hidatiforme/coriocarcinoma y la Hiperemesis gravídica; mientras que aquellas que se
presentan con TSH sérica normal o aumentada incluyen al Adenoma hipofisario
secretor de TSH y la Resistencia hipofisaria a hormonas tiroideas.
Por su parte, aquellas con captación tiroidea de radioyodo disminuida
incluyen a la Tiroiditis subaguda granulomatosa de De Quervain, Tiroiditis
linfocitaria (silente), Tiroiditis posparto, Tiroiditis por amiodarona, Tiroiditis
posradioterapia, Tirotoxicosis facticia o exógena y Estruma ovárico (teratoma).
Las manifestaciones clínicas y la severidad de los síntomas no solo dependen
de los niveles de hormonas tiroideas sino también de la causa del hipertiroidismo y de
factores individuales como la edad o comorbilidades del paciente.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
La presentación clásica consiste, de ordinario, en un adelgazamiento gradual a
pesar del aumento del apetito (en un 10-30% de los casos se observa un aumento
paradójico de peso) (O’Neill y Murphy, 2013).
La EGB es la causa más frecuente de hipertiroidismo, especialmente en
mujeres (relación 10:1) con un pico de incidencia entre los 20 y los 40 años. Los
síntomas de hipertiroidismo se desarrollan de forma rápidamente progresiva en 2 a 3
meses, pueden ser de carácter moderado a severo y se asocian a bocio difuso.
La orbitopatía tiroidea (OT) aparece clínicamente en el 30 al 50% de los
pacientes con EGB, si bien con pruebas de imagen orbitaria (TAC o RMN) se detecta
hasta en el 80% de los casos. Se produce por la activación de linfocitos que reaccionan
de forma cruzada contra antígenos orbitarios y tiroideos. Los linfocitos activos
infiltran los músculos extraoculares y el tejido conectivo retroocular y producen
citoquinas que estimulan la proliferación de fibroblastos y la síntesis de
glucosaminoglicanos hidrofílicos, lo cual lleva a un aumento en el volumen de la grasa
orbitaria y el tejido conectivo que conduce a edema y exoftalmos.
1841
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
La acropaquia o dedos en palillo de tambor se observa en un 1% de los pacientes
con EGB. La EGB puede asociarse a otras manifestaciones autoinmunes como vitíligo
o alopecia areata.
El tumor hipofisario productor de TSH constituye menos del 1% de los tumores
hipofisarios. La mayoría miden más de 10 mm y el 25% segregan hormona del
crecimiento (GH) y prolactina (PRL), además de TSH. El diagnóstico se sospecha en
pacientes con hipertiroidismo y TSH inapropiadamente normal o elevada y se
confirma con una RM de hipófisis. Pueden tener síntomas secundarios a cosecreción
de GH o PRL, así como síntomas derivados de efecto masa en el caso de que sean
macroadenomas, como cefalea y alteraciones visuales (Carrera et al., 2020).
Ante la sospecha clínica de hipertiroidismo, la mejor prueba diagnóstica inicial
es la determinación de TSH. Un valor normal de TSH descarta hipertiroidismo
primario. En caso de presentar TSH baja, la mayoría de los laboratorios determinan
de forma automática T4L y también T3L en caso de que la T4L sea normal.
El patrón TSH baja asociado a T4L y/o T3L elevados es diagnóstico de
hipertiroidismo primario. En las fases iniciales del hipertiroidismo, es frecuente
observar T3 toxicosis, en la que la TSH está baja y solo la T3L está elevada, mientras
que la T4L es normal.
En el hipertiroidismo subclínico, la TSH está baja pero la T4L y T3L son 1842
normales. En la mayoría de los casos, se detecta en un análisis de rutina en un
paciente asintomático o con síntomas inespecíficos. Suele ser debido a un bocio
multinodular o un adenoma tiroideo tóxico y con menor frecuencia a una EGB.
Los pacientes con hipertiroidismo TSH dependiente tienen TSH normal o
elevada a pesar de niveles altos de T4L y/o T3L.
La forma de presentación clínica puede orientar el diagnóstico; por ejemplo, un
hipertiroidismo moderado-severo en una paciente joven con bocio difuso y OT sugiere
EGB. En este caso, la medición de niveles elevados de TRAb tiene una sensibilidad y
una especificidad para el diagnóstico de EGB del 97 y 99%, respectivamente. Además,
los anticuerpos antiperoxidasa son positivos en el 80% de los casos.
El objetivo del tratamiento del hipertiroidismo es conseguir una rápida mejoría
de los síntomas mediante el uso de bloqueadores betaadrenérgicos y la reducción de
los niveles de hormonas tiroideas, con tionamidas (como el metimazol), radioyodo o
cirugía.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
El hipotiroidismo primario (HTP) es la forma más frecuente de hipotiroidismo,
representa 99% de los casos. Se debe a una afectación primaria de la glándula tiroidea.
En este caso pueden distinguirse:
1. Hipotiroidismo subclínico: elevación de TSH en presencia de
concentraciones séricas normales de T4L y T3L. Rara vez la TSH alcanza
valores superiores a 10 mU/l.
2. Hipotiroidismo franco: elevación de TSH con disminución de T4L.
3. Según el tiempo de aparición puede ser congénito (1/4000 nacidos) o
adquirido.
4. Según su evolución pueden ser definitivos o transitorios.
El hipotiroidismo es 5 a 8 veces más frecuente en mujeres. La prevalencia de
hipotiroidismo franco varía entre 0,1 a 2%. La prevalencia del hipotiroidismo
subclínico varía entre un 4 a 10% de los adultos, siendo más alta en mujeres de edad
avanzada.
El hipotiroidismo puede ser subclínico o clínicamente evidente. Puede afectar a
todos los sistemas orgánicos, y estas manifestaciones son independientes del trastorno
de base. La clínica suele instaurarse de forma progresiva y depende de la magnitud
del déficit hormonal, la velocidad con que se haya desarrollado, la edad del paciente y
de la repercusión sobre los diferentes tejidos. 1844
En general, los pacientes que desarrollan el hipotiroidismo rápidamente
tienden a estar más sintomáticos, y los pacientes de edad avanzada tienden a
presentar menos síntomas y tener síntomas más inespecíficos.
No hay tejido que escape a los efectos adversos del déficit de hormonas
tiroideas. Hay disminución de la calorigénesis y del consumo de oxígeno, con
vasoconstricción periférica. Acumulación de ácido hialurónico, que unido al agua
produce el edema mucinoso típico visualizado en la piel, pero que afecta a todos los
órganos. Disminución de la síntesis proteica, que se evidencia en los niños con retardo
del crecimiento y déficit neurológico que puede ser definitivo.
Disminución del metabolismo evidenciado en acumulación de lípidos.
Disminución en la síntesis de vitaminas como Vitamina A, con acumulación de
carotenos, que otorga el color amarillo típico de la piel. La disminución del
cronotropismo e inotropismo ocasiona bradicardia y trastornos de conducción cardíaca
con caída de la fuerza de contracción (Reyes, 2007).
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Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Tabla 79. Manifestaciones clínicas en el hipotiroidismo
Termorregulación Intolerancia al frío.
Disminución del metabolismo energético (tasa de metabolismo basal baja)
Disminución del apetito.
La síntesis y la degradación de proteínas están disminuidas; hay una disminución
Metabolismo en la liberación de glucosa al músculo esquelético y al tejido adiposo y una menor
gluconeogénesis, sin cambios significativos en la glucemia.
Tanto la síntesis como la degradación de los lípidos está disminuida, con una
acumulación de lípidos, especialmente de baja densidad (LDL) y de triglicéridos.
Macroglosia. Engrosamiento de mucosas faríngea y laríngea (puede aparecer voz
ronca).
Gastrointestinal Estreñimiento por disminución de la actividad peristáltica. El edema intersticial
puede condicionar la aparición de malabsorción.
Las transaminasas pueden estar elevadas por una disminución de la eliminación.
Mixedema (acumulación de ácido hialurónico que produce edema sin fóvea).
Piel pálida y fría por la vasoconstricción.
Piel Reseca por la disminución de la secreción sebácea y sudorípara.
Fragilidad capilar (hematomas y retraso en curación de heridas).
Cabello y el vello corporal secos y quebradizos, tienden a caerse. Uñas quebradizas.
Cara Edema palpebral. Facies abotagada (hinchada).
Gasto cardíaco en reposo disminuido.
Hipertensión leve por la vasoconstricción.
Cardiovascular Cambios electrocardiográficos como bradicardia sinusal, prolongación del
intervalo PR, baja amplitud de ondas P y del complejo QRS, alteraciones en el
segmento ST y ondas T aplanadas o invertidas.
Hipoventilación y puede coexistir apnea obstructiva del sueño como resultado de
Respiratorio
la macroglosia.
Todas las funciones intelectuales (pensamiento, memoria, aprendizaje),
incluyendo el habla, están enlentecidas o disminuidas.
Letargo y somnolencia que puede confundirse con una demencia senil en
mayores; en casos extremos puede aparecer el coma (coma mixedematoso).
Los trastornos psiquiátricos más frecuentes son de tipo depresivo o paranoide.
Neuropsiquiátrico 1845
Puede asociarse cefalea, alteración de la visión nocturna e hipoacusia de
percepción por mixedema del octavo par craneal.
Son frecuentes las hipoestesias y la sensación de parestesias en las extremidades
(compresión por los depósitos de glucosaminoglucanos a nivel del nervio mediano
que lleva a un síndrome del túnel carpiano).
Retraso de la contracción y la relajación muscular produce una lentitud de
movimientos y un retraso en los reflejos osteotendinosos.
Músculo y hueso Rigidez y los dolores musculares. Puede haber mioclonías.
CPK aumentada en el plasma.
Enanismo por déficit de hormonas tiroideas en edades tempranas (cretinismo).
En mujeres disminución de la libido y anovulación, menstruación excesiva e
irregular, debido a una alteración en la secreción de progesterona y a la
Función sexual y reproductiva persistencia de proliferación del endometrio.
Fertilidad reducida. Pueden producirse abortos espontáneos.
En varones una disminución de la libido, oligospermia y disfunción eréctil.
Disminución del flujo sanguíneo renal, de la tasa de filtración glomerular y de la
Función renal capacidad tubular reabsortiva. La creatinina es normal, el ácido úrico elevado y el
sodio bajo.
Masa eritrocitaria disminuida como respuesta a la
reducción de las necesidades de oxígeno y a la disminución de la producción de
Sistema hematopoyético EPO (anemia normocítica normocrómica leve).
La adhesión plaquetaria y la coagulación pueden estar alteradas.
La fórmula y recuento de leucocitos suele ser normal.
Hiperplasia de células tirotropas puede hacer que la hipófisis aumente de
tamaño, pero raramente afectará a la función de otras células hipofisarias.
En hipotiroidismo grave puede haber hiperprolactinemia sérica estimulada por la
Función hipofisaria y suprarrenal
TRH, pudiendo presentar galactorrea.
Puede existir una insuficiencia suprarrenal por estrés o por el tratamiento
sustitutivo rápido con hormona tiroidea.
Fuente: Carrera et al., 2020.
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La causa más frecuente de HTP en áreas con aporte de yodo suficiente es la
tiroiditis crónica autoinmune o tiroiditis de Hashimoto. Se produce una infiltración
y destrucción del tejido tiroideo mediada por células y anticuerpos.
Puede cursar con o sin bocio, la atrofia es un estado terminal de la enfermedad
en la que hay mayor infiltración linfocítica tisular que conduce a fibrosis.
En su evolución se produce una pérdida progresiva de la función tiroidea. Es
más común en mujeres que en hombres (5 a 10 veces superior). Existe susceptibilidad
genética para desarrollar la enfermedad, siendo más prevalente en pacientes con
historia familiar de esta y de otras enfermedades autoinmunes, y también mayor
prevalencia en pacientes con síndrome de Down y síndrome de Turner.
Factores no genéticos también pueden influir como alta ingesta de yodo,
obesidad, gestación, irradiación local, tratamiento con citoquinas (IL-2 o interferón α)
o la edad.
El diagnóstico de tiroiditis de Hashimoto se confirma por la presencia de
autoanticuerpos (Ac) antitiroideos en el suero, generalmente a títulos elevados: los Ac
contra la peroxidasa tiroidea (anti-TPO) son más frecuentes y se encuentran en
concentraciones más elevadas que los Ac antitiroglobulina (anti-TG). Estos Ac suelen
persistir en el tiempo y rara vez desaparecen de forma espontánea.
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El tratamiento de elección del hipotiroidismo es levotiroxina (T4), una
prohormona cuya principal ventaja es que la conversión a T3 se regula
fisiológicamente según las necesidades de los tejidos.
El objetivo del tratamiento es normalizar los niveles de TSH, revertir las
manifestaciones clínicas y bioquímicas del hipotiroidismo y evitar el
sobretratamiento, especialmente en ancianos. En la mayoría de los pacientes, el
hipotiroidismo es una situación permanente que precisa tratamiento de por vida.
Fernández, V. H .
Capítulo 42 | Fisiología del sistema endocrino
Puntos de reflexión
1. ¿Se condice el cuadro sindrómico de Alejandra con el trastorno tiroideo que
presenta?
2. ¿Cuáles fueron los elementos que llevaron al diagnóstico del hipotiroidismo?
3. ¿Por qué la paciente no presenta bocio?
4. ¿Cuál es el fundamento de tratar a la paciente con levotiroxina?
1848
Fernández, V. H .
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