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Las Etapas de Joseph Ratzinger I Omnes 7
Las Etapas de Joseph Ratzinger I Omnes 7
à VIENE DE PÁGINA 37 renovada por el pensamiento personalista. pastor, recordando la intensa tradición de los
cardenal Frings, que se lo lleva como asesor El ser humano es, ante todo, una palabra de antiguos padres de la Iglesia, teólogos y obis-
y perito conciliar, después de haberle oído Dios y alguien destinado a él. pos. La misión de un obispo es, sobre todo,
una conferencia sobre cómo tenía que ser el celebrar y predicar, además de guiar la vida
Concilio (1962-1965). Trabajará bastante para Ratzinger obispo (1978-1982) de la Iglesia. La misma actividad le permite
el cardenal (casi ciego), y el Concilio le dará Le pilló completamente de sorpresa, como cuajar su pensamiento litúrgico, y desarro-
una nueva experiencia de la vida de la Iglesia confiesa con toda sencillez en Mi vida. Ni si- llar su referencia a la santidad de la Iglesia,
y el trato con grandes y veteranos teólogos quiera cuando le llamó el nuncio se imaginó reflejada en los misterios de la vida del Señor
que admira, como De Lubac y Congar. lo que le podía venir encima. Pero Pablo VI y en la vida de los santos.
Dentro de aquel entusiasmo teológico había pensado en él como un teólogo-obis-
empieza a percibir los síntomas de la crisis po con autoridad personal suficiente para La obra de este periodo
posconciliar y, poco a poco, se distancia del contribuir a sedimentar la difícil situación Es un periodo corto, de cuatro años, pero cla-
vedetismo de algunos teólogos, como Küng, ve en el desarrollo de su teología litúrgica.
y también del que se comprendan como los Lo que, primero, como sacerdote y profesor,
verdaderos y auténticos maestros de la fe, habían sido predicaciones ocasionales, se
un concilio de los teólogos constituido co- convierte poco a poco en un cuerpo sobre los
mo una permanente fuente de cambio en la misterios de la fe y de la vida de Jesucristo
Iglesia. Ese va a ser el motivo de su adhesión que la Iglesia celebra a lo largo del año. Por
al proyecto de la revista Communio, de Von ejemplo, las cuatro predicaciones sobre Eu-
Balthasar y De Lubac, en contraste con la caristía, centro de la Iglesia (1978), El Dios de
revista Concilium, de Rahner. Hace falta dis- Jesucristo. Meditaciones sobre el Dios Uno y
cernimiento. También hace falta discernir Trino, y La fiesta de la fe (1981). Su reflexión
y centrar la Teología bíblica, para que nos litúrgica, antes un poco dispersa y ocasional,
acerque y no nos separe de Cristo. Es una
“Quería seguir la pista a la se consolida ahora en una visión general, y
preocupación que nace entonces y crece en pregunta: ¿Por qué creemos? acabará, ya como prefecto, en su El sentido de
su vida hasta el final cuando, ya como Papa, Pero en esta pregunta estaba la Liturgia (2000). En la que incluye también
escribe Jesús de Nazaret. la otra pregunta sobre […], el su interés por el arte y, especialmente, por la
anclaje de la liturgia en el acto música sagrada.
La obra de esta época fundante de nuestra fe y su Además, en este periodo destaca su predi-
A primera vista, la obra como teólogo no es cación sobre la creación ante las cuestiones
muy grande y en cierto modo queda oculta,
lugar en el conjunto de de la ciencia moderna y la evolución, que da
porque tiene bastantes artículos de dicciona- nuestra existencia humana”. lugar a un libro inteligente y lúcido, Creación
rio y comentarios. Como fruto de sus trabajos y pecado. n
en Teología Fundamental, se publicará más Joseph Ratzinger
tarde su Teoría de los principios teológicos TEÓLOGO, ARZOBISPO, PREFECTO Y PAPA
(1982). Además, reúne sus artículos sobre (1927-)
eclesiología en El nuevo Pueblo de Dios (1969)
y, más tarde, en Iglesia, ecumenismo y políti-
ca. Nuevos ensayos de eclesiología.
Sin embargo, el libro que le da fama en este eclesial posconciliar en Alemania. Joseph
momento y que reúne toda su preocupación Ratzinger la sufrió. Lo más hermoso y grati-
de explicar la fe cristiana a un mundo mo- ficante de su ministerio fue la predicación y
derno más o menos problematizado y críti- el trato con la gente sencilla. Lo más áspero,
co, es su Introducción al cristianismo (1968: las resistencias y manías de las estructuras
año complejo), traducido pronto a muchas eclesiales, tan desarrolladas (y a veces pro-
lenguas. Se trata de un curso para universi- blematizadas) en Alemania. Lo primero es
tarios, pero reúne y sintetiza muchos de sus la fe vivida, en la que se aprecia la autentici-
puntos de vista. dad y eficacia del Evangelio. Pero lo segun-
Además, cuando ya ha sido nombrado arzo- do, difícil de manejar, también pertenece a
bispo de Múnich, termina y publica una breve la realidad de la Iglesia en este mundo, y no
Escatología (1977), que tiene más importancia se puede obviar.
de lo que parece en su pensamiento, ya que Como la segunda parte queda más oculta,
da el sentido cósmico de la historia, pone la se puede decir que este periodo se caracteriza
vida humana ante las grandes cuestiones y por una gran expansión de su atención a la
le permite acercarse al problema del alma liturgia y a la predicación sobre la santidad
y de la persona desde una óptica teológica cristiana. Y esto consolida su teología como