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cole
KRISTINA WEAVER 2
La presente traducción ha sido llevada a cabo sin ánimos de lucro, con
el único fin de propiciar la lectura de aquellas obras cuya lengua madre
es el inglés, y no son traducidos de manera oficial al español.
El staff apoya a los escritores en su trabajo, incentivando la compra de
libros originales si estos llegan a tu país.
Todos los personajes y situaciones recreados pertenecen al autor.
Queda totalmente prohibida la comercialización del presente documento.
¡Disfruta de la lectura!

3
Staff:
Moderadora de traducción:
Myr62

Traductoras:
Myr62

Jabes

Nanaromal

Arli

AnotherGirl
4
Flor

Moderadora de corrección:
Lelu

Correctoras:
Lelu – Dai – Flopyta

Lectura final y diseño:


ZombieQueen
Índice:
Staff Capítulo 10

Sinopsis Capítulo 11

Capítulo 1 Capítulo 12

Capítulo 2 Capítulo 13

Capítulo 3 Capítulo 14
5
Capítulo 4 Capítulo 15

Capítulo 5 Capítulo 16

Capítulo 6 Capítulo 17

Capítulo 7 Epílogo

Capítulo 8 Sobre la autora

Capítulo 9
Sinopsis

No digo que el amor no exista, solo digo que no quiero nada él...

Es por eso que el matrimonio que mis padres arreglaron para mí desde

la cuna parece una apuesta segura. Libby es un tipo de mujer

obediente y bien entrenada que será fácil de controlar y mantener justo


donde la quiero; en mi cama y fuera de mi corazón.

O eso supuse erróneamente.

Este pequeño petardo no está yendo tan bien como esperaba y se niega
a casarse conmigo, como si no fuera la captura del siglo. Bueno, se lo
mostraré. Tengo que hacerlo, porque ahora que no puedo tener lo que
siempre he asumido que sería un trato fácil, la quiero más. 6
¿Dicen que siempre quieres lo que no puedes tener? Soy Cole Riley,
CEO, playboy, prometido despiadado.

Pondré mi anillo en el dedo de Libby y a ella en mi cama, incluso si


tengo que hacerle un trato que no puede rechazar.
Capítulo 1
Traducido por Myr62
Corregido por Lelu

Libby
Mis nervios están tan tensos que siento cada movimiento de mi
cuerpo, cada brisa caliente que flota sobre mi piel donde estoy parada
en la esquina del gran salón de baile, esperando y rezando para
mezclarme con la pared y no sobresalir en absoluto.

También estoy sudando, ya que en lugar de ‘pasar a saludar’


durante una hora y mostrar nuestras caras como lo prometió mamá, 7
hemos estado aquí durante casi cuatro horas y los anfitriones ni
siquiera han hecho un brindis.

Esta casa pertenece a los Riley, una familia sureña muy


prominente que no solo es más rica que el oro, sino que también es la
gente que vive en estos lugares. Estos lugares son Blue Lake, Kentucky,
la ciudad en crecimiento en la que he vivido toda mi vida.

Algunos dicen que los Riley son una antigua familia petrolera.
Algunos dicen que se hicieron ricos con la minería en Alaska. Otros...
bueno, las historias se vuelven más salvajes cuanto más escuchas, pero
sé la verdad.

He estado aprendiendo sobre esta familia durante años, desde


que me dijeron en mi decimotercer cumpleaños que estaba
comprometida con Cole Riley, el aparente heredero de la fortuna Riley y
que mucha gente parece pensar que es un regalo de Dios para todas las
mujeres.
Admitiré que casi me ahogo en mi propia baba cada vez que le
pongo los ojos encima, ¿y quién diablos puede culparme? Mide 1,95,
tiene un cabello tan negro como el pecado y ojos del color de las chispas
de diamantes.

Sí, está más caliente que una barbacoa de Kentucky el 4 de julio.


Y si hubiera sido un poco más inteligente, me habría dado cuenta de
que ningún tipo tan bueno nunca me miraría y pensaría que debería
haberlo hecho.

Pero así es cuando eres joven. Lo veía. Babeaba. Perdía cada


célula cerebral en mi cabeza de diecisiete años.

Me sentía muy mal y me ponía en ridículo cuando trataba de


hablar con mi prometido.
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Resulta que ningún hombre de veintidós años, que tiene un
verdadero grupo de fanáticas, está incluso ligeramente interesado en
una chica bajita y malhumorada que todavía tiene un poco de grasa de
bebé desde la adolescencia.

Al menos eso es lo que aprendí en los siguientes meses. Ahora no


me malinterpreten, Cole no es malo, en lo más mínimo. Pasó mucho
tiempo conmigo, conociéndome y simplemente siendo amable incluso
cuando sus amigos decidieron que yo era el saco de boxeo local y estaba
abierta a recibir todos los insultos.

Como si estuviera vendiendo boletos o algo así.

Pero... nunca ha sido muy atento además del tiempo que tuvo que
pasar conmigo para sellar el trato entre nuestras familias. A los Riley
les gustan los bienes raíces, y también a nosotros, mi familia, los
Chesterfield.
Tiene sentido que dos de las principales familias de Blue Lake
fusionen sus activos, por así decirlo. Soy el activo número uno, la
princesa de todo, la heredera del trono de mi papá.

Y como esa pequeña princesa, depende de mí mantener limpio el


apellido y seguir las órdenes. Tengo que casarme con Cole Riley.

Eso no sería una dificultad si no fuera por el hecho de que


nuestros padres nos han estado forzando durante cuatro años con la
preparación para nuestras nupcias justo después de mi vigésimo primer
cumpleaños, dentro de un mes.

Y entonces escuché a mi querido y viejo prometido decirle a sus


padres que no me quería, diciéndolo tan fuerte que todo el grupo de
veinte personas y los pájaros que cantaban en los árboles también lo
escucharon. 9
Es la razón por la que pasé el último año en terapia tratando de
reunir el coraje para desobedecer las órdenes de mis padres y cancelar
la boda.

Ahora, aquí estoy. No sólo me han humillado públicamente, sino


que me siguen obligando a ver al tipo incluso después de contarles a
mis padres toda la sórdida historia.

Esta noche este lugar está repleto con todos sus amigos y algunos
de los míos también. Oh, y su actual novia del mes.

Estoy en el programa y me veo obligada a sonreír mientras el tipo


con el que todos saben que me tengo que casar, está al otro lado de la
habitación con su mujerzuela del brazo.

―Liberty Chesterfield, ¿qué demonios haces escondida aquí?


Cierro los ojos derrotada y me vuelvo hacia mi mejor amiga,
Maisy, sintiendo que mis mejillas se calientan tanto que juro que podría
hacer una audición para el circo. Maisy, la única razón por la que
todavía estoy medio cuerda, es una de esas mujeres que piensan que
escupir en sus ojos es mucho mejor que evitar la confrontación.

Aprecio sus sentimientos, y parte de mí incluso está de acuerdo


en que mantener la cabeza alta es el camino a seguir. Simplemente no
lo siento ahora mismo, no cuando veo a Cole mirándome, con el ceño
fruncido.

―¡Silencio, May! Estoy tratando de capear esta tormenta hasta


que mamá y papá decidan irse ―siseé, dándole la espalda a Cole y al
espectáculo que es Felicity Jones prácticamente arrastrándose por su
pierna.
10
Maisy pone su característico ceño fruncido oh no, no acabas de
decir eso y escucho sus dientes rechinar cuando mira por encima de mi
hombro y entrecierra los ojos.

―Juro por Dios que no puedo entender por qué tus padres aún te
obligan a casarte con ese bastardo. Sal de allí y vamos a buscar algo de
beber.

―No, eh, estoy bien por aquí. Tú sigue y...

―Liberty Josephine Chesterfield, no vas a esconderte en este


rincón mientras esos idiotas te avergüenzan y se ríen a tus espaldas.
Me niego. Vamos, Logan está aquí y se sentiría muy herido si no vas a
saludarlo.

Prácticamente soy arrastrada de mi escondite y desfilo por la


habitación mientras Maisy me arrastra detrás de ella, toda la habitación
nos mira por el camino.
Los ignoro a todos, especialmente a Cole, y casi siento mi cara
dividida en dos cuando veo a Logan Lang a la vista, su cabeza rubia y
dorada se eleva sobre todos a su alrededor.

―¡Lib! Dios, cariño, eres un regalo para la vista.

Me sostiene con un abrazo de oso y me exprime la vida mientras


me río y lo abrazo, sintiendo que toda la tensión de las horas anteriores
se desvanece.

Logan es mi héroe, mi salvador y la única razón por la que


terminé la escuela secundaria después de cumplir los diecisiete y todos
aprendieron que pronto sería la próxima Riley. No hace falta decir que
los chistes y los comentarios de ‘pobre Cole’ de repente no me
convirtieron en la Señorita Popular. De hecho, fui bastante intimidada y
victimizada antes que Maisy le contara a su hermano mayor, Logan, y él 11
empezó a llevarme a la escuela y a recogerme.

A los veinte años, era un buen partido, y cuando la gente empezó


a hablar de nosotros dos saliendo, bueno, ya no era la patética Libby.
Pasé mí último año de secundaria sin prestar atención a los rumores de
que éramos pareja, sólo una vez diciéndole lo que se rumoreaba porque
me sentía culpable y no quería que se enfadara.

Él se rió, plantó un buen beso en mis labios en el estacionamiento


de la escuela y luego me llevó a tomar un helado. Y luego nosotros, su
verdadera novia incluida, nos reímos un poco más mientras nos
burlábamos de los chismes.

―Oye, Logan, te ves bien, guapo. ¿Chrissy sigue perdidamente


enamorada de tu estúpido trasero? ―bromeo, buscando a su novia, otra
de las pocas personas con las que cuento como amiga.
―Sí, no puede evitarlo, Lib. Soy bastante impresionante. Y no, no
está aquí. Su hermana está a punto de estallar con su próximo hijo, así
que Chris se está quedando con ella unos días para ayudarla.

Dios bendiga a la mujer. No puedo decir que haya conocido a


alguien más dulce, aparte de la forma en que se había reído la primera
vez que alguien se le acercó y le dijo que su novio la estaba engañando
conmigo.

―No le envidio ese trabajo. Conocí a su hermana Danielle en la


barbacoa de los Halls hace unos meses, y...

Logan se ríe y sacude la cabeza.

―¿Por qué crees que me estoy sometiendo a este desastre? La


última vez que fui a un viaje familiar con Chris, terminé golpeando a su 12
cuñado y diciéndole a su hermana que era una arpía. No gracias, pero
prefiero usar un traje de mono que pasar una semana rogando el
perdón de Chris y escuchando a sus padres hablar mal de mí. Ahora,
¿qué haces aquí? ―pregunta, mirando deliberadamente sobre mi
hombro.

Un encogimiento de hombros es todo lo que saco antes que sus


ojos se estrechen y me mire de nuevo.

―Como recuerdo, la última vez que tus padres insistieron en que


asistieras a una de estas cosas, tus tres hermanas y tu papá tuvieron
que luchar contra ti en el auto. Y me prometiste que manejarías las
cosas.

Por “manejar”, quiere decir que juré encontrar una manera de


salir de esta farsa de compromiso, incluso si tuviera que venir hasta
aquí y darle a los Riley la noticia yo misma.
No había mentido. Había llegado hasta el camino de entrada
antes que el miedo y los nervios me obligaran a retroceder. Después de
eso me fui de juerga y pasé los siguientes dos meses en terapia después
de haberme asustado a muerte.

Fue entonces cuando me di cuenta que necesitaba ayuda en


forma de psiquiatra, alguien con quien hablar y que no barriera mis
dudas debajo de la alfombra.

Mis padres son geniales, pero piensan que el sol brilla en el culo
de Cole y nunca me dejan olvidarlo.

―Lo estoy haciendo. Lo haré. Es que aún no sé cómo hacerlo, eso


es todo. Mi médico me está ayudando con eso, y...

Las palabras suenan como una mentira, incluso para mí. La 13


terapia es excelente para desahogarse, pero una vez que salgo de esa
oficina y regreso al mundo real, parece que no puedo hacer nada más
que seguir órdenes, como toda mi vida. Al ritmo que voy, me casaré y
me reproduciré antes de abrir mi estúpida boca.

Logan me da una mirada triste y sacude la cabeza.

―¿Lo ves por allá, Lib? ¿Ves la forma en que te humilla frente a
todos alardeando de sus mujeres? Eso no está bien y lo sabes. Si está
haciendo esta mierda ahora, puedes apostar tu último dólar a que te va
a abandonar antes que el ‘sí acepto’ tenga un minuto ―gruñe Logan
mientras mira por encima de mi hombro. Casi siento pena por Cole y
quien está parado cerca.

Si las miradas mataran…

No veo si Cole se da cuenta o si alguien más está mirando porque


tengo mucho miedo de mirar al hombre en este momento. Lo más
probable es que llore si nuestros ojos se encuentran, y prefiero que me
despellejen y me hiervan en vinagre antes que mostrarle lo herida que
estoy por él.

Es realmente patético, pero lo he amado desde que tenía 17 años.

―No llegará tan lejos, Logan. Juro que no lo dejaré. Ahora deja de
mirarlos y hablemos de otra cosa. ¿Cómo va el negocio?

―No, no cambies de tema. Quiero saber exactamente cuándo y


cómo te liberarás de Cole Riley, y no te desvíes ni llores, Lib.

―Pero Logan, mamá y papá no se rinden. No tengo elección si


insisten en este matrimonio. La dura verdad es que no estoy preparada
para hacer nada más que seguir órdenes después de la forma en que
mis padres se descargaban. No tengo educación fuera de la escuela
secundaria, y paso la mayoría de los días trabajando duro para las 14
organizaciones benéficas de mamá. Si fuera a huir ahora, no tendría
adónde ir y no tendría dinero. Estoy bien y realmente atascada con la
forma en que están las cosas, a menos que haga algo que sacuda tanto
a los Riley, que se verán obligados a disolver el compromiso.

―Te dije que te liberaría y te ayudaría con la universidad y el


dinero, Lib.

―Tus padres te repudiarían, Logan. Gracias por la oferta, pero


sabes que no puedo...

―Solo piensa en ello.

Casi me sorprende cuando Maisy me agarra del brazo y comienza


a arrastrarme, Logan nos pisa los talones, y solo me detengo y me alejo
cuando llegamos al vestíbulo justo debajo de la escalera.

―Qué diablos…
―La Sra. Riley te estaba presionando como si fuera en serio. De
todos modos, sólo piensa en lo que Logan te está ofreciendo, Lib.
Podrías ir a esa elegante universidad a la que fuiste aceptada, y no
estarías atrapada en Blue Lake después de... después de que me vaya
con Kai ―susurra, dándome la misma mirada triste que me ha estado
dando desde que me dijo que ella y su prometido se mudan al norte, a
Nueva York, por su trabajo.

Quiero llorar sólo de pensarlo. Sé que todavía puedo contar con


Logan, pero Chris y él viven en la ciudad, más cerca de sus oficinas, y
sólo vienen de vez en cuando los fines de semana. Maisy ha sido mi
único pilar y verdadero apoyo, y con su partida, sé que voy a estar
completamente sola y a merced de mis padres sin respaldo.

He considerado la oferta de Logan, créeme, lo he hecho, pero


todavía no puedo permitir que arriesgue la ira de sus padres si supieran
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que me está ayudando a escapar de la familia más poderosa de la
ciudad.

Y luego ni siquiera he mencionado que me gustan los Riley e


incluso paso mucho tiempo ayudando a Lucinda, la madre de Cole, con
su propio trabajo de caridad.

Moriría si mis acciones los hirieran y avergonzaran de alguna


manera, lo que ciertamente haría al dejar a su hijo en el altar.

―Lo pensaré. De verdad, lo haré. ¿De acuerdo? Ahora dejen de


preocuparse, los dos. Voy a estar bien. ¿Qué van a hacer, atarme y
obligarme a casarme? ―Me río nerviosamente, pensando que no dejaría
que Cole hiciera precisamente eso.

El hombre no me quiere, pero el chico armó un escándalo el día


que lo oí gritar esas palabras hirientes mientras toda una fiesta me
miraba con lástima.
Ahora no soy una señorita con corazón de león, y tan avergonzada
como estoy de admitir eso, tengo que confesar que esa fue la única vez
que me defendí. Entré, ignorando las risitas y las miradas de lástima, y
les dije a los Riley que me gustaría ir a casa y que si Cole se sentía así,
yo estaba bien para irme y casarme con otra persona.

Los rumores con Logan eran abundantes en ese momento, por lo


que no me sorprendió demasiado cuando Cole comenzó a hablar
conmigo sobre salir con otro hombre y me dijo que limpiara mis actos
antes de poner su anillo en mi dedo.

Como si tuviera derecho a hablar con la forma en que todos estos


años se ha estado metiendo en cualquier cosa con vagina.

Terminé teniendo que disculparme con el gran idiota por


atreverme a hablar. Luego se me atascó un anillo en el dedo tan fuerte 16
que me sangró el nudillo.

Estúpido patán. Solo estaba tratando de darle una salida fácil, ¿y


así es como lo hizo?

―Lib. Ven aquí, nena.

Me doy cuenta que estoy llorando en silencio un segundo antes


que Logan me empuje hacia adelante y me abrace con fuerza para
consolarme.

Sí, estoy llorando. Me he visto obligada a soportar estas fiestas y


reuniones durante meses, cada vez que tengo que ver a Cole y a quien
sea que tenga en su brazo, follándose pública y simplemente no puedo
soportarlo más.

Tengo casi veintiún años y no tengo nada que mostrar en mi vida


más que un compromiso con un hombre que no siente nada por mí,
pero que todavía me mantiene en un compromiso que ninguno de
nosotros quiere. Además de eso, ahora mis dos mejores amigos me
están dejando sola.

―Shh, cariño, no llores. Vamos, osita Libby, sabes que te alejaré


de todo esto, solo dilo.

Estoy tan tentada que me duele más negarme cada vez que me
pide que acepte su ayuda. Envolviendo mis brazos más completamente
alrededor de él, me aprieto y cierro los ojos de felicidad cuando él atrae
a Maisy y ella me da un poco más de consuelo.

―Quizás lo haga. Tal vez…

―Quita tus malditas manos de mi prometida, Lang.

Escucho el gruñido y trato de retroceder, de repente sintiendo


diez tonos de culpa. Logan solo me abraza más fuerte y me pone una
17
mano en el culo en señal de advertencia, su mirada de ojos verdes se
estrecha y se vuelve hostil al mirar a Cole.

―¿Tu prometida, Riley? ¿Y quién sería? ―dice arrastrando las


palabras, cavando mi tumba más profundamente, comenzando un
apretón rítmico y soltando la nalga a la que se aferra.

Los ojos de Cole son casi negros cuando su mirada se posa en mi


culo y ve el toque íntimo, su cara se pone tan dura que siento que mis
rodillas se debilitan y se ponen gomosas.

―Liberty.

Él me está hablando ahora, su voz es una severa orden y


mientras me tiende una mano, esperando plenamente que le siga y
obedezca, y sin asumir ni una sola vez que su débil y simple novia
florero lo desobedecería.
No puedo decir que sí o que no. Estoy congelada en el lugar,
aterrorizada de dar ese paso y darle la impresión que, de hecho, le
pertenezco. Logan se tensa y lo siento vibrar de risa antes de reírse
tristemente, inclinándose para besarme en la mejilla.

―¿Esta pequeña dama? Pensé que todo ese sinsentido estaba


hecho ya que parece que estás ocupado. De hecho, podría haber jurado
que te vi desfilar con Felicity Jones por allí como si fuera la próxima
señora Riley.

Oh, Dios. Le dije a mamá que no era una buena idea. Podría estar
sentada en el porche ahora mismo, disfrutando de un pastel y un buen
libro en lugar de ver a dos machos alfa enfrentarse entre sí.

―Felicity no es de tu incumbencia.
18
―Huh, pero ella lo es. Mira, si voy a estar convencido que mi
Libby sigue siendo tomada por gente como tú, pensaría que no estarías
restregándole tus putas en su cara. Vamos, Lib, nena, salgamos de
aquí.

―Liberty, dije que jodidamente vengas aquí ―se enoja Cole,


ignorando intencionadamente a Logan y señalándome con el dedo como
si fuera un perro que iría a sus pies o algo así.

Y aquí viene mi temperamento Chesterfield y todo lo que viene


con él. Levanto la barbilla y lo miro por encima de mi nariz, tal como
mamá me enseñó a hacer con las chicas malas, y sacudo la cabeza.

―Adiós, Cole.
Capítulo 2
Traducido por Jabes
Corregido por Lelu

Cole
Estoy tan enojado y aturdido mientras Liberty se da vuelta y
permite que ese imbécil de Logan Lang la saque de la casa que me toma
cinco segundos darme cuenta que mi chica no solo me desobedeció,
sino que está permitiendo que otro hombre la toque.

Que toque lo que es mío.


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La ira que estuvo hirviendo por dentro desde que su amiga fue, la
sacó de su esquina y su rostro casi se partió viendo a Lang,
transformándose en algo que solo había sentido una vez en mi vida, el
día que mi hermano Drew llegó a casa para decirme que mi ratoncito
corría por la ciudad con el hermano de su mejor amiga.

Sí, me sorprendí cuando descubrí que Liberty estaba siendo


llevada y traída a la escuela por un imbécil que no era yo, y que el idiota
también la llevó por un helado y al cine y maldita sea a cualquier otro
lugar al que su pequeño corazón quería ir.

Entonces también sentí enojo, mucho enojo al pensar que algo


que poseía estaba jugando con otro tipo que conocí solo una vez y no
demasiado. Mi primer instinto había sido ir a casa de los Chesterfield y
poner su culo rojo cereza para que combinara con esos dulces rubores
que siempre parecía usar a mi alrededor, y luego darle una paliza a
Lang, haciéndole saber que no apreciaba tener a otro tipo cazando
furtivamente en mi territorio.
Y lo habría hecho, no nos equivoquemos, hasta que mamá me dijo
que Logan Lang no era nada más para Liberty que un muy buen amigo
y alguien con quien ella hablaba sobre los niños malos en la escuela.

Verás, Liberty y mamá son amigas, y no solo por este


compromiso, sino porque realmente se quieren. Ambas adoran
cualquier cosa que tenga que ver con el jardín y la mierda que crece;
pueden hablar durante horas sobre las cosas más tediosas bajo el sol.

Agrega a eso el hecho que Liberty es una de esas mujeres raras y


verdaderamente agradables a las que les gusta hacer el bien y hacer
felices a los demás, y estoy muy contento que pronto sea mía.

Eso no significa que siempre me haya sentido así. Cuando mamá


y papá me sentaron y me dijeron que me habían prometido a una chica
que era lo opuesto a todo lo que alguna vez había querido, estaba 20
furioso y listo para decirle que volviera de regreso a su familia y se
quedara allí.

Tenía veintidós años y comenzaba a extender mis alas después de


cuatro años intensos estudiando y tratando de mantener una pasantía
en la compañía de mi padre al mismo tiempo.

Y luego escucho que estaba encadenado antes de empezar a


divertirme. Estaba disgustado, por decir lo menos, y estaba más que
listo para asustar a la pequeña señorita Liberty de regreso a dónde
había venido.

Hasta que la vi y me di cuenta que enojarme con esa chica suave,


inocente y demasiado adorable no solo estaba mal, sino que era algo
que no podía hacer. Puede hacerme sonar como que soy todo tipo de
cosas desagradables, pero me gusta saber que la futura madre de mis
hijos es un mundo aparte de las mujeres sueltas, fáciles y avariciosas
que llevo a la cama.
Ellas son para diversión. Ella es para toda la vida y para ser
mantenida en ese buen lugar que mancillo cada vez que respiro. Al
principio era fácil mantenerse alejado, era fácil dejarla vivir su vida y
disfrutar a sus amigos, aunque quería castrar a Lang algunas veces,
novia o no novia, mientras yo continuaba en el mismo camino
desenfrenado en el que estaba.

Era fácil porque en ese momento, ella todavía llevaba algo de


grasa de bebé y se escondía detrás de ropa y cabello poco halagadores
que nunca habían visto un par de tijeras.

Ahora, sin embargo… mamá hizo que estilizaran su cabello en


capas femeninas que todavía eran muy largas, pero que la hacían ver
como si acabara de ser bien follada.

Y ese cuerpo que tomé como gordo es el retorno a una chica pin- 21
up. Todo caderas anchas, cintura ceñida, y senos y un culo que estaban
destinados a acunar a un hombre con comodidad.

Liberty Chesterfield, mi niña, es un hembrón, uno que pasó


desapercibido durante muchos años gracias a su desdén por la moda y
la ceguera de la mayoría de los hombres.

Lo sé, y no porque le presté atención o algo así, avergonzado como


estaba debo admitirlo, sino porque la había visto nadar un día cuando
me detuve para que su padre firmara unos contratos.

Y maldita sea, ahora me alegro que mi propio padre me obligara a


ponerlos en su lugar después de ver toda esa carne curvilínea, porque
ahora sé que no importa lo que esos amigos suyos pongan en su cabeza
o cuánto pueda intentarlo, ella no me dejará.

Los contratos en cuestión eran a prueba de fallos, de todo tipo, y


dicen que, si los Chesterfield no están a la altura de nuestro
compromiso, me traspasaran una buena mitad de sus propiedades a
mí.

En resumen, Liberty llevará a la bancarrota a su viejo a menos


que ceda y se case conmigo. Estarás pensando que no tengo corazón, y
puede que tengas razón, pero no pasé los últimos cinco años trabajando
duro solo para perder al final del día, y lo haré si Liberty se va,
llevándose la compañía de su padre con ella.

Y simplemente no puedo ver a otra mujer, una de estas tontas,


vanas y egoístas piel y hueso, cargando hijos fuertes como para llevar
mi nombre.

—¿Vas a dejar que se vaya con él, Cole? ¿Después de lo que los
escuché discutir? Si él gana, tu chica podría estar en el próximo vuelo
que sale de aquí, y entonces, ¿cómo vas a recuperarla? 22
Me giro de la visión de Liberty subiendo al auto de Lang para
mirar a Drew, haciéndole saber que él debería saberlo mejor.

—Ella estará en casa mañana, y yo iré allí para hablar sobre la


forma en que espero que se comporte en público mientras tiene mi
anillo en su dedo.

Drew resopla y mira hacia el salón de baile antes de volver a


mirarme a los ojos. Veo ira en sus ojos, desilusión y la necesidad de
decir todo lo que siempre quiso decirme en la cara desde que comencé
mi campaña de ir de cama en cama hace cinco años.

Sé que le molesta que haga desfilar a las mujeres de esta manera,


ya sea que Liberty esté en la mezcla o no, y eso lo enfurece, tener que
ver su humillación.

Drew es un gran admirador de Liberty, e incluso una vez les pidió


a mis padres que se lo ofrecieran como marido. Ambos estuvimos con
mucho dolor después de la pelea que produjo esa pequeña declaración,
y le hice saber de inmediato lo poco impresionado que estaba con su
pensamiento.

Liberty es mía; lo fue desde el día en que nació y lo será hasta el


día que tome mi último aliento. Con suerte eso será por mucho tiempo a
partir de ahora, y después que ponga mi polla y mis bebés en ella.

—Amigo, después de lo que les escuché discutir, me sorprendería


que la pequeña Libby siquiera esté en casa mañana. Y déjame decirte
que podrías haberlo manejado mucho mejor —dice Drew con un siseo—
. Y si fuera tú, me desharía de Felicity. Ella estuvo aterrorizando a Libby
desde la escuela secundaria, y no creo que ser visto con ella te vaya a
ganar ningún punto con tu chica.

Se da vuelta y se aleja antes que pueda ofrecer mi propia opinión, 23


probablemente muy consciente de mi respuesta y poco dispuesto
siquiera a escuchar mi versión.

La cual es simple: Liberty será mi esposa, la madre de mis hijos, y


la encarnación de todo lo que se supone que debe venir con su papel de
mi pareja elegida.

Felicity y las demás son simplemente diversión, algo que no tengo


intención de dejar llevando un anillo o no. Con una libido tan alta como
la mía, dudo que la pequeña Libby Chesterfield tenga lo necesario para
mantenerme satisfecho.

No voy a deshacerme de mis platos de segunda mesa. Sin


embargo, seré mucho más circunspecto sobre cómo manejaré estas
cosas en el futuro.

Realmente no sería bueno para mí desfilarlas ante las narices de


Lib después que hayamos sellado el acuerdo. No soy un completo idiota,
después de todo.
—Esa fue, en general, la exhibición más espantosa que jamás
haya visto.

Me giro y miro a mamá, odiando que una vez más me critique una
de las pocas personas por las que tengo respeto o afecto. Mi mamá es
una joya, pero siempre está tratando de cambiarme, y las posibilidades
de que eso suceda son escasas.

No importa lo acertada que sepa que está, la verdad es que ser


ese buen chico que quiere que sea no está en las cartas para mí. No
después del pozo negro en el que estuve nadando durante años, y
ciertamente no si ser ese buen chico le daría a mi futura esposa una
idea equivocada.

No voy a amarla, ni siquiera si la mujer en cuestión es una de las


personas más bonitas y bondadosas que conocí. No, Liberty y mi mamá 24
necesitan entender desde el principio que soy quién soy y que eso no
cambia nada.

Probablemente heriría los sentimientos de la pequeña inocente,


pero la verdad es que eso no me impedirá tomar lo que quiero, y lo que
quiero ahora que vi a la verdadera Liberty es una esposa que me dará
hijos fuertes y decentes y tal vez una niña o dos que se parezcan a ella
con todos esos rizos plateados y ojos del color de una nube de tormenta.

Ah, y tal vez algo de consuelo de vez en cuando. Es algo que no


me permití desde que Tess me tiró esa mierda hace tres años, y resulta
que es algo que estuve ansiando pero que no estoy dispuesto a buscar
con los recipientes vacíos que llevo a mi cama.

—Mamá…

—Ahora no te atrevas a faltarme el respeto, muchacho. Soy tu


mamá y sé lo que es mejor para ti. Has estado haciendo todo lo posible
para lastimar a esa chica desde el momento en que la viste, sin duda tu
forma de hacerle saber que no eres todo lo que su yo adolescente de
ojos estrellados le hizo creer que eras. En cualquier caso, te digo que, si
no estás dispuesto a ser un marido decente para Libby, puedes darte la
vuelta y volver a esas cosas insignificantes con las que estás.

—Mamá…

—Hablaré con tu padre esta noche, Cole, diciéndole que la boda


está cancelada a menos que te pongas en marcha. Si por algún milagro
crees conveniente limpiar tu comportamiento y realmente empiezas a
tratar a esa mujer como una persona real, entonces veremos si
continúas, pero por el momento no pondría ni a un perro rabioso de
tres patas a tu cuidado.

Se va enfadada mientras mi mandíbula cae y mi cerebro está


disperso, su cabello rubio perfectamente peinado meneando y 25
zigzagueando con cada paso enojado.

Y ahí es cuando me golpea. Podría perder mi objetivo, perder el


lote completo si mis padres deciden que no soy lo suficientemente
bueno para la chica con la que estoy prometiendo desde que honró la
cuna.

Puede que no crea que Liberty sea lo suficientemente buena como


para mantenerme satisfecho y amarrado, pero eso no significa que no la
deseé desde el día en que la vi por primera vez, adorándome como un
héroe en esa primera fiesta.

No, no solo quiero a esa chica para mí, la necesito. Necesito que
solo una persona me siga mirando como si no estuviera arruinado, y
por alguna razón, decidí hace mucho tiempo que esa persona es Liberty.

Mira, estoy a cargo por una razón, y es simplemente porque sé


cómo cubrir mis apuestas. Si eso no funciona como yo quiero, juego
sucio. Más sucio que mi oponente.
Nunca pensé que vería el día en que mi oponente sea mi propia
mamá, pero ahí lo tienes, y no tengo intención de dejar que se lleven a
la mujer que esperé tener por cinco años.

Supongo que Drew tenía razón; esto no puede esperar hasta la


mañana.

♦♦♦

Libby
Estoy tan agotada y completamente confundida por todo lo que
sucedió esta noche que cuando mamá golpeó la puerta y entró,
exigiendo saber por qué me fui tan rápido y sin decir una palabra, era
solo un gran paquete de nervios alterados. 26
Fingí estar dormida, así que cuando la mujer infernal realmente
me despertó y comenzó a acosarme, hice algo que nunca hago. Mentí y
alegué una migraña, yendo tan lejos como para correr al baño y
vomitar.

Desafortunadamente, dichos esfuerzos no fueron falsos por


mucho tiempo cuando recordé la razón por la que me fui en primer
lugar, y que había arruinado mi única oportunidad de redención al
dejar a mis amigos con otro rechazo y un saludo.

Eso fue hace dos horas, alrededor de la medianoche, y ahora


estoy acostada en la cama, preguntándome sobre lo que me poseyó para
rechazar la oportunidad de una vida que quiero.

La única respuesta que honestamente puedo dar es que no quiero


dejar a ese imbécil infernal y humillarlo. Una pantomima por lo que a
mí respecta, ya que el idiota parece demasiado dispuesto a pisotearme,
que es su forma de mostrarme que es un mujeriego, pero
aparentemente mientras mi madre crío a una buena chica, no le
impartió exactamente un poco de sentido.

Lástima, ya que estoy bastante segura que si fuera inteligente,


estaría en un avión a Estambul o en cualquier otro lugar extranjero,
gracias a Logan, y actualmente no tendría un miedo de muerte cuando
una sombra oscura trepa por mi ventana y me tira de nuevo a la cama
cuando trato de correr.

Mi grito muere trágicamente bajo una mano dura, y aunque lucho


y busco las bolas como siempre aconsejó papá, se hace evidente que el
peso y la fuerza superior de este hombre son, bueno, superiores.

—Silencio, Liberty.

¿Cole? 27
No puede ser... pero lo es. Sé que lo es cuando me doy cuenta de
algunas cosas. Su aroma, ese aroma a madera, casi cítrico, golpea mi
nariz y convierte mis sinapsis en pegajosas conexiones. Sus ojos
oscuros me miran cuando los míos se adaptan a la oscuridad, y veo la
mirada dura en su rostro. Su peso, todo ese peso muscular que está
encima de mí, se coloca directamente entre mis piernas donde él me
sujeta.

Hay un cosquilleo muy inquietante en mi sexo cuando me doy


cuenta que no solo su polla está presionada contra mí, sino que está
dura, enorme y sutilmente empujando contra mí.

—¡Mmmmm!

Mis ojos están disparando dagas y bombardeándolo con rabia y


rechazo, incluso cuando mi estúpido cuerpo comienza a gritarme para
que me relaje y disfrute este primer contacto.
—Ahora, Libby, querida, sabes que te gusta —arrastra las
palabras cuando protesto y trato de rechazarlo, mis ojos se agrandan
cuando todo lo que puedo hacer es crear más fricción.

El jadeo que me deja queda atrapado debajo de la mano que está


aún sobre mi boca y siento una humedad entre mis piernas que me
mortifica y emociona.

—Oh, Libby, puedo sentir que te excitas por mí.

Quiero chillar, patear y gritar que no siento nada, porque por


mucho que estoy disfrutando de los sentimientos que él está
provocando, sentimientos que nunca tuve por otro hombre, lo odio
pensando que me excito tan fácilmente por personas como él.

Cuando comienzo a retorcerme y a golpearlo de nuevo, mis manos 28


se retuercen y luchan para liberarse de su agarre con una sola mano, él
me sujeta con más fuerza usando ambas manos y estrella su boca
contra la mía, sus labios y lengua capturan cualquier protesta.

Intento ignorar los sentimientos, e incluso me las arreglo para


liberar una mano y agarrar su cabello, tirando lo suficientemente fuerte
como para poner en peligro sus raíces, pero mis acciones solo lo
estimulan. Muy pronto su lengua está en mi boca y todo lo que puedo
hacer es maullar y tratar de aspirar aire mientras entra a matar,
lamiéndome con tanta fuerza que no pruebo nada más que a él y a
menta dulce.

Deseé esto durante tanto tiempo que en lugar de recordar a todas


las mujeres que desfilaron frente a mí y cada desaire que sentí, siento...
todo lo demás.

Siento deseo, el suyo y el mío. Siento la tierna forma en que


suaviza el beso cuando se da cuenta que ya no estoy luchando contra
él, y siento la necesidad de participar, a pesar que nunca me besaron de
esta manera y no sé lo que estoy haciendo. Cuando desliza su lengua de
nuevo en mi boca y la gira de manera burlona, le devuelvo el juego,
queriendo dar y recibir y simplemente disfrutar de esta experiencia.

Es un gran besador, dejándome incapaz de pensar con claridad, y


pronto me encuentro acercándolo con la mano que tengo agarrada a su
cabello.

Y se acerca cuando mis caderas comienzan a moverse por sí


mismas.

—Hmm, eso es, Liberty. ¿Lo sientes, cariño?

Ese es él, empujando constantemente la separación de mi sexo,


su erección golpeando mi clítoris con la cantidad justa de presión y
provocando una corriente de chispas, especialmente cuando comienza a 29
moverse y… y ahora soy consciente que la sensación es su pene
desnudo, apoyado contra mis pliegues desnudos... y me pregunto
cuándo logró quitarme las bragas sin que me diera cuenta.

—¡Oh!

Mi grito lleno de dolor se interrumpe cuando sus labios se


estrellan contra los míos y me retuerzo un poco, tratando de alejarlo
una vez más cuando su impulso inesperado empuja su considerable
longitud a través de la barrera de mi virginidad y en mi sexo no
probado.

Estoy tan llena que duele, y para cuando desaparece la


conmoción de sus acciones, estoy loca y lista para quitarle la piel de la
cara. Cole Riley, el legendario amante, acaba de tomar mi virginidad de
la manera más insensible posible, y estoy con el corazón roto.
—Shh, cariño, no llores. Dejará de doler en un minuto, y luego te
daré todo el placer que pueda —susurra contra mis labios, alejándose
solo lo suficiente como para que sus palabras sean inteligibles.

—Cole.

Las palabras salen entrecortadas cuando se aleja lentamente y


regresa con un deslizamiento suave que se siente mejor de lo que
esperaba, con la cara iluminada por una sonrisa cuando gimo y giro las
caderas experimentalmente.

Cuanto más se retira y vuelve a entrar, mejor se siente. Mis dedos


de los pies se curvan con cada hormigueo profundo en mi sexo, y juro
que siento su latido pulsar dentro de mí cuanto más profundo va.

Él está liberando sus propios gemidos, su ritmo acelerado, 30


nuestras caderas golpeándose juntas cuando pierde el control y
comienza a entrar en mí con fuerza y rapidez, su respiración y
movimientos entrecortados.

Debería sentir dolor o, al menos, un alto nivel de incomodidad en


este momento, pero todo lo que siento es un placer extremo cuando
entra y sale de mí, su sexo raspa cada nervio, golpea algo profundo que
provoca un placer diferente a todo lo que conocí.

—Eso es, querida, siente lo profundo que estoy dentro de ti. Estás
tan apretada y suave por dentro, bebé.

Sus palabras me excitan aún más, llevándome de ese lugar de


construir placer directamente a un orgasmo que comienza en lo más
profundo de mi útero y se detona, destrozándome.

—Oh dulce... tan bueno, tan condenadamente bueno —gruñe,


empujando dos veces más antes de entrar y sostenerse, su cálida
liberación inundando mi vaina todavía contraída.
Estoy bastante segura que me desmayo por un segundo o dos,
porque cuando finalmente vuelvo a mis sentidos, es a la sensación de él
saliendo de mi cuerpo antes de levantarse ágilmente de la cama y
dirigirse al baño, apretando su trasero firme con cada paso.

Me estiro lánguidamente y sonrío, sintiéndome mareada y


totalmente en paz conmigo y con Cole. Su reacción hacia mí, la forma
en que me besó y adoró debe significar que siente más por mí que el
afecto obligatorio de ser mi pretendiente.

Seguramente ahora estaremos más cerca, compartiremos más y


me atrevo a decir que él llegará a amarme tanto como yo siempre lo
amé.

Él regresa con un paño cálido, y me sonrojo profusamente cuando


se inclina sobre mí y me limpia suavemente, sus ojos sosteniendo lo que 31
solo puedo decir es satisfacción y orgullo masculino cuando el suave
paño blanco sale teñido de rosa con mi sangre y nuestro fluidos.

—¿Cole?

—Nos casaremos para el final de la semana ahora que te tomé.


Aléjate de Lang y, Liberty, te juro que, si incluso intentas irte con él, te
encontraré y haré que te arrepientas. Podrías llevar a mi hijo en este
momento, así que trata de recordar eso si tienes la necesidad de irte de
nuevo.

Estoy tan conmocionada por su discurso tan brusco que no digo


una palabra mientras se viste rápidamente y abre mi puerta,
obviamente no preocupado por mi reputación.

—La ventana…

—¿Y por qué me escabulliría como un ladrón si solo tomé lo que


me pertenece?
Se fue y cerró la puerta con un suave clic antes de encontrar mi
lengua o un poco de sentido, dejándome sola en mi cama, sucia,
desnuda y más expuesta que nunca en toda mi vida.

Cole Riley no vino aquí porque estaba abrumado por la pasión por
mí o incluso para probar lo bueno, por grosero que todavía sería, sino
más bien para afirmar su reclamo sobre mí, una posesión que no está
dispuesto a perder.

Ahora que hizo esto, ahora que me tomó como lo había soñado
todas las noches durante años desde que lo vi por primera vez, soy
consciente que casarme con él es la peor elección que podría hacer.

32
Capítulo 3
Traducido por Jabes
Corregido por Lelu

Libby
—Pero esto es impensable, querido Cole. Cada novia de
Chesterfield desde el Mayflower tuvo una boda digna de una reina. Por
qué si Libby y tú fuesen a fugarse, comenzaría el cotilleo y…

—Louisa, señora, a riesgo de ser grosero en este momento, Liberty


y yo no tenemos el lujo de esperar otros meses para nuestra boda. Su
estado podría ser evidente para entonces. 33

Yo diría que me siento mortificada cuando tanto su madre como


la mía jadean y miran con horror. O que quiero arrastrarme por el suelo
y morir allí cuando su padre y el mío se ríen entre dientes y lucen
presumidos como el día es largo por el hecho que el héroe conquistador
no solo me desvirgó, sino que lo hizo con estilo.

Sin embargo, no siento nada de eso. En cambio, lo que estoy


experimentando en este momento es más como odio profundo y una ira
que es difícil de contener cuando el tonto vuelve sus ojos negros hacia
mí y sonríe dulcemente, haciéndome saber que mi llamada de esta
mañana no funcionó.

Anoche me acosté pensando las cosas hasta que los pájaros se


despertaron y cantaron su irritante melodía, y finalmente tomé una
decisión. No pasaré el resto de mi existencia con este imbécil, y
definitivamente no voy a criar a ningún niño con el engendro del
demonio.
Así que lo llamé a las cuatro, sabiendo muy bien que recibiría su
correo de voz. No quería escuchar su voz tan temprano en la mañana
antes de desayunar, y no porque la idea de hablar con el diablo de
lengua plateada me asustara.

No mucho, de todos modos.

Había sido clara en ese mensaje. No lo quiero. No quiero casarme


con él. Y sus acciones fueron despreciables y crueles. Y sí, él es un
ladrón, porque mientras había salido por la puerta principal, había
entrado primero en mi habitación y robado mi virginidad y mi
autoestima.

Había anticipado tal vez una llamada telefónica fuerte y acalorada


y algunas recriminaciones. Lo que no esperaba era que todo el clan
Riley apareciera en mi puerta con un plan de batalla. 34
—No tienen respeto por la decencia —dice mamá, haciendo que
me duelan los dientes porque los estoy apretando muy fuerte.

Cole sonríe de nuevo, sus ojos nunca me dejan, no importa cuán


duro o largo sea, ignoro su engreído trasero, y pasa un brazo sobre mis
hombros, acercando mi cuerpo rígido.

—Bueno, Louisa, ¿cómo puedes esperar decencia de mí cuando tu


hija es tan irresistible?

Sí, tan irresistible que no puede pasar un día desde nuestro


compromiso sin hablar de ninguna mujer de la que se percate. Qué
montón de mierda, y peor, todo el clan parece estar comiéndola como si
fuera un festín.

Sin embargo, Drew sigue mirando a su hermano mayor y


lanzándome miradas de lástima que no aprecio mucho ya que estoy
bastante segura que él es el responsable de este desastre. Había
llamado a Maisy y ella había dejado deslizar que Drew estaba cerca,
mientras Logan había estado tratando de convencerme que corriera.

Lo ignoro todo y me mantengo enfocada en el plan que estuve


elaborando desde que el tonto trajo su trasero aquí, lanzando algunos
escenarios de muerte por tortura para patear mientras el resto discute
los pros y los contras de Las Vegas versus un Juez de Paz.

Estoy pensando más en la línea de Kill Bill versus Texas


Chainsaw Massacre, en este momento, pero qué demonios. También
podrían disfrutar de los sueños que están tejiendo ahora, ya que a esta
hora de mañana me voy a esconder en la soleada Cali.

De repente, sintonizo cuando Cole comienza a hablar de la


necesidad de una boda rápida mientras me abraza y me besa en el pelo.
35
—¿No es así, cariño?

¿Qué dijo?

—¿Eh?

Todos me están mirando, esperando una respuesta, las madres


vibrando positivamente desde sus lugares en el sofá mientras me giro y
miro al hombre sentado a mi lado.

—Solo decía lo emocionada que estabas que podamos tomar dos


semanas para nuestra luna de miel, ya que estamos renunciando a toda
la gran boda.

Uh, eso sería un maldito no. Puede que sea una mujer tímida y
retraída, pero no voy a someterme a dos semanas de tortura mientras
Cole coquetea con cualquier cosa que se parezca a una mujer.

Sonrío en lugar de hundir mis dientes en su yugular y mantengo


los labios bien cerrados, sabiendo que, si abro la boca para respirar en
este momento, lo golpearé como un predicador postulando los fuegos
del infierno.

Así es el resto del día. Él habla, y yo me retuerzo cuanto más


tiempo me sigue tocando y besando dulcemente en todas partes cuando
no soy lo suficientemente rápida como para desviar su boca. Y Drew
nos fulmina con la mirada a todos, principalmente a Cole.

Cuando nos llaman a cenar, me levanto solo para encontrarme


arrastrada hacia un lado por mi torturador, su rostro pierde esa falsa
adoración tan rápido que en realidad miro a mi alrededor para ver a
dónde se fue.

—Al menos podrías fingir por ellos, Liberty. Honestamente, no sé


lo que te pasa.
36
—¿En serio? ¡Qué tal el que te llamé esta mañana y te dije que no
quiero casarme contigo! ¡Qué tal que tuve que pasar el resto de la noche
pensando en el hecho de que perdí mi virginidad con un tipo que ni
siquiera se molestó en abrazarme después! ¡Qué tal que no te importan
mis sentimientos, así que no creo que atarme a ti por el resto de mi vida
sea una buena idea!

Está bien, Libby, cálmate ahora, niña. No tiene sentido gritar y


pisotear cuando eso solo molestará a mamá y hará que papá se
encuentre en una situación muy incómoda.

—Ahora, a pesar de lo grandiosa que fue esta experiencia, me


temo que tendremos que entrar allí y desengañar a todos de la idea de
que nos estamos arreglando para casarnos.

Me siento bastante bien después de decir eso y de encontrar


realmente una sonrisa que floreció en mi rostro, solo para sentir que se
deslizaba cuando él sonríe sombríamente y se acerca, colocándome
contra la pared, sus manos plantadas junto a mi cabeza, su rostro tan
cerca que siento su aliento susurrar sobre mi piel.

—En primer lugar, te meterás en un montón de agua caliente con


esa boca descarada tuya. No tomé nada que no me perteneciera ya, ni
te di nada por lo que no me rogabas. En lo que respecta al matrimonio,
te estoy reteniendo, y si decides romper tu juramento, tendré que
recurrir al acuerdo que tu papá y yo hicimos, bueno... tendrás que
explicarle a tu familia por qué están perdiendo su compañía sin obtener
nada a cambio.

¿Perder...?

—¿De qué estás hablando?

Todavía está sonriendo, solo que ahora noto que sus manos 37
vagan por un camino constante entre mis hombros y caderas.

—Bueno, verás, soy un hombre muy minucioso y siempre cubro


mis apuestas. Digamos que, si decides no casarte conmigo, tu padre
perderá una parte considerable de su compañía en pago por su
incumplimiento de contrato. Ahora, ¿le digo a tus padres que eres mi
futura novia ruborizada, o tomo todo lo que tu familia posee?

Juro que mi cerebro deja de funcionar después de esas palabras,


y todo lo que puedo hacer en respuesta es solo un rezo para que la
pared me sostenga porque mi cuerpo está entumecido.

Estoy confundida porque no entiendo por qué está haciendo esto.


Pasé los últimos cinco años mirándolo con otras mujeres, ni una sola
vez fui bendecida con su presencia a menos que fuera un compromiso
familiar que nos obligaba a estar juntos. Tuve que resignarme a
casarme con un hombre que no me quería, pero que era lo
suficientemente amable como para no decirlo, al menos hasta ese día
hace un año.
Luego me resigné a casarme con un hombre que no quería
tampoco. Y ahora estoy aprendiendo que no tengo más remedio que
resignarme a otra cosa más, casarme con un hombre que quiere ser mi
dueño.

—No quieres esto, Cole. Nunca lo hiciste, ¿recuerdas? Lo dijiste tú


mismo, no estamos bien emparejados.

—No, pero eso no me impedirá conservar lo que quiero, Liberty, y


lo que quiero es una esposa que sea una buena madre y un activo para
el nombre de mi familia. Esa eres tú. Entonces, ¿qué será, Libby
cariño? ¿Estás lista para enganchar tu carreta a la mía o estamos
desmantelando Chesterfield?

No había otra opción. Nunca la hubo y él lo sabe. Lo supo en el


momento en que él y papá se sentaron juntos y firmaron un contrato 38
que me atrapó tan eficientemente como cualquier par de grilletes
podría.

Después de todo, soy una chica sureña, y de dónde vengo, la


familia y la defensa del nombre lo es todo. Fui criada para ser gentil y
complaciente, dulce y amable, y todas esas cosas de las que las mujeres
modernas de hoy se burlan. Puedo preparar una comida de cuatro
platos por mi cuenta y organizar un evento con solo tres días de
anticipación y un marcador.

Sin embargo, por encima de todo, me críe con un claro sentido del
deber y el honor de hacer lo que es correcto para tu familia, y lo que es
correcto para mi familia ahora es que no enviar a mis padres a la casa
de los pobres y, por encima de todo, no deshonrar el apellido.

—Eres una bestia, ¿lo sabes? Pasaste años haciendo alarde de


tus mujeres en mi cara, haciéndome saber que no era como ninguna de
ellas y que no me veías de esa manera. Pasé una buena parte de la
secundaria sufriendo por tus tonterías, e incluso me obligué a ignorar
todas esas veces que salías de una fiesta porque estaba allí, sin
importar lo insultante o vergonzoso que fuera. ¿Y ahora qué, quieres
que me olvide de lo idiota que fuiste y salte por el pasillo?

Si hay algo de justicia en este mundo, volverá a pensar su


postura y me dejará ir. Pero no la hay y nada de lo que siento o digo lo
influirá. Me doy cuenta de esto cuando sus ojos se encuentran con los
míos y sacude la cabeza.

—Espero que no seas propensa al drama, Liberty. Ahora vamos,


vamos a comer y diles a nuestros padres las buenas noticias.

Sin besos ni sonrisas, aparte de esa mirada de satisfacción. No


obtengo nada antes que me tome de la mano y me saque de la sala de
estar y me lleve al comedor donde todos están sentados esperando. 39
Me sienta y toma su lugar a mi lado. Luego se inclina y acaricia
mi mano volviendo a la conversación y dejándome furiosa mientras
Drew mira, con un gesto fruncido en su boca. Atravieso la cena, apenas,
después de casi romper mi correa y morder su mano cuando comienza
a cortar mi pollo y me ordena comer.

Eso es todo lo que me dice en todo el tiempo, y cuando me


disculpo y voy a mi habitación, estoy tan llena de ira que estoy segura
que me parezco a uno de esos locos del manicomio que llegaron allí por
despertarse en medio de la noche y hacer una matanza que no
recuerdan.

Estoy en piloto automático cuando entro al baño y me ducho.


Demonios, ni siquiera puedo decirte cómo me pongo mis shorts de
noche y camisa, o cuando me arrastro a la cama. Todo lo que puedo
decir con certeza es que estoy segura que perdí la cabeza, porque para
cuando me quedo dormida, decido combatir el fuego con fuego.
Si Cole Riley quiere casarse conmigo, está bien. Si él quiere pasar
su vida calentando las camas de otras mujeres mientras yo me quedo
en casa amamantando a su descendencia, también está bien.

Pero no voy a hacer que un segundo sea fácil para el imbécil, y sé


por dónde empezar.

Libby va a la universidad ahora que consiguió un marido rico que


estará demasiado ocupado esparciendo sus mercancías por la ciudad
para darse cuenta de su plan. Para cuando pueda solicitar el divorcio,
bueno, el señor Riley no sabrá qué lo golpeó.

40
Capítulo 4
Traducido por Arli
Corregido por Lelu

Cole
Algo anda mal y no puedo ponerle el dedo encima, pero el
malestar de saber que mi sonrisa no debería ser tan brillante o que mi
fanfarroneo no debería ser ni la mitad de arrogante es tan grande, que a
la media tarde estoy al borde del abismo.

—Jesús, ¡que mierda te pasa hoy? Has interrumpido dos


reuniones y te perdiste tres llamadas de Seattle. 41

Drew tiene razón y eso solo me molesta más. Usualmente


reconozco mi mierda y voy a cada reunión con un plan claro. Soy frío y
preciso y vivo para los negocios, eligiendo enfocar todas las energías en
ese camino y jugar un poco al lado, nada tan serio y siempre
reemplazable.

Aunque hoy día… estoy fuera de mí y es toda su culpa. No puedo


parar de pensar sobre la mirada traicionada que ella me lanzó ayer, y
peor, una parte de mi siente culpa sobre la manera en la que la dejé
después de tomarla.

Eso nunca había pasado antes, esta sensación de culpa, y no sé


qué hacer acerca de eso. ¿Le digo que estar dentro de ella ha sido la
mejor experiencia de mi vida y que tuve que irme antes que hiciera algo
estúpido como abrazarla y jurarle fidelidad eterna?

No podía mentirle de esa manera y elegí, en vez de eso, hacer algo


honorable por una vez en mi vida, me alejé antes de decir y hacer
alguna mierda que no puedo garantizar que sería capaz de apegarme a
ello.

Me conozco, y aunque piense que soy un buen chico, no puedo


prometer que nunca querré a otra mujer. Como lo dije, me gusta el
sexo, mucho sexo, y tengo una muy alta libido.

A veces puedo pasar horas y prefiero que mis compañeras de


cama sean experimentadas y lo suficientemente dura como para no
correr el riesgo de lastimarlas en mi búsqueda de satisfacción.

Liberty podría romperse después de la segunda follada y estoy


asustado de lastimar a esa chica. Así que estoy haciendo lo que es
mejor para ella y manteniéndola a salvo de mí.

Esto podría ser doloroso ahora, pero es mucho más seguro para 42
su frágil cuerpo en la carrera entera. ¿Me hace sentir como la mierda
saber que ella será lastimada? Sí. Pero ella eventualmente lo entenderá.

—¿Qué comiste hoy, hombre?

Mi hermano menor no está captando el mensaje hoy día, así que


me giro hacia él y lo miro.

—Ya sabes. Ella no está feliz con rellenar el contrato.

Eso duele porque tengo sentimientos, y saber que mi chica no


quiere nada conmigo hace que me sienta como una verdadera pieza de
mierda.

Drew bufa y comienza a carcajear, haciendo chirriar mis dientes


mientras lucho contra la necesidad de patear su maldito trasero. Por
supuesto, él estaría divirtiéndose, el idiota tuvo su ojo en Liberty desde
el momento en que su dulce trasero de diecisiete años caminó dentro de
nuestra tierra.
—¿Crees que es divertido?

—¡Carajo, sí! Te he estado observando lastimar y rechazar a Libby


desde la primera vez que nos conocimos. Tú siempre fuiste amable y
cortés, pero nunca consideraste sus sentimientos. Quiero decir, imagina
a tu familia diciéndote que estas comprometida a algún chico mayor y
sabiendo que no tienes opción.

—Drew.

—Y luego finalmente ella encuentra el coraje de conocerte, y sabes


que se enamoró muchísimo de ti. ¿Cómo le pagaste a la chica por
adoración instantánea? Te follaste a tantas mujeres como tu polla pudo
manejar y haces que se dé cuenta. ¡Mi Dios, incluso le presentaste a
una de tus piezas el año pasado! —grita, lanzándome una mirada de
disgusto. 43
Está bien, así que hice eso. Y lo admito, ese no fue uno de mis
mejores momentos, pero le expliqué que quiero que se dé cuenta de
cómo serán las cosas desde el principio.

—Drew, ya hemos hablado de esto…

—Tus excusas son superficiales y a lo mejor infantiles. Amo el


sexo, y gracias a nuestra historia familiar, puedo garantizar que no soy
menos activo y demandante en mis mujeres como lo eres tú. Sin
embargo, nunca lastimaré a una mujer de la misma manera que
lastimaste a Libby, Cuando me case tendré el suficiente respeto por mi
esposa para mantener mi polla en mis pantalones o cuidar de las cosas
si no está a la altura. Eso es lo que deberías estar haciendo, y si no
puedes, solo déjala ir así ella no pasará los siguientes cincuenta años
en miseria.

¡No puedo! Lo he intentado. Me supliqué a mí mismo. Mierda,


incluso fui con mis padres un año atrás y me negué a casarme con esa
chica, dejándoles saber que mi idea de la felicidad conyugal no era
protagonizada por una niña verde, ingenua, sin estilo y con un cuerpo
regordete.

Una mentira dado que estuve duro por ella desde la primera vez
que vi su trasero y esos senos deslumbrantes. Pero intenté, a mi
manera, detener esta pesadilla. No me había dado cuenta que todos
podían escucharme, y Dios, recuerdo su rostro y toda esa tranquila
dignidad cuando había entrado en la oficina de papá y en voz baja me
dijo que se retiraría con gracia...

—No entiendes.

—No, no lo entiendo y ese es el problema aquí Cole. Si yo, que te


conozco mejor que ningún otro, no entiendo lo que está pasando
contigo, entonces ¿cómo puedes esperar que Liberty solo acepte todo lo 44
que le estás arrojando? Ah, y por cierto, oí lo que dijiste y eso es, en
general, lo más despreciable que has hecho hasta la fecha.

Lo sé sin que él tenga que decirme que sabe que la chantajeé para
que siguiera adelante con todo esto. Me duele el orgullo que alguien lo
sepa, y me duele casi hasta la muerte que Liberty haya tenido que ser
forzada a hacerlo.

—No te involucres, Drew. Liberty y yo arreglaremos las cosas


entre nosotros.

Él bufa y mueve su cabeza.

—Vas a sufrir mucho si crees que esa niña va a tomar la parte y


hacer lo que tú quieres que haga. Un consejo, Cole, debes conocer a tu
oponente, y lo que sabes de Libby no es suficiente para que puedas
predecir lo que hará.
Odio que tenga razón, que no sé ni una maldita cosa de la mujer
con la que me caso excepto que ella es dulce y tierna. No sé nada, ni
cuál es su color favorito, ni como lo qué le gusta comer, ni si le gustan
los perros o los gatos.

La única cosa que sé ahora mismo es que ella me desea tanto


como yo la deseo a ella. Eso debería bastar por ahora, porque en honor
a la verdad, es todo lo que tengo.

—Le enviaré flores. Quizás consiga que mamá la lleve de compras.

Carajo.

—Amigo, ¿si quiera sabes que flores le gustan a Libby?

Eso sería un no.


45
Drew empieza a reírse cuando me encojo y finjo seguridad.

—Buena suerte. Ah y déjame saber cómo van las flores.

Se levanta y se va sin decir una palabra más, su siniestra risa me


deja solo con mis propias dudas y con ese maldito ruido molesto se va.
¿Cree que no conozco la forma de cortejar a una mujer? Se lo mostraré.

♦♦♦

Libby
Cuando el último ramo de flores llega a las cuatro en punto, estoy
tan lista para gritar que siento que mi cabeza comienza a calentarse a la
altura de la coronilla. Mi casa está literalmente llena de cosas, y no hay
una superficie que no haya sido tocada por las brillantes muestras.
Amo las flores, la jardinería y todo lo que tenga que ver con
cultivar.

Pero odio los arreglos, especialmente cuando una orquídea


particularmente rara aterriza en mi puerta y su belleza se marchita
ante mis propios ojos.

Soy esa rara clase de loca que ama el verde. ¡Fuera! ¡Fuera!
Creciendo en el suelo como las flores. No muriendo en un jarrón ante
mis ojos, sino vivo y floreciendo en la tierra como una flor.

La única vez que corto o arranco es cuando el otoño llega y mis


pobres bebés están muriendo de todos modos, y solo para secar las
bellezas para el popurrí que a mamá le gusta mucho.

Pero nunca, en ninguna circunstancia, disfruto la vista de tal 46


esplendor marchitándose en un jarrón de cristal tallado. Mamá y papá
saben esto sobre mí y se han encargado de dejar de hurgar en mi
jardín.

Así que esta exhibición exagerada de lo que veo como muerte


floral… no estoy feliz. Ni contenta en absoluto.

Si el Sr. Riley se hubiese molestado en preguntarme algo, lo que


sea, sobre mis gustos y lo que no me gusta, sabría que volver a ganar
mis buenas gracias no implica la masacre de inocentes flores.

—¡Mamá!

— Oh, que la gloria sea, dulce bebé Jesús —murmura ella cuando
en la sala de estar y ve la colorida profusión de flores—. Ahora, Libby
cariño, el chico no sabía nada de eso, solo cálmate. Respiraciones
profundas, Libby. Eso está bien, cariño. Siéntate y deja que mamá se
encargue de esto.
—Debería ir a su oficina y meter todo esto en su...

—¡Ahora silencio, Liberty Josephine! El hombre obviamente no


sabía cómo te sientes con respecto a esto. No quiero que hagas una
gran escena por algo como eso…

—¡Él no lo sabía porque no ha estado interesado en mi ni siquiera


un día en su vida! —grité, sintiendo mi ira elevarse—. Ni siquiera una
vez se mostró lo más ligeramente interesado hasta la otra noche cuando
yo…

Está bien Libbry, calma tus caballos chica. No hay que decirle a tu
mamá que estabas planeando volar a Urales para escapar de un
juramento de familia que se hizo en piedra hace casi veinte años atrás.

Sin embargo, no quiero herirla, sino hacerle saber que las flores, 47
por muy ofensivas que sean, no son mi único punto de contienda. Todo
este lío me está volviendo loca. Peor aún, cuando oí a papá cacarear
sobre el aumento de sus acciones cuando se publicó el artículo del
periódico sobre la fusión....

—Libby cariño, solo necesitas establecerte a ti misma y darle a


Cole algo de holgura. No han hecho exactamente un esfuerzo para saber
más cosas del otro.

¡Ja! Muestra lo que sabe. De hecho sé un montón de cosas sobre


el querido bulto de Cole. Por ejemplo, cuál es su color favorito, de ahí la
corbata roja que le regalé un año por Navidad. Aunque él nunca la usó,
ni una sola vez.

Sé que odia el pollo, ama el senderismo y mirar viejas repeticiones


de películas cuando está relajado. Sé que tiene una cicatriz justo debajo
de su mentón cuando Drew lo sorprendió con un palo de lacrosse. No le
gusta la música moderna, a menos que sea una obra de teatro de
alguna pieza clásica que le guste.
Él practica Krav Maga y podría probablemente patear el trasero
de alguien sin sudar. Colecciona tarjetas de baseball y tiene encuentros
de baseball de fantasía1 con sus viejos amigos de la universidad una vez
al mes el segundo martes.

No le gusta la cerveza, pero la bebe porque no quiere que su


hermano piense que es un cobarde. Odia el chocolate: horrible, lo sé,
pero nadie es perfecto, supongo.

Sé mucho sobre Cole Riley que ninguna mujer en mi posición


debería saber a menos que quiera que piense que soy como una
enredadera. Veras, siempre me ha interesado, y aunque este
conocimiento no se adquiere a través de conocerlo, de la manera que
deberíamos haberlo hecho, he observado mucho a lo largo de los años y
lo tengo todo en cuenta en los cumpleaños y en Navidad.
48
El regalo del año pasado no fue tan atento como los cuatro
anteriores, debo admitirlo, pero dame un descanso, acababa de
escucharlo gritar lo indeseable que soy como esposa. Me había
molestado un poco y le había dado un par de calcetines, calcetines
marrones, ya que sé que odia el color.

Las tarjetas de béisbol que había sacado de otro coleccionista


después de mucho regateo y dinero gastado están todavía en mi closet
donde no las puedo ver porque temo que podría hacer confeti de algo
tan valioso, como poner dinero a través de una trituradora.

—Mamá, Cole y yo no sabemos ni una cosa acerca del otro porque


él no quiere intentarlo siquiera. La última vez que hablé con él acerca
de lo que disfruto, se quedó dormido a mitad de la maldita
conversación. Y luego, tuve que aguantar una hora sobre acciones,
bonos y el mercado.

1
Un deporte de fantasía, también conocido como rotisserie o roto, es un tipo de juego en línea en donde
los participantes se reúnen en equipos imaginarios o virtuales de jugadores reales de un deporte
profesional.
Eso hace que mamá se ría tanto que pierdo el ceño disgustado y
me uno a ella.

—Pequeña dulzura, los hombres son unos idiotas y no debes


olvidarlo. La mitad de ellos no sabría qué hacer con una mujer fuera de
la habitación si les damos una lista detallada de instrucciones. Infierno,
tu propio padre me mantuvo comprando piel por seis meses luego de
nuestro casamiento hasta que lo amenace con la piel de sus brazos
para dejarle saber cómo se siente ser explotado por tu piel.

¡Oh, no! Mamá desprecia el pelaje y cualquier persona que lo use,


y puedo imaginarla corriendo detrás de papá con un cuchillo de
carnicero para que entendiera su punto.

—El punto es que son inútilmente ineptos cuando se trata de


algunas cosas. A tu padre le tomó un año entero conocerme, mientras 49
yo sabía todo, desde la manera en que le gustaban los huevos hasta la
manera en que tomaba su café.

A Cole le gustan los huevos revueltos y el café solo, sin azúcar.

—Esa no es excusa mamá. Por qué no me prometiste a Drew, en


cambio, está más allá de mí entender. Al menos me gusta el hombre.

—Drew ya está prometido para Prudence. Solo que él no lo sabe


aún. —Mamá se ríe por lo bajo.

—¿Qué?

Tengo que decir que estoy viendo un patrón definido aquí. Pru es
mi hermana menor y a los diecinueve años, la chica está prometiendo
ser una rara belleza, si ella parara de trepar árboles y llevar ropa de
hombre.
Ella es mi confidente más cercana además de Logan y Maisy, y si
no fuera por el hecho que es más loca que un castor atrapado sin
madera a la vista, nosotras podríamos ser más cercanas.

Imaginar que esa criatura salvaje casada con Drew Riley está en
desacuerdo con el balance cósmico, no puedo parar de reír ante lo que
podría ser una imagen de los dos.

Drew es la imagen de una sofisticación suave sin un cabello fuera


de lugar en vientos huracanados. Y Pru es, bueno... no. La mitad del
tiempo camina alrededor luciendo como si luchara con un oso. Lo más
probable es que ya lo haya hecho.

—Jesús, ten misericordia mamá. ¿Los dos juntos? Ella podría


atacarlo mientras esté durmiendo y alimentaría a sus perros.
50
Y eso solo si la salvaje está de buen humor.

—No es mi problema cariño.

—¿Cuándo se decidió esto?

—Aproximadamente cinco segundos después que me di cuenta de


le dí a la pobre niña el nombre incorrecto. Si ella fuese Prudente por un
día en su vida, podría comer mi propio brazo y llamarla bien.

Cierto, pero me gusta un poco la manera en que es, cabello


salvaje, boca maldita y todo. Sé que su actitud pone a papá tan rosado
que parece un malvavisco la mitad del tiempo.

—Realmente están pidiendo el final de las líneas de Riley y


Chesterfield si piensan que estos matrimonios van a hacer otra cosa
que resultar en asesinato, mamá —les advierto.

No menciono el contrato entre Cole y papá o que me siento un


poco más que traicionada por mi padre por ello. El hombre
probablemente pensó que era bueno, de todos modos, así que no puedo
culparlo exactamente. Pero aún…

—Chicas, me darán mis nietos y se quedarán fuera de la cárcel, o


voy a soltar a la abuela Oakley en sus espaldas. Ahora deja de tratar de
distraerme. Tú y Cole se van a casar mañana, cariño, y quiero hablar
contigo sobre una pequeña cosa que llamo caos matrimonial, mi propio
conjunto de reglas y trucos que evitaron que tu pobre padre muriera.

Escucho, hombre, escucho, y cuando termina de decirme cómo


hacer que mi esposo vea las cosas a mi manera, sé dos cosas. Una, mi
mamá es una loca si cree que estoy seduciendo a mi propio esposo para
evitar que se pierda. Dos, si esta es la forma en que las mujeres tienen
que acercarse al matrimonio solo para mantener a los tontos con los
que están encadenados, no es de extrañar que esas feministas se
arriesgaran a exhibir sus senos y quemar sus sostenes en protesta.
51

El matrimonio no parece tan bueno si requiere tanto esfuerzo, y


eso es solo la primera parte, según Louisa. ¿Y todo ese trabajo para
poder abrir mi vagina y darle sus herederos?

—Entonces, ¿lo que estás diciendo es que la única forma de lograr


un matrimonio feliz es que me haga irresistible, mamá? ¡Pues diablos!
Ahora esta cosa está básicamente condenada. Soy tan irresistible como
un herpes labial envuelto en tocino y ambos lo sabemos.

Excelente.

Me está mirando como si me hubieran crecido dos cabezas, y sé


que probablemente podría terminar esta discusión en este momento
diciéndole que ni siquiera dos minutos después de haber tenido
relaciones sexuales, él estaba levantado y caminando por la puerta tan
frío como un pepino.
Sin embargo, no lo haré, porque mi mamá cargaría su escopeta y
marcharía hacia la casa de Riley sin pensar en otra cosa que rociarle el
culo con perdigones.

Mamá nunca dispara para matar, y ese es el problema.


Probablemente me quedaría atrapada cuidando al tonto hasta que
recuperara la salud, y mi pobre mamá terminaría en la cárcel.

No es que ella esté en peligro, eso sí. Mi mamá puede ser una
belleza, pero la mujer es una luchadora, de ahí su pequeña Prudence y
las técnicas de lucha sucias que la niña ha adquirido.

No, mamá no lo lograría porque el naranja es una elección de


color particularmente mala con su tono de piel, y probablemente
moriría de un ataque al corazón en el momento en que le dieran el
overol de neón. 52
—Mamá, ¿estamos completamente seguras que Cole Riley tiene
que vivir? —le pregunto por última vez, sonriendo dulcemente cuando
me da su mirada altiva y arroja un trozo de pelusa invisible en su
rodilla.

—Sí, cariño. Aunque tengo que admitirlo, casi golpeé esa pequeña
mierda cuando lo vi manoseando a esa chica Jones. Cabeza arriba,
Libby cariño, nada cambia a un hombre como el matrimonio, y
especialmente cuando un Chesterfield es el que dirige el barco.
Conseguirás a tu hombre al final. Si no, bueno... no hay acuerdo
prenupcial, así que tenemos un plan B.

Y eso es por qué me sacrificaré por Cole. Puede que mi mamá no


esté hecha para una vida pobre, pero la mujer sabe cómo hacer que me
vea bien.
Capítulo 5
Traducido por nanaromal
Corregido por Lelu

Libby
Puedes hacer esto, Lib, puedes hacerlo, me digo mientras el auto
se acerca al juzgado y se detiene para revelar a mi novio parado en los
escalones esperándome como un héroe conquistador de antaño.

La única razón por la que el hombre no me transportó al Palacio


de Justicia es simple: mi mamá amenazó con dispararle si ponía al
menos un ojo sobre mí antes de la boda. 53

No es sorprendente que estuviera esperando afuera ya que me


llamó a cada hora desde que me desperté solo para "chequearme". Me
divertiría el hecho de que tuviera miedo que saliera corriendo, si no
hubiera estado considerando justamente eso esta mañana mientras
mamá intentaba, y no podía, planchar los rizos de mi cabello
desenfrenado.

La verdad es que cuanto más me acercaba a este punto, más


consideraba simplemente salir corriendo y dejar que papá le explicara a
mamá por qué está perdiendo todo y no puede usar esmeraldas para
tomar el té con la abuela.

Y luego me di cuenta que nunca me lo perdonaría y subí al


maldito auto. Aun así, no significa que tenga que gustarme cuando Cole
abre la puerta y me saca, colocando un brazo alrededor de mi cintura
en la primera muestra de posesión que me ha manifestado.

—Llegas tarde —dice entre dientes, mirándome sombríamente.


—Alégrate que haya venido siquiera.

No es la mejor manera de comenzar un matrimonio, pero como


dijo mamá, no pueden aprender a menos que les enseñes, y quiero que
Cole sepa una cosa muy importante: soy amable, evito el conflicto
siempre que sea posible, y quiero que mi matrimonio sea feliz, pero no
voy a ser una boba apocada.

Haré un gran esfuerzo, pero si esta mierda no funciona, lo


arreglaré bien o lo romperé mejor.

—Lib... —Se detiene en la puerta y se vuelve hacia mí, su


expresión imperceptible—. Intentemos pasar hoy sin conflictos, ¿eh? El
matrimonio debería ser una celebración, no una tarea, y realmente me
gustaría que comencemos bien nuestras vidas.
54
Sus palabras me llegan, porque aunque no confío en que valga la
pena ni creo que nada de esto nos lleve a ningún buen lugar, quiero al
menos intentarlo antes de tirar la toalla.

—Bueno.

Mi fácil aceptación consigue su habitual sonrisa y me aprieta la


mano antes de llevarme al juzgado y acercarme a un destino que no
estoy muy segura de querer.

—Respira profundo —susurra cuando llegamos a la puerta de la


oficina del juez.

Respiro hondo y asiento una vez, haciéndole saber que estoy


lista. Él abre la puerta y me hace pasar, y sonrío temblorosamente
cuando nuestros padres se giran para recibirnos, sus sonrisas hacen
que mi corazón se agite en mi pecho.

—Bueno, cariño, te ves hermosa.


—Las novias sonrojadas siempre lo hacen.

Le sonrío a las efusivas mamás y también consigo darle una


sonrisa a Cole, aunque honestamente sólo quiero gritar fuerte ahora
mismo. No, no es solo todo el asunto del matrimonio lo que me provoca
un nudo en el útero; es el hecho que sé que no importa qué planes haya
preparado en mi mente, después de hoy perteneceré exclusivamente a
Cole, y mi vida nunca será la misma.

—¿Estás lista, cariño?

Asiento, sin confiar en mi voz, y lo sigo. Me toma menos de veinte


minutos antes de tener un anillo de propiedad en mi dedo y su beso
muy tranquilo todavía hormigueando en mis labios.

Estoy oficialmente casada, la Sra. Cole Riley. 55


Mi esposo se inclina y me susurra seductoramente al oído
mientras nos arrojan semillas y nos dirigen al auto:

—Este es el mejor día de nuestras vidas.

♦♦♦

—Libby, cariño, ¿por qué no vienes aquí y comes algo?

Me encojo de hombros con indiferencia hacia Molly, la ama de


llaves y mi mejor amiga desde que la cortina de hierro cayó sobre mi
trasero, y me arrastro hasta el rincón del desayuno, decidida a comer
algo a pesar que ni siquiera tengo un poco de hambre y me siento peor
que la mierda.

Deprimida, si quieres ponerte todo técnico. No he visto a mi


esposo desde el día de nuestra boda hace una semana. Ha estado
desaparecido sin dirigirme ni una palabra después de dejarme en su
mansión recién adquirida.
Probablemente suena muy increíble, y no lo habría creído si le
hubiera pasado a alguien más, pero es demasiado real ya que me pasó
a mí.

Parece que ahora que me reclamó, o lo que sea que me gruñó en


el oído, ya no soy de ninguna utilidad. Literalmente me tiró aquí y se
fue... solo me dejó aquí, y si no fuera por el dolor constante en mi pecho
por este último rechazo, creería que estaba soñando.

—Oh cariño, ven aquí y trata de comer algo, ¿quieres? Ya sabes


que no puedo soportar verte perder todas esas hermosas curvas. No sé
por qué las mujeres blancas parecen querer hacer dieta hasta acercarse
a la muerte. Esa mierda se ve desagradable.

Ella sigue divagando y la desconecto mientras llevo un tenedor


con huevos a mi boca y finjo que no sabe a cartón. Probablemente 56
podría decirle que mi apetito se ha perdido solo porque me había
despertado esta mañana con la pérdida total de la esperanza de que mi
esposo volviera.

Los huevos deciden comenzar a revolverse en mi intestino, pero


lo ignoro, prefiero simplemente fingir que nada está mal y que, de
hecho, no soy una de esas chicas blancas que están tratando de parecer
un esqueleto o una versión cansada de Angelina.

Me gusta verme un poco más saludable, aunque por la forma en


que mi esposo salió corriendo, supongo que no está de acuerdo y se
está salvando de repetir la noche en cuestión… ya sabes, la noche en
que tomó mi virginidad y estableció la ley para mí.

Bueno, ¡tengo noticias para ti, hombrecito! Si no te gusta mi gran


trasero ahora, ¡solo espera unos meses y veremos si no puedes correr un
poco más allá de ese penthouse en la ciudad!
—¿Señora. Riley? Hija, ¿estás bien? —pregunta Molly, dándome
una mirada extraña por el rabillo del ojo.

Casi estallo cuando me doy cuenta que estoy apuñalando mi


tocino con suficiente celo como para rezar por la supervivencia del
pobre Cole si el tonto alguna vez se atreve a mostrar su rostro en mi
presencia nuevamente.

—Ah-jah, bien, Molly. Escucha, no tengo tanta hambre y me


gustaría caminar mientras todavía hace frío afuera. Si alguien llama,
solo toma un mensaje.

Y me voy, ataviada con un par de jeans ajustados y mi playera


favorita de Chewbacca que dice: "No estoy usando un traje de pelo, solo
soy peludo".
57
Tengo un montón de mierda en que pensar y no mucha
dirección, ya que todo comienza a golpearme a la vez. Me casé hace una
semana y tuve relaciones sexuales por primera vez hace dos, por lo que
pensar que podría estar embarazada no es racional.

Pero perdí mi periodo mensual; debería haber sucedido hace dos


días y nunca me atraso. Nunca. Entonces eso solo puede significar
realmente una cosa. A menos que tenga suerte y mi cuerpo entre en la
menopausia prematura. Lo que sería genial porque me puedo imaginar
la cara de Cole si descubre que se casó con una inservible.

¡No tendría precio! Y era algo que me proporcionaba horas de


diversión mientras permanecía despierta planeando alternativamente
su muerte y cómo tomar el dinero que forma parte de nuestro acuerdo
matrimonial y llevarlo a México.

Cancún suena bastante bien en este momento, y disfrutaría la


expresión de su rostro, bueno solo pensando en la expresión de su
rostro, realmente, cuando el Sr. Mandamás descubra que su esposa lo
dejó.

El paseo, tan grandioso como es en los jardines en esta época del


año, es un fracaso, y camino penosamente hacia dentro, escapando del
calor del sol del mediodía solo para entrar y ver a una furiosa Molly
haciendo guardia mientras Louisa se sienta en la mesa de la cocina
luciendo verde y roja de la ira al mismo tiempo.

Bueno, esto va a ser realmente incómodo.

—¿Louisa?

Lo primero que me viene a la mente es que algo le pasó a Cole.


Siento que mis rodillas se debilitan cuando el terror y la angustia se
precipitan a través de mí. 58
Ahora sé que odio hasta las entrañas del hombre, pero también
lo amo. Si le ha pasado algo malo, juro que moriré.

Louisa se endereza y se levanta de su silla, abrazándome


ferozmente mientras un leve gemido sale de mis labios, su preocupación
maternal solo sirve para hacer que mi miedo sea aún más intenso
cuando me lleva a una silla y presiona un vaso de agua en mis dedos
nerviosos.

—¿Cole? —grazno, goteando como un grifo roto ante la idea que


mi dulce Cole este muerto y desaparecido, para nunca ser visto ni
escuchado de nuevo.

¿Por qué fantaseé con golpearlo hasta la muerte con un bate de


béisbol? ¿O esa cosa que estaba planeando hacerles a las uñas de sus
pies con un juego de alicates? ¿O los planes que tuve para atropellarlo
con ese auto nuevo y brillante que compró para mí y que está en el
garaje sin usar ya que no puedo atravesar las puertas?
También podría haber tenido algunas ideas sobre qué hacer con
su polla, ya que la maldita cosa lo molesta tanto que no puede evitar
atrapar a cada mujer en un radio de ocho kilómetros.

Louisa está frunciendo el ceño mientras lloro, sus mejillas se


sonrojan de un rojo intenso mientras sus labios se aprietan y frunce el
ceño más.

—Deja de llorar ahora mismo, Libby Riley. Ese tonto está bien.
Desafortunadamente, estoy aquí pero no para relatar su fallecimiento,
sino...

Ella no termina ya que parece que está en condiciones de ser


atada y ahogándose con sus propias emociones. En cambio, arroja un
periódico debajo de mi nariz, sus ojos brillan tan ferozmente que estoy
un poco temerosa de mirar demasiado de cerca por miedo a ver algo 59
terrible allí.

Miro el periódico y siento que todo mi cuerpo se congela antes


que una ola de mortificación me arrastre y casi me arroje sobre mi
trasero.

Estoy bastante segura que nunca me he sentido tan horrible en


mi vida. O rota.

—Libby…

—Necesito estar sola en este momento —susurro en voz baja,


sintiendo que hasta el último pedazo de amor que tengo por Cole Riley
se escapa de mí.

¿Sabes cómo algunas divas demasiado dramáticas dicen cosas


curiosas como que su corazón se hizo añicos o sintieron que se estaban
muriendo cuando descubrieron que su pareja los estaba abandonando?
Siempre me burlé de eso y me reí de sus lágrimas, eligiendo creer
que ninguna mujer sería lo suficientemente patética como para llorar en
lugar de enojarse.

No me estoy burlando ahora. Oh no, estoy bastante segura que


mi sangre se convirtió en polvo en mis venas para ir con el trozo de
carbón seco que actualmente reside en mi pecho.

—Libby, cariño, mírame por favor. Buena chica. Ahora, no vine


aquí para mostrarte esa parodia solo para dejarte aquí herida y
confundida. Molly, aquí, te ha empacado una maleta. Vámonos —dice
Louisa suavemente, tomando mi mano entumecida entre las suyas.

Creo que mi cerebro se detuvo aquí o algo así, porque por alguna
razón no puedo entender lo que está diciendo.
60
—¿Vamos?

Louisa luce como si hubiera estado chupando limones toda la


mañana, pero supongo que así es como lucirías cuando te das cuenta
que tu amado hijo es una ramera atroz sin nada mejor que humillar a
su esposa.

¡Dios! Toda la maldita ciudad lo habrá visto.

—Bueno, por supuesto, Libby querida. Ahora eres mi hija y,


como tal, te protegeré de todo. Ahora levanta tu trasero, chica. Nos
vamos a casa donde no estarás sola con esta mierda.

Y así, me siento mucho mejor.

—¿Estás tratando de darle al viejo Cole una coronaria?

Eso me causa una risa sin humor mientras ella me levanta y me


empuja contra su busto antes de llevarme tras de sí.
—Cariño, si realmente pudiera hacer lo que quiero con ese tonto
chico mío, estaría en peligro de usar overoles naranjas por el resto de
mi vida. Nah-ah, te llevaré a casa porque lo sepa ese tonto o no, eres
demasiado buena para él. Ha conseguido todo lo que quiere con
demasiada facilidad, Libby. Veamos qué hace cuando le quitan algo.

Eso me anima un poco, si lo digo yo misma.

No puedo decir que me sienta genial mientras nos alejamos de la


perfecta casa que ha sido mía durante los últimos siete días, pero
puedo decirles que, aunque estoy mortificada de saber que mi esposo
aún está correteando por la ciudad para ser fotografiado con otras
mujeres y ni siquiera le pareció apropiado consumar nuestra parodia de
matrimonio, me siento bien porque tengo personas en mi vida que me
aman lo suficiente como para querer protegerme de él.
61
Incluso su propia madre me ama lo suficiente. Ahora todo lo que
tengo que hacer es averiguar qué decirles a todos si mi enfermedad de
esta mañana resulta ser lo que creo que es.
Capítulo 6
Traducido por nanaromal
Corregido por Lelu

Cole
Mi vida está jodida de seis maneras desde el lunes, arruinada y
desmoronada en cenizas, y eso fue antes que mi secretaria casi me
arrojara todos los periódicos del día e intentara escaldarme con mi
maldito café.

—Tú, estúpido hijo de puta. Eres un absoluto imbécil. Nunca


pensé que podría ver el día en que estuviera tan avergonzada de tu 62
trasero que nunca quisiera verte de nuevo, pero felicidades, hermano,
finalmente fuiste y lo hiciste.

Miro hacia la foto de mí mismo con un parásito rubio de piernas


largas pegada a mi lado, y siento que mi sangre se enfría cuando Drew
se para en medio de mi oficina y me da una mirada de asco que me
hace sentir sucio.

Y entiendo, porque si hubiera estado ahí yo mismo y estuviera


viendo esta mierda como todos los demás, podría ser totalmente de
acuerdo con sus conclusiones.

Se veía como si estuviera tomando mi amante una semana


después de casarme con una de las deslumbrantes herederas de Blue
Lake.

—Drew, esto no es lo que parece, hombre.


Mi hermano se burla y se mantiene parado, sus ojos tan fríos y
llenos de desdén mientras me mira que por un segundo, no sé qué decir
para sacar mi culo de este desastre.

Una rareza para un hablador como yo, lo admito, pero sin


embargo sucede mientras él está juzgándome.

Entiendo como se ve, en incluso casi me estoy sintiendo un poco


culpable porque cuando me fui de la exhibición de arte ayer en la
noche, tenía en mente que era tiempo de dejar de pensar y preocuparme
sobre qué hacer con Liberty y solo seguir como siempre lo quise.

Sin embargo, no tuve una cita. Tuve toda la intención de ir a la


caza y asegurarme una compañera de cama con la esperanza de olvidar
el deseo que tenía por mi esposa y que estaba comenzando a volverme
loco. Pero después de pasar una hora mirando arte que en realidad no 63
me gustaba y nunca gastaría tales montos obscenos de dinero en ellos,
estaba tan cansado y molesto por mi falta de impulso que lo iba a
declarar derrota e ir sigilosamente a casa, tontamente esperando entrar
por la puerta principal e ir a hacer el amor con mi esposa.

Si, la dejé en casa y me fui a la ciudad porque la escena


domestica no es lo que quiero o siquiera necesito, pero allí estaba, no
quería nada más que envolverme alrededor de su cuerpo exuberante y
quedarme dormido con sus suaves respiraciones.

No pasó de esa manera, porque seguro como el infierno que en el


momento en que decidí hacer lo correcto y tratar de hacer mi
matrimonio más que una hoja de papel y un anillo, esa rubia... Sonja,
creo que se llamaba... pegó sus tentáculos viscosos a mi brazo y
comenzó a frotar sus tetas falsas contra mi costado.

Le dije claramente que estaba casado y que no estaba interesado.


Imagínense, ese pequeño espacio de tiempo en el que miré a la mujer y
traté de separar su culo pegajoso fue el momento exacto en que el
fotógrafo decidió tomar una foto.

Parece que la había estado mirando atentamente,


seductoramente, cuando en realidad todo lo que estaba haciendo era
sacar su trasero de mi brazo.

¡Maldita sea!

—¡Dime cómo se ve, Cole, porque desde mi punto de vista, me


parece que abandonaste a tu joven esposa en la ciudad y fuiste al
acecho en busca de cosas fáciles! Jesús, Cole, este es el peor de lejos, y
pensé que no podría ser mucho peor que presentarte en la fiesta con
Felicity. ¿Te imaginas cómo Libby debe sentirse ahora?— grita,
haciéndome consciente del hecho que la puerta de mi oficina todavía
está abierta y que cualquiera que esté afuera puede ver que el jefe está 64
siendo regañado por su hermano pequeño, el vicepresidente.

—Libby nunca lo sabrá. Está en casa, escondida a salvo de los


periódicos y del mundo. Incluso organicé las cosas para que ella no
pueda recibir ninguna llamada a menos que yo las examine primero.

—Sí, imbécil, y hablaremos sobre lo increíblemente controvertido


y espeluznante que es eso más tarde, pero nunca dijiste que mamá no
podía poner su trasero en tu propiedad, ¿verdad?

—¿Mamá?

—¡Sí, mamá! Ya sabes cómo se siente con respecto a Libby, y


sabes que no quería que este matrimonio tuviera lugar... Está en
condiciones de ser atada, Cole, y estaba despotricando sobre salvar a su
hija de ti en la mesa del desayuno esta mañana.

Cristo, justo lo que necesito, Louisa Riley está en mi negocio,


empeorando las cosas diez veces más de lo que ya son.
Liberty es mi esposa. No importa cuánto ame a mi mamá, no
dejaré que el viejo murciélago interfiera en mi matrimonio.

¿Matrimonio? ¿Esto es lo que llamas matrimonio, Cole Riley? ¿Dejar


que tu joven esposa languidezca en esa tumba mientras te paseas por la
ciudad, escudriñando?

Cállate, gilipollas. ¿Recuerdas lo que pasó la última vez que te


escuché? Si, exacto.

—Iré a casa y veré a Liberty antes…

—Amigo, es casi la hora del almuerzo. ¿Crees que Louisa dejó


esta mierda para la hora del té o algo así? No… uh, hombre. Apuesto a
que ya ha estado allí formando tu mafia linchadora. Si yo fuera tú, me
largaría de Dodge. Y, por cierto, si estás planeando flores como primera 65
vez... Libby odia los ramos.

¿Qué?

—Le envié como veinte ramos de flores la última vez.

Drew me mira y sacude la cabeza antes de dejarse caer en un


asiento.

—No, idiota. Ella me llamó y me pidió que te dijera que dejes de


asesinar la inocente flora, y le expliqué que eras un idiota irreflexivo.
Ahora dime exactamente qué demonios vi en el periódico de hoy —
gruñe, lanzando un dedo al periodicucho ofensivo que me devolvía la
mirada.

El estremecimiento que apenas reprimo no se le pierde, o la perra


que chilla en mi cabeza, y me recuesto con un suspiro cansado,
sintiendo cada uno de mis veintisiete años de repente.
—Esa chica Sonja se acercó a mí y se pegó a mi lado como una
maldita lapa. Lo que estás viendo allí es un intento de zafarme
fácilmente mientras trato de alejarla de mí.

Se necesitó tanta paciencia para quitarle las patas pegajosas que


cuando finalmente estuve libre, me sentí sin aliento y muy enojado por
su rostro sonriente. Y eso fue antes que ella se lamiera los labios y me
ofreciera una mamada.

Nunca pensé que llegaría el día en que la idea de mi polla en la


boca de una chica fácil me apagara, pero en verdad, mi chico que había
estado flácido al principio realmente intentó arrastrarse de regreso a mi
cuerpo mientras mi saco de nueces se encogía como globo desinflado.

—Está bien, digamos que te creo... aún no explica lo que estabas


haciendo en la exposición de Joe sin tu esposa, a quien pareces haber 66
desterrado al país como un perro no deseado.

Mierda.

—Mira, solo necesitaba algo de tiempo para comprender todo y


pensé que...

—Estás mintiendo, Cole. Tenías todo planeado antes de casarte


con Libby y lo sabes. Demonios, conseguiste que su padre te firmara su
compañía antes de casarte, así que creo que de todos modos ya tenías
todo esto en mente. ¿Fue este tu plan todo el tiempo? ¿Casar a la
pequeña ingenua heredera contigo y luego qué, continuar de la manera
habitual después de impregnarla?

Si esta conversación continúa como está, estoy bastante seguro


que voy a usar un cilicio antes que termine el día. No hace que las
observaciones de Drew sean menos ciertas, y odio que mi hermano
pequeño me conozca lo suficiente como para haberme descubierto.
—Fue mi prueba de fallos, eso es todo —miento, con ganas de
golpearme al pensar en mi insensibilidad y la verdad de sus palabras.

Eso es exactamente lo que estaba haciendo. Libby es un peligro


para mí, una luz brillante cuyo brillo quiero pero tengo demasiado
miedo de estar en una mala posición y que la luz resalte todos los
defectos que poseo.

No puedo... todo lo que puedo decir es que la quiero y no la


quiero, pero la idea que otro hombre la tome me da ganas de cometer
asesinato y luego castigarla por atreverse a considerar darle lo que es
mío a otra persona.

—No, hombre, era tu forma de mantener el control de las cosas


mientras continuabas en la misma línea. Y sé por qué.
67
—No empieces, Drew. Sabes que no hablamos de eso. Nunca —
advierto. Un encogimiento de hombros es todo lo que obtengo por mi
voz en alto antes que él sonría tristemente y sacuda la cabeza con
pesar.

—Liberty no es…

—Maldita sea, Drew, ¡dije que ya lo dejaras en paz! —grito,


poniéndome de pie para hacerle saber que me refería a los negocios—.
Ese tema está muerto y nunca será discutido.

Nunca, no mientras todavía me quede aliento y mi corazón lata.


Solo la mención, el susurro a través de mi cerebro es suficiente para
hacerme sentir enfermo, y es casi todo lo que puedo hacer para no salir
corriendo al baño y volcar el contenido de mi estómago.

Nunca pienso en esto, no puedo pensar en esto y mantenerme


cuerdo, así que cerré ese episodio de mi vida y lo dejé enterrado donde
pertenece. Mi familia lo sabe y eso es solo porque había sido un
desastre en ese momento que habían tenido miedo que haga algo
estúpido.

Pero eso es todo. Después que me recuperé y comencé a


reconstruirme, recibieron el mensaje alto y claro. Nadie habla de eso
nunca más y, sobre todo, nadie menciona ese nombre nuevamente.

Mi hermano, mi único confidente y el hombre que me ha


respaldado toda la vida, me da lo que solo puedo decir que es una
sacudida de cabeza resignada antes de levantarse y dirigirse hacia la
puerta.

—Sabes. —Se detiene en la puerta, dándome la espalda—.


Castigar a Libby por las acciones de otra no es justo. Si no eres capaz
de amar o sentir algo más suave por nuestra chica debido a... deberías
alejarte y dejar que al menos intente una vida decente. Ella es 68
demasiado buena para el constante desamor que seguramente la
traerás, hermano.

Me deja solo y un poco resquebrajado por el encuentro, y me paso


el resto del día tratando de no pensar más allá del trabajo en mi
escritorio. Sin embargo, es un fracaso, ya que recuerdo la expresión de
su rostro cuando la empujé dentro de la casa y le dije que me iba.

Ella había estado lastimada y comprensiblemente confundida,


porque ¿qué hombre recién casado deja a su novia sola y vuelve a
trabajar el día de la boda?

Y aun así lo había hecho, mi único intento de decencia en lo que a


ella respecta, pensando que si tuviéramos un poco de tiempo para
pensar y un poco de espacio, tal vez, solo tal vez, podría encontrar la
manera de salir de este pozo negro en el que me había estado
revolcando por demasiado tiempo.
Entonces podría ir con mi esposa, maltratado, pero algo más
limpio, sin ser un peligro para la bondad que veía brillar en ella cada
vez que la miro.

Quiero a Liberty, pero también quiero rescatarla de mí mismo.

Por egoísta que sea, el deseo vence a la necesidad de protegerla de


mí, y me levanto y salgo de mi oficina antes de poder formular un plan
decente en mi mente. Todo lo que sé es que mi esposa está en casa,
disponible para mí, y quiero tomar lo que tengo.

Y luego, tal vez este dolor desgarrador que me ha estado royendo


el intestino durante semanas finalmente me dejará ir y me permitirá
respirar nuevamente.

—Señor. Riley... 69
—Ahora no, Gale. Me voy. Cancela todo por el resto de esta tarde
y hasta mañana.

—Pero señor, el Sr. Riley llamó y…

—No estoy disponible en este momento. Dile que lo llamaré


mañana.

—Pero señor…

Dejo de escuchar y paso por los ascensores hacia las escaleras,


corriendo mientras la anticipación recorre mi cuerpo, trayendo alegría y
otras emociones que no me he permitido sentir en tanto tiempo que se
siente extraño.

Voy a hacerlo. Voy a echar el pasado por la borda y arriesgar todo


lo que juré nunca volver a arriesgar en mi Libby y rezar para que
todavía me quiera lo suficiente como para darme otra oportunidad.
Mi automóvil traga la distancia entre la oficina y la mansión
palaciega que compré el día antes que nos casáramos. Odio el maldito
lugar, pero con la familia que planeo tener pensé que sería un hogar
antes de darme cuenta.

Lástima que cuando me detengo y corro con todo lo planeado,


nuevo y fresco en mi mente, todo lo que encuentro es al ama de llaves
que contraté mirándome desde las escaleras.

—Debes ser Molly. ¿Dónde está la señora Riley?

Dios, el sonido de mi apellido en ella suena muy bien. Es un poco


excitante solo saborearlo en mis labios.

—Ella no está aquí.

—¿Qué? ¿Dónde está? Le dije a Phillip que no...


70

—Chico, tu mamá vino en ese gran todoterreno y empacó a la


chica. Se fueron hace unas dos horas, y por lo que parece, no le va tan
bien. Debería buscar otro trabajo ya que todos están viendo los
procedimientos de divorcio.

Las palabras me detienen en seco en el camino de regreso a la


puerta, y me vuelvo sobresaltado para ver a la mujer sacudiendo la
cabeza hacia mí.

—Lástima. Siempre pensé que un niño debería tener ambos


padres amándolo, pero ahora veo que la señorita Libby no se está
perdiendo de mucho. Usted es una pobre excusa para un marido si
alguna vez vi uno, muchacho. Continúe entonces, salga de aquí y
vuelva con sus elegantes damas pintadas. Deje a nuestra Libby sola.
Ella no merece estar atrapada con gente como usted.
—¿De qué demonios estás hablando, mujer? —grité, sintiéndome
caer.

Estoy bastante seguro que esta mujer solo insinuó que mi esposa
está embarazada, lo cual es imposible. Solo llevamos casados una
semana y tuvimos relaciones sexuales una vez.

Eso es todo lo que se necesita, ¿no es así, Cole? Recuerda…

Cerré esa mierda y comencé a correr, mi corazón latía con fuerza


en mi pecho mientras saltaba al auto, apenas dándome cuenta de las
puertas aún abiertas mientras corría hacia mi esposa y la aterradora
posibilidad que ella pudiera estar...

La idea, algo que quería hace solo unas semanas, es aterradora


después de la conversación de esta mañana con Drew. Sí, quiero niños 71
y una esposa que me ame, y si no hubiera sido arrojado tan
groseramente a mi doloroso pasado, probablemente estaría en la luna
ahora mismo.

En cambio, siento un miedo absoluto y los inicios de la misma


locura que experimenté hace cinco años.

No lo pienses, Cole, solo mantén la calma y ve con tu esposa. No


entres en pánico antes de estar seguro. No…

♦♦♦

¿Qué carajo?

Mi control remoto de la puerta no funciona, y cuando le indico al


guardia que abra, simplemente niega con la cabeza y continúa
hablando por teléfono. Cuando me doy cuenta que esto es intencional,
mi papá está en las puertas, mirándome con pesar.

—Papá, ¿qué demonios está pasando?


—Tu mamá no está muy contenta contigo ahora, chico. Ella no te
quiere aquí hasta que Libby esté lo suficientemente tranquila como para
hablar contigo o de alguna manera te hayas probado.

¿Qué?

—Pa, mi esposa está aquí y necesito hablar con ella...

—Corrección, chico, tu futura ex esposa está allí, y con la forma


en que se veía hace una hora, como si su vida estuviera terminando,
estoy de acuerdo con tu mamá en esto. Deja a Libby en paz a menos
que tengas algo que traer a la mesa, muchacho. Ahora vete, todavía
estás en horas laborales, chico.

Y justo así, se da vuelta y se aleja, dejándome conmocionado y


horrorizado. ¿Mi familia se ha vuelto contra mí? ¿Por una pésima foto 72
que no es lo que parece?

Ah, pero ellos no lo saben, ¿verdad Cole? No es como si hubieras


vivido la vida de un monje o incluso hayas hecho todo lo posible para
ahorrarle a tu familia algo de la horrible mierda que llevaste a casa.

Y lo que es peor, si mi familia no reaccionó mal a esta situación,


entonces no puedo imaginar...

Maldición, qué buen momento para que mi cerebro finalmente se


ponga al día y me haga saber esa pequeña joya. La verdad es que, no
importa cuánto me dije que lo haría, nunca he sido el tipo de persona
que hace votos de matrimonio y los pisotea.

Antes estábamos comprometidos oficialmente, claro, pero ahora


que Liberty y yo somos marido y mujer…

No es de extrañar que no pudiera excitarme anoche. Mi cuerpo ya


sabía lo que quería mi corazón; solo me tomó un tiempo ponerme al día.
Lo más probable es que Liberty tenga la impresión errónea de que
la rechacé y luego jodí con otra mujer.

Cristo, estoy en un camino infernal ahora.

¿Cómo diablos voy a convencer a mi esposa que voy a ser un


buen esposo? ¿Y está embarazada de mi hijo?

Todavía estoy sudando bastante por ello cuando vuelvo a mi


Aston y comienzo el regreso a la casa, mi mente va un kilómetro por
minuto pensando en lo que necesito hacer ahora para recuperar a mi
esposa y, si lo peor ha sucedido, lograr reconstruir todo en ese primer
intento.

73
Capítulo 7
Traducido por nanaromal
Corregido por Lelu

Libby
Mientras Louisa y mi madre parlotean juntas y suenan, en honor
a la verdad, como urracas, solo desconecto y hago lo que he estado
haciendo las últimas dos semanas desde que dejé a mi esposo y me
mudé con sus padres.
74
Sé que parece extraño, he estado viendo esta situación desde
todos los ángulos, pero la verdad es que Louisa y Clark son los
humanos más agradables que tengo alrededor, y ellos siempre protegen
a su familia.

Desde que soy una Riley ahora, parece que ambos están en modo
batalla, listos para defender mi frágil corazón a muerte, aún contra uno
de los suyos.

Intenté convencerlos de dejar caer su fría muralla contra Cole,


porque por alguna razón irracional, me siento mal por él siendo
rechazado por aquellos que ama, pero el equipo Riley es intenso, pelea
sucio, y me han dicho en términos inequívocos que me quedaré aquí
hasta que reúna el suficiente coraje para solicitar el divorcio o hasta
que Cole se levante.

Estoy esperando por el divorcio antes que el astuto hombre


mueva su trasero de regreso aquí, pero con el contrato que firmé el día
de mi boda, algo de lo que no estaba consciente hasta ahora y solo
porque Cole fue lo suficientemente amable para enviarme una copia, no
puedo divorciarme del sapo por otros once meses más. Sip, él recibe un
año de felicidad matrimonial de mi parte o lo pierdo todo y la compañía
se convierte en una propiedad Riley.

Supongo que mordí esa bala cuando me casé con el hombre, así
que no hay sentido en morder otra más y desgastar mis dientes. Si él
quería un año, se lo voy a dar. Nadie dijo que tenía que ser la imagen de
la felicidad conyugal o que incluso teníamos que vivir en el mismo país,
u ocupar una casa juntos.

Así que estoy haciendo algo que siempre quise hacer, estoy
tomando todo ese maravilloso dinero que viene con ser la Sra. De Cole
Riley e ir a ese tour europeo con el que siempre soñé.

Después de encontrar una forma de escabullirme de la casa y 75


llevar mi trasero al doctor. No hay signos de muerte roja aún, pero esto
podría ser solamente una reacción pronunciada. Nadie lo sabe, pero si
eso era cierto, puedo besar cualquier oportunidad de ir a mi viaje y un
divorcio de despedida.

Louisa y Clark son buenas personas, infiernos, atrapé al mojigato


hombre fumando un porro algunas noches atrás, pero a pesar de lo
agradables y despreocupados que parecen ser, sé que los Riley ponen
mucha acción en la familia.

—Así que creo que definitivamente deberíamos ir con las rosas de


marfil y quizás un poco de algunas de esas margaritas rosadas solo por
color. Ya sabes Lou, no puedo, por mi vida, entender que está pasando
en este mundo estos días. ¿Quién usa lirios en la recepción?

Oh, Dios, por favor, solo llévame ahora. He estado escuchando a


estas dos reírse tontamente sobre como Lizzy Ames usa lirios en su
jardín de la recepción… cosita, como sea que el infierno haya sido la
semana pasada, casi una sólida hora y estoy cerca de llevar el
abrecartas a mis propios tímpanos.

Desconectarlos no es tan fácil como solía ser, especialmente con


ellos en mi trasero veinticuatro horas al día. Creo que las oí susurrando
algo acerca de “reloj suicida” un par de días atrás, y quiero decirles a
todos que la única cosa de la que deberían preocuparse es Cole, ya que
he estado muy cerca de preguntarle a uno de los jardineros si ellos
saben de alguien que quisiera golpearme.

Como si alguna vez dejara ganar a ese culo haciéndome daño a mí


misma.

No obstante, mis mamás están conmigo como el color blanco en el


arroz, serpientes ante un bebé roedor, mierda… te haces una idea.
Estoy rodeada, y con ese desarrollo viene la necesidad de serpentear 76
fuera de esta fortaleza y de alguna manera pasar los guardias de la
puerta.

—Oigan chicos, voy a caminar. Sola. Ah no, mamás, no voy a


trepar hasta la cima de la casa y descender en picado, así que solo
calmen sus malditos caballos y relájense. Bueno, ahora paren de ser
malas con Lizzy. Si, sé que ella las llamó a ambas ‘viejas bolsas
arrugadas’, pero la mujer tiene como sesenta años y posee un montón
de gatos y vive en la casa de su familia. Ya denle un descanso a esa
perra.

Me voy con dos dagas fulgurantes y salgo al jardín, sintiéndome


un poco aliviada de eso. Quien sabría que tanto amor podría ser
sofocante.

—¡Oye, Lib!
Dios dame fuerza para no morder a estas personas. Casi deseo
haber estado en la casa de Cole, porque al menos ahí podría limpiar mi
propio trasero sin nadie revisando el papel de baño por hojas de afeitar.

Girándome lentamente, le doy a Drew mi expresión muy enojada


y espero mientras él se apresura y se une a mí, su brazo va hacia mis
hombros de la misma manera en la que siempre lo hizo.

Él es realmente como el hermano que nunca tuve y lo quiero, pero


realmente…

—Si esas terribles mujeres te enviaron aquí para mantener un ojo


sobre mí, te juro que voy a castrarte Drew Riley. ¿Cuantas veces debo
decirles que estoy bien?

—Whoa ahí, Lib, solo salí para tener una agradable caminata y 77
quizás hablar contigo un poquito sobre mi tonto hermano. —Se ríe,
dándome un apretón extra antes de liberarme y girándose para recoger
una hoja que se había caído mientras llegamos a la hilera de árboles.

En serio amo este lugar, pero estaría mintiendo si digo que no me


dí cuenta del enorme jardín de Cole. Tuve muchísimos planes para ese
lugar solo algunas semanas atrás, y ahora las opciones de mí
construyendo una casa verde ahí o teniendo camas de flores, era
prácticamente no existente.

—Así queee, ¿Cole? — rogué cuando Drew paseó silenciosamente


a mi lado, su semblante relajado, muy relajado, aún para este chico.

Lo que sea porque me haya rastreado, algo definitivamente está


sucediendo y está esperando que yo comience.

—Es un pedazo miserable desde que mamá lo vetó de las cenas y


visitas de la familia.
Solo puedo imaginarlo. El chico es un total hijito de mamá y
siempre lo ha sido a pesar de la deplorable forma en que él se
comportaba a veces. Puedo verlo estando molesto por no ver a sus
padres.

—Drew, ya sabes que hablé con mamá sobre eso y lo he hecho


desde el día en que papá lo rechazó en la puerta. Antes de poner mis
pies en el suelo y hacer demandas en una casa que no es mía, solo no
sé qué decirte. Tu mamá está molesta y ella tendrá que superarlo y…

—Pero mira, eso es por qué estoy viniendo a ti Lib. Solo dile a
mamá que quieres hablar con Cole.

—No. ¿Eres idiota? La última vez que vi al hombre él me besó


como si besara a su abuela y me dejó después de hacerme saber que no
iba a darme una luna de miel porque no era el momento correcto. Que 78
debía mantenerme ocupada y esperar por él. Ah y mi favorito fue
cuando intenté irme para asistir a una reunión del comité para una de
las organizaciones benéficas a las que mamá estaba ayudando y el
maldito guardia me dijo que no podía.

Drew tiene la gracia de sonreír, pero no me detengo ahí, oh no.


Acababa de empezar a desahogarme y sé que no tendré esta
oportunidad otra vez. De alguna manera se siente mal decirle todas
esas cosas a mamá Lou, aún si ella estuviera de acuerdo conmigo.

—¡Ah! Y no olvidemos que el mismo día que él se casó conmigo,


huyó y ni una semana después me humillan públicamente cuando mi
esposo apareció en los periódicos con una putita debajo de su brazo.
Debería ser realmente grandioso ir a fiestas después de eso con todos
riendo a carcajadas y señalándome.

No, no soy tan superficial como para preocuparme por las


opiniones de la gente, pero no soy insensible a los insultos, y si pienso
que la degradación era mala cuando solo se rumoreaba que estábamos
comprometidos desde la cuna, no podía ni imaginar lo que serían los
siguientes meses para mí.

Al fin de cuentas soy una mujer, solo una persona con un


corazón y sentimientos como para ir a lo largo del camino con el jodido
órgano sin usar, y no puedo soportar el pensamiento de más rumores
detrás de mi espalda, o algo peor, tener que ver al hombre en las
mismas funciones.

Tengo orgullo también, y ahora mismo éste me dicta que no voy a


ir a pelear por el hombre que me dejó sosteniendo la bolsa con caca de
perro en el patio delantero después que él tocara la maldita campana y
se fuera lejos de la escena del crimen.

—Libby, sé que lo que viste en el papel parecía como que estaba 79


saliendo con otra mujer.

—Nop. Lo que se veía era como que tenía a otra de sus


desvergonzadas, colgada de su brazo ni una semana después que
pusiera este anillo en mi dedo. Y no, no voy a creer que no era eso,
porque ambos hemos estado ahí cuando tu hermano decidió llevar a
una de ellas a una fiesta en la que estaba. Una fiesta que él sabía que
podría asistir, gracias a tu mamá por llamarlo.

Él había estado sacando sus cosas por los últimos cinco años sin
pestañear, y no espero menos. Lo que me tiene esperando locamente es
el hecho por el que caí con su estúpido “vamos a intentarlo” que dijo el
día de la boda.

¿Cómo pude haber sido tan tonta? ¿Cómo me recosté en la cama y


esperé estar equivocada, dándole el beneficio de la duda, creyendo que
de alguna manera él podría cambiar y ser mejor de lo que he conocido,
cuando en el fondo sabía que esta era la manera en que podría ser?
Nada es peor que la falsa esperance… nada. Ese es por qué estoy
tan loca ahora mismo. Por él, si, obviamente, pero por mí también,
porque era una enferma de amor consumiéndose quien creía que
quizás, solo quizás el anormal Cole Riley, el hombre al que adoraba
desde que era una adolescente, era mejor que el desgraciado que me
mostró el año pasado.

—Libby, sé que estas molesta y cariño, tienes todo el derecho de


sentirte así, pero necesito explicarte algunas cosas que podrían o no,
hacerte sentir de manera diferente acerca de mi hermano —suspira
Drew, empujándome para sentarme cuando nos acercábamos a la
glorieta al borde del lago que respalda la finca Riley.

Bufo sin delicadeza y acepto la botella de agua que él saca del


bolsillo de su chaqueta.
80
—¿Qué quieres decirme? Tuve un tonto enamoramiento platónico
desde que fuí lo suficientemente mayor para tener acné y angustia
adolescente y él nunca intento ser agradable… bien, eso no es cierto.
Por un pequeño momento él fue muy agradable, pero entonces solo…

—¿Cambió? ¿Se convirtió en un hombre totalmente diferente?


Sip, eso lo resume si estoy siendo honesto. Mira, Cole siempre ha sido
un chico agradable.

Bufo otra vez interrumpiéndolo, él me envía una mirada


calmándome.

—Lo siento. No más comentarios negativos. Lo juro —digo


cerrando mis labios.

—Bueno, veamos… Cole era el niño popular en el jardín, el que


todo el mundo quería ser o estar alrededor y él simplemente atraía a la
gente, ¿sabes? Pero él era el chico agradable, siempre agradable,
siempre defendiendo a los débiles y diciéndole a las chicas con brackets
o feos vestidos que eran bonitas. Él solo era…

—Agradable —finalizo, sonriendo al recuerdo de un Cole


veinteañero y sus sonrientes ojos.

Drew sonríe tristemente y asiente, sus oscuros ojos son como los
de Cole, mira a la distancia por un largo tiempo antes de liberar un
suspiro y mirarme de regreso.

—Cuando Cole tenía tu edad, él se enamoró.

Oh, señor, ¿quiero escuchar esto? La respuesta es definitivamente


‘no’ cuando miro a sus ojos y veo un profunda tristeza que me hace
querer abrazarlo o… algo.

—¿Cole? ¿Nuestro Cole?


81

Mi escepticismo hace que se ría, pero él sorbe rápidamente y


asiente, llevando sus codos a sus rodillas mientras mira a la distancia
otra vez, sus ojos grises como si estuviera recordando otro tiempo, uno
en el que claramente le gustaría olvidar.

—Sí, nuestro Cole. Él se enamoró de una chica que conoció en el


colegio, y hombre… —él silba por lo bajo y sonríe profundamente—.
Tess era grandiosa, ¿sabes? Ese tipo de mujer realmente feliz y
burbujeante que iluminan la habitación cuando entran.

Mi respiración está zumbando básicamente de manera silenciosa


con cada palabra y no puedo decir si estoy celosa, triste o ambas al
mismo momento, porque sé que esta historia no va a terminar bien.

Drew libera un áspero suspiro y esnifa, mirando lejos otra vez,


casi como si mirarme mientras recuerda esta historia es doloroso e
imposible.
—Ellos se amaron, mucho, Lib. No puedes creer cuan felices
eran… pero… Cole estaba todavía preparándose para ser CEO y Tess…
ella tenía todos esos grandes sueños de llegar al escenario. Era una
gran dramaturga y su sueño era Broadway. De todos modos, el año en
que se graduaron, Tess llamó a Cole histéricamente llorando y…

Él está prácticamente hiperventilando al tiempo que sale la última


palabra, y temo que no haya terminado o tenga miedo de hacerlo. No lo
sé.

Todo lo que sé es que estoy casi llorando y no puedo contener las


lágrimas.

—Drew, quizás no deberías…

—No, Lib, necesito decirte todo porque tú eres… todo lo que él 82


necesita ¿sabes? Y solo no puede… creo que Cole está saboteando su
relación a propósito antes que te lastime. Necesito que seas valiente
aquí Lib, porque si hay alguna oportunidad de salvarlo de sí mismo, por
favor, estoy haciendo que escuches esto e… intentes.

—Drew. ¿Qué puedo decir? Siempre he sido la que está a favor de


intentarlo, la que hace el esfuerzo, y cae de cara al pido. Siempre he
sido yo quien se ha quedado en ridículo y humillado. Claro que estoy
acostumbrado, pero Cole no merece nada de mí y todos lo sabemos.

—Solo escucha, por favor —ruega él cuando me estoy parando,


decidiendo súbitamente que no importa que tiene que decirme, eso no
cambiará nada—. Si hay una oportunidad.

Maldición.

—Te escucharé pero…

—Eso es todo lo que te pido Lib. Solo escúchame.


—Bien.

Drew respira profundamente otra vez y se relaja cuando me siento


de vuelta, mis dedos agarrando fuertemente la botella de agua, mis
nudillos se tornan blancos.

—Así que cuando lo llamó a Cole, él estaba en casa. Él terminó su


año temprano y fue a casa para visitarnos y relajarse, ver a mamá otra
vez, y pasar tiempo conmigo. De todas maneras, ella llamó y estaba
llorando y la siguiente cosa que sé es que Cole estaba regresando
rápidamente a la ciudad. Verás, Tess estaba en el hospital en mala
forma… ella había ido a esta clínica clandestina y tuvo… estaba
embarazada y no estaba lista para ello.

Oh, dios, no por favor, no, ruego silenciosamente, mi estómago


revolcándose no solo al pensamiento de eso, sino también al 83
pensamiento que tan loco pudo haberse vuelto Cole. El hombre ama a
los niños y estaría muy ansioso con lo de ser papá, incluso a su joven
edad.

Ahora también entiendo su impulso por los niños, la forma en que


parece necesitar controlar todo lo que hago. Pero no me ha vuelto a
tocar.

La urgencia de vomitar es tan fuerte que casi me dan arcadas,


trago saliva repetidamente cuando Drew me dice con lágrimas en los
ojos y una expresión tan triste que siento su dolor como si fuera mío.

—Ella estaba sangrando, ¿no? El… procedimiento fue malo.

—Sí. — Él aclara su garganta y agranda sus ojos antes de esnifar


otra vez y mirar al agua—. La compañera de cuarto la encontró, y para
cuando la llevó al hospital, ella había perdido muchísima sangre. La
operaron y por cierto Cole y yo fuimos, ella estaba fuera de cirugía y
tuvo… una histerectomía. Ella nunca iba a tener hijos.
—Cole.

—Casi la mata con sus manos cuando se dio cuenta de lo que le


hizo a su niño indefenso. Ella estaba ya en su segundo trimestre para el
momento…uh, de todas maneras nunca lo vi tan enojado, Lib. Si no lo
hubiese sacado de allí, estoy muy seguro que le hubiese hecho algo
terrible a esa chica.

—Una chica que amó —susurro, sintiéndome tan triste por mi


chico que tengo problemas para recuperar mi aliento.

Ni siquiera puedo imaginar lo que debe haber sentido, pasar de


ese tipo de amor al odio puro en un abrir y cerrar de ojos. Debe haber
sido tan torturador.

—Una chica a la que adoraba, Lib. Al final no importó, porque 84


murió más tarde esa noche. Cole nunca la ha perdonado, y nunca
confió en otra mujer después de eso.

—Pero, pero fue tan amable conmigo la primera vez que nos
vimos, y él ya sabía quién era... iba a disolver el compromiso antes de
eso ¿no?

Sus hombros se encogen de incomodidad y suspira.

—No te enojes con él, Lib. No quiso hacerte daño ni nada;


simplemente estaba enamorado y no estaba dispuesto a sacrificar eso
para cumplir un trato que nuestros padres nunca deberían haber
hecho.

No estoy enojada, todo lo contrario en realidad. Por alguna razón,


solo saber que es humano y tan capaz de amar y odiar como el resto de
nosotros me hace sentir cien veces mejor.
Esta historia, tan triste como es, es mi único momento brillante
de esperanza, tan terrible como suena, porque si Cole es defectuoso y
no este imbécil perfecto que he imaginado que es, entonces es capaz de
amarme tanto como quiero amarlo

La pregunta ahora es si sigo pensando que vale la pena, o no,


todo el trabajo que voy a tener que hacer para que esto funcione. Si el
hombre puede voltear guiones tan fácilmente y huir no solo de mí sino
de sí mismo, ¿hay alguna esperanza?

—Digamos que estoy remotamente interesada en intentarlo, ¿hará


la diferencia? Quiero decir, no es exactamente fácil hablar con Cole en
los mejores días. ¿Cómo podría siquiera... estar con él cuando ya no me
quiere?

Parece que lo arrancara de mis labios, no es mentira, pero elijo 85


frotar un poco de suciedad en esa lesión y seguir adelante.

—Regresarías a casa y serías tú, Lib. Solo sé tú misma y trata de


conocer al idiota. Si es realmente reparable, recibirá el mensaje lo
suficientemente pronto. Si no lo es, bueno, al menos lo habrás
intentado, que es todo lo que cualquiera puede hacer.

Desearía que eso no tuviera tanto sentido.

—Sin embargo, hay una cosa que quiero saber. ¿Por qué fue tan
amable conmigo la primera vez que nos vimos y las pocas veces
posteriores si ya estaba tan desordenado?

Drew sonríe y acaricia suavemente mi mejilla manchada de


lágrimas.

—Te lo dije, Lib, Cole es un buen tipo, siempre lo ha sido. Él ya


no quiere ser así nunca más.
Mierda. Creo que tengo algo que pensar.

86
Capítulo 8
Traducido por AnotherGirl
Corregido por Lelu

Cole
Dos semanas sin una palabra de mi esposa y siento que estoy
listo para volverme loco. Sin embargo, he hecho lo que Drew me dijo
que hiciera y he mantenido la distancia. No porque quiera o porque
todavía estoy tratando de ser decente o algo así, sino porque no tengo
otra opción.

Por lo general, me enfrentaría a cualquier problema como un 87


bateador y seguiría adelante hasta que entrara y obtuviera lo que
quiero; después de todo, soy uno de los directores ejecutivos más
jóvenes de una empresa de quinientos millones de dólares. Entiendo, fin
de la historia.

Pero ese tipo de enfoque no funcionará aquí y lo sé, no sólo


porque mamá me conoce y anticipa cada uno de mis movimientos,
contrarrestando todos los ataques antes que pueda llegar a ninguna
parte. La verdad es que los negocios y la familia son dos cosas
totalmente diferentes.

No me gusta; Dios sabe que sería mucho más fácil si pudiera


meter a Liberty en una de mis muchas cajas bien organizadas y seguir
adelante como siempre.

Sin embargo, no puedo. No he sido yo mismo desde que me casé


con esa mujer. Ni en la mente ni en el espíritu. Diablos, mi polla ya no
se pondrá dura por otra mujer, casi como si el gran bastardo estuviera
tratando de castigarme por haber perdido lo mejor que nos ha pasado.

Sí, dos semanas de reflexión intensa de la situación y de mi


mismo, nunca hago esa mierda si puedo evitarlo y sé algunas cosas
muy importantes.

He manejado muy mal todo esto desde el primer día. La quería


para mí y la conseguí, pero no esperaba sentir nada por la inocente
señorita y eso me hizo perder los estribos.

Me gusta. ¿Y qué? Eso es algo bueno y hará que el matrimonio


sea bueno y placentero. Pero eso no significa que tenga que sentir algo
más por ella, y ahí es donde metí la pata y por qué salí corriendo.

Dejé que mis emociones me afectaran una vez más y eso es algo 88
que nunca permito que ocurra. Si no me hubiera sentido tan culpable
por mis métodos e intentado evitar la libertad, habría sido lo
suficientemente racional como para entender que el hecho de que me
guste la mujer no necesariamente va a poner en peligro mi corazón.

Ese es un error que no volveré a cometer y cuando mi esposa


vuelva a estar bajo mi techo, donde pertenece, trazaré un mapa más
preciso del curso. Diablos, sentirme así, ser así de claro, más claro de lo
que he sido en un tiempo es genial.

Ojalá no tuviera que esperar a que vuelva mi mujer.

O eso pensaba.

Después de enterrarme en el trabajo para no pensar en ella, llego


a casa a altas horas de la madrugada, a mi casa vacía, y me preparo
para dormir en una cama vacía, sólo para detenerme en seco en mi
camino ante la bella durmiente enterrada entre mis sábanas.
Reconocería ese culo regordete en cualquier parte, probablemente
podría sacarlo de la nube si tuviera que hacerlo, mi esposa tiene el culo
más sabroso que he visto nunca.

Estoy tan sorprendido que me quedo aquí parado mirando en


silencio durante al menos dos minutos antes de forzarme a moverme y
caminar más cerca de la cama. No me gusta la poesía y toda esa mierda
sentimental, pero juro que por la forma en que se ve con la luz de la
luna cayendo sobre su piel, podría ser un ángel caído que viene a
llevarme al paraíso.

Me elevo sobre ella, la asimilo, disfrutando la vista de sus pechos


llenos que se derraman sobre el borde de su camisola sedosa y la forma
en que sus pantalones cortos de dormir perfilan cada pliegue entre sus
piernas cuando se mueve y patea las mantas, sus piernas se abren y así
invitan a que tenga que contenerme físicamente para no caer sobre ella
89
como un animal salvaje.

Ahora mismo tengo tantas ganas de estar dentro de ella que mi


polla se pone firme inmediatamente y empieza a aullarme, moviéndose
en mis pantalones como si el imbécil estuviera tratando de olfatear su
camino hacia el sexo con ella.

Parece que se ha decidido por las cosas y quiere volver a casa de


mala manera. Yo también y mataría por la oportunidad de explorar su
exuberante cuerpo con las luces encendidas y nada que me impidiera
ver. O la mano. O los labios.

Pero aún no, no hasta que Liberty y yo hayamos hablado y


tengamos algunas cosas claras. Necesito contarle el trato antes de
tomarla de nuevo.

Me follaré esa dulce pieza de nuevo sin importar lo que suceda;


sólo quiero que seamos claros como el cristal acerca de algunas cosas,
conociendo el hecho de que no soy su caballero de brillante armadura y
que nunca lo seré.

Y me siento muy mal ahora mismo y necesito saber si está


embarazada o no, así que sé cómo proceder. Soy un tipo grande con
accesorios grandes y follo duro. Si ella es delicada, necesitaré estar un
poco contenido. Si no lo es... voy a ir a toda máquina con su culo una
vez que me meta dentro de ella.

—Liberty.

La sacudo y la despierto suavemente, tratando de no mirar


fijamente la V entre sus piernas o notar la forma en que sus pezones se
endurecen en el momento en que mi mano hace contacto con la suave
piel de su cadera.
90
Tan suave y sedosa.

Por el amor de Dios, Cole, no pierdas la calma, hombre, me


advierto a mí mismo cuando el impulso loco de arrancarle los
pantalones se convierte en una bestia viva y respiradora dentro de mí.

Gime, haciendo que mi chico empiece a olfatear de nuevo y rueda


hacia su lado, acurrucándose en mi muslo. Dulce Señor.

—Liberty. Despierta.

Cuando todo lo que obtengo es otro gemido y el olor


abrumadoramente embriagador de su excitación, pierdo mi mierda y
empiezo a sacudirla bruscamente, necesitando que esta prueba termine
antes que me desmaye por falta de flujo sanguíneo al cerebro.

—¡Liberty!

—¿Eh? ¿Qué, dónde?


Se endereza y mira a su alrededor, parpadeando como un búho
antes de darse cuenta que soy yo y se aleja, encogiéndose en el
cabecero. Odio esa respuesta, pero me prometo a mí mismo que será la
última vez que ella se aleje de mi toque.

—Liberty, ¿qué haces aquí, cariño? —pregunto, aunque lo


primero que quiero preguntar es si está tan mojada como necesito que
esté ahora mismo.

Maldita sea, he estado sin sexo demasiado tiempo y mi polla está


empezando a darlo a conocer.

Parece confundida durante dos segundos antes de entrecerrar los


ojos hacia mí y al mismo tiempo, ponerlos en blanco. No sé cómo lo
hace, pero es divertido y sexy al mismo tiempo. Me pregunto cuánto
tiempo le tomará a mi pequeña flor mostrar todo ese fuego que siento 91
que se filtra bajo la superficie.

—Esta es mi casa, ¿verdad?

Qué descarada. Me gusta.

Conteniendo una sonrisa, me mantengo plantado donde estoy


sentado e inclino mi cabeza.

—Sí, pero dejaste claro que no ibas a volver.

Nuevamente, pone los ojos en blanco antes de agarrar la sábana y


levantarla. Maldita sea.

—Nunca dije eso. Mamá Lou lo hizo, no yo. Sólo necesitaba algo
de tiempo para entender que eres una basura que no puede mantenerla
en sus pantalones y para superar el impulso de golpearte con una
sartén a la cabeza. He llegado a las manos, así que aquí estoy —
murmura, dándome una mirada mordaz desde debajo de sus
pestañas—. ¿Puedo volver a dormirme ahora o tienes más preguntas
estúpidas qué hacer?

Será mejor que me dé solo hijos varones, porque si nuestras hijas


van a ser ángeles de mamá, estaré lleno de canas antes de cumplir los
cincuenta. La chica tiene una boca, una actitud y aptitud para poner
los ojos en blanco que es más linda de lo que me gustaría admitir.

—Solías ser muy dulce.

Resopla tan poco delicadamente que casi me rompo y empiezo a


reír, luego me lanza una mueca.

—Nunca me conociste, así que no puedes hacer esa declaración


con validez real. Además, hasta el azúcar se vuelve agrio cuando se
vierte en vinagre. 92
Maldición, a este paso tendré cuarenta años y la cabeza llena de
cabello blanco.

—Liberty querida, deja de hablarme así y dame la oportunidad de


hablar.

Se le escapa otro humph y gruño. Maldita mujer.

—¿Estás listo para hacer esto del matrimonio o qué? Porque si no


lo estás, puedes llevar tu buen trasero a un cuarto de huéspedes y
dejarme dormir. Lo juro por Dios, ninguna buena apariencia compensa
la falta de cerebro y una actitud desagradable.

—¿Quieres que te azote el trasero, Liberty? —le pregunto en serio,


aunque por dentro estoy rompiéndome las tripas ante ella.

La mujer está intratable, sexy como el demonio, recién dormida y


lo suficientemente sexy como para prender fuego a las sábanas.
Detente. Cole, concéntrate en los hechos. Tienes toda una vida para
disfrutar de esta marca de escupe fuego. Recomponiéndome, aunque
sólo me gustaría una cosa mejor que escuchar su queja toda la noche,
le doy mi mirada, la que deja a los hombres adultos temblando en sus
trajes de tres piezas y le hago saber que no estoy impresionado.

Eso no funciona.

—Bien. ¿Qué quieres, Riley? —se queja, cruzando los brazos.

Oh, la lista es tan larga...

—Me gustaría aclarar algunas cosas antes de empezar. Ahora,


necesito empezar por disculparme por mi deserción.

—Qué sorpresa.
93
—Me equivoqué y fui insensible —continúo ignorando sus
murmuraciones—. Pero me gustaría empezar de nuevo.

Estoy bastante seguro que me llamó codicioso en voz baja, pero


por ahora lo dejaré pasar. Después de todo quiero sexo y broncear su
trasero probablemente no me lleve a ningún lado ahora mismo. Tendré
que llevar la cuenta.

Uno.

—De cara al futuro, me gustaría que fuéramos amigos.

—¿Con beneficios? —pregunta dulcemente.

—No, porque eso sugeriría que no estamos seriamente


comprometidos con nuestro matrimonio y no tendré ninguna duda al
respecto. Estamos casados y me tomo esa mierda en serio.

—Mentiroso.
Dos.

—Pero no te engañaré, Liberty. No soy el hombre que crees que


soy.

—Oh, estoy bastante segura que sí. Pero oye, si tu pobre mamá
sobrevivió tanto tiempo, supongo que yo también puedo.

Tres.

—¿Vas a seguir con este comentario toda la noche? Porque tengo


algunas ideas si tu boca necesita ser ocupada.

Su rubor llega rápidamente y florece desde sus mejillas hasta la


parte superior de sus grandes pechos. Me excita aún más y tengo que
ajustarme la polla cuando mis pantalones empiezan a forzar las
costuras. Nunca supe que podría ser tan sexy para una inocente
94
señorita verde, pero ahí lo tienes; su modestia está haciendo que mi
motor se ponga en marcha en este momento.

—Ah, así que por fin estás tranquila. Permíteme continuar. No


quiero engañarte sobre lo que seremos. Estoy dispuesto a intentar todo
esto de la monogamia si puedes seguirme el ritmo. Me gusta mucho el
sexo y espero que me mantengas satisfecho. Si puedes hacer eso, no
tendremos ningún problema.

—También eres generoso. ¿Las maravillas nunca cesarán?

Cuatro.

—Lib…

—¡Muy bien! Cielos. Te lo tomas todo muy en serio. Ve al grano,


¿quieres? Tengo sueño y quiero volver a dormir —murmura, mirando a
todas partes menos a mí.
Pobrecita, cree que dormirá después que terminemos de hablar.
Tendré que desengañarla de esa idea y hacer lo que pueda para que
valga la pena.

—Como decía, quiero sexo y amistad. No hay razón por la que no


podamos ser buenos el uno con el otro en este matrimonio y me gustas
lo suficiente.

—Eres un verdadero encanto, Riley. Pero no te pongas demasiado


tacaño con los halagos o no podré contenerme aquí —murmura
sarcásticamente, con la boca torcida de manera tan burlona que siento
que mi sangre empieza a hervir.

Cinco.

—¡Maldita sea, Liberty, estás poniendo a prueba mi paciencia, 95


mujer! —grito, saliendo de la cama antes de hacer algo realmente
estúpido como besarla.

—Qué lástima. Así que quieres sexo y amistad. Bien. ¿Necesita


algo más, jefe? ¿Qué tal un riñón o un trozo de hígado? ¿No? De
acuerdo, ¿puedo volver a dormirme ahora?

Seis.

—¡No! Estamos hablando de términos aquí. Quiero saber si estás


embarazada —grito.

Ahora bien, esto es un arma de doble filo porque quiero que la


respuesta sea sí y no. Sí, porque quiero un hijo y la oportunidad de
recuperar lo que perdí. No, porque yo…

Deja de pensar en eso, Cole. No tiene sentido arruinar las cosas


antes de llegar a la parte buena.
Mi pregunta la hace estar muy quieta y pálida. Me siento casi mal
por gritar esa mierda así. Pero entonces la pequeña escupe fuego
levanta su fea cabeza y Liberty frunce el ceño oscuramente.

—No, de hecho, no estoy embarazada, muchas gracias por


preguntar, imbécil. Y tendrás que posponer tu programa de cría por
otros días, porque actualmente estoy sangrando como si me hubieran
disparado y no estoy de humor para más de tu mierda ahora mismo.
¿Vienes a la cama o qué?, porque estoy apagando la luz ahora.

Siete, cariño Libby.

Ella mueve el culo y apaga la lámpara con unas cuantas


maldiciones murmuradas que dejan mis oídos ampollados y calientes.
Pero mi maldita boca casi se está partiendo, estoy sonriendo tanto.
96
No me extraña que esté tan malhumorada. Gracias, dulce Jesús,
esta mierda sólo pasa una vez al mes, aunque estaré durmiendo con
una erección toda la noche.

Dejo caer mi ropa justo donde estoy parado y me meto en la


cama, sólo tengo que luchar un poco cuando la acuno contra mi
cuerpo.

—Cálmate, mujer, sólo te estoy abrazando. ¿Te duele la espalda,


cariño?

—¡No! Cállate y déjame ir.

Ocho.

—No. Ahora cállate y quédate quieta, Liberty Riley o calambres o


no, voy a broncear tu piel recalcitrante —gruño, metiendo su dulce culo
en mi ingle.
Mi chico está lloriqueando por la injusticia de todo esto, pero
estoy satisfecho cuando se relaja y se acurruca conmigo, gimiendo
suavemente cuando comienzo un masaje constante en la parte baja de
su espalda.

Sí, vamos a estar bien y me acabo de dar cuenta de algo


importante: que no está embarazada, así que eso significa que puedo
empezar a tratar de hacerlo.

Mamá siempre me decía que contara mis bendiciones una por


una.

—Oye, ¿Liberty?

—¿Y ahora qué?

—Gracias por regresar —susurro en su cabello, olfateando el


97
aroma floral que llega a mi nariz y me calma lo suficiente como para
relajarme.

—Deja de ser amable, Cole, es demasiado raro. Malditos Riley.


Son los suspiros los que me agobiaron, así que no te pongas demasiado
arrogante —murmura somnolienta, abrazándose más a mi calor.

No entiendo ni una palabra de lo que está diciendo, pero me


quedo dormido sonriendo, esperando que esto sea un nuevo comienzo.
Capítulo 9
Traducido por Myr62
Corregido por Lelu

Libby
Lo que pasa con mentir cuando eres tan inepta como yo es que si
no tienes un plan oculto que seguir, lo más probable es que te atrapen
bastante rápido.

Gracias a Dios, Cole parece tan ignorante sobre los sufrimientos


corporales de una mujer como cualquier otro hombre que haya nacido o
se habría dado cuenta que no me estoy desangrando sino que estoy 98
vomitando hasta mis órganos todas las mañanas.

Hasta ahora me las he arreglado para estirar el buen período


durante seis días completos mientras él anda por ahí amenazando con
violar mi sensibilidad y hacer cosas con una toalla.

Ni siquiera iré allí porque eso es simplemente asqueroso, pero


oficialmente no tengo excusas para no tener sexo y estoy más que
agradecida de estar tan al comienzo del embarazo que él no sabrá nada
antes que esté lista para contárselo.

Mentí sobre no estar embarazada, pero tenía una buena razón


para hacerlo. Después de la historia de Drew sobre Tess, hablamos de
muchas cosas, y ambos llegamos a la conclusión que el frágil hombre
con el que me casé aún no está listo para saber que va a ser papá.

Se lo diré muy pronto; solo quiero exorcizar a esos demonios que


ha estado arrastrando durante años antes de compartir la noticia.
Verás, lo que pasa es que estoy muy emocionada con la idea de ser
mamá, y quiero que él también sea feliz.

Necesito que sea feliz cuando le diga la verdad, o tal vez lo mate si
reacciona negativamente. Lo entendería, de verdad lo haría después de
escuchar lo que pasó, pero eso no significa que me impresionará que
esté descontento con mi pequeño colibrí.

No, esta mamá oso ya está en modo matar para proteger al bebé,
y si alguien respira mal cerca de mi vientre, los atacaré como un
maldito ninja.

Por lo tanto, estoy manteniendo esto en silencio, por ahora, o al


menos hasta que preste suficiente atención para darse cuenta que mi
tono de piel natural no es verde lima.
99
Ahora estoy en medio de un almuerzo organizado por las mujeres
que patrocinan el Proyecto Pequeñas Tazas de Té, algo que se me
ocurrió para ayudar a las chicas de familias desfavorecidas que no
pueden permitirse enviar a sus hijos a actividades como fútbol o baile o
incluso la liga de matemáticas.

Lo llamo Pequeñas Tazas de Té por la basura que bebemos


mientras organizamos estos eventos, y hasta ahora hoy ha sido peor
que cualquier otro. Si una persona más tiene que preguntarme sobre el
“querido Cole” o enviarme una mirada compasiva y engreída, te juro que
estas tazas de té contendrán sangre.

—No prestes atención, Libby, estos animales dejarán de dar


vueltas una vez que se den cuenta que no eres un cadáver —murmura
Lou, lanzando a Felicity una mirada de muerte lo suficientemente fuerte
como para limpiar sus huesos.
—Es fácil para ti decirlo, no estás sentada al lado de la chismosa
Gladys. Juro que esta mujer come ratas muertas en el desayuno, su
aliento huele tan mal. ¿Cambiamos asientos?

Por favor cambia de asiento. No estoy segura de poder aguantar


este vómito por mucho más tiempo si ella se inclina nuevamente. Solo
puedo aguantar la respiración por un tiempo, y no quiero, ya que estoy
paranoica por cortar el suministro de oxígeno del colibrí.

Tendré que preguntarle al médico sobre eso si voy a asistir a estas


reuniones semanalmente durante el próximo mes.

—Demonios no, cariño. La última vez que me senté al lado de


Gladys perdí una ceja. Solo aguanta. Solo faltan otros diez minutos y
podremos largarnos de aquí.
100
¿Diez minutos? Estaré muerta para entonces.

Y no me hagas hablar de los otros olores. ¿Quién iba a decir que


el pastel de queso podía apestar tanto? Parece que mi nariz se ha
convertido en una supernova, porque huelo todo con la intensidad de
un sabueso en un rastro de olor, y todo huele mal.

Estoy manteniendo las cosas admirablemente bien cuando llega


el golpe de gracia, enviando a mí ya dudoso sistema, a toda marcha.

— ¿Quién diablos ordenó una barbacoa?

Las cosas van bastante cuesta abajo desde allí cuando el hedor
enfermizo y dulce del cerdo y el azúcar, golpea mi nariz en el momento
en que el plato está sobre la mesa.

—No, no es mío —gruño a la camarera, agitando histéricamente el


plato frente a mí.
Ya tengo náuseas y me muevo frenéticamente para ponerme de
pie y dirigirme al baño, pero como suele ser mi suerte, soy torpe y mi
brazo empieza a agitarse y me tropiezo para levantarme de la silla y
luego el impulso de vomitar me golpea demasiado pronto.

—¡Oh, Dios!

Es un grito colectivo cuando mi estómago da un tirón peligroso y


comienza a inundar la suculenta carne de cerdo. Cuando termino, todo
lo que queda del almuerzo de Barb es un plato de horror a la deriva, y
hay un olor que parece impregnar toda la mesa.

—¿Libby querida?

—Mama Lou, creo que no me siento tan bien —jadeo, sin siquiera
atreverme a mirar a los otros ocupantes de la mesa. 101
Estoy completamente mortificada.

—¡Jesús, Bárbara, te dije que Libby todavía se está recuperando


de la gripe y continúas y pides medio cerdo para almorzar! —grita Lou,
tomando mi brazo y parándose regiamente, su rostro con líneas de
desaprobación y desdén—. Un poco más de sensibilidad sería bueno,
señoras, si esperan que mi hija asista a estos almuerzos regularmente.
Ahora ven, cariño, vamos a llevarte a casa y a la cama antes que uno de
estos idiotas decida ordenar otro cadáver.

La amo tanto cuando me arrastra fuera del restaurante y me lleva


a su auto esperando. Estamos a medio camino de casa antes que pueda
decir una maldita palabra.

—Mamá…

—No digas nada que haga enojar a mamá, querida Libby. Yo


estaba igual cuando estaba embarazada de Cole. El cerdo me hacía
vomitar como un maldito volcán. Ni siquiera pude comer tocino durante
tres meses debido al pequeño tesoro.

Atrapada.

Me sonrojo y me río mientras ella se apura y gira hacia un camino


de tierra que conduce a un pequeño y escondido bistro que solo
frecuentan los lugareños.

Me encanta el lugar de Dina, pero ya casi nunca vengo.

—Bueno, vamos, cariño, vamos a arreglarte. Dina hace un


especial para el embarazo que te hará levantar.

Nos instalamos en una de las desvencijadas mesas y tomamos


una divina agua con limón y algo que no puedo nombrar antes que ella
coloque su mano perfectamente cuidada sobre la mía.
102

—¿Qué está pasando, Lib?

Maldición, me siento tan culpable por mantener esto oculto, y


después de ese espectáculo que acabo de hacer, me siento diez veces
más tonta por avergonzarla frente a las mujeres con las que tiene que
asociarse. Puedo quedarme escondida en mi casa sin que Cole diga una
palabra. De hecho, el hombre odia que deje los terrenos. Pero Lou no
tiene otra opción ya que ella es parte de cada comité en estas partes.

—Yo... sabes que estoy... no le he dicho a Cole todavía porque


tengo miedo de que...

—¿Drew habló contigo? Pensé que lo haría, el chico ha estado


haciendo olas al respecto desde el principio.

Su sonrisa es triste y me sorprende que si Cole todavía está de


luto por un hijo del que solo sabía después del hecho, Lou debe estar
igual de triste por perder a un nieto.
Las acciones de una persona causaron esto, y quiero ser
diferente. Simplemente no sé cómo trabajar las cosas para que todos
estén tan felices como yo.

—Él me dijo —admito, suspirando cuando lo que sea que esté en


el agua calma mi estómago.

—Cole nunca ha sido igual. Oh, lo intentó al principio,


especialmente cuando te conoció. Realmente le gustaste, Lib, y nos
contó todo lo que hablaron. Pero entonces... las cosas simplemente se
dispararon y se convirtió en el hombre que es hoy.

—Sí. Así que quería decírselo. Incluso me preguntó y mentí.

Mal movimiento ahora que lo pienso ya que conozco a Cole y no


estará muy feliz de que su esposa le mienta directamente a la cara. 103
Lou suspira profundamente y se inclina hacia atrás, mirando a
todo el mundo como si perteneciera a esta pequeña choza, incluso
mientras usa Chanel y tres mil dólares de aros de oro en las orejas.

—Por lo que Drew te dijo. Lo sé cariño. Lo sé, así que no empieces


a llorar y pensar que estoy enojada. No lo estoy, y la verdad es que estoy
de acuerdo contigo. Cole no está listo para saber sobre el bebé. No
todavía, de todos modos. Ambos necesitan tiempo para conocerse, y tal
vez... bueno, él no se ha ganado el derecho de saber algo, ¿cierto?

Amo a esta mujer. Es como la madre por la que habría rezado si


mi propia madre no hubiera sido tan perfecta. Ella habría sido una
abuela increíble para ese bebé perdido, y me alegra que ahora lo sea
para mi hijo.

—Ganado o no, mamá Lou, no tenía derecho a mentir. Es solo


que me hizo la pregunta después de hablar sobre... err, de todos modos,
fue una sorpresa y reaccioné antes de darme cuenta de lo que estaba
diciendo y ahora no puedo retractarme. Va a estar tan enojado —gimo,
dejando caer mi cara en mis manos.

—Probablemente, pero el chico es el hijo de su padre. Son todos


ladridos y casi no muerden. Dale una oportunidad y estoy segura que
volverá en sí.

Sí, pero me pregunto cuánto tiempo tomará. Cole ha sido


grandioso hasta ahora, y fiel a su palabra ha estado en casa y
cultivando esta amistad que parece tener la intención de construir cada
noche sin falta.

No hay otras mujeres, y él ha sido infaliblemente amable. Ahora


sé mucho más sobre él que antes, y parece estar obsesionado con
aprender todo lo que puede sobre mí.
104
Me gusta esa actitud y amor que no está aburrido o molesto por
mi actitud hogareña. Para un chico que está acostumbrado a divertirse
y vivir, también descubrí que es muy hogareño de corazón.

Pasamos bastante tiempo relajándonos en el sofá frente al


televisor. El único punto delicado de nuestra relación hasta ahora es la
falta de sexo, que será atendida esta noche si su shot de despedida de
esta mañana es una indicación.

—¿Crees que Cole es capaz...? No, eso no es lo que quiero saber.


¿Crees que puedo ser lo que él quiere y necesita? Afrontémoslo, mamá,
no soy exactamente material de supermodelo y Cole está acostumbrado
a un cierto nivel.

Lo cual nunca seré. Me gusta comer y ser una mujer de dos


dígitos, y no voy a cambiar eso para que encaje con su ideal. Si él me
quiere, lo que parece indicar su constante estado de excitación, tendrá
que aceptarme tal como soy.
—Cariño, la primera novia de Cole en la escuela secundaria fue
Lissy Calhoune. ¿De verdad crees que eso sugiere que mi chico es
superficial? —pregunta intencionadamente.

Bueno, no, ya que Lissy es una amputada, que perdió su pierna a


los cuatro años en un accidente automovilístico. La chica es genial, está
llena de vida y está tan enamorada de su esposo, Mark, y sus tres hijos.

Esta información es reveladora y encaja tan bien con el chico que


Cole solía ser, que siento que esa esperanza traicionera vuelve a brillar
en mi pecho.

—No, nunca ha sido superficial o un matón. Por eso nunca pude


entender por qué se esforzó tanto en lastimarme.

—No te lastimará, Lib, solo muéstrale que ya no es el mismo. Ese 105


chico ha pasado años tratando de ser alguien que no siente nada para
no volver a ser herido. Todo lo que necesita es amor y tiempo para
demostrar que ya no tiene que esconderse. ¿Vas a darle eso, Lib?

Oh, chico.

—Lo intentaré, mamá, realmente lo haré, pero si se mete conmigo,


me estás ayudando a enterrar el cuerpo.

Eso me hace reír y guiñar un ojo cuando Dina deja nuestros


platos y comienza una conversación sobre los efectos del jengibre y el
embarazo. Todavía tengo mucho que hacer con respecto a Cole, pero me
siento mucho mejor a medida que avanza el día. Solo espero que el
hombre valga toda la confusión con la que estoy lidiando en este
momento.

Y rezo para que la debacle del almuerzo de esta tarde no llegue a


sus oídos, porque si lo hace, estoy segura que estoy metida en agua
caliente.
♦♦♦

Cole
—¿Ella qué?

—Amigo, Danny dijo que hizo erupción como el Vesubio sobre ese
plato de cerdo asado y parecía tan verde como el pasto cuando se
fueron.

Escucho a Percy, mi único amigo de la universidad y uno de los


hombres más chismosos que he conocido, con medio oído cuando las
palabras se instalan y comienzan a hervir en mi sangre.

Pero no puedo simplemente salir corriendo. 106


Percy es un chismoso empedernido y entrometido como el
infierno. Si reacciono con fuerza ahora mismo, Cole Riley será azotado
por toda la ciudad. Así que en lugar de correr al lado de Liberty, me
obligo a escuchar al hombre que desentierra cada chisme que ha
escuchado en el último mes.

Cuando termina el almuerzo y le doy la mano y prometo ponerme


en contacto para una barbacoa, estoy listo para salir de mi piel. Esto es
mi culpa, creo, caminando hacia mi auto como si los sabuesos del
infierno estuvieran detrás de mí. Si hubiera prestado más atención en
lugar de darle espacio como me dijo Drew, me habría dado cuenta que
está enferma y habría hecho algo al respecto antes de invitar a su club
a un almuerzo

Odio la idea de que esté enferma y sufriendo. Maldita mujer es


tan terca que debería tener una enfermedad potencialmente mortal
antes de entrar en el consultorio del médico, así que supongo que de
ahora en adelante tendré que hacerme cargo y mantenerla a raya.
No hay problema con eso, pero darle espacio está justo sobre la
mesa y es su culpa si no le gusta. La tonta mujer debería cuidarse
mejor, pero si no lo hace, bueno, tendré que asegurarme que lo haga.

Llego a casa en un tiempo récord y entro para ver a mamá, Molly


y Prudence en la sala de estar con mi esposa. Maldita sea, me gusta su
hermana, pero generalmente trato de evitar estar cerca. La última vez
que la vi, amenazó con cortarme íntimamente si yo hacía llorar a
Liberty.

—Liberty.

—Ahora contrólate, chico. Esta mañana no se sentía muy bien


cuando la recogí, y la debacle del almuerzo fue culpa de Bárbara
Mathers. ¿Quién pide una porción de cerdo para almorzar? —murmura
Mamá, acariciando consoladoramente la mano de Liberty. 107
Liberty no puede mirarme a los ojos, y la pequeña señorita Pru
parece estar disparando dagas en mi cabeza por alguna razón.
Sospecho y necesito... maldita sea, solo quiero que todos se vayan para
poder dejar de actuar como si no me importara una mierda e ir con mi
esposa.

—¿Ya has oído hablar del almuerzo? —pregunta Liberty,


arrugando la nariz con disgusto.

—Almorcé con Percy.

—Eso lo explica todo. Ese hombre es un entrometido y tan lleno


de su propia mierda que es una maravilla que Gabby Price siga casada
con él —murmura Pru sacudiendo la cabeza.

Me abstengo de señalar que Gabby parece demasiado feliz de


gastar su dinero y guardar sus opiniones para sí misma si eso significa
mantener el estilo lujoso que la fortuna familiar de Percy puede
proporcionar. Sin embargo, eso no es del todo justo, ya que Gabby
parece adorar a Percy y es el que impulsa a los niños a pesar que el
hombre tiene la intención de permanecer sin hijos el mayor tiempo
posible.

—Cole.

—¿Has ido al médico? —interrumpo, echándole una mirada a


Mamá para hacerle saber que ya es hora que ella y Pru se vayan para
que yo pueda encargarme de la mierda.

—No y no empieces, Sr. Loco del Control. Fue solo...

—Mamá, creo que tú y Pru pueden irse a casa. Yo me encargaré


de Liberty desde aquí.

Todos intercambian una mirada y siento que mis sospechas se


108
multiplican cuando Pru simplemente asiente y se levanta para irse, su
actitud generalmente mordaz, inactiva por esta vez.

—Recuerdas lo que dije, Riley. Sin lágrimas o...

—Sí, sí, pelarás mi saco como una guayaba. Lo tengo, Pru. Ahora
vete a casa y llévate a mamá contigo. Me encargaré de mi esposa.

No grito inmediatamente y espero a que las mujeres se vayan


antes de mirar a Liberty con el ceño fruncido.

—¿Estás enferma y no has ido al médico?

Cálmate, Cole, solo cálmate. Ella no es una niña y no es T…

¡Para! Eso no tiene nada que ver con esto.


—Cole, ven y siéntate conmigo. Necesito hablar contigo —dice
suavemente, su mano tiembla un poco cuando acaricia el sofá al lado
de donde está reclinada.

—No quiero sentarme, Liberty. Quiero llevarte al médico y


asegurarme que estás bien —gruño, con la intención de recogerla y
llevarla al coche si es necesario.

—No necesito ir al médico. Ya he ido.

Eso me detiene justo cuando me inclino para levantarla de donde


está tumbada en el sofá, y me enderezo con miedo en la boca del
estómago.

Tiene que haber alguna razón por la que no me ha dicho eso, y


por más paranoico que estoy con respecto a la mujer, empiezo a 109
sentirme mareado ante la idea que tiene una enfermedad terminal que
la alejará de mí.

—¿Qué es? Si estás enferma, buscaré a los mejores


especialistas...

—No estoy enferma, Cole. Siéntate, por favor —suplica, mirando


ese tono de verde del que me hablaba Percy mientras cierro los labios y
me acerco al cojín al lado de su cadera.

—Liberty, yo…

—Te mentí —se apresura, agarrando mi mano y apretando


mientras sus ojos se llenan de humedad—. Cuando me preguntaste la
otra noche... mentí porque temía que te molestaras por eso y estaba tan
feliz que no podía soportar que te enfadaras por algo tan grande, y
entonces antes de darme cuenta mentí y ahora me siento muy mal, pero
tienes que entender...
—Liberty, respira, mujer —gruño cuando se vuelve un peligroso
tono rojo por falta de aire.

Me encanta que sea una divagadora, pero no es bienvenido en


este momento mientras estoy aferrado a mi paciencia por un hilo. No
tengo idea de qué diablos está hablando, pero el hecho que esté tan
molesta me pone tenso. Desprecio a los mentirosos y odio no haber
estado casado en un mes completo y la mujer ya me ha dicho una
mentira.

Son nueve.

—Ahora toma un respiro y dime qué demonios está pasando y no


te atrevas a mentirme de nuevo, Liberty, o juro por Dios que no me
detendré de zurrarte el trasero esta vez —le advierto severamente.
110
—Por favor, no te enfades conmigo.

Está tan disgustada que no sé qué hacer conmigo mismo. Mi


primer instinto es tomarla en mis brazos y calmarla, una emoción
extraña que me pone los nervios de punta mientras resisto el impulso y
aprieto su mano.

—Habla.

Liberty respira con fuerza y se encuentra con mi mirada con


valentía, aunque veo cuán nerviosa está con la forma en que sigue
mordiéndose el labio inferior y parpadeando hacia mí.

Otra idiosincrasia que amo, pero este no es el momento de


enumerar todas las cosas que encuentro lindas sobre ella. Acaba de
admitir que me mintió, y siento demasiado como para permitirme
ablandarme.
—Me preguntaste sobre... Te dije que no estaba embarazada la
otra noche, pero lo estoy. Ahora no empieces a gritar...

La rabia que siento cuando sus palabras se hunden me obliga a


levantarme y retroceder antes de hacer algo imperdonable. Me golpea
como una tonelada de ladrillos y cada dolor y sentimiento de
desesperación regresa, recordándome un pasado en el que no me he
permitido pensar en años.

El dolor y la ira son demasiado para controlar en este momento,


según recuerdo.

—¿Por qué no me lo dijiste? ¡¿Qué ibas a hacer, Liberty?!

—Nada. Yo solo quería...

—¿Ibas a matar a mi bebé, Liberty? —gruño, sorprendido al


111
darme cuenta que estoy al otro lado de la habitación con ella colgando
de mis garras, sus amplios ojos rodeados de miedo—. ¿Pensaste que
podías ocultarme esto y deshacerte de él sin que yo lo supiera?

Deja de gritar, Cole. Estás aterrorizando a tu esposa.

Sin embargo, no puedo. Todo es demasiado, ya que la agonía que


sentí hace años regresa rápidamente, inundando mi cerebro con esa
vieja sensación de pura rabia y dolor asesino.

Recuerdo el momento en que supe que había tenido un hijo y lo


había perdido en el mismo momento. La forma en que mi corazón dejó
de latir, esa indescriptible oleada de dolor que casi me paralizó.

La necesidad de envolver mis dedos alrededor de la garganta de


Tess y exprimirle la vida...

Liberty llora y tiembla, luchando contra mi agarre mientras miro


hacia abajo y veo la cara de esa perra traidora de Tess el día que me lo
dijo, llorando y rogándome que comprenda que no estaba lista, que
podríamos adoptar más tarde después que nuestras vidas se
establecieran y que hubiéramos hecho nuestras carreras.

Y pensar que por un momento confié en Liberty y pensé que tal


vez, tal vez ella era diferente de todos los demás que sólo estaban
interesados en su propia felicidad.

Es por eso que sólo utilizo a las mujeres para satisfacer mis
necesidades antes de seguir adelante. Por eso juré no querer más que
un polvo rápido antes de sacarlas por la puerta. Porque son todas
iguales, criaturas egoístas superficiales en el fondo.

—Cole. Por favor, solo escucha...

—No, no más. De ahora en adelante, me quitaré los guantes. No 112


más tratar de ser este buen tipo que pareces querer. No más tiempo
para hablar cuando tu único propósito en mi vida es darme hijos y
saciar mi polla —gruño, ignorando el dolor en mi pecho cuando ella
gime.

Mis dedos se están clavando en sus brazos y probablemente


dejarán moretones si no los suelto, pero no me importa, ya no más. Lo
único que me importa ahora es la vida del niño que crece en su vientre.

Si me decepciona la idea de perder la amistad y el afecto fáciles


que hemos compartido la semana pasada, no lo demuestro ni reconozco
su existencia mientras obligo a mis manos a soltar y bajar a mi esposa
al sofá.

Ahora está llorando, sollozos silenciosos que no le permiten


hablar. Estoy agradecido, porque si ella dice otra palabra, no estoy
seguro de poder controlarme y tengo que hacerlo. No puedo arriesgar a
mi hijo, no importa cuánto quiera lastimarla por esta traición.
—Por favor, solo escucha —se lamenta, agarrando mi mano.

No puedo soportar su toque en este momento y aparto su mano


como si me hubiera quemado.

—Trabajaré desde casa a partir de ahora para vigilarte. Mañana


iremos al médico. Prepárate.

Me voy sin ninguna indicación de que he escuchado una palabra


de sus súplicas porque no lo he hecho. No me importa lo que tenga que
decir o cómo se siente. Ella no es más que un recipiente para mí, y le
mostraré eso de ahora en adelante.

113
Capítulo 10
Traducido por nanaromal
Corregido por Lelu

Libby
He vivido en este entumecimiento infernal durante seis meses y
no puedo decir que esté acostumbrada, incluso después de todo el
tiempo que ha pasado. Cole todavía se niega a escuchar una palabra de
lo que digo a menos que sea sobre el bebé o algo que necesito para mi
salud o la guardería que he estado instalando, tratando de mantenerme
ocupada ya que ya no salgo de la casa sino para caminar o para la cita
114
semanal con el médico a la que él insiste que vaya.

Sí, está totalmente paranoico que haga algo para poner en peligro
a nuestro bebé. Dejé de intentar decirle hace mucho tiempo que nunca
haría algo así y que amo al bebé más que a mi propia vida.

Es por eso que todavía estoy soportando su marcación de locos.


Será un gran padre, y quiero que mi hijo tenga un hogar feliz con dos
padres para que lo amen y le enseñen cómo ser un buen hombre.

Así que tengo la esperanza que Cole recupere sus sentidos uno de
estos días.

—Jesús, ayúdame, parece que te tragaste a un hombre adulto


completamente crecido.

—Cállate, Pru.
—¿Sigues bajo arresto domiciliario? Señor, ¿no crees que el
hombre se está tomando demasiado en serio estas cosas del embarazo?
A este ritmo, me sorprendería incluso si te deja pujar al bebé.

Me río a pesar que no me parece gracioso. Es una broma corriente


en las familias que Cole está tan enamorado de mí que me ha envuelto
en algodón para mantener a su preciosa esposa segura y cómoda en
este momento difícil de mi vida.

Que estafa. Si supieran que se ha vuelto completamente loco y


tiene en su tonta cabeza que soy una especie de monstruo. Ya ni
siquiera me toca a menos que esté durmiendo, e incluso entonces,
cuando se despierta y se da cuenta que se me ha acercado, huye de la
escena como si le hubiera contagiado herpes o algo así.

Y eso es malo porque si sabes sobre el embarazo, sabrás que 115


algunas mujeres se vuelven realmente lujuriosas. No me he librado de
esa indignidad.

El único punto positivo ahora es que Cole no ha tenido tiempo de


engañarme ya que está conmigo casi todo el tiempo, y es probable que
sufra la falta de sexo tanto como yo.

Imbécil terco.

—Cállate y corre a casa, Pru, tienes esa cita con Drew esta noche
y tu cabello se ve como que un tigre intentó machacarte.

Estoy feliz por ambos y tan sorprendida que Drew, el astuto, haya
logrado comenzar a cortejar a Pru sin que ella supiera que los dos
habían sido prometidos desde su nacimiento.

Hasta escucharlo decir que tenía puesto su ojo en mi hermana


desde que ella estaba a la altura de una saltamontes y él todavía estaba
hurgando su nariz. Sólo estaba esperando su momento hasta que ella
creciera lo suficiente como para manejarlo.

Cualquiera sea el caso, se las arregló para poner el pie en la


puerta y parecen estar felices juntos, a pesar de la burla de ella sobre
su ropa o la forma en que él sigue amenazando con afeitarle la cabeza si
no la cepilla al menos tres veces semana.

El par más extraño, pero oye, ¿quién soy yo para juzgar?


Aparentemente estoy casada con un aspirante a Jack Nicholson y él
piensa que esta es una escena de El Resplandor2 o algo así.

—Yo también te amo, culo gordo. —Ella se ríe, besándome con


una palmada antes de dejarme sola en el sofá sin nada que hacer más
que mirar las paredes.
116
Su alteza real decretó esta mañana que tengo reposo en cama. Así
que aquí estoy, obedeciendo su locura porque estoy demasiado cansada
para discutir, a pesar que mataría por salir a dar un paseo lento por el
jardín.

Oh, diablos, a quién le importa si lo hago o no. Estoy en la caseta


del perro de todas formas, así que bien podría ganarlo, ¿verdad?

♦♦4

Cole
2
Título original: The Shining. Es una película angloestadounidense de 1980 del
subgénero de terror psicológico, producida y dirigida por Stanley Kubrick y
protagonizada por Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd y Scatman Crothers.
La película relata la historia un ex profesor que acepta un puesto como vigilante en un
solitario hotel de alta montaña. Al poco tiempo de haberse instalado allí junto con su
esposa y su hijo, empieza a sufrir inquietantes trastornos de personalidad.
Paulatinamente, se ve inmerso en una espiral de violencia contra ellos, que a su vez
parecen víctimas de espantosos fenómenos sobrenaturales.
Cristo. Oh, maldito infierno.

He hecho un desastre de mierda y por la forma en que me siento


mientras Drew continúa gritándome obscenidades a través del teléfono,
estoy seguro que no hay nada que no pueda oírle decir que ya no sienta.

La llamada telefónica comenzó bastante bien conmigo riéndome


de sus planes para drogar a Pru y acondicionar su cabello mientras
duerme.

Mi hermanito es todo un hombre, puedo decirte eso, pero es un


metrosexual gracias a la influencia de mamá, y está volviéndolo loco
que su mujer prefiera cepillar a su perro que cepillar ese desastre que
llama cabello.

Después de eso, se rió de mamá y sus compras, y juró que 117


tendrían que cambiar a mi hijo cuatro veces al día, al menos, para usar
la ropa que está almacenando para la guardería.

Y luego profundizó y me dijo cuán aliviado estaba que yo no


hubiera tomado las noticias del bebé tan mal como Libby temía que lo
hiciera, porque aparentemente él abrió la boca y le contó todo lo que
nunca quise que nadie supiera, y ella tenía miedo de que aún no
estuviera listo para estar en este lugar.

Ahora tengo que aceptar que acusé a mi esposa de querer hacer


algo terrible cuando la realidad es que estaba preocupada por cómo
tomaría las noticias.

He pasado seis meses tratándola como basura y obligándola a


vivir con mi mordaz desdén y desprecio. Y ahora recuerdo la forma en
que comenzó a contarme sobre el bebé con tanta claridad que me duele
el pecho.

—¿Tú y Lib vendrán a cenar esta noche?


—No esta noche, hermano. Estamos ocupados.

Cuelgo sintiendo el corazón pesado y francamente aterrorizado


mientras arrastro mis pies desde mi oficina a la sala de estar y la
encuentro vacía.

—¿Lib? ¡Libby!

No puedo encontrarla en ningún lado mientras busco en la casa,


cuando llego a la cocina nuevamente y encuentro a Molly dando
vueltas, estoy sudando y casi frenético.

—Molly, ¿has visto a Libby?

Hace un “humm” y me frunce el ceño, como lo ha hecho desde el


primer día que me conoció. Molly no es mi mayor fan y nunca duda en
decirme eso. La mantengo porque Libby la ama y, de todos modos,
118
merezco la mayor parte de lo que me arroja.

—Así que es Libby hoy, ¿eh? ¿Finalmente sacó su cabeza de su


trasero, Sr. Riley? Es bueno saberlo, ya que estuve a un día de cortarlo
y alimentar con usted los perros por la forma en que trató a mi pequeño
bebé. Ella salió al jardín.

Hace mucho frío afuera y le dije que no…

Nueva página, ¿recuerdas? Tranquilízate y ve a buscar a tu


esposa. Tienes mucho más de lo que lamentarte que ella al dar un
pequeño paseo inocente, Cole, y lo sabes, muchacho.

Una hora después, no solo estoy frenético, sino que estoy


aterrorizado que mi esposa finalmente haya tenido suficiente y me haya
dejado. No la pude encontrar en ningún lado, y como dejó su teléfono
en la mesa de café, no tengo forma de contactarla.

—Mamá, ¿Libby te ha llamado hoy?


Esta es mi última oportunidad, puesto que llamé a su mamá,
papá, y a las tres hermanas ya sin ninguna pista. Todo lo que consigo
son risas y su seguridad de que probablemente se ha distraído al andar,
como siempre, ya que se ve atrapada en mirar cosas.

—Hablé con ella más temprano esta mañana sobre las reuniones
del comité. ¿Por qué?

Deja que mamá sospeche de inmediato.

—¿Qué le has hecho a mi hija ahora, Cole Riley? Si fuiste y la


volviste a enojar, personalmente te abofetearé, muchacho —amenaza.

Tengo la loca necesidad de reír porque, pase lo que pase, mamá


siempre se queda en el rincón de Libby.

—Mamá, he estado trabajando toda la mañana y acabo de tomar


119
aire para pasar un tiempo con mi chica.

—Jah. Pues bien, ¿dónde está? No puede estar deambulando sola


ahora, Cole. Qué pasa si…

—Lo sé, mamá, por eso estoy llamando. Estoy empezando a


preocuparme. Lleva desaparecida una hora, al menos.

—No te vuelvas loco, hijo. Estamos en camino. Clark, llama a


Ethan y dile que lleve su trasero donde Cole. ¡Libby está desaparecida!

Y así es como me encuentro inundado de Rileys y cualquier otro


chico perdido de mamá una hora después cuando el sol comienza a
ponerse sin dejar rastro de mi esposa.

Quiero pensar que ella está perfectamente bien y que esto es solo
su manera de mostrarme que ha terminado de tomar mi basura, pero
cuando Ethan peinó los terrenos y encontró uno de sus aretes... algo
malo ha sucedido aquí, y mi esposa muy embarazada y emocional está
desaparecida.

—Quiero todas las imágenes de seguridad de los últimos dos días


y una lista de entradas y salidas si sus guardias llevan un registro —
ladra Ethan, haciendo que mi corazón se acelere aún más.

—¿Por qué? ¿Qué crees que pasó aquí?

El hombre que conozco desde que éramos niños en la escuela, y


que mi madre adoptó porque sus propios padres eran inútiles, me mira
y veo la verdad en sus ojos.

—He mirado la escena donde encontré su pendiente. Alguien se la


llevó, Cole, y por las marcas de arrastre que quedaron en el suelo, yo
diría que estaba sin sentido cuando se la llevaron. 120
No dudo una palabra de su declaración. Conozco a Ethan desde
hace años y es uno de los sheriffs más jóvenes y mejores que ha tenido
Blue Lake. Es bueno en su trabajo e incluso mejor rastreando por sus
días en el ejército.

—Encuentra a mi esposa, Ethan —digo aturdido sin ninguna


inflexión en mi voz, aunque por dentro estoy furioso y tengo tanto miedo
que estoy sudando.

Es todo lo que puedo decir, porque en este momento, estoy tan


indefenso como ese día que me apresuré al hospital por Tess.

—¡No me digas que me calle, Andrew Riley! ¡Mi hermana muy


embarazada está desaparecida no se tiene idea qué demonios le pasó!
¡Cole! Dime qué demonios está pasando aquí. La vi esta mañana y
estaba bien.
Pru está gritando y llorando, su cara es tan feroz que una vez que
recupere a mi esposa, podría apreciar su intensidad. No ahora, sin
embargo, y no con mi autocontrol tan precario.

—Drew, hombre, lleva a tu chica adentro y dale un trago. Mamá,


voy a necesitar que llames a la familia de Libby y los traigas aquí.
Ethan, ven conmigo. Las imágenes de seguridad llegan a mi oficina.

121
Capítulo 11
Traducido por AnotherGirl
Corregido por Lelu

Libby
Mi cabeza se siente como si estuviera a punto de explotar y eso es
antes de hacer algo tan tonto como abrir los ojos y recibir un picor en
los globos oculares. La boca algodonosa es una cosa, pero siento como
si hubiera estado chupando el aire del desierto durante horas cuando
trato de abrir la boca y siento el papel de lija que es mi lengua.

Y luego me golpea. Todo el desagradable episodio en el jardín o lo 122


que yo llamo un episodio, pero que en realidad se describe mejor como
una irregularidad.

Un minuto estaba caminando, admirando la belleza de los árboles


desnudos y el paisaje invernal y luego, de la nada, sentí que mi cabeza
explotaba antes que mis rodillas se doblaran.

Debo haberme desmayado por un minuto o dos... pero no.

Mis ojos finalmente se ajustan y me doy cuenta que la oscuridad


no es el resultado que mis párpados caigan en defensa de mi dolor de
cabeza. Es que está así de oscuro. Quiero decir tan oscuro que no
puedo ver nada.

También me doy cuenta de muchas otras cosas, como el colchón


lleno de bultos debajo de la espalda y el olor húmedo de la
descomposición y el moho. Hace tanto frío que, si pudiera ver, estoy
segura que mi aliento sería una bocanada de aire blanco con cada
exhalación.
¿Dónde diablos estoy? Y lo que es más importante, ¿por qué no
escuché a Cole y me quedé en el sofá? Si esto no es algún tipo de broma,
estoy en problemas y no estoy hablando de lo que sea que esté pasando
aquí.

Mi esposo, el mismo Señor Paranoia, finalmente va a dejar de


contar las cosas que he estado haciendo y me va a enrojecer el trasero.

—¿Hola?

Sé lo que estás pensando porque también veo películas de terror y


normalmente clama asesinato sangriento cuando las víctimas gritan un
hola tembloroso, enfrentémoslo, alertar a quienquiera que me tenga de
mi estado de consciencia no es un movimiento inteligente, pero dame
un respiro.
123
No puedo ver nada y estoy embarazada. En este punto, mi vejiga
tiene el tamaño de un guisante y mi cuerpo produce suficiente líquido
para llenar un barril.

Mi pequeño croar no recibe respuesta y suspiro, ya sea con alivio


o frustración, no puedo decirlo, y me arrastro hasta el borde de la cama
en la que estoy acostada.

Se necesita mucha energía, pero al final me las arreglo para


sentarme y mover los pies hacia el suelo. Las tablas ásperas y la
suciedad se encuentran con mi único pie descalzo, y me estremezco
ante la frialdad del suelo antes de respirar y volver a poner el pie en el
suelo.

¿Dónde está mi otro zapato?

Tomándolo con calma, me pongo de pie y comienzo a arrastrarme


hacia adelante con mis manos extendidas frente a mí, mis pies muy
atentos a cualquier cosa que me haga tropezar y me haga caer al suelo.
Lleva un tiempo, pero después de una sensación profunda y
algunas conjeturas, me doy cuenta que estoy en una habitación, una
habitación muy pequeña, posiblemente subterránea, si el olor de la
tierra es algo que hay que tener en cuenta. Hay una puerta de madera
robusta y no hay ventanas.

Ningún interruptor de luz se encuentra con mis manos en el


segundo paso y para cuando llego de nuevo al catre y me siento con un
gemido, estoy en un estado de pánico. No puedo ver, no sé qué está
pasando y lo que es más importante, estoy a punto de orinarme encima
si alguien no pasa pronto.

Y el bebé no está pateando, algo que mi pequeño ha estado


haciendo casi sin parar durante meses.

Cuando mis dientes empiezan a castañear, hago lo único que 124


puedo y me deslizo de vuelta bajo la manta rasposa, bloqueando mi
nariz contra el olor y forzándome a no pensar en por qué la cosa huele
tan mal.

Estoy casi segura que pronto voy a empezar a entrar en pánico y


a gritar incontrolablemente, cuando pasen unos minutos sin nada más
que la oscuridad que me rodea y el lento y constante latido de mi
corazón.

Después de ese golpeo inicial fuera de control, creo que mi cuerpo


decidió reducir la velocidad o de lo contrario podría simplemente
deshonrarme y desmayarme y mojar mis pantalones o mojar mis
pantalones y desmayarme.

De cualquier manera, no es algo bueno para mí.

El tiempo pasa lentamente mientras me acuesto aquí y espero


que algo suceda. ¿Minutos? ¿Horas? No puedo decirlo, porque sin luz,
un segundo se siente como una eternidad.
Creo que me quedo dormida de nuevo, porque cuando me
despierta, es el sonido de un rasguño y luego se filtra una delgada
franja de luz que me muestra que estoy en una pequeña y húmeda
habitación con sólo una puerta de madera en el medio de una pared.

—Por favor —grazno, corriendo más rápido de lo que lo he hecho


en meses hacia esa franja de luz—. ¿Dónde estoy? Necesito hacer mis
necesidades. Por favor.

Ruego, pero ya no me importa. Necesito el baño y si puedo salir


de esta pequeña celda, tal vez pueda escapar o hacer algo. Cualquier
cosa sería mejor que la oscuridad y el no saber.

—Aléjate de la puerta.

¿Una mujer? 125


No puedo ver nada más que lo que parece ser una pared sucia
frente a la puerta, pero juro que esa voz es femenina.

—¿Quién eres? ¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy aquí? ¡Oye,
necesito orinar! —grito, arañando la puerta cuando algo pasa volando y
luego aterriza a mis pies antes que se cierre, dejándome en la oscuridad
una vez más.

—Hay un sándwich y una botella de agua. El cubo está en la


esquina.

—¡No! ¡Espera! Sólo dime qué está pasando. ¡Por favor!

Los pasos que retroceden se detienen y se acercan mientras


presiono mi oreja contra la madera.

—Vas a darme a tu bebé. Me amará de nuevo si puedo devolverle


a nuestro bebé.
¿Qué...?

—¿Tess?

No tiene sentido. Ella está muerta. ¿Verdad? Pero no importa


cuán increíble suene, eso es todo lo que mi cerebro aturdido encontrará
cuando las palabras se hundan.

Ella quiere a mi bebé. Y ella quiere...

—Así es. Soy yo. Probablemente te contó todo sobre mí y sobre el


monstruo que soy, ¿eh? ¡Bueno, no lo soy! Cometí un error y él
intentó... se volvió loco. Pero puedo arreglar esto. Puedo hacer que me
ame de nuevo si le doy lo que más quiere.

Está bien... esta chica, ¿sabes la que todos piensan que está
muerta? Está totalmente loca y fuera de sí.
126

—No lo hará, ya sabes. No es sólo lo que hiciste lo que le hizo


odiarte, es la forma en que traicionaste su amor por ti. No verá esto
como un acto de amor de tu parte, Tess. Lo verá como otra traición —
digo, encogiendo mis hombros cuando la puerta explota bajo mi oído.

—¡Lo hará! Él me ama, lo hace. Todo lo que tengo que hacer es


darle lo que le quité y él me aceptará de vuelta.

Este no es probablemente mi momento más inteligente, pero tal y


como yo lo veo, ya estoy en la sopa de pantano hirviendo, así que mejor
lo dejo todo para esta nuez.

—No lo hará y no sólo porque te desprecia, Tess, sino porque


nunca te perdonara si le haces daño a la madre de su hijo. Él me ama,
Tess. A mí. No a una ex-novia que piensa que está muerta y
definitivamente no a la mujer que abortó a su hijo. Nunca vas a ganar.
Golpea de nuevo la puerta y comienza a maldecir tan
violentamente que me vuelvo al catre en caso que se le haya metido en
la cabeza hacer algo por mis palabras.

—Le haré entender. Lo entenderá.

—Estoy embarazada de siete meses. ¿Qué vas a hacer, Tess,


mantenerme aquí abajo durante dos meses? —pregunto necesitando
saberlo, aunque me temo que ya tengo la respuesta.

—No. Lo tengo todo planeado. Soy enfermera. Sé qué hacer con


los bebés prematuros.

Oh, Jesús, Cole debería darse cuenta que me he ido y empezar a


buscarme, porque tanto como puedo estar de mal genio, no soy lo
suficientemente ágil o rápida como para dominar a esta chica si se le 127
mete en la cabeza tomar a mi bebé antes de tiempo.

El bebé me da una patada en ese momento y lo acuno con mi


mano.

—No te preocupes, cariño. Mamá no dejará que te saque de allí.


Silencio ahora —susurro amorosamente, haciendo una promesa que
rezo para que pueda cumplir.

—Descansa un poco, Liberty. Lo vas a necesitar.

—¡Espera! Uh.... —Busco a toda prisa algo que decir y encuentro


lo único que sigue siendo un misterio—. Se supone que estás muerta.

Su risa me hiela los huesos y desearía no haber dicho eso porque


podría haberme quedado sin ese sonido en mis pesadillas.

—Lo estoy. Cuando Cole se volvió loco en su dolor, sus padres y


su hermano decidieron que esta era la única manera de darle un cierre
y evitar que cometiera un error que lo vería en prisión. Me transfirieron,
le dijeron que había muerto de una hemorragia interna y luego me
echaron. Pero ya he vuelto y voy a recuperar a mi hombre.

Bueno, yo pregunté.

♦♦♦

Cole
El video de seguridad es un fracaso y no porque no muestre a
Libby siendo golpeada por detrás y arrastrada a la línea de árboles, sino
porque la persona que lo hizo es inteligente.

Está enmascarado y cubierto de negro de pies a cabeza.

Han pasado casi seis horas desde que fui a buscar y encontré a
128
mi esposa desaparecida.

Estoy bastante seguro que si no obtengo una respuesta pronto, o


si no pasa nada que me señale al menos una dirección para que pueda
empezar a buscar, voy a perder la cabeza y empezar a hacer pedazos la
mierda.

No soporto la idea de que sienta dolor o miedo, y eso sin tener en


cuenta que mi chica está embarazada y es muy frágil ahora mismo
después de la forma en que la he tratado.

—Cole, cariño, siéntate y bebe algo. Por favor —suplica mamá con
los ojos llorosos, enrojecidos e hinchados por el llanto inconsolable.

Siento lo mismo, pero no me permitiré llorar, porque eso sería


una señal de que me estoy rindiendo y que eso nunca sucederá. Nunca.
Encontraré a mi Libby y ella estará ilesa o destrozaré el mundo con mis
propias manos.
—¡Cole!

Corro a la oficina ante el grito de Ethan y me detengo frente al


monitor, sin creer lo que estoy viendo.

—Volví unos días atrás y miré tus imágenes. ¿Reconoces a esta


mujer, hermano?

¿Reconozco a ese pedazo de mierda?

Por supuesto que sí. Nunca olvidaría el rostro que aún persigue
mis pesadillas. Pertenece a la única persona en este mundo que odio
por encima de todas las demás, la única persona a la que felizmente
habría asesinado con mis propias manos si hubiera tenido la
oportunidad.

Estoy mirando a un fantasma. Un demonio que no debería estar


129
mirando a la cámara. Estoy mirando a la única persona a la que no
quería volver a ver.

—¿Tess?

Los bajos gemidos de horror de mi mamá llegan a mis oídos justo


cuando papá y Drew entran corriendo, ambos maldiciendo
profusamente.

—¿Qué carajo es esto? Ella está muerta. Eso es lo que me dijiste,


papá —grito.

A estas alturas, me importa una mierda gritarle a mi padre y


faltarle el respeto que me han enseñado desde que nací. Todo lo que veo
es un fantasma, alguien que pensaba tan poco en la vida que me quitó
a mi hijo.

Se ve demacrada, nada como la chica vivaz de la que me enamoré


tan duramente en la universidad y sobre todo, parece que no tiene nada
que perder, lo que me dice que no le importa que Libby esté
embarazada y que probablemente no dude en hacerle daño.

—Hijo, tienes que entender... estabas tan enojado cuando te


encontramos en el hospital... teníamos miedo de lo que harías si te
acercabas a ella.

Drew parece que está a punto de desmayarse y mamá está


agarrando con fuerza el pecho de papá mientras llora.

Todo lo que siento es rabia cuando miro a la gente que más


quiero y me doy cuenta que no sólo me mintieron, sino que son
responsables de que mi esposa haya sido secuestrada.

Sus acciones han llevado a este momento, y por eso nunca les
perdonaré. 130
—Ethan.

—Dame un nombre y encontraré a la perra.

Le doy todo lo que sé mientras mantengo mi mirada fija en mi


familia. No digo nada porque en este momento, hay mucho que podría
decir para hacer que este enojo se disipe un poco, pero no serviría para
nada y no diré nada que no pueda retirar.

—Cole.

—Váyanse. Váyanse a comer algo o siéntense en la sala de estar,


salgan de aquí ahora mismo antes que haga o diga algo de lo que me
arrepienta.

Se van, al menos mamá y papá lo hacen. Drew se queda dónde


está y mantiene mi mirada.
—Sé que estás enojado con ellos en este momento y tienes todo el
derecho de estarlo, pero no te aísles ahora mismo cuando más necesitas
a tu familia. Encontraremos a Libby. Te juro que lo haremos, hermano.
Ella también los necesitará cuando la llevemos de vuelta a casa.
Necesitará a toda su familia para superar esta prueba.

Sé lo que está diciendo y siento que algo de la ira se aleja. Él tiene


razón. Castigarlos por esto no va a hacer más que abrir una brecha en
mi familia. Y eso no es algo que quiera ahora mismo.

También soy consciente que he ayudado a poner a Libby en esta


horrible situación. La castigué por las acciones de otra persona. Tomé
toda la ira y la desconfianza que tenía hacia Tess y la puse sobre sus
pequeños hombros mientras trataba de hacer de ella un objeto y no una
persona.
131
¡Es mi esposa, por el amor de Dios! ¿Quién trata así a su esposa
cuando todo lo que la mujer hizo fue tener un momento de miedo acerca
de mi respuesta a su embarazo?

Y pensar que podría perderla porque algún loco le puso las manos
encima. Mataré a Tess si toca un pelo de la perfecta cabeza de Libby.

—¡La tengo! Tony ha pedido una orden para arrestarla. La


rastreamos hasta una cabaña cerca de Lincoln. Vamos, vamos a buscar
a nuestra chica —grita Ethan.

Corro con él, mi corazón latiendo a un kilómetro por minuto


mientras rezo a un Dios con el que no he hablado en años para llegar a
ella a tiempo.
Capítulo 12
Traducido por nanaromal
Corregido por Lelu

Libby
El arrastre de algo pesado en lo alto me alerta sobre el hecho que
algo está sucediendo, y desde donde estoy sentada no es bueno.
Cuando los sonidos de fuertes pisadas y gruñidos finalmente se calman,
me obligo a moverme del catre y dejar la manta obstaculizadora,
ignorando el frío y la incomodidad mientras me arrastro hacia la
esquina y me acurruco allí lo mejor que puedo con mi estómago pesado
132
y la dolorosa necesidad de orinar.

Al contrario de lo que dijo Tess, mi búsqueda en la habitación no


arribo al cubo dorado, por lo que todavía estoy en condiciones de
estallar. Gracias a Dios, su locura me quitó el apetito, y mi miedo a ser
drogada rechazó la idea de beber esa botella de agua o probablemente
me habría mojado hace horas.

Soy un bloque de hielo congelado miserable para cuando la


escucho caminar escaleras abajo y el ruido de la cerradura antes que la
puerta se abra. La luz me ciega, oscuro como está, y entrecierro los
ojos, tratando de distinguirla mientras mis ojos se adaptan.

—Levántate —grita, agitando un arma hacia mí mientras


lentamente me pongo de pie y me paro temblando en la esquina.

Si alguna vez tuviera la oportunidad de escapar, sufriría una


muerte horrible y lo sé. Gracias a mi hermana Pru, sé cómo patear el
trasero de una chica de seis maneras diferentes, y eso sin involucrar
patadas.

Con una pistola, sin embargo... Básicamente estoy jodida. Incluso


si logro dominarla de alguna manera, las posibilidades que me dispare
son demasiado altas, un riesgo que no correré con la vida de mi bebé.

—Sal de aquí.

La sigo cuando retrocede y se detiene justo afuera de la puerta, el


cañón del arma me apunta mientras salgo para ver que, sí, estoy en un
sótano debajo de lo que parece ser una pequeña casa de algún tipo.

Las escaleras son empinadas y estrechas mientras subo,


notoriamente consciente del arma en mi espalda a cada paso que doy.
Ella no dice nada y estoy tan asustada que no puedo mover los labios ni 133
por todo el té de China.

—Detente.

Obedezco y me quedo mirando alrededor de la cabaña de una


habitación, sintiendo más que lástima al ver la habitación desgastada y
rústica, y la clara evidencia de que ha estado viviendo aquí, y durante
bastante tiempo.

En el centro de la habitación está lo que parece una cama de


hospital con estribos y correas en la parte superior, y una gran cantidad
de equipo quirúrgico que no me presagia nada bueno.

—Sube a la cama.

—No, por favor solo espera —le suplico, tragando la bilis que
ahora está en mi garganta—. Eh, déjame orinar, por favor, no puedo
aguantar mucho más.
Mis oraciones son respondidas cuando me mira y frunce el ceño,
agitando el arma hacia una puerta a mi derecha.

—Date prisa. No, deja la puerta abierta. Después de todo, no


tienes nada que no vea en los próximos minutos. —Se ríe, observando
cada movimiento con ojos pequeños y brillantes.

Supongo que tratar de moverme por la pequeña ventana está


descartado.

Piensa, Libby, piensa, no puedes dejar que te lleve a esa cama y a


esas restricciones.

Vi ese bisturí en la bandeja, junto con algunas otras cosas que


hacen que mi vagina se encoja de miedo, y no tengo dudas que si no
salgo de aquí ahora, ella va a actuar toda Freddy Kruger sobre mí. 134
—Sal de aquí. Ahora, o te dispararé y simplemente cortaré y
sacaré al niño.

Santo…

Demoro la liberación de orina todo el tiempo que puedo,


ignorando la quemadura de protesta en mi vejiga. Pero todo lo bueno
tiene que terminar eventualmente, y eso es lo que finalmente sucede, no
importa cuán duro presione para obtener otro chorro.

—Por favor no hagas esto, Tess. Te lo ruego. El bebé aún no está


listo para salir y lo sabes. Sus pulmones no estarán completamente
desarrollados y estará en riesgo. Si quieres, puedes quedarte conmigo
hasta que me ponga de parto.

Eso me matará, volver a esa habitación oscura, pero no hay nada


que no haría para detener esto, y todos sabemos que el que mi hijo
nazca ahora no sería bueno para nadie.
Sospecho que ella me dejará desangrarme después, así que no
seré de ninguna ayuda para mi hijo, y como dije, mamá oso está en
modo matar. Literalmente aniquilaré a esta chica si toca a mi hijo.

Pero los pensamientos y las intenciones son buenos y están bien


hasta que una psicópata te apunta con una pistola, y lo descubro
cuando mi trasero aterriza en la cama y comienza a amarrarme unos
minutos más tarde.

Debería haber retenido la lengua y haber aguantado la orina.

Toma el bisturí y sonríe sombríamente.

—Es hora de conocer a mi hijo.

♦♦♦
135
Cole
Hacemos buen tiempo y apagamos las luces y los motores lejos de
la cabaña, lejos del camino de tierra, su pórtico y el lado izquierdo del
techo se hunden precariamente. Ni siquiera habría visto el lugar o
creído que un montón tan deteriorado podría estar habitado si no fuera
por las luces que brillan desde las ventanas lúgubres.

—Ahora quédate atrás, Cole. Vamos a rodear el lugar y converger


lentamente, no tiene sentido asustar a la mujer antes que veamos a
Libby —advierte Ethan, revisando su arma y recamara cuando sus
ayudantes comienzan a desplegarse en formación.

—A la mierda ese alboroto. Voy por mi esposa, Eth, no importa lo


que digas.
Eso lo hace suspirar, pero me conoce muy bien como para pensar
que me quedaría atrás mientras mi chica está en peligro.

—Bien, pero quédate detrás de mí, y entonces ayúdame, Dios, si


vas por la criminal, te derribaré yo mismo.

—Claro, bien, lo que sea, solo muévete —gruño, mis nervios


tensos de tal manera que estoy vibrando en mi piel.

Drew se une a nosotros y le lanza a Ethan una mirada cargada.

—Cristo, solo asegúrense, par de idiotas, de quedarse detrás de


mí.

Obedezco mientras avanzamos lentamente y nos acercamos,


nuestras pisadas casi en silencio. Incluso obedezco cuando levanta una
mano, deteniéndonos. Pero cuando un grito desgarra el aire y lo
136
reconozco como de mi Libby, todas las apuestas están hechas.

Los dejo mordiendo el polvo y me lanzo de lleno, la puerta no es


un obstáculo para mi hombro y desesperación cuando la atravieso y
corro hacia el centro de la habitación donde se encuentra una cama...

—No.

Quiero gritar la palabra pero mi garganta está cerrada, mi cerebro


se apaga cuando veo sangre y luego Tess levanta un bisturí en alto, sus
intenciones claras mientras Libby lucha contra sus ataduras.

Suena un disparo y grito, arrojándome a Libby mientras ella grita


y comienza a sollozar. Hay sangre, tanta sangre...

—Muévete, Cole. ¡Maldita sea, muévete!

Ethan me está alejando, restringiéndome a la fuerza cuando los


paramédicos se apresuran y comienzan a trabajar en mi esposa.
—¡Libby!

—Ella está bien, señor. Son solo algunos cortes muy poco
profundos que podemos suturar. Estará bien. Solo necesitamos revisar
al bebé. Levántala, allí, ahora muévanse, maldita sea.

La sigo aturdido mientras la empujan a la ambulancia y


comienzan a trabajar en ella.

—¿Cole?

Mis ojos están tan nublados por las lágrimas de alivio que tengo
que parpadear rápidamente antes que su rostro aparezca y la vea
sonriendo.

—¿Sí, cariño?
137
—Definitivamente tienes que cambiar conmigo y no lo olvides,
amigo.

Incluso los técnicos de emergencias médicas se están riendo


cuando el medicamento la deja inconsciente y estamos llegando al
estacionamiento del hospital.

La llevan adentro y me dejan parado en la sala de espera mientras


mi familia comienza a aparecer y nos sentamos a esperar. Drew y Pru
entran unos minutos después, seguidos por los padres de Libby y sus
otras dos hermanas. Cuando sale el médico, la sala de espera está
llena.

—Ella está bien, Sr. Riley. Las incisiones fueron vacilantes y poco
profundas, por lo que no perdió demasiada sangre y realizamos todas
las pruebas que necesitamos. El bebé está bien y no parece afectado por
lo que sufrió la Sra. Riley. En este momento solo estamos preocupados
por su estado mental y nos gustaría una evaluación psicológica, pero...
su esposa está siendo un poco difícil.

Solo puedo imaginar su desprecio y amenazas si alguien se le


acerca mientras trata de ‘hablar’ sobre las cosas.

No es fácil sacudir años de mantenerme alejado de los demás


emocionalmente y alejarlos, y menos en una situación como esta en la
que todo lo que quiero hacer es correr y enterrarme en el trabajo para
evitar las consecuencias emocionales.

Golpeo suavemente al doctor en el hombro, le ofrezco una sonrisa


y lo sigo hasta mi chica.

—Intente que hable con alguien.

—Eh, eso no sucedería aunque le ofreciera a mi esposa un millón


138
de dólares y un suministro de pastel de por vida, Doc, lo siento. La
llevaré a donde necesite estar.

Y lo haré. No importa lo mal que esté o lo enojada que esté


conmigo por todo, la mantendré cerca y me aseguraré que nunca tenga
que preocuparse por otra cosa que la lastime nunca más.

—Hola, cariño.

Está aturdida y con el ceño fruncido cuando entro y me siento


junto a su cama, agachándome para besar sus labios. Puedo ver que
tiene un poco de dolor y ni siquiera pregunto al respecto, porque
conociendo a Libby, está tomando la menor cantidad posible de
medicamentos para el dolor. La mujer ni siquiera tomará cosas a base
de hierbas, está en contra de contaminarse a sí misma mientras está
embarazada.
—Hola —murmura, acurrucándose con un ligero respingo—.
Entonces, los médicos dijeron que esa loca no cortó tan profundo, y que
debería curarme completamente, así que aún puedo tener un parto
natural.

Como si eso me importara una mierda ahora mismo. En este


punto, no culparía a mi bebé si quisiera estar inconsciente mientras se
ocupan de las cosas, y después de lo que hemos pasado, esa opción se
ve bien.

—Cariño, no lo tomes a mal, pero no me importa eso ahora. Me


alegra que te hayamos encontrado antes que... antes que ella pudiera
lastimarte. Por favor, dime que eso fue lo peor, porque si no fuera así,
tenemos que hablar de esto.

Sus ojos arden y se estrechan antes de apartar la mirada por un 139


segundo.

—Eso fue lo peor, aunque tengo que decirte que ella apesta
mucho cuando se trata de alojamiento. Esa pequeña habitación en la
que me tenía estaba completamente a oscuras y necesitaba orinar, y no
había a dónde ir. ¿Pero sabes lo que ella quería?

No, y no estoy seguro de querer saberlo. Ya estoy seguro que no


volveré a dormir durante meses, si es que alguna vez lo hago.

—No vamos a…

—Iba a tomar al bebé y tratar de recuperarte. Todavía está


obsesionada contigo, Cole, y cree que si pudiera darte un hijo, la
amarías de nuevo.

Imposible. Esa perra está ardiendo en el infierno mientras


hablamos, y recientemente descubrí que Libby es la única mujer para
mí.
Sin embargo, estoy horrorizado porque ella parece haber pensado
que Libby es reemplazable cuando la verdad es que no habría tenido
hijos si no hubiera visto a Libby y hubiera sabido en mi interior que
estaba destinada a ser la madre de mis hijos.

—Está loca. Como si fuera a ser feliz con el bebé sin ti, cariño —
murmuro, cierro los ojos cuando mi mano se encuentra con la enorme
bola de su estómago y mi bebé patea fuertemente contra mi palma,
haciéndome saber que está bien y escuchando.

Esa declaración recibe un resoplido y un giro de ojos de mi chica.

Con ese son diez.

Por supuesto que sigo contando. ¿Qué tipo de hombre sería si


dejara de hacerlo? 140
—Libby.

—Mira, estoy súper agradecida que hayas venido a buscarme y


nos hayas salvado a nuestro bebé y a mí de una terrible experiencia,
pero no entres aquí y de repente cambies todo lo que eres en un
instante solo porque te sientes culpable o algo así, ¿bueno? Estoy bien.
Y no, no estoy al borde de un ataque de nervios ni nada, así que puedes
decirle a ese charlatán qué hacer con su psiquiatra —murmura,
bostezando—. ¿Te quedas hasta que me duerma?

Quiero hablar y comenzar a contarle todo, cómo sé que me


equivoqué y que ella merece mucho más que una disculpa, y luego
quiero decirle que en lugar de tener sólo miedo por ella y por el bebé,
también estaba aterrorizado por mí, porque me habría matado si le
hubiera pasado algo.
¿Eso es amor? No tengo idea, ya que fue solo esta tarde que me di
cuenta de lo equivocado que había estado durante meses, pero es
mucho más de lo que pensé que sería capaz, y quiero que ella lo sepa.

Lo dejo pasar por ahora, por mucho que no quiera, porque está
cansada y vulnerable y no necesita mi marca de drama en este
momento.

—Me quedaré hasta que puedas volver a casa, cariño. Duerme. Te


vigilaré —prometo, besando la mano que no he soltado desde que entré.

No creo que pueda dejar de tocarla al menos una vez cada diez
minutos durante los próximos diez años si tiene suerte. Quiero estar
pegado a su lado de aquí en adelante solo para demostrarme a mí
mismo que está bien y segura.
141
A ella no le gustará, pero tengo la sensación que Drew asumirá
un papel mucho más importante en el negocio a partir de ahora, porque
no me iré de casa en la próxima década.

—Diles a nuestros padres que estamos bien. Y dile a Drew que no


estoy impresionada por la información errónea.

Se duerme poco después y permanece así durante las siguientes


horas, incluso a través de los resoplidos y las sacudidas que sospecho
son sus pesadillas más recientes.

Si pudiera, mataría a Tess de nuevo por hacerle esto a mi chica.


Supongo que tendré que comprarle a Ethan una casa o algo por ese
honor ya que el chico puso una buena justo entre los ojos de Tess.

Ahora solo tengo que encontrar una manera de recuperar el


corazón de mi chica sin perder al hombre en el que me he convertido.
Capítulo 13
Traducido por Myr62
Corregido por Flopyta

Libby
Se queda conmigo durante días, a veces solo durmiendo en la
silla, y otras veces obligándome a comer y mantenerme hidratada o
simplemente sentada y hablando durante horas. Me siento aliviada
cuando él mantiene las cosas ligeras en lugar de volverse pesado con
las cosas de relación de las que aún no estoy lista para hablar.

No lo culpo por esto, no por las ideas extrañas de un loco o el 142


hecho de que ella iba a matarme para estar con él.

Lo culpo por la forma en que me he estado sintiendo durante


meses, porque era todo su culpa, cuando lloraba hasta quedarme
dormida por la noche, o cuando me sentía indeseada y no amada.

No soy implacable; simplemente no creo que merezca una tercera


oportunidad. Perdoné la primera vez y me casé con él, y luego perdoné
su tratamiento y su aparente infidelidad.

Pero perdonar sus problemas mentales no es algo que pueda


hacer. Tal vez algún día cuando no sienta que está trabajando en algún
complejo de culpa.

Sin embargo, hoy le permito que me lleve a casa en lugar de ir a


la casa de mis padres como quería desde el momento en que me
desperté después de recibir cien puntos de sutura.
No me malinterpreten, no me lastimó tanto. Tess había tenido un
momento de duda y no cortó profundamente, pero aún así me dolió y
me asustó sin sentido.

Ahora tengo un poco de miedo a volver a casa. Me siento segura


cuando Cole está cerca, pero ¿quién exactamente me va a salvar de él?

―¿Estás lista, cariño?

Levanto la vista de mi maleta y sonrío temblorosamente, odiando


esa mirada que recibe cada vez que le doy una sonrisa falsa. Él sabe
que no estoy bien, pero hasta ahora ha sido un apoyo silencioso en
lugar de tratar de arreglarlo como sé que quiere.

―Sí. ¿El doctor firmó todo? Porque estoy lista para largarme de
aquí y tener una comida de verdad. 143
Él asiente y se acerca para tomar mi bolso y ayudarme a subirme
a la silla de ruedas que es la política del hospital. No hay quejas aquí;
estoy embarazada de siete meses con la semilla mutante de Cole, quien,
según las ecografías, se cree que será tan grande como su padre.

―Aquí vamos. Casa.

Sí, a casa. Eso espero. Espero que esta vez esa hermosa casa sea
un hogar y no solo el lugar donde existo.

Sé por Drew y Pru que Cole básicamente renunció y le entregó el


estatus de CEO a Drew indefinidamente, citando a la familia como su
excusa para quedarse en casa y asumir responsabilidades menores.

Estoy nerviosa por este movimiento, y no solo porque lo tendría


todo el día detrás mío, sino que odiaría que pierda su ventaja porque
tiene problemas con que yo este sola.
―Ohh, niña, eres un regalo para estos ojos adoloridos― dice Molly
en el momento en que Cole me lleva y camina a la sala de estar para
dejarme en el sofá.

―Yo también me alegro de estar de vuelta. ¿Son napoleones?


Dame.

Se ríen mientras ataco la comida que preparó, y me paso unos


minutos asegurándole a la vieja mamá que su cachorro está bien,
mental y físicamente, antes de regresar a la cocina con promesas de
freír todo y un poco de chocolate.

―Te sientes…

―Si me preguntas eso de nuevo, te atacaré, Cole Riley. Ahora


siéntate y deja de revolotear, me estás volviendo loca —gruño, moviendo 144
mis pies hacia arriba para dejarle espacio.

Se sienta y tira de mis pies sobre su regazo, frotándome los pies


mientras me mira de esa manera nueva y desconcertante que tiene
últimamente.

―Lo siento.

―Cole, no lo hagas. Yo…

―No, dejé que esto pasara mientras estabas en el hospital y


vulnerable, y aunque sé que todavía estás un poco temblorosa, estás en
casa, a salvo y necesito decir esto, Lib. Ese día yo... salí para
disculparme y rogarte que me perdones. Hace tiempo que supe que
estaba equivocado, y era demasiado terco y tenía miedo de admitirlo.
Estaba equivocado. No te escuché, y dije e hice muchas cosas que no
puedo retirar.
―La cosa es que me volví un poco loco hace cinco años y desde
entonces me he estado matando lentamente, enterrándome en un
pantano de inmundicia y entumecimiento para olvidar el dolor y la
angustia. No funcionó. De hecho, diría que me hizo sentir peor por
mucho tiempo antes de que dejara de preocuparme.

Sus palabras son tan honestas y sinceras que odio no saber qué
decir en respuesta. Quiero decir, se está desnudando aquí y todo lo que
puedo pensar es que este podría ser otro de sus discursos vacíos.

―Sé por qué reaccionaste de la manera que lo hiciste, y no puedo


decir que te culpo por eso, pero diré que estoy harta y cansada de que
seas un marido terrible, un peor amigo y exactamente todo lo contrario
del hombre que quería amar. Me casé contigo por muchas razones,
Cole, una de las más importantes es que siempre te he admirado y
deseado. Esos sentimientos ya no son tan fuertes. Su rostro decae por
145
dos segundos antes de mirarme con determinación.

―Puedo arreglar eso.

Terco, eso es él.

― ¿Cómo? No quiero flores, chocolates y joyas, y odio los regalos


irreflexivos. Ni siquiera sabes cuál es mi flor favorita, y la última vez que
me llevaste a cenar me pediste un bistec, que no me gusta. No me
conoces a pesar de todo el tiempo que pasamos hablando. ¿Por qué
debería creer por un segundo que nada de esto no es solo una pérdida
de tiempo?

―Puedo ser lo que quieras, Lib. Lo juro, solo déjame intentarlo.


Estaré más cerca y hablaré contigo y te ayudaré con el bebé y...

―No. No quiero eso, volverás a trabajar como deberías haber


estado haciendo todos estos meses y me dejarás hacer las cosas que me
he estado perdiendo. No más controlarlo todo. No más estar sobre mi
trasero veinticuatro siete. He terminado. Te daré una oportunidad. Una.
Si no funciona para mí, me liberas de esos contratos y me das el
divorcio.

Estoy rezando para que tenga éxito, lo estoy, porque la idea de no


estar con él, de no dormir a su lado por la noche, me entristece más de
lo que él tiene derecho a esperar.

Cole sonríe, me deja sin aliento porque es tan genuino, y se


inclina para besar mi mejilla.

―No te arrepentirás, Libby. Todo lo que necesito es una


oportunidad y algo de tiempo. Incluso he concertado una cita para ver a
alguien que se ocupe de las cosas de las que debería haberme ocupado
hace mucho tiempo. Quiero dejarlo ir para que no afecte a nuestras
vidas. 146
Oh, y ahí está esa primera chispa de esperanza.

Cole cuenta mis transgresiones y las atesora como un avaro para


municiones futuras cuando me salgo de la raya. Supongo que acumulo
estos momentos de esperanza porque vivo para lo imposible.

―Eso es realmente bueno. Me alegra que sientas que puedes


dejarlo pasar. Tal vez iré a ver a alguien para hablar de esto también.
Sin promesas, pero vale la pena pensar en ello.

Incapaz de continuar esta conversación sin tener una crisis, tomo


el control remoto y enciendo la televisión.

―Ve a trabajar. Tengo mucho para ponerme al día, y me estás


asustando con la mirada constante.

Tal vez algún día le diga que ahora estoy aterrorizada por la
oscuridad, y que una puerta cerrada me pone los pelos de punta. Pero
hoy no. Hoy estoy pasando el tiempo perdiéndome en todo y sin pensar
en nada.

Cuando finalmente suspira y se pone de pie, me da otro casto


beso y sale, siento que me relajo.

Quédate en el sofá, come todo lo que Molly te da y llámame por el


amor de Dios. De lo contrario me preocuparé.

―Sí Madre.

―Once, Liberty. Sigue adelante.

Pffff…

♦♦♦
147
Cole
Drew me deja volver a la compañía sin quejarse, se ríe de mí
siguiendo las órdenes de mi esposa y ser azotado, y luego pasa las
siguientes dos horas hablando de tener bolas azules y necesitar un plan
de seducción para meter a Pru en su cama.

―La seducción está sobrevalorada, hombre. Necesitas ser un


hombre y hacerte cargo. Las mujeres responden bien a un hombre que
no tiene miedo de tomar lo que quiere, siempre y cuando le demuestres
que ella es más que un objeto sexual.

Las palabras me golpearon como una tonelada de ladrillos, y me


recuesto, preguntándome por qué no he seguido mi propio consejo en
lugar de caminar sobre cáscaras de huevo con Libby.
Ella necesita tiempo y ternura, lo sé, pero con ella debo tener en
cuenta que cuanto más tiempo tenga para pensar y masticar un tema
hasta la muerte, menores serán mis posibilidades de éxito.

Libby es fuerte e inteligente y todas las cosas que admiro en una


mujer, pero también cree que el papel de un hombre es proporcionar,
proteger y resguardar.

Yo no soy su amo, pero llevo los pantalones, y como tal, me


corresponde a mí tomar las riendas en todas las situaciones.
Especialmente el dormitorio, ya que, seamos sinceros, mi nena es
demasiado verde y modesta como para saber por dónde empezar.

Y ese es mi primer paso en la campaña de ‘ganar a Libby’. Sexo.


Sé de sexo. Me encanta el sexo. Y necesito sexo con ella ahora mismo.
148
La necesidad de reafirmar la vida, de volver a sellar mi propiedad
sobre ella después de lo ocurrido, es tan fuerte que solo el olor de ella es
suficiente para ponerme más duro que nunca.

Todas esas noches que pasé en su cama sin tocar lo que me


pertenece me volvieron loco. Me recostaba allí y pretendía dormir
mientras sentía su aroma y soñaba con su dulce sabor.

Tengo tantas fantasías e ideas almacenadas en mi cabeza que me


tomaría al menos, un mes completo superarlo. Sí, la quiero y no he
tenido relaciones sexuales en meses, no desde la noche que tomé su
inocencia.

Y la tendré de nuevo.

Voy a hacer lo que debería haber hecho hace mucho tiempo y


mostrarle a mi chica que soy su dueño y que ella es mi dueña. La
tendré tan adicta a lo que sólo yo puedo darle que no verá a otros
hombres, no conocerá a nadie más que a mí.
Me convertiré en su todo, tal como se ha convertido en mía,
porque sí, soy un tonto por no darme cuenta antes de todo esto de que
amo a Liberty Josephine Riley y que siempre lo haré.

Con esta última oportunidad, haré lo único que pueda. Voy a


cargar mi camino a través de cualquier resistencia, para que ella ni
siquiera recuerde en ningún otro momento que no me amaba.

Quiero recuperar a mi vieja Libby, esa chica tímida que me miró


como si colgara el maldito cielo solo para ella.

—¿Qué diablos estás planeando ahora? Conozco esa mirada,


Cole. Quienquiera que vayas a perseguir no tendrá ninguna
oportunidad cuando tienes esa mirada en tus ojos, hermano.

Sonriendo, porque de repente me siento más ligero de lo que me 149


he sentido por un tiempo, tomo un trago y me recuesto en mí asiento,
anticipando esta noche y el dulce y apretado calor que me espera.

―Amigo, mi esposa necesita una lección de perdón, y yo necesito


poner en mis manos lo que es mío ―le dije sonriendo. ―Sigue mi
consejo, hermano, no dejes que tu mujer tome tu control, y lo harás
bien. Si eso falla, átala, amordázala, y arrastra su culo a un lugar
apartado donde nadie oiga sus gritos de placer.

―Eres un bastardo diabólico, ¿lo sabes?

―Confía en mí, Libby me ama así.

―¿Oh sí? Pensé que estaba enamorada del buen tú. Ya sabes, el
tipo al que te niegas ser.

Lástima, ya que esto es lo que soy ahora y no voy a volver a ser


un tonto débil que casi renuncia a la vida.
―Ella me ama, simplemente no lo sabe todavía. Una vez que
llegue a donde pertenezco, ella debería amarme bien. De hecho, te
garantizo que Libby no recordará al buen tipo que siempre fue el último.

Drew resopla y sacude la cabeza.

―Buena suerte para ti. Llámame cuando te corte las pelotas y se


las cuelgue al cuello, idiota. Yo, voy a cortejar a mi mujer de la forma en
que un hombre de verdad debería hacerlo.

―Disfruta perdiendo entonces. Llámame cuando tus bolas


exploten por falta de uso.

Me insulta y se va, dejándome solo para trazar y planear la noche


perfecta de sexo caliente, sudoroso y sucio con mi sexy esposa.

150
Capítulo 14
Traducido por Flor
Corregido por Flopyta

Libby
—No sé qué hacer, Lib. En serio, ¿cuántas pistas puedo arrojar
sobre estar lista antes de que el chico realmente tome nota? Hemos
estado saliendo por un tiempo y todavía recibo besos —murmura Pru.

Es divertido, pero puedo relacionarme totalmente. Sin embargo,


no le digo eso, porque ¿quién quiere admitir que han estado casados
durante meses pero que solo han tenido relaciones sexuales una vez? Y 151
eso fue antes de que incluso le pusiera un anillo.

—Solo espera y dale algo de tiempo, Pru. Los hombres son


criaturas extrañas. Por un lado, quieren una mujer que sea fuerte e
independiente, y por otro, todavía quieren dirigir el programa. No me
preguntes, lo leí en Cosmo. Toma a Cole, por ejemplo. Al hombre
realmente le gusta que no sea pegajosa, pero luego hace cosas como
alimentarme cuando estaba en el hospital.

Por el momento, me estoy relajando en el sofá después de que Pru


apareció con una pandilla de personas que vinieron con todo lo que
implica embellecer. Hemos sido pulidas, nos hicieron la manicura y nos
colocaron loción. Supongo que esta es su forma de mostrarle a Drew
que está a bordo y lista para ser su mujer. Lo que sea. Todo lo que sé es
que estoy recortada y suave y no tengo que pedirle a Cole que me ayude
con nada más tarde porque no puedo alcanzar para afeitarme la mitad
inferior.
—Eres una anciana cuando se trata de roles de género, Lib.
Honestamente, ¿te gusta que los hombres sean hombres de las
cavernas?

—Cállate. No hay nada de malo en abrazar tu feminidad y dejar


que un hombre se haga cargo de vez en cuando. Me gusta no tener que
preocuparme por nada y dejar que mi esposo haga las cosas que lo
convierten en un hombre.

Aunque esa actitud podría ser una desventaja si alguna vez


terminamos divorciándonos, porque estoy acostumbrada a ser mimada
y tener una vida fácil. Hace poco me di cuenta de que todos esos sueños
que tenía de la universidad y de una carrera de alto poder eran solo
para engañarme a mí misma. Estoy segura de que todo lo que
realmente quiero ahora es casarme y tener hijos que criaré como madre
que se queda en casa.
152

Sé que no es la actitud liberada de una mujer moderna, pero


bueno, no puedo decir que me preocupe en este momento. Me gusta ser
la mujer y dejarle las otras cosas a mi esposo. Si eso me hace
anticuada, que así sea.

—Supongo. Ahora dime todo lo que esa perra te hizo. No has


hablado de eso con nadie, y te conozco, señora. Te enfermarás a este
ritmo.

¡Uf!

—No quiero hablar de eso, Pru. Todavía no, al menos —murmuro,


mirando a cualquier parte menos a ella.

—Es una pena. Estás hablando. Conmigo. Cole. Un psiquiatra. No


hace mucha diferencia mientras hables con alguien, y desde que te
conozco y sé que tu pobre esposo ha estado estresado por eso... habla,
Lib. Por favor.
Maldición, odio que ella me conozca tan bien y sea peor que un
perro que muerde un hueso. Pru es una nuez obstinada y no se rendirá
hasta que me exprese. Es solo que... no hablar de todo ha sido mi
modus operandi durante los últimos meses.

—Bueno, ese día —empiezo, resolviéndolo todo en mi cabeza,


hablando lentamente mientras trato de no volver a ese lugar de miedo e
ira—, salí a caminar un poco después de que te fuiste de aquí. No,
técnicamente no se me permitió, pero había estado encerrada por tanto
tiempo que... de todos modos, salí y di una caminata rápida para estirar
las piernas y aclarar mi cabeza.

—Bueno.

—Y luego, supongo que debe haberse escondido detrás de mí


porque lo siguiente que recuerdo es despertarme en la oscuridad total, y 153
quiero decir que estaba tan oscuro que no podía ver mi mano frente a
mi cara, Pru.

El miedo y el pánico intentan echar raíces nuevamente, pero los


empujo hacia atrás, agarrando las manos con las mantas sobre mi
regazo como una cuerda de salvamento hasta que mis nudillos se
vuelven blancos y mis dedos comienzan a dolerme en señal de protesta.

El hospital me dio algo para dormir que me relajó por un tiempo,


pero ahora que estoy en casa me siento nerviosa y lista para saltar de
mi piel.

—Continua.

—Estaba oscuro, frío y tan tranquilo que podía escuchar los


latidos de mi corazón y el tartamudeo de mi aliento... Pensé, por solo
una fracción de segundo, pensé que estaba muerta y que eso era todo,
el final. Sabes, fue aterrador pensar que estaría atrapada en ese vacío
negro por toda la eternidad. Peor aún fue pensar que me había quedado
mucho sin decir por tanto tiempo porque fui una tonta egoísta.

Eso llama la atención de Pru y sus ojos se estrechan hacia mí con


sospecha.

—Lib.

—No, déjame terminar. Cuando entendí que estaba viva y


atrapada en esa habitación, fría y asustada... no había nada que
pudiera hacer para rescatarme, Pru. No podía ver, no podía pensar más
allá del miedo de encontrar una manera de salir de allí, y lo que es peor,
una vez que supe que me había llevado a un plan enfermo para llevar a
mi bebé y convertirse en la esposa de Cole…

—Libby, respira, cariño. Tranquilízate y respira. 154


Pru se aferra a mí y me doy cuenta de que estoy teniendo otro de
esos episodios que he ocultado tan bien durante los últimos días. Mi
cuerpo y mi mente están fuera de control, la mitad del tiempo ni
siquiera sé que estoy a punto de hiperventilar hasta que realmente me
escucho gemir o siento las lágrimas en mis mejillas.

Es débil y desearía ser lo suficientemente fuerte como para no


dejar que el miedo me invada en los momentos en que no estoy tensa,
pero ha estado sucediendo cada vez más, y ahora que Pru lo ha visto, sé
que es solo cuestión de tiempo antes de que mi esposo lo sepa.

—Silencio, mujer, ¿estás bien?

Respirando hondo, me limpio los ojos y me río con dureza.

—Bien, simplemente sucede cuando me sumerjo demasiado en el


recuerdo.

—Dios, Lib, eso debe haber sido aterrador.


—Sí, no. Es una mezcla, en realidad. Estaba un poco asustada y
luego, extrañamente, comencé a sentirme más y más tranquila, casi
como si estuviera esperando, y cuando vino a buscarme me di cuenta
de que solo estaba jugando conmigo, que nunca tuvo la intención de
retenerme por un tiempo o incluso esperar a que me ponga en trabajo
de parto. Ella siempre había planeado que yo muriera al final y también
estaba lo suficientemente loca como para arriesgar al bebé.

»Eso es con lo que sueño más que con la oscuridad o cualquier


otra cosa. Es en ese momento cuando entendí que no lo lograría y que
el bebé estaría a su merced.

—¿Desearías poder regresar y matarla tú misma?, porque en este


momento estoy pensando que habría sido un gran cierre para ti.

—No. Me alegro de no tener que volver a pensar en ella si no 155


quiero, porque realmente no quiero. Solo quiero estar en casa, donde
sea seguro y cálido, y concentrarme en encaminar mi matrimonio. —
Suspiro, preguntándome exactamente cómo lograrlo.

—¿Encaminar? ¡Ves! ¡Sabía que algo más pasaba contigo, Libby!


¿Por qué tendrías que encaminar las cosas, a menos que antes se
desviaran y que a ti y Cole no les fuera tan bien? ¿Peleaban? Que…

—Cálmate ya —murmuro, pateándome por bajar la guardia.

—No estábamos muy de acuerdo con algo, y él estaba siendo un


imbécil, no es gran cosa. Todo está bien ahora y al menos estamos
hablando, lo que es mejor que dormir junto a una roca mientras mi
embarazo destruye mis hormonas.

—Bueno, mierda, Libby, ¿estás segura de que tú y Cole…?


—Estamos bien. Ahora deja de hablar de mí, estoy empezando a
tener un complejo o algo así, y cuéntame más sobre ti y lo que estás
planeando para Drew.

Escucho embelesada durante otros veinte minutos antes de fingir


fatiga y besarla con un adiós. Entonces, ¿qué pasa si estoy celosa de
que su hombre la ame lo suficiente como para querer ser caballeroso y
esperar hasta que esté lista mientras está impaciente?

Quiero más de mi matrimonio y no sé cómo conseguirlo sin


entregar otra parte de mí a Cole. La confianza es algo difícil de
encontrar cuando todo lo que he conocido es su desprecio y sus
promesas incumplidas.

Molly llega más tarde con el almuerzo y el teléfono, sus mejillas se


redondearon con una sonrisa mientras me pasa el teléfono. 156
—Está enojado porque no lo has llamado ni una vez.

Hago una mueca y tomo el teléfono, sacándole la lengua cuando


se ríe mientras se aleja.

—Hola.

—¿Por qué no has llamado?

—¿Estaba ocupada?

—¿Haciendo qué? ¡Libby, te dije que descansaras y recuperaras


tu fuerza! Si has estado caminando sola otra vez, o tratando de
terminar la guardería…

—Pru vino con mujeres que me depilaron, masajearon y


embellecieron, así que mantén la ropa interior, Cole. Lo olvidé, ¿de
acuerdo? Ahora ¿qué necesitas?, porque si solo llamas para insultarme,
estoy cortando la llamada.
—Maldición, está bien, lo siento. Molly está empacando una bolsa
para ti. Nos vamos por una semana, a un lugar cálido y soleado para
compensar la luna de miel que nunca tuvimos —dice suavemente, casi
como si no estuviera seguro de mi respuesta.

—De acueeeerdo. ¿Dónde vamos?

Casi puedo escuchar la sonrisa en su voz cuando murmura que


es una sorpresa y me dice que empaque mi cámara.

—¿Eso significa que realmente me vas a dejar caminar y ver


cosas?

—Huh, no sé, cariño. Estaba planeando usar la cámara para


tomar algunas fotos traviesas... pero estoy seguro de que podemos salir
de vez en cuando para reorganizarnos y fingir que hacemos turismo — 157
arrastra seductoramente, haciendo que mis dedos se curven con
excitación. Me pega justo en las partes blandas.

Puedo subirme a bordo con eso.

—¿Um está bien?

Él se ríe, y el sonido, tan extraño e inesperado, hace algo a todas


mis partes blandas, incluido mi corazón.

—Prepárate para partir en una hora, cariño.

Él corta y yo salto. Me levanto del sofá y empiezo a gritarle a


Molly. Esto es de lo que están hechos mis sueños. Todo lo que tengo
que hacer ahora es encontrar algunas cosas para usar que no me
hagan ver como una ballena caminando.

—¡Molly! ¡Empaca cualquier cosa que parezca sexy! ¡Y no olvides


mi almohada y zapatillas de embarazo!
¿Qué? Intenta llevar un bebé gigante. Lo sexy está bueno y bien,
pero una vez que estos tobillos comienzan a hincharse, no hay vuelta
atrás, y eso definitivamente no pondrá a nadie de humor.

♦♦♦

Aterrizamos horas después en esta pequeña pista de aterrizaje


que está vacía y oscura y no da ninguna indicación de dónde estamos.
Me siento, frotando los rastros de mi siesta con un suspiro.

—Está bien, cariño —murmura Cole, inclinándose y acercándome


a sus brazos.

—Bájame, soy demasiado pesada —murmuro, meneando para


bajar.

—Eres casi tan pesada como una ramita, chica Libby. Ahora
158
cálmate y relájate. Todavía tenemos mucho camino por recorrer y
odiaría tener que azotarte el culo incluso antes de llegar allí.

Eso hace que el equipo de médicos detrás de nosotros se ría y yo


hago una mueca a los tontos. ¿Por qué un equipo de médicos en mi
"luna de miel", te preguntas? Porque mi esposo está tratando de ser
romántico, pero todavía está más loco que un castor en un bosque de
árboles, y está decidido a estar preparado para cualquier cosa.

Permítanme decir que me quedé dormida en defensa cuando él y


los tontos comenzaron a tener una discusión en profundidad sobre el
sexo en esta etapa tardía de mi embarazo y exactamente lo que
podemos y no podemos hacer.

—Ya frunces el ceño y voy a comenzar a preocuparme de que no


quieras estar conmigo, Libby.
Lo miro mientras él me saca del avión y me dirige a un auto no
muy lejos, sintiendo que mi corazón se acelera al ver la necesidad
desnuda y la esperanza que recubre su rostro.

—Lo hago. Simplemente no puedo decir que estoy demasiado


entusiasmada con que la Dra. Mucousa y su equipo vengan a dar un
paseo —murmuro, sonrojándome cuando él levanta una ceja y sonríe
ante mi sugerente redacción—. Oh, compórtate. Sabes a lo que me
refiero.

—Cariño, puedo garantizar que las únicas dos personas que


cabalgarán esta semana seremos tú y yo. Yo, sobre todo...
definitivamente —ronronea en mi oído. Haciendo algo con su lengua
que envía hormigueos por mi cuerpo.

He estado a fuego lento durante horas, anticipando los próximos 159


días y el tiempo que tendremos juntos.

Llegamos al auto y todavía me muero por saber dónde estamos, a


dónde vamos y qué implicará exactamente esta semana.

Pronto me tiene sentada en su regazo mientras desliza


suavemente una mano debajo de mi camisa y comienza a acariciar la
piel de mi vientre en pequeños círculos mientras el auto comienza a
moverse.

No me importa cuando su mano se sumerge en la cintura de mis


pantalones cortos y sus dedos descansan justo por encima de mi
clítoris hinchado.

—Mmm…

—Shh, solo relájate y déjame sentirte. He soñado con esto, Libby.


Seis meses, y todo lo que he pensado, incluso cuando no estábamos
hablando, era cómo te sentiste esa noche. Me quieres de vuelta dentro
de ti, ¿verdad, bebé? —pregunta, bajando los dedos y deteniéndose
directamente sobre mi protuberancia.

Me excito tan rápido y sin esfuerzo que ni siquiera trato de luchar


contra el gemido que se escapa o el golpe de mis caderas mientras
busco fricción. El dedo que descansa sobre mi clítoris no se mueve, y
detiene mi movimiento con una mano sujeta a mi cadera. Miro hacia
arriba y me sonrojo cuando lo veo mirándome, sus ojos calientes y
dominantes mientras sacude la cabeza.

—Quédate quieta, cariño, esto aún no se trata de sexo. Se trata


de que yo aprenda todo lo que necesito sobre tu cuerpo. Ahora dame tu
boca y bésame como si lo quisieras.

¡Sí señor!
160
Nuestros labios se fusionan y se deslizan juntos, los dientes
chocan en mi entusiasmo cuando abro la boca y lo beso con todo lo que
tengo. Es descuidado y muestra mi inexperiencia, pero no me importa.

Todo lo que sé es acerca del sabor de su boca cuando estalla en


mi lengua y el raspado de su lengua cuando empujo la mía y lamo sus
cálidos labios.

Lo beso con tanta pasión anhelante e insatisfecha que cuando me


alejo para respirar, mis labios se sienten magullados y resbaladizos con
nuestros jugos combinados.

—Dios, ¿por qué no me devuelves el beso?

Estoy jadeando y retorciéndome contra la dura longitud


presionada en mi trasero, mi sexo me grita que haga algo para aliviar el
dolor entre mis piernas.
Cole solo sonríe con esa sonrisa arrogante que amo tanto y se
lame los labios, sin romper nuestras miradas. Estoy listo para gritar y
rogarle que haga algo cuando su dedo se desliza entre mis labios y
descansa en mi entrada.

Me está cubriendo desde la protuberancia hasta mi entrada y la


sensación de su dedo deslizándose tan fácilmente a través de mi
humedad es tan excitante para mí como la mirada en sus ojos cuando
contraigo mis músculos y la boca de mi sexo besa la punta de su dedo.

Su gruñido de aprobación provoca mi excitación, enviándome de


lujuriosa a desesperada. Jadeo cuando llega más abajo y desliza su
dedo dentro de mí, sus movimientos son lentos y constantes incluso
cuando su corazón late bajo mi brazo y siento su polla temblar y
empujarse más cerca de mi apretado trasero.
161
—Eres muy receptiva. Eso es algo que no he olvidado desde esa
noche. He fantaseado con hacerte tantas cosas y golpear la imagen de
todo lo que quiero hacerte, pero nada supera lo rápido que te mojas
para mí, bebé. ¿Te gusta esto?

Su dedo se profundiza y lo dobla, frotando un punto profundo


que hace que todo se contraiga y grite de placer. Siento ese toque no
solo en mi vagina y clítoris sino en cada nervio como si ahora fuera el
centro de mi ser.

—Sí, oh, más duro, hazlo más duro. Por favor —gimo, montando
su mano mientras mis jugos comienzan a fluir con excitación.

Cole gruñe de nuevo y se aferra a mi cuello, lamiendo y chupando


mientras comienza a mover su mano, imitando el acto sexual mientras
constantemente me toca con un orgasmo que me ciega antes de que
pueda entender completamente lo que está sucediendo.
Mi cerebro parpadea cuando las olas me golpean y se extienden
antes de disiparse en un flujo suave que me deja sin aliento y sin
fuerzas en sus brazos. No deja de empujar hacia adentro y hacia afuera
con suaves golpes hasta que la última sacudida abandona mi cuerpo, e
incluso entonces, mantiene su mano sobre mí como saboreando el
momento y no queriendo que termine.

Unos besos suaves me despertaron momentos después y forcé


mis ojos a abrirse cuando él separó su mano, privándome de ese toque
dorado. Si tuviera que decirlo ahora, probablemente te diría que estoy
demasiado satisfecha para siquiera recordar mi nombre, no importa
contemplar nada más, como la gran erección que muele mi trasero.

Todo eso salió volando por la ventana, porque se lleva el dedo a la


boca y sonríe mientras lo chupa, gimiendo a mi gusto. Oh sí, mi basura
simplemente se sentó de nuevo y comenzó a llamar para la segunda
162
ronda.

—Hmm, bebé, sabes aún mejor de lo que recuerdo.

—Esto no es un sueño, ¿verdad? Porque si es así, no me


despiertes —le suplico, gimiendo ante la necesidad de girar y hacerle
cosas que nunca quise hacerle a otro ser humano en mi vida.

Quiero besarlo hasta que mi boca esté cruda y dolorida. Quiero


arrodillarme y explorar su cuerpo durante horas, simplemente
saborear, tocar y aprender cada punto de placer que tiene.

Quiero volver a conectarme con él y darle el mismo placer que me


da cada vez que pone las manos sobre mí.

Mis palabras entrecortadas hacen que esa sonrisa arrogante


resurja, y me sonrojo ante la respuesta necesitada, deseando poder
mantener un poco de control en estas situaciones para no ser la única
en desventaja.
—Oh no, cariño, nunca pienses eso. ¿Sientes esto? —pregunta,
arrastrando mi mano hacia abajo y debajo de mí para sentir la furiosa
fuerza que es su sexo—. No tengo control cuando este es el que manda.
Siempre estoy duro para ti y daría cualquier cosa en este momento para
darte la vuelta y sentarte en mi polla.

—¿Lo harías?

—Sí. Quiero hacerte el amor y luego follarte duro y áspero. Y


luego quiero volver a hacerte el amor solo para ver cuál te gusta más.
Quiero devorar cada centímetro de tu piel y dejar mi marca en ti para
que todos sepan que solo yo puedo darte placer.

Sí Haz eso. Haz todo lo que acabas de decir y luego vuelve a


hacerlo para que pueda evaluar cuál prefiero. Aunque dudo que sea
capaz de elegir un favorito si el sexo va a ser tan intenso y bueno como 163
lo está haciendo sonar.

—Vamos a divertirnos mucho esta semana, bebé Libby, y esta vez


no dejaré tu dulce cuerpo hasta que sepas de una vez por todas que te
encuentro más sexy que a cualquier otra mujer viva y respirando.

—¿Incluso si pareciera que me tragué a un humano


completamente desarrollado? —pregunté escéptica, mirando mi barriga
floreciente.

Sus ojos se vuelven duros e imponentes cuando lo miro de nuevo,


y él toma mi rostro con fuerza, atrayendo mis ojos hacia los suyos.

—Ahora eres aún más hermosa para mí porque tu cuerpo está


cuidando a mi hijo. No vuelvas a deprimirte, Libby, o recordaré que
tenías once en el último recuento y te doy un buen ejemplo de por qué
no debo ser desobedecido. Ahora baja la cabeza y descansa. Lo
necesitarás, bebé.
Solo obedezco porque está empezando a ponerme nerviosa.

Esperaba seducción y dulzura. Ya sabes, sus intentos de ser todo


romántico y agradable. No esperaba a este tipo severo y prohibidor que
no parece estar pidiendo otra oportunidad tanto como la está
aprovechando.

Creo que me gusta. Sí, creo que me gusta mucho.

164
Capítulo 15
Traducido por nanaromal
Corregido por Flopyta

Libby
No más de una hora después, el automóvil se detiene en una gran
casa con el océano a sus espaldas, vislumbro el paraíso tropical y siento
la cálida caricia de una brisa de verano en mi piel.

—Esto es... perfecto. —Respiro, girando en un círculo lento para


asimilarlo todo, aunque no puedo ver mucho al amparo de la oscuridad.
165
Juzgo que son alrededor de las diez, pero no lo sabría con certeza
porque él tomó mi celular y reloj, y no ha sido muy comunicativo.

Definitivamente estamos en algún lugar al sur, ¿México o


Sudamérica, tal vez? No me importa y no me molesto en preguntar;
estoy feliz de estar en un lugar cálido, así no tengo que cargar alrededor
de cien capas además del peso adicional del bebé.

Cole aparece detrás y tira de mí en sus brazos, sus labios apenas


tocan mi sien en un suave beso.

—Ahora es cuando puedo tenerte aquí. Este es mi lugar favorito


en el mundo. Vengo aquí cuando tengo la oportunidad de esparcirme y
relajarme, pero es mejor que antes porque esta vez no estoy solo.
Vamos, deja que te enseñe todo.

El recorrido no es largo porque Cole finalmente pierde la


paciencia y me levanta.
—Puedes mirar y explorar mañana. En este momento, necesito
estar dentro de ti o creo que mis bolas explotarán. —Prácticamente
corre hacia la habitación que está en el segundo piso y se apresura a
entrar.

La habitación es grande y eso es todo lo que veo antes de que me


acueste en una cama suave y se cierna sobre mí, fusionando su boca
con la mía y besándome profundamente.

Lame, chupa y es dueño de mi boca por completo mientras sus


manos se ponen a trabajar, rasgando mi ropa hasta que estoy desnuda
y abierta debajo de su cuerpo. Ataca su propia ropa y cae sobre mí, con
cuidado de no poner peso sobre el lugar donde descansa nuestro hijo.

Quisiera decir que su desesperación conduce a un resultado


rápido, porque estoy tan necesitada que no necesito ningún juego 166
previo, pero tan pronto como me toca, disminuye la velocidad,
suavizando el beso hasta que sus labios mordisquean los míos, ya no
predadoramente.

—Eres tan dulce. Dios, quiero saborearlo todo, no atacarte como


un animal.

Mi protesta muere en mis labios cuando deja mi boca y se mueve


hacia abajo, sus ojos vidriosos cuando llegan mis pechos y miran los
pezones duros que coronan los globos suaves.

—Muy bonita, Libby. ¿Quieres mi boca?

Antes de que pueda responder, baja la boca y chupa mi pezón,


su lengua se mueve una, dos, tres veces antes de comenzar a chupar
fuertemente en el punto turgente, usando sus dientes para atormentar
el pico a tal dureza que grito y empujo más cerca, amando el contacto
brusco.
Obviamente le gusta lo que ve porque pasa mucho tiempo en mi
pecho, alternativamente me chupa hasta el punto del orgasmo antes de
soltarme y lamerme suavemente hasta que estoy listo para gritar.

Y luego repite el proceso en el otro lado.

—Por favor. Ah, eso se siente tan bien. Oh, Cole, por favor —le
suplico, agarrando su cabello para alejarlo.

Me siento vacía y tan desesperada por esa sensación que sentí


hace tantos meses cuando me reclamó, que no estoy por encima de la
mendicidad en este momento. Quiero todo lo que me dio entonces y
más, y lo quiero ahora antes de perderme demasiado en el hechizo que
parece tener la intención de envolverme.

—Todavía no, no hasta que tenga tu sabor en mi boca —gruñe, 167


apartándose para acomodarse entre mis piernas abiertas.

No puedo verlo sobre mi vientre, pero grito en el momento en que


su boca se posa sobre mí y comienza un movimiento de chupar y lamer
que está diseñado para volverme loca.

Sus propios gemidos son tan excitantes que me rindo ante la


intensa oleada de placer que me inunda en duras oleadas.

El orgasmo que me arranca es demasiado y, sin embargo, me


empuja por más, diciéndome lo sexy que es, cuánto lo excita mi placer.
Dejo de luchar contra el sentimiento y simplemente lo dejo ir, chillando,
sacudiéndome, tirando de su cabello cuando estoy agotada y tan
sensible que no puedo recibir otro golpe de su lengua sin salir de mi
piel.

—Eso fue…
Las palabras me fallan cuando se desliza por mi cuerpo y se
cierne sobre mí, con los ojos entrecerrados, las fosas nasales dilatadas y
el cuerpo masivo temblando contra mí con necesidad.

—Libby.

—Entra en mí, Cole, por favor, te necesito —le susurro,


haciéndole saber que lo deseo tanto como él a mí.

Es gentil y reverente mientras se alinea en mi entrada y empuja


lentamente, sus brazos temblando por la moderación que está
practicando mientras su sexo empuja a casa, llenándome centímetro a
centímetro glorioso.

Es tan diferente de la primera vez y, sin embargo, tan familiar


que las lágrimas brotan de mis ojos y gotean, cayendo por mi cabello en 168
un flujo constante.

—¿Te estoy lastimando, bebé?

—No, no, es sólo...

—Perfecto —susurra, besando mis labios suavemente cuando


toca fondo y se queda quieto, su frente se encuentra con la mía
mientras espera que me ajuste.

—Ah, oh, eso es... estás tan profundo —gruño, moviéndome


experimentalmente cuando no parece inclinado a hacer un movimiento.

—Encajamos perfectamente, Libby, ¿puedes sentirlo? —


pregunta, retrocediendo lentamente y empujando de nuevo con el
mismo cuidado.

Asiento porque se siente tan bien, que no puedo formar palabras.


Cole mantiene ese ritmo lento durante agonizantes minutos, sus ojos
nunca abandonan mi rostro mientras me mira y ve cada expresión que
hago.

Pronto se siente tan bien que no puedo soportarlo otro


momento. Necesito más. Necesito que se mueva y me tome más duro,
más áspero, cualquier cosa para aliviar esta presión en construcción
que parece no tener fin.

—Muévete. Por favor, Dios, solo haz algo —grito, golpeando de


vuelta hacia él tanto como mi barriga lo permite.

—No, yo, ah, Jesús —grita, perdiendo el firme control que ha


estado mostrando cuando aprieto mi vaina a su alrededor y lo muerdo
en el hombro.

Eso lo instiga muy bien, y archivo eso aparte, mientras me 169


aferro a mi querida vida y me pongo a hacerle el amor a mi esposo tanto
como él me está haciendo el amor.

Lo siento en todas partes, sobre mí, en mí, su circunferencia


rozando y deslizándose sobre cada músculo y nervio diseñado para
brindarme la máxima satisfacción.

Nos venimos juntos minutos después, cuando el éxtasis es


demasiado para contenerlo más, y me quedo asombrada cuando se
pone rígido sobre mí y empuja lo más profundo que puede, su polla
expulsando olas calientes en mi interior que hacen mis contracciones
mucho más fuertes e intensas.

Me encanta esa mezcla cuando nuestros cuerpos se tensan y


comparten nuestro clímax, y el desorden húmedo y sudoroso después
cuando él se retira y cae a la cama, acercándome mientras nuestras
respiraciones agitadas resuenan en la habitación tranquila.
Me quedo dormida de esa manera, mi cuerpo y mi mente
agotados a pesar de que tengo mucho que decir y preguntar después de
compartir aquello con él.

♦♦♦

Cole
Libby duerme tranquilamente a mi lado, su cuerpo acunado al
mío, su peso suave es un consuelo tranquilizador mientras me quedo
despierto y pienso en todo lo que ha sucedido y en lo que necesito hacer
para asegurarme de que esta semana la una a mí.

Porque sé esto ahora; no sólo amo a mi esposa. Sé que la adoro y


que probablemente viviré solo para ella. Eso me asusta casi hasta la 170
muerte.

Amar a otro ser humano y querer pasar todos los días con él es
una cosa, pero lo que estoy experimentando en este momento mientras
mi corazón late en adulación aterrorizada es algo mucho más fuerte. Me
dice que lo que pensaba que era el amor y de lo que pensaba que era
capaz es demasiado pálido en comparación con la obsesión absoluta
que se abre paso a través de mí.

Quiero ahogarme en esta mujer y envolverla a mi alrededor.


Quiero usar su aroma en mi piel y compartir el mío con ella para que
nadie más se atreva a acercársele.

Quiero que ella me ame y solo a mí.

Porque por mucho que amo a mi familia y ya adoro a mi hijo, la


amo mucho más y probablemente moriría o me volvería completamente
loco si la perdiera.
Es aterrador e inquietante y me dan ganas de gritar de miedo
tanto como quiero gritar de alegría.

Deja de quejarte, imbécil. Entonces la amas mucho. ¿Y qué? Se


supone que el amor es así. Si quieres su amor, haz que te amé...

¿Cómo? La pregunta me atormenta toda la noche y hasta la


madrugada, cuando llega el amanecer y el cielo comienza a cambiar
aclarándose.

¿Cómo hago para que me ame cuando durante meses no he


hecho nada más que asegurarme de que deba odiarme incluso ahora?
Oh, sé que no me odia, no me dejaría tocarla de esta manera si lo
hiciera.

Pero eso no significa que me ame y yo debería saberlo; la he 171


estado observando desde que salimos del hospital y no me ha mirado
como lo hizo alguna vez. Ni siquiera cuando ordené construirle un
invernadero y pasé horas mirando con ella los catálogos sobre la mierda
que quería cultivar en él.

No es la misma Libby que solía mirarme con estrellas en los ojos


y la seguridad de que yo sería todo lo que soñaba. He perdido ese regalo
y lo quiero de vuelta. Quiero ser el hombre sin el que no puede vivir.

Contemplo mis opciones durante mucho tiempo mientras está


acurrucada a mi lado y suspira dormida, ella y mi hijo durmiendo en
mis brazos justo donde necesito que estén.

Y entonces me llega. Sé lo que tengo que hacer para demostrarle


que vale la pena darme otra oportunidad. Vale la pena todo ese amor
que podría haber tenido, pero tiré.

Sé lo que necesito hacer; solo tengo que reunir el coraje para


hacerlo, porque lo que esto implica le dará a Libby la libertad de
dejarme, la oportunidad de quitarme a mi familia antes de que haya
tenido una.

172
Capítulo 16
Traducido por Jabes
Corregido por Dai

Libby
El sonido del canto de los pájaros y la tranquilidad que suele
faltar en casa saluda mis oídos cuando me levanto a la mañana
siguiente y abro los ojos para ver la habitación que ignoré anoche. Una
habitación en la que estoy sola.

Me duele el cuerpo de la manera más deliciosa cuando me estiro y


me siento en la cama, observando mi entorno con una mirada ceñuda. 173
La habitación es un oasis de paz blanco y azul.

—Hola, cariño. Te traje el desayuno.

Cole se pasea cargando una bandeja y una sonrisa tan grande


que el corazón se me sale del pecho.

Dios mío, Cole Riley es el espécimen más sabroso jamás creado, y


lo veo en acción cuando baja la bandeja a mi regazo y se inclina para
plantar en mis labios un beso que me quita el aliento.

—Hmmm, buenos días, nena. ¿Dormiste bien? —canturrea,


sentándose a mi lado mientras intento de alguna manera recoger mi
ingenio disperso y recordar que se supone que no debo derretirme con
cada una de sus palabras.

—Sí…
No se supone que la mañana siguiente sea incómoda cuando el
hombre en cuestión es tu esposo y ya plantó su semilla en ti, pero por
alguna razón me siento lo suficientemente tímida como para sonrojarme
cuando sus ojos se encuentran con los míos y él me da una mirada
perezosa que sugiere que le gustaría desayunarme.

—Realmente no sé qué debería hacer o decir en este momento —


confieso, llenándome la boca de tostadas y huevos antes de que pueda
decir algo más.

Cole se ríe, otro de esos raros sonidos felices que hacen que mi
corazón dé un vuelco en mi pecho. Amo este lado de él y realmente me
gusta ser la causante.

Quizás mamá tenía razón; tal vez solo necesita tiempo para ser el
hombre adecuado para mí. 174
—Libby, no lo tomes a mal, cariño, pero dices las cosas más
extrañas en los momentos más extraños. En cuanto a estar incómoda,
bueno, no puedo decir que me guste, pero después de la forma en que
follamos anoche, me sorprendería que no te sintieras un poco fuera de
tu elemento. Pasará pronto cuando vuelva a hacerte el amor. Una y otra
vez —arrastra la voz, haciendo que mi estómago se hunda y salte a mi
garganta.

Tiene razón. Dejé que este hombre toque, pruebe y mire cada
parte de mí que es íntima y privada, entonces, por qué debería sentirme
tímida ahora es simplemente ridículo.

—Um… entonces, ¿qué hay en la agenda para hoy?

Eso provoca otra ceja levantada y una risa descarada cuando me


sonrojo y agacho la cabeza para ocultar la vergüenza.
—Oh, Libby. Me divertiré mucho contigo esta semana, cariño.
Ahora come, necesitas fuerza para lo que tengo planeado.

Me deja comer y se va a duchar mientras me atraganto con un


desayuno que no disfruto y trato de reforzarme contra su seducción.

Ya es una batalla perdida, porque estoy bastante segura que


después de anoche estoy tan preparada para el divorcio que quería
como lo estoy para conseguir una depilación de cuerpo completo.

Eso significa, como, nunca.

Pero sonrío porque ya no me importa que mi amor por este


hombre me haga una mujer débil a los ojos de todos, o que, si fuera
más inteligente, correría por las colinas. Lo amo y eso me hace sentir
que puedo conquistar cualquier cosa que se me presente. 175
La tercera es la vencida, ¿no es cierto?

♦♦♦

—Entonces, ¿cómo estuvo la luna de miel? Y no omitas ni un solo


detalle —exigen Pru, Temp y Maisy, sus pequeños rostros entrometidos
se adhieren a mí en el momento en que cruzan la puerta.

Acabo de regresar de nuestro viaje de una semana al paraíso y me


siento maravillosa y descansada. Cole acaba de irse porque una semana
fuera significa que en el momento en que alguien lo olió de regreso a
Estados Unidos, lo estaban acosando sobre algún problema u otro.

La semana fuera fue mágica. En lugar de resistirme a Cole y su


cortejo, logré enamorarme todavía más de él.

El hombre es maniático y divertido, además, aprendí que en


realidad tenemos mucho en común. De lejos, lo que más me gusta de él
es que está dispuesto a tener un perro a pesar de que es alérgico.
Cualquiera que pueda estar dispuesto a sufrir alergias porque quiero
un animal está bien en mi libro.

Necesito decirle que quiero seguir casada para que deje de parecer
tan desesperado todo el tiempo, pero tengo algunos problemas de
valentía. Me aterra decirle que lo amo en caso de que no sienta lo
mismo. No puedo soportar otro rechazo, no otra vez, y no después de
los últimos tres millones que experimenté.

Así que hay una gran posibilidad de que nunca pueda encontrar
algo de coraje y decirle la verdad.

—¡Libby! ¡Yuu-juu, Libby! ¿Sigues con nosotras, chicas? —grita


Pru mientras las otras dos se sientan riendo como brujas.

Paso las siguientes tres horas escuchando a mis hermanas y a mi 176


mejor amiga, quienes estaban en casa desde Nueva York para una
visita, despotricar sobre mi esposo como si las tres no me hubieran
dicho ni una vez que casarme con un tipo que apenas conocía iba a ser
el mayor error de mi vida.

Y vaya, cuando estas mujeres comienzan a hablar de sexo y a


exigir detalles, se pone feo rápidamente. Peor aún, no tienen reparos en
decirme qué hacer en el dormitorio.

El pene de mi esposo es mío, y nadie necesita saber qué puede


hacer con todo el talento que parece tener. Y mucho menos, tres
mujeres que son más chismosas que esa amiga de Cole.

—Bien, tenemos que irnos mientras todavía hay tiempo para


prepararnos para la fiesta de esta noche. ¿Vienes, Lib? —pregunta Pru
mientras todas se levantan para irse.
—Sí, un cliente de Cole asistirá y se reunirán allí, por lo que su
alteza decidió dejarme salir de la jaula por una noche. Todas ustedes
váyanse ahora. Las veré allí.

Cuatro horas más tarde, y después de una considerable ayuda de


parte de la pobre Molly, estoy bañada, vestida y luciendo presentable
con un suave vestido lila que parece acentuar mi embarazo sin que
parezca una ballena.

Zapatos plateados sin tacones adornan mis pies hinchados y hago


una mueca en el espejo, considerando el bonito par de tacones que
escondí ayer cuando Cole perdió los estribos y se deshizo de todo lo que
consideraba peligroso para mi salud y comodidad.

—Te ves hermosa.


177
Girando con una sonrisa, contengo el aliento cuando él entra
usando un esmoquin y una sonrisa que me hace sentir a tres metros
del suelo e increíblemente feliz.

—Llegas tarde.

Recibo un largo beso antes de que me tome del brazo y me saque


de la habitación.

—Drew tenía una reunión a la que quería que asistiera.

Huh. Estoy bastante segura de que Pru mencionó que Drew


saldría temprano para poder estar en casa cuando se vistiera. Incluso
nos reímos porque el hombre todavía la viste cada vez que tiene la
oportunidad, aunque al escucharla, le gusta más desnuda que sus
elecciones de ropa para ella.

—¿Oh?
Es todo lo que digo cuando empiezo a pensar en ayer, el último
día de una luna de miel demasiado corta y lo nervioso que había estado.
En un momento, casi tiembla cuando entré en la habitación para
atraparlo susurrando por teléfono.

No le había prestado mucha atención. Pero ahora, atrapándolo en


esta mentira, tengo que preguntarme si no estaba…

No vayas allí, Libby.

Me estremezco a su lado cuando sale del estacionamiento, su


mano va a mi muslo en un agarre posesivo.

—Libby, ¿estás bien, cariño?

No, pienso miserablemente.


178
Pienso en nuestra luna de miel. Me hizo el amor todo el tiempo
que no me estaba bañando, alimentando o compartiendo sus
pensamientos conmigo. Realmente pensé que esta vez las cosas
funcionarían porque me esforcé mucho en ser lo que necesitaba,
aunque sabía, me dije varias veces, que darle esta última parte de mí no
era una buena idea. ¿Qué podría estar escondiendo ahora?

—¿Libby? —insiste de nuevo, mirándome con sospecha mientras


sigue maniobrando el auto hábilmente a través del ligero tráfico de la
tarde.

—¿Huh?

—¿Estás bien? Si no te sientes bien, podemos irnos a casa y


llamaré a Bob para programar una reunión en otro momento. No
tenemos que hacer esto si estás cansada.
—¡Oh, uh, no! Estoy bien, de verdad —apresuro las palabras,
sonriendo trémula—. Simplemente no quiero volver a unirme a la
sociedad y explotar nuestra burbuja, ¿sabes?

¡Mentirosa! Vas a ir para poder contactar a Maisy y Logan y hacer


planes para huir de la ciudad. No hagas esto, Libby. Habla con tu
esposo.

Me duele tener que pensar que todavía es capaz de mentirme,


pero ¿qué más puedo pensar?

Mantengo mi agitación para mí durante todo el viaje,


respondiendo sus preguntas y riéndome cuando comienza a contarme
sobre las guerras de vestuario de Pru y Drew.

Escucho y respondo exactamente como debería, hasta que 179


llegamos a nuestro destino y el auto se detiene.

—Ahora dime el momento en que estés lista para irte, cariño —


insiste mientras me ayuda a salir del auto.

El beso que me da me deja temblando por la traición, pero sonrío


de todos modos y le permito acercarme con una mano en mi cadera. El
movimiento es posesivo y tan agridulce que toma mucha de mi
determinación interna no llorar y comenzar a gritarle como una
pescadera.

—Estoy bien, Cole, deja de ser tan difícil. Si sigues así, no


saldremos de casa en absoluto, y prometiste que aflojarías un poco las
riendas —le recuerdo, manteniendo mi tono lo más parejo y tranquilo
posible.

Él resopla y me lanza una sonrisa.


—Si fuera por mí, no saldríamos de la maldita habitación, Libby,
y lo sabes. Así que no me critiques o te encontrarás de nuevo en ese
auto y debajo de mí antes de que puedas encontrar tu ingenio. Ahora
recuerda lo que dije, no vagues sola. Te quiero a la vista en todo
momento.

Oh sí, amigo, eso no va a suceder. Resoplo silenciosamente,


poniendo los ojos en blanco para su beneficio.

Me iré de aquí con Logan y Maisy tan pronto como pueda


meterlos en mis planes.

La fiesta está en su apogeo cuando alcanzamos a sus padres, y


los saludo con una atención mínima mientras mis ojos comienzan a
escanear la habitación en busca de mi presa.
180
—Te ves hermosa, Libby, cariño —dice mamá Lou, abrazándome
mientras Clark le da una palmadita a Cole en la espalda y comienza a
hablar de negocios como suelen hacer en el momento en que están en la
misma habitación.

—Uh, gracias. ¿Viste a Maisy esta noche? Quería preguntarle


sobre, eh… —Piensa rápido antes de que el ogro a tu espalda comience a
sospechar.

Mamá Lou me salva, gracias a Dios.

—Oh, está allí con ese chico suyo. Oh, cómo se llama el hombre…
no importa, vamos a robarla. Ahora, Cole, déjame a Libby y cuídate.
Estás asfixiando a mi hija con toda esa testosterona.

Sí, cuídate, amigo, pienso, cuando gruñe algo vil por lo bajo y nos
da una mirada de advertencia.
—No dejes que se extralimite, mamá. Y tú, no hagas nada
demasiado extenuante. Tengo planes para ti más tarde —empuja hacia
mi oído, haciéndome temblar de anhelo incluso cuando mi cerebro
comienza a gritar maldiciones a su hermosa cabeza.

Maldita sea, ¿cómo se supone que debo permanecer enojada y


odiosa con el hombre cuando tiene el poder de hacerme sentir un
hormigueo con tan solo una sugerencia susurrada del placer que tanto
ansío de él?

—Compórtate y ve a hacer tus reuniones de negocios. Estaré bien.

—Vamos, Libby. Creo que escuché a Marcia Harken susurrar


sobre un postre de chocolate y fresas frescas.

Y así, ella me lleva y me acerca a mi destino. 181


♦♦♦

Cole
Algo no está bien con Libby y lo vi en el momento en que entré en
esa habitación. Está muy nerviosa y no me miró a los ojos ni una vez en
toda la noche.

Resolví el negocio en el que he estado trabajando desde que se me


ocurrió mi plan de mostrarle a mi esposa exactamente cuánto la quiero.
La necesidad de contarle todo y desnudarme me estuvo molestando
durante días, pero quiero hacer más que darle palabras; quiero que
tenga una prueba física de mi amor, y esta es la única forma en que sé
cómo hacerlo.

Así que, en lugar de disfrutar cada momento de nuestra luna de


miel, estaba escabulléndome, robando momentos mientras ella tomaba
una siesta o se duchaba, para poner las cosas en movimiento y hacer lo
que necesitaba hacer.

Ya está hecho, y finalmente puedo respirar tranquilo, relajarme y


disfrutar de estar con ella. Esta noche, voy a contarle todo, y no puedo
esperar para ver su rostro cuando descubra lo que hice por ella.

Dios, la amo tanto que estar al otro lado de la habitación mientras


ella se divierte con su amiga es tortura pura. Quiero apresurarme hacia
ella y arrastrarla de regreso a nuestra casa para que finalmente pueda
descargarme y contarle todo lo que hay en mi corazón.

Sin embargo, no lo haré, porque parece necesitar este tiempo, y


no le mostraré que no confío en ella al estar sobre ella como un perro
guardián.
182
Confío en ella. Es en el otro imbécil en quien no confío. Si Renner
Watts sigue mirando las tetas de mi esposa, el hombre perderá una
maldita extremidad.

—Sabes, siento que ya estuvimos aquí antes —murmura Drew,


acercándose a mi lado con un ceño fruncido que me molesta.

—¿De qué estás parloteando ahora, imbécil?

Mis ojos vuelven a Libby, solo que no está donde la vi y tampoco


su amiga. Un escaneo rápido de la habitación muestra que Logan Lang
también está desaparecido, y siento que mi sangre se enfría al instante.

Si volvió a hablar con él cuando le dije expresamente que no…

—Toda esta noche es un déjà vu, hombre. ¿Qué diablos le hiciste


ahora a Libby para que le susurre a su amiga sobre marcharse?

—¿Qué? Nada. ¿De qué demonios estás hablando? —gruño,


mirando rápidamente a la habitación antes de decidir buscarla.
Drew me sigue de cerca, murmurando todo el camino.

—Estaba haciendo lo habitual. Ya sabes, escondiéndome con mi


chica detrás de escena hasta que terminara la fiesta, ¿y qué crees que
escuché? A Libby murmurándole a esa chica, Maisy, sobre cómo le
mentiste y que no está dispuesta a poner su último pedazo de fe en ti. Y
luego preguntó si podía irse con ellos y…

Dejo de escuchar mientras mi sangre se enfría y ese miedo


familiar que había sentido esa noche hace tantos meses, cuando Libby
había planeado irse, regresa corriendo y me golpea en el intestino.

No entiendo qué demonios está pasando o cómo pasamos de la


felicidad de esta tarde a querer dejarme, pero no lo permitiré, incluso si
tengo que hacer algo drástico como atarla a la cama hasta que vuelva a
sus sentidos. 183
—No hice nada, Drew. Sabes lo que estuve haciendo todo el día,
así que ni siquiera comiences tu mierda en este momento.

Llegamos al vestíbulo y suspiro cuando no la encuentro en la


puerta. Sin embargo, Lang está allí y me está dando una mirada de
muerte digna de un oponente como yo.

—Estúpido bastardo. Después de todo lo que pasó, ¿vas a


engañarla menos de un día después de que terminara su luna de miel?

—¿Qué? No, por supuesto que no, imbécil. ¿Por qué demonios la
engañaría cuando es todo lo que quiero?

No golpees al amigo de tu esposa, Cole. Cálmate y enfrenta esto


como un adulto.

Lang se encoge de hombros y sacude la cabeza, sus ojos tan


duros y llenos de asco que lo siento en mis huesos. No me gusta, nunca
me gustó, y lo más probable es que si Libby lo mantiene cerca, nunca
me gustará. Son demasiado cercanos para mi comodidad, pero
golpearlo no está en la parte superior de mi lista en este momento.
Encontrar a Libby lo está, y cuando lo haga…

—Está llorando porque le mentiste, hombre. Sabe que tu


hermano y tú no estaban trabajando hasta tarde, y para Libby…

Para Libby, mentí. Si no estaba con Drew, probablemente supone


que estaba…

—¿Y bien? ¿Estuviste con otra mujer esta noche, Riley?

Sí, lo estuve, pero no es lo que piensa, maldita sea. Felicity me


estuvo llamando tanto, casi cuatro veces al día durante mi luna de miel,
que eventualmente apagué mi teléfono para evitarla. 184
Esta noche la cité en mi oficina y le dije en términos claros que no
me interesa, y que, si respiraba cerca de Libby, le haré desear nunca
haberme conocido.

Eso fue todo, lo juro.

—¿Dónde diablos está mi esposa? —grito, ignorando sus gruñidos


cuando se lanza sobre mí y Drew lo tira de un golpe al plexo solar—. No
lo volveré a preguntar.

Por alguna razón, inclina la cabeza hacia el pasillo y lo dejo allí


con Drew cuando empiezo a caminar hacia mi esposa. No me lleva
mucho tiempo encontrarla, y me detengo fuera de lo que debe ser un
baño de visitas para escuchar voces elevadas y maldiciones femeninas.

Mierda. Felicity, chica, estás acabada.


Capítulo 17
Traducido por Jabes
Corregido por Dai

Libby
—¿Cómo se siente saber que tu esposo no quiere tu gordo trasero,
Libby? ¿Quieres que te cuente cómo me llamó a su oficina y me folló
durante una hora seguida esta noche?

Está con esto desde que Maisy me dejó aquí para orinar y fue a
buscar a su chico. Felicity, mi archienemiga y la mujer más molesta que
ha nacido alguna vez, sigue atacándome verbalmente, sus palabras son 185
groseras, brutales y…

Para nada creíbles, por alguna razón. Esa es la única razón por la
que todavía estoy aquí en lugar de golpearla en el rostro y correr hacia
Logan y Maisy.

Sí, puse en marcha mi plan de escape y ya debería estar huyendo


de Cole, especialmente después de que salí del baño para encontrar a
esta basura esperándome, lista para arrojarme sus viles palabras.

Pero todavía estoy aquí, porque no estoy segura de creerle.

—Dímelo de nuevo. ¿Te folló en el escritorio o fue en el sofá?

Me estoy burlando de ella, porque necesito ver su rostro enrojecer


de ira. Me cuesta mucho no reírme y golpearla en la nariz.

—Eres tan patética, Libby, de verdad. ¿No ves que Cole es


demasiado hombre para una gordita como tú? Le gusta que su mujer
sea sofisticada y bonita, no que se pasee como un hipopótamo en dos
piernas.

Y ni siquiera es original, así que por qué le creería en primer


lugar, eso solo demuestra cuán confundida me puso el embarazo.

—No te creo.

Sé que tengo razón, que él no hizo nada para traicionarme en el


momento en que las palabras salen de mi boca.

—¿No me crees?

—No, no lo hago. Mira, mi esposo puede ser un bastardo y denso


como el tronco de un árbol cuando se trata de cosas emocionales, pero
es y siempre ha sido una buena persona. Cole es tan capaz de
engañarme como de ignorar a un vagabundo necesitado. Es demasiado
186
bueno para eso y las dos lo sabemos, así que mejor deja de mentir y
ahorra tu maldito aliento, Felicity.

»Ahora corre y frótate contra el marido de otra persona, perra,


porque si huelo tu hedor cerca de mi hombre otra vez, usaré cada
movimiento que Pru me enseñó y patearé tu estúpido trasero al infierno
de ida y vuelta.

Recibo otro chillido desgarrador antes de que se lance contra mí,


con las garras al descubierto. Mi gancho derecho se ocupa de la
situación antes de que su mal aliento pueda alcanzarme. Mientras estoy
de pie junto a ella y riéndome entre dientes, Cole entra al baño, su boca
se retuerce cuando ve a Felicity en un montón a mis pies, su nariz en
un ángulo extraño que me hace estremecerme un poco.

—Creo que tenemos que hablar, cariño. —Se ríe, sin molestarse
en darle a Felicity una mirada mientras toma mi mano y me saca del
baño.
—Sí, pero antes de que lo hagamos y te vuelvas loco conmigo, me
gustaría decirte que te amo y que no puedes contar esto. Estoy
embarazada e irracional. Debería tener algo gratis de vez en cuando.

Por alguna razón, solo se ríe de eso y sacude la cabeza.

—Doce, Liberty, doce.

♦♦♦

Cole
Llevarla a casa en una pieza antes de atacar a la pobre mujer fue
difícil, pero recurro a cada trozo de autocontrol que puedo reunir y
permanezco en silencio mientras corro por las calles y finalmente llego 187
al camino de entrada veinte minutos más tarde.

Libby, después que le dije que se callara y mantuviera su trasero


en su lado del auto, luce un poco verde cuando la saco y empiezo a
llevarla a la casa.

La pobre mujer probablemente piensa que llegué a mi límite y


estoy a punto de azotarla. Realmente quiero y lo haré en el momento en
que no esté embarazada de mi hijo, pero estoy guardando cada
infracción para un momento en el que pueda apreciar mi mano en su
trasero y lo que vendrá después.

Por ahora, solo necesito llevarla adentro y contarle todo antes de


ceder a mi necesidad y follarla como un animal.

La sala de estar se avecina y la arrastro hacia el sofá y la ayudo a


sentarse antes de alejarme a una distancia segura y volverme hacia ella.

—Yo no…
—Lo sé —se apresura a decir, sus ojos se vuelven suaves y
brillantes, tal como me gustan—. Me di cuenta en el momento en que
abrió la boca. Debería haberlo sabido en el momento en que pensé en
eso y simplemente preguntarte por qué mentiste, pero…

Niego con la cabeza, interrumpiéndola y cierro los ojos ante la


bendición que es mi esposa. No merezco este nivel de fe y confianza y lo
sé. Todavía no me gané ese derecho.

Libby me ama, siempre me ha amado y nunca dejó de hacerlo,


aunque no hice nada para ganar ese amor. Me siento flotar cuando la
verdad me golpea en el pecho y quiero llorar cuando me acerco y me
arrodillo entre sus piernas.

Ella me ama con una fuerza permanente que solo una mujer con
un corazón amable puede sentir por una causa perdida como yo. 188
—Te amo, Libby. No sabía cuánto hasta este momento, cariño,
pero te amo mucho —susurro, besando sus mejillas con reverencia
antes de retroceder—. Me golpeó después que hicimos el amor por
segunda vez, y yo… no lo dije antes porque quería hacer algo para
demostrártelo.

Sus ojos están resplandecientes y brillantes con lágrimas


mientras me sonríe suavemente, sus manos me acarician con tanto
amor, mi pecho realmente duele de felicidad.

—No necesitas probarme nada, Cole. ¿Recuerdas lo que te dije


cuando nos conocimos?

Lo hago. Habíamos estado hablando de sus padres y de su amor,


y le pregunté cómo era posible que dos personas tan diferentes se
llevaran bien durante un día, mucho más veinte años de matrimonio.
Entonces dijo que el amor no se trataba de ser compatible o incluso de
que te guste todo acerca de tu pareja, solo de saber en tu corazón que
está destinado a ser y simplemente darlo todo, en las buenas y en las
malas, porque el amor se supone que es libre y sin razón.

—Dijiste que el amor no necesita una razón, solo necesita ser —


gruño, ahogándome ante la verdad de esas palabras.

Las descarté en el momento en que las dijo, mi mente todavía se


tambaleaba por mi pérdida reciente y no estaba listo para escuchar algo
que consideraba las tonterías de una niña ingenua.

Pero nunca las olvidé en todos estos años, y de repente sé por qué
se quedaron conmigo a través de cada error que cometí y cada intento
de matar mi corazón.

Me dieron esperanza y mantuvieron vivo mi espíritu, incluso sin


que me diera cuenta. 189
—Así es exactamente como me sentía entonces y cómo me siento
ahora. No quiero que me pruebes nada, Cole. No necesitas hacerlo. Si
me amas, me amas, y eso es todo lo que necesito. No, calla, sea lo que
sea que hiciste… no lo necesito. Solo dime que me amas y dejemos el
resto atrás —susurra, con una sonrisa tan amplia que siento su alegría
y aceptación hasta los pies.

—Te amo, Libby.

Y aunque no lo creas, ella también me ama.


Epílogo
Traducido por myr62
Corregido por Dai

—Oh Dios.

Grito mi liberación y caigo en los brazos de mi esposa, cansada y


completamente saciada mientras lo último de mi semen se drena en su
dispuesto cuerpo, dejándome lleno y tan satisfecho, que no creo que
pueda moverme ahora mismo si mi vida dependiera de ello.

—Si sigues así, no tardaras ni dos meses en embarazarte después


de tener a mi hijo —murmuro acaloradamente, quejándome cuando el
pequeño en cuestión empieza a llorar en el monitor que está al lado de 190
la cama.

Libby se ríe y me empuja, sus risitas sexis me calientan


nuevamente cuando se levanta de la cama y se menea en su bata,
dándome una bonita visión de su cuerpo y de los perfectos globos que
son sus pechos.

La amo más ahora que hace tres meses, cuando me demostró que
el amor vale la pena cada riesgo y dolor que conlleva ponerme en sus
manos. Ella me ha dado al pequeño Andy, el primero de muchos hijos
que tengo la intención de plantar en ella, y me ha dado ese sueño de
felicidad doméstica que me ha hecho más feliz que cualquier otra fiesta,
apuesta o emoción.

Ya no necesito mirar a otras mujeres, perderme en el alcohol o los


encuentros vacíos, y mis días de intercambios sin emociones han
terminado.
Tengo todo lo que quiero y necesito aquí mismo en mi casa con mi
esposa y la pequeña familia que estamos creando, un bebé a la vez.

Algunas veces todavía pienso en el bebé que perdí y siento esa


profunda tristeza al pensar en lo que podría haber sido, pero Andy es
tal bendición que, el dolor ha disminuido lo suficiente como para que
pueda amar al niño que nunca conocí y esperar conocerlo un día en la
próxima vida.

Y Libby, ella lo entiende todo sin que necesite decir nada y


siempre está allí para ofrecerme amor y consuelo.

—Oye, deja de soñar despierto y habla con tu hijo. Ha sido


cambiado, alimentado y eructado y parece no querer recibir el mensaje
y volver a dormir —se queja Libby, entregándome a Andy y dejándose
caer a mi lado con un suspiro. 191
—Simplemente no quiere perderse nada, cariño.

Ella bufa y cierra los ojos con un resoplido.

—Entonces es el hijo de su padre, ya que tampoco me dejas


dormir con tu voraz apetito. Disfruten el uno del otro, chicos, me voy a
dormir antes de que mi cerebro se convierta en papilla.

Me rio mientras ella se da la vuelta y empieza a roncar casi


inmediatamente, dejándome a solas con mi hijo, el regalo que Dios
quiso darme, aunque no hice nada para merecerlo.

—Déjame decirte cómo papá convenció a mamá de correr el


mayor riesgo de su vida.

—No le mientas al niño, Cole.

—Érase una vez un príncipe guapo. Este príncipe era solo un


alma rota y golpeada que no quería que nadie se le acercara. Estaba
triste, perdido y roto por dentro, pasando los días uno a uno, tratando
de sobrevivir de cualquier manera que pudiera. Ahora, este príncipe,
este apuesto ejemplar de perfección, levantó la vista un día y vio la más
hermosa visión de curvas y cabello sedoso, todo en un solo paquete, y
supo que debía tenerla...

Cuando termino de contarle mi historia, está profundamente


dormido y Libby se está riendo a carcajadas de mi embellecimiento.

—Eres un mentiroso. Me viste y solo te detuviste de correr hacia


el otro lado —resopla, besándome entre risas.

—No, cariño, allí estás totalmente equivocada. Te vi y tuve que


quedarme en la piscina porque mi pene se endureció muy rápido. Y
entonces Drew se echó a reír porque tenías diecisiete, eras inocente, y
no estabas ni cerca de estar lista para mí. 192
—Estoy lista para ti ahora —ronronea, inclinándose para
besarme.

Es algo bueno, también, porque este príncipe apenas está


comenzando su historia y no está ni cerca de un final.

—Te amo, Libby, hasta las estrellas y directamente de vuelta a


este viejo corazón.

—Bien, porque también te amo muchísimo.

Fin.
Sobre la autora:
Kristina Weaver ha escrito romances de
ficción durante 4 años. En ese tiempo,
ha publicado 48 inspiradores libros.
Muchos de sus libros contemporáneos
caen dentro de los géneros comedia y
romance de adultos. Las novelas tratan
con regularidad temas de relaciones y multiculturalidad.

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