La práctica que te proponemos esta semana se basa en tomar consciencia de tu cuerpo prestando atención a las sensaciones que te atraviesan. No intentes cambiar lo que sientes, solo obsérvalo, siéntelo y déjalo ir. Para realizar esta práctica busca un lugar tranquilo donde no temas ser interrumpido. Busca una postura cómoda, ya sea sentado o acostado, pero procura que tu espalda permanezca recta. Algo que te puede ayudar es cerrar los ojos. Una vez en la postura que elegiste comienza por tomar consciencia de tu cuerpo. Prestá atención al peso y a la presión en los puntos de apoyo, como los pies o la espalda. Recorre tu cuerpo para hacer consciente el contacto del mismo con el suelo o con la silla. Recorre los puntos de apoyo uno a uno para ser consciente de ellos. Ahora enfocá tu atención al roce de tu cuerpo con la ropa, con la silla, con el suelo… Ahora dirige tu atención al roce del aire en aquellos puntos desnudos de tu cuerpo, rostro, cuello, manos… Encontrá las sensaciones de tensión o relajación en tu cuerpo. Seguramente tengas zonas más relajadas y zonas más tensas. Pero es importante que no intentes cambiar esto, solo se consciente de ello. Tal vez tengas algún punto con dolor, haz lo mismo, se consciente del mismo. Ahora prestá atención a tu cuerpo de forma global, el roce con la superficie, la tensión, el peso… Haz unas cuantas respiraciones profundas, mové lentamente tus manos y pies y abrí los ojos.