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Michel David Clavijo Barreto / El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador

Departamento de Sociología
Teoría Sociológica: Karl Marx 2024_1S
Profesora: Luz Teresa Gómez De Mantilla
Estudiantes: Michel David Clavijo
Entrega: Reseña acerca del primer manuscrito de los Cuadernos de París.

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Michel David Clavijo Barreto / El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador

El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador.

Y, sin embargo, cuando mi obra estuvo terminada,


mi sueño perdió todo su atractivo y una repulsión
invencible se apodero de mí.

Frankenstein, Mary Shelley.

El Prometeo Atado (1843), caricatura


política del Vormärz que relaciona la figura
de Prometeo de la mitología griega con Karl
Marx.

En 1943 Karl Marx tuvo que salir de Alemania hacia París después de la clausura,
debido a la censura, del periódico que dirigía en Colonia. Cinco años más tarde en esa
misma ciudad, un año después de que el autor de El capital expusiera en Bruselas el
Manifiesto comunista, estalló la revolución de 1948, un levantamiento que se dio en varios
países de Europa, entre ellos Francia donde la revolución triunfó derrocando a Luis Felipe e
instaurando la Segunda República. Esta revolución tuvo como factor diferencial la
organización de los obreros que fue tan determinante, amenazó con cambiar el orden social
y obligó a que la gran burguesía se uniera a la pequeña burguesía para enfrentar al
proletariado. ¿Qué hizo Marx en París desde 1943 hasta 1947 cuando partió a Bruselas?
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Michel David Clavijo Barreto / El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador

Para entonces Marx estaba desvelando la realidad económica latente en toda Europa que se
convertiría en estallido en el 48.

Retrato de Karl Marx (1818–1883)

En 1943 Marx había terminado hace poco sus estudios en filosofía y «había
abandonado sus planteamientos idealistas por los del materialismo 1», también su dominio
de la teoría política era amplio y ya desde sus primeras publicaciones en periódicos, aún
como estudiante y luego como director de estos, incomodaba por su crítica mordaz al
sistema de producción capitalista. No obstante, aún le falta un elemento para completar la
traída de su obra: el elemento económico. Mientras estuvo en París Marx se dedicó a leer a
los economistas clásicos como «Adam Smith, David Ricardo y James Mill en cuyos
márgenes anotaba comentarios2». Fue allí, en Paris, en medio de la atmosfera agitada que
precedía a 1948, donde Marx empezó los Apuntes: económicos y filosóficos que serían un
borrador para El capital. Quizá animado por el espíritu de la época que recorría las calles
de Paris, se enfrascó en un trabajo casi febril que solo se vio detenido por el viaje que
realizó a Bruselas y por la revolución que lo obligó a partir a Londres donde veinte años
después daría a luz a El capital.
1
Francis Wheen, Historia del capital (Debate: madrid, 2000), 13.

2
Francis Wheen, Historia del capital, 16.

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Michel David Clavijo Barreto / El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador

En esta reseña trataré acerca de esos apuntes contenidos en los llamados Cuadernos
de Paris y publicados hasta 1932. Más específicamente hablaré acerca del primer
manuscrito donde Marx desarrolla la enajenación del trabajo, junto con sus apuntes
económicos sobre la economía política en especial la desarrollada por Adam Smith.

Faximil de Marx en París: Los Manuscritos-economico-


filosóficos del 1844

En el primer manuscrito de los Cuadernos de Paris podemos distinguir tres polos


sobre los que gravitan las reflexiones de Karl Marx. Estos ejes, que son tomados de la obra
de Adam Smith, son el salario, el beneficio y la renta. El autor de El capital analiza
dialécticamente estos conceptos mientras hace una crítica a los supuestos de la economía
política para llegar a demostrar la enajenación del trabajo.

Ahora bien, teniendo esto en cuenta, en esta reseña partiré de los conceptos simples
smithsonianos y añadiré las determinaciones que utiliza Marx para explicar y desvelar la
realidad que estos esconden y las conexiones que encierran hasta llegar a la enajenación del
trabajo que plantea el autor alemán.

Marx empieza definiendo el salario, siguiendo a Smith, como «el mínimo


compatible con la simple humanité, es decir, con una existencia animal 3», según esto al
obrero se le paga lo mínimo que este necesita para vivir y reproducir su fuerza de trabajo,
es decir, para que «no se extinga la raza de los obreros 4». Por otra parte, Marx iguala el
salario a una mercancía en cuento este también está sujeto a la oferta y la demanda. De
3
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía (Madrid: Alianza Editorial, 1980), 52.
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Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 52.

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Michel David Clavijo Barreto / El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador

manera que una baja demanda de empleo, sumada a una oferta creciente, genera que el
trabajo sea pagado por debajo del precio, sobre esto Marx añade que «la demanda de
hombres regula necesariamente la producción de hombres, como ocurre con cualquier otra
mercancía5» el sentido de esta afirmación es que los seres humanos que no pueden
emplearse por la falta de demanda de trabajadores termina muriendo de hambre, por lo
tanto, habrá menos oferta de estos.

Por otra parte, en las dinámicas de producción capitalista y las fluctuaciones del
precio del mercado es el obrero el que más pierde, ya que «las ocasionales y súbitas
fluctuaciones del precio de mercado afectan menos a la renta de la tierra que a aquellas
partes del precio que se resuelven en beneficios y salarios, pero afectan también menos al
beneficio que al salario». De esto se entiende que mientras el obrero no ve reflejado en su
salario las ganancias del capitalista, en cambio sí puede ver las pérdidas que este sufra. Por
otra parte, Marx llama la atención acerca de que el salario es relativo a el precio de los
víveres, sin embargo, el precio del trabajo es más constante que el de los víveres, de manera
que si este se mantiene estático mientras el precio de los elementos que necesita para
sobrevivir aumentan, en realidad el salario real estaría bajando. No obstante, si los salarios
suben esto conduce a un «exceso de trabajo de los obreros 6». Aquí ya es claro que el
obrero se encuentra en una relación completamente desigual frente al capitalista.

Ahora bien, teniendo eso en cuenta, Marx reflexiona acerca del beneficio que
obtiene el capitalista (beneficio que surge del valor que da el trabajo en la producción), y
desarrolla la tención salario-beneficio. Pero antes de abordar esta tención veamos que dice
Marx sobre el beneficio.

Para hablar del benéfico Marx empieza definiéndolo como «el poder de gobierno
sobre el trabajo y sus productos. El capitalista posee este poder no merced a sus
propiedades personales o humanas, sino en tanto en cuanto es propietario del capital 7» y
¿Qué es el capital? Marx nos dice citando a Smith que es «cierta cantidad de trabajo
acumulado y puesto en reserva8». Entonces, el beneficio que se produce del capital está

5
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 52.
6
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 54.
7
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 69.
8
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 69.

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Michel David Clavijo Barreto / El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador

regulado por la cantidad de capital que se emplee, esta proporción es reclamada por el
capitalista como interés debido al riesgo en que incurre al adelantar su capital, de esta
manera «si se puede hacer muchas ganancias con el dinero, se da mucho por la posibilidad
de servirse de él, si por medio de él se gana poco, se da poco 9». Por otra parte, la tasa más
baja de la ganancia del capitalista será lo suficiente para reponer su capital invertido y un
poco más, pero su tasa más alta será en la que «absorbe la totalidad de las rentas de la tierra
y reduce el salario de las mercancías suministradas al precio mínimo, a la simple
subsistencia del obrero10».

Sin embargo, de cualquier forma, la competencia hará que los productos sean más
baratos y la oferta de trabajadores más elevada, por lo que los salarios aumentarán y el
beneficio de los capitalistas se moderará mientras la riqueza se reparte, podría decir un
economista, no obstante, Marx revela que esto no es así. Para el autor de El capital la
competencia termina volviéndose monopolio:

la acumulación, que bajo el dominio de la propiedad privada es concentración


del capital en pocas manos, es una consecuencia necesaria cuando se deja a los
capitales seguir su curso natural, y mediante la competencia no hace sino abrirse libre
camino esta determinación natural del capital11

Marx explica esto con los pequeños y grandes capitalistas, ya que para competir en
un mercado industrial es imprescindible contar con capital, en primer lugar, para aumentar
la calidad y velocidad de la producción y, en segundo lugar, para tener la posibilidad de dar
un precio más bajo a la mercancía, de esta forma, aunque el gran capitalista sufra perdidas,
será más competitivo que el pequeño capitalista, quien no podrá seguir el ritmo y terminará
quebrando y la riqueza se concentrará en unas cuantas manos, «el dinero hace dinero12».

Hay otros factores que resalta Marx que impiden que exista una competencia
reguladora: como que en la industria fabril el pequeño capitalista muchas veces no tiene el
capital circulante suficiente para adquirir un capital fijo y, por lo tanto, no tiene posibilidad
de entrar a la industria y competir en el mercado, además el gran capitalista, al poder

9
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 70.
10
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 71.
11
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 79
12
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 75

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Michel David Clavijo Barreto / El trabajo enajenado: la creación que se vuelve en contra de su creador

comprar al por mayor, compra más barato y, por último, el capital permite una subdivisión
del trabajo que implica un aumento en las ganancias de este:

así como la acumulación del capital, según el orden natural de las cosas, debe
preceder a la división del trabajo, de la misma manera la subdivisión de éste sólo puede
progresar en la medida en que el capital haya ido acumulándose previamente 13

Con estas y otras apreciaciones más reflexiona y determina el beneficio y demuestra


porque este no es regulado por la competencia. Hasta aquí es claro, en primer lugar, que el
beneficio del capital aumenta con el aumento del capital y que la riqueza termina
concentrándose cada vez en menos manos.

Ahora bien, teniendo en cuenta las determinaciones que Marx plantea acerca del
beneficio-capital y el salario-trabajo podremos exponer la tensión que este autor plantea en
el Primer manuscrito. Pero antes será necesario hacer algunos apuntes acerca de la relación
Renta-beneficio.

Cuando Marx empieza a hablar de la renta dice acerca de esta, citando a Jean
Baptiste Say, que «el derecho de los terratenientes [la renta] tiene su origen en el robo 14», la
razón de esta afirmación es que la renta no surge de la mejora de la tierra, por lo tanto, no
es interés del capital que se utiliza sobre la tierra, incluso en muchas ocasiones el
terrateniente se apropia de las mejoras que hace el colono a su tierra y además «a veces
también exige una renta por terrenos que no son susceptibles de mejora por la mano del
hombre15», de manera que la renta de la tierra puede considerarse como producto de la
fuerza natural «cuyo aprovechamiento renta el propietario de la tierra 16». De esta forma la
renta puede verse como un precio de monopolio, por otra parte, el terrateniente gana este
precio de monopolio, a diferencia del trabajador y el capitalista, sin riesgos, trabajo o
desvelo.

Ahora bien, la tensión interna de la renta se disputa entre el arrendatario y el


arrendador, así como la relación del trabajador y el capitalista esta es una relación desigual;
esto es debido a que, en primer lugar, el arrendatario da al colono «lo menos con que puede
13
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 85.
14
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 87.
15
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 89.
16
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 88.

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contentarse un colono para no perder; el propietario, por su parte, raras veces piensa en
entregar algo más». Por otra parte, mientras la mercancía del colono solo puede extenderse
hasta cierto punto, la renta del terrateniente puede extenderse incesantemente; es así que las
ganancias que obtiene el colono por su mercancía son, menos lo estrictamente necesario
para que este no pierda, dirigidas la terrateniente.

Por otra parte, en la competencia por la renta, al igual que con el capital, el gran
terrateniente termina por fortalecerse en la quiebra de su competidor más pequeño, así este
es capaz de adquirir más y mejores tierras hasta que la tierra al igual que la riqueza queda
en pocas manos en la figura de latifundios, en este proceso:

El latifundio ha perdió [ha perdido ya su carácter feudal ] y tomando carácter


industrial quiere hacer tanto dinero como sea posible. Da al propietario la mayor renta
posible, al arrendatario el beneficio del capital más elevado que sea posible. Los
trabajos de campo están así ya reducidos al mínimo y la clase de los arrendatarios
representa ya dentro de la propiedad territorial el poder de la industria y el capital 17.

De esta forma el arrendatario se vuelve capitalista y el capitalista arrendatario lo que


genera que la tierra junto con la riqueza quede en unas cuantas manos, monos que, además,
debido a sus modos de producción reproducen la miseria en la mayor parte de la sociedad.
De manera que podemos pensar el arrendamiento-industria junto al modo producción
capitalista como modos de explotación y enajenación del trabajo de campesinos y obreros
que, así como el terrateniente se convierte en capitalista el campesino en obrero. Ahora
podemos hablar acerca de la principal tención que desarrolla Marx.

La tensión que desarrolla Marx en este Primer Manuscrito es que el fruto del trabajo
del ser humano se vuelve en su contra por la enajenación de su trabajo. En primer lugar,
Marx crítica algunas falacias de la economía política, ya que esta «nos dice que,
originariamente […] todo el producto del trabajo pertenece al obrero, pero [también] dice
que revierte al obrero la parte más pequeña e imprescindible del producto 18» también nos
dice que «todo se compra con trabajo y que el capital no es otra cosa que trabajo
acumulado, pero […] el obrero, muy lejos de poder comprarlo todo, tiene que venderse a sí

17
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 98.
18
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 57.

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mismo y a su humanidad19», por otra parte, la división y subducción del trabajo enriquece a
el capitalista mientras empobrece la humanidad del obrero al convertirlo en máquina.

De manera que si el capitalista puede acumular capital-trabajo acumulado, pero este


no trabaja, es debido a que este se apropia del trabajo, pero ¿Cómo es esto posible? Debido
lo que Marx llama el trabajo enajenado esto es que «que el objeto que el trabajo produce,
su producto, se enfrenta a él como un ser extraño, como un poder independiente del
productor», la enajenación del trabajo es la pérdida del objeto 20 y la servidumbre a él. El
ser humano se convierte en esclavo de su propio trabaja al ser este apropiado por otro y
convertido en extraño.

Aquí Marx parece entrar en reflexiones filosóficas para explicar la enajenación de la


libertad activa del ser humano por el trabajo esclavo, ya que «en la forma de la actividad
vital reside el carácter dado de una especie, su carácter genérico, y la actividad libre,
consciente, es el carácter genérico del hombre21», por lo tanto, la pérdida de su actividad
libre lo deja al nivel de un animal o una máquina.

Además de esto, Marx comprueba que el sistema de producción capitalista necesita


de la miseria de la mayoría de la población, por lo que el trabajador (a cambio de un salario
que constituye la parte mínima del valor que este produce) ahonda su miseria con su trabajo
mientras también ahonda en la pérdida de su propia humanidad. Todo para que el
capitalista pueda tener su beneficio.

Bibliografía

Marx, Karl. Manuscritos: economía y filosofía. Madrid: Alianza Editorial, 1980.

Wheen. Francis. Historia del capital. Debate: madrid, 2000.

19
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 57.
20
El objeto es la objetivación del trabajo
21
Karl Marx, Manuscritos: economía y filosofía, 111.

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