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m óníco. mientras que el que lo es en cualquier otra cosa, y co ncibió a Eros. Por esta raz ón, precisamente, es Ero s e
ya sea en las art es o en los traba jos manuales, es un simple también acompa ña nte y escudero de Afrod ita , al ser en-
artesano. Estos démon es, en efecto . son numerosos y de gendrado en la fiesta del nacimiento de la diosa y al ser,
todas clases. y uno de ellos es también Ero s. a la vez, por natural eza un ama nte de lo bello, dado que

.==¡.=- - ¿ y Quién es su padre y su madre? -dije yo .


Es más largo -c-dijo-; de co ntar, pero , co n todo , te
lo di ré 9 1 . Cu ando nació Afrodita, los dioses celebraron
ta mbién A frodi ta es bella . Siendo hijo , pues, de Poros y
Penía, Eros se ha quedad o co n las siguientes característi- X
cas o En primer lugar , es siempre pob re, y lejos de ser deli-
un banquete Y. entre otros, estaba también Poros, el hijo cado y bello, co mo cree la mayor ía , es, más bien, duro
de Melis. Después que terminaron de comer, vino a men- y seco, desca lzo y sin casa , dueme siempre en el suelo y d
digar Penfa 99 . como era de esperar en una ocasión festiva , descubierto, se acuesta a la intemperie en las puertas y al
y estaba cerca de la puerta. Mient ras, Poros, embriagado borde de los caminos , compañero siempre inseparable de
de néctar - pues aú n no había vino- , entró en el jardin la indigencia por tener la naturaleza de su madre . Pero ,
de Zeus y, entorpecido por la embriaguez, se durm ió . En- por ot ra parte, de acuerdo con la naturaleza de su padre,
tonce s Penia , ma qui nando , impulsada por su carenci a de está al acecho de lo bello y de lo b ueno; es valiente, audaz
recursos, hacerse un hijo de Poro s, se acuesta a su lad o y activo , háb il cazador, siempre urdiendo alguna t rama,
ávido de sabi duría y rico en recurs os , un ama nte del cono-
•• El mito que se expon e a co ntin uación sobre el na cimiento de Eros cimiento a lo largo de to da su vida, un formi dab le mago,
suele considera rse co mo un a de las J)áa.inas más poé ticas de P latón (cr. hechicero y sofista . No es por naturaleza ni inmor tal ni
A . VAI'( HOYE, « Deux pages poétiques de P lato n (8Dn qu el , 2OJb·20 Je)>>,
LEC XX (1952), J·2 1, q ue ve la f unció n d e este mito en precisar lo qu e
mortal, sino q ue en el mismo día unas veces florece y vive, y
d ebe entender se po r demon intermediario, ilust rando de esta manera las cuan do está en la abundancia, y ot ras muere, pero recob ra ~
co nclusio nes a las q ue a meriormer ae hablan lIe¡ado Sócrates y DiOlima la vida de n uevo gracias a la naturaleza de su padre. Mas
d e eomún acue rdo) . P ara las inte rp retacio nes pos terio res de este milo lo que consigue siempre se le escap a, de suerte que Ero s
por parte de P lutarco, Ploti no, el neo pla ionismo y el cristianismo, véase nunca ni está falto de recur sos ni es rico, y está , además,
Roe rx, LA lhiorie.. ., págs . lOJ· 7.
" Pen ía es, evidentement e, la pe~niflcación de la P ob reza tal como
en el medio de la sabiduría y la ignoran cia . Pues la cosa
se encuentra en el Ptiuo d e Aristór anes, escrita unos a ños antes de este es como sigue: ninguno de los d ioses ama la sabiduría ni
d iálo go. Poros no es la personificación de su contrar io, ya que éste es desea ser sabio, porque ya lo es, co mo tampoco ama la 204.l
Pluto. De acue rdo con su etimologia y co n las características q ue le asigo sabid uría cua lquier otro que sea sabio . Po r ot ro lado, los
na Dicnma en 2()Jd podría equ ivaler a l espa ñol Recurso. La conce pción ignorantes ni aman la sabiduría ni desean hacerse sabios,
de Poros como esfuerzo dinám ico , a limen tad o por un perpet uo deseo
que da plen itud a la vida y que es expresió n de la valen tía del hom bre
pues en esto precisamente es la igno rancia una cosa moles-
puede decirse q ue es creació n de Platón (e L F. NOVOTNY, «Por os, pere ta : en que quien no es ni bello, ni bueno, ni inteligente
d'Éros» le n checo, co n resume n en francés ), L F 7 11959J, J9·49). Melis, se crea a sí mismo que [o es suficientemente. Así, pues,
la Pruden cia, es la primera esposa de Zcu s (ef. H esíooo, Tecg, 8116) y el que no cree estar necesitado no desea tampoco lo que
maure de At enea (d. HES/ODO, f r. 343). no cree necesitar.
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- ¿Quiénes son, Dlot ima, entonces - dije yo- los que - Que lleguen a ser suyas - dije yo.
aman la sabiduría, si no son ni los sabios ni los ignorantes? - Pero esta respuesta - dijo- exige aún la siguiente
b - Hasta para un niño es ya evidente - dijo- que son pregunta: ¿qué será de aquel que haga suyas las cosas
los que están en medio de estos dos, entre los cuales estará bellas?
también Eros ](}O, La sabiduría, en efecto, es una de las Entonces le dije que todavía no podía responder de re-
o
cosas más bellas y Eros es amor de lo bello, de modo que pent e a esa pregun ta.
Eros es necesar iamente amante de la sab iduría, y por ser - Bien - dijo ella- o Ima gínate que alguien, haciend o e
amante de la sabid uría está, po r tanto, en medio del sabi o un cambio y emp lean do la pa labra «b ueno» en lugar de
y del ignorante. Y la causa de esto es también su nacimien- «bello», te preguntara: «Veamos , Sócra tes, el que ama las
to, ya que es hijo de un pa dre sabio y rico en recursos cosas buenas desea , ¿qué desca? ».
y de una madre no sab ia e indigente. Ésta es, pues, queri- - Que lleguen a ser suyas - dije.
do Sócrates, la naturaleza de este demon . Pero, en cuan to _ ¿Y qué será de aque l que haga suya las cosas buenas?
a lo que tú ' pensaste qu e era Er os, no hay nada sorpren- - Esto ya -c-dije yo- puedo contestarlo más fác ilme n-
dente en ello. Tú creíste, según me parece deducirlo de lo te: que será feliz.
e qu e dices, que Eros era lo amado y no lo que ama . Por esta - P or la posesió n - dijo- de las cosas buenas, en efec- 2050
razón, me imagino , te parecía Ero s totalme nte bello, pues te, los felices son felices, y ya no hay necesidad de añadir
lo que es susceptible de ser amado es ta mbién lo verda de- la pregunta de por qué quiere ser feliz el que quiere serlo,
ramen te bello, delicad o , perfecto y digno de ser tenido po r sino que la resp uesta pa rece qu e tiene su fin.
dichoso , mientras que lo qu e ama tiene un carácter dífe- -c-Tienes razón - dije yo.
rente, tal como yo lo describí. - Ahora bien, esa volun tad y ese deseo, ¿crees que es
- Sea así, extranjera - dije yo entonces-e , pues hablas com ún a to dos los hombres y que todos quieren poseer
bien. Pero siendo Eros de tal naturaleza, ¿qué fu nción t ie- siempre lo que es bueno? ¿O cómo piensas tú?
ne para los hom bres? - Así - dije yO-, que es común a to dos .
-Esto, Sócrates - dijo- , es precisamente lo que voy - ¿Por qué ento nces, Sócrates - dijo-, no decimo s que
d a inten tar ense ñarte a continuación. Eros, efectivamente, to dos aman, si rea lmen te to dos aman lo mismo y siempre,
es como he dicho y ha nacido así, pero a la vez es amor sino que decimos que unos aman y ot ros n01 b
de las cosas bellas, como tú afirmas. Mas si alguien nos - T ambién a mí me aso mbra eso -c-dij e.
pregu ntara : «¿En qué sentido, Sócrates y Dioti ma , es Er os - P ues no te asombres - dijo- , ya que, de hecho, he-
amor de las cosas bellas?» O así, más claramente: el que mas separado una especie partic ular de amor y, dándole
ama las cosas bellas desea , ¿qué desea ? el nombre de l todo, la deno minamos amor, mientras que
100 Sobre al aspecto de Ero s como algo inter medio (melaxy), véase,
para las otras especies usam os otros nombres.
especialmente, R. DEMOS, «E ros », TJ1f' Journaí oj Philosophy 13 (1934), - ¿Como por ejemp lo? - dije yo.
33 7 · 4~ , en especial págs. 340 y sígs.

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