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Los ORIGENES DEL El coronel Perén en enero de 1944, cuando estaba al frente de la Secretaria de Trabajo y Previsién. En ese mismo aio seria nombrado, también, ministro de Guerra y vicepresidente, ERO! MO LZ 4a formacién del peronismo es un tema muy debatido entre los historiadores y otros cienti- tas sociales. Muchas posturas coinciden en sefialar que se trato de un proceso en el que intel” Vinieron los trabajadores, el Ejército y el Estado, » A partir de la informacion del capitulo 11, contesten las siguientes preguntas. ~ .Comé era ta situacion de los trabajadores a fines de la década de 1930 y a pri lade 19407 ~ £Que grupos predominaban en el Ejécito en este mismo periodo? ~ {Qué cambios se produjeron en el papel del Estado en la economia a partir de 1930? {Cuiles fueron las razones de estos cambios? Escaneado con CamScanner El fin de una época Cuando en la mafana del 4 de junio de 1943 las tropas de la guarnicién de Campo de Mayo marcha- ron sobre Buenos Aires para derrocar al presides te Castillo, termind una época. 1s signos de agota. niento del sistema politico vigente durante ta déeada de 1990 eran visibles desde hacia muerte del general Justo, en enero de I surado la posibilidad de una sali ala ver por los conservadores y bién tolerada por los radicales. Como hemos visto en el cap te del final del régimen conser po. Adena, la 3, haba que fuera acep 'S militares, y tam: ilo anterior, awdor fue ta de widatura presi al de Robustiano Patron Costas, un prominente se dor conservador salt shaciendas saucareras. En 1938, Casti o haba Megado presidencia gracia de Patron Costas y a dispuesto a retnbu Je el favor, Esta eandidatura generaba muchas resisten- cas entre las fuerzas politi casde ese momento. Dentro de su propio partido, ef se nador era resistide por los conservadores de Buenos Aires y de otras pro para los radies os, representiaba la cen dad! del fraude electoral, pues Patron Costas te «fist ales Por otra parte, los militares nacionalistas ny in Auye cualquiera de las alternativas electarales, No awepta ban a Pat ba con k Mundial; ite aba st apoyo a estas priict sen ef Bjéreito, miraban con preoeupacion 1 Costas, porgtn usar de fos Altadlos npoco deseaban el tril |. un frente constituido en 19 dicalismo por el Progresi 1 Partido Comuni triunfo por los militares nat tia del alineamient la Segunda Guere for dee La Union De- poral fraude, era concebide, bien como la gana sgabvan prvalistans ti con los Aliadlos y, ex lan esala del con sostener algunos, com Giviles frente a la Casa de Gobierno despues de cono- cer la noticia del golpe de Estado de 1943, Escaneado con CamScanner Los militares en el gobierno EI golpe de Estado del 4 de junio de 1943 -que se denomind la “Revolucién de 1943"— fue encabezado por el general Arturo Rawson, quien tras un breve pe- riodo en la Presidencia, la dejé en manos del general Pedro P. Ramirez, que era ministro de Guerra de Cas- tillo. El movimiento militar no encontré mayor oposi- cidn: el gobiemo saliente no se resistié y los partidos opo- sitores se limitaron a reclamar a las nuevas autoridades el respeto a la Constitucién, esperando que esta interven- cidn militar se sujetara a asegurar la salida electoral El gobierno de la Revolucién de 1943 tuvo un ca- racter eminentemente militar. Ramirez formé un ga- binete con muy pocos civiles y adopté una politica repre- siva destinada, sobre todo, a los dirigentes y militantes de los partidos politicos y a los sindicalistas de izquierda, en particular, a los comunistas. El Parlamento fue disuel- to, ¥ las provincias quedaron en manos de interventores, que eran en su mayoria militares. Las universidades na- cionales, por su parte, también fueron puestas bajo la direccién de interventores, que representaban a la dere- cha autoritaria, Asimismo fueron disueltas los partidos politicos, se dicté una nueva ley de asociaciones profe- sionales y fueron intervenidos varios sindicatos. Esta militarizacién del gobierno se patentiz6 en el aumento de los gastos militares. La ya eleva- da proporcién del gasto de Defensa en el presupuesto nacional se elevé sustancialmente: del 22,8 % en 1942 pasé al 34,3.% en 1944. En el aspecto ideoldgico, el gobierno militar eviden- 6 su predileccién por los modelos autoritarios euro- peos vigentes en la época, como el franquisix lad tol, ctadura de Portugal -bajo el mando de Antos + Ol. veira Salazar- y el fascismo italiano. También cs sre presentadas en el gobierno las vertientes extrenns el na- cionalismo catélico, por ejemplo, a través de la pivsencia del escritor Gustavo Martinez. Zuviria como ministro de Justicia e Instruccién Publica. Bajo su mandato, se sancio- 1n6 el decreto 18.411, del 31 de diciembre de 19413, que es- tablecfa la educacién religiosa en las escuelas publicas. La inspiracion a la vez antiliberal y anticomunista del gobierno no se reflejaba con claridad en su politica exte- rior en el marco de la Segunda Guerra Mundial. $ rios de los integrantes del gobierno simpatizaban con las potencias del Bje (Alemania, Japén e Italia), no Io apoya- ron formalmente, porque el curso de la guerra, que se pre- sentaba favorable a los Aliados, desaconsejaba cualquier compromiso con Alemania. El ascenso del coronel de los trabajadores Para un sector del gobierno, la politica de Ramirez no era la adecuada para asegurar la trascendencia del movimiento del 4 de junio. Dentro de este grupo, el oficial de mayor rango era el general Edelmiro Fa- rrell, que ocupaba el cargo de ministro de Guerra, y el de mayor influencia era el coronel Juan Domingo Perén, secretario de Farrell y director del Departamento £1 general Edelmio Farrel (altimo a ta derecha) y algunos da sus colaboradores durante una ceremonia militar _“ Escaneado con CamScanner Nacional del Trabajo. Los imiembr que el 4 de junio se habfa inciado = a cerente de ° anterior que -segiin lo expresaba ersn- cambiarfa todos los aspect a tevrnuinlentas los aspectos, hasta el lenguaje y Persn era miembro del GOU (que probablemente sig- nificaba Grupo Obra de Unificacién), una logia secreta que participé en el golpe de Estado y que después acre- centé su influencia a través de la ubicacién de varios de sas miembros en puestos clave del gobiemo. Ademés de Perén, se destacaban en este grupo el coronel Enrique Gonzalez, secretario de la Presidencia, el coronel Eduar- do Avalos, jefe de Campo de Mayo, y el coronel E: Ramirez, jefe de la Policfa, En 1930, Perén habia apoyado el golpe de Estado, pero, a diferencia de varios de los que serian més tarde sus compaferos del GOU, habfa preferido al sector de Justo antes que al de Uriburu, y habia trabajado como seeretario del general Manuel Rodriguez, ministro de Guerra de Justo. Perén era un oficial destacado y cono- cia muy bien el funcionamiento interno del Ejército. Entre 1939 y 1941 residié en Europa, donde conocié la experiencia de! Estado fascista, que representé una gran influencia para 61, aunque en sus ideas predomina- ba el pragmatismo, que lo inclinaba a evitar ataduras incondicionales con ideas 0 grupos. Desde su funcién como secretario en el Ministe- rio de Guerra, Perén afianzé su influencia en el Ejér- cito y, asimismo, desde el Departamento Nacional de ‘Trabajo -que en noviembre de 1943 se convirtié en Secre- taria de ‘Trabajo y Previsién— desarrollé una activa poli- tica de acercamiento al mundo de los trabajadores, que se habia transformado sustancialmente durante la dé- cada de 1930, tal como vimios en el capitulo anterior. Si bien la actitud inicial del gobierno militar frente a las organizaciones sindicales habia sido de hostilidad, pronto se impuso una linea de coneiliaci6n. Desde la Se- cretaria de ‘Trabajo y Prevision, se desplegé una activa politica en este sentido. Por una parte, Perén llev6 ade- lante una serie de medidas que favorecian a los tra- bajadores en su conjunto, por ejemplo, impuls6 los huevos convenios colectivos, que inclufan: aumentos de salarios, extension de las vacaciones pagas, mejoras ‘en las jubilaciones y en las indemnizaciones por acci- nies de trabajo y en las condiciones laborales de los trabajadores urbanos y rurales, implantacién de sala- rios minimos y sueldo anual complementario (aguinal- do). Promovid, ademés, ¢1 fuero Iaboral. Por otro lado, desarrollé una politica de cooptacién de dirigentes sind- ends, acuerdas con las direcciones tes, Con estas medidas procu ros de este grupo crefan luna nueva etapa politi- cales y concretd, ade de los sindieatos mas fuert E raba contar con un conjunto de gremialistas leales, Desde la perspectiva de los sindicalistas, la opcién en- tre acordar con el Estado 0 mantenerse en la oposicién no resultaba facil. Muchos sindicatos desconfiaban de la orientacién general del gobierno, y otros deseaban man- tener su tradicién de autonomia frente al Estado. Sin em- bargo, no podian sustraerse al influjo de la politica labo- ral de Perdn. En este marco, la CGT adopté una Ii- nea de accién oportunista: intentaron mantener la autonomia de sus organizaciones y, al mismo tiem- Po, apoyar a Perén. ara la ideologia del grupo al que pertenecia Perén, la intervencién del Estado en las relaciones entre capitalistas y trabajadores permitiria alcanzar la armonfa entre las cla- ‘ses sociales, que era considerada el ideal de toda nacién. Asi se evidencia en el discurso que Perén pronuncié en su asuncién como secretario de Trabajo y Previsién, en el que afirmé: *... la unidad y compenetracién de propésitos de Jos patrones, los obreros y el Estado deberdn ser la base de accién para luchar contra los verdaderos enemigos socia- les, representados por la falsa politica, las ideologias extra- fias, sean cuales fueren, los falsos apéstoles que se introdu- cen en el gremialismo para medrar con el engafto y la trai- cién de las masas”. De acuerdo con esta concepcién -y tal ‘como se poné de manifiesto en el fragmento citado del dis- ‘curso- los conflictos laborales tenfan su origen, o bien en abusos de los empresarios y de los trabajadores, o bien en Jaaccién de personas e ideas extrafias al movimiento obre- ro, La intervencién estatal terminaria con esos abusos y permitirfa un funcionamiento social arménico. Esta perspectiva, sobre todo el tema de la presencia de ideas extrafias y perturbadoras, era compartida por mu- cchos militares, que pensaban que el pais peligraba ante la ‘amenaza comunista. El testimonio del general Sosa Molina sobre la manifestacién del 1.° de Mayo de 1943 ilustra bien ese punto de vista, EI general seftalaba que la manifesta- ‘cién habia sido realmente imponente y agregaba: “Una multitud con banderas rojas al frente, con los pusios en al- toy cantando La internacional presagiaba horas verdade- ramente trigicas para la reptiblica. Las Fuerzas Armadas ‘no pueden permanecer indiferentes ante ese peligro". Aho- rabien, la manifestacién que describfa Sosa Molina consis- ‘tiaen realidad en una pacifica movilizacion de obreros y di- rigentes vinculadas al Partido Socialista, el cual habfa da- do sobradas muestras de su reformismo y moderacién. Sin ‘embargo, el general Sosa Molina habia visto alli la amena- za de “la revolucién”, (ee Cooptacién. ‘Se habla de cooptacién cuando un grupo dirigente en funciones incorpora de manera selectiva a dirigentes de grupos opositores con el fin de debilitarlos. Escaneado con CamScanner El “bombero pirémano” Para muchos militares, entonces, la politica de Perén resultaba un instrumtento necesario para evitar el comu- nismo, Sin embargo, la opinién de los empresarios no era Ja misma. En un principio, los empresarios miraron con simpatia al gobierno militar; incluso Antonio San- tamarina, un gran propietario, ocupé el Ministerio dle Ha- cienda durante el gobiemo establecido en 1943. En 1944, Ja Union Industrial Argentina elogiaba la accién de Peron sefialando: “...al establecer acuerlos colectivos de traba- Jo entre industriales y trabajadores, se eliminan los peli grosos agitadores profesionales del pasado y ocupa ese lugar una amistosa colaboracién entre los industriales y Jos auténticos trabajadores”. Sin embargo, muy pronto fueron distanciindose, disconformes con la politica social de Perén. Una de- claracién de los principales dirigentes empresarios, fe- chada en junio de 1945, afirmaba:“... lejos es- tamos de negar la existencia de un genuino problema social, de carécter permanente y universal, cuya solucién sélo puede llegar a través de la honesta colaboracién de las par- tes y bajo la serena supervisi6n del Estade.(..] contra lo que nos oponemos es contra la crea- cién de un clima de sospecha, provocacién y rebeldia[...] desde la creacién de la Secretaria de Trabajo, este espiritu, y el sentido unilateral de las decisiones, justificadas por la necesidad de extirpar el comunismo, han interferido en la resolucién de los problemas sociales”. Al respecto, e! historiador Alain Rouquié, uno de Jos més importantes especialistas en el tema de las relaciones entre los militares y la politi- caen a Argentina, califica esta estrategia, que Perdn practicaba desde 1944, como la ti ca del bombero pirémano”, Esta metéfora significa que la estrategia de Perén consistia parecer como la soluci6n para los proble- mas que él mismo contribufa a creat, La destreza taetica de Perén se manifest6, también, dentro del propio gobiemo de las Fuerzas Armada. La difusién de algunas in- formaciones sobre el arresto de un cénsul are ‘que habrfa vigjado a comprar armas nico en kas ‘Autillas~ comprometié al goblemo de Rami tea. Bi president esporsabilidad de la supuestis 1 ednsul y dec {di6 romper relaclones diplomdticas con Al mania y con JapOn. Peron ¥ su grupo Ja decisign dencial y atacaron a sus colaboradores inmediatos, en especial al coronel Goralez, antiguo miembro del GOU y partidario de un acercamiento con Alemania. Una vez debilitados los militares cercanos a Ramirez, Farrell y Pordn conspiraron exitosamente contra el propio presi- dente. A fines de febrero de 1944, Farrell sucedié a Ramirez en la Presidencia. Un par de meses mas tar- de, Perén asumié el cargo de ministro de Guerra y, en ju- lio, lleg6 a ocupar la Vicepresidencia, conservando el res- to de sus cargos. Escriban una sintesis acerca de las relaciones de los trabajadores con el Estado durante las presidencias de Yrigoyen, de Alvear, de los conservadores de los afios treinta y del gobierno de la Revolucién de 1943. Hitler y Mustolint ‘una gran influencla en ta La Segunda Guerra Mundial tU¥9, 0 pas, . Escaneado con CamScanner El crecimiento de Perdn dentro del gobiemo ponia en evidencia la voluntad de un gripo de militares de pemetuar el movimiento del 4 de junio. Hacia media- dos de 1944, este grupo tenia el control del gobi noy el predominio dentro del Ejéreito y habia esta- blecido una relacién privilegiada con el movimien- to obrero, Estos militares trataron, entonces, de bus- car un acuerdo con los partidos politicos. Asi, intenta- ron sin éxito obtener el apoyo del radical Amadeo Sa- battini el dirigente mas importante del sector opositor alaconduccién del partido y a la Union Democritica— pero lograron incorporar al gobierno a algunos rigentes radicales de segunda linea. De esta mane ra, el caudillo correntino Hortensio Quijano fue desig- nado ministro del Interior, el ex diputado radical Juan L Cooke, partidario de los Aliados, se hizo cargo de la cartera de Relaciones Exteriores y el dirigente yrigoye- rista santafecino Armando Antille, de la de Hacienda. También numerosos dirigentes conservadores de- cidieron apoyar a Perén. En el ambito de la politica exterior, el gobierno tra- 16 de romper su aislamiento internacional: declaré 1a guerra al Eje, pocos meses antes de la derrota definiti- vade Alemania y de Japén, y procuré el alejamiento de las figuras nacionalistas. Estas medidas fueron inter- pretadas como un sintoma de debilidad, y esta circuns- tancia -sumada al avance de los Aliados en la Segunda Guerra Mun- dial- fortalecié a la oposicién civil. Buena parte de los dirigentes de los partidos y grupos politicos de la oposicién concebian la realidad argentina como una manifestacion del conflicto entre el antifascismo (al que ellos representaban) y el faseismo (encarnado en el gobier- no militar). Los opositores identifi- caban al gobierno militar con el fas- ‘cismo, tanto por Ia inocultable sim- Patfa de muchos de sus miembros or la fuerzas del Bje, como por Ia orientacién represiva de sus polit cas. Desde esta perspectiva, la inm- ente derrota de las fuerzas del Ele ra interpretada como un anuncio de la caida del gobierno militar en Argentina. Ast, se prodijo una movi: lizacién, sobre todo de Ios sectores de clase media, que tomé cuerpo nr Manifestaciones como, por elemplo, la que se realiz6 con motivo de la liberacién de Paris. El sittevo embajador norteamericano, Spruille Braden, se habia sumado con entusiasmo a las filas de los oposi- tores y representaba la postura de los Estados Unidos respecto del gobierno militar, a pesar del tardio apoyo que éste habia declarado a los Aliados. No fue igual la actitud de Ia diplomacia inglesa, que se mantuvo mas cauta, tal vez porque preferia preservar las relaciones comerciales con la Argentina mas que el apoyo bélico. EI 19 de septiembre se organizé la Marcha de la Constitucién y la Libertad. Cerca de un cuarto de mi- l6n de personas convocadas por todos los partidos politi- cos -desde el comunista hasta el conservador-, los sindi- ccatos opositores, la Sociedad Rural y la Bolsa de Comer- cio marcharon desde la Plaza del Congreso hasta Ia Plaza Francia para expresar los siguientes reclamos: “Entrega del gobiemo nacional al presidente de la Corte Suprema de Justicia, como lo manda la ley de acefalia. Elecciones inmediatas y libres sin estatuto de partidos politicos y s6- Jo de acuerdo con Ia Ley Séenz Peiia. Ni gobierno del Ejér- Cito, ni gobierno en nombre del Ejército”. La reaccién del gobierno fue drastica: el 26 de septiembre fue declarado el Estado de sitio y miles de estudiantes universitarios fueron detenidos. Asi- ‘mismo, el general Rawson, que habia sido el primer presi- dente de la Revolucién del 4 de junio, intenté organizar un golpe de Estado y fue detenido. MPERI \ to o} Td. e ie a< ‘Miembros dl Park Soils Obrero durante capa contra el nasismo y el fascsmo, maelon abl plateado si etoteca en la poli loa en terminos internacionales Missoria 175, =o Escaneado con CamScanner Octubre de 1945 Perén era la cabeza visible de la pretensién de los mi- litares de perpetuarse en el poder. Los politicos oposi- tores buscaron entonces sacarlo de la escena, apro- vechando las divisiones dentro del Ejército, pues muchos oficiales dudaban de Ia conveniencia de s0s- tener las ambiciones de Perén. Fue entonces cuando un hecho de poca importan- cia desencadené una crisis profunda. Un amigo de la familia de Eva Duarte, una joven actriz con la que Pe- én mantenfa un romance mal visto por muchos milita- res, fue designado director de Correos. E19 de octubre, el coronel Avalos, jefe de la guamnicién de Campo de Mayo, reclamé la renuncia del protegido de la familia Duarte. Perdn se negé y, sin apoyo militar, renuncié y firmé su pedido de pase a retiro. Antes de retirarse, di- Tigié un discurso ante una multitud de seguidores, que fue transmitido por la cadena nacional de radiodifusin. En este discurso, Perén sefialé que la Revolucién no po- dia agotarse en el pedido de elecciones libres y que el objetivo principal debia ser continuar con la politica so- ial del gobierno. El 13 de octubre Perén fue detenido y conducido a la isla Martin Garcia, donde permaneci6 tres dias, hasta que Farrell lo trasladé nuevamente a Buenos Aires. Mientras tanto, la oposicién civil crefa haber ganado la partida. Perén, por su parte, no albergaba muchas espe- ranzas, como lo demuestra una carta que envié a Eva Duarte desde Martin Garcia, en la cual le decfa:“... hoy he escrito a Farrell pidiéndole que me acelere el retiro, en cuanto salga nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranguilos...”. fscena del 17 de octubre de 3545 an Plaza de Mayo. t hecho de que los manifestontes se mojaran su ples en a fuentes deta plate faecalis. Go po las cates meas alah ches como un igno de bar pare, Comensabe Une avin “en iasoredad argentine doe Guraro decd 176 tstone escent Avalos estaba vinculado con Amadeo S*>-.ni, que era partidario de un gobiemo de transici6n, c..-civezado por Avalos, que condujera al pais hasta las eiecciones, Pero la mayor parte de la oposicién, empezancio por la direccién nacional de la UCR, segufa sosteniendo que el presidente debia entregar el poder a la Corte Suprema, El predominio de esta segunda alternativa abrio la posi. bilidad de que Per6n recuperara apoyos en el Ejército, porque lo que la oposicién exigia significaba la rendicién incondicional del gobierno, y esto resultaba inaceptable para la mayorfa de los militares. En este contexto se multiplicaron las acciones de los partidarios de Perdn. El coronel Domingo Mer- cante, estrecho colaborador de Perén, establecié los contactos con los dirigentes sindicales, que propusieron una huelga general para el 18 de oc- tubre. El objetivo de esta huelga era reclamar por el mantenimiento de los beneficios adquiridos durante la gestion de Perén. El 17 de octubre, una multitud prove- niente de los suburbios de Buenos Aires se dirigié a la Plaza de Mayo para exigir la libertad de Perén, y hacia fines de la tarde el gobiemo cedié ante las demandas. En las filas del Ejército, la balanza volvié a in- clinarse a favor de los partidarios de Perén, quien fue conducido a la Casa de Gobierno para hablar ante la multitud reunida en la plaza. Desde los bal- cones de la Casa de Gobierno, Peron dirigié un mensa- Je tranquilizador a los miles de trabajadores que lo es- peraban. Unos dias mas tarde, el gobierno anuncié el Mamado a elecciones para el 24 de febrero de 1946. Escaneado con CamScanner Braden o Peron re Después de los acontecimientos de octubre, en vistas 4 las elecciones de 1946, no quedaron dudas de que el co- ronel Perén era el candidato presidencial que continua- riala linea iniciada con el movimiento del 4 de junio. La candidatura de Peron La candidatura de Perén fue apoyada por un frente heterogéneo de partidarios articulados en torno a dos micleos. Uno de los nticleos era el Parti- do Laborista, una institucién politica creada por la CGT, cuyo primer afiliado era el propio Perdn. El otro era un desprendimiento de la UCR denominado UCR- Junta Renovadora, liderado por Hortensio Quijano, el candidato a vicepresidente. También, en varias provincias, algunos caudillos conservadores respaldaron a Perén, al ignal que el Ejército. Finalmente, la posicién oficial de la Iglesia también favorecfa indirectamente a la f6rmula Pe- r6n-Quijano, Como en las elecciones de 1931 y las de 1987, el Episcopado emitié una carta pastoral en la que prohibia alos catdlicos votar por partidos que sostuvieran la sepa- racién de la Iglesia y el Estado, el laicismo escolar y el vorcio legal. En la medida en que Perén reafirmaba su orientaci6n catélica y la plataforma de la Unién Democri- tica-el otro frente que se presentaba a elecciones- propo- nia “la ensefianza obligatoria, gratuita y laica de 6 a 14 ios", la opcién por Perén se manifestaba con claridad. my La Unién Democratica Como vimos en el capitulo anterior, la Unién Demo- cratica era un frente electoral constituido por la UCR, el Partido Socialista, el Partido Demécrata Progresista y el Partido Comunista. En 1946 presen- t6 como candidatos a los radicales José Tamborini, que habia sido ministro de Alvear, y Enrique Mosca, compaiiero de férmula de Alvear en 1937. En el seno del radicalismo, la presencia de los conservadores en este frente electoral era resistida por un sector deno- minado “intransigente”. Los intransigentes estaban li- derados por el cordobés Amadeo Sabatini y tenian un peso importante en la provincia de Cérdoba y en la de Buenos Aires. La presién de los intransigentes tuvo co- ‘mo resultado que los conservadores que apoyaban a la Unién Democratica no fueran incluidos en las listas de candidatos. Al respecto, Sabattini afirmaba: *.. e505 que no aceptan la dictadura actual, han aceptado y participado de las dictaduras de Uriburu, de Justo y de Castillo. La ciudadania argentina y especialmente los radicales no pueden perdonar los fraudes, los negocia- dos, los asesinatos...”. A pesar de este rechazo, las pri- meras lineas de los partidos conservadores apoyaron ‘en su mayorfa a la Unién Democritica; en algunos ca- 808, porque rechazaban la politica social de Perén, y en otros los menos-, porque se oponfan a las ideas antiliberales de la Revoluci6n del 4 de junio, que Perén continuaba. al Aer ee attpe » Analicen las consignas y los dibujos de las pintadas. ~ {Cudles son las acusaciones 2 los adversarios? a ———_ “PERON-QUUANO- _, LRFORMULADEL-PuE ls Z Lh OLIGARQUIAGRPTALTAL F VoTANODLOS-ASEGUAARAEL-UICNE STAN ~ eh DEL AMASA-TRARAIADNRA-ARGERTINA, _VIVA-PERON-PRESIDEN TE o-CONTRA intadas callejeras de apoyo a Perén en la campafa para las elecciones de 1946, Historia 181 at Escaneado con CamScanner ‘Un oponente a su medida La Unién Democritica concebfa las elecciones de 1946 como una contienda entre la democracia y el to- talitarismo, y asf lo plantes en cada uno de los aconte- cimientos de la campaita electoral. Por ejemplo, la con- signa de su multitudinario acto de cierre en la Plaza de Jos Dos Congresos era: “Por la libertad contra el nazis- mo". En esta linea, los dirigentes de la Union Demoeritica no dudaron en recibir el apoyo del Depar- tamento de Estado norteamericano, en el que Spruille Braden, después de dejar su cargo de embajador en la Argentina, continuaba su campaiia desde la funcién de subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamerica- nos. Pocos dias antes de las elecciones, Braden dio a conocer el Libro azul, que procuraba probar la compli- cidad entre el gobierno militar y las potencias del Eje. Esta abierta intervencién de un funcionario nor- teamericano en la campafia electoral fue hébilmen- te aprovechada por Perén. En su discurso de cierre de campafia, del que analizamos fragmentos en el capitulo anterior, Perén criticé el argumento de la oposicién: dijo Que la Unién Democratica planteaba la eleccién como un debate entre libertad y tirania, entre democracia y totali- tarismo; en cambio, Perén sostenia que “... lo que en el fondo del drama argentino se debate es, simplemente, un partido de campeonato entre la justicia social y la injus- ticia social”. Como hemos visto, el discurso finalizé con la siguiente afirmacién categérica: “... sepan quienes vo- ten el 24 por la férmula del contubemnio oligirquico-co- ‘munista que con ese acto entregan sencillamente su vo- to al sefior Braden. La disyuntiva en esta hora trascen- dental es ésta: o Braden o Perén...” Carteles de la campafia electoral de 1946 con la consigna ‘ceada por Perén, EIN INCIPE Salon PR Febrero SABAD Las elecciones de 1946 Los resultados de las elecciones del 24 de febrero favorecieron a la formula Perén-Quijano, que consi- guié 1.479.511 votos contra 1.210.822 de Tamborini- Mosca. En las grandes ciudades y los centros industria. les, la distribucién de los votos reflejé la polarizacién so cial de 1945: las clases media y alta apoyaron a la Unién Democritica, y los trabajadores votaron por Perén. En Jas ciudades pequeiias y en las zonas rurales, Perén con- t6 con el aporte del voto tradicionalmente conservador, La clase politica tradicional sufrié un golpe mor- tal. Los conservadores desaparecieron como fuerza poli tica nacional de envergadura; el radicalismo experiment6 los efectos de haber sido derrotado por primera vez en elecciones nacionales sin fraude: la dirigencia radical fue desplazada por la oposicién interna, los intransigentes, En el plano gremial, los sindicatos de orientacién socia- lista 0 comunista perdieron su influencia en la clase tra- bajadora. Si bien la diferencia electoral no result6 muy amplia, Ja distribucién institucional del poder otorgé a Ia coalicién triunfante una muy holgada mayoria: trece de las catorce gobernaciones, la totalidad del Senado y la mayoria de la Camara de Diputados quedaron en ma: nos del frente que habia apoyado a Perén La formacién del peronismo EL4 de junio de 1946, el dia del tercer aniversario del movimiento militar que habia derrocado a Casti Ho, Juan Domingo Perén asumié la Presidencia. Pe. én inauguré su gobierno con un mensaje de concilia cién. Sin embargo, varias decisiones politicas que to- m6 durante los dos primeros aitos de su mandato des mintieron estas intenciones. —— Uno de los objetivos prioritarios vyq) de Perén era organizar y di (Us) SUS seguidores, En los primeros meses ay del gobiemo, se manifestaron conflictos HIN entre los laboristas y los radicales que ha- bian apoyado a Perdn, tanto en el Congre- ‘so Nacional como en las provincias. En- tre otras razones, el conflicto residia en las disputas por los cargos de senador elegidos por las legislaturas provinciales, que se resolvieron, por lo general, en con- ta de los laboristas. La dura respuesta de Perdn a los conflictos provinciales fue una serie de intervenciones fede- Fales, que permitié al presidente contar con la obediencia de los gobenadores. Escaneado con CamScanner por otra parte, algunos de los principales dirigente: ora OT del Partido Laborsta intentaron mantener gierta autonomafa frente a Perdn, Estos sectores eran li- forados por Luis Gay, ditigente de los telefénicos, y yor Cipriano Reyes, dirigente de los trabajadores, dela Fame y tino de los organizadores de Tide octubre. as acciones de Perén para subordinar a esta dirigen- cia sindical con pretensiones de autonoméa comenzaron fates de la asuncién del nuevo gobiemo. E123 de mayo de 106, Peron, ef su carcicter de jefe supremo del Movimien- to, ordené la caducidad de todas las autoridades de! Partido Laborista y -segtin sus propias palabras-“... la or- ganizaci6n de todas las fuerzas peronistas como Partido Unico de la Revolucién Nacional...” La direccién laboris- taintent6 resistirse a esta medida, pero finalmente acept6 lndecisién de Perén, y el laborismo se incoporéal Partido Unico. Sin embargo, los laboristas con pretensiones de au- tonomia recuperaron poder al triunfar en las elecciones de renovaci6n de autoridades de la CGT a fines de 1946, cuando Luis Gay fue electo secretario general con amplia, ‘mayoria. Sin embargo, la esperanza de los dirigentes labo- ristas por mantener la independencia sindical duré poco ‘pues, unos meses mas tarde, Gay fue desplazado y la reccién de la CGT quedé en manos de dirigentes incondi- tulados nacionalistas del gobiemo, ms potencialesinversores eran norteamericst ‘Una de las manifestaciones de esta ine= + lcontrato que Perén firmé con la Standart fornia. Esta apertura al capital extranjero pzvocd la reaceién opositora y las dudas entre algunos dest $= siidores. 1a tercera altemativa que Perdn intent6 fue buscar lapoyo del sector empresario y contener tos recla- 106 salariles de los sindieatos, modificando la pa entre l capital ye! trabalo,instaurada ‘esto, el gobierno aspiraba a ligar {con tos aumentos de productive tadas con cierta precaucién, procurando evitar los con- fictos con los trabajadores. La primera serial de cambio de orientacién econ6mica fue la llegada al Ministerio de Economia de un equipo de mayor capacidad técnica, encabezado por Alfredo Gomez Morales. Hacia 1952, el goblerno proclamé un nuevo Plan Quinquenal, que comprendia algunas definiciones de politica econémica importantes: la contencién del con- sumo, el apoyo alla produccién agropecuara, el control de las demandas salariales y la apertura al capital ex- tranjero, En 1954 el gobierno promovié la reunién del Congreso Nacional de la Productividad, que sesio~ 1n6 en marzo de 1955, Este congreso ponia en evidencia. 1 interés por mejorar la eficiencia de la industria na- cional a través de un acuerdo entre empresarios y trax bajadores. El congreso no llegé a conclusiones opera- tivas, pero mostré la vigencia del control gubernamen- tal sobre la CGT y la CGE (Confederacian General Bconémica). e1fin de las vacas gordas™ Carcatura de Tstin I cibujo Tepreventa a Peron ya Miranda frente a "latina vac gor Free idiendo ol fn de a prosperidad economics iris 191 =, Escaneado con CamScanner De la popularidad a la crisis Las dificultades en el terreno econémico no tu- vieron gran impacto sobre la popularidad del go- bierno, Las elecciones de 1952 otorgaron al binomio Pe- 1r6n-Quijano un holgado triunfo sobre la formula Ricardo, Balbin-Arturo Frondizi. El peronismo contaba avin con tuna amplia mayoria en el Congreso y gobemnaba todas las provincias y territorios nacionales. A pesar de esta cémoda situacién, el gobierno endurecié su politi- ca hacia la oposicién y acentué sus perfiles autori- tarios. Dentro de las Fuerzas Armadas existfan sectores an- tiperonistas, fuertes dentro de la Marina y débiles en el, Ejército. En 1951 se produjo un frustrado intento de gol pe de Estado, encabezado por el general Benjamin Me- néndez, que terminé con el encarcelamiento de sus pro- tagonistas y el restablecimiento de la autoridad de los oficiales leales a Perén. La oposici6n, por otro lado, se dividia entre los que procuraban aprovechar las escasas posibilidades de hacer oir su voz ~como los radicales Ricardo Balbin y Arturo Frondizi-y los que depositaban todas sus esperanzas en la conspiracién con militares antiperonistas. Entre estos ti timos se incluian algunos miembros del radicalismo —los seguidores de Amadeo Sabattini y los de una linea llama- da “Unionista’- y del socialismo, muchos exiliados en Montevideo. Estos intentos no constituian una amenaza significativa para Perén, que hacia 1954 aparecia firme- mente establecido y sin grandes conflictos en el horizon- te. Sin embargo, al aito siguiente fue derrocado por un aun- plio movimiento cfvico-militar, desencadenado sobre todo a partir de la propia decisi6n del presidente de embarcar- se en un virulento conflicto con la Iglesia catélica. Portada de la revista PAT del 30 de mayo de 1952, que cele- bra la reeleccién de Perén. argentina aluden ras de Lonardi la pagina 1937 ificado tiene es- El conflicto con la Iglesia catolica El peronismo y Ia Iglesia mantenian muy estre. chos vinculos desde los comienzos del gobierno, a tal punto que Perén solfa enfatizar la relacién entre la Doctrina Nacional Justicialista y la Doctrina Social de la Iglesia. Ademés, e] gobierno habia promovido la ra- tificacién legislativa del decreto 18.411/43, que estable- cia la enseftanza de la religiGn catélica en las escuelas piiblicas, y habia duplicado los aportes estatales para sostener el culto, medidas que facilitaron la expansién de la presencia institucional de la Iglesia. Sin embargo, esta alianza se fue deteriorando pro- gresivamente, en buena medida a causa del énfasis ere- ‘ciente del peronismo en Ia afirmacién de una doctrina que, en cierto modo, competia con la catélica. Esto se evidenciaba en los discursos dle Perén y de Eva Perén, ‘como por ejemplo en aquel pronunciado por Evita el 24 de diciembre de 1951 y transmitido por radio a todo el pais, al que pertenece este fragmento: “Hace diecinueve siglos y medio, Dios cligi6 a los humildes pastores de Belén para anunciar el adveni miento de la paz a los hombres de buena voluntad. (1) Y cuando todo parecia perdido, acaso definitivamente, nosotros, un pueblo humilde, a quien la soberbia de los poderosos llamé descamisado, [..] hemos sido elegi- dos entre todos los pueblos y entre todos los hombres para recoger de las manos de Perén, baiadlo en el fue- go dle su corazén ¢ iluminado en sus idleales de visiona- io, el antiguo mensaje de los Angeles. Este tipo de manifestaciones comenizaron a inquie- catélica, pues la comparacién de Pe r6n con Jesucristo no podia ser del agrado de la Iglesia En 1954, cuando el gobierno decidio sacar del control, eclesisistico la ensefianza religiosa de las escuelas piiblicas, el Episcopado sefalé: ... a los ojos del pueblo sencillo la enseiianza Religiosa no se su- primiria. Pero, de hecho, no seria la Iglesia Cat6- lica la que ensefiaria ‘su’ ReligiGn. Seria el Estado el que sustituiria a la Iglesia...” Para la Iglesia, entonces, la asociaciGn estre- cha con el Estado habia pasado a ser un peligro para la propia institucién. Por su parte, Perén desconfiaba de la Iglesia, a la que veia como un aliado desagradecido. La fundacién del Partido Demécrata Cristiano, en 1954, y el activismo juve- nil de la Accién Catélica Argentina eran vistos por el presidente como una antenaza politica in- compatible con su régimen. Escaneado con CamScanner ta caida de Perén A pesar de estas tensiones, nada sn conficto abierto con la Iglesia ca 19, Pern tom6 una serie de medidas prender para los contemporéneos -y Nstriadores que estudian el periodo-, Come vine 2 1954, el gobiemo deciaé suprimir la ensenanay re lisa en las escuetas piblicasy en 1955 expuleo fines sacerdotes que lo habfan crticado por estable cer el dvorcio vineular y legatiza In prostitucion he ta dliimas medidas fueron uns respuesta desaienre ma vasta movilizaciGn de as organizaciones eatdlens on muittudinarias concentraciones, actos relampoyy yeparto de volantes contra el gobieme La alicaida oposicién politica reeupers el entu- siasmo y se alines con las fuerzes eatéliens eon na ‘qe hasta hacia poco tiempo se habia enfentado, Pero cl impacto més importante del cositicto entre Pe. ron y la Iglesia se produjo en las Fuerzas Armiadas Los militares antiperonistas vieronfortaleidas ste po siciones, en la medida en que la mayoria de los oficin. les, hasta entonces neutrales o peronistas, sultieron la tensién entre su condlcin de eatdicos y su lala al obiemo 0 sus funciones profesionales Elconflicto crecié en intensidad y legs « su mio: mento més dramatico el 16 de juno de 1955. Esta ‘aana de ese dia, aviones dela Marna bornbarcaro la ‘Casa de Gobiemo, con la inteneién de asesinar a Pers Nolo consigueron,y el bombardeo dejé un sal de 1000 icimas, entre heridos y muertos cies y militares Una || vez controlada la sublevacién, Pern inet asus parida os a tomar repesaias contra la oposicin, Eis noche de 16 de junio fueron incendiados el ediicio de la Cia y tna docena de iglesias de Buenos Ares, incluida la Cate- deal ante I indiferencia de la policiay de los bomberos. Darecfa anunciar ‘lica, Sin embar- Alificles de com. también para tos, El golpe de Estado de septiembre de 1955 Ante el agravamiento de los enfrentamientos, Perén oscilé entre los Llamados ala concordia y las invectivas a Ia oposicién, En julio de 1955, el presi dente ensay una timida apertura: declaré que dejaba ide ser“... el efe de una revolueién para pasar a ser el Dresidente de todos los argentinos, amigos y adversa. ios..." y penmitié a algunos dirigentes opositores el uso de la palabra por radio. Pero la oposicién no queria cceder, y Perén no estaba dispuesto a abandonar su has- ta entonces indiscutido predominio y a reconocer las demands opositoras. Por lo tanto, volvi6 a endurecer Sus ataques contra la oposieién: en su diseurso del 31, de agosto de 1955 afirmé:*.. la consigna para todo pe- Tonista, esté aislado o dentro de una organizacién, es contestar una accién violenta con otra mass violenta. Y cuando uno de los nuestros caiga, caerin cinco de los de clos... En este contexto de agudizacién de los enfrenta- inlentos, se prodwjo un levantamniento militar en Cérdo. ba el 16 de septiembre, apoyado por algunos oficiales del Ejército y por casi toda la Marina, Después de unos das de incertidumbre sobre el resultado de la subleva. ‘i6n, mientras se hacia cada ver mas evidente la abe tencién del grueso del Ejéreito de intervenir en defen: ‘del gobierno, Perén renunci6, pidié aslo en la emba Jada de Paraguay y parti rumbo a un largo exilio, F121 e septiembre, una multitud que desbortaba la Plaza de Mayo escuché el discurso del nuevo presidente, et ‘general Eduardo Lonard, que evocaba las palabras de ‘Justo José de Urquza después dela batalla de Caseros, Prometiendo que no habria “ni vencedores ni veneh dos". La promesa de Lonardi duré poco, Presionado Por los sectores més antiperonistas, renuncié y fue eemplazado por Pedro Eugenio Araunbiiru, ata de Goblemo desputs del bombardeo de junio de 1955, Hizona 109 eS Escaneado con CamScanner

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