Es muy importante que el primer día pierdas el miedo al agua, tómate el tiempo que necesites para ello. Entra en la piscina y comienza andando de un extremo a otro y mueve los brazos y pies dentro del agua, durante unos 10- 15 minutos. Después sal de la piscina y lánzate desde fuera a la zona más profunda. Repite el mismo ejercicio hasta que consigas hacerlo de manera inclinada. Otro ejercicio que puedes hacer las primeras veces es acercar la cara al agua y hacer burbujas mientras expulsas el aire por la nariz. Cuando quieras respirar, gira la cabeza hacia un lado de tal manera que una oreja esté dentro del agua al coger aire. Recuerda que para que salga bien debes ayudarte con un leve giro de hombros. Para aprender a nadar, primero hay que saber flotar; si no sabes flotar y te asustas, te hundirás más. Por eso, debes relajar la respiración y dejarte llevar hasta que consigas flotar.
Toma una bocanada de aire grande,
aguántala e introduce la cara en el agua. Una vez que hayas aprendido a flotar, necesitarás practicar la patada y aprender a mover los brazos. También debes presta atención a los dedos y las manos. Aprender a nadar, también significa aprender a controlar todas las partes de nuestro cuerpo, incluso, si parece aquellas que a primera vista no parece relevantes para este deporte, como pueden ser los dedos de las manos ¡Siéntete como un pez en el agua y disfruta nadando este verano!