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Introducadn a los afios pexomstas por JUAN CARLOS TORRE 2 historia politica de Ja Argentina en el siglo XX se divide en dos: antes y después del sungimien- to del peronismo. Al consti- tuirse como fuerza politica en 1945 desplazd hacia el pasa do la tradicional oposicién ‘entre radicales ¥ con: res sobre la que habian girado las luchas politicas desde la cruzada por la libertad del su- fragio, En ellugar de esa opo- siciOn se levanté otra, més car~ ttibutaria de los conflictos qué acompanaron la expansion de los derechos sociales y la tegracién politica y social de -vastos sectores de] mundo del. ‘trabajo. En 1945 se modifica ron tanto los terminos como las fuentes de la principal opo- sicién en torno dela que esta- ba organizada la vida poliuca. Sin embargo. no cambié de- masiado {a intensidad con la que vivieron sus coatrastes los bandos 1ados a ambos lados ae esa factura politica. La hostilidad que enfremé a re! dicales y conservadores en. ‘tiempos de Yrigoven se pro! longo en la hostilidad existen, ‘te entre peronistas y antipero- nistas durante el ascenso y 1a consolidacion de Peron en el poder Dos momentas clave en Jaformacion.de la Argentina modema —la apertura del sis- Este libro se ocupa de un capitulo central de esa trayectoria del pais, los afios peronistas. Su comienzo se ubica en 1943, cuando se inicié la secuencie histérica que llevé al encuentro de Perén y las masas obreras y a la conquista del poder politico, Su terminacién se produjo en 1955 por un golpe militar con un fuerte respaldo civil. Siguiendo la organizacién de los volime- nes de la Nueva Histora Argentina, los aspectos més significa- tivos del periodo son abordados en diferentes capitulos. Este formato, si bien permite un tratamiento mas pormenorizado, tie- ne el inconveniente de diluir Ia rama compacta de esa histori. “Para subsanarlo, hemos incluido una introduecién donde se offece un relato unificado para que sirva como guia de lectura de los capitulos de varios autores que contribuyen a este libro. LA REVOLUCION DEL + DE JUNIO Y EL ASCENSO POLITICO DE PERON En 1943 el ciclo de la restauracién conservadora abierto en septiembre de 1930 con el derrocamiento de Hipolito Yrigo- yen terminé abruptamente tambien por obra de un golpe mili- tar E14 de junio el gobierno de Ramén Castillo fue desplaza- do sin ofsecer resistencia, Comenzé, entonces, un nuevo ciclo politico destinado a producir transformaciones de amplio y du- radero impacto en los equilibrios politicos y sociales del pais. Sin embargo, la direccidn de los cambios futuros fue dificil de discernir en medio de la confusién politica que rode los pri- meros momentos del alzamiento militar. Un episodio revela- dor fue la renuncia antes de asumir de quien encabezara ini- cialmeate el golpe, el general Arturo Rawson, y su reemplazo por el general Pedro Ramirez, ministro de Guerra del depuesto gobierno 'constitucional astillo habia optado por la politica de neutralidad, pero deci- did persistir en ella aun después que los Estados Unidos la abandonaran, al entrar en el conflicto bélico a fines de 1941. En estas condiciones, pposicin oficial se convirtié asi en objeto de asperas controversias y fuertes presiones. Sectores crecientes de la opinion publica levantaron tribunas, y desde elias figuras politicas e intelectuales del conservadurismo libe- ral, del radicalismo y del socialismo hicieron escuchar su voz reclamando el alineamiento argentino con la causa de los pai- ses aliados. Por su parte, Washington respondié al recalcitran- te neutralismo de-Castillo suspendiendo le venta de armamen- Jas practicas politicas de la restauracién conservadora. Electo por medio de! fraude y al frente de una coalicién fragmentada por disputas internas, Ortiz buscé.un.acercamiento, con los rac. dicales. Con. ese fin, -a-principios-de3940;anuld elecciones fraudulentas en las provincias e intervino el bastion conserva- doFmas importante, la provincia de Buenos Aires. Ese mismo aio los radicales triunfaron en las elecciones legislativas y consolidaron su predominio en el Congreso. El programa de regeneracién democratica iniciado_por Ortiz-fue, empero,-de corta irasiOu-Eijullorde 1940, enfermo, debid delegar el go- Siero en su vicepresidente, Ramén Castillo, quien pronto ddesandé el camino recorrido: tomé distancia de los radicales e incluso de su propio partido y-recurid otra vez al fraude para asegurar las victorias electorales de sus contados aliados poli- ticos. En el deslizamiento hacia una gestién cada vez mas au- toritaria, Castillo se replego sobre el respaldo que le brindaban ‘sus apoyos en las Fuerzas Armadas, En ellas le evolucién de la situacion politica suscitaba también reacciones divergentes. Habia_quienes, por sus contactos con el partido radical, se- guign con inquietud el retorno.del fraude, pero éste era un sec IF minoritario; en el grueso de la oficialidad el rechazo era mas amplio y se extendia hasta abarcar a los partidos y-alas instituciones de le democracialibecal— En el contexto definido por estos contrastes, a principios de W4BCastillo tomé una decision que seria fatal para su suerte politica, En el mes de septiembre debian reslizarse las eleccio- ‘es.convocadas-pata clegir a un nuevo presidente, 4 elas loc partidos de la oposicion se aprestaron a concurrir reuniendo fuerzas en una coslicién, lalUni6iDEMOCHtICa))constituida en diciembre de 1942 a partir de Ia confluencia de la(Unidn Civie ca Radical con el Partido Socialista y-el Partido Democrata Progresista. Con ese mismo fin, Castillo designé como candi- dato de sus sectores adictos al senador conservador Robustia- no Patron Costas, Gran hacendado del norte, asociado segun la opinion publica con las practicas feudales dominantes en los ingenios azucareros y conocido partidario del fraude, el can- didato de Castillo resumia los rasgos més irritativos de la res- wduricion conservadoraA estos antecedentes, Patron Costas agregaba otro y éste era su simpatia hacia la causa aliada y la posicién de los Estados Unidos. La decisién de Castillo tuvo por efecto aglutinar en un re chazo unanime al Unico sector del pais que estaba en condicio- \ nes de obstaculizar sus planes: Jas Fucrzas Armadas, Tanto 108 oficiales que mantenian viva la idea de una regeneracion de las précticas politicas como los que eran partidarios del neutralis- mo encontraron en Ja postulacion de Patron Costas razones su- ficientes para coincidir en un golpe de Estado que, por un lado. los liberara de verse complicados con una nueva farsa electo- ral y, por el otro, bloquearaiarectificacion dela politica exte- rior. Las distintas facciones militares-se-sumaron-ade-Revolu> cidn de Junio creyend 1a que de ese modo quedaba ‘Gespejado el camino para sus propias aspiraciones. La confu- — 16 — sién que siguié al 4 de junio fue la consecuencia previsible de SGaiversidad de objetins. Fn vn pvot0, sia embargo, el ‘Teterdo tue total. ta represion al comunismo y a las organiza- ciones obreras. Mas alla, los rumbos del alzamiento militar permanecieron inciertos en los meses iniciales Quienes primero vieron frustradas las esperenzas puestas en Gi golpe fieron los radicales, al comprobar que el regimen mi- Litaren Tugar de preparar {2 vuelta a comicios libres ponia limi- tes «le actvida police, eee =i SE (ah POF Ia FUpLUAHEORTED Bje gue asistieron impotentes a Geseabecamieno del reducdo grupo de oftiales aliadofios, después de un fallido intento de aproximacién a tos Estados Unidos. En octubre de 1943 se produjo, finalmente, una rev lucion deato de leTeroRson ET pore pasyo ates Je un nucleo de coroneles y tenientes coroneles pertenecientes a la logia_secreta autodenominada Grupo de Oficiales Unidos jOU) que se formé en los meses previos al golpe.(UOSmniem> ae ‘cedidg1a iniciativa en e-derrocamiento de Castillo a la jerar-_ quia del Bjército y a los jefes de unidades, para si se reservaron posicionés clave en el Ministerio de Guerra y en la presiden- ia, Desde alli maniobraron con éxito, usando sus influencias, My al cabo de cuatro meses se apoderaron de la conduccién poll. tica de la Revolucién de Junio. Ractidarios’ ae Un imettralismo €omo la oportunidad historica para reorganizar las bases insti- tucionales del pais a fin de ponerlo al abrigo de la corrupcién de Tos politicos y de Ta amenaza comunista. Feta reorganiza- “Giog vendia con cl stblesinfenig del imgero dela [a espada en el lugar hasta entonces ocupado por fe Argentina liberal y laicas ~ Con los resortes del poder bajo control_pasaron a la acci6 rapida y contundentemente: redoblaron Jas medidas represivas | contra fos grupos de izquierda y-los-sindicatos, declataron fue- a de Ia ley a los partidos paliticas_intervinieron las universi- | dades, Tanzaron una campafa moralizadora en los espectaculos Tax Sostumbres; finalmente, implantaron ts obligatoriedad de, Ic ensenenzareligiosaen ls escuelas nbicas. En esta mpre- sa contaron con la colaboracién de un elenco entusiasta de cionalistas y.gatélicos.integristas, cuya.gravitacibn desde sus — 17 — bien pronte ens cor salir de una situacién que ajo la presién de 4 el presidente Ramirez deci: Ji6 la ruptura de relaciones con el Ej La decision, g sy no implicaba el enrola: provocé, no obstant miento de Ramirez y la designa mr-det ministre de~Guerra, general Edelmi vresidencia Le segunda cencis habria-de-ser le que‘ fenidria ef imipacto mayor” el desencadenamiento te de la revolu- ergeris convertido en cl hom oronl Tuan Dominga Per: ces Peron tenis 4 (08. Hijo de un propietario ru- uur del pais E se ado de subteniente y opto transferido a Ia Escuela impo de Mayo, don: sus primeras experiencias como instructor militar. En los cine se destino se hizo conocer, por su aficién alos npedn del Ejército, Ei undada en 1900 profesionaliz; ccionamiento in convirtieron en 1915 en re ado Peron se recib a ascender a capitén, Con en su foja de servicios excelentes para el ser~ ado que tenfa “con Fa aspiras sucesiv a ambas dos acontecimientos, uni o de la capula militar. (Gna primera) nal, marcarian su trayectoria personal samiento en 1929 con Aurelia Tizén, c torce afios mis joven e hija del duefio de un negocio de foto- grafia del barrio portefio de Belgrano. Tanto la diferencia de edad como la pertenencia de su esposa @ una respetable familia de clase media se correspondian con las practica rales de los j6venes oficiales como Peron a la hora de contraer matrimonio y formar un hogar. El otro acontecimiento fue su participacién en el movimien- to militar que derrocé a Yrigdyen. Perén se vinculé inicial- mente Cort la faccién de‘militarés nacionalistas que rodeaba al general José F. Urituru solo para apartarse pronto de ella des- ‘lusionado por su incompetencia para las tareas conspirativas. El golpe de Estado lo habria de encontrar, finalmente, detras de los altos oficiales ligados al rival de Uriburu, el general El primero fue s teniente primero in ‘en de camaraderia de las Fuerzas. smingo Perén (sexto desde madas, 19 we se contaban los tenientes coro- Descalzo v. LM, Sarobe, profesores suyos en la Escue- erra y el primero, padrino de su casamiento, Ambos sectores tenian visiones opuestas sobre los objetivos de la Re- volucién de 1930. El cfrculo de Uribura ere favorable a un ré- sgimen militar que llevara a cabo una reforma institucional para suprimir los partidos y abrir paso a un sistema corporativista; Jos allegados a Justo estaban, en cambio, més inclinados por una intervencidn militar transitoria, seguida luego por el la mado a elecciones y la vuelta al gobierno civil. Las secuelas de este conflicto se hicieron visibies con la instalacién del gobier- no revolucionario y aleanzaron también a Perén. Uriburu, so- bre quien recaeria la jefatura politica de la revoluciéa, una vez en la presidencia purgé inmediatamente la nueva administra- | cidn de los elementos asociados 2 Justo. Entre ellos ése fue el caso de Perén: designado al dia siguiente del golpe en la secre- taria privada del ministro de Guerra, un mes mas tarde fue se- parado de su cargo oficial y transferido a la Escuela de Guerra como titular de la citedra de historia militar. Los avatares de la politica militar lo condujeron, asi, al-podio de profesor, en el que adguirria una experiencia crucial para su fitura carrera politica. Alli tuvo ocasién de ini nas de la docencia: hablar en publico, expresar ideas con cohe- rencia, interesar y mantener la atencién de la audiencia. El ém- bito militar, acostumbrado a las consignas claras ya las érdenes simples, era, por otra parte, poco propicio a la retOrica elegante y elaborada e imponfa un estilo de comunicacién llano y directo. De todo ello Perén sacaria buen partido cuando, llegado al po- | det, hizo de la presidencia un pulpito, al servicio ahora de su propio mensaje. Durante los afios en la Escuela de Guerra escri bio tres libros de historia militar, que revelaron en él mas a.un lector atento que aun pensador original. En 1932 volvi6 al cen- 0 de la burocracia militar traido por el desenlace final de la Revolucién de Septiembre. Luego de que la tentativa de Uribura fracasara en medio de su soledad politica dentro de Is corpora- cion militar, ese afio se llevaron a cabo elecciones. En ellas re~ sulté electo presidente al frente de ung coalicién conservadora el general Justo, con el auxilio de la proscripcién de los candida- 103 radicales, Peron fue designado entonces ayudante de campo del nuevo ministo de Gukifa, Geigal Manuel Rodriguez, — 10 — iciarse en Tas riti= Desde esa posicin pudo observar de cerca la exigente tarea que se asigno el general Rodriguez por encargo del presidente Justo: devolver a la disciplina profesional a un Ejército que acababe Ue salir Ue Tos cliarteles pars hacer coriocer al pais sus pféferencias politicas. No obstante los esfuerzos del ministro GE Guerra, el cuerpo de oficiales se desenvolvié a partir de). 1930 en un estado de deliberacién permanente. En esas cunstancias la preservacién de la unidad militar demandé una vigilancia incesante asi como la manipulacién de las rivalida- des internas. Durante los dos primeros afios del gobierno de Justo oficiales de origen radical intentaron sin éxito el camino de la rebelion desde las lejanas guamniciones de provincia adonde habian sido relegados. Luego, el epicentro de las acti- vvidades conspirativas se trasladé a los seguidores de Uribur, los cuales sin peso suficiente en la jerarquia castrense conden saron su condena a la traicion de los ideales nacionslistas gestos simbélicos de protesta. Perén, por su parte, se mantuvo alejado de estas.temtativas. “Oficial de gran porvenit” fue la calificacian que merecié del general Rodriguez en su paso,por erra, donde revisto hasta 1935 mientras mente su catedra en la Eseucla de.Guerra dig afgentina en Chile, en enero de 1936. Durante los dos alios en'los que se prolongé su estadia, Peron aplicé sus cualidades personales —una estudiada y, sin embargo, fresca simpatia— para ganarse amigos con el fin de cumplir con la mision que le fuera asignada: obtener clandestinamente. informacion sobre Jos planes expansionistas chilenos en_el sur del pais. Sus acti- vidades no pasaron desapercibidas para los servicios de inteli- gencia locales, que infltraron progresivamente sus contactos, No obstante, éstos se abstuvieron de intervenir a la espera de la cocasion que hiciera més efectiva dentro de la politica interna de Chile la denuncia del espionaje argentino. Ese ocasién llegé ‘en 1938, cuando Peron ya estaba de regreso en Buenos Aires, Fue su sucesor en Ja.agregaduria militar, el mayor Eduardo Lo- nardi, quien terminé siendo sorprendido en plena negociacion scoragenterdobles chilenos y, en consecuencis, forzade a abandonar el pais en medio del escéndalo politico. Unos dieci siete afios mas tarde, Peron y Lonard voiverian a cruzarse pero en circunstancias bien diferentes. 2 El Bjército al que se reintegré Peron después de su estadia en Chile era una institucién en plena efervescencia politica. Con-el paso.deltiempo la a de fue 30. se habia ido invirtiendo a medi elementos liberales fue cién de cuadros de fientacion més nacionalista, Esta evolucion de la opinion mi- litar era el fruto de varias influencias. Durante la década del treinta se produjo un fortalecimiento de los vinculos profesio- rales con el Ejército alemén al reanudarse la prictica anterior ala Primera Guerra Mundial de enviar oficiales a perfeccio- narse en Alemania, A su vez, la embajada te ese pais'en Bue nos Aires desarroilé fluidos'€ intensos Contactos con el perso- tal militar argentino. En ese marco, la admiraciéa por la ma- Guinaria belice alemane se extendiG para numerosos oficiales, hasta el mismo régimen nazi, cuyas realizaciones eran vistes_. como la culminacién feliz de la suptesion de Ja politica demo- critica y de la industrializacién para el Zearme sacionsl. Otra inBliencia decisiva fue la ejercida por la Iglesia, embarcada en RT Goce en una vigorosa ofensiva contra la tradicion liberal del pais con el fin de dilatar su presencia publica y, mas ambiciosamente, recuperar al Estado para la fe catélica, En esta empresa, la conquista del Ejército.fue.unaoperacién pre- via y necesaria, que se llevé.a cabo a través de un trabajo capi- lar y silencioso en los cuarteles por una densa red de capella- tes castrenses ¢ intelscivales catélicos. Finalmente, estaba la ‘favitacion negativa del especticulo poco edificante que ofte- cia la vida politica del pais sabre las ynes a la disci- plina hechas por la cipula militar. La combinacion de estas in- fluencias hizo que fiuese cada vez mayor le brecha entre la con- cepcidn oficial del papel del Ejército y la que era propia de una | Thayoria creciente de oficiales. Para éstos, Ja misibn del Bjérci- ' to dejé de estar asociada a Ia defensa del territorio y la legali- ' dad constitucional para ser concebida mas bien en términos de\) (la defensa de la nacionalidad, de una identidad argentina radi-| {ada en la tradicién, la historia, los valores crist oi irantei pe Eales ue ie 1936 al_general Prancisco-FaseleCastaiio solidarizandose con su ackit0g, fuego de qUE eee era SAHSTOHO por haber crticado piblicamente al presidente Justo, escribid: “A poco de asumir el actual Presidente de la Repiblica, muchos de nosotros nos dimos cuenta de que las intenciones y el rumbo de la primi- genia revolucién se habian torcido; jy pensar, mi querido ge- eral, que fuimos algunos utilizados en los designios y en los provechos de aventuras personales!” Y agreg6: “Hombres es- clarecidos como Ua., nos permitiran seguramente retornar a un sendero mis argentinista que el actual”, En otra carta de 1939,_ comentando ls coyuntura politica en el comienzo de la presi- dencia de Ortiz. a uno de sus familiares, vaticind: “Los con- servadores, tarde o temprano, volverdn a mostrar la hilacha y el pobre pueblo suftiré otra vez las consecuencias. No habré paz hasta que un verdadero gobierno nacional tome las riendas de la nacién”, Quien asi escribia, haciendo suyas las expresio- | nes caracteristicas de la retorica nacionalista, tenia por delante todavia otra e importante experiencia formadora, la de ser tes- tigo en directo del fascismo en el poder. A ella llegé a través ( del infortunio: la muerte de su esposa, a la edad de 30 aos, cenferma de cancer, en septiembre de 1938. Esta pérdida perso- nal probablemente influy6 para que sus superiores en el Estado Mayor aprobaran su pedido de ser destinado a una mision de estudios en el extranjero. En febrero de 1939 el ya entonces teniente coronel Perén,partié a Ta Italia de ‘Mussolini con ta finalidad de perfeccionarse eit las prétticas del"ejército de montaia ‘Los dos aiioe que habria de pasar en ou nuevo destino deja- 4436-12 ran en él impresiones profundas y duraderas sobre las que vol~ veria una y otrs vez en el futuro, cuando buscara explicar a otros y a si mismo Ta evolucién de sus ideas. Esas impresiones poco y nada tuvieron que ver con el arte militar de las tropas Gestacadas en los Alpes italianos a las que fue asignado. Este hhubo de ser mAs bien e] observatorio desde donde pudo seguir, con la curiosidad intelectual que lo distinguia entre sus con- temporaneos, los acontecimientos politicos y bélicos de Euro- pa, Después de un primer afio.en la montafa logré.su traslado.a Ja agregaduria militar de lp.embajada argentina-en-Roma, un lugar mas conveniente para adquirir un conocimiento de pri- mera mano sobre el experimento corporativista de Mussolini ‘La misi6n de estudios termind en diciembre de [040 De regre- so al pais, al mes siguiente recibio la orden de trasladarse a Mendoza en calidad de profesor del centro de instruccién de — 3 — e las tropas de montafa, Alli tuvo la oportunidad de frecuentar y hacer amistad con varios oficiales que mis tarde lo acompefia~ rian en su carrere politica; entre ellos, el teniente coronel Do- -mingo_Mereante, luego su mano derecha, y el general Edel-_ “miro Farrell, su apoyo importante dentro de la jerarqit ili: Tar. Habie pasado poco mas de un aio en Mendoza cuando Farrell intervino y lo trajo consigo a sus oficinas en Buenos gff\{{ Aires, Desde ellas, y con el flamante gra coronel, Perdin ” se voldd de leno a la actividad dominante del cuerpo de oficia- . Tes, Ja-conspiracién, y en febrero de 1943 se conté entre Tos 42.13 miembros fundadores de la logia militar qué habrid de'apode- © {un ‘ates del contol politico del gala de akigov jando hac mediados de 1944 estalld el conflicto dentro def GOU Ta Revolucién de Junio se hallaba ala defensiva En parte por el giro adverso de la situacion internacional, El avan- ce triunfal de las potencias del Bje se habia detenido y comen- zaba el repliegue bajo el asedio de los ejércitos aliados. En parte también por su propia orfandad de ideas y apoyos. Dus rante el affo transcurrido en el gobierno, la elite revolucionaria, habia invertido sus energies mas en la condena doctrinaria que en las politicas concretas, mostrando a la vez un desinterés| manifiesto por el respaldo civil, convencida de la autosuficien-j cia de su eruzada regeneradora, Todo parecia ingicar que se encaminaba a una frustracion semejante a la del fallido intento de Uriburu en 1931. Si ese destino no se cumpli¢ entonces ello & se debié al spore oportuno dePeréa) Fc cl quien saps oieee | en esos momentos dificiles dos cosas de las que catecia la Re- || Vorueisi info: ul programa social y economic y una || apertura hacia grupos esiratégicas de ls sociedad. Con esas * “cartas en [a mano y un talento muy superior a ia rusticidad po- oon de sus rivales, Peron logré definir la disputa interna a su “ate ae “@ favor En julio de 1944, acumulando los cargos de vicepresi- Adente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo se comvirtié. ened jefe virual de la revolucion yk Con fespecto a las propuestas de Peron, en mayo de 1944’ ' fue creado por su iniciative el Consejo Nacional de Posguertg? Mrs sone tarea de preparar un programa econémico qué permitie- evar las consecuencias del fin inminente del con el mundo En Tos ciculos militares era una opinién difundida que la terminaci6n de la guerra entrafaba el —4— tiesgo de Ja crisis econdmica, una vez desaparecidas las condi- ‘Gones extraordinarias que hablan protegida Ta expansién de la fadustrig; Fr su vision, el retomo de Ja paz esistitasociado al, peligro de ia recesion —como ocurriera despugs de Ja Primera) Guerra Mundial— y al previsible incremento de la agitacion | social, Bor otro indo, las legciones de le guerra habian ilusira- daa las militares acerca de la imp« ontar industria capaz.de produit armamentos y asegura la defensa _Macional. Estas-razones sirvieron de inispiracion a los expertas, empresarios y sindicalistas que Peron reuni6 en e) Consejo Na cfonal de Posguerra en) ‘on 3: i ae a Cindusirialista sostenido por el Estadoy orientado a la preservacin de las Rentes deempleo : Una segunda y irascendente iniciativa de Perin comenaba Bi segundo lugar, le busqueda de apayos entre los partidos 2, tradicionales tampoco Talld-en ellos funtarios ispuestos a acompafiar Ta empresa politica de quien tenia los paw Vy) dias contados, a juzgar por la evolucion de Ia situacién inter- \ ©" a nacional, El revés més clamoroso fue la negativa de Amadeo tt is Sabattini, el lider del ala progresista del radicalismo, «i que Ql Peron lego a ofrecerle la vicepresidencia en una formula enca- ! bbezada por él, Esa reticencia no era sélo el fruto de especula- ciones politicas. También fue Ja expresion de lavigilancia mo- tal ejercida sobre la clase politica por el vasto movimiento de| Tesistencia democratica que emergié a la luz con el aflo} nical ‘“To-de los controles autoritarios. Animado por estudiantes uni- versitarios, asociaciones de_pr sesronatee V Gautas de isi Islaualidad,epe mOvinfeto Gv be aned as ealag 7 ceu- 5 | | deLantifascism sobre los campos de batalla del mundo. Des- Je su perspectiv, el viaje de Perom eta demasiado radio para | f t i y ser tomado en serio; su gestion estaba demasiado entreverada con la trayectoria neutralista y anuliberal del régimen del que fera el verdadero jefe Las politicas s de Peron no altecaron esa visign criti- ca de la_cesistencia democratica. Dichas politicas exbibian Mucho en comun con empress corporsticistas europess como para facilitar la valoraciOn de Guanto tensan de imnovadoras en el contexto local, Ademas, que estas eneontraran tina recep- ‘cion favorable en los medios obreros no las hacia por ello mas aceptables ya que tanto Hitler como Mussolini habian ejercido cl poder con un fuerte respaldo de masas, Para quienes cor templaban la coyuntura argentina a partir de las Claves provis ‘faspor eT-escenario internacional, del enfrentamiento de la} causa de la democracia con sus enemigos de entonces, la tran-\ sicibn desde el antifascismo al antiperonismo habria de ser un Proceso casi natural ¢.inevitable, como.ha mostrade_ Silvia Sigal en su capitulo “Intelectuales y peronismo”, Solo quienes no adjudicaban la misiaa importancia al restablecimiento de Jas instituciones democraticas permanecieron al margen de él, como ocurrié con sectores del catolicismo y el nacionalismo. En cambio, la mayoria de los universitario: Toa Sn aaa igen reticada Stiulada por la derrota del Terver Reich y por lx forzada reorientacion del gobierno, @jgmediados)d=)1945)alimovilizay cionlopositora redoblé la ofensiva, decidids a imponer la ren dicion incondicional de Peron Bm junioyseysumaronpaveliastos) empresarios. En up manifiesto poblico, muchos de Ins-que— poco antes habian aplaudido las medidas oficiales-2 Gavor-de la industria cuestionaron las concesiones a os trabajadores y de nliaciaron a Ia Seoretarie de Trabajo por alentax laagitacion soGial en lar empresas, Esig desplazariienio del sje de loscon- ffictos obligé 2 Jos sindicatos a tomar partido, Encl mes de julio Diganizaron un gran acto en defensa de las reformas Tabo- rales, Fue sigesfivo que su defensa estuviese revestida de un Gardcter institucional y que evitaran personalizaria en ia figura de Pern. En esas horas decisivas era evidente que la preocu- pacion de los sindicalistas estaba en vbicarse sa,

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