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Capitulo 50 La ventosa obstétrica y la ayuda manual al parto de nalgas la ventosa obstétrica o vacuumextractor * Descripcién y iundamento # Técnica de la aplicacién * Condiciones necesarias para su correcta aplicacién * Indicaciones y contraindicaciones « Mortalidad y morbilidad perinatal * la ayuda manual al parto de nalgas © Técnica « Casos en que se debe hacer una ayuda manual Resultara extrano para el lector, que retina en este capitulo dos maniobras obstétricas tan dis- pares como la ventosa y la extraccién de la cabeza tiltima. La verdad es que estas dos, con la cesdrea y el forceps, son las Unicas operacio- nes obstétricas que hoy, ya en los noventa, se practican, Tanto la ventosa como la ayuda ma- nual al parto de nalgas no tienen entidad sufi- ciente como para ocupar cada una un capitulo propio en el contexto de una obra abreviada como es ésta, Las reunimos para que entre las dos den la extensi6n suficiente camo para dar una leccién de catedra. La ventosa obstétrica © vacuum extractor Numerosos han sido los métodos propuestos hasta la fecha para la extraccién de la cabeza fetal por el canal del parto. El mas extendido y usado ha sido el ya descrito del forceps obsté- rico. Se ha intentado también hacer esta extraccién con espatulas (espatulas de Thierry}, y también mediante una ventosa de vacio. Este procedimiento, que ha alcanzado difusién gra- Gias a los perfeccionamientos de Malmstrém, en Suecia, no es ni mucho menos nuevo. Yonge, de Plymouth, fue, al parecer, el prime- fo que, en 1706, escribid a la Real Sociedad de Londres, describiendo un método para extraer la cabeza fetal mediante el vacio. Un nuevo intento fue hecho a finales del siglo XVII por Seemann, de Leipzig. Pero el que realmente di- vulgé un método de ventosa para extraer la cabeza fetal fue James Simpson, en 1849. Un instrumento del mismo tipo fue fabricado y re- gistrado en América por MacKhey, en 1890, en la primera mitad de este siglo, nuevos inten- tos fueron hechos por Kuntsch, Torpin y Couzi- gou. Finalmente, el ya citado Malmstrém, en Goteburgo (Suecial, fabricd, en 1953, un primer modelo de ventosa perieccionada, que mejora- da y llevada a su forma definitiva en 1956, es la que se ha divulgado en todo el mundo. Descripcién y fundamento La ventosa obstétrica (Fig, 50.7) consta de las siguierites partes: 1) tres copas o cazoletas metdlicas de distinto didmetro; 2) un sistema de vaclo, y 3) un sistema de traccién. 1) Las copas. Las copas (Fig. 50.1) son en numero de tres: de 6, 7 y 8 centimetros de diametro, para poderse emplear segtin las con- jones de amplitud del canal del parto y de la parte presentada, Su forma, como puede verse en la figura, tiene a modo de un ensancha- miento por encima del punto de aplicacién, de tal manera, que si bien los diametros indicados corresponden a la parte aplicada, el didmetro maximo es de 15 mm mas en cada caso. La profundidad de la copa es de 2 cm, lo que permite su ocupacién total por el tumor del parto. El fondo de la copa tiene un orificio que se contintia por un tubo corto metalico, que se adapta al tubo de goma por el que se hace el vacio. ea a2 TRATADO DE GINECOLAGIA Figura 50.1. Ventosa obstétrica de Malmstrm, Consta de tres copas de 6, 7 y 8 cm de diametro y de un aparato para hacer el vacio. 2) El sistema de vacio. Esta formado por un frasco de vidrio con tapén de goma, provisto de tres perforaciones donde se adaptan: 1) un ma- németro (graduado de 0,1 a 1 kg/e.c; 2) una goma conectada con una bomba aspirante, y 3) una goma que se conecta a través del sistema de'traccién con la ventosa antedicha. El sistema de‘vacfo puede estar formado por una bomba de émbolo a mano, que es la que corriente- mente se emplea, pero en los aparatos mader- nos se usa también un aspirador automatico, 3) El sistema de tracci6n. Para impedir que al tirar de la goma que se aplica a la copa, ésta pueda salirse, se ha introducido en el interior de dicha goma una cadena que impide su alarga~ miento excesivo. Dicha cadena va unida, por un lado, a una placa que se coloca a nivel del orificio interno de la ventosa y, por el otro lado, aun dispositive en forma de tractor (véase Figu~ ra 51.2), Dicho sistema tractor, con su cadena, es graduable de tal manera que ésta puede alargarse 0 acortarse. El fundamento del vacuum extractor no es simplemente el de una ventosa de vacio. En efecto, el vacio tiene un papel importante en la fuerza de traccién, pero a este factor se afiade la adaptacién de la cabeza fetal a la forma interior concava de la copa, mediante la forma- cién de un tumor del parto. En efecto, si nos fijamos en las figuras, veremos que el citculo de aplicacién de la ventosa es de menor dismetro que la parte mas ensanchada de ésta. Si el vacio se hace de una manera lenta y gradual poco a poco los tejidos fetales van rellenando la totalidad de la copa y formando un tumor de parto que rellena poco a poco toda la concavi- dad de aquella. En estas circunstancias, la copa agarra en la cabeza, no solamente por su fuerza aspiradora de vacio, sino también por la mues- ca que forma lateraimente en e! tumor del par- to (véase Figura 50.3). Renunciamos a los deta~ lles de exposicion fisica de los principios de la ventosa, que pueden encontrarse en el trabajo original de Malmstrm. En 1973, Kobayashi ided una forma de vento- sa, cuya copa, en ver de ser de metal, es de materia siléstica, motivo por el cual se adhiere mucho mas a la cabeza fetal que la clasica ventosa metilica de Malmstrom (Fig. 50.4). Este instrumento en los ditimos afos se ha puesto Mango de Tubo portacadena Botén de referencia : Flaca de traccién "Campana de ‘aspicacion 60-70 €0 mm Figura 50.2. Esquema de la copa, la goma y ol tractor. Por dentro de la goma, y para que ésta no escape al lirar, corre una cadena que une el tractor ala copa. La goma y la cadena se han representado esquematicamente mucho mAs cortas de lo que son, LA VENTOSA OBSTETRICA Y LA AYUDA MANUAL AL PARTO DE NALGAS 63 Figura 50.3. Esquema de la traccién con la ventosa de Malmstrém. Obsérvese que la cabeza forma un tumor de parto que se introduce en la concavidad de la ventosa. Este detalle, que hace mas firme la trac- cién, es, sin embargo, un inconveniente, ya que le- siona la cabeza fetal ligeramente, muy en boga en Estados Unidos y con él se consiguen adherencias muchos mayores que con las copas de metal. En 1991 se introdujo un modelo muy sencillo, llamado muttivac (ig. 50.5) que est ahora muy de moda. Técnica de la aplicacién La técnica de extraccién con ventosa es muy sencilla y tiene, sobre otras operaciones obsté- tricas, las siguientes ventajas: 1) no requiere anestesia; 2) no requiere ayudante, bastando para ella solamente una enfermera o hasta una ayudante no graduada, que cumpla nuestra ins- trucciones de hacer funcionar la bomba de va~ cio. La preparacién de la enferma y el campo operatorio seran los de toda intervencién vagi- ral. La paciente sera colocada en posicién gine- coldgica, con horquillas que le sujeten las pier- as, y la region vulvar se rodeara de panos estériles. Hecho esto, la intervencién se compo- ne de los siguientes tiempos: 1) comprobacién del sistema de vacio y eleccién de la copa adecuada; 2) introduccién y adaptacién de di- cha copa; 3) realizaci6n del vacio, y 4) traccién y extraccién A) Comprobacién del sistema de vacio y eleccién de la copa adecuada. Antes de cada aplicacién, hay que convencerse de que la ven- tosa hace bien el vacio; de que la bomba aspira perfectamente; el mandmetro funciona y no hay escape por ninguna de las gomas ni de las uniones. Muchos fracasos pueden deberse a ha- ber omitido esta inspeccidn. Para probar el apa- rato es conveniente disponer de una pelota de goma blanda que se utiliza como un modelo de Cabeza fetal. Aplicada una copa sobre ella, se practica un vacio, ensayando si éste es eficien- te. Claro que esta comprobacién no es necesa~ rio realizarla continuamente, pero conviene cer- ciorarse de vez en cuando de que el aparato esta en orden. En cuanto a la eleccién de la copa, es un detalle muy importante; se debe elegir siempre la mayor posible. Su diametro dependera del grado de dilatacién y de la amplitud de la vulva. En caso de primfparas con buena dlilatacion y Fig, 50.4, Ventosa obstétrica de silicone. Modelo de Kobayashi. (Seguin Pelosi M, Apuzzio J. Am J Obstet Gyneco! 1984; 148: $37.) eae ‘TRATADO DE GINECOLOGIA Fig. 50.5. Ventosa obsiétrica en silicona. Modelo Mityrae (1991) que admitirian la copa mayor, pero en las que la pequefiez de la vulva no permite su introduc- cién, aconsejamos la practica de una episioto- mia ajo anestesia local. La ventosa tracciona con tanto mayor eficacia y con tanto menor posibilidad de escape y de lesién de la cabeza fetal, cuanto mayor didmetro tiene. B) Introduccién y adaptacién de la copa. A continuacién, el aparato debe ser exterliza- do. No es necesario esterilizar la totalidad del dispositivo, sino solamente la copa que se va a ‘emplear y, si acaso, la inmediatamente inferior, y la goma de unién del frasco del manémetro. Esta esterilizacién se hace cémoda y facilmente por ebullicién La intraduccién de la copa se hace lubricén- dola con vaselina estéril ¢ intraduciéndola obli- cua en la vulva, por uno de sus bordes, para luego colocarla en posicién frontal, una vez introducida en la vagina, y aplicarla directa- mente sobre la cabeza. Una vez la copa dentro de la vagina, se pondra especial cuidado en comprobar que no «pisex sobre el reborde del cuello, y al mismo tiempo se la conducira lo mas posterior posible, procurando que coincida con la parte mas declive de la presentacién. No creemos que haya que andar buscando una zona libre de fontanelas para aplicarla, No hay opcién a ella. Los autores que describen esta seleccién de una zona sin fontanelas, nos pare- ce que hablan de memoria. Se aplica la vento- sa, dentro de las condiciones antedichas, donde se pueda, Una vez colocada la copa, evitando, como decimos, el pisar con ella el reborde del cuello, se comienza a hacer el vacio. ©) Realizacién del vacio, Una vez com probada la aplicacion directa de la copa y man- teniéndola adaptada a la cabeza fetal con el dedo indice de la mano derecha, se ordena a un ayudante o a la enfermera o persona que esté colaborando con nosotros, que empiece 2 hacer el vacio, aspirando de la bomba 0, si se trata de un aparato de aspiracién automético, haciendo funcionar el mismo. Se inicia ahora el vacio, llegando hasta 0,2 kg/cm?. Con esta pre- sién negativa, la copa queda ya firmemente adheride a la cabeza, y entonces, el dedo que la oprimia y mantenia ajustada puede retirarse, pero se aprovecha este dedo para recorrer de nuevo todo el borde de la ventosa y comprobar que, efectivamente, no hay ninguna porcién del cuello pellizcada entre ella y la cabeza. Sola- mente después de haber comprobado este ex tremo, extraordinariamente importante, se pue= de continuar practicando el vacio. La presién negativa se debe ir aumentando a razén de 0,1 kg cada dos minutos, hasta alcanzar la cifta maxima de 08 kg/cm’. Esto quiere decir que se debe tardar aproximadamente de quince a die- cisiete minutos en hacer el vacio completo. Aunque algunos autores son mas rapidos y creen que con seis minutos basta, la verdad es que ef éxito de una buena presa y de una buena traccién depende de esta lentitud en fa aspira- cin. En efecto, haciendo el vacio lentamente, da tiempo a formarse paulatinamente un tumor de parto, se evita que en vez de tumor de parto se produzca una sufusién sanguinea o «cefalo- hematoma’ y, ademas, la lenta aspiracién hace que dicho tumor de parto adopte una forma de reborde o convexidad que queda enganchada en el rodete entrante de la ventosa. Si existe una indicacin urgente de terminar el parto, y el tiempo apremia, el tiempo indica- do puede reducirse a diez minutos, pero en ningGn caso se invertiré en llegar a los 0.8 kg/cm? menos de diez minutos. Es una regia de oro de la ventosa respetar al pie de fa feta estas prescripciones. D) Traccién y extraccion. La traccién debe ser una fraccién intermitente. Esta intermitencia debe ser sincrénica con fa contraccién uterina. Debemos esperar, por tanto, que la mujer tenga una contraccién, cosa que, como esta despier- ta, podemos comprobar perfectamente y hasta pedirle que nos la anuncie, para entonces, sin- cr6nicamente con la contraccién, ejercer la trac cidn. Esta, igual que en el forceps, debe ser axial Esto quiere decir que debemos tirar segtin el eje de la pelvis, el cual, si la cabeza esta todavia LA VENTOSA OBSTETRICA Y LA AYUDA MANUAL AL PARTO DE NALGAS 56 alta, a nivel del segundo plano, se dirige hacia abajo y su prolongacién pasa aproximadamente a nivel det orificio del ano. Conviene recalcar que tirar de la ventosa en sentido de la vulva no es correcto hasta que la cabeza aparece ya a la altura del cuarto plano. Debe tirarse lo mas bajo posible apoyando la goma sobre la horqui- lla perineal y forzando ésta ligeramente hacia abajo. Para ayudar a la cabeza a descender, haciendo una traccién axial por artificio, se tira- 4 de la ventosa con la mano izquierda, mien- tras que con la mano derecha, el dedo indice, introducido en la vagina, imprimiré un movi- miento en sentido posterior a dicha ventosa. De este modo, la copa es deprimica hacia el sacro al mismo tiempo de la traccién La traccién, al mismo tiempo que tira de la cabeza hacia abajo, obliga a ésta a comprimir fuertemente el cuello y desencadena un reflejo de Harris-Ferguson, En estas condiciones, la ventosa estimula la contractilidad uterina y se observa que bajo el impulso de las tracciones las contracciones de la mujer se refuerzan. Si la ventosa esta bien hecha e indicada, con estas maniobras pronto se ve aparecer la cabe- za entreabriendo la vulva. Entonces procede empezar a hacer una traccidn en la direccién de ésta, elevando poco a poco el eje de dicha traccién, De esta manera vernos entreabrir gra~ dualmente la vulva y dar salida a la cabeza, realizando ésta, si la presentacién era de occi- pucio, su movimiento de deflexién fisiolégica Finalmente, toda la cabeza es extraida en las primiparas a favor de una episiotomia bajo anestesia local, que debemos haber hecho an- tes, y en las multiparas, por lo comtin, sin més cuidados que la proteccién del periné. £) Rotacién con la ventosa. a ventosa nunca se debe emplear como instrumento rota- dor. Gran parte de los fracasos que se le atribu- yen, se deben a quererla emplear con esta fina- lidad inadecuada. F)__Liberacién de la cabeza. Una vez termi- nada la extraccién, se deshace el vacio fenta~ menie. No conviene descomprimir demasiado aprisa la cabeza fetal (peligro de hemorragia intracraneal), Con la ventosa de Malmstrém, aunque no con la de Kobayashi, queda una deformidad muy fea de la cabeza fetal, que rapidamente desaparece, fsta es una de las ventajas de las ventosas de silastico. Si en el curso de la extraccién fa ventosa se escapa, cosa que suele ser atribuible a una falta de técnica 0 a omisin de los detalles antedi hos, pero que algunas veces, a pesar de todo, puede suceder por mala suerte; no debe inten- tarse de nuevo una aplicacion. Si el escape ha tenido lugar habiendo descendido ya la cabeza y estando ésta accesible a un férceps, sera con este instrumento con el que se termine el parto. Sila ventosa se escapa estando todavia la cabe- za por encima del tercer plano de Hodge, lo mas prudente sera teminar el parto por cesarea Condiciones necesarias para su correcta aplicacién Como todo instrumento nuevo, el vacuum extractor ha sido empleado exageradamente. Se ha querido hacer de él una panacea universal de los partos, cosa que es completamente erré- nea. Descendida ya la pleamar de la exagera- cidn obstétrica, parece liegado el momento de precisar las condiciones en que deba ser usad La ventosa es un instrumento de aplicacién mas amplia que e! frceps y, por tanto, que no requiere unas condiciones tan estrictas. Sin em= bargo, tampoco puede ser aplicada de una ma- nera indiscriminada. Deben ser exigidas las si- guientes condiciones: 1) que esté indicada; 2) necesidad de un buen diagnéstico previo; 3) dilatacién completa; 4) cabeza encajada; 5) feto vivo y no dafiado. Las examinaremos a conti- nuacion. A) Que esté indicada. Esta es una condi- cién que ponemos nosotros como previa en cualquier intervencién obstétrica, Nunca se de- be intervenir sin una raz6n suficiente. Esto es todavia mas necesario decirlo en el caso de la ventosa, que es empleada por muchos tocdlo- g0s, en el parto normal, como simple medio de. acelerarlo. Como mas adelante veremos, la ven tosa, aunque poco peligrosa, no es totalmente inocua, lo que hace que nunca deba ser em- pleada sin una suficiente justificacién, B) Necesidad de un buen diagnéstico. Co- mo en todas las operaciones obstétricas por via vaginal, sin un diagnéstico correcto de la pre- sentaci6n, es completamente imposible hacer una ventosa bien hecha. El diagnéstico debe afectar los siguientes extremos: 1) parte presen- tada; 2) grado de dilatacién; 3) existencia 0 no de una desproporcién pélvico-cefélica; 4) y muy importante, que haya una suficiente consisten- ia de la cabeza fetal; 5) que no haya una parte procedente, muy especialmente el cordén, y 6) que el feta no esté dafado. os TRATADO DE GINECOLOGIA ©. Dilatacién completa. La ventosa debe emplearse siempre con dilalacién completa, Mu= cchos fallos de las series antiguas, que han desa- creditado este instrumento, se deben a haberlo empleado en cuellos insuficientemente dilata- dos empleando la copa mas pequefa del apara- to de Malmstrém. D) Cabeza encajada. En anteriores edicio- nes de este libro deciamos que la ventosa se podia hacer en cabeza sin encajar. La ulterior experiencia (Nilsen, Vacca) ha demostrado que las ventosas en cabeza alta tienen una elevada moralidad perinatal. Por eso hoy dia no hace- mos mas ventosas que aquellas en las que la cabeza esta por lo menos en tercer plano de Hodge, y mejor todavia si est mas baja. Asimismo, fa ventosa de prueba, que se prac- ticaba en cabezas sin encajar para probar el encajamiento, debemos reconocer que hoy dia ya no se debe practicar. Haremos, por tanto, igual que en el caso del forceps, solo ventosas en cabezas encajadas Indicaciones Igual que hemos hecho con el forceps, va- mos a dividir las indicaciones de la ventosa e A) maternas, B) fetales y C) mixtas, En la Tabla 50.1 mostramos el ntimero e incidencia de ap caciones de forceps y ventosa, segiin las indica- ciones A) Indicaciones maternas. En numerosas ocasiones interesa acortar el parto por existir un riesgo matemno, lo que es una indicacién hete- rodoxa, pero que se emplea mucho en las clini= cas donde se dirige el parto bajo analgesia Entre estos dos tipos de indicaciones tenemos ‘tra, el acortar un parto de prueba, forzando el encajamiento y la dilatacién con la ventosa obstétrica, Vamos a estudiar mas detenida- mente estas indicaciones maternas, 1) Enfermedades intercurrentes, Entre éstas podemos contar una amplia serie de ellas, aun= gue las mas importantes sean las cardiopatias, toxemias y enfermedades del aparato respirato- rio. En estas pacientes es desaconsejable un parto largo por el esfuerzo que presupone, sien- do especialmente peligroso el periodo expulsivo por los pujos que se ve obligada a realizar. Por este motivo, cuando el periodo de dilatacién alcance los 7-8 cm, y aunque la cabeza esté sin encajar, debemos aplicar la ventosa, que termi: naré el parto en breves minutos. Como se ve en la Tabla 50.1, las doce pacien- tes que han dado a luz con una enfermedad intercurrente, han sido ayudadas en el parto con la ventosa, simplemente porque ésta puede aplicarse antes de que se rena las condiciones para aplicar el forceps. 2) Cesarea anterior. Otra indicacién para acortar la duracién del parto es la existencia de una cicatriz en el miometrio. Cuando mayor sea el trabajo uterino, tanto mayor es el riesgo de que se rompa la cicatriz. Por esta razén utiliza- remos siempre la ventosa como norma general. Tabla 50.1. Indicaciones del forceps y de la ventosa, Datos del Instituto Provincial de Obstetricia y Ginecologia, 1979-1978. Forceps Ventosas 1973-1978 1973-1978 ne 304 ne 1.547 Indicacion casos | (%) | casos | (%) Materna: Total 44a | 43,97 | 969 | 58.54 Enfermedad intercurrente o |] 0 2 | O78 Cesarea anterior 3 | o99 | s7 | 371 Parto de prueba o} o 4 | 099 Profilactico 141 | 4598 | 754 | 49,06 Sutrimiento fetal 72 | 2368 | 70 | 485 =. Mixios: Total 78 | 2965 | 608 | 3391 Expulsivo prolongado 86 | 18.42 | 391 | 2479 Falta de colb. materna oa] o sao | 4,71 Otros 2 | 724) 37 | 2a LA VENTOSA OBSTETRICA Y LA AYUDA MANUAL AL. PARTO DE NALGAS oar Sin embargo, en las pacienes que acuden al hospital con el parto ya avanzado, y que re- nen las condiciones requeridas por el férceps, es preferible esta intervencién, ya que no preci- sa de més trabajo uterino y la ventosa debe asociarse a contracciones uterinas. 3) Fiebre inirapasto. Se debe terminar el parto en casos de infeccién amniética con fie- bre superior a 38,5° durante mas de una hora. Si se retinen las condiciones del férceps nos decidiremos por él, pues es mucho mas rapido, En caso contrario queda la alternativa de la cesarea o la ventosa obstétrica. La cesirea pre- supone aqui un riesgo de peritonitis, por lo que se preferira la ventosa siempre que haya dilata- ion suficiente. 4) Hipodinamia, Esta indicacién suele en- slobarse entre las causas mixtas, porque gene- ralmente cursa como un periodo expulsivo pro longado. Sin embargo, puede presentarse antes y no ser conveniente el empleo de oxitécicos. En todos estos casos podemos utilizar el efecto que tiene la ventosa para desencadenar el refle- jo de Ferguson-Hartis si traccionamos intermi- tentemente. 5) Ventosa profilictica. Cada dia se practi- can mas operaciones que en un sentido estricto no estan indicadas, pero que se imponen en una clinica moderna. Ya hemos hablado de esto en el capitulo anterior al tratar del forceps profilic- tico y ahora nos encontrames con una incidencia mucho mayor de ventosas realizadas con este fin. ¥ el fin es: 1.° acortar el parto antes de que éste llegue a superar los limites del parto lento, pero cuando ya se ha demorado.un tanto, y 2° reforzar los pujos de las mujeres que no colabo- ran por estar mas analgesiadas de lo deseado. Como puede verse en la Tabla 50.1, la mitad de las yentosas se han realizado profiléctica- mente. Pers tengase en cuenta que el 71 por 700 de las pacientes eran primiparas, y que el 55,27 por 100 de los fetos pesaron mas de 3.500 g. lo que habla en favor de que se trataba de partos, relativamente laboriosos. B) Indicaciones fetales. La indicacién de ventosa en los casos de sufrimienta fetal agudo la consideramos un grave error, ya que su aplica~ cién toma un tiempo y otro la extraccién, tiem- po que puede ser fatal para el feto. En estos Casos debemos optar por el forceps o la cesérea, segtin sean las condiciones de la madre. La ventosa obstétrica es, sin embargo, muy eficaz para acortar aquellos partos en los que aparece algin signo de hipoxia, como taquicar- dia o dips Il aislados, y no se comprueba una acidosis fetal (Capitulo 45). En estos casos es obvio que se esta produciendo una crisis de hipoxia que de momento no afecta al feto, pero de continuar asi pronto nos encontrariamos ante un sufrimiento fetal grave, Se impone abreviar el parto, y para ello nada mas adecuado que la ventosa. Otra indicacién la encontramos en los partos donde una distacia dinamica ocasiona un sufti- miento grave. En estos casos lo mas adecuado es paralizar el dtero mediante la administracién de Un tocolitico y esperar unos minutos a que se recupere el feto, Conseguido esto (y confirmado por el quimismo sanguineo), la ventosa puede ayudar a terminar el parto si se retinen las condi= clones requeridas. la ventosa esté indicada en la profilaxis de! sutrimiento fetal, 0 en el tratamiento del sufrimien- to fetal leve. © _Indicaciones mixtas. Son las que se ha- ccen para beneficio de la madre y del feto. Como se ve en la Tabla 50.1 se han realizado casi el 40 por 100 de las ventosas con este fin, especial- mente por periodo expulsivo prolongado y por falta de colaboracién materna. 1). Periodo expulsivo prolongado. Como vir mos en el parrafo anterior, se incluye la hipo- dinamia secundaria, que se presenta al final del parto, y también las distocias de rotacién o fle- xién, com son el parto en occipitoposterior y la presentacién de sincipucio. En todas estas situa~ Ciones preferimos la ventosa al férceps por ser menos lesiva. Sin embargo, en las deflexiones ms acentuadas (parto de frente] y en la presen tacién transversa-baja, la ventosa suele ser poco Util para resolver la distocia o estar contraindica- da (presentacién de cara) 2). Falta de colaboracién materna, Las pa- Gientes analgesiadas mas profundamente que lo deseado es frecuente que no colaboren con los

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