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Tema 1 2
Tema 1 2
1
La sociedad del riesgo: los nuevos retos de la seguridad.
Los cambios y avances que han tenido lugar sobre todo a partir de la
segunda mitad del siglo XX, han propiciado importantes transformaciones en
las sociedades occidentales que afectan a diferentes ámbitos, entre los que se
encuentra la seguridad. Las personas y las sociedades se exponen a nuevos
riesgos, entendidos como contingencias o probabilidades de que una amenaza
se materialice produciendo un daño.
Ullrick Beck en su libro "La sociedad del riesgo", para explicar estas
transformaciones, distingue entre una primera y una segunda modernidad. La
primera modernidad estaría basada en las sociedades de Estados-nación, en
las que las relaciones y redes sociales se entienden en un sentido territorial,
con una industrialización rápida y una destrucción no visible de la naturaleza.
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La tecnificación avanza de manera cada vez más rápida, por lo que las
sociedades no disponen de tiempo para poder prever sus efectos, de modo que
vivimos en un marco cultural retrasado en relación con las nuevas tecnologías.
Los riesgos no se identifican fácilmente puesto que las amenazas globales
rompen por completo las reglas y hábitos de distribución de competencias.
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Estos riesgos han sido calificados también como nuevos riesgos
globales autogenerados, en la medida en que son producto de la acción
humana, pero a su vez también pueden ser prevenidos por el comportamiento
humano. La obligación de evitar estos potenciales daños está llevando tanto a
los Estados como a organizaciones internacionales a optar por un cambio en el
modelo de gestión que permita anticiparse a los problemas, planificando las
respuestas a los mismos, en lugar de improvisarlas al verse obligados a
reaccionar una vez se han materializado. Se ha producido un cambio de
paradigma, pasándose de la mera prevención, a la proactividad.
La influencia de la globalización.
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crecimiento y prosperidad, aunque el crecimiento no haya sido siempre
equilibrado.
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materialización de posibles amenazas a la seguridad, incremente su alcance o
acelere y agrave su impacto.
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que para su seguridad plantea la existencia de organizaciones criminales
internacionales.
Entre las causas del fracaso o fragilidad de los Estados se han apuntado
los conflictos armados prolongados, mal gobierno, subdesarrollo y pobreza,
desgaste de gobiernos autoritarios débiles o el colapso institucional.
4) La corrupción.
B) Dimensión económica.
1) Interdependencia económica.
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las tecnologías de la información y la comunicación; y el desarrollo de una
nueva ingeniería financiera.
2) Pobreza y exclusión.
3) Desigualdad.
4) Desempleo.
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C) Dimensión geográfica y medioambiental.
2) El factor frontera.
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Marruecos y otras naciones del Magreb. Nos encontramos con el problema de
los flujos migratorios irregulares.
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migratorios masivos y descontrolados o avivar tensiones y disputas territoriales
que pudieran traducirse en guerras por los recursos.
D) Dimensión sociocultural.
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Las principales tendencias de riesgo a este respecto son la proliferación
de actitudes intolerantes y conductas discriminatorias, la segregación de
minorías étnicas o religiosas agrupadas y aisladas en torno a ciertos barrios o
localidades, la incubación de conflictos intercomunitarios, el desarrollo de
incidentes violentos puntuales o periódicos, u otras formas de violencia, como
un terrorismo con componentes xenófobos, sectarios o religiosos.
4) Entornos anómicos.
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La proliferación de comportamientos delictivos se acrecienta en
ambientes anómicos, y no solo a título individual, Las situaciones anómicas
también pueden facilitar la formación de guetos o entornos segregados,
vulnerables a la penetración de elementos extremistas y, en esa medida,
también a la radicalización violenta.
E) Dimensión tecnológica.
1) Aspectos generales.
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3) Tecnologías de la información.
5) Nanotecnologías.
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TEMA 2
1
Evolución del concepto de Seguridad Nacional.
Históricamente en el concepto de seguridad nacional se observan dos
momentos significativos. El primero de ellos corresponde a la época de la
Guerra Fría, en el que por primera vez se comienza a utilizar el término
seguridad nacional, cuya teoría se elabora en EEUU. El 26 de julio de 1947, el
presidente norteamericano Harry S. Truman firmaba la primera Acta de
seguridad nacional.
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Las Estrategias de Seguridad Nacional.
Las Estrategias de Seguridad Nacional (ESN) son documentos
elaborados como parte de las políticas públicas con la finalidad de orientar la
acción de los Estados en ese ámbito particular. Sus objetivos se deducen de
las políticas que el Gobierno asume como propias. Además, en un Estado
democrático y de derecho, la definición de tales objetivos debe ajustarse a los
criterios normativos básicos que lo rigen, y ha de aspirar a concitar el mayor
consenso político posible.
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Se ha apuntado que una ESN debe reunir cinco características:
precisión, credibilidad, legitimidad, realismo y sostenibilidad. La precisión y
credibilidad provienen de la fiabilidad y veracidad de sus contenidos. La
legitimidad depende de la sintonía con los principios y valores de la sociedad a
la que la estrategia pretende servir, así como de su aceptabilidad política. Ser
realista equivale a establecer objetivos que no sean inalcanzables, y la
sostenibilidad depende de la existencia de voluntad política y medios
suficientes para su implantación.
De todo ello se infiere que para elaborar una ESN eficaz es fundamental
establecer procedimientos de participación de expertos y de la propia sociedad
civil, pudiendo aplicarse a ese fin los instrumentos de análisis de políticas
públicas. Además los contenidos de las estrategias deben estar sujetos a
revisión periódica para asegurar su adaptación a las circunstancias
geoestratégicas y geopolíticas de cada momento.
Los enfoques adaptados por las ESN en los últimos años reflejan tres
cambios fundamentales en sus contenidos. El primero incluye una redefinición
de la idea de seguridad de los Estados que, lejos de circunscribirse a la
defensa de sus fronteras y el ejercicio de la propia soberanía (seguridad y
defensa nacional en un sentido clásico), debería añadir a esos cometidos
tradicionales otros objetivos relacionados con el bienestar y la prosperidad de
sus poblaciones.
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Siendo más concretos las ESN deben aportar lo siguiente:
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La Ley de Seguridad Nacional,
En el ámbito legislativo, fruto de todas estas líneas de actuación, fue la
aprobación de la Ley 36/2015, de 28 de septiembre, de Seguridad Nacional
(SN). En su Preámbulo indica que la seguridad constituye la base sobre la cual
una sociedad puede desarrollarse, preservar su libertad y la prosperidad de sus
ciudadanos, y garantizar la estabilidad y buen funcionamiento de sus
instituciones. En el mundo actual los actores y circunstancias que ponen en
peligro los niveles de seguridad se encuentran sujetos a constante mutación, y
es responsabilidad de los poderes públicos dotarse de la normativa,
procedimientos y recursos que le permitan responder con eficacia a estos
desafíos a la seguridad. En este contexto aparece el campo de la Seguridad
Nacional como un espacio de actuación pública nuevo, enfocado a la
armonización de objetivos, recursos y políticas ya existentes en materia de
seguridad.
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Según el artículo 10 se consideran ámbitos de especial interés de la SN
aquellos que requieren una atención específica por resultar básicos para
preservar los derechos y libertades, así como el bienestar de los ciudadanos, y
para garantizar el suministro de los servicios y recursos esenciales. A los
efectos de esta ley, serán, entre otros, la ciberseguridad, la seguridad
económica y financiera, la seguridad marítima, la seguridad del espacio aéreo y
ultraterrestre, la seguridad energética, la seguridad sanitaria y la preservación
del medio ambiente.
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Entre las crisis que se afrontan con los medios habituales y la
declaración de los estados de alarma, excepción o sitio, existía un vacío
normativo y no se contaba con ninguna figura intermedia. Este espacio lo
cubren ahora las situaciones de interés para la seguridad nacional, en las que
sin verse afectados los derechos fundamentales y las libertades públicas, se
produce una cooperación reforzada de todos los instrumentos del Estado.
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TEMA 3
1
La Estrategia Nacional de Ciberseguridad
En el mes de abril de 2019 se publicó la Orden PCI/487/2019, de 26 de abril,
por la que se publica la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2019, aprobada por el
Consejo de Seguridad Nacional. Este documento desarrolla las previsiones de la
Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 en el ámbito de la ciberseguridad,
considerando los objetivos generales, el objetivo del ámbito y las líneas de acción
establecidas para conseguirlo. Establece la posición de España ante una nueva
concepción de la ciberseguridad en el marco de la Política de Seguridad Nacional.
Se estructura en cinco capítulos: el ciberespacio como espacio común global; las
amenazas y desafíos en el ciberespacio; propósito, principios y objetivos de la
ciberseguridad; líneas de acción y medidas; y la ciberseguridad en el Sistema de
Seguridad Nacional.
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La cibercriminalidad, por su parte, es un problema de seguridad ciudadana de
primer orden, representando una de las amenazas más extendidas y generalizadas,
que se materializa de forma continua y que victimiza cada vez de manera más
importante a miles de instituciones, empresas y ciudadanos. El término
cibercriminalidad, hace referencia al conjunto de actividades ilícitas cometidas en el
ciberespacio que tienen por objeto los elementos, sistemas informáticos o
cualesquiera otros bienes jurídicos, siempre que en su planificación, desarrollo y
ejecución resulte determinante la utilización de herramientas tecnológicas; en
función de la naturaleza del hecho punible en sí, de la autoría, de su motivación, o
de los daños infligidos, se podrá hablar así de ciberterrorismo, de ciberdelito, o en su
caso, de hacktivismo.
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Resiliencia: La resiliencia es una característica fundamental que deben poseer los
sistemas e infraestructuras críticas. El Estado está obligado a asegurar la
disponibilidad de los elementos que se consideren esenciales para la nación,
mejorando su protección contra las ciberamenazas. Especial mención merece el
refuerzo que requieren las redes de información y comunicaciones frente a
actividades de las ciberamenazas o al uso ilícito del ciberespacio.
Objetivo II. Uso seguro y fiable del ciberespacio frente a su uso ilícito o
malicioso.
El ciberespacio juega un papel cada vez más importante tanto en la comisión
de hechos ilícitos o maliciosos como en su investigación para promover la confianza
de los ciudadanos. Es necesario garantizar una adecuada persecución de los
fenómenos criminales que en él se desarrollen.
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CAPÍTULO 4.- Líneas de acción y medidas
Línea de Acción 1. Reforzar las capacidades ante las amenazas provenientes del
ciberespacio:
Línea de Acción 2. Garantizar la seguridad y resiliencia de los activos estratégicos
para España:
Línea de Acción 3. Reforzar las capacidades de investigación y persecución de la
cibercriminalidad, para garantizar la seguridad ciudadana y la protección de los
derechos y libertades en el ciberespacio:
Línea de Acción 4. Impulsar la ciberseguridad de ciudadanos y empresas
Línea de Acción 5. Potenciar la industria española de ciberseguridad, y la
generación y retención de talento, para el fortalecimiento de la autonomía digital:
Línea de Acción 6. Contribuir a la seguridad del ciberespacio en el ámbito
internacional, promoviendo un ciberespacio abierto, plural, seguro y confiable, en
apoyo de los intereses nacionales:
Línea de Acción 7. Desarrollar una cultura de ciberseguridad.
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El Foro Nacional de Ciberseguridad actuará en la potenciación y creación de
sinergias público privadas, particularmente en la generación de conocimiento sobre
las oportunidades y los desafíos y amenazas a la seguridad en el ciberespacio.
España cuenta con un sistema de protección civil adecuado para dar una
respuesta eficaz y coordinada a las emergencias originadas por estos riesgos, que
ha ido evolucionando hasta cristalizar, con la entrada en vigor de la Ley 17/2015, de
9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, en un sistema que ordena las
acciones y políticas públicas en torno a los diferentes procesos del ciclo de las
emergencias: anticipación, prevención, planificación, respuesta inmediata y
recuperación. A este ciclo se incorpora el proceso de coordinación general de la
acción política.
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catástrofes en nuestro país, así como las líneas de acción estratégicas para integrar,
priorizar y coordinar todos los esfuerzos que permitan optimizar los recursos
disponibles para su gestión.
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calor, etc.), intensos procesos de erosión y desertización, y la presencia de áreas de
alta peligrosidad sísmica.
Colectivos en situación de especial vulnerabilidad: La existencia de grupos de
población en situación de especial vulnerabilidad (por sus características personales,
sociales o económicas) requiere que dicha circunstancia sea tomada en
consideración a la hora de valorar el riesgo y plantear la respuesta de los poderes
públicos ante los mismos. El paulatino envejecimiento de la población española es
otro elemento a considerar, por su posible impacto en la vulnerabilidad personal
frente a algunos tipos de riesgos.
Inundaciones.
Descripción: En España la pluviosidad media no es muy abundante, pero en
ocasiones se producen precipitaciones que en muy pocas horas alcanzan valores
muy extremos. Estas lluvias extraordinarias provocan caudales extremos, que al
circular por el terreno pueden dar lugar a crecidas, avenidas o riadas, desbordando
su cauce habitual, provocando la inundación de terrenos, y afectando a personas y
bienes.
La gran variabilidad entre los caudales ordinarios y extraordinarios de algunos
ríos, en ocasiones de forma súbita y la ocupación desordenada de los márgenes de
los cauces, hace que el problema de las inundaciones revista en España una
especial gravedad.
Las avenidas súbitas, provocadas por lluvias torrenciales, de corta duración, gran
intensidad y muy localizadas, son un fenómeno bastante frecuente en España
produciendo pérdida de vidas humanas, unas 300 en los últimos 30 años, y
cuantiosos daños materiales que pueden estimarse en unos 500 millones de euros
anuales.
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Por otra parte, los temporales de varios días de duración que afectan a grandes
cuencas producen otro tipo de inundación más lenta, que causan fundamentalmente
daños económicos y, más infrecuentemente, personales.
Aunque las crecidas son, en su origen, un fenómeno natural eminentemente
físico e hidrológico, en su desarrollo sobre zonas donde hay actividades humanas se
convierte en un problema relacionado con la ordenación del territorio que presenta
importantes repercusiones sociales y económicas.
Potenciadores
Incendios forestales.
Descripción: Los incendios forestales se producen de forma periódica y
recurrente todos los años en España. Su número, en términos absolutos, es muy
elevado en comparación con los países de la UE, si bien se trata del segundo país
europeo en extensión de la superficie forestal, y el cuarto en superficie ocupada por
masas arboladas.
Al elevado número de incendios y extensión de la superficie forestal se suma el
aumento de la intensidad con que estos se producen. Por término medio, un 34 %
de la superficie quemada cada año, es consecuencia de unas pocas decenas de
incendios, que presentan dimensiones superiores a las 500 has. Son los
denominados grandes incendios.
Los incendios forestales, por tanto, constituyen un grave problema, tanto por los
daños que ocasionan de modo inmediato en las personas y bienes, como por la
grave repercusión que tiene la destrucción de extensas masas forestales sobre el
medio ambiente.
Los incendios forestales son la causa más importante de degradación de los
ecosistemas forestales, provocando elevados daños ecológicos y económicos e
incluso pérdida de vidas humanas, por lo que requieren una atención preferente para
gestionarlos de modo que se reduzca su ocurrencia, su incidencia y sus
consecuencias.
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El número de incendios que se inicia cada año y las superficies afectadas,
continúan representando una amenaza recurrente para las personas, sus bienes y el
medioambiente. Así mismo, el creciente grado de desarrollo urbano en los entornos
forestales (interfaz urbano-forestal), hace que los incendios forestales ocurridos en
estas zonas representen un riesgo especialmente grave debido a las peculiaridades
y complejidad que entraña su extinción.
Potenciadores:
El clima dominante en el área mediterránea con prolongadas sequías
acompañadas de altas temperaturas estivales y, en ocasiones, de fuertes vientos,
propicia unas condiciones meteorológicas favorables para que se produzcan
incendios forestales.
La Estadística General de Incendios Forestales, si bien muestra una tendencia
global de descenso el número de incendios y superficies afectadas por los mismos,
apunta a que el problema sigue siendo cíclico y recurrente y con una evolución
futura que puede verse condicionada especialmente por el fenómeno del cambio
climático; de hecho, el cambio climático está amplificando el impacto de eventos
meteorológicos extremos en Europa, lo que conllevará por tanto escenarios que
apuntan a un incremento en los índices de riesgo y la intensidad de los incendios,
incluso fuera de las épocas habituales, en especial en el sur de Europa.
La ocurrencia de incendios forestales fuera de estación dificulta la planificación
para la lucha y mantenimiento de servicios permanentes y especializados en la
extinción de incendios.
Otro potenciador lo constituyen los condicionantes socioeconómicos y
demográficos, la pérdida de valor de los productos forestales, la despoblación de las
áreas rurales y el aumento de la población urbana, que tiene como consecuencia el
aumento de tierras agrícolas abandonadas con el consiguiente aumento de masa
forestal combustible , todo lo cual representa un problema añadido para una gestión
eficiente y sostenible del monte.
Así mismo, el uso indiscriminado del fuego para el mantenimiento de pastos, la
acción intencionada o interesada y el uso recreativo del monte por población
eminentemente urbana, constituyen otro factor potenciador de este riesgo.
Actuaciones prioritarias:
Identificar las capacidades mínimas de extinción del Sistema Nacional de
Protección Civil, para su uso coordinado a nivel estatal e internacional.
Reforzar la acción pública para garantizar el cumplimiento de la Ley, y en
particular, la persecución y esclarecimiento del delito, fomentando la colaboración
ciudadana.
Promover la elaboración de los planes autoprotección de las instalaciones y
actividades que tengan lugar en el terreno urbano-forestal.
Fortalecer las capacidades operativas y de prevención en el ámbito local, ante
los incendios de la interfaz urbano-forestal.
Incentivar la formación en protocolos de actuación ante incendios de la
población rural en territorios eminentemente forestales.
Potenciar la formación de los intervinientes en incendios forestales.
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Terremotos y maremotos.
Descripción: La península Ibérica se halla situada en el borde sudoeste de la
placa Euroasiática en su colisión con la placa Africana. Nuestro país no presenta un
área de grandes terremotos, aunque sí tiene una actividad sísmica relevante con
sismos de magnitudes moderadas capaces de generar daños muy graves.
Se registran anualmente en la Península Ibérica unos 6.000 sismos, en la
mayoría de los casos de baja magnitud, que se concentran al sur de la línea Cádiz-
Alicante y en el área pirenaica, principalmente.
Mención especial merecen el terremoto de Lorca, ocurrido el 11 de mayo de
2011, que causó 9 víctimas mortales y 324 heridos, además de daños estructurales
a más de un millar de edificios y al importante patrimonio cultural de la ciudad.
Potenciadores:
Factores socioeconómicos que, en el pasado, llevaron al crecimiento
desordenado del parque edificado, con una deficiente o inexistente normativa de
construcción sismo-resistente, que hizo aumentar la exposición a este riesgo, en
especial en las áreas más expuestas, que en muchos casos coinciden con zonas
turísticas de alta ocupación.
El desconocimiento o falta de estudios locales de la respuesta sísmica del suelo
que permitan a la escala adecuada zonificar el territorio en aras de condicionar el
planeamiento urbanístico y limitar los usos del suelo. A ello se añade la
vulnerabilidad del parque inmobiliario rural.
La concentración de población en áreas turísticas expuestas en determinadas
épocas del año, que puede producir un desequilibrio entre los medios y recursos de
respuesta y el tamaño de la población a atender.
El alto periodo de retorno de los terremotos destructivos y/o maremotos, hace
que la población tenga una percepción baja del riesgo, aumentando su
vulnerabilidad.
Actuaciones prioritarias:
Elaborar análisis nacionales de riesgos en función de escenarios posibles,
teniendo en cuenta los fenómenos asociados. Estos escenarios deben ser
multirriesgo y se utilizarán para mejorar la planificación de emergencias con
intervención del Estado.
Fortalecer los mecanismos administrativos y judiciales de control para vigilar el
cumplimiento efectivo de los instrumentos preventivos, legales y técnicos sobre
prevención en riesgo sísmico, especialmente el cumplimiento de la norma sismo
resistente.
Fomentar el desarrollo de estudios locales de riesgo sísmico, especialmente en
las zonas más propensas a sufrir terremotos y el desarrollo de la planificación local
especial ante este riesgo.
Implantar un sistema de alerta e información preventiva ante el riesgo de
tsunamis, así como desarrollar la planificación contemplada en la directriz básica de
Protección civil ante el riesgo de maremotos.
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Volcánicos.
Descripción: Aunque la España peninsular presenta evidencias geomorfológicas
de un volcanismo geológicamente antiguo (Olot, Campo de Calatrava, Sierra de
Gata), la Comunidad Autónoma de Canarias es la única que presenta una actividad
volcánica muy reciente, que hace que sea el único ámbito territorial para el que la
legislación vigente establece la necesidad de disponer de un Plan de Protección Civil
ante dicho riesgo.
El archipiélago canario comprende siete islas volcánicas mayores que forman
una cadena que se extiende unos 500 km a lo largo del Atlántico. Se dispone de
registros históricos de erupciones en Tenerife, La Palma, El Hierro y Lanzarote.
También se conocen erupciones volcánicas anteriores en Fuerteventura, por tanto,
todas las islas mayores de Canarias, excepto La Gomera y Gran Canaria, tienen un
volcanismo reciente activo.
Potenciadores:
La incertidumbre ante la diversidad de fenómenos peligrosos que pueden
manifestarse con una crisis volcánica.
Los factores geográficos como la posición ultra periférica, la insularidad y la
morfología del relieve de acusadas pendientes, que dificultan el transporte, conexión
y movilización de los recursos existentes en las dos provincias canarias así como la
aplicación de medidas de respuesta como pueda ser la evacuación llegado el caso.
Los factores demográficos y socioeconómicos, caracterizados por el
poblamiento disperso de la población autóctona y la concentración de población
turística de orígenes culturales diversos.
Finalmente, los largos periodos de inactividad volcánica, dificultan la adecuada
percepción del riesgo en la población que pueda verse afectada.
Actuaciones prioritarias.
Impulsar la implantación de los Planes de Protección Civil a través de ejercicios
y simulacros, así como con campañas de información a la población.
Fomentar el desarrollo de escenarios posibles de riesgo, que permitan mejorar
la planificación y el diseño de acciones a tomar, en función de su impacto
Desarrollar las capacidades locales suficientes que posibiliten dar una
respuesta inicial de manera eficaz a las posibles emergencias volcánicas.
Elaborar análisis nacionales de riesgos en función de escenarios posibles,
teniendo en cuenta los fenómenos asociados. Estos escenarios deben ser
multirriesgo y se utilizarán para mejorar la planificación de emergencias con
intervención del Estado.
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frecuentemente, por causas indirectas, al provocar el agravamiento de patologías
previas.
Los fenómenos que habitualmente son los que producen mayor impacto en
nuestro país son las tormentas, las olas de calor y los vientos fuertes, tanto en tierra
como en línea de costa. Además, en los últimos años, también han afectado las
tormentas extratropicales, en particular al archipiélago canario.
La sequía, consecuencia de la falta continuada de lluvia, afecta sistemáticamente
al territorio ocasionando problemas socioeconómicos de diversa índole. Los efectos
del cambio climático previsiblemente serán un aumento progresivo a lo largo del
siglo XXI del número de días cálidos, una mayor duración de las olas de calor junto a
una disminución en el número de días de helada y una disminución de los días de
precipitación.
Las tormentas localmente cada vez más intensas y con características propias de
otras latitudes también están afectando a nuestro territorio.
Potenciadores:
Los efectos del cambio climático motivan que los fenómenos atmosféricos
extremos habituales en nuestra geografía, sean cada vez más frecuentes e intensos
incrementando su impacto en la sociedad.
Los cambios de uso del suelo, el desarrollo urbano y de las infraestructuras del
transporte, llevan aparejado el aumento de la impermeabilidad del suelo, que junto
con la concentración de la población en núcleos urbanos en áreas costeras, son
algunos de los elementos que aumentan la exposición y vulnerabilidad de la
población.
Actuaciones prioritarias:
Elaborar la directriz básica ante el riesgo de FMA que fije los criterios y
contenidos de la planificación de emergencias a nivel estatal y autonómico, y
completar la planificación ante estos riesgos a nivel estatal y autonómico.
Reforzar las capacidades de observación meteorológica con especial atención
a las orientadas a la detección inmediata de la ocurrencia e intensidad de
fenómenos meteorológicos adversos.
Fomentar el desarrollo de investigaciones y estudios sobre los potenciales
impactos de los fenómenos meteorológicos adversos (FMA) en la población,
adecuando los sistemas que posibiliten su predicción y detección precoz, definir
posibles acciones encaminadas a reducir la vulnerabilidad de la población y su
adaptación a los fenómenos meteorológicos extremos.
Contribuir a alcanzar una mayor implicación del conjunto de la sociedad y de
los medios de comunicación en la respuesta integral y temprana de incidencias
derivadas de fenómenos meteorológicos adversos.
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Potenciadores:
El primer potenciador global del riesgo de este tipo de instalaciones vendría
determinado por unas condiciones socioeconómicas de crecimiento que llevan
asociado un aumento en la producción y, por lo tanto, un crecimiento en el número
de establecimientos.
Analizando las causas de las emergencias que se han producido, dos factores
importantes a tener en cuenta serían la falta de preparación adecuada del personal
que ha de intervenir en las instalaciones, y la fatiga o deterioro de los materiales que
componen las instalaciones.
Actuaciones prioritarias:
Impulsar y mejorar la formación del personal encargado de las primeras
intervenciones en caso de emergencia, incluyendo ejercicios y simulacros que
ayuden a comprender los riesgos existentes y como atajarlo y mitigarlo.
Potenciar el conocimiento por parte de la población de los riesgos y
mecanismos de prevención y respuesta existentes, así como las medidas al
respecto que puedan ser de su interés.
Actuaciones prioritarias:
Mejorar y potenciar los sistemas de información para conocimiento del riesgo.
Para ello se hace necesario potenciar la colaboración de los actores directos
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implicados en la actividad para la recogida de toda esta información y elaboración de
bases de datos, herramientas de análisis y estadísticas de emergencias que
permitan elaborar mapas de flujos y riesgos.
Mejorar y potenciar los sistemas de apoyo técnico a la gestión de las
emergencias: Para ello se ha de potenciar la colaboración de los sectores implicados
en la producción de las mercancías peligrosas (MMPP) con el aporte de información
y medios para tratar las emergencias (Centro de Respuesta ante Emergencias-
CERET).
Impulsar la coordinación y colaboración entre la Administración General del
Estado y las Administraciones autonómicas en los métodos de obtención y
divulgación de los distintos sistemas de información.
La mejora y actualización de la normativa en prevención y planificación de
protección civil a raíz de la experiencia adquirida estos últimos años.
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TEMA 4
1
Marco normativo en materia de prevención de riesgos
laborales
En el concepto de prevención se integra el conjunto de actividades o
medidas adoptadas o previstas en todas las fases de actividad de la empresa
con el fin de evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo. En materia de
prevención podemos distinguir dos vertientes: promoción de la prevención de
riesgos y cumplimiento de las normas.
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A juicio de algunos autores la articulación jurídica de la protección de la
seguridad y salud laborales descansaría en una doble noción legislativa:
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La ley tiene como objeto promover la seguridad y la salud de los trabajadores
mediante la aplicación de las medidas y el desarrollo de las actividades necesarias
para la prevención de riesgos derivados del trabajo. Además trata de determinar el
cuerpo básico de garantías y responsabilidades preciso para establecer un
adecuado nivel de protección en el marco de una política coherente, coordinada y
eficaz.
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La protección de la seguridad y la salud de la Guardia Civil.
En la actualidad tanto la LPRL como sus diferentes normas de desarrollo son
de aplicación en el ámbito del personal al servicio de las Administraciones Públicas,
con las peculiaridades que puedan establecerse legal o reglamentariamente. En este
sentido quedan excluidas, siendo posible su regulación específica, las funciones que
afectan a los ámbitos de policía y seguridad.
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En cuanto a las obligaciones de los miembros de la Guardia Civil, tal y como
determina el artículo 29 LPRL, el RD 179/2005 establece como obligación general
del personal velar, según sus posibilidades y mediante el cumplimiento de las
medidas de prevención que en cada caso sean adoptadas, por su propia seguridad y
salud en el desempeño de sus funciones y por la de aquellas otras personas a las
que pueda afectar su actividad profesional, a causa de sus actos y omisiones, de
conformidad con su formación y las instrucciones recibidas. Se establecen como
obligaciones particulares las siguientes:
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1º) Diseñar, implantar y coordinar los planes y programas de acción
preventiva.
- derecho a la información.
- formación en materia preventiva.
- realizar propuestas y participar en la prevención de todos los riesgos
específicos que afecten a su puesto de trabajo o función.
- adopción de las medidas de protección y prevención aplicables a dichos
riesgos.
- vigilancia periódica de la salud.
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La Administración del Estado deberá adoptar las medidas necesarias
orientadas a garantizar la seguridad y salud de los funcionarios de la Policía
Nacional en todos los aspectos relacionados con el desarrollo de las actividades
profesionales, dentro de las peculiaridades que comporta la función policial,
inspirándose en los siguientes principios:
4º) Adaptar el trabajo al funcionario, con objeto de reducir los posibles efectos
negativos del trabajo en la salud.
2º) Comités de seguridad y salud, que son los órganos paritarios y colegiados
de participación a nivel territorial destinados a la consulta regular y periódica de las
actuaciones de la Dirección General de la Policía en materia de prevención de
riesgos laborales, en sus respectivos ámbitos.
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TEMA 5
1
Obligaciones de los empresarios
El artículo 14 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL)
establece el deber empresarial de dar protección al trabajador para garantizar
la seguridad y la salud en todos los aspectos relacionados con el trabajo y la
obligación de adoptar todas las medidas que sean necesarias. Es un deber
amplio que se realiza a través de la aplicación de las medidas y del desarrollo
de las actividades que sean necesarias para evitar o disminuir los riesgos que
puedan afectar a la salud y a la integridad psicofísica del trabajador. Es lo que
se conoce como deuda de seguridad del empresario.
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- Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
- Dar las debidas instrucciones al trabajador (información e instrucción).
La nueva redacción del art. 16.1 LPRL realizada por la Ley 54/2003
establece la obligación de integrar la prevención de riesgos laborales en el
sistema general de gestión de la empresa a través de la implantación y
aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales que deberá incluir
los siguientes aspectos de la prevención: estructura organizativa;
responsabilidades; y funciones, prácticas, procedimientos, procesos y
recursos necesarios para realizar la acción de prevención de riesgos en al
empresa.
3
La evaluación de riesgos laborales es el proceso de valoración del
riesgo que entraña para la salud y seguridad de los trabajadores la posibilidad
de que se verifique un determinado peligro en el lugar de trabajo. Se trata del
proceso dirigido a estimar la magnitud de aquellos riesgos que no hayna podido
evitarse, obteniendo la información necesaria para la adopción por el
empresario de medidas preventivas. La evaluación puede ser inicial o sucesiva.
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La obligación de informar por parte de la empresa a los trabajadores
tiene un doble objetivo. Por una parte, para que el propio trabajador pueda
conocer real y efectivamente los riesgos derivados de su trabajo, conociendo
sus efectos y consecuencias y garantizar el uso de los medios de protección.-
Y por otra, asegurar la consulta y participación de lso trabajadores en la
adopción de decisiones empresariales de carácter preventivo. La información
puede llevarse a cabo directamente con el trabajador o indirectamente a
través de sus representantes.
4) Obligaciones de formación.
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La empresa debe llevar a cabo controles médicos iniciales en puestos de
trabajo sometidos a riesgo de enfermedades profesionales y a controles médicos
periódicos una vez iniciada o reiniciada la relación de trabajo.
Los datos relativos a la vigilancia de la salud no podrán ser usados con fines
discriminatorios ni en perjuicio del trabajador.
8) Obligaciones de documentación
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Obligaciones de los trabajadores
El at. 29.1 LPRL establece una obligación genérica de velar por la
propia seguridad y salud en el trabajo y por la de aquellas otras personas a
las que pueda afectar su actividad profesional, a causa de sus actos y
omisiones en el trabajo. Esta obligación presenta los siguientes caracteres:
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TEMA 6
1
Consulta, participación y representación de los
trabajadores
El artículo 14 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL)
determina que los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en
materia de seguridad y salud en el trabajo, que supone el correlativo deber del
empresario y de las Administraciones Públicas de protección de los
trabajadores frente a los riesgos laborales a través de la adopción de cuantas
medidas sean necesarias para la protección de la seguridad y salud de los
trabajadores.
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7) Informar sobre los riesgos a los trabajadores con relaciones de trabajo
temporales o de duración determinada y los contratados por empresas de
trabajo temporal.(ETT).
8) Realización de la auditoría del sistema de prevención.
9) Cualquier otra acción que pueda tener efectos sustanciales sobre la
seguridad y salud de los trabajadores.
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Los Delegados de Prevención
El artículo 35.1 LPRL define a los Delegados de Prevención como los
representantes de los trabajadores con funciones específicas en materia de
prevención de riesgos en el trabajo.
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Además, en el ejercicio de las competencias enumeradas, los
Delegados de Prevención disfrutarán de las siguientes facultades (art. 36.2
LPRL):
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La doctrina ha interpretado que todas estas facultades tienen carácter
instrumental y no ejecutivo, y son medios y actuaciones que se reconocen al
Delegado de Prevención de las que puede hacer o no uso, para el pleno
ejercicio de sus competencias.
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El Comité de Seguridad y Salud elaborará sus propias normas de
funcionamiento. Si bien, sus reuniones serán trimestrales y siempre que lo
solicite alguna de las partes que lo constituyen; y con carácter previo a la
puesta en práctica de los planes y programas de prevención de riesgos en la
empresa deberán debatirse los proyectos referidos a cualquiera de las
siguientes materias:
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TEMA 7
1
Responsabilidades y sanciones en materia de
prevención de riesgos laborales
El artículo 42.1 LPRL establece que el incumplimiento por los
empresarios de sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales
dará lugar a responsabilidades administrativas y, en su caso, a
responsabilidades penales y a las civiles por los daños y perjuicios que puedan
derivarse de dicho incumplimiento; a las que ha de añadirse la responsabilidad
del empresario en materia de Seguridad Social y la disciplinaria del trabajador
que no cumple sus deberes de prevención.
La responsabilidad administrativa
La responsabilidad administrativa tiene por objeto la defensa del interés
público de la colectividad frente a los incumplimientos de las normas en materia
de prevención de riesgos, sin que sea necesario que se produzca un daño para
que exista infracción, siendo posible que se dé simplemente porque se ponga
en peligro un bien jurídicamente protegido.
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Las infracciones administrativas se califican de leves, graves y muy
graves, en atención a la naturaleza del deber infringido y la entidad del
derecho afectado. También se tiene en cuenta en algunas ocasiones el
resultado efectivo o posible de la conducta infractora, que actúa como factor
de agravación o atenuación de la responsabilidad.
Las infracciones leves prescriben al año, las graves a los tres años, y
las muy graves a los cinco años, contados desde la fecha de la infracción. Las
infracciones continuadas no comienzan a prescribir hasta que se hubiera
producido el cese de la conducta empresarial infractora.
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Las sanciones podrán imponerse en los grados de mínimo, medio y
máximo, en aplicación de criterios tales como: la peligrosidad de las
actividades desarrolladas, el carácter permanente o transitorio de los riesgos
inherentes a dichas actividades, la gravedad de los daños producidos, el
número de trabajadores afectados, las medidas de protección individual o
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La responsabilidad penal
La legislación específica en materia de prevención de riesgos laborales
no contempla la regulación concreta de la responsabilidad penal aplicable a
aquella materia, remitiéndose implícitamente al ordenamiento penal.
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La doctrina ha destacado que se trata de un precepto un tanto
ambiguo, y que establece un delito de riesgo y no de resultado, pues el bien
jurídico protegido es la seguridad en el trabajo y no unos daños o resultados
lesivos.
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Los supuestos en que se contemplan por la ley responsabilidades
prestacionales de Seguridad Social a cargo del empresario incumplidor son las
siguientes:
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La responsabilidad civil o patrimonial
La legislación sobre prevención de riesgos laborales no regula
directamente esta responsabilidad. El artículo 42 LPRL la inserta en el cuadro
de posibles responsabilidades en materia de prevención de riesgos laborales,
pero no entra en su regulación.
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La responsabilidad disciplinaria
Se trata de la posibilidad de que el empresario pueda sancionar las
faltas del trabajador en materia de seguridad y salud laboral, conforme a lo
dispuesto en el art. 29.3 LPRL, que establece que el incumplimiento por los
trabajadores de las obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales
tendrá la consideración de incumplimiento laboral.
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TEMA 8
1
El Proyecto de Seguridad Integral y la Seguridad Privada
El Proyecto de Seguridad Integral es el estudio general de seguridad
de una organización en base a una metodología idónea con la que se
identifiquen los riesgos existentes, y en base a éstos poder desarrollar los
subsistemas de seguridad que minimicen o neutralicen dichos riesgos,
determinándose los medios necesarios para cubrir los objetivos específicos de
la organización y obtener un nivel adecuado de concienciación en seguridad
integral. El Proyecto de Seguridad Integral se va a asentar básicamente en los
medios y la normativa existente en materia de seguridad privada.
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Para la prestación de los servicios de seguridad privada, las empresas
de seguridad privada deberán obtener autorización administrativa y serán
inscritas de oficio en el registro correspondiente. Vendrán obligadas a prestar
especial auxilio y colaboración a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
debiendo facilitar a éstas la información que se les requiera en relación con las
competencias atribuidas a las mismas.
Servicios de Videovigilancia
Los servicios de videovigilancia consisten en el ejercicio de la vigilancia
a través de sistemas de cámaras o videocámaras, fijas o móviles, capaces de
captar y grabar imágenes y sonidos, incluido cualquier medio técnico o sistema
que permita los mismos tratamientos que éstas.
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La monitorización, grabación, tratamiento y registro de imágenes y
sonidos por parte de los sistemas de videovigilancia estará sometida a lo
previsto en la normativa en materia de protección de datos de carácter
personal, y especialmente a los principios de proporcionalidad, idoneidad e
intervención mínima. Resulta especialmente significativo en esta materia lo que
indica la Instrucción 1/2006, de 8 de noviembre, de la Agencia Española de
Protección de Datos (AEPD), sobre el tratamiento de datos personales con
fines de vigilancia a través de sistemas de cámaras o videocámaras, así como
la Guía de la AEPD de gestión del riesgo y evaluación de impacto en
tratamiento de datos personales, publicada en 2021.
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procediere la señal de alarma verificada o bien la apertura a
distancia controlada desde la central de alarmas.
b) El desplazamiento de los vigilantes de seguridad o guardas rurales
a fin de proceder a la verificación personal de la alarma recibida.
c) Facilitar el acceso a los servicios policiales o de emergencia cuando
las circunstancias lo requieran, bien mediante aperturas remotas
controladas desde la central de alarmas o con los medios y
dispositivos de acceso de que se disponga.
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Otra cuestión importante en esta materia es la verificación de alarmas.
Cuando se produzca una alarma, las centrales deberán proceder de
inmediato a su verificación. La Orden hace referencia a cuatro tipos de
verificación: secuencial, mediante vídeo, mediante audio y personal.
Verificación secuencial
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Verificación mediante audio
Verificación personal
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En base a la información que la central reciba del servicio de
verificación personal de la alarma, la comunicará como real a las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad o concluirá el procedimiento de verificación al
considerarla como falsa.
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b) La confirmación de las alarmas se realizará, como mínimo,
mediante verificación por audio y, en su caso, complementada con
llamada telefónica.
Detectores volumétricos
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- Detector por microondas.
Contacto magnético
Barrera infrarroja
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Detectores de vibración
Cable sensor
Generador de niebla
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