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LEWIS CARROLL Alicia en el Pais de las Maravillas En la madriguera del conejo Ais empresas de vend js suemanaen bance nent ada qe hace Uno des veces habia mind dejo cv us herman sae leyenda peo 90 tena lanacons al dogs “feu rl bjs de un io pen Aka qu tne dun comers Taba eapactando cau mente (nf mejor oma gue pola ba que el da demu cline, eeminesrmolents act plac chaos ont vials de ara reer Ia pe de molenane trope ls fora cuando epeniaaren us congo Blanco, de os clon pa uno «la Ta vedad equ oo bla nada ry pei en cs nlepocs prom mucio «Alia i cone que fdas amo aba ep arnt ‘Un rato después, Alicia volvé a reeapacitar sobre esas palabras, y le pareié que debieran haberlapreocupado, pero en el momento en que las oy6 le sonaron perfec ‘mente naturales. in embargo, cuando el conejo sé un reloj del bolsilo del chaleco, Jo miré atentamente y dio sefiales de apresurarse, Alicia se puso de pie, porque su ‘mente discu como un rayo, que nunca antes habia -ongjo ni con chaleco ni con rele) Y,ardien- do de curiosidad, atravesé cortiendo el campo tras el aanimalico y aleanz6 a verlo cuando se colaba en su ma- driguera, detris de la cerca de rarzamoras. Un momento después, Alicia entraba en aque sitio, sin pensar oémo sldria después. La madriguera se prolongaba en una especie de vinel, que bruscamente empezaba a descender; tanto, que Ali- ‘da no tavo un segundo para pensar cuando se encontrd cayendo en algo que parecia un pozo muy hondo. Ya sea porque el pozo era en realidad muy hondo o porque ella cayé muy lentamente, el caso es que {uvo sulficience tiempo, mientras descendia, para ver lo que hhabia a su alrededor y pata imaginar lo que sucedesia después. Primero, traté de mirar hacia abajo para ver donde caer, pero estaba demasiado oscuro como para dlivisar algo. Luego, miré la paredes del pozo y observé {que estaban llenas de estantes y de armarios para libros; ‘nis alli vio colgados mapas y laminas. Aa pasada cogié tun frasco de uno de los armarios. Tenia una etiqueta que deciz: “MERMELADA DE NARANJAS". Pero, para gran desilusin suys, estaba vaio, No quiso tira el frasco por miedo de matar a alguien que estuviera abajo, por lo Aue se las arteglé para volverlo a colocar en otro de los armatios frente al cual pasaba “Bueno ~pens6 Alicia para sus adentros-, después de ‘una caida como esta no podré volver a quejarme cuando rucde excalera abajo. Cus valiente me van a encontrar todos los de mi casa! {No diré ni una palabra si lego a | propio tejado!” (Cosa que era bastante probable). ‘Siguié cayendo, cayendo, cayendo... caso no termi- naria nunca de caet. "Me pregunto cunt klémetroslevaré descends. se dijo en vor alta-, Debo estar muy cerca del centro de la tierra, Veatmos: eso significa unos ses mil quinientos kilémettos de profundidad, cre. (Como ustedes ven, Alicia habia aprendido muchas cosas gracias las leciones dela escuela, y aunque esta no ‘era muy buena oportunidad para lucr sus conocimientos, ya que no habia nadie que la oyese, siempre resultaba conveniente practica..). “Si, esa debe set mis © menos la distancia pero ahora me pregunto qué grado de latitud o de longitud habré aleanzado..” (Alicia no tenia la menor idea de lo que significaba eso de latitud 0 de longitud, pero pens6 que eales palabras sonaban maravillosamente, Siguié reflexionando: *Quisera también saber si estoy cayendo directamente al centro de la Tierra. Qué divertido va a ser cuando salga y aparezca en medio de la gente que camine con la cabeza abajo! Son losantipsticos, me parece..”—(Fsta ver sique estaba contenta de que no hubiese nadie oyéndola, Porque no estaba en absoluto segura de que fuese esa la vverdadera palabra) “Tendré que preguntaresebmo slams el pis. -Quiee hacer el favor de decirme,sefiora,siestaes Nueva Zelandlia 6 Australis?” (Yal pronunciar estas palabras trav de usar cl tono mis amable quele fue posible aunque su cortsia resultaba mis bien fancstica al seraplicada mientras volaba por el aire). ;Figirens, cortesiaen semejante momento! “Cui ignorante me van a encontrar cuando les haga la pregunta! No, no preguntaré nada... Es muy probable {que ve el nombre del pais esrito en alguna parte” Siguié cayendo, eayendo, cayendo... Como no habia ‘ura cosa que hacer, Alicia empeas a hablar de nuevo: “Me parece que Dinah me echard mucho de menos esta noche! (Dinah es la gata). Se me ocurre que en este ‘momento estarérecordando su plato de leche, porque ya cs la hora del té. {Mi Dinah queria, emo quisiera que me temo: pero creo que podrias cazar un murcilago, que en realidad se parccen bastante alas rtas, como wi sabes. Peto, ces gustan los murcilagos los gatos?” En eso Alicia empead a sentir algo de suefio, pero continué diciéndose a si misma, con un tono bastante adormilado: Comen murcilagos los gatos? ;Comen murcilagos los gatos". ¥ luego: “{Comen gatos los murcdlagos?™ Como ustedes ven, no podia contestar ninguna de estuvieses conmigo! No hay ratas ene ai las ds preguntas, as esque en realidad no importba la forma n quc la ices Simi que se dormiayempead a sofar que caminaba dla mano con Dinah, y que deia a agai, ry seamen “Ahora, Dinah, dime la verdad te has comido un murda alguna vez" ‘Derepent, am pam! put, cayé sobre un montn dramas y ho eas Al ering el dscenso. Alcano seenconeaba rida en absoito, y de un sat, se puso de pe. Mrd hacia arriba, pero todo estaba curo, Ante ella se abs oto lrg cortedor, yen vio alconcjo blanco que contnuaba coriendo. No habla un momento que perde.. Alicia ligera come el vento, con- tina eras animal alana ao que det, mientras doblaba una exquin “Por mis orcas y mis bigots, qué hackendo! Estaba muy crea del conejo cuando este doblé a squina sin embargo, lo perdi de visa “Ahora se encontéen na sala may aga yb alu bad por una hilera de impaas que colgaban del echo. La sala se veiarodeada de puerta, pero todas etaban con lave, aunque Alii até de abril, una por una, no pudo consi. Se drgéeristemente al cenro de la habiacién, pensando cémo sas aregaria paras dedla De pronto se enconté junto a una pequefin mesa de «res pats consti con un risa muy slid. Sobre el, so abi nada mas qu una minscualavecta de ro La primera idea que tavo Alii fue que la ave pertenecira 2 una de las puertas de la sala: pero, desgraciadamente, ya fuese porque as cerradura eran demasiado grandes © Inllave demasiado pequesia, el caso esque no pdo brie ninguna pure. No obsante al recone por segunda vera hhabicacién, encont6 una cortna que no habia visto antes, y descubrié que, deus de el, habia oa pera que no tera msde cuenta cenimetos dala. Ensay de nuevo Jallavece,y para su gran alge, aaa peefectament. Alicia abr la puerta y enconeré que conducia a un pqueto pasill, que no cra mis grande que una cueva de ratone, Se arrodil,y,mirandoa avs del comtedor vio

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