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XVI EL TEMA DE LA EXISTENCIA El existencialismo- Sus orfgenes.- La ontologta fun- damental de Heidegger La analitica existencial,. La angustia.- El tiempo como sentido de la existencia,- Consideraciones sobre el ewistencialismo. A principios del siglo actual, la filosofia se orienta en una nueva direccién, toma un nuevo rumbo. ¥ era ciertamente tiempo para este cambio, pues durante tres siglos se hab{a desenvuelto bajo el signo de los problemas del conocimiento, y los pocos sistemas metafisicos creados durante este periodo aparecen fuertemente influidos por la epistemologia, El existencialismo es, al decir de muchos, una rebelién de la vi- da contra el pensamiento, el deseo de exaltar el hecho de vivir, de la misma manera que el romanticismo habia sido una reaccién del sen- limiento contra la razén, Que este nuevo rumbo de la filosofia apa- rezea en un momento de profunda crisis social de la humanidad, es talvez un hecho puramente circunstancial; pero esa circunstancia, si bien no tuvo mayor influencia en el nacimiento de la doctrina, la ha tenido en cambio, como principal factor, en la difusién aleanzada por esta filosofia, que ha penetrado como ninguna otra en los sectores alejados de la cultura filoséfica. Se puede explicar la popularidad del existencialismo por varios factores, uno de los cuales serfa la sugestién que ejerce la oscuridad, La doctrina ha sido presentada, especialmente por su primer exposi- tor, con expresiones diffciles de comprender, en términos a los cua- les se les ha quitado la significacién corriente para darles un senti- do-especial. Donde hace falta precisamente més claridad, se introdu- cen términos de muchas significaciones. En segundo lugar, muchos de los filésofos existencialistas expresan también su pensamiento en obras literarias, novelas y dramas, que tienen acceso y difusién en- tre el ptiblico, El tercer factor seria el efecto producido en las con- ciencias por la crisis general en que se debate el mundo desde la pri- 128 INIOIAGION A La rinoeuela mera guerra mundial de WH, 1 ls que ha producido un eventual sen- timiento de Ssampara e insexuvidad que corresponde muy bien al Pesimismo existencialista, motive por el que se le ofrece una adhe- sién mas emotiva que vacional, Origenes del existencialinno El movimiento existence lullnta data de principios de este siglo, inicidndose con la publicacién de la obra Ser y Tiempo del aleman Martin Heidegger, profesor de filovofla en Friburgo y sucesor en a catedra do su maestro Edmundo Husserl, Pero si su formulacién sistematica es muy reciente, podemos encontrar sus races en una épo- ca anterior; en st pensamiento esencial, la doctrina de Heidegger no es en absoluto original, Muchos han querido rastrear origenes muy remotos, legindose a elaborar un drbol genealdgico cuyas rafces se yemontarian a Sécrates, el estoicismo y el agustinismo, Pero no es posible ir tan lejos, a menos que busquemos el origen del humanis- mo. El verdadero origen del existeneialismo.esté en la obra del teé- logo danés Soren Kierkegaard, que vivié de 1813 a 1855. Durante su vida, este escritor no ejercié mayor influencia intelectual, pero su re- descubrimiento en el siglo XX se debe —dice Bochenski— a la re- lacién que guarda su pensamiento sugestivo y tragico con el espiritu del presente. En las obras de Kierkegaard se encuentran los principales temas de la filosofia existencialista, como ser el concepto de la angustia, la idea de que la existencia es eleccién por la que el hombre se elige @ s{ mismo, la idea de la “nada”, dentro de la que se encuentra sus- pendida la existencia, y In idea de In prioridad de la existencia sobre la esencia, todos ellos motivos que vamos a ver desarrollados de nue- vo en el existencialismo actual. También Ja fenomenologin constituye un antecedente inmediato de la doctrina de Heideyyer, por lo menos en el método que aplica a su andlisis de In existencia, método que siguen también los demas representantes de In excl, Porque Holdegger extionde el andlisis fenomenolégivo, que en Hunierl ae lhnitaba a deseribir las esencias, especialmente las exencion de In conclencia y del yo, a un nuevo do. minio mucho més umpllo; In exttonola, La ontologia fundamental La interpretavién dv la exiatencla es el tinico medio de respon- der a la pregunta {Qué va ol xer?, que es la pregunta fundamental de Ja filosoffa, Heldeguer cree puter Megay por este camino a constituir ‘una antologia, Li nueva orientacién, el nueva rumbo que Heidegger TL TEMA DE LA EXISTENCIA 129 tae Pens imprimir a la filosoffa, es en sentido ontolégico; abando- har el trillado campo de los problemas del conocimiento, y volver a 1a antigua metafisica de los dias elisicos, para responder a la pre- Gunta por el ser (ontos), Tal es el propésito que el mismo autor Snuncia en las primeras paginas de su obra Ser y Tiempo, de la que solo se publicé la primera parte en 1927 y que, por los afios trans- curridos, parece que quedaré inconclusa, Para responder a la pregunta por el ser, Punto de partida la existencia humana, teriza porque su esencia es inseparable es existir”, La existencia humana, metida al examen fenomenolégico, lisis se manifieste el ser, hay que tomar como El ser del hombre se carac- de su existencia: “su esencia como ente, va a ser analizada, so- buscando que a través de ese and- Es preferible tomar como objeto de este andlisis a la existencia humana antes que a cualquier otro ente, por- Que el hombre es el Gnico ser que pregunta por el ser, el tinice a auien le importa su ser, y este importarle es precisamente su even. cia. El hombre tiene, ademas, un conocimiento preontolégico del sex La analitica existencial tiende segin Heidegger a constituir una entologia, pero una ontologia particular que sélo abarca la existencia del ente humano, Se la intenta sin embargo como un medio de cons. Uituir sobre esa base una ontologia general. Por eso la investigacion del ser de la existencia constituye la ontologia fundamental La analitica existencial El anilisis de la existencia humana es el fundamento de toda in- vestigacién ontolégica, y su método es el siste en una mera descripcién de lo existencia se conoce a si misma, tolégica, fenomenolégico, que con- que es la existencia, tal como la a través de su comprensién preon- El anélisis a realizarse no debe confundirse con una inter- Pretacién biolégica o psicolégica, en que el hombre seria el objeto empirico de la ciencia, ni tampoco con ninguna concepcién teolégica del destino humano; se distingue porque no considera el ser del hom. bre en su aspecto externo, ni en sus relaciones con un elemento su Perior, sino en su interioridad, en su propio existir, como se muestra directamente, Comienza la analitica existencial por la descripcién del ser-en-el- mundo, La primera condicién de la existencia es ser-ahi, dasein, como dice Heidegger; ser-ahi, con todas las cosas, en el mundo. Se trata de algo inseparable; no es que exista un mundo y que exista el hombre, sino la unidad de “ser-en-el-mundo”. El hombre se encuentra en el * mundo, en su mundo, rodeado de todas las cosas, que se dan como litiles para su accién. El hombre es el nico ser para quien hay un 130 INIGIAGIN A LA FILOSOFIA mundo que en realidad constituye parte de su existencia, El hombre no es nada sino por su relacién con lo que no es él. No podria exis- tir el hombre sin el mundo, ni el mundo sin el hombre; cl mundo en tal caso seria nada mds que una coleccién de objetos, como la tota- Tidad de Jas cosas. El hombre es un punto de vista, el mundo su perspectiva, éCémo se encuentra el ser-ahi, el hombre-en-el-mundo? El hom- bre experimenta el sentimiento de su situacién original, el sentimien- to de haber sido “arrojado” en la existencia, Al descubrir su existen- cia, se encuentra existiendo, y este hecho no depende de si mismo, de su decisién. Se encuentra “proyectado” a la existencia, El hombre es un ser-con-otros, Se encuentra en el mundo frente a las cosas, pero también se encuentra entre otros hombres, seme- jantes a él. Desde su nacimiento, no se encuentra solo, nace abierto a las cosas y a los demas hombres, porque tal es su naturaleza, La existencia del hombre es tal por el mundo y por los otros, y el he- cho de disponer de aptitud para el lenguaje demuestra que es un animal dialogante, un ser en intercomunicacién e interrelacién con Jos demas. El hombre es un ser-posible. Desde Kierkeggard, el pensamiento existencialista gira alrededor de esta idea. El hombre no es sino una Posibilidad, un poder ser, durante toda su vida, Sélo cuando un ine dividuo ha muerto se puede decir lo que ha sido, y mientras viva es siempre posibilidad de algo. Pero tal posibilidad es de cada uno, i impersonales. Toda alguien un sentido propio. Sélo en el hombre y para el hombre se dan las posibilidades, Nunca se aleanza la totalidad sino en la muerte, y entre tanto siem- Pre se abren para el hombre horizontes de posibilidad. Si fuera Po- sible “trazar la raya” —dice Kierkegaard, citado por Fatone esa TZ que en Ins sumas permite obtener el total, seria posible decir “esto soy”. Pero esa raya, la raya de la muerte, est ture de nues- ta vida. No he de ser yo quien haga la suma, ni he de ser yo quien, ante el Gltimo de mis actos, diga: “esto soy”. Como consecuencia de esta estructura de la existencia, el hom. bre se elige a si mismo, elige su ser eligiendo entre sus posibilidades, y le es imposible dejar de elegir. Toda la vida os una permanente cleccién, conciente o inconciente. Y as, eligiéndose w st mismo, va realizando su ser, se va ereando, porque toda eleccisn os un acto creador, Pero la eleceién no ser! existencial sefiala que el hon fa posible sin Ia libertad, La analiticn mbre es un ser libre, La existencia tiene So ee gemma Wi 5 L TEMA DE LA EXISTENCIA, 131 por fundamento la libertad, |. Suby i Biannaee inep raya la doctrina que la existencia ; io de la libertad, medio del cual el homb: |, por medi cl elige y crea su mundo, como una Posibilidad ‘de paren = fad, EL hombre es un ser defi er deficiente, incumpli cosas nada les sobra ni nada les lala, coe nc cea. A as estén acabadas; Dios es también un nada le falta, S6lo el hombre no pu plido, porque jamés se ago a tecto, porque siempre aeialaeee es. No Mega a ser per- ai Dovler sloamarlo, “isl hombre es'una peli” fee ee Dios”, dice Sartre, y con ello quiere signifies: cee ontade, de ser aura re lempre incumplide y jamés cies a sian cera crs sn” Se 1 . Su responsabilidad y su cul Pa aleanza no sélo a sus actos conscientes, sino también a sus impul. a pee Y a sus instintos, porque tales tendencias e ins- yen el ser que somos, el ser que hemos elegido, La falta es tan ontolégica como la misma conciencia moral, y es una ea. racteristica necesaria del ser de la existencia, El hombre es un ser finito, un ser para la muerte, Entre todas las posibilidades que constituyen la existencia, la muerte es la po- sibilidad suprema, la posibilidad fundamental. Nos proyectamos ha- cia la muerte desde que nacemos, con la conciencia de que marcha- mos hacia una meta final segura e ineludible, que seré la imposibi- lidad de todas nuestras posibilidades. Por esa proyeccién hacia la muerte, nos proyectamos también hacia el futuro y hacia todos los contenidos de la existencia, Y siendo la muerte una posibilidad, es al mismo tiempo una imposibilidad, puesto que no la realizaremos, ya que la muerte esté fuera de la existencia, El ser para la muerte patentiza la finitud del hombre, cuya exis- tencia se desliza entre un no haber sido y un no haber de ser, y esa finitud hace igualmente finitas todas las demés posibilidades, que dejaran de ser forzosamente en el término de nuestra vida, en el Shismo de la muerte. Todas las posibilidades son posibilidades fini- tes. Por eso todo 10 que hacemos, todo.lo que eligimos, alberga en su seno nuestra propia finitud, El hombre es un ser que se sostiene en la nada, un paréntesis entre des nadas. La nada es un concepto que vuelve a tener funcién cae filosotia existencialista, despues de muchos siglos de no haber oie objeto de discusién. Parménides la hab{a negado rotundamente: tl ser es, el no ser no es; los atomistas sostuvieron que el universo se compone de ser y nada, de dtomos y de espacio vacio, Segin el exis- ede ser nunca consumado, cum- 182 mreraciGn A LA vILOROPIA tencialismo, la nada se aparece al hombre Jo mismo que el sery ¥ constituye la posibilidad de la negacién, Para Heldeggor, In nada os el medio infinito en que se encuentra suspendido el ser; para Bare tre, la nada se da en el corazén mismo del ser, y #6lo wel podemos aprehender ese tipo particular de realidad que hemos denorinado “negatividades”, “Si la negacién no existiera, ninguna interrogacion podria ser hecha, en particular la referenté al ser, Maw esta negacin misma, mirada desde més cerca, nos ha reenviado a la nada como su origen y fundamento: para que haya negaelén en el mundo, y para que podamos por consiguiente interrogar sobre el ser, es precino que la nada sea dada de cualquier manera que sea, Now hemos dado cuenta entonces que no podia ser concebida la nada fuera del ser” (1). Pero la nada se aparece al hombre internamente en su propio ser. Como el hombre se proyecta hacia el futuro y es también su futuro, y como el futuro no es, resulta que el hombre es lo que no ex, vale decir la nada esta contenida en su ser. Desde Kierkegaard se ha dicho que hay una experiencia posible de la nada, que es la angustia. Heidegger dice que la angustia nos revela que nuestra existencia se sostiene dentro de la nada. La angustia Soren Kierkegaard fue el primero que adopté este concepto de la angustia como motivo existencial. Heidegger en su Ser y Tiempo toma este motivo y le da el caracter de nota esencial de la existen- cia, Es este concepto de la angustia lo que da al existencialismo en general un contenido dramético y pesimista, Nos traza el cuadro de una existencia no solo finita, sino también desamparada y angustia- da, cuya principal relacién consigo misma es la preocupacién. La an- gustia produce el desinteres por todo, pues “el mundo no puede ofre- cer ya nada al hombre angustiado”. La angustia es el sentimiento del abismo impenetrable y opaco en que esté sumida la existencia, y por ella se anuncia el desamparo, el malestar y su cardcter limitado y humillado dentro de la infinita inmensidad del todo, La angustia se concreta en la angustia ante la muerte, que es una caracter{stica esen- cial de la existencia, La muerte es la existencia en si misma, que Hega a su totalidad y por ello se suprime; el “ser para la muerte” es un elemento inseparable de 1a existencia; la angustia verdadera se presenta “como una libertad para la muerte”. La conciencia moral, que segin Heidegger no es subjetiva, es un lamado que la existencia se dirige por medio de la conciencia, “La @) Sorte 1 ser y la nada”, EL TEMA DE LA EXISTRNGLA is voz que Hama es la existencia que se angustia en su allunclin dee amparada”. La conciencia es la vox de In anytustia, en tanto que ene racteristica del ser. El tiempo como sentido de la oxi nei El nombre de la obra de Heidegger es Ser y Tlempo, ‘Todo lo que hasta aqui se ha dicho se refiere al ser de la existencla, En la iiltima parte de su libro se ocupa del tiempo, buscando el sentidg de ese ser particular que es la existencia del ente humano, La existencia no esté colocada en el tiempo, ni el tiempo es una manifestacién de Ia existencia, “El tiempo no es, sino que se tempo: raliza a s{ mismo. La existencia es una conerecién del tiempo; es el tiempo mismo que ha recibido una expresién precisa. No es por lo tanto el tiempo el que puede ser comprendido por medio de Ia exis- tencia y el ser, sino estos por medio del tiemp “El tiempo es primordialmente Ia temporalizacién de la tempo: ralidad, mediante la cual se hace posible la constitucién de In pre= ocupacién, en cuanto estructura del ser. La temporalidad es esencial- mente estatica. El tiempo se temporaliza primordialmente por el por- venir”, “La temporalidad es un proceso primordial de salida de sf misma a su esencia propia, El tiempo no puede ser percibido fuera de los fenémenos del presente, del pasado y del futuro, que son &x- tasis en la unidad de los cuales se temporaliza, De estos éxtasis, el futuro esté siempre en el primer plano de Ia temporalidad verdade- ra, y sélo en el porvenir se supera y se trasciende perpetuamente”, ‘Como Bergson y Husserl, distingue Heidegger varias clases de tiempo: el tiempo primordial, puramente cualitativo; el tiempo mun- dial, en que el elemento cualitativo predomina sobre el cuantitativo, y el tiempo vulgar, en que la cantidad predomina sobre la cualidad. El tiempo se temporaliza por s{ mismo en esas tres etapas del tiempo. La historia es la realizacién del tiempo primordial, temporalizin- dose en el éxtasis del porvenir. El hombre es un ser histérico, La historia es un sector del ser mismo, y ese sector es idéntico a la exis- tencia humana, “El ser para la muerte, es decir el cardcter finito de la temporalidad, es el'fundamento del cardcter histérico de 1a exis- tencia humana”, Sélo la temporalidad primordial, en tanto que finite, hace posible el destino, es decir, el elemento eminentemente histérico. Consideraciones sobre el existencialismo El existencialismo es indudablemente la filosoffa mis discutlda del momento actual, Ha logrado formar partidarios y enemigos, de- fensores y detractores. Sobre todo estos iiltimos han sido més seve- oe rxrciaciON A LA FILOSOrIA rina, Desde Guido de Rug. i cualquier otra doetrina, De u gure, ue le tad oe novela policial de la existencia”, y Blondel, giero, que lo amé “ you ' para quien el existencialismo es “una nueva moda que constituye un peligro mortal para el pensamiento y para cf futuro de la civilian. cién”, hasta la admiracién fervorosa, caben todas las gamas y mati- ces de opiniones. Creo que siempre es prematuro juzgar una doctrina del momen to, pero si ha de hacerse, es conveniente procurar no caer en ningu- no de los extremos, y apreciar imparcialmente el valor de sus ideas, libres de todo apasionamiento. El futuro seré mejor juez, el que pro- punciaré la sentencia definitiva, talvez con sanciones més severas, cuando se haya disipado la crisis espiritual que hoy padece la hu- manidad. Si queremos hacer una rdpida apreciacién de esta filosofia que tanto preocupa a las masas, podemos hacerla sobre el patrén de la obra de Heidegger, y concentrarla en estos tres puntos principales: a) Ja ontologia; b) la analitica existencial, y c) la angustia como no- ta esencial de la existencia humana, En cuanto a lo primero, el propésito de Heidegger de volver al problema del ser en su filosofia no puede ser mas plausible; talvez la unica virtud del existencialismo consiste en haber sacado a la filo- sofia del pantano de Ia gnoseologia en que se encontraba sumergida desde hacia tres siglos. Pero como lo reconoce el mismo autor, ese intento no ha Iegado @ ninguna conclusién en la obra que ha que- dado trunea, al parecer definitivamente. Ni siquiera ha logrado cons- tituir la ontologia del hombre, ya que éste ha sido tomado parcial- mente, como ser espiritual, y no en su totalidad psicofisica, talvez para que resulte mas verosimil mostrarlo suspendido en la nada. Y estamos muy lejos de la ontologia general que Heidegger se propo- nia derivar de su ontologia fundamental. Referente a la analitica de la existencia, puede decirse que el andlisis de la existencia humana es lo que mayor valor conserva de toda la doctrina, pese a Ja rebuscada obscuridad que se usa en ex- presarla, Pero el tema de este andlisis ha sidé desarrollado tradicio- nalmente por la literatura, La filosofia es més propiamente una con cepcién del mundo, y de ahf que se haya ocupado siempre de expli- carlo, en su origen y estructura, El hombre, en su existir, en su vivir, con sus pasiones, sus emociones, su querer y hasta sus suefias, no earece sin duda de interés filosdfico, pero si esa tematicn estuviera ya agotada, poco quedarfa por decir como no sea hacerlo en una fore ma més bella. KL TRMA DE LA EXISTENCIA 135 As{, las caracterfsticas del hombre que presenta Ja analftica existencial, ni son nuevas para Ia literatura, que las ha expresado siempre, ni son presentadas en una forma mds delicada, sino al con- trario, en una terminologfa a veces ininteligible. Que el hombre es un ser libre, que es un ser para la muerte, que se elige a si mismo, que elige su esencia, que es siempre incumplido, todo ésto lo ha di- cho la literatura de todos los tiempos, repetidamente, y figura hasta en la comprensién del hombre vulgar. {Quién ignora que el hombre es mortal, que se forma libremente, que es responsable de sus pro- pias acciones, y que mientras viva tiene por delante una posibilidad? Nada es mas facil de observar, para el hombre, que el hombre mis- mo. En este aspecto, el existencialismo no es filosofia, es literatura, y ello explica que haya sido Ievado al drama y a la novela, y haya podido influir asi en los sectores de la cultura mas distantes de la filosofia. Y¥ en cuanto al concepto de 14 angustia, el existencialismo es ain més literatura, y literatura pesimista y romantica, Kierkegaard vivid precisamente en la época del romanticismo, y sumé la influencia de Jos sentimientos que esta tendencia exalta a los de su espiritu tortu- rado y atormentado. La obra de Kierkegaard quedé sepultada con el romanticismo, hasta que Heidegger la revive y trasplanta aquella an- gustia a su filosofia. Pero su interpretacién de la existencia humana es, en este aspecto, por lo menos parcial, si no falsa en absoluto. No podemos considerar la angustia como nota dominante de la naturaleza humana, Ello importarfa cerrar los ojos al aspecto lumi- noso de la vida. Guido de Ruggiero ha dicho que del drama de una existencia, se ha hecho el drama de la existencia, Sélo por causas patolégicas el ser humano percibe nada més que lo turbio, lo sérdi- do y lo dramético de la existencia, La alegria es el estado natural del espfritu del hombre sano. Hay una patologia del cuerpo, como hay una patologia de la mente, aunque esta tltima sea talvez menos conocida. Y hay epidemias del espiritu, cuyos males son probable- mente més contagiosos que las enfermedades microbianas. Es posi- ble que estemos asistiendo a una de ellas, pero aun asi, nos alienta Ja esperanza de su transitoriedad, y que pronto habré de disiparse esta niebla que todo lo obscurece y que ha dado lugar a una filo- sofia que ha olvidado el amor, el hecho més grande del acontecer espiritual.

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