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La moralidad. Hegel versus Kant (1) JACINTO RIVERA DE ROSALES UuNED 1. INTRODLECION que Hegel lleva a cabo del punto de vista de la moral kantiana en la figu- ra de la Moralitd, ¥ eso en sus cuatro grandes apariciones: en la Henome- nologia del Espiritu (FE), en la Enciclopedia (Enz), en Los fundamentos de ler Afilosofia del derecho (FD), que seta el texto baisico para este articulo, midamente en sus Lecciones sobre la bistoria de la filosofiu (HE), cuando se expone el pensamiento de Kant. De sus escritos anteriores habia que dk su tratado Sobre las maneras de tratar clentificamente el derecho natural tox. 1803) con su larga requisitoria contra la vaciedad del sujeto kantiano, Recordando el esquema o sistema de Hegel, vemos que en su filosofia del derecho, © sea, en el mbito del espiritu objetivo, la moralidad ocupa el segun: do de sus momentos dialécticos, después del derecho abstracto y antes de ki et cidad (o moral realizada 0 comunitaria, 0 civilidad como propone J, M. Ripalda) cticidad aparece en las leyes, costumbres ¢ instituciones sociales y politcas de la comunidad, en cuanto etbos de un pueblo que preexiste a la moralidad del individuo, la constituye y la prefigura. Sahemos que esa procesualidd dialéctica E: mex coNoaDA la apreciaciOn, positiva en parte pero sobre todo critica, Aqui s6lo se publica a mitad de exte anil, en el que ve estudian las creas a Kaa que Hegel incuye en el momento de la amoralidad, y en conereto en ss dew prnitts apart Dropdsio y'lyintencin, La segunda pare parecertpreximaniente en un nmeto de le ev ‘endo, Series losifias de lt UNED dedicado al segundo bicentenaro de lana de Kant Al se anulizarin lis objeciones qe Hegel dng a Kant en cl tercer nent dela mora el Geel bien y el mall mores olen y l conctencla more as ntinomias ke i conciencia Moral. ‘aciedid de su suo, st formalism y el dualism no stperado en ele se instal. 1 Jacinto RIVERA DE Rosa's implica asimismo una jerarquia en la realizacién de la idea, y por tanto que ki ‘eticdad (hegeliana) seria para él un punto de vista superior a la mera moralidad En consecuencia Hegel, siguiendo su método ¢ incluso su sentido de li historia (tanto la universal como lat de la filosofia), se esfuerza por mostrar pri- mero li validez de ese punto de vista moral, pero ms atin sus limitaciones y contradicciones, que quedarfan resueltas si se pasara a un punto de vista supe- rior, el de la eticidad, En consecuencia, la eticidad que propone Hegel, también por exigencias de su metodo que no permite restauraciones de épocas pasadas, no puede ser la anterior al punto de vista de Ia subjetividad libre y moral, que el ccoloca en la sociedad griega; esta tercera etapa, por el contrario, ha de integrar 4a conquistado en el momento anterior, limitindolo a ka vez, La conquista mor le los nuevos tiempos, iniciada en el cristianismo segiin Hegel, 0 tal vez en Séeratest, y que aleanza su culminacién filoséfica en Kant (y en Fichte), es la de ta libertad subjetiva, o sea, el derecho de los individuos a ser tratados como per= sonas racionales y libres, a saber por lo que se autodetermina y a no seguir sino Jo racional, El Estado hegeliano tiene lt intencién de no ser premoderno, sino de integrar en silt modernidad, la libertad y el derecho de los individuos y sus sub- ietividades, superando, eso sf, lo que serfan sus aspectos unilaterales!, De tal muaneta aprecia est inflexién subjetiva, que en los aiios en torno a ka Fenomeno- Jogta llega incluso a dar prioridad a fi moralidad moderna sobre la ética clisiea: te es el principio superior de la edad moderna, que los antiguos, que Platon, hho conocian, En la Edad antigua la bella vida publica era el ethos de todos, (1 unidd inmediata del universal y del singular, una obra de ante frecuérdese que la de los griegos clisicos es calificada por Hegel de religién del arte}, en la cual ninguna parte se separa del todo, sino que es esa unidad genial del si mismo que sabe de si y de su presentacién; pero faltaba el absoluto saber de sf por purte de ka individualidad, ese absoluto seren-sia. En la eticidad al modo geiego n Séveates al principio de kz guerra del Pelopunes, es done el principe beso sla. de b ndepentdenc absolta dl persamtento ena loys su line exprenon fl ernche qe cl Ina de encontrar y reconocer en 1 que es To isto Io Dae. y ue ex sty cs Hl sein 0 naturale. Socrates es conocido como maexit moral, pero Glee mis bien el \leseudor finder’ de lt mol, ici la ten los sci per Wes Pee on les. et, es queria ensendrselo crates, EL hombee moni ex aguel que simplemente let 9 hace To gst, nos el hombre inpcente, sino aqgel que tine Concienca de su hacer (CW. thas, a gucra del Pelopemesos, en Zeccones sre fa fia dela Distoria, Wo XI pp jo 9) Yeane tansien FD $279; WM. 449, 5 G..W teas, Pondamenta de la Flesofia del Dec (ED) 524 y 360. derecho a 0 secomoner mls que y no vex como facional ex ef derecho supecn el sf Kl pine pas moval, fem por su determine subjtva eva aver formal fy 6s ex urate ele se as Merl !meramene formal. ef deren de Io racial, en cunto derecho de bjt ante el uae ‘acionaidid obgrtia, frente a un sito dvi pac pus eqcie y pend ls sci ‘yr olay en a etc. se mantiene pow el conta fines, WF ie, HD aye Vl ae 4 G-W. F Hos, Natuephikesophie und Philosophie ces Geiss Voreunneumannseripy tr Reupbilopic toy06, Gesamte Werke (GW) VI (Felix Meine Hamburg. 1996) ses, Hay tee sdocein en GW Hat, lesa eal Fl JM. Ril, Mex: FCP 98a Po Ly Moxaubab, HSGEL vise KANE) ray dlisico, la libertad del pueblo no se correspondia con una libestad pari. toxlos los individuos. Peto en las obras posteriores, la eticidad recobra la prioridad y se sitda en el ‘momento superior de sintesis entre la objetividad del derecho y la subjetividad de la conciencia moral, pero se trata ya de una eticiid madeana, que ha de atender « Jos derechos y necesidades del individuo y su libertad, y que hat inte- grado en si, en el concepto de -sociedad civik, la revolucién industrial y burgue la dispersi6n 0 atomizacién de los particulares. EI movimiento dlaléetico centonces se modifica, Io que nos di idea asimismo de su flexiblidad, nF comenzaha con la exterioridad hacia la que sile la individualidad racional y libre. que se ha convertido en persona del derecho y tiene su sustancia y su cumpli- iento fuera de ellas, iba después a su completo extranamiento en el terror il trado, para acabar en la conciencit moral, pero comunitaria ésta finabizaba en el perdén y la reconciliacion, donde verdad y saber coinciden, toda oposicidn de smbos ha desaparecidos y el individuo tiene en la universalidad moral su sus tancia, En la FD, por el contrario, pasamos de It exterioridad del derecho abs- Uracto a la interioridad igualmente abstracta de la conciencia moral. y finalmente ‘1 na eticidad que intenta, en su mismo ambito, conciliar ambas exigencias. ia en Los dos momentos primeros estin construidos segiin la ley del péndulo «i léctico que va de un extremo a otro, desde la me dacl de una persona juridica a la mera subjetividad vacia de contenido de la co ciencia moral, El tercer momento, ef de la eticidad, Gene la inmensa labor de ir cosiendo esos jirones con el lento trabajo del concepto, un trabajo que supe con efeces las vanas pretensiones © impaciencias de la conciencia reflexiv tanto en potencia como en racionalidad?. Este momento se desaroll humus del ethos de un pueblo que reguls la procreacién y educacion de los nuevos miembros, la producci6n y reparto de las riquezas, y el acuerdo y pro- mulgacién de esas leyes ¢ instituciones politicas En el derecho abstracto la voluntad o persona habia puesto en la cosa pose da la objetivaci6n de su propia libertad al declararla de su propiedad y exigir los ottos ese reconocimiento; esto tihtimo es constitutive de esta esfera del esp il que sabe de si, y lo que li diferencia del dimbito del espiritu subjetivo, Pero varias grietas © puntos le fugat se produjeron entonces en est exigencia de reconocimiento, Primer mente, el otto puede ser que no respete dicha expectativa y cometa una injust ia. Para evitar eso, se hace preciso que asienta en su interior a la ley, que su voluntad particular se armonice con la voluntad en si, 0 sea, que se agit un la en cl 2 GW. F Hc, Renomenulegia del esi (= FE), GW AX Cambang: Meine, 980), 92) = Werke (= W), Frankf Sekimp, 970, 4 © idem, 7 GW.P Mca, FD § 62 A.W. VI 1 tren GW. Hutt, Rudaments de fli ed dderech Sad: Gear Prod. 1993, 246 164 JJacanTo RWERA DE ROSAS suieto moral. Adenvis, una vez cometido el delito, éte exige un castigo al infractor, pero dado que s6lo contamos aqui con las voluntades particulares, la imposicién del castigo aparece en la forma de una venganza personal (Rache), como un nuevo acto delictivo que reclama la revancha, de modo que ell cae en un proceso al infinito y se hereda de generacion en generacién ilimitads- mente, Se requiere por tanto una justicia punitiva y no vengativa y para ello es necesario que los delitos sean considerados publicos, y perseguidos por la ‘comunidad politicamente constituida, 0 sea, por el Estado, lo que nos remite a ‘dad, Pero asimismo es preciso que, en representacién de dicho Estado no -1 particular ofendido, sino que haya un juez, y que éste tenga una volun- que también en cuanto subjetiva quiera lo universal, la ley, 0 sea, que no corrupto sino justo y moral, (Es un paso parecido a la distincién kantiana centre legalidad y moralidad) Esos conflictos hacen necesario que todos acepten la libertad como ley uni- versal obligatora, y ésa es la nocién de deber, Sin esa moralidd no seria posible la etiviclad; las etapas anteriores forman el subsuelo de kas posteriores, y si ellas «lesaparecieran éstas se hundirian (la realidad es compleja, sintética). En el ambi to de la moralidad la voluntad dlrige la mirada hacia su interior y, segain la tern nologia hegetiana, pasa de ser persona (propietaria) a ser sujeto (moral). En esa interiorikad y no en la cosa pone ahora su esencia, el valor de la libertad, la fuen- te de st accidn, la existencia del concepto, con el que quiere identificarse y con- vertine en buena voluntad, En el camino se descubren los derechos (que han de ser asimismo reconocidos) de esa voluntad subjetiva y su dignidad de ser ducita «le sus propias decisiones (el Espirita objetivo es el mbito de los. derechos en sentido amplio, y por eso el tratado que lo estudia puede tlamarse Filosofia del Derecho en general), Pero en cuanto que nace de un movimiento de interioriza- iento, dle distinciGn entre lo exterior y lo interior, [a moral se establece en el punto de vista de la diferencia, de la escisién entre el mundo y cl sujeto, ms atin, entre éste y los demas sujetos mas la voluntad en si, que apa rece como mera exigencta y deber, debido a esta titima contraposicién, el punto de vista de la moralidad puede dar lugar tanto a lo bueno como a lo malo, Ese lualismo constitutive del punto de vista de la conciencia y de la finitud engendra ‘contrudicciones dialécticas de la moralidad, pero también ef movimiento de su propia superacién, pues la légica de lo finito es engendrar desde si su contratio. ion, de dlistan« 2 CONTA LA ETICA DE IA MERA INTENCION La moralidd se divide a su vez. en tres etapas: 1° El propésito y la culpa, 2° ion y el bienestar y 3° El bien y la conciencia moral, Primeramente el ® G.W.P Hat, FD f 102, W VI, 196, td. 36, La Mokauioab. Hoes vias Kast (1) is sujeto quiere ser juzgado slo por su propésito (Vorsatz) de hacer alo: eso constituye li primera aniculicién © paso en el terreno de fa moralidad, No todo lo que el hace ni todas las consecuencias de su acto (Tat = hecho, acto) deberian serle imput | sélo quiere ser responsable (culpable © autor, de un hecho delictivo por ejemplo) de su aecién (Handling = accion), o sea, de lo que cons- Cientemente se ha propuesto hacer, y eso lo ahandera en cuanto derecho que hit de ser reconociddo como tal por Jos otros (estamos en ki esfera del Espiritu obje- tivo), En efecto, aetuar implica someterse también a fa avcidn de lo externo y lo secidental, de las fuerzas extetiores, que pueden muy bien torcer la acciéin lle vvarla a consecuencias extrafias y no previsibles: ka necesidad externa cle lo finite, puede transformar lo accidental en necesario y a la invers, y actus es en conse= ‘cuencia exponerse at esa ley, para bien y part mal (por ejemplo, alguien quiere simplemente poner una maceta en el balcdn de su piso, pero el asidero no resis te, &sta eae y mata a un transetnte). Giertamente se hia de actuar con reflexién y con conciencia de lis consecuencias, de manera que no se puede juzyy acci6n sin tenetlas en cuenta, como pretenderia una ética de int pues en ellis se manifesta lt naturaleza ce esa misma accidn. Pero cond aicein s6lo por sus consecuenciay y por todas elkas (etic del resultado) es mismo un principio del entendimiento absteacto, es confundlir Tat y Handtang ¥ suponer un sujeto omnisciente que no se da, si bien es cieto qu centre lo previsible y Jo imprevisible no esti del todo defini. Al actuar, el hombre tiene primeraumente el propésito de hacer algo conereto, dado que es un ser pensante, una conciencia reflexiva, Pero no s6lo eso, sino {que por ext misma raz6n sabe también para qué quiere hacerlo, ¢ anima, qué motivo le mueve, qué fin pretende conseguir, o sea, tiene una inten- i6n (Absich)), y de eso trata la segunida parte de kt moralidud. En st ma dad, 12 accién consistié. por ejemplo en clave un cuchillo en el pecho cle alguien, y ése era su propésito, mientras que la intencidin fue ka de apeeditlo, ¢ bien slo la de defenderse, Aqui clamos un paso mis hacia le interioridad moral no rekicionamos ya la accién con los hechos coneretos acaecidos, sino con el motivo del actuante, algo mis universalizable y cercano a las mixinias. En este segundo momento de la moralidad rige un derecho similar al anterior: dente de | accién misma, la voluntad subjetiva slo se siente responsable de k sabida y puesta de antemano en ella, y en la medica en que ella no concuerde con su previa intencién, lo akeya como excusa, como algo No propio, estrano i la existencia y objetivacion de su libertad. la fromters interes le a concieneis erica no se ha alae ain ess dstncion (HD, $8, y por eso Fp se «ee culpable de haber matadlo a su padre y haberse cana con si aide, mientras qe unt con enc moderna aleyaraiporanca,¥ 89 se sents responsable n eel pln legal eee ta Pero despues de Fred se ha abit AU de un ambito peaks terns "8 Diao que lex do: momenta tatidos, el del proponito yc ke be inture iat oe asin reflexion, los que no pueden Hevark 4 cabo, com law nitem fos koe, een en ext msn dd de ser rexpomsablesy eapaces de imputaciny de dello 'D § 3) See 6 Jneasvo RIVERA DE ROSES Hegel es agin n is critico. La intencién constituye s6lo un momento de ¥ pretender justificarse Unicamente por ella es unilateral. El mismo tér- lemiin de .intenciGne: Absicht, hunde su raiz.etimologica en -abstracciéns abseben (von), de modo que el lenguaje mismo nos indica que la preten tarse en i mera intencién es propia de un pensamiento absteacto, i pax de tener en cuenta todos los elementos que configuran la realidad pues, ‘como vimos antes, las consecuencias, al menos kis claramente previsibles, lor pain parte de la naturaleza de ta accion, En virtud de esta abstraccién, lit inte cit pucle estar en clara contrdiccion con la objetividad y la esencia moral de li aeci6n, como focurte] en la buena intencién cle un crimens, Son los actos y su objetividad los que propiamente muestran ka inten pretenda negarlo o desconocerlo. Esta observacidn se dirige directamente en contra de la moral de la met intencion (Gesinmung), que es donde normalmente se coloca a Kant, Come es bien sabido, para éste -ni en el mundo, ni incluso fuens de él [se entiencle qu en cl otto mundo mids alli de la muerte, para aquel que pueda aceptar st & tencia}, es posible pensar nada que pudiera ser tenido por bueno sin limitacién sino tinicamente kt buena voluntades, Todas las dems cosas son medios que pueden ser utiliztdos tanto para el bien como para el mal. Tnieamente la buena voluntad es fin en si misma y, por tanto, fuente de tock moraliciad Como ejemplo més ilustrativo de tal tendencia se suele citar el anicule de Kant Sobre un pretendido derecho a mentir por filantropiae (1797): un asesino viene a mi casa dispuesto a matara mi amigo que acaba de refugkarse en ella, y ten caso de que aquél me preguntara donde se ha escondido éste, yo no por mentirle. Sia consecuencia de mi declaracién, el asesino encuentea al otto y lo ;muta, yO N0 soy responsable, pues he cumplide con mi deber de vercidad. Flat iustivia et pereat mundus. La mentifa es por si misma morakmente rechazable seaiin Kant; él la califica como st mayor violacién del deber del hombre pant consigo mismo-4, kr cual le conduce a a deshonra y al desprecio moral. Lit rizén es que con ellt el hombre convierte su personalidad en una apariencia cenganosa, y destruye por eso su dignidad humana debido a que no concuerdt Consiga mismo y se usa a si como un simple medio. Podriamos deci que mentira rompe su identid: ere en su proceso de identific: Gn del agente, aunque él cin consigo GW Fa, ncielopedia (Ens § 506, GW XX, 498 = WX, 6 ‘sine podenvos saber Ta inencion de un liom’ Heye piensa siguicndo en ello la kg Ake la esenc a eval lees propio eb aparece. que sl to bi sere esis secwine (FD Baa wea 1 Ry, Rundamentactin dle ta metafca dela estunbres MC "1. Ravn Die Metis cer site (MS) U.§ 95 AR-Aun. M489 lexi teaceckin espaol en 1 wavs, da mca dels castors. Mul Teenen, 98, 290 lene ka pope lA Avy ll muna. Sein tn Bilis, el mal ente en ein pret Pace ke nxt, eis ‘a em Forma de erpiente, eng a Bane cuenta Kane (oe Ak Aust V. 4. ta. 296294) Wp: AR Aus [Lx Morena, Hin. vast Kan (0) 167 mismo que, tanto te6rica (Yo pienso) como pricticamente (Yo acttio), es la con- licién de la autoconstruecién y autoafirmacién racional del sujeto, de manera que €s inaceptable tanto si se causa dafo al otro como si no, Pero es que ad ais ese dano viene a ser inevitable, pues al engafado se le utiliza como puro medio para nuestros fines, como cuando uno hace una falsa prom “sus, Por e80, desde el punto de vista juridico, destruye el fundamento de todos los derechos, hrasdos en contatos dle morlo que la mentia sempre perjiea a otro «ue, tiene derecho a mi veraci a dad... no hace acepcién de personas sino que, como deber incondicionado, vale para todos los casos, Vale en derecho, porque hace referencia hd de ese ambito como contewto, y es vilido también para la md contrario descoyunta mi personalidad. Aunque el otro no me trate de manert legal, la veracidad sigue siendo un deber Gincluso de valentia) para con, Si hablo, he de decir la verdad, Ahora bien, podria también callarme, segtin el principio moral que se dio Kant a si mismo cuando tvo problemas con kt ce sura prusiana: -Retractacién y desmenticla cel propio convencimiento interior es infume; pero callar en un caso como el presente [en el que el Rey le ordené que guardara silencio sobre cuestiones religiosasl es deber de stibdlito: y si hien todo lo que tno dice ha de ser verdadero [mejor dicho, vera), no es por eso también tun deber decir pablicamente toda la verdad, S6lo «en las deckaraciones que no puedo eluclir... cuando estoy forzado a hablar, no tengo mas remedio que ser ‘vem Pero Se supone que eso ocurre en situaciones legales for L ‘personas privadas dle por sino tienen derecho a exigirme que Fes cuente tox Io que pienso y que les descubra todas mis intimidudes. Por consiguiente, aasesino dle nuestro ejemplo puedo muy bien callarme. Pero podria hacer ‘otras costs, por ejemplo intentar desarmarke y reducirle, & incluso intentarlo costa de mi vida dando tiempo al otto para escapar, ee, actuaciones heroics 151 Rav, BMS, Ak Aus IV. 408, 429-40 °6 xt, Sobre um pretendido desecho mentr por Hilaniropi, (Ak Asp. VII 426 tel 6 est, Teoma ype, Mari Teco 8H6.p 8), "70 cqaeq9, tnd 66 En ins Lecco sore la flasefia mora lel crested ee 35 decars Jo eontites Cuando el ot Gener ntencion de hacer wn ‘eri pr ejemplo, un enemign me sje por el evel y me pregunta dinde tengo el dine, puedo och Fave aqua pensamieet, por cuanto ue el quiee hacer mal us de ba etl Per ay ve el ‘ado ol earcter eaten dl imperativo moral en la Pundamentactine lela metas de ks coe Twanbre om ane despues, Kant dep le permite esas licencia "8 Gia tomas We EC, Kuh eben ond Lehre, Dansk: Wivenschaflic ache sellchalt 977. Pa Tr. KaNt Sobre an pretends derecho 4 mente por Mant: (AK-Ausg. VIL, 42 ra 69 16 Jeisio RIVERA DE ROSAS ante las cuales Kant no podria decir nada en contr, Las consecuencias que el Filosofia saca de sus principios no son necesariamente las ms acer- tudas, de modo que aquéllas no siempre invalidan a éstos, vutor de Con ello vamos determinada, ni en su resoluci6n ni en sus circunstancias y consecuenk nos muestra que la acci6n situad esti atravesada por mis de wi tas 4 veces se potencian ¥ colaboran en el mismo sentido, pero muy bien pueden ir en conflicto entre si exigiendo entonces una cierta jerargy itn, Hegel oftece esa jerarquizacién mediante su mismo método dialéctico: daclo que las liguras posteriores realizan mas ampliamente la idea*, entonces el derecho que proclaman es superior al de los momentos anteriores, Pero eso lampoco est exento de tensiones, por ejemplo, en el derecho de indigencia surge el conflicto entee la necesidad material o derecho a la vida de uno y el derecho de propiedad de otto. Pienso que es este aspecto conflictivo y a veces tnigico de fa vida moral lo que no desarrollé Kant en toda su amplituck para él i aceién moral concreta esta ya totalmente clara a kt rtzén humana comin desde hace tiempo. y ni un nino de diez aos vacilaria. Ademas esa pluralidael de mdximas se descubre examinando kis diversas consecuencias de la accién, 0 A. viendolt en su mayor amplitud posible, Pronunciar materialmente unas Palabras ante ef asesino de nuestro ejemplo puede tener como consecwenciat decir la verdad o la mentira o bien salise por la tangente o decit medias vercla- palabras ininteligibles © tartamudear deliberacamente, etc pero también la de ayudar a mi amigo 0 de despistarlo o hacerle perder ef tiempo, la de Hamar su atent tiempo a que ecuren otra cost, y diversas cosas 1 ndo ademas que la actuacin no esta univo Simplifiquemos sin embargo el gran abanico de posibilidades y reduzeimos- as dos maximas contempladas en nuestro po de decir siempre lt verdad, y segunda, «yo he de procurar impedir un crimens Ambas miiximas puede universalizarse, pues tanto la verdud como la ausencia de actos detictives concuerdan con la pensabilidad y con la libertad @ querer racionall en un rein de fines. Pero en mi caso, si digo la verdad casi con to probabilidad colaboro al asesinato, dle modo que sino quiero esto tltimo he de Procurar no decir la verdad. (Qué maxima es aqui superior a la otra? Esa es las fico caso primers, -yo he 26 i primer lugar po qué debéis devi que interns lo la verdad Die ta meri pr qué tna tercer es ie se hala el mash: que a esos dedores de ninguna espa ta. el parcee tener un peopesto muy’ ml, ee Te scons emuncar el por ls aera. oe ‘ea contanio tomares el pando del persewide y que le defenders com pcg de ess Propias vas “cosa est ulins que ex sin mus vast obyaciin awe Qo Bea. Pee [roy § 34 Ih FWSM ~ CAG 56) 2 Gault nivel cs propiamente bi idea, pero os anteriores la conten dink Howie absractas¢G. We Bett, ED § 9 Z, W VIL, 298) 1 L Rest, Citic de fa ac pricica (RPV A 279278 AK Aus Ve 95496 [La woRALDAD, HGH, VERSUS KANE CD 69) pregunta que aqui nos debemos hacer, y entonces hemos reducido el pretend do rigorismo abstracto en el que cafa una moral de fa intencién a un conficto de intenciones concretadas en diferentes méximas, porque si aun con mi menti- no consigo evitar ¢] asesinato, no por eso me debo sentir responsable de elo, sino, todo lo mis, poco hibil. La intencién sigue siendo To esencial, pues, como vYeremos, no se trata nunca de una intencién que se quede en el mero deseo, sino de una que hace todo lo materialmente posible par convertine en una acci6n responsable, sélo que al concretarse no sabemos por cuil elegie, incluso ‘manteniendo la intencin general de hacer el bien, lo formulado en el imper vo categorico. Es evidente que Kant prioriza la primera: ment es lo que mis ke repuigna. No sélo eso, decir la verdad (0 no) es lo que esti mis en mi mano, mientras que intentar impedir un delito es mucho mis wzaroso. Pero es que et Gircunstancia To convierte en menos deber?, gno tendriamos que intentarlo en todo lo que esté en nuestra mano aunque al final no Io logremos®, zo es eso lo que nos viene a decir la moral de la intenciGn? Si mientes por prudencia, cone testa Kant, en ese caso te haces responsable de las consecuencias, pero no si eres veraz, pues entonces estis a salvo en virtud del deber cumplido®. Nuestra ‘conciencia sctual primaria, por el contrario, la segunda maxima, y la pen incluso mas heroica. Por ejemplo, si juzgamos el tiempo de ocupaciOn nazi (pignsese en la Holanda de Ana Frank), pensimos que tn delator de Tos pense _guidos es un colaborucionista del terror y de la injusticia, mientras que aquellos “que han ocultado a Jos injustamente perseguides, dicho mentiras y enganudo a ‘aunque al final no hayan tenido éxito, s6lo por st intenciéa y no por 10, ¢s decir, kantianamente, los consideramos nus contra la injusticia, ya sea insttucionalizadt en un Esta izada en un asesino © su banda, Diversas jerarqu mas constituyen también diferentes culturas y etbes. is morales. Lt mentint El deber y la intencién de levarlo a cabo en general son incondicionadles, pero qué accién ¢ incluso qué maxima sea en un caso concrelo nuestro deber puede ser algo mas complicado. Pero eso no quita un spice «Ia idea de que ol valor moral reside en la intenci6n y no en el éxito de ka aeciGn, Porque, come sefalé, dicha intencién verdaderamente moral no es un mero deseo qu preocupa de las consecuencias, una intencidn inane ¢ irresponsable que rebii sa la acciGn para seguir manteniéndose punt, sino que conlleva esencia tuna preocupacién y un esfuerzo real de que el bien se realice efcetivamente cen el mundo. Es una intencién que hace sacopio de todos los medios «uc estin a su alcances, entre los cuales hay que contar evidentemente el prever nent Si micntey-cres jurgicamente responsable de tds la consecencias que pean sen tbe cl, Pero 31 has tendo estectumem la vera juste publics no pede havee nak Ses ea ere lt previsa eonsecuencit de ells (1, RANE, Sobre tn pretend hehe 3 mmr pe fiance AA, MI 27: 63) 0 JRGINTO RIERA DE ROSALES las consecuencias de las diferentes acciones posibles, pues no ha de ser una intencidn ciega. ¥ esa intencién es lo moralmente valorable en el individuo, «aun cuando por particulates enconos del azar o por la mezquindad de una naturaleza mmadrasta, le fatase por completo a esa voluntad la fucultad lfisica 0 intelectuall le sacar adelante su propésito- morals, Seria universalizable la maxima de actuar sin tener en cuenta las consecuencias previsibles? Eso significaria una inresponsabilidad, pues esas diferentes consecuencias dan un sentido u otto a kit ‘ci6n y la cumbian de naturaleza: no es lo mismo encender un fuego que tenggr ‘como consecuencéa poner en marcha una chimenea que si lo que provoca es un incendio en toda la casi que abrasa a sus habitantes. Una étiea de la intencién © de li conviccién y una ética de la responsabilidad se coimplican necesariament. Qué es lo que esti queriendo decir entonces Kant aungue a veces se traicion ne a sf mismo en la expresién?ss Primero, que en el seguimiento de la ley moral lo decisivo no es ef cilculo de ganancias o pérdidas que eso pueda ocasionarme mi 6 a otro en particular en el mbito de los objetos. Mi accién moral no debe ‘quedar truncada por el hecho de que con ella yo saque menos provecho mate- Fial © el pequeno mundo del injusto se venga abajo; el interés empitico debe ‘queda subordinado al interés de la libertad, pero no por ello tampoco anulalo, como no ocurre en el concepto de bien supremo kantiano, et cual ineluye hién ta felicidad, Hay consecuencias ciertamente que sélo afectan a mi interés tempirico, y que he de cuidar dentro del marco de la libertad respetaca, ce ig moxlo que la felicidad queda subordinada a la vid © libertad, Peto hay otras consecuencias que van directamente contra la posibilidad de la libertad mis por ejemplo, ef que el otto sea asesinado. Esas consecuencias afectan directa. mente a la naturaleza moral de la accién y no pueden ser obviadas en la consi dlecacién de as miximas. Fiat tustitia et pereat mundus es una frase hipesbolica, pues es evidente que si desaparece ef mundo ya no es posible hacer justicia alguna’, Mas atin, un ser moral quiere que haya mundo, stunque eso le tient periuicio, porque el mundo es el terreno necesario para la realizaci6n de: la Jey moral y de la libertad, nos dice Kant”. Por consiguiente, en ef hacer justicia no i implicita fa destruccién del mundo, pues la justicéa, como la moral, ex kt Drip hermenéutis que se dcherian seguir. primero nos avis de gue a obra de un soto, come tamypocd hi de aia oan cheat es en alien ht ¥ resnlacinanis. Un pinor no ext sempre prokicicnd suis mores cuachom, hi wy pe, Pus bien, es fe acum tambien al léso, Ypoademos «bien apa shiz tom ss sens Inn distin © sania sus sombras eon sa fue En seco Igy eons consent ero ivf siempre hace 1 mej con 0 prapks ssn el tambwen patee oleae slau aspectos aplicaciones de! mismo. Lo mpomtante es eaptr fo ue al uct set fave Seruin compen) de ise de propio maestro, Me CAE Ha, FD S517 y ho. 2 1 Ravi Religie deni de os lites de la mona razon. Plone la primes ediciny Ak Auge VI, 45: td on Akal Altiza 969, pp. tse La wonaupan, Hct vrsss Kast mm afirmacién correcta del ser y no su destruceién, es apoyar alos seres riciona- les en sus pretensiones racionales. Es la injusticia la que puede hacer perecer al mundo, Traducido ese dictum a un lenguaje menos ret6rico significa que ‘uno ha de hacer justicia -por grave que sea el perjuicio que para él 0 para el otto pueda seguitsest, El mundus que puede o debe perecer con la accién ce la jus- ticia es el mundo individual de injusto 0 criminal, que es el que ha asentado sus pases en la injusticia, y asi es como fo interpreta el mismo Kant: Flat iwsttia pereat mundus, dicho en alemén: “reine la justicit, aunque se hundan todos los bribones del mundo", Claro que eso politicamente puede ser peligroso, porque cen ese momento los interesados y los que se aprovechan de ess injustic flzarin con todas sus fuerzas y armas disponibles, y ahi sf que hacer just puede ser politicamente ariesgado, cuando es la parte fuerte, ln que tiene el poder, aquella que esta interesada en la perpetuacion de li injusticia, En ewe caso ¢] proceso tendente a hacer justicia puede requerir pasos intermedios estra ‘cos y, por tanto, imposibles cle definir dle maners a prior. En segundo lugar y fundamentalmente, con la valoracién iacondicionacla ce in y la buena voluntadl, lo que nos viene a decir Kant es que kt fentc moral y del sentido de kt vida no procede en tim instancia cle los obj tos, sino de la subjetividad, tanto kx de uno mismo como | de Ia individual asf como de la comunitaria, y mis concretamente de un nivel ce fa subjetividad que él denomina puro o trascendental. También en ef ambito ce lo twérico encontramos esos. dos momentos, el empirico y el trascendental, y aunque sin aquel es imposible el conocimiento, la pauta y la ordenacion prove den de las estructuras trascendentales. Pues igual sucede en ef terreno de te ictico, en el que de nuevo Kant distingue entre lo que él denomina fas ess ucultades de desear (Begebrungsuermégen), li inferior o inctinaciones, y kt superior o voluntad pura. Las primeras expresin mi finitud y me guian en ee terreno, pero el timo sentido de mi vida y su digniddad ontol6giea como ser originatio reside en mi libertad y en nia de ka misma, es decir, en bi conciencia que tiene por objetivo esa libertad en catanto tal, que est lo que Kant Hama voluntad pura © imperative categorico, Alli a ibertad se invita‘exige imperative) tratarse a sf misma siempre (categorie) seydin su modo de ser ork ginario, con miximo respeto frente « tolo lo dems, Eso y no ors cost et intencion (Gesinnung) de la Gewissen (del saber de si, le nuestio ser libre) 0 conciencia moral ontoldgicamente correcta, © sea, la buena voluntad. E tuncia es la fuente de la ley, pues kt ley moral en cuanto tal no dice ott Cost que es0, que la libertad o set libre ha de ser siempre (aqui se express el ser for smal de Ia ley en ef 4mbito temporal de las acciones) tomaclo como un ser ori nario, como persona, ¥ no como cost 6 puro medio part oto fin, 0-sea, come ser de k de los otros, 141 Kav, Sehne un pretend derecho a mente por Marsmpite: AK Aus, VIL 426 wad 2-4 {Rane Pan la pats perpora, kN. V7 m Jncivto Ravina oF Rosas que se det a si ismo el sentido y la ley y que configura por tanto, en el respeto y consideraciGn © reconocimiento mutuo, una comunidad de seres libres o +teino de fines». ¥ querer eso es la inten Ademiés, en esto esti de acuerdo Hegel: -Es una gran determinacién, extre= madamente importante, de la filosofia kantiana, el que Kant haya retrotraide hacia si mismo aquello que tiene esencia para la autoconciencia, lo que vale en si como ley. [.. Es un gran progreso que este principio haya sido establecido, cl que li libertad es el Ultimo ee sobre el que gira el hombre, La titi que no se deja rebasir por nada, de tal manera que el hombre no deja que alga ninguna autoridad en ta medida en que vaya contra su libertad, Es esa libertad del hombre la que id creando la eticidad. Alli el individuo racional ‘moral tendrd esa doble relacién de soberano y stdito, de configurante y confi- uraco, de trascendental y empirico, que no es sino un proceso de autoconf scion mediada in moral o buena Voluntad o voluntad pus 3. EL WIENESTAR, LA FUCIDAD ¥ 4 DERE Reanudemos el hilo del discurso hegeliano, Primero vimos el propésite y «lespucs la intenci6n, y en ambos el derecho que el sujeto ostente a tener con- ciencia de ellos, « aceptarlos por su libre determinaciGn y a ser juzgado tiie ‘mente por lo previamente sabido y querido. Pues bien, la intencidn iiltima y alobal de todas las acciones de esa voluntad particular, que en este mbito de la wralidad va alzindose progresivamente hacia el queter de lo universal, en onde reside lo moral, ¢s su bienestar (Wob), Este consiste en poder ser activo, libre, y satisflacer su existencia natural subjetiva: necesidades, inelinaciones, ideas, ete. Las nevesidades naturales del espiritu subjetivo entean de este moto n el ambito del espiriu objetivo, al ser reconocidas en general como derechos «lel sujeto particular, y volverin a ser contemplacas en la legislacion, ya conere y comunitaria, de la eticidad, y en conereto en fa familia y en la sociedad civil. Es decir, la felicidad (Gliickseligheit), como universalidad particular y con- Aingente del espiritu subjetivo, se transforma aqui en bienestar (Wobl), de igual modo que, al inteoducienos en el mbito del derecho abstracto, la posesin pasaba a ser propiedad, esto es, algo no sélo sentido como una necesidiad natu- _y contingente dle un individuo, expresién de su finitud, sino algo ad reconocido como objetivaci6n de la libertad de la persona en cuanto tal bertad Fs -cl derecho del sujeto a encontrar su sitisfaccién en la acciénes, a que el con. tenido de su teria, satisfaga sus necesidades particulares: ée es ell derecho al bienestar, La satisfaccin de su finitud © voluntad natural es elevacht eG. W F Hea, Leceiones sede a istrefi, WX, 67 ss GMCF Ht, PD § 34, WVU, a9,

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