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fen {a década ce 1980 to que entendia por responsabilidad intelectual: “Podria demostrar como economista el efecto positive que tendria para et creci- miento y el bienestar de un pafs la escolarizacién universal de los nifioe y la posibilidad para todos de poder optar a estudios superiores, Pera rechazo ‘esta explicacién. El acceso de todos a la educacién es un derecho humano basico, no necesita de argumentos econémicos™* Lo mismo podemos decir de los derechos que configuran el “derecho a la ciudad” como derecho inte~ grador de la vivienda, ta movilidad, el espacio publico,la centralicad, el salario ciudadano, la formaci6h continuada, la igualdad potitico-juridica de todos los residentes, el gobierno de la ciudad real o metropolitano, a participacién ciudadana, etc, La responsabilidad de fos intelectuales no se reduce a una toma de posi- cién moral, sino que exige al menos tres tipos de ejercicio de dicha respon- sabilidad: en primer lugar, no soto contribuir con estudios, publicaciones 0 proyectos a las dinamicas perversas urbanas, sino también desarrollar una actividad critica permanente; segundo, utilizar sus conocimientos para enten- der y explicar tos mecanismos y las contradiccfones que generan dichas dinamicas y participer en las reacciones sociales de los que se oponen a estas; y, en dtimo luger, contribuir a la elaboraci6n de propuestas refor- madoras de los mecanismos perversos y generar asf culturas alternativas, Se trata de recuperar la ética politica de lo que fueron los enciclopedistas del siglo wm, los demécratas y socielistas del siglo wx, los revolucionarios det siglo xx para formuler un pensamiento progresista del siglo x0. Esta obra de Montaner y Muxi se sitta a contracorriente de las ideologias dominantes en la potitica institucional, en las universidades y en tos medios profesionales mediaticos, al tiempo que representa una contribuci6n inte~ lectual rigurosa al patrimonio cultural popular; es decir, ala gran mayorfa de este mundo globalizado, Es un libro elegantemente subversive, y tal como dijo el catélico Georges Bernanos: “Hacen fatta muchos subversives para conetrulr un pueblo”, “Paul A. Baran fue el autor de una obra ya elisiea, Le economia del erciie (1987) x, junto con Paul Sweeny, eseribi6 HY coptatisne renopolisa (1966), ambos libres editados por Monthly Revieo, Bl texto citado e2 “El compromiso del intelectaa.”, publicado en la recopilacion de textos Excdane coninice ¢ imacionalidad caitlivia, Pasado y Presente, Cordoba (Argentina), 1968, 2 INTRODUCCION sede canst sie sess La arquitectura tiene una estrecha relacién con ta vida humana; por tanto, ‘ene mucho que ver con et poder politico y econémico, con la voluntad Colectiva de lo social y de lo comtin, de lo pablico y de la permanencia en et futuro, Son unas relaciones que, por obvias, incluso por redundantes, no gon faciles de tratar y actualizar de manera sistemética y critica. Obvias por to que respecta a los edificios pablioos, pero también vitales por cémo se legislan y gestionan, proyectan y construyen las viviendasy los barrios como “ambitos para los nuevos modos de vida y para la felicidad de las personas, Sin olvidar que, tal como ha defendido y sigue defendiendo ol feminigme, to personal es sfempre politico y, por tanto, la creacién de eepacios para les Fetaciones entre las personas tiene, necesariamente, relacién con la poli- tea. Por ello, este libro plantea una visi6n: entrever y descubrir intereses'e implicaciones politicas detras de ta arquitecturay el urbanismo. ‘Cuando ain os recurrante entre ciertos arquitectos seguir prociamando la falaoia do que la arquitectura es neutra, que no tiene nada que ver con a politica, un tibro como este resulta imprescindible, Ademas, més allé de sus Suras eriticas, la mirada que propone la obra quiere ser esperanzadora, tal Gomo expresa su subtitulo: Ensayos para mundos alternatives. Porque la fesencia de la arquitectura es siempre plantear el horizonte de futuro; para tllo debe sofiar y, al mismo tiempo, ser realista, es decir, debe conocer bien las proguntas a las que dar respuesta, debe ser consciente de los efectos que pueden ocasionarse en dicha reatidad y, a su vez, de cémo esta misma va a traneformar el proyecto y, al mismo tlempo, debe imaginar. ARQUITECTURAY POLITICA La palabra ‘politica’ deriva dol griego polls; es decir, ta ciudad como agrupacién ordenade de ciudadanos libres y diferentes que se autoorganizan en la politica para interactuar en el mundo. Cabe destacar, por tanto, le estrecha relacion ontre politica y cludad en sus reices,y tal como escribié Aristételes en Politica: La cludad es, por naturaleza, una pluralidad; la cludad esté compuesta no solo por individuos, sino también por elementos especialmente distintos: tuna cluded no esté formada de partes semejantes, ya que una cosa es la dad y otra.cosa es una symmachlo”.* Adem&s, la organizacién de hombres " avistbteles, Pic, citado en Ansay, Pierre y Schoombodt, René, Pmser levi Cis de ete ‘philsophiquct, Archives d’Architecture Moderne, Brusclas, 1989. Symmactia significa “wna sianple alianza”, inmmopucciOs 18 y mujeres pera hacer posible la vida en la polis da luger a instituciones y organizaciones politicas que se expresan mediante edificios. No obstante, las relaciones entre arquitectura y politica no resultan hoy tan evidentes y existan muchas influencias ¢ implicaciones ocultas que, generalmente, se tienden a esconder, olvidary minimizar. Este libro de ensayos recapitula y se centra sobre las relaciones contem- poranoas entre arquitectura y politica en diversos sentidos: reinterpretarla historia de la modemidad, profundizar en las caracteristicas de las sociedades contemporéneas y en sus sectores mas vulnerables, establecer las condi- clones y tendencias de las cludades y metropolis, visibillzar las aportaciones alurbanismo y la politica por parte de las mujeres y, sobre todo, argumentar \as.atternativas y.remarcar las buenas practicas. Este libro intenta abarcar desde el andlisis de la funcién social del intelectual y del técnico hasta la dimensi6n urbana de la arquitectura y sus relaciones con el poder. En este fibro se entiende fa potttica en un sentido amplio, donde se incor- poran también las relaciones de dominio social, cultural, sexual y econé~ mico, unas relaciones extremadamente complejas, como una multitud de finas capae que se interrelacionan ¢ interactdan y, a menudo, se esconden unas detras de otras. De la manera més sistematica posible, ol tibro intenta levantar y analizar algunas de esas capas, siempre interpenetradas, por tanto, con las implicaciones que existen entre ellas, desbrozando algunos de tos temas contempordneos que relacionan arquitectura y poder, urba- nismo y sociedad. En este recopilatorio de textos se toman dos conceptos tan elésicos y sustanclales a la existencia humana en sociedad —ciudad (polis) y poli- tica— para volver a Interrelacionarlos en el contexto de las sociedades can- temporaneas, para urdit nuevas interpretaciones. Porque la politica es siempre un dascubrimiento,y porque la primera decisisn politica —en cualquier actividad de teoria, historia y critica det arte y ta arquitectura— radica en lo quese visibiliza y en lo que se-ignora, en lo que se promueve y en lo que se oculta, en lo que se dice y en to que se calla y a quién so silencia, En este libro se rememorarén muchos episodios recientes, aunque olvidados, de « Propuestas de vida comunitaria, buenas practicas o alternatives para un mundo mejor,y no se dara ningtin espacio a la arquitectura de las estrellas y de mayor influencia mediatica. 18 -AROUIPECTURAY POURICA LACONDICION POSMODERNA DE LA ARQUITECTURA En los Giltimos afios dal siglo x, una época marcada por una condicién fini- secular, empezé a tomarse conciencia de tna serie de cambios estructura- les estrechamente relacionados: a globelizacién neoliberal, las sociedades poscotoniales, los fuertes movimientos migratorios, tos cambios sustancia- {es en los modos de vivir el espacio y el tiempo introducidos por las nuevas tecnologias de la comunicacién y la informacién, la crisis ecolégica (con fenémenos trascendentales como el calentamiento global), las cludades que han apostado por la arquitectura genérica do los objetos aistados y un planeta repleto de slums. Dichas condiciones son también punto de partida para estas reflexiones. En esto texto vamos a interpretar la posmoderniddad como el fin de un ideal Gnico, neutral y universal, para dar paso a nuevas y nuevos protagonis~ tas: roalidades y culturas diversas, y la Lucha por unos derechos mas reales, de la igualdad en la diferencia, Tal como ha hecho el profesor de filosofia Karsten Harries, podemos establecer que la posmoderidad ha tenido una vertiente estética, la mas visible y denostada, pero también una ética, que es la que ha comportado,e partir de los cambios de paradigina de las nuevas sociedades, una critica humanista a la modernidad; en este libro adoptamos y desarrollamos esta vertients ética, sus Implicaciones y consecuencias, y en los dltimos textes explicaremos en detalle los cuatro cambios que consideramos més desta- cables: derechos humanos, sostenibilidad, diversidad y participacién. Desde {a I Guerra Mundial, los organismos internacionales han empe- zado a legislar unos derechos humanos universales, unos derechos que van mucho mas alla de los propios de cada pais. Estos derechos de obligado ‘cumptimiento tienen que ver con ta vida, la vivienda, la sanidad, ta justicia el trabajo, implican a todes fos habitantes de la Tierra y cada Gobierno es responsable de su: cumplimento y contemplan tos nuevos derechos de grupos sociales hasta hace poco marginados o invisibilizedos, como las mujeres a la infancia. Es fundamental tener en cuenta que los derechos hurmanos son ingo- parables y no se consigue uno sin el otro; esta es la primera gran novedad de la ‘posmedernidad en relacién con una modernidad definide por un eurocentrisrmo <2 Harries, Karsten, The Rthical Rancon of Archie, The MIT Press, Cambridge (lass), 1998, emmopucciGs ” que ha tenido que ceder parte de su poder, primero a Estados Unidos y hoya tos nuevos paises emergentes. El concepto de sostenibilidad marca una nueva conciencia de tos limites del crecimiento, el consumo, fa contaminacién; un eriterio que nunca estuvo ni pudo entrat en tos planteamientos de ta modernided, especialmente en ol ideario del progreso ilimitado de la sociedad industrial en los siglos xu y xx La diversidad es una nueva premisa en un mundo de maltiptes outturas, origenes, etnias, creencias y elecciones. Una diversidad que es sindnimo de complejidad, y que se enfrenta a conceptos canénicos como unidad o iden: tidad. Partimos de una diversidad de base entre hombres y mujeres, que debe visibilizarse sin que por ello signifique desigualdad ni sumisién, ni que une englobe al otro. Y en osta diversidad entran también los distintos estadios de ta vide humana, desde el nacimiento hasta la muerte. En los pales desarrollados, tuno de los elementos clave es la prolongacién de la esperanza de vide, que ha potenciado la oxistencia de estadics vitales, mas alla de los setenta afios, que eran impensables en la primera mitad del sigloxcy este es uno de los sig- nos mas claros en to que se refiere al aumento de la calidad de vida en tos paises desarrollados y un cambio clave en os planteamientos del urbanis- mo de principios del siglo xa en relaci6n con el urbanismo moderno. Por dltimo, ne puede piantearse un funcionamiento de sociedades demo- créticas fuertes sin la participacin y la transparencia social. Ello tiene una fuerte influencia en ta arquitectura y el urbanisme y nos tleve a recuperar a aquellos teérices que ya pensaron unos métodos arquitecténicos come los argumentos participativos de John Turner, tos “patrones” de Christopher Alexander o los "soportes” de John Habraken— adecuados a la participa- cién y relacionados con conocimientos y formas compartidas. TITULO, SUBTITULO Y ESTRUCTURA DEL LIBRO Esta obra, con casi una veintena de capitulos ordenados a partir de las rela~ clones entre arquitectura y politica, tiene por subtitule Ensayos para mun- dos alternatives, pues hace hincapié tanto en la critica sobre los problemas, las injusticias y las insuficiencias, como en las tradiciones, las propuestas yy las alternativas que ya se han experimentado y que existen. El objetivo es construir una nueva teor'a y practica de la arquitectura paraun posible mundo mejor. 18 ARQUICRCTURAY POLITICA. para ello, el libro se estructura en cinco partes t6gicas. La primera refle~ xiona sobre la historia de las relaciones entre arquitectura y sociedad, para ‘en una segunda parte plantear las coordenadas basices de las sociedades ‘eontemporaneas donde se sitia la arquitectura actual. Estas dos partes tie- ren un cardcter introductorio, con una revision de conceptos desde la histo- ria, la epistemologia y la hermenéutica. Seguidamente se traslada dicha reftexién a la eocela de las grandes cludades, sus caracter'sticas y tenden- cies. Fn la cuarta parte se insiste en las cusstiones que definen las mayores ‘yulnerabitidades de las ciudades contempordneas: el borrado de la memoria, ‘elproblema de la vivienda y los crecientes procesos de exclusién, Por itimo, 's¢ profundiza en las necesarias alternativas y posibilidacies desde la pors- pectiva de género, desde los valores de lo arquitecténico yo urbano, y desde {os instrumentos de la critica. CONTEXTO ECONOMICO En al contexto econémico de la década de 1990 se consolidé un punto de infloxion en ol que tos capitales transnacionales —procedentes especialmente do Japén, Estados Unidos, Alemania y el resto de Europa, constituidos por fondos privados de jubilacién y otras acumulaciones de capital—comenzaron ainvertirse en cualquier parte a te baequeda de las maximas y més rapides rentabilidades. Dentro de un totat predominio de la ideotogia neoliberal, dichas rentabilidades se basaban en el control de la propiedad del suelo y ‘en al dominio de sus precios siempre en alza,y se visibilizaban en inmenses obras urbanas dictadas por los intereses de la especulacién Inmobiliaria. Esta entrada de capitales fluctuantes y transnacicnales ha distorsionado completamente at interior de las socledades, especialmente el mercado de lavivienda, que se ha ido alejando cada vez mas de tener valor de uso, de ser un bieny un derecho, para pasar a ser un objeto de inversién y especulacién, dominado por el valor de cambio y que intenta convertir a cada habitante ‘en un especulador. Ello esté sucediendo incluso en pafses como Suecia y Holanda, que habfan tenido una decidida y duradera politica de vivienda, =.pUblica, con lo que se ha distorsionado el concepto de fudad y la responsa- bilidad de los poderes pabticos democréticos en su funcién de conseguir Luna sociedad més justa y equilibrada, de hacer realmente un urbanismo * jntegrador y que redistribuya la renta, de rehacer las ciudades mas que de impulsar crecimientos desorbitados. En este proceso, el hecho mas trascendental ha sido el control total de la propiedad privada del suelo en el planeta, que ha tandido a monopolizarse, lo que ha provocado un alza de los precios y ha generac ta dificultad, tanto de las politicas pablicas.de vivienda social como de los procesos de ocupa~ ci6n del suelo, de autoconstruccién de sus viviendas y de la produccién agrt- cola por parte de los sectores mas pobres de la sociedad. La propiedad del suelo del planeta esta en unas pocas manos y tiende a.una situacién mono- polista. Solo un pequefiisimo porcentaje de los habitantes de la tierra son propietarios del suelo: todo el inmenso resto son inguitinos precarios o pequefios propietarios hipotecados. Ademés, se da una evidente injusticia de género: s6lo el 1 % de la propiedad del auelo esta en manos de mujeres. Pot tanto, el monapolto es doble: pocos propistarios del suelo y todos.eltos hombres.? Todo esto se ha reflejado en tas llamadas “burbujas” inmobiliarias, que han ido estallando en las Gltimas décadas del siglo xen paises como Japén, Holanda o Finlandia, sin olvidar las sucesives crisis econémicas en América Latina, come at *tequilazo” en México (1995) o el “corralito” en Argentina (2001). En et 2008, dicha crisis estallé en Estados Unidos y se expandié a Espafia, donde ha provocado una durisima, y mas que previsible, crisis det sector de la construcci6n, al ser un pais completamente dependients de la produccién inmobiliaria, vaciado de estrategias industriales y postindus- triales, Se trata de una especulacién urbane que no tiene aufioiente con artasar antiguas conquistas sociales, sino que pugna también por aprove- chat incluso las plusvalfas que genera el mundo informal. Resulta significativo comprobar que en ta Rusia de Vladimir Putin se han amasado grandes fortunas con la especuilacién del suelo, queanteriormente habia sido de titularidad publica, con el feroz incremento de los precios det alquilor de ta vivienda, que on la Union Sovistica significaban s6lo el 2-3 % de los ingresos familiares y que, una vez desaparecico el contexto socia~ lista, han generado una extensa miseria urbana, En el 2007, en tas calles de Moscd, habia un millén de “sin techo” y, simulténeamente, en la ciudad vivian més billonarios que en la mismisima Nueva York. El hipercapitalismo promovido por el Partido Comunista Chino ha gene- rado una nueva manera de hacer crecer desaforadamente cludades, como + Dato extraldo de Ariat fr Himaniy Dsgn hte yu gio « Dana, Metropolitan Books Nueva York, 2008, pég, 222, que asu vez procede de Kalin, Walter ea (eds), The Face Fron Right, Lara Milles, Baden, 2004 2 ARQUTECTURAY POLITICK Pekin y Shanghéi, que, al disponer de toda la propiedad det susto, arrasa rapida y sistematicamente los tejidos histéricos y exputsa a sus habitantes a las nuovas periferias, Los Emiratos Arabes, y ciudades como Dubai, han potenciado un crecimiento salvaje de sus estructures urbanas, que invaden ecosistemas y despitfarran energfa; en definitiva, que olvidan su propia cul- tura y caen en los poores defectos de los mecanismos especulativos y depredadores de Occidente. 'Y eon precisamente estos contextos no democréticos de principios det siglo xv el campo de accién para los grandes proyectos de los arquitectos oocldentales.' Los modelos arquitecténicos y urbanos se traducen sin repensarlos cuando ya han sido contestados en origen, o a pesar de haber demostrado su ineficacia e insostenibilidad. En el nuevo escenario mundial que se presenta a principios dal sigioxc, la ciudad se va convirtiondo cada vez mas en el lugar del negocio financiero, con unos operadores més potentes y més incontrolables que nunca, que buscan un rendimiento inmediato y un minimo compromiso con ellugar donde llevan a cabo la inverefén, Cada cludad es un lugar susceptible de ser explotado para qua contribuya al capital global;ciertas morfologias urbanas expansivas -y dispersas, tipologias arquitectsnicas como tos rascacielos y mecanismos neoliberales de gestién son los que favorecen dichos intereses. Para nuestro objeto de estudio, los dos grandes conceptos tipo que carec~ terizan de manera antagénica y dual nuestra época contemporanea serian la globalizaciOn y la sostenibilidad; ambos tienen una enorme repercusion con los terrenos de la arquitectura y del urbanismo. UNAVISION HEREDADA En este sentido de un proyecto eritico, ta interpretacién que se desarrolla en al libro surge, necesariamente, de una vision heredada que arranca en el marxismo, continGa en las rupturas epistemolégicas de la Escuela de Franc fort (Welter Benjamin, Theodor W, Adorno, etc) y eclosiona en las propuestas situacionistas y en el gran cambio social y de costumbres que se visibilizé = Véanse les comentario sobre el fenémena del gran crecimiento de las metropolis en palses ‘ide democracias débiles en: Koolhaas, Rem, “The Generic City”, Domus, nésn. 191, marzo de (1907 (vesign castllans: La ciudad greéice, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2006}, alrededor det Mayo de 1988, no solo en Paris, sino en muchos otros lugares del mundo. Aunque muchas de sus criticas fueran integradas més tarde dentro del sistema, las reivindicaciones del Mayo de 1968 constituyeron una aportacién de mucho peso, pues sentaron un fuerte precedente de puesta en duda de una autoridad que pretendia imponerse sin argumentos, y ello signifieé un cambio irrevocable hacia sociedades més libres y mas exigen- tes. La cultura y la sociedad francesas han tenido una especial habilidad para situarse, casi siempre, al frente de los acontecimientes historicos, con su vision del mundo: el cartesianismo, el astructuralismo y el postestruct~ ralismo. Sin embargo, el futuro radica en otras interpretactones que surjan del contexto poscolonial,, de las periferias y, en nuestro caso, delarco comin cultural latino, desde el Mediterraneo hasta América Latina, Por tanto, le interpretacién critica de este libro surge en gran parte, imp cita y explicitamente, a partir del pensamiento oritico que arranca en esos movimientos de posgusrra, el estructuralismo y el postestructuratismo, y gue incluyen et proyecto critice desarrollado por la historiograffa italiana —de Giulio Carlo Argan a Manfredo Tafuri— e incorpora las nuevas aports- ciones del pensamiento poscolonial, feminista y antigtobalizacién;todo ello con la voluntad de construir un discurse eritico, de rafz latina y mediterré- nea, pues hoy no sirven interpretaciones que pretendan ser deslocalizadas yuniversalistas. ‘ysobre todo, ge6mo son tos reflejos fisioos y terrtoriales de los procesos palticos y toe conflicts globatos en laarquitactura yon as cludades? Es deck, Foémo se refleja en la arquitoctura y ol urbaniemo al aumento del controly de iE tronteras? al misma tiempo, gcdmo se desarrollan las alternativas? Esto nos (leva también a cuestiones sobre la forma arquitecténica, Las > “formas siempre transmiten valores éticos, remiten a marcos culturates, com- parton criterias sociales, se refioron a significados, responden a visiones del Prundo, concepciones dal tiompo ya ideas dafinidas de sujeto. Sin embargo, fay quien sostiene que las formas son neutras ideol6gicamente y se cargan de significados segdn el uso que se tes dé, En este sentido, ,e8 posible que, ‘con al tiempo, el significado de ciertos edificios, como simbolos de regime- hes totalitarios, prisiones, fabricas 0 cuarteles, pueda cambiar? Estas preguntas mas generales pueden convertirse en cuestiones éticas jms concretas: 2s lcito que los arquitectos acepten cualquier condicién ‘on tal de poder proyectar y construir? 2Es aceptable que solo para poder realizar el parque y el estadio de Pekin para los Juegos Olimpicos del 2008, inoluido el denominado “nido”, de Herzog & de Meuron y delartista AiWelwei, ce desplazaran 250,000 habitantes que vivian en la zona y se trasladaran @ las afueras de la metrépolis? Todo ello pudo llevarse a cabo sin excesivas resistencias, pues en China no solo existen los instrumentos politicos tiré- hicos para ejecutar tales enarmes operaciones urbanas ¢ inmobiliarias, sino que se ha impuesto una ideotogla higienista segin la cual deben sacrifi- carse los bartios tradicionales de baje attura (los hutons) para eliminarios ~ game una neceseria operacin patriética de renovacién y modernizacion. Se nos plantea, por dltimo, cual es la misién de la critica y del intelectual ‘en el mundo contemporaneo. En Barcelona, en 1959, y tras haber organizado ‘dos cursos sobre “Economia y urbanismo” y “Sociologia y urbanismo", el <* trascendental Grup R de erquitectos catalanes desistlé de organizar un teroer ‘curso dedicado a “Politica y urbanismo’. La siniestra burocracia de la dicta~ dura franquista prohibié invitar a la conferencia inaugural a Pierre Mendés- Franos, politico arriesgado e inclasificable, que habfa sido ministro francés en 1954y 1955, y que procedia del pensamiento socialdemécrata,’ Hoy, mas de medio siglo después, volveros a plantearnos estas relaciones desde el ‘nismo lugar, pero en unas condiciones econémicas, sociales y politicas UN MUNDO DE PREGUNTAS En cada uno de los textos de este libro subyacen series de preguntas que podrian irse agrupando: 2C6mo son nuestras soviedades y cémo son tos habitantes actuales de la arquitecture y la ciudad? .Cual es el papal de la arquitectura que proyecta viviendas, espacios pablicos y equipamientos on unas sociedades basadas en el dominio y el control, en unos Estados a menudo poco democraticos y transparantes, y en unos contextes donde se ha construido una cultura del miedo y de ta inseguridad? Esto lleva a cuestiones éticas ganerales: ;Queda algtin reducto ético, ct tico y humanista para la arquitectura y el urbanismo fuera del consumoy de la especulacién de las industrias de la construcolén y de ta cultura? gHacia dénde se dirige la utopia de nuestros tiempos? 2Cuél seria hoy la funclén social de la arquitectura? 2Como puede plantearse una nueva ética para ta arquitecturs a favor del medio ambiente, de ta igualdad y de la tibertac? *Véanse les memorias de Oriol Bohigas, Dit Ft Dita de reords If, Esicions 62, Barcelona, 1992, pags. 5455 2 sxgumeorimay Pouca Ae ‘ ie ‘totalmente distintas: desde una Espafia democréticay modernizada, al mismo tiempo, en un contexte de crisis econémice y en un mundo dominado por la globalizacién neoliberal. Este es ol reto del libro: a posibilidad de conetruir un discurse contempo- raneo sobre las relaciones entre arquitectura y politica desde un contexto cultural conoreto: Catalufta, dentro de Espatia, y como encrucijada de culturas que la relacionan con toda intensidad con Europa y América, y también con Africa y Asia. Mientras revisamos el redactado final y la edicion det tlbro, ta realidad politica lanza preguntas y expectativas impensables solo meses atrés. Desde enero det 2011, han comenzado una.serie de movimientos y manifes- taciones por el derecho a la libertad en los pafses dal norte de Africa. Las ciudades, especialmente algunas de sus plazas mas representativas, se han convertido en el espacio de congregacién de las sociedades para reclamar sus derechos contra las viejas dictaduras. Al mismo tiempo, los problemas ‘ecolégioas no han dejado de aumentar tras ta crisis nuclear en la central de Fukushima en Japon en marzo del mismo afio. Y al revisar las dltimas galeradas de esta libro, en plena crisis econémica europea generada por las agencias de calificacién, en Espafia arranca un movimiento reivindicativa denominado 18-M (15 de maya) que cuestiona el funcionamiento mundial, lo que refuerza adn mas la idea de proceso de pen- samiento en tiempo real que da soporte a ests libro. ey FHlusones sire arguttectura y politica £8 gn realontéa, ano Hue tienen “Uinds tradiciones, unos hechos y unos persohajes. Tanto le exigencia de una bosicion’criticay una ética por patte de arquitsttes y diséhadores como ta eset, sv madre exstoncia baba’ ¢b J odoperacton'y la Pee ee eee eee eee eee ee Br eta sutra i lne cue argc tice nde ormodered, pola biogas hcones cave enlace ideas aap cma ese oon Meal ee eg te ae Progress Press Limited, Valets, 2008; Hirst, Paul, Space and Pree Polites, Way and Arciechare, Ply Fe Gane 200 y Sue Dune Se Cope Ne hk as Sie en, Looks 68 ea cc Te eee sty poet tc A 6 LAS FORMAS DEL PODER En las relaciones entre la arquitectura moderna y el poder, la primera gran transformacién se produjo a finales del siglo xn y principios det siglo x, cuando los incipientes Estados nacién crearon en Europa y América nuevas instituciones estratégicas para su consolidacién politica, Este proceso se concret6 on edificios para transmitirla cultura y ta ensefianza de los nuevos Estados —museos, bibliotecas, teatros, colegios, etc.—, edificios de pro- duccién —fabricas textiles, azucareras, salinas, etc.—., para ‘a distribucion de los medios de sustento —aduanas, mataderos, ferias y mercados—, para la Administracién —{a botsa, el tesoro pablico, el parlamento, etc.— y recintos para el control y la curacién —patacios de justicia, cuartetes, ofr- oles, hospicios, lazaretos, hospitales y manicomios—. Ya no se trataba de palacios para principes o de las catedrates det catolicismo, edificios de repre~ sentaci6n de un poder dominante, lejano e inaccesible, sino de los edificios de un nuevo poder, mas préximo, que administraba, legislaba, controlaba y distribute. Los ingenieros civiles y los incipientes arquitectos académicos fueron los encargados de proyectar y construr dichos equipamientos. Fue Jean-Nicolas- Louis Durand quien, en su curso en la Ecole Royale Polytéchnique, publicado como Precis des lecons d’architecture, propuso los criterios de un nuevo sistema rdpido y eficaz para proyectar tal cantidad de edificios pablicos, tos equipamientos del nuevo poder del Estado nacién en Europa; un sistema basado en el parti inicial, dentro de un repertorio limitado de formas para poder conseguir los objetivos politicos de la conveniencia y la economia. " Durand, Jean-Nicolas-Louis, Peis dks lyons Perit: dondes« PBzole Rayale Poptichnigu, Parl, 1819 (version castellana: Cimpenio de lecoes de argue: arte pried seus de pte, Pronaos, Madrid, 1981). ‘Todo ello sucedia al mismo tiempo que se iniciaron nuevas actividades intelectuales, como ta teoria estitica, tas excavaciones arqueolégicas, la con servaciény presentacién de las colecciones en los museos piblicos, y la res~ tauracién de obras de arte y arquitectura. LA DELIMITACION DE LO PUBLICO Y LO PRIVADO Existe una primera conceptuatizacién basica para toda arquitectura y ciudad: {a delimitaci6n, en continua evolucion en cada sociedad, de tas esferas de lo pblico y lo privado, una relacién siempre dialéetica y complementaria, La sociedad europea ha valorado lo piblico como garantia de igualdad {egal y de oportunidades, de aportacion de servicios, cobertura y bienestar. Almismo tiempo, alo largo de la modetnidad, se ha ido construyendo to privado como derecho a la propiedad, la privacidad y la intimidad. Enesta nueva sociedad fueron los equipamientos del poder los que comen- zaron a distinguir tos papeles que configuraron la segrogacién y los limites entre et dominio piblico y et privado que superaron unos modos de vida medievales donde la escuela o el hospital estaban en la propia casa. Yssitodo pensamiento critico sobre las retaciones entre politicay urbanismo debe partir de la diferenciacion entre la esfera piblica y la privada, debemos releer a Hannah Arendt y su libro La condicién humana, donde estas dife- renciaciones y contrapuntos clave entre lo pablico y lo privado se analizaron a fondo através de la historia, . Sogn Hannah Arendt, lo politico surgié en la polis griega como goberna- bilidad de la diversidad dentro de una incipiente democracia, y lo social se desarrollé durante la modernidad en las sociedades maduras a partir de la ‘nueva relaci6n entre la esfera privada y la pdblica, que se van diluyendo al sumorgirse en la eafera de lo social. Segin Arendt, mas alla de las esferas de lo pablico y to privado oe habria generado a partir de la llustracion la esfera social, en constante crecimiento on detrimento de lo privado y lo Intimo, por un lado, y de lo politico, por otro. Todo ello s¢ produce en el con- toxto de la creacién del Estado naciOn y de la eciosién de las cuestiones de justicia social, en especial a partir del pensamiento de la llustracién y con (os conflictos de clases a lo largo dal siglo nr. * Arendt, Hannah, Tie Human Condition, University of Chicago Press, Chicago, 1958 versa ‘castllana: La eodiin hunave, Padé, Barcelona/ Buenos Aites/Cidad de Mexico, 1993), ARQUTTECTURAY POLITICA La esfera de lo piblico se refiere a lo comén,a aquelto que se expresay se publicita en un amptio mundo compartido. En definitiva, en la esfera ptiblica ‘se “comunica” lo privado. Segan Arendt, en ta esfera piblica las cosas surgen de la oscura y cobijada existencia de lo privado. El mundo pablico, comin, depende completamente de la permanencia, “es algo que nos encontramos. al nacer y dejamos al morir’? Por otra parte, la esfera privada esta relacionada con la intimidad y la propiedad, y su concepcién parte de la conciencia de “estar privado de cosas esenciales de una verdadera vida humana, Estar privado de la realidad que proviene de ser visto y ofdo por los demas’.* Sin embargo, to privado tambien tiene que ver con el derecho a ta propiedad, un derecho que se ira conquis- tando con la modernided, Tal como escribe Arendt, “carecer de un luger pri- vado propio (como era el caso del esclavo) significaba dejar de ser humanc”* Esta idea fue desarrollada por Virginia Woolf en Una habitacién propia, donde explica que, al carecer de un espacio propio, a las mujeres les estaba vetado el hacer.’ Segiin Arendt, mujeres y esclavos “estaban apartados no solo porque eran propiedad de alguien, sino también porque su vida era ‘aboriosa, dedicada a las funciones corporates”? El “derecho a la propiedad” aparece tras la Revolucién francesa, con una {ey de 1807, como garantia de tenencla de tierras, casa y muebles frente ala arbitrariedad del poder. Se trata de una conquista de la revolucion burguesa yalo largo de la historia la clave ha consistido en regular dicho derecho para que el hecho de garantizar la propiedad privada no conlleve abusos por parte de quienes acumulan riqueza y concentran la propiedad del suelo y los bienes inmobitiarios de un modo antisocial, para evitar los excesos de quie~ nes hacen un uso antisocial de la propiedad o de quienes hacen un rectamo abusivo de sus expectativas especulativas. En La condicién humana, Hannah Arendt explica la experiencia a través detres conceptos —a labor, el trabajo y la accién—, con los que sedefiende la vida activa y comprometide frente a ta vida contemplativa de la teoria Sid, “Bid, Tid, * Wool, Viegnis, Room of Ones Own [1925], Cambidge University Press, Cambridge, 1995, (versién caselana: Una habitacdn propia, Circulo de Lectores, Barcelona, 2004) " Arendt, Hannah, op cit 2 E 8 8-O-2-O-O-2-O-O-9-9.0. 02MM OAM OO O_o. B| -— Sw wT TT TTC SCSTH STOTT EYEE BC YCBE SSE pura. Arendt defendia también lo pablice frente a lo social, el derecho dela libertad potttica fronte a cualquier otra. Y, para ella, como luego argumen- tard Jirgen Habermas, el espacio de lo pablico constituitia la promesa de la domocraciayy de la ibertad. Debs hacerse hincapié on quo, tal come ha insistido el pensamiento femi- nista que se analizaré mas tarde, con la modernidad hubo una construccién social de los géneros que recluyé a la mujer eta esfera limitada de lo p vad y ajena al mundo de lo piblico, de lo comunicable, del trabajo produc- tivoy reprosontativo, terreno exclusive det hombre, Relegada, sin eleccién,a la vida privada y exoluida de ta vida piblica, en realidad la mujertampoco ha utar de lo privado, que tiene sentido como contrapunto al dis~ frute do to pablico. Tal como explica Soledad Murillo en su libro El mito de la vido privada, para disfrutar plenamente de la reclusion y la intimidad se debe poder pertenecer a la vide pdblica. Alas mujeres se les vet6 esta per- tenencia desde ta misma construecién de la modernidad con los derechos derivados de la Revolucién francesa. El derecho alo pablico de las mujeres por tanto, el derecho a disfrutar plena ylibremente de lo privado ha sido y 8 una construccién lenta y llena de limitaciones derivadas del sistema patriarcal subyacento on las sociedades y las culturas contemporéneas. LA ARQUITECTURA, INSTRUMENTO DEL PODER Una pleza clave inictal en la evotuci6n de las relaciones entre formas arquitec- tonicas y poder fue el panéptico que Jeremy Bentham elaboré como con- cepto diagramatico a finales del siglo xm: del control opresivo, laberintico y oscuro tardomedieval se pasé a un controlomnipresente y liviano basado en la vision y la luz, al vacio y ta posicién elevada.? Desarrollado como semi- cfreule, como efreulo 0, de manera mas espaciosa, con galerias radiales, dicho esquema se extendié por todo el mundo, especialmente en tos edificios Murillo, Soledad, £1 mito del ide prvada. De la ete ab fo XXI edi | Mal Privada. Dela entega al tmpe pros, Siglo XXX editors, * Bentham, Jeremy, Panopticns; or The Fnspeton-Howse, T. Payne, Lon 3s Panoptian: o¢ The Inspecion-Fouse, T. Payne, Londees, 1791 (yersién cas tellana: EI penipice, Ediciones de La Piqueta, Madsid, 1969, 2.* ed), Fue Michel Foucault {quien reeuperd el pandprico de Bentham on el capitulo "El panopsismo' en Serle uaz aaisance df piven, Gallimard, Parts, 1975 (version castellana: Vigir y easgr, Siglo XXL ceditores, Ciudad de México, 1976), i" 30 * axqumecrumaypoutncs penitenciarios, pero también on hospitales, manicomios, cuartetes, fabricas otras instituciones basadas en el control. Esta idea de control desde un punto central se trasladaré al urbanismo, con ta apertura de ejes radiales y esquemas en diagonales, para potenciar la jerar- quia urbana, tal como ya habfan sido ensayados en ta Roma del papa Sixto\V, el Paris del barén Haussmann y ta Barcelona del plan de Léon Jaussely. En ‘oposicién a estos trazados jerdrquicos, se proyectaron las mallasy cuadriculas urbanas en ciudades como Nueva York o la Barcelona de Ildefons Cerda. En 1929, el mismo afio que en Franofort se creaba una tradicién bifronte —por un lado, el racionalismo de las Siedlungen coordinadas por Ernst May ydol It CLAM, y, por otro lado, la tradicion critica de la Escuela de Fréncfort, con Walter Benjamin, Theodor W. Adorno y Max Horkheimer—, el poeta y esoritor Georges Bataille escribfa un breve articulo sobre “Arquitectura’ en la revista Documents, que iniciaba una nuova corrionte de eritica aa arqui- teotura por st alianza con el poder. Alinioto det breve texto, Bataille consi~ dera que la arquitectura era ta expresi6n de los comportamientos de cada sociadad humana y la portadora de las pautas de la autoridad para ordenar y prohibir: “La arquitectura es la expresién de la verdadera alma de tas sociedades, de la misma manera que la fisonomia humana es la expresion de las almas de los individuos. Estos grandes monumentos —afiade— se cerigen como diques, oponiendo la l6gica y majestad de ta autoridad contra los elementos disturbadores” Mediante la gran escala y el miedo, los monu- mentos arquitect6nicos tienen la misién de imponer la voluntad de un poder ausente en el presente vivido: “Es en la forma de las catedrales o los pala~ cios que la iglesia yel Estado hablan a las multitudes y tes imponen el silen~ cio", Segan Bataille, la toma de la Bastilla seria el mejor ejemplo de la animosidad de la poblacién contra los monumentos. Su texto termina de manera surrealista, como si “no hubiera posibilidad de escapar de la galera do la arquitectura” y proclama:"Se nos abre un camino indicado por tos pin- tores, en la direeci6n de ta bestial monstruosidad”. En otro breve escrito sobre la voz museo, Bataille llega a escribir: "Et origen del museo moderno ‘esté relacionado con el desarrollo de la guillotina’y® En definitiva, al escribir "Tos textos agul Gtados de Georges Bataille extn inclidos en: Leich, Nel), Rethinking dr- dhitectre A Reade Culeral Theory, Routledge, Londres/Nueva York, 1997; Hollies, Denis, Jatinst Ahitestae. The Wing of Googe Baile, The MIT Press, Cambridge (Mass), 1989; y Sparshott, Francis, “The Aesthetics of Architecture and the Politics of Space”, en Mitics, Michael ML, Philbsoply and Arckincture, Rodop, Amsterdam/ Atlanta, 1994. 31 Sobre arquitectura, Bataille queria liberar al futuro de la prision dela ciencia y contraponta la flexibilidad de la vida ala rigidez de la piedra. ‘Las ideas de Bataille fueron premonitorias e iniciaron una corriente de critica visceral alos excesos de la arquitectura y del urbanisme como instrumentos ‘do dominio y control: todo poder se ejerce arquitecténicamente. Esta tradicién ertica contra ta obsesién racionalista de controtarlo todo ha sido desarrollada de maneras muy diversas por autores como Michel de Certeau, Michel Fou- cault, Richard Sennett y Manuel Delgado; en pocos afios, el aviso de Bataille se cumpli6, como una horrible pesaditla, en las arquitecturas totalitarias de laAlemania de Adolf Hitler y de la Union Soviética de Joseph Stalin, En definitiva, las aportaciones eriticas desde éreas de conocimiento no arquitecténicas —como la sociologia, la flosoffa, la antropologia oel arte— Permiten desvelar et papol que la arquitectura ha cumplido come instru ‘mento del poder. Para el correcto ojercicio de la arquitectura, estaconciencia del poder del espacio como elemento de dominio y control debe servir para replantear los significados y las relaciones que se proponen sin por allo renunciar como técnicos a pensar espacios donde puedan darse los conflic- tosy sean posibles otras relaciones, Cuando se trata de las relaciones entre arquitectura y politica, una de las respuestas mas inmediatas es anatizar las relaciones entre la arquitectura yelpoder; es docir, entre los poderosos y los arquitectos como proyectistas do sus obras, Esta es la interpretacién de Deyan Sudjic en ol libro La arqui- tectura del poder. Cémo los ricas y podgrosos dan forma a nuestro mundo,” donde se analiza con todo detalle la arquitectura promovida por los dictadores (Adolf Hitler, Benito Mussolini, Joseph Stalin, Saddam Hussein, ete) o por idores demécratas como Francois Mitterrand; en definitiva, oSmo los podero- ‘sos imponen sus ideas a través de los espacios y tas formas, No obstante,no es omiamo politica que poder. Lapolitica aberca un campo Mucho més ampli y, en este libro, el objetivo no es analizar las relaciones de poder clasicas desde el punto de vista de los gobernantes y los monu~ ‘mentos que promueven, sino entender ta politica camo relaci6n de la arqui- ‘ectura y el urbanismo con todos los diversos actores de cada sociedad. Resulta muy rolovante que desde las dltimas décadas del siglo wx hayan ‘empezado a tener protagonismo otros actores y se haya comenzado a recono- ' Sudjic, Deyan, The Efe Compl: How the Rich and Poul Shape tie Word, Penguin, Lon- ees, 2006 (erin castellana: Logit del fod lino las is pads: don fara a ro ‘mundo, Aviel, Barcelona, 2007), 32 ARQUTTECTURAY POLITICA cerlos: los movimientas sociales urbanos formados por vecinos, feministas y ecologistas, organizaciones populares y no gubernamentaleo; en definitive, {os habitantes de las ciudades, especialmente sus pobladores més fragiles y precerios y aquellos mas concienciados. Por tanto, las relaciones entre arquitectura y politica no se reducen dnicamente a la esfera de los politicos, al servilismo con el poder que reclaman tos ricos y poderosos para confor. mar el mundo, sino que también tlene que ver el protagonismo de los habi- tantes en los procesos de participacién, en las ONG, en las cooperativas o en 03 movimientos sociales y en las iniciativas dedicadas a difundir y promo- ver los derechos humanos. En definitiva, se trata de la politica como capacidad de las personas para intervenir. En consecuencia, el papel de la arquitectura no es ya solo el que Nicolés Maquiavelo describe en El principe, sino que, con ellento proceso de democratizacion del mundo, desde la arquitectura puede consoguirse ya no trabajar solo para “el principe” Apart do ta década de 1960, los movimientos sociales urbanos empezaron ‘tomar relevancia:la opinion de tas mayorfas silenciosas que definié Denise Scott Brown, los movimientos vecinates, que tuvieron en Jane Jacobs una intrépida defensora,” los inicios del pensamiento ecotogista, con Primavera silonciosa"* de Rachel Carson como texto fundacional y la eclosion de los grupos ecologistas, ete, LIBERACION DE LAS ESTRUCTURAS ESPACIALES ‘Michel Foucautt fue uno de los autores que situ6 el espacio arquitectonico dentro de las estrategias de dominio y control por parte del poder. Segiin Foucault, en el proceso de evotucién del periodo clasico al periode moderno se produjo una total transformacién que abarcaba desde la geopolitica, pasando por el urbanismo y la arquitectura, hasta el espacio de la casa Este proceso de transformacién y especializacién se tradujo también en una "Jacobs, Jane, The Death and Lif of Gret Araican Giz, Pirlico, Lonckes, 1961 (vers. ‘astellana: Merde vida de la grands cudades, Capt Swing, Madrid, 2011). "Carson, Rachel, Slat Spring, Hamish Hamilton, Londres, 1962 (versiéncasteana: Prana siteiasa, Critica, Madrid, 2005), “ Foucault, Michel, Ler Mots te case une archelape des scenes tonaines, Gama, Pars, 1966 (version castellana: Las palabras las csa, Siglo XT editores, Cindad de México, 1968; 1y Pair y casigar, op. cit SSS Se SS SS eee ee eee eee ee = 3 ee oe ae eww www www weer HOES compartimentacién mayor det espacio doméstico, y asf en el siglo xx se introdujo el pasilto como elemento de segregacion y de acceso a cada una de las piezas de la casa, siempre justificado por la higiene fisica y moral de los habitantes. El control iba llegando @ cada uno de (os rincones de lo ptiblico y de lo privado. Sin embargo, fue durante la eclosién de las vanguardias artisticas yarquiteo- t6nicas de principios del siglo x cuando se produjo una nueva gran transfor~ macién, que podrlamos denominar de liberacién. Sus experimentos recortieron todas las escalas: desde los paisajes metropolitanos y las infraestructuras de circulacion répida, pasando por la liberalizacién de la calle de su depen- dencia de los muros de las fachadas y de los parques de su encerramiento ten las rejas, hasta el intento de disolucién del orden patriarcal y burgués en el interior de las viviendas, Jean Baudrillard analiz6 magistralmente en El sistema de fos objetos* el cambio profunde que se produjo en el periodo de tas vanguardias artisticas, ‘que lleg6 a todas tas escalas, desde el urbanismo hasta los interiores. Los objetos pertenecientes al orden burgués formaban parte de un sistema cerrado, dentro de una estructura muraria de espacios muy subdivididos: desde la disposicion de los muebles en el comedor de ta casa patriarcal y burguesa hasta la situacién detimitada de los parques en la ciudad. La arqui- tactura moderna consigui6 romper y superareste orden cerrado y jerérquico, experimentando unas relaciones mas libres, una libertad que va desde la tecnologia abierta de la construccién hasta la conformacién de los espacios verdes. De muebies pesados y estéticos de madera se pasé a un mobillar de produccién industrial, ligero, transparente y plegable, montable y des- montable. De todas formas, algo ha fallado en los objetivos de la moder dad cuando hoy siguen dominando los muebles pesados y convencionales ‘encciertos sectores sociales, y el orden patriarcal y burgués sigue vigente. La paulatina pérdida de peso y masa de la arquitectura tiene que ver con ta basqueda de la retacion con el sol, el aire y las vistas: Se consigue una arquitectura racionalista, liviana y transparente, de forjados finos, fachadas de vidrio y delgadas carpinterias metélicas que interactdan con toda la cenergfa del entorno y que empez6 a realizarse en las primeras décadas del siglo xe, especialmente on la arquitectura hotandesa de la “nueva objetividad”. ' Baudhilard, Jean, Le tine der ojats [1969], Gallimard, Paris, 1998 (ers castellana: Bt sta de ls ebes, Siglo XXI editores, Ciudad de Méxice/ Buenos Aires, 1969). 24 _agguiTECTURAY PoLfTICA Esta liberacién habfa llegado hasta los espacios naturales en la propuesta de los sistemas de parques que habia elaborado el paisajista Frederik Law Olmsted en la segunda mitad del siglo xx, consciente de que el futuro depen- dia de la capacidad de proyectar y crear sistemas ablertos que se adaptasen ‘mejor al entorno. ‘Todo esto se produjo también por exigencia de una fuerte transformacién social a finales det siglo «x y principios det x«: unos movimientos sociales formados por la clase obrera, por las mujeres, por intelectuales y profesi rales, que fueron consolidados por las aportaciones det pensamiento con- temporaneo. Desde el marxismo hasta las interpretaciones del psicoanslisis potenciaron estos procesos de liberacién que tuvieron reflejo en el espacio arquitect6nico. Tal como se explica en el capitulo dedicado a las alternativas, la condi- ci6n de insalubridad de las ciudades del siglo mx tlev6 a la argumentacion de un cambio necesario que se desarroll6 segiin dos vertientes: una mas mora~ lista, mAs victoriana, que rechazaba la promiscuidad de tas familias no nucleares, que entendia que el espacio doméstico y el urbane deblan poten- ciar relaciones ejemplares;y otra corriente mas vanguardista que pensaba ‘enuna vivienda y ciudad que fueran menos jerarquicas, que tendieran auna mayor igualdad de oportunidades. Esta ambigiedad dentro det discurso reformista llevaré a soluciones arquitecténicas y urban(sticas que no siem- pre dejan clara su correspondencia con una de estas dos vertiontes. Desde clerta vision de género, puede interprotarse que el cambio no fue tan profundo, pues no elimin6 fa sociedad patriarcal: en cierto sentido, podria considerarse que la vivienda moderna no fue mas que una reduccién de la burguesa y que las auténticas aportaciones en el espacio doméstico, hechas por mujeres, fueron intogradas de manera muy lenta y filtreda, cuando no olvidadas. ARQUITECTURAY ESPACIO DOMESTICO Lavivienda desempens un papel fundamental en el proceso de transformacién social resultante de la Revolucion industrial y fue fa base de las metropolis industriales del siglo xx. En medio de este proceso, y al dedicarse a los barrios de vivienda social, los arquitactos europeds de principios del siglo xx consiguioron situarse en el centro del proyecto de la ciudad, que en el siglo xx habia estado en manos, de médicos higienistas, ingenieros militares y civiles, politicos y prefectos de policfa. La conquista de este lugar decisivo en ol proyecto de la gran ciudad no solo desplaz6 a estos ingenieros, higienistas y prefectos, sino también a los maestros de obras y otros téonicos que habian proyectado tas viviendas y las arquitecturas consideradas de segundo orden on ciudades y pueblos a lo largo de todo et siglo wx. ¥ los arquitectos lo lograron porque consiguieron otorgar forma tipolégica, morfologica, tecnolégica y urbana a una busqueda colectiva de décadas en torno al higienismo, al funcionalismo, al orden urbanoyy al control. Por primera vez en la historia, la vivienda social para las masas trabaja~ doras pasé a estar de lleno en el centro del pensamiento arquitecténico y constituy® una parte muy importante de la teoria y la obra de arquitectos, como Adolf Loos, Alexander Klein, Ernst May, Margarete Schiitte-Lihotsky, J.J. P. Oud, Bruno Taut, Lilly Reich, Ludwig Mies van der Rohe, Heinrich Tes- ‘senows, Walter Gropius 0 Le Corbusier, que pensaron todo tipo de viviendas dentro de la Logica de la produccion en serie que pudieran servir para el objetivo de ta vivienda social y ta iguatdad. Paralelamente, en el campo de la vivienda unifamilia, en contextos sociales distintos y para clases medias y altas, autores como Frank Lloyd Wright, Gerrit Th. Rietveld, Ludwig Mies van der Rohe, Louis I. Kahn, Max Cetto, Luis Batragan, José Antonio Coderch, Jean Prouvé, Eileen Gray, Charlotte Perriand, Alvar Aalto Charles y Ray Eames, Mary y Russel Wright o Alison y Peter ‘Smithson realizaron experimentos, pratotipos y propuestas con la voluntad de revolucionar el funcionamiento del espacio doméstico, creando espacios flexibles y unitarios relacionados con el entorno natural o el contexto urbano que rompian los condicionantes rigidos de la caja tradicional para potenciar patios y dobles espacios, proporcionar espacios de refugio recurrira nuevas tecnologfas y nuevas imagenes de los medios de comunicacién de masas. En todo este proceso tuvieron un papel trascendental las mujeres, fueran © no arquitectas, como Catherine Beecher, Christine Frederick, Era Meyer, Lilly Reich, Margerette Schitte-Lihotzky, Charlotte Perriand, atin hoy poco reconocidas, que fueron las que trazaron una fuerte tradicion de repensar la vivienda desde la experiencia y la eficiencia. Ha quedado pendiente resolver las cuestiones previes planteadas: sien este proceso la vivienda obrera fue pensada de nuevo o resulté de una reduccion de la vivienda burguesa, si mejoraron tas condiciones de vida o la vivienda ‘siguié siendo un espacio de dominio, y si las propuestas de las arquitectas y disefiadoras fueron cualitativamente distintas de las de los arquitectos. 38 LARQUITEGTURAY POLITICA, ARQUITECTURA Y CONTROL Hoy la visién panéptica de Bentham, segén la cual el individuo esta siempre Vigilado, ha dejado de estar relacionada con el espacio fisico y ha pasado al espacio virtual de las c&maras de control, que aumentan continuamente en ndmero, y @ muchos otros medias de control, como las tarjetas de crédito 0 {as consultas en Internet. Hoy una cércel podria ser transparento y seguirta siendo igual de segura, ya que los medios de control pueden pasar do ser los elementos fisioos de los muros a los instrumentos invisibles de las cdmaras, EL Reino Unido es el pais historicamente més obsesionado por el contrat socialy fue allf donde se invents el pandptico, Las new towns, a pesarde sus ‘grandes cualidades urbanas, también pueden ser interprotadas como.ciudades delimitadas y controladas. En el Reino Unido se han restringido las libertades tradicionales en aras del controly es el pais con la mayor cantidad de camaras de control por habitante.* Algunas de estas cémaras —como, por ejemplo, lade los ascensores de tos hoteles en muchas ciudades del mundo— avisan a los huéspedes: “Sonrtan, ya que estan siendo filmados”. En el metro y en los edificios piéblicos nos avisan de que hay cémaras de vigilancia instala- das “para garantizar nuestra seguridad’ Pero sabemos que no es tan cierto: dichas c&maras no estan tanto para proteger a las personas de robos o agre- siones como para controlar a los usuarios y para proteger la propiedad. Se esta construyendo la sociedad de La vigilancia mas tupida e injusta de la historia, Miles de cémaras nos vigilan y debemos pasar estrictos controls poticiales, y a veces militares, al tomar medios de transporte como aviones y ferrocarriles, o al entrar en edificios pablicos; pero como individuos no ‘tenemos derecho a tomar fotografias de dichos edificios piblicos o a obtener, coms ciudadanta, informaciones que deberfan ser de dominio pablico. Elojo del control nos puede vigilar pormanentements, pero a nosotros no se nos reconoce el derecho a mirar, recoger informacién y registrar. Y lo que es mas terrible: unos sistemas de control que surgieron de la voluntad pablica de poder van siendo privatizados paulatinamente, de modo que quedan fuera de todo control estatal La mayor aberracién es, por tanto, la privatizacién de \ seguridad. El control ya no est4 supervisado por los organismos péblicos yen consecuencia, no puede ser valorado por procesos democraticos.. "En 2007, contaba ya con mas de cuatro millones de cémaras de crcuito cerrado (CCTV), y D entreguerras tenia como misi6n trabajar por los objetivos de la clase obrera yelsocialismo. Para Meyer, ot arto y la arquitectura tenfan un alto contenido politico. El arquitecto, como técnico, se convertfa en una especie de ingeniero y su deber social era el de luchar contra el sistema capitalicta, alejéndose de daitosas utopias, siguiendo la teorfa marxista del sacialismo clentiico, y propugnando que“ través de un despiadado analisis, hay que poner‘al des- nudo el carécter clasista de la ciudad burguosa y la relaci6n del caos econd= ico con el de la construcci6n”, En este perlodo, el artista y el arquitecto son, antes que nada, politicos. Por ello se comprometieron con las luchas de liberacion, con laclase obrera, ltegando a dar la vida por ello, como Josep Torres Clavé, que murié en el frente del Ebro defendiendo el Gobierno legttimo de la Il Repablica espafiola frente al golpe de Estado nacicnalista y fascista; 0 perdiendo su tierra, su lugar, cuando artistas y arquitectos se exiliaron, tras la Guerra civil espa fola, por causa del nazismo impuesto en Alemania y durante la ll Guerra Mundial, y acabaron instalandose por toda América, En este intenso compromiso de las vanguardias, que se protonga més alla de lal Guorra Mundial, esta también el halito surrealista, con las propues- tas tebricas de André Breton, con su reflejo en una arquitectura comestible, y sus alianzas revolucionarias y conceptuales con Leén Trotaki.¥, tal como se ha sefialado en el texto anterior, uno de los hitos de esta posicién subver- siva son los pérrafos de critica dura y frontal que Georges Bataille dedieé a laarquitectura como instrumento de dominio, que abri6 el eamino de la dee- calificacton sistematica de una arquitectura y un urbanismo institucionales que aprisionan, controlan y destruyen la vida; una descalificacién que ha inspirado et pensamiento de la antropologia urbana de los flujos y de los movimientos tibres en el espacio pablico, Apartir del urgimiento del movimiento moderno, de los conflictos dentro de ta Bauhaus y de la realizacién de los CIAM, se consotidé esta dualidad entre las teortas y propuestas de los arquitectos: la primacta de la vision social, usando la tecnologia de una manera emancipatoria, de Ernst May, Walter Gropiue, Hannes Meyer o Karel Teige, para quienes el arquitecto debia, serun técnico al servicio de la sociedad, det trabajo colective y de a produe- cién en serie; y por otra parte, ol énfasis en la sociedad liberal y ta figura del arquitecto como creador, tal como lo sustentaron Le Corbusier, Ludwig Mies van der Rohe 0 Josep Llufs Sert. Sin embargo, con ol tiempo seré esta ‘segunda posicién la que pasard a predorninar, ya que se adecua major tanto tid -ARCorrECTURAY POLINA ala figura tradicional y elitista del arquitecto para el principe como al fun- jonamiento del sistema capitalista. LAPOSGUERRAY LA FIGURA DEL“ARQUITECTO LIBERAL” Enel periodo de posguerra pasé a tener relieve la figura del arquitecto liberal, que era anticomunista y no socialista, pero que estaba préximo ala preocu~ pacién por la usticia y la igualdad de los socialistas y los socialdemécratas. Los miembros del Team X, por ejemplo, segufan teniendo una fuerte vocacion social por una sociedad democraticay abierta, tal como la definié Kart Popper en eu texto crucial La sociedad abiorta y sus enemigos.’ Si en el perfodo de las vanguardias era el “arquitecto como poitioo’, ahora seré el arquitecto shumanista fuertementeinfluido por el pensamiento existencialista y la ono menologia. La relacién entre ol liberalismo de Popper y la teorfa de ia Ciudad collage" de Collin Rowe ha sido evidente ydirecta.” En el periodo de ontroguerras de las vanguardias, artistes, disefiadores y arquitectos conflutan en proyectos colectivos y en grupos como De Stijl y esouelas como la Bauhaus, ensefiando y proyectando, sin importar si se habfa recibido una educacién reglada ni sige disponia de un titulo. En cam- bio, a partir de la posguorra dominé la creacion de colegios, asociaciones y sociedades rogladas de arquitectos, de las que solo podtan farmar parte los, itectos titulados en las escuelas oficiales. °"Parqutecto paso de la bertad del artista en as vanguarcin al ola- mentaci6n del profesional liberal, y ello en un doble sentido: como técnico liberal y auténomo, protogido por unas sociedades profesionalistas, y como individuo de pensamiento liberal y no espeotficamente comprometido poli ticamente. Es decir, a lo largo de las décadas centrales del siglo x se pro- ddujo un proceso de reglamentacion y oficializacién de la profesién do ta arquitectura, un cambio asimilable a la evolucién producida alo largo de los ape , incon Nar Poppe Kas The Op Sion Bi, Pinton Univesity Pres Po Jeo) 850 ern cana: Ladd bintay a mois Peds, Baer, 28) Rowe, Can, Clg sip, The MIT Bra Cane Man), 1978 (ninco, Cinta lg, onl Gane Gi, Barns, 1998) E tect thea en Dp 1 Veae Montane frp Mas, “La gra design del argue Her, ‘cnn or, Eoral Gaza Gi, Barco 193; “Cts dagen ‘Sy ole on Lsfiras dl i, aot Gav Gl, Baloo, 2002 a ISTORIAS siglos wmt y xx en que la estructura gremial de la profesién,? un saber téc- nico de tos maestros de obras que se transmitfa dentro del espacio familiar y que se enseftaba de maestro a aprendiz, se fue arrinconando hasta dejar paso a tecnicos como los ingenieros civiles del siglo xxy a la figura del arquitecto académico. A principios del siglo xx, los arquitectos o ingenieros modérnos superaron el saber artesanal, empitico y tradicional, que se habfa mante- nido hasta elart nouveau y el modernismo,sustituyéndolo por un pretendido saber técnico preciso y cientifico. A mediados del siglo xy, tos colegios pro- fosionales reglamentaron ta exclusividad de tas actividades téenicas, con- denando a la desaparicién de las figuras autodidactas, de los artistas de vanguardia e interdisciplinares que habfan surgido en la primera mitad del siglo, e imponiendo el modelo profesionalista del arquitecto liberal, contra tado corporativamente, para el que es mas importante mantener supuestos privilegios de clase que ser stiles en la construccién de una sociedad mas equitativa y usta, o que ser artistas comprometicdos con las vanguardias. No es casual que los colegios de arquitectos hayan conseguido en Espafia tantas prebendas durante la dictadura franquista y que hayan estado, general- mente, en la resistencia a tos cambios y novedades. Por todo ello, a partir de mediados det siglo x, el arquitecto y el artista revolucionario y utSpico fueron quedando marginados. No en vano la exposi- cién internacional Style, celebrada en 1932 en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, habfa eliminado ya todas las corrientes arquitecté- nicas més innovadoras, como el constructivismo 0 el organicismo, poniendo solo énfasis en et formalismo como et dinico lenguaje modemo posible que, traicionando las mismas intenciones de las vanguartias, pasaba a ser entendido como estilo. Le Corbusier, Walter Gropius y Sigfried Giedion habian Insistido en que la arquitectura moderna no era un estilo histérice mas. Es cierto que algunas corrientes estéticas surgidas en Estados Unidos, como el expresionismo abstracto, ol arte pop, el minimalismo o el arte conceptual, intentaron imprognarse do protensiones criticas y sociales, pero la rueda de la sociedad de consumo ha conseguido fagocitar toda disidencia, convir- tiéndota en “esto” En este sentido. la figura del arquitecto de pensamiento tiberal —el liberal ‘man—, més sensible a las solicitaciones del medio, estaria en relacién con " Sennet, Richard, Rsk and Some: Te Buy and he Ci in Vir Ceiliznton, Norton & Company, Londres/ Nueva York, 1996 (ersén castellano: Carney pid el cup» la ciudad la islizacion cide, Sanaa, Madsid, 1997). 8 AROUTIEGTURAT POLITICA, las nuevas necesidades del sistema productivo, en unas sociedades que tendian a la abundancia en el contexto de la condiciOn postindustrial. En esta tinea totalmente liberal y consumista se sitéan las propuestas de Archigram; por tanto, no tiene sentido reivindicarios desde posiciones actua- les radicales e innovadoras, cuando-lo Gnico que proponian era “la libertad del consumidor” Esto significé también el triunfo del modelo de arquitecto como figura singular, un modelo defendido por Le Corbusier en consonancia con el poder, que prefiero al genio creador que a la critica socializadora. Segtin las concep- ciones de la rama mas radical de los arquitectos e ingenieros del movimiento moderno, desde Walter Gropius, Ludwig Hilbersoimer, Emst May, Mart Stam, Alexander Klein, Hannes Meyer o Karel Teige, hasta Konrad Waschman, Cedric Price oJodo Folgueiras Lima, lo importante ha sido entender la arquitec- tura como un trabajo ciontitica y colectivo, sistemético, modular y transmisible que tiene a una radical industriatizacion que aportaria mejoras sociales. Los disofiadores, arquitectos y urbanistas tenderfan a quedar en el anonimato de la produccién en serie ¢ industrial, et trabajo en equipo y a colaboracion con la Administracion pablica. Entre estas posiciones arquitect6nicas anta- gonicas, la cuestién clave es de la autoria: individual o compartida. El modelo dominante del arquitecto liberal, que ¢e impuso tras la II Guerra Mundial, trataba de revivir el modelo, individualista det arquitecto como artista singular, un creador con un lenguaje personal que va mas alla de los| condicionamientos constructivos, de las politicas de gestion o de los pro- blemas sociales. No podemos olvidar que et intento de mantener el mito del arquitecto creador ha ido paralelo a fendmenos contemporéneos bien diferentes, como que una parte de la profesion haya trabajado y trabaje como funcionario desde los organismos piiblicos. Podriamos decir que la misién politica det tEcnico se trasladé a trabajar desde la Administraci6n en una politica de obras pablicas y equipamientos y, en dofinitiva, de bienestar. Un indicio de ta influencia del sector pGblico on un pals como ol Reino Unido to constituye el hecho de que casi todas las escuelas y hospitales ‘construidos en la década de 1950, las new towns y otros proyectos de urbaniza- ci6n de grandes proporciones se disefiaran en los departamentos de arquitec- tos que formaban parte de organismos pablicos, responsables anualmente do casi ol 45 % de la produccién total de construcciones, trabajando para la Administracién casi el 50 % de los arquitectos britanicos. En esta época, que tiene como emblema la politica de las new towns, predomina un pensamiento Argurecry USSU J wsune levluigoquim ATLEE TWIT chet liberal que apuesta por ol Estado de bienestar. De hecho, en la posguerra y con el triunfo del Partido Laborista en 1945, en el Reino Unido se cre6 la mas poderosa y completa maquina administrativa de planificacién urbanay arqui- tecténica que jamés haya existido en las democracias occidentales. Un Eotado de bienestar que, segin el liberal Willlam Beveridge, debiaestar bajo ol signe de beneficencia que, tras ta destrucci6n y el miedo de la Il Guerra Mundial, debfa garantizar las prestaclones necesarias para que las personas, Uiberadas del temor y la miseria, disfrutaran de la libertad. Durante el man- dato del laborista Clement Attlee (1945-1951), arrancé la creacién del més grande parque pablico de viviendas cociales en alquiler. Como es sabido, todo ello fue desmantelado por et Gobierno de Margaret Thatcher, on el ini- cio de la etapa del neoliberalismo, a principios de la década de 1980. La tradici6n de la historiograffa que ensalza un héroe hacedor, creador genial y todopoderoso, ha hecho y hace invisibles las otras maneras de ejer- cer la profesi6n de la arquitectura, De esta manera, el perfodo de compromiso politico y soctal de taarquitec~ tura en la Europa de entreguerras habrfa sido breve e Intenso, posiblemente tuna excepotén en ta historia, que tendra solo continuidad en ambientes pro- gresistas, tal como sucedi6 on México en la décade de 1940, perfodo que generd una obra colectiva modélica como ta Universidad Nacional Autonoma de México (UNAM). Después predominaré ol arquitecto individual y liberal, inoluso en casos de estrecha relacién con el poder potttico, como en Brasil con Oscar Niemeyer y Lucio Costa. Por mucho que Niemeyer haya militado en el Partido Comunista de Brasil, siempre ha puesto énfasis en la actividad individual del creador de objetos gingulares, que tiene fuertes contactos personales con el poder. Sin embargo, alo largo de la segunda mitad del siglo», por mucho que se haya intentado mantener el mito masculino del arquitecto, genio y artista, este ha tenido que evolucionar: ol viejo proyectista artesano ha debido enfrentarse con un nuevo y variado mundo en el que ya no son aplicables tas formulas clésicas de su actividad. Ante los nuevos sistemas digitales do dibujo la gran complejidad del mundo de la construccién, han debido refu- glarse en la especializacién o en un inalcanzable esfuerzo por intentar abar- car los extremos de una situacién cada vez mas compleja. "Datos extraidos de: Del Caz, Rosario; Gibosce, Pablo y Saravia, Manuel, La ciudad y lor elas humanes, Talasa, Maciid, 2002. 50 _ARQUMECTURAY POLTICK Por ello, especialmente en los palses mas industrializados —Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Jap6n— predominan y se extienden los grandes despachos de arquitectos, ingenieros y muchos otros especialistas. O los sistemas de trabajo en red, que se articulan y organizan desde distin- tos lugares y de manera variable segin el trabajo que se deba realizar, son cada vez mas comunes. LACRITICA POSMODERNA AL MORALISMO MODERNO Desde una interpretacion retrograda y reaccionarta, David Watkinen su libro Moral y arquitectura'*fue uno de los primeros en desveler las contradiccio- nes de la arquitectura moderna, dedicandose a seguir el prejuicio del mora lismo como base de la arquitectura moderna, desde et neogético de Pugin hasta las teorias del que fuera su maestro Nikolaus Pevsner. Watkin puso en ‘cuestion la confianza en el progreso, en la funcion social de la arquitectura, en la utilidad y naturalidad, sin artificios y afiadidos superfiuos, en que se basa nuestro pensamiento moderno en arquitectura; un pensamiento ini- cciado, por una parte, por Pugin, Ruskin y Morris,y por otra, por el positivismo tecnolégico de Viollet-le-Duc y Lethaby, y consolidado en las obras de Le Corbusier, Mies van der Rohe y Gropius, yen las teorias de Pevsner yGiedion. Esta critica conservadora a la modernidad y a la alta tecnologia en arqui- tectura y urbanismo sintoniza directamente con tos argumentos que desde la década de 1980 plantea el principe Carlos de Inglaterra. Es una visién que se ha desarrollado en potos contrapuestos, desde el revival urbano de Rob Krier yelnew urbanism hasta la deconstruccién arquitecténica de Peter Eisenman. Si una de las revisiones del moralismo moderno lo representa la visién conservadora de David Watkin, las criticas progresietas procedieron espe- cialmente del pensamiento femonino (Hannah Arendt'* y Marfa Zambrano), y del disefio moderne hecho por mujeres (Charlotte Perriand, Lilly Reich, Watkin, David, Moai nd Arce, The University of Chicago Press, Londires/Chicago, 1977 (version castellana: Moral y erie, Tosquets, Barcelona, 1981). Dentro de esta vision conservadora y nosélgiea podemes stuar también 2 Witold Rybczynskiy ibros suyos como lone A Shor Hit of an Iden, Penguin, Harmondsworth, 1987 (version castellana: La casa, storia ds aides, Betorial Nerea, Maid, 1989). 'S Arendt, Hannah, The Hunan Condion, University of Chicago Press, Chicago, 1958 (version castellana: La condiciéy humasa, Paidés, Barcclona/Buenos Aires/Cindad de México, 1993}. Margarete Schatte-Lihotzky), ademas dela filosofia de la Escuela de Fréne- fort. En su ensayo “Functionalism Today", Theodor W. Adorno” arremetio contra ol puritanismo de Adolf Loos al estigmatizar el ornamento. Adorno argumentaba que el artesano necesita dejar a huella de su trabajo manual, ‘que dentro de lo funcional también entra lo simbélico y que el ser humano necesita y soguira necesitando los significados simbalicos. ‘TRADICIONES CRITICAS CONTEMPORANEAS En las décadas de 1960y 1970 se desarrolls una nueva ética, con ta voluntad de construir un proyecto critico, especialmente en Italia, donde hubo un renacimionto del pensamiento marxista, siguiendo las raices de la Escuela do Francfort, de la teorfa de Antonio Gramsci y del pensamiento estructura lista, expresado de maneras diversas en autores como Manfredo Tafuri, Aldo Rossi, Giorgio Grassi o Carlo Aymonino.” ‘Como herencia de la linea problematizadora de la Escuela de Francfort y de su vertionte de vanguardia negativa y nihilista, surgen las interpretacio- nes de Peter Eisenman. Alo largo de su produccién teérica, Elsenmaninsiste fan que ta arquitectura contemporanea, no clésica, ha de ser antifunciona- lista, antihumanista y debe ir contra la idea de lugar. En su texto crucial “El fin de lo clasico* con un objetivo similar at de David Watkin, Eisenman intent destruir sistematicamente los tres grandes ejes de la arquitectura moderna, considerados como ficciones: la posibilidad de representacion (0 {a posibilidad de transmitir significados), la acci6n de la raz6n (0 precision cientifica) y ol sentido de la historia (Zeitgeist). ‘Con esto llegamos al momento actual, on el que predomina (a figura estelat, totalmente distorsionada por los medios de comunicacién de masas, de los arquitectos internacionales. Silos arquitectos mas destacados de la década Adorno, Theodor W, “Functionalism Today”, en Oppustons ném. 17, verano de 1979. Este discurso de eta al puitanzmo contra el ornamento ha so recuperaco por Karsten Harts ‘en The Buia fonction of Architect, The MIT Press, Carnbridge (Mass), 1997 ‘© Furtado, Ganga, Dts del lipico a onstuccibn del Pryecte Crtio, Pontificia Universidad Jeveriana, Bogoti, 2005, "8 Fisenmnan, Pte, “The End of the Clanicak The End of the Beginning, the End of the End”, Pass, ol 21, 1964 (versibn eaellana: “Elfin de lo elisco: lin del eomienan, lin del fx”, Angaitectoras Bis, nin, 48, Barcelona, 1988) de 1980, como Hans Hollein, James Stirling, Aldo Rossi, Giorgio Grassi, Carlo ‘Aymonino, Alvaro Siza o Rafael Moneo, respondian y responden a un perfil de profesional asequible, buena parte de ellos enraizados en la ensefianza universitaria, con un estudio pequeo y artesanal, las figuras actuales como Jean Nouvel, Norman Foster, Richard Rogers, Santiago Calatrava, Rem Kool- haas, Herzog & de Meuron, Zaha Hadid 0 Toyo Ito estan lejos de la universi- dad, trabajan segén una légica empresarial, con su marca de empresa, sus grandes estudios en diversas sedes y su necesaria dependencia de los ‘encargos de las grandes corporaciones y de los favores de los medios de comunicacion. cust muaTwa rrwanane | leat BF Me Lenten ne Be ann Nw wus yaoi swine, — | einem oma, Te Cine, tpn, AKON g pegaournie | 2 DITO a os sav { peinne 0% [pa Wor 1) DYRAUNEN 6 DYKE GN ct A CIUDADES ALTERNATIVAS: CURITIBA, SEATTLE, BOGOTA Y MEDELLIN En el contexto de ta globalizacién, ta conflictividad, las fronteras y la crea- ign de capital monopolista, las alternativas radican en la reorganizacion de {as proplas ciudades para que sean més sostenibles, para que se comple- ‘menten con unas estructuras rurales conformadas por comunidades ecols- gicas, para que se fortalezcan sus relaciones sociales implementando el ‘espacio pablice y los equipamientos, para que se refuercen sus caracteris- ticas singulares, sus movimientos artisticos y su tradicién cultural, En este ensayo analizaremos varias ciudades americanas que en las ditimas déca- das han destacado por sus politicas urbanas alternativas, que tienden a la sostenibilidad, la participacin y la diferenciacién favoreciendo la cultura popular. CURITIBA, LAUTOPIA ECOLOGICA Las ciudades brasitefias contemporéneas han aportado diferentes modelos urbanos y en diversos periods: Brasilia, la nueva capital dol racionalismo, el desarrollo y ta circulacién en automavil; Curitiba, ta ciudad de los proyec- tos ecologistas; Porto Alegre, la capital de los programas de participacién vecinal en las decisiones presupuestarias durante la década de 1990; Rio de Janeiro, en sus dos programas complementarios, Rio Cidade y Favela Bairro, en la década de 1990, que hoy contindan con Morar Carioca. Curitiba, capital del estado de Parana, ha convertido una politica urbana de cuatro décadas en un modelo de ciudad futura. El inicio de ta planifica~ cién del transporte pGblico y de las intervenciones ambientales se produjo ‘en un momento en el que dominaban tos modelos urbanos basados en la dispersién y en la construccién de grandes infraestructuras viarias para el 18 [ARQUITECTURAY POLINCA transporte privado, En este contexto, el ejemplo de Curitiba aporta una nueva referencia para la ciuded contemporénea basada en el transporte pabtico y en la ecologia. La consolidacién del modelo ecolégico de Curitiba ha sido posible gracias a la continuidad en el desarrollo de un nuevo proyecto urbane promovido por un amplio equipo multidisciptinar de arquitectos, urbanistas, ingenieros, economistas, abogados, sociélogos, historiadores y otros técnicos. Elequipo técnico de Curitiba fue encabezado por elarquitecto, ingeniero y urbanista Jaime Lerner. Nacido en Curitiba, estudié arquitectura en su ciudad natal y fue alcalde de su ciudad en tres periodos: 1971-1975, 1979-1983 y 1989-1992, Toda la operacién de Curitiba se ha basado en el trabajo técnico del IPPUC. (Instituto de Pesquisa ¢ Planejamento Urbano de Curitiba), creado en 1965 como 6rgano responsable del desarrollo del plan encargado a la Sociedade Sorete de Estudos ¢ Projetos, asociada a los arquitectos Rosa Kllass y Jorge Witheim. El plan Witheim-IPPUC basaba el crecimiento urbano en una sori de directrices y no en ta visién de un plano acabado y detallado, contraria~ mente al anterior plan para la ciudad (1943), de Alfred Agache. Las principales directrices establecian un planeamiento integrado, ol desarrollo preferen- cial en el eje nordeste-sudoeste, ol crecimiento lineal del centro principal sorvido por vias tangenciales de circutacin rapida, zonas para peatones, ampliacién y adecuacién de zonas verdes que crearan un paisaje urbano 1 la renovacién urbana la preservacién histérica y tradicional. Con la aplicacion de estas directrices, instauradas casi desde ol principio del periodo de crecimiento de ta ciudad, et modelo de Curitiba ha servido para detener y superar una degradacién medioambiental justo cuando esta ‘empezabaa iniciarse. El plano Wilheim consistia en una mezcla del proyecto para la monumental Avenida Paulista en Sao Paulo y de las propuestas de clusters del Team X, como Toulouse-le-Mirail, del equipo de arquitectos Candilis, Josie y Woods. El primer elemento que destaca del modelo de Curitiba es el elaborado sistema de transporte piblico, ia columnna vertebral del funcionamiento y crecimiento programado de la ciudad. Con los afios, este sistema se ha ido perfeccionando y desde la década de 1980 los autobuses biarticulados cir- culan por un carril propio y disponen de unas estaciones tubulares. Las paradas y los autobuses sa han diserado y producido en ta ciudad, siguiendo la direotriz de crear un paisaje urbano propio, al igual que ha ocurrido en la primera década det siglo on con el disefio de paradas de autobuses secun- darios, papeleras y otros elementos del mobiliario urbano. En Curitiba, que MerROrous 120 PROMO AOE ALAA a t t I i ‘en el aio 2010 roza los dos millones de habitantes, cada dia se realizan 1.800.000 viajes en autobds. La ciudad se puede recorrer de punta a punta {en veinte minutos y la frecuencia de paso de los autobuses es de novenia segundos. Ello significa que el 70 % de los viajes se realiza en autobis yel ‘buen funcionamiento det sistema se basa en el carril especial para autobu- ‘888 con seméforos sincronizados y en las paradas tubulares, donde se di pone anticipadamente del billete y se embarce directamente a la altura del autobis, cuando et biarticulado se detiene y en la parada se extienden las pequefas pasarelas de embarque. Esto permite que la linea funcione con a rapidez y eficacia de una linea de metro, cuando la inversién ha sido cien veces menor que las costosas infraestructuras de un ferrocarril subterra- neo. Aproximadamente, un kilémetro de linea de metro cuesta diez veces més que uno do tranvia y cien que uno de autobts. Lo que es mas sorprendente del eficaz sistema de transporte pablico de Curitiba es que la propiedad de los autobuses biarticulados os privada y pertenecen a una decena de empresas concesionarias. Una eficaz gostién municipal desde la empresa concesionaria piblica URBS permite que el sis- ‘tema de transporte pablico, gestionado desde el Ayuntamiento y realizado Por empresas privadas, sea altamente rentable y que las ganancias se rein- viertan en ta ciudad. El sistema lineal de transportes tiene mucho que ver con la estructura lineal moderna de la ciudad, similar a los clusters propuestos por et Team X, que sigue las directrices del crecimiento lineal y de las vias répidas tangen- lates al centro, Se trata de dos ejes lineales curvos que van de este a sury de norte a ceste, tangencialmente al centro histériea, un esquema que coin cide con ta propuesta para Tokio dé ta Fibercity de Kenzo Tange (Plan para Tokio, 1960). A partir de 1974 se potenci6 un esquema de verticalizacion del sector estructural de la ciudad; es decir, avenidas por las que discurren las Lineas principates de transporte pdblico y dos vias répidas paralolas de sen~ tido Gnico para los vehfoulos ligeros. El segundo gran elemento de funcionamiento de la cludad es el del sistema de parques, Su funcién orgénica es la de servir de drenaje de un territorio del que nacen varias cuencas hidricas de importancia subcontinental. La polt- tica de creacion de areas verdes en Curitiba ha sido tan intensa que pasé de 0,5 m*de zona verde por habitante en 1980 a 50 m? en 2000, Una parte impor- tante de estos parques se situé en antiguas canteras y recintos industriales, to que permitié unas intervenciones minimas y graduates que los regenera. ban y hacian que fueran utilizables por ta ciudadanta. Dichos parques sirven 130 _ARQUITECTURAY POLDICA para proteger los rfos y preservar tos fondos del valle, Como contrapartida a esta apuesta, a la ciudad le faltan espacios de esparcimiento, juego y encuentro dentro del tejido consclidado. Las plazas urbanas son escasas, yla mayor parte de dichos grandes parques 9e sitdan en los bordes de la ciudad. Esta humanizacién de la cludad ha venido pareja a la peatonalizacion do laparte hist6rica. De ello fue emblemética la rapida accién tlevada a cabo en elinvierno de 1972, cuando por la noche un grupo de ciudadanos, de manera organizade y coordinada y con cierta complicidad con las autoridades muni- cipates, destruyoron el asfalto de ta calle principal con picos, perforadoras y palas mecénicas, con lo que consiguieron robar espacio al automévil para convertirlo en la primera calle peatonal de ta ciudad. Para convertir Curitiba en una capital ecol6gica, ha sido necesario cuidar y revitalizar el centro histérico, Se han restaurado sus edificios histéricos, 30 han construido nuevos equipamientos, se ha reforzado el sistema de espacios piblicos —parques, plazas y calles peatonales— y, en definitiva, se ha rescatado su memoria hist6rica y cultural. Unelemento complementario al sistema de transporte piblico,a ta implan- ‘tacién de parques ya la peatonalizacién de ta ciudad histérica fue le creacion a partir de 1978 de ta red de cartiles bici, que sirven también para proteger zonas de posible degradacién ambiental. Etlogro social bésico conseguido durante estos aftos ha sido el de la edu- cacién ambiental, que ha promovido que una ciudad modesta transforme totalmente sus habitos y que sus habitantes se consideren corresponsables dol funcionamiento de la ciudad. Con pocos medios y mucha imaginacién se ha conseguido reciclar el 90 % de los residuos. Solo con el reaprovechamiento del papel viejo, la cludad evita la tale de 1.200 érboles al dia, En este sentido, Curitiba ha sido modética en la difusién de nuevos habitos colectivos, nue- ‘vos valores y nuevas percepciones relacionadas con las cuestiones ambien- tales. Su apuesta por la imaginacién y el reciclaje ha sido clave (sirva como ejemplo la conversion de los viejos autobuses en aulas y oficinas ambulan- tes, lugares méviles para el aprendizaje y la gestion democratica). Dentro de esta transformacién social de la ciudad, ha sido esencial la creacién de un nuevo eje peatonal la Rua 24 horas—, donde los habitan- tes de Curitiba disponen de lugares de encuentro y de muy diversos nego- cios a cualquier hora del dia y de la noche: tiendas, bares, restaurantes, farmacias, etc. Sin embargo, la vida de este artefacto no ha sido acompafiada por el entorno, que ha quedado obsoleto y en 2010 ha tenido que ravisar sus contenidos para reconsiderar su idoneidad. Meradrous v1

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