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8 El Estado liberal 1a diferencia enze los jusces y sir Isaae ‘ton esque ssi Ione se ecuivocia al cae . [a blade a Tierra no Hara que enperara a rr slededor del Sol cada ver a mas veloct= . meatas que ot Jos jasoes.. egan & wn cconciasim ertinea, es ley a pesar de too, ean: Case Gy (909) Lae revoluciones poitions buscan cambiar as inatituiones plitcas de una feria prohbida poc “Tuowas Kirn (1962) fein no ene una era del Estado, al qe et ‘feminismo tiene una tora del poder, pero carece de una teo- ria especifica de su forma estatal, el marxismo tine una teoria del valor que (a través de Ia organizacion del trabajo en la producciéa) se convierte en un andlisis de ciase, pero también en una tcoria problemdtica del Estado. El propio Marx no traté al Estado de forms mucho més explicita que 2 las mujeres, Las mujees eran sata, e! Estado epfent- m meno!. Llamé al Estado «expresion concentrada de la eco- ‘nomia» refleo de la accidn real, que ocurria en otro lugar, cea cel curricula oficial dela sociedad>’, una unidad de cup turas; el Estado 0 su «ejecutivay no era més que «un comité ‘para gestionar los asuntos corrientes de toda Ia burguesian’ Engels analizé ffontalmente a las mujeres y al Estado, v los analizd juntos, Pero igual que suponia Ia subordinacién de les mujeres en todos los inientos por poner al descubierto sus raices, presuponia algo como el Esiado, © una sociedad similaral Estado, en todos los intentos por descubrir sus or\- genes’, ‘Marx solia utilizar el té:mino politico en un sen mitado para referirse al Estado 0 a sus leyes, eritic como exclusivamente politicas interpretaciones de la orgs nizacion 0 el proceder del Estado que las tomaba como su generis, com si hubiera que analizarias independicntemen- te de las condiciones econdmicas. Liamé al «poder polit- co» tal como se encarna en e! Estado modemo un ‘artes cual ds erica del gener ena erica que este grupo hace dela ley dele sociedad (Ge ocho, su filia de encaror cof el mundo ‘eal en general) hace as est acute sea merce il po I eoria defo ‘ue podiia aber sido. El diseurso conceptual de Roberto Unger, The Chea! Lewal Stades Movement Carb, Mass, Harn Univer 55 Pres, 1880, por gem put rn re per #0 genet) sbi ceo bas de st rica del foals y el oe Smo cel dscutso fpr! dina En consseuenta, no esd abs Io claro qué ce pana en a jererqula soca e3 dest obra de que forma algutos xe beveficin conettanente, y por tanto apruveclan y SE afumman en su poseidn, mentas tos qustan destsidosconcrets ‘ene, y por tanto tienen interés por el cabo peo esti sctemticn- monte derorzados y deseyperacos, do ello de forma fuxiamental para ie elec entre a ley y a Soctedad a natyaleza del Estado y a Sociedad y el ensamienta egal. Algunes de los concntosy coma 1s de Catical Lepal Satis, como a naturale citerpeeadan dl Fado y la sociedad resulta ties. Veose Ketan, pags. 258-262 (Otros com la incterminseaSo» de sly, no Jo so toto para agus Hos pra auicncs ia ey es demasiado deteninads, Para una visi den trode ests tad, vase Clare Dato, «An Essay athe Deconstuc ton of Contact La, 94 ale Lae Journal 997 1985), 283 «de lateora liberal, reflej del interés material en Ia teow ize quierdista. En los momentos liberales, cl Estado se accpta ‘en sus propios términos como arbitro neutral entre inteeses enfrentacios. La ley esti real o potenciaimente basada en principios, lo cual significa que no esta predispuesta a nin- gin resultado sustantivo ni es manipulable para ningin fin, on lo que resulta una herramienta que no esta fataimente retorcida. Las mujeres se convierten implicitamente en un ‘grupo de interés dentro del pluralismo, con problemas espe- Gificos de movilizacién y representaciOn, presencia y voz, que soporta pérdidas y ganancias incremen‘ales. En los mo- Ienlos izquicrdistas, el Fstado se convierte en una herca- mienta de dominio y'represin la ley legitima la ideologia, cluso del sistema legal es una forma de idealismo ut6pico @ de reforma gradual, cada ganancia aparente es engafio 0 cooptacién y cada pérdida es inevitable. El liberalismo aplicado a Las mujeres ha adnitido la in- tervencién del Estado en nombre de las mujeres como indi vViduos abstractos con derechos abstractos, sin exeminar el contenido ni Jas limitaciones de estas nociones en terminos del género. El marxismo aplicado a las mujeres esti siempre al limite de aconsejar la abdicacién det Estado como esce- nario, y con &! aquellas mujeres a quienes el Estado no des- ‘oye o cuya situaciéa no les permite desoicio. Ein consecuen- cia, el feminismo se ha quedado con estas altemnativas tici- tas. oe! Estado es una herramienta basica para la promocion de la. mujer y la transformacién de su situacidn, sin andlisis (Por tanto estrategia) del Estado mascutino, o bien las muje- es quedan para la sociedad civil, que para cllas ha parecidla mis fielmente un estado de nanuraleza. El Estado, y con él la ley, ha sido omnipotente o impoiente: todo o riada. La postura feminista en relacién con el Estado ha sido, en con- Secuencia, esquimnide en cuestiones basicas para la situa- cidn de la mujer. La violacion, el aborto, la pomografia y la discriminacién sexual son algunos ejemplos". Comprender 1 Todos estos temas se trtan ms profunderaents en Captus si alemes 284 la inadecuacién del liberalismo a las mujeres, por una parte, ¥¥.del marxismo, por otra, es empezar a entender el papel del Estado liberal” del legalismo liberal! dentro de un feri- nismo postmarxista de Ia transformaci6n social. E] género es un sistema social que divide el poder. Por tanto, e3 un sistema politico. Fs decir, «lo largo del tien Jas mujeres han sido econsérnicamente explotadas, elegacas, ala esclavitud doméstica, foceadas a la maternidad, sexual- ‘mente objetificadss,fisicamente ultrajadas, uilizadas en ¢s- ppectéculos denignates, privadas de voz y de cultura autén- tica y det derecho al voto, excluidas de la vida pibliea. Las mujeres, a diferencia de los homibres equivalentes, han esti do sistematicameate sometidas a la inseguridad fisica, han sido blanco de la denigracién y la violacién sexuales, des- personalizadas y denigradas, privacas de respeto, credibili- dad y recursos, y se las ha silenciado, se les ha ‘negado la presencia piblica, la voz y la representacién de sus inkere- ses. Los hombres, como hombres, en general no han sufrido estas cosas; es devir, los hombres han tenido que ser negros tu bomosexuales (por ejemplo) para suffir estas cosas como hombres. Los hombres han hecho estas cosas a las mujeres Incluso las toriasconvencionales del poder —los enfoques tis individualizados, atomistas y resolutivos de los plura- listas tanto como las teorias mas radicales, que resaltan los, aspectos estmucturales,técitos, contextuales y relacionales del poder— recorocen tales condiciones como posiciones definitorias del poder y de la impotencia®. Si se define la ® El wabsjo ecente que trata de csticar pera rebabilita Estado liberal como el de Brice Ackman, Sakae n he Libor Se (New Her Yl Unerty Pres 1990 (Ged ap Lawes soca dct ta Maa cate er {S95 no eauete eso problemas Acker, or jp oe cus fm as ae scale on cons de px oo Sos ia 3: Kr, .sweMing at Pen, Jat Sl, Lato (Ct ia Hare aersty Press. 1964), s Losesindne lps cha st polio simatic salina icra foaled Asa oenizacie aad sg9- 285 lemon, cya inca a ciencia poli degputs de Weber seco Sew gt abe rar cages de ropa extrac igi di eat fie on ta trono ae, Robot A Dah Gon Paced drab (ened Cy NI, Pevec tia 1915, Te 3 (Voae Man Weer Thy of Sci and ESonome Orznce: fs love Ver Fro Preis of Gone, 195 hp 138) DaN VCE Ueno tas eon oe ferma saa taneak oes: tty A coatols i egestas desis =A anges Be addon ama caret iy, eotomtr, nd Dea asa rt Harpe & Dro, 1959, pg. 4. Lenten pias at de baerieado qu ott poder como algo ager 2 tee 0 nose tone Se embargo pra ellos Sen que ver fon cogepa fo ue $2 gunn con ecmouran ocatigony Aconpuc que fags ie 4 dere ineyeleiemens defo que 3 ques, yon pore Ale Gh 0 qr qu oprq B lotnagits Las relaton ce pauee ‘ale pend swe eto esa eal plc ete as ete feacardeunagete eal cor on cutayepropo ales, Fatt Nah Descriptio ower ove, le Un vray Pes, i975. pg 29, Poet gic ie tere Sobre coos ‘eos atts, tine Hoon A Sinan ete onthe Onsraiae 8 Mesaremen! of fottsn Pomme of Poles 13 C999, SUOSTe. Cod Psdch oro dodo nar una seg eit ‘easier eel deo ds Ade X ute qu Bt de coe Seg Cintainal Gnoranct ond Derodany (Se oe Fifer Brats 193 pan To. Sepa Bal ea te poco: bre Ben medida eng ponds hae cue haga algo ge de oo trad no hats, Roba & Dah, Ces ofthe Rang Ee > kt, en PotiicelFywer el Roderick Bl Di! Bivardsy Harasy ‘ayer (ieee re Prose, 1085) 5. 0. Vets umbon Naot Poly, Commaniy Fier and Tela Thr (New Hever, Haar Univeiy Press, 1963, y Rc Dahl ePavet, Dermatol By bela of te Sl Seotes, ol 1 toa York, Macnlan, 186, 4t3418) Eas Yomiaint anges vSianbran ut ang soced alas alors c nicely us sere acted incre ou inStecsomes, denen muchas doa conde gu ls font mm gue muecban claconcs pot ce es mutes loshombues (lo onecaos de poder panei pk eases fe tse yes tous schasn nubs tenes dl poder asino ‘Soro sstema poco, dxacendo le dincniees mas eta, cote, ian y "oes del dcr: Veawe fe BuchschY Won Bar, Facer ov Power Be, Ear y Wop PS Ite Pover pig 94 Ass nv, Sven Les wat Stl se bres hei onic un lente come Osea eines ob ‘vs com sujstnce,coucndoe enone peso de ks st 286 politica como Harold Lasswell, que define acto politico ‘como «el llevado a cabo con las perspectivas de! y con Robert Dahl, que define sistema politico como «cual- uier pauta persistente de relaciones humanas que implica, en un grado significative, poder, normas 0 autoridady?* y ‘con Kate Millett, que define las relaciones politicas como «celaciones estructuredas de poder la relacion entre mu jeves y hombres resulta politica. A diferencia de las formas sistemniticamente empleadas por los hombres pera esclavizar, violar, deshumanizar y ex {erminar a otcos hombres, expresanco desigualdades poli ficas entre los hombres, 1as formas de dominio que han empleado sobre las mujeres se han desarroliado social y ‘econémicamente, antes de la aplicaciin de ia ley, sin actos estatales expresos, a tnenudo en contextos fatimes, de vida cotidiana. Asi, oul es el pape! del Estado en la politica se- tucioneso sobre les decisiones explicia; Power: A Rodical Analysis (Londres, Macmlin. (974), pig. 18. Estos coreepios earateizan fr ‘ign los telacions de géneze coano ilaciones de pudet, y eh conse. cuencia poiias, ‘Dado el spasionaio enirersamicoto entre etos hombres, es de de taear basta qué panto Robert Dui ene raza cuando observa qu fa ciencia politica (que eso! estado de In politica que, eit otas Goss, "iene que ver cn el poder) ba defined la division hombromuier aera ? Madeline Gagan, «Body ben Naw Pench Renin Eine Manse tabs de Courtiro tantr Uns of floss sets Pres, 198), pag 18)-E up leap hase de ct traps a ead epsteroldpephies eh apetcasn nfo hic tn peda ee Donde ses sen coun os de hres, a mae els cto de oso Sen Grit Homan a es The Re igi tr Nava Hsp Rew 0) og 13 aa fp bnga/teiando dere a oe ado del Cpa endo que he aegis, Nicene, aReexion, class sa Shee Robot ‘n,n Concours Mans Nord llaoniswor Peng, 1973), pig vase wind ibd. pags 26299 May Day Booed Gel Ren turd Pregl enn) Utero ey Beano Pes 1873) pas 195, 197 Vasa Wen et meee scorn a cw ems uu So chine er elque pasta wees dessyear el bora de ft, al onal ok coor nation Otsevceel tle eens elfgiere: «Sen cal ex su wo a soir eve, ts ‘Sho Son sence en tase ena y hoe Par co Nag. ‘eka Massctinisten roo nifertrded de as nce proc 5 a0 furan nora yao sumone, 4 Room of nok ot (Soeva Vor, Harcourt Brace Wri 1905) pds Bo lad. oop: Cra Faiacson propia Bacseon, Sox aa 198] 291 EL Estado es masculino desde el punto de vista de 1a ju Hgpradencia, exo significa que aopt el punto de vira del poder masculino en la relacidn entre ley y sociedad. Esta ppostura es especialmente patent: en la decisién constitucio- nal, que se considera legitina en ja medida en que es neutra ea cuanto al contenido politico de la leaislaciGn. El funda- mento de esta neutralidad es el supuesio generalizado de ue las condiciones que incumben a los hombres por razén del género son de aplicacién también a las mujeres, es deci, es el supuesto de que en realidad no existe en la Sociedad desigualdad entre tos sexos. La Constitucién —el documen- to en que se basa esta sociedad estatal— asume con sus in terpretaciones que la sociedad, en ausencia de la interven- cid del gobierno, es libre e igual, que sus leyes, en general, lo reflejan y gue el gobicmo debe corregir sOlo io que antes ha equivocado, Esta postura es estructural en una constitu- cién de abstinencia: por ejemplo, «el Congreso no redacta- ri leyes que limiten Ja libertad de expresiOn». Quienes s0- cialmente gozan de derechos como la igualdad, ta libertad, la intimidad y la expresién, los mantienen legalmente, libres de Ia inteusién del gobiemo. No se conceden legalmente a nadie que no los tenga ya socialmente, En este sentido, cuando se descubre que el género es un ‘medio de estratificacion social, las categorias de estado bi- sicas en la ley medieval, que se considera superada por los regimenes liberales en interpretaciones de aspiracién no je- rirquica de la persona abstract, se revelan profundamente inalteradas, El género como eategoria de estado se conside- 1a sencillamente sin existencia legal, se suprime dentro de tun orden social presuntamente preconstitucional através de tuna estructura constitucional disefiada para no aleanzarlo, Hablando en términos deseriptivos ms que funcionales o rmotivacionales, la estrategia es constitu la sociedad desi- gualmente antes que la ley, después, disefar la constitucién, Juda la ley de la igualdad, para que todas sus garantias se apliquen s6lo a aquellos valores que se suprimen por ley; ‘ego, construir normas que legitimen para que el Estado se legitime a través de la no interferencia en el statu quo. Asi, 292 mientras el dominio masculino sea tan efectivo en la socie- dad que resulte innecesario imponer la desigualdad de 10s, ‘sexos mediante la ley, de modo que sdio son de ure las des igualdades mis superficiales entre los sexs, ni siguiera una ‘garantia legal de igualdad entre Jos sexos producird igualdad social La postura y las suposiciones del Estado negativo, la idea de que el gobierno favorece la libertad sobre todo cuan- Go se queda al margen de las disposiciones sociales existen- tes, reverbera en todo el derecho constitucional. Desde el ppunto de vista de la doctrina, se encama en términos como EL requisto de la vaecion estat de igualdad de proteccion cen la ley, en la ley de la libertad de expresiGn y en la ley de {a intimidad. El requisito de la «accion estaay linita ia Constitucidn a garantizar la igualdad de derechos de los ciu- dedanos S610 contra las violaciones de los gobiemos, no de otros ciudadanos. La ley de la Primera Enmienda garantiza Ia libertad de expresién s6lo contra la privacion guberna- mental. Em la ley de a intimidad, la propia intervencién del gobierno es inconsitucional En términos del papet judicial, estas nociones se defien- den como wvitues pasha os tribunals no deber (y dicen que no lo hacen) itaponer sus propios puntos de vista cu consion’s constciotales. Lor jucces defteden Constitucién sobre todo cuando acitian como sino tuvicran opjniones, cuando refiejan la sociedad en la sociedad desde cehangulo de vision en el que la sociedad se refracta para cellos. En esta sala de los espejos, un hombre solo alterai in extremis lo que otto hombre ha hecho, FI hijo de la pasi- vided es la falta de sustancia. Da ley crea a su progen'e in- maculadamente, sin cl sucio coite politico Filosoficamente, esta postura se espresa en la invoca- ién constitucional repetida de la superioridad de la huh A Bat Th Chan of Protection: The ial Rsgon set Women Latur gation (ou Com Cesc Be, Ibtay Chen M Boy ery of ber Late Wares Tir Ser § Buen, of Libr, Nomeay Baca Ble th 86 (Wingo 1909, eas I bates The Eder {© Marinate Laws on he Etpoymey of Noten oa ‘ural of Pte! Kanon 88 198.208 Pos perpen ‘Sena ate Tove ng Ba omens La Oe Nee tenes 670g Send op al oes es age ‘Vindicaciin, feminists, 1991) 295 ‘mantener a las mujeres como trabajadoras marginales y de segunda clase evitando que algunas trujeres compitieran con los hombres dentro del patron masculino de la explota- ida. Esto beneficié tanto a los tabajadores hombres como 1110s caprtalistas. Estas sentencias respaldaron a un sector de tos trabajadores contra todos los capitalstas beneficiando alos uabajadores a costa de las trabajadocas. Ayudaron a la clase trabajadora sentando precedentes que Hlegaron a conseguir Jas leyes del salario minimoo y de las horas maximas para to- ddos los trabajadores®. Fueron una victoria contra el capita- lismo y para cl sexismo, para algunas nmajeres tal vez a ex- ensas do is mueres (quits incl gue ee jue ayudaron), para la clase trabajadora tal vez a expensas triacs dmeos ela ed aque as lon. La forma de ver a las mujeres en «Muller» y «West Coast Hotel» ea ta dela sociedad existente: degradante, pa- ‘emalisa y muy poco realista; como ocurre casi siempre gue se levanta un pedestal, sus ventajas concrctas fueron equivocas en el mejor de os casos", La forma de ver a los trabajadores en «Lochner» dejaba al capialismo sin freno y podria haber impedido casi todas las reformas sociales dela Ye tt ah 197 a ea mi srt ls erie ul a etal ttm mbes Can |g te ee Re cee ico me neta 1 ney epee ee meres ee vor sei cho Seabee eee er eleda fled ena ate ieee jen a MK. Dey (1940), Este caso también se utiliz para en- tac ge eect ig aren ny nF eaa ete (1949). Véase también Lincoln Foderal Labor Union Nexthwesterh Iron and Metal Co (1948) («que fs salarioey las hotss pueden fjse parley ya no se duda desde West Coast Hotel. # Fara wi excelente tratamiento de esta historia, véase Mary , Becker, «Frain Maller v. Orgon to Fetal Vdnersbiuty Poliicon © Cniversity of Chicago Lave Revis 1239 (1986). 296 Nueva Politica que querian los hombres (nadie pensabe que proteger a los trabajadores fuera degradante). Por estas riz0- hes, estos casos han Hegado a representar una eritica de la sustantividad de los juicios como tales, Pero su solucign mie todolégica —la neitralidad judicial— aparta del consuelo constitucional a aquellos grupos socialmente abyctos y sis temiticamente excluidos del proceso politico habitual. Pese al rechazo general del «sistema Lochner, este enfoque sus- tantivo de Ta postura neutral ha seguido presente en el méto- ddo constitucional, incluso en la ley de igualdad. Si mas de la mitad de la poblacién no tiene voz.en la Constitucién, :por ‘qué defender Ia legislacién es daries una vor. inacepiable- ‘mente sustentiva y activista, mientras que acabar con tal le gislaci6n es propianente insustancial y pasivo? {Es permi tir tal inferpreteciéa, por ejemplo del principio de igualdad, actvismo en un caso mientras que no permitilo es propiae ‘mente no sustantivo? La anulacion de la sentencia «Loch- neo» fue al menos tan activa judic‘almente come lo fue la pro- a sentencia, Por otra parte, :por gué se consideran la legis- Ficigny la sentemcia ejereicios del poder esta y no la pasividad ante la desigaldad social, incluso bajo un princi pio de igualdad constitucional? El resultado es la persccu Cin, el acoso y el confinamiento de la sustantividad y el ac- tivismo, mientras que sus gemelos, la neutralidad y la pasi- viidad, carnpan por sus respetos. Considerar las wvirtudes pasivas» de la limitecién judi- cial herramienta para ¢1 cambio social sugiere que el cam- bio para lossrabajadores fue constitucional sélo porquc ios ‘rabajadores lograron tener poder en las legislaturas. Con- seguir tales cambios por principio constitucional antes de conseguirlos social y politicamente seria entrar justamente en el mismo tipo de activismo judicial a los que dijeron {que se oponian quienes defienden los cambios. El razona~ ‘miento era éste: silos tribunales toman decisiones sustan- ivas, expresaran sus prejuicios, en este caso, abusivos con- tra los trebajadores y denigrantes e intiles para las muje- res. Asi pues, se han formulado las alternativas como sentencia sustantiva que degrada y priva por un lado 2» como sentencia insustancial fiende todo el poder que puei como éste es, La suposicion subyacente de la neutralidad judiciat os gue existe un statu quo que es preferible ala intervencién Judicial, un staiw quo de derecho eonsuetudinatio, un sta fu quo legislative, un statu quo econdmico 0 un siaiu quo de los éneros. Para las mujeres, también tiende a suponer gue! acceso al Ambito do ta politica convencional podria arse a falta de derechos legales, Ai mismo tiempo eclip- sa la posibilidad de que un enfogue sustantivo de la situa- cién de Ja mujer sea adecuado para tna clara explotacion social de la mujer —que justifique una reclamacidn de igualded eivil, por ejemplo y no hiciera mas por autori- Zar Ia arbitrariedad judicial que fas normas actuales. Des. Ge el punto de visti de fas mujeres, las sentencias ya son Sustantivas; desde ninguna perspectiva se descubre conte- nido, En el caso «Lochner» se vio legalmente a 10s traba Jadores como fos capitalisias los ven socialmente: como agentes libres que negocian a cicrta distancia, En el caso «Muller» se vio legalmente & las mujeres como los hom bres las ven socialmente: como eriadoras, como trabajas doras marginales a las que puede excluirse. Sino se desea seclamar para un grupo més de lo que puede conseguirse cn un sistema de poder establecido, puede probarse a ha. cer del grupo una abstraccién desdibujando la separacion entre éste y los demids. La neutralidad como medio puro tiene un cierto sentido. No obstante, sila reclamacion es contra la definicida y la distribucién del propio poder, es precisa una critica no tanto de Ia susiantivided de casos como «Lochner» y «Muller» como de su sustancia. Esta fitica debe imcluir también ese aspecto de la tradicién lit beral en el que una de las estrategias para el dominio ha sido la ausencia de sustancia®™ je, pasivamente virtuose,de- extraer del proceso politica © Vino, x un on diferent, Michoe Sandel, Lerman the Amis of use (Cambie! Ctsoidge Uanernty Pose 108k ay 298 j Si se contempla el contenido del derecho positive mas ampliamente desde el punto de vista de las mujeres, emerge tunt paz, EL mado en gue el punio de vista mascUino in- terpreta una experiencia es el mismo modo de interpretala de la politica estatal. Una vez tras ot, el Estado protege cl poder masculine encarmando y garantizando el control mas Eulino sghre la mujer en iodos los mbitas, arportiguando, dando derechos, apareciendo de fure para prohibir sus exce- sos cuanlo es preciso para su normalizacion. Las relaciones de iwe estabilizan ns relaciones de facto, Las leyes que Se refieren a la sexualidad oftecen ejemplos de este argumen- ‘0, Como en la sociedad, en Ta meta en que la posesion es el objetivo del sexo, la violacién en is ley es sexo con una yer que no es la propia, a menos que el acto sea para con vertrla en propia, Las realidades sociates y legnles son co- hherentes y se determinan mutuamente; puesto que la ley nua ha interfrido efectivamente con la capacidad de fos hhornbtes para violar alas mujeres sobre estas bases, ha sido inessano comertito en noms express de fa ky, Do ue parte del atractivo de la pornogratia supone erotizar lo furatvamente probid, ly soe la cbsccida prob bbe purativamente la poonoyrafia lo suficiente como para ha- cer que siga siendo deseabie sin hacesla jams inaleanzable o verdaderament egal, Dado que el estigma de la prostitu- sign es el stigma de la sexualidad, que es el estigaa del gé- zero femenino, la prostitucion puede scr legal ilegal, pero ‘en la medida en que las mujeres no son iguales aos bom- tes y quesla desigualdad exti sexualizada, las mujeres se sguirin siendo compradks y vendidlas como prostitutas,y la ley no bara nada. Se mantiene pobres « las mujeres en conjunto, por tanto socialmente depeadientes de Jos hombres, a mano para el uso sexual o reproductivo. En la medida en que el aborto existe para controlar las consecuencias reproductvas del ‘etafisica idealist, a pes de sa venraje moral y politica, cede deme sindo To trascerni, y a postlar ur mbite nouménico gana Ia pe sacha para la juscnaa Gola de nagar su steaeién human (pas. 13) 299 coito, y en consecuencia para facilitar el acceso sexual de tos hombres 2 las mujetes, el acceso al aborto estar contro Jado por cun hombre o El Hombres. En tanto esto se haa efectivamente en el terreno social, ¢s innecesario hacerlo por ley. La ley solo tiene que estar presente pasivamente,re- Hejando fa eScena gue se desarrolla. La ley de la igualdad enite los sexs se mantiene lo mis lejos posible de los asun- tos de la Sexualidad. La violaciGn, la pornografia, la prosti- tucién, el incesto, la violencia, el aborto, los derechos de los ‘homosexuales y las Jesbianas: ninguno de estos temas ha sido una cuestion de igualdad de los sexos ante la ley" Es Jos temas que si trata la ley de discriminacin sexual, ¢| hombre es la referencia implicita para lo humano, la mascu- linidad la medida del derecho a la igualdad. En esta inter. Dretacién general, esta ley es neutral: da a las mujeres poco ue no pueda dar también a fos hombres, manteniendo la Gesigualdad entre los sexos pareciendo que la resuclve. El género, elaborado y apoyado de esta forma por la ley, se antiene como divisién de poder. Ei Estado negativo ve el aéneto y las rekaciones sexuales eon la misma neutraidad ue el caso «Lochner» vei las relaciones de clase. La ley sobre la situacién de la mujer que se produce de esta forma ve la situacién de la mujer desde el punto de vis. {2 del dominio maseulino. Supone que las condiciones que se dan entre las hombres sobre la base cl sexo —el consen- timiento al sexo, la intimidad comparativa, a voz en el dis- curso moral y ia igualdad politica sobre la base del gene- ro son de aplicaciin a las mujeres. Supone en el nivel epistémico que la desigualdad sexual en la sociedad no es Ne seis non, «Welle Is Woes Ise, Liberation ave Service| 26 de febrero de 1977; reproducido en Rosalyn Banan dal Link Gordon y Suan Revers ads ctmercat Beko fea (Nueva York, Randmn House, 1976) pigs 455-058 ‘ Elaceso sexual defini sigutendo el enfogue dela jurigaden- ia ue aqui se apse, es una excepsién. Tarabién lo es une science sclenie del Noveto Dato, Watkins Army (1988), que after que ‘eg alos homoscxuales la entra en el gerito por nt homasentl, ‘ccs um violacion de ta clausula de iguafdad de peoteccion 300 i i real. La ley sobre la violacién toma la respuesta usual de la ‘mujra le coaccién —la aquiescencia, respuesta desespera- «da de 10s impotentes ante la desigualdad ce una situacion— y lo llama consentimiento. Los hombres coaccionan a las ‘mujeres; las mujeres «consieater». La ley de la intimidad trata la esfera privada como esfera de la libertad personal Para los hombres lo es. Para las mujeres, lo privado cs la es fora clara de la violacin y el abuso intimas, ni Fibre nie cialmente personal. El ambito de libertad privada de tos !bombtes es el ambito de subordinacién colectiva de las mu- eres. La ley sobre la obscenidad trata la pornografia como ‘ideas. Independientemente de que las ideas sean sexo para los hombres, sin duda la pornografia es sexo para los hombres. Desde el punto de vista de las mujeres, que viven el abuso sexual de la pornografia como vida cotidiana, la pornografia es la realidad. La ley sobre la obscenidad trata la regulacién de la pornografia desde el punto de vista de lo ‘que es necesario para protegerla: como regulacién de la mo- ral, como algunos hombres diciendo a otros homibres lo que no pueden ver y hacer y pensar y decir del sexo. Desde el punto de vista de las mujeres, cuya tortura convierte en en- ‘retenimiento la pomografia, ésta es la esercia de una con: dicidn de carencia de poder, y su proteccién efectiva desde el Estado sla eseacia de la politica sexual. Las «ideas mo- roles» de la ley sobre la obscenidact son una realidad politi ‘ca de la subordinacién de la mujer. [gual que, en la ley mas- cilina, la opresién pablica se disffaza de libertad privada y Ja coaccién’se viste de consentimiento, en Ia ley sobre la dobscenidad el dominio politico real se presenta como dis courso de ideas sobre la virtud y el vicio, La ley sobre la violacién supone que el consentimiento al sexo es tan real pata las mujeres como la.es para los hom- bres. La ley sobre la intimidad supone que las mujeres en la intimidad tienen ls misma intimidad que los hombres. La ley sobre la obscenidad supone que las mujeres tienen el “© Fn el eapitulo 12 e incuyen las cits y una disousion mas pro funda de este argurcenio, 301 mismo acceso a la expresién que los hombres. La ley sobre 4a jgualdad supone quec las mujeres son ya socialmenie igua. lesa los hombres. Solo en la medida en que las mujeres han ‘gonseguido ya la igualdad social respalda la ley general de Jwigualdad sus afirmaciones de desigualdad. Las feyes de la Violacion, el aborto, la obscenidad y la discriminacién se- ual demuestran que la relacién entre objetificacién, enten- lida como proceso basico de la subordinacién de las muje- res, y el poder del Estado cs la relacin entre Jo personal y {o politico en el ambito del gobierno. Estas leyes no son po- tittcas porque el Estado es supuestamente la esfera de la po- Iitiea, Son parte integrante de la politica sexual porque el Estado, a través de la ley, institucionaliza el poder masculi- zo sobre las mujeres insttucionalizando en la ley el punto de vista mascutino. Su primer acto de Estado es ver a las ‘mujeres desde la perspectiva del dominio masculino; el si Suente es tratarlas de esta forma. Este poder, este Estado, ho es un higar conercta, sino una red de sanciones reparti. as por toda Ia sociedad que «controla los medios prineipa- les de coaccidn» que estructuran la vida diacia de a mujer, El monopotio estilo Weber sobre los medios do coaccidn le. sitiina, que se considera distingue al Estado como entida describe de hecho el poder de los hombres sobre las muje- res en el hogar, en la cama, en el trabajo, en la calle en toca de vida social. Lo cierto es que resulia dificil encontrar un lugar que no circunscriba y describa. Los hombres son s0- peranos en la sociedad de la forma en que Austin describe la ley como soberana: una persona o un grupo cuyas érienes som habitualmente obedecids y que no suele obedecer a na- ic* Los hombres sone) grupo que ha tenido autondad Para hacer las leyes, encarmando la «regla de reconocimien on de H1.L. A. Hart que, segiin su idea, confiere autoridad $ Lasles Ty, ed. «Wester State Making snd Theories of Polit sal Transformations, en The Formation of National States Basin Barapa (Princeton: Panceton University ress, 1975) ag, 638, John L. Austin, The Prowace of Aetipradence’ Determined (eva York, Noone Press, 1954)" 302 i Ei hese a emt aon a la ley. Los valores claramente masculinos (y tos hom- bres) constituyen Ia comunidad interpretativa autorizada «que hace la ley aparentemente legal para los que sem cotne Ronald Dworkin®. i se combint ina concepeion reaiia 4ej Estado con una teoria revolucionaria de la sociedad”, el lugar del género en el poder estatal no se limita al gabicr: no, nicl gobierno de fa ley se limita ala politica y 2 los te bunales. EI gobierno de Ia ley y el gobiemo ce los hombres 00 una sola cosa, indivisible, a1un tiempo oficial y oficio- ‘a oficialmente esta circunserita, oficiosamente no lo esta El poder estatai, encamnado en ia iey, existe en toda la socie- dad como poder masculino al mismo tiempo que el poder de los hombres sobre las mujeres en toda la Sociedad se orga- niza como poder de! Estado. . Tal vez el no haber considerado e! género como deter- rminanté de la conducta estatal haya hecho que 1a concucta Gel Fstado parezcaindeterminada. Tal vez la objetvided del Estado haya hecho que parezca independiente de la clase Incluyendo lo burgues det legalismo liberal, pero mas alla Jambign, esti fo que tiene de masculino. Por independiente de la clase que pueda presentarse el Estado liberal, noes in- Gependiente del sexo. El poder masculino es sistémico. Coactivo,legimitado y episiéinico, es el régime. © TLL A Har, The Concop of Lae (Londres, Oxford Univesity Pres, 196). Ronald Dworkin, Law’ Empire (Cambridge, Mass, Harvard Usiversity Pres, 1995 fad spf inperio de rca, Hately Gets, 1988), La lea de oxte wabay cs jusfea cl poder coactvo ‘el Estaco medinate wa imerpetzce ue spite los destcusdos cm Same a sen de Ua tovenn pons ele omg itera, que tiene gue ver con el prcapio (ge "Sst econo Bat erie la orghuiad peri de art cds There a Marts Theory ofthe Satre pag. 15 303

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