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93 Capitulo V LA DEMOCRACIA - SUMARIO 43, Generalidades. 44. Presupuesto de exi istenci , Bl sistema politico democrdtico. 46. La oe ‘te vida, 47, La democracia gobernante, 48, La fuerza dela opinide nates ca. 49, Los medios de comunicaciin. 5 Ma eae politicos. 51. Hacia nuevas formas de L 0. Decadencia de los partidos la democracia, 43, Generalidades No hay duda alguna que el andlisis y la reflexion de los temas mas apasionantes tanto para politicos, socidlogos, juristas, flésofos y por qué no, para el ciudadano que ve con preocupacién los cambios que acelera, damente se estan produciendo en la sociedad post-moderna. El vocablo “democracia”, que se considera que fue Herédoto el primero en utilizarlo, nacié en Grecia hace dos mil quinientos afios, pero, como sefiala Giovanni Sartori, “resulta sorprendente la escasa atencién prestada al hecho de que el con- cepto actual de democracia se parece poco, si es que existe algin parecido, al que se desarrollé en el siglo V antes de Cristo” '. ;Por qué? En primer lugar, porque la democracia de los griegos era concebida como una demoeracia sin Estado, dado “Gue,se concebfa a la misma como una relacién simbiética entre el ciudadano y la polis, que era una ciudad-comunidad; en segundo lugar, hay una notable diferen- cia entre la democracia antigua y la democracia moderna en lo relacionado con los. fines y valores de la sociedad, dado que a lo largo de mas de dos mil afios, la civilizacién occidental ha conocido el Cristianismo, el humanismo, la Reforma, la concepeién jusnaturalista de los “derechos naturales” inherentes al hombre, y el liberalismo fruto de las Revoluciones inglesa de 1648, norteamericana de 1776 y francesa de 1789. En sobre la democracia, es uno sentido, estimo que es necesario analizar, en primer lugar, los presu- de la democracia, para luego, en segundo lugar, estudiar las [sistema politico democratico. Asimismo, corresponde plantear de la democracia’, Alianza Universidad, Madrid, 1988, Tomo 2, 94 Ruoen Cornea Feerras a Ja democracia como w politico-institueional. Tai por oposicién a la democrat muy importantes que estan rn sistema de vida, mas alla del aspecto estrictamente mbién es conveniente ver a la democracia gobernante, ia gobernada, con especial énfasis de dos aspectos incidiendo en Ia sociedad moderna, como es la fuerza =. Ge opinion publica y los medios de comunicaciOn social. Dentro de ese contexto, tlebe realizarse un andlisis somero sobre la decadencia de los partidos politicos, como formas de expresién de las aspiraciones de la ciudadania. Finalmente, rea. Iizaré un planteo prospectivo sobre las nuevas formas de la democracia, 44, Presupuesto de existencia de la democracia En miconcepto, la existencia de la democracia tiene como base determinados presupuestos, sin los cuales es impensable la realizacién del ideal democrético, Dichos presupuestos son los siguientes: a) La efectiva vigencia de las libertades publicas. b) La aplicacién del principio de la separacién de poderes. o) La legitimacién de los gobernantes por medio de elecciones libres. d) El sometimiento del Estado y de los gobernantes al principio de legalidad. a) Las libertades pitblicas. Este es el primer presupuesto para la existen- cia de la democracia, porque si las libertades piiblicas no tienen efectiva vigencia, sino son respetados y protegidos los derechos humanos, no puede haber democra- cia, como lo concebia el Presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln, es decir “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Cuando hago referencia a las libertades puiblicas, lo estoy haciendo en el mas amplio sentido, comprensivo de todos los derechos humanos, tanto los Ilamados de la “primera generacién’, es decir los clasicos derechos civiles y politicos, los de la “segunda generacién’”, es decir los derechos econémicos y sociales y finalmente los de la “tercera generacién”, como por ejemplo el derecho a la paz, al desarrollo, al medio ambiente, etc. Pero es evidente, que no puede hablarse de democracia en un sistema politico © en una sociedad en donde no se reconozca el derecho a la vida, como un derecho inherente a la personalidad humana, que no puede ser limitado por ninguna ra- z6n y que debe respetarse en forma integra, debiendo estar eliminada la pena de muerte. La democracia exige la mas amplia libertad politica, civil y religiosa para todos los habitantes, hombres y mujeres, nifios y ancianos. Dicha libertad debe comprender Ja libertad ambulatoria, de ir y venir sin ninguna restriccién; la liber- tad de ensefianza, de trabajo, de industria y comercio; la libertad de opinién o de expresi6n del pensamiento, sin censura previa, por cualquier medio de comunica- cidn; la libertad para constituir asociaciones civiles, sindi it 5 ¢ nes civil re cost an fin, la ibartad pare les, sindicales y partidos pol clegir a los gobernantes y para ser elegidos. b) La separacién de poderes. De: e sde las enseii jeu en su obra "El espititu doles eves” tenes sefianzas de Montesquieu en célebre articulo 16 de la Declaracién de los Aunque los modernos sistemas de contr Ja evolucién constitucional posterior, han cién de poderes, transformaridolo en un sistema de “colaboraciny impreseindible la exiatencia dela separacién de poderes, P sistema de la separacién de poderes, es el que i control de los actos de administracin y de gobieene, fe aero eleumplt mento del prineipio de “legalidad” dentro del Estado, esto es que todos, sole, nantes y gobernados, estén sometidos a la regla de devecho, , La division del gobierno en tres poderes, poder legislative, poder ejecutivo y poder judicial, separados e independientes, asegura la plena vigencis ac lnc tt tades piblieas, la proteecién de los derechos humanos, el cumplimiento del pr cipio de “legalidad” en sentido amplio por parte del Bstado, as{ como la electing responsabilidad del Estado y de los gobernantes por los abusos que puedan come, ter en el ejercicio de las funciones publicas. ‘0l politico dentro del Estado, 1 asi como cuestionado el principio de |; la separa- oderes, es @Por qué? Porque el ©) La legitimacién de los gobernantes. Desde la aparicién del poder so- bre la faz de la tierra, éste ha tenido alguna forma de legitimacién, tal como la fuerza, la habilidad, la inteligencia, la riqueza, ete, Pero sin ninguna duda, en la democracia la legitimacién por excelencia es la eleccién de los gobernantes por la libre voluntad de los ciudadanos. Los diferentes sistemas electorales, las garantias del sufragio, la existencia de érganos especializados para el control de los actos electorales, es uno de los temas a los que el profesor GROS ESPIELL ha dedicado buena parte de su es- fuerzo de investigacin, de tal manera que su tesis para su designacién como Profesor Agregado de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de la Republica, fue precisamente “La Corte Electoral”, publicada originalmente en el afio 1960, E Sobre el particular, ensefia GROS ESPIELL lo siguiente: “Si el acto electoral no se desarrolla de acuerdo con normas dirigidas a asegu- rar la pureza y verdad de la voluntad politica que en él se expresa, la eleccién no tiene razén de ser y por ende, nada significa. ‘ 4 “Es por ello, que si bien la mera existencia de organos electivos, en cuales one politico, supone la necesidad de un contralor electoral, éste es indisp sable y fundamental en el Estado democratico. “Si la democracia es una forma de organizacién del Estado, feniade eni Fespeto de la dignidad y de los derechos inherentes de la persona humane M™plica un sistema de gobierno basado en el consentimiento de sacha ostar libremente expresado, es obvio que la expresidn de ese consentimien! es Rowen Correa FREItAas controlada de modo tal, que sea poco menos que imposible toda forma directa o indirecta de coaceién, para que el pronunciamiento del Cuerpo ee as mas pura manifestacion de libertad. Y es por esto, que sin un conta Ut Real y cerio sobre los actos electorales, es inconcebible, en los hechos, la existencia de la 2 oe rac evcuencia, la eleceién popular de los integrantes del Parlamento, asi como la eleceién directa por la ciudadania de quien ejerce 1a Presidencia de la Repiiblica en los sistemas de gobierno presidencialistas, es una nota esencial para Ja existencia de un régimen democratico de gobierno. No hay democracia cuando algunos iluminados se erigen en conductores de una nacién, sin que el pueblo los haya elegido, mas all de las mejores intenciones que los pueda animar. En el siglo XX tenemos ejemplos innumerables de regimenes autoritarios que en nom- bre de un mito, como puede ser la nacién, la raza, la lucha de clases, o la seguri- dad nacional, impusieron regimenes de fuerza, dictaduras, golpes de Estado, autocracias, etc. 4) El principio de legalidad. El cuarto presupuesto de existencia de la democracia, es el sometimiento del Estado y de los gobernantes al principio de Jegalidad. Como expresa Vedel, “la legalidad es la cualidad de lo que es conforme ala ley. Pero en esta definicién hay que entender el término “ley” en su sentido mas amplio, el de “Derecho”. La legalidad expresa asi la conformidad al Derecho y es sinénimo de regularidad juridica” *, El principio de legalidad, lleva a la idea del derecho constitucional norteame- ricano del “gobierno de las leyes y no de los hombres”, que reafirmara en nuestro derecho el constituyente Dr. José Ellauri en su discurso pronunciado como miem- bro informante de la Asamblea General Constituyente y Legislativa, que sancio- né la primera Constitucién uruguaya de 1830. Y el principio de legalidad es el que crea lo que la doctrina alemana ha deno- minado como el “Estado de Derecho”, por oposicién al “Estado de Policia”. El “Es- tado de Derecho” es, segin la ensefianza de Alberto Ramén REAL, el Estado que en las relaciones con sus habitantes se somete a un régimen de derecho, limitan- do el poder del Estado, subordinando el Estado al orden juridico que se ha consa- grado. En fin, el Estado de Derecho supone esencialmente la finalidad estatal tutelar de los derechos humanos ¢. La “legalidad” debe entenderse en sentido amplio, es decir como comprensiva de la Constitucién, de la ley y de los reglamentos, razén por la cual no debe limi- ee uy ley en Eanes organico-formal, como acto juridico de carac- iyi emanado del Poder Legislativo, sino a todos los “actos- regla” en el sentido de DUGUIT, es decir, los actos constitucionales, los actos legislativos y los actos administrativos, , *GROS ESPIELL, Héctor, “La Corte Electoral del ’ i Dereon Manon Sas Jee Coty, a el Ugusy”,InaitatoTnteremercano ‘ VEDEL, Georges, “Derecho Administrative”, Ed Aguil i THERE Albee Roman ne iministratve, Bd. Aguilar, Madrid, 1980, pég, 219. sang BEAL, Aero 0 de Derecho y Humanismo Personalista”, FCU, Montevideo, Derrtciio Constiructonat. Contemporénto 97 45. El sistema politico democratico mn sdeademeeracia es el gobierno del pueblo, razén por la cual se afirma el dogma soberania nacional o la soberanja popular, segtin la interpretacion politico- constitucional que se quiera realizar, es decir el derecho del pueblo a gobernarse por si mismo. En las democracias liberales, afirma DUVERGER, “el poder politico esta ba- sado en la teoria de la soberania popular; los gobernantes son escogidos por medio de elecciones con sufragio universal, relativamente libres y sinceras, La estructu- ra del gobierno se basa en el pluralismo politico y en una cierta separacién de poderes. Las prerrogativas de los gobernantes estin limitadas y los gobernados gozan de libertades pitblicas: libertad de opinién, de prensa, de reunién, de aso- ciacién, libertad religiosa, ete.” §. El destacado profesor espafiol GARCIA PELAYO expresa que “si el liberalis- mo es la contestacién al problema de cémo se ejercen las funciones del Estado, la democracia responde a la cuestién de quién las ejerce” °. {Cuales son las caracteristicas principales del sistema politico democratico? Puede afirmarse que basicamente son cuatro: a) El sufragio o voto popular, por medio del cual se expresa la voluntad del pueblo, sea en forma directa, como en los casos de eleccién de las autoridades, iniciativa popular y referéndum; sea en forma indirecta, por medio de los repre. sentantes libremente elegidos. Una condicién fundamental, es la renovacién pe- riédica de los gobernantes, por medio de elecciones generales cada determinado tiempo, como por ejemplo cada cuatro afios (EE,UU.), cada cinco afios (Uruguay). b) La existencia de una Constitucién escrita, que establece la organiza- cién de los poderes del gobierno y consagra los derechos, deberes y garantias de los habitantes frente al Estado. c) La division de los poderes del gobierno, asi como la existencia de 6rganos de control independientes, tales como Cortes 0 Tribunales de Cuentas, Contralorias Generales del Estado, Tribunales Contencioso Administrativos, Corte 0 Tribunales Constitucionales, Cortes o Tribunales Electorales, Ombudsman 0 Defensor del Pueblo, ete. d) La existencia de un régimen de partidos politicos multiples, por oposicién al régimen de partido tinico. En el Uruguay, hace cincuenta aiios afirmaba Justino JIMENEZ DE ARIICHAGA (¢l tercero de los Aréchaga), que existian dos tipos de gobierno: el gobierno de opinién y el gobierno de fuerza. El “gobierno de opinién’ es el gobier- ‘ DUVERGER, Maurice, “Instituciones Politicas y Derecho Constitucional”, Ed. Ariel, Barcelona, 107 rae ACIA PELAYO, Manuel, “Derecho Gonstitucionel Comparado’, Ed, Revista de Ocidente, Madrid, 1967, pag. 169. AS. 98 Ruben Cornea FRE! no propio del Estado de Derecho, lo que supone ae el Estado paleo en cuanto a sus fines, que el Estado esta limitado por e] Derecho, que el Derecho esta limitado por la razin y que el gobierno es limitado poraye 8 actuacién esta su- bardinada al Dorecho; en cambio, el “gobierno de fuerza” es el que se basa en la violencia en cualquiera de sus formas *. , . Otro destacado constitucionalista uruguayo, Anibal Luis BARBAGELATA, ha expresado que: ; ; “Bl Betade democrdtico es, en lo interior y en el orden internacional, un Esta- do sometido al Derecho y responsable. Es, por es0, formalmente y a pesar de lo equivoco del término, un “Estado de Derecho”. Se halla en relacion de medio a fin con respecto a los hombres, a los que reconoce -grivido reconocimiento- como individuos. Tiene a éstos, a los que tampoco ignora como seres sociales y a cuyo servicio esta, reconocimiento de no menores proyecciones como titulares necesa- rios de derechos fundamentales —los llamados derechos del hombre- que, consti- tuyen, por el mero hecho de su existencia, un Mmite infranqueable para la propia accién estatal. Substancialmente es también, pues, un “Estado de Derecho”, en la significacién corriente de la expresi6n. Pero, ademas, el Estado democratico es un Estado con indeclinable y esencial vocacién por la paz y la arménica convivencia de los pueblos todos del orbe” °. Modernamente, Karl LOEWENSTEIN analizando la democracia constitu- cional como configuracién triangular del poder, ensefia que “La infraestructura ideolégica comin a todos los tipos de gobierno que habra de traer aqui a colacién consiste en el convencimiento de que todo poder emana del pueblo, de que tanto el gobierno como el parlamento deben estar de acuerdo con la voluntad del pueblo y de que elecciones libres y honestas forman un circuito abierto dentro del cual competiran las ideologias y las fuerzas sociales que las promueven. La conforma- cién del poder es triangular: parlamento, gobierno y pueblo. El poder politico esta distribuido entre varios detentadores del poder que, por lo tanto, estan sometidos a un control mutuo” ®. En sintesis, pues, el sistema politico democratico es aquel en el que partiendo de la existencia de una Constitucidn escrita, que consagra la separacion de los poderes del gobierno, la ciudadania elige libremente a sus representantes, a tra- a a los partidos politicos, y estén sometido el Estado y sus gobernantes al jerecho. 46. La democracia como sistema de vida Como con razén afirma Norberto BOBBIO, “desde la época clasica hasta hoy el término “democracia” siempre ha sido empleado para designar una de las for- mas de gobierno, o sea, una de las diversas maneras bajo las que puede ejercerse 1 JIMENEZ DE stino, “Teoria erno” vgn INENEZDE ARBCHAGA, Just, “Tera del Goiems’, F.C, Montevideo, 1974, to 1 *BARBAGELATA, Anibal Luis, “La Democracia”, F.C.U., Montevideo, 1983, pag. 61 LOEWENSTEIN, Karl, “Peoria de la Constitucidn”, Bd, Ariel de Barcelona, 1976, pag. 91. Diuctio Constrructonat, Conresmoniro cl poder politico. Especificamente desij politico es ejercido por el pueblo” ¥, Pero si bien In democracia es una forma de ia yaa aristocracia en la concepeién de Aristételos mod se también a la democracia como una forma o sistema tan los valores fundamentales de |; 99 fgna la forma de gobierno en la que el poder de vida, en el que se respe- '@ persona humana, de tal manera que el hom. bre vive con dignidad, pudiendo disfrutar de una calidad de vida adecuada; yenel ‘inoria. ue Ia mayoria impone sus decisiones con respeto por los derechn de la mi BI ya citado BARBAGELA'TA expresa que la democracie co una le la vida” y del mundo que, junto al lado politico, mismo, es una auténtica filosofia hombre como su centro de interés y lo ubica en el Apice de la escala de valores. El sujeto de la democracia es, pues, el hombre” ", En consecuencia, la democracia reconoce sin distincién alguna la tenencia Y goce de ciertos derechos fundamenta- les, amados “derechos humanos’, entre los que se encuentra especialmente el “derecho a la vida”, lo que supone la abolicién de la pena de muerte, extremo que en el Uruguay se manifesté tempranamente en el inicio de su vida constitucional en el siglo XIX, con el proyecto de ley del presbitero Damaso Antonio Larraiiaga presentado al Senado el 4 de febrero de 1831, asi como la posterior Jey sancionada el 23 de setiembre de 1907, jerarquizada en la Constitucién de 1918 yen las posteriores de 1934, 1942, 1952 y 1967, con una de las formulas mas pristinas del Derecho Constitucional comparado que expresa: “A nadie se le aplicara la pena de muerte” (Constitucién uruguaya de 1967, art. 26). Ademas, segtin BARBA- GELATA “la democracia es una concepcién de libertad”, especialmente la liber- tad de pensamiento y de comunicacién de los pensamientos “una de las llamadas libertades espirituales”, “la democracia es una concepcién de igualdad”, dado que “no hay”, no puede haber ~a pesar de que muchos lo aseveren— una democracia fundada en la libertad y otra democracia fundada en Ia igualdad. La democracia es wna y se apoya indispensablemente en Ia libertad y en la igualdad. Arma enfaticamente: “Libertad sin igualdad, no es democracia; pero igualdad sin liber co es democracia” #2, ‘ae En dehnitive como expresa BURDEAU “Ia igualdad es el soldado de la de- mocracia, pero la libertad es su alma” ®, 47. La democracia gobernante En sentido estricto la democracia es una y tinica, sin adjetivo alguno. Pero es necesario analizar el fenémeno sefialado con singular brillo por Georges ® BOBBIO, Norberto, “Estado, Gobierno y Sociedad’, Fondo de Cultura Eeonémica, México, 1991, pag. 188. . “PRARBAGELATA, Anibal Luis, ob. it, pig. 17 ® BARBAGELATA, Anibal Luis, ob. cit. pag. 31 y 39. "Citado por BARBAGELATA en la pag. 39. 100 Runen Connea FREITAS BURDEAU, acerca del pa mente entre la “democracia gol La “demoeracia goberna me”, en Ia que el ciudadano es un tas, que tiene e] derecho de elegir tional clisica, que surgié de la Rev era reputado en si mismo, cuerpo © blema de gobierno y, en consecuencia, representantes, los cuales teivian el poder de querer P producir actos imputables a Ja nacién. En la “democracia gobernada” los ciudadan nada que esperar de él y les basta con disfrutar de la Jue les proporeiona su titulo de miembros dela nacién. 1 Momooracia gobernante” en cambio supone la participacién activa de los ciudadanos on el gobierno del Estado, es la situacién en la que el pueblo exige al Eetado que se ocupe de la situacion econémica y social. Bsta forma de democracia ee torreaponde con el Estado “benefactor”, con el Estado “intervencionista”, con el Tlamado “Estado Social de Derecho”, que surgiera a partir de la década de los afios 20 con las Constituciones mexicana de Querétaro de 1917, alemana de Weimar de 1919, austriaca de 1920 y Ja republicana espafiola de 1931. Tnsefia Georges BURDEAU que “es precisamente cuando los individuos pi- den al Poder que se preocupe de su situacién particular y concreta, cuando el pueblo se desprende de la imagen suavizante a la que se deseaba que se parecie- ta, cuando aparece la democracia gobernante”, Agrega mas adelante que “se trata de una democracia gobernante porque, escapando al desdoblamiento entre ciuda- dano y sujeto, el pueblo esta llamado a gobernarse é1 mismo por medio de institu- ciones estrechamente sometidas a su voluntad” *. GARCIA PELAYO por su parte expresa que “hasta la primera postguerra mundial, Ia democracia era exclusivamente de naturaleza politica, pues surge histérieamente como antitesis a un sistema de privilegios concretos que lesionan a ciertos grupos con vader soca ahora bien, en Yancien régimen' ls privilegis Se eae politic y jure, y las clases socialmente dirigen- Jos supuestos para las cxigencias a lo 2 lesarrollo posterior cuando han nacido ee eee rn e EE gobernantes cada determinado periedo ¢ Je basta a la ciudadania con elegir a los inado periodo de tiempo, sino que interviene directa- mente, ora medio de los institutos de gobierno din ne directa: itutos de gobierno directo, tales como la iniciativa popular y el recurso de referéndum, ora mich J por medio de los partidos politicos, los sindicatos, las asociaciones profesionales, los grupos de interés. En definit como sostuvo Alberto Ramén REAL, “en la domeren apres, on definitive, base del poder politico, el pueblo real, int cia gobernante tenemos, como } integrado por agrupaciones, sindicatos, en el gobierno, distinguiendo clara- vada” y la “democracia gobernanto”. oa es .stado liberal “juez y gendar- da” es la tipica del E : hombre libre, que goza de las libertades pabli- a los gobernantes. Esta es la democracia tradi. slueion francesa de 1789, en donde “el pueblo Tectoral incapaz. de decidir por si ningin pro- silo se le reconocia aptitud para elegir sus or la nacién, vale decir de pel de la ciudadani ‘os respecto del Estado no tienen de la libertad politica abstracta 'BURDEAU, Georges, 1981, pags. 249-244, '®GARCIA PELAYO, Manuel, ob. cit, pig, 169, Derecho Constit tue ‘echo Constitucional ¢ Instituciones Politicas”, Ed. Nacional, Ma‘ Dertctio Construcionat, Conren PORANEO 101 partidos y grupos de opinion, que ejercen una accién politica sobre los gobernan- tes” "8, 48. La fuerza de la opinién publica € se sondea por medio de encues- sobre un determinado tema, como por legislacién sobre el aborto, la regulacién iccién, ete. Es mas, permanentemente se ‘e los principales actores Politicos, sobre el parlamento, sobre los partidos politicos, sirviendo de termémetro para la toma de decisiones, para el cambio de rumbo o para iniciar campahas informativas sobre un determinado programa o accion gubernamental. Sobre el particular, afirma FAY que “el gobierno moderno se ejerce sobre comunidades organizadas segiin ordenamientos juridicos impersonales, con ins- tituciones objetivas de democracia politica, a la que se concibe como gobierno de Ja voluntad popular. Esta circunstancia condiciona la accién de las organizacio- nes politicas, que deben intervenir en el proceso de comunicacion implicito en la formacién e informacién de la opinién publica. La opinién publica no ex la suma ni el producto de las opiniones individuales, sino una resultante de la opinion de los Srupos sociales sobre puntos de coincidencia unitarios y generales” ! Carl FRIEDRICH realiza uma dura critica a las encuestas de opinién, por estimar que pueden ser un poderoso efecto propagandistico, promoviendo la de. magogia en forma similar a los referéndum. En definitiva, segiin este autor, es un error creer que las encuestas de opinién piiblica, puedan servir para que la masa Popular guie la accién de los legisladores y de los gobernantes en general. Estimo que en la democracia, es imprescindible tener en cuenta la fuerza de 1a opinién publica, no para torcer la accién de gobierno, sino para encausarla; no Para encorsetar la labor de los gobernantes o de los legisladores, sino para com. render cabalmente el proceso politico e informar adecuada y oportunamente a la ciudadania sobre los temas de interés nacional; no para que ante el resultado de una encuesta de opinién, los actores politicos tomen decisiones para congraciarse con Ja ciudadanfa, sino para racionalizar y democratizar las politicas publicas. Alli esta la esencia de la democracia, en la opinién del pueblo, que no sola- mente se io debe consultar cuando se elige a los gobernantes, sino durante todo el periodo de gobierno, porque hoy en dia el gobierno ya no es patrimonio de los representantes legitimamente elegidos. El gobierno es de todos los habitantes de la Nacién, por lo que es al pueblo a quien le corresponde determinar su destino. tas de opinién, qué opina la ciudadania ejemplo una reforma constitucional, la de la minoridad, el control de la drogad: analiza la opinién de la ciudadania sobr “REAL, Alberto Ramén, “Derecho Constitucional’, Apuntes del Centro de Estudiantes de Notarindo, Montevideo, 1958, Apéndice al Tomo 1, pag. 80. 3 . “FAYT, Carlos S., “Teoria de la Politica”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1966, pig.. 246. 102 Rupen Correa FREITAS 49, Los medios de comunicacién Los diferentes medios de comunicacion social, tales como la radio, la prensa y la televisién, constituyen instrumentos de fundamental importancia en la demo- cracia, No slo como formadores de opinion, sino también como expresién de la libertad de pensamiento, de la libertad de opinién y de la libertad de informacién, que deben ser protegidas adecuadamente par?) preservar el sistema democratico, ‘Amalizando la importancia de la informacién, expresa Jean-Francois REVEL lo siguiente “La eivilizacion del XX se ha basado, mas que ninguna otra antes de ella, en Ja informacién, la ensefianza, la ciencia, la cultura; en una palabra, en el conoci- miento, asi como en el sistema de gobierno que, por ‘vocacion, da acceso a todos: la democracia”. ‘Agrega mas adelante: “La auperiotidad de nuestro siglo sobre Jos precedentes parece, PUSH fundar- se en que los dirigentes 0 responsables en todos los terreno disponen de conoci- mientos mas surtidos y mas exactos para preparar sus decisiones, mientras que el publico, por su parte, recibe con abundancia Jas informaciones que le sittian en posicién de juzgar lo acertado de esas decisiones” rs . Por su parte, Alvin TOFFLER, uno de los pensadores mas prominentes de fines del siglo XX, expresa la importancia de los nuevos medios de comunicacién, como un poderoso acelerador del cambio de poder. En este sentido, debe destacar- se el enorme poder de la television, asi como de los millones de ordenadores, telefaxes, impresoras, fotocopiadoras, reproductores de video, teléfonos de van- guardia, junto con las tecnologias de cable y satélites, que actiian conjuntamente entre si y no pueden ser considerados en forma aislada. Como dij el fundador del movimiento Solidaridad y ex Presidente de Polonia, Lech Walesa, al describir las conmociones politicas en Europa Oriental: “Estas reformas son el resultado de la civilizacién de los ordenadores, de la televisién por satélite (y otras innovaciones) que presentan soluciones alternativas” ". En definitiva, los medios de comunicacién tienen capital importancia en la Jegitimidad democrética moderna porque es gracias a la libertad de informacién y al derecho a informarse que tienen los ciudadanos que pueden formarse un crite- tio objetivo sobre la accién de gobierno, sobre la evolucién de la sociedad, sobre los problemas que angustian en la actualidad como el medio ambiente, elnarcotrafico, la droga, el terrorismo, la corrupcién, ete. Y la libertad de los medios de comunicacién social, es un factor fundamental de control por parte de la sociedad, porque en la democracia es esencial que la mayoria posea el derecho a gobernar, Ia minoria detente el correlativo deber de hacer oposicién y criticar a la mayorfa con el publico propésito de convertirse, Por curso del tiempo y gracias a la voluntad de los electores, en nueva mayo- el trans ria. ‘8 REVEL, Jean-Francois, “El conocimiento intl", Ed. Planeta, Barcelona, pags. 9-10. TOFFLER, Alvin, “Bl cambio del poder”, Plaza & Janés Ed., Espafa, 1990, pigs. 409-406. Dericuo Constrtucionat. Contumroréweo 103 u te del politélogo uruguayo Juan RIAL, se afirma que “la informacién, obtenida por la poblacién por la via de los medios de comuni- cacién masivos, en primer lugar por la television, en segundo término por la radio y por tiltimo por la prensa, es lo que permite “organizar la agenda de conocimien- to del ciudadano”, al tiempo que puede Premodelar sus juicios valorativos sobre la vida politica”. Y agrega mas adelante estos conceptos, que me parecen trascen- dentes para poder comprender y valorar la importancia de los meilios de comuni cacidn: “En general los medios no buscan tanto indicar la forma de Pensamiento, sino que apuntan a influir sobre qué pensar. Con sus énfasis, drdenes on la pre- sentacion de noticias o temas, silencios, afectan el conocimiento y los juicios que se forman en las audiencias. El orden en que se presenta un tema, el tiempo que se le dediea suelen marcar la agenda. El que se trate o no un hecho 0 circunstan- cia puede indicar marcar la agenda. El que se trate o no un hecho o circunstancia puede indicar 0 motivar a la audiencia a pensar mucho en él, a olvidarlo oa preguntarse por qué no se trata, si es notorio que algo pasa. La mayoria de la gente de este modo queda modelada por juicios ¢ informaciones que tienden a presentarse en forma simple, muchas veces binari , en la linea del bien-mal, el estar de acuerdo o en desacuerdo” , Erich FROMM denunciaba en su momento “el miedo a la libertad”; Alvin TOFFLER nos habla del “miedo al futuro”; y Carlos Alberto MONTANER se re- fiere al “miedo a la informacién” que tiene el hombre en la actualidad debido ala avalancha informativa, de tal manera que ya no es posible “medir niveles de sabi- duria, sino grados de ignorancia”, Expresa este tiltimo autor que: “La gran funcién de los medios de comunicacién en las sociedades democrti- cas es la permanente auditoria, la critica constante, el implacable anilisis de cuanto acontece, especialmente, en el sector publico. Nunca es excesiva la critica, Nunca sobra una sefial de alerta, aunque a veces pueda ser injusta 0 parezca excesiva. Los medios de comunicacién tienen la funcién, con su ojo avizor, de impedir que el régimen democratico se corrompa por la natural tendencia de los seres humanos a manejar los bienes ajenos como si fueran propios” *!, No puede caber duda, pues, sobre la importancia de los medios de comunica- cidn en la democracia de fines del siglo XX, la influencia que ejercen, ms alla de Ja libertad de informacién, extremo que nos obliga a pensar hasta que punto tie- nen un real poder en la adopcién de las politicas piblicas. 50. Decadencia de los partidos politicos Los partidos politicos estan estrechamente vinculados a Ja democracia, son Parte esencial de ella, han dominado el escenario politico-democrattico a lo largo i it é ina”, en “I litica en RIAL, Juan, “Partidos y Clase Politica en América Latina”, en “Partidos y Clase Pol pie América Latina en los 90", Instituto Interamericano de Derechos Humanos y Centro de Asesoria y Promocién Electoral, San José de Costa Rica, 1995, pags. 504-505. a . a S'MONTANER, Carlos Alberto, “El miedo a a informacién, comunicacin, teenlogiay sci dad ‘La democracia en la era de los medios interactivos”, en “Partidos y Clase Politica ...", citado, pag. noe Runen Correa FREITAS del siglo XX. Bs més, hay tres conceptos que debe representacion y partido politico. Pero asi como la democracia es! y, en consecuencia, estamos asistien' politicos tal como se los ha concebid raz6n por la cual debemos especialme la democracia a fines de la presente centuria. ar Bnsofia DUVERGER que “los partidos politicos constituyen tna institucién esericial de los regimenes liberales. Nacieron y se desarrollaron al mismo tiempo que las eleeciones y la representacién. Aparecieron primero bajo la forma de co- mités electorales, encargados a la vez de conseguir para un candidato el patro- nazgo de notabilidades y de reunir los fondos necesarios para la campatia. ‘Tam- bin se observé en el marco de las asambleas el desarrollo de grupos parlamenta- os que agrupaban a los diputados de una misma tendencia para una accion comin. Este acereamiento de los diputados por arriba levaba consigo, de una manera natural, la federacién de sus comités electorales de base: asi nacieron los partidos modernos”, En un excelente ensayo sobre “Partidos, liderazgos y consolidacién democré- tica en América Latina’, Carina PERELLI y Daniel ZOBATTO afirman que: “Bn un contexto en que el papel del Estado se reduce y consecuentemente muchos de los lazos que lo ligaban con la sociedad, se desmantelan, el rol de los partidos politicos y de sus lideres cambia de orientacién: La maquinaria partida- ria se transforma en un conjunto de técnicos que delinean los marcos de la politi- ca econémica y social y que sustituye a la vieja capacidad de redistribucién por la via del ejercicio del clientelismo, ya sea el ejercicio en el modo tradicional, indivi- dual, o el de tipo institucionalizado que atiende a grupos” *. Y agregan mas adelante estos conceptos de enorme trascendencia: “La activi- dad politica realizada por 0 a través de los media, aparece como sustituto de la forma tradicional de aceién politica. El espectéculo subroga a la politica realizada a nivel de organizaciones de base. La politica aparece apegada a la opinién pitbli- ca ala que se estudia constantemente mediante encuestas y estudios cualitativos, y las campaiias constantes para ganar la opinién y su apoyo sustituyen a la acti- vidad tradicional. El politico pasa a ser mas una persona de gobierno, siguiendo a rastras a la opinién piblica, mas que un hombre/mujer de estado, eneabezando y liderando el cambio” *. Sobre el particular, es interesante el anélisis que realiza el ex Presidente uruguayo Dr. Julio Maria SANGUINETTI, sobre el debate acerca de la crisis de Ja representacién, esencia misma de la democracia: “Nacié hace doscientos afios a fin de que pudiéramos tener hoy ese tripode que organiza en definitiva la filosofia democratica: un sistema politico basado en las libertades, una economia basada en el mercado y una concepcién ética basada en Jos derechos humanos y en los derechos sociales. Estos son los tres ingredien- mos relacionar: democracia, tA en crisis, también lo esta la representacion do a una suerte de decadencia de los partidos oy como han funcionado tradicionalmente, snte analizar este fendmeno para entender a * PERELLI, Carina y ZOVATTO, Daniel, “Partidos, liderazgos ‘ sti América Latina”, en “Partidos y Clase Politica ..”, citado, pie ih ¥ consolidacién democratica en ®Jdem autores y ob. cit., pag. 19. Dea Derecito Constrrucionat ConremPoréNeo 105 tes, las tres vertientes que configuran el concepto d i le demo es i Foose euations ae Soy Songun eracia representativa, electos, los que Hegan al poder a través “utible, pero, en todo caso, la misma emana del cuerpo ciudadano, que es el depositario final de la sobene jx popular. Por cierto, un poder bastante mayor que la sociedad Propietaria de una cadena de television que tiene tanto o ms influencia que el Estado” Desde el punto de vista de la ciencia d lel Derecho Constitucional, ensefi LOEWENSTEIN que los partidos politico, nal, ensefia ‘azaron expresamente a estas “perni- xpresé James Madison en el “Federa- Sefiala a continuacién el destacado constitucionalista que “Ninguna constitu: ci6n refleja, ni remotamente, la arrolladora influencia de los partidos politicos oy In dindmica del proceso, que yace en el hecho de que son ellos los que designan, mantienen, y destruyen a los detentadores del poder en el gobierno y en el parla, mento. Las constituciones, a la manera de los avestruces, tratan a las asambleas legislativas como si estuviesen compuestas de representantes soberanos y con libre potestad de decisién, en una atmésfera desinfectada de partidos”. 51. Hacia nuevas formas de la democracia Vivimos una época de cambios acelerados, en una sociedad earacterizada por la inestabilidad, donde la “teoria del caos” de la Premio Nobel Ilya Prigogine, impone la necesidad de internarse en la complejidad con nuevas herramientas; en uma sociedad que, como destacara el Club de Roma reunido en Punta del Este en 1991, “tenemos mayor informacién que nunca, pero menos sabidurfa”; una Sociedad del conocimiento, en donde ya no se puede “aprender a hacer”, sino que se debe “aprender a aprender”, una sociedad “postmoderna”, caracterizada por la Angustia del hombre por “vivir ahora’, por el consumo, por el narcisismo, ese individuo que se refugia en la droga para escaparse de un mundo que no entien de; una sociedad que goza del progreso cientifico y teenolégico, como nunea se vio i 1evos tiempos para “SANGUINETTI, Julio Maria, “Democracia, partidos y liderazgos en nuevos tiempos pat América Latina”, en “Partidos y Clase Politica ...”, citado, pag. 640. “LOEWENSTEIN, Karl, ob. cit,, pag. 445. 106 Rupen Correa FREITAS: en Ia evolucién de la humanidi embargo sufre de las asechanzas del narcotrafico, de la corrupei “B] Estado fue el gran triun! Paul JOHNSON. Agrega que: “Hasta abarcarse mas del 10 por ciento de la econo) i 1 paises liberales, el Estado absorbia hasta el 45 por ciento del PBN. Pero si en tiempos del Tratado de Versalles, la mayoria de las personas inteligentes creia que un Estado desarrollado podia aumentar Ja suma total de la felicidad humana, hacia los afios 80 nadie sostenfa esa opini6n fuera de una decreciente y desalenta- do nucleo de fanaticos. Se habia realizado innumerables veces el experimento; y en casi todos los casos habia fracasado. El Estado habia demostrado que era un gastador insaciable, un manirroto sin rival. Mas atin, durante el siglo XX también habia demostrado que era el gran masacrador de todos los tiempos. En los afios 80, la accién estatal habia sido la causa de la muerte violenta o no natural de mas de 100 millones de personas, tal vez mas que las que hab{a logrado destruir du- rante toda la historia humana hasta 1900” * Pero, y esto es lo mas importante en lo qu cia, “Lo que no estaba claro era si la caida en acreditaria a sus agentes, los politicos activos, cuyo desarrollo fenomenal, tanto por el nimero como por la autoridad, era el proceso mas importante de los tiem- pos modernos” *”. {Cémo sera la democracia del futuro? No es facil responder a esta pregunta, porque hacer futurologfa implica enormes riesgos, no sdlo de equivocarse (lo que no seria un problema), sino de convertirse en un mentiroso, generador de fanta- sfas y elucubraciones meramente artificiosas. En su ultimo libro, “La creacién de una nueva civilizacién”, Alvin y Heidi ‘TOFFLER expresan que es necesario eliminar los estereotipos de la sociedad de Ja segunda ola (la era surgida de la Revolucién industrial), y que la vida politica de la sociedad de la tercera ola (la del conocimiento) debera ser reconsiderada en base a tres principios fundamentales: Poder de la minoria, Democracia semidirecta, Distribucion de decisiones. lad, pero que sin (on y del terrorismo. . . Taor del siglo XX, y el principal fracaso”, afirma 1914 era desusado que el sector ptiblico mia; hacia los afios 70, incluso en los 1e se refiere al tema de la democra- desgracia del Estado también des- a) Poder de la minoria. Afirma que cada vez es mas anticuado el imperio de la mayorfa, que fue el principio legitimador fundamental de la civilizacién de Ja segunda ola, la sociedad de masas. Al desmasificarse la sociedad en la tercera ola, se caracterizara por la existencia de miles de minoria, muchas de las cuales son temporales, siendo muy dificil el consenso sobre temas importantes. b) Democracia semidirecta. El segundo principio debe ser el transite de un sistema politico donde dependemos de los representantes, a otro sistema poli- tico en el que nosotros nos representemos, es decir que en el futuro las decisiones mas importantes de una nacién, sean adoptadas directamente por el pueblo. c) Distribucién de decisiones. El tercer principio tiende a destrabar el proceso de la toma de decisiones y atribuirlo al lugar correspondiente, porque % JOHNSON, Paul, “Tiempos modernos”, Javier Ver in ai % JOHNSON, Pach, Temp 05", Javier Vergara Ba., Argentina, 1988, pag. 731 Derecho Constrrucionat ConTeMporineo §U propio gobierno son una parte del camino” #8, No obstante ello, abe seialar que la democracia del si el siglo XXI habra de man. tener los caractres fundamentales de sr un satema police bose ea expresin de la voluntad popular, en el od ae respeto y proteccid manos, en el pluralismo ideolégico, Bn definitiva, en ln item eet yvertadero “Estado de Derecho”, garante dela vigencia yokes ae tades pibicas de todos los hombres, sin distinién alnagg: Enseha GROS ESPIELL que la de: ‘acii sistema que no se traduzca en Ta aceptacién de un plareln plene como cualauier sistema do gobierno que no acepte el mutipertidics es no suponga la posibilidad eierta de renovacién y alternancia de los partidos fone tieos en el gobierno sogtin los resultados de eleciones libres y periuiens Yeon cualquier régimen que implique la dictadura de un hombre, un grupo, wre aoe de uno o de varios partidos politicos o el poder omnimodo de la mayoria” *, La evolucién de la humanidad, el Progreso tecnolégico, las transformaciones de la sociedad y los descubrimientos cientificos, contribuiran hacia Ja consagra- cién de nuevas formas de la democracia, perfeccionandola, haciéndola mas trans- parente, permitiendo el funcionamiento de institutos de democracia directa, ha- bilitando nuevas instancia de control de la sociedad, haciéndola mas humana. Creo que la democracia del futuro, acercaré mas el Estado al ciudadano, eli- minando ese “ogro filantrépico” de que nos habla el mexicano Octavio Paz. Pero la democracia habra de mantener inalterables los grandes principios esenciales, que hacen posible que el hombre sea un fin en si mismo, afirmando la libertad politi- ca, la legitimacién de los gobernantes por el voto popular y Ia existencia de parti. dos politicos como expresién de la voluntad de la ciudadania. La democracia es, y sera, un estilo de vida. Es la nica que garantizara el cumplimiento de dos valores que dignifican la vida del hombre como ser humano, esto es, la libertad y la justicia social. Porque sin libertad, no hay democracia, Pero sin justicia social, no hay ni democracia, ni libertad. 1995, JOFELER, Alvin y Heidi, “La ereacin de una nueva civilizacién’, Plaza & Janés Ba, Espatia, 5, gs, 119-133, ima, Peri, 1991, pi joo, GROS ESPIBLL, Héctor, “Derechos Humanos”, Cultural Cuzco Ba, Lima, Peri, 1991, pie

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