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Trans Alba Pons Rabasa Eleonora Garosi Introduccion Este texto propone una lectura critica y feminista de lo trans y de las categorias sexo, género y sexttalidad que lo sustentan, basada en un desplazamiento epistemoldgico fundamental. No nos interesa analizar lo trans en cuanto fenémeno social ahistérico, ni mucho menos reducitlo a categorias identitarias estables como tran: ual, transgénero y traves! entre otras geopoliticamente situadas. Nuestro proposito es inve: igar su , los dispositivos y tecnologias que lo han ido produciendo y reconfigurando en cuanto categoria diagnostica e identitaria. La version genealogi de lo trans como condicion identitaria patologica, frecuentemente deno- minada transexualidad o transexualismo, se configura como dominante en la mayoria de los conte tos oceidentales, pero es importante destacar su polisemia y su multiplicidad localizada. Una vez planteado Lo anter! pretendemos olrecer herramientas p la aprehension de estas experiencias sexo-genéric metida, criti s de una forma compro- , rigurasa y, sobre todo, situada, Este propésito nos obliga a historizar los términos mediante los cuales se repr nta la experiencia, tomando las categorias de analisis como contextuales, disputadas gentes (Seatt 1902). Entende y contin amos ki experiencia Como un "proceso ContiNto por el coal se consteuye semiotica historicamente la subjetividad’ efecto interaccion con el mundo, Se trata de un “engranaje continuo del vo = 308 ALBA Pt ON: SRABASAY ELEGy, 1ORA G, ARG ad social’, de la subjetividad y la practj ica, de] cuyos efectos son entonces reciprocament, Mundo e Constity. sujeto con la realid interior y el exterior, tivos (de Lauretis 1992: 251-294). Partiendo de estas premisas, en un primer momento pri ‘esentare, Mos gia critica de lo trans, que hoy en dia se sigue patolog; En esta genealogia no se abordan las experiencias trans, din ceptualizaciones de las mismas que ha producido la medicina is con- tecnologia fundamental de produccién de subjetividad, asf como bee tos sociales, politicos, subjetivos y corporales que supone esta ‘fm de objetivacion dela experiencia. En un segundo momento abordurents es que hemos denominado “otros discursos de lo trans’, otros campos denis los cuales se han definido es en Estados Unidos y la campahi de las identidades trans. Hemos privilegiado estos campos tomando global que han tenido en términos sociales y politicos. Estamos conven- cidas de que hoy la mayor parte de las experiencias trans que se dan en las ciudades estan atravesadas de alguna forma por todos los discursos los que, ademés, circulan globalmente por internet. Por eso Jos y tratar de analizar cémo se articulan con otros una genealo; tas experiencias, como el discurso activista a internacional por la despatologizacién en cuenta el impacto aqui analizad es importante conocer) discursos locales de lo trans. Acontinuacién de los puntos mens cionados presentaremos los debates s en torno alo trans. Sin lugar a dudas, tales debates, que final- la manera en que s¢ ha definido el en arrojar luz sobre la forma en feminista mente tienen una relacion directa con | género desde las ciencias sociales, pued que se puede abordar lo trans desde la investigacién y con qué objetivos. Ahora bien, otras referencias tedricas imprescindibles dentro del abordaje analitico de lo trans son las que provienen de los estudios trans- género (trangender studies). Por ello hemos dedicado el siguiente apartado a describirlos e historizarlos, asi como a plantear algunas de las grandes aportaciones de esta rama de estudios. Estamos convencidas de gran utilidad, pero invitamos a que se lean criticamente, tenien la dimension geografica, historica y politicamente situada del gener De hecho, parte de la vigilancia epistemoldgica que consideramos necesari@ cuando trabajamos esta cuestién tiene que ver con el ries6? de abordarla sola! i mente con referencias tedricas anglosajonas. que seran de do en cuenta rr aan 309 Por este motivo afadimos a continuacién una mirada a lo trans desde america Latina, comentando algunas referencias tedricas relevantes y si- uindolas en su contexto politico. A pesar de no ser numerosos los trabajos wnhabla hispana, hay que destacar el papel de Latinoamérica en relacion con la lucha por el reconocimiento de la identidad de género desde una perspectiva no patologizante. Finalmente, pondremos punto final a este texto con una propuesta con- «feta que comprende ciertas premisas fundamentals para entender y abor- dar lo trans sin objetivar, universalizar u homogeneizar estas experiencias, sno asumiendo su heterogeneidad, complejidad y multidimensionalidad. Genealogia critica de lo trans fs posible encontrar los origenes de la transexualidad en el proceso hist6rico de construccién de la normalidad sexual y sus desviaciones en Occidente, el cual data de finales del siglo xvi. De acuerdo con Foucault (1998), se produce, en diversos ambitos (medicina, biologia, politica, noral, etc.), una multiplicacién de discursos sobre el sexo. Esto origina lacreacién de una “verdad sobre el sexo” que, por un lado, establece lo que se considera normal y lo que se considera patoldgico, y, por el otro, instituye el “dispositivo de sexualidad’, que pretende producir sujetos conformes a los cAnones hegeménicos de la sexualidad. En este contexto surge la categoria médica “homosexual”. Asimismo, afinales del siglo x1x se empieza a definir en el Ambito psiquiatrico una especifica “desviacin sexual” que se caracteriza por la identificacién de los pacientes con el “sexo opuesto” Las primeras representaciones de lo trans como patologia se pueden rastrear en los trabajos del psiquiatra Krafft- Ebing, quien, en 1877, en sus estudios sobre la homosexualidad, identifica una categoria especial de homosexuales que sufren de “metamorfosis sexual Paranoide”: se identifican fuertemente con el sexo opuesto y quieren alterar Sus caracteristicas sexuales. Elsexélogo Magnus Hirschfeld, otro de los expertos que contribuyen crear un campo de estudios sobre la transexualidad al investigar las expe- Nencias de los travestidos, utiliza por primera vez, en la década de 1920, el término “transexualismo del alma’ (seelischer transexualismus), que hace 310 ALBA Pons RABASAY Be FONoR, A Go Ao referencia a las personas que sienten intimamente “Pertenece; al El término transexual aparece por primera vez en un articulo a David Caldwell en 1949, “Psychopathia Transexualis” Pero sers i la década de 1960 cuando se asista a la invencién de] “fendmeng t, Pattir do con un cambio de paradigma en las practicas de disciplinamj ento 4 Sexual debido a la introduccién de tecnologias de modificacién corporal my trans terapias hormonales y las operaciones de reasignacién sexual ( Se las 2008). Harry Benjamin es reconocido como el padre de las modem rfas médicas sobre la transexualidad. En 1966 publica su famoso ene Transsexual Phenomenon, donde define a la persona transexual a The sujeto que quiere vivir fisica, sexual y mentalmente como si nema eal al sexo opuesto. En él critica la ineficacia de las terapias Psicoldgicas psiquiatricas para tratar a las personas transexuales, Propone el sp ae hormonas del “sexo opuesto” para obtener la masculinizacién de las hem- bras y la feminizacion de los varones. El psicdlogo y psicoanalista Robert Stoller es otra de las figuras clave en la construcci6n de la transexualidad, En 1975 publica Sex and Gender, Volume 2: The Transsexual Experiment, donde introduce la distincién entre sexo (dimensién biolégica), género (dimensi6n social) e identidad de género (dimensién psicoldgica). En sy trabajo sostiene que la identidad de género constituye un nucleo inmuta- ble del ser humano y que, en el caso de las personas transexuales, dadala imposibilidad de modificar su identidad de género, es necesario aplicar tratamientos quirtrgicos y/u hormonales que modifiquen el cuerpo para restablecer la “natural” correspondencia entre cuerpo sexuado e identidad de género, Finalmente, a partir de la década de 1980, la transexualidad es codificada como un trastorno mental por una de las instituciones médicas mas poderosas a nivel mundial: la Asociacién Americana de Psiquiatria, que publica periddicamente el Manual Diagnostico y Estadéstico de Trastornos Mentales (psM, por sus siglas en inglés). En 1980 se introduce por primera vez en el psM-111 el diagndstico de “transexualismo’, definido como un trastorno en la esfera sexual que se caracteriza por un persistente males- tar con el sexo asignado y una constante preocupacién por modificar las caracteristicas sexuales primarias y secundarias, adquiriendo las del a Sexo, a través de tratamientos hormonales y quirargicos. En la década . 1990, los sistemas internacionales de clasificacidn de patologias mentale &specifico el DsM-1Vv-R y la Clasificacién Internacional de Enfermedades! 10 sexgr ado por 311 (ciE-10), (elaborada por la Organizacién Mundial de la Salud), sustituyen el términ, ‘0 “transexualismo” por el de “trastorno de identidad de género”, La Ultima versién del Dsm —el v, publicado en mayo de 2013— modifica nominalmente la definicién psiquiatrica “trastorno de identidad de género” Por “disforia de género” sin cambios sustanciales. Es mas, se incluyen nuevos Ctiterios diagnésticos, diferenciados en funcién de la edad —nifios, nifias y adolescentes, adultos/as— en los que también se puede llegar a incluir a Personas diagnosticadas con un trastorno del desarrollo sexual (disorder of sexual development, psp), llamadas en ocasiones intersex. El discurso dominante en el campo médico construye como natural y normal la correspondencia entre Cuerpo sexuado e identidad de género; todas las experiencias que no encajan en este esquema son definidas, de alguna forma, como patolégicas, y se vuelven objeto de procesos de nor- malizacién con la finalidad de restablecer el “orden natural” entre sexo y género. Debido a la legitimidad social de la medicina se produce una verdad hegeménica sobre lo trans: por un lado, se presentan estas experiencias como un estado patoldgico que puede ser diagnosticado (y curado) y, por el otro, se construye lo trans como una condicién identitaria esencial e inmutable (transexual, transgénero y travesti).’ Desde nuestro posicionamiento critico y feminista, cuestionamos este discurso que no solo patologiza las experiencias trans, sino que tien- de a borrar la multiplicidad y la fluidez de las experiencias de género. La adscripcién subjetiva y corporal de estos discursos cientificos ofrece a las subjetividades interpeladas una suerte de “promesa de normalizacién” que obviamente contiene ciertas ventajas en términos sociales, pero a su vez Sculta sus costos subjetivos, corporales y politicos, entre los cuales esta h Subordinacién identitaria a través de Idgicas como la patologizacién, la ‘stigmatizacién, la invisibilizacién y la infantilizacién. Por ello proponemos utilizar el término trans como una estrategia elusiva de la variabilidad humana en el campo del género, ya que: 1) per- nite preservar la multiplicidad de las experiencias subjetivas y corporales Ta -v se le define « aie la Categoria travesti es codificada como trastorno mental. En el DSM Teen dis ‘h4 Parafilia, un trastorno sexual, en referencia a aquellas personas que se wo trans ‘| ml - ney, *° ©PUesto para obtener placer sexual. La medicina se ha ae eles refeiligesa > SUrgi 4 ; -v lo utiliza para todas 3 Bido en el marco de los movimientos sociales, y el psm-V lo utiliza Pp nacer. Uellas personas que no se identifican con el género que les fue asignado al ALBA PONS RABASAY ELEONc RA 312 Srsog jendo referencia mas a un movimiento, un proceso, ¢ yn « més alld de”, que a una condicidn o identidad preexistente, pues “e ee (Preciado 2002: 68); 2) no resalta las definiciones a 3) no tiene por qué asumir como referencia el sistema bina, 4)se configura como un posicionamiento critico desde donate de produccién de ficciones identitarias, y 5) constituye ede analizar la realidad social. Cabe resal. de género, hac no es esencia” patologizantes; sexo-género; analizar los procesos una lente a través de la cual se pu tar la propuesta de utilizar el término frans con un asterisco (trans), una aportacién del activimos trans, en concreto, de Mauro Cabral (2009), cuyo objetivo es destacar la variabilidad y pluralidad de experiencias situadas cultural y politicamente que s¢ pueden enmarcar dentro de lo trans. Otros discursos sobre Jo trans en otros espacios también se han abordado las importante destacar que dif{cilmente podemos realizar discursos producidos dentro de unos campos y otros, se contagian, se articulan, les y colectivos por ‘Ademés del ambito médico, experiencias trans. Es cortes radicales entre ivas que de alguna forma se tocan, porque son narrati te en términos individual yson utilizados estratégicamen' las mismas subjetividades a las que interpelan. encia del concepto transgénero (trangen la década de 1970. Varios autores estadounidenses reconocen | término transgenderist que se adjudicaba a s{ misma y que definia como una “tercera via” entre la transexualidad y el travestismo. Para ella, ser transgenderist era vivir plenamente en el género contrario al asignado a la hora del nacimiento —el sexo registral— sin necesidad de recurrir a lo que la medicina Hama “cirugias de reasigna- cidn genital o sexual” De hecho usd este concepto para autonombrarsé en 1979, cuando ya se habia sometido a tratamiento hormonal y realizado electrolisis para eliminar su vello facial. Antes de ese afio, Prince habia utilizado diferentes categorias como femmiphile, true transvestite o femme in orem : etircnue destacar todo el trabajo de investigacion, difu- (abrevinenexdy hover) aria que ae a cabo entre la comunidad TV in ‘ite) y en relacién con médicos clave, como Harry Benjamin. Su definicién de t 5 os clave ransgenderist se referia solamente a aquellos La emerg' der) en los Estados Unidos data de a Virginia Prince la autoria de | 313 pans es heterosexuales que experimentaban un fuerte amor a atos Varont xu deseaban vivir como mujeres. si menino y a ‘ ; En todos los Proyectos que vinia Prince lev a ca seielere revistas (Transvestia, Femme Mirror) pinclus© organizaciones sociales como la Foundation for Full Personality expressions excluyd tanto a personas homosexuales como a transexuales, seria en la década de 1990, en el contexto académico y activista de los zstados Unidos, cuando el término transgénero serfa reformulado por va- rias activistas Y tedricas fundamentales de los estudios transgénero, En esta yedefinicion se destacaria su potencial critico hacia posturas esencialistas y binarias en relacién con el género, como las que habian definido histéri- camente la transexualidad. De hecho, a través de trabajos como los de Holly Boswell (1991), Sandy Stone (1991) y Leslie Feinberg (1996), el concepto trans- género se convirtié en una especie de paraguas que acogié la pluralidad de experiencias que cuestionaban la coherencia, la estabilidad y la correspon- dencia entre género, cuerpo y deseo en las que se sustenta el binarismo de género significado culturalmente por la matriz heterosexual. Sin duda esta redefinicién se pensé como critica a la mirada biomédica, pero la extension desu uso y mediatizacion provocé que fuera asimilada de nueva cuenta por ddispositivo médico y reformulada en sus propios términos. De hecho, hoy en dia, el protocolo médico mas utilizado a nivel internacional para atender los procesos de reasignacion de género es el de los Standards of Care de la World Professional Association of ‘Transgender Health (wParH), anteriormen- te Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association (HBIGDA). En la segunda década del siglo xx1, en el contexto europeo, emerge la Campafia Internacional por la Despatologizacién de las Identidades Trans, Stop Trans Pathologization 2012, influida por los discursos activistas que en su momento entendieron que las experiencias trans eran plurales, hetero- an dificilmente objetivables como las experiencias de hombres, mujeres y otros géneros. Tanto la construccién de este “otro” discurso sobre lo trans como la internacionalizacién de esa campana han sido posibles encia del internet, que ha sido la principal herramienta dinacién utilizada por la campafia, pero que a su vez ha luralidad de maneras de vivir las experiencias trans géneas y t gracias a Ja emerg' de difusién y coor permitido conocer p! en otros contextos. En 2006, en Barcelona, el colectivo Guerrilla Travolaka —influido por Jas luchas del movimiento de la antipsiquiatria y articulado con colectivos ALBA PONS RABasa 314 istas autonomos— denunciaria Pliblicam, istas ¥ transfemin: ‘ el trastorno de identidad de género 9 femini ° : i iquiadtrico para n tamiento psiq' F o een dg nero, apostandole asiala despatologizacion dela transexualidad 5 ck de ie} » | ; ed rf visibilizacion de cuerpos trans no normativos y experiencias ‘sae ante jue no e definen @ través del diagndstico. En 2007 se realizé la primera nia St i i ha transexual, transgénero € intersex, que marcaria el inicio det, atologizacion Trans, a la cual se unieron co}, lectiy, Req de la geografia espafiola. En 2009, cuando one ambiado su nombre a Transblock-Piratas de] Génen? catoria a nivel internacional que tuvo un éxito ms, les se unieron a sus objetivos de reivindicacign, Aik Ente el tra, luc Estatal por la Desp diferentes ciudades Travolaka ya habia c Red lanz6 una convo pues cuarenta ciudad J cred Stop Trans Pathologization 2012. El afo hace referencia a la Previn, de la Asociaci6n Americana de Psiquiatria respecto al lanzamiento de a sm, que seria la quinta. pafia solicitaba era el retiro de la categoria diagnés- tica de “trastorno de identidad de género” —que en la actualidad ha sido sustituida por “disforia de género”—, asf como el respeto al derecho a |a d transicional sin necesidad de un diagndstico psiquiatrico, de la campafia ha supuesto un cuestionamiento de dica y psiquiatrica de la transexualidad, un bitos locales y la difusién de otras formas nueva version del D Lo que esta cam atencién ala salu El impacto internacional la hegemonia de la definicin mé recurso de reivindicacién en 4m! no patologizantes de entender lo trans. Una de las criticas que ha recibido es que, que se puede utilizar para la reivindicacién del derecho al propio cuerpo, ala autonomia y a una identidad de género no definida ni bioldgica ni esta utilizacion conlleva riesgos, entre los cuales se encuen- si bien ha sido y es un recurso médicamente, tran: 1) la homogeneizacién de la experiencia y la invisibilizacién de las miltiples formas que tiene de ser vivida, encarnada, sentida y presentada; 2) la universalizacién de una representacidn especifica —europea, blanca y occidental— de lo trans, y 3) el desplazamiento de una experiencia par- ticular enmarcada en contextos geograficos y culturales especificos a una categoria identitaria fija y globalizada (como la gay). De hecho, si entendemos lo trans como experiencia que va mas alla de las categorias identitarias de hombre y mujer en relacin con el género, encontramos que en diferentes culturas ha habido conceptos que intentan representar vivencias subjetivas y corporales diferentes al binarismo de TRANS 315 género. Desde la antropologia se han estudiado contextos en los que los sistemas de género incluyen otras categorias ademés de las de hombre y mujer, como muxe en la poblacién zapoteca de Juchitan, ciudad del istmo de Tehuantepec (Oaxaca, México), omeggid en el pueblo kuna de Panama, hijra en la India, 0 two spirits en pueblos amerindios de los Estados Unidos y Canad, entre otras. Consideramos que seria importante rastrear como estas categorias y las vivencias que intentan representar se articulan con el flujo de informacién globalizada existente sobre diversidad sexual y género, obviamente asumiendo siempre la tensién existente entre representacién social y experiencia, y la pluralidad y heterogeneidad de esta ultima. Tanto la genealogia critica planteada, como los otros discursos que hemos presentado —los cuales definen de determinadas formas lo trans— muestran la polisemia de los conceptos/representaciones y la pluralidad y complejidad de las experiencias particulares. Esto nos obliga a ser extre- madamente cuidadosas con los términos que utilizamos —que deben estar geografica y politicamente contextualizados— y con los conceptos tedricos que usamos en la investigaci6n, los cuales deben mostrar esa pluralidad y complejidad corporal y subjetiva que conllevan las experiencias trans —como todas las experiencias de género. Debates feministas en torno a lo trans lo trans no ha sido histéricamente un tema clave del feminismo. Nee words hasta tiempos recientes y no deja de ser una cuestion COT E ‘lmarco de los debates contempordneos sobre sex género y sexe no ®n juego la legitimidad de lo trans como sujet politico del eoviciones oY 8tandes rasgos, en este contexto s¢ a ae ett al Nerg pbre lo trans, vinculadas con las distin ae la biologia como destin , i Sexo: 1) las feministas radicales, que oT ana ee Htbey Y Began la legitimidad de la experienci@ teans ‘ ano soporte Mat tial ©3); 2) las estudiosas que consideran la biologia onjunto de Yemente na el desarrollo del género, entendido este como un CO” iedela digg, "YS culturales, simbél; on onstruidos a partir de & Ten, , Simbélicos y/o socialmente e iales De exual, para quienes lo trans evidencia Cia g, los procesos soci Uecién del gs ) las \ © 8€nero (Kessler y MacKenna 1978) Ly finalmente 3 ALBA PONS RABASA ¥ SAY ELEONOR, ORM Gage 316 quienes consideran que tanto el sexo como el género ¢, productos de la ideologia pinaria de género y de la matriz heterosexus) y promueven el cuestionamiento y apertura a lo trans como sujeto pale tico del feminismo (de Lauretis 1987; Butler 2002, 2007; Haraway foon Halberstam 1998; Preciado 2002, 2008). 55 En el marco del feminismo radical, Janice Raymond, en su controver- tido The Transsexual Empire. The Making of the She-Male (1979), sostiene biologia determina el género, y que las mujeres trans (que denomina o-constructed, | female), aunque se hayan sometido a modificaciones siguen siendo hombres que quieren infiltrarse y feministas con el objetivo de ejercer poder stionar el movimiento feminista. De la misma como Sheila Jeffreys, critican a los tedricas queeh quela male-t quirdrgicas Y hormonales, los espacios de mujeres controlarlas y cue tas radicales, enk sobre ellas, las lesbofeminis manera, hombres trans por traicionar su naturaleza femenina y su pertenencia a la comunidad lesbiana. nero como construcci6n social, dentro prende el gé ‘as sociales, destaca el trabajo publicado en 1978 Gender: An Ethnomethodological Approach, cesos de atribucién y reproduccién del géne- tomando como referente el trabajo En la linea que com] del Ambito de las cienci por Kessler y MacKenna, en el cual analizan los pro. ro en el marco de la vida cotidiana, etnometodoldgico de Harold Garfinkel.” Las autoras, que no cuestionan aqui el binarismo de género sino el determinismo bioldgico, se enfocan a las personas trans porque su transicién de género visibiliza las practicas cotidianas a través de las cuales los individuos construimos, a diario, el énero, como una realidad que tiene sentido para todos. El género no dad natural de los sujetos, sino un proceso de ociales naturalizadas. s vienen, quiza, Oo necesa- 8 se considera una propie! actuacién constante y de reproduccién de normas s Las tesis més innovadoras para reflexionar sobre lo tran de la teoria queer. Se trata de un conjunto de aportaciones que n 2 2 aie Gaver ashancne ene Passe and the Managed Achievernent of ex Stats Soe gicteniede Reber see ean el procesoa través del cual Agnes (que nacié var6n Y 16s OuienS USAGE paras Le ja su pertenencia al género femenino. El estudio muestra (en su tiempo) sobre la Ey a scenes reproductendo las normas sociales dominantes esotainente a través dela repel 2 inkel trata el género como un performativo, que se hace hecho de que por ser mujer ga 6n de narrativas y practicas compartidas (por ejemplo, el Agnes ylos médicos que la . Bornstein, Kate. 1994. Gender Outlaw: On Men, Women and the Rest of Us, Nueva York y Londres, Routledge. 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