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: é Ie REVISTA Ls opiniones exprendss en arculos, etnias, absjor DE publicados en Revista be Inous son exclusiva responsbi- Fidad de sus respectvos autore. Lat notes aparecdas sin firma, ni indicacion de procedeada, son de los editors : INDIAS eth at. seri be ivesriescig zg i; a 3 : 2 Memeo 3 é 3 sume 3 : 2 AUS 3 = 2 3 DE : Baromadt anerich Apmasrasciéx ! DISTRIBUCION DE PUBLICACIONES DEL €.8.1.C. ! Vitrubio, 8 - Madrid-s INSTITUTO “GONZALO FERNANDEZ DE OVIEDO" (CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CURITIFICAS Depiato legals M. 540-1958 ISSN nse Vou. XLII Exmno Junto 1983 Now 171 ‘Anis Gnivicas Cuaviusto, 5. A.-Pantaje, 20-Masaap 2 REVISTA DE INDIAS FUNDADA POR D. ANTONIO BALLESTEROS BERETTA Duscros: CARMELO SAENZ DE SANTA MARIA Vicepmzcron: RAMON EZQUERRA Repacton Jere: FRANCISCO DE SOLANO SecrerAnio De Reoaces68: ALFREDO MORENO Repactonss: José Alcina - Luis Arranz - Miguel Artola Manuel Ballesteros - Leoncio Cabrero - Re ‘medios Contreras - Jaime Delgado - Claudio Esteva Fabregat - C. Garcia Saiz- Jaime Gon- ‘ilez - Mario Hernéndez Sénchez Barba - Sy! via L, Hilton « Emilio Lépez Oto - Lorenzo E. Lépez y Sebastién - Juan Manzano - José Martinez Cardés - José U. Martinez. Carre- ras - Encarnacién Moreno - Juan Pérez de Tudela - Fermin del Pino Diaz - Demetrio ‘Ramos - Carlos Seco Repacew: Duque de Medinaceli, +-Madrid-14 — 4d SUMARIO Resimenes de fe arae agnicutos ‘Fearateo ot Saito: La tenencia de te srs Hlspenoaménce: roc sd Minsan Coen’ Las Soafcaonr i inguin tina's Tee comercene Ze rien fudeorprmpuas de la'"an complica” Caan Mus Roa nai y menzos en Casco sgn dar jute in pain Soe eae a es eee mat Restle ied ci aes a pipers Se ee a pew Mant A Vatsas sles: Le oplcatin tel Regaments de Libs Cs Saran Sa fay sna bs ed eam “avert ef Boaguay dal nigh XVII San Agustin de obey tg pain a aio Notas Proko Anunsas: Le ecologa del cilia om ol Nugco Mundo Besnaab Gaconsno Ser relacioner ee Corey rus hombres 9 po: ‘ema dete med en le congue de Mie febrevy Ts 2. Isat) came Se Se Sh Ma" wae de Ut ads oe 4 Daguom Tonnen, J! ovale Reminds se Oviedo j Vasil ance Cocalizs Ef aurora dc Goncaia Ponds te" ved Mats Sra ius Coby mala Mar def Sur dat Pvcnata del ‘io dele Pa 7) ‘Manu Hate Sonera ibe I hombre abn ono Ais Gorae (Osaka 190) Raver Ezguana’ Sabet dcamenio fn cP te vatonnd poluch de desroian y plete pbc "Jeno Feijes Cat erudey, tomo, cap TF “Poblcon de Kapaa” ites ie Autres Hapa, im Sp 950 CEB tte ee a le se, Prt, Dt Jae, 17, ‘ay "Bes. de emigracon te lor more de oe fotos, apes de epan te Se antat faiae epson» Amt, hay que reciocet que ow cnartas ea Eupata hacen ie veces de unu crovolad qe etre iseabmente a tna” ‘ils Psat a ler mara are, Caras 868 tomo Ur pa 298 (3) 4 bio Abad”Yon dicurca gor cla apc de union era conuasia& a fe conde y hata ‘eragy de ln Socedses" peace Cato, Rela del Cus ‘Senet 1788, 1 edn eo 198 Lima, Unfersded 6 San Marcon 978, pg Se tiene entonces fe en la virtud del trabajo y del crecimiento, se cree que sélo el progreso econémico es capaz de ofrecer una vida mejor al hombre, que se percibe, a parti de aquel momento, como fl agente de su propia felicidad. El aumento de la produccién, con- Sidetado como algo necesario, puede logearse en parte gracias al me- joramiento tecnico, y el siglo xvm conoce con este medio progresos fn casi todos los sectores de la actividad humana. Oxeo sistema ef Caz consiste en aumentar el nimero de brazos. En 1178, Auger de Montyon, que fue el primer demégrato de Francia, después de estudiar la evolucién demogrfica de siete ci- dades en un periodo de diez afo, llega a la conclusién de que la nz talidad no puede progresar mucho més, puesto que ya alcanza un nivel may alto; conduye que no serd posible acrecentar Ta pobla- cién sino reduciendo la mortalidad (6). Como lo nota Georges Gus- orf, desde entonces “Ia salud de los campesinos es tan importante ‘como la del ganado, y ain més” (7). Esto explica ef formidable auge ique conocen en aquellos tiempos ta medicina y las ciencias ancjas (Gnatomla, obsterrcia, farmacia, etc). 1. La pREOCUPACIN POR LA HOCTENE ‘Los médicos del xvu, todavia muy metidos en las ideas galé- nicas, piensan que la salud del hombre depende de seis cosas no naturales, que son el aire, la comida y la bebida, el movimiento y i descanso, el suefio y Ia vigilancia, las excreciones y secreciones de ‘materias extrafias, y por fin las pasiones (8). Tratardn de influir so- bre estos elementos, para alargar la esperanza de vida de los hom- bres y, por consiguiente, su periodo de actividad. La medicina se fenriguece entonces con tna nocién nueva, Ia de higiene, que acaba por ser, para muchos, més preciosa que la ciencia madre, porque su fin ya no consiste en devolver Ia salud a algunos que la han per- dino, sino en hacer lo posible para que nadie la pierda (9). Wiliam Cotman, “Uhige slo Mentos". en_Die hue stele, Party Tee i i Ro et: Ps PT ppt hr es Gn Re Fe I spe es WOES SEE ee a Roe 1 macnn 96 24 macone emtane » Asi es como higienistas y politicos Hegan a preocuparse por la si Sen ais es ects cionario de polcia: “Los panaderos desempenan un oficio sobre el cual ha de velar continuamente el Procurador Fiscal respecto al pan, 4que es el principal alimento del hombre; debe prestar toda su atm. cién para que el pan sea de buena calidad y esté bien cocido, y com forme al peso” (10), América cambién se interesa por ef problema en Quito, el médico Eugenio Espejo denuncia, a su vez, las lasti- ‘mosis pricticas panaderiles, que consisten en mezclar la harina bue- ‘a “por libras” con la mala “por arrobas". “Lo que resulta es que el mal trigo vence al bueno y sale un pan mal cocido, pegajoso, 4edo, amargo, féido y, por consiguiente, capaz de causar no solamente une enfermedad, sino una muerte repentina” (11). A fines del siglo xv, en Nueva Espafia, la Junta de Sanidad de Guadalajara muestra int quietud ante la mala calidad del agua y de la came que se venden, propane que-se-probitar ch uso de tor cacharros de cobre (12) Por Su parte, un periddico de reflexién como el Mercurio Peruano no vacila en ofrecer a sus lectores limeiios consejos referentes la al mentacién y a la bebida, al descanso, y aun a las pasiones, en arden. los titulados “Precauciones para coniervar la ealud en el presente otofi0” 0 “Carta sobre los remedioe preservativos y curativos de las pasiones viclentas, especialmente la del armor” (13). 2. Ek aime y sv pureza Pero entre estas seis cosas no naturales, el aire es la que ha preo- ccupado con mas intensidad a los higienistas de la época. Posiblemen. te porque, gracias a los progresos recientes de la quimica, se em Sa ee Si Sew te ie e g tit tec Sect ate ornate Paaiee wats we Uae, pn der Vales. Pai, Gises, 1169, nueva edicée, areilo “Boutanpers Pot ta chit Sects eg Pot 3 ce as Wis ea a ie cer cars 8 ebu St tncen ace ee ra ay i Fa ae tte Sea dpe tga te a tnt yf ce Sia est gh ian tees Gane a Tl det Erm mpm ve sm 0 ht Ynys a A ES tH jen a conotlotejt Ios rabsjn de Prieey de Lavoier pigs» amma mei le he ie Goel nos, el Mercurio Peruano y otros muchos lo mencionan). A medida te se analiza, se confirma su importancia vital para el hombre: ea eee aes ala oneness See ype cues aie fea Ce ease ieee ore is Sogn Bucsopi atest een cae ee tern, prtcnlarmente ef Ion eal cerados, El francés Duhamel eae rie neem tee re Dearth poe ay tacts mea panier atane Pe erate sh 7 careaasiaare oct ada Fe eae ase acl cal rno (16). Sin embargo el nombre de mayor importanciares et ae be reread igl ineo™ come we do Se ea eniaien eevee fot Dan in el de Newyser yd hop de Winchester der Saraiva ar ae ees pence ae Scat eaees (One slua eae] cape acces er oe scams sag oe Das Sade iy ye tolais G3) Casi Gimer Orga ha wad Sd el ons Se Combe Blanche, coyo el rere fai oe ay esa ce ant eae TH, Brel, elciin cian en ata (8) arco “Venister” (por Fores) toma 3, len Tis) tleetois Duhamel dy Moncenn, “Dies moyeas pour 1 ealfgtirmerca ct pincrntnet de ont ies ens ou le mata at Pea comme ct In epradon Sn Hine et Mamas de Facalamie der Scenes, abo 188. Po (1) La tnducién cxpaols ce de Maid tp. Real 18, (09) Bkeyelpstte”snteaor Sale (pr a’Alember) y “Vena” (or Forney) serine ms 1 pl i» ooo pen edi 2 sada ae Tigo lege tat sd liner vk, io de En as “Hake hn ea mice wo en mie cca ep Sat juin al races got Baton pelea Se Le statquy et egeane t Pralae de Fee Bit ae 8/4 Eva chen tps Doha! Epo gue fos Erste fn sonia Se sessbnr a animacion de er er amas tipiitrido, y perfectamente correctivo de los wapores perniciosisimos los Dormtorie, Comedones, Tene, Hospalen Enfrmerta, Iglesias, Cementerios, Quarteles, Cérceles, Minas... (20). Queda asi planteado el problema de la infectacién del aite, es Pecialmente donde existen grandes concentraciones humanas, en las ciudades, en las que su calidad es “siempre inferior, hasta en las calles y plazas mis sanas, al del campo”, segin las’ aseveraciones del doctor Tissot(2t). En i718, el arquiveeto Teodoro Ardemans habia redactado lis Ordenanzas de Madrid..., en las cuales se inte resaba por los problemas de aireacién. En aquella obra, que no fue publicada sino hasta 1765, cuando la gente empezaba —por fin— a ser sensible a este tipo de problemas, aconseja el autor, entre otras cosas: “Todo gétero de habitacién necesita que se abran las veo- tanas dos o tres veces al dia, para que se purifique el ambiente y se expelan los vapores perjudiciales a la salud”... y aiade —no oly amor que estribe a principios det x com 80 8e vive en algunas calles de Madrid” (22). A lo largo del siglo, en muchas partes de Europa, se publican textos parecidos. América tampoco queda descartada de esta preocupacién nueva: el Diario de Lima, por ejemplo, explica a sus lectores, en un articulo sobre los “Incon- Yenienet que stn de encrrar Js seforitas en lot convents cuando estin prétimas a la pubertad”, cudn peligroso es para las ‘muchacha el dens eocerradat en eas “caer tencbone co las que apenas penetran los rayos del Lebo {sic pot Febo] vivifica- doc" que son le convents y ceo, y recamiena que se coe {pata clas} un lugar en el campo abierto y en el que se pueda respi ar un aire puro que los grandes jardines, los inmensos vergeles ¥ los bellos paseos las convidan a correr” (23). Simulténeamente recuerda el Mercurio Peruano, siempre a propé sito del aire que "su pureza y renovacin son los puntes mis ie resantes para la conservacién de la salud y de la vida. Las epide miss, las pestes, on casi siempre efectos de un aire corrompt (GM, op, Rea, 182. (2h muel Ande Tso, Des maladies der gens du monde” en Genre, 139 too 2, fae Bt cdr Jee ue Per, Cano OH ac” Paes Hag, “aay Teodoro ‘Arcemine, Ordenanas de Masri... Madrid, 1755; citado por Pde rico Bravo Mora, Calli su nempe. ttn de Maa. Madre, Penk, 19%, testa, pep 9 (Gir Dito de Lina, 1 de enero de 179%, pi. 3 do” (28). Se toman, entonces, medidas que tienden a echar de la ciu dad todo lo que puede ser fuente de contaminacién: el 24 de no- viembre de 1785, el virrey de Croix escribe al gobernador del Cuzco ra que aparte del perimetro urbano a todo enfermo de virue- 8 (25); al abo siguiente, el 30 de diciembre de 1786, el visitador general Escobedo da al teniente de Policia de Lima —cargo recién creado—, entre otras misiones, la de quemar “las camas, ropas y de- mis mucbles de los que mueren de enfermedades contagiosas” (26) Esta conteminacién por el aire eva muy naturalmente a una concepcién nueva de las ciudades que han de ser, segin los consejos de la Enciclopedia, “muy abiertas, con las casas no demasiado altas, y con las calles anchas” (27). El marqués de Pombal, al reconstruir Lisboa, destruida por el terrible terremoto de 1755, decide no reha- cer los soportales y otros pasajes cubiertos que existian anteriormen- te (8) An como el cuerpo humano vive gracias a a libre cicul- onde ta sangre por tas ater y tar ven ast aque es la ciudad no puede conserarse sano, sino dejando circular I bremente el aire y las personas (29). 3. La uipmza pe tas crupanes Viajeros y gedgrafos nunca se olvidan de apreciar [a anchura de las calles en las ciudades americanas, como lo manifiestan los ejem plos del abate de la Croix, del abate Raynal o de William Guthrie ‘2 propésito de Lima (30); en las Lettres édifiantes de los jesuitas, 1) “Razones Gsicas que reproctan Ia costumbre de enterrar en las iglesias”, Mer Ta Mago" ue ego Seattle irate de ts ile sighs’ pci eu jonas Canaan el prime Violent. y ose le Zire enn earned a Erma o ass de Campo que WE: Hove deiade Stains cet ie can cope dpb feb pre ua Fro foe'k IS puch hacen tina Teli ue Cre bre Sry rer oe i Rel ate de To, Saye “Ma tne” ~ onl Barciona Mchoik, 1978 pe 2, i) The pig Ss Bite Se (dy I de Exod, icin de Quarles y Bares. de Lim too La, dae ST le toe at Becta at Relat de Puls, Aseptic de A calle bor pes 096 A bs ANB, tome LE 6, eat 42) ” reid fol 34%. “Auto de Buen Govern (de Lima, 1785, ms. (AEM. wo impr, 18S. RAHM, 06 sven 1 pl 3. at rv echt, Biante deol el Bes *Orra pl de fe ‘don Lm cidade y SED a eeegEreas to hranzann aude mln plgpey tan chicbes. Loy ijeros Setutce raion mad iol tin ew Un ma rPagGR ture lcas ls calles no hav coe que ete exes de lon ¥en ae 20 ‘Psat in Sea cinch pug por lor ica" Hse neal er soya Pat (sree $2 a "he Be tale de Policia falar to son o tga bajo Jet edor 4 1 MMcOODTD 9 1A WEEN eRe s diados del siglo ya se habian tomado disposiciones parecidas en Bue- nos Aires: probibicién de arrojar basuras a la calle y a cualquier otro sitio que los destinados a recibirlas (46). Eugenio Espejo sugiere lo mismo en Quito (47) y. en Guadalajara, la Junta de Sanidad tam- bién (49), El mismo Espejo desea ademés que se exponga en la pico- ta durante un cuarto de hora al que se halle “exonerando el vientre pliblicamente” (49). Buen nimero de ciudades, en Franda (Paris, Caen) o en otras partes (Madi), organizan un servicio para recoger las basuras con carretills, y el Mercurio Peruano lamenta que Lima no imite a Cédiz, donde funciona este sistema de limpicza (50). 5. EL, atcararittano Pos to. 4 as-aguas-servidas--a-los-excrementan, 6¢-los- evacua por el arroyo central, que se empieza a cubrir en aquellos momentos, transformndolo ast en alcantarilla. Paris después de Ber- (SLs en 1758 (63, equipan de ee modo, En Amica parece que se esti muy Tejos de todo esto, va que en. Quit Empl Spor ln mad delay ales de nla clea da pantoso, fuente, alcantarilla, ornamento, albafial y piscina de la ciu- 3. Sa ode een tran eat tba cone fo gu dee eon eee aa tienda” de Huenbeda, Nuevo Replomens (Go) “ahimeramente gee singuno heche aevas, ni inmondcas de dln de noche, a phates le gen een ci ane uly, ttre Seen german inering del Roe a Pats, Bando Se 8 de eer Ge 135 mm RAHN tomo Toe 38 fo 9S) (42) Reel, Reflnone sobre ruta (1), pg. 23 (G5) *No'se aro enlaces nna cosa Inunds, como excemeates, Dasuras. guns mca, pron ron any nets nada crrbrpan @-epueio 8 cx ‘barn fin ninguna coe deal or Proidentes {1 n'Saenor Aer fe ‘aman echiner rein: "Que ee perma cn la lier animale rrr de tn fina cai. po lego ge tov de aera chad. © te aquen ¥arojen a car, ‘ve por lagu mois bec inca el ta» pega ave to te de ct tia” Ae a Veh Bandy del 11 de terete de 1758462 fa 957) (Go) Hope, Refsnes rear 1H, pag, 2 cers le Ss Secon pr ue ee aul Isidoy de Clo que ova en Cle 7 wtas paren, vee daramente se bre Is chad" ye expotan ss basen” (Ragoaes Fein”) Mere Bora, Lins, oT num 16 pa8 0) isi" Marre Se "le cyte des tmmondice” en Dichutome nee Pry mien. 8 ig 2082 "ay Franca, “apoces et commodiés das la Lishonse de Pombal® (8, pin 167-68 3), Pero en Lima las autoridades imponen que se cubra ese a han de estar a Oa ee 2 dd ge rs tage mht ome 6, Et, warex-ctoser ‘ustitucién del orinal o de la silla horadada, cuyos inconvenientes ea ee eer ee a sores Sen, a i kn Fata Pa ae a eee er Fe a eo Aas Gat, Eugene nnd tt 15, 2. Seesiti, SePehat dela rn, eo syria ape sms SY aim ga Se acca ne sep Ste peo Rice i Sa Ri ire Di a a tr ke ae ett nn er Tart mt al cee (0, ema eee ec a tna ep Ito date wi cuando ‘ppm He SACD Ban tb pe deel Pai LTH Pen es Ordenanes de Madi. Areas dee scone laine: “Anes fee Se a Spr pre wi ody et le Ble tn oe dene, 8 i), Genre fr, esp sae Las, Eatlne @O Bas 197, ply 1B 4 4 a ya que la Enciclopedia lo describe por los mismos afios bajo el nom- bre de “comodidad” 0 “asiento de vilvula” (58). Poco a poco se di- funde la idea y en 1791 fray José Pérez Calama, obispo de Quito, oftece un premio al que proponga un tipo moderno de water (59). 7. Los ceMENTERIOS EXTRAMUROS El fin de este conjunto de medidas, propuestas e invenciones et alejar “de las habitaciones todos los focos de suciedad y de corrup- cidn”, explica un especialista de la época (60). Ahora bien, una de las principales fuentes de contaminacién, blanco favorito de los hi- aienistas, es el cementerio urbana, Hasta aquellos momentos se en- ‘erraba en las iglesias, en los majors casos, en sus inmediaciones. Voltaire describe asf el’ camposanto de los Inocentes de Parls —el texto es muy ejemplar de este tipo de pintura—: “es un ancho re- «into dedicado a la peste; los pobies, que mueren muy a menudo de ‘enfermedades contagiosas, estin mezcladamente enterrados abi; los perros vienen a veces para roer las osamentas (61); escapa un vapor fexpeso, cadaveroso, infectado, que se hace pestilente con los calores del verano después de las lluvias; y casi al lado de ese vertedero cestd la Opera, el Palacio Real, el Louvre de los reyes” (62) 8. Ex epeunto eranciés La reaccién s6lo empieza a fines del primer tercio del siglo y «: muy timids. Finalmente, después de muchas vacilaciones y tentati vas fracasadas (63), salen dos textes significativos: primero una or- [59] “Alsace” 9 “eux 4 soapape, Eaeyclopéie (S)aicaa “Aiance (Architect repeal pig 9, ee “ ewe Bago Fp 1 pi. te laid ete ee Par, hale or Eble ae aes Vato Se Cale, se ime ce aT ° a cncuenira con fecueacs hao la ploma cls caspian dea cyoes El ce del Star deo cesta’ "hn pened an er cone fermi, ms de'oma tx, cxhaman los ciier Jf es pene edhe pose ‘Shab [ex Merario Perma ve enim. 426 dem, 17 (G2) Noite Disionae”phophiqu. aren “ieee ata’ Pac ‘entire 18, ol. gop 8 (3) Infrmacié ie Paslameato de Pati de 1732, confada a wes més (et Phi Lippe Ae, homme dent la mors Pac, Sail 9, page 7, Owen § Cara denanza del arzobispo de Toulouse, monsefior Loménie de Brienne, el 23 de marzo de 1775, que prohibe que se entierre a los muertos en las iglesias de la didcesis —el Mercurio Peruano hace mencién de este documento (64), lo que demuestra su interés por el problema—, y la declaracién de Luis XVI del 10 de marzo de 1776, de igual tenor, pero aplicable a todo el reino (65). El artfculo primero de esta real ‘orden plantea el principio general: “Ninguna persona eclesiéstica fo lega, de cualquier calidad, estado o dignidad que sea, con excep- cién de los arzobispos, obispos, curas, patronos de las iglesias y Jus. ticias mayores y fundadores de las capillas, podrd enterrarse en las iglesias ni en las capillas piiblicas o particulates, oratorios y general mente en todos los lugares clausurados y cerrados donde se resinen {os files para la oracién y la celebracién de los santos Misterios, y esto por cualquier causa y bajo cualquier motivo que sea” (66). Al ismo-ti Europa prelados ilustrados reco- ‘miendan medidas semejantes: el arzobispo de Mildn, el 16 de marzo de 1776; el de Turin, el 25 de noviembre de 1777 (67). En Paris, los primeros traslados de cementerios fuera del micleo urbano se planea- Hn a partir de 1780, pero no se realizardn efectivamente hasta los aifos de 1783 a 1787, y el Pére-Lachatse, el mis famoto de todos, slo se creard en 1804 (68). ‘Unos cincuenta afios fueron, por consiguiente, necesarios para Iegar al resultado prictico del exilio de los muertos. El Nuevo Mun- do conocié el mismo retraso. El caso de la colonia francesa de Santo Domingo es ejemplar: el 22 de diciembre de 1733 Luis XV decide = "ia ferme du cobs det Ingen Picton we 8 Piet E105 Caren, eslucion de ne timo tebpal Gel T2 de mateo de TE, que Ei fami atcn rer PAs, pga 647}, Por fn, esol del 21 de mayo ae es fer Capon, Reperiave de nt Pai Vans 78, to I teas “Camesies (pr Beoaray pig, M50), que tage ve cede . (Gh), "Auutaderlegaes J adalat, que preben fy entero ete clo Pern, Lt, rok ein 150 de febrero de 191) DAES (és) “claraion du Ro, Concerns ns Iau i de PAgence el Ceo Francs) de Penne 180. Pre, Calanme Despes, 1785, Paces Jt ctve". ise var (Cass eiey pubs om Egat epimers eect ox Is Cae airs, Se 3 Se abil de1726 9 a segunda cn ars del ate Ben SSSR Sesto Pacts de te comanoleprdten de todas tes waco. Farm ite 9 ult, Sai, Tar HS. ar mene Mri Pr ‘Sine en 17st I, nis ype aS ¥ 0 “Wh clamarty Vaugtord duiaran escvados 3 as parequae de boils inqui as fel sas Momomarite St" Margera ey 104 por ol PerLichate = SE G2 Sinn Uereche dane Phone detant fo mors (5) #9 Ja probibicién de los entierros eclesiésticos en toda Ia isla (69). Es ‘evidente que el calor del tpico influyé mucho para que la decisién se tomara en época tan temprana. Sin embargo, se puede constatar que medio siglo después todavia no se la obedece, ya que el 11 de octubre de 1785 el cabildo del Cabo-Haitiano tiene que promulgar un bando en el que renueva la prohibicién (70). 9. Et caso espason _ En Espafa, ot Carlo If quien, en 1787, manda a Jo arguitectos Diego de Villanueva y Ventira Rodriguez que estuien un proyec to de camporanto exterior. Pero el Cementerio del Nore, prinera de las grandes necropolis de la capialy no entaren funcion sto Come-en Francia, esta cereacién es la conclusién de una larga reflexién sobre el problema de la higiene publica, entablada, ya lo dijimos, a principios de siglo con las Ordenanzas de Madrid, de Teodoro Ardemans. Por lo que se refiere a la América hispana, todo empieza con Carlos IV. Este firma, el 27 de marzo de 1789, una “Real Cédula pa- a que las autoridades civiles y militares de Indias informen sobre Ja conveniencia de establecer cementerios en las afueras de las pobla- ciones”. Més tarde (I5 de mayo de 1804), impondré la decisién de alejar los camposantos de los centros urbanos, por la “Real Cédula sobre establecimiento de cementerios fuera de poblado en los domi- niios de las Indias” (72) Igual que en Francia, es decisivo el ejemplo tropical; en este ca- so serata del de La Habana, donde el gobernar, Jos de Ezpee ta —futuro virrey de Nueva Granada— anuncia, por carta del 3 de febrero de 1787, que “la mayor parte de las enfermedades epidé «as [..] no tenfan otro principio que el de enterrarse en las iglesias (“Ordnance Rol epee les Sales go elt dan es Egls de sailatage See atten dene nen oS tr Pat et fe a le et dw Fama ur Vins at te, (Gare dl Comet Cap concern es ute doe ls Egles ea ‘ture des Cimetitres” (Toid, pig. #73). a e 7 SSW Jee Alb alee Ht cede Maid Mai, Beds, Are Cin, Bat? ein edn en RAHML, toma CHI, dc som xk oe ot Soe ae » awrmse carer los cadéveres, lo que era més obvio en aquella ciudad, asi por hallar se los templos repartidos en toda la poblacién y combatirla unos aires corrompidos e impuros, a causa de su temperamento cilido y |hdmedo come porque comprehendiendo mayor niimero de personas aque las que permitia su extensién y capacidad, en ciertas estaciones del ao eran tantos los que se enterraban que en algunas iglesias apenas podia pisarse sin tocar sepulturas blandas y hediondas” (73), ‘As{ como en Francia es por disposicidn de las autoridades ecles cas o politicas como avanzan las cosas y puede ser llevada a cabo la reforma, 10, Las RAZONES DEL EXILIO DE LOS MUERTOS nto principal prewotade desde | for L ménie de Brienne, era el de la infecacién del aire por los cuerpos encerrads en los templos: “Los médicos —escribia el pela nos aseguran que los vapores que exhalan los caddveres cargan el aire de tne y conpisclos capac de attr Ia sud y causa enfermeda- dies mortales” (74), Los casos abundan en Ia época, que demuestran la wiste realidad de esta afiemacién. Un solo ejemplo bastard: el 20 de abril de 1773, cuenta Philippe Ariés, en Ia iglesia de San Sa- turnino del pueblo de Saulie, en Francia, los sepultureros estén ca- vando una tumba para una mujer muerta de fiebre pitrida, mientras el cura y el vicario estén explicando el carecismo « los nifios de la pa- rroquia; de repente, cuando se esta bajando el ataid en la fosa, éte escapa a los hombres y se abre: de los 120 muchachos y muchachas aque estaban allt cerca preparando la primera comunidn enfermarén gravemente 114 y con ellos 70 adultos, muriendo 18 personas, entre {as cuales los dos eclesdsticos fueron los primeros (75). Caso teri ble, pero no tinico. Lo que explica que el argumento del arzobispo de Toulouse se encuentze en todos los comentaristas posteriores de la cuestién, tanto en Europa como en América. En el Mercurio Pe rruano, por ejemplo, donde te puede leer que todas las experiencias “prueba que et sumamente perjudicial ala salud de los cudadanos TD) "Rest ced. sobre ta comeniocla de extablecer cemenerios en it sfbere se aan At Sa om XO, Hs, (i "Cad pr’ aris (3) 20g 3) Td, pe 47845. j | | HL wcnamo 26 U4 acs onus ” la costumbre de enterrar a los muertos en el recinto de las iglesias, y atin en el de las poblaciones (76). Este mismo periédico, en otro ae los siete articulos que dedica al tema, presenta el caso de la ciudad dde Tarma, ances llamada “el pais de las tercianas”, porque, estando ubicada en un circo montafioso, el aire circu dificilmente, lo que hacia frecuentes en ella las enfermedades epidémicas; ahora, que se hha construido el cementerio fuera del poblado, han cesado las fie bres (77). E] segundo argumento exhibido para convencer 2 los indecisos de la urgentenecesidad de sbandona los enderros en at ilsas es de orden histéricoreligioso: se alude a las autoridades cristianas (padres de la Iglesia, concilios, derecho canénico), que indican que este tipo de inhumaciones estaba prohibido antafio; se apela al tes timonio de las civilizaciones antiguas, que sepultaban a sus difuntos cn lugares apartados de las zonas habitadas (udtos, gregos, chinos, ‘etcetera; Tos incas también) (78); por fin, se invoca Ia moral: es in- decente ensuciar los recintos sagrados con cuerpos en. putrefaccin, ¥¥ mientras Voltaire exclama: “no conozco ningin pueblo de la anti: glledad que haya elegido los lugares sagrados, donde se adoraba a la divinidad, para hacer de ellos cloacas de muertos" (79), el Mercurio Peruano se indigna igualmente: “as iglesias, et0s venerados alciza "dela slg, morada ecogia dela fe cron y de I os ibn, se cho los depésitos de lo que Ia humanidad tiene de més inmando" (00, 8 Por fin, no sélo se desean templos limpios y pures, sino que tam. bign se inc ala consrvcign de cementero fuera del casco urbe, no, porque en el descampado, si se ha clegido convenientemente el sitio, pueden realizar los vientos su obra de cisipacién de las mi (20) azones Fst." Marario Peruano; wo. Imi 1, pg. 125. ip Sato enti Se arma.” bid, nim (27 se egera de TP) gh 3738, (5) “Autordader easy candnias..”, Mercario Penano, vol. im. 1S. singe 153i - ® ENG? Woltie, Dictonnsne pisphiqu, anil “Eoeremen” (62, vo, ph 180) ~teamen Rusia lodticn de las diverse costumes que ha abide. en ‘mundo elavamente slow enero Mero Pera, wale {3 (13 de fore dT) pg Te La Junta de Seniad de Goadaljre ce las ise vaso Se ‘bier ‘aorar a prvidends de gue sbslveamene ease se etree denigo dep Sia? prc alo pie B ee a pce dan de ae mete ue dpestnea le eon? Proidensr 12) pS sas plirosas es dei, sgn precisa el Mercurio Peruano si “un Carbo Snr cxtamuronsen an parse Gane y vena) I. La oposierdw pet, ceo ; adminis Sin embargo, a esta voluntad de los higienistas y de los se oponen mucho esis, Primero porqe penn gue sei ir en contra dela tradiién; en efecto, si en los primerossiglos eri tianos estaban prohibidas las inhumaciones en las iglesias, parece cierto que, cuando el empcrador Len VI autoriza tal pritica a f- ts dl slo (8) port Nov $5 (6), en read no hace mis ue ratificar tna costumbre ya bastante antigua, puesto que data, en A pumas munonacones de pincpn Sl glo Oe "El otro motivo de oposicién de Tos eclesidsticos «que tienen miedo de perder los ingresos a consecuencia del cambio de costumbre 4 del slejamiento del ugar de entero, como demuestra, con teste imonik samen y cnincnte, Philippe As en st magic Tibro sobre la muerte (85, y como lo confirma, para América, cidor del Cuzco Pero Zeradas Bere: fos urs dice rec fan I ie dt comer exterior “po peta nos gad en sus derechos parroquiales y otros en lo que producen los entie Hoenn gles o hve de ue convent”, gt I sez preocupadon por este problema de los ingresos ecesisticas, € inquetos por le salud péblca, spam pel rine en ventiiadas, pero pagadas a las iglesias: es cl caso de monsefor Mardnee Compan, yee manda cons en 17a, una boveda de Tay en tn Not Pan, i Hg vers. Behr, dose tu Dro Bysonie Pat B Galtier’ 9. Tore ‘ora! Recs $3°s 0 92, como lo ceribeneradamente ia Encyclopédie ot. “Ct sen (Médecine? of ey tomo VUL pag a) rs soes vee text de do BiSect Beep Nucl do PEmporeur ussinen, ets, Lamar tome i da pares Nowell Cowon de Mmpercar sn (V1) Age py, 13.73 ‘Tu eh ene i ene eee de emfetd « insoduciee™ [Encyclopeie, scul Cimerbse (Mésecne?, por Matt Some Vill pg 958) z "eS" hominefeon re 65), ps A 25) Eee tome, ite decom de foe pled yor al Merci Pe rush vol Hh, wn, 18 (05 de nao de 131, pigs SOL La tae ig ste tipo debajo del lado sur de la catedral de Trujillo (97. Esta so- Jucién permite preservar el aspecto religioso del entierro, cuya des. aparcin ve temia —con raz, ssc ha Ge jugar por a erp Paris (88)—, con pretexro del abandono de la tradicidn. Y un hom. bie como el cura! de NiMaymantapis en el Peri, partidario sincero de los cementerios extramuros, se preocupa fuertemente por el dex. afecto posible de los feles; por eso ensalza la costumnbre que “se conserva entre nosotros de enterrarnos con ciera solemnidad devota, en gue se da gloria a Dios, honra a los difuntos y consuelo a lov vos" (99). Habiendo deseado el intendente del Cuzco y el obispo edificar uno o dos cementerios fuera del pueblo, el rey los anima a hacerlo, pero les aconseja, en el mismo texto, que antes de pasar @ Ja realizacién hagan “entender a los curas el mérto que contraerin en conttibuir a tan loabe fin, no siendo otro el mio-que el mayor decoro y decencia de los tempios y de los (90). Las Sociedades Econémicas de Amigos del Pais americanas (la de Lima, Ja de Quito), os iustrados también, van a repercutir esta voluntad politica, Prueba de ello es el hecho de que el Mercurio Peruano, 6 gano de a Sociedad Académica de Amantes del Pals de Lima, pu. bligue siete arculos sobre el asunto en muy pocos meses (1791) El resultado de esta campaia es que a comienzos del siglo XIX ya se abren, en el Peri, los primeros cementerios instalados fuera de las Giudades, después de los experimentos concluyentes de Tarma y el Ate en 1790, Arequipa en 1804, Lima en [808 Si se comparan estas fechas con las de Paris el PéreLachaise se abre en 1904, se puede constatar que el traslado de los muertos hacia las afueras se hace en América en fechas muy proximas 2 las de Europa. El Nuevo Mundo no conoce, pues, el tan eacareado te- trato cultural que se le suele atribuir. La\razén esencial es que la burguesia crolla, que impera sobre la econom{a de la colonia tiene luna mentalidad que estéen perfecta armenia con la de su hermana del Viejo Continente. 7 ie mt en i ta sO sal en mm ene Sto ee mee Eo a Sa stm mee rr dominios de India”, Aranjuez, 8 de mayo 8c 1908 RAG Len “Gxt, doe. uetie avrmane coset 12, Liswpnnza MATERIAL ¥ LIMPIEZA MORAL yero hay més, y es que la lucha por la higiene y la salud coins | LhLerté<“CsC—C—C—C—C ate 7 Me did (1). poseen un alumbrado piblico, pero también Buenos ‘ire (2); Lima Io estblece, instituyendo Ia bligncn pars eae ‘ecino de tener un farol encendido a la puerta durante la noche (93). cranes, Ia a0 enos Aires, frente al peligro de los perros errantes Is autor Ee tee oe csc es Cy ss cn nay mos sn dj ie an Samenis “ane Scena ded, y Ge och, pena al que no fo hides de cuatro pesos de mula” (64); en Guadalajara s propone lo mis: mo (95). En muchas ciudades de América, igual que en, Paris, ‘calles @-galope (06), se toman medidas contra i incendion OF) y vrs mucha, oH ve A “EL slumb yiblico de Madrid en el si- onda a an rec a i oe Fh 2 5 RA ana, 2 cou ae Ate sete (Mb mpi aor ceca on meade tin ie, a ee i oe 2 Bando del 10 de enero de Be gin ae Po Ch OL) a ran “en ‘de Ande ‘gobernador del Rio de I Bande, det 10 de ere de ‘tno Te ee “uspues tt iyAealn oo st for Atm dept tine Nit dodo ese ete apo duis y Son pesigursy tucrden 2 In pee TEE od det I ae epcmbre e170, tid tomo hv, 17, (0. 33). eR ede lores In cll, Jo que © may cpr a caballo, 90 Cy ere Neraoe Sw cabal Topo puede erate al ci 'y hei «1 Taf Remini, Deonomeite de Pie. ae Sete a sha pete me Pale wa et ei hey a ean mi se le a A tt Soe 2 2 se inn denne “vierno, aria ‘wmo LXVIM, doc. 2.512, fol. 7Ir. ee (Si) “Freminlle seer ot caer qe, ao hava. suogin tcelo. gue te nape ome ele oben ae men Seo Ie aE TE cs en en it oe Arden, Ordenanans de Madr. (2) Ce send x as aM at obliga a fox carpioteroa,albafiles, carreteree y agwadores = 4 et mio go, ut de Buen Cor 1 Senate Be 44 ME vena 8 Por fin, la mejora de la seguridad implica el control de los mar. sginados; ayuda a los “verdaderos” pobres, encierto de los vagabun- dos y de los falsos miserables, multiplicacién de las rondas de policia, probibicién de levar armas cortas, obligacién de tener un farol ‘endido cuando se anda de noche por las calles, arresto de los ocio- sos sorprendidos en las puertas de las tabernas o en las esquinas. Es que los pobres representan por una parte la ociosidad, lo que es mo- ralmente reprensible, y por otra el peligro: “se alistan en las Juntas perniciosas de los que congrega la comin iniquidad”, denuncia Ig nacio de Castro, cura del Cuzco (98). Se puede diticilmente separar el aspecto moral del aspecto fisico de ls fda soil. En I mental spss toons cose Is manifesta el texto siguiente, que es de comienzos del siglo xix: “Les toca a Jos grandes principes multiplicar las poblaciones, man- teniendo un equilibrio ponderativo de la sociedad mediante leyes protectoras de fa vireud, de fa moral, sea por una educaciSn fisea conforme a nuestra naturaleza, sea fundando la higiene publica so- bre la limpieza, In vitalidad nacional, la proporcién de las fortunas, sea apartando la corrupcidn extrema del lujo y Ia miseria extrema que le coresponde, merced a reglamentos suntuarios, sea reprimien- do los vicios, Ios vergonzosos desbordamientos del desenireno, el libertinaje que conduce a la estrechez y a las tentativas crimina- les; ...por fin gracias a precauciones sanitarias contra los estragos de las epidemias, los tifus, las viruelas, etc.” (09) La época de las Luces es, sin ambigiedad, la de la limpieza gene- tal de ls cludes, es dein el momento en que se reales tne Ta Jimpieza material como la limpieza moral de los centros urbanoe, porque lo limpio es también lo puro (100), lo que est en armonia con el orden establecido, tanto el de la naturaleza como el de la so- ciedad humana, La mentalidad burguesa, conformista y constrictiva dl sigho sax se va instalando a lo largo del siglo xvm, ala par que se snes cl dominio econdmice dela Surge - heramiense dee ofcoe para partir em a lhe conta tas inecndin (Auto de ‘he Couteno, RAB ML, smo LEV, oe, 12, fa Tey (Ga) Tie Case, Retain del Cusco aig 2 (0) J.J. Nien’ Hyeine Phltophigue ou de te std dans te régime physique moral ct toque de fe auatin madeec Pris, Cinchrd, 188, on nes be oan Times, “foun ag VL . (iy "Wer ler, “upreom nie” (Sr pig. 222

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