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‘que ser puestos en oposicién uno con el otro. Las “intenciones”
de Hitler parecen sobre todo importantes para dar forma al clima
fen que a dindmica desatada las eonvirtié en profectas autocum-
plidas. El Tercer Reich provee tna clsica demostracién de las pa
Inbras de Marx, citadas por Mason: "Los hombres hacen sa propia
historia, pero no la hacen como tes place ni en las condiciones por
cllos elegids, sino ma bien en las circunstancias que encuentran,
ante si, en condiciones dadase impuestas"*®
En los dos siguientes capitulos necesitames preguntarnos por
la relevancia que estas conclusiones tienen respecto de la politica
antiserita y la politica exterior, reas donde las obsesiones ideo-
légicas de Hitler fueron mis obvias que en el terreno interno.
5. Hitler y el Holocausto
Eaplicar el Holocausto obliga al historiadoraestrar hasta os
limites lo que consttuye su trea principal: proveer explicaciones
racionales a desarrollos histéricos complejo. El solo hecho de
plantear la pregunta de cémo un estado moderno, sumamente
educado y econémicamente avanzado pudo “evar a cabo el ase-
sinato sitemstico de todo un pueblo sin razén alguna aparte del
hecho de ser judo" sugiere una escala de irracionalidad apenas
comprensible por la explicacién histérica." El nombre mismo,
'Holocansto” —que comeneé a ser aplicado de manera expect
zal exterminio de los judios solo a fines de los aos cincuenta y
principios de los sesenta, apenas fue adoprado (al principio por
excttoresjudios) en reemplazo del preciso y descriptivo térraino
*genocidio"—adquiri la implicacién de eas la sagrada sing
dad de losacontecimientos terribles que ejemplitican el mal abso
Iuto, un destino especificamente judio que en efectose alza fuera
el proceso histérico normal. “Un misterioso acontecimicnto, un
rilagro al revés, por decirlo de algiin modo, un acontecimiento
de significacisn rligiosa en el sentido de que no ba sido hecho
por el hombre como ese término es normalmente entendido”?
La ‘perplejidad” y la escatologiareligioso-cultural que, para
algunos escritores, han terminado incorporadas al término “Holo-
‘austo” no han contribuido a facilitar la tarea de los historiadores
_judios acerea de un tema comprensible y justficadamente “carga
4o de pasion yjuicio moral" Dada la naturalezaaltamente exio-
tiva del problema, los historiadores no judios enfrentan proble-
sas todavia mis grandes, se podria decir, al intentar encontrar el
Tenguaje sensible y adecuado para el horror de Auschwitz. La sen-
sibilidad del problema es tal que la reaceiones exageradasy las
reacciones contrarias répidamente surgen con fuerza a partir de
‘una palabra o una frase mal ubicada o mal entendidaLa perspectiva de los historiadores no judios es, sin embargo,
inevitablemente diferente de aquella de los historiadoresjudios.
Ysialgo vamos. “aprender” del Holocausto, entonces—con el
‘al reconocimiento de su singularidad “historia” en el sentido de
que hasta ahora no han existido siquiera hechos paralclos pareci-
dos-— parece esencial aceptar que hechos paralelos pedrian pote
cialmente legar a ocurrir en el futuro, y entre pueblos que no
sean el alemén o el judo. El problema més amplio, por lo tanto,
‘cambia en exencia, Del intento de “explicar” cl Holocausto expe.
Cificamente por medio dela historia judia o incluso de las relacio-
nes germanc-judias, se pasa a Ia patologia del estado moderno y
al intento de comprender el delgado barniz de “civilizacién” en
Jas sociedades industriales avanzadas, Especificamente aplicado a
la dictadura nazi, esto requiere un examen de los complejos pro-
cesos de gobierno, y una rapider para colocar la persecucion de
Jos ufos en un contexto més amplio de creciente diseriminacién
racial y endencias genocidas dirigidas contra varios grupos mino-
rtarios. Eto no significa olvidar el muy especial lugar que los ju
dios ocuparon en la doctrina nazi, sino afirmar que el problema
del Holocausto es parte del problema mayor de cémo funciona-
ba el régimen, en particular de cémo se tomaban las decisiones y
cOmo se las implementaba en el estado nazi
De todas maneras, el tema central sigue siendo cémo el odio
nazi por los juctos fue trasplantade para conwertirse en prictica de
gobierno, ycudl fue precisamente el papel de Hitler en este proce
0. Esta pregunta, si bien puede parecer engaftosamente simple, es
-] punto focal de la actual controversia sobre el “Holocausto" y
forma la base de la siguiente investigacién, que trata de relevar
y Iuego evaluar las investigaciones e interpretaciones recientes,
fnterpretaciones
Los historiadores en ambas partes cle Alemania después de la
juerra muy lentamente fueron comenzando a ocuparse del ant-
emitismo yla persecucién de los ufos. Fue s6lo al comienzo det
icio de Bichmann en Israel y ls revelaciones de los juicios sobre
HITLER Yi. HOLOEALSTO ss
Jos campos de concentraciér en la Repablica Federal que avanza-
ron los estudios historicos serio sobre el Holocausto en Alemania
fccidental. Aun entonces los estos histiricos yla“difasiGn” pa
Dliea sobre el destino de los judios encontraron una opaca Fes.
puesta en el pueblo alemén, y la conciencia popular so fe con.
‘movida con la exhibicidn de la dramatizacin norteamericana del
Holocausto, en formato de telenovelay dfundida en la television
dde Alemania occidental en 1979.‘ En la RDA, también, el trabajo