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La competencia entre

los Estados europeos


Aprendizaje esperado: Analizarás la competencia
existente entre los Estados europeos antes de 1914.
La hegemonía británica

El imperio británico fue la potencia que abarcó más territorios a raíz de


la colonización. En las primeras décadas del siglo XX, llegó a abarcar
una quinta parte del mundo y una cuarta parte de la población
mundial.

En la actualidad podemos ver algunas consecuencias


de esa expansión colonialista, por ejemplo, en la
difusión que ha tenido el idioma inglés en todo el
mundo y en la existencia de la British
Commonwealth (Mancomunidad Británica de
Naciones), una asociación conformada por algunos
países que formaron parte del Imperio británico.
Con el comienzo de la Revolución Industrial, Inglaterra tuvo un gran
crecimiento económico, estabilidad política, avances tecnológicos que
modernizaron la industria y un fuerte sistema financiero que convirtió al
país en una gran potencia mundial.

Por ello, el siglo XIX fue la época de


la hegemonía británica, la cual se
caracterizó por su poderío naval,
debido a que los buques ingleses
dominaban los mares, lo cual quedó
demostrado en dos grandes victorias
frente a la flota francesa durante la
época napoleónica: la de Abukir
(1798) y la de Trafalgar (1805)
Su superioridad se debía a que era mayor en número de
embarcaciones, en tecnología y en la preparación de sus marineros y
oficiales, además de que disponía de una extensa red de puertos
estratégicos y bases de abastecimiento.

En las últimas décadas del siglo XIX,


Inglaterra, igual que otras potencias, buscó
nuevos territorios para obtener materias
primas, países donde invertir su capital y
mercados para la venta de sus productos

Inglaterra defendía y buscaba extender sus


operaciones comerciales más allá de las
fronteras de su imperio; esa fue la
característica particular del imperialismo
británico.
Por lo cual, se lanzó a buscar territorios en
otros continentes como África, Asia, Oceanía
y América.
El colonialismo británico se caracterizó por establecer
tres tipos de política colonial:

• Protectorados, que pudieron conservar un gobierno local pero


con un ejército de ocupación británico.
• Dominios, que gozaban de algunos privilegios especiales, como
cierta autonomía financiera y administrativa, y que estaban
dominados por la monarquía inglesa.
• Colonias, que no gozaban de ningún tipo de derechos y cuya
población nativa fue sometida
Por ejemplo, la defensa de las rutas comerciales existentes y la apertura de
otras nuevas, como el canal de Suez, que comunicaba Inglaterra con la
India, no estaban dirigidas a conquistar territorios, sino a proteger un
mercado muy lucrativo.

El objetivo de los ingleses era establecer un eje de control que atravesara África,
desde Egipto (ambicionaba controlar el Canal de Suez, y tener algún control del
río Nilo) hasta Sudáfrica

La hegemonía británica también fue posible


gracias a su poderío naval. Desde 1805,
cuando en la batalla de Trafalgar se impuso a
una flota franco-española, la Royal Navy
(Marina Real) se convirtió en la armada más
poderosa del mundo y mantuvo ese
predominio hasta mediados del siglo XX
La India, en un principio controlada por la
Compañía Británica de las Indias
Orientales, fue la colonia inglesa más
valiosa, ya que producía gran cantidad de
algodón que abastecía las industrias textiles
en Inglaterra, además de azúcar y té para el
consumo de los ingleses.

Para defenderla, los ingleses establecieron un


protectorado sobre Egipto, sometieron a Sudán,
reforzaron la importante base naval de Adén,
en el sur de Arabia, y asumieron el control del
norte de Somalia.
Es importante destacar que el
Además, los británicos organizaron las crecimiento de esta potencia caracterizó
relaciones comerciales en a la época victoriana, llamada así por el
su inmenso imperio nombrando a un agente largo reinado de la reina Victoria durante
en cada puerto, establecieron buena parte del siglo XIX
mercados y regularon la exportación de los
productos locales
hacia Inglaterra.
Cuando Victoria ascendió al trono,
Inglaterra se caracterizaba por
Hacia el año 1880, Inglaterra fue la única
ser esencialmente agraria y rural. A su
potencia industrial del
muerte, el país se encontraba
mundo, lo que le otorgaba el privilegio de
totalmente industrializado y el
producir todo lo que quisiera
territorio se conectaba por una
a costos tan bajos que sus productos
red ferroviaria que seguía en proceso
desplazaban a cualquiera
de expansión.
de la competencia.

Durante esta época, la economía británica,


que ya venía creciendo desde 1800, se
incrementó. La fuerza principal de su
economía seguía siendo la industria textil,
que alrededor de 1880 ocupaba casi 40% de
la mano de obra industrial. A esta se
sumaron otros sectores.
La confrontación de intereses comerciales
entre imperios coloniales

La expansión de los imperios coloniales, por lo general, no


fue un proceso pacífico. Implicó guerras, sometimiento de
poblaciones nativas e imposición de leyes y costumbres
diferentes de las culturas locales.
También se caracterizó por la fuerte competencia
entre las potencias imperialistas, la cual se basaba en
diversos motivos:
 Económicos. Los imperios y las empresas comerciales e industriales
asociados con las potencias buscaban una manera de maximizar sus
beneficios. Esto implicaba buscar el acceso y control de los mercados para
vender o comprar productos, conseguir mano de obra barata y aprovechar
recursos naturales como tierras y minerales.
Políticos. Se planteaba la necesidad y el impulso de dar satisfacción al creciente
nacionalismo y hacer frente a la rivalidad que se establecía entre los países por poseer
la mayor extensión de tierras. Aunque las colonias eran una fuente de problemas
militares y una carga económica para el Estado, su posesión otorgaba prestigio y
avivaban el orgullo nacional. Rivalidad entre potencias avivada por un creciente
nacionalismo.
Culturales. Significaba asumir la responsabilidad de civilizar a los pueblos
“primitivos” y explorar regiones desconocidas. Todos los países europeos querían
llevar la civilización y el conocimiento científico al mundo.

Como ya hemos visto, Inglaterra mantuvo un predominio indiscutible en


todos los ámbitos durante el siglo XIX, aunque otras potencias le
disputaban territorios y áreas de influencia política y comercial.
Francia, después de recuperarse de la derrota de Napoleón Bonaparte y de perder
territorios en América, se lanzó con éxito a la carrera colonialista y formó su imperio
en el sur de Asia, Oceanía y África.

Entre Francia e Inglaterra existía una fuerte competencia que varias veces amenazó en
convertirse en una guerra. La rivalidad se intensificó conforme más países se
incorporaban a la carrera imperialista, en especial, con la aparición de Alemania,
Estados Unidos de América y Japón.

Estos países, cuyo proceso de industrialización era reciente, tuvieron que competir
en un mundo donde ya se habían repartido los mejores territorios, debido a la
expansión británica y francesa, o bien, porque aún existían otros imperios coloniales
más antiguos, como el portugués y el español.
Por su parte, Estados Unidos de América estrenó su política imperialista a
mediados del siglo XIX.
En 1846, invadió México y se apropió de la parte norte de su territorio; para 1898
se apoderó de Cuba, Puerto Rico, Guam y las Filipinas, que pertenecían a
España.

El imperialismo estadounidense se extendió sobre todo a América Latina, donde


se desató una fuerte competencia por el comercio entre los británicos, franceses
y alemanes.

El predominio estadounidense se justificaba mediante la doctrina Monroe,


la cual se resumía en la frase “América para los americanos”.
Aunque esta doctrina, presentada por el presidente James Monroe en 1823,
parecía dar la idea de que América debía ser independiente, la intención de EUA
era ejercer libre dominio sobre las naciones del continente americano
En Asia, las áreas más disputadas entre las potencias imperialistas fueron
China, Indochina y Afganistán, las cuales generaron fuertes tensiones entre
Inglaterra, Francia, Rusia y Japón.

El lucrativo mercado chino estuvo bajo el control británico y francés tras las
dos Guerras del Opio, que se llevaron a cabo a mediados del siglo XIX, a partir
de las cuales el Imperio chino fue obligado a aceptar el comercio de esta droga.
Además, cedió el puerto de Hong Kong a Inglaterra, que lo convirtió en un
próspero imperio comercial

En el último tercio del siglo XIX, los países europeos se repartieron África, lo
mismo que algunas regiones de Asia y Oceanía: Bélgica adquirió el Congo en
negociaciones con países europeos, a cambio de establecerlo como zona de libre
comercio; Alemania obtuvo de Reino Unido la posesión de Camerún y Togo, a
cambio de renunciar a Nigeria; y Francia cedió Nuevo Camerún a Alemania, a
cambio de dejar la influencia que ejercía sobre Marruecos.
Japón atacó China y la derrotó en 1895, arrebatándole la isla de Taiwán y la
península de Corea. En 1905, Rusia y Japón libraron una guerra cuyo resultado fue la
derrota de Rusia y la consolidación de las conquistas japonesas en la región.
A comienzos del siglo XX, EUA, Alemania y Japón se sumaron a la carrera
imperialista generando fuertes tensiones políticas. El resultado de las pugnas
imperialistas fue el inicio de la Primera Guerra Mundial.

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