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👉 El USS WATEREE era un navío de fondo plano de la marina norteamericana, equipado con ruedas laterales que

después de haber realizado un crucero por el Pacífico, en compañía del USS FREDONIA, buque almacén de la armada de
guerra de Estados Unidos, echó sus anclas en la bahía de Arica el 2 de julio de 1868.
 
Junto a él quedaron anclados el buque de guerra inglés HMS CHANACELIA y el barco de guerra peruano AMÉRICA.
 
La población de Arica, que en aquella época era de unos diez mil habitantes, sentía verdadera complacencia cuando
estaban en su bahía barcos de guerra de naciones amigas, porque ellos ponían a salvo el puerto de posibles incursiones
piratas.

En la tarde del 8 de agosto, casi simultáneamente con un terremoto, el mar comenzó a replegarse sobre sí mismo. El mar,
que se había recogido como felino, que toma impulso para saltar sobre su presa, volvió con ímpetu arrollador.
 
La espantosa marejada cogió a los cuatro barcos que habían quedado tumbados en el fondo seco y los levantó
violentamente y finalmente los arrojó contra la costa.
 
El "Fredonia", con toda su tripulación a bordo, fue lanzado contra las rocas del Morro, pulverizándose. Ni un hombre
salvó con vida.
 
El "Chanacelia" dio cuatro o cinco vueltas de campana, enredándose en la larga cadena de su ancla mayor, y así, como
atado por un gigante, fue a caer sobre la playa, dos millas tierra adentro.
 
El "América" logró mantenerse en equilibrio sobre las inmensas olas y fue a caer de costado en medio de la pampa del
Chinchorro.
 
El "Wateree" fue levantado sobre lo más alto de la marejada, avanzó tierra adentro y quedó blandamente depositado a tres
kilómetros de la playa, sobre las arenas de la pampa.
 
El barco fue rematado tres meses más tarde y como se hallaba intacto, se lo transformó en hotel y casino de diversiones,
en el cual durante varios años se dieron exóticas fiestas, de gran lujo y alegría.
 
Más tarde fue destinado a hospital y finalmente, muchos años después, sirvió de bodega, hasta que un nuevo maremoto, el
del 9 de mayo de 1877, consiguió acercarlo hasta menos de medio kilómetro de la playa Las Machas.
 
La guerra del Pacífico puso fin a su porfiada existencia. Los blindados chilenos lo usaron de blanco para ejercitar la
puntería de sus grandes cañones hasta despedazarlo.

Por último, del "Wateree" sólo quedó una caldera, que aún hoy se exhibe en los Bajos de Chinchorro como Monumento
Histórico, como testimonio de la trágica tarde del 8 de agosto de 1868, en que el flamante buque de guerra fue lanzado
sobre la costa por el maremoto que se tragó entera a la ciudad de Arica.

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Antes del asalto y toma del
morro de Arica, el Wateree
sirvió de guía para el avance
del “Lautaro” por su dirección
de ataque por la costa. Este
regimiento tenía la
responsabilidad de engañar al
adversario de que el ataque
principal se realizaría por ese
frente. Pero como todos saben,
finalmente la sorpresa se dio en
55 minutos por los fuertes Este
y Ciudadela.

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