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MODO DE VIDA Y EXPECTATIVAS DE SALUD EN POBLACIONES DEL PERIODO FORMATIVO

DE LA COSTA NORTE DEL PERU: EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE


Author(s): Luis Pezo-Lanfranco and Sabine Eggers
Source: Latin American Antiquity, Vol. 24, No. 2 (June 2013), pp. 191-216
Published by: Cambridge University Press
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/43746218
Accessed: 13-05-2019 17:27 UTC

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MODO DE VIDA Y EXPECTATIVAS DE SALUD EN POBLACIONES
DEL PERIODO FORMATIVO DE LA COSTA NORTE DEL PERU:
EVIDENCIAS BIO ANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE

Luis Pezo-Lanfranco y Sabine Eggers

The present paper aims to reconstruct lifestyle and health parameters of three populations from Puéma
vian north coast , Central Andes, active during the Formative Period (2500-1 B.C.). Since the factors tha
plexity and its relation to crop-based subsistence are still being discussed , this analysis of 85 well-p
using 12 osteological markers for nutritional and functional stress, infectious diseases, and interper
the opportunity to understand the biological dimension of this process. Although we observe auditory e
ples, indicating the continuing importance of marine resources, other paleopathological findings,
archaeological data, support the idea of profound changes in lifestyle related to the rise of social compl
These include a 10 cm height decrease, changes in nutritional stress markers, and an increase in deg
eases in vertebra but not in the appendicular skeleton, whereas infectious diseases and violent traum
quent. Thus, in Puémape we witness considerable changes in the way of life across the Formative pe
changes in diet, division of labor, and social stratification.

Este trabajo evalúa el modo de vida y estado de salud de tres comunidades del sitio Puémape de la Cost
Centrales, pertenecientes al período Formativo (2500-1 a.C.). Puesto que los factores que llevaron al in
plejidad social en la región y su relación con un modo de vida basado en la agricultura están aún en dis
12 indicadores osteológicos de estrés nutricional, estrés funcional, enfermedades infecciosas y violencia i
individuos bien preservados, nos brinda la oportunidad de entender la dimensión biológica de este proces
cuencias de exostosis auditiva sugieren que la vida marina fue importante en todas las fases, hay una dism
en la estatura promedio, diferencias en los perfiles de desnutrición, incremento de infecciones crónicas
violencia interpersonal, y cambios en el patrón de enfermedades articulares degenerativas, que soportan,
datos arqueológicos, la idea de considerables transformaciones en el modo de vida a lo largo del perío
bios en la dieta, división del trabajo y estratificación social.

considerando sus posibilidades de autososteni-


dades estratificadas y "estados de primera miento. Según la hipótesis denominada "funda-
El dades generación"generación"
proceso estratificadas
habría ocurridodemuyhabría institucionalización ocurrido y "estados muy de de primera tempra- socie-
tempra- ción marina de la civilización andina", la
namente en los Andes Centrales. Datos arqueoló- complejidad social inicial y sus fenómenos aso-
gicos actuales indican la existencia de desarrollos ciados (sedentarismo, crecimiento demográfico y
sociales complejos en la Costa Central y Costa modificaciones estructurales de las relaciones
Norte del Perú, entre 3000-2000 a.C., con impre- sociales), anteriores a la introducción de la agri-
sionantes evidencias de arquitectura monumental, cultura de irrigación , se habrían basado en la explo-
cuya escala y distribución sugieren formas de con- tación de especies marinas (Moseley 1975; Quilter
trol político centralizado (Haas y Creamer 2006; y Stocker 1983). En oposición, otros académicos
Pozorski y Pozorski 2008; Shady 2003). han resaltado la escasa "capacidad de carga" del
Por su localización, el desarrollo de estas socie- mar peruano para soportar grandes poblaciones
dades de complejidad emergente1 ha sido estudiado con la tecnología de la época, afirmando que el pro-

Luis Pezo-Lanfranco y Sabine Eggers ■ Laboratório de Antropologia Biológica, Depto. de Genética e Biologia
Evolutiva, Instituto de Biociências, Universidade de São Paulo, Rua do Matão 277, 05508-900 São Paulo, Brazil.
(luispezolanfranco@usp.br; saeggers@usp.br)

Latin American Antiquity 24(2), 2013, pp. 191-216


Copyright © 2013 by the Society for American Archaeology

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ceso fue sustentado desde


ologíamuy
espacial y temprano por la
la paleobotanica, consideramos
producción de varias especies vegetales
necesario cuyo
un acercamiento a la biología deregis-
los pro-
pios individuos.
tro habría sido subestimado por Desde unainfra-repre-
una perspectiva bioarque-
ológica, se (Raymond
sentación de las evidencias abordan aquí algunos aspectos
1981;
Wilson 1981). relacionados con el estado constitucional, salud,
Otro modelo, formulado para la Costa Norcen- dieta y actividades cotidianas de tres poblaciones
tral, propone como punto de partida una temprana correspondientes a épocas distintas del período For-
simbiosis entre asentamientos "marinos" y "agrí- mativo andino, excavadas en 1990 en el sitio Pué-
colas", que habría creado las redes de contacto mape, Costa Norte del Perú (Elera 1997, 1998).
necesarias para dinamizar la economía y el inter-
cambio de tecnología entre pisos ecológicos, pro-
moviendo la aparición de polos de desarrollo en el Contexto Arqueológico
litoral y valles medios con la ulterior competencia
El Período Formativo en la
por prestigio y dominio territorial (Shady 2003).
Costa Norte del Perú
Este desarrollo económico habría girado en torno
al comercio de productos específicos , como el algo- Aunque las dataciones absolutas están aún en dis-
dón (imprescindible para la producción pesquera), cusión (Kaulicke 2010; Lumbreras 2006; Shibata
potencializando la hegemonía de los grupos pro- 2004), el desarrollo de las primeras sociedades cla-
ductores del interior (Haas y Creamer 2006). ramente complejas de los Andes Centrales se habría
No obstante, el proceso habría tenido trayecto- hecho mucho más evidente a partir del Arcaico
rias diferentes en otras regiones. Nuevas eviden- Tardío (-5000-2500 a.C.) y consolidado durante el
cias de antiguos procesos de domesticación de Formativo (2500-1 a.C.). El periodo Formativo ha
vegetales (Dillehay et al. 2005, 2007; Piperno y sido definido como una época de síntesis de nue-
Dillehay 2008) y la presencia de asentamientos vos avances tecnológicos, de consolidación de la
organizados de gran antigüedad (-8500-5000 a.P.) agricultura de irrigación, y de cambio entre un régi-
en los valles de la Costa Norte del Perú sugieren men de autosuficiencia y uno de especialización
que la adopción de la agricultura intensiva y la artesanal. En términos socio-políticos, es un perí-
estratificación socio-política habrían sido precedi- odo de transición entre sociedades igualitarias o
das por un proceso de desarrollo de "larga dura- poco jerarquizadas y otras consideradas clasistas,
ción" caracterizado por crecimiento poblacional, con la institucionalización de poderosas ideologías
desarrollo de territorialidad, separación de las esfe- que administraban importantes centros ceremo-
ras pública y privada, y actividad ritual, sustenta- niales (Elera 1994; Lumbreras 2006).
das en dietas de amplio espectro, estrategias de Asumiendo implícitamente que el proceso de
flexibilidad adaptativa y contactos de larga distan- emergencia de sociedades complejas de la Costa
cia (Dillehay 2011; Stackelbeck 2008). Norte del Perú se había iniciado en el litoral, estu-
Así, los procesos que llevaron al incremento de dios de patrones de asentamiento de mediados del
la complejidad social y sus relaciones con un modo siglo veinte sostenían que las comunidades asen-
de vida agrícola están aún en discusión y las pre- tadas cerca del mar durante el Formativo Temprano
guntas que permanecen abiertas son: ¿en qué fueron migrando en busca de tierra cultivable hacia
momento la agricultura se convierte en el medio el interior de los valles, hasta ocupar la totalidad
de subsistencia preferencial en el litoral de los de pisos ecológicos al final del Formativo Tardío
Andes Centrales? ¿La complejidad en ciernes, (Strong y Evans 1952; Willey 1953). Sin embargo,
basada en la riqueza marina o en estrategias de fle- datos más modernos permiten afirmar que muchas
xibilidad adaptativa, tuvo que buscar alternativas ocupaciones del interior de los valles, atribuidas en
en la agricultura para mantenerse, o el cambio de aquel entonces a períodos más tardíos, correspon-
régimen de subsistencia, con introducción de nue- derían en realidad al Formativo Temprano o épo-
vos cultivos, propició el desarrollo de sociedades cas anteriores, y que sus habitantes tenían una
complejas? subsistencia virada hacia la agricultura y contacto
Dado que la mayoría de datos que sustentan con grupos de pescadores desde épocas más tem-
estas hipótesis provienen básicamente de la arque- pranas (Dillehay 201 1 ; Zoubeck e Iberico 2004).

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Figura 1. Localización de Puémape (modificado de Google Maps 2008).

Los signos de centralización y crecimiento


despoblamiento del litoral (Elera 1997: 192; Onuki
demográfico son mucho más evidentes 1994:91;
durante Shibata
el 2004:89). En las postrimerías de
Formativo Medio, con grandes asentamientos
este período,
y el "Epiformativo" (Kaulicke 2010),
arquitectura monumental en los valles medios
hay señales
y lasde una restructuración política, con una
zonas de control de agua. El volumen y aparente sustitución del poder teocrático por uno
la frecuen-
cia de construcción indican un cambio fundamen- secular. Se observa una ocupación masiva de todas
tal en el ejercicio del poder, que presupone lalas zonas productivas, un pronunciado incremento
movilización de importantes contingentes pobla-en el área de habitaciones, y concentración pobla-
cionales (Billman 2002:375; Elera 1994:234; cional en grandes agrupamientos localizados en
Willey 1953:395). Este habría sido el período de posiciones defensivas en todos los valles de la
auge de la sociedad Cupisnique en la región y el región, sugiriendo un clima de violencia (Billman
momento en que la agricultura alcanzó una impor- 1996:210,223; Brennan 1980:20; Leonard y Rus-
tancia capital para mantener el sistema (Billman sel 1993:154; Willey 1953:396).
2002:378). Es notable, además, la instauración de
redes de intercambio de materias exóticas para satis-
El Sitio Puémape
facer nuevas necesidades de prestigio y la produc- El sitio Puémape (07°31'15" S; 79°32'15" W) está
ción artesanal a gran escala con sociedades localizado a unos 400 m del mar, en una tradicio-
compuestas por sacerdotes, artesanos, agricultoresnal villa de pescadores en el litoral de la quebrada
y pescadores (Elera 1994;Hocqenghemetal. 1993). seca de Cupisnique, entre los fértiles valles de Jeque-
Aparentemente la tendencia a ocupar las cuen- tepeque y Chicama, en la Costa Norte del Perú
cas altas se mantuvo constante durante el Forma- (Figura 1). Comprende aproximadamente 20 ha de
tivo Tardío, en el que además se observa unáreas domésticas, cementerios y estructuras cere-

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moniales de varias ocupaciones dellunatus)


pallar (Phaseolus período For-
y tubérculos endémicos
mativo (Tabla 1), y habría deestado articulado
la región (Dillehay a una
et al. 2007:1890; Piperno y
red de sitios mayores como Dillehay 2008:19623; Pozorski
Montegrande en el y Pozorski
valle
medio del Jequetepeque u 1979:Tabla
otros 2;del Valle
Raymond de Los
1981 :814). Chi-
contextos
cama o la Quebrada Cupisnique . Además
de preparación de alimentosde la pes-
incluyen piedras pla-
ca y recolección de moluscos, su emplazamiento
nas quemadas, asociadas a capas de ceniza, que
habría permitido la explotación deusadas
habrían sido ecosistemas veci-
para asar comida directamente,
nos, como lagunas de agua dulce,
y pozos suelos con
de almacenamiento aluviales
alimentos secos
cubiertos1997,
y áreas desérticas (Elera 1994, con arena 1998).
(Elera 1998).
Fase Puémape Medio. Esta fase, correspon-
Las Evidencias Arqueológicas de Puémape
diente al Formativo Medio, tenía como única evi-
Fase Puémape Temprano. dencia
Las 42 evidencias
entierros (intrusivosde esta
en capas domésticas
de Puémape Temprano),
fase, correspondiente al Formativo Temprano,con un patrón funerario
pro-
vienen de contextos domésticos
similar al deyla fase
de anterior,
24 entierros
aunque comparativa-
mente
asociados a la cerámica más más rico. Se trata
antigua del de fosas
sitio.circulares
En más
cuanto a su patrón funerario,
profundascada
( 1 -5 m)individuo está late-
, con el cadáver en decúbito
depositado en una fosa oval poco profunda,
ral flexionado, envuelto en algodónfle- y junco, sin
xionado y envuelto en un orientación
tejido constante,
liso de algodón
y con y roda-
grandes cantos
una estera de fibra vegetal.
dos Las ofrendas
depositados sonEntre
sobre el individuo. esca-las ofren-
sas, pero es notable la presencia de fina
das hay cerámica mates
de estilo(guajes
Cupisnique Clásico,
o bules), grandes piedras, y hematita
la máxima expresión contenida en(Larco
artesanal de la región
valvas de moluscos. No hay 1941una clara
; Strong y Evansdiferencia-
1952). También se registran
ción de estatus entre individuos (Elera
textiles de algodón 1998).
y aparejos Den-
de costura, cestería,
sos rellenos de desechos muestran
conchas grandes
de moluscos, huesos de lobo marino ( Ota-
cantidades de conchas de moluscos
ria sp.J, conejillo de aguas
de indias frías
"cuy" (Cavia porcellus ),
y vértebras de peces cartilaginosos
perro (Cannis sp.)comunes
y hojas de coca en el
(Erytroxilum
mar peruano, y restos de aves
coca). Noy haymamíferos
evidencias de otros mari-
vegetales, pero
nos. Entre los artefactos hay cerámica
se presume con
un patrón de decora-
subsistencia semejante al
ción incisa asociada al estilo Montegrande. Se
de Puémape Temprano. En Puémape Medio ha hay
individuosbarbadense),
reportado algodón ( Gossypium que poseen adornos de valvas de
jun-
cos y acacias, que probablemente eran usados en
Spondylus, concha de nácar y piedras semiprecio-
la fabricación de aparejos de pesca,
sas, que y excremento
indican contacto con regiones distantes
(Elera 1998).
de camélidos que habrían sido usados para trans-
porte (Elera 1998). Fase Puémape Salinar. Corresponde a varios
Entre los vegetales comestibles aparecen:
contextos domésticos ají
y funerarios intrusivos en el
(Capsicum sp.), mates (Lagenaria siceraria), cala-
piso de la plataforma del viejo templo de Puémape,
bazas (Cucurbita sp.), palta (Persea
luego americana
de un prolongado ), (Elera
hiato ocupacional
lúcuma (Lucuma abovata) 1y 997pacae
, 1 998) . El(Inga feuillet),
patrón funerario es totalmente dife-
árboles de zapote, bichayo rente
y alalgarrobo
de las fases anteriores. Los individuos están
(Capparis
macrophyla, Capparis ovalifolia y Prossopis
en posición extendida sp.),orien-
en decúbito ventral,
que aunque usados como tadoscombustible
al sur, acompañados detambién
grandes piedras, cala-
ofrecen frutos comestibles,bazas,
y algasadornos de nácar, escasade
marinas cerámica
con- utilitaria,
sumo tradicional en la región
y casi un (Elera
tercio de los1998:Tabla
entierros incluyen esquele-
97). El maíz (Zea mays) detos
esta fase
de perros (Elerapertenece
1994, 1998). a
variedades de tipo popcornA(palomero),
nivel regional, Salinar comunes
representa un punto de
en sitios formativos andinos2
ruptura (Bonavia 2008;
con las fases previas Elera
en cuanto a su cultura
1998:Tabla 97). Otras especies,
material.presentes desde intermedia
Si bien es cronológicamente el
Arcaico en los inventarios de sitios cercanos a Pué- entre la sociedad Cupisnique del Formativo y la
mape y que podrían haber sido parte del menú son: sociedad mochica, con fechas entre 400 a.C. y 100
maní (Arachis hypogaea), frijol (Phaseolus sp.), d.C. (Billman 1996: 187), sus vínculos con lo Cupis-

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nique no son claros y su origen es controversial.


poco fragmentados o pausibles de ser reconstrui-
Lareo (1941 , 1944) atribuyódos,
sudeterritorio
forma que permitiesen
a la observar
mar- estados
gen derecha del Río Chicama, pero
patológicos según laindividuales.
y/o características hipó-
tesis de Kaulicke (1992:898),La el
determinación
fenomeno del sexo enSalinar
adultos se basó
abarcaría áreas mayores al enterritorio Cupisnique,
criterios de morfología pélvica y craneal (Buiks-
con núcleo al norte del Ríotra Jequetepeque
y Ubelaker 1994:15). Con desde
excepción de algu-
donde se habría difundido nos
haciaadolescentes
el sur con evidente
para dimorfismo
poblar sexual,
los subadultos
los valles de Chicama, Moche y Virú. fueron clasificados como "indeter-
minados".
En los basurales de Puémape La edad en
Salinar se adultos
encon- fue estimada
tró gran cantidad de cerámica de estilo
mediante Blanco
morfología sobre
de sínfisis púbica (Brooks y
Rojo (iconográficamente másSuchey simple, pero condrocostal
1990), superficie tecno- de cuarta
lógicamente mejor lograda que(Loth
costilla la Cupisnique) y auricular del
e Iscan 1989), superficie
una gran cantidad de restos de
iliaco moluscos
(Lovejoy de
et al. 1985), aguas
y cierre de suturas cra-
tropicales que indicarían un
nealesdrástico cambio
(Meindl y Lovejoy cli-
1985). En subadultos
fue estimada
mático que habría propiciado mediante observación de cierre
la reforestación de de
las quebradas, normalmente secas (Elera
centros secundarios et yal.
de osificación, desarrollo
1992), y la práctica de agricultura en
vertebral y dental la Quebrada
(Sheuer y Black 2000). Los indi-
Cupisnique (Elera 1997:247).
viduos fueron clasificados en categorías amplias de
edad (Tabla
Aparentemente también hay 2).
algunas diferencias
en las prácticas de cocina. El fogón Salinar consiste
en un pozo profundo delimitado por grandes frag-
Indicadores Osteológicos de Modo de Vida
La categoría "modo de
mentos de cerámica para intensificar elvida" fue dividida
calor, en cua-
can-
tos rodados grandes y piedrastro dimensiones
con (con indicadores
fracturas específicos),
térmicas .
Las ollas quemadas encontradas habrían
diseñadas para sidodelusa-
observar el impacto medioam-
biente y las regulaciones
das para hervir líquidos y cocinar sobre los sociales en la constitu-
fogones.
Hay además grandes vasijasción
mamiformes
física y estado de salud desimilares
los individuos.
a las usadas para la fabricación de
Estrés chicha
Nutricional. Exv elen ladeépoca
proceso interacción
Moche (Castillo 2003:79; Elera 1998:97).
con el medio ambiente y la organización social de
A partir de estos antecedentes separte,
la cual forman puede inferir
los individuos pueden verse
que los cambios socio-políticos regionales ysuloca-
expuestos a situaciones críticas para subsisten-
les debieron haber sido acompañados no nutricional
cia o que provocan desequilibrio sólo por y dete-
cambios en el paisaje como rioro consecuencia
de la salud, como carencia deo acceso
la
domesticación del territorio, sino también
diferenciado a cierto tipopor una
de alimentos, presencia
serie de respuestas biológicas en ,los
de parásitos individuos
o infecciones gastrointestinales . Como
asociadas a cambios en su indicadores
modo de estrés
de nutricional
vida se utilizaron la
(inclu-
yendo variaciones en la dieta, actividades cotidia-
estatura promedio (Genovês 1967), la presencia de
nas, división social del trabajo y acceso hiperostosis porótica y criba orbitalia, activas y cica-
diferenciado a los recursos), reconocibles a través
trizadas (Buikstra y Ubelaker 1994:Figura 106a-d),
de indicadores bioantropológicos. e hipoplasias e hipocalcificaciones del esmalte
(Goodman y Rose 1991; Sapp et al. 1998:14).
Estrés Funcional. En comunidades con divi-
Material y Métodos sión social del trabajo es esperable la existencia de

La Muestra
grupos dedicados a trabajos específicos que mos-
trarán signos asociados a factores fisiológicos y
El material evaluado aquí fue analizado en 2007 en
mecánico-funcionales en huesos y articulaciones,
el Museo de la Nación de Lima. De un total de 97 permitiendo inferir patrones de actividades rutina-
individuos se seleccionaron 85 según los siguien- rias. Los indicadores usados aquí son la exostosis
tes criterios: 1 ) individuos de cualquier edad y sexo auditiva (Hutchinson et al. 1997) y enfermedades
hallados en los contextos funerarios de Puémape; articulares degenerativas del esqueleto (Kennedy
2) origen estratigráfico conocido; 3) huesos íntegros, 1989; Rogers y Waldron 1995).

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Tabla 2. Edad y Sexo de la Muestra Puémape.

Fase

Puémape Temprano Neonato - - 3 3 11.5


Infante - - 1 1 3.8
Niño 4 4 15.4
Adolescente - 2 1 3 1 1 .5
Adulto Joven 4 4 - 8 30.8
Adulto Medio 2 3 - 5 19.2
Adulto Viejo - 0 .0
Adulto no determinado 2 - - 2 7.7
Total 8 9 9 26 100.0

Puémape Medio Neonato - - 9 9 3 1 .0


Infante - - 2 2 6.9
Niño 4 4 13.8
Adolescente - 1 - 1 3.4
Adulto Joven 2 5 - 7 24.1
Adulto Medio 1 2 1 4 13.8
Adulto Viejo - 1 1 3.4
Adulto no determinado 1 - - 1 3.4
Total 4 9 16 29 100.0

Puémape Salinar Neonato - - 3 3 10.0


Infante 5 5 16.7
Niño - 2 2 6.7
Adolescente 1 - - 1 3.3
Adulto Joven 6 - - 6 20.0
Adulto Medio 8 3 - 11 36.7
Adulto Viejo 2 - - 2 6.7

Neon
Medi

Enf Se realizó un registro de presencia/ausencia de


indicadores por individuo y se determinó su pre-
cia d
un Valencia en cada población con fines comparativos . a
ciones de desnutrición e insalubridad en socieda- Para la estadística descriptiva e inferencial (prueba
des sedentarias. Los signos óseos compatibles con t, ANOVA, Chi cuadrada y Test Exacto de Fisher,
según el tipo de variable, a nivel de significancia
infecciones incluyen osteítis y osteomielitis ines-
pecíficas y patrones óseos de infección sistemica de p< .05), se utilizó el programa SPSS 12.0
diagnosticadas a partir de criterios cualitativos (Ort-
ner 2003:227, 275; Powell y Cook 2005:127). Resultados y Discusión: Indicadores
Traumatismos. Aunque la mayoría de los trau- de Salud y Modo de Vida en Puémape
matismos no son identifícables en los huesos, los
Como se esperaba para comunidades de pescado-
casos observables pueden proveer mucha informa-
ción sobre situaciones de violencia social. La recu- res insertadas en sistemas con diferente grado de
desarrollo de agricultura y desarrollo sociopolítico
rrencia de ciertos patrones traumáticos puede indicar
(Elera 1998), los resultados muestran perfiles pale-
violencia intra o intergrupal y/o accidentes deriva-
dos de actividades riesgosas. Los indicadores óseos
opatológicos diferentes, asociados a modos de vida
de traumatismos son fracturas y huellas de corte también
y diferentes, reflejo de adaptaciones a dis-
tintas estrategias de subsistencia y organización
sus procesos intermedios de cicatrización o dege-
neración (Campillo 2001:305; Lovell 1997). social.

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1 98 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

Tabla 3. Estatura Media por Fase en la Muestra Pué

Fase/Sitio

Puémape Temprano M 4 166.50 168.62 167.31 .968


F 3 157.78 163.33 159.67 3.17
Puémape Medio M 1 167.64 167.64 167.64
F 5 148.42 161.70 157.16 5.16
Puémape Salinar M 15 154.00 165.00 159.90* 3.55

* Diferen

Indicadores de Estrés Nutricional estratificadas , en las que diferencias de acceso a los


alimentos producen desnutrición infantil por reduc-
Estatura. Los individuos de Puémape Temprano ción de la ingesta proteica y reducción del creci-
eran longilíneos y gráciles, aunque con fuertes miento mucho más intensa en mujeres (Buzón
inserciones musculares en miembros superiores. 2006:30; Larsen 1997:16). Considerando la
En Puémape Medio los individuos son bastante segunda posibilidad, tanto el sedentarismo3, como
similares, mientras que los individuos de Puémape
el flujo genico producido por una penetración pau-
Salinar eran brevilíneos, bastante más robustos y de gente de estatura más baja (Giannecchinni
latina
con inserciones musculares más prominentes. y Moggi-Secchi 2008), podrían explicar un cam-
bio más gradual.
La estatura de los individuos de Puémape mues-
tra algunas variaciones importantes entre fasesLacombe (2000) usando métodos diferentes a
(Tabla 3). El análisis de varianza indica una dife-
los empleados aquí, calculó la estatura del "hom-
bre de Paiján" (el grupo conocido más antiguo de
rencia estadísticamente significativa entre grupos
para individuos masculinos (F = 9.956; p = .001 la Región Cupisnique, datado alrededor de 10,000
, gl
= 19) pero no para individuos femeninos (F = 2 . 1 a.C.),
24; en 167 cm en individuos masculinos y 157
cm en femeninos, describiéndolos como personas
p = . 1 90 , gl = 9) . De la comparación de medias entre
pares de grupos (prueba t con p < .05) , se colige de
queestatura relativamente elevada en comparación
no existen diferencias significativas en la estatura
a otras de la región, de musculatura fuerte, aunque
de huesos gráciles y cráneos dolicocéfalos, de
masculina entre Puémape Temprano (n = 4) y Pué-
mape Medio (n = 1) (t = .3071; p = .779); ni entre
características similares a las registradas aquí para
Puémape Medio y Puémape Salinar (n = 15) (tlos = individuos de Puémape Temprano , lo que podría
2.113;/? = .053). Sin embargo, la variación es cla-
ser un indicio de continuidad genética entre estos
ramente significativa entre Puémape Temprano dos
y pueblos. El mismo autor encontró estaturas
Puémape Salinar (t = 4.058,/? = .001). algo menores en las poblaciones pre-cerámicas
Aunque el tamaño de la muestra podría estar (164 cm en masculinos y 152 cm en femeninos) y
oscureciendo nuestra interpretación, la compara-cerámicas (163 cm en masculinos y 153 cm en
femeninos) de Huaca Prieta de Chicama, atribu-
ción arroja una disminución de estatura para la fase
Salinar de casi 10 cm desde Puémape Temprano.
yendo los cambios a contactos y flujo genico con
poblaciones
Estas diferencias ocurridas en un lapso de casi 1 ,500 serranas. Por otro lado, Verano
(1997:193, Tabla 5), en su estudio del cementerio
años (según las dataciones radiocarbónicas dispo-
Moche H45CM1 de Pacatnamú en el Valle de
nibles y la cronología relativa de la región), pueden
tener su explicación en: a) factores nutricionalesJequetepeque
y encontró, usando el método de Geno-
sociales, asumiendo sociedades más estratificadas
vés (1967), una estatura promedio de 157.6 cm en
masculinos y 146.8 cm en femeninos. Así mismo,
y un estado nutricional más precario e la época Sali-
refiere para el sitio El Brujo en el Valle de Chicama
nar; y/o b) factores genéticos , considerando la posi-
bilidad de que Salinar sea una población promedios de 159.9 cm en masculinos y 146.6 cm
colonizadora constitucionalmente más baja. en femeninos, compatibles con los registrados en
Con algunas excepciones, parece estar demos-individuos modernos de la región y mucho más cer-
trado que la estatura decrece en sociedades máscanos a los registros de Salinar que a los de Cupis-

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Figura 2. Prevalência de indicadores de modo de vida en Puémape: a) prevalência de indicadores de e


en todos los individuos; b) prevalência de exostosis auditiva en adolescentes y adultos; c) prevalência de i
de infección sistémica en adolescentes y adultos; d) prevalência de traumatismos en adolescentes y adu

puede es
nique. Siendo que en el registro arqueológico observarse en la Tabla 4, con diferencias
evidente una discontinuidad cultural, esta "dis-
estadísticamente significativas para criba orbita
entremás
continuidad biológica" entre Salinar y las fases Puémape Temprano y Puémape Salinar (X
tempranas de Puémape sugeriría en términos = 10.889;
gené- p = .001) y entre Puémape Medio y Pu
mape
ticos una sustitución poblacional que debe ser Salinar (X2 = 5.445; p = .019) debido a
escla-
recida por estudios futuros. escasa prevalencia en esta última fase.
Criba Orbitalia e Hiperostosis Por ótica. Por suorbitalia e hiperostosis porótica son lesio-
Criba
multicausalidad, es difícil determinar losnes
factores
poróticas primarias de los huesos de la órbi
ocular
particulares que producen los signos de estrés y la calota craneal respectivamente, prod
nutri-
cional en huesos y dientes. Sin embargo, cidasse hala proliferación de medula ósea diagnó
por
demostrado que estos están estrechamente tica de anemia. Su etiología permanece en deba
asocia-
(Stuart-Macadam
dos a deficiencias en la ingesta o exposición a agen- 1989; Walker et al. 2009) y se
tes patógenos productores de síndromesrelacionado
de mala a deficiencia en la ingesta o absorci
de micronutrientes,
absorción, particularmente durante los períodos de parasitosis intestinales, mal
crecimiento (Larsen 1997:32; Martin y Goodman
ria, leishmaniosis, hipoproteinemia, factores fisio
2002:67). lógicos asociados a anemia (menstruación,
La prevalencia de uno o más indicadores deginecológico, puerperio y lactancia) y
sangrado
estrés nutricional es 76.9 por ciento enfactores
Puémape culturales (tabúes alimentarios, monocul-
Temprano, 37.9 por ciento en Puémape tivo Medioy/o ydistribución desigual de algunos alimen-
54 .4 por ciento en Puémape Salinar (Figuratos).
2a)En Puémape Temprano hay criba orbitalia en
, con
50 por ciento (4/8) de masculinos, 44.4 por ciento
diferencias significativas entre Puémape Temprano
y Puémape Medio (X2 = 8.475, p = .004).(4/9) La pre-
de femeninos y 50 por ciento (2/4) de suba-
valencia de indicadores específicos en las dultos menores de 12 años. Estas altas proporcio-
tres fases

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200 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

nes indican que todos los individuos d


* nidad estaban expuestos a los factores e
en en r- en
en en vq en
® en en vo en por igual, y sugieren como origen del pro
en
anemia crónica y endémica.
uS
13 _ Q La producción de hiperostosis porótic
S -H _ T V orbitalia involucra, necesariamente, la m
S a.

cd
! ^
-s ed
matura de glóbulos rojos (hemolisis) y un
"9, '3 compensatoria (eritropoyesis) , que lleva
g, U - O O medular
sión <N y <N g
las consecuentes lesiones
cd S33 g
cd g «
S
Ml)
3
G
M)
por lo que las anemias megaloblásticas y
eu -S
D cas han sido señaladas como explicac
fc -H O ^ O T3
13 plausibles para la hiperostosis porótica q
>
'c mia ferropénica. Ambas pueden des
5 O H M N 3
cd
expansión medular por deficiencia cróni
ò
mina B 12 y ácido fólico (Walker et al. 2
Uh

& Jí
£
La anemia megaloblástica, una enf
C/3

PU
2 "O debilitante, de curso progresivo y pote
g
a> . 2 8 S $ s
^ Tř vo O O ^ mortal, puede ser asociada a enfermed
a o (N CN <N *
.o *8 w rreicas crónicas e infestaciones por nema
'G
s «"
'5
s « « « tf producirían la depleción de micronutrie
Z «
of
« g
H
r-
~
(N vo ker
VO ^
et al. 2009: 115). Así, las parasitosis
s -S
C/3


C/3 D S les podrían explicar, al menos parcialm
PQ Ł "§ ocurrencia de anemia entre los individuos de Pué-
oí a
•o
Il »-H m <N CN
oo
O G S mape Temprano, como han conseguido explicarla
O ~ U
g o en otros sitios de los Andes prehistóricos (Weir y
5 TD

C/3
a G
ed Bonavia 1985). Además, las posibilidades de que
PQ Pu ra O en es .g
la anemia de Puémape Temprano se deba a facto-
§
O res estrictamente dietéticos son remotas, puesto
•S
o
s O o - - I «4-H «4-H que el aporte de proteínas y hierro estaría teórica-
C/3
G ed
X) mente garantizado por el consumo de mamíferos
Ë
-a
ed marinos, peces y moluscos (FAO 2009). Asu-
.2 vo in es os o
'o
G ^ oo
0 0 en
^ oq
r- Gvq vq miendo una escasa antropización del paisaje y con-
JD
siderando la presencia de humedales, no debe
en en 3
> G
O
O
descartarse como agente etiológico alguna enfer-
5 č-3 C
t' 0 5 o č-3 2 ^ infecciosa
medad <n con v2signos de anemia hemolítica.
S H o
3 2 g Aunque en el viejo mundo estas lesiones han sido
f2 Ł
M
¿¡ M S §
m 11 hh<NO^O<N §
relacionadas con malaria, en América esta asocia-
<U 11 ^
Q. fi S ción es problemática, pues se supone que la mala-

1 G>
1
2 W G ria no existía en tiempos precolombinos (Guerra y
PU ^ ^ en 'g
Sánchez 1990:21).
En Puémape Medio la criba orbitalia no se pre-
o
ŁC
'g
M
S

M T
sentó
O
en masculinos
O -
(0/4),-3
pero si en bß
22.2 por ciento
D
(2/9) de femeninos y 3 1 .3 por ciento (5/16) de suba-
s S dultos menores de 12 años, con un descenso en la
s s
ed a S S frecuencia respecto a la fase anterior. La hiperos-
SI« I
vO G c -o tosis porótica no se presenta en masculinos (0/9)
O <8 .v2 g
ä ä s ni en femeninos (0/9), pero aparece en 12.5 por
«d «
•ti .2ed
73« Çj
Çj -2
-2 ed
ed
•e 2 's -s c ciento (2/ 1 6) de subadultos . Puesto que en esta fase
g © o -S "«a g hay una mayor cantidad relativa de subadultos falle-
s S 2 8 ^
$ -e .& .& .& S cidos menores de 12 años, y entre estos una consi-
j u sc sc sc *

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Pezo-Lanfranco y Eggers] EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE 201

derable cantidad de afectados por criba eestrés


hiperos-
nutricional (Reid y Dean 2000).
tosis, es lógico suponer que estos individuos no
En Puémape Temprano las hipoplasias se pre-
sobrevivieron a las agresiones medioambientales.
sentan en 75 por ciento de los subadultos (6/8) y
Se ha sugerido que las infecciones diarreicas enpor ciento (3/9) de individuos femeni-
en el 33.3
nos, pero ono aparecen en masculinos (0/8). Esto
niños pequeños, causadas por destete temprano
aguas contaminadas, juegan un importante rol en
sugeriría, con las debidas reservas, que los suba-
la prevalencia de hiperostosis porótica y criba
dultosorbi-
fueron afectados por eventos de estrés con-
talia, pues los individuos afectados puedensiderables
sufrir que, en el caso de tratarse de una
deficiencia de micronutrientes que influyen en el crónica, podrían estar asociados a su
desnutrición
crecimiento y desarrollo (Buzón 2006:34). Asen-
posterior deceso. No obstante, el hecho de que las
tamientos sedentarios estarían más expuestos a lasean más comunes en femeninos y no
hipoplasias
acumulación de desechos orgánicos, por existan
lo queen las
masculinos también es muy sugerente y
enfermedades diarreicas pueden haber sido comu- diferencias de trato y acceso a recur-
evidenciaría
sos durante
nes en estas poblaciones, con un lógico mayor la infancia.
impacto en subadultos. Los métodos morfológicos para identificar sexo
En Puémape Salinar hay diferencias marcadas
en subadultos son poco confiables y no podemos
respecto a las otras fases. La criba orbitalia no que
afirmar se todos los niños e infantes de nuestra
presenta en masculinos (0/17) ni en subadultos
muestra afectados por hipoplasias eran de sexo
femenino.
(0/10), y sólo en el 33.3 por ciento (1/3) de indivi- Así, también es posible que el alto
duos femeninos. Para hiperostosis poróticanúmero
tenemos
de hipoplasias en adultos femeninos sea el
sólo un hombre afectado (5.9 por ciento [1/17]).
resultado de mayor sobrevivencia a esos agentes
Considerando la probable tropicalización de del pai-
estrés infantil en comparación con individuos
saje (Elera et al. 1992) y tratándose de sociedades
masculinos (Wood et al . 1 992) . Si así fuese , la mor-
hipotéticamente más pobres y sujetas atalidad
sistemas
temprana en masculinos podría resultar de
políticos más opresivos, se esperaban para esta
un "atípico" trato diferencial y/o mayor suscepti-
bilidad de
época frecuencias más altas de estas lesiones; noestos debido a una menor resistencia
obstante, pocos individuos Salinar habrían sufrido
inmunológica (Klein 2000). Las hipocalcificacio-
anemia. Esto podría tener dos explicaciones
nes senopresentan apenas en una mujer (1/9) y un
necesariamente excluyentes: a) una dieta mejor ( 1/8) y estarían asociadas a fluorosis den-
subadulto
balanceada, derivada de la integración de tal redes
por altas cantidades de flúor (más de 4 ppm) en
comerciales o autosuficiencia en la producción
el agua dede consumo (Sapp et al. 1998:14).
algunos alimentos; y/o b) la ausencia de infeccio-
En Puémape Medio, las hipoplasias afectan a
25 por
nes intestinales, derivadas de nuevas prácticas ciento (1/4) de los individuos masculinos,
culi-
narias. La cocción y hervido de los alimentos
33.3estaría
por ciento (3/9) de los femeninos y 12.5 por
ciento
eliminando del espectro etiológico una buena (2/16) de los subadultos. Si bien las hipo-
parte
de entero-parásitos. plasias se presentan en alrededor de un tercio de
Hipoplasias e Hipocalcificaciones de Esmalte.
los individuos adultos y un quinto de los niños (res-
Las hipoplasias son lesiones de formatando foveal o cuenta anterior a los adolescentes), lo
de la
estriada en la superficie vestibular de laquecorona
significa un leve descenso en las proporciones
dental y corresponden a una deficiente formación
respecto a la fase anterior, la tendencia a presen-
de la matriz orgánica del esmalte. El destete, enfer-
tarse en femeninos y subadultos se mantiene simi-
medades infecciosas severas y episodioslar
deamal-
Puémape Temprano. En Puémape Medio las
nutrición durante la edad de desarrollo dental han
hipocalcificaciones afectan a 25 por ciento (1/4) de
sido señalados como factores etiológicosindividuos
(Good- masculinos, 22.2 por ciento (2/9) de
man y Rose 1991). Las hipocalcificaciones corres- y 18.8 por ciento (3/16) de los suba-
femeninos
ponden a una deficiente calcificación de dultos,
la matriz
indicando que el consumo de aguas con alto
orgánica del esmalte y se presentan como bandas de flúor, probablemente subterráneas,
contenido
horizontales o cambios de coloración de la corona era más extendido.
dental (Sapp et al. 1998:14). Su diagnóstico per- En Puémape Salinar las hipoplasias afectaban al
mite estimar la edad a la que el individuo sufrió 47 . 1 por ciento (8/ 1 7) de masculinos , 33 .3 por ciento

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202 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

Figura 3. Prevalência de exostosis auditiva por sexo en a

fríaspor
(1/3) de los femeninos y 20 y reconocida
ciento como (2/10)
una "enfermedad
de losprofe-
niños, lo que significa quesional"
casidela
nadadores,
mitad buzos
de y pescadores.
los indi- Por lo
viduos masculinos adultos tanto, poblaciones etapas
sufrieron dedicadas a de
la pesca y recolec-
estrés
metabòlico durante la infancia. En los individuos ción de mariscos, tienen mayor propensión a desa-
femeninos y subadultos la tendencia se mantienerrollar exostosis en relación directa con su
similar a la de fases precedentes. Las hipocalcifi- asiduidad a la práctica acuática y condiciones
caciones afectan al 1 1 .8 por ciento (2/17) de los indi- medioambientales específicas (Hutchinson et al.
viduos masculinos , no afectan a los femeninos (0/3) 1997; Okumura et al. 2006).
y afectan al 20 por ciento (2/10) de los niños. La prevalencia de exostosis calculada apenas
En Puémape Temprano y Puémape Medio las entre adultos y adolescentes (población más pro
hipoplasias corresponden mayoritariamente abablemente expuesta a los estímulos etiológicos)
estados carenciales entre los tres y cinco años de de las tres fases es: 44.4 por ciento (8/18) en Pué-
edad, mientras que en Salinar algunas hipoplasias mape Temprano, 28 .6 por ciento (4/14) en Puémap
pueden ser rastreadas hasta el primer año de vidaMedio y 25 por ciento (5/20) en Puémape Salina
e incluso remontarse hasta la vida intrauterina (Figura 2b), sin diferencias significativas entre
(con presencia de hipoplasias en dientes deciduos fases. Sin embargo, hay algunas diferencias en la
distribución de la condición entre individuos mas-
y permanentes en un mismo individuo). Esto
indica que las carencias nutricionales afectabanculinos
a y femeninos (Figura 3). En Puémape Tem-
los Salinar desde más temprano, posiblemente prano hay una frecuencia relativamente mayor en
con gestantes mal nutridas e infantes sometidosindividuos
a masculinos con un 87.5 por ciento de
privaciones desde el nacimiento, lo que concuerda afectados (7/8) contra 11.1 por ciento en femeni-
con datos arqueológicos que refieren una épocanos (1/9), estadísticamente significativa (X2 =
de dificultades. 9.919; p = .002; Test de Fisher p = .034). En Pué-
mape Medio la prevalencia es relativamente mayor
Indicadores de Estrés Funcional
en los individuos masculinos con un 50 por ciento
Exostosis Auditiva. La exostosis auditiva corres- de afectados (2/4), contra 22.2 por ciento en indi-
ponde a una hiperplasia ósea, ovoide o mamelo- viduos femeninos (2/9), sin diferencias estadísti-
camente significativas (X2 = 1.003; p = .316, Test
nada, que aparece en el tracto del conducto auditivo
de Fisher p = .053). En Puémape Salinar la fre-
externo. Ha sido registrada en deportistas de aguas

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Pezo-Lanfranco y Eggers] EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE 203

Figura 4. Prevalência de enfermedad articular degenerativa en adolescentes y adultos de Pu

cuencia es 29.4 por ciento (5/17) en en individuos


femeninos durante el período cerámico. Estos
datos, similares a los de Puémape, corroboran la
masculinos y no se presentó (0/3) en individuos
femeninos, sin diferencias significativas (X2 regional
tendencia = de disminución de la actividad
marina en el período cerámico. Ya en Puémape
1 .177 p = .278, Test de Fisher p = .539).
SalinarTem-
La alta prevalência observada en Puémape la distribución por sexos sugeriría un tipo
prano permite afirmar que la pesca y eldemarisqueo
organización diferente en torno a la actividad
marina,
eran actividades de subsistencia habituales, locon
que una proporción menor de masculinos
tiene correlato con el inventario zoológico y los
realizando la actividad acuática, aparentemente, a
contextos domésticos de la fase (Elera 1998). Ade-Esto podría ser interpretado como
exclusividad.
más, se puede observar que casi todos unalos nueva distribución de funciones, con forma-
indivi-
duos masculinos estarían participando
ción dede la de "especialistas" dedicados al mar,
grupos
actividad acuática, en tanto que la mayoría entre otros dedicados a otras actividades.
de los
femeninos se dedicaría a otras actividades. Enfermedad Articular Degenerativa ( EAD ) . La
En Puémape Medio la actividad acuática dis- enfermedad articular degenerativa es el proceso de
minuye relativamente, pero también observamos deterioro progresivo del cartílago articular con
una disminución de la participación masculina enmodificación de la superficie ósea subyacente
relación a la fase anterior y una aparente reestruc-como consecuencia de la actividad física intensa y
turación de funciones por género . Aunque la mues- el proceso natural de envejecimiento; así, las dife-
tra es pequeña para ser categórica, el hecho de que rencias en frecuencia y severidad entre individuos
los individuos femeninos afectados (dos de pueden reflejar el estrés funcional diferencial
mediana edad) muestren lesiones muy severas, correspondiente a sus condiciones de actividad
indicaría una asidua participación femenina en las física (Rogers y Waldron 1995).
actividades acuáticas. Hay en Puémape Medio evi- EAD vertebrales y EAD apendiculares se pre-
dencias de producción artesanal de mayor escala y sentan en las tres fases. Excluyendo a los subadul-
cambios en la cariogenicidad y textura de la dieta tos , la prevalência de EAD vertebral es de 77 .8 por
(Elera 1998; Pezo 2010b) que podrían explicar ciento (14/18) en Puémape Temprano, 78.6 por
estas diferencias por cambios en las actividades ciento (11/13) en Puémape Medio, y 90 por ciento
cotidianas , pero una simple reorientación del maris- (18/20) en Puémape Salinar, sin diferencias esta-
queo hacia la pesca, como se ha sugerido para otros dísticamente significativas . La prevalência de EAD
sitios del período, también podría explicar el fenó- apendicular es de 61.1 por ciento (11/18) en Pué-
meno (Pozorski y Pozorski 1979:165). mape Temprano , 69 .2 por ciento (9/13) en Puémape
Tattersal (1985) refiere para Huaca Prieta de Medio, y 55 por ciento (1 1/20) en Salinar, sin dife-
Chicama frecuencias de exostosis auditiva de 86 rencias significativas (Figura 4).
por ciento en masculinos y 16 por ciento en feme- En la comparación de EAD vertebrales especí-
ninos para el período pre-cerámico, que mudan ficas entre fases (Tabla 5) las únicas que presentan
para 50 por ciento en masculinos y 20 por cientodiferencias significativas son EAD apofisial cer-

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204 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

Tabla 5. Pre valencia de Enfermedad Articular Degenerativa

Puémape Puémape Puémape


Temprano Medio Salinar
(n = 18) (n = 13) (n = 20)

Lesión

Verte

Cervical Apófisis intervertebrales 7 38.89 2 14.29* 11 55.00


Disco 12 66.67 3 21.43* 11 55.00
Dorsal Apófisis intervertebrales 6 33.33 3 21.43 10 50.00
Disco 7 38.89 6 42.86 12 60.00
Lumbar Apófisis intervertebrales 7 38.89 6 42.86 13 65.00
Disco 10 55.56 6 42.86 14 70.00
Espondilólisis 0 0 2 14.29 1 5.00
Sacra Anquilosis sacro-iliaca 1 5.56 0 0 2 10.00
EAD lumbo-sacra 4 22.22 3 21.43 9 45.00
General Fractura vertebral compresiva 3 16.67 0 0 5 25.00
Espondilitis anquilosante 0 0 0 0 3 15.00
Cavitación cuerpo vertebral 1 5.56 0 0 3 15.00
Nodulo de Schmorl 4 22.22 6 42.86 4 20.00

Apendicular
Articulación Témporo-Mandibular 3 16.67 4 28.57 3 15.00
Tórax Clavículo-esternal. 1 5.56 0 0 2 10.00
Costo- vertebral 2 11.11 1 7.14 0 0
Miembro superior Hombro 6 33.33* 1 7.14 1 5.00
Codo 5 27.78 7 50.00* 3 15.00
Muñeca 4 22.22 1 7.14 1 5.00
Dedos de las manos 0 0 0 0 2 10.00
Miembro inferior Cadera 6 33.33 4 28.57 7 35.00
Rodilla 8 44.44* 5 35.71 2 10.00
Tobillo 3 16.67 0 0 0 0

♦Diferencia
de Fisher a

fajas a la frente. entr


vical Este tipo de carga también incre-
= menta artritis de vértebras torácicas, mientras que
5.179,/?
mapelos nodulos de Schmorl,Tem producto de hernias dis-
= cales, serían lesiones producidas por carga
.017) de de gran-
des pesos (Quevedo 2000:8; Sofaer
Medio. En 2000:252).
rrente En Puémape Medio la columna no parece
de estar
masculinos: EAD atlanto-axoidea con afección de
sujeta a un estrés tan grande, desaparecen las lesio-
nes de axis, tan comunes en Puémape Temprano,
la apófisis odontoides del axis, EAD cervical apo-
fisial y discal de diferente grado, EAD apofisial ydel
se reduce la intensidad de las lesiones en vérte-
segmento torácico superior (T1-T4) e inferior bras(T9- cervicales y torácicas superiores, pero se incre-
T12) y EAD con compresión en vértebras lumba- mentan ostensiblemente los nodulos de Schmorl en
vértebras torácicas medias y bajas y en lumbares,
res, algunos nodulos de Schmorl y osteofitosis más
persisten las espondilitis lumbares, y hay dos casos
severa en el segmento torácico inferior y lumbar.
de espondilólisis que puede ser atribuida a grandes
Lesiones en axis podrían indicar fuerzas de tensión
sobre la cabeza, en tanto que EAD cervical resulta esfuerzos físicos a repetición (Merbs 2001).
de la extensión y compresión del cuello (LarsenEn Puémape Salinar, además del aumento de
1 997 : 1 63) . En pescadores del norte de Chile , la frecuencia,
alta la intensidad de las lesiones se incre-
frecuencia de osteoartritis cervical ha sido asociada menta y el patrón parece modificarse, se observa
a la carga de pesos a la espalda suspendidos por una gran cantidad de nodulos de Schmorl en vér-

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Pezo-Lanfranco y Eggers] EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE 205

Figura 5. Patrones de enfermedad articular degenerativa apendicular en adolescentes y adultos de

tobillo derechos, que puede tener que ver con p


tebras cervicales y torácicas, y lesiones compresi-
turas
vas de lumbares con osteofitosis muy severa. correspondientes a alguna actividad espec
Existe
un caso de espondilólisis lumbar en un fica con sobrecarga en dichas articulacion
individuo
Además de remo y arponeo, compatibles con l
masculino. Espondilitis anquilosante (segmento
dorso-lumbar) inespecífica se presenta lesiones
asociada de hombro y codo, la práctica de la pe
con anquilosis sacro-iliaca en dos casos (Pezo de arrastre (ejecutada usando el tradic
colectiva
2010a:213). Sin embargo, estos cuadros nal
podrían
"caballito de totora") en la que existe una hip
rextensión
tener una etiología tanto degenerativa como infec- con sobrecarga unilateral de por
ciosa asociada a tuberculosis, lo que complica
menos eluno de los miembros superiores , pudo ha
diagnóstico (Ortner 2003:277). provocado este patrón.
Respecto a EAD apendiculares (Tabla 5) Las EADs de hombro son ostensiblemente más
existe
una disminución relativa de estas lesiones entre las en Puémape Temprano, aunque es una
frecuentes
población relativamente más joven. En pescadores
dos fases más tempranas y Salinar, con diferencias
estadísticamente significativas entre del norte de Chile, la EAD de rodilla ha sido aso-
Puémape
Temprano y Puémape Salinar para EADciada a posturas viciosas sobre las embarcaciones
de hom-
bro (X2 = 5.061 ,p = .025; Test de Fisherdurante el arponeo y la pesca (Quevedo 2000:8).
p = .038)
También
y EAD de rodilla (X2 = 5.791 ,p = .016; Test ha sido relacionada a estrés durante acti-
de Fis-
her p = .027), y entre Puémape Medio yvidades
Puémapeen posiciones de cuclillas o de rodillas y
Salinar para EAD de codo (X2 = 5.629,largasp = caminatas
.018 en terreno escarpado o empinado
Test de Fisher p = .026), que podrían ser (Lieverse
interpre-et al. 2007:12). Los cambios degenera-
tivos en
tadas como cambios en el patrón de actividad tobillo y huesos del pie pueden ser indi-
coti-
diano (Figura 5). En Puémape Tempranocativos de esfuerzos de locomoción o vicios
se puede
observar un patrón recurrente con afecciones de como en el tejido de cestas o esteras. Así
posturales
mismo,
articulación témporo-mandibular bilateral, hom- las lesiones témporo-mandibulares recu-
bro (predominio derecho), codo, muñeca,rrentes
rodillaindicarían
y una dieta más dura o alguna acti-

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206 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

vidad realizada con los maxilares relacionada a la


mape Temprano y Puémape Salinar (X2 = 3.993,/?
pesca o actividades artesanales con fibras vegeta-
= .046) y entre Puémape Medio y Puémape Sali-
les, que suelen ser "ablandadas" con los dientesnar (X2 = 3.855, p = .049).
antes de ser tejidas (Pezo 2010a:201). En adultos y adolescentes, las infecciones maxi-
En Puémape Medio parece existir un patrónlofaciales se presentan en 55.6 por ciento (10/18)
general algo diferente con un importante incre- en Puémape Temprano, 35.6 por ciento (5/13) en
mento en la frecuencia de EAD de codo bilateral Puémape Medio, y 60 por ciento (12/20) en Pué-
y una disminución de todos los otros marcadoresmape Salinar. En general, estas lesiones están aso-
respecto a la fase anterior. Las lesiones de codo obe-
ciadas a necrosis de la pulpa dental debido al
decen a la ejecución de ejercicios repetitivos de pro-
desgaste producido por una dieta excesivamente
nación, supinación (EAD de cabeza de radio) oabrasiva o a lesiones cariosas (Pezo 2010b). Bajo
flexión y extensión (EAD de tróclea humeral y arti-condiciones debilitantes como anemia o estados de
culación troclear de cubito), que han sido asocia-
desnutrición, pudieron significar un serio riesgo
dos a lanzamiento de venablos, remo, curtido de para la vida de los individuos, pues pueden dise-
pieles y la trituración de alimentos en moledoresminarse a través de planos musculares a la faringe,
de piedra (Lie verse et al . 2007 : 1 2) . En esta fase laslaringe y encéfalo (Sapp et al. 1998:84). También
lesiones de hombro son poco comunes. debieron ser comunes los cuadros de infección
En Puémape Salinar la distribución de lesionesótica, como lo son las patologías sinusales (no
apendiculares es más difusa. Sin embargo, se puedereportadas aquí), por complicaciones propias de la
detectar un patrón recurrente con EAD de caderaactividad acuática (Herzog 1995; Pezo 2010a:21 1).
bilateral y EAD en falanges de pies y manos que Sin considerar las infecciones maxilofaciales, la
no eran tan frecuentes en las fases anteriores. Desa- única fase que presenta frecuencias elevadas de
parecen las lesiones de rodilla y son muy escasas indicadores de infección es Salinar (Figura 2c).
las de hombro y codos. Se han detectado modifi-Signos de infección ósea inespecífica se presenta-
caciones en las carillas articulares de metacarpia-ron sólo en un 5.6 por ciento (1/18) en Puémape
nos que estarían relacionadas a la cestería, textileríaTemprano, un adulto masculino con una secuela de
y la confección de redes de pesca, con movimien-infección en la tibia izquierda, y apenas en 7.1 por
tos repetitivos e intensos (Pezo 2010a:201). ciento (1/13) en Puémape Medio, un adulto feme-
En general, se nota una mayor propensión delnino con osteítis de la superficie anterior de la tibia
los salinar a las lesiones vertebrales que podría derecha. Por su cercanía con la superficie cutánea
interpretarse como un verdadero cambio en las acti-
y relativa poca vascularización, la tibia es el hueso
vidades físicas respecto a las dos fases más tem-más afectado por infecciones inespecíficas asocia-
pranas, que muestran similitudes mayores entre sídas a traumatismos (Larsen 1997:185).
y en las que son más frecuentes las lesiones apen- En Puémape Salinar se presenta una impresio-
diculares. En Puémape Temprano, las lesiones sonnante cantidad de lesiones compatibles con infec-
compatibles con los perfiles de pescadores arcai- ción de curso crónico sistémico que compromete
cos del norte de Chile, en tanto que las lesiones de
al 40 por ciento (8/20) de los individuos adultos
Salinar (en columna y caderas) son más cercanas(Tabla 6). Básicamente existen cuatro enferme-
a perfiles de agricultores (Quevedo 2000; Rojas-dades infecciosas sistémicas reconocibles en un
Sepúlveda et al. 2008:427; Sofaer 2000). examen osteológico: lepra, tuberculosis, trepone-
matosis y leishmaniosis. En América pre-colom-
Enfermedades Infecciosas
bina está prácticamente descartada la existencia de
Dentro de esta categoría están incluidas todas laslepra, mientras que la leishmaniosis y la tubercu-
enfermedades de carácter infeccioso sistemico que losis han sido incuestionablemente demostradas
producen lesiones en los huesos, las infecciones (Guerra y Sánchez 1990:31,32,41). Respecto a la
óseas inespecíficas y las infecciones maxilofacia-treponematosis, hay un amplio debate sobre su ori-
les. La prevalencia de infecciones es de 66.6 porgen y diseminación en América (De Melo et al.
ciento en Puémape Temprano, 53.9 por ciento en2010; Powell y Cook 2005).
Puémape Medio, y 85.9 por ciento en Puémape Aunque los patrones de lesión no son categóri-
Salinar, con diferencias significativas entre Pué-camente típicos, en Salinar hay un alto porcentaje

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PezoLanfranco y Eggers] EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE 207

Tabla 6. Prevalência de Indicadores Patológicos Compatibles con Enfermedad Infecciosa


en Individuos Adultos de Puémape.

Puémape Puémape Puémape


Temprano Medio Salinar
(n = 18) (n = 13) (n = 20)

Lesión

Infecciones máxilo-faciales 10 55.56 5 35.71 12 60.00


Lesiones erosivas de cráneo 0 0 0 0 2 10.00
Osteítis de clavícula 0 0 0 0 1 5.00
Osteítis de húmero 0 0 0 0 1 5.00
Osteítis de fémur 0 0 0 0 1 5.00
Osteítis de tibia 1 5.56 1 7.14 3 15.00
Osteítis de peroné 0 0 0 0 3 15.00
Tibia en forma de sable

de ind
com
das a
rio
lar
perios
nio com
de
cas 201
ne
defor
tub
ma
(Figur
en dic
for
ciadas
Traumatismos
vículas
En asociación con el contexto, las fracturas óseas
asimet
están relacionadas, según el pr
duo sexo del individuo y
sin co
la ubicación y patrón de la fractura, con acciden-
han en
tes personales o episodios de violencia interperso-
nal de
nasales diversa índole (Merbs 1989; Lovell 1997).
Las dos fases más tempranas de Puémape presen-
Aunqu
yaws
tan bajas frecuencias de traumatismos , en tanto queo
Salinar presenta frecuencias bastante más altas l
duce
como
(Figura 2d). En los niños e infantes no se detecta-
1995:1
ron lesiones y para efectos de nuestro análisis fue-
ron obviados. En Puémape Temprano los
tubérc
traumatismos detectados en adolescentes y adul-
2001:2
contos alcanzan 6.6 por ciento (1/18), sig en Puémape
se Medio 15.4 pue por ciento (2/13), y en Puémape Sali-
nar 80 por ciento (16/20), con diferencias estadís-
(Powel
se ticamente tratsignificativas entre Puémape Temprano
y Puémape Salinar (X2 = 16.468; p = .000) y entre
otros h
dosPuémape Medio y Puémape Salinar en (X2 = 9.402; p
= .002).
2005;
dionalEn el análisis de traumatismos por regiones ana-
Arriaz
tómicas específicas (Tabla 7), no hay diferencias
Del m
significativas entre Puémape Temprano y Puémape
Medio para ningún marcador. Puémape
que co Salinar pre-
tebral
senta significativamente más traumatismos cráneo-
faciales (X1 = 13.930; p = .000) y de parrilla costal
vérteb

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208 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

Tabla 7. Prevalência de Traumatismos Específicos en A

Puémape Puémape Puémape


Temprano Medio Salinar
(n = 18) (n = 13) (n = 20)

Traumatismos

Cráneo-facial 0 0 0 0 11 55.00*
Costillas 0 0 0 0 5 25.00*
Húmero 0 0 0 0 1 5 .00
Cubito 0 0 0 0 2 10.00
Radio 0 0 0 0 4 20.00
Huesos de la mano 0 0 1 7.14 4 20.00
Tibia 1 5.56 0 0 0 .00
Peroné 0 0 0 0 2 10.00

Huesos del pie 0 0 0 0 3 15.00


Traumatismos perimortem

*Diferen
de Fishe

(6/20) de los masculinos=


(X2 adultos y no aparecen en 5
los femeninos. En Salinar, el 64.7 por ciento (1 1/17)
Puémap
de los individuos traumatizados muestra más de una
mape S
lesión; varios individuos combinan lesiones en el
cráneo-
er cráneo
p (parietales, frontales,
= temporales), la cara .
(nasales, maxilares, malares), tórax
más ele y antebrazos
(lesiones defensivas predominantemente cubitales
diferen
otros traumatismos. o metacarpals) . La mayoría de las lesiones se pre-
En Puémape Temprano la única lesión detectada senta en el lado izquierdo, lo que sugiere golpes
es una fractura oblicua completa y desplazada de con derecha en un combate frontal, aunque el patrón
tibia izquierda en un individuo adulto masculino, bilateral también es común (Figura 7c-f).
cicatrizada con éxito , que podría corresponder a una Los traumatismos craneales y faciales inten-
situación accidental, pues este tipo de fractura es cionales, el patrón lateral de afectación y su pre-
poco común (Figura 7a). Su resolución debió sencia más común en masculinos, han sido
requerir cuidados y colaboración de la comunidad atribuidos a violencia interpersonal (Lovell
con el individuo. 1997: 166). Las fracturas cubitales de tercio medio
En Puémape Medio se presentaron dos casos: o distal, denominadas de "parry" (Judd 2008), fre-
una fractura mal consolidada del segundo meta-cuentes en Salinar, pueden ser asociadas a accio-
carpiano izquierdo en un adulto masculino, que nes defensivas del individuo. Algunas otras
fracturas consideradas accidentales como lesiones
puede tener que ver con episodios de violencia
interpersonal; y una lesión punzo-cortante peri-radiales, falángicas y fracturas de peroné (Campi-
mortem en la cara anterior del sacro en una mujerllo 2001 :3 19; Merbs 1989: 186), dentro del contexto
de mediana edad (Figura 7b) . El contexto no es muySalinar también podrían ser producto de violencia.
informativo sobre los móviles de este ejercicio de En este grupo también se presentan dos posi-
violencia contra la mujer. bles casos de traumatismo perimortem. Uno corres-
En Puémape Salinar, el 88.2 por ciento (15/17)ponde a un individuo con los dedos de manos y pies
de los individuos masculinos y el 66.6 por ciento"cercenados" (Elera 1994:246) que fue encontrado
(2/3) de femeninos presentan algún traumatismo.envuelto en una tela, con taparrabo, sin cráneo y
Los traumatismos craneales alcanzan un 35.3 por sin las dos primeras vértebras cervicales. El entie-
ciento (6/17) en individuos masculinos y 33.3 por rro, aunque respetó la orientación al sur, no tenía
ciento ( 1/3) en femeninos, y los traumatismos facia-ofrendas y tampoco estaba acompañado por perros
les, que en su mayoría son fracturas de huesos nasa-(Elera 1998: 544), y puede ser clasificado como
les y máxilo-malares, se presentan en 30 por ciento"entierro atípico" (Eckhout y Steward 2008). Sin

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Pezo-Lanfranco y Eggers] EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE 209

Figura 6. Lesiones infecciosas en Puémape: (a) tibias en forma de sable en individuo AM-M; (b) v
tibia y peroné derecho del mismo individuo, nótese la periostitis en el tercio distal de la tibia; c) tib
de individuo AJ-M; (d) tibias en forma de sable y peronés aplanados en individuo AM-M; (e) os
fémur derecho en un AV-M de Puémape Salinar; (f-g) infecciones odontogénicas agudas en in
Temprano; (h-i) comunicación buco-sinusal y correspondiente rarefacción de la pared anterior del

embargo, al análisis forense las lesiones de


Lesiones
manos cuyas improntas evidencian el uso
y pies muestran huellas de presión conarmas como mazas, hachas, lanzas, flechas
un objeto
cuchillos
de punta roma y no hay huellas de corte ni que producen lesiones contuso-corta
de ensayo
con intención
de corte en los huesos, por lo que se presume corres- expresa de matar al adversario
pondan a la acción de un carroñero, lo que noindicadores
claros des- de violencia intergrupal. Por
carta la posibilidad de cercenamiento y acción
lado, el hecho de que la mayoría de los cadáv
posterior de algún animal. No obstante, pertenezcan
el indivi- a individuos masculinos de 21 a
años también
duo también presenta una lesión perimortem en el es muy sugerente. Sin embargo
hombro derecho compatible con objetohay punzocor-
referencias de que los entierros perteneci
a un
tante. Estas evidencias sugieren un periodo de evento
aban- único a pesar de la proximidad de
emplazamiento
dono del cadáver y su posterior enterramiento. El (Elera 1998:143). Podemos a
mar, con base en el íntegro de los indicadores,
otro individuo presentaba una fractura perimortem
que comprometió las dos corticales enla elcomunidad
parietal Salinar de Puémape estuvo suje
eventos
derecho y una huella de corte en el frontal repetitivos de violencia.
derecho,
ambas compatibles con objeto contuso-cortante.

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21 0 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

Figura 7. Traumatismos observados en Puémape: (a) fractura


lesión perimortem en individuo AM-F de Puémape Medio; (c) les
de Puémape Satinar; (d) lesión punzo-cortante perimortem en ho
tura máxilo-malar antemortem en AM-M de Puémape Satinar;
Satinar.

Reflexiones Finales condicionarla. Con las necesarias reservas debidas


al tamaño muestral, si las carencias nutricionales

Dieta y Salud en Puémape derivadas de un cambio en el patrón de subsisten-


cia hicieron efecto sobre la constitución física de
Como una hipótesis a ser examinada, se había los
afir-
individuos, esto no parece haber ocurrido entre
mado que "... la dieta de Puémape era óptima Puémape
y Temprano y Puémape Medio, dónde la
habría permitido sedentarismo, buena reproduc- estatura es compatible con una dieta más rica en
ción y buena salud" (Elera 1998: 171). Sin proteínas, mientras que en Salinar la dieta sería
embargo, los indicadores bioantropológicos regis- más rica en carbohidratos (Elera 1997, 1998; Pezo
trados aquí muestran que la dieta de Puémape está y Eggers 2010). No obstante, aunque la disminu-
bastante lejos de ser "óptima" y que esto no ten- ción de la estatura, derivada de los pobres niveles
dría que ver con el valor nutricional de los pro- nutricionales asociados al sedentarismo y al
ductos hallados en el registro arqueológico sino aumento de densidad poblacional, generalmente
con otros factores como una mala combinación de está acompañada de estados carenciales demostra-
nutrientes, una escasa cantidad de alimentos, una bles en huesos y dientes, en el caso de Salinar su
distribución inequitativa, o la presencia de agentes
etiología necesita ser mejor esclarecida pues es pro-
infecciosos. Nosotros la calificaríamos simple- bable una sustitución poblacional.
mente como suficiente y razonablemente segura La prevalência de indicadores de estrés nutri-
cional asociados a anemia se presenta alta en Pué-
para favorecer el sedentarismo y también la repro-
ducción. Respecto a la "buena salud" discordamos mape Temprano y algo menor en Puémape Medio,
de la afirmación y pensamos que existen varioslo que apunta a que el estado nutricional habría
otros factores además de la dieta, como las agre-mejorado durante Puémape Medio. Aunque esto
siones medioambientales y sociales, que pudieronpodría tener varias interpretaciones, pensamos que

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Pezo-Lanfranco y Eggers] EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE 21 1

esta "mejoría" obedece a un mejor control exclusivamente


de los a la pesca. Sin embargo, en Pué-
agentes infecciosos por la introducción de mape, la prevalência de exostosis auditiva sugiere
nuevos
métodos de cocina (procesamiento y hervido del
una dependencia decreciente en los recursos mari-
alimento) o la propia antropización del paisaje. Los de las fases, y la figura de mayor espe-
nos a través
indicadores de estrés nutricional infantilcialización
sugieren solamente se presenta durante Puémape
que en las fases más tempranas la dieta seTemprano,
repartía donde la pesca-forrajeo marino tendría
dando preferencia a los individuos masculinos en más intensivo y sería una actividad casi
un carácter
exclusiva
detrimento de femeninos, y que los subadultos, en de varones. El patrón de lesiones articu-
general, habrían estado mucho más expuestos lares de a
la fase también es compatible con un modo
deyvida
factores de estrés (parasitosis, desnutrición pro-más cercano a cazador-recolector marino,
bables infecciones agudas). que incluye algunas posturas que sobrecargan sobre
todo hombros
En la población Salinar la virtual ausencia de y rodillas, asociables con la nave-
gación
casos de anemia lleva a inferir que algunas y la carga de peso o largas caminatas, tal
varia-
ciones culturales habrían mejorado la vez dieta en
transportando la pesca a otras latitudes como
cuanto a su contenido de agentes infecciosos. Lascomo era común en períodos prehispáni-
arrieros,
nuevas formas de cocinar también habrían cosprodu-
tardíos (Rostworowski 2004:320,333).
En Puémape
cido un ablandamiento de la dieta y un aumento de Medio la actividad marina habría
disminuido relativamente y habría ocurrido una
su cariogenicidad, tanto por el uso más extendido
de la cerámica como por el consumo de redistribución
más azú- de las actividades entre hombres y
cares y almidones (Pezo 2010b; Pezo y EggersAparentemente las mujeres comienzan a
mujeres.
2010). En Salinar, la alta prevalência de trabajar
hipopla- más en el mar, mientras los varones pro-
bablemente se reorientan a otras actividades. Para
sias y la reducción de la estatura indican desnutri-
esta época
ción infantil asociada a una dieta más pobre en Elera (1994, 1998) ya asume algunas
proteínas durante la etapa de crecimiento. No obs- de estatus en los patrones funerarios y
diferencias
tante, considerando la localización de Puémape, la
la producción de cerámica está visiblemente incre-
mentada,
carencia proteica es difícil de sustentar, a no siendo evidente la influencia de podero-
ser por
sos sistemas
una hipotética "ración insuficiente" que podría ser ideológicos que posiblemente
reflejo de nuevas condiciones de estratificación
configuraban una sociedad dividida en algunos gru-
posinferir
social. De la integración de datos se puede especializados. Aunque en general el aspecto
una dieta "más agrícola" o al menos diferente indicadores
de los para de enfermedad articular verte-
Salinar. En valles vecinos la agricultura ya
bralera la relativamente en esta fase, estos pare-
mejora
cen ser
actividad principal en esta época, con un gran más intensos en individuos femeninos. En
incre-
mento de las áreas de cultivo (Billman 2002:380;
Puémape Medio las lesiones muestran una distri-
bución similar
Pozorski y Pozorski 1979: 173; Warner 2010:87) y a la fase anterior, pero se incre-
es probable que lo mismo sucediera en la mentan
Quebrada
los nodulos de Schmorl en toda la población
Cupisnique, que parece haber sido más húmeda
como un enindicador de sobrecarga en las columnas.
la época (Elera et al. 1992). La frecuencia de lesiones apendiculares sobre todo
en los codos de individuos femeninos de esta fase
Reorientación del Patrón de Subsistencia y
sugeriría la intensificación de alguna actividad que
Cambios en las Actividades Cotidianas
involucra esta articulación. En términos biológicos
Una dieta agrícola no necesariamente significa lasun
"víctimas" de esta reorganización de funciones
habrían sido las mujeres.
modo de vida agrícola, pues esta podría ser obte-
nida por intercambio. Debemos considerar que Lo que parece existir en Salinar es un patrón
estas poblaciones probablemente formaban parte diferente en la distribución intracomunitária de acti-
vidades.
de sistemas políticos y comerciales que incluían la En perspectiva comparativa, la propor-
ción de individuos dedicados a la actividad marina
existencia de especialistas en diversas actividades.
Si se tratase de intercambio, debería haber señales
es menor y todos son masculinos, lo que sugiere
de alta especialización pesquera en los sitios que
del el resto de la comunidad podría estar dedi-
litoral, con indicadores de actividad acuáticacando
en el tiempo a otras actividades. En Salinar son
una mayor proporción de individuos dedicados más drásticas las lesiones articulares de columna y

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21 2 LATIN AMERICAN ANTIQUITY [Vol. 24, No. 2, 2013

cadera. En general, las degeneraciones articulares


pudo representar un problema
vertebrales indican actividades de carga
su contagio constante
durante el contact
de pesos significativos y degenerativos
actividades en neurológicos
que la fle- h
xión de las columnas es mayor. En Aunque
de la vida. este caso,
no los
tenemo
evidencias
indicadores son compatibles más tempranas
con actividades pro- de
pias de la agricultura. SinCentrales,
embargo, la
enhipótesis
comunida-de la m
los Salinar
des agrícolas hombres y mujeres es compatible
participan en las con
sido registrada
actividades desde muy pequeños y están para épocas
sujetos a m
Andes
estrés desde temprana edad, Colombianos
incluso y tambié
con activida-
un clima
des más intensas para mujeres más cálido (Aldana
(Rojas-Sepúlveda
et al. 2008:428; Sofaer 2000:350;
1998:86).Steinbock
Un cambio 1976:
climátic
ción del
287), cosa que aparentemente no paisaje",
sucede en como
Sali-han i
nar, donde es notable, por(1992: 15) para
el grado esta fase de Pu
de degenera-
ción relativo a un tiempo favorecido
menor, que la diseminación
los individuos de
masculinos estaban sujetosmedades. Del mismo
a una carga mucho modo,
más lo
intensa de trabajo. cambio entre la Costa Norte
ecuatoriales
En los sitios de valle bajo o amazónicas
como Puémape, la (Ele
qenghem
agricultura habría sido factible etelal.
bajo uso1993; Shady 1
de téc-
nicas sencillas de irrigación4 y en campos
argumentos hundi- su pr
para explicar
dos o " wachaques " (Elera la tuberculosis, de ser confir
1997:197; 1998:153;
Lumbreras 2006:15). Sin embargo,
estado no tenemos
de salubridad bastante
lesiones de
datos precisos sobre la capacidad tuberculosas óseas so
la tierra para
el cultivo durante la épocaque significaría
Salinar. que,
Por otro a pesar
lado,
la localización cercana delvarlos,
sitio al muchos
Valle de más individ
Jeque-
tepeque (aproximadamente estarían
7 km en afectados. La presen
la actualidad)
de las
podría haber facilitado el dos infecciones o la concurrencia
intercambio, en el de ambas
caso
sugiere condiciones
de que la agricultura estuviera limitadade salubridad
por bastante
facto-pobres
res de relieve. Recientes que pueden estar relacionadas con
investigaciones el patrón de
sugieren
aglomeración
que la población Salinar de Puémape del asentamiento
habría Salinar.
estado
Para esta épocaintercambio
inserida en una esfera de vigoroso hay evidencias de la existencia
con
sitios del interior como deJatanca
elites en los valles
(Elera
vecinos 1994:248;
(Brennan 1980:15;
Elera
Warner 2010: 138). Aunque 1997:186; Leonard
faltarían más y Russel
datos 1993:160),
paralo
que sugiere
confirmarla, una hipótesis probables diferencias
alternativa paradeexpli-
acceso a los
productos
car estos perfiles "agrícolas" ende la dieta y escenarios
Salinar podría de hambruna
ser
dentro de un clima
la migración hacia otras regiones para de violencia
realizar generalizada
tra- en la
bajos estacionales, como región,
se ha quesugerido
podrían explicar de modo indirecto
para épo- la
cas más tardías (Rostworowski 2004:333).
presencia de estas infecciones sistémicas. El por-
qué no se presentan signos de este tipo de infec-
Enfermedades Infecciosas ción en las dos fases más tempranas sugeriría que
y Reestructuración Sociallas condiciones de vida no eran tan malas como en
Los datos históricos han lademostrado
fase Salinar. Así, mientras
que las infecciones
los gru- de las
fases previas
pos prehispánicos sufrieron estarían asociadas al procesamiento
predominantemente
enfermedades de curso crónico, asociadas
de la dieta y antropización a en
del medio, unSalinar
modo de vida sujeto a privaciones,
estarían más asociadas
enfermedades
a pobreza y hacinamiento.
transmisibles y precario estado de higiene (Guerra
Violencia Interpersonal
y Sánchez 1990). En Puémape sólo aparecen lesio-
y Reestructuración Política
nes óseas compatibles con procesos infecciosos
En Puémape,
crónicos en la fase Salinar. las diferentes frecuencias
Los patrones de lesión de trau-
matismosson
treponematósica en Salinar obedecerían al carácter más o menos con
compatibles vio-
yaws , una enfermedad de lentocarácter
del contexto socialprogresivo
de cada fase. La fase másque

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Pezo-Lanfranco y Eggers] EVIDENCIAS BIOANTROPOLOGICAS DEL SITIO PUEMAPE 21 3

vida
violenta de las tres habría sido Salinar, en la de
quelasla
comunidades del litoral de la Costa
Norte
mayoría de los traumatismos se presentan de los Andes Centrales se deterioraron pau-
en indi-
viduos masculinos jóvenes y de medianalatinamente
edad, con durante el período Formativo como
reflejo
alta frecuencia de politraumatizados, lesiones de su sujeción a regímenes de complejidad
ante-
creciente.
mortem y perimortem infligidas con armas letales,
y contextos funerarios "atípicos", compatibles con
Agradecimientos. Agradecemos la invalorable colaboración
eventos violentos inter-comunitarios repetitivos.
de Rafael Vega-Centeno, Sandra Téllez, Carlos Elera, Museo
Sin pretender afirmar que los tiempos pre-Salinar
de la Nación (Lima-Perú), Fundação de Apoio à Pesquisa do
fueron idílicos y sin atisbos de violencia Estado
(puesde exis-
São Paulo (Brasil): 2011/503399, Conselho
ten algunas evidencias aisladas en la región),
Nacional de losDesenvolvimento Científico e Tecnológico
(Brasil): bolsa produtividade (SE) y los tres revisores anóni-
datos indican que la violencia fue más importante
mos del manuscrito. A "los antiguos" de Puémape, con
en Salinar. Aunque por el momento no podemos
respeto.
definir la escala y carácter de esta violencia, nues-
tros datos corroboran ampliamente los de otras
investigaciones que califican a la época SalinarReferencias Citadas
como una época de reestructuración política.
Aldana, Sayra G.
El contexto social Salinar ha sido descrito como 2005 La treponematosis en la historia de Colombia: una
un momento de cambio en el que las ideologías que mirada desde la Ecología Histórica. Revista Inversa
l(2):6-28.
soportaron las teocracias de los períodos anterio-Billman, Brian
res dan paso al poder secular. Por otro lado, ocu- 1996 The Evolution of the Prehistoric Political Organiza-
rre un gran aumento poblacional en algunos sitios tions in The Moche Valley, Peru. Tesis doctoral inédita,
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Chicama (Leonard y Russel 1993:154). Los con-Brennan, Curtis T.


1980 Cerro Arena: Early Cultural Complexity and Nucle-
textos funerarios "empobrecen" y hay evidencias ation in North Coastal Peru. Journal of Field Archeology
recurrentes de armas y violencia en los propios 7:1-21.

individuos (Elera 1997:197;HeckeryHecker 1992; Brooks, Sheilag T., y Judy Suchey


1990 Skeletal Age Determination Based on the Os Pubis:
Strong y Evans 1952:58). La explicación a estos A Comparison of the Acsádi-Nemeskéri and Suchey-
fenómenos podría ser una creciente competencia Brooks Methods. Human Evolution 5:227-238.

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bilidad, las comunidades preocupadas por laCampillo, Domènec
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estrategias diversificadas para obtenerlo, lo queCastillo, Luis J.
incluiría todas las formas pensables , desde la explo- 2003 Los últimos Mochicas en Jequetepeque. En Moche
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