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d-iy Parte II, Los sucnos, 1915-6 [1916] Leccion XIV. 10. Realizaciones de deseos Seftoras y seiores: Habre de recordaros uns vez mis el camino que hemos ya revorride? ;Habré de recordaros como, habiendo tropezado en la aplicacion de nuestra téeniea eon la deformacion onitica, nus decidimos a prescindir momentancamente de ella y pedir a los suefios infantiles datos decisivos sobre la naturaleza del tendmeno onirico? eDebo. por tiltimo. recordaros eémo una vez en posesion de los resultados de estas Investigaciones atacamos directamente la defurmacién de los suefios cuvas dificultades hemos ido veneiendo una por una? Mas Heyados a este punto. nus vemos vbligados a convenir en que lo que hemos obtenido siguiendo el primero de estos caminos no coneuerda por completo con los resultados que las investigaciones efectuadas en la segunda direccién nos han proporcionado. Asi. pues. nuestra labor mas inmediata sera la de controntar estes dos grupos de resultados 3 ponerlus de acuerdo Por ambos lados hemos visto que la elaboracion oniriva consiste esencialmente en una transformacién de ideas en sucesos alucinatorios. Esta transformacién constituye ya de por si un hecho enigmatico. pero se trata de un problema de Psicologia general. del cual no tenemos para qué ocupamos aqui Los sueiios infiantiles nox han demostrady que kt elaboracion ti nile w suprimir, por la realizaeion de wn deseo. unt exeitacidn que perturba el reposo. De la deformacion de los suefios no podiamos decir lo mismo antes de haber aprendido a interpretar éstos. Pero desde un principio esperamos poder deducir tos sueiios deformades al mismo punto de vista que los infantiles. La primera realizacion de esta esperanza nos ha sido proporcionada por el descubrimiento de que. en rigor. todos los suefios son sucies infantiles. pues todos ellos Jaboran con materiales infantiles y tendencias y mecanismos de este wénero. Y puesto que consideramos como resuelta la cuesti6n de la deformacién onitica. nos queda Gnicamente por investigar si la concepcion de la realizacién de deseos se aplica igualmente a los suefivs detormados. En paginas anteriores hemos sometido a interpretavion una serie de Suenos sin tener en cuentet el punto de vista de a realizacion de deseos. ). por tanto, tengo kt eonviecion de que mas de una vez os habéis preguntado: Pero -qué se ha hecho de aquellu realizacion de deseos que antes se nos present «como el fin de la elabora nonirica? Esta interrogacion posee una gran importancia, pues es la que generaimente nos plantean nuestros eritivos profinas. Com ya subéis, ka Humanidd expetimenta una c-ly aversion instintiva hacia todas las novedades intelectuales, siendo una de las manifestaciones de esta aversion el hecho de que cada novedad queda en el acto reducida a su mas pequeia amplitud y como condensada en una formula. Para la nueva teoria de los suefios la formula corriente es la de «reatizacion de deseos». Habiendo vido decir que el suefio es una realizacidn de deseos. puede preguntarse en seguida donde se halla tal realizacion. Pero al mismo tiempo que se plantea sucle ya resolverse esta interrogacion en sentido negative. sin esperar mas amplias esplieaciones, Fundindose en el recuerdo de innumerables experiencia personales. en kis que el displacer mas profundo y hasta la mas desagradable angustia han uparecido ligados a los suefios, declaran nuestros criticos ue las afirmaciones de la teoria psicoanalitica sobre los mismos son por completo inverosimiles. esta objecion nos es lieil responder que en los suefios deformados puede no ser evidente la realizaciin de desees, debiendo set buscada y resultando muchas veces imposible de demostrar sin una previa interpretacion del suefio. Sabemos igualmente que los deseos de estos suteiios deformadus son deseus prohibidos ¥y reprimidos por la censura, deseos cuya existencia constituye precisamente la causa de Ja detormacién onirice y lo que motiva la intervencién de la instaneia censora, Pero es dificil hacer eutrar en la cabeza del eritico protano la evidente verdad de que no. se puede buscar la realizacion de descos en un steel sin antes huberlo interpretado. Nuesito critico olvidard constantemente esti verdad, may su actitud neyativa ante la teoria de la realizacién de deseos no vs en el fondo sino una consecueneia de Ja censura onirica. pues viene a sustituir en su psiquismo a los deseos censurados de los suefios y es un efecto de la negacion de los mismos, Tendremos. naturalmente. que explicarnos la existencia de tantos suefios de contenido penoso y en particular fu de los sueios de amgustia o pesadillas, Nes hallamos aqui por vez primera ante el problema de los sentimientos en ef suefo. problema que mereceria ser estudiado por si mismo, Desgraviadamente, no podemos efectuar aqui tal estudio. Si el suefio es una realizacién de deseos. no debiera provocar sensaciones penosas. En esto parecen tene razén fos critivos profanus. Pero existen rres complicuciones en las cuales no han pensado. w En primer lugar. puede suceder que la elaboraeion onitiea no consiga erear plenamente una realizacién de deseos y pase. por tanto, al contenido manifiesto un resto de los atectos dolorosos de las ideas latentes. EV andlisis deberd entonces mostraros -y en efecto nos lv muestra en cada caso de este énero -que las ideas latentes eran atin mucho mas dolorosas que el suefu formado a sus expensas. En estos suefios admitimos gue la elaboracion onirica no ha aleanzado el fin que se proponia, «lel mismo modo que aquellos sueiios en los que soamos beber no logran su objeto de dominar la excitacion producida por la sed y acabamos por tener que despertamos para beber realmente. Mas, sin embaryo. hemos tenido un sueno verdadero y que ne ha perdido nada de su cardcter de tal por no haber conseguidy constituir la tealizacion del deseo. Debemos. pues, reconocerlo asi. y decir: Ct desint vires. tumen est faudkinda voluntas, Si el deseo no ha sido satisfecho, no por ello la intencion deja de ser laudable, Estos frueasos de la elaboracién oniriew ne son nada rares, Lo que a ellos contribuye es que los afectos sou a veces harto resistentes y. por tanto resulta muy dificil, para la elaboracion, moditicarlos en el sentido deseudo. Suvede asi que. aun habiendo conseguido la elaboracién transformar en una realizacién de deseos el contenido doloroso de las ideas Jatentes. el sentimiento displaciente que acompaiia a las mismas pasa sin moditicacidn ninguna al suefio manifiesto. En los suios de este genero existe, pues, un completo desueuerdo entre el afeeto y el contenido manifiesto. circunstancia en {a que se fundan muchos eritivos para negarles un caracter de realizavion de deseos. alegando que ineluso un contenido inofensivo puede aparecer acompaiiado de un sentimiento de displacer. Frente a esta incomprensivat objecion haremos constar que precisamente en esta clase de steos es en to que la tendeneia a a realizacidin de deseos se manifiesta con mas elaridad, pues aparece totalmente asada E] error proviene de que aquellos que no conocen ta Neurosis se imaginan que existe entre el contenido y ¢l afecto una intima conexion, y no comprenden que un contenido pueda quedar moditicado sin que lo sea a la vee la manifestacion alectiva que le correspond. 2) Ota cireunstaneia mucho mas importante. que ¢! profang omite tener en cuenta, es la que sigue: una realizavion de deseos debiera ser. desde luego. una causa de placer, Mas {para quién? Naturalmente, para aquel que abriga tal deseo. Ahora bien: sabemos que fa actitud del sujeto con respecto a sus deseos vs una actitud harto particular. pues los rechaza, los censura y no quiere suber nada de ellos, Resulta, pues, que la realizacisin de los mismuy no puede procururle placer al uno. sino todo lo contrario, y la experiencia nos muesira que este acto contrario. que permanece aiin inexplicado. se manifiesta en forma de anpustia. En su actitud ante los deseos de sus suetios. el durmiente se nos muestra, por tanto, como compuesto de dos personas diferentes. pero unidas. sin embargo. por una intima comunidad. G-44 En vez de entrar en una detallada explicacion de este punto conereto os recordaré un conocido cuento en e! que hallamos una identica situavién, Una hada bondadosa promete a un pobre matrimonio la realizacion dle sus trey primeros deseos Encantado de la generosidad del hada se dispone el matrimonio a escoger con todo cuidado, pero la mujer. seducida por el olor de unas salehichas que en la cabana vecina estan asando desea comer un par de ellas. » en cl acto aparecen sobre La mesa. quedando cumplido el primer deseo. Furioso, el marido pide que las salchichas aquellas vayan a colgar de las nariees de su imbecil mujer, deseo que es eumplido en el ast. como el segundo de tus tres concedidos. Inutil decirys que esta situacion no resulta nada agradable para la mujer. 5 comp, en el fondo. su murido se siente unido a ella por el cariio conyugal. el tercer deseo ha de ser el de que las salchichas vuelvan a quedar sobre la mesa. Este cucnto nos muestra claramente come la reatizacion de deseos puede constituir una fuente de placer pars una de las dos personalidades que al Sujeto hemos atribuide y de displacer para la otra. cuando ambas no se hall de acuerdo No nos seta difieil Heyar ahora a una mejor comprension de las pesadillas. Utiizaremos todavia una nueva observacion ¥ nos decidiremos luego en favor de una hipotesis. en apoyo de la cual podemos alegar mas de un areumento, La observacidn a que me refiero es ka de que kts pesadillas muestran con frecuencia un contenido exento de tod deturmacion: esto e>. un contenido que. por decitlo asi. ha escapado a la censura La pesadilla es muchas veces una realizacion no encubierta de un deseo, pero de un deseo que. Iejos de ser bien acogido por nosotros. es rechavado y reprimido. Lav angustist que acompana a esta realizacion toma entonces el puesto de la censure, Mientras que el suefio infantil podemos decir que es la abierta realizacion de un deseo admitido. y del sueto ordinario, que es la realizavion encubierta de un deseo reprimido. no podemos definir la pesadilla sino como Ia franca realizacién de un deseo reprimido. y la angustia constituye una indicacidn de que tal deseo se ha mostrado mas fuerte que lacensura y se ha realizady o se hallaba en vias de realizavion, a pesar de la misma. Facilmente se comprende que para el sujeto que se situx en tal punto de vista de la censura. una tal realizavion ha de ser obligadamente un mananual de dolorosas sensaciones y le ha de hacer cologarse en una actitud detensiva. El sentimiento de angustia que entonces experimentamos en el suet podemos decir que €s un reflejo de la angustia que sentimos ante la fuerza de determinados deseos que hasta ef momento habiamos conseyuide reprimir Lo que para las pesadillas no deformadas resulta verdadero. debe de serlo tambien par ayuellas que han sulrido una deformacion parcisl y para todos los dems suefios desagradables. cuyas penosas sensaciones se aproximan mas © menos a la angustia La pesauilla es seguida generaimente por un sobresaltado despertar. quedando intetrumpido nuestro reposo antes que el deseo reprimido del suelo haya alcanzado, en contra de la censura, su completa realizacion En estos casos. el suelo no ha podido cumplir su tuncién, pero esto no modifica en nada su peculiar naturaleza. Fin efecto, comparamos al stievio con un vigilante nocturno encargado de proteger nuestro reposo contra posibles perturbuciones: pero también los vigilantes despiertan al vecindario cuando se sienten demasiado débiles para alejar sin ayuda ninguna Ia perturbacién o el peligro. Esto no obstante. conseguimos muchas veces continuar durmiendo aun en el momento en que el suenio comienza a hacerse sospechoso y a convertirse en pesadilla. En tales casos, solemos decimos, sin dejar de dormir: «No es mas que un sueio». proseguimos nuestro reposo. Mas {cudndo udquiere el deseo onirico una potencia tal que le permite salir victorioso de la censura? Fsta cireunstaneia pucde depender tanto del deseo como de la censura misma. Por razones desconocidas, puede el deseo adquitir. desde luego. en un momento dado una intensidad extraordinaria, pero tenemos la impresidin de que mas trecuentemente es ala censura a la que se debe este desplazamiento de las relaciones reciprocas entre las fuerzas actuantes. Sabemos ya que la intensidad de la censura es muy variable » que cada elemento es tratado con muy distinte rigor. A estas observaciones podemos ahora ahadir la de que dicha variabilidad va atin mucho mas lejos y que la censura no aptica siempre igual rigor al mismo elemento represible Si alguna vez le sucede hallarse impotente anie un sueno que intenta dominarla por sorpresa, utiliza. en efecto, de lat deformacion. el ultimo arbitrio de que dispone. poniendo fin al reposo por medio de la angustia Al llegar a este punto de nuestra exposicion advertimos que ignoramos alin por qué estos deseos reprimidos se manifiestan precisamente durante la noche como perturbadores de nuestro reposo Para resolver esta interrogacion hemos de fundarnos en la especial naturaleza del estado de reposo. Durante el dia se hallan dichos deseos sometidos a una rigurosa censura que les prohibe. en general, toda manitestacion exterior Pero durante la noche esta censura. como mucis otros intereses de la vida psiquiea, queda suprimida © por lo menos considerablemente disminuida en provecho del deseo onitico. esta disminucidn de kt censura durante ka noche es a lo que dichos deseos prohibidos deben la posibilidad de manifestarse Muchos individuos nerviosos, atormentados por el insomnio. nos han contesado que all principio eta el mismo volumtatio, pues el miedo a los sueiios. esto es. a las consecuencias del relajamiento de la censura que el reposv trae consigo. haeta que prefieran permanecer despiertos. Facilmente se ve que tal supresidn de la censura no constituye una grosera falta de prevision EL estado de reposo paraliza nuestra motilidad. y nuestras perversas intenciones. aun cuando entran en actividad. no Hlegaran nunca @ producir cosa distinta de los suefios. los cuales s on practicamente inofensivos. Esta tranguilizadora cincunstaneia queda evpresida en la razonable observacion que el durmiente se hace de que todo aquello no es nis que un suefo, observacin que forma parte de la vida nocturna, pero no de la vida onirica: «Esto no es mas que un sueio. $ puesto que no puede pasar de ahi. dejémoslo hacer y eontinuemos durmiendo.» @) Si, en terver lugar. records la analogiat que hemos establecido entre el durmiente que lucha contra sus deseos y un fictivio personaje compuesto de dos indiv idualidades distintas, pero estrechamente ligadas una u otra. observareis. sin esfuerzo. que existe ora razon para que la realizacién de un deseo pueda ser considerada como algo extraordinariamente desagradable, 0 sea como un castigo. Retornemos a nuestro cuento de los tres deseos. La aparicion de las salehichas sobre la mesa constituye lt realizacion directa del deseo de 4a primera persona. esto es. de la mujer. la adherencia de las mismas a la nariz de la mprudente son la realizacién del deseo de la segunda persona, o sea del marido. pero constituye asimismo el castigo iniligido a la mujer por su absurdo deseo Mis adelante. al ocuparnos de Las neurosis halkiremos la motivacién del tercero de los deseos de que el cuento nos habla. Retiriéndome ahora al punto concreto del castizo. he de indiearos que en [a vida psiquica de! hombre existe un gran numero de tendencias punitivas muy energicas a las que hemos de attibuir ka motivaviOn de lu mayor parte de los suenios displacientes. Me objetargis aqui que. admitiendo todo esto. nuestra famosa realizacion de deseos queda reducida a su mas minima expresion: pero examinando los hechos con un mayor detenimiento comprobaréis lo equivocado de vuestra critica Dads la variedad (de la cual ys trataremos mas tarde) que la naturaleza del suefio podria revestir -y que segiin algunos autores reviste, en eleeto- . nuestra definicion (realizacién de un deseo, de un temor o de un castigo) results verdaderamente limitada, Debemos, ademas, tener en cuenta que el temor o la angustia es algo por completo opuesto al deseo y que lus contrarios se encuentran muy proximos unos de ottos en a asociacidn, ¢ incluso Hlegan a confundirse. como ya sabemos, en lo inconsciente. Ademis el eastigo es por si mismo la realizacion de un deseo: el de aquella parte de la doble personalidad del durmiente que se halla de acuerdo con la censura. Observareis que no he hecho la menor concesidn a Vuestras objeciones coatra la teoris de la realizacion de deseos. Pero tengo el deber. que no quiero eludir, de mostraros que cualquier suefo detormado no ¢s otra cosa que una tal realizacidn. Recordkd el ejemplo que interpretamos en una de las lecciones anteriores y a propésito del cual! hemos descubierto tantas cosas imteresantes: 9 de tres malas localidades de wn @ retiero al Suenu que gravitas cn to teatro por un florin cincuenta céntimos. Una sefora a la cual su marido anuncia aquel mismo dia que su amiga Elisa. tan sélo tres meses menor que ella se hia prometido a un hombre honrado y digno, suefa que se encuentra con su esposo en el teatro, Una parte del patio de butacas se halla casi va Su marido fe dice que Hlisa y su prometido hubieran querido Venir tambien al teatro. pero que no pudieron haverlo por no haber encontrado sino es localidades muy malas por un florin cincuenta céntimos Ella piensa que no ha sido ninguna desgracia no poder venir aquella noche al teatro. En este suelo descubrimos que las idess latentes se retieren al remordimiento de la seora por haberse ewsado demasiado pronto y « su falta de estimacion por su marido. Veamios ahora como estas melancdlicas ideas han sido eluboradas y transtormadas en la realizacién de un deseo y donde aparecen sus huellas en el conteniclo manitiesto. Sabemos ya que ef elemento udemasiado pronto, apresuradamente, ha sido eliminado del suefto por la censura. El patio de butacas medio vaeio constituye una alusién a él EL misterioso «3 por un Horin eincuenta céntimos» nos resulta ahora mas comprensible gracias a nuestro posterior estudio de] simbolisme anitigo E13 representa realmente en este suefio a un hombre, y el elemento manitiesto en que aparece puede traducirse sin dificultad para la idea de comprarse un marido con su dote. («Con mi dote hubiera podide comprarme un murido diez veces mejor.») El matrimonio queda claramente reemplazado por el hecho de ir al teatro, » el «tomar con demasiada anticipacion los billetes» Viene a sustituitse a la idea «me he casado demasiado pronto» sustitucion motivada directamente por kt walizacidn de deseos. La sujeto de este sueno no se ha sentido nunca tan poco satisiecha de su temprano matrimonio como el dia en que supo la noticia de los desposorios de su amiga. Hubo. sin embargo. un tiempo en el gue tenia « orgullo el hallarse prometida y se consideraba superior a su amiga Ftisa, Constituye. en efecto. un hecho muy cortiente ul de que his jovenes ingenuas manifiesten su alegria, en los meses gue preceden al matrimonio. ante la proximidad de la época en que podran asistir a toda clase de especticulos. sobre todo a aquellos que de solteras les estaban prohibidos. Se transparenta en este hecho una curiosidad, que seguramente tue. en sus prineipios. de naturaleza sexual y recaid con especialidad sobre le Vid seal de los propios padre curiosidad que constituyd en este caso uno de ivy mas enérgices motivos que @ dy impulsaron a nuestra heroina a Su temprano matrimonio, De este modo es como el «ir al teatro» llega en el suet a constituir una sustitucion representativa del «estar casada» Lamentando ahora su temprano matrimonio, se transports La seora a la epoca en que el mismg vonstituia pard ella la realizacion de un deseo, permitiéndoly satisfacer su curiosidad visual. y guiada por este deseo de una epoca pasada, reemplaza el hecho de hallarse casada por el de asistir al teatro. No puedo ser acusado de haber escogido. ciertamente, el ejemplo mas eémodo para demostrar la existencia de una vculta realizacidn de deseos. Mas el provedimienty que nos permite llegar « descubrir tales realizaciones es analogo en todos los sueitos deturmados. No pudiendo emprender aqui ningtin otro andlisis de este zénero, he de limitarme a aseguraros que nuestra investigacion quedaria en todo caso coronada por el mais completo éxito. Sin embargo. quiero consagrar atin algunos momentos a este punto especial de nuestra tworia: pues se por experiencia que es uno de los mais expuestos a los ataques de la critica y @ la incomprension Pudierais, ademas. erecr que el aadir que e] suefo puede ser. ademas de la realizacin de un deseo, la de un angustioso temor u de un castigo. he retirado una parte de mi primera tesis, y juzgar favorable la ocasién para arrancarme ottas concesiones. Por iltimo. quicto evitar que, como otras varias veces. sv me reproche el exponer demasiado sucintamente. y por tanto de un modo muy poco persuasive. aquello que a mi me parece evidente, Muchos de aquellos que me han seguido en la interpretacién de los sueos y han aceptado tos resultados obtenidos se detienen al llegar a a realizacién de deseos y me preguntan: Admitiendo que el sueio tiene siempre un sentido ¥ que este sentido puede ser revelado por la tecnica psivoanalitica. :euil es la razon de que contra toda evideneia deba hallarse siempre moldeado en Ja formula de la realizacion de un deseo? Por qué el pensamiento noctumo no habria de tener. a su sez, sentides tan variados y multiples como el diurno’”? O dicho de otra manera. por qué el suefio no habria de corresponder unas veces a un deseo realizado, o como nos habéis expueesto, «un iemor o un eastigo. ¥ otras. en cambio. a un proyecto, une aulvertencia, na reflesidn con Sus argumentos en pro y en. contra, wn reproche. un remorclimiento. una tentativ de prepararse a un trabajo inmediato, ete.” {Por qué habria de expresar siempre y iinicamente un deseo o todo lo mas su contrario? Pudiera suponerse que una divergencia sobre ese punto carece de importancia. siempre que sobre los demas se esté de acuerdo. y que habiendo hallado el sentido del suetio y establecido el medio ule descubritlo, restilta en extreme secundaria la cuestion de fijar estrictamente dicho sertido Pero esto vonstituye un grave error. Lina mala inteligencia sobre este punto ataca a la esencia misma de nuestro conocimiento de los suefios y anula el valor de] mismo para la inteligencia de la neurosis. Volvamos. pues. a nuestra interrogavion de por qué un sueiio no ha de corresponder a cosa distinta de la realizacion de un deseo. Mi primera respuesta sera la que en todos estes casos acostumbro formular: ignore por qué razén no sucede asi. y por mi parte no tendria ningin inconveniente en que asi fuera, pero la realidad es distinta y nos obliga u nechazar una tal concepeién de los sueios. mas amplia y vomoda que la que aqui sostenemos, En segundo lugar. tampoco me es ajena la hipdtesis de que el suefo puede corresponder a diversas operaciones intelectuales. En una historia clinica publicada por mi se halla incluida la interpretacién de un suefio que, después de repetirse tres noches consecutivas. no volvid a presentarse. y mi explicacién de esta particularisima circunstancia es la de que este suefio correspondia a un proyecto, ejecutado ef cual no tenia ya razén ninguna para continuar reproduciéndose. Posteriormente he hecho tambien publico el anilisis de otro suefio que cortespondia una contesion Pero entonces. como puedo vontradecitme y afirmar que el suefiu no es siempre sino un deseo realizado? Lo hago asi para alejar él peligro de una ingenua ineomprension que podria destruir por completo el fruto de los estuerzas realizados para aleanzar la inteligencia del sueio, incomprension que contunde el sueiio con las ideas oniricas latentes y atribuye al primero algo que solo a las segundas pertenece. Es exacto que el sueio puede representar todo aquello que antes hemos enumerado y sustituirlo: proyectos, advertencias, reflexiones. preparativos, intentos de resolver un problema, etc.. pero un utento ¥ detenido examen os hard observar que nada de esto resulta cierto con respecto a las ideas latentes. de cuya transformacion ha nacido el contenido manifiesto. La interpretacion onirica nos ha mostrado que el pensamiento inconsciente del hombre se ocupa con tales proyectos y reflexiones. con los que la elaboracion onirica forma despues los suefios. Solo si esta elaboracion no os interesa y [a eliminais por completo para no atender sino a la ideacion inconsciente del hombre. es como podréis decir que el sueno corresponde a un proyecto. una advertencia, ete Este procedimiento se sigue con gran frecuencia en la actividad psicoanalitica cuando se trata de destruir la forma que ha revestido el suefio y sustituirla por las ideas latentes que le han dado origen. Lo -Ly Se nos revela, pues, en el examen particular de kas ideas latentes que todos aquellos, actos psiquicos tan complicados que antes hemos enumerado pueden realizarse fuera de la coneiencia: resultado tan magnifico como desorientante Pero, volviendo a la multiplicidad de los sentidos que los suefivs pueden poseer. os he de indicar que no tenéis derecho a hablar de una tal multiplicidad sino sabiendo que os servis de una formula que no puede hacerse extensible a la esencia del fendmeno onirico, Al hablar de «suefios». habréis de refiritos siempre a suelo manitiesto, esto es. al producto de [a elaboracion onirica. o todv lo mas # gsta elaboravion misma, o sea al proceso psiquico que. sirvigndose de las ideas latentes. forma el suefio manifiesto. Cualquier otro empleo que deis a dicho término podra crear graves confusiones Cuando. en cambio, querdis referiros a las ideas latentes que se ocultan detras del contenido manifiesto. decidlo directamente ¥ no contribuyais a complicar el problema = ya harto intrincado -con un error de concepto » una expresién imprecisa Las ideas latentes son la materia prima que fa elaboracién onirica transtorma en el contenido manifigsto. Deberdis. por tanto, evitar toda confusién entre esta materia y la labor que le imprime una forma determinada. pues sino, :qué ventaja llevais a aquellos que no conocen mas que al producto de dicha elaboracion y no pueden explicarse de donde proviene y como se constituye? 1 dnigo elemento esencial del suetio se halla constituido por fa elaboraciOn. la cual acti sobre la materia ideologies Aunque en determinados casos prdctivos nos yeamos obligados a prescindir de este hecho. no nos es posible ignorarlo en teoria La observaciGn analitica muestra igualmente que la elaboracién no se limita a dar a estas ideas la forma de expresion arcaica 0 regtesiva que conoceis. sino que. ademas. aftade siempre a ellas algo que no pertenece a las ideas tatentes del dia, pero que constituye. por decislo asi, la fuerza mowriz de la formacion del sueie. Este indispensable complemento ¢s el deseo, también inconseiente, para cuya realizacion sufre el contenido del suefo todas las transformaciones de que ya hemos hablado. Limitandonos t tender en el sueio a las Weas por él representadas. podemos. desde luego. atribuirle las mas diversas signiticaciones, tales como las de una advertencia, un proyecto. una preparacién, etc... pero al mismo tiempo sera siempre la realizacion de un deseo inconsciente. y considerado como un producto de la elaboracién, no seré nunca cosa distinta de una tal realizacion. Asi, pues. un sueiio no es nunca exclusivamente un proyecto. una advertencia. etc... sino siempre un proyecto 0 una advertencia que han recibido, merced a un deseo inconseiente, una forma de expresién arcaica y han sido transtormados para servir a la realizaci6n de dicho deseo. Uno de estos caracteres, la realizacion de deseos. es vonstante. i NS En cambio. el otro puede variar @ incluso ser tambign a veces un deseo. easo en el que el suefto representara un deseo latente del dia, realizado con ayuda de un deseo inconsciente. Todo esto me parece ficilmente comprensible. pero no sé si he logrado exponéroslo con suficiente claridad Ademas. tropiezo para su demostracién con dos graves diffeultades. En primer lugar. seria necesario realizar un gran niimero de minuciosos andiisis y. por otro lado. resulta que esta cuestién. la mas espinosa ¢ importante de nuestra teoria de los suefios. no puede ser expuesta de un modo convineente sino rekaciondndola con algo de Jo que aun no hemos tratado, 2 intima conexion que une a todas las eosas en en fa naturaleza de una de ellus sin antes haber som dy naturaleza aniloge. si have que ne se pueda profundizar do a Investigacion aquellas otras jendo asi. y desconociendo todavia por completo aquellos fendmenos que se aproximan mis al sueito. 0 sea los sintortas neurdticos, debemos contentarnos por ahora con los resultados logrados hasta el momento. Por tanto, me Limitare. mientras adquirimos los datos necesarios para continuar nuestra investigavion, a elucidar aqui un ejemplo mas y someterlo a suestra eonsideracion Examinaremos nuevamente aquel suefio del que ya varias veces nos hemos ocupado. o sea el de las tres localidades de un teatro por un florin cincuenta céntimos, Puedo asczuraros que la primera ver que lo esc, ntencion especial -omo ejemplo tue sin ninguna Sabeis ya que las ideas latemtes de este Sueno son el sentimiento por haberse casado tan pronto, despertado por la noticia del proximo matrimonio de su amiga. el desprecio hacia su propio marido y la sospecha de que hubiera podido encontrar uno mejor si hubiera querido esperar. Conoesis tambien el deseo que con todas estas ideas ha formado un suefio. y que es la afieion de los espectaculos y a frecuentar los teatros. ramiticacion probable a su vez de la antigua curiosidad de enterarse de lo que sucede al contraer matrimonio En los nifios recae generalmente esta curiosidad sobre la vida sexual de sus padres. “Trétase, pues, de una curiosidad de cardcter infantil, o sea de una tendencia cuyas raives aleanzan a los primeros afos de la vida del sujeto. Mas la noticia recibida por lu seitora en ef dia anterior a su suefo no proporcionaba pretexto alyuno para despertar su tendencia al placer visual. sino inicamente sus remordimientos por haberse easado tan pronto. La tendeneia optativa no formaba parte. al principio. de las ideas latentes y. por tanto. pudimos realizar la interpretacin de este sued sin tenerla para nada en cuenta. Pero. por otro lado. la contrariedad de la sujeto por haberse casado tan pronto no ert suliciente por si sola para producir el sueno \a-ly Solo despugs de haber despertado el antiguo deseo de ver lo que sucedia al casarse es cuando la idea «tue un absurdo casarme tan pronto» adquirid capacidad para originar un suet. Lina vez conseguido esto forms dicho deseo el contenido manifiesto del sueio. reemplazando el matrimonio por el hecho de ir ul teatro y presentando al suefie come la realizacion de un antiguo deseo: «Yo podré ya iral teatro y ver todo aquello que antes me estaba prohibido y que para ti sigue estandolo, Voy a casarme dentro de poco. y. en cambio. tit tienes todavia que esperar.» De este modo, la situacion actual quedo transformada en su contraria y sustituida una reciente decepeién por un triunto preterito Al mismo tiempo aparecen mezeladas en el suefio la sutisfaccién de la aficion de la sujeto a lus espectaculos y una sutisfaceidn egoista procurada por el triunto sobre una competidora. Esta satisfaccién es la que determina el contenido manifiesto del suefo. en el que vemos realmente que [a sujeto se halla en el teatro mientras que su amiga no ha podido lograr acceso a él, Sobre esta situacidn de satisfaveion se acumutan luego. como modificaciones sin relacién con ella e incomprensibles. aquellos fiagmentos del vontenide del suefto detras de los cuales se disimulan today ia las ideas latentes La interpretacion debe hacer caso omiso dle todo aquello que sirve para representar la realizacidn de deseos y reconstituir. zuiindose por los elementos que a dicha realizacion se superponen, las dolorosas ideas latentes de este sueiio, La nueva consideracion que me proponia someteras se halla destinada a atraer vuestra atencion sobre las ideas latentes que ahora hemos colocado en primer término. Os ruego. no olvideis que tales ideas son inconscientes en el sujeto, pertectamente inteligibles y coherentes. resultando explicables como naturales reacciones al estimulo del suefio. y pueden, por iltimo, tener el mismo valor que cualquier otra tendencia psiquica u operacién intelectual Denominando ahora a estas ideas restos diumos (Tugesreste) en un sentido mas riguroso que el que antes dabamos a esta caliticacién y sin que nos importe ya que el sujeto las vonfirme o no como tales restos. estableveremos tina distineién entre restos diurnos ¢ ideas latentes. dando este nombre a todo uquello que averiguamos por medio de la interpretacion y reservando el de «restos diumes» para una parte especial del conjunto de tales ideas Ditemos entonces que & los restos diumos ha vynido @ agregarse algo que pertenecia también a lo inconsciente. o sea un deseo intense. pero reprimido. y que este deseo es lo que ha hecho posible la formacién del sueito, La accion cjercida por él sobre los restos diumnos crea un nuevo avervo de ideas latentes, y precisamente aquellas que no pueden ya ser consideradas como racionales y explicables en la vida despierta Para ilustrar las relaciones que existen entre los restos diurnos y el deseo inconseiente me he servido ya repetidas veces de una comparacién que habré de reproducir aqui. Cada empresa tiene necesidad de un capitalista que subvenga a los gastos y de un socio industrial que organice y dirija la explotacion, En la formacién de un suefio, el deseo inconsciente desempeita siempre el papel de capitalista, siendo el que proporciona la energia psiquica necesaria para la misma FI socio industrial queda representado por el resto diurno que diriye el empleo de dieha energie. Ahora bien: en ciertos casos es el mismo capitalista quien puede organizar la empresa y poser los conocimientos especiales que exige su realizaicién y en otf0s es el socio industrial el que dispone del capital necesario para montar el negocio. Esto simplitica la situacidn préctica: pero hace, en cambio. mas dificil su comprension tedrica. Reconociéndolo asi. descompone siempre la economia politica esta doble personalidad y considera separadamente los elementos que la integran restableciendo la situacién fundamental que ha servido de punto de partida a nuestra comparacion Idénticas variantes. cuyas modalidades podéis deducir por vosotros mismos. se producen en la formacion de los suefios. No quiero pasar adelante sin antes contestar a una importantisima interrogacion que sospecho ha de haber surgido en vosotros hace ya largo tiempo. «los restos diurnos ~ preguntais-, ,son verdaderamente inconscientes en el mismo sentido que el deseo inconsciente. cuya imvervencion es necesaria pare hacerlos aptos para provocar un sucho » Nada mas justificado que esta pregunta, pues. como con razén sospechdis al plantearla, se refiere a Ja esencia misma del problema que investigamos. Pues bien: los restos dines no sun inconscientes en el mismo sentido que el desev que los capacita para formar un suet. Este deseo pertenece a otro inconsciente distinto: esto es. a aquel que reconocimos como de origen infantt y al que hallamos provisto de especialisimos mecanismos, Seria muy indicado diterenciar estas dos variedades de inconsciente, dando a cada una su especial calificacién: mas para hacerlo asi esperamos a familiarizarnos con la fenomenologia de las neurosis Si ya se tachan de fantasticas nuestras teorias porque admitimos la existencia de un sistema inconseiente figuraos lo que de ellas se dird viendo que ya no nos basta con uno solo. y afirmamos que atin existe otro mas Detengamonos. pues. ayuii, De nuevo os he expuesto cosas incompletas: pero de todos modos. creo muy satisfactoria ka idea de gue estos eonoeimientos son susceptibles de un ae Ly ulterior desarrollo que serd efectuado un dia, sea por nuestros propios trabajos. sea por os de aquellos que en el estudio de estas materias nos sucedan. Ademias. lo que hasta ahora hemos averiguado me parece ya lo bastante nuevo y sorprendente para compensar nuestra labor de investigacién,

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