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Daniel Calmels Juegos de crianza ego corporal enlos primeres ates de vide Un adecuado desarrollo pscomotor no solo depende de las cond Cones de le vida orgnic 0 de una simple estimulacion dels fun ‘ones, sino también dela relacin corporal que se establezca entre Ta crianza. Dentro de esa rlac ‘constituyen una fuente inagotable po es producto del que Adulto y el nifio. Des festimulan y actualizan los miedos bésicos y, en el mismo act, las smienias para claborarls. libro comprende un integrando la motricidad co Daniel Calmels es psicomotrcista y excritor. Ha publicado El ‘everpo los suefos(poesta, 1995), El Cristo roo. Cuerpo yescrtura Ta obra de Jacobo Fijman (aja de Espacio avisad Rodolfo Walsh: in (2001), BL bro Fondo Nacional de as Artes, 2001), Qué 03) y El euerpo cuenta (2004) Calmels, Daniel ‘Juegos de crianza: el juego corporal en los Primerosaflos de vida.— 2* ed. ~ Buenos Aires, Biblos, 2007 128 pp.; 20 x 14 em. ISBN 950-786-440-7 COD 790-1922 Primera edicién: noviembre de 2004 Disefto de etapa: Luciano Tirabass U. lustracién: El sube y baja, segin un grabado francés del siglo XVI Armado: Ana Souza © Daniel Calmels, 2004, 2007 © Editorial Bibles, 2004, 2007 Pasaje José M. Giuffra 318, C1O64ADD Buenos Aires info@editorialbiblos.com. / ww editoralbiblos.com Hecho el depésito que dispone la ley 11.723 Impreso en la Argentina, No se pemit a reproducion parcial 0 total, el slmacenamiento, et aluiles ola trasformacion de'ese libro, en cualquier forma 0 or cunlqier medio, sen eleténice 0 mesdnico, mediante fotoeopias, digitlizacién w otros modes, sin el permiso previo y escrito del eo. Su infaccén est pena por las eyes 11.723 y 25-446. Esta segunda edicion de 2.000 ejemplares fue impresa en Indugraf $4, Sanchez de Loria 2251, Buenos Aires, en junio de 2007 A Julieta y Rocio, mis bjs INDICE Ineoduccin iene e n PRIMERA PARTE. CCARACTERISTICAS PREDOMINANTES DE. LOS JUEGOS DE CRIANZA 1. Integra al io a aduleoen un mismo momento de juego ons 16 2. Som actividades dics o prelidicas que se comparren durane la crams 9 3. Ocuren en los primeros aos de vide y son esecialmente juegos comporales io 4, Se ransmiten generacionalmente 5, Fueron creados a partir den encuento =. 6, ara que se constiuyan como juego es nectar un acuerdo... 31 7. No son programados de atemano, i hay una destacads cexplicacion verbal que anteced la acc dic 8, Son vices en la organinacin de un exo pricomoror SEGUNDA PARTE JUEGOS DE SOSTEN, OCULTAMIENTO Y PERSECUCION 1. Jucgns de sosén 9 Mecimientos, girs y caas en ls juegos de rianaa 3 Lineamients gene nen ennnennne 4a a is “8 eee i 55 e 39 Beran y deen. Car icin cn Sabie 9 ai oon c 6 Cy Trp ‘Coad general de juegos de sostén Dah 2 Jonge de cea: apy dempares ae TRCN coulare y moses = Lastbanita. Bi coco Hl escondite Lacccondide igri 43 Eleilico cio Hleusro oxuro e La bisqueda del sor... Cando sts) 3. Jngos de perseaucién Dela indefentn al jeri de adele te agarol,jque fe como! e El monttuo l lobo Lar eventos infies La mancha Poliadron Basado en la observaci6n de la relacién corporal establecida centre el adulto y el nifio pequefio y en la experiencia cli desarrollada durante més de veinticuatro afios en el Servicio de Psicopatologfa Infanto-Juvenil del Hospital Escuela Gene- ral San Martin, he desarrollado un estudio de la Funcién del juego corporal en los primeros afios de vida al que denominé ELquemado juegos de crianaa. aie: El normal desarrollo psicomotor no sélo depende de las condiciones de la vida orgénica, ni de una simple estimula- mcm ace cién de las funciones, sino también de la relacién corporal SUGAR. que se estableaca entre el niio y el adulto a cargo de la crian- 12a, Dentro de esa relacién corporal las acciones lidicas cons- 1, Jong de confomacion es tituyen una fuente inagotable de aprendizaje, El cuerpo es 2 mein cle rn ——— pel ee elected sicioy duit 3 Lose de any el profs P 4 corpor yel niio. ieee S Cuerpo se construye en la relacién con los otros: “En este sen- 5 reas age tido, el cuerpo no es algo autosuficiente; tiene necesidad del 6 Teores cements: cal, penccucony despaicn otro, de su reconocimiento y de su actividad formadora’.! Sibliografia 127 al Ban, cad poe Tsetan Todor, "Chaves pas Ia obra de Michael Bach’, Baa. N® 234, god, abr de 198, an a anil Cane Los juegos de crianza Fundan un orden de interés primigenio 1 la vida del nifio pequeno. re an de las earacerticas notables de los uggs de cian ‘tes que inauguran una serie de temiiticas bésicas que se ex- tienden en la evolucién del nifio y que llegan a tener presen- cia en la vida adulea. “Jugar es hacer”, dice Donald W. Winnicott; en los pri- ‘eros afios de vida este hacer tiene una condicién particular: cs un hacer que involuera al nif y al adulto en un vinculo corporal. Este libro comprende un analisis de las acciones Idicas tempranas desde el punto de vista de la psicomotricidad, lo ‘cual implica trascender el andlisiszislado del plano motor pa- ra integrarlo con los aspectos emocionales y cognitivos, PRIMERA PARTE CARACTERISTICAS PREDOMINANTES DE, LOS JUEGOS DE CRIANZA' La mayorla de los estudios interesados en la temitica del jue- _g0se ocupan preferentemente del juego del nif. Las referencias al juego y al jugar se vinculan con més fa- cilidad a las acciones Iidicas de la nifiez y prescinden de la participacin del adulto. Mi intencién es estudiar al nifio y al adulto en un mismo momento de juego. Para esto me voy a referir a los juegos que se comparten durante la crianza y al jugar del adulto con el nifio. Estos juegos ocurren en los pri- ‘meros afios de vida y son esencialmente juegos corporal: Los juegos entre padres ¢ hijos son generadores de una smodalidad vincular, mattz hidica que esta presente en los jue- 105 que el nifio comparte con ott0s nifos, con otros adultos. Los juegos de rianza se transmiten gencracionalmente y fueron creados a partir de un encuentro, de una necesidad. Tienen una extensa variedad de formas y de nombres, vatia- ciones del tema con contenides similares. Para que las acciones se constituyan en juego se requiere de un acuerdo, En los juegos corporales la presencia de este 1. Véae Daniel Cale, Del stn «le omgrim, Buenos ies, Novedades Educa, 201 ue nel Cae ‘acuerdo se expresa a través de una gama de matices no verba- lizados, variedad de gestos, acticudes, posturas, semblances, interiuego de tensiones y distensiones, que podemos reunir bajo el concepto de acuerdo ténico-emocional. En su gran mayoria los juegos de crianza no son progr: ‘mados de antemano, ni hay una destacada explicacién verbal previa de lo que se vaa realizar, pero son vitales en la organi- zacién de un estilo psicomotor. El contenido de los juegos corporales desarrollados du- ante los primeros afios de vida constituye la matrz desde la ‘cual se organizan los juegos de la nifier, la adolescenciay la vi- da adult. Podemos nombrar los juegos elementales de la crianza ‘como juegos de: 2) sastém:b) oculeamiento,y ) persecucin. Es- tos juegos tienen en comin la caracterstica de desarrollarse a lo largo del crecimiento, manteniendo el contenido primario ‘que le ha dado origen, pero transformdndose a través de la mediacién con objetos 0 de la susticucién del cuerpo propio y del otro por objetos y espacios. A medida que transcurte el desarrollo, se practican en. grupos y se organizan a partir de reglas aprendias y aceptadas colectivamente. Desde este punto de vista se manifiestan como juegos ge- imvades on eo: Bandas de oleh ae del juego corporal No todos los jucgs de crianza son juegos generadores pe- 10, €n sus formas primaras, los juegos de seston, oculeamiento y perecucin, presentes en diferentes culturas y desarollados 4 parti del encuentro del nfo con el adulco, mantienen esta particularidad. Desde muy temprana edad, los juegos corporales estimt- Jan y actualizan los miedos bisicos y en el mismo acto las he- tramientas para elaborarlo. Con relacién al cuerpo, estos mic~ dos bisicos pueden resumirse en el emor a la pérdida de la re- ferencia tétil juegos de sostén)y en el temor a la pérdida de la referencia visual (juegos de oculiamiento). Una tercera temiética, Cnr point de cae s secundaria y resultante de las anteriores, se despliega en los juegos de perseeucién, en los cuales se pone a prucba la capaci- dad del cuerpo en movimiento y la confiabilidad en el refugio. En primera instancia el refugio es un lugar en el cuerpo del adulto que lucgo es trasladado a un espacio fisco, lugar cor- porizado, donde estar a resguardo, donde estar “a salvo", Las caracteristicas predominantes de los juegos de crianza son las siguientes: 1. Integran al nifo y al adulto en un mismo momenco de juego. 2. Son actividades lidicas o prehidicas que se comparten durante la crianza. 3. Ocurten en los primeros afios de vida y son esencialmen- te juegos corporales. 4. Se tansmiten generacionalmente. 5. Fueron creados a partir de un encuentro. 6 Para que se constituyan como juego cs necesario un acuerdo, Este acuerdo, desde el punto de vista psicomo- tor, ¢ un acuerdo ténico-emocional 7. Noon programados de antemano, ni hay una destacada cexplicacién verbal que anteceda la accién lidica, 8. Son vitales en la organizacién de un estilo psicomotor. 9. Podemos nombrar los juegos clementales de la crianza co- smo juegos de: a) sosén b) ocultamieni,y c) pereccién. Es importante destacar que estas reflexiones parten de los fendmenos de la cotidianidad, de lo sentido como comin y familiar. Indagan en la relacién entee el adulto y el nifio, tal ‘como se muestran en nuestra sociedad, sabiendo que tienen rasgos comunes a otras formas culturales. Lo excepcional, la patologla, la anormalidad, no son aqui motivo de andliss. % ‘ait Card Generalmente los "gestos” cotidianos no son sometidos a ‘preguntas. La intencién de este trabajo es pensar ls acciones familiares que forman parte de un saber intitivo transmitide de generacién en generacién. No estén escritos en libros, no forman parte del conocimiento académico; estén inssits cen el cuerpo, memoria de vinculos pasados, actualizados en la SA snl port, os ted A ta tert su saber’ sobre el jugar corporal y ubican al nifo en situacio- nes prelidicas que seguirsn un camino de complejidad ma- yor, hascatransformarse en un acto de jugar. 1. Integean al nif y al adulto en un mismo ‘momento de juego Bl nif y el adulto comparten diferentes momentos a lo largo de la vida. En la mayorfa de los casos durante estos mo- ‘mentos el cardcter asimétrico de la relacién est marcado por relaciones de dependencia del nifio y por los cuidados que el adulto debe prodigal. Los cuidados maternales y paternales fueron profunda- mente estudiados y codificados. Se organizaron con carScter de recomendacién y prescripcién durante el crecimiento y la maduracién del nifio. También el tiempo de juego encuentra tun lugar en la bibliografla médica, psiquidtrica, psicolégica, pedagegica, etcétera. ‘Cuando se contempla o se recomienda el juego dual o bi- personal entre el adulto y el nifio, éste frecuentemente tiene tun cardcter prescriptivo: se hace hincapié en los beneficios de la acci6n estimuladora del adulto hacia el nifo. Estimulado- 2 Params informacidn sobre el concepto de saber, vase Daniel Calmals, Cr ‘Poy abe, Baoos ives, Novedades Educative, 200 Concerns predomi deep de aa ” ra del desarrollo psicomotor y de aprendizajes diversos. Estos suelen esta formulados como ejercicios recomendables para ue realice el pequetio o para hacer en conjunto con él. Enes- tos casos, ol “hacer” del adulto esté en Funcién del aprendiza- je del niio; su accionar tiene una intencionalidad més o me- ‘nos consciente, un objetivo y una legaidad o aval profesional, Este tipo de actividad (o ejercicos), que puede tener un cardcter lidico 0 prelidico, no comprende acciones que se in- cluirfan en lo que llamamos juegos de crianza. Esto no quita que la earacterizacién y el anslisis de los juegos de crianza se constituyan en una valiosa referencia para la creacién de jue- {g0s 0 para pensar Ia intervencién profesional en el campo de Ia salud y la educacién, Ente tiempo de juego adulto-nifio al cual me refiero al hablar de Jos juegos de crianza temite a aquellas actividades ue por lo general no cuentan con la busqueda de un objeti- vo explicit, y en muchos casos ni con el aval de las cortien- tes tebricas imperantes. Vale como ejemplo las recomendacio- nes de John Broadus Watson? ‘Las madres, cuando besan a ss hijo, los levan- tan y los mecen, los acarciany juegan con ells sobre sus rodillas, no saben que estén construyendo poco a poco un ser humano absolutamente incapaz de en- fientarsecon el mundo en el que habri de vivie mis tarde. Hay una manera sensata de traar los nis. ‘ratindolos como si fueran jévenes adultos. No los estrechéis en vuestros brazos, ni los besis no deeis ‘que se sienten en vuesta falda Sino tenis mas reme- dio, besadlos una vee en la frente cuando os den las buenas noches... Es que ls madres no pueden apren- 2: Jahn Broadus Wacom (1878-1939), psktlogo exadounidense considerado e Fandadr dal bharioramo ocondactismo. der, en todas su telaciones con el hijo, 2 sustcuir por tana palabra amable, por una sonrisa, los besos y los abrazos, los arrumacos y los mimos?* [Esta manera “insensata" de tatar a los ios, tal cual ad~ jetiva Watson, se basa en un accionar dererminado: besa, le- vantar, meces, acariciar, jugar sobre las rodillas, sentar sobre fas faldas, abrazar, mimar. Watson considera perjudiciales es- tas formas de contacto corporal. Nos advierte que fomentan tuna personalidad “incapaz de enfrentarse con el mundo”. Ge- neraciones de ciudadanos estadounidenses se educaron bajo, "Witson propone que alos nif s los trate como a jé- vvenes adultos”. Sus indicaciones a las madres se sosticnen en, tres claves la prohibicién del contacto, a prohibicién del jue- go cl borramiento o dilucién de a asimetria adulto-nifo, en tanto considera a los nifios como “adultos jévenes” 1Los juegos de crianza se orientan en una direccién contra- ria: resaitan la asimetria adulto-nifio, lo cual marca diferen- cias entre ambos. En un doble movimiento, se diseriminan ‘como personas en trinsitos diferentes que se rednen en el ju- en un espacio y tiempo en com Oe iciegeat d sisal adil Go ellnal aia de juego implica plantear la problematica del juego bipersonal,’ desde dos lugares: 4. Was, indo pot Dumond Monin, Comper intima, Bao, Fay fn 1984 3 Loess sete peek we eleles a eee seat pps a chant renlphanr yeep ae tris mace Uc dtl ongnnca props lor ep enn co Sentallamorn ete Hv, en a porbtaace i og clei. Se ‘us de ar prime acini ay emi, wad lem ‘oa eon en bs ja opr qe io y nhac edn 7 se ab candor peter i ends dela cg j | | | | | | ‘Caen bois dr ge as » 1) No se trata del juego unipersonal, del jugar solo, sino del jugar con otro, que esté presente corporalmente en la ac- tividad tidica. No se trata s6lo de un sujeto activo sino interactive. 2) Esta otra persona marca un punto de simetria: persona persona. Al decir “bipersonal” nos referimos a la condi- Lineamientos generales Llamo juegos de sostén al rudimento lidico-corporal carac- terizado por movimientos bésicos que producen los adultos en nfo pequeffo, que sc encuentra alzado en sus brazos. Las acciones basicas que se realizan son mecer, gira, ele- var y descender, subir y bajar, erepar, colgar. ‘Algunas de estas acciones, al ser una experiencia compar- tida, comprometen a ambos en los movimientos. Por ejemplo cuando el adulto hace giraral nif, a un mismo tiempo gira 4 mismo sobre su eje axial. En todas las acciones se producen modificaciones en la ‘antidad y calidad del contacto que el cuerpo del adulto ofre- ce al nifio, Conlleva como minimo cambios y reducciones ‘momenténeas del sostén de apoyo, asi como también inte- ‘rupciones pasajeras. Algunas adquisiciones motrices, como la posicién senta- da, el gateo, la marcha, el salto y la cafda, los giros, et.,tie- nen parcialmente su prictica anticipada en los brazos del adulto. Tusién de un logro anticipado, de un poder hacer aun antes de que la maduracién lo permita. En nuestra cultura, los juegos de sostén son posibles de identificar con los nombres de hemaca, caballo, babucha, svioncte,exetera Alejado del cuerpo del adulto, el nifio realiza acciones sie milares alas desarrolladas con él, esta ver tomando el suelo (0 5. D.W Winnion: Reidy jeg, Buenos Ate, Graie, 1972. Hy Dani Ca los grandes objetos de juego) como espacio de apoyo y valién- dose de su autosostén ‘Las hamacas, las ealesitas, el sube y baja, el robogén y la trepadora sustituyen a los cuerpos de los adultos. En ellos se reproducen las acciones de los juegos de sostén. Pieter Brugge, Juco de nits, dealle (1560) Este proceso de sustitucién se inicia en la nifer con los juegos de plaza o vasiables similares, y continda en la adoles- cencia y la vida adulta con diferentes acciones. Las acciones, ‘bésicas que los juegos de sosén desarrollan estén presentes en los deportes que implican escalamientos,salios ornamentales, pruebas de velocidad: en los juegos que se realizan en los par- ques de diversiones, en las danzas de giros y rondas, en diver- sas formas de mecedoras, etcétera Estas acciones Iidicas se pueden contemplar teniendo como fondo la evolucién del sostén materno. Esta evolucién ddl sostén contempla las distintas posiciones y posturas del bebé, junto con las zonas del cuerpo que el adulto involucra en el apoyo. Podemos caracterizar por lo menos tres formas diferentes de sostén que conllevan modificaciones en la posi- cién del cuerpo del nitio:* 6. Pua ms inforacin vate D. Camels, Del stn la amie. eee ee ee _ 1) Sostén de pecho (predomina la posicidn horizontal. 2). Sostén de brazo (predomina la posicién vertical). 3) Sostén de acompafiamiento (predomina el sostén de mano). Eltemor a caer Hablamos dicho que con relacién al cuerpo, un miedo b4- sco puede reunirseen el temora la pérdida de la referencia tée~ ti, temor puesto en juego sobre todo en el temor a caer. Due rante los juegos de sostén este temor puede hacerse presente en forma no kidica, por lo cual la temtica requiere de una rfle: xin que excede el desarrollo particular de cada juego. Para Henri Wallon el miedo “se origina, como toda otra ‘emocién, en reacciones clementales cuyo punto de partida cs, tuna sensibilidad orgénica’, también sefala la “relacién espe- cifica que existe entre las relaciones de equilibrio y el miedo”? tuna pérdida de equilibrio inesperada genera una reaccién de miedo y acciones compensatorias que tienen una respuesta, inmediata, Para el nifio que ha adquirido la marcha auténo- ma, una pérdida de equilbrio es una descompensacién del Par apoyo-autosostén, riesgo de cacr, posible referencia a la pérdida del sostén materno. 2, Men Wallon, Lv orien eel carkcer nel nit, Buenos Aes, Nueva Visi, 1979, “ ani Can Sara Pain describe tes tipos de miedo, de los cuales dos son de utilidad para la tematica que nos ocupa, uno de ellos ¢s provocado “por un cambio en la situacién objetiva, y que no interesa a la constitucién del pensamiento por encontrar- sc en el plano de los reflejos biorreguladores. Luego tenemos tun miedo generado y buscado sea en el plano exterior del ex pectéculo, sea en el interior de los propios presentimientos. Este miedo esté emparentado con el placer ¢ impregna las fantasias de seducci6n y muerte en un juego excitante de trampas y peligros’.* En los juegos de sostén estos dos miedos tienen una gran importancia pues este “juego excicante de trampas y peligros” tiene a un mismo tiempo la impronta, la ‘marca de los “teflejos biorreguladores”” Desde otro campo conceptual, Manuel Pérez Sanchez sefiala el “sentimiento exterior que parece experimentar el ni- fio al levantar los pies del suelo con la significacién de perder la tierra debajo y caer”. Recordemos que jender es “estar colgado", de ahi el tér- imino depender y su opuesto independiente (este timo marca Ja autonomia de sostén y de apoyo). El téemino supenso nace de ese estado transitorio que debe ser resuelto: estar suspen- dido (en suspenso) es estar colgado. La separaci6n del cuerpo del contacto con el suelo, la presencia del cuerpo en el aire, sin apoyos, como sucede en el salto, crea una ruprura de la continuidad del apoyo y un ca bio del sostén. El apoyo es contacto, fuente de informacién a partir del roce, de la presién, de la acomodacién del cuerpo 18.5, Palo, Bact incociense de pensemicn La fanciba dela ignorance. Buenos Aires Nucra Vig, 1985 9. Con respect al tercero Sara Pain dice lo siguiente: “Un miso aparentemente di cmcper in large anda, propueto como vigets end loge donde ‘suse jseament lo denunc 10. M, Pee Sénches ob. et Jonge esol, calamity erin fe sobre las superficies. Las rerminales nerviosas de la planta del pic registran y transmiten informacién. Dice Wallon: La planta de pie, que en condiciones normales apenas tiene oportunidad de objetivar sus impresio- nes, comunica,en contacto con el suelo, las contrac. ciones musculares de las que resulsn los automats- mos de la detencin o la marcha, y alos demés con- tactos una simple sensacién subjetiva de cosquille.” Basicamente los juegos de sostén se basan en acciones de desequilibrio y reduccién © pérdida de apoyos. Se pone a prueba el lazo de unidn con el otro, Se ensaya una separacién estando unidos sin perder el contacto corporal. Caer tiene una oriencacin que marca la gravedad, Se cae hacia el suelo, hacia la tierra, hacia abajo, en todas las acep- ciones posibles. Cacr: ser arrastrado un cuerpo de arriba abajo ‘por s propio peso. La gravedad es el peso clemental.” “La gra- ‘edad procede de la caida y hay que desafiarla", afirma Nor- san Brown.” Si hay un profundo y remoto temor a caer, no se debe al encuentro con la superficie en la cual se cae, al golpe que suce- de abajo; el temor radica en el acto de separacién que sucede arriba. El temor a caer principalmenteesté en des-prenderse del ‘ostado protector, del apoyo en la espalda, tomando a ésta co- mo representante del cuerpo sostenido. Secundariamente y de forma més consciente esti presente el miedo al golpe con el suelo, El encuentro con el suelo 0 con otra superficie puede ser descado, esperado; cl encuentio es resolucién, y aunque sea do- Jorosa para el organismo es un alivio para el psiquismo. 1H Willon, Le ade mental Mic, Cin, 1985. 12 Roque Baris, Dicionarindesinimer cella, Baenos Aires, EL Avene. 194 13, Nowman Brown, Enero de amar, Belo, laneta-Agotn, 1986. “ Dit Cnc Jog de edn, echamie ypc ° Para Henri Wallon la agorafobia “no es, en el fondo, més que el miedo de caer. No es el miedo de encontrar hombres, sino el miedo de no encontrar apoyo”.'* Yo agrégaria: el de no encontrar sostén de apoyo." Laagorafobia (del griego agora, plaza, y phdbos, miedo) es 1 miedo a los espacios abiertos alos espacios sin bordes pro- tectores, No se trata de desconfiar sélo del suelo, sino de no tener contactos con los costados, o sea, sostén. La diferencia ‘entre apoyo y sostén consiste en que sostener es mantener fir- ‘me una cosa, envolverla, abrazarla; en cambio apoyar es hacer ‘que una cosa descanse sobre otra, tener una base sobre la cual, cl peso recae. En la calda no hay apoyos: es un estado de au- seria, el cuctpo se aucosostiene. En el caso de un bebé pequetio el apoyo y el sosén estin amalgamados, por eso es mis pertinente hablar de un sostén ‘de apoyo. El bebé no puede sostenerse por sus propios medios en posiciones donde se reduzcan los apoyos: cuando falla el sostén de apoyo sus maniobras de aucosostén dejan ver eémo la smusculatura estriada se contrac, cémo se fijan las articulacio- F nes, c6mo se intenta aferrara la sensbilidad propioceptiva. A diferencia de la agonafobia, que podemes ejemplificar con el desierto (espacio sin costados), a la claustrafebia podemos vin- F cularla con el bosgue, en donde en vez de desierto hay dema- siados costados, un exceso de limites que no dejan tna Knea de fuga para la visi En cuanto al lenguaje, encontramos que el témino ate- rar quiere dec “echat por tierra’. Primero tuvo la acepcién de derribar, luego abatir, consternar,y sélo desde el siglo xv1, aterrorizar por influjo tardio de terror, aterrador.” Donald W. Winnicott, en un texto titulado “El miedo al derrumbe”, describe lo que lama las agonias primicivas, entre otras. Para el objeto de este libro, podriamos citar la “agonla de no dejar de caer (caer para siempre)", para la cual “la de- fensa utiizada es el aurosostén’." En Estudios pscoanalltcos, donde dedica un capitulo a Winnicott, Beatriz Grego dice: “Primero el nifo anida en la madre, antes en el ditero, luego en los brazos’ ‘Acudir a la metafora del nido para hablar del sostén no es tuna eleccién desacertada. Posicionado en el nido que se cons- truye en el pecho, el nifio escucha el arrullo de su madre, el 0-10, el arrorré, érmino que proviene del canto del péjaro. Acrullar es “la voz natural del palomo o t6rtolo” y también “adormecer al nifio meciéndolo 0 cantindole algo”. La pasidn que los nifios demuestran ante la posibilidad de hacer una casa en el Arbol no es mis que recuperar el nido. fundante, estar en brazos del drbol, es volver al lugar prime- ro, donde el fruto estaba al alcance de la mano. ‘Anidar en los brazos nos temite a la gestacién. El térmi- no gestacién (gesare llevar) “se refiere al tiempo durante el cual las hembras llevan a sus pequefios”, luego tomé el senti- do actual de embarazo, El cuerpo de la madre como nido, sostén y apoyo, sostén de apoyo. Desanidar es volar 0 caer. a Caer implica una separacién del sostén. Se interrumpe el Jazo de unidn, se des-garra, se sueltan las manos. El cuerpo del otro es una referencia para la consistencia y la existencia del propio cuerpo. En este sentido el miedo a la oscuridad (temitica de los juegos de ocultamiento) y el micdo a cacr tin emparentados por la pérdida de referencias, en uno visual Yen otto téctl, del cuerpo de un otro necesario. 15. H. Wallon, Le wide menial 16. Vise D. Call, Del sot a rnin, 17, Vite Jun Conomina, Breve diario eimai de lng clan, Madd, Gedo 1973 4. Vw. Winco, "miko deren", vei de Ana C. Reve 45 Jos Rodiguc “Feat often’ cr dal orga, we spares Imran Reve of Pipher ean 1.1 fa ee ” El que cae, o el que esti pronto a caerse, necesita asitse de algo, sostenerse, si no hay sostén el cuerpo se agarra a si mismo, s autosostiene. Lo que el espacio no contiene lo con- tiene el propio cuerpo, que al caer “se ater’. Variaciones de tono, cambios de postura, tensiones loca- lizadas, son expresiones de la descontenci6n del cuerpo, en la biisqueda de organizar un sostén propio que reemplace o que supla ls carencias del sostén del otzo. El miedo a la inmensidad, a los espacios demasiado abiertos, despojados de costados, es miedo a caer, a no en- contrar un sostén. Ya no el apoyo de abajo, del suclo, de la tierra; sino el sostén primigenio, el que se produce en la es- palda, en el pecho, en los costados. Primero en el cuerpo ‘materno, rodeado de suaves contornos. El nacimiento no cs caida libre sino desliramiento, pasaje de costado, de pecho, de espalda. En los brazos del adulto el sostén del nifio se concentra principalmente en los costados y en su espalda. Hay un esca- 50 apoyo en la piernas y ninguno en los pies. El aumento de tamafio del nifio que es sostenido lleva a que las piernas y los pies queden libres de contactos para el apoyo. Las zonas del ‘cuerpo mis protegidas son aquellas donde recac el temor més intenso. Temor a perder el contacto protector. La espalda es concentracién, densa superficie, en la cual se sittia el peligro. Sobre esto Jean Bergés dice: AA decir que la espalda es el lugar del peligro remarcamos su simbologianegativa Podemos decir que laespalda es deg, le recac la amenaza porque es el lugar donde se ha instalado 4a confianza, es el lugar del peligro porque ella fue fundatla en Ja seguridad del sostn primario. so conocemos nuestra espalda, la percibimos como ce del cuerpo, Como sabemos, Wallon la define co- ‘mo el lugar de la postura, es decir, el campo donde vienen a insribirse las modificaciones eénicas en la selacidn con el mundo externo."” El miedo a caer y el placer de cacree desliindose suave- ate cobran sentido cuando se los refer a los origenes, a la paracién del nifio del cuerpo de la madre. En el nifio que nace, suceden fuertes sensaciones de des- rendimiento, no del cuerpo que va a ser uno, separado, in- lividualiado, sino del cuerpo indiferenciado, que siempre es cho mds, abarca mucho més que la superficie yel volumen ‘que el cuerpo tiene. Estas extensiones se producen a cos- de un otro primordial, esencial, del cuerpo gestador. Los imeros meses de vida son tiempo de perimetraje, de limites fromteras, de inventario del cuerpo del nifio, de reconoci- iento del cuerpo de la madre. La primera necesidad: ser sos- nido. Endl siguiente dibujo realizado por un nifio de dicz afios observa un cuerpo en caida sostenida por un paracafdas, al mo tiempo que un chorro de aire lo impulsa hacia arriba ipensando el peso del cuerpo que cac por efecto de la gra- id. De esta forma la cafda es doblemente compensads, y lugar a una caida controlada, a un vuelo vertical. De esta ma, asi los brazos recuperan su suefio de alas. La atadura en cruz de los cordeles del paracaldas aferra- En el lenguaje comiin hay muchas expresiones {que muestran cémo la espalda es el lugar del peligro Es un fantasma recurrente el de ser apufialado por la cspalda."* 16. J Berg, "La semacin corporal en Ie elajcin. Aspeciepricoindmict, Rev de Edin y Experience Pcomoricidad Mati, 199, ved. Carlos Mas dem. Dani dn cei 7 yemcucin z relacién con el cuerpo. Como consecuencia de ls Formaciones de este sentido, nos es posible notar con cierto adelanco nuestros cambios de equilbrio y asi podemos establecer, mediante los movimientos ade- ‘uados, el equilibrio natural perdido como conse ‘cuencia de cualquier movimiento de nuestro cuerpo. [Nila posicién vertical ni nuestros movimientos en el ‘medio 2ée0 0 liquido, donde podsmos desplazarnos, serian posbles sin este aparato de informacién. Es el Inbernto el que nos pone algunas veces en evidencia ¥ nos falla cuando giramos demasiado seguidamente al bailar un vals, cuando se “pewde le cabera”o case do se sufe un vertigo.” dos en el tronco esti fuertemente remarcada, sefalando tunién con un sostén fundamental del cuerpo en caida Los ojos estén tapados: cafda y oscuridad escenifican da cee | Plantea ademis que el Iberinto juega un papel de pri- ‘orden en la integracién de nuesttos sentidos, indispen- ‘para el equilibrio dindmico de nuestro cuerpo, que im- en este orden~ la marcha, [a carrera, el salto, etc. El La extimulacién laberintica La exitciom (a pues em acon y la acién de te apart laberico en el conju relacione pevcionals rexpecios ene lt 1 hijo) viene wn papel ercsual de gran i ania en cl dearolla del nit Francisco Tosquel sel que, en nuestros movimientos y cambios de po- sicibn, nos informard sobre la continuidad ola discon- > tinuidad de nosotros mismos. Este aparato muy deli- ‘ado est llamado a desernpefar un papel muy impor- ‘ante en lo que se llama el esquema corporal y en el sparato nervioso que permitirin que adquiramos smaesra y conciencia de nosotros mismos La reiterada mencién, en la bibliografiaespecializada, la estimulacién laberincica presente en los juegos y las nes que provocan pérdida del equilibrio, jusifica este apar do especial. Francisco Tosquelles describe el laberinto como un 61 no sensorial que se halla sicuado: “Vemos entonces que la implicancia de este érgano inte- ry regulador en el desarrollo psicomotor es fundamen- aunque esto no implica una consecuencia mecinica, por cerca del aparto auditivo, en el interior del exdneo Y a nivel de la ora. Sirve para rexcansmiti a ls cea- twos de integracin del cerebro informes sobre la po Sicibn dela cabeza y su oviemacién en el espacio en 2 Dane! 2 lo menos, en la constitucidn de la conciencia del propio e po. Muchos nisos con severos trastornos de la personalid exhiben un desarrollo aceptable de su equilibrio y de 5 coordinaciones dindmicas generales, aunque no una concie cia de si, un cucrpo equipado para la relacién y el vineulo. estado de un érgano, o del organismo en su conjunto, no rantia la construccién de un cuerpo apto para el aprendi ylla comunicacién. Podemos encontrar en el mecimiento un ejemplo de cstimulacién laberintica bisica, aunque también existe un pertorio de acciones estimulantes que las madces realizan ponténeamente: ;peso de una persona grande se hunde bruscamente en la su- fcie sobre la que estd acostado, ..] lanza los brazos al aire si buscara un apoyo o quisiera aferrarse”.* Lydia Coriat,citando a LE. Prego Silva, dice que “cuane 10 mds inmaduro es el sistema nervioso menos puede mane- la ansiedad que desencadenan situaciones imprevistas", y referencia alas respuestas de sobresalto que desencadena el Icjo de Moro dice que el nifio no es indiferente y que Fuele reaccionar como ante una verdadera agresin a su cuer- >» generalmente con agitacién y llanto o, al menos, con una sion semejante a la de un nifio mayor asustado”. Al refericse ala estimulacin excesiva, sobre todo cuando madre es insensible, Daniel Stern observa que con fiecuen- ialosnifos utilizan una “técnica” diferente para adapcarse al tema disregulado. Quedan con los ojos como vacios y mi- indo fijamente a la cara de la madre como si no la viesen 0 mirada pasase de largo. Seria importante aclarar, entonces, que segiin su grado ¢ tensidad la estimulacin laberintica puede generar st de alarma y consecuencias displacenteras. Aun mis, po- mos afitmar que la estimulacién puede tener connoracio- nnegativas, mas alla de cudl sea la funcién que se intente malar y de que el estimulo pueda no ser estimulance, En La madre puede provocarlas con la ayuda de cambios de posicién del cuerpo, a veces bruscos, al bascular al nif, o hacigadoles dar vuelas como si baiase un vals elevindolo 0 alejindolo de su cuerpo con movimientes muy ripdos y bruscos, de manera ‘mis o menos rltmica, con desplazamientos cada ver mis rdpidos © mds lenvos.” Segiin Lydia Coriat: “El aparato laberintico, érgano tral del equilibrio, se mieliniza tempranamente, mucho an} que todos los niicleos de los nervios eraneanos”,” lo cual plica la predileccién y la sensibilidad que los nifios tienen’ los juegos de mecimientos, gis y caidas figuradas. No todas las sensaciones que responden a modificacior de los apoyos son placenteras. Adjudicindoselo a una resp ta laberintica, W. Stern observ que una modificacién br de la base de apoyo en un nifio de un mes de vida, “quien ‘Cid po H. Wallon, Los ree del cari nel nite, Bueno in Vai, 1979, Ere de Moro una reac corporal maa subsguene a sabres determina por varios etinuls que tienen en comin la pacculaida de ir una brea extension de la cabea que lea ot telacion com tone in nl xtersién, abduccin y devaci de amibor miembros super, ida dl receno ala habia activa Menor en adduccdm, Ves L. Coa, Nee 22, FTngacles, meter epic. 23 ya F Coit, Madarcin pricometrie nl pre adel ni, Buen rex Hemi, 1974 Sr ob cit ste autor dice adem: “Queda reandooicidow oto de inhibin de movldad es oto comportaento inf de conse: inceés undo se eli durante wna intercon hiperetimant” “ Dani eects y rede % noce, Conacimiento del saber, y por lo canto acceso a Ia funcionalidad del acto y no de la mera acci6n. Se trata de fundar acontecimientos en el transcurso del ‘otra obra publicada ya hace algunos afos desarrollé al ideas que tetomaré parcialmente: J Debemos descarar la ides de que el estimulo de por si es estimulante, asi como también reconacer ‘que no todo lo estimalante es producto de la estimu- laci6n intencionada. El estimulo excita, incita lo es- timulante incide, El estimulo incauta, lo estimulante ‘encaus; uno es directvo, el oto elective. La intervencin separada del estimulo es comu- nicacién, El psicomotrcista intervene en el campo dela comunicacién y la ereatividad; la comunicacié fs un acto estimulante. Lo estimulante ¢s alguien ofiecido a ser mirsdo, alguien que mira pleno, al- sguien que resigna en la visin la focalizacién en la fal- 13, para mira To que sin falar est. Hay que poder mirar atravesando el déficc para llegar ala persona. Sien muchas patologis la falta re~ ddunda en repeticin y parecdo, y asi la reconocemos {uiados por la observacin profesional, legar a per- sona implica dejar de observar para poder mirar lo singular Es estimulante el ofrecimiento del oto, es est- smulo el dar anccipado. La contencin es estimulante, la constenidn es estimulo. No existen carencias por falta de etimulos, sno por la ausencia de vinculos es timulantes. No se tata de tener sino de sstener, no se Un pare mec ij sobre las roils.) Lar image en tan vieja como el mundo y seria 2 vex nempre nueva y hermase mientras el mar do exigiers Pacick Suskind, £l perfume ‘Alrededor de la accién de mecer se organiza el primer corporal. Pasaje del mecimicnto calmante al mecimien- iidico, de la accién que busca calmar el malestar del niio fo al acto prelidieo y hidico de mecer al nifio, que s6- In intencién de obtener placer. Prelidico para el ni- Iidico para el adulto. "Primeramente es en el cuerpo de otro donde el meci- to tiene lugar. Un otro confiable que pueda generar is, transmitiendo en el mismo acto a partir de gestos de jiento que nada malo va a ocurrr. Refiiéndose a la accién de mecimiento, Henri Wallon trata de tato sino de contacto. La propuesta de laps ‘comotricidad apunta a la habiitacion y no 2 la habili- dad, ya que el aprendizaj de la destreza no es garan- lade habilitacin, No busca el entrenamiento én una habilidad para estar “habilitado en’, sino estar “habi- lado para. No le compete al psicomotricista que el cuerpo se repita en respuesta, sino que et cuerpo se cexpanda en preguntas, en una bisqueda que ef sujeo ensaye como propia. Habilitacién que da el acceso al propio taber que el cuerpo, en muchos casos, no co nas manibras no ppeden tener ono ceo que sezuarwbre la endl que ene por punto de - partida los canals semicireulares yellaberinco, es de- Gr, sobre el aparato de equilbro, que esti hecho pa- ta regisar a orientacién variable del cuerpo y sus © movimientos de caslacién en el espacio % Dane Cag denen cclamlene y Fenicin s La sensacién producida por el mecimiento, ligada a estructura laberintica del ofdo interno, conforma la base ‘ginica sobre la cual se cfectia la demanda no sélo de ser s tenido, sino también de ser introducido en un movimie siemico. El mecimiento introduce al nifio en una gama de ac nes que alteran las caractersticas del sostén, desdibuja lac tinuidad de contactos y posturas, alters la quietud. En su ricterritmico, a partir de una discontinuidad, el mecimien nos introduce en una nueva continuidad. “El ritmo es un sarrollo cuya continuidad est4 asegurada y definida por discontinuidad que permite darnos cuenta de clla.”” El ritmo del mecimiento asegura una presencia del c po del adulto por sobre el cuerpo del nfo, da cuenta de q hay alguien fuera de él que se incorpora matcrialmente dificando el estado del cuerpo. Ahora bien, esta discontini dad que introduce el mecimiento se asegura su propia con nuidad en el ritmo. Como planteamos al comienzo de este apartado, pot mos diferenciar entre el mecimiento calmante que va procura del alivio o del suefio del que sdlo se realiza por j B28, queen lineas generales tiene un cardcter excitante. Auf que también sabemos que en la medida que el ritmo se gulariza, como afirma Francoise Dolto, colabora “en la cor titucién del sentimienco de seguridad”. El mecimien por lo tanto, de ser excitante pasa a ser calmante y pu conduc al suefo. ‘Cuando el nifio cobra cierta autonomfa postural, set Jas hamacas las que tomen el lugar que el adulto va dejan De los juegos de sostén, el mecimiento es el que tiene la yor cantidad de contactos corporales. Los cambios de po- cin que tiene el nifo estén protegidos por el cuerpo envol- te del adult, y es en esta envoltura protectora donde cl io puede contactarse con sensaciones de riesgo y placer sin el temor a caer lo angustie y lo paralice. En las plazas, el juego més adaptado y més protegido pa- nifios pequefios es la hamaca; algunas de ellas tienen una jquefia sillacerrada con una cadena que impide la calda ha- delante. Se trata de una adaptacién que permite la inicia- Sn idica en épocas tempranas. Bl nifio en la hamaca se aleja y se acerca al cuerpo del jo, realiza un movimiento pendular. Si el adulto lo ha- de frente, el nifio se aleja y se acerca mitindolo; la al- 2 que alcanza la hamaca coincide con la méxima separa- desde ella la referencia y contencién que tiene el nifio Ja mirada dirigida al cuerpo del adulto. Aceptar ser impul- desde ated, dejar el contacto visual, implica una con- za en el propio cuerpo y un conocimiento global de la ecién, 29, Jean Micry, La emi el deci, Mai, Abal 1990. 30. Frangoise Dolo, Sominari de picsenics de nit, México, Siglo Venta 198, * anc a ee reece a Elise wowiendo porel awe | Enlaplaza | Enel melo wecen | elboie | wawaca | BaLanceos Noe = senlado — de pe ‘os une rade lo gue nos separa ‘Antonio Porchia ™ Quo juego iniciador en las plazas ¢s la calesita (carrusel, io), prineipalmente las calesitas mecsnicas. A diferencia de las hamacas pequefas, la calesita permite acccio del adulto con el nifo en brazos; lo acomparia s0s- iéndolo y gira con él. Deja de ser un espectador fuera del para participar dentro de él ‘Cuando el adulto baja de la casita y deja al nfo solo ienza una experiencia tica en matices. A diferencia de la ca, la calesita posibilica el encuentro y la pérdida visual La hamaca permite que los nifos “vuelen”, que se sien livianos; y también que el cuerpo descienda pesadamente, alejan ingrividos y se acercan grividos. El escritor D.H. Lawrence nos cuenta otra forma de j ig0 corporal en la cual se articula el mecimiento y la calda: —Hamcame on ts baer ~exigis le pequeta El le levants, yell parecb esrangulrl com 0s brace se dilnd hace ae oe a oe cl adult y el nifto. Al comienzo algunos adultos acom- k a ee oie eae el movimiento de la calesita caminando alrededor, de ando de esta manera la pérdida de a visualizacién perma- Entonces Seven comerzd a columpiarl, viendo bajito del pequeti. ‘para si mientras la pequefia aulaba de miedo. Cuando cll reba, el hombre la ataps consra su pec” En los brazos del adulto, el avioncito es el antecesot de la cal 1a, Consiste en tomar al nfo y ha cerlo girat. Se lo toma en los com mienzos del tronco, luego ~ya mis sgrande~ se lo suele omar de las ma- nos, implicando estas partes del ‘cuerpo ambos polos de una evolu cién, de lo mas cercano al cuerpo a lo mis alejado, de lo préximo a lo distal. A un mismo tiempo que el Ex una semiblidad cao atractivo ya muy vivo en a criasura y que pone en juego el mecimiento y el ba~ lanceortmade. Deiputs de haberl experimentado pas suamente,elniio bua ef mizmo goce activamente”” 31. DH. Lame, Rela amir, Buenos Aires, Abi, 192 32, H. Wallon, Del ace a emumicnts, Buenos Aes, gue, 1978. Bile gue se proce en las ondas macs una difren en ellas el cuerpo se desplaza por el espacio sin cambiar fence, Tomado dla mano dal owe, scmprese mila hace centro, el otro es una referencia que pucde ser mirada cons- antemente, al mismo tiempo que el espacio varla de co 0. El pasa del giro individual a giro colectivo que produ a hs onda posi tener al exo come ssn del cuerpo gesto del adulto separa, cl movimiento giratorio vuelve a uni El que gira siente que se desprende, que se separa. y por ¢ insite en agarrarse, en afeerarse y pedir que no lo suelten. despliega un juego de “prendimiento” y “garradura’, cuyt polos opuestos son el des-prendimiento y la des-garradura ‘Apoyado cl nifo en el suelo, recurre en muchos mome tos a movimientos que implican giros sobre si mismo." ‘cambio de posicién continuo y constante que implica el gi asi como [a ligera sensacién de marco, constituyen un atra tivo particular. No debemos descartar que esas sensacion fi hos remitan a experiencias primigenias; asf lo fundame: Dolo cuando dice: El rotbellino es Ia representaci6n de una dinémi- ca en expansién, sfmbolo de las pulsiones de la vida ‘misma, Mire a los nifios gicar sobre sf mismos al ju- gat. Todos nosotros, por otra parte, hemos girado so- bre nosotros mismos para nacer: es el rooting, es de- cir, esa manera de girar sobre s{ mismo que tiene el bbebé en el momento del parto, que le permite salir del limbo de la vida feral para Megar ala luz as rondas crean la vivencia del vacio, Fuerza que nos ab- be desde la espalda, impulso que tiende a alejarnos del fentro. El cuerpo se desprende, se expande, movido por la za centrifuga; al mismo tiempo que el contacto con el sc condicién para mantener undo pode seguir F Bl baile, sobre todo el vals (del alemin waleem: girat, dar as) en a vida adula posibilia la misma accién de gir. danza una de las formas euleurales que permiten que 3 adultos se contacten y giten, reencontrando antiguas sen- cs agregar gio que conatiuye del (ruc cameo” ene cual oto eel nit gi sabre sf mismo. ep de at, eatamiens y precoosn 5 "el de lanzarlo 0 sacudirlo, obligindolo a adccuarse muy répi- Tole movie iio, enna Di fan cates a cbc Geog oe Sele I viandado pesaer del everpo. Esco se de- Hdl adulo"* Cabe hacer un comentario con reac a ina eet de esta cit, donde se aclara que el nifo no pierde'el sostén fren parte ala acién muscular, pro tabi 4 Pi Ee cebulee Ua sna wept {kl adlo, La separacin prolongada del sostn puede ser vi tidsculos que mueven el cuerpo a favor y en contra vida placentera y lidicamente por un nifio que tenga una de ls gravedad, a favor y en contra de los impulsos ‘pnciencia de sf y una avanzada organizacién de su esquema entrfugos, pueden cjetoe una enorme influencia corporal que le permita vivenciar esta accién, Por lo tanto, el Sbre la imagen corporal. El fenémeno de la danza es, jvl de contencién que genera el contacto continuo de las por lo tanto, un aflojamicnto y alteracin de la ima- manos del adulo seré un punto crucial para hacer de esta ac- fen corpora El hecho de que sean ana lr danzas IM ig un juego de interés para elnino, Eat vuclo irae relacionadas con el movimiento circular posee un ° lvck con laalegria de la clevacidn sicmpre y cuando no sc in~ profndo senda vinclado ae iritacin ebay ifm ee a ere. ae Por su ldo Daniel Seean ha llamado la atencién sobre lo jcive de la hiperestimulacién: “El bebé puede ser fécilmen- abrumado por una estimulacién excesiva", y ha estudiado Ee Me fpeeiaiims ese de earaieec aes invsioa eS GIRAR ELAVIONGITO | CALESITA ‘GIRAR Dice Sara Pain: ce) d — Ex xe juror ex parent a emocin de i, si i mess Cae scone Elevacitn y dercenso. Caer mo tempo: debe ser le vez msdfore y Sara Pain incluye dentro de los aprendiaaje” diversas 2 centre ella: un juego que "mantiene al bebé en alerts” que 234, Pal Scher, agen y aparece del cuerpo humane, Buenos As, Pail i977 ‘mento, aunque lo viva en el borde de lo real y lo sim- belico, entre el miedo de caer y el desafio. La capaci- dad del adulto por ponderar justamente la distancia, entre el peligro real yel peligro fingido permite al ni- fio correr la aventura del desequlibrio corporal, que vaa reeditarluego en miliples juegos y, ya adulto, en |i emocién de la montafa rusa, ef alpinismo y otros deportes. Cuando el adulto dice: “,Ay, que se cae!" 0 iAy. que lo tro al aguaf”, mientras balancea al nino pequefio antes de arrojarlo al aire, éste debe sentis, a fa vez que el riesgo, la firmeza del gesto del progeni- La cada debe seer odes los remties a ‘Gaston Bachelard, Hie y ls nes Iidicas de cardcter excitant 25.5. La pe del incon La cn de enorme Buenos A hs Nuc Vis, 1985 4 Danette dr a: ws y pen 6 tor que juega Is misma aventura, puesto que sus au- tan con un sostén, El sgrios resultan alos." adulto que toma al nifio en brazos y lo leva para luego descenderole permite experimente on t da sostenida, que serd para el pequefio el anrecedente mis ans tiguo de la accién de saltar. Ena elevacin y el descenso, el fo queda momenténeamente sin apo- F yo pero mantiene un sostén. En el sal- to auténomo, en cambio, se produce una suspensin momenténea del apo- ye. El salto agranda el dominio del cuerpo, es conquista del espacio aéreo, El juego de plaza que corresponde & eon.este jucgo de crianza es el tobo- Aer Ly per ere (sa ti. Se trepa para descender, se sube fens 2 = para bajar. La inquietud o el temor En los juegos de crianza la calda figurada consiste en caer ei fer ie genera al an radi desde un sostén a la busqueda de un nuevo apoyo, caer des- me & 4s en el ascenso que en el descen- de una estabilidad con cierta permanencia dela postura al de- m1: La escalera del tobogan no tiene las sequilibrio, a la inestabilidad, a la inconstancia. Llegado ell Pfedes contenedoras con las que cuenta la superficie oblicua ‘momento, cuando el nifio tiene un dominio de su postura y me Pt? descenso; “perder pic” puede producir una caida libre. encia de su cuerpo, podrd comenzara vivenciar unsiie stl adulto lo acompafia, In expera del descenso se produce al Pees f ey "Be ital del desizamiento, los brazos del adulto amortiguan el separaci6n sin apoyos ni sostenes. Pero ente la ca(da sosteni oa fay la caida libre hay una situacién intermedia. oo ee OD beeen tar dticamicnto, Exile 4,0 los juegos corporaes con presencia del cada es ambos hay desens, peo en la ata ibe spend el apoyo umes iene: pend el so sortenene por st mismo lad 7 : era to 16 colocari en alguna superficie levada que le sirva como x nF fice, el cuctpo ext deaprendile, on canbin ile Btaforma de ancamiento yesperari que se lance asus beazos con la superficie, el curpo eth desprendid: en cambio. EOI Rae “hnsnmninte’ need sordele cone on ee el deieamient hay una renovacin continun dela supercede v's wen Sars Pin emamne lor de cee rose a, edvcl = Un preepuior con objte Rigi: es uno riser coma = Pereogicor: un oqupo staca = Retupe: compere y ableno, aro gestae aura Dn peop One Quid més que otros deportes, el firbol permite que el ju- sgador ponga cn juego su agresvidad al mismo tiempo que des- potencia su agresién, entendiendo esta dltima como una accién, violenta sin mediaciones, con la intencién de destruc y dafar. Este pasaje de la agresin a la agresivided sefiala una condici6n imprescindible para que la accién desplegada sca considerada juego. Dice Graciela Scheines: “Lo que se juega se conjura, se domestica, se incorpora con naturalidad a la vida’. Y Donald, W. Winnicott: “La agresividad madura no es algo que deba cu- ratse, sino algo que debe observarse y permitirse”.” Cuadro (Sintesis) “Tueecs o= penaecucon Rape juno can eleu ‘ela Indetensin al ejercicio dela defence verotzado o no| = Famer = Roby Debemos también diferenciar lo que es jugar con la pe- Jota de la prictica de un deporte. En algrin momento del de- sarrollo el nif deja de jugar con la pelota para pasar a jugar i al fibol, al basquet, etoétera. : a { Rage de pita Tue agar ve 1 cache = eno Quemaco 000 e como a |e monsine = lobo 56. Grid Schcines, Jeg inacene, juror trib, Woenos Aires, Eade, 1998 57. DLW. Winnicon, EY no y el mando eterna c D e 7 TERCERA PARTE JUGAR Al jugar, el hombre we deprende el tiempo ragrade plo “lide ond tiempo humane Giorgio Agamben, Jafenciaehitoria 1, Juegos de confrontacién Desde temprano el nifo es incluido en una pelea figurads, principalmente cuando toma el cabello de su madre y tira, 0 ‘cuando mucrde, 0 cuando tironea de la ropa. Son acciones {que pueden cobrar un sentido de pelea, de probar fuerzas con lotro, En nuestra cultura los varones principalmente son los sms habilitados para juegos con despliegue de agresividad. ‘Aunque en las “luchitas” que se juegan con los padees parti

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