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Lidia Alonso-Nanclares
Spanish National Research Council
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INTRODUCCIÓN Todos los pacientes con epilepsia parcial presentan una o más
La epilepsia se caracteriza por una hiperactividad sincrónica e in- regiones con actividad epiléptica, pero, como veremos más ade
termitente de grupos de células cerebrales. A pesar de los varios lante, esto no quiere decir que todas estas regiones representen
miles de artículos que se publican anualmente sobre epilepsia, existe zonas epileptogénicas. Existen múltiples patologías neocortica
todavía un intenso debate sobre las causas y los mecanismos celu- les o mesiales que se asocian con la epilepsia, pero un número
lares que conducen a una actividad epiléptica. Los ataques epilép- relativamente elevado de pacientes no presenta alteraciones pa
ticos parciales surgen de áreas epileptogénicas discretas, las cuales tológicas. Por estos motivos, la identificación anatómica precisa
se definen como aquellas regiones del cerebro que son necesarias de la zona (o zonas) epileptogénica no es sencilla. Por ejemplo,
y suficientes para iniciar una actividad epiléptica y cuya elimina- en pacientes con esclerosis temporal mesial, que es la patología
ción o desconexión resulta necesaria para la eliminación completa típica de la epilepsia del lóbulo temporal (véase ‘Relación entre
de los ataques [14]. Tanto en modelos experimentales de epilepsia pérdida neuronal, gliosis y epileptogenicidad’), se piensa nor
como en pacientes epilépticos pueden reconocerse dos tipos de malmente que la zona epileptogénica se localiza en la formación
zonas epileptogénicas (revisado en [3]): zona epileptogénica pri- del hipocampo. No obstante, uno de los misterios tradicionales
maria y zona epileptogénica secundaria. La zona epileptogénica del tratamiento quirúrgico de la epilepsia es que si no se reseca la
primaria es la región del cerebro en donde la actividad epiléptica se corteza lateral (p. ej., amigdalohipocampectomía selectiva [5]),
origina por primera vez. La zona epileptogénica secundaria es la los resultados quirúrgicos suelen ser menos satisfactorios que
región (o regiones) del cerebro que origina actividad epiléptica cuando se realiza una lobectomía anterior del lóbulo temporal
independiente de la zona epileptogénica primaria, como resultado [69]. Este último tratamiento es el más utilizado y consiste en la
de la actividad epiléptica proyectada desde la zona primaria. resección ipsilateral de la corteza temporal anterior, la amígdala,
la porción anterior del hipocampo y la corteza adyacente [10]. De
este modo se piensa que en estos pacientes deben existir otras
Recibido: 16.10.01. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones:05.11.01. zonas epileptogénicas no detectadas en regiones fuera de las es-
Instituto Cajal. Centro Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, España. tructuras mesiales.
Correspondencia: Dr. Javier de Felipe Oroquieta. Instituto Cajal (CSIC). Ave- Por otra parte, existen pacientes con múltiples lesiones ana
nidaDr.Arce,37.E-28002Madrid.Fax:+34915854754.Email:jfo@wanadoo.es
tómicas que se curan tras la resección de una sola lesión (para
Agradecimientos. Este trabajo ha sido financiado por la DGICYT (PM990105),
por la Comunidad Autónoma de Madrid (0.8.5/0036/2000) y por una beca publicaciones recientes véase [11,12]). Es decir, la relación entre
predoctoral del Ministerio de Ciencia y Tecnología, FP 2000-4939 (L.A.). la lesión anatómica y epileptogenicidad parece estar clara en
Presentado en el I Congreso de la Liga Española contra la Epilepsia, cele- algunos casos, pero en otros esta relación no existe o, simple
brado en Bilbao del 14 al 17 de noviembre de 2001. mente, no se detecta ninguna alteración anatómica. Sin embar
� 2001, REVISTA DE NEUROLOGÍA go, la introducción de nuevas técnicas anatómicas para el estu-
a b
Células
Axo -dendríticas
(75 células)
Caracterización
neuroquímica
Positivas Negativas
GABA CCK
GAT -1 SOM
PV NPY
CB CR
CRF TK
VIP
Figura 2. a) Dibujo de una célula en candelabro; estas células se caracte Figura 3. Dibujo esquemático que muestra las conexiones y el número
rizan por la morfología de sus terminaciones axónicas, que forman cortas relativo de los diversos tipos de interneuronas que inervan una célula
hileras de botones dispuestas verticalmente (‘terminaciones en candela piramidal.
bro’) (flechas). b) Representación esquemática de las conexiones de una
célula en candelabro con el segmento inicial del axón de las células pira
midales, y caracterización neuroquímica.
en preparación]. Por otra parte, se ha establecido que la pérdida cuenta: no todos los pacientes presentan una patología obvia y,
neuronal afecta tanto a neuronas excitadoras como inhibidoras. además, la actividad epiléptica puede inducir daño neuronal y
Es decir, las múltiples patologías y la escasa relación directa entre gliosis.
lesión y epileptogenicidad hace extremadamente difícil enunciar Ciertamente, no siempre se encuentran alteraciones patológi
una hipótesis unificadora que explique el sustrato patológico de cas en el tejido resecado. De hecho, en prácticamente todas las
la epileptogenicidad. publicaciones en las que se incluyen grupos numerosos de pa
Además, se desconoce por qué algunos pacientes que han cientes epilépticos, existe un porcentaje variable de casos en los
sufrido una ‘correcta’ resección quirúrgica del foco epiléptico que no se encuentran alteraciones [60,61] (revisado en [20,22]),
vuelven a desarrollar ataques epilépticos inmediatamente o al por lo que algunos investigadores creen que, por mecanismos
cabo de varios meses o años tras la cirugía [3133]. Una posible desconocidos, la corteza sin aparentes cambios estructurales puede
explicación es que los axones de las células piramidales cercanas ser epileptogénica. Sin embargo, es importante tener presente que
a las regiones donde existe una pérdida de neuronas o próximas los análisis histopatológicos estándar no detectan cambios preci
a la línea de resección quirúrgica sufren un proceso de crecimien sos en los circuitos neuronales, especialmente si la pérdida neu
to (sprouting) y neosinaptogénesis (plasticidad patológica) que ronal afecta solamente a una pequeña población de células, lo que
incrementa la conectividad excitadora local [3436]. Sin embar hace que esta pérdida pase desapercibida. Por ejemplo, mediante
go, esto debería ocurrir siempre o más a menudo después de la estudios inmunohistoquímicos con anticuerpos dirigidos contra
cirugía de la epilepsia. De este modo, una pregunta fundamental la parvoalbúmina –que marca una subpoblación de neuronas gabér
es: ¿cuáles son las alteraciones de los circuitos corticales necesa gicas–, observamos que en la corteza cerebral normal (desde el
rias para inducir epilepsia y por qué ocurren en algunos pacientes punto de vista histopatológico) de pacientes epilépticos existen
pero no en otros? microzonas (aproximadamente de 500· 500 µm) con una dismi
nución en la inmunorreactividad, lo que sugería una pérdida focal
Alteraciones de los circuitos corticales y epileptogenicidad relativamente pequeña de células inhibidoras [13,14]. De este
Obviamente, cualquier lesión cortical da lugar a una desorgani modo, es probable que en todas las regiones epileptogénicas existan
zación de los circuitos neuronales, pero existe un intenso debate circuitos neuronales anormales.
sobre los mecanismos básicos mediante los cuales la actividad Con respecto a que la actividad epiléptica pueda inducir
epiléptica se relaciona con las alteraciones de los circuitos neuro daño neuronal y gliosis, numerosos estudios así lo demuestran,
nales [3647]. Las hipótesis más importantes se basan en la pér tanto en modelos experimentales de epilepsia como en ciertos
dida o disminución de la efectividad de la inhibición gabérgica o pacientes. Por ejemplo, en modelos experimentales se ha obser
en el incremento o reorganización de los circuitos neuronales vado una pérdida neuronal y gliosis después de la inducción de
excitadores glutamatérgicos en estructuras mesiales (principal ataques epilépticos provocados químicamente con sustancias
mente el hipocampo), en la neocorteza o en ambas regiones tales como bicuculina, ácido kaínico y pilocarpina [6268], o
[42,4859]. mediante la estimulación electrofisiológica repetida de la vía
Aunque es difícil creer que un cerebro normal desarrolle perforante, la amígdala, el bulbo olfativo o el hipocampo [6972]
epilepsia sin ningún tipo de alteración de los circuitos neuronales, (revisado en [20,22,39,7378]). Similarmente, se ha observado
existen otros dos factores desconcertantes que deben tenerse en una pérdida neuronal y gliosis en personas que no tenían previa-
Figura 4. Hipótesis de las células en candelabro para explicar el desa Figura 5. Dibujo esquemático que representa diferentes regiones corti
rrollo de la actividad epileptiforme. Sólo una o unas pocas células en cales (R1 a R5) inervadas por terminales axónicas de dos células pirami
candelabro son la fuente de prácticamente todas las sinapsis inhibido- dales (nA y nB). R1 y R2 representan regiones diana adyacentes, mien
ras con el segmento inicial del axón. La desaparición de las células en tras que las regiones R3, R4 y R5 son distales. El solapamiento de las
candelabro podría suponer la pérdida del control inhibidor de las células arborizaciones terminales es máximo en las regiones R1 y R5, parcial en
piramidales (véase el apartado ‘Hipótesis de las células en candelabro R2 y R3, e inexistente en R4. Los niveles locales de glutamato (glu)
y epilepsia’). liberado por las terminaciones axónicas de las células piramidales se
relacionaría con el mayor o menor solapamiento. La actividad epiléptica
induciría daño neuronal en R1 y R5, las regiones con mayor liberación de
glutamato (excitotoxicidad).
mente epilepsia y que habían sufrido un estado epiléptico (para
un artículo reciente véase [79]), debido a diversas causas, como
la intoxicación con ácido domoico [80], un compuesto estruc
turalmente similar al ácido kaínico. De este modo, la pérdida que desaparecen se encuentran las células en candelabro
neuronal y la gliosis pueden ser secundarias a la actividad epi [13,14,88].
léptica y está claro que estas alteraciones y la subsiguiente re 2. Existe una gran convergencia de neuronas inhibidoras gabér
organización sináptica [39,75] contribuyen al establecimiento gicas sobre las dendritas y el soma de las células piramidales
de ataques recurrentes (epilepsia crónica). No obstante, un úni [29,8992], mientras que solamente una o unas pocas células
co o unos pocos episodios graves de crisis epilépticas pueden, en candelabro (máximo cinco, según algunos autores) son la
en algunos casos, desencadenar posteriormente ataques recu fuente de prácticamente todas las sinapsis con el segmento
rrentes, tanto en modelos experimentales con animales [8183] inicial del axón [27,9397]) (Fig. 2). Como el segmento ini
como en pacientes [20,21,8486] (para una revisión reciente cial del axón es una región postsináptica de gran importancia
véase [87]). estratégica en el control de la actividad fisiológica de la célula
En conclusión, en todas las regiones epileptogénicas existen piramidal, se considera a las células en candelabro como las
probablemente alteraciones estructurales de los circuitos neuro células inhibidoras más potentes de la corteza cerebral [15].
nales; estas alteraciones se deben a una variedad de factores pre Se ha estimado que el número de sinapsis gabérgicas que
cipitantes que pueden o no incluir una historia inicial de ataques recibe una pirámide es del orden de varios centenares [98].
epilépticos no recurrentes. Sin embargo, las interneuronas que forman conexiones con
las dendritas y somas constituyen relativamente pocas sinap
sis con una célula piramidal dada (excepcionalmente se han
HIPÓTESIS DE LAS CÉLULAS descrito interneuronas que forman más de 10 o 20 contactos
EN CANDELABRO Y EPILEPSIA sinápticos) [90,99102] (Fig. 3). Por consiguiente, la pérdida
Ciertos investigadores (entre los que nos incluimos) mantienen de unas pocas células axodendríticas o axosomáticas podría
que, a pesar de la variedad de alteraciones encontradas en el ce tener un impacto relativamente insignificante en el control
rebro epiléptico, es posible la existencia de un mecanismo básico inhibidor de las células piramidales, mientras que si las célu
común que explique la relación entre alteraciones de los circuitos las en candelabro fueran las afectadas, entonces su desapari
neuronales y la epilepsia. Propusimos la hipótesis de que un tipo ción podría suponer la pérdida de dicho control. Finalmente,
particular de interneurona gabérgica, las células en candelabro, dada la gran variedad de patologías primarias encontradas en
representa un elemento clave en la etiología de la epilepsia huma el cerebro epiléptico, parece que la pérdida de células en can
na [15]. Esta hipótesis se basa en dos hechos: delabro es inespecífica y, cuando ocurre, se desarrolla la ac
1. En la corteza cerebral de pacientes epilépticos se ha obser tividad epiléptica (Fig. 4). De este modo propusimos que las
vado que, independientemente de la patología primaria (pre células en candelabro representan un elemento clave en la
sencia o no de un tumor, esclerosis, etc.), entre las neuronas etiología de la epilepsia.
clínicoanatómicos detallados en los que se analice conjuntamen forma que son capaces de iniciar una actividad epiléptica por
te la microanatomía del tejido resecado y las características clíni primera vez. Esta zona se origina por una lesión u otro factor
cas de los pacientes. precipitante que induce cambios en los circuitos sinápticos debi
do a una pérdida neuronal y gliosis. La zona epileptogénica se
cundaria es la región del cerebro con circuitos neuronales altera
CONCLUSIONES dos de manera que inducen actividad epiléptica independiente de
Proponemos las siguientes definiciones de zonas epileptogénicas la zona epileptogénica primaria. Estas alteraciones se deben a la
primarias y secundarias. La zona epileptogénica primaria o ini muerte celular inducida por la actividad epiléptica proyectada
cial es la región del cerebro con circuitos neuronales alterados de desde la zona primaria.
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