>limpo, pues el hombre los
sence” en el C sestinico brilla con ni ae ¥ los conoce
el espeso 2°" sadez. Entonces ¢
ole cuando real, deja? de ser meras abstracciones de la inte ‘ontempla
a existence humano para convertirse en’secretas hierofanias, = oa
peonsetene Jeyendas que describen el nacimiento de los di a
polismo el hallazgo de la estatua de Hermes Trimegisto. Ya
el relato de tal acontecimiento sirvié para reconstruir
‘mico de la mitologia. Se ha visto en el primer capitulo
sentido Mercurio Trimegisto era dios, hombre y materia, y
Hermes o sas quisicron representar la imagen jeroglifica original
alguns aS la encontraron en la estatua de Hermes Trime-
aly. fanica que incluia la completitud del misterio
si como el jeroglifico original
co, algo * ys isamicos que acunaron la alquimia cristiana, este
Segun Led ae. indisolublemente unido al primer eslabon de la his-
jeroglifico ae es decir, al mismo Hermes Trimegisto, ya fuera como
ve fen que su misma figura fuera el jeroglifico. El per-
del misterio de la escritura sagrada. Asi se
é de los requisitos mas importantes: poseer un cuerpo y un
cumplia une > las estatuas Vivas que profetizaban, La imagen, al incorpo-
es ee ja unién de lo superior con lo inferior, era realmente el
. nia.
nee Oak musulman, conocido como Senioris antiquissimi phi-
spit elas, muy citado por los alquimistas parac elsianos™, se ocupé del
misterio del hombre-materia-jeroglifico. Asi, su autor, después de describir
la escena en que Sentor Zadith se encuentra en un subterrineo, concluye:
«He sabido que la estatua representa al sabio, y lo que se encuentra en la
Tabla [...] es su clencta oculta que ha descrito mediante figuras’. Este
libro, que fue basico para la alquimia renacentista y barroca, comienza con
la siguiente descripeion:
na Creal :
Frosle no podis disoc a
s
Senior Zadith, hijo de Hamuel, Entré en una clerta casa subterrinea. Des-
pués contemplé [
das nueve [sic] dguilas con las alas desplegadas y las garras abiertas y en cada garra
de las Sguilas, la imagen de un arco [...]. En el muro de la casa, a derecha y 4
izquicrda, justo al entrar, se veian imagenes de hombres de pie, vestidos de
ae colores, de gran perfeccion y belleza. Tenian las manos extendidas hacta
‘crior de la habitacién, donde, en uno de los lados, se hallaba una estatua
] todas las prisiones igneas de José. En el techo vi representa~