PUBLICADO CON LA COLABORACION DEL
MINISTERIO DE CULTURA
MAYO DE 1986,
REDACCION: SAN MATEO, 30
MADR
“EI mélico des hon, (Foo de “El Pico
UNA COMPANIA NACIONAL
DE TEATRO CLASICO
ADOLFO MARSILLACH
abria_preguntarse:
l_por qué una Com-
ania Nacional de
Teatro Clasico? Y
podria_responderse:
porque es necesaria.
{Quedaria con esto resulta la
Cuestién? Probablemente no.
Siempre resulta dificil decidir
lo que es nevesario y lo que es
innecesario: en las costumbres,
en los comportamientos y en
Jas decisiones: en la politica, en
Ja sociedad y en la vida. Tam-
bign en el arte, tambien en el
teatro, Todo es necesario ¢ in-
necesario al mismo tiempo. Sin
AristGfanes no se puede expli-
car a Moliére, sin Moligre no
se puede explicar a Bernard
Shaw y sin Bernard Shaw no se
puede explicar a Jardiel Ponce-
la, {Significa esto que Jardiel
Poneela no hubiera existido sin
Bernard Shaw, Bernard Shaw
sin Moligre y Moligre sin Aris-
t6fanes? No lo sé. Y, en cual-
er caso: jera nevesario que
existiesen?
Los espaftoles no hemos te-
nido un teatro nacional estable
a la manera de Ia «Comédie»
francesa, que cumpli6 en 1980
trescientos atios y que arranca
de un decreto de Luis XIV pa-
sando por una sélida —aunque
un tanto enfarragosa— colec-
cidn de estatutos, actas, dispo-
siciones y reglamentos, Ni si-
Quiera nos sentimos en la
Obligacion de imitar a los fran-
ceses, como hicieron los ingle-
ses a partir de 1879, a raiz de
tuna visita a Londres de la «Co-
‘médie» con Sarah Bernhardt
sentando las bases de lo que
luego fue el Old Vie y, mas tar-
de, el actual The National
Theatre» a orillas del Tamesis.
No faltaron proyectos, propési-
tos, ideas y buenas intenciones,
pero nada consiguid la estabili-
dad precisa, la organizacién in-
dispensable, la economia sufi
ciente. El Teatro Espaiiol —me
estoy Tefiriendo al edificio—
‘paso por distintas etapas, probs
diversos sistemas... Ni la inter
vencidn del Estado, nila ayuda
de las subvenciones oficiales
bastaron para resolver un pro-
bblema cuyo origen estaba en la
negligencia de los funcionarios
yen la desidia de los comedian-
tes. Todo el mundo —desde
Moratin en adclante—hablaba
de la necesidad de mantener,
preservar y propiciar nuestro
iglorioso repertorio», pero
‘nuestro repertorio —glorioso 0
no glorioso— andaba el pobre
por ahi, en manos, con fre-
‘cuencia, de comicos sin talento
y empresarios sin escripulos.
Los clisicas se convirtieron en
ppasto generoso para la voraci-
{dad de los divos romanticoides
que declamaban con mas pa-
sién que raciocinio, con mayor
voz que sentimiento,
No tuvimos —ya lo he di-
cho— ese Teatro Clisico, pero
{se colapsé por esto la marcha
Beneral del teatro espanol —y
ahora no me refiero al edifi-
cio—, aparecieron menos au-
tores, ‘menos directores y me-
‘nos ‘intérpretes? Lo. ignoro,
pero supongo que no. Es decir
la existencia de una Compa-
fifa Nacional de Teatro Clasico
fue, era y es necesaria??
Relativamente, sf relativa-
mente, no. Yo diria que no es
necesaria en un sentido estric=
to, pero que es deseable en
‘otros muchos sentidos, inclui-
do el comiin. Los clasicos for-
‘man parte de nuestro patrimo-
io y uno no desprecia el
patrimonio como no tira el re
loj del abuelito por la ventana,
Lo que ocurre —y aqui es don-
de empiezan las dificultades—
{es que los patrimonios no se in-
ventan, sino que se heredan, (OCompania Nacional de Teatro
Clasico? Ak, pues muchas co:
sas. La primera —y tal vez la
mas importante— poner los ci-
mientos de un sistema teatral
lo suficientemente logico como
para resist los embates de las
distintas mareas politicas, Hay
que edificar un inmueble a
prueba de terremotos y cata
clismos. Pero un_inmueble
un lugar, un sitio, un espa-
cio, una organizacién, un siste-
ma, un featro— «vivo, Seria
absurdo —o, al menos, a mi
me lo parece— inventarse un
museo. Especialmente porque
Jos museos son aburridisimos,
Para nosotros a gran interroga-
‘cin es ésta: gen qué medida los
clasicos no estan muertos. y
ueden salirse de los estantes
Polvorientos de las bibliotecas
y desprenderse de las manos,
cuidadosas pero tedricas, de los
profesores para convertirse en
algo concreto, palpable, atracti-
vo y proximo? Naturalmente
no somos tan estupidos como
para creemos capaces de res-
ponder positivamente a tan de-
lieada euestion. De todas for-
mas, lo vamos a intentar
historia.) La tradicion es tradi-
cién por si misma, porque ha
tenido un desarrollo tradicio-
nal y porque se ha continuado
tradicionalmente. La gente
come turrrén en Navidad por-
(que esté acostumbrada: si du.
Fante cincuenta anos se hubiera
dejado de comer turron en Na-
Vidad, la gente habria empeza-
doa comer otra cosa; buituelos,
por ejemplo. Quiero decir que
1no podemos hacer hoy la «Co-
médie» a la espafiola porque ni
tuvimos el hotel de Bourgogne,
nia Talma ni a Napoleon. Va-
mos con tres sigios de retraso y
se va a nota
Entonces, zqué puede hacer
0 imtentar— esta. desea
SOCIOS DE LA ADE
JUNTA DIRECTIVA Angel Garcia Moreno
Eas aa ay Oe LS
PRESIDENTE: ‘Alverlo Gonzalez Vergel
ye Montesinos Antonio Guru
rARIO: Augstin ilesias
Manuel Colado Sitero Luis Maria tur
‘TESORERO: Antonio Joven
Gullermo Heras Wiliam Layton
VOCALES: Eusebio Lazaro
Juan José Granda Ficardo Lucia
dan Antonio Hormiggn Antonio Melonda
Gerardo Malla Manuel Manzaneque
Gesrona: ako tach
GESTORA:
Kae Barro Jordi Mesalles|