HERMOSA ANDÚJAR, Antonio - Lo Que No Puede de La Virtú Del Príncipe (2014) PDF

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Lo que no puede /a virtit del principe (Ensayo sobre El Principe de Maquiavelo) Antonio Hermosa Andijar Departamento de Estética ¢ Historia de la Filosofia Universidad de Sevilla anheran@gmail.com 10 QUENO PUEDE 4 ViRTU DEX. Prin we 113 Lo que si puede la virtir @Cual es el poder de la virtit en la doctrina politica maquiaveliana? Caben varias respuestas, pero la mejor es una muy breve que todo lo compendia: ningtin principe que careciera de ella lograria conservar el Estado ni preservarse a si mismo en el trono. Tal afirmacién, siendo sustancialmente correcta, disimula, sin embargo, la épica de la virtit. Es decir, esos puntos algidos en el proceso de conservacién del statu quo —presentes sca cuando el principe accede al poder por méritos propios, sea cuando lo hace por méritos ajenos-, en los que el mismo parece desbordar al género humano al que pertenece, para convertirse en una suerte de simulacro de titan humano cuya accién, casi sin precedentes, pone a la historia de parte de su voluntad, en contra de toda légica y de da. Es triunfando contra la fuerza terrible de 0 de las circunstancias como se le la virti. Resumamos la apariencia mejor funda la naturaleza y contra el tremendo pes adquiere conciencia del casi omnimodo poder di el razonamiento de Maquiavelo. A la cuestion de como conserva cl principado quien accede a él por medio de su virtir se responde del siguiente modo: llegar es dificil, pero mantenerse ¢s facil gpor qué? Lo que dificulta el acceso son los obstéculos grandes 0 extraordinari ia 7 do por la novedad de la situacion politica, que al acion de una nueva institucionalidad lo pone y dificil cn la vida de un pueblo, la que genera jcudles son? {Cual es la ios que jalonan el camino, interpuestos ante tot exigir al principe la instaur ante la situacién mas tumultuosa mayores incertidumbres y peligros le naturaleza de tales incertidumbres y peli igros? ee eo EGADOS Y SIGNIFICADOS === ANTONIO HERMog, SAAN, 7 HAR ar, vienen los duiplices motivos politico. En primer lug: ° ; sa Mtereseg (de los favorecidos por cl régimen anterior) actuan contra el INVaSor, on tanto atin se muestran remisos SUS potenciales beneficiarios. Esa Actitud pasiva tiene razones politicas y psicoldgicas que la explican a su yey Por un lado, la legalidad esta a favor del bando rival, lo que les hace sentir temor en dicha situacidn; y por otro, les retiene la incredulidad de los hombres, favorables a lo nuevo sélo cuando el paso del tiempo los ha familiarizado con ello: cuando la experiencia les ha demostradg su bondad. (Por eso la fuerza —no la oracién— podra ser necesaria para constrefiirles a creer por la fuerza a los partidarios dubitativos si fuera menester). Ese es el razonamiento literal de Maquiavelo gcual es el papel de la virtit ahi? Acceder al trono por parte del nuevo principe es, pues, virtuoso, porque los enemigos, amparados en la legalidad, aunque sea en defensa de sus intereses, actuaran contra él si les es posible con total impetu; mientras quienes deberian defenderle apenas se mueven a favor Suyo, atenazados por esa misma legalidad que les es contraria y por un enemigo quizé atin mayor de rostro desconocido: la incertidumbre inherente a lo nuevo. Nada les hace saber cémo sera el principe actual y eso no favorece la militancia en sus filas. La virté: del principe que accede al trono ha logrado, por tanto, Superar cl mayor obstaculo que interpone la historia a un pueblo, !@ ereccién de instituciones nuevas, vencer las fuerzas cnemigas y volver a los hombres remisos favorables a él. Si las dificultades de las dos primeras empresas son ingentes, ls interpuestas por la tercera son descomunales y vencerlas es heroico- 3 es que ha forzado la naturaleza humana. B Ha logrado que los hombres crean en él, en /o nuevo, ; a Sin conocerlo, sin que el tiempo les - Proporcionado la debida informacién Para hacerse con una opin correcta sobre él (sobre ello). Asi su i los hombres han ensanchad0 corazon y su mente, como Pericles de f end? cia de los atenienses, aprendi@ —<£,; DE LA VIRTU DEL PRINCIPE 10. QUE NO PUE! 115 acreer sin fundamento cierto y a decidir sin base cierta, garantizada su verdad por el scfior de las certezas empiri ‘as: cl tiempo. Y también a actuar en funcién de las nuevas creencias y opiniones. Ese imponer lo nuevo por si mismo, esto es, sin necesidad de haber sido experimentado, es la obra maestra de la virtit, del principe virtuoso, sobre los seres humanos, que les permite cnsanchar su naturaleza y reexperimentar cn politica: dar nuevas formas politicas a la historia. Esa ha sido su significaci6n historica y contintia siendo su significacién actual. A la cuestin de como conserva el principado quien accede a él por medio de su virt#, en cambio, se responde asi: al revés que en el caso anterior. La conservacion es dificil porque el principe afortunado, a diferencia de su meritorio pariente, no ha mostrado ninguna virti: para llegar adonde esta, sino que una voluntad superior a los obstaculos le ha depositado en él. Lo facil, pues, sera perderlo: {como lo podria conservar? ¢Cémo seria capaz de actuar contra la naturaleza de las cosas e invertir el resultado esperado? Los obstaculos a su conservacion provienen de la fuente que le allano el acceso: esa voluntad que lo mismo que pudo ponerlo en el cargo lo puede deponer. Ellos, cn efecto, que no eran principes antes, ni saben ni pueden gobernar. No saben. Siendo como son, individuos no politicos, sus conocimientos, habilidades y destrezas sc han forjado sobre experiencias no relacionadas con Ia cosa publica, de la que, logico, deben mostrar una ignorancia casi total. O sea, no deben saber mandar. No pueden: esta vez por motivos politicos, no psicoldgicos. Carecen de fuerzas leales y fieles, condicién fundamental. Pero también cos: los hombres y nuestras se vuelve aqui a los motivos psicolégi y ésta quiere que creaciones pertenecemos al reino de la naturaleza, Cuanto crece, para ser sdlido, necesite de tiempo, segtin vimos, porque Sdlo asi crecen “raices y ramificaciones” que dan solidez a lo nacido. {Cual es el significado de la virsic en la co al que se accedié en tal modo? En primer lugar, nservacién de un Estado dotar a su titular de DESAFIOS, L |ADOS Y SIGNIFICADOS— == ANTONIO HERMOSa ay ANDIItay 116 . corresponden, esto es, preparar su inte los que NO Ie correspon Nteleeto nientos diversos 4 los uc dedica su atencion. Es decir, ampliar Aa conocimients a . que suministran los objetos para otros conocim 8 en los que trabaja 0 a los qi posibilidades de la mente human: En segundo lugar, dotar a su titular, emplearlos al servicio de la nueva empresa: dg nservar la herencia atin cn a y con cllas las de la accién humang que posce tales conocimientos de la posibilidad de preparar “los cimicntos” que le permitiran co a lego. contra, si fuera menester, de quien se la lo mas importante de todo: prepararlos en mucho Y, en tercer lugar, ¢ ordinariamente se requiere, demostrando con menos ticmpo del qu ello que el reino humano, natural como es, tiene una legalidad especial y diferenciada de la del mundo natural restante; y que, por tanto, es en parte un artificio —un artefacto natural peculiar— fabricado a voluntad por quien posee las capacidades y medios de hacerlo, afectando la mente y la convivencia de los hombres con su invento. Es decir, de nuevo, sin suprimir el tiempo, si lo ha comprimido, ha producido los efectos requeridos en el laboratorio de una realidad manejada por otra especie de maquina, que acelera los procesos histéricos de una manera innatural. Virtit, aqui es, pues, la produccién de artificios, la puesta en marcha de procesos sociales comprimidos en el tiempo, esto es, procesos capaces de emancipar los efectos de sus causas (naturales). En suma, la virtii modela el tiempo al introducir una aceleracion especial cn la produccién de efectos hacer crecer las raices que da? firmeza a las cosas, lograr convencer de lo nuevo antes de probarse bueno- que les emancipa en parte de sus causas, es decir, que introduce Ja voluntad humana, con sus medios de auto-realizacién, en los proces°® naturale: Entoncss, - . : r ‘onces, la virtit es la capacidad que posee su titular d modificar la naturaleza creando un | mundo 1 Los artificio humano dentro de humano natural. Ta as . Tal es el significado de la virtiy principesca; tales so! escenarios hu: . a, manos en los que esgrime su, diriase, omnipotente poder ‘ase c ia . compendia la gesta: reduce a la nada la fortuna, ¢! poder vet rx privcire DENACUM ViRTU DEL PRINCIPE NO PUEDE LA LoQue 117 que respecto de la mayoria de log mortale: Sy diria Goethe, gobierna la A s Vidas. itad de sus vi {Hay algo en cl mundo humano ca Paz de resistirse a un poder semejante? A cllo dedicaremos e| Testo di el trabajo. Lo que no puede la virtiy {Qué no puede un poder como ése? No puede: a) no puede domeifar ni las fuerzas brutas de la naturaleza ni la enfermedad ni la muerte, aun cuando si logre oponerles resistencia: pero mas con la tecnologia, esto es, la virti ay que con la politica, 5) Con la libertad, ¢) plicada de la ciencia, Con la nacién (estos ultimos limites son humanos ambos, bien que su naturaleza sea del todo diversa: la libertad es su opuesto complementario; la nacién es su desaparicién por innecesaria), (Fortuna Y) Libertad Al determinar los agentes de la conducta humana, Maquiavelo Tedescubria a un conocido titiritero que desde siempre habia campado 4 Sus anchas por las vidas de los hombres, y que gozaba de un fuerte Predicamento, incluso entre la propia intelectualidad: la fortuna. Al decir del tedrico de la virtii en el capitulo XXV de El Principe, la Voluntad de un ser humano s6lo rige la mitad de su vida en el mejor de los Casos, mientras la otra mitad queda a expensas de la musica que la fortuna guste tocar (Maquiavelo, 2011, p. 83). j Ahora bien, cuando analizamos la realidad englobads bajo el ‘emino fortuna, lo primero que salta a la vista es la disparidad de la PESAFIOS. LE “~ P. 83)lograria aminorar los efectos de las avenidas de los rios; y una buena politica preventiva al respecto, revelaria sin duda cierta cficacia contra el poder de la naturaleza: si, por citar algiin hecho, el dinero rebajado de los impuestos y luego reinvertido en una ilegal guerra -en Iraq, por ejemplo- se extrac del que ha de emplearse en mantener reforzados los diques que protegen de los huracanes, el principe no habra de extrafiarse si algun Kathrina le pasara factura en Nueva Orleans; si la corrupcién y una pésima politica econémica debilitan con la pobreza engendrada el vigor de una sociedad, o el fanatismo religioso impide un mayor desarrollo de la investigacién tecnolégica, tampoco habra de sorprender al principe que domina en algiin lugar de la region centroamericana, o en Pakistan, que un nuevo huracdn 0 un terremoto saquen cl infierno del centro de la tierra y lo trasladen a la superficie. Pero, aun en el mejor de los casos, con diques y espigones cumpliendo su cometido, siempre un ‘sunami que remonte el Arno, por despistado que ande al punto de confundir el Pacifico con el Tirreno, y por reforzadas que estén las defensas de la | ciudad, acabara causando grandes destrozos en Florencia. Poniendo en contacto la virti! con esta nueva y natural fortuna no hacemos sino yuxtaponer dos realidades heterogéneas que apenas se rozan entre si y que, desde luego, no pueden conmensurarse con lamisma vara de medir. Dejemos pues de lado la naturaleza, y recuperemos la presente seccién, aunque ya restringida los efectos de la virtir en el ¢ a la libertad. pero es tanto pregunta con la que abrimos la a su Ambito propio: {cabe algun limite a | mundo estrictamente humano? Es menester referirs Poco dice Maquiavelo en esta obra sobre la libertad, por alto. Prescindiendo aqui de la 2011, p.83) del hombre, .s humanas, ¢l grueso de olitica, de la que, s, Volviendo al ese poco que no podemos pasarlo breve alusién al “libre albedrio” (Maquiavelo, el otro auriga, junto a la fortuna, de las accione: ¢ centran en la libertad p referencias maquiavelianas s as breves pinceladas repetimos, apenas se nos dejan uni — —— PESAFIOS, LEGADOS ¥ SIGNIFICADOS— === ANTONIO HERMOSA aypy AR 120 caso del principado mixto, en el que el nuevo dominio adquirido fugy, aon hus me una reptiblica -cl régimen de la libertad— en lugar de un Principadg, como la conservaria el nuevo principe?, no Podemos al preguntarnos ¢ al comprobar que de los tres modos. Posibles menos que sorprendernos ‘ere de hacerlo sélo hay uno seguro: “su destruccion” (p. 17). Y Maquiavelg “Quien se convierta en sefior de una ciudad habituada a vivir remach: libre y no la aniquile, que espere ser aniquilado por el (p. 17). 0g principe nuevo destruye a la antigua republica o la antigua repitblica destruira al principe nuevo. No cabe mas alternativa (ni siquiera la de “ir a vivir alli”, como en sorprendente ¢ inexplicada apostilla concluira el citado capitulo). La causa introduce un elemento desconocido en el reino de la politica: el principe conservaba el trono, vimos, al ganarse paulatinamente la adhesién del pueblo satisfaciendo los intereses y las necesidades del mismo; el bienestar, como antafio en Aristoteles, era un requisito del orden y su efecto era tan fuerte como para revelarse la mejor garantia de que el pueblo habia olvidado ya a su antiguo sefior y toda su circunstancia politica. Pero ahora, en cambio, resulta que “la libertad y sus antiguas instituciones” (Maquiavelo, 2011, p. 17) Teaparecen en la memoria de los viejos republicanos a la menor ocasion, Por una raz6n fundamental: porque “ni el transcurrir del tiempo ni los beneficios deparados jamds hacen olvidar” (p. 17) aquellos nombres sagrados. Donde ha habido libertad, el tiempo no pasa para ella, aunque cambie el régimen; donde ha habido libertad, ningiin bienestar resulta suficiente para comprar la tranquilidad politica. La libertad crea en Guienes han disfrutado politicamente de sus beneficios un gen nuevo, eae . R Propla memoria, que alza una barrera indestructible ante el paso de! tiempo; crea incluso a un hombre nuevo. , dotado de pasiones mis vivas y violentas que son | fa Hama misma de la tebeldia contra quienes desea" ta los hombres @ sus cenizas: a esos falsos seres obedecer” Principe”, como “vivir libres sofocarlas y reduci “acost Sa i ‘ostumbrados a (P. 18) que, “al faltarles [...] el antigu® ” ° no saben” (p. 18), buscan un nuevo 2™ ave BL PRINCIPE DE MAC ae 0 QUE NO PUEDE Ld FIRTU DEL PRINCIPE 121 para su obediencia. En ese tipo de hombre, el lector maquiaveliano oye con fuerza antiguos cos de Herédoto o P de Bruni. icles, y los contempordneos Sabemos por la historia, nog dice Maquiavelo en el capitulo III de El Principe, que la memoria de la Vieja forma politica es un poderoso antidoto contra la asimilacién y hasta contra cl dominio impuesto por y por cllo ciertos pueblos iberos © francos resisticron la tentacion de romanizarse mientras dicha memoria | un nuevo scfior, latia en sus almas. Pero el hecho de caer derrotada ante el tiempo, la fuerza o los beneficios demuestran que no era la libertad la forma en que se expresaba politicamente la vieja institucionalidad. Y sabemos ahora, por lo que nos cuenta Maquiavelo, que el principe nucvo nunca se convertira en un “principe natural” (Maquiavelo, 2011, p. 6) si su actual dominio fue antes una republica. Pues la dinastia hoy reinante en un principado hereditario, ha instaurado precisamente su legitimidad sobre el olvido, vale decir, sobre la creacién de una especie de identidad auto-referencial que extiende un vacio temporal sobre la historia anterior a su asentamicnto en el trono. Dicho principado no es que se convierta con ello en una burbuja metafisica aislada del reino historico, ni mucho menos, pero si es cierto que el sistema de creencias con el que se justifica se sostiene sobre una negacién, la del tiempo predindstico, que se ha impuesto olvidar a fin de evitar volver a cambiar. Es esa mentira sobre los origenes y la necesaria cristalizacion ulterior de la comunidad inmanentes al olvido, asi como sus consecuencias sobre el futuro de los hombres —csa dimensién del tiempo que se pierde cuando no hay libertad, como ya nos previniera Tacito-, ene rs que se cuenta cl cambiar de acuerdo con la propia voluntad, el territorio que la libertad sustrac a la virtir al no poderse olvidar. Afiadamos unas palabras ms acerea de su significado. La irtia princi a iempo, libertad, en cuanto que par a la virtit principesca, derrota al tiemp erimentaron echarla en el saco roto sucumbir ante cl placer, bien €s decir, impide a quienes la exp del olvido, como impide a la conciencl# DESARIOs, _— "SAFIOS, LEGADOS ¥ SIGNIFICADOS— == ON 12 ANTONIO HERMOSA AN Dyiy, 2 R puede considerarse en este sentido como virti: del pueblo Tepublicano; 0, si se prefiere, bien puede considerarse al pueblo republicano como atributo suyo, al igual que los grandes pero con mayor razén, dado que coparticipa en el gobierno y contribuye a la perpetuacién de Ig misma. La repiiblica ha generalizado la virti al tiempo que la ha des- heroificado, si bien queden rastros patentes de su fulgor individual en Ia de algunos capitanes militares y en algunos grandes gobernantes, en los demas, gracias al autogobierno republicano, es, por asi decir, la politica devenida antropologia. Asi, si bien se mira, constituye la posibilidad de democratizacién de la virti, de que en un mundo ya inmanente, esto es, plenamente humanizado pero todavia no democratizado, los Sujetos se igualen entre si como ciudadanos, que nacen de la desaparicién del héroe o de su confinamiento en una region antropoldgica menos militar y en un tipo de accién ptiblica menos sobrehumana. Ese sujeto ya no es carne de cafién de voluntades mas poderosas que una scrie de azares han fosilizado en el vértice del sistema social, y que moviendo sus hilos segiin su capricho den sentido a su vida; ahora ya se le reconoce su capacidad de autogobernarse de manera autonoma y de regir en cooperacién con los demas, y pese a las diferencias que les separan, las telaciones que teje con ellos. El individuo que no olvida la republica y, mds atin, el pueblo que no la olvida, incluso varias generaciones después se redimen, humana y politicamente, gracias a su libertad, en la posibilidad de gobernar, que les hace ser mas de lo que parecen a titulo individual, y lo que son cuando estén juntos gobernando. Hacen ondear asi su desco de no dejarse sojuzgar por nadie, y al mantenerlo fijo en la memoria transforman un instante historico, el del nacimiento de la libertad, en una idea innata para el futuro. He ahi un leal ejemplo de cémo nacen a tempo ideales a los que una buena parte de la humanidad ya no renunci ara en ningt a5 on 6n ningiin caso, ni siquiera ante los cémodos sobornos del TO} és Propio tempo, a través del olvido o del bicnestar o enn KL, PRINCIPE DE MAQUIAVEL qui NO PUEDE LA VUR7E DEL. PRINCI 0 123 Nacion Veinticinco capitulos después, Maquiavelo escribe la segunda ‘apitulo XXVI, el tiltimo, Lo firma Y apellido, pero imbuido de una personalidad enteramente distinta. Se diria que ef parte de su opera magna, cn el ¢ con cl mismo nombre autor que habia recomendado al principe el arte de la simulacién en aras de la cficacia de su cometido. se sinticra a si mismo justificado para disimular en la teoria la mitad de su persona. Y es que, sin solucién de continuidad, al analista frio, diseecionador de la conducta humana con imparcialidad implacable, cual si de cifras se tratara, amigo de las metéforas naturalistas y partidario de usar la fuerza contra el guarismo viviente, etc., sucede un alter ego todo coraz6n donde antes le viéramos como pura raz6n, que lo lleva a la politica ensanchando en patria el anterior impero, que inflama con versos la antafio acerada prosa, etc.; y a quien no importa si tras todo ello su racionalidad queda 0 no en paz con la légica. {Cudles son, por tanto, los nuevos objetivos planteados por el autor? {Cual su modo de buscarlos y qué consecuencias derivan para la doctrina al tratar de integrarlos con los anteriores? El centro del discurso dilata ampliamente su circunferencia hasta abarcar a Italia entera. Es ella el sujeto actual de la adquisicién y conservacién del poder, en lugar de Florencia o cualesquicra otros principados peninsulares, pequetios © grandes. El motivo de que cl poder haya alzado su mira se debe a que el rastreo Ievado a cabo por la mirada maquiaveliana en su tiempo histérico le ha revelado, nada menos, que se halla ante la posibilidad ién de dar cuerpo a la unidad de hacer realidad un suefio: ante la ocas i Politica de Italia, Y la razn de ese suctio estriba en la creencia de que Italia es, culturalmente hablando, una nacion- § en que aparece tal En efecto, a pesar del escaso numero de v érmi r iaveli término a lo largo y ancho de la obra maquiavel “provincia” -o, de correspondencia entre uno na, del hecho de ser itui naturalmente, de las Sustituido en no pocas por el de Polémicas academicistas acerca del grado PESATIOS,LEGADOS ¥ SIGNIFICADOS = ANTONIO HERMOSA any, WitaR y otro. A pesar, igualmente, del desacuerdo entre la creencia Scfialada y consideraciones esparcidas en otras obras; y a pesar, desde luego, de las ilusiones y aporias inmanentes tanto al concepto en cues én como a la idcologia frecuentemente engendrada por él, por un lado el nacionalismo, cs un dato que Maquiavelo tiene en cuenta en sus anilisis (cf. Maquiavelo, 2011, el cap. IIL) y, por otro, el florentino profesa la fe nacionalista. Esto tiltimo, por lo demas, se pone de manifiesto no sélo en la afirmacién antevista de Italia como unidad cultural, sino asi mismo en el corolario politico deducido de ella: la exigencia de un Estado para la preexistente nacién asi formada. Es esa la gran tarea por materializar pendiente en la agenda de la historia, la “innovacién” ala cual el momento sociolégico italiano esta lamando al nuevo principe, la que dard a su producto un puesto en cl panteén de los grandes acontecimientos de la historia —ademis de altisimo “honor” al que “forma” y gran “bien” a su “materia”. Ni siquiera faltan las invocaciones arrebatadas 0 los tonos misticos con los cuales dicha fe suele acompaiiar su irrealidad: la escatologica parafernalia con la que suele presentarse en escena (como comprobara quicn lea las sorprendentes palabras finales, encendido -y peligroso: “[...] con qué sed de venganza” (Maquiavelo, 2011, p- 88)— preludio de los versos de Petrarca, citados justo a continuacién). A primera vista, la culminacién del actual objetivo sigue siendo una proeza, como sus ilustres precedentes, pero nada tiene de extraordinario desde el punto de vista de la conservacién del Estado, pues individuar la ocasién para unificar Italia o arbitrar cl medio de hacerlo —reorganizat segiin nuevo metro un ¢jército propio— formaba parte de la virtit del principe. Es verdad que ahora se exige dicho medio también para la consecuci6n de la meta y que ésta, segiin se indic6, multiplica el tamaiio y las fuerzas de cualquiera de los anteriormente considerados. pero un principe virtuoso siempre habra de estar al frente de la empress ¥ sus modos acciones como las indicadas necesariamente contaran entre de hacer. puavete su rrinctPEDEMAC™ X yo oue NOPUEDELA VIRTE DEL PRINCIPE 125 ora bien, ya en ese trecho en aaron; Ah ¥ trecho cn apariencia recorrido conjuntamente actual hay mucho mas la, no es él quien ¢ " indivi ¢s €l quien ejerce su propia virti tanto a la hora de individuar la ocasién de rehacer It de precisar el medio, sino que debe por cl principe nuevo anterior yel : de diverso que de comin. De entrad alia, como en cl momento ambas informaciones 0 a la palabra escuchada de labios de un geniat Secretario relegado a la oscuridad o. mejor, a la palabra leida en un texto que ese mismo secretario hubo de escribir para hacerle llegar su voz. Pero con ello la virtit ha visto como se desprendia su mente de su cuerpo y quedaba reducida a la accién; pero con ello, ademas, el principe italiano ya no es el principe nuevo de antes, pues formaba parte de su genio llevar a cabo las dos tareas aludidas. Ahora es el secretario quien monopoliza la teoria dejando para su sefior la practica, la politica ya no Ie reconoce como el gobernante platonico en quien unificara las dos mitades de su ser. Pero con ello, aiiadamos, las diferencias no han hecho sino empezar. No obstante, antes de completar su cuadro, intentemos comprender el significado de la reorientacién experimentada por la doctrina. En efecto, gen qué la fundamenta Maquiavelo, y cémo justifica la aparicion de ese nuevo felos normativo? Para la primera cuestién, aunque confusa, hay respuesta; la segunda queda, por el contrario, sin resolver. En su discurso las dos cuestiones se confunden en una, en cuyo planteamiento y desarrollo brilla por su ausencia la, antigua y claridad expositiva. De hecho, el fundamento cada vez mas afiorada, mayen “espiritu italiano” y de una aludido no es sino Ja afirmacién de un aa sible calidad de “virtic italiana” (Maquiavelo, 2011, P- 88), posible por la re una nacién italiana originaria de la que nunea se ®" eo como entidad politica. Se trata de una ficcién que justifica de ante toda accién emprendida en su nombr deber ser, de una existencia a la que ' 6 ia, de como ha} a — ‘ ai . curtiendo el suclo 5 a historia ha! Mosaico de I Jos que la hist pueblos con los i 7 : menos atin de por qué télico, no hay noticia en el tedrico florentino; " se supo hasta el presente c, de yn ser que es al tiempo un se concibe como encia, De ~ derivado una del tin DESAFIOS, LEGADOS ¥ SIGNIFICADOS __ — | 126 jas ciudades que aquéllos han ido conformando, tan frecuentemente jas C1U eS 7 hostiles y separadas entre i) deban aspirar a la unidad y a lograrla ostiles y s S ar liticamente. Como tampoco hay huella, salvo la propia. de que en 7 de todo. que atin queriéndola la puedan realidad la quieran y, menos ncolast obtener. Porque lo que si dice Maquiavelo es que “Italia” esta hoy mas esclavizada “que los judios, mas sierva que los persas. mas dispersa 2: “sin orden, sin cabeza, abatida, que los atenienses” (p. 86).* Y pros expoliada” (p. 86). etc. (Y si asi esta Italia. los italianos no le van a la zaga, por cuanto “haber llegado ser irreli iosos y malos™ (201 La, p. 298) se muestran en la actualidad). Como en semejante condicion se pueda sentir tan noble, querer tan alto, o como sea posible lograrlo es uno de los muchos trucos que la creencia nacionalista guarda secretamente en su repertorio de prestidigitador: cémo logre despertarse la solidaridad en individuos empobrecidos 0 atemorizados. cuando pobreza y temor son emisarios del aislamiento y del egoismo (cfr. Maquiavelo, 2011, Cap. II): como de la cabeza de la discordia surja armada la idea de union, de los intereses separados y en conflicto un ejército nacional, © se metamorfosee en valor compartido lo que otrora fueran pasiones ~desidia, odio, revanchismo- disgr doras atizadas por el fuego del localismo, no sélo queda sin explicar, sino que en rigor, bajo el patron de la inicial légica, no cabe ni siquicra plantear. Si ahora se da por dado sin mas el conjunto de tales fendmenos; si a los pobres en bienes se les Supone Ticos en espiritu: a los cortos de sentimientos solidarios a causa del miedo, largos de corazén: a los vacios de patriotismo o Ienos a "Las citté de ta Peninsula ltalics {as antiguas polis griegas, y como se sabe ne QGRS anticiparto apelando ata formacign de Sbice para reconoe docs Reenocer que asimile para bien el. en Setrina seguia manteniendo el punto de vist cortado sus alas, : > Maqui: atenen es ® UETE realzar el paraetismo entre la Pore anes Para acentusr la gravedad de ero cl paralelismo no aualmente, realzar es ef mor constituci taban efectivamente tan celosas de i su autonomia politica como piticron su destino. Maguiavelo, an Estado unitario. El fin gue lo cone 0 de su intento no es © punto, mal ejemplo ta de la polis stole cuando ya el imperio man Sttuacion italiana y ta de judios, per 0 Sociohanie wetTHSR Ys con ello, ta imperiosidad del mer SlCO, sino tambien Politico: lo que M Jaquiavelo quic nto fundacional det py sente, que debe Un estado italiano que marque para siempre cl 2 fan romano como agui, PAF" Slempre el tun de a titucion de quiz’ nunca fixe Lo QUE NO PUEDE La VIRTU DEL PRINCIPE 127 sumo de inter ale: i los escs locales, ebrios de Italia; a los débiles de fuerzas. otentes en anhelos, ete. eg Pp » ete., se debe a que también en Maquiavelo los tiros de la ldgica nacionalista van directamente contra la razon. hoe lo “anes la moneda tiene dos caras, y a la de la impositiva _ Nventes dein a meni culturales? cxistentes entre Len ‘sas ciudades y regiones en el concepto de italiano, se corresponde la no menos arbitraria unificacién de franceses, espaiioles, suizos o alemanes en “extranjeros”, 0 mejor, en “barbaros” (Maquiavelo, p. 86), como a partir de aqui les llama. No es menester recordar la tradicion despectiva asociada al vocablo, nos basta con reconocer su cardcter moralmente negativo, descalificador del destinatario ante el emisor, pues basta aludir a esta otra violacién del status quo precedente para adherir espontineamente a la misma la triple contradiccién presente en ella: se valora donde antes se describe; se subdivide la realidad maniqueamente en italianos y barbaros, en consecuencia y, por ultimo, los demonios que habitan este recién creado como es natural, el caracter de modelo que en seer. Los valores, antafio diseminados por los de unos a otros, tienen hogafio un orio y un idioma tinicos: punto, hasta inframundo pierden, ocasiones Ilegaron a po: diferentes pueblos y extrapolables duefio bien determinado, asi como un territ lan, son cosa del pasado. Hasta este ologia, la moral y la politica el ideario repetimos. Mas como elsello de rso, abandonamos aqui el lo de la reorientacion los modelos, si qued poner patas arriba en la epistem anterior, conduce la légica nacionalista, preso cn el resto del discu le exponer el significad babamos de interrumptt- 0 era sensu stricto Un principe se habia evaporado de la misma quedara im| paréntesis abierto al objeto d doctrinal para proseguir ce] que acal principe italiano Deciamos que el irtit la intelectual— nuevo porque parte de la vi dle clase. Maquiavelo wrt, por arte de jentado oprimir las difere Jes y ef pueblo. Aho r que aquellos vivian magia nacional, han quedado re ‘a éstos! ;Y pensar que éstos vivian salia ganando con la lucha! —_—_— DESAFIOS, LEGADOS ¥ SIGNIFICADOS os ANTONIO HERMOSA ayy HN 128 su actividad al ser puesta en prictica por el idedlogo de | a Unidad dg ltali n. Pues bien, ol enfoque nacionalista de la empresa iré sustrayeng, atin mas parcelas al territorio de la virti: que quedara al Principe, 4 la conquista de Italia éste parte disponiendo ya de un arma, ef nyoy, ejército, que cl principe conducido al trono por su Prudencia 9 Por la fortuna deben apresurarse a forjar en aras de la Conservacién de} mismo. Y aun concediendo que dicha forja sea mérito de sy Virtit, of caricter invencible que Maquiavelo le agrega de ningiim modo Proviene de la misma fragua. El sentimiento nacional que multiplica su Potencia late naturalmente en el coraz6n del patriota,* quien sdlo espera la sefial del jefe para, mostrando su clara superioridad “en fuerza, en destreza, en ingenio” (Maquiavelo, 2011, p. 87), recuperar la vejada patria ¢ infundirle existencia politica. Por si fuera Poco, dos nuevos aliados se presentan en el campo de batalla a favor del principe, puesto que comulgan igualmente con el ideal de la unificacién. Uno de ellos ¢s la Iglesia’ y el otro, como no podia ser menos, puntual a todas ‘SUS Citas con la historia cada vez que la historia nacional entra en juego, es el mismo Dios en persona. Se entiende asi que el Ejército italiano se vuelva omnipotente una vez inicie semejante andadura y que sélo el objetivo satisfecho esté en grado de poner fin a su marcha. Empero, algunos efectos se suman a esa lucha. El primero decllos, es que ninguno de todos esos milagros Cuaja a partir de la virtiy del principe, Por lo que ésta se va volviendo paulatinamente mas raquitica 10 que no entrafia que su titular Pierda poder, sino al revés. Por el contrario, todos ellos brotan del cardcter sagrado inmanente de la patria unida, a cuy® Conjuro, y para su Socorro, todas esas grandes potencias de la historia Como son la Iglesia y Dios marchan al unisono como un mismo hombre tras el principe tedentor, Pues de redencién Por cierto, se trata, La Palabra la Profiere el ~he ahi el segundo a propio autor de B/ Princip’ hecho Maquiavelo echa en falia icfes, cién que tatiana (Maquiavelo, 201g 0 sav put NORUBDEL4 RTE DEL. PRiNcane \ 129 y con tal ardor que lo hace en dos Ocasiones casi consecutiy; pinafo, adems, en el que Dios se desquita de haber sallicane apenas un dada de piedra Politico y como poco mas que deus-ex- machina Bocial en {a primera mitad del texto, irrumpiendo de repente en seis ocasiones). Dios bendice la gesta, Dios santifica la causa, Dios anuncia el advenimiento de la nueva hora, etc, Al principe le queda solo terminar la obra para al menos retener la libertad, para demostrarse clegido de Dios. El escenario ha cambiado, pues, diametralmente, y donde viéramos anteriormente a la politica desempefiar esforzadamente su papel observamos ahora a la escatologia ocupando su lugar. El mismo pueblo no quiere dejar de sumarse a la fiesta religiosa. Esta unido, “su disposicion es absoluta” (Maquiavelo, 2011, p. 89) para la nueva tarea, pide a los cielos tinicamente que le preste a un héroe al que seguir en su fe: y “con qué amor seria recibido [...], con qué sed de venganza, con qué firme lealtad, con qué devocion, con qué lagrimas” (p. 89).6 Con solo verle enarbolar “una bandera” (p. 86) se alinearia enfervorizado tras él. Un corolario se afiade al efecto anterior: todas las pasiones sefialadas eran monopolio de la republica, y el equipaje con el que la libertad viajaba por el tiempo cuando aquélla se perdia rescaténdola del olvido;? en esta segunda parte, en cambio, la distincién entre las formas de Estado es abolida por obra y gracia de la patria, aque pasa a ser, asi, el lugar donde el principado se ha convertido en thee Asimismo, si uno de los ejercicios mas sabios de la vicin consists en saber dosificar el uso de la fuerza, cn especial en los origenes de su reinado, en la fase de adquisicion de un Bstad inevitable y la crueldad necesaria, cuando quiene lo, cuando el dafio era g esperan una cosa bediencia? {Qué envidia — — - ngarian la obediencia? Qué ony * Y prosigue: “Qué puertas se le cerrarfan? {OCP ic?” (Maquiavelo, 2011, Se le opondria? ,Qué Haliano [subbrayado nuesto (Eee de patria tal y come ft. Maqui “ap. Ue el concept de rll i a Maatiavelo (2011) cap. yx moderna dol or FP venecin se identi ne razon Chabod cuando afirm nye en Flore ony Magquiavelo hay en el siglo XVI, ¢ igualmente cu mpide que en Maat on la libertad (1979, p. 187), pero est W contradiccién teérica. id historic no 1 DESAFIos, —— SADOS Y SIGNIFICADOS ANTONIO HERMOSA Anny, Isp 130 reciben otra y cl desengafio con ella, cuando mas a i Contenerse a} duefio de la espada victoriosa porque todo Ie esta permitido; si entonces, decimos, el principe hace relucir su virtit sabicndo —para compendiar- ganarse a sus nuevos stibditos y mantener bajo su mando a los antiguog con medidas que ya conocemos, ahora, cuando el proximo principadg sera la suma de todos ellos, toda esa fuerza le sobra, puesto que |g unidad social esté garantizada por la conciencia nacional pese a la atin inexistente expresién politica en la que aquélla habra de reconocerse, Pero como también aqui la funcién crea al organo, toda esa fuerza que queda sin usar es virti: que queda sin ejercer, vale decir: es una nueva extensién amputada a los dominios de la accién politica. El corolario de todo ello es que el principe nuevo italiano es italiano pero no nuevo.” Su virtit es sensiblemente menor que la de éste, aunque su poder sea mayor. Si el lazo social esta ya constituido previamente a la institucién politica, si cs reconocido —esto es, conocido y sentido- como tal antes de la refundacién del Estado italiano, toda la tarea politica del principe se limitara a instaurarlo, pues su conservacién esta garantizada por la misma —metafisica— fuerza que garantiza su implantacién. Conservar Italia esta implicado en hacer Italia, en darle lo que si permanece la coincidencia ambos prineipes es que para ninguno es vilida la tipologia establecida por Weber para ju por sf ecia lpi arismatico, en efecto, es visto descle un princip!® fan lamado’a ser un conductor de hombres" (Weber, 1998, p. $6), los ¢ ‘simplem “ ¢ cre él”; é 5 : : de Fertig ae cteen on él: aquél debia primero obtener antificialmente el mando, 10! ES cierto ques a oY stberse perpetuar en é, incluso euando ése se vuelve deser re ls ‘angi, ¥ tras tanta demostracién virrwosa, la corona del carisma llegar esa aurcola ya rodeabn demas, jee militar como es, tiene por ello mucho ganado. 2 hacia a obedionca tic la dl joteearismatico, y era de hecho et ine atl la la de sus X it a €lforentino, respecte ee a te®- Con el principe nuevo italiano sucede lo mismo se e a ¢ legit F c colo Gel posible surgmicny del nots H leita citadas a inicio, e iguamente esp atin no se sepa quicn es ef ese aie ae © et este easo porque ya os deseatlo, aun s escogido). Sb éste le 4 fi if Aue representa, que es el que alo poser ng 6 wend ans a Pe gi eee aluralmente, por asi decir: es la idea nacvionel cl nacionalista jefe eli nena bien el jefe que logre personalizarla atracré, sin duds, hacit aquélla de suyo posce. ‘ EL Tenens PRINCIPE DEMAQUIAY LO QUENO PURDE LA FIRTH DEL PRINCIPE 131 su Estado. La mitad mas importante de la actividad politica, aquélla en la que es nuevo principe era capaz mediante su virti: de conquistar incluso a la fortuna, ahora pierde su razén de ser, pues cuanto debia ser resultado de su accion aparece como presupuesto de la misma. El nuevo principe italiano es, a lo sumo, un principe “clectivo” en el momento de la adquisicién del poder, y un cuasi principe “eclesistico”"” en lo telativo a su conservacion. De ahi, justo de ahi, que pueda ser mas poderoso que un principe “nuevo”: porque goza por adelantado de un consenso que no se tiene que forjar con acciones que le eviten el odio o el desprecio de su —unido y unitario— pueblo. Con todo, la nacién posce, asimismo, una dimensién positiva que la vincula a la libertad cn un sentido diferente al antevisto: nos hace ver que la generosidad y el altruismo también pueden desplazar a los intereses como méviles de la accién, que los sentimientos cuentan también en politica, el lugar de su posible transformacién en ideales, y que su fuerza llega a ser tan poderosa que incluso puede obviar la vit de la politica: por asi decir, a la politica misma, pues cl principe nacionalista se gana la adhesion de sus stibditos sin necesidad de sellar el consenso materialmente, a través de la satisfaccién de sus intereses y el respeto de sus biencs. Esos sentimientos traducibles en ideales semejan -si no son— a los generados por la libertad. Es otra via mas para deshacer la virti aristocratica del principe, la aristocracia como forma politica de la modernidad, abriendo paso al republicanismo umanos: engrandecidos los que surgen democratico, ya que son seres h keels : que es igual: un nuevo individuo si del encuentro de ambos procesos, © lo se le considera privadamente y ¥" nuevo su en su conjunto. En definitiva: si sumamos ie de la libertad y la nacion @ los de la propia viritt, 7 ; importantes todavia que SU precedente, el resultado al que — €s que la virtix no ha podido impedir la gostacion de un nuevo tipo sjeto social si es considerado s logros antropolégicos unos sumandos mas © Ghz. Maquiavelo (2011) caps. ente. oft, Maquiavelo (2011) caps. IX ¥ XI, respectivam’ en —_ DESAFIOS, LEGADOS V SIGNIFICADOS ==" ANTONIO HERMOSA any Ne 132 _mas complejo, responsable, racional y apasionado que mas vivo- ni de que, a su vez, éste incube en sy la futura democracia: la vir de hombre el anterior, es decir, seno el huevo desde donde se gestard del ciudadano. El absolutismo, civil o absoluto, sdlo logré despojar a ciudadano de la armadura de su virti, pero no de la armadura psiquica que la sostenia, que le ha permitido asimismo crecer en un principado y ensancharse en un principado nacional que siente como propio aunque politicamente se halle también bajo un principe, y con ello, se convierta en la proxima partera de la democracia. Referencias Chabod, F., Saitta, A. & Sestan, E. (1979). L’idea di nazione. Bari: Laterza. Maquiavelo, N. (2011). El Principe. En A. Hermosa (Trad.). Maquiavelo (pp. 1-86). Madrid: Gredos. (2011a). Discursos sobre la primera década de Tito Livio. En L. Navarro (Trad.). Maquiavelo (pp. 245-632). Madrid: Gredos. Weber, M. (1998). E/ Politico y el Cientifico. Madrid: Alianza. ST tn 40 PRINCIPE DEMAQUIAE

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