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soonoupIp suauteatsnjoxe SoUly WOO eZITYN 9s [HEU a3Sq sairy souang eueoLaurepng feoupa SVECI ICG NOIVAONTY A “WID0S QUINNO? 'VIDVEDOWEC: (outro) ap 10;9e11]) UOIV yy OpAvVINy] (O€61-9161) Sept op uo1seaoual A [eI90$ OJdI[JUOS “elovIOOUIAG 9 OWL, BUNUISIY CLIO}SIF] PAONN INDICE Colaboradoree..... Introduccién.... por Ricardo Fates Capitulo T. La trunca transicién del régimen oligarquico al régimen democritico por Waldo Ansatdi ‘Capitulo 1. on gobierno radials bene tsstonaypricca potion por Ana Virginia Persello... ‘Capitulo I. Laacsaa de lo por: a eeonomta ore por Juan Manuel Palacio fina entre 1914 y 1930 Capitulo TV. Estado, empresas, rabajadores y sindicatos por Ricardo Fatedn y Alejandra Monserrat. Capitulo V. Estrategias de las organizaciones empresriles ‘para su partieipacién politiea Ivia M. Marches .m-mnrnnnee Capitulo VI. La cuestion social agraria en los espacios regionales por Marta Bonaudo y Susana Bandier, Capitulo VIE. La ciudad y la vivienda como dinbits de a poieny ta prtica Profesional por Ana Maria Rigotti Capitulo VII. intes, intelectuales ¢ ideas politicas por Ricardo Falcén.... sneninnnnnnniannnnnansssees S23 Capitulo TX. La Reforma Universitaria por Adriana R. Chirolen... Capitulo X, La literatura argentina durante los gobiernos radicales por Clandia Rosa . 391 ‘Capitulo XI. El periodismo popular en los aftos veinte por Sylvia Saitta.... t eIOUL K eznexsoutap axed Soyttlg]9 sodn> 2p ox eqeunuopand “resiny ns ag“ sopnued sojjenbe ap eysttas UD up # UoLsAngutvED onb seapr LerRIpUNYIp 28 XXX OfBIs Jap soldiomud & XIX OBIS Jp soul 907] SOOLLITOd SOGLLUVd OALLVINAISTIARA ONAGIIOD TA *soyanyoayay BUR ap HEN 2s OWE que ap emmunoo ‘opour eno ep as vIpod ou oulod ‘sajeoIpeL soULaIgo# So] ap opoyrod 1g ‘uetsaqo8 opaied § oniarqos a 1qeis9 98 anb Uotoejar sepnossied e] too opernomA [ereiso oresede J9 Uo souOIDEUHOFSTIEA ‘p oseaord un sod opeyeduioae any os ‘seaant souoioednuse ap oruattuigins [a 10d onb spun saqaysrKe ide 2 sopnied ap onoadsa Ja ‘wotorsedo ey op yor Ja ‘saymeTraqo8 sar01298 yen So] £ ouNaIqod J2 Zan erauutad 10d odno0 oUNsIpEDIper Jp ‘oMaWIEpTed [ap POTPMTP K UotorSodUOD jaye settedutes © asieydepe < owmde ns rexjdtue “topod yep wsinbuco fe] Jod sourmg sono va madutos uoraigap anb sopnied so] ap exmonnso | goyspouE Tend oj ‘oieyRs ep voted &] F voreiodsoour as satojsas SonaNAY °Aa] ¥] 40d oWondosd orgueo Te seqtiaisisel ‘eonod 1290y 2p sopout sofaia ueo seaanu seanoRid wosmNguIoS 9s on v| We vlouaLiadxe waony BUN IS TA '3Z6E A ZE6T atMUD “WAATY Op “L OFDMA ap Jo “ZZSI A OTST ND eM] O1FeJog A UaodUA OuNjodsE] 9p 31 SONIOIGOY Son uoraIpoans as “OFGT A 9TG1 anUe ‘feuo!DeU ONQuIE To Ua & sony amu A EqOPIOD, ‘ay eilleg Ue jwoIpey opnieg fe osu 2 wOLAIp of [eyoUFAord joalu v SoUOToRONde sesoUITd sng “eperduIe wed “3990 5 S| ® teze\dsap ‘20199)> [9p Horde}! soumnsip ue eangojoo epta | guZo}suEH uodsazioo as ou anb pepiyessearun gun o128 Ue opuortiod ‘eyo {ap jex012992 Aa] v] op uoroues BI *ZTE] WA “AD] UO ofApen as -v Wo epIp9]qeIs2 Jopod Jap ugiszans 9 ofopsop onb opesy ep ad OTIASHAd VINIDUIA VV 40d VOILITOd VOLLOVUd A TIWNOIDAILSNI ALVAAC :SATVIIGVY SONUAIGOD SOT WOmMyavo jones para reclutar al elector. Junto con la demanda por cas, Ia prensa y los publicistas demandaban la referencia abligada, el modelo por incorporar, de partidos que se adaptarian a los cambios propuestos en la ingenieria institucional, eran los partides ingleses y norteamericanos, a los que se consideraba estables, ongénicos y disciplinados. En 1889 habian Hlegado a la Argentina -a la libreria Jacobsen, en Ia calle Florida- dos ejemplares de Ja primera edicin del libro de James Bryce, La reptiblica americana. El texto deseribe la organizacion de los partidos americanos basados en el sistema de convenciones. Fstas reemplazaron a los comirés que elegian a los candidatos en cénclaves. El sistema de divisién entre comité y convencién fue adoptado por los dirigentes de la Unién Civica y se incorpord a ta carta orgénica de 1892, a sugerencia de José Nicolas Matienzo y Virgilio Tedin, quienes habfan adquirido los ejemplares arriba mencionados. Aparecia como una superacién de las practicas existentes en « del PAN y como un medio de erradicar a las agrupaciones personalistas nucleadas con fines transitorios al tables. Los estatutos de 1892 de la UCR -independientemente de su funcionamiento en Ie prictica- proponian conformar una agrupacién permanente, principista ¢ impersonal y establecer un gobiemo descentralizado, dndole al partido una estructura federativa con base en los elubes (organismos locales que a partir de 1908 adoy Se diferenciaban de este modo del Partido Autonomista Nacional (PAN), agrupaciéa constituida por srupos de notables provinciales, sin direccién centralizada, y de la que surgian, a partic de una complicada red de alianzas renovadas en cada coyuntura electoral, los candidatos a presidente, gobemnadores y senadores, sin responder a normativa alguna para sel iran el grupo en el poder, y Ja tecurrencia al fraude les evitaba el reclutamiento de adhcrentes, ién de sus bases o la constitucién de un aparato centtalizado. Independientemente del lugar donde se colocara el eje de Ia argumentacién -historia, tradicién 0 practicas politicas- para dar cuenta de una crisis que se consideraba politica y moral, es comin el sentido del pfogreso con que se lela la historia, La coyuntura de fin de siglo era pensada, por buena parte de sus ‘contemporaneos, como un momento de cambios en sentido positivo. La visidn optimista del futuro opacaba los argumentos escépticos, y la visién idealizada del funcionamiento det sistema politico en Estados Unidos ¢ Inglaterra constituia un horizonte por alcanzr. Estas ideas se traducian en la creencia en la capacidad regeneradora de la ley, La reforma electoral constituiria a los partidos politicos. Los sectores politicos, la prensa y los publicistas que la propiciaron apelaban los grupos de notables -inorgénicos, locales, transitorios- nucleados alrededor del PAN para que se unificaran y s9 organizaran y al Partido Radical (UCR), al que se lo reconocia como partido nacional, permanente y orgdnico, para que definiera un programa. La demanda por una definicién programitica se fundaba, tanto fuera como dentro del radicalismo, en la necesidad de superar el estilo politico de Yrigoyen, que se proponia como jefatura dnica e indiscutida. Las ideas debian reemplazar el enorme peso de su liderazgo. "A pesar de la generalizada confianza en la virtud de la ley, subsistia, en los sectores gobemantes, cierta incertidumbre frente al futuro politico. Se temia la dispersion conservadora y la hegemonia del sector radical liderado por Yrigoyen. Las dictada la ley Saenz Petia. Fracasé el Demécrata Progresista -que se con: liderada por Lisandro de la Torre ura de Yrigoyen se impuso en la cor EL triuafo radi en las elecciones de 1916 oscures sectores liberales y conservadores que apoyaban ta ampliacién del sufragio confiando en la “modernizacién" de los grupos tradicionales. La confianza en que fa reforma electoral constituiria sin mas partidos orgénicos. ‘comenz6 a ser puesta en cuestién. Frente al triunfo radical y la dispersién conservadora la pregunta obligada era si la ley debié ser corolario y no punto de partida de; proceso de demecratizacién. De hecho, entre 1916 y 1930 se dio un proceso de dispersién de las fuerzas politicas. No sélo las agrupaciones conservadoras provinciales no constituyeron tn partide a nivel nacional, a pesar de sucesivos intentos en ese sentido, sino que los radicales y los socialistas se dividicron y cl Partido Demécrata Progresista se eclipsé, quedando uevamente reducido a una agropacién provincial. Las coyunturas electorales, y sobre todo aquellas que implicaban la renovacién presidencial, actualizaban en la agenda de cuestiones de las agrupacfones conservadoras provinciales la constitucién de un 4 ‘oraaid 59 anb oanalqe aso v soiquuinsqns ues ‘sajqvasap ue SertIOUOTME Se] HaIg IS “UOSEN HMSO i ‘wan ‘ferow ezzany wun junfulos Tap UoradaBe < sisapeys | opue N09 UDIDEN e| ap UOrSaMHSHOD Hf Lod equsEd usKoHLA ap jsatap soy ened oxBrjad wsayo om anb ‘yuexaqos v vpprsex aptiop je wx ou anbiod yeuorsdaox9 sayopIe9 2) [21U9 owLatgo# Jap saxeped So"y “opeiseutap seiL19qo8 ou B19 ‘SooUOIND “ost 920 Oust Un & § 28 sa[eo1per so] sojens so] op sued v sootioquiss souuoiajad So] opuals UoLaMNaES eAleNsIUIWIpE A offegns ep peuegil 2 op & uoromnsuoc) Bap esttayep | Ualq 1S “OAaM opruartiog uN ap snoXo8t1, 9p emueyaf wf ayuemp “WaTy OenyY op outoo erauadtsuennT ey ojuas < ottiaIgo8 Jo tos xe9ed_ fos oyoitsuos sound [2 “Woly ospuee’] ep trouepiseud | oman] 89 ‘susdns gorydhut anb osadoxd un us a80y [2P Ups soaupROsOIOY Sou01098 dussut onbune ‘onb “oonpioourap 021 r neo So} ap ‘eqeuoToung ou anb of ap eppredutos emyoey ean op sauolssensqe se] ap ound od & vatraRarayay UaBLI0 ns moa ‘souafe wera a} amb soEeUDdS: 9] woroemrs wisy ‘owIaIqO3 ap opted ap jor oxanu ns e equIaague as ‘pred ns sod “ouNsTeONpeE Jaf sejdupsut souaysuy AINVNUAIOD OGLLAVd TH otutJap ap ayuaieo & sayeIoysara 1wsap 28 opined J9 ab ei9 aNOL, eeypor wstserorg Wed joad un ap puiaseid uespod an SB] Jeayes we wUB{SUOd ¥] ‘Uof>IsedO B] Ua NqEIse optreNs (uo) opis Jogel, vjoased on “wuresBoxd ap erscosne oad & seaaioU0D salioToNyos 18z09s9 “saTOFONNST reajes, tureaozd ofa un ap ozogso [e & 290 jeorpel je He wistinydnu ojtowurous opeejd oumuea un eqeyuasoadas insta wed oduton op 2 yenUSDTIOD TUN ap Rapl 61 aP sopeypour y * ‘98 SOWAIUT SOT ‘Je OU1OD ossELOUTSNS E OBal] OU anb UoloIsodo ap jeuotoeu oprsed uuoo seuorun & ode, De este modo, el partido iba constiuyéndose como organizavién que se pretendia impersonal diferencindose de tos personalismos de cuito oligirquico, pero también como fuerza que pretendia én, Esta En Santa Fe y Cérdoba, las dos pro donde el radicalismo asumié primero el poder, el partido se dividid antes de las elecciones nacionales de 1916. En Santa Fe, de los conflictos entre el gobernador Manuel Menchaca y sw vice, Ricardo Caballero, surgieron dos facciones: gubemistas -que después, en la ‘oposicidn, se Hlamaron nacionalistas- y disidentes ~que obtuvieron la gobernacién en 1916-. Los dos sectores, después de arduas negoviaciones, coincidieron en su voto en el colegio electoral para que Yrigoyen asumiera Ja presidencia. En Cérdoba, no bien asumid el gobernador Loza, los conflictos en tomo a la designacién del personal administrativo lo enfrentaron con el comité central del partido. A estas casos les seguiré Tucumén, cuando Bascary, sindicado de rojo, gand In gobemacién y répidamente se constituyé el grupo azul en 1a oposicién, La escala cromética se complet6 cusndo aparecieron en el interior del grupo rojo, los negros. Lo mismo ocurrié en Buenos Aires durante el gobierno de José Camilo Crotto, quien junto con Loza pasé & cengrosar la lista, para los rojos, de “traidores" a la causa. El fenémeno se repitié, con matices, en todas las provineias. Rojos en el gobiemo y azules en la ‘oposicién, o a la inversa, Los movimientos provinciales parecen estar regidos por intereses de orden local y ser ajenos 2 un plan de conjunto en el orden nacional; cada provincia parece participar de una ecuacién politica que le es propia y que slo adquiriré contomos mas definidos en el momento en que el partido se divida. Los casos mas significativos futeron los de Mendoza y San Juan, donde el lencinismo y et bloquismo, movimientos que contaban con amplio apoyo popular, se fueron progresivamente separando del yrigoyenismo para pasar luego a militar en las filas det a i A fines de 1917 ef Comité Nacional, érgeno ejecutivo del partido, presidide por Crotto, envié comisionadas a las provincias con el fin de lograr 1a unidad partideria. De la reorganizacién debian salir las autoridades que el partido reconoceria como Tegitimas. En algunas provincias, después de intenter 1a conciliacién sin éxito, los comisionados procedieron al modo de las intervenciones federales, haciendo tabla rasa con las organizaciones existentes y convocando a elecciones internas para seleccionar representantes de cada distrito, También fiacasaron. Los grupos disidentes no concurrieron las elecciones y el intento unificador terminé con el reconosimiento, por ef gobierno central del partido, de una de las fracciones actuantes en Ia provincia, La situacién se agudiz cuando José Camilo Crotto remncié a la presidencia del Comité Nacional para asumir Ia gobemacién de Buenos Aires. Rogelio Araya, el vicepresidente primero, Io reemplazi y en 1920, ante Ia dimisién de este sltimo, accedié a la presidencia el vicepresidente segundo, Francisco Beiré. La carta orgénica del partido establecia que la renovacién de las autoridades directivas se realizara anualmente. Este precepto no se cumplié. En 192 1, ante la inminencia de las elecciones de renovacion gubernativa, debia constituirse la convencién del partido para elegir candidatos. Beiré, desde la presidencia del comité, intenté una nueva reorganizacién, que nuevamente fracasé. Los sectores opuestos 2 la politica 1 no reconocian a los organismos directives. Las provincias, en su mayoria, envian ies dobles y en algunos casos, triples. Son los casos de Mendoza y Salta. Fue ese comité dado de ilegitimo por una parte de la agrupacién que consideraba que el partido estaba acéfalo- el que decidié qué gropos de delegados integrarian 1a convencién. En ese momento, el enfrentamiento adquirié carécter nacional. La gestién yrigoyenista comenz6 a ser puesta en cuestiOn ya a fines de 1918 en el Comité de la Capital, donde se redacté un documento que enumeraba las cuestiones que pronunciaban la escisién: ausencia de programa, de ideas y de principios; ausencia de auttoridades centrales en el partido y su reemplazo por una jefatura indiseutida, la del presidente de la Repiiblica, Io que gener confusién entre partido y gobiemo; comités formados por empleados pi 6 aspirantes a serlo que provocaron Ia retraccién de los militantes més prestigiosos. La escisién personalista estaba en marcha, aunque recién se consumé en 1924 Las elecciones de 1922 produjeron una primera separacién con la formacién del Partido Principista, que convocé al radicalisma a reorganizarse de acuerdo con sus principios originarios que consideraba ‘raicionados por el yrigoyenismno. Su evaluacién del primer gobiemo r ‘era personal y arbitrario, 6 L ‘ap elouasne vy & wu sopar ueyfay onb sip A poprowueALo ap eyey Bf ‘Ope] oxo 30g “spIAUOD so] He aseq Hod sezEpeIUaTTO Uueyaratia ou sopted So] Ha eMa}UE UOIOD—J98 x] ap anb wIa soyakoxd soyS9 Ua BIOeKE sofireo £ soreprpura reto1aoay9s ered fp 10d opsezeydaraas ony visandoad vy 4 aquatognsut equnsoun as Qz {ap epeagp wf 9p Sedionred ey tod souoroueauoa soy ap Buaysts fap ozeyduraas soanvoye soRseo v sovepapues & uptooayas &] opuaTay]sas sMUAIET SINE ms uo opeisa PP uptoueuio ap shsed v soplued 80) 9p popitanaap vy 9p waaygoud esandsot J8p uegriuandt "ZZ61 9 ono & ¢zGT Ha oun ‘soperndi ered 76g] op eonm¥Bio ewed ey “pry ‘owig2 9p opout je we UOISTOSE ns dun osa390 ap sofeues $07 “opnsed od soja ered eqesed on soonyfod soBse9 o seouteg wditoo eied poprummia] 2] “ous sefep wia1gep sexoue soidoud sns ap osed jo ofeg ‘outstfeoIpes fo opuen exnd sped fap TesoUr & pemaoport eatosar ‘sayquoM. 2p odd un owos esopupstiod unas sozopessosuos so] saquoiper sotarqo8 so] ep soue soy 1g “soping] spans exrayeySuy ta meqemors seuiean anb seysidrounsd £ soorup8z0 ‘sope Ssopsurutouap unUIOD ng “oITeD amtaa1, A OF (O1OnY SYIaIOP Sel ap UOIIRIApArUO: ‘96 anb 0] ap sovwprptted 80] $2761 ue unwod FINWHO) FUN Ue LOOT ‘queued & suuotpuadapuy “eqopi99 us seg ap odnaé Jo “eusouoane] J UES ap sexsinbeysuaUr tiaqnquos,, © eopt PBALOSUOD “A}laf oysaymtious as 4 upeay weed vy eqeBou onb opnred ja 40d opuyuaisns wrouad stent qnavos, Je IWIOUNUEP © UOIEZUaWIOD smIsttiadoRTAA soy] “wat ap Uoonfoxap vy] HoMos < worn as ‘amraptsan 109 J9 gus as oxposida aisa y wm uosiaduue 4 sozopRAiasto> sa1opeUas SOL nl eziony x] v sepade e ORoU as ZarprZUOy “rUOISes oIprdun mstetOSIad Jo}028 Jap ByouDsnE gy (as & “zaypZuoD, ogg Jo & opnied ‘sauoqsual sej ‘amlapisard owos sas}y ap upunse ey ap anied Wy ‘ouistuako8uk anbune -ofayy opiodoay euzouamey anki 7z61 pricticas democraticas en el interior de [os partidos funcionaban como argumento fuerte para explicar la ineficacia parlamentaria, EL PARLAMENTO Cuando Yrigoyen asumié la presidencia, Ia Cémara Baja se componia de 120 diputados y la Alta de 30 senadores. EI radicalismo obtuvo 43 bancas en Diputados y sélo 4 en Senadores. Una primera mirada a los cambios en la camposicién por sector a lo targo del periodo muestra el crecimiento de los radicales en detrimento de los conservadores. En cuanto a los partidos menores, como el socialismo y la democracia progresista, mantuvieron un mimero de bancas més o menos constante hasta 1928. Bu ese perfodo legislativo los demécratas perdieron su representacién y fos Socialistas, dividides, se las repartieron con ventaja para los independientes. Por otto lado, Jas bancas radicales no consti n bloque. Ya antes de la eseisién formal del partido la bancada estaba dividida, aunque fue recién en las elecciones legislativas de 1926 cuando presentaron listas separadas, obteniendo 38 bancas el personalismo y 20 ef antipersonalismo. Hacia el final del periodo, coincidiendo con el segundo gobiemo de Yrigoyen, los personalistas tenian amplia mayoria y quétum propio, El recinto parlamentario se constituy6 en wn lugar privilegiado para los pleitos entre partidos y en el interior de ellos. A comienzos del perfodo se desarrollé ua fuerte enfrentamiento verbal entre radicales y conservadores -aibos se acusaban mutuamente de no constituit partidos- que, aunque se mantuvo, se desplazé visiblemente al interior del partido gobemante. El antipersonalismo se tcansformé en blanco de los. ataques del yrigoyenismo y a la inversa. Todos los partidos, sin excepeién, desplegaban sus propias rencillas intemas y, adems, se posicionaban frente a las divisiones y alianzas de los otros partidos. Esto se tradujo en una dindmica pautada por el conflicto y las denuncias dé la minorfa de arbitrariedad, abuso y aplicaciém tendenciosa del reglamento, despachos que no se suscribian en el seno de las comisiones y abundancia de mociones de cierre del debate. Pero Io que en tltima instancia estaba en discusién en el interior mismo del Parlamento era la definicién del gobiemo representative, Este debate ponia en cuestién ef lugar de los partidos como canales de. mediacién en ef sistema politico ¢ implicaba una pregunta por la representacion. Frente al argumento de que a democracia no es posible si el pueblo no se organiza en partidos y en tanto esto es asf, los legisladores representan en el recinto parlamentario « su agrupat isencia de partidos orgénicos y disciplinados, que marcaba la tensién entre Ia nueva ingenieria institucional propuesta por la ampliacién del svffagio y las préctices, fandamentaba dos tipos de planteos: camino del progreso politico. La ampliacidn de la partic aunque sus resultados no fueran los deseados. Le) 6 J@ arourayqesaprsuos gyuenune uadodlsg ap sopetouapisard soy JP oquyen ag “samuatuaatioa exeraprsuos antb sourtojUr 9 san: ‘ng B IEIMIUOD 199eq eIpod SeseUNB se ap eUMA ¥pLD anb efDay soy 8 oma5 ns & seUNET] ered exeUNE.) &] ap sopreNToNy se] ap $9 UOLOMINSHOD vy Ap ¢9 o|NopHe [- “SON ranIg0uODsap [> ie alow opanios js, ex & erouegose ‘onadsos op eyes equordun anb zeursye ua ueypionios sersisaiord eeroourep A sey SefDUa1Q}}p se] op Bun $9 eISG “OUDIGOR insuos onodutey, “soury Souong ap etony aszentiooUd 10d wre?) 2] v sesNoXs gruasoId elfeseav Je aay sorry sw Jepuayep v rodord wamb wako8ia, 2 eum & exrerowopsed 309 bf ap souoiounjuAe ueD woods vy ap sopxay SO] U9 asiNUODUD aytioNDa $3 OALLVISIONT / OALLADALA NOTIV Tat VT ONVOTTENATA OLIN 1 a10sey anb onpise1 0Seus 9p Oper ueqeameyd unas amb “WwoRLa eu ua sopesestua ywosaidas e| ereaysio“s ted uorsdo 8 “opai PY 0Xeut Too eqefoyox owe) uD oTOLIEHNe Je oarmusso1dss SPUN vlAjon suoziodosd woui8al [3 “souuse [9 ses9%GoUU ysodo vf ‘eqeiuoumy -scoueq « sauoisnuaqo8 > so1oedsa ap uplardnoo ey anb opipau @ £ owoigoR Jo we owls 19 opejeisuy zan ea, \dure vy op soperadtenaye oyuausa|e “HOT Us upeotde oyos- zaygzuop “A uMbeos ap uo!oears ‘Zq61 9p [elorD9|9 Aa] eT presentaron 35 pedidos de concurrencia de los ministros al recinto parlamentario, se votaron afirmativamente 29 y s6lo se realizaron 13. Entre 1928 y 1930 recibieron sancién negativa los 19 pedidos presentados. En este cl radicalismo personalista tenia mayoria absoluta en la Cimara de Diputados, es d proteccidn al Pe ferencia de los afios del primer gobierno en que la mayoria de los iputados radieales votaba afirmativamente los pedidos de interpelacidn. Y esto, nuevamente, lo separa también del periodo alvearista, en el cual se votan afirmativamente las 37 interpelaciones pedidas y se realizan. El tercer motivo esgrimido es el abuso de la facultad ejecutiva de intervenir a las provincias en el receso parlamentario, Yrigoyen envid 15 intervenciones por decreto en su primer gobiemo y 2 en el segunda sobre un total de 20 y 4, respectivamente. La conflictiva relacién entre el Ejecutivo y el Legislativo dio lugar aun debate sobre el lugar de la soberania que no Hegé a poner en cuestin Ia forma que adoptaba el régimen Es deci, la oposicién colocaba el lugar de la soberania en el Parlamento, representante directo de la Voluatad popular, lo cual no implicaba necesariamente una opeién por el parlamentarismo frente al presidencialismo, Estados Unidos seguia siendo el modelo, aunque se argumentara que el sistema inglés era més perfecto. Optar por el régimen parlamentario -en el planteo conservador- exigia partidos orginicos y un nivel de educacién -a que la Argentina no habia alcanzado. Para el Partido Socialista era un horizonte futuro. En este planteo més general se inseribia la discusién sobre los alcances de las facultades de Ja Camara para interpelar al Ejecutivo y de éste para intervenir a las provincias en los periodos de receso parlamentario. Todos los sectores politicos acordaban que Ja interpelacién-acusacién, es decir, el voto de censura o de confianza que implieaba la destitucién o mantenimiento del gabinete era propio del régimen parlamentario y no procedia en el caso argentina. Sin embargo, Ia oposicién cuestionaba los argumentos -en Jos pocas casos en que el presidente da explicaciones a la Camara por Ia ausencia de sus ministras- que se fundaban en que el Ejecutivo puede reservarse Ja facultad de decidir en cada caso si los motivos eran pertinentes o no, ¢s decir, distinguia cntre los estudios, informes o explicaciones que implicaban un aporte a las leyes por dictarse atendiendo al rol de poder colegislador del Parlamento o se referfan a actos privativos de las facultades constitucionales propias del Bjecutivo. Interpretando de este modo la facultad legistativa, e! Parlamento consideraba que el Ejecutivo la Timitaba, en tanto Yrigoyen sostenia que la Cémara abusaba del derecho de interpelacién con méviles politicos. En cuanto a las intervenciones por decreto, los radicales sostenian que la Constitucién otorgaba al Ejecutivo, técitamente, la facultad de intervenir sin restricciones en los periodos de receso patlamentario - ou & feuOsIad OPM ‘Opue1g ZaYOUYS SeyTRIA| SoIopeatostod sopemndip 807 p opipad jap oWianxa oausimedaan je osindax ja “Sapep. 1d PP seaneouasd & sozany soy B oWtal "Ssuoronguse oaly ‘sarapod op apoyado por el vicepresidente Pelagio Luna y cuyo candidato a las elecciones era Ramén Ahumada, quien finalmente asumié el gobiemo de la provincia. Estos ejemplos sc repitieron en el resto de las provincias intervenidas. ‘Al iniciar su gobierno, Alvear intent diferenciarse, sin provocar rupturas, de la politica intervencionista det periodo precedente... Dos provincias estaban intervenidas: San Luis y San Juan. En la primera, se produjo el Uamado a elecciones y el gobierno nacional devolvié los fondos provinciales usados por Ja intervencién; en Ia segunda, envi6 notas al interventor para limitar sus funciones. Et pedido de intervencién a Cordoba del Partido Radical, pendiente desde el anterior gobierno, fue sometide al Congreso, que finalmente no lo sancion6, ‘Uno de los intentos por modificar Ia politica de intervenciones, propiciado por Alvear y su ministro del Interior, José Nicolas Matienzo, fue.el proyecto de reforma parcial de la Constitucién, presentado en el Senado en 1923. La inieiativa reducia el mandato de los diputados a tres aifos, establecia la eleccién directa de los senadores y la renovacién total de la Camara, Sustrayendo ia cleceién de los senadotes a les legislaturas provinciales se intentaba eliminat uno de los nudos conflictivos de la relacién entre gobierno nacional y gobienos provinciales y, por ende, uno de los motivos mds frecuentes de intervencién federal. El proyecto no fue discutido, y el detonante de la renuncia de Matienzo cn noviembre de 1923 fue la cuestién de las intervenciones federales. En 1923 el Congreso decidié 1a intervencién a Tucumin basade ex el conflict de poderes entre el gobemador Octavio Vera y la legislatura, El ministro impartié instrucciones al interventor Luis Roque Gondra, las cuales puntualizaban el cardcter transitorio y limitado de ta misién federal, y le negé el uso de facultades omnimodas. En la discusién sobre el alcance de las atribuciones cconferidas a Ia jntervencién, Alvear apoyé al interventor. Vicente C. Gallo se hizo cargo del Ministerio del Interior diferenciandose de Matienzo, Volvié a las {ntervenciones por decreto: ‘gobemnada por Mateo Cérdava, a fines de 1923, y Santiago del Estero, cuyo gobemnador era M. Caceres, a principios de 1924. En los dos casos, los grupos radicales disidentes -que ahora eran los yrigoyenistas- y los conservadores reiteran las eriticas que se esgtimfan contra Yrigoyen. Los 8 radicales, la conducta del ministro. El ministro era parcial - en las situaciones provinciales a una faccién radical en detrimento de otra, con la intencién de cambiar el signo politico con vistas a las elecciones presidenciales de 1928. De hecho, las elecciones presididas por la intervencién dieron el triunfo en Jujuy al antipersonalista Benjamin Villafade, personaje conocido por su virulento antiyrigoyenismo, que lo evé a esoribir libros cuyos titulos implican toda una det Yrigoyen, el titimo dictador, en 1922, El yrigovenismo no es un partido politico. Es wna enfermedad nacional y un peligro piiblico, en 1927. También en Santiago del Estero triunfé el candidato del ministro, Domingo Medina. El proyecto de Gallo era intervenir Buenos Aires, bastidn del yrigoyenismo, para lo cual tenia apoyo conservador. La negativa de Alvear a apoyarlo provocé su rentincia en 1925 y su reemplazo por José Tamborini. Al finalizar el periodo alveatista los gobernadores de San Juan, Mendoza, Jujuy, Santiago y Santa Fe apoyaban al antipersonatismo. Cordoba, Salta, San Luis y Corrientes fenfan gobiernos conservadores. En las elecciones provinciales previas a las nacionales de 1928, en Salta, Tucumn, Santa Fe y Cérdoba tiunfaron los yrigoyenistas, Durante el segundo gobiemo de Yrigoyen los ergumentos de los legisladores personalistas se extremaron y las posiciones se tomaron ms irreductibles: el pueblo tiene cada seis arios la libertad absoluta de elegir y el presidente la de mandar. El equilibrio entre gobierno y pueblo esta por encima del principio federal, En el iltimo periodo legislative de Alvear, cuando Ysigoyen ya habia ganado la presidencia y los yrigoyenistas habian conseguido mayoria en Diputados, se votaron cuatro intervenciones en cuatro dias - inclayendo sébado y domingo- bajo protesta de 1a oposicién, a puertas cerradas para sostener el quérum. Cuando Yrigoyen Hlegé al gobierno, en 1916, solo ires pro tenfan gobiernos radicales: Santa Fe, Cérdoba y Tucumén. Al final de su mandato précticamente todas 1n mandatasios radicates ADMINISTRACION Y POLITICA Previo a la sancién de la ley Séenz Peft | mismo movimiento que pugnaba por le demecratizacién iva. Ambos procesos eran pensados simultineamente y la sociable de la impugnacién a las pricticas politicas: La critica al comportamiento administrative 2 a Lapisip sas optepnoge JeoIpey pyre moor 2p eqtana «rep anb. sowtatans0p so red ou ouoreu 0 vioiny ou enb sopea|duo soyjanbs sopo) e optiattaieur nofounstunUIpE HY ta sepUTNbpe sanorsents sep ‘nadsax ‘ousolqo8 ns ap soye soxount asoBI, arth 1aa0tosa1 U2 OstIastIOD Key “OREqUID WIS ‘sauorsnosip & sou ‘somaprout opmesonord “epesoy Hse:D x] ap SOyrEsed ‘ap Samue|msod e opuorpnye oBzeuon Uf) ‘SeIg]s9 segura ap ugroeredas o|@pous un 199 iny K soduray ta sopenurs sap wis “SOLD K 1p owonurelejaa pe “Souor ed fap eUrz0y ¥] ofeg 0} us|ureUtp So]opupisos Seanonpond sapepranae sn] ap uproxigod vv vqefaye as © a jo RAPHIOUHO] 95 aptop ‘ound ms 52994 & AX ozTONYSe JOE ap r10y FL 2 “pepiaedea Uuolany saioyso}9 sou can: “owermpoooad ap saqerated so jorpes Bf 40d epuemap ey eqeuTMIOp soo jo opemmist ex ‘opm sey eqreurarral aisg ‘oreayns ‘sexo sea e asimains 1OA uegesed os apuop zeBnp uM ‘JeIDI99I9 apne 198 |e Sepuogald ap ayory van vquIepIstoD as BIOBII0IG forio en visperas electorales. La afirmacién de que cuadrillas de peones camineros, de escuela y maestros, empleados de la defensa sanitaria y gosta") ganaban elecciones les servia a los partidos ‘endida practica de la abst para explicar sus fracasos el Los partidos conservadores. provinciales Concentracién catamarquetia, etc.) y los radicales disidentes, que segiin la provincia y la coyuntura pueden ser los aaules, los rojos 0 los negros, recurrian frecuentemente a la abstencién por "falta de garantias electorales”. Las erénicas munic local, -"el dueiio de la situacién", en el lenguaje de la época- asociado al comisario. La abstencién fumcionaba como motivo para demandar, una vez reslizadas las efecciones, la intervencién federal. La ‘oposicién explicaba los triunfos electorales del partido gobemante por 1a instauracién de ta "méquina- Gecuadro 4), es decir, el radicalismo ganaba por tas presiones oficiales y la utilizacién de los recursos gubernamentales. Sin embargo, la mayorfa de ellos tenia clara Ia insuficiencia del argumento. Gobierno y partido En el interior del radicalismo la relacién entre gobiemo y partido estaba en debate. Fnfrentado a las xiticas de la oposicién sostenia que los empleados del "régimen* eran agentes electorales, pero a partir de la vvigencia de la ley Saenz Petia, um empleado de la administracién radical era un partidario. Fue radical antes de ser empleado y no lo era por serlo. Pero las crnicas periodisticas registran en las convenciones del partido, tanto nacionales como provinciales, los planteos de algunos de sus miembros que demandaban la separacién entre partido y administracién estableciendo Ia incompatibilidad entre empleo piiblico y cargos en el aparato partidario, De hecho, el principismo y el antipersonalismo montaban buena parte de su propaganda electoral y fimdaban sus disidencias en la confusién partido/gobierno en Ta etapa yrigoyenista. ‘Se les asignaba a los empleados piblicos fa decisién en torno a candidaturas. El triunfo del candidato det presidente, Alvear, en 1922, es attibuido por mn sector del partido a la composicién de la convencién, De 188 miembros, 30 eran empleados piblicos. Ademas, uno de los argumentos de! antipersonalismo para enjuiciar a la administracién yrigoyenista os haber Menado todos los cargos vacantes con sus propios partidarios antes de la asuncién de Alvear para perpetvar ‘Yrigoyen justificabs las vacancias en la administracién y el mantenimiento de reparticiones piblicas acéfalas en razones de economia, El argument mas sélido de la oposicién era que si realmente se queria hacer economia esos cargos debian ser suprimidos del presupuesto. Este planteo adquiere la forma de un proyecto de ley presentado a la Cémara de Diputados por el canservador mendocino Rafto de ta Reta en 1919. La ley de jubilaciones (art. 40 inc. 6) establecia que el importe de los sueldos vacantes debia ingresar a esa caja, pero autorizaba al Poder Ejecutivo a imputarlos a rentas generales en casos de excepcion. Esta ‘iltima cléusula es la que, segim la oposicidn, explicaba el mantenimiento del sistema porque permitia lombrar empleades supernumerarios -que no estaban contemplados en el presupuesto sino que se designaban fen acuerdos de gabinete- en las agencias estatales que, como la Defensa Agricola, cumplim tareas electorales, Lo cierto es que meses antes de abandonar el gobierno Yrigoyen proveyé Ix mayoria de las Z rador de aduana, el presidente y los vocales del Consejo Nacional de Educacién, isterios y numeroso personal de reparticiones auidnomas. La cifra que se manejaba, no

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