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4, Cuarta etapa: La penetracion del capital internacional (1952-1970) Esta tiltima etapa se halla atin en pleno desarrollo. Lejos de haberse encontrado solucién a los problemas eentrales, esta parece cada vez mas dificil; de abi que esbocemos apo- nas algunas de sus caracteristicas mas salientes. 1. La formacion del Estado autoritario y modernizador La crisis del Estado peronista se desencadens eon el ago- tamianto dela coyuntura que habia procidide su génesis. Bl alto precio y la sostanida demanda di articulos alimenti- ios, que se prolongs con la guerra de Corea, legaron brus+ camente a su fin. Por otra parta, la puja entre las grandes potencias se definis répidamenta en favor de Estados Uni- dos, que al comenzar Ia década del cineuenta habia reconsti- ‘uido su preiominio rmundial y empezaba a hacer sentir de- eididamente su hegemonia sobre les Estados latinoamerica- nos; con esta nueva situaciin desapareaia la posibilidad dé negociar con dos o tres paises, earactéristica del periodo de guerra. Internamente, co asistié a la desintegracién del bloque @e poder de la etapa peronista y a la disminucién del mar- gen de mantobra del Bstado para mantener Ja adhesin de la dase obrera al proyecto politico de dicho bloque. La re- ductién en Jos beneficios del comercio de articulos alimenti- clos y la grave crisis agricola de'1950-52 demostraron la en- deblez. del sector agricola-exportador, incapaz de seguir sos- teniendo el desarrollo industrial con las divisas que gené= gsi taba, y ubiod decididamente a los sectores agrarios en la 25 oposicin. Agotado el proceso de sustitucién, la industtia~ Sei “qe sufrid no solo la falta de insimos y de reequipamiento fa, en las que predominaban Jos sectores agrarios tradicio- | nales, reconstituyeron su dominio, contando con el apoyo de masas que le brindaban los tradicionales partidos de clase media, especishnente la Unién Civica Radical. ‘Para hacer frente a la aguda crisis econémica originada enc! estancamiento industrial, se adopteron planes de exta~ bilizacién monetaria, restriceiones salariales y reduccién de ‘os gastos de] Estado, A mas largo plazo, se procurs esti Jar la produccién agropecusria, a la que se consideraba Ia fuatite posible de divisas para la reactivacién industrial; ‘ra ello se suprimié el control de cambios y 1a comercializa- cién oficial, y se acudié repetidamente a devaluaciones que operaban una inmediata traslacién de ingresos al campo. ‘Frente a las inversiones internacionales no se adopté una politica definida, aunque el pais ingresé al FMI y al BIRE, ‘La Revolucién Libertadora puso el aoento en el problema politico y en la represién del movimiento popular peronista. sta rigida posicién, al tiempo que le enajenaba él apoyo de las clases medias, provoes el endurecimiento de la oposicién ‘gremial peronista, planteando elaramente el problema que fa alo largo de toda la otapa: cualquier soluciGn po- litica debin elegir entze proscribir al peronismo o entregarie ef poder. El rumbo seguido por la Revolueién Libertadora implicaba no solo el estancamicnto industrial, no solucio- nadio con el apoyo a un xigro que demostré ser Incspaz de ex- pandir su produccién y volearia a inversiones industriales, - sino también la inestabilidad politica, frente a la cual el Bjército se convirtié en la ultima esperanza de los sectores La tiniea salida frente 0 esti crisis se hallaba en una apertura plena al capitel internacional, ‘que mostié a partir de 1950 claras tendencias a afitmarse en Latinoamérica, voleéndase a inversiones diroctas, dirigidas tanto = aprove- char Jos mercados existentes como a controlar su ulterior crecimiento. El gobiemo frondizista intents concretar politicamente ~ esa posibilidad que se abria para realizar el desarrollo dé las industries bésicas con el apoyo del capital internacional. Bh Isis primeras etapas de su insercién en el sistem jpro- —— ductivo nacional, ese capital actué como reactivante de to- . dos los niveles de Ia economia, estimulando a industrias ” subsidiarias de las nuevas empresas y ampliando el merca- sino también el estanceriento de la demanda— no pudo so- portar mis la doble politica caracteristica del peronisma: cumulacién y redistribucién de ingresos; se hicieron fre- cuentes entonces los enfrentamientos entre él sector obrero y la burguesfa industrial, ante los cuales el gobierno no pu- ‘do seguir practicando su habitual politica de arbitraje. Esta situacion caractériza toda la crisis del-peronismo. . . Lapresion dela clase obrera, que expezaba a sentir €l pe- ‘so de Ia inflacién, se tradujo en grandes huelgas, como las de los metalirgicos y ferroviarios; la respuesta oficial a es- . ta'situacién fueron los Congresos de 1a Productividad y los estimulos para disminuir el consume. La represién alos sec- tores més combativos del movimiento obrero no le gané, sin ernbargo, el apoyo del sector propietario; desde 1951 eal . ‘régimen sultid enfrentaatentos con sectores militares, a los i que debis hacer cada vez mds concesiones, e incluso con la & Iglesia. Esta dobilidad estimuls el resurgimiento de los par ji ‘tides de clase media, en especial el radicalismo, que tratando de recuperar wna fisonomia que habia perdido en Ja alian- za con los conservadores comenzé a combatir al peronismo desde posiciones reputadas de . ‘La salida in- tentada pot 1 Estado peronista era la vnica viable: sin cam- biar el sistema, dbrir las puertas a las inversiones extran- jeras para poner en marcha nuevamente el crecimiento in- ‘dustrial. La Ley de Radicacién de Capitales y los ‘contratos petroleros reflejaban tin cambio de posicién’ global frente a ‘Fstados Unidos, con el que se habia perdido 1a posibilidad de negéciar. Sin embargo, esta politica era difieilmente prac- ticable por un poder tan disminuide y que vivia tan intensa- mente sus contradicciones. Estas, mis que el levantamicn- to militar mismo, precipitaron la caida de Perén. ‘La disclucién de Ja alianza politica que Jo habia susten- ado fue, sin embargo, més lenta; en el conglomerado de intereses contradictorios que confluyeron en Ja Revolucion Libertadora, un grupo intenté, desde la presidencia, reedi- tar el acuerdo entre el Bjército y la clase obrera.) Su posi- cién era débil y ya habia pasado el momento en que eso era. ible. Répidamente las distintas fracciones de lp burgue 1 Bate reapertura, intentada por el presidente Lonardi, su ministre Cerruti Costa y al eauijo militar nasonaliste iespirado por él ‘Bonroa, encontré eon on los divigentas que dezpuse del 1G de setionabre 2° + os alelmros earge do la COT. : 205 do de mano de obra y el nivel de ocupacién. Se daban enten- ces las condiciones para reeditar la alianza peronista y lo- grar no solo él apoyo politico sino también la partieipacién da los sectores populares en los beneficios de] crecimiento industrial. {EI proyecto politico de Frondizi implieaba. ese apayo po- pular, obtenido por la captacién de ios votes peronistas a ‘través de un acuerdo ocasional con los dirigentas; logrado el poder, procuré desarrollar las industrias basieas, como el pe- ‘rdleo, 1a quimica y 1a siderurgia, cone] apoyo de capitales cextranjeros, poniendo el acento en el autoabastacimionto de combustibles. Paralelamente, se esbozaba wn proyecto ge- neral de modernizacién dal aparato productivo y estatal, que adaptaria a la Argentina a las necesidades de la nueva estructura econdmica que se delineaba. iste programa, que adopiaiba sacéndolas de su contestto una serie de reivindica- ciones progresistas, permitié lograr a Frondizi una base de sustentacién muy amplia, que ferzosamente se fue desgas- tendo a medida que se advertian las reales implicaciones de su programa. Bfectivamente, la accién del capital internacional rede- finié y acentué las viejas contradicciones, marginando a aquellos scctores industriales que habian prosperado en el "periodo de sustituciones y que resultaban ahora ineficientes frente a las grandes corporaciones; por otra parte, las ma- Yores exigencias de productivided y la alte tetnificacién in- fiuian sobre el nivel de empleo, afectando las posibilidades de absorcién de In mano de obra. El finjo de capitales no fue ni remotaments todo lo am- plo y liberal que anunciaban los planes oficiales, dehién- dose esto en buena medida a Ia debilidad del gobierno para negociar los préstames. Su llegada estuvo condicionada, ademés, « la xealizacién de una politica de estabilizseién monetaria y contencién dal gasto piblico—cuya adopeiéa estuvo sefialada por el reemplazo del equipo Frigerio por Alsogaray— que no solo condicionaba las posibilidades rea- les del desarrollo propuesto sino que tenia efectos inmedia> ‘os sobre los niveles de vida de las clases populares y medias. En estas condiciones era impensable reeditar la anti= gua alianza con apoyo obrero; el problema politico, a su vez, Se agudizaba, reflejando la contradictién estructural. La resin obrera, que axigia no selo mejoras salariales sino la, 208 Jegalizactén del peronismo, se tradujo en medidas de lucha cada vez més intensas; tavieron su réplica en los sucesivos planteos del Ejército, que asumis cada ver mas decidida- mente el programa de la modernizacién y el sutoritariamo. Batre ambos, el gobierno frondizista spenas pudo subsistir un tiempo, enfrentando a unos con otres. La eleccién de 1982 y la impostbilidad oficial de derrotar al peroniamo on, Jas unas llevé a su caida. ‘Pese a su fracaso, el intento de Frondizi fue el mds hici- do para hacer frente a una serie de situaciones concretas que planteaba la nueva coyunture del desarrollo eapitalista on esa etapa histories, Su desarrollisme pretend{a dar res- puesta tanto af problema del estancamients industrial, la accién de los capitales, sus efectos disruptives y las profiun- das transformaciones necesarias para su recepeién, cuan- to al problema politico, exacerbado por la marginacién pero- nista, que hacia casi imposible lograr el consenso de Jas cla- ses populares para el programa de modernizacién. La ‘tuacién creada durante la prosideneia ds Guido mostrs has- ta dénde se habian agudizado les contradieciones entre la opcidn de las Puerzas Armadas y la de una salida legal. El gobierno de Ilia represents el wiitimo intento para salver el sistema democratico-representative. La UCRE, una agra- pacién de clase media lo suficientemente difusa como para albergar tendencias muy diversas y con cierts respaldo po- pulay, traté de eneontrar Ia forma de incorporar al pero- nnismo sin entregarle el poder y realizar simultsineamente Ja obra modernizedora. Fue precisamente en ese campo, en, ‘el que intenté una timida aplicacién de la doctrina dota_ CEPAL, donde més inefica% se mostré el radicalismo, que xecibié undnimes eriticas por su Jentitud e ineficieneia. La reaparicién, en Jas elecciones do 1965, de la amenaza del sziunfo peronista, que se agravaba por Ia radicalizacién de Jes métodas de lucha a partir de las acciones de 1964, preci- pité iu caida en junio do 1966. La crisis era mds profunda qué le mera sustitucién de un presidente. En rigor, desde el fin del peronieme habian fra- ‘easado todos los intentos politicos para resolver el doble pro- blema de realizar los cambios —profimdos y poco popula: res~ necesarios para adaptar a Ia Argentina a las nuevas ‘condiciones creadas por el funrionamiento del capitalism internacional y, a la vez, articular las distintas itacciones 207 domisiantes en un‘bloque sélido, que suberdinara sus opo- ‘siciones interiores y fuera capaz de lograr Ia aceptacién de ‘vastos sectores de ia poblacién. ra claro que Ios partidos y el sistema politico tradicional no solo habian perdido repre- sentatividad sino que'eran incapaces de aleanzar una ar- tioulacién de ese tipo. "El nuevo orden politico debia tener en cuenta algunas caractaristicas especificas y novedosas de Ja situacién. La ‘accién de las grandes corporaciones privadas y del propio ‘etado en la economia reduefa la importancia del consurne Smal y hacia necesario frenar las reivindicaciones salariales de los soctores Por ofva parte, la accién del ca- pital monopélico marginaba répidamente a soctores indus- triales antiguos, a clases medias iientes e incluso a Jos propios sectores .dores. En funcidn de esto, €l ‘puevo orden politico debia encontrar la forma de articularse en tome del capitalismo monopélico internacional, fraccién dominante que, por otra parte, no tenia representaciin po- Utica. ‘La solucién mds echerente la ofrecié 1a Ravolueién Ar- gontina, que instalé a las Fuetzas Armadas en el control del etado, cjercide y manejado por eficientes tecndcratas asi- milados a los intareses del capital monopélico.” 5 El nuevo orden se definié como autoritarioy no democrd- tico, atin a costa de repetides choques con la arraigada ideo logia liberal, y asuinio la funcién de orgenizar politicamen: faa las distintas fraceiones de Jn burguesia sin pasar por la mediacién de los partidos politicos. Esta situacién, elrespal- do que le daban las Fuerzas Armadas y el hecho deno tener que sometorse periédicamente a la confrontacién electoral Te pormitieron defender los intereses més generales del sis- tea aun a costa de sacrificar intereses particalares de al- gunos sectores especialmente sensibles, como el exportader. ‘Mediante un juego combinado de represién y sobarne a los" ‘soctores mais privilegiados del movimients obreré y a'su bu: ocracia pudo lograr clerta paz ¢ incluso pensar en el apoyo de ese sector para la taréa fundamental.* : 2 paseladénentre estado auicritarloy et capitalismo manopolisha ba ‘ds cxenlentements analiznda por F. Gardoso vB. Palette, Dependencia Segarrolie en América lating, México, 1909, exp. Vi- ~ BEL 29 de inaye de 1905, cuando curve el sourccbancs, se en muchos. coutidor la fucha tope de eete intento. Bu enliss evempa a los limites de ate trubale. ° aa 208 Congeleda Ia situacién politica autoritaxiamente, la ta- rea fundamental consistia en realizar las profundas trans- formsciones necesarias para le libre y eficar accién del ca- pital internacional. El plan de Krieger Vasena, continuado ‘por sus sucesores, puso el acento ‘en la estabilidad mone- tarla y la conteneida de la inflacién, el congclamiento de los aleve, la reducuiin del gasto pablico, Ia raconalizacién administrativa y -acién de todos Jos instrument Tegales para la love acid do las tovereiomes extranjoran= 2. La accién de las inversiones extranjeras . Desde 1958 el Estado adopts sucesivas politicas que ten- dlinn a esdnaular'y Popular it entrada de cupitales iterase cionales. La Ley de Radicacién de Capitales de 1953 propi- cié las inversiones externas dirigidas a actividades mineras eindustriales, eatableciendo rectricoiones para el giro de les utilidades o el rendimiento del capital, al tiempo que san- ‘ciopaba un; égimen de promocién industrial que beneficiaba con exenciones especiales a algunas actividades. Las res- tricciones desaparecieron en 1955, al eliminarse el control de cambios, y cl nuevo régimen legal establecido en 1958, autorizé la libre trénsferencia de utilidades y capitales, rei- terando las exenciones especiales para la promocién de in- dusirias bisicas: Estas medidas se complementaron con las garantias alas inversiones, que a partir de 1968 gozaron de “ana real extraterritorialidad, y otros eatimulos diversos que faeron acompatiados por una cénstante biisqueda de inver- pores on Lstados Unidas 0 Buropa 5 Istas. s, que representaban un girs completo de dns a Se mreeaem me iv opoets de ‘tes inversiones exteriores,® especialmente dé Estados Uni- ‘dos, que en.1965 habia provisto mas del 50 % de las radica- clones dé capitales efectuadas en los tiltimes diez aftos.’ Las Aare wm anilisis agudo del Plan Kiieure Vases, inne Onoar Bra El gapitatiemo monopolista argensing, Buenos. 1970, ™ ‘© © Controntar O. Altinir, H. Suntamaria y J. Sou st, , Desarretia Heonomice, Brtnos Aires, ne 21-27, " oe * 8 Véaee ol cundro 50. 7 Vaasa el suadro 31, ‘Telales od 21757880 Leas 129575689 53.900.582 53.458 058 $265 604 ‘5.6725 0.032 135 466.868 -a7283 356 35.0007 1428-391, 880 BREREABeS. ud LONe i Hlilieceasseg a1Ly/6e ‘250.782 Taste 096.084 eosekere 20,104 666 28778985 Desreto @ ea Argentina en ls déoada del sesentes, on Bolen de ta Dirssion Dasreio 5.80/83 ce ds 1971, pag 149, Los incentives tibutarigg on la Repii Lay 14.780 b | saessasenaneg = Om Cxatidad de cadis. Fuente Alfredo 8, Lamogrince, ‘Gundea 30 Monto lott de inuersiones utczadee promoxidis foros degimenasesuoblsidcs por la Ley 14.786, los Drcretoe§.838/03 y GoreralImpesitiva, 2212, agosto {2112/84 fos 1958.69 (@ores). 1382 1361 1908 1959 io Cundro 81. Inversionee soguin paives de origen, 1958-66 (porcentajee). Eetadee Unidee 5 os Tnglaterrs e1 ‘Alemania coridontal er e i ESBe Japen Liberia Austria Fondoe erguntinos externos" ‘Tota i000 SEeeooessose. ‘erie: Argentina conden» Prone, OBOE, Baoayy Aes, 1065, Por well, Lat tnieraiones estranjeras en Yo Argéntin ‘Buenos Aires, 1969, pag, 107. vents {e Angenting, inversiones, atrafdas por las franquicias especiales y por el mereado que habfa creado la politica proteccionista, provi- nieron en general de un reducido mimero de grandes cor- Poracionés menopdlicas, que g0 orientaron bésicamente a Ja fuversiGn industrial directa y a Ia extraccién potrolera, acentuanda Ja tendencia posterior a la crisis dé! treinta de abandouar las inversiones on infrnesiractura’'y los présta- mos al Hstado.* E} destino de Jas mismas fue fumdaimental- mente la petroquimics, Ia industria sutometriz; la aide sia y 1a clectronica, seciores basicos que ‘Srigian el Grech ¥ euyo destirollo permitiria superar el es+ tancaraiento del proceso de sustitueién. ‘Estas iriversiones no solucionaban sino que daban una ‘nueva forma a la dependencia que el sector industrial tenia con el sector externo. En efecto, si bien las inversiones re- Presentaban un aporte positive en el momento de su ingre- £0, Ia remesa de utilidades y la posibilidad de girar los.capi- ® Véace ol cundtro 82, on (Cuadro 22. Inverstanes eztranjeras privedas, 1905-58, Bor destino Por origen DABS. vale “Zinmslo! Reino Batador Otros ‘aio QUigaree) —piblice —““atzos” Unido Unldos “paises yess L847 02 aoe me 804 48,7 10681845 2 ss GOs 803 488 joer 74s, oz os BT 80K 48D 1s LB oa bys BS 80H SBS joo ten eee Fuente ORCEL op oi tales librenisite croaron répidamenite series problemas en, Ya balanza de pagos. Las exportaciones siguieron siendo el factor lave; sin embargo, el agro demostré ser incapaz de surninistrar las divisas necesarias: la supresisn del control ‘de cambios, el sostén de Jos precios en los periodes de baja y Jas repetidas dovaluaciones, que representaban un trasle- do automatico de ingresos al sector rural, no produjeron un, ‘aumento paralelo de la producrién, estancada por razones €s- tructurales no modificadas, como la tenencia de la tierra, 1a teenfficacién relativamente.escasa y.¢l monopolio de la co- i Sn. Las exportaciones de productos industria: | hniciera eficiente— chocaron con-las baxreras arancelarias | levantadas por Estados Unides. eae ‘Las inversiones extranjeras agentuaron a, depondencia nuidas sus fronteras frente a los centros mundiales. Enel exterior go concentraban parte de los beneficios, mientras Gue.cl remanento se reinvertia intemamente. La dependet, ‘Gia no pasa ahora por él sistema politice sine que se instal, | ena proplé estructara productive, que adapta les pautag de funcionamiente del sistema internacional. ~ vie wo Me EE en EER pe eee isc 7 - Zz -_ * jest B 6 32°F 8 moi og § fae & es aoa 4 we g 8 724 8 gee g 2 $ BR mee ¢ S$ #2 E 1968 8 az a4 2. 2 —3 a7 eo 2.4.8 2 2 mf of 8 Pe es nas oer Fuente: Informe especial de all im dt . ontamente ke Corts dn ataoe Dnt situa: el deseo le Zoutinss, Primero Plana, Buenos hives, 1" 207, 9 do satiemabre do 1968, Pag. 5. ” El capital norteamericano’se ubiea en aquellos sectores clave que, por su dinamismo, dirigen el proceso ecanémieo. sos sectares adoptan no solo los capitales'sino el financia- imiento, los cireuitos de comereializacién, la teenologia y las formas de organizacién empresarial moderna propias de los sistemas centrales. Fisa adopcién implica establecer en. el mercado intermo tina série de ériterios de donduccin que re- pereuten en los restsintes sectores; no solo se trata del njvel ¥ calidad del consu®io sino de la productividad, la eficien- tiny la organizacién, que compiten dn gran ventaja con las einpresasnacionales. La primecia de los ériterios de eficien- cid acelera Id concantracién monopélica y las grandes em- _Presas van subordinando a las demés, en iin proceso que, ‘pome muchos de Jos aqui enunciades, se actlera luego de ‘1986. Muchas empresas locales, que no podian,.competir por Ja faeapacidad de reoquiparse, por los altos eostos y por Ja nal modifics de ese modo Ia totalidad del sistema producti- ‘vo, estableciendo una divisién neta entre los seclares mo- dernos y eficientes, unidos o subardinades a él, y los sec- tones antiguos, que no pueden incorporarse a Ja moderniza- cién y quedan cada vex mis rezegados. Una diferenciacién similar se produce entre los obreres, donde los grapos rela- cionados con las formas antiguas van perdiendo progresiva mente su nivel de ingresos. Dentro de esta politica, se estimulé la liquidacién de zo- nas cuya produccién era ineficiente, como el Chaco elgodo- neroy el Tucumdn azucarero, en donde 2! cierre de ingenios no fue compensado con una real politica de industrializa= En esta situacién de depondoncia internalizada, al Es- tado carece de medies para variar ol curso de los aconteci- amlantos, siendo la frontera mucho mas débil incluso que en Ja etapa de la produccién agroexportadora, El Estado, en. el que cada vez tienen mayor importancia los intereses mono- pélices, puede en cambio realizar una serie de reformas que {facilitan la conversiGn de la economia a las nuevas condicio« nes de eficiencia a través de les caales se manifiesta la hue- ‘va dependencia. El problema central, que ocupa la atencisn de los sucesivos gobiernos en esta etapa, os el dela inflacién. La inestabilidad monetaria obstacaliza los cfleulos de pro- ‘duccién a largo plazo, en euya eficiencia fincan las grandes ‘empresas buena parte de sus ventajas. Une de los métodos més relteradamente ensayados fue el congelamiento de los salarios, que sélo se aplicé en forma sistématica con el plan Krieger Vasena, la expresién mas acabada de esa politics.!0 Dentro de ese mismo plan, se realizé vino devaluacién m9- netaria, ereando los mocanismos para evitar —mediante: tenciones a las exportaciones~~ que significara una trans- ferencia de recursos al agro. Estas medidas bas{cas fus- ron acompafiadas de otra serie de disposiciones, que forms parte del programa de modernizacién ya enunciado, core ‘por ejemplo la privatizaciin de empresas estatales, la rsicio: 29a devaliacisn, junto cou Ia politica represiva del movimiento obrér’, ‘gun en nus luchas econéinlens, tavo por efecto disminuir in participesicr ol trabajo en al producto nacional brute, (al cual we consigne cn lex mts ‘Aistioas oficiales. Véase Banco Central de ia Replica Argentins, Memo. Fle a 1060, Buenoe Aires, maye-de 1970. nalizacién de los puertos y la conorecién de wna serie de obras puiblicas que facilitaran le produccién eficiente. 8. Los responsables de las decisiones y su comportamiento espacial Las circmnstancias previamente apimtadas acerca del riod de incereién del sistema socieesondmico argentind en 1a mueva estructuracién del mercado capitalista mundial imponen una caracterizaciém precisa del papel de las unida-| des productivas dominantes en el periodo. La nueva forma de la dependencia, generalmente den minada « cnolégicoindustrialy, Liene cone Feast pectagoanste cae aaa ‘empresa multinacional. Esto gran complejo empresarial, que dispone de vastos re- carsos financiares, permanente ninilisecion de Tos woe sox teoncldgicos adecuados para una crecienta productiv! ad, y gran capacidad de manicbra para controlar madltiples morcados nacionales en forma simulténea, incorpora modi. lidades especificas en eusnto a su comportamiento a oseala, espacial. « “Ya nos hemos reforido, en otros trabajos, a varias de las caractoristicas procitadas.!! No inténtaremos ahora repe- tir los argumentos expuestos. En eainbio, haremos especial mencién de ciortos aspactos relatives a la definiciin del par pel de tales unidades an la agudizaciin del proceso de dese quilibrio interregional. ‘Los condicionamientas politicos y 1a orientacién econé- aiea general fueron mencionados on apartados abteriores, ‘Nos:toca ahora referimos a las unidades de decision que nc. ian on forma dominant en la etapa, ejecutando lat poli “leas mas destacadas del seciar productive privado, y que .s0m las divectamente responsables del creciente proveso de ‘encantracién econdmiea y concontracién googrética de los exederites, jj Alejandro B. Roitan, ¢Las dedigialdades repionnles on la Argenti- ‘i, Polemica, Busnes Aire, 187% y Appnte pora un endlicla de a etsric- te ronda de las Grom meiripottonas ns coveted dapentonce 215 | I \ Las filiales nacionales de las corporaciones multinacio- nales se incorporaron al capital productivo, localizado en el pais a través de las distintas leyes de promocién de las in- versiones extranjeras, con el resultado que muestra el cua- dro 30. Si se observa el arigen sectorial de dichas inversiones, se advertird que les actividades con mayor participacion. fueron precisamente las responsables fundamentales del crecimiento industrial en Ja dltima década. Industria qui- mica y petroquimica, petrdleo, fabricacién de vehiculos au- tomotores y actividades metaltirgicas generales cubren el ‘mayor porcentaje de las radicaciones extranjeras aproba- { das. Comparando dichos porcentajos con la participacién.re- lativa de las ramas favoreoidas en el total del valor agrega- do manufacturero al principio del perfodo, resulta claro que Jas inversiones externas se consentraron en ramas de baja incidencfa en Ia composicidn, de la estructura industrial. Pero, a su vez, son estas las ramas que mostraron Un cre- cimiento dindmico ew la década del sesenta. ‘Las unldades decisionales comprendidat en Jas tres ra- mas principales y que gularon las decisiones de Jas unida- des menores y de la filerza de trabajo son las responsablés del creciente proceso de ccncentratién observado en ol see- tor: Ellese tradujo en Ja ampliacién de las reas productivas ‘bajo control monopélico u oligopélico, Skupch, on un recien- te trabajo, menciona que el tipo de crecimiento industrial contempordineo que tuvo lugar en Ia Argentina, siguiado por el fendmeno de la fadicacién de empresas exiranjeras de. gran tamaiio ds planta, Uevé a un aumento dela concentra- cién. econémice ¥ a un creciente control de la economia cional por dichas empresas. Para ratificar esta afirmacién, el citado’autor exprosa‘que en 1957, entre las 25 primeras empresas del pais, medidas segiin el volumen do ventas, 892: Skupch-indica que las ventas de las cien empresas mast importantes paéan del 20,78 % de 1a produiecién total del: sector, en 1956, al 28,87 % en 1968. A.su vez, un estudio rea: lizado por el CONADE, con datos censales de 1968, acerca de la participacién de las empresas extranjeras wectok? ‘manufacturer, hatifiea la mareada asoclacién cnitre dicba8! empresas y el grado de concentracién de la industria argeiif: fi i 216 Conte 8, Compo vr rca ster nan Serpent BS cs Men dees monterey tse . fe _ an nts, Ss fees, Te "Wine a we ue Sanmnlon y miaatiinnsiae Be . BE iw ee es 2 Rives as bp me To Booed gh eae aS oF mee TB 3 Es evidente, entonces, que se debe centrar el te, rar el andlisi ¢lcomportamiento del conjunte de empresds que concentra, ron el aporte externo, para comprender las tendencias loos, , en una proporcisn det 80 % del total alli radiea- do, al ampare de la logislacién considerada, También ene: 228 de vadicacis gin noe (ay 14.780 » Doortoe 6.999689 8.118 64) aitiizadas por ee dep sos eros eine | i i i use seem rc a so 88 sau i 5 ane ‘ns dee aot nae seuss ‘eat Fe “a ss ssai0 conse wom TawO ava bNed—taioae aor ia we aoe ‘a0 ‘to ome: 8 ery wont at ) oo on Rais ‘a 210 ona sms 88 ae 8 “ai 1106 00 186 we oR = am 4946 ah, aun ou Laon 100 sie cc ery a om en ori Pascoe ‘Bia Tain wa «TESCO “C00, ee, ‘00 ionea en el periodo analizade, Nota: Li Rijs, Former y Sinta Crus wo registra i ‘Puanter Alla 8. Lamagrande, op. ot, plgs. 182, 161 y 167, te caso las ventajas de oferta de insurnos justifieaban ét +tablocimiento de plantas industrisles incluidas en lz prime va de aquellas ramas. . Finalmente, en le provincia de Santa Fe las actividades ligadas ala cama de la quimica y petroquimica representan, ora vez, el 80 % de Ias radicaciones extranjeras. La locali- zacién. de las plantas se realizé en las cercanias de Rosario, contiguamente a la cabecera del poliducto Campo Durén- San Lorenzo y a la planta de YPF. : Si efectuamos una estimacién de las inversiones es- pecialmente «descentralizadas» —cotejéndolas con las que ‘ligioron la zona del Gran Buonos Aires, dentro de las juris- dicciones que concentran mas del 95 % de las radieaciones de origen externo y considerands solo les actividades «dina micas»—, Hlegamos a valores porcentusles de sirededor det: 85 %. Ello confirmaria la anterior eonsideracién tedrica! acerca de la eraciente deslocalizacién y descentralizacién dé Jas plantas industriales en el periodo de andlisis, con relaz cidn a los anteriores, E 2. Resulta interesante observar las cambiantes propor clones entre industrias «dindmicas» y «vogetativass sogtins Jas distintas regiones. 4 En laregién Ceptro-Litoral y enla Patagonia las 4/5 pax tes de las inversiones correspondieron a las cel ‘mchiidas en las ramas pesada y semipesada de la. i y ala elaboracién de productos intermedios. Por el cont ras de muy reducido monto de inversiones externas, : _ tuaron predominantemante radieaciones ligadas a las rai Emas de crecimiento vegetative. ° ‘Esta manifiesta especislizacién sectorial-regional a x6 el ensanchamiento de la brecha en el nivel relative ds dead sarrolio de las fuerzas productivas en cada uno de los _ Subednjuntos de zonas, como se ejemplifieard mas adeliii con datos estadisticos precios. ee 3. El hecho de que las plantas productivas estuvieran tadas de complejos insumos teenolégicos y faeran gen ras de altas tasas de productividad, sumado al origen no de dichas inversiones, gravité en el grado de: “excedente econdmico.en las zones afoctadas. En. exeedontes, tal como lo consignan las e ieintek balanzas de pagos nacionales en los rubtos ecivvlenen ne cogalfas», las regiones receptaras de los estableci manufactureros ven incremonter Ia distancia entre pro, ducto genorado ¢ ingreso pereibido por sus residenies. Ea decir, se debe toner en cuenta que los datos de products bia. tomanufacturero en las dreas de més elevado desarrollo in. ‘Las reflexiones previas se complementan con el anatis : lists ‘én acerca del tamafio medio de las plantas- |, Biiales de las empresas extranjeras acogidas a los regime. Lines de promocién de capital externo. «El tamafio medio de las plantas de las ramas dindmicas {-supera, en todos los casos, al de las unidadoe noedectinns ae Oundro 96, Remao mesta elas plandas de capital actor radteadas S|52 222 22) s| 8 25 cn'ia dogantiva conforme a lo lagislocién ce fomento (1958-1968), por S[B/55 = =| 8) ¢ 32 Toma de cctv fnonttncion (millones de dtaree) fonsuacien). : 2 ge Tedustrine 2 g 85 Donn Damar Shes oe g al | a 420 048 28 4 i = ‘Oas provincia: a0 oe os g | "Toe Boe ot 188 ol 2 44 | “Pucnte: Galoalos bandon tn dotos do. Lainaarnnde, op ci péus 161-65. 5 i 8)a3 23 3 23| 2 j y ! La posibilidad de conocer el monte ¥ ubieacién delas in- 34 4 versiones de capital nacional tanto las «prineipaless como a a ff Jas ligndas y/o secandarias— es muy limitads, dada la au- dleles as 9 2] e| @ 28 sencia de informacion estadistica preciva que identifique el g["a/8= 3° 2 88) 8) 3 be origen geogréfico dal capital de cada planta. Por eso, solo & 2 28 podemos tomar los dates intercensales 1953-1963 como in- 3 i dicativos de tendencias, con la salvedad de que los valores 8 etna e 2g incluyen las inversiones extranjeras. La informacién trans- 3) |B/88 2 5 gs] 8) = 42 cripta:en el cuadro 39 indica un. acentuamfento de Ia de- “| a 33 | 12) es ea| 3 ge pensar, para toda el dren metropolitans, la disminueté en a 2 at el ritmo expansive de la Capital Federal. Bs decir, a nivel g i| e848 intrarrogional del area metropolitana y en su relacién con el - . unl ol = ef resto del pais, se produce un proceso de descentralizacién'en |Z)@8 $22 85] 2] 3 28 1a localizacién industrial. 3 S| Efe ‘Las subregiones Resto MegalSpolis Buenos Aires y Resto Ele 2 Megalépolis Santa Fe —que comprenden, respectivaments;! Bl Fleles 24s aslsl a: Jos partidos y departamentos que rodean el area metropoliz} ¢ é|g/ee € 42 38) 3) 2 2 ‘tana hasta una distancia de alrededor de 100 kilémetres del. a) E a distrits federal, y una franja contigua al rio Parand que va. a Pot desde Santa Fe hasta San Nicolds— ofrecen un comporta-" 3 é, 86 miento simflat. Hay incrementos de ocupacién y valor agre- ais gado, aun cuando es mis notorie el aumento de le cogunda, £85: variable que el de la primera en la subérea Santa Fe. Alli 3 x. as se advierte la presencia de procesos de alta productividad,: a SE) 5 a i como las actividades quimicas y petroquimicas ya coment gS #8| 8 2 das, En él.caso de la subérea Buenos Aires, tales ineremen: i S°| abigg ‘tos so realizaron sin modificar los porcentuales del mimer?, e-| -gese ' 230 de establecimientos.Bllo indica una transformacién es- tructural de las empresas, con sustitucién de pequefius y medianas plantas por grandes establecimientos, La inver- sién externa, come vitnos, debe de ser la prineipal respon- sable de tal mecanismo sustitutive. En el resto del pais, se destaca la clevada expansién del valor agregado frente aun muy moderado atinento ex la participadion de la mano de obra. En el periodo comentado, solarnente las inversiones externas, o as asociadas a cllas en el uso de temnslogias complejas, tienen la capacidad de elevar Ia productividad por obrero ocupado. Dichas iaver- * siones deben de haber infiuido decisivaments en tal compor- tamiente.

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