You are on page 1of 18

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/279759829

Cropping systems and maizes nitrogen nutrition

Article  in  Ciencia del Suelo · January 2001

CITATIONS READS

17 2,607

4 authors:

German Dominguez Guillermo Alberto Studdert


Universidad Nacional de Mar del Plata Universidad Nacional de Mar del Plata, Facultad de Ciencias Agrarias
23 PUBLICATIONS   337 CITATIONS    108 PUBLICATIONS   1,470 CITATIONS   

SEE PROFILE SEE PROFILE

Hernan Echeverría Fernando H. Andrade


Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, CONICET, UNMdP
156 PUBLICATIONS   2,184 CITATIONS    125 PUBLICATIONS   7,016 CITATIONS   

SEE PROFILE SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Diagnosis of sulfur availability in corn View project

Sunflower Oils View project

All content following this page was uploaded by Hernan Echeverría on 04 June 2014.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

SISTEMAS DE CULTIVO Y NUTRICIÓN NITROGENADA EN MAÍZ


G F Domínguez, G A Studdert, H E Echeverría, F H Andrade
Unidad Integrada (UIB) Fac. Ciencias Agrarias (UNMP) - EEA INTA Balcarce, C.C. 276, (7620)
Balcarce, Argentina. E-mail: gastudde@mdp.edu.ar
Titulo corto: Sistemas de cultivo y nitrógeno para maíz
CROPPING SYSTEMS AND MAIZE NITROGEN NUTRITION
Abstract
In the southeastern Buenos Aires Province an increasing proportion of maize is cropped under no-
tillage (SD). This tillage system creates different soil-plant-environment relationships than those
associated with conventional tillage (LC), especially with respect to soil nitrogen dynamics. On the
other hand, pastures in the rotation increase soil nitrogen pool and can contribute to decrease
nitrogen problems under SD. The aim of this work was to assess the effect of different cropping
systems (combination of tillage system and cropping history) on maize nitrogen nutrition. The
experiment was carried out in 1997/98 growing season on a Typic Argiudoll and Petrocalcic
Paleudoll soil complex, with a completely randomized block design, a split-plot treatment
arrangement, and three replications. Four cropping systems (combinations of SD and LC with
rotation with pastures and with continuous cropping) were assigned to main plots, and four nitrogen
rates (0, 60, 120, y 180 kg N ha-1) were assigned to sub-plots. There were no differences in
available water among cropping systems. Soil temperature and emergence rate were lower,
mechanical resistance was higher, and initial growth was slower under SD. Cropping systems with
LC showed lower soil nitrate nitrogen at planting but higher at V6, especially in rotation with
pastures. There were no differences among cropping systems or nitrogen rates neither in
aboveground biomass nor in light interception, but nitrogen sufficiency index and crop nitrogen
were higher under LC than under SD and increased with nitrogen fertilization. Maize grain yields
were affected by the interaction between cropping system and nitrogen rate. Without fertilization,
maize under SD or under continuous cropping yielded less than under LC or under rotation with
pastures, but yield differences disappeared when nitrogen fertilizer was applied. The lower values
of crop nitrogen, nitrogen sufficiency index, and yield under SD were produced by a lower capacity
of nitrogen supply by the soil which could not be compensated by a supposed greater soil nitrogen
pool in rotation with pastures.

Key words: Maize, Nitrogen nutrition, No-tillage, Conventional tillage, Continuous cropping, Crop
rotations.
Palabras clave: Maíz, Nutrición Nitrogenada, Siembra Directa, Labranza Convencional,
Agricultura Continua, Rotaciones.
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

Introducción
En las explotaciones mixtas de la región pampeana se ha seguido, en los últimos años, una
tendencia hacia el aumento gradual en la superficie dedicada a agricultura con respecto a la
dedicada a la ganadería, debido a una mejora en los precios de los productos agrícolas respecto a los
ganaderos (Rearte 1996). Este aumento de la superficie agrícola se ha asociado, además, a un uso
más intenso de los suelos y, con ello, a crecientes indicios de degradación (Echeverría, Ferrari
1993). Las alternativas para hacer un uso intenso y racional de los suelos y disminuir los riesgos de
degradación, son varias. Entre otras, se pueden mencionar la rotación de cultivos con pasturas y la
utilización de labranzas conservacionistas, entre las cuales se destaca la siembra directa (SD)
(Studdert, Echeverría 2000).
Las pasturas cumplen un rol muy importante en las rotaciones ya que, por sus características de
producción de biomasa vegetal y de distribución de raíces en el suelo, garantizan la reposición de
carbono orgánico e incrementan el pool de nutrientes para los cultivos. Esto, sumado a la acción
física de sus raíces y al mantenimiento de una cobertura total del suelo, mejora significativamente
las propiedades físicas y químicas alteradas durante el ciclo agrícola, reduciendo los procesos de
erosión y recuperando la calidad del suelo (Studdert et al. 1997). Por otro lado, la cobertura con
rastrojo asociada a la SD reduce las pérdidas de humedad por evaporación, aumenta la infiltración y
disminuye la velocidad de los escurrimientos superficiales, permitiendo controlar la erosión. Esto
hace que generalmente se encuentre un mayor contenido de agua en el suelo con respecto a labranza
convencional (LC). (Blevins, Frye 1993). Sin embargo, la SD produce cambios en el ambiente
edáfico que pueden afectar el crecimiento y el desarrollo iniciales de los cultivos y, por lo general,
llevan a una menor disponibilidad de nitrógeno (Fox, Bandel 1986).
El nitrógeno es el nutriente más importante para la producción vegetal debido a las cantidades
requeridas por los cultivos y a la frecuencia con que se encuentra como deficitario (Rice et al.
1986). Los niveles de nitrógeno mineral- de los suelos bajo SD son generalmente menores que los
de aquéllos laboreados, debido a que la menor temperatura y el mayor contenido de agua en la
superficie del suelo, y la posición superficial de los residuos, crea un ambiente que afecta la
disponibilidad de nitrógeno para los cultivos (Fox, Bandel 1986). Esto puede atribuirse a la
disminución de la mineralización, y a aumentos de las pérdidas por desnitrificación, volatilización
y/o lavado, y de la inmovilización (Rice et al. 1986).
La desnitrificación es, por lo general, mayor bajo SD, debido al mayor contenido de agua y a
una menor remoción del suelo, lo que genera un incremento de la frecuencia de micrositios
anaeróbicos (Picone et al. 1997) y de la población de microorganismos desnitrificadores (Doran
1980), produciendo un aumento de la síntesis y actividad de las enzimas desnitrificadoras (Rice,
Smith 1982). No obstante, Picone et al.(1997), encontraron escasas diferencias en las tasas de
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

desnitrificación entre SD y LC para suelos de Balcarce. La inmovilización de nitrógeno es mayor


bajo SD debido a que la posición de los residuos genera condiciones que hacen más difícil y lenta
su descomposición, produciendo una inmovilización de nitrógeno por un período más prolongado
que bajo LC (Sánchez et al. 1998; Rice, Smith 1984).
En los primeros años bajo SD, el reciclado de nitrógeno es más lento, ya que se produce una
acumulación de materia orgánica (MO) en los primeros centímetros de suelo (Fox, Bandel 1986).
En el largo plazo, esto se asocia con un compartimento más grande de nitrógeno orgánico, y es
posible que, a pesar de las menores tasas, se produzca mayor mineralización bajo SD que bajo LC,
debido a un mayor tamaño del pool de nitrógeno orgánico (Rice et al. 1986). Esta mayor
acumulación de MO e incremento de la fuente de nitrógeno orgánico se puede lograr también con la
incorporación de una pastura en la rotación. Sin embargo, las condiciones ambientales
(temperaturas relativamente bajas) y de suelo (MO estable y altamente protegida) del sudeste
bonaerense harían que fuera necesario producir un disturbio en el suelo para que hubiera una
mineralización acorde con los requerimientos de los cultivos, aún contando con una gran fuente de
nitrógeno orgánico.
El cultivo de maíz presenta altos requerimientos de nitrógeno. La acumulación de este nutriente
en la parte aérea puede alcanzar valores de 240 a 300 kg ha-1 de nitrógeno según el híbrido
considerado. Tanto el agua como el nitrógeno deben estar bien provistos en cantidad y oportunidad
para asegurar un estado fisiológico óptimo al momento de la floración, momento alrededor del cual
se define el rendimiento (Andrade et al. 1996). Siendo que el agua es un factor generalmente
limitante en el sudeste bonaerense en momentos críticos del ciclo de maíz (Cárcova, Otegui 1997),
este cultivo es uno de los que mejor se adapta a la SD, dado que este sistema le ofrece una mayor
disponibilidad de agua en el suelo al momento de floración (Rizzalli 1998). No obstante, el efecto
de la SD sobre la temperatura del suelo y la disponibilidad de nitrógeno pueden hacer que el maíz
no esté en condiciones de aprovechar eficientemente las ventajas antes mencionadas.
En el cultivo de maíz, la menor temperatura registrada bajo SD puede producir un atraso de
varios días en la emergencia y en el desarrollo inicial, lo que se traduce en un atraso en el momento
de ocurrencia de la floración del cultivo (Rizzalli 1998). La consecuencia de este efecto sobre el
rendimiento del cultivo, va a depender de las condiciones ambientales durante el período crítico del
mismo. Asimismo, el uso continuado de SD puede provocar compactación del suelo debido a las
sucesivas pasadas de implementos agrícolas (Grant, Lafond 1993), lo que a su vez incrementa la
resistencia mecánica (RM) al crecimiento de las raíces y, como consecuencia, una posible reducción
de los rendimientos. Se ha reportado que el crecimiento de las raíces de maíz se ve afectado por
valores de RM superiores a 1,3 y 2,0 MPa en las etapas inicial y avanzadas del ciclo del cultivo,
respectivamente (Whiteley et al. 1981; Grant, Lafond 1993). Si bien es esperable que haya mayor
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

RM bajo SD, las características físicas y biológicas de los suelos en el sudeste bonaerense sumado
al por lo general mayor contenido de humedad en superficie, harían que el impacto del efecto de esa
variable sobre el cultivo fuera menor.
Debido a la creciente importancia del cultivo de maíz (Andrade et al. 1996) y de la masiva
adopción de la SD en el sudeste bonaerense (Echeverría et al. 1994), se hace necesario ahondar en
el estudio del comportamiento del maíz bajo sistemas de cultivo contrastantes. Por lo dicho, y para
suelos de Balcarce, se plantean como hipótesis i) que la mayor limitante en la producción de maíz
de secano bajo SD es la disponibilidad de nitrógeno que provoca un menor rendimiento que puede
ser revertido con el agregado de fertilizante nitrogenado, ii) el mayor tamaño de la fuente de
nitrógeno en el suelo asociado a la presencia de una pastura en la rotación reduce las diferencias
esperadas entre SD y LC en disponibilidad de nitrógeno para el maíz, y iii) el mayor contenido de
agua en el suelo bajo SD le confiere un mayor potencial de repuesta al agregado de nitrógeno
pudiendo esperarse mayores rendimientos bajo SD con altas dosis de nitrógeno. El objetivo de este
trabajo fue evaluar el efecto de distintos sistemas de cultivo (combinación de sistema de labranza e
historia agrícola), sobre algunos factores que puedan afectar el desarrollo y crecimiento del maíz y
sobre la nutrición nitrogenada del cultivo.

Materiales y Métodos
La experiencia se llevó a cabo durante la campaña agrícola 1997/1998 en la UIB (37° 45’ S;
58° 18’ W) sobre un complejo de Argiudol Típico y Paleudol Petrocálcico con 2% de pendiente,
textura superficial franca y contenido de MO original de aproximadamente 7%. Se utilizó un diseño
experimental en bloques completos aleatorizados con arreglo de tratamientos en parcelas divididas
con tres repeticiones. Se analizaron cuatro sistemas de cultivo (dos sistemas de labranza (SD y LC),
combinados con dos historias agrícolas (antecesores pastura (PA) y trigo (TR)), asignados a las
parcelas principales; y dosis de nitrógeno: 0N, 60N, 120N y 180N (0, 60, 120, y 180 kg N ha-1,
respectivamente), asignadas a las subparcelas. El tratamiento TR-LC, tuvo una historia de
agricultura continuada desde 1976 bajo ese sistema de labranza, mientras que TR-SD, tuvo la
misma historia hasta 1994, año a partir del cual se la sometió al nuevo sistema de labranza. Se
sembró maíz (Dekalb 639) el 22/10 con una densidad de 71.400 semillas ha-1. El nitrógeno se aplicó
como urea al voleo a la siembra.
Se determinó el contenido de nitrógeno de nitratos (N-NO3-) en el suelo por colorimetría
(Keeney, Nelson 1982) al momento de la siembra hasta 1 m de profundidad, en capas de 0-5, 5-20,
20-40, 40-70 y 70-100 cm, y en el estadío de seis hojas (V6) a 30 cm de profundidad, en todas las
subparcelas. Se midió la temperatura hasta la completa emergencia del cultivo con termocuplas
colocadas a 5 cm de profundidad en dos de las parcelas (TR-SD y TR-LC). La RM se midió a la
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

siembra y luego de la cosecha utilizando un penetrómetro de cono (cono de 30º y 323 mm2 de base,
A.S.A.E. Standard S313) con elemento sensible de anillo. El contenido de agua hasta 1 m de
profundidad fue determinado a la siembra por el método gravimétrico, y con sonda de neutrones
durante el período de mayor demanda por parte del cultivo (desde 15 d antes de floración hasta
madurez fisiológica).
Se determinó la tasa de emergencia del cultivo realizando recuentos diarios de cuatro sectores
de surco de 14,28 m longitud previamente marcados de cada parcela principal. En los estadíos de
seis hojas (4/12), prefloración (5/1), floración (21/1), postfloración (12/2) y madurez fisiológica
(2/3) (estadíos V6, V12-V15, R1, R2-R3, y R6 (Ritchie, Hanway 1982), respectivamente), se
cortaron 10 plantas por subparcela a nivel del suelo para determinar la producción de materia seca
(MS). En aquellos mismos estadíos se midió el porcentaje de radiación interceptada por el cultivo
con un sensor de radiación en línea y el índice de verdor en hojas con el medidor MINOLTA®
SPAD 502. El índice de suficiencia de nitrógeno (ISN) (Varvel et al. 1997), resultó del cociente
entre el valor de índice de verdor de cada subparcela y el máximo obtenido en cada uno de los
momentos de determinación.. Se determinó el contenido de nitrógeno total (%N) por el método
micro-Kjeldahl (Bremner, Mulvaney 1982) en las muestras de plantas y en los granos cosechados.
A partir de los valores de MS y de %N se calculó el nitrógeno total absorbido (Nt) durante el ciclo
del cultivo. Para determinar el rendimiento del cultivo se cosecharon manualmente las espigas en 4
surcos de 8 m lineales por subparcela (22,4 m2). Los rendimientos fueron expresados con 14% de
humedad.

Resultados y Discusión
Durante el ciclo del cultivo de maíz (octubre a marzo), las precipitaciones sumaron 476 mm,
mientras que la mediana histórica para igual período es de 580 mm. A pesar de esta diferencia, en el
período crítico del cultivo (enero-febrero) las precipitaciones fueron iguales a la mediana histórica
para estos dos meses y con muy buena distribución (datos no mostrados). No hubo diferencias
significativas (P<0,05) entre sistemas de cultivo en el contenido de agua a 1 m de profundidad al
momento de la siembra. Los valores fueron de 342, 347, 364, 379 mm para los tratamientos PA-LC,
TR-LC, PA-SD y TR-SD, respectivamente, encontrándose el suelo a capacidad de campo o por
encima de este nivel. A partir del comienzo del período crítico y hasta el fin del ciclo del cultivo, el
contenido de agua útil (AU) en el suelo no presentó diferencias (P<0,05) entre sistemas de cultivo.
A pesar de esto, los valores bajo SD siempre estuvieron unos 20 mm por encima de los encontrados
bajo LC. Durante el período crítico del cultivo las parcelas bajo SD se mantuvieron con un
promedio de 147 mm de AU, mientras que bajo LC el promedio para dicho período fue de 126 mm.
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

Luego del 15 de febrero (estadío R2-R3), los tratamientos bajo LC alcanzaron valores por debajo
del 50 % de AU, provocando un leve estrés en estos tratamientos a partir de ese momento.
Las temperaturas medias del suelo, sólo difirieron en 0,5ºC entre sistemas de labranza, y se
mantuvieron siempre por encima de la temperatura umbral de germinación del maíz (10ºC, Andrade
et al. 1996). La diferencia en las temperaturas mínimas diarias fue 0,34 ºC, mientras que en las
máximas diarias aquélla fue un poco mayor, 1,57 ºC a favor de LC.
Se produjeron diferencias (P<0,05) entre tratamientos en RM a la siembra del cultivo en los
primeros 15 cm de profundidad (Figura 1a), capa donde se produjo remoción a través de las
labranzas en los tratamientos bajo LC. En general los valores medidos bajo SD fueron más altos que
0,9-1,3 MPa, rango a partir del cual podría verse afectado el normal desarrollo de la radícula de un
gran número de especies (Whiteley et al. 1981). Esto indica que bajo SD, pueden haberse producido
efectos perjudiciales para el desarrollo temprano de las plántulas. Por otro lado, luego de la cosecha
del maíz (Figura 1b), los valores superficiales de RM en los tratamientos bajo SD, se redujeron con
respecto a los valores iniciales. Esto podría darse por efecto del desarrollo del cultivo, que, a través
de la acción de sus raíces, reviertió las condiciones iniciales de suelo más compactado. En la capa
de 15 a 20 cm de profundidad, el tratamiento LC-TR se diferenció marcadamente de los demás, con
un valor de 1,58 MPa, delatando un posible piso de arado, asociado a más de 20 años de agricultura
continua bajo LC.
Los tratamientos bajo SD presentaron un retardo de 4 d en alcanzar el 80% emergencia con
respecto a los tratamientos bajo LC (Figura 2). Las diferencias (P<0,05) entre los tratamientos bajo
LC y bajo SD en el número de plantas emergidas, se mantuvieron hasta los 15 d posteriores a la
siembra. La mayor temperatura de suelo en los primeros podría ser una de las causas de la mayor
velocidad de emergencia, aunque las diferencias de temperatura observadas no fueron importantes.
Por otro lado, la mayor RM superficial en las parcelas bajo SD (Figura 1a) puede haber reducido la
tasa de emergencia bajo ese sistema de labranza. Sin embargo, el número final de plantas logradas
fue igual (P>0,05) para todos los tratamientos. La diferencia inicial de 4 d en la emergencia del
cultivo se trasladó a las siguientes etapas fenológicas y a su vez aumentó, llegando a ser de 6 d en el
estadío V6 (datos no mostrados). A partir de este momento fenológico, la diferencia entre
tratamientos en días de ocurrencia de los estadíos se estabilizó y se mantuvo hasta el momento de
floración (R1), la cual se produjo en distintos momentos para los dos sistemas de labranza.
No se produjeron diferencias en MS final acumulada entre sistemas de cultivo (Figura 3a), pero
sí entre dosis de nitrógeno (Figura 3b). El estrés hídrico producido en las parcelas bajo LC en el
período de llenado de granos pudo haber producido una menor tasa de acumulación de MS,
provocando así la falta de diferencias entre los sistemas de cultivo bajo este sistema de labranza y
aquéllos bajo SD. Las diferencias encontradas durante el ciclo entre sistemas de cultivo (Figura 3a)
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

podrían atribuirse al desfasaje fenológico provocado por las labranzas empleadas. Esta tendencia se
observó también en la radiación interceptada por el cultivo (datos no mostrados). El porcentaje de
intercepción aumentó con el aumento de la dosis de nitrógeno aplicada, aunque con ninguna de las
dosis se alcanzaron valores de 95% de intercepción, valor a partir del cual se produce la mayor tasa
de crecimiento del maíz (Andrade et al. 1996).
Hubo efecto (P<0,05) de la interacción entre fertilización del cultivo antecesor y el sistema de
cultivo sobre el contenido de N-NO3- a la siembra hasta los 40 cm de profundidad (Tabla 1).
Contrariamente con lo esperado, se observaron, en general, mayores contenidos de N-NO3- en los
tratamientos bajo SD que en los tratamientos bajo LC. El mayor aporte a las diferencias encontradas
se dio en el estrato de 0 a 5 cm de profundidad (datos no mostrados). Es posible que en esta capa se
haya producido una mayor mineralización neta de nitrógeno bajo SD, debido a que se habría
mantenido con mayor contenido de agua durante el barbecho. En cuanto al contenido de N-NO3- a 1
m de profundidad, hubo diferencias (P<0,05) entre sistemas de cultivo y entre dosis de nitrógeno
(Tabla 1). Dentro de cada antecesor los tratamientos bajo SD presentaron mayores valores de N-
NO3-, difiriendo significativamente de los tratamientos bajo LC. Los valores de N-NO3- aumentaron
con la dosis de nitrógeno aplicada en el cultivo antecesor, obteniéndose el mayor valor con la dosis
180N.
Aunque el contenido de N-NO3- a la siembra del cultivo fue mayor bajo SD, en el estadio V6 se
revirtió esa situación. Si bien no hubo diferencias (P>0,05) entre las subparcelas testigo, los valores
de N-NO3- hasta 30 cm de profundidad de los tratamientos bajo LC (46,0 kg N ha-1) estuvieron por
encima de los encontrados bajo SD (34,6 kg N ha-1). A su vez, los valores encontrados bajo el
antecesor pastura (51,0 y 35,7 kg N ha-1 para LC y SD, respectivamente) fueron más elevados que
los encontrados bajo el antecesor trigo (41,9 y 33,6 kg N ha-1 para LC y SD, respectivamente). Esto
podría considerarse como un indicador de la diferente capacidad de mineralización de nitrógeno del
suelo bajo los diferentes tratamientos (Sainz Rozas et al. 2000). Dentro de cada sistema de labranza,
el antecesor pastura produjo una mayor cantidad de nitrógeno mineral en el suelo debido,
posiblemente, a la mayor mineralización asociada a una fuente de nitrógeno orgánico de mayor
tamaño (Studdert, Echeverría 2000).
En los testigos, los mayores valores de ISN, fueron alcanzados bajo LC en casi todos los
momentos de medición, a partir de V12-V15 (Figuras 4b, 4c y 4d), difiriendo (P<0,05) de los
tratamientos bajo SD. Esto respondería a la diferente capacidad del suelo para proveer nitrógeno
bajo cada sistema de labranza, ya que bajo LC se habría provocado una mayor mineralización de
nitrógeno, independientemente de la historia agrícola. Al aumentar la dosis de fertilizante los
valores de ISN se elevaron, y las diferencias entre sistemas de cultivo fueron menores. Se considera
que el nutriente es deficiente cuando el cultivo presenta un valor inferior a 95% (Varvel et al. 1997;
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

Sainz Rozas, Echeverría 1998). Estos valores sólo fueron alcanzados en los tratamientos con dosis
de nitrógeno iguales o superiores a 120 kg N ha-1 en todos los momentos de medición (Figura 4).
Las deficiencias encontradas en los testigos bajo LC fueron leves, ya que los valores de ISN se
encontraron cercanos a 90 % en la mayoría de los momentos de medición.
En cuanto a Nt, se obtuvieron valores menores (P<0,05) bajo SD que bajo LC durante todo el
ciclo del cultivo y no hubo diferencias entre las historias agrícolas dentro de cada sistema de
labranza (Figura 5). Por otro lado, la cantidad de nitrógeno en planta fue proporcional a la dosis de
nitrógeno aplicada, correspondiendo el menor valor (P<0,05) al testigo en todos los muestreos.
En la Figura 6 se presenta la concentración de nitrógeno en planta en función de la materia seca
aérea acumulada por el cultivo de maíz en los estadíos V12-V15 y R1. Esos valores se comparan
con la curva de dilución reportada por Greenwood et al. (1990), la cual indica la concentración de
nitrógeno crítica que permitiría la mayor tasa de crecimiento. Los valores por encima de la curva,
son índice de un “consumo de lujo” de nitrógeno y, por el contrario, aquéllos por debajo, indican
deficiencia. Los tratamientos bajo LC (Figuras 6a y 6b) estuvieron mejor provistos de nitrógeno que
los tratamientos bajo SD (Figuras 6c y 6d). Con antecesor pastura bajo LC, todas las dosis de
nitrógeno tuvieron valores adecuados o excesivos de concentración de nitrógeno en la biomasa. En
el tratamiento TR-LC, sólo las dosis 0N y 60N en el estadío R1 estuvieron por debajo del nivel
crítico, aunque muy cercanos a él. Por otro lado, en los tratamientos bajo SD con las dosis 0N y
60N, el cultivo tuvo una menor provisión de nitrógeno. Los valores de concentración de nitrógeno
en la biomasa fueron menores que los encontrados bajo LC, permaneciendo por debajo del nivel
crítico en el tratamiento PA-SD en V12-V15 y en los dos momentos evaluados para el tratamiento
TR-SD. Coincidiendo con los valores de N-NO3- en el suelo en V6, en el tratamiento PA-SD se
produjeron mayores deficiencias de nitrógeno que en el tratamiento TR-LC. El mayor pool de
nitrógeno potencialmente mineralizable que se esperaría en el tratamiento bajo pastura, no se
expresó en todo su potencial como para reducir las diferencias entre SD y LC.
Se determinó interacción (P<0,05) entre sistemas de cultivo y dosis de nitrógeno en el
rendimiento. Los tratamientos bajo SD registraron menores rendimientos que bajo LC en los
testigos (Figura 7). Dentro de cada sistema de labranza, los tratamientos bajo PA presentaron
mayores (P<0,05) rendimientos que bajo TR, revelando la mayor capacidad de suministro de
nitrógeno en suelos descansados. Sin embargo, aún en estas circunstancias, se produjeron
deficiencias de nitrógeno bajo SD. Con el agregado de nitrógeno, las diferencias entre sistemas de
cultivo desaparecieron.
Al aumentar la dosis de nitrógeno, los rendimientos aumentaron y las diferencias entre
tratamientos disminuyeron. A partir de la dosis 60N, no existieron diferencias (P>0,05) entre
sistemas de cultivo. En los tratamientos bajo SD habría habido una menor tasa de mineralización de
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

nitrógeno y, por lo tanto, una menor provisión para el cultivo (Fox, Bandel 1986), por lo que se
produjeron las mayores respuestas al agregado de fertilizante nitrogenado. Las respuestas al
agregado de 60 kg ha-1 de nitrógeno fueron de 1771 kg ha-1 y 2250 kg ha-1 para los tratamientos PA-
SD y TR-SD, respectivamente. Bajo LC sólo se produjo una respuesta en el tratamiento TR-LC
(1208 kg). En el tratamiento PA-LC no hubo respuesta, lo que indica que el nitrógeno mineralizado
en el testigo habría sido suficiente para satisfacer los requerimientos del cultivo. En los tratamientos
TR-LC y PA-SD se produjeron disminuciones no significativas (P>0,05) y significativa (P<0,05),
respectivamente, de los rendimientos, por encima de 120N. Las disminuciones de rendimiento
ocurridas en el tratamiento PA-SD no concuerdan con lo esperado ya que el resto de las variables
medidas en el cultivo no parecían indicar que esto pudiera suceder. El exceso de nitrógeno podría
producir una caída en los rendimientos, especialmente ante la ocurrencia de estrés en el período
crítico (Andrade et al. 1996). Comparando el tratamiento PA-SD con el resto de los sistemas de
cultivo, no parecería ser ese el caso, ya que la dosis 180N de todos los tratamientos tuvieron un
comportamiento similar con respecto a las variables relacionadas con la nutrición nitrogenada, y en
los demás sistemas de cultivo no se produjeron caídas significativas de rendimiento.
Comparando las historias agrícolas, el antecesor pastura tuvo mayor potencial de liberar
nitrógeno, debido a que durante el período bajo pastura (3 años) se eleva el contenido de MO del
suelo, y con esto, su potencial de entregar nitrógeno al siguiente cultivo (Studdert et al. 1997). En
cambio, con el antecesor trigo, la historia agrícola previa al cultivo de maíz fue muy prolongada y, a
pesar de haber estado bajo SD durante 4 años, no se habría producido una recuperación del
contenido de MO del suelo, y, por lo tanto, en el tamaño de la fuente nitrogenada del mismo.
En síntesis, si bien se produjeron diferencias entre sistemas de labranza en temperatura de suelo
y RM, éstas no habrían sido limitantes para el crecimiento, desarrollo y rendimiento del maíz,
debido a que el agregado de nitrógeno eliminó las diferencias de rendimiento. La capa aislante
producida por los residuos, evita una evaporación excesiva, provocando un mayor contenido de
agua bajo SD, lo que mejoraría la capacidad del cultivo para responder al agregado de nitrógeno.
Las condiciones meteorológicas (abundantes precipitaciones) del año en que se realizó el ensayo, no
permitieron que se expresaran grandes diferencias en acumulación de agua en el perfil entre SD y
LC. No obstante, esas diferencias habrían sido de importancia durante el llenado de granos, período
en el cual se produjo un leve estrés hídrico en los tratamientos bajo LC. Las ventajas de SD en ese
aspecto serían más importantes en años con mayores deficiencias hídricas.
Distintas variables como contenido de nitrógeno del suelo en V6, ISN, acumulación de
nitrógeno en planta, y rendimiento de las parcelas testigo, pusieron en evidencia la menor provisión
de nitrógeno bajo SD, independientemente de la historia agrícola y la consecuente diferencia en el
tamaño de la fuente de nitrógeno en el suelo. El efecto de la pastura se manifestó cuando se
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

compararon las historias agrícolas dentro de cada sistema de labranza, pero la menor tasa de
mineralización bajo SD no permitió que el mayor tamaño del pool de nitrógeno luego de la pastura
se manifestara a través de la nutrición nitrogenada del maíz al compararla con la de aquél bajo LC.
Tanto los efectos del sistema de labranza como de la historia agrícola sobre la disponibilidad de
nitrógeno se revirtieron con el agregado de fertilizante nitrogenado. Estos resultados confirman que,
en condiciones de adecuada disponibilidad de agua y aún con elevada fertilidad potencial, el efecto
de la SD sobre el maíz está fundamentalmente asociado a la disponibilidad de nitrógeno.

Agradecimientos
Los autores expresan su agradecimiento al personal de campo y de laboratorio de la UIB por la
ayuda prestada para la realización de esta experiencia. Trabajo financiado por el Proyecto
Macrorregional del INTA 51-007-001, los Proyectos de Investigación de la Facultad de Ciencias
Agrarias (UNMP) 15/A060 y 15/A107 y el PICT-97 08-00089.

Referencias
Andrade FH, Cirilo AG, Uhart S A, Otegui ME. 1996. Ecofisiología del cultivo de maíz. Dekalb
Press. Buenos Aires, Argentina. 292 p.
Blevins RL, Frye WW. 1993. Conservation tillage: an ecological approach to soil management.
Adv. Agr. 51:33-78.
Bremner JM, Mulvaney C. 1982. Nitrogen total. En Page AL et al. (eds.) Methods of soil analysis.
Part 2 Agron. Monog 9 ASA and SSSA, Madison, Wisconsin, EEUU. p. 595-624.
Carcova, J, Otegui ME. 1997. Disponibilidad hídrica para el cultivo de maíz a lo largo del ciclo en
argiudoles típicos de Pergamino y Balcarce. En Actas VI Congreso Nacional de Maíz.
Noviembre de 1997. Pergamino, Buenos Aires, Argentina.Tomo III:180-185.
Doran J 1980. Soil microbial and biochemical changes associated with reduced tillage. Soil Sci.
Soc. Am. J. 44:765-771.
Echeverría HE, Ferrari J. 1993. Relevamiento de algunas de las características de los suelos
agrícolas del sudeste bonaerense. Boletín Técnico 112. EEA INTA Balcarce. 18 p.
Echeverría HE, Studdert GA, Elverdin J, Sarlangue H. 1994. Siembra directa de trigo en el Sudeste
Bonaerense. Visión Rural 11:33-38.
Fox RH, Bandel VA. 1986. Nitrogen utilization with no-tillage. En Sprague MA, Triplett GB (eds.),
No-tillage and surface-tillage agriculture. The tillage revolution. John Wiley y Sons, New
York, New York, EEUU. p 117-148.
Grant CA, Lafond GP. 1993. The effects of tillage systems and crop sequences on soil bulk density
and penetration resistance on clay soil in southern Saskatchewan. Can. J. Soil Sci. 73:223-232
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

Greenwood DJ, Lemaire G, Gosse G, Cruz P, Draycott A, Neeteson JJ. 1990. Decline in percentage
N of C3 and C4 crops with increasing plant mass. Annals of Botany. 66:425-436.
Keeney DR, Nelson DW. 1982. Nitrogen inorganic forms. En Page AL et al. (eds.), Methods of soil
analysis. Part 2 Agron. Monog 9 ASA and SSSA, Madison, Wisconsin, EEUU. p. 643-698
Picone L, Videla C, García F. 1997. Desnitrificación durante el cultivo de trigo en un argiudol
típico bajo siembra directa y labranza convencional. Ciencia del Suelo 15:53-58.
Rearte DH. 1996. La integración de la ganadería argentina. SAPyA, INTA. Buenos Aires,
Argentina. 48 p.
Rice CW, Smith MS. 1982. Denitrification in no-till and plowed soils. Soil Sci. Soc. Am. J.
46:1168-1173.
Rice CW, Smith M. 1984. Short term immobilization of fertilizer nitrogen at the surface of no-till
and plowed soils. Soil Sci. Soc. Am. J. 48:295-297.
Rice CW, Smith MS, Blevins RL. 1986. Soil nitrogen availability after long-term continuous no-
tillage and conventional tillage corn production. Soil Sci. Soc. Am. J. 50:1206-1210.
Ritchie SW, Hanway JJ. 1982. How a corn plant develops. Iowa State University of Science and
Technology. Cooperative Extension Service. Special report Nº48. Ames, Iowa, EEUU. 21 p.
Rizzalli RH. 1998. Siembra directa y convencional de maíz ante distintas ofertas de nitrógeno. Tesis
Magister Scientiae. Fac. Ciencias Agrarias, Un. Nac. Mar del Plata, Balcarce, Argentina. 60 p.
Sainz Rozas H, Echeverría HE. 1998. Relación entre las lecturas del medidor de clorofila (Minolta
SPAD 502) en distintos estadios del ciclo del cultivo de maíz y el rendimiento en grano.
Revista de la Facultad de Agronomía, La Plata. 103: 37-44.
Sainz Rozas H, Echeverría HE, Studdert GA, Domínguez G. 2000. Evaluation of pre-sidedress soil
nitrogen test for no-tillage maize fertilized at planting. Agronomy Journal 92(6):en prensa.
Sanchez SR, Studdert GA, Echevería HE. 1998. Dinámica de la mineralización del nitrógeno de
residuos de cosecha en descomposición en un argiudol típico. Ciencia del Suelo 16:1-6.
Studdert GA, Echeverría HE. 2000. Soja, girasol y maíz en los sistemas de cultivo en el sudeste
bonaerense. En Andrade FH, Sadras V (eds.), Bases para el manejo de maíz, girasol, y soja.
INTA, Facultad de Ciencias Agrarias (UNMdP). Advanta Semillas SAIC. p. 407-437.
Studdert GA, Echeverría HE, Casanovas EM. 1997. Crop-pasture rotation for sustaining the quality
and productivity of a typic argiudoll. Soil Sci. Soc. Am. J. 61:1466-1472
Varvel GE, Schepers JS, Francis D . 1997. Ability for in-season correction of nitrogen deficiency in
corn using chlorophyll meters. Soil Sci. Soc. Am. J. 61:1233-1239.
Whiteley GM, Utomo WH, Dexter AR. 1981. A comparison of penetrometer pressures and the
pressures exerted by roots. Plant Soil 61:351-364
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

Tabla 1. Contenido de nitrógeno de nitratos en el suelo hasta 40 y 100 cm de profundidad a la


siembra del cultivo de maíz para cuatro sistemas de cultivo (labranza convencional sobre pastura
(PA-LC), siembra directa sobre pastura (PA-SD), labranza convencional sobre trigo (TR-LC) y
siembra directa sobre trigo (TR-SD)) y cuatro dosis de nitrógeno. DMS= diferencia mínima
significativa (P<0,05).

Table 1. Soil nitrate nitrogen content up to 40 and 100 cm depth at maize planting for four
cropping systems (conventional tillage after pasture (PA-LC), conventional tillage after wheat (TR-
LC), no-tillage after pasture (PA-SD), no-tillage after wheat (TR-SD)) and four nitrogen rates.
DMS=least significant difference (P<0,05).

Tratamientos Profundidad
Sistema Cultivo Dosis de nitrógeno 0-40 cm 0-100 cm
-1
-------------------------kg ha -----------------------
0 36,4 45,5
60 - -
PA-LC
120 35,9 46,8
180 - -
0 28,8 39,1
60 - -
PA-SD
120 56,1 69,4
180 - -
0 40,7 50,9
60 37,7 44,0
TR-LC
120 47,0 58,4
180 56,4 73,5
0 42,6 60,3
TR-SD 60 49,1 68,9
120 59,2 82,8
180 65,2 88,9
PA-LC - 46,1
Promedio Sist. PA-SD - 54,2
Cultivo (SC) TR-LC - 56,7
TR-SD - 75,2
0 - 48,9
Promedio 60 - 56,4
Dosis (F) 120 - 64,3
180 - 81,1
DMS 0.05 (SC) - 6,40
DMS 0.05 (F) - 9,06
*
DMS 0.05 (SCxF) 8,82/8,13 NS
CV % 13,98 17,85
* El primer valor se aplica a comparaciones entre dosis de nitrógeno dentro de
cada sistema de cultivo; el segundo valor se aplica a las comparaciones entre
sistemas de cultivo para cada dosis y para las comparaciones entre
combinaciones de sistema de cultivo y dosis.
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

Re s is te ncia m e cánica (M Pa)

0,0 1,0 2,0 3,0 0,0 1,0 2,0 3 ,0


0 0
a) b)

10 10
Pr o fu ndidad (cm )

20 20

30 PA-LC 30
PA-SD
T R-LC
T R-SD
40 40

Figura 1. Resistencia mecánica a la penetración hasta 40 cm de profundidad medida a la siembra


(a), y luego de la cosecha (b) del cultivo de maíz para cuatro sistemas de cultivo (labranza
convencional sobre pastura (PA-LC), siembra directa sobre pastura (PA-SD), labranza convencional
sobre trigo (TR-LC) y siembra directa sobre trigo (TR-SD)). Las barras horizontales indican
diferencia mínima significativa (P<0,05)

Figure 1. Soil mechanical resistance up to 40 cm depth measured at planting (a) and after harvest
(b) of maíze for four cropping systems (conventional tillage after pasture (PA-LC), conventional
tillage after wheat (TR-LC), no-tillage after pasture (PA-SD), and no-tillage after wheat (TR-SD)).
Horizontal bars indicate least significant difference (P<0,05).

80
Núm ero de plantas ha (x 1000)

PA-LC
PA-SD
60 TR-LC
-1

TR-SD

40

20

0
0 5 10 15 20 25
Días desde la siem bra

Figura 2. Evolución de la emergencia del cultivo de maíz para cuatro sistemas de cultivo: labranza
convencional sobre pastura (PA-LC), siembra directa sobre pastura (PA-SD), labranza convencional
sobre trigo (TR-LC) y siembra directa sobre trigo (TR-SD). Las barras verticales indican diferencia
mínima significativa (P<0,05).

Figure 2. Evolution of maize seedling emergence for four cropping systems: conventional tillage
after pasture (PA-LC), conventional tillage after wheat (TR-LC), no-tillage after pasture (PA-SD),
and no-tillage after wheat (TR-SD). Vertical bars indicate least significant difference (P<0,05).
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

25000 25000
a) R6 b)

Materia Seca (kg ha-1)


20000 20000

15000 15000
R1
10000 10000
PA-LC 0N
PA-SD 60 N
5000
V6 TR-LC 5000 120 N
TR-SD 180 N
0 0
0 30 60 90 120 150 180 0 30 60 90 120 150 180
Días desde la siem bra

Figura 3. Evolución de la acumulación de materia seca del maíz para (a) cuatro sistemas de cultivo:
labranza convencional sobre pastura (PA-LC), siembra directa sobre pastura (PA-SD), labranza
convencional sobre trigo (TR-LC) y siembra directa sobre trigo (TR-SD), y (b) cuatro dosis de
nitrógeno: 0 (0 N), 60 (60 N), 120 (120 N), y 180 (180 N) kg N ha-1. Las barras verticales indican
diferencia mínima significativa (P<0,05).

Figure 3. Evolution of aboveground dry matter accumulation of maize for (a) four cropping
systems: conventional tillage after pasture (PA-LC), conventional tillage after wheat (TR-LC), no-
tillage after pasture (PA-SD), and no-tillage after wheat (TR-SD), and (b) four nitrogen rates: 0 (0
N), 60 (60 N), 120 (120 N), y 180 (180 N) kg N ha-1 . Vertical bars indicate least significant
difference (P<0,05).

100 100
a) b)
90 90

80 P A -LC
80
P A -SD
70 12 70 12
T R -LC
T R -SD
60 60
ISN %

100 0 60 120 100 0


180 60 120 180
c) Dos is de N d)
90 90

80 80

70 12 70 12

60 60
0 60 120 180 0 60 120 180
Do s is de nitr ó ge n o k g ha -1

Figura 4. Índice de suficiencia de nitrógeno (ISN) de maíz para cuatro sistemas de cultivo (labranza
convencional sobre pastura (PA-LC), siembra directa sobre pastura (PA-SD), labranza convencional
sobre trigo (TR-LC) y siembra directa sobre trigo (TR-SD)) en función de cuatro dosis de nitrógeno
medido en cuatro momentos del ciclo del cultivo: V12-V15 (a), R1 (b), R2-R3 (c) y R6 (d). Las
barras verticales indican diferencia mínima significativa (P<0,05) (1 se aplica a las comparaciones
entre dosis para cada sistema de cultivo, y 2 se aplica a las comparaciones entre combinaciones de
sistemas de cultivo y dosis de nitrógeno).

Figure 4. Nitrogen sufficiency index (ISN) of maize for four cropping systems (conventional tillage
after pasture (PA-LC), conventional tillage after wheat (TR-LC), no-tillage after pasture (PA-SD),
and no-tillage after wheat (TR-SD)) as a function of four nitrogen rates at V12-V15 (a), R1 (b), R2-
R3 (c) y R6 (d). Vertical bars indicate least significant difference (P<0,05) (1 is for comparisons
among nitrogen rates for each cropping system, and 2 is for comparisons among cropping system
and nitrogen rate combinations).
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

250
a)
R1
200

Acu m u lació n d e n itr ó g e n o (k g h a -1 )


150
R6
R2-R3
100
PA-L C
PA-SD
50 T R-L C
V6 T R-SD
V 12-V 15
0
250 0 50 100 150 200
b)
200

150

100
0 N
60 N
50 120 N
180 N
0
0 50 100 150 200

Días d e s d e la s ie m b r a

Figura 5. Evolución del contenido de nitrógeno en planta en el cultivo de maíz para (a) cuatro
sistemas de cultivo: labranza convencional sobre pastura (PA-LC), siembra directa sobre pastura
(PA-SD), labranza convencional sobre trigo (TR-LC) y siembra directa sobre trigo (TR-SD), y (b)
cuatro dosis de nitrógeno: : 0 (0 N), 60 (60 N), 120 (120 N), y 180 (180 N) kg N ha-1. Las barras
verticales indican diferencia mínima significativa (P<0,05).

Figure 5. Evolution of aboveground nitrogen accumulation of maize for (a) four cropping systems:
conventional tillage after pasture (PA-LC), conventional tillage after wheat (TR-LC), no-tillage
after pasture (PA-SD), and no-tillage after wheat (TR-SD), and (b) four nitrogen rates: 0 (0 N), 60
(60 N), 120 (120 N), y 180 (180 N) kg N ha-1. Vertical bars indicate least significant difference
(P<0,05).
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

4 4
a) b)
0N 60N 120N 180 N
3 3
R1
2 2
Nitrógeno en planta (%)

1 1
V12-V15
0 0
4 0 2500 5000 7500 100004 0 5000 10000 15000
m s (kg ha-1) m s (kg ha-1)
c) d)
3 3

2 2

1 1

0 0
0 2500 5000 7500 10000 0 2500 5000 7500 10000
-1
Materia seca acum ulada (kg ha )

Figura 6. Concentración de nitrógeno en la biomasa aérea del maíz en función de la materia seca
aérea acumulada en los estadíos V12-V15 y R1, para cuatro sistemas de cultivo: (a) labranza
convencional sobre pastura (PA-LC), (b) labranza convencional sobre trigo (TR-LC), (c) siembra
directa sobre pastura (PA-SD), y (d) siembra directa sobre trigo (TR-SD), y cuatro dosis de
nitrógeno: 0 (0 N), 60 (60 N), 120 (120 N), y 180 (180 N) kg N ha-1. La línea representa la
Ecuación de Greenwood et al. (1990).

Figure 6. Nitrogen concentration in maize aboveground biomass as a function of accumulated dry


matter at V12-V15 and R1 for four cropping systems: (a) conventional tillage after pasture (PA-
LC), (b) conventional tillage after wheat (TR-LC), (c) no-tillage after pasture (PA-SD), and (d) no-
tillage after wheat (TR-SD), and four nitrogen rates: 0 (0 N), 60 (60 N), 120 (120 N), y 180 (180 N)
kg N ha-1. The line represents the ecuation proposed by Greenwood et al. (1990).
Publicado en Ciencia del Suelo 19:47-56 (2001)

11000

Rendim iento (kg ha-1)


1 2
9000

7000 PA-LC
PA-SD
TR-LC
TR-SD
5000
0 60 120 180
Dosis de N (kg ha-1)

Figura 7. Rendimiento del cultivo de maíz para cuatro sistemas de cultivo (labranza convencional
sobre pastura (PA-LC), siembra directa sobre pastura (PA-SD), labranza convencional sobre trigo
(TR-LC) y siembra directa sobre trigo (TR-SD)) en función de cuatro dosis de nitrógeno. Las barras
verticales indican diferencia mínima significativa (P<0,05). (1 se aplica a las comparaciones entre
dosis para cada sistema de cultivo, y 2 se aplica a las comparaciones entre combinaciones de
sistemas de cultivo y dosis de nitrógeno).

Figure 7. Maize grain yield for four cropping systems (conventional tillage after pasture (PA-LC),
conventional tillage after wheat (TR-LC), no-tillage after pasture (PA-SD), and no-tillage after
wheat (TR-SD)) as a function of four nitrogen rates. Vertical bars indicate least significant
difference (P<0,05) (1 is for comparisons among nitrogen rates for each cropping system, and 2 is
for comparisons among cropping system and nitrogen rate combinations).

View publication stats

You might also like