You are on page 1of 22

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/316198133

EL SISTEMA PETROLERO PALEOZOICO DEL SUBANDINO NORTE NOROESTE


DE BOLIVIA

Article · January 2008

CITATION READS

1 5,096

1 author:

David Zubieta
independent researh
12 PUBLICATIONS   237 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Mesozoic rifting in Bolivia View project

All content following this page was uploaded by David Zubieta on 18 April 2017.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


EL SISTEMA PETROLERO PALEOZOICO DEL SUBANDINO NORTE
NOROESTE DE BOLIVIA

David Zubieta Rossetti


dzubietarossetti@gmail.com

Keywords: North Subandean, tectonics styles, geochemistry, petroleum system

Abstract

The North Subandean is an extended fold and thrust belt located at the north-western sector in
Bolivia. It is considered an area of exploratory interest; the present level of knowledge is useful to
identify the functioning of the Petroleum System associated to Devonian source rocks. Tequeje
and Tomachi formations are the main source of hydrocarbons. The organic matter contained in
such rocks is mixed kerogen types II and III. The genetic relationship between oil seeps and shale
extracts has a remarkable correspondence. Permo-Carboniferous Retama and Copacabana
formations present high quality rocks but there is no sufficient evidence to verify their relationship
with the analyzed petroleum. The North Subandean Tectonic styles are mainly controlled by
stratigraphy of Paleozoic sequences. Beni and Tuichi synclinoriums and Toregua-Palacios belt
represent well defined tectonostratigraphic units. Traps are in general fault propagation fold, fault
bend fold, subtrhust and backthrust structures. The constitution of ramps and imbricate structures
of the last subandean structural trends are associated to faults that move Beu Formation
sandstones to the surface in the absence of devonian shales. The interpretation of vitrinite
reflectance and data on apatite fission track suggest that the thermal history is not uniform in the
basin. Hydrocarbon expulsion and generation as well as the formation of traps are active during
the different tectonic pulses produced in the last 10 Ma. Erosion and sedimentation processes
related to deformation of orogenic fronts are associated with thermal maturity level of Paleozoic
source rocks. Additionally, the location of intrusive bodies in Devonian and Mesozoic series located
in the north-west sector of the area under study increases heat flow in the basin.

INTRODUCCIÓN

Grandes descubrimientos de petróleo y gas se registran en la Faja Subandina que se extiende a lo


largo del continente Sudamericano (Figura 1). Varios campos con producción de petróleo y gas
vinculados a rocas madres mesozoicas están localizados en la parte septentrional del subandino,
en Venezuela, Colombia, Ecuador y el norte de Perú. La presencia de importantes reservas de
gas en Bolivia proviene de rocas madre de edad Silúrica y principalmente Devónica.

Las lutitas marinas devónicas constituyen la principal roca madre de las cuencas paleozoicas y
generaron la mayor parte de hidrocarburos de los principales yacimientos emplazados en el
Subandino Sur y la Llanura Chaqueña. Las rocas madres del Subandino Norte no son la
excepción. Aún cuando no se descubrieron acumulaciones comerciales, las formaciones Tequeje
y Tomachi presentan un potencial similar a sus equivalentes estratigráficos del sur (formaciones
Icla, Limoncito, Los Monos e Iquiri).

El Subandino Norte representa un área no tradicional de la exploración petrolera. Si bien en los


últimos 40 años se realizaron actividades exploratorias, el conocimiento de esta extensa región es
aún limitado. Cuenta con un total de 9 pozos exploratorios y cobertura sísmica 2D concentrada
principalmente en el sector nororiental.

En la década de los 60’s la petrolera Gulf Oil Co. perforó los pozos Boya-X1 (BYA-X1), Sasasama-
X1 (SSM-X1) e Isiboro-X1 (ISB-X1); el primero con objetivos paleozoicos, no encontró reservorios
y los dos últimos quedaron colgados en la secuencia inferior del Cenozoico. En el año 1976 Sun
Oil perforó el pozo Tuichi-X1 (TCH-X1) que resultó sin rastros de hidrocarburos. Las compañías
Shell (1984) y Texaco (1991) desarrollaron programas de adquisición sísmica 2D, pero no
perforaron pozos. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en la década de los 90’s perforó
dos pozos en el Sinclinorio Alto Beni, Lliquimuni-X1 (LQM-X1) y Tacuaral-X1D (TCR-X1D), ambos
atravesaron secuencias con pelitas ricas en materia orgánica (MO) de la Formación Copacabana,
pero no encontraron reservorios. Total Bolivia en el año 1993 perforó el pozo Yariapo-X1 (YRP-
X1), que reportó la presencia de petróleo en las secuencias del Cenozoico, pero el resultado fue
estéril. Los últimos pozos exploratorios perforados en la región son: Villa Tunari-X1 (VTN-X1) y
Eva Eva Sur-X1 (EES-X1), dos prospectos de Repsol-YPF de los años 1999 y 2001, ambos
descubrieron petróleo no comercial en reservorios del Mesozoico.

Figura 1. Mapa de ubicación de los sistemas petroleros más prolíficos de Sudamérica en el


dominio de las cuencas subandinas. Los sistemas petroleros activos asociados a rocas
generadoras mesozoicas se identifican en verde. En el sur de Perú, Bolivia y el norte de
Argentina, las cuencas petrolíferas de la Faja Subandina y Madre de Dios, están asociadas a
rocas paleozoicas, en color marrón.

CONTEXTO GEOLÓGICO

El sistema petrolero de rocas paleozoicas se desarrolla en una amplia zona del territorio boliviano
entre los paralelos 13º y 17º de Latitud Sur. La configuración estructural actual del subandino es el
resultado de la tectónica compresiva que se inicia a partir del Oligoceno superior y continua activa
hasta el presente (Sempere et al.,1990a). Esta unidad morfo-estructural definida como una
compleja faja plegada y corrida (Roeder,1988; Sheffels,1988,1995; Baby et al.,1989,1993) esta
conformada por una pila de sedimentos paleozoicos a cenozoicos de más de 7000 m de espesor
(Figura 2).
La deformación se produce en respuesta a la subducción de la Placa de Nazca que se desplaza
por debajo de la Placa Continental Sudamericana (Cobbing,1985; Isacks,1988; Roeder y
Chamberlain 1995; Sempere,1995).

Figura 2. Columna estratigráfica generalizada del Subandino Norte.

Durante el Oligoceno superior a Mioceno inferior se activó la estructuración de los Andes,


produciendo la erosión de sedimentos mesozoicos y paleozoicos. Estos depósitos en su mayoría
continentales se acumularon al este de la Cordillera Oriental en una extensa cuenca de antepaís,
de la que forman parte el Subandino Norte y la Llanura Beniana (Figura 3). La deformación en la
faja subandina comenzó posiblemente en el Mioceno superior, hace 10 Ma (Gubbels et al., 1993).

Las secuencias pre-orogénicas que participan de los corrimientos contienen rocas ordovícicas,
devónicas, carboníferas y pérmicas predominantemente marinas. Las sedimentitas del Mesozoico
yacen en discordancia sobre diferentes unidades paleozoicas, mientras que una espesa pila de
sedimentos sin-orogénicos se asienta en discordancia sobre rocas mesozoicas. Se identifican por
lo menos tres secuencias grano y estrato creciente asociadas a episodios tectónicos registrados
durante el Cenozoico (Zubieta-Rossetti, 2001).

Figura 3. Mapa tectónico del sector noroccidental de Bolivia. El Subandino Norte esta limitado al
oeste por el Interandino y al este con la Llanura Beniana. Se localizan en el mapa las secciones
estructurales A-A’ y B-B’.

El estilo tectónico y la geometría de esta faja plegada y corrida están controlados principalmente
por la paleogeografía de las secuencias paleozoicas (Sempere et al., 1989; Baby et al., 1993;
Dunn et al., 1995; Sheffels, 1995). Los niveles de despegue de los corrimientos tienen lugar en
lutitas del Ordovícico, Devónico y Carbonífero-Pérmico (Baby et al., 1993). En el mapa tectónico
del sector noroccidental de Bolivia (Figura 3) se identifican de oeste a este las siguientes
unidades: Altiplano, Cordillera Oriental, Interandino, Sistema Subandino y la Llanura Beniana.

En el Sistema Subandino del sector norte se pueden diferenciar tres áreas con características
estratigráficas y estructurales particulares. El Sinclinorio Tuichi, localizado en la parte oriental, la
Faja sobre-elevada de Toregua-Palacios en la parte intermedia y el Sinclinorio Alto Beni al oeste.

Estos depocentros de sedimentación cenozoica tienen una orientación noroeste-sureste, están


separados por una angosta faja fuertemente imbricada y sobre-elevada de 500 km de longitud y
no más de 30 km de ancho. Esta unidad denominada Faja Sobre-elevada de Toregua-Palacios
(FSTP), se caracteriza por apilamientos profundos de secuencias de edad Ordovícica y Devónica,
tiene una altitud mayor a la de los sinclinorios vecinos, y las estructuras que afloran en superficie
son estrechas, y de dimensiones reducidas. Los niveles de despegues superficiales se localizan
principalmente en secuencias pelíticas de las formaciones Retama y Copacabana.

Los depocentros tienen relación genética con el desarrollo de cuencas tipo piggyback de edad
Neógena. Un modelado experimental realizado para el Sinclinorio Alto Beni refleja la analogía
entre la sección actual y el modelo generado. Este dispositivo muestra que la cuenca transportada
del Alto Beni se produce como consecuencia de la acomodación del acortamiento sobre la
superficie de un duplex desarrollado en profundidad (Baby et al., 1995).

El estilo estructural y la geometría de las estructuras emplazadas en los sinclinorios de Alto Beni y
Tuichi, se muestran en la secciones estructurales A-A’ y la interpretación de la sección B-B’, una
línea sísmica 2D perpendicular a las estructuras Madidi y Uchupiamonas (Figura 4).

Figura 4. La Sección estructural A-A’ muestra la geometría de la cuenca transportada del Alto Beni
(de Baby et al., 1995). Las estructuras Lliquimuni, localizadas en la Serranía de Marimonos y El
Pelado, en la serranía del mismo nombre, son activadas durante una fase temprana de la
deformación. En la sección estructural B-B’, en el Sinclinorio Alto Beni se observa la ausencia de
secuencias pertenecientes a las Formaciones Retama y Copacabana. (ver ubicación en la Figura
3).

La sección estructural A-A’ muestra la cuenca transportada del Alto Beni en toda su magnitud. Las
secuencias pre-orogénicas paleozoicas que participan en la deformación están conformadas por
rocas ordovícicas, devónicas y carbonífero-pérmicas. En la parte media de la sección el anticlinal
Lliquimuni (Serranía de Marimonos), es una estructura compleja con duplexes en la Formación
Copacabana y fallas de ajuste en secuencias del Cenozoico. En el extremo nororiental de la
sección, la estructura El Pelado, abierta en calizas y dolomitas de la Formación Copacabana,
representa el límite entre el Sinclinorio Alto Beni y la FSTP.
En la sección estructural B-B’ se observa la amplitud del Sinclinorio Tuichi. El flanco oriental del
sinclinorio está conformando por la Serranía de Caquiahuaca, que representa el límite entre el
Subandino Norte y la Llanura Beniana. En el sector suroeste se identifican el anticlinal Madidi, una
estructura superficial activada por una falla de retro-corrimiento y nivel de despegue en la base de
la serie paleozoica, mientras que el anticlinal de Uchupiamonas está asociado a un duplex
conformado por rocas ordovícicas y devónicas. Se destaca la ausencia de sedimentitas
carbonífero-pérmicas en el área de influencia del Sinclinorio Tuichi.

ROCAS MADRES

En el Sistema Subandino de Bolivia se identifican cuatro rocas madres paleozoicas (Baby, et al.,
1995a). Las secuencias pelíticas del Silúrico (Formación Kirusillas) y Devónico (Formaciones Icla,
Los Monos, e Iquiri) se desarrollan en el Subandino Sur y la llanura Chaqueña. En el área de
estudio rocas madres devónicas (formaciones Tequeje y Tomachi) y carbonífero-pérmicas
(formaciones Retama y Copacabana) contienen cantidades variables de materia orgánica y son
rocas madres potenciales como fuente de hidrocarburos.

La Formación Los Monos (Devónico superior) es considerada una de las rocas más prolíficas,
tiene un COT actual de 1 % y se puede asumir un Índice de Hidrógeno original de 500 y un COT
superior a 5 % (Moretti, et al., 1996). En el Subadino Norte, las formaciones Tequeje y Tomachi
tienen una amplia distribución regional. En columnas estratigráficas localizadas en el borde
occidental del Sinclinorio Alto Beni y el Interandino. Estas unidades registran en conjunto
espesores de hasta 1400 m. En la FSTP el promedio es menor a 850 m, mientras que en la
Serranía Caquiahuaca se reducen a 400 m. El mapa isópaco no restituido del Devónico muestra
que la disminución de espesores se acentúa en la parte sureste del área de estudio (Figura 5). La
ausencia de sedimentitas devónicas en las serranías de Eva Eva y Fátima, evidencian la erosión
progresiva de estas secuencias en el borde externo del subandino entre los paralelos 15º y 17º S.

La concentración actual de materia orgánica en sedimentitas devónicas es muy variable, gran


cantidad de muestras tienen valores < 0.5 % de COT y su potencial de generación es casi nulo.
Un estudio geoquímico preparado por Shell en 1984 sobre rocas ordovícicas y devónicas en la
sección del Río Tequeje proporcionó resultados poco alentadores, solo unas pocas muestras de
un total de 300 contenían 0.8% de COT (Sondeijker y Ascarrunz, 1984).

En la Serranía Toregua los afloramientos de lutitas tienen MO variable entre 0.50 y 0.99 % de
COT y son consideradas rocas madres con potencial marginal. Datos puntuales alcanzan valores
de 1.0 a 2.8 % de COT y presentan un potencial variable de generación (S1+S2) entre 2,6 mg
HC/g y 15,66 mg HC/g como máximo.
Figura 5. Mapa isópaco no restituido de las formaciones Tequeje y Tomachi del Devónico en el
área de influencia del Subandino Norte. El corrimiento frontal de la zona subandina en color verde
marca el límite actual con la Llanura Beniana.

La materia orgánica está compuesta por una combinación de kerógenos de tipo II y III. El Índice
de Hidrógeno (IH) para rocas del Devónico es cercano a 230, el Índice de Oxigeno (IO) tiene
también valores bajos (ver Gráfico A de la Figura 6). Estos valores son consistentes con el grado
de madurez termal que presentan en general las rocas madres devónicas.

En el gráfico A de la Figura 6 se incluyen datos obtenidos del pozo Pando-X1 (PND X1), perforado
por Occidental Bolivia y Mobil Co. el año 1991. La calidad de la roca en el intervalo entre 1350 y
1590 mbbp es excelente, el contenido de COT llega a 16 %, y el potencial de generación
sobrepasa valores de 600 mg de HC /g (Peters et al., 1997). Estos valores corresponden a rocas
madres con un nivel de madurez termal incipiente.
Figura 6. Diagrama modificado de Van Krevelen para rocas madres del Devónico (A) y
Carbonífero-Pérmico (B). Los gráficos incluyen datos de los pozos Pando-X1 y Lliquimuni-X1, en
ambos gráficos los datos de pozo están identificados con triángulos verdes.

Las formaciones Retama y Copacabana contienen intercalaciones pelíticas ricas en materia


orgánica, su distribución está limitada a la parte interna del subandino, los afloramientos se
extienden hasta el frente tectónico definido por las fallas Toregua y Palacios (ver mapa tectónico,
Figura 3). La Formación Retama tiene un espesor máximo de 800 m mientras que la Formación
Copacabana registra hasta 700 m.

Los pozos LQM-X1 y TCR-X1D atravesaron secuencias calcáreas pertenecientes a la Formación


Copacabana. Esta unidad compuesta por calizas y dolomitas de plataforma, presenta
intercalaciones de paquetes de areniscas y lutitas negras ricas en materia orgánica: Se identifican
tres tramos con un contenido de MO que aumenta de arriba hacia bajo (De 1.3 a 3.3 % de COT).
De la misma manera que el potencial de la roca madre (S2) aumenta de 7,18 mg HC/g a 13.5 mg
HC/g en el tramo inferior (Montemurro y Aguilera, 1994).

Teniendo en cuenta que la estructura Lliquimuni esta conformada por un sistema de duplexes, se
interpreta la presencia de al menos un nivel rico en MO, con un espesor promedio de hasta 70 m y
dos repeticiones producidas por apilamiento tectónico. El volumen de HC generado durante la
pirolisis proporciona valores máximos de hasta 40 mg HC/g y una media de 10 mg HC/g. Los
valores máximos de IH oscilan entre 600 y 700, el IO alcanza valores puntuales de 180, mientras
que la media es inferior a 50 (Gráfico B de la Figura 6). Las rocas madre en estos pozos contienen
una mezcla de kerógenos de los tipos I y II, similares a las obtenidas en muestras de
afloramientos.

El tipo de kerógeno y la madurez de las lutitas de las formaciones Retama y Copacabana se


muestran en el gráfico B de la Figura 6. El potencial de generación en la cuenca no es uniforme,
los valores de IH en el pozo LQM-X1 evidencian buena calidad de la roca madre, pero con bajo
nivel de madurez. Este comportamiento puede estar relacionado con la historia termal del
anticlinal Lliquimuni y el tiempo de su estructuración. Se interpreta que la estructura es joven y que
nunca estuvo sometida a un soterramiento profundo.
CORRELACIÓN PETRÓLEO-ROCA

Los oil-seeps de los ríos Mamuque, Uchupiamonas y Kerosen presentan dendogramas que
genéticamente no reflejan un origen común, de acuerdo a Core Laboratories, (1994), sin embargo
la presencia de rocas madres devónicas en las cercanías de los seeps sugiere un origen asociado
a estas rocas. Por otra parte de ha constatado que la concentración de elementos geoquímicos
registra importantes variaciones por procesos de alteración, haciendo mas difícil la correlación
entre petróleos y extractos. Esta consideración es importante teniendo en cuenta el alto grado de
biodegradación que presentan los petróleos del Subandino Norte.

La concentración de azufre en petróleos de manaderos y pozos es pequeña (entre 0.1 y 0.2 %),
mientras que la gravedad aumenta con la madurez termal. Los valores oscilan entre 21º y 34º API,
solo los petróleos del Río Flora, Serranía El Pelado y los pozos Eva Eva Sur-X1, Villa Tunari-X1 y
Pando-X1 (Cuenca Madre de Dios) tienen entre 30º y 37º API y son considerados como petróleos
livianos.

Los extractos obtenidos de muestras de roca de la Formación Copacabana en la Serranía El


Pelado y los pozos Lliquimuni-X1 y Tacuaral-X1 localizados en la Serranía de Marimonos
contienen azufre en concentraciones que oscilan entre 1.0 y 2.0%, estos valores son mas altos en
comparación a los registrados en rocas devónicas, se interpreta que las rocas madre devónicas
están asociadas a sedimentitas depositadas en ambiente marino normal a euxínico, mientras que
las rocas madre del Carbonífero-Pérmico tienen mayor aporte terrestre.

Las trazas de biomarcadores de un extracto de petróleo y gas obtenido de una roca madre en el
Río Enatagua y un manadero de petróleo del Río Flora (Figura 7), difieren solo en pequeños
detalles. El gráfico de ión-cromatograma muestra que son comparables y probablemente tienen un
origen común. La relación de otros elementos traza sugieren que el petróleo se generó de rocas
maduras con una reflectancia de vitrinita equivalente a 1.0 y 1.1 %.

Figura 7. Relación de las fracciones moleculares de los manaderos de petróleo localizados en los
ríos Enatagua y Flora. Presentan cromatogramas afines que sugieren un origen común. Pristano
(Pr) y Phitano (Ph).
La influencia de MO terrestre es evidenciada por la presencia de cyano-bacteria (alga verde-azul)
originaria de un ambiente continental perteneciente a rocas paleozoicas inferiores (Ordovícico). El
aporte terrestre se confirma también en los petróleos de manaderos asociados a rocas devónicas.
La presencia de terpano triciclicos (C19+C20/C23) que presentan una relación alta (>1.0) indica
MO terrestre.

La cromatografía de gases permite evaluar la relación entre petróleos y extractos de rocas, pero
también proporciona información sobre el grado de madurez a través de la relación de n-alcanos.
Ciertos isoprenoides como el pristano (Pr) y phitano (Ph) son elementos menos estables que C17 y
C18 n-alcanos y en consecuencia las relaciones Pr/n C17 y Ph/C18 son válidas para estudiar la
madurez. En la Figura 8, un grupo de muestras de oil-seeps de petróleo tienen (Pr/nC17 = 0,8 a
2,0; Ph/nC18 = 1,0 a 8,5) y aparecen con baja madurez, mientras que otros petróleos y la mayor
parte de los extractos de rocas devónicas y carbonífero-pérmicas presentan madurez creciente.

Figura 8. Relación de isoprenoides de n/alcanos obtenidos de análisis de gas-cromatogramas de


petróleos y extractos de rocas madres devónicas.

Valores de isoprenoides obtenidos del crudo y los extractos de rocas madres del pozo Pando-X1,
también se muestran en el gráfico de la figura 8. Los extractos presentan madures ligeramente
más baja que el petróleo obtenido en el pozo. Este comportamiento es compatible con los datos
de reflectancia de vitrinita (0.5 a 0.6 % Ro). Los valores demuestran que la roca madre en la
posición del pozo está en el inicio de la ventana de generación, por lo que es razonable pensar
que el petróleo es producto de la migración a distancias relativamente cortas.

La relación Pristano/Phitano es usado como un indicador del ambiente de deposito (Didyk et al.,
1978). Sedimentos con una relación menor a 1.0 reflejan un ambiente anaeróbico, mientras que
concentraciones de 1.0 y 3.0 representan condiciones con fuerte oxidación. Los cromatogramas 1
y 2 de la Figura 9 corresponden a bitúmenes de dos muestras de lutitas devónicas de los ríos
Enatagua y Yanamayu, ambos cromatogramas indican un origen común.
Figura 9. Correlación de cromatogramas de extractos de rocas devónicas (1 y 2). Correlación de
de extractos de rocas pérmicas (3 y 4). Los cromatogramas 3 y 4 corresponden a extractos
obtenidos de rocas madres de la Formación Copacabana. La relación entre los biomarcadores
Pr/Ph marcan la diferencia entre los registros de rocas devónicas de origen marino y mayor aporte
de MO continental en el caso de las rocas de la Formación Copacabana. Pristano (Pr) y Phitano
(Ph).

La distribución de los isoprenoides Pr/Ph obtenidos de extractos de lutitas de la Formación


Copacabana en afloramientos de la Faja Sobre-elevada de Toregua-Palacios sugieren que el
kerógeno de estas rocas tiene un aporte importante de materia orgánica terrestre. En los
cromatogramas 3 y 4 de la Figura 9, la relación Pr/Ph es alta (3.8 a 4.1).

El análisis geoquímico de oil-seeps de Uchupiamonas y Río Kerosen indica un alto grado de


biodegradación. A pesar de esto, los resultados de isótopos estables de carbón sugieren que
fueron generados de la misma roca fuente, pero diferente a los petróleos del Subandino Sur
(Royle and Elrod, 1992).

COMPOSICIÓN DEL KERÓGENO Y MADUREZ

La MO contenida en las rocas madres paleozoicas es una combinación de algas marinas y


componentes terrestres. El tipo de kerógeno identificado en la Formación Tequeje (Devónico
inferior) está compuesto por lípidos no estructurados, en los ríos Flora y Enatagua contienen
predominantemente 60% de material amorfo más exinita y 40% de estructurado.

Las mediciones de Ro realizadas en muestras de afloramientos en los ríos Beni, Yanamayu y


Flora presentan valores de 0,53 % y 0,96 % Ro. Los kerógenos tipos II y III presentan un grado de
madurez variable entre inmaduro y el pico de generación-expulsión. Valores equivalentes 0.54% y
0.69 % de Ro obtenidos a partir de AFTA por el método Easy Ro de Sweeney & Burnham (1990)
son similares a los obtenidos por mediciones tradicional de Ro.
La reflectancia de vitrinita en muestras devónicas oscila entre 0.50 % y 1.5 %. Este amplio rango
de valores es consistente con los obtenidos por el Índice de Alteración Termal (TAI), ambos
parámetros son integrados en la Figura 10. La madurez termal en rocas devónicas y ordovícicas
situadas en el borde oriental del subandino (Serranía de Caquiahuaca), presentan valores que son
compatibles con el soterramiento de sedimentos cenozoicos. En el extremo occidental, en el límite
del Subandino y el Interandino, estas rocas ricas en facies pelíticas registran valores de hasta 4.0
% de Ro. La sobre-maduración está vinculada al régimen termal alto, en la vecindad de la
Cordillera Oriental.

Figura 10. Correlación entre Ro y TAI en muestras de rocas obtenidas en el área de estudio. Se
observa el aumento progresivo de la madurez termal de edad ordovícica y devónica.

La presencia de cuerpos ígneos emplazados en el sector noroeste de la Faja Subandina, es


reportada por Ponce de León, et al. (1972). En el Río Yanamayu, una colada (o filón capa ?) de
aspecto andesítico de 8 m de espesor, ocurre en la Formación Beu, 400 m por encima de su base.
En la misma zona numerosos diques y filónes capa básicos intruyen a la Formación Tequeje. Una
muestra de lutita devónica del Río Enatagua contiene 1.2 % de Ro, mientras que el índice Tmax es
de 444ºC y 445ºC. Estos datos son coherentes con la reflectancia y probablemente están
relacionados con la actividad magmática registrada en la zona.

Muestras de lutitas de las formaciones Retama y Copacabana obtenidas en la Serranía El Pelado


presentan abundante cantidad de kerógeno algal estructurado y menor contenido de lípidos no
estructurados. Se observa también MO amorfa con fluorescencia de moderada a fuerte. Estas
muestras proporcionan una madurez cercana a generación temprana de petróleo y gas. En la
Serranía de Marimonos las estructuras Lliquimuni y Tacuaral exponen secuencias carbonífero-
pérmicas que contienen una combinación de kerógenos tipos I y II, mientras que la reflectancia de
vitrinita oscila entre 0.63 % a 0.71 % de Ro.

PRINCIPALES ZONAS DE GENERACIÓN

La presencia de miles de metros de sedimentos cenozoicos acumulados en la zona subandina


(principalmente en los Sinclinorios Alto Beni y Tuichi) es un factor clave para activar los procesos
de generación y expulsión de hidrocarburos del Sistema Petrolero Paleozoico en el Subandino
Norte. La distribución de estas cubetas se observa en la Figura 11.

La interpretación de datos de madurez de diferentes sectores pone de manifiesto que los procesos
de sedimentación y erosión asociados a corrimientos y la activación de fallas durante la
deformación andina son responsables de las variaciones del régimen de madurez térmica de las
rocas madre devónicas y carbonífero-pérmicas.
Durante el tiempo en que las fallas están activas y los bloques altos se levantan, se produce
erosión y el enfriamiento de sedimentos. Cuando estos procesos son suficientemente
prolongados, la maduración de la materia orgánica se detiene. Este comportamiento es analizado
en la estructura Lliquimuni y el anticlinal El Pelado, en ambos casos la madurez termal de las
rocas madres está por debajo del pico de generación.

Un comportamiento diferente se observa en la faja fuertemente deformada de Toregua -Palacios,


que contiene en su interior espesores reducidos de sedimentos cenozoicos. El grado de madurez
de las rocas paleozoicas en afloramientos es bajo en comparación a otras áreas de la parte
externa de la cuenca (Serranía Caquiahuaca). La presencia de oil-seeps de petróleo a lo largo de
esta faja esta principalmente relacionada a la generación de hidrocarburos por sobrecarga
tectónica y la presencia de cuerpos intrusivos que aceleran localmente los procesos de
generación y expulsión.

Figura 11. Mapa de localización de los sinclinorios Alto Beni y Tuichi. Se representan las
principales áreas de generación de hidrocarburos. Las secciones estructurales Lliquimuni (C-C’) y
Uchupiamonas D-D’) están señaladas con línea discontinua. Los ríos y localidades que se
nombran en el trabajo son: 1. Río Enatagua; 2. Río Yanamayu; 3. Río Flora; 4. Río Tequeje; 5. Río
Mamuque; 6. Anticlinal Uchupiamonas; 7. Estructura El Pelado; 8. Arroyo Kerosen.

En la sección estructural Lliquimuni localizada en la parte sur del subandino (Figura 12) se
observa el desarrollo de la cuenca piggyback del Alto Beni y las variaciones de madurez termal.
Este extenso sinclinorio contiene en su interior sedimentitas carbonífero-pérmicas con facies de
calizas y lutitas negras ricas en MO. La madurez termal de estas secuencias en el pozo LLQ-X1
varia entre 0.55 y 0.65 % de Ro, valores similares se registran en la Serranía El Pelado. Es posible
que las rocas madres devónicas y carbónico-pérmicas sometidas a un soterramiento profundo en
la parte interna del sinclinorio, presenten condiciones favorables para la generación de
hidrocarburos.

Figura 12. Sección estructural Lliquimuni mostrando la geometría de la faja subandina (de Baby, et
al.,1995a). Las variaciones de madurez tienen relación con la historia termal de los frentes de
corrimientos.

La sección estructural de Uchupiamonas (Figura 13) construida por Roeder (1988) esta localizada
en el sector norte del subandino (ver ubicación en Figura 11). Los rasgos más sobresalientes que
se observan en esta sección son: El amplio desarrollo del Sinclinorio Tuichi, la Faja Sobre-elevada
Toregua-Palacios, que pasa directamente al Interandino y la ausencia de sedimentos sin-
orogénicos del Cenozoico al oeste del anticlinal de Uchupiamonas.

Figura 13. Sección estructural Uchupiamonas (Después de Roeder & Chanberlain, 1995). El
desarrollo de las secuencias sin-orogénicas se localiza en la cuenca transportada del Tuichi. Las
rocas madre devónicas que afloran en la Faja Sobre-elevada de Toregua-Palacios presentan una
reflectancia de vitrinita variable relacionada con el apilamiento tectónico y la presencia de
intrusivos.

Las lutitas devónicas que afloran en la Serranía de Caquiahuaca registran valores entre 1.3 a
1.5% de Ro, mientras que la madurez termal de rocas madres devónicas en las serranías
localizadas al oeste, varían entre 0.6 y 0.7 de Ro. La historia térmica del Sinclinorio Tuichi está
controlada por la falla Caquiahuaca activada probablemente durante el Mio-Plioceno.

VÍAS DE MIGRACIÓN Y TIMING

La migración de petróleo desde la roca madre hasta el reservorio es uno de los procesos más
complejos relacionados con la acumulación de hidrocarburos en el subsuelo. El contacto directo
entre lutitas devónicas y secuencias arenosas mesozoicas, representa la relación estratigráfica
más ventajosa en favor de una migración exitosa después de la expulsión de los hidrocarburos.
Esta relación tiene lugar en el Sinclinorio Tuichi, donde la Formación Beu se asienta en
discordancia sobre rocas madres devónicas, en ausencia de sedimentos carbonífero-pérmicos,
que son erosionados por la discordancia pre-Mesozoica.

La migración es activa a través de vías específicas, preferentemente en capas de alta


permeabilidad y en determinados sectores de la cuenca donde las condiciones petrofísicas de la
secuencia basal mesozoica son accesibles a una migración vertical en la interfase con lutitas
devónicas subyacentes. La eficacia de esta unidad definida como reservorio y/o carrier bed, está
controlada por la conformación estructural asociada al sello suprayacente y la continuidad lateral
de ambos hasta alcanzar la trampa.

La conformación de trampas durante la deformación andina tiene lugar en no menos de tres


pulsos tectónicos registrados durante el Mioceno y el Actual. Estos eventos producen al mismo
tiempo sedimentación y erosión que afecta directamente el régimen térmico de la cuenca, y el
timing de generación de hidrocarburos. Las rocas madres que afloran en la Serranía de
Caquiahuaca por ejemplo, están sobre-maduras, es decir pasaron el punto más alto de
generación. Las secuencias devónicas fueron sometidas al soterramiento de los depósitos
cenozoicos durante un periodo de tiempo prolongado. Las fallas que movilizan estos sedimentos
hasta superficie, tienen lugar probablemente entre el Plio-Pleistoceno y el Actual. Dataciones de
igninbritas que se asientan sobre las secuencias paleozoicas en la Cordillera Oriental fueron
datadas con edades de 2 y 3 Ma (Lamb et al., 1993) estas rocas podrían ser contemporáneas con
la deformación producida en la faja subandina.

El principal reservorio del Subandino Norte es la Formación Beu, esta unidad tiene una marcada
continuidad estratigráfica, está conformada por areniscas eólicas en la parte superior y depósitos
fluviales en la base. En el área de influencia del Sinclinorio Tuichi, estas areniscas se asientan
sobre lutitas devónicas, mientras que en la FSTP y el Sinclinorio Alto Beni, están en contacto con
las secuencias del Carbonífero-Pérmico. Por encima de esta unidad, las formaciones Eslabón y
Flora del Mesozoico representan los sellos de este reservorio. Sin embargo, la presencia de la
Formación Flora tiene una distribución restringida a dos depo-centros localizados en el sector
noroeste del subandino y la región de la serranía de Eva Eva.

La migración lateral del petróleo a distancias moderadas esta documentada en el pozo EES-X1.
Durante la perforación se registró shows de gases y la presencia de petróleo en reservorios de las
formaciones Beu, Eslabón y Flora. Impregnaciones de petróleo sólido (inactivo) descritos en los
bloques intermedio y autóctono de la estructura de Eva Eva Sur sugieren una movilización
temprana de hidrocarburos.

Otro ejemplo de migración lateral se registra en el pozo Villa Tunari-X1 (VTN-X1), en este pozo se
recuperó petróleo de 37.4º API de la Formación Beu, asignada al Mesozoico. Se concluye que el
petróleo descubierto en las estructuras Eva Eva y Villa Tunari es producto de migración lateral.

El estudio de biomarcadores del petróleo reportado en las formaciones Eslabón y Beu del pozo
EES-X1 confirma una relación genética con lutitas devónicas localizadas a algunas decenas de
kilómetros al oeste del pozo. El proceso de migración lateral se produce a través de la secuencia
arenosa de la Formación Beu que esta en contacto con la roca madre. El petróleo migra
lateralmente por este carrier bed y se moviliza en dirección ascendente hasta alcanzar los niveles
arenosos de las formaciones Eslabón y Flora.

La estructuración de pliegues por propagación de falla, es un mecanismo muy frecuente que se


observa en la parte externa de la faja plegada. La estructura de Eva Eva es una de ellas, sin
embargo la evolución de esta estructura en el tiempo es compleja. La historia termal obtenida
mediante el estudio de trazas de fisión de apatita muestra que los picos de soterramiento máximo
calculados alcanzan temperaturas que oscilan entre 89º y 107ºC. Estas temperaturas son
asociadas al máximo soterramiento. Se interpreta que el enfriamiento progresivo producido por
levantamiento tectónico empiezó durante el Plioceno (4 Ma).

TIPOS DE TRAMPA

La conformación de trampas en el Subandino Norte esta asociada al sistema de anticlinales


producidos por la deformación Andina. Durante los últimos 16 Ma la estratigrafía registra
diferentes secuencias sin-orogénicas que responden a varios pulsos tectónicos. Los niveles de
despegue se localizan principalmente en lutitas de las formaciones Enader, Tequeje, Retama y
Copacabana del Paleozoico.

La relación sello-reservorio entre las secuencias Beu-Eslabón-Flora es favorable en determinadas


zonas del área de estudio. El reservorio Beu presenta amplia distribución regional, mientras que la
discontinuidad de las unidades sello supra-yacentes representan un factor de riesgo en la
definición de plays exploratorios.

El espesor de las formaciones Eslabón+Flora en la sección tipo del Río Flora alcanza 250 m. Esta
sección contiene intercalaciones de lutitas que representan un excelente sello para la Formación
Beu, sin embargo su distribución está localizada o es erosianada La ausencia de este sello, esta
contralada por la distribución de los depo-centros de es evidente en las serranías de Fátima y
Toregua

La presencia del sello superior es el factor crítico para la Formación Beu, principalmente en el
área de influencia de las Serranías Fátima y Toregua, donde las formaciones Eslabón y Flora
están ausentes por no-deposito o erosión asociada a la discordancia pre-Cenozoica. La
Formación Bala de edad Oligoceno superior, es otro de los reservorios potenciales, tiene amplia
distribución, pero su efectividad como reservorio está limitada por la presencia de sellos intra-
formacionales.

SISTEMA PETROLERO

A diferencia de los sistemas petroleros paleozoicos del Subandino Sur, donde las formaciones del
Devónico presentan rocas madres y reservorios con producción de petróleo, gas y condensado,
en el área de estudio las secuencias devónicas son predominantemente lutitas conteniendo
cantidades variables de MO.

El potencial exploratorio que presenta esta región esta asociado al Sistema Petrolero Paleozoico,
donde la Formación Tequeje del Devónico representa la roca madre que contiene kerógeno mixto
tipos II/III y es considerada una roca madre con pronostico de oil-prone y gas-prone.

El principal reservorio del subandino Norte es la Formación Beu del Jurasico. Este reservorio de
amplia distribución regional aflora en las diferentes serranías que componen la Faja sobre-elevada
de Toregua-Palacios, está presente también en los flancos de los sinclinorios Alto Beni y Tuichi,
en las serranías Marimonos, El Pelado, Fátima, Eva Eva y Caquiahuaca entre otras. Esta
secuencia presenta buenas características petrofísicas (Figura 15) y espesores que oscilan entre
350 y 750 m. El miembro superior compuesto por areniscas eólicas presenta propiedades
excelentes como roca reservorio, es de mejor calidad que la secuencia basal de areniscas
fluviales.

La Formación Eslabón presenta también reservorios de interés exploratorio. En el pozo EES-X1


se detectó en el bloque intermedio buenas manifestaciones de gas, y la evaluación de registros
proporcionó porosidad de hasta 20% y una media de 16%.

Las formaciones Retama y Copacabana contienen rocas con buen potencial de generación, muy
superior a las del Devónico, constituyen una excelente fuente potencial de oil-prone, pero no
existen datos roca-petróleo que avalen este origen.

La Formación Retama contiene intercalaciones de areniscas fluviales que constituyen reservorios


de buena calidad. Los espesores medidos en algunas secciones estratigráficas varían entre 20 y
70 m con porosidad moderada a buena (13% a 18%) estos niveles se localizan en la parte inferior
a media de la formación. La presencia de potentes cuerpos de diamictitas se comporta como un
sello efectivo. La Formación Copacabana incluye también areniscas porosas de espesores
variables de hasta 15 m. Las lutitas intra-formacionales actúan como sello para estos reservorios.
La secuencia arenosa basal de esta unidad constituye un excelente reservorio, sin embargo su
distribución no ha sido definida con precisión. El principal objetivo en los pozos exploratorios LQM-
X1 y TCR-X1 es un paquete de areniscas localizada en la base de la Formación Copacabana. Se
interpreta que el pozo atravesó en el fondo algunos metros de la secuencia atribuida a la
Formación Retama, pero no se describen facies arenosas que pudieran corresponder al reservorio
basal de la Formación Copacabana. Los cambios laterales que presentan estas secuencias y la
falta de información del subsuelo dificultan la predicción de áreas de interés prospectivo.

Figura 14. Porosidad y permeabilidad de la Formación Beu obtenida de muestras de


afloramientos. Las propiedades del reservorio son moderadas a buenas. La línea punteada
muestra el máximo razonable de Porosidad Vs. Permeabilidad, la línea gruesa representa el
promedio.

Los estilos tectónicos que se observan en las diferentes unidades tectono-estratigráficas del
Subandino Norte definen las características de trampas con un nivel de complejidad diferente para
cada una de ellas. Por ejemplo, el flanco oriental del Sinclinorio Tuichi conformada por las
Serranías de Caquiahuaca y Eva Eva presenta un estilo de trampas potenciales que son
principalmente pliegues por flexión y propagación de falla. En la parte central del sinclinorio las
estructuras son producidas por bajo corrimientos o retro-corrimientos. En la Faja Sobre-elevada de
Toregua-Palacios, los reservorios mesozoicos, carboníferos y pérmicos están expuestos en
superficie conformando pliegues estrechos. El desarrollo de estructuras generadas en profundidad
por bajo-corrimientos puede dar origen a potenciales trampas asociadas no solo a reservorios
mesozoicos sino también a los reservorios paleozoicos pertenecientes a las formaciones
Copacabana y Retama. En el Sinclinorio de Alto Beni, el único tren estructural que aflora en
superficie es la Serranía de Marimonos, donde están emplazadas las estructuras de Lliquimuni y
Tacuaral. No se descarta el desarrollo de estructuras potenciales en el subsuelo del Sinclinorio de
Alto Beni, en su prolongación norte.

Algunos estilos de trampas y mecanismos de migración son analizados en los modelos que se
presentan en la Figura 15. En el caso de los modelos A y B las rocas madres están en contacto
directo con los reservorios, en ambos casos el factor crítico es el timing de generación y su
relación con la estructuración de la trampa.
Figura 15. Modelos de trampa asociados a la deformación andina. (A) Anticlinal generado por
duplex en secuencias ordovícicas y retro-corrimiento en la secuencia devónica. (B) Estructura
anticlinal preservada en profundidad. La reactivación tectónica afecta a la parte superior del
anticlinal. (C) Estructura conformada por propagación de falla, con reactivaciones fuera de
secuencia. (D) Suaves estructuras anticlinales generadas por la propagación de falla. En los
esquemas A y B la roca madre esta asociada al reservorio supra-yacente, mientras que en C y D
la roca madre esta ausente y el entrampamiento de hidrocarburos es por migración secundaria.

Los modelos de trampa C y D corresponden a estructuras localizadas en el borde externo del


subandino. La ausencia de rocas madres devónicas en las cercanías sugiere que la migración la
lateral es efectiva. En el modelo “C” la deformación produce un sistema de estructuras imbricadas,
donde el primer pulso corresponde a la escama desarrollada en la parte frontal. Uno de los
factores de riesgo es el timing. La estructura desplazada por la falla hasta superficie se movilizó
en una fase posterior a la migración de hidrocarburos.

Los elementos y procesos que controlan el Sistema Petrolero Devónico del Subandino Norte
fueron integrados en la carta de eventos de Magoon & Dow, 1984 (Figura 16). El tiempo requerido
para la generación, migración y acumulación de los hidrocarburos abarca un periodo comprendido
entre el Mioceno medio y el actual. El Momento crítico del sistema corresponde al tiempo de
preservación que se extiende desde que los hidrocarburos son expulsados hasta el actual.

La Formación Retama contiene intercalaciones de areniscas fluviales que constituyen reservorios


de buena calidad. Los espesores medidos en algunas secciones estratigráficas varían entre 20 y
70 m con porosidad moderada a buena (13% a 18%) estos niveles se localizan en la parte inferior
a media de la formación. La presencia de potentes cuerpos de diamictitas se comportan como
sellos efectivo. La Formación Copacabana incluye también areniscas porosas de espesores
variables de hasta 15 m. Las lutitas intra-formacionales actúan como sello para estos reservorios.
La secuencia arenosa basal de esta unidad constituye un excelente reservorio, sin embargo su
distribución no ha sido definida con precisión. El objetivo principal en los pozos LQM-X1 y TCR-X1
es un paquete de areniscas localizada en la base de la Formación Copacabana. Se interpreta que
el pozo LQM-X1 atravesó en el fondo, algunos metros de la secuencia atribuida a la Formación
Retama, pero no se describen facies arenosas que pudieran corresponder al reservorio basal de
la Formación Copacabana. Los cambios laterales que presentan estas secuencias y la falta de
información del subsuelo dificultan la predicción de áreas de interés prospectivo.
Figura 16. Carta de eventos del Sistema Petrolero en el Subandino Norte. El sistema esta definido
por las rocas madres devónicas. Los eventos de generación, migración y acumulación de
hidrocarburos se produce en los últimos 16 Ma.

El Índice del Potencial de Hidrocarburos (SPI) está definido como la máxima cantidad de
hidrocarburos (en toneladas métricas) que puede generar un metro de columna de roca madre en
una superficie de un metro (Tissot et al.,1980). Este índice combina la roca madre, espesor y la
riqueza dentro de un mismo parámetro.

Las estimaciones calculadas sobre el potencial de rocas madres devónicas en el Subandino Norte
tienen un SPI de 6 t/m2, que corresponde a un valor moderado de SPI para un sistema de drenaje
vertical. Otros cálculos alcanzan un SPI de más de 10 t/m2 (Moretti et al., 1995).

La totalidad de petróleos analizados a partir de cromatogramas y biomarcadores proporcionan


evidencias de una fuente común asociada a rocas madres devónicas. Por el contrario resulta difícil
constatar algún tipo de relación genética entre extractos de rocas carbonífero-pérmicas y los
petróleos de manaderos y pozos. Esto no descarta que estas rocas, que acreditan un alto
contenido de materia orgánica, sean catalogadas como generadoras de hidrocarburos.

CONCLUSIONES

Los resultados del estudio que presentamos sobre el Sistema Petrolero Paleozoico del Subandino
Norte son conclusivos en afirmar que el área presenta un potencial exploratorio de interés, aunque
quedan aún muchos interrogantes por resolver. La distribución paleogeográfica de las unidades
paleozoicas, los mecanismos de deformación y el avance del frente orogénico subandino están
directamente relacionados y son los responsables del timing de los procesos de generación,
expulsión, migración y entrampamiento de hidrocarburos.

Las rocas madres paleozoicas incluyen a las lutitas de las formaciones Tequeje-Tomachi del
Devónico y Retama-Copacabana del Carbonífero-Pérmico. Las formaciones devónicas son una
fuente probada de hidrocarburos, mientras que las secuencias de pelitas de las formaciones
Retama y Copacabana son consideradas como rocas madres potenciales.

La madurez térmica de las rocas paleozoicas no responde al comportamiento de una cuenca


asimétrica típica de ante-país. El grado de madurez esta determinado principalmente por el
soterramiento producido durante el Cenozoico, proceso que continúa en la actualidad.

La interpretación de datos de Ro y AFTA proporcionó información valiosa sobre el registro de los


pulsos tectónicos y los procesos de sedimentación y erosión asociadas a la deformación del
Subandino Norte en los últimos 16 Ma.
El tiempo requerido para la generación de hidrocarburos es variable, se ha constatado que las
rocas devónicas que afloran en el borde externo de la Faja Subandina (Serranía de Caquiahuaca)
presentan una madurez termal alta (1.4 Ro). Se interpreta que el pico de generación tiene lugar
algunos Ma antes que la estructuración del Sinclinorio Tuichi. Esto conduce a pensar que muchas
trampas estructuradas con posterioridad al timing de generación y expulsión resulten vacías.

La historia térmica de la faja sobre-elevada Toregua-Palacios tiene un comportamiento diferente a


los sinclinorios vecinos. Se interpreta que esta faja nunca estuvo sometida a una sobrecarga
mayor a 3000 m de sedimentos cenozoicos. Se interpreta que el grado de madurez que presenta,
está más bien influenciado por apilamientos tectónicos y localmente por la presencia de
emplazamientos de cuerpos ígneos en sedimentitas devónicas.

BIBLIOGRAFÍA

Baby, P., G. Hérail, J.M. Lopez, O. Lopez, J. Oller, J. Pareja, T. Sempere, and D. Tufiño, 1989, Structure de
la zone Subandine de Bolivie: influence de la géométrie des séries sédimentaires antéorogéniques sur la
propagation des chevauchements. C. R. Acad. Sci. Paris, 309, p. 1717-1722.

Baby, P., B. Guillier, J. Oller, G. Hérail, G. Montemurro, D. Zubieta, and M. Specht, 1993, Structural
synthesis of the Bolivian Subandean zone. in Second Symposium International Géodynamique Andine,
Oxford, UK, p. 159-162.

Baby, P., B. Colletta, and D, Zubieta, 1995, Etude géométrique et expérimentale d’un bassin transporté:
exemple du synclinorium de l’Alto Beni (Andes centrales). Bull. Soc. Géol. France, 166, p. 797-811.

Baby, P., I. Moretti, B. Guillier, R Limachi, E. Méndez, J. Oller, and M. Specht, 1995a, Petroleum System of
the Northern and Central Bolivian Subandean zone, in Petroleum basins of South America Tankard, A.J.,
Suárez Soruco, R., and Welsink, H.J., eds., AAPG, Memoir, 62, p. 445-458.

Cobbing, E.J.,1985, The Central Andes: Peru and Bolivia. in A.E.M. Nairn et al. eds., The Ocean Basins and
Margins 7A: The Pacific Ocean, p. 219-264, Plenum Press, New York.

Core Laboratories, 1994, Bolivia Geochemical Study: Regional Petroleum Geochemistry of Oil and Source
Rocks from the Northern, Central and Southern Subandean Zone. Informe interno YPFB, en YPFB-CNIH,
Santa Cruz.

Didyk, B.B., B.R. Simoneit, S. C., Brassell, and G. Eglington, 1978, Organic geochemical indicador of paleo-
enviromental condición of sedimentation. Nature, v. 272, p. 216-222.

Dunn, J. F., K. G. Hartshorn, and P. W. Hartshorn, 1995, Structural styles and hydrocarbon potential of the
Subandean thrust belt of southern of Bolivia, in A.J., Tankard, R. Suarez S., and H.J. Welsink, Petroleum
basins of South America, eds, AAPG, Memoir, 62, p. 207-230.

Gubbels, T.L., B. L. Isacks, and E. Farrar, 1993, High level surfaces, plateau uplift and foreland
development, Bolivian central Andes. Geology, 21, p. 695-698.

Isacks, B.L.,1988, Uplift of the central Andean plate and bending of the Bolivian orocline. J. Geophys. Res.,
93, p. 3211-3231.

Lamb, S., L. Hoke and L. Kennan, 1993, Tectonic evolución of the Central Andes since the Cretaceus, in
Second Symposium International Geodinamique Andine, Oxford, U.K., p. 207-210.

Magoon, L. B. and W. G. Dow, 1994, The petroleum system, in Magoon L.B. and W. G. Dow eds, The
petroleum system-source to trap, AAPG, Memoir, 60, p. 3-24.

Moretti, I., E. Díaz Martinez, G. Montemurro, E. Aguilera, and M. Pérez., 1995, The Bolivian Source Rocks.
Subandean Zone, Madre de Dios-Chaco. Revue de l’Institute Francais du Petrole, v. 50, nº 6. Novembre-
Décembre, 1995.

Moretti, I., P. Baby, E. Mendez, and D. Zubieta, 1996, Hydrocarbon generación in relación to thrusting in the
Sub Andean Zone from 18º to 22º S, Bolivia. Petroleum Geoscience, v. 2, p. 17-28.

Montemurro, G y E. Aguilera, 1994, Evaluación geoquímica de la Formación Copacabana en las cuencas de


Madre de Dios y Subandino Norte. Revista técnica de Yacimientos Bolivianos Fiscales Bolivianos, v.15 (3-
4), p. 373-381.

Peters, K.E., J. B., Wagner, D.G. Carpenter, and K.T. Conrad, 1997, Potencial devoniano de primera clase
se evidencia al oriente de la cuenca Madre de Dios. Oil & Gas Journal. Revista Latinoamericana, v. 3, nº2,
p. 43-53.

Ponce de León, V., J. Mariaca, H. Hochstatter, R. Llanos y C., Vargas,1972, Informe geológico regional de la
Faja Subandina del Norte (sector occidental). Informe interno de YPFB. en YPFB-CNIH, Santa Cruz.

Royle, R. A., and L. W. Elrod, 1992, An assessment of the source rock potential and thermal maturity of the
subandino norte region, Bolivia: Sampling program Madidi Block. Report nº 92-249. E & P Technology
Departament, Texaco. Informe Interno de YPFB. en YPFB-CNIH, Santa Cruz.

Roeder, D., 1988, Andean age structure of eastern Cordillera. Tectonics, 7, p. 23-39.

Roeder, D., and R.L. Chamberlain, 1995, Structural geology of Sub-Andean fold and thrust belt in
northwestern Bolivia, in A.J. Tankard, R. Suarez S., and H.J. Welsink, eds, Petroleum basins of South
America, Amer. Ass. Petrol. Geol. Memoir., 62, p. 459-480.

Sempere, T., G. Herail, J. Oller, and P. Baby, 1989, Geologic structure and tectonic history of the Bolivian
Orocline: 28Th International Geological Congress, Extended Abstrats, Washington, D.C., v. 3, p. 72-73.

Sempere, T., G. Herail, and M.G. Bonhomme, 1990a, Late Oligocene-early Miocene mayor tectonic crisis
and related basins in Bolivia: Geology, v. 18, p. 946-949.

Sempere, T. 1995, Phanerozoic evolution of Bolivia and adjacent regions. in A.J. Tankard, R. Suarez S., and
H.J. Welsink, eds, Petroleum basins of South America, AAPG, Memoir, 62, p. 207-230.

Sheffels, B.M., 1988, Structural constraints on crustal shortening in the Bolivian Andes: Ph.D thesis,
Massachusetts Institute of Technology, 167 p.

Sheffels, B.M., 1995, Is the bend in the Bolivian Andes an orocline ?, in A. J. Tankard, R Suarez S., and H.J.,
Welsink, eds, Petroleum basins of South America, AAP, Memoir, 62, p. 511-522.

Sweeney, J.J., and A.K. Burnham, 1990, Evaluation of a simple model of vitrinite reflectance, based on
chemical kinetics, AAPG, Bulletin, v. 74, p. 1559-1570.

Sondeijker, J.M., and R. Ascarrunz, 1984, Nota sobre el Progreso de los Estudios de Geología,
Palinoestratigrafía y el Ambiente Habitacional de los Hidrocarburos, Shell Exploradora y Productora de
Bolivia. Informe Interno de YPFB. en YPFB-CNIH, Santa Cruz.

Tissot B. P., G. Demaison, P. Masson, J. R. Deltril, and A. Combaz, 1980, Paleoenviroment and petroleum
potential of Middle Cretaceous black celes in atlantic Basins: AAPG, Bulletin, v. 64, p. 2051-2063.

Zubieta-Rossetti, D., 2001, Les sediments syn-orogeniques du Subandin et de l’avant-pays de Bolivie.,


Geologie Alpine, Memoire H.S. Nº 37. 109 p. Edité par le Laboratoire de Géologie de l’Université I de
Grenoble, (Laboratoire de Géodinámique des Chaines Alpines) France.

View publication stats

You might also like