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Cuenca Oriente Sistemas Petroleros de las Cuencas Andinas287


Carlos E. Cruz - Jorge F. Rodríguez - Jorge J. Hechem - Héctor J. Villar, eds.

SISTEMAS PETROLEROS DE LA CUENCA ORIENTE. ECUADOR

Oscar Mancilla1, Luis Albariño2, Viviana Meissinger3,


Marco Rivadeneira4 y Simone Sciamanna5

1
Enap Sipetrol Argentina, Buenos Aires, Argentina, oscar.mancilla@enapsipetrol.com.ar
2
Tecpetrol S.A., Buenos Aires, Argentina, luis.albarino@tecpetrol.com
3
YPF S.A., Buenos Aires, Argentina, vmeissingerh@repsolypf.com
4
Petroproducción, Quito, Ecuador, mrivadeneira@petroecuador.com.ec
5
Repsol YPF, Río de Janeiro, Brasil, ssciamanna@repsolypf.com

Abstract. The petroleum systems of the Oriente Basin. Ecuador.


Ecuador Oriente Basin owns the main country oil accumulation and production (30 x
109 bo original in place). The most important petroleum system of the basin is Napo-Napo
(!). It is integrated of Cretaceous to Tertiary marine and continental deposits and the
hydrocarbon generation started during the Neogene, favored by the Andean tectonics. Main
source rock is the Cretaceous marine Napo Group, kerogen type I and II shales and
limestones with 2 to 6% TOC.
Oil carriers and main reservoirs are Cretaceous sandstones, affected by low to
moderate burial, with excellent preserved petrophysical conditions. Traps are mainly
structural and combined (structural-stratigraphic).
Recent geochemical studies proved that vitrinite reflectance values could very often be
suppressed, showing lower maturity values that those inferred by biomarkers on source rock
and oil. In this context, it is recommended to use the kerogen transformation rate as a more
reliable maturity parameter. Kitchen identification using basin modeling as a routine should
be made in order to better evaluate the petroleum system.
The high variability of API density in the Oriente Basin can be explained as a
consequence of biodegradation, occurring during various migration stages, superimposed
to the maturity of generated hydrocarbons and the high variability of organic facies related
to the sedimentary depositional environment of the Napo Group.

GEOLOGÍA DE LA CUENCA
La Cuenca Oriente, forma parte de un sistema de cuencas de antepaís desarrolladas entre la faja
plegada situada al oeste y el cratón de Brasilia-Guayana al este (Figura 1). Posee una extensión apro-
ximada de 100,000 km2, formando parte de la región que incluye a las contiguas y emparentadas cuen-
cas de Putumayo por el norte y Marañon hacia el sur (Marksteiner y Alemán, 1997). Numerosos autores
han contribuido al conocimiento de esta cuenca, por lo que se remite a los lectores a otros trabajos
publicados sobre estratigrafía, geología regional, potencial generador y evolución tectosedimentaria,
documentados entre otros en Tschopp (1953), Baldock (1982), Rosania y Silva (1988), Jaillard et al.
(1990), Dashwood and Abbotts (1990), Aspden y Litherland (1992), Balkwill et al. (1995), Jaillard et al.
(1995), Marocco et al. (1995), White et al. (1995), Jaillard (1996, 1997), Rivadeneira y Baby (1999),
Barragán y Baby (1999), Baby et al. (2001), Barragán y Baby (2004), Díaz et al. (2004), Rivadeneira
(2005), Bernal (2005) y Vaca et al. (2005).
Las variaciones en los contenidos orgánicos de facies generadoras, el aporte de diferentes niveles
ricos en contenido de materia orgánica, los distintos ambientes diagenéticos que se ejercieron sobre
los rocas reservorio, sumado a los cambiantes estilos estructurales y su edad, constituyen los elemen-
tos responsables de los principales contrastes de los sistemas petroleros en estas cuencas.
En el sector ecuatoriano se han descubierto algo más de 100 campos, de los cuales 31 están aún
sin desarrollar y 12 están cerrados. Se han producido alrededor de 2.9 x 109 barriles lo que correspon-

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Figura 1. Mapa de ubicación de la Cuenca Oriente de Ecuador con campos y oleoductos. Abajo, corte regional.

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de al 35% de los 7.8 x 109 barriles de reservas descubiertas (probadas + probables). En todos los ca-
sos los petróleos están entrampados en areniscas del Cretácico. El petróleo original en sitio (POES u
OOIP) está calculado en alrededor de 30 x 109 barriles.
En la Cuenca Oriente se han definido tres unidades tectónicas o dominios estructurales (Baby et
al., 1997; Rivadeneira y Baby, 1999) denominados de Oeste a Este como Dominio Occidental o Siste-
ma Subandino, Dominio Central o Corredor Sacha – Shushufindi y Domino Oriental o Sistema Capirón
– Tiputini, los que a su vez constituyen sendos “Plays Petroleros” (Figura 2).
Esta subdivisión morfo-estructural es posible de ser propagada hacia las vecinas cuencas de
Putumayo en el Norte y Santiago y Marañón hacia el Sur con sutiles diferencias. Si bien el estilo estruc-
tural puede ser similar entre estas cuencas, los sistemas petroleros varían drásticamente en ambas di-
recciones. Cada región posee características distintivas en el estilo de las trampas, sus reservorios, los
niveles generadores y los tipos de hidrocarburos presentes.
Más de 6000 m (20,000 pies) de rocas sedimentarias paleozoicas, mesozoicas, terciarias y cuater-
narias han sido reconocidos a través del relevamiento de afloramientos, la perforación de pozos y la
adquisición sísmica (figuras 1 y 3). El registro sedimentario ha sido subdividido en tres ciclos tectono-
sedimentarios generados en distintos contextos geodinámicos.

Figura 1. Mapa de ubicación de la Cuenca Oriente de Ecuador con campos y oleoductos. Abajo, corte regional.

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Dentro del Primer Ciclo (superciclo) se encuentran las unidades paleozoicas, triásicas y jurásicas
agrupadas bajo el término de Pre-Cretácico o Ciclo Pre-Aptiano, (Rivadeneira y Sánchez, 1989; Díaz
et al., 2004). Constituyen aislados y en algunos casos desconexos remanentes de variados ambientes
sedimentarios no enteramente resueltos.
Las unidades reconocidas corresponden a las formaciones Pumbuiza (Silúrico–Devónico; clás-
ticos marinos de plataforma con proceso de metamorfismo), Macuma (Carbonífero-Pérmico?; calizas
bioclásticas y dolomitas con intercalaciones de lutitas y areniscas), Santiago/Sacha (Triásico
Superior-Jurásico Inferior; calizas marinas con facies organógenas, volcaniclásticas y silicoclásticas
continentales) y Chapiza-Yaupi-Misahualli/Tambococha (Jurásico Medio-Cretácico Temprano;
clásticos continentales, vulcanitas y depósitos marinos que varían a lagoon con carbonatos y
evaporitas).
En relación discordante respecto del ciclo anterior y separado por un gran hiatus, se encuentra
el Segundo Ciclo que engloba unidades del Cretácico al Terciario Inferior?, genéticamente
relacionadas entre sí. Este ciclo sedimentario concentra la atención de la industria del petróleo,
desde principios del siglo pasado. Los trabajos pioneros comenzaron con Wasson y Sinclair (1927).
Durante la década del 50 se establecieron las unidades formacionales paleozoicas y jurásicas y las
que constituyen el lapso Aptiano al Maastrichtiano (Tschopp, 1953), definiéndose la subdivisión en
3 unidades: Formación Hollín, en la base, Formación Napo y Formación Tena (Miembro Basal Tena),
en el tope. Durante la década del 60 se agregaron términos informales (de gran uso en la industria)
tales como arenisca T, U y M1, niveles de calizas C, B, A y M2, M1, entre otros (Figura 3).
Sin embargo, el último y tal vez más aceptado cuadro estratigráfico corresponde al propuesto por
Jaillard (Convenio ORSTOM – PETROPRODUCCION, 1997), quien considera el siguiente ordenamiento
(Figura 3):
Formación Hollín (Aptiano – Albiano) integrada por areniscas continentales (sistemas fluviales)
que hacia el techo evolucionan a ambientes con influencia marina con desarrollo de areniscas
(canales y barras mareales o planicies costeras) que gradualmente son cubiertos por depósitos
marinos someros.
Grupo Napo (Albiano – Campaniano), integrado por secuencias cíclicas compuestas por
areniscas, calizas y pelitas, en un arreglo de facies sílico-clásticas continental-mixto (transicional),
que progresivamente migran a facies sílico-carbonáticas de ambiente marino somero.
Formación Tena (arenisca Basal Tena Maastrichtiano? – Paleoceno?) constituida por areniscas
fluviales, con influencia marina.
El Tercer Ciclo lo componen los depósitos del Paleógeno y Neógeno relacionados al nuevo
ámbito geodinámico inestable, que caracterizó a la serie sinorogénica de la Cuenca Oriente en un
contexto de antepaís. Involucra a las unidades formacionales Tena, Tiyuyacu, Orteguaza y Chalcana
y aquellas del Neógeno, tales como Arajuno, Chambira y Mera (Marocco et al., 1995; Christophoul et
al., 2004).

ROCAS MADRE

Probadas
Los diferentes niveles ricos en materia orgánica existentes dentro del Grupo Napo constituyen la
principal y hasta hoy única roca madre de filiación probada en la Cuenca Oriente (figuras 3 y 4).

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Figura 3. Columna estratigráfica de la Cuenca Oriente. Ecuador.

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Las pelitas de origen marino localizadas dentro de los niveles transgresivos junto a las asociadas
a superficies de máxima inundación y los horizontes yuxtapuestos asignados a las secciones con-
densadas, constituyen la roca generadora (Figura 3) de los hidrocarburos descubiertos en la cuenca
en el sector ecuatoriano (Bernal, 2005). Estas secciones coinciden con las Formaciones Raya y
Chonta (Álvarez Calderón, 1997), Secuencias II, III y IV (Gómez Omil et al., 1997) en el Perú o sus
equivalentes niveles pelíticos laminados o facies calcáreas de la Formación Villeta en Colombia
(Kairuz et al., 2000).
Cada una de esta fases de inundación marina de carácter regional han contribuido en la gestación
de condiciones favorables para la acumulación de niveles ricos en materia orgánica depositados bajo
condiciones anóxicas. El potencial generador se circunscribe a las pelitas y calizas, depositadas en
ambientes de plataforma carbonática a lodosa de baja energía. Al evento de la Formación Napo Basal,
denominado Miembro Lutitas “T” se agregan los registros sedimentarios transgresivos y secciones
condensadas ubicadas dentro de las Formaciones Napo Inferior o Miembro Lutitas “U” y Napo
Superior o Miembro Lutitas “M1” (Figura 3).
Las variaciones laterales y verticales de los eventos anóxicos reconocidos dentro del Grupo Napo,
agregado a los diferentes grados de stress térmico al cual fueron sometidos (dependiendo del ámbito
geodinámico), podrían en parte, explicar los distintos grados de madurez térmica, contenido de azufre
y los tipos de crudo presentes en diferentes reservorios de una misma trampa. En consecuencia,
proporcionarían una de las explicaciones para aclarar la existencia de diversos grupos de petróleos
recuperados en los campos.
Los valores de Carbono Orgánico Total observados varían desde menos de 2% hasta valores que
localmente superan el 6%, con un tipo de facies orgánica preponderantemente marino (querógeno tipo
I y II) con importantes variaciones de aporte terrígeno (Bernal, 2005).
El carácter oleogenético de estos sedimentos marinos de extensión regional se complementa con
el comportamiento como roca sello. Sin embargo cada uno de ellos se adelgaza hacia el este de la
cuenca y a su vez pierde las características para actuar como sello efectivo debido a cambios laterales
de facies.

Potenciales
No se conocen con exactitud los espesores reales y el potencial generador de las unidades
sedimentarias del Paleozoico y del Mesozoico inferior. Los escasos y aislados datos provienen de una
serie de sondeos exploratorios profundos y muestreo de afloramientos.
De acuerdo a la información documentada, la secuencia Silúrico?-Devónica de la Formación Pum-
buiza, conservaría escasas a nulas posibilidades de producir hidrocarburos debido a los procesos me-
tamórficos que sobrelleva, sin embargo podría mantener estadios termales menos avanzados en
regiones con diferentes procesos geodinámicos que los adquiridos en el Dominio o Corredor Central.
Es decir que soportaron un menor soterramiento y/o flujo térmico, tal como se produce en similares
facies del Paleozoico en el Noroeste Argentino y Bolivia, en Madre de Dios o en la cuenca de Ucayali
en Perú.
Los niveles disóxicos y/o anóxicos de la Formación Macuma poseerían muy escaso potencial
oleogenético, por cuanto presentan un avanzado estado de transformación térmica.
Del conjunto de rocas precretácicas, la Formación Santiago (Triásico Superior-Jurásico Inferior), a-
florante en la Cordillera de Cutucú (Figura 2), es la que posee las mejores cualidades generadoras

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pese a que aun no ha sido demostrada una vinculación genética con los petróleos presentes en la
Cuenca Oriente. Está compuesta por lutitas y calizas marinas con materia orgánica con querógeno tipo
III y valores de COT entre 0.4 y 4.6 % y reflectancia de vitrinita (Ro) entre 0.84 y 1.87% (Gaibor et al.,
2003).
Los escasos trabajos públicos de los afloramientos en el ámbito del Subandino Sur no permiten
cuantificar o estimar el verdadero espesor efectivo generador y el posible volumen de hidrocarburos
generado. Muchos de los postulados o inferencias sobre el potencial de estos niveles provienen de su
comparación con las secuencias carbonáticas del Grupo Pucará en Perú (Triásico Superior – Jurásico
Inferior), desarrolladas en las cuencas de Marañón, Huallaga y Ucayali.

PRINCIPALES ZONAS DE GENERACIÓN


La identificación de las “cocinas” principales en la Cuenca Oriente es un tema de debate aún no
resuelto. Para identificarlas se han usado los indicadores clásicos de madurez térmica como la reflec-
tancia de la vitrinita, pero esto parece no ser suficiente para explicar la presencia de acumulaciones
importantes en zonas con valores bajos de Ro y muy alejadas de las áreas con mayor madurez.
En los trabajos más recientes (Bernal, 2005) se hace referencia a la “cocina Auca”, ubicada en el
sector centro-occidental de la cuenca donde se habrían generado los hidrocarburos presentes en el
Corredor Sacha-Shushufindi (Figura 4). La misma fue definida a partir de una anomalía de madurez
térmica (Ro 0.6 – 2.8 %) en las lutitas de Napo Basal, sin embargo los volúmenes allí generados no
serían suficientes para explicar todas las acumulaciones existentes en la cuenca.
En distintos estudios se especula con la existencia de dos zonas de generación hipotéticas
ubicadas en el Noroeste (zona de Bermejo) y en el suroeste (Cuenca de Santiago), las cuales no
estarían preservadas por haber sido levantadas y erodadas en la última etapa de deformación andina
(Figura 4).
Por otro lado, los bajos valores de reflectancia de vitrinita normalmente observados dentro del Gru-
po Napo han sugerido la necesidad de acudir a caminos de migración muy largos (del orden de
centenas de kilómetros) para explicar las distribución de las acumulaciones conocidas, principalmente
en el sector oriental (Dominio Oriental, figuras 2 y 4). A su vez, las excelentes permeabilidades
(centenas de mD hasta Darcys) y las bajas presiones capilares de los niveles reservorios del Grupo
Napo pueden de alguna manera soportar tales modelos.
Recientes estudios geoquímicos (análisis GC y GCMS) y modelados de cuenca realizados en el
sector más occidental (Pungarayacu-Tena) y más oriental de la cuenca, en el límite con Perú (Figuras
1, 2 y 4), demuestran que los valores de Ro observados pueden estar suprimidos (Suppressed), es
decir, estar indicando menor madurez térmica de lo que es posible inferir a partir de correlaciones
petróleo-roca madre utilizando biomarcadores.
Sobre la base de estas correlaciones se pueden identificar:
a) Áreas de mayor madurez con valores de reflectancia de la vitrinita equivalente (Roeq) de algo
más de 1.0% en el corredor Central que se extienden hacia el sur en la Cuenca de Marañón y b)
sectores con menor madurez (Roeq.0.55 – 0.65%) en el dominio Oriental (Figura 4).
La mejor definición de “cocina” en estos contextos puede realizarse sólo a partir de modelos que
investiguen la tasa de transformación (Transformation Ratio) de los posibles querógenos asociados
con los niveles de rocas madre. Realizar esta tarea constituye un desafío para futuras investigaciones
en la Cuenca Oriente.

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Figura 4. Facies pelíticas en Grupo Napo. Madurez térmica. Zonas de generación hipotéticas. Ro: reflectancia de vitrinita (%);
Roeq: reflectancia de vitrinita equivalente (%).

La gran variabilidad de densidades API observada dentro del Grupo Napo es explicable teniendo
en cuenta el efecto de la biodegradación sobreimpuesto a los diferentes niveles de madurez de los
petróleos almacenados. No se puede excluir, a priori, que la alta variabilidad de facies orgánicas
relacionadas con el tipo de ambiente sedimentario que caracteriza al Grupo Napo, tenga una
importancia en esta diferenciación de densidades API.
Sin embargo, en las áreas más alejadas de las zonas donde se ubicarían las cocinas más
maduras, la baja madurez y la generación tardía juntamente a la historia de carga de los reservorios
someros permiten explicar y predecir las distribuciones de las densidades API. Un claro ejemplo de
esto son los campos de AMO-DAIMI (14°-22° API) e ITT (densidad API menor a 14°), ambos perte-
necientes al Dominio Oriental y alejados de los principales depocentros de la Cuenca Oriente. Estas
acumulaciones alojan petróleos originados a partir de una misma roca madre con baja madurez y
donde la presencia de distintas densidades API es consecuencia de la biodegradación (figuras 2, 4,
5 y 6).
En la Figura 5 se muestran los resultados de modelados de cuenca donde se evidencian los
posibles caminos de migración lo largo de los reservorios del Grupo Napo, a partir de una zona de
cocina ubicada en el límite occidental del modelo 2D en consideración (incluye Bloque 16 e ITT). Los

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Figura 5. Modelado de cuenca. Posibles vías de migración dentro del Grupo Napo. Zonas de acumulación y saturación de petróleo.
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Figura 6. Modelo de migración. Cálculo de riesgo de biodegradación a partir del BDI (Biodegradation Index).

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puntos A, B y C representan zonas de acumulación dentro de las areniscas del Grupo Napo (figuras 5
y 6). El grado de saturación de petróleo está representado con una escala de colores.
En la Figura 6 pueden verse los resultados de un modelo de migración donde a través del Biode-
gradation Index (BDI, Indice de Biodegradación; Yu et al., 2002) se muestra el riesgo de biodegra-
dación de las distintas acumulaciones del Bloque 16 (operado por Repsol YPF).
El BDI es un índice de alteración de los hidrocarburos entrampados, en el cual los valores más al-
tos indican un riesgo de alteración mayor. Este parámetro se calcula a partir de un umbral de tempe-
ratura (65° C en el modelo presentado), de la historia de carga (saturación) de los reservorios y de la
historia de temperatura de los mismos. Los puntos A, B y C muestran como los hidrocarburos gene-
rados a partir de la misma “cocina” (ubicada al occidente del punto A), pueden entramparse con distin-
ta alteración y posiblemente con distintos grados API, tanto dentro del mismo nivel estratigráfico en dis-
tintas ubicaciones geográficas como en distintos niveles estratigráficos en un mismo punto de control.
Es importante destacar que en el ambiente sedimentario marino y deltaico – estuarino en el cual se
depositaron las secuencias del Grupo Napo, son frecuentes las variaciones laterales de facies dentro de
los distintos niveles sello-roca madre que implican el desmejoramiento de la capacidad sellante. Esto
permitiría que petróleos generados a partir de niveles con madurez térmica distinta, superpuestos dentro
de la misma área de “cocina”, se mezclen verticalmente a medida que migren a lo largo de los carriers.
A pesar de la variabilidad lateral de la madurez térmica de los niveles de roca madre dentro del Grupo
Napo y de los distintos timing de generación según el sector de la cuenca analizado, puede utilizarse este
modelo como guía para explicar y predecir la distribución y calidad de los petróleos almacenados.
El conjunto de estos procesos hace que el concepto de “familias” de hidrocarburos, en el sentido
de grupos de petróleos originados a partir de distintas rocas madre, en la Cuenca Oriente así como
probablemente en las cuencas limítrofes, necesite ser aplicados con cuidado para evitar interpre-
taciones erróneas.

PRINCIPALES TIPOS DE TRAMPAS


Las principales categorías de trampas están asociadas a estructuras anticlinales originadas a
partir de la inversión tectónica de los hemigrábenes, las cuales se desarrollan al menos en dos etapas
principales de deformación. Ambas están vinculadas a la acreción de los terrenos alóctonos de
Piñón-Macuchi en la Cordillera Occidental y de Piñón en la Costa, durante el Cretácico Superior y el
Eoceno (Aspden y Litherland, 1992). Durante la primera etapa, acaecida desde el Turoniano Superior
al Maastrichtiano (Rivadeneira y Baby, 1999; Baby et al., 2001), coincidente con la depositación de
Napo Superior y Fm. Tena, se origina el incipiente estadio de deformación compresiva que causa la
inversión tectónica de los antiguos depocentros (figuras 2, 7, 8 y 9). Este acontecimiento se pone de
manifiesto, a su vez, en la tectónica sinsedimentaria bien definida en el Corredor Central, como por
ejemplo en Sacha-Shushufindi. En el caso de Shushufindi se encuentran evidencias de crecimiento
desde el Coniaciano. La segunda etapa se desarrolla durante el Eoceno Inferior a Medio (Evento
Intra-Tiyuyacu), la que produce el segundo episodio compresivo y de inversión en la cuenca. A partir
de este momento todas las estructuras que actualmente son yacimientos, estaban en condiciones de
ser cargadas por petróleo. Las estructuras resultantes son pliegues de suaves relieves estructurales,
siendo ilustrativos los campos petroleros más importantes (Rivadeneira, 2005). Así el yacimiento de
Ishpingo-Tiputini-Tambococha (ITT), la mayor trampa de la cuenca, posee 506 pies (155 m) de relieve
estructural; el yacimiento Shushufindi 371 pies (113 m); el yacimiento Sacha 240 pies (73 m) y el
yacimiento Lago Agrio 200 pies (61 m).

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Figura 7. Trampas estructurales de la Cuenca Oriente. Pungarayacu (Rivadeneira y Baby, 2004).

Figura 8. Trampas estructurales de la Cuenca Oriente. Shushufindi (Rivadeneira y Baby, 2004).

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Figura 9. Trampas estructurales de la Cuenca Oriente. Tiputini – ITT (Rivadeneira y Baby, 2004).

El último pulso tectónico se extiende desde el Plioceno a la actualidad. Esta etapa de inversión
tectónica, que produce el ascenso del Sistema Subandino, es sincrónica con la actividad volcánica
(volcanes Reventador y Sumaco entre otros) e imprime deformación adicional en varias de las trampas
petrolíferas, ITT en el este y Bermejo-Oglan en el oeste. También es responsable de la destrucción de
la mayor acumulación de la cuenca (Pungarayacu), al dejar expuesto el reservorio de la Fm. Hollin
hace 5 millones de años (Figura 2).
Las trampas combinadas son escasas y poco documentadas. Tal vez uno de los ejemplos más
claros lo proporcionen las areniscas de Basal Tena, en el Campo Bermejo (Yacimiento El Rayo, Figura
10), donde ese reservorio silicoclástico presenta una potencia máxima de 35 pies (11 m) y un espesor
permeable de 0-25 pies (8 m), con configuración lenticular y arreglo muy irregular. La distribución
espacial de estos cuerpos canalizados estaría influenciada o confinada por sutiles paleo-altos,
generados a partir de la actividad tectónica, la cual condicionó su emplazamiento.
Dentro del Dominio Oriental, varios de los campos constituidos por estructuras de escaso relieve
tienen una componente de entrampamiento estratigráfico que está siendo identificado a partir de las
actividades de desarrollo de los campos y mediante la utilización de modernas técnicas de
interpretación de sísmica 3D, comprobándose la existencia de acumulaciones más allá del cierre
estructural.
Las trampas puramente estratigráficas representan un concepto exploratorio con importante
potencial. Así para el reservorio Hollín podría investigarse el cortejo transgresivo en relación de on-lap
sobre el Precretácico o sobre el basamento en dirección al este. Por su parte, las areniscas vinculadas
a los reservorios “T” y “U”, localizadas dentro de los cortejos de nivel bajo y/o transgresivos, podrían
encontrar su trampa a causa del deterioro de las propiedades petrofísicas o por cambios de facies
hacia el oeste. Finalmente para el reservorio M1 la franja más externa, hacia el occidente, podría

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Figura 10. Trampas combinadas de la Cuenca Oriente. Campo Bermejo Sur, Yacimiento El Rayo.

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constituir un área prospectiva focalizándose en la desaparición de estas facies, por un cambio litoló-
gico o por su biselado a causa de la erosión basal del Terciario en dirección al oeste.
Las trampas que involucran rocas ígneas, ubicadas dentro de las secuencias cretácicas del ciclo
sedimentario Hollín-Napo, constituyen un play poco investigado. Lamentablemente los sondeos explo-
ratorios que atravesaron estos intrusivos no han documentado la presencia de hidrocarburos en esas
rocas ígneas.
El Corredor Central Sacha–Shushufindi posee la mayor distribución de eventos extrusivos de tobas
basálticas y otros componentes volcaniclásticos como también eventos intrusivos de diques diabá-
sicos - gábricos y basálticos acaecidos durante el Cretácico Superior entre los 110 y los 80 Ma. Dentro
del ámbito Subandino conjuntamente con los cuerpos ígneos cretácicos se encuentra un vulcanismo
instalado desde el Terciario hasta la actualidad. Sin embargo, es aún más escasa la información dispo-
nible, siendo incierto el potencial emparentado con rocas ígneas que oficien como rocas reservorio.
Finalmente se cuenta con el desarrollo de las facies carbonáticas del Grupo Napo, con porosidad
secundaria. La migración de hidrocarburos hacia los reservorios está dada por un sistema de fracturas
desde los niveles generadores o por medio de remigraciones vinculadas al levantamiento del cordón
andino.
Los únicos casos documentados corresponden a la producción proveniente de un nivel frac-
turado/fisurado con el desarrollo de óptimas condiciones petrofísicas en el nivel de la Caliza “A” del
Campo Bermejo Norte y otro en la caliza “B” del campo Charapa (pozo Charapa 1).

SISTEMA PETROLERO
La existencia de un sistema petrolero se debe a la convergencia de factores definidos y agrupados
por Magoon y Dow (1994) en elementos esenciales (rocas madre, reservorio, sello y de sobrecarga) y
procesos (generación, expulsión, migración, generación de trampas, preservación). A su vez para la
identificación del mismo se debe tener en cuenta la roca madre y el reservorio que cuenta con mayores
reservas de petróleo.
En líneas generales podría decirse que en la Cuenca Oriente se cuenta con varios niveles que
poseen características de roca madre (Grupo Napo) a partir de los cuales se generaron los petróleos
que cargaron numerosos reservorios (Fm. Hollín, Gr. Napo y Mb. Basal Tena). Dentro del Grupo Napo
existen varios niveles con propiedades oleogenéticas, pero no se cuenta aún con una masa crítica de
estudios que permitan reconstruir con detalle la historia de generación-expulsión, además de corre-
laciones roca madre-petróleo. Por otra parte, recientes estudios permitirían sostener la hipótesis de ge-
neración en zonas ubicadas en posiciones más proximales de la cuenca que las definidas tradi-
cionalmente. Por lo tanto existiría la posibilidad de definir en un futuro más de un sistema petrolero si
pudiera demostrarse la exacta relación entre los niveles generadores (dentro del Grupo Napo) y los
petróleos acumulados en los distintos reservorios.
Se sugiere utilizar el nombre de Sistema Petrolero Napo-Napo, para identificar al conjunto de
niveles reservorio de la Cuenca Oriente que fueron cargados con los petróleos originados a partir de
los ricos niveles generadores del Grupo Napo.
Los grupos de reservorios documentados en orden ascendente en la columna estratigráfica son:
• Formación Hollín
• Grupo Napo: areniscas “T”, “U”, “M1” y con menor importancia areniscas “M2” y calizas “A” y “B”
• Miembro Basal Tena
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Formación Hollín
Importantes acumulaciones están asociadas a este reservorio. El campo de Pungarayacu con
aproximadamente 5 x 109 bo en sitio, es la mayor acumulación conocida hasta el momento. El petróleo
se encuentra altamente biodegradado (6°-10° API).
Debido a la proximidad de la facies generadora de la Fm. Napo Basal, primera inundación marina
regional, emplazada en contacto vertical sobre las areniscas de la Fm. Hollín, resulta claro interpretar la
migración de los hidrocarburos secuencia abajo (Figura 11). Una vez alcanzados el reservorio y el volumen
crítico, se inició la etapa de migración lateral controlada por las pendientes estructurales. Esta vía de
migración fue activa debido a persistencia areal de las excelentes calidades petrofísicas del reservorio.

Figura 11. Modelo esquemático secuencial y del sistema petrolero.

Tanto el desmejoramiento de las facies generadoras en dirección sur y hacia el este, junto con el
deterioro de las condiciones petrofísicas de los reservorios silicoclásticos de las formaciones Hollín –
Cushabatay en dirección a regiones de mayor subsidencia, pueden ser las razones que permitan
explicar la ausencia de hidrocarburos en estos reservorios.
La superficie transgresiva de Napo Basal además de constituir un nivel generador, oficia de sello
regional hasta posiciones orientales de la cuenca, donde pierde parte de su capacidad. La edad de
las trampas estructurales se extiende desde el Turoniano – Maastrichtiano hasta su configuración final
durante los movimientos Terciarios.

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Cuenca Oriente 303

Las acumulaciones dentro de la Fm. Hollín se encuentran confinadas a dos Dominios Estructurales:
a) sector del Subandino Norte Ecuador y b) Corredor Central Sacha – Shushufindi (Figuras 2 y 12).
Dentro de esta región se han definido al menos dos grupos de crudos.
Uno de ellos está representado por los petróleos del Campo Bermejo (Villar, 2002), los que son
relativamente pobres en hidrocarburos saturados, poseen densidades API entre 28° y 35° y los más
bajos valores de azufre (0.5% en peso). Isotópicamente, los petróleos presentan improntas muy
similares con valores δ 13C que varían entre -27.5 a -27.9‰ para la fracción C15+ de hidrocarburos
saturados y de -26.0 a -26.7‰ para la de aromáticos. Los fingerprints de biomarcadores hopanos y
esteranos de hidrocarburos saturados caracterizan a los crudos como originados en rocas madre
depositadas en ambientes marinos anóxicos, con contribución biológica dominantemente derivada de
organismos acuáticos y aporte terrestre.

Figura 12. Distribución de densidad API en la Fm. Hollín y niveles equivalentes en Colombia.

El segundo grupo es el proveniente de los campos Villano-Oglan-Moretecocha-Tiguino-Punga-


rayacu. Poseen valores de 6° a 25° API y contenidos de azufre en peso superiores al 2%. Su naturaleza
más pesada indicaría una madurez térmica menor como origen primario y una posible mayor contri-
bución de una roca madre calcárea, además de los procesos de alteración como la biodegradación,
lavado por agua, etc.

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Grupo Napo
Los principales reservorios dentro de esta unidad lo constituyen los cuerpos arenosos que se
depositaron con distintas geometrías y espesores en los cortejos sedimentarios de nivel bajo y trans-
gresivo (Grupo Napo areniscas “T”, “U” y “M1”; figuras 3, 13, 14, 15 y 16).

Figura 13. Modelo esquemático del conjunto roca madre-roca reservorio del Grupo Napo.

Los hidrocarburos alojados en estos reservorios poseen una amplia variación de densidad API
entre 9° y 34°. Existe una correlación inversa entre el contenido de azufre y valor de densidad API,
relación que es extrapolable al resto de los crudos de la cuenca (Figura 17).
Los espesores productivos varían dependiendo en cada ciclo del espacio de acomodación
disponible, los volúmenes de sedimento ingresado en la cuenca y los posteriores procesos de com-
pactación entre una gran variedad de factores. Estos sedimentos son introducidos en la cuenca du-
rante cada caída de nivel eustático produciéndose un abrupto movimiento de la línea de costa hacia
el interior de la misma. La retracción originada permite el ingreso de importantes volúmenes de
silicoclásticos gruesos que quedan en contacto con los niveles pelíticos de las secuencias
precedentes y, posteriormente, son cubiertos por los depósitos del ciclo transgresivo. Este
emplazamiento entre facies ricas con alto contenido orgánico permite la alimentación simultánea de

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Figura 14. Distribución de densidad API en Arenisca “T” y niveles equivalentes en


Colombia.

Figura 15. Distribución de densidad API en Arenisca “U” y niveles equivalentes en


Colombia y Perú.

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Figura 16. Distribución de densidad API en Arenisca “M1” y niveles equivalentes en


Colombia y Perú.

Figura 17. Mapa de distribución de petróleo en reservorios principales. Diagrama de contenido de azufre vs. densidad API.
Cuenca Oriente, Ecuador.

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Cuenca Oriente 307

ambos eventos euxínicos con probables diferencias en sus perfiles oleogenéticos. Así, la vía de
migración vertical, secuencia arriba o secuencia abajo, constituye el proceso más eficiente de
carga.
Las acumulaciones relacionadas con estos reservorios se encuentran localizadas dentro de los
Dominios Estructurales del Corredor Central Sacha – Shushufindi y del Corredor Capirón – Tiputini.
(figuras 2, 14, 15 y 16).
Recientes interpretaciones del sur-oriente sugieren que de los dos trenes principales de
estructuras, el eje con orientación NNW-SSE contiene sólo crudos pesados de 9°-12° API,
mientras que en el eje NNE-SSW además de crudos pesados, contiene crudos más livianos de
hasta 18° API. Al horizontalizarse la sísmica al reflector que representa el tope de Tiyuyacu
Superior (Eoceno Tardío), las estructuras del eje con crudo liviano se mantienen y las de crudo
pesado se aplanan. Esto abona adicionalmente a la hipótesis de varias migraciones, una antigua
probablemente eocénica y otra migración con crudos más pesados que correspondería al Mio-
Plioceno.

Miembro Basal Tena


Los cuerpos arenosos que conforman el Mb. Basal Tena yacen en discordancia erosiva sobre la
Fm. Napo Superior (Lutitas Napo Superior), los que podrían constituir su principal fuente de apro-
visionamiento de petróleo (Figura 3). Pero dada la diversidad de hidrocarburos que aloja, es factible
también la carga desde niveles más profundos y maduros a través del sistema de fallas. Las trampas
son de tipo combinado (estructural-estratigráfico) y se encuentran en los tres Dominios Morfo-estruc-
turales de la cuenca.
Los crudos del Campo Bermejo, evaluados para el Miembro Basal Tena (Villar, 2002; Alonso, 2004)
son muy pobres en hidrocarburos saturados. Todos los patrones, parámetros madurez-dependientes
y cocientes de isomerización de biomarcadores saturados, sugieren que los crudos de Basal Tena
fueron originados en secciones de rocas madre depositadas en un ambiente más anóxico, con mayor
influencia carbonática y son menos maduros que los crudos ya mencionados para la Fm Hollín. En la
Figura 17 se sintetiza la distribución de petróleo de los principales reservorios dentro del Sistema
Petrolero Napo-Napo.

CARTA DE EVENTOS DEL SISTEMA PETROLERO


La descripción de cada uno de los elementos y procesos de los sistemas petroleros de la Cuenca
Oriente, se sintetiza en la carta de eventos de la Figura 18. Se han incluído rocas madre y reservorios
“potenciales”, con el objeto de dejar abierta la posibilidad de que, a partir de nuevos datos, se
compruebe la efectividad de los mismos. En el caso de los reservorios de las formaciones Santiago y
Chapiza serían potenciales dado que hasta el presente solo se han encontrado areniscas dia-
genizadas (silíceas) para el caso de Fm. Santiago y areniscas muy arcillosas en el caso de Fm.
Chapiza.
Para el caso del Sistema Petrolero Napo-Napo, el Momento Crítico ha sido definido en el Eoceno
tardío–Oligoceno, pues en ese tiempo todas las estructuras que hoy conforman yacimientos ya habían
sido formadas y coincidiría con la primera etapa de migración. Otro pulso de generación-migración
posterior (Mio-Plioceno a Reciente) es responsable de cargar nuevas trampas y también algunas
preexistentes.

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Figura18. Carta de eventos de los sistemas petroleros de la Cuenca Oriente, Ecuador.

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DISTRIBUCIÓN DE RECURSOS DEL SISTEMA PETROLERO


De acuerdo a los datos recopilados, proveniente de publicaciones disponibles y las estimaciones
realizadas por los autores, se estima la siguiente distribución de recursos por reservorio del Sistema
Petrolero Napo-Napo.
La calificación de reservas lleva implícito una componente económica condicionada en muchos
casos por la calidad de crudo, tecnología de extracción, disponibilidad de infraestructura de transporte
y legislación vigente en cada país. En consecuencia y debido a la ausencia de datos oficiales actua-
lizados, se ha preferido presentar las cifras de la totalidad de los recursos descubiertos hasta la fecha
en la forma de Petróleo Original En Sitio (POES) u Original Oil In Place (OOIP).

Agradecimientos
Los autores agradecen a las autoridades del Congreso y del Simposio de “Sistemas Petroleros de
las Cuencas Andinas” la invitación a participar del mismo.
Asimismo se manifesta el reconocimiento a las empresas EnapSipetrol, Petroproducción, Repsol
YPF y Tecpetrol, además de agradecer a los colegas con quienes compartimos tareas y fructíferas
discusiones, que nos permitieron acumular las experiencias volcadas en esta contribución al conoci-
miento de la Cuenca Oriente de Ecuador.

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