The Right to Lead

By John Maxwell

What gives a man or woman the right to lead? It certainly isn't gained by election or appointment. Having
position, title, rank or degrees doesn't qualify anyone to lead other people. And the ability doesn't come
automatically from age or experience, either. No, it would be accurate to say that no one can be given the right
to lead. The right to lead can only be earned. And that takes time.

The Kind of Leader Others Want to Follow

The key to becoming an effective leader is not to focus on making other people follow, but on making yourself
the kind of person they want to follow. You must become someone others can trust to take them where they
want to go. As you prepare yourself to become a better leader, use the following guidelines to help you grow:

1. Let go of your ego.

The truly great leaders are not in leadership for personal gain. They lead in order to serve other people.
Perhaps that is why Lawrence D. Bell remarked, "Show me a man who cannot bother to do little things,
and I'll show you a man who cannot be trusted to do big things."

2. Become a good follower first.

Rare is the effective leader who didn't learn to become a good follower first. That is why a leadership
institution such as the United States Military Academy teaches its officers to become effective followers
first—and why West Point has produced more leaders than the Harvard Business School.

3. Build positive relationships.

Leadership is influence, nothing more, nothing less. That means it is by nature relational. Today's
generation of leaders seem particularly aware of this because title and position mean so little to them.
They know intuitively that people go along with people they get along with.

4. Work with excellence.

No one respects and follows mediocrity. Leaders who earn the right to lead give their all to what they
do. They bring into play not only their skills and talents, but also great passion and hard work. They
perform on the highest level of which they are capable.

5. Rely on discipline, not emotion.

Leadership is often easy during the good times. It's when everything seems to be against you—when
you're out of energy, and you don't want to lead—that you earn your place as a leader. During every
season of life, leaders face crucial moments when they must choose between gearing up or giving up. To
make it through those times, rely on the rock of discipline, not the shifting sand of emotion.

6. Make added value your goal.

When you look at the leaders whose names are revered long after they have finished leading, you find
that they were men and women who helped people to live better lives and reach their potential. That is
the highest calling of leadership—and its highest value.

7. Give your power away.

One of the ironies of leadership is that you become a better leader by sharing whatever power you have,
not by saving it all for yourself. You're meant to be a river, not a reservoir. If you use your power to
empower others, your leadership will extend far beyond your grasp.
 El Derecho a Liderar
Por John Maxwell

¿Qué le da a un hombre o mujer el derecho a liderar? Ciertamente no se gana por elección o nombramiento.
Tener posición, título, rango o grados no califica a nadie para liderar a otras personas. Y la habilidad tampoco
proviene automáticamente de la edad o la experiencia. No, sería exacto decir que nadie puede tener el derecho
de liderar. El derecho a liderar solo puede ganarse. Y eso lleva tiempo.

El tipo de líder que otros quieren seguir

La clave para convertirse en un líder efectivo no es centrarse en hacer que otras personas lo sigan, sino en
convertirse en el tipo de persona que quieren seguir. Debes convertirte en alguien en quien otros puedan confiar
para llevarlos a donde quieren ir. Mientras se prepara para convertirse en un mejor líder, use las siguientes
pautas para crecer:

1. Deja ir tu ego.
Los líderes verdaderamente grandes no están en el liderazgo para beneficio personal. Lideran para servir a otras
personas. Quizás es por eso que Lawrence D. Bell comentó: "Muéstrame a un hombre que no puede molestarse
en hacer pequeñas cosas, y te mostraré a un hombre en quien no se puede confiar para hacer grandes cosas".

2. Conviértete en un buen seguidor primero.

Raro es el líder efectivo que no aprendió a convertirse en un buen seguidor primero. Es por eso que una
institución de liderazgo como la Academia Militar de los Estados Unidos les enseña a sus oficiales a convertirse
en seguidores efectivos primero, y por qué West Point ha producido más líderes que la Harvard Business
School.

3. Construir relaciones positivas.

El liderazgo es influencia, nada más y nada menos. Eso significa que es por naturaleza relacional. La generación
actual de líderes parece particularmente consciente de esto porque el título y la posición significan muy poco
para ellos. Saben intuitivamente que las personas se llevan bien con las personas con las que se llevan bien.

4. Trabajar con excelencia.

Nadie respeta y sigue la mediocridad. Los líderes que se ganan el derecho de liderar dan todo a lo que hacen.
Ponen en juego no solo sus habilidades y talentos, sino también una gran pasión y trabajo duro. Se desempeñan
en el nivel más alto del que son capaces.

5. Confíe en la disciplina, no en la emoción.

El liderazgo es a menudo fácil durante los buenos tiempos. Es cuando todo parece estar en su contra, cuando no
tiene energía y no quiere liderar, que se gana su lugar como líder. Durante cada temporada de la vida, los líderes
enfrentan momentos cruciales en los que deben elegir entre prepararse o darse por vencidos. Para superar esos
tiempos, confíe en la roca de la disciplina, no en la arena cambiante de la emoción.

6. Haga del valor agregado su objetivo.

Cuando miras a los líderes cuyos nombres son venerados mucho después de que hayan terminado de liderar,
descubres que fueron hombres y mujeres que ayudaron a las personas a vivir una vida mejor y alcanzar su
potencial. Esa es la vocación más alta del liderazgo, y su valor más alto.

7. Regala tu poder.
Una de las ironías del liderazgo es que te conviertes en un mejor líder al compartir cualquier poder que tengas,
no al guardarlo todo para ti. Debes ser un río, no un embalse. Si usa su poder para empoderar a otros, su
liderazgo se extenderá mucho más allá de su alcance.