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Tarea 6 Ensayo
Conductas que mejoran la Salud
La adolescencia es una de las etapas más importantes del ciclo de la vida pues se
da una serie de cambios tanto físicos como psicosociales, se trata de la etapa
donde el ser humano crece y se desarrolla más y donde experimenta cambios de
gran relevancia, siendo capaces de abandonar, renovar o modificar conductas que
repercutirán en la adultez. Es por esto que la adolescencia es una etapa ideal para
el aprendizaje de un tema vital como lo es la salud. El presente ensayo busca
exponer diversas situaciones de salud, las cuales, muchas veces son confusas o
incluso desconocidas, también expone a su vez, diversas recomendaciones que,
de ser puestas en práctica, traerán grandes beneficios para la vida de los jóvenes.
Es innegable que desconozcamos que los años nuevos traen consigo diversos
propósitos, se escuchan en la familia o amigos metas como aprender un nuevo
idioma, conseguir nuevos empleos, en los más jóvenes quizá el tener mejores
notas académicas, etc., sin embargo, otra de las metas que más se hace mención
es sobre las relacionadas con salud, propósitos orientados a obtener un peso ideal
o adoptar hábitos como el ejercicio o una alimentación balanceada. Esta idea es
adoptada tanto por adultos como por jóvenes y adolescentes, en especial porque
se relaciona con la autoimagen, y la adolescencia es una etapa donde existe
demasiada preocupación por la apariencia y por cómo esta misma es percibida y
aceptada por los demás. Tener la intención de mejorar hábitos de salud es muy
benéfico, tristemente pocas son las personas que hacen de la intención una
realidad, lo cual es comprensible porque adoptar dichos cambios requiere un
consumo de energía, motivación e información. Aunque es complejo no es
imposible y, teniendo la información necesaria, haciendo uso de algunos recursos
y conservando la perseverancia, el cambio podrá darse de manera efectiva.
Los beneficios del ejercicio son ampliamente conocidos, sin embargo, se abordará
en el presente artículo por su gran importancia. El ejercicio aeróbico se refiere a
un ejercicio sostenido de gran beneficio para la salud, que estimula y fortalece
órganos como el corazón y pulmones además de mejorar la distribución de
oxígeno en el organismo, son ejercicios de intensidad, larga duración y resistencia,
entre los cuales se puede mencionar: trotar, manejar bicicleta, salto de cuerda,
correr y nadar. También existen otros tipos de ejercicio conocidos como los
ejercicios isocinéticos entre los cuales, se puede mencionar el levantamiento de
pesas o ejercicios de alta intensidad, corta duración y baja resistencia como las
carreras cortas de gran velocidad. Estos últimos sin embargo se han relacionado
con menor efecto en el estado físico en comparación con los ejercicios aeróbicos.
Sin embargo, aunque la práctica de ejercicios es benéfica para todas las edades,
la realidad es que la inactividad física es mucho más común, es por esto que
adquirir el hábito de practicar ejercicios a temprana edad es de gran beneficio,
pues en la adultez surgen problemas como el poco acceso a tiempo libre en donde
adquirir el hábito se hace un poco más complicado, por otro lado, si el hábito se ha
tenido desde mucho tiempo atrás, el continuarlo en la edad adulta es mucho más
fácil y el riesgo de abandonarlo es menos probable.
Llevar una dieta sana es otro factor importante, adquirir la costumbre de ingerir
cinco porciones diarias de fruta o vegetales es muy benéfico para la salud y no
siempre es practicado o conocido por las personas. La dieta también se relaciona
con la disminución de enfermedades como cánceres de colon, estómago,
páncreas o mama. Una dieta rica en fibra previene de la obesidad y enfermedades
cardiovasculares ya que reduce los niveles de insulina, así como la prevención de
diabetes. Si existen familiares que ya padecen alguna enfermedad de las que se
mencionó previamente, existe un riesgo mayor para los más jóvenes de que en un
futuro también padezcan la enfermedad. El adoptar buenos hábitos tanto de
ejercicio como dieta saludable contribuyen a reducir enormemente dicho riesgo,
además de heredar mejores condiciones de salud a su futura familia, mientras la
mayor parte de integrantes de la familia logre mejorías en su salud, las futuras
generaciones tendrán mejores condiciones de vida.
Es común que la búsqueda de aplicar una dieta esté relacionada con estándares
de belleza, con los deseos de mejorar el aspecto físico y no tanto por los
beneficios de la salud en sí. Es importante comprender también que existe gran
cantidad de información errónea en las redes, por lo que al investigar sobre las
mejores dietas a poner en práctica es muy importante informarse de fuentes
confiables o, de ser posible consultar con un profesional. Existen dietas que
prometen grandes resultados de pérdida de peso en poco tiempo, es necesario
saber que este tipo de dietas pueden perjudicar en vez de beneficiar, son muy
difíciles de sobrellevar por mucho tiempo y al empezar a comer normalmente o
perder la dieta, puede darse el efecto llamado rebote y subir incluso más libras de
las que se lograron bajar, esto puede afectar la motivación de la persona e incluso
la puede llevar a abandonar sus propósitos. Lo mejor es una dieta equilibrada, es
necesario el consumo de toda clase de alimentos, pero en cantidades adecuadas,
así como la reducción de ingesta de grasas, azúcar y comida chatarra. Además,
dietas estrictas bajas en grasas y colesterol pueden aumentar el mal humor, la
agresividad o síntomas depresivos.
El ejercicio también es una forma efectiva de manejar el estrés, esto puede estar
relacionado con un aumento de endorfinas (inhibidores naturales del dolor),
además produce efectos benéficos en los procesos cognitivos es decir en la
capacidad de atención y concentración, además de aumentar la satisfacción por
los trabajos realizados. Esto último puede beneficiar el rendimiento académico del
adolescente.
El estrés también tiene un efecto sobre la alimentación especialmente en los
adolescentes, mayores niveles de estrés se relacionan con mayor consumo de
alimentos grasos y menor consumo de verduras y frutas. Cambios en la dieta
alteran el estado de ánimo y personalidad o problemas de conducta. Esto es de
gran valor para padres de familia, pues el que la familia contribuya a otorgar a los
más jóvenes una alimentación adecuada beneficia a sus hijos, más sabiendo que
la adolescencia es una etapa de tensión para el adolescente, donde los distintos
cambios y nuevas responsabilidades le provocan estés y cambios de humor
constantes, así una alimentación balanceada será de beneficio para reducir el
impacto de las problemáticas que el adolescente debe manejar.
Es importante evitar ideas extremas, por tratar de tener una elusiva y perfecta
silueta, existen muchas mujeres y también hombres que ponen en práctica dietas
extremas y hacen uso de otras medidas como el uso de medicamentos sin
supervisión médica, y todo ello trae consecuencias fatales. Los tipos más
frecuentes de trastorno de la conducta alimentaria son la anorexia nerviosa, la
bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación/restricción de
la ingesta. Las personas con anorexia nerviosa son muy estrictas sobre qué deben
comer y en qué cantidad, pueden estar pensando en las calorías constantemente
y para perder peso, ayunan o hacen demasiado ejercicio, usar laxantes, diuréticos,
o enemas.
Las personas con bulimia nerviosa comen mucho más que la mayoría de
personas, durante períodos determinados de tiempo, se da atracones y luego
intenta deshacerse del efecto de la comida que ingirió, se induce el vómito, ingiere
laxantes o realiza extrema actividad física para quemar calorías. A diferencia de la
gente con anorexia nerviosa, que está muy baja de peso, las personas con bulimia
nerviosa pueden estar delgadas, tener un peso corporal promedio o tener
sobrepeso. Las personas con bulimia nerviosa suelen ocultar sus atracones y sus
purgas.
El trastorno por atracón se caracteriza porque las personas comen más deprisa,
comen a solas para que los demás no se enteren de cuánto comen. A diferencia
de la gente con bulimia nerviosa, las personas con trastorno por atracón no
vomitan de forma voluntaria, no usan laxantes ni hacen ejercicio físico para
compensar sus atracones. Si una persona se da un atracón por lo menos una vez
a la semana durante tres meses seguidos, esto puede ser un signo de que padece
un trastorno por atracón.