You are on page 1of 22
traduccion de TEORIA GRITICA DEL SUJETO HENNING JENSEN Ensayos sobre psicoandlisis y materialismo histérico por HENNING. JENSEN Coordinador Kl siglo veintiuno editores, sa de cv eee eer siglo veintiuno de espafia editores, sa (orcas ono 3, ae glo veintluno EG SE ‘siglo veintiuno argentina editores, sa Siglo veintiuno. de colombia, tda eee raree more cmemmn fH Portada de anhelo hemninder primera edicién en expafil, 1986 @ siglo xxi editores, «2. ISBN’ 908-28-1318-X derechos reservados conforme ala. ley jimpreso y hecho en mézieo/printed and made in mexico {NDICE SOURE LA TRADUCCION PROLOGO: LA TEORIA GRITICA DEL SUJETO, por HE} JENSEN EL PSICOANALISIS REVISADO, por THEODOR W. ADORNO ACERCA DE LA RELACION ENTRE SOCIOLOGIA ¥ PSICOLOGiA, por ‘THEODOR W. ADORNO POSTSCRIFTUM, or THEODOR W. ADORNO sisoLO, INTERACCION Y PRAXIS, POr ALFRED LORENZER PSICOANALISIS Y MATERIALISMO HISTORICO, por HELMUT LORENZER ¥/O LAGAN. EL SUJETO ENTRE SENTIDO Y LETRA, por ROBERT HEIM SOURE LOS AUTORES NOTA DEL EDITOR fo) 1 8 130 161 201 202 hwy edly mates poe slo. In susiencin de tanta exigencias insatiafechs puede desarolarel pdr de ms dificar el orden social”2°° : . 7 1 Freud, Der Witt wnd seine Beiehung. zum Unbevusten GW 6, p. 121, - om LORENZER ¥/O LAGAN. EL SUJETO ENTRE SENTIDO Y LETRA ROBERT) HEIN 1. EL PROBLEMA. DE. LA DOBLE. TRADUCCION Bastarin diez aiios para que lo que escribo sea claro. para todos, Jacques Lacan, Télévision En su introduccién a la traduccién alemana de la Critica de los Jundamentos, de la psicologia de Georges Politzer, obra funda mental para la historia cientifica de la psicologia y del psico- andlisis, Hans Fichtner describe cémo el joven Politzer, en un gesto provocative, Ie transmitié. al fildsofo francés del irra: cionalismo, Henri Bergson, una sefial de ‘‘materialidad con: creta” y/cimo remitié al pensador, idealista del “élan. vital” de manera feuerbachiana al terreno de Ia indigencia material y,sensorial-concreta, Gon ello, Politzer instaurd, al mismo tiem- po, un simbolo para la. psicologia concreta del drama indivi ulada en su texto, Ia cual deberia disolver Jas reifica- En otro pasaje de la. misma introduceidn, se indica 4 liver por lo. menos en la zona. idiomatica francesa— él camino hacia Ia tematizacién de la problemitica Tingiiistica dentro del psicoanalisis y, asi, hacia el. polo. probablemente mas controvertido de esta problemstica: Jacques Lacan con. st nueva fundamentacién del continente del inconsciente descu- bjerto por Freud. En la misma tirada, Fichtner exige frente a Lacan el mismo gesto que Politzer practicara vissuis Berg. son, a. saber, la ““polémica de un, pilluelo que masca con la boca lena” suma metafdrica de una (en el sentido de Fiicht- net) critica. materialista'a las teorizaciones de Lacan. Esto, sin embargo, no puede significar otra cos que indicarle a Lacan que los hombres no sélo tienen que hablar, sino ademés comer, nes de In psicologia existente hasta entonees non) 102 overt ent sea, que tienen que lograr sw subsistencia) mediante la ine tervencién productiva en In naturaleza externa y, al socializarse fen este proceso, desarrollar primero la necesidad de decirse algo mutuamente. De esta manera, en burdos rasgos, es watada la dialéetica de lenguaje, trabajo y socializacién, la cual constituye Ia abstrac- ta Tinea de argumentacién en que podria someterse a Lacan a la critica postulada por Fiichtner, una critica que ahora es desarrollada en Ia fundamentacién metatesrica del psicoand- lisis por Alfred Lorenzer, aunque éste hasta’ el momento s6lo ha dedicado un ensayo exclusivamente a su_enfrentamiento con Lacan (Lorenzet, 1977, pp. 162ss.). Si bien Lorenzer se opone alli a una precipitada mediatizacidn entre Lacan, Marx y €l marxismo, y para ello menciona razones concluyentes, puede, por otra parte, ser seductora Ia empresa de mediatizar a un Lacan “histérico-materialista’, tal como él realmente pa- rece existir imaginariamente en Francia —In recepeién de Lacan, por Althusser podré ser la mis expresiva prueba de ello, pero también lo es el continuo recurso a Lacan en él Ambito del circulo te6rico “Tel Quel” (Julia. Kristeva, Philippe Sollers, Jean-Joseph Goux’ y otros), con la metateoria’ del. psicoand lisis fundamentada marxistamente por Alfred Lorenzer; sobre todo que ambos, en la historia cientifica del psicoandlisis, mare can un viraje en Ia esfera del problema “lenguaje”. En ambos existe 1a intencién de exponer Ia sustancia del descubrimiento freudiano a una autorreflexién histérico-cientifica: uno, al que: rer preservar la ignorada verdad de la teorfa freudiana, la estructura del inconsciente andloga al lenguaje, de su desna- turalizacion a través del’ psicoanilisis orientado en. Ia’ psico- logia det yo, o bien, plantearla por primera ver como soterrads; €1 otro, al fundamentar mas especificamente el potencial ert tico-emancipatorio del psicoanilisis ~ampliado en ta dimension lingaistica— con el aparato’ conceptual de la teoria eritiea, Ambos dirigen Ia punta de su’ critica, a la ver como conse- cuencia Iégica de su argumentacién metatedriea, contra una técnica analitica que'es aplicada como estrategia de adaptacion (en el sentido de una reduccién cientificista de la teoria frew diana), Si para ‘Lacan es la americanizacién del psicoanilisis, la ‘ual le impone a éste 1a Idgica del: human engencering, si es para él la hipdstasis del ego de la psicologia del yo la. que HORENZER ¥y/O LACAN 163 s€ ha convertido en blanco de su polémica, Lorenzer, en cambio, apunta a un psicoandlisis restringido individualistamente que no encuentra Ia trama del lenguaje, trabajo ¢ interaccién y ast tampoco, tedricamente, la dialéctica de individuo, sociedad e joria. Para Lorenzer permanece semejante psicoandlisis t6c- nicamente obligado a exponer Ia neuréticamente “deteriorada estructura individual”, aunque aparentemente con una nueva- mente adquirida fuerza yoica, a una “estructura objetiva” deteriorante, a una objetividad social compuesta antagdnica- mente, desprovista aquélla de todos los medios para producir ‘un cambio en ésta y as{ también desprovista de 10s. medios para comprenderse como factor politico. Si bien en este respecto puede haber puntos de contacto entre Lacan y Lorenzer, es innegable su diferencia fundamen- tal no s6lo en asuntos metateéricos, sino precisamente también en aspects. técnicosanaliticos. No. obstante, el fenémeno- del “lacanismo de izquierda”, difandido en la discusiOn francesa, deja la impresién de que en las teorizaciones de Lacan se halla tun niicleo que podria ser totalmente extrapolable en un sen- tido histérico-materialista y que se dejase inscribir en la dispu- ta entre psicoandllisis y marxismo. ¢Es una variante de aquel “niicleo racional” que ya en la apropiacién marxista de Hegel se encontraba en el centro de su subversion materi en Lacan un discurso que no slo es eritico y subversivo ~como Jo concibiera él mismo-, sino que también habla el lenguaje del materialismo histérico, si bien en una forma de tal ma. nera metaforizada que s6lo puede ser interpretado? Sin duda Lacan es un “pensador oscuro”, al. igual que lo cera Hegel, sobre todo el de la fenomenologia. Ambos nos colo- ‘an ante el problema de la traduccién, de la interpretacién. EI analista se encuentra ante el mismo problema cuando se trata de retrotraducir interpretativamente, en el proceso del circulo hermenéutico, el “lenguaje del inconsciente” (Lacan) 6 el lenguaje de “figuras lingiisticas desimbolizadas” (Loren- zer) a Ia comunicacién mediada simbélicamente del lenguaje cotidiano. Ahora bien, Ia pregunta de si esta retrotraduccién 5 un retrodeletrear o una metaforizacién de contenidos incons- cientes de significado, constituye un punto neurdlgico en la hermenéutica criticamente relativada propia de Lacan. Leclaire (1971) ha mostrado que la nueva determinacién del. incons- iente por Lacan instaura la preferencia por su orden literal. 168 soneer sane Esta preferencia: radica en el algoritmo de Lacan (quien lo toma de Saussure y lo transforma): la’ separacidn.estricta de Significante (8) y. significado. () por Ja. “barra” eva a una autonomia y supremacia del significante, las cuales, obstruyen €l acceso interpretativo directo hacia el significado de produc: ciones neuréticas y exigen asi la desviacién sobre'la literalidad de-las formas de constitueién del inconsciente. El problema del acercamiento hermengutico al inconsciente, en el sentido de Lacan, puede. corresponder entonces entera- niente al problema del acercamiento interpretativo al universo del discurso lacaniano, en la medida'en que éste no debe ser ‘comprendido como uno sobre el psicoanilisis y su objeto, el inconsciente, sino:como’un discurso del inconsciente. Eso, sin embargo, no puede significar otra cosa que Lacan continua- mente s¢-esfuerza por dejar hablar a su objeto, por traerlo al Tenguaje. Al hacerlo asi, desea hablar en nombre de Freud, por ejemplo, cuando toma su andlisis del. suefio de Irma y transcribe funcidn y significado de este anilisis como propios del mismo suefio, atendiendo a la estructura de aquella media- tiracién que en él y en Freud tanto habré de estar en el centro: €l reconocimiento del inconsciente como “este hablar que ha- bla en mi, mds allé de mi’ y el sujeto que frente a él sélo ideolégicamente se afirma ‘como autor (cf. Lacan, 1978, pp. 193-204), La relacidn sujeto-objeto, instaurada cpistemolégicamente en Ja/—para:\Lacan— ejemplar interpretacién de este suefio, re mite al “Filésofo” hegeliano, cuyo papel. consiste ciertamente, entre otras. cosas, en ser secretario del Espiritu, poner. por escrito y transmitir sus disposiciones. De la misma manera como en el. “fildsofo” hegeliano se expresa, mediatiza comunica el Espiritu, asi, de acuerdo con Lacan, se comprendié, Freud y se comprende él mismo como. mediatizador de Ia verdad del objeto: tratado, el cual se exterioriza en. forma lingilistica a través de ellos: a descentralizacién’ de los sujetos (del conoci aniento) Hegel, Freud y Lacan consisie en que ellos sélo tienen Ja tarea de ser drganos y voceros de una verdad que los tras. ciende, Si Lacan ‘rechaza,tenazmente Ia existen guaje, €s porque: le interesa realizar la de. un. metalen- léctica de Ia forma de representacién y de Ia especificidad del objeto, Esta inten- ién ¢5 idéntica al reconocimiento de la imposibilidad de apre- pee * hender, cn un lenguaje’ unificado, en un lenguaje conceptual ener ies eee sec en eerie ate Hes pente oagh ae ee ere cay del psicoandlisis, refundamentado’ en str sentido, se resiste a Ia re neers itn Serer ES eae ee eee 166 soneRr Hee alemana se muestra asi como! un problema de la doble tra: Suetén, de Ia dabl interpreta: no slg se waa de encom tar primero el acceso al discurso de Lacan dentro de la lengua francesa, sino que éste, en un segundo paso, ha de ser traduc cido a otro, dicho con rigor, a un tercer Ienguaje, en tanto que se esti tentado a retraducir el “discurso subversive” de Lacan en un discurso universitario y con ello conceptual. Que esto es problemitico, lo dice el mismo Lacan: “Mes Aorits sont impropres A la thése, universitaire spécialement: antithétiques de nature, puisqu’a ce qu’ils formulent, il n'y a qua se pren- dre ou bien & les laisser” (Lacan, cit. en Lemaire, 1970, p. 6). Es esta maturaleza antitética de los escritos y las teorizaciones de Lacan la que se sustrae siempre de nuevo a una tesis y la que la destruye subversivamente. Esta naturaleza antitética le abre al trabajo de interpretacién de Lacan un amplio espectro, Que Lacan sirvié de padrino tanto a una lectura marxista de sus textos (Althusser, el grupo Tel-Quel) como a la eritica a Marx de los “nuevos filésofos” 0 a Ia organizacién Iaica caté- licoitaliana Communione ¢ Liberazione, se basa en la espe ficidad de su forma de discurso. De cierta manera, el mismo Lacan desempefia el papel de aquel sujeto cuya determinacién s¢ encnentra tanto en el centro de su argumentacién —de un sujeto que, de cualquier manera que se busque comprenderlo y aprehenderlo, se sustrae continuamente de nuevo, como un “sujeto en fading”. En concordancia con Wittgenstein, podria decirse que no se trata tanto de buscar la importancia de un filésofo, sino que se trata sobre todo de descubrir su uso, de obtener su im: portancia a partir de su empleo en una cultura, :Podria enton. es ser legitimo, en este sentido, el empleo marxista de Lacan, de manera tal que justificase el “y” en el planteo del problema formulado al principio, 0 se resisten las premisas teéricas de Lacan a priori a semejante empleo? 2 sinnoxo y MEprAciSN En Lacan como en Lorenzer se encuentra en primer plano, de manera respectivamente especifica, una concepcién del simbolo que parece excluir a Ta otra. No obstante, ambas concepciones aparentemente antagénicas se cruzan en un punto que marca onsszem x/o LACAN 167 tun déficit estructural en lo simbélico -y en la. simbolizacién. En su perspectiva analitico-téenica, ambas concepciones tien: den a allanar este déficit del simbolo y a proporcionarle nue- vamente, 0 por primera vez en forma suficiente, el acceso. a esta dimensién’a un sujeto que ha perdido la dimensién sim- bolica. La investigacién del simbolo, Ja cual ha ganado importancia enorme en el transcurso de los ltimos decenios en. los. més diferentes ambitos del conocimiento . (filosofia, légica, lingiiis- tica, antropologia, poética), sugiere 1a idea de postular una amplia teorfa que subsumiese en si las respectivas formas. par- sulares del simbolo, Para ello, sin embargo, deberia también como lo ha demostrado Lorenzer— ser sometido a una revi- sién el -conceptopsicoanalitico clisico del simbolo, el cual se orienta, predominantemente en los trabajos de Jones, para incorporarse como caso especial en una concepeién general del simbolo que comprenda las més heterogéneas formas de simbo- lizacién. Que la fancién simbélica haya sido considerada siem- ppre en estrecha semejanza con el signo, pero sin que el simbolo fuese reducido a ¢l, permite comprender a simbolizacién como seiniosis, la cual, por su parte, se deja definir como. proceso de sustitucién.y representacién. ‘La funcién simbélica, tal como ¢s concebida por una teoria general del simbolo, se caracteriza, en primer lugar, como capar cidad de sustitucién, al. proporcionarle lla, como movimiento de la negacién, una nueva presencia a Io negado y al conser var a éte sustitutivamente, como elemento representado, en una estructura simbélica del orden. La capacidad, propia sélo de sujetos hablantes, de introducir lo real en un sistema de sig- nificacién,’ utilizar operativamente signos.y simbolos como re- presentantes de Jo real y mediar simbolizando 1a. objetividad dada inmediatamente, se basa en el. poder de simbolizacién sustitucién, Una trama del simbolo s6lo puede ser siempre una trama de mediacién, en la cual algo esté en lugar de algo por algo. La teorfa del simbolo parte de una estructura triddica en Ia que algo opera. como instancia mediadora entre dos polos. De ello puede inferirse que ambos polos tienen que entrar en una relacién de intercambio, si es que no han de permanecer siendo abstracciones'y si ha de realizarse una co- municacién, En esta relacién, la funcién simbélica actiia como mediador y sustituto que regula las actividades de intercambio 16s oseer tne de dos o de un niimero iliiitado de sujetos que’ se comunican entre sf ‘Todas las acciones de intercambio realizadas por los hombres son descriptibles en su estructura légica en el contexto de una teorfa. trascendente det 'simbolo. Una teoria del. simbolo de esta indole, sin embargo, s6lo puede desarrollarse como una teoria de’ In sociedad: cuyo. objeto noes: slo el intercambio de cosas, sino el “intercambio de actividades vitales” (Goux) ¥ su anterior produccidn, Una légica del proceso de simboli- zacién comprendida de esta manera tiende a la. aprehensién de todas las formas histéricas y sociales del intercambio: inter. cambio de mujetes, intercambio\ de mercancias, intercambio de los produetos del trabajo. lingtfstico, intercambio de las ‘argas libidinales de tas pulsiones, relacién. de. intercambio mediada por el lenguaje y el dinero entre el analista y el ana. lizando, eteétera, Si Ia teorla psicoanalitica, como uno de sus elementos. cen trales, demuestra. pues 1a intereambiabilidad de cargas libidi. nales de las pulsiones, descrita en el modelo de Ja labor ons rica metaforizante y metonimizante, y si formula ellay al mismo tiempo, el principio de la dilacién de la satisfaccién inmediata de las pulsiones, entonces ella implica Ia’ funcién. sustitu tiva de los s{mbolos. Si la teoria psicomnalitica tiene como objeto formas especificas de intercambio, entonces se deduce que tiene: que apropiarse’ de los instramentos de una’ teorla general de lo simbélico, o bien, como en el caso de Lacan, Dasarse en una teorfa: semejante. Allo corresponde la cre. ciente importancia de ta discusién psicoanalitica sobre. len. guaje y teorla del simbolo. Lorenzer revisé el concepto’ psicoanalttico del simbolo en el sentido de que subvirtié 1a concepeién del simbolo hasta aho- 2 dominante como “una’comunicacién’ que se impone por en: cima de la cabeza del sujeto” (Lorenzer), subrayé la actividad generadora de simbolos del: sujeto ¢ instauré la formacién de simbolos: como una funcién del yo. Segiin sto, el. simbolo €s comprendido como producto de un trabajo epistéinico en cuyo centro opera un yo que, en virtud de su eapacidad de “‘percepcién interna”, puede: simbolizar ‘materiales de la per. cepcién que s¢ le han escapado'o que le son dificilmente ase. quibles. Lorenzer rompe as{:con la concepeién ‘existente hast ahora de proceso’ primario.y secundario como dos organiza. Speechless Se ee cena cha afinidad con la de’ Lévi-Strauss; en ambos se trata, en ‘iltima instancia, de aprehender en el momento de la. simboli- zacién —preferentemente en consonancia con Ia filosotia de las formas simbélicas de Cassirer— cl constituyente antropogen¢- tico fundamental y_ asi ayanzar hacia’ una ley universal que determina estructuralmente la realidad humana. La. funcién simbélica aparece construida de manera aniloga al lenguaje. La funcién constituyente de lo simbélico ¢s elevada, en forma absoluta, a un hecho irreducible que actia a priori, a un ob igo universal y lugar de ta Tey. El Ienguaje, tal y como fue objetivado cientificamente por Ia. Tingifstica estructural que parte de Saussure, constituye alli el modelo !égico que permite desctibir las modalidades’ de furicionamiento de la. ley. simbé: 170 omar mei lea y que ademés le imprime su sello a todas las formas de ‘comunicacién que se basan en acciones de intercambio; el lene guaje se: torna matriz Iégica que’sirve de base a todos los actos humanos de intercambio, ‘Ya’ que, como lo indicé. Marx en su anilisis: de 1a abstrac- cin de Ia mercancfa’y del intercambio, en: el acto de inter. cambio los hombres hacen algo sin saber que lo hacen, Lévic Strauss, yen adhesin a él Lacan, pudo deducir que la funcién simb6liea y la ley de intercambio inherente a ella se realizan, cen lo esencial, inconscientemente, “estructuralmente” y de ma. nera totalmente independiente de las formas de la comprensin subjetiva. Por ello, para: LéviStrauss el! inconsciente ya no ¢s s6lo una’ dimensién’ de Ja, experiencia individual. que actia dinémicamente, sino una constante supraindividual que se im: pone a la experiencia. humana como. funcién simbélica.. Lo simbélico ¢s el inconsciente que est trascendentalmente ante- puesto alas acciones de comunicacién que tienen forma de intercambio y el cual opera alli como instancia. mediadora. Mientras. Lévi-Strauss contempl6 el lenguaje todavia. como una forma determinada de comunicacién que, junto a simbitos como mito, religién, ciencia y economia, continuaba.siendo un componente de Ia fancién simbélica universal, Lacan radi- caliz6 esta, concepcidn, en el. sentido de que universaliz6 el status del lenguaje que en LéviStrauss todavia era especial y 10 hipostasié en. la ley por antonomasia: el lenguaje es para 41 Ia funcién simbélica, es 10 simbélico, 10 cual, en su forma tridicaedipica, estructura el inconsciente y que, en la férmu- la trinitaria de Lacan, se asocia a Jo imaginario y lo real, pero que encierra en si ambas esferas como momentos. El lenguaje & la ley simbélica en cuyo desconocimiento nadie vive verda- deramente, “porque Ja ley del hombre es la ley del: enguaje” (Lacan). La comprensién dela’ neurosis. por Lacan, la cual opera con el concepto del “habla vacia’” y localiza la raiz de la neue rosis en un negar’imaginario de lo simbélico, portado por un yo narcisista y fijado en el reflejo, implica la. transformacién iducida terapéuticamente de este “desconocimiento de la ley en el que realmente nadie vive", en el -conocimiento de una verdad cuyo escenario es el: inconsciente.. Este conocimiento, como capacidad de un “habla plena”, se abre tan s6lo propia. ‘mente a la dimensién simbélica y- puede también establecer LoneNzeR y/o LACAN m subjetivamenté Ia supremacia’ de lo simbélico.’ El objetivo te- rapéutico en Lacan noes un yo fortalecido de alguna ma. nera (en el cual él s6lo podria divisar la capacidad potencia- lizada de Ia ofuscacién’ imaginaria), sino una, en el medio de la terapia, tardfamente recuperada constitucién de un sujeto que se sabe, al mismo tiempo, como mediado y mediador: un animal symboticim (Cassirer) madurado, el cual, desprovisto de inmediates, se separa también de Ia inmediatez de su yo sus evidencias y se comprende asf como un sujeto suprimido [aufgehoben] ya desde siempre en un orden simbélico. En Lorenzer, la resimbolizacién como capacidad recuperada de un yo provisto, en principio, del poder de simbolizacién, y en Lacan, ta descentralizacién de este yo con mitas al descu brimiento verdadero de lo simbélico estructurado lingiiistica- mente, son dos polos antagénicamente opuestos, los cuales, no ‘obstante, estdn ubicados en un eje temiticamente homogéneo, cuya rotacién habri de disolver cualquier inmediate: cosificada y-de procurarle al sujeto neurdtico ~el cual se caracteriza. gene- ralmente por hallarse cautivo.en esta inmediater— cl acceso a una mediacién desfetichizante e iconoclasta: en Lorenzer y La- can el psicoandlisis ¢s desarrollado como “eritica de la ideologia”. B.-LACAN ¥ EL MERCADO LiNGtistICO Con su tesis fundamental de que el inconsciente esta struc. turado como un Jenguaje, Lacan planted con toda agudeza la pregunta, central para el psicoanilisis, acerca de Ia deter- minacién de su objeto y Ia contest6 asi inmediatamente tam- bign con el gesto provocative propio de él: el objeto psicoanali- tico ~construido en forma andloga a un lenguaje y reformulable con el aparato categorial de la lingtistica contemporinea— fue falseado y comprendido siempre erréneamente desde Freud en su especificidad, Sobre todo debido al viraje ego-psicolégico del psicoandlisis de, proveniencia anglosajona, esto. tuvo conse- cuencias graves para el método ligado dialécticamente con. el objeto, las cuales s6lo pueden anularse mediante un recurso “literal”, en el sentido de Lacan, al original del descubrimiento freudiano. | | m omar ue EI lema de Lacan de tomar: literalmente a Freud no sélo sirvié, por consiguiente, a la intencién de desmontar los estratos histérico,cientifieos del_psicoandlisis. para. refundamentar una esfera soterrada del objeto, sino.que también levé siempre a tatar bajo una nueva luz las preguntas. y problemas de Ia metodologia psicoanalitica, inseparables de lo, mencionado an- teriormente. El hecho de que en la reflexién, metatedrica de Alfred Lorenzer se tratase también de una reformulacién de la esfera del objeto psicoanalitico, la cual desembocé. en una nueva determinacién del método psicoanalitico, habla a favor de la actualidad de las preguntas que, en parte, fueron lleva- das al psicoanitisis desde afuera y a las cuales te no pudo sustraerse, si es que queria evitar el estancamiento, en favor de una ampliada reproduccién propia. De esta manera, In relacién entre lenguaje e inconsciente obtuvo ta primacia en la investigacién psicoanalitica, La “suby versi6n del sujeto", planteada de manera amplia por Lacan, es una subversion de Ia ciencia tradicional existente antes de Freud; sin embargo, también es una desconstruccién del hasta ahora presunto sujeto de 1a ciencia psicoanalitica, el cual, ante los ojos de Lacan, continuamente se propuso negar la "“revolu- ion copernicana” que parte de Freud. Ahora parece ser precisamente la subversién pretendida por Lacan la que hizo del suyo un discurso “subversivo” y que pudo cejercer una cierta fascinacién en algunos sectores del marxismo francés, sobre todo en vista de que éste buscaba elaborar los impulsos de Ja-tradicién ‘estructwralista:inaugurada por Saus. sure y, al hacerlo asi, no podia ignorar a Lacan. Asi se fue preparando también aquel fenémeno del lacanismo de izquier- da, el cual condujo a una nueva elaboracién de, la relacién ‘entxe psicoandlisis y marxismo de corte especificamente. fran- és y que en su impetu se delimit fundamentalmente de la recepcién marxista del psicoandlisis predominante en Alemania ¥ orientada en el aparato conceptual de Ia teorla critica, Que Lacan, sin embargo, fuese recibido como estructuralista “clisico” slo por Althusser, denota desde un principio la controvertida posicién de éste, 1a cual finalmente tuvo que doblegarse ante el vehemente cargo de ahistoricidad y de ce guera ante la historia. ‘Tan s6lo Ta subsuncién de Lacan, rea- lizada sobre todo por el grupo ‘Tel-Quel,:bajo:el concepto del “postestructuralismo”, como cuyo tedrico él podria firmar jun: vom Jo Lacan 13 to con Jacques Derrida, represents una etapa eualitativamente nueva de una apropiacién de Lacan orientada marxistamente, Ja cual evité las antinomias del estructuralismo al buscar nue- vamente ‘rehabilitar la historia tedricamente y al crear, sobre todo a través de la desconstruccién de tradiciones logocéntricas, Ja posibilidad de una nueva mediacién de Marx y Freud y asi también de Marx y Lacan. La. “subversién” de Lacan se refiere ~igual que la critica gramatolégiea de Derrida— tam. bién a In axiomitica estructuralista: clisica. Pero. zbasta eso para colocar'a Lacan en una relacién de parentesco con la ritica historicomaterialista de Marx, para tildarlo de —natu- ralmente. inconfeso— pensador_histérico-materialista? En su ensayo "Die Reduktion des Materiellen” (La reduccign dle lo material) (1978, pp. 119sx), Jean-Joseph Goux establece tuna analogia entre la critica marxista.de la economia politica yuna, critica de Ia economia lingiistica, como una critica de las condiciones del dmbito del significante, como cxyo. funda- dor él ve a Freud, Lacan aparece implicitamente como preser- vador y sistematizador de Ia continuidad de esta eritiea. Una teorfa. del Ienguaje, planteada por Freud y desarrollada. por Lacan, es contrapuesta aqui a la lingiiistiea estructural, de la cual se dice que es el equivalente lingiistico de Ia teoria mo- netaria de su tiempo, riticamente analizada por Mars. De hecho es ste el lugar en que Lacan, después de Freud y con 41, se sustrae a la lingiiistica estructural de acuiiacién siussus riana y en que posteriormente articula su eritica, la cual estaba planteada en Freud. Lacan se sirve del algoritmo del modelo del signo, en verdad, pero simultineamente lo des-aplica. Saussure ilustré su concepcién del lenguaje con Ia metifora del ajedrez ¢ implicé asi Ia posibilidad de someter, con el apa conceptual de la teorfa del) juego, el objeto. “Ienguaje” adicionalmente a eriterios formalistas. Unidades diferenciales y oposicionales, Ia diferencia entre un significante y otro como fundamento de In. posibilitacién det signo lingiistico, const tayen para Saussure el objeto lingistico. El lenguaje rige como sistema y estructura de valores puros, significantes, los cuales tan sélo posteriormente producen, en su “juego”, el significado, el cual, para poder convertirse’ primero en tal, estado en la posicién de un significante. El empleo del. concepto del valor por Saussure remite a un Ambito de la produccién lingiifstica —de alli proviene también © que haber

You might also like