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IMMANUEL Kant Critica del discernimiento Edicién de Roberco R. Aramayo y Salvador Mas (con estudio preliminar, notas, bibliograffa, cronologia ¢ {indices Trogis ¥ Critica Coleccién dirigida y disemada por Luis Avemas y Angeles J. Perona INDICE ESTUDIO PRELIMINAR [EL PAPEL BFL, DISCERNIMENTO TELEOLOGICO EN LA FILOSOTTA DRACTICA DE KANT, por Rona R.dramaye 1. Sobre mi Jwiios) la aeitica del tea presence version castellana ( Ediciones wilizadas por los teaductores ‘De cémo evolucions el rtulo de la obsa El ego éticow en la Critica del dscertmieno tlle 3 4 5. La teeologia como bilo conductor o principio heuri 6 5 Newton y su perplejidad ance uns simple brizna de hieeba Fia imo (cultura fin fal (buena voluatad y sumo bien 8, «Si Dios no existe»: Spinoza frente a(Dostoierski ubicatives de Kant ss. La 9, Opiniones, hecho y creen TL BeLLEzZA Y MORALIDAD: LX CRITICA DEL PISCERNIMIENTO THETICO, por Salvador Mas CRITICA DEL DISCERNIMIENTO por lnmant! Kant PROLOGO a la primera edicidn de 1790 [B III] 7 ers ” 36 4 16 109 Ixtaoouccio’ 1. Sobee fa divisién dela flosolta [B XI] IL Acerca del dominio de la filosoia en general [B XVI) 1 De la eetica del disceenimiente come un medio para unit en tun todo las clas pastes de ls filosots (B XX] IN, Dal discernimiento como una eapacidad legisladora « pron [BXxy] \. EI principio de fs finafidad formal de la gaturaleza es on principio tscendental del entendimienco [B XXIX] VL Del enlace del sentimiento de placer con el concepto de finalidad on la navuraleza [B XXXVI] VIL. De la eepresentaciénestética de la Finalidad de fa naturaleza [Xm] VEIL De la representacién légiea de la finalidad de la naturales [i XLVI} IX. Del enlace dela logislacibn del entendimienta y de la rxz60 [por medio dl discernimienco [B L111) “Tabla de las capacidades superiors del alma (B LVI) PRIMERA PARTE ERITICA DEL DISCERNIMIENTO ESTELICO Drona Seceadns [ANALETICA DEL DISCERNIMIENTO ESTETICO PRIMER LIBRO: ANALSTICA DE LO BELLO PaiNieR MOMENTO DEL [LICIO DEL GUSTO, SEGUN LA CUALIDAD § 1. Bl juicio del gusto es estrico [B 3] § 2. Lasatsfacciim que determina el jueio del gusto es totalmente esineecesada (B 5] La smisfaccidn en Yo agradableeatéHigada con el interés [B 7] LL satisfaccidn en lo bueno eatéenlazada con el interés (B 10] CComparacin entee los tes tipos especificamente diversos de satisfaceidn (B 14] Definicidn de lo bello que se sigue del primer momento [1 16] ‘SEGUNDO MOMENTO DEL JLICIO DEL GUSTO, SEGUN SU CANTIDAD §6. Lo bella es aquello que, sin concepto, se representa como objeto de una stisfaccidn univecsal [B17] 15 ns 139 142 5 151 151 1st 12 54 156 158 160 160 160 [cries one oncrasinst0] §7. Comparacién dele bell con lo agradable y lo bueno por medio el casgo caracevistico mencionado mis arriba [B 18] § 8. La unicersalidad de La saisfaci juicio del gusto en tanto que subjtiva [B 21] § 9. Indagaciin de la pregunta: si en el juicio del gusto sentimicnto del placer precede al enjuiciamiento del objeto 0 si ave precede a aquél [B 27] Definicidn de lo bello que s¢ sigue dl segundo momenta [B 32] sélo se representa en un TERCE MOMENTO DEL JUICIO DEL GUSTO, SEGUN I RELACION De LOS FHNES QUIE SE TOMAN EN RELACION CONE, § 10, Dek finalidad en general (B 32) § 11. Bl oicio del gusco s6lo cine como fundamenco Ta Forma de la finalidad de um objeto (a del tipo de representacida del mismo) [B 34) § 12 El ji dl gun descanss en fundancato pri (8 35] a o del gusto paco es independicte del estilo y La wocién [B 37) § 14, Elucicacia meant ejemplos [B 59] § 15. El jici del gusto es cotalmente independiente del concepto de pcteccin [B44] § 16. El jc del gusto por medio del cual se decaea bello un objeto bajo ls coodiciém de wn concepte determinado no es pro (B43) §17, Del ideal dela belleza [B53] Definicién de lo bello que sigue de este tercer sromento [B 61] CUNRTO MOMENTO DEL JuICIO DEL GUSTO, SEGUN LA MODALIDAD DE 1A SATISEACCION DE LOS OBJETOS § 18. Lo que sea la modlidad de un juicio del gusto [1 62) {§ 19. La necesidad subjetiva que aribuimos al juicio del gusto es condicionada [B65] §.20. La condicién de ts necesidad que pretende un juicio del gusto ¢s a ides de un sentido coméa [B 64] + se puede presuponer com fundamento un sentido co rnin [B65] § 22. La neces de adhesin universal pens en un uci del ‘gusto es una ne bjetvn bsjo presupasision de un sentido com esidad subjetva que se represents como [B6s) tor 16 166 170 170 170 mm im 175 17 131 184 189 190 190 190 191 192 198 Dein de fo bello que se sigue de este curto momento [B 68] 194 ja general sobre el primer apartado de ls analicica (B 68] 194 SEGUNDO LIBRO: ANALITICA DE LO SUBLIME 199 12}, Trimsivo de fa capaci de enjuciamionto de fo bell ala de Jo subline [B 7.4] 198 § 24. De bb division de una indagacién del sentimiento de lo subline [B 79) 202 4) De Lo atewéricaesste Supt 205 § 25. Definicion nominal de lo subline [B 80) 203 §.26. De fa estimacisn de las magnitudes de fas cosas naturales tvigble para Is idea de bo sublime [B 85] 207 § 27. De la calidad de a satinfacciin en el enjuiciamiento de lo sublime [8 96] 24 By Dé to pnesnuicaeNTe SUBLIME DE LA NATURALEZA 218 § 28, De ls naturalezs como un poder (B 102] 2S. § 29. De la moalidast del jucio sobre lo sublime de la naturaleza [B 110} 224 Obseisacidn general sobre Ia exposicién de los juicios estéicos reflesionamtes (B 113] 226 DenUcciON De LOS jutcIOs ESTETICOS poROS 242 § 30. La deduceidin de ls jucios estéticos sobre los abjetos de La snaruralza no debe drigitse « aquello que en €scosllamamos| subline, sina séto ato bello [8-15] 22 § 1. Del método dela dedlacidn de los juicios del. gusto [B 133] 244 § 32. Primera pecularidad del juicio del gusto [B 136] 245 § 33. Segunda peculiaridad del juicio del gusto [B 140] 247 § 34, Noes posible ningin principio objetivo de gusto [B 143] 249 $35. El principio del gusto ex el principio. subjetivo del slisceenimiento en general [B 145] 250 §.46. Del problema de una deduccién de los juicios del gusto (B47) 252 $37. Qué se afirma realmente pron de un objeto en un juicio, del guseo? [B 149] : 253 38. Dedaccién de los juictos d Observacin (B 152] § 39, De a comunicabilidad de una sensacisn (B 153] § 40. Del gusto como una especie del sna communis [B 156] 41. Del incerésempirico on lo bello [B 161) § 42. Del interés inceleerual en lo bello (B 165] § 43. Del ace en genera (B 173] § 4. Del ree bello [B 176] 45. El arte ello es un arte en ba medida en gue parece sec al ‘misino tiempo naturaleza [B 179] §,46, El arte bello es are del genio [B (81) 5.47. Eluciaciény confirmacién de 1a explicacign del. genio cofeeca mis arriba [B 183] § 48. De ls eelacidn del genio con el gusto [B 187) $49. De has capacidades del Snimo que constiuyen al genio [B 192) §.50, Del enlace del gusto com el genio: en los productos del arte ‘ello [B 202) § 51. De a dvisign de las bella arces [B 204), § 52. Del enlace de las bells actes en uno y el mismo producto, [Rava] 453. Comparacién del valor esc (Bais) §.54. Obseracién [B 222] gusto [B 150] co de Las bellas ates entre sf SEGUNDA SECON: La DIALECTICA OFL DISCERNIMIENTD FSTETICO $55. [B21] 456. Representacién dels antinomia dl gusto [B 2 §§57. Disolucién de la antinomi del gusto [B 234] Obseevacién I [B 259] Obscevacién I [B 243] 58, Del idalisno dela finalidad tanto dela aturaleza como del arte, en eannto cinico principio del cliscernimiento estético [B 246] § 59. Dela bellezs como simbolo de fa moralidad [B 254] § 60. Anexo. De la soctrina del mévodo del gusto [8 261] asd 255 256 258 261 265 268 270 27 273 274 277 280 287 288 309 510 su 34 37 319 325 329 SEGUNDA PARTE CRITICA DEL DISCERNIMIENTO TELEOLOGICO §6n so 56 46 665 466, so. 568, 669. § 70 gn $72. $74 De a Finalidad objetiva de la maturaleza [B 267) PRineRa SECON ANALITICS DEL DISCERNIMIENTO TELEOLGICO De ba finalidad objetiva, que es simplemente formal, a diferencia de b finalidad macevial [B 271) De a fialidad relativa de la naturaleza en sa diferencias con Ia Finalidad interna [B 279] Del peculiar cariceer de las cosas como fines naturales (B 284) Las cosas como fines de la naturaleza son sere onganizidos [B 289) Del principio de enjuiciamiento de bs finalidad interna en los seces organizadas [D295] Del principio del enjuiciamiento tleolégico de Is naturalers cen general como sistema de fies (B 298] Del principio de la teleologia como ciencia nacwsal (B 304] incipio interna de fa SEGUNDA SeCCION: DILECTICA DEL DISCERNIMIENTO TELEOLOGICO {Qué es ana antinomia del discernimiento? [B 511] Representacién de esta antinomia (B 313] Preparatvos pata la dlsolacién de dicha antinomia [B 317] De los diversos sistemas sobre a finalidad de [a naturaleza [B 319) Ninguno de los sistemas anteriores cumple con Jo. que pretende [B 525] [a causa de la imposbilidad de crate dogmiticamente ol concepto de una técnica de ly natoraleza es la inexplicabili- dad de un fin naeueal (8 329] 345 39 a4 148 350 355 360 365 366 369 370 a3 5a 582 g 83 534. 585, 586 Et concepto de uns finalidad objetiva de le naturales es un Principio critica dela eaz6n paca el discernment reflesio- ante [B 535] Observcién [B 359) De la pecaliaridad del entendimiento humano en virtud dela cual se tora posible para nosotes cl sansepto de un fin (8 544) De ln confluncia del principio del mecinismo universal de Ia macera con el prisipioteeoligco en Ia eécica de nnaturleza [B 454] Avexice Meropo100is UBL DISCERNIMIENTO TELEOLOGICO Sits teleologia ha de tatarse como pertencciente a b eoris| dle la naeuraleza [B 364) De a necesatia subordinacin del principio del mecanistno Injo el principio teleolégico en bi explicacidn de una cosa como fia de la naturalezs [B 566] De la agregacida del mecansmo al principio teleakigico en bs cexplicasién dean fio natura com [a s7a] Del sistema eoleoldgico en las relaciones externas de los seres corganizados [B 379] Del fi ilkimo de In naturaleza como un sistema cleoldgico [B s88) Del fin final de a exstencia de an mundo, 0 sea, de Ja ceeacién mis [B 396] [8 400] Dela ético-teologia [B 410] producto de la matuealeza De la fisico-teolo Obsersacién [8 416) § 87. g88, De la prueba moral de ls existencia de Dios (B 418] Limitaciin de la vader de ly prushs moral [B 429) Observacién [B 433] 589. § 90. gor De la utilidad del argumento moeal [8 459) Del tipo de asentimiento debido a una prucks leoldgica sobre ls existencia de Dios (B 443] Del tipo de asentimienra suscitada por una fe prictica [B458) Observacign general a la teleologia [B 468) 379 383 387 193 401 403 108 40 ANEXOS (ale ud prslionina BoLioaRatls [A) Ediciones alemanas mansjadae para la presence exduccién B) Traducciones previas al castellano dela Citic del discerimints ©) Versiones castellanas de otros esritos kancinos 1D) Introdueciones a ediciones de la cexcera «Critic ) Licerarura secundaria CronoLoaln (com reseia de los extas kantianos en espatol) noice ONOMSTICO (paginacién «Be frvoice CONCEPTUAL. (paginacién «Be [NOTICIA SOBRE Los EDITORES 483 48) 484 485 485 493 5 ESTUDIO PRELIMINAR 1 EL PAPEL DEL DISCERNIMIENTO TELEOLOGICO EN LA FILOSOFIA PRACTICA DE KANT Roberto R. Aramayo [46]. Estacfamos ante lo que Zammito ha dado llamar el n una demands que surge de la Critica étican de la obra [47]. «El mejor camino para ilu- igi ftico” —aduce Zammnito trastar [a version final de la ineeoduccién, compuesta en marzo de 1790, con la Primera Fntroducn, edactada en mayo de 1789. El in- terés de Kant por la utilidad heuristica de los juicios tela pra el conocer parece decaer sustancialiente ee la composicisn de ambas versiones» [43] No es que Kant haya sdido de vista esca utilidad heuristica nica, sino que tal peespectiva se dlesbordada por otros problemas de mayor calado planteados en la segunda Crftka y que se ven apuntados en el segundo epigeafe de ingroduccién: «Por mucho que se constate un insondable abismo ete el dominio del concepto de la naturaleza y el dominio del con septa dela libe uno al otro, como si fueran dos mundos totalmente distin ad, de tal modo que no sea posible tisito algu tes, de los cuales el primero no puede renee ningin inflajo sobre segundo, pese a todo, éste si debe tener alguna influencia sobre eal concer de ictadl date harer ce Lfin dado mediante sus leyesy, por con- te de cet cen el mundo sensi iguience, la nacaraleza también ha de poder pensarse de tal ma ra que la legalidad de su forma concuerde al menos con ta yes de la libertad (B XIXXX). Muy probablemente muchos de los temas tratados en posibilidad del fin a cealizar en ella segin las Ia «Metodologia del discernimienta teleoldgica» no Figuraban den: tro del proyecto inical 0, en todo caso, fueron cobrando un prot gonismo inesperado que le obligé a vedactar una nueva introda: donde quedara convenientemente acentuado este egiro ético Caffe, aLa Ct mi xb eu ci p03 ci of Kan’ Chin of fret The Jeb £f Zarit, 7 5, Chicago 8 London, 1992, p. 264; apis 13 ent de WZ Segiin va entrando en materi, el planceamiento inicial {que ¥ remos dentro de un momenta) da paso al problema nucleat de la 6 sofia transcendental: el compatibilizar ls heterogéncas legislate nes de li nacuraleza y de ba moral, a saber, el mecanicismo y la libertad. Kant se pregunta si cabe tendet un puente que una el mun 1 que brinda en el imo epigeafe de su in sn nouménico de Ia re zn, He agus la resp legislador a priori para la rnaturaleza, La razén es h pia causalidad. Dado ef enorme abismi de primera ke alora a prion para la libertad y su pr re wcoar[b sipacenaible »s fendmenos, el dominio del concepro de natural islacién y el del concepeo de libertad bajo la seguncla Hin totalmente segregadlos frente a todo influjo reciproca que por bre el otro; y no es posible render un puente de un dominio al otro. Ahora bien, el efecto po de liberea es el fin final que dehe existie, para lo cual sep supone si ¢ indicién de posibilidad en la naturalera. Aquello que esupone esta condicign « prior y sin cemitiese a lo préctico, el mncepto mediador entee los conceptos de fa maturaleza y el concepto de fa libertad, que hace posible ef tinsito desde la legislacién pura tedrica hacia tale prictica en el concepto de una fnaidad de la naturaleza: pues de esta ‘manera se reconoce la posibilidad del fin final, que slo puede re lizarse en la maturaleza y de acuerdo con sus leyese (B LIV-LV Curiosamente, con la Cita del discernimiente Kane parece mar el viejo programa que se habia trazado tes décadas antes y qu Fue arrinconado por ls compleja elaboracién de su primeea Cri lebre carta que Kant envid a Mar sus Herz el 21 de Febrero del ano 1772: «También he pergefado a imi telativa satis dle di aft), con sus efectos, Io agradabl lo bello y fo bueno; y ahora tengo el plan de una obra que in Jos principios del sentin del gusto y rnvimiento (Beurilun din alacse Los limites de la sensibiidd y dela razon. Dich obva te dria dos paces, una te6rica y otra préctics. La primera se dividiefa en dos partados: 1) la fenomenolpia en general; 2) la metafisica, slo seg su naturaleza y método. La segunda contaria igualmente con dos A aged flangue la moralidad, Schopenhauer, en su Critica Al peimer volumen de Ei mun Segtin él, esta segunda pac pt das desde fuera ys He fin p tos natucale ada ya constieacidn ests dee sminada por les nuesteo intelecto, al qu Esta analogia ¢s suficiente para eLhilo condactor de su estudio, pero en ticla en Ia explicacién efectiva del origen y la € aerpos. Pues la necesidad de concebislos a Ast resumiria yo la doctrina de Kant a este Sch atinado, atengamos dinicamente alos tems abordados ant 9] cir 4 [50] Che A. Schopentaues, HPV Giectamente, Kant entiende que al estudiar la naturaleza orginic hhemos de considerar esos productos acomo si [RRA] escuvieran pl ppamente trazados exprofeso para nuestro discernimientow (B26 njuiciamiento celeolsgico se aplica leg(tim mente al estudio de la nacuraleza, al menos de un modo problem ico, pero sélo para ponerla en analigia con la causalidad conforme a fines bajo principios de observacidn e indagacién, sin pretende plicarl con ello» (B 269). La biologia excede los limites de un: explicacién mecanicista y su estudia necesita recurrir subsidiaria ‘mente una causalidad finalistia, habida cuenta de que sun ser ot ganizado no es una mera méquina, pues ésta tiene tan sélo una fuer srg, sino que posee una fuerza canfiguradoa, una fuerza caps de teansmitirse a materias que no la tienen (organizind Fuerza configuradora que se propaga y que no cabe expli mente por la capacidad motriz {por el mecanismo)» (B 29: supuesto, Kant repetiré hasta la saciedad que se tata de un Principio regulative y no constitutive, de un mero bilo conducer que nos permite «ampliar el conacimiento de ta naturaleza conforme a tun principio diferente, cual es el de las causas fins mento del principio mecinico que ri Desde luego, no estamos ance nada similae al teleologismo ingen ue Voleaire parodiara en su Céndido,seytin el cual nuestea nati asilo de la ignoranciae magistralmente descrico por $ r le Spin Apéndice al primer libro de su Erica. La teleologia en Kane abre nue ‘0s horizontes al estudio de la naturaleza orginica; sel no dejar a tun lado el principio de los fines en los productos de la natu ‘onsticuye una maxima de la razén, habidh cuenta de que, aun cua lo no nos haga mis concebible su génesis, si su riaico [RRA] para indagar las leyes particulace B3 ). «Bn la teleologia una habla ciertamente di [1] Nadie hu pesto vd en rite del principio relative a gu [RRA] la finaidad en ella fueta intencional, peco al mismo tiempo ese propdsito se atribuye a la naturaleza, esto es, ala mate ria; con lo cual (pues a este respecto no puede darse ningtin malen tendido, en tanto que de suyo no se atribuye a una materia inani mada ningsin propdsito en el sentido estricto del término) se quien indicar quc esta palabea 0a un principio del discernimien to reflexionante y que s6lo afade al uso de la eazéa un tipo de in slagacién distinto del que se atiene a las leyes mecSnicas, al efecto Je cumplingntac la insuficiencia de esce sitim en la bisqueds em- pirica de todas las leyes particulares de la naturaleza» (B 308) [5 nyo porplead ante un single rica de bir Cuando Kane estaba diseniando su terceta Critica publics un opiscu lo titulad so de los prints relies en filosfia. En el be rrador inédito de dicho trabajo nos confiesa que «algunas ve también habia probado a navegar por ese gollo suponiendo aqui el fundamento de un anismo natutal y erefa deseubric uw travesia hacia un concepto de naturaleza sin arte, pero la razén jempee quedaba varada en le playa y prefert aventucarme por el in conmensurable ocfano de las ideas» [53]. Por ello, en Ia Cries de scernientetdeligico acu als icea del conjunto de la naruraleza como un sistema segiin la tegla de los Fines» (B 300), porque «para esa conexidn can manifiesta de las cosas con arceglo a causas finales ha de pensarse una causalidad diference a la del mecanismo, a sabe Ja deuna causa (inteligente) del mundo que obra confarme afin tal principio es ana mera maxima del discernimiento, donde el cow cepto de aquella causalidad es una mera idea [RRA] a la que no se cata de conceder realidad alguna, sino gue slo ste wile como bil 52) oN Jos foes en In satuiaeen om cme, sn el ah cea een lace ltaieceat of esi sobre la protctns del maturalear (336), J Chi Ake XXII 75, pceen del wo dep Coast fe Aes toon conduc in [RRA], la coal permanece siempre abiert fodo fundamento de explicacis ica, sin extravinese fuer mundo sensi 518 Jimirado Newton habia sabide explicar la mecinica celeste feemos en las Actaiones marginale as ejemplar dels "Ob: Les sobre Lo lle y fo sublime" — advieeié por primera vez orden regularidad, unidos a una gran sencillez allf donde antes no se h aba sino caos y diversidad, discueviendo de onces los com eh trayectorias geométricas» [54]. Pero, a juicio de dant, res ta ocioso aguardar q a otro Newton capaz de dar una cexplicacién merament atiniea o bialogta. «Es to mente cierto que ni por asomo podemos llegar a conocer suficien nizados y su posbilidad interna segin pri cipios meramente mecinicos de 1a natuealeza, ni mucho meno acertar a explicienosles: y esto es tan cierto como para poder decir in vacilacion algena que para el hombre resulta absu 2 ancebie senicjante proyecta o esperar que alguna vez pueda sutgie tun Neweon cap smprensible tarsiquiera la produecin de un hiesbajo con ateeglo a leyes ardenadas sin props bien al contrac omprensidn ha de serle negads sin n hombres» (6 337-3385 ‘A decie verdad, Kant estéreiterando aquf una eesis que ya habia sostenido en 1755, al escribir el prefacio de su Hioria general del raturleza y lc wor del elo allt dlecta: ala formacién de tod) e¢ comprendido mn mayor facilidad que la génesis de una sola hierb de toda la canscicuci6n accual del universo foruga, explicada exacta y completamente » [55]. Como vemos, ereinta y cinco aitos después continsa pen: ando exactamente lo mismo, segin leemos en el § 77 de la Crin el deere ninguna caz6a humana (campoco a razén finita que fuese cualitativamente similar a la mu mucho que la superase segsin el grado) pued cen absohito a p Esta conv cio telealdgica oe ejempl ila» (8 ‘én es Jo que | ina Reel dicho, ta Pr sbre la posibili ue un ju jue ef ci stalino de twat, por medio de una segunda refraccién salad de yallf queda expuesta con una m aturaleza [RRA] respecco ala p s pense porgue tl ide sire de princi [RRA] del ojo en To referent d la naturaleza una causa nalmente, Lo que serta un juicio wsalidad q sta limitacién de nuest: al ita as apuz de poder explicarse los objetos orginice Kane slo patucaleza o di erm aap ta natutalezar (8 40; ntondioaentarista [57]. «Desde puedo juzgar sobre la posibilidad de aquell sino ewando pienso de 6 Che ri ajo +P ve de Unies residen allende de le pia capacidad cognes de la nscur lo que le hace busear «un nuestra discerniin in produce determina I fin Timi 408), dando a produccidin de abr duce que ‘on fa causalidad de un entendimienta”» (B 333) [58 abilizando dentvo del imbito biol6gico et fia de la historia. Recor in realidad Kant est mismo esquema que ya utilizé en su fi fa en 1784: «No puede uno librarse de ciesta in: Jignacién al obsecvar su actuacién [de la humanidad] en el escena tio del gran teatro del mundo; haciendo balance del conjunto s dria que codo se ha visto urdido por una Tocura y una vanidad i fantiles ¢ incluso, con freeuencia, por wna maldad y un afin de: tractive asimismo pueriles; de suerte que, a fin de cuentas, no sab uno qué idea hacerse sobre tan engefda especie. En este orden d cosas, al ilésofo no le queda otro sect absurdo decueso de las cosas humanas una dnt dela nara legs. Vamos a ver si logeamos encontrar un bilo conductor [ RRA] para historia semejante, dejando en manos de la naturaleza rndrar al hombee que habes de componerla més tarde sobte esa base; de la misma mane o un Kepler, que sometis de forma inesperada las formas excéntricas de los planetas a ley fecerminadas, y luego un Newton que explicé esas leyes median tuna causa universal de la naturalezas (59 ‘Con arreglo al egiro éticon ya sefialado, Kant recupera este ea zomamiento sobre todo a parti del § 83, Una vez que la naruraleza [58] Ens de aa dedascin mecca dels produ tos naturales conformes 3 fin puede ba deduce cle “ que en tore algun 4c haga supe i jue emo de ejucie como fn natural mismo espera oben con elo um buen resultado Jemocor pra a poids de serjante p hn cralmente dation, cules 9] Cle Ak, VIN 8 fe esp saa ore anal em cle oma olin), Teno, Madi exto R. Arana y Conch hha sido descrita en los parégeafos precedentes como aga in ora, Trazando primero cierto paraelismo con Ia Revoluck firectamente y dando un rodeo a través de del sumo bien. int_¢5 equiparado con una especie de Robespiesee qu B, igualmente, con el postulad relativa a in de Dios. yoillotina teéricamente a Dios, para ser presentada luego como un He Ia Critica de onda ‘que decide resucitarlo por compa ba moral», Kant acomecerta una subrepticia fandamentacign teoldg iado Lampe. «Kant —escribe Heine— ha tomado, cia aN eA Ree POI Rr gL asilto, ajusticiando a coda la guarnicién. Ahora yacen sin vida lo abre unos clandestinos presupuestos reolsgice eee misma divinidad, privada de coda demostracién, ha sucumbido: ya ee eae no hay misericordia divina, ni bondad paternal, ni recompensa fu: tura pata las privaciones actuales; el alma ve eémo su inmortalidad 69] Cle Sigmund Freud, on, Biblineca Nueva Madi 1 CFA. Schopenkove, Uhr gid a ods len miles de a mina, de ns enfermedad deshonestos devuelva a quienes creian te Gn final de la cre | abismodel informe cas del mts de donde acon verre Ia ey moe con ous chon no vecacd proved amente, algo para fo cual aquella sacrosanta ley pone rum us fuerzas, Pero su esfueeza es limitado; P nacuraleza puede aguatdlar, certamente, una easual adhesic in cuando, n abe aguardar una concordanca, « que se ver ique conforme a leyes y segin reglas estables (tal como son y tie- hen que set interiormente sus miximas), para con el fin qui ‘embargo, él se sicnre obligado e impelido a realizar» (B 42 ‘malo es que Kane no confia del todo en su propio héroe moral piensa que a la postte su énimo podea desfallecer, sino cree p ble mejorar el mundo existente con su buen hacer Por ell bien en esce punto quiere seguie apegado a Ia llamada de su deeer timaci6n étia interna y no quiere debiltar el respeto que le impone decer inmediatamente la ley moral merced al anulamiento del nico fin final ideal acorde con tan alta solictud (lo eual no pued utvie sin darse a su vez un quebrancan del quebrantamienco de Ia intencién mo: ral), encances, con un propésito préctico, esto es, para forjarse al menos un concepto relativo a a posibilidad el fin final qu prescrito moralmente, tiene que conjeturar, dado que cuan lo no es contradicror a existencia de mundo, esto es, de Diose (B 428-429) 5, bechosy ervncas. La fe dubitatvan de Kant A Kant le intecesa subrayar que no cabe poner el care vuando nuestro juicio moral I foro. La wv « radicalmente auténon jtse por ningu ideraci6n teokigica previa, tal com lara en pedlogo aL sofias, demonologias, teurgias ¢ idolatrias que anulan ta moralidad pervierten a la teligtin (cfe. B 440). Kant entiende que su «pru bbs morale responde a un anhelo primordial del ser humano por el imperio de la justicia, «En cuanto spzaton am at sobre lo justo y To injusa, hubo de comparecer inevitablemat cl juicio de que el desenlace neinea podria ser el mismo si un hom: tye se habia comportado sincera o fal juitativa 0 vi tamente, aun cuando hasta el final de su vida no se hubiera enco trado dicha alguna para sus vietudes © singin castigo para su! fmenes, cuando menos aparentemente. Es como si peteibieran dlentro de si una vor que dijera: “esto cendria que discursie d manera» (B 438). Asf las cosas, en lugar de conjeturar «an cie azar, al que acaso uno quisiera poner como principio para enjuiciar Ja paturaleza» (B 438-439), al igual que «acribuimds al alma entre otras Fuerzas tambiéo una vie leomorive, habremos de conjetur que contenga el fundamenco de la posibilidad y de la realidad pe tica, esto es, de la viabilidad de un necesario fin final moral este algo, segiin la indole del efecto A se aguarda, pod: reasarlo como un ser sabio que gobierna ef mundo conform: B 436-45 Para clarificar su posicidn a este respecto, Kant revisa en 1 habia expuesto en la tereera seccién del can ulada «Del opinas el saber y el er Ene a del dicermmionto se reivera esta eiada, dif pind, by suestiones de f re cab tar gee ea sale libre y- puede erer inable, siempee que pu Conjecurar habitantes racie ual es posible de spo, podeamos resolves median ui sit esto maria de aun (8433) [78] Los hecho budon po a experi opi aja br iy Gta x aie de ber ceuya vei eb J a xa nist des ea ge ob 8457) Mar be ederim fe loa que tad pal perk eC ea ee 110 de valer como cuestion de fe en nuestro asentimient uf as iid pra saa lin final dl misma en cambi, se mo concepto no puede hacer valer su objero como un hecho, por unquee La necesidad del deber esté bien clara para la raz6n prsctca, la asecucidn de su fin final, en cuanto no se halla por completo baje nestro poder, 6lo +e conjecurada en pro del uso pedi en ¥: por tanto, no es tan necesario desde un punto de vista prictico mo el deber mismo» (B 460-461). La libertad es un hecho y s6lo nella se fundamenta nuestea ley moral, mientras que «a Fe (sin ms) tuna confiaza en la realizabilidad de un propésito cuya promocién an deber» (B 463). Se trata de una creencia que no prescribe nada sumplir con el deber conforme a la propia capacidad y esperar 1 un complemento 4 tal esfuerzor [79] luego, Kant no aboga por una fe o creencia dogmatica, wn iativa (cf, B-464). Esta tesis de Kant qued: 2 en El fia de sodas las casas (1794): suino puede ser tan ind 8] El joven Kan 7 ree dich de Raterea R dul como se quieta, pero alli donde resulta absolutamente imposi ble prever con cerreza el éxito de unos medios adoprados conform 1 coda sabidurta humana (que, si debe merecee su nombre, ha de re ferirse Gnicamente a lo moral) tiene que creer al modo prictico en una concuetencia de la sabiduria divina en el decurso de la natura leza, ano ser que prefiera ronunciar a su fin tltimo» [80]. Lucien Goldmann lo explica del siguiente mado en Le Dien cach: sel indivi. Jo 10 puede realizar solo, por sus solas fuerzas, ningéin valor au téntico y siempre necesita un ausilio transindividual sobre cuya iscencia debe apostar, pues slo pucde vivie con Is esperanza de un éito en el que debe ere» [81]. Como Kane sefiala en sus Lecciones de 10a, ola ervencia no se distingue de la opinidn por el grado, sino abercld tiene como conacimiento con el obrar; ast, po jemplo, al comecciante no le basta cuando emprende sus negocios nar que podeia ganar algo con ello, sina que necesita creer en ello ra emprender lo incierto» [82]. ¥ eso es lo que le ocuere también Al agente moral kantiano cuando acomete su empresa étic En cealidad, nos dies Kant en una Reflexién fechada encse 1798 1804, ano es preciso creer que existe un Dios, sino que basta n hacerse una idea de un ser tal cuy poderto no tenga limites uuanto a la libertad humana y su destino» [83]. Sin embargo, ‘no modifica el planceamiento que ya conocemos: «El hombre os en La riigin— ha de proceder coma si codo dependiera d a condicién puede esperar que una sabidueia supe rior concederé la consuniacién a sus bienintencionados esfue zose [84]. Da igual eémo se apode dicha instancia que avala el é to de nuestea empresa moral, segin testimonian los escritos kantianos relativos a su filosoffa de la historia, donde Kant va in uso mis alla del célebre Der sive Natura que acué Spinoza y ha bla indistintamente de aJuiciow para verter castellano lor slemans Ul los motives que nos ha ls 4 escoger adiscernimienton ya han sido expuest ba (1]. Em la Critica de diernimieno «Urteilskrafee a 1h capacidad para pensar algo particular como contenislo regla, sino que, mis bien, en la tercera critica, l discernimient reflexionante cuando para algo particular dado « busa la veg, 10F canto, no esté dada, Este cambio de sentido esté en funcidn di la constraccidn de un puente entre la Critic de ln rac ica dela ragbn price, « 10 que es lo mise teoria y a pratis, pues silos principios de una y otra fueran tot radicalmente diversos habria que cancluir que de igual modo so diferentes el sujeto que piensa y el que actia [2]. Desde un pun to de vista muy gemecal, [a Crfice dl diver lacién entre las dos ctiticas anteriores al hilo [1] He deeeconoce que yom re mestraba muy ectpi frente la conversencin de eaducie Unig va herto R.Arumayo unas resets gue liens nip octabujo de traduccidn el que scab de con pelle fale por hs dition de "0 aor os Jsicio acu: mismo Moe : paid / fal ailbler por su ambigitdad 2] Cle M. Fra, V. Zant apht Tee nd Kownmentae Hi Ze Devtang Frankfurt am Min: Saleh J que proporcions el juicio estésies que sc refiete 4 objeros del arce y el que oltece el juicio celealdgico que lo hace a deter sinados objeros de la naturaleza, Desde el punto de vista dela ( ragbn pura, tanto unos coma otros, tanto los objetos del aete coma los de la nacuraleza, son «fendmenos» (excremo este que recuerda una y otra vex a lo largo de toda la Critic det discern: ‘mien, pero sucede ademas que los primeras son «belloss y los se gundos, al menos algunas de ellos, contempla un objeto bello, que just contempla ex rimenta un sentimiento de placer Kane no se Limita a def der la is de que euando eemplo un abjeto bello experimento placer y que precis P ¥ que precisamente por esta circu tancia (al margen de cualquier otra consideracién) tal objeto es bell bjetiva que yo hago ¢5 vilida universal y piblicamente, esto es, que estoy justficado pan birla a todos los demés sujetos. De auf que haya que distinguir tre los juicios sobre lo bello y ls jucios sobre radable, que también éieos (porque su flndamento de terminacién es subjeti pero que no pueden precender univers clad (porque son empiricos). Porque a mi me resulte ageadable det minade objero no puicdo pretender 4 mundo; sin embargo, de acuer tesulee agradable para todo el o con Kant, si enjuicio un objec echo) a que taco el mundo ke sno bello estay justificado (teng «ios estéticos sobre Lo bello son juicios estéticos patos. Cuan juicio un objeto como agradal ese objeto, pues me resulta agradable, y es un dato empicico qu h es humanos prefieren fo agradable a lo desagradlable, Se trata 10 de todo punto evidente, al igual que también fo es que a idan unas cosas y a ottos oteas, : as; y aunque a este respecto tal ve quepa detectar empiticamente cieetas constantes,cabe incluso que que agrada a unos desagrade a otros y viceversa. A propésico de | men agradable para los sentidos puede como méximo deci tea los seres humanos les agradan o les desageadan las mismas cosa de aqui que estén interesados en la exist “ ncia de estos objetos que z wala les agradan les juicios estéticos puros sucede algo muy diferente, Ex primer lugar, porque a despecho de su carScter subjetivo no preter slen salide meramente general, sino universal. Bn segundo lugar > enjuiciamos un abjeco como bello (y no meramen: porque ewand te coma agradable) en modo alguno estamos interesados o dejamos jeto en cuestisn d suando se pregunta si algo es bello, no cia bss, sino que se pregunta ci mera contempliciéns (B 6). Cuando se pregunta si algo es 0 no agtadable sf que se desea saber, por el contrario, si a nosottos 0 a cualquier ot 2 0 nos podria ir algo en la existencia de la porque sf que nos va algo: que la existencia nos resulte ma rable © mis cémoda (lo que sucede cuando la cosa agradabl iste y no sucede cuando no existe). Por esto Kant sefiala que «l eemina el juicio del gusto es totalmente desin- tisfaccidin en lo agradable esté ligada con el interés» (§ 3)- Nuestra felicidad dep funcién de que existan cosas que nos resultan agradables; pl placid de an objeto bello, por el ec ac que sentimos en la vara ninguna relacign directa ¢ inmediaca con La ad. O fo que es lo mismo: ls casas agradables las deseamos, no liniean a gustar, sino que producen delete, pres no nos limitamo a aprobadas, sino que producen en nosotros una inclinacién a lla dey sultan agradables (y porque nuestra felicidad deps Lo cual no puede sorprend ‘esti en funcidn de que existan cosas que nos re cuantas més sean y mis agradables nos resulten, mejor). En los jut 2 enjuiciada os estéticos sobre lo bello, por el contrario, la co como bella se limica a gustar, gusta «sin mise, y por algo que gu ta de esta manera Kant entiende aquello que gusta en y por si mis imo, al margen de todo interés, toda inclinacidn y todo deseo. Li cestrategia de Kant apunta a delimitar en émbito auténome lob onsigué, por ast decito, en varias fases. En la primera de ella lo, lo cval para la Idgica de la belleza y para la experien lr (lo bello frente a lo agradable). ef ericeri a la que acabo de al s. En cde distinci6n toma pie en la relacién o no relacién con el in la segunda fase, en la que se deslinds entee los juicios estéticos so. discernimicnto reflexionante es esa capacidad que nos permite sub bre lo bello y los juicios pricticos sobee lo bueno, se vuelve a recu sumie lo particular bajo To universal. Ahora bien, ebellor no es un trie al mismo criterio, pues al igual que sucede con lo agradable, la oncepto bajo el cual subsumimos un objeto, esto &8, «bello» no acisfaccién en lo bueno esti ligada con ef interés» (§ 4), por tan: 2 Lr éncinacin y el deseo. En el Smbico pedctico no este tan obj sacepto, sino exchasi juego un interés de los sentidos (como sucede en el easo de fo me samente al sigue que el ji agradabl, la razén nos incina a lo bueno, Cuando queremos . Los primeros son wn ionalment lo bueno desearnos que exstael objet ola accifn es nis, en un doble sentir callaarios'un iver eon (oeaetieat a oeee ett i los. Ahora bien, si Ios juicis sobre lo bello son ca desinteresadamente, como sucede con aquello que gusta pa seiculate, teuil es el sentido de su universalidad? Para aque es bello, que gusta wsin ms ni mi, desinteesidamente, Di ta dificulead, Kant distingue entse cncidad Logica (u objetiva) ho de otro modo: cuando hacemos lo bueno 0 cuando sentimo: antiad estévica (0 subjetiva) (B 25-24 ta de la cancidad Igica puede pensa Sai eam Metul ast calcd we [bo oe Aner oisdus ae Rae en eae ne Dee tole rad CnTTON ence | El aces ee ae on cee teal es ego pee MOON Mog on oa anaes aa ie (B 145), que exige, como ya sabeme la coincidencia arménica (en una determinada proporcién) d Jmaginacidn y entendimiento. Ahora bien, aqui y ahora 1 del discerimienta en general, sino del discenimion etic, est que no implica juicias légicos, sino estécicos (los cuale sisro una ver mis, no subsumen absolutamente nada bajo un con. cepto} La dificulead puede planceatse del siguiente modo: por una par te, did shemos con jaicios, tiene que haber subsun igi; por otra, dado que no se trata de juicios Kégicos, no puede tea arse de tas 5 de ana representacién bajo un concepto. Con palabras del mismo Kane: «Dado que aqut no hay ningiin concept del objeco en el fundamento del objeto, éste slo puede consiscir en fa subsuncidn de la misma imaginacién (en uma representacién por medio de la cual se da un objeto) bajo las condiciones mediance las eral, el entendimienca va de la intuicién a los concepto 146). Se teata, pues, de una actividad estcictamente formal ¥ que en tanto que eal puede adseribiese a todo ef mundo: al igual ve todo el mundo puede subsumie intuiciones bajo conceptos (de donde se sigue que todo el mundo puede proferirjuicios logicos) todo el mundo puede subsumic la capacidad de las intuicion presentaciones (la imaginacién) bajo la eapacidad de conceptos (el entendimiento); de donde se sigue que todo el mundo puede pro: ferie juicios estético: Kant no quiete poner de manifiesto que todo el mando, con la contemplaci6n de un objeto bello, siente placer ¢ ue Iiego expresa esta citcunstancia, pongamos por caso, ‘mediante el juicio «percibo y enjuicio un objeto con placer»), sino jue todo el mundo puede emitie juicios estéticos que pretenden una adhesidn por parte de todo el mundo, julcios, por tanto, en cuyo fandamento adebe haber algo como principio a priors, «... que seri todo lo subjerivo que se quiera (dado que para este tipo de juici: imposible un principio objetiva), pero que en tanto que «al Ca bign requiere una deduccién que haga comprensible cémo un juicio pretender necesidad» (B 148). La deduccisn, sin muy «ficil» y en cierto sentido ya ha sida eealizada, de nos damos cuenta tat pronto como reparamos en que el d cernimiento estético no dice qué y par qué un objeto es bell juicios del gusto no representan el placer), sino que discierne, encre todos los juicios posibles, aquellos que repeesentan la validez uni versal de este places, Ahora bien, la carea del discermimiento es, jus tamente, discernit. Por tanto, todo aquel que puede discerns, pue fiscernie aquellos juicios que representan la validex universal del x estético. Todo ef mando puede discernic, de donde se sigue jue codo el mundo puede discernie aquellos juicios que represeucan slider universal del placer estética, Pero si todo el mundo pue Jiscernie aquellos juicios que representan la validez universal del acer estético, todo el mundo puede emicir juicios extéticos que peecenclen una adhesisn de todo el mundo, por la sencilla az parceste todo el munde no es sino discetni aquellos juicios que repres nite juicio ticos que pretenden adhesién p Juccién, deci ya esti wersal del placer estética, La hhecha, porque Ia deeuccién no es sino la repeticin de la analitica En la Obsrvacién que sigue al § 38 (Deduct dels judo dl 1a), escribe Kant: «Esta deduccign es tan fie porque no necesita no es un concepto del objeto, ni el juicio del gusto es un juicio co universalmente en todo see humano las mismas condiciones subje civas del discernimiento que encontramos en nosotros...» Ya sabe dlisposicién arménica y proporcionada de entendimiento y sensibi lidad (a la que se hi subjeriva, el placer estético) y tal disposicién arménica, en efecto podemos presuponerla en todo el mundo, puesto que todo el mun: ddo conoce y en todo conocimniento intervienen, n, el encendimiento y la imaginacidn tal intervencién en determi subjetva que debe satisfacer todo que su contenido objetivo sea uno w Si sabemos que la «interve 4 la condicién (Formal y subjetiva) que debe satisfacer todo cono- imiento, es porque para obtener este conocimiento el entend imiento y la imaginacidn han de do sintervenir en determinada pro- pe porcine, satisfaciendo ast la exigencia y La condicin objaiva del imiento, a saber, la subsuncién de una ineuicién dada bajo un pro determinada, As{ pues, por un lado, renemos la condicién lal subjetiva de la intervencién y la coincidencia arménica (en devesms ratendimiento y la imaginaci rads propor ny por otro, la condicin cba de la subsuncién de una intuicién dada bajo wn con- cepto dado. Sin embargo, no son dos condiciones diferentes que debe satisfacer todo conocimiento, sino que la primera condicién se satisface slo y eo la medida en que satisface la segunda. Dicho de fotra manera, el discetnimiento no lleva a cabo la intervencién y la da ps ‘én de entendimie coincidencia arménica en determi to e imaginacién anus de la subsunciéa, sino como subsuncion [5 no es que primero venga la subsuncién y luego el placer, es que la misma subsuncién es en s{ misma placentera, es, en definitiva, no la Para investigar las condiciones de posibilidad de la experiencia las condiciones de toda experi ea, Kant analiz ia en gene Pero el rodeo ha sido necesario, porque sélo una vez que se ha aca ado la Funcién de Ia capacidad de juzgar o discernimienco ex neral puede delimicarse lo pecilliae y especifico de la experiencia sen imaginacién, Fl séica, a saber, ol libre juego d anilisis del juicio sobre lo’ bello «con propésito transcendental dlescube la esteuctuea del libre juego de las capacidades cognoscit acmonta de las capacid: nosciti vas: en B 29 Kane babla vase; en B 31, de «comparibilidad subjetiva recfproca de las fuerza cognoscitivas entre si» y se pregunta de qué manera, en el juicio del gusto, somos conscientes de tal compatibilidad, «... si estéti camente por medio del me tualmente por medio de la conciencia de nuestra actividad intencional con la que ponemos en jucgo estas capacidadess, Int leceualmente rio puede see, porque entonces ef juicio «no se divia con respecta al placer y disphicer y, en esta medida, no seria un jui cio del gusto», Escribe entonces Kant: «Ahora bien, al juicio del gusto determina el objeto con respecto a la satisfaccién y al predi cada de belleza in neemente de concepros. Ast pues, aquella unidad subjetiva de la relacign [la armonia o la compatibilidad sub: [5] Che A Kern oc #8 jetiva reefproca de las Fuerzas cognosctivas entre sf] 56 cerse cognoscible mediante la sensacidn» ([ $1). Bs deci ién de la concemplacidn de un objeto bello satines fa armonia o smpatibilidad de nuestras capacidades cognoscitivas, Pocemo: ahora, en un segundo momento, pregantar del siguiente modo: {qu wnsaci6n sentimos cuando sentimos tal armonia? La pregunta es fun lamental, pues ef juicia del astula precisamente la comuni cabilidad universal de esta sensacién. Responde Kant: «La sensaci6n cuya comunicabilidad universal postala el juicio del gusto es la vi alizacién de ambas capacidades (de ls imaginacién y del entendi siento) en [a direccién de una activic indeverminada, pes sin embargo, mis undnime gracias a la ocasién de la tepeesentacin dada ((dein). Por una parte, entendimniento e imagi fentee si una relacién objet come tal sélo p pero, por otra paete, tal « es subjetivasegsin sus condicione formales y en tanto que cal puede sentirse en sus efectos sobre el Snimo. Alora bien, como toxlos estamos sometidos a las misma condiciones formales, todos podemas sent los efectos de el rel cién sabre el dnimo, Dicho de otea manera: el libe pecidudeo to etpone bbs modifies sino que es an estado de cosas que eabe aprehender sensacién, Ahora bien, en tanto que es una sensacién, no es un es tado de cosas del mundo piblico, sino del privado. Se crac, sin em: bargo, de una sensacién privada comunicable universalmente, ir, privada pero accesible para todo el mundo [6]. (Como es est primer apariado de a analivce,escribe Kant de los anteriores andlisis se encuentra ntoaces que todo desemboca en el siguiente concepto del gusto: aque es una capacidad de enjuiciamiento de un objeto en relacién con a legaldad libre de La imaginacin (B 68/6 donde se sigue q en el juicio del gusto puro, esto es, en aquello pra uliae de Ih experiencia estética frente a otros tipas de exp {6} Che Jens Kulenkampft Kans Lag es dnticen Und, Frankfure am Mi 1994, p. 9% nacidiy no es reproductiva (como sucede cuando no es libre porque esta sometida a las leyes de fa asociacisn), sina productiva y auto Ficiente; ahora bien, es peoductiva y autosuiciente «conforme a Peco es una contradiceién —continwia Kant — que lat a libre y sea, sin embargo, por sf misma conforme 4 ley ontradictorio suponer una imaginacién autéaoma que se da ‘misma la ley, puesto que silo el entendimiento da la ley, La contr diccidn, sin embargo, desaparece st se piensa la posibilidad de una legalidad sin ley», que de acuerdo con Kant se encarma en los juc 1205, los cuales son a la vez libres y conforme a ley. Tal vez no sea ‘cioso recordar al leetor que la palabea alemana siden tiene un eat po semintico mucho mis amplio que la vo2 castellana japer. Spi ara nombrar fa actividades Wdicas de los aio tuna picza musical o la inceepe teatro también es spelen. Spielen pued imulars en el sentido de dirselas de alguien 4 en realidad no se es, como sucede, por ejemplo, en las exprest nes den Heron spicln, den kanken Mann spcen o den woblbabendeu Mans pielen, que cabria traducie, espectivamente, por «lieselas de see up gran sefiors, «simular estar enfermo», adérselas o ituaciones las tres en las que el jug mala como cuando se ejecuta una pieza mu sad, pero a la { sometido a ciertas reghis sus 1 comunicadas, pues de lo contrario no se sabria ni que see rae gpetee te soe, Com batt cae ver rote a Kane sesté jugando» a estal f slo (de la naturaleza) y lo moralimen Pero n pemos; de momento sélo quiero apuntar que La afiemacién kancia na de que en ta experiencia estética el discernimiento juega (con- forme al 10 mismo (librement nvendeia en sentido de que la clara delimitacion de lo propio y peculiar de la ex periencia estéviea exige que al filésofo transcendental dedique su no pacos esfuerzos» + intentar compeender al discernimienta come jugara, esto i i mismo, Hacer algo con ‘uno mismo supons teflesiva: Kant lo indica cuando ha R bla de un no gusta sélo para mi as Hama regulares precisamente porque no cabe representirsela dliccién decir: «esto es hello para mi, pero admito que para ti puede 1H ares p p be rep no serlon); lo bell de otca manera que ast: consideradas como la meta exhibicién de un tensle justificadamente una adhesi6n unive co detetminado que prescribe la cegla a aquellas Figuras (sélo sal, Lo bello debe gust lo de ‘ y este adebers cabe pensatlo por analogta sgn esta cegla). Asi pues, una de las dos cosas con ef deber moral, porque aunque en fa raz def juicio del gusto estar ertada o bien este juicio de los crticos que concede belleza a } miceuiearrac i 0G a i eal figuras pensadas, o bien el nuestro que encuentra necesario para la #6 atl on os belles det naturlez, yen quienes eps belleza una finalidad sin conceptos (B 70). Kant no niega que la b de tomar al ints (en printpto todo aquel qu hap speedo ji a Ra Oe Ta FS los extadios mis toscos y mis rudimentarios del cilizacibn) puc- tal eunidad en la muleiplicidads sea una propiedad objetiva que per Presuponerse «al menos una peedisposicién hacia sna orienta Pee ter ai dt ob ceoe tic cuba eabee topes a be cién moral buena», porque de lo contrario no seria capaz de aqui c to que, en Hos y los que no lo son. La unidad en la multiplicidad hay qui >. es capaz, a saber: tomatse uo incerés en las Sea aa ballecer de natin tenderla en el sentido de la finalidad subjeciva ( P ; como dice Kant en el texto que acabo de cit. Hleea y moralidad slo es posible a parti de In evitica ata estética sensualista que identifica lo bello con lo [10] Che) Kulenkarpt ops, p14. w La idea tacionalista de alo que Ia cosa deba set» presupone gra dos de perfeccidn, y el enjuiciamiento del grado de perfeccién pre- supone a su ver el conocimiento del concepca de perfecida, pues sélo desde tal concepto puede ponerse el punto de referencia desde cl que resulea posible ol enjiciamenco del objeto conctero como mis o menos perfecto, como miso menos aproximado a lo que debe ser, alo que sefa en su grado de perfeccién absolua. Pero de 3s frm ae cnviert al pico erecta en cogoosctwos un jes {que nos permite conocer que un objeco realiza en determinado gra- do el concepto de perfeccién implicado en el concepto de lo que tal objeto deba ser. Kane inssce una vez mis en que los juicios esét- 08 no son juicios cognoscitivos: el uico esétco no proporcona conocimyento algumo del objeto, ni siqueradifuso (B 47) En las primeras lineas del § 16 se distingue entre belleza libre y bellezaadherente. La primera no presopone wn concept de fo que la cosa deba ser; Kant ejemplifica con las flores, algunos pajaros, los ccrusticcos del mar, los dibujos a la gregue, el follaje en las cenefas 0 sobre papefes pintados, «incluso coda la misica sin textos: en estos casos se trata de «bellezas por sia lis que no corresponde absolu- tamente ningin cancepto dersrminado seg conceptos con re3- peeto a su fin, sino que gustan libremente y por sf (B 49). Ea el enjuiciamiento de una belleza libre el juicio del gusto es puro. La blleza adherente, por el contrario, sf presupone tal concepto de st perfeccin, Por ejemplo: pats enjuiciar la blleza de un se amano © del retrato de un ser humano presuponemos el eoncepto de lo que tun ser humano deba ser, esto ¢s, presuponemos el concepto de un fin de lo que la cosa deba ser y,en esta medida, un concepto de per- feccién (B 50). Ahora bien, ino er a belles sin concepto»? Los coneeptos sobre la belleza adherente (por ocra pare, los juicios realmente relevantes en el mbita de las bellas artes) son patadé} 08: por una parte, en tanta que juicios estéticos, deben satsfacer Ja condicién definitoria de los juicios del gusto (a saber, see «sin conceptox); por otra, sin embargo, deben referise a uns bella que ‘no sea totalmente independiente de los conceptos, y mis en con- _creto del concepto de perfeccisn; Kant habla de juicis del gusto en " parce intelectulizadoss «Ein primer lugar, hay que hacer notar que 1a belleza para Ia que debe buscar un ideal [esto es, la blleza adhe- rence} no es tna helleza wag, sino una fijada por medio de un con cepto de finalidad abjetivs, ea consecuencia, no debe pertenccet ningén objeto de un juicio del gusto totalmente puro, Cs feslcani ln (52) Bora pe sls lee ‘no en tanto que forma de un objeto de tal 0 cual fadole; el juicio del gusto totalmente puro atiende a esta forma bella en si El juicio del gusco en parte intelectualizado tiene otta estruecuca semnintica, cn la medida en que compara la representacién concreta dada del c el objeto deba ser: atiende a (lo que debe ser): desde este arlecuada de tal elo ‘objeto con la representacién de lo q si el abjero es 0 na ¢s lo que es en s punto de vista, Ia belleza seria la representaci que es en siv, De aqui que aunque quepa decir que la forma en sé de los tatuajes de los neocelandeses es bella (en tanco que belleza cn sf), no pueda afiemarse de igual modo que los mismos neoee- landeses asf tataadas sean bellas, porque, de acuerdo con Kant, ua ser humane tatuado no se adecua a lo que el ser humano es (debe ser) en ai Para entender estas afiemaciones conviene cener presente el contexto en el que se producen: en los §§ 16 y ss. de la Crition dl Aicernimionto Kane esté interesado en ofrecer las condiciones de un uw normativo del predieado bello». no El concepto del substrato suprase del entendimiento, porque se crata de un concept indemostrable, y los conceptos del entendimiento como tales sien pre deben ser deme de la raz6n, esto es, de una idea: «En su si Jas ideas son reps Wn repeesentac Principio (subjetivo u ob mbaggo, en que nunca pueden convertirse en un conocinnienta de él» (B 239). L ideas, precisa Kant a continuacién, pueden ser estévicas o de la ra 226m: «Una idea estética no puede convertirse en conocimiento por {que es una intuicién (de la imaginacién) para la que nunca cab contrar un concepto que le sea adecuado. Una idea de bt exzén ‘nunca puede convertirse en conociméento porque contiene in con copto (de lo suprasensible) paca el al nunca puede darse una in tuicidn adecuadae (B 240). A las ideas estéticas Kant prop de la razén, «conceptos indemostrables de la exzdn», Cabe entonces decie que con cales tepresentaciones inexponibles Ia imaginacién abil 1 afin de cuentas) de las ideas de la raz6n, y muy especialmente simboliza o suplementa el déficit de incuitdbilidad ¢indemoss de Ia idea de un substrato suprasensible de la humanidad {18} Puede entenderse ahora que en el muy influyente § 59 de la Cré tia del divermimients (De la belleza como simbolo de la moralidas!) Kant aventure como mucha preeaucién que cabe exhibir lo inde mostrable (la realidad de lo suprasensible) por medio de una ana login. Las ideas estéticas pueden hacer sensibles conceptos. De acuerdo con Kant, para hacer sensibles conceptos caben dos vas: es qu nécica y simbélica. Un concepco se hace sensible via esquemé ndimiento eapra se da tica cuando para un concept que el en prior la intuicién cosrespondient Los conceptos que sélo la razén puede pensar, los conceptos, pues, para los que no puede ser ade den ha cerse sensibles de manera simbélica, Kant concluye que todas las in quad ninguna intuicién sensible, se hacen sensibles 6 pu tuiciones que se ponen baja e nceptos a prior son o bien esquema cle manera demostrativa, los sfmbolos indirectamente, esto es me [18] Cfe Ms, Feank V Zante op yp 1260, Jiante el rodeo a través de una analogia, «... para la cual también se utilizan intuiciones empiricas en las que el discernimienco juega un doble papel: en prin lugar, aplica el concepto al objeto dela intu: aplica la mera regla de la jn sensible y, entonces, en segundo luga reflexién sobre aquella intuicién a sin objeto totalmente diferente del que el primer objeto es tan sélo el simbolo» (B 256). Asi pues, por medio d fnemos ef auréntico esquema para 2 exposicién indi simbolo para reflexién. Por ejemplo, an Estado monirquico absolu. ero esta analogia no no tista puede compararse con una miguina dice absolutamente nada acerca del concepto «Estado monirquico absolutistas; sin emba xgo. aunque entre una mviquina y esta forma politica «no hay, ciertamente, ninguna similitud, si la hay entre las reglas para reflexionar sobre ambos y sobre su causalidad» (B 256). Kant sostiene que los simbolos también pueden estar por con: en él, lo bello cepto’ puros de la razén. En este sentido, pero es el simbolo de lo moralmente bueno. En efecto, 1 pero une y otro gustan inmediatamente y sin interés la libertad dl Ia imaginacién simboliza la de Ia voluntad pura y la universalidad subjetiva de los juicios del gusto es similar (ansloga) a la validez versal de los mandatos morales, Por esto, concluye Kant, «... el gusto hace posible el trinsito del estimulo de los sentidos al inte moral habiewal, sin que sea un salto excesivamente violento, en Ja medida en que también representa a la imaginacién en su libertad como (als) determinable telealdgicamence para el entendimiem nach a encontrar una satisfacci6n libre incluso en objetos de los sentidos, también sin el estimulo de los sentidas» (B 260). Rea pl ev ecowo sis (te) mente, para ser coberente con st pro tendefa que haber escrito «como (a Ree pensarlo por analogia con el debe smos que lo bello debe gustar y que este xdeber> c moral, porque aunque en la rafz dl juicio del 30, tomarme un interés intelectual en las bellezas de la naturaleza, gusto puro no hay interés alguno, puedo, sin embar: quien es capaz de tamarse tal interés (en principio codo aquel que haya superado los estadios més toscos y mis rudimencatios de ) pu le presuponerse en ella w “Lal wb poe sp vee deta sda Gaye eee a ba pis pectacin poder anu el nec paca delicate nla ad sores devs eee tate! nasepees 1 s pe arent de ipsa. cr grandes y ale que + vednerabes sr conseguir de modo natural fi eos 1 slicenca para con el fect pus [4] 0 mi races fit Jap nt (Vi tae alls dears Vanek ile Sere ger ic -oncepto). Ahora bien, entre la eapacidad de co- miento debe buscar to universal, cntances el discecnimienso-es can imisnta-del places, tal silo reflevionante discerni- El discernimnice nocer y la de desear ests contenido el sex detertninante bajo leyes transcendental se limica a subsuir; la ley le ry que, como con la capacdad de desear eatin necsariamente vin Tarde la naturaleza bajo lo universal, no lees necesario pensar por a que, | como en Ta capacidad (nxxv s{ mismo en una ley. Ahora bien, las formas de la nacutaleza son tan yo un principio « ulados el placer o el displacer (ya iuferior de deseac cl placer o al displacer preceda a esa capacidad de variopintas y hay, por decielo asi cantas modificaciones de los con: siderativa 0, como en \ la capacidad superior, slo sea un corolario. tb v1 ceptos transé sles universales de la nacuraleza que qued de la deteeminacién de dicha capacidad mediante la ley moral), pro: serminar mediante aquellas leyes didas priori por cl entendi movers an te ad cognoscitiva, esto es, del do- rmiento puro, porque dichas leyes sélo aafien a la posibilidad de una ro desde la capac tminio de los concepeas de la nacuraleza, hacia ef dominio del co naturaleza en general (en cuanto objeto de los sentidos), que para epto de Is libertad, tal como en cl uso l6gico hace posible el ‘iv 1t0> esa determinacién \ también ha de haber leyes que desde luego pue s conforme a la comprensién de esi entendi trinsico desde el entendimiento hacia la razén, dan ser conting pus, aunque la filosofia sélo puede dividiese en dos partes miento, en cuanto leyes empiricas, pero que, sin embargo, s{ deben capitales, la te6rica y la prictca, y aunque todo cuanto cupiese de llamarse leyes (como también lo exige ef concepro de una naturale | it acerca de los principios propios del entendimiento tenga que ), y que tendcfan que considerarse como necesarias a pactir de un incipio de la unidad de lo meitiple, aunque tal principio nos sea contabilizarse en su parte tedrica, 0 sea, tenga que adscibiese aco at de fesconocido. Por tanto, el discernimiento reflexionante, al que le! “ nocimiento racional segin conceptos de la naturaleza: a p n pura, que antes de acometer aquel sist xn) incumbe ascender de lo particular | hacia Jo universal, necesita un ello, la eeiica de tae ‘ma ha de estipular todo esto en pro de su posibilidad, consta de tr principio que no puede tomar prestado de la experiencia, porque xendimiento puro, del discernimiente puro y justamente dicho principio debe fundamentar la unidad de rodos partes: la critica del de Ia raz6n pura, capacidades que llamamos putas porque son le los principios empiricos bajo peincipios igualmente empfticos pero ids elevados y fundamencar, por tanto, la posibilidad de su corre anos sisladoras a p lativa subordinacin sist frica. Ast pues, sélo el discernimiento reflexionante puede darse a sf mismo tal principio transcendental ; IV. DEL DISCERNIMIENTO COMO UNA CAPNCIDAD ‘ome les; sin tomarlo de ninguna otea parte (ya que de lo contra LEGISLADORA 4 PRIOR tio se convertria en discernimiento decerminance) ni prescribitlo a la naturaleza, porque la reflexién sobre las leyes de la nacuralez El discernimiento en general es la capactdad de pensar lo par jenta conforme a la naturaleza y éta no se acomode 2 las condi ticular camo contenido bajo lo universal. | Si est dado fo univer- (#5 cione sles nosotros nos esforzamos por adquirir un sal (la eel, el principio, la ley), entonces el discernimiento, que mncepto coralnente contingente con respecto a ell 4 subsuine lo particular bajo lo universal (también cuando como dis ‘Ahora bien, este principio no puede sec otto salvo el siguiente conforne a las cuales puede subsumirse bajo ese universal), 65d rest entendimiento, que lis prescribe a la naturaleza (aunque ‘urminant, Si s6lo esté dado lo particular, para lo cual of discern s6lo conforme a su concepto universal en cuanto naturaleza), las le

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