You are on page 1of 27
Inicio de la ciencia y la filosofia modernas Por lo habitual, se dice que ¢l Renacimiento duré aproximadamente del afio 1450 al 1600, pero muchos historiadores ubican el inicio mucho antes. En ese periodo, se present una tendencia a volver al método de cuestionamiento con mentalidad més abierta que habia caracterizado a los primeros filésofos grie~ 0s. En esos afios, Europa gradualmente fue dejando de concentrarse en Dios para enfocarse en lo hu- mano. Si Dios existia, estaba presente en la naturaleza y, porlo tanto, el estudio de ésta significaba estudiar a Dios. Asimismo, como Dios habia dotado a los humanos de la capacidad para crear obras de arte, por qué no ejer- citar esa capacidad al méximo? La nueva visidn planteo que la compo- sicién de los humanos incluye mucho més que sus almas, Posen sistemas sensoriales confiables; luego entonces, zpor qué no ut Tizarlos? Tienen ‘eapacidad de raciocinio, asi que, gpor qué no empleatla? Y poseen capacidad para gozar; entonces, {por qué Ro disfrutar? En resumidas cuentas, Dios, en su infinita sabi- duria, seguramente puso en los humanos estos atributos por alguna razén, Ast, la atencién se desyid deo divino hacia donde la habian enfocado los pitagaricos, los pla~ ténicos y los primeros cristianos) para ditigirla a los ‘humanos que viven en el mundo. La obra de los huma- nistas del Renacimiento ilustra estupendamente el am- biente de los tiempos. Humanismo renacentista Temas principales La forma en que el término humanismo se aplica en el Renacimiento no es igual a nuestro concepto de “huma- nismo”; es decit, no se refiere a un profundo interés por el bienestar de los humanos. Tampoco se refiere a lo humanitario, o a tratar a otros humanos con respeto, sensibilidad y dignidad. Humanismo, como se aplica en el Renacimiento, denota un profundo interés por Jos seres humanos, como si nos estiviéramos déScu: briendo por primera vez: En ese tiempo, el interés se concentré en un amplio abanico de actividades hu- ‘manas. ;Cémo pensamos, nos conducimos y senti ‘mos? ;Hastadénde llegannuestrascapacidades? (© Teresa Kasra! Dreametmecom Eu lb 7 Copttulo w Estas y otras preguntas afines se reflejan en Ios cuatro temas centrales caracteristicos del hu- manismo del Renacimiento. ‘© Individualismo, Hab‘a enorme interés por el potencial y la realizacién humanos. Se crefa que el individuo podia hacer una dife-encia positiva en el mundo y esa creencia gener6 un 4nimo optimista. ‘© Religién personal. Si bien todos los humanistas del Renacimiento fueron cristianos devo- tos, querian que la religion fuera més personal y menos formal o ritualista, Reclamaban ‘una religién que pudiese experimentarse personalmente, en lugar de una que la jerarquia ceclesidstica impusiese a la gente. © Fuerte interés por el pasado. Los humanistas del Renacimiento estaban entamorados del pasado. Las obras de los primeros potas, fl6sofos y politicos griegos y romanos captaron ‘especialmente su interés. Los estudiosos renacentistas querfan leer lo que en efecto ha- bian dicho los antiguos, y no la manera en que los habian interpretado otros, Procuraron averiguar quiénes habian sido los verdaderos autores de los antiguos manuscritos, porque la autorfa de varios de ellos estaba mel adjudicada, y trataron de exhibir las falsificaciones. Estas actividades introdujeron a los estudiosos renacentistas a un amplio abanico de pun- tos de vista provenientes del pasado y muchos humanistas apoyaron una gran parte de sas posiciones. Por ejemplo, descubrieron una parte considerable de la filosofia de Pla- tén que se desconocia y de ahf nacié una oleada de interés por ese fildsofo. En el afio 11462, Marsilio Ficino (1433-1499) fund6 una academia platSnica en Florencia. Pretendia hacer con la filosoffa de Platén lo mismo que los escolésticos habian hecho con la de Aris tteles. Casi toda la filosofia griega y romana de la Antigtiedad encontré adeptos entre los humanistas, pero Platén ejerci6 una influencia especial. También se redescubrieron al- ‘gunas religiones orientales verdaderamente antiguas, lo cual estimul6 enorme interés por ooculto. ‘© Antiaristotelismo, Muchos de los humanistas creian que la Iglesia se habia sujetado dema- siado a la filosofia de Aristételes, tanto que la filosofia aristotélica y la Biblia tenan la misma autoridad. Por lo habitual, los pasajes de Arist6teles se usaban para poner fin a las discusiones teol6gicas. Los humanistas pensaban que esta situacién era ridicula, porque €16lo habia sido un hombre més y, como todo humano, pudo cometer errores. Lat filoso- fia de Arist6teles y la teologfa cristiana se habfan utilizado para crear una serie de regias, reglamentos y creencias que, para pesar de los humanistas, eta preciso aceptar para ser cristiano. La aceptacién de los dogmes de la Iglesia adquirié mas importancia que la rela- ion personal con Dios; de ahi que los humanistas atacaran los dogmas de la Iglesia con dureza, En el Renacimiento, hubo machos humanistas interesantes pero, por cuestiones de espacio, s6lo presentamos un breve repaso de algunos de ellos, Francesco Petrarca Francesco Petrarca (1304-1374) ejercié tanta influencia que muchos historiadores argumen- tan que su obra marca el inicio del Renacimiento, Sobra decir que todos los temas antes men- cionados se encuentran en la obra de Petrarca, pero él se interes6, sobre todo, en liberar al espititu humano de las cadenas de las tradiciones medievales, para lo cual el blanco principal de su ataque fue la escoléstica. Creia que las obras de los clésicos se debian estudiar como obras de humanos y que no debian ser interpretadas ni embellecidas por otros. Tenfa muy mala opinién de aquellos que utilizaban a los clésicos para apoyar sus propias creencias y decfa que eran “como aquellos que no tienen nocién de la arquitectura y hacen de ella su profesién tan solo por encalar muros” (R.I. Watson, 1978, p. 138). Bl escoldstico era un ejem- plo evidente de esta clase de intérprete. A semejanza de la mayoria de los humanistas del Renacimiento, Petrarca propugnaba por el regreso a una religién personal como le descrita por San Agustin; una religion basada en la Biblia, la fe personal y los sentimientos personales. Pensaba que la escoléstica, en su intento por hacer que la religi6n fuera compatible con el racionalismo aristotélico, habia hecho de ella Inicle de Ia ciencia y la Filosofia moderna algo demasiado intelectual. Petrarca también argumentaba que la vida de una persona en este mundo es, cuando menos, tan importante como la vida después de la muerte. Petrarca man- tenia que Dios deseaba que los humanos utilizaran sus muchas capacidades y no que las in- hibieran. Sostenia que, al realizar el potencial que Dios nos ha dado, podemos cambiar el ‘mundo para bien. Al concentrarse en el potencial humano, contribuyé a estimular la prolife- raci6n de trabajos artisticos y literarios que caracterizaron al Renacimiento. Petrarca no creé nada nuevo en términos filoséficos, pero su reto a la autoridad religiosa ¥ filoséfica contribuyé a abrir la puerta para que aparecieran personajes como Copérnico, Keplery Galileo. En otras palabras, el escepticismo de Petrarca hacia todas las formas de dog- ‘matismo contribuy6 a allanar el camino hacia la ciencia moderna. Giovanni Pico Giovanni Pico (1463-1494) argumenté que Dios habia otorgado a los humanos un lugar tini- ‘e> en el universo. Los éngeles son perfectos y, por lo tanto, no necesitan cambiar; mientras ‘que los animales no humanos estén atados a sus instintos y no pueden cambiar. Sélo los Jumanos, quie se encuentran entre los angeles y Tos animales, son capaces de cambiar. Pode- ‘mos optar por una vida sensual e instintiva, con lo cual nos embruteceremos, o podemos ‘aplicar nuestro raciocinio ¢ inteligencia, con lo cual nos volveremos més angelicales y seme- jantes a Dios. Nuestra libertad no sélo nos permite elegir de entre varios estilos de vida, sino también ‘nos permite abrazar casi cualquier punto de vista. Pico insistfa en que todas las filosofias po- ‘seen elementos en comin; por ejemplo, reflejan el raciocinio y la individualidad de los hu- ‘manos. Ademés, decia que si los principales puntos de vista filos6ficos (p. e, los de Platén y Acist6teles) se comprenden correctamente, en esencia todos coincidian. Por lo tanto, era pre- «iso estudiar objetivamente todos los puntos de vista para poder descubrir lo que tienen en co- ‘miin, Pico pugné por que se estudiaran todas las perspectivas filosdficas para que fueran ‘similadas a la VisiGn cristiana del mundo. Es evidente que buscaba la paz entre los rivales Sloséticos y religiosos. Decia que toda obra humana merecfa respeto. Si se hubiese atendido ‘elreclamo de Pico para que las personas que tenfan diferentes puntos de vista se comprendie- ran unas a otras, tal vez se habria evitado la existencia de la Inquisicién. Sin embargo, no fue asi el hecho de que muriera tan joven le evit6 presenciar que sus libros fueran quemados. Desiderio Erasmo Desiderio Erasmo (1466-1536) nacié en Réterdam el 27 de octubre. Fue hijo ilegitimo de un Sscerdote y de la hija de un médico, situacién que lo deprimié toda su vida (Winter, 2005, p. vi). ‘Gon el tiempo, fue ordenado sacerdote, pero no le agradaba la vida mondstica y, en cambio, preferia una vida de estudio, viajes e independencia. Sus viajes por toda Europa, gandndose 1b vida como tutor, le pusieron en contacto con los principales eruditos europeos. Murié en. Basilea a la edad de 69 afios. Brasmo se oponia a que se creyera con fanatismo en cualquier cosa. Le gustaba sefialar los serrores de los clésicos y decia que cualquier cosa creada por humanos no podia ser perfecta; denunciaba y atacaba al exorcismo y la alquimia por ser tonter‘as, al igual que otras formas de supersticién. Pedia a las personas que tomaran sus enseflanzas de la vida sencilla de Jest, y no de la pompa y circunstancia de la Iglesia organizada. Crefa que la guerra era producto del fanatismo y que no era sino simple homicidio; le alteraban especialmente los obispos que se eenriquecian y adquirfan fama con la guerra. Erasmo era ecléctico y préctico, asi como un ave~ ‘zado observacor del mundo y sus problemas. Su visiGn de las mujeres era tradicional, pero también progresista. Las alababa por su papel como cuidadoras amorosas, pero a diferencia de la visiGn prevaleciente, argumentaba que debian tener acceso a la educacién. También se ‘oponia a la idea de que ei celibato fuese mejor que el matrimonio (Rummel, 1996, p. 3) Erasmo terminé su libro The Praise of Folly (Elogio ala locura) (1512/1994) en 1512, cuan- do vivia con su amigo sir Tomas Moro en Inglaterra, El libro caus6 gran revuelo y pasé por 40 Humanismo renacentisto \o7 reimpresiones durante su vida. En él, atacaba a la Iglesia y al papado, a los filésofos y a los nobles, ya las supersticiones de toda suette. Afirmaba que los tontos estén en mejor posicién ue los ilamados sabios, porque los primeros viven de acuerdo con sus verdaderos sentimien- | tos y no de doctrinas religiosas o filoséficas. También decia que los tontos son més felices porque no temen a la muerte, no estén atarmentados por culpas, no temen alos fantasmas, a los espiritus ni a los nomos, ni les preoaupa el futuro. Ademés, los tontos, al igual que los | animales no humanos, los borrachos y Ics nifios pequefios, son esponténeos y dicen la ver- dad. Es evidente que la filosofia de Erasmo tiene mucho en comtin con el antiguo cinismo. Erasmo criticaba en grado tal los excesos del catolicismo que surgis un refrdn que rezaba: “Erasmo puso el huevo [las reformas] y Lutero lo empoll6” (J, Wilson, 1994, p. vii). Las crticas de Erasmo contra la Iglesia catélica de su tiempo se parecian mucho a las de Lutero. is aia. rene er eta dtm ale eased wi de convertirse en un desvergonzado camino para ganar dinero; la supersticén habie co- rrompido la veneracién de los santos; lo: templos estaban atiborrados de imagenes; ja musi- ‘a durante los servicios era ms bien como para una boda o una francachla: los sacercotes que celebraban misa llevaban vidas impias y la daban como el zapatero practica su oficio; la -confesiGn servia para ganar dinero y perseguir faltas:los sacerdotes y los monjes eran tiranos -desvergonzados. (Augustin, 1991. pp. 159-160) La Iglesia catslica, tal vez.en un esfuerzo por callar a Erasmo, le ofreci6 en secreto nom- brarle cardenal (Augustijn, 1991, p. 173). Como eso fall, incluy6 todas las obras de Erasmo en su lista de libros prohibidos. ‘Cuando se presents la Reforma (véas> “Martin Lutero” a continuacién), Erasmo también fue repelido por sus excesos y fue condenado tanto por catélicos como por protestantes. Martin Lutero Martin Lutero (1483-1546), sacerdote agustino y estudioso de la Biblia, estaba en contra de aquello en lo que se habia convertido el cristianismo en su época. A semejanza de otros hu- manistas, su visién del cristianismo coincidfa mucho més con las ideas de San Pablo y San ‘Agustin, que con las de Santo Tomés de Aquino. Las intenciones humanas son inspiradas por Dios 0 por Satanés: lo primero lleva a realizar la obra de Dios; lo segundo, al pecado. Las personas no deben tener la posibilidad de eludir las consecuencies de su pecado por medio de Ja penitencia o de la absolucién; si han pecado, deben sufrir las consecuencias, entre ellas la ‘posibilidad de una condena eterna. Acorde con la teologia agustina, Lutero insistia en una religién que debia ser intensamente personal, en la cual la persona slo debe responder a Dios; una religién que restara importancia a los rituales y a la jerarquia eclesidstica, Por lo general, se dice que la Reforma inicié en el afio 1517, cuando Lutero clav6 sus, Ninety-five Theses (Noventa y cinco tesis) (retos a los dogmas y a la jerarquia eclesiéstica) en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. Ademés de las cuestiones antes mencionadas, Lastero se oponia en especial a que la Iglesia catdlica vendiera indulgencias, las cuales permi- ‘fan a los pecadores reducir lo que debiar pagar por sus pecados entregando una retribucién ‘monetaria a los dirigentes de la Iglesia. Predicaba que sélo Dios determina qué es pecamino- soy el trato que debe recibir el pecado. Lutero pensaba que la Iglesia se habia desviado de las ensefianzas de Jestis y la Biblia Jestis habia predicado la gloria de una vida sencilla, sin lujos ni privilegios, pero la Iglesia le daba enorme valor a éstos y se dedicaba demasiado a los ritua~ Jes formales. Para Lutero, la principal razén de la decadencia del catolicismo era que habia asimilado la filosofia de Aristoteles. El matrimonio segdn Lutero. Lutero también discrepaba de a Iglesia catdlica en el tema del celibato obligatorio de monjas y sacerdotes. En primer lugar, sefialaba que muchos jerarcas de Ja Iglesia “vivian relaciones abiertas con amantes y eran padres de hijos ilegftimos” y, al igual 108 7 Capitulo 4 Inicio de la ciencio y a fiosotia modemas CONTUMIMDITE - raya que su contempordneo Erasmo, denuncié a “los clérigos sin ley que buscan a prostitutas 0 tienen concubinas” (Marty, 2004, p. 102). En segundo, Lutero creia que los matrimonios son tan capaces de realizar la obra de Dios como cualquier monja 0 sacerdote: “La madre que amamanta al infante y lava pafiales, el agricultor en su campo, la pareja que tiene relaciones sexuales, sin duda, estén desempefiando actividades tan gratas para Dios como cualquier ‘monja dedicada a la oraci6n” (Marty, 2004, p. 104). El 13 de junio de 1525, a los 42 afos, Lu- tero se casé con Katherina von Bora, una ex monja. Pata el afio 1534, los Lutero habian pro- creado seis hijos, de los cuales todavia vivian cuatro. Lutero celebrabe ol gozo sexual dentro de] matzimonio e incluso acariciabe algunos pen= samientos erdticos (Marty, 2004, p. 107). Pero zqué pasa si una esposa contumazmente niega au marido la satisfaccion sewual? Lutero decia, quizés para asombro, que en tal caso “el ma- rido se puede ditigira la doncella del hogar o a otra persona para sostener relaciones sexa- les” (Marty, 2004, p, 108). Respecto de una mujer casada con un hombre impotente que, sin embargo, desea tener hijos, Lutero brindaba este provocador consejo: {Ela}. con e! consertimiento del hombre (que en redidad no es su marido, sino que solo mora bajo el misma techa que ela). debe tener relaciones sexuales con stro, por ejemplo, ‘el hermano de su marido. Ellos deben mantener este "matrimonic'’ en secreto y adjudicar los nifios al Yiamado padre putative”, Esta mujer estarfa en estado de salvacién y no estaria contrariando a Dios. (Marty 2004, . 108) ‘Negacién del libre albedrio. Luteto y Erasmo disentian en varios puntos, pero el més in tenso tal vez era el del libre albedrio. En el afio de 1524, Erasmo escribié The Free Will (El libre albedrio) y en 1525 Lutero respondié con The Bondage of the Will (La seroidumbre de la valun- fad) (ambos reimpresos, en parte, en Winter, 2005). Erasmo definia el libre albecirio como “la capacidad de la voluntad humana que permite al hombre apticarse a lo que conduce a la sal- vacién eterna 0 a apartarse de ello” (Winter, 2005, p. 17). Erasmo citaba numerosos pasajes biblicos donde Dios sefiala a los humanos lo que es bueno y lo que es malo, y les pide que elijan lo primero. Sefalaba que esto habia sido evidentemente cierto en el Jardin del Edén, y que "todas las Sagradas Bscrituras estan llenas de estos exhortos” (Winter, 2005, p. 28). Eras~ mo cuestionaba: “;Qué el lector de estos pasajes no pregunta: por qué condicionas Tus pro- mesas, cuando sélo dependen de Tu voluntad? Por qué me culpas, cuando todas mis obras —ueras v miaiss— se teailzan por Tu voluntad, y yo sdio soy Tu instrumento?... :Por qué bendecirme como si hubiese cumplido con mi obligacién, cuando todo es obra Tuya? Por qué maldecirme, cuando por necesidad he debido pecar?” (Winter, 2005, p. 29). Sin libre al- bedrio, no se puede decir que los humanos son responsables de ninguno de sus actos. “En la ‘medida que un hombre nunca puede ser autor de buenas obras, tampoco se le puede llamar jamés autor de las malas” (Winter, 2005, p. 75). Erasmo argumentaba, en contra de lo que erefa, que incluso si los actos humanos estaban predestinados, en lugar de ser elegidos libre- mente, la “verdad” no se debia compartir con la gente. Creia que hacerlo “empeoraria la lasi- tud de la humanidad de por s excesiva, porque les imprimizia la idea de que todo depende de Dios” (Augustijn, 1991, p. 131). En otras palabras, “seria peligroso revelar esta doctrina a la muchedumbre, pues la moral depende de la conciencia de la libertad” (Huizinga, 1924/2001, P. 163). La solucién de Erasmo a la aparente contradicci6n entre la predestinacién y el libre albedrio fue una combinacién de éste con la gracia de Dios; es decir, las personas que eligen. bien durante su vida se ganan la salvacién eterna. En cambio, Lutero sostenia: “Dios... prevé propésitos y hace todas las cosas de acuerdo con Su voluntad inmutable, eterna e infalible; este relampago aplasta el libre albedrio y lo destroza en mil pedazos" (Winter, 2005, p. 93). Entonces gpor qué los humanos cometen ac- tbs maibs/‘utero responaia: “La voliintad'tiumana es como una bestia de carga. Si Dios la monta, desea ir y va adonde Dios quiere... Si Satands la monta, desea ir y va adonde Satanés desea. Tampoco puede elegir al jinete que llevaré ni a cual buscaré, sino los propios jinetes A = DeshAWeCin Humanism renacentista 109 pugnan por quién la tendra y la retendra” (Winter, 2005, p. 97). Prosegufa: “Por cuanto a todo Jo que pertenece a la salvacién y la condenacién, el hombre no goza de libre albedrfo, sino que €s cautivo, como sirviente y eselavo encadenado, de la voluntad de Dios o de la voluntad de Satands” (Winter, 2005, p. 98). Sin embargo, Dios lo sabe todo (es omnisapiente), es todopo- deroso (omnipotente) y esta presente en todas partes (omnipresente), entonces zc6mo puede permitir que exista el mal? Por supuesto que lo anterior plantea interrogantes muy interesan- tes sobre Dios, y Lutero las conocia bien. Por supuesta parece ser una enorme ofensa al sertide comdn ola razén natura el que Dios, pproclamado como un Ser tan lleno de msericordia y bondad, por Su propia y simple volun fad abandone, endurezca y condene a los hombres, como si encontrara delete en los peca- dos y los tormentos eternos de los miserable. Resulta inicuo, cruel ¢ intolerable pensar es0 de Dios. Ha sido una ofensa para tantos y tantos grandes hombres alo largo de los afios.:Y quign no se sentria oferido? Yo mismo me he sentido ofendida por ello mas de una vez. Se biese sido creado hombre. (Winter, 205, pp. | 13-114) [No obstante estas preocupaciones, Lutero insistia: “Si se admite la omnisapiencia y la ‘omnipotencia de Dios, por necesidad tendiremos que ser ast” (Winter, 2005, p. 114). Segrin Lutero, a final de cuentas, los humanos no pueden comprender por qué Dios permite que exista el mal y, porlo tanto, eso siempre seré un misterio, En otras palabras, sélo Dios sabe, utero coincida con San Agustin, pero también diserepaba de él (véase el capitulo 3). San ‘Agustin atribufa el libre albedrio a los hurranos, pero decia que slo la gracia de Dios otorgaba lasalvacién, independientemente de los es‘uerzos humanos (predestinacién). Lutero negaba el libre albedrio, pero coincidia que la salvacién sélo se alcanzaba por la gracia de Dios. En toda su polémica con Lutero, Erasmo, como era caracteristico de él, fue respetuoso, .generosoy conciliador. Por ejemplo, concedia que “cuando uno ha llegado a esta posicidn, otros Iegan a otra, siendo que ambos han le{do las mismas Escrituras, debido a que cada uno bus- caba algo diferente e interpreté lo que leye para su propio propésito” (Winter, 2005, p. 68)..No obstante, con algunas excepciones, Luter fue ruin, irrespettuaso y dogmatico. Por ejemplo, insistia que su interpretacion de las Escriuras era la tinica correcta y puso fin a la polémica rogando al Seftor que iluminara a Erasmo en tanto del tema del libre albedrio (Winter, 2005, Pp. 119). Cabe sefialar que Erasmo, a pesarde que tenia fama de tolerante, era tan ferozmente antisemita como Lutero (Marty, 2004, p. 169-174), Es interesante sefialar que, respecto del tema del libre albedrfo, el Iuteranismo posterior se desarrollé més en la nea de la posicién de Brasmo que en la de Lutero (Augustijn, 1991, p. 145). ‘Cuando Lutero fue excomulgado en el afto 1521, la protesta que encarnaba se convirtié ‘en un movimiento religioso, el protestansismo, y Lutero lo encabez6, La nueva religién ne- gaba la autoridad del Papa e insistia que toda persona tenfa el derecho de interpretar la Biblia para si mismo. Para facilitar lo anterior, Lutero tradujo la Biblia al aleman verndculo. La res- puesta de la Iglesia catdlica a las crticas de Lutero y otros fue declarar que la versi6n cristia~ nizada de la flosofia de Aristételes presentada por Santo Tomés de Aquine seria el dogma oficial de la Tglesia y que todos los cristianos la tendrfan que respetar. La disputa respecto de cudl versién del cristianismo era la correcta no tardatia en dividir a Buropa. El protestantismo primitivo tuvo cuando menos dos aspectos negativos. El primero fue que, como religién, era somibrio, austero, duro e inexorable. En términos de la felicidad indi~ vidual, es dificil imaginar que sus adeptos se encontraran en mejor posicién que aquellos que abrazaban el catolicismo. En segundo, el protestantismo insistia en la aceptacién de la exis- tencia de Dios s6lo por fe; tratar de comprenderle por medio de la razdn o las abservaciones empiricas era una tonteria que se debia evitar. Por lo tanto, si uno piensa que la aceptacién de la razén y de la observacién de la naturaleza como camino para conocer a Dios ejemplifica el Progreso, entonces el protestantismo ejemplificé la regresién. Sin embargo, del lado positive cabe decir que el protestantismo fue una influencia liberadora er el sentido de que cuestiond Copitule 4. Inicio de la ciencia ya filosotia madernas la autoridad del Papa y de Aristételes; los sustituy6 con la creencia de que Ios sentimientos individuales proporcionan la Gnica verdad que se necesita para llevar la vida propia. Es interesante sefialar que si bien Lutero suele ser presentado como una persona sombria, era conocido por su sentido terrenal del humor. Por ejemplo, en cierta ocasién observé: “Mis enemigos estudian todo lo que hago. Sime echo un pedo en Wittenberg, lo huelen en Roma” (Smith, 1911, p. 355). ara més informacién sobre la pintoresca vida de Lutero, incluso sus enfrentamientos con Erasmo, y su infiuyente teologia, véase Cary, 2004; y Marty, 2004. Michel de Montaigne Con la recuperaci6n del conocimiento clésico, surgié un interés que habia ocupado a los es- cépticos griegos y romanos: ante tantos postulados de la verdad, zexiste una manera valida para diferenciarlos? Los escépticos contestaban que no, y encontramos indicios de escepticismo ena obra de Petrarca, en la de Pico y, en especial, en la de Erasmo. Lutero exhibié escepticismo, cuando menos hacia la filosofia atistotélica y las practicas religiosas que se desarrollaron a partir de tiempos de San Agustin. Sin embargo, es en la obra de Michel de Montaigne (1533- 1592) donde encontramos el escepticismo extremo que habia representado antes Pirrén de Elis (véase el capitulo 3). En una serie de influyentes ensayos, Montaigne cuestioné la posibi- lidad misma de un conocimiento indiscutible. Al igual que Erasmo, sostenia que tanto la teologia catélica como la protestante eran indefendibles sobre bases racionales y que la fe era la tinica base que justificaba una conviccién religiosa En marcado contraste con la mayorfa de los humanistas anteriores del Renacimiento, Montaigne no exalt6 el raciocinio humano ni creyé que los humanos fuesen superiores a otros animales (en este punto coincidia con Erasmo). De hecho, argumenté que el raciocinio humano es lo que ocasiona la mayoria de los problemas humanos (como las Guerras Santas) y-que como los animales nio humanos carecen de capacidad racional, ellos son superiores a los, humanos. Analizé las doctrinas filoséficas mas conocidas, sefalé las contradicciones que ha- bia en y entre elias, y demostré que pocifan ser sujetas a multiples interpretaciones. El fil6so- fo francés Jacques Derrida (1930 2004) adquirirfa fama muchos afios después por hacer algo similar. Montaigne rechazé la ciencia como camino para obtener conocimiento confiable porque la “verdad” cientifica esté en movimiento constante. Incluso fue mas allé que los escép- ticos griegos y romanos cuando neg6 que las simples sensaciones puedien actuar como guias de Vida. Decia que las sensaciones suelen ser ilusorias y, suponiendo que no lo fueran, estan sujetas ala influencia de nuestras historias personales y condiciones corporales. Debe quedar claro que Montaigne no compartia el optimismo que expresaron los primeros humanistas renacen= tistas respecto del potencial umano para marcar una diferencia positiva en el mundo. El escepticismo de Montaigne estimulé una serie de intentos por reprabarlo, Por ejem- plo, Popkin (1967) argumenta que tanto Francis Bacon como René Descartes (que veremos més adelante en este capitulo) respondieron a las dudas de Montaigne sobre el conocimiento humano con la creaci6n de sistemas filos6ficos que, en su opini6n, prestaban oidos sordos a esa duda, Hubo muchos otros humanistas en el Renacimiento. Algunos manifestaron el potencial del individuo en el arte (Leonardo da Vinci, 1452-1519), otros en la politica (Nicolas Maquia- velo, 1469-1527), algunos en la educacién (Juan Luis Vives, 1492-1540) y otros mas en la lite- ratura (William Shakespeare, 1564-1616), El énfasis siempre era el mismo: el individuo. ‘Ahora se consideraba que les personas tenian la posibilidad de cambiar las cosas para que fuesen mejores, en lugar de simplemente aceptar el mundo como era o esperar que mejorara Si bien los humanistas del Renacimiento no sumaron nada nuevo a la filosofia o la psicologia, la creencia de que los individuas podian actuar en el mundo para mejorarlo condujo al desa- rrollo de la ciencia. En el Renacimiento florecieron el arte, la literatura y la arquitectura, pero lara de la ciencia todavia estaba por venir. Por decir lo menos, el Renacimiento fue una época parad6jica. Por un lado, exploté el in- terés por el potencial humano aunado a sus grandes logros. En este sentido, el Renacimiento Humanismo renacentisto

You might also like