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Inicio de la ciencia y la filosofia modernas Por lo habitual, se dice que ¢l Renacimiento duré aproximadamente del afio 1450 al 1600, pero muchos historiadores ubican el inicio mucho antes. En ese periodo, se present una tendencia a volver al método de cuestionamiento con mentalidad més abierta que habia caracterizado a los primeros filésofos grie~ 0s. En esos afios, Europa gradualmente fue dejando de concentrarse en Dios para enfocarse en lo hu- mano. Si Dios existia, estaba presente en la naturaleza y, porlo tanto, el estudio de ésta significaba estudiar a Dios. Asimismo, como Dios habia dotado a los humanos de la capacidad para crear obras de arte, por qué no ejer- citar esa capacidad al méximo? La nueva visidn planteo que la compo- sicién de los humanos incluye mucho més que sus almas, Posen sistemas sensoriales confiables; luego entonces, zpor qué no ut Tizarlos? Tienen ‘eapacidad de raciocinio, asi que, gpor qué no empleatla? Y poseen capacidad para gozar; entonces, {por qué Ro disfrutar? En resumidas cuentas, Dios, en su infinita sabi- duria, seguramente puso en los humanos estos atributos por alguna razén, Ast, la atencién se desyid deo divino hacia donde la habian enfocado los pitagaricos, los pla~ ténicos y los primeros cristianos) para ditigirla a los ‘humanos que viven en el mundo. La obra de los huma- nistas del Renacimiento ilustra estupendamente el am- biente de los tiempos. Humanismo renacentista Temas principales La forma en que el término humanismo se aplica en el Renacimiento no es igual a nuestro concepto de “huma- nismo”; es decit, no se refiere a un profundo interés por el bienestar de los humanos. Tampoco se refiere a lo humanitario, o a tratar a otros humanos con respeto, sensibilidad y dignidad. Humanismo, como se aplica en el Renacimiento, denota un profundo interés por Jos seres humanos, como si nos estiviéramos déScu: briendo por primera vez: En ese tiempo, el interés se concentré en un amplio abanico de actividades hu- ‘manas. ;Cémo pensamos, nos conducimos y senti ‘mos? ;Hastadénde llegannuestrascapacidades? (© Teresa Kasra! Dreametmecom Eu lb 7 Copttulo w Estas y otras preguntas afines se reflejan en Ios cuatro temas centrales caracteristicos del hu- manismo del Renacimiento. ‘© Individualismo, Hab‘a enorme interés por el potencial y la realizacién humanos. Se crefa que el individuo podia hacer una dife-encia positiva en el mundo y esa creencia gener6 un 4nimo optimista. ‘© Religién personal. Si bien todos los humanistas del Renacimiento fueron cristianos devo- tos, querian que la religion fuera més personal y menos formal o ritualista, Reclamaban ‘una religién que pudiese experimentarse personalmente, en lugar de una que la jerarquia ceclesidstica impusiese a la gente. © Fuerte interés por el pasado. Los humanistas del Renacimiento estaban entamorados del pasado. Las obras de los primeros potas, fl6sofos y politicos griegos y romanos captaron ‘especialmente su interés. Los estudiosos renacentistas querfan leer lo que en efecto ha- bian dicho los antiguos, y no la manera en que los habian interpretado otros, Procuraron averiguar quiénes habian sido los verdaderos autores de los antiguos manuscritos, porque la autorfa de varios de ellos estaba mel adjudicada, y trataron de exhibir las falsificaciones. Estas actividades introdujeron a los estudiosos renacentistas a un amplio abanico de pun- tos de vista provenientes del pasado y muchos humanistas apoyaron una gran parte de sas posiciones. Por ejemplo, descubrieron una parte considerable de la filosofia de Pla- tén que se desconocia y de ahf nacié una oleada de interés por ese fildsofo. En el afio 11462, Marsilio Ficino (1433-1499) fund6 una academia platSnica en Florencia. Pretendia hacer con la filosoffa de Platén lo mismo que los escolésticos habian hecho con la de Aris tteles. Casi toda la filosofia griega y romana de la Antigtiedad encontré adeptos entre los humanistas, pero Platén ejerci6 una influencia especial. También se redescubrieron al- ‘gunas religiones orientales verdaderamente antiguas, lo cual estimul6 enorme interés por ooculto. ‘© Antiaristotelismo, Muchos de los humanistas creian que la Iglesia se habia sujetado dema- siado a la filosofia de Aristételes, tanto que la filosofia aristotélica y la Biblia tenan la misma autoridad. Por lo habitual, los pasajes de Arist6teles se usaban para poner fin a las discusiones teol6gicas. Los humanistas pensaban que esta situacién era ridicula, porque €16lo habia sido un hombre més y, como todo humano, pudo cometer errores. Lat filoso- fia de Arist6teles y la teologfa cristiana se habfan utilizado para crear una serie de regias, reglamentos y creencias que, para pesar de los humanistas, eta preciso aceptar para ser cristiano. La aceptacién de los dogmes de la Iglesia adquirié mas importancia que la rela- ion personal con Dios; de ahi que los humanistas atacaran los dogmas de la Iglesia con dureza, En el Renacimiento, hubo machos humanistas interesantes pero, por cuestiones de espacio, s6lo presentamos un breve repaso de algunos de ellos, Francesco Petrarca Francesco Petrarca (1304-1374) ejercié tanta influencia que muchos historiadores argumen- tan que su obra marca el inicio del Renacimiento, Sobra decir que todos los temas antes men- cionados se encuentran en la obra de Petrarca, pero él se interes6, sobre todo, en liberar al espititu humano de las cadenas de las tradiciones medievales, para lo cual el blanco principal de su ataque fue la escoléstica. Creia que las obras de los clésicos se debian estudiar como obras de humanos y que no debian ser interpretadas ni embellecidas por otros. Tenfa muy mala opinién de aquellos que utilizaban a los clésicos para apoyar sus propias creencias y decfa que eran “como aquellos que no tienen nocién de la arquitectura y hacen de ella su profesién tan solo por encalar muros” (R.I. Watson, 1978, p. 138). Bl escoldstico era un ejem- plo evidente de esta clase de intérprete. A semejanza de la mayoria de los humanistas del Renacimiento, Petrarca propugnaba por el regreso a una religién personal como le descrita por San Agustin; una religion basada en la Biblia, la fe personal y los sentimientos personales. Pensaba que la escoléstica, en su intento por hacer que la religi6n fuera compatible con el racionalismo aristotélico, habia hecho de ella Inicle de Ia ciencia y la Filosofia moderna algo demasiado intelectual. Petrarca también argumentaba que la vida de una persona en este mundo es, cuando menos, tan importante como la vida después de la muerte. Petrarca man- tenia que Dios deseaba que los humanos utilizaran sus muchas capacidades y no que las in- hibieran. Sostenia que, al realizar el potencial que Dios nos ha dado, podemos cambiar el ‘mundo para bien. Al concentrarse en el potencial humano, contribuyé a estimular la prolife- raci6n de trabajos artisticos y literarios que caracterizaron al Renacimiento. Petrarca no creé nada nuevo en términos filoséficos, pero su reto a la autoridad religiosa ¥ filoséfica contribuyé a abrir la puerta para que aparecieran personajes como Copérnico, Keplery Galileo. En otras palabras, el escepticismo de Petrarca hacia todas las formas de dog- ‘matismo contribuy6 a allanar el camino hacia la ciencia moderna. Giovanni Pico Giovanni Pico (1463-1494) argumenté que Dios habia otorgado a los humanos un lugar tini- ‘e> en el universo. Los éngeles son perfectos y, por lo tanto, no necesitan cambiar; mientras ‘que los animales no humanos estén atados a sus instintos y no pueden cambiar. Sélo los Jumanos, quie se encuentran entre los angeles y Tos animales, son capaces de cambiar. Pode- ‘mos optar por una vida sensual e instintiva, con lo cual nos embruteceremos, o podemos ‘aplicar nuestro raciocinio ¢ inteligencia, con lo cual nos volveremos més angelicales y seme- jantes a Dios. Nuestra libertad no sélo nos permite elegir de entre varios estilos de vida, sino también ‘nos permite abrazar casi cualquier punto de vista. Pico insistfa en que todas las filosofias po- ‘seen elementos en comin; por ejemplo, reflejan el raciocinio y la individualidad de los hu- ‘manos. Ademés, decia que si los principales puntos de vista filos6ficos (p. e, los de Platén y Acist6teles) se comprenden correctamente, en esencia todos coincidian. Por lo tanto, era pre- «iso estudiar objetivamente todos los puntos de vista para poder descubrir lo que tienen en co- ‘miin, Pico pugné por que se estudiaran todas las perspectivas filosdficas para que fueran ‘similadas a la VisiGn cristiana del mundo. Es evidente que buscaba la paz entre los rivales Sloséticos y religiosos. Decia que toda obra humana merecfa respeto. Si se hubiese atendido ‘elreclamo de Pico para que las personas que tenfan diferentes puntos de vista se comprendie- ran unas a otras, tal vez se habria evitado la existencia de la Inquisicién. Sin embargo, no fue asi el hecho de que muriera tan joven le evit6 presenciar que sus libros fueran quemados. Desiderio Erasmo Desiderio Erasmo (1466-1536) nacié en Réterdam el 27 de octubre. Fue hijo ilegitimo de un Sscerdote y de la hija de un médico, situacién que lo deprimié toda su vida (Winter, 2005, p. vi). ‘Gon el tiempo, fue ordenado sacerdote, pero no le agradaba la vida mondstica y, en cambio, preferia una vida de estudio, viajes e independencia. Sus viajes por toda Europa, gandndose 1b vida como tutor, le pusieron en contacto con los principales eruditos europeos. Murié en. Basilea a la edad de 69 afios. Brasmo se oponia a que se creyera con fanatismo en cualquier cosa. Le gustaba sefialar los serrores de los clésicos y decia que cualquier cosa creada por humanos no podia ser perfecta; denunciaba y atacaba al exorcismo y la alquimia por ser tonter‘as, al igual que otras formas de supersticién. Pedia a las personas que tomaran sus enseflanzas de la vida sencilla de Jest, y no de la pompa y circunstancia de la Iglesia organizada. Crefa que la guerra era producto del fanatismo y que no era sino simple homicidio; le alteraban especialmente los obispos que se eenriquecian y adquirfan fama con la guerra. Erasmo era ecléctico y préctico, asi como un ave~ ‘zado observacor del mundo y sus problemas. Su visiGn de las mujeres era tradicional, pero también progresista. Las alababa por su papel como cuidadoras amorosas, pero a diferencia de la visiGn prevaleciente, argumentaba que debian tener acceso a la educacién. También se ‘oponia a la idea de que ei celibato fuese mejor que el matrimonio (Rummel, 1996, p. 3) Erasmo terminé su libro The Praise of Folly (Elogio ala locura) (1512/1994) en 1512, cuan- do vivia con su amigo sir Tomas Moro en Inglaterra, El libro caus6 gran revuelo y pasé por 40 Humanismo renacentisto \o7 reimpresiones durante su vida. En él, atacaba a la Iglesia y al papado, a los filésofos y a los nobles, ya las supersticiones de toda suette. Afirmaba que los tontos estén en mejor posicién ue los ilamados sabios, porque los primeros viven de acuerdo con sus verdaderos sentimien- | tos y no de doctrinas religiosas o filoséficas. También decia que los tontos son més felices porque no temen a la muerte, no estén atarmentados por culpas, no temen alos fantasmas, a los espiritus ni a los nomos, ni les preoaupa el futuro. Ademés, los tontos, al igual que los | animales no humanos, los borrachos y Ics nifios pequefios, son esponténeos y dicen la ver- dad. Es evidente que la filosofia de Erasmo tiene mucho en comtin con el antiguo cinismo. Erasmo criticaba en grado tal los excesos del catolicismo que surgis un refrdn que rezaba: “Erasmo puso el huevo [las reformas] y Lutero lo empoll6” (J, Wilson, 1994, p. vii). Las crticas de Erasmo contra la Iglesia catélica de su tiempo se parecian mucho a las de Lutero. is aia. rene er eta dtm ale eased wi de convertirse en un desvergonzado camino para ganar dinero; la supersticén habie co- rrompido la veneracién de los santos; lo: templos estaban atiborrados de imagenes; ja musi- ‘a durante los servicios era ms bien como para una boda o una francachla: los sacercotes que celebraban misa llevaban vidas impias y la daban como el zapatero practica su oficio; la -confesiGn servia para ganar dinero y perseguir faltas:los sacerdotes y los monjes eran tiranos -desvergonzados. (Augustin, 1991. pp. 159-160) La Iglesia catslica, tal vez.en un esfuerzo por callar a Erasmo, le ofreci6 en secreto nom- brarle cardenal (Augustijn, 1991, p. 173). Como eso fall, incluy6 todas las obras de Erasmo en su lista de libros prohibidos. ‘Cuando se presents la Reforma (véas> “Martin Lutero” a continuacién), Erasmo también fue repelido por sus excesos y fue condenado tanto por catélicos como por protestantes. Martin Lutero Martin Lutero (1483-1546), sacerdote agustino y estudioso de la Biblia, estaba en contra de aquello en lo que se habia convertido el cristianismo en su época. A semejanza de otros hu- manistas, su visién del cristianismo coincidfa mucho més con las ideas de San Pablo y San ‘Agustin, que con las de Santo Tomés de Aquino. Las intenciones humanas son inspiradas por Dios 0 por Satanés: lo primero lleva a realizar la obra de Dios; lo segundo, al pecado. Las personas no deben tener la posibilidad de eludir las consecuencies de su pecado por medio de Ja penitencia o de la absolucién; si han pecado, deben sufrir las consecuencias, entre ellas la ‘posibilidad de una condena eterna. Acorde con la teologia agustina, Lutero insistia en una religién que debia ser intensamente personal, en la cual la persona slo debe responder a Dios; una religién que restara importancia a los rituales y a la jerarquia eclesidstica, Por lo general, se dice que la Reforma inicié en el afio 1517, cuando Lutero clav6 sus, Ninety-five Theses (Noventa y cinco tesis) (retos a los dogmas y a la jerarquia eclesiéstica) en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. Ademés de las cuestiones antes mencionadas, Lastero se oponia en especial a que la Iglesia catdlica vendiera indulgencias, las cuales permi- ‘fan a los pecadores reducir lo que debiar pagar por sus pecados entregando una retribucién ‘monetaria a los dirigentes de la Iglesia. Predicaba que sélo Dios determina qué es pecamino- soy el trato que debe recibir el pecado. Lutero pensaba que la Iglesia se habia desviado de las ensefianzas de Jestis y la Biblia Jestis habia predicado la gloria de una vida sencilla, sin lujos ni privilegios, pero la Iglesia le daba enorme valor a éstos y se dedicaba demasiado a los ritua~ Jes formales. Para Lutero, la principal razén de la decadencia del catolicismo era que habia asimilado la filosofia de Aristoteles. El matrimonio segdn Lutero. Lutero también discrepaba de a Iglesia catdlica en el tema del celibato obligatorio de monjas y sacerdotes. En primer lugar, sefialaba que muchos jerarcas de Ja Iglesia “vivian relaciones abiertas con amantes y eran padres de hijos ilegftimos” y, al igual 108 7 Capitulo 4 Inicio de la ciencio y a fiosotia modemas CONTUMIMDITE - raya que su contempordneo Erasmo, denuncié a “los clérigos sin ley que buscan a prostitutas 0 tienen concubinas” (Marty, 2004, p. 102). En segundo, Lutero creia que los matrimonios son tan capaces de realizar la obra de Dios como cualquier monja 0 sacerdote: “La madre que amamanta al infante y lava pafiales, el agricultor en su campo, la pareja que tiene relaciones sexuales, sin duda, estén desempefiando actividades tan gratas para Dios como cualquier ‘monja dedicada a la oraci6n” (Marty, 2004, p. 104). El 13 de junio de 1525, a los 42 afos, Lu- tero se casé con Katherina von Bora, una ex monja. Pata el afio 1534, los Lutero habian pro- creado seis hijos, de los cuales todavia vivian cuatro. Lutero celebrabe ol gozo sexual dentro de] matzimonio e incluso acariciabe algunos pen= samientos erdticos (Marty, 2004, p. 107). Pero zqué pasa si una esposa contumazmente niega au marido la satisfaccion sewual? Lutero decia, quizés para asombro, que en tal caso “el ma- rido se puede ditigira la doncella del hogar o a otra persona para sostener relaciones sexa- les” (Marty, 2004, p, 108). Respecto de una mujer casada con un hombre impotente que, sin embargo, desea tener hijos, Lutero brindaba este provocador consejo: {Ela}. con e! consertimiento del hombre (que en redidad no es su marido, sino que solo mora bajo el misma techa que ela). debe tener relaciones sexuales con stro, por ejemplo, ‘el hermano de su marido. Ellos deben mantener este "matrimonic'’ en secreto y adjudicar los nifios al Yiamado padre putative”, Esta mujer estarfa en estado de salvacién y no estaria contrariando a Dios. (Marty 2004, . 108) ‘Negacién del libre albedrio. Luteto y Erasmo disentian en varios puntos, pero el més in tenso tal vez era el del libre albedrio. En el afio de 1524, Erasmo escribié The Free Will (El libre albedrio) y en 1525 Lutero respondié con The Bondage of the Will (La seroidumbre de la valun- fad) (ambos reimpresos, en parte, en Winter, 2005). Erasmo definia el libre albecirio como “la capacidad de la voluntad humana que permite al hombre apticarse a lo que conduce a la sal- vacién eterna 0 a apartarse de ello” (Winter, 2005, p. 17). Erasmo citaba numerosos pasajes biblicos donde Dios sefiala a los humanos lo que es bueno y lo que es malo, y les pide que elijan lo primero. Sefalaba que esto habia sido evidentemente cierto en el Jardin del Edén, y que "todas las Sagradas Bscrituras estan llenas de estos exhortos” (Winter, 2005, p. 28). Eras~ mo cuestionaba: “;Qué el lector de estos pasajes no pregunta: por qué condicionas Tus pro- mesas, cuando sélo dependen de Tu voluntad? Por qué me culpas, cuando todas mis obras —ueras v miaiss— se teailzan por Tu voluntad, y yo sdio soy Tu instrumento?... :Por qué bendecirme como si hubiese cumplido con mi obligacién, cuando todo es obra Tuya? Por qué maldecirme, cuando por necesidad he debido pecar?” (Winter, 2005, p. 29). Sin libre al- bedrio, no se puede decir que los humanos son responsables de ninguno de sus actos. “En la ‘medida que un hombre nunca puede ser autor de buenas obras, tampoco se le puede llamar jamés autor de las malas” (Winter, 2005, p. 75). Erasmo argumentaba, en contra de lo que erefa, que incluso si los actos humanos estaban predestinados, en lugar de ser elegidos libre- mente, la “verdad” no se debia compartir con la gente. Creia que hacerlo “empeoraria la lasi- tud de la humanidad de por s excesiva, porque les imprimizia la idea de que todo depende de Dios” (Augustijn, 1991, p. 131). En otras palabras, “seria peligroso revelar esta doctrina a la muchedumbre, pues la moral depende de la conciencia de la libertad” (Huizinga, 1924/2001, P. 163). La solucién de Erasmo a la aparente contradicci6n entre la predestinacién y el libre albedrio fue una combinacién de éste con la gracia de Dios; es decir, las personas que eligen. bien durante su vida se ganan la salvacién eterna. En cambio, Lutero sostenia: “Dios... prevé propésitos y hace todas las cosas de acuerdo con Su voluntad inmutable, eterna e infalible; este relampago aplasta el libre albedrio y lo destroza en mil pedazos" (Winter, 2005, p. 93). Entonces gpor qué los humanos cometen ac- tbs maibs/‘utero responaia: “La voliintad'tiumana es como una bestia de carga. Si Dios la monta, desea ir y va adonde Dios quiere... Si Satands la monta, desea ir y va adonde Satanés desea. Tampoco puede elegir al jinete que llevaré ni a cual buscaré, sino los propios jinetes A = DeshAWeCin Humanism renacentista 109 pugnan por quién la tendra y la retendra” (Winter, 2005, p. 97). Prosegufa: “Por cuanto a todo Jo que pertenece a la salvacién y la condenacién, el hombre no goza de libre albedrfo, sino que €s cautivo, como sirviente y eselavo encadenado, de la voluntad de Dios o de la voluntad de Satands” (Winter, 2005, p. 98). Sin embargo, Dios lo sabe todo (es omnisapiente), es todopo- deroso (omnipotente) y esta presente en todas partes (omnipresente), entonces zc6mo puede permitir que exista el mal? Por supuesto que lo anterior plantea interrogantes muy interesan- tes sobre Dios, y Lutero las conocia bien. Por supuesta parece ser una enorme ofensa al sertide comdn ola razén natura el que Dios, pproclamado como un Ser tan lleno de msericordia y bondad, por Su propia y simple volun fad abandone, endurezca y condene a los hombres, como si encontrara delete en los peca- dos y los tormentos eternos de los miserable. Resulta inicuo, cruel ¢ intolerable pensar es0 de Dios. Ha sido una ofensa para tantos y tantos grandes hombres alo largo de los afios.:Y quign no se sentria oferido? Yo mismo me he sentido ofendida por ello mas de una vez. Se biese sido creado hombre. (Winter, 205, pp. | 13-114) [No obstante estas preocupaciones, Lutero insistia: “Si se admite la omnisapiencia y la ‘omnipotencia de Dios, por necesidad tendiremos que ser ast” (Winter, 2005, p. 114). Segrin Lutero, a final de cuentas, los humanos no pueden comprender por qué Dios permite que exista el mal y, porlo tanto, eso siempre seré un misterio, En otras palabras, sélo Dios sabe, utero coincida con San Agustin, pero también diserepaba de él (véase el capitulo 3). San ‘Agustin atribufa el libre albedrio a los hurranos, pero decia que slo la gracia de Dios otorgaba lasalvacién, independientemente de los es‘uerzos humanos (predestinacién). Lutero negaba el libre albedrio, pero coincidia que la salvacién sélo se alcanzaba por la gracia de Dios. En toda su polémica con Lutero, Erasmo, como era caracteristico de él, fue respetuoso, .generosoy conciliador. Por ejemplo, concedia que “cuando uno ha llegado a esta posicidn, otros Iegan a otra, siendo que ambos han le{do las mismas Escrituras, debido a que cada uno bus- caba algo diferente e interpreté lo que leye para su propio propésito” (Winter, 2005, p. 68)..No obstante, con algunas excepciones, Luter fue ruin, irrespettuaso y dogmatico. Por ejemplo, insistia que su interpretacion de las Escriuras era la tinica correcta y puso fin a la polémica rogando al Seftor que iluminara a Erasmo en tanto del tema del libre albedrio (Winter, 2005, Pp. 119). Cabe sefialar que Erasmo, a pesarde que tenia fama de tolerante, era tan ferozmente antisemita como Lutero (Marty, 2004, p. 169-174), Es interesante sefialar que, respecto del tema del libre albedrfo, el Iuteranismo posterior se desarrollé més en la nea de la posicién de Brasmo que en la de Lutero (Augustijn, 1991, p. 145). ‘Cuando Lutero fue excomulgado en el afto 1521, la protesta que encarnaba se convirtié ‘en un movimiento religioso, el protestansismo, y Lutero lo encabez6, La nueva religién ne- gaba la autoridad del Papa e insistia que toda persona tenfa el derecho de interpretar la Biblia para si mismo. Para facilitar lo anterior, Lutero tradujo la Biblia al aleman verndculo. La res- puesta de la Iglesia catdlica a las crticas de Lutero y otros fue declarar que la versi6n cristia~ nizada de la flosofia de Aristételes presentada por Santo Tomés de Aquine seria el dogma oficial de la Tglesia y que todos los cristianos la tendrfan que respetar. La disputa respecto de cudl versién del cristianismo era la correcta no tardatia en dividir a Buropa. El protestantismo primitivo tuvo cuando menos dos aspectos negativos. El primero fue que, como religién, era somibrio, austero, duro e inexorable. En términos de la felicidad indi~ vidual, es dificil imaginar que sus adeptos se encontraran en mejor posicién que aquellos que abrazaban el catolicismo. En segundo, el protestantismo insistia en la aceptacién de la exis- tencia de Dios s6lo por fe; tratar de comprenderle por medio de la razdn o las abservaciones empiricas era una tonteria que se debia evitar. Por lo tanto, si uno piensa que la aceptacién de la razén y de la observacién de la naturaleza como camino para conocer a Dios ejemplifica el Progreso, entonces el protestantismo ejemplificé la regresién. Sin embargo, del lado positive cabe decir que el protestantismo fue una influencia liberadora er el sentido de que cuestiond Copitule 4. Inicio de la ciencia ya filosotia madernas la autoridad del Papa y de Aristételes; los sustituy6 con la creencia de que Ios sentimientos individuales proporcionan la Gnica verdad que se necesita para llevar la vida propia. Es interesante sefialar que si bien Lutero suele ser presentado como una persona sombria, era conocido por su sentido terrenal del humor. Por ejemplo, en cierta ocasién observé: “Mis enemigos estudian todo lo que hago. Sime echo un pedo en Wittenberg, lo huelen en Roma” (Smith, 1911, p. 355). ara més informacién sobre la pintoresca vida de Lutero, incluso sus enfrentamientos con Erasmo, y su infiuyente teologia, véase Cary, 2004; y Marty, 2004. Michel de Montaigne Con la recuperaci6n del conocimiento clésico, surgié un interés que habia ocupado a los es- cépticos griegos y romanos: ante tantos postulados de la verdad, zexiste una manera valida para diferenciarlos? Los escépticos contestaban que no, y encontramos indicios de escepticismo ena obra de Petrarca, en la de Pico y, en especial, en la de Erasmo. Lutero exhibié escepticismo, cuando menos hacia la filosofia atistotélica y las practicas religiosas que se desarrollaron a partir de tiempos de San Agustin. Sin embargo, es en la obra de Michel de Montaigne (1533- 1592) donde encontramos el escepticismo extremo que habia representado antes Pirrén de Elis (véase el capitulo 3). En una serie de influyentes ensayos, Montaigne cuestioné la posibi- lidad misma de un conocimiento indiscutible. Al igual que Erasmo, sostenia que tanto la teologia catélica como la protestante eran indefendibles sobre bases racionales y que la fe era la tinica base que justificaba una conviccién religiosa En marcado contraste con la mayorfa de los humanistas anteriores del Renacimiento, Montaigne no exalt6 el raciocinio humano ni creyé que los humanos fuesen superiores a otros animales (en este punto coincidia con Erasmo). De hecho, argumenté que el raciocinio humano es lo que ocasiona la mayoria de los problemas humanos (como las Guerras Santas) y-que como los animales nio humanos carecen de capacidad racional, ellos son superiores a los, humanos. Analizé las doctrinas filoséficas mas conocidas, sefalé las contradicciones que ha- bia en y entre elias, y demostré que pocifan ser sujetas a multiples interpretaciones. El fil6so- fo francés Jacques Derrida (1930 2004) adquirirfa fama muchos afios después por hacer algo similar. Montaigne rechazé la ciencia como camino para obtener conocimiento confiable porque la “verdad” cientifica esté en movimiento constante. Incluso fue mas allé que los escép- ticos griegos y romanos cuando neg6 que las simples sensaciones puedien actuar como guias de Vida. Decia que las sensaciones suelen ser ilusorias y, suponiendo que no lo fueran, estan sujetas ala influencia de nuestras historias personales y condiciones corporales. Debe quedar claro que Montaigne no compartia el optimismo que expresaron los primeros humanistas renacen= tistas respecto del potencial umano para marcar una diferencia positiva en el mundo. El escepticismo de Montaigne estimulé una serie de intentos por reprabarlo, Por ejem- plo, Popkin (1967) argumenta que tanto Francis Bacon como René Descartes (que veremos més adelante en este capitulo) respondieron a las dudas de Montaigne sobre el conocimiento humano con la creaci6n de sistemas filos6ficos que, en su opini6n, prestaban oidos sordos a esa duda, Hubo muchos otros humanistas en el Renacimiento. Algunos manifestaron el potencial del individuo en el arte (Leonardo da Vinci, 1452-1519), otros en la politica (Nicolas Maquia- velo, 1469-1527), algunos en la educacién (Juan Luis Vives, 1492-1540) y otros mas en la lite- ratura (William Shakespeare, 1564-1616), El énfasis siempre era el mismo: el individuo. ‘Ahora se consideraba que les personas tenian la posibilidad de cambiar las cosas para que fuesen mejores, en lugar de simplemente aceptar el mundo como era o esperar que mejorara Si bien los humanistas del Renacimiento no sumaron nada nuevo a la filosofia o la psicologia, la creencia de que los individuas podian actuar en el mundo para mejorarlo condujo al desa- rrollo de la ciencia. En el Renacimiento florecieron el arte, la literatura y la arquitectura, pero lara de la ciencia todavia estaba por venir. Por decir lo menos, el Renacimiento fue una época parad6jica. Por un lado, exploté el in- terés por el potencial humano aunado a sus grandes logros. En este sentido, el Renacimiento Humanismo renacentisto he Copituio se parecié a la Grecia y a la Roma clésices. Por otro lado, fueron tiempos de persecucién, su- persticién, caceria y ejecuci6n de brujas, temor, tortura y exorcismo. Aun cuando los astrélo- £205 los alquimistas eran muy respetados y populares, los individuos anormales eran tratados con suma dureza, Las guerras destruyeron gran parte de Francia y Alemania, la peste negra mat6 a cerca de la tercera parte de la poslacién de Europa, se registraron importantes ham- brunas y la sifilis era epidémica. Sin embargo, a pesar de todos estos problemas, hubo una creatividad casi sin paralelo. El Renacimento sacé a relucir lo mejor y lo peor de la humani- dad; fue el material del que surgirian la losofia y la ciencia modernas. Mas cuestionamientos a la autoridad de la Iglesia El Renacimientoyy la descomposici6n de ia autoridad eclesiéstica fueron de la mano. Los dog- mas de la Iglesia eran verdades fijas; por ejemplo, existen exactamente siete cuerpos celestes, en el sistema solar; la Tierra es el centro del universo; y los humanos fueron creados a imagen ysemejanza de Dios. Estas “verdades” fueron cuestionadas gradualmente, y cada cuestiona- miento que tenia éxito dirigia las sospechas hacia otras “verdades”. Una vez iniciados, los cuestionamientos escalaron con rapidez y la Iglesia trat6 desesperadamente de desalentar estos cesafios a su autoridad. Los estudissos de la Igiesia intentaron demostrar que las con- tradicciones eran simplemente aparentes. Al no poder hacerlo, trataron de imponer la censura, pero era demasiado tarde: el espiritu de cuestionamiento estaba demasiado generalizado, La decadencia de la autoridad de la Iglesia estuvo directamente relacionada con el surgimiento de tun nuevo espiritu de investigacién que adopt6 a la observacién empirica como autoridad maxima, en lugar de las Escrituras la fe ola revelacién, Gradualmente, los dogmas de la Iglesia fueron reemplazados precisamente por aquello a lo que tanto se habia opuesto: la observa- ci6n directa de la naturaleza sin la interyencidn de consideraciones teol6gicas. Sin embargo, aun cuando la transicién fue constante, también fue lenta y dolorosa. Muchos estudiosos re- nacentistas quedaron atrapados entre la teologia y la ciencia, fuera por creencias personales 0 por temor a las represalias de la Iglesia. Reportaban sus observaciones con suma cautela; en algunos casos, pidieron que sus observaciones fueran reportadas después de su muerte. Este resurgimiento del espiritu de una investigacién objetiva no se explica en raz6n de un solo factor, sino que se debe a varios de ellos. Uno fue que Santo Tomas de Aquino aceptase la raz6n y el estudio de la naturaleza coro caminos para conocer a Dios. Una vez sancionada por la Iglesia, la capacidad de razonamiento de los humanos se canalizé a todas partes, inclu- 50 a los dogmas de la Iglesia. Otro factor fue obra de los humanistas, los cuales volvieron a captar el espiritu de la investigacion abierta que habfan reflejado los clasicos. Los humanis- tas también subrayaron el potencial humano para tener repercusiones en el mundo y cam- biarlo para bien. Ademés, se considera que los siguientes acontecimientos fueron factores para la aceptaciGn del estudio objetivo de la naturaleza porque debilitaron la autoridad de la Iglesia: '® Los viajes de Marco Polo (ca, 1254-1324) a Asia central y China entre 1271 y 1295. ‘© La imprenta de tipos movibles inventada (cz, 1436-1440) por Johannes Gutenberg (ca. 1397-1468) dio lugar a téenicas modernas de impresi6n. Sus técnicas se emplearon para imprimir las Biblias vernéculas que desempefaron un papel central en la Reforma. ® El Nuevo Mundo descubierto por Cristébal Colén (1492). El enfrentamiento de Martin Lutero al catolicistio (1517). © Laexpedicién de circunnavegacién cel mundo por Fernando Magallanes (1519-1522). Estos y otros acontecimientos expandieron enormemente el mundo conocido. El descu- brimiento de que la Tierra estaba lena de pueblos extrafios, con costumbres extrafias, fue fuente de inagotables problemas para la Iglesia. Por ejemplo, se presents una larga polémica en tomo a si los “salvajes” encontrados en América tenian almas racionales (se decidié que Inicio de ta ciencia y la filosofia modernas 5). La imprenta permitié que el intercambio generalizado de ideas fuese répido y. exacto. ‘Ademés, como hemos visto, el enfrentamiento de Lutero al catolicismo generé el desarrollo del movimiento protestante, el cual se oponia a una autoridad eclesidstica centralizada y de- fendia un mayor individualismo dentro de la religiGn cristiana. Sin embargo, a pesar de la enorme influencia de los acontecimientos mencionados, la obra de unos cuantos astrénomos-fisicos oper mas en detrimento de los dogmas de la Iglesia e inffuyé més en la creacién de una nueva manera de estudiar los secretos de la naturaleza. Este nuevo camino fue llamado ciencia. Tolomeo, Copérnico, Kepler y Galileo Tolomeo En dl sigio 11 .C,, Tolomeo, un greco egipcio, resumié las observaciones y las matemiéticas astronémicas de su tiempo y las de la Antigiiedad en su obra Almagest. El sistema toloméico incluia las creencias de que los cuerpos celestes, incluso la Tierra, eran de forma esférica y que el Sol, la Luna y los planetas se movian alrededor de la Tierra en 6rbitas circulares y uni- formes. Aun cuando el sistema reflejaba la posicién de la mayoria de los astrénomos, incluso la de Aristételes, habia algunas excepciones. Una destacada fue la de Aristarco de Samos (ca. 310-230 a.C), el brillante astrénomo de la escuela alejandrina. Creia que la Tierra giraba sobre su propio eje y que la Tierra y otros planetas giraban alrededor del Sol. En pocas pa- labras, Aristarco leg6 al supuesto basico del sistema copernicano unos 1700 afios antes «que Copémico. A pesar de que no muchos disentian de esta manera, la visiGn del universo que reflejaba el sistema toloméico prevalecié hasta el siglo xu. Hl sistema toloméico resistio cuan- do menos por tres razones: ‘© Coincidia muy bien con él testimonio de los senticos (la Tierra parece estar fija en el cen- tro del universo). ‘© Permitfa hacer predicciones astronémicas razonables. ‘© Mas adelante, congeniaria con la teologia cristiana porque daba a los humanos un lugar central en el universo y, pot lo tanto, coincidia con el relato biblico de la creacién. Para una descripcién completa del sistema de Tolomeo, incluso sus Componentes misti- cos ysus implicaciones éticas, véase Taub, 1993, En la teologia medieval, muchas de las ensefianzas de Tolomeo, al igual que las de Arist teles, pesaron a formar parte de los dogmas oficiales de la Iglesia y, por lo tanto, eran incues- tionables. La visién del mundo basada en el sistema toloméico se atrincher6 profundamente en a filosofia, la teologia, la ciencia y la vida cotidiana Nicolas Copérnico Fue hasta que Nicolés Copérnico (1473-1543), un canénigo muy devoto de la Iglesia catoli- ca romana, nacido el 19 de febrero en Torin, Polonia, publicé su libro De Revolutiomtibus Orbuns Coelestium (Las revoluciones de las esferas celestes) que el sistema toloméico fue blanco de cuestionamientos. Aun cuando los reportes sobre la teoria heliocéntrica de Copéri habian estado circulando mas o menos desde el afio 1515, su obra no fue publicada hasta 1543, el mismo afio en que muri, El libro estaba dedicado a “su excelentisima santidad, el papa Pablo IIL” y prometfa resolver un importante problema que la Iglesia llevaba afrontando desde mucho tiempo atrés; la creacién de un calendario més exacto. A primera vista, el libro no parecia ser antagénico a la Iglesia. Es més, cuando se publicé De Revolutionibus (Las Revo- luciones), su contenido sélo lo pudieron entender los mateméticos y los astrénomos mas avanzados de la époce. Tal vez debido a su aparente compatibilidad con los dogmas de la Iglesia y su indole esotérica, la Iglesia, de entrada, no considers al libro como una amenaza (pero més adelante fo concené). Sea como fuere, en Las Revoluciones, Copémnico argumenta- Tolomeo, Copéinice. Kepler y Galileo 3 Wd } Copituio 4 bba con éxito que el Sol no giraba alrededo- de la Tierra (la teoria geocéntrica), sino que ésta ¢gitaba alrededor de aqueél (Ia teoria heliocéntrica). Por suptesto que este argumento Se opo- nia claramente al dogma de la Iglesia. Poco a poco se fue entendiendo que la teoria heliocén- trica de Copécnico cuestionaba el lugar tradicional que el género humano habia ocupado en el universo. Cuando se dieron cuenta, surgieron varias preguntas relacionadas. ;Eramos los preferidos de Dios y, por lo tanto, habiamos sido colocados en el centro del universo? De lo contrario, gpor qué no? Sila Iglesia estaba equivocada respecto de este hecho esencial, tam bién estaba equivocada en otras cuestiones? Existian otros sistemas solares que contenian vida? En tal caso, geémo se relacionaban con el nuestro y a cull preferia Dios? Como la teoria helioeéntrica de Copérnico era un desafio contra una visiGn central del mundo que se remon- taba cuando menos a Aristételes, fue considerada revolucionaria (Kuhn, 1957). El sentido comin dictaba la aceptacién de la teoria geocéntrica y se consideraba que quienes la rechaza~ ban estaban mal informados o locos. En el interior de la Iglesia, dudar de la teorfa geocéntrica cera equivalente a dudar del dogma de la Iglesia y, por lo tanto, era una herejia Giordano Bruno (1548-1600) cra un sacerdote dominico que se convirti6 a la antigua filosofia del hermetismo. Entre otras cosas, el hermetismo profesaba la divinidad de los hu- ‘manos, la existencia de fuerzas magicas que se pueden emplear para provecho de la humani- dad, y la armonfa entre los humanos, les estrellas y los planetas. La tradicion hermética también sostenfa que en el universo existen innumerables mundos habitados (es decir, siste- ‘mas solares) y que en cada uno de esos mundos, incluso el nuestro, el Sol es divino. Pera Bruno, “el Sol copernicano anuncia el amanecer total de Ia flosofia antigua y verdadera des- pués de su entierzo centenario en cavernas oscuras” (Yates, 1964, p. 238), Por lo tanto, Bruno ro acepté la teoria heliocéntrica de Copérnico movido por razones cientificas, sino porque ella restauraba la condicidn divina otorgada al Sol por los antiguos. Para Bruno, la religién de ‘magia de los antiguos era la ‘nica religion verdadera que tanto el judaismo como el cristianis- mo habian oscurecido y corrompido (Yates, 1964, p. 11). Todo esto fue demasiado para la Iglesia, y Bruno fue presentado ante la Inquisicién en Venecia el 26 de mayo de 1592, donde fue acusado de ocho cargos de herejfa. Alprincipio se retracté de sus creencias y pidié mise- ricordia al juez, pero mas adelante cambi3 de parecer y dijo que jamas habia sido un hereje. ‘Ocho atios después de su encarcelamiento, Bruno fue sentenciado por recaer en herejia y, el 17 de febrero de 1600, fue quemado vivo 2n la hoguera. Sin embargo, no se debe pensar que Bruno fue un martir de la ciencia. En las acusaciones presentadas en su contra, jams se men- (M. B. Hall, 1994, p. 125). ss con frecuencia eran lan violentos como aquellos a quienes estaban tra- tando de reformar. Por ejemplo, el protestante John Calvino mandé a que el famoso anato- mista Michael Servetus (1511-1553) fuese quemado en la hoguera porque habia “descrito la Tierra Prometida como un paraje yermo (cosa que si era) y, con ello, habia contradicho la des- cripcién de las escrituras que hablaban de una Tierra de “ambrosia y miel” (Watson y Evans, 1991, p. 151). La suerte de personas como Bruno y Servetus ayuda a explicar la cautela que exhibian los cientificos ¥ los fildsofos en esos tiempos. Copérnico sabia que Aristarco habia propuesto una teoria muy parecida a la suya muchos siglos antes y le reconfortaba saberlo. No obstante, estaba consciente de que la teoria he- tiocéntrica era bastante revolucionaria y, con justificacién, se sentfa muy preocupado. Es ‘és, sabia que a pesar del revuelo teolégico y filoséfico que habia provocado su teoria, en términos de exactitud ciontifica, no aportasa nada. Es decit, las predicciones astrol6gicas que hacfa su teoria no eran més exactas que las que se hacian con el sistema toloméico. Ademés, el sistema toloméico explicaba todos los fenémenos celestes conocidos; no habia grandes misterios que requiriesen una explicacién. La ianica justficacién para aceptar la teorfa helio- céntrica de Copérnico era que colocaba los hechos astrol6gicos conocidos en un orden mate- ‘matico mas arménico. Con el sistema toloméico era preciso partir de una serie de complejos supuestos respecto de las trayectorias de los planetas alrededor de la Tierra. Sin embargo, una vez planteados esos supuestos, era posible predecir las tayectorias de los planetas y los eclipses de Sol y de Inicio de lo clencia y la flosotia modernas Luna, con considerable precisin, Lo que hizo el sistema de Copémnico fue reducir el niimero de supuestos que se precisaban para hacer esas mismas predicciones. Como hemos visto, en. Jos siglos xv y 201 hubo un fuerte resurgimiento del interés por la filosofia platGnica, y en este resurgimiento, se hizo hincapié en el aspecto pitagorico del platonismo. La posicion pitagéri ca platénica de que el universo operaba sujeto a principios matemiticos y que éstos siempre sor tan simples y armnGnicos como es posible, propicis la aceptacién de la posicién de Copér- nico. No es mero accidente que los primeros en aceptar la teoria de Copérnico fueran los ma- temiéticos que, al igual que él, creian en la visi6n pitagorica platénica del mundo. Para aquellos que abrazaban la flosotia aristotélica no matematica, la idea de contradecir la observacin en. taz6n de la simplicidad matemética era ridicula. En la polémica entre el sistema de Tolomeo y el de Copérnico tenemos la primera revo- lucién cientifica, por emplear la terminologia de Kuhn (1957, 1996). El sistema toloméico representaba el paradigma cientifico aceptado de la época. Como todo paradigma, definia problemas, especificaba soluciones y ofrecia una visién del mundo a quienes la aceptaban. El aradigma copernicano se concentraba en otros problemas, otros métodos de solucién y ‘una visién del mundo claramente diferente. Como atenerse a Copémico significaba recha- zat la visién prevaleciente del universo, la oposicién a su visiGn era enconada y estaba muy extendida Los conversos a la teoria heliocéntrica de Copérnico fueron apareciendo lentamente. En- tre los primeros tenemos a Johannes Kepler, un matemético pitagorico platénico. Johannes Kepler Johannes Kepler (1571-1630) nacié el 27 de diciembre en Weil, Ducado de Wiirttemberg, hoy ‘Alemania. Primero estudio para ministro luterano pero, como no estaba dispuesto a aceptar la rigidez de la doctrina luterana, opts por estudiar mateméticas y astronomia. Kepler tuvo la fortuna de que su maestzo, Michael Maestlin, fuera partidario de una evaluacién critica de Ja astronomfa toloméica y copernicana, a pesar de que Lutero hubiese condenado la teoria heliocéntrica porque representaba tna flagrante contradiccién de las ensefianzas biblicas. Por ejemplo, Lutero decia: “El tonto pondra de cabeza toda la ciencia de la astronomia, Pero como dicen las Sagradas Escrituras, Josué mand6 al Sol a que se detuviera y no ala Tierra” (M. B. Hall, 1994, p. 126). Otros lideres protestantes también rechazaron a Copérnico. Calvino citaba el versiculo inicial del Salmo XCII: “La Tierra esta fija yjamas se movera” y preguntaba: ";Quién se atreveria a colocar la autoridad de Copérnico por encima de la del Espiritu Santo?” (Kuhn, 11957, p. 192). Luego entonces, aceptar la teoria de Copérnico significaba un riesgo hasta para un protestante, pero Kepler la abraz6. Al parecer, corri el riesgo por dos razones. En primer Tugar, al igual que Copérnico, era platénico y buscaba la armonia matematica simple que describe al universo. En segundo, al igual que Bruno, Kepler era adorador del Sol y, como tal, se sentia atraido pot la mayor dignidad que el sistema copernicano daba al Sol. Durante toda su vida, cuando esgrimia sus razones para acepiar la teorfa copernicana, siempre se Te- feria a la posicién preferente que la teoria daba al Sol y, por lo habitual, la mencionaba en primer lugar. Acorde con su filosofia pitagérica platénica, Kepler creia que la verdadera reali- dad era la armonia matematica que existfa més allé del mundo de las apariencias. El mundo sensorial, ese mundo de apariencias, era un teflejo interior del mundo matemético inmutable yecierto. Armado con tuna mezcla de filosofia plat6nica, misticismo y teoria coperniana, Kepler no s6lo se gané la vida como astrdlogo (creia que los cuerpos celestes afectan el destino huma- 1no), sino también hizo importantes aportaciones a la astronomia. Resolvié y demostré mu- cchos de los detalles mateméticos del sistema copernicano, con lo cual gener una mayor aceptaciGn de éste. Por medio de la deduccidn matematica y la observaciGn, descubrié que las trayectorias de los planetas alrededor del Sol eran elipticas, y no circulares (como pensaba Copérnico). Observs que las velocidades de los planetas guardan una relacién inversa con su distancia del Sol, por lo cual anticipé el concepto de la gravedad de Newton. Por tiltimo, de- Tolomee. Copemnico, Kepler y Galileo ‘mostré que todos los movimientos de los diferentes planetas se podian describir con un solo ‘enunciado matematico. Sin embargo, la aportacién més importante de Kepler a la ciencia tal vvez fue su insistencia en que toda deduccién matemética se debia comprobar con la observa- cin empirica. Kepler también estudié la vista directamente y encontré que los objetos del entorno pro- yectan una imagen invertida en la retinz, Esta observacién contrastaba con teorias anteriores que explicaban la vista como resultado de la proyeccién de copias exactas de objetos directa~ mente en los receptores del sentido. Kepler también cuestioné la capacidad humana para percibir las cosas correctamente cuando la imagen proyectada en la retina est de cabeza, pero dej6 el problema para que lo resolvieran otros. Galileo Galileo Galilei (1564-1642), conocido simplemente como Galileo, nacié en Pisa, Italia, el 15 de febrero en el seno de una familia noble arruinada. Fue un brillante matemético que, alos 25 afios, recibié el nombramiento de profesor de matematicas en la Universidad de Pisa. Al igual que Copémico y Kepler, Galileo pensaba que el universo era una mAquina perfecta cuyo funcionamiento sélo se podia comprender en términos mateméticos: tno Gore 03) : : Galileo, al igual que Copérnico y Kepler, también pensaba que su tarea era explicar la verdadera realidad matemética que existia mas alld del mundo de las apariencias. Armado con, estas creencias pitagsrico-platénicas, se dedic6 a corregir una serie de ideas equivocadas res- pecto del mundo y de Tos cuerpos celestes, Cuestioné el postulado de Aristételes de que los Objetos pesados caen mas rapido que los ligeros debido a su tendencia inherente a caer asi y demostro que los dos caen a igual velocidad. Acepté la teoria heliocéntrica copernicana y es- cribi6 un libro en el cual demolié todos los argumentos en su contra. En 1609, Galileo tlizé suversién modificada del recién inventado telescopio para descubrir las montafias de la Luna, las manchas solares y que la Via Lactea estaba compuesta por muchas estrellas que no se podian ver a simple vista. También descabri6 cuatro de las lunas de jipiter, lo cual signifi- ‘caba que cuando menos habfa 11 cuerpes en el sistema solar, en lugar de los siete que pos- tulaba ta Iglesia. ‘La mayorfa de las personas se negaban a mirar a través del telescopio de Galileo porque pensaban que hacerlo era un acto hereje. Galileo comparti6 esta experiencia con su amigo Kepler: 17 querdo Kepler, cusnto desearia cue nos pudiésemos carcajear juntos! Aqut en Padua, cals evers fas sotoctesinmoaceey mie eee -vea la Luna y los planeta a través de micrsta, pero él se niega ememente a hacer. lo.,Por qué no ests aqui? Cémo nos reifaos a pleno pulmén ante esta gloriosa. 1 asuchar al profesor de flosofa de is esforzandose ane el gran Duaue con argurnentos Fe ee eae le ses es pee, Otros que se negaban a mirar por el telescopio de Gatileo afirmaban “que si Dios hubiese Querido que el hombre empleara tal atifcio para adquirir conocimiento, habria dotado a los Ne } Copitule 4 Inicio de la ciencia ¥ 1a fllosofia modernas hombres de ojos telese6picos”. (Kuhn, 1957, p. 226). Los otros que realmente miraron el te- lescopio reconocieron los fenémenos observados “pero demandaron que los nuevos objetos no estaban en el cielo en absoluto: ellas eran apariciones causadas por el telescopic mismo", (Kuhn, 1957, p. 226). Con sus estudios de la dinémica de proyectiles, Galileo demostré que los movimientos de todos los cuerpos, en todas las circunstancias, estén regidos por un solo conjunto de leyes matemiticas. Sus estudios demostraron que las nociones de la “animacién” no eran necesa- rias para explicar los hechos fisicos, es decir, dado que la conducta de los objetos y los hechos se puede explicar en términos de fuerzas externas, no es necesario postular “lugares natura- Jes”, “pasiones”, “fines”, “esencias” ni ninguna otra propiedad inherente. ‘Antes de la época de Galileo se habia escrito mucho sobre el tema del movimiento, pero nadie habia medido en efecto los movimientos de los cuerpos al caer: $ ‘ortnuldad que se remonta al primer uzo de a medicrn antes de locus presenta a s - metafsca como antepasado. Esto explica por qué la ciencie de Galileo encontrs la fuerte: -oposicién de casi todos los fikbsofos de su tiempo, pues él a habla liberado tanto de la me= __tfsica como pudo: Galileo lo logré con meticiones tan defridas como era posible con los eee Sin embargo, en la actitud de Galileo hacia la experimentaciGn volvemos a encontrar sus creencias pitagoricas platénicas. Para él, descubrir una ley de la fisica era como descubrir una forma platénica. La obsetvaciGn sugiere que tal vez exista una relacién con una ley y, ast, 5e cfectia un experimento para confirmar 0 techazar esa posibilidad. Sin embargo, una vez des- cubierta la ley, no se necesita mayor experimentaciény se utiliza la deduccion matematica para escribir con precisién todas las manifestaciones posibles de la ley. Galileo crefa que los expe- rimentos, ademés de ser ttiles para comprobar la existencia de leyes, también podian servir como demostraciones que ayudan a convencer a los escépticos de la existencia de ciertas le- yes. Asi, Galileo recurrié mucho mas a la deduccién matemética que a la experimentacién, Respecto del tema del realismo frente al nominalismo, estaba claramente del lado del prime- ro, Existian leyes (formas) de hecho y éstas actuaban en el mundo material. Como verdadero platénico, Galileo afirmaba que los sentidos sso proporcionan tn indicio de la indole de la realidad. La explicacién tiltima de la realidad se debe dar en términos del orden racional de las cosas; es decir, a explicacién maxima debe ser matemiética Realidades objetiva y subjetiva. Galileo marcaba una clara diferencia entre la realidad ob- jetiva y la subjetiva. La objetiva existe independientemente de que la perciba una persona ‘cualquiera y sus atributos son las cualidades primarias, como se llamarian mas adelante en Ia historia. Estas son absolutas, objetivas ¢ inmutables y se pueden describir con precision ‘matematica. Incluyen la cantided, la forma, el tamafio, la posicién y el movimiento 0 el reposo.. ‘Ademés de las cualidades primarias (que constituyen la realidad material), el organismo sen- sorial crea oira clase de realidad, la cual esté compuesta por las que se llamarian cualidades secundarias, Fstas (que constituyen la realidad subjetiva) son experiencias exclusivamente ppsicol6gicas y no tienen contrapartida en el mundo material. Algunos ejemplos de cualidades secundarias son las experiencias con el color, el sonido, la temperatura, el olfato y el gusto. Segiin Galileo, las cualidades secundarias son relativas, subjetivas y fluctuantes. De las cvali- dades primarias (como las formas de Plat6n) podemos derivar el verdadero conocimiento; de Jas cualidades secundarias tan s6lo derivaremos una opini6n o una ilusi6n. ‘Aun cuando las cualidades secundarias puedan parecer tan reales como las primarias, no Io son. Las primarias son reales, pero las secundarias son simples nombres que utilizamos para describir nuestras experiencias subjetivas (psicol6gicas): Tolomeo, Copéinice. Kepler y Galllao ” Copitvies De ahi que piense que estos gustos olores, colores = parten del objeto donde pare- Cen exist sdlo son simples nombres, pero moran exclusivamente en el cuerpo sensito: de modo que si se eliminara al animal, cada una de esas cualidades quedarfa abolida y aniquilada, [No obsiante, tan pronto como les demos nombre..ns levamos a cree que también exis ‘en de forma tan verdadera y real corro las [cualidades primaria]. (Burtt 1932, p. 85) Al estudiar el mundo material, las cualidades secundarias, en el mejor de los casos, son del todo irrelevantes. Si un objeto material choca con otro, el color, el olor y el gusto de los objetos es irrelevante para determinar sus trayectorias posteriores. Para Galileo, Io que se podia y debia estudiar en términos cien:ificos era la realidad material y no la subjetiva. La imposibilidad de una ciencia de la experiencia consciente. Dado que una parte tan importante de nuestra experiencia consciente esté compuesta por cualidades secundarias, y dado que tales cualidades no se pueden describir ni comprender en términcs mateméticos, Galileo crefa que los métodos objetivos de la ciencia jamés servirian para estudiar lo conscien- te. La posicion de Galileo mare6 un virejefilos6fico central respecto del lugar del hombre en el mundo. Casi sin excepcidn, todos los filésofos y los tedlogos que le antecedieron daban a Jos humanos un lugar prominente en elmundo. Si habfa cosas buenas ymalas en el mundo y sihabia cosas mutables e inmutables en él, esas cosas también existian en los humanos. Estos eran vistos como un microcosmo que reflejaba al vasto macrocosmo: “Hasta tiempos de Ga- lileo, siempre se habia dado por sentado que el hombre y la naturaleza eran parte integral de ‘un todo mayor, donde el hombre ocupaba el lugar més fundamental” (Burtt, 1932, p. 89). Esta vvisin de los humanos cambi6 con Galileo. Las experiencias que son mas humanas —nuestros placeres, decepciones, pasiones, ambiciones, experiencias visuales, aucitivas y olfativas— ahora eran consideradas inferiores al mundo real que esté fuera ce la experiencia humana. En el mejor de los casos, los humanos pueden llegar a conocer el mundo de la astronomia y-de los objetos terrestres en movimieno y en reposo. No obstante, este conocimiento jamas se puede alcanzar tan s6lo con la experencia sensorial. Sélo se puede llegar a él mediante la comprensién racional de las leyes mateméticas que existen més allé de 1a experiencia senso- rial. Por primera vez.en la historia, tenemos una visién de la experiencia consciente humana como algo secundario, irreal y enteramente dependiente de los sentidos, los cuales nos enga- ian. Ahora, lo real, importante y dignoes el mundo que existe fuera del hombre: “El hombre se empieza a presenter, por primera ver en la historia del pensamiento, como un espectador irrelevante y un efecto insignificante del sistema matemético mayor, que es la sustancia de la realidad” (Burtt, 1952, p. 90). ‘Asi, Galileo excluyé de la ciencia una gran parte de lo que hoy incluye la psicologfa, y muchos cientificos naturalistas modernos se niegan a aceptat a la psicologia como ciencia precisamente por la misma razén que Galileo no la aceptaba. Se han hecho muchos esfuer- 20s por cuantificar la experiencia cognitiva desde tiempos de Galileo y, en la medida que estos. esfuerzos han tenido éxito, las conclusiones de Galileo acerca de la medici6n de las cualida- des secundarias han resultado incorrectas. Sin embargo, el éxito que han tenido estos esfuer- zos es muy discutible, Como hemos visto, Aristételes era el blanco principal de Galileo. Con observaciones ‘empiricas y razonamientos mateméticos, Galileo desacredits una “verdad” aristotélica tras ‘otra, atacando asi el centro mismo del dogma de la Iglesia. A los 70 afios,lisiado a causa del reumatismo y casi ciego, Galileo tuvo que presentarse ante la Inquisici6n, la que le obligé a desdecirse de sus conclusiones cientificas. Pasé los afios restantes de su vida en arresto domi- ciliario y, aun cuando su obra habfa sico condenada, siguid escribiendo en secreto, En estas circunstancias, terminé la que ha sido considerada la mejor de sus obras, Dialogues Concer- ning Two New Sciences (Didlogos sobre dos nuevas ciencias) (1683), la cual salié de Italia de contrabando. Galileo murié el 9 de enero de 1642. No fue sino hasta el 31 de octubre de 1992 que la Iglesia catdlica lo absolvié oficialmente de sus “trasgresiones” (Reston, 1994, p. 283). Iniclo de la clencio y le filosofia modernas Las obras de Copérnico, Keplery Galileo condujeron al resurgimiento de la antigua posi- ci6n materialista de Demécrito. El universo aparentemente estaba compuesto por tuna mate- ria cuyo movimiento era determinado por fuerzas externas. La importancia de Dios se habia reducido al minimo en este plan de las cosas y ahora hasta el lugar del hombre era seriamen- te cuestionado. {Los humanos forman parte del mundo natural? En tal caso, deberfan ser explicables en términos de la ciencia natural. O bien, existe algo especial en los humanos que los coloca en un lugar aparte del mundo natural? En tal caso, por qué los humanos son es- peciales y qué leyes especiales rigen la conducta humana? La nueva ciencia apoyaba la posi- Gi6n de que los humanos eran fendmenos naturales. Los logros épicos de Newton ampliaron la visiGn materialista del universo y fomentaron la generalizaciGn de esa visin alos humanos. En poco tiempo, el universo y todo Jo que contenfa, incluidos los humanos, serian vistos des- de una posicién materialista y mecanicista, Isaac Newton Isaac Newton (1642-1727) nacié el 25 de diciembre, el mismo afto de la muerte de Galileo, en ‘el pueblo de Woolsthorpe, Inglaterra. Su padre habia muerto antes de que naciera y, cuando su madre se volvi6 a casar, el nifio fue enviado a vivir con su abuela materna a un pueblo vecino. En la escuela, Newton fle un estudiante mediocre, pero mostré gran aptitud para construir attilugios mecénicos, como molinos de viento y clepsidras. Cuando el segundo marido de la madre de Newton muri, la mujer sacé al nifto de la escuela y lo volvis a levar a Woolsthorpe con la esperanza de que trabajara en el campo. Un profesor reconoci6 el potencial de Newton ¥ convencis a la madre de prepararlo para que ingresara a la Universidad de Cambridge. Asi, ingresd a Trinity College, Cambridge, en el afio 1661 bajo la tutoria de Isaac Barrow, profesor de matematicas, y cuatro afios después obtuvo su grado. En s6lo 18 meses, Newton escribié su ‘obra mas importante, The Mathematical Principles of Natural Philosophy (Principios matematicos de laflosofia natural) (1687/1995), la cual de inmediato fue calificada de obra maestra. Newton sabia muy bien que se habia basado en la obra de quienes le precedieron y dijo: “Si he podido ‘ver més allé, se debe a que he estado parado sobre los hombros de gigantes” (Blackburn, 1994, P. 260). En el caso de Newton, esos gigantes incluyeron a Copémnico, Kepler y Galileo. En 1703 Newton fue electo presidente de la Real Sociedad, y en 1705 la reina Ana lo nom- ‘br6 caballero. Ademés, fue miembro del Parlamento en dos ocasiones. Es interesante sefialar que ante todos estos logros, Newton hablaba de su celibato de toda la vida como su mayor logro (D. N. Robinson, 1997, conferencia 27). Asimismo, si bien Newton es més recordado por sus logros cientificos, escribié mucho més sobre teologfa y alquimia que sobre ciencia (Hon- derich, 1995, p. 618). Sin embargo, los tres temas eran inseparables para Newton. Al igual que Galileo, Newton concebfa el universo como una maquina compleja creada por Dios y sujeta a leyes. Guiado por estos conceptos, Newton cre6 el calculo diferencial ¢ integral (Leibniz hizo el mismo descubrimiento por su lado), formul6 la ley de la gravedad universal y desarroll6 obras pioneras en el terreno de la 6ptica. Creé una concepcisn del uni- ‘verso que prevaleceria en la fisica y la astronomia durante més de dos siglos, hasta que Einstein la revisara. Sus métodos de comprobacién, al igual que los de Galileo, incluian la observa- ci6n, la deduecién matemética y la experimentacién. En Newton, que era sumamente religio- 50, encontramos tna reversién total del camino anterior que se orientaba a la fe para conocer 2 Dios: dado que Dios creé el universo, estudiarlo objetivamente es un camino para conocer- Io. En este punto coincidia con la mayorfa de los escolésticos y con Copérnico y Kepler. ‘Aun cuando Newton crefa que Dios habfa creado el universo, su obra disminuyé enorme- mente la influencia de Dios. Este creé el universo y lo puso en movimiento, pero ahi se ago- taba su participacién, Después de Newton, el paso para sacar a Dios del panorama era muy corto. En poco tiempo, el defsmo —la creencia de que Dios cre6 el universo, peto después lo abandoné— adquirié gran popularidad. Para un deista, el disefio del universo era obra de Dios, pero la revelacién de los dogmas religiosos, la oracién y todas las formas de intercambio sobrenatural con Dios eran considerados iniitiles Blackburn, 1994, p. 97). Asi las cosas, sélo Isoae Newton 8 ‘era cuestiGn de tiempo para que tambiér los humanos fueran vistos y analizados simplemen- te como otra maquina que trabajaba de acuerdo con los prineipios newtonianos, La aportacién més importante de Newton tal vez haya sido su ley de la gravedad univer- sal. Esta ley sintetiza una serie de descukrimientos anteriores, como la observacién de Kepler de que el movimiento de los planetas es e iptico y las mediciones de Galileo de la aceleracién de los cuerpos al caer. Segiin la ley de la gravedad, fodos los objetos del universo se atraen unos a otros. La cantidad de atraccidn esté en proporcién directa con el producto de las masas de los cuerpos y guarda una proporcién inversa con el cuadrado de la distancia que los separa. Esta sola ley explicaba los movimientos de todos los cuerpos fisicos en cualquier lugar del universo. Aun cuando el universo era una maquina creada por Dios, operaba de acuerdo con, principios que los humanos pocian descubrir, y Newton encontro que estos principios se podian expresar con precisidn en térmiros matematicos, de ahi su conclusién de que “Dios era matemético”. Principios de la ciencia newtoniana Los potentes y muy influyentes principics de la ciencia newtoniana se pueden resumir asi: ¢ _Sibien Dios es el creador del munde, no participa activamente en los hechos del mundo (deismo). Por lo tanto, no es adecuaco invocar a su voluntad para explicar ninguna cosa 0 hecho particulares del mundo mater al. © Elmundo material esté regido por leyes naturales y estas leyes no tienen excepciones. @ Laley natural no tiene cabida para e propésito y, por lo tanto, las causas finales de Ari {6teles se deben rechazar. En otras palabras, los hechos naturales nunca se pueden expli- car mediante la postulacién de propiedades inherentes a ellos. Por ejemplo, los cuerpos no caen debido a una tendencia inherente a caer, como habia supuesto Aristoteles, sino a causa de las distintas fuerzas que operan sobre ellos; es decir, como cientifico newtoniano no se deben invocar explicaciones teDl6gicas. © Se debe aceptar la navaja de Occarm. Las explicaciones siempre deben ser tan simples como sea posible. En el Libro IIT de Principles (Principios) (168771995, p. 320), Newton ofrece este consejo: “No debemos acmitir mas causas de las cosas naturales que aquellas que sean verdaderas y suficientes para explicar sus apariencias”. Este es el principio que condujo a Copémico y a muchos de sus compafteros matematicas a rechazar el sistema geocéntrico a favor del heliocéntrico. Dado que con Dios, lo mas simple siempre es lo ‘mejor, as{ también deberfa ser tratdindose de los mateméticos y cientificos. La concepcién de Newton del universo no podia haber sido més simple. Todo lo que sucede se puede explicar en términos de 1) el espacio, que consta de puntos; 2) l tiempo, que consta de mo- vimientos; 3) la materia, que existe en el espacio y pose una masa; y 4) la potencia, que ‘imprime el cambio en el movimiento de la materia. Newton y sus seguidores crefan que todo el universo material se podia explicar en términos de estos cuatto postulados. De hecho, una explicacién de cualquier hecho natural significaba enunciarlo en términos mateméticos de espacio, tiempo, materia y potencia. ‘© Las leyes naturales son absolutas, pero en cualquier momento dado, nuestro conocimien- +o es imperfecto. Por lo tanto, los ciertificos con frecuencia deben aceptar las probabilida- des en lugar de la certidumbre. Esto se debe a la ignorancia humana y no a la flexibilidad de las leyes naturales. '* Clasificar no es explicar. Sefialar que el perseguir a los gatos es, aparentemente, una ca- racteristica de los perros no explica por qué los perros tienden a perseguir a los gatos. Para ‘comprender por qué algo acttia comc lo hace es necesario conocer los atributos fiscos del ‘objeto en el que se acttia (como st masa) y la naturaleza de las fuerzas que actian en él. De nueva cuenta, ningtin propésito del tipo que fuere se puede atribuir al objeto o a las fuerzas que operan sobre él El éxito de Copérnico, Kepler, Galileo y Newton con la observacién empirica y la deduc- cién matemética estimuld a los estudiosns de todos los campos y encendié el espiritu de la 120 7 Copitulo 4 Inicio de la ciencia y la flosotia mocernas ‘curiosidad y la experimentacin que ha persistido hasta el presente. Asimismo, el éxito que se derivé de considerar el universo como una maquina tendria profundas implicaciones para la psicologfa. Porlo tanto, la ciencia se habia convertido en tun camino probado para desentrafiar Jos secretos de la naturaleza y fue abrazada con enorme entusiasmo. En muchos sentidos, la ciencia se estaba convirtiendo en la nueva religion: "Durante muchos sigos la Iglesia habia impuesto al hombre las imitaciones de su propia sa- ‘biduea, La mente de Dios es incomprensible. Dios opera por misteriosos caminos para realzar sus obras. El hombre se debe contentar con un canocmiento parcial el resto Sime plemente lo debe creer Para un Galileo 0 un Newton, estas restricciones de la curiosidad ‘humana eran inaceptables El cientfico estaba dispuesto a conceder que algunas coras a final de cuentas, podlan ser ininteligbles,y sélo dependian de la fe; pero a medida que sguiera ‘tereamente observando,rriiendo y experimentando, descubria que un ndmero de acert- jos de la naturaleza cada vez mayor iba quedando en claro. De hecho, estaba explicande en ‘términos naturales fenSmenos cue hasta ertonces habian sido inintelgibles. As’ pues. no es ‘extrafio que la nueva ciencia empezara a generar fe en que, la postre la ciencia desplazaria a la teologia, No existian muchas pruebas de que en el siglo xvi y xvi esta fe fuese mas alld cde una vaga experanza. No obstante, ls semillasestaban sembradas los cientficos estaban descubrienda cads vez ms seeretos de la naturaleza y presentando mas y mas explicaciones ‘que no“beneficiaban en nada a la clerecia”, (MacLeod, 1975, p. 105) Francis Bacon Francis Bacon (1561-1626) nacié en una distinguida femilia de politicos el 22 de enero en Londres. Tras estudiar tres afios en Cambridge se fue a vivir a Francia, donde trabaj6 con un. embajador. Regresé a Inglaterra donde trabaj6 como abogado y en 1584 fue elegido miembro del Parlamento. Poco después de la publicacién de su obra més influyente, Novum Organum (Nuevo método) (1620/1994) fue encausado por el Parlamento pot haber aceptado sobornos. Le gravaron una cuantiosa multa (que jamés pagé) y cumplié con tuna breve sentencia de cércel (cuatro dias) en la Torre de Londres. Su retiro obligado de las cuestiones juridicas y sislativas, a los 60 afos, le permitié concentrarse en la ciencia y la filosofia, y pronto apareci6 tuna serie de libros muy significativos. Por tradicién, Bacon ha sido considerado el principal portavoz de la nueva ciencia en ra- -26n de su tebelin contra las autoridades del pasado, en especial contra Aristételes. Su agudo ingenio y estilo brillante para escribir han llevado a algunos a especular que fue el verdadero autor de las obras de Shakespeare. Fue contempordneo de Galileo, casi 100 aftos después que Copérnico, y era 35 afhos mayor que Descartes (de quien hablaremos a continuaci6n). Bacon fue un empirico radical que creia que sélo era posible conocer la naturaleza mediante un es _ tudio directo y objetivo, Los relatos de que la naturaleza estaba basada en las Escrituras, la fe ‘0 una autoridad filoséfica o teol6gica cualquiera, sélo entorpecerian los esfuerzos personales ‘por saber cémo funciona el mundo. Bacon fue autor del siguiente relato satirico, que demues- tra con claridad su propia posicién positivista y su desprecio por la autoridad: | Enel afio de muestro Sefior de 1432. los hermanos de un convente tuvieron un penoso ‘pleito por el ndmero de dientes que contenia el hocico de un caballo. La disputa fue muy ‘encendida durante |3 ene Br ie tes 2 eee er ! 5 rrelucir una erudicidn tan maravillosa y complicada que nunca antes se haba escuchado en ‘esta region. Al inicio de! dia decimocuarto, un joven fralle de porte bonachén pidié a sus superiores permizo para decir ago para asombro de los querelantes, yo pro- ‘saber juré que no cuestionaba, directamente les rog6 de modo insélito y tosco, que el hocico abierto del caballo y que encontraran la respuesta 2 su pregumta. Ante Froncis Bacon a vee Copitulo « ‘esto, con su dignidad seriamente agravada, montaron en ira y uniéodose en un estalido colosal, se lanzaron contra él, lo golpearon en la cadera y los muslos ya continuacién, le ‘echaron fuera Pues, gin afirmiron, no cabla duda que Satands habia tentado a este osado ‘nedfito para que declarara una forma tan profana e insdlita de encontrar la verdad en contra de todas ias enseflanzas de los padres. Después de muchos dias de penosa lucha, la paloma de la paz se pos6 en la asamblea y todes como un solo hombre, declararon que el problema ‘era un misterio eterno debido al enorme peso de evidencia historica y teol6gica que existia Rene Descartes (28 Copituio ign la digesti6n, la respiraci6n, la alimentaci6n y el crecimiento del cuerpo, la circulacién de Ja sangre e incluso el sueio y los suefios. En 1628 el fisiGlogo briténico William Harvey (1578- 1657) demostré que el corazén era una bomba muy grattde que impulsaba la sangre que en- traba a las arterias, después a las venas, de ahfa los pulmones y; por iltimo, de regreso a las arterias. En pocas palabras, Harvey descubrié que el corazén provocaba la circulacién de la sangre y que su funcionamiento se podia explicar utilizando los mismos principios mecénicos hidréulicos que expiican los sistemas inorgénicos. Descartes toms el descubrimiento de Harvey como prueba mayor de que muchas funciones del cuerpo (por no decir que todas) son de indole mecénica Tnchiso durante su existencia, la evidencia demostr6 que el andlisis de Descartes de la conducta refleja estaba equivocado. Existfa evidencia bastante contundente de que los nervios zo eran huecos y cada vez surgian mas pruebas de que existian dos clases distintas de nervios: los nervios sensoriales que trasportaben informacién de los receptores de los sentidos al ce~ rebro y los nervios motores que la trasportaban del cerebro a los misculos. También se habia observado que varios animales se segufan moviendo y reaccionando a ciertas clases de estimu- laci6n incluso después de haber sido decapitacos, y casi todo el mundo sabia que los animales podian adquirir nuevas respuestas. Aun cuando todas estas observaciones planteaban proble= mas para el andlisis de Descartes de la conducta refleja, jams modificé su posicidn. Sin em- argo, no habria de pasar mucho tiempo para que otros hicieran las correcciones necesarias a la teoria cartesiana (Los términos cartesiano y cartesianismo se usan para referirse a algdn aspecto de la flosotia o la metodologie de Descartes), Explicacién de Descartes del suefio y los suefios La explicacién del sueno ofrecica por Descartes empieza por sefialar que mientras los orga- nismos estan despiertos, las cavidades del cerebro estan tan lenas de espititus animales que provocan que el tejido cerebral que recubre una cavidad se expanda e incremente ligeramente ja tensién de los delicados hilos, lo cual provoca que respondan al maximo a la estimulacién sensorial. Durante el dia, la cantidad de espfritus que contienen las cavidades del cerebro va disminuyendo y el tejido que las recubre se pone laxo, —con lo cual los hilos delicados pier- den tensi6n—. En estas condiciones, el organismo no responde mucho al entorno y decimos que esté dormido. Los espiritus animeles fuyen de forma alcatoria en las cavidades y, de vez en cuando, algunas cavidades aisladas'se llenan y sus hilos conectores se tensan. Esto produ- ce las experiencias aleatorias inconexas que llamamos Suefios La interaccién mente-cuerpo Como hemos comentado, Descartes «refa que todas las conductas y los procesos internos de Jos animales tenfan una explicacién mecénica, al igual que gran parte de la conducta humana ¥y que muchos procesos internos humanos. No obstante, existia una importante diferencia s humanos y otros animales: sClo los humanos poseian una mente que permitia la con.

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