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Trabajo Fin de Grado en Fı́sica

El agujero negro de Kerr


Juan Antonio Guerrero Montero
Universidad de Granada
Junio de 2017

Tutor: Bert Janssen


Departamento de Fı́sica Teórica y del Cosmos
Universidad de Granada

Abstract
The Kerr metric is a solution of Einstein’s equations that describes
spacetime around a rotating black hole. In this project, we will apply
the laws and techniques of General Relativity to describe it in depth.
Firstly, we will present the theoretical foundations that will be needed
throughout the project, illustrating them with examples extracted from
the simplest case, Schwarzschild’s black hole. We will emphasize the
importance of Killing vectors as tools for describing the structure of a
black hole and the constants of motion of particles moving in its sur-
roundings. Secondly, all these concepts will be applied to Kerr’s black
hole in order to describe its geometry and causal structure, paying espe-
cial attention to regions like the event horizon and the ergosphere and
phenomena like frame dragging. Lastly, we will find the constants of
motion of test particles around Kerr’s black hole using the formalism
of Killing vectors and tensors, with our main focus being Carter’s cons-
tant, its origin and its physical meaning. We will apply our findings to
the study of geodesics, the trajectories of test particles in the Kerr space-
time.
Índice
1 Introducción 3

2 Fundamentos: El agujero negro de Schwarzschild 4


2.1 Métrica y curvatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
2.2 Vectores de Killing y simetrı́as . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
2.2.1 Simetrı́as y leyes de conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
2.2.2 Observadores estacionarios y estáticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.3 Estructura causal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.3.1 Singularidades fı́sicas y de coordenadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.3.2 Horizonte de sucesos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.3.3 Superficie de lı́mite estacionario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.4 Geodésicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

3 El agujero negro de Kerr 11


3.1 La métrica de Kerr en distintos sistemas de coordenadas . . . . . . . . . . . . . . . . 12
3.1.1 Las coordenadas de Boyer-Lindquist . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
3.1.2 Las coordenadas de Kerr-Schild . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
3.2 Vectores de Killing y simetrı́as en Kerr . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
3.3 Estructura causal del agujero negro de Kerr . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
3.3.1 Singularidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
3.3.2 Horizontes de sucesos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
3.3.3 Arrastre de sistemas inerciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3.3.4 Superficies de lı́mite estacionario: Ergosfera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.3.5 El proceso de Penrose . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
3.3.6 Aproximándonos al agujero negro de Kerr . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

4 Tensores de Killing y la constante de Carter 22


4.1 Tensores de Killing . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
4.2 El tensor de Killing de la métrica de Kerr y la constante de Carter . . . . . . . . . . . 24
4.2.1 Cálculo del tensor de Killing del espacio de Kerr . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
4.2.2 Lı́mites del tensor de Killing . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
4.2.3 La constante de Carter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

5 Geodésicas en el espacio de Kerr 27


5.1 Geodésicas en el plano ecuatorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
5.1.1 Geodésicas ecuatoriales nulas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
5.1.2 Geodésicas ecuatoriales temporales: 3ª Ley de Kepler . . . . . . . . . . . . . . 32
5.2 Geodésicas generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

6 Conclusiones 34
3 1 INTRODUCCIÓN

1 Introducción

Los agujeros negros fueron teorizados por primera vez en el marco de la mecánica New-
toniana. A finales del siglo XVIII, Laplace formuló la idea de que, si un objeto era lo sufi-
cientemente denso, la velocidad de escape en su superficie fuera mayor que la de la luz,
lo que supondrı́a que fuera completamente negro para un observador lo suficientemente
lejano. Sin embargo, al imponerse a lo largo del siglo XIX el concepto de luz como onda
sin masa, esta idea fue descartada.
Este hecho, meramente anecdótico en el marco de la mecánica clásica, cobró un nuevo
significado cuando Einstein propuso su teorı́a de la Relatividad General en 1915. En esta
teorı́a la gravedad es modelada como un efecto geométrico que afecta al movimiento de
la luz y no sólo al de la materia masiva, y que viene modelada por las ecuaciones de
Einstein. En ella, existen soluciones (posibles geometrı́as del espacio-tiempo) que poseen
una singularidad, un punto de densidad y curvatura infinitas. En estas soluciones la zona
alrededor de la singularidad tiene una curvatura tan elevada que ni siquiera la luz puede
escapar de ella y por lo tanto se muestra negra a al exterior: son agujeros negros.
La primera solución obtenida de las ecuaciones de Einstein fue la obtenida por Karl
Schwarzschild en 1916, y describe el agujero negro más sencillo, que posee simetrı́a esféri-
ca y es estático. Poco después, en 1918, Reissner y Nordström descubrieron la solución que
lleva sus nombres, que describe un agujero negro esferico y estático que posee una carga
eléctrica no nula. Durante varias décadas, la investigación teórica en el terreno de los agu-
jeros negros quedó estancada, en parte debido a la influencia de Einstein, que se negaba a
creer que los agujeros negros fueran soluciones fı́sicamente realistas de sus ecuaciones.
Tras la muerte de Einstein, durante los años 60 y 70, sı́ que se produjo un enorme
desarrollo en el campo, con la demostración de numerosos teoremas. Entre ellos están el
teorema del área, demostrado por Stephen Hawking en 1971 y que afirma que el área del
horizonte de sucesos de un agujero negro nunca puede disminuir en un proceso clásico,
y que ayudó a enunciar las Leyes de la Termodinámica de los agujeros negros clásicos, en
las que se establecı́an paralelismos entre caracterı́sticas propias de los agujeros negros y
variables termodinámicas. También Hawking enunció junto a Roger Penrose una serie de
teoremas sobre las singularidades que establecen bajo qué condiciones puede la gravedad
crear puntos de curvatura infinita. Otro teorema de interés es el de “no pelo” enunciado
por John Wheeler con su famosa frase “A black hole has no hair”, y que afirma que todo
agujero negro está unı́vocamente determinado por su masa, carga eléctrica y momento
angular alrededor de su propio eje. Fue en este contexto de grandes avances cuando, en
1963, el matemático neozelandés Roy Kerr descubrió una solución de agujero negro mu-
cho más compleja que la de Schwarzschild o la de Reissner-Nordström, que describe un
agujero negro en rotación. En 1965, Ezra Newman fue un paso más allá y halló una solu-
ción para un agujero negro que está eléctricamente cargado y rotando simultáneamente.
En los orı́genes de la Relatividad General, los agujeros negros fueron, pues, considera-
dos como soluciones puramente teóricas, y no objetos fı́sicos reales. Sin embargo, a partir
de la segunda mitad del siglo XX los astrofı́sicos han observado numerosos fenómenos
que pueden ser explicados de forma convincente mediante la existencia de agujeros ne-
gros. Se propone que éste puede ser uno de los posibles desenlaces de la vida de una
estrella supermasiva tras un colapso gravitacional. Se teoriza además que las ondas gra-
vitacionales detectadas por LIGO en 2016 provienen de la fusión de dos agujeros negros
2 FUNDAMENTOS: EL AGUJERO NEGRO DE SCHWARZSCHILD 4

de varias masas solares. Existe evidencia además que existen agujeros negros supermasi-
vos (de millones de masas solares) en los centros de muchas galaxias. La utilidad práctica
de estos conceptos teóricos se hace patente.
Más aún, los agujeros negros son conceptos importantes también en la vanguardia de
la fı́sica teórica. La investigación en pos de una teorı́a de gravedad cuántica, el mayor reto
de la fı́sica teórica de nuestro siglo, se centra en el estudio cuántico e informacional de
los agujeros negros, ya que éstos son los lugares del universo donde los efectos cuánticos
de la gravedad serı́an más apreciables. Ya en los años 70 se dieron los primeros pasos
en la caracterización cuántica de los agujeros negros con la radiación de Hawking, y se
han alcanzado resultados de gran importancia en los últimos años, como el principio ho-
lográfico, que relaciona la información contenida en un agujero negro con el área de su
horizonte de sucesos. Sin duda los agujeros negros seguirán siendo un tema central en la
fı́sica teórica en los próximos años.
A lo largo de este trabajo, estudiaremos en profundidad la solución de Kerr para un
agujero negro en rotación. Ésta constituye la solución más fı́sicamente realista de todas las
mencionadas anteriormente, ya que los objetos astrofı́sicos en general no son estáticos ni
tienen carga eléctrica neta. En primer lugar, presentaremos los fundamentos teóricos de
la Relatividad General ilustrándolos con su aplicación al agujero negro de Schwarzschild.
A continuación, estudiaremos la métrica de Kerr y la estructura causal y propiedades que
emanan de ella. Posteriormente, describiremos el movimiento de partı́culas test alrede-
dor del agujero negro en trayectorias geodésicas, haciendo incapié en las constantes de
movimiento que definen sus trayectorias y en su obtención formal.

2 Fundamentos: El agujero negro de Schwarzschild

En esta primera sección nos disponemos a introducir los conceptos fundamentales que
serán necesarios en la descripción completa de un agujero negro (o un espacio-tiempo
cualquiera) en el marco de la Relatividad General. Para ello, acompañaremos todos estos
conceptos de su aplicación al caso no trivial más sencillo: el agujero negro de Schwarz-
schild, caracterizado por ser estático y esféricamente simétrico.
En la teorı́a de la Relatividad General, la interacción gravitatoria se modela como un
efecto geométrico de la curvatura del espacio-tiempo cuatridimensional. La descripción
matemática se realiza pues en el marco de la geometrı́a diferencial y a través del tensor
métrico gµν , que determina dicha curvatura.
Las ecuaciones de campo de Einstein, herramienta fundamental en la Relatividad Ge-
neral, relacionan esta descripción geométrica del espacio-tiempo con sus propiedades fı́si-
cas:
1
Rµν − gµν R = −8πGN Tµν . (2.1)
2
En ellas, Rµν y R = Rµν gµν son el tensor y el escalar de Ricci, respectivamente, que
son funciones del tensor métrico y de sus derivadas parciales, GN es la constante de gra-
vitación Newtoniana y Tµν es el tensor de energı́a momento, que describe el contenido
de energı́a y materia del espacio-tiempo. Todos los tensores involucrados son simétricos.
Se trata de un sistema de ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, cuadráticas y
de segundo orden, por lo que cuando Einstein las enunció (en 1915) pensó que nunca
se encontrarı́a una solución. Sin embargo, tan sólo un año después, Karl Schwarzschild
5 2 FUNDAMENTOS: EL AGUJERO NEGRO DE SCHWARZSCHILD

encontró una de gran sencillez, a la cual darı́a nombre.

2.1 Métrica y curvatura

En la obtención de esta solución se aplicaron las siguientes condiciones sobre las ecua-
ciones de Einstein: el espacio-tiempo a describir habrı́a de ser estático (no habrı́a depen-
dencia con el tiempo t), esféricamente simétrico y tenderı́a a la métrica plana conforme
aumentase la distancia al origen (r → ∞), es decir, tendrı́a que ser asintóticamente plano.
Se trata además de una solución para el vacı́o, válida en el exterior del objeto generador
de la métrica, de modo que Tµν = 0. La forma de esta métrica, expresada en coordenadas
esféricas a través del intervalo diferencial ds2 = gµν dx µ dx ν , es la siguiente:
2M −1 2
   
2 2M 2
ds = 1 − dt − 1 − dr − r2 dθ 2 − r2 sin2 θdϕ2 . (2.2)
r r
En ella, M = GN m donde m es la masa del objeto que genera la métrica, y se están
usando en todo momento unidades c = 1, de modo que espacio y tiempo tienen las
mismas unidades. Se puede observar que la métrica tiende a la métrica plana cuando
M → 0, es decir, cuando desaparece el objeto masivo que curva el espacio. A esta métrica
plana se le llama métrica de Minkowski y toma la forma ηµν = diag (1, −1, −1, −1) en
coordenadas cartesianas.
La tendencia a Minkowski en el lı́mite r → ∞ implica que las coordenadas t y r se
corresponden con las coordenadas temporal y radial de un observador en el infinito. Sin
embargo, debido a la curvatura del espacio-tiempo, estas no son las coordenadas temporal
y radial de un observador en un punto cualquiera del universo.
La curvatura provoca que la medida de distancias radiales reales no se corresponda
con la diferencia de coordenada r entre dos puntos a medir, sino que sea necesario integrar
la ecuación 2.2 con el término grr
2M −1/2
Z r2  
l= 1− dr. (2.3)
r1 r
Por otro lado, el intervalo de tiempo propio dτ que mide un observador estático a una
distancia r del origen está relacionado con el tiempo medido por un observador asintótico
de la siguiente manera:
2M 1/2
 
dτ = 1 − dt. (2.4)
r
Esta diferencia entre tiempos propios para distintas distancias al origen provocarı́a un
corrimiento al rojo gravitatorio para señales enviadas de uno a otro: si el emisor lanza
una señal que para él tiene perı́odo TE , el receptor recibirá una con perı́odo TR , estando
relacionados a través de
1 − 2M/r E 1/2
 
TE ν
= R = . (2.5)
TR νE 1 − 2M/r R
Por supuesto, al cambiar la métrica de este sistema de coordenadas a cualquier otro
sistema de coordenadas generalizadas, su forma cambiarı́a covariantemente de la siguien-
te forma:
0 ∂x µ ∂x ν
gαβ = 0α 0 β gµν , (2.6)
∂x ∂x
donde las primas indican el nuevo sistema de coordenadas.
2 FUNDAMENTOS: EL AGUJERO NEGRO DE SCHWARZSCHILD 6

2.2 Vectores de Killing y simetrı́as

2.2.1 Simetrı́as y leyes de conservación

Los vectores de Killing son una herramienta de gran utilidad en el análisis de las simetrı́as
y la estructura causal de los agujeros negros. Se definen como aquellos vectores en cuya
dirección la derivada de Lie del tensor métrico se anula. La derivada de Lie del tensor gµν
en la dirección del vector kµ se define como
Lk gµν = kρ ∂ρ gµν + gρν ∂µ kρ + gµρ ∂ν kρ , (2.7)
donde ∂µ ≡ ∂x∂µ , de modo que para un vector de Killing se cumplirá Lk gµν = 0 y se puede
demostrar que esta condición es equivalente a la ecuación de Killing,
∇µ k ν + ∇ν k µ = 0, (2.8)
donde el sı́mbolo ∇ denota la derivada covariante. De esta ecuación se deduce fácilmente
que una combinación lineal arbitraria de vectores de Killing sigue siendo un vector de
Killing, ya que la derivada covariante es lineal.
Los vectores de Killing son pues la forma generalizada de estudiar las simetrı́as de la
métrica y, gracias al teorema de Noether, sabemos que toda simetrı́a continua tiene aso-
ciada una cantidad conservada. La cantidad conservada asociada a un vector de Killing a
lo largo de la trayectoria x µ (τ ) de una partı́cula libre es
k µ ẋ µ = C (k ), (2.9)
donde el punto denota derivación respecto al parámetro τ de la trayectoria, de modo que
ẋ µ es la cuadrivelocidad de la partı́cula, tangente a su trayectoria y relacionada con el
cuadrimomento a través de la expresión pµ = m ẋ µ . De este modo, los vectores de Killing
nos permiten conocer simultáneamente las simetrı́as del espacio-tiempo y las constantes
de movimiento asociadas a esas simetrı́as.
En el caso del agujero negro de Schwarzschild, dos de los vectores de Killing se obtie-
nen fácilmente por simple inspección de la métrica 2.2, si notamos que ésta no depende
µ µ
de t ni de ϕ. Esto nos lleva a los vectores kµ = δt = (1, 0, 0, 0) y l µ = δϕ = (0, 0, 0, 1) que
claramente anulan la ecuación 2.7. Las cantidades asociadas son
k µ ẋ µ = kν ẋ µ gµν = 1 − 2M

r ṫ = E
2 2 (2.10)
lµ ẋ = l ẋ gµν = −r sin θ ϕ̇ = − Lz .
µ ν µ

Cuando ẋ es la trayectoria de una partı́cula, estas constantes se corresponden con la


energı́a medida en el infinito por unidad de masa y el momento angular de rotación por
unidad de masa alrededor del eje Z de ésta (en el caso de que la partı́cula no tenga masa,
son su energı́a medida en el infinito y su momento angular totales).
Por otro lado, sabemos que la simetrı́a rotacional de Schwarzschild es completa, y no
solamente alrededor del eje Z. En realidad hay otros dos vectores de Killing indepen-
dientes asociados a las simetrı́as de rotación alrededor de los ejes X e Y que implican la
conservación de las otras dos componentes del momento angular. Sin embargo, nuestras
coordenadas no están adaptadas tan claramente a esas simetrı́as y por ello su forma y su
obtención no son tan evidentes. Los tres vectores de Killing independientes asociados a la
invariancia bajo rotaciones satisfacen un álgebra de SO(3) con las relaciones de conmuta-
ción siguientes: h i
lµa , lµb = ε abc lµc . (2.11)
7 2 FUNDAMENTOS: EL AGUJERO NEGRO DE SCHWARZSCHILD

2.2.2 Observadores estacionarios y estáticos

Los vectores de Killing nos permiten además definir de forma muy general los siste-
mas estacionarios dentro de una métrica dada: un sistema estacionario es todo aquel que
se mueve siguiendo una trayectoria siempre tangente a un campo vectorial de Killing
cualquiera. Este tipo de observador se mueve, pero no observa cambios en el espacio-
tiempo de su vecindad. En el caso de Schwarzschild, debido a la simetrı́a esférica, siempre
podrı́amos suponer que el plano de movimiento de un observador estacionario es parale-
lo al plano ecuatorial, de modo que el vector trayectoria más general de dicho observador
serı́a
1 µ
(k + Ωl µ ) ,
µ
uestacionario = (2.12)
N
donde Ω es una constante correspondiente con la velocidad angular de dicho observador
medida por otro que se encuentra en el infinito y N es una constante de normalización. Es-
ta forma del vector tangente quiere decir que un observador estacionario en dicho espacio
sigue trayectorias circulares concéntricas con el centro del agujero negro.
Además, partiendo de esta definición de observador estacionario, podemos expresar
un concepto más en función de los vectores de Killing: el de observador estático. Un
observador estacionario es estático respecto a otro observador estacionario si ambos si-
guien una trayectoria dada por el mismo campo de Killing. A lo largo del presente trabajo
nos van a interesar especialmente los observadores asintóticos inerciales (aquellos con
r → ∞). Puesto que kµ es el único vector de Killing que tiende a volverse un vector tempo-
ral de norma unidad en el infinito (es decir, un vector que puede representar la trayectoria
de una partı́cula con masa, con norma positiva k µ kµ > 0), podemos afirmar que dichos ob-
servadores asintóticos siguen una trayectoria dada por este vector, y por tanto cualquier
sistema estático respecto a ellos también lo seguirá.
µ
uestático = kµ . (2.13)

Es decir, el caso Ω = 0 de la ecuación 2.12. Es por tanto, como cabrı́a esperar intuiti-
vamente, la trayectoria de un observador completamente quieto, cuyas coordenadas r, θ
y ϕ no varı́an con el tiempo, x µ = (t, r0 , θ0 , ϕ0 ). Consideraremos por tanto como estático
(respecto al observador en el infinito) a cualquier observador cuya trayectoria venga dada
por 2.13.

2.3 Estructura causal

2.3.1 Singularidades fı́sicas y de coordenadas

Se puede comprobar a simple vista que hay algunos valores de r que provocan una di-
vergencia en la métrica de Schwarzschild 2.2. Éstos son r = 0, r = 2M. Sin embargo,
no podemos saber a simple vista si una singularidad en la métrica es real o debida a la
elección de coordenadas.
Las singularidades que son independientes del sistema de coordenadas escogido y
que siempre aparecen en la métrica (y por lo tanto son realidades fı́sicas) se conocen co-
mo singularidades fı́sicas. Puesto que es imposible conocer la forma de la métrica en los
infinitos sistemas de coordenadas generalizadas posibles, se puede afirmar que una sin-
gularidad es de este tipo si aparece en uno de los invariantes de curvatura, cantidades
2 FUNDAMENTOS: EL AGUJERO NEGRO DE SCHWARZSCHILD 8

relacionadas con los tensores de curvatura y que por su carácter escalar son invarian-
tes bajo cambios de coordenadas. El invariante de Kretschmann Rµνρλ Rµνρλ , donde Rµνρλ
es el tensor de curvatura de Riemann, es uno de estos invariantes, y para la métrica de
Schwarzschild toma la forma Rµνρλ Rµνρλ = 48M2 /r6 , de modo que podemos afirmar que
r = 0 es una singularidad fı́sica y el espacio-tiempo tiene curvatura infinita en ese punto.
[4]
Por otro lado, las singularidades que dependen del sistema de coordenadas reciben el
nombre de singularidades de coordenadas. Para afirmar que una singularidad pertenece
a esta categorı́a simplemente tenemos que encontrar un sistema de coordenadas en el
que la singularidad desaparezca de la métrica. En nuestro caso, la singularidad en r =
2M desaparece cuando cambiamos al sistema de coordenadas de Eddington-Finkelstein,
dadas por el cambio de variable υ = t + 2M ln(r − 2M). En ellas, la métrica toma la forma
   
2 2M 2 4M 2M
ds = 1 − dυ + dυdr − 1 + dr2 − r2 dθ 2 − r2 sin2 θdϕ2 , (2.14)
r r r
que evidentemente ya no diverge en r = 2M. Podemos concluir por lo tanto que ésta es
una singularidad de coordenadas. Sin embargo, como vamos a ver, la superficie esférica
definida por ese valor de r sı́ que tiene significado fı́sico.

2.3.2 Horizonte de sucesos

El célebre horizonte de sucesos es la superficie de no retorno del agujero negro. Fuera


de ella, cualquier partı́cula emitida en la dirección apropiada puede escapar al infinito.
En su interior, ni siquiera partı́culas sin masa (fotones) pueden escapar, y cualquier fotón
emitido justo sobre esta superficie se mantendrá en movimiento estacionario sobre ella.
Se tiene por tanto que cualquier observador que viaje más allá del horizonte de sucesos
perderá completamente su capacidad de influir al exterior, se habrá roto el contacto cau-
sal.
Se define, pues, como la superficie a partir de la cual ningún observador puede ser
estacionario y está destinado a caer en la singularidad, por lo que si nos atenemos a nues-
tra definición de estacionariedad en función de los vectores de Killing, tenemos que el
horizonte de sucesos es la superficie a partir de la cual ningún campo de Killing es de tipo
temporal, a partir de la cual ningún campo de Killing puede representar la trayectoria de
una partı́cula.
En el caso de Schwarzschild, donde los vectores de Killing vienen dados por 2.12,
tenemos que sobre el horizonte de sucesos
1
u2Estacionario = Ωl Ωl
µ µ

( k + ) k µ + µ = 0, (2.15)
N2
lo que nos lleva a la condición siguiente, teniendo en cuenta que uµ uµ = uµ gµν uν :
r
gtt r − 2M
r
gtt + Ω g ϕϕ = 0 −→ Ω = ± −
2
=± 3 2 . (2.16)
g ϕϕ r sin θ

Puesto que la velocidad angular ha de ser un número real, el horizonte de sucesos


vendrá dado por una superficie esférica de radio

r HS = 2M (2.17)
9 2 FUNDAMENTOS: EL AGUJERO NEGRO DE SCHWARZSCHILD

dentro de la cual no existirán valores permitidos de Ω y por tanto no habrá observadores


estacionarios.
Observamos en la ecuación 2.2 que al atravesar el horizonte de sucesos, se produce
un cambio en los signos de gtt y grr . Este cambio de signo se puede interpretar como que
la coordenada t pasa a ser de tipo espacial, mientras que r pasa a ser de tipo temporal
(recordemos que en la métrica de Minkowski las componentes espaciales tienen signo ne-
gativo mientras que la componente temporal es positiva). Esta interpretación nos permite
dar un nuevo enfoque a la inevitabilidad de la singularidad: r = 0 es inevitable porque al
atravesar el horizonte pasa a formar parte del futuro del sistema.

2.3.3 Superficie de lı́mite estacionario

La superficie de lı́mite estacionario es la superficie a partir de la cual ningún observador


puede permanecer estático respecto a un sistema de referencia inercial, de modo que al
atravesarla el vector de Killing que asociamos a este observador estático deja de ser de tipo
temporal (es decir, con norma positiva, requisito indispensable para el vector trayectoria
de cualquier partı́cula con masa).
En el caso de Schwarzschild, donde hemos dicho que la estaticidad viene dada por el
vector 2.13, tendrı́amos lo siguiente sobre la superficie de lı́mite estacionario:

u2Estático = k µ kµ = 0, (2.18)

lo que nos lleva a la condición


 
2M
gtt = 0 −→ 1− = 0. (2.19)
r LE

Se tiene finalmente que la superficie de lı́mite estacionario es una superficie esférica


de radio
r LE = 2M. (2.20)

Nótese que, debido a la ecuación 2.19 y teniendo en cuenta 2.5, tenemos que la super-
ficie de lı́mite estacionario es también una superficie de corrimiento al rojo infinito, ya que
si el emisor se encuentra sobre ella, la frecuencia de su señal tenderá a 0 para un receptor
externo.
Tenemos por tanto que, si bien tienen definiciones y propiedades distintas, la superfi-
cie de lı́mite estacionario y el horizonte de sucesos coinciden en el caso del agujero negro
de Schwarzschild, donde están constituidas por una esfera de radio 2M (¡Coincidente con
la singularidad de coordenadas encontrada en 2.2.1!).
Cabe preguntarse por qué entonces hemos definido ambas superficies de forma inde-
pendiente. Veremos en próximas secciones cómo ambas son superficies completamente
distinguibles y separadas en el caso del agujero negro de Kerr, y la región entre ambas
poseerá una serie de caracterı́sticas muy interesantes.

2.4 Geodésicas

Las geodésicas son curvas de especial importancia en una variedad diferenciable. Geométri-
camente hablando, son las curvas de mı́nima distancia entre dos puntos dados, ası́ como
2 FUNDAMENTOS: EL AGUJERO NEGRO DE SCHWARZSCHILD 10

las curvas a lo largo de las cuales su vector tangente se mantiene siempre paralelo a sı́ mis-
mo (paralelo bajo los términos de la curvatura del espacio).
Además de sus propiedades matemáticas, las geodésicas son fundamentales en la des-
cripción fı́sica de un espacio-tiempo: son las curvas que minimizan la acción para una
métrica dada, y por lo tanto describen el movimiento de partı́culas libres (en ausencia de
potenciales externos) en dicho universo. El Lagrangiano para partı́culas libres (módulo
masa) viene dado por
1
L = gµν ẋ µ ẋ ν , (2.21)
2
donde el punto (ȧ) implica derivación respecto al parámetro τ de la trayectoria de la
partı́cula en cuestión. La ecuación de Euler-Lagrange asociada a la coordenada σ-ésima
es

d ∂L ∂L
 
= σ. (2.22)
dτ ∂ ẋ σ ∂x
Podemos además expresar las ecuaciones en términos de los momentos conjugados,
pσ = ∂∂ẋLσ , de modo que la ecuación 2.22 queda como

dpσ ∂L
= σ. (2.23)
dτ ∂x

En esta forma, es evidente que los momentos conjugados serán constantes de movi-
miento cuando el Lagrangiano no dependa de la coordenada en cuestión.
Para la métrica de Schwarzschild, el Lagrangiano toma la forma siguiente:
" #
2M −1 2
  
1 2M 2 2 2 2 2 2
L= 1− ṫ − 1 − ṙ − r θ̇ − r sin θ ϕ̇ . (2.24)
2 r r

La no dependencia de 2.24 con las coordenadas t y ϕ nos indica que sus momentos
canónicos conjugados son constantes de movimiento,

pt = 1 − 2M

r ṫ = E
2 2 (2.25)
p ϕ = −r sin θ ϕ̇ = − L Z .

Recuperamos por tanto lo que ya sabı́amos del análisis de los vectores de Killing en el
apartado 2.2. En realidad, como ya discutimos entonces, debido a la simetrı́a esférica del
sistema, las tres componentes del momento angular son constantes de movimiento, pero
sólo una aparece de forma directa en las ecuaciones de Euler-Lagrange ya que nuestras
coordenadas están adaptadas sólo a ésta. Por el teorema de Noether, sabemos que cada
simetrı́a continua tiene asociada una cantidad conservada, y en este caso la conservación
de la energı́a se debe a la invariancia temporal y la del momento angular a la invariancia
bajo rotaciones para la métrica de Schwarzschild.
Además, puesto que el Lagrangiano es proporcional al módulo de la cuadrivelocidad
de la partı́cula (L = 21 gµν ẋ µ ẋ ν = 12 ẋν ẋ ν = 21 ẋ2 ), tenemos que aplicar la condición extra de
que:

Para partı́culas sin masa, su trayectoria ha de ser de tipo nulo, por lo que ẋ2 = 0 −→
L = 0.
11 3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR

Para partı́culas con masa, la trayectoria ha de ser de tipo temporal, ẋ2 > 0, y además
sabemos que el parámetro τ coincidirá con el tiempo propio de la partı́cula cuando
se cumpla ẋ2 = 1 −→ L = 12 (esto es lo que se conoce como parametrización afı́n).

En general, tenemos que


1
L= δ (2.26)
2
con δ = 0, 1 dependiendo de si es una geodésica nula o temporal. El parámetro δ es por
tanto una constante relacionada con el tipo de geodésica, con el hecho de que la partı́cula
tenga masa o no.
Las otras dos ecuaciones de movimiento para el Lagrangiando de Schwarzschild serı́an

2rṙ θ̇ + r2 θ̈ = r2 sin θ cos θ ϕ̇2


2M −1
 −2 M 2 M 2 (2.27)
r̈ = 1 − 2M ṙ − r2 ṫ + r θ̇ 2 + sin2 θ ϕ̇2 .
 
1− r r r2

De la ecuación angular se puede deducir fácilmente que una geodésica en el plano


ecuatorial se mantiene en el plano ecuatorial (θ = π2 , θ̇ = 0, θ̈ = 0 satisface las ecuaciones).
Por la simetrı́a esférica, podemos escoger cualquier plano que contenga la singularidad
como plano ecuatorial, de modo que tenemos que cualquier geodésica en el espacio de
Schwarzschild está contenida en un plano que pasa por el origen. Podemos trabajar por
tanto en el plano ecuatorial sin perder generalidad. Aplicando esta condición a la ecuación
2.26, y expresando ṫ y ϕ̇ en función de sus constantes de movimiento asociadas en 2.25,
llegamos a la ecuación geodésica radial,

L2
  
2 2 2M
ṙ − E + 1 − δ + 2 = 0, (2.28)
r r
que junto con las ecuaciones 2.25 nos permite estudiar cualquier geodésica en el espacio
de Schwarzschild.

3 El agujero negro de Kerr

La solución de Schwarzschild es de una utilidad teórica enorme debido a su sencillez y


a que nos permite introducir numerosos conceptos de fundamental importancia. Sin em-
bargo, no es una solución fı́sicamente realista, ya que los objetos estáticos y esféricamente
simétricos no abundan en nuestro universo. Necesitamos de una métrica más sofisticada
que describa el espacio-tiempo generado por objetos en rotación, mucho más apta para
describir una enorme variedad de sistemas astrofı́sicos.
El primer avance en esta dirección se produjo pocos años después de la publicación de
las ecuaciones de campo de Einstein, en 1918, cuando Lense y Thirring encontraron una
solución en el lı́mite de campo débil, es decir, válida solamente en el lı́mite r → ∞, para
un sistema con masa m y momento angular J [3]:
h i h 2 i
ds2 = 1 − 2GrN m + O r12 dt2 + 4GN Jrsin θ + O r12 dtdϕ
h i (3.1)
− 1 + 2GrN m + O r12 dr2 − r2 dθ 2 − r2 sin2 θdϕ2 .

Esta métrica ha sido probada experimentalmente y es perfectamente válida para la


mayorı́a de situaciones del sistema solar. Sin embargo, en otros escenarios astrofı́sicos,
3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR 12

tales como las cercanı́as de estrellas de neutrones o agujeros negros generados por el co-
lapso de estrellas en rotación, es necesaria una solución completa no asintótica, válida
para “campo fuerte”. Ésta solución, que constituye el objeto central de estudio de este
trabajo, es la métrica de Kerr, obtenida por Roy Kerr en 1963.

3.1 La métrica de Kerr en distintos sistemas de coordenadas

No vamos a incluir la obtención de la solución de Kerr, ya que esto supondrı́a más de


la mitad del grueso del presente trabajo, además de ser necesaria la introducción de un
formalismo matemático de gran complejidad. El proceso detallado de obtención de esta
métrica se encuentra en [2]. Nos limitaremos a comentar que para su obtención, debido a
la presencia de rotación, se ha de imponer estacionariedad y simetrı́a axial, en contrapo-
sición con la estaticidad y simetrı́a esférica de Schwarzschild. Se trata, igual que ésta, de
una solución para el vacı́o (Tµν = 0).

3.1.1 Las coordenadas de Boyer-Lindquist

El sistema de coordenadas que utilizaremos principalmente a lo largo de nuestro estudio


es el de las coordenadas de Boyer-Lindquist, que es en cierto modo el equivalente en Kerr
a las coordenadas de Schwarzschild 2.2, y en el cual la métrica toma la forma
h i h i h i
sin2 θ 2 + a2 cos2 θ
ds2 = 1 − 2Mr
r2 + a2 cos2 θ
dt2 + 4Mra
r2 + a2 cos2 θ
dtdϕ − rr2 − 2Mr + a2
dr2
h 2 sin2 θ
i (3.2)
r2 + a2 cos2 θ dθ 2 − r2 + a2 + 2Mra sin2 θdϕ2 .

− r2 + a2 cos2 θ

En ella, M y a son constantes de integración que caracterizan nuestro sistema, cuyo


significado fı́sico es fácilmente deducible si estudiamos el comportamiento asintótico con
r grande realizando desarrollos en serie de Taylor de los elementos de la métrica hasta los
primeros órdenes en 1r , en cuyo caso tenemos que
 2 h 4Ma sin2 θ i
ds2 = 1 − 2M 1 1

+ O r3
dt + + O r3
dtdϕ
 r 2 r (3.3)
− 1 + r + O r2 dr − r2 1 + O r2 dθ 2 − r2 1 + O r2 sin2 θdϕ2 .
2M 1 1 1
  

Comparando esta expresión con 3.1, obtenemos de forma directa que M = GN m se


corresponde (salvo constante) con la masa del objeto que genera la métrica y a = J/m es
su momento angular por unidad de masa. Con esto en mente, podemos realizar varias
observaciones.
En primer lugar, si tomamos a → 0, podemos comprobar a simple vista que recupera-
mos la métrica de Schwarzschild 2.2. Esto tiene sentido, puesto que en este lı́mite estamos
eliminando la rotación y recuperando la simetrı́a esférica.
Por otro lado, si tomamos M → 0, obtenemos la siguiente métrica:

r2 + a2 cos2 θ
 
2 2
dr2 − r2 + a2 cos2 θ dθ 2 − r2 + a2 sin2 θdϕ2 .
 
ds = dt − 2 2
(3.4)
r +a

Esperarı́amos en este lı́mite recuperar la métrica de Minkowski, y eso es precisamente


lo que ha ocurrido, aunque no lo parezca a simple vista. El resultado obtenido no es más
13 3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR

Figura 1: Coordenadas esferoidales oblatas en el espacio, proyectadas en un plano ϕ = cte.


Se puede observar la forma de las superficies de r = cte y θ = cte, ası́ como el disco de
radio a correspondiente a r = 0. [4]

que el elemento de lı́nea del espacio plano en un sistema de coordenadas concreto, las
coordenadas esferoidales oblatas, relacionadas con las cartesianas de la siguiente manera:


x = √r2 + a2 sin θ cos ϕ,
y = r2 + a2 sin θ sin ϕ, (3.5)
z = r cos θ.

Este es por tanto el sistema de coordenadas propio de un observador en el infinito.


En estas coordenadas, las superficies de r = cte tienen forma de esferoides oblatos, no
de esfera, ya que ésta no es la coordenada de ésfericas sino que cumple x2 + y2 + z2 =
r2 + a2 sin2 θ. De esta expresión se puede apreciar que r = 0 es un disco de radio a y no
un punto como ocurrirı́a en coordenadas esféricas. Las superficies θ = cte, por otro lado,
forman hiperboloides. Todo ello viene ilustrado por la figura 1
Es destacable además que, en coordenadas de Boyer-Lindquist, el tiempo coordenado
t coincide una vez más con el tiempo propio de un observador en el infinito, tal y como
se aprecia en 3.4.
3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR 14

3.1.2 Las coordenadas de Kerr-Schild

Otro sistema de coordenadas de utilidad es el de Kerr-Schild, que se relaciona con Boyer-


Lindquist a través del cambio de coordenadas
2Mr
dt = dt + r2 −2Mr + a2
dr,
x = (r cos ϕ + a sin ϕ) sin θ,
(3.6)
y = (r sin ϕ − a cos ϕ) sin θ,
z = r cos θ.

La forma explı́cita de la métrica expresada a través del elemento de lı́nea es


2
h ds = dt − dx − dy − dz, i (3.7)
3 r ( xdx +ydy) a(ydx − xdy) z
− r42Mr
+ a2 z2
dt + a2 +r2 + a2 +r2 + r dz .

En esta expresión, r no es ya una coordenada sino una función de coordenadas r ( x, y, z),


si bien coincide con la r de Boyer-Lindquist.
En el lı́mite M → 0 recuperamos, como es de esperar, el espacio plano de Minkowski
en coordenadas cartesianas.
La forma de la métrica en Kerr-Schild tiene la forma general

ds2 = ηµν dx µ dx ν − λlµ lν dx µ dx ν . (3.8)

donde se cumple que lµ es un vector nulo respecto a la métrica de Minkowski ηµν l µ l ν = 0.


Este tipo de descomposición para una métrica general recibe el nombre de descomposi-
ción de Kerr-Schild, y nos permite visualizar la métrica como una perturbación del plano.
En el caso particular de la métrica de Kerr, tenemos

2Mr3
λ= r 4 + a2 z2
,

rx + ay ry− ax z
 (3.9)
lµ = 1, ,
a2 + y2 a2 + y2 r
, .

3.2 Vectores de Killing y simetrı́as en Kerr

Podemos fijarnos en la forma de la métrica de Kerr en coordenadas de Boyer-Lindquist


para estudiar a simple vista sus simetrı́as. En primer lugar, podemos apreciar la no depen-
dencia de la métrica con las coordenadas t y ϕ. Efectivamente, existen simetrı́as continuas
asociadas a la invariancia bajo traslaciones temporales y bajo rotaciones, cuyos vectores
de Killing asociados toman una forma muy sencilla en este sistema de coordenadas:
µ
kµ = δt = (1, 0, 0, 0) ,
µ (3.10)
l µ = δϕ = (0, 0, 0, 1) .

Sin embargo, en este caso no existen más vectores de Killing escondidos, poco evi-
dentes por la elección de coordenadas: las simetrı́as mencionadas son las únicas simetrı́as
continuas presentes en el agujero negro de Kerr. A diferencia del caso de Schwarzschild,
no hay invariancia bajo rotaciones alrededor de ningún otro eje. Tal y como comentamos,
la métrica posee simetrı́a axial y no esférica: existe un eje privilegiado, el eje de rotación
del agujero negro.
15 3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR

Las cantidades
 conservadas asociadas a los vectores 3.10 son (recordemos que ẋ µ =
ṫ, ṙ, θ̇, ϕ̇ )
h i h i
2Mra sin2 θ
kµ ẋµ = 1 − r2 +2Mr 2 2
ah cos θ
ṫ + 2 2 2
r + a cos iθ
ϕ̇ = E,
h 2
i 2 2 (3.11)
l µ ẋµ = r2Mra sin θ 2 2 2Mra sin θ
2 + a2 cos2 θ ṫ − r + a + r2 + a2 cos2 θ sin2 θ ϕ̇ = − L Z .

Una vez más, si ẋ es la trayectoria de una partı́cula, podemos asociar E a su energı́a


medida en el infinito y L Z a su momento angular alrededor del eje de rotación del agujero
negro, ambos normalizados a la masa de la partı́cula.
Existe una simetrı́a más, dada por la invariancia de la métrica bajo la transformación

dt −→ −dt
(3.12)
dϕ −→ −dϕ

Esta simetrı́a, sin embargo, es discreta y por tanto no tiene asociada a ella ni un vector
de Killing ni una cantidad conservada. El hecho de que la métrica no se mantenga inva-
riante bajo inversiones temporales, sino que sea necesario recurrir a una inversión angular
simultánea, nos dice que la métrica de Kerr no es estática, sino estacionaria.
Conocidos ya los vectores de Killing, sabiendo que la trayectoria de un sistema esta-
cionario ha de venir dada por un vector de Killing cualquiera, tenemos

1 µ
(k + Ωl µ ) .
µ
u Estacionario = (3.13)
N

Ω sigue estando relacionada con la velocidad angular de dicho sistema respecto a un


observador inercial en el infinito. Una vez más, la trayectoria de un observador estaciona-
rio es circular alrededor del eje de rotación del agujero negro. Por tanto, la trayectoria de
un sistema estático respecto a dicho observador será
µ
u Estático = kµ , (3.14)

de modo que un observador estático será de nuevo aquel cuyas coordenadas r, θ y ϕ no


cambian con el tiempo. Estos resultados serán de utilidad en el estudio de la estructura
causal, que vamos a desarrollar a continuación.

3.3 Estructura causal del agujero negro de Kerr

3.3.1 Singularidades

Si nos fijamos en la métrica de Boyer-Linquist, podemos observar la presencia de nume-


rosas singularidades. Si calculamos el invariante de Kretschmann, tenemos: [4]

48M2 r2 − a2 cos2 θ h 2

2 2
2 2 2 2
i
Rµνρλ R µνρλ
= r + a cos θ − 16r a cos θ . (3.15)
(r2 + a2 cos2 θ )6

Éste diverge únicamente en el caso r = 0 y θ = π2 , lo cual nos indica que esa singula-
ridad es fı́sica. Esto no nos confirma nada sobre el resto de singularidades de la métrica
3.2, pero sin duda que no aparezcan en este invariante nos sugiere que no son de tipo
fı́sico. Esto resulta ser lo correcto ya que, si pasamos a las coordenadas de Kerr-Schild 3.7,
3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR 16

todas estas otras singularidades desaparecen de la métrica. Son por tanto singularidades
de coordenadas.
Si estudiamos la forma de la singularidad fı́sica del sistema en el marco de coordena-
das esferoidales oblatas 3.5 para un observador en el infinito, vemos que r = 0, θ = π2 se
corresponde con un anillo de radio a concéntrico con el origen de coordenadas.

3.3.2 Horizontes de sucesos

Como ya explicamos en la sección 2.3.2, el horizonte de sucesos es la superficie a partir


de la cual ningún observador puede permanecer estacionario. Por lo tanto, aplicando el
mismo método que utilizamos entonces, tenemos que sobre el horizonte de sucesos el
vector 3.13 dejará de ser de tipo temporal.
La ecuación a la que llegamos es completamente equivalente a 2.15, pero en este caso
la presencia de un término cruzado en la métrica hace que la condición sobre Ω no sea tan
sencilla de resolver:
gtt + 2Ωgtϕ + Ω2 g ϕϕ ≥ 0. (3.16)
Resolver esta ecuación de segundo grado nos lleva a
s
gtϕ gtϕ 2

gtt
Ω± = − ± − . (3.17)
g ϕϕ g ϕϕ g ϕϕ

Podemos entonces encontrar el horizonte de sucesos buscando la condición que hace


que no haya ningún valor posible para esta velocidad angular: tenemos que buscar la su-
perficie sobre la cual el radicando de 3.17 se anula. Esto nos lleva a la siguiente condición:

2
gtϕ − gtt g ϕϕ = 0. (3.18)
Sustituyendo los correspondientes elementos de la métrica 3.2 y expresando la con-
dición obtenida de una forma un poco más amigable, llegamos a que 3.18 es equivalente
a: 2
r2 − 2Mr + a2 r2 + a2 cos2 θ = 0

(3.19)
El segundo factor se anula únicamente en la singularidad, por lo que no nos preocu-
paremos más por él. El primer factor es una ecuación de segundo grado en r que sı́ nos da
soluciones no triviales: p
R ± = M ± M 2 − a2 (3.20)
Llegamos por tanto a un resultado sorprendente: Kerr posee dos horizontes de sucesos
en lugar de uno. Ambos tienen forma elipsoidal y nos referiremos a ellos a partir de ahora
como horizonte exterior (correspondiente a R+ ) y horizonte interior (correspondiente a
R− ).
Merece la pena, antes de continuar, estudiar los posibles casos que emanan de la ecua-
ción 3.20 en función de la relación entre M y a:

Caso subextremal: a < M. Existen dos horizontes de sucesos bien diferenciados.


Para R− < r < R+ , no existe ningún vector de Killing de tipo temporal y por lo tanto
es imposible llevar una trayectoria estacionaria: cualquier partı́cula que atraviese
el primer horizonte se verá obligada a avanzar inexorablemente hasta alcanzar el
segundo horizonte, momento en el cual la estacionariedad vuelve a ser posible.
17 3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR

Caso extremal: a = M. La ecuación 3.20 tiene una raı́z doble en r = M. Este caso
es un lı́mite teórico poco realista. Ambos horizontes quedarı́an superpuestos, de
modo que es imposible para un sistema con masa permanecer estacionario sobre la
superficie, pero es perfectamente posible a cualquier lado de ésta.

Caso sobreextremal: a > M. No existen soluciones reales para R± , de modo que


no hay horizonte de sucesos y la singularidad queda desnuda. Los espacios con
singularidades desnudas son altamente patológicos, debido a que la singularidad
es capaz de influenciar causalmente y de forma incontrolada a cualquier punto del
espacio-tiempo. En 1969 Roger Penrose propuso una solución este problema enun-
ciando la conocida como conjetura de la censura cosmológica (no demostrada), que
afirma que es imposible que en condiciones normales se forme una singularidad sin
un horizonte que la recubra.

Nos centraremos por lo tanto en el caso subextremal de ahora en adelante, ya que es el


más relevante a nivel fı́sico.

3.3.3 Arrastre de sistemas inerciales

Este efecto de la curvatura, conocido en inglés como frame-dragging, tiene que ver con el
arrastre rotatorio que sufren los sistemas que se aproximan al agujero negro de Kerr, inclu-
so si tienen momento angular nulo. Este efecto no existe en Schwarzschild ya que, como
veremos, se debe al término cruzado gtϕ de la métrica en coordenadas Boyer-Lindquist.
Para un sistema de referencia inercial en el infinito, la velocidad angular de una partı́cu-
la cualquiera viene dada por
dϕ ϕ̇
Ω= = (3.21)
dt ṫ
Supongamos ahora que tenemos una partı́cula con momento angular nulo alrededor
del eje de rotación del agujero negro, L Z = 0. Por la expresión 3.11, esto implica que
gtϕ ṫ + g ϕϕ ϕ̇ = 0. Sabiendo esto, y sustituyendo en la expresión 3.21, tenemos que, para
sistemas con momento angular nulo:
gtϕ
Ω0 = − (3.22)
g ϕϕ

Esta expresión no se anula en general, salvo para θ = 0, π, r = 0 y r → ∞. Tenemos


por lo tanto que partı́culas con momento angular nulo son arrastradas por el giro (“twist”)
del espacio-tiempo alrededor de la singularidad. Puesto que g ϕϕ y gtϕ dependen de r y
θ, la fuerza de este arrastre dependerá de la posición del sistema. En particular, para el
plano ecuatorial (θ = π2 ):
2Ma
Ω0,Eq = 3 (3.23)
r + a2 r + 2Ma2
Una partı́cula lanzada desde el infinito con velocidad únicamente radial comenzará a ser
arrastrada por el espacio-tiempo y terminará girando en la misma dirección que el propio
agujero negro. Este efecto queda ilustrado en la figura 2
Más aún, si nos fijamos en la ecuación 3.17, nos damos cuenta de que los valores de
Ω± nos dan una cota superior e inferior a los posibles valores de la velocidad angular de
un observador estacionario en cada punto del espacio, y pueden ser tanto positivos como
3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR 18

Figura 2: Representación del efecto de arrastre de sistemas inerciales (frame dragging) sobre
el plano ecuatorial del agujero negro de Kerr [13]

negativos dependiendo de si la rotación se produce a favor o en contra de la del agujero


negro. El punto medio entre ellos es el valor de la velocidad angular Ω0 para un sistema
con momento angular nulo, que acabamos de hallar.

Ω− < Ω Estacionario < Ω+


(3.24)
Ω0 = 12 (Ω+ + Ω− )

3.3.4 Superficies de lı́mite estacionario: Ergosfera

El efecto de frame-dragging nos sugiere que, a partir de cierto punto, la fuerza de arrastre
será tal que no habrá ningún sistema capaz de mantenerse estático respecto a un observa-
dor lejano y se verá obligado a acompañar al agujero negro en su giro. Esto supone, por
supuesto, que en ese punto se encuentra la superficie de lı́mite estacionario. Sabiendo que
la trayectoria de un sistema estático viene dada por 3.14, vamos a calcular la posición de
esta superficie utilizando el mismo método que en el apartado 2.3.3.
µ
La norma de u Estático es, pues,

k2 = kµ k µ = gµν kµ kν = gtt . (3.25)

En la superficie de lı́mite estacionario tendremos

2Mr
k2 = 0 = gtt −→ 1 − = 0. (3.26)
r2 + a2 cos2 θ

Esta condición nos lleva a una ecuación de segundo grado que tiene por tanto dos
soluciones para r, véase: p
S± = M ± M2 − a2 cos2 θ. (3.27)
19 3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR

Figura 3: Corte plano del espacio de Kerr, en coordenadas cartesianas, con la coordenada
Z en el eje vertical y la distancia a dicho eje en el horizontal. Se muestran las posiciones
de las ergosuperficies y los horizontes, calculadas computacionalmente para a = 0.99 y
m = 1.0. Se puede apreciar la forma elipsoidal de los horizontes (en términos de la métrica
plana) y la forma más compleja de las superficies de lı́mite estacionario, y cómo coinciden
en los polos. La singularidad está situada en x = a = 0.99, coincidente con el extremo
“afilado” de la ergosuperficie interior.

Hemos llegado a un resultado similar al de los horizontes de sucesos: el agujero negro


de Kerr tiene dos superficies de lı́mite estacionario. Es posible obtener este mismo resul-
tado si expresamos la incapacidad del sistema para mantenerse estático imponiendo que
la velocidad angular mı́nima sobre estas superficies sea nula Ω > 0 → Ω− = 0, es decir,
que a partir de ellas todo sistema se vea obligado a orbitar alrededor del agujero negro y
a favor de la rotación intrı́nseca de éste. De este modo se obtiene la misma condición 3.26
sobre el elemento tt de la métrica.
Tenemos por lo tanto que para S− < r < S+ , ningún sistema puede permanecer estáti-
co respecto a un observador inercial en el infinito, pero sı́ es posible para r > S+ y r < S− .
Además, se puede comprobar a simple vista que 0 < S− ≤ R− < R+ ≤ S+ . Llamaremos a
las superficies definidas por S± ergosuperficies, y a la región entre la ergosuperficie exte-
rior y el primer horizonte de sucesos, ergosfera o ergorregión. Esta nomenclatura cambia
dependiendo del autor y no existen términos globalmente aceptados.
En lo concerniente a la forma de las ergosuperficies, vemos que no tienen forma elip-
soidal ya que su coordenada r (dada por S) depende de θ. Para la ergosuperficie exterior,
la mayor extensión se alcanza en el ecuador (θ = π2 ), donde S+ = 2M, mientras que en
los polos (θ = 0, π) , la ergosuperficie y el horizonte de sucesos se tocan, S+ = R+ . En
el caso de la ergosuperficie interior, ésta coincide con la singularidad en el ecuador, don-
de se tiene S− = 0 (recordemos que esto no implica que la ergosuperficie sea un punto,
ya que r no representa la coordenada radial de esféricas); en los polos, por otro lado, la
ergosuperficie toca una vez más al horizonte de sucesos, al tenerse S− = R− .
Esta estructura global es representada en la figura 3.
3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR 20

Como hemos dicho, es posible que un observador se mantenga estático respecto a otro
que se encuentra en el infinito cuando se encuentra fuera de la ergosfera. Para observado-
res como esos, podemos encontrar una expresión para el corrimiento al rojo gravitatorio
equivalente a la expresión 2.5 que encontramos en el caso de Schwarzschild. Ésta serı́a
s s
νE ( gtt ) R 1 − 2Mr R /(r2R + a2 cos2 θ R )
= = . (3.28)
νR ( gtt ) E 1 − 2Mr E /(r2E + a2 cos2 θ E )

De nuevo, la superficie de lı́mite estacionario es además una superficie de corrimiento


al rojo infinito: si el emisor se encuentra arbitrariamente cerca de la ergosuperficie, la
frecuencia medida por el receptor se hará arbitrariamente pequeña.

3.3.5 El proceso de Penrose

Debido a las propiedades de la ergosfera, existe una manera de extraer trabajo de un


agujero negro tipo Kerr, hecho al que la ergosfera le debe su nombre (ergos es la palabra
griega para trabajo). Procedemos a presentar de manera anecdótica este proceso, que se
conoce como proceso de Penrose y fue ideado por Roger Penrose en 1969. Se basa en
el hecho de que es posible que una partı́cula posea energı́a negativa en el interior de la
ergosfera, medida por un observador asintótico.
Partiendo de la expresión 3.11 para la energı́a, la condición para que ésta sea negativa
es
r2 − 2Mr + a2 cos2 θ
ϕ̇ < − ṫ. (3.29)
2Mra sin2 θ
En concreto, para el plano ecuatorial θ = π
2 y sabiendo que Ω = ϕ̇/ṫ, tenemos que

r − 2M
Ω < Ω∗ = − . (3.30)
2Ma

Tenemos por tanto una cota superior para la velocidad angular permitida a un siste-
ma estacionario para tener una energı́a negativa. Sin embargo, sabemos que no todos los
valores de velocidad angular están permitidos a un sistema estacionario, sino que se ha
de cumplir 3.24. Por tanto, las energı́as negativas sólo están permitidas donde se cumpla
que Ω− < Ω∗ , y es comprobable que ésto sólo se cumple en el interior de la ergosfera
(R+ < r < S+ ), tal y como se ilustra en la figura 4
El proceso de Penrose puede realizarse entonces del siguiente modo: supongamos que
lanzamos una partı́cula A hacia el interior de la ergosfera, de modo que A tiene obviamen-
te energı́a en el infinito positiva. Cuando se encuentra en la ergosfera, A se desintegra en
dos partı́culas, B y C, de modo que C cae en el horizonte de sucesos y B consigue escapar
al infinito. Por conservación del cuadrimomento, tenemos:

µ µ µ E A = EB + EC
p A = p B + pC → (3.31)
L A = L B + LC

De este modo, si conseguimos que C sea generada con la velocidad angular apropia-
da, tendrá energı́a y momento angular negativos EC , LC < 0 y la partı́cula B alcanzarı́a
el infinito con una energı́a mayor que la energı́a de A, EB = E A − EC > E A : ¡estarı́amos
extrayendo energı́a del agujero negro! Sin embargo, este proceso no se podrı́a realizar
21 3 EL AGUJERO NEGRO DE KERR

Figura 4: Los valores permitidos de velocidad lineal para una partı́cula estacionaria, cal-
culada como rΩ en todos los casos, se encuentran entre v− y v+ . En morado, se dibuja
la curva de velocidad lineal máxima permitida a un sistema para que tenga energı́a ne-
gativa, v∗ . La única región en la que dichos valores de energı́a son posibles es donde v∗
se encuentra entre v− y v+ , cosa que ocurre solamente en la ergosfera. La gráfica ha sido
dibujada asumiendo movimiento en el plano ecuatorial, y tomando como valores numéri-
cos M = 1.0 y a = 0.99.

indefinidamente: además de la disminución de su masa debida a la energı́a negativa lan-


zada a su interior, su momento angular también disminuirı́a en una cantidad igual al
momento angular de la partı́cula absorbida.

∆M = EC
(3.32)
∆J = LC

Ésta disminución del momento angular del agujero negro supone una disminución del
tamaño de la ergosfera. Si el proceso se repitiera indefinidamente, el momento angular
del agujero negro disminuirı́a hasta el punto de que la ergosfera desaparecerı́a y el agu-
jero negro pasarı́a a ser de tipo Schwarzschild, lı́mite en el que este tipo de proceso de
extracción de energı́a se volverı́a imposible.

3.3.6 Aproximándonos al agujero negro de Kerr

Para recapitular los conceptos que se han presentado en los últimos apartados, vamos a
plantear una situación fı́sica: un astronauta se aproxima al agujero negro de Kerr, sien-
do observado en todo momento por su nave, que se encuentra muy lejos de la primera
ergosuperficie y a la que manda señales de forma periódica.
En la primera etapa de su viaje, fuera de la ergosfera, se podrı́a mover libremente.
Conforme se fuera acercando a la ergosuperficie, el periodo de sus señales medido por la
nave se irı́a alargando progresivamente, debido a la dilatación temporal y el corrimiento
al rojo dados por 3.28. Cuando estuviese muy cerca de la ergosfera pasarı́a un tiempo
enorme entre señales consecutivas, y la última señal mandada justo antes de atravesar la
4 TENSORES DE KILLING Y LA CONSTANTE DE CARTER 22

ergosuperficie tardarı́a un tiempo tendiendo a infinito en llegar a la nave. De este modo,


desde el punto de vista de la nave el astronauta nunca llegarı́a a atravesar la primera
ergosuperficie.
Una vez en el interior de la ergosfera, le serı́a imposible mantenerse estático respecto
a su nave debido al arrastre de sistemas inerciales, aunque aún podrı́a alejarse del agujero
negro y volver a ella, o mantener órbitas cerradas indefinidamente si lo deseara.
Sin embargo, cuando llegase al primer horizonte de sucesos, la atracción gravitatoria
serı́a tal que no podrı́a evitar moverse hacia el interior. Le serı́a imposible ya mandar
ningún tipo de señal hacia el exterior, de modo que perderı́a todo contacto causal con su
nave. No podrı́a mantener órbitas cerradas y se tendrı́a que mover inexorablemente hacia
el segundo horizonte de sucesos.
A partir del segundo horizonte de sucesos, no existe consenso sobre lo que le ocu-
rrirı́a al astronauta. Teóricamente, puesto que recuperarı́a la libertad de movimiento en
esta región, podrı́a acercarse arbitrariamente a la singularidad y aún ası́ evitar caer en
ella. También podrı́a volver sobre sus pasos y atravesar de nuevo el horizonte R− , sien-
do arrastrado hasta R+ y llegando a una nueva región, completamente equivalente a la
región asintóticamente plana de la que partió, pero diferente de ésta.
Tiene incluso sentido (a un nivel puramente matemático) hablar de una extensión
analı́tica de la solución de Kerr con r < 0, que se corresponderı́a con la región a la que
podrı́a acceder el astronauta si pasara a través del anillo delimitado por la singularidad.
Sin embargo, esta región sufrirı́a de patologı́as causales catastróficas, como curvas tempo-
rales cerradas (es decir, capacidad de los observadores de viajar a su pasado), por lo que
casi todos los relativistas la consideran un artefacto matemático sin significado fı́sico. Más
aún, muchos expertos consideran que la parte de la solución con sentido fı́sico acaba en
r = R+ , ya que a partir de entonces cualquier fotón lanzado hacia el segundo horizonte
sufrirı́a un corrimiento al azul infinito, lo cual supondrı́a que ganarı́a una energı́a infinita
y serı́a imposible que tal hecho no cambiara la estructura del espacio tiempo. Por tanto,
las regiones más allá del primer horizonte son demasiado patológicas como para consi-
derarlas fı́sicamente relevantes, por lo que no tiene sentido plantearse qué ocurrirı́a más
allá. [1]

4 Tensores de Killing y la constante de Carter

En esta sección nos disponemos a presentar unos nuevos conceptos que nos ayudarán a
comprender en mayor profundidad las propiedades del agujero negro de Kerr, y nos ayu-
darán a encontrar una nueva constante de movimiento que nos facilitará enormemente el
estudio de las geodésicas en la siguiente sección.

4.1 Tensores de Killing

La definición de vectores de Killing presentada en la sección 2.2 se puede generalizar de


forma sencilla para contemplar objetos matemáticos de mayor rango tensorial. En concre-
to, nos interesa definir los tensores de Killing dos veces covariantes como aquellos que
cumplen la siguiente identidad:

∇µ Kνρ + ∇ν Kρµ + ∇ρ Kµν = 0. (4.1)


23 4 TENSORES DE KILLING Y LA CONSTANTE DE CARTER

De esta expresión podemos comprobar que, al igual que en el caso de los vectores de
Killing, una combinación lineal arbitraria de tensores de Killing sigue siendo un tensor de
Killing.
Sabemos que los vectores de Killing están asociados a simetrı́as de nuestra métrica;
sin embargo, en el caso de rango dos, establecer un significado fı́sico tan claro y elegante
es bastante más complicado. No obstante, comparten con éstos su propiedad más útil
en el análisis fı́sico de un espacio-tiempo: definen cantidades conservadas a lo largo de
las trayectorias de las partı́culas libres. Sea ẋ µ la cuadrivelocidad de una partı́cula que
sigue una trayectoria geodésica, entonces para cualquier tensor de Killing K µν se cumple
la siguiente ecuación:
Kµν ẋ µ ẋ ν = Cte. (4.2)
Esto nos será de enorme utilidad en el estudio de las geodésicas más adelante.
Podemos definir varios ejemplos triviales de tensores de Killing válidos para cualquier
espacio-tiempo a partir de la ecuación 4.1, véase:

La métrica gµν cumple dicha ecuación de forma trivial, ya que la derivada covariante
de cualquiera de sus elementos es siempre nula. Esto supone, utilizando 4.2, que la
métrica define una cantidad conservada a lo largo de geodésicas:
gµν ẋ µ ẋ ν = ẋ2 = δ. (4.3)
Esta cantidad no es más que la norma de la cuadrivelocidad que como sabemos es 1
para partı́culas masivas y 0 para partı́culas sin masa. La cantidad conservada asocia-
da a la métrica como tensor de Killing está relacionada con la masa de la partı́cula en
cuestión, hecho más que evidente si recordamos la relación entre cuadrivelocidad y
cuadrimomento, pµ = m ẋ µ .

Dados dos vectores de Killing cualesquiera kµ y l µ , su producto tensorial T µν = kµ l ν


es siempre un tensor de Killing. Para comprobar esto, no tenemos más que sustituir
la definición de T µν en 4.1 y utilizar la propiedad 2.8 de los vectores de Killing. La
cantidad conservada asociada a este tensor serı́a
Tµν ẋ µ ẋ ν = k µ lν ẋ µ ẋ ν = C (k )C (l ). (4.4)
La cantidad conservada no es más que el producto de las cantidades asociadas a
cada uno de los vectores de Killing por separado, y por lo tanto T µν no nos aporta
ninguna información nueva. Este tipo de tensores de Killing triviales no nos va a
interesar.

Queda por tanto la pregunta de si existen tensores de Killing independientes de la métrica


y de los vectores de Killing ya conocidos, que definan constantes de movimiento indepen-
dientes de las definidas por éstos. La respuesta depende del espacio-tiempo considerado.
En su artı́culo On Quadratic First Integrals of the Geodesic Equations for Type {22} Spacetimes,
Roger Penrose y Martin Walker demuestran que todas las métricas de un determinado
tipo (dentro del cual se encuentran la métrica de Kerr y la de Scharzschild) admiten un
tensor de Killing de segundo orden siempre y cuando tengan menos de cuatro vectores
de Killing independientes. En el caso de Schwarzschild esto no es posible, ya que posee
exactamente cuatro. Por el contrario, puesto que sólo tiene dos vectores de Killing inde-
pendientes, la métrica de Kerr admite un tensor de Killing no relacionado con éstos y por
lo tanto una constante de movimiento más. [8, 10]
4 TENSORES DE KILLING Y LA CONSTANTE DE CARTER 24

4.2 El tensor de Killing de la métrica de Kerr y la constante de Carter

4.2.1 Cálculo del tensor de Killing del espacio de Kerr

En general, la resolución analı́tica de la ecuación 4.1 en espacios curvos es una tarea te-
diosa y en muchas ocasiones prácticamente imposible, salvo en casos muy sencillos que
cumplen ciertas propiedades geométricas [9]. En algunos artı́culos se hallan soluciones de
manera indirecta a través de técnicas algebraicas muy avanzadas [8]. Sin embaro, encon-
trar un tensor de Killing de orden dos es muy sencillo si existe un sistema de coordenadas
en el que la métrica inversa es independiente de dos de las coordenadas (que definen
vectores de Killing), y su dependencia con las otras dos es de la siguiente forma:
1
gµν = ( X µν (ξ ) + Y µν (η )) , (4.5)
f ξ (ξ ) − f η (η )
donde ξ y η son las dos coordenadas en cuestion, las f son funciones escalares y X µν e Y µν
son tensores simétricos que cumplen X ην = Y ξν = 0. En este caso, según [12], el tensor de
Killing buscado toma la forma
1 
K µν = − f η (η ) X µν (ξ ) + f ξ (ξ )Y µν (η ) . (4.6)
f ξ (ξ ) − f η (η )

Que este tensor cumple la ecuación 4.1 puede ser verificado de forma simple (pero
larga y tediosa) mediante cálculo directo, utilizando la métrica 4.5 y las propiedades de
los tensores X e Y.
Sabiendo que la métrica inversa cumple gµλ gλν = δµν , la métrica inversa de Kerr en
coordenadas de Boyer-Lindquist tiene la siguiente forma:
 2

2
gtt = ∆1 r2 + a2 + 2Mra
Σ sin θ

g = − Σ g = − Σ1
rr θθ (4.7)
2Mra a2 sin2 θ −∆
gtϕ = Σ∆ g ϕϕ = Σ∆ sin2 θ
.

Todos los demás términos son nulos. Se ha definido, por simplicidad, ∆ ≡ r2 − 2Mr +
a2 y Σ ≡ r2 + a2 cos2 θ. Se puede verificar que la métrica inversa en estas coordenadas es
exactamente de la forma 4.5, con ξ = r y η = θ. A través de un cálculo sencillo, podemos
comprobar que los valores las funciones f son:
f r (r ) = r 2 f θ (θ ) = − a2 cos2 θ (4.8)

De modo que fr −1 f θ = Σ1 . Sabido esto, podemos calcular unı́vocamente todas las com-
ponentes de ambos tensores,
 2

( r 2 + a2 ) 2Mra
 ∆ 0 0 ∆ 
µν
X (r ) = 
 0 − ∆ 0 0 
 (4.9)
0 0 0 0 
 

2Mra a2
∆ 0 0 ∆
y  
− a2 sin2 θ 0 0 0
 0 0 0 0 
Y µν (θ ) =  . (4.10)
 
 0 0 −1 0 
−1
0 0 0 sin2 θ
25 4 TENSORES DE KILLING Y LA CONSTANTE DE CARTER

Los elementos de los tensores en forma matricial siguen el orden de coordenadas


(t, r, θ, ϕ).
Ya tenemos todo lo necesario para construir el tensor de Killing, sustituyendo sin más
en 4.6:
  2 2  
2 Σ(r + a )−2Mr3 sin2 θ 2Mra3 cos2 θ
 a ∆ 0 0 ∆ 
1 
0 − a ∆ cos θ 0
2 2 0

K µν =  (4.11)
 
Σ

 0 0 r2 0 

0 r ∆+a∆ cos
2Mra3 cos2 θ 2 4 2 θ sin2 θ
∆ 0 sin2 θ

Se puede comprobar que cumple la ecuación 4.1, si bien esto requiere calcular los
sı́mbolos de Cristoffel de la métrica. Este tensor es evidentemente distinto de gµν , de los
productos tensoriales de los vectores de Killing 3.10 y de cualquier combinación lineal con
coeficientes constantes de éstos. Hemos encontrado por tanto nuestro tensor de Killing
independiente para la métrica de Kerr.

4.2.2 Lı́mites del tensor de Killing

Antes de calcular la constante asociada, procedemos a calcular el comportamiento de


nuestro resultado en los lı́mites a → 0 y r → ∞.

Lı́mite estático a → 0. En este caso se tendrı́a Σ → r2 y ∆ → r2 − 2Mr, y el resultado


final serı́a:  
0 0 0 0
0
 0 0 0 0 
lim a→0 K µν = K µν =  . (4.12)
 
 0 0 1 0 
1
0 0 0 sin2 θ

Este serı́a el tensor de Killing equivalente a 4.11 para el espacio de Schwarzschild.


Por lo que sabemos, este tensor ha de ser dependiente de los vectores de Killing y,
efectivamente, si calculamos la constante asociada, encontramos
0
K µν ẋµ ẋν = r4 θ̇ 2 + r4 sin2 θ ϕ̇2 = L2 = L2X + LY2 + L2Z . (4.13)

La cantidad conservada a lo largo de geodésicas para este tensor es el momento


angular total de la partı́cula. Como sabemos que para el espacio de Schwarzschild
hay un vector de Killing asociado a la invarianza bajo rotaciones respecto a cada
µ µ µ
uno de los ejes, llamémoslos lX , lY y lZ , tenemos entonces que la forma del tensor en
este lı́mite será
0 µ ν µ µ
K µν = lX lX + lY lYν + lZ lZν . (4.14)

Lı́mite asintótico r → ∞. El tensor tomarı́a la forma


 
a2 0 0 0
 0 − a 2 cos2 θ 0 0 
00
limr→∞ K µν = K µν =  . (4.15)
 
 0 0 1 0 
1
0 0 0 sin2 θ
4 TENSORES DE KILLING Y LA CONSTANTE DE CARTER 26

Esta expresión se corresponderı́a con el comportamiento de nuestro tensor en el


infinito, asintóticamente plano. La constante asociada serı́a
00 µν
K ẋµ ẋν = a2 ṫ2 − a2 cos2 θ ṙ2 + r4 θ̇ 2 + r4 sin2 θ ϕ̇2 = a2 E2 − a2 p2Z + L2 , (4.16)

donde se han usado las expresiones del momento lineal y angular en coordenadas
esféricas debido a que las coordenadas esferoidales oblatas tienden a éstas en el lı́mi-
te r → ∞. Esta cantidad se corresponde con el momento angular total de la partı́cula,
más unos términos que son proporcionales a su energı́a y a su momento lineal en
el eje Z. En el espacio plano, el momento lineal es también una constante de movi-
µ
miento, de modo que si llamamos m Z a su vector de Killing asociado, podrı́amos
escribir 4.15 de la siguiente forma:
0
+ lY lYν + lZ lZν + a2 kµ kν − m Z mνZ .
µ ν µ µ µ 
K µν = lX lX (4.17)

4.2.3 La constante de Carter

Procedemos ahora a calcular la cantidad conservada a lo largo de geodésicas asociada al


tensor 4.11.
 
Sabiendo que ẋµ = gµν ẋ ν = gtt ṫ + gtϕ ϕ̇, grr ṙ, gθθ θ̇, g ϕϕ ϕ̇ + gtϕ ṫ = E, grr ṙ, gθθ θ̇, − L Z ,
tenemos

  K µν ẋµ ẋν =Q = r2 Σθ̇ 2 − a2 cos2 θ ∆Σ ṙ2 


Σ( r 2 + a2 )−2Mr3 sin2 θ 4Mra3 cos2 θ r2 ∆+ a4 cos2 θ sin2 θ 2 (4.18)
+ Σ1 a2 ∆
2
E − ∆ LZ E + ∆ sin2 θ
LZ .

Esta constante Q recibe el nombre de constante de Carter, en honor a su descubridor


Brandon Carter.
A partir de la forma 4.18 podemos expresar Q de numerosas maneras diferentes, utili-
zando, por ejemplo, ẋ2 = δ = Eṫ + grr ṙ2 + gθθ θ̇ 2 − L Z ϕ̇ y las expresiones 3.11 para dejarla
en función de una única componente de la cuadrivelocidad. Esto nos darı́a las expresiones

Q = Σ2 θ̇ 2 + a2 cosh2 θδ + a2 sin2 θE2 + L2Z sin−2 θ, i


2 (4.19)
− Q = Σ∆ ṙ2 + r2 δ − ∆1 r2 + a2 E2 + a2 L2Z − 4MarL Z E .
2

Más aún, la expresión 4.18 y sus diferentes variantes no son la única forma en la que se
ha definido la constante de Kerr: debido a que los tensores de Killing de una variedad
dada forman un espacio vectorial, podemos añadir al tensor 4.11 cualquier combinación
lineal de los tensores triviales discutidos en el apartado 4.1. Es habitual encontrar en la
bibliografı́a definiciones de la constante de Carter que difieren entre sı́, en cuyo caso sólo
hay que tener en cuenta que dichas definiciones han de estar relacionadas de la siguiente
forma:
Q0 = N Q + αE2 + βL2Z + γL Z E + eδ ,

(4.20)
siendo N, α, β, γ y e constantes y cumpliéndose N 6= 0.
Puesto que no existe consenso respecto a su definición, es natural que no lo exista
tampoco respecto a su significado fı́sico exacto. En vista de nuestros resultados en 4.2.2,
comprobamos que la constante de Carter parece depender de cantidades que se conservan
en algunos lı́mites (el momento angular total en el espacio de Schwarzschild, el momento
27 5 GEODÉSICAS EN EL ESPACIO DE KERR

lineal en el eje Z en el espacio plano asintótico) pero no en el espacio de Kerr. Sin embargo,
en el caso general el significado es mucho más complejo y difı́cil de interpretar. Algunos
especialistas [11] tratan de arrojar algo de luz al respecto estudiando diferentes lı́mites
y expresiones alternativas. Entre las interpretaciones más aceptadas se encuentra la de
que la constante de Carter constituye un “momento angular generalizado” que cuenta
con contribuciones del movimiento en la dirección r además de las variables angulares,
debido a las caracterı́sticas del movimiento en esta dirección en la métrica de Kerr.

5 Geodésicas en el espacio de Kerr

Procedemos finalmente a calcular las trayectorias geodésicas en el espacio de Kerr. Utili-


zamos la expresión 2.21 para calcular el Lagrangiano geodésico:
h i h i h 2 2 2 i
1 2Mr sin2 θ r + a cos θ
L= 2 1− r2 + a2 cos2 θ
ṫ2 + r4Mra
2 + a2 cos2 θ ṫ ϕ̇ − 2 ṙ
r2 −2Mr + a
2
h 2 sin2 θ
i (5.1)
− r2 + a2 cos2 θ θ̇ 2 − r2 + a2 + 2Mra sin2 θ ϕ̇2 .

r2 + a2 cos2 θ

Sin embargo, la resolución directa de las ecuaciones de Euler-Lagrange 2.22 para el


espacio de Kerr es prácticamente imposible. Para simplificar esta tarea, vamos a recurrir
al uso de las constantes de movimiento.
Del estudio de los momentos canónicos conjugados pσ = ∂∂ẋLσ en las ecuaciones de
Euler-Lagrange de las coordenadas t y ϕ recuperamos la conservación de la energı́a y del
momento angular a lo largo de geodésicas, que ya conocı́amos del estudio de los vectores
de Killing.
h i h i
dpt 2Mra sin2 θ
= 0 → pt = 1 − r2 +2Mr
dτ 2 cos2 θ
ah
ṫ + r2 + a2 cos2 θi
ϕ̇ = E,
dp ϕ
h i (5.2)
sin2 θ 2Mra2 sin2 θ
dτ = 0 → p ϕ = r2Mra 2 2
2 + a2 cos2 θ ṫ − r + a + r2 + a2 cos2 θ sin2 θ ϕ̇ = − L Z .

La ecuación 2.26 sigue siendo válida, y además hemos sido capaces de darle un nuevo
enfoque gracias al formalismo de tensores de Killing en la sección 4.1. En dicho apartado
comprobamos que la métrica tiene asociada una constante de movimiento, cuya expresión
es proporcional a la del Lagrangiano. Se sigue cumpliendo, por lo tanto que

2L = δ. (5.3)

Finalmente, en el caso de Schwarzschild, podı́amos imponer sin pérdida de genera-


lidad que todas las geodésicas se desarrollasen en el plano ecuatorial. En Kerr, sin em-
bargo, esta condición no se cumple debido a que su simetrı́a no es esférica. No obstante,
la constante de Carter nos aportará la última condición necesaria para poder caracterizar
de forma sencilla todas las geodésicas de esta métrica: como veremos más adelante, esta
cantidad surge de forma natural como constante de separación al aplicar el formalismo
de Hamilton-Jacobi a nuestro Hamiltoniano geodésico, gracias a la bondad del sistema de
coordenadas escogido.
Comenzaremos el estudio de las geodésicas en el espacio de Kerr para un caso particu-
lar de relevancia en el que no es necesario recurrir a la constante de Carter: el movimiento
ecuatorial.
5 GEODÉSICAS EN EL ESPACIO DE KERR 28

5.1 Geodésicas en el plano ecuatorial

En esta sección, vamos a estudiar el movimiento de partı́culas en el plano θ = π/2.


En primer lugar, vamos a comprobar si este tipo de geodésicas existe, es decir, si una
geodésica se puede mantener indefinidamente en θ = π/2. Para ello, vamos a calcular la
ecuación de Euler-Lagrange para la coordenada θ:
 2 2
−2rṙ θ̇ + a cos θ sin θ θ̇ − Σθ̈ = sin θ cos θ − 2Mra
2 2 2
ṫ 2 + 4 Mra(r + a ) ṫ ϕ̇
Σ 2 Σ 2
 2 2 2
  (5.4)
2 Mra (r + a ) 2 2 + a2 + Mra2 sin2 θ
+ a∆ ṙ2 + a2 θ̇ 2 − 2 Σ2
sin θ + r Σ ϕ̇ 2

Donde ∆ y Σ siguen la misma expresión que en la sección 4.2. En el plano ecuatorial,


todo el término derecho se anula, dejándonos con la condición

r2 θ̈ + 2rṙ θ̇ = 0. (5.5)

Por lo tanto, si tomamos θ = π/2 y θ̇ = 0, de la ecuación anterior se deduce que


θ̈ = 0 y por lo tanto un movimiento que comienza en el plano ecuatorial se mantiene en el
plano ecuatorial. Nótese además que, según la ecuación 4.19, la constante de Carter tiene
un valor Qeq = a2 E2 + L2Z en todas estas geodésicas.
Las constantes de movimiento 5.2 toman una forma simplificada en este plano:

E= 1 − 2M ṫ +2Ma

r r ϕ̇,
2 (5.6)
L Z = r2 + a2 + 2Ma
r ϕ̇ − 2Ma
r ṫ.

De esta ecuación podemos despejar ṫ y ϕ̇, que toman la forma


1
ṫ = ∆ [CE − BL Z ] , (5.7)
1
ϕ̇ = ∆ [ AL Z + BE ] ,

donde se han definido

A ≡ 1 − 2M
r
B ≡ 2Ma
r (5.8)
2
2 2 2Ma2 ( r 2 + a2 ) − a2 ∆
C ≡r +a + r = r2
.
Por otro lado, la ecuación 5.3 también se simplifica en el plano ecuatorial de modo que
tenemos:
r2
δ = Eṫ − L Z ϕ̇ − ṙ2 . (5.9)

Si despejamos ṙ2 y sustituimos las expresiones 5.7, obtenemos finalmente nuestra ecua-
ción para el movimiento radial:
1  δ∆
ṙ2 = CE 2
− 2BL Z E − AL 2
Z − 2. (5.10)
r2 r
En el primer término de esta ecuación aparece un polinomio de segundo grado en la
energı́a, que posee dos raı́ces:
1
 q 
LZ  √ 
V± = 2 2 2
BL Z ± B L Z + CAL Z = B± ∆ . (5.11)
C C
29 5 GEODÉSICAS EN EL ESPACIO DE KERR

En la segunda igualdad se ha usado que B2 + CA=∆. A partir de este resultado, pode-


mos expresar la ecuación 5.10 en la forma deseada,
C δ∆
ṙ2 = 2
( E − V+ ) ( E − V− ) − 2 , (5.12)
r r
con la siguiente expresión de los “potenciales” V± en función de r:

2ML Z ar ± L Z r2 ∆
V± = . (5.13)
(r 2 + a2 )2 − a2 ∆

5.1.1 Geodésicas ecuatoriales nulas

Para fotones y otras partı́culas sin masa, tenemos δ = 0, lo que simplifica considerable-
mente la ecuación 5.12, que se vuelve sencillamente
C
ṙ2 = ( E − V+ ) ( E − V− ) . (5.14)
r2
Para facilitar nuestro estudio, vamos a redefinir los potenciales de la forma siguiente:

2ML Z ar ± | L Z | r2 ∆
V± = . (5.15)
(r 2 + a2 )2 − a2 ∆

De modo que, si bien la expresión 5.14 no cambia, ahora se cumple en todo momento
V− ≤ V+ y además nos basta con estudiar el signo del producto L Z a (positivo o negativo
dependiendo de si la partı́cula rota a favor o en contra del agujero negro, respectivamente)
en lugar de estudiar los signos de L Z y a por separado.
Puesto que el cuadrado de la velocidad radial de la partı́cula no puede ser negativo,
a través de la ecuación 5.14 vemos que la energı́a de los fotones ha de cumplir E ≤ V− o
E ≥ V+ . Los valores de energı́a que se encuentren entre los de los potenciales no estarán
permitidos al fotón. Además, la velocidad radial del fotón será nula (y habrá alcanzado
un extremo de su trayectoria) cuando la energı́a sea igual a alguno de los potenciales.
Un √estudio detallado de estos potenciales nos muestra que ambos coinciden en R+ =
M + M2 − a2 y que ambos se anulan en el infinito. Además, para órbitas corrotatorias
( L Z a > 0), V+ es definido positivo y V− se anula sobre la ergosuperficie, que en el ecuador
se encuentra en r = 2M. Para órbitas contrarrotatorias, V− es definido negativo y V+ se
anula igualmente en la ergosuperficie. La figura 5 muestra la forma de los potenciales en
función de la distancia ası́ como la zona prohibida de energı́as para los fotones.
Nos conviene calcular la aceleración radial para estudiar en profundidad las propie-
dades de las trayectorias. Para ello, derivamos la ecuación 5.14 respecto al parámetro afı́n
de la trayectoria τ , llegando al siguiente resultado:
   
1 d C C dV+ dV−
r̈ = ( E − V+ ) ( E − V− ) − 2 ( E − V− ) + ( E − V+ ) . (5.16)
2 dr r2 2r dr dr

Vamos a fijarnos en los puntos que tienen velocidad radial nula, es decir, aquellos con
E = V+ o E = V− . En ellos, la aceleración toma la forma

| L Z | ∆ dV±
r̈ = ∓ cuando E = V± . (5.17)
r2 dr
5 GEODÉSICAS EN EL ESPACIO DE KERR 30

Figura 5: Potenciales V+ y V− partı́culas corrotatorias y contrarrotatorias. Las gráficas se


han generado tomando M = 1.0, a = 0.8 y L Z = ±1.0. Se puede apreciar cómo los
potenciales coinciden para r = R+ y cómo tienden a cero en el infinito. Aparecen además
los ceros de V+ en el caso contrarrotatorio y de V− en el caso corrotatorio, respectivamente.
Se puede apreciar que en todo caso ambos potenciales tienen un extremo relativo. La zona
sombreada se corresponde con la zona de energı́as prohibidas para fotones siguiendo una
trayectoria en el ecuador.
31 5 GEODÉSICAS EN EL ESPACIO DE KERR

Figura 6: En la figura se ilustran dos trayectorias geodésicas correspondientes a fotones


en el plano ecuatorial del agujero negro de Kerr, tal y como serı́an vistas por un obser-
vador asintótico. En concreto, uno de los fotones posee una energı́a inferior al máximo
del potencial V+ (trayectoria verde) de modo que no posee energı́a suficiente para atra-
vesar el horizonte de sucesos y es desviado al infinito. El otro fotón (trayectoria morada)
sı́ que posee la energı́a suficiente para atravesar el horizonte y comienza a caer lentamente
a la singularidad mientras orbita arrastrado por el propio giro del agujero negro. En los
cálculos computacionales pertinentes para esta representación se han tomado M = 1.0 y
a = 0.99.

Si la partı́cula posee una energı́a igual al máximo de V+ , es decir, E = V+ (rmax ) con


dV±
dr (rmax ) = 0, la aceleración se anula y también lo hace la velocidad si el fotón se en-
cuentra en rmax . Son por lo tanto posibles las órbitas circulares en esta posición, si bien
serı́an inestables. En base a esto, existen dos casos posibles para fotones que viajan desde
el infinito hacia el agujero negro:

Partı́culas provenientes del infinito con energı́a superior a V+ (rmax ) superarı́an la


barrera de potencial, atravesarı́an el horizonte y alcanzarı́an la singularidad.

Por otro lado, una partı́cula con 0 < E < V+ (rmax ) alcanzarı́a un punto en el que
E = V+ (r ), en el cual ṙ = 0 y r̈ < 0, por lo que la partı́cula serı́a desviada y volverı́a
al infinito.

Cabe plantearse qué ocurre para valores con E < V− , ya que en principio son admisibles.
Sin embargo, no se puede realizar un estudio del scattering con estos valores de energı́a ya
que corresponde a partı́culas ligadas al agujero negro y cuya distancia a la singularidad
está siempre acotada (es decir, no pueden provenir del infinito ni viajar hacia el infinito).
No entraremos en una descripción detallada de sus trayectorias.
Sólo nos quedarı́a por conocer el valor del punto rmax . Del estudio de los extremos
relativos de V+ podemos obtener que éste es solución de la ecuación

rmax (rmax − 3M )2 − 4Ma2 = 0. (5.18)

Es por lo tanto independiente de L y una función decreciente de a. En particular, para


a = 0 (Schwarzschild) tenemos que rmax = 3M es el radio de las órbitas fotónicas ines-
tables. En la figura 6 se representan dos trayectorias fotónicas que ilustran los conceptos
tratados hasta el momento:
5 GEODÉSICAS EN EL ESPACIO DE KERR 32

5.1.2 Geodésicas ecuatoriales temporales: 3ª Ley de Kepler

El estudio de las geodésicas temporales (para partı́culas con masa) es bastante más com-
plejo, ya que la ecuación 5.12 posee un término extra que nos impide realizar un estudio
cualitativo tan sencillo como en el caso de las geodésicas nulas.

C ∆
ṙ2 = 2
( E − V+ ) ( E − V− ) − 2 (5.19)
r r

Para realizar un análisis computacional, podemos recurrir a la ecuación de Euler-


Lagrange para la coordenada r, que en el plano ecuatorial toma la siguiente forma:

r2 Mr2 − a2 r Ma2
     
2 M 2 2Ma
− r̈ + ṙ = 2 ṫ − 2 ṫ ϕ̇ − r − 2 ϕ̇2 . (5.20)
r2 − 2Mr + a2 r2 − 2Mr + a2 r r r

Nos proponemos a estudiar órbitas circulares, para las cuales se cumple r̈ = 0 = ṙ, por
lo que la parte izquierda de la igualdad anterior se anula. Si además tenemos en cuenta la
ecuación 3.21 para la velocidad angular, tenemos que la ecuación 5.20 es equivalente a

r3 − Ma2 ω 2 + 2Maω − M = 0.

(5.21)

Esta ecuación de segundo grado en ω tiene como soluciones


√ √
− Ma ± Mr3 M
ω± = =± √ . (5.22)
r3 − Ma2 3/2
r ±a M

La solución obtenida es esencialmente la 3ª Ley de Kepler para el espacio de Kerr. En


efecto, en el lı́mite a → 0, recuperamos la ley de Kepler del espacio de Schwarzschild,
coincidente con la ley clásica enunciada por Johannes Kepler en 1618:

M
ω02 = . (5.23)
r3

5.2 Geodésicas generales

Para estudiar geodésicas cualesquiera en el espacio de Kerr, no necesariamente en el


plano ecuatorial, nos conviene aproximarnos al problema con el formalismo de Hamilton-
Jacobi.
Puesto que estamos estudiando el movimiento de partı́culas libres, los momentos con-
jugados tienen la forma
pµ = gµν ẋ ν . (5.24)

Si conocemos la métrica inversa, esta expresión es fácilmente invertible de modo que


podemos expresar los elementos de la cuadrivelocidad en función de los cuadrimomentos
de la siguiente manera:
ẋ µ = gµν pν . (5.25)

Conociendo esto, podemos calcular el Hamiltoniano del sistema como la transformada


de Legendre del Lagrangiano
H = pµ ẋ µ − L. (5.26)
33 5 GEODÉSICAS EN EL ESPACIO DE KERR

Se demuestra fácilmente, gracias a la definición de nuestro Lagrangiano 2.21 y a las


propiedades 5.24 y 5.25 que en nuestro caso se cumple
1 µν 1
H= g p µ p ν = δ = L. (5.27)
2 2
La igualdad entre Lagrangiano y Hamiltoniano se debe a que, como sabemos, no hay
potenciales involucrados. Una vez conocido ya nuestro Hamiltoniano, podemos aplicarle
el formalismo de Hamilton-Jacobi. En él, definimos una función llamada función principal
de Hamilton, S ( x µ ; τ ) donde x µ son las coordenadas de nuestra partı́cula test y τ es el
parámetro de su trayectoria, que cumple
∂S ∂S 1
= pµ = −H = − δ (5.28)
∂x µ ∂τ 2
Si suponemos que S es una función separable, de modo que S(t, r, θ, ϕ; τ ) = Sτ (τ ) +
St (t) + Sr (r ) + Sθ (θ ) + S ϕ ( ϕ), sabiendo que pt = E y p ϕ = − L Z , obtenemos
1
S(t, r, θ, ϕ; τ ) = − δτ + Et − L Z ϕ + Sr (r ) + Sθ (θ ). (5.29)
2
Si utilizamos esta definición en la ecuación 5.27 a partir de las expresiones de los mo-
mentos dadas por 5.28, llegamos al siguiente resultado para nuestro Hamiltoniano:
   
H = 12 δ = 2∆1
r2 + a2 + 2Mra
2
sin2 θ E2 + 1 a2 sin2 θ −∆ L2
Σ
 2 Σ∆sin θ
2 2 Z
 2 (5.30)

− 2Mra
Σ∆ EL Z − 2Σ
∂Sr
∂r − 1

∂Sθ
∂θ .

Reordenando términos y multiplicando por Σ = r2 + a2 cos2 θ tenemos


 2  2
δ r2 + a2 cos 2 θ + ∆ ∂S + 4Mra

∂r
r
+ ∂S ∂θ
θ
∆ EL Z
 2 2 2
(r + a )
  2
 (5.31)
− ∆ − a2 sin2 θ E2 + sin12 θ − a∆ L2Z = 0,

y si separamos por un lado los términos dependientes de r y los dependientes de θ llega-


mos a  2
L2
∂Sθ
∂θ + a2 cos2 θδ + a2 sin2 θE2 + sinZ2 θ =
 2 2 2 2
(5.32)
= −∆ ∂S r
− r 2 δ + (r + a ) E2 + a2 L2 − 4Mra EL .
∂r ∆ ∆ Z ∆ Z

Puesto que cada lado de la ecuación depende de una variable distinta, ambos lados
deben ser iguales a una constante para que se cumpla la igualdad. Si tenemos en cuenta
que
Σ
pr = ∂S
∂r = ∆ ṙ
r
(5.33)
pθ = ∂θ = Σθ̇,
∂Sθ

no tenemos más que fijarnos en la expresión 4.19 para darnos cuenta de que la expresión
de esta constante coincide con la de la constante de Carter, hallada anteriormente con el
formalismo de los tensores de Killing.
 2
Q = ∂S ∂θ
θ
+ a2 cos 2 θδ + a2 sin 2 θE2 + L2Z sin−2 θ
 2 h i (5.34)
− Q = ∆ ∂S 2δ − 1 2 + a2 2 E2 + a2 L2 − 4MarL E

∂r
r
+ r ∆ r Z Z
6 CONCLUSIONES 34

Tenemos pues que la constante de Carter surge de forma natural como constante de
separación al aplicar el formalismo de Hamilton-Jacobi al Lagrangiano geodésico de Kerr
en coordenadas de Boyer-Lindquist, y de hecho ésta es la forma en la que fue descubierta
por primera vez. Este hecho se debe a la gran adecuación de este sistema de coordenadas a
las simetrı́as de Kerr. Cabe señalar que si bien la constante surge de una forma mucho más
directa a través de este método, su aparición es completamente accidental: sólo el forma-
lismo de Killing nos permite atribuirle un origen matemático profundo y un significado
fı́sico (algo difuso).
Si ahora hacemos las siguientes definiciones,
−2
Θ (θ ) = Q − a2 cos 2 2 2 2 2
h θδ − a  sin θE − L Z sin θ i
2 (5.35)
R (r ) = − Q − r2 δ + ∆1 r2 + a2 E2 + a2 L2Z − 4MarL Z E ,

podemos expresar nuestros resultados como



∂θ = √ Θ = Σ θ̇
∂Sθ
(5.36)
∂Sr
∂r = R = ∆Σ ṙ,

que son las ecuaciones diferenciales de primer orden a resolver numéricamente si se desea
simular el movimiento de partı́culas en el espacio de Kerr, junto con las ecuaciones 5.2
para t y ϕ. En ellas, los signos de las raı́ces cuadradas pueden ser elegidos independien-
temente.
Por otro lado, continuando con nuestro estudio analı́tico, la expresión para S teniendo
en cuenta las ecuaciones 5.36 queda de la siguiente manera:
Z r√ Z θ√
1
S(t, r, θ, ϕ; τ ) = − δτ + Et − L Z ϕ + Rdr + Θdθ. (5.37)
2

Tenemos una función principal que depende de cuatro constantes de movimiento: δ, E,


L Z y Q. Del formalismo de Hamilton-Jacobi, sabemos que las ecuaciones de movimiento
de nuestra partı́cula se obtienen de igualar a cero las derivadas de S respecto a estas
constantes. Las condiciones deducidas son las siguientes:
Rr 1
√1 dθ =
∂S

∂Q = 0 =⇒ Θ
√ dr
R
R θ a2 cos2 θ R r r2
∂S
∂δ =0 =⇒ τ = − √
Θ
dθ − √ dr
R
R θ a2 sin2 θE 2
R r 2(r2 +a2 ) E−4MarLZ (5.38)
∂S
∂E = 0 =⇒ t = √ dθ − √ dr
R θ ΘLZ sin−2 θ R r 2a2∆LZ R−2MarE
∂S
∂L Z = 0 =⇒ ϕ=− √ dθ + √ dr.
Θ ∆ R

El estudio teórico de una familia de geodésicas concreta se podrı́a continuar a partir


de aquı́ imponiendo sobre este conjunto las condiciones particulares pertinentes.

6 Conclusiones

El agujero negro de Kerr presenta numerosas caracterı́sticas de interés. A nivel teórico,


es una de las soluciones de las ecuaciones de Einstein con una estructura causal más ri-
ca, presentando caracterı́sticas que no podemos encontrar en agujeros negros más sen-
cillos, como el de Schwarzschild. Entre estas caracterı́sticas están el arrastre de sistemas
35 6 CONCLUSIONES

inerciales, que provoca que partı́culas sin momento angular orbital roten alrededor de la
singularidad, o la separación entre el horizonte de sucesos y la superficie de lı́mite esta-
cionario, que supone la existencia de una ergosfera y la posibilidad de extraer trabajo del
agujero negro a través del proceso de Penrose. Sus geodésicas presentan caracterı́sticas
muy complejas también, como la barrera de potencial que aparece en el plano ecuatorial
para partı́culas sin masa. Más aún, el agujero negro de Kerr ha impulsado el desarrollo
formal de la Relatividad General en cuestiones como los tensores de Killing, gracias a las
preguntas que abrió el descubrimiento de la constante de Carter.
A nivel práctico, la solución de Kerr es una de las más útiles en la descripción de obje-
tos astrofı́sicos. Puesto que describe el espacio-tiempo alrededor de un objeto masivo, de
carga neutra y en rotación, es muy útil en la descripción de sistemas con estas caracterı́sti-
cas, tales como estrellas de neutrones o agujeros negros supermasivos. Supone por tanto
una de las descripciones más precisas de la gravedad alrededor de una gran variedad de
objetos astrofı́sicos.
Más de cien años despúes de su formulación teórica en el marco relativista, los aguje-
ros negros continúan siendo un misterio. Su observación es una tarea complicada, si bien
existen numerosas evidencias observacionales de su existencia. El desarrollo de nuevas
técnicas superprecisas, como las que han permitido la observación de ondas gravitacio-
nales por LIGO en 2016, nos permitirán arrojar luz al respecto, y tal vez nos permitan
estudiar sus caracterı́sticas con mayor precisión. En todo ello, las predicciones teóricas
otorgada por la Relatividad General de Einstein y en particular por la métrica de Kerr
ocuparán, sin duda, un papel central.
REFERENCIAS 36

Referencias

[1] Matt Visser


The Kerr spacetime: a brief introduction
arXiv:0706.0622 [gr-qc] (2007)
[2] Subrahmanyan Chandrasekhar
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Oxford University Press (1983)
[3] Charles W. Misner, Kit S. Thorne, John A. Wheeler
Gravitation
W.H. Freeman and Company (1970)
[4] Bert Janssen
Teorı́a de la Relatividad General
Universidad de Granada (Preprint) (2017)
[5] Ray D’Inverno
Introducing Einstein’s Relativity
Oxford University Press (1992)
[6] Gabriela Slezáková
Geodesic Geometry of Black Holes
PhD Thesis, University of Waikato (2006)
[7] Valeria Ferrari
Geodesic motion in Kerr spacetime
Istituto Nazionale di Fisica Nucleare, Sezione di Roma (2017)
[8] Martin Walker, Roger Penrose
On Quadratic First Integrals of the Geodesic Equations for Type {22} Spacetimes
Commun. math. Phys. 18, 265—274 (1970)
[9] Lane P. Hughston, Paul Sommers
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Commun. math. Phys. 33, 129—133 (1973)
[10] David Garfinkle, Edward N. Glass
Killing Tensors and Symmetries
arXiv:1003.0019 [gr-qc]
[11] Fernando de Felice, Giovanni Preti
On the meaning of the separation constant in the Kerr metric
Class. Quantum Grav. 16 2929–2935 (1999)
[12] Physics Stack Exchange
https://physics.stackexchange.com/questions/315892/
killing-tensor-in-the-kerr-metric
[13] Tex Stack Exchange
https://tex.stackexchange.com/questions/54830/
tikz-code-for-frame-dragging

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