que los nobles, sometidos a fuertes presiones, trataron
de apretar los tornillos a los campesinos por todos los
medios a su alcance.”* Hacia siglos que venia desarro-
llandose un zigzagueante conflicto entre la comunidad
campesina y el sefior sobre sus respectivos derechos,
pugna que no excluia intereses comunes en muchas
cuestiones. Sus resultados cristalizaban periédicamente
en un Weistum, codificacién por escrito del derecho
consuetudinario (Rechtsgewohnbeiten) en que se consig-
naban las respuestas dadas bajo juramento por ancianos
experimentados de la comunidad a una serie de pregun-
tas. A juzgar por los Weistimer que se conservan, su
niimero fue aumentando desde 1300, con un maximo
entre 1500 y 1600, para disminuir después muy aprisa.”*
Esos documentos y otros testimonios similares mues-
tran una comunidad aldeana estrechamente soldada,
aunque con crecientes diferencias en el poseer, viviendo
en un estado de cooperacién antagénica con el sefior
que iba cambiando poco a poco.” Parece que las presta-
ciones laborales habian ido perdiendo importancia, y
cobrandola las monetarias, al revés que en el Nordeste.
Un buen numero de campesinos habfan casi alcanzado
derechos de propiedad de facto, tras raer la mayor parte
de los estigmas del régimen de posesién feudal, aunque
abundaban las bolsas donde persistian.””
En las primeras fases de la revuelta, las demandas
campesinas repitieron a menudo temas sacados de
Weistiimer anteriores. Ese hecho es un indicio mas
de que la Bauernkrieg empezé con la protesta «legiti-
ma» de los miembros més pudientes y respetables de
la comunidad campesina.”®
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