Danza en Letras 5 PDF

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‘Danza folk! y nacionalismo mexicano (1921-1939) Conclusiones del libro Cuerpo vestido de nacién, actual mente en prensa, escrito por Pablo Parga P. Creador con trayectoria del FECAZ 2003 en el drea de danza. adanza folklérica en México ha respondido a las polfticas culturales, que, disefiadas por un Estado autodenominado “nacionalista”, finca su discurso en el concepto de identidad nacional, Bajo este concepto, 1a cultura hegeménica ha impuesto formas dancis- ticas que desde su posicién muestra “lo mexicano” como una caracteristica per se de todos los habitantes de nuestro territo- rio, sin importar las diferencias culturales cespecificas de cada grupo social. Desde esta perspectiva, a principios de los attos. veinte de la pasada centuria, El Jarabe deberia ser aceplado como simbolo na- cional de los mexicanos, lo mismo por los. hhabitantes de! érea urbana de Ia ciudad de ‘México que por las comunidades indigenas ajenas @ la misica de mariachi y al uso de faldas de raso con lentejuela. ‘Anna Pavlova, Muriel Stuart y Tamara Garina en Fantasia mexicana, 1925 (foto: La presencia en México de la Cc ctadumnictumeancataaie bailarina Anna Paviova, en 1919, deter miné una forma especftica de represent- aci6n coreogréfica a partir de bailes mexi- canos. Su versién de El Jarabe, ejecutado, 48 | Danza on tetas ‘en puntas con técnica de ballet, hered una nueva forma escénica donde fo mexicano (como tema) fue abordado, pero expresado en tuna forma coreogrifica distinta s a fuente original La celebracién del Centenario de la Consumacién de la Independencia (1921), propicié un marco ideal para explorar las distintas formas dancisticas de representar “Io mexicano” y exacerbar el sentido patri6tico. En este proceso, la concepeién nacionalista de Ia danza se amplfa incorporando, ademiis del jarabe, las distntas formas bailables de otros estados y regiones de México. Ja polftica cultural de José Vasconcelos impuls6, por medio de distintos programas y acciones, desde misioneros culturales hasta la creacién de espacios como el Estadio Nacional, una te-visién cultural, que inclufa la miisica y las danzas locales. El movi miento cultural de esta época incluye también una renovacién cen el lenguaje de las artes plisticas, le misica y la literatura, de ‘aque varios de sus representantes habran de colaborar, desde st. ‘campo, en el desarrollo de la danza mexicana. ‘Nellie Campobello en el ballet de masas 30-30 en el Estadio Nacional, 1931 Al tratar de mexicanizar a los habitantes del territorio nacional, através de la alfabetizacién y la divulgacién de técnicas productivas en el interior de la Repiblica, el Estado descubri6 Ja rigueza de las culturas tradicionales de los pueblos a los que originalmente debia “Ilevar cultura”, Los maestros de cultura fisica y los de mnisica se dieron a Ia tarea de registrar danzas y builes tradicionales; fue como as{inventariaron y difundieron gran parte de las danzas tradicionales mexicanas, En este proceso, las danzas fueron sometidas a mecanismos de academizacién mis ccereanos 1 Ta educacisn fisica que ala “recreaci6n artstica” Este tratamiento podria considerarse natural, dado que, en la década de los veinte, los maestros de “cultura fisica” estaban adscritos al Departamento de Bellas Artes. Est visién para la academizacicn y Inespectacularizacién de la danza tradicional fue tan determinante que, incluso en Tos aflos setenta, dentro de Ta formacién de los ‘maestros normalistas, la danza folkl6rica aparece como un tema cn los programas de educacién fisica, Un ballet de Hipélito Zybin en el patio de la SEP. LLos misioneros de educaci6n fisiea, con los elementos pedagézicos de su disciplina, fueron clave importante en la difusién de las costumbres y los bailables de los “diferentes Méxicos" de la época. Su importancia como pioneros de la aca

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